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Einstein 1905: un afio milagroso Cinco articulos que cambiaron la fisica Edicién e introducciones de John Stachel con la colaboracién de Trevor Lipscombe, Alice Calaprice y Sam Penrose Prélogo de Roger Penrose Traducci6n castellana de Javier Garcia Sanz Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizaci6n escrita de los titulas del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccién total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informatico, y la distribucién de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo puiblicos. Titulo original: EINSTEIN MIRACULOUS YEAR Five Papers that Changed the Face of Physics Disefio de la coleccién: JOAN BATALLE Fotocomposicién: EDIMAC © 1998, by Princeton University Press © 2001 de la traduccién castellana para Espaiia y América EDITORIAL CRITICA, S.L., Provenca. 260, 08008 Barcelona e-mail: editorial @ed-critica.es http: /Avww.ed-critica.es ISBN: 84-8432-215-7 Depésito leg 1870-2001 Impreso en Espaiia 2001.- BROSMAC, S.L., Poligono Industrial 1, Calle C, 31, 28932 Méstoles (Madrid) Prologo urante el siglo Xx hemos tenido el gran privilegio de ser testigos de dos revoluciones fundamentales en nuestra imagen fisica del mun- do. La primera de éstas dio un vuelco a nuestras ideas de espacio y tiempo, combindndolas en lo que ahora llamamos espacio-tiempo, un espacio-tiempo que resulta estar sutilmente curvado de tal forma que da lugar a ese muy familiar y omnipresente, aunque misterioso, fenémeno de la gravedad. La segunda de estas dos revoluciones cambié por com- pleto nuestra forma de entender la naturaleza de la materia y la radiacién, dandonos una imagen de la realidad en la que las particulas se compor- tan como ondas y las ondas como particulas, en donde nuestras descrip- ciones fisicas habituales quedan sometidas a incertidumbres esenciales y donde los objetos individuales pueden manifestarse en varios lugares al mismo tiempo. Hemos dado en utilizar el término «relatividad» pa- ra englobar la primera de estas revoluciones, y «teorta cudntica» para englobar la segunda, Ambas han sido ahora confirmadas experimental- mente con una precision sin precedentes en la historia de la ciencia. Creo que es justo decir que sélo existen tres revoluciones previas en nuestra comprension del mundo fisico que puedan soportar una compa- racién genuina con cualquiera de las dos mencionadas. Para encontrar la primera de esas tres tenemos que remontarnos a los tiempos de la an- ligua Grecia, donde fue introducida la nocion de geometria euclidea y Sse alcanz6 una comprension de los cuerpos rigidos y las configuraciones estatica Ademds, marcé el inicio de un reconocimiento del papel cru- Cial del razonamiento matematico en nuestras ideas acerca de la Natura- leza. Para la segunda de las tres revoluciones tenemos que saltar al siglo xvH, cuando Galileo y Newton nos dijeron cémo podian entenderse los movimientos de los cuerpos ponderables en términos de fuerzas entre sus 8 Einstein 1905: un afio milagroso particulas constituyentes y las aceleraciones que dichas fuerzas generan. El siglo xix nos ofrecié la tercera revolucién, cuando Faraday y Maxwell nos mostraron que las particulas no bastaban, y que también debemos considerar que existen campos continuos que llenan el espacio, tan rea- les como las propias particulas. Estos campos estaban combinados en una unica entidad que se extiende por todas partes, conocida como el campo electromagnético, y el comportamiento de la luz podfa explicar- se de una forma muy bella en términos de sus oscilaciones autopropa- gantes. Volviendo ahora al siglo xx, resulta particularmente notable que un mismo fisico —Albert Einstein— haya tenido percepciones tan extraor- dinariamente profundas del funcionamiento de la Naturaleza que le per- mitieran establecer las piedras fundacionales de estas dos revoluciones del siglo xx en el mismo aiio de 1905. Y no sélo eso, sino que durante ese mismo ano Einstein aporté también nuevas ideas fundamentales en otras dos dreas, con su tesis doctoral sobre la determinacién de las dimensio- nes moleculares y con su andlisis de la naturaleza del movimiento brow- niano. Este ultimo andlisis por si sélo le hubiera vdlido a Einstein un lugar en la historia. En realidad, su trabajo sobre el movimiento brow- niano (junto con el trabajo independiente y paralelo de Smolouchowski) sent6 las bases de una parte importante del conocimiento estadistico que ha tenido enormes implicaciones en otros numerosos campos. Este volumen retine los cinco arttculos que Einstein publicé durante ese afio extraordinario. Se abre con el recién mencionado articulo so- bre las dimensiones moleculares (articulo 1), seguido de otro sobre el movimiento browniano (articulo 2). Luego vienen dos articulos sobre la teoria de la relatividad especial: el primero inicia la revolucion de la «relatividad», ahora tan familiar para los fisicos (y también percibida por el gran piblico), en donde queda abolida la noci6n de tiempo abso- luto (articulo 3); el segundo es una nota corta en la que se obtiene la fa- mosa formula de Einstein « E = mc’» (articulo 4). Finalmente se presenta el (tinico) articulo al que el propio Einstein calificé de «revolucionario» , que argumenta que, en cierto sentido, debemos volver a la idea (newto- niana) de que la luz consiste después de todo en particulas, precisamente cuando nos habiamos hecho a la idea de que la luz consiste solamen- te en ondas electromagnéticas (articulo 5). De esta aparente paradoja naci6é un importante ingrediente de la mecdnica cudntica. Estos cinco articulos cldsicos de Einstein van acompanados de introducciones fas- cinantes y muy iluminadoras de John Stachel que sittian los logros de Einstein.en su.adecuado contexto. histérico, Prélogo 9 Antes me he referido a las dos extraordinarias revoluciones del siglo xxen el conocimiento fisico. Pero deberia dejar claro que, por funda- mentales que fueran, los articulos de Einstein de 1905 no muestran to- dos los conatos iniciales de dichas revoluciones; ni tampoco fijan estos articulos concretos la naturaleza final de sus nuevos regimenes. La revoluci6n en nuestra imagen del espacio y el tiempo que desen- cadenaron estos dos articulos de Einstein sobre relatividad concernia solamente a lo que ahora llamamos relatividad especial. La formulacién completa de la teorta de la relatividad general, en la que la gravitacién se interpreta en términos de geometria espacio-temporal curva, no se logré hasta diez afios mds tarde. E incluso en el caso de la relatividad especial, las maravillosas intuiciones presentadas por Einstein en 1905 propercio- naron una teoria que no tenia su origen en él, pues se basaba en ideas anteriores (en especial las de Lorentz y Poincaré). Ademds, la visién de Einstein en 1905 carecta todavia de una importante idea adicional —la de espacio-tiempo— introducida por Hermann Minkowski tres ajios después. La noci6n de Minkowski de un espacio-tiempo tetradimensional fue pronto adoptada por Einstein, y se convirtié en uno de los pasos cru- ciales hacia lo que mds tarde iba a devenir el mayor logro de Einstein: su teorta de la relatividad general. Con respecto a la mecdnica cudntica, los conatos iniciales de esta revoluci6n habtan sido los extraordinarios articulos de Planck de 1900, en los que se introducia la famosa relacién E = hv, que afirmaba que la energia de la radiacién se da en pequefios paquetes discretos, directa- mente proporcionales a la frecuencia de la radiacién. Pero las ideas de Planck eran dificiles de entender en términos de la fisica ordinaria de la época, y parece que sélo Einstein comprendio (al cabo de alguin tiempo) que estas propuestas tentativas tenian una importancia fundamental. La Propia teoria cudntica necesité muchos afos para encontrar la formula- cl ion adecuada —y esta vez las ideas unificadoras no vinieron de Einstein sino de algunos otros fisicos, en especial Bohr, Heisenberg, Schrédinger, Dirac y Feynman. Hay ciertos aspectos notables en la relacién de Einstein con la fisica cudntica que rozan con lo paradéjico. La primera y quizd mds chocante de estas aparentes paradojas es el hecho de que los iniciales articulos revolucionarios de Einstein sobre fenédmenos cudnticos (articulo 5) y so- bre relatividad (articulo 3) parecen partir de puntos de vista mutuamente Contradictorios con respecto al estatus de la teoria electromagnética de Maxwell como explicaci6n de la luz. En el articulo 5, Einstein rechaza &xplicitamente la idea de que las ecuaciones de Maxwell bastan para ex- 10 Einstein 1905: un ario milagroso plicar las acciones de la luz (como ondas en el campo electromagnético) y propone un modelo en el que la luz se comporta, en su lugar, como pequenas particulas. Pero en el articulo 3 (posterior), él desarrolla la teorta de la relatividad especial partiendo de que la teorta de Maxwell si representa realmente la verdad fundamental, y la teoria de la rela- tividad que Einstein construye esta especificamente diseriada de modo que deja intactas las ecuaciones de Maxwell. Incluso al comienzo del propio articulo 5, en el que propone un punto de vista «corpuscular» de la luz en conflicto con la teorta de Maxwell, Einstein comenta sobre la segunda teorta (la ondulatoria) de la luz que «probablemente nunca sera reemplazada por otra teoria». Este conflicto aparente es mucho mas chocante cuando uno considera que la incretble fuerza de Einstein co- mo fisico procedia de sus intuiciones fisicas directas del functonamiento de la Naturaleza. Podrfamos imaginar perfectamente a una figura me- nor «ensayando» un modelo y luego otro (como es una practica comin en los fisicos actuales), sin que la contradiccién entre los dos puntos de vista propuestos causara una preocupacion real, puesto que ninguno de ellos est propuesto con especial conviccién. Pero con Einstein las cosas eran completamente diferentes. Parece que él ha