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LA SELVA DE LOS SIMBOLOS


Aspectos del ritual ndembu

por

VICTOR TURNER

siglo
veintiuno
editores
1. SIMBOLOS EN EL RITUAL NDEMBU *

La importancia del ritual en la vida de los poblados ndembu ·


de Zambia (antes Rodesia del Norte), en 1952, resultaba asom-
brosa. En cualquier pequeña vecindad era difícil pasar una
semana sin oír batir algún tambor ritual en uno u otro de sus
poblados.
Entiendo por ritual una conducta formal prescrita en oca-,
siones no dominadas por la rutina tecnológica, y relacionada con 1
la creencia en seres o fuerzas místicas. El'. síwbqlo~es la más l
pequeña unidad del ritual que todavía conserva las propieda"
des específicas de la conducta ritual; es la unidad última de es~
tructura específica en un contexto ritual. Dado que este ensayo
es básicamente una descripción y un análisis de la estructura ':/
las propiedades de los símbolos, por el momento bastará· que
digamos, con el Concise Oxford Dictionary, que un «Símbolo»
., es una cosa de la que, por general consenso, se piensa qúe ·ti-
pifica naturalmente, o representa, o recuerda algo, ya sea por1a ·
posesión de cualidades análogas, ya por asociación de hecho o ;
de pensamiento. Los símbolos que yo observé sobre el terreno
eran empírieamente objetos, actividades, relaciones, aconted-
mientos, gestos y.unidades espaciales en un contexto ritual.
Siguiendo el consejo y el ejemplo de la profesora Mónica
Wilson, yo pedí a los ndembu, tanto a los especialistas religio-
. sos como a los simples fieles, que interpretaran los símbolos de
su ritual. Como resultado de ello obtuve un importante mate-
rial exegético. Me pareció que era metodológicamente importan-
te -por razones que en seguida se verán- mantener sepa-
rados los materiales de la observación y los de la interpreta-
ción/ Me encontré también con que no podía analizar los sím-
bolos rituales sin estudiarlos en una secuencia temporal en su
relación con otros. acontecimientos, porque los símbolos están
* Leído en marzo de 1958, en una reunión en Londres de la Association
of Social Anthropologists of the Commonwealth. Publicado por primera
vez en Closed systems and open minds: The limits of naivety in social
science, M. Gluckman (ed.) (Edimburgo: Oliver and Boyd, 1964).

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Símbolos en el ritual ndembu
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ción, que es ocasión de otro ritt;al menos, elaborado. Efectiv~­
esencialmen~e implicados en el proceso social. Ast Uegué.a rnente, el tema central del nka11;g a es el VInc:D-~ de la ~~ctap.cia
la_s__c;_e_leln:aqopes __ri_tuales como fases _§specíficas de los entre l¡;¡. madre y el hijo, no el vmculo del nqcumento. Este tema
s~~Qc:ial~~ por ios que los grupos llegaban a ajustarse a sus
d~ fa lactancia se expresa en el nkang'a por varios símbolos su-
cambios internos, y a adaptai·se a su medio ambiente. -En - plementarios indicativos Yiel acto de la alirnentac~ón y de la _ma-
persp-ecti'va, el símbolo ritual se convierte en un factor de la ac- teria de los alimentos, En tercer lugar, las mujeres descr~?en
ción social, una fuerza positiva en un campo de actividad. El el árbol de la leche COÍnO «el árbol de una madre Y de SU hiJO».
\ s~bolo vi~ne a asociarse a los humanos intereses, propósitos, Aquí el referente se ha desplazado de !ª
descrip~ión de un acto
. i fines,· medios, tanto si éstos están explícitamente formulados biológico, el amamantamiento, a. un vmcul~ s?cial de profunda
1
Vcomo si han de inferirse a partir de la conducta observada. La importancia tanto para las relac10nes dom,es~icas con:o para la
{ estructura y las propiedades de un símbolo son las de una en- estructura de la sociedad ndembu. Este últrmo s~ntido se ex-
¡ tidad dinámica, al menos dentro del contexto de acción ade- presa con la mayor claridad en un _texto que recogi de un espe-
, ct.¡.ado. cialista ritual varón. Lo traduzco literalmente:
El árboi de la Jeche es el lugar de todas las madres del linaje (ivumu,
literalmente ,;matriz» o «estómago»). Representa a la_ :mtepasada de mu-
ESTRUCTURA Y PROPIEDADES DE LOS SÍMBOLOS RITUALES jeres y hombres. El árbol de la leche es don~e dunmo nues~~a an~epasa-
da cuando fue iniciada. Una antepasada despues de otra di:rrmo aqlll h::i:sta
'\1 ·r- . -
-(),,...) ¡!:-.tt_~~t~c~ura y__l~s,_,P.r<:>p_1ec:l~ci~s de. los símbolos rituales pue-
nuestra abuela, basta nuestra madre, hasta noso~r?s rrusmos los hiJOS.
Este es el lugar de n~stra costumbre tribal (muchzdz) 1, donde empe~amos
/", ~.... · d?n deduc~rs~ a partrr de tres c:.la~es de datos: J) forma externa incluso nosotros los hombres, porque a los hombres se les hace la circun- _
., __ Í. •. ,Y;C<tracte:1s.ticas ob_s:rvables; t7) mterpretaciones ofrecidas por cisión bajo un árbol de la leche. -
¡ ?: lo~ espec1ahsta,s_reljg1osos }':por los simples fieles; '3) contextos
Este texto resalta claramente los sentidos. del árbol de la le~he ::-·:
• - 1 ~i11nific~tivos _en gran parte elaborados por el antr~pólogo. ·
-.. · :D~re un ejemplo. En el r¡.kang'a, el ritual de la pubertad de que se refieren a los principios y a los valo~~s de 1~ orgamza- : ·
las mu~hachas, la novicia, envuelta en una manta, yace al pie ción social. A determinado nivel de abstraccion, ~l arbol de la~­
• d.t! un vastago de mudyi. El árbol mudyi, Diplorrhyncus condylo- leche está por la matri!~lidad 1• el principio de~ ~ue ~epende :
·. · carpan, es notable por su látex blanco, que exuda en gotas le-. la contmüídiéldela-sociedad ndembu. La matnlmeahdad go-
~ . , . C:PO!;;as cuando se araña su delgada corteza .. Para los ndembu bierna la sucesión en los cargos y la herencia de la propiedad, e
ésta. es la más. importan,te de sqs características observables, po; mv'iste con los derechos dominantes de residencia en. las uni_da- ·
lo que a parnr de aqm me propongo llamarlo «árbol de la le- . des locales.i Más que cualquier otro principio de la orgamza-
ción social, la matrilinealidad confiere orden y es~ructura a la -
1

fC che»: La mayoryarte de las mujeres ndembu atribuyen varios


vida social ndembu. Sin embargo, según este mismo te~to. Y
. -~ 1 - sentidos a este arbol. En primer lugar, dicen que el árbol de la

\ ~le.:c]"¡.e e~ el .«más, anciano» (mukulump.i) del ritual. CaciIUiPQ de


según otros muchos inform~s q1:1e pude. re~~ger, el mudyt sig:
~ntµal tiene su simbolo «más anciano», al qµe_ yo/voy .a llamar nifica más que la matrilinealldad. Sigmfica la cost~bre
«dominante». Esos símbolos constituyen una clá'se especial de tribal (muchidi wetu) en sí misma. El principio de la matrilinea-
l~ ~ue luego me ocuparé más extensamente. Aquí b§J.Sta con an-
lidad piedra an!!ular de la organización social ndembu, como
ticipar que !os símbolos dominantes no son _cons)cferados como un eÍemento de ia estructura semántica del árbol de la leche,
meros _IJ:l~_<:hps para el cumplimiento de los propósitos expre- simboliza en sí mismo el sistema total de las interrelaciones
sos de un ntual determinado, sino también, y esto es más im- entre los Q"I"Upos y las personas que componen la soc~edad ndem-
portante, se refieren a valores que son considerados como fines bu. AÍgun°os de los sentidos de los símbolos más impor~ant~s
en ~í. ~ismos, es dec:ir, _a valores axiomáticos. En -segundo lugar, f pueden ser ellos mismos símbolos, cada ~o con su pro~1? sis-
refinen,dose a sus caractetisticas obsenrables, las mujeres dicen ¡. tema de sentidos. Así, al más elevado mvel de abstracc10n, el
q).le el arbol de la leche está por la leche humana y también por , árbol de la leche está por la unidad y la continuidad de la so-
l~~ pechos que la producen. Este significado lo ponen en rela- l
e.ion con el hecho de que el nkang'a se celebra cuando empiezan r 1 Muchidi quiere decir también «categoría», «género», «especie» Y «tribu».

a formarse los pechos de fa niña, y no con su primera menstrua- f;


¡

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Victor Turner ~ Símbolos· en el ritual ndembu 25
ciedad ndembu. Hombres y mujeres son componentes de _es_e ;• dominantes tienden a convertirse en focos de interacción. Los
continuo espacio-temporal. Tal vez por esto un ndembu instrui: · · ITTUpos se movilizan en torno a ellos, celebran sus cultos ante
do, tratando de tender un puente entre nuestras dos culturas, ;nos, realizan otras actividades simbólicas cerca de ellos ~· con
me explicaba que el árbol de la leche era como la bandera bri- frecuencia, para organizar santuarios compuestos, les anade:1
tánica que ondeaba sobre los edificios de la administración. «El otros. objetos simbólicos. Habitualmente, esos grupos de Par_1:1:_-
mudyi es nuestra bandera», me dijo. . cipantes representan ellos también importantes componentes
Al hablar del simbolismo del árbol de la leche en el contexto del sistema social secular, componentes que pueden ser grui::os
corporativos, tales como familias º. linaj~s,. o meras cat_egonas
e

