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Victor Turner
Victor Turner
por
VICTOR TURNER
siglo
veintiuno
editores
1. SIMBOLOS EN EL RITUAL NDEMBU *
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Símbolos en el ritual ndembu
22 Victor
ción, que es ocasión de otro ritt;al menos, elaborado. Efectiv~
esencialmen~e implicados en el proceso social. Ast Uegué.a rnente, el tema central del nka11;g a es el VInc:D-~ de la ~~ctap.cia
la_s__c;_e_leln:aqopes __ri_tuales como fases _§specíficas de los entre l¡;¡. madre y el hijo, no el vmculo del nqcumento. Este tema
s~~Qc:ial~~ por ios que los grupos llegaban a ajustarse a sus
d~ fa lactancia se expresa en el nkang'a por varios símbolos su-
cambios internos, y a adaptai·se a su medio ambiente. -En - plementarios indicativos Yiel acto de la alirnentac~ón y de la _ma-
persp-ecti'va, el símbolo ritual se convierte en un factor de la ac- teria de los alimentos, En tercer lugar, las mujeres descr~?en
ción social, una fuerza positiva en un campo de actividad. El el árbol de la leche COÍnO «el árbol de una madre Y de SU hiJO».
\ s~bolo vi~ne a asociarse a los humanos intereses, propósitos, Aquí el referente se ha desplazado de !ª
descrip~ión de un acto
. i fines,· medios, tanto si éstos están explícitamente formulados biológico, el amamantamiento, a. un vmcul~ s?cial de profunda
1
Vcomo si han de inferirse a partir de la conducta observada. La importancia tanto para las relac10nes dom,es~icas con:o para la
{ estructura y las propiedades de un símbolo son las de una en- estructura de la sociedad ndembu. Este últrmo s~ntido se ex-
¡ tidad dinámica, al menos dentro del contexto de acción ade- presa con la mayor claridad en un _texto que recogi de un espe-
, ct.¡.ado. cialista ritual varón. Lo traduzco literalmente:
El árboi de la Jeche es el lugar de todas las madres del linaje (ivumu,
literalmente ,;matriz» o «estómago»). Representa a la_ :mtepasada de mu-
ESTRUCTURA Y PROPIEDADES DE LOS SÍMBOLOS RITUALES jeres y hombres. El árbol de la leche es don~e dunmo nues~~a an~epasa-
da cuando fue iniciada. Una antepasada despues de otra di:rrmo aqlll h::i:sta
'\1 ·r- . -
-(),,...) ¡!:-.tt_~~t~c~ura y__l~s,_,P.r<:>p_1ec:l~ci~s de. los símbolos rituales pue-
nuestra abuela, basta nuestra madre, hasta noso~r?s rrusmos los hiJOS.
Este es el lugar de n~stra costumbre tribal (muchzdz) 1, donde empe~amos
/", ~.... · d?n deduc~rs~ a partrr de tres c:.la~es de datos: J) forma externa incluso nosotros los hombres, porque a los hombres se les hace la circun- _
., __ Í. •. ,Y;C<tracte:1s.ticas ob_s:rvables; t7) mterpretaciones ofrecidas por cisión bajo un árbol de la leche. -
¡ ?: lo~ espec1ahsta,s_reljg1osos }':por los simples fieles; '3) contextos
Este texto resalta claramente los sentidos. del árbol de la le~he ::-·:
• - 1 ~i11nific~tivos _en gran parte elaborados por el antr~pólogo. ·
-.. · :D~re un ejemplo. En el r¡.kang'a, el ritual de la pubertad de que se refieren a los principios y a los valo~~s de 1~ orgamza- : ·
las mu~hachas, la novicia, envuelta en una manta, yace al pie ción social. A determinado nivel de abstraccion, ~l arbol de la~
• d.t! un vastago de mudyi. El árbol mudyi, Diplorrhyncus condylo- leche está por la matri!~lidad 1• el principio de~ ~ue ~epende :
·. · carpan, es notable por su látex blanco, que exuda en gotas le-. la contmüídiéldela-sociedad ndembu. La matnlmeahdad go-
~ . , . C:PO!;;as cuando se araña su delgada corteza .. Para los ndembu bierna la sucesión en los cargos y la herencia de la propiedad, e
ésta. es la más. importan,te de sqs características observables, po; mv'iste con los derechos dominantes de residencia en. las uni_da- ·
lo que a parnr de aqm me propongo llamarlo «árbol de la le- . des locales.i Más que cualquier otro principio de la orgamza-
ción social, la matrilinealidad confiere orden y es~ructura a la -
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ciedad ndembu. Hombres y mujeres son componentes de _es_e ;• dominantes tienden a convertirse en focos de interacción. Los
continuo espacio-temporal. Tal vez por esto un ndembu instrui: · · ITTUpos se movilizan en torno a ellos, celebran sus cultos ante
do, tratando de tender un puente entre nuestras dos culturas, ;nos, realizan otras actividades simbólicas cerca de ellos ~· con
me explicaba que el árbol de la leche era como la bandera bri- frecuencia, para organizar santuarios compuestos, les anade:1
tánica que ondeaba sobre los edificios de la administración. «El otros. objetos simbólicos. Habitualmente, esos grupos de Par_1:1:_-
mudyi es nuestra bandera», me dijo. . cipantes representan ellos también importantes componentes
Al hablar del simbolismo del árbol de la leche en el contexto del sistema social secular, componentes que pueden ser grui::os
corporativos, tales como familias º. linaj~s,. o meras cat_egonas
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La_p_ropiedad más simple ~:ºf~e~:des de los. ~ímbolos rituales. son hechos sociales, «representaciones colectivas», aunque. ta- O 1
y. acciones representadas e . c~ndensacion: muchas cosas les que apelan al más bajo denominador común del sentimien- ~
lugar, un símbolo domm· tn una so a f?~ma~ión. En segundo to humano. La segunda acepción ~de «groseros» es «abiertamen-
. .
d ispares, an e es una unificación d . ·¡· te y hasta flagrantemente fisiológicos». Así el árbol de la le-
interconexos porqu · · --~ e signz icata
. .
