Professional Documents
Culture Documents
Atentamente,
EQUIPO ACADÉMICO
CHIPANA & MORENO ABOGADOS
PRIMER PLENO CASATORIO
Su m ario :
I.- In t r od u cción .
II.- Mat er ia d el r ecu r s o.
III.- Fu n d am en t os d el r ecu r s o.
IV.- De la con vocat or ia al Plen o Cas at or io.
V.- Con s id er acion es .
A.- An t eced en t es r es olu tivos d e las s alas civiles s u p r em as .
B.- De las t r an s accion es celeb r ad as .
C.- Sob r e la t r an s acción .
c.1.- De su r egu lación en n u es t r o or d en am ien t o n acion al.
c.2.- An t eced en t es y form alid ad es .
c.3.- Natu r alez a ju ríd ica.
c.4.- Efect os d e la t r an s acción .
c.5.- La Tr an s acción ext r aju d icial: ¿ Defen s a d e form a o d e fon d o?
c.5.1 .- Tr an s acción vs. Cos a ju z gad a,
c.5.2 .- De la t r an s acción ext r aju d icial com o excep ción
p r oces al.
D.- For m alism o, in t er p r et ación n orm ativa, ju s ticia y con flict o
s ocial.
E.- Regla d e Der ech o: ven ire con t ra fa ct u m (t eoría d e los a ct o s
p ro p ios ).
F.- Tr an sacción y les ión .
G.- Pr on u n ciam ien t o d e la Defen s or ía d el Pu eb lo.
H.- Sob r e los in t er es es d ifu s os y su d efen s a.
I.- Sob r e la in ap licación d e n or m as d e d er ech o m at erial.
i.1.- Valid ez d e las t r an s accion es .
i.1.1.- Sob r e el d añ o a la s alu d .
i.1.2.- De la t r an s acción s ob r e d er ech os d e m en or es d e ed a d .
Página 1 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
I.- INTRODUCCIÓN:
Página 2 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 3 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 4 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 5 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 6 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 7 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 8 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 9 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 10 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 11 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 12 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 13 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 14 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
V.- CONSIDERACIONES:
Página 15 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
SUPREMAS:
Página 16 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 17 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
1
A la fecha el citado demandante Walker Cuenca Quiroz cuenta con 22 años de edad,
por lo que tiene capacidad de goce y de ejercicio al ser mayor de edad de acuerdo a ley.
Página 18 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 19 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
p r o d u cid o p or el d er r am e d e m er cu r io ocu r r id o el 0 2 d e
ju n io d e 2 0 0 0 .
As im ism o, s e acor d ó q u e la em p r es a m in er a p r oveer ía d e
u n s egu r o d e s alu d a favor d e los m en or es afect ad os , s in
cos t o p ar a ellos , q u e cu b r a p or el p laz o d e 5 añ os los
gas t os m éd icos as ociad os con las en ferm ed ad es
d er ivad as d e la con t am in ación p or m er cu rio, s egu r o q u e
p od ía s er r en ovad o en cas o la p ar t e in d em n iz ad a h aya
r eq u erid o at en ción m éd ica cu bier t a p or el s egu r o y
ad em ás p r es en t e algu n a en ferm ed ad d er ivad a d el
d er r am e d e m er cu rio q u e r eq u ier a at en ción m éd ica p or
u n p er íod o ad icion al a la vigen cia d el s egu r o.
Página 20 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 21 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
2
Cf. Código civil, anotado y concordado, más un apéndice a cargo de Miguel Antonio
de la Lama, 4ª ed., concordada con el Código de Procedimientos Civiles de 1912 por
Pedro Goitizolo, Lima, Librería e imprenta Gil, 1914.
Página 22 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Esta calificación jurídica luego variaría con el Código Civil de 1936, el que
consideró a la Transacción como un medio de extinguir obligaciones. La
Comisión Revisora del Código Civil de 1852 (que elaboró el corpus legal
de 1936), manifestó que si era un acto jurídico en virtud del cual las
partes, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obligaciones
dudosas o litigiosas, era forzoso convenir en que la transacción no era
propiamente hablando un contrato sino un verdadero modo de extinción
de los actos jurídicos en general, porque por ella se podían extinguir
derechos reales y derechos hereditarios.
La transacción, continuaba diciendo la Comisión, es un contrato en cuanto
representa el resultado de la concordancia de las voluntades, pero como
es una convención que tiene por fin jurídico principal liquidar relaciones
obligatorios preexistentes, es real y verdaderamente un medio de
extinción de obligaciones y está mejor ubicada en el plan del
Anteproyecto (que la incluía dentro de los efectos de las obligaciones) que
en la Sección del Código Civil de 18523.
9.- En la doctrina se discute arduamente si la transacción es una
convención, un contrato4 o un acto jurídico, inclinándose la mayoría por
concebirla como un contrato, conforme lo exponen –entre otros, para el
ámbito argentino- los tratadistas Jorge Llambías y Rubén Compagnucci
de Caso5.
3
Nos basamos en la cita que hacen Mario Castillo Freyre y Felipe Osterling Parodi en
su Tratado de las obligaciones, tercera parte, t. IX, Biblioteca para leer el Código Civil,
Vol. XVI, Lima, PUCP, 2 005, p. 443.
4
Ya Joaquín Escriche nos decía que la transacción era un contrato voluntario en que se
convenían y ajustaban los litigantes acerca de algún punto dudoso o litigioso,
decidiéndolo mutuamente a su voluntad. Debía recaer sobre cosa dudosa, de modo que
sería nula si cualquiera de los contrayentes supiera que no tenía ningún derecho, como
igualmente si haciéndose sobre cosa puesta en litigio, se había ya dado y pasado en
autoridad de cosa juzgada la sentencia.
Acotaba que la transacción tenía fuerza de cosa juzgada y producía excepción de pleito
acabado.
Cf. Escriche, Joaquín, Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia, París,
Librería de Rosa, Bouret y Cía., 1851, p. 1507.
5
Cf. Llambías, Jorge Joaquín, Tratado de derecho civil. Obligaciones, t. III, 3ª ed.
actualizada, Buenos Aires, Perrot, 1987, pp. 77-78; Compagnucci de Caso, Rubén,
Manual de obligaciones, Buenos Aires, Astrea, 1997, pp. 523-524. Para este último la
transacción es un contrato o negocio jurídico declarativo, ya que los derechos se fijan por
Página 23 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
obra y facultad de las mismas partes, quienes tienen soberanía absoluta en sus propios
intereses. De ese modo, se afirma y aclara la situación jurídica incierta, que aflora con
nitidez mediante la transacción.
En torno a la duda que suscita la naturaleza jurídica de la transacción conviene revisar
también la obra de Alterini, Atilio Aníbal, Oscar José Ameal y Roberto López
Cabana, Curso de obligaciones, 4ª ed. Actualizada, 1ª reimpresión, t. II, Buenos Aires,
Abeledo-Perrot, 1992, pp. 339-340.
6
Cf. Exp os ición d e m ot ivos oficia les d el cód igo civil. La t ra n s a cción , elaborada por
la Comisión Revisora del Código Civil de acuerdo a las leyes 24039 y 24136. Separata
Especial del Diario Oficial “El Peruano” publicada el 23 de marzo de 1988, p. 7.
Página 24 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
7
Cf. Castillo Freyre, Mario et al, ob. cit., pp. 444, 446 y 451.
Refiriéndose a las concesiones recíprocas, la Comisión revisora siguiendo la doctrina
argentina, señalaba que ellas no requieren ser de valor equivalente, sino que pueden ser
enteramente desiguales y desproporcionadas en su valor patrimonial, tampoco es
necesario que sean de naturaleza económica, pudiendo ser de otra naturaleza.
Cf. Exposición de motivos oficiales…, p. 8.
8
Cf. Luna Serrano, Agustín, en: Lacruz Berdejo, José Luis et alii, Derecho de
obligaciones. Vol. Segundo, contratos y cuasicontratos, delito y cuasidelito, 3ª ed.,
Barcelona, Bosch, 1995, p. 377.
Página 25 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
9
Lo dicho nos lleva a recordar que el Código Civil francés también le otorga tal calidad a
la transacción, además de considerar que no procede alegar la lesión en su celebración,
conforme a continuación de menciona:
“Artic le 2 0 4 4 °: La t ra n s actio n es t u n co n t rat p a r leq u el les p a rt ies t erm in en t u n e
con t es t a tion n ée, o u p révien n en t u n e co n t es ta tio n à n aît re.
Ce co n t rat d o it êt re réd igé p a r écrit.
Artic le 2 0 5 2 °: Les t ra n s action s o n t, en t re les p a rt ies, l'a u to rit é d e la ch os e ju gée en
d ern ier res s o rt.
Elles n e p eu ven t êt re a t taq u ées p ou r cau s e d 'erreu r d e d ro it, n i p o u r ca u s e d e lés io n .”
Comentando tales normas, los hermanos Mazeaud estipulaban que la transacción es un
contrato en el sentido preciso de la palabra, ya que crea una obligación de no hacer, la
de no acudir a la justicia o la de no continuar un procedimiento en curso.
Acotaban que las concesiones no necesariamente debían ser equivalentes, pero era
necesario que existiera alguna concesión, al menos de orden moral, de lo contrario la
transacción sería nula.
Cf. Mazeaud, Henri, León y Jean, Lecciones de derecho civil, parte tercera, vol. IV, trad.
de Luis Alcalá-Zamora y Castillo, bajo la dirección de Santiago Sentís Melendo, Buenos
Aires, EJEA, 1974, pp. 619 y 627. También ver: Trigo Represas, Félix A.:”Las
concesiones recíprocas en la transacción”, en: La Le y 1 9 8 9 -B, n o t a a fa llo , p . 5 6 3 .
10
Conforme es de aceptación general en el sistema jurídico, los elementos esenciales de
la transacción son los siguientes: a) Una relación jurídica litigiosa o controvertida; b) La
intención de los contratantes de componer el litigio, esto es eliminar la controversia y, c)
Las recíprocas concesiones de las partes (aliquid Batum, aliquid retentum).
Estos elementos serán mencionados durante el desarrollo del análisis del caso a
resolverse por lo que no se les dedicará consideraciones específicas al tener que ser
aludidos en toda la sentencia.
11
Llambías nos dice que la materia de la transacción son las obligaciones litigiosas o
dudosas. Un acuerdo extintivo que recayese sobre obligaciones que no fuesen litigiosas
o dudosas, no sería una transacción porque la res dubia es la esencia de esa figura. En
efecto, la transacción es un negocio o acto jurídico de fijación, que tiende a hacer cierta o
a poner fuera de discusión una situación determinada, eliminando la incerteza de la
relación. Esa incertidumbre puede ser objetiva o subjetiva, la primera corresponde a las
obligaciones litigiosas que son las que están sometidas a un pronunciamiento judicial; la
segunda origina las obligaciones dudosas, es decir, las que las partes sinceramente han
estimado como tales, aunque en verdad no lo fueran para un jurista especializado.
Cf. Llambías, ob. cit., pp. 75 y 76.
En el mismo sentido se pronuncia Fornaciari, al estimar que las obligaciones dudosas
serán aquellas que las partes seriamente estiman como tales. Por lo que los requisitos
Página 26 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 27 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
14.- Ahora bien, nuestro Código Procesal Civil también regula sobre la
transacción judicial, la misma que debe ser homologada por el juez de la
causa conforme se estipula en el artículo 337°, el mismo que a la letra
dice:
“Artíc ulo 3 3 7 °.- Hom o lo gació n de la trans ac c ió n.- El Ju ez
a p ru eba la t ra n s a cción s iem p re q u e con t e n ga con ces ion es
recíp r oca s , vers e s o bre d erech os p a t rim on ia les y n o a fect e el
ord en p ú blico o la s bu en a s cos t u m bres , y d ecla ra con clu id o el
p roces o s i a lca n z a a la t ot a lid ad d e la s p ret en s ion es p ro p u es t a s .
13
Cf. Castillo Freyre, Mario et al., ob. cit., p. 530.
Página 28 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Seguidamente se regula:
“Artíc ulo 3 3 8 °.- No rm ativ idad s uple to ria.- En t od o lo n o p revis t o
en es t e Ca p ít u lo, s e a p lica n la s n orm a s p ert in e n t es d el Cód igo
Civil.”
Página 29 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
No resulta menos cierto que se puede optar por uno de dos caminos, o el
de la aplicación literal de dichos supuestos o el de interpretar
sistemáticamente los mismos dentro del marco constitucional de la tutela
jurisdiccional efectiva, así como de los fines del proceso, además del
principio de autonomía de la voluntad; esto es de buscar la solución a un
caso concreto de manera cierta sin dar pie a sucesivos litigios.
17.- Si nos inclinamos por la primera opción, es decir por la aplicación
literal de la norma jurídica procesal, se consideraría que la transacción
extrajudicial no puede ser alegada como Excepción procesal, por el
contrario deberá alegarse como defensa de fondo, es decir, como parte
de la contestación de la demanda. En cambio si ponderamos la segunda
alternativa, esto es, de la interpretación sistemática de la norma procesal,
arribaremos a la conclusión que se puede alegar la Transacción
Extrajudicial como defensa de forma y por ende estaría considerada
dentro del supuesto previsto por el artículo 446° inciso 10 del Código
Procesal Civil.
18.- Comentando sobre la legislación argentina, Compagnucci de Caso
precisa que la defensa o excepción de transacción, denominada exceptio
litis per transactionem finitae, es de tipo perentorio que decide el pleito y
tiene carácter sustantivo, por lo que aquel que pretenda oponer esta
defensa debe demostrar, al igual que para la cosa juzgada, que se den
los requisitos de las tres identidades: objeto, sujetos y causa. En cuanto al
objeto, debe entenderse que sólo se ha transado sobre los derechos que
obran en el acuerdo, y no es posible extender el entendimiento a
situaciones análogas o similares. Los sujetos también deben coincidir y
juega el principio del efecto relativo de los contratos. Por último la causa
Página 30 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
debe ser idéntica, es decir, estar fundada en los mismos hechos que
fueron fuente de las pretensiones reclamadas14.