tenido ideas muy claras y profundas respecto a «cémo era realmente» la Naturaleza en niveles no facilmente perceptibles por otros fisicos. En realidad, su capacidad para percibir la realidad de la Naturaleza era una de sus virtudes es- peciales. Para mi, resulta inconcebible que en el mismo aio propusiera dos articulos basados en visiones hipotéticas sobre la Naturaleza que él consideraba en contradiccion mutua. Mas bien, él debe haber intuido (correctamente, como fue el caso) que «en lo profundo» no habia con- tradiccion real entre la precisién —en realidad «verdad»— de la teoria ondulatoria de Maxwell y la visién «corpuscular» cudntica alternativa que presenta en el articulo 5. A uno le vienen a la mente las luchas de Newton —unos 300 azios antes— con el mismo problema bdsicamente, en donde proponia un cu- rioso hibrido entre los puntos de vista ondulatorio y corpuscular para explicar aspectos conflictivos del comportamiento de la | an el caso de Newton es posible entender su tenaz adhesién a una imagen de tipo particula si uno asume la (razonable) vision de que Newton deseaba con- servar un principio de relatividad. Pero este argumento sélo es valido si el principio de relatividad relevante es el de Galileo (y Newton). En el caso de Einstein no sirve tal argumento, por la razon de que él propone explicitamente un principio de relatividad diferente del de Galileo, en el que la teoria ondulatoria de Maxwell podria sobrevivir intacta. Ast Prélogo II pues, es necesario mirar con mds detenimiento para encontrar las razo- nes profundas de la extraordinaria conviccién de Einstein en que aun- que la imagen ondulatoria de la luz de Maxwell era, en cierto sentido, «verdadera» —habiendo sido bien establecida en 1905— tenia de todas formas que ser modificada para dar algo diferente que, en ciertos aspec- tos, remitia a la imagen hibrida «onda-corptisculo» de Newton de tres siglos antes. Podria parecer que una de las influencias importantes que guiaron a Einstein era su conocimiento del conflicto entre la naturaleza discreta de las particulas que constituyen los cuerpos ponderables y la naturaleza continua de los campos de Maxwell. Que este conflicto estaba perfecta- mente claro en su mente queda especialmente manifiesto en los articulos de Einstein de 1905. En los articulos | y 2, él estaba directamente inte- resado en mostrar la naturaleza de las moléculas y otras particulas pe- quenias que constituyen un fluido, de modo que la naturaleza «atomica» de la materia estaba realmente en primer plano. En estos articulos se mostraba como un maestro en las técnicas fisico/estadisticas necesarias. Enel articulo 5 utilizé esta extraordinaria pericia para tratar de la mis- ma manera los campos electromagnéticos, explicando asi efectos que no pueden ser obtenidos con la sola visién maxwelliana de la luz. En rea- lidad, quedo claro con Einstein que el problema del enfoque cldsico era que una imagen en la que coexisten campos continuos y particulas dis- cretas, interaccionando unos con otras, no tiene realmente sentido fisico. Asi pues, él inicié un paso importante hacia el punto de vista te6rico- cudntico actual segun el cual las particulas deben adoptar atributos de ondas, y los campos deben adoptar atributos de particulas. Considera- dos adecuadamente en la imagen cudntica, particulas y campos resultan ser realmente la misma cosa. A menudo se formula una pregunta que plantea otra aparente pa- radoja: por qué, cuando Einstein partia de un punto de vista tan por delante de sus contemporaneos con respecto a la comprensién de los fenémenos cudnticos, fue sin embargo superado por ellos en el desarro- lle posterior de la teorta cudntica? En realidad, Einstein nunca acepté siquiera la teorta cudntica, tal como dicha teoria emergio finalmente en los afios veinte. Muchos podrian sostener que Einstein se vio estorba- do por su «desfasado» punto de vista realista, mientras que Niels Bohr, en especial, fue capaz de avanzar negando simplemente la existencia misma de algo tal como la «realidad ftsica» en el nivel cudntico de moléculas, dtomos y particulas fundamentales. Pese a todo, es eviden- te que los avances fundamentales que Einstein fue capaz de lograr en 12 Einstein 1905: un aio milagroso 1905 dependian crucialmente de su fuerte adhesién a una creencia en la realidad en acto de las entidades fisicas en los niveles molecular y sub- molecular. Esto es particularmente evidente en los cinco articulos aqui presentados. ¢Realmente puede ser cierto que Einstein estuviera tan profunda- mente «equivocado», en cualquier sentido significative, como podrian mantener los seguidores de Bohr? Yo no lo creo. Yo mismo me pondria del lado de Einstein en su creencia en una realidad submicroscépica, y en su conviccién de que la mecdnica cuéntica actual es fundamental- mente incompleta. También soy de la opinién de que hay ideas cruciales por encontrar respecto a la naturaleza de dicha realidad que finalmente saldrén a la luz a partir de un profundo andlisis de un conflicto apa- rente entre los principios subyacentes de la teorta cudntica y los de la propia relatividad general de Einstein. Creo que sélo cuando tales ideas estén disponibles y sean utilizadas adecuadamente se resolveré la ten- sién fundamental entre las leyes que gobiernan el micromundo de la teoria cudntica y el macro-mundo de la relatividad general. ;Cémo va a conseguirse esta resolucion? Sélo el tiempo y, yo creo, una nueva re- volucién lo dird —jquizé en algun otro aio milagroso! Roger Penrose Ex-libris de Einstein, dibujado por Erich Biittner. (Cortesia de la Hebrew University de Jerusalén) Prefacio a esta edicion n 1905 Einstein presento cinco de sus contribuciones mas importan- tes a la ciencia moderna, todas ellas publicadas por primera vez ese mismo aiio en la prestigiosa revista alemana Annalen der Physik. Mas recientemente han reaparecido en el idioma aleman original, con anota- ciones editoriales y ensayos introductorios, en el volumen 2 de The Co- llected Papers of Albert Einstein, una serie de volimenes preparados por el Einstein Papers Project en la Universidad de Boston bajo el patrocinio de Princeton University Press y la Universidad Hebrea de Jerusalén. Einstein 1905: un afio milagroso esta extraido en buena parte de es- te segundo volumen (The Swiss Years: Writings, 1900-1909), que sigue siendo el texto definitivo y autorizado de todos los escritos de Einstein de aquellos afios: animamos a los estudiosos a consultarlo cuando bus- quen textos originales y anotaciones y discusiones detalladas del traba- jo de Einstein. En cuanto al presente volumen, hemos recopilado cinco articulos importantes de Einstein de 1905, y hemos incluido, en forma abreviada, las notas y ensayos hist6ricos que tratan de sus contribucio- nes a la teoria de la relatividad, la mecanica cudntica y la mecanica es- tadistica, adaptados para su presentaci6n en esta edicién especial. Esta- Mos, asi, en deuda con los editores del volumen 2 por sus contribuciones eruditas: John Stachel, David C. Cassidy, A. J. Kox, Jiirgen Renn y Ro- bert Schulmann. La versién castellana que aqui se presenta ha sido Ilevada a cabo a Partir de la traducci6n inglesa preparada por Trevor Lipscombe, Alice Calaprice, Sam Elworthy y John Stachel (Princeton, 1998). Suyas son también las notas que aparecen al final de cada capitulo, a diferencia de las que se dan al pie, que constan ya en los originales. Introduccion I P ara cualquiera que esté familiarizado con la historia de la ciencia moderna, la expresién «afio milagroso» en el titulo trae inmediata- mente a la mente su equivalente latina «annus mirabilis», ya hace tiempo utilizada para describir el aio 1666, durante el cual Isaac Newton senté las bases de gran parte de la fisica y las matematicas que revolucionaron laciencia del siglo xvii. Parece perfectamente apropiado aplicar la misma expresion al afio 1905, durante el cual Albert Einstein no sdlo llevé a su culminacién parte del legado de Newton, sino que también senté las bases para una ruptura con dicho legado que ha revolucionado la ciencia del siglo xx. Pero la expresién fue acufiada sin referencia a Newton. En un largo poema titulado Annus Mirabilis: The Year of Wonders, 1666, John Dry- den, el afamado poeta de la Restauraci6n, celebraba tanto la victoria de la flota inglesa sobre la holandesa como el hecho de que Londres se hu- biese salvado del Gran Incendio. E] término fue utilizado mas tarde para celebrar las actividades cientfficas de Newton durante ese mismo afio: un afio en el que senté las bases de su versién del calculo infinitesimal, su teorfa de los colores y su teoria de la gravitacion.'" Este es el resumen que hizo el propio Newton (mucho mas tarde) de sus logros durante este Periodo: , A comienzos del aiio 1666 encontré el método de aproxima- cién por series y la Regla para reducir cualquier dignidad [poten- cia] de cualquier Binomio a una serie semejante [i. e., el teore- ma del binomio]. En mayo del mismo afio encontré el método de Tangentes ... y en noviembre tenfa el método directo de fluxiones 18 Einstein 1905: un ario milagroso li. e., el cdlculo diferencial] y en enero del afio siguiente tenia la Teoria de los colores y en mayo siguiente habia entrado en el método inverso de fluxiones [i. e., el célculo integral]. Y el mismo aiio empecé a pensar que la gravedad se extendia al orbe de la Luna y (habiendo descubierto el modo de estimar la fuerza con la que un globo que revoluciona dentro de una esfera presiona sobre la superficie de una esfera [i.e., la fuerza centrifuga]): a partir de la regla de Kepler de que los tiempos periddicos de los Plane- tas estan en proporcién sexquialtera de sus distancias a los cen- tros de sus Orbes [i. e., la tercera ley de Kepler], deduje que las fuer que mantienen a los planetas en sus orbes deben [ser] reciprocamente como los cuadrados de sus distancias a los centros alrededor de los que revolucionan: y con ello comparé la fuerza requerida para mantener a la Luna en su Orbe con la fuerza de la gravedad en la superficie de la tierra, y encontré que respondian con gran exactitud. Todo esto fue en los dos afios de la plaga de 1665 y 1666. Pues en aquellos dfas yo estaba en el apogeo de mi edad para la invencién y pensé en matematicas y Filosofia mas que en cualquier otro momento desde entonces.!”