You are on page 1of 174

CAPITULO I.

EL LIBRO I DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL.


“DISPOSICIONES COMUNES A TODO PROCEDIMIENTO”

I.- IMPORTANCIA.

Las disposiciones comunes a todo procedimiento contenidas en el Libro I del Código de


Procedimiento Civil revisten gran importancia práctica por cuanto:

a) Tienen una aplicación general dentro de los diversos procedimientos y asuntos que reglamenta
el Código de Procedimiento Civil en sus Libros II, III y IV, salvo norma expresa en contrario. Es así
por ejemplo, que cada vez que nosotros debemos determinar que norma rige una notificación que
deba efectuarse dentro de cualquiera de esos procedimiento o la forma que debe tener una
sentencia definitiva que ha de pronunciarse dentro de alguno de esos procedimientos, a falta de
una norma especial establecida en ellos, deberemos aplicar las disposiciones contenidas en el Libro
I.

b) Tienen aplicación en los procedimientos civiles especiales reglamentados en leyes especiales


fuera del Código de Procedimiento Civil. Es así como esas normas reciben aplicación por
ejemplo en el procedimiento sobre juicio de arrendamiento de predios urbanos regulado en la Ley
18.101, en el nuevo procedimiento del trabajo regulado en el Libro IV del Código del Trabajo, en los
Procedimiento ante los Tribunales de Familia , en los Procedimientos antes los Jueces de Policía
Local, salvo que en ellos se contemple una norma especial diversa.

c) Tienen aplicación por remisión en los procedimientos penales.-

CAPITULO II: EL PROCESO.

I.- NOCIONES GENERALES.

- CONCEPTO PROCESAL.

El proceso es la secuencia o serie de actos que se desenvuelven progresivamente, con el


objeto de resolver, mediante un juicio de la autoridad, el conflicto sometido a su decisión.
El proceso es de acuerdo con esa definición, una institución de carácter teleológico, es decir,
persigue a través de su secuencia un fin, que consiste en obtener la dictación de una sentencia por
parte del tribunal que resuelva el asunto sometido a su decisión.

II.- EL DEBIDO PROCESO LEGAL.

A.- EL DEBIDO PROCESO EN NUESTRA CONSTITUCIÓN.

El artículo 19 N°3 de la Constitución Política de 1980 establece “que toda sentencia de un órgano
que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al
legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una investigación racionales y
justos”.
El texto exige que “toda sentencia de un órgano que ejerce jurisdicción debe fundarse en un
proceso previo, legalmente tramitado, correspondiendo al legislador establecer siempre las
garantías de un racional y justo procedimiento. Encontramos aquí varios requisitos para la validez
de la sentencia de cualquier órgano que ejerza jurisdicción. Aclaremos primero que se trata de un
texto aplicable a cualquier autoridad, expresión sinónima de órgano en la constitución, que ejerza
jurisdicción, o sea, que deba cumplir funciones o ejercer atribuciones que afecten derechos de las
personas. Además, dejamos establecido que la expresión “sentencia”no se refiere exclusivamente a
la sentencia judicial, sino a cualquier resolución, ya vimos que de cualquier autoridad, que
ejerciendo sus atribuciones afecte derechos constitucionales o legales.
1
Para que esa resolución de autoridad sea válida debe reunir los siguientes requisitos:

1) Que exista un proceso previo, legalmente tramitado.

2) El proceso debe desarrollarse para los efectos de permitir la dictación de la sentencia dirigida a
resolver el conflicto siempre a través de un procedimiento racional y justo, correspondiendo al
legislador su establecimiento.

B.- LAS GARANTIAS QUE DEBE CONTEMPLAR EL LEGISLADOR PARA QUE LA SENTENCIA EMANE DE
UN PROCESO PREVIO, DESARROLLADO SEGÚN UN RACIONAL Y JUSTO PROCEDIMIENTO

En primer lugar, debemos recordar que el Derecho Procesal, así como sus principales
instituciones como la acción, la jurisdicción y el proceso, conforman una unidad, reconociendo la
diversidad que pueden existir entre los procedimientos civiles y penales para el desarrollo de un
proceso en atención al conflicto que debe resolverse mediante él.

En consecuencia, las garantías para que el procedimiento sea racional y justo y permita el
desarrollo del proceso destinado a la dictación de la sentencia destinada a resolver el conflicto
deberán ser comunes tanto para el proceso civil como para el proceso penal.

Sin embargo, ello no obsta a que en atención a la diversa naturaleza del conflicto que se
debe resolver luego del desarrollo del proceso, se contemplen respecto del procedimiento penal
garantías adicionales tanto por parte del Constituyente como del legislador , las que serán
estudiadas en el ramo de Derecho Procesal Penal, más aún cuando está en actual tramitación una
reforma de nuestro procedimiento penal, mediante la cual se pretende aumentar dichas garantías
al tenderse al establecimiento de un nuevo sistema procesal penal predominantemente acusatorio.
Las garantías mínimas para que nos encontremos ante un procedimiento racional y justo
para el desarrollo de un debido proceso son las siguientes:

1.- EL DERECHO A QUE EL PROCESO SE DESARROLLE ANTE UN JUEZ INDEPENDIENTE E IMPARCIAL.

En primer lugar, debemos dejar establecido que la independencia del juez dice relación con los
órganos legislativos y ejecutivos del Estado, base orgánica para el ejercicio de la función
jurisdiccional que se encuentra contemplada en el artículo 76 de la Carta Fundamental y a la cual ya
nos hemos referido en cuanto a sus diversos alcances.
En segundo lugar, a través de la imparcialidad o competencia subjetiva, básicamente nos estamos
refiriendo a la necesidad de que el juez no se encuentre en una especial relación con una de las
partes o con la materia del conflicto de manera que sea de temer la existencia de influencias y
perturbaciones respecto de la objetividad y serenidad de juicio.
Para que nos encontremos ante un debido proceso de ley, que permita el pronunciamiento de una
sentencia para dar cumplimiento a la garantía de igual protección de la ley en el ejercicio en los
derechos contemplada en el art. 19 N° 3 de la Carta Fundamental, es menester como requisito sine
qua non que el órgano jurisdiccional encargado de ejercer esa función sea imparcial.

2.- EL DERECHO A UN JUEZ NATURAL PRECONSTITUIDO POR LA LEY.

Para que nos encontremos ante un debido proceso, no basta con que el juez sea independiente e
imparcial, sino que además es menester que el tribunal se encuentre predeterminado por la ley y
no nos encontremos en presencia de un tribunal que sea designado especialmente para la solución
de un determinado conflicto.
Este principio se encuentra contemplado en el inciso 4° del N° 3 del art. 19 de nuestra Carta
Fundamental al señalarnos que “nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por un
tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido con anterioridad a la perpetración del
hecho.”

2
3.- EL DERECHO DE ACCIÓN Y DE DEFENSA.

Al efecto, nuestra Carta Fundamental establece en su artículo 19 N° 3 inciso primero que “La
Constitución asegura a todas las personas: 3° La igual protección de la ley en el ejercicio de sus
derechos.
Como es natural, no basta con que la ley establezca derechos si ello no va acompañado de las
medidas de protección adecuadas para asegurar que tales derechos se respeten. Pero hay más,
cualquiera que recurra a la justicia a de ser atendido por los tribunales con arreglo a unas mismas
leyes y con sujeción a un procedimiento común, igual y fijo.
“La igualdad ante la justicia supone no solamente un trato igualitario a todas las personas
comprometidas o sometidas a un mismo proceso o juicio, sino también el derecho de quienes son
juzgados en un juicio determinado a recibir el mismo trato que en otros juicios o procesos han
recibido otras personas que estaban en su misma situación.

4.- EL DERECHO A UN DEFENSOR.

Al efecto, nuestra Carta Fundamental establece en su artículo 19 N° 3 incisos segundo que “toda
persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna autoridad o
individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del letrado si hubiere sido
requerida. Tratándose de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública,
este derecho se regirá en lo concerniente a lo administrativo y disciplinario, por las normas
pertinentes de sus respectivos estatutos. La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y
defensa jurídica a quienes no puedan procurárselos por sí mismos.”

5.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONDUZCA A UNA PRONTA RESOLUCIÓN DEL


CONFLICTO.

El artículo 77 de la Carta Fundamental establece que “una ley orgánica constitucional determinará
la organización y atribuciones de los tribunales que fueren necesarios para la pronta y cumplida
administración de justicia en todo el territorio de la República.”

6.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONTEMPLE LA EXISTENCIA DE UN


CONTRADICTORIO.

Para que se verifique la existencia del contradictorio respecto del demandado, y este tenga un
efectivo derecho de defensa, es menester que se cumplan respecto de éste los siguientes
requisitos: Que se le notifique de la existencia de una acción en su contra, de manera de poder
ejercer su defensa respecto de ella, en otras palabras, que se le dé un conocimiento real o presunto
de la existencia de existir un proceso en su contra; Que la noticia que se le de del proceso existente
en su contra sea tal que le permita conocer de la pretensión hecha valer en el proceso, para que
pueda formular su defensa; Que se contemple la existencia de un plazo razonable para que el
demandado pueda hacer efectivo su desea su derecho de defensa respecto de la pretensión hecha
valer en su contra.

Sin embargo, debemos tener presente que la garantía general del contradictorio debe se respetada
no sólo al inicio del procedimiento, sino que durante todo su curso y respecto de todos quienes son
partes en el mismo.

7.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE PERMITA A LAS PARTES LA RENDICIÓN DE PRUEBA.

En esta materia, es menester tener presente que nada se sacaría con la consagración de un
contradictorio en lo que dice relación con la defensa, si no se otorga a las partes la posibilidad de
rendir prueba dentro del proceso para los efectos de acreditar los fundamentos fácticos de ellas. De
acuerdo con ello, se ha estimado que el debido proceso de ley contempla respecto de las partes
“un derecho garantizado a la prueba, derecho que debería asegurar a ellas la posibilidad de valerse

3
de los medios de prueba generalmente reconocidos por el ordenamiento y, al mismo tiempo,
impedir al legislador poner obstáculos no razonables de los derechos hechos valer en juicio”.
Sin embargo, es menester tener presente que este derecho no es absoluto como para permitir la
rendir de pruebas que hayan sido ilícitamente obtenidas, las cuales no deberían ser consideradas
en el proceso. En efecto, debemos tener presente que “una moderna concepción probatoria, según
la cual todos los elementos relevantes para la decisión deberían poder ser sometidos a la valoración
crítica del juez, admite sin embrago hipótesis en que el derecho a la prueba puede ceder frente a
otros valores, en especial si están garantizados constitucionalmente.

8.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONTEMPLE UNA IGUALDAD DE TRATAMIENTO DE


LAS PARTES DENTRO DE ÉL.

En tanto sea posible dentro de las necesidades técnicas del debate, la ley procesal primero, y el juez
luego, deben propender a que el actor y el demandado actúen en el proceso en un plano de
igualdad. En la etapa de conocimiento esa igualdad debe consistir en dar a ambos contendientes
análogas posibilidades de expresión y de prueba. En la etapa de ejecución, en admitir dentro de
términos más reducidos, los medios de defensa necesarios para evitar la ruinosa realización de los
bienes del deudor.

9.- EL DERECHO A UN PROCEDIMIENTO QUE CONTEMPLE LA EXISTENCIA DE UNA SENTENCIA


DESTINADA A RESOLVER EL CONFLICTO.

El proceso tiene una finalidad, que no es otra que la solución del conflicto, por lo que
necesariamente éste debe contemplar la existencia al termino de su tramitación de la dictación de
una sentencia que tenga por objeto dar una solución al litigio, la que tendrá un carácter inmutable
una vez que ella haya pasado en autoridad de cosa juzgada.
La necesidad de que el proceso termine por la existencia de una sentencia nos lo revela el propio
precepto de la Carta Fundamental que contempla el principio del debido proceso, al señalarnos que
toda sentencia de un órgano que ejerce jurisdicción debe fundarse en un proceso previo,
legalmente tramitado.-

10.- EL DERECHO A UN RECURSO QUE PERMITA IMPUGNAR LAS SENTENCIAS QUE NO EMANEN
DE UN DEBIDO PROCESO.

Finalmente, consideramos que al establecerse la ineludible exigencia para el legislador de


establecer un racional y justo procedimiento, es menester que se contemple la existencia del
recurso de casación para los efectos de impugnar la sentencia que se dicte con omisión dentro del
procedimiento de los tramites y requisitos necesarios para que nos encontremos ante un
procedimiento que dé cumplimiento a esas principios.
Si no se contemplará la existencia del recurso de casación para impugnar una sentencia viciada
dentro del procedimiento, nos encontraríamos que todos los principios que resguardan la
existencia de un debido proceso carecerían del instrumento necesario para velar por su efectivo
resguardo y existencia.

III.- CLASIFICACION DEL PROCESO.

La circunstancia de intentar esta clasificación no contradice en modo alguno la doctrina de la


unidad del proceso. Por lo demás, esta clasificación es mas bien de los "procedimientos”y no del
proceso, refiriéndose, por tanto, a una agrupación de las normas que regulan el desenvolvimiento
del proceso.
Veamos ahora las principales clasificaciones sobre las bases recién señaladas:

I. -CIVILES

Debemos recordar que la expresión “civil” se refiere a todo lo que no es penal o criminal. Se
entiende, por lo tanto, como procedimiento civil, el propiamente tal, el comercial, el de minas,
4
trabajo, etc.
Dentro de los civiles existen dos grandes categorías: a) De cognición o conocimiento; b) De
ejecución.

a) El de cognición: Podemos distinguir a su vez, como especies de él, los procedimientos


ordinarios, especiales, sumarios y cautelares; y a su vez dentro de los ordinarios fundamentalmente
pueden distinguirse entre: 1. Meramente declarativos; 2. Constitutivos, y 3. De condena.
b) De ejecución: También en ellos puede distinguirse entre ordinarios, especiales,
incidentales y supletorios.

II. PENALES

Existen dos órdenes básicos: público y privado. En Chile se denominan procedimientos por delitos
de acción penal pública y procedimiento de acción penal privada.

Los delitos de acción penal privada son aquellos cuya sanción no puede obtenerse sin que el
ofendido o las personas señaladas por la ley requieran la intervención de la justicia, comenzando
siempre la actuación jurisdiccional respecto de estos delitos por querella.

Los delitos de acción penal pública son aquellos en que la violación de la ley interesa a toda
la comunidad y en que no es necesario el requerimiento del afectado para que se inicie y continúe.
Más aún, si el afectado no requiere que continúe o comience, puede iniciarse por otros medios.
Dichos medios en Chile son varios:
1. Por denuncia: El denunciante no es ni va a ser parte en el juicio penal. Sólo realiza un acto
de participación de conocimiento acerca de la comisión de un hecho punible a la autoridad.
2. Por querella: El querellante se transforma en parte en el juicio penal.
3. Por requerimiento del Ministerio Público; y
4. El Juez de oficio puede llevar adelante la acción penal si toma conocimiento de un hecho
que puede revestir caracteres de delito.

Aparte de los delitos de acción privada y pública, en Chile existe una tercera categoría: los
delitos de acción penal mixta, los que en su naturaleza presentan particularidades de los delitos de
acción penal privada y de acción penal pública. En los delitos de acción penal mixta el
procedimiento nace por requerimiento de la parte que la ley establece, a lo menos a través de una
denuncia, con lo cual se asemeja a los de acción penal privada; pero una vez que se efectúa tal
requerimiento, se considera como un delito de acción pública para su tramitación posterior.

1.- CLASIFICACION DE LOS PROCEDIMIENTOS CIVILES

A.- COGNICIÓN

Los procesos de cognición o declarativos genéricos están destinados a establecer


fundamentalmente la aplicabilidad de una o varias normas jurídicas a un hecho o hechos que han
acontecido. Dentro de este grupo podemos subdistinguir: a) De declaración de mera certeza; b)
Constitutivo; y c) De condena.

a.-Procedimiento de declaración de mera certeza. El procedimiento meramente


declarativo o de declaración de certeza son aquellos que tienden a eliminar un estado de
incertidumbre a través de un pronunciamiento que resuelva acerca de la existencia, alcance y
modalidad de una relación jurídica o de un derecho, o sea que se limita a reconocer una situación
jurídica existente, sin que se imponga al demandado ninguna condena ni se le solicite la
modificación de una situación determinada. Su objetivo es establecer que una norma
jurídica determinada es aplicable o inaplicable a un caso concreto persiguiéndose que no haya
incertidumbre a su respecto. Si el proceso, es de esta clase el tribunal no crea en su sentencia una
relación jurídica nueva. Esta es preexistente, pero se discute en su alcance por una parte; y la otra,
incluso, discute su existencia. El tribunal al fallar establecerá la certidumbre de esta relación.
5
b.- Procedimiento Constitutivo. El procedimiento constitutivo es aquel que procura una sentencia
que además de declarar un derecho, produzca la génesis de un nuevo estado jurídico, al innovar
sobre el preexistente, o sea no se limitan a la mera declaración sino que crean , modifican o
extinguen un estado jurídico. El tribunal en el procedimiento constitutivo cumple dos
misiones que lo caracterizan:
1.- Cumple una misión propia del ejercicio de la jurisdicción: jurisdicere;
2.- La sentencia constitutiva establece la modificación de una situación existente y en
consecuencia hace nacer, "constituye”una nueva situación jurídica en reemplazo de la anterior. Por
ejemplo, sentencia que declara el divorcio perpetuo. La declaración del divorcio produce la nueva
situación. Otros casos serían las sentencias que declaran estados jurídicos nuevos, especialmente,
estados civiles, como los de hijos matrimoniales o extramatrimoniales; la separación de bienes, etc.
Las sentencias constitutivas, al igual que las meramente declarativas, no son susceptibles de
ejecución ni la necesitan, puesto que lo perseguido por el actor se satisface con la sola dictación de
la sentencia.

c.- Procedimiento de Condena. El procedimiento de condena es aquel que el actor procura la


dictación de una sentencia en la que además de declarar un derecho, se imponga al demandado el
cumplimiento de una prestación de dar, hacer o no hacer. El procedimiento de condena “tiene
lugar cuando una parte pretende frente a la otra que esta reconozca la existencia de un derecho de
la primera, quede obligada por él y lo satisfaga, o que quede sujeta a las consecuencias del
incumplimiento de una obligación suya y se le imponga la consecuente responsabilidad. Es decir,
cuando se persigue que se imponga al demandado una condena cualquiera .Por ejemplo: se pide
que se declare un hecho ilícito o una obligación y la responsabilidad del demandado. La condena
del demandado va ligada, por lo tanto, a la declaración de que el derecho del demandante existe
como base de aquella.

2. DE EJECUCIÓN

Es aquel que tiene por objeto satisfacer, para la parte que ha obtenido en el juicio declarativo de
condena o que es titular de un derecho que permite aplicarlo por constar en un título ejecutivo, la
plena satisfacción de lo establecido en la sentencia de condena o en la fuente de la obligación que
ha sido infringida.
El procedimiento ejecutivo es subsidiario del de condena. Nace para llevar a cabo la
sentencia condenatoria que ha establecido alguna prestación. Su objetivo o propósito es que a
través de la acción de cosa juzgada se cumpla íntegramente la sentencia condenatoria. Además, se
aplica directamente el procedimiento ejecutivo cuando la parte tiene un derecho que consta en un
título ejecutivo; y en tal caso, no opera en forma subsidiaria de un procedimiento de condena, sino
que en forma directa. Esta acción directa y no subsidiaria de la acción de cosa juzgada se manifiesta
en el juicio ejecutivo que permite también satisfacer la obligación correlativa de un derecho
violado, cuando esa obligación aparece de documentos a los cuales la ley les ha atribuido el valor
de título ejecutivo.
Los procedimientos ejecutivos se han clasificado de acuerdo al objetivo perseguido en:

a.- Procedimientos ejecutivos de dación (o de obligación de dar). Son aquellos en los cuales el
actor pretende obtener por la vía ejecutiva de parte del ejecutado que se entregue un objeto
determinado de éste en pago de la obligación, que será una suma de dinero en las obligaciones de
genero o de una especie o cuerpo cierto que no se encuentra en poder del deudor, o del bien
específico que se adeuda en caso de tratarse de una especie o cuerpo cierto que se encuentra en
poder del deudor: y

b.-Procedimientos ejecutivos de transformación (o de obligación de hacer o no hacer) Son


aquellos en los cuales el actor pretende obtener por la vía ejecutiva de parte del ejecutado que se
ejecute una obra o se deshaga lo hecho indebidamente a su costa.

6
IV.- LOS ELEMENTOS DEL PROCESO.

En el proceso pueden distinguirse dos clases de elementos: los subjetivos y el objetivo.


Los elementos subjetivos: Pueden considerarse tales las partes y el juez, sin perjuicio que existan
otros intervinientes subjetivos del proceso que pueden llegar a ser partes en él, especialmente,
en el orden penal: Ministerio Público, el denunciante - si se transforma en querellante- y el
inculpado - si es sometido a proceso, en el antiguo proceso penal, y el imputado, quien es a
quien se atribuyere participación en un hecho punible en el nuevo proceso y que puede ejercer
sus facultades y hacer valer sus derechos y garantías que la Constitución Política de la República,
este Código y otras leyes le reconocen desde la primera actuación del procedimiento dirigido en
su contra y hasta la completa ejecución de la sentencia..
Las partes pueden ser directas o indirectas.
El elemento objetivo del proceso es el conflicto sometido a resolución del tribunal, que se integra
por dos instituciones procesales trascendentes: la pretensión que hace valer el actor y las
excepciones que opone el demandado.

A.- LOS ELEMENTOS SUBJETIVOS DEL PROCESO.

1.- LOS SUJETOS DEL PROCESO:

A.- Las partes y el juez.

1.- El Juez.
El juez tiene un papel decisivo y vital dentro del proceso. La relevancia varía según si en el
procedimiento prima el principio dispositivo o inquisitivo. Si prima el dispositivo es más pasivo que
las partes. Si prima el inquisitivo el juez pasa a ser el sujeto trascendental en la tramitación del
procedimiento.
La misión del juez como elemento subjetivo:

a) Recibe las presentaciones de las partes; esto como la aplicación de un principio casi sin variación:
la bilateralidad de la audiencia. Debe verificar la exactitud de las peticiones de las partes por
examen de las pruebas. Aquí intervienen los principios de mediación o inmediación.

b) El juez resuelve o provee las presentaciones de las partes como medio de hacer avanzar el
proceso. Lo hace a través de las resoluciones judiciales que no tienen carácter de sentencia
definitiva.

c) Tiene la gran misión de ponderar el valor de la prueba rendida por las partes (sistema de la
prueba legal o reglada, sistema de la libre convicción y sistema de la sana crítica).

d) La gran misión del juez como elemento subjetivo es fallar, originar el acto jurídico procesal
sentencia.

2. Las partes mismas:

Concepto
Partiendo de la base de la doctrina que explica el proceso como una relación jurídica, partes son los
sujetos de la relación procesal. Es diferente el enfoque del concepto de partes en la relación
sustancial al concepto de partes en la relación procesal.
Importa determinar con exactitud el concepto, porque la sentencia que se dicte va a afectar
sólo a los que han sido parte en el juicio.

En el sentido procesal, parte "es cualquiera que promueva o en cuyo nombre se promueva un
proceso y el que sea llamado o provocado por el hecho de otro a tomar parte en ese proceso o
contreñido a someterse a él".
- Demandante: “Es quien promueve o en cuyo nombre se promueve el proceso ".
7
- Demandado: “El que es llamado o provocado a tomar parte en el proceso, por hecho de otro ".

Clasificación de las partes.

Las partes se clasifican:


a) Partes directas u originarias: que son el demandante o actor y el demandado o reo.
b) Partes indirectas o derivadas: que son los terceros.

Capacidad para ser parte.

En el Código de Procedimiento Civil no existe ninguna regla de capacidad.


Para saber cual es la capacidad para ser parte se aplican las reglas generales que están en el Código
Civil o Penal, según la naturaleza de la acción de que se trata. En el Código de Procedimiento Penal
en cambio, si la hay como se analizará más adelante.
Para ser parte se requieren dos requisitos:

a) Ser sujeto de derechos; y


b) No estar afectado por ninguna incapacidad. Si está afectado por una incapacidad de ejercicio
será parte, pero a través de sus representantes legales, o no podrá ejercer determinados derechos,
como ocurre en el Código de Procedimiento Penal (prohibiciones para denunciar y querellarse).

A este propósito nace una institución: Es necesario tener "capacidad procesal”


¿Qué es? Es la facultad para comparecer en juicio, para realizar actos procesales con efectos
jurídicos en nombre propio o por cuenta de otros.

La capacidad procesal no es sólo la capacidad de ejercicio civil, ya que teniendo ésta puede no
tenerse aquella.

Los elementos de la capacidad son tres:

1. Capacidad para ser parte.


2. Capacidad para actuar en el proceso: aún aquel que no tiene capacidad de ejercicio, actúa pero
representado, sin perjuicio de las incapacidades especiales señaladas en el Código de
Procedimiento Penal; y
3. Lo que se denomina "Jus Postulandi", capacidad para que la actuación judicial sea correcta.

1. La capacidad para ser parte y la capacidad para ser sujeto de la relación procesal. Sus requisitos
los establece la Ley Sustancial: basta ser sujeto físico y vivo (o una sucesión hereditaria en su caso).
Esto incluye a todos los entes reconocidos por la ley. Si falta la capacidad en este aspecto el proceso
es nulo.

2. Capacidad para actuar. Esta capacidad se refiere a la posibilidad que tienen los incapaces para
intervenir. Ellos pueden hacerlo a través de sus representantes legales (padre por el hijo, curador
por el pupilo, etc.) cumpliéndose siempre los requisitos y formalidades establecidos por la ley para
ello y, obviamente, dándose los requisitos referentes a la capacidad para ser parte.
Sin embargo, en nuestro Código de Procedimiento Penal existen prohibiciones que constituyen
verdaderas incapacidades especiales para actuar en el juicio penal, ya que ellos limitan el ejercicio
de la acción penal restringiéndolo. Esas incapacidades especiales o prohibiciones son absolutas en
los casos que señala el artículo 16 del Código de Procedimiento Penal y relativas en los que aborda
el artículo 17 del Código de Procedimiento Penal, el primero referente a la acción penal pública y el
segundo tanto a la pública como a la privada. En el nuevo Código Procesal Penal se contemplan
prohibiciones para querellarse en el artículo 116, las que siempre revisten el carácter de relativas.
De modo que aún existiendo capacidad general o representación legal, en esos casos no es posible
constituirse en sujeto activo de las acciones penales.

3. Jus Postulandi: Se traduce en la necesidad de cumplir dos requisitos procesales:


8
a) El patrocinio. La Ley N 18.120 ver apéndice C.P.C.) exige que las primeras presentaciones que las
partes hagan ante los tribunales sean firmadas por un abogado en el ejercicio de la profesión (art.
1º, indicando el nombre, apellidos y domicilio de éste.
El abogado para poder actuar como patrocinante debe estar al día en el pago de su patente.
El patrocinio se entiende constituido por la sola firma del abogado puesta en la solicitud respectiva,
debiendo indicarse, además, por este, su nombre, apellidos y domicilio.
La carencia de patrocinio tiene una drástica sanción: el escrito que no lo contenga cuando sea la
primera presentación en asuntos contenciosos o no contenciosos ante cualquier tribunal no podrá
ser proveído y se tendrá por no presentado para todos los efectos legales. Las resoluciones que al
respecto se dicten no serán susceptibles de recurso alguno (art. 1º).

b) Mandato judicial: sólo pueden ser mandatarios aquellos a quienes la ley faculta para ello: los
abogados habilitados para el ejercicio de la profesión; procuradores del número; estudiantes
inscritos en 3º, 4º o 5 años de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de algunas de la
Universidades autorizadas por el Estado; o egresado de esas mismas Facultades que hubieren
cursado 5 año y hasta tres años después de haber rendido lo exámenes correspondientes (art. 2º
Ley N 18.120).
Las Corporaciones de Asistencia Judicial pueden designar como mandatarios a egresados de las
Escuelas de Derecho de las Universidades autorizadas por el Estado cualquiera sea el tiempo que
hubiere transcurrido después de haber rendido los exámenes correspondientes, para el solo efecto
de realizar la práctica judicial necesaria para obtener el título de abogado.
Existen restricciones, en cuanto a los mandatarios, para comparecer en los Tribunales Colegiados,
materia esta, que junto con los detalles, del patrocinio y poder, abordaremos más adelante.
En todo caso, es importante recalcar que la falta de mandato trae consigo también una sanción
drástica, aunque menor que la ausencia de patrocinio.
Como la regla general es que ninguna persona pueda comparecer ante los tribunales sin otorgar
poder a alguna de las personas que antes indicamos, la Ley sobre comparecencia en juicio (art, 2 ,
inciso 4 ) sanciona esa omisión de la siguiente manera: “Si al tiempo de pronunciarse el tribunal
sobre el mandato, este no estuviere legalmente constituido, el tribunal se limitará a ordenar la
debida constitución de aquél dentro de un plazo máximo de tres días. Extinguido este plazo y sin
otro trámite, se tendrá la solicitud por no presentada para todos los efectos legales. Las
resoluciones que se dicten sobre ésta materia no serán susceptibles de recurso alguno".

La capacidad para ser parte, la capacidad procesal y el jus postulandi configuran la


denominada legitimatio ad processum.- De acuerdo con ello, la legitimatio ad processum se
confunde con la capacidad, entendida como quienes pueden actuar en cualquier proceso por
reunir las aptitudes requeridas por la ley.
La falta de capacidad procesal o legitimatio ad processum genera la nulidad procesal y ella
puede ser puede ser alegada por la vía de una excepción dilatoria o un incidente de nulidad
procesal. La capacidad de las partes es uno de los presupuestos procesales de validez del proceso.

La legitimación procesal o legitimatio ad causam.

A.- Concepto.

El requisito de la capacidad en su doble grado de capacidad para ser parte y de capacidad procesal
de obrar, resuelve el problema de la aptitud para figurar y actuar como parte en un proceso. Pero,
por el mismo sentido de esta exigencia, tal aptitud se refiere a cualquier proceso en general y a
ninguno en particular.
La capacidad o legitimatio ad processsum nos dice quienes pueden actuar en cualquier proceso por
tener la aptitud requerida por la ley.
La capacidad o legitimatio ad processum es un presupuesto de validez para la adecuada
constitución del proceso y para su válida prosecución y desarrollo. Su falta determina la nulidad y
consiguiente invalidación de los actor procesales realizados por la parte y de las resoluciones
judiciales. Siendo la capacidad un presupuesto procesal de validez, el juez debe corregir de oficio su
9
falta en virtud de lo establecido en el artículo 84 del Código de Procedimiento Civil.
Sin embargo, esto no basta para poder ejercer eficazmente los derechos o deducir determinadas
pretensiones, sino que es necesaria una condición más precisa y específica referida al litigio de que
se trata.
Para poder figurar y actuar eficazmente como parte, no ya en un proceso cualquiera, sino en un
determinado y específico, no basta con disponer de esta aptitud general de la capacidad o
legitimatio ad processum, sino que es necesaria además poseer una condición más precisa y
referida en forma particularizada al proceso individual de que se trate. Tal condición que se
denomina legitimatio ad causam o legitimación procesal afecta al proceso no en su dimensión
común, sino en lo que tiene de individual y determinado.
La legitimación procesal es la consideración especial en que tiene la ley, dentro de cada proceso, a
las personas que se hallan en una determinada relación con el objeto litigio, y en virtud de la cual,
exige, para que la pretensión procesal pueda ser examinada en cuanto al fondo, que sean dichas
personas las que figuren como parte en tal proceso.
La legitimación procesal o legitimatio ad causam, entonces es la consideración legal respecto de un
proceso particular, a las personas que se hallan en una determinada relación con el objeto del
litigio y en virtud del cual se exige, para que la pretensión de fondo pueda ser examinada, que
dichas personas figuren como tales en el proceso.
La legitimación procesal, legitimatio ad causam o legitimación en la causa, puede definirse como
la posición de un sujeto respecto al objeto litigioso, que le permite obtener una providencia eficaz.

B. Clasificación.

Respecto de la legitimatio ad causam o legitimación en la causa se han formulado las siguientes


clasificaciones:

b.1.- En cuanto a las partes del proceso.

Legitimación en la causa principal es la que se refiere a quienes tengan la calidad de


demandantes o demandados, o de intervinientes principales con derecho propio y situación
personal, es decir, de partes principales en el proceso.
Legitimación en la causa secundaria es la que corresponde a quienes intervienen en el
proceso, no para sostener una situación personal que debe ser resuelta allí, sino para coadyuvar a
la situación de una de las partes (terceros coadyuvantes).

b.2.- En cuanto a las partes directas o principales del proceso.

Legitimación en la causa activa es la que corresponde al demandante y a las personas que


posteriormente intervienen para defender su causa.- Corresponde al demandante en el proceso
civil, y al querellante, acusador, Ministerio Público y demandante civil en el proceso penal.
Legitimación en la causa pasiva es la que corresponde al demandado y a las personas que
posteriormente intervienen para controvertir la pretensión del demandante en la causa.-
Corresponde al demandado en el proceso civil, y al inculpado, procesado, acusado y demandado
tercero civilmente responsable en el proceso penal.

b.3.- En cuanto a su extensión.

Legitimación en la causa total es aquella que corresponde a las partes directas para los
efectos de actuar tanto en la causa principal como en sus incidencias.
Legitimación en la causa parcial es aquella que exista para sólo ciertos trámites y fines
determinados del proceso que no se relacionan con la decisión de fondo sobre la litis, como ocurre
cuando un tercero poseedor pide el levantamiento de un secuestro o embargo o se opone a ellos, o
cuando un secuestre rinde cuentas. El legitimado parcialmente no está facultado para intervenir en
los otros aspectos del proceso y el juez no debe oírlo cuando pretenda hacerlo.

10
b.4.- En cuanto a su duración.

Legitimación en causa permanente es aquella que existe cuando se tiene para toda la
duración del proceso, como es el caso de las partes del proceso quienes poseen la legitimación
principal.
Legitimación en causa transitoria es aquella que se otorga para una determinada actuación
en el curso del proceso, y corresponde a los intervinientes parciales, quienes no pueden seguir
interviniendo una vez que termina la cuestión incidental o transitoria para la cual están
legitimados.(como el opositor a un secuestro o entrega de bienes.).

b.5.- En cuanto a su naturaleza.

Legitimación en causa ordinaria es aquella que corresponde al actor que afirma la


existencia de una pretensión que le corresponde de acuerdo con el derecho sustancial y al
demandado a quien le corresponde oponerse a la pretensión de acuerdo con el derecho sustancial.
La legitimación extraordinaria es aquella que se confiere por la ley una persona que no
afirma la existencia como propia de una pretensión que se encuadre dentro de las normas del
derecho sustancial, sino que lo hace en lugar del titular de ella.
La ampliación de la legitimación para obrar respecto de terceros que no son los titulares de
una pretensión de acuerdo con el derecho sustancial y que no obstante se les permite actuar puede
obedecer a alguno de los siguientes supuestos:
a.- La ley priva de la legitimación procesal a los titulares de derechos subjetivos
patrimoniales, como ocurre en el caso del fallido que es representado por el Síndico, y de la
herencia yacente en la cual actúan los albaceas;
b.- La ley confiere legitimación extraordinaria a un tercero para la defensa de un derecho,
sin privar por ello de legitimación a quien es titular del derecho subjetivo que se trata de tutelar, lo
cual puede obedecer a diversas razones (motivos de orden privado, social, público).

C.- Características.

La legitimación en la causa presenta las siguientes características:

a) No se identifica con el derecho sustancial, sino que solo requiere la existencia de una
afirmación respecto de la titularidad de una pretensión respecto de él y de la posición para
oponerse a ella de acuerdo con las normas del derecho sustancial.
b) La legitimación no es una condición para el ejercicio de una acción, sino que para obtener el
derecho a exigir un pronunciamiento sobre la pretensión hecha valer y la oposición formulada para
su satisfacción.
c) La legitimación en causa es personal, subjetiva y concreta respecto de un conflicto
determinado.
d) La legitimación debe existir al momento de constituirse la relación procesal respecto del
demandante y demandado
e) La legitimación en la causa determina quienes deben estar presentes en un proceso para que
sea posible emitir una sentencia sobre la pretensión que se ha formulado.
f) La falta de legitimación activa o pasiva en la causa debe declararse de oficio por el tribunal en
la sentencia de fondo
g) En caso de existir falta de legitimación en el proceso, la sentencia debe declarar la existencia de
ella y omitir el pronunciamiento sobre el conflicto promovido.
h) Nuestra jurisprudencia ha resuelto reiteradamente que la falta de legitimación es una
excepción de carácter perentoria y debe por ello hacerse valer en la contestación de la demanda.

11
CAPITULO III : LAS PARTES

1.- REGLAMENTACION DE LAS PARTES EN EL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL.

A.- LA PLURALIDAD DE PARTES O LITISCONSORCIO.

La intervención de las partes en el proceso y en especial el número de partes que pueden intervenir
en él se reglamenta en los artículos 18 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.

La regla general es que en un proceso intervenga una persona detentando la calidad de


demandante y otra persona detentando la calidad de demandado.
No obstante, el legislador contempla también la posibilidad de que haya más de un demandante o
más de un demandado en el proceso; en cuyo caso nos encontramos ante un “litisconsorcio”o
relación procesal múltiple.
El litisconsorcio puede ser clasificado desde distintos puntos de vista:
a.- Según la posición que ocupan los varios sujetos de la relación procesal que actúan en una
misma calidad de parte.

El litisconsorcio, en cuanto a los sujetos respecto de los cuales se pueden dar, se clasifica en
litisconsorcio activo, en caso de pluralidad de demandantes; litisconsorcio pasivo, en caso de
pluralidad de demandados; y litisconsorcio mixto, caso en el cual hay pluralidad de demandantes y
demandados dentro de un mismo proceso.

b.- Según su origen

El litisconsorcio, en cuanto al instante en que se genera, se clasifica en litisconsorcio originario o


inicial, que es aquel que nace con la demanda misma que se puede interponer por uno o más
demandantes contra uno o más demandados; y litisconsorcio subsiguiente o sobreviniente, que es
aquel que se origina con posterioridad a la interposición de la demanda y durante el curso posterior
del proceso.

c.- Según la forma en que se solicita la condena de los varios demandados

El litisconsorcio puede ser eventual, que es aquel en que el actor no persigue el acogimiento de
todas las acciones, sino solo de una de ellas , según el orden de prelación que establece en el
petitorio de la demanda, alternativo, es aquel en el cual la parte ejercita en una misma demanda
dos o mas acciones pero solicitando que el juez se pronuncie solo acerca de una de ellas; o
sucesivo que es aquél en que se formula una petición subordinada a la estimación de otra que le
precede, de tal suerte que si no se accede al primero, el segundo no tiene sentido.

d.- Según la necesidad de la presencia de varios sujetos en el proceso.

Nos encontramos en presencia de un litisconsorcio necesario si es obligatoria la presencia de


varios sujetos para poder pronunciarse el tribunal respecto del conflicto; y en cambio, estaremos
en presencia de un litisconsorcio facultativo o voluntario cuando la presencia de varios sujetos no
es indispensable para la solución del conflicto, sino que ella se genera con motivo de la forma en
que se decide presentar la demanda por el actor.

El litisconsorcio o relación procesal múltiple, originario o inicial, voluntario o facultativo, presenta


las siguientes características:

12
a) El litisconsorcio o relación procesal múltiple, facultativa o voluntaria, se encuentra regulada en
los artículos 18 y siguientes del C.P.C., ubicados dentro del Libro I de ese Código, por lo que tienen
el carácter de reglas de aplicación general al estar tratada dentro de las disposiciones comunes a
todo procedimiento y son aplicables a toda clase de juicios: ordinarios, sumarios y especiales.

b) La generación del litisconsorcio es facultativo, puesto que podrá producirse la relación procesal
múltiple a voluntad del sujeto activo en la relación procesal.

c) Los requisitos para que pueda generarse el litisconsorcio son: a) la existencia de una pluralidad
de acciones interpuesta por el actor; b) Que las acciones afirmadas no sean incompatibles entre sí y
c) que todas las acciones se tramiten conforme a un mismo procedimiento.

El objeto del litisconsorcio o relación procesal múltiple es evitar la duplicidad de litigios, el desgaste
de la actividad jurisdiccional, el mayor costo para las partes y la posibilidad de dictación de
sentencias contradictorias.

El legislador no ha reglamentado esta materia en forma muy completa, limitándose a establecer los
casos en que procede el litisconsorcio, sin perjuicio que ellos deberían más.

Estos casos están enumerados en el artículo 18, que no es una norma amplia sino de restricción. Lo
normal es que se acepte sólo un demandante y un demandado y sólo en los casos señalados
taxativamente por el mencionado precepto legal se acepta lo contrario.

Los casos de pluralidad de partes o litisconsorcio activo o pasivo inicial voluntario, se contemplan
por el legislador en el artículo 18 del C.P.C.

“En un mismo juicio podrán intervenir como demandantes o demandados varias personas
siempre que se deduzca la misma acción, o acciones que emanen directa e inmediatamente de un
mismo hecho, o que se proceda conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos que
autoriza la ley"
De acuerdo con ese precepto legal, los casos en los cuales es posible que se genere un
litisconsorcio activo o pasivo inicial son:

- Cuando varias personas deducen la misma acción. Como ejemplo de esta situación se ha
señalado por la doctrina el caso en que cinco personas entablan una acción reivindicatoria respecto
de un predio que dicen haber obtenido por herencia; cuando varios herederos ejercen la acción de
petición de herencia; etc.

 Cuando varias personas deducen acciones que emanan directa e inmediatamente de un


mismo hecho. La Doctrina ha señalado como ejemplo de este caso, cuando diez personas entablan
una acción de indemnización de perjuicios en contra de una empresa de transportes por lesiones
sufridas con motivo de un accidente ocurrido durante el viaje".

- Cuando la ley autoriza para proceder por muchos o contra muchos, como en el caso de las
obligaciones solidarias. La doctrina ha señalado como ejemplo de esta situación, cuando tres
acreedores solidarios demandan el cumplimiento de su obligación al deudor; o a la inversa, un
acreedor demanda el cumplimiento de una obligación a diversos deudores solidarios.

El hecho que exista pluralidad de partes puede ser un elemento disociador en el juicio, por
lo que para evitar esta situación se ha contemplado por el legislador los casos en que las partes que
actúan en litisconsorcio deben proceder a designar procurador común. Esta regla de designación de
procurador común es aplicable tanto a los demandantes y demandados.

De acuerdo con lo previsto en el artículo 19 del C.P.C. se exige la designación de procurador


común: Cuando se deducen las mismas acciones por los demandantes; o cuando se oponen las
mismas excepciones o defensas por los demandados.
13
En estos casos, el procurador común deberá ser nombrado de común acuerdo por las partes
a quienes éste haya de representar de acuerdo a lo establecido en el inciso 1º del artículo 12 del
C.P.C.- El nombramiento deberá hacerse por las partes dentro del término razonable que señale el
tribunal.
Si por omisión de todas las partes o por falta de acuerdo entre ellas no se hace el
nombramiento del procurador común dentro del término establecido por el tribunal, deberá este
hacer la designación, con la limitación de que en este caso ella deberá recaer el nombramiento en
un procurador del número o en el procurador de una de las partes que hayan concurrido al proceso
de acuerdo a lo previsto en el artículo 13 del C.P.C..-

Designado el procurador común por las partes o el tribunal, este nombramiento puede ser
revocado en las condiciones previstas en el artículo 14 del C.P.C..-

De acuerdo con ese precepto legal, este procurador común designado por las partes o el
tribunal no podrá revocarse sino que por el acuerdo unánime de las partes o por el tribunal a
petición de una de ellas, siempre que existan motivos justificados que hagan procedente la
revocación.

Los procedimientos a que dé lugar esta medida se tramitarán en cuaderno separado y no


suspenderán el curso del juicio.

La revocación, sea que se acuerde por las partes o se decrete por el tribunal, no producirá
efectos mientras no quede constituido el nuevo procurador.
El procurador común designado deberá obrar ajustándose en su actuar a las instrucciones y
voluntad de las partes que representa; y en los casos en que éstas no estén de acuerdo, podrá
proceder por sí solo y como se lo aconseje la prudencia, teniendo siempre en mira la más fiel y
expedita ejecución del mandato (Art. 15 del C.P.C.).-

Cualquiera de las partes representadas por el procurador común que no se conforme con el
procedimiento adoptado por él, podrá separadamente hacer las alegaciones y rendir las pruebas
que estime conducentes, pero sin entorpecer la marcha regular del juicio y usando de los mismos
plazos concedidos al procurador común. Podrá, asimismo, solicitar dichos plazos o su ampliación, o
interponer los recursos a que haya lugar, tanto sobre las resoluciones que recaigan en estas
solicitudes, como sobre cualquier sentencia interlocutoria o definitiva.(Art.16 del C.P.C.).-
No obstante, no es necesaria la designación de procurador común en los casos en que
exista pluralidad de partes en los casos contemplados en el artículo 20 del C.P.C., en los que ellas
podrán actuar separadamente en el juicio . Dichos casos son: (i) Cuando son distintas las acciones
de los demandantes; (ii) Cuando son distintas las defensas de los demandados; o (iii) cuando
habiéndose comenzado el proceso con una acción o defensa común actuando las partes
representadas por un procurador común, surgen en el curso del proceso incompatibilidades de
intereses entre las partes que litigan conjuntamente.

El litisconsorcio necesario no se encuentra regulado en el Código de Procedimiento Civil, no


obstante que este es aceptado en el derecho comparado y por nuestra jurisprudencia.

“ El litisconsorcio necesario puede ser de dos tipos, a saber: propio e impropio. En el litisconsorcio
necesario propio la ley señala expresamente cuando los varios sujetos de una relación jurídica
sustancial deben actuar obligatoriamente en una misma relación procesal, ya sea activa o
pasivamente. No obstante lo anterior, en nuestro derecho, hasta donde hemos podido investigar,
no se presentan casos de litisconsorcio necesario propio. Por el contrario, las típicas
manifestaciones apuntadas en la doctrina procesal como ejemplos de esta figura en nuestro
ordenamiento o están tratadas como supuestos de litisconsorcio voluntario ( v.gr. las obligaciones
indivisibles o bien, los preceptos donde se contienen no son claros en orden a su reconocimiento,
debiendo reconducirse tales hipótesis a supuestos de litisconsorcio necesario impropio.

“Por su parte, el litisconsorcio necesario impropio se caracteriza por no estar establecido


14
expresamente por la ley, sino que viene condicionado por la naturaleza de la relación jurídica
deducida en juicio. En este caso, una determinada relación de derecho sustancial obliga a constituir
la relación procesal con todos los sujetos a quienes pueda afectar la sentencia que sobre el fondo
se pueda dictar, pero - a diferencia del litisconsorcio necesario propio- el legislador no indica
expresamente los casos en que se debe conformar la relación procesal necesariamente plural. Esta
figura nace de la imposibilidad que tiene el legislador para fijar de manera anticipada y nominativa
los supuestos en que se debe configurar obligatoriamente un proceso con pluralidad de sujetos ,
que actúen en una misma posición de parte ( activa o pasiva).Por lo mismo, la determinación de
este tipo de litisconsorcio es una cuestión que debe calificarse atendiendo a la situación de derecho
sustancial deducida en juicio, determinando si ella exige para la producción de sus efectos iniciar
una relación procesal con todos los sujetos que, activa o pasivamente, allí deben ser parte.

“La presencia de una pluralidad de sujetos que actúan en un proceso en una misma posición de
parte no produce por sí una pluralidad de acciones. Por el contrario, la doctrina coincide en señalar
que en el litisconsorcio necesario el objeto del recurso está compuesto por una única acción o una
única pretensión, sin que obste a ello la pluralidad de sujetos que intervienen.

“Esta unidad de acción que se aprecia en el litisconsorcio necesario explica los diferentes efectos
procesales que se verifican en comparación con el denominado litisconsorcio voluntario, los que se
pueden resumir de la siguiente forma: a) los actos de disposición del objeto del proceso (
desistimiento, allanamiento, transacción) sólo producen efectos cuando concurren todos los
litisconsortes necesarios; b) se debe pronunciar una sentencia única para todos los sujetos que
necesariamente deben ser parte de la relación procesal; c) las defensas o excepciones favorecen a
todos los litisconsortes necesarios; y d) al tratarse el litisconsorcio necesario de una única acción
desaparece la base de toda acumulación de acciones, que es la existencia de una pluralidad de las
mismas afirmadas en un mismo proceso. Por lo mismo, en esta situación no es aplicable la facultad
de separar la tramitación de los litigios que reconoce el artículo 172 del C.P.C. ya que la sentencia
que se pronuncie en el litisconsorcio necesario debe ser única para todos los sujetos.

“Aunque nuestra doctrina procesal prácticamente no se ha ocupado mayormente del problema del
litisconsorcio necesario, en la jurisprudencia se ha sancionado la existencia de esta figura en varias
ocasiones. Se trata de situaciones vinculadas preferentemente con las sentencias constitutivas de
nulidad de un acto o contrato (entre partes y respecto de terceros); con las sentencias declarativas
que se pronuncian sobre una situación que afecta a varias personas ( v.gr. la resolución e un
contrato) y con algunas situaciones vinculadas al ejercicio de acciones en materia de comunidades.
En la doctrina civil se apunta como hipótesis de un litisconsorcio de esta clase el que se puede
generar en relación al ejercicio de la acción de demarcación, cuando ella va a producir efectos entre
distintos propietarios de predios colindantes.

Finalmente, debemos tener presente que en el derecho comparado es reiteradísima la


jurisprudencia que sustenta que la excepción de litisconsorcio puede ser apreciada de oficio por los
tribunales, porque a ellos incumbe ciudad que el litigio se ventile con todos los que claramente
pueden resultar afectados por las declaraciones de la sentencia, ya que el principio de orden
público de la veracidad de la cosa juzgada, exige la presencia en el proceso de todos los que
debieron ser parte de él, y la posible apreciación de oficio de la existencia de litisconsorcio impide
que se incurra en incongruencia.

B.- LA INTERVENCION FORZADA DE PARTES.

Uno de los caracteres básicos del ejercicio de las acciones es su voluntariedad por parte del
demandante que cree ser afectado en algún derecho para concurrir a los tribunales.
Sin embargo, excepcionalmente existen en nuestra legislación casos de intervención forzada de
partes, sean demandantes o demandados; en los cuales no nos encontramos ante un caso de
cumpulsividad para forzar su presencia ante los órganos jurisdiccionales, sino que ante situaciones
en que las partes tienen la necesidad de comparecer en un proceso so pena de tener que soportar
las consecuencias que genera su incomparecencia, es decir, la pérdida del derecho de accionar o de
15
defenderse y evitar así los efectos de una sentencia contraria a sus intereses.

→ Los casos de intervención forzada de partes que contempla nuestra legislación son los
siguientes:

B.1.- Artículo 21 del Código de Procedimiento Civil.

El referido precepto legal establece que “si la acción ejercida por alguna persona
corresponde también a otra u otras personas determinadas, podrán los demandados pedir que se
ponga la demanda en conocimiento de las que no hayan concurrido a entablarla, quienes deberán
expresar en el término de emplazamiento si se adhieren a ella."
“Si dichas personas adhieren a la demanda se aplicará lo dispuesto en los artículos 12 y 13 ;
si declaran su resolución de no adherirse, caducará su derecho; y si nada dicen dentro del término
legal, les afectará el resultado del proceso, sin nueva citación. En este último caso podrán
comparecer en cualquier estado del juicio; pero respetando todo lo obrado con anterioridad."
Este precepto legal se refiere a la circunstancia en que una determinada acción interpuesta
en el proceso corresponda también a otras personas distintas a la persona que ha demandado.
Este es un derecho que el legislador contempla sólo en favor del demandado para que otras
personas comparezcan al juicio como demandantes y reviste para él un carácter facultativo, puesto
que puede hacer uso discrecionalmente de él.
El fundamento de este precepto es que el demandado no tenga que sufrir la interposición
de diversas y sucesivas demandas sobre una misma materia y evitar que se dicten sentencias
contradictorias.
Esta solicitud del demandado de ponerse la demanda en conocimiento de las otras
personas que no hubieren demandado deberá formularse en el término para contestar la demanda
y antes de evacuar ese trámite.

Esta solicitud podría ser una forma de excepción dilatoria, pero no es posible otorgarle esa
naturaleza al ser válido el procedimiento que se sigue contra el demandado. Simplemente es una
facultad procesal que debe ejercitarse previamente a cualquier defensa sobre el fondo del asunto.

Dicha petición debe ser tramitada como un incidente de previo y especial pronunciamiento,
por lo que se tramitará en el cuaderno principal y se suspenderá el procedimiento mientras el
tribunal no se pronuncie acerca de la solicitud.

Accediéndose por el tribunal a la solicitud del demandado, ella debe ser puesta en
conocimiento de las personas a quienes les corresponde la acción y no hubieren demandado,
suspendiéndose el procedimiento hasta que la demanda sea notificada a los demás titulares de la
acción para que se adhieran a la demanda dentro del término de emplazamiento.

Las actitudes que pueden asumir los notificados de la demanda dentro del término de
emplazamiento pueden ser las siguientes:

1.- Declarar que adhieren a la demanda.

En este caso pasan a adquirir el carácter de demandantes y estaremos en presencia de un


litisconsorcio activo de partes, debiendo aplicarse las normas sobre designación de procurador
común contempladas en los artículos 12 y 13 del C.P.C..-

2.- Declarar que no se adhieren a la demanda.

En este caso caducarán los derechos del potencial demandante y se demanda con
posterioridad se opondrá a esa demanda la excepción de cosa juzgada. Esta resolución de no
adherirse a la demanda importa un verdadero desistimiento a la demanda.

16
3.- Dejar transcurrir el término de emplazamiento sin manifestar voluntad alguna.

En este caso, los notificados no adquieren el carácter de parte, pero tampoco pierden el
derecho de comparecer posteriormente en el juicio, pero respetando todo lo obrado con
posterioridad.

En todo caso, sea que comparezcan o no con posterioridad durante el curso del juicio, les
afectará el resultado del proceso sin nueva notificación, por lo que la sentencia que se dicte
producirá respecto de ellos cosa juzgada, la que se podrá oponer en el juicio posterior que ellos
pretendieren iniciar mediante la interposición de una nueva demanda.

El término de emplazamiento contemplado en el precepto legal es el del juicio ordinario civil


de mayor cuantía, cualquiera sea el procedimiento en que el demandado pretendiera ejercer este
derecho.

B.2.- La jactancia. (Artículos 269 y siguientes).

La Jactancia puede ser definida como la acción y efecto de atribuirse, por persona capaz de
ser demandada, derechos propios sobre bienes de otro, o asegurar ser su acreedor. (Couture).
Es la situación en que se encuentra una persona que dice tener derecho del que no esta
gozando, es decir, cuando una persona se atribuye tener un determinado derecho puede ser
obligado por aquel a quien la jactancia afecta a interponer la demanda correspondiente a los
derechos de que se jacta.
De acuerdo a lo previsto en el artículo 270 del C.P.C. se puede deducir demanda de jactancia
en los siguientes casos:

- Cuando la manifestación del jactancioso conste por escrito.


- Cuando la manifestación del jactancioso se haya hecho de viva voz, a lo menos, delante de
dos personas hábiles para dar testimonio en juicio civil
- Cuando una persona haya gestionado como parte un proceso criminal del cual puedan
emanar acciones civiles contra el acusado, para el ejercicio de esas acciones.

Aquel a quien la jactancia puede afectar, puede deducir una demanda en contra del
jactancioso para que se declare la obligación de éste de demandar el derecho que dice poseer y
que no está gozando. Esta acción de jactancia prescribe en el plazo de 6 meses, contados desde que
tuvieron lugar los hechos en que pueda fundarse de acuerdo a lo establecido en el artículo 272 del
C.P.C..-
Dicha demanda que se deduce en contra del jactancioso se debe someter a los trámites
establecidos para el juicio sumario.(Art. 271 inc.1º del C.P.C.).-
En dicho procedimiento sumario, la sentencia que se dicte puede resolver dar lugar a la
demanda de jactancia, en cuyo caso el jactancioso tiene el plazo de 10 días para entablar la
demanda, plazo que puede ampliarse por el tribunal hasta 30 días por motivo fundado.
Si el jactancioso entabla la demanda dentro del plazo, se inicia el juicio correspondiente,
que se tramitará de acuerdo al procedimiento que corresponda aplicar según la naturaleza del
derecho que se haya atribuido el jactancioso.
Si el jactancioso no deduce la demanda dentro de ese plazo, debe la parte interesada
solicitar al tribunal declarar que el jactancioso no será oído después sobre el derecho que se
jactaba. Esta solicitud del interesado se tramita como incidente de acuerdo a lo establecido en el
inciso 2º del artículo 271.
Una vez que el tribunal dicte la sentencia que declara que el jactancioso ha incurrido en el
apercibimiento legal, no puede éste deducir demanda sobre el derecho que se jactaba con
posterioridad.

B.3.- Citación de evicción.

Uno de los elementos de la naturaleza del contrato de compraventa es la obligación de


17
saneamiento del vendedor, la que comprende dos objetos: amparar al comprador en el dominio y
posesión pacífica de la cosa vendida, y responder de los defectos ocultos de ésta, llamados vicios
redhibitorios.
En el contrato de compraventa, una de las obligaciones de la naturaleza es la de
saneamiento de la evicción por parte del vendedor, que es la privación de la cosa vendida, por
sentencia judicial, en virtud de causa anterior a la venta.
Dado que el vendedor tiene la obligación de la naturaleza de amparar al comprador en el
dominio y posesión pacífica de la cosa vendida, el comprador a quien se demanda la cosa vendida,
por causa anterior a la venta, debe citar al vendedor para que comparezca a defenderla.
Esta facultad del comprador de citar al vendedor para que comparezca en el juicio a
defenderlo respecto de las acciones judiciales deducidas en su contra destinados a privarlo de la
cosa vendida por causa anterior a la venta, es la denominada citación de evicción que se regula en
los artículos 1843 y 1844 del código Civil y 584 del C.P.C. y que da lugar a la intervención forzada de
parte.-
El comprador para hacer efectiva la obligación de saneamiento debe citar al vendedor para
que comparezca en el juicio a defender la cosa, la que debe efectuarse antes de la contestación de
la demanda.
Si el comprador no cita al vendedor, este no responderá por la evicción que se produzca.
Si el comprador cita al vendedor y concurre éste al juicio, el proceso se sigue con él como
parte demandada, pero conservando el comprador el derecho a intervenir en el juicio para
defender sus derechos sobre la cosa.
Si el vendedor citado no comparece, es responsable de la evicción, salvo que el comprador
haya dejado de oponer una defensa o excepción propia y en virtud de ello, la sentencia fuere
desfavorable y la cosa evicta.

B.4.- Citación de los acreedores hipotecarios en el juicio ejecutivo.

La hipoteca es un contrato de garantía y genera un derecho real que otorga la facultad de


perseguir la cosa sin importar las manos de quien se encuentre.
Si en un juicio ejecutivo se embarga una propiedad hipotecada, el que concurre a adquirirla
la adquiere con todos sus gravámenes hipotecarios. Sin embargo, existe un sistema de intervención
forzada en virtud del cual la propiedad queda libre de la hipoteca. La norma pertinente está
señalada en el artículo 2.428 del Código Civil, en relación con el artículo 492 del Código de
Procedimiento Civil y establece la citación de los acreedores hipotecarios a los que debe
notificárseles personalmente el remate de la propiedad, remate que se realiza una vez transcurrido
el término de emplazamiento. El silencio de un acreedor hipotecario debe interpretarse según lo
establecido en el artículo 492 del Código de Procedimiento Civil.

B.5.- Verificación de créditos en los juicios de quiebra.

Se refiere esta materia a los acreedores del fallido que tienen la obligación de verificar sus
créditos en la oportunidad que la ley señale.

C.- DOS INSTITUCIONES VINCULADAS AL CONCEPTO DE PARTE.

Estas dos instituciones, que tienen vinculación y efectos en el proceso son : La substitución
procesal y la sucesión procesal.

1.- La Substitución procesal.

a.- Concepto.- Es la institución que faculta a una persona para comparecer en juicio en su
propio nombre, haciendo valer un derecho que pertenece a otro, adquiriendo el carácter de parte
para todos los efectos legales.
Puede ocurrir que un patrimonio (y todo lo que con él diga relación) interese a un tercero, y
que el sujeto titular de ese patrimonio no tenga interés en que se incorpore a él un determinado
derecho. El interesado, entonces, hace uso de esta facultad para incorporar el derecho al
18
patrimonio del indolente para hacer efectivos sus créditos.
No es un caso de representación, pues no se actúa aquí a nombre de otro sino en el propio
nombre; se actúa en el propio interés, sin perjuicio de que este interés esté vinculado con el interés
del que no ejercita sus derechos (el sustituido).

b.- Casos de substitución procesal.

Los casos de substitución procesal son los siguientes:

a.- Artículo 878 del Código de Comercio.


b.- Artículo 2.466 del Código Civil.
c.- Artículo 2.468 del Código Civil.
d.- En la citación de evicción.

2.- La Sucesión Procesal.

En este caso, los cambios en la relación jurídica procesal pueden producirse durante el curso
del proceso. Los principales casos de sucesión procesal son:

a.- Fallecimiento de la parte que actúa personalmente en el juicio. El artículo 5 del C.P.C.,
que tiene en la actualidad poca aplicación debido a que la comparecencia personal de la parte
implica no tener que cumplir con el requisito del jus postulandi (necesidad de abogado
patrocinante y de apoderado), establece que si muere la parte que estaba litigando personalmente,
el juicio se suspende y para continuarlo es necesario notificar a los herederos del fallecido y esperar
después de la notificación el transcurso del término de emplazamiento. Sólo así el juicio se reinicia
procesalmente. La ley, en todo caso, no exige que se comunique la muerte de la parte a la
contraparte.
El mandato judicial no se extingue por la muerte del mandante; por tanto, si las
partes están actuando por medio de apoderados, su muerte no tiene relevancia procesal.

b.- Cesión de derechos. La cesión de derechos o cesión de créditos nominativos es un


contrato y a la vez, una forma de hacer la tradición de los derechos personales. Es importante
porque puede hacerse durante el curso de un proceso. En este caso, comparece el cesionario
adoptando el papel procesal que el cedente tenía en el proceso.
Si se trata de una cesión de derechos litigiosos, la situación cambia (Ver art. 1911 y sgtes del
C.Civ). Un derecho se entiende litigiosos desde el momento en que se notifica judicialmente la
demanda.

c.- La subrogación. El pago es el principal modo de extinguir las obligaciones. Una de las
formas de realizar el pago es mediante la subrogación en que una persona paga por otra
produciéndose una traslación de los derechos y obligaciones que recaen en la persona que paga
por el otro. La subrogación puede ser legal o convencional.

D.- LOS TERCEROS.

A.- CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN.

Hemos visto hasta el momento que existen dos clases de partes:

- Las partes directas: Demandantes y demandados.


- Las indirectas : Los terceros.

Los Terceros son aquellas personas que no están vinculadas expresa y directamente a un
conflicto promovido ante el órgano jurisdiccional.
Dentro de este concepto general, pueden clasificarse en:

19
Terceros Indiferentes son todos aquellos a quienes no va afectar de modo alguno ni el
proceso, ni la sentencia dictada en él.
El proceso sólo tiene efectos relativos y la sentencia sólo afecta a las partes que han
intervenido en el procedimiento del cual emana. Normalmente, los que no han sido demandantes
ni demandados no son afectados por la sentencia.

Terceros interesados son todos aquellos que, sin ser partes directas en un proceso, ven
afectados sus derechos a causa de ese proceso.

Hay tres maneras de intervenir como tercero interesado en el proceso:

a.- Por Vía Adhesiva. (Tercero Coadyuvante)


b.- Por Vía Principal. (Tercero Independiente)
c.- Por Vía de Oposición. (Tercero Excluyente).

Cuando un tercero interviene en un asunto, su intervención se llama tercería.

Tercero interesado es pues, aquel que teniendo interés en los resultados del juicio, no ha
sido parte originaria en él y llega a serlo por afectarse un derecho propio.

La intervención de terceros se rige por las normas generales contempladas en los artículos
22, 23 y 24 del Código de Procedimiento Civil.
Sin perjuicio de ello, es menester hacer presente que el legislador se ha encargado de
regular especialmente la intervención de los terceros en el juicio ejecutivo a través de las tercerías
que en él se contemplan, siendo ellas de acuerdo con la Jurisprudencia de nuestros tribunales la
única forma que puede revestir la intervención de los terceros en ese proceso. Las tercerías que se
contemplan en el juicio ejecutivo son la tercería de dominio, en la cual un tercero persigue la
exclusión del embargo de diversos bienes atribuyéndose el carácter de propietario; la tercería de
posesión, en la cual un tercero persigue la exclusión del embargo de diversos bienes atribuyéndose
el carácter de poseedor; la tercería de prelación, en la cual un tercero sostiene su derecho a ser
pagado preferentemente respecto del ejecutante en el juicio ejecutivo con el producto de la
liquidación de los bienes por poseer un crédito privilegiado; y la tercería de pago, en la cual un
tercero solicita concurrir como valista a pagarse a prorrata con el ejecutante de su crédito con el
producto de la liquidación, por no poseer el ejecutado otros bienes.

B.- REQUISITOS PARA INTERPONER UNA TERCERÍA.

Los requisitos que deben concurrir para interponer una tercería son:

1.- Debe estar investido de la calidad de tercero. El carácter de tercero es sumamente fácil de
determinar, pues tercero es todo aquel que no ha sido parte originaria en el litigio.

2.- Debe existir un proceso en tramitación. El concepto de juicio en tramitación está en estrecha
vinculación con el de relación procesal. Hay juicio en tramitación cuando se ha constituido una
relación procesal.
Para que exista relación procesal válida deben concurrir los requisitos: Que se haya
notificado válidamente la demanda; y Que haya transcurrido el término de emplazamiento.

3.- Debe tenerse un interés actual en el resultado del juicio. El interés actual en el resultado del
juicio se entiende que debe existir en el momento de la intervención. No puede tratarse de un
interés eventual o condicionado. (Art. 23 del C.P.C.).

El interés será actual cuando haya comprometido un derecho y no una mera expectativa
en el momento de la intervención del tercero. Sin embargo, en ciertos y determinados casos, la ley
autoriza la intervención de un tercero que no tenga un interés actual comprometido.
La ley al hablar de terceros se refiere a los que tienen posibilidad de ser parte en él.
20
Esto quiere decir que hay terceros que nunca serán partes en el juicio. Ellos son los testigos y los
peritos.
Los testigos son sólo un medio de prueba cuyos derechos y obligaciones nada tienen que
ver con los de las partes: sus obligaciones son las de comparecer ante el tribunal y de declarar
cuando se les solicite, diciendo la verdad acerca de lo que se les pregunta.
Los peritos son también un medio de prueba, cuya obligación se reduce a dar una
información técnica cuando le es solicitada.

C.- CLASES DE TERCERÍA.

Las clases de tercerías que pueden hacer valer los terceros o las formas en que ellos pueden
llegar a intervenir en relación con las partes son:

a. Tercería Coadyuvante o intervención por Vía Adhesiva.

Es aquella intervención en el juicio de las personas que tienen un interés actual en su


resultado, defendiendo pretensiones armónicas y concordantes con los de una de las partes
directas. Los terceros coadyuvantes pasan a ocupar prácticamente un lugar de colaborador del
demandante o demandado.
Para poder intervenir el tercero en carácter de coadyuvante es menester que tenga un
interés actual, el que tendrá tal carácter cuando se haya comprometido un derecho y no una mera
expectativa del tercero en el momento de su intervención.
La doctrina ha señalado que a la solicitud de intervención en el juicio por parte del tercero
coadyuvante debe conferírsele la tramitación de un incidente para dar a la otra parte la
oportunidad de hacer valer las objeciones que le pudiere caber esa intervención.
El tercero puede intervenir en el carácter de coadyuvante en cualquier estado del juicio, ya
sea en primera instancia, segunda instancia y aún en los recursos de casación deducidos para ante
la Corte Suprema.
Al existir una identidad de defensas y posiciones del tercero con una de las partes, el tercero
deberá actuar conjuntamente con esa parte a la que adhiere a través de un procurador común de
acuerdo a lo previsto en el artículo 23 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de hacer
separadamente las alegaciones y rendir las pruebas que estimare conducentes, cuando no se
conformare con el procedimiento adoptado por el procurador común.
La Jurisprudencia ha señalado que poseen este carácter los acreedores de una de las partes,
los cesionarios de una cuota de derecho de herencia, los accionistas de una sociedad anónima en
un juicio que se sigue en contra de la sociedad, el sindico de la quiebra del marido en los juicios de
separación de bienes seguidos por la mujer contra el marido, el comunero; etc.

b.- Tercería Independiente o intervención por Vía Principal.

Son aquellos, como su nombre lo indica, que sostienen un interés independiente del que
han hecho valer las partes en el juicio.
Estos terceros independientes de acuerdo a lo señalado por la doctrina y jurisprudencia, no
obstante lo establecido en el inciso final del artículo 23 del C.P.C., debe obrar separadamente y no a
través de un procurador común.
De acuerdo a la Jurisprudencia tendría este carácter el tercero que compra un bien raíz
afecto a una medida precautoria.

c.- Tercería Excluyente o intervención por Vía de Oposición.

Son aquellos que intervienen en el juicio sosteniendo una pretensión incompatible con las
de las partes. Es un juicio distinto inserto en el proceso originario.
Estos terceros no actúan conjuntamente con alguna de las partes a través del procurador
común, sino que en forma separada y sin sujeción al procurador común.
Un ejemplo típico de tercería excluyente son las tercerías de dominio y de posesión dentro
del juicio ejecutivo.
21
d.- Efectos de las resoluciones dictadas en los juicios en que intervienen terceros.

Las resoluciones que recaen en los juicios en que intervienen terceros, cualquiera sea la
clase de éstos, producen respecto de ellos los mismos efectos que respecto de las partes
principales de acuerdo a lo previsto en el artículo 24 del C.P.C.

CAPITULO IV: LA COMPARECENCIA EN JUICIO

I.- GENERALIDADES

El "ius postulandi” es la capacidad para pedir en juicio; es el conjunto de requisitos que


habilitan a una persona para formular peticiones ante un tribunal.
Respecto de la capacidad en materia procesal debemos distinguir:

1) CAPACIDAD DE GOCE O CAPACIDAD PARA SER PARTE:

Es la capacidad para ser parte en un asunto judicial, y se confunde con la capacidad de goce
del Derecho Civil.

2) CAPACIDAD DE EJERCICIO O CAPACIDAD PROCESAL:

Es la capacidad procesal general. Supone en el caso de un incapaz, la intervención de sus


representantes legales. Se confunde con la capacidad de ejercicio del Derecho Civil. En virtud de
ella se faculta sólo a los capaces de ejercicio para comparecer ante el órgano jurisdiccional,
solicitando por sí o en representación de otro, la decisión de un conflicto o de un asunto no
contencioso.
3) JUS POSTULANDI O POSTULACIÓN PROCESAL:

Es propiamente la capacidad para pedir en juicio. Esta es otorgada únicamente a ciertas


personas, a quienes el legislador por sus conocimientos, les ha reconocido la facultad de actuar por
sí o en representación de otros ante los tribunales, asumiendo la defensa y representación dentro
de un proceso
Si no se reúnen los tres requisitos copulativamente, la intervención ante un tribunal no es
posible, o de ser posible, no es válida.

La comparecencia en juicio no es sólo materia aplicable en un asunto que tenga carácter de


litigioso. Las normas sobre comparecencia se aplican, salvo excepciones, a los asuntos contenciosos
y no contenciosos; puesto que son disposiciones de aplicación común. En efecto, por estar ubicadas
en el libro primero del C.P.C., reciben aplicación, cualquiera sea la naturaleza del asunto de que se
trate.

El concepto de comparecencia, se puede entender en dos aspectos:

1) Amplio.
2) Restringido.

1) Comparecencia en sentido amplio significa acto de presentarse ante el juez voluntaria o


coercitivamente. Esto se explica fácilmente en los asuntos criminales: en estos asuntos comparecen
los testigos, los inculpados. Es sólo una presentación física ante el tribunal, en la que necesita
simplemente capacidad para comparecer según la naturaleza del acto que se realiza.

2) Comparecencia en sentido restringido, es el sentido que nos interesa. Es un concepto


netamente procesal. Significa el acto de presentarse ante los tribunales, ejercitando una acción o
defendiéndose, o requiriendo la intervención en un acto no contencioso. Acá nace el concepto
pleno que nos interesa. Es el concepto de la capacidad para actuar ante los tribunales. Es el
concepto del jus postulandi, innovación de la capacidad procesal a la capacidad civil o común.
22
En su concepto restringido, la comparecencia es la necesidad jurídica en que se ven las
partes de confiar el patrocinio y la representación del juicio, a ciertas personas que reúnen los
requisitos señalados en la ley".

No basta ser capaz en el aspecto de goce y ejercicio para poder actuar ante los tribunales,
sino que es necesario además el jus postulandi. El jus postulandi es el concepto ya señalado de
comparecencia en sentido restringido.
Hay dos aspectos claves en el jus postulandi:

1) El patrocinio.
2) La representación o el mandato judicial.

El patrocinio, en sentido puro y general, se refiere a la defensa del juicio, el modo como se
va a enfocar esa defensa.
El poder o el mandato judicial, mira a la representación, está vinculado a la sustitución de la
parte por el procurador, mandatario o apoderado en el proceso, para todos los efectos legales.

El abogado patrocinante es el técnico del derecho.


El procurador es el técnico del procedimiento.

En nuestra legislación positiva, la órbita de ambos no está absolutamente diferenciada;


puesto que se puede tener a la vez el carácter de abogado patrocinante y apoderado o se puede
tener un abogado patrocinante y un procurador distinto.
Nuestro sistema positivo es mixto, con preeminencia de obligatoriedad de
"representantes". La ley positiva establece la exigencia prácticamente en todos los casos de hacerse
asistir por un letrado, o sea, debe tenerse abogado patrocinante y procurador. En ciertos casos, se
acepta la comparecencia personal.

La norma en cuanto al sistema de comparecencia está en el art.4 del C.P.C.. Actualmente la


comparecencia varía de acuerdo con la etapa en que está el procedimiento.

En primera instancia, lo normal es que deba comparecerse a través de apoderados, estando


excluida la comparecencia personal. Las personas "apoderados”son las indicadas por la ley sobre
comparecencia en juicio (Ley 18.120).
En segunda instancia, es distinto. Ante las Cortes de Apelaciones puede comparecerse
facultativamente en tres formas: en forma personal; a través del procurador del número; o a través
de abogado habilitado para el ejercicio profesional.

Respecto del apelado, su derecho a la comparecencia personal está condicionado a que la


"realice dentro del término de emplazamiento. Su derecho se extingue si no comparece en ese
plazo, puesto que después puede comparecer, pero sólo a través del procurador del número o de
abogado habilitado.