1og_as o porque estan' . . d e poseen en común lid d .. , -· che tiene el sentido grosero de los pechos, la leche de los pe-
asocia os d e hecho cua a es. ana-
1
Esas cualidades 0 esos vínculos . -~ en e pensamiento. chos y la acción de amamantar. Estos significados también son
mos ser totalmente trivi 1 de aso_cia~ioi:. pueden en sí mis- además groseros en la medida en que representan aspectos de
a es o estar distnbmdos al azar o muy la experiencia universal ndembu. Otros símbolos ndembu, en sus
polos sensoriales de significado, representan temas tales como
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la sangre, los genitales masculinos fe .
na y las heces. Esos m. - , b y merunos, el semen, la ori- ·te físico con lo estructuralmente normátivo, de lo orgánico con
de sentido representani~X:~f~ olas, e~ si:s polos ideológicos lo social. Esos símbolos son coincidencia de cualidades opues-
sociales, primarios, domésticos, p;'lí~i~~~~mdad de los grupos tas, uniones de lo «alto» y lo «bajo».'No es necesario un cono-
cimiento detallado de ninguna de las psicologías profundas ac-
tuales para sospechar que tal yuxtaposición, o incluso interpe-
REFERENCIA Y CONDENSACIÓN netr~?ión d~ ºIJuestos e~ los símb_olos, guarda conexión con si:
func10n social.VA Durkhe1m le fascmaba el problema de por que
Desde hace much~ tiempo s d . . muchas normas y muchos imperativos sociales son considera-
ca que los símbolos rituales ~o~ mit~ en literatura ~tropológi dos por quienes tienen que observarlos al mismo tiempo como
la formulación más explícita de estimulo~ ~~ emoc10n. Tal vez «obligatorios» y como «deseables». Los estudiosos están dándo-
Edward Sapir en la Ene el ~sta posic10n sea la que hizo se cuenta de que el ritual es precisamente un mecanismo que
PP 492-493) S . d" . y opaedza of the Social Sciences (XIV
· . apir istmgue de una , . periódicamente convierte lo obligatorio en deseable: Dentro de
distinción de Jung dos clase, . . lmanera que recuerda la :;;µ trama de significados, e_l símbolo dominante pone a las nor-
mera la llama de ~ímb s prmc~pa es de símbolos,_ A la pri- . mas éticas y jurídicas de la sociedad en estrecho contacto con
gua oral, la escritura ~;~s ~:~enciales .. Incluye en ésta la 1eii- fuertes estímulos emocionales. En el ritual en acción, con la ex-
banderas y otras org~aci e~as r;acionales, las :eñales de citación social y los estímulos directamente fisiológicos -músi-
artificios económicos con f~~:sde e s~mbol~s convemdos como, ca, canto, danza, alcohol, drogas, incienso-, el símbolo ritual efec-
de Jung, el símbolo referencial re erei:icia. Como el «Signo» . , túa, podríamos decir, un intercambio de cualidades entre sus
y se refiere a hechos conocidos e~ predommantemente cognitivo dos polos de sentido: las normas y los valores se cargan de
incluye la mayoría de los símb .1 a s_egunda clase, en la que se emoción, mientras que ll;ls emociones básicas y groseras se en-
los de condensación definidos o os ntu~les, es la de los símbo- noblecen a través de su contacto con los valores sociales. El fas-
mente condensadas de campo tpo~ Sapir co~9 .«formas suma- ticlio de la represión moral se convierte en el «amor a la virtud» .
. , dº r amiento sustitutivo p Antes de seguir adelante con nuestro análisis, tal vez sea
s~on rrecta, que penniten la fácil lib ., i a~~ expre-
cional en forma conscient . ~rac10n fie la tens10n emo- conveniente formular de nuevo las principales propiedades em-
densación está «saturado ~~ mcf·~s~ente». ! símbolo de con- píricas de los símbolos dominantes, derivadas de nuestra cla-
cipal diferencia en el desarro~~a ~ a e~ e~oc10~ales». La prin- sificación de los datos empíricos pertinentes: 1) condensación;
lismo, en ooinión de Sa . e e: os os tipos de simbo- 2) unificación de significados dispares en una única formación
ferencial se forma a tra~:1', des que «mientr~~ el simbolismo re-
i símbólica; 3) polarización de sentido.
. . d es e una elaboracion form 1 1d
mmio e lo consciente el . b li a en e o-
sus raíces profundame~te sun .º smo. de condensación hunde
r.--.
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cualidad emocional ti os ~~ lo mconscient~, e iI_npregna con su
!_JJ.ente muy alejados d~l senti~~nd~c.ta y situ~c10nes aparente-
La formulación de S .
1í .
ongmal del sunbolo».