! Mas recientemente, la expresién annus mirabilis ha sido aplicada al trabajo de Albert Einstein durante 1905 en un intento de establecer un pa- ralelismo entre un aio crucial en la vida del padre fundador de la fisica clasica y otro afio.crucial en la de su sucesor en el siglo xx.'"! ¢Cudles fueron los logros de Einstein durante su aio milagroso? Por suerte dis- ponemos de los restimenes que él mismo hizo entonces de sus artfculos de 1905. De los cuatro primeros escribié a un amigo intimo: Te prometo cuatro articulos... el primero de los cuales podria enviarte pronto, puesto que pronto recibiré las copias gratuitas. El articulo trata de la radiacion y las propiedades energéticas de la luz y es muy revolucionario, como tu ve El segundo articulo es una determinacién de los tamaiios verdaderos de los dtomos a partir de la difusién y la viscosidad de disoluciones diluidas de sustancias neutras. El tercero demuestra que, sobre la hipétesis de la teorfa molecular [cinética] del calor, cuerpos de un tama- ho del orden de 1/1000 mm, suspendidos en liquidos, ya deben ejecutar un movimiento aleatorio observable que es debido al mo- vimiento térmico; de hecho, los fisiélogos han observado el movi- miento de cuerpos pequejios e inanimados, suspendidos, al que de- nominan «movimiento molecular browniano», El cuarto culo es tan s6lo un borrador en este momento, y es una electrodinamica de los cuerpos en movimiento, que emplea una modificacién de la Introduccién 19 teorfa del espacio y el tiempo; la parte puramente cinematica de (4) este articulo seguramente te interesaré.' Einstein caracteriz6 el quinto articulo con estas palabras: También se me ha ocurrido otra consecuencia del articulo So- bre electrodindmica. El principio de relatividad, en combinacion con las ecuaciones de Maxwell, requiere que la masa sea una me- dida directa de la energfa contenida en un cuerpo; la luz transporta masa. Una disminuci6n apreciable de masa deberfa producirse en el caso del radio. El argumento es divertido y seductor; pero por lo que yo se, todo podria ser una broma del Sefior que me esta manejando a su antojo."*! Los paralelismos son evidentes: ambos hombres estaba en la mitad de su tercer decenio de vida; ambos habian dado pocas sefiales Pie del incipiente florecimiento de su genio; ys: durante un preve perio ode tiempo, ambos emprendieron nuevos caminos que final mente i pan ae volucionar la ciencia de su época. Newton tenia slo veinticuatro nos en 1966 mientras que Einstein tenia veins afios en 1905, pero nadie les paralelismos sean perfectos. . recurgue no a odeh negarse estos paralelismos, en un examen ims minucioso podemos ver también diferencias —mucho mas signi cativas que la ligera disparidad en edad— entre las actividades de ambos " bres durante sus anni mirabiles y entre las consecuencias inmediatas de su trabajo. La primera diferencia chocante es la que existe entre sus cir cunstancias vitales: rechazado por la comunidad académica tras su gra duacién en la Escuela Politécnica Suiza en 1900, en 1905 Einstein era ya un hombre casado y padre de un nifio de un aiio de edad, obligado a cum plir las exigentes responsabilidades de un trabajo a tiempo completo en la Oficina de Patentes Suiza. Newton nunca se cas6 (se especula que muriéd virgen), y en 1666 acababa de recibir su grado de bachiller aunave te davia era lo que hoy Ilamariamos un licenciado. De hecho, incluso abia estado temporalmente liberado de sus responsabilidades académicas por el cierre de la Universidad de Cambridge tras el brote de la peste. . En segundo lugar podemos sefialar la diferencia en su posicion cien- tifica,. Newton no habja publicado nada antes de 1666, mientras que Eins - tein ya habia publicado cinco articulos respetables, aunque no extrafior- dinarios, en la prestigiosa Annalen der Physik. Asi pues, si 1666 marca el aiio en el que prendio la llama de Newton y se embarcé en investiga- Cién independiente, 1905 marca el afio en que los talentos ya maduros 20 Einstein 1905: un afio milagroso de Einstein se manifestaron ante el mundo en un estallido de creativi- dad, una serie de trabajos que hicieron €poca, todos los cuales fueron publicados en Annalen der Physik durante ese afio 0 el siguiente. Ningu- na de las actividades de Newton en 1666 leg6 a la imprenta hasta mucho mas tarde: «Los primeros brotes de su genio florecieron en privado, si- lenciosamente observados sélo POr sus propios ojos entre los afios 1664 y 1666, sus anni mirabiles»‘°! Las razones para la evidente ausencia de una necesidad de reconocimiento por parte de Newton —en realidad, su pronunciada reticencia a compartir sus ideas con otros, quienes tenfan que solicitarle personalmente sus obras fundamentales— han sido desde hace tiempo tema de especulacién psicolégica, e incluso psicopatolégica. Fueron necesarios algunos afios —un tiempo angustiosamente largo para un joven dvido de reconocimiento (véase p. 99, mas adelante) — para que los logros de Einstein fuesen completamente reconocidos por la comunidad fisica. Pero el reconocimiento empez6 casi inmediatamente en 1905; en 1909 Einstein habia sido Hamado Para Ocupar una cdtedra de fisica te6rica creada para él en la Universidad de Zurich, y fue invitado a dar una conferencia en la reunion anual de la comunidad cientifica de habla alemana. Asi, si 1905 marca el surgimiento de Einstein como una figura so- bresaliente en la comunidad fisica, Newton permaneci6 en una oscuridad autoimpuesta hasta mucho después de 1666. S6lo en 1669, cuando por requerimiento de amigos permitié la circulacion limitada de un manus- crito que divulgaba algunas partes del cAlculo infinitesimal que é1 hab{a creado, «comenzé a disolverse el anonimato de Newton».!7! Otra diferencia chocante entre ambos esté en sus talentos matematicos. Newton dio muestras de su creatividad matematica desde el principio. «En aproximadamente un afio [1664], sin haber disfrutado de una buena instruccion, dominaba todo el andlisis del siglo XVII y empez6 a explorar nuevos terrenos... El hecho de que fuera desconocido no altera el hecho de que este joven, que todavia no habia cumplido veinticuatro aftos y no habja disfrutado de una instruccién formal, se habia convertido en el matematico mas destacado de Europa».'*! Newton fue asi capaz de crear las matematicas necesarias para desarrollar sus ideas sobre mecanica y gravitacion. Einstein, aun sien- do un alumno y practicante capaz, nunca fue realmente creative en ma- tematicas. Al escribir sobre sus afios de estudiante, Einstein decia: El hecho de que descuidase hasta cierto punto las matematicas no respondia exclusivamente a que mi interés por las ciencias natu- Introduccion 21 rales fuese mas fuerte que el que sentia por iaguellas, sine tambien a la siguiente circunstancia singular. Yo veia que fas raver - estaban parceladas en numerosas especialidadcs, ca ean - s cuales, por sf sola, podria absorber el breve lapso de vi aa “ nos concede. En consecuencia, yo me veia en la situacion : - asno de Buridan, que era incapaz de decidirse por una entre ¢ Jos gavillas de heno. Presumiblemente esto se debia a que ™ intuicieén, en el campo de las matemiaticas no era lo bastante fuerte como pa ra diferenciar claramente lo que es realmente ba: ico. Joaue tiene importancia fundamental, del resto de la erudicion mas 0 menos prescindible. Ademas, mi interés por el estudio de la matira leza era sin duda mds fuerte; y en mi época de estudiante no neni an claro que el acceso a un conocimiento mas profundo de los Princi- pios mds basicos de la fisica depende de los métodes sae mas intrincados. Sélo poco a poco se fue hacienda esto claro para mi tras altos de trabajo cientifico independiente.) Afortunadamente, para sus trabajos de 1905 no inecesifalea mas me tematicas que las que habia aprendido en el instituto. wnehiso a aves para Henri Poincaré, Hermann Minkowski y Armold Sommerte! bel, ‘ a la teoria de la relatividad especial su formulaci6n matematica mas ade- ohana en el curso de su trabajo sobre la teoria de la relauvidad ge- neral se puso de manifiesto una necesidad realmente cr ucial le nes matematicas, Einstein tuvo que valerse del cdlculo tensorial que hal fan desarrollado Gregorio Ricci-Curbastro y Tullio Lev i-Civ ita y en t = e introdujo su amigo y colega Marcel Grossman. Este calculo cx a ase do en la geometria riemanniana, que carecia de los peoarine ies ~ porte paralelo y conexi6n afin que tanto hubieran facilitado a tral ; ? . Einstein. Pero él fue incapaz de llenar esta laguna matematica, une are: que fue consumada por Levi-Civita y {Hermann Wey] s6lo después de que S i ado la teorfa general. ; * Nereis: Hlevtos en algunos aspectos él tenia razon en fda acerca de la conveniencia de publicar en 1666. «Cuando se corre: ise , Newton no controlaba los resultados que han hecho inmortal sur eputa- cién, ni en matematicas, ni en mecanica, ni en Sptica. Lo que él habia hecho en esas tres areas era sentar bases, algunas mas extensas que otras, Sobre las que podria construir con seguridad, pero nada gael) pleto a finales de 1666, y la mayor parte no estaba siquiera cerca de completarse.»!'"! 