19.- Nuestra anterior legislación procesal, aunque no de manera expresa,
contemplaba la distinción entre excepciones perentorias y dilatorias, por el
momento en que podían ser deducidas –claro está que el Capítulo II del
Título I, de la Sección Segunda del Código de Procedimientos Civiles de
1912, llevaba solamente por título “Excepciones dilatorias”15-, clasificación
que hoy en día ha dejado de ser usada, tanto es así que la actual Ley de
Enjuiciamiento Civil española del año 2000 no las contempla, teniendo
eso sí una estación procesal de saneamiento.
No obstante lo dicho, resulta ilustrativo hacer algunas referencias a ello,
fundamentalmente por sus efectos prácticos.
20.- En doctrina existen tantas clasificaciones de excepciones como
autores hay16, por lo que optamos por seguir lo dicho por Peláez17, quien
mencionando los diferentes criterios de clasificación de estas, alude, entre
otras, a las: a) procesales y materiales; b) propias e impropias; c) de
previo o especial pronunciamiento; d) perentorias, dilatorias y mixtas.
Es esta última clasificación la más difundida, concibiéndose a las
excepciones dilatorias o temporales como aquellas que no impiden una
reproducción del ataque del actor en otro proceso una vez hayan variado
las circunstancias; en tanto que las perentorias o perpetuas, eran aquellas
que de ser estimadas impedían que el ataque se reproduzca en otro
proceso, porque se dirigían a conseguir la absolución del demandado o la
14
Cf. Compagnucci de Caso, ob. cit., pp. 532-533.
15
Sobre esto resulta ilustrativo revisar lo dicho por Eugenia Ariano: “Prescripción,
¿cuestiones” declarables de oficio y cosa juzgada”, artículo contenido en: Problem a s d el
p roces o civil, Lima, Jurista editores, 2003, pp. 102-105, especialmente las notas a pie.
16
Nos remitimos a lo comentado por Eugenia Ariano, ob. cit., pp. 103, n. 4 y 145, n. 21.
17
Cf. Peláez, Francisco J., La transacción. Su eficacia procesal, Barcelona, Bosch,
1987, p. 191 y ss.
Página 31 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
18
El procesalista brasileño Moacyr Amaral conceptúa a las excepciones dilatorias como
“...são aquelas que apenas distendem o curso da demanda...” mientras que las
perentorias “…são aquelas que trancam, encerram o processo…”
Cf. Amaral Santos, Moacyr, Primeiras linhas de direito processual civil, 2° volumen, 14ª
ed., Sao Paulo, Saraiva, 1989-1991, p. 195.
Página 32 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
19
Cf. Llambías, ob. cit., p. 120, Compagnucci de Caso, ob. cit., p. 530 y Borda,
Guillermo, Manual de obligaciones, 10ª ed. Actualizada, Buenos Aires, Perrot, 1994, p.
360.
20
Cf. Castillo et al., ob. cit., p. 512, y Morello, Augusto M., “La transacción desde la
perspectiva procesal” en: Re vis t a d e l Co le gio d e Ab o ga d o s d e La Pla t a , a ñ o VI, N°
1 1 , t . VI, ju lio -d ic ie m b re , 1 9 5 3 , p p . 3 7 5 -3 9 0 , artículo contenido también en su
libro: La eficacia del proceso, 2ª ed. ampliada, Buenos Aires, Hammurabi, 2001, pp. 393-
409.
21
Cf. Couture, Eduardo J., Fundamentos del derecho procesal civil, 12ª reimpresión de
la 3ª ed. de 1958, Buenos Aires, Depalma, 1985, pp. 118-119.
Página 33 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
22
Cf. Peláez, ob. cit., pp. 161 y 163.
23
Cf. Peláez, ob. cit., p. 164.
Página 34 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
24
Cf. Lacruz, ob. cit., p. 382 y ss.
25
Sobre la mala habitualidad de requerir la homologación de la transacción es bueno
remitirnos a lo dicho por: Carbone, Carlos Alberto, “Excepciones de transacción,
conciliación y desistimiento del derecho”, en: Exce p cion es p roces a les . Doct rin a y
ju ris p ru d en cia (coord. Jorge Peyrano), Santa Fe, Editorial Panamericana, 1993, p. 181.
Página 35 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
26
Cf. Ferrero, Augusto, Derecho procesal civil. Excepciones, 2ª ed. corregida y
aumentada, Lima, s/e, 1974, pp. 142-144.
Sobre esto también nos remitimos a lo ya dicho por Couture en su obra citada, pp. 118-
119.
Otro autor nacional, comentando el artículo 317° del Código de Procedimientos Civiles,
decía que esta excepción se justificaba puesto que al tener ésta como fin el evitar un
litigio y si, a pesar de ello, una de las partes planteara uno nuevo, tenía que otorgarse al
demandado un recurso que le permitiera “…hacer efectivo el efecto de la transacción…”
Cf. Perla Velaochaga, Ernesto, Juicio ordinario, 6ª ed., Lima, EDDILI, 1986, p. 228.
De posición distinta es Pino Carpio, para quien la única transacción que podía dar pie a
proponerse como excepción, de acuerdo al artículo 317° del C. de P. C., era la que había
“…in cid id o en ju icio, p orq u e s i és t e n o h a exis t id o, n o s e p od ría h a bla r d e la s
id en t id a d es d e objet o y d e ca u s a (cos a y a cción s egú n el Cód igo), p o r m á s q u e el
d el ju icio in icia d o d es p u és d e la t ra n s a cción s e d ed u z ca qu e t a les id en t id a d es
exis t en en el co n ven io t ra n s a ccion a l. Por con s igu ien t e, s i la t ra n s a cción s e h a
lleva d o a ca bo s in q u e a n t es h u biera exis t id o ju icio, n o p u ed e d ed u cirs e la
excep ció n ; p u es lo q u e ca be en es t e ca s o es q u e el d em a n d a d o op on ga la
t ra n s a cción com o u n m ed io d e d efen s a s u bs ta n cia l, lo q u e d ebe h a cer a l
con t es t a r la d em a n d a .”
Cf. Pino Carpio, Remigio, Nociones de derecho procesal y comento del código de
procedimientos civiles, t. II, Lima, Tipografía Peruana, 1963, pp. 72-73.
Respecto a la inviabilidad de proponer la transacción extrajudicial como excepción bajo
las normas de nuestro actual Código Procesal Civil es ilustrativo ver la obra de: Ariano
Deho, Eugenia, El proceso de ejecución. La tutela ejecutiva en el código procesal civil
peruano, Lima, Rodhas, 1996, pp. 216-217.
Página 36 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
27
Citado por Castillo Freyre et al, ob. cit., p. 491.
28
Cf. Carbone, Carlos Alberto, ob. cit., pp. 179-180.
29
Cf. Fornaciari, ob. cit., pp. 96-97.
Página 37 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
CONFLICTO SOCIAL:
Página 38 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
p od er orga n iz a d or, ord en a d or y d is cip lin a rio d el form a lis m o -en vez d e s ervir a
la rea liz a ción d el d erech o- con t ribu ya a l a n iqu ilam ien t o d el p rop io d erech o o a
u n ret ra s o irra z on a ble d e la s olu ción d el lit igio. En es t e ca s o, el form a lis m o s e
t ra n s form a en s u con t ra rio: d eja d e con s t it u ir u n a h erra m ien t a ú t il p a ra la
rea liz a ción d e la ju s t icia m a t eria l y p a s a a s er s u verd u go; en vez d e p ro p icia r
u n a s olu ción rá p id a y efica z d el p roces o, con t ribu ye a la ext in ción d e és t e s in
ju z gam ien t o d el m érit o, im p id ien d o qu e el in st ru m en t o a lca n ce s u fin a lid a d
es en cia l.
Se coloca , p or t a n t o, en p rim er p la n o d e la d is cu s ión h a s t a q u é p u n t o es p os ib le
a cep t a r, o n o , u n a vis ión rígid a y rigu ros a d el fo rm a lis m o p roces a l y, a l m is m o
t iem p o, la p ro blem á t ica d e la in ves t iga ción y bú s qu ed a d e s olu cion es p a ra el
30
a n t a gon is m o en t re t a les va lores en con flict o. ”
32.- Justamente por ello es necesario tener en cuenta que constituye un
margen de libertad del juez cuando realiza la conexión de la norma que
interpreta con los valores en los que descansa todo el ordenamiento.
Los principios de un sistema jurídico moldean el entendimiento de la
totalidad de sus normas porque en todo caso el intérprete deberá optar,
entre las varias posibles, por la solución hermenéutica que mejor se
adapte a ellos.
En esta labor tendrá a su favor los criterios de la razonabilidad, puesto
que ante la pluralidad de exigencias provenientes de diversas fuentes, su
única solución será la de acudir a lo que la doctrina y la jurisprudencia han
venido denominando “juicio de razonabilidad”, que no es otra cosa que un
juicio sensato y lógico desde un punto de vista constitucional31.
33.- Otro autor español, Ricardo Ruiz Serramalera, también se ocupa de
la aplicación e interpretación de las normas jurídicas, por lo que aún
siendo extenso lo transcrito, es necesario plasmar su punto de vista sobre
ello. Dicho autor nos dice que:
“Par a fijar el ám bit o d e la in t er p r et ación ju ríd ica s e d eb e
at en d er a t r es p u n t os im p or t an t es , q u e m u ch as veces s e
30
Cf. Álvaro de Oliveira, Carlos Alberto, Del formalismo en el proceso civil (Propuesta
de un formalismo-valorativo), trad. de Juan José Monroy Palacios, Lima, Palestra, 2007,
pp. 368-369.
31
Seguimos lo dicho por Fernández-Viagas Bartolomé, Plácido, El juez imparcial,
Granada, Comares, 1997, pp. 73-74.
Página 39 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
32
Cf. Ruiz Serramalera, Ricardo, Derecho civil. Parte general. Las fuentes del Derecho
y la eficacia de las normas jurídicas, Madrid, Universidad Complutense, 1980, pp. 304-
305.
Página 40 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
33
Para esta clasificación nos remitimos al trabajo de: De Asís Roig, Rafael, Jueces y
normas. La decisión judicial desde el ordenamiento, Madrid, Marcial Pons, 1995, pp.
186-208. En dicha obra se podrán apreciar, ampliamente desarrollados, los diferentes
criterios de interpretación.
34
Es interesante el comentario que hace al respecto Karl Larenz, cuando dice que
“Tod a in t erp re t a ción d e u n t ext o h a d e com en z a r con el s en t id o lit e ra l. Por t a l
en t en d em os el s ign ifica d o d e u n t é rm in o o d e u n a u n ión d e p a la bra s en el u s o
gen era l d el len gu a je o, en ca s o s ea con s t a t a ble u n t a l u s o, en el u s o es p ecia l d el
len gu a je d e qu ien h a bla , a q u í en el d e la ley res p ect iva . El en la ce co n el u s o d el
len gu a je es el m á s evid en t e, p orq u e s e p u ed e a cep t a r q u e a q u él, q u e q u iere d ecir
a lgo, u s a la s p a la bra s en el s en t id o en qu e com ú nm en t e s on en t en d id a s . El
legis la d or s e s irve d el le n gu a je gen era l p orq u e y en t a n t o s e d irige a lo s
ciu d ad a n os y d es ea s er en t en d id o p or ellos . Ad em á s d e ello, s e s irve
a m p lia m en t e d e u n es p ecia l le n gu a je t écn ico-ju ríd ico, en el q u e s e p u ed e
exp res a r m á s p recis a m en t e, cu yo u s o le a h orra m ú lt ip les a cla ra cion e s
circu n s t a n cia les . Ta m bién es t e len gu a je t écn ico s e a p oya , s in em ba rgo, t od a vía
en el len gu a je gen era l, ya qu e el Derech o, q u e s e d irige a t od os y a t od os a t a ñ e,
n o p u ed e ren u n cia r a u n m ín im o d e com p ren s ibilid a d gen era l…”
Cf. Larenz, Karl, Metodología de la ciencia del derecho, 2ª ed. de la 4ª alemana,
Barcelona, Ariel, 2001, p. 316.
Conviene consultar también a: Espinoza Espinoza, Juan, Los principios contenidos en
el título preliminar del código civil peruano de 1984 (Análisis doctrinario, legislativo y
jurisprudencial), Lima, PUCP, 2003, p. 310 y ss.
Página 41 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 42 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
explican por medio de las otras. Creada una norma jurídica, ésta viene a
integrar la totalidad del ordenamiento jurídico y este impone a la norma
una configuración, un valor y un sentido que deben acomodarse a la
unidad del mismo ordenamiento. De esta manera, la institución de la
transacción no sólo está regulada por el Código Procesal Civil sino
también, y sustancialmente, por el Código Civil, por lo que extraer
conclusiones distintas es atentar contra la unidad de este ordenamiento
jurídico, visto como un entramado de dispositivos legales.
37.- Por tal razón, el artículo 1302° del Código Civil es meridianamente
claro (y por ende preciso), puesto que prescribe que la transacción tiene
por cometido el poner fin a una controversia evitando así un pleito que
podría promoverse o finalizando el ya iniciado, resultando excesivo y
formalista que se exija litigar a las partes en un fatigoso proceso judicial,
para arribar finalmente a la conclusión que el fondo de la controversia ya
ha sido resuelto por ellas mismas, cuando bien se pudo poner fin al
proceso amparando la excepción propuesta35.
Una interpretación distinta contribuye a alimentar la litigiosidad, cuando a
las partes -pese a que decidieron libremente de manera extrajudicial
poner fin a un asunto dudoso- se les deba exigir transitar por todo el iter
procesal para concluir finalmente que no había motivo a incoar la
demanda. Con ello se estaría imponiendo a las personas (sean naturales
o jurídicas) a que nunca celebren transacciones extrajudiciales sino que
esperen ineluctablemente a que se principie un proceso judicial, con todo
el costo temporal y económico que ello significa, para luego recién
35
Carnelutti, refiriéndose a la confirmación del ordenamiento jurídico decía: “El
conocimiento, ahora ya bien establecido, de la confirmación judicial o procesal ha
permitido hoy extender esa figura fuera del campo del proceso. Se ha demostrado, en
efecto, que las incertidumbres que comprometen la eficacia de la disposición abstracta
quedan eliminadas también con medios distintos al proceso declarativo; en especial, de
un lado, mediante la llamada interpretación auténtica de las leyes, y por otro lado,
mediante algunas formas contractuales, entre las que descuella la transacción…”
Cf. Carnelutti, Francesco, teoría general del derecho, trad. de Francisco Javier Osset,
Madrid, editorial Revista de derecho Privado, 1955, p. 125.