apir resulta muy clarifi d s b ·
SÍMBOLOS DOMINANTES E INSTRUMENTALES
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Símbolos en el ritual ndembu " 39
Como la mayoría de las religiones patriarcales, también oscilan entre la
geterminables que inducen a las personas y a los grupos a lal da su sentido. Ninguna religión,.es f~lsa: todas responden, aun-
acción.11En ese mismo contexto de campo es además donde laS:: que de diferentes maneras, ;i las condiciones dadas de la exis-
propiedades que hemos descrito, a saber, la polarización de sen-· tencia humana»l J;.ntre esas condiciones dada:' el ordenamiento
tidos, la transferencia de cualidades afectivas, la discrepancia de la sociedad en~¡Q"rupos estructurados, las discrepancias entre
entre sentidos y la condensación de sentidos resultan más im- ·1as principios qu:' organizan a esos grupos, la colaboración Y
portantes. El símbolo como una unidad de' acción qu~ pose~ la competencia económica, el cisma dentro de los grupos y la
todas esas propiedades se convierte en objeto de estudio tan-·· oposición entre los grupos, en resum~n, tod~s aqi.:ellas ~osas
to de la antropología como de la psicología. Las dos disciplinas, con las que se relaciona el aspecto social del simbolismo ritual,
en la medida en que se interesan por las acciones humanas, tie- tienen sin duda cuando menos igual importancia que los impul-
nen que conceptualizar el, símbolo ritual de la misma manera. sos biopsíquicos y el condicionamiento p:ecoz en. el sen? de la
Las técnicas y los conceptos del antropólogo le capacitan familia elemental. Después de todo, el srmbolo ritual tiene en
para analizar tompetentemente las interrelaciones entre los da- común con el símbolo onirico la característica, descubierta por
t~s asociados al polo ideológico de sentido. Igualmente le capa- Freud, de ser una formación ,dei compromiso entre dos ten-
citan para analizar la conducta social dirigida hacia el símbolo dencias básicamente opuestas. Es un compromiso en~re la ne-
dominante total. Lo que no puede hacer en cambio, con su pre- cesidad de control social y ciertos impulsos humanos innatos Y
paración actual, es discriminar entre las fuentes precisas de los universales de cuya completa gratificación se seguiría la rup-
sentimientos .y deseos inconscientes que determinan en gran tura de ese control. Los símbolos rituales se refieren a lo que
parte la forma externa del símbolo, seleccionan unos objetos ·es normativo, general y característico de individuos únicos. Así,
naturales con preferencia a otros para servir como símbolos y ·par ejemplo,llos símbolos ndembu se refieren; entre otras. co-
explican ciertos aspectos de la conducta asociada a los símbo- sas a las necesidades básicas de existencia social (caza, agricul-
los:'. Para él, es suficiente con decir que el símbolo evoca emo- tur~, fertilidad de las mujeres, condiciones climáticas favo.ra-
ciones. Lo que le interesa es el hecho de que la emoción sea bles, etc.) y a los valores comp.srtidos de que depende la vida
.evocada y no las cualidades específicas de sus constituyentes. comunitaria (generosidad, camáradería, respeto a los :U~yor~s,
De hecho, puede considerar situacionalmente relevante para sus importancia del parentesco, hospitalidad, e,tc.)_. Par~ ~s!mgurr
análisis el distinguir si la emoción evocada por un símbolo es- . . lo entré símbolos rituales y símbolos psiqwcos mdividuales,
pecífico posee el carácter grosero de, por ejemplo, agresión; te- quizá podamos decir que mientras los símbolos rituales son :r;ie-
mor, amistad, ansiedad o placer sexual; pero más allá de esto dios groseros de manejar la realidad social y nat~al, l?s s1m-
no necesita pasar. Para él el símbolo ritual es en primer tér- bolos psíquicos se forman fundamentalmer:te baJO la mflu~?
mino un factor en una dinámica de grupos, y en consecuencia cia de impulsos internos. Al analizar los primeros, la atencion
sus aspectos de mayor interés son sus .referencias a los grupos, debe centrarse principalmente en las relaciones entre los da-
las relaciones, los valores, las normas y las creencias de una tos externos y la psique; al analizar los segundos, en dat.os en-
sociedad .. _Son otras palabras, el antropólogo trata el polo sen- dopsíquicos. ,
sorial de significado como si fuera una constante, mientras que Por esta razón, el estudio del simbolismo ritual queda mas
los aspectos sociales e ideológicos los trata como variables cu- bien dentro de la competencia del antropólogo soc~al que_ no
yas interdependencias tiene que explicar:.• . dentro de la competencia del psicólogo o d~l psicoan~ista,
Por otra parte, yo pienso que en su análisis del simbolismo aunque estos últimos puedan ayudar al antropologo examman-
~tual los psicoanalistas tendrían que conceder más importan- do la naturaleza y las interconexiones de los datos agrupados
cia de la que ahora dan a los factores sociales. Deberían dejar en el polo sensoria~ del simbolismo ritual. Puede también, _me
de considerar las interpretaciones, las creencias y los dogmas parece, esclarecer a'lgunos aspectos de la conducta estereotipa-
como meras racionalizaciones, pues con suma frecuencia se re- da asociada con los símbolos en contextos de campo, aspectos
fier~n .~ realidades sociale,s y naturales. Porque, como ~qr;k°li!'!@ / que los actores mismos son incapaces de explicar. Po:que, co:no
escribio (1954-; pp. 2s), «las religiones primitivas se afirman en hemos visto, es mucho lo que en esa conducta sugiere actitu-
la realidad y la expresan. Hay que aprender a mirar por deba- des que difieren radicalmente de las que se consideran a~ecua
jo del símbolo a la realidad que el símbolo representa, la que le das en términos de la exégesis tradicional. De hecho, ciertos
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ta.mente conocidos y nonpalm~nte m_E;nci~n~bles. Las energ!as
conflictos parecen ser tan básicos que bloquean totahnente l~ brutas del conflicto se domestican· al serv1c~o -del ?rden social.
exégesis. Aquí tengo que decir qúe me parece posible, e mc11:1-so nece-
sario, analizar los símbolos en el conte:C~º ~e las emoc1o~e7 ob-
servadas. Si el investigador está fam11Ianza~o con el idioma
LA INTERPRETACIÓN DE LAS EMOCIONES OBSERVADAS mún en el que una sociedad expresa emociones, tales como
~~ amistad, el amor, el odio, la alegría, la pena, e~ coi:tento ?