22 Einstein 1905: un aio milagroso Su trabajo sobre el método de las fluxiones (como él Ilamé al cdlculo infinitesimal), aunque incompleto, era digno de publicacién y hubiera prestado un gran servicio a los matemiaticos contemporaneos si hu- biera estado disponible para ellos. Su trabajo en fisica estaba menos avan- zado. Sus experimentos sobre la teorfa de los colores fueron interrumpi- dos por el cierre de la universidad, y was su regreso a Cambridge en 1667 pas6 una década continuando sus investigaciones dpticas. De todas formas, un hombre mds extrovertido podria haber publicado un informe preliminar de su teoria de los colores en 1666. Pero en el caso de la gravi- tacion, después de revisar cuidadosamente los testimonios relacionados con el trabajo de Newton sobre este tema a lo largo de 1666, el fisico Leon Rosenfeld concluyé que «estard claro para todo cientifico que en esta etapa Newton habia abierto para si mismo una perspectiva excitante, Pero no tenfa nada apto para ser publicado».'""! También esta claro que, pensando en mecfnica, él no habia llegado todavia a un concepto claro de fuerza —un prerrequisito esencial para el desarrollo de lo que aho- ra llamamos mecénica newtoniana. El habia dado «una nueva definicién de fuerza en la que un Cuerpo era tratado como el sujeto pasivo de fuer- zas externas impresas sobre él en lugar del vehiculo activo de fuerzas que afectan a otros». Pero: «mas de veinte afios de pensamiento paciente aunque intermitente darian finalmente su dindmica completa a partir de esta intuici6n inicial »,!2) Para resumir, en el caso de Newton, en 1666 tenemos a un estudian- te que trabaja en su tiempo libre, un genio maduro en matematicas pero cuyo trabajo en fisica, aunque genial, estaba atin en sus etapas de for- maci6n. En el caso de Einstein, en 1905 tenemos a un hombre que esté formando una familia y siguiendo una carrera activa, obligado a encajar la fisica en los intersticios de una vida ocupada, pero ya un maestro de la fisica te6rica dispuesto a mostrar dicha maestria al mundo. II El gran legado de Newton fue su desarrollo de lo que en la época se denominaba filosofia mecanica y posteriormente Ileg6 a denominarse la vision mecanica del mundo. En fisica, estaba incorporada en el de- nominado programa de fuerzas centrales: se suponia que la materia es- taba constituida por particulas de diferentes especies, conocidas como «moléculas». Entre dos de tales particulas se ejercian fuerzas diversas: gravitatorias, eléctricas, magnéticas, capilares, etc. Se suponia que estas Introduccién 23 fuerzas —atractivas o repulsivas— eran centrales, es decir, actuaban en la direccién de la recta que une las dos particulas, y ebedecfan a leyes apropiadas (tales como la ley de la inversa del cuadrado para las ne & gravitatoria y electrostatica) que dependian de la distancia entre el be 7 suponia que todos los fenémenos fisicos eran explicables sobre la ase de las tres leyes del movimiento de Newton aplicadas a moléculas sobre uaban tales fuerzas centrales. / / "s i reama de fuerzas centrales sufri6 una sacudida hacia mediados del siglo xix, cuando se puso de manifiesto que, para explicat las in- teracciones electromagnéticas entre moléculas cargadas en mevimiente, habia que suponer fuerzas dependientes de la velocidad y la aceleracion. Pero recibié el golpe de gracia cuando empezo a imponerse el concepto de campo electromagnético de Michael Faraday y James Clerk Maxwell. Seguin el punto de vista del campo, dos particulas cargadas no interac- cionan directamente: mas bien, cada carga crea campos en el espacio que le rodea, y son estos campos los que ejercen fuerzas sobre la otra carga. Al principio, estos campos eléctricos y magnéticos se concebian como estados de un medio mecanico, el éter electromagnético; se suponia que en ultima instancia estos estados eran explicables sobre la base de mode- los mecdnicos de dicho éter. Mientras tanto, las ecuaciones de Maxwell daban una descripcién completa de los posibles estados de los campos eléctrico y magnético en todos los puntos del espacio y de como a bian en el tiempo. Con el cambio de siglo, la busqueda de explicaciones mecanicas del éter habia sido generalmente abandonada en favor del pun- to de vista de Hendrik Antoon Lorentz, abiertamente dualista: los campos eléctrico y magnético se aceptaban como estados fundamentales al éter, gobernado por las ecuaciones de Maxwell pero sin necesidad de mas ai plicacién. Las particulas cargadas, que Lorentz llamaba electrones (otros siguieron Ilamandolas moléculas 0 iones), obedecian las leyes mecanicas del movimiento de Newton bajo la influencia de fuerzas que inclufan las fuerzas eléctrica y magnética ejercidas por el éter; y, a su vez, las Particulas cargadas creaban estos campos por su presencia y movimiento a través del éter. ; Llamo dualista a la perspectiva de Lorentz porque éste aceptaba la visién mecdnica del mundo aplicada a sus electrones pero consideraba el éter con sus campos eléctrico y magnético como un elemento mas de la realidad, independiente y no explicable mecanicamente. Para aquéllos educados en la doctrina de la unidad esencial de la naturaleza, especial- Mente popular en Alemania desde los tiempos de Alexander von Hum- boldt, un dualismo semejante era incémodo si no intolerable. 24 Einstein 1905: un afio milagroso En realidad, no pas6 mucho tiempo antes de que Wilhelm Wien y otros sugirieran otra posibilidad: quiza el campo electromagnético sea la entidad realmente fundamental, y el comportamiento de la materia de- penda enteramente de sus propiedades electromagnéticas. En lugar de explicar el comportamiento de los campos electromagnéticos en términos de un modelo mecanico del éter, esta visién del mundo electromagnética aspiraba a explicar las propiedades mecanicas de la materia en términos de campos eléctricos y magnéticos. Incluso Lorentz flirteé con esta posi- bilidad, aunque nunca la adopté plenamente. La visién del mundo mecanica no desaparecié simplemente con la llegada de la electrodinamica de Maxwell. El ultimo tercio del siglo x1x vio un nuevo y notable triunfo del programa mecanico. Baséndose en la aplicacién de métodos estadisticos a grandes conjuntos de moléculas (la medida de la grandeza la da aqui el nimero de Avogadro, aproximada- mente 6.3 x 10” moléculas por mol de cualquier sustancia), Maxwell y Ludwig Boltzmann consiguieron dar un fundamento mecanico a las le- yes de la termodinamica y pusieron en marcha el programa de explicar las propiedades internas de la materia en términos de teorias cinético- moleculares de los estados gaseoso, lfquido y sdlido. Il Asif pues, como estudiante Einstein tenia que dominar tanto el punto de vista mecanico tradicional, especialmente sus aplicaciones a la ima- gen atomista de la materia, como el nuevo enfoque tedrico de campos del electromagnetismo de Maxwell, especialmente en la versién de Lorentz. También se enfrentaba a varios fendmenos nuevos, tales como la radia- ci6n de cuerpo negro y el efecto fotoeléctrico, que resistian tozudamente todos los intentos de encajarlos ya fuera en la vieja visién mecanica, ya en la nueva vision electromagnética del mundo o en cualquier com- binacién de ambas. Desde esta perspectiva, sus cinco articulos seferos de 1905 pueden dividirse en tres categorias. Las dos primeras categorias conciernen a extensiones © modificaciones de las dos teorias fisicas que dominaban la ffsica a finales del siglo x1x: la mecdnica clasica y la elec- trodindmica de Maxwell. 1. Sus dos articulos sobre las dimensiones moleculares y movimiento browniano, articulos | y 2 de este volumen, son intentos de ampliar bp Introducci6én 25 y perfeccionar el enfoque mecano-clasico, especialmente sus implica- ciones cinético-moleculares. Sus dos articulos sobre la teorfa de la relatividad especial, articulos 3 y 4, son intentos de ampliar y perfeccionar la teorfa de Maxwell modificando los fundamentos de la mec4nica clasica para eliminar la contradicci6n aparente entre mecdnica y electrodinamica. En estos cuatro articulos, Einstein se mostré como un maestro de lo que hoy Ilamamos fisica clasica, el heredero y continuador de la tra- dicién que se inicié con Galileo Galilei y Newton y terminé con Fa- raday, Maxwell y Boltzmann, por nombrar s6lo algunos de los mas destacados representantes de esta tradicién. Por revolucionarias que aparecieran entonces a sus contemporaneos, las nuevas ideas sobre la naturaleza del espacio, el tiempo y el movimiento necesarias pa- ra desrrollar la teoria de la relatividad especial se ven ahora como el climax y culminaci6n de la tradici6n clasica. 3. Su trabajo sobre la hipétesis cudntica de la luz, articulo 5, es el tinico que él mismo consideraba genuinamente radical. En la primera carta citada antes en p. 19, escribié que este articulo «trata de la radiacion y las propiedades energéticas de Ja luz y es muy revolucionario» |"! En él, Einstein demostraba la capacidad limitada tanto de la mecdanica clésica como de la teorfa electromagnética de Maxwell para expli- car las propiedades de la radiacién electromagnética, e introducfa la hipétesis de que la luz tiene una estructura granular para explicar nue- vos fenémenos tales como el efecto fotoeléctrico, que no pueden ser explicados sobre la base de la fisica clasica. Aqui y posteriormente, Einstein, maestro de la tradicidn clasica, se mostré como su critico més serio y severo y un pionero en la btisqueda de un nuevo funda- mento unificado para toda la fisica. IV Los articulos se presentan en este volumen en el orden sugerido por - las tres categorias antes mencionadas, que es aproximadamente el orden que marca su distancia a la fisica clasica; pero el lector no deberia sentirse obligado a leerlos en este orden. También hay buenas razones a favor de un orden cronolégico, o a favor de pasar inmediatamente a los articulos Sobre relatividad especial y teorfa cudntica, o a favor de sumergirse sim- plemente en el volumen como a uno le dicte su interés 0 su fantasia. 26 Einstein 1905: un aio milagroso En el cuerpo de este volumen, el lector encontrara discusiones de- talladas de cada uno de estos cinco articulos extrafdas de los ensayos tematicos introductorios del volumen 2 de The Collected Papers of Al- bert Einstein. Aqui daré una vision general del trabajo de Einstein, hasta 1905 incluido, en cada una de las tres categorias. 