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Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN..................................................................... 15
PRIMERA PARTE.................................................................... 21
EUCARISTÍA: CORAZÓN DE LA IGLESIA......................... 21
1. Vivencia de una hermosa fe celebrada......................... 22
v Cofradías........................................................................ 23
v Templos y….................................................................... 25
v Celebraciones del Corpus Christi.................................. 26
v Catequesis...................................................................... 28
v Comunidades Eucarísticas............................................ 33
v Eventos Eucarísticos...................................................... 37
v Documentos Eucarísticos.............................................. 43
v Conclusión:.................................................................... 43
2. Un contexto que interpela............................................. 44
3. ¿Vivencia de la Eucaristía?........................................... 56
SEGUNDA PARTE................................................................... 67
ÁMENSE UNOS A OTROS COMO YO LOS HE AMADO..... 67
1. ¿Qué es la Eucaristía?................................................... 72
1.1. Desde el Nuevo Testamento....................................... 73
En el Antiguo Testamento: Prefiguraciones
y profecías...................................................................... 73
1) Momentos históricos.............................................. 74
2) Profecías.................................................................. 82
3) Figuras..................................................................... 84
En el Nuevo Testamento: Institución de
la Eucaristía................................................................... 86
Prefiguraciones y acciones simbólicas....................... 87
1) Figuras................................................................. 87
2) Signos.................................................................. 90
3) Acciones simbólicas............................................ 92
Definiciones del Sacramento de los Sacramentos..... 94
1) Memorial............................................................. 95
Carta Pastoral
SIGLAS Y ABREVIATURAS
LIBROS BÍBLICOS
SIGLAS Y ABREVIATURAS
DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO DE LA IGLESIA
CD = Decreto Christus Dominus, sobre el oficio pastoral de
los Obispos
CIC = Catecismo de la Iglesia Católica
DA = Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
y del Caribe: Discípulos y Misioneros de Jesucristo
para que nuestros pueblos en Él tengan vida “Yo soy
el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 16,4) (APARECIDA).
Las Cinco Conferencias Generales del Episcopado
Latinoamericano.
DM = Conferencia General del Episcopado Latinoamericano:
La Iglesia en la actual transformación de América Latina
a la luz del Concilio (MEDELLÍN). Las Cinco Conferencias
Generales del Episcopado Latinoamericano.
DP = Conferencia General del Episcopado Latinoamericano:
La Evangelización en el Presente y en el Futuro de
América Latina (PUEBLA). Las Cinco Conferencias
Generales del Episcopado Latinoamericano.
DSD = Conferencia General del Episcopado Latinoamericano:
Nueva Evangelización, Promoción Humana y Cultura
Cristiana (SANTO DOMINGO). Las Cinco Conferencias
Generales del Episcopado Latinoamericano.
DV = Constitución Dogmática Dei Verbum, sobre la divina
revelación
EE = Encíclica Ecclesia de Eucharistia del Papa San Juan
Pablo II
EG = Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Santo
Papa Francisco
GS = Constitución Pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia
en el mundo actual.
Carta Pastoral
INTRODUCCIÓN
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La Santa Misa llevada a la vida diaria
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PRIMERA PARTE
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7 Cfr. Catequesis del Papa Francisco sobre la Eucaristía del 8 de noviembre 2017.
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v Cofradías
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v Templos y…
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v Catequesis
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v Comunidades Eucarísticas
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33 Ídem, n. 158.
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v Eventos Eucarísticos
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v Documentos Eucarísticos
v Conclusión:
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43 Cfr. Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), Boletín de Prensa Año XXXII,
No 1, 2018.
44 IUDOP, Boletín de Prensa Año XXXII, NO 1, 2018.
45 Diario El Mundo, 2 de marzo 2018.
46 La Prensa Gráfica, 2 de marzo 2018.
47 http//observatoriodeviolencia.ormusa.org.
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77. Advierten, además, con toda razón, que todo esto requiere
luchar contra la corrupción, la ineficiencia y la falta de ética
en el gasto61. De no seguirse los lineamientos planteados se
corre el riesgo de que: el próximo Gobierno, sin importar
de qué partido sea, únicamente administrará una estrategia
económica –no de desarrollo – agotada que sólo beneficia a
un reducido grupo y que depende de la constante expulsión de
salvadoreños62. Todo lo aquí expuesto es cierto, sin embargo,
a veces es más cómodo ignorarlo que ponerse a trabajar por el
bienestar del pueblo, olvidando con esa actitud que el país se
sumerge cada día más en caos.
78. De igual forma, el ecosistema en El Salvador es víctima de
violencia, mientras, las leyes parecen apoyar a sus depredadores.
Según los informes de la CEPAL nuestro país El Salvador tiene
solo un 2.1% de áreas protegidas entre superficie terrestre y
áreas marinas, ¿qué significa esto?, significa que la flora del
país está siendo depredada; mientras que la fauna matada, ya
sea con fines comerciales o por desconocer el valor real que
animales y plantas significan en la vida del ser humano. Los
problemas enfrentados por temas como la minería y el agua
revelan que, para un grupo minoritario, el medio ambiente es
mercancía y no asunto de vida o muerte de todo el pueblo.
79. Ante este panorama es de lamentar que la clase política
y económica del país no se detenga a reflexionar sobre su
rol; instituciones que han sido creadas para velar por el bien
común, por el cumplimiento de los derechos humanos, como
el Estado mismo, o bien, instituciones creadas para aumentar
el bienestar cualitativo y cuantitativo de la nación, como es
el caso del sector privado, hacen caso omiso de la opinión
ciudadana, no deberían actuar de este modo, hacerlo equivale
a negar la existencia de un Estado democrático tanto como a
negar la existencia de un Estado de derecho. La encuesta de
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Carta Pastoral
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3. ¿Vivencia de la Eucaristía?
