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Ensayo sobre la educación socioemocional y su importancia en el proceso de

aprendizaje.

Licenciada en Educación Preescolar Marlene Guadalupe Martínez Meza.

Escuela Normal Oficial de León.

Maestría en Desarrollo Educativo.


Introducción:

En el presente ensayo abordaré la importancia de desarrollar las habilidades

socioemocionales en los educandos y cómo éstas impactan en la todos los ámbitos de su vida,

se hablará también acerca de la estrecha relación de los aspectos cognitivos y los emocionales

para la formación integral del individuo. Los seres humanos experimentamos emociones en todo

momento, no siempre podemos controlar sus efectos, de ahí la importancia de desarrollar en los

individuos la inteligencia emocional. Las personas emocionalmente inteligentes reconocen

emociones en sí mismos y en los demás, son capaces de mejorar su calidad de vida, tomar

mejores decisiones, resolver problemas por medio del diálogo y de manera pacífica, establecen

mejores relaciones interpersonales, son más creativos y resilientes.


La educación socioemocional y su importancia en el proceso de aprendizaje

Dentro de los procesos educativos siempre han resaltado más los aspectos cognitivos que los

emocionales, incluso para algunos, ambos aspectos deben ser considerados por separado, hoy

en día sabemos que las emociones juegan un papel importante en todos los ámbitos de nuestra

vida, desde la toma de decisiones hasta el impacto en el aprendizaje. Todos los seres humanos

experimentamos la existencia de las emociones, aunque no siempre podemos controlar sus

efectos, de ahí la importancia de considerar a la educación emocional como un factor importante

para el desarrollo integral del individuo.

Los seres humanos primero fuimos seres emocionales y después seres pensantes, antes de

entrar al preescolar, los niños piensan de manera espontánea y creativa, sin embargo a medida

que pasa el tiempo, los educandos dejan de pensar de esta manera por tratar de dar respuestas

correctas en ambientes escolares controladores, es decepcionante darnos cuenta que son los

mismos espacios escolares los que limitan el desarrollo de aspectos emocionales en los

alumnos.

Las emociones son eventos o fenómenos de carácter biológico y cognitivo, que tienen sentido

en términos sociales. Se pueden clasificar en positivas cuando van acompañadas de

sentimientos placenteros y significan que la situación es beneficiosa, como lo son la felicidad y

el amor; negativas cuando van acompañadas de sentimientos desagradables y se percibe la

situación como una amenaza, entre las que se encuentran el miedo, la ansiedad, la ira, hostilidad,

la tristeza, el asco, o neutras cuando no van acompañadas de ningún sentimiento, entre las que

se encuentra la esperanza y la sorpresa (Casassus, 2006).

Las personas con inteligencia emocional son capaces de supervisar sentimientos y emociones

en sí mismos y en los demás, esto les permite utilizar esta información para actuar y pensar. La

inteligencia emocional repercute en todos los aspectos de nuestras vidas, por ello es importante
incorporarla en los ámbitos educativos, al desarrollar competencias emocionales en los

individuos, éstos pueden mejorar su calidad de vida, la capacidad de comunicación, su

autoestima, la toma de decisiones, la resolución de conflictos, entre muchas cuestiones más.

Dentro de las aulas, cuando los alumnos experimentan emociones positivas amplían su

repertorio de pensamientos, establecen conexiones, son más creativos y resilientes, por tanto,

las emociones positivas son clave para el aprendizaje. Por otra parte diversas investigaciones

han demostrado que alumnos con estados depresivos y baja aceptación social se relacionan con

un rendimiento académico deficiente.

La capacidad de identificar, comprender y regular las emociones es fundamental por parte de

los y las profesores, debido a que tales habilidades influyen en los procesos de aprendizaje, en

la salud física, mental y emocional de los y las educandos y son determinantes para establecer

relaciones interpersonales positivas y constructivas con estos, posibilitando una elevación en su

rendimiento académico (Cabello, Ruiz & Fernández, 2010)

Cuando el educando participa en su proceso educativo tiene la oportunidad de confirmar o

modificar su propia imagen, los sentimientos del alumno dependen en gran medida de cómo sea

tratado por el docente y esto genera un impacto significativo fuera del entorno escolar. El cerebro

humano está diseñado para que emociones muy intensas nos dejen huella, un buen o mal trato

por parte del docente, influirá en la vida del alumno en todos los aspectos de su vida.

El conocer los estados emocionales de los y las estudiantes, así como sus estilos de

aprendizaje, puede ayudar al profesor o profesora a organizar de manera más eficaz y eficiente

el proceso de aprendizaje-enseñanza a implementar (Thompson & Aveleyra, 2004),

Nuestra responsabilidad como docentes es crear climas de aprendizaje positivos, cuando el

docente inspira confianza y seguridad a sus alumnos, éstos presentan actitudes positivas por lo

que se impacta de manera directa en el aprendizaje. La misma relación profesor-alumno se ha


señalado como uno de los factores más favorecedores de las competencias socioemocionales y

de la motivación por aprender, al constituirse en uno de los principales puntos de apoyo para los

alumnos.
Conclusión:

La educación socioemocional como parte de un proceso formativo, centra su importancia en

el desarrollo de habilidades para reconocer y manejar las emociones propias y de los demás; se

trata de una innovación educativa muy relevante en cuanto a lo social, que no siempre es

atendida por los sistemas educativos formales. Entre los fines de la educación socioemocional

se encuentran la prevención de problemáticas sociales como la violencia, las adicciones, la

ansiedad, la depresión, los suicidios y algunas otras enfermedades mentales, entre sus muchas

finalidades la educación socioemocional desarrolla también el aspecto cognitivo de los individuos

y se relaciona con el desarrollo de competencias y habilidades para lograr desempeños

sobresalientes en los contextos escolares, estimular la creatividad y responder de manera

asertiva a diversas situaciones.


Bibliografía

Cabello, R., Ruiz, D., Fernández, P. (2010). Docentes emocionalmente inteligentes. Revista

Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado. 13 (1). Recuperado de

dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3163455

Casassus, J. (2006). La educación del ser emocional. (1a ed.). Universidad Virtual del Instituto

Tecnológico de Monterrey, México: Ediciones Castillo,

Inteligencia emocional Goleman, D. (1997) Kairós

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