1. Intentos de ampliar y perfeccionar la tradicion mecano-clasica Como muestran cartas recientemente descubiertas, cuando comenzd el siglo Einstein estaba ya ocupado en los problemas que iban a Ile- varle més alld de la fisica clasica. Pese a todo, todos sus articulos pu- blicados antes de 1905 tratan temas que caen dentro del marco de la mecdnica newtoniana y sus aplicaciones a la teorfa cinético-molecular de la materia. En sus dos primeros articulos, publicados en 1901 y 1902, Einstein intentaba explicar varios fenédmenos, en apariencia muy dife- rentes, que ocurren en liquidos y disoluciones sobre la base de una tinica hip6tesis acerca de la naturaleza de la fuerza central entre moléculas, y de cémo varia con su composicién quimica. Einstein esperaba que su trabajo pudiera servir para establecer el estatus de una conjetura tradi- cional (y ahora descartada) acerca de una base comin para las fuerzas moleculares y gravitatorias —un indicio de su gran ambicién desde el principio por contribuir a la unificacién tedrica de todos los fenémenos aparentemente dispares de la fisica. En 1901 escribi6: «Es una maravi- llosa sensaci6n darse cuenta de la unidad de un complejo de fenémenos que, para la percepcién sensorial inmediata, parecen ser cosas totalmen- te independientes».''*! Mucho mas tarde, rememorando su vida, escribio: «El objetivo real de mi investigacién ha sido siempre la simplificacion y unificaci6n del sistema de la fisica te6rica» !'*! Como se mencion6 en p. 21, otro gran proyecto de la fisica del siglo x1Xx fue el intento de demostrar que las leyes de la termodindmica, bien verificadas empiricamente, podian ser explicadas teéricamente sobre la base de un modelo atomista de la materia. Maxwell y Boltzmann fueron pioneros en este esfuerzo, y Einstein se vefa a si mismo como continua- dor y perfeccionador de su obra. Einstein hizo un amplio uso de argumentos termodindmicos en sus dos primeros artfculos; en realidad, la termodinamica desempefia un pa- pel importante en todos sus primeros trabajos: El-segundo articulo plan- Introduccién 27 tea una pregunta sobre la relacion entre la termodinamica y las aproxima- ciones cinético-moleculares a los fendmenos térmicos, cuestion a la que 41 mismo respondio en su siguiente articulo. Este es el primero de tres, publicados entre 1902 y 1904, dedicados a los fundamentos atomistas de la termodinamica. Su propésito era formular las minimas hipotesis ato- mistas acerca de un sistema mecanico que son necesarias para derivar de ellas los conceptos y principios basicos de la termodinamica. Presumi- blemente porque la obtuvo a partir de hipotesis tan generales, él conside- raba la segunda ley de la termodinamica como «una consecuencla nece- saria de la visién mecdnica del mundo» "| También obtuvo una ecuacion para las fluctuaciones cuadraticas medias de la energia de un sistema en equilibrio térmico. A pesar de sus origenes mecanicos, esta formula in- cluye sélo magnitudes termodinamicas, y Einstein procedio osadamente a aplicar la ecuacién a un sistema aparentemente no mecanico: la radia- cién de cuerpo negro (la primera mencion impresa que hacia de ella), es decir, la radiacién electromagnética en equilibrio térmico con la ma- teria. La radiacién de cuerpo negro era el tinico sistema donde él veia claramente que las fluctuaciones de la energia deberian ser fisicamente importantes en una escala de longitud observable, y los calculos se mos- traron consistentes con las propiedades conocidas de dicha radiacion. Este cdlculo sugiere que quiz4 Einstein haya tenido ya en mente un in- tento de tratar la radiacién de cuerpo negro como si fuera un sistema mecdnico: la base de su «muy revolucionaria» hipotesis del cuanto de luz de 1905. En el articulo | de este volumen, su tesis doctoral, Einstein utilizaba métodos basados en la hidrodinamica clasica y la teoria de la difusion para demostrar que la medida de la viscosidad de un fluido con y sin la presencia de una sustancia disuelta puede utilizarse para obtener una estimacién del ntimero de Avogadro (véase p. 22) y el tamafio de las moléculas de la sustancia disuelta. El articulo 2, el denominado articulo del movimiento browniano, también amplia el campo de aplicabilidad de los conceptos de la mecdnica clasica. Einstein advertia que, si la teoria cinético-molecular del calor es correcta, las leyes de la termodinamica no pueden ser universalmente vélidas, puesto que las fluctuaciones de- ben dar lugar a violaciones microscépicas pero visibles de la segunda ley cuando se consideran particulas suficientemente grandes para que su Movimiento sea observable en un microscopio si estan suspendidas en un liquido. El consideraba que su trabajo establecia los limites de va- lidez dentro de los cuales podia aplicarse la termodinamica con plena confianza. 28 Einstein 1905: un ano milagroso 2. Intentos de ampliar y perfeccionar la electrodinamica de Maxwell y modificar la mecanica clésica para que sea coherente con aquélla Al parecer, mucho antes de 1905 Einstein ya tenia conocimiento de varios experimentos que sugieren que el principio de relatividad mecdnico —la equivalencia de todos los sistemas de referencia inerciales para la descripcién de cualquier fen6meno mecénico— deberia extenderse des- de los fendmenos mecanicos a fendmenos dpticos y electromagnéticos. Sin embargo, una ampliacién semejante estaba en conflicto con lo que él consideraba la mejor teoria electrodinamica en vigor, la teorfa del elec- trén de Lorentz, que concede un estatus privilegiado a un sistema iner- cial: el sistema del éter en reposo (véase p. 21). En los articulos 3 y 4 de este volumen, Einstein logré resolver es- te conflicto mediante un andlisis critico de los fundamentos cinematicos de la fisica, la teoria del espacio y del tiempo, que subyace a la mecdnica, la electrodinamica, y en realidad (aunque no se conocia ninguna otra en aquél tiempo) cualquier otra teorfa dindmica. Tras un profundo estudio critico del concepto de simultaneidad de sucesos distantes, Einstein com- prendi6 que el principio de relatividad podia hacerse compatible con las ecuaciones de Maxwell si se abandonaba el tiempo absoluto de New- ton en favor de un nuevo absoluto: la velocidad de la luz, la misma en todos los sistemas inerciales. Como consecuencia, las leyes newtoniano- galileanas de transformaci6n entre coordenadas espaciales y temporales de diferentes sistemas inerciales deben ser reemplazadas por un conjun- to de transformaciones, ahora Ilamadas transformaciones de Lorentz.!'” Puesto que estas transformaciones son de naturaleza cinematica, cual- quier teoria fisica aceptable debe ser invariante bajo el grupo de tales transformaciones. Las ecuaciones de Maxwell, adecuadamente reinter- pretadas después de eliminar el concepto de éter, satisfacfan este requi- sito: pero las ecuaciones de movimiento de Newton necesitaban revi- sion. El trabajo de Einstein sobre la teorfa de la relatividad proporciona un ejemplo de su capacidad para avanzar entre paradojas y contradiccio- nes. El utiliza una teorfa, la electrodindmica de Maxwell, para encontrar los limites de validez de otra, la mecdnica de Newton, incluso si él era ya consciente de la validez limitada de la primera. (Véase pp. 28-29, mas abajo.) Introduccién 29 Uno de los puntos fundamentales del enfoque de Einstein, que sus contemporaneos encontraron dificil de captat, es que la cinematic rele tivista es independiente de las teorfas que impulsaron su formulacien.| : no sélo habia formulado una base cinematica coherente para la — y laelectrodinamica, sino también (dejando aparte el problema a a gra- vitacién) para cualquier concepto fisico nuevo que pudiera intro ues De hecho, los desarrollos en fisica durante casi un siglo no han debilita io estos fundamentos cinematicos. Por utilizar terminos que él empleo mas adelante, Einstein habfa creado una teorfa de principio, antes que una teorfa constructiva."* En aquel tiempo él expreso la diferencia con es- tas palabras: «De ningtin modo se estd tratando aqui +, con un’ ears en el que estarfan contenidas implicitamente, y a partir del cual po “a encontrarse meramente por deduccién, las leyes individuales, sino solo con un principio que (de un modo similar a la segunda ley de la termo- dinamica) permite la reduccién de ciertas leyes a otras». Los prinel pios de una teorfa semejante, de la que la termodinamica es su principal ejemplo, son generalizaciones extraidas de una gran cantidad fe Atos empiricos que aquéllos resumen y generalizan sin pretender exp icar. En contraste, las teorfas constructivas, tales como la teoria cinética de los gases, pretenden explicar ciertos fendmenos sobre la base de entisades hipotéticas, tales como dtomos en movimiento, introducidas precisamen- te para ofrecer tales explicaciones. . : "ts bien sabido ane lstientas importantes de la distincién de Eins- tein entre teorfas de principio y teorfas constructivas se encuentran en los escritos de Poincaré. Dos fuentes menos conocidas que pueden haber influido en el énfasis que hace Einstein en el papel de los principios en fisica son los escritos de Julius Violle y Alfred Kleiner, a quienes se sabe que también habia leido. . A pesar de los méritos de la teorfa de la relatividad, no obstante, Eins- tein sentfa que no era sustituta para una teorfa constructiva: «Una teoria fisica sélo puede ser satisfactoria si sus estructuras estan compuestas de elementos fundamentales. La teorfa de la relatividad es en altima ins- tancia tan poco satisfactoria como, por ejemplo, era la termodinamica clasica antes de que Boltzmann hubiera interpretado la entropfa como probabilidad»."! 