85. Vista la realidad donde cristianas y cristianos católicos
deben hacer vida la Eucaristía cabe responder la pregunta
63 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Homilías II, UCA Editores, San Salvador, El Salvador,
2011, p. 533.
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87. Junto a este grupo, o quizá formando parte con él, están
aquellos que aparecen sólo en fiestas importantes de la Iglesia:
aparecen el día de Corpus Christi, en la fiesta del Sagrado
Corazón de Jesús o Cristo Rey, fiestas de santos, además de hacer
devotamente novenas, sobre todo cuando están en aprietos o viven
catástrofes naturales, y asistir devotamente a las procesiones o
pastorelas; es parte de la religiosidad popular de nuestro pueblo.
No quiero con ello menospreciar dicha religiosidad, conozco
su gran potencial, pero no podemos negar que son varios los
que prefieren las fiestas y días importantes a adquirir el fuerte
compromiso de la vida cristiana propuesto por Jesús.
88. En segundo lugar, aparece una amplia gama de sectores
medios y altos, sobre todo urbanos, que se caracterizan por
una práctica sacramental habitual que muchas veces sacraliza
el statu quo ambiental y no cuestiona la situación de injusticia,
de la que estos sectores son, en gran parte, responsables y
beneficiarios65. Son aquellos grupos que asisten a Misa diaria
con la creencia de que basta con tomar el Cuerpo y la Sangre
de Cristo para mostrarle a Dios cuánto le aman y respetan; son
grupos cuya práctica sacramental está totalmente desligada de
la vida cristiana. Un cristiano y una cristiana qué conoce el
verdadero significado del Sacramento de los Sacramentos sabe
que la Eucaristía, entre otras cosas –como enseña el CELAM–,
…se da para iniciarnos, conducirnos y amonestarnos en el
camino de la justicia66, no puede ser de otra forma; quien toma
la Eucaristía tiene la sagrada misión de hacerla vida, es decir,
de llevar una vida eucarística, hacer lo contrario es confesar
abiertamente que su fe cristiana no es auténtica; o peor aún, no
tiene fe cristiana, no es posible tomar el Cuerpo y la Sangre de
Cristo todos los días y vivir anti cristianamente.
89. Hacer esto con el Sacramento de los Sacramentos es
peor que lo hecho por el pueblo de Israel, en tiempos del
65 Víctor, Codina, op. cit., p. 269.
66 Consejo Episcopal Latinoamericano: Maximino Arias Reyero, Eucaristía. Presencia del
Señor, CELAM, Colombia 1997, p. 32.
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93. Una de las causas podría ser, que quienes han pastoreado al
pueblo de Dios, a pesar de todos los esfuerzos realizados, como
la conformación de cofradías, eventos eucarísticos, etc., no han
podido encontrar un método idóneo para enseñar el verdadero
valor de la Eucaristía y el compromiso de vida cristiana al que
obliga; no me son ajenas las críticas que muchos han lanzado
contra la Iglesia, verbigracia: no valorar las cofradías, utilizar
catecismos anacrónicos o difíciles de desarrollar, celebrar
eventos eucarísticos, procesiones de Corpus, limitándose a
incrementar una fe popular que no crea compromiso cristiano,
y otras críticas de semejante tenor. Lo repito, no es mi deseo
criticar, lo innegable es que los esfuerzos se han hecho, ya lo
citaba en el primer numeral de esta Pastoral; sin embargo, tal
vez con San Pablo la Iglesia puede decir: El deseo de hacer el
bien está a mi alcance, pero no el realizarlo. No hago el bien
que quiero, sino que practico el mal que no quiero… Y me
encuentro con esta fatalidad: que deseando hacer el bien, se
me pone al alcance el mal (Rm 7, 18b-19.21).
94. Estas palabras no son una forma de disculpar a la
Iglesia, es innegable que los yerros se han cometido, tal vez
hemos fallado al no dar testimonio de nuestras palabras con
nuestras obras, al no establecer catequesis prebautismales y
prematrimoniales de mayor profundización e incidencia, al
no crear grupos permanentes de catequesis donde el pueblo
de Dios pueda formarse y conocer los Sacramentos desde que
los niños celebran su Primera Comunión, muy en especial la
Eucaristía que es fuente y cumbre de toda la vida cristiana
(LG 11), al no enseñar que cristiano es aquel que vive según
la Eucaristía, u otros yerros, como el preocuparnos demasiado
por la organización de la celebración omitiendo explicar con
mayor profundidad a qué compromiso obliga la Eucaristía.
95. Ligado a esto –o quizá causa de lo anterior– sea la actitud no
siempre edificante que hemos mostrado los sacerdotes, actitud
que incide directamente en los fieles; todo sacerdote –diocesano
o religioso– sabe que la centralidad de su sacerdocio está en la
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SEGUNDA PARTE
73 Santo Cura de Ars, Amor y perdón. Homilías, Patmos, Madrid España, p. 157ss.
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1. ¿Qué es la Eucaristía?
117. La Eucaristía ha sido definida y nombrada de diversas
maneras a lo largo de la historia, desde los términos
83 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Homilías II, UCA Editores, San Salvador, El Salvador,
2011, p. 529.
