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Rosario de La Misericordia Ana Imprimir
Rosario de La Misericordia Ana Imprimir
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ven Espíritu Santo y llena los Corazones de Tus Fieles y enciende en ellos el fuego de Tu Amor, envía Señor
Tu Espíritu y se renovará la faz de la tierra; Oh Dios que instruiste los Corazones de tus fieles con la luz del
Espíritu Santo, haz que por ese mismo Espíritu conozcamos el Amor a la Divina Justicia, y llénanos para
siempre de Celestiales consuelos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Señor Mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero Creador, Padre y Redentor Mío, por ser Tu quien Eres y
porque Te Amo sobre todas las cosas, me pesa en el Alma de todo corazón el haberte ofendido, propongo
firmemente la enmienda de mis pecados, confesarme, cumplir la penitencia que me fuera impuesta, ofrezco
mi vida, obras y trabajos en sacrificio de mis pecados, así confío en Tu bondad infinita en que me perdonaras
y me darás gracia para enmendarme en Tu Santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
Señor abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza.
Acude Señor en mi Auxilio, apresúrate Señor a socorrernos.
En los Cielos y en la Tierra sea para siempre alabado, el Corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Dadles Señor el descanso eterno y luzca para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz. Así sea.
Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo hijo, Nuestro Señor
Jesucristo, en desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero. Amén.
Jesús aquí estoy para que me utilices como Tú desees. Jesús aquí estoy para inmolarme contigo y ser
agradable a Nuestro Padre Celestial. Jesús aquí estoy para que me ames y permitas que esta miseria
humana te ame, te adore, te alabe, y te glorifique eternamente, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Sangre y agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para la
humanidad, yo confío en Ti.
PRIMER MISTERIO.
En este misterio, nos ofrecemos víctimas junto con Tu Divino Hijo en desagravio por nuestros pecados y por
los del mundo entero; principalmente por aquéllos pecados de Soberbia y Avaricia; también te ofrecemos
nuestras enfermedades, nuestros dolores, nuestras angustias, nuestras alegrías, nuestras miserias, nuestros
trabajos y nuestras vidas, enfermedades incurables que sufrimos y también te ofrecemos las de todos
aquellos que están hospitalizados, de los que van a ser operados en este día, en esta noche. De las madres
que van a dar a luz, de todos los heridos, de los que están confinados a una cama, en una silla de ruedas, en
muletas o arrastrándose, de todos los ciegos, de los que están perdiendo la vista, de todos los ancianos que
no tienen que comer, que no tienen que vestir, que no tienen hogar, que están enfermos; de todos los presos
hombres, mujeres y niños, de todas aquellas familias que sufren las consecuencias de las guerras, de las
inundaciones, de los terremotos, tragedias, de todos aquellos niñitos huérfanos, desamparados, abandonados,
que sufren desnudes, que sufren opresión por parte de sus padres o de otras personas, que sufren la
separación de sus Padres. Todo esto te ofrecemos en desagravio por los pecados de la humanidad, por la
conversión de las almas a Ti consagradas que andan mal, por todos aquellos que han perdido la confianza en
Ti , has que regresen a Ti para que no se pierdan; por todos los Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y ministros,
consérvalos en tu Santo servició y líbralos del mal, por las vocaciones Sacerdotales, danos Sacerdotes santos
que sepan gobernar tu Santa Iglesia, por los misioneros has que sea fructífera su labor, por la paz del mundo,
por nuestro Santo Padre el Papa, por las faltas de nuestro propio corazón, de nuestras familias, hermanos,
amigos, parientes, conocidos, bienhechores, compadres, ahijados, por todos los Siervos de la Divina
Misericordia, por todos los Siervos del Divino Amor y por toda la Jerarquía Eclesiástica, danos a todos tu
gracia para que por medio de ella, nos arrepintamos por todo lo que hemos ofendido, humildemente
imploramos tu misericordia y así salves nuestras almas.
Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo, por tu Divina Misericordia y por la
intercesión del Corazón Inmaculado de María Santísima, te lo pedimos Señor.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
¡Dios te Salve!, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, ¡Dios te Salve!, a Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Eah
pues!, Señora y abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡Oh clemente!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro
Señor Jesucristo. Amén.
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios,
luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado; de la misma naturaleza del Padre por
quien todo fue hecho, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajo del cielo y por obra del
Espíritu Santo, se encarno de María la Virgen y se hizo hombre y por nuestra causa fue crucificado en tiempos
de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado y resucito al tercer día según las escrituras y subió al cielo y está
sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no
tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el
Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria y que hablo por los profetas. Creo en la Iglesia que es una,
Santa, Católica y Apostólica, confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados, espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
(Con un rosario Mariano se repite esta invocaciones y jaculatorias después de cada misterio)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los
siglos. Amén.
Dale señor el descanso eterno. Y luzca para ellos la luz perpetua.
Descansen en paz, así sea.
Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo hijo, nuestro Señor
Jesucristo, en desagravio por nuestros pecados, y por los del mundo entero. Amén.
SEGUNDO MISTERIO.