Ante la Corte Suprema, sólo puede comparecerse por medio de procurador del número o
por abogado habilitado. (art. 398 del C.O.T.).
Estudiaremos ahora las dos instituciones que configuran el ius postulandi: el patrocinio y el
mandato.

II.- EL PATROCINIO

Es un contrato solemne por el cual las partes o interesados en un asunto, encomiendan a un


abogado la defensa de sus pretensiones ante los Tribunales de Justicia.
Es un mandato; hay un vínculo y un encargo, cuyo objeto es la defensa de los intereses. El
art.588 del COT. se refiere al mandato, pero es aplicable al patrocinio. Pero no se puede confundir
el patrocinio con el mandato. La exigencia de patrocinio está señalada en el art. 1º de la Ley sobre
comparecencia en juicio, en relación con el art. 4 del C.P.C.
23
A) REQUISITO PARA SER PATROCINANTE:

Sólo puede ser patrocinante un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, es


decir, una persona natural que posea el título de abogado y haya pagado la patente municipal
respectiva. (art. 3º D.L. 3.637).

B) FORMA DE CONSTITUIR EL PATROCINIO.-

Es un contrato solemne que se constituye sólo de la manera señalada por la ley. Dice el
art.1º de la Ley 18.120, en su segundo inciso que se entenderá cumplida la obligación de
constitución del patrocinio, cuando en la primera presentación de cada parte o interesado en
asuntos contenciosos o no contenciosos, "el abogado ponga su firma indicando además su
nombre, apellidos y domicilio". Con la firma en el escrito se configura el patrocinio.
Habitualmente esto se cumple en forma mixta. En un otrosí del primer escrito, se señala el
nombre, apellidos y domicilio del abogado, y la firma se estampa al final del mismo escrito.
El patrocinio se exige en una etapa determinada del asunto.

No se exige durante el curso del juicio y respecto de cada escrito que se presente, sino al
momento de hacerse la primera presentación en un juicio que se sigue ante los tribunales de la
República.
C) SANCIONES:

Si el patrocinio no se cumple en la forma señalada, la sanción es gravísima. Si la primera


presentación se efectúa sin contener el patrocinio, el incumplimiento de este requisito provoca
que el escrito no podrá ser proveído y se tendrá por no presentado para los efectos legales.
(art.1º inc.2º Ley 18.120). Las resoluciones que al respecto se dicten no serán susceptibles de
recurso alguno.
Este patrocinio que se constituye en la primera presentación cubre todo el juicio, hasta el
cumplimiento de la sentencia.
No obstante, excepcionalmente existen recursos que a pesar de presentarse en el proceso
con posterioridad a la primera presentación requieren del patrocinio específico de un abogado.
En primer lugar, hay un recurso que no debiera tener un patrocinio especial, y sin embargo
la ley lo exige, como si se tratara de una nueva presentación: este recurso es el de queja, que debe
contar con el patrocinio de un abogado, porque se estima que es un asunto separado al que está
siendo conocido por el tribunal que dictó la resolución con falta o abuso. Puede ser el mismo
abogado, ya antes designado en el proceso en que se dictó la resolución que motiva la interposición
del recurso. (Art. 548 inc. 2º del C.O.T y Nº1 Autoacordado sobre tramitación y fallo del recurso de
queja).
En segundo lugar, el escrito de presentación de los recursos de casación en la forma y en el
fondo, debe ser patrocinado por abogado habilitado que no sea procurador del número. (art.772
inc. final C.P.C.).

D) DURACION DEL PATROCINIO.

El Patrocinio dura mientras en el expediente no hay testimonio de su cesación. La cesación


del patrocinio puede darse por diferentes modos de extinguir: muerte, renuncia, revocación, etc.

E) FACULTADES DEL PATROCINANTE.-

Unidas a ellas está su responsabilidad. El patrocinio significa defensa del asunto. La


realización de las defensas se manifiesta:

- En primera instancia. En el hecho la defensa la realiza el mandatario; él firma los escritos en que se
realiza la defensa, pero orientado por el abogado patrocinante.
- Ante los tribunales colegiados: el concepto de defensa nace en plenitud. Las defensas orales ante
las Cortes las hacen los abogados. Hasta hace poco tiempo solo podían alegar los abogados; hoy
24
también pueden hacerlo los egresados que están haciendo su práctica en favor de las personas
patrocinadas por las Corporaciones de Asistencia Judicial, pero sólo respecto de esas causas y ante
las Cortes de Apelaciones y Marciales y no ante la Corte Suprema. (art. 527 C.O.T.).

En cuanto a la facultad del patrocinante de asumir la representación de la parte debemos


distinguir varias situaciones:

1) En ciertos casos, la ley exige la actuación personal de la parte, y en ellos el patrocinante


no podrá asumir jamás la representación de ella. P. Ej. La absolución de posiciones o confesión de la
parte pedida para que se preste por ella en persona.
2) En los casos en que la ley dispone que el acto jurídico se realice precisamente por el
apoderado, tampoco podrá el patrocinante asumir la representación.
3) La representación del patrocinante puede surgir por una actuación, una gestión o trámite
del proceso. P.Ej. La Dúplica en el juicio ordinario.

El artículo 40 inciso 3º de la Ley 4.409 se refería a la representación del patrocinante.”La


representación del patrocinante es facultativa (la ley decía podrá); era una representación mas bien
para el caso urgente, anormal, y no podía ser permanente en su ejercicio, debiendo asumirse en
forma aislada, esporádica y para un caso determinado cuando no sea posible la actuación del
verdadero representante cono señalaba la Jurisprudencia.

En la actualidad, en el inciso tercero del artículo 1º de la Ley 18.120 se faculta al


patrocinante para asumir la representación del patrocinado en cualquiera de las actuaciones,
gestiones o trámites de las diversas instancias del juicio o asunto.

F) TÉRMINO DEL PATROCINIO.-

El patrocinio puede terminar:


1) Por el desempeño del encargo: es la forma normal de terminar.

2) Por revocación: Es la manifestación de voluntad del mandante en el sentido de no


continuar con el mismo patrocinio. Hay una norma expresa en el Código de Etica Profesional al
respecto: "no se puede sustituir al patrocinante sin motivo justificado. Generalmente así se hace
para evitar los honorarios del abogado. En el mismo Código se señalaba, que la contravención a la
norma anterior, acarreaba la intervención del Colegio de Abogados.
En caso de haber revocación, el nuevo abogado patrocinante tiene dos obligaciones: (i)
Avisar al primer abogado patrocinante; y (ii) Encargarse de que el primer abogado patrocinante
reciba sus honorarios dentro de un plazo determinado. Si así no ocurría el Colegio los fijaba.
Lo más correcto es pedirle al primer abogado que renuncie.

3) Por renuncia: Señala en el inciso 4º del art.1º de la Ley 18.120, que la renuncia del
abogado patrocinante debe ser puesta en conocimiento del patrocinado junto con el estado del
asunto. La renuncia no produce efectos por el solo hecho de presentarse al tribunal: se debe
comunicar al cliente. El patrocinante mantiene su responsabilidad por todo término de
emplazamiento (entre la notificación y el transcurso del término del emplazamiento), salvo que
antes se haya designado otro patrocinante.

4) Por muerte o incapacidad del abogado patrocinante. En caso de muerte o incapacidad


del abogado patrocinante debe nombrarse otro en la primera presentación posterior a este evento.
(la muerte del otorgante no termina con el patrocinio). El art. 528 del C.O.T. se refiere al mandato,
pero se aplica también al patrocinio. Esto ocurre, porque cuando se dictó esa ley, aún no existía la
institución del patrocinio separadamente.

25
III.- EL MANDATO JUDICIAL

A) CONCEPTO.-

Es un contrato solemne por el cual una persona otorga a otra facultades suficientes para
que la represente ante los Tribunales de Justicia.
Este concepto está insinuado también por el art.528 del C.O.T., al decir “que este mandato
se rige por el Código Civil, con las modificaciones introducidas por el C.O.T. y por el C.P.C.", pero
este mandato judicial es solamente otorgado para actuar ante los tribunales de justicia y no para
usarse en otros efectos.

B) REQUISITO PARA SER MANDATARIO JUDICIAL.-

Las personas que pueden ser mandatarios judiciales están señaladas en el art.2º de la Ley
18.120 y ellos son:

1) Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión;


2) Procurador del número;
3) Personas que designen las Corporaciones de Asistencia Judicial (egresados de la
Escuela de Derecho que se encuentren haciendo su práctica, sin importar el tiempo de egreso);
4) Estudiantes actualmente inscritos en 3º, 4º o 5º año de las Escuelas de Derecho de
las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales de algunas de las Universidades autorizadas (debe
entenderse acomodado al régimen curricular); y
5) Egresados de las Facultades de Derecho, que hubieren cursado 5º año y hasta tres
años después de haber rendido los exámenes correspondientes (También entendido según el
régimen de estudios vigentes).

La autoridad universitaria competente certificará, a petición verbal del interesado, el hecho


de estar vigente la matrícula o la fecha del egreso, en su caso. La exhibición del certificado
respectivo habilitará al interesado para su comparecencia.

D) FORMA DE CONSTITUIR EL MANDATO JUDICIAL

Como es un contrato solemne, su nacimiento sólo puede producirse en algunas de las


formas contempladas por la ley, contenidas en el art. 6 del C.P.C. y en el art.29 de la Ley 18.092.
(art.4ºdel C.P.C.).
Las formas de constituir el mandato judicial son las siguientes:

1) Art. 6º Nº 1 C.P.C. Por escritura pública.


No sólo puede otorgarse ante notario, también puede otorgarse ante un Oficial de Registro
Civil, que tenga facultades para ejercer esta función específica, (tiene este funcionario esta facultad
especial en el ámbito territorial donde no hay notario). (art.86 Ley 4.808).

En los mandatos con administración de bienes que se otorgan por escritura pública puede
conferirse al mandatario la facultad de comparecer en juicio, pero si este no es abogado habilitado
para el ejercicio de la profesión o procurador del número, deberá delegarlo en caso necesario, en
persona que posea alguna de estas calidades.
La Jurisprudencia ha entendido de acuerdo con esta norma, que no es posible otorgar por
escritura pública a una persona que no sea abogado habilitado un mandato especial que
comprenda sólo la representación judicial, siendo posible conferir el mandato judicial a las
personas que no son abogados o procurador del número sólo en los mandatos generales de
administración de bienes.

2) Art. 6, Nº 2 C.P.C. Acta extendida ante Juez de Letras o Árbitro.


Se da muy escasamente. Se hace por medio de un acta extendida ante un juez de letras o un
26
juez árbitro y suscrita por todos los otorgantes.
Ejemplos son: a) En el acta de conciliación puede darse un poder especial; y b) En el caso de
los juicios de partición de bienes se usa generalmente esta forma de constituir el mandato en el
acta que se levanta del primer comparendo.

3) Art. 6, Nº 3, C.P.C. Declaración escrita del mandante autorizada por secretario del
tribunal: “Autorización de poder”.
Es la forma habitual. Consta en una declaración escrita del mandante, autorizada por el
secretario del tribunal que está conociendo del asunto.
Presentado ante el tribunal, el primer escrito de la parte debe cumplir con la "constitución
efectiva del mandato". Se cumple con ella cuando el secretario del tribunal autoriza la declaración
escrita del mandante. El secretario escribe "autorizo”o "autorizo el poder", fecha, firma (Ley
18.120).
El secretario para autorizar el mandato debe cerciorarse previamente que el mandatario
reúne alguna de las calidades previstas en la Ley de Comparecencia en Juicio (art. 4º Ley 18.120).

4.- Art. 29 de la Ley sobre letra de cambio y pagaré (Ley 18.092).


Endoso en comisión de cobranza de letra de cambio y pagaré.
Normalmente al cobrarse una letra de cambio, ésta se endosaba al abogado, lo cual impedía
que pudieran oponerse excepciones representadas en la letra de cambio; dado que la letra de
cambio es un instrumento autónomo que nada tiene que ver con las obligaciones contenidas en el
contrato que la haya originado.
Esto creó graves problemas éticos por lo que se ideó un sistema en el cual con el endoso de
la letra se diera por constituido el mandato con todas las facultades que requieren mención
expresa.
Al efecto, el inc. 2º de la Ley 18.092 estableció que "el endosatario en cobranza puede
cobrar y percibir judicialmente y tiene todas las atribuciones propias del mandatario judicial
comprendidas también aquellas que conforme a la ley requieren mención expresa. Con todo el
mandatario sólo puede comparecer ante los tribunales en la forma que exige la ley". Esta última
forma de constitución se materializa a través de las cláusulas "valor en cobro", "en cobranza", "en
comisión de cobranza”o cualquiera otra mención que indique siempre mandato.
Debe tenerse presente que esta forma de constituir el mandato judicial: 1) Solo se aplica
con respecto de la letra de cambio y pagaré (también se aplica con respecto del cheque, aunque
algunos lo discuten); y 2) Este mandato judicial puede otorgarse a cualquier persona, pero debe
comparecer en juicio en la forma establecida en la ley y a través de las personas facultadas al
efecto.
Por el solo hecho de endoso, se entienden conferidas al mandatario todas las facultades
especiales que en los demás casos requieren ser otorgadas expresamente.

E) EXCEPCIONES DE LA LEY DE COMPARECENCIA EN JUICIO A LA CONSTITUCION DEL


MANDATO.

La excepción es doble:

a) Hay asuntos en que puede comparecer la parte personalmente.


b) Para la iniciación y secuela del juicio podrá solicitarse autorización para comparecer y
defenderse personalmente. El juez podrá concederla atendida la naturaleza y cuantía del litigio o
las circunstancias que se hicieren valer, sin perjuicio de exigir la intervención de abogados, siempre
que la corrección del procedimiento así lo aconsejare. Las resoluciones que se dictaren en esta
materia solo serán apelables en el efecto devolutivo. (art. 2º inc. 3º Ley 18.120).

Estas excepciones son comunes también al patrocinio.

En estos casos no será necesario constituir mandato judicial ni patrocinio, siendo facultativo
para el juez aceptar, rechazar o cancelar el mandato, sin expresión de causa en cualquier estado del
juicio. Sus resoluciones no son objeto de recursos.
27
Además, no se requiere un mandato judicial ni patrocinio, en los siguientes casos:

1) Se refiere al territorio y al número de abogados que ejercen la profesión en ese territorio.


La obligación del mandato judicial y del patrocinio no se aplica en los departamentos en que
el número de abogados en ejercicio sea inferior a cuatro (en la actualidad debemos entender hecha
la referencia a la Comuna); hecho que determinará la Corte de Apelaciones respectiva.
Las otras excepciones se refieren a la materia y a la cuantía de un asunto:

2) Las solicitudes de manifestación minera:


Con respecto de ellas no existe la exigencia del patrocinio o del mandato; se comparece
directamente sin cumplir con el jus postulandi.

3) Ley 18.120 art.3º inc.11.


Asunto de que conozcan los jueces de los de subdelegación; los de distrito (hoy derogados),
los alcaldes; los jueces de Policía Local, salvo en aquellos asuntos sobre regulación de daños y
perjuicios, de cuantía superior a dos unidades tributarias mensuales; los juzgados de menores y
ante árbitros arbitradores.

4) Asuntos de que conozca la Dirección General de Impuestos Internos, salvo que


tratándose de asuntos superiores a dos unidades tributarias mensuales, la Dirección exija por
resolución fundada la intervención de abogado.

5) Asuntos que conozca la Contraloría General de la República.


6) Asuntos de que conozca la Cámara de Diputados y el Senado, sobre juicio político.
7) Juicios cuya cuantía no exceda de media unidad tributaria mensual, cualquiera que sea
su naturaleza.
8) Causas electorales.
9) Recursos de Amparo y protección.
10) Con respecto del denunciante en materia criminal.
11) Con respecto de las solicitudes en que aisladamente se piden simple copias, desarchivos
o certificados (lo puede hacer cualquier persona).
12) Con respecto de los martilleros, peritos, depositarios, interventores secuestres y demás
personas que desempeñan funciones análogas, cuando sus presentaciones tuvieren por único
objeto dar cumplimiento a la misión que el tribunal les ha confiado o dar cuenta de ellas.
En todos los casos anteriores se excluye el patrocinio y el mandato.
En verdad se quiere que se cumplan las disposiciones del mandato y del patrocinio, o que se
comparezca personalmente.
Se puede comparecer personalmente ante los Jueces de Menores. Si se designa mandatario
ante estos tribunales, éste debe estar de acuerdo a las exigencias legales, no pudiendo conferirse
mandato a persona no habilitada por la ley para revestir carácter de mandatario.
En las ciudades donde se aplican los arts.1º y 2º de la Ley 18.120, y no existen entidades
públicas o privadas que presten asistencia jurídica gratuitas los necesitados serán representados y
patrocinados gratuitamente por el abogado de turno. Con ello se insiste en no permitir
mandatarios que no tengan conocimientos legales y que no cumplan los requisitos legales.

F. SANCION A LA NO CONSTITUCION DEL MANDATO

La sanción en el patrocinio es drástica, el tribunal no provee el escrito y se tiene la solicitud


por no presentada para todos los efectos legales.
En el mandato la ley establece una sanción menos drástica, puesto que se da una
oportunidad al que omite el mandato, pero puede llegar a tenerse por no presentado la solicitud.
(inc.4º art.2º Ley 18.120). Se da una posibilidad por el tribunal para que dentro de un plazo máximo
de tres días se constituya el mandato legalmente. Pasado el plazo, la solicitud se tiene por no
presentada para todos los efectos legales. Estas resoluciones (sobre patrocinio y mandato) no son
objeto de recursos de ninguna clase.
28
Esta sanción se aplica a cualquiera de las formas de constitución del mandato, aunque en la
práctica recibe su máxima aplicación en el caso de falta de autorización por el secretario del
tribunal, cuando los abogados o procuradores constituyen los mandatos por esa vía.
Si ocurre que cuando se presenta la solicitud, no está legalmente constituido el mandato,
acontecerá que:
a) No se provee el escrito;
b) Se ordena la constitución legal del mandato por el tribunal bajo apercibimiento en el
plazo que él determine y que no puede ser superior a de tres días.
c) Si no se constituye el mandato dentro del plazo fijado por el tribunal en el
apercibimiento, se tiene por no presentada la solicitud.

Contra la resolución que se dicte en este sentido, sólo se puede intentar el recurso de queja,
si hubo falta o abuso.
Hay una circunstancia en que opera siempre la necesidad de preocuparse de la constitución
del mandato. Los actos procesales siempre están sometidos a plazos, los cuales corren hasta las 24
horas del día respectivo. Sucede muchas veces que escritos importantes, se dejan para ser
presentados, por cualquier motivo, en la casa del secretario que certifica la hora, momento en el
cual el poder no es autorizado por el secretario, exigiéndose en la resolución que recae en el escrito
la constitución legal del poder. Esta gestión es importantísima: El plazo máximo de tres días es
fatal; se debe autorizar el poder en el plazo de tres días, en horas de funcionamiento del tribunal
ante el secretario. Si se ordenara la constitución legal del mandato, la fecha del escrito es la de la
primera presentación si el poder se constituye en forma con posterioridad.

G) FACULTADES QUE EMANAN DEL MANDATO JUDICIAL.-

Las facultades que emanan del mandato judicial se encuentran contempladas en el artículo
7 del C.P.C. y se clasifican del mismo modo que los elementos de los actos jurídicos. Las facultades
otorgadas pueden ser:

1. FACULTADES ESENCIALES U ORDINARIAS.

Son aquellas que nacen por la sola circunstancia de otorgarse un mandato judicial, y que no
pueden ser limitadas de modo alguno.
El sólo hecho de darse un mandato judicial involucra de pleno derecho y en forma
inmodificable el otorgamiento de ciertas facultades, que no pueden limitarse por la voluntad de las
partes. Por eso son esenciales.
Ellas son las que autorizan al procurador para tomar parte del mismo modo que podría
hacerlo el que da el mandato, en todo los trámites e incidentes del juicio y en todas las cuestiones
que por vía de reconvención se promueven, hasta el cumplimiento completo de la sentencia
definitiva. Estas facultades nacen aun cuando en el poder no se diga nada acerca de ellas.

Estas facultades esenciales normalmente se individualizan como las facultades


contempladas en el inciso primero del art.7 del C.P.C.
Hay una perfecta relación entre la regla general de la competencia de la extensión (que mira
el tribunal y se aplica a él) y esta norma del mandato (que mira al apoderado y se aplica a el)
El poder cubre todo el juicio, según estas facultades esenciales.

Caracteres.

a) Nacen aún sin que se diga nada con respecto a ellas. El solo hecho de darse el poder,
aunque no se mencionen, les da vida. Basta con que se diga "Confiero poder judicial a ...", para que
se entiendan otorgados automáticamente estas facultades.

b) No pueden limitarse de modo alguno por las partes, como lo señala el art.7, inc.1º del
C.P.C.: “Las cláusulas en que se limiten o nieguen las facultades esenciales, son nulas".
29
Hay situaciones en que es discutible la plenitud de la representación. Hay tres
procedimientos que comienzan por un juicio preparatorio. No se trata de demandas judiciales
propiamente tal. Ellos son:

1) Cualquier juicio que empiece por medida prejudicial;


2) En ciertos casos, el juicio ejecutivo, puede empezar por gestiones preparatorias de la vía
ejecutiva.
3) Juicio contra terceros poseedores de la cosa hipotecada: comienza cuando se le notifica al
tercer poseedor del juicio en su contra.

Si se da poder para estos tres procedimientos preparatorios, ¿ cubre el poder la demanda


correspondiente del juicio como tal, o es necesario volver a dar mandato en la demanda misma?.
El mandato es concedido para la representación judicial, comprende también lo vinculado a
la gestión que se realiza; abarca el juicio preparatorio y el juicio como tal hasta su sentencia
definitiva. El poder es amplio.
Hay un antecedente que corrobora lo anterior: una de las excepciones a la distribución de
causa, está constituida por estos casos. "iniciar el juicio principal por medida previa": Si
orgánicamente se considera todo como un mismo asunto, es absurdo pensar, por la compatibilidad
entre el mandato y las normas del C.O.T., que el mandato no sea amplio.

En todo caso, el poder en la gestión misma, fácilmente puede ser redactado para que cubra
la medida previa y las actuaciones judiciales posteriores.

Una vez otorgado el poder, todas las diligencias y actuaciones se realizan con o a través del
procurador. El mandante desaparece de la vida procesal durante todo el curso del procedimiento y
sólo vuelve a ser considerado en los casos en que por la naturaleza de la actuación o la expresa
disposición de la ley deba o pueda actuar personalmente. (Ej: La absolución de posiciones, cuando
se solicite que ella sea prestada personalmente por la parte).

Como consecuencia de lo anterior, todas las notificaciones durante el procedimiento se


deben hacer al mandatario judicial, siendo nula las que se practiquen al mandante.

2) FACULTADES DE LA NATURALEZA.

Son aquellas que se suponen incorporadas a un poder aunque las partes nada digan de
ellas, pero se pueden modificar por acuerdo expreso de las partes.
En primer lugar reviste tal naturaleza la que mira a la delegación del mandato. Si el
mandatario no tiene prohibición expresa de delegar el mandatario puede hacerlo. Para que no
proceda la delegación, el mandante debe en el mandato expresamente prohibirla. Esta delegación
obliga al mandante. (art.7, inc.1º del C.P.C.).
Si se confiere un mandato judicial, puro y simple, se puede libremente delegarlo, lo que
obligaría, al mandante (todo lo que haga el delegatario obliga al mandante). Si existe negación
expresa, no ocurre lo anterior.
No existe inconveniente para otorgar un mandato puro y simple, y antes de producida la
delegación, efectuar la limitación a la delegación del mandato.
Finalmente, se debe tener presente que la delegación de delegación no vale. La segunda
delegación no produce efectos; lo actuado en virtud de la segunda delegación es nulo. El C.P.C. solo
se refiere a la primera delegación, la cual tolera. Se termina la posibilidad de delegar, cuando se
ejercita la facultad de delegar por primera vez. Esto es importante cuando se puede producir la
comparecencia ante tribunal superior a través de procurador del número. Acá el poder debe darlo
el mandante y no el delegatario, porque se produce en caso contrario, automáticamente, la
segunda delegación con los efectos señalados.
La delegación del mandato sólo puede ser efectuada en las personas habilitadas legalmente
para desempeñarse como procuradores (art. 2º inc. 5º Ley 18.120) y reviste el carácter de solemne,
puesto que la delegación debe efectuarse en alguno de las formas contempladas en el inciso 2º del
artículo 6º del Código de Procedimiento Civil.
30
En segundo lugar, constituyen facultades de la naturaleza en el sentido de entenderse
incorporadas en el mandato judicial a menos de haberse ellas excluido por el mandante, la facultad
de presentar demandas civiles y la de ser notificadas de ellas dentro del Plenario Criminal de
acuerdo a lo previsto en el artículo 432 del Código de Procedimiento Penal.
De acuerdo con ello, si el mandante confiere mandato judicial en forma pura y simple, se
entenderá que el mandatario judicial del ofendido se encuentra facultado para deducir la demanda
civil en el Plenario sin la intervención del mandante; y por otra parte, el mandatario del acusado o
tercero civilmente responsable en el proceso penal podrá ser notificado de la demanda civil que se
hubiere deducido en contra de su representado.
Si el ofendido, el acusado o el tercero civilmente responsable le hubieren negado
expresamente esas facultades a sus respectivos mandatarios, regirán las reglas generales. Ello
significa, que el escrito de demanda civil del ofendido y la contestación de la demanda civil por el
acusado y tercero civilmente responsable deberán ser firmadas personalmente por ellos y conferir
poder en esos escrito a las personas habilitadas correspondientes, sin perjuicio de además no
poder ser notificada la demanda a los anteriores mandatarios.

3) FACULTADES ACCIDENTALES O ESPECIALES.

Estas facultades sólo se entienden incorporadas al mandato judicial, cuando expresamente


han sido concedidas al mandatario. Si se concede un mandato judicial sin aludir a estas facultades,
el mandatario no puede ejercer ningún acto que las lleve envuelta.
El C.P.C., las señala expresamente en el art. 7 inc. 2º.

Se individualizan generalmente como las facultades de art. 7 inc. 2º del C.P.C.

“Sin embargo, no se entenderán concedidas al procurador sin expresa mención, las


facultades de:

a) Desistirse en primera instancia de la acción deducida.


Esto se confunde con el desistimiento de la demanda. O sea, es el acto por el cual el
demandante decide no continuar el juicio, decide dejar sin efecto las peticiones formuladas al
tribunal. Este acto tiene gran importancia: produce cosa juzgada, con respecto de las pretensiones
hechas valer. Si existe desistimiento, no pueden volver a promoverse nunca más la pretensión. Por
eso se exige mención expresa, porque el desistimiento extingue para siempre la pretensión hecha
valer en la acción deducida.

b) Para aceptar la demanda contraria.


La aceptación es lo que se llama "allanamiento a la demanda", que es esencialmente un
acto de disposición (art.313 del C.P.C.). Se requieren facultades expresas para que disponga el
mandatario, de parte del mandante, la aceptación de la demanda por ser un acto de disposición.

c) Absolver posiciones, o sea, confesar en juicio.


Es el sistema judicial de provocar confesiones. Es la confesión provocada o absolución de
posiciones. Las posiciones son las preguntas hechas por escrito y dentro de un sobre cerrado por
una parte a la otra, para que las conteste en una audiencia que el tribunal fija especialmente para
ese efecto. Para dar el mandatario judicial de una parte respuesta a esas posiciones se requiere que
no se hubiere solicitado que se den las respuestas personalmente por la parte y que al mandatario
judicial se le hubiere conferido la facultad de absolver posiciones expresamente, porque puede
llegar a ser un acto de disposición. Por ejemplo, a través de la confesión y del reconocimiento de los
hechos por parte del demandado puede acogerse la demanda contra él (art.1.713 Cód. Civil y 402
del CPC.).

d) Renunciar a los recursos o a los términos legales:


Esta facultad se refiere a renunciar anticipadamente a éstos en forma expresa posibilitando
el éxito de la contraparte. Para esto también se requiere manifestación expresa. La renuncia se
refiere a una renuncia expresa. No puede cubrir la circunstancia de que no se haga uso del plazo o
31
que no se interponga el recurso en el plazo correspondiente. Abarca solo la renuncia expresa. De
otro modo, es trastocar todo el sistema del mandato judicial. Este es el criterio de la jurisprudencia
chilena.
Por otra parte, una vez interpuesto el recurso, el mandatario judicial puede desistirse de él,
puesto que la ley exige facultades especiales para desistirse de la demanda y no de los recursos que
se hayan hecho valer.

e) Transigir:
La transacción es un acto de disposición, porque se hacen concesiones recíprocas. No se
puede someter a la sola voluntad del mandatario judicial. (art. 2.246 del Cód. Civil).
Como en el texto del art. 7º no aparece comprendida la facultad de celebrar avenimiento y
conciliación, al conferirse el poder para transigir si ellas quieren ser otorgadas debe dejarse expresa
constancia que las facultades de transar comprende la de avenir y aceptar conciliación. Con ello se
salva toda discusión que pudiere presentarse acerca de sí en el caso de otorgamiento de poder con
las facultades de ambos incisos del art.7º se encuentra comprendidas o no las de avenir y celebrar
conciliaciones.

f) Comprometer.
Tampoco se entiende incorporada, sin expresa mención, la facultad de comprometer, es
decir celebrar un acto por el cual se designa un árbitro para que resuelva un asunto. Se sustrae un
asunto de la justicia ordinaria para someterlo a conocimiento y resolución de un juez árbitro.

g) Otorgar a los árbitros facultades de arbitradores:


Tampoco puede hacerlo el mandatario, sin expresa mención en el mandato, ya que ello
significa alterar las reglas generales de la ley da al respecto. (art.223 del C.O.T.).

h) Aprobar convenios:
Cuando alguien pasa a ser insolvente, puede ocurrir que los acreedores pidan su quiebra.
Este no es el único medio de poner término a la insolvencia. La ley ha creado otro
institución: Los convenios:
Las dos clases de convenios reglamentados por la ley son:

Convenios preventivos: Es aquel que el deudor propone a sus acreedores para impedir la
declaratoria de quiebra. Pueden ser: Extrajudiciales o Judiciales.

Hay también convenios judiciales, que operan durante la quiebra y en que el fallido cita a los
acreedores con la misma finalidad de los convenios preventivos. Los convenios son autorizados,
asimismo, por la junta de acreedores.
Los convenios son excepcionales desde todo punto de vista. En el acto de suscribirlos, se
manifiesta una facultad de disposición en que se renuncia a una cuota del crédito por vía directa o
indirecta.
Por vía indirecta, se pagan los acreedores a prorrata del resultado de la liquidación de
bienes.
Por vía directa, se puede estipular, por ejemplo, que se paga sólo un 75% del crédito.

En los convenios va envuelta una alteración de las reglas generales, por lo cual la facultad de
suscribirlos debe ser expresamente mencionada en el mandato. (art. 178 Ley de Quiebras).

i) Percibir:
Es la operación mediante la cual los productos, frutos o rentas de una cosa son objeto de
apropiación o cobro por parte de la persona calificada para gozar de ellos. (Capitant)
También debe mencionarse expresamente. En el Código Civil no es tampoco una facultad
común. En lo procesal se requiere que aunque sea una facultad que normalmente va en beneficio
del mandante (percibir frutos y rentas), se tenga especificación con respecto de ella, porque puede
tener implicancia en asuntos monetarios. El legislador no quiere crear el problema de restitución
entre mandante y mandatario. No se quiere que el mandatario cobre y no reintegre. Por eso debe
32
expresarse esta facultad.
De allí que si el mandatario judicial no posee esta facultad, todos los dineros que
correspondan a su mandante no se le pagaran al mandatario judicial. En este caso, los cheques que
se giren en el proceso deberán extenderse en forma cruzada y nominativa a nombre del mandante
y no del mandatario judicial, quien sólo podrá efectuar el retiro material del documento para su
posterior entrega al mandante.
Esta facultad se entiende conferida por el solo ministerio de la ley en el caso del endoso de
letras de cambio con cláusula "valor en cobro”u otro semejante; no siendo necesaria ninguna otra
especificación en esta forma especial de constituir el mandato para que se entienda ella
comprendida. (art.29 de la Ley 18.092).

¿Cómo debe otorgarse el mandato judicial para que se entiendan incorporadas las
facultades especiales?

El C.P.C. en el art.7º, inc.2º, dice: "no se entenderán concedidas al procurador las siguientes
facultades, sin expresa mención....”
Se acepta como válida la forma de otorgar el mandato judicial con las facultades especiales
incluídas, por esta sola mención de carácter general: "confiero poder judicial a NN, con las
facultades de ambos incisos del art.7º del C.P.C. que el mandante declara conocer y da por
expresamente reproducidas una a una".
Ello es factible porque el art.7º es una ley. La ley se presume conocida de todos y al
establecerse en el mandato la cita de la ley y el hecho de darse por expresamente reconocidas
estas facultades del mandato es suficiente resguardo para el mandante.
Al concederse mandato judicial se debe tener presente al otorgarse la facultad de absolver
posiciones (confesar) que es útil establecer que esa facultad se otorga previa notificación del
mandante, o sea, para que pueda el mandatario prestar confesión en juicio, será siempre necesario
que se notifique a la parte directamente.

También se debe limitar la facultad del mandatario de contestar nuevas demandas: esta
facultad nacerá solo una vez que el mandante haya sido validamente notificado. El mandato puro y
simple autoriza al mandatario para contestar nuevas demandas antes de que se notifique al
mandante. Se debe establecer la limitación señalada, porque muchas veces los mandatarios no
saben las condiciones particulares del mandante. Esta limitación es de gran importancia para el
resguardo de los intereses del mandante.
En el caso que la parte hubiere conferido al mandatario judicial todas o algunas de las
facultades especiales del inciso 2º del artículo 7º del Código de Procedimiento Civil, la parte deberá
firmar con el mandatario judicial los escritos que digan relación con esas facultades ante el
secretario del tribunal (art. 2º inciso 6º Ley 18.120).

H.- EFECTOS DEL MANDATO JUDICIAL.

Se produce el efecto básico del cual emanan el resto de las consecuencias: Al otorgarlo
desaparece del proceso la persona física del mandante, y todas las actuaciones deben entenderse a
partir de su otorgamiento con el mandatario. Al no cumplirse este efecto lo actuado es nulo.
Por ejemplo, si en vez de notificarse al mandatario la sentencia, se notificara a la parte, tal
notificación es nula.
Sin embargo, es menester tener presente que existen casos en que la ley, en forma expresa,
requiere la intervención de la parte, como ocurre por ejemplo:

a) En la gestión de avenimiento, en los juicios del trabajo y, en las querellas por injuria o
calumnia.
b) En la conciliación, en lo civil.
c) En la absolución de posiciones, en las cuales se puede solicitar que ellas sean prestadas
personalmente por la parte y no por el mandatario judicial, aún cuando tenga conferidas facultades
para ello.
d) En el proceso penal, debe notificarse personalmente al procesado que se encuentre
33
preso todas las resoluciones que se dicten (art. 66 C.P.P.). Asimismo, deberán notificarse
personalmente al procesado y no a sus mandatarios judiciales, se encuentre preso o no, la
sentencia definitiva de primera instancia y el cúmplase de la de segunda instancia. (art. 505 C.P.P.).

Tampoco juega el mandato cuando la ley requiera la intervención de otra persona distinta
de la parte y del mandatario como sucede en la comparecencia que debe efectuarse a través del
procurador del número o de abogado habilitado ante la Corte Suprema.

I) TÉRMINO O EXTINCION DEL MANDATO JUDICIAL

Se puede extinguir por distintas causas.

1) Por el cumplimiento del encargo:


En un caso normal se extingue por la ejecución completa de la sentencia definitiva. El
mandatario puede representar al mandante hasta la ejecución completa de la sentencia.

2) Anormalmente puede pedir el mandante la terminación del mandato en los casos


en que el juicio no llegue a sentencia.
El desistimiento de la demanda pone término al mandato judicial cuando tiene un carácter
específico y no general.- El mandato general, otorgado por escritura pública, no tiene limitación en
el tiempo ni en los diversos asuntos para los cuales se ha otorgado.

3) Revocación: que puede ser expresa o tácita.

a) Expresa: cuando en forma explícita se manifiesta la voluntad de revocar, se deja sin


efecto el mandato judicial.
b) Tácita: cuando sin aludir al mandato anterior se confiere uno nuevo.
La revocación se reglamenta en el art.10 del C.P.C. que establece la exigencia de existir
constancia en el expediente de la revocación: “Todo mandato legalmente constituido es tal
mientras en el proceso no haya testimonio de su expiración o de su revocación".
Si no se acompaña al expediente la revocación, todas las diligencias se siguen haciendo con
el mandatario. La revocación no es oponible a la contraparte, mientras no haya constancia de ella
en el proceso.

4) El mandato puede extinguirse por renuncia del mandatario.


La revocación es un acto unilateral del mandante; la renuncia un acto unilateral del
mandatario.
La renuncia se debe poner en conocimiento del mandante junto con el estado del juicio.
Para que la renuncia desafecte al mandatario del juicio, debe cumplir copulativamente los
siguientes requisitos:

a) Poner en conocimiento del mandante el hecho de la renuncia y el estado del juicio.


b) Debe transcurrir el término de emplazamiento desde la notificación de la renuncia a la
parte. Durante todo este término (15 días) el procurador conserva la responsabilidad de
mandatario. Transcurrido el plazo deja de serlo.

Si se designa nuevo mandatario antes de transcurrido el término de emplazamiento, será


con este mandatario con quien se entenderá la contraparte, porque ya habrá constancia de ello en
el proceso.
La renuncia debe ser expresa. Si no se notifica, no opera y en este caso, si el mandatario no
actúa, es responsable de lo ocurrido por su culpa o dolo y comete delito o cuasidelito civil.

5) La muerte como causa de extinción.


El mandato judicial, con respecto a la muerte, difiere con el mandato civil.
a) La muerte del mandante no extingue el mandato judicial (arts. 396 y 529 del C.O.T.).
b) El mandato judicial se extingue por muerte del mandatario. La muerte del mandatario es
34
un hecho no regulado en forma general en sus efectos procesales por el C.P.C. Por tratarse de un
hecho público y notorio (la muerte consta en un registro público) toda actuación hecha a través de
mandatario muerto es nulo, aunque no haya constancia de la muerte en el proceso. Esta nulidad la
puede hacer valer la parte que estuvo asistida por el fallecido, acompañando certificado de
defunción (se suspende el proceso, se aplican las normas civiles).
La muerte puede ocurrir en momentos importantes del proceso. Por esto lo suspende
íntegramente. de otro modo, sería perjudicial al mandante que dio el mandato por imperativo de la
ley (art.5º del CPC).
Sólo tratándose de la vista de la causa, el legislador ha contemplado expresamente la
suspensión de ella como consecuencia de la muerte del procurador o del litigante que gestiona por
sí en el pleito.
Al efecto, el artículo 165 Nº 3 del C.P.C. establece que "sólo podrá suspenderse en el día
designado al efecto la vista de una causa: 3ºPor muerte del procurador o del litigante que gestione
por sí en el pleito.
En estos casos, la vista de la causa se suspenderá por 15 días contados desde la notificación
al mandante de la muerte del procurador o desde la muerte del litigante que obraba por sí mismo
en su caso".

J) RESPONSABILIDAD DEL MANDATARIO.

Por regla general, el abogado patrocinante no está afecto a ninguna responsabilidad por el
pago de honorarios, costas y demás cargas pecuniarias que se produzcan en el procedimiento. La
responsabilidad del patrocinante es causada por la defensa del juicio, respondiendo civil, criminal y
disciplinariamente. La responsabilidad pecuniaria es excepcionalísima. Así, v.gr., en el recurso de
casación rechazado existe una solidaridad legal en el pago de la multa.

Situación distinta es la que afecta al procurador o representante judicial del mandante. En


efecto, de acuerdo al art.28 del C.P.C., modificado por la Ley 18.384 (Diario Oficial de 9 de enero de
1985), "los procuradores judiciales responderán personalmente del pago de las costas procesales
generadas durante el ejercicio de sus funciones, que sean de cargo de sus mandantes, sin perjuicio
de la responsabilidad de éstos".

El legislador ha establecido una responsabilidad solidaria del procurador y del mandante


respecto de las costas procesales.
La Corte Suprema ha expresado que "armonizando la norma del art.28 del C.P.C. con las
anteriores referidos al Título IV, debe concluirse que la obligación personal que dicho precepto
impone al procurador judicial es la de hacerlo responsable sólo del pago de las costas procesales
que define el art. 139 del indicado cuerpo legal, porque precisamente esta disposición expresa que
éstas son las causadas en la formación del proceso y que corresponden a servicios estimados en los
aranceles judiciales, definición que está en armonía con las cargas pecuniarias a que se refiere el
citado Título IV".
En la actualidad, de acuerdo al nuevo texto del artículo 28 de C.P.C. no cabe duda que la
responsabilidad de los procuradores sólo se refiere a las costas procesales y no a las personales.

A partir de la dictación del D.L.3.621 (D.OF.7-02-81), los afectados por un acto desdoroso,
abusivo o contrario a la ética, cometido por un profesional en el ejercicio de su profesión, deben
recurrir para la aplicación sanción disciplinarias a los tribunales ordinarios de justicia, y no ante los
colegios profesionales que carecen de dichas facultades y han pasado a constituir asociaciones de
carácter gremial. Para tal efecto se debe presentar una demanda, la que tramitará como un asunto
contencioso civil de acuerdo al procedimiento sumario. La sentencia que se dicte en este
procedimiento, producirá cosa juzgada en el juicio civil que se iniciare para cobrar los perjuicios
causados. Finalmente, si con motivo de dicha reclamación el juez estimare que hay mérito
suficiente para instruir proceso por crimen o simple delito por acción pública, pasará los
antecedentes al juez del crimen correspondiente o instruirá el mismo el proceso respectivo si
tuviera competencia para ello.

35
K) PRESENTACIÓN DEL PATROCINIO Y PODER EN EL CASO DE LOS EXPEDIENTES
ELECTRÓNICOS (LEY 20.886)

El Art. 7º de la ley 20.886 que introduce el “expediente electrónico” en materia procesal civil
ordinaria, señala lo siguiente: “El patrocinio por abogado habilitado para el ejercicio de la profesión
podrá constituirse mediante firma electrónica avanzada.
El mandato judicial podrá constituirse mediante la firma electrónica avanzada del mandante.
En consecuencia, para obrar como mandatario judicial se considerará poder suficiente el constituido
mediante declaración escrita del mandante suscrita con firma electrónica avanzada, sin que se
requiera su comparecencia personal para autorizar su representación judicial.
La constatación de la calidad de abogado habilitado la hará el tribunal a través de sus
registros”.

IV.- SITUACIONES ESPECIALES CON RELACION A LA REPRESENTACION

Respecto de la representación es menester analizar las situaciones siguientes:

1) AGENCIA OFICIOSA:

A) CONCEPTO

Lo normal es la exigencia de la ley de cumplir estrictamente con el jus postulandi, o sea, en


la primera presentación de cada parte, debe constituirse mandato judicial.
Pero puede ocurrir un caso de emergencia en que la parte que debe realizar un acto jurídico
procesal no se encuentre. (Ej. una persona es validamente notificada media hora antes de irse al
extranjero). Esto se salva por la agencia oficiosa procesal (art.6º inc.finales del C.P.C.).
El mandatario debe exhibir el título en virtud del cual representa al mandante. La agencia
oficiosa permite comparecer en juicio sin exhibición de título, sin acreditar la existencia de mandato
judicial de parte del mandante.
La agencia oficiosa consiste en que una persona determinada comparece ante un tribunal
asumiendo la representación de otra y ofreciendo la ratificación posterior de lo actuado de parte
del que normalmente debió ser su mandante.

B) REQUISITOS.

1º) Que el que actúa sin poder sea persona habilitada para comparecer en juicio o en caso
contrario, se haga representar en la forma que la Ley 18.120 establece (art.6º inc.4º del C.P.C.).
2º) Se debe invocar por parte del agente oficioso las causas calificadas que impiden al
directamente afectado comparecer.
3º) Se debe ofrecer por la agente oficioso una garantía de que lo actuado por él va a
ratificarse. Si no se ratifica, la garantía se hace efectiva. Esta garantía se denomina "fianza de rato”o
"fianza de ratificación".

El tribunal deberá calificar las circunstancias del caso y lo hace libremente. Establece si lo
expuesto es motivo suficiente para que la parte no haya podido comparecer directamente. Si le
parecen adecuados, califica la garantía y si la acepta, señala un plazo razonable para que se efectúe
la ratificación por parte del que ha sido representado sin poder. Las circunstancias que se exponen
configuran la imposibilidad de comparecer de la parte. La garantía que normalmente se ofrece es
una fianza simple. Lo que el Tribunal hace es calificar los bienes del fiador; se aceptan mínimas
garantías y normalmente no se exigen depósitos en dinero o hipotecas.
El plazo de ratificación dependerá de las circunstancias invocadas. El representante debe, en
todo caso, cumplir en el momento de su comparencia con los requisitos corrientes de la
comparecencia (Ley 18.102).
Si la ratificación no se produce, hay efectos procesales y civiles:

a) Efectos procesales: Se tiene por inexistente todo aquello en que ha intervenido el


36
represente (todo es nulo). Como el plazo es judicial, puede ser prorrogado a petición de parte las
veces que estime conveniente el tribunal.

b) Efectos civiles: Se indemnizan los perjuicios causados de los que responde el fiador.

Si la ratificación se produce dentro del plazo establecido, se confirma todo lo actuado por el
agente oficioso, se alza la fianza y continúa la tramitación del juicio con el correspondiente
mandato judicial debidamente constituido.

2) PROCURADOR COMUN.

Su modo de designarse, sus facultades y sus modos de actuación se establecen en los art.12
a 16 del C.P.C.
Es aquel mandatario que obligatoriamente debe designarse para la representación conjunta
por dos o más demandantes o demandados que dentro de un proceso hacen valer idénticas
pretensiones o excepciones.
De acuerdo con lo previsto en los artículos 19 y 23 del C.P.C. se exige la designación de
procurador común: Cuando se deducen las mismas acciones por los demandantes; Cuando se
oponen las mismas excepciones o defensas por los demandados; y En el caso de intervención de
tercero coadyuvante.
En estos casos, el procurador común deberá ser nombrado de común acuerdo por las partes
a quienes éste haya de representar de acuerdo a lo establecido en el inciso 1º del artículo 12 del
C.P.C.-
El nombramiento deberá hacerse por las partes dentro del término razonable que señale el
tribunal.
Si por omisión de todas las partes o por falta de acuerdo entre ellas no se hace el
nombramiento del procurador común dentro del término establecido por el tribunal, deberá este
hacer la designación, con la limitación de que en este caso ella deberá recaer el nombramiento en
un procurador del número o en el procurador de una de las partes que hayan concurrido al proceso
de acuerdo a lo previsto en el artículo 13 del C.P.C..-
Designado el procurador común por las partes o el tribunal, este nombramiento puede ser
revocado en las condiciones previstas en el artículo 14 del C.P.C..-
De acuerdo con ese precepto legal, este procurador común designado por las partes o el
tribunal no podrá revocarse sino que por el acuerdo unánime de las partes o por el tribunal a
petición de una de ellas, siempre que existan motivos justificados que hagan procedente la
revocación.
Los procedimientos a que dé lugar esta medida se tramitarán en cuaderno separado y no
suspenderán el curso del juicio.
La revocación, sea que se acuerde por las partes o se decrete por el tribunal, no producirá
efectos mientras no quede constituido el nuevo procurador.
Sus facultades son las de un mandatario judicial: es un representante de las partes que lo
han designado o para las cuales ha sido designado.
Debe ajustarse en su actuación a lo que le indiquen las partes. (art.15 del C.P.C.).
El procurador común designado deberá obrar ajustándose en su actuar a las instrucciones y
voluntad de las partes que representa; y en los casos en que éstas no estén de acuerdo, podrá
proceder por sí solo y como se lo aconseje la prudencia, teniendo siempre en mira la más fiel y
expedita ejecución del mandato (Art. 15 del C.P.C.).-
Cualquiera de las partes representadas por el procurador común que no se conforme con el
procedimiento adoptado por él, podrá separadamente hacer las alegaciones y rendir las pruebas
que estime conducentes, pero sin entorpecer la marcha regular del juicio y usando de los mismos
plazos concedidos al procurador común. Podrá, asimismo, solicitar dichos plazos o su ampliación, o
interponer los recursos a que haya lugar, tanto sobre las resoluciones que recaigan en estas
solicitudes, como sobre cualquier sentencia interlocutoria o definitiva. (Art.16 del C.P.C.).-
No obstante, no es necesaria la designación de procurador común en los casos en que
exista pluralidad de partes en los casos contemplados en el artículo 20 del C.P.C., en los que ellos
podrán actuar separadamente en el juicio. Dichos casos son: Cuando son distintas las acciones de
37
los demandantes; Cuando son distintas las defensas de los demandados; o Cuando habiéndose
comenzado el proceso con una acción o defensa común actuando las partes representadas por un
procurador común, surgen en el curso del proceso incompatibilidades de intereses entre las partes
que litigan conjuntamente.

3) REPRESENTACIONES ESPECIALES (ART.8 DEL C.P.C.).

¿Quién representa en juicio a determinadas personas jurídicas?


El CPC. distingue entre Sociedades, Corporaciones y Fundaciones, con personalidad jurídica.
El art. 8 se refiere sólo a las personas jurídicas de Derecho Privado, persigan o no fines de
lucro. Quedan sustraídos: a) Personas jurídicas de Derecho Público; y b) Instituciones de
Administración, Instituciones Autónomas, Instituciones semi-fiscales, etc.
O sea, queda excluidas todas aquellas en que el Estado está en su organización.
Normas globales de acuerdo con la naturaleza de la persona jurídica:

1) Personas jurídicas de Derecho Público: no hay reglas en cuanto a su representación en


juicio. Es necesario consultar a la ley que las crea y reglamenta.
Ej: Al Fisco, lo representa el Presidente del Consejo de Defensa del Estado.
A los municipios los representa el Alcalde.

2) En el ámbito privado: Es distinto si se trata por un lado las corporaciones y fundaciones o


por otro de asociaciones que persiguen fines de lucro.
A las corporaciones y fundaciones las representa su presidente (art.8 del C.P.C.).
A las asociaciones con fines de lucro los representa su agente o administrador.

Aquí hay dos modalidades:

a) En cuanto a la protección de la persona jurídica: Salvo expresa voluntad del presidente, la


representación sólo comprende las facultades ordinarias del mandato judicial. Debe haber una
expresa manifestación de voluntad para el otorgamiento de facultades especiales.
b) En cuanto a la protección del tercero litigante: Aunque las partes alteren o limiten esta
representación, esta limitación contenida en su estatuto, no produce efectos de ninguna especie
(art.8 C.P.C).

Hay empero, tres casos especiales en cuanto a la representación de las sociedades:

1) Sociedad Anónima: por disposición obligatoria de los estatutos, el representante debe ser
siempre el gerente (art.49 Ley 18.046).

2) Sociedades Mineras: Son de dos clases: (a) Sociedades minera legal: Nace de un hecho,
manifestación conjunta por dos o más personas de una pertenencia minera o la adquisición de
cuotas de una pertenencia minera; (b) Sociedad Contractual Minera: Nace de un acto de las partes
en que se manifiesta explícitamente la voluntad de crear una sociedad minera; supone la existencia
de un contrato. Con respecto de éstos, se aplica íntegramente el art.8 del C.P.C.; las representará su
administrador.
Con respecto a las Sociedades Mineras Legales, se aplican las normas especiales del Código
de Minería: representará a la Sociedad, el socio designado por la Junta de Socios respectiva. Si no
existe junta, la representará el socio que tuviere mayores derechos y si hubiere dos o mas socios
con iguales derechos la representará el socio cuyo apellido comience con la letra más cercana a la
A. (Art. 193 Cód. Minería.)

3) Es una situación muy frecuente, especialmente en las Sociedades de personas (no anónimas),
que no se designe un gerente o administrador.
¿A estas sociedades, como se las notifica?. Normalmente deberá notificarse a todos y cada
uno de los socios, que tengan la administración. Sin embargo, nuestro C.P.C. señala con respecto de
las sociedades civiles y comerciales (incluso las de responsabilidad limitada) con un sistema plural
38
de Administración, que basta con notificar personalmente a uno de los socios de la Sociedad. (Esta
interpretación se funda en la historia del art.8 del C.P.C.).

4) REPRESENTACIÓN DEL O DE LOS AUSENTES

Esta tratada en el art.11 del C.P.C. En realidad este artículo aislado no hasta. La situación de
los ausentes está reglamentada en los artículos 11, 285, 844, 845 y 846 del C.P.C. y el art. 367 del
C.O.T.
Hay que ver tres situaciones:

1) Si se teme la ausencia de la persona y quiere el demandante emplazarla para un juicio


posterior.

Se aplican los arts.284 y 285 del C.P.C. que regulan una medida prejudicial, en la cual es
posible pedir que se constituya en el lugar en que se desarrollará el proceso, un apoderado que
represente a la persona cuya ausencia se tema y que responda por las costas y multas en que sea
condenado, bajo apercibimiento de nombrársele un curador de bienes.

2) El ausente ha partido del país sin dejar mandato constituido

Hay que distinguir dos situaciones:

a) Si se sabe del paradero del ausente en el exterior.


En este caso se le notifica por exhorto. También existe la posibilidad que el defensor público
asuma su representación; pero, en este caso en que se conoce el paradero del ausente, es una
facultad, no una obligación, para el defensor público asumir esta representación. (art.367 del
C.O.T.).

b) Si no se conoce su paradero en el exterior:


Es necesario designarle un curador de ausentes (curador de bienes): art.473 del Cód. Civil y
844 y siguientes del C.P.C.

3) El ausente ha dejado mandatario constituido antes de irse o de iniciarse el juicio:

Hay que subdistinguir tres situaciones:

a) El apoderado tiene facultades generales para actuar en juicio:


Se le aplica el art.11 del C.P.C. en sus incisos 1º y 2º. El mandatario es capaz de recibir
notificaciones y de contestar la demanda. A él se notifica y con él sigue el juicio.

b) El apoderado tiene facultad para un negocio determinado solamente.


Se le aplica el art.11 inciso 3º del C.P.C. Sólo podrá ser emplazado validamente si el asunto
se refiere a ese negocio determinado.

c) El apoderado no tiene facultad para contestar nuevas demandas.


Hay que distinguir dos situaciones:
i) Si se sabe el paradero del ausente. Se le notifica por exhorto.
ii) Si no se sabe el paradero del ausente: Se aplican los arts. 367, 2 del C.P.C. y 846 del C.P.C.
El defensor público debe asumir la representación del ausente obligatoriamente. Esta
representación no es permanente; dura el tiempo necesario para que el mandatario que carece de
facultades, obtenga que se otorguen; o que se nombre un nuevo mandatario; o que se nombre un
curador de ausentes.

CESACIÓN DEL MANDATO LEGAL DE ALGUNA PERSONA.

Esta tratada en el art. 9 del C.P.C. el cual nos señala que "si durante el curso del juicio
39
termina por cualquier causa el carácter con que una persona representa por el ministerio de la ley
derechos ajenos, continuará no obstante la representación y serán válidos los actos que ejecute,
hasta la comparecencia de la parte representada o hasta que hay testimonio en el proceso de
haberse notificado a este la cesación de la representación y el estado del juicio. El representante
deberá gestionar que se practique esta diligencia dentro del plazo que el tribunal designe, bajo
pena de pagar una multa de un cuarto a un sueldo vital y de abonar los perjuicios que resulten".
Este artículo se refiere sólo a las representaciones legales, (Ej. la del padre del hijo de
familia, del tutor o curador, etc).
Mientras no haya constancia en los asuntos de que cesó la representación, esta se tiene por
válida.
CAPITULO V: EL EMPLAZAMIENTO

1.- CONCEPTO.

El emplazamiento es el llamamiento con plazo hecho por el juez, citando a alguna persona
para que comparezca en un proceso o instancia a manifestar su defensa o a cumplir con lo que se
mandare.(Couture)
Es la notificación que se le hace a la parte para que dentro de un determinado plazo haga
valer sus derechos.

2.- ELEMENTOS.

El emplazamiento siempre se encuentra compuesto de dos elementos:

1.- Existencia de una notificación.


2.- Transcurso del plazo para que se hagan valer los derechos.

Para analizar el emplazamiento dentro del proceso es menester distinguir entre el


emplazamiento de la primera o única instancia y el emplazamiento de la segunda instancia.

3.- ELEMENTOS DEL EMPLAZAMIENTO EN LA PRIMERA O UNICA INSTANCIA.

El emplazamiento en la primera o única instancia se encuentran compuestos de los


siguientes dos elementos:

1) Notificación válida de la demanda y de la resolución que recaiga en ella.

La notificación de la demanda y de la resolución que en ella recaiga debe notificarse en


forma personal al demandado, puesto que normalmente la demanda constituye la primera gestión
judicial que se realiza dentro del proceso, de acuerdo a lo previsto en el artículo 40 del Código de
Procedimiento Civil.
Excepcionalmente, al demandado no deberá notificársele personalmente la demanda y la
resolución que en ella recaiga en caso que el proceso se hubiere iniciado con anterioridad a su
presentación por una medida prejudicial propiamente tal, probatoria o precautoria notificada al
futuro demandado o mediante una gestión preparatoria de la vía ejecutiva.
En estos casos, la notificación de la demanda y de la resolución del tribunal que en ella
recaiga podrá efectuarse al demandado por el estado diario, o por cédula si el tribunal así lo
ordena. En el caso del juicio ejecutivo que se hubiere iniciado por una gestión preparatoria esta
situación se regula específicamente en el inciso segundo del Nº 1 del artículo 443 del C.P.C..-
Al actor o demandante, siempre se le notifica la resolución que recaiga en la demanda por el
Estado Diario de acuerdo a lo establecido en el inciso final del artículo 40 del C.P.C..-

2) Transcurso del tiempo

El término de emplazamiento o plazo que el demandado tiene para comparecer a hacer


valer sus derechos respecto de la demanda interpuesta en el proceso se cuenta desde la
40
notificación de ella y su extensión varía de acuerdo a la naturaleza del asunto.
No existe un plazo o término de emplazamiento único, sino que el varía en los diversos
procedimientos que contempla el legislador.
Dentro del juicio ordinario civil de mayor cuantía, el término de emplazamiento para que el
demandado oponga las excepciones dilatorias o presente su escrito de contestación de la demanda
puede ser:
- De 15 días si el demandado es notificado en la comuna donde funciona el tribunal.
- De 15 días, más 3 días, si el demandado es notificado dentro del territorio jurisdiccional,
pero fuera de los límites de la comuna que sirve de asiento al tribunal.
- De 18 días, más los días de aumento contemplados en la tabla de emplazamiento que cada
cinco años confecciona la Corte Suprema si el demandado es notificado fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal, sea dentro o fuera del país.
Este término de emplazamiento del juicio ordinario contemplado en los artículos 258 y 259
del C.P.C. tiene importancia, puesto que el que deberá aplicarse en todos los casos en que el
legislador se refiere en sus disposiciones al término de emplazamiento sin señalar su extensión.
Esta situación es la que se produce por ejemplo en los casos contemplados en los artículos 5, 21 y
492 del Código de Procedimiento Civil.

No obstante, es menester tener presente que el término de emplazamiento no siempre


tiene la extensión que se contempla dentro del juicio ordinario, sino que este varía de acuerdo a los
diversos procedimientos.

En el juicio sumario, el término de emplazamiento se cuenta desde la última notificación,


que normalmente es la del demandado, y es de:
- De 5 días si el demandado es notificado en la comuna donde funciona el tribunal.
- De 5 días, más los días de aumento contemplados en la tabla de emplazamiento que cada
cinco años confecciona la Corte Suprema si el demandado es notificado fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal, sea dentro o fuera del país.
Este plazo en el juicio sumario es para que las partes comparezcan ante el tribunal a un
comparendo de discusión en el cual el demandante ratifica su demanda, y el demandado, debe
proceder a efectuar la contestación de la demanda.

En el juicio ejecutivo, el término de emplazamiento, que se cuenta desde el requerimiento


de pago que tiene el carácter de plazo individual y para que el demandado presente su escrito de
oposición de excepciones, tiene la duración siguiente:
- De 4 días si el demandado es requerido de pago en la comuna donde funciona el tribunal.
- De 8 días, si el demandado es requerido de pago dentro del territorio jurisdiccional, pero
fuera de los límites de la comuna que sirve de asiento al tribunal.
- De 8 días, mas los días de aumento contemplados en la tabla de emplazamiento que cada
cinco años confecciona la Corte Suprema si el demandado es requerido de pago fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal, sea dentro o fuera del país.

El emplazamiento en la primera o única instancia constituye un trámite esencial para la


validez del procedimiento (Art. 795 Nº 1 del C.P.C.), por lo que la omisión de los elementos que lo
configuran en el proceso posibilita que en contra de la sentencia definitiva o de las interlocutorias
que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación que en el se dicte se interponga el
recurso de casación en la forma.(art. 768 Nº 9 del C.P.C.).-

Por otra parte, el artículo 80 del C.P.C. posibilita al demandado rebelde para solicitar que se
declare la nulidad de todo lo obrado en caso de acreditar que no se le ha hecho llegar las copias de
la demanda y resolución recaída en ella o que ellas no son exactas en su parte substancial.

4.- EFECTOS DE LA NOTIFICACION VALIDA DE LA DEMANDA.-

A partir de la notificación válida de la demanda se configura el primer elemento del


emplazamiento, y con ella se generan importantes efectos de carácter procesal y civil.
41
1.- De carácter procesal.

a) El proceso pasa a tener existencia legal, creándose un vínculo de las partes entre sí y de
estas con el tribunal. De acuerdo con ello, las partes permanecen ligadas ante ese tribunal para la
resolución del conflicto y el tribunal se encuentra obligado a dictar sentencia para su resolución, a
menos de producirse un término anormal del procedimiento durante su tramitación.
b) A partir de la notificación de la demanda se produce la radicación de la competencia para
el conocimiento del asunto ante el tribunal.
c) A partir de la notificación de la demanda precluye la facultad del demandante de retirar
materialmente la demanda deducida ante el tribunal. El demandante, a partir de la notificación de
la demanda, sólo puede desistirse de la demanda, y la resolución que acoge el desistimiento
extingue la pretensión hecha valer, pudiendo oponerse la cosa juzgada respecto de cualquier otro
proceso posterior en el cual se quiera hacer valer la pretensión desistida.
d) Las partes tienen la obligación de realizar las actuaciones necesarias para que el
procedimiento avance. Si las partes del proceso civil permanecen inactivas sin realizar actuaciones
útiles para darle curso al procedimiento por más de seis meses contados desde la última resolución
recaída en una gestión útil, el demandado podrá solicitarle al tribunal que declare el abandono del
procedimiento. El abandono del procedimiento no extingue las pretensiones que se hubieren
hecho valer dentro de él, pero genera la pérdida de todo lo obrado en el procedimiento, incluida la
notificación de la demanda con las trascendentales consecuencias que ello puede tener para la
interrupción civil de la prescripción.
e) La sentencia declarativa produce efectos desde que se notifica la demanda. La sentencia
constitutiva produce efectos erga omnes desde que se notifica la sentencia misma.
f) A partir de la notificación de la demanda se genera el estado de litis pendencia, pudiendo
el demandado oponer la excepción dilatoria del mismo nombre en caso que el demandante
pretenda con posterioridad iniciar un nuevo proceso respecto del cual concurra la triple identidad
respecto de aquel que se encuentra pendiente.
g) A partir de la notificación de la demanda se generan efectos dentro del proceso, como
son: 1.-La carga del demandante de llevar adelante el procedimiento so pena de que su inactividad
pueda dar lugar al abandono del procedimiento a petición del demandado; 2.-Se genera para el
demandado la carga de la defensa, derecho que debe ejercer dentro de los plazos fatales que
establece la ley so pena de quedar en rebeldía y disminuir sus posibilidades de ganar el juicio. 3.-Se
genera la carga de la prueba, la que en general debe ser soportada por quien sostiene posiciones
positivas. 4.-El tribunal, debe dictar las providencias para dar curso al procedimiento y una vez
terminada su tramitación proceder a dictar sentencia para la resolución del conflicto dentro de los
plazos legales. El incumplimiento de estas obligaciones posibilita la interposición de una queja
disciplinaria en contra del juez de acuerdo a lo previsto en el artículo 545 del C.O.T..-

2.- De carácter civil.

A partir de la notificación de la demanda, se han contemplado en el Código Civil los


siguientes efectos:

a.- Se constituye en mora al deudor, puesto que la notificación de la demanda es la


interpelación necesaria que se contempla al efecto en el artículo 1551 Nº 3 del C. Civ.
b.- Se transforman en litigiosos los derechos para los efectos de su cesión de acuerdo a lo
previsto en el artículo 1911 del C.Civ.
c.- Se interrumpe civilmente la prescripción adquisitiva y extintiva de acuerdo a lo
establecido en los artículos 2.503 y 2.518 del C. Civil.
d.- La prescripción extintiva de corto tiempo se transforma en prescripción de largo tiempo
conforme a lo previsto en el artículo 2.523 del C. Civil.
e.- Impide que el pago por consignación sea calificado de suficiente por el tribunal en la
gestión voluntaria, debiendo ella efectuarse en el juicio que se hubiere iniciado o se encontrare
pendiente al efecto de acuerdo a lo previsto en el artículo 1.603 del C. Civil.

42
CAPITULO VI: LA SUSPENSION, PARALIZACION Y EXTINSION DEL PROCEDIMIENTO.

A.- LA PARALIZACIÓN DEL PROCEDIMIENTO.

Las partes, desde la notificación de la demanda, en los procedimientos en que recibe


aplicación el principio dispositivo, tienen la carga de dar curso progresivo a los autos para obtener
que este llegue al estado de fallo y se proceda por el órgano jurisdiccional a la dictación de la
resolución que decida el conflicto sometido a su decisión.
El proceso puede paralizarse durante su tramitación por la inactividad de las partes y de los
órganos de la jurisdicción.
En la paralización nos encontramos ante una inactividad de hecho de las partes y el tribunal,
sin que exista ninguna resolución o disposición legal que les impida actuar dentro del
procedimiento.
Si las partes nada hacen, el procedimiento permanecerá paralizado, puesto que en ellos
radica el impulso procesal de acuerdo con el principio dispositivo.
Esta inactividad de las partes en el procedimiento, si se prolonga por más de seis meses
contados desde la fecha de la última resolución recaída en una gestión útil, puede dar origen sólo a
petición del demandado a que el tribunal dicte una resolución declarando la sanción denominada
abandono del procedimiento ya comentada y que se contempla en los artículos 152 y siguientes
del Código de Procedimiento Civil. Esta sanción produce la pérdida de lo obrado en el
procedimiento, pero no de la pretensión hecha valer en él.
En el procedimiento por crimen o simple delito de acción penal pública no recibe aplicación
el abandono del procedimiento, por cuanto las pretensiones que en él se hacen valer son
indisponibles y porque en él recibe aplicación preponderante el principio inquisitivo de acuerdo con
el cual el impulso procesal se radica en el tribunal.
En cambio, en el procedimiento por crimen o simple delito de acción penal privada la
paralización del procedimiento tiene una sanción más drástica incluso que la el abandono del
procedimiento contemplada para el procedimiento civil. Esta institución es el abandono de la
acción penal privada y se haya contemplada en el artículo 587 del C.P.P..-
De acuerdo con esa institución del abandono de la acción penal privada, si las partes no dan
curso al procedimiento de acción penal privada durante 30 días, el tribunal que está conociendo de
la causa en primera o segunda instancia, de oficio o a petición de parte, puede declarar el
abandono de la acción.
Esta sanción del abandono de la acción penal privada es más drástica que el abandono del
procedimiento, no sólo porque su plazo es menor y puede ser declarada de oficio por el tribunal,
sino porque además produce la pérdida no sólo del procedimiento, sino que además de la
pretensión penal privada que se hizo valer en él.
La razón por la cual se establece esta institución en el procedimiento por crimen o simple
delito de acción penal privada se debe a que en éste recibe plena aplicación el principio inquisitivo y
a la animadversión que existe de parte del legislador hacia él.

B.- LA SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO.

Por otra parte, en los procedimientos civiles inspirados en el principio dispositivo, es posible
la suspensión del procedimiento en su tramitación por acuerdo de las partes.
De acuerdo a lo previsto en el inciso segundo del artículo 64 del Código de Procedimiento
Civil, las partes, en cualquier estado del juicio, podrán acordar la suspensión del procedimiento
hasta por un plazo máximo de noventa días.

Este derecho sólo podrá ejercerse por una sola vez en cada instancia, sin perjuicio de
hacerlo valer además, ante la Corte Suprema en caso que, ante dicho tribunal, estuvieren
pendientes recursos de casación o de queja en contra de sentencia definitiva.
De acuerdo con ello, tenemos que la suspensión tiene su origen en una convención de
carácter procesal, puesto que ella sólo puede operar por el acuerdo unilateral de ambas partes.
Ese acuerdo se encuentra acotado en cuanto a su procedencia por parte del legislador,
puesto que sólo puede ser ejercido por una sola vez y hasta por un plazo máximo de noventa días,
43
en la primera instancia, en la segunda instancia, cualquiera sea el estado de ellas, y ante la Corte
Suprema, pero sólo si ella se encuentra avocada al conocimiento de recursos de casación y queja y
siempre que esos recursos se hayan interpuesto en contra de sentencias definitivas.
En consecuencia, no procederá la suspensión ante la Corte Suprema en caso que ella se
encuentre conociendo recursos de casación y de queja deducidos en contra de otras resoluciones
que no tengan el carácter de sentencia definitiva.
El efecto que genera el acuerdo de las partes, que se debe materializar generalmente
mediante la presentación de un escrito de común acuerdo al tribunal, consiste en que los plazos
que estuvieren corriendo se suspenderán al presentarse el escrito y continuarán corriendo vencido
el plazo de suspensión acordado.
Ello significa que el período que media entre la presentación al tribunal del escrito de
suspensión de común acuerdo por las partes y el del vencimiento del plazo de suspensión acordado
no debe ser considerado para el computo de ningún plazo dentro del procedimiento, puesto que se
establece expresamente la suspensión de ellos dentro de ese período.
Sin perjuicio de la suspensión del procedimiento por acuerdo de las partes, es posible
también que ella se produzca con motivo de la dictación de diversas resoluciones por parte del
tribunal que conoce la causa o del tribunal superior de aquel.
En efecto, la tramitación de un asunto ante el tribunal de primera instancia se suspende en
caso que se conceda en contra de una resolución dictada por él un recurso de apelación que
comprenda el efecto devolutivo y suspensivo. En ese evento, la causa se suspenderá en su
tramitación ante el tribunal de primera instancia hasta que no notifique el cúmplase de la
resolución pronunciada por el tribunal de segunda instancia que hubiere resuelto el recurso de
apelación, puesto que el efecto suspensivo suspende la competencia del tribunal inferior para
seguir conociendo de la causa desde la concesión del recurso hasta su resolución de acuerdo a lo
previsto en el artículo 191 del C.P.C.
Tratándose de los recursos de casación, la regla general establecida en el artículo 774 del
C.P.C. es que la concesión de ellos no suspende la tramitación del procedimiento ante los tribunales
inferiores.
Por otra parte, los tribunales superiores de aquel que conoce de un proceso pueden
ordenarle al inferior la tramitación de una causa mediante la orden de no innovar en los recursos
de apelación concedido en el sólo efecto devolutivo y en el recurso de queja. Tratándose del
recurso de queja, la orden de no innovar no suspende el curso de los plazos fatales que hayan
comenzado a correr antes de comunicarse dicha orden de acuerdo a lo previsto en el Nº 7 del Auto
Acordado de la Corte Suprema sobre tramitación y Fallo del Recurso de Queja de 6 de Noviembre
de 1972, que se contiene en el Apéndice del Código Orgánico de Tribunales.
En el procedimiento penal, es posible que se suspenda la tramitación del procedimiento
mediante la resolución sobreseimiento temporal, si concurre alguna de las causales legales que lo
hacen procedente contempladas en el artículo 409 del C.P.P.-. Esta suspensión del procedimiento
que genera el sobreseimiento temporal se produce hasta que se presenten mejores datos de
investigación o cese el impedimento legal que haya detenido la prosecución del juicio de acuerdo a
lo previsto en el inciso segundo del artículo 418 del Código de Procedimiento Penal.
Finalmente, es posible que la suspensión del procedimiento se produzca también por la
muerte de la parte que obre por si misma (art. 5º C.P.C.) o que se suspenda la vista de la causa por
la muerte del procurador o de la parte que obre por si misma de acuerdo a lo establecido en el
artículo 165 Nº 3 del C.P.C.

C.- LA EXTINCIÓN DEL PROCEDIMIENTO.

La forma normal de terminación del proceso, dado su carácter teleológico, será mediante la
dictación de una sentencia definitiva, a través de la cual una vez firme o ejecutoriada se resuelve en
forma irrevocable e inmutable el conflicto sometido a la decisión del tribunal.
Sin embargo, existen otros medios o manera anormales de poner término al proceso, como
la transacción (Art. 2.460 C.Civ.), el avenimiento y la conciliación total (Art. 267 C.Civ.), el
desistimiento de la demanda (Art.148 del C.P.C.), el abandono del procedimiento (Art. 152 y
siguientes del C.P.C.), y el abandono de la acción penal privada. (Art. 587 del C.P.C.).-
En los procedimientos penales de acción penal pública, el término del procedimiento sólo se
44
puede producir durante su tramitación y una vez agotada la investigación , mediante la dictación de
un sobreseimiento definitivo, el cual cuando es total por referirse a todos los procesados y a todos
los delitos, pone término al juicio y tiene la autoridad de cosa juzgada de acuerdo a lo previsto en el
inciso primero del artículo 418 del C.P.P..- En todo caso, esta es una excepción más aparente que
real a que la extinción del proceso no se produzca a través de la dictación de una sentencia
definitiva, puesto que nuestra Jurisprudencia ha señalado que el sobreseimiento definitivo tiene la
naturaleza jurídica de una sentencia definitiva.

CAPITULO VII: LA ACCION, LA PRETENSION, LA DEFENSA Y LA CONTRAPRETENSION.

I.- INTRODUCCION.