del ritual de la. pubertad de las muchachas, mis informantes


tendían a subrayar sus aspectos armónicos, cohesivos. Insistían de personas que poseen características sim~ares, por e3em~lo,
también en el aspecto de la dependencia. El niño depende de su ancianos, 0 mujeres, o niños, o cazadores, o vmdas. En cada tipo
madre para su nutrición; y similarmente, dicen los ndemblJ, de ritual ndembu, es un grupo o una_qttegm:ía...diferente de per-
el miembro de la tribu bebe de los pechos de la costumbre tffl- sonas la que se convierte en e~ento social ce:g~; En el
bal. De este modo, en el contenido de sentido del árbol de la nkang'a este elemento central es la umdad iie las mu~eres ndem-
leche, la nutrición y el aprendizaje se hacen equivalentes. Con bu. Son las mujeres las que danzan en torno al arbol de la
frecuencia oí comparar el árbol de la leche con la escuela; del . leche e inician a la ¡novicia yacente haciendo de ella el centro
niño se dice que ingiere la instrucción como el bebé ingiere la del círculo que gira. El árbol de la leche no es sólo la «band~-
leche y el kapudyi, unas gachas de cazabe, muy aguadas, que ra de los ndembu»: en las primeras fases del nkang'a es ma~
los ndembu comparan con la leche. ¿No decimos nosotros mis-' específicamente la bandera de las mujeres ndembu. ~n. esa si-
mos «sed de conocimientos»?/Aquí el árbol de la leche es una, tuación hace más que dotar de un centro a la exclus1v1dad de
especie de cifra Y compendio del proceso de instrucción en las las mujeres: las moviliza en oposición a los hombres, pues las
cosas de la tribu que sigue a los episodios críticos de la ini- mujeres entonan cantos en los que se mofan de los homb::es Y
ciación, tanto de los varones (el episodio de la circuncisión), durante cierto tiempo no les dejan que dancen en su mismo
como de las muchachas 1
(el largo episodio durante el que han círculo. Por tanto, si hemos de tomar en cuenta el aspecto ope-
de yacer inmóviles). El rol de la madre es el arquetipo del racional de ese símbolo que es el árbol de la leche, consideran-
protector, nutridor y maestro. Con frecuencia, por ejemplo, se d~ no sólo lo que los ndembu dicen sobre él, sino también lo
habla del jefe llamándolo «madre de su pueblo», igual que al· que hacen con él en su sentido, tend;emos_ que. coi:iceder qu~
doctor cazador que inicia a un novicio en un culto de caza se le distingue a las mujeres como categona social e rnd1ca su soli-
llama «madre del arte de la caza» (mama dawuyang'a). El apren- ' daridad. .
diz de circuncisor ·es «hijo de la medicina de· la circuncisión» y El árbol de la leche introduce aún otras discriminaciones,
su instructor la «madre de la mediciria de la circuncisión». En por ejemplo, en ciertos contextos de acción rel?res~;ita. a_ l~ pro-
todos los sentidos hasta aquí descritos, el árbol de la leche re- pia novicia. Un contexto así es el de la sacral,izac1on i;ucial de
presenta los aspectos armoniosos, benevolentes de la vida do- un vástago concreto del árbol de la leche; Aqm la p~op1edad na-
méstica v tribal. tural si~ficativa es la inmadurez del arbol. Los ~o:man~es
Sin einbargo, si se aplica el tercer modo de interpretación, aseguran que se escoge un árbol joven porqi.:e la :r:ov1cia es JO-
el análisis contextual, las exégesis de los informantes se contra- ven. El árbol particular de u:-1ª muchacha srmboliza su nueva¡
dicen con las conductas que li:ls gentes adoptan realmente en personalidad social como mu3er madura. Ii:n el pasado (y oca-
su relación con el árbol de la leche. Es evidente que el árbol sionalmente también hoy), el ritual de la pubertad de una
de la leche representa aspectos de diferenciación e incluso de muchacha formaba parte de su ritual matrimonial, Y el ma-
oposición social entre los componentes de esa misma sociedad trimonio marcaba su transición de 'muchacha a mujer. Gran
a la que idealmente se supone que simboliza como un todo ár- parte del aprendizaje a que se la s~mete en el nkang'a Y casi
monioso.' El primer contexto significativo que examinaremos es todo el simbolismo de la ceremoma apuntan a hacer de la
el papel. del árbol de la leche en una serie de situaciones de ac- muchacha una esposa sexualmente adecuada, una muje_r .~ecun:
ción en el marco del ritual de la pubertad de las muchachas. da y una madre capaz de producir una generosa provis1on de
.Ll.J.s símbolos, como he dicho, generan la acción, -y los símbolos leche. Para cada muchacha hay una ceremonia. Se la inicia a
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Vict0r Turner
Símbolos en el ritual ndembu 27
ell~ sola Y ella sola se convierte en el centro de la atención y del ,, )
cmdado. de todos. Desde su punto de vista, el nkang'a es suyo, . al terminar el primer día del ritual de pubertad. La madre de
Y co~stituye el. acontecimiento más excitante y gratificante de la muchacha cocina uni gran cantidad de cazabe y habas -dos
su vida.. La sociedad reconoce esos sentimientos y los fomenta, alimentos que en el nkang'a son símbolos con muchos senti-
aunque i:npone a la novicia pruebas y penalidades que ella tiene dos- para las visitantes, que comen por grupos de aldea y no
que sufnr antes de ser glorificada en el último día del ritual distribuidas al azar. Antes de comer,, las mujeres se acercan al
Así, el árbol de la leche celebra la mayoría de edad de un~ ' árbol de la leche, a pocos metros de allí, y giran procesional-
n:ieva pe~sonalidad social, a la que en ese único momento de su mente en torno a él. La madre va la última llevando un gran
vida distmgue de todas las otras mujeres. En términos de este :• cucharón· lleno de 'cazabe y habas. De pronto grita: «¿Quién
cont~xto de acción, el árbol de la leche, pues, expresa aquí el quiere cazabe de chipwampwilu?» Y todas ,las mi:jeres co~en
~onflicto entre la muchacha y la comunidad moral de las mu- . _para apoderarse del cucharón y comer. de el. «Chipwan:pv:'i.lU>>
Jere~ adultas en la que ella va a entrar. No sin razón, el lugar t parece ser una palabr~. arcaica y nadie sab,e lo que sigmfica.
del ar_bol de l~ _leche se conoce con los mismos términos que Mis informq.;ntes __ me dijeron que el_cucharon representa. a.la
se aplican al s1t10 en que se circunda a los muchachos a saber ñOviCia en su,papel de mujer casada, !llientras qµe el alimen-
«lugar de morir» o «lugar de sufrin>, pues la mucha~ha tien~ to-siñibofua su poder reproductivo (lusemu) y su papel como
que pasar en él un .día entero, y un día caluroso sin mover ni agricultora y cocinera. Una mujer le dijo a mi esposa: «!rae
un solo músculo. '
suerte que el cucharón lo coja una persona que sea. del mismo
En Qtros contextos, el lugar en que está el árbol de la leche. poblado que la novicia. Si no ocurre eso, la madre'.pie1.1~ª que
es escenario de ~a oposición entre la madre de la novicia y el su hija se separará· de ella para irse a un poblado leJanO y
grupo de las mujeres adultas. La madre es excluida del círculo morir allí. La madre desea que su hija se quede cerca de ella.»
de la danza. En ese momento está perdíendo una hija, aunque Implícito en estas palabras late un conflicto más profundo q1:1e
lu~go la reco?~e como ~uevo mi~mbro adulto de su propio li- el que enfrenta a la familia matricéntrica con. l~ .socie-
na3e. Se marnfiesta aqm el conflicto entre la familia matricén- dad femenina ·adulta: tiene que ver con otro prmcip10 ar-
trica y la sociedad más amplia, articulada fundamentalmente, ticulador dominante en la.. sociedad. ndembu, a saber, el ma-
como ya he dicho, por el principio de la matrilinealidad. La re- trimonio virilocal, según el cual las mujeres, después de
l~ción entre la madre y la hija persiste a lo largo de todo el casarse, viven en los poblados de sus maridosJ Como ~on­
ntual, pero su contenido cambia. Vale la pena señalar aquí que secuencia, muchas veces las hijas pasan a vivir a- conside-
en una fase d~l nkang'a la madre y la hija intercambian pren- rable distancia de sus madres. En el episodio descrito, las mu-
das de su vestimenta. Esto podría guardar relación con la cos- jeres simbolizan los núcleos matrilineales de los poblados. To-
tumbre ndemb'u de que las personas en duelo lleven sobre sí dos los poblados desean ganar a través del_ matrimonio el c_on-
pequeñ:is porciones de la vestimenta de su pariente muerto. i trol sobre la capacidad de trabajo de la novicia, e igualmente
Cualqmera que sea el significado que este intercambio de ro- esperan incorporarse los hijos que ella pueda criar, aument~­
pas pueda· tener para un psicoanalista -y en este punto toca- do así su prestigio y el número de sus miembros. En un epi-
U:º~ uno de los ~tes .de nuestra actual competencia antropo- sodio posterior del nkang'a hay una lucha simbólica ~ntre los
logica- no parece unprobable que los ndembu traten de sim- parientes matrilineales de la novicia y los de su nov10, luch~
?olizar la: terminaciGin, para la madre y la hija a la vez, de mi que saca a la luz el conflicto entre.la virilocalidad y la matn-
importante aspecto de su relación. Esta es una de las acciones liniralidad.
simbólica~, una de las muy pocas, sobre las que no conser;uí . Finalmente, en el contexto de la acción, los informantes ha-
que me dieran una interpretación en el ritual de la pubertad. bían a veces del árbol de· la leche como representante del ma"
Por eso me par~ce legí~imo inferir que en ella se expresan po- trilinaje de la novicia. De hecho, ésta es la significación que
derosos deseos mconscientes de un tipo que los ndembu consi- tiene en la- competencia por el cucharón que se acaba de des-
deran ilícito.
cribir, puesto que las mujeres del poblado de la noviciá tratan
La oposición entre las mujeres de la tribu y la madre d~ la de apoderarse del cucharón antes de que puedan hacerlo mu-
novicia se representa mímicamente junto al árbol de la leche jeres de otros poblados/ Incluso si esas mujeres no pe~tenecen
al mismo matrilinaje· que ella, sí están casadas con nuembros
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Victor
. varones de ese matrilinaje, y se piensa que actúan a su favor. •tos de otros pueblos»• De hecho, llega al extrem.~ de ?asar
Así el árbol de la leche, en uno de sus aspectos de acción, re- ~do su análisis del rihla~ nya~yusa en la ".trad;i~~ion o mt~r:
tación nyakyusa del simbolismo»: En mi opimon, estos m
pretigadores van más allá de los límites de una caut_ela s~u­
presenta la unidad y exclusividad de un único matrilinaje, con!
c~ntro local_ en u~ poblado, frente a los otros grupos corpora- · ves . · · · muy senas , e m -
tivos del rmsmo tipo. De esta manera, recibe forma dramática dable y se imponen a sí mismos 1rm1tac10nes
Y simbólica el conflicto entre otro subsistema y el sistema total. c1uso arbitrarias. Aunque-yo estoy en complet? desacuer~o con
. A estas alturas resultará evidente que existen considerables su postulado funda9-ental de que ~l in~?nsc1en_te ~olect1vo es
discrepancias entre las interpretaciones que del árbol de la le- 1 principio formativo básico del su:r:bo ismo ntua_, ere~ que
che ofrecen los informantes y la conducta qu~ exhiben los eCar1 J ung
· (1949 , p · 601) abrió
. el cammo a .las. ulteriores
., . mves-
·
ndembu en situaciones dominadas por el simbolismo del árbol tjcraciones al introducir precisamente esta d1strncwn. «UD s1~0
de la leche. Por ejemplo, se nos dice que el árbol de la leche esº una expres ron análoaa º 0 abreviada de . una cosa. , conocida.
'bl
representa el estrecho vínculo entre la madre y la hija, pero en M1·entras que un símbolo es siempre la meJor expres1on posi e
realidad separa a la hija de la madre. Se nos dice también que de un hecho relativamente - desconoci·do, pero que .a pesar
. de
el árbol de la leche está por la unidad de la sociedad ndembu ¡ llo se reconoce 0 se postula como existente». Nadel '! Wilson,
pero en la práctica nos encontramos con que separa a las mu~ ¡ el tratar a la mayoría de los símbolos rituales corno signos: pa-
:ecen ignorar o considerar irrelevantes algunas de las propieda-
]eres de los hombres, a unas categorías y grupos de mujeres de 1
otras categorías y otros grupos. ¿Cómo hay que explicar esas · des esenciales de esos símbolos.
contradicciones entre los principios y la práctica? ·r