En este misterio nos ofrecemos Víctimas, junto con Tu Divino Hijo en desagravio por nuestros pecados y por
los del mundo entero. Principalmente por aquéllos pecados de lujuria y de ira y también te pedimos por todos
aquellos hermanos que están agonizando en estos momentos, que están entregando la cuenta de su vida.
Ten misericordia de ellos. Te pedimos por todos aquellos que vayamos a morir en este día, principalmente
aquellos que estemos en peligro de perderte, danos a todos tu gracia para que por medio de ella nos
arrepintamos de lo que te hemos ofendido, humildemente imploremos tu Misericordia y así salves nuestras
almas. Te pedimos por el eterno descanso de las almas del purgatorio principalmente por nuestros familiares
y por todos aquellos que nadie pide por ellos, sácalos de su calvario y llévalos a gozar de Tu Santa Gloria.
Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo, por Tu Divina Misericordia y por
Intercesión del Corazón Inmaculado de María Santísima. Te lo pedimos Señor.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
TERCER MISTERIO.
En este misterio nos ofrecemos víctimas junto con Tu Divino Hijo, en desagravio por nuestros pecados y por
los del mundo entero, principalmente por aquellos pecados de Gula y Envidia, y también te pedimos por la
conversión de los herejes, cismáticos, ateos, judíos, masones, comunistas, de los desesperados, de todos
aquellos hermanos separados de la Iglesia, reúnenos a todos para que seamos un solo rebaño, bajo un solo
Pastor, te pedimos por aquellos que están a punto de suicidarse. Ten misericordia de ellos. Te pedimos por
todos aquellos que te odian, que te aborrecen, que te maldicen, que te ultrajan, nosotros te amamos por ello y
te pedimos que nos des a todos tu Gracia para que por medio de ella nos arrepintamos de todo lo que te
hemos ofendido, humildemente imploremos tu misericordia y así salves nuestras almas. Te pedimos por las
autoridades civiles, militares, y religiosas, dales un corazón bueno sencillo prudente y sabio para que
gobiernen al mundo según tu Corazón. Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo,
por Tu Divina Misericordia y por Intercesión del Corazón Inmaculado de María Santísima. Te lo pedimos
Señor.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
CUARTO MISTERIO.
En este misterio, nos ofrecemos víctimas junto con Tu Divino Hijo en desagravio por nuestros pecados y por
los del mundo entero, principalmente por aquellos pecados de Pereza, Vanidad, Impureza y te pedimos por
todos aquellos que no te conocen, permite que llegue hasta ellos la luz de tu Santo Evangelio para que te
conozcan, te amen, te adoren te den su corazón, te pidan perdón por lo que te han ofendido y así salven sus
almas. Te pedimos por los rateros, asesinos, secuestradores, terroristas que no tienen compasión de sus
víctimas, por todos aquellos padres de familia que matan a sus hijos; por las prostitutas, por los adúlteros, por
todos los pecadores de homosexualidad, por todos aquellos hermanos que viven alejados de Tí, por todos los
que propician el aborto, por todos los que manejan vehículos marítimos, terrestres, y aéreos, por los
estudiantes, por los viajeros, por los profesionistas, por los trabajadores en general; especialmente te pedimos
por aquellas familias que no tienen que comer, que vestir que no tienen hogar, que están enfermos, que no
tienen trabajo, socórrelos Señor para que no desfallezcan de hambre, y de miseria y danos a todos tu gracia
para que por medio de ella nos arrepintamos de lo que te hemos ofendido, humildemente imploremos tu
misericordia y así salves nuestras almas. Mira que te lo pedimos por la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo,
por Tu Divina Misericordia y por Intercesión del Corazón Inmaculado de María Santísima. Te lo pedimos
Señor.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Señor Mío Jesucristo, te doy gracias por tu inmenso amor, porque nos has permitido entrar a Tu Corazón, y
morar en él, porque has fundido nuestro Corazón al Tuyo y porque solo vivimos con Tu propio Corazón, por
eso queremos aclamar al Dios Santo y Eterno.
Padre Celestial que eres Dios. Te amo, te amo, te amo.
Hijo Redentor del mundo que eres Dios. Te amo, te amo, te amo.
Espíritu Santo que eres Dios. Te amo, te amo, te amo.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios. Te amo, te amo, te amo.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los
siglos. Amén.
Rezamos un Padre Nuestro al Sagrado Corazón de Jesús, para que si tiene a bien damos un buen día, nos
de permiso de amanecer; a todos los de la familia que andamos fuera de nuestra casa, nos libre de los
peligros tanto materiales como espirituales. Así nos lo conceda.
Nos unimos a la intención de la Santísima Virgen María y te damos infinitas gracias porque nos has
conservado la vida y nos has dado Tu gracia, te pedimos que nos asistas en el último momento y nos
concedas perseverar hasta el fin. Te pedimos que nos concedas el Don del Latido.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena de Gracia, el Señor es contigo, bendita Tu entre las mujeres y Bendito el fruto de tu
vientre Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los
siglos. Amén.
Jesús, José y María. Les doy el Corazón y el Alma Mía.
Jesús, José y María. Asísteme en mi última agonía.
