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Los Prodigios de Garia
Los Prodigios de Garia
Un ciclo del que me eh cansado, criar niños solo para que te cuiden cuando estés
viejo me parece algo egoísta, tal como lo es crear vida a tu imagen y semejanza
para ser alabado.
Esgrima, Kendo, Taekwondo, Tiro con arco, Ajedrez, Boxeo, Karate, Natación.
Encontrar el cristal de Serene, sí, esa ha sido mi misión desde aquel día, desde mis
6 años.
Aún no lo consigo, y si necesito volverme aún más fuerte, lo haré, a como de lugar.
★★★
Las lágrimas del cielo caía, empapando su ropa, sus cabellos se pegaron a la ropa y
piel de la pequeña.
—Ella... ¿llego por mi?— pensó para si misma sin expresión o sentimiento alguno
por La situación en la que se encontraba.
—Ailana, ¿Qué haces aquí?, ¿Dónde están tus papás?— preguntó una voz
masculina.
—Oh, no es ella... entonces... ¿qué hago?— pensó para sí la pequeña de 6 años.
Un hombre se bajó del auto, miró a La Niña con preocupación y lastima, la tomó en
sus brazos y La llevo hasta al auto.
Ailana permaneció en silencio, como las últimas tres horas... bajo la lluvia.
—Iremos al hospital, no es normal que estés helada, después hablaré con Kelly y
Lake— declaró mientras dejaba con suavidad a La Niña en el asiento vacío del
copiloto.
Tristeza, Enojo, Rencor... nada... ni una emoción estaba a flote con aquella niña de
cabellos azabaches.
—Ven, vamos con un doctor— habló con suavidad, su tono era dulce y amable, en
sus manos estaba una pequeña manta abrigada, para su única sobrina.
Ailana se mantenía en silencio, pero su cuerpo hablaba por ella, el frío no era
mucho, pero la lluvia lo potenciaba en gran medida.
Una recepcionista miró a los familiares, el hombre, cabellos castaños y ojos azules,
la infante, cabellos azabaches y ojos verdes.
—Mi sobrina, creo que tiene hipotermia, su temperatura es más baja de lo normal—
explicó el hombre.
—No, yo solo la encontré bajo la lluvia y la traje aquí, deme las indicaciones que
debo seguir— pidió el mayor.
✩✩✩
—¿Enserio?, abandonar a Ailana en la lluvia, solo porque Adam estaba por nacer,
eso es caer bajo, Kelly— pensó aquel hombre con mal humor.
Ailana estaba dormida, se había dormido cuando recepcionista le estaba dando las
indicaciones a su tío.
El auto se estacionó cerca de una casa, no era grande, pero tampoco pequeña, con
cuidado salió del auto con La Niña en brazos.
Al entrar fue recibido por su novia.
—Me alegra ver que estás bien, Vane, llevaré a Ailana a su cuarto— comentó el
hombre mientras caminaba aún con su sobrina en brazos.
✩✩✩
La pequeña niña se quedó sola cuando su tío regresó con Vanessa, su pareja.
—Veo que conoces lo que soy, muchos me tratan como diosa— aclaró la mujer
de cabellera castaña y larga, atrás de ella, un hermoso can color negro.
—Solo sé lo necesario sobre usted y sus compañeros, también sobre el reino donde
vivo y sus leyendas— respondió la niña.
—Dios del inframundo, veo que acompaña a su pareja, me alegra mucho verlos
juntos— Saludó nuevamente con cortesía.
—Mmm, y yo que creí que La Niña no tenía sentimientos, ahora incluso esta
sonriendo— habló un hombre de casco dorado.
Los dioses desaparecieron, con pequeñas reverencias como despedida, cada uno se
fue a su lugar.
☽☽☽
Mirando una Foto nos damos cuenta de los años que han pasado, nos damos cuenta
de que el tiempo no se detiene, los años no serán en vano, los años seguirán
corriendo, aún si alguien los encierre.
La academia Asturias, una prestigiosa escuela donde solo pocos entran, una
academia extracurricular, en aquella academia solo se admiten personas de 18 a 23
años, y Ailana ya estaba cerca de su ultimo año, el mas difícil.
—Ya deberías saber el porque estás aquí, mira, no sé qué haces, pero siempre
puedo sentir una presencia cerca tuyo, y siempre llegas acompañada por algún
perro negro o un gato— habló con seriedad la directora.
—Solo es casualidad, Directora Aileen, yo no tengo nada que ver con esas minorías
— opinó la menor.
La directora suspiró, sabía que Ailana no admitiría nada, aquello la hacía un poco
más curiosa.
El misterio siempre rodeaba a Ailana, era curioso ver cómo está era una prodigio de
nacimiento pero también ocurrían cosas algo extrañas cerca de ella.
✩✩✩
Con enojo regresó a su casa, poniendo una amable y hermosa sonrisa falsa cuando
alguien la saludaba.
Ailana ingresó el código de la cerradura y está de abrió, entró sin mirar atrás.
