El Estado entendido como una institución de carácter social y jurídico conformado por

territorio, población, gobierno y soberanía, debe cumplir con determinados roles que
constituyen el funcionamiento esencial del Estado, de tal manera el Estado se funda con el fin
de garantizar ciertas libertades a sus miembros, en este caso por medio del Estado se
garantizan la vida, la libertad y la propiedad, El Estado debe cumplir con estas obligaciones y
de ahí surgen los conceptos de capacidad y fuerza del Estado.

Hay ciertos aspectos que un Estado debe trabajar para no terminar como un Estado
débil o “fracasado” o simplemente para no llegar a ser un “Estado fallido”. Para evitar que un
Estado caiga en este término hay que trabajar dos aspectos importantes de la estatalidad, la
capacidad del Estado y la fuerza del Estado.

Las leyes y los mismos fundamentos sociales, jurídicos y hasta filosóficos determinan
cuales son los roles que debe desempeñar el Estado, razón por la cual se habla se capacidad
del Estado en el momento en el que se garantiza el cumplimiento de sus obligaciones internas
y externar, es decir que cumple con sus funciones establecidas y con las que surjan
eventualmente como desarrollo de la sociedad y del crecimiento del sector público, se puede
decir que la capacidad del Estado es la suficiencia con cumplir con sus roles como
organización, pero también se le puede considerar capacidad estatal a las funciones que
representan el límite de la actividad del Estado y ante las cuales no puede ni debe
sobreponerse para mantenerse únicamente dentro del ámbito de su competencia.

El alcance de las capacidades estatales son las diferentes funciones y objetivos que
asumen los gobiernos, así es como la capacidad de un Estado (asociándola al desempeño de
las políticas públicas) se refiere a la amplitud de las instancias gubernamentales de plasmar a
través de políticas públicas los máximos niveles posibles de valor social, los servicios que son
provistos por el Estado y que le corresponden con exclusividad, deben ofrecerse con una visión
de generar valor público y por medio de este valor público se demuestra cual es la capacidad
del Estado para cumplir con sus funciones por medio de la administración pública.

Cuando hablamos de “la fuerza del Estado” se refiere a la fuerza que tiene un Estado
para poder cumplir sus objetivos trazados en las capacidades, esta fuerza se debe considerar
en todos los ámbitos de la jerarquía estatal, desde las fuerzas policiales haciendo cumplir la ley
en las calles, hasta las transparencias a lo interno del gobierno. En la fuerza del Estado está el
control de corrupción y procurar una máxima administración con la menor burocracia posible.

Es fundamental hacer mención al hecho de que el Estado se encuentra investido de lo

que se denomina “el monopolio de la violencia” esto quiere decir que es el Estado el único ente
facultado para ejercer el poder por medio del uso de la fuerza y por lo tanto de la violencia, de
tal manera, la violencia institucional es uno de los elementos de carácter fundamental al
momento de abordar la “fuerza del Estado” ya que es por medio de este monopolio de la
violencia que el Estado ejerce su poder coercitivo tanto de forma interna con los ciudadanos,
como de forma externa, al momento de declararle la guerra a otro Estado.
 La característica determinante de la fuerza del Estado es la legitimidad de la misma, ya
que, por medio de un contrato social, los ciudadanos renuncian a su “estado de naturaleza” y
por lo tanto a la posibilidad de ejercer la fuerza contra estos individuos y le delegan este poder
al Estado y de esta manera garantizan una seguridad colectiva.

Al hablar de fuerza y de capacidad del Estado se encuentran profundas diferencias,

especialmente porque la capacidad se refiere a los dogmas que se imponen como obligaciones
públicas del mismo Estado, mientras la fuerza es un medio que el Estado posee para poder
cumplir con sus funciones, de igual manera, la vía por la que se demuestra la capacidad del
Estado es completamente opuesta a la de la fuerza, ya que se hace por medio de servicios y
del cumplimiento de funciones específicas.

A pesar de que es evidente que existen diferencias entre la fuerza y la capacidad del
Estado, ambos elementos son necesarios para mantener la institucionalidad del Estado y la
gobernabilidad, de igual forma los elementos anteriormente mencionados se encuentran en un
estado de arraigo entre sí, ya que la fuerza y el monopolio de la violencia se pueden ver
reflejados en servicios de seguridad pública para la ciudadanía, por otro lado, cuando se pone
en riesgo la institucionalidad de la organización estatal por amenazas ciertas, la vía por la que
se debe resguardar el mismo Estado es por medio del uso de la fuerza pública.