Jesús, José y María. Contigo descansa en paz el Alma Mía.
(Se dice y se contesta tres veces)
Sagrado Corazón de Jesús. En Tí Confío.
Santa María Reina de México. Salva nuestra Patria y conserva nuestra Fe.
Corazones de Jesús y María. Sean ustedes la Salvación nuestra.
Tu Divina Providencia se extienda a cada momento. Para que nunca nos falte Tu Gracia, paz, casa, vestido y
sustento.
Tu Divina Providencia se extienda a cada momento. Para que nunca nos falte Tu Gracia, paz, casa, vestido y
sustento. Y a la hora de la muerte, el Divino Sacramento.
ORACION.
Oh Jesús, yo te pido humildemente me concedas la gracia de salvar una alma por cada latido de mí Corazón,
unido a los latidos del Tuyo y a los del Corazón Inmaculado de María Santísima, Te lo suplico por Tu
Preciosísima Sangre y por Tu Divina Misericordia. Amén.
ORACION.
Oh Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de compasión no tienen limite, míranos con Tu favor y
aumenta Tu Misericordia dentro de Nosotros, para que en nuestras ansiedades no desesperemos, sino que
siempre con gran confianza, nos conformemos con Tu Santísima Voluntad, la cuál es igual que Tu
Misericordia, por Nuestro Señor Jesucristo Rey de Misericordia quien Contigo y el Espíritu Santo, manifiesta
Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén.
VISITA NOCTURNA.
Quédate con nosotros Señor esta noche, quédate para adorar, alabar y dar gracias por nosotros mientras que
dormimos, para hacer que baje del cielo Tu misericordia sobre el mundo, para socorrer desde los
Tabernáculos de la tierra, a las almas que padecen en el purgatorio su prolongada noche de sufrimientos y
penas, quédate con nosotros Señor, para apartar la justa ira de Dios de nuestras populosas ciudades, cuyas
densísimas nubes de vicios y crímenes claman venganza al cielo, quédate con nosotros Señor, para guardar
a los inocentes, para sostener a los tentados, para levantar a los caídos, para subyugar el poder del demonio,
para impedir el pecado, quédate con nosotros Señor para confortar a los que sufren, para bendecir a los que
yacen en el lecho del dolor, para dar contrición a los que mueren, para recibir a las miles de almas que se
presentarán ante Ti para ser juzgadas, ¡Oh buen pastor!, quédate con tus ovejas, defiéndelas de los peligros
que las rodean y amenazan, pero sobre todo quédate con los que sufren y los agonizantes, danos una noche
tranquila y un fin perfecto, se nuestro misericordioso Padre hasta lo último, para que sin temor podamos
aparecer delante de Ti como nuestro Juez, quédate con nosotros Señor, en el corazón de todos los aquí
presentes. Así sea.
Todos diremos:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Todos diremos:
Líbranos Señor de todo mal.
Líbranos Señor de todo mal.
Líbranos Señor de todo mal.
Guía: Jesús ten piedad de mí
Todos: Jesús ten piedad de mí
G: Jesús sáname
T: Jesús sáname
G: Jesús sálvame
T: Jesús sálvame
G: Jesús libérame
T: Jesús libérame
Todos diremos:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Líbranos Señor de todo mal.
LA SALVE:
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia. Vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve. A Ti llamamos
los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora,
abogada nuestra vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a
Jesús, fruto bendito de Tu vientre, ho clemene, ho piadosa, oh dulce Virgen María: Ruega por nosotros, Santa
Madre de Dios, Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Conjugando las revelaciones que Jesús hizo a estas tres almas es que surge esta Coronilla
Se reza con las cuentas de un Rosario tradicional.
OREMOS:
JACULATORIA DE INTRODUCCION:
"Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, en tí
confío". (3 veces al iniciar)
PADRE NUESTRO:
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden; no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del Mal. Amen.
AVE MARÍA:
Dios te salve María, llena eres de Gracia, El Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito
es el fruto de tu vientre, Jesús.
-Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
CREDO:
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de
Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del Cielo, y por
obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue Crucificado
en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al
Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a, vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los Profetas.
"Padre Eterno, te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadisimo Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, en unión con las Misas celebradas hoy en todo el mundo, por las Benditas Almas del Purgatorio, y por los
pecados y pecadores del mundo entero."
"JESUS, MARIA OS AMO, SALVAD ALMAS". (10 veces en cada una de las 5 decenas)
¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente los 'hijos de Dios',
concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra
hora. Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los méritos de todos los Santos, abre tu
Reino a sus espíritus.
¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu
Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro dolor librando de las penas a quienes amamos
hasta más allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de
quienes perdimos.
Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los
difuntos que expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos: 'He aquí que la paz se abre para
vosotros'.
Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que vuestras oraciones sean para nosotros el beso que
añoramos, y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato Paraíso con los Santos, protegednos
amándonos en la Perfección, unidos a nosotros por la invisible, activa, amorosa Comunión de los Santos,
anticipo de la perfecta reunión de los 'benditos' que nos concederá, además de gozarnos con la visión de Dios,
el encontraros como os tuvimos, pero sublimados por la gloria del Cielo".