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1) Momentos históricos
120. La historia de salvación del pueblo de Israel está
marcada por ciertos momentos históricos que sellaron su
identidad, momentos donde Dios se auto reveló como el
Dios misericordioso que escucha el clamor del oprimido:
Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de
Isaac y el Dios de Jacob. He visto la aflicción de mi pueblo en
Egipto, he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco
sus sufrimientos (Ex 3, 6-7). Donde se reveló como el Dios
salvador y liberador: He bajado para librarlo de la mano de
los egipcios y para subirlo de esta tierra a una tierra buena
(Ex 3, 8); Yo soy Yahvé, tu Dios, que te he sacado del país de
Egipto (Ex 20, 1). Y, que se reveló como el Dios con nosotros,
el Dios cercano que no abandona a sus elegidos: Estableceré
mi morada en medio de ustedes y no los rechazaré. Me pasearé
en medio de ustedes, y seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo
(Lv 26, 11-12). Momentos históricos que el antiguo Pueblo de
Dios no pudo olvidar, guardando de ellos un memorial que
le hizo esperar en tiempos mesiánicos con una finalización
escatológica.
121. La Iglesia, por su parte, desde sus inicios consideró
dichos momentos históricos como eventos preparatorios de
la Eucaristía, prueba de ello es que las primeras comunidades
asignaron a la Eucaristía, los nombres antes mencionados, o los
84 José Antonio Sayes, El Misterio Eucarístico. Historia Salutis. Biblioteca de Autores
Cristianos, 1986, Madrid, España, p. 3.
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96 Ibidem, p. 18.
97 Ídem, p. 21.
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2) Profecías
137. La Iglesia ha encontrado, además de las realidades
preparatorias, significativas profecías del Sacramento de los
Sacramentos; Malaquías es uno de los profetas portadores
de este anuncio. Los sacerdotes de su momento histórico
celebraban un culto que no agradaba a Dios: Traen ante mi altar
pan manchado y encima preguntan: ¿Con qué te manchamos?
Con pretender que la mesa del Señor puede ser despreciada,
que traer víctimas ciegas no es malo, que traerlas rengas o
enfermas no es malo. Ofrézcanselas a su gobernador, a ver
si le agradan y les muestra su favor (Mal 1, 7-8). Acción
desagradable a Dios que lo lleva a exaltar el culto que otras
naciones le ofrecen: Desde donde sale el sol hasta su ocaso es
grande mi fama en las naciones, y en todo lugar me ofrecen
sacrificios y ofrendas puras; porque mi fama es grande en las
naciones –dice el Señor Todopoderoso– (Mal 1, 11).
138. Palabras donde la Iglesia ha reconocido el nuevo culto
ofrecido a Dios en todas partes del mundo, un sacrificio puro
y santo, y cuya víctima es Jesús y son dirigidas a Dios en la
Plegaria Eucarística III: Santo eres en verdad, Padre, y con
razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu
Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida
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3) Figuras
141. La Iglesia también ha encontrado en el Antiguo Testamento
diversas figuras de la Eucaristía, el canónigo Gregorio
Alastruey en su tratado de la Eucaristía110 hace mención de
varias figuras de las cuales quiero retomar algunas. En primer
lugar, el Cordero pascual, al cual Alastruey privilegia sobre
otras figuras explicando la causa que lo lleva a determinarlo:
El cordero pascual prefiguraba este sacramento… porque
se comía con panes ácimos, según el Ex 12, 8: Comerán la
carne… con panes ácimos… porque era inmolado por toda la
multitud de los israelitas en la décimo cuarta luna, lo cual fue
figura de Cristo, llamado Cordero a causa de su inocencia…
porque con la sangre del cordero pascual fueron los israelitas
protegidos del ángel exterminador y sacados de la servidumbre
de Egipto; y por esto se pone el cordero pascual como principal
figura de este sacramento, en cuanto que representa al mismo
en todos su aspectos111.
142. Una explicación muy profunda, empero lo cierto es que
san Juan Bautista es quien le reconoce, en el Nuevo Testamento,
como el Cordero: He ahí el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo (Jn 1, 29); afirmación que el Catecismo de
la Iglesia comenta: Se deja contar entre los pecadores (Cf. Is
53, 12); es ya el “Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo” (Jn 1, 29); anticipa ya el bautismo de su muerte
sangrienta (Cf. Mc 10, 38; Lc 12, 50). Viene ya a “cumplir
toda justicia” (Mt 3, 15), es decir, se somete enteramente a
la voluntad de su Padre: por amor acepta el bautismo de su
110 Ilmo. Sr. Dr. D. Gregorio Alastruey, Tratado de la Santísima Eucaristía, Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid, España.
111 Gregorio Alastruey, Tratado de la Santísima Eucaristía, Biblioteca de Autores Cristianos
Madrid, España, p. 8.
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(1Re 19, 6-9)112. Son figuras menos conocidas, pero no por ello
menos importantes.
145. En conclusión, este estudio tipológico del Antiguo
Testamento nos ha servido para descubrir que la Eucaristía había
sido de algún modo revelada a Israel desde antiguo; y así debía
ser, como explica el canónigo Alastruey citando a Santo Tomás
de Aquino: Este Sacramento es especialmente un memorial de
la pasión de Cristo; y convenía que la pasión de Cristo, por
la cual nos redimió fuese prefigurada para que la fe de los
antiguos se encaminase hacia el Redentor113. Nosotros, como
pueblo de la nueva Alianza sabemos y tenemos certeza de que
la promesa ya ha sido cumplida; signo de este cumplimiento
y renovación de esa Alianza es la Eucaristía: Memorial de la
Nueva Pascua, Memorial de la Nueva Alianza y Memorial del
Santo Sacrificio que supera todos los sacrificios de la Antigua
Alianza; Sacrificio real y verdadero entregado por todo el
mundo y Banquete al cual son convidados hombres y mujeres
de todo el orbe; Cordero de Dios a cuyas bodas celestiales
hemos sido invitados; y Pan de vida eterna bajado del cielo.