Página 43 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
38.- Por ello, resulta equivocado, sostener a priori, que no se puede dar
cabida a la transacción extrajudicial como medio de defensa de forma
porque ésta “puede adolecer de nulidad o anulabilidad” conforme sostiene
un autor nacional36. Mantener tal presunción, sería cuestionar la validez
de cuanto acto jurídico se celebre en nuestro medio y por ende, bajo esas
premisas, se tendría que considerar, por ejemplo, que tampoco resultaría
amparable la excepción de convenio arbitral porque ésta podría estar
viciada de nulidad o anulabilidad, dándose incluso cabida a otras
posibilidades invalidantes sobre todos los negocios jurídicos celebrados,
creando un ambiente de total incertidumbre e inseguridad jurídica.
Por todo ello, si bien el texto legal sigue siendo un elemento fundamental
en el momento de interpretación y aplicación de la norma, esa aplicación
es un proceso de integración recíproca de lo individual y de lo universal,
por lo que, ni el texto de la norma es suficiente ni la aplicación de ella al
caso concreto deja de influir en el momento de la interpretación. La
sumisión del juez a la ley no equivale a la sujeción a un texto literal,
admite un margen que, dentro de esa vinculación, permite soluciones más
abiertas37.
36
Cf. Hinostroza Mínguez, Alberto, Comentarios al código procesal civil, t. II, Lima,
Gaceta Jurídica, 2003, pp. 896-897, quien sostiene que no se puede considerar a la
transacción extrajudicial como medio de defensa de forma (es decir como excepción)
porque puede adolecer de nulidad o anulabilidad.
37
Cf. Rodríguez-Piñero y Bravo-Ferrer, Miguel, “Constitución, legalidad y seguridad
jurídica” en: Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, N° 1,
1997, p. 169.
Página 44 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
38
Es necesario mencionar que en otros países se admite la aplicación del iura novit curia
en sede casatoria, como por ejemplo en Alemania y Francia; en tanto que de manera un
tanto restrictiva en España, apostándose por un mayor protagonismo de este principio
que en tales lugares sólo se aplica cuando se atenta contra normas de orden público.
Sobre las posiciones favorables a la aplicación del citado principio, bajo el punto de vista
mencionado, se puede consultar a: Guzmán Flujá, Vicente, El recurso de casación civil
(Control de hecho y de derecho), Valencia, Tirant lo blanch, 1996, pp. 97-134; Morello,
Augusto M., La casación. Un modelo intermedio eficiente, Buenos Aires, Librería editora
Platense-Abeledo-Perrot, 1993, pp. 279-284; Rúa, Fernando de la, El recurso de
casación en el derecho positivo argentino, Buenos Aires, Víctor P. de Zavalía, 1968, pp.
223-224; 436; 438 y 441.
39
Resulta interesante revisar la misma la posición manifestada por el Tribunal
Constitucional en cuanto no resulta aplicable el principio citado en sede casatoria, ver al
respecto Exp. N° 8327-2005-AA/TC y Exp. N° 7022-2007-AA/TC. De igual modo son
ilustrativos los artículos de: Lohmann Luca de Tena, Juan Guillermo, “La nulidad
manifiesta. Su declaración judicial de oficio”, en: Iu s et verit a s , N° 2 4 , 20 02 , p. 56 y ss.;
y Ariano Deho, Eugenia: “Sobre el poder del juez de ‘declarar’ de oficio la nulidad ex art.
220 CC”, en su obra recopilatoria citada en la n. 15, pp. 135-150.
Página 45 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
40
Cf. Castillo Freyre, Mario y Rita Sabroso Minaya, La teoría de los actos propios,
Lima, Palestra, 2006, p. 63.
41
Cf. Díez-Picazo Ponce de León, Luis María, La doctrina de los propios actos. Un
estudio crítico sobre la jurisprudencia del tribunal supremo, Barcelona, Bosch, 1963, p. 193.
42
Citado por Mario Castillo Freyre et al, ob. cit., p. 62.
Página 46 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
43
Cf. Borda Alejandro, La teoría de los actos propios, 4ª ed. ampliada y actualizada,
Buenos Aires, LexisNexis, Abeledo-Perrot, 2005, p. 55.
44
Cf. Borda, Alejandro, ob. cit., p. 56.
45
Cf. Moisset de Espanés, Luis, “La doctrina de los actos propios”, en: Rev. Com ercio
y Ju s t icia , N° 13 .6 07 , d iciem bre, 1 978 . Este artículo se puede leer en la siguiente
página Web: http://www.acader.unc.edu.ar.
46
Por todo nos remitimos a las siguientes obras: Castillo Freyre et al, ob. cit., p. 81 y
ss., Díez-Picazo, Luis, ob. cit., pp. 194 y ss; Borda, Alejandro, ob. cit., p. 72; Ekdahl
Escobar, María Fernanda, La doctrina de los actos propios. El deber jurídico de no
Página 47 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 48 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 49 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
47
Cf. De la Puente y Lavalle, Manuel, El contrato en general. Comentarios a la sección
primera del libro VII del código civil, t. I, 2ª reimpresión de la 2ª edición actualizada de la
de 2001, Lima, Palestra, 2007, pp. 311-325 y Pérez Gallardo, Leonardo, Obligatoriedad
contractual. Presunción de voluntad común, en: Cód igo Civil com en t a d o, t . VII,
con t ra t os en gen e ra l, 2ª ed., Lima, Gaceta Jurídica, 2007, pp. 90-99.
Página 50 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
48
Cf. De la Puente y Lavalle, Manuel, ob. cit., p. 349.
Página 51 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 52 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
49
Hay posiciones en contrario que consideran que cuando las partes quedan ligadas o
vinculadas por su propio negocio jurídico no hay lugar a aplicar la doctrina de los actos
propios, sino la doctrina general de los efectos del negocio jurídico.
Se discrepa de tal parecer, dado que para el caso de autos no podría exigírsele a la
parte emplazada a que plantee una demanda pidiendo que la ahora accionante se
abstenga de incumplir el contrato, no sólo sería un contrasentido sino acrecentar aún
más el conflicto jurídico, dado que no se estaría resolviendo la cuestión principal del
debate referido a la viabilidad de deducir la transacción extrajudicial como excepción
procesal así como, este órgano jurisdiccional se estaría sustrayendo en su función de
evaluar la conducta de la actora a la luz del principio de la Buena Fey su comportamiento
contrario a los acuerdos que aceptó asumir con la transacción.
Sobre los pareceres distintos a los que se hace alusión Vid.: Díez-Picazo, Ob. cit., p. 161
y Borda, Alejandro, Ob. cit., pp. 114-115.
Página 53 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
50
Cf. Exposición de motivos oficiales…, cit., p. 8.
51
Cf. Arias Schreiber Pezet, Max et alii, Exégesis del código civil peruano de 1984.
Colección completa, t. I, Lima, Gaceta Jurídica, 2006, p. 226.
Página 54 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
la s p a rt es a bu s a n d o d el es t a d o d e n eces id a d en q u e s e
en cu en t ra la ot ra , q u e lleva a és t a a a cep t a r t a les con d icion es
p or s er la ú n ica m a n era cóm o p u ed e s a t is fa cer s u n eces id a d .
No creo q u e d eba am p a ra rs e u n a t ra n s a cción ce lebra d a en
es t a s con d icion es . Con ven go, s in em ba rgo, en la ra z ón d a d a
p or Aria s Sch reibe r d e q u e el a rt ícu lo 1 3 02 d el Cód igo civil
es t a blece q u e la t ra n s a cción t ie n e el va lor d e co s a ju z gad a ,
p or lo cu a l n o s e p od ría in t e r p on er u n a a cción ju d icia l p a ra
52
res cin d irla .”
55.- Nuestra legislación nacional proscribe expresamente la posibilidad de
cuestionar la transacción alegando que ha existido lesión al momento de
su celebración. Es más, la parte accionante sólo hace mención, de
manera tangencial, en su escrito de absolución de la excepción propuesta
por Yanacocha53, que la transacción extrajudicial “resulta lesiva”, pero no
menciona si es que intentó ejercer alguna acción en ese sentido ni
tampoco alegó la nulidad negocial en este proceso como parte de sus
pretensiones acumuladas, por lo que queda claro que este instituto
jurídico bajo análisis queda descartado como argumento para cuestionar
la validez de la transacción celebrada entre las partes.
De otra parte, se verifica que tanto la demandante como su cónyuge,
tienen la condición de profesores, ergo, al no estar incapacitados cultural
52
Cf. De la Puente y Lavalle, Manuel, ob. cit., t. III, pp. 108-109.
Comparte la misma posición Luis Moisset de Espanés, acotando que no encuentra razón
para no dar lugar a la rescisión de la transacción por lesión, pero de cualquier modo
como el texto del artículo 1455° del Código Civil es claro, se cierra la puerta a la
posibilidad de intentar la acción de lesión en las transacciones.
Cf. Moisset de Espanés, Luis, en: Código Civil comentado, t. VII, contratos en general,
2ª ed., Lima, Gaceta Jurídica, 2007, p. 517.
Opinan por que sí procedería la rescisión por lesión Mario Castillo y Felipe Osterling,
Tratado de las obligaciones…, p. 506.
Sobre posiciones encontradas devienen en interesantes sobre dar cabida o no a la lesión
en la transacción, los artículos de: Moisset de Espanés, Luis, “La lesión subjetiva y sus
elementos”, nota a fallo en: La Le y 1 9 8 4 -B, p. 308; Xanthos, “Nulidad de una
transacción que versó sobre el monto del resarcimiento, por configurar lesión subjetiva”,
nota a fallo en: La Le y 1 9 9 8 -E, pp. 292-294, y Compagnucci de Caso, Rubén,
“Transacción y lesión subjetiva”, en: La Le y, a ñ o LXXI, N° 2 3 9 , 1 2 d e d ic ie m b re d e
2 0 0 7 , pp. 1-4.
53
De la revisión de los actuados se tiene que la accionante solamente absolvió las
excepciones deducidas por los demandados Yanacocha S. R. L: (fojas 261-264 del tomo
I) y Arturo Blanco Bar (fs. 1225 a 1228 del tomo III), mas no se advierte que lo haya
hecho respecto a las deducidas por la otra demandada Ransa S. A.
Página 55 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
54
Estos datos, concernientes a la formación profesional de la accionante y su cónyuge,
emergen de los que se consignan en la resolución de autorización judicial para celebrar
transacción dictada por el Tercer Juzgado de Familia de Cajamarca, obrante en copia de
fojas 234 a 236 del tomo I de los cuadernos que forman este proceso.
Página 56 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Mixto de Santa Apolonia, Olga Castañeda Ayulo, así como del Fiscal Ad
Hoc, Miguel Villalobos, nombrado para el caso.
Se procesó penalmente al chofer del camión, Esteban Arturo Blanco Bar
por el delito contra la vida el cuerpo y la salud, como único responsable, y
contra los directivos de Yanacocha y de Ransa por el delito contra la
seguridad pública y delito de peligro común, en sus figuras de formas
culposas en agravio de la sociedad, reservándose el Fiscal el derecho de
denunciarlos por delito ecológico. No habiéndose constituido en parte civil
ninguno de los agraviados.
Finalmente, sólo se sentenció al chofer del camión a dos años pena
privativa de la libertad con ejecución suspendida, no habiendo sido
apelada la sentencia.
Sobre este particular, la defensoría del Pueblo en sus conclusiones y
recomendaciones (números 23 y 11, respectivamente) solicitó se
investigue la actitud tanto de la magistrada como del fiscal por no haber
procesado debidamente la cuestión del delito ecológico, por lo que
recomendó que los órganos de control del Ministerio Público y del Poder
Judicial procedan de acuerdo a sus atribuciones.
57.- Finalmente, en lo atinente a las transacciones extrajudiciales
(conclusión número 26), opina que las mismas “…vulneran los derechos
al debido proceso y a una tutela jurisdiccional efectiva de los afectados,
derechos de la persona humana reconocidos constitucionalmente,
inherentes a la misma e irrenunciables.”.
Según la Defensoría del Pueblo (p. 75 del Informe), tales transacciones
sería nulas de pleno derecho ya que se estaría transigiendo sobre el
derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva. Opinión que
no es compartida por este Pleno Casatorio por las razones ya expuestas.
58.- La Defensoría del Pueblo no se pronunció en sus conclusiones ni en
sus recomendaciones sobre la viabilidad o no de demandar
indemnización por daño ecológico a los responsables del hecho
denunciado, esto a efectos de dar lugar a que se reparen esos perjuicios
Página 57 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 58 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
60.- Tal modificación versó sobre quiénes tienen legitimación para obrar
en la defensa de tales intereses, dándose el caso que a la fecha de la
interposición de la demanda, la norma procesal le otorgaba tales
facultades al Ministerio Público y a las asociaciones o instituciones sin
fines de lucro; en tanto que la norma modificada amplía el espectro de
instituciones legitimadas para tal fin. El caso es que ni en el texto anterior
ni en el actual se contempla la posibilidad de que la acción pueda ser
ejercida por una persona natural sino tan solo por entes que cuenten con
personería jurídica.
Página 59 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
61.- Al respecto, Juan Montero Aroca nos dice que frente a los intereses
colectivos, los intereses difusos se caracterizan porque corresponden a
una serie de personas que están absolutamente indeterminadas, no
existiendo entre ellas vínculo jurídico alguno, de modo que la afectación
de todas ellas deriva sólo de razones de hecho contingentes, como ser
consumidores de un producto, vivir en una misma ciudad o ser
destinatarios de una misma campaña publicitaria. Acotando que por ello
se está, sin duda, ante un caso de legitimación extraordinaria. La
asociación representativa no es, desde luego, titular del interés difuso,
pero tiene por ley la legitimación para defenderlo en juicio55.
55
Cf. Montero Aroca, Juan, De la legitimación en el proceso civil, Barcelona, Bosch,
2007, pp. 413 y 432.