El elemento objetivo del proceso lo constituye el conflicto, cualquiera sea la naturaleza


jurídica que se acepte respecto de aquel.
Se entiende por litigio el conflicto intersubjetivo de intereses jurídicamente trascendente,
reglado o reglable por el derecho objetivo, y caracterizado por la existencia de una pretensión
resistida.(Francisco Hoyos H. Temas Fundamentales de Derecho Procesal. Página 91).
El proceso está destinado a resolver el litigio, el cual adquiere su existencia sólo en virtud de
la afirmación de su existencia que realiza el actor, puesto que basta su sola postulación para los
efectos que se genere el proceso necesario para los efectos de obtener su solución.
De acuerdo con ello, es menester para que el proceso se origine que se ejerza una acción
para a poner en movimiento la jurisdicción destinada a obtener la solución del conflicto promovido.
Debemos tener presente al respecto que respecto de la función jurisdiccional rige el
principio de la pasividad, según el cual los tribunales no pueden ejercer su ministerio sino a petición
de parte, salvo en los casos en que la ley los faculte para proceder de oficio.(Art. 10 C.O.T.). En
consecuencia, la acción aparece como un presupuesto para que se ponga en movimiento el
ejercicio de la función jurisdiccional, los que se manifiesta en el aforismo “nemo iudex sine actore”
Ante la prohibición del ejercicio de la autotutela, y la imposibilidad de autocomponer el
conflicto, se dota al ciudadano del derecho de la acción para poner en movimiento la jurisdicción y
obtener en el proceso la solución del conflicto.
De acuerdo con lo anterior, tenemos que la acción “va dirigida al Estado, que es su
destinatario, y no al adversario, respecto de quien el ejercicio de ella opera únicamente la sujeción,
presupuesto lógico para que la decisión del órgano jurisdiccional despliegue su eficacia con relación
al demandado o acusado, creándose así las relaciones jurídicas entre los diversos sujetos del
proceso.

II. CLASIFICACIONES DE LA ACCION.

La acción es un concepto único y común a todas las formas de enjuiciamiento, con


diferencias mínimas entre la acción civil y penal provenientes de la distinta naturaleza de los
conflictos que procesan en uno y otro campo.

Más que hablar de una clasificación de la acción, concebida ella como el derecho de poner
en movimiento el ejercicio de la función jurisdiccional, lo que procedente es referirse a la
clasificación de las pretensiones que se hacen valer mediante el ejercicio de ésta.
Sin embrago se suele clasificar las acciones desde distintos puntos de vista:

a.- De acuerdo a la pretensión que se hace valer, se suele clasificar en acciones civiles y penales.
b.- De acuerdo al objeto que se persigue a través de la pretensión civil que se hace valer, se suelen
clasificar en acciones muebles, inmuebles y mixtas.
c.- De acuerdo con el contenido de la pretensión hecha valer se clasifican en acciones civiles
petitorias, cuando el bien protegido es el dominio de un bien u otro derecho real; y posesorias,
cuando lo que se pretende es la protección de la posesión respecto de inmuebles. Esta clasificación
reviste particular importancia para el procedimiento aplicable, puesto que se contemplan
procedimientos especiales respecto de las acciones posesorias.
d.- En cuanto al objetivo de la pretensión hecha valer, se clasifican en pretensiones de cognición,
45
distinguiendo dentro de ellas las meramente declarativas o de certeza, constitutivas, de condena y
cautelares; y pretensiones de ejecución, distinguiéndose dentro de ellas las acciones ejecutivas de
dación y de transformación, debiendo tenerse presente que respecto de ellas se aplica todo lo que
ya señalamos respecto de la clasificación del procedimiento.

III.- PRETENSION: CONCEPTO, REQUISITOS Y EFECTOS.

A. CONCEPTO DE PRETENSIÓN.

La pretensión es la manifestación de voluntad destinada a exigir la subordinación del interés


ajeno al interés propio.
La pretensión es una declaración de voluntad porque en ella se expone lo que un sujeto
quiere y no lo que sabe o siente. Es una manifestación de voluntad petitoria que se valida por su
referencia que ella contiene respecto al derecho, sosteniendo su autor que lo reclamado coincide
con lo establecido en el ordenamiento jurídico. Para alcanzar fuerza de derecho le basta a la
pretensión con esta referencia, subjetiva y externa, sin necesidad de que la coincidencia exista o no,
o incluso, se crea o no en ella; hay tanto pretensiones fundadas y sinceras como pretensiones
infundadas o insinceras.
La pretensión no es un derecho, sino que un acto, algo que se hace, pero no que se tiene.
La pretensión reclama una cierta actuación del órgano jurisdiccional que el actor especifica.

B. ESTRUCTURA.

La pretensión procesal requiere la concurrencia de elementos subjetivos, los que se


encuentran configurados por: el órgano jurisdiccional, que debe contar con jurisdicción y
competencia objetiva y subjetiva ; el actor, que es quien formula la pretensión y debe contar con
la capacidad para ser parte, capacidad procesal, ius postulandi y con la legitimación activa para
obrar; y el demandado, que es la persona frente a quien se dirige la pretensión y debe contar con la
capacidad para ser parte, capacidad procesal y con la legitimación pasiva para obrar, sin requerirse
para formular la pretensión respecto de éste que se determine quienes actuarán por el sujeto
pasivo dando cumplimiento a los requisitos del ius postulandi.

El elemento objetivo de la pretensión se encuentra configurado por el bien litigioso que se


pretende, el que puede consistir en una cosa corporal o en una conducta de una persona. El objeto
de la pretensión debe ser física y moralmente posible, idóneo en cuanto se debe hacer valer en un
proceso que permita formular de esa pretensión, y con causa, esto es, con la existencia de un
fundamento legal o motivo que la justifica, o cuando hay por lo menos, un interés personal legítimo
y directo en el que la plantea.
C. EFECTOS DE LA PRETENSIÓN.

La pretensión constituye el elemento objetivo del proceso y representa el núcleo central de


éste. La pretensión es la declaración de voluntad del actor cuya existencia determina que se origine,
mantenga y concluya un proceso.

La pretensión procesal engendra un proceso, en el sentido que normalmente esa


manifestación de voluntad ha de constituir su acto primero e inicial. Sin embargo, nada se opone a
que un proceso comience sin pretensión procesal, si lo hace siempre con vistas a una pretensión
futura, como ocurre en el en el proceso civil con la medidas prejudiciales preparatorias, probatorias
y precautorias, en las cuales solo es necesario señalar “la acción que se propone deducir y
someramente sus fundamentos”.(Art. 288 del C.P.C.). Sin embargo, lo único que exige la función de
pretensión en este sentido es que tan pronto como definitivamente no aparezca o desaparezca la
pretensión procesal, el proceso mismo, por quedar sin razón, sea eliminado.

La pretensión procesal determina el mantenimiento del proceso, hasta que el


mantenimiento que a la pretensión debe darse haya alcanzado su finalidad. La pretensión procesal
mantiene funcionalmente en vida al proceso. Tampoco quiere esto decirse que el proceso haya de
46
conservar una armadura rígida durante todo su desarrollo, guardando siempre dentro de sí un
núcleo inconmovible que no pueda sufrir la variante más ligera. Por el contrario, nada se opone a
que la pretensión procesal, conservando su existencia, experimente un cierto desarrollo durante la
pendencia procesal, lo que explica las modificaciones que puede experimentar a lo largo de la
pendencia, que permiten hablar metafóricamente desde luego, de una biología de la pretensión
procesal. El cambio de los sujetos de la pretensión mediante la transmisión de la titularidad de la
misma de una a otra persona, fenómeno que cabe llamar transmisibilidad de la pretensión; el
cambio en el bien de la vida a que la pretensión se refiere; el cambio en la petición o en los
acaecimientos de hecho que le sirven de título, son todas las vicisitudes que pueden,
evidentemente, producirse en el proceso y que no afectan a su existencia en tanto perdure el
núcleo esencial de la pretensión a que debe la vida. Cabe hablar, pues, de un efecto de la
pretensión conservatorio del proceso, sin perjuicio del principio de transformabilidad, que lleva
consigo por la misma razón, una modificación del proceso en que la pretensión se deduce.

La pretensión procesal determina la conclusión de un proceso, puesto que cuando esta


reclamación de parte deja de existir por algún acaecimiento jurídico que tenga asignada esa eficacia
el proceso debe terminar. Cuando la pretensión desaparece, el proceso queda eliminado. Si la
pretensión se satisface, entonces el proceso ha llegado a su fin normal, y concluye mediante la
decisión judicial, ya que la decisión judicial no quiere decir otra cosa que satisfacción de una
pretensión o, en palabras más amplias, expresión de una voluntad que decisoriamente examina y
actúa o deniega la actuación de una pretensión procesal. Si la pretensión procesal, sin llegar a
quedar satisfecha, desaparece del mundo del derecho, v.gr., porque, considerada como objeto de
un acto de disposición, se admite la posibilidad de revocarla íntegramente, entonces el proceso se
extingue igualmente, sin que resulte justificada su ulterior continuación, lo que explica que los
actos de disposición de la pretensión, característicamente, el desistimiento, lleven consigo una
verdadera terminación anormal del proceso, esto es, una extinción en sentido técnico del mismo.
(Jaime Guasp Derecho Procesal Civil. Tomo I. Página. 222 y 223. Civitas.4ª edición.1998).

D.- PARALELO ENTRE LA ACCIÓN, LA PRETENSIÓN Y LA DEMANDA.

La acción es un concepto previo al proceso, y consiste en la facultad de recurrir a la


jurisdicción para los efectos de formular una pretensión que debe ser resuelta mediante un
proceso.
La pretensión es una petición fundada formulada por el actor y que pretende la
subordinación del interés ajeno al interés propio.
La demanda es el acto material que da nacimiento al proceso. Es una actividad
procedimental de iniciación que marca el comienzo cronológico del proceso y que encierra dentro
de sí a la pretensión procesal.
La demanda es el vehículo para introducir la pretensión al proceso. La acción es una facultad
de poner en movimiento la jurisdicción que se diferencia del derecho material.

E. PRETENSIONES MÚLTIPLES.

Lo normal es que el proceso tenga por objeto la satisfacción de una sola pretensión.
Sin embargo, el legislador por razones de armonía y de economía procesal admite que
dentro de un proceso se pretenda la solución de no una sino que de una pluralidad de
pretensiones. En virtud de la armonía procesal, se impone evitar decisiones contradictorias, lo que
podría ocurrir si, ventilándose cada una de las pretensiones que tienen elementos comunes en
procesos diferentes, llegara el órgano jurisdiccional a resultados distintos y opuestos entre sí; y la
economía procesal, aconseja unificar el tratamiento de dos o más pretensiones entre las que existe
una comunidad de elementos para reducir el coste de tiempo, esfuerzo y dinero que supondría
decidirlas por separado.

Respecto de la pluralidad de pretensiones se distinguen los siguientes tipos:

47
a.- Por razón de tiempo, se distingue la pluralidad de pretensiones inicial y la sucesiva.

(I) La pluralidad inicial de pretensiones es la que se produce desde el inicio del proceso al
contenerse en la demanda la formulación de dos o más pretensiones.

(II) La pluralidad sucesiva es aquella que se genera no con motivo de la interposición de una
demanda, sino que con posterioridad y luego de haber comenzado el proceso. Esta pluralidad
sucesiva puede ser por inserción, que se produce cuando la pretensión no se ha hecho valer
procesalmente y ella se añade a otra pretensión que ha originado ya un proceso que se encuentra
pendiente (ampliación de demanda y reconvención) o por acumulación, que se produce cuando
dos o más pretensiones que se han hecho valer en procesos distintos se acumulan de forma tal de
pasar a formar parte de un solo proceso (acumulación de autos).

b.- Por razón de forma, hay tres tipos de pluralidad de pretensiones: la simple, la alternativa y la
eventual o subsidiaria.

(I) La pluralidad simple es aquella en que las diversas pretensiones reunidas se reclaman
todas de modo concurrente, o sea que, para satisfacer al titular de la pretensión, debería el órgano
jurisdiccional actuarlas todas frente al sujeto pasivo de la misma.

(II) La pluralidad alternativa es, por el contrario, aquella en que el titular, si bien reclama
dos o más actuaciones distintas, no pide que sean realizadas una y otra, sino que la verificación de
cualquiera de ellas basta para satisfacerle. El Juez o Tribunal no podrá entonces, por lo tanto, sin
incurrir en incongruencia (ultrapetita), condenar al demandado, a la realización de todas las
prestaciones debidas.

(III) La pluralidad eventual o subsidiaria es, finalmente, aquella en que el actor pide al
órgano jurisdiccional, en primer término, una sola actuación; pero en segundo lugar,
subordinadamente, para el caso que la primera petición sea denegada, formula otra pretensión.
Por la aparente contradicción de este planteamiento, ya que es el mismo pretendiente el que
comienza imaginando su propio vencimiento, se comprenden las dudas abrigadas en torno a este
caso de pluralidad. Pero realmente debe ser admitido sin vacilación, como un correctivo al principio
de preclusión procesal, que obliga a formular dentro de un momento determinado las pretensiones
sobre las que haya de decidir el órgano jurisdiccional, sin posibilidades utilizables de rectificación
posterior.

La pluralidad inicial de pretensiones se contempla expresamente en el artículo 17 de


nuestro Código de Procedimiento Civil, al señalarnos que “en un mismo juicio podrán entablarse
dos o más acciones con tal que no sean incompatibles.
Sin embargo, podrá proponerse en una misma demanda dos o más acciones incompatibles
para que sean resueltas una como subsidiaria de la otra”.
El hecho que justifica la acumulación inicial de pretensiones es la sola identidad de partes
entre las dos o más pretensiones formuladas en la demanda, sin que se exija que exista además
una conexión causal entre ellas.
En nuestra legislación, se permite la formulación de diversas pretensiones en una misma
demanda, con la sola limitación que no sean incompatibles entre sí.
Se estima que son incompatibles entre sí todas las pretensiones que no son contradictorias
entre sí, esto es, que pueden ser cumplidas en forma simultánea.
Dos o más pretensiones son materialmente incompatibles cuando los efectos jurídicos o los
simples efectos económicos que tienden a producir no pueden subsistir simultáneamente, sino que
se oponen entre sí. Así son incompatibles las pretensiones en que un vendedor pide la resolución
del contrato y el pago del precio. Pero es evidente que este supuesto de incompatibilidad se refiere
tan sólo a la acumulación simple, no a la alternativa, ni mucho menos a la eventual o subsidiaria,
donde puede existir perfectamente esta posibilidad de simultanear. Si las pretensiones son
incompatibles materialmente entre sí, ella puede ser salvada si la petición se formula respecto de
ellas en la demanda en forma subsidiaria.
48
Sin embargo, es menester tener presente que la pluralidad de pretensiones exige para que
puedan hacerse valer simultáneamente en una misma demanda que el tribunal sea competente
para conocer de todas ellas y que las pretensiones deban hacerse valer y tramitarse de acuerdo a
un mismo procedimiento y no una de acuerdo con un procedimiento y las otras de acuerdo con
otro procedimiento.
Si no concurre la competencia del tribunal y la identidad del procedimiento a aplicarse para
la tramitación de todas las pretensiones, ellas no podrán hacerse valer en forma simultánea,
presentándose en este caso una incompatibilidad procesal de carácter insalvable.

V.- LA DEFENSA DEL DEMANDADO.

1.- CONCEPTO.

En sentido lato, la defensa del demandado no es más el poder jurídico del demandado de
oponerse a la pretensión que el actor ha formulado frente a él y ante el órgano jurisdiccional.
Tanto el actor, mediante la acción, como el demandado mediante la excepción o defensa,
tienen un derecho al proceso.
El derecho de excepcionarse o defenderse genéricamente entendido corresponde a un
derecho de acción genéricamente entendido.

2. LA DEFENSA DEL DEMANDADO.

Ante la acción ejercitada por el demandante, formulando una pretensión mediante la


interposición de la demanda, el sujeto pasivo o demandado puede inaccionar o reaccionar.
De acuerdo con ello, el sujeto pasivo frente a la demanda deducida en su contra haciéndose
valer en ella una pretensión, puede adoptar las siguientes actitudes:

1.- REBELDÍA O CONTUMACIA.

La rebeldía o contumacia es aquella situación que se produce en el proceso cuando el


demandado asume una actitud pasiva manteniéndose inactivo sin hacer nada.
La rebeldía no importa una aceptación por parte del demandado de la pretensión hecha
valer por el actor en su demanda, sino que por el contrario, implica una contestación ficta de la
demanda en la que se tienen por negados genéricamente los fundamentos de la pretensión. De
acuerdo con ello, la inactividad del demandado importa que el actor deberá necesariamente probar
los hechos en que funda su pretensión. El artículo 318 del C.P.C., reconoce en su inciso primero está
situación al señalarnos que “concluidos los trámites que deben preceder a la prueba, ya se proceda
con la contestación expresa del demandado o en su rebeldía, el tribunal examinará por sí mismo los
autos y si estima que hay o puede haber controversia sobre algún hecho substancial y pertinente
en el juicio, recibirá la causa a prueba y fijará en la misma resolución los hechos substanciales y
controvertidos sobre los cuales debe recaer”.
Además, en la primera instancia el demandado rebelde debe ser considerado respecto de
todos los trámites, notificándole las diversas resoluciones que se dicten, y debe acusársele las
rebeldías respecto de cada trámite cuando ello sea procedente por contemplarse plazos no fatales
para que realice sus actuaciones.
En cambio, en segunda instancia, el apelado rebelde adquiere esta situación por el sólo
ministerio de la ley si no comparece ante el tribunal de alzada dentro del plazo contemplado para
ese efecto, no siendo necesario notificarle de las resoluciones que se dicten, las cuales producen
sus efectos respecto del apelado rebelde desde que se pronuncien. Sin perjuicio de ello, el apelado
rebelde puede comparecer en cualquier estado del recurso, pero ya no en forma personal, sino
que representado por un procurador del número o abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión.(Arts. 202 del C.P.C. y 398 inc.2º del C.O.T.)

2.- REACCIÓN.

En cambio, si el demandado comparece al proceso puede asumir respecto de la pretensión


49
hecha valer en su contra en la demanda alguna de las siguientes actitudes:

2.1. Allanamiento.

El allanamiento importa una aceptación o adhesión que presta expresamente el


demandado a la pretensión que ha hecho valer el sujeto pasivo en su demanda .
Para que un mandatario judicial se allane a la demanda requiere de contar con un poder
con facultad especial para ese efecto de conformidad con lo establecido en el inciso 2º del art.7º
del C.P.C., al señalarnos que “no se entenderán concedidas al procurador, sin expresa mención, la
facultad de aceptar la demanda contraria”.-
El allanamiento, cuando es total, esto es, importa la aceptación de todos los fundamentos
de hecho y de derecho de la pretensión contenida en la demanda, no con lleva a la terminación del
proceso en nuestro derecho, sino que sólo libera al tribunal de la obligación de recibir la causa a
prueba luego de concluido el periodo de discusión del juicio de conformidad a lo establecido en el
art.313 del C.P.P..-Excepcionalmente sin embargo, en los casos en que se encuentra comprometido
en el proceso un interés público indisponible para las partes, el allanamiento no produce el efecto
de generar la omisión de los trámites de la recepción de la causa a prueba, del término probatorio y
de las observaciones a la prueba, como sucede v.gr. en los juicios de nulidad de matrimonio,
divorcio perpetuo, etc.
Cuando el allanamiento es parcial, sólo se genera la omisión de la prueba respecto de los
fundamentos de hecho y de derecho de la demanda que son aceptados, debiendo recibirse la causa
a prueba respecto del resto de los hechos sobre los cuales no hubiere recaído el allanamiento del
demandado.

2.2.- Oposición a la pretensión.

La oposición a la pretensión consiste en la declaración de voluntad del demandado por la


que se reclama del órgano jurisdiccional frente al actor la no actuación de la pretensión formulada
por éste. En la oposición a la pretensión, el demandado solicita la desestimación por parte del
tribunal de la actuación de la pretensión hecha valer por el actor.
La oposición a la pretensión puede revestir las siguientes formas:

a.- La defensa negativa.

En un sentido estricto, la defensa consiste en la contestación de la pretensión que hace el


demandado y en la que procede a negar el elemento de hecho o de derecho que sirve de
fundamento a la pretensión. Consiste en una mera negativa que no lleva consigo ninguna
afirmación respecto de un hecho nuevo.
La alegación o defensa se ha definido como los motivos o razonamientos que el demandado
invoca con el objeto de que se le desconozca al actor el derecho que pide sea declarado, y cuyos
motivos o razonamientos puede hacerlos valer durante el progreso del juicio.
La contestación de la demanda en la que el demandado se limita a formular meras
alegaciones o defensas y no a formular excepciones en relación con la pretensión formulada en la
demanda, implican que la carga de la prueba recaerá en la parte demandante, puesto que con
aquellas el sujeto pasivo no introduce en el proceso un hecho nuevo que tenga por objeto destruir
la pretensión hecha valer.
Además, el tribunal no tiene que hacerse cargo de las alegaciones o defensas para su
resolución en la parte dispositiva del fallo, sino que ellas pueden ser analizadas por parte del
tribunal en la parte considerativa de éste.

b. Las excepciones.

Las excepciones son aquellas peticiones que formula el demandado, basadas en elementos
de hecho y de derecho que tienen eficacia extintiva, impeditiva o invalidativa del efecto jurídico
afirmado como fundamento de la pretensión.
Las excepciones se clasifican en nuestro derecho en:
50
b.1.- Excepciones dilatorias.

Las excepciones dilatorias son aquellas que se refieren a la corrección del procedimiento sin
afectar el fondo de la acción (pretensión) deducida, de conformidad a lo prescrito en el Nº 3 del
artículo 303 del C.P.C..-
Las excepciones dilatorias son aquellas que versan sobre vicios del procedimiento y no se
refieren a la pretensión que se ha hecho valer por parte del actor.
Las excepciones dilatorias tienen un carácter taxativo, puesto que ellas se encuentran
enumeradas en el art. 303 del C.P.C., pero genérico, atendido a que se pueden comprender en el
número 6 todos los vicios del procedimiento cuya corrección es posible solicitar del tribunal por
esta vía, los cuales no se especifican. Así por ejemplo, es posible solicitar por esta vía la nulidad del
procedimiento por falta o defectuosa notificación de la demanda, la falta de capacidad del
demandado o personería o representación legal de quien ha sido emplazado en su nombre; etc.
Las excepciones dilatorias deben hacerse valer todas en un mismo escrito, antes de la
contestación de la demanda y dentro del término de emplazamiento. Las excepciones dilatorias
suspenden la tramitación del juicio y deben ser resueltas por el tribunal una vez concluida la
tramitación del incidente que ellas generan.

b.2.- Excepciones perentorias.

Son aquellas que tienen por objeto destruir el fundamento de la pretensión e importan la
introducción al proceso de un hecho nuevo de carácter impeditivo, modificativo o extintivo de la
pretensión del actor.
Nuestra Jurisprudencia ha definido la excepción perentoria como todo título o motivo
jurídico que el demandado invoca para destruir, enervar y, más propiamente dicho, para hacer
ineficaz la acción del actor, como por ejemplo, la prescripción, el pago de la deuda, etc.
Las excepciones perentorias normalmente se confunden con los modos de extinguir las
obligaciones que se nos señalan en el Código Civil, sin perjuicio de tener presente que nuestra
jurisprudencia ha otorgado también ese carácter a excepciones de carácter procesal como sucede
con la falta de jurisdicción, la falta de legitimación para obrar, la cosa juzgada, etc.
Las excepciones perentorias no suspenden la tramitación del proceso y ellas deben hacerse
valer por parte del demandado en su escrito de contestación de la demanda.(Art.309 del C.P.C.)
La contestación de la demanda en la que el demandado formula excepciones en relación
con la pretensión formulada en la demanda, implican que la carga de la prueba recaerá en el
demandado y no el demandante (reus in exceptione actor fit), puesto que con ellas el sujeto pasivo
introduce en el proceso un hecho nuevo de carácter impeditivo, modificativo o extintivo que tiene
por objeto destruir la pretensión hecha valer.
Finalmente, el tribunal tiene que pronunciarse acerca de las excepciones hechas valer por el
demandado en la parte dispositiva de la sentencia definitiva, debiendo contener las
consideraciones de hecho y de derecho en las que se basa para emitir ese pronunciamiento.(Art.
170 Nº 6 del C.P.C.)

b.3.-.- Excepciones mixtas.

Son aquellas excepciones que no obstante tener el carácter de perentorias, el legislador


posibilita al demandado hacerlas valer como excepciones dilatorias antes de la contestación de la
demanda.
Las excepciones de carácter perentorio que el legislador posibilita hacerlas valer como
excepciones dilatorias son las de cosa juzgada y transacción.
Formuladas las excepciones de cosa juzgada y transacción como dilatorias el tribunal puede
fallarlas luego de concluida la tramitación del incidente que ellas generan, o estimarlas que son de
lato conocimiento, en cuyo caso mandará contestar la demanda y se reservará el fallo de esas
excepciones para la sentencia definitiva. (Art. 304 Del C.P.C.).

51
b.4.- Excepciones anómalas.

Son aquellas excepciones perentorias que el legislador posibilita al demandado para


deducirlas por escrito con posterioridad a la contestación de la demanda durante todo el curso del
juicio, hasta la citación para oír sentencia en primera instancia y hasta la vista de la causa en
segunda instancia. (Art. 309 Del C.P.C.).

Revisten el carácter de excepciones perentorias que anómalamente se pueden hacer valer


durante el curso del juicio con posterioridad a la contestación de la demanda las de: prescripción
(extintiva), cosa juzgada (excepción de), transacción, y pago efectivo de la deuda, siempre que se
funde en un antecedente escrito.
Estas excepciones anómalas si se formulan en primera instancia, después de recibida la
causa a prueba, se tramitarán como incidentes, que pueden recibirse a prueba, si el tribunal lo
estima necesario, y se reservará su resolución para definitiva.
Si se deducen en segunda, se seguirá igual procedimiento, pero en tal caso el tribunal de
alzada se pronunciará sobre ellas en única instancia.

3.- LA RECONVENCIÓN.

La reconvención es una contrademanda del demandado frente al demandante, que se


deduce utilizando el procedimiento judicial originado por iniciativa de este último.
En términos más simples, se dice que la reconvención es la demanda del demandado en
contra del demandante.
El demandado puede en el proceso no solo adoptar una actitud defensiva para los efectos
de obtener el rechazo de la satisfacción de la pretensión hecha valer frente a él, sino que además
puede adoptar una actitud agresiva haciendo valer el demandado una pretensión en contra del
demandante, quien pasa a ser sujeto pasivo respecto de ella.
Si el demandado deduce una reconvención amplia el ámbito objetivo del proceso, puesto
que introduce en él una nueva pretensión.
La razón por la cual se permite al demandado deducir la reconvención obedece a un
principio de economía procesal, puesto que se permite que mediante un mismo procedimiento se
resuelva tanto la pretensión del demandante hecha valer en su demanda como la pretensión del
demandado hecha valer en su reconvención.-
La oportunidad en la cual el demandado debe deducir su reconvención es en el escrito de
contestación de la demanda.(art. 314 del C.P.C.) De acuerdo con ello, dicho escrito se sumara: En lo
principal : contesta la demanda. En el Primer otrosí: Deduce demanda reconvencional.
La reconvención se substanciará y fallará conjuntamente con la demanda principal (art. 316
del C.P.C.), por lo que ella deberá ser notificada al demandante, quien podrá asumir respecto de la
reconvención las mismas actitudes que el demandado respecto de la demanda.
Los requisitos que se contemplan para que el demandado pueda deducir su reconvención
en contra del demandante en nuestro Código de Procedimiento Civil son:

a.- Que el tribunal tenga competencia para conocer de la reconvención estimada como
demanda.(Art. 315 del C.P.C. y 111 y 124 del C.O.T.)
b.- Que la contrapretensión se encuentre sometida en su tramitación al mismo
procedimiento de la demanda y que se admita la formulación de ella de acuerdo con el
procedimiento según el cual se tramita la demanda.

Para los efectos de deducir la reconvención no se ha contemplado por parte de nuestro


legislador en el Código de Procedimiento Civil un vinculo de conexión entre la demanda y
contestación de la demanda diferente a la conexión subjetiva, en cuanto a que la reconvención sólo
puede ser deducida por el demandado en contra del demandante y no de un tercero.

52
CAPITULO VIII: LOS PRESUPUESTOS PROCESALES

1.- CONCEPTO.

Los presupuestos procesales son aquellos antecedentes necesarios que deben concurrir
para que el juicio tenga una existencia jurídica y validez formal.
De acuerdo con esta definición, nos encontramos en que es posible distinguir los
presupuestos procesales de existencia, esto es, aquellos antecedentes que deben concurrir para
que nos encontremos ante un proceso para que tenga una existencia jurídica, y presupuestos
procesales de validez, esto es, aquellos antecedentes que deben concurrir para que un proceso no
obstante poseer una existencia jurídica, tenga una validez formal.

2.- PRESUPUESTOS PROCESALES DE EXISTENCIA.

Los presupuestos procesales que deben concurrir para que nos encontremos ante un
juicio que tenga existencia jurídica son los siguientes:
a.- La existencia de un juez que ejerza jurisdicción
b.- La existencia de partes
c.- La existencia de un conflicto o litigio.

A estos elementos se han agregado por la doctrina, el no emplazamiento del sujeto pasivo
el proceso, el que se trata de un problema de inoponibilidad procesal mas que de inexistencia
según el profesor Juan Colombo, y la falta de acción en los casos en que un proceso no puede ser
iniciado de oficio.- Además se han señalado como falta de presupuestos de existencia no en
relación con el proceso, sino que con un acto singular de él, la falta de voluntad en los actos
singulares, la falta de objeto o falta de causa y la falta de solemnidades.(Los actos procesales. Juan
Colombo C.Tomo II. Páginas 422 y siguientes.)
En los casos en que nos encontremos ante la concurrencia de la falta de presupuestos de
existencia de un proceso, se generan las siguientes situaciones:

(I) El proceso inexistente y los actos realizados en él no generan efecto alguno


(II) El tribunal no está obligado a proveer la demanda para dar inicio a un proceso si constata la falta
de concurrencia de un presupuesto de existencia del proceso.
(III) No se genera el estado de litispendencia, puesto que no existe un proceso que lo genere
(IV) No se produce una vez firme la sentencia la cosa juzgada, sino que estamos en presencia de
solo una cosa juzgada aparente
(V) Las partes pueden desconocer en cualquier momento el fallo por cualquier vía, sin que exista un
plazo para que se pueda sanear la inexistencia
(VI) No se puede producir la convalidación del acto inexistente ni por voluntad de las partes ni por
transcurso del tiempo
(VII) No es procedente interponer recursos, puesto que ellos están destinados a impugnar una
sentencia que tenga una existencia jurídica.

Nuestra Jurisprudencia ha señalado que la vía para alegar la falta de presupuestos de


existencia es la formulación de una excepción perentoria. Sin embargo, se ha sostenido por la
doctrina que la inexistencia sólo requiere ser constatada por el juez tan pronto compruebe que al
negocio jurídico que se invoca le falta un presupuesto de existencia.

3.- PRESUPUESTOS PROCESALES DE VALIDEZ.

Los presupuestos procesales que deben concurrir para que nos encontremos ante un
juicio que tenga existencia jurídica son los siguientes:

a.- La existencia de un tribunal competente


b.- La capacidad de las partes
53
c.- El cumplimiento de las formalidades legales contempladas para el desarrollo del
procedimiento.

En los casos en que nos encontremos ante la concurrencia de la falta de presupuestos de


validez de un proceso, se generan las siguientes situaciones:

1) El tribunal se encuentra facultado en diversos preceptos legales para, apartándose del


principio de la pasividad, adoptar diversas medidas de oficio durante el curso del procedimiento
para prevenir o declarar la nulidad de un proceso por la falta de un presupuesto de validez de éste,
siendo las principales de ellas las siguientes:

a.- No dar curso a la demanda en caso de no cumplir con alguno de los tres primeros
requisitos contemplados en el art.254 del C.P.C. (art. 256)
b.- No proveer la primera presentación en juicio en que no se contenga la constitución del
patrocinio y no proveer apercibiendo de tenerse este por no presentado si no se ha constituido el
poder.
c.- Declarar de oficio su incompetencia absoluta
d.- Declarar de oficio la nulidad procesal (art. 83 del C.P.C.)
e.- Corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso. (Art. 84 inc. Final
del C.P.C.)
f.- Casar de oficio la sentencia en la cual concurre un vicio que hace procedente el recurso
de casación en la forma.8 art. 775 C.P.C.)

2) Las partes pueden durante el curso del proceso alegar la nulidad procesal que afecta al
proceso o a un acto específico de este mediante alguna de las siguientes vías:

a.- Deduciendo una excepción dilatoria


b.- Formulando un incidente de nulidad procesal
c.- Deduciendo un recurso de casación en la forma
d.- Ejerciendo la acción de revisión en los casos excepcionales que la ley contempla.

El proceso nulo y los actos realizados en él generan todos sus efectos jurídicos mientras no
sea declarada la nulidad.
El proceso nulo genera el estado de litispendencia, y este permanece vigente con todos sus
efectos mientras no se declare la nulidad.
La nulidad procesal debe ser declarada, salvo disposición expresa de ley en contrario, sólo
en el caso que el vicio irrogue un perjuicio a las partes que sea reparable sólo con la invalidación del
fallo.
La sentencia dictada en un proceso una vez firme produce cosa juzgada, puesto que han
precluído los medios de impugnación para reclamar del vicio. Excepcionalmente, se puede
pretender la declaración de nulidad en los casos específicos que se contemplan en el llamado
recurso de revisión.
Las partes sólo pueden alegar la nulidad dentro del proceso y antes de que se encuentre
ejecutoriado el fallo, puesto que la cosa juzgada como summa preclusión produce el saneamiento
de los vicios de nulidad procesal.
El acto nulo puede ser convalidado por voluntad expresa de las partes y por transcurso del
tiempo, en caso de no ejercerse los medios para reclamar la nulidad dentro del término establecido
en la ley.
El recurso contemplado en la ley para alegar la nulidad procesal por haberse dictado una
sentencia viciada o emanar de un procedimiento viciado es el recurso de casación en la forma.

4.- PRESUPUESTO DE EFICACIA DE LA PRETENSIÓN.

La legitimación procesal es un presupuesto de eficacia para que la sentencia pueda acoger la


pretensión que se haya hecho valer por el actor en el proceso, puesto que si falta la legitimación no
podrá existir por parte del tribunal un pronunciamiento sobre el conflicto promovido en el proceso.
54
“La legitimación es un presupuesto procesal (de la sentencia) de los cuales, según la mayoría
de la doctrina y la jurisprudencia, el propio magistrado puede relevar de oficio, aunque la parte no
lo haya señalado.

5. LA OPONIBILIDAD PROCESAL.

Como claramente nos señala el profesor Colombo, además de la inexistencia y de la


nulidad del proceso, se contempla en la doctrina la sanción de ineficacia de la inoponibilidad del
proceso.
“El acto procesal es oponible cuando produce efectos con relación a las personas a quienes
está destinado; es inoponible en todos los demás casos. La inoponibilidad debe examinarse dentro
del esquema de los actos procesales, puesto que impide que el acto produzca sus efectos normales.
La inoponibilidad tiene su fundamento en los efectos relativos del proceso y de la sentencia
que en él se dicte y, como consecuencia, la protección de los terceros que no pueden verse
afectados por lo decidido por el órgano jurisdiccional.
La ineficacia puede tener diversos grados. Es necesario distinguir de pronto, de la nulidad
en sus diferentes aspectos, la inoponibilidad. El acto declarado nulo, en principio, no produce,
respecto de nadie, los efectos a que estaba destinado, ya sea desde el origen o a partir de la
declaración judicial de nulidad. Pero a veces un acto es ineficaz sólo respecto de los terceros o de
ciertos terceros, conservando su validez para regir las relaciones entre las partes. Se trata
entonces de una simple inoponibilidad. En otros términos, entre las partes el acto es válido y
eficaz, pero no es oponible a los terceros: éstos pueden considerarlo como no celebrado.
El termino inoponibilidad ha nacido con la doctrina moderna, que ha dado este nombre a la
sanción que priva de efectos a un acto contra terceras personas que no han concurrido a su
celebración.

Para el análisis de la oponibilidad e inoponibilidad de los actos procesales debe distinguirse


entre la oponibilidad del proceso y de la sentencia y recordar el concepto de parte y de terceros.

En cuanto al proceso, recuerdo que éste se forma al vincularse el juez, las partes y el
conflicto.
En torno a la relación procesal que genera oponibilidad, ella se genera a partir de la
constitución de la relación procesal. La del actor surge con el juez cuando el juez acoge el ejercicio
de la acción y abre el proceso, y la del sujeto pasivo cuando es debidamente emplazado conforme a
las reglas precisas que contienen los Códigos de Procedimiento Civil y Penal.

En cuanto a las partes la inoponibilidad procesal está fuertemente vinculada a los efectos de
las sentencias jurisdiccionales. Concordante con este presupuesto, el artículo 177 del Código de
Procedimiento Civil, que contiene los requisitos de la cosa juzgada, establece que la sentencia sólo
afectará a las personas en cuanto hayan litigado en un proceso con un objeto y con una causa
determinados. En otras palabras, es el conflicto cometido a proceso y los sujetos vinculados a él lo
que hace que los efectos de la sentencia les sean oponibles.
Por el contrario, lo resuelto por la sentencia será inoponible al resto de las personas y
conflictos. Los actos procesales ejecutados en un proceso no son oponibles a los terceros absolutos,
entendiéndose por tales a todos aquellos a que no vincula la relación procesal, no a otro conflicto
que no sea debatido en el proceso.
Este fenómeno jurídico se presenta fundamentalmente cuando el sujeto pasivo no ha sido
emplazado de manera alguna en el proceso. No se trata aquí de que haya sido mal emplazado, sino
que no haya sido emplazado. Igual situación se presenta con la extra petita en función del conflicto.
En tales situaciones, no estamos frente a un problema de inexistencia o de nulidad procesal, sino
de una posición de inoponibilidad de la sentencia y de todos los actos del proceso, con relación a
quienes no fueron vinculados en tiempo y forma en él

En los casos en que nos encontremos ante la concurrencia de la falta de presupuestos de


oponibilidad de un proceso, se generan las siguientes situaciones:

55
(I) La inoponibilidad debe hacerse valer por un tercero en contra de quien se pretende hacer valer
un acto procesal o una sentencia.
(II) La inoponibilidad se puede hacer valer en contra de toda persona que pretenda prevalerse del
acto o de la nulidad afectada de ineficacia.
(III) La inoponibilidad puede oponerse generalmente como excepción o defensa del proceso.
(IV) La inoponibilidad no es una sanción que tenga por objeto atacar el acto mismo, sino sus
efectos.
(V) La inoponibilidad da eficacia al debido proceso al permitir a los terceros defenderse respecto de
la eficacia de actos de un proceso o de una sentencia del cual no han sido partes.

Para reclamar la inoponibilidad no hay plazos y los actos no se convalidan por el transcurso
del tiempo.
Los actos inoponibles pueden ser ratificados por las partes.

La inoponibilidad está vinculada a los límites subjetivos y objetivos de la cosa juzgada.

La inoponibilidad procesal se encuentra reconocida en nuestro ordenamiento jurídico en


relación a los efectos de la sentencia en relación a las partes y el conflicto (art. 3º inc 2º C. Civ, arts.
177, 254 Nº 2, 303 Nº 2, y 170 Nº 1 del C.P.C.), la inoponibilidad en el cumplimiento del fallo
(art.234 inc. 2º del C.P.C.) y en la agencia oficiosa procesal (art.6 del C.P.C.).

CAPITULO IX: LOS ACTOS JURIDICOS PROCESALES.

Se llaman hechos jurídicos procesales a aquellos acontecimientos o aquellas circunstancias


de hecho relevantes, a los cuales o a las cuales el derecho procesal objetivo vincula efectos jurídicos
procesales, esto es, el nacimiento, la modificación o la extinción de las relaciones jurídicas
procesales.
Dentro de los hechos jurídicos procesales se distinguen los hechos jurídicos procesales
propiamente tales (hechos jurídicos involuntarios o hechos naturales) y los hechos jurídicos
procesales voluntarios (actos jurídicos procesales).
El acto jurídico procesal no viene a ser más que una especie del acto jurídico, diferenciándose de
éste fundamentalmente en que está destinado a producir sus efectos en el proceso.
Es por ello, que los actos jurídicos procesales se rigen por las disposiciones del derecho
sustancial y cuando corresponda por ciertas disposiciones especiales establecidas por el Derecho
Procesal modificatorias de los requisitos y efectos establecidos por aquel.
En nuestro Derecho Procesal no existe una regulación orgánica y específica de la teoría de
los actos procesales, debiendo por ello aplicarse siempre en forma supletoria la teoría del acto
jurídico desarrollada en los artículos pertinentes del Código Civil según lo previsto en el art. 4 de ese
cuerpo legal. En consecuencia, se deberán aplicar los artículos 1445 a 1469 y 1681 y sgtes del
Código Civil al acto jurídico procesal en todas aquellas materias de éste no reguladas por nuestros
Códigos Procedimentales y que no pugnen con la naturaleza del proceso.

I.- CONCEPTO DE HECHO JURIDICO PROCESAL.

El hecho jurídico propiamente tal es aquel suceso de la naturaleza que produce


consecuencias de derecho. El hecho jurídico es procesal cuando éste produce efectos en el proceso.
Desde el punto de vista del derecho procesal, es evidente que existen hechos en sí mismos
jurídicamente indiferentes y otros que pueden afectar el proceso, por lo cual son regulados por
nuestra ciencia.
Por su parte, Couture nos señala como ejemplos de hechos jurídicos procesales la pérdida
de la capacidad de una de las partes, la amnesia de un testigo, la destrucción involuntaria de una o
más piezas de un expediente.-
Dentro de nuestro Código de Procedimiento Civil nos encontramos con la mención de los
siguientes hechos jurídicos procesales:

a) El caso fortuito (art.79 CPC);


56
b) La cesación de la representación legal (Art 9 C.P.C.);
c) La ausencia física del país (Arts 11,284 y 285 C.P.C. y 367 C.O.T.);
d) La muerte (Arts 77, 396, 529 del COT;5,165 N* 3 y 6 CPC; 1377 C.Civ;38 y 408 Nº 55 C.P.P.)

Finalmente, cabe mencionar el transcurso del tiempo, que tiene gran importancia en el
derecho procesal, puesto que el proceso consta de una serie de hechos y actos regulados en las
formas y el tiempo por las normas procesales.

II.- CONCEPTO DE ACTO JURIDICO PROCESAL.

Los hechos humanos voluntarios que crean, modifican o extinguen relaciones jurídicas son
los actos jurídicos, y si éstos son realizados con la intención de producir efectos respecto del
proceso se denominan actos jurídicos procesales.

Couture nos da una definición sin pronunciarse acerca de la naturaleza jurídica del proceso,
por lo que ella tiene un carácter mas general y es ampliamente aceptada por la doctrina nacional y
extranjera."Por acto procesal se entiende el acto jurídico emanado de las partes, de los agentes de
la jurisdicción o aun de los terceros ligados al proceso, susceptible de crear, modificar o extinguir
efectos procesales".

Los elementos del acto jurídico procesal de acuerdo con su definición, son los siguientes:

1. La existencia de una o más voluntades destinadas a producir efectos en el proceso.

Normalmente en los actos procesales, la manifestación de voluntad se efectúa en forma


unilateral, sin que con ello se descarte la posibilidad que la manifestación de voluntad para generar
el acto sea de carácter bilateral.

2. La voluntad debe manifestarse, expresarse o exteriorizarse.

El acto jurídico procesal se diferencia del resto de los actos jurídicos en que normalmente la
exteriorización de la voluntad deberá manifestarse en forma solemne o formal y no en forma
consensual.
Al respecto, podemos señalar siguiendo a Alsina, que ni las partes ni el juez pueden infringir
el texto legal en relación a las formas, cuando se halle afectado el interés público y que aún cuando
el concepto de orden público es poco preciso , puede decirse que él comprende siempre las
garantías constitucionales, especialmente la relativa al derecho de defensa.
En consecuencia, puede concluirse que las formas procesales son irrenunciables cuando
tienen por objeto la preservación del principio de bilateralidad de la audiencia y del debido
proceso, y que su disponibilidad está permitida cuando en su establecimiento sólo se ha
considerado el interés individual.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que por regla general lo prohibido es la
disposición o renuncia anticipada de las formas, pero no su renuncia posterior.

3. Debe existir la intención de producir efectos en el proceso.

Para definir un acto jurídico procesal el énfasis se pone no en que éste se haya realizado
dentro del proceso, sino en que necesariamente, cualquiera sea el lugar e instante en que se
realice, él está destinado a producir efectos en el proceso.
Lo normal será que el acto jurídico procesal se realice dentro del proceso, pero existen actos
procesales que se realizan fuera del proceso o antes incluso de su constitución que están
destinados a producir efectos a su respecto. Así podemos mencionar a título meramente ejemplar
el compromiso, la cláusula compromisoria, la prorroga expresa de la competencia, la transacción,
etc.-

57
V. CARACTERISTICAS DE LOS ACTOS PROCESALES

En primer lugar, son actos esencialmente solemnes.

Se puede escoger cualquier acto jurídico procesal para comprobar ese aserto. Así, v,gr., la
demanda (art.254 C.P.C.), la contestación de la demanda (art.309 C.P.C.); la sentencia definitiva
(art.170 C.P.C.), etc. En todos estos preceptos el legislador indica una serie de requisitos, los que
son imperativos, dada la redacción de todos ellos al contemplar las formas verbales "debe",
"contendrán", etc.

Nuestro legislador establece permanentemente sanciones a la omisión de las solemnidades. Así,


v.gr., la ineptitud del libelo (art.303, Nº4 C.P.C.), la inadmisibilidad del escrito de oposición de
excepciones del juicio ejecutivo (arts. 465 y 466 C.P.C.), la inadmisibilidad en el incumplimiento de
los requisitos para interponer el recurso de casación, etc.

En segundo lugar, los actos procesales son mayoritariamente unilaterales, es decir, la


manifestación de voluntad es generada por un solo sujeto para producir los efectos en el proceso.
Esta unilateralidad de los actos se rompe excepcionalmente cuando la ley exige la
concurrencia de la voluntad de dos o más sujetos. Ejemplo: el compromiso, la cláusula
compromisoria, la prórroga expresa de la competencia, la transacción, la conciliación, etc. La
doctrina denomina negocios jurídicos procesales a estos actos procesales en que concurre la
voluntad de las partes litigantes en el proceso.

En tercer lugar, cualquiera sea la teoría de la naturaleza del proceso que se sustente, los
actos jurídicos procesales se integran de tal manera al proceso que lo suponen (no pueden existir
sin él) y lo crean (el proceso se configura por una serie de actos jurídicos procesales). Sin ellos, el
proceso no existe.

En cuarto lugar, se trata de actos autónomos, pero esta autonomía se debe determinar
comparando un acto jurídico procesal con otro. Una prueba de testigos se basta a sí misma, una
prueba confesional, una demanda, etc. Pero, si definimos al procedimiento como sistema racional y
lógico que determina la secuencia de actos que deben realizar las partes y el tribunal para obtener
los fines del proceso, esta autonomía comparativa no puede ser jamás apreciada en términos
absolutos.

La unidad del proceso y del procedimiento es la que permite llegar al fin. Ejemplo: una
confesión se puede pedir una vez que esté contestada la demanda, siendo autónoma respecto de
los hechos no se extiende al fallo del asunto.
Todos los actos jurídicos procesales están dentro del concepto de unidad del proceso; de ahí que
exista la preclusión. Con autonomía absoluta nunca puede haber preclusión.

Finalmente, el principio de la autonomía de la voluntad se encuentra, en esta materia,


absolutamente restringido. Sólo existen mínimas manifestaciones de este principio en la solicitud
de que dicte sentencia sin más trámite evitando una etapa de prueba (art.313, inc.2º C.P.C.); en
materia de convención de compromiso y contrato de cláusula compromisoria.

VI. REQUISITOS DE EXISTENCIA Y DE VALIDEZ DE LOS ACTOS JURIDICOS PROCESALES.

Hemos afirmado que el acto jurídico procesal no es más que una especie dentro del género acto
jurídico que se contempla en el derecho sustancial. Es por ello que los requisitos de existencia y de
validez de estos actos, en principio, son los mismos. Sin embargo, existen ciertas peculiaridades que
los diferencian y que pasamos someramente a esbozar a continuación.
1) LA VOLUNTAD Y SUS VICIOS.-

Elemento primario de todo acto jurídico es la voluntad, entendida como "la facultad que
nos permite hacer o no hacer lo que deseamos".
58
En los actos jurídicos procesales, la voluntad también puede manifestarse expresa o
tácitamente. La voluntad expresa será la regla general. ¿Cómo se manifiesta esta voluntad expresa?
A través del cumplimiento de las formalidades legales.
La voluntad expresa en los actos jurídicos procesales debe producirse a través del exacto
cumplimiento de las formas que señala la ley. El ejemplo más claro de este requisito es el acto
jurídico procesal de presentación de un recurso de casación: el escrito debe señalar expresa y
determinadamente la ley o leyes que se suponen infringidas, la forma en que se ha producido la
infracción y la manera cómo ésta influye en lo dispositivo del fallo (recurso de casación en el
fondo);o la mención expresa y determinada del vicio o defecto en que se funda y la ley que concede
el recurso por la causal que se invoca (recurso de casación en la forma), etc.

En la demanda, la contestación, el ofrecimiento de prueba, la sentencia, etc. y en todos los


actos vitales dentro del procedimiento, la voluntad debe manifestarse en forma expresa y
cumpliendo solemnidades.
La manifestación tácita de la voluntad ha de ser vinculada con el silencio, encontrándose
éste regulado estrictamente en nuestra legislación.
Si en el Derecho Civil los requisitos exigidos para dar valor al silencio son de por sí
minuciosos y excepcionales; en el Derecho Procesal el legislador es extraordinariamente riguroso.
En ningún caso se requiere que el juez deduzca, por sí, alguna orientación de la voluntad en el
silencio de alguna de las partes.
La voluntad tácita se producirá existiendo una previa declaración de rebeldía más otros
requisitos particulares.
Sin perjuicio de lo que posteriormente diremos sobre la rebeldía, hemos de tener presente
que en primera instancia, ésta nunca produce efectos generales, sino que debe ser solicitada en
cada trámite en que el silencio y la inactividad se presenten. En ningún caso, la sola rebeldía implica
reconocimiento de hechos, sino que para ello se necesita la existencia de algún tipo de
apercibimiento legal.
En segunda instancia, la rebeldía tiene efectos más amplios. Si el apelado no concurre en la
alzada, el legislador prescinde de él y a su respecto las resoluciones judiciales tendrán efecto desde
que se pronuncian.
Nuestra jurisprudencia ha señalado que no procede en nuestro derecho la aceptación tácita
de la demanda, y que la rebeldía en el trámite de la contestación equivale a una contestación ficta
de la misma con negación de todo lo que en ella se ha expresado.
Hay casos en que el silencio de la parte produce consecuencias jurídicas importantes en el
procedimiento. Así, por ejemplo, en la confesión judicial tácita, el absolvente con su silencio
reconoce los hechos que se contengan en preguntas que se han redactado en forma asertiva,
siempre y cuando la rebeldía se produzca en la segunda audiencia y bajo el apercibimiento legal
(art.394 C.P.C.); otro tanto ocurre con la prórroga tácita de la competencia (art.197 C.O.T.) y con la
notificación tácita (art.55 C.P.C.), etc.

En materia penal, un claro ejemplo de manifestación tácita de voluntad interpretada por el


propio legislador dice relación con la fase de prueba en el plenario. Si las partes no ofrecen rendir
pruebas en sus escritos principales, el legislador omite toda la fase probatoria del procedimiento
penal ordinario, el que inmediatamente pasa a la etapa de fallo (art.451 C.P.C.), etc. Finalmente, es
menester tener presente que el silencio de una parte puede significar la extinción o preclusión de
su derecho por el solo ministerio de la ley cuando se establece para su ejercicio un plazo fatal,
institución de gran trascendencia en la actualidad al revestir tal carácter todos los plazos legales
establecidos en el C.P.C. a partir de la reforma introducida por la Ley 18.705.
En materia procesal, los vicios de la voluntad son el error, la fuerza y el dolo. Estos aparecen
en Derecho Procesal más atenuados en su regulación y efectos que en materia sustancial civil.

A.- ERROR

Manifestaciones de este vicio del consentimiento encontramos en la posibilidad de revocar


una confesión, tanto en materia civil (art.402, inc.2º C.P.C.) cuanto en materia penal (art.483, inc.1º
C.P.P.).
59
El error no sólo puede estar presente en los actos de las partes, sino que también en los del
tribunal. Así por ejemplo, el error de derecho es causal del recurso de casación en el fondo en
materia penal (art.546 C.P.P., donde se habla de "calificación equivocada", "error de derecho", etc.)
y en materia civil (art.767 C.P.C.).

En general, se puede afirmar que todo el régimen de recursos de nuestra legislación tiene
por finalidad reparar los errores que los jueces pudieren cometer en la calificación de los hechos o
en la determinación del derecho.
Otro error imputable al tribunal se relaciona con el recurso de apelación. En efecto, de
acuerdo al art.211 C.P.C., el recurso de apelación puede terminar por la declaración de prescripción
del mismo, y, de acuerdo al art.201 C.P.C., por la declaración de deserción del mismo. En ambos
casos, empero, la parte afectada por tales declaraciones puede pedir reposición de la misma dentro
de tercero día "cuando se funde en un error de hecho".
En el caso del art.201 C.P.C. el error es imputable al ministro de fe que realiza la certificación
que el mismo precepto ordena hacer.
En otro orden de ideas, el error en un acto procesal del tribunal impone un tipo de
responsabilidad en virtud de lo dispuesto en el art.19, Nº7, letra i) de la Constitución: "Una vez
dictado sobreseimiento definitivo o sentencia absolutoria, el que hubiere sido sometido a proceso
o condenado en cualquier instancia por resolución que la Corte Suprema declare injustificadamente
errónea o arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado por el Estado de los perjuicios patrimoniales
y morales que haya sufrido..."
El error del tribunal acarrea o es fuente de responsabilidad extracontractual del Estado
cuando aquél es injustificado. Esto quiere decir que, pese a existir antecedentes claros, el juez los
calificó de manera errónea cuando racionalmente no podía hacerlo.

B.- LA FUERZA:

Este vicio de la voluntad, en realidad, está menos reglamentado en los Códigos procesales
que el error. Cuesta encontrar alguna disposición precisa en que el legislador se haya puesto en el
caso de que exista fuerza en el procedimiento. Es por ello que todas las disposiciones sobre fuerza
del Código Civil deben entenderse incorporadas al Derecho Procesal, en lo que sean aplicables.
Existen alusiones a la fuerza en el art.483 C.P.P. referente a la posibilidad de retractarse de
la confesión cuando ésta fue prestada "por apremio"; en el art.481, Nº1 C.P.P., relativo al requisito
de ser prestada libremente una confesión para que produzca efectos; en el art.810, Nº3 C.P.C.,
referente a la causal de revisión de haberse ganado injustamente la sentencia firme recurrida en
virtud de la violencia, etc.
Desde otra perspectiva, la fuerza también aparece en caso de que se notifique una
demanda y el demandado sea retenido en un lugar determinado hasta que venza el término para
contestarla, dejándosele en libertad luego de haberse producido la rebeldía en el proceso. Esta
situación no se contempla en nuestro Código en términos explícitos, pero, a juicio del Sr. Mosquera,
es claro que cuando el legislador se refiere a "fuerza mayor”en el art.79 C.P.C., debe incluirse en
ésta el caso propuesto: "Pondrá un litigante pedir la rescisión de lo que se haya obrado en el juicio
en rebeldía suya, ofreciendo probar que ha estado impedido por fuerza mayor” (inc.1º).

C.- EL DOLO

Con este vicio de la voluntad pasa lo mismo que con la fuerza. El dolo no fue considerado,
dentro del Código de Procedimiento Civil, como vicio de la voluntad.
En materia civil sustancial, el dolo vicia el consentimiento cuando es obra de la contraparte
(art.1458, inc.1º C.C.). En materia procesal, el dolo debe ser obra de una de las partes, aunque no se
trate de actos bilaterales. Esto hace difícil la aplicación del dolo en esta sede, ya que la gran mayoría
de los actos son unilaterales y la voluntad de la otra parte es independiente de la primera.
Existe una situación en que el dolo no es ya un vicio del consentimiento o de la voluntad,
sino que una fuente de responsabilidad. En efecto, las medidas prejudiciales precautorias tienen o
presentan un riesgo en el procedimiento nacional, el que dice relación con la oportunidad para
presentar la demanda: "Si no se deduce demanda oportunamente, o no se pide en ella que
60
continúen en vigor las medidas precautorias decretadas, o al resolver sobre esta petición el tribunal
no mantiene dichas medidas, por este sólo hecho quedará responsable el que las haya solicitado de
los perjuicios causados, considerándose doloso su procedimiento". (art.280, inc.2º C.P.C.).
Empero, en la actualidad se ha ido configurando las figuras del "proceso fraudulento”y de la
"cosa juzgada fraudulenta o colusoria", concepto en que el dolo, el fraude o la malicia están
presentes atentando contra el principio de la buena fe.
En nuestra legislación existe un mecanismo destinado a atacar las sentencias ejecutoriadas
que han sido ganadas injustamente, utilizando dolo o malicia. Es el recurso o acción de revisión. En
materia civil, se refieren indirectamente al dolo los Nos.1 y 2 del art.810 C.P.C.; y, en forma directa,
el Nº3 del mismo precepto: ("Si la sentencia firma se ha ganado injustamente en virtud de cohecho,
violencia u otra maquinación fraudulenta...").
En materia penal, el art.657 C.P.P. se refiere al dolo en el Nº3 al referirse a los testimonios
falsos.

2.-LA CAPACIDAD PROCESAL

La capacidad debe analizarse desde el punto de vista del tribunal y desde la perspectiva de
las partes.
Desde el punto de vista del tribunal, la capacidad está constituida por su competencia. La
jurisdicción no es requisito de validez, sino que de existencia
Un tribunal es tal desde que tiene jurisdicción, esto es, desde que ha sido nombrado y ha
jurado en el cargo el juez.
La competencia del tribunal le permite actuar válidamente en el procedimiento y en el
proceso. Un juez incompetente puede conocer de un asunto, porque tiene jurisdicción, pero todo
lo que haga será ineficaz y nulo. El juez debe ser absoluta y relativamente competente.
Respecto de las partes, por regla general, toda persona tiene capacidad, salvo aquellos que
son incapaces por expresa disposición de la ley. La capacidad procesal se completa con el ius
postulandi.
La parte plenamente capaz y la incapaz debidamente representada, al igual que en materia
civil sustancial (art.1447 C.C.), pueden ejecutar válidamente actos en el procedimiento. En Derecho
Procesal son capaces todos aquellos que la ley no declara incapaces.
Dentro de las incapacidades especiales, las más importantes se encuentran en materia
penal. Existen personas que no pueden ejercer, sea absoluta (art.16 C.P.P.) sea relativamente
(art.17 C.P.P.) la acción penal (incapacidad activa), según veremos oportunamente.
Desde el punto de vista pasivo, existen incapacidades fundadas en la imposibilidad de ser
sujeto de responsabilidad penal (art.39 C.P.P.). No son capaces penalmente las personas jurídicas ni
los difuntos.
El art.10 Nos.2 y 3 del Código penal establece excepciones de responsabilidad, según sus
propios términos, fundadas en la minoría de edad.
A la capacidad se refieren los arts.254, Nº2; 8º, 273 Nº1; 303, Nº2; 82; y 309, Nº2 C.P.C.;
136,257, 258, 259, 150, 390, 440, 490, 494, 1447, C.C.; etc.

3.- EL OBJETO

El objeto, al igual que en materia sustancial, debe ser real, determinado o determinable.
Asimismo, no debe ser ilícito o contrario a la moral, a las buenas costumbres o al orden público.
En materia procesal, la idea de "objeto”se vincula con el concepto de beneficio jurídico que
con un acto procesal se pretende obtener.
Existen ciertos actos, que tienen un carácter bilateral, que la jurisprudencia ha denominado
"mixtos o de doble carácter", en atención a la existencia de una regulación dual de los mismos. Así,
v.gr.:

1) la posesión efectiva de la herencia, es regulada por el derecho sustancial en cuanto a las


personas que la pueden pedir y por la ley instrumental en cuanto a los requisitos para concederla;
2) El mandato procesal (arts. 395 y 528 C.O.T.); 3) La venta en pública subasta. La venta en
pública subasta no es más que un contrato de compraventa con dos importantes modalidades. Una
61
es que el vendedor está representado por el juez y, la segunda, dice relación con el hecho de que el
precio no nace de ofertas y aceptaciones (negociación) sino que de la puja de las ofertas.

En definitiva, esta clase de venta es procesal in limine litis, esto es, sólo al comienzo, ya que
en lo demás es enteramente sustancial.

Finalmente, en cuanto al objeto ilícito nos encontramos con varios casos. Así, v.gr., la
prórroga de la competencia en materia penal y en asuntos civiles no contenciosos, las materias de
arbitraje prohibido, etc.

4.- LA CAUSA

Nuestra legislación sustancial señala que la causa es "el motivo que induce al acto o
contrato”(art.1467, inc.2º C.C.) Esta idea se vuelve a hacer presente tratándose de los actos
procesales. En efecto, "la causa de un acto jurídico procesal es un motivo o por qué en cuanto
jurídicamente relevante, pero no el principio a que obedece, los rasgos con que se exterioriza o el
fin que lo inspira".
En todos los actos jurídicos procesales siempre existe una causa. Así, v.gr., en la apelación es
el agravio, en el patrocinio es tener un debate de alto nivel jurídico, en el mandato es tener buenos
representantes, etc.
Asimismo, la causa de todo acto debe ser lícita. Su opuesto se vincula con el dolo y con la
colusión procesal, con los testigos falsos, etc. (art.810 C.P.C.), etc.
Este elemento, referido al contenido y finalidad de los actos, no ha sido hasta ahora, en
general, considerando debidamente por la doctrina, en virtud del carácter formalista que se asigna
a nuestra disciplina.
Sin embargo, en ella no se prescinde totalmente de los fines, de la causa o motivo de los
actos procesales.
Cuando estudiamos la acción, y en particular la pretensión, vimos que el interés (que es uno
de los elementos del contenido del acto y de su causa) resulta un elemento esencial. El viejo
aforismo de que donde no hay interés no hay acción ("point d'intérêt, point d'action", dicen los
franceses), demuestra la necesidad de que el principal acto procesal esté presidido por un motivo o
finalidad última.
Teniendo en cuenta dicho interés, dichos motivos impulsores de los actos procesales, es
como se ha podido explicar que no solo para deducir una pretensión -esto es, para poner en
movimiento el proceso todo se necesita interés, sino también para los diversos actos procesales en
particular.
Así, el interés justifica la deducción de una tercería, la de interponer un recurso (como el de
apelación, que supone un agravio o perjuicio causado a quien tiene legitimación para deducirla -sea
por la vía que fuere quien no ha sufrido perjuicio.
También en consideración al contenido de los actos, es como ha podido elaborarse el
principio de la anulación del proceso fraudulento y se ha podido hablar de cosa juzgada
fraudulenta. Abriendo la posibilidad de dicha impugnación frente a un proceso que ha cumplido
formalmente con todos los requisitos procesales pero que, en definitiva, implica un perjuicio a
terceras personas o a la propia comunidad.
En último término, es la noción de causa la que nos permite hablar de la responsabilidad por
abuso del proceso, o abuso de las vías procesales.
Por ello debemos admitir que se trata, en definitiva, de un elemento esencial para el estudio de los
actos procesales.

5.- LAS SOLEMNIDADES

Los actos jurídicos procesales, hemos visto, son eminentemente formalistas. La voluntad
expresa se manifiesta a través de ciertas formas cuya omisión acarrea la nulidad del acto o su
ineficacia (solemnidades).
No por el formalismo en sí, sino como manera de expresión de voluntad, del contenido del
acto, las formas adquieren en esta rama del derecho una importancia fundamental. Es que solo
62
mediante el respeto a las formas establecidas legalmente, es como puede obtener la verdadera
garantía del debido proceso. Esto tiene especial relevancia en algunos procesos (el penal, por
ejemplo), aunque es aplicable a todos.
Es cierto que el primer impulso es antiformalista y nos lleva a aborrecer las formas por
encontrarlas como un obstáculo a la realización de la justicia que debe mirar el fondo de las cosas.
Pero, luego, la meditación y la experiencia nos hacen considerar dichas formas como indispensables
para la función jurisdiccional misma.
Naturalmente que nos referimos a las formas necesarias como garantías de los derechos de
las partes en el proceso e indispensables para el mejor cumplimiento del fin público de aquel,
mientras que rechazamos todo formalismo vacío e inútil.
Debemos señalar que, en razón de la propia estructura del proceso ("conjunto de actos
formales..."), en general las formas deben ser observadas y que su apartamento provoca invalidez
(nulidad) o consecuencias perjudiciales para el que las infringe (p.ej., el que no cumple con la
"carga"). Esto acaece por la violación de las formalidades externas, que son las que realmente
importan en el procedimiento, no el fondo, los motivos. En ese sentido, el propio COUTURE,
estudiando la "causa”en los actos procesales, señala que ni la ausencia de ella, ni el error, vician el
acto procesal.
Por supuesto que el predominio del principio dispositivo hace que, en ciertos casos, las
formas estén establecidas para cumplir la voluntad de las partes, por lo que estas pueden apartarse
de ellas. Así sucede con el propio proceso, que las partes pueden iniciar o no, sustituirlo por el juicio
arbitral, desistir de él, etc. Así ocurre con la posibilidad de prorrogar la competencia, de minorar los
plazos de prueba, de renunciar a las excepciones del juicio ejecutivo pero, como cualquiera que sea
se trata de normas expresas estatuidas en leyes, que son, como sabemos, las que pueden
establecer el orden y la formalidad de los juicios. Además, son casos limitados e instituidos
expresamente por las leyes.
En otros casos, el acto se halla establecido en interés de una de las partes (apelación) y esta
puede no cumplirlo. Por lo demás, la mayoría de las nulidades procesales quedan convalidadas
durante el propio proceso, si no se reclama de ellas inmediatamente. Este principio, estatuido para
sanear el procedimiento y evitar que se hagan reclamaciones tardías, no implica renunciar a las
formas, sino imponer otros valores necesarios (certeza, no necesidad de anular si no hay perjuicio,
etc.).
O sea que, en definitiva y fuera de las formas que las partes están autorizadas para alterar
por expresa disposición legal, existe la posibilidad de prescindir de algunas de ellas, establecidas
solo en interés de las partes. ALSINA dice que la pauta para determinar cuáles pueden renunciarse
y cuáles no, es la de que debe estarse a lo dispuesto por el Código sobre las materias que pueden
someterse o no a juicio arbitral. Esto en lo que se refiere a la posibilidad de apartarse del proceso,
pero en cuanto a las formas de éstos rige el principio general enunciado, es decir, que las partes no
pueden apartarse de tales formas. No olvidemos que el proceso y el procedimiento tienen en
general un fin público y no privado.
Por forma de actos procesales debe entenderse no solo el mecanismo (procedimiento) por el que
se exterioriza el hecho jurídico, sino también su ubicación en el tiempo y en el espacio. Esto es, que
fuera de la manera como se debe actuar, hay que considerar también el lugar y el plazo o término
fijado para su realización.

VIII. LA INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS PROCESALES

A. GENERALIDADES

El acto jurídico procesal que se ajusta en su realización a todos los requisitos contemplados
por el ordenamiento jurídico es eficaz.
Sin embargo, no siempre es observado el derecho objetivo para la ejecución de los actos,
motivo por el cual se sigue de ello la ineficacia del acto realizado.
El acto jurídico es ineficaz en sentido amplio cuando no genera sus efectos propios o deja de
producirlos por cualquier causa, sea intrínseca o inherente a la estructura del acto mismo, sea que
dicha causa consista en un hecho extrínseco o ajeno a él.
Las sanciones que se establecen respecto al acto que respeta en su realización el derecho
63
objetivo, no sólo son aquellas que se contemplan en el derecho común, sino que existen también
otras contempladas especialmente en el derecho procesal.

B. LA INEXISTENCIA.

La inexistencia es la sanción que tienen los actos jurídicos procesales ejecutados con
omisión de los requisitos exigidos para que ellos tengan existencia jurídica.
Formando el acto jurídico procesal parte del proceso, necesariamente la falta de los presupuestos
procesales de existencia de este conllevará la inexistencia del acto procesal. "El concepto de
inexistencia se utiliza para denotar algo que carece de aquellos elementos que son de la esencia y
de la vida misma del acto; un quid incapaz de todo efecto. (Couture)".

La doctrina nacional y extranjera ha señalado como casos de inexistencia respecto del acto
jurídico procesal, los siguientes:

a) La falta de jurisdicción (inexistencia de tribunal). Así, la sentencia dictada por quien no es juez no
es una sentencia sino una "no sentencia". Ni siquiera es un acto; es frente al proceso un simple
hecho de terceros.

b) La falta de parte. En el caso que se trabará una relación procesal para resolver un conflicto, sin
que existiera sujeto activo o sujeto pasivo, en los casos en que no puede procederse de oficio.
Jamás podría acogerse en materia civil una demanda que no se dirigiera respecto a alguna persona,
como tampoco podría iniciarse un proceso sin que existiera un actor.

c) La falta de proceso. El acto jurisdiccional tiene que emanar de un proceso, por lo que su
inexistencia sólo lo hace consistir a éste en meras opiniones carentes de toda eficacia.

El reconocimiento de la inexistencia procesal tiene relevancia por cuanto:


a).- Si el proceso es inexistente, no hay sentencia ni cosa juzgada real. Sólo existe una mera
apariencia, que para desconocerla no es necesario deducir recurso alguno ni efectuar gestiones
dentro del pseudo proceso.
b).- El tribunal no tiene obligación de pronunciarse acerca de la inexistencia de un acto, puesto
que no puede resolver sobre algo que no existe. La acción carecería de objeto y de causa.
c).- No existe plazo alguno para desconocer los supuestos efectos que genera un acto
inexistente.
d).- El acto inexistente no necesita ser convalidado sea por la voluntad de las partes o el transcurso
del tiempo.
e).- El acto inexistente no requiere ser invalidado.

C. LA NULIDAD

La nulidad es una sanción de ineficacia respecto de los actos jurídicos del proceso por el
incumplimiento de algunos de los requisitos que la ley prescribe para su validez.
La nulidad procesal se caracteriza por cuanto:

a) La nulidad procesal es autónoma en su naturaleza, en sus consecuencias, en su


configuración jurídica.
La nulidad del acto jurídico procesal se rige por normas procesales y que no aplican
directamente respecto de ellas las normas sobre la nulidad civil.
La jurisprudencia es la que se ha encargado de sentar la teoría acerca de la nulidad procesal
en nuestro Derecho, puesto que ante la legislación inorgánica e incompleta han sido las sentencias
dictadas a propósito de la casación en la forma y el incidente del art.84 del C.P.C. las que han
configurado en la esencia esta institución.
El legislador mediante las últimas reformas se ha limitado básicamente a introducir en los
códigos del ramo los principios ya sustentados por la Jurisprudencia.

64
b) La nulidad procesal no es clasificable.
La nulidad procesal es una sola, no es ni absoluta ni es relativa.
Sin embargo, en doctrina se distingue ante la nulidad y anulabilidad procesal.
La nulidad es aquella que puede ser declarada de oficio a petición de parte por haberse
infringido normas que emanen del interés público, es decir, se refieren a la relación procesal o que
tengan por finalidad el orden público. Son casos de nulidad procesal los de incompetencia absoluta,
implicancia, nulidad incidental del art.84 del C.P.C. y la casación de oficio.
La anulabilidad es aquella que puede ser declarada por el juez sólo a petición de parte por
haberse infringido normas que miren al orden privado. Son casos de anulabilidad las excepciones
dilatorias la incompetencia relativa. Ello es así se ha señalado por cuanto el juez no está en su
intervención en el proceso destinado a reemplazar a las partes en el cumplimiento de sus
obligaciones, sino que para velar por el respeto de todo aquello que es trascendente para la
existencia de un debido proceso.

c) La nulidad procesal requiere para que opere de una causal.


En nuestro derecho no recibe aplicación el principio de la especialidad, esto es, que no
existe nulidad procesal sin que una ley específica la establezca.
En nuestro Derecho, para los efectos de la nulidad procesal se contemplan causales
genéricas y causales específicas.
Las causales genéricas son aquellas contempladas en el art.84, relativas a vicios que anulen
el proceso o circunstancias esenciales para la ritualidad o la marcha del juicio; la contemplada en el
Nº9 del art.768 del C.P.C. y la causal de casación en el fondo en materia civil.
Las causales especificas son las contempladas en los 8 primeros números del art.768 del
C.P.C. y las nulidades especificas señaladas en los arts.79 y 80 del C.P.C. a propósito del litigante
rebelde y la fuerza mayor.

d) La nulidad procesal requiere para que opere de la dictación de una resolución


judicial que la declare.
El acto que adolece de un vicio produce todos sus efectos mientras no es declarada la
nulidad procesal que lo afecta.
El tribunal que debe dictar la resolución para declarar la nulidad procesal y el procedimiento
que debe de seguirse para obtener esa declaración dependerá del medio que se utilice para hacerlo
valer. (P.Ej. incidente nulidad; casación en la forma, casación en el fondo; recurso de revisión.).

e) La nulidad se aplica solamente a los actos jurídicos procesales realizados dentro del
proceso.
Es por ello que los actos procesales que se hubieren realizado fuera del proceso (P.Ej. La
transacción) no deben ser anuladas por vía de la nulidad procesal.
Además, la nulidad procesal se sanea en la mayoría de los casos si ella no es alegada dentro
del proceso y jamas podrá en un juicio ordinario posterior pretenderse anular un acto jurídico
procesal realizado en un proceso afinado. Es así como el legislador ha señalado categóricamente en
el mensaje del C.P.C. que "se desconoce de un modo expreso la acción ordinaria de nulidad para
invalidar sentencias, no admitiéndose otro camino que el de la casación para lograr este resultado".

f) La nulidad procesal genera la ineficacia específica del acto viciado y en algunos casos,
también la de los actos realizados con posterioridad en el proceso por existir una dependencia
directa entre todos ellos.
Por regla general, la nulidad de un acto procesal sólo afecta a éste y no al resto de los actos
realizados en el proceso. En tal caso, la doctrina nos habla de nulidad propia. P.Ej. La nulidad de la
declaración de un testigo.
Ello se contempla expresamente en la actualidad en el art.83 inc. final, al establecerá que "la
declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado".
Por otro lado, existe la nulidad extensiva o derivada, que es aquella que se produce cuando
la nulidad de un acto jurídico procesal no afecta sólo a éste, sino que a todos aquellos que se
hubieren realizado con posterioridad en atención a la vinculación existente entre ellos en el
proceso.
65
Ello se produce por el denominado efecto extensivo de la nulidad procesal.
El acto procesal nulo derivativamente, en si, es perfectamente ajustado a derecho, no
adolece de vicio alguno intrínseco, y su falta de eficacia proviene de haber sido contaminado, valga
la frase, por la nulidad del que le precedió.
Ejemplo típico en nuestro derecho de nulidad extensiva o derivada es la que proviene de la
falta de emplazamiento, puesto que declarada la nulidad de la notificación de la demanda el
proceso se retrotrae al estado de la notificación de ella de pleno derecho y todos los actos que se
hubiere ejecutado con posterioridad son nulos. A quien la corresponde determinar el efecto
extensivo de la nulidad es al tribunal; y así se establece a propósito del incidente de nulidad
procesal en el inciso final del art.83 del C.P.C.; a propósito del recurso de casación en la forma en el
inciso primero del art.786 del C.P.C. y a propósito del llamado recurso de revisión en inciso segundo
del art.815 del C.P.C.

g) La nulidad procesal se sanea.