De ser momentos históricos, profecías y prefiguraciones, son
nombres asignados al Sacramento de la Eucaristía.
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1) Figuras
147. Entre las figuras se sostiene que existen dos: La primera
es la multiplicación de los panes (cfr. Jn 6, 1-15) que en opinión
de todos los exegetas: está hecho bajo el influjo del lenguaje
eucarístico (y) está claro que Juan en este relato quiere evocar
ya la Eucaristía115. Las acciones de Jesús son las que ayudan a
los especialistas a llegar a esta conclusión: Tomar el pan, dar
gracias y distribuir a la muchedumbre sentada dejan entrever
un sentido y esquema eucarístico en el modo de narrar la escena
de la multiplicación de los panes116; un esquema similar al
presentado por los evangelios sinópticos al relatar la institución
de la Eucaristía, específicamente al relato del cáliz: Tomó una
copa (Mt 26, 27; Mc 14, 23; Lc 22, 20); dando gracias (Mt 26,
27; Mc 14, 23); se la dio (Mt 26, 27; Mc 14, 23). En cuanto al
pan faltaría la acción de “partir”, pero las restantes tres acciones
son parte del relato: Tomen, coman (Mt 26, 26; Mc 14, 22; Lc
22, 19); lo bendijo (Lc: dando gracias) (Mt 26, 26; Mc 14, 22;
Lc 22, 19); dándoselo a los discípulos (Mt 26, 26; Mc 14, 22;
Lc 22, 19); citas que muestran que el relato de la multiplicación
de los panes es figura de la institución del Sacramento.
148. El relato juaneo sobre la multiplicación de los panes no
es única, en los evangelios sinópticos el milagro es relatado
no una, sino dos veces en circunstancias distintas. El primer
relato es presentado por Mateo (14, 13-21); Marcos (6, 30-
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117 Maximino Arias Reyero, Eucaristía. Presencia del Señor, Vol. IX 2-2, CELAM, Santa
Fe de Bogotá, Colombia, 1997, p. 72.
118 Luis Maldonado, Eucaristía en devenir, Sal Terrae, Santander, España, 1997, p. 111.
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2) Signos
153. Han sido considerados signos de Jesús los milagros de
sanación de enfermos, la expulsión de demonios, la resurrección
de muertos, su predicación, entre otros; es cada vez mayor el
número de teólogos que piensan de esa forma, empero no son
los únicos signos. Las comidas de Jesús son también signos
de la presencia del Reino; sobre todo, para pecadores y grupos
marginados en la sociedad de su tiempo. Bien lo explica
Manuel Gesteira: Las comidas festivas se convierten para
Jesús en signo de la acogida gratuita y generosa de Dios para
con los pecadores, y por ello, en signo concreto de gracias y
de alianza nueva, de presencia del reino de Dios120.
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121 Luis Maldonado, Eucaristía en devenir, Sal Terrae, Santander, España, 1997, p. 65.
122 Ídem, p. 66.
123 Ídem, p. 62.
124 Maximino Arias Reyero, Eucaristía. Presencia del Señor, Vol. IX 2-2, CELAM, Santa
Fe de Bogotá, Colombia, 1997, p. 70.
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3) Acciones simbólicas
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1) Memorial
163. Al realizar nuestro estudio tipológico del Antiguo
Testamento concluimos que la Eucaristía es Memorial de la
Nueva Pascua, Memorial de la Nueva Alianza y Memorial del
Santo Sacrificio. Visto desde los escritos neotestamentarios,
la Eucaristía es un Memorial instituido por mandato de Jesús
por medio de las palabras: Hagan esto en memoria mía (Lc 22,
19); y que son repetidas doblemente por Pablo: Hagan esto en
memoria mía… háganlo en memoria mía (1Cor 11, 24-25).
Palabras con las que, de acuerdo con maestros como Sánchez
Caro, Jesús mandaba a los suyos la repetición del Sacramento
de la Eucaristía y que fueran fieles a su recomendación: El
significado de las palabras de Jesús es que los discípulos
deben repetir la Eucaristía, con todo lo que ella comporta de
gestos y palabras, en memorial de él, es decir, como memorial
objetivo, constituido por la misma celebración, de su persona
y misión128. El Catecismo de la Iglesia Católica lo expresa de la
misma manera: Si los cristianos celebran la Eucaristía desde
los orígenes y de forma, que, en su substancia, no ha cambiado
a través de la gran diversidad de épocas y de liturgias, sucede
porque nos sabemos que estamos sujetos al mandato del
Señor, dado la víspera de su pasión: Haced esto en memoria
mía (1Co 11, 24-25) (CIC 1356).
164. Sería “Memorial”, entonces, la primera definición de
Eucaristía que nos encontramos en el Nuevo Testamento,
no una definición elaborada, pero si en forma de mandato a
cumplir; de hecho, la Iglesia así lo reconoció desde su origen:
Desde el comienzo la Iglesia fue fiel a la orden del Señor (CIC
1342). Era sobre todo el primer día de la semana, es decir,
el domingo, el día de la resurrección de Jesús, cuando los
cristianos se reunían para partir el pan (Hch 20, 7). Desde
entonces hasta nuestros días la celebración de la Eucaristía se
ha perpetuado (CIC 1343). En los tiempos actuales, la Iglesia
128 José Manuel Sánchez Caro, Eucaristía e Historia de la Salvación, Biblioteca de Autores
Cristianos, Madrid, España, 1983, p39.
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4) Santa Misa
174. Finalmente, llegamos a un concepto que nos compromete
como cristianas y cristianos que somos: a hacer vida la
Eucaristía, concepto donde las anteriores definiciones son
incluidos como en una sumatoria: me refiero al de Santa Misa.
