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Puntos Clave en Medicina Interna IV. 2018
Puntos Clave en Medicina Interna IV. 2018
1. Diarreas.
2. Estreñimiento.
3. Enfermedad por reflujo gastroesofágico.
4. Úlcera péptica (UP) gastroduodenal.
Es un estado que supone la pérdida de continuidad de la mucosa
gástrica y/o duodenal que se extiende a través de la muscularis
mucosae cuando la acción corrosiva del ácido y la pepsina, superan
los mecanismos de defensa de la mucosa.
La prevalencia de la úlcera péptica se estima entre el 5% y el 10%
de la población general.
Las duodenales son más frecuentes en la primera porción del duodeno
(bulbo duodenal).
Las gástricas se localizan con mayor frecuencia en la región antral.
Etiología:
Helicobacter pylori: responsable de al menos el 50% de todos
los casos de úlcera péptica y de la mayoría de los casos que no
se deben a AINEs. La causa más frecuente de úlcera péptica
duodenal es la infección por H. pylori, responsable del 95% de
las duodenales y del 70 - 80% de las gástricas.
AINEs y ASA de consumo crónico: responsable del 15 al 25%
de los casos.
Gastrinoma (tumor secretor de gastrina): responsable de
menos del 1% de los casos.
El tabaquismo duplica el riesgo de UP, retrasa la cicatrización y
promueve la recidiva y es la causa más frecuente de la refractariedad
al tratamiento.
El tabaquismo puede actuar por varios mecanismos: aumento del
vaciamiento gástrico, disminución de la secreción pancreática de
bicarbonato, alteración del flujo sanguíneo o disminución de la síntesis
de prostaglandinas.
Aunque el alcohol a altas concentraciones y el estrés pueden provocar
el desarrollo de lesiones agudas de la mucosa gastroduodenal, no se
ha demostrado que sean factores de riesgo para el desarrollo de
úlceras crónicas.
El término de úlcera refractaria hace referencia a la úlcera duodenal
que no ha cicatrizado en ocho semanas, o a la gástrica que no lo ha
hecho en 12 de tratamiento médico correcto.
Cuadro clínico:
Epigastralgia que aparece entre una hora y media a tres horas
después de las comidas y que se alivia con la ingestión de
alimentos o con antiácidos/antisecretores.
Síntomas dispépticos (acidez, meteorismo, eructos,
distensión abdominal, sensación de plenitud gástrica,
digestiones lentas).
Náuseas y vómitos.
Sangrado digestivo alto.
Anemia crónica.
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Complementarios:
Endoscopia digestiva alta (gastroduodenoscopia): método
de elección para el diagnóstico, que debe acompañarse de
biopsias de la lesión en las úlceras gástricas para descartar
cáncer gástrico ulcerado.
En las úlceras gástricas, es obligatorio la realización del
estudio endoscópico, una vez concluido el tratamiento y de
persistir la lesión ulcerosa, se debe, repetir la biopsia para
descartan cáncer gástrico.
Las úlceras duodenales casi nunca son malignas y no
requieren una nueva endoscopia al concluir el tratamiento,
salvo que persistan los síntomas.
Rx de estómago y duodeno: no detectan las úlceras pequeñas
y no permite la realización de estudios para establecer la
etiología.
Investigaciones invasivas para el diagnóstico de la infección por
Helicobacter pylori: se realizan mediante la endoscopia.
Test rápido de ureasa.
Estudio histopatológico de la biopsia con tinción de Giemsa
modificada.
Cultivo de tejido obtenido por biopsia. El diagnóstico de
certeza de la infección por Helicobacter pylori es el
aislamiento en medios de cultivo de la bacteria.
Investigaciones NO invasivas para el diagnóstico de la infección
por Helicobacter pylori:
Test del aliento con urea marcada con carbono (C13, C14):
prueba no invasiva más sensible y específica (95%) y que
por lo demás es de elección para confirmar la erradicación
de la infección.
Anticuerpos séricos frente a Helicobacter pylori: prueba más
económica pero menos sensible (85%) y específica (79%).
Puede ser positiva hasta 18 meses después de la erradicación.
Antígeno de Helicobacter pylori en heces fecales: sensibilidad
(91%) y especificidad (93%) y es útil para confirmar la
erradicación.
Tratamiento:
Independientemente de la etiología el aspecto fundamental del
tratamiento es la supresión de la secreción ácida del estómago.