Pero ¿podemos realmente decir que la conducta que expresa 1 temor ' no-puede dejar de observar que en las s1tuac10nes n-
A'
conflictos entre personas y grupos, representados por los sím- etuales ·
se experimentan esas emociones. s1, en e1 n k ang' ~ cuan-
bolos como unidos en armonía, sea conducta inconsciente en el do las mujeres se ríen y se burj_an de los _hombre~, o rmpor-
pleno sentidp freudiano de esa palabra? Los mismos ndembu, tunan a la novicia y a su madre o se pelean e~t;:~ s1 por el cu-
en muchas situaciones ajenas al nkang'a, tanto seculares como charón de chipwii}upwilu, y así sucesivru:iente, difíc~ente puede
rituales, se muestran perfectamente conscientes y dispuestos a el observador dudar de que esas emoc10nes se despierten real-
hablar de hostilidad en las relaciones entre madres e hijas con-
m ente en los actores además de ser representadas forroalmen-
cretas, entre sublinajes concretos y entre muchachas concretas te en la costumbre ritual (¿Qué es Hécuba para e'1, o e'l para H'e-
y las mujeres adultas de sus poblados. 'fi:>arece más bien como si cuba, que tengá él que llorar por ella?). ,
en ciertas situaciones públicas exactamente definidas, y usual- l
Esas emociones se representan y evocan en estrecha rela-
mente de tipo ritual o ceremonial, rigiera una norma contra la _ción con los símbolos dominantes de la cohesión y contU:uidad
explicitación verbal de conflictos de algún modo relacionados- tribal, frecuentemente por la ejecución de una conducta n_istru-
con los. principios y las reglas que se celebran o dramatizan en mentalmente simbólica. Sin embargo, como con frecuenc1_a es-
esas situaciones. Cuando la ocasión se consagra a la comnemo- . tán- asociadas con la mimesis del conflicto interpersonal e mter-
ración y reanimación pública de normas y de valores en su abs- grupal, a esas ·emociones y a esos actos de conducta _no .se les
tracta pureza, sencillamente no se mencionan las evidencias de da entrada entre los sentidos oficiales, verbales, atnbUidos a
la pasión y de la fragilidad humanas.· los símbolos dominantes. /
Sin embargo, como hemos visto, hay tipos de conflictos re-
currentes que pueden ser representados en forma rini'al o ce:
remonial. En las grandes ocasiones rituales, la práctica común LA SUPRESIÓN SITUACIONAL DEL CONFLICTO
recibe expresión simbólica o estereotipada, igual que los más EN LA INTERPRETACIÓN-
elevados principios; pero la práctica, que está casi en su tota-
lidad bajo el imperio de lo que todas las sociedades consideran La emoción y la praxis, efectivamente, dan vida· y colorí?-? a los
COIDO la «naturaieza inferior» del hombre, está saturada de ex- valores y a las normas, mas la conexión entre la expres10n c?n-
presiones de conflicto. Los intereses egoístas y de facción, la ductal del conflicto y los componentes normativos de cada tipo
ruptura de los juramentos, la deslealtad, los pecados· de ·omi- de ritual 'y de sus símbolos dominantes, ~ara vez l~ ~ormulan
sión tanto como los de comisión, contaminan y desfiguran los explíéitamente los actores participantes. Solo persomficar;.do_ 1~
prototipos ideales de conducta que el precepto, la plegaria, la sociedad, considerándola como un tipo de entidad su~ra~?iv1-
fórmula y el símbolo presentan ante la asamblea reclamando. dual, podríamos. hablar aquí de <cinconsciente»¡ Cada n_idiv1duo ·
su exclusiva atención. En la interpretación ortodoxa del ritual .participante en el ritual nkang'a es plenamente consciente d~
se pretende que la práctica común no tiene importancia y que que los parientes se pele:m encon~da~~nte por los ?-~rec~os }
los hombres y las mujeres son realmente corno idealmente ten- las obligaciones que confiere el pnn~1pi~ de l~ ~atr~ealidad,
drían que ser. Pero, como más arriba sostuve, la «energía» re- mas la expresión verbal de esa conciencia esta s1tuac1onalmen:
querida para reanimar los valores y las normas consagradas te reprimida: los participantes tienen 9-1:1e co_mportarse co_mo s1
en los símbolos dominaÍltes y expresados en varios tipos de los conflictos generados por la matrilinealidad .fueran irrele-
comportamiento verbal, se toma <cprestada», por decirlo meta- vantes.
fóricamente, de la representación -mímica de conflictos perfec-
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Es~o no significa, com~ cree Nadel, <;rue lo que no llega a se:¡z
verb:1~ado ca~ezca efectivamente de rmportancia ni para los participantes en la asamblea ritual asisten como miembros de
part:c1pantes 111 para el antropólogo. Antes al contrario, en la grupos corporativos, tales como los poblados y los linajes, que
medida en que el ant¡;opólogo considera de su incumbencia los en la vida secular rivalizan los unos con lqs otros: La gran can-
problemas de la acci~n social, la supresión verbal de lo que pue- tidad de riñas y peleas que pueden obsenlarse durante las dan-
de llam~rse el «sentido conductual» de ciertos símbolos domi- zas y libaciones públicas, en los intervalo_s-entre las fases del
i:antes ti~ne la mayor importancia. El hecho es que cualquier ritual propiamente dicho, demuestran abundantemente que el
~po de VId~ ~?cial coherente, organizada, resultaría imposible ritual de la circuncisión no disipa misteriosa ni milagrosamen-
sm la .sup?s.ic10n de que ciertos valores y normas tienen carác- te aquella rivalidad. Aquí las personas pelean como miembros
ter axiomatlco y son o~ligatori?s ~a~a todos. Ahora bien, por de agrupaciones que no están reconocidas en Ja estructura for-
n;i~chas razones, la cualidad ax10matica de esas normas es di- mal del ritual.
fícil de mantener en la práctica, puesto que en la infinita va:iie- Cabe decir que ~ualquier ritual mayor que subraye la impor-
d_ad de_ situaciones reales, normas que en abstracto se consi- tancia de un único principio de organización social, sólo puede
deran i@;lalmente válidas, frecuentemente resultan ser incohe- hacerlo bloqueando la expresión de otros principios importan-
rentes e mcluso entran en conflicto. tes., Algunas veces esos principios bloqueados, y las normas y
Además, las normas sociales, por su propia naturaleza ün- las costumbres a través de las cuales se hacen ef~ctivos, reci-
p_onen r~pre~io:r:es n~ naturales a aquellos que por sus dis~osi ben una representación velada y disfrazada en el patrón simbó-
c1ones bi.opsiqmcas tienden a adoptar ocasional o habitualmen- lico del ritual. Otras veces, como en el ritual de la circuncis~ón
te formas de conducta supranormal o anormal. En todos los de los muchachos, irrumpen y se expresan en los intersticios
grupos ?rg~ados la vida social parece manifestar un ciclo, espaciales y temporales del procedimiento. En este ensayo lo
una oscilacion ei:tre p~ríodos en, los que se observa un conjun- que nos interesa principalmente son los efectos que su supr~
~o de n?rmas axiomaticas y periodos dominados por otro col sión tiene en la estructura d~ sentido de los símbolos donn-
1w;ito diferente. Así como los diferentes aspectos o sectores de nantes.