132 Dionisio Borobio, Eucaristía, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, España, 2005,
p. 41.
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134 Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Biblioteca Herder, Barcelona, España,
1969, p. 582.
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146 Jon Sobrino, Ignacio Martín Baró y Rodolfo Cardenal, La voz de los sin voz. La palabra
viva de Monseñor Romero, UCA Editores, San Salvador, El Salvador, 2007, p. 295.
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159 Jon Sobrino, Ignacio Martín Baró y Rodolfo Cardenal, La voz de los sin voz. La
palabra viva de Monseñor Romero, UCA Editores, San Salvador, El Salvador, 2007, p.
461.
160 Jon Sobrino, Ignacio Martín Baró y Rodolfo Cardenal, op.cit., p. 295.
161 Papa Francisco, Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate, n. 75.
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202. Qué distinto fue Jesús, salía a las periferias a toparse con
el dolor y la miseria compadeciéndose de ellos y muchas veces
sanándolos. Sobran los ejemplos: la curación de la hemorroísa
(Mt 9, 22); la resurrección de la hija de Jairo (Mt 9, 25); las
numerosas curaciones junto al lago (Mt 15, 34-36); la curación
de la mujer cananea (Mt 15, 28); y más casos que pudieran
mencionarse. En otras ocasiones, los evangelistas recogieron
momentos de la vida de Jesús durante los cuales lloró, por
ejemplo, lloró por la ceguera de Jerusalén: Al acercarse y ver
la ciudad, lloró por ella, diciendo: ¡Si también tú conocieras
en este día el mensaje de paz! (Lc 19, 41-42); lloró por Lázaro
y sus hermanas (cfr. Jn 11, 35). Jesús se condolía por los
enfermos, los hambrientos, excluidos y por los muertos; pero
también por los pecadores que no querían cambiar.
203. La reflexión de nuestro querido Monseñor Romero sobre
esta bienaventuranza es manifiesta en esta dirección: Dichosos
los que lloran. Lloran porque no tienen las alegrías mundanas
que otros tienen. Lloran también porque ven los pecados
del pueblo y piden perdón a Dios. Dichosos los que lloran
con estos sentimientos nobles porque ellos recibirán el más
grande de los consuelos: el que Dios perdona a su pueblo162.
Una bienaventuranza que él vivió a cabalidad, San Romero
fue alguien que lloró en su corazón el maltrato dado al pueblo;
justamente ese amor por los pobres lo condujo hasta el martirio,
pero también sentía tristeza y se condolía por los pecadores
ciegos que se negaban a la conversión.
204. Pocos días antes de su asesinato, en lugar de mostrar
miedo por las amenazas, se condolió por quienes así lo
amenazaban: Me da más lástima que cólera cuando me ofenden
y calumnian. Me da lástima de esos pobres cieguecitos que no
ven más allá de la persona… que sepan que no guardo ningún
rencor163. Dejándose traspasar por el dolor y llorando en su
162 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, “La Iglesia de las Bienaventuranzas”, Homilías II,
UCA Editores, San Salvador, 2008, p. 442.
163 Jon Sobrino, Ignacio Martín Baró y Rodolfo Cardenal, La voz de los sin voz. La palabra
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La Santa Misa llevada a la vida diaria
viva de Monseñor Romero, UCA Editores, San Salvador, El Salvador, 2007, p. 461.
164 Ibidem, p. 459.
165 Papa Francisco, Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate, n. 76.
166 Maximino Arias Reyero, op. cit., p. 121.
117
Carta Pastoral
167 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, “La Iglesia de las Bienaventuranzas”, Homilías II,
UCA Editores, San Salvador, 2008, p. 442.
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173 Jon Sobrino, Ignacio Martín Baró y Rodolfo Cardenal, La voz de los sin voz. La
palabra viva de Monseñor Romero, UCA Editores, San Salvador, El Salvador, 2007, p.
295.
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174 San Agustín, Obras Completas de San Agustín X, Biblioteca de Autores Cristianos,
Madrid, España, 1983, p. 74.
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179 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, “Cristo, centro y fin de toda la historia humana”,
Homilías II, UCA Editores, San Salvador, 2008, pp. 57-58.
180 Ídem, p. 57.
181 San Agustín, Obras Completas de San Agustín X, Biblioteca de Autores Cristianos,
Madrid, España, 1983, pp. 76-77.
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Carta Pastoral
182 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, “La Iglesia de las Bienaventuranzas”, Homilías II,
UCA Editores, San Salvador, 2008, p. 243.
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Carta Pastoral
186 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, “La Iglesia de las Bienaventuranzas”, Homilías II,
UCA Editores, San Salvador, 2008, p. 245.
187 Ídem, p. 245.
188 Santo Padre Francisco, Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate, n. 91.
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Carta Pastoral
a. La Didaché
242. No se sabe a ciencia cierta cuándo se redactó este escrito,
los especialistas lo sitúan entre los años 50, 70 o finales de
los noventas, después de Cristo190. Sea cual sea el año exacto,
quizá no sea tan necesario precisarlo, al menos saber que
pertenece al siglo I aporta pistas sobre el contexto durante el
cual fue escrito. Era el tiempo de la expansión del cristianismo
entre judíos y paganos, apenas se estaba consolidando la
189 Cfr.Daniel Ruiz Bueno, Padres Apostólicos y apologistas griegos (s. II), Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid, España, 2009, p. 43.
190 Cfr. Daniel Ruiz Bueno, op. cit., p. 74.
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Carta Pastoral
195 Ídem, n. I, 3.
196 Ídem, n. I, 5
197 Ídem, n. X, 6.
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198 En: Daniel Ruiz Bueno, “Carta a los Efesios”, n. XX”, Padres Apostólicos y
apologistas griegos (s. II), Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, España, 2009.