En nuestra legislación se han contemplado diversas causas o maneras de sanear la nulidad.
En primer lugar, la nulidad procesal de sanea mediante la resolución que la deniega.
Ejecutoriada que sea la resolución, y que normalmente tiene el carácter de sentencia
interlocutoria, ella va a producir el efecto de cosa juzgada y con ello se producirá la máxima purga
de la nulidad procesal.

En segundo lugar, la nulidad procesal se sanea por la preclusión de la facultad establecida


por la ley para hacerla valer.
Así, a partir de la última reforma debe promoverse dentro del plazo de 5 días desde que se
tuvo conocimiento del vicio. Transcurrido dicho plazo se extingue la facultad de hacerla valer, a
menos que se trate de la incompetencia absoluta.
En tercer lugar, la nulidad se purga cuando la parte ha originado el vicio o concurrido a su
materialización. Con ésta disposición contemplada en el inciso 2º del art.83 del C.P.C. se ha
consagrado la existencia de una circunstancia impeditiva para hacer valer la nulidad semejante a la
contemplada en el art.1.683 del Cód. Civil, la que establece que no se puede alegar la nulidad por
aquel que contrató sabiendo o debiendo saber el vicio que invalidaba el acto o contrato.
En cuarto lugar, la nulidad se purga por la convalidación expresa o tácita del acto nulo.
(art.83 inc.2º del C.P.C.). El principio de la convalidación es aquel que establece que toda nulidad se
convalida con el consentimiento expreso o tácito del afectado.
Existe una convalidación expresa o por confirmación cuando se ejecuten actuaciones que
manifiesta e inequivocamente demuestran, aunque sin decirlo que el perjudicado con el acto
irregular prescinde de invocar la nulidad. Sería en caso de la notificación tácita del art.55 y de la
prorroga de la competencia del art.187 del C.O.T.
La convalidación tácita se produce cuando la parte legitimada para solicitar la nulidad deja
pasar las oportunidades prescritas por la ley para hacerla valer.
Es así como en un fallo de muchos años atrás de don Rafael Fontecilla se declaró valida la
ratificación de un mandato judicial no autorizado por el secretario del tribunal sobre la base de la
falta de perjuicio y de haberse tolerado por largo tiempo por la parte contraria el que ese
mandatario interviniera en el juicio.

h) La nulidad procesal debe ser declarada sólo en el caso que el vicio que la genera hubiere
causado un perjuicio.
En doctrina, se ha establecido respecto de la nulidad procesal el principio de la
transcendencia o protección. Este se enuncia en una forma muy simple y escueta, pero
tremendamente categórica: No hay nulidad sin perjuicio (pas de nullité sans grief), esto es, la
nulidad sin perjuicio no opera.
Este principio se explica por el profesor Colombo señalado que el proceso no es un fin; es un
medio que la ley coloca a disposición de las partes para que hagan efectivo sus derechos y al juez
para que pueda ejercer la función jurisdiccional.
Por tanto, si se comete un vicio que en nada altera los resultados finales, o sea, que no
produzca un perjuicio, no se podrá pedir la nulidad aun cuando el vicio exista".
Este principio se reconoce expresamente por el legislador en el art.768 inciso penúltimo en
66
el recurso de casación en la forma, al establecer que "el tribunal podrá desestimar el recurso de
casación en la forma, si de los antecedentes aparece de manifiesto que el recurrente no ha sufrido
un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en lo
dispositivo del mismo".
Por otra parte, el art.767 requiere para interponer un recurso de casación en el fondo no
sólo que exista una infracción de ley, sino que ella además hubiere causado un perjuicio por haber
influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
Finalmente, es menester hacer presente que el legislador a propósito del incidente de
nulidad recogió este principio de la protección y trascendencia ya sustentado con anterioridad en
numerosos fallos de nuestros tribunales, al prescribir en el inciso primero del art.83 que "la nulidad
procesal podrá ser declarada, de oficio o a petición de parte, en los casos que la ley expresamente
lo disponga y en todos aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un
perjuicio reparable sólo son la declaración de nulidad".

i) La nulidad procesal puede hacerle valer por diversos medios.


Los medios directos son aquellos que atacan directamente el acto que se pretende invalidar.
Revisten este carácter la declaración de nulidad de oficio por el tribunal (art.84 C.P.C.);la
casación en la forma de oficio por el tribunal (art.775); la casación en el fondo de oficio (art.785); el
incidente de nulidad; las excepciones dilatorias; el recurso de casación en la forma; el recurso de
casación en el fondo y el recurso de revisión.
Los medios indirectos son aquellos que sin perseguir directamente la nulidad, pretenden
que ella sea declarada. Revisten este carácter el recurso de reposición; el recurso de apelación; el
recurso de queja.
La elección del medio dependerá de la naturaleza del acto viciado, la trascendencia de la
irregularidad y/o la oportunidad en que se genere la nulidad.

D. LA INOPONIBILIDAD

La inoponibilidad es la ineficacia del acto jurídico procesal respecto de terceros por no


haberse cumplido con un requisito para que este produzca efectos a su respecto.
En la inoponibilidad nos encontramos con un acto jurídico procesal que tiene existencia y es
válido, pero que no produce efectos respecto de terceros.
La regla general es que el acto procesal es sólo oponible a las personas vinculadas con el
proceso en que produce o que hayan tomado parte en la celebración de un acto jurídico procesal
extrajudicial.
Es así, como el acto jurídico procesal mas importante que emana del proceso como es la
sentencia, sólo produce sus efectos respecto de aquellos que hubieren sido parte en el proceso.
(art.177 del C.P.C.).
Si pretendiere ejecutarse un fallo respecto de quien no ha sido parte en el proceso del cual
éste emanado, se podrá oponer la excepción de no empecerle la sentencia.
Por otra parte, el art.185 del C.O.T. establece que la prorroga de jurisdicción (competencia)
sólo tiene efectos entre las personas que han concurrido a otorgarla, mas no respecto de otras
personas como los fiadores o codeudores"; en otras palabras, la prorroga expresa de competencia
es inoponible respecto de quienes no hubieren concurrido a convenirla.
Finalmente, la celebración del compromiso sólo es oponible a las partes litigantes que
hubieren convenido, y es inoponible respecto de terceros (art.234 Nº2º del C.O.T.).
La inoponibilidad procesal es un tema que no ha sido abordado en forma orgánica y
sistemática por la doctrina y la legislación universal, pero sería perfectamente factible la
elaboración de ella tomando como base las enseñanzas de Bastian y de don Alberto Baltra Cortes a
propósito de la inoponibilidad en materia civil.

E. LA PRECLUSION

En los procesos inspirados por el orden consecutivo legal es posible concebir la preclusión
(extinción) de la facultad de impetrar la nulidad procesal si no se respeta el orden y las
oportunidades establecidas para tal efecto por el legislador.
67
Respecto de la preclusión nos remitimos a lo señalado en los apuntes acerca de los
principios formativos del procedimiento.
Claros ejemplos de preclusión de la nulidad procesal son los contemplados en el inciso 2º
del art. 83; 85 y 86 del C.P.C.
Además, debe tenerse presente que la sentencia ejecutoriada produce la cosa juzgada
(suma o máxima preclusión), momento a partir de la cual se extingue la facultad de impetrar la
nulidad procesal en el proceso de cualquier acto.

E. OTRAS SANCIONES

Por otra parte, dentro del derecho procesal se establecen otras sanciones para el
incumplimiento de una carga u obligación dentro del proceso.
Podemos citar a título meramente ejemplar las siguientes: La condena en costas; las
consignaciones; la deserción; prescripción de los recursos; el apercibimiento al no acompañarse
copia de los escritos; la inadmisibilidad como incumplimiento a requisitos formales de escritos de
defensa o recursos, etc.

CAPITULO X: LA FORMACION DEL PROCESO

I.- CONCEPTO DE EXPEDIENTE Y FORMACION DE EL.

La formación del proceso se encuentra regulada en el Titulo V del Código de Procedimiento


Civil, el que se denomina “De la formación del proceso, de su custodia y de su comunicación a las
partes”, comprendiendo los artículos 29 a 37 de ese cuerpo legal.

En dicho Título al emplearse por el legislador la voz proceso, más que estarse refiriendo a
éste alude a la materialidad en la cual se deja constancia de las diversas actuaciones judiciales que
se van realizando durante el desarrollo de un procedimiento.
De acuerdo con ello, podemos señalar que proceso en el sentido de expediente en que se
utiliza en dicho Título, es el conjunto de escritos, documentos y actuaciones de toda especie que se
presentan o verifican en el procedimiento.(art. 29 del C.P.C.).

En cuanto a la formación del proceso, dispone el nuevo Art. 29 que “Se formará la carpeta
electrónica con los escritos, documentos, resoluciones, actas de audiencias y actuaciones de toda
especie que se presenten o verifiquen en el juicio. Estos antecedentes serán registrados y
conservados íntegramente en orden sucesivo conforme a su fecha de presentación o verificación a
través de cualquier medio que garantice la fidelidad, preservación y reproducción de su contenido, lo
que se regulará mediante auto acordado de la Corte Suprema.
La carpeta electrónica estará disponible en el portal de internet del Poder Judicial, salvo que
la ley establezca lo contrario o habilite al tribunal para restringir su publicidad, o la de alguna parte
de ella.
Ninguna pieza de la carpeta electrónica podrá eliminarse sin que previamente lo decrete el
tribunal que conoce de la causa”.

II.- LOS ESCRITOS.

En relación a la presentación de los escritos, el nuevo Art. 30 dispone que “Los escritos y
documentos se presentarán por vía electrónica conforme se dispone en los artículos 5º y 6º (Ley
20.886), respectivamente, de la Ley General sobre Tramitación Electrónica de los Procedimientos
Judiciales.
Los escritos se encabezarán con una suma que indique su contenido o el trámite de que se
trata”.
Los citados Arts. 5º y 6º señalan:

Artículo 5º.- “Presentación de demandas y de escritos. El ingreso de las demandas y de todos


68
los escritos se hará por vía electrónica a través del sistema de tramitación electrónica del Poder
Judicial, para cuyos efectos los abogados o habilitados en derecho se registrarán en los términos que
se regulen en el auto acordado que la Corte Suprema dictará al efecto.
En casos excepcionales, cuando las circunstancias así lo requieran o se trate de una persona
autorizada por el tribunal por carecer de los medios tecnológicos necesarios, los escritos podrán
presentarse al tribunal materialmente y en soporte papel por conducto del ministro de fe respectivo
o del buzón especialmente habilitado al efecto.
Los escritos presentados en formato papel serán digitalizados e ingresados a la carpeta
electrónica inmediatamente”.

“Artículo 6º.- Presentación de documentos. Los documentos electrónicos se presentarán a


través del sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial o, en caso de requerirlo así las
circunstancias, se acompañarán en el tribunal a través de la entrega de algún dispositivo de
almacenamiento de datos electrónicos.
Los documentos cuyo formato original no sea electrónico podrán presentarse materialmente
en el tribunal y quedarán bajo la custodia del funcionario o ministro de fe correspondiente. No
obstante, los títulos ejecutivos cuyo formato original no sea electrónico deberán presentarse
materialmente en el tribunal y quedarán bajo la custodia del funcionario o ministro de fe
correspondiente, bajo apercibimiento de tener por no iniciada la ejecución.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, los documentos y títulos ejecutivos
presentados materialmente deberán acompañarse con una copia en formato digital a través del
sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial o, en caso de requerirlo así las circunstancias,
en el tribunal, a través de la entrega de algún dispositivo de almacenamiento de datos electrónicos.
Si no se presentaren las copias digitales de los documentos o títulos ejecutivos, o si existiere
una disconformidad substancial entre aquellas y el documento o título ejecutivo original, el tribunal
ordenará, de oficio o a petición de parte, que se acompañen las copias digitales correspondientes
dentro de tercero día, bajo apercibimiento de tener por no presentado el documento o título
ejecutivo respectivo.
En casos excepcionales, cuando se haya autorizado a una persona para presentar escritos
materialmente por carecer de los medios tecnológicos, no será necesario acompañar copias
digitales. En este caso, los documentos y títulos ejecutivos presentados en formato que no sea
electrónico serán digitalizados e ingresados inmediatamente por el tribunal a la carpeta
electrónica”.

Se suprime la necesidad de acompañar copias indicada en el primitivo Art. 31 (hoy


derogado).
Por otro lado, se reemplazó el Art. 33 primitivo por el siguiente: “Los secretarios letrados de
los juzgados civiles podrán dictar por sí solos las sentencias interlocutorias, autos y decretos,
providencias o proveídos, salvo cuando ello pudiere importar poner término al juicio o hacer
imposible su continuación. La reposición que sea procedente en contra de estas resoluciones, en su
caso, será resuelta por el juez”.
En relación al Art. 34, se establece hoy en día que el sistema electrónico enumerará las
piezas de la carpeta electrónica. Dada la naturaleza electrónica del expediente, se derogó el Art. 35
que regulaba el desglose de los expedientes físicos.

III.- LA CONSULTA DEL EXPEDIENTE.

De conformidad a lo establecido en el artículo 9º del C.O.T., los actos de los tribunales son
públicos, salvo las excepciones expresamente establecidas en la ley.
De acuerdo con ello, se contempla como una de las funciones de los secretarios la de dar
conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de los procesos que tengan archivados en sus
oficinas y de todos los actos emanados de la Corte o juzgado, salvo los caos en que el
procedimiento deba ser secreto en virtud de una disposición expresa de la ley.(art 380 Nº 3 del
C.O.T.).

69
IV.- LA CUSTODIA DEL EXPEDIENTE.

En relación a la custodia del expediente elctrónico, dispone el nuevo Art. 36: Las piezas que
se presenten al tribunal se mantendrán bajo su custodia y responsabilidad. Éstas no podrán retirarse
sino por las personas y en los casos expresamente contemplados en la ley. Corresponderá al tribunal
velar por el estricto cumplimiento de lo establecido en el artículo 393 del Código Orgánico de
Tribunales”.
V.- LA REMISION DEL EXPEDIENTE A OTRO TRIBUNAL.

Artículo 37.- Cuando los tribunales pidan o hayan de oír dictamen por escrito del respectivo
fiscal judicial o de los defensores públicos, les enviarán comunicación de la carpeta electrónica a la
que deben acceder electrónicamente.
Si estos funcionarios retardan dicho dictamen, podrá el tribunal señalarles un plazo
razonable para que lo envíen o agreguen a la carpeta electrónica.
En aquellos casos en que otro tribunal requiera la remisión del expedienteoriginal o de algún
cuaderno o pieza del proceso, el trámite se cumplirá enviando la correspondiente comunicación de la
carpeta electrónica a la que deben acceder a través del sistema de tramitación electrónica del Poder
Judicial. Lo mismo se aplicará cada vez que la ley ordene la remisión, devolución o envío del proceso
o de cualquiera de sus piezas a otro tribunal”.

VI. EXTRAVIO DEL EXPEDIENTE Y SU RECONSTITUCION.

El Código de Procedimiento Civil no contempla normas para los efectos de regular el


procedimiento que ha de seguirse en caso de extravío de un expediente y su posterior
reconstitución., lo que si realiza el Código de Procedimiento Penal en el Titulo VIII de su Libro III,
que comprende los artículos 668 a 671.
En la practica, en caso de extravío de expedientes civiles se ha procedido a dar una
aplicación acomodaticia a estas normas para los efectos de proceder a la reconstitución de
expedientes extraviados, para lo cual reviste particular importancia la conservación de las copias de
los escritos y actuaciones realizadas ante el tribunal, debidamente timbradas por el Secretario de
éste.
Extraviado un expediente, lo que debe realizarse es presentar un escrito al tribunal
solicitándole que ordene al secretario del tribunal que certifique el extravío del expediente.
Certificado el extravío del expediente por el secretario del tribunal, debe procederse a la
reconstitución de éste.
En tal caso, la parte que desee reconstituir el expediente debe presentar un escrito
solicitando que este se tenga por reconstituido con el mérito de las copias simples de los escritos y
actuaciones del proceso que acompañe, en lo posible encontrándose ellas timbradas por el
secretario del tribunal, puesto que el artículo 669 inc. 2º del C.O.T. reconoce a éstas como
auténticas para éstos efectos.
Nuestros tribunales generalmente proceden en este caso a dictar una resolución teniendo
por reconstituido el expediente con el mérito de las copias acompañadas por parte del solicitante
con citación, disponiendo la notificación de dicha resolución por cédula.
En caso que se formule oposición, el tribunal al resolver el incidente generado por ella
determinará las piezas con el mérito de las cuales debe tenerse por reconstituido el expediente.
Si en el proceso extraviado hubiere recaído sentencia firme, y se conserva copia original o
auténtica de ella, se cumplirá esa resolución conforme a lo establecido en el art. 671 del C.P.P. Esta
norma es de toda lógica, y para ello se podrá utilizar una copia de la sentencia que debe figurar en
el registro de sentencias definitivas que se debe llevar por el secretario del tribunal respecto de los
procesos civiles y penales de conformidad a lo establecido en el art. 384 Nº 1 del C.O.T.

CAPITULO XI: LOS PLAZOS

I.- REGLAMENTACION

Las disposiciones más importantes que se contemplan en nuestra legislación para la


70
regulación de los plazos se encuentran en los artículos 48 a 50 del Código Civil, 64 a 68 del Código
de Procedimiento Civil.

II.- CONCEPTO.

El plazo o término procesal es el espacio de tiempo fijado por la ley, el juez o las partes para
el ejercicio de una facultad o la realización de un acto jurídico procesal dentro del proceso.
Hay quienes efectuaban una distinción entre el plazo, que era el período establecidas para
cuestiones derivadas del cumplimiento de obligaciones civiles y el término, que era el período
establecido para cuestiones procesales. En nuestra legislación, doctrina y jurisprudencia no se
efectúa esa distinción, siendo ambas expresiones sinónimas.

III.- CÓMPUTO DE LOS PLAZOS.

La forma de computar los plazos se encuentra establecida en el artículo 48 del Código Civil.
De acuerdo con ese precepto legal “todos los plazos de días, meses o años de que se haga
mención en las leyes o en los decretos del Presidente de la República, de los tribunales o juzgados,
se entenderá que han de ser completos y correrán además hasta la medianoche del último día del
plazo.
“El primero y el último día de un plazo de meses o años deberán tener un mismo número en
los respectivos meses. El plazo de un mes podrá ser, por consiguiente, de 28, 29, 30 o 31 días, y el
plazo de un año de 365 o 366 días según los casos.
“Si el mes en que ha de principiar el plazo de meses o años constare de mas días que el mes
en que ha de terminar el plazo, y si el plazo corriere desde alguno de los días en que el primero de
dicho meses excede al segundo, el último día del plazo será el último día de este segundo mes.
“Se aplicarán estas reglas a las prescripciones, a las calificaciones de edad, y en general a
cualesquiera plazos o términos prescritos en las leyes o en los actos de las autoridades chilenas;
salvo que en las mismas leyes o actos se disponga expresamente otra cosa".
De acuerdo al artículo 49 del Código Civil, "cuando se dice que un acto debe ejecutarse en o
dentro de cierto plazo, se entenderá que vale si se ejecuta antes de la medianoche en que se
termina el último día del plazo; y cuando se exige que haya transcurrido un espacio de tiempo para
que nazcan o expiren derechos, se entenderá que estos derechos no nacen o expiran sino después
de la medianoche en que termine el último día de dicho espacio de tiempo.”

Según estas normas contenidas en el Código Civil, dos son los principios que se establecen
respecto del cómputo de los plazos:

1º.- Los plazos han de ser completos.


2º.- El plazo corre hasta la medianoche del último día del plazo, si este es de días, meses o años.

De acuerdo con ello, si se confiere traslado para responder un incidente, y la resolución se


notifica por el Estado diario el día Lunes a las 14:00 horas, el plazo de tres días para evacuar ese
trámite se extingue a la medianoche del día Jueves.

IV.- PLAZOS LEGALES, JUDICIALES Y CONVENCIONALES.

Plazos legales son aquellos establecidos por la ley.

Los plazos legales constituyen la regla general dentro de nuestra legislación y a través de
ellos se establece la aplicación dentro de los procedimientos nacionales de los principios formativos
del procedimiento del orden consecutivo legal y de la preclusión.
Ejemplos típicos de los plazos legales son todos aquellos que se establecen dentro de los
diversos procedimientos para los efectos de evacuar el o los trámites que se comprenden en el
período de discusión, el término probatorio y los plazos para deducir los diversos recursos legales.

Plazos judiciales son aquellos fijados por el juez cuando la ley lo autoriza expresamente
71
para ello.
En los casos de los plazos judiciales se da aplicación dentro de nuestro procedimiento al
principio formativo del procedimiento del orden consecutivo convencional.
Como ejemplo de plazos legales tenemos el plazo en que debe comparecer a absolver
posiciones en el juicio ordinario, el plazo para comparecer a confesar deuda o reconocer firma
como gestión preparatoria de la vía ejecutiva, etc.
El tribunal sólo puede fijar un plazo para la realización de actuaciones judiciales en los casos
en que la ley lo hubiere facultado para ello.

Plazo convencional es aquel fijado de común acuerdo por las partes o por aquel que debe
concurrir a realizar un acto jurídico unilateral.
Como ejemplo de plazos convencionales, que importan la aplicación dentro del
procedimiento del principio formativo del orden consecutivo convencional, podemos señalar el
procedimiento ante árbitros arbitradores en el cual las partes pueden de común acuerdo establecer
el procedimiento para la resolución del conflicto.

Esta clasificación, que se efectúa atendiendo al origen del establecimiento del plazo, tiene
importancia para los siguientes efectos:

a.- Para establecer el carácter de fatal o de no fatal del plazo.


Los plazos que establece el Código de Procedimiento Civil son fatales, salvo que se refieran a
actuaciones propias del tribunal (Art. 64 del C.P.C.). Los plazos judiciales revisten el carácter de no
fatales. (Art. 78 del C.P.C.).

b.- Para establecer la posibilidad de prórroga del plazo.


Los términos legales no son prorrogables. Los plazos judiciales son prorrogables en el evento
de darse cumplimiento de los requisitos que establece la ley. Los términos convencionales son
prorrogables de común acuerdo por las partes.

V.-PLAZOS DE HORAS, DIAS, MESES Y AÑOS.

En cuanto a la extensión del término es posible distinguir dentro del procedimiento el


establecimiento de plazos de horas, de días, meses y años.
La regla general dentro de nuestro procedimiento la constituyen los plazos de días.

Excepcionalmente, es posible distinguir en nuestro procedimiento los plazos de horas,


como ocurre en el nuevo proceso penal con el plazo de 24 horas para que se ponga al detenido a
disposición del juez de garantía ( art. 131 Código Procesal Penal) o en el antiguo proceso penal con
el plazo de 24 horas para que el juez del crimen tome la declaración indagatoria a un detenido
contadas desde aquella que hubiere sido puesto a su disposición (Art. 319 del C.P.P.), el plazo de 24
horas para que se falle el recurso de amparo o de 24 horas para que se interponga el recurso de
apelación en contra de la resolución que falla el recurso de amparo (Arts 308 y 316 del C.P.P.), etc.
Además, también se contemplan excepcionalmente dentro de nuestro procedimiento los
plazos de meses, como ocurre con el plazo de inactividad de 6 meses que se requiere para que a
petición del demandado se pueda declarar por el tribunal el abandono del procedimiento (art.152
del C.P.C.); con el plazo de inactividad de tres meses si se trata de una sentencia definitiva o de un
mes si se trata de otra resolución para que se pueda declarar a petición de parte la prescripción del
recurso de apelación (Art.211 del C.P.C.), etc.-
Finalmente, excepcionalmente también es posible encontrar dentro de nuestro
procedimiento el plazo de años, como ocurre con el plazo de un año contado, desde que la
prestación contenida en la sentencia se hizo exigible, para poder solicitarse el cumplimiento de una
sentencia a través del procedimiento incidental (Art. 233 del C.P.C.), con la facultad el tribunal para
denegar de oficio la ejecución si el titulo ejecutivo presentado en la demanda ejecutiva tiene más
de tres años contados desde que la obligación se hizo exigible (Art. 442 del C.P.C.), con el plazo de
un año contado desde que la sentencia adquirió el carácter de firme o ejecutoriada para los efectos
de deducir el recurso de revisión en materia civil (Art. 811 del C.P.C.).-
72
La distinta extensión con la cual se contempla el establecimiento del plazo tiene importancia
en los siguientes aspectos:

a.- En cuanto a su computo, dado que el carácter de computo completo de un plazo, en el


sentido de extenderse éste hasta la medianoche del día en que éste vence, sólo se aplica a los
plazos de días, meses y años, pero no respecto de los plazos de horas de acuerdo a lo establecido
en el artículo 48 del Código Civil y 15 del Código Procesal Penal.

b.- En cuanto a su carácter de continuo o discontinuo, puesto que sólo los plazos de días y
que se encuentran establecidos en el Código de Procedimiento Civil se suspenden durante los días
feriados. (Art. 66 del C.P.C.). En el proceso penal, tanto en el antiguo como en el nuevo sistema,
todos los días y horas serán hábiles para las actuaciones del procedimiento penal y no se
suspenderán los plazos por la interposición de días feriados.

VI.- PLAZOS FATALES Y NO FATALES.

Plazos fatales son aquellos en que la posibilidad de ejercer un derecho o la oportunidad


para ejecutar un acto se extingue o precluye al vencimiento del plazo por el sólo ministerio de la ley
y sin necesidad que se dicte resolución alguna que declare extinguida la facultad.
En nuestro derecho se encuentra contemplada la existencia de los plazos fatales en los
artículos 49 del Código Civil y en el inciso primero del artículo 64 del Código de Procedimiento Civil.
Al efecto, establece el mencionado artículo 49 del C.Civ, que "cuando se dice que un acto
debe ejecutarse en o dentro de cierto plazo, se entenderá que vale si se ejecuta antes de la
medianoche en que se termina el último día del plazo; y cuando se exige que haya transcurrido un
espacio de tiempo para que nazcan o expiren derechos, se entenderá que estos derechos no nacen
o expiran sino después de la medianoche en que termine el último día de dicho espacio de tiempo."
El artículo 64 del Código de Procedimiento Civil establecía que "los derechos para cuyo
ejercicio se conceda un término fatal o que supongan un acto que deba ejecutarse en o dentro de
cierto término, se entenderán irrevocablemente extinguidos por el ministerio sólo de la ley, si no se
han ejercido antes del vencimiento de esos términos.”
En consecuencia, de acuerdo con esos preceptos para los efectos de poder establecer
cuando un término tenía el carácter de fatal era menester que se señalara por el legislador su
carácter de fatal o se utilizara por éste las expresiones en o dentro de cierto plazo.
No obstante, mediante la dictación de la Ley 18.882 de 20 de Diciembre de 1989, se
modificó el artículo 64 del Código de Procedimiento Civil, estableciéndose en el inciso primero de
ese precepto actualmente que "los plazos que señala este Código son fatales cualquiera sea la
forma en que se exprese, salvo aquellos establecidos para la realización de actuaciones propias del
tribunal. En consecuencia, la posibilidad de ejercer un derecho o la oportunidad para ejecutar el
acto se extingue al vencimiento del plazo. En estos casos el tribunal, de oficio o a petición de parte,
proveerá lo que convenga para la prosecución del juicio, sin necesidad de certificado previo."
A partir de esa modificación legal, la regla de la fatalidad de los plazos se extendió a todos
los términos que el legislador establece en el Código de Procedimiento Civil, sin importar la
expresión que se utilice para su establecimiento.
En consecuencia, en la actualidad se puede establecer como regla general que revisten el
carácter de fatales todos los plazos establecidos por el legislador en el Código de Procedimiento
Civil, cualquiera sean la expresiones que éste utilice y la extensión que ellos tengan.
Dada la extensión de esta regla a todos los plazos establecidos en el Código de
Procedimiento Civil, algunas disposiciones de éste carecen en la actualidad de trascendencia,
puesto que sólo reiteran para situaciones específicas la fatalidad del plazo. Ello ocurre por ejemplo
en el artículo 463 del C.P.C. al señalar la fatalidad de los plazos para oponer excepciones por el
ejecutado en el juicio ejecutivo.
Excepcionalmente, no revisten el carácter de fatal, no obstante tratarse de términos
contemplados en el Código de Procedimiento Civil, aquellos establecidos para la realización de
actuaciones propias del tribunal. En estos casos, si el tribunal no ejerce la facultad dentro del plazo
establecido en la ley, ella no se extingue y puede ser ejercida con posterioridad, sin perjuicio de la
sanción disciplinaria que podría imponerse a éste. Es así por ejemplo, que si un tribunal no dicta en
73
el juicio ordinario sentencia definitiva dentro del término de 60 días contados desde que la causa
quede en estado de sentencia, ella podrá ser dictada con posterioridad, sin perjuicio de poderse
deducir por el retardo en la dictación una queja disciplinaria de acuerdo a lo previsto en el Nº 1 del
artículo 545 del C.O.T..-
Sin perjuicio de lo anterior, existe una contraexcepción en la cual no obstante tratarse de
términos establecidos para la realización de actuaciones propias del tribunal, el transcurso de éste
impide que produzca efectos la resolución que dicte transcurrido ese plazo. Esta situación es la que
se presenta en las medidas para mejor resolver, puesto que de acuerdo a lo previsto en el artículo
159 del C.P.C. "los tribunales sólo dentro del plazo para dictar sentencia, podrán dictar de oficio
medidas para mejor resolver. Las que se dicten fuera de este plazo se tendrán por no decretadas."
El efecto que se produce por el sólo ministerio de la ley y sin necesidad de dictación alguna
por parte del tribunal al transcurso de un plazo fatal es la extinción de la facultad procesal. Al
efecto, se señala por el legislador en el citado artículo 64 del C.P.C. que "la posibilidad de ejercer un
derecho o la oportunidad para ejecutar el acto se extingue al vencimiento del plazo."
La extensión por la modificación legal de la fatalidad de los plazos a todos los términos que
establece el Código de Procedimiento Civil, con la excepción de aquellos establecidos para la
realización de actuaciones propias del tribunal, permitió que adquiriera una mucho mayor
aplicación dentro de nuestro procedimiento civil el principio de la preclusión, puesto que una de las
cuatro modalidades para que éste opere es precisamente el no ejercicio de una facultad en el
procedimiento dentro del plazo establecido por el legislador y que trae como consecuencia que la
facultad precluya o se extinga por el sólo ministerio de la ley.
Extinguida la facultad por el solo ministerio de la ley al sólo transcurso del plazo sin haberse
ella ejercido, debe el tribunal de oficio o a petición de parte dictar la resolución pertinente para dar
curso al procedimiento, sin necesidad de certificado previo acerca de haber transcurrido el plazo y
no haberse ejercido la facultad. Al efecto, el mencionado artículo 64 del C.P.C. establece que “en
estos casos el tribunal, de oficio o a petición de parte, proveerá lo que convenga para la
prosecución del juicio, sin necesidad de certificado previo."
Así por ejemplo, si el demandado no contesta la demanda dentro del término de
emplazamiento del juicio ordinario, deberá el tribunal de oficio o a petición de parte, conferir
traslado al demandante para replicar.

Plazos no fatales son aquellos en que la posibilidad de ejercer un derecho o para ejecutar
un acto no se extingue al vencimiento del plazo por el sólo ministerio de la ley, sino que es
necesario para ello que se dicte una resolución por el tribunal, de oficio o a petición de parte,
teniendo por evacuado el trámite en rebeldía de la parte.
En la actualidad, a partir de la dictación de la Ley 18.705 de 24 de Mayo de 1988, sólo
revisten el carácter de no fatales en nuestra legislación los plazos judiciales.
Al efecto, el artículo 78 del C.P.C. establece que "vencido un plazo judicial para la realización
de un acto procesal sin que éste se haya practicado por la parte respectiva, el tribunal de oficio o a
petición de parte, declarará evacuado dicho trámite en su rebeldía y proveerá lo que convenga para
la prosecución del juicio, sin certificado previo del secretario."
En un plazo judicial que reviste el carácter de no fatal, mientras no sea declarada la rebeldía
por el tribunal una vez transcurrido el plazo, ya sea de oficio o a petición de parte, la parte
respectiva no ve extinguida su facultad procesal y puede practicar la actuación judicial.
De allí, que los plazos fatales se encuentren estrecha e indisolublemente vinculados con la
institución de las rebeldías, puesto que mientras ella no sea declarada por el tribunal, no obstante
haber transcurrido el plazo, la facultad no se extingue y puede ser ejercida por la parte.
De acuerdo con ello, para que una facultad procesal se extinga por la rebeldía de la parte
respectiva en su ejercicio es menester que concurran los siguientes requisitos.

a.- Que se haya establecido un plazo judicial para el ejercicio de la facultad por la parte respectiva
b.- Que haya transcurrido el plazo judicial sin haberse ejercido la facultad por la parte respectiva
c.- Que el tribunal, de oficio o a petición de la otra parte, acuse la rebeldía teniendo por evacuado
ese trámite, proveyendo lo que convenga para la prosecución del juicio.
d.- Que se notifique la resolución que declare tener por evacuado el trámite en rebeldía, puesto
que esa resolución no produce efectos mientras ella no sea notificada de acuerdo a lo establecido
74
en el artículo 38 del C.P.C..-

VII.- PLAZOS PRORROGABLES E IMPRORROGABLES.

Plazos Improrrogables son aquellos que pueden extenderse más allá de su vencimiento
natural o primitivo.
En materia civil, revisten siempre el carácter de improrrogables los plazos legales.(P.Ej. El
plazo para contestar la demanda en el juicio ordinario ; el plazo para oponer excepciones en el
juicio ejecutivo; etc).

Plazos Prorrogables son aquellos que pueden extenderse más allá de su vencimiento
natural o primitivo.
En materia civil, pueden prorrogarse los plazos judiciales siempre que se de cumplimiento a
los requisitos que al efecto contemplan los artículos 67 y 68 del código de Procedimiento Civil.
Para los efectos de obtener una prórroga de un plazo judicial es menester que se cumplan
copulativamente con los siguientes requisitos:

1º Que se trate de un plazo judicial;


2º Que se pida la prórroga antes del vencimiento del término. En consecuencia, nunca será
prorrogable un plazo judicial si la prórroga se solicita una vez transcurrido el término judicial, sin
perjuicio de poder ejercer la facultad si no se hubiere acusado la rebeldía.
3º Que se alegue justa causa, la que será apreciada prudencialmente por el tribunal.

En todo caso, la prórroga que se conceda por el tribunal nunca podrá comprender una
ampliación del término más allá de los días asignados por la ley de acuerdo a lo previsto en el
artículo 68 del Código de Procedimiento Civil.
Los plazos convencionales siempre son susceptibles de ser prorrogados por el acuerdo de
las partes.
Sin perjuicio de lo anterior, es menester tener presente que las partes pueden, de común
acuerdo, por una sola vez en cada instancia y ante la Corte Suprema, suspender el procedimiento
hasta por 90 días. Dicha suspensión rige a contar de la fecha de presentación del escrito respectivo.
Ello se regula en el Art. 64 CPC.

Finalmente, si el plazo hubiere expirado sin que una parte hubiere podido intervenir con
motivo de un caso fortuito o fuerza mayor puede solicitar la nulidad de todo lo obrado en su
rebeldía. Al efecto, dispone el artículo 79 del C.P.C. que podrá un litigante pedir la rescisión de lo
que se haya obrado en el juicio en rebeldía suya, ofreciendo probar que ha estado impedido por
fuerza mayor. Este derecho sólo podrá reclamarse dentro de tres días, contados desde que cesó el
impedimento y pudo hacerse valer ante el tribunal que conoce del negocio.
Dicho incidente no suspende el curso de la causa principal y se substancia en cuaderno separado.
(art. 81 C.P.C.).

VIII.- PLAZOS INDIVIDUALES Y COMUNES.

Plazos Individuales son aquellos que empiezan a correr separadamente respecto de cada
parte desde el día de la notificación efectuada a cada una de ellas.-
Los plazos individuales constituyen la regla general dentro de nuestra legislación.
Constituyen ejemplos de esta clase de plazos el que establece el legislador para los efectos
de deducir el recurso de apelación conforme a lo previsto en el artículo 189 del C.P.C. y por
interpretación jurisprudencial el plazo del ejecutado para oponer excepciones dentro del juicio
ejecutivo.

Plazos Comunes son aquellos que corren conjuntamente para todas las partes a contar de la
última notificación.
Los plazos comunes constituyen la excepción dentro de nuestro derecho, y en consecuencia,
su consagración requiere de texto expreso de ley.
75
Constituyen ejemplos de plazos comunes el que tienen los demandado para contestar la
demanda en el juicio ordinario de acuerdo a lo previsto en el artículo 260 del C.P.C., el término
probatorio en el juicio ordinario según lo prescrito en el artículo 327 de ese Código y el plazo para la
realización de comparendo de discusión en el juicio sumario de acuerdo a lo establecido en el
artículo 683 del citado cuerpo legal.
Esta clasificación de los plazos individuales y comunes se encuentra contemplada en el
artículo 65 del Código de Procedimiento Civil y ella tiene gran importancia para los efectos de
determinar el instante a partir del cual comienza a correr el plazo para la realización de una
actuación dentro del procedimiento.
Además, tiene importancia para la renuncia de los plazos conforme lo contempla el artículo 18 del
Código Procesal Penal.
En efecto, tratándose de plazos individuales, los intervinientes en el procedimiento podrán
renunciar, total o parcialmente, a los plazos establecidos a su favor, por manifestación expresa.
Sin embargo, si el plazo fuere común, la abreviación o la renuncia requerirán el
consentimiento de todos los intervinientes y la aprobación del tribunal.

IX.- PLAZOS CONTINUOS Y DISCONTINUOS.

Plazos Continuos son aquellos que corren sin interrumpirse por la interposición de días
feriados.
Esta clase de plazos constituye la regla general dentro de nuestra legislación.
En materia del derecho común, el artículo 50 del Código Civil establece que "en los plazos
que se señalaren en las leyes o en los decretos del Presidente de la República o de los tribunales o
juzgados, se comprenderán aún los días feriados, a menos que el plazo señalado sea de días útiles,
expresándose así, pues en tal caso no se contarán los feriados".-
En consecuencia, todos los plazos establecidos por el Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial,
son continuos, puesto que se comprenden en su cómputo todos los días, incluidos los feriados.
Para que nos encontremos en los actos que emanan de esos Poderes ante un plazo
discontinuo es menester que expresamente se le otorgue ese carácter.

Plazos Discontinuos son aquellos que se suspenden en su cómputo durante los días
feriados.
De acuerdo a lo previsto en el artículo 66 del Código de Procedimiento Civil, "los términos
de días que establece el presente Código, se entenderán suspendidos durante los feriados,........."
En consecuencia, excepcionalmente en nuestro ordenamiento jurídico, revisten el carácter
de plazos discontinuos aquellos respecto de los cuales concurren los siguientes requisitos
copulativos: a.- Que se trate de un plazo de días; y b.- Que ese plazo de días se encuentre
establecido en el Código de Procedimiento Civil.

La suspensión de los plazos para su computo se produce durante todos los días feriados
(Domingos y festivos) y además durante los días comprendidos durante el feriado judicial que se
extiende desde el 1º de Febrero hasta el primer día hábil de Marzo de acuerdo a lo previsto en el
artículo 313 del C.O.T.-
Excepcionalmente, no se suspenden los plazos de días del Código de Procedimiento Civil
durante los días hábiles que se encuentren comprendidos en el feriado judicial respecto de los
asuntos comprendidos en el inciso segundo del artículo 314 del C.O.T.-

De acuerdo con ello, no tendrán el carácter de plazo discontinuo en el procedimiento civil:

1.-Los plazos de meses y años que se encuentran establecidos en el Código de


Procedimiento Civil.
2.-Tampoco tendrán el carácter de plazos discontinuos, los plazos de días si ellos no se
encuentran establecidos en el Código de Procedimiento Civil, sino que en otro cuerpo legal, a
menos que en este se contemple expresamente la interrupción del plazo durante los días feriados
como ocurre por ejemplo en el procedimiento de la Ley de Menores (Art.35 Ley 16.618), en el
procedimiento ante los Jueces de Policía Local (Art.27 Ley 18.287).
76
3.-Los plazos de días establecidos en el Código de Procedimiento Civil, cuando el tribunal
por motivos justificados hubiere dispuesto la no suspensión del plazo durante los feriados.

Esta clasificación tiene importancia para los efectos de establecer los días que no deben ser
considerados en el cómputo de un plazo.

X.- RENUNCIA DE LOS PLAZOS.

En el Código de Procedimiento Civil se encuentra permitida la renuncia de los términos


legales, desde que el inciso 2° del art. 7 del C.P.P requiere que el mandatario judicial se
encuentre investido de facultades especiales para ejercer semejante derecho en representación
de la parte.

CAPITULO XII. LAS ACTUACIONES JUDICIALES.

I. REGLAMENTACION.

Las actuaciones judiciales se encuentran reglamentadas en el Titulo VII del Libro I del
Código de Procedimiento Civil, que comprende los artículos 59 a 77 de este.

II. CONCEPTO

Debemos recordar que el proceso es la secuencia o serie de actos que se desenvuelven


progresivamente, con el objeto de resolver mediante un juicio de autoridad, el conflicto
sometido a su decisión.
En un sentido genérico, la actuación judicial vendría a ser todo acto jurídico procesal
realizado por las partes, el tribunal o terceros que conforman el proceso que ha de existir para la
resolución de un conflicto.

Sin embargo, en la reglamentación de las actuaciones judiciales el legislador solo se


refirió con esa denominación "a la resoluciones y demás actos de proceso en que interviene el
tribunal que conozca de la causal' y para cuya validez se exige la correspondiente autorización del
funcionario llamado a dar fe o certificado de su existencia.

De acuerdo con ello, las actuaciones judiciales son los actos jurídicos procesales, más o
menos solemnes, realizados por o a través de tribunal, por las partes, los terceros o auxiliares de
la administración de justicia, de las cuales se deja testimonio en el expediente y que deben ser
autorizadas por un ministro de fe.

III.- REQUISITOS GENERALES DE VALIDEZ DE LAS ACTUACIONES JUDICIALES.

El Código de Procedimiento Civil contempla normas especiales para la realización de


determinadas actuaciones judiciales (Ej. Las Notificaciones se regulan en el Titulo VI del Libro I y
Las Resoluciones Judiciales en el titulo XVII del Libro I).
A falta de normas especiales para la realización de actuaciones judiciales se deben aplicar
las reglas generales que se contemplan en el Titulo VII del Libro I del Código de Procedimiento
Civil.

Los requisitos que deben concurrir copulativamente para la validez de una actuación
judicial son los siguientes:

En consecuencia, pasaremos a analizar a continuación específicamente cada uno de estos


requisitos generales que deben concurrir para la realización valida de una actuación judicial.

77
1.-Las actuaciones judiciales deben realizarse ante o por orden del tribunal que conoce de la
causa;
En el procedimiento le corresponde al juez dirigir el debate, por lo que todas las
actuaciones que se realizan deben ser efectuadas previa orden o ante el tribunal."
Una actuación judicial que se realiza por orden del tribunal será por ejemplo el comparendo
de discusión en el juicio sumario.
Por otra parte, será una actuación judicial que se realiza ante el tribunal la rendición de
una prueba de testigos (art.365 del C.P.C.), la confesi6n judicial provocada o absolución de
posiciones (Art. 388 del C.P.C.), etc.
Excepcionalmente, las actuaciones no se realizan ante el juez o por orden del juez que
conoce de la causa en los casos en que se encomienden expresamente por la ley a los
secretarios u otros ministros de fe, o en que se permita al tribunal delegar sus funciones, o en
que las actuaciones hayan de practicarse fuera del lugar en que se siga el juicio.
La forma en la cual el tribunal delega su competencia en otros tribunales es a través de
los exhortos, la que tiene un carácter especifico dado que el tribunal exhortado no puede más
que ordenar su cumplimiento en la forma que indique el exhorto, y no podrá decretar otras
gestiones que las necesarias a fin de darle curso y habilitar al juez de la causa para que resuelva
lo conveniente.
Lo relativo a los exhortos se regula en los Arts. 70 a 76 del C.P.C.

2.-Las actuaciones judiciales deben realizarse en días y horas hábiles;

De acuerdo a lo establecido en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, "las


actuaciones judiciales deben practicarse en días y horas hábiles".
"Son días hábiles los no feriados". Es decir, son días hábiles a los cuales la ley no le haya
conferido el carácter de feriados o se encuentren comprendidos dentro del feriado judicial, que
comienza el 1° de febrero de cada año y se extiende hasta el primer día hábil de Marzo inclusive
(Art.313 del C.O.T.)
"Son horas hábiles "las que median entre las ocho y las veinte horas.

No obstante, dicha regla general respecto de los días y horas en que deben practicarse
las actuaciones judiciales puede experimentar modificaciones a través de la habilitación de día u
horas de acuerdo a lo establecido en el artículo 60 del C.P.C. Según ese precepto legal, "los
tribunales pueden, a solicitud de parte, habilitar para la práctica de actuaciones judiciales días u
horas inhábiles, cuando haya causa urgente que lo exija.

Se estimaran urgentes para este caso:


- Las actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a los interesados
- Las actuaciones cuya dilación pueda causar grave perjuicio a la buena administración de
justicia
- Las actuaciones cuya dilación pueda hacer ilusoria una actuación judicial

El tribunal apreciará la urgencia de la causa y resolverá sin ulterior recurso.

3.-De las actuaciones judiciales debe dejarse constancia escrita en el expediente;

De acuerdo a lo previsto en el artículo 29 del C.P.C., el proceso se forma con los escritos,
documentos y actuaciones de toda especie que se presenten o verifiquen en el juicio.
El juez debe pronunciar la sentencia de acuerdo con el merito del proceso según lo
previsto en el artículo 160 del C.P.C., por lo que necesariamente debe dejarse constancia de las
actuaciones que se practiquen en el expediente.
El artículo 61 del C.P.C. se encarga de establecer la forma en que debe dejarse constancia
en el proceso de las actuaciones que se realicen.
Al efecto, prescribe ese precepto que "De toda actuación deberá dejarse testimonio
fidedigno en la carpeta electrónica, con expresión del lugar, día, mes y año en que se verifique, de
las formalidades con que se haya procedido, y de las demás indicaciones que la ley o el tribunal
78
dispongan.
"A continuación y previa lectura, firmaran todas las partes que hayan intervenido; y si
alguna no sabe o se niega a hacerlo, se expresara esta circunstancia". Al Art. 61 inc. 2º le fue
agregada una parte final por la ley 20.886 sobre expediente electrónico, indicando que "El acta
correspondiente se digitalizará e incorporará a la carpeta electrónica inmediatamente”.
Igualmente, se incorporó un inciso final a la norma señalando que: “En los casos de
contarse con los recursos técnicos necesarios, podrán registrarse las audiencias en que participe
el tribunal mediante audio digital, video u otro soporte tecnológico equivalente, el que se
agregará a la carpeta electrónica inmediatamente”.

4.-Las actuaciones judiciales deben practicarse por el funcionario que indica la ley;

La regla general, de acuerdo a lo previsto en el artículo 70 del Código de


Procedimiento Civil, "todas las actuaciones necesarias para la formación del proceso se
practicarán por el tribunal que conozca de la causa. "
Excepcionalmente, las actuaciones judiciales no se realizaran ante el tribunal que conoce
de la causa en los siguientes casos:

(i) Cuando se encomienden expresamente por la ley a los secretarios u otros ministros de fe.
Así por ejemplo, corresponde a los secretarios autorizar los poderes judiciales, autorizar
la firma del juez estampada en la resolución (Art 380 N° 2 del C.O.T.); corresponde a los
Receptores practicar las notificaciones personal o por cedula en los lugares hábiles que no sean
las oficinas de los secretarios, actuar en los procesos civiles como ministros de fe en la recepci6n
de la prueba testimonial y absolución de posiciones (Art.390 del C.O.T.); etc.-

(ii) Cuando se permita al tribunal delegar sus funciones.


Así por ejemplo, la avaluacion de las costas procesales puede ser delegada por el tribunal
unipersonal en el secretario y por el tribunal colegiado en uno de sus miembros de acuerdo a lo
previsto en el inciso segundo del artículo 140 del C.P.C.; la dictación de los decretos en los
tribunales colegiados que pueden ser dictados por uno solo de sus miembros de acuerdo al
art.168 del C.P.C.; la interrogación de testigos y absolución de posiciones en los tribunales
colegiados puede ser delegada en uno de los ministros de acuerdo a lo previsto en los artículos
365 y 388 y 389 del C.P.C. respectivamente; etc.-

El tribunal solo puede delegar las funciones para la realización de la diligencia solo en los
casos en que cuente con autorización expresa de la ley. En el nuevo proceso penal, se dispone
en su artículo 35, titulado Nulidad de las actuaciones delegadas, que la delegación de funciones
en empleados subalternos para realizar actuaciones en que las leyes requirieren la intervención
del juez producirá la nulidad de las misma2.

(iii) Cuando la actuación haya de prestarse fuera del lugar en que se sigue el juicio, caso en el
cual se encomienda la práctica de la actuación a otro tribunal por medio de un exhorto de
acuerdo a lo previsto en los artículos 71 y siguientes del C.P.C..

5.-Las actuaciones judiciales deben ser autorizadas por el Ministro de Fe o funcionario


competente.

Este requisito es esencial para la validez de la actuación de acuerdo a lo previsto en el


inciso final del artículo 61 del C.P.C., el cual señala expresamente al respecto que "la autorización
del funcionario a quien corresponda dar fe o certificado del acto es esencial para la validez de la
actuación."
Así por ejemplo, el secretario o receptor debe certificar haber practicado una
determinada notificación (Arts. 43, 48 y 50 del C.P.C.); el secretario debe autorizar la firma que el
juez estampe en una resolución (Art. 380 N° 2 del C.O.T.); el receptor debe autorizar el acta de
una informaci6n sumaria de testigos, de una prueba testimonial o de una prueba confesional o
de absolución de posiciones rendidas en un procedimiento civil. (Art.390 del C.O.T.).
79
IV.- REQUISITOS ESPECIALES DE VALIDEZ RESPECTO DE ALGUNAS ACTUACIONES JUDICIALES.

Además de los requisitos generales señalados precedentemente, es necesario para la


práctica de determinadas actuaciones judiciales que se dé cumplimiento a requisitos específicos
para la validez de una actuación judicial, consistiendo ellos básicamente en el Juramento y la
intervención de Intérprete.

A.-EL JURAMENTO.

El legislador respecto de diversas actuaciones judiciales ha establecido como trámite


necesario para la validez de la actuación judicial que uno de los intervinientes preste juramento,
sea acerca de decir verdad, como en el caso de los testigos (Art. 363 del C.P.C.) y de los
absolventes en la confesión judicial provocada (Art. 390 del C.P.C.) o acerca de desempeñar un
cargo con fidelidad, como los peritos (Art. 417 del C.P.C.).
La forma y la formula en que se debe tomar el juramento, salvo norma especial diversa,
es la contemplada en el artículo 62 del C.P.C., el cual establece al respecto:
"Siempre que en una actuación haya de tomarse juramento a alguno de los
concurrentes, se le interrogara por el funcionario autorizante al tener de la siguiente fórmula:
"Juráis por Dios decir verdad acerca de lo que se os va a preguntar?, o bien, “Juráis por Dios
desempeñar fielmente el cargo que se os confía?, según la naturaleza de la actuación. El
interrogado deberá responder: "Si juro".-

B.- INTERVENCION DE INTÉRPRETE.

Excepcionalmente, en algunas actuaciones judiciales se requiere la intervención de un


intérprete, como ocurre por ejemplo con el interrogatorio de un testigo que no entiende o habla
castellano de acuerdo a lo previsto en el artículo 382 del C.P.C., o en la traducción de
instrumentos acompañados al proceso de acuerdo a lo previsto en el artículo 347 del C.P.C.-
Al efecto, el artículo 63 del C.P.C. establece que "cuando sea necesaria la intervención
de interprete en una actuación judicial, se recurrirá al intérprete oficial, si lo hay; y en caso
contrario, al que designe el tribunal".
En todo caso, "los intérpretes deberán tener las condiciones requeridas para ser peritos y
se les atribuirá el carácter de ministros de fe.
Antes de practicarse la diligencia, deberá el intérprete prestar juramento para el fiel
desempeño del cargo.

V.- FORMAS EN QUE SE PUEDE ORDENAR UNA ACTUACION JUDICIAL.

La práctica de las actuaciones judiciales puede ser decretada de cuatro formas distintas:

1.- ACTUACION JUDICIAL DECRETADA CON AUDIENCIA.

Esta forma de decretar la práctica de una actuación judicial no se encuentra


expresamente contemplada en el artículo 69 del Código de Procedimiento Civil.
No obstante, esta forma de decretar una actuación judicial se encuentra reconocida en
nuestro ordenamiento jurídico, constituyendo el ejemplo clásico en esta materia el de la
solicitud de aumento del término probatorio para rendir prueba fuera del territorio de la
República, el cual debe ser decretado con audiencia de acuerdo a lo previsto en el inciso primero
del artículo 336 del C.P.C..-
El que la práctica de una actuación judicial se ordene con audiencia significa que el
tribunal antes de decretarla debe conferir traslado por un plazo fatal de tres días a la parte que
no solicita la actuación para que exponga respecto de ella lo que estime conveniente.
En otras palabras, el que se ordene la realización de una actuación judicial con audiencia
importa que la solicitud en la cual se solicita la práctica de la actuación judicial genera de
inmediato un incidente y ella debe ser proveida "Traslado y autos".
80
Dicha actuación judicial solo podrá llevarse a cabo una vez que se hubiere fallado por el
tribunal el incidente que genero la solicitud dando lugar a ella y sea notificada esa resolución a
las partes.
La apelación que se deduzca en contra de la resolución que dispone la actuación no
suspende la realización de ella, puesto que ese recurso debe ser concedido en el solo efecto
devolutivo de acuerdo a lo previsto en el artículo 194 Nº 2 del Código de Procedimiento Civil.

2.- ACTUACION JUDICIAL DECRETADA CON CITACION.

A esta forma de disponer la práctica de una actuación judicial se refiere el inciso primero
del artículo 69 del Código de Procedimiento Civil, al establecer que "siempre que se ordene o
autorice una diligencia con citación, se entenderá que no puede llevarse a efecto sino pasados
tres días después de la notificación de la parte contraria, la cual tendrá el derecho de oponerse
o deducir observaciones dentro de dicho plazo, suspendiéndose en tal caso la diligencia hasta
que se resuelva el incidente".
En otras palabras, ello significa que presentada una solicitud de parte para la práctica de
una actuación judicial que debe decretarse con citación, el tribunal debe proveer el escrito en
que solicita esta "Como se pide, con citación".
La contraparte tiene un plazo de tres días fatales desde la notificación de esa resolución
para oponerse o deducir observaciones respecto de la actuación solicitada.
Dentro del plazo de esos tres días fatales la parte contraria puede asumir dos actitudes:

a) No oponerse o deducir observaciones dentro de ese plazo.

En este caso, la actuación judicial podrá llevarse a cabo inmediatamente de transcurrido el plazo
de tres días contados desde la notificación de la resolución que dio lugar a su práctica al proveer
la solicitud "Como se pide, con citación”.

b) Oponerse o deducir observaciones dentro del plazo de tres días respecto de


la actuación solicitada.

En este caso, la oposición u observaciones darán origen a un incidente y del escrito en


que ellas se formulen deberá darse traslado a la parte que solicito la práctica de la actuación
judicial.
La actuación judicial podrá llevarse a cabo en este caso solo una vez que se haya fallado y
notificado a las partes la resolución que rechace el incidente que generó el escrito de oposición
u observaciones a la solicitud de la realización de la diligencia.
La apelación que se deduzca en contra de la resolución que rechace el incidente a que
dio lugar la oposici6n u observaciones formuladas respecto de la actuación solicitada no
suspende la realización de ella, puesto que ese recurso debe ser concedido en el solo efecto
devolutivo de acuerdo a lo previsto en el articulo 194 Na 2 del Código de Procedimiento Civil.

3.- ACTUACION JUDICIAL DECRETADA CON CONOCIMIENTO.

A esta forma de disponer la práctica de una actuación judicial se refiere el inciso segundo
del artículo 69 del Código de Procedimiento Civil, al establecer que "cuando se mande proceder
con conocimiento o valiéndose de otras expresiones análogas, se podrá llevar a efecto la
diligencia desde que se ponga en noticia del contendor lo resuelto."

En otras palabras, para la práctica de la actuación no se requiere dar tramitación alguna a


la solicitud que requiere su realización proveyéndose ella "como se pide" o "como se pide con
conocimiento" y se podrá llevar a cabo la actuación apenas sea notificada a las partes la
resolución que la dispuso.

81
4. ACTUACION JUDICIAL DECRETADA DE PLANO.

Esta forma de decretar la práctica de una actuación judicial no se encuentra


expresamente contemplada en el artículo 69 del Código de Procedimiento Civil.
Se ordena o autoriza de plano una actuación, cuando el tribunal la decreta de inmediato,
sin mayores formalidades ni espera de términos y notificaciones.
En otras palabras, la actuación no recibe tramitación alguna y se puede llevar a cabo de
inmediato una vez ordenada por el tribunal, sin requerirse siquiera la notificación a las partes de
la resolución que dispuso su práctica.
Debemos advertir que esta forma de decretar de plano las actuaciones judiciales no se
encuentra contemplada en nuestro ordenamiento jurídico y que no sería posible darle aplicación
a menos de existir disposición legal expresa, puesto que las actuaciones siempre deben a los
menos ser ordenadas por una resolución judicial, la que para producir efectos requiere, como
regla general y salvo norma expresa especial en contrario, ser siempre notificada a las partes de
acuerdo a lo previsto en el artículo 38 del C.P.C.-

CAPITULO XIII. LOS EXHORTOS

I.- GENERALIDADES

Sabemos que los tribunales solamente pueden ejercer su potestad en los negocios y dentro
del territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado, Io cual no impide que en los
negocios de que conocen puedan dictar providencias que hayan de llevarse a efecto en otro
territorio (art. 7º COT).
Consecuente con el principio anterior, llamado de “territorialidad”, el legislador también
dispuso, como lo acabamos de ver, que todas las actuaciones necesarias para la formación del
proceso deben practicarse por el tribunal que conozca de la causa, salvo los casos en que ellas
hayan de practicarse fuera del lugar en que se siga el juicio (art. 70 CPC).

Ahora bien, la forma o manera como un tribunal puede encomendar a otro la práctica de
determinadas actuaciones judiciales, es enviándole una comunicación que recibe el nombre técnico
de “exhorto”·. EI tribunal que recibe cl exhorto, por su parte, está obligado a practicar o dar orden
para que se practiquen en su territorio las actuaciones que en él deban ejecutarse y que otro
tribunal le encomiende (art. 71. inc. 1º, CPC).
En consecuencia, en todo exhorto se distinguen dos tribunales: el tribunal exhortante, que
es el que dirige la comunicación, y el tribunal exhortado, que es el que la recibe e imparte la orden
de que se cumpla. Su fundamento descansa en el principio de cooperación que debe existir entre
todos los órganos públicos, en particular entre todos los órganos jurisdiccionales, para el más
expedito y adecuado cumplimiento de sus delicadas e importantes funciones.

II.- CLASES DE EXHORTOS

a.- Hay exhortos nacionales e internacionales. Esta clasificación tiene importancia para la
tramitación que se da a unos y a otros.

b.- Exhortos comunes y exhortos circulantes o ambulantes. El exhorto común es el que dirige a un
tribunal para la realización de una determinada actuación judicial. El exhorto circulante o
ambulante es el que se envía a diversos tribunales para la práctica de diligencias, de forma tal que
concluidas la diligencia ante uno de ellos pasa luego a otro tribunal para una segunda diligencia, y
así sucesivamente.

III.- EXHORTOS NACIONALES

Sabemos que son aquellos que se dirigen los tribunales chilenos entre si. La comunicación
es enviada por el tribunal exhortante al tribunal exhortado, previa petición de parte interesada y
dictación de la correspondiente resolución judicial que así lo ordene, pues en estas materias los
82
tribunales tampoco pueden obrar de oficio.
Dicha comunicación, o sea, el exhorto, deberá contener los escritos, decretos y
explicaciones necesarias para la adecuada práctica de la actuación o diligencia que se encomienda
(art. 71, inc. 2º. CPC).
El tribunal exhortado, esto es, aquel a quien se dirige la comunicación, ordenará su
cumplimiento en la forma que ella indique, y no podrá decretar otras gestiones que las necesarias
a fin de darle curso y habilitar al juez de la causa para que resuelva lo conveniente (art.71, inc. final,
CPC). De suerte que las atribuciones o facultades del juez exhortado deben encontrarse en la
misma comunicación o exhorto. Toda actuación practicada sin sujeción al exhorto implicará exceso
de atribuciones o de poder y, por consiguiente, producirá la nulidad de la correspondiente
actuación.
Las comunicaciones o exhortos serán firmados por el juez, en todo caso; y si el tribunal es
colegiado, por su presidente.
A las mismas personas se dirigirán las comunicaciones que emanen de otros tribunales o
funcionarios (art. 72, CPC).

Ahora bien, en las gestiones que sea necesario hacer ante el tribunal exhortado, podrá
intervenir el encargado de la parte que solicitó el exhorto, siempre que en éste se exprese el
nombre de dicho encargado, o se indique que puede diligenciarlo el que lo presente o cualquiera
otra persona (art.73 CPC). Recordemos que el encargado debe ser persona habilitada para
comparecer en juicio a nombre de otra, de conformidad con lo preceptuado en el artículo 2º de la
Ley Nº 18.120 sobre Comparecencia en juicio, debiendo ser controladas y acreditadas estas
calidades ante el juez exhortado. En consecuencia, el encargado de la tramitación de un exhorto es
un verdadero mandatario, pero para una determinada actuación judicial, como es la señalada, y sin
que sea preciso constituir este mandato con las solemnidades legales que ya conocemos: basta
expresar su nombre en el exhorto o ser portador del mismo.
La comunicación para practicar actuaciones fuera del lugar del juicio va dirigida, sin
intermedio alguno, al tribunal o funcionario a quien corresponda ejecutarla, aunque no dependa
del que reclama su intervención (art.75 CPC). En otras palabras, no importa si el tribunal exhortado
depende jerárquicamente o no del tribunal exhortante, como tampoco, la diferente jerarquía de
uno y otro.
Además, antes de las modificaciones realizadas por la ley 20.886 sobre expediente
electrónico, la comunicación es dirigida por el tribunal exhortanle al tribunal exhortado mediante
conducción efectuada por los servicios de correos del Estado: pero, en casos especiales, calificados
por el propio tribunal, puede entregarse a la parte que la haya solicitado, para que gestione su
cumplimiento (art. 77 CPC).
La ley 20.886 sustituyó el primitivo Art. 77 por el siguiente, ajustado a la nueva realidad:
“Artículo 77.- Sin perjuicio de lo señalado en el artículo precedente, toda comunicación dirigida por
un tribunal a otro deberá ser conducida a su destino por vía del sistema de tramitación electrónica
del Poder Judicial, y no siendo posible lo anterior, por el medio de comunicación idóneo más
expedito”.

IV. Exhortos internacionales dirigidos por tribunales chilenos a tribunales extranjeros.

En estos casos, en que han de practicarse actuaciones judiciales en país extranjero, se


dirigirá la comunicación respectiva por el tribunal chileno (tribunal exhortante) al funcionario que
deba intervenir (tribunal exhortado) por conducto de la Corte Suprema, la cual la enviará al
Ministerio de Relaciones Exteriores para que éste, a su vez, le dé curso en la forma que esté
determinada por los tratados vigentes o por las reglas generales adoptadas por el Gobierno. En la
comunicación se expresará el nombre de la persona o personas a quienes la parte interesada
apodere para practicar las diligencias solicitadas, o se indicará que puede hacerlo la persona que lo
presente o cualquiera otra (art. 76 inc. 1º CPC).

V. Exhortos internacionales dirigidos por tribunales extranjeros a tribunales chilenos.

Por este mismo conducto y forma se recibirán las comunicaciones de los tribunales
83
extranjeros para practicar diligencias en Chile (art. 76 inc. 2º CPC).
En otros términos, el exhorto enviado por el tribunal extranjero debe llegar al Ministerio de
Relaciones Exteriores de Chile, el cual, por su parte, lo envía a la Corte Suprema para su
cumplimiento. Si él es acordado, de la Corte Suprema el exhorto es enviado al tribunal llamado a
intervenir en estas gestiones de cumplimiento.
Debemos advertir, eso sí, que, como el exhorto proveniente de un tribunal extranjero es un
instrumento público otorgado fuera de Chile, deberá presentarse debidamente legalizado (Art. 545
CPC); y que en caso de estar extendido en lengua extranjera, deberá acompañarse su
correspondiente traducción (art. 347 CPC).
Además, el cumplimiento de un exhorto internacional proveniente de un tribunal extranjero
implicará prácticamente la ejecución en Chile de una resolución judicial pronunciada por tribunales
extranjeros; de suerte que el exhorto, por su parte, deberá también ajustarse a las prescripciones
legales existentes sobre la materia, esto es, lo establecido en los Arts. 242 y siguientes CPC.
Sin perjuicio de las reglas generales anteriores, en estas materias será necesario tener
presente lo que disponen el Auto Acordado de 24 de octubre de 1957 y el Auto Acordado de abril
de 1967, ambos dictados por la Excma. Corte Suprema, el primero sobre tramitación de los
exhortos internacionales que no se sigan de oficio, y el segundo, que fija normas sobre declaración
como testigos o la confesión judicial de los agentes diplomáticos y consulares chilenos que se
encuentran residiendo en el extranjero.

CAPITULO XIV. LAS NOTIFICACIONES

I.- GENERALIDADES

A.- REGLAMENTACION.

Se rigen por las reglas del Título VI del Libro I del C.P.C. (art.38 y sgtes.) y por las
disposiciones comunes referentes a las actuaciones judiciales del Titulo VII del Libro I del C.P.C.
En el Código Procesal Penal se regulan las notificaciones y citaciones judiciales en el párrafo 4°
del Título II del Libro I, que comprende los artículos 24 a 33.
A este respecto, es menester precisar que esos preceptos del Código de
Procedimiento Civil regulan normas acerca del procedimiento relativas a las notificaciones, por
lo que ellas son de orden público e irrenunciables. Es por ello, que las partes no pueden
renunciar en un contrato ni prescindir o alterar las formalidades con las que la ley ha revestido a
las notificaciones judiciales. Excepcionalmente, en los juicios arbitrales se faculta a las partes
para que unánimemente acuerden otra forma de notificación distinta a la personal o por cedula.
(art.629 C.P.C.).

B.- CONCEPTO.

Etimológicamente la expresi6n notificar proviene del latín notificare, derivado de notus,


que significa conocido, y de facere, que quiere decir hacer. En consecuencia, notificar significa
hacer conocido, poner en conocimiento o hacer conocer.
Dentro de la doctrina nacional podemos destacar las siguientes definiciones:

La Notificación es la actuación judicial que tiene por objeto poner en conocimiento de las
partes una resolución judicial. (Fernando Alessandri).
La Notificación es la actuación judicial, efectuada en la forma establecida por la ley, que
tiene por finalidad principal dar eficacia a las resoluciones judiciales y comunicar estas a las
partes o terceros. (Mario Mosquera Ruiz).

C.- IMPORTANCIA

Las notificaciones judiciales son importantes desde un triple aspecto:

84
1.- Permiten materializar dentro del proceso el principio de la bilateralidad de la audiencia,
puesto que al poner en conocimiento de las partes una resolución judicial les posibilita ejercer
respecto de estas sus derechos; en definitiva, ejercer su posibilidad a ser oído.

2.- Permiten que las resoluciones judiciales produzcan efectos.

Al efecto, el art.38 del C.P.C. prescribe que "las resoluciones judicial solo producen efectos
en virtud de notificación hecha con arreglo a la ley, salvo los casos expresamente exceptuados
por ella" .
Entre las excepciones que confirman esa regla general, se señalan:

a) Las medidas precautorias, que pueden decretarse y llevarse a efecto sin previa notificación
(art.302 del C.P.C.).
b) La resolución que declara desierta la apelación (art.201 del C.P.C.) y las resoluciones que se
dicten en segunda instancia respecto del apelado rebelde (art.202 del C.P.C.), las que producen
sus efectos desde que se dictan y sin requerirse notificación de ellas; y
c) La resolución que ordena despachar o denegar el despacho del mandamiento de ejecución y
embargo, que produce efectos sin audiencia ni notificación del demandado, aunque este se haya
apersonado (comparecido) en el juicio (art.441 del C.P.C.).
d) La resolución que ordena la suspensión de una obra nueva (art. 566 C.P.C.).

3° La notificación de una sentencia definitiva o interlocutoria a una de las partes produce el


desasimiento del tribunal (art.182 del C.P.C.).

El desasimiento del tribunal, uno de los más importantes efectos que se producen
respecto de las resoluciones judiciales, es el que impide al tribunal que la dictó alterarla o
modificarla en manera alguna una vez notificada a alguna de las partes. (art.182 C.P.C.)
De lo expuesto, se desprende que para operar el desasimiento requiere:

a) Que la resolución tenga la naturaleza jurídica de sentencia definitiva o interlocutoria, y


b) Que se hubiere notificado la resolución a solo una cualquiera de las partes en el proceso.

D.- REQUISITOS.

Las notificaciones son una categoría especial de actuaciones judiciales y como tales, salvo
norma expresa en contrario, deben aplicarse las disposiciones del Título VI del Libro I del C.P.C.

Las notificaciones, son como en general la mayoría de los actos jurídicos procesales, son
actos de carácter unilateral. Ello se ratifica expresamente para las notificaciones por el art.39
del C.P.C., el cual prescribe que "para la validez de la notificación no se requiere el
consentimiento del notificado".
Al respecto, agrega el art.57 de ese Código, que "las diligencias de notificación que se
estampen en los procesos, no contendrán declaración alguna del notificado, salvo que la
resolución ordene, o que por su naturaleza, requiera esa declaración".

En consecuencia, legalmente dos serian las excepciones a la regla general de no contener


la diligencia de notificación declaración alguna del notificado, a saber:

1) Cuando la resolución ordene la declaración; y


2) Cuando la resolución, por su naturaleza, requiere tal declaración. (P. Ej. art.417 inc.2° del
C.P.C. designación perito; art.434 N°4 inc.1° del C.P.C. notificación protesto de una letra de
cambio, pagare o cheque).

Al respecto, cabe recordar que el art. 57 contemplaba la posibilidad de que el notificado


apelase en el acto de la notificación de una resolución judicial. Sin embargo, no es posible
actualmente concebir en materia civil esta situación, puesto que la apelación debe interponerse
85
por escrito, en el cual se deben contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se
apoya y formular peticiones correctas. (art. 189). En virtud de ello, la Ley 18.882 (D.O. 20-12-89)
sustituy6 el texto del art. 57, eliminándose la posibilidad de apelarse del fallo en el acto de la
notificación.

E.- CLASIFICACION.

Las notificaciones pueden clasificarse fundamentalmente en cuanto a:

1.- EN CUANTO A SU OBJETIVO O FINALIDAD INMEDIATA.-

Las notificaciones en cuanto al objetivo o finalidad inmediata que se persigue con su


práctica pueden clasificarse en:

1.- Notificación Citación.


2.- Notificación Emplazamiento
3.- Notificación Requerimiento
4.- Notificación propiamente tal.

A) LA CITACION es el llamamiento que se hace por el órgano jurisdiccional a una parte o tercero
a fin de que comparezca al tribunal para determinado objeto en un término determinado, bajo
apercibimiento de incurrir en las sanciones que la ley establece para este caso. Ejemplo: se cita a
la parte a prestar confesión judicial provocada o absolución de positions, se cita a la parte a
comparendo para designar perito, se cita al testigo a declarar, etc.

B) EL EMPLAZAMIENTO es la notificación que se hace a las parte para que dentro de un


determinado plazo haga valer sus derechos, en especial, para que conteste la demanda o
comparezca a proseguir un determinado r curso. De ahí que el emplazamiento conste de dos
elementos: notificación legal y transcurso o del plazo. Este plazo es fatal, por lo que su solo
transcurso genera por el solo ministerio de la ley la preclusión o extinción de la facultad.
Ejemplo: La notificación de la demanda, la notificación de la resolución que concede el recurso
de apelación.

C) EL REQUERIMIENTO también es una especie de notificación; pero por medio de él, se apercibe
a una parte para que en el acto haga o no haga alguna cosa, o cumpla o no
cumpla con alguna prestación. Ejemplo, se requiere de pago al deudor en el juicio ejecutivo.

D) Por último, LA NOTIFICACION PROPIAMENTE TAL es el hecho de poner en conocimiento de las


partes o de un tercero, una determinada resolución judicial, nada más que con el objeto de que
produzca efectos 1egales y sin el propósito de que comparezca o se cumpla una determinada
prestación o abstención. La regla general es que las notificaciones sean propiamente tales. Por
excepción, la notificación reviste el carácter de citación, de un emplazamiento o requerimiento.

2.- EN CUANTO A LA FORMA.-

El Titulo VI del Libro I del C.P.C. reglamenta las siguientes especies o formas de
notificación:
1.- Notificación personal;
2.- Notificación personal subsidiaria, notificación personal no en persona o notificación
personal art. 44 del C.P.C:
3.- Notificación por cedula.
4.- Notificación por avisos.
5.- Notificación por el Estado Diario
6.- Notificación tacita.
7.- Notificación ficta
8.- Notificaciones especiales.
86
1.- NOTIFICACION PERSONAL PROPIAMENTE TAL O EN PERSONA.

A.- CONCEPTO

Es aquella que consiste en entregar a quien se debe notificar, en forma personal o en


persona, copia íntegra de la resolución y d la solicitud en que haya recaído, cuando sea escrita.
(art.40 del C.P.C.).

B.- REQUISITOS DE VALIDEZ.

(1).- REQUISITOS COMUNES A TODA ACTUACION JUDICIAL.-

La notificación personal debe dar cumplimiento a los requisitos comunes a toda


actuación judicial siguientes:

1.- Debe efectuarse en días hábiles (art.59 C.P.C.).


2.- Debe efectuarse en horas hábiles;
3.- Debe dejarse constancia escrita en el proceso (art.61 inc.1° del C.P.C.), lo que se realiza
mediante una certificación o acta de haber efectuado la diligencia.

Pasemos a continuación a un breve análisis de dichos requisitos.


La norma general contemplada en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil,
consistente en que las actuaciones judiciales deben practicarse en días y horas hábiles; siendo
días hábiles los no feriados y horas hábiles las que median entre las ocho y las veinte horas, ha
experimentado modificaciones respecto de la práctica de la notificación personal mediante la
dictación de la ley 19.382.-

1.- Debe efectuarse en días hábiles (art.59 C.P.C.).