la conducta ,so~ial están gobernados por normas diferentes y, Por .ejemplo, en el ritual nkula frecuentemente celebrado, los
lo que .es mas rmportante, en la realidad esos sectores se sofa- símbol~s dominantes son un conjunto de objetos rojos, en es-
pan e mterpenetran, dando origen a conflictos de normas · se pecial la arcilla roja (mukundu) y el árbof mukula ya antes
hace necesario reafirmar la validez de ciertas normas ~cta mencionado. En el contexto del nkula se dice de los dos que re-
mentales, aislándolas de las otras y separándolas de los contex- .presentan la sangre menstrual y la sangre del parto, la sanf?re
tos en que se .Producen pugnas y conflictos en conexión con que acompaña el nacimiento de un niño. La finalidad ostensiva
ellas. Por est0 es por lo que con tanta frecuencia nos encontra- del ritual es hacer que la_ sangre menstrual de la paciente, san-
mos en el ritual con que. el énfasis ·dogmático y simbólico se gre que ha estado perdiéndose en_ la menorragia, se coagule en
pone en ui:-a únic~ norma, o en un agregado de normas que en torno al feto para alimentarlo. Para conseguir este fin se reali-
un d.eterl!lmad~ nto aparecen estrechamente, y en conjunto ar- za una serie de actos simbólicos. Por ejemplo, los doctores, que
momosamente mterrelacionadas. · son varones, cortan un árbol mukula joven y tallan tina parte
Ahora bien, como a las principales reuniones de este tipo ·Ja de él para darle la forma de un niño; luego introducen esa talla
ge~te acude n.o como agregados de individuos sino como perso- en una calabaza redonda medicada con la sangre de un gallo sa-
n:1~dades sociales ordenadas y organizadas· por muchos prin- crificado con arcilla roja y con algunos otros ingredientes de
ci:p10s Y normas de agrupamiento, no resulta en absoluto fácil color rojo. Aquí las medicinas rojas, dicen los ndembu, repre-
afirmar la clara primacía situacional de las normas que han de sentan la deseada coagulación de la sangre menstrual de la pa-
s~~ ,conmemoradas y enaltecidas .. As'í, en el ritual de la circun- ciente, y la calabaza es una matriz simbólica. En el polo ide~
cis1?n de ~os muchachos ndembu, las relaciones entre las cate- lógico de sentido, los dos, el árbol mukula y la calabaza medi-
g?nas ~ociales. ta~es co:i:io hombres y mujeres, viejos y jóvenes; cada, representan (como lo hace también el árbol de la leche)
crrcunciso~ e mcrrcunc~sos, y las normas que gobiernan todas el matrilinaje de la paciente, y, a un nivel más elevado de abstrac-
esas, relaciones, son ob3eto de representación formal; pero los ción, el principio mismo de la matrilinealidad. Esta significa-
ción es coherente con_ el hecho de que ivumu, la palabra que
\.
, Símbolos en .el ritual ndembu f 47
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·etos y de estas formas de conducta simbólicas s~giere que los
hemos traducido por «matriz», significa también matrilinaje. , J dembu piensan que la. mujer, al no engendrar hijos y desper-
En este simbolismo, más que los aspectos nutritivos de la ma- ~iciar su sangre menstrual, está renunciando activamente al
ternidad, los que se subrayan son los aspectos procreativos. Sin rol que la espera de mujer madura y casada. Está comportán-
embargo, el simbolismo ndembu del rojo, a diferencia del Slln" dose como un hombre matador y no como una mujer nutridora.
bolismo del blanco, del que teuemos un caso en el simbplismo Es una situación análoga, aunque modificada por la matrilinea-
del árbol de la leche, casi siempre hace referencia explícita a )a Iidad, a la de esta declaración del antiguo código judio de Qaro:
violenci~, a la muerte, y en su nivel de sentido más general, a la «Todo hombre está obligado a casarse con una mujer para en-
ruptura, tanto en el orden social como en el natural. Aunque gendrar hijos; y aquel que no cumple con este deber es como
los informantes, al referirse concretamente al. ritual nkula, tien- uno que derrama sangre.» .
den a insistir en los aspectos positivos femeninos del parto y No hace falta ser psicoanalista, basta con buena formación
la reproducción, puede demostrarse que la influencia de otros
sociológica, con una cierta familiaridad con el conjunto del sis-
significados de los símbolos rojos, formulados explícitamente
en otros contextos rituales, se hace sentir en el nkula. Por ejem- tema simbólico ndembu, y con algo de sentido común, para dar-
plo, tanto la arcilla roja como el arbol mukula son símbolos do- se cuenta de que uno de los fines del ritual es lograr que la
minantes en el culto de los cazadores, en el que significan la mujer acepte su destino en la vida, que es parir hij~s y criar:
sangre de los anímales, la carne roja del animal cazado, la he- los para su linaje. El simbolismo sugiere que la paciente esta
rencia, a través d~ cualquiera de los padres, de la destreza en rechazando inconscientemente su rol femerpno; que efectiva-
la caza, y la unidad de todos los cazadores iniciados. También mente es culpable. De hecho, mbayi, un término que designa la
representa el poder de matar que tiene el cazador. Los mismos sangre menstrual, está etimológicamente relacionado con ku-
símbolos rojos, en el contexto del ritual wubanji, celebrado para baya, ser culpable. No tengo tiempo aquí para presentar otras
purificar a un hombre que haya matado a un pariente o a un pruebas de símbolos y de interpretaciones, tant? en el n~i;la
león o a un leopardo (animales de los que se cree que son reen- como ·en los rituales afines, que corroboran esta mterpretac10n:.
carnaciones de cazadores emparentados con los vivientes), re- En la situación del nkula, los p1incipios dominantes celebrados
presentan la sangre del· homicidio. De parecida forma, en el ri- . y reanimados son los de la matrilinealidad; el vínculo madre-hijo,
tual de la circuncisión de los muchachos, esos mismos simbo-. y la continuidad tribal a través de la matrilinealidad. Las nor-
fos representan la sangre de los circuncisos. O, lo que todavía mas en las que se expresan son las que rigen la conducta de las \
tiene más impórtaricia1 en rituales de adivinación y en los que mujeres maduras y les adscriben el papel apropiado a su sexd.
se celebran contra la brujería, representan la sangre· de las' víc- En esta situación, los principios y las normas suprimi-
timas de los brujos que éstos muestran en sus fiestas necró- dos son lo& que conciernen y controlan la conducta perso-
fagas.1 · nal y cooperativa que se considera apropiada para los hombres.