199 Ídem, n. XVIII.XXI.
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200 Daniel Ruiz Bueno, Padres Apostólicos y apologistas griegos (s. II), Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid, España, 2009, p. 43.
201 En: Daniel Ruiz Bueno, “Carta a los Tralianos”, n. VIII”, Padres Apostólicos y
apologistas griegos (s. II), Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, España, 2009.
202 En: Daniel Ruiz Bueno, “Carta a los Efesios”, op. cit., n. XIV.
203 En: Daniel Ruiz Bueno, “Carta a los Tralianos”, op cit., n. VIII.
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La Santa Misa llevada a la vida diaria
c. San Cipriano
254. Una centuria más tarde y tras un largo recorrido histórico
bajo persecuciones, los Padres de la Iglesia sin dejar de
lado la conceptualización de la Eucaristía como oblación y
sacrificio, radicalizaron la conceptualización de la Eucaristía
como conversión del hombre viejo, en una mujer y un hombre
nuevo detallando que esa conversión del hombre viejo
al nuevo consistía en convertirse en otro Cristo. En otras
palabras, consistía en que el ser humano lograra por medio
de la celebración y participación en la Eucaristía (Comunión
sacramental), su cristificación; o sea, ser otros cristos en su
vida, pasión, muerte y resurrección.
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Carta Pastoral
205 En: Daniel Ruiz Bueno, “La Reconciliación de los Lapsos, Carta LVIII”, n. I, Actas de
los mártires, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, España, 2012, p. 559.
206 En: Daniel Ruiz Bueno, “La Reconciliación de los Lapsos, Carta LVII”, n. II, op.cit., p.
555.
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La Santa Misa llevada a la vida diaria
207 En: Daniel Ruiz Bueno, “Carta LVII, n. II”, op.cit., p. 584.
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Carta Pastoral
260. San Juan Crisóstomo, por otra parte, fue Obispo cuando
la Iglesia gozaba de libertad para practicar abiertamente la
religión. Esa libertad había permitido que personas de los más
diversos estratos adoptaran el cristianismo. Había pues entre
ellos familias poderosas incluyendo la del Emperador; así como
familias pobres y familias hundidas en la miseria. El amplio
número de unos y otros llevó a Crisóstomo a conceptualizar
el sacramento de la Eucaristía de dos maneras distintas en
su forma, pero similares en su mensaje de fondo, ya que
tendían a proponer el Sacramento como lugar de encuentro,
de fraternidad, solidaridad, inclusión, misericordia, caridad,
entre otros. El objetivo del Obispo era que la comunidad de
Constantinopla que con tanto cuidado pastoreaba colocara la
Eucaristía como fundamento de su unidad, sus homilías son
testimonio fiel de dichas conceptualizaciones.
208 San Juan Crisóstomo IV, “Homilía XXIV”, Homilías sobre la Primera Carta a los
Corintios, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, España, 2012, n.5.
209 Ante todo, oigo que, al reunirse en la asamblea, hay entre ustedes disensiones, para que
se ponga de manifiesto quiénes son los auténticos entre ustedes… cuando se reúnen, pues,
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La Santa Misa llevada a la vida diaria
en común, eso no es comer la cena del Señor, porque cada uno come primero su propia
cena y mientras uno pasa hambre, otro se embriaga (1Cor 11, 18.21).
210 Luis Alonso Schökel, La Biblia de nuestro pueblo, p. 1827.
211 San Juan Crisóstomo IV, “Homilía XXVII”, op. cit., n. 2.
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Carta Pastoral
212 Ídem, n. 3.
213 San Juan Crisóstomo IV, “Homilía XXVII”, op. cit., n. 5.
214 San Juan Crisóstomo IV, “Homilía XXVIII”, op. cit., n. 1.
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La Santa Misa llevada a la vida diaria
e. San Agustín
268. El Obispo de Hipona no ejerció su episcopado en tiempos
de esplendor, Roma vivía los años de su decadencia provocada
no sólo por las constantes incursiones de pueblos barbaros
asolando sus territorios – suevos, vándalos, ostrogodos, alanos,
visigodos y hunos – sino por los gobernantes que alcanzaban el
poder gracias a la práctica de la intriga, la corrupción y de ser
necesario, el asesinato; a esta situación política y económica
tambaleante se suma un ambiente difícil de misionar, habían
distintas corrientes de pensamiento filosófico atrayentes para
las personas ávidas de escuchar novedades; y, por otra parte,
dentro del mismo seno de la Iglesia, las divisiones o herejías –
si se quiere – eran algo común.
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227 Santo Tomas de Aquino, Suma de Teología V, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid,
España, 2010, STh, II-II, q. 73, a. 3.
228 STh, III, q. 79, a. 2.
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v El Concilio Vaticano II
287. Los Padres Conciliares definieron la Eucaristía como:
Fuente y cumbre de toda la vida cristiana (LG 11). Una vida
que no termina al atravesar la puerta de la Iglesia. Si no que
ocupando la Eucaristía el lugar central en la vida de los fieles
laicos; y, por ende, de la Iglesia en general, debe dar frutos
en la sociedad en la que está inmersa: Esta celebración para
ser sincera y plena, debe conducir tanto a las varias obras de
caridad y a la mutua ayuda como a la acción misional y a las
varias formas de testimonio cristiano (PO 6). Sólo con una
actitud como esta (fe celebrada-fe vivida coherentemente),
los cristianos católicos podrán atraer a otros al seguimiento de
Cristo.