30 Einstein 1905; un aio milagroso 3. Demostraciones de la validez limitada de la mecanica clasica y la teoria electromagnética de Maxwell e intentos de comprender fenémenos que no pueden ser explicados mediante estas teorias Los intentos de Einstein de perfeccionar la mecanica clasica y la electrodinamica de Maxwell, y hacer compatibles ambas teorias. pue- den considerarse atin como extensiones, en el sentido mas amplio, del enfoque clasico de la fisica. Por originales que puedan haber sido sus contribuciones a dichas areas, por revolucionarias que aparecieran ante sus contemporaneos sus conclusiones sobre el espacio y el tiempo, por fructifero que se mostrase su trabajo para la exploracién de nuevas areas de la fisica, él atin estaba comprometido en extraer las ultimas conse- cuencias de estructuras conceptuales que estaban bien establecidas hi finales del siglo xix. Lo que hace tinica su posicién durante la primera década de este siglo es su conviccién inquebrantable de que los concep- tos de la mecnica clasica y de la electrodinamica de Maxwell, asf como cualquier mera modificacion 0 complemento de ambas, son incapaces de explicar una lista cada vez mayor de fendmenos recién descubiertos que implican e] comportamiento y las interacciones de materia y radiacion. Einstein recordaba constantemente a sus colegas la necesidad de introdu- cir conceptos radicalmente nuevos para explicar la estructura de la mate- ria y la radiacion. El mismo introdujo algunos de estos nuevos conceptos. en especial la hipétesis del cuanto de luz, aunque seguia siendo incapaz de integrarlos en una teoria fisica coherente. El articulo 5, el primer articulo de Einstein sobre la hipotesis cuantica. es un ejemplo sorprendente de su estilo, que mezcla la critica de vie- jos conceptos con la btisqueda de nuevos. Se abre demostrando que el teorema de equiparticion,'*"! junto con las ecuaciones de Maxwell, con- duce a una formula precisa para el espectro de la radiacion de cuerpo negro, ahora conocida como distribucién de Rayleigh-Jeans. Esta distri- bucion, que a bajas frecuencias coincide con la distribucién de Planck empiricamente validada, no puede ser valida a altas frecuencias porque implica una energfa total divergente. (El dio pronto una demostracion si- milar, también basada en el teorema de equiparticion, de que la mecanica clasica no puede explicar las propiedades térmicas u 6pticas de un sdlido. modelado como una red de osciladores atémicos 0 iénicos Einstein investig6 a continuaci6n esta region de alta frecuencia, don- de la distribucion obtenida clasicamente falla de la forma mas espectacu- Introduccién 31 lar. Demostr6 que en esta region, llamada el limite de Wien, la entropia de la radiacion monocromatica con una temperatura dada depende de su volumen exactamente de la misma forma que lo hace la entropia de un gas ordinario compuesto de particulas estadisticamente indepen- dientes. En resumen, la radiacién monocromatica en el limite de Wien se comporta termodinamicamente como st estuviera compuesta de cuantos de energia estadisticamente independientes. Para obtener este resultado, Einstein tuvo que suponer que cada cuanto tiene una energéa proporcional asu frecuencia. Animado por este resultado, dio el paso final, proponien- do su hipotesis «muy revolucionaria» de que la materia y la radiacion pueden interaccionar s6lo a través del intercambio de tales cuantos de energia. Demostr6 que esta hipotesis explica varios fenémenos aparente- mente dispares, en especial el efecto fotoeléctrico; fue este trabajo el que era citado por el comité del premio Nobel en 1921. En 1905 Einstein no utiliz6 la ley de distribucion de Planck completa. Al afio siguiente demostré que la deduccién que hizo Planck de dicha ley depende implicitamente de la hipotesis de que la energia de los oscilado- res cargados sélo puede ser un multiplo entero de los cuantos de energia, y por lo tanto que dichos osciladores sélo pueden intercambiar energia con el campo de radiacion por medio de tales cuantos. En 1907, Einstein argumenté que osciladores descargados deberian estar igualmente cuan- tizados, explicando asi el éxito de la ley de DuLong-Petit para la mayoria de los s6lidos y los valores anémalamente bajos de los calores especifi- cos de ciertas sustancias. Relacioné la temperatura a la que las desvia- ciones de la ley de DuLong-Petit (véase p. 149) se hacen importantes, ahora llamada temperatura de Einstein, con la frecuencia fundamental de los osciladores atomicos, y por lo tanto con el espectro de absorcion Optica de un-sélido. A pesar de su conviccion en la inadecuacion fundamental de la meca- nica clasica,-Binstein continué utilizando con notable habilidad aspectos atin fiables de la misma para explorar la estructura de la radiacion elec- tromagnética: En 1909 aplico su teoria del movimiento browniano a un espejo de dos caras inmerso en radiacion térmica. Demostré que el espe- Jo seria ineapaz de ejecutar tal movimiento browniano indefinidamente si las fluctuaciones de la presién de radiacion sobre sus superficies fue- ran debidas tinicamente a los efectos de ondas aleatorias, como predice la teorfa de Maxwell. Sélo la existencia de un término adicional, corres- Pondiente a las fluctuaciones de presin debidas al impacto de particulas aleatorias sobre el espejo. garantiza su continuomovimiento browniano. Einstein demostro que ambos términos de fluctuaciones de energia, de- 32 Einstein 1905; un afio milagroso bidos a ondas y particulas, son consecuencias de la ley de distribucién de Planck para la radiacion de cuerpo negro. Consideré este resultado como su argumento mas poderoso para atribuir realidad ffsica a los cuantos de luz. Einstein ba lejos de considerar que su trabajo sobre la hipotesis cudntica constituyera una teoria satisfactoria de la radiacion o la materia. Como se advierte en p. 26, él hacia énfasis en que una teoria fisica es satisfactoria solo «si sus estructuras estén compuestas de elementos fun- damentales», afiadiendo «que atin estamos lejos de tener elementos fundamentales satisfactorios para los procesos eléctricos y mecanicos» |! Einsten tenia la sensacion de que no habia conseguido una comprensién real de los fenémenos cuanticos porque (en contraste con su acertada in- terpretacion de la constante de Boltzmann como medida de la escala de las fluctuaciones estadisticas) él habia sido incapaz de interpretar la cons- tante de Planck «de una forma intuitiva».'°*! El cuanto de carga eléctrica también seguia siendo «un extrafio a la teorfa».!*! El estaba convencido de que una teoria satisfactoria de la materia y la radiacién debia construir dichos cuantos de electricidad y de radiacion, y no simplemente postu- larlos. Como teoria de principio (véase mas arriba), la teoria de la relatividad ofrece directrices importantes en la btisqueda de una tal teoria satisfacto- ria. Einstein confiaba en la construccién final de «una visién del mundo completa que esté en acuerdo con el principio de relatividad».'"! Mien- tras tanto, la teoria aportaba claves para la construccién de una visién del mundo semejante. Una clave concierne a la estructura de la radiaci electromagnética. No es solo que la teorfa es compatible con una teoria de emision de radiacién, puesto que implica que la velocidad de la luz es siempre la misma con relacion a su fuente; la teorfa también requiere que la radiacién transfiera masa entre un emisor y un absorbente, refor- zando la hipotesis del cuanto de luz de Einstein segtin la cual la radiacién manifiesta una estructura particular en ciertas circunstancias. El mantenfa que «la fase siguiente en el desarrollo de una ffsica te6rica nos traera una teoria de la luz, que puede considerarse como una especie de fusién de las teorfas ondulatoria y de emisién de la luz».'*! Otros principios que Einstein consideraba guias fiables en la busqueda de una comprensi6n de los fenédmenos cuanticos son la conservacion de la energia y el principio de Boltzmann. Einstein contiaba en que «la misma modificacion teérica que condu- ce al cuanto elemental [de carga] conducira también a la estructura cudn- tica como consecuencia».'*! En 1909 hizo su primer intento por encon- Introduccion 33 trar una teoria de campos que explicara tanto la estructura de la materia (el electron) como la de la radiacién (el cuanto de luz). Después de in- vestigar generalizaciones no lineales, y relativisticamente invariantes, de las ecuaciones de Maxwell, escribié: «No he tenido éxito ... en encon- trar un sistema de ecuaciones que pudiera ver que fuera adecuado para la construcci6n del cuanto de electricidad y el cuanto de luz elementales. El abanico de posibilidades no parece ser tan amplio, sin embargo, co- mo para que uno tenga que retroceder con miedo ante la tarea» "*! Este intento puede considerarse como el precursor de su btisqueda posterior, durante casi cuarenta afios, de una teorfa unificada de campos para el electromagnetismo, la gravitacion y la materia. En 1907, el intento de Einstein de incorporar la gravitacién en la teorfa de la relatividad le llev6 a reconocer un nuevo principio formal, el principio de equivalencia, que él interpreto como una demostracién de la necesidad de generalizar el principio de relatividad (que ahora empe- zaba a llamar principio de relatividad especial) si iba a incluirse la gra- vitacién dentro de su alcance. Encontré que, cuando se tienen en cuenta efectos gravitatorios, es imposible mantener el papel privilegiado que de- sempefian los sistemas de referencia inerciales y las transformaciones de Lorentz en la teorfa de la relatividad original. Inicié la busqueda de un grupo de transformaciones mas amplio que el grupo de Lorentz, bajo las que las leyes de la fisica permanecen invariantes cuando se tiene en cuen- tala gravitacién. Esta busqueda, que dur6 hasta finales de 1915, culminé en lo que Einstein consideraba su mayor logro cientifico: la teorfa de la relatividad general —pero esa es otra historia, que no puedo contar aqui. Tampoco puedo hacer més que aludir a las muchas formas en las que el trabajo de Einstein sobre la teoria de la relatividad especial y la teorfa cuantica ha inspirado y guiado muchas de las transformaciones revolu- Cionarias de nuestra imagen del mundo fisico durante el siglo Xxx, ademas de haber contribuido mediante su influencia en el desarrollo tecnolégico a transformaciones igualmente revolucionarias en nuestro modo de vida. No se puede mencionar la Optica cudntica o la teoria cudntica de campos, por nombrar s6lo un par de avances te6ricos; ni los maseres y ldseres, Klystrons y sincrotones; ni las bombas atémicas 0 las de hidr6geno, por Nembrar sélo algunas de las muchas invenciones que han cambiado nues- tro mundo para bien o para mal, sin invocar la herencia del afio milagroso de Einstein. 