La mayoría de estos ~ignificados están implícitos en el nku· •'El análisis del simbolismo nkula pone de relieve otra fun-
Ía. Por· ejemplo, en una fase del ritual la paciente, vestida con ción importante del ritual. El ritual adapta y readapta périódi-
pieles como Un. cazador y llevando un arco y una flecha, baila camente a los individuos biopsíquicos a las condiciones básicas
una danza especial de cazadores. Ivlientras lo hace lleva· ade- · v a los valores axiomáticos de la vida humana social. En los
más clavada entre sus cabellos, coronando su frente, una pluma rituales de reparación, categoría a la· que pertenece el nkula, el
roja de un pájaro. Es una píuma que sólo los que han· derra- . individuo eternamente rebelde se convierte por cierto tiempo
mado sangre,. }os cazadores, los homicidas y los circuncisores en un ciudadano leal. ·En el caso del nkula, una mujer cuya
tienen derecho a llevar. Por otra parte, tras recibir la talla del conducta es considerada como una muestra de su rebelión con-
niño en aquella matriz simbólica, la paciente danza con ella en tra, o por lo menos de su resistencia a cumplir con, las pautas
un estilo que es característico de los circuncisores cuando blan- de la vida biológica y §.Ocial propias de su sexo, se ve a la vez
den en alto la gra11 medicina nfunda del pabellón de la circun- inducida y obligada por medio de preceptos y de símbolos a
cisión. Mas ¿por qué esta identificación de la paciente con hom- aceptar el destino que culturalmente le está prescrito.""
bres que derraman sangre? El contexto de campo de estos ob-
48
Victor lSímbolos en .el ritual ndembu 49
Monos DE INFERENCIA EN LA INTERPRETACIÓN del análisis es desmenuzar esta amalgama en sus constituyen-
tes primarios. ·,
· 'Cada tip~ de ritual ndembu, como el nkula, tiene sentidos y fines
que los informantes no formulan explícitamente, pero que el ·LA «PROFUNDIDAD» RELATIVA
investigador tiene que inferir basándose en el patrón simbóli-
co Y en la conducta'i\El investigador no será capaz de hacer esas Corno mejor puede llevarse a término esta descomposición tal
-deducciones más que si ha estudiado previamente las configu- vez sea dentro de diferentes marcos de análisis. Yo era antes
raciones simbólicas de muchos otros tipos de ritual en el mis- partidario de hablar de «diferentes niveles de análisis», pero el
mo sistema total, así como los sentidos que a los símbolos coro~ .~ · término «nivel» contiene una implicación de profundidad. que
ponentes de esas configuraciones atribuyen los informantes ex~ hoy rne parece equívoca, a menos q1:e acordemo.s, que «mvel»
pertas. Dicho de otro modo: tiene que estudiar los símbolos no sirnifica cualquier clase de abstraccion. La cuestmn de la pro-_
sólo en el contexto de cada tipo concreto de ritual, sino en el ~didad relativa de las diferentes vías de interpretación de los_
símbolos sigue siendo una cuestión disputada. Los psicoanalis-
contexto del sistema total. Puede incluso resultarle útil, si un . fir us rn·terpretaci·ones de los srm'-
· tas, por eJemp1o, a man que s , ,
mismo símbolo se encuentra por doquier en un área cultural bolos rituales son más profundas que las de los antropologos
extensa, estudiar sus cambios de significado en las diferentes sociales. Por otro lado, los antropólogos, como Monica Wilson,
sociedades
/ de esa área. sostienen que en su nivel más profundo los rituales revelan va-
- 'Prescindiendo del tamaño, hay dos tipos fundamentales de lores que son hechos socioculturales. .
contexto. Uno es el contexto del campo de acción, del que nos En este ensayo he sugerido que diferentes aspectos del su:i-
hemos ocupado con cierto detalle. Otro es el contexto cultural bolismo ritual pueden analizarse unos en el marco de la teona
' dentro del cual los símbolos son considerados como agregado~ estructuralista y otros en el de la antropología cultural. Como
..de sentidos abstractos. Al comparar los diferentes tipos y ta- dije, esto equivale a tratar los símbolos rituales como en_tidades
·.' maños de contextos en que se presenta un símbolo dominante, intemporales. Por la aplicación de esos métodos es posible l!e-
comprobamos con frecuencia que los significados que «Oficial- gar a muchas conclusiones .útiles1 Pero la naturaleza ese.ncial
mente» se le atribuyen en. un tipo concreto de ritual pueden ser tanto de los símbolos dominantes como de las constelaciones
mutuamente consistentes. En cambio, cuando consideramos ese de los símbolos instrumentales es dináinica. Un análisis está- :
símbolo dominante como una un.idad del sistema simbólico. to~ tico aquí presuponqtía .un cadáver y, como die~ Jung, «los sn;i- ,
tal, puede haber considerables discrepancias e incluso contra- bolos están vivos».'.Están vivos sólo en la medida en que estan
dicciones entre los significados facilitados por los informante§. «preñados de significado» para 1os hombi;es y para l~s muje-
Yo no creo que esta discrepancia sea resultado de simple des- res que interactúan observando, transgrediendo y marupulando
cuido e ignorancia ni del desigual reparto de la capacidad de para sus fines privados las normas y los valores . que expresan .