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Carta Pastoral
v Los Papas
290. Los Papas como cabeza visible de la Iglesia y del Colegio
episcopal también han hablado – y siguen hablando – al pueblo
de Dios, así como a todo hombre y mujer de buena voluntad
sobre el sacramento de la Eucaristía; pues, a través de ella,
Cristo se hace presente en el mundo y sigue posibilitando
a los miembros de su Iglesia ser otros cristos, anunciando
la Buena Nueva con palabras y testimonio de vida desde el
lugar que les cabe ocupar en la historia de la salvación. Justo
como explicaba el Papa San Pablo VI: Nuestro Salvador, en
la Ultima Cena, la noche en que él era traicionado, instituyó
el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, con el cual iba
a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrifico de la
cruz y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su
muerte y resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad,
vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a
Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la
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254 Maximino Arias Reyero, Eucaristía. Presencia del Señor, Vol. IX 2-2, CELAM, Santa
Fe de Bogotá, Colombia, 1997, p. 23.
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258 Mons. Luis Chávez y González, Cuarta Carta Pastoral: Urgiendo la Santificación del
Domingo y días festivos, 8 de septiembre de 1943, p. 4.
259 Mons. Luis Chávez y González, Octava Carta Pastoral: Por la santificación del hogar,
12 de septiembre de 1945, p. 3.
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270 Homilía tomada del libro: Mons. Oscar A. Romero, Homilías V, UCA Editores, 2008,
pp. 51-58.
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los valores del Reino que Dios quiere para que sus hijas e hijos
sean dignificados gracias a la construcción de una sociedad
impregnada del orden social cristiano. Pero esa sociedad sólo
puede ser construida por seres humanos cristificados.
340. Es hermoso como el Santo Padre Francisco explica
esta crisficiación: Si somos nosotros los que nos movemos en
procesión para hacer la comunión, nosotros vamos hacia el
altar en procesión para hacer la comunión, en realidad es
Cristo quien viene a nuestro encuentro para asimilarnos a él.
¡Hay un encuentro con Jesús! Nutrirse de la eucaristía significa
dejarse mutar en lo que recibimos. Nos ayuda san Agustín a
comprenderlo, cuando habla de la luz recibida al escuchar decir
de Cristo: «Manjar soy de grandes: crece y me comerás. Y tú no
me transformarás en ti como al manjar de tu carne, sino tú te
transformarás en mí» (Confesiones VII, 10, 16: pl 32, 742). Cada
vez que nosotros hacemos la comunión, nos parecemos más a
Jesús, nos transformamos más en Jesús. Como el pan y el vino se
convierten en Cuerpo y Sangre del Señor, así cuantos le reciben
con fe son transformados en eucaristía viviente. Al sacerdote que,
distribuyendo la eucaristía, te dice: «El Cuerpo de Cristo», tú
respondes: «Amén», o sea reconoces la gracia y el compromiso
que conlleva convertirse en Cuerpo de Cristo. Porque cuando
tú recibes la eucaristía te conviertes en cuerpo de Cristo272. Si
tomamos la Eucaristía no podemos más que transformar la
sociedad llevando a su seno la promoción humana y cósmica.
341. Pero como la nueva Alianza considera al cosmos,
debemos recordar que la Eucaristía es el Sacramento de la
promoción cósmica. Es el cosmos entero el que hay que cuidar
y salvar, porque el anti reino también tiene planes y proyectos
siniestros contra él; planes contra el cosmos que redundan en
un mal para la humanidad. Al agradecer al Padre por los dones
del pan y el vino recibido aprendemos que no tendremos nada
que ofrecer a Él si no cuidamos del cosmos; no habría pan, ni
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TERCERA PARTE
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v Agradece
348. María ha sido la primera en la humanidad que recibió a
Cristo, eso ocurrió en el momento de la Encarnación. En el texto
lucano, María alaba y agradece a Dios por haberla escogido
como madre del Salvador cuando pronuncia el canto conocido
como Magníficat: Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi
espíritu de alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los
ojos en la pequeñez de su esclava… Porque ha hecho en mi
favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre (Lc 1,
47-49). La dimensión de la Eucaristía como acción de gracias
es visible, María agradece al Señor, lo alaba por su poderosa
acción de encarnar a Dios Hijo en su vientre.
349. María, la joven doncella, dirige a Dios una alabanza,
ante el Misterio recibido se reconoce bienaventurada: Desde
ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada
(Lc 1, 48). Deberíamos espejarnos en María y sentirnos
bienaventurados cada vez que tomamos el Cuerpo y la Sangre
de Cristo, porque el milagro de la transustanciación sigue
siendo una obra grande de Dios, inmerecida por cada uno
de nosotros; su donación bajo las especies del vino y del pan
es pura gratuidad, no hay causa de merecimiento y aun así
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La Santa Misa llevada a la vida diaria
v Sale en misión
352. María no necesitó el ejemplo de los discípulos de Emaús,
quienes después de haber conocido a Jesús y comido con Él
salieron deprisa a buscar al resto de los discípulos para contarle
la buena nueva de que Jesús había resucitado. Cuando el arcángel
san Gabriel se marchó, salió apresurada a visitar a su prima santa
Isabel, llevaba la Buena Noticia en su vientre, ni una palabra
salió de la boca de María, su sola presencia con el Niño en su
seno bastó para llenar a Isabel del Espíritu Santo: En cuanto oyó
Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel
quedó llena del Espíritu Santo (Lc 1, 41). María no se apoltronó
en cama a gozarse de su dicha, dejando la comodidad de su casa
se va por veredas y caminos polvosos hasta llegar a casa de su
prima, comprendió que su misión era servir a los demás.