, CAMPO DEL. RITUAL Y PERSPECTIVA ESTRUCTURAL


UNOS PROBLEMAS DE INTERPRETACIÓN ¡
t' ·Cómo puede el antropólogo social justificar su pretensi?n ~
Y o estoy convencido de que mis informantes creen sinceramen- !
¡ ~er capaz de interpretar los símbolos rituales de una :ocieda ,
te que el árbol de la leche sólo l'eprésenta los aspectos cohesi- ¡: más profunda y más comprensivamente que los prop10~ a~to­
vos, unificadores de la organización social ndembu. Igualmente res '> En primer término, el antropólogo, usando sus tecmcas
estoy convencido de que el papel del árbol de. la leche en situa- s~s conceptos especiales, es capaz de contemplar la celebra-
Y. , de un ritual determinado como «Ocurrida en e interpretada
e~:una totalidad de entidades sociales coexistentes, tale~ como
ciones de acción, en las que representa un centro de grupos ,. ;,
específicos en oposició~ a otros grupos, forma un componente
j_gualmente importante de su sentido total. Llegados aquí, hemps ;arios tipos de grupos, subgrupos, categorías o perso?ahdades,
también las barreras entre ellos y sus modos de mtercone-
~ón» (Lewin, 1949, p. 200). Con otrps palabras, puede c?l?c;a,,:r::
de plantear una cuestión esencial: sentido, ¿para quién? Si fas [
ndembu no reconocen la discrepancia entre su interpretacfc5rr-1
del simbolismo del árbol de la leche y su conducta en relación B ese ritual en el lJlarco de su campo significante, y descnbir la
con él, ¿si?Uifica es~o que tal discrepancia carece de int{!rés para r estructura y iás propiedades de ese campo. Por otro ~ado: cada
el antropologo social? De hecho, algunos antropólogos sostie- t articipante en el ritual fo contempla desde su pecu~iar angulo
nen con Nadel (1954, p. 108) que «los símbolos no comprendí-'¡ ~e visión. Tiene lo que Lupton ha llamado «SU propia perspec-
dos no tienen sitio en la encuesta social; su efectividad saciar ~ tiva estructural». Su visión está Iim~tada por el h~cho ·d; qu~
está en su capacidad para indicar, y si no indican nada a los ~e- · él ocupa uria posición particular, o mcluso un conjunto e po
tores son, desde nuestro punto de vista, irrelevantes: de hecho~· siciones situacionalrnente conflictivas, tanto en la est7ct1:~
ersistente de su sociedad, como en la estructura de .ro es e
~tual ,1~s acc1on~s
ya no SOIL-símbolos (cualquiera que pueda ser su significación.
para el psicólogo o el psicoanalista)». La profesora Mónica Wil- en cuestión. Además es probable que .del
son (1957, p. 6)_ adopta un punto de vista parecido: asegura qilé- participante estén regidas por intereses, proposltos, sentrmi~n­
ella subraya «las interpretaciones nyakyusa de sus propios ri- tcis dependientes de su situación específica Y que pu~den ° s-
tuales porque la literatura antropológica está salpicada de con- taccliZar su comprensión de la situaci.ón_ total. Un °.,~MbS!l)_o~,_;Yfl.;
. jeturas simbólicas, interpretaciones de los etnógrafos de los más serio para que él consiga ser ob1et1vo lo re_12r-esep,t1LeL 4.ec

l.
30
Victor 1

cho de que, al ser un artici . . Símbolos en el ritual hdembu 31


considerar como axiomfti pant~ en el ntual, propenderá
res, las normas abiert cos y primarios los ideales, los valo- iµupliamente p_or todo U!!' ancho abanico de fenóm~nos. Su mis-
ritual.\ Así, en el ritualarri;nte, expresados o simbolizados en el i ma generalidad les permite vincular las. ideas y los fenómenos
el árbol de l 1 n ang a, ~ada persona o cada grupo ve ·más diversos. Así, como hemos visto, el árbol de la leche repre-
si sólo repre!en~~~: ~~slos su.cesi.vos contextos de acción como. senta, inter alía, los pechos de las mujeres, la maternidad, la
en esos momentos En pr~:p10s l Interese? y valores específicos novicia en el nkang'á, el principio de la matrilinealidad, cual-
h~ hecho un análi;is es~~~t~~~le d~tropo!ogo, que previame~te quier tnatrilinajs! concreto, el aprendizaje y la unidad y persis-
aislado los principios de su organ. ~,sociedad nd~n:bu: .que ha tencia de la sociedad ndembu. Los temas de la nutrición y la
grupos y sus rel . . IZac10n, que ha distmgmdo sus dependencia pasan a través de todos estos significata diversos.
de observar las ªm~iotenes, no. t1ene prejuicios particulares y pue- La tercera propiedad importante de los símbolos rituales do-
rconex10nes y los confr t al minantes es la polarización de sentido.i No sólo el árbol de la
personas y grupos la. di . ic os re es entre
ritual. Aquello qu~ ~ara~ d~ en que reciben representación leche, sino todos los símbolos dominantes ndembu poseen dos
cífico parece insignificant ac o~ que desempeña un rol espe- polos de sentido claramente distinguibles. En un polo se en-·
c~tivo para un observado e, puel.e resultai; altamente signifi- cuentra un agregado de significata que se refieren a compo11~n­
. Po r y ana ista del sistema total tes de los órdenes moral y social de la sociedad ndeml:iii; a prin-
r estas razones en consecu . . . .
cluir en el sentido total de un sím~n~ia, . consider~ legítimo in- cipios de la organización social, a tipos de grupos corpprativos
tos de conducta asociados co , o o ntual ?ommante, aspec- y a normas y valores inherentes a las relaciones estructurales.
paces de interpretar y d 1 n el, que los prop10s actores son in- En el otro polo, los significata son usualmente fenómenos y pro-
cientes, si se les pid~ ueein~! que de hec:io pueden no ser con·s: cesos naturales y fisiológicos. Llamaré al primero de éstos el
texto de actividad r~nq e t i;preten el simbolo fuera de su con- «polo ideológico» y é.l segundo el «polo sensorial». En el polo
~ -' s o sm embargo si 1 sensorial, el contenido está estrechamente relacionado con la·
blema de la conttadicción , t 1 . gue p anteado el pro-
de la leche y el sentido de l:~ f~e os sentidos. expresos del árbol forma externa del símbolo. Por ejemplo, un significado del ár-
estrechamente vinculada ,{~as estereotipada~ de conduct'l bol de la leche ·-leche materna- está estrechamente relacio-
n~s indígenas del simbo~s~~ ~~l 'fr~~r~:ci~· las mterpretac~o- nado con la exudación del látex lechoso propio del árbol. Un
significado sensor,ial de otro símbolo dominante, el árbol mu-
dicar que no hay incompatibilidad . . leche parecen m-
nas y los grupos a que se refie;e y Il_I conflicto entre_ las perso- kula, es la sangre: es un árbol que segrega una goma de color
esas personas y esos gru 1 . sm embargo son Justamente -rojo oscuro.
sus conflictos al pie del p;;~ f sd~~: ~~~~:~entan mímicamente
0 En el polo sensorial se concentran significata de los cuales
puede esperarse que provoquen deseos y sentimientos; en el
ideológico se encuentra una ordenación de normas y valores que ·
guían y controlan a las personas como miembros de los grupos
TRES PROPIEDADES DE LOS SÍMBOLOS RITUALES
y las categorías sociales. Los significata sensoriales, emociona-
Antes de que estemos en condici d . . . les, tienden a ser «groseros» en una doble acepción. En primer - ,
que seguir clasificando los dato dones. ~ mterpretar, tenemos
métodos descritos más arrib ~ escpp.~vos -~ecogidos con los
formular algunas de las ª: sa c asi cacion nos permitirá
lugar, son groseros en la acepción de toscos, es decir que no
toman en cuenta los detalJes ni las cualidades precisas de la O -! .
emoción. No se puede insistir bastante en que esos símbolos )-:-- "¡¡
8 \O

La_p_ropiedad más simple ~:ºf~e~:des de los. ~ímbolos rituales. son hechos sociales, «representaciones colectivas», aunque. ta- O 1
y. acciones representadas e . c~ndensacion: muchas cosas les que apelan al más bajo denominador común del sentimien- ~
lugar, un símbolo domm· tn una so a f?~ma~ión. En segundo to humano. La segunda acepción ~de «groseros» es «abiertamen-
. .
d ispares, an e es una unificación d . ·¡· te y hasta flagrantemente fisiológicos». Así el árbol de la le-
interconexos porqu · · --~ e signz icata
. .
1og_as o porque estan' . . d e poseen en común lid d .. , -· che tiene el sentido grosero de los pechos, la leche de los pe-
asocia os d e hecho cua a es. ana-
1
Esas cualidades 0 esos vínculos . -~ en e pensamiento. chos y la acción de amamantar. Estos significados también son
mos ser totalmente trivi 1 de aso_cia~ioi:. pueden en sí mis- además groseros en la medida en que representan aspectos de
a es o estar distnbmdos al azar o muy la experiencia universal ndembu. Otros símbolos ndembu, en sus
polos sensoriales de significado, representan temas tales como
\
32
Víctor Turner _ 'símbolos en el ritual ndembu \ 33
la sangre, los genitales masculinos fe .
na y las heces. Esos m. - , b y merunos, el semen, la ori- ·te físico con lo estructuralmente normátivo, de lo orgánico con
de sentido representani~X:~f~ olas, e~ si:s polos ideológicos lo social. Esos símbolos son coincidencia de cualidades opues-
sociales, primarios, domésticos, p;'lí~i~~~~mdad de los grupos tas, uniones de lo «alto» y lo «bajo».'No es necesario un cono-
cimiento detallado de ninguna de las psicologías profundas ac-
tuales para sospechar que tal yuxtaposición, o incluso interpe-
REFERENCIA Y CONDENSACIÓN netr~?ión d~ ºIJuestos e~ los símb_olos, guarda conexión con si:
func10n social.VA Durkhe1m le fascmaba el problema de por que
Desde hace much~ tiempo s d . . muchas normas y muchos imperativos sociales son considera-
ca que los símbolos rituales ~o~ mit~ en literatura ~tropológi­ dos por quienes tienen que observarlos al mismo tiempo como
la formulación más explícita de estimulo~ ~~ emoc10n. Tal vez «obligatorios» y como «deseables». Los estudiosos están dándo-
Edward Sapir en la Ene el ~sta posic10n sea la que hizo se cuenta de que el ritual es precisamente un mecanismo que
PP 492-493) S . d" . y opaedza of the Social Sciences (XIV
· . apir istmgue de una , . periódicamente convierte lo obligatorio en deseable: Dentro de
distinción de Jung dos clase, . . lmanera que recuerda la :;;µ trama de significados, e_l símbolo dominante pone a las nor-
mera la llama de ~ímb s prmc~pa es de símbolos,_ A la pri- . mas éticas y jurídicas de la sociedad en estrecho contacto con
gua oral, la escritura ~;~s ~:~enciales .. Incluye en ésta la 1eii- fuertes estímulos emocionales. En el ritual en acción, con la ex-
banderas y otras org~aci e~as r;acionales, las :eñales de citación social y los estímulos directamente fisiológicos -músi-
artificios económicos con f~~:sde e s~mbol~s convemdos como, ca, canto, danza, alcohol, drogas, incienso-, el símbolo ritual efec-
de Jung, el símbolo referencial re erei:icia. Como el «Signo» . , túa, podríamos decir, un intercambio de cualidades entre sus
y se refiere a hechos conocidos e~ predommantemente cognitivo dos polos de sentido: las normas y los valores se cargan de
incluye la mayoría de los símb .1 a s_egunda clase, en la que se emoción, mientras que ll;ls emociones básicas y groseras se en-
los de condensación definidos o os ntu~les, es la de los símbo- noblecen a través de su contacto con los valores sociales. El fas-
mente condensadas de campo tpo~ Sapir co~9 .«formas suma- ticlio de la represión moral se convierte en el «amor a la virtud» .
. , dº r amiento sustitutivo p Antes de seguir adelante con nuestro análisis, tal vez sea
s~on rrecta, que penniten la fácil lib ., i a~~ expre-
cional en forma conscient . ~rac10n fie la tens10n emo- conveniente formular de nuevo las principales propiedades em-
densación está «saturado ~~ mcf·~s~ente». ! símbolo de con- píricas de los símbolos dominantes, derivadas de nuestra cla-
cipal diferencia en el desarro~~a ~ a e~ e~oc10~ales». La prin- sificación de los datos empíricos pertinentes: 1) condensación;
lismo, en ooinión de Sa . e e: os os tipos de simbo- 2) unificación de significados dispares en una única formación
ferencial se forma a tra~:1', des que «mientr~~ el simbolismo re-
i símbólica; 3) polarización de sentido.
. . d es e una elaboracion form 1 1d
mmio e lo consciente el . b li a en e o-
sus raíces profundame~te sun .º smo. de condensación hunde

r.--.
.---..