Ingreso en aquella habitación con un letrero color morado y que en letras doradas
estaba escrito el nombre de Ailana.
Una vez en su cuarto se dispuso a hacer su tarea, que era poca, pues había pasado la
mayor parte del día en la oficina de la directora.
Ailana suspiró, odiaba los acertijos, a ella no le gustaba darle muchas vueltas a un
asunto, para ella, lo mejor era hacer las cosas con improvisación.
Una sonrisa se dibujó en los labios rosados de Ailana, corrió a donde su tío estaba y
lo abrazó con fuerza.
Su tío había sido por años su figura paterna y su ejemplo a seguir, desde aquel día
en el que Ailana había sido abandonada en la lluvia, ella había liberado su
verdadero ser, por completo.
—Si, la directora Whitmore me movió a C-7, dice que es para que haga amigos—
habló está con un tono de fastidio en su voz.
—La directora Aileen Whitmore no merece su título— habló un alumno que poseía
un moretón en su mejilla.
Ambos portadores del apellido Crimson avanzaron, siendo la menor la que guiaba
la caminata.
Ailana suspiró y se fue a sentar, odiaba ser la nueva en un salón donde no conocía
a nadie.
El chico se sentó, ahora, era la chica quien se sentaba atrás de Keith la que se
levantó de su lugar.
—Soy Vivían Magnum, también tengo 20 años, y me interesa mucho saber de los
dioses que ayudaron a fundar el reino, también quisiera saber más sobre la leyenda
del heredero a la corona, en muchos textos no se redacta completamente la leyenda,
por eso quiero conocerla de un experto— habló una chica de cabellos rubios e
interesantes y curiosos ojos color verde.
—Un Niño interesado en los dioses, y una niña interesada en la leyenda del
heredero y en nuestros dioses— pensó la Crimson mirando de reojo a sus nuevos
compañeros. —Vaya clase me tocó— susurró esta.
—Soy Samara Whisper, al igual que los compañeros tengo 20 años y quisiera
conocer más sobre las aventuras de los primeros humanos— habló antes de volver a
sentarse.
—Soy Orion Vixen, también tengo 20 años, y quisiera saber más sobre los Dioses,
sobretodo sobre Hades, el Dios del inframundo— se presentó antes de volver a
tomar asiento.
—¿Por qué quiere saber más de los Dioses, acaso ya los a investigado?— pensó la
de cabellos azabaches.
Al notar que el último alumno se había puesto de pie, Ailana dejo de lado sus
pensamientos, ya habría tiempo de crear teorías.
Un chico de cabellos rubios semi-largos, ojos azules como el océano, piel pálida, y
lunar en su entrecejo se había puesto de pie.
—Soy Gerard Vossen, tengo 20 años, y mi objetivo también es saber mas sobre La
leyenda del heredero— habló antes de volver a sentarse.
—Ya es mi turno— pensó Ailana mientras se ponía de pie. —Soy Ailana Crimson,
tengo 20 años al igual que ustedes, mi objetivo es saber más sobre la historia de
Garia y sobre su leyenda más famosa, la leyenda del heredero— se presentó antes
de volver a su silla.
☽☽☽
Los presentes se colocaron en el filo de sus asientos, curiosos por saber la historia
con lujo de detalles.
—Todo comenzó, hace más de 2000 años, los dioses, habían quedado destrozados,
se habían esforzado mucho en crear un mundo, aquel mundo comenzó a alabar a un
solo Dios que se creía todopoderoso y había tomado todo el crédito de lo que
nuestros Dioses crearon— relató el profesor.
—Los Dioses prefirieron crear solo un planeta, en aquel platina solo había una
pequeña isla, los Dioses aumentaron el tamaño de la isla, querían que allí vivieran
millones de personas— explicó el profesor.
—Seguiremos en otra clase, es crucial que ustedes conozcan nuestra historia con
lujo de detalles antes de asentarnos a temas mas complejos... como lo son nuestras
leyendas— explicó el profesor. —Bien, ya es hora de irme, espero les vaya bien en
su siguiente clase— deseó mirando a todos los alumnos, pero posando por unos
segundos su mirada en su sobrina.
Aquel profesor dejo su mirada sobre aquel lunar que su sobrina portaba, aquel lunar
en El Centro de sus cejas, posó su mirada en Vivían... también había un lunar entre
sus cejas doradas.
—Muchas cosas les esperan...— pronunció antes de abandonar el aula dando una
última mirada a su sobrina.
☽☽☽
Las clases habían terminado, Ailana caminaba con tranquilidad y paz a su hogar.
Los pasos de un animal cuadrúpedo eran cada vez mas presentes, aquello fue
notado por Ailana, quien decidió enfrentar al animal.
Aquel cachorro era sabueso color negro de gran tamaño, este ladeaba la cabeza con
confusión tratando de ver mejor a la de ojos jade.
La Crimson tomo aquel papel blanco, tan pronto como lo tomo en sus mano, el
sabueso desapareció.
—Bien hecho, te reuniste con los otros seis, te queda un paso menos— leyó en voz
alta.