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v Se entregó de lleno
359. El sí de María fue un sí radical, los inconvenientes que
se fueron presentando conforme avanzaba su vida no la hicieron
retroceder, confiaba plenamente en Dios y la forma de llevar la
historia; por ello pudo entregarse al plan de Dios de lleno, en
primer lugar, no retrocedió ante el peligro de ser apedreada o
repudiada por estar encinta sin haber conocido varón, en silencio
habrá orado y esperado en el favor de Dios (cfr. Mt 1, 18-25).
Así ocurrió, Dios intervino y José la tomó por esposa.
360. En segundo lugar, María no se arrepintió ni protestó a
Dios cuando Simeón le advirtió: Este está puesto para caída y
elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción
–¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! – a fin de que
queden al descubierto las intenciones de muchos corazones
(Lc 2, 33-35). Duras palabras para una joven madre que alegre
sostiene en sus brazos al pequeño recién nacido, esperando
lo mejor para su futuro siguió entregada de lleno a la misión
confiada en sus manos de ser la Madre del Salvador.
361. En tercer lugar, pese a la incredulidad de sus propios
familiares, María no dejó de creer en Jesús y su misión; es San
Juan quien da testimonio: Es que ni siquiera sus hermanos
creían en él (Jn 7, 5). De María no dice nada sino de los
hermanos, es muy probable que María se preocupó cuando le
comentaron que Jesús estaba fuera de sí (cfr. Mc 3, 20-21);
pero al verle seguramente habrá comprendido que se trataba
de falsas acusaciones contra él. Se entiende que ninguno de
los evangelistas afirme que María no creyó, era lo contrario,
María se había entregado con fe desde la Encarnación y sabía
que cuanto ocurriera estaría bajo la sombra de Dios.
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274 Por supuesto que ya la había concretizado desde antes al vivir en perfecta comunidad con
su esposo San José y su hijo Jesús constituyendo el modelo de comunidad familiar ideal
para nuestras familias.
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su misión, por ello pudo gozar de las primicias del Reino desde
el aquí, remontándose en su Asunción a la Jerusalén celestial,
donde al final de los tiempos las bodas del Cordero tendrán
lugar y ella se sentará junto a su Hijo en el banquete celestial.
368. Sigamos el ejemplo de María, que la Eucaristía como
solidaridad sea hecha vida por nosotros, trabajemos como María por
agrandar la gran familia de Dios. La Eucaristía es la fuente que nos
da fuerza y nos impulsa a continuar adelante, no tengamos miedo,
oremos y contemplemos a Cristo Eucaristía para nunca olvidar sus
palabras: Que se amen unos a otros como yo los he amado: ámense
así unos a otros. En eso conocerán todos que son mis discípulos, en
el amor que se tengan unos a otros (Jn 13, 34-35).
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275 Congregatio de Causis Sanctorum, Beatificationis seu Declarationis Martyrii Servi Dei
Ansgarii Arnolfi Romero, Tipografía Nova Res s.r.l. Roma, 2014, p. 7.
276 Ibidem, p. 7.
277 Ídem, p. 2.
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278 Ibidem, p. 2.
279 Ídem, p. 2.
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285 Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Homilía de: “Fiesta de la Sagrada Familia, 31 de
diciembre de 1978” Homilías IV, UCA Editores, 2007, p. 126.
286 Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Homilía del: “Bautismo del Señor, 14 de enero de
1979”, Homilías IV, UCA Editores, 2007, p. 178.
287 Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Homilía: “Cristo, verdadero Rey-Pastor de todos los
pueblos, Decimosexto domingo del Tiempo Ordinario, 22 de julo de 1979”, Homilías V,
UCA Editores, 2008, p. 147
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293 Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Homilía de la: “Epifanía del Señor del 7 de enero de
1979”, Homilías IV, UCA Editores, 2007, p. 144.
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relaciones entre las personas de esta sociedad que pasa los 365
días del año desangrándose sin parar.
406. La esperanza de Romero la encontraremos como él nos
indica, en la Eucaristía, verdadero y único Sacramento de la
Esperanza, es de allí de donde debemos extraer fuerzas para
seguir trabajando por una paz verdadera, por la paz que sólo
Cristo puede dar. De esa forma seremos como Romero: Reflejo
del Sacramento de la Esperanza.
295 Daniel Ruiz Bueno, Padres Apostólicos y apologistas griegos (s. II), Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid España, 2009, p. 401.
296 Ídem, p. 400.
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297 Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Homilía: “Jesús, maestro de la verdadera religión,
Vigesimosegundo domingo del Tiempo Ordinario, 2 de septiembre de 1979”, Homilías
V, UCA Editores, 2008, p. 269.
298 Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Homilía “El Divino Salvador, carne para la vida del
mundo, Décimo sexto domingo del Tiempo Ordinario, 12 de agosto de 1979”, Homilías
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302 Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Homilía: “El don más grande de la Pascua es el
dinamismo del amor, Sexto domingo de Pascua”, Homilías VI, UCA Editores, 2007, p.
458.
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303 Justicia y Paz, “Principios”, Boletín de las Comunidades Rurales Cristianas, Asesinato
del Padre Rutilio: Vida y esperanza para la Iglesia. Año 6, N°63, marzo 1977, San
Salvador, El Salvador, p. 8.
304 AA.VV. XXX Aniversario P. Rutilio Grande. Palabra comprometida con los pobres,
Cuadernillo 19, Centro Monseñor Romero, UCA. San Salvador, El Salvador, 2007, p. 16.
305 AA.VV. XXV Aniversario Rutilio Grande. Sus Homilías, op. cit., p. 63.
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307 AA.VV. XXX Aniversario P. Rutilio Grande. Palabra comprometida con los pobres, op.
cit., p. 55.
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EXHORTACIÓN FINAL
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Deo gratias
IMPRESO EN
EL SALVADOR, C.A.
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