34 Einstein 1905: un afio milagroso Notas [1] La expresién anni mirabiles (aiios de maravillas) ha sido aplicada con mas pre- cision a los afios 1664-1666 por Richard Westfall, bidgrafo de Newton en Never at Resi/A Biography of Isaac Newton (Cambridge, U.K.: Cambridge University Press, 1980; edicién en riistica, 983), p. 140. Puede consultarse este libro para informacién biogrdfica general- mente fiable sobre la vida de Newton. [2] 1. Bernard Cohen, Introduction to Newtons'«Principa» (Cambridge Mass.: Har- vard University Press, 1971), p. 291. [3] _Véase, por ejemplo, Albrecht Félsing, Albert Einstein/A Biography. tt. por Ewald Osers (Nueva York, Viking, 1997), p. 121: «Nunca antes y nunca después de entonces una sola persona ha enriquecido la ciencia tanto y en tan corto tiempo como Jo hizo Einstein en su annus mirabilis». Puede consultarse este libro para informacién biografica generalmente fiable sobre Einstein, aunque sus explicaciones cientificas deberfan tomarse con cautela. Para una’exposicion de la obra cientifica de Einstein organizada biograficamente, véase Abraham Pais, « Subtle is the Lord....»: The Science and the Life of Albert Einstein (Oxford, Clarendon Press, Nueva York: Oxford University Press, 1982). [Hay traducci6n espafiola: «El Sefior es sutil...»: La ciencia y la vida de Albert Einstein (Ariel, Barcelona, 1984). {4]° Einstein a Conrad Habicht, 18 0 25 de mayo de 1905, The Collected Papers of Albert Einstein (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1987), citado en adelante como Collected Papers, vol. 5 (1993), doc. 27, p. 31. Traduccién de Anna Beck, tr., The Collected Papers of Albert Einstein: English Translation (Princeton University Press, 1987), citado en adelante como English Translation, vol 5, (1995), p. 20; traduccién modificada. [5]} Binstein a Conrad Habitch, 30 de junio-22 de septiembre de 1905, Collected Pa- pers, vol. 5; doc. 28, p. 33; English Translation, p. 21; traduccion modii ja. Cuarenta aiios mas tarde, cuando la explosién de las primeras bombas atémicas Ilevé inevitablemente la equivalencia entre masa y energia a la atencién del mundo, Einstein podria haberse pregun- tado simplemente qué tipo de broma le habia jugado el Sefior. [6] Westfall, Never at Rest, p. 140. [7] Ibidem, p. 205. [8] Ibidem, p. 100, 137. [9] - Albert Binstein, Autobiographical Notes, Paul Arthur Schilpp ed. y trad. (LaSalle Ul, Open Court, 1979), p. 15. [Hay traduceién espaiola: Notas Autobiogrdficas (Alianza, Madrid, 1984)]. [10] Westfall, Never at Rest, p. 174, [11] «Newton and the Law of Gravitation», Arch. Hist. Exact Sci. 2 (1965): 365-386, reimpreso en Robert S. Cohen y John Stachel, eds. Selected Papers of Leon Rosenfeld (Dor drecht/Boston: Reidel, 1979), p. 65. [12] Cita tomada de Westfall, Never at Rest, p. 146. [13] Einstein a Conrad Habitch, mayo de 1905, Collected Papers, vol. 5, doc. 27. Ll. p.3 [14] Einstein a Marcel Grossman, 14 de abril de 1901, Collected Papers, vol. 1, doc 100, p. 290. [15] De la respuesta a un cuestionario enviado a Einstein en 1932. Véase Helen Dukas y Banesh Hoffmann, Albert Einstein: The Human Side (Princeton, N.1: Princeton University Press, 1979),-p. 11 para la traducci6n inglesa; p. 122 para el texto alemén. [16] Einstein, «Kinetic Theory of Thermal Equilibrium and of the Second Law ol Thermodynamics», en Collected Papers, vol. 2, doc. 3, p. 72 (p. 432 del original de 1902). Introduccién 35 [17] Lorentz habia introducido dicho conjunto de transformaciones, y Henri Poincaré Jes habia dado ese nombre; pero la interpretacién cinematica que les dio Einstein es comple- tamente diferente. [18] Para la distincién entre teorias de principio y teorfas constructivas, véase Albert Einstein, «Time, Space and Gravitation», The Times (London), 28 de noviembre de 1918, p. 13; reimpreso como «What is the Theory of Relativity?», en Ideas and Opinions (Nueva York: Crown, 1954), pp. 227-232. [Hay traduccién espaiiola: Mis ideas y opiniones (Bosch, Barcelona, 1980)]. Mas tarde rememoraba sobre los origenes de la teorfa: «Poco a poco des- esperaba de la posibilidad de descubrir las leyes verdaderas por medio de intentos constructi- vos basados en hechos conocidos. Cuanto mas tiempo y mas desesperadamente lo intentaba, mas llegaba a la conviccién de que sélo el descubrimiento de un principio formal universal po- dria llevarnos a resultados garantizados. El ejemplo que vefa ante mi era la termodinamica». (Autobiographical Notes, p. 48; traduccién, p. 49). Durante varios afios después de 1905, Einstein se referfa al «principio de relatividad» antes que a la «teoria de la relatividad». [19] Einstein, «Comments on the Note of Mr. Paul Ehrenfest: “The Translatory Mo- tion of Deformable Electrons and the Area Law”»,’ en Collected Papers, vol. 2, doc. 44, p. 411 (p. 207 del original de 1907). [20] Einstein a Arnold Sommerfeld, 14 de enero de 1908, Collected Papers, vol. 5, doc. 73, pp. 86-88. Una década més tarde, Einstein desarrollé esta idea: «Cuando decimos que hemos tenido éxito en comprender un grupo de procesos naturales, siempre entendemos por esto que se ha encontrado una teoria constructiva que abarca los procesos en cuestion» (de «Time, Space and Gravitation»). (21) Este es un resultado de la mecdnica estadistica clasica, segtin la cual cada grado de libertad de un sistema mecdnico en equilibrio técnico recibe, en promedio, la misma cuo- ta de la energia total del sistema. [22] Einstein a Arnold Sommerfeld, 14 de enero de 1908, Collected Papers, vol. 5, doc. 73, pp. 87. [23] Ibidem. [24] Véase Einstein, «On the Present Status of the Radiation Problem», en Collected Papers, vol. 2, doc. 56, p. 549 (p. 192 del original de 1909). [25] Einstein, «On the Inertia of Energie Required by the Relativity Principle», en Collected Papers, vol. 2, doc. 45, pp. 414-415 (p. 372 del original de 1907). __(26] Einstein, «On the Development of Our Views Concerning the Nature and Cons- titution of Radiation», en Collected Papers, vol. 2, doc. 60, pp. 564-565 (p. 482-483 del original de 1909). [27] Einstein, «On the Present Status of the Radiation Problem», en Collected Papers, vol. 2, doc. 56, pp. 549-550 (p. 192-193 del original de 1909). __ [28] Tbidem, p. 550(p. 193 del original de 1909). Este intento en una teoria de campos Parece representar el primer paso de Einstein hacia una ontologia de campos. Aula del edificio de Fisica, Eidgenéssische Technische Hochschule, Zurich, 1905. (Cortesia de ETH) Primera parte Tesis doctoral de Einstein sobre la determinacién de las dimensiones moleculares n 1901, aproximadamente un afio después de su graduacién por el Hidgenéssische Technische Hochschule (ETH), Einstein presen- t6 una tesis doctoral en la Universidad de Zurich, aunque la retiré pronto, en 1902. En un segundo y satisfactorio intento, tres afios mds tarde, com- bind las técnicas de la hidrodindmica clasica con las de la teoria de la di- fusién para crear un nuevo método para la determinacién de los tamafios moleculares y del nimero de Avogadro, método que aplicé a moléculas de azticar diluidas. La tesis fue completada el 30 de abril de 1905 y pre- sentada a la Universidad de Zurich el 20 de julio. El 19 de agosto de 1905, inmediatamente después de que la tesis fuera aceptada, los Annalen der Physik recibieron una versién ligeramente diferente para su publicacién. En 1905 se disponia de varios métodos para la determinacién experi- mental de las dimensiones moleculares. Aunque durante mucho tiempo Se habian estado discutiendo estimaciones de cotas superiores para los tamafios de los constituyentes microscépicos de la materia, los prime- Tos métodos fiables para determinar tamafios moleculares, basados en la teoria cinética de los gases, s6lo se desarrollaron en la segunda mitad del Siglo’xix. El estudio de fenémenos tan diversos como la electricidad de Contacto en metales, la dispersién de la luz y la radiacién de cuerpo negro Proporcioné nuevos enfoques para el problema de las dimensiones mole- culares. La mayorfa de los métodos disponibles a finales de siglo daban valores para el tamafio de las moléculas y para el ntimero de Avogadro que estaban en un acuerdo mas o menos satisfactorio. Aunque Einstein afirmaba que el método expuesto en su tesis es el Primero en utilizar fendmenos en fluidos para la determinacién de dimen- Siones*moleculares, el comportamiento de los liquidos ya desempejiaba 38 Einstein 1905: un afio milagroso un papel en varios métodos anteriores. Por ejemplo, la comparacién de densidades en los estados liquido y gaseoso es un ingrediente importante del método de Loschmidt, basada en la teoria cinética de los gases. Un método que depende enteramente de la fisica de los liquidos fue desarro- Iado ya en 1816 por Thomas Young. El estudio de Young de la tensién superficial en Iiquidos condujo a una estimacién del alcance de las fuer- zas moleculares, y los fenémenos capilares fueron utilizados més tarde de diferentes formas para determinar tamafios moleculares. No se disponia de una teorfa cinética de liquidos comparable a la teoria cinética de los gases, y los métodos para obtener voliimenes mo- leculares exclusivamente a partir de las propiedades de los liquidos no daban resultados muy precisos. El método de Einstein, por el contra- rio, da valores comparables en precisi6n a los que proporciona la teoria cinética de los gases. Mientras que los