Las UP duodenal requieren tratamiento de hasta 8 semanas y
las gástricas de 12 semanas.
Tratamiento de la UP gastroduodenal por Helicobacter pylori.
La pauta depende del grado de resistencia localmente a los
antimicrobianos.
El tratamiento erradicador tiene como objetivo fundamental
evitar las recurrencias de la enfermedad ulcerosa.
Tripleterapia:
Constituye el régimen estándar o de primera línea.
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Complicaciones:
Hemorragia digestiva alta.
Síndrome pilórico.
Perforación y peritonitis.
Penetración en páncreas, hígado, etc.
5. Síndrome de Zollinger-Ellison.
6. Hepatitis viral.
7. Hígado graso y esteatohepatitis.
8. Cirrosis hepática.
Se define histopatológicamente como una alteración difusa del
parénquima hepático caracterizada por una fibrosis hepática intensa
junto con áreas nodulares de hepatocitos, de tamaño variable,
denominadas nódulos de regeneración.
Generalmente es una enfermedad irreversible.
Enfermedad grave que se acompaña de una alta morbilidad y
mortalidad.
Cirrosis compensada: es asintomática o produce síntomas
inespecíficos.
Cirrosis descompensada: se acompaña de gran variedad de
complicaciones.
Predispone al desarrollo de carcinoma hepatocelular.
Se halla entre las diez primeras causas de muerte en personas adultas
en todo el mundo.
Según datos del anuario estadístico, 2017, en Cuba es la 9na causa
de muerte en todas las edades.
Etiología:
Consumo excesivo de alcohol: se considera que la ingesta
de alcohol necesaria para desarrollar una cirrosis es de 1 g de
alcohol/kg de peso y día durante períodos prolongados de
tiempo (en general, superiores a 10 años).
Virus de la hepatitis C (VHC)
Virus de la hepatitis B (VHB)
Virus de la hepatitis D (VHD)
Esteatosis hepática no alcohólica
Cirrosis biliar primaria y secundaria
Hemocromatosis
Hepatitis autoinmune
Enfermedad de Wilson (anillo de Kayser-Fleischer)
Colangitis esclerosante primaria
Cirrosis cardiaca (ICC)
Déficit de α1-antitripsina (se asocia a EPOC)
Fármacos (metotrexato, α-metildopa, amiodarona) (causas
raras)
Cirrosis criptogénica
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Cuadro clínico:
Depende de si se encuentra compensada o
descompensada y de la causa de la cirrosis.
En sentido general se manifiesta por los siguientes síndromes:
Insuficiencia hepática
Ictérico
Hipertensión portal
Ascítico
Cirrosis compensada (Child-Pugh A):
Asintomática y no presentar ninguna alteración analítica
Astenia y/o anorexia ligera
En muchos casos se diagnostica de forma casual al
descubrir la existencia de signos sugestivos en la
exploración física (arañas vasculares, eritema palmar,
circulación colateral abdominal)
Otras veces se diagnostica por alteraciones analíticas
del perfil hepático, marcadores serológicos positivos de
los virus de la hepatitis o alteraciones ecográficas típicas
en exploraciones realizadas por otros motivos
Cirrosis descompensada (Child-Pugh B - C):
Se presentan complicaciones clínicas: hipertensión
portal, hemorragia digestiva alta, ictericia, ascitis,
encefalopatía hepática, peritonitis bacteriana
espontánea, síndrome hepatorrenal, síndrome
hepatopulmonar, hepatocarcinoma.
La forma más frecuente de presentación de la
cirrosis descompensada es la ascitis y los edemas.
La insuficiencia hepatocelular intensa se acompaña de
ictericia.
Hemorragia digestiva por varices esofágicas o
gastropatía hipertensiva
Encefalopatía hepática: asterixis, bradipsiquia,
alteraciones de conducta, alteraciones del sueño y coma
Infecciones bacterianas (peritonitis bacteriana
espontánea)
El diagnóstico de peritonitis bacteriana espontánea se
realiza por la presencia de neutrófilos > 250/mm 3 en el
líquido ascítico y se acompaña de una presencia de
proteínas y LDH bajas con glucosa similar a la
plasmática
Desnutrición y la atrofia muscular
Miocardiopatía cirrótica: manifestaciones clínicas de
insuficiencia cardíaca
Síndrome hepatopulmonar: hipoxemia en condiciones
basales, que empeora en ortostatismo (ortodeoxia)
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