fuerza en un c~p"a ·de acción social, sus propiedades críticas '
los símbolos: · 0i el símbolo ritual se conceptualiza como una",_¡
, c:;omprensión. Creo que es una propiedad esencial de los irran-
'des dominantes simbólicos en todas las religiones.1Símbolo~ así unifi .-, d d' ·d d se
llegan con el paso del tiempo a absorber en su conteni"do de de condensación, polarización y caqon e ispan .ª es ,,
hacen inteligibles. y explicables. En cambio, conceptualizar el
sentidos la mayoría de los aspectos principales de la vida social .símboló como si fuera un objeto y olvidar su importanc::ia para
humana, Y hasta cierto punto llegan a representar a la sociedad la acción lleva con frecuencia a insistir sólo en aquellos a,spec-
, h:umana .en sí Inisma> En cada ritual afirman la primacía situa- tos del simbolismo que pueden ponerse en relación lógica y co-
cmnal de un solo aspecto, o de sólo unos pocos aspectos; -pero herentemente los unos con los otros para formar un. sistema
con su mera presencia aseguran para esos aspectos el reverente abstracto unitario. En una ·situación de campo, la unidad de un
temor que sólo la totalidad humana puede inspirar. Todas las símbolo 0 de una configuración simbólica es la resultante de mu-
contradicciones de la humana vida social, contradicciones entre chas tendencias· convergentes entre sí desde diferentes áreas de
sociedad e individuo, o entre grupos, se condensan y se unifi- la vida biofísica y social. El símbolo es una fuerza independien-
can en una sola representación, los símbolos dominantes. Tarea te, en sí misma producto de muchas fuerzas opuestas.
"'1.13
50 Victor Turner)i en. el ritual ndembu 51
)J símbolos
CONCLUSIÓN: EL ANÁLISIS DE LOS SÍMBOLOS . za - rofundidad si lo contemplamos como un s~c- '
EN LOS PROCESOS SOCIALES donal n{:"':ye~: del sistema ritual ndembu tal y como lo m-
, , . ;,; tor cons 1 . formantes y como lo podemos observar en. <:c-
Esbozare brevemente la forma en que creo que los srmbolos; ten>r.7tan los :U d oro aración con otros sectores del~~
rituales pueden analizarse fructíferamente. Las celebraciones ción.' Establecien ~ s~. c ~ los prfucipios articuladore~ domi-
0
del ritual son fases de amplios procesos sociales cuyo alcance tema total Y s~ re acion c daremos cuenta muchas veces de que
y complejidad son más o menos proporcionales al tamaño y al. nant~s de ese :ist~~a, no~iertos y ostensibles de un ritual· de-
grado de diferenciación de los grupos en los que se presentan,; los ~es Y proposi os ªdeseos y metas inconfesados e incluso·
Una clase de rituales se sitúa cerca del vértice de toda la jerar, . termJna.do, en~asc~~::m os daremos cuenta de rla compleja re-· '
f
quia de. instituciones reparadoras y reguladoras que corrigen)~' i.p.conscientes,; am ~en s autas de significado abiertas y· las
las desviaciones de la conducta prescrita por la costumbre. Otra·. lación que ex.iste.~n ~e ~ l~s latentes.''Como antropólogos so-
clase pr_eviene las desviaciones y los conflictos: en ésta se in-'' ocultas . las maro es.ª~ nte capaces de analizar el aspecto so-
cluyen .los ritu~les periódicos y los rituales de las ~risis vitales. c~aies, somos ~ot~"?-~~ªPo~emos examinar, por ejempl.o, las rela-
Cada tipo de ritual es un proceso pautado en el tiempo, cuyas c1al de esta reª~º . independ.encia entre la sociedad total
unidades son objetos simbólicos y aspectos serializados de ciones de depenl encif e. onés entre los diferentes tipos .de par- !
y sus partes, Y 8:s re a~i artes del mismo tipo. Podemos. ver·
conducta simbólica.'
Los constituyentes simbólicos en sí mismos pueden clasi- tes Y entre. las dU:er~n
ficarse en elementos. estructurales o «Símbolos .dominantes», cómo el mismo s:ro ~
0
ts
/ominante que en un tipo de ritual
. 0 sociaÍ 0 a un priuópio de orga-
que tiehden a ser fines en sí mismos, y elementos variables o repre~~nta ª un tr~o ~ ~~al represent~ a otro tipo de grup?
r
«símbolos instrumentales», que se usan como medios para los nizac1oi:, e::i ?tro tipo e !!regado de sentidos representa l~ Ulll-
fines explícitos o implícitos de cada ritual determinado. Para lle- o de prmcr¡¡no '. ~n dsu l ª 0 sociedad ndembu más amplia, mclu-
,,,l gar a dar una explicación adecuada del sentido de un símbolb dad Y contmm ªdi ~ ~s
/particular, lo primero necesario es examinar el contexto más am~ yendo sus contra ccion ·
· plio del campo de acción del que el mismo ritual es simplemente
una fase. Aquí hay que considerar qué tipo de circunstancias dan LÍMITES DE LA COMPETENCIA ANTROPOLÓGICA ACTUAL
motivo a la celebración del ritual; si son circunstancias relacio-
nadas con los fenómenos naturales, o con los procesos econó- .d 1 elación entre los elementos
micos y tecnológicos, o con las crisis vitalés humanas, o corl. Cuando pasamos ª. cons1 . erar :~dividuo nuestro análisis tie-
la ruptura ·de relaciones sociales cruciales. Las circunstancias nor.mativos. de la vida soc:d~re incompletd. Esa relación entra
determinarán probablemente la clase de ritual. que se celebra. ne necesariamente 9-ue q , bolos rituales. Pero con ella
Los fines del ritual guardarán relación abierta e implícitamente también en el sent1?0 de los u~~ra actual competencia antro-
con las circunstancias antecedentes y a la vez ayudarán a de- llegamos a los confine,s det ~os de la estructura y las propie-
ter~nar el sentido de los símbolos. Luego hay que estudiar los pológica, en cua.nto ah1 tra a científico tradicionalmente es-
símbolos en el contexto concreto de ese ritual. Es aquí donde dades de las psiques, un. c':mpo estras En el otro ex-
se recurre a la ayuda de los informantes indígenas. Y es aquí tudiado por disciplindas distt~ndtoass ~:1 l:~;~olo no.s encontramos,
también donde podemos hablar legítimamente de «niveles» de tremo del espectro . , e sen l
. d .. . ,
d 1 y con el ps1cologo soci. al ' e
el ps1cologo m IVl . ua ·
interpretación, porque, los simples creyentes facilitarán al in- pues, con , ·-, ·a-·1r . ( ···se me permite esta broma a un
vestigador significados simples y exotéricos, mientras que lós inc~uso, ro.as. alla e e ?:n;; su cabeza de Medusa,. está e~ p_si-
especialistas le proporcionarán explicaciones esotéricas y textos am1go envidiado), blandí . piºdra al temerario m-
más elaborados. Luego hay que atender a la conducta dirigida coanalista, preparado para conve_rtir ~a ·'"'
a cada símbolo, porque esa conducta es un importante compo- truso en las cavernas de su. termmoloº . la luz del día so-
ri.erite de su significado total. Estremecidos Y agrade.cid~~ r~_gr;:ª:ef ~e~tido de un símbo-
Con ello· estaremos .en condiciones de presentar el ritual cial.',Aquí los elementos s1gn ica iv , bolo hac"" y con lo nue
., 1 que ese srm ~ '"'" · ·
como un sistema de significados. Mas ese sistema adquirirá adi- lo guardan relac1on con o . . Esos aspee ~os no
con él se hace; por quienes Y para qmenes.