Respecto de los días hábiles para la práctica de la notificación personal debemos tener
presente que en la actualidad, a partir de la reforma introducida por la Ley 19.382, publicada en
el Diario Oficial de 24 de Mayo de 1995, para la práctica de la notificación personal todos los
días son hábiles para tal efecto, si ella se practica en lugares y recintos de libre acceso público,
en la morada o lugar donde pernocta el notificado o en el lugar donde este ordinariamente
ejerce su industria, profesión o empleo, o en cualquier recinto privado en que este se
encuentre y al cual se permita el acceso del ministro de fe (Articulo 41 incisos 1° y 2° del C6digo
de Procedimiento Civil.)

Sin embargo, debemos tener presente que "si la notificación se realizare en un día
inhábil, los plazos comenzaran a correr desde las cero horas del día hábil inmediatamente
siguiente."(Art.41 primera parte del inciso tercero del Código de Procedimiento Civil.)
Además, si la notificación personal "se hubiere practicado fuera de la comuna donde
funciona el tribunal, los plazos se aumentaran en la forma establecida en los artículos 258 y 259
".(Art.41 segunda parte del inciso tercero del Código de Procedimiento Civil.). En esta materia,
debemos dejar constancia que de acuerdo con la historia de la ley 19.382, el propósito del
legislador no fue establecer una ampliación general del término emplazamiento para todos
los procedimientos de acuerdo con lo previsto en los artículos 258 y 259 del C6digo de
Procedimiento Civil, sino que contemplar que la notificación en día inhábil no puede perjudicar
al notificado en cuanto a la disminución del plazo para comparecer que tiene de acuerdo con las
reglas generales que corresponden a cada procedimiento.
En consecuencia, en la actualidad no cabe la habilitación de día para la práctica de la
notificación de acuerdo a lo previsto en el art.60 del C.P.C., puesto que para esos efectos todos
los días son hábiles a partir de la vigencia de la Ley 19.382 que modificara en tal sentido su
artículo 41.

Por otra parte, existe una expresa constancia que el computo del termino de
87
emplazamiento no puede comprender días inhábiles, por lo que de efectuarse la notificación en
día inhábil, siguiendo a este otros días inhábiles, el plazo se comienza a computar solo a partir
del día hábil inmediatamente siguiente.
El legislador, en el inciso final del artículo 41 del C.P.C., no ha señalado los días hábiles
para la práctica de la notificación personal cuando ella se verifique en el oficio del secretario, la
casa que sirva de despacho del tribunal y la oficina o despacho del ministro de fe que
practique la notificación.
En consecuencia, en los casos en que la notificación personal se verifique en alguno de
estos lugares deberá aplicarse la regla general contemplada para las actuaciones judiciales
contemplada en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, de acuerdo con la cual son días
hábiles lo no feriados.

2.- Debe efectuarse en horas hábiles (art.59 C.P.C.).

En relación a las horas hábiles para la práctica de la notificación personal, que a partir de
la dictación de la Ley 19.382, que modifico el artículo 41 del Código de Procedimiento Civil, para
determinar cuáles son las horas hábiles para la práctica de la notificación personal, es preciso
distinguir el lugar en que ella se verifique.

→ Horas hábiles para la práctica de la notificación en lugares y recintos de libre acceso


público.
De acuerdo a lo previsto en inciso primero del artículo 41 del C.P.C., "en los lugares y
recintos de libre acceso al público, la notificación personal se podrá efectuar a cualquier hora,
procurando causar la menor molestia al notificado.
Excepcionalmente, en los juicios ejecutivos no podrá efectuarse el requerimiento de
pago en público y, de haberse notificado la demanda en un lugar o recinto de libre acceso al
público se estará a lo dispuesto en el N° 1 del artículo 443.

→ Horas hábiles para la práctica de la notificación en la morada o lugar donde pernocta


el notificado o en el lugar donde este ordinariamente ejerce su industria, profesión o empleo,
o en cualquier recinto privado en que este se encuentre y al cual se permita el acceso del
ministro de fe;
De acuerdo a lo previsto en inciso segundo del artículo 41 del C.P.C., "la notificación debe
hacerse entre las seis y las veintidós horas en la morada o lugar donde pernocta el notificado o
en el lugar donde este ordinariamente ejerce su industria, profesión o empleo, o en cualquier
recinto privado en que este se encuentre y al cual se permita el acceso del ministro de fe.-
La determinación de estas horas hábiles para la práctica de la actuación judicial notificación
personal , que difiere de las contempladas como regla general en el artículo 59 del C.P.C., es sin
perjuicio de la habilitación de hora inhábil para la práctica de la notificación personal de acuerdo
a lo previsto en el art.60 del C.P.C.,

→ Horas hábiles para la práctica de la notificación en el oficio del secretario, la casa que sirva
de despacho del tribunal y la oficina o despacho del ministro de fe que practique la
notificación.
El legislador, en el inciso final del artículo 41 del C.P.C., no ha señalado ninguna hora hábil
para la práctica de la notificación personal cuando ella se verifique en el oficio del secretario, la
casa que sirva de despacho del tribunal y la oficina o despacho del ministro de fe que practique
la notificación.
En consecuencia, en los casos en que la notificación personal se verifique en alguno de
estos lugares deberá aplicarse la regla general contemplada para las actuaciones judiciales
contemplada en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, de acuerdo con la cual son
horas hábiles las que median entre las ocho y las veinte horas."

3.- Debe dejarse constancia escrita en el proceso (art.61 inc.1° del C.P.C.), lo que se realiza por
el Ministro de fe mediante una certificación o acta de haber efectuado la diligencia.

88
Respecto de la notificación personal, es menester "que ella se haga constar en el proceso
por diligencia que suscribirán el notificado y el ministro de fe, y si el primero no puede o no
quiere firmar, se dejara testimonio de este hecho en la misma diligencia.
Se expresará, además, el lugar en que se verifique el acto y la fecha con indicación de la
hora, a lo menos, aproximada"(art. 43. C.P.C.).
La Ley 19.382 sustituyó el inciso segundo de este artículo 43, disponiendo en su lugar que
"la certificación deberá, además, señalar la fecha, hora y lugar donde se realizó la notificación y,
de haber sido hecha en forma personal, precisar la manera o el medio con que el ministro de fe
comprobó la identidad de notificado."

(2).- REQUISITOS PROPIOS DE LA NOTIFICACION PERSONAL.

Los requisitos propios que deben cumplirse respecto de la notificación personal son los
siguientes:

1.- Debe efectuarse en lugar hábil (art.41 del C.P.C.).

Son lugares hábiles para la práctica de la notificación personal los siguientes:

a) Los lugares y recintos de libre acceso público.

La notificación personal se podrá efectuar en cualquier día y a cualquier hora,


procurando causar la menor molestia posible al notificado. Tratándose del juicio ejecutivo, se
prohíbe el requerimiento de pago en público, por lo que, en caso de haberse notificado la
demanda ejecutiva en alguno de estos lugares, el ministro de fe citara al emplazado para
practicar el requerimiento”.
"Se ha sostenido que puede causarse molestia al notificado, por vía de ejemplo, si se le
notifica en ceremonias, matrimonios, funerales y reuniones similares, o si el receptor le da a
conocer el contenido de los documentos que debe entregar a viva voz frente a terceros, puesto
que, por su naturaleza, y salvo disposición legal en contrario, el acto de notificar consiste
solamente en la entrega que el receptor hace de las copias de la resolución y de la solicitud en
ella recaída, sin que esté autorizado para revelar su contenido.
"Quedo constancia asimismo que, no obstante, si se practicara la notificación
causándole molestias al notificado, ello no afectara la validez de la misma, sino que darán lugar
para que el afectado pueda impetrar al juez la aplicación de medidas disciplinarias por esa falta o
abuso cometida por el receptor en su conducta ministerial, en los términos que contempla el
artículo 532 del Código Orgánico de Tribunales.

b) La morada del notificado, esto es, la casa en la que una persona vive.
c) El lugar donde pernocta el notificado.
d) El lugar donde ordinariamente el notificado ejerce su industria, profesión o empleo.
e) En cualquier recinto privado en que se encuentre el notificado y al cual se permita acceso al
ministro de fe.
En relación con los lugares privados, tales como la morada o el lugar donde pernocta el
notificado o donde ordinariamente ejerce su industria, profesión o empleo, o cualquier otro en
que se permita el ingreso al ministro de fe respectivo, la notificación podrá practicarse en
cualquier día, entre las seis y las veintidós horas."
f) El oficio del secretario, esto es la oficina donde el desempeña sus funciones.
g) La casa que sirve de despacho al tribunal, esto es, el edificio destinado al funcionamiento
del tribunal.
Excepcionalmente, los jueces no pueden ser notificados en el local en que desempeñan
sus funciones.
h) La oficina o despacho del ministro de fe que practique la notificación.

Además, cuando la persona a quien se trata de notificar no tenga habitación conocida en


el lugar en que ha de ser notificada, el tribunal puede autorizar que la notificación se practique
89
en otros lugares.
La circunstancia de no tener habitación conocida en el lugar, hace procedente la
habilitación de lugar, lo que se debe acreditar con un certificado del ministro de fe, en el cual
dejara constancia de haber hecho las indagaciones posibles para tal averiguación (art.42 del
C.P.C.). Este artículo para la habilitación de lugar en el cual puede practicarse una notificación
dejo de tener una real aplicación práctica, dada la amplitud de los lugares hábiles que
actualmente se contemplan para la verificación de una notificación.

2.- Debe efectuarse la notificación personal por funcionario competente.

Los funcionarios competentes se determinan según el lugar en que se practique la


notificación y de acuerdo con ello puede señalarse que ellos son:

a) El secretario del tribunal, solo respecto de las notificaciones personales que efectúa dentro
de su oficio. (art.380 N°2 del C.O.T.); y

b) El Receptor, respecto de las notificaciones personales que realice en los restantes lugares
hábiles, pero nunca dentro de las oficinas del Secretario. (art.390 del C.O.T.).

c) El Notario Público u Oficial de Registro Civil que exista en la localidad, en aquellos lugares en
que no exista receptor judicial (Art.58 inciso segundo del Código de Procedimiento Civil,
incorporado por la Ley 19.382).

d) Un empleado del tribunal designado por el juez como ministro de fe ad hoc.

Al respecto, debemos tener presente además: a) El Secretario puede delegar sus funciones en el
oficial primero (art.58 inciso primero del C.P.C.); b) En caso que por ausencia, inhabilidad u otro
motivo calificado, los receptores judiciales no pueden practicar la notificación, el tribunal puede
designar receptor (ad-hoc) a un empleado de la secretaría del mismo tribunal para el solo efecto
que practique esa determinada actuación (art.392 del C.O.T. e inciso segundo del artículo 58 del
C.P.C.); c) Existen organismos públicos que cuentan con funcionarios propios para la práctica de
las notificaciones (P. Ej. Consejo de Defensa del Estado); y d) En algunos procedimientos
especiales, se posibilita que la notificación se efectúe por personas que no revisten el carácter
de ministros de fe (P.j. art.705 del C.P.C).

3.- Debe efectuarse la notificación en la forma que establece la ley.

En la notificación personal, existe un enfrentamiento físico entre el ministro de fe y la


persona a quien se debe notificar.
En dicho acto, el ministro de fe debe de entregar al notificado personalmente los
siguientes antecedentes:

1.- Copia íntegra de la resolución; y


2.- Copia íntegra de la solicitud en que haya recaído la resolución, cuando la solicitud sea escrita
(art.40 del C.P.C.).

Además, debe dejarse constancia en el proceso por el ministro de fe de la notificación


personal en la forma establecida en el art.43 del C.P.C., habiéndose incorporado por la reforma
introducida por la Ley 19.382 la exigencia de precisar en el certificado la manera o el medio con
que el ministro de fe comprobó la identidad del notificado.

C.- RESOLUCIONES QUE DEBEN NOTIFICARSE PERSONALMENTE.

En primer lugar, la notificación personal por ser la más completa de aquellas que
establece la ley puede ser utilizada en todo caso para notificar cualquier resolución judicial,
puesto que ella es supletoria a todas las otras que contempla la ley. Al efecto, se dispone que
90
podrá usarse la notificación personal en todo caso (art.47 inc. final del CPC).
En otras palabras, si una resolución debe notificarse en una forma de menor entidad en
cuanto a sus requisitos como lo sería la notificación por cédula o por el estado diario, no hay
inconveniente que en su lugar se practique voluntariamente en forma personal.

En segundo lugar, debe siempre utilizarse la notificación en los siguientes casos:

a.- En toda gestión judicial, la primera notificación a las partes o personas a quienes haya de
afectar sus resultados debe hacerse personalmente (art.40 del C.P.C.).
Al respecto, debemos tener presente que la ley nos habla de "la primera notificación" y
no de la notificación de la demanda.
En consecuencia la demanda y la resolución que en ella recaiga se notificarán
personalmente al demandado solo cuando la demanda hubiere sido la primera presentación
que dio inicio al procedimiento, que será lo normal según lo previsto en el art. 253 del C.P.C. No
obstante, si el proceso se hubiere iniciado por una medida prejudicial, ella y la resolución que
sobre esta recaiga deberá ser notificada personalmente por ser la primera notificación y no la
demanda que se presentara con posterioridad, la que en tal caso no se encontrara en la
situación de ser la primera notificación.
Por otra parte, la primera notificación es personal solo respecto del sujeto pasivo y no
respecto del actor, a quien solo se le notifica por el Estado Diario (art.40 inc.2° del C.P.C.).

b.- Cuando la ley dispone que se notifique a alguna persona para la validez de ciertos
actos (art.47 del C.P.C.) como ocurre por ejemplo, en la notificación de la cesión de un crédito
nominativo (art.1.902 del Cod. Civil), notificación títulos ejecutivos a los herederos del deudor
fallecido (art. 1377 del C. Civil), notificación pago por consignación (1603 inc. 1° C.Civil); etc.

c.- La resolución que dé lugar al cumplimiento de una sentencia en contra de un tercero


dentro del procedimiento incidental (art.233 inc.2° del C.O.C.).

d.- Cuando los tribunales lo ordenen expresamente (art.47 del C.P.C.).

En tercer lugar, el legislador establece que en determinados casos puede emplearse la


notificación personal o por cédula:

a) Las notificaciones que se hagan a terceros que no sean parte en el juicio (testigos, peritos) o a
quienes no afectan sus resultados (art.56 del C.P.C.).

b) Las resoluciones que se dicten en el proceso, luego de haber estado este paralizado y sin que
se hubiere dictado resolución alguna durante un plazo superior a seis meses, deberán ser
notificadas personalmente o por cédula y no se consideran como notificaciones válidas las que
se hubieren hecho por el estado diario respecto de ellas. (art.52 del C.P.C.).

En estos casos en que puede notificarse una resolución en forma personal o por cedula,
lo normal será que se emplee esta última por ser sus requisitos de menor entidad.

2.- LA NOTIFICACION PERSONAL SUBSIDIARIA O DEL ART.44 DEL C.P.C.

A.- PROCEDENCIA.

Esta forma de notificación personal se aplica cada vez que, intentando el ministro de fe
competente practicar la notificación del art.40 (personal en persona), esta no se verifique por no
haberse encontrado a la persona que se trata de notificar en su habitación o en el lugar donde
habitualmente ejerce su profesión, industria o empleo, en dos días distintos (art.44 inc.1° del
C.P.C.).5°

91
B.- PROCEDIMIENTO.

Esta notificación personal siempre se efectúa fuera del recinto del tribunal, por lo tanto,
el único funcionario competente para practicarla es el receptor, y en aquellos lugares en que no
exista este, el Notario Público u Oficial de Registro Civil que exista en la localidad.
Teniendo en consideración que en esta materia juega un papel importante la costumbre,
el art.44 ha sido acomodado en la práctica para que ella se lleve a cabo de la siguiente manera:

1.- Búsqueda.- El Ministro de fe debe buscar a la persona que se trata de notificar en su


habitación o en el lugar donde habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo, a lo
menos en dos días distintos sin ser habida.
Esto significa, que deben efectuarse dos búsquedas. Las búsquedas deben efectuarse en
dos días distintos de la semana, según queda de manifiesto en la historia de la ley, puesto que
puede suceder que quien se trata de notificar se encuentre fuera del lugar hábil precisamente
los mismos días de la semana, v.gr., todos los miércoles.

2.- Certificación. El interesado debe requerir al receptor que estampe en el expediente un


certificado de "búsquedas", en el que se consigna lo actuado por el ministro de fe, según lo
señalado precedentemente.
Además el Ministro de Fe deberá certificar los siguientes hechos:

a) Que la persona que se trata de notificar se encuentra en el lugar del juicio. Se


entiende por lugar del juicio, la ciudad donde el tribunal tiene su asiento.
b) Cual es la morada de la persona que se trata de notificar. Dos eran los sentidos que
se le daban a la expresión morada hasta antes de la dictación de la ley 19.382 , uno amplio y otro
restringido. En su interpretación restringida, morada era solo el lugar donde una persona vive
con su familia, un lugar donde cena, duerme y convive. En su sentido amplio, morada no solo se
refiere al lugar donde uno vive o convive, sino que comprende también al lugar donde una
persona ejerce su industria, profesión o empleo (oficio), y en general, a todo lugar donde la
persona que se trata de notificar pase una parte considerable del día.
Nuestra jurisprudencia había sido categórica al entender reiteradamente que la voz
"morada" debe interpretarse en un sentido amplio.
En la actualidad, el legislador contempla expresamente en el inciso segundo del artículo
44 del C.P.C. los lugares en los cuales cabe efectuar la notificación personal subsidiaria o no en
persona, siendo ellos la morada o el lugar donde la persona que se va a notificar ejerce su
industria, profesión u empleo.

3.- Solicitud de notificación personal subsidiaria. Es en esta parte donde la costumbre forense
tiene mayor aplicación.
Una vez que el receptor ha devuelto el expediente al tribunal, incluyendo en él la
certificación antes indicada, el interesado debe presentar un escrito, solicitando que se ordene
por el tribunal la práctica de la notificación personal subsidiaria del art.44,inc.2° del CPC. Ese
escrito puede sumarse de la siguiente manera: "Se ordene la notificación del art.44, inc.2° del
C.P.C., con el merito de la certificación efectuada por el ministro de fe.".
El tribunal debe proveer "Como se pide, o, practíquese la notificación de acuerdo a lo
previsto en el artículo 44 del C.P.C..-

4.- Resolución del Tribunal que ordene la práctica de la notificación. El inc.2° del art.44
prescribe que establecido que el demandado se encuentra en el lugar del juicio y cuál es su
morada o lugar donde ejerce su industria, profesión u empleo, ordenará el tribunal que la
notificaci6n se haga".
Del tenor de dicho precepto legal se colige claramente que para practicarse por el
Ministro de Fe la notificación personal subsidiaria es menester que el tribunal previamente la
ordene dictando una resolución judicial para tal efecto.
Además, dado los términos imperativos del precepto legal, acreditados los supuestos que
hacen procedente la notificación es obligatorio y no facultativo para el tribunal dictar la
92
resolución ordenando la práctica de la notificación personal subsidiaria.
El tribunal, si encuentra conforme la certificación del ministro de fe, ordena practicar la
notificación sustitutiva del art.44,inc.2° CPC.

5.- Notificación. Señala el art.44, inc.2° del C.P.C. que una vez que se hayan acreditado los dos
hechos mencionados precedentemente con el certificado del ministro de fe "ordenara el
tribunal que la notificación se haga entregando (el receptor) las copias a que se refiere el art.40 a
cualquiera persona adulta que se encuentre en la morada o en el lugar donde la persona que se
va a notificar ejerce su industria, profesión o empleo.
Si nadie hay allí, o si por cualquiera otra causa no es posible entregar dichas copias a las
personas que se encuentren en esos lugares, se fijara en la puerta un aviso que de noticia de la
demanda, con especificación exacta de las partes, materia de la causa, juez que conoce en ella y
de las resoluciones que se notifican
De acuerdo a lo previsto en ese precepto se da por notificada a una persona que ni
siquiera se le ha encontrado no existiendo en este caso un enfrentamiento físico del Ministro de
Fe con una persona para que se entienda perfeccionada la notificación. La desvinculación entre
el "notificado" y la persona a la que se trata de notificar, es evidente, toda vez que no es
necesario notificar a la persona misma que debe serlo, sino que a cualquier persona adulta que
recibe del ministro de Fe las copias que el precepto indica o debe fijarla en la puerta si nadie
acude a sus llamados.
En el inciso final del artículo 44 se establece para facilitar la práctica de esta notificación
personal subsidiaria, que "en caso que la morada o el lugar donde pernocta o el lugar donde
habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo, se encuentre en un edificio o recinto al
que no se permite el libre acceso, el aviso y las copias se entregaran al portero o encargado del
edificio o recinto, dejándose testimonio expreso de esta circunstancia."
El receptor debe dejar en la morada de la persona que se trata de notificar o en el lugar
donde ejerce su industria, profesión u empleo o con el portero o encargado del edificio o recinto
al que no está permitido el libre acceso, los siguientes documentos: 1° Copia Íntegra de la
solicitud; y 2° Copia Íntegra de la resolución que sobre ella haya recaído (Art. 40 del C.P.C.).-
En la práctica y de acuerdo a lo sostenido por algunos autores, como la notificación
personal subsidiaria requiere para ser practicada de la dictación de una resolución previa que la
ordene y esta debe ser también notificada; conjuntamente con las copias de la solicitud que se
notifica y de la resolución recaída en ella se hace entrega también de copia Íntegra de la solicitud
de autorización para practicar la notificación personal subsidiaria y de la resolución favorable
recaída en ella.

En el caso que nadie haya en la morada, en la práctica, estos documentos se dejan por
debajo de la puerta si es posible.

6.- Aviso. El legislador, por la Ley 18.705, modificada por la Ley 18.804, introdujo el envío de un
aviso por carta certificada para asegurarse que en la notificación del art.44; el notificado tuviera
conocimiento de ella.
Al respecto, se estableció que el ministro de fe deberá dar aviso de la notificación
practicada al notificado conforme al art.44, dirigiéndole para tal efecto carta certificada por
correo, en el plazo de dos días contados desde la fecha de la notificación o desde que se reabran
las oficinas de correo, si la notificación se hubiere efectuado en domingo o festivo.
La carta podrá consistir en tarjeta abierta que llevara impreso el nombre y domicilio del
receptor y deberá indicar el tribunal, el número de ingreso de la causa y el nombre de las partes.
La omisión en el envío de la carta no invalidará la notificación, pero: a) Hace
responsable al ministro de fe de los daños y perjuicios que se originen; y b) El tribunal, previa
audiencia del afectado, deberá imponerle al Ministro de fe alguna de las medidas que se señalan
en los números 2, 3 y 4 del art.532 del C.O.T. (art.46 del C.P.C.).

7.- Acta y devolución de expediente. Una vez practicada la diligencia, el receptor debe levantar
un acta con las menciones que indica el art. 45: "La diligencia de notificación, en el caso del
articulo precedente, se extenderá en la forma que determina el art. 43, siendo obligada a
93
subscribirla la persona que recibe las copias, si puede hacerlo, dejándose testimonio de su
nombre, edad, profesión y domicilio".
Además, en ese testimonio deberá expresarse el hecho del envío de la carta certificada,
la fecha, la oficina de correo donde se hizo y el número de comprobante emitido por tal oficina.
Este comprobante deberá ser pegado al expediente a continuación del testimonio". (art.46 del
C.P.C.).
Son excepcionalísimas las actas en que aparece la firma de la persona que ha recibido las
copias indicadas. En la práctica, y por razones de evidente comodidad, se suele agregar una
clausula que ha pasado a formar parte de toda diligencia de esta clase:"... entregue las copias
correspondientes a una persona adulta que no quiso firmar..."
Una vez que el receptor ha puesto certificado de lo por el obrado y firmada que sea el
acta respectiva, debe proceder a devolver el expediente que contendrá el acta mencionada a la
secretaria del tribunal dentro de los dos días hábiles siguientes a la fecha en que se practique la
diligencia (art.393 del C.O.T.).

3.- NOTIFICACION POR CEDULA

A.- CONCEPTO

Es aquella que consiste en la entrega que hace el ministro de fe en el domicilio del


notificado de copia íntegra de la resolución y los datos necesarios para su acertada inteligencia.

B.- REQUISITOS.

Al respecto, debemos señalar que se aplican los requisitos comunes a toda actuación
judicial y que señalamos a propósito de la notificación personal, debiendo efectuarse en día y
hora hábil, puesto que para ella no rigen las modificaciones que respecto de estas materias se
contemplan solo respecto de la notificación personal; dejarse constancia en el proceso; y ser el
acta autorizada y firmada por el Ministro de Fe.)

Además, deben cumplir con los requisitos propios de la notificación por cedula, que son:

a) Debe efectuarse en lugar hábil (art.48 del C.P.C.). El lugar hábil para practicar la notificación
es "el domicilio del notificado".
El domicilio del notificado es aquel que debe designar todo litigante en la primera gestión
judicial que realice, el que debe encontrarse dentro de los límites urbanos del lugar en que
funciona el tribunal. Esta designación se considerara subsistente mientras no haga otra la parte
interesada, aunque de hecho cambie su morada". El inc.2° del art.49 del C.P.C. debemos
entenderlo derogado orgánicamente por la eliminación de los tribunales inferiores (jueces
distrito y subdelegación) efectuado por la Ley 18.776.
La sanción para incumplimiento de la obligación de designar domicilio consiste en que las
resoluciones que deben practicarse por cedula, se notificaran por el estado diario respecto de las
partes que no hagan la designación de domicilio conocido y mientras esta no se haga.
Esta sanción por expresa disposición de la ley, se hace efectiva "sin necesidad de petición
de parte y sin previa orden del tribunal (art.53 del C.P.C.).
La referida sanción no sería aplicable al litigante que no ha comparecido a juicio
(rebelde), puesto que la exigencia de fijar domicilio que establece el art.49 del C.P.C. se refiere
solo a aquellos que hubieren efectuado alguna gesti6n en el juicio, situación en la cual no se
encuentra el rebelde. Esta tesis ha sido compartida por la Jurisprudencia, pero no en forma
unánime.
Otro sector de la Jurisprudencia ha sostenido que esta sanción es aplicable también al
rebelde, puesto que ella opera atendiendo únicamente a que no se ha fijado domicilio, puesto
que la pasividad del rebelde no puede llegar a constituir un entorpecimiento para el regular
desarrollo del procedimiento.
Debemos recordar que en caso de haber designado apoderado o mandatario judicial la
parte en el proceso, la notificación por cedula deberá efectuarse al primero y no a esta última.
94
El mismo apercibimiento se formulará al imputado que fuere puesto en libertad, a
menos que ello fuere consecuencia de un sobreseimiento definitivo o de una sentencia
absolutoria ejecutoriada.

b) Debe efectuarse la notificación por cedula por funcionario competente. Dada que la
notificación por cedula se debe efectuar en un lugar que no es el oficio del secretario, este
nunca podrá practicar esta notificación. La notificación por cedula debe ser efectuada por el
receptor.

c) Debe efectuarse la notificación en la forma que establece la ley. La notificación se practica


por el ministro de fe entregando en el domicilio del notificado copia íntegra de la resolución y los
datos para su acertada inteligencia en la forma establecida en el inc.2° del art.44. (art.48, inc.1° y
2° del C.P.C.).
La cedula se conforma por: 1.- la copia íntegra de la resolución y 2.- los datos necesarios
para su acertada inteligencia.
Los datos para la acertada inteligencia (el número del Rol del proceso, la identificación
del proceso según la clase de juicio y nombre de las partes, el tribunal ante el cual se sigue el
proceso) generalmente en la práctica son estampados por el Receptor en el margen superior
izquierdo de la copia de la resolución que notifica.
Con posterioridad a la notificación, el Ministro de Fe "debe poner en los autos testimonio
de la notificación con expresión del día y lugar, del nombre, edad, profesión y domicilio de la
persona a quien se haga la entrega". En la práctica, los receptores certifican que se ha entregado
cedula en el domicilio del notificado a una persona adulta que no quiso firmar o que se fijo en la
puerta de este al no acudir nadie a sus llamados.
En la actualidad, no es necesario que en la notificación por cedula se remita carta
certificada dando aviso de haberse practicado ella y que en el testimonio se deje constancia de
ese hecho, puesto que la modificación que en este sentido se introdujo por la Ley 18.705, fue
dejada luego sin efecto por la Ley 18.804.

C.- RESOLUCIONES QUE DEBEN NOTIFICARSE POR CEDULA.

En la estructura del Código las resoluciones que se notifican por cedula son:

1) La sentencia definitiva de primera o única instancia (art.48, inc.1° del C.P.C.). Las sentencias
definitivas de segunda instancia se notifican por el estado Diario (art. 221 del C.P.C.).

2) La resolución que ordena la comparecencia personal de las partes (art. 48, inc. 1° del C.P.C.).

3) La resolución que ordena recibir la causa a prueba en el juicio (art.48, inc.1° del (C.P.C.). La
resolución que recibe un incidente a prueba se notifica por el Estado Diario. (art. 323 C.P.C.).

4) Si transcurren seis meses sin que se dicte resolución alguna en el proceso, no se consideraran
como notificaciones validas las anotaciones en el estado diario mientras no se haga una nueva
notificación personal o por cedula (art. 52 del (C.P.C.).

5) Las notificaciones que se practiquen a terceros que no son parte en el juicio, o a quienes no
afecten sus resultados, se hará personalmente o por cedula (art.56 del (C.P.C.).

6) Cuando el tribunal lo ordene expresamente o en los casos en que la ley lo establezca (art.48,
inc. final, 211, inc. 2°, 233, 442, 450, 595 y 629 del C.P.C.).

4.- NOTIFICACION POR EL ESTADO DIARIO

A. CONCEPTO.

La notificación por el estado constituye una ficción legal, ya que nunca se produce un
95
conocimiento directo de la resolución que se notifica. En los tres casos anteriores, la parte toma
conocimiento directo del contenido de la resolución, porque ella Integra la notificación; en
cambio en la notificación por el Estado Diario ella se entiende practicada por el solo hecho de
incluirse en una lista la noticia de haberse dictado una resolución en un determinado proceso.
Señala el art.50, inc.1° del C.P.C. que "las resoluciones no comprendidas en los artículos
precedentes se entenderán notificadas a las partes desde que se incluyan en un estado que
deberá formarse electrónicamente, el que estará disponible diariamente en la página web del
Poder Judicial...."
Este inciso establece dos conclusiones de importancia:
a) Que la notificación por el estado diario es la regla general dentro de la legislación nacional; y
b) Que existe una ficción legal completa, porque se entiende notificada una resolución por el
mero hecho de incluirse la noticia de haberse dictado está en la lista electrónica de
notificaciones.

De acuerdo con lo expuesto, podemos señalar que la notificación por el estado es aquella
consistente en la inclusión de la noticia de haberse dictado una resolución en un determinado
proceso, dentro de un Estado que debe contener las menciones que establece la ley, el que
debe formarse diariamente y publicarse en al sitio web del Poder Judicial.

B. RESOLUCIONES QUE SE NOTIFICAN POR EL ESTADO.

La notificación por el estado diario constituye la regla general, por lo que debe ser
aplicada cada vez que no se haya contemplado otra forma de notificación de una resolución
judicial
Sin perjuicio de ello, el legislador establece específicamente algunas resoluciones que
deben notificarse por el estado diario, lo que hace mas bien por efectos prácticos para despejar
cualquier duda que pudiere suscitarse acerca de la forma en que debe notificarse una resolución
determinada, de manera que esas resoluciones producen sus efectos desde que son incluidas
en el estado. Así, lo establece por ejemplo respecto de las siguientes resoluciones:

1) La resolución que recae en la primera presentación debe notificarse por el Estado al actor (art.
40 C.P.C.).
2) Las resoluciones que, debiéndose notificar por cedula, no lo son por no haberse designado
domicilio conocido (art. 53 del C.P.C.);
3) La resolución que recibe la causa a prueba en los incidentes (art.323 del C.P.C.);
4) La sentencia definitiva de segunda instancia (art.221, inc.1° del C.P.C.), etc.

C. SUJETO QUE DEBE PRACTICAR LA NOTIFICACION POR EL ESTADO.

De acuerdo a lo establecido en el N° 2 del art.380 del C.O.T., son funciones de los


secretarios practicar las notificaciones por el Estado Diario.
Además, de acuerdo al art.58 del C.P.C. puede practicar la notificación por el estado
también el oficial primero de la secretaria, pero esa función la desempeñara bajo la
responsabilidad del secretario. En tal caso el estado deberá contener la firma del oficial primero.

D. FORMA DEL ESTADO.

El Estado significa lista, rol o relación. De acuerdo con ello señala el art. 50, inc.2° y ss.:
"Se encabezará el estado con la fecha del día en que se forme y se mencionarán por el número
de orden que les corresponda en el rol general, expresado en cifras y en letras y, además, por los
apellidos del demandante y del demandado o de los primeros que figuren con dicho carácter si
son varios, todas las causas en que se haya dictado resolución en aquel día y el número de
resoluciones dictadas en cada una de ellas”.

96
E. TIEMPO DE FIJACION Y FORMA DE MANTENERSE.

El Estado se mantendrán en la página web del Poder Judicial durante al menos tres días
en una forma que impida hacer alteraciones en ellos. De las notificaciones realizadas en
conformidad a este artículo se dejará constancia en la carpeta electrónica el mismo día en que
se publique el estado.
La notificación efectuada conforme a este artículo será nula en caso que no sea posible la
visualización de la resolución referida en el estado diario por problemas técnicos del sistema de
tramitación electrónica del Poder Judicial, lo que podrá declararse de oficio o a petición de
parte”.

La resolución se entiende notificada el día en que ella es incluida en el Estado.


Finalmente, agrega el art. 51, en concordancia con el art. 169 del C.P.C., que "para los
efectos del articulo precedente, a todo proceso que se inicie se asignara un número de orden en
la primera resolución que se dicte y con él figurará en el rol del tribunal, hasta su terminación".

5.- NOTIFICACION POR AVISOS.-

A.-CONCEPTO.

La notificación por avisos es sustitutiva de la notificación personal del art.40 del C.P.C. o
de la notificación por cédula, y se utiliza cuando se trata de notificar a personas cuya
individualidad o residencia sea difícil de determinar o que por su número dificulten
considerablemente la práctica de la diligencia.
Señala el art.54 del CPC. que "cuando haya de notificarse personalmente o por cédula a
personas cuya individualidad o residencia sea difícil de determinar, o que por su número
dificulten considerablemente la práctica de la diligencia, podrá hacerse la notificación por medio
de avisos publicados en los diarios o peri6dicos del lugar donde se sigue la causa cabecera de la
provincia, o de la capital de Región, si allí no los hay"(inc.1°).

B.- REQUISITOS DE PROCEDENCIA.

Los requisitos que deben concurrir para la práctica de una notificación por avisos son:

1.- La notificación que legalmente corresponde efectuar es una personal o por cedula;
2.- La concurrencia de las circunstancias que habilitan para solicitar esta forma de notificación.

Estas circunstancias se reducen conforme a lo previsto por el legislador a la concurrencia


de a los menos una de las dos siguientes:

a) Se trata de notificar a una persona cuya individualidad o residencia es difícil de determinar; o


b) se trata de notificar a personas que por su número dificultan considerablemente la práctica
de la diligencia.

Nuestra jurisprudencia ha resuelto que la notificación por avisos solo es procedente


cuando las personas a quienes haya de notificarse mediante este modo se encuentren
residiendo en el territorio de la Republica atendido el lugar en que la ley ordene efectuar las
publicaciones.

3.- El tribunal debe apreciar los antecedentes con conocimiento de causa.

En ningún caso el tribunal puede fallar sin más y de piano la solicitud. En efecto,
prescribe el art.54, inc.2° del C.P.C. que "para autorizar esta forma de notificación, para
determinar los diarios o periódicos en que haya de hacerse la publicación y el número de veces
que deba repetirse, el cual no podrá bajar de tres, procederá el tribunal con conocimiento de
causa y con audiencia del ministerio publico".
97
Este conocimiento de causa se puede adquirir a través de certificados de búsquedas;
oficios a distintos servicios públicos, especialmente, a Correos, Policía Internacional, Registro
Civil, etc.

4.- Con los antecedentes acompañados, el tribunal debe ordenar expresamente la práctica de
la notificación.

En la resolución que se dicta el tribunal deberá autorizar la notificación por avisos,


determinar los diarios en que haya de practicarse y establecer el número de veces que deben
efectuarse las publicaciones, el cual no puede ser inferior a tres.

C.-FORMA DE REALIZARSE.-

La notificación por avisos se concreta en las publicaciones que exige la ley. Estas
publicaciones deben realizarse por lo menos tres veces en el diario o periódico del lugar en que
se sigue el juicio y, en caso de no haberlo, se publicaran en el de la cabecera de la provincia o de
la capital de la Región si allí no los hay.
La ley establece que los avisos publicados contienen los mismos requisitos y menciones
que se exigen para la notificación personal y por cedula, pero si la publicación en esta forma es
muy dispendiosa, atendida la cuantía del negocio, podrá disponer el tribunal que se haga en
extracto redactado por el secretario.(Art.54 inc.1° del C.P.C.).-
Agrega el art.54, inciso final que "cuando la notificación hecha por este medio sea la
primera de una gestión judicial, será necesario además, para su validez, que se inserte el aviso
en los números del Diario Oficial correspondiente en los días primero o quince de cualquier mes,
o al día siguiente, si no se ha publicado en las fechas indicadas."
Debemos tener presente, no por requerimiento de la ley sino por razones de seguridad
jurídica, que se debe solicitar al secretario del tribunal que deje constancia de las publicaciones
realizadas a través de la certificación correspondiente, dando con ello aplicación a lo dispuesto
en el artículo 61 del C.P.C.-
Lamentablemente, el legislador no señaló desde que momento la notificación por aviso
iba a producir sus efectos. A juicio del Sr. Mosquera, la notificación producirá sus efectos desde
la publicación del último aviso, sea en el Diario oficial o en los otros diarios o periódicos.
Finalmente, se ha sostenido que en la notificación por avisos no es procedente el
aumento del terminó de emplazamiento, puesto que la notificación debe entenderse practicada
en el lugar en que se publicaron los avisos, que será el lugar en que se sigue el juicio.

6.- NOTIFICACION TACITA

A.- CONCEPTO.-

La notificación tacita o presunta es aquella que suple u opera en el caso de existir una
notificación defectuosa o ante la falta de toda notificación de una resolución judicial, por
haberse realizado actuaciones por parte de la persona a notificar que importan un conocimiento
de esa resolución, las que no tienen por objeto reclamar de la falta o el vicio que afecta a la
notificación.
Al tratar de esta materia, la ley aplica uno de los más importantes principios formativos
del procedimiento: el de la economía procesal y el de la protecci6n.
El legislador parte de la base de que es absurdo exigir una notificación cuando quien va a
ser notificado demuestra que ya ha tornado conocimiento de lo que se trata de notificarle. En
esto consiste, precisamente la notificación tácita o presunta: la ley le da valor de una notificación
a una actuación de parte que no es, propiamente, una notificación, pero que, por el acto
realizado, la supone. No es procedente en este caso declarar la nulidad de la notificación, puesto
que el notificado no ha experimentado un perjuicio con la falta de notificación o con la
realización viciada de ella.
Esta forma de notificación produce un sano efecto: evita la nulidad de una notificación y
se aplica para suplir cualquier clase de notificación que no se hubiere efectuado o que
98
habiéndose practicado lo haya sido en forma defectuosa.
Señala el art. 55 del C.P.C. que "aunque no se haya verificado notificación alguna o se
haya efectuado en otra forma que la legal, se tendrá por notificada una resolución desde que la
parte a quien afecte haga en el juicio cualquiera gestión que suponga conocimiento de dicha
resolución, sin haber antes reclamado la falta o nulidad de la notificación". Esta actuación es un
ejemplo de manifestación tacita de voluntad.

B.- REQUISITOS.

Estos son:

1) La existencia de una resolución que no se ha notificado o, habiéndolo sido se ha efectuado


en una forma distinta a la señalada por la ley. Así, v.gr., no se ha notificado la demanda o se
notifica una demanda por cedula, debiendo haberse notificado personalmente.

2) La parte a quien afecta esa falta o esa nulidad de la notificación, ha realizado en el juicio
cualquiera gestión que suponga el conocimiento de la resolución. Así, v.gr., se apela de una
sentencia definitiva de primera instancia que no ha sido notificada o ha sido notificada por el
estado diario; se asiste a un comparendo sin haberse practicado la notificación.

3) La parte que realiza la gestión que supone la notificación, no reclama la nulidad o falta de
notificación en forma previa.

7.- NOTIFICACION FICTA.

Antes de la reforma al CPC., en la práctica si se anulaba la notificación de la demanda, se


eliminaba un elemento del emplazamiento y debía notificarse nuevamente a la parte
demandada. Ello no era lógico ni necesario, y aparecía como obra de un mero tecnicismo
jurídico, difícil de comprender para quienes no poseen los conocimientos jurídicos para
comprender la extensión de los efectos que genera la nulidad.
En vista de ello, el legislador introdujo un inc.2° al art.55 del C.P.C. en el cual estableció
con carácter general la oportunidad en que por el solo ministerio de la ley debe entenderse
notificada de una resolución a la parte que solicita la nulidad de su notificación cuando se da
lugar a ella.

Si la notificación es declarada nula por el tribunal de primera instancia, la resolución se


entenderá notificada desde que se notifique la sentencia que declaro la nulidad de la
notificación practicada.
Si la notificación es declarada nula por el tribunal superior, la resolución se entenderá
notificada desde que se notifique por el tribunal de primera instancia el "cúmplase" de la
resolución pronunciada por el tribunal superior que dio lugar a la nulidad.

Respecto de esta norma debemos tener presente:

a) En primer lugar, que mas que una notificación tacita se trata de una notificación ficta, puesto
que la parte afectaba por la nulidad de la notificaci6n realizo una gestión destinada a impugnar
esta, faltando por ello un elemento esencial para que nos encontramos ante una notificación
tacita.

b) Esta notificación ficta, opera por el solo ministerio de la ley en las oportunidades señaladas.

c) Esta notificación ficta opera respecto a toda clase de resoluciones y cualquiera haya sido la
forma en que ella deba haberse notificado;
d) El legislador debió haber señalado que en caso de acogerse la nulidad debía entenderse
notificada no solo "la resolución", sino que también la solicitud en que ella recay6, puesto que la
notificación personal requiere que esta abarque ambos antecedentes.
99
8.- NOTIFICACIONES ESPECIALES

A.- CEDULA DE ESPERA.-

A ella se refiere el art.443 N°1 del C.P.C., relativo a la notificación del requerimiento de
pago: "Este requerimiento debe hacérsele personalmente (al deudor); pero si no es habido, se
procederá en conformidad al art.44, expresándose en la copia a que dicho artículo se refiere, a
más del mandamiento, la designación del día, hora y lugar que fije el ministerio de fe para
practicar el requerimiento".

B.- JUICIO ARBITRAL.-

En el procedimiento arbitral existen dos modalidades especiales de notificación.


Respecto del juicio arbitral, señala el art.629 del C.P.C. que las notificaciones en los juicios
arbitrales pueden ser personales o por cédula, a no ser que las panes unánimemente acuerden
otra forma de notificación. Así, por ejemplo, se notifican por carta certificada, por simple carta,
por telegrama, por teléfono, etc.
En el juicio de partición de bienes, señala el art.663 del C.P.C.: "Los resultados de la
partición se consignan en un laudo o sentencia final, que resuelva o establezca todos los puntos
de hecho y de derecho que deben servir de base para la distribución de los bienes comunes, y en
una ordenata o liquidación, en que se hagan los cálculos numéricos necesarios para dicha
distribución".
El artículo que nos interesa, para los efectos de la notificación, es el 664, que es del
siguiente tenor: "Se entenderá practicada la notificación del Laudo y Ordenata desde que se
notifique a las panes el hecho de su pronunciamiento, salvo el caso previsto en el art.666. Los
interesados podrán imponerse de sus resoluciones en la oficina del actuario y deducir los
recursos a que haya lugar dentro del plazo de quince días".
Aquí, como vemos, existe una ficción legal, cuyo fundamento o razón de existir es muy
sencillo: normalmente dichas sentencias son extraordinariamente extensas, haciendo gravosa la
notificación del texto integro a cada uno de los interesados".

C.- NOTIFICACIONES PARA EFECTOS DE LA TRAMITACIÓN DE EXPEDIENTE ELECTRÓNICO


(INTRODUCIDO POR LA LEY 20.886).

El Art. 8º de la ley 20.886 señala lo siguiente: “Otras formas de notificación. Cualquiera de


las partes o intervinientes podrá proponer para sí una forma de notificación electrónica, la que el
tribunal podrá aceptar aun cuando la ley disponga que la notificación deba realizarse por cédula
si, en su opinión, resultare suficientemente eficaz y no causare indefensión. Esta forma de
notificación será válida para todo el proceso”.

CAPITULO XV: LAS RESOLUCIONES JUDICIALES

A) CONCEPTO.

La resolución judicial es el acto jurídico procesal que emana de los agentes de la


jurisdicción y mediante el cual dan curso al procedimiento, resuelven los incidentes que se
promueven durante el curso de él o deciden la causa o asunto sometido a su decisi6n.

B) CLASIFICACION.

1). Según la nacionalidad del tribunal del cual emanan. Se clasifican en resoluciones judiciales
nacionales o extranjeras. Tiene importancia para su ejecución o cumplimiento de acuerdo a las
normas previstas en el Título XIX del Libro I del C.P.C.

2). Según la naturaleza del negocio en que se pronuncian. Se clasifican en contenciosas y no


contenciosas. Tiene importancia en cuanto a los requisitos de forma, recursos y efectos.
100
3).Según la naturaleza del asunto sometido a la decisión tribunal. Se clasifican en civiles y
penales. Tiene importancia por el distinto régimen jurídico a que se hallan sometidas.

4).Según la instancia en que son pronunciadas. Se clasifican en sentencias de única, primera o


segunda instancia. Las de segunda instancia se pueden clasificar en confirmatorias,
revocatorias y modificatorias. Esta clasificación tiene importancia en materia de recursos y en
cuanto a los requisitos de forma que deben cumplir las resoluciones.

5).Según el estado en que se encuentran respecto a su cumplimiento. Se clasifican en


Sentencias Firmes o Ejecutoriadas o que causan ejecutoria.
Sentencias firmes o ejecutoriadas. (Art.174 del C.P.C.) De acuerdo a ese precepto para
establecer si una sentencia se encuentra firme o ejecutoriada debemos distinguir:
a) Si no proceden recursos: La resolución queda firme desde el momento en que se notifica a las
partes.
b) Si proceden recursos se debe subdistinguir: b.1) Si se han deducido los recursos: queda firme
la resolución desde que se notifique a las partes del decreto que ordena cumplirla (cúmplase)
que pronuncia el tribunal de primera instancia. b.2) Si no se han deducido recursos: queda firme
la resolución desde que transcurran todos los plazos que la ley concede para su interposición.
Si trata de sentencia definitiva, es necesario que el secretario del tribunal certifique el
hecho de no haberse interpuesto los recursos y que el plazo para ello se encuentra vencido.
La sentencia firme o ejecutoriada producirá acción para su cumplimiento y la excepción
de cosa juzgada (art.175, 434 N°1 y 231 del C.P.C.).
Sentencias que causan ejecutoria son aquellas que pueden cumplirse a pesar de existir
recursos pendientes deducidos en su contra (art.231 del C.P.C.). Ejemplo típico de esta clase de
resoluciones son aquellas respecto de la cuales se ha concedido el recurso de apelación en el
solo efecto devolutivo y aquellas respecto de los cuales se ha deducido recurso de casación en la
forma o en el fondo y no se encuentra en los casos excepcionales en que procede la suspensión
del cumplimiento del fallo (art.774 del C.P.C.)." El cumplimiento provisional que se lleve a efecto
respecto de la resolución que causa ejecutoria se encuentra condicionada a que se confirme ella
al fallarse del recurso, puesto que si se revoca la resolución deberá ordenarse que quede sin
efecto lo que se hubiere cumplido. En este punto, debemos dejar en claro que nuestro legislador
utiliza también en algunas ocasiones la expresión sentencia de término (P. ej. art.98 del C.P.C.).
Sentencia de término es aquella que pone fin a la última instancia del juicio. Así, son
sentencias de término la sentencia definitiva de única instancia y la sentencia definitiva de
segunda instancia.
Los conceptos sentencia ejecutoriada y de término pueden coincidir, pero ello no
siempre es así, puesto que para efectuar la clasificación se toman puntos de referencia distintos.
Así por ejemplo, la resolución dictada en segunda instancia tiene el carácter de sentencia de
término, pero no se encontraría ejecutoriada si respecto de ella se deduce el recurso de
casación.

6).Según la forma en que resuelven las pretensiones que configuran el asunto. Se clasifican en
sentencias definitivas parciales y totales.

Sentencia definitiva total es aquella que resuelve la totalidad de las cuestiones


planteadas en el proceso.
Sentencia definitiva parcial son aquellas que se pronuncian solo sobre algunas de las
cuestiones planteadas en el proceso por haber llegado con antelación al estado de fallo,
reservándose la resolución de las restantes hasta que ellas lleguen a ese estado (art.172 del
C.P.C.).

7).Según el contenido de las resoluciones. Se clasifican en:

a) Sentencia declarativas. Son aquellas que deciden acerca de la existencia o


inexistencia de una situación jurídica o el cumplimiento o infracción de un deber.
Lo que caracteriza a esta clase de resoluciones es que la actividad del tribunal se agota en
101
la declaración y no produce más que ese efecto, a diferencia de las otras que además de declarar
el derecho, producen otro efecto, como el constitutivo o de condena según el caso. Las
sentencias declarativas se limitan solamente a generar la cosa juzgada, sin que se genere ningún
otro efecto posterior.
Ejemplo de esta clase de sentencias son las que declaran que se rechaza la demanda, la
que declara la inexistencia de una obligación, la falsedad de un documento, etc.

b) Sentencias constitutivas. Son aquellas a través de las cuales se produce la


constitución, modificaci6n o extinción de un estado o situación jurídica.
Lo que caracteriza a esta clase de sentencias es la producción de un estado o situación
jurídica nueva que con anterioridad a la sentencia no existía; modifica uno existente o sustituye
un estado jurídico existente por otro.
Ejemplo típico de esta clase de resoluciones son las que declaran el divorcio, la nulidad
de matrimonio, la separación de bienes, etc.
Las sentencias constitutivas tampoco dan lugar a una ejecución posterior, sin perjuicio de
requerirse respecto de ellas la inscripción en determinados Registros.
Ello acontece con las sentencias ejecutoriadas que dan lugar al desconocimiento de la
paternidad, las que determinan o dan lugar a la impugnación de una filiación determinada.las
que disponen el cuidado personal del hijo, decretan suspensión de patria potestad o dan lugar a
la emancipación judicial, las que anulan el acto del reconocimiento o repudiación, las que deben
subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo.
Por otra parte, en el libro de matrimonios se inscribirán las sentencias ejecutoriadas que
declaren la nulidad del matrimonio o se decrete la separación judicial o el divorcio; la separación
de bienes de los cónyuges; los instrumentos que estipulen capitulaciones matrimoniales y las
sentencias ejecutoriadas que conceden a la mujer o al curador la administración extraordinaria
de la sociedad conyugal y las que declaren la interdicción del marido.
Las inscripciones y subinscripciones señaladas deben efectuarse como una medida de
publicidad, por lo que su incumplimiento tiene como sanción la inoponibilidad del acto procesal,
de manera que no podrán hacerse valer en juicio sin que se haya procedido a cumplir ese
trámite.

c) Sentencias de condena. Son aquellas que imponen el cumplimiento de una prestación,


ya sea sentido positivo (dar, hacer) ya sea en sentido negativo (no hacer).
En la sentencia de condena hay una labor declarativa ya que el juez va a declarar el
derecho, pero además se produce otro efecto cual es el de imponer una prestación, siendo este
el factor que la caracteriza y distingue de otros tipos de sentencia.
En otras palabras, la sentencia de condena tiene dos funciones, la de declarar el derecho,
pero además se produce otro efecto cual es el de imponer una prestación de dar, hacer o no
hacer, siendo este el factor que la caracteriza y distingue a la sentencia declarativa. Si no se da
cumplimiento a la prestación contenida en ella, servirá de titulo para la ejecución forzosa de la
prestación contenida en ella.
Ejemplo típico de esta clase de resoluciones son las de condena al pago de una
indemnización de perjuicios.

d) Sentencia cautelares. Son aquellas que no suponen un pronunciamiento sobre el


fondo del derecho, sino que se dedican a declarar en vía sumaria una medida de seguridad.
Su necesidad emana del hecho de que desde que se solicita la actividad del juez hasta
que este dicta sentencia definitiva media un lapso de tiempo en el cual pueden variar las
circunstancias haciendo imposible o dificultoso cumplir el fallo que se dictara en el proceso, y
tienen por ello como objeto conservar el estado de las cosas existentes al momento de
solicitarse su dictación.
No tienen en nuestro derecho una calidad de figura autónoma en cuanto a ser el fin que
se persigue en un proceso, sino que aparecen injertadas dentro de él.
Revisten tal carácter en nuestro derecho, en cuanto al contenido de la resolución, las
sentencias que disponen una medida precautoria.

102
Esta clasificación reviste importancia por los diferentes efectos que producen unas y
otras. Las sentencias de condena dan lugar a la vía ejecutiva posterior y se constituye en mora al
deudor desde la notificación de la demanda.
Las sentencias declarativas no dan origen a ejecución posterior, su finalidad esta en
lograr su dictación y el hecho declarado existirá desde el momento en que se produjo su fuente
u origen.

8) Según la forma en que se pronuncia acerca de la satisfacción de las pretensiones.

Las sentencias inadmisorias son las que no se pronuncian acerca de las pretensiones y
excepciones que configuran el conflicto, por constatar el tribunal que concurre el
incumplimiento de algún presupuesto de existencia, validez o eficacia que no permite avanzar
con el desarrollo del proceso para pronunciarse acerca del fondo del asunto.
Estas sentencias producen solo cosa juzgada formal, por lo que podrá hacerse valer
nuevamente la pretensión en otro proceso si es posible subsanar el vicio o defecto procesal que
hubiere motivado su rechazo.
Las sentencias de fondo son aquellas que se pronuncian acerca de las pretensiones y
excepciones que se han hecho valer en el proceso, dando lugar o rechazando la satisfacción de
las pretensiones que se han hecho valer por el actor.
Las sentencias de fondo se subclasifican en estimatorias de la pretensión dan lugar a la
demanda y las sentencias desestimatorias rechazan la pretensión por acceder a las alegaciones
o defensas que se han hecho presente por el demandado o acoger las excepciones que hizo
valer.
Las sentencias de fondo estimatorias pueden ser totales o parciales.
En caso que sean estimatorias totales es aquella en que se da lugar íntegramente a la
pretensión solicitada, por lo que solo habrá una parte agraviada en la sentencia, como será el
demandado, quien se encontraría por ello legitimado por ello para impugnar la resolución.
Las sentencias de fondo estimatorias parciales que son aquellas que dan lugar a solo una
parte de la pretensión, agraviando con ello al actor, en la parte en que no se le ha dado lugar, y
al demandado, en la parte en que se dio lugar a la pretensión, encontrándose por ello ambos
legitimados para impugnar la resolución en la parte que ella les perjudica.

9.- Según la forma en que se determinan las pretensiones en la sentencia.


Las sentencias de condena presentes y determinadas son las que fijan en forma clara,
actual y precisa la prestaci6n que debe ser satisfecha por el deudor, teniendo por ello una
eficacia ejecutiva inmediata.
Reviste este carácter también las sentencias que contienen en su declaración las bases de
determinación de la prestación de acuerdo con índices de reajustabilidad o calculo de intereses
que permiten la liquidación sin discusión atendido su carácter público o notorio, como lo es que
la determina la reajustabilidad de la pretensión declarada conforme al IPC, su expresión en UF, o
el pago de intereses corrientes respecto de la suma a cuyo pago se condena y hasta que este se
efectué.
En estas sentencia condenatorias la obligación contenida en ella reviste el carácter de
liquida o determinada, por lo que no es necesario que ella se complemente con ningún trámite o
sentencia posterior para ejecución. (P.ej. Se condena la restitución de de un inmueble dentro de
30 días de notificada la sentencia; se condena al pago de diez millones de pesos, etc)

Las sentencias de condena genéricas o indeterminadas son aquellas que se limitan a


declarar la condena al pago de una indemnización de perjuicios o devolución de los frutos, pero
reservándose a las partes el derecho a discutir acerca de la determinación de ellos para la
ejecuci6n posterior o para otro juicio diverso. (art. 173 del C.P.C.)
En este caso, es necesario que se dicte una sentencia posterior que determine el monto
de la indemnización o de los frutos para que la sentencia sea liquida y pueda ser
ejecutada.(art.442 del C.P.C.).

Las sentencias de condena a prestaciones futuras es aquella en que no se limita a la


103
condena según las prestaciones que pudieren existir a la fecha de la presentación de una
demanda, sino que persigue también el pago de prestaciones que se devenguen durante y/o con
posterioridad a su terminación hasta la completa ejecución de la sentencia, debiendo la
sentencia contener las bases que permitan su liquidación posterior.
Ejemplo típico de este caso lo encontramos en los juicios de arrendamiento, en los cuales
no solo se demanda la devolución del inmueble arrendado y el pago de las rentas insolutas a la
fecha de la presentación de la demanda, sino que también la condena al pago de las rentas
como los gastos comunes consumos de luz, agua, electricidad u otros que se devenguen durante
el juicio hasta la entrega del inmueble.
En este caso, no es necesario que se dicte una sentencia posterior que complemente la
sentencia original, dado que ella puede ser ejecutada dado que la liquidación podrá efectuarse
conforme a las bases establecidos en la sentencia.(art.442 del C.P.C.).. Nos encontramos en este
caso ante una obligación que es liquidable conforme a los términos establecidos en la sentencia.

10).Según su naturaleza jurídica de acuerdo a lo establecido en el art.158 del C.P.C..

A) SENTENCIA DEFINITIVA

Es sentencia definitiva la que pone fin a la instancia, resolviendo la cuestión o asunto que
ha sido objeto del juicio (art.158 inc.2° del C.P.C.).
Para que una resolución revista el carácter de sentencia definitiva es menester que
concurran copulativamente los siguientes dos requisitos: i) Debe poner fin a la instancia; y ii)
Debe resolver la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio.
La instancia es cada uno de los grados jurisdiccionales que la ley establece para que los
tribunales puedan conocer y fallar los negocios sometidos a su decisi6n con facultad soberana
para pronunciarse sobre todas las cuestiones de hecho y de derecho que en ellos se suscitan.
Las sentencias definitivas pueden ser de única, primera y segunda instancia.
De acuerdo con esa definición, no tiene el carácter de sentencia definitiva aquella que se
pronuncia sobre el recurso de casación, puesto que este no constituye una instancia.
Por otra parte, las sentencias que declaran el desistimiento de la demanda, el abandono
de la instancia o la prescripción del recurso apelación en contra de la sentencia definitiva no
revisten el carácter de sentencia definitiva sino que son interlocutorias, puesto que no deciden
la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio.

B) SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS

Sentencia interlocutoria es aquella que falla un incidente del juicio, estableciendo


derechos permanentes, en favor de las partes (sentencia interlocutoria de primer grado o clase
) o resuelve sobre algún trámite que debe servir de base en el pronunciamiento de una
sentencia definitiva o interlocutoria (sentencia interlocutoria de segundo grado o clase)
(art. 158, inc.3° del C.P.C.).
Ejemplos de sentencias interlocutorias de primer grado son las resoluciones que
declaran abandonado el procedimiento, aceptan el desistimiento de la demanda, etc.
Ejemplos de sentencias interlocutorias de segundo grado, en materia civil, son las
resoluciones que reciben la causa a prueba, la que ordena despachar mandamiento de ejecución
y embargo, y en el nuevo proceso penal, el auto de apertura de juicio oral; etc.
Las sentencias interlocutorias se subclasifican en sentencias interlocutorias que
ponen término) al juicio o hacen imposible su continuación y sentencias interlocutorias que no
producen estos efectos. Esta subclasificación se formula por el art.766 del C.P.C. para establecer
la procedencia del recurso de casación, el cual puede interponerse solo en contra de aquellas
interlocutorias que ponen término al juicio o hacen imposible su continuación. (Ej. Resolución
que declara el abandono del procedimiento, declara el desistimiento de la demanda).

C) AUTOS

Se encuentran definidos en el inc.4° del art.158 del C.P.C. por exclusión de los efectos
104
que produce el fallo de un incidente respecto de las sentencias interlocutorias de primer grado.
De la interpretación conjunta de los incisos 3° y 4° del art. 158 del C.P.C., podemos llegar
a definir los autos como "la resolución que recae en un incidente, sin establecer derechos
permanentes en favor de las partes".
El concepto de autos no puede hacerse extensivo a las sentencias interlocutorias de
segundo grado, puesto que el requisito sine qua non de los autos es el fallo de un incidente, lo
que no ocurre en esa otra clase de resoluciones que solo se pronuncian sobre un trámite que ha
de servir de base para el pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria.
Ejemplo de resoluciones que revisten el carácter de autos según parte de nuestra
jurisprudencia serian la que pronuncian sobre una medida precautoria, la que designa un
curador interino, la que rechaza el abandono del procedimiento, etc.
En los procesos orales y concentrados carece de justificación esta clasificación, dado que
todas las sentencias deben ser fundadas si resuelven el conflicto mismo o un incidente sin
atenderse para formular semejante exigencia a su naturaleza jurídica. Por otra parte, solo son
impugnables por vía de apelación las resoluciones que no revisten el carácter de sentencia
definitiva que pongan termino al juicio o hagan imposible su continuación o respecto de las que
se contemple expresamente su procedencia, atendiéndose con ello mas a los efectos que a la
naturaleza de la misma de la resolución para determinar su impugnación.

D) DECRETO, PROVIDENCIA O PROVEÍDO

Se encuentran definidos en el inc.5° del art.158 del C.P.C.


Sin embargo, el inc.3° del art.70 del C.O.T. nos da una definición más precisa respecto de
ellos al señalar que "se entienden por providencia de mera sustanciación las que tienen por
objeto dar curso progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre
partes".
La característica de los decretos, providencias o proveídos es que son resoluciones que
solo persiguen dar curso progresivo al desarrollo del procedimiento no fallando un incidente, ni
pronunciándose sobre trámite alguno que deba servir de base al pronunciamiento de una
sentencia.
Ejemplo de esta clase de resolución es la que confiere traslado de la demanda al
demandado; la que confiere traslado del escrito de excepciones dilatorias al demandante, etc.
Esta clasificación de las resoluciones es la que reviste mayor importancia dentro de
nuestra legislación sirviendo para determinar a vía de ejemplo las siguientes materias:

a) La forma de notificación de las distintas resoluciones (art.48 y 50 del C.P.C.).


b) El número de Ministros que deben pronunciarlas en los tribunales colegiados (art.168 del
C.P.C.).
c) La forma en que deben redactarse (arts.169 a 171 del C.P.C.)
d) Si gozan o no de autoridad de cosa juzgada (art.175 del CPC).
e) La procedencia de los distintos recursos en su contra.
f) La determinación del plazo de prescripción del recurso de apelación (art.211 del C.P.C.).

Esta clasificación a pesar de su trascendencia adolece de defectos, puesto que existen


resoluciones dentro de nuestra legislación que resulta imposible de encasillar en alguno de los
tipos de resoluciones que ella contempla. P.ej. Resolución que se pronuncia respecto del recurso
de casación; sobreseimiento definitivo; etc.

C.- FORMA DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES.

A) REQUISITOS COMUNES DE TODA RESOLUCION

De acuerdo a los arts. 61 y 169 del C.P.C. toda resolución debe cumplir con los siguientes
requisitos: i) Expresar en letras el lugar y fecha en que se expide; y ii) Llevar al pie la firma del
juez o jueces que las dictaron o intervinieron en el acuerdo.

105
B) REQUISITO DE LA PRIMERA RESOLUCION JUDICIAL

Fuera de los requisitos generales, la primera resolución debe asignar a la causa un


número de orden, con el que figurara en el rol del tribunal hasta su terminación (art.51 del
C.P.C.).

C) REQUISITO DE LOS DECRETOS

Fuera de los requisitos generales, los decretos deben indicar el trámite que el tribunal
ordena para dar curso progresivo a los autos.
Así, la resolución que recae sobre la demanda debe cumplir con los requisitos comunes a
toda resolución y deberá ordenar "traslado" para contestar la demanda.

D) REQUISITOS DE LOS AUTOS Y SENTENCIAS INTERLOCUTORIAS

Además de los requisitos generales, los autos y las interlocutorias de primer grado deben
pronunciarse sobre la condena en costas (art. 144 del C.P.C.).
Por otra parte, de acuerdo al art.171 del C.P.C. las sentencias interlocutorias y los autos,
además de la decisión del asunto controvertido (elemento obligatorio), pueden en cuanto la
naturaleza del negocio lo permita, contener considerandos de hecho y de derecho que sirvan de
fundamento al fallo (elemento voluntario) (art.171 del C.P.C.).
La inclusión de consideraciones de hecho y de derecho en esta clase de resoluciones es
una cuestión de hecho que queda entregada a la apreciación del tribunal, no pudiendo
interponer en su contra el recurso de casación en la forma en caso de omisión.

E) REQUISITOS DE LAS SENTENCIAS DEFINITIVAS DE UNICA O PRIMERA INSTANCIA.

Estas sentencias definitivas constan de tres partes: expositiva, considerativa y resolutiva.


Además de los requisitos generales de toda resolución, estas deben cumplir con los requisitos
establecidos en el art.170 del C.P.C. y en el Auto Acordado sobre la forma de las Sentencias de
30 de septiembre de 1920 contenido en el apéndice de ese Código.

Las partes de la sentencia deben contener los siguientes aspectos:

a) Parte expositiva:

1.- La designación precisa de las partes litigantes, su domicilio, profesión u oficio (art.170
N°1 CPC. y N°1 auto acordado).
2.- La enumeración breve de las peticiones o acciones deducidas por el demandante y sus
fundamentos y de las excepciones o defensas alegadas por el demandado (art.170 N° 2 y 3 del
C.P.C. y N°2 auto acordado).
3.- Si ha sido recibida o no la causa a prueba (N°3 auto acordado).
4.- Si las partes fueron citadas a oír sentencia o no en los casos previstos en la ley (N°4
auto acordado).

b) Parte considerativa:

1.- Las consideraciones de hecho que sirven de fundamento al fallo (art.170 N°4 del
C.P.C. y N° 5, 6 y 7 del auto acordado).
2.- Las consideraciones de derecho aplicables al caso (art.170 N°5 del C.P.C. y Nos.8 y 9
del auto acordado). El orden en el cual deben consignarse las consideraciones de hecho y
derecho es el señalado en el N°8 del auto acordado.

c) Parte resolutiva:

1.- La decisión del asunto controvertido (art.170 N°6 y N°11 del auto acordado).
106
Excepcionalmente, la decisión no comprende el fallo de todas las acciones y excepciones hechas
valer en el juicio en los siguientes casos:

i) La sentencia definitiva puede omitir la decisión de aquellas acciones o excepciones que


sean incompatibles con las ya aceptadas (art.170 N°6 del C.P.C. y N°11 auto acordado).
ii)
ii) Las declaraciones que de oficio puede hacer el tribunal respecto de asuntos en que la ley le
mande o permita proceder así (art. 160 del CPC.).P.Ej. La nulidad absoluta de acuerdo al
art.1.683 del CPC.

Si no existiera este precepto el fallo adolecería de ultra petita (art.768 N°4 del C.P.C.).

Además dentro de la sentencia definitiva se debe contener la decisión de otras


cuestiones suscitadas en el proceso, pero en esa parte resolución no tiene el carácter de
sentencia definitiva, sino que el de sentencia interlocutoria de primer grado. Así por ejemplo, en
ella se contendrá:

i) La apreciación y resolución sobre comprobación y legalidad de las tachas deducidas en contra


de los testigos que hubieran declarado en juicio (art.379 del C.P.C.).
ii) Un pronunciamiento sobre la condena o absolución al pago de costas (art.144 del C.P.C.).

Complementa los requisitos generales que debe contener toda resolución tratándose de
la sentencia definitiva el N°16 del auto acordado. "La sentencia terminara con la firma del juez o
jueces que la hubieren dictado y del secretario, y este expresará, antes de la suya, el nombre y
apellido del juez o jueces y la calidad de propietario, interino, suplente o subrogante en virtud de
la cual pronuncia el fallo.

La sentencia definitiva en el juicio ordinario debe dictarse dentro del término de 60 días,
contados desde que la causa quede en estado de sentencia (art. 162 inc. tercero)

F) REQUISITOS DE LAS SENTENCIAS DEFINITIVAS DE SEGUNDA INSTANCIA CONFIRMATORIAS


DE LAS DE PRIMERA.

Para este efecto, debemos distinguir;

1.- La sentencia de primera instancia a confirmar cumple con todos los requisitos legales.

En este caso, la sentencia confirmatoria no requiere cumplir con ningún requisito


especial. Deberá solamente expresar la fecha y lugar en que se expida, la firma de los ministros
que las dicten, la autorización del secretario y la declaración de que se confirma la sentencia
apelada.

2.- La sentencia de primera instancia a confirmar no cumple con uno o más de los requisitos
legales

En este caso, nuestro legislador exige que la sentencia de segunda instancia contenga los
mismos requisitos que las sentencias de única o primera instancia (art.170 inc.2° del C.P.C.).
Nuestros tribunales interpretando este precepto han entendido que la sentencia
definitiva de segunda instancia da cumplimiento a este requisito subsanando solo el vicio
cometido en la sentencia recurrida. Así por ejemplo, si se omite la individualización precisa de las
partes litigantes en la sentencia de primera, la de segunda solo deberá subsanar este vicio y no
contener todos los requisitos contemplados en el art.170 del C.P.C.
Sin embargo, el tribunal de segunda instancia no puede subsanar en tal forma el vicio
contenido por la de primera si esta ha dejado de fallar una excepción opuesta en tiempo y forma
con arreglo a la ley.
En estas situaciones el tribunal de segunda instancia puede asumir dos actitudes:
107
1) Casar de oficio la sentencia y proceder este tribunal acto continuo y sin nueva vista, pero
separadamente, a dictar la sentencia que corresponde con arreglo a la ley;
2) Ordenar al tribunal de primera instancia que complete la sentencia dictando resolución sobre
el punto omitido y suspender entretanto el fallo del recurso.

Excepcionalmente no recibe aplicación el art.775 del C.P.C., cuando las acciones y


excepciones no fueron resueltas por el tribunal de primera instancia por ser incompatibles con
las aceptadas o cuando el vicio fuere cometido en la sentencia definitiva dictada en un juicio
sumario, habiéndose hecho valer las acciones y excepciones en el procedimiento y existiendo
solicitud de parte al tribunal de segunda para que la falle. En tales casos, el tribunal de segunda
instancia se encuentra facultado para pronunciarse directamente sobre ellas.

G) REQUISITOS DE LAS SENTENCIAS DEFINITIVAS DE SEGUNDA INSTANCIA MODIFICATORIAS 0


REVOCATORIAS DE LAS PRIMERA

Para establecer la forma que deben revestir estas sentencias de segunda instancia
debemos distinguir:

1.- Si la sentencia de primera instancia refine los requisitos legales.

En este caso, la sentencia de segunda instancia modificatoria o revocatoria basta que


haga referencia a la parte expositiva de la de primera; exponga los considerandos de hecho y de
derecho que demuestran la necesidad de modificar o revocar la de primera; y termine haciendo
declaración acerca de las acciones y excepciones que constituyen el asunto controvertido
(art.170 inc.final).

2.- Si la sentencia de primera instancia no reúne uno o más requisitos legales.

En este caso, la sentencia de segunda instancia modificatoria o revocatoria deberá reunir


todos los requisitos legales, esto es, deberá constar de parte expositiva, considerativa y
resolutiva.
En las sentencias de segunda instancia si son pronunciadas por un tribunal colegiado
deberá expresarse la opinión del o de los miembros disconformes con la mayoría y el nombre
del Ministro redactor del fallo (N°14 y 15 auto acordado).

D) SANCION A LA FALTA DE CUMPLIMIENTO DE REQUISITOS DE FORMA.

Para establecer la sanción al incumplimiento de los requisitos de forma debemos


distinguir la naturaleza jurídica que reviste la resolución en que se incurrió en el vicio.

i) Si se trata de un decreto o auto, deberá pedirse al tribunal que dicto la resolución que
subsane el vicio mediante la interposición de un recurso de reposición (art.181 del C.P.C.).

ii) Si se trata de una sentencia interlocutoria se podrá pedir que se subsane el vicio mediante la
interposición de un recurso de apelación, puesto que las sentencias interlocutorias no deben dar
cumplimiento a los requisitos del art.170 del C.P.C.

iii) Si se trata de una sentencia definitiva se podrá pedir la anulación de la sentencia mediante la
interposición del recurso de casación en la forma (art.768 N°5 en relación con el art.170 del
C.P.C).

E) EL DESASIMIENTO DEL TRIBUNAL.

El art.182 inc. 1° del C.P.C. se encarga de establecer el principio del desasimiento del
tribunal. Es el efecto que producen las sentencias definitivas e interlocutorias en virtud del cual,
una vez que han sido notificadas a alguna de las partes, no pueden ser modificadas o alteradas
108
de ninguna manera por el tribunal que las pronuncio.

F) LA IMPUGNACION DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES

El recurso es el acto jurídico procesal de parte, realizado con la intensión de impugnar


una determinada resolución judicial.
Los recursos están íntimamente vinculados con la naturaleza de la resolución judicial que
se impugna, puesto que atendiendo a este elemento es que el legislador ha establecido la
procedencia de los diversos recursos en contra de las resoluciones judiciales.
Por otra parte, el establecimiento de un recurso por el legislador en contra de una
determinada resolución judicial nos va a permitir saber la naturaleza jurídica de ella.
La impugnación, elemento esencial para la definición del recurso de acuerdo con la
doctrina, puede perseguir diversos objetivos respecto de las resoluciones judiciales, siendo estos
fundamentalmente los siguientes:

I) LA ENMIENDA DE UNA RESOLUCION.

Se entiende por enmienda de una resolución judicial, la modificación total o parcial de


ella. La enmienda de una resolución se persigue obtener por el recurrente a través de la
interposición de los recursos siguientes:

1.- El recurso de reposición. Procede en materia civil en contra de los autos y decretos.
Excepcionalmente procede en contra de las sentencias interlocutorias que recibe la causa
a prueba; declara prescrito o desierto un recurso de apelación, siempre que se funde en un error
de hecho; y la que declara inadmisible el recurso de casación. Se interpone ante el tribunal que
dictó la resolución para que lo falle el mismo.

2.- El recurso de apelación. Procede en materia civil en forma directa en contra de las sentencias
definitivas e interlocutorias dictadas en primera instancia. En forma subsidiaria del recurso de
reposición y para el evento de ser este rechazado, procede en contra de los autos y decretos que
ordenen tramites no establecidos en la ley o alteren la substanciación regular del juicio.- Se
interpone ante el tribunal que dict6 la resolución, para que sea resuelto por el tribunal superior
jerárquico.