56
Cf. Priori Posada, Giovanni, La tutela jurisdiccional de los procesos difusos: una
aproximación desde el derecho procesal constitucional, en: Ap u n t es d e d erech o
p roces a l (Giovanni Priori Posada y Reynaldo Bustamante Alarcón), Lima, Ara editores,
1997, p. 38.
Página 60 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 61 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
MATERIAL:
Página 62 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
57
El artículo 300° del Código Procesal Civil, prescribe que se pueden presentar tachas
contra testigos y documentos, en tanto que el artículo 243° del mismo Código regula que
si un documento es nulo carecerá de eficacia, cuya declaración podrá ser de oficio o
como resultado de una tacha fundada.
En este caso las instancias de mérito que tuvieron competencia para fijar los hechos no
consideraron que debían de enjuiciar oficiosamente la invalidez o ineficacia de dichos
contratos transaccionales, con lo cual se colige que los reputaron plenamente válidos y
eficaces.
Página 63 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 64 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 65 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 66 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
“Artíc ulo 1 3 0 7 °.- Trans acc ió n de l aus e nte o inc apaz : Los
rep r es en t a n t es d e a u s en t es o in ca p a ces p u ed en t ra n s igir con
a proba ción del ju ez , qu ien p a ra es t e efect o oirá a l Min is t erio Pú blico y
a l con s ejo d e fa m ilia cu a n d o lo h a ya y lo es t im e con ven ien t e.” (El
s u b rayad o y c u rs iva s o n n u e s t ras )
Página 67 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 68 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 69 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 70 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
58
Un Estado de Derecho, es aquel en el que los ciudadanos pueden calcular
anticipadamente qué ocurrirá en el futuro en un sentido específico, es decir, cómo se
comportarán otro individuos y cómo lo hará también el Estado mismo, sobre todo como
garante de la eficacia del Derecho.
Cf. Bacigalupo Zapater, Enrique, “Jurisprudencia y seguridad jurídica” en: Estudios de
Derecho Judicial, N° 31, CGPJ, Madrid, 2001, pp. 129-130.
59
Cf. Martínez Alarcón, María Luz, La independencia judicial, Madrid, CEPC, 2004,
pp.194-195.
Página 71 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
VIII.- CONCLUSIONES:
60
Cf. Rodríguez-Piñero y Bravo-Ferrer, Miguel, Ob. cit., pp. 176-177, también:
Taruffo, Michele, Sobre las fronteras. Escritos sobre la justicia civil, trad. de Beatriz
Quintero, Temis, Bogotá, 2006, p. 192.
Página 72 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 73 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
IX.- FALLO:
Por tales razones, el Pleno Casatorio de la Corte Suprema de Justicia de
la República, de conformidad con lo normado por el artículo 400° del
Código Procesal Civil, por mayoría:
Página 74 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 75 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
La demanda fue presentada ante el Juez del Juzgado Mixto del Módulo
Básico de Justicia de Santa Apolonia, conforme aparece a fojas 190 del
cuaderno de excepciones acumulado; fue calificada positivamente y admitida a
trámite mediante auto de fecha cuatro de junio del dos mil dos corriente a fojas
207 del mismo cuaderno, en la vía procedimental de conocimiento conforme al
Código Procesal Civil vigente (en adelante, cuando no se indique el cuerpo legal
Página 76 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
1.- Demanda.- Según escrito copiado a fojas 190 Giovanna Angélica Quiroz
Villaty, por derecho propio y en representación de sus hijos Euler Jonathan y
José Ronny Mendoza Quiroz, y Walter Steve Cuenca Quiroz, demanda el pago
de una indemnización ascendente a US$1’800,000.00 por los daños
ocasionados por el derrame de mercurio, que incluye el daño a la persona (daño
a la salud), daño moral y daño al medio ambiente, para lo cual emplaza a Minera
Yanacocha S.R.L. en su calidad de propietaria del mercurio.
Desglosa la pretensión indemnizatoria del siguiente modo: US$400,000.00 a
favor de Giovanna Angélica Quiroz Villaty, US$500,000.00 a favor de Walter
Steve Cuenca Quiroz, US$500,000.00 a favor de Euler Jonathan Mendoza
Quiroz, y US$400,000.00 a favor de José Ronny Mendoza Quiroz.
Sostiene que el 02 de junio del 2000, a las 3:20 p.m. aproximadamente, en
circunstancias de que el chofer de la empresa Ransa Comercial S.A., Esteban
Arturo Blanco Bar, transportaba mercurio de propiedad de Minera Yanacocha
S.R.L., se produjo un primer derrame de mercurio a la altura de la Quebrada de
Chotén.
Entre las 5:30 y 5:40 p.m. del mismo día, del mismo camión de la empresa
Ransa Comercial S.A. se produjo otro derrame de 152 Kg de mercurio, en las
localidades de San Juan, La Calera, el Tingo, Magdalena (de donde proviene la
demandante), y el Centro Poblado Menor de San Sebastián de Choropampa.
Por su brillo, forma e ignorando que se trataba de una sustancia tóxica, los
pobladores comenzaron a recoger el mercurio hasta altas horas de la
madrugada, empleando para dicha recolección sus manos e incluso su boca
como medio de aspiración. Al guardar el mercurio en sus hogares, los familiares
quienes recogieron el mercurio también se intoxicaron debido a los gases que
emana la sustancia.
La demandante refiere que Yanacocha no hizo caso a sus peticiones de ayuda
médica y no contaban con un plan maestro de contingencias, siendo que por el
contrario propició un mayor nivel de intoxicación, al pretender comprar el
mercurio derramado a quien lo hubieran recogido. Igualmente señala que existió
Página 77 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
2.- Contestación.- Según escrito copiado a fojas 765, Minera Yanacocha S.R.L.
sostiene que no fue informada oportunamente por el chofer de la empresa
Ransa Comercial S.A. (encargada del transporte) respecto del derrame de
mercurio, pero una vez tomó conocimiento del mismo, adoptó las medidas
necesarias para evitar perjuicios, informando sobre la toxicidad del producto,
pero con poco éxito debido a la negativa de los pobladores de devolver el
mercurio que recogieron y guardaron en sus hogares; en otras palabras,
sostiene que la causa determinante de la exposición y elevación del nivel de
mercurio en el organismo de los pobladores afectados fue su propia
imprudencia. Asimismo, manifiesta que el hecho de que la demandante y sus
menores hijos hayan presentado niveles de mercurio mayores a los normales en
su organismo a consecuencia del derrame producido, no necesariamente implica
que éstos hayan sido intoxicados por dicho elemento ni mucho menos que éstos
hayan sufrido daño como consecuencia de tal exposición. Por lo demás, ha
suscrito con la demandante -en su nombre y en representación de sus hijos-
sendas transacciones extrajudiciales, las mismas que, a tenor del Art. 1302 del
C.C. tienen calidad de cosa juzgada, resultando la demanda interpuesta
manifiestamente improcedente.
En escrito aparte, que obra copiado a fojas 687, Minera Yanacocha S.R.L.
formula denuncia civil contra Ransa Comercial S.A., por ser aquella la empresa
encargada del transporte del mercurio el día en que ocurrieron los hechos.
Posteriormente, por resolución copiada a fojas 1123, el Juez incorpora de oficio
a Esteban Arturo Blanco Bar como litisconsorte necesario pasivo, por ser el
chofer que conducía la unidad móvil que transportaba el mercurio.
Tanto Ransa Comercial S.A. como Esteban Arturo Blanco Bar, luego de ponerse
a derecho, sostienen que se limitaron a transportar los balones conteniendo
mercurio, y que fue Minera Yanacocha S.R.L. quien no cumplió con entregar la
mercadería al transportista en condiciones adecuadas para un transporte seguro.
Además, sostienen que se ha presentado el supuesto de fractura causal por el
hecho propio de la víctima, pues no fue el derrame de mercurio lo que ocasionó
Página 78 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 79 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 80 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 81 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 82 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 83 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 84 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 85 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 86 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 87 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 88 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
61
Calamandrei, Piero. La Casación Civil; T. II. Traducción de Santiago Sentís Melendo,
Buenos Aires, Editorial Bibliográfica Argentina, 1945, pp. 102 a 104.
Página 89 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 90 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
62
Peyrano, Jorge W. y Chiappini, Julio O. El Proceso Atípico, segunda parte. Buenos
Aires, Editorial Universidad, 1984, p. 137).
63
Couture, Eduardo. Estudios de Derecho Procesal Civil, Tomo I. Tercera edición,
Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1979, p. 46.
64
Cfr. Saraza Jimena, Rafael. Doctrina Constitucional aplicable en materia civil y
procesal civil. Primera edición, Madrid, Editorial Civitas, 1994; p. 38 y 39.
Página 91 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
65
Citado por Correa Henao, Magdalena. La Limitación de los Derechos Fundamentales.
Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, Bogotá, Departamento
de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, 2003, p. 100.
Página 92 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
66
Cfr.: Osvaldo Alfredo Gozaíni. Derecho Procesal Civil, T.1. Buenos Aires, Ediar,
1992, p. 371.
67
Cfr.: Monroy Galvez, Juan. La Formación del Proceso Civil Peruano. Lima,
Comunidad, 2003, p. 180.
Página 93 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 94 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
68
Rocco, Ugo. Tratado de Derecho Procesal Civil, T. 1. Segunda reimpresión, Bogotá -
Buenos Aires, Temis - Depalma, 1983, p. 345 y 346.
Página 95 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
69
Benaventos, Omar A. Excepciones y Defensas Procesales. Primera reimpresión,
Santa Fe Argentina, Editorial Juris, 1999, p. 16.
Página 96 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 97 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 98 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
Página 99 de 150
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
1.2.- En el C. C. Francés:
El Art. 2044 define a esta figura como un contrato con el siguiente texto:
“La transacción es un contrato por medio del cual las partes terminan una
controversia surgida, o previenen una controversia por surgir. Este
contrato debe ser redactado por escrito”
70
Cfr. Castro Gallo, Mario. La Transacción. Lima, Diálogo S.A., 2003, p.11.
71
Cfr.: Castro Gallo, Mario. La Transacción. p. 19.
72
Cfr.: Valdéz Sánchez, Roberto. La Transacción, solución alternativa de conflictos.
Segunda edición, Colombia, Legis, 1998; p. 97.
73
Forniciari, Mario Alberto. Modos Anormales de Terminación del proceso; Tomo II.
Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1988; p. 27
74
Este punto será desarrollado más profusamente en el punto 4 subsiguiente.
75
Llambías, Jorge Joaquín. Código Civil Anotado; Tomo II-A. Buenos Aires, Editorial
Abeledo Perrot, 1983; p. 396.
entre las partes sólo puede ser opuesta como defensa de fondo, esto es,
como un argumento más de la defensa del emplazado vinculada a la
extinción previa de derechos dudosos (76), en cuya hipótesis el juez debe
pronunciarse en la sentencia y determinar si aquélla extinguió el derecho
invocado en la demanda.
76
Cfr.: Vargas, Abraham Luís. Excepción de Transacción. En: Peyrano, Jorge W.;
Costantino, Juan; De los Santos, Mabel, y Otros. Excepciones Procesales. Segunda
edición, Santa Fe, Editorial Jurídica Panamericana, 2006; p. 580.
77
Osterling Parodi, Felipe y Castillo Freyre, Mario. Tratado de las Obligaciones, T.IX,
segunda edición, Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
2001, p. 447.
78
Palacio, Lino Enrique. Derecho Procesal Civil, Tomo V. Cuarta reimpresión, Buenos
Aires, Abeledo Perrot, 1993; p. 555.
79
Cfr.: De Gásperi, Luís. Tratado de Derecho Civil, Tomo III. Buenos Aires, Tipográfica
Editora Argentina, 1964, p. 314.
80
Citado por Peláez, Francisco J. La Transacción, su eficacia procesal. Barcelona,
Bosch - Casa Editorial S.A. 1987, p. 162.
81
Citado por Peláez, Francisco J. La Transacción, pp. 168-169.
5.1. El Art. 446 inc. 10° dispone que el demandado solo puede
proponer, entre otras, la excepción de conclusión del proceso por
transacción.
5.2. En la parte pertinente del Art. 443 del mismo cuerpo legal previene
que es fundada la excepción referida “…cuando se inicia un
proceso idéntico a otro: 4° En que las partes… transigieron”. En
consecuencia, la procedencia de la excepción indicada importa
necesariamente la existencia de dos procesos idénticos.
5.3. Por otro lado, hay identidad de procesos cuando las partes o
quienes de ellas deriven sus derechos, el petitorio y el interés para
obrar, sean los mismos, según previsión normativa contenida en el
Art. 452. Se requiere esta triple identidad entre el primer proceso
transigido y el segundo en donde se hace valer la excepción.
5.4. Por tanto, esta excepción solamente es oponible cuando se inicia
un segundo proceso, idéntico a otro anterior, en donde las mismas
partes celebraron una transacción judicial. De tal modo que la
transacción extrajudicial, al no haber sido celebrada dentro de un
proceso, no puede configurar proceso idéntico y menos aún puede
servir de sustento a la excepción tantas veces mencionada.
5.5. Por consiguiente, para la procedencia de la excepción de
conclusión del proceso por transacción, nuestro ordenamiento
82
Hinostroza Minguez, Alberto. Formas Especiales de Conclusión del Proceso.
Primera edición, Lima, Gaceta Jurídica, 1998, pp. 165 y 166
cual se transigió, ya sea por escritura pública o por petición ante el juez
que conocía de la causa; el demandado tiene todo el derecho para
oponer o deducir la excepción de transacción, contemplada en el artículo
446 del Código Procesal Civil. Cabe señalar que, para que proceda
esta excepción de transacción se requiere que los procesos sean
idénticos; y existe identidad de procesos cuando las partes o quienes de
ellos deriven sus derechos, el petitorio y el interés para obrar sean los
mismos.” (83)
83
Castro Gallo, Mario. La Transacción, p. 70.
84
Temas de Derecho Procesal Civil, Teoría General del Proceso, Lima, Jurista Editores,
2008, pp. 157-158.
85
Pino Carpio, Remigio. Nociones de Derecho Procesal y Comento del Código de
Procedimientos Civiles, T. II. Lima, Tipografía Peruana S.A., p. 72 y 73.
86
Vargas, Abraham Luís. Excepción de Transacción, p. 580.