..... :-
.,."fl --'""J
cualidad emocional ti os ~~ lo mconscient~, e iI_npregna con su
!_JJ.ente muy alejados d~l senti~~nd~c.ta y situ~c10nes aparente-
La formulación de S .
1í .
ongmal del sunbolo».
apir resulta muy clarifi d s b ·
SÍMBOLOS DOMINANTES E INSTRUMENTALES

Como ya dije, los ndembu consideran que ciertos símbolos ri-


tuales son símbolos dominantes. En los rituales celebrados para
-·f eJ..'P citamente cuatro atrib t b, . ca ora. u raya propiciar a'·los espíritus de los antepasados que· afligen a sus
~ r··; les: 1) condensación de uhos :isi~~s de los símbolos ritua- parientes vivos con trastornos reproductivos, enfermedades o _
._ ca; 2) economía de ref::ci~~ s1gruficado: ~n una forma úni- mala suerte en la caza, hay dos clases principales de símbolos
emocional · 4) vm' ul d .' 3) predomimo de la cualidad dominantes. La primera clase está representada por el primer
' c os e asociación co ·
ciente. Sin embargo, tiende a . n regi?nes de lo incons- árbol o planta de 1a serie de árboles o plantas que los practican-
que yo he llamado el polo ideal ~u?estimar la unportancia de lo tes y los adeptos del culto curativo buscan para recoger sus ho-
mativo) de sentido Los sun' b log1c? (y me gustaría añadir, nor- jas, cortezas o raíces. Con ellas y con agua se preparan pocio-
, b · o os ntuales son a un mi · nes que se dan a beber a los sujetos del ritual, o con las que
po sun olas referenciales y símb l d º . , smo t1em-
cada símbolo es multirrefe . o os, e condc:;isac10n, aunque se les marca. El }Jril):ler árbol así fratado recibe el nombre de
. cualidad esencial consiste e renc1al, mas 9-1:~ ururreferencial. Su «lugar de salutación» (ishikenu) o «anciano» (mukulumpi). Los
n su yuxtaposic10n de lo groseramen- adeptos lo rodean- varias veces para consagrarlo. Luego el prac-
35
Símbolos l}n el ritual ndembu
34 Victor Turner; · . parecen Precisamente por es-
¡..< 1os fines . de los rituales ,
en que a . " .
bolos dommantes
f' 'les de anali-
son aci , .
ticante más antiguo reza al pie de él y lo salpica con arcilla:. tas propied~de;~ 1~~r~1:"cultural de referencia. A este propos.ito
blanca pulverizada. La plegaria se dirige bien al espíritu con- ~ zar dentro e . d orno «Objetos eternos», en el sentid?
creto que se cree aflige al principal sujeto del ritual, bien al pueden ser considera os c · , 1 Son puntos relatl-
, b 1 . d 1. 'd ifi' , Whitehead usaba esta expresion . . 'al
ar o rmsmo que e a guna manera se i ent ca con ese espi- en que .. " to en la estructura cultural como en la. S(:CI '
ritu. Los adeptos pueden atribuir varios significados a cada · va.mente fiJOv ta~ t de unión entre esos dos tipos de
ishikenu. La segunda clase de símbolos dominantes en· los ri- y de hecho_ c~n~tituy~n PW:e º! 1
orden de su aparición en un :i-
tuales curativos consiste en altares junto a los que los sujetos · ·estruc_t:i:ª~ ?m que rmporuede considerar como fines en sí. nns-
de esos rituales se sientan mientras los practicantes los lavan tual determmado: se les P es axiomáticos de la sociedad
con sustancias vegetales mezcladas con agua y para ayudarlos mos, representativos .d~ los va.ar 1 ue no uedan también ser es-
reafuan acciones de naturaleza simbólica o ritual. Esos alta- ndembu. Lo cual no qme~e ~ecrr dón soc1al (y de hecho así los
res son frecuentemente compuestos y consisten en varios ob- tudiados corr:o factores e ~ ~e referencia de la acción), sino
jetos combinados. Ambas clases de símbolos dominantes están hemos estudiado ~n el marc 'ales' son objetos más apropiado~
estrechamente vinculados a seres no empíricos, unas veces conio , que por sus propi~d~des soc~ de símbolos que a conti-
sus soportes, otras como su representación y otras por fin son l del estudio morfolog1co ~ue ª c1ase
identificados con ellos. En los rituales de las crisis vitales, por ' nuación pas<:mos ª cons~er~~~árseles «símbolos _ip.stn.I_mef!.:a.-
otra parte, en lugar de seres no empíricos, los símbolos donii- A estos s~mbolos. pue e~tal ha que contemplarlo ~_n- t~i::-_
nantes parecen representar fuerzas, tipos de eficacia, igualmen- les». A un srmbolo mstr;im . y decir en términos del sis-
te no empíricos. Por ejemplo, en el ritual ·de la circuncisión 1 . ·minos de su contexto mas ampll~, es '·tual dado Cada tipo
· d , bolos que constituye un n ·
de los muchachos, el símbolo dominante de todo el ritual es téma tota1 e sun . d interrelacionar símbo1os,
~una medicina (yitumbu), llamada nfunda, compuesta por mu~ de ritual tiene su propia. m~nera dee de los propósitos ostensi-
chos ingredientes, v. gr., la ceniza del pabellón quemado, que manera que con frec:ienci~ epet alabras, cada ritual tiene
significa la muerte, y la orina de un aprendiz de circuncisor bles de ese tipo d~ nt:iaL on ° .~~: ~x lícitos, y los símbolos
que significa «Virilidad». Cada uno de estos ingredientes, igual su propia teleologia, tiene sus f'.iderado~ como medios, para la
que todos los demás, tiene muchos otros significados. El sím- instrumentales puede~ ser consi. 1 · en rituales celebrados
bolo dominante en el camp_amento donde los padres de los no- consecución, d.e e~os ~i.::ies, Por e~~~~c~das a las mujeres, en-
vicias se congregan, y preparan la comida para los muchachos, con el proposito explicito de hac usan aparecen porciones
es el árbol chikoli que representa, entre otras cosas, un falo tre los símbolos instru1;;r:it~es ~: :e0 de árboles que poseen
0
erecto, la masculinidad adulta, la fuerza, la destreza en le~ caza, de árboles que ~<;-TI m tip es bu dicen ue esos frutos y esas
y la salud hasta la vejez. El símbolo dominante durante_ el pro- innumerables raicillas ..1:.ºs nde~ eso se le; atribuye eficacia en
ceso de circuncisión es el árbol efe la leche jurito al que se cir-í raicillas re~~esentan mn~\:/~ de la mujer. Son medios para el
cuncida a los novicios. El símbolo dominante en la fase ·lru:ne- la consecucion de l~ fert ~ ~ , hubiera que considerar a esos
diatamente posterior a la circuncisión es el árbol rojo mukula; fin principal del ritual. . ~zsa símbolos referenciales; pero
0
sobre un tronco de mukula se sientan los novicios hasta que símbolos como meros sign tfe-l . 'ficados de cada uno de
sus heridas deJ· an de sangrar. En las diversas fases de la re-· contra eso está el hecho de q e· os siisn:i s y· deseos conscien-
.. · d oderosas emocione - ·
clusión hay otros símbolos dominantes. A cada uno de estos ellos estan, as~cia os ª P . d análisis psicológico sospecho
1 1
símholos se le llama mukulumpi, anciano, viejo. Símbolos domi- tes e inconscientes. Al mv~ e, a la categoría.de los símbo-
nantes los hay en muchos contextos rituales diferentes: unas que esos. símbolos se aproximanan fi ación llegamos a. los
veces presiden toda la ceremonia, otras sólo fases particulares. los de cond ensacio · 'n·, pero con esta . a t rm
apológica un problema
· El· contenido de sentido de ciertos símbolos dominantes posee límites actuales de la competencia an r '
. un ·alto grado efe consistencia y constancia a través del sistema del que enseguida vamos ª ocuparnos.
simbólico total, ilustrando la proposición de Radcliffe-~rown
. . d . d .finida duración, sino objetos ~ los que la
,de que un símbolo recurrente en un ciclo de rituales probable- 2 Es decir, no obJetos e m e . .
¡r:Íle:tite te:qcirá la. misma signj.fic;:ación _ep todos. enQ~. Tales sím- categona, ·del ti"empo no resulta
. aplicable.
bolos poseen también considerable autonomía con respecto a
36
Victor Turner .. . Símbolos en el ritual ndembu 37
Los LÍMITES DE LA INTERPRETACIÓN ANTROPOLÓGICA
factoría. Porque esas creencias sugi~ren qu~. en la relación ma-
Llegamos ahora al aspecto más difícil del estudio científico del dre-hija hay 1,lil componente 'N.e· muti:a hos!ihdad qu~ va contra
·simbolismo ritual: el análisis. Usando conceptos antropológi- las interpretaciones ortodoxas ~~l simbohs~o del arbol de .la
cos ¿has.ta ~ó?de podemos llegar en nuestra interpretación de leche en lo referente a esa relac10n mad:e-hiJ~· Un~ ~e las pnn-
·pales características de las interw~tacrnnes ideologicas es que
estas emgmaticas formaciones? ¿En qué momento alcanzamos ci -~ · y co h esivos
· d e las
la~ fronteras de nuestra competencia explicativa? Consideremos tfonden a subrayar los aspectos ar;n:omosos
rélaciones sociales. El idioma exegetico pretende que las perso-
i;>nmer? el caso de los símbolos dominantes. He sugerido que
estos _.tienen dos polos de sentido, uno sensorial y otro ideológi- nas y los grupos actúan siempre de acuerdo con las normas
co. He sugerido también que los símbolos dominantes tienen la ideales de la sociedad ndembu.
pr.opiedad de unificar significata dispares. Yo me atrevería a
afirmar que en ambos polos de sentido se apiñan significata dis-
PSICOLOGÍA .PROFU.N'"DA Y SÍMBOLISMO RITUAL
pares e -incluso contradictorios. En el transcurso de su desarro-
llo histórico, la antropología ha adquirido técnicas y conceptos
que la capacitan para manejar bastante adecuadamente el tipo Cuando los psicoanalistas como Theodore R~ik, Ernest J on~s
?e· d~t<;>s que hemos clasificado como pertenecientes al polo
Bruno Bettelheim analizan el simbolismo ntual de las socie-
ideologico. Como vimos, esos datos incluyen componentes de ~ades primitivas y ~tiguas, tienden ª, consider~: irrelevante el
la estructur~ ~ocia! ~ fenómenos culturales, tanto ideológicos polo ideológico de sentido y a centrar su atenc~on en la forma
como tecnologicos Pienso que el estudio de esos datos en tér- externa y en los significados sensoriales de los srm~olosllLa ma~
minos de los conceptos de las tres principales subdivisiones de· yoría de las interpretaciones indígenas d~ los, s;mbolos, que
la antropología ~antropología cultural teoría estructuralista ·forman el :i;>rincipal componente del polo ideologico: soi: pa.ra
Y,dinán;üca social~ resultaría muy prov~choso. Enseguida diré
esos psicoanalistas prácticamente idéntica.s a .l~s rac10nahzac10-
como pienso que pueden hacerse esos análisis e interrelacionar- nes con las que los neuróticos· explican y JUsti~can su con~u~ta
aberrante. 'Aún más, para ellos los símbolos ntuales son. iden-
se es~~ tres perspectivas, pero primero tengo que plantear la
ticos a los síntomas neuróticos y psicóticos o tienen las mismas
cuest10n de hasta qué punto y en qué aspectos es oportuno so-
propiedades que los símbolos oníricos de los individuos de Eu-
meter al polo sensorial de significados a un análisis intensivo ·
ropa occidental. De hechc>, este procedimient? es exactamente
y lo que aún es "inás importante, en qué medida est~mos lo;
el inverso del que aplican los antropólogos sociales que compar-
antrgpólogos calificados para realizar ese análisis. Es evidente
ten las opiniones de Nadel 'L Wi!son. Se, record~rá que es~a es-
que, como Sapir dice, los símbolos rituales, como todos los sím-
cuela de antropólogos· cu.ó.siaera que solo las. mterpretacion.es
bol?s de :ondensación, «hunden sus raíces profundamente en (
indígenas de los símbolos conscientes y verba~adas ~on soc10-
lo mconsciente». Una mínima familiarización con la psicología
lógicamente ·pertinentes. El método de los psicoar:alistas, por
profunda basta para convencer al investigador de que los· sím-
bolos rituales, en lo que respecta a su forma externa, a ·;,u co~~ otra parte, consiste. en examinar la forma, ~l cont~md~,. el modo
de interconexión de los actos y de los objetos srmbohcos des-
texto de conducta y a las varias interpretaciones que los indí- ·
critos por los etnógrafos, e interpretarlos por medi? de concep-
genas _dan de ellos, están parcialmente modelados bajo la in-
tos formulados en la práctica ·clínica europea occidental. Pre-
fluencia de motivaciones y de ideas inconscientes¡ El intercam-
bio de.vestidos entre la madre y la hija en el ritu~Í nkang'a; la
tenden los psicoanalistas que en la rstructura del contexto ~e
la acción de los símbolos rituales pueden reconocerse materia-
creencia en que la novicia se volvería loca si en el día de su
separa~i?n ritual viera el árbol de la leche; la creencia en que si les derivados de lo que se_ dmsideran ser experienci~s. unive~­
sales de la infancia hu:tnana en el contexto de la fam1ha. Fem-
la novicia levantara la manta que la cubre durante la reclusión
chel (1946, p. 302), por ejemplo, afirma que en la relación pa~re­
Y mirara hacia su aldea, la madre de la novicia moriría· todos
estos. son fragmentos de una conducta simbólica para'la ~ue los hijo existen universalmente dos tendencias psíquic~s contranas,
a saber: sumisión y rebelión, y que las dos se denvan del com-
propios ndembu no pueden ofrecer una interpretación satis-
plejo de Edípo. De aquC pasa luego a argumentar:

1
38 Victpr Turner..
Símbolos en el ritual ndembu " 39
Como la mayoría de las religiones patriarcales, también oscilan entre la

sexualizadas) Y todo dios, como un super-ego compulsivo, promete protec~


ción bajo la condición de sumisión, son muchas las semejanzas en el cua-
"'
seA.'-1:.ales de las. :n::ujeres» (195~, PJ?;.::105~123) .. ~n o~ini?n de. B~t-
sumisión a una figura paternal y la rebelión (las dos, sumisión y rebelión,
telheim, la envidia de 18'4 matnz y una 1dent1ficac1on mfantil m-
corisciente con la madre, sei;-ían poderosos factores formativos
dro manifiesto de los ceremoniales compulsivos y los rituales religiosos;
debidas a la semejanzas de los conflictos subyacentes. tanto del ritual ad hoc de sus cuatro esquizoides como de los
rituales de circuncisión masculinos de todo el mundo.
Contra este punto de vista ya hemos demostrado ati:tes cómo La opinión de Bettelheim se opone en puntos importantes a
los sucesivos actos simbólicos de muchos rituales ndembu es~ la de muchos freudianos ortodoxos, quienes sostienen que los
tán ordenados y estructurados por los fines explícitos de esos acontecimientos simbólicos que conforman ·estos rituales son
rituales. Para explicar su evidente regularidad no necesitamos fundamentalmente un resultado de los celos que al padre le
recurrir a la noción de conflictos subyacentes. Los psicoanalis- inspiran sus hijos, y que su propósito es el de generar una an-
tas pueden argüir que en las sociedades patriarcales el ritual--·'• ,. siedad sexual (de castración) para asegurar la observancia del
muestra mayor rigidez y un carácter más compulsivo que entre tabú del incesto. Si los psicoanalistas discrepan, ¿con qué cri-
los ndembu, que son ,matrilineales. Con otras palabras, el pa- terio puede el desventurado antropólogo social, que en ese cam-
trón formal puede venir sobredeterminado por el conflicto in- po de investigación carece de entrenamiento sistemático y de
consciente padre-hijo. La comparación etnográfica, empero, pa- experie~ia práctica, esi;:oger entre sus divergentes interpreta-
rece refutar esta opinión, ya que el más rígido formalismo que ciones?.
conocen los estudiosos de las religiones comparadas es el de
los indios pueblo, más marcadamente matrilineales que los .
ndembu; mientras que los nigerianos nupe, con una sociedad COMPETENCIAS DE EXPLICACIÓN
fuertemente patrilineal, poseen rituales con una forma ({fluida»,
y de- ninguna manera «excesivamente estricta» (Nadel; 1954, Pienso que el conceptualizar los símbolos dominantes como do-
p. 101) 3 • tados de dos polos de sentido puede ayudamos a definir más
Otros psicoanalistas aseguran que en las formas simbólicas exactamente los límites dentro de los cuales el análisis antro-
han encontrado rasgos de ideas y de impulsos oralmente agre- pológico puede aplicarse con más provecho. Los psicoanalistas
que consideran que la mayoría de las interpretaciones indí~e­
• t>
s1vos, oralmente dependientes, sádico-anales y . masoquistas.
Efectivamente, varios antropólogos, lectores de literatura psi- nas de los símbolos son irrelevantes, se hacen culpables de m-
coanalítica, han sentido la tentación .de explicar los fenómenos genuidad y unilateralidad ·en el enfoque del problema. :,Porqu~
rituales de esta manera. esas interpretaciones, que muestran cómo los símbolos domi-
Q~á el más espectacular de los intentos recientes de llegar nantes expresan importantes componentes de los órdenes so-
a una interpretación comprensiva del simbolismo ritual usan- . cial y moral, no son en modo alguno equivalentes a las «racio-
do conceptos psicoanalíticos sea el libro de Bruno Bettelheim, nalizaciones» o a las «elaboraciones secundarias» del material
Simbolic W ounds. Bettelheim, tras observar la conducta de c~a~ que se deriva de los conflictos endopsíqdcos, pues se refieren
tro adolescentes esquizoides que habían formado una sociedad a ·hechos sociales que tienen "9-Ilª realidad empírica exterior a
secreta, consideró que su conducta daba la clave para una com- las psiques de los individuos, ·Por otra parte, los antropólogos
prensión de muchos rasgos del ritual de las iniciaciones primi- que sólo consideran relevantes las interpretaciones i.J1dígenas,
tivas. De la observación de sus esquizoides dedujo que uno de son igualmente unilaterales, en la medida en que tienden a es-
los fines (inconscientes} de los ritos de iniciación masculinos tudiar los símbolos dentro de dos marcos analíticos únicamen-
puede ser el de afirmar que también los hombres pueden pa- te el cultural y el· estructural. Esta es una aproximación esen-
rir hijos, y que «con operaciones tales cómo la subinéisión, los ci~lrnente estática que no se ocupa de los procesos que impli-
hombres pueden tratar de adquirir el aparato y las funciones can cambios temporales en las relaciones sociales. .
:y sin embargo, las propiedades cruciales de los símbolos ri-
3 Nade! escribe: «Podemos decir qi;;e la misma fluidez del formalismo
tuales incluyen estos desarrollos dinámicos. Los símbolos ins-
es parte de la forma típica del ritual nupe». · tigan la acción social. En un contexto de campo podríamos i~­
cluso llamarlos «fuerzas», en la medida en que son influencias
Símbolos en el ritual ndembu 41
40 Victor Turner