II) LA NULIDAD DE UNA RESOLUCION

Los recursos que persiguen en nuestro derecho la declaración de nulidad o invalidación


de una resolución son:

1.-El recurso de casación en la forma, persigue obtener la invalidación de ciertas resoluciones


judiciales cuando estas han sido dictadas con omisi6n de las formalidades legales o inciden en un
procedimiento viciado.
Procede en contra de las sentencias definitivas y de las sentencias interlocutorias que
pongan termino al juicio o hagan imposible su continuación. Se interpone directamente ante el
tribunal que dictó la resolución, para que sea resuelto por el tribunal superior jerárquico. Nunca
procede en contra de los autos y decretos.

2.-El recurso de casación en el fondo, persigue obtener la invalidación de ciertas resoluciones


judiciales dictadas con infracción de ley, habiendo influido esta substancialmente en lo
dispositivo del fallo.
Procede en contra de las sentencias definitivas e interlocutorias que pongan término al
juicio o hagan imposible su continuación, inapelables, dictadas por Cortes de Apelaciones o
tribunales arbitrales de derecho de segunda instancia, en causas que tengan la cuantía
determinada por la ley. Se interpone ante el tribunal que dicto la resolución para que lo resuelva
en forma exclusiva y excluyente la Excma. Corte Suprema.

109
3.-El llamado recurso de revisión, persigue obtener que se invalide una sentencia definitiva o
interlocutoria firme o ejecutoriada que ha sido ganada injustamente en los casos expresamente
señalados por la ley. Se interpone directamente ante la Corte Suprema para que lo resuelva ella
misma en forma exclusiva y excluyente.

CAPITULO XVI: LA COSA JUZGADA

I. INTRODUCCIÓN

El art. 175 del CPC establece que las sentencias definitivas e interlocutorias firmes
producen la acción o excepción de cosa juzgada. De esta manera, resulta claro que el legislador
distingue acción y excepción de cosa juzgada.

La acción de cosa juzgada no es propiamente una emanación de la verdadera cosa


juzgada (excepción), sino que se contempla como la 3ª fase de la jurisdicción: hacer ejecutar lo
juzgado.
Dentro de la doctrina, se ha sostenido que sólo las facultades de conocer y juzgar
constituyen la esencia de la función jurisdiccional, sin que la ejecución de lo resuelto sea de la
esencia de la misma.
La acción de cosa juzgada, es la facultad de hacer cumplir, incluso coercitivamente, la
pretensión consolidada en la sentencia. Esta función se puede entregar incluso a autoridades
administrativas, por no ser ella de la esencia de la función jurisdiccional. Asimismo, en los
procedimientos civiles ejecutivos, las labores coactivas o de apremio, se realizan por las
autoridades administrativas y en ciertos casos por los auxiliares de la administración de justicia,
como el receptor. La propia CPR delimita la conducta que deben tener las autoridades
administrativas al ser requeridas por los tribunales de justicia para hacer ejecutar lo juzgado.
Asimismo, existen determinadas resoluciones que no requieren del ejercicio de la acción de cosa
juzgada, ya que se satisface la pretensión con su sola dictación: sentencias meramente
declarativas y constitutivas.
Para los efectos de llevar a cabo la acción de cosa juzgada, los tribunales están dotados
de la facultad de imperio. Con ella, pueden disponer el cumplimiento de las resoluciones
judiciales, incluso con el auxilio de la fuerza pública.
La acción de cosa juzgada, tiene como sujeto activo a aquél que obtuvo en juicio una
sentencia que reconoce una pretensión que requiere el cumplimiento de una determinada
pretensión para quedar satisfecha. En cambio, es sujeto pasivo de la llamada acción de cosa
juzgada, aquél condenado en la sentencia a efectuar la prestación para satisfacer la pretensión
hecha valer en el juicio.

Nos enfocaremos en este apartado en analizar la excepción de cosa juzgada.

II. RANGO

La cosa juzgada tiene rango constitucional en nuestro derecho, ya que el art. 76 de la


CPR, prohíbe en términos absolutos al Presidente de la República y al Congreso, hacer revivir
procesos fenecidos.

III. FUNDAMENTO

Es verdad que en el sistema del derecho la necesidad de certeza es imperiosa. Pero esta
misma necesidad de firmeza, debe ceder, en ciertas condiciones, ante la necesidad que triunfe la
verdad.
La cosa juzgada, es una exigencia política y social, y no propiamente jurídica: “no es de
razón natural, sino de exigencia práctica”. Los juicios carecerían de objeto si no se consiguiera la
inmutabilidad de los derechos declaratorios por los tribunales, y la justicia no cumpliría su misión
esencial de producir el estado de certeza que requiere la tranquilidad social.

110
IV. VINCULACIONES

La cosa juzgada se vincula con diversas instituciones, revistiendo especial importancia la


vinculación que presenta con la jurisdicción y con el proceso.

1. Jurisdicción: el Estado priva a las partes de hacerse justicia por la propia mano. Como
contrapartida, les otorga el derecho de acción y asume (el Estado) el deber de la jurisdicción
(recordar la inexcusabilidad). La cosa juzgada pasa a ser de la esencia de la jurisdicción, siendo el
carácter de irreversible de la misma, propio de este tipo de actos, ya que no se encuentra en las
otros modos de actuación del poder público: las Constituciones y las leyes pueden cambiar; los
actos administrativos también; una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada no puede
sustituirse. “Donde hay cosa juzgada hay jurisdicción y donde no hay cosa juzgada, no existe
jurisdicción”. Así en los actos administrativos no es posible aducir la existencia de la cosa
juzgada, por ser ésta una cualidad propia de los actos jurisdiccionales.

2. Proceso: se afirma que la cosa juzgada es un fin del proceso. La idea de proceso es teleológica
y apunta necesariamente hacia la obtención de una decisión del conflicto mediante un fallo que
adquiera la autoridad de la cosa juzgada. La Corte Suprema asimismo, ha reconocido la
necesidad de que exista un proceso previo para que se genere la cosa juzgada.

V. CARACTERES

1. La cosa juzgada es un atributo privativo de ciertos actos jurisdiccionales: producen cosa


juzgada las sentencias definitivas e interlocutorias firmes o ejecutoriadas.

2. La cosa juzgada sustituye la voluntad de las partes del conflicto en la solución del mismo.

3. La cosa juzgada otorga certeza en las relaciones jurídicas. La excepción a esto, y quizá a la
inmutabilidad que generalmente produce la cosa juzgada, está dada por el recurso de revisión.

4. La cosa juzgada es relativa: sólo afectará a las partes que hubieren formado parte de la
relación procesal en la cual se hubiera dictado la sentencia que la genera. Por partes, se
entiende no sólo a las partes directas (demandado y demandante) sino también a las llamadas
indirectas, como son los terceros independientes, coadyuvantes y excluyentes. La relatividad de
la cosa juzgada emana del art. 3 inciso 2º del CC: las sentencias judiciales no tienen fuerza
obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se pronunciaren. Existen casos en la
legislación nuestra en que la cosa juzgada tiene el carácter de absoluta:

a. 315: declaración de verdadera o falsa respecto de la paternidad o maternidad, siempre que


haya sido la cuestión principal del juicio, haya pasado en autoridad de cosa juzgada, haya sido
pronunciada contra legítimo contradictor y no haya existido colusión en el juicio.

b. 1246: el que ha sido declarado judicialmente heredero a instancia de un acreedor hereditario


o testamentario, se entenderá serlo respecto de los demás acreedores, sin necesidad de nuevo
juicio. Lo mismo se aplica respecto de la declaración judicial de haber aceptado pura y
simplemente o con beneficio de inventario.

5. La cosa juzgada es renunciable: se puede renunciar en los términos del art. 12 del CC. El prof.
Maturana plantea que el acto de renuncia de la cosa juzgada sólo es válido cuando se realice una
vez que se haya generado la cosa juzgada, siendo nulo aquél que se realiza antes que la
sentencia se encuentre firme o ejecutoriada.

6. La cosa juzgada es irrevocable: el mandato que emana de la sentencia, una vez firme, no
puede ser modificado o dejado sin efecto de manera alguna. Se prohíbe al Ejecutivo y al
Legislativo hacer revivir procesos fenecidos. En caso que un proceso haya terminado por
sentencia ejecutoriada, otro tribunal podría avocarse el conocimiento del asunto, sin que las
111
partes opongan la excepción de cosa juzgada. Debemos dejar en claro que en este caso no se
violaría directamente la base de la inavocabilidad, toda vez que dicha base se refiere a procesos
que se encuentran pendientes y en este caso, ya se encuentra terminado. Sin embargo, el
legislador, establece para este caso una solución que hace primar la irrevocabilidad de la cosa
juzgada de la 1ª resolución: 810 No. 4 como causal del recurso de revisión. Asimismo, se haría
excepción a esta irrevocabilidad respecto de aquellas sentencias que sólo produjeron la cosa
juzgada formal.

7. La cosa juzgada es inmutable: generada la ejecutoriedad de un fallo, la cosa juzgada que éste
genera produce efectos permanentes que impedirán que vuelva a discutirse acerca de dicho
conflicto. La imprescriptibilidad de la excepción de cosa juzgada, se explica porque el que tiene
el derecho de hacerla valer, no necesita realizar acto alguno encaminado a conservar su
derecho.

La cosa juzgada tiene una doble característica:

1. Es coercible, pues el vencido está obligado a cumplir con la condena que se le ha impuesto,
incluso por medios compulsivos (acción de cosa juzgada)

2. Es inmutable pues las partes deben respetar lo resuelto y no pueden renovar en un nuevo
juicio la misma controversia (excepción de cosa juzgada)

VI. RESOLUCIONES JUDICIALES QUE GENERAN LA COSA JUZGADA EN NUESTRO DERECHO

Art. 175 CPC: Las sentencias definitivas o interlocutorias firmes, producen la acción o la excepción
de cosa juzgada.

De este artículo, podemos concluir que son 2 requisitos, los necesarios para que nos
encontremos ante una resolución que produzca cosa juzgada:

1. Que la resolución tenga la naturaleza jurídica de sentencia definitiva o interlocutoria


2. Que se encuentren firmes o ejecutoriadas

→ Las sentencias pronunciadas por los tribunales extranjeros ¿requieren del exequatur para
producir la excepción de cosa juzgada?:

A- Don Fernando Alessandri: es necesario, porque no habría razón para exigirla en sede de
acción de cosa juzgada y no hacerlo en sede de excepción de cosa juzgada. La cosa juzgada no
sólo es acción, sino que también y muy trascendentemente es excepción.

B- Hay otros que basados en la expresión “ejecución de resoluciones extranjeras”, usada por el
Art. 242, afirman que sólo sería necesario para la acción de cosa juzgada.

C- Don Hugo Pereira señala que debe formularse la siguiente distinción:


a. Sentencia emana de tribunales de Estados que han aceptado y puesto en vigor el
Código de Bustamante: habría que aplicar el 396 de dicho Código: puede oponerse la excepción
de cosa juzgada cuando se haya dictado la sentencia con la comparecencia de las partes o de sus
representantes, sin que se haya suscitado cuestión de competencia del tribunal extranjero. No
requeriría del exequátur, porque el precepto no lo exige.
b. Sentencia emana de tribunal de otros Estados a los que no se aplique el Cº citado: no
cabe exigir el exequátur, porque éste se encuentra establecido como una excepción.

La Corte Suprema ha fallado que no es necesario del exequátur para oponer la cosa
juzgada como excepción.

No producen excepción de cosa juzgada, las sentencias que causan ejecutoria (podría
112
oponerse la excepción dilatoria de litis pendencia, en ambas instancias). Los autos y decretos no
producen cosa juzgada, porque no se trata de resoluciones que pueden estar firmes o
ejecutoriadas, ya que siempre pueden ser modificados por medio del recurso de reposición
extraordinario.

VII. LÍMITES DE LA COSA JUZGADA

Los límites de la cosa juzgada se encuentran establecidos en el art. 177: La excepción de


cosa juzgada puede alegarse por el litigante que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a
quienes según la ley aprovecha el fallo, siempre que entre la nueva demanda y la anteriormente
resuelta haya:
1º Identidad legal de personas;
2º Identidad de la cosa pedida; y
3º Identidad de la causa de pedir.
Se entiende por causa de pedir el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio.

La comparación se realiza mediante la confrontación que se realiza entre una y otra


pretensión o excepción, ayudados por el hecho de que el legislador exige que se expongan las
peticiones en la parte de la conclusión de diversos escritos, como el de demanda, contestación
de la demanda y reconvención.
De esta manera, debemos analizar los límites:

A) Límites subjetivos

Consiste en determinar los sujetos de derecho a los cuales el fallo beneficia o perjudica.
En principio, la cosa juzgada alcanza sólo a los que han tenido la calidad de partes.

1. Las partes y la cosa juzgada

El concepto de parte se usa antes que nada para designar a los sujetos del litigio,
pudiendo en todo caso caer bajo el mismo concepto el sujeto de la acción.

Parte: aquel que pide en propio nombre (o en cuyo nombre se pide) la actuación de una
voluntad de la ley aquel frente al cual es pedida.
Debemos distinguir, a fin de comprender el concepto de parte:

a. Capacidad para ser parte: habilidad para demandar en un proceso. Se asimila a la capacidad
de goce.
b. Capacidad procesal: aquella que permite actuar por sí en un proceso y ejecutar válidamente
actos procesales. Se confunde con la capacidad de ejercicio.
c. Jus postulandi: capacidad técnica.

La calidad de parte del proceso recaer en las personas que revisten el carácter de
demandante o demandado, y no en sus representantes.
Asimismo, en un proceso pueden intervenir, conjuntamente con las partes directas, otras
partes “durante un proceso que se inició sin ellas”. Terceros (llamados también partes
indirectas): en su calidad de coadyuvante, independiente o excluyente, según sea el caso. El art.
24 del CPC señala textualmente que las resoluciones que se dicten en los casos de los artículos
anteriores producen respecto de las personas a quienes dichos artículos se refieren (terceros
coadyuvantes y excluyentes) los mismos efectos que respecto de las partes principales.
Situaciones especiales:

A. Sustitución procesal: una persona comparece en juicio a nombre propio por un derecho
ajeno. La cosa juzgada se extiende al sustituido habiendo sido ejercida la facultad válidamente
por el sustituto.
B. Litis consorcio activo o pasivo: varias personas asumen la calidad de demandante o
113
demandado, o de ambos a la vez.

2. La identidad de partes

El límite subjetivo de la cosa juzgada afecta exclusivamente a los sujetos que son parte en
ambos procesos. Se refiere a una identidad legal, la cual en ciertos casos puede diferir de la
identidad física. Es indiferente que las partes sean las mismas físicamente. Lo que interesa es la
identidad legal o jurídica, la cual existirá cuando las partes figuran en el nuevo juicio en la misma
calidad que en el anterior.

3. Instituciones que generan la identidad legal de parte:

Se trata de instituciones de nuestro derecho que, en caso de operar, provocan la


identidad legal de partes, aún cuando hubiere operado una mutación en cuanto a la identidad
física de las partes:

A) La Representación: se considera que los actos realizados por el representante dentro del
juicio, fueron hechos del representado, como si éste hubiere actuado personalmente. El
representado adquiere la obligación de atenerse a los resultados del pleito, como si hubiera
intervenido físicamente en el mismo. Habrá identidad legal, si en 2 juicios una misma persona
concurre representada por 2 personas distintas.

B) La Sucesión: Cesión de derechos litigiosos: la sucesión singular que hace el demandante, se


realiza únicamente por acto entre vivos a través de la cesión de derechos litigiosos. El
demandado no puede ceder los derechos litigiosos, sino la cosa misma en que recae el litigio. En
virtud de la cesión de derechos litigiosos, se produce una identidad legal entre el demandante y
el cesionario, porque este último pasa a sustituir al cedente (demandante originario) en el
proceso y en la pretensión que se hubiere hecho valer.

4. La eficacia de la sentencia respecto de terceros

Es importante determinar la eficacia de una sentencia respecto de los terceros, porque


las relaciones jurídicas generalmente se encuentran conectadas y relacionadas entre sí.
Para Chiovenda el perjuicio es el concepto fundamental a la hora de analizar los efectos
de las sentencias respecto de terceros. Dentro de la expresión “perjuicio” el autor italiano, sólo
considera el perjuicio jurídico y no el económico. El perjuicio jurídico consiste en el daño que
soportaría el tercero que se afirmara titular de un derecho incompatible con el declarado en la
sentencia. Para el autor citado, todos están obligados a reconocer la cosa juzgada entre las
partes, como un hecho, sin que puedan ser perjudicados por ello (es similar a lo que el profesor
López Santa María expone en su libro al tratar del efecto reflejo de los contratos, entendidos
como hecho).
5. La eficacia del fallo respecto de terceros en nuestra legislación

Art. 150 CPC: La sentencia que acepte el desistimiento, haya o no habido oposición,
extinguirá las acciones a que él se refiera, con relación a las partes litigantes y a todas las
personas a quienes habría afectado la sentencia del juicio a que se pone fin.
De este precepto, podemos concluir que nuestro legislador reconoce en forma expresa
que la sentencia puede llegar a desplegar sus efectos más allá de las partes litigantes.
Asimismo, los artículos 22, 23 y 24 del mismo Código, regulan la intervención voluntaria
de un 3º en un proceso pendiente entre otras partes, cuando dicho tercero tenga interés en un
procedimiento. Sería ilógico que se permitiera dicha intervención, porque sí: la razón estriba en
que el fallo que se puede dictar produciría un perjuicio al tercero que no interviene en el mismo.

En nuestro derecho, existen figuras jurídicas en que los efectos del fallo respecto de
terceros, se pueden explicar por la eficacia de la cosa juzgada como acto del estado:

114
I) Solidaridad: como no se acoge la teoría de la representación francesa, no se producirá la
identidad respecto de las sentencias que se pronuncien en procesos respecto de diversos
codeudores o coacreedores solidarios, por no concurrir la identidad legal de partes. Sin
embargo, sería imposible desconocer toda eficacia, al fallo dictado contra un coacreedor o
contra un codeudor, dada la estructura jurídica de la misma institución. Así por ejemplo, la
interrupción de la prescripción de uno de los coacreedores beneficia a los demás. De ninguna
manera se busca extender la autoridad de la cosa juzgada, sino sólo se extiende la eficacia del
fallo. Esto se explica por la unidad de prestación, es decir, porque se debe o se tiene un crédito
sobre la misma cosa. No será como cosa juzgada que afectará el fallo, sino como eficacia del
mismo por la estructuración de la relación substancial misma. De tal forma, respecto de la parte
que concurrió, opera tanto la autoridad de cosa juzgada como la eficacia del fallo. Respecto de la
que no concurrió, operará sólo la eficacia del fallo, sin ser irrevocable a su respecto (conclusión
basada en la teoría de Liebman).

II) Hipoteca: dada la estructuración del derecho sustantivo, las hipotecas se prefieren según el
orden de la inscripción. Un fallo que declara nula la 1ª hipoteca afectará -como eficacia de fallo-
al 2º acreedor hipotecario, que pasará a ocupar el 1º lugar. No es la cosa juzgada la que se
extiende, sino la eficacia del fallo.

III) Fianza, nulidad y resolución: se aplican conclusiones similares a las anteriormente apuntadas
y que derivan de la forma en que estructura el derecho sustantivo las relaciones entre las partes.

B) Límites objetivos

1. La cosa pedida:

No hay más regulación legal que la establecida en el N° 2 del 177. No existe norma que
haya establecido en qué consiste la cosa pedida.
La doctrina y la jurisprudencia, contrario a lo que podría derivarse del texto legal, han
señalado que el concepto de “objeto pedido” o “cosa pedida” lo constituye el beneficio jurídico
inmediato que se reclama. Debe buscarse en dicho beneficio y no en la materialidad la
identidad. Cuando la pretensión discutida es la misma, existe identidad de la cosa pedida, no
obstante que, a través de ella, se pretendan cosas materiales distintas. Por el contrario, no nos
encontramos en presencia de la identidad de objeto, cuando las pretensiones hechas valer son
distintas, aunque se hagan valer respecto de una misma cosa material. Por ejemplo, en el caso
de que se reclama un inmueble X en virtud de determinada sucesión, y luego se demanda un
mueble Y, en virtud de la misma sucesión (habrá identidad de la cosa pedida, toda vez que entre
ambos existe el mismo beneficio jurídico solicitado: calidad de heredero).
Nos veremos asistidos para determinar cuál ha sido el objeto pedido, porque todo actor
debe fijar con claridad los propósitos de la acción entablada en la parte petitoria de la demanda.

2. La causa de pedir

Se encuentra definida en el propio artículo 177: Se entiende por causa de pedir el


fundamento inmediato del derecho deducido en juicio.
De la definición se puede desprender que en la causa de pedir, se encuentran
fundamentos de 2 órdenes: inmediatos y mediatos.

A. Teoría de la causa próxima o inmediata: (Toullier) la causa de pedir la constituye sólo


la causa próxima o inmediata. Se establece la teoría en relación a la nulidad, agrupándose la
causa de pedir en distintos grupos: existen 3 categorías de vicios: del consentimiento, de la
incapacidad y de forma. Dentro de cada una de estas categorías existen causas remotas: así por
ejemplo, dentro de la primera categoría el error es una causa remota. Para esta teoría se debe
tomar en cuenta la causa inmediata (categoría del vicio) para determinar si concurre o no la
identidad de causa de pedir. Así por ejemplo, si se demanda nulidad por fuerza y anteriormente
se había denegado la nulidad por error, concurriría la identidad de causa de pedir.
115
B. Teoría de la causa exclusiva (moderna: Planiol y mayoría de autores chilenos la
acogen). No se distingue la causa próxima y remota, sino que se acepta como causa de pedir el
vicio particular que se hace valer en la demanda, para fundamentar la pretensión. Cuando el
contrato fue atacado por error, el debate se centra sólo en éste. Esta teoría de la causa de pedir
es la acertada en nuestra legislación. Demás está agregar que es correcto entenderlo así, toda
vez que la sentencia debe producir efectos sólo respecto del conflicto que ha sido sometido a la
decisión del tribunal. Extender los efectos de una sentencia a un asunto respecto del cual no ha
recaído discusión, sería juzgar sin oír, lo que obsta a la consagración constitucional de “ser oído”
en el proceso.

VIII. PARTE DE LA SENTENCIA QUE PRODUCE LA COSA JUZGADA

Es importante determinar si produce cosa juzgada la totalidad del fallo o sólo la parte
resolutiva del mismo. Se han planteado 2 teorías:

A. Clásica: Savigny: la sentencia es una unidad que se complementa e integra por considerandos
y resolución en forma inseparable, razón por la cual la cosa juzgada abarca ambas partes.

B. Moderna: sólo lo dispositivo de la sentencia es lo que constituye el objeto de la decisión. No


se busca negar todo el valor a los considerandos, ya que éstos pueden resultar útiles al
momento de interpretar pasajes oscuros de lo dispositivo del fallo. Asimismo, será necesario
acudir a los considerandos ha fin de determinar lo que el tribunal sancionador ha entendido
como cuestión controvertida por las partes.

IX. CLASIFICACIONES DE LA COSA JUZGADA

A) Según los efectos que genera respecto de las personas:

a. Relativa: afecta sólo a las partes que han formado parte de la relación procesal en la cual se
ha dictado la sentencia que la genera.
b. Absoluta: produce efectos respecto de todo aquel que promueve la cuestión que hubiere sido
resuelta.
c. Directa: afecta a las partes que hubieren promovido el conflicto concurriendo la triple
identidad.
d. Refleja: efecto de la sentencia respecto de aquellas partes que sin haber sido partes en el
proceso en que ella recayó, los afecta por formar parte de una relación jurídica conexa o
dependiente a aquella que resuelve el fallo.

B) Según la eficacia del proceso del cual emana el fallo, que genera la cosa juzgada:

a. Real: emana de la sentencia dictada en un proceso válido.


b. Aparente: emana de una sentencia pronunciada de un proceso al cual le falta un requisito de
existencia. No se sanean.
Ejemplos de procesos en que se genera una cosa juzgada aparente: i. Falta de
emplazamiento; ii. Falta de jurisdicción

c. Colusoria o fraudulenta: las partes se ponen de acuerdo para obtener determinados efectos
que no podrían conseguir de otro modo, fingiendo una pugna que no existe (colusoria) o se
valen de medios ilícitos para lograr dentro del proceso la dictación de una sentencia favorable
(fraudulenta). Nuestro ordenamiento sólo regula en forma aislada este tema: ej. 316 CC
establece como uno de los requisitos para que la sentencia que declara la verdadera o falsa
paternidad o maternidad, produzca efectos absolutos, que no haya existido colusión en el juicio.
En el mismo sentido podría entenderse la exigencia al tercerista de dominio, que el documento
público sea anterior a la demanda ejecutiva.

116
C. Según la mayor o menor intensidad con que se despliegan los efectos de la sentencia

En primer lugar debemos tener en cuenta la diferencia entre los 2 conceptos siguientes:

1. Resolución judicial inmutable: no se puede con posterioridad iniciar ningún otro proceso
destinado a desconocer lo que se ha resuelto anteriormente en otro que se encuentra afinado.

2. Resolución judicial inimpugnable: aquella resolución respecto de la cual han precluído todos
los recursos destinados a obtener la modificación de ella en el proceso en el cual se dictó.

A. Cosa juzgada formal: cualidad de los efectos de una sentencia consistente en la inatacabilidad
de ella, en virtud de haber precluído los medios de impugnación. La cosa juzgada formal es el
presupuesto necesario de la cosa juzgada sustancial o material. Al producirse la cosa juzgada
formal, se impide que dentro del mismo proceso en el cual fueron dictadas, se pueda renovar la
discusión de lo resuelto. No impiden, sin embargo, que en un nuevo juicio se pudiera discutir lo
mismo, ya que no producen cosa juzgada material o sustancial.
Se trata de una cosa juzgada excepcional, porque no presenta la característica de ser
inmutable (puede iniciarse un nuevo proceso destinado a discutir lo mismo). La cosa juzgada
formal no es inmutable, sino sólo inimpugnable.
Las resoluciones que sólo producen cosa juzgada formal no otorgan excepción de cosa
juzgada.
Por su excepcionalidad, sólo existirá en los casos en que la ley expresamente lo disponga.
Casos de cosa juzgada formal:

(i) Reserva de acciones por el ejecutante y de excepciones por el ejecutado en el juicio


ejecutivo, para un juicio ordinario posterior: por regla general la sentencia en juicio ejecutivo
produce cosa juzgada tanto respecto de otro juicio ejecutivo u otro juicio ordinario posterior. Sin
embargo, otorgada por el tribunal la reserva mencionada, se produce el efecto de privar al fallo
en juicio ejecutivo de producir cosa juzgada sustancial, respecto del juicio ordinario, siendo sólo
formal, por la posibilidad de ser revocada en juicio ordinario posterior.
(ii) Renovación de la acción ejecutiva: se rechazó la demanda ejecutiva, acogiéndose las
excepciones del ejecutado, las cuales se basan en cuestiones meramente formales. Se produciría
a la vez la cosa juzgada formal y la cosa juzgada sustancial provisional, porque se impide que se
haga valer nuevamente, sólo si no se corrigen los defectos. Corregidos, se podrá hacer valer
nuevamente.
(iii) Sentencia interlocutoria que declara el abandono del procedimiento
(iv) Recurso de protección
(v) Querellas Posesorias: dado el carácter sumarísimo de estos procesos, establece normas
especiales respecto de los efectos que producen los fallos en ellos.: a) Las sentencias
pronunciadas en interdictos posesorios producen cosa juzgada sustancial, puesto que el fallo
que en él se obtiene, no puede impugnarse en otro proceso posterior; b) La sentencia que falla
la denuncia de obra nueva, ordenando la suspensión de la obra y la dictada en la denuncia de
obra ruinosa, que desecha la demanda, excepcionalmente producen cosa juzgada formal,
puesto que ellas pueden ser revocadas en juicio ordinario posterior.
(vi) Juicio de arrendamiento: no se puede solicitar la restitución o el desahucio en un juicio de
arrendamiento de predios urbanos, sino transcurridos 6 meses desde la sentencia ejecutoriada,
salvo que aparezcan nuevos hechos.
(vii) Asuntos judiciales no contenciosos: es posible la modificación de las resoluciones judiciales,
variando la oportunidad si son positivas o negativas, requiriéndose en todo caso que hayan
variados las circunstancias.

Es conocida la opinión, de que en esta sede no es posible hablar de cosa juzgada, toda
vez que se trata de actos administrativos, siendo la cosa juzgada una institución propia de la
actividad jurisdiccional.

Por tanto, se afirma a modo de conclusión, respecto de la cosa juzgada formal:


117
1- Es inimpugnable, pero revocable por el fallo pronunciado en el proceso posterior.
2- Sanea todos los vicios de los cuales puede adolecer un procedimiento, salvo los de
inexistencia o nulidad de la relación procesal.
3- Es supuesto de la cosa juzgada sustancial.

B. Cosa juzgada sustancial (material): a la condición de inimpugnable en el mismo proceso, se


una la inmutabilidad de la sentencia en otro juicio posterior.
Así vemos que la cosa juzgada formal obra dentro del proceso en que fue dictada,
mientras que la cosa juzgada sustancial se extiende más allá del proceso en que se pronunció la
sentencia que la origina.
La regla general en nuestro derecho es que las sentencias definitivas e interlocutorias
firmes o ejecutoriadas producen cosa juzgada sustancial.
Finalmente, cabe referirnos a la Cosa juzgada sustancial provisional: se origina por la
aplicación del aforismo rebus sic stantibus a la institución de la cosa juzgada. En virtud de la cosa
juzgada sustancial provisional, el mandato contenido en la sentencia se hace inmutable, tanto
para el proceso en que fuera emitida como para cualquier juicio posterior, pero siempre que las
circunstancias que legitimaron su dictación no hubieren variado. En ciertos casos, esta
provisionalidad puede darse en determinadas sentencias finales y en otros casos, respecto de
resoluciones que se dictan durante la tramitación de un procedimiento determinado.

Es posible distinguir:

A. Cosa juzgada sustancial provisional: es posible revisar en un procedimiento posterior la


sentencia final ejecutoriada por haber variado las circunstancias que motivaron su dictación.
B. Cosa juzgada formal provisional: las resoluciones que se dictan durante el curso del
procedimiento, una vez que hubieran adquirido el carácter de inimpugnable, producen todos
sus efectos dentro del juicio, no obstante poder ser modificadas cuando varíen las circunstancias
tenidas en vista para su dictación.

Los casos más resaltantes que se exponen como aplicación de la cosa juzgada sustancial
provisional son los juicios de alimentos y de tuición. Se establece el derecho de las partes para
solicitar el aumento o disminución de la pensión, en su caso, cuando hayan variado las
circunstancias que se tuvieron presentes al fijar su monto.

Los casos más resaltantes que se exponen como aplicación de la cosa juzgada formal
provisional, es decir, de modificación de resoluciones dictadas dentro de un procedimiento
luego de adquirir el carácter de inimpugnables, por haber variado las circunstancias que
motivaron su dictación: privilegio de pobreza, medidas precautorias, medidas cautelares
personales, entre otras.

A modo de conclusión se señala que la cosa juzgada provisional es distinta de la cosa


juzgada formal, en el siguiente sentido:

a. La cosa juzgada provisional puede llegar a perder vigencia por una modificación de las
circunstancias de hecho que legitiman el pronunciamiento en su día. La cosa juzgada formal
puede dejar de existir a causa de un nuevo pronunciamiento, manteniéndose las mismas
circunstancias fácticas.

b. Para que haya cosa juzgada provisional no es necesario que una ley así lo diga, para que haya
cosa juzgada formal sí lo es.

X. LA COSA JUZGADA Y LA PRECLUSIÓN

Una de las formas establecidas por el legislador para que las partes respeten el orden
establecido en el proceso, es la institución de la preclusión.
La preclusión es la pérdida de una facultad procesal por no haberse respetado el orden
118
establecido en la ley, o por haberse ejecutado válidamente.

Modalidades de la preclusión:

1. No ejercicio dentro del plazo establecido en la ley. Importancia de la fatalidad de los plazos.
2. No haberse respetado en su ejercicio el orden establecido en la ley para hacer valer la
facultad. Principio de la eventualidad: ejercer todos los medios de ataque en un mismo acto.
3. Haberse realizado un acto incompatible con el ejercicio de la facultad.
4. Haberse ejercido válidamente: consumación procesal.

→ Relación entre la preclusión y la cosa juzgada:


- La cosa juzgada contiene, en sí, la preclusión de toda decisión futura.
- La cosa juzgada formal sería el efecto de la preclusión del derecho a impugnar
una resolución para que sea modificada en el mismo juicio.
- La cosa juzgada sustancial es el efecto de la preclusión en todo juicio futuro que
tiende a modificarla.

XI. TITULAR DE LA COSA JUZGADA EN MATERIA CIVIL

I. La excepción de cosa juzgada (cosa juzgada propiamente tal) puede alegarse por el litigante
que haya obtenido en el juicio una sentencia favorable. El titular de la excepción de cosa juzgada
será en todo caso el demandado en un nuevo juicio, ya que al demandante que ganó un juicio
previo le corresponde deducir la acción de cosa juzgada.
Además ella puede ser alegada por todos aquellos a quienes según la ley aprovecha el fallo.

II. La acción de cosa juzgada, difiere de lo anterior, en virtud de lo dispuesto en el art. 176 del
CPC: Sólo se confiere la acción de cosa juzgada a aquel en cuyo favor se ha declarado un derecho
en el juicio. Es decir, de la acción de cosa juzgada sólo es titular la parte que obtuvo en el juicio
y no los terceros.

XII. FORMA DE HACER VALER LA EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA

En materia civil la cosa juzgada se puede hacer valer como excepción o como
fundamento de ciertos recursos procesales.

A. En el juicio ordinario:
i. Como excepción dilatoria (mixta): el tribunal podrá, si estima que ella es de lato conocimiento,
reservar su pronunciamiento para la sentencia definitiva (Art. 304 CPC).
ii. Como excepción perentoria en la contestación de la demanda (Art. 309 Nº3 CPC).
iii. Como excepción anómala (Art. 310 CPC).

B. En otros procedimientos:
i. En el juicio ejecutivo, debe hacerse valer conjuntamente con las demás excepciones (Arts. 464
y 465 CPC).
ii. En los procedimientos concentrados, debe hacerse generalmente valer en la oportunidad en
que deben hacerse valer todas las excepciones (ejemplo de ello, el juicio sumario – Art. 683
CPC).

C. Como fundamento del recurso de apelación:


si el tribunal rechaza o acoge una excepción opuesta en primera instancia, se puede interponer
contra esa sentencia el recurso de apelación a fin de que se repare el agravio.

D. Como causal del recurso de casación en la forma:


Siempre que se haya preparado el recurso, conforme se desprende de los Arts.768 Nº6 y 769
CPC.

119
E. Como fundamento del recurso de casación en el fondo:
Cuando el tribunal al reconocer o desconocer la existencia de la cosa juzgada, incurra en
infracción de las leyes decisoria litis, siempre que se cumplan los demás requisitos legales.

F. Como fundamento del recurso de queja, concurriendo los demás requisitos legales.

G. Como fundamento del recurso de revisión:


Si se hubiera pronunciado sentencia firme contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada, y no
se hubiera alegado ésta en el juicio en que ella recayó, procede el recurso de revisión (Art. 810
Nº 4 CPC). Es lo contrario a lo que ocurre en el recurso de casación en la forma, ya que en el
recurso de revisión, es presupuesto no haberse alegado en el juicio.

XIII. LA CONEXIÓN HETEROGÉNEA

A. Concepto

Podría creerse que por las diversas esferas que se juzgan, la cosa juzgada que se genera
en procedimientos penales y en los procedimientos civiles no podría llegar a tener influencia
mutua.
La acción civil ex delicto, constituye, cuando se ejercita, un fenómeno de pluralidad de
pretensiones: aparece deducida junto con la pretensión punitiva. La conexión se establece,
porque ambas traen un mismo complejo histórico – fáctico. Este mismo hecho, puede dar origen
a un procedimiento que puede servir para declarar, tanto si procede el ius puniendo, como para
restituir, reparar o indemnizar a los perjudicados por el hecho, en cuanto constitutivo de un
ilícito civil, siempre que se declare, al mismo tiempo, el ilícito penal.
El nexo entre la pretensión punitiva y la acción civil ex delicto, es un nexo jurídico: ambas
pretensiones surgen sólo porque las normas hacen una consideración diferente en relación a las
cuestiones penales y a las civiles.
Asimismo, la conexión heterogénea no se da sólo entre procesos civiles y penales al
hacer valer las pretensiones que emanan de un mismo hecho, sino que también respecto de los
fallos que se pronuncian por los diversos tribunales. Los tribunales con competencia penal y los
tribunales con competencia civil, son dos ramas de 1 mismo poder.

B. Las normas que reconocen la conexión heterogénea en nuestro ordenamiento jurídico

La influencia recíproca existente entre las materias civiles y penales, se encuentra


reconocida por nuestra ley en 2 sentidos:

A.- Influencia respecto de los procesos civiles y penales en actual tramitación

i) Influencia de un proceso penal en tramitación respecto de un proceso civil en igual estado.

En el NCPP, se contempla expresamente la facultad para la víctima de ejercer las acciones


civiles indemnizatorias en contra del imputado y las acciones restitutorias que se generan con
motivo de la comisión de un delito.
Siendo la víctima un interviniente en el proceso penal, es posible que prepare la
demanda civil indemnizatoria, dentro del proceso penal, luego de la formalización, solicitando
medidas cautelares reales, generándose la interrupción de la prescripción, condicionada a que
con posterioridad se deduzca oportunamente la demanda civil.
El ejercicio de la acción restitutoria puede verificarse a lo largo de todo el procedimiento
penal, debiendo tramitarse como incidente en cuaderno separado, salvo que se trate de la
restitución de las especies hurtadas, robadas o estafadas, bastando para que sean restituidas
que se compruebe su dominio y sean valoradas.
La demanda civil indemnizatoria debe formularse por la víctima contra el imputado hasta
15 días antes de la audiencia de preparación de juicio oral, la que debe conocerse, probarse y
fallarse en la audiencia de juicio oral.
120
Existencia de la conocida competencia acumulativa: juez del Tribunal del Juicio Oral en lo
Penal y juez del Tribunal Civil competente.
Dicha competencia es acumulativa sólo en caso que la demanda sea interpuesta por la
víctima y en contra del imputado.
En el NCPP se mantiene la opción que contempla el 167 CPC: “Cuando la existencia de
un delito haya de ser fundamento preciso de una sentencia civil o tenga en ella influencia
notoria, podrán los tribunales suspender el pronunciamiento de ésta, hasta la terminación del
proceso criminal, si en éste se ha deducido acusación o formulado requerimiento, según el
caso.”.
Es necesario entender que se refiere a la acusación que se haya formulado en la etapa
intermedia del juicio oral, o cuando se ha formulado el requerimiento en el procedimiento
simplificado.

ii) Influencia de un proceso civil en tramitación respecto de un procedimiento penal

1. El ejercicio de la acción civil que emana de un delito, extingue la acción penal privada. Es la
llamada renuncia o abandono de la acción penal privada (Art. 66 NCPP). Cuando sólo se ejerciere
la acción civil respecto de un hecho punible de acción privada se considerará extinguida, por esa
circunstancia, la acción penal.

2. El proceso penal debe suspenderse en caso de ser necesaria la resolución previa de una
cuestión prejudicial civil que no sea de competencia del juez del crimen:

a. Cuestiones sobre validez del matrimonio


b. Cuestiones sobre cuentas fiscales (competencia de la Contraloría).
c. Cuestiones de estado civil cuya resolución debe servir de antecedente para el fallo de la acción
penal persecutoria de los delitos de usurpación, ocultación o supresión de estado civil.
d. Cuestiones referentes a excepciones de carácter civil concerniente al dominio o a otro
derecho real sobre inmuebles que aparezcan revestidas de fundamento plausible y de su
aceptación, por la sentencia que sobre ellos recaiga, hubiera de desaparecer el delito.

Se dictará un sobreseimiento temporal, en el caso de concurrir una de estas cuestiones


prejudiciales civiles. Esta suspensión, no impide que se verifiquen en el proceso penal,
actuaciones urgentes y estrictamente necesarias para conferir protección a la víctima o a
testigos, o para establecer circunstancias que comprobaren los hechos o la participación del
imputado.

B.- Influencia recíproca de las sentencias civiles y de las sentencias criminales.

i) Influencia de las sentencias civiles respecto de las penales a dictarse en un proceso posterior:

i. Regla general: Las sentencias civiles firmes carecen de toda influencia respecto de la sentencia
que deba dictarse con posterioridad en un asunto penal.
ii. Lo anterior es lógico si tenemos en cuenta que la sentencia civil busca la resolución de asuntos
de derecho privado.
iii. El único caso de excepción es el referido a las sentencias firmes pronunciadas por el juez civil
destinado a resolver una medida prejudicial: (1) En caso que la sentencia civil ejecutoriada
declare inexistente o nulo el hecho de carácter civil que constituye uno de los elementos que la
ley penal estima para definir el delito o para no estimar culpable al autor: el juez de garantía
debe reabrir el procedimiento y dictar sobreseimiento definitivo. No procede que el tribunal
con competencia en lo penal revea una cuestión que ya fue ejecutoriada en sede civil. (2) La
sentencia civil ejecutoriada declara existente o válido el hecho civil que constituye uno de los
elementos que la ley considera para definir el delito o para estimar culpable al autor: el juez de
garantía puede decretar la reapertura del procedimiento cuando cese la causa que hubiera
motivado el sobreseimiento temporal.
121
iv. No puede hacerse valer una acción civil indemnizatoria que emana del delito en sede penal,
cuando se hizo valer anteriormente en sede civil. Se opondrá la litis pendencia o la cosa juzgada,
según el estado de la cuestión en la sede civil.

ii) Influencia de las sentencias penales respecto de las civiles dictadas en un juicio posterior:

i. Sentencias penales condenatorias: en los casos civiles pueden hacerse valer las sentencias
dictadas en un proceso criminal, siempre que condenen al procesado (Art. 178). Quedan como
verdades concretas e inamovibles la existencia del hecho y la participación del acusado, ahora
demandado en sede civil como base de la sentencia condenatoria criminal.

ii. Sentencias penales absolutorias:

1. Regla General: Las sentencias criminales absolutorias o las que ordenan el sobreseimiento
definitivo, no producen la cosa juzgada en el juicio civil.

2. Caso absoluto en que nunca producirá cosa juzgada en sede civil: Las sentencias absolutorias
o que decretan el sobreseimiento en materia penal, relativa a los tutores, curadores, albaceas,
síndicos, depositarios, tesoreros y demás personas que hayan recibido valores u objetos
muebles por un título de que nazca la obligación de devolverlos, no producen en ningún caso
cosa juzgada en materia civil.

3. Excepciones: casos en los cuales las sentencias absolutorias o las que ordenan el
sobreseimiento definitivo producen cosa juzgada en sede civil:

a) Sentencias absolutorias o que ordenan el sobreseimiento definitivo, producen cosa juzgada


en materia civil, cuando se fundan en la no existencia del delito o cuasidelito que ha sido
materia del juicio. La norma es poco clara, por lo cual se distingue:
- No existieron los hechos en que se funda el delito o cuasidelito: produce cosa
juzgada en sede civil.
- Existen los hechos, pero no están sancionados por la ley penal: no producen cosa
juzgada en sede civil, porque el fundamento de ambas responsabilidades es
distinto. Así se destaca en el Art. 67 NCPP.
- Concurre una causal eximente de responsabilidad que fundamenta la absolución
o el sobreseimiento definitivo: no produce cosa juzgada en sede civil.

b) Sentencias absolutorias o que ordenan el sobreseimiento definitivo, producen cosa juzgada


en materia civil, cuando se fundan en la circunstancia de no existir relación alguna entre el
hecho que se persigue y la persona acusada.
- Quiere decir que NO está acreditada en el juicio la participación del procesado o
el imputado en el hecho punible.
- No se produce la cosa juzgada respecto de los 3ºs civilmente responsables.

c) Las sentencias absolutorias o que ordenan el sobreseimiento definitivo producen cosa juzgada
en materia civil, cuando se fundan en la circunstancia de no existir en los autos indicio alguno
en contra del acusado.
- Sólo puede alegarse la cosa juzgada respecto de las personas que hayan
intervenido en el proceso.

CAPITULO XVII: LOS INCIDENTES.

I.- GENERALIDADES.

1.- INTRODUCCION.-

De acuerdo a lo establecido en el artículo 19 Nº 3 de nuestra Constitución Política, para


122
los efectos de la resolución de un conflicto, que se configura por las pretensiones hechas valer
por el actor y la oposición que frente a ellas efectúa el sujeto pasivo, es necesario que se dicte
una sentencia por un órgano que ejerza jurisdicción fundada en un proceso previo legalmente
tramitado. Corresponde al legislador establecer siempre las garantías de un justo y racional
procedimiento.
Los diversos procedimientos que se contemplan por parte del legislador tienen por
objeto regular las formas racionales y justas en que debe desarrollarse el proceso con el fin de
arribar a la solución del conflicto mediante la sentencia que debe pronunciar el órgano
jurisdiccional competente.
Sin embargo, durante el curso de cualquier procedimiento," pueden aflorar cuestiones
que sea necesario resolver antes de la decisión, porque su resolución constituye un medio
respecto de ésta. Debido a que tales cuestiones caen en medio, entre la comparecencia y el
pronunciamiento,se llaman incidentes o cuestiones incidentales; para distinguirlas de éstas, a
las otras cuestiones, cuya solución constituye la decisión de la causa, se les suele dar el nombre
de cuestiones de mérito (porque su solución sirve para conocer cual de las demandas merece
ser acogida) ".
"La verdad es que a toda manifestación del proceso, bien considerado desde el punto de
vista estático, bien desde el punto de vista dinámico, corresponde la posibilidad de incidentes
que ofrecen, por decirlo así, una vegetación tan frondosa y tan espesa, que a veces ese hace
muy difícil distinguir ya un incidente del otro, ya un incidente del mérito. A fin de no equivocarse
en esto, que más de una vez le parecerá un jeroglífico, no hay otra solución que ofrecer al
técnico que la de atenerse férreamente al sistema, que he tratado de delinear, y, en primer
término, a la distinción fundamental entre la estática y la dinámica procesales.
"En el campo de la solución del proceso, se le presentaran incidentes relativos al oficio
(por ejemplo, en materia de recusación o bien de competencia), a las partes (por ejemplo, en
materia de capacidad o bien de legitimación), a las pruebas (por ejemplo, en materia de
admisión de una prueba testimonial, de verificación o falsedad de una escritura), a los bienes
(por ejemplo, en materia de secuestro, conservativo o judicial), en fin, a la continencia del
proceso ( por ejemplo, en materia de reunión de las causas o bien de intervención).
“Por otra parte, en el terreno del desarrollo del proceso, verá surgir incidentes tanto
relativos a los actos singulares como relativos al procedimiento. De un lado, podrán referirse a
la formación de un acto, tanto respecto al si cuanto respecto al cómo (por ejemplo, si puede o
no presentarse un escrito, o en qué audiencia debe tener lugar la discusión, o si esta debe
realizarse a puerta cerrada), o bien a su eficacia (por ejemplo, si la citación es nula), o bien a su
impugnación (por ejemplo, si una ordenanza del presidente debe ser confirmada o revocada por
el colegio). En otro aspecto, se le ofrecerán incidentes en torno a la formación del
procedimiento (por ejemplo, en materia de cambio de ritualidades del sumario por las del
formal, o bien en materia de orden de la discusión), o a la sucesión de un procedimiento al otro
(por ejemplo, en materia de ejecución de ejecución provisional de una sentencia interlocutoria),
o a su suspensión (por ejemplo, en materia de precedencia del proceso penal sobre el proceso
civil), o a su interrupción (por ejemplo, en caso de muerte o cambio de estado de una de las
partes), o a su cesación (por ejemplo, en caso de desistimiento de la demanda o bien de
caducidad)."
En consecuencia, durante el curso del procedimiento dirigido a la resolución del conflicto
puede surgir una gran variedad de cuestiones accesorias a éste, las que no lo integran, pero que
se vinculan a él, por lo que necesariamente deben ser resueltas previamente para poderse dictar
la sentencia definitiva.
En los procedimientos escritos y de lato conocimiento, la regla general es que se
contemple la tramitación y fallo de los incidentes durante el curso del procedimiento, siendo
excepcionales los casos en los cuales se contemple por el legislador la obligatoriedad de que
ellos sean resueltos al dictarse la sentencia definitiva.
En los procedimientos orales y concentrados, la regla general es que los incidentes se
deben formular y tramitar conjuntamente con el asunto principal, fallándose tanto los incidentes
como la cuestión principal al pronunciarse sentencia definitiva. Además, dada la continuidad que
tiene el desarrollo del procedimiento, más que hablarse de incidencias, se refieren habla más
bien de objeciones que son resueltas rápidamente durante el curso de las audiencias para
123
permitir su pronto desarrollo y conclusión.
No está demás señalar, que la regulación que se efectúa por el Código de Procedimiento
Civil de los incidentes corresponde a procedimientos escritos y de lato conocimiento, en los
cuales no se da una aplicación real a la inmediación, tramitación y fallo de incidencias en
audiencias, y resolución basada en la sana crítica, los que por regla general son tramitados y
resueltos durante el curso del procedimiento en forma independiente a la cuestión principal.

2.- REGLAMENTACION.

Los incidentes se encuentran regulados en diversos preceptos del Código de


Procedimiento Civil.
En el Título IX del Libro I del Código de Procedimiento Civil denominado " De los
Incidentes ", se reglamentan los denominados Incidentes Ordinarios.
En los Título X a XVI del citado Código, se regulan los siguientes Incidentes Especiales:
Acumulación de autos, Cuestiones de Competencia, Implicancias y Recusaciones, Privilegio de
Pobreza, Las Costas, Desistimiento de la Demanda y Abandono del Procedimiento.

En consecuencia, encontrándose los incidentes ordinarios y especiales regulados en el


Libro Primero del Código de Procedimiento Civil " Disposiciones Comunes a Todo
Procedimiento", sus disposiciones deben ser aplicadas dentro de cualquier procedimiento, salvo
que dentro de ellos se contemple una norma especial diversa o que ellas se encuentren en
pugna con la naturaleza del procedimiento en el cual deban ser aplicadas.
Finalmente, es menester tener presente que el legislador a lo largo del Código de
Procedimiento Civil se encarga de regular específicamente otros incidentes como son a título
meramente ejemplar los de nulidad por rebeldía por fuerza mayor (art.79); nulidad por falta de
emplazamiento (art. 80), medidas precautorias (arts. 290 y siguientes); excepciones dilatorias
(arts 303 y siguientes); las tachas de los testigos ( arts 373 a 379); la ampliación del embargo
(art.456); la sustitución del embargo ( art.457 ); la conversión del procedimiento de sumario a
ordinario o viceversa ( art 681 ); etc.-

3.- CONCEPTO.

Incidente es toda cuestión distinta y accesoria del asunto principal de un juicio, que
presentándose durante el curso del proceso, puede en ciertos casos suspenderlo, y sobre el cual
debe recaer una resolución especial del tribunal.
Incidente es toda cuestión accesoria al juicio, que requiere de un especial
pronunciamiento del tribunal.

Esta última definición jurisprudencial, a pesar de lo sucinta, tiene el mérito de


contemplar todos los elementos esenciales que deben concurrir para la configuración del
incidente según la regulación de ellos que efectúa nuestro legislador según veremos a
continuación.
Al efecto, el artículo 82 del Código de Procedimiento Civil establece que " toda cuestión
accesoria de un juicio que requiera pronunciamiento especial con audiencia de las partes, se
tramitará como incidente y se sujetará a las reglas de este título, si no tiene señalada por la ley
una tramitación especial."
Del referido precepto legal y de las explicaciones dadas precedentemente se desprende
con toda claridad que el elemento de la esencia para encontrarnos en presencia de un incidente
es su accesoriedad respecto de un asunto o cuestión principal. Al respecto, se ha señalado por
nuestra Jurisprudencia que " la calidad de un incidente se determina más que por la tramitación,
por la esencial condición de su definición, o sea, de cuestión accesoria de un juicio o
procedimiento que requiere pronunciamiento especial."
La audiencia de las partes, a pesar de ser un elemento contemplado en el artículo 82 del
Código de Procedimiento Civil, no constituye un elemento de la esencia para que nos
encontremos en presencia de un incidente, puesto que éste puede no concurrir de acuerdo a la
propia regulación que el legislador efectúa respecto de la tramitación de los incidentes.
124
Al efecto, la segunda parte del artículo 89 del Código de Procedimiento Civil establece
que " el tribunal podrá resolver de plano aquellas peticiones cuyo fallo se pueda fundar en hechos
que consten del proceso, o sean de pública notoriedad, lo que el tribunal consignará en su
resolución."
En consecuencia, si el legislador faculta al tribunal para resolver de plano y sin necesidad
de conferir audiencia a la otra parte del proceso para la resolución de una petición incidental en
los casos que ella se funde en hechos que consten en el proceso o sean de pública notoriedad,
debemos necesariamente concluir que la audiencia de las partes no es un elemento de la
esencia al poderse ella omitir en los casos señalados.
Finalmente, existe además otra razón de texto para los efectos de concluir que la
audiencia no es un elemento de la esencia respecto de los incidentes.
Como sabemos el artículo 158 del Código de Procedimiento Civil establece la diversa
naturaleza jurídica de las resoluciones que se pueden dictar durante el curso de la tramitación
de un procedimiento.
Si las peticiones accesorias que se formulan en un procedimiento se resolvieran sin
audiencia de partes ellas no tendrían el carácter de incidente por no concurrir dicho hipotético
elemento de la esencia, y la resolución que se pronunciaría acerca de esa petición sería
inclasificable dentro del artículo 158 del C.P.C..-
En efecto, al no resolver el asunto que es objeto del juicio no podría ser sentencia
definitiva; al no fallar un incidente por no concurrir la audiencia de partes no podríamos
encontrarnos ante una interlocutoria de primera clase o un auto; al no pronunciarse acerca de
un trámite del procedimiento no nos encontraríamos ante una interlocutoria de segundo grado;
y finalmente al pronunciarse acerca de una petición accesoria formulada por una de las partes
no nos podríamos encontrar ante un decreto, providencia o proveído.
En cambio, si la audiencia de partes no es un elemento de la esencia de un incidente, las
resoluciones que fallaran sin ella una petición accesoria del asunto principal tendrán la
naturaleza de una sentencia interlocutoria de primera clase (falla un incidente del juicio
estableciendo derechos permanentes en favor de las partes) o de un auto (falla un incidente sin
establecer derechos permanentes en favor de las partes).

4.- ELEMENTOS.

Los elementos que deben concurrir respecto de una cuestión que se suscite durante la
tramitación de un procedimiento para otorgarle la naturaleza jurídica de un incidente son los
siguientes:

a.- Que exista un juicio.

El incidente es una cuestión accesoria al juicio, por lo que necesariamente se requiere la


existencia del asunto principal para poderse plantear una cuestión accesoria a éste.
Al respecto, se ha señalado por la doctrina que el incidente " es una cuestión accesoria;
luego, supone la existencia de una principal, que, en este caso, es el juicio. No cabe, pues,
confundir las cuestiones accesorias, que son los incidentes que pueden suscitarse en el curso del
juicio, con las cuestiones principales que constituyen el objeto o contenido de este último. Sin la
cuestión principal no cabe hablar de cuestiones accesorias; en otros términos, sin juicio tampoco
cabe hablar de incidentes”.
El proceso adquiere existencia legal desde que se ha constituido la relación jurídica
procesal o desde el momento en que todas las partes se encuentran insertas en una situación
jurídica que les genera la carga de actuar para los efectos de poder satisfacer su propio interés
en el proceso, según la doctrina acerca de la naturaleza jurídica de éste a la cual adhiramos.
El instante a partir del cual un proceso adquiere existencia legal es desde la notificación
de la demanda interpuesta por el sujeto activo a los demandados, por lo que sólo a partir de ese
instante será posible plantearse los incidentes como cuestiones accesorias al asunto principal.
La determinación de ese instante como generador de la existencia del proceso se basa en
el artículo 1603 inciso final del Código Civil, el cual a propósito del pago por consignación, nos
señala que " se entenderá existir juicio desde el momento en que se haya notificado la
125
demanda ", precepto que debemos entender con la eficacia suficiente para suplir el vacío
procesal que existe sobre esta materia de acuerdo con la historia de ese precepto y su
concordancia con diversos preceptos del Código de Procedimiento Civil.
Al respecto, se ha declarado por nuestra Jurisprudencia que " los incidentes son
admisibles en los juicios, o sea, en las contiendas suscitadas entre las partes y sometidas a la
resolución de un juez o tribunal. Así lo establece con claridad el artículo 82 del Código de
Procedimiento Civil. “En consecuencia, no existiendo juicio, no cabe tampoco incidente."
En este mismo sentido se ha declarado que el incidente promovido una vez terminado el
juicio, efectuada la subasta y ordenado extender por resolución firme la escritura de remate, es
extemporáneo, por lo que debe entenderse que el tribunal carecía de competencia para dictarla
en razón de no existir proceso alguno al que pudiere acceder la cuestión sobre la que se
pronunció.
De allí que el legislador, respecto de las cuestiones accesorias que existan con
anterioridad al juicio y que pueden hacerse valer sólo cuando éste adquiera existencia legal,
establece en el inciso segundo del artículo 84 del Código de Procedimiento Civil: " Si un incidente
nace de un hecho anterior al juicio o coexistente con su principio, como defecto legal en el modo
de proponer la demanda, deberá promoverlo la parte antes de hacer cualquiera gestión principal
en el pleito ".-

b.- Que la cuestión promovida tenga el carácter de accesoria respecto del asunto principal.

" El Diccionario de la Real Academia de la Lengua expresa que " accesorio es lo que
depende de lo principal o se le une por accidente".
“De lo expuesto se desprende que es imprescindible para la existencia de un incidente
que haya una cuestión principal, el juicio, a la cual acceda. Se suscitan durante la tramitación de
éste, es decir, entre la presentación de la demanda y la ejecución de la sentencia, y necesitan ser
solucionados previa y especialmente. Sin cuestión principal no cabe hablar de cuestiones
accesorias; en otros términos, sin juicio tampoco cabe hablar de incidentes.
Debemos, entonces, distinguir aquellas materias que se promueven con la finalidad de
establecer cuál de los litigantes es el poseedor de la razón, vale decir, las cuestiones principales
que son objeto del juicio, de aquellas otras que se van produciendo durante su curso sobre
hechos de menor entidad, pero que tienen generalmente estrecha relación con el asunto
fundamental del pleito. A las primeras se les puede llamar cuestiones de mérito o de fondo, y a
las segundas, incidencias.
La ley ha querido evitar que sean motivos de incidentes cuestiones que miren al fondo
del juicio mismo, y al disponer que ellos tengan el carácter de accesorios está significando que
deben ser secundarios en relación con el asunto principal, al cual están unidos por un nexo
procesal.
“De las definiciones de incidente que hemos anotado despréndese la relación que ellos
deben tener con el objeto principal del pleito. Se ha criticado a nuestro Código por no
contemplar de un modo expreso esta situación en el artículo 82. En realidad, este reparo no
tiene base, pues nuestra legislación indirectamente exige tal relación. En efecto, siendo los
incidentes cuestiones accesorias, según la ley, ello supone un nexo con el asunto de fondo
debatido en el pleito, toda vez que el vocablo accesorio envuelve la idea de algo que se une a lo
principal o depende de ello."

c.-Que exista una relación directa entre el incidente y la cuestión principal.

El inciso 1º del artículo 84 del Código de Procedimiento Civil establece categóricamente


esta exigencia al señalarnos que " todo incidente que no tenga conexión alguna con el asunto que
es materia del juicio podrá ser rechazado de plano".
Nuestra Jurisprudencia ha señalado al efecto que " para que un incidente pueda
promoverse es necesario que haya un vínculo de ligazón o dependencia respecto de la causa
principal" y aplicando específicamente ese principio ha declarado que " no pueden considerarse
incidentes de una liquidación de una comunidad las cuestiones sobre honorarios y costas
adeudadas en juicios anteriores en que uno de los comuneros defendió al otro, ni los reajustes e
126
intereses sobre esas sumas, peticiones que deben formularse ante quien corresponda."
Es así como podemos concluir " que las cuestiones ajenas al juicio deberán promoverse
en juicio separado, porque de otra manera se alterarían los términos de la relación procesal y se
introduciría la confusión en el procedimiento."

d.- Que exista un especial pronunciamiento por parte del tribunal.

“El artículo 82 del Código de Procedimiento Civil establece que las incidencias deben ser
falladas mediante un pronunciamiento especial del tribunal. Esto significa que tan pronto como
la controversia accesoria está en estado de ser fallada, el juez deberá dictar la respectiva
resolución, sin esperar que la cuestión principal lo esté. Los incidentes planteados por separado
deben resolverse independientemente unos de otros y no todos ellos aisladamente de la
cuestión principal, porque sólo así, como se dirá oportunamente se cumple su verdadero y
legítimo rol, cual es de ir clarificando el proceso y permitir al juez una labor más fácil respecto a
la sustanciación del asunto principal, lo que, a su vez, asegura una más expedita y mejor justicia.
La resolución que se pronuncia acerca de un incidente tendrá el carácter de una sentencia
interlocutoria de primera clase o de un auto, según si establece o no derechos permanentes
entre las partes.
Por otra parte, el artículo 91 del Código de Procedimiento Civil establece
perentoriamente la oportunidad dentro de la cual el tribunal debe proceder a dictar la
resolución resolviendo el incidente al señalarnos que " vencido el termino de prueba, háyanla o
no rendido las partes, y aun cuando éstas no lo pidan, fallará el tribunal inmediatamente o , a
más tardar , dentro de tercero día,, la cuestión que haya dado origen al incidente".
La regla general anterior es sin perjuicio de las oportunidades especiales que establece el
legislador para la resolución de las peticiones accidentales que sean inconexas o extemporáneas
que pueden ser rechazadas de plano (art.84) o que se funden en hechos que consten en el
proceso o sean de pública notoriedad que también pueden ser resueltos de plano por el tribunal
(Art.89).
Tratándose de los incidentes de previo y especial pronunciamiento ellos siempre deberán
ser resueltos durante el curso del juicio y antes de la dictación de la sentencia definitiva, por
cuanto su promoción genera la suspensión del asunto principal.
Los incidentes que no revisten el carácter de previo y especial pronunciamiento deberán
resolverse tan pronto como ellos queden en estado de fallo durante la tramitación de la causa,
con independencia de la resolución de la cuestión principal que necesariamente habrá de
producirse siempre al final del procedimiento mediante la dictación de la sentencia definitiva.
Con ello se da un efectivo cumplimiento a lo previsto en los artículos 84, 89 y 91 del
Código de Procedimiento Civil y no incurrirá el tribunal en caso de omisión en la falta o abuso
que se contemplada en el antiguo Nº 1 del artículo 545 del Código Orgánico de Tribunales,
consistente en no pronunciar las resoluciones dentro de los plazos establecidos en la ley,
modificado actualmente por la Ley 19.374 de 18 de febrero de 1995. .
No obstante, debemos tener presente sobre la materia que por mandato de la ley
existen casos especiales en que los incidentes deben ser resueltos en la sentencia definitiva,
siendo ellos los siguientes:

a.- Incidentes que por mandato de la ley deben ser resueltos en la sentencia definitiva.
Excepcionalmente, el legislador altera la regla general relativa a la resolución de los
incidentes durante el curso del procedimiento, y establece excepcionalmente que ellos deben
ser fallados en la sentencia definitiva, como ocurre con la condena en costas respecto del asunto
principal (art.144) , las tachas de los testigos ( art.379 inc 2º) ;

b.- Procedimientos en que por su carácter concentrado los incidentes deben ser resueltos
conjuntamente con el asunto principal al dictarse la sentencia definitiva.
El legislador respecto de algunos procedimientos establece que los incidentes, no
obstante tenerse que plantear durante el curso del procedimiento, ellos no son resueltos
durante el curso de él sino que al momento de dictarse la sentencia definitiva como ocurre en el
juicio sumario (Art.690) y en el juicio de mínima cuantía (Art. 723 ).
127
Debemos advertir que en la practica nuestros tribunales dejan para resolver en la
sentencia definitiva algunas incidencias promovidas durante el curso del procedimiento, sin que
exista para ello una autorización legal, contrariando con ello el mandato del legislador en orden
a resolverlas durante el curso de la tramitación de éste e infringiendo el principio del orden
consecutivo legal que rige respecto a su tramitación.
No obstante, el que un tribunal autorizado por la ley o por iniciativa propia e infundada
como hemos visto se pronuncie dentro de la sentencia definitiva acerca de las incidencias
promovidas durante el curso del procedimiento no altera la naturaleza jurídica que reviste la
resolución que se pronuncia acerca de un incidente, la que tendrá el carácter de sentencia
interlocutoria o auto en esa parte. Es así como por ejemplo, el pronunciamiento acerca de las
tachas que se efectúa por el tribunal al dictar la sentencia definitiva tendrá el carácter de una
sentencia interlocutoria, puesto que se pronuncia sobre un incidente estableciendo derechos
permanentes en favor de las partes.
En este sentido compartimos plenamente lo señalado en orden a " que una resolución es
un auto o una sentencia interlocutoria por lo que constituye su esencia y no por la forma que
revista y la oportunidad en que se dicta, debiendo para su calificación tenerse presente, ante
todo, lo preceptuado en el artículo 158.

5.- CARACTERÍSTICAS.

1º.- Los incidentes son cuestiones accesorias del asunto principal.

2º.- Las cuestiones accesorias que se promueven por vía incidental tienen establecido un
procedimiento propio, como es el procedimiento incidental, reglamentado en el titulo IX del
Libro I del Código de Procedimiento Civil.
Sin perjuicio de ello, el legislador ha contemplado normas especiales respecto de
determinados incidentes especiales, a los cuales se les aplican supletoriamente las normas de los
incidentes ordinarios.

3º.- La regulación de los incidentes se encuentra contemplada en el Libro I del Código de


Procedimiento Civil, De las disposiciones comunes a todo procedimiento, por lo que ellas deben
aplicarse respecto de la tramitación de cualquier cuestión accesoria que se promueva en un
procedimiento civil, salvo norma especial diversa.
Además, dichas normas se aplican dentro del procedimiento penal por remisión expresa
del artículo 43 del Código de Procedimiento Penal.

4º.- Los incidentes deben ser promovidos, tramitados y fallados ante y por el tribunal que
conoce del asunto principal de acuerdo a la regla general de la competencia de la extensión,
contemplada en el artículo 111 del Código Orgánico de Tribunales.

5º.- Los incidentes pueden promoverse desde que existe juicio hasta que se dicte sentencia
definitiva o interlocutoria que ponga termino al juicio o haga imposible su continuación,
ejecutoriada en la causa principal.
Excepcionalmente, el incidente de nulidad procesal por falta de emplazamiento
contemplado en el artículo 80 del Código de Procedimiento Civil puede hacerse valer incluso
después de haberse dictado sentencia ejecutoriada en la causa y en el procedimiento de
cumplimiento incidental de ella según lo establecido en el inciso final del artículo 234 de ese
Código.

6º.- La promoción de un incidente ante el tribunal que conoce de la causa no suspende la


tramitación del asunto principal, debiendo formarse cuaderno separado para la tramitación del
incidente.
Excepcionalmente, la promoción de un incidente suspende el curso de la causa y debe
tramitarse en el cuaderno principal cuando es necesario el fallo de la cuestión accesoria para
continuar el curso del procedimiento, siendo estos los denominados incidentes de previo y
especial pronunciamiento.-.
128
7º.- La resolución que falla el incidente tiene el carácter de sentencia interlocutoria de primer
grado o de un auto, según si establece o no derechos permanentes entre las partes.
La determinación de esa resolución tiene importancia para el régimen de recursos,
puesto que en materia civil es procedente el recurso de reposición en contra de los autos;
procediendo en cambio sólo el recurso de apelación en contra de las sentencias interlocutorias.
Además, en cuanto a la naturaleza jurídica de la resolución, nunca es procedente el recurso de
casación en contra de un auto, pero si lo es en contra de una sentencia interlocutoria, siempre
que ella además ponga término al juicio o haga imposible su continuación.

6.- CLASIFICACIONES.

Los incidentes admiten diversas clasificaciones de acuerdo a la regulación que de ellos se


efectúan por el Código de Procedimiento Civil.

6.1.- Según su tramitación.

Incidentes Ordinarios son aquellos que se tramitan de acuerdo a las reglas generales
contempladas en el Titulo IX del Código de Procedimiento Civil.
Incidentes especiales son aquellos que se tramitan de acuerdo a las normas particulares
establecidas por el legislador en atención a la naturaleza de la cuestión accesoria. Revisten tal
carácter la Acumulación de Autos, las Cuestiones de Competencia, las Implicancias y
Recusaciones, el Privilegio de Pobreza, las Costas, el Desistimiento de la Demanda y el Abandono
del Procedimiento.

6.2.- Según su relación con el asunto principal.

Incidentes Conexos son aquellos que tienen relación con el asunto principal. Dichos
incidentes deben ser admitidos a tramitación y deben resolverse según las reglas generales que
la regulan.
Incidentes Inconexos son aquellos que no tienen relación con el asunto principal y
pueden ser rechazados de plano por el tribunal de acuerdo a lo establecido en el inciso primero
del artículo 84 del Código de Procedimiento Civil.

6.3.- Según su origen.-

Incidentes Previos son aquellos que nacen de un hecho anterior al juicio o coexistente
con su principio y deben promoverse por la parte antes de hacer cualquier gestión principal en el
pleito (art. 84 inc.2º).
Incidentes Coetáneos son aquellos originados de un hecho acontecido durante el juicio y
deben promoverse tan pronto como el hecho llegue a conocimiento de la parte respectiva.(
Art.85 inc.1º).

Todos estos incidentes cuyas causas existan simultáneamente deben promoverse a la vez
(Art.86).
Deberá ser rechazados de oficio o de plano por el tribunal el incidente previo que se haga
valer luego de hacer cualquier gestión principal en el pleito; el coetáneo que no se promueva tan
pronto como el hecho llegue a conocimiento de la parte; y aquellos cuyas causas existan
simultáneamente antes de la iniciación, originado con el principio del juicio o derivado de un
hecho acaecido durante el juicio que no se haya promovido conjuntamente con el hecho valer,
Esta sanción no tiene aplicación cuando el incidente se basa en hechos que anulan el proceso o
se refieren a una circunstancia esencial para la ritualidad o marcha del juicio.
En consecuencia, los incidentes extemporáneos, esto es, los que no se han hecho valer
en la oportunidad fijada en la ley, deben ser rechazados de plano por el tribunal.

129
6.4º.- Según su vinculación con el asunto principal.

Incidentes que versan sobre el fondo del asunto son aquellos que se relacionan con las
pretensiones, excepciones, oposiciones a las pretensiones o contrapretensiones de las partes.
Incidentes que versan sobre el procedimiento son aquellos que se refieren a la forma en
que se desarrolla el procedimiento.
Esta clasificación tiene su origen en el artículo 84 que se refiere a aquellos que anulan el
proceso o a una circunstancia esencial para la ritualidad o marcha del juicio.

6.5º.- Según el efecto que tiene la promoción del incidente en la tramitación del asunto
principal y el cuaderno en que se tramitan.

Incidentes de previo y especial pronunciamiento son aquellos que paralizan la


substanciación de la causa principal hasta que no sean resueltos y se tramitan en el cuaderno
principal sin dar motivo a la formación de un cuaderno separado.( Art.87 inc 1º).-
Incidentes que no revisten el carácter de previo y especial pronunciamiento son
aquellos cuya promoción no suspende el curso de la causa principal y deben ser substanciados
en cuaderno separado. (Art. 87 inc.2º).-

Para determinar si un incidente reviste alguno de estos dos caracteres debemos tener
presente las siguientes reglas:

a.- El legislador se encarga a través de una regla especial de establecer la naturaleza que reviste
el incidente promovido.
En los casos en que el legislador se encarga de establecer en diversos preceptos del
Código de Procedimiento Civil el carácter que reviste el incidente promovido, debe el tribunal
proceder a tramitar el incidente respetando ese mandato legal.
El legislador establece que revisten el carácter de previo y especial pronunciamiento los
incidentes relativos a la competencia ( art 112), las excepciones dilatorias ( arts 307 y 308),etc.-
Por otra parte, el legislador establece que no revisten el carácter de previo y especial
pronunciamiento el incidente de nulidad de lo obrado por fuerza mayor y falta de
emplazamiento (art 81), los incidentes que se promueva por una parte que con anterioridad
hubiere promovido y perdido dos incidentes ( art.88)el privilegio de pobreza (art 131), los
incidentes a que den lugar las medidas precautorias ( art 302), los incidentes que se formulen
durante el término probatorio o que se relacionen con la prueba (art.339),.-
b.- El legislador no establece a través de una regla especial el carácter que reviste el incidente
promovido.
En estos casos, la determinación de si un incidente es o no de previo y especial
pronunciamiento deberá ser resuelta por el tribunal en cada caso particular.
De acuerdo a lo señalado por la doctrina y la jurisprudencia, se ha señalado como un
ejemplo general de incidentes que tienen el carácter de previo y especial pronunciamiento a los
relativos a la nulidad de actuaciones y resoluciones y a los presupuestos procesales, puesto que
es necesario subsanar todo defecto procesal del cual adolezca un procedimiento antes de seguir
su curso en virtud de la economía procesal, ya que de acogerse el incidente se generará la
nulidad de todo lo obrado con posterioridad con el consiguiente desgaste inútil de la actividad
jurisdiccional.
De allí, que cada vez que se promueva un incidente respecto del cual el legislador no ha
determinado el carácter que reviste, será menester que la parte en un otrosí del escrito le
solicite al tribunal que determine si este es o no de previo y especial pronunciamiento,
disponiendo su tramitación en el cuaderno principal o en cuaderno separado según el caso.
La resolución del tribunal que se pronuncia acerca de esta solicitud tiene el carácter de
un decreto de acuerdo con nuestra Jurisprudencia, por lo que en su contra cabrá deducir el
recurso de reposición con apelación subsidiaria, si con ello se altera la tramitación del juicio. El
recurso de apelación deberá ser concedido en el sólo efecto devolutivo de acuerdo a lo
establecido en el artículo 194 Nº 2 del Código de Procedimiento Civil.

130
6.6º.- Según la forma en que debe resolverse el incidente.