\.
52
Victor 2. SIMBOLISMO RITUAL, MORALIDAD *
y ESTRUCTURA SOCIAL ENTRE LOS NDEMBU
pu.ed~n. ser entendidos más que si se toma en cuenta desde
. prmc1pio, Y se representa por los constructos teóricos f
~os, la situ~ció~ _total del campo en que se representa el
bolo. ~sa situac10n tendría que incluir la estructura del grupo
que cele~ra ~! ritual que observamos, los principios bá~icos de,
su or.garnzac10n y sus relaciones perdurables, su actual división'•
en alianzas y facciones transitorias sobre la base de sus
ses Y ambiciones inmediatas; porque las dos cosas, la estructu-
ra permane;cite y la~ formas re.currentes de conflictos y de
tereses egoistas · estan estereotipadas en el simbolismo
Cuando hemos recogido las interpretaciones que nuestros in- En este artículo me propongo discutir la estructura semántica •
fo~~~tes dan de un d~terminado símbolo, nuestro trabajo y las propiedad{fs. de algunos de los prmcipales símbofos del
análisis no ha hecho mas que empezar. A continuación tenemos ritual ndembu. Cada tipo de ritual puede ser considetado como
que aproximarnos gradualmente al sentido de. acción de una configuración de símbolos, una especie de pentagrama. en
tro ~ímbolo a través de lo que Lewin (1949, p. 149) llama «una el que los símbolos serían las notas. El símbolo es la más peque-
creciente especificación» del contexto significativo de ña unidad con estructura específica en el -ritual ndembu. El tér-
más, ~m:plio a~ más estr_icto. Sólo en el c~so de este proceso mino vernáculo equivalente a símbolo es chinjikijilu, de ku-jiki-
analít~co .a.dqmeren sentido como objetos de estudio científico jila, «marcar el rastro», arrancando con el hacha pedazos de la
los «significados» de nuestros informantes.'·· corteza de los árboles, o rompiendo y doblando ramas para que.
sirvan de guía desde lo desconocido de la selva hasta los cami-
nos conocidos; Un símbolo es, pues, una marca, un mojón, algo
BrnuoGRAFtA que conecta lo desconocido' con lo .conocido ... El término ndem- _
bu pertenece al vocabulario de la caza e ilustra el elevado va-
Bett~Iheim, Bruno ,1954: Symbolic wounds: Puberty rites and the en- lqr ritual que se concede a esa'á.ctividad. Por otra parte, al
vzous male, Glencoe, Ill., Free Press. [Heridas simbólicas Barcelona
Barral, 1973]. ' ' discutir sus símbolos con los ndembu se advierte enseguida
Durkheim,. E., 1954: Elementary forms of the religious life, Londres, Allen que usan constantemente el término ku-solola, «hacer visible»,
&: Unwm. [Las formas elementales de la vida religiosa' B · Afres' Scha-
prro]. «revelan>, y que también ese / término lo asocian con aspectos_
Fenichel, Otto, 1946: The psychoanalytic theory of neuroses, ·Londres, de la caza. De hecho, en .su vocabulario ritual los derivados
Routledge & Kegan Paul. - de. ese verbo son frecuentes; Por ejemplo, el altar temporal que
Junng., Carl G., 1949: Psychologicar'types, Londres, Routledge & Keaan se erige en el ritual para propiciar a fos espíritus de los parien-
h~ i ) o
tes difuntos del cazador, muy frecuentemente consiste en una
Lewin! K., 1949: Field theory in social science, Londres Ta\'ÍStock Publi-·
cations. ' rama ahorquillada to:rgada del árbol musoli. Los ndembu me di-
Nad_d, S. F., 1954: Nupe religion.. Londres, Routledge & Kegan Paul. . jeron que ese árbol se usaba como símbolo en el ritual del ca-
Saprr/E .. «Symbols», Encyclopedia of the Social Sciences xrv Nueva York zador porque sus frutos y sus brotes jóvenes son muy aprecia-
Macmillan ' ' '
dos por el antílope CtuIB:e~or otros animales de la selva, que
Wilso~, M.! 1957: Ritual of kinship {lmong the Nyakyusa Londres Oxford abandonan sus escondrl]os para.c:.omerlos, momento en. el que
Umvers1ty Press. ' '
pueden ser fácilmente abatidos por un cazador oculto, o en otro
cáso pueden caer en las trampas que los cazadores hayan pre-
parado. El árbol, dicen los ndembu, hace la caza «visible». Por
eso, usan trozos de ese árbol como medicinas (yitumbu) en los
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