geterminables que inducen a las personas y a los grupos a lal da su sentido. Ninguna religión,.es f~lsa: todas responden, aun-
acción.11En ese mismo contexto de campo es además donde laS:: que de diferentes maneras, ;i las condiciones dadas de la exis-
propiedades que hemos descrito, a saber, la polarización de sen-· tencia humana»l J;.ntre esas condiciones dada:' el ordenamiento
tidos, la transferencia de cualidades afectivas, la discrepancia de la sociedad en~¡Q"rupos estructurados, las discrepancias entre
entre sentidos y la condensación de sentidos resultan más im- ·1as principios qu:' organizan a esos grupos, la colaboración Y
portantes. El símbolo como una unidad de' acción qu~ pose~ la competencia económica, el cisma dentro de los grupos y la
todas esas propiedades se convierte en objeto de estudio tan-·· oposición entre los grupos, en resum~n, tod~s aqi.:ellas ~osas
to de la antropología como de la psicología. Las dos disciplinas, con las que se relaciona el aspecto social del simbolismo ritual,
en la medida en que se interesan por las acciones humanas, tie- tienen sin duda cuando menos igual importancia que los impul-
nen que conceptualizar el, símbolo ritual de la misma manera. sos biopsíquicos y el condicionamiento p:ecoz en. el sen? de la
Las técnicas y los conceptos del antropólogo le capacitan familia elemental. Después de todo, el srmbolo ritual tiene en
para analizar tompetentemente las interrelaciones entre los da- común con el símbolo onirico la característica, descubierta por
t~s asociados al polo ideológico de sentido. Igualmente le capa- Freud, de ser una formación ,dei compromiso entre dos ten-
citan para analizar la conducta social dirigida hacia el símbolo dencias básicamente opuestas. Es un compromiso en~re la ne-
dominante total. Lo que no puede hacer en cambio, con su pre- cesidad de control social y ciertos impulsos humanos innatos Y
paración actual, es discriminar entre las fuentes precisas de los universales de cuya completa gratificación se seguiría la rup-
sentimientos .y deseos inconscientes que determinan en gran tura de ese control. Los símbolos rituales se refieren a lo que
parte la forma externa del símbolo, seleccionan unos objetos ·es normativo, general y característico de individuos únicos. Así,
naturales con preferencia a otros para servir como símbolos y ·par ejemplo,llos símbolos ndembu se refieren; entre otras. co-
explican ciertos aspectos de la conducta asociada a los símbo- sas a las necesidades básicas de existencia social (caza, agricul-
los:'. Para él, es suficiente con decir que el símbolo evoca emo- tur~, fertilidad de las mujeres, condiciones climáticas favo.ra-
ciones. Lo que le interesa es el hecho de que la emoción sea bles, etc.) y a los valores comp.srtidos de que depende la vida
.evocada y no las cualidades específicas de sus constituyentes. comunitaria (generosidad, camáradería, respeto a los :U~yor~s,
De hecho, puede considerar situacionalmente relevante para sus importancia del parentesco, hospitalidad, e,tc.)_. Par~ ~s!mgurr­
análisis el distinguir si la emoción evocada por un símbolo es- . . lo entré símbolos rituales y símbolos psiqwcos mdividuales,
pecífico posee el carácter grosero de, por ejemplo, agresión; te- quizá podamos decir que mientras los símbolos rituales son :r;ie-
mor, amistad, ansiedad o placer sexual; pero más allá de esto dios groseros de manejar la realidad social y nat~al, l?s s1m-
no necesita pasar. Para él el símbolo ritual es en primer tér- bolos psíquicos se forman fundamentalmer:te baJO la mflu~?­
mino un factor en una dinámica de grupos, y en consecuencia cia de impulsos internos. Al analizar los primeros, la atencion
sus aspectos de mayor interés son sus .referencias a los grupos, debe centrarse principalmente en las relaciones entre los da-
las relaciones, los valores, las normas y las creencias de una tos externos y la psique; al analizar los segundos, en dat.os en-
sociedad .. _Son otras palabras, el antropólogo trata el polo sen- dopsíquicos. ,
sorial de significado como si fuera una constante, mientras que Por esta razón, el estudio del simbolismo ritual queda mas
los aspectos sociales e ideológicos los trata como variables cu- bien dentro de la competencia del antropólogo soc~al que_ no
yas interdependencias tiene que explicar:.• . dentro de la competencia del psicólogo o d~l psicoan~ista,
Por otra parte, yo pienso que en su análisis del simbolismo aunque estos últimos puedan ayudar al antropologo examman-
~tual los psicoanalistas tendrían que conceder más importan- do la naturaleza y las interconexiones de los datos agrupados
cia de la que ahora dan a los factores sociales. Deberían dejar en el polo sensoria~ del simbolismo ritual. Puede también, _me
de considerar las interpretaciones, las creencias y los dogmas parece, esclarecer a'lgunos aspectos de la conducta estereotipa-
como meras racionalizaciones, pues con suma frecuencia se re- da asociada con los símbolos en contextos de campo, aspectos
fier~n .~ realidades sociale,s y naturales. Porque, como ~qr;k°li!'!@ / que los actores mismos son incapaces de explicar. Po:que, co:no
escribio (1954-; pp. 2s), «las religiones primitivas se afirman en hemos visto, es mucho lo que en esa conducta sugiere actitu-
la realidad y la expresan. Hay que aprender a mirar por deba- des que difieren radicalmente de las que se consideran a~ecua­
jo del símbolo a la realidad que el símbolo representa, la que le das en términos de la exégesis tradicional. De hecho, ciertos
Simbolos en el ritual ndembu 43
42 Victor TurneP
ta.mente conocidos y nonpalm~nte m_E;nci~n~bles. Las energ!as
conflictos parecen ser tan básicos que bloquean totahnente l~ brutas del conflicto se domestican· al serv1c~o -del ?rden social.
exégesis. Aquí tengo que decir qúe me parece posible, e mc11:1-so nece-
sario, analizar los símbolos en el conte:C~º ~e las emoc1o~e7 ob-
servadas. Si el investigador está fam11Ianza~o con el idioma
LA INTERPRETACIÓN DE LAS EMOCIONES OBSERVADAS mún en el que una sociedad expresa emociones, tales como
~~ amistad, el amor, el odio, la alegría, la pena, e~ coi:tento ?
Pero ¿podemos realmente decir que la conducta que expresa 1 temor ' no-puede dejar de observar que en las s1tuac10nes n-
A'
conflictos entre personas y grupos, representados por los sím- etuales ·
se experimentan esas emociones. s1, en e1 n k ang' ~ cuan-
bolos como unidos en armonía, sea conducta inconsciente en el do las mujeres se ríen y se burj_an de los _hombre~, o rmpor-
pleno sentidp freudiano de esa palabra? Los mismos ndembu, tunan a la novicia y a su madre o se pelean e~t;:~ s1 por el cu-
en muchas situaciones ajenas al nkang'a, tanto seculares como charón de chipwii}upwilu, y así sucesivru:iente, difíc~ente puede
rituales, se muestran perfectamente conscientes y dispuestos a el observador dudar de que esas emoc10nes se despierten real-
hablar de hostilidad en las relaciones entre madres e hijas con-
m ente en los actores además de ser representadas forroalmen-
cretas, entre sublinajes concretos y entre muchachas concretas te en la costumbre ritual (¿Qué es Hécuba para e'1, o e'l para H'e-
y las mujeres adultas de sus poblados. 'fi:>arece más bien como si cuba, que tengá él que llorar por ella?). ,
en ciertas situaciones públicas exactamente definidas, y usual- l
Esas emociones se representan y evocan en estrecha rela-
mente de tipo ritual o ceremonial, rigiera una norma contra la _ción con los símbolos dominantes de la cohesión y contU:uidad
explicitación verbal de conflictos de algún modo relacionados- tribal, frecuentemente por la ejecución de una conducta n_istru-
con los. principios y las reglas que se celebran o dramatizan en mentalmente simbólica. Sin embargo, como con frecuenc1_a es-
esas situaciones. Cuando la ocasión se consagra a la comnemo- . tán- asociadas con la mimesis del conflicto interpersonal e mter-
ración y reanimación pública de normas y de valores en su abs- grupal, a esas ·emociones y a esos actos de conducta _no .se les
tracta pureza, sencillamente no se mencionan las evidencias de da entrada entre los sentidos oficiales, verbales, atnbUidos a
la pasión y de la fragilidad humanas.· los símbolos dominantes. /
Sin embargo, como hemos visto, hay tipos de conflictos re-
currentes que pueden ser representados en forma rini'al o ce:
remonial. En las grandes ocasiones rituales, la práctica común LA SUPRESIÓN SITUACIONAL DEL CONFLICTO
recibe expresión simbólica o estereotipada, igual que los más EN LA INTERPRETACIÓN-
elevados principios; pero la práctica, que está casi en su tota-
lidad bajo el imperio de lo que todas las sociedades consideran La emoción y la praxis, efectivamente, dan vida· y colorí?-? a los
COIDO la «naturaieza inferior» del hombre, está saturada de ex- valores y a las normas, mas la conexión entre la expres10n c?n-
presiones de conflicto. Los intereses egoístas y de facción, la ductal del conflicto y los componentes normativos de cada tipo
ruptura de los juramentos, la deslealtad, los pecados· de ·omi- de ritual 'y de sus símbolos dominantes, ~ara vez l~ ~ormulan
sión tanto como los de comisión, contaminan y desfiguran los explíéitamente los actores participantes. Solo persomficar;.do_ 1~
prototipos ideales de conducta que el precepto, la plegaria, la sociedad, considerándola como un tipo de entidad su~ra~?iv1-
fórmula y el símbolo presentan ante la asamblea reclamando. dual, podríamos. hablar aquí de <cinconsciente»¡ Cada n_idiv1duo ·
su exclusiva atención. En la interpretación ortodoxa del ritual .participante en el ritual nkang'a es plenamente consciente d~
se pretende que la práctica común no tiene importancia y que que los parientes se pele:m encon~da~~nte por los ?-~rec~os }
los hombres y las mujeres son realmente corno idealmente ten- las obligaciones que confiere el pnn~1pi~ de l~ ~atr~ealidad,
drían que ser. Pero, como más arriba sostuve, la «energía» re- mas la expresión verbal de esa conciencia esta s1tuac1onalmen:
querida para reanimar los valores y las normas consagradas te reprimida: los participantes tienen 9-1:1e co_mportarse co_mo s1
en los símbolos dominaÍltes y expresados en varios tipos de los conflictos generados por la matrilinealidad .fueran irrele-
comportamiento verbal, se toma <cprestada», por decirlo meta- vantes.
fóricamente, de la representación -mímica de conflictos perfec-
44
Victor Turner
~
Símbolos en el ritual ndembu 45
Es~o no significa, com~ cree Nadel, <;rue lo que no llega a se:¡z
verb:1~ado ca~ezca efectivamente de rmportancia ni para los participantes en la asamblea ritual asisten como miembros de
part:c1pantes 111 para el antropólogo. Antes al contrario, en la grupos corporativos, tales como los poblados y los linajes, que
medida en que el ant¡;opólogo considera de su incumbencia los en la vida secular rivalizan los unos con lqs otros: La gran can-
problemas de la acci~n social, la supresión verbal de lo que pue- tidad de riñas y peleas que pueden obsenlarse durante las dan-
de llam~rse el «sentido conductual» de ciertos símbolos domi- zas y libaciones públicas, en los intervalo_s-entre las fases del
i:antes ti~ne la mayor importancia. El hecho es que cualquier ritual propiamente dicho, demuestran abundantemente que el
~po de VId~ ~?cial coherente, organizada, resultaría imposible ritual de la circuncisión no disipa misteriosa ni milagrosamen-
sm la .sup?s.ic10n de que ciertos valores y normas tienen carác- te aquella rivalidad. Aquí las personas pelean como miembros
ter axiomatlco y son o~ligatori?s ~a~a todos. Ahora bien, por de agrupaciones que no están reconocidas en Ja estructura for-
n;i~chas razones, la cualidad ax10matica de esas normas es di- mal del ritual.
fícil de mantener en la práctica, puesto que en la infinita va:iie- Cabe decir que ~ualquier ritual mayor que subraye la impor-
d_ad de_ situaciones reales, normas que en abstracto se consi- tancia de un único principio de organización social, sólo puede
deran i@;lalmente válidas, frecuentemente resultan ser incohe- hacerlo bloqueando la expresión de otros principios importan-
rentes e mcluso entran en conflicto. tes., Algunas veces esos principios bloqueados, y las normas y
Además, las normas sociales, por su propia naturaleza ün- las costumbres a través de las cuales se hacen ef~ctivos, reci-
p_onen r~pre~io:r:es n~ naturales a aquellos que por sus dis~osi­ ben una representación velada y disfrazada en el patrón simbó-
c1ones bi.opsiqmcas tienden a adoptar ocasional o habitualmen- lico del ritual. Otras veces, como en el ritual de la circuncis~ón
te formas de conducta supranormal o anormal. En todos los de los muchachos, irrumpen y se expresan en los intersticios
grupos ?rg~ados la vida social parece manifestar un ciclo, espaciales y temporales del procedimiento. En este ensayo lo
una oscilacion ei:tre p~ríodos en, los que se observa un conjun- que nos interesa principalmente son los efectos que su supr~­
~o de n?rmas axiomaticas y periodos dominados por otro col sión tiene en la estructura d~ sentido de los símbolos donn-
1w;ito diferente. Así como los diferentes aspectos o sectores de nantes.
la conducta ,so~ial están gobernados por normas diferentes y, Por .ejemplo, en el ritual nkula frecuentemente celebrado, los
lo que .es mas rmportante, en la realidad esos sectores se sofa- símbol~s dominantes son un conjunto de objetos rojos, en es-
pan e mterpenetran, dando origen a conflictos de normas · se pecial la arcilla roja (mukundu) y el árbof mukula ya antes
hace necesario reafirmar la validez de ciertas normas ~cta­ mencionado. En el contexto del nkula se dice de los dos que re-
mentales, aislándolas de las otras y separándolas de los contex- .presentan la sangre menstrual y la sangre del parto, la sanf?re
tos en que se .Producen pugnas y conflictos en conexión con que acompaña el nacimiento de un niño. La finalidad ostensiva
ellas. Por est0 es por lo que con tanta frecuencia nos encontra- del ritual es hacer que la_ sangre menstrual de la paciente, san-
mos en el ritual con que. el énfasis ·dogmático y simbólico se gre que ha estado perdiéndose en_ la menorragia, se coagule en
pone en ui:-a únic~ norma, o en un agregado de normas que en torno al feto para alimentarlo. Para conseguir este fin se reali-