Incidentes que deben resolverse por el tribunal previa tramitación de ellos son aquellos
que sólo pueden ser fallados por el tribunal luego de haberse conferido traslado a la otra parte y
recibido ellos a prueba si fuere procedente, por tener el carácter de conexos con el asunto
principal, haber sido promovidos en forma oportuna y no fundarse ellos en hechos que consten
en el proceso o sean de pública notoriedad.
Incidentes que pueden ser resueltos de plano por el tribunal son aquellos que el
tribunal puede resolver el incidente con el sólo mérito de la solicitud en que se promueve.
Respecto de los casos en que el tribunal puede resolver un incidente de plano cabe distinguir los
casos en que el tribunal puede sólo rechazar de plano el incidente y aquellos en que el tribunal
puede pronunciarse de plano respecto del incidente, ya sea acogiéndolo o rechazándolo.

Los casos en que el tribunal puede rechazar de plano el incidente con la sola
presentación de la solicitud son los siguientes:

a.- Solicitud en que se promueve un incidente que no tiene conexión alguna con el asunto que
es materia del juicio.( Art. 84 inc.1º).-
b.- Solicitud en que se promueve un incidente que nace de un hecho anterior al juicio o
coexistente con su principio habiendo hecho con anterioridad cualquiera gestión principal en el
pleito. ( Art. 84 inc 2º).-
c.- Solicitud en que se promueve un incidente originado en un hecho que acontezca durante el
juicio que no es promovido tan pronto como el hecho haya llegado a conocimiento de la parte
respectiva.( Art.85 inc.1º).-
d.- Solicitud en que se promueve un incidente respecto de una causa que hubiere existido
simultáneamente con otra hecha valer con anterioridad, sin que se hubiere hecho valer
conjuntamente con ésta. (Art.86).-; y
e.- Solicitud en que la parte haga valer un incidente, luego de haber perdido dos o mas
incidentes promovidos por ella con anterioridad, sin haber efectuado y acompañado la
consignación necesaria para promoverlo.( Art.88)

Finalmente, el tribunal puede resolver de plano un incidente, sea acogiéndolo o


rechazándolo, cuando este se base en hechos que consten en el proceso o sean de pública
notoriedad, lo que debe consignar en su resolución. (Art 89 ).-

6.7.- Para determinar la obligatoriedad de la condena en costas de la parte que lo promueve.

Incidentes que revisten el carácter de dilatorios son todos aquellos que producen una
demora en la prosecución del proceso, teniendo tal carácter todos los de previo y especial
pronunciamiento.
Para otros autores, estos incidentes dilatorios tienen un alcance más restringido, puesto
que se refieren sólo a aquellos que generan un retardo en la entrada del juicio.
Tiene importancia determinar el carácter dilatorio de un incidente, puesto que el artículo
147 del Código de Procedimiento Civil contempla la obligatoriedad de la condena en costas
respecto a la parte que habiendo promovido un incidente dilatorio no obtiene una resolución
favorable.

II.- TRAMITACION DE LOS INCIDENTES ORDINARIOS.

1.- REGULACION.

La tramitación de los incidentes ordinarios se encuentra reglamentada en los artículos 82


y siguientes del Libro I del Código de Procedimiento Civil.
Dichas normas revisten gran importancia, puesto que:

a.- Se aplican supletoriamente en los incidentes especiales en las materias no regulados


131
en ellos por el legislador; y
b.- Las normas que regulan la prueba en los incidentes se aplican en el juicio sumario de
acuerdo a lo previsto en el artículo 686 del Código de Procedimiento civil.

Para determinar las normas que deben aplicarse para regular la tramitación a que debe
someterse un incidente dentro de un juicio es menester distinguir:

a.- Si el incidente promovido es uno de aquellos que la ley ha regulado especialmente, se


aplicaran estas normas; y supletoriamente, en las materias no reguladas por ellas, las
disposiciones relativas a los incidentes ordinarios; y
b.- Si no nos encontramos ante un incidente especial, se aplicarán las normas relativas a
los incidentes ordinarios.

2.- FORMA DE PROMOVERSE UN INCIDENTE ORDINARIO.

Los incidentes se pueden promover durante la tramitación de un juicio de las siguientes


maneras:

a.- En forma directa, a través de la presentación de una solicitud o demanda incidental, la que es
proveída por el tribunal si cumple con los requisitos legales mediante la dictación del decreto:
"Traslado".
b.- En forma directa, mediante la solicitud de una actuación judicial que debe ser decretada con
audiencia, la cual debe ser resuelta previa tramitación de ella de acuerdo a las reglas de los
incidentes.
c.- En forma directa, en todos los casos en que el legislador expresamente establece que
determinadas solicitudes de las partes deben ser tramitadas conforme a las normas de los
incidentes.
d.- Mediante la oposición que se efectúa por una parte a la solicitud de una actuación judicial
formulada por la otra parte que ha sido decretada con citación, en cuyo caso la oposición genera
un incidente que debe ser resuelto para los efectos de poderse llevar a cabo la actuación judicial.

3.- ETAPA DEL PROCEDIMIENTO EN QUE SE DEBEN PROMOVER LOS INCIDENTES.

Respecto de la etapa procesal del procedimiento en que puede hacerse valer un


incidente debemos distinguir:

En primera instancia, los incidentes pueden promoverse desde la notificación de la demanda y


hasta que se notifique a las partes la resolución que las cita para oír sentencia.
Al efecto, el artículo 433 en su inciso 1º establece que " citadas las partes para oír
sentencia no se admitirán escritos ni pruebas de ningún genero".

En segunda instancia, los incidentes pueden promoverse hasta la vista de la causa.


Excepcionalmente, el incidente de nulidad de todo lo obrado puede hacerse valer dentro
del procedimiento con posterioridad a la citación para oír sentencia. Al efecto, el inciso 2º del
art.433 establece que la no admisión de escritos luego de citadas las partes para oír sentencia se
"entiende sin perjuicio de lo establecido en los artículos 83 y 84".-
Excepcionalísimamente, existe un incidente de nulidad de todo lo obrado que puede
incluso hacerse valer durante todo el curso del procedimiento e incluso en el procedimiento
incidental de cumplimiento de una sentencia, como es el de nulidad de todo lo obrado por falta
de emplazamiento válido, contemplado en el artículo 80, de acuerdo a lo prescrito en el inciso
final del artículo 234 del Código de Procedimiento Civil.

4.- OPORTUNIDAD PROCESAL PARA PROMOVER LOS INCIDENTES.

En cuanto a la oportunidad procesal para promover un incidente debe ella determinarse


según el hecho que le sirve de origen para promoverlo:
132
a) Si el incidente nace de un hecho anterior al juicio o coexistente con su principio, como
defecto legal en promover la demanda, deberá promoverlo la parte antes de hacer cualquiera
gestión principal en el pleito.( Art 84 inc.2º).-

b) Si el incidente es originado en un hecho que acontezca durante el juicio, deberá promoverlo


tan pronto como el hecho llegue a conocimiento de la parte respectiva.( Art.85).-

c) Si concurren simultáneamente diversas causas para promover incidentes, deberán


promoverse todos los incidentes a la vez. (Art.86).-
Todos estos incidentes si no se hacen valer en la oportunidad y en la forma que establece
el legislador serán rechazados de plano por el tribunal, salvo que se trate de un vicio que anule
el proceso, en cuyo caso se estará a lo que establece el artículo 83, o que se trate de una
circunstancia esencial para la ritualidad o marcha del juicio, evento en que el tribunal deberá
ordenar que se practiquen las diligencias necesarias para que el proceso siga su curso legal. (Arts
84 inc 3º, 85 inc 2º y 86 )

d) El incidente de nulidad procesal deberá promoverse dentro de cinco días, contados desde
que aparezca o se acredite que quien deba reclamar de la nulidad tuvo conocimiento del vicio, a
menos que se trate de la incompetencia absoluta del tribunal.( Art 83 inc.2º). Sobre la materia,
se ha señalado que “el plazo de 5 días a que se refiere el artículo 83 del C.P.C. está dispuesto
para las partes y no para el juez, quien en presencia de la nulidad y en uso de sus facultades
puede declararla de oficio, sin otro impedimento que no esté terminado el proceso por
resolución ejecutoriada.”

e) El rebelde podrá promover el incidente de nulidad de todo obrado en rebeldía suya por
fuerza mayor, dentro de tres días contados desde que cesó el impedimento y pudo hacerse
valer ante el tribunal que conoce del negocio (Art.79)

f) El litigante rebelde a quien no se le han notificado las providencias libradas en juicio por falta
de notificación o por notificación defectuosa, podrá promover la nulidad de todo lo obrado
dentro de cinco días contados desde que aparezca o se acredite que el litigante tuvo
conocimiento personal del juicio ( Art.80 )

5.- RESTRICCIONES LEGALES ESTABLECIDAS POR EL LEGISLADOR PARA LA PROMOCION DE LOS


INCIDENTES, DESTINADAS A EVITAR QUE SE UTILICEN CON FINES DE CARACTER MERAMENTE
DILATORIOS.

Uno de los principios básicos de todo ordenamiento jurídico es el de la buena fe, el cual
también constituye uno de los principios formativos del procedimiento.
En virtud del principio de la buena fe, las partes deben actuar respetando la
honorabilidad y lealtad que supone la labor forense, no permitiéndose que el procedimiento sea
utilizado por la o las partes para lograr objetivos ilícitos.
El proceso es un instrumento de buena fe y las partes no deben utilizarlo en forma
abusiva, con fines fraudulentos o dilatorios.
Tratándose de los incidentes, el legislador vela porque estos se promuevan sólo cuando
sean estrictamente necesarios para la resolución de la cuestión principal, adoptando las medidas
pertinentes destinadas a impedir que ellos se utilicen con fines diversos para los cuales están
contemplados y con propósitos meramente dilatorios por una de las partes en el proceso.
Las medidas que adoptó el legislador para resguardar el principio de la buena fe en la
promoción de los incidentes son las siguientes:

a.- Se establece expresamente una oportunidad y forma específica para hacer valer los
diversos incidentes.

Los incidentes que se promuevan fuera de la oportunidad y en la forma establecida por


133
el legislador deben ser rechazados de plano por el tribunal, salvo que se trate de un vicio que
anule el proceso, en cuyo caso se estará a lo que establece el artículo 83, o que se trate de una
circunstancia esencial para la ritualidad o marcha del juicio, evento en que el tribunal deberá
ordenar que se practiquen las diligencias necesarias para que el proceso siga su curso legal. (Arts
84 inc 3º, 85 inc 2º y 86).

b.- Se establece con carácter obligatorio la condena en costas respecto de la parte que hubiere
promovido y perdido un incidente dilatorio.

La regla general respecto de la condena al pago de las costas contemplada en el artículo


144, es que " la parte que sea vencida totalmente en un juicio o en un incidente, será
condenada al pago de las costas. Podrá con todo el tribunal eximirla de ellas, cuando aparezca
que ha tenido motivos plausibles para litigar, sobre lo cual hará declaración expresa en la
resolución.
Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de lo establecido en otras
disposiciones de este Código".
En consecuencia, la regla general respecto de los incidentes es que la parte que sea
vendida totalmente en él, debe ser condenada al pago de las costas, pero el tribunal puede
eximir a la parte del pago de ellas si estima que ha tenido motivos plausibles para litigar.
No obstante, tratándose de los incidentes dilatorios el legislador estableció en el artículo
147 del Código de Procedimiento Civil una regla específica, señalándonos que " cuando la parte
que promueve un incidente dilatorio no obtenga resolución favorable, será precisamente
condenada en las costas."
En consecuencia, tratándose de un incidente que revista el carácter de dilatorio el
legislador establece en forma obligatoria para el tribunal el deber respecto de la parte que lo
promovió y perdió de condenarla al pago de las costas, sin que tenga facultad para eximirla en
caso alguno de su pago.

c.- Se establece la consignación previa obligatoria para los efectos de promover nuevos
incidentes respecto de la parte que hubiere promovido y perdido dos o mas incidentes con
anterioridad, los cuales nunca revestirán el carácter de previo y especial pronunciamiento
debiendo tramitarse siempre en cuaderno separado.

El inciso primero del artículo 88 del Código de Procedimiento Civil establece que " la
parte que haya promovido y perdido dos o más incidentes en un mismo juicio, no podrá promover
ningún otro sin que previamente deposite en la cuenta corriente del tribunal la cantidad que éste
fije."
Para los efectos de efectuar esa consignación, el tribunal de oficio en la resolución que
deseche el segundo incidente deberá determinar el monto del depósito, el que deberá fluctuar
entre una y diez unidades tributarias mensuales y se aplicara como multa a beneficio fiscal si
fuere rechazado el nuevo incidente promovido.
El tribunal determinará el monto del depósito considerando la actuación procesal de la
parte y si observare mala fe en la interposición de nuevos incidentes podrá aumentar su cuantía
hasta por el duplo.

La parte que hubiere promovido y perdido dos o más incidentes queda sujeta a las
siguientes sanciones procesales para el resto del procedimiento:

1º.- Los nuevos incidentes que promueva sin haberse efectuado previamente el depósito fijado
se tendrán por no interpuestos y se extinguirá el derecho a promoverlo nuevamente.

2º.- Todo incidente que requiera de deposito previo deberá tramitarse en cuaderno separado,
sin afectar el curso de la cuestión principal ni de ningún otra, sin perjuicio de lo que se pueda
resolver en el fallo del respectivo incidente.
La parte que goce de privilegio de pobreza en el juicio no estará obligada a efectuar
depósito previo alguno.
134
No obstante, si la parte que goza de privilegio de pobreza, encontrándose por ello exenta
de la obligación de efectuar el depósito previo, interpone nuevos incidentes y ellos le son
rechazados, el juez en la misma resolución que rechace el nuevo incidente podrá imponer
personalmente al abogado o al mandatario judicial que lo hubiere promovido, por vía de pena,
una multa a beneficio fiscal de una a diez unidades tributarias mensuales, si estimare que en su
interposición ha existido mala fe o el claro propósito de dilatar el proceso.
Las resoluciones que se dicten en virtud de este artículo, en cuanto al monto de
depósitos y multas se refiere, son inapelables.

6.- EL PROCEDIMIENTO QUE ESTABLECE EL LEGISLADOR PARA LA TRAMITACION DE LOS


INCIDENTES.

El legislador para la tramitación de los incidentes contempla un procedimiento de


carácter concentrado, el que comprende tres fases o períodos comunes a todo procedimiento
como son las de discusión, prueba y fallo.
No obstante, en el procedimiento incidental la fase del período de discusión es eventual,
puesto que el legislador faculta al tribunal para rechazarlos de plano, situación que no acontece
tratándose de los procedimientos que se deben aplicar respecto de la cuestión principal.
La fase probatoria también reviste el carácter de eventual, puesto que existirá sólo en la
medida en que existan hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos respecto del incidente.

A.- Fase de Discusión.

El incidente se genera con la solicitud de la parte que lo promueve.

Frente a la solicitud de una parte que promueve el incidente, el tribunal puede adoptar
las siguientes actitudes:

- Rechazarlo de plano. El tribunal puede rechazar de plano un incidente cuando este no


guarda conexión con el asunto principal (Art 84 inc 1º), se promueve en forma extemporánea (
Art. 84 incisos 2º y 3º, 85 y 86) o se promueve sin haber efectuado la consignación previa fijada
por el tribunal en caso de haber perdido dos o más incidentes promovidos por ella con
anterioridad ( Art.88).

- Resolverlo de plano. El tribunal se encuentra facultado para resolver de plano el


incidente promovido, sea acogiéndolo o rechazándolo, sin conferir traslado a la otra parte y
recibirlo a prueba, cuando su fallo se pueda fundar en hechos que consten en el proceso o sean
de pública notoriedad, lo que el tribunal consignará en su resolución.(Art.89)

- Admitirlo a tramitación. Frente a una solicitud en que se promueve un incidente,


conexo con la cuestión principal, promovido oportunamente, habiéndose efectuado la
consignación previa en los casos en que fuere procedente y sin que consten los hechos en el
proceso o sean de pública notoriedad, el tribunal debe proceder a admitirlo a tramitación.
Para tal efecto deberá conferir traslado a la otra parte por el término de 3 días. En
consecuencia, la resolución que recaerá en la solicitud que promueve el incidente será:
"Traslado" o " Traslado y autos".-
El traslado importa que se le concede a la contraparte la posibilidad de responder a la
solicitud de la otra parte que promovió el incidente.
La resolución del tribunal que confiere traslado es un decreto, providencia o proveído, la
cual debe notificarse por el estado diario ( Art. 50), a menos que ella sea haya dictado luego de
transcurridos seis meses sin que se hubiere dictado otra resolución en el proceso, en cuyo caso
la notificación deberá efectuarse por cedula.(Art 52).-
El término de emplazamiento en el procedimiento de los incidentes es de 3 días, plazo
que tiene el carácter de legal, de días, fatal (art.64), discontinuo (Art.66), improrrogable (art.67)
y no susceptible de aumento de acuerdo con la tabla de emplazamiento." Si se promueve un
incidente, se concederán tres días para responder y vencido este plazo, haya o no contestado la
135
parte contraria, resolverá el tribunal la cuestión, si, a su juicio, no hay necesidad de
prueba."(art.89).- Este plazo por estar establecido en el Código de Procedimiento Civil y referirse
a una actuación de las partes reviste el carácter de fatal de acuerdo a lo previsto en el artículo
64, no presentándose en la actualidad problema alguno en determinar el carácter de éste
termino como acontecía antes de la dictación de la Ley 18.705 que reformará ese precepto legal.

→ Actitudes que puede asumir la parte respecto del traslado que se le confiere
respecto del incidente.

La contraparte respecto del traslado conferido respecto de la solicitud que promueve el


incidente puede adoptar las siguientes actitudes:
- Allanarse al incidente promovido o no controvertir los hechos que sirven de fundamento
para promoverlo. En este caso, no será necesario que se reciba el incidente a prueba y el
tribunal deberá proceder a dictar la resolución pertinente para su resolución, sea aceptándolo o
rechazándolo.

- Permanecer inactivo durante el plazo fatal del traslado. En este caso, transcurridos el termino
de tres días precluirá la facultad de la parte para evacuar el traslado, y el tribunal deberá
proceder a examinar el proceso para los efectos de determinar la procedencia de recibir el
incidente a prueba.

- Responder. El escrito en el cual la contraparte procede a evacuar el traslado conferido respecto


de un incidente se suma: Responde o Evacua Traslado.

En ese escrito, que debe ser presentado dentro del plazo fatal de tres días contados
desde la notificación por el estado diario de esa resolución, la contraparte puede formular todas
las alegaciones de hecho y de derecho en torno al incidente promovido.
Evacuado el traslado, el tribunal debe proceder a examinar el proceso para los efectos de
determinar la procedencia de recibir el incidente a prueba o deberá proceder a resolverlo si no
fuere necesario ese trámite.
Debemos recordar que la persona a quien le corresponde evacuar el traslado es al
mandatario judicial, quien posee para ellos las facultades necesarias de acuerdo a lo establecido
en el inciso primero del Artículo 7º del Código.

B.- Fase de Prueba.

La resolución que recibe el incidente a prueba, el término probatorio y la recepción de la


prueba se rige por las normas del juicio ordinario con las siguientes excepciones:

1.- La fase de prueba en un incidente se inicia, al igual que en el juicio ordinario, con la
resolución que debe dictar el tribunal recibiendo el incidente a prueba.

Al efecto, el inciso 1º del artículo 323 del Código de Procedimiento Civil establece que
cuando haya de rendirse prueba en un incidente, la resolución que lo ordene determinará los
puntos sobre que debe recaer, y su recepción se hará en conformidad a las reglas establecidas
para la prueba principal."
En consecuencia, las menciones que debe contener la resolución de recibe a prueba un
incidente son las siguientes menciones:

i.- Establecer que se recibe el incidente a prueba, que constituye el trámite que ordena el
tribunal respecto del procedimiento; y
ii.- Determinar los puntos sobre los cuales debe rendirse la prueba y no los hechos sustanciales,
pertinentes y controvertidos como ocurre en el juicio ordinario. Ello tiene importancia para la
rendición de la prueba testimonial, puesto que en los incidentes solo procede presentar la
nomina de testigos y no la minuta de puntos de prueba. En consecuencia, los testigos serán
interrogados en los incidentes al tenor de los puntos fijados en la resolución que recibió el
136
incidente a prueba.
iii.- Además, el tribunal al igual que en el juicio ordinario puede en la resolución que recibe el
incidente a prueba indicar las audiencias de prueba en que se recibirá la testimonial respecto de
los puntos de prueba fijados en la resolución. Si el tribunal no realiza esta declaración en la
resolución, las partes deberán solicitarle que efectúe esa determinación, puesto que en sólo en
esos días del termino probatorio incidental será procedente rendir la prueba testimonial.

2.- La resolución que recibe el incidente a prueba se notifica por el estado diario de acuerdo a
lo previsto en el inciso segundo del artículo 323 del Código y no por cedula como ocurre con la
resolución que recibe la causa a prueba en el juicio ordinario.

3.- En cuanto a la naturaleza jurídica de la resolución que recibe el incidente a prueba se ha


sostenido que ella tendrá el carácter de sentencia interlocutoria de primer grado si la resolución
que falla el incidente tiene esa naturaleza jurídica o de auto si la resolución que falla el incidente
tiene ese carácter.

4.- En cuanto a los recursos que proceden en contra de la resolución que recibe el incidente a
prueba se ha sostenido por algunos que no cabe interponer en su contra el recurso de apelación
de acuerdo a lo previsto en el inciso final del artículo 90.
Se sostiene que no es procedente el recurso de apelación destinado a modificar los
puntos sobre los cuales va a recaer la prueba, pues tal materia forma parte de la resolución que
ordena abrir el término probatorio y recibir a prueba el incidente, que conforme al inciso final
del articulo 90 es inapelable.
Si la resolución es un auto no cabe duda que procederá el recurso de reposición
conforme a las reglas generales contempladas en el artículo 181; y si se trata de una sentencia
interlocutoria, ante el silencio del legislador y dando aplicación al artículo 3º, cabría dar
aplicación al artículo 319 que lo hace procedente.

5.- El término probatorio ordinario en los incidentes es de 8 días y no de 20 días como ocurre
en el juicio ordinario.
Al respecto, establece el inciso primero del artículo 90, que " si es necesaria la prueba, se
abrirá un término de ocho días para que dentro de él se rinda y se justifiquen también las tachas
de los testigos, si hay lugar a ellas."

6.- Para los efectos de rendir la prueba testimonial en los incidentes es menester que cada
parte acompañe dentro de los dos primeros días del probatorio una nómina de los testigos
que piensa valerse, con expresión del nombre y apellido, domicilio y profesión u oficio. Sólo se
examinarán los testigos que figuren en dicha nómina.(art.90 inc 2º).- En el juicio ordinario
debemos recordar que la nómina se debe presentar dentro de los cinco primeros días del
termino probatorio.(Art.320).- En los incidentes no procede acompañar minuta de puntos de
prueba, puesto que ellos son interrogados al tenor de los puntos fijados en la resolución que
recibe el incidente a prueba.

7.- El termino probatorio extraordinario en los incidentes para la práctica de diligencias


probatorias fuera del lugar en que se sigue el juicio es facultativo para el tribunal concederlo por
una sola vez y por motivos fundados por el número de días que estime necesarios, pero sin que
el termino probatorio pueda exceder del plazo total de 30 días contados desde que se recibió el
incidente a prueba.( Art.90 inc 3º).- En el juicio ordinario, cuando procede el termino probatorio
extraordinario, el termino probatorio ordinario se aumenta con un número de días igual al que
concede el artículo 259 para aumentar el emplazamiento, sin tope en cuanto al total de días que
debe comprender el termino probatorio.(Art.329)

8.- El término probatorio en los incidentes reviste el carácter de fatal para la proposición y
rendición de todos los medios de prueba.
Este carácter se establece en el inciso primero del artículo 90, al señalarnos que " si es
necesaria la prueba, se abrirá un término de ocho días para que dentro de él se rinda y se
137
justifiquen también las tachas de los testigos, si hay lugar a ellas."
Por otra parte, dicho término se encuentra establecido en la ley y de acuerdo al artículo
64 debe conferírsele el carácter de fatal.
Finalmente, dada esta fatalidad del plazo es que no es necesaria la dictación de la
resolución que cita a las partes para oír sentencia con el fin de poner término a la actividad
probatoria de las partes como se contempla en otros procedimientos.

9.- En cuanto a los diversos términos probatorios especiales que no aparecen contemplados en
la regulación del procedimiento de los incidentes y si en el juicio ordinario, ellos serían aplicables
en cuanto la naturaleza del procedimiento los haga procedente por aplicación de lo establecido
en el artículo 3 del Código.

C.- Fase de Fallo.

En el procedimiento incidental no se contemplan los trámites de observaciones a la


prueba y de citación para oír sentencia como acontece en el juicio ordinario, puesto que
conforme al artículo 91 " vencido el termino de prueba háyanla o no rendido las partes y aún
cuando estas no lo pidan, fallará el tribunal inmediatamente o a más tardar dentro de tercero día
la cuestión que haya dado origen al incidente."
En todo caso, el tribunal podría ordenar las medidas para mejor resolver de acuerdo a lo
previsto en el artículo 159 del Código, las que se contemplan en el Libro I sobre Disposiciones
comunes a todo procedimiento.
La resolución que falla el incidente será una sentencia interlocutoria de primer grado o
un auto, según establezca o no derechos permanentes en favor de las partes.
La determinación de la naturaleza jurídica de la resolución tiene gran importancia para
los efectos de determinar los recursos que proceden en contra de ella.
Si la resolución que falla el incidente no establece derechos permanentes en favor de las
partes será un auto y entonces procederá el recurso de reposición (art.181), nunca procederá el
recurso de apelación directo, sino que la apelación en forma subsidiaria al recurso de reposición
cuando con el fallo del incidente se altere la substanciación regular del juicio o recaen sobre
trámites no establecidos en la ley (Art.188), y no procederán los recursos de casación tanto en la
forma como en el fondo y la revisión.-
Si la resolución que falla el incidente establece derechos permanentes en favor de las
partes será una sentencia interlocutoria y entonces no procederá el recurso de reposición
(art.181), procederán el recurso de apelación directo contra el fallo del incidente (Art.188), los
recursos de casación tanto en la forma como en el fondo siempre que ellas pongan termino al
juicio o hagan imposible su continuación (art.766 inc.2); y la revisión.-
Sobre la materia se ha resuelto que “la sentencia que falla un incidente de nulidad
procesal es una sentencia interlocutoria de conformidad con lo que dispone el artículo 158 del
Código de Procedimiento Civil, de manera que el juez que acoge un recurso de reposición en su
contra comete falta o abuso que debe enmendarse por la vía disciplinaria, ya que mediante la
referida sentencia se produjo el desasimiento del tribunal.
En cuanto a la condena en costas, establece el artículo 144, que " la parte que sea
vencida totalmente en un juicio o en un incidente, será condenada al pago de las costas. Podrá
con todo el tribunal eximirla de ellas, cuando aparezca que ha tenido motivos plausibles para
litigar, sobre lo cual hará declaración expresa en la resolución.
Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de lo establecido en otras
disposiciones de este Código".
En consecuencia, la regla general respecto de los incidentes es que la parte que sea
vencida totalmente en él, debe ser condenada al pago de las costas, pero el tribunal puede
eximir a la parte del pago de ellas si estima que ha tenido motivos plausibles para litigar.
No obstante, tratándose de los incidentes dilatorios el legislador estableció en el artículo
147 del Código de Procedimiento Civil una regla específica, señalándonos que " cuando la parte
que promueve un incidente dilatorio no obtenga resolución favorable, será precisamente
condenada en las costas."
En consecuencia, tratándose de un incidente que revista el carácter de dilatorio el
138
legislador establece en forma obligatoria para el tribunal el deber respecto de la parte que lo
promovió y perdió de condenarla al pago de las costas, sin que tenga facultad para eximirla en
caso alguno de su pago.

7.- LOS INCIDENTES EN SEGUNDA INSTANCIA.

El artículo 220 del Código se encarga de establecer la tramitación de las cuestiones


accesorias que se promuevan ante el tribunal de alzada que conoce de un recurso de apelación,
señalándonos que ellas se fallaran de plano por el tribunal o se tramitarán como incidentes,
siendo facultad discrecional de este tribunal el optar por alguna de estas dos posibilidades.
En caso de darle a la cuestión accesoria la tramitación de un incidente, el tribunal puede
fallarla en cuenta u ordenar que se traigan los autos en relación para resolver.
En todo caso, de acuerdo a lo establecido en el artículo 210 del C.P.C. cualquiera sea la
forma en que se falle el incidente, la resolución sólo se pronuncia por el tribunal de alzada y no
es apelable.

III.- LA NULIDAD PROCESAL, LOS MEDIOS PARA HACERLA VALER Y EN PARTICULAR EL


INCIDENTE DE NULIDAD PROCESAL.
1.- Concepto.

La nulidad procesal es una sanción de ineficacia respecto de los actos jurídicos del
proceso por el incumplimiento de algunos de los requisitos que la ley prescribe para su validez.

2.- Características

La nulidad procesal se caracteriza por cuanto:

a) La nulidad procesal es autónoma en su naturaleza, en sus consecuencias, en su


configuración jurídica.

La nulidad del acto jurídico procesal se rige por normas procesales y que no aplican
directamente respecto de ellas las normas sobre la nulidad civil.
La jurisprudencia es la que se ha encargado de sentar la teoría acerca de la nulidad
procesal en nuestro Derecho, puesto que ante la legislación inorgánica e incompleta han sido las
sentencias dictadas a propósito de la casación en la forma y el incidente del art.84 del C.P.C. las
que han configurado en la esencia esta institución.
El legislador mediante las últimas reformas se ha limitado básicamente a introducir en los
códigos del ramo los principios ya sustentados por la Jurisprudencia.

b) La nulidad procesal puede hacerle valer por diversos medios.

Los medios directos son aquellos que atacan directamente el acto que se pretende
invalidar.
Revisten este carácter la declaración de nulidad de oficio por el tribunal (art.84 C.P.C.); la
casación en la forma de oficio por el tribunal (art.775); la casación en el fondo de oficio (art.785);
el incidente de nulidad; las excepciones dilatorias; el recurso de casación en la forma; el recurso
de casación en el fondo y el recurso de revisión.
Los medios indirectos son aquellos que sin perseguir directamente la nulidad, pretenden
que ella sea declarada. Revisten este carácter el recurso de reposición; el recurso de apelación;
el recurso de queja.
La elección del medio dependerá de la naturaleza del acto viciado, la trascendencia de la
irregularidad y/o la oportunidad en que se genere la nulidad.

c) La nulidad procesal no es clasificable.

La nulidad procesal es una sola, no es ni absoluta ni es relativa.


139
Sin embargo, en doctrina se distingue ante la nulidad y anulabilidad procesal.

La nulidad es aquella que puede ser declarada de oficio a petición de parte por haberse
infringido normas que emanen del interés público, es decir, se refieren a la relación procesal o
que tengan por finalidad el orden público. Son casos de nulidad procesal los de incompetencia
absoluta, implicancia, nulidad incidental del art.84 del C.P.C., y la casación de oficio.
La anulabilidad es aquella que puede ser declarada por el juez sólo a petición de parte
por haberse infringido normas que miren al orden privado. Son casos de anulabilidad las
excepciones dilatorias, la incompetencia relativa. Ello es así se ha señalado por cuanto el juez no
está en su intervención en el proceso destinado a reemplazar a las partes en el cumplimiento de
sus obligaciones, sino que para velar por el respeto de todo aquello que es trascendente para la
existencia de un debido proceso.

d) La nulidad procesal no requiere para que opere de una causal específica.

En nuestro derecho no recibe aplicación el principio de la especificidad, esto es, que


para proceder la nulidad procesal se requiera de una ley que la establezca por cada vicio
particular en que se incurra durante la tramitación de un procedimiento.
En nuestro Derecho, para los efectos de la nulidad procesal se contemplan causales
genéricas y causales específicas.

Las causales específicas son las contempladas en los 8 primeros números del art.768 del
C.P.C.; las nulidades específicas señaladas en los arts.79 y 80 del C.P.C. a propósito del litigante
rebelde y la fuerza mayor; y las contempladas en el artículo 810 respecto del llamado recurso de
revisión.-
A esta situación se refiere el inciso 1º del artículo 83 del Código, el que al regular el
incidente de nulidad procesal nos señala que " la nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio
o a petición de parte, en los casos en que la ley expresamente lo disponga"

Las causales genéricas son aquellas contempladas en el art.84, relativas a vicios que
anulen el proceso o circunstancias esenciales para la ritualidad o la marcha del juicio; la
contemplada en el Nº6 del artículo 303 que posibilita la deducción de como excepción dilatoria
todas aquellas que tengan por objeto corregir vicios del procedimiento sin afectar el fondo de la
acción deducida ; la contemplada en el Nº 9 del art.768 del C.P.C. respecto del recurso de
casación en la forma, acotada en cuanto a los tramites esenciales por los artículos 795 y 800 del
C.P.C. y la causal de casación en el fondo en materia civil.

La procedencia del incidente de nulidad procesal es amplísimo en nuestro derecho,


puesto que afectara de una manera genérica a todos los actos del proceso ejecutados
imperfectamente apartándose de la regulación legal, sin necesidad que el legislador la prescriba
para cada caso específico.
A esta situación se refiere el inciso 1º del artículo 83 del Código al señalarnos que la
nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o a petición de parte, en los casos en que la ley
expresamente lo disponga y en todos aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de
las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad"
Excepcionalmente, para morigerar la amplitud de la nulidad procesal, el legislador se
encarga de establecer diversos casos en que un vicio no da lugar a la nulidad procesal como
acontece con la omisión del envío de carta certificada en la notificación personal subsidiaria (Art
46); con los errores en que se incurran en el testimonio que se estampa en el proceso acerca de
la practica de una notificación por el Estado Diario ( Art.50), los errores y omisiones en las tablas
de las causas de los tribunales superiores (Art.165); etc.-

e) La nulidad procesal requiere ser alegada.

Por regla general, la nulidad procesal debe ser alegada por las partes; y en casos
excepcionales puede ser declarada de oficio por el tribunal.
140
Para alegar la nulidad procesal por la vía de la promoción de un incidente se requiere:

(i) Ser parte en el proceso en que se incurrió en el vicio. Tendrán este carácter las partes
originarias, demandante y demandado, como los terceros que intervengan con posterioridad
durante el curso del proceso como terceros coadyuvantes, excluyentes o independientes, los
que tienen los mismos derechos de las partes principales.

(ii) La parte que alega la nulidad debe haber experimentado un perjuicio con el vicio que
motiva la promoción del incidente. En los casos en que la ley no contemple expresamente la
nulidad, es menester de acuerdo a lo previsto en el inciso 1º del artículo 83 que "exista un vicio
que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad"

(iii) La parte que promueve el incidente de nulidad procesal no debe haber sido causante
del vicio que lo lleva a promoverlo o haber consentido en él.-
Al efecto, el artículo 83 en su inciso segundo establece que " la parte que ha originado el
vicio o concurrido a su materialización o que ha convalidado expresa o tácitamente el acto, no
podrá demandar la nulidad".

f) La nulidad procesal requiere para que opere de la dictación de una resolución judicial que la
declare.

El acto que adolece de un vicio produce todos sus efectos mientras no es declarada la
nulidad procesal que lo afecta.
El tribunal que debe dictar la resolución para declarar la nulidad procesal y el
procedimiento que debe de seguirse para obtener esa declaración dependerá del medio que se
utilice para hacerlo valer. (P.Ej. incidente nulidad; casación en la forma, casación en el fondo;
recurso de revisión.).
Tratándose del incidente de nulidad procesal, el nuevo artículo 83 del C.P.C. establece
expresamente en su inciso 1º que " la nulidad procesal podrá ser declarada de oficio o a petición
de parte" y en su inciso 3º que " la declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de lo
obrado".

g) La nulidad se aplica solamente a los actos jurídicos procesales realizados dentro del proceso.

Es por ello que los actos procesales que se hubieren realizado fuera del proceso (P.Ej. La
transacción) no deben ser anuladas por vía de la nulidad procesal.
Además, la nulidad procesal se sanea en la mayoría de los casos si ella no es alegada
dentro del proceso y jamás podrá en un juicio ordinario posterior pretenderse anular un acto
jurídico procesal realizado en un proceso afinado. Es así como el legislador ha señalado
categóricamente en el mensaje del C.P.C. que " se desconoce de un modo expreso la acción
ordinaria de nulidad para invalidar sentencias, no admitiéndose otro camino que el de la
casación para lograr este resultado".

h) La nulidad procesal genera la ineficacia específica del acto viciado y en algunos casos,
también la de los actos realizados con posterioridad al acto viciado en el proceso por existir
una dependencia directa entre todos ellos.

Por regla general, la nulidad de un acto procesal sólo afecta a éste y no al resto de los
actos realizados en el proceso. En tal caso, la doctrina nos habla de nulidad propia. P.Ej. La
nulidad de la declaración de un testigo.
Ello se contempla expresamente en la actualidad en el art.83 inc. final, al establecer que "
la declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado".
Por otro lado, existe la nulidad extensiva o derivada, que es aquella que se produce
cuando la nulidad de un acto jurídico procesal no afecta sólo a éste, sino que a todos aquellos
que se hubieren realizado con posterioridad en atención a la vinculación existente entre ellos en
el proceso.
141
Ello se produce por el denominado efecto extensivo de la nulidad procesal.
El acto procesal nulo derivativamente, en si, es perfectamente ajustado a derecho, no
adolece de vicio alguno intrínseco, y su falta de eficacia proviene de haber sido contaminado,
valga la frase, por la nulidad del que le precedió.
Ejemplo típico en nuestro derecho de nulidad extensiva o derivada es la que proviene de
la falta de emplazamiento, puesto que declarada la nulidad de la notificación de la demanda el
proceso se retrotrae al estado de la notificación de ella de pleno derecho y todos los actos que
se hubiere ejecutado con posterioridad son nulos.
A quien la corresponde determinar el efecto extensivo de la nulidad es al tribunal; y así
se establece a propósito del incidente de nulidad procesal en el inciso final del art.83 del C.P.C.al
señalarnos que " el tribunal al declarar la nulidad deberá establecer precisamente cuales actos
quedan nulos en razón de su conexión con el acto anulado". El efecto expansivo de la nulidad
procesal se contempla en el recurso de casación en la forma en el inciso primero del art.786 del
C.P.C. y en el llamado recurso de revisión se establece en el inciso segundo del art.815 del C.P.C.

i) La nulidad procesal se sanea.

En nuestra legislación se han contemplado diversas causas o maneras de sanear la


nulidad.
En primer lugar, la nulidad procesal de sanea mediante la resolución que la deniega.
Ejecutoriada que sea la resolución, y que normalmente tiene el carácter de sentencia
interlocutoria, ella va a producir el efecto de cosa juzgada y con ello se producirá la máxima
purga de la nulidad procesal.
En segundo lugar, la nulidad procesal se sanea por la preclusión de la facultad establecida
por la ley para hacerla valer.
Así, a partir de la última reforma el incidente de nulidad procesal debe promoverse
dentro del plazo de 5 días desde que aparezca o se acredite que quien deba reclamar de la
nulidad tuvo conocimiento del vicio, a menos que se trate de la incompetencia absoluta del
tribunal.
Transcurrido dicho plazo se extingue la facultad de hacerla valer, a menos que se trate de
la incompetencia absoluta.
En tercer lugar, la nulidad se purga cuando la parte ha originado el vicio o concurrido a su
materialización.
Con esta disposición contemplada en el inciso 2º del art.83 del C.P.C. se ha consagrado la
existencia de una circunstancia impeditiva para hacer valer la nulidad semejante a la
contemplada en el art. 1683 del Cód. Civil, la que establece que no se puede alegar la nulidad
por aquel que contrató sabiendo o debiendo saber el vicio que invalidaba el acto o contrato.
Al efecto prescribe ese precepto " que la parte que ha originado el vicio o concurrido a su
materialización no podrá demandar la nulidad " por vía de la promoción de un incidente de
nulidad procesal.
En cuarto lugar, la nulidad se purga por la convalidación expresa o tácita del acto nulo. La
parte que ha convalidado tácita o expresamente el acto nulo no podrá demandar la nulidad nos
señala el inciso segundo del artículo 83 del C.P.C.. El principio de la convalidación es aquel que
establece que toda nulidad se convalida con el consentimiento expreso o tácito del afectado.
Existe una convalidación expresa o por confirmación cuando se ejecuten actuaciones que
manifiesta e inequívocamente demuestran, aunque sin decirlo que el perjudicado con el acto
irregular prescinde de invocar la nulidad. Sería en caso de la notificación tácita del art.55 y de la
prórroga de la competencia del art.187 del C.O.T.
La convalidación tácita se produce cuando la parte legitimada para solicitar la nulidad
deja pasar las oportunidades prescritas por la ley para hacerla valer.
Es así como en un fallo de muchos años atrás de don Rafael Fontecilla se declaró valida la
ratificación de un mandato judicial no autorizado por el secretario del tribunal sobre la base de
la falta de perjuicio y de haberse tolerado por largo tiempo por la parte contraria el que ese
mandatario interviniera en el juicio.

j) La nulidad procesal debe ser declarada sólo en el caso que el vicio que la genera hubiere
142
causado un perjuicio.

En doctrina, se ha establecido respecto de la nulidad procesal el principio de la


transcendencia o protección. Este se enuncia en una forma muy simple y escueta, pero
tremendamente categórica: No hay nulidad sin perjuicio (pas de nullité sans grief), esto es, la
nulidad sin perjuicio no opera.
Este principio se explica por el profesor Colombo señalado que el proceso no es un fin; es
un medio que la ley coloca a disposición de las partes para que hagan efectivo sus derechos y al
juez para que pueda ejercer la función jurisdiccional.
Por tanto, si se comete un vicio que en nada altera los resultados finales, o sea, que no
produzca un perjuicio, no se podrá pedir la nulidad aun cuando el vicio exista".
Este principio se reconoce expresamente por el legislador en el art.768 inciso penúltimo
en el recurso de casación en la forma, al establecer que "el tribunal podrá desestimar el recurso
de casación en la forma, si de los antecedentes aparece de manifiesto que el recurrente no ha
sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en
lo dispositivo del mismo".
Por otra parte, el art.767 requiere para interponer un recurso de casación en el fondo no
sólo que exista una infracción de ley, sino que ella además hubiere causado un perjuicio por
haber influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
Finalmente, es menester hacer presente que el legislador a propósito del incidente de
nulidad recogió este principio de la protección y trascendencia ya sustentado con anterioridad
en numerosos fallos de nuestros tribunales, al prescribir en el inciso primero del art.83 que " la
nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o a petición de parte, en los casos que la ley
expresamente lo disponga y en todos aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de
las partes un perjuicio reparable sólo son la declaración de nulidad".

3.- Declaración de nulidad de oficio (Arts. 83 y 84 incisos 3 y 4).

a.- El artículo 83 inciso 1° señala que el tribunal puede declarar de oficio la nulidad cuando la ley
lo dispone y cuando existe un perjuicio sólo reparable con la declaración de nulidad.

b.- Por su parte, el artículo 84 inciso 3 señala: “Si lo promueve después, será rechazado de oficio
por el tribunal, salvo que se trate de un vicio que anule el proceso, en cuyo caso se estará a lo que
establece el artículo 83, o que se trate de una circunstancia esencial para la ritualidad o marcha
del juicio, evento en el cual el tribunal ordenará que se practiquen las diligencias necesarias para
que el proceso siga su curso legal.
El juez podrá corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso.
Podrá asimismo tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de procedimiento.
No podrá, sin embargo, subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado éstas
fuera del plazo fatal indicado en la ley”.

No a todos los actos procesales que concurren a formar el procedimiento la ley les
atribuye el mismo valor. Solo algunos actos son considerados absolutamente necesarios para la
estructura del litigio, de tal manera que si adolecen de vicios su ineficacia sólo afecta a dichos
actos y a los que son su consecuencia directa sin perturbar la marcha posterior del juicio.

Se puede distinguir:

i. Las etapas o trámites esenciales. Las primeras etapas del procedimiento están
constituidas por actos procesales indispensables para la existencia de un proceso válido. Si estos
presupuestos procesales faltan no hay proceso. Si su ejecución se realiza en forma diferente a la
prescrita por la ley, el proceso es deficiente en su sustancia y puede provocar la nulidad total de
lo obrado. Estos defectos pueden ser denunciados por las partes, pero el juez debe actuar de
oficio en el evento que estos vicios se presenten en un proceso. Por ejemplo: la concurrencia de
los elementos que determinan la competencia absoluta del tribunal, la notificación válida de la
demanda, la capacidad de las partes, el transcurso del término de emplazamiento, etc.
143
ii. Las etapas o trámites no esenciales. Son aquellos actos cuya omisión o ejecución
defectuosa no conlleva la nulidad de todo lo obrado en el proceso. El juicio puede tramitarse
validamente con prescindencia de estos trámites. La nulidad sólo afecta a las partes y sólo ellas
pueden solicitarla. Por ejemplo, ciertas publicaciones exigidas por la ley en los juicios ejecutivos,
el juramento de los testigos, etc.

iii. Los trámites posibles o accidentales del procedimiento. Son aquellos trámites no
establecidos como indispensables en el procedimiento. Pueden o no ser realizadas en el
desarrollo del procedimiento, pero si se llegan a plantear deben cumplir con los requisitos que la
ley procesal establece. Por ejemplo: la reconvención, los incidentes, la acumulación de autos,
etc.

Los tribunales al hacer uso de esta facultad de oficio que le permite declarar la nulidad
deberá tener en consideración las siguientes limitaciones:

- Los vicios sólo pueden referirse a defectos en los elementos constitutivos de la relación
jurídica procesal o que miren al interés general.
- El vicio debe producir un perjuicio que sólo es reparable con la invalidación del fallo.
- El acto viciado no puede haber sido convalidado.
- El tribunal sólo puede considerar los elementos de hecho y de derecho que consten en el
proceso, sin que pueda tomar en cuenta hechos que ha conocido fuera del expediente
en que se ha cometido el vicio.
- El tribunal no puede alterar una resolución respecto de la cual se ha producido el efecto
del desasimiento.

4.- Nulidades especiales de los artículos 79 y 80 del CPC.

a) El artículo 79 CPC se refiere a la facultad que la ley otorga al litigante para pedir la nulidad de
lo obrado por haber estado impedido por fuerza mayor de actuar en el proceso. En este caso la
notificación de la demanda ha sido ejecutada en forma correcta, pero el litigante se ha visto en
la imposibilidad de concurrir al juicio o a algún acto de procedimiento por motivos ajenos a su
voluntad.
El artículo 45 del CC establece: “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto que
no es posible resistir como el naufrago, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de
autoridad ejercidos por un funcionario público, etc”
El derecho conferido en el artículo 79 del CPC deberá hacerse valer en el plazo de 3 días
desde que cesó el impedimento. La fuerza mayor puede probarse por todos los medios de
prueba, incluso testigos, ya que se trata de un simple hecho.
El artículo 79 hace extensivos su ámbito de aplicación tanto al demandante como al
demandado, sea o no rebelde.

b) Por sui parte, el Artículo 80 CPC regula la nulidad por falta de emplazamiento. Para la
existencia de un emplazamiento válido se requiere notificar la demanda al demandado en forma
legal y el transcurso del plazo establecido por la ley para que el demandado concurra a hacer uso
de los derechos de defensa establecidos en su favor. Si el litigante legalmente emplazado no
concurre al proceso, éste será tramitado en su rebeldía y los efectos de la sentencia recaerán
sobre su persona y su patrimonio.
No obstante lo anterior, la ley ha previsto la situación del litigante respecto del cual
existe un emplazamiento APARENTE, por no haber llegado a sus manos por un hecho que no le
es imputable, las copias a que se refiere el artículo 40 y 44 del CPC o por no ser exactas en su
parte sustancial.
El artículo 80 del CPC autoriza al demandado aparente a pedir la nulidad de todo lo
obrado, dentro del plazo de cinco días desde que aparezca o se acredite que tuvo conocimiento
personal del pleito.
Conforme lo dispone el artículo 81 CPC esta solicitud se tramita como incidente y por
144
cuaderno separado.
Por otro lado, conforme el artículo 182 este incidente de nulidad puede ser planteado
aún después de ser dictada la sentencia definitiva: “Lo dispuesto en este artículo 182 no obsta
para que el rebelde haga uso del derecho que confiere el artículo 80”.
Se admite entonces la procedencia de este incidente de nulidad aún después de
notificada la sentencia a alguna de las partes, norma excepcional dentro de nuestra legislación
en virtud de que una vez notificadas las partes de la sentencia no puede ser alterada por el
mismo tribunal que la dictó, y que la sentencia una vez que produce cosa juzgada ella no puede
ser alterada (es inmutable). Pero por tratarse en este caso de un proceso aparente, es decir, que
parece ser un proceso pero que no lo es tal, por cuanto no ha sido emplazada la parte
demandada, se entiende que puede solicitarse la invalidación de esta sentencia al mismo
tribunal que la dictó. Es decir este incidente puede interponerse en cualquier tiempo después de
ejecutoriado el fallo, no siendo óbice que este ejecutoriado.
Así, se ha resulto que “La circunstancia de que en los auto se haya dictado sentencia de
primera instancia aprobada por el tribunal de alzada, no es impedimento legal para ejercitar el
derecho de solicitar la nulidad de todo lo obrado que otorga el artículo 80 del CPC, al litigante
rebelde a quien no se le ha dado a conocer ninguna de las providencias libradas en el juicio.
La nulidad procesal puede solicitarse cualquiera que sea el estado o situación en que se
encuentre el proceso y ello porque si no ha existido relación jurídico procesal eficaz, las
sentencias que se pronuncian en ese procedimiento que sólo reviste aparentemente los
caracteres de juicio o contienda entre partes, no puede producir efectos del juzgamiento válido
respecto del litigante que no fue debidamente emplazado.
Ello queda demostrado por el contenido de los artículos 182 y 234, que disponen; “lo
dispuesto en este artículo no obsta a que el rebelde haga uso del derecho que confiere el
artículo 80”. En virtud de ello se desprende:

a) que el tribunal que pronunció la sentencia definitiva o interlocutoria puede alterarla al acoger
la nulidad de lo obrado, pedida en conformidad al artículo 80; y
b) aun durante la tramitación a que da origen el cumplimiento de una sentencia firme o
ejecutoriada, el litigante rebelde está facultado para plantear el referido incidente de nulidad.

IV. LOS INCIDENTES ESPECIALES

1.- LA ACUMULACION DE AUTOS

A) GENERALIDADES.

Un proceso puede presentar, en relación con otro proceso, alguna de las siguientes relaciones:

1.- De Identidad. Existirá identidad de un proceso respecto de otro cuando los elementos
configurativos de ellos sean plenamente coincidentes entre sí y en tal evento, se producirá la
paralización del que se hubiere promovido con posterioridad mediante la excepción de
litispendencia. Si uno de los procesos hubiere terminado por sentencia ejecutoriada podrá
hacerse valer la excepción de cosa juzgada para poner término al proceso pendiente.

2.- De continencia. Se encontrará un proceso en una relación de continencia respecto de otro,


cuando habiéndose uno promovido con posterioridad a otro tenga éste los mismos elementos
configurativos de aquel, pero en un mayor grado cuantitativo, de manera que permita
comprender en él los elementos de la causa iniciada primitivamente.

3.- De conexión. Un proceso se encontrará en una relación de conexión respecto de otro cuando
uno o dos de los elementos configurativos de ellos sean diversos, pero que requiere su
acumulación para la aplicación de un fallo único para evitar las contradicciones en que se
pudiere incurrir en caso de no proceder así.

4.- De diversidad. Dos procesos se encontraran en esta situación cuando sus elementos
145
configurativos sean diversos, no pudiendo provocar el fallo por separado de los mismos
contradicción alguna.
Para establecer la relación que existe entre dos procesos se ha acudido por nuestra
legislación y doctrina en materia civil a los requisitos de la triple identidad que configuran la cosa
juzgada: identidad legal de partes, identidad de objeto pedido e identidad de causa de pedir.
La regla general es que no debe existir más que un proceso para la resolución de un
mismo conflicto, puesto que para evitar el desarrollo de cualquier otro proceso sobre éste se ha
dotado al demandado de la excepción de litispendencia. Si el proceso hubiere terminado por
sentencia firme, la iniciación posterior de otro proceso sobre idéntico conflicto puede ser
evitado con la excepción de cosa juzgada.
En síntesis, mediante la acumulación de autos se trata de evitar que puedan
pronunciarse sentencia contradictorias entre dos procesos pendientes que se encuentran en
una relación de continencia o conexión.
En este sentido se señala que “con el objeto de impedir el pronunciamiento de
sentencias contrarias o disconformes sobre una misma materia, se ha dado nacimiento a una
serie de instituciones que, aun cuando de diversa manera, tienden al mismo fin.
El riesgo de que puedan recaer sentencias contradictorias sobre un mismo asunto, se
hace mas notorio tratándose de causas idénticas; es decir, de aquellas que presentan entre sí la
triple identidad de sus elementos constitutivos (partes, objeto y causa o título), como sucede
cuando las mismas personas actúan en ambos juicios, litigando sobre una misma cosa y
fundando sus acciones en un mismo título. A fin de evitar esta posible contradicción entre las
resoluciones que deban recaer sobre juicios idénticos, se han establecido dos instituciones que
tienen entre sí gran semejanza. Una de ellas, tiende a impedir que se promueva un nuevo juicio
igual a otro que fue objeto de anterior resolución; ésta es la que conocemos con el nombre de
“cosa juzgada”. La otra tiene por objeto obtener la paralización de una nueva causa iniciada y
que presenta con otra de que ya se está conociendo, los caracteres de identidad que hemos
anotado. Esta se denomina “litispendencia”.
“El peligro de que se dicten por distintos tribunales sentencias contradictorias,
admitiéndose en unas lo que fue desechado en otras o viceversa, no sólo existe tratándose de
causas idénticas, sino también, cuando entre ellas haya un grado tal de relación, que lo
sentenciado en una sería perfectamente aplicable a las demás, o tendría, al menos, gran
influencia en lo que haya de resolverse en ellas; es decir, cuando se trata de causas conexas. A
evitar este riesgo ha venido la «acumulación de autos”, disponiéndose que para estos casos,
todas las causas sean llevadas por un mismo tribunal y falladas por una sola sentencia.

B) CONCEPTO.

La acumulación de autos consiste en la agrupación de dos o más procesos que se han


iniciado y que se tramitan separadamente, existiendo entre ellos una relación tal, que sea del
todo conveniente tramitarlos y fallarlos en conjunto, a fin de evitar que se pronuncien
sentencias contradictorias, que se multipliquen inútilmente los juicios y que las partes incurran
en gastos y molestias innecesarios.
Por nuestra parte, podemos señalar que de acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico
la acumulación de autos es un incidente especial, que tiene por objeto obtener que el tribunal
ordene la agrupación material de dos o mas procesos pendientes, entre los cuales existe una
relación de continencia o conexión, para que ellos se tramiten y se fallen conjuntamente
evitándose la existencia de sentencias contradictorias.

C) OBJETIVO.

El objetivo de la acumulación de autos es la agrupación material de dos o más procesos


que se han iniciado y que se tramitan separadamente, sean ante el mismo o diversos tribunales,
a fin de que sean tramitados y fallados en conjunto, por existir entre ellos una relación de
continencia o conexión.
Debemos hacer presente que existen casos en los cuales no nos encontramos frente a
una acumulación material, sino que solamente jurídica de asuntos ante el mismo tribunal, por lo
146
que ellos se tramitan en forma separada y según los procedimientos que correspondan. Ello
acontece en la ley de Quiebras respecto de los procesos declarativos que se atraen por la vis
compulsiva que tiene el proceso universal.
En cambio, la característica esencial de la acumulación de autos es que ella no es
solamente una acumulación jurídica que hace que se vinculen todos los procesos entre sí, sino
que además es material dado que decretada la acumulación todos ellos pasan a formar un solo
proceso para la tramitación y fallo de todos en forma conjunta.

D) FUNDAMENTO.

Los fundamentos que justifican la acumulación de autos son:

a.- Evitar que se pronuncien sentencias contradictorias,


b.- Evitar que se multipliquen inútilmente los juicios que se tramitan en forma separada en caso
de existir una relación de conexión entre ellos, materializándose con ello el principio de la
economía procesal, y
c.- Evitar que las partes incurran en gastos y molestias innecesarios, dándose aplicación al
principio de la economía.

E) CAUSAL O REQUISITOS DE FONDO PARA QUE SE DECRETE LA ACUMULACIÓN.

i. Regla General.

El requisito de fondo para que proceda la acumulación se contempla en el inciso 1° del


artículo 92 al señalarnos que la acumulación de autos tendrá lugar siempre que se tramiten
separadamente dos o más procesos que deban constituir un solo juicio y terminar por una sola
sentencia, para mantener la continencia, o unidad de la causa.
En consecuencia, es el concepto de mantención de la continencia o unidad de la causa el
que determina la procedencia de la acumulación, sin que haya sido definido por el legislador,
correspondiendo por ello su determinación a la jurisprudencia y a la doctrina.
Como principio unánimemente aceptado por la doctrina y la jurisprudencia se ha
aceptado que la continencia o unidad de la causa se destruye cuando diversos juicios tienen de
común, por lo menos, dos de estos tres elementos: a) las partes; b) el objeto de la acción; y c) la
causa de pedir de la acción. También se entiende que falta la continencia o unidad (de la causa
cuando las acciones entabladas en los diversos juicios emanen directa e inmediatamente de
unos mismos hechos. En todos estos casos en que se ha roto la continencia o unidad de la causa,
procede la acumulación de autos.
Cuando de los tres elementos enumerados precedentemente se identifica uno solo,
siendo diferentes los dos restantes, puede o no haber lugar a la acumulación, habida
consideración a las circunstancias. Porque puede haber casos en que, aun cuando fuere idéntico
uno solo de los elementos de la acción, deba entenderse rota la continencia o unidad de la
causa. Si el único elemento que se identifica en ambos juicios es el de las personas, parece sin
lugar a dudas que debe rechazarse la acumulación. En el antiguo procedimiento criminal, por el
contrario, la regla es totalmente diferente. Habiendo identidad de personas entre dos juicios
criminales, deben ellos acumularse por esta sola circunstancia, en conformidad a lo que disponía
el artículo 160 del Código Orgánico de Tribunales, que señalaba: “El culpable de diversos delitos
será juzgado por todos ellos en un solo proceso, para lo cual se acumularán las causas iniciadas o
por iniciarse en su contra; y las personas que en ellas figuren como reos quedarán sometidas a la
jurisdicción del tribunal a quien corresponda conocer en los procesos acumulados”
Si sólo el objeto es idéntico, pero diferentes las partes que intervienen y la causa de
pedir, no se puede dar una regla general. Habrá casos en que la acumulación será procedente, y
otros en que ella deberá ser rechazada.

ii. Casos especiales previstos por el legislador para hacer procedente la acumulación de autos.

Como señalamos el inciso 1° del artículo 92 señala la regla general acerca de cuando es
147
procedente la acumulación de autos, al señalarnos que tendrá lugar siempre que se tramiten
separadamente dos o más procesos que deban constituir un solo juicio y terminar por una sola
sentencia, para mantener la continencia, o unidad de la causa.
Sin embargo, a continuación el artículo 92 procede a señalarnos tres casos en los cuales
el legislador ha previsto especialmente que es procedente la acumulación de autos por estimar
que existe en ellos de mantener la continencia o unidad de la causa.
Al efecto, dispone ese precepto que “Habrá, por tanto, lugar a ella”, en los tres casos que
señala:

1.- Cuando la acción o acciones entabladas en un juicio sean iguales a las que se hayan
deducido en otro, o cuando unas y otras emanen directa e inmediatamente de unos
mismos hechos. Del análisis de este Número se desprende que en el mismo se contemplan
dos situaciones:

a.- Que las acción o acciones entabladas en un juicio sean iguales a las que se hayan
deducido en otro; y
b.- Que las acciones entabladas en los distintos procesos emanen directa e inmediatamente
de unos mismos hechos.

En la primera situación se comprende solo el caso en que en el proceso promovido con


posterioridad se hubiere hecho valer una pretensión cuyos elementos sean
cualitativamente los mismos, pero de una mayor extensión a los de la pretensión que se
hubiere hecho valer en el primitivamente iniciado, puesto que en ese caso no podrá
oponerse por el demandado la litispendencia por no existir una identidad entre ambos
procesos, sino más bien la continencia del primero de ellos en el que se ha promovido con
posterioridad.
Respecto de la segunda situación se ha declarado por ejemplo por la jurisprudencia que
deben acumularse las diversas causas deducidas en contra de dos compañías de seguros en
que se cobran las indemnizaciones correspondientes con motivo de un mismo siniestro.
En cuanto a la exigencia de que las acciones deriven de un mismo hecho, y no de la ley o
de un acto jurídico pensamos que ello carece de mayor trascendencia al poder ser posible
hacer aplicable la acumulación si no estuviera contemplada conforme a la regla general.

2.- Cuando las personas y el objeto o materia de los juicios sean idénticos, aunque las
acciones sean distintas; La expresión acción ha sido utilizada por el legislador al igual que en
el caso anterior en el sentido de causa de pedir.
Son acumulables por aplicación de esta causal, los procesos cuyas personas y objeto por
el cual litigan sean idénticos, difiriendo las causas o títulos en los que fundamentan la
pretensión. En consecuencia, serian acumulables por vía ejemplar, los procesos en los cuales
un arrendatario demanda en juicio a su arrendatario cobrándole perjuicios por haberle
trabado o embarazado el goce de la cosa arrendda a causa de reparaciones o trabajos
realizados en ella y el otro juicio en que lo demanda con iguales fundamentos ara obtener la
rebaja proporcional de la renta, todo de conformidad a lo prevenido en el artículo 1928 del
Código Civil.

3.- En general, siempre que la sentencia que haya de pronunciarse en un juicio deba
producir la excepción de cosa juzgada en otro. Sobre este número compartimos la posición
sustentada por don Fernando Alessandri quien certeramente nos ha manifestado que no
debe creerse que este número ordena la acumulación de autos cuando los juicios sean
exactamente iguales, cuando los tres elementos indicados son los mismos. En tal caso no
procede la acumulación de autos, sino la excepción de litispendencia. El N° 3 del artículo 92
se refiere, no a los casos en que ambos pleitos son exactamente iguales, sino a los casos en
que sin ser ellos idénticos la sentencia de uno puede producir cosa juzgada en el otro. Así
puede ocurrir que se tramiten separadamente dos pleitos que no sean iguales por no ser la
misma persona del demandado o del demandante, pero puede ocurrir al mismo tiempo que
la sentencia de uno haya de producir cosa juzgada en el otro. Ejemplo típico: los dos pleitos
148
tienen la misma la misma causa de pedir, el mismo objeto y los demandados son personas
distintas, pero a pesar de todo, la sentencia de un pleito producirá cosa juzgada en el otro,
por ser los demandados codeudores solidarios. Puede tener también aplicación la regla del
N° 3 del artículo 92 cuando se trata de casos de cosa juzgada absoluta. Ejemplo típico: Un
acreedor hereditario inicia un juicio contra un heredero para que se declare que tiene la
calidad de heredero. Posteriormente, otro acreedor hereditario inicia un juicio contra el
mismo heredero para que se reconozca su calidad de tal. Como este pleito habría de
producir cosa juzgada en el otro, porque en conformidad al artículo 1246 del Código Civil en
estos juicio excepcionalmente la cosa juzgada es absoluta, tenemos que puede pedirse la
acumulación en ambos pleitos.

F) REQUISITOS DE FORMA PARA QUE PROCEDA LA ACUMULACIÓN DE AUTOS

El artículo 95 del Código de Procedimiento Civil establece que “para que pueda tener
lugar ha acumulación, se requiere que los juicios se encuentren sometidos a una misma clase de
procedimiento y que ha substanciación de todos ellos se encuentre en instancias análogas”.
Conforme a esa norma legal dos son los requisitos de forma para que se decrete la acumulación
de autos:

a) Que los juicios se encuentren sometidos a una misma clase de procedimiento; y


b) Que la substanciación de todos los juicios se encuentre en instancias análogas.

Como vemos, los requisitos de forma para que proceda la acumulación de autos se
refieren a la clase o naturaleza de los juicios que deban agruparse en uno solo y al grado de
avance a que hubieren llegado en el curso de su tramitación, para que sea lícito decretarla.
El primer requisito, que se refiere a la identidad de procedimientos conforme al cual se
deben encontrar en tramitación los procesos, resulta del todo lógico al no ser posible en caso de
encontrarse sometidos a procedimientos diversos poder dar cumplimiento a la uniformidad de
tramitación que prevé el legislador en caso de darse lugar a la acumulación.
Al efecto, dispone el artículo 97 que siempre que tenga lugar la acumulación, el curso de
los juicios que estén más avanzados se suspenderá hasta que todos ellos lleguen a un mismo
estado, situación a la cual no podría arribarse si nos encontramos ante procesos sometidos a
diversos procedimientos.
En cuanto al segundo requisito, se ha señalado que la razón principal para exigir que los
juicios se encuentren en instancias análogas, debió ser la de impedir que las partes se
aprovechen de su propio dolo, pues sería muy fácil para éstas detener la substanciación de un
juicio que se encontrare en segunda instancia, iniciando un nuevo juicio que a aquél pudiere
acumularse, toda vez que en conformidad a la ley los juicios que estuvieren más avanzados
deben suspenderse hasta que los más atrasados lleguen al mismo estado. Pero, por otra parte,
no puede desconocerse que esta exigencia legal puede atentar directamente, en ciertos casos,
contra el fundamento de la acumulación de autos, que consiste en evitar que se dicten
sentencias distintas respecto de una misma cuestión controvertida.

G) PERSONAS LEGITIMADAS PARA SOLICITAR LA ACUMULACIÓN DE AUTOS. FACULTAD DEL


TRIBUNAL PARA DECRETARLA DE OFICIO

Regla General. La acumulación de autos sólo puede ser decretada a petición de parte.
Se entiende legitimada para solicitar la acumulación de autos a todo aquel que hubiere
sido admitido como parte en cualquiera de los juicios respecto de los cuales se solicita la
acumulación.
Al efecto, dispone el inciso segundo del artículo 94 que “se considerará parte legítima
para solicitarla todo el que haya siclo admitido como parte litigante en cualquiera de los juicios
cuya acumulación se pretende”.

Excepcionalmente, el tribunal puede decretar de oficio la acumulación de autos sólo cuando


todos los procesos a acumularse se encuentran en un mismo tribunal conforme a lo previsto en
149
el inciso 1° del artículo 94.
Además, pensamos que el tribunal será competente para decretar la acumulación
solamente cuando sea éste el competente para seguir conociendo de todos los proceso de
conformidad a lo previsto en el artículo 96.
Finalmente, para el tribunal es una facultad decretar la acumulación de oficio al utilizarse
la expresión podrá en el inciso 1° del artículo 94, y no el termino imperativo y obligatorio de
decretará que emplea cuando se solicita la acumulación por una parte legitimada.
H) OPORTUNIDAD PARA PROMOVER EL INCIDENTE DE ACUMULACION DE AUTOS.

Tratándose de juicios declarativos, la acumulación se podrá pedir en cualquier estado del


juicio antes de la sentencia de término.
En otras palabras, la acumulación de puede solicitar desde la notificación de la demanda
hasta antes de la dictación de la sentencia de termino en la respectiva instancia.
Como ha declarado nuestra jurisprudencia cuando la ley emplea la palabra sentencia de
término se refiere evidentemente a la última sentencia que se dicta en el pleito; sea la de única
instancia cuando no procede el recurso de apelación; sea la de primera cuando oportunamente
no se hubiere apelado por la parte agraviada; y finalmente, la de segunda, cuando se ha
deducido apelación. En síntesis, es sentencia de término la que pone fin a la última instancia
del pleito.
Si se trata de juicios ejecutivos, la acumulación se puede pedir antes del pago de la
obligación.

I) TRIBUNAL ANTE EL CUAL DEBE PROMOVERSE EL INCIDENTE DE ACUMULACION DE AUTOS.

La acumulación de autos debe solicitarse ante el tribunal que debe seguir conociendo de
los procesos acumulados (art. 98).
Para determinar el tribunal que debe seguir conociendo de los procesos acumulados
debemos distinguir:

a) Si los juicios están pendientes ante tribunales de igual jerarquía, el más moderno se
acumulará al más antiguo. (art. 96 primera parte).
En otras palabras, debe solicitarse la acumulación ante el tribunal que conoce del
proceso más antiguo.
Creemos que el proceso más antiguo se determina por la fecha en que primeramente se
hubiere notificado a uno de los demandados en el proceso. Claramente se ha dado aplicación a
la regla general de la competencia de la prevención, lo que en este caso no estimamos lógico.
Además, consideramos que debería solicitarse la acumulación ante el tribunal que conoce del
proceso que se encuentre en el estado más avanzado si consideramos que si se accede a la
acumulación se paralizan los procesos hasta que se llegue por todos los proceso al mismo
estado.

b) Si los juicios están pendientes ante tribunales de distinta jerarquía, la acumulación se hará
sobre aquel que esté sometido al tribunal superior.

J) PROCEDIMIENTO PARA DECRETAR LA ACUMULACION.

Pedida la acumulación, se concederá un plazo de tres días a la otra parte para que
exponga lo conveniente sobre ella.
Pasado este término, haya o no respuesta, el tribunal resolverá, haciendo traer
previamente a la vista todos los procesos cuya acumulación se solicite, si todos están pendientes
ante él. En caso contrario, podrá pedir que se le remitan los que se sigan ante otros
tribunales”.(art. 99)

De las resoluciones que nieguen la acumulación o den lugar a ella sólo se concederá
apelación en el efecto devolutivo”.(art. 100). Esta norma carece de relevancia luego de la
modificación introducida al Nº2 del artículo 194 por la Ley 18.705.
150
K) EFECTOS QUE PRODUCE LA ACUMULACIÓN DE AUTOS.

a.- Se da lugar a la acumulación de autos. La resolución que da lugar a la acumulación de autos


suspende el curso de los juicios que estén más avanzados, hasta que todos ellos lleguen a un
mismo estado.(art. 97) Si los procesos acumulados se encuentran siendo conocidos por distintos
tribunales se produce una excepción a la regla de la radicación, dado que todos ellos deberán
ser conocidos y fallados por un solo tribunal.
Llegados todos los procesos a un mismo estado, se siguen tramitando conjuntamente y
se fallan por una misma sentencia.

La resolución que decreta la acumulación de autos produce sus efectos desde que se
notifica a las partes, sin necesidad de que se espere que se encuentre firme o ejecutoriada.

b.- Se rechaza la acumulación de autos. Si se rechaza la acumulación, todos los procesos


continuarán tramitándose en forma separada ante el tribunal que corresponda conocer de ellos
y se fallarán en forma separada dentro de cada uno de dichos procesos.

2.- LAS CUESTIONES DE COMPETENCIA.

A) GENERALIDADES.

Dentro del curso de derecho procesal orgánico se estudió la jurisdicción y su esfera,


grado o medida de ejercicio que establece el legislador como lo es la competencia.
Se analizaron las reglas generales de la competencia y las especiales de la competencia absoluta,
determinados por los elementos de cuantía, materia y fuero, como la competencia relativa, que
se determina por el elemento territorio. Finalmente, se estudio la prorroga de competencia y los
casos en que ella procedía en los asuntos contenciosos civiles.

En esta oportunidad nos corresponde referirnos a las dos formas de alegar la


incompetencia del tribunal: 1.- La vía inhibitoria; y b.- La vía declinatoria.

Al efecto, se dispone en el inciso 1° del articulo 101, que “podrán las partes promover
cuestiones de competencia por inhibitoria o por declinatoria”.
La vía inhibitoria se caracteriza porque ella se promueve ante el tribunal a quien se cree
competente, pero que no está conociendo del asunto, pidiéndole que se dirija al que está
conociendo de un juicio pero que se estima incompetente, para que se inhiba y le remita los
autos.
La vía declinatoria se caracteriza porque ella se promueve ante el tribunal que está
conociendo del asunto, pero a quien se estima incompetente para conocer de él, indicándole
cuál es el tribunal que se estima competente y pidiéndole que se abstenga de dicho
conocimiento.
La vías que establece el legislador para alegar la incompetencia de un tribunal son
incompatibles entre sí, por lo que ellas no pueden ser empleadas simultanea ni sucesivamente,
siendo un clarísimo caso en que el ejercicio de una vía hace precluir la otra por el ejercicio de un
acto incompatible.
En este sentido, prescribe el inciso 2° del artículo 101 que las que hayan optado por uno
de estos medios, no podrán después abandonarlo para recurrir al otro. Tampoco podrán
emplearse los dos simultánea ni sucesivamente.

B) LA DECLINATORIA DE COMPETENCIA.

i. Concepto.

De conformidad a lo previsto en el artículo 111, podemos señalar que la declinatoria de


competencia es la reclamación que se propondrá ante el tribunal a quien se cree incompetente
para conocer de un negocio que le esté sometido, indicándole cuál es el que se estima
151
competente y pidiéndole se abstenga de dicho conocimiento
De la definición antes señalada se desprende que las características mas relevantes son
que esta vía se ejerce ante el tribunal que está conociendo del asunto pero que se estima
incompetente, debiendo indicarse cual es el tribunal competente y solicitarle que se abstenga
de seguir conociendo de él.

ii. Oportunidad para hacer valer la declinatoria.

Tratándose de la infracción de los elementos de la competencia absoluta, no existe plazo


para promover el incidente de declinatoria de competencia. Al efecto, prescribe el artículo 83
que la nulidad sólo podrá impetrarse dentro de cinco días, contados desde que aparezca o se
acredite que quien deba reclamar de la nulidad tuvo conocimiento del vicio, a menos que se trate
de la incompetencia absoluta del tribunal.
En cambio, la infracción a las reglas de la competencia relativa en los asuntos civiles
contenciosos debe realizarse por el demandado antes de hacer cualquier gestión en el pleito,
puesto que en caso contrario prorrogaría tácitamente la competencia purgándose el vicio, y
además seria extemporáneo por tratarse de un incidente que debe ser formulado antes de
hacer cualquier gestión en el pleito conforme al inciso 2° del artículo 84.

iii. Tramitación de la solicitud de declinatoria de competencia.

La declinatoria se propondrá ante el tribunal a quien se cree incompetente para conocer


de un negocio que le esté sometido, indicándole cuál es el que se estima competente y
pidiéndole se abstenga de dicho conocimiento.
Su tramitación se sujetará a las reglas establecidas para los incidentes (art.111).
Dicho incidente reviste el carácter de previo y especial pronunciamiento, puesto que
conforme a lo previsto en el inciso 1° del artículo 112 mmientras se halle pendiente el incidente
de competencia, se suspenderá el curso de la causa principal; pero el tribunal que esté
conociendo de ella podrá librar aquellas providencias que tengan el carácter de urgentes.
La regla de la suspensión no es absoluta, dado que el tribunal que esté conociendo de
ella está facultado para librar aquellas providencias que tengan el carácter de urgentes,
habiéndose estimado que revisten tal naturaleza las medidas precautorias.
La apelación de la resolución que desecha la declinatoria de jurisdicción se concederá
sólo en el efecto devolutivo.
El efecto de la resolución que acoge la declinatoria es que todo lo actuado ante el juez
incompetente es nulo. En estas circunstancias, será necesario reiniciar todo el procedimiento
ante el juez competente.