5.12. Igualmente, Lino Enrique Palacio considera que debe existir dos
procesos idénticos como supuesto o requisito de la excepción de
transacción, en razón a que la misma:
“…se funda en la existencia de actos anormales de conclusión procesal
cuya eficacia equivale a la de cosa juzgada, [por lo que] resulta sin duda
apropiado el tratamiento procesal al que se los ha sometido.” (88)
87
Véase en: Defensas y Excepciones; Osvaldo Alfredo Gozaíni (Director). Buenos
Aires, Rubinzal Culzoni Editores, 2007, pp. 308 y 309.
88
Palacio, Lino Enrique. Derecho Procesal Civil, Tomo VI. Tercera reimpresión, Buenos
Aires, Abeledo Perrot, 1990; p. 137.
89
Pelaez, Francisco J. La Transacción. pp. 204-206.
5.14. Debe convenirse en que, si bien es cierto que existe cierta similitud
entre la transacción extrajudicial y la judicial (es producto de un
acuerdo de voluntades entre las partes, quienes se hacen
concesiones recíprocas), las diferencias son ostensibles, las que
van a determinar distintos efectos; así: 1) en la transacción
extrajudicial no hay homologación por parte del juez, en cambio la
judicial requiere ser homologada; 2) esta homologación importa un
control y análisis por parte del juez, quien determina si se ha
cumplido con las normas previstas en los Arts. 335 a 337, estando
facultado el juez a rechazar la transacción que no cumpliera con
tales requisitos; mientras que la transacción extrajudicial no está
sujeta a ningún tipo de control judicial, y solamente está sometida a
la plena autonomía de la voluntad de las partes, siendo que en la
realidad se dan casos de inequidad y de abuso del derecho por la
posición contractual dominante de una de las partes celebrantes; 3)
en la transacción extrajudicial con las concesiones recíprocas se
puede crear, regular, modificar o extinguir relaciones diversas de
aquellas que han constituido objeto de la controversia entre las
partes; en tanto que, con la transacción judicial no se puede crear,
regular, modificar o extinguir relaciones materiales ajenas al
proceso; 4) ante el incumplimiento de las obligaciones contenidas
en la transacción, la ley concede mérito ejecutivo para la
extrajudicial, y tratándose de la judicial se ejecuta de la misma
forma que la sentencia firme (Art. 1312 del C.C.); 5) por tanto, la
transacción judicial se celebra en virtud a que previamente ha
existido un objeto litigioso concretamente definido en el proceso, el
mismo que por efecto de aquélla queda finalizado; sin embargo, en
la extrajudicial, no hay una controversia objetivamente definida,
sino que las partes considerando sus intereses opuestos y
subjetivamente su contenido dudoso, acuerdan terminar la
contienda; 6) la transacción judicial, al tener un control judicial y
90
Chiovenda, Giuseppe. Instituciones de Derecho Procesal Civil, Vol. I. Segunda
edición, traducción de E. Gómez O, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1948;
p. 188.
91
Muñoz Sabaté, Luís. Las Cláusulas Procesales en la Contratación Privada.
Barcelona, Librería Bosch, 1988, pp. 35-36.
92
Cfr.: Mendoza Escalante, Mijail. Conflictos entre Derechos Fundamentales,
Expresión, información y honor. Lima, Palestra Editores, 2007, pp. 44 y ss.
Por otro lado, el Código Civil (Art. 1302, párrafos primero y tercero)
establece que por la transacción las partes, haciéndose concesiones
recíprocas, deciden algún asunto dudoso o litigioso evitando el pleito que
podría promoverse o finalizando el que está en curso y, además, que la
transacción tiene valor de cosa juzgada.
93
Cfr.: Martínez, Luis y Fernández, Jesús, Curso de Teoría del Derecho y Metodología
Jurídica, p. 288-290. Rafael de Asis Roig hace una sistematización más general y
compleja, estableciendo los siguientes criterios : a) por su sentido: criterios de
coherencia semántica o literal (gramatical, analógico); coherencia teleológica (teleológico
estricto, de racionalidad y de proporcionalidad, de razón mayor); coherencia valorativa
(de justicia y equidad, de naturaleza de las cosas, del contrapeso y razonabilidad); b)
proyecciones: pasado (criterio histórico estricto estático, criterio de la voluntad o
psicológico, criterio del precedente); presente (criterio del lugar material, criterio de
conformidad con la constitución); futuro (criterio histórico estricto dinámico), c) límites:
criterio de la no redundancia, apagógico, criterio de la consecuencialista estricto, criterio
de la ordenación, véase: Jueces y Normas, la Decisión Judicial desde el Ordenamiento,
Madrid, Marcial Pons, Ediciones Jurídicas S.A. 1995, p. 209.
94
Con acierto dice Manuel Aragón Reyes “… el problema de la vinculación de los jueces
a la ley ha de abordarse desde una perspectiva que podríamos llamar ´moderna’, esto
es, la propia de una Estado Constitucional de Derecho, y esa perspectiva no es otra que
la doble sumisión de los jueces a la constitución y a la ley…) La Vinculación del Juez a la
Ley, Madrid, Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid 1
(1997), 1997, p. 180.
95
El imperio de la Constitución y de la ley es uno de los pilares esenciales de un Estado
de Derecho, llámese Estado Constitucional de Derecho o Estado Democrático y Social
de Derecho; empero la legalidad surge como una respuesta a la arbitrariedad y el
absolutismo del antiguo régimen y así nos lo recuerda Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo-
Ferrer cuando precisa “El principio de legalidad se construye históricamente como
oposición a la arbitrariedad y la subjetividad de las decisiones del príncipe, como sistema
de ejercicio de poder objetivo, igualitario y previsible y como elemento clave para
legitimar el poder, para organizarlo y delimitarlo…” Constitución, Legalidad y Seguridad
Jurídica, en: Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid 1
(1997), p. 157.
96
Véase: Prieto Sanchís, Luis. Apuntes de Teoría del Derecho, Madrid, Editorial Trotta,
segunda edicción 2007, p. 113 y ss.
97
Ob. Cit. P. 134 y ss.
98
Guastini, Ricardo. Estudios sobre la interpretación jurídica. Segunda edición, Editorial
Porrúa, México, 2000; p.76.
De todo esto cabe concluirse que el juez no puede crear una excepción o
defensa de forma que no esté prevista expresamente en la norma
procesal civil. Además está prohibido de hacerlo porque sino abriría las
puertas para reconocer otras excepciones no previstas expresamente,
vulnerándose de este modo el contenido esencial de los derechos de
acción, al proceso y a una decisión sobre el fondo del litigio que
corresponde a la parte demandante.
99
Cfr. Prieto Sanchís, Luis Ob. Cit. p. 138.
100
Cfr.: Muro Rojo, Manuel. Transacción de Ausentes e Incapaces. En: Código Civil
comentado por los 100 mejores especialistas; Tomo VI. Lima, Gaceta Jurídica, 2004;
p.819.
101
Publicada en el diario oficial El Peruano el 31 de enero de 2005.
9.2.- Concepto
La Teoría de los Actos Propios, tal como la definen Marcelo J. López
Mesa y Carlos Rogel Vide, consiste en una limitación al ejercicio de un
derecho, que reconoce como fundamento una razón de política jurídica: la
protección de la confianza suscitada por el comportamiento antecedente,
que luego se pretende desconocer (104). Como señalan los referidos
102
Borda, Alejandro. La Teoría de los Actos Propios, Cuarta Edición, Buenos Aires,
Editorial Abeledo-Perrot Lexis Nexis Argentina S.A., 2005 edición, p. 15 y 21
103
Diez-Picazo Ponce de León, Luís. La doctrina de los propios actos: un estudio
crítico sobre la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Barcelona, Bosch Casa Editorial,
1963, pp. 23 a 26.
104
López Mesa, Marcelo y Rogel Vide, Carlos. La Doctrina de los actos propios,
Doctrina y Jurisprudencia. Buenos Aires, Editorial Reus y Editorial B de F, 2005, p. 91.
9.3.- Requisitos
La teoría de los actos propios requiere de tres condiciones para que
pueda ser aplicada, que son las siguientes (108):
105
Fueyo Laneri, Fernando. Instituciones de Derecho Civil Moderno. Santiago de Chile,
Editorial Jurídica de Chile, 1990, pp 308 y 310.
106
Ob. Cit. p. 56.
107
Cfr. Peyrano, Jorge W. Derecho Procesal Civil, de acuerdo al C.P.C. Peruano. Lima,
Ediciones Jurídicas, 1995, pp. 355 y 356.
108
Borda, Alejandro, Ob. Cit. p. 71.
109
En el escrito de absolución de la excepción corriente a fojas 261 del Tomo I, la
demandante expresamente alegó la nulidad de pleno derecho de las transacciones
celebradas con Empresa Minera Yanacocha S.R.L.
110
Ob. Cit. p. 78.
111
Ob. Cit. p.190.
112
De la Puente y Lavalle, Manuel. El Contrato en general. Comentarios a la Sección
Primera del Libro VII del Código Civil, Tomo III. Segunda reimpresión de la Segunda
edición actualizada, Lima, Palestra editores, 2007, pp. 108 y 109.
(113). En cambio las buenas costumbres son entendidas como los cánones
fundamentales de honestidad pública y privada a la luz de la conciencia
social.
Si las transacciones extrajudiciales contravienen normas que interesan al
orden público también debe ser materia de probanza en el principal y
objeto de pronunciamiento en la sentencia, pues de considerarse que en
aquellas transacciones que interesan a los tres menores de edad,
concurre una causal de nulidad absoluta y manifiesta, el Juez está
autorizado para declararla de oficio (Art. 219, inc. 8, y Art. 220 del C.C.).
Por otra parte, no se aplica la doctrina de los actos propios si han
variado las condiciones que se daban al producirse la conducta
vinculante. En el caso sub júdice, las condiciones y circunstancias que se
daban al celebrarse la primigenia transacción extrajudicial (02 de
setiembre del 2000) evidentemente variaron con el transcurso del tiempo,
tan cierto es ello que con fecha 04 de noviembre del 2000 las partes
celebran un segundo acuerdo transaccional que le denominan
“addendum”, y en virtud del cual Yanacocha duplica el monto de las
indemnizaciones pactadas en la primigenia transacción a favor de la
demandante y de sus tres menores hijos. Este segundo acuerdo
evidencia que la controversia fue reabierta por ambas partes y que las
condiciones variaron con el paso del tiempo, esto es que el progresivo
agravamiento de las lesiones tenía lugar en razón de la naturaleza de la
intoxicación por mercurio, y por tanto, las condiciones existentes al
celebrar el segundo documento fueron distintas a las que se daban al
celebrar la referida transacción extrajudicial.
Asimismo, respecto a las buenas costumbres, corresponde al Órgano
Jurisdiccional en la causa sub materia analizar en la sentencia si las
transacciones fueron celebradas respetando los cánones fundamentales
de honestidad a la luz de la conciencia social, pues el presente caso es
113
Cfr.: Castillo Freire, Mario. La Teoría de los Actos Propios. Primera edición, Lima,
Palestra editores, 2006, p. 109.
114
Cfr. López Mesa, Marcelo J. y Rogel Vide, Carlos, Ob. Cit., p. 180.
115
Conclusión 3ª del despacho de la Comisión 8 de las Novenas Jornadas Nacionales de
Mar del Plata, 1983.
116
Ob. Cit. p. 150.
117
Gozaíni, Osvaldo A. La Conducta en el Proceso, La Plata, Librería Editora Platense
S.R.L., 1988, pp. 215 y 219. Este mismo autor cita en este lugar a Edgardo Alberti, quien
advierte “Lo necesario, en todo caso, es que la conducta precedente respecto de la cual
la pretensión provocaría una contradicción inatendible por el Tribunal, sea invocada y
probada en sí misma: cual todo otro hecho de la causa. De manera que si no estuviera
ya contenida en la relación formulada por el pretensor –contra el cual ella sería vuelta
por la interpretación de su sentido-, el demandado estará constreñido a referir cuál haya
sido la conducta antecedente, y a probarla de negar el pretensor haber actuado de tal
manera”.
118
Loreto, Luís. Contribución al Estudio de la Excepción de Inadmisibilidad por Falta de
Cualidad. En: Estudios de Derecho Procesal Civil, Caracas, Universidad Central de
Venezuela, Facultad de Derecho, Volumen XIII, 1956.
119
Chiovenda, Giuseppe. Instituciones de Derecho Procesal Civil, Vol. I.; p. 185.
120
Cfr.: Montero Aroca, Juan. La Legitimación en el Proceso Civil. Primera edición,
Madrid, Editorial Civitas S.A., 1994, p. 35 y 36.
XII. RESOLUCIÓN:
menores Euler Jonathan y José Ronny Mendoza Quiroz, así como Walker
Steve Cuenca Quiroz, propuesta por Minera Yanacocha S.R.L., Ransa
Comercial S.A. y Esteban Arturo Blanco Bar, y REFORMANDOLA se
declare IMPROCEDENTE esta excepción; se REVOQUE la misma
resolución del Juez de Primera Instancia en cuanto declara INFUNDADA
la excepción de conclusión del proceso por transacción referida a la
demandante Giovanna Angélica Quiroz Villaty, y REFORMANDOLA se
declare IMPROCEDENTE esta excepción. Se declare INFUNDADO el
recurso de casación en la parte referida a la excepción de falta de
legitimidad para obrar de la parte demandante respecto de la pretensión
indemnizatoria por daño al medio ambiente propuesta por los nombrados
emplazados Minera Yanacocha S.R.L. y Esteban Arturo Blanco Bar. Se
DECLARE que carece de objeto pronunciarse sobre la causal de
inaplicación de normas de derecho material respecto de la excepción de
conclusión del proceso por transacción. DECLARARON que constituye
doctrina jurisprudencial con carácter vinculante conforme a los alcances y
efectos previstos en el octavo y décimo sétimo considerandos,
respectivamente, lo siguiente:
Casación N° 1465-2007-Cajamarca
Demandantes :
Demandados :
Materia :
Proceso :
Conocimiento
Sumario :
Página 1 de 2
Corte Suprema de Justicia de la República
Pleno Casatorio Civil
XII.- RESOLUCIÓN.