un d.eterl!lmad~ nto aparecen estrechamente, y en conjunto ar- za una serie de actos simbólicos. Por ejemplo, los doctores, que
momosamente mterrelacionadas. · son varones, cortan un árbol mukula joven y tallan tina parte
Ahora bien, como a las principales reuniones de este tipo ·Ja de él para darle la forma de un niño; luego introducen esa talla
ge~te acude n.o como agregados de individuos sino como perso- en una calabaza redonda medicada con la sangre de un gallo sa-
n:1~dades sociales ordenadas y organizadas· por muchos prin- crificado con arcilla roja y con algunos otros ingredientes de
ci:p10s Y normas de agrupamiento, no resulta en absoluto fácil color rojo. Aquí las medicinas rojas, dicen los ndembu, repre-
afirmar la clara primacía situacional de las normas que han de sentan la deseada coagulación de la sangre menstrual de la pa-
s~~ ,conmemoradas y enaltecidas .. As'í, en el ritual de la circun- ciente, y la calabaza es una matriz simbólica. En el polo ide~­
cis1?n de ~os muchachos ndembu, las relaciones entre las cate- lógico de sentido, los dos, el árbol mukula y la calabaza medi-
g?nas ~ociales. ta~es co:i:io hombres y mujeres, viejos y jóvenes; cada, representan (como lo hace también el árbol de la leche)
crrcunciso~ e mcrrcunc~sos, y las normas que gobiernan todas el matrilinaje de la paciente, y, a un nivel más elevado de abstrac-
esas, relaciones, son ob3eto de representación formal; pero los ción, el principio mismo de la matrilinealidad. Esta significa-
ción es coherente con_ el hecho de que ivumu, la palabra que
\.
, Símbolos en .el ritual ndembu f 47
46 Victor Turner
·etos y de estas formas de conducta simbólicas s~giere que los
hemos traducido por «matriz», significa también matrilinaje. , J dembu piensan que la. mujer, al no engendrar hijos y desper-
En este simbolismo, más que los aspectos nutritivos de la ma- ~iciar su sangre menstrual, está renunciando activamente al
ternidad, los que se subrayan son los aspectos procreativos. Sin rol que la espera de mujer madura y casada. Está comportán-
embargo, el simbolismo ndembu del rojo, a diferencia del Slln" dose como un hombre matador y no como una mujer nutridora.
bolismo del blanco, del que teuemos un caso en el simbplismo Es una situación análoga, aunque modificada por la matrilinea-
del árbol de la leche, casi siempre hace referencia explícita a )a Iidad, a la de esta declaración del antiguo código judio de Qaro:
violenci~, a la muerte, y en su nivel de sentido más general, a la «Todo hombre está obligado a casarse con una mujer para en-
ruptura, tanto en el orden social como en el natural. Aunque gendrar hijos; y aquel que no cumple con este deber es como
los informantes, al referirse concretamente al. ritual nkula, tien- uno que derrama sangre.» .
den a insistir en los aspectos positivos femeninos del parto y No hace falta ser psicoanalista, basta con buena formación
la reproducción, puede demostrarse que la influencia de otros
sociológica, con una cierta familiaridad con el conjunto del sis-
significados de los símbolos rojos, formulados explícitamente
en otros contextos rituales, se hace sentir en el nkula. Por ejem- tema simbólico ndembu, y con algo de sentido común, para dar-
plo, tanto la arcilla roja como el arbol mukula son símbolos do- se cuenta de que uno de los fines del ritual es lograr que la
minantes en el culto de los cazadores, en el que significan la mujer acepte su destino en la vida, que es parir hij~s y criar:
sangre de los anímales, la carne roja del animal cazado, la he- los para su linaje. El simbolismo sugiere que la paciente esta
rencia, a través d~ cualquiera de los padres, de la destreza en rechazando inconscientemente su rol femerpno; que efectiva-
la caza, y la unidad de todos los cazadores iniciados. También mente es culpable. De hecho, mbayi, un término que designa la
representa el poder de matar que tiene el cazador. Los mismos sangre menstrual, está etimológicamente relacionado con ku-
símbolos rojos, en el contexto del ritual wubanji, celebrado para baya, ser culpable. No tengo tiempo aquí para presentar otras
purificar a un hombre que haya matado a un pariente o a un pruebas de símbolos y de interpretaciones, tant? en el n~i;la
león o a un leopardo (animales de los que se cree que son reen- como ·en los rituales afines, que corroboran esta mterpretac10n:.
carnaciones de cazadores emparentados con los vivientes), re- En la situación del nkula, los p1incipios dominantes celebrados
presentan la sangre del· homicidio. De parecida forma, en el ri- . y reanimados son los de la matrilinealidad; el vínculo madre-hijo,
tual de la circuncisión de los muchachos, esos mismos simbo-. y la continuidad tribal a través de la matrilinealidad. Las nor-
fos representan la sangre de los circuncisos. O, lo que todavía mas en las que se expresan son las que rigen la conducta de las \
tiene más impórtaricia1 en rituales de adivinación y en los que mujeres maduras y les adscriben el papel apropiado a su sexd.
se celebran contra la brujería, representan la sangre· de las' víc- En esta situación, los principios y las normas suprimi-
timas de los brujos que éstos muestran en sus fiestas necró- dos son lo& que conciernen y controlan la conducta perso-
fagas.1 · nal y cooperativa que se considera apropiada para los hombres.
La mayoría de estos ~ignificados están implícitos en el nku· •'El análisis del simbolismo nkula pone de relieve otra fun-
Ía. Por· ejemplo, en una fase del ritual la paciente, vestida con ción importante del ritual. El ritual adapta y readapta périódi-
pieles como Un. cazador y llevando un arco y una flecha, baila camente a los individuos biopsíquicos a las condiciones básicas
una danza especial de cazadores. Ivlientras lo hace lleva· ade- · v a los valores axiomáticos de la vida humana social. En los
más clavada entre sus cabellos, coronando su frente, una pluma rituales de reparación, categoría a la· que pertenece el nkula, el
roja de un pájaro. Es una píuma que sólo los que han· derra- . individuo eternamente rebelde se convierte por cierto tiempo
mado sangre,. }os cazadores, los homicidas y los circuncisores en un ciudadano leal. ·En el caso del nkula, una mujer cuya
tienen derecho a llevar. Por otra parte, tras recibir la talla del conducta es considerada como una muestra de su rebelión con-
niño en aquella matriz simbólica, la paciente danza con ella en tra, o por lo menos de su resistencia a cumplir con, las pautas
un estilo que es característico de los circuncisores cuando blan- de la vida biológica y §.Ocial propias de su sexo, se ve a la vez
den en alto la gra11 medicina nfunda del pabellón de la circun- inducida y obligada por medio de preceptos y de símbolos a
cisión. Mas ¿por qué esta identificación de la paciente con hom- aceptar el destino que culturalmente le está prescrito.""
bres que derraman sangre? El contexto de campo de estos ob-
48
Victor lSímbolos en .el ritual ndembu 49
Monos DE INFERENCIA EN LA INTERPRETACIÓN del análisis es desmenuzar esta amalgama en sus constituyen-
tes primarios. ·,
· 'Cada tip~ de ritual ndembu, como el nkula, tiene sentidos y fines
que los informantes no formulan explícitamente, pero que el ·LA «PROFUNDIDAD» RELATIVA
investigador tiene que inferir basándose en el patrón simbóli-
co Y en la conducta'i\El investigador no será capaz de hacer esas Corno mejor puede llevarse a término esta descomposición tal
-deducciones más que si ha estudiado previamente las configu- vez sea dentro de diferentes marcos de análisis. Yo era antes
raciones simbólicas de muchos otros tipos de ritual en el mis- partidario de hablar de «diferentes niveles de análisis», pero el
mo sistema total, así como los sentidos que a los símbolos coro~ .~ · término «nivel» contiene una implicación de profundidad. que
ponentes de esas configuraciones atribuyen los informantes ex~ hoy rne parece equívoca, a menos q1:e acordemo.s, que «mvel»
pertas. Dicho de otro modo: tiene que estudiar los símbolos no sirnifica cualquier clase de abstraccion. La cuestmn de la pro-_
sólo en el contexto de cada tipo concreto de ritual, sino en el ~didad relativa de las diferentes vías de interpretación de los_
símbolos sigue siendo una cuestión disputada. Los psicoanalis-
contexto del sistema total. Puede incluso resultarle útil, si un . fir us rn·terpretaci·ones de los srm'-
· tas, por eJemp1o, a man que s , ,
mismo símbolo se encuentra por doquier en un área cultural bolos rituales son más profundas que las de los antropologos
extensa, estudiar sus cambios de significado en las diferentes sociales. Por otro lado, los antropólogos, como Monica Wilson,
sociedades
/ de esa área. sostienen que en su nivel más profundo los rituales revelan va-
- 'Prescindiendo del tamaño, hay dos tipos fundamentales de lores que son hechos socioculturales. .
contexto. Uno es el contexto del campo de acción, del que nos En este ensayo he sugerido que diferentes aspectos del su:i-
hemos ocupado con cierto detalle. Otro es el contexto cultural bolismo ritual pueden analizarse unos en el marco de la teona
' dentro del cual los símbolos son considerados como agregado~ estructuralista y otros en el de la antropología cultural. Como
..de sentidos abstractos. Al comparar los diferentes tipos y ta- dije, esto equivale a tratar los símbolos rituales como en_tidades
·.' maños de contextos en que se presenta un símbolo dominante, intemporales. Por la aplicación de esos métodos es posible l!e-
comprobamos con frecuencia que los significados que «Oficial- gar a muchas conclusiones .útiles1 Pero la naturaleza ese.ncial
mente» se le atribuyen en. un tipo concreto de ritual pueden ser tanto de los símbolos dominantes como de las constelaciones
mutuamente consistentes. En cambio, cuando consideramos ese de los símbolos instrumentales es dináinica. Un análisis está- :
símbolo dominante como una un.idad del sistema simbólico. to~ tico aquí presuponqtía .un cadáver y, como die~ Jung, «los sn;i- ,
tal, puede haber considerables discrepancias e incluso contra- bolos están vivos».'.Están vivos sólo en la medida en que estan
dicciones entre los significados facilitados por los informante§. «preñados de significado» para 1os hombi;es y para l~s muje-
Yo no creo que esta discrepancia sea resultado de simple des- res que interactúan observando, transgrediendo y marupulando
cuido e ignorancia ni del desigual reparto de la capacidad de para sus fines privados las normas y los valores . que expresan .
fuerza en un c~p"a ·de acción social, sus propiedades críticas '
los símbolos: · 0i el símbolo ritual se conceptualiza como una",_¡
, c:;omprensión. Creo que es una propiedad esencial de los irran-
'des dominantes simbólicos en todas las religiones.1Símbolo~ así unifi .-, d d' ·d d se
llegan con el paso del tiempo a absorber en su conteni"do de de condensación, polarización y caqon e ispan .ª es ,,
hacen inteligibles. y explicables. En cambio, conceptualizar el
sentidos la mayoría de los aspectos principales de la vida social .símboló como si fuera un objeto y olvidar su importanc::ia para
humana, Y hasta cierto punto llegan a representar a la sociedad la acción lleva con frecuencia a insistir sólo en aquellos a,spec-
, h:umana .en sí Inisma> En cada ritual afirman la primacía situa- tos del simbolismo que pueden ponerse en relación lógica y co-
cmnal de un solo aspecto, o de sólo unos pocos aspectos; -pero herentemente los unos con los otros para formar un. sistema
con su mera presencia aseguran para esos aspectos el reverente abstracto unitario. En una ·situación de campo, la unidad de un
temor que sólo la totalidad humana puede inspirar. Todas las símbolo 0 de una configuración simbólica es la resultante de mu-
contradicciones de la humana vida social, contradicciones entre chas tendencias· convergentes entre sí desde diferentes áreas de
sociedad e individuo, o entre grupos, se condensan y se unifi- la vida biofísica y social. El símbolo es una fuerza independien-
can en una sola representación, los símbolos dominantes. Tarea te, en sí misma producto de muchas fuerzas opuestas.
"'1.13
50 Victor Turner)i en. el ritual ndembu 51
)J símbolos
CONCLUSIÓN: EL ANÁLISIS DE LOS SÍMBOLOS . za - rofundidad si lo contemplamos como un s~c- '
EN LOS PROCESOS SOCIALES donal n{:"':ye~: del sistema ritual ndembu tal y como lo m-
, , . ;,; tor cons 1 . formantes y como lo podemos observar en. <:c-
Esbozare brevemente la forma en que creo que los srmbolos; ten>r.7tan los :U d oro aración con otros sectores del~~­
rituales pueden analizarse fructíferamente. Las celebraciones ción.' Establecien ~ s~. c ~ los prfucipios articuladore~ domi-
0
del ritual son fases de amplios procesos sociales cuyo alcance tema total Y s~ re acion c daremos cuenta muchas veces de que
y complejidad son más o menos proporcionales al tamaño y al. nant~s de ese :ist~~a, no~iertos y ostensibles de un ritual· de-
grado de diferenciación de los grupos en los que se presentan,; los ~es Y proposi os ªdeseos y metas inconfesados e incluso·
Una clase de rituales se sitúa cerca del vértice de toda la jerar, . termJna.do, en~asc~~::m os daremos cuenta de rla compleja re-· '
f
quia de. instituciones reparadoras y reguladoras que corrigen)~' i.p.conscientes,; am ~en s autas de significado abiertas y· las
las desviaciones de la conducta prescrita por la costumbre. Otra·. lación que ex.iste.~n ~e ~ l~s latentes.''Como antropólogos so-
clase pr_eviene las desviaciones y los conflictos: en ésta se in-'' ocultas . las maro es.ª~ nte capaces de analizar el aspecto so-
cluyen .los ritu~les periódicos y los rituales de las ~risis vitales. c~aies, somos ~ot~"?-~~ªPo~emos examinar, por ejempl.o, las rela-
Cada tipo de ritual es un proceso pautado en el tiempo, cuyas c1al de esta reª~º . independ.encia entre la sociedad total
unidades son objetos simbólicos y aspectos serializados de ciones de depenl encif e. onés entre los diferentes tipos .de par- !
y sus partes, Y 8:s re a~i artes del mismo tipo. Podemos. ver·
conducta simbólica.'
Los constituyentes simbólicos en sí mismos pueden clasi- tes Y entre. las dU:er~n
ficarse en elementos. estructurales o «Símbolos .dominantes», cómo el mismo s:ro ~
0
ts
/ominante que en un tipo de ritual
. 0 sociaÍ 0 a un priuópio de orga-
que tiehden a ser fines en sí mismos, y elementos variables o repre~~nta ª un tr~o ~ ~~al represent~ a otro tipo de grup?