B) LA INHIBITORIA DE COMPETENCIA.

i. Concepto.

De conformidad a lo previsto en el artículo 102, podemos señalar que la inhibitoria de


competencia es la reclamación que se intenta ante el tribunal a quien se crea competente, pero
que no está conociendo del asunto, pidiéndole que se dirija al que esté conociendo del negocio
para que se declare incompetente, absteniéndose de continuar conociendo de él y le remita los
autos, acompañando a la solicitud los documentos que acrediten los fundamentos de su petición
o solicitando que se reciban los testimonios correspondientes.
De la definición antes señalada se desprende que las características mas relevantes son
que esta vía se ejerce ante el tribunal que no está conociendo del asunto, pero que se estima
competente, debiendo indicarse cual es el tribunal competente que está conociendo del asunto
y solicitarle que se dirija a este solicitándole abstenga de seguir conociendo de él y le remita los
autos.
De la definición se desprende que en la inhibitoria de competencia pueden llegar a
intervenir dos tribunales:

152
a.- El tribunal que no esta conociendo del asunto y que se cree competente, ante quien se
presenta la solicitud de inhibitoria
b.- El tribunal que está conociendo del asunto y a quien se estima incompetente, a quien se le
remite el requerimiento que se inhiba de seguir conociendo de él.

En consecuencia, la inhibitoria tiene una tramitación ante ambos tribunales.

ii. Tramitación de la inhibitoria ante el tribunal que se estima competente, pero que no está
conociendo del asunto (tribunal requirente)

La solicitud de inhibitoria de competencia debe ser presentada ante el tribunal que se


estima competente, pero que no esta conociendo del asunto.
En esa solicitud debe solicitar a dicho tribunal que no esta conociendo del asunto, pero
que se estima competente ( tribunal requirente), que se dirija al tribunal que esta conociendo
del asunto, pero que se estima incompetente ( tribunal requerido), para que se inhiba de ese
conocimiento y le remita los autos.
A la solicitud deben acompañarse los documentos que acrediten la incompetencia o
solicitar que se ordene recibir los testimonios correspondientes.
Luego de recibidos los testimonios que se hubieren solicitado por la parte u ordenado
por el tribunal, o con el sólo mérito de la solicitud si aquello no hubiere acontecido, el tribunal
debe pronunciarse de plano respecto de la solicitud, pudiendo acogerla o rechazarla.
En este caso, recibe plena aplicación la unilateralidad de la audiencia ante el tribunal que
se estima competente, pero que no está conociendo del asunto, dado que no se contempla la
intervención del demandante en esta fase, sino que ella se debe producir luego ante el tribunal
requerido de accederse a la solicitud. Es por ello que el artículo 103, dispone que con sólo el
mérito de lo que exponga la parte y de los documentos que presente o que el tribunal de oficio
mande agregar, si lo juzga necesario, se accederá a la solicitud o se negará lugar a ella.
Si el tribunal accede a la solicitud, la providencia será “como se pide, exhórtese”
debiendo dirigir al tribunal que esté conociendo del negocio la correspondiente comunicación,
con inserción de la solicitud de la parte de inhibitoria y de los demás documentos que estime
necesarios para fundar su competencia.( art. 104).Para tal efecto, el tribunal deberá dirigir un
exhorto al tribunal que esta conociendo del asunto requiriéndole que se inhiba y le remita los
autos. En el exhorto deben insertarse la solicitud de inhibitoria presentada por la parte
demandada en esos autos y los demás documentos que el tribunal estime necesarios para
fundar su competencia.
Esta resolución que se pronuncia por el tribunal accediendo a la solicitud de inhibitoria es
inapelable conforme a lo previsto en el artículo 107, que regula expresamente los casos en que
es procedente el recurso de apelación en esta cuestión de competencia.
Si el tribunal no accede a la solicitud, la providencia será “No ha lugar”, terminándose la
tramitación de la solicitud de inhibitoria, sin necesidad de que se remita comunicación alguna al
tribunal que está conociendo del negocio.
Si el tribunal ante quien se presenta la solicitud de inhibitoria niega lugar a ella, procede
entablar el recurso de apelación en contra de la respectiva resolución denegatoria conforme a lo
previsto en el artículo 107.

iii. Tramitación de la inhibitoria ante el tribunal que está conociendo del asunto y a quien se
estima incompetente (tribunal requerido), una vez recepcionado el exhorto para que se inhiba
de seguir conociendo del mismo.

Una vez que el tribunal que está conociendo del asunto, pero que se estima
incompetente (tribunal requerido), ha recibido el exhorto en el que se contiene la comunicación
del tribunal requirente para que se abstenga de seguir conociendo de él, debe oír a la parte que
ante él litigue, y con lo que ella exponga y el mérito que arrojen los documentos que presente o
que el tribunal requerido mande agregar de oficio, accederá a la inhibitoria o negará lugar a ella
(Art. 105).
La primera resolución que debe dictar el tribunal requerido respecto del exhorto
153
remitido es “Traslado y autos”, para que se de aplicación a la bilateralidad de la audiencia
contemplándose la posibilidad de escuchar a la parte demandante que actúa ante el tribunal
requerido.
Con la contestación de la parte que ante él litigue y con el mérito de los documentos que
ella presente o que el tribunal requerido mande agregar de oficio, acogerá la inhibitoria o negará
lugar a ella (art. 105).
Si se acoge la solicitud de inhibitoria remitida por el tribunal requirente, una vez
ejecutoriada la resolución deberá remitirle el tribunal requerido los antecedentes a ese
tribunal.(art. 106). Esta resolución es apelable de conformidad con lo previsto en el artículo 107.
En consecuencia, el tribunal requerido deberá esperar que la resolución que acoge la inhibitoria
quede ejecutoriada, para que se puedan remitir los autos al requirente.
Si se deniega la inhibitoria por el tribunal requerido, debe ponerse lo resuelto en
conocimiento del otro tribunal, y cada uno, con citación de la parte que litigue ante él, debe
remitir los autos al tribunal a quien corresponda resolver la contienda. ( art. 106 inc.2°). En este
caso estamos ante una contienda positiva de competencia, puesto que tanto el tribunal
requirente como el requerido se están atribuyendo el conocimiento del asunto.
El tribunal competente para resolver la contienda es el contemplado en el artículo 190
del Código Orgánico de Tribunales, debiendo distinguir para tal efecto:

a.- Si los tribunales entre los cuales se ha planteado la contienda de competencia son de distinta
jerarquía debe resolver la contienda !e competencia el superior d aquel que tenga jerarquía más
alta;
b.- Si los tribunales son de igual jerarquía, se debe subdistinguir si dependen o no de un mismo
superior jerárquico: (i) Si de dependen de un mismo superior jerárquico, éste debe resolver la
contienda de competencia; (ii) Si dependen de distintos superiores jerárquicos, debe resolver la
contienda el superior jerárquico de aquel hubiera prevenido en el conocimiento de! negocio,
esto es, el superior jerárquico de! tribunal requerido.

Finalmente, debemos tenerse presente que, para estos efectos, los jueces árbitros de
primera, de segunda o de única instancia tienen como superior a la respectiva Corte de
Apelaciones.

iv. Tribunal competente para conocer de las apelaciones interpuestas en contra de las
resoluciones que se dicten en las cuestiones de competencia.

Sabemos que sólo son apelables la resolución que niega lugar a la solicitud de inhibitoria
pronunciada por el tribunal requirente y la que pronuncia el tribunal requerido accediendo a la
inhibitoria (Art. 107)
Estas apelaciones se llevarán ante el tribunal a quien correspondería conocer de la
contienda de competencia pero cuando los tribunales dependan de diversos superiores, iguales
en jerarquía, conocerá de la apelación el superior del tribunal que haya dictado la sentencia
apelada (Art. 108).
De manera que el tribunal competente para conocer de la apelación es él mismo a quien
correspondería conocer de la contienda de competencia. Pero esta regla tiene una excepción. Si
los tribunales dependen de diversos superiores, iguales en jerarquía, es competente para
conocer de la apelación el superior del tribunal que haya dictado la sentencia apelada. Para
conocer de la contienda de competencia, en el mismo caso, según hemos visto, la ley señala al
superior jerárquico del tribunal requerido.
En este caso, solo nos encontramos frente a una excepción a la regla general del artículo
186 que la apelación es conocidas por el superior jerárquico del tribunal ante el cual se dedujo la
apelación cuando la cuestión de competencia se ha planteado entre tribunales de distinta
jerarquía y siempre que la sentencia apelada haya sido dictada por el tribunal de más baja
jerarquía. En tal caso, es competente para conocer de la apelación el superior del tribunal de
jerarquía más alta, ya que él es el llamado a resolver una posible contienda de competencia.
En los casos restantes, la regla del artículo 108 del Código de Procedimiento Civil no hace
sino confirmar la del artículo 186 del mismo cuerpo legal. En efecto, si la cuestión de
154
competencia se ha planteado entre tribunales de distinta jerarquía y la sentencia apelada ha
sido dictada por el tribunal de jerarquía más alta, debe conocer de la apelación el superior
respectivo de este último.

Si la cuestión de competencia se ha planteado entre tribunales de igual jerarquía,


dependan ellos del mismo superior o de distintos superiores, siempre conocerá de la apelación
el superior del tribunal que hubiere dictado la resolución apelada. Así se desprende del artículo
108 del C.P.C. en relación con el artículo 190 del Código Orgánico de Tribunales.
El superior que conozca de la apelación o que resuelva la contienda de competencia
declarará cuál de los tribunales inferiores es competente o que ninguno de ellos lo es.
Para pronunciar resolución, citará a uno y otro litigante, pudiendo pedir los informes que
estime necesarios, y aun recibir a prueba el incidente.
Si los tribunales de cuya competencia se trata ejercen jurisdicción de diferente clase, se
oirá también al fiscal judicial. (art. 109).

Expedida la resolución, el mismo tribunal que la dictó remitirá los autos que ante él
obren al tribunal declarado competente, para que éste comience o siga conociendo del negocio,
y comunicará lo resuelto al otro tribunal.(art. 110)
Fallada, por lo tanto, la apelación o la contienda de competencia por el tribunal que
indica la ley, debe éste remitir los autos al tribunal declarado competente, para que éste
comience (tribunal requirente) o siga conociendo del negocio (tribunal requerido). Debe,
además, comunicar lo resuelto al otro tribunal.
El tribunal declarado competente comenzará a conocer del negocio, cuando sea el
tribunal requirente. En efecto, sabemos que la incompetencia trae como consecuencia necesaria
la nulidad de todo lo obrado ante el tribunal incompetente. Como es el tribunal requerido el que
ha estadio conociendo del negocio, al declararse competente al requirente, todo lo obrado ante
aquél adolece de nulidad, por lo cual éste debe comenzar desde un principio a conocer de todo
el juicio.

Por el contrario, el tribunal declarado competente seguirá conociendo del negocio,


cuando sea el tribunal requeridlo. El tribunal requerido es el que ha estado conociendo del
negocio antes de plantearse la cuestión y, posteriormente, la contienda de competencia.
Sabemos que, mientras se halla pendiente el incidente de competencia, se suspende el curso de
la causa principal. Pues bien, declaradlo competente el tribunal requerido, no habrá necesidad
de que se comience desde un principio el conocimiento del negocio. Bastará con que el tribunal
requerido siga conociendo del pleito, que, con arreglo a la ley, estaba radicado ante el tribunal
competente. El tribunal superior, en este caso, no hace sino confirmar la competencia del
tribunal que había iniciado el conocimiento del juicio que dio origen a la inhihitoria.
Además de remitir los autos al tribunal declarado competente, debe el tribunal superior
comunicar lo resuelto al otro tribunal (art. 110).

3.- LAS IMPLICANCIAS Y RECUSACIONES

A) GENERALIDADES.

La jurisdicción es una función del estado que requiere ser ejercida por un órgano
integrado por jueces imparciales.
Si el juez que ejerce jurisdicción no es imparcial no se daría uno de los presupuestos para
que nos encontremos ante el debido proceso.
La imparcialidad del juez respecto de los fines perseguidos por las partes debe ser tanto
personal como institucional.
Para resguardar esta imparcialidad se ha establecido el sistema de las implicancias y
recusaciones.
Las implicancias y recusaciones conducen a una incompetencia accidental o subjetiva
conforme a lo previsto en el art. 194 del C.O.T.

155
B) REGLAMENTACIÓN.

Las implicancias y recusaciones se encuentran reglamentadas en los artículos 194 y


siguientes y 483 y siguientes del C.O.T. ; 113 y siguientes del C.P.c. y 75y 76 del Código Procesal
Penal.

C) CONCEPTO.

Las implicancias o recusaciones son inhabilidades por las causales previstas en la ley, que
inhabilitan a un juez o funcionario naturalmente competente para conocer o participar en un
determinado asunto, por considerarse que existe un interés presente que le hace perder la
imparcialidad requerida en la función que desempeña.-

D) CAUSALES:

Las implicancias están indicadas en el Art. 195 C.O.T, mientras que las Recusaciones se
establecen en el Art. 196 C.O.T.

E) MOTIVOS.

Tanto implicancias como recusaciones se justifican en diversos motivos, los cuales


pasamos a enunciar:

1.- Parentesco: Se refleja en las implicancias indicadas en los Nº 2,4,6,7 y 9 del Art. 195, y en las
causales de recusación señaladas en los N° 1,2,3,5,6,7,8,11 y 13 del Art. 196.

2.- Interés: Se refleja en las implicancias indicadas en los Nº 1,3,5, 6,7 y 9 del Art. 195, y en las
causales de recusación señaladas en los N° 4,5,12,14, 17 y 18 del Art. 196.

3.- Amistad: Causal de recuecusación indicada en el Art. 195 Nº 15

4.- Enemistad: Recusación indicada en el Art. 195 Nº 16

5.- Emisión de juicio (Implicancia del Art. 195 Nº 8) o anticipo juicio sobre cuestión pendiente
(Recusación del Art. 195 Nº 10).

Especial trascendencia tiene en esta materia el inciso final del art. 195 del C.O.T. el cual
establece como causales de implicancias en el nuevo proceso penal, respecto de los jueces con
competencia criminal, además de las señaladas, las siguientes:

1º Haber intervenido con anterioridad en el procedimiento como fiscal o defensor;


2º Haber formulado acusación como fiscal, o haber asumido la defensa, en otro procedimiento
seguido contra el mismo imputado, y
3º Haber actuado el miembro del tribunal de juicio oral en lo penal como juez de garantía en el
mismo procedimiento.

Finalmente, se incorporó como causal de implicancia por la Ley 19.968 al Nº 5 del artículo
195 del C.O.T. la de haber intervenido en ella como mediador. En consecuencia, queda
meriadanamente claro que la función de juez o árbitro es incompatible con la de mediador.

F) RECUSACIÓN ABOGADOS INTEGRANTES.

1º.- No se requiere expresar causa respecto de uno de los abogados integrantes de la lista de la
Corte suprema y Corte de Apelaciones, no pudiéndose ejercer este derecho sino que respecto
de dos miembros, aunque sea mayor el número de partes litigantes.
2.- Es causal de recusación respecto de los abogados integrantes la circunstancia de patrocinar
156
negocios en que se ventile la misma cuestión que debe resolver el tribunal.
3.- Deben formularse antes del inicio de la audiencia.
4.- Debe pagarse un impuesto especial Art. 198 C.O.T.

G) INHABILITACIÓN DE LOS AUXILIARES DE ADMINISTRACÓN DE JUSTICIA.

Los auxiliares de la administración de justicia pueden ser inhabilitados para ejercer sus
respectivos cargos, cuando les afecta alguna causal de implicancia o recusación (Arts 483 y 483
del COT respecto de ministerio público; Arts 485 y 486 respecto de los defensores públicos, y
arts 487, 488 y 489 respecto de los relatores, secretarios y receptores respectivamente).
Los peritos también pueden ser inhabilitados cuando les afecte alguna de las causales de
implicancia o recusación determinadas para los jueces, en cuanto sean aplicables a aquellos (Art.
113 CPC).

H) OBLIGACION DE JUECES Y AUXILIARES DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA COMPRENDIDOS


EN ALGUNA CAUSAL DE INHABILIDAD.

Los jueces afectados por una causal de inhabilidad tienen las siguientes obligaciones:

a.- Dejar constancia el juez o el auxiliar en en el proceso de la causal de implicancia y recusación


que le afecta (art. 199 C.O.T.); y
b.- Declararse de oficio inhabilitados si están afectados por una causal de implicancia o si se trata
de un juez de un tribunal unipersonal afectado por una causal de recusación.

No procederá que se declare la inhabilidad de oficio y se necesitara por ello siempre de


una solicitud previa para declarar la inhabilidad:

a.- Si se trata de los jueces de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones, fundada en
cualquiera de las causales de recusación y
b.- De los demás jueces producida por el hecho de ser parte o tener interés en el pleito una
sociedad anónima de que estos sean accionistas, sin perjuicio en uno y otro caso se haga constar
en el proceso la existencia de la causal”.

A los auxiliares de la administración de justicia se aplican las mismas reglas que a los
jueces de tribunales unipersonales (Art. 490 C.O.T).

I) TRIBUNAL COMPETENTE PARA CONOCER DE LAS IMPLICANCIAS Y RECUSACIONES.

Las reglas que rigen en la materia son las siguientes:

1°.- De la implicancia de jueces que sirven en tribunales unipersonales, conocerán ellos mismos
(art. 202 C.O.T.).
2.- De la implicancia de jueces que sirven en tribunales colegiados conocerá el tribunal mismo
con exclusión del miembro o miembros de cuya implicancia se trata” (art. 203 C.O.T.).
3.- De la recusación de un juez de letras, conocerá la Corte de Apelaciones. (Art. 204 inc1°C.O.T.).
4.- De la recusación de uno o más miembros de una Corte de Apelaciones conocerá la Corte
Suprema (Art. 204 inc. 2° C.O.T.).
5.- De la recusación de uno o más miembros de la Corte Suprema conocerá la Corte de
Apelaciones de Santiago. (art. 204 inc3° C.O.T.).
6.- De la inhabilitación (implicancia o recusación) de un juez de tribunal oral conoce el tribunal
de juicio oral ( art. 76 Código Procesal Penal)
7.- De la recusación de un juez árbitro conocerá el juez ordinario del lugar en que se sigue el
juicio (art. 204 inc 4° C.O.T.).
8.- De las implicancias y recusaciones de los auxiliares de la administración de justicia se
reclamará ante el tribunal que conozca del negocio en que aquellos deban intervenir, y se
admitirán sin más trámite cuando no necesiten fundarse en causa legal (art. 491. C.O.T.).
157
J) SUJETO LEGITIMADO Y SOLICITUD DE INHABILIDAD.

En caso que los jueces, auxiliares o peritos no hayan cumplido con su obligación de
declararse de oficio inhabilitados en los casos previstos por la ley o en los casos en que no
tengan esa obligación, las partes deben hacer valer la implicancia o recusación ante el tribunal
competente (art. 200 inc. 1° C.O.T.).
Tratándose de la recusación se encuentra legitimada para reclamar de ella solamente la
parte a quien, según la presunción de la ley, puede perjudicar la falta de imparcialidad que se
supone en el juez Art. 200 inc. 2° C.O.T.). En los casos en que todas las partes litigantes pudieren
alegar una misma causa de recusación contra el juez, será éste recusable por cualquiera de ellas.
(Art. 201 C.O.T.).
La solicitud de implicancia y recusación debe cumplir con los siguientes requisitos:

1°.- Debe señalarse la causa legal en que se apoya, a menos que no necesite fundarse en causa
legal, como en el caso de la inhabilidad de los receptores y de los funcionarios llamados a
subrogarlos. “La recusación y la implicancia que deban surtir efecto en diversos juicios de las
mismas partes, podrán hacerse valer en sola gestión (Art. 127). Finalmente, cuando sean varios
los demandantes o los demandados, la implicancia o recusación deducida por alguno de ellos, no
podrá renovarse por los otros, a menos de fundarse en alguna causa personal del recusante (Art.
128).
2°.- Deben indicarse los hechos en que se funda la causal.
3°.- Deben acompañarse u ofrecerse presentar las pruebas necesarias;
4°. Debe solicitarse que se declare la inhabilidad del juez o funcionario auxiliar respectivo; y
5°.- Debe acompañarse a la solicitud una boleta de consignación en cuenta corriente del tribunal
para responder a la multa que debe imponerse al litigante cuando se desecha la implicancia o
recusación, por los montos indicados en el inciso 2° del Art. 118. Esta consignación se eleva al
doble cuando se trate de la segunda solicitud de inhabilitación deducida por la misma parte, al
triple en la tercera y así sucesivamente.
K) OPORTUNIDAD PARA PROMOVER EL INCIDENTE

La declaración de implicancia o de recusación cuando haya de fundarse en causa legal,


deberá pedirse antes de toda gestión que ataña al fondo del negocio, o antes de que comience a
actuar la persona contra quien se dirige, siempre que la causa alegada exista ya y sea conocida
de la parte.
Si la causa es posterior o no ha llegado a conocimiento de la parte, deberá proponerla
tan pronto como tenga noticia de ella. No justificándose esta última circunstancia, será
desechada la solicitud, a menos que se trate de una implicancia. En este caso, podrá el tribunal
imponer a la parte que maliciosamente haya retardado el reclamo de la implicancia una multa
que no exceda de un sueldo vital (Art.114).

L) TRAMITACIÓN DE LA SOLICITUD

Presentada la solicitud, el tribunal debe examinarla para determinar si ella cumple con
los siguientes requisitos:

a.- Si se ha alegado la causal ante el tribunal competente para conocer de ella;


b. Si se ha alegado una causal de implicancia o recusación establecida en la ley;
c.- Si se especifican los hechos que constituyen la causal alegada
d.- Si los hechos invocados configuran la causal legal
e.- Si se ha acompañado boleta de consignación

Si la solicitud no cumple con los requisitos debe ella ser rechazada de plano.
En cambio, si se cumple con los requisitos legales debe el tribunal declarar bastante la
causal, o, en otras palabras, debe admitir a tramitación la solicitud de implicancia o recusación.
En este caso, el tribunal puede:

158
a) Si los hechos en que se funda la causal constan al tribunal o resultan de los
antecedentes acompañados o que el mismo tribunal mande agregar, debe declarar, sin más
trámite, la implicancia o recusación.
b) Si no consta al tribunal o no aparece de manifiesto la causal alegada, el tribunal debe
tramitar la solicitud como incidente, formando cuaderno separado para su tramitación.(art.
119.)
c) Si la implicancia o la recusación no necesitan fundarse en causa legal como en el caso
de los funcionarios subalternos, deben admitirse sin más trámite.(art. 117).

Una vez aceptada como bastante la causal de inhabilitación, o declarada ésta por el
tribunal se pondrá dicha declaración en conocimiento del funcionario cuya implicancia o
recusación se haya pedido, para que se abstenga de intervenir en el asunto de que se trata
mientras no se resuelva el incidente (art. 120).
Esta comunicación reviste trascendencia para determinar la procedencia del recurso de
casación en la forma conforme a lo previsto en el N° 2° del artículo 768 del Código de
Procedimiento Civil, puesto que la causal de recusación pendiente se presenta cuando la
sentencia ha sido dictada por un juez contra el cual se ha promovido un incidente de recusación
y cuya competencia ha quedado suspendida por habérsele comunicado que la causal de
recusación alegada ha sido aceptada como bastante.
Si la inhabilitación se refiere a un juez de tribunal unipersonal, el que deba subrogarle
conforme a la ley continuará conociendo de todos los trámites anteriores a la citación para
sentencia, y en este estado se suspenderá el curso del juicio hasta que se declare si ha o no lugar
a la inhabilitación (art. 121).
Si se declara que no ha lugar a la inhabilitación, debe fallar la causa el juez en propiedad.
Por el contrario, si se acoge la implicancia o la recusación, debe fallarla el juez subrogante.
Si la inhabilitación se pide para un juez de tribunal colegiado, debe continuar
funcionando el mismo tribunal, constituido legalmente, con exclusión del miembro o miembros
que se intente inhabilitar, y se suspenderá el juicio como en el caso anterior.
Cuando se trate de otros funcionarios, serán reemplazados, mientras dure el incidente,
por los que deban subrogarlos según la ley; y si se rechaza la inhibición, el que la haya solicitado
pagará al funcionario subrogado los derechos correspondientes a las actuaciones practicadas por
el subrogante, sin perjuicio de que éste también los perciba.(art. 121)
Si la implicancia o la recusación es desechada se condenará en las costas al que la haya
reclamado, y se le impondrá una multa que no baje de la mitad ni exceda del doble de la suma
consignada. Esta multa se elevará al doble cuando se trate de la segunda solicitud de
inhabilitación deducida por la misma parte, al triple en la tercera y así sucesivamente.
El tribunal fijará la cuantía de la multa, tomando en cuenta la categoría del funcionario
contra quien se haya reclamado, la importancia del juicio, la fortuna del litigante y la
circunstancia de haberse procedido o no con malicia.
Sin perjuicio de lo anterior, podrán los tribunales, a petición de parte o de oficio, después
de haberse rechazado en la causa dos o más recusaciones interpuestas por un mismo litigante,
fijar a éste y compartes un plazo razonable para que dentro de él deduzcan todas las que
conceptúen procedentes a su derecho, bajo apercibimiento de no ser oídos después respecto de
aquellas causales que se funden en hechos o circunstancias que hayan acaecido con anterioridad
al decreto que fija dicho plazo.
Las recusaciones que se interpongan por causas sobrevinientes a la fecha de este decreto
serán admitidas previa consignación de la multa, y, en caso de ser desestimadas, pueden
también las Cortes imponer al recurrente, a más de la multa establecida, otra que no deberá
exceder de un sueldo vital por cada instancia de recusación.

M) RECURSOS.

Regla general: Las sentencias que se dicten en los incidentes sobre implicancia o recusación son
inapelables”.

Excepciones: Son apelables: a) la sentencia que pronuncie el juez de tribunal unipersonal


159
desechando la implicancia deducida ante él; b) la sentencia que acepta la recusación amistosa; y
c) la sentencia en que el tribunal se declara inhabilitado de oficio por alguna causal de
recusación.

De las apelaciones deducidas en los casos de excepción señalados debe conocer el


tribunal a quien corresponde o correspondería la segunda instancia del negocio en que la
implicancia o recusación inciden (Art 205 inc. 2° C.O.T.).
En el caso de un juez árbitro, de única o segunda instancia, se entiende, para estos
efectos, como tribunal de alzada la Corte de Apelaciones respectiva. ( Art 205 inc. 3° C.O.T.).
Toda sentencia sobre implicancia o recusación será transcrita de oficio al juez o tribunal a
quien afecte (Art 126)”.

N) ABANDONO EN LA IMPLICANCIA Y RECUSACIÓN.

Paralizado el incidente de implicancia o de recusación por más de diez días, sin que la
parte que lo haya promovido haga gestiones conducentes para ponerlo en estado de que sea
resuelto, el tribunal lo declarará de oficio abandonado con citación del recusante (art. 123).
De acuerdo con ello, en los incidentes de implicancia y recusación, el legislador ha sido
muy drástico al establecer un brevísimo plazo para sancionar la inactividad del recusante (diez
días) con la pérdida la implicancia y recusación que se haya hecho valer, lo que se ve
acrecentado con la facultad de su declaración de oficio por el tribunal.
O) RENOVACIÓN.

Cuando sean varios los demandantes o los demandados, la implicancia o recusación


deducida por alguno de ellos, no podrá renovarse por los otros, a menos de fundarse en alguna
causa personal del recusante (Art. 128).
4.- EL PRIVILEGIO DE POBREZA

A) CONCEPTO.

El privilegio de pobreza es el beneficio que se concede por la ley o por la autoridad


judicial a ciertas personas, concediéndoles el derecho a litigar representadas gratuitamente por
los abogados encargados de defender a quienes carecen de recursos para proveerse por sí solos
de ella, como asimismo a servidos gratuitamente por funcionarios auxiliares de la administración
de justicia.

B) BENEFICIOS QUE OTORGA

El privilegio de pobreza otorga los beneficios señalados en los artículos 591 y 594 del
C.O.T. y que son los siguientes:

a.- Quien goza del privilegio pueden usar papel simple en sus solicitudes y actuaciones, lo que
tiene una reminiscencia histórica con la eliminación de la obligatoriedad de usar papel sellado en
la presentación de los escritos.

b.- Quien goza del privilegio tiene derecho para ser servido gratuitamente por los funcionarios
del orden judicial y por los abogados, procuradores y oficiales subalternos designados para
prestar servicios a los litigantes pobres.
Si el litigante pobre obtiene en el juicio su pretensión, está obligado a destinar una
décima parte del valor líquido que resultare a su favor para el pago de los honorarios y derechos
causados, distribuyéndose esta suma a prorrata entre todos los interesados, si no alcanzaren a
ser cubiertos íntegramente de lo que se les adeudare (art. 594 C.O.T.).

c.- Quien goza del privilegio de pobreza, salvo que la ley expresamente ordene otra cosa, se
encuentran exentos del pago de las multas establecidas para los litigantes. Sin embrago, si
procedieren con notoria malicia, puede el tribunal imponerles la multa correspondiente,
160
conmutable en arresto de un día por cada un vigésimo de sueldo vital.

d.- Quien goza del privilegio de pobreza no será condenado al pago de costas, a menos que el
tribunal respectivo, en resolución fundada, declare que ha obrado como litigante temerario o
malicioso.

C) CLASIFICACION.

La regla general es que no se puede gozar del privilegio de pobreza mientras no exista
una norma legal o una sentencia judicial que lo declare (art. 591 C.O.T.).
De acuerdo con ello, el privilegio de pobreza se clasifica en legal y judicial.
Esta clasificación sólo tiene importancia en cuanto al origen del privilegio, pero no en
cuanto a los beneficios que confiere por ser ellos siempre los mismos.

El privilegio de pobreza legal es aquel que es concedido por el solo ministerio de la ley a
las personas que se encuentran en alguna de las situaciones previstas por el legislador.
Como casos de personas que gozan de privilegio de pobreza legal podemos mencionar
los siguientes:

1°.- Las personas patrocinadas por alguna de las entidades públicas o privadas destinadas a
prestar asistencia jurídica y judicial gratuita (art. 600 C.O.T.).
Este patrocinio se acreditará con un certificado otorgado por el representante de la
respectiva entidad.
En los asuntos y gestiones que patrocinan dichas entidades, los procuradores del número
y receptores de turno y los notarios y demás funcionarios del orden judicial o administrativo,
deben prestar sus servicios gratuitamente.

2°.- Los procesados que no designaren procurador y abogado en el acto de notificárseles la


encargatoria de reo, serán representados y defendidos por los procuradores del número y
abogados que estuvieren de turno.
Si las defensas de dos o más reos de un mismo proceso fueren incompatibles entre sí, el
que el juez designare será representado y defendido por el procurador y abogado de turno y los
demás lo serán por los procuradores y abogados que el juez respectivamente les señalare, salvo
que ellos hubieren nombrado 0tro abogado o procurador.
Los procuradores y abogados referidos serán remunerados por los reos si no gozaren de
pobreza
(art.596 C.O.T.)

El privilegio de pobreza judicial es aquel que se concede a través de una resolución


judicial, luego de haberse acreditado el cumplimiento de los requisitos previstos en la ley, dentro
del incidente especial que se contempla para tal efecto.

D) TRIBUNAL COMPETENTE PARA CONOCER DEL PRIVILEGIO DE POBREZA JUDICIAL.

El privilegio de pobreza judicial debe siempre pedirse al tribunal a quien corresponda


conocer en única o primera instancia del asunto en que haya de tener efecto.
Puede tramitarse en una sola gestión para varias causas determinadas y entre las mismas partes,
si el conocimiento de todas corresponde al mismo tribunal en primera instancia (art. 130).

E) OPORTUNIDAD PARA SOLICITAR EL PRIVILEGIO DE POBREZA JUDICIAL.

El privilegio de pobreza puede solicitarse en cualquier estado del juicio y aun antes de su
iniciación.

161
F) TRAMITACION DE LA SOLICITUD DE PRIVILEGIO DE POBREZA JUDICIAL.

El escrito en que se solicita el privilegio de pobreza debe cumplir con los siguientes
requisitos: a.- Debe los motivos en que se funda; y b.- Debe ofrecer la información para acreditar
los motivos que justifican su otorgamiento (Art
131)

Una vez presentada la solicitud de privilegio de pobreza legal, el tribunal debe éste
ordenar que se rinda la información ofrecida con el objeto de acreditar los fundamentos del
privilegio de pobreza, con citación de la parte contra quien se litigue o haya de litigarse.
Ordenará, además, que se forme cuaderno separado.
La resolución respectiva será por lo tanto: “Ríndase la información ofrecida, con citación.
Fórmese cuaderno separado”.
Si la parte citada no se opone dentro de tercero día a la concesión del privilegio, debe
rendirse la información y debe resolverse con el mérito de ella y de los demás antecedentes
acompañados que el tribunal mande agregar.
Por el contrario, si hay oposición, debe tramitarse el incidente en conformidad a las
reglas generales.
En todo caso, debemos tener presente que en la gestión de privilegio de pobreza deben
ser oídos los funcionarios judiciales a quienes pueda afectar su concesión, si se presentan
oponiéndose antes de que el incidente se resuelva. Cuando sean varios los que deduzcan la
oposición, litigarán por una cuerda en los trámites posteriores a la presentación.
En cuanto al objeto de la prueba o informaciones que deben ser rendidas para obtener el
otorgamiento del privilegio de pobreza judicial debemos tener presente que para poder obtener
el privilegio de pobreza no es necesario ser pobre de solemnidad. La ley acuerda este beneficio a
las personas que no están en situación económica de soportar los gastos de una tramitación
judicial, atendido su presupuesto particular. Así podrá solicitar el privilegio de pobreza un
empleado cuyo sueldo le alcanza justamente para subvenir a sus necesidades.
Serán materia de la información, o de la prueba en su caso, las circunstancias invocadas
por el que pide el privilegio, y además la fortuna del solicitante, su profesión o industria, sus
rentas, sus deudas, las cargas personales o de familia que le graven, sus aptitudes intelectuales y
físicas para ganar la subsistencia, sus gastos necesarios o de lujo, las comodidades de que goce, y
cualesquiera otras que el tribunal juzgue conveniente averiguar para formar juicio sobre los
fundamentos del privilegio (art. 134).
En todo caso, debemos tener presente que se debe estimar como presunción legal de
pobreza la circunstancia de encontrarse preso el que solicita el privilegio, sea por sentencia
condenatoria, sea durante la substanciación del juicio criminal” (art. 135).
La apelación de la sentencia que acepte el privilegio de pobreza se concederá sólo en el
efecto devolutivo.(art. 132 inc. final). Esta norma carece de sentido en la actualidad, dado que
todas las apelaciones en contra de sentencia interlocutoria deben ser concedida en el solo
efecto devolutivo conforme a lo establecido en el artículo 194 N° 4, luego de la modificación
introducida por la ley 18.704.
La sentencia que se pronuncia acerca del privilegio de pobreza produce cosa juzgada
provisional, dado que ella puede ser modificada o dejada sin efecto si camban las circunstancias
que se tuvieron presentes al momento de su dictación.
Al efecto, se dispone que el el privilegio de pobreza podrá dejarse sin efecto después de
otorgado, siempre que se justifiquen circunstancias que habrían bastado para denegarlo.
Asimismo, podrá también otorgarse el privilegio después de rechazado, si se prueba un cambio
de fortuna o de circunstancias que autoricen esta concesión.(art.136)
“Cuando el litigante declarado pobre no gestione personalmente ni tenga en el proceso
mandatario constituido en forma legal, entrará a representarlo el procurador de pobres, sin que
sea necesario mandato expreso.” (art. 137). Nuestra jurisprudencia ha dicho basada en este
artículo que “no puede declararse la deserción de un recurso en rebeldía de un apelante que
gozare de privilegio de pobreza, porque los tribunales tienen su tuición y deben proveer de
oficio a los menesteres de su defensa”.

162
5.- EL DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA

A) REGLAMENTACIÓN.

El desistimiento de la demanda se encuentra regulado como incidente especial en el


Título XV del Libro I del Código de Procedimiento Civil.( arts.148 a 151)

B) GENERALIDADES.

Respecto de la demanda pueden concurrir tres instituciones que es menester distinguir


claramente entre sí, dado los distintos efectos que producen cada una de ellas respecto de la
pretensión que se ha hecho valer en el proceso, siendo éstas a saber: el retiro de la demanda, el
desistimiento de la demanda y la modificación de la demanda.

El retiro de la demanda se encuentra contemplado en la primera parte del artículo 148


del C.P.C., al prescribir que “antes de notificada una demanda al procesado, podrá el actor
retirarla sin trámite alguno, y se considerará como no presentada.”
El retiro de la demanda no es más que un mero acto material de parte del demandante
por el cual sustrae materialmente la demanda presentada del conocimiento del tribunal, acto
del cual se debe dejar constancia en el libro de ingreso del tribunal y que no requiere de la
dictación de resolución alguna por parte del tribunal.
El retiro de la demanda sólo puede ser efectuado por parte del demandante antes de
haberse practicado la notificación de la demanda al demandado.
El efecto del retiro de la demanda no es otro, que considerar la demanda como no
presentada para todos los efectos legales, sin que exista ningún impedimento para que pueda
hacerle valer nuevamente por el actor la pretensión contenida en ella mediante la presentación
de una nueva demanda.

La modificación de la demanda es el acto jurídico procesal del demandante por el cual


introduce a la demanda presentada cualquier cambio respecto de aquella presentada al tribunal,
lo que debe verificarse antes de la contestación de ella por parte del demandado.
Al efecto, dispone el artículo 261 del C.P.C. que “notificada la demanda a cualquiera de
los demandados y antes de la contestación, podrá el demandante hacer en ella las ampliaciones o
rectificaciones que estime convenientes. Estas modificaciones se considerarán como una
demanda nueva para los efectos de su notificación, y sólo desde la fecha en que esta diligencia se
practique correrá el término para contestar la primitiva demanda”.
De acuerdo con lo previsto en dicho precepto, hasta antes de la contestación de la
demanda por parte del demandado, el demandante puede introducirle a ella cualquiera
modificación, sin limitación alguna. Sin embargo, las modificaciones que introduzca en la
demanda se considerarán como una nueva demanda para los efectos de su notificación, por lo
que normalmente dicha modificación y la resolución recaída en ella deberán notificarse
personalmente al demandado si se hubiere practicado en esa forma la notificación de la
demanda.
El efecto de la modificación de la demanda no es otro que el alterar el contenido de la
demanda, debiendo considerarse determinadas las pretensiones sobre las cuales deberá
pronunciarse el tribunal no sólo con la primitiva demanda presentada, sino que también con la
modificación de la demanda que se hubiere efectuado.
Con posterioridad a la contestación de la demanda, el actor puede modificar la demanda
en su escrito de replica, pero en tal caso no existe plena libertad en cuanto a las modificaciones
a la demanda que puede introducir el demandante, dado que con esas modificaciones no se
pueden alterar las acciones que sean objeto principal del pleito conformeal artículo 312 CPC.

Finalmente, el demandante puede desistirse de la demanda, el que no es más que un


acto jurídico procesal unilateral del demandante que se puede realizar en cualquier estado del
juicio con posterioridad a la notificación de la demanda al demandado, por medio del cual el
actor renuncia a la pretensión deducida en la demanda, produciéndose el termino del
163
procedimiento y la extinción de la pretensión hecha valer en la demanda.
Al incidente especial de desistimiento de la demanda, a cuyo estudio nos abocaremos a
continuación, se refiere la segunda parte del artículo 148 del C.P.C., al disponer respecto de la
demanda que “después de notificada, podrá en cualquier estado del juicio desistirse de ella ante
el tribunal que conozca del asunto, y esta petición se someterá a los trámites establecidos para
los incidentes.
El principal efecto que se produce la resolución del tribunal que acepta el desistimiento
de la demanda formulado por el actor es la extinción de la pretensión que se ha hecho valer por
el actor, y consecuencialmente se produce el término del procedimiento al dejar de existir un
conflicto que deba ser fallado dentro de él.

C) CONCEPTO.

El desistimiento de la demanda es el acto jurídico procesal unilateral del demandante,


que puede efectuarse luego de la notificación de la demanda y en cualquier estado del juicio, en
virtud del cual manifiesta al tribunal su voluntad de renunciar a la pretensión deducida en la
demanda y no continuar con la tramitación del procedimiento, para los efectos de que el
tribunal la acoja mediante la dictación de una resolución, previa la tramitación del respectivo
incidente.
Stoehrel lo define, simplemente, como "el retiro de la demanda por el actor, una vez que
ella ha sido notificada al demandado" Esta definición no contempla el efecto más importante del
desistimiento, cual es, la extinción de las pretensiones hechas valer por el actor.
En el desistimiento de la demanda, el efecto principal es la pérdida o extinción de la
pretensión del actor y de allí que sólo puede hacerse valer desde que se produce la existencia
del proceso, esto es, desde la notificación de la demanda.

El desistimiento de la demanda es un acto jurídico procesal que consiste en una


manifestación de voluntad del actor en cuanto a renunciar a la pretensión hecha valer en el
proceso. En cambio, el retiro de la demanda es un mero acto material del demandante, que solo
produce el efecto de estimar que nunca se ha presentado la demanda, pero que al no importar
una renuncia de la pretensión contenida en ella, permite al actor volver a hacerla valer con
posterioridad por medio de la interposición de una nueva demanda.

D) OPORTUNIDAD PROCESAL.-

El desistimiento de la demanda puede efectuarse después de notificada la demanda y en


cualquier estado del juicio, hasta que no se encuentre ejecutoriada la sentencia que se hubiere
pronunciado en el procedimiento. Esto quiere decir que el demandante se puede desistir de su
acción tanto en primera como en segunda instancia e, incluso, ante la Corte Suprema, como
acontecería en caso que ella estuviere conociendo de un recurso de casación en la forma o en el
fondo.

E) SUJETO DEL DESISTIMIENTO.-

El desistimiento de la demanda es un acto jurídico procesal que puede ser ejercido


exclusivamente por aquel que hubiere hecho valer la pretensión en el proceso (el demandante),
dado que importa una renuncia que se formula respecto de ella.
De allí que el titular exclusivo para ejercer el desistimiento de la demanda es el
demandante conforme se establece expresamente por el artículo 148 del C.P.C.-
El demandado puede ejercer el desistimiento pero sólo respecto de la pretensión que
hubiere hecho valer por medio de la reconvención, lo que no importa más que una mera
aplicación del principio general, dado que la reconvención no es mas que la demanda que
deduce el demandado en contra del demandante dentro del procedimiento. El artículo 151
contempla expresamente la facultad del demandado para desistirse de la pretensión que
hubiere hecho valer en la reconvención.
Debemos recordar que el desistimiento de la demanda al importar una renuncia de la
164
pretensión hecha valer es un acto de disposición, por lo que este sólo puede ser formulado por
el mandatario judicial del demandante en la medida en que se le hubiere conferido dicha
facultad especial conforme se prevé en el inciso segundo del artículo 7º del Código de
Procedimiento Civil.
El inciso segundo del artículo 7º del C.P.C. nos señala como facultad especial sólo la de
desistirse de la demanda en primera instancia. Sin embargo, debemos entender que es necesario
que el mandatario goce de la facultad especial para desistirse de la demanda también en la
segunda instancia o ante la Corte Suprema, dado que el desistimiento es un acto de disposición,
y en dicho inciso segundo se requiere poseer facultades especiales para la realización de todo
ese tipo de actos. Además el desistimiento importa una renuncia a los recursos del demandante
en relación con la pretensión hecha valer o la de transigir respecto de la pretensión hecha valer,
facultades que sólo pueden ser ejercidas en caso que el mandatario judicial posea dichas
facultades especiales.

F) TRAMITACIÓN DEL INCIDENTE DE DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA.

El escrito del demandante en el cual se formula el desistimiento de la demanda debe ser


tramitado de acuerdo con las reglas generales que se contemplan respecto de los incidentes
ordinarios, debiendo por ello conferirse traslado al demandado.

El demandado, frente al desistimiento formulado por el demandante, puede adoptar las


siguientes actitudes:

a) No evacuar el traslado conferido, guardando silencio. En este caso, transcurrido el plazo fatal
de tres días que tiene el demandado para ese efecto, el tribunal deberá pronunciarse respecto
del desistimiento de la demanda de acuerdo a las reglas generales.

b) Oponerse al desistimiento de la demanda, solicitando que el desistimiento de la demanda o


sea aceptado o que se acepte parcialmente.
En este caso, dispone el artículo 149 del C.P.C., que “si se hace oposición al desistimiento
o sólo se acepta condicionalmente, resolverá el tribunal si continúa o no el juicio, o la forma en
que debe tenerse por desistido al actor.”

G) NATURALEZA JURÍDICA DE LA RESOLUCIÓN QUE SE PRONUNCIA ACERCA DEL


DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA.

Para determinar la naturaleza jurídica de la resolución que se pronuncia acerca del


desistimiento de la demanda, debemos distinguir entre aquella que acepta el desistimiento y la
resolución que lo que lo rechaza.

La resolución que acepta el desistimiento de la demanda es una sentencia interlocutoria


de primera clase o grado, porque falla un incidente estableciendo derechos permanentes a favor
de las partes, los que en este caso están representados por la extinción o pérdida de la
pretensión hecha valer en el proceso.
Por tratarse de una sentencia interlocutoria, procede deducir en su contra el recurso de
apelación, conforme a lo previsto en el Nº 2 del artículo 194 del C.P.C.
Además, se trata de una sentencia interlocutoria que pone termino al juicio, dado que
acogido el desistimiento de la demanda concluye el proceso, al no existir una pretensión sobre la
cual deba pronunciarse el tribunal, siendo procedente por ello en contra de esa resolución si
concurren los demás requisitos previstos en la ley, el recurso extraordinario de casación, en la
forma o en el fondo, conforme a lo previsto en el artículo 766 del C.P.C.
Dicha sentencia interlocutoria una vez ejecutoriada produce el efecto de cosa juzgada
substancial conforme a lo previsto en el artículo 175 del C.P.C., por lo que si el demandante
deduce una nueva demanda en la cual haga valer en contra del demandado la misma pretensión
respecto de la cual se hubiere producido el desistimiento de la demanda, podrá oponerse por
parte del demandado la excepción de cosa juzgada que emana de la resolución que acoge el
165
desistimiento de la demanda.

La resolución que no da lugar al desistimiento de la demanda se ha estimado que tiene


la naturaleza jurídica de un auto, ya que resuelve sobre un incidente no estableciendo derechos
permanentes. Rechazado el desistimiento de la demanda, puede volverse a formularse éste con
posterioridad por parte del demandante, ya que los autos no producen cosa juzgada. Sin
perjuicio de ello, debemos tener presente que se ha resuelto que "es inaceptable el
desistimiento de una demanda que se formula después de haber sido desechado ya un primer
desistimiento, a menos que se intente sobre bases o condiciones diferentes", lo que daría lugar
a sostener que se trata de una sentencia interlocutoria, al producir el desasimiento del tribunal
y cosa juzgada formal una vez ejecutoriada.
En contra de esa resolución si se estima que es un auto sólo procederá el recurso de
reposición, con apelación subsidiaria si se dan los supuestos previstos en el artículo 188 del
C.P.C., y no procederá el recurso de casación en la forma o en el fondo al no encontrarnos en
presencia de una sentencia definitiva o de una interlocutoria que ponga termino al juicio o haga
imposible su continuación conforme a lo previsto en el artículo 766 del C.P.C.

H) DESISTIMIENTO DE LA RECONVENCIÓN.-

El desistimiento de la reconvención, esto es, la demanda del demandado, tiene una


tramitación diferente al desistimiento de la demanda.
En efecto, la presentación del escrito de desistimiento de la demanda genera siempre u
incidente, debiendo proveerse el escrito confiriéndose traslado al demandado.
En cambio, el desistimiento de la reconvención debe ser proveído teniéndose por
aceptado, con citación del demandante. En consecuencia, la providencia que se dicta respecto
del escrito de desistimiento de la reconvención, es “ como se pide, con citación”. En
consecuencia, en este caso, sólo se generara un incidente, en la medida en que el demandante
dentro del plazo de tres días se oponga a que se acepte el desistimiento de la reconvención
formulada por el demandante.
Al efecto, dispone el artículo 151 del C.P.C., que “el desistimiento de las peticiones que se
formulen por vía de reconvención se entenderá aceptado, sin declaración expresa, por el hecho de
proponerse; salvo que la parte contraria deduzca oposición dentro de tercero día después de
notificada. En este caso se tramitará la oposición como incidente y podrá su resolución reservarse
para la sentencia definitiva.”

I) EFECTOS DEL DESISTIMIENTO.

Los efectos del desistimiento se encuentran contemplados en el artículo 150 del C.P.C., el
cual prescribe sobre la materia, que "la sentencia que acepte el desistimiento, haya o no habido
oposición, extinguirá las acciones a que él se refiera, con relación a las partes litigantes y a todas
las personas a quienes habría afectado la sentencia del juicio a que se pone fin".
En consecuencia, el efecto que produce el desistimiento de la demanda o de la
reconvención, una vez ejecutoriada la resolución que se hubiere pronunciado aceptándolo, son
los siguientes:

a.- Extingue las pretensiones que se hubieren hecho valer en la demanda o en la reconvención.
Como sabemos, la resolución que acoge el desistimiento es una sentencia interlocutoria,
de primer grado, que pone término al juicio. Por consiguiente, una vez que tal resolución se
encuentre fin ejecutoriada producirá el efecto de cosa juzgada, conforme lo establece
categóricamente el artículo 175 del C.P.C.
Esa resolución producirá la acción y la excepción de cosa juzgada, para lo cual será
necesaria la concurrencia triple identidad (Artículo 177 C.P.C.)
Sin embargo, el efecto de cosa juzgada consagrado en el artículo 150 C.P.C. no sólo
afecta a las partes del procedimiento, sino que a todos a quienes hubiera podido afectar la
sentencia del juicio al que se le pone término por esta vía. Esta situación se denomina "efecto
reflejo de la sentencia”
166
Existen ciertas y determinadas relaciones jurídicas, muy conexas entre sí, que afectan no
sólo a las partes en sí, sino que a varias otras personas. Ejemplo: la sentencia que declara la
validez de un testamento en juicio seguido por un heredero va a aprovechar a los legatarios.
En consecuencia, el efecto que produce el desistimiento no sólo se limita a la cosa
juzgada entre partes, sino que también en virtud del artículo 150, produce o genera un efecto
reflejo", esto es, las consecuencias del fallo que acoge el desistimiento no sólo afectarán a las
partes, sino que también a terceros que tengan relaciones conexas con la pretensión
renunciada.

b.- Termina el procedimiento.


El desistimiento de la demanda, si se produce respecto de todas las pretensiones hechas
valer en la demanda, poner término al procedimiento, dado que no existirá un conflicto respecto
del cual deba pronunciarse el tribunal.
Si el desistimiento de la demanda se verifica sólo respecto de una de las varias
pretensiones hechas valer por el actor en la demanda o sólo por el demandado respecto de la
reconvención, el termino del procedimiento se producirá solamente respecto de esas
pretensiones, pero deberá continuar adelante para que el tribunal se pronuncie en la sentencia
definitiva respecto de las pretensiones no comprendidas en un desistimiento de la demanda o
respecto de la totalidad de las pretensiones hechas valer en la demanda si se hubiere verificado
el desistimiento sólo de la reconvención.

6.- EL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO

A) REGLAMENTACIÓN.

El abandono del procedimiento se encuentra regulado como incidente especial en el


Título XVI del Libro I del Código de Procedimiento Civil.( arts.152 a 157).

B) CONCEPTO.

El abandono del procedimiento es un incidente especial, en virtud del cual se declara por
el tribunal como sanción el termino del procedimiento, a petición del demandado, por haber
permanecido inactivas todas las partes por el término previsto por el legislador, contado desde
la fecha de la última resolución recaída en una gestión útil, sin que se produzca la extinción de
las pretensiones o excepciones hechas valer en él.

C) REQUISITOS DEL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO.

Los requisitos que deben concurrir para que se declare el abandono del procedimiento son:

a.- Inactividad de las partes.

El artículo 152 del Código de Procedimiento Civil, dispone que el procedimiento se


entiende abandonado cuando todas las partes que figuran en el juicio han cesado en su
prosecución durante seis meses, contados desde la fecha de la última resolución recaída en
alguna gestión útil para dar curso progresivo a los autos.
La inactividad que puede ser sancionada en el procedimiento debe verificarse porque
ninguna de las partes, incluidos los terceros que han intervenido en él, han realizado durante el
plazo que prevé el legislador alguna actuación que tenga por objeto darle curso progresivo a los
autos.
Por el contrario, la jurisprudencia ha sostenido reiteradamente en el último tiempo que
el abandono del procedimiento no corresponde ser acogido cuando el impulso procesal
corresponde al tribunal. Ejemplo de ello se daría en el caso que habiendo el tribunal citado a las
partes a oir sentencia deje transcurrir más de 6 meses sin dictar el fallo.

Se ha señalado por don Mario Mosquera Ruiz que diligencia o actuación útil es toda
167
aquella que tiene por objeto permitir la prosecución del procedimiento, o sea, aquellas que
tienden a que el procedimiento llegue al estado de sentencia.
Con el mismo alcance se ha declarado que diligencia útil en el contexto del artículo 153
del Código de Procedimiento Civil es aquella que tiene por objeto que produzca el efecto
procesal de dar curso progresivo a los autos o que esté dirigida realmente a obtener el
cumplimiento forzado de la obligación, de suerte que no revestirán ese carácter aquello que no
haya podido surgir ningún efecto para dichas finalidades, como lo es la simple presentación de
escritos en que se soliciten diligencias inocuas o que pudiendo teóricamente servir a la finalidad
del procedimiento en la práctica resultan inoficiosas.
De acuerdo con ello, no toda actuación que se realice en el procedimiento es eficaz para
considerar que se ha producido una actividad que no deba ser sancionada con el abandono del
procedimiento.
Las gestiones deben ser consideradas para que entender que se ha producido una
actividad que impide la declaración de abandono del procedimiento son sólo las que revisten el
carácter de gestiones útiles, entendiendo por tales sólo aquellas que tienen por objeto darle
curso progresivo al procedimiento.
En este sentido se ha declarado que no cabe considerar como gestiones útiles por no
importar actuaciones que implican dar curso progresivo al procedimiento las siguientes: la
solicitud de acumulación de autos; la solicitud de mera certificación de un hecho; la petición de
custodia de documentos; la mera solicitud de desarchivo de una causa; la resolución que ordena
el archivo de la causa; la fijación de nuevo domicilio; las solicitudes de corrección de la foliación
de un expediente; la solicitud de reanudación del procedimiento, luego de transcurrido el plazo
de suspensión del art.64 acordado por las partes; la solicitud de copia; la solicitud de tasación
decostas de un incidente; el escrito de téngase presente formulado al tribunal; etc.

b. Transcurso del plazo de inactividad establecido en la ley.

La inactividad en el procedimiento debe haberse prolongado por el término de seis


meses, plazo que se cuenta desde la última providencia que se hubiere dictado en el
procedimiento.
Sobre esta materia cabe efectuar los siguientes alcances:

a.- A la voz "resolución" que emplea la disposición debe dársele el sentido más amplio y
genérico, comprensivo de toda clase de resoluciones judiciales.

b.- El plazo de seis meses para declarar el abandono se cuenta desde la fecha de dictación de la
última resolución, no siendo necesaria para ello la notificación de ella.
Debemos hacer presente que la jurisprudencia se ha dividido en esta materia. Mientras
unos fallos señalan que el plazo del abandono se cuenta desde la última resolución, otros
expresan que se cuenta desde la notificación de la última resolución recaída en la gestión útil.
En apoyo de esta última tesis se ha sostenido que las resoluciones judiciales sólo
producen efectos una vez que se notifican, por lo que el término no podría contarse sino que
desde la fecha en que se hubiere puesto en conocimiento de las partes la resolución recaída en
la última gestión útil.
A juicio de don Mario Mosquera Ruiz, la ley ha sido clara al indicar que el término de
inactividad comienza a correr desde la última providencia. Por lo demás, ello se entiende
confirmado con lo expuesto en el artículo 38 del C.P.C., precepto que señala que "las
resoluciones judiciales sólo producen efecto en virtud de notificación hecha con arreglo a la ley,
salvo los casos expresamente exceptuades en ella". El artículo 152 C.P.C. es una de esas
excepciones, donde es la propia ley la que, directamente, otorga eficacia a una resolución
judicial sin necesidad de notificación, para los efectos de considerarla como una actividad útil
aún cuando ella no se hubiere notificado.

c.- Dado que el plazo del abandono es de seis meses, no se descuentan los días inhábiles; y de
acuerdo con alguna jurisprudencia el plazo de seis meses no se suspende para su computo
durante el feriado judicial.
168
d.- El término ordinario de seis meses para declarar el abandono se reduce bastante para su
declaración en otros procedimientos. Así, en el juicio de mínima cuantía el plazo para declarar el
abandono es de tres meses (artículo 709 C.P.C.); en las implicancias y recusaciones el plazo para
declarar el abandono del incidente es de diez días (artículo 123 C.P.C.); en el abandono de acción
penal privada el plazo es de treinta días continuos, abandono que produce el efecto de extinguir
la pretensión penal privada, pudiendo dictarse incluso de oficio por parte del tribunal (Art. 587
C.P.P. y 402 NCPP)

c.- Petición del demandado.

El abandono del procedimiento no es una sanción que pueda ser declarada de oficio por
parte del tribunal, sino que sólo a petición de parte.
Tratándose del abandono del procedimiento, el sujeto legitimado para solicitar el
abandono del procedimiento es el demandado.
De conformidad a lo previsto en el inciso 1º del art. 153 del C.P.C. “el abandono podrá
hacerse valer sólo por el demandado, durante todo el juicio y hasta que se haya dictado
sentencia ejecutoriada en la causa.”.

d.- Inexistencia de renuncia del abandono por parte del demandado.

Concurrido los requisitos que hacen procedente la declaración del abandono, el


demandado debe alegar el abandono inmediatamente de reiniciado el procedimiento, ya sea
por la vía de acción o de excepción.
Si reiniciado el procedimiento luego de transcurridos seis meses desde la última
resolución recaída una gestión útil, el demandado no alega el abandono, se entiende que se ha
producido una renuncia por parte del demandado a su derecho de alegar el abandono.
En consecuencia, podemos entender que el derecho del demandado para solicitar que se
declare el abandono precluye si realiza el demandado cualquiera actuación, reiniciado el
procedimiento, que no fuere la de solicitar la declaración de abandono, caso en el cual se estaría
en presencia de la preclusión del derecho de solicitar el abandono por la realización de un acto
incompatible.
En este sentido, se ha declarado incluso que si el demandado alega el abandono del
procedimiento en el primer otrosí y no en lo principal de su escrito se entiende que se ha
producido la renuncia prevista en el artículo 155 del C.P.C.
Al efecto, dispone el artículo 155 del C.P.C.., que si renovado el procedimiento, hace el
demandado cualquiera gestión que no tenga por objeto alegar su abandono, se considerará
renunciado este derecho.
Debemos tener presente que por mandato expreso del legislador el abandono del
procedimiento no opera en algunos procedimientos civiles. Al efecto, dispone el artículo Art.
157 C.P.C. que "no podrá alegarse el abandono del procedimiento en los juicios de quiebra, en
los de división o liquidación de herencias, sociedades o comunidades". Sin perjuicio de lo
establecido para los juicios de quiebra, la razón es comprensible para todas las otras materias:
todas ellas, de acuerdo al artículo 227 del C.O.T., son materias de arbitraje forzoso, donde,
necesariamente habrá de existir un acuerdo de voluntades, sea a través de un compromiso o
una cláusula compromisoria, y no habrá demandado ni demandante, teniendo el arbitro un
plazo acotado para resolver las controversias. Este tipo de juicios es considerado en doctrina
como "procedimientos universales", donde, concurren varias personas respecto de las cuales no
es posible distinguir respecto de cada una de ellas su carácter de demandantes o demandados
en atención a que sus derechos sobre la cosa que se liquida o divide están reconocidas antes de
iniciarse el juicio, y si bien es cierto que pueden surgir controversias entre ellas, estas versaran
sobre las cuentas presentadas, tasaciones de los bienes, etc, todo lo cual sirve de base para la
repartición sin ser posible distinguir a los sujetos activos y pasivos respecto de esas cuestiones.

D) TITULAR

Solamente el demandado puede alegar el abandono del procedimiento (art. 153), sea
169
por vía de acción o de excepción.
Sin perjuicio de ello, debemos tener presente que el demandado que hubiere deducido
reconvención no pierde por ello tal carácter de tal, y puede por ello solicitar que se declare el
abandono del procedimiento; pero en tal caso se producirá la perdida de lo actuado en el
procedimiento tanto respecto de la demanda como la reconvención, atendido a que el
procedimiento es uno sólo, y no puede fraccionarse o dividirse.

E) FORMA DE ALEGAR EL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO

De conformidad a lo previsto en el artículo 154 del C.P.C., podrá alegarse el abandono


por vía de acción o de excepción.
Se alega el abandono del procedimiento por vía de acción, cuando configurados los
requisitos que hacen procedente el abandono, el demandado solicita al tribunal que formule la
declaración de éste. Ejemplo de esta situación, seria aquella en que se ha dictado la resolución
que recibe la causa a prueba, y han pasado seis meses sin que se haya verificado la notificación
por cédula a las partes de dicha resolución, concurriendo el demandado a solicitar que se
declare el abandono.
Se alega el abandono del procedimiento por vía de excepción, cuando configurados los
requisitos que hacen procedente el abandono, el demandante realiza cualquiera gestión en el
procedimiento para reiniciarlo, debiendo alegar primeramente frente a ello el demandado que
se declare el abandono del procedimiento. En este caso, el abandono se alega por el demandado
como una reacción inmediata frente a la gestión que se realiza por el demandante destinada a
dar curso progresivo a los autos, luego de transcurrido el plazo de seis meses contados de la
ultima gestión útil realizada en el proceso. Ejemplo de esta situación, seria aquella en que han
pasado seis meses de la resolución que recibe la causa a prueba, y el demandante promueve un
incidente de nulidad procesal. El demandado antes de evacuar el traslado del incidente de
nulidad, debe alegar como excepción el abandono del procedimiento, dado que si evacua el
traslado podría sostenerse que renunció a su derecho a alegar el abandono conforme a lo
previsto en el artículo 155 del C.P.C.

F) OPORTUNIDAD PARA ALEGAR EL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO

Los requisitos que hacen procedente la declaración del abandono del procedimiento se
pueden configurar desde que existe juicio, esto es, desde que se ha notificado la demanda al
demandado, hasta que se haya dictado sentencia ejecutoriada en la causa.
Al efecto, dispone el artículo 153 del C.P.C. que “el abandono podrá hacerse valer sólo
por el demandado, durante todo el juicio y hasta que se haya dictado sentencia ejecutoriada en
la causa.
De acuerdo con ello, los requisitos que hacen procedente el abandono del procedimiento
pueden configurarse tanto en la primera instancia, en la segunda instancia e incluso ante la
Corte Suprema, si se encuentra conociendo de un recurso de casación.
En caso que se declare el abandono del procedimiento en la segunda instancia, la sanción
consiste en la pérdida de todo lo actuado tanto en la primera como en la segunda instancia, esto
es, todo lo actuado en el procedimiento, y no sólo la sanción opera respecto de la segunda
instancia. De acuerdo con ello, resulta acertado que se haya sustituido por la Ley 18.705 la
denominación de la institución de “abandono de la instancia” por la de “abandono del
procedimiento”.
En todo caso, debemos hacer presente que no resulta procedente declarar el abandono
de la instancia que se funde en la circunstancia que la causa no haya estado en condiciones de
ser incluida en tabla con anterioridad, sobre todo si ello no se debe a la pasividad de las partes,
sino al orden que deben seguir las causas para tal efecto, según su antigüedad y preferencia.

G) TRIBUNAL COMPETENTE PARA DECLARAR EL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO.

Corresponde conocer del abandono del procedimiento al tribunal de única, primera o


segunda instancia ante el cual se hubieren configurado los requisitos que hacen procedente
170
dicha declaración.

H) TRAMITACIÓN DEL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO. NATURALEZA JURÍDICA DE LA


RESOLUCIÓN QUE SE PRONUNCIA ACERCA DEL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO Y RECURSOS
QUE PROCEDEN EN SU CONTRA.

De conformidad a lo previsto en el artículo 154, la petición de abandono del


procedimiento, se tramitará como incidente, sea que se hubiere alegado por el demandado vía
de acción o de excepción.
En consecuencia, del escrito en el cual se alegue por el demandado el abandono del
procedimiento debe conferírsele traslado al demandante.
Este incidente reviste el carácter de previo y especial pronunciamiento, por lo que se suspende
el curso del procedimiento mientras no se resuelva.

Para determinar la naturaleza jurídica de la resolución que se pronuncia acerca de la


solicitud de abandono del procedimiento, debemos distinguir entre la resolución que lo declara
y aquella que lo rechaza.

La resolución que declara el abandono del procedimiento es una sentencia


interlocutoria de primera clase o grado, porque falla un incidente estableciendo derechos
permanentes a favor de las partes, los que en este caso, están representados por la pérdida de
lo actuado en el procedimiento y la imposibilidad de continuar con la tramitación de éste, pero
dejando a salvo las pretensiones y excepciones que se hubieren hecho valer en el procedimiento
abandonado.

Por tratarse de una sentencia interlocutoria, procede deducir en su contra el recurso de


apelación, conforme a lo previsto en el Nº 2 del artículo 194 del C.P.C.
Además, se trata de una sentencia interlocutoria que pone término al juicio, dado que
declarado el abandono del procedimiento se pone termino a éste, sin que las partes puedan
continuar adelante con su tramitación, siendo procedente por ello en contra de esa resolución si
concurren los demás requisitos previstos en la ley, el recurso extraordinario de casación, en la
forma o en el fondo, conforme a lo previsto en el artículo 766 del C.P.C.
Dicha sentencia interlocutoria una vez ejecutoriada produce el efecto de cosa juzgada
conforme a lo previsto en el artículo 175 del C.P.C., pero sólo con el carácter de cosa juzgada
formal, por lo que si el demandante deduce una nueva demanda en la cual haga valer en contra
del demandado la misma pretensión que hubiere hecho valer en un procedimiento que se
hubiere declarado abandonado, no podrá oponerse por parte del demandado la excepción de
cosa juzgada que emana de la resolución que acoge el abandono del procedimiento para
impedir el inicio y prosecución del procedimiento posterior.
La resolución que rechaza la solicitud de abandono del procedimiento se ha estimado
que tiene la naturaleza jurídica de un auto, ya que resuelve sobre un incidente no estableciendo
derechos permanentes.

En contra de esa resolución solo procederá el recurso de reposición, con apelación


subsidiaria si se dan los supuestos previstos en el artículo 188 del C.P.C., y no procederá el
recurso de casación en la forma o en el fondo al no encontrarnos en presencia de una sentencia
definitiva o de una interlocutoria que ponga termino al juicio o haga imposible su continuación
conforme a lo previsto en el artículo 766 del C.P.C.. Sin perjuicio de ello, debemos hacer
presente que se ha sostenido que dicha resolución es una sentencia interlocutoria, y como tal
produce el desasimiento del tribunal y produce cosa juzgada formal, y en tal caso, procede el
recurso de apelación directo en su contra, siendo improcedente el recurso de reposición.

I) EFECTOS DEL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO

Una vez dictada y ejecutoriada la resolución que declara abandonado el procedimiento


se produce el efecto de terminar el procedimiento abandonado y la pérdida del procedimiento y
171
todas las consecuencias que éste haya generado.
Sobre la materia dispone el artículo 156 del C.P.C. que no se entenderán extinguidas por
el abandono las acciones o excepciones de las partes, pero éstas perderán el derecho de
continuar el procedimiento abandonado y de hacerlo valer en un nuevo juicio.
Subsistirán, sin embargo, con todo su valor los actos y contratos de que resulten derechos
definitivamente constituidos.
En consecuencia, el efecto que genera el abandono del procedimiento es que las partes
pierden el derecho de continuar con el procedimiento abandonado, el que termina con motivo
de dicha declaración una vez que ella se encuentre ejecutoriada, y las partes no pueden hacer
valer en un nuevo juicio las actuaciones que se hubieren realizado en el procedimiento
abandonado.
En consideración a lo indicado en el Art. 2503 CC, declarado el abandono del
procedimiento se entiende que no se ha producido la interrupción civil de la prescripción, dado
que el efecto que se genera con la notificación válida de la demanda en el procedimiento se
pierde al aplicarse dicha sanción procesal.

No obstante, el efecto de ineficacia de los actos del procedimiento que se genera con la
declaración del abandono del procedimiento se salvan determinadas actuaciones, como son a
saber:

1º."No se entenderán extinguidas por el abandono las acciones o excepciones de las partes;
pero éstas perderán el derecho de continuar el procedimiento abandonado y de hacerlo valer en
un nuevo juicio". (Art. 156, inc. 1º); y

2º."Subsistirán sin embargo, con todo su valor los actos y contratos de que resulten derechos
definitivamente constituidos" (Artículo 156, inc.. 2º C.P.C.) Ejemplo de actos que perviven son
el mandato, los derechos provenientes de un avenimiento, etc.

J) EL ABANDONO DEL PROCEDIMIENTO EN EL JUICIO EJECUTIVO.

a.- Gestiones preparatorias de la vía ejecutiva

De conformidad a lo previsto en el artículo 153 del C.P.C., para que se declare el


abandono es necesario que exista un juicio, el que se entiende existir desde la notificación válida
de la demanda.
De acuerdo con ello, se ha declarado que no procede declarar el abandono del
procedimiento en los casos de preparación de la vía ejecutiva por reconocimiento de firma o
confesión de duda o en la notificación de protesto de letra, cheque o pagaré, ya que dichas
diligencias no constituyen un juicio.

b.- El abandono del procedimiento en el cuaderno ejecutivo.

En caso que se hubieren opuesto excepciones por el ejecutado en el cuaderno ejecutivo,


el abandono del procedimiento se rige por las reglas generales, y este podrá ser declarado
cuando todas las partes que figuren en él hubieren cesado en su prosecución durante seis meses
conforme a lo previsto en el artículo 152 del C.P.C..-
Debemos tener presente que si existe una pluralidad de ejecutados, aquel ejecutado que
no hubiere opuesto excepciones no podrá alegar el abandono de acuerdo con las reglas
generales dado que el mandamiento de ejecución y embargo hace las veces respecto de él de
sentencia definitiva ejecutoriada.

c.- El abandono del procedimiento en el cuaderno de apremio.

Con anterioridad a la dictación de la Ley 18.705, si el ejecutado no había opuesto


excepciones, o habiéndose opuesto excepciones se habían rechazado por sentencia definitiva
ejecutoriada no era posible declarar el abandono del procedimiento por haberse puesto termino
172
al procedimiento.
A partir de la modificación del artículo 153 del C.P.C. por la Ley 18.705, el ejecutado
puede solicitar el abandono del procedimiento en el cuaderno de apremio, luego de haberse
dictado sentencia definitiva ejecutoriada que rechace las excepciones del ejecutado o si éste no
hubiere opuesto excepciones, en cuyo caso el mandamiento de ejecución y embargo hace las
veces de sentencia ejecutoriada.
Al efecto, dispone el inciso segundo del artículo 153 del C.P.C., que “en los
procedimientos ejecutivos el ejecutado podrá, además solicitar el abandono del procedimiento,
después de ejecutoriada la sentencia definitiva o en el caso del artículo 472.
En este caso, el plazo para declarar el abandono del procedimiento será de tres años
contados desde la fecha de la última gestión útil, hecha en el procedimiento de apremio,
destinado a obtener el cumplimiento forzado de la obligación, luego de ejecutoriada la sentencia
definitiva o vencido el plazo para oponer excepciones, en su caso.
En el evento que la última diligencia útil sea de fecha anterior, el plazo se contará desde la fecha
en que quedó ejecutoriada la sentencia definitiva o venció el plazo para oponer excepciones. Un
ejemplo claro en que se presenta esta situación seria el caso en el cual se practicó el embargo,
luego de efectuado el requerimiento de pago, y el ejecutado no opuso excepciones dentro del
plazo legal. En este caso, no obstante que el embargo se practicó en el cuaderno de apremio con
anterioridad al vencimiento del plazo para oponer excepciones, el cómputo del plazo de los tres
años se debe efectuar desde la fecha en la cual venció el plazo para oponer excepciones.

En este caso de abandono del procedimiento, debemos entender por gestiones útiles a
realizarse en el cuaderno de apremio todas aquellas actuaciones que manifiestan la decisión
del acreedor de obtener el cumplimiento forzado de la obligación.
Como ejemplo de gestiones útiles realizadas en el cuaderno de apremio podemos señalar
las siguientes: la solicitud de ampliación de embargo; la solicitud de retiro de especies; el escrito
del martillero presentado al tribunal dándose por notificado de su designación; el otorgamiento
de auxilio de la fuerza pública para efectuar el retiro de especies; todas las actuaciones
tendientes a lograr el remate de los bienes embargados; etc.

En cuanto a la oportunidad hasta la cual se puede solicitar el abandono del


procedimiento en el cuaderno de apremio, debemos entender que ello es posible sólo hasta que
se hubieren adjudicados los bienes embargados, momento en el cual se debe entender
terminado el procedimiento de apremio.

La solicitud de abandono del procedimiento se tramita como incidente.


No obstante, en estos casos, si se declara el abandono del procedimiento sin que medie
oposición del ejecutante, éste no será condenado en costas. En consecuencia, si el ejecutante no
evacua el traslado que se le confiere respecto de la petición del ejecutado de declarar
abandonado el procedimiento por la paralización de la tramitación del cuaderno de apremio o
evacua el traslado allanándose a la petición, el ejecutante no debe ser condenado en costas por
el tribunal.

En cuanto a los efectos de la declaración del abandono del procedimiento en el cuaderno


de apremio debe entenderse que pone termino a la tramitación de éste, por lo que debe
procederse a alzar el embargo y restituir los bienes al ejecutado.

d.- El abandono del procedimiento en las tercerías del juicio ejecutivo.

Si sostenemos que las tercerías importan un proceso independiente y distinto al juicio


ejecutivo, porque se hace valer un conflicto diverso al que se plantea en él, y que dichas
tercerías se tramitan normalmente en un cuaderno separado del juicio ejecutivo, sin suspender
nunca el curso del cuaderno ejecutivo o principal, y sólo excepcionalmente generan la
suspensión de la tramitación del cuaderno de apremio, cabria aplicarles a las tercerías para
declarar su abandono la regla general prevista en el artículo 152 del C.P.C.
De acuerdo con ello, procederá que se declare el abandono de la tercería si todas las
173
partes permanecen inactivas en la prosecución del cuaderno de tercería, transcurridos los seis
meses contados desde la última providencia recaída en una gestión útil realizada en el cuaderno
de tercería.
En este caso, debemos entender como demandados en la tercería tanto al ejecutante
como al ejecutado para los efectos de solicitar el abandono del procedimiento respecto de la
tercería.

174

You might also like