Página 2 de 2
SEGUNDO PLENO CASATORIO
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
VII PLENO CASATORIO CIVIL
CASACIÓN N° 3671–2014–LIMA
Sumario:
Séptimo Pleno Casatorio Civil 25
Sentencia del Pleno Casatorio
26 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
1.1 Mediante escrito de fojas 37, subsanado a fojas 87, Gloria Esther
Hermida Clavijo, en representación de Miriam Ivonne Hermida Clavijo
interpone demanda de tercería de propiedad contra Jesús Esther Tambini
Miranda y Desarrollos Siglo XXI Sociedad Anónima Abierta solicitando
se deje sin efecto la medida cautelar ordenada sobre los bienes de su
propiedad. La actora argumenta en su demanda lo siguiente:
Séptimo Pleno Casatorio Civil 27
Sentencia del Pleno Casatorio
1.3 Por escrito que obra a fojas 141, la demandada Jesús Esther Tambini
Miranda contesta la demanda señalando que la minuta de fecha 26 de
mayo de 2004 no ha sido certificada por Notario Público, no es un
documento de fecha cierta y que el embargo fue ejecutado con
anterioridad a la inscripción de la compraventa de la demandante.
1.5 Por resolución que obra a fojas 222 se fijan los puntos controvertidos,
se califican los medios probatorios ofrecidos por las partes y se decreta el
juzgamiento anticipado del proceso.
28 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
1.6.6 Siendo así, el inmueble sub litis no debe responder por la obligación
de la emplazada Desarrollos Siglo XXI Sociedad Anónima Abierta,
siendo procedente el levantamiento de la medida cautelar decretada, por
lo que la demanda de tercería de propiedad resulta amparable.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 29
Sentencia del Pleno Casatorio
30 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 31
Sentencia del Pleno Casatorio
jurisprudencia. Lima: Gaceta Jurídica, 2013, p. 5. Este mismo autor agrega que “los
problemas que encierra la tercería de propiedad no solamente son de carácter procesal, sino
que también encierra un eminente problema de Derecho sustantivo, el relativo a la
oponibilidad del derecho del tercerista: dos sujetos (que serán el tercerista de propiedad y el
acreedor ejecutante) aspiran al mismo bien (conflicto de intereses), por lo que se hace
necesario establecer qué interés debe primar. Esto debe hacerlo no una norma procesal, sino
sustantiva” (Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. op. cit. p. 9).
32 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
3 Gunther GONZALES BARRÓN. Propiedad no inscrita vs. embargo inscrito: El legislador procesal
acaba de ratificar la solución dada por el Código Civil. Algunas notas en respuesta a cierta clase de
teóricos. En: Actualidad Jurídica. Tomo 179, Gaceta Jurídica, Lima, octubre de 2008, pp. 57 y
58. Este autor ha expresado que “el segundo párrafo del artículo 2022 en la práctica se
refiere específicamente a la hipótesis de conflicto entre la transferencia de propiedad no
inscrita y el embargo inscrito” (Gunther GONZALES BARRÓN. ¡Lo mío es tuyo! Crítica a la
doctrina, ilegal e inmoral, por la cual las deudas de unos se pagan con los bienes de otros: análisis y
crítica jurisprudencial. En: Diálogo con la Jurisprudencia. N° 134, Gaceta Jurídica, Lima,
noviembre de 2009, p. 48).
4 Nelson RAMÍREZ JIMÉNEZ. ¿Cuál debe ser tutelado: el embargo inscrito o la propiedad no inscrita?
En: Diálogo con la Jurisprudencia. N° 124, Gaceta Jurídica, Lima, enero de 2009, p. 122.
5 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. Op. cit. p. 5.
6 Gunther GONZALES BARRÓN. Propiedad no inscrita vs. embargo inscrito: El legislador procesal
acaba de ratificar la solución dada por el Código Civil. Algunas notas en respuesta a cierta clase de
teóricos. Cit. p. 65.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 33
Sentencia del Pleno Casatorio
7 Juan Luis AVENDAÑO VALDEZ. Entre dos derechos de diferente naturaleza: embargo vs.
propiedad ¡Prevalece el derecho de propiedad! En: Gaceta Civil & Procesal Civil. N° 26. Lima:
Gaceta Jurídica, agosto de 2015, p. 21.
8 Enrique BERNALES BALLESTEROS. La Constitución de 1993. Veinte años después. Lima:
34 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
propiedad sobre bienes inscritos, han sido objeto de análisis doctrinal por distintos autores,
todos los cuales están de acuerdo en entender que, en todas ellas, la cuestión fundamental a
dilucidar se refiere a la más adecuada interpretación de la segunda parte del artículo 2022
del Código Civil, toda vez que se trata siempre de un conflicto de derechos de distinta
naturaleza: el derecho de propiedad (no inscrito) del tercerista y el crédito (inscrito) del
acreedor embargante. Así, para las sentencias en casación citadas con los numerales i), iii),
iv), v), vi), viii), x), xi), xii) y xiii), puede verse a Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. op. cit. pp. 21
y ss. Para la sentencia en casación citada en el numeral ii), puede verse a María del Carmen
GALLARDO NEYRA y Jorge FERNÁNDEZ PAREDES. Estudio sobre el recurso de casación en el
proceso civil. A once años de su entrada en vigencia. En: Cuadernos de Investigación y
Jurisprudencia. Año 3. N° 7. Lima: Centro de Investigaciones del Poder Judicial. Enero-marzo
de 2005, p. 307. Para la sentencia en casación citada en el numeral vii), puede verse a Nelson
Séptimo Pleno Casatorio Civil 35
Sentencia del Pleno Casatorio
RAMÍREZ JIMÉNEZ. op. cit. p. 122. Para la sentencia en casación citada en el numeral xv),
puede verse a Gunther GONZALES BARRÓN. ¿Hasta cuándo seguiremos engañándonos con una
inscripción como panacea para todos los males? En: Actualidad Jurídica. T. 232. Lima: Gaceta
Jurídica, marzo de 2013, p. 80. Para esta misma sentencia, puede verse también a Ricardo
CALLE TAGUCHE. La tercería de propiedad a propósito de una reciente decisión de nuestra Corte
Suprema. En: Actualidad Jurídica. N° 239. Lima: Gaceta Jurídica, octubre de 2013, pp. 112 y ss.
Por último, para la sentencia en casación citada en el numeral xvi), puede verse la nota
periodística especializada de Rosa CERNA DE LUCIO. Corte Suprema: embargo inscrito prevalece
sobre propiedad no registrada. En: http://laley.pe/not/1785/corte-suprema-embargo-inscrito-
prevalece-sobre-propiedad-no-registrada/ (consultado el día 06 de octubre de 2015). Se ha
dicho que en estos procesos resaltan los intereses de grandes entidades financieras: “la tesis
proembargo favorece a los bancos. Así de simple” (Gunther Gonzales Barrón. El embargo
como supuesto “derecho real” y otros temas. Estudios de doctrina y metadoctrina. En: Gaceta Civil &
Procesal Civil. N° 26. Lima: Gaceta Jurídica, agosto de 2015, p. 43). Es el caso, sin embargo,
que la realidad jurisprudencial revela que esta afirmación dista de ser correcta. Basta revisar
las sentencias citadas para caer en la cuenta que es escasa la participación de los bancos en
estos procesos judiciales. De hecho, el caso particular que es materia del presente Pleno
Casatorio, tiene como tercerista a una empresa inmobiliaria y, en la posición de acreedor
embargante, a una persona natural.
13 Resolución del Consejo Nacional de la Magistratura Nº 120-2014-PCNM, fundamento 5.
14 Resolución del Consejo Nacional de la Magistratura Nº 120-2014-PCNM, fundamento 8.
15 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. Op. cit. p. 89: “No cabe duda de que es un deber de los
señores jueces supremos tratar de analizar lo que se ha escrito en torno al asunto materia de
un pleno casatorio y exponer las razones por las cuales adopta una u otra posición, dejando
de lado otra. Si bien es valedero defender nuestras opiniones con firmeza y respeto, no
puede negarse que nadie puede pretender ser dueño de la verdad. Por eso, en un tema
polémico, al final del día lo importante no es qué posición de adopte, sino que se adopte con
la debida fundamentación”.
36 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
16 Defendiéndose la primacía del embargo, se afirma que el problema no se refiere a la
determinación de titularidades, sino a la oponibilidad de las mismas: “Lo que nos preocupa
no es que se nieguen o desconozcan la adquisición ni la propiedad misma (con las
potestades que cita el artículo 923 del CC que continúa teniéndolas el propietario no
inscrito). Es importante enfatizar que no se discute el derecho a tener o mantener la
propiedad, sino que la que efectivamente se tiene no se puede ejercer a plenitud contra
todos, porque no está inscrita” (Juan Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA. ¡No hay derechos
absolutos! El derecho de propiedad no puede merecer protección si antes no es conocido vía la
inscripción registral. En: Gaceta Civil & Procesal Civil. N° 26. Lima: Gaceta Jurídica, agosto de
2015, p. 18).
17 Por tal razón, este Supremo Colegiado no suscribe la opinión que sostiene que “el juez de
Séptimo Pleno Casatorio Civil 37
Sentencia del Pleno Casatorio
a un mero documento con fecha cierta, es sencillamente imposible en el derecho alemán,
donde la adquisición de bienes inmuebles no puede efectuarse al margen del registro.
19 Materiales de Trabajo. Tema N° 3, Pleno Jurisdiccional Nacional Civil, Poder Judicial,
las deudas de unos se pagan con los bienes de otros: análisis y crítica jurisprudencial. cit.
38 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 39
Sentencia del Pleno Casatorio
24Martín MEJORADA CHAUCA. Op. cit. p. 55.
25Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. Embargo inscrito y tercería de propiedad. Su oponibilidad en la
jurisprudencia. op. cit. pp. 118 y 119.
40 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
26 Umberto BRECCIA; Lina BIGLIAZZI GERI; Ugo NATOLI; Francesco Donato BUSNELLI. Derecho
Civil. T. I. Vol. I. Traducción de Fernando Hinestrosa. Bogotá: Universidad Externado de
Colombia, 1995, p. 455.
27 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. ¡“Strike” jurídico!: ¿realmente hay 18 normas en favor de la
sustantivos, en la normativa de derecho procesal. Juan Luis AVENDAÑO VALDEZ. Op. cit. pp.
22 y 23: “el artículo 533 del Código Procesal Civil, según el cual la tercería debe fundarse en
la propiedad de los bienes afectados judicialmente por una medida cautelar. Es evidente
que si el legislador ha previsto la tercería y ha establecido que solo puede ser fundamentada
en el derecho de propiedad es porque este tiene mayor valor que el embargo inscrito. (…)
basta las lecturas de los artículos 534 y 536 para comprender que para el legislador procesal
el derecho de propiedad está por encima de una medida cautelar inscrita”; Martín
MEJORADA CHAUCA. Op. cit. p. 55: “En situaciones de conflicto un derecho real tiene que
ceder frente a otro porque no puede atenderse a dos titulares excluyentes, pero esto es una
excepción basado en un problema práctico, no es la privación de la naturaleza jurídica de
un derecho frente a otro. Eventualmente esta excepción hará ceder al embargo frente a la
Séptimo Pleno Casatorio Civil 41
Sentencia del Pleno Casatorio
Al respecto, se ha apuntado que “el artículo 100 del Código Procesal Civil
(CPC) regula, vía remisión, la legitimidad para obrar de los terceros para
propiedad (artículo 533 del Código Procesal Civil), sin que ello implique que la medida
judicial cambió su naturaleza”.
29 Gunther GONZALES BARRÓN. Una ley publicada la semana pasada le da el “tiro de gracia” a la
42 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
30 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. ¡“Strike” jurídico!: ¿realmente hay 18 normas en favor de la
propiedad no inscrita?Cit.
31 Este es el supuesto de hecho de una norma que regula un conflicto o colisión de derechos.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 43
Sentencia del Pleno Casatorio
32 Gunther GONZALES BARRÓN. Una ley publicada la semana pasada le da el “tiro de gracia” a la
31), a menudo, se solucionan en base a principios diferentes, pero “esto no significa que
haya alguna necesidad lógica tras la correlación, ni que las reglas sobre protección dinámica
sean las mismas en todos los sistemas jurídicos” (Alf ROSS. op. cit. p. 246). En otros términos,
aunque el principio de responsabilidad patrimonial tenga validez en todos los sistemas
legales occidentales, ello no significa que las reglas de colisión entre crédito y derecho real
sean las mismas en tales sistemas legales. Ergo, el principio de responsabilidad patrimonial
nada indica en torno al conflicto en mención.
34 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. ¡“Strike” jurídico!: ¿realmente hay 18 normas en favor de la
propiedad no inscrita?Cit.
44 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
bienes inscritos, que es lo que acá importa. Este precepto establece que la
reserva de la propiedad es oponible a terceros siempre que el pacto haya
sido previamente inscrito. Es decir, el conflicto de derechos en cuestión se
dirime en favor de la inscripción registral. Por consiguiente, llama la
atención que se haya invocado al artículo 1584 del Código Civil como una
norma que supuestamente favorece a la propiedad no inscrita, cuando en
realidad es todo lo contrario, puesto que expresamente resuelve el
conflicto de derechos en base a un criterio registral.
Sin embargo, es fácil notar que el artículo 1584 del Código Civil se refiere
a un conflicto muy específico entre crédito y propiedad. Así es, esta
norma solamente aplica cuando se enfrentan un derecho de crédito y un
derecho de propiedad en el marco de una compraventa con reserva de
propiedad. Fuera de este marco, tal norma es inaplicable. Mal puede
decirse, en consecuencia, que el enfrentamiento entre acreedor
embargante y tercerista que no ha inscrito su propiedad se debe resolver,
por regla general, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1584 del
Código Civil.
Esto mismo sucede con el artículo 11 del Decreto Legislativo 299. Si bien
regula un conflicto de derechos, se refiere solo a aquel conflicto que se
enmarque en un contrato de arrendamiento financiero. Fuera de este
ámbito, esta regulación no es aplicable. En tal sentido, tampoco puede
afirmarse que el enfrentamiento entre acreedor embargante y tercerista
que no ha inscrito su propiedad se debe resolver, por regla general, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 11 del Decreto Legislativo
299.