r
«símbolos instrumentales», que se usan como medios para los nizac1oi:, e::i ?tro tipo e !!regado de sentidos representa l~ Ulll-
fines explícitos o implícitos de cada ritual determinado. Para lle- o de prmcr¡¡no '. ~n dsu l ª 0 sociedad ndembu más amplia, mclu-
,,,l gar a dar una explicación adecuada del sentido de un símbolb dad Y contmm ªdi ~ ~s
/particular, lo primero necesario es examinar el contexto más am~ yendo sus contra ccion ·
· plio del campo de acción del que el mismo ritual es simplemente
una fase. Aquí hay que considerar qué tipo de circunstancias dan LÍMITES DE LA COMPETENCIA ANTROPOLÓGICA ACTUAL
motivo a la celebración del ritual; si son circunstancias relacio-
nadas con los fenómenos naturales, o con los procesos econó- .d 1 elación entre los elementos
micos y tecnológicos, o con las crisis vitalés humanas, o corl. Cuando pasamos ª. cons1 . erar :~dividuo nuestro análisis tie-
la ruptura ·de relaciones sociales cruciales. Las circunstancias nor.mativos. de la vida soc:d~re incompletd. Esa relación entra
determinarán probablemente la clase de ritual. que se celebra. ne necesariamente 9-ue q , bolos rituales. Pero con ella
Los fines del ritual guardarán relación abierta e implícitamente también en el sent1?0 de los u~~ra actual competencia antro-
con las circunstancias antecedentes y a la vez ayudarán a de- llegamos a los confine,s det ~os de la estructura y las propie-
ter~nar el sentido de los símbolos. Luego hay que estudiar los pológica, en cua.nto ah1 tra a científico tradicionalmente es-
símbolos en el contexto concreto de ese ritual. Es aquí donde dades de las psiques, un. c':mpo estras En el otro ex-
se recurre a la ayuda de los informantes indígenas. Y es aquí tudiado por disciplindas distt~ndtoass ~:1 l:~;~olo no.s encontramos,
también donde podemos hablar legítimamente de «niveles» de tremo del espectro . , e sen l
. d .. . ,
d 1 y con el ps1cologo soci. al ' e
el ps1cologo m IVl . ua ·
interpretación, porque, los simples creyentes facilitarán al in- pues, con , ·-, ·a-·1r . ( ···se me permite esta broma a un
vestigador significados simples y exotéricos, mientras que lós inc~uso, ro.as. alla e e ?:n;; su cabeza de Medusa,. está e~ p_si-
especialistas le proporcionarán explicaciones esotéricas y textos am1go envidiado), blandí . piºdra al temerario m-
más elaborados. Luego hay que atender a la conducta dirigida coanalista, preparado para conve_rtir ~a ·'"'
a cada símbolo, porque esa conducta es un importante compo- truso en las cavernas de su. termmoloº . la luz del día so-
ri.erite de su significado total. Estremecidos Y agrade.cid~~ r~_gr;:ª:ef ~e~tido de un símbo-
Con ello· estaremos .en condiciones de presentar el ritual cial.',Aquí los elementos s1gn ica iv , bolo hac"" y con lo nue
., 1 que ese srm ~ '"'" · ·
como un sistema de significados. Mas ese sistema adquirirá adi- lo guardan relac1on con o . . Esos aspee ~os no
con él se hace; por quienes Y para qmenes.
\.
52
Victor 2. SIMBOLISMO RITUAL, MORALIDAD *
y ESTRUCTURA SOCIAL ENTRE LOS NDEMBU
pu.ed~n. ser entendidos más que si se toma en cuenta desde
. prmc1pio, Y se representa por los constructos teóricos f
~os, la situ~ció~ _total del campo en que se representa el
bolo. ~sa situac10n tendría que incluir la estructura del grupo
que cele~ra ~! ritual que observamos, los principios bá~icos de,
su or.garnzac10n y sus relaciones perdurables, su actual división'•
en alianzas y facciones transitorias sobre la base de sus
ses Y ambiciones inmediatas; porque las dos cosas, la estructu-
ra permane;cite y la~ formas re.currentes de conflictos y de
tereses egoistas · estan estereotipadas en el simbolismo
Cuando hemos recogido las interpretaciones que nuestros in- En este artículo me propongo discutir la estructura semántica •
fo~~~tes dan de un d~terminado símbolo, nuestro trabajo y las propiedad{fs. de algunos de los prmcipales símbofos del
análisis no ha hecho mas que empezar. A continuación tenemos ritual ndembu. Cada tipo de ritual puede ser considetado como
que aproximarnos gradualmente al sentido de. acción de una configuración de símbolos, una especie de pentagrama. en
tro ~ímbolo a través de lo que Lewin (1949, p. 149) llama «una el que los símbolos serían las notas. El símbolo es la más peque-
creciente especificación» del contexto significativo de ña unidad con estructura específica en el -ritual ndembu. El tér-
más, ~m:plio a~ más estr_icto. Sólo en el c~so de este proceso mino vernáculo equivalente a símbolo es chinjikijilu, de ku-jiki-
analít~co .a.dqmeren sentido como objetos de estudio científico jila, «marcar el rastro», arrancando con el hacha pedazos de la
los «significados» de nuestros informantes.'·· corteza de los árboles, o rompiendo y doblando ramas para que.
sirvan de guía desde lo desconocido de la selva hasta los cami-
nos conocidos; Un símbolo es, pues, una marca, un mojón, algo
BrnuoGRAFtA que conecta lo desconocido' con lo .conocido ... El término ndem- _
bu pertenece al vocabulario de la caza e ilustra el elevado va-
Bett~Iheim, Bruno ,1954: Symbolic wounds: Puberty rites and the en- lqr ritual que se concede a esa'á.ctividad. Por otra parte, al
vzous male, Glencoe, Ill., Free Press. [Heridas simbólicas Barcelona
Barral, 1973]. ' ' discutir sus símbolos con los ndembu se advierte enseguida
Durkheim,. E., 1954: Elementary forms of the religious life, Londres, Allen que usan constantemente el término ku-solola, «hacer visible»,
&: Unwm. [Las formas elementales de la vida religiosa' B · Afres' Scha-
prro]. «revelan>, y que también ese / término lo asocian con aspectos_
Fenichel, Otto, 1946: The psychoanalytic theory of neuroses, ·Londres, de la caza. De hecho, en .su vocabulario ritual los derivados
Routledge & Kegan Paul. - de. ese verbo son frecuentes; Por ejemplo, el altar temporal que
Junng., Carl G., 1949: Psychologicar'types, Londres, Routledge & Keaan se erige en el ritual para propiciar a fos espíritus de los parien-
h~ i ) o
tes difuntos del cazador, muy frecuentemente consiste en una
Lewin! K., 1949: Field theory in social science, Londres Ta\'ÍStock Publi-·
cations. ' rama ahorquillada to:rgada del árbol musoli. Los ndembu me di-
Nad_d, S. F., 1954: Nupe religion.. Londres, Routledge & Kegan Paul. . jeron que ese árbol se usaba como símbolo en el ritual del ca-
Saprr/E .. «Symbols», Encyclopedia of the Social Sciences xrv Nueva York zador porque sus frutos y sus brotes jóvenes son muy aprecia-
Macmillan ' ' '
dos por el antílope CtuIB:e~or otros animales de la selva, que
Wilso~, M.! 1957: Ritual of kinship {lmong the Nyakyusa Londres Oxford abandonan sus escondrl]os para.c:.omerlos, momento en. el que
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pueden ser fácilmente abatidos por un cazador oculto, o en otro
cáso pueden caer en las trampas que los cazadores hayan pre-
parado. El árbol, dicen los ndembu, hace la caza «visible». Por
eso, usan trozos de ese árbol como medicinas (yitumbu) en los

* Leído .en .diciembre de 1960 en Salisbury, Rodesia (Third Internatio-


nal African Seminar). Publicado originalmente en Portes, M., y Dieterlen,
G. (comps.). African system of though, Londres, Oxford University Press.

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