métodos basados en la capilaridad presuponen la existencia de fuerzas moleculares, la hipétesis central de Einstein consiste en la validez de utilizar la hidrodinamica clasica pa- ra calcular el efecto de las moléculas del soluto, tratadas como esferas rigidas, sobre la viscosidad del solvente en una solucién diluida. El método de Einstein es perfectamente adecuado para determinar el tamafio de moléculas de soluto que son grandes comparadas con las del solvente. En 1905 William Sutherland publicé un nuevo método pa- ra determinar las masas de moléculas grandes que comparte elementos importantes con el de Einstein. Ambos métodos hacen uso de la teoria molecular de la difusién que desarroll6 Nernst basada en la analogia que hizo van’t Hoff entre disoluciones y gases, y también de la ley de Stokes de la fricci6n hidrodinamica. Sutherland estaba interesado en las ma do al papel que desempefian en el andlisis quimico de sustancias organic: tales como la albimina. Al desarrollar un nuevo método para la detern nacién de dimensiones moleculares, Einstein estaba interesado en otros problemas con diferentes niveles de generalidad. Un problema entonces pendiente de la teoria de las disoluciones era si las moléculas del solven- te estan o no ligadas a las moléculas 0 iones del soluto. La tesis docto- ral de Einstein contribufa a la solucién de este problema. En una carta a Jean Perrin fechada en noviembre de 1909, recordaba: «Utilicé la vis- cosidad de la disolucién para determinar el volumen de azticar disuelto en agua porque de esta forma esperaba tener en cuenta el volumen de cualesquiera moléculas de agua ligadas». Los resultados obtenidos en su disertacion indican que efectivamente se da esa ligadura. de moléculas grandes debi- S Primera parte 39 Los intereses de Einstein se extendfan mas alld de esta cuestion con- creta hasta problemas mas generales de los fundamentos de la teorfa de la radiaci6n y la existencia de atomos. Mas tarde recalcaba en la misma carta: «Creo que una determinaci6n precisa del tamano de las moléculas es de la maxima importancia, porque mediante una determinaci6n seme- jante puede ponerse a prueba la formula de radiacion de Planck de forma mas exacta que mediante medidas de radiacién». La tesis marc6é también el primer éxito importante en los intentos de Einstein por encontrar pruebas adicionales a favor de la hipot atémica, unos intentos que culminaron en su explicacién del movimiento browniano. A finales de 1905 habia publicado tres métodos independien- tes para determinar dimensiones moleculares, y en los aiios siguientes descubri6 varios mas. De todos estos métodos, el que aparece en su te- sis es el mas estrechamente relacionado con sus estudios anteriores de fenémenos fisicos en liquidos. Los esfuerzos de Einstein por obtener un grado de doctor ilustran algunas de las limitaciones institucionales para el desarrollo de su tra- bajo sobre el problema de las dimensiones moleculares. Su eleccién de un tema teérico para una tesis doctoral en la Universidad de Zurich era bastante inusual, tanto porque era te6rico como porque normalmente era el profesor supervisor quien asignaba un tema de tesis. En 1900, la fisica teérica estaba empezando lentamente a ganarse un reconocimien- to como disciplina independiente en los paises de habla alemana, pero todavia no estaba asentada ni en el ETH ni en la Universidad de Zuri- ch. Un primer paso se habia dado en el ETH poco después de su fun- dacién con el nombramiento de un fisico aleman, Rudolf Clausius. Su marcha, una década més tarde, puede haber sido acelerada por la falta de simpattas oficiales por un enfoque demasiado tedrico en la formacién de ingenieros y maestros de escuela secundaria, la tarea principal de la escuela, El sucesor de Clausius —tras varios afios durante los cuales el puesto estuvo vacante— fue H. F. Weber, quien ocup6 la cétedra de Fisica Ma- tematica y Técnica desde 1875 hasta su muerte en 1912. Durante las dos Ultimas décadas del siglo x1x, Weber hizo investigaci6n original, princi- Palmente en fisica experimental y electrotecnologia, incluyendo trabajos Sobre varios temas que fueron importantes para la investigacion posterior de Einstein, tales como la radiacién de cuerpo negro, el comportamiento anomalo de los calores especificos a baja temperatura y la teorfa de la difusion: pero sus intereses principales no fueron nunca les de un fisico 40 Einstein 1905: un ano milagroso teorico. La situacién de la fisica tedrica en la Universidad de Zurich a comienzos de siglo no era mucho mejor. Otras cuatro universidades sui- zas importantes tenian 0 bien dos catedras titulares en fisica 0 una plaza titular y otra no permanente, en tanto que Zurich tenfa sélo una catedra de fisica, que ocupaba el experimentador Alfred Kleiner. Puesto que el ETH no estuvo autorizado para ofrecer grados de doc- tor hasta 1909, un convenio especial hacia posible que los estudiantes del ETH obtuvieran doctorados por la Universidad de Zurich. La mayor parte de las tesis doctorales en fisica realizadas por estudiantes del ETH se preparaban bajo la supervision de Weber, con Kleiner como segun- do evaluador. Como se ha sefialado antes, casi todas las tesis en fisica preparadas en el ETH y en la Universidad de Zurich entre 1901 y 1905 versaban sobre temas experimentales sugeridos a los estudiantes por su supervisor, o al menos estrechamente relacionados con los intereses in- vestigadores de éste tiltimo. El abanico de temas era muy limitado, y ge- neralmente no estaban en la vanguardia de la investigacién experimental. Las conductividades térmica y eléctrica, y los instrumentos para su medi- da, eran con mucho los temas mas prominentes. Cuestiones generales de fisica teérica, tales como las propiedades del éter, 0 la teorfa cinética de los gases, encontraban ocasionalmente un hueco en los examenes, pe- ro apenas eran tratados en las tesis. En el semestre de invierno de 1900-1901, Einstein intent6 trabajar para conseguir un doctorado bajo la direccién de Weber. Es posible que el tema estuviese relacionado con la termoelectricidad, un campo en el que Einstein haba mostrado interés y en el que varios de los estudian- tes de doctorado de Weber hacfan investigacién experimental. Tras una disputa con Weber, Einstein se dirigié a Kleiner en busca de consejo y comentarios sobre su trabajo. Aunque su investigacion en esta época se centraba en instrumentos de medida, Kleiner sf estaba interesado en cuestiones de fundamentos de fisica, y las discusiones que sostuvo con Einstein cubrieron un amplio abanico de temas. Einstein mostré su primera tesis a Kleiner antes de pre- sentarla a la universidad en noviembre de 1901. No se ha conservado esta tesis, y la informaci6n existente respecto a sus contenidos es algo ambi- gua. En abril de 1901 Einstein escribio que planeaba resumir su trabajo sobre fuerzas moleculares, hasta esa época principalmente en liquidos; a finales de afio, su futura esposa Mileva Maric afirmaba que é] habia pre- sentado un trabajo sobre fuerzas moleculares en gases. El propio Einstein escribi6 que estaba relacionado con «un tema de teoria cinética de los ga- ses». Hay indicios de que la disertacion pudiera versar sobre el trabajo de Primera parte 41 Boltzmann en la teorfa de los gases, asi como el trabajo de Drude sobre Ja teoria electronica de los metales. En febrero de 1902 Einstein habia retirado la tesis, posiblemente an- te la sugerencia de Kleiner de que evitara una controversia con Boltz- mann. En vista del caracter predominantemente experimental de las tesis en fisica presentadas en la Universidad de Zurich en aquella época, la fal- ta de confirmacién experimental para sus resultados teéricos quizé haya sido uno de los motivos para su decisién de retirar la tesis. En enero de 1903 Einstein seguia expresando interés en las fuerzas moleculares, pero afirmaba en una carta a Michele Besso que estaba abandonando su plan para obtener un doctorado, aduciendo que le seria de poca ayuda, y que «toda la comedia se ha hecho aburrida para mi». Poco se sabe acerca de cudndo empez6 Einstein a trabajar en la tesis que completé en 1905. En marzo de 1903 ya se le habjan ocurrido al- gunas de las ideas fundamentales de la tesis de 1905. Kleiner, uno de los miembros del claustro que juzgaron su tesis, reconocié en su informe que el propio Einstein habia elegido el tema y sefialaba que «los argumentos y caleulos realizados estan entre los mas dificiles en hidrodinamica». El otro evaluador, Heinrich Burkhardt, catedratico de Matematicas en la Universidad de Zurich, aitadia: «El modo de tratamiento demuestra un pleno dominio de los métodos matematicos relevantes». Aunque Burk- hardt revisé los célculos de Einstein, pas6 por alto un error importante en ellos. La tinica critica de la tesis de Einstein de la que hay constancia se referfa a que era demasiado corta. El biégrafo de Einstein Carl Seelig informa: «Binstein contaba mas tarde entre risas que su tesis le fue de- vuelta inicialmente por Kleiner con el comentario de que era demasiado corta. Una vez que hubo afiadido una tinica frase, fue aceptada sin mas comentarios». Comparado con sus otros temas de investigacién en esa época, su método hidrodindmico para determinar dimensiones moleculares era un tema de tesis singularmente apropiado para el ambiente académico de Zurich con orientaci6n empirica. En contraste con el trabajo sobre el Movimiento browniano, para el que todavia no estaban disponibles las técnicas experimentales necesarias para extraer informacién a partir de las observaciones, el método hidrodinamico de Einstein para determi- nar las dimensiones de moléculas de soluto le permitia obtener nuevos Tesultados empiricos a partir de datos contenidos en tablas estandar. Al igual que el método de Loschmidt basado en la teoria cinética de los gases,-el método de Einstein depende de dos ecuaciones para dos

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