35 Max ARIAS SCHREIBER PEZET. Exégesis. T. II. Lima: Normas Legales, 2011, p. 107.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 45
Sentencia del Pleno Casatorio
tesis pro-embargo. cit.: “Cómo si todos estos fundamentos no fueran suficientes, y claramente
lo son, resulta que el 09 de septiembre de 2015 se publicó el Decreto Legislativo N° 1196,
que, entre otras normas, modificó el art. 7.4º de la Ley N° 28364, sobre el contrato de
capitalización inmobiliaria, por el cual, las entidades financieras y empresas de
capitalización podrán levantar los embargos sobre inmuebles, con solo presentar el
formulario de dicho contrato (FUCI), y no la inscripción”.
37 Luis DIEZ PICAZO y Antonio GULLÓN. Sistema de Derecho Civil. 6° edición.Vol. III. Madrid:
46 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Igual ocurre con el artículo 11 del Decreto Legislativo N° 299, que si bien
soluciona un conflicto de derechos dejando de lado la inscripción
registral, no es menos cierto que su radio de acción no abarca más que los
contratos de arrendamiento financiero y aquellos que se suscriban bajo el
Decreto Legislativo N° 1107. Este artículo 11 no puede, por tanto,
constituirse como regla general para solucionar el problema que ahora
nos ocupa.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 47
Sentencia del Pleno Casatorio
III.4 Los aspectos supra-legales del problema: el debate sobre el rol que
le corresponde al artículo 70 de la Constitución y al artículo 21 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
las deudas de unos se pagan con los bienes de otros: análisis y crítica jurisprudencial. Cit. p. 39.
39Juan Luis AVENDAÑO VALDEZ. Op. cit. p. 22.
40 Gunther GONZALES BARRÓN. El embargo como supuesto “derecho real” y otros temas. Estudios
ajenos. En: Gaceta Civil & Procesal Civil. N° 14. Lima: Gaceta Jurídica, agosto de 2014, pp. 87
y 88.
48 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
“Por lo que toca al automóvil que conducía al señor Tibi cuando fue
detenido, si bien se trata de un bien mueble registrable, este registro es
necesario para el solo efecto de la oponibilidad ante el reclamo de los
terceros que pretenden tener algún derecho sobre el bien”. Sobre el
particular, se afirma que el criterio registral invocado en este fundamento
no es aplicable al problema cuestión porque “el embargo no es un derecho
sobre el bien, ni puede serlo, conforme se explica en el texto principal”43.
42 Gunther GONZALES BARRÓN. Sobre la paradoja de crear derechos a partir del embargo de bienes
ajenos. Cit. p. 88.
43 Gunther GONZALES BARRÓN. Sobre la paradoja de crear derechos a partir del embargo de bienes
acaba de ratificar la solución dada por el Código Civil. Algunas notas en respuesta a cierta clase de
teóricos. Cit. p. 65.
45 De este modo, ante la opinión según la cual “la oponibilidad deberá estar dada por la
tesis pro-embargo. cit, donde se afirma expresamente que la segunda parte del artículo 2022
del Código Civil es aplicable al problema objeto de análisis.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 49
Sentencia del Pleno Casatorio
47 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. La supremacía constitucional del crédito inscrito sobre la
propiedad no inscrita. En: Gaceta Civil & Procesal Civil. N° 26. Lima: Gaceta Jurídica, agosto de
2015, p. 65.
48 Francisco RAMOS MÉNDEZ. Derecho y Proceso. Barcelona: Bosch, 1978, p. 47.
49 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. La supremacía constitucional del crédito inscrito sobre la
50 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
50 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. La supremacía constitucional del crédito inscrito sobre la
propiedad no inscrita. cit. p. 64.
51 Martín MEJORADA CHAUCA. Op. cit. p. 50.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 51
Sentencia del Pleno Casatorio
Harry WESTERMANN; Harm Peter WESTERMANN; Karl-Heinz GURSKY, y Dieter EICKMANN.
52
Derechos reales. Vol. 1. Traducción de Ana Cañizares Laso, José María Miquel González, José
Miguel Rodríguez Tapia, y Bruno Rodríguez-Rosado. Madrid: Fundación Cultural del
Notariado, 2007, pp. 299 y 300.
52 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
III.4.2 El rol del fundamento 219 del caso Tibi vs. Ecuador en la
resolución del problema de este Pleno Casatorio Civil.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 53
Sentencia del Pleno Casatorio
No puede negarse que el fundamento 219 de la sentencia del caso Tibi vs.
Ecuador se refiere a un conflicto de derechos, indicando que el conflicto
debe dirimirse en base a un criterio registral. Hay que reconocer también
que no es acertada la doctrina, ya citada, que ha pretendido desaplicar
este fundamento alegando que no estamos ante un conflicto de derechos,
sino ante la colisión de un derecho frente a una medida judicial
provisional. Es menester recalcar que estamos ante un conflicto de
derechos de naturaleza diversa.
Por tales razones, no cabe más que ratificar la idea ya expuesta, según la
cual la normativa constitucional y de derechos humanos no establece
explícitamente ninguna primacía de alguno de los derechos en conflicto.
Por el contrario, la doctrina y jurisprudencia señalan que tales derechos
ostentan idéntica tutela a nivel de la Constitución y de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Y esta conclusión debe ser tenida
54 Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. La supremacía constitucional del crédito inscrito sobre la
propiedad no inscrita. cit. p. 64.
54 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
55 Javier Pérez Arroyo. La interpretación de la Constitución. Buenos Aires: Marcial Pons,
2012, p. 145.
56 Martín MEJORADA CHAUCA. Op. cit. p. 50.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 55
Sentencia del Pleno Casatorio
57 Resolución N° 04 de fecha 03 de marzo de 2012, recaída en el expediente N° 10616-2007.
58 Resolución N° 05, de fecha 03 de abril de 2012, recaída en el expediente N° 7953-2009.
56 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 57
Sentencia del Pleno Casatorio
acaba de ratificar la solución dada por el Código Civil. Algunas notas en respuesta a cierta clase de
teóricos. Cit. p. 73.
58 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
punto final, a un reciente artículo que intenta demostrar la cuadratura del círculo. Cit. p. 47.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 59
Sentencia del Pleno Casatorio
62 Gunther GONZALES BARRÓN. La inútil doctrina sobre la tutela aquiliana del crédito. Réplica, y
punto final, a un reciente artículo que intenta demostrar la cuadratura del círculo. Cit. p. 48.
63 Gunther GONZALES BARRÓN. La inútil doctrina sobre la tutela aquiliana del crédito. Réplica, y
punto final, a un reciente artículo que intenta demostrar la cuadratura del círculo. Cit. p. 50.
64 La Resolución N° 04, de fecha 05 de junio de 2012, recaída sobre el expediente N° 2042-
2010.
60 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
65 La Resolución N° 04, de fecha 05 de junio de 2012, recaída en el expediente N° 5735-2008.
66 Resolución N° 04, de fecha 04 de abril de 2013, recaída sobre el Expediente N° 9704-2011.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 61
Sentencia del Pleno Casatorio
62 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 63
Sentencia del Pleno Casatorio
En tal sentido, se anota que “no parece que pueda compartirse la opinión
que afirma que siempre ha existido una tendencia jurisprudencial
claramente dominante a favor de la propiedad no inscrita y que, por
consiguiente, los criterios jurisprudenciales a favor del embargo inscrito
son recientes. Ya hemos visto que incluso dentro de las sentencias en
casación que fallan a favor de la propiedad no inscrita, se aprecia una
resistencia notable de parte de un grupo de jueces supremos que han
emitido sus votos en sentido contrario. Además, desde inicios de la
década pasada ya se aprecian decisiones favorables al embargo
inscrito”67.
67Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. Embargo inscrito y tercería de propiedad. Su oponibilidad en la
jurisprudencia. cit. p. 34. No es exacto, entonces, afirmar que este Pleno Casatorio es
producto de la “incertidumbre generada” por la sentencia en casación N° 5135-2009-Callao
(Gunther Gonzales Barrón. El embargo como supuesto “derecho real” y otros temas. cit. p. 30). La
incertidumbre no deriva, de ninguna manera, de un solo pronunciamiento. Hay, como es
evidente, varios pronunciamientos casatorios en sentido contradictorio.
64 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 65
Sentencia del Pleno Casatorio
66 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Registros’ y por el artículo 2016 del Código Civil cuando dice que: ‘La
prioridad en el tiempo de la inscripción determina la preferencia de los
derechos que otorga el registro’. Sexto.- Compulsados el principio de
rango (recogido por el artículo 2022 del Código Civil) frente a los
principios registrales de buena fe y prioridad en el tiempo, se llega a la
conclusión que, en el presente caso, deben prevalecer estos últimos, en
atención a que cuando se inscribió el embargo no aparecía inscrito el
título de la tercerista, por lo que el banco demandado mantiene su
adquisición una vez inscrito su derecho, pues, en materia registral, quien
entra primero al registro es primero en el derecho. El artículo 1135 del
Código Civil, que constituye una norma de ‘derecho común’, recoge
también el principio de prioridad en el tiempo para determinar la
preferencia en el derecho. Admitir lo contrario importaría destruir el
sistema registral que nos rige y haría ineficaces los siguientes principios:
a) El de legalidad, que preconiza que todo título que pretenda su
inscripción debe ser compatible con el derecho ya inscrito (...) b) El de
impenetrabilidad que preconiza el de impedir que se inscriban derechos
que se opongan o resulten incompatibles con otro, aunque aquellos sean
de fecha anterior (...) c) El de publicidad recogido por el artículo 2012 del
Código Civil que preconiza la presunción absoluta, sin admitirse prueba
en contrario, de que toda persona tiene conocimiento del contenido de las
inscripciones. Sétimo.- Las razones anotadas conducen a considerar que
en el caso sub materia, en la sentencia de vista, se han dejado de aplicar
los numerales 2014 y 2016 del Código Civil, por lo que el recurso debe
declararse fundado y la Sala, actuando como organismo de mérito, debe
revocar la sentencia apelada”.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 67
Sentencia del Pleno Casatorio
68 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 69
Sentencia del Pleno Casatorio
que no ha sido inscrito nunca; que la eficacia alegada por los esposos
terceristas del contrato de compraventa privado del año mil novecientos
noventa y cinco solo puede ser oponible entre las partes del contrato,
porque para ser opuesta a los terceros debe publicitarse en el registro,
tratándose de bienes inscritos; que solo tratándose de bienes no inscritos,
la antigüedad de los actos jurídicos celebrados resulta relevante para
decidir la preferencia de los derechos generados por ellos, según las
normas del derecho común y no las que regulan el derecho registral.
Quinto.- Que, respecto a la denuncia de infracción normativa procesal -
citada en el literal c) en cuanto a la Casación Nº 2285-2001, debe señalarse
que las ejecutorias supremas dictadas a la fecha no constituyen
precedente judicial, al no haber sido expedidas con las formalidades
exigidas por el artículo cuatrocientos del Código Procesal Civil, en
consecuencia la denuncia es inviable”.
70 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
jurisprudencial a propósito de los treinta años del Código Civil. cit. pp. 634-635.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 71
Sentencia del Pleno Casatorio
5.3. Juan Monroy sostuvo que el caso discutido no debiera ser objeto de
un precedente vinculante, pues: (1) El artículo 2022 al clasificar los
derechos en personales y reales incurre en un anacronismo. Esa
clasificación era históricamente entendible, pero hoy no tiene ningún
significado y se encuentra superada; (2) La tercería no tiene por objeto
titular con el derecho de propiedad a nadie, sino, liberar un bien afectado
por una medida cautelar, finalidad que debe tenerse en cuenta; (3) El
sistema de transferencia de propiedad inmobiliaria regulada en el
sistema civil es desconocido por las grandes mayorías. Por ello, deben ser
los jueces en el caso concreto los que resuelvan atendiendo a las
72 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 73
Sentencia del Pleno Casatorio
71 Nelson RAMÍREZ JIMÉNEZ. Crónica del VII Pleno Casatorio Civil. En: Actualidad Civil. Vol. 13.
74 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
72 Geneviéve VINEY. Tratado de Derecho Civil. Introducción a la responsabilidad. Traducción de
Fernando MONTOYA MATEUS. Bogotá: Universidad Externando de Colombia, 2008, p. 429.
73 Geneviéve VINEY. Op. cit. p. 430.
74 Geneviéve VINEY. Op. cit. p. 431.
75 Jorge MOSSET ITURRASPE. Estudios sobre responsabilidad por daños (fallos anotados y doctrina).
T. III. Santa fe: Rubinzal y Culzoni, 1982, p. 132; Juan APARICIO. Responsabilidad del tercero
por lesión al derecho de crédito. Buenos Aires: Plus Ultra, 1974, pp. 21 y ss.
76 Luis BUSTAMANTE SALAZAR. La tutela aquiliana del derecho de crédito y la revocación por acción
pauliana. En: Ars Boni et Aequi. N° 3. Santiago: UBO, 2007, pp. 167 y 168.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 75
Sentencia del Pleno Casatorio
a) Premisa.
77Fort NINAMANCCO CÓRDOVA. Embargo inscrito y tercería de propiedad. Su oponibilidad en la
jurisprudencia. Cit. p. 138.
76 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 77
Sentencia del Pleno Casatorio
79 Emilio BETTI. La interpretación de la ley y de los actos jurídicos. Traducción española de José
Luis de los Mozos. Editorial Revista de Derecho Privado: Madrid, 1975, p. 28.
80 Emilio BETTI. op. cit. p. 30.
78 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
81 Emilio BETTI. op. cit. p. 32.
82 Emilio BETTI. op. cit. p. 34.
83 Emilio BETTI. op. cit. p. 35.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 79
Sentencia del Pleno Casatorio
84 Robert ALEXI. El Concepto y la Validez del Derecho. Traducción española de Jorge Seña.
Barcelona: Gedisa, 1994, p.14.
85 Claus-Wilhem CANARIS. Función estructura y falsación de las teorías jurídicas. Traducción
española de Daniela Brückner y José Luis De Castro. Madrid: Civitas, 1995, pp. 114 y ss.
86 Claus-Wilhem CANARIS. Op. cit. pp. 114-117.
80 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
87 Richard POSNER. El análisis económico del Derecho en el common law, en el sistema romano-
germánico, y en las naciones en desarrollo. Traducción española de Enrique Pasquel. En: Revista
de Economía y Derecho. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Lima: Invierno 2005, p.
14.
88 Giovanni TARELLO. L´interpretazione della legge. Milán: Giuffré, 1980, p. 120.
89 Alfredo BULLARD GONZALES. La resolución huachafa, o de cómo usar el legalismo para matar la
legalidad. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Lima: Gaceta Jurídica, Setiembre 2003, p. 46.
90 Emilio BETTI. op. cit. p. 261.
91 Massimo BIANCA. Diritto civile. T. I. Milán: Giuffré, 1990, p. 101.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 81
Sentencia del Pleno Casatorio
Por consiguiente, desde que existe un texto normativo que establece una
consecuencia jurídica para el supuesto de hecho de conflicto de derechos
95 Giovanni Azael FIGUEROA MEJÍA. La presunción de constitucionalidad de la ley como criterio
jurisprudencial. Especial análisis del caso mexicano. En: AAVV. Constitucionalismo. Dos siglos de
su nacimiento en América Latina. México D. F.: Universidad Autónoma de México, p. 264.
96 Carlos Santiago NINO. Introducción al análisis del Derecho. 2° edición. Buenos Aires: Astrea,
2003, p. 281.
82 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
VI.3 El sentido de la segunda parte del artículo 2022 del Código Civil a
la luz de una interpretación sistemática: la no aplicación de criterios
registrales.
Así, se tiene que resaltar que cada vez que el legislador civil regula
conflictos de derechos, si decide dirimir el conflicto en base a criterios
registrales, lo hace explícitamente, sin “medias tintas”. Si de privilegiar el
registro se trata, el Código Civil lo hace de forma expresa y clara, sin
fórmulas vagas o un tanto imprecisas. Así se tienen los ya mentados
artículos 1135, 1136, 1584, 1708 y 2023 del Código Civil, donde la política
legislativa en favor del registro como medio para dirimir conflictos de
derechos es patente o manifiesta. Es más, podrían agregarse también los
artículos 1591 y 1670, que regulan también conflictos de derechos,
estableciendo la solución en base a la inscripción registral.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 83
Sentencia del Pleno Casatorio
por la doctrina defensora del crédito inscrito. Se trata, como mandan las
premisas interpretativas establecidas, de un análisis del texto de la
disposición objeto de interpretación.
84 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
“El derecho común es el conjunto de reglas del derecho civil que tiene
una vocación general, cuando estas no están separadas por reglas
especiales (…) El campo del derecho civil comprendía originalmente
prácticamente todo el derecho privado, pero la especialización en el
ejercicio de ciertas actividades o en la propiedad de ciertos bienes ha
hecho que nazcan ramas nuevas que se han separado del derecho civil.
Sin embargo, eso no significa que las reglas del derecho civil no sean
parte del derecho común, sus reglas están llamadas a intervenir en todas
las hipótesis en que su aplicación no contradiga reglas especiales de una
rama especial lejana al derecho civil o, aún, en ausencia de regla
contraria, cuando ellas no contradigan los principios esenciales o el
espíritu de una rama especial”98
Así las cosas, puede afirmarse que el derecho registral es una rama
especializada, puesto que gran parte de su normativa no consta en el
Código Civil, sino en reglamentos y leyes especiales, motivo por el cual
debe entenderse al “derecho común” como no incluyente de las reglas
registrales que, por ser especializadas, son ajenas al derecho común.
Por lo tanto, al aplicarse la segunda parte del artículo 2022 del Código
Civil, no resulta adecuado interpretar que también aquí existe remisión a
la normativa registral, puesto que, como se ha venido diciendo en este
apartado, es evidente que el texto de esta normativa indica otra cosa. Por
ende, se tiene que aplicar una solución basada en la no aplicación de
reglas registrales, dejando así de lado el principio de prioridad registral.
98 Christian LARROUMET. Derecho Civil. Introducción al estudio del Derecho Privado.
Reimpresión. Bogotá: Legis, 2008, pp. 50-51.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 85
Sentencia del Pleno Casatorio
86 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
99Marcial RUBIO CORREA. El Título Preliminar del Código Civil. 9° edición. Lima: Fondo
Editorial de la PUCP, 2008, p. 81.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 87
Sentencia del Pleno Casatorio
inconsistencia cuando se asume que el título no inscrito debe imponerse a un título inscrito:
“preferir la propiedad no inscrita sobre el embargo inscrito no explica satisfactoriamente la
política legislativa consagrada en los artículos 1708 y 2023 del Código Civil. ¿Cómo así el
88 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 89
Sentencia del Pleno Casatorio
90 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 91
Sentencia del Pleno Casatorio
VIII. Decisión
92 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 93
Sentencia del Pleno Casatorio
RELATOR
94 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 95
Sentencia del Pleno Casatorio
4. El texto íntegro del artículo 2022° del Código Civil es como sigue:
101Ronquillo Pascual, Jimmy. Tercería de Propiedad contra embargo e hipoteca. Gaceta
Jurídica, Lima, 2015, pp. 60 y 61.
96 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
102 Ídem, p. 219.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 97
Sentencia del Pleno Casatorio
jurídico. Ahora piénsese en el caso del artículo 219 del Código Civil,
ocho supuestos diferentes tienen la misma consecuencia jurídica: la
nulidad del acto o negocio jurídico. Recuérdese ahora el artículo 333 del
Código Civil, que contempla numerosos supuestos diferentes, que tienen
una misma consecuencia jurídica: provocar la separación de cuerpos o el
divorcio. (…) Entonces, que el segundo párrafo del artículo 2022
termine privilegiando una solución registral no implica defecto alguno.
Se trata simplemente de diferentes supuestos de conflictos de derechos
con una misma consecuencia jurídica: la primacía del registro (…)”103;
sin embargo, no parece que tal argumento pueda compartirse,
puesto que, los artículos 911º, 161°, 219° y 333° del Código Civil -
como bien se ha señalado104 - contienen hipótesis autónomas, no
contrarias entre sí, que llevan a la misma consecuencia jurídica,
por el contrario, el artículo 2022° del acotado Código contiene
hipótesis autónomas, contrarias entre sí, toda vez que, en su
segundo párrafo se consagra una oración adversativa, vale decir,
una afirmación secundaria que niega la afirmación principal105,
por lo que, la referida oración adversativa vendría a ser la
afirmación de que el conflicto entre derechos de diferente
naturaleza o contenido se resuelve sin tener en cuenta el Registro
(segundo párrafo del artículo 2022° del CC), apartándose como se
aprecia de lo señalado en la afirmación principal, en la cual se
consagra al Registro como criterio de preferencia (primer párrafo
del artículo 2022° del CC).
103 Ninamancco Córdova, Fort. Embargo inscrito y tercería de propiedad. Su oponibilidad en
la jurisprudencia, Gaceta Jurídica, primera edición, 2013, pp. 147y 148.
104 Gonzales Barrón, Gunther. La falsificación: nuevo modo de adquirir la propiedad. Crítica
a los tribunales que amparan al tercero que nace del fraude inmobiliario, Gaceta Jurídica,
2015, p. 221.
105 Gonzales Barrón, Gunther. “¡Lo mío es tuyo! Crítica a la ‘doctrina’, ilegal e inmoral, por
la cual las deudas de unos se pagan con los bienes de otros”. En: Actualidad Jurídica, N°
192, Gaceta Jurídica, Lima, noviembre, 2009, p. 92.
106 Tarello, Giovanni. Cultura Jurídica y Política del Derecho, primera edición al español,
98 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 99
Sentencia del Pleno Casatorio
10. Siendo así, es imperativo invocar una segunda norma que nos
permita resolver el conflicto en cuestión, y dicha norma es
aquélla que aparece contenida en el inciso 1 del artículo 1219°
del Código Civil, según el cual: “Es efecto de las obligaciones
autorizar al acreedor para lo siguiente: 1. Emplear las medidas legales a
fin de que el deudor le procure aquello a que está obligado”; de donde
se desprende que a efectos de satisfacer su acreencia el acreedor
solo puede emplear determinadas medidas legales (entre las
cuales se encuentran las medidas cautelares) sobre el patrimonio
del deudor, puesto que, es el deudor (y no otro) quien (con su
patrimonio) debe procurar satisfacer la acreencia de su acreedor,
en otras palabras, el acreedor solo puede embargar bienes que
son de propiedad de su deudor109.
12. Por otro lado, las normas del derecho sustantivo deben
interpretarse también de manera sistemática con las normas del
contrato con efectos reales”, En: lus Et veritas, Revista de los estudiantes de la facultad de
Derecho de la PUCP, N° 7, Lima, 1993, pp. 83 y SS.; Fernández Cruz, Gastón, “La obligación
de enajenar y el sistema de transferencia de la propiedad inmueble en el Perú”, En: Themis,
Revista de los estudiantes de la facultad de derecho de la PUCP, N° 30, Lima, 1994, pp.
149 y SS.; Escobar Rozas, Freddy. “El contrato y los efectos reales. Análisis del sistema de
transferencia de propiedad adoptado por el código civil peruano”, En: lus et veritas, Revista de
los estudiantes de la facultad de Derecho de la PUCP, N° 25, Lima, 2002, pp. 46 y SS.
109 Esto ha sido también señalado en la Exposición de Motivos Oficial del Código Civil,
publicada en el Diario Oficial “El Peruano” Lima, 19 de julio de 1987, p. 24: “Puede ser
que se haya embargado un inmueble que en el registro aparezca como de propiedad
del demandado; sin embargo, no podrá hacer valer su derecho de embargante, contra
quien en el momento del embargo era el verdadero propietario, a pesar de que éste
inscriba su derecho con posterioridad. El embargante no podrá hacer uso de su derecho
porque esa es la solución que nos otorga el derecho común cuando nos dice que los
bienes que deben ser materia de un embargo son aquellos de propiedad del
demandado”. (el resaltado es nuestro).
100 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
Séptimo Pleno Casatorio Civil 101
Sentencia del Pleno Casatorio
113 Gonzales Barrón, Gunther. “La falsificación …”, op. cit., p.252.
102 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
114Dworkin, Ronald. El imperio de la justicia, traducción de Claudia Ferrari, segunda
educción, Barcelona, Gedisa, 2012, p. 21: “Cuanto más aprendemos sobre el Derecho, más
nos convencemos de que nada importante sobre él es del todo indiscutible”.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 103
Sentencia del Pleno Casatorio
Aunque coincido con el voto de los señores magistrados debo hacer las
siguientes precisiones:
104 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
“Para oponer derechos reales sobre inmuebles a quienes también tienen derechos
reales sobre los mismos, es preciso que el derecho que se opone esté inscrito con
anterioridad al de aquél a quien se opone.
Si se trata de derechos de diferente naturaleza se aplican las disposiciones del
derecho común”.
118 Ob. cit., p. 137.
119 “(…) salta a la vista que p. ej. cuando se promulga una ley, el legislador persigue lograr
algún efecto social; e independientemente de lo que haya pasado por la cabeza del
legislador, el texto mismo lleva ínsito el diseño de los fines que deben conseguirse”. Juan
Igartua Salaverría. El razonamiento en las resoluciones judiciales. Palestra Editores, Lima
2009, p. 41.
120 Lo que se quiere es establecer “una línea unitaria de aplicación legal para conseguir un
Séptimo Pleno Casatorio Civil 105
Sentencia del Pleno Casatorio
121 Así parece desprenderse de lo expuesto por Lucrecia Maisch von Humboldt en Los
Derechos Reales. Lima, 1984, pp. 11 a 13 y Gustavo Palacios Pimentel. Las Obligaciones en
el Derecho Civil Peruano. Lima, 1980, pp. 26 a 27. Más directo es Jack Bigio Chrem: “Pero si
se tratara de un enfrentamiento entre un derecho personal y uno real, y a esto alude la
segunda parte del artículo (se refiere al 2022 del código civil), tendrá preferencia el titular
del derecho real, porque goza de la oponibilidad erga omnes, que no tiene el derecho
personal, y además porque el real goza de lo que se llama energía persecutoria, de la que
también carece el derecho personal. Exposición de Motivos Oficial del Código Civil. Lima,
1998, p. 224.
122 Ninamancco Córdova, Fort. Embargo Inscrito y Tercería de Propiedad. Diálogo con la
106 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
10. Por consiguiente, la tesis que el derecho real debe primar sobre el
derecho de crédito no se sostiene: (i) Desde el artículo 2022 del Código
Civil porque se trata de norma de remisión cuyo contenido se fija desde
las otras formas de solucionar el conflicto fijadas en el código; (ii) Desde
la clásica distinción entre derechos reales y obligaciones porque ella
forma parte del presupuesto de la primera parte del segundo párrafo del
artículo 2002 del Código Civil, pero no de su consecuencia; y (iii) Desde
el propio articulado del Código Civil porque en algunos casos (artículos
1708 y 2023) el derecho de propiedad cede al derecho de crédito. En estos
casos, la norma similar es perfectamente compatible de utilizar, pues en
ambos supuestos hay: i) conflicto de derechos; y, ii) tal conflicto es uno
entre derecho real y derecho de crédito, precisamente lo que es materia
de este debate. Si el “derecho común” opta por una solución en casos
similares ¿por qué en el supuesto del artículo 2022 debe optar por otra?
pues los parámetros necesarios para determinar quién vence en la controversia entre
situaciones jurídicas de ventaja. En efecto, frente al embargo inscrito de buena fe, la
inscripción de la propiedad no es lo único que podría oponerse al embargo, sino también la
alegación de la mala del acreedor”. Ledesma Narváez, Marianella. Comentarios al código
procesal civil. Tomo II. Gaceta Jurídica. Lima, 2008, p. 796.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 107
Sentencia del Pleno Casatorio
12. Hay que reparar que el legislador quiere otorgar seguridad jurídica y
fomentar la circulación de los bienes126, de manera que los actos jurídicos
celebrados no puedan después ser cuestionados y, en su caso,
invalidados.
126Ello se aprecia con claridad en el caso del artículo 1135 del código civil, en la que prefiere
–en la concurrencia de acreedores sobre un mismo bien- a quien inscribió primero el
inmueble de buena fe, sin importar que la fecha haya sido posterior a una primera
transferencia. Se apuesta aquí por la seguridad jurídica y no por la idea de un derecho real
oponible erga omnes que hace propietario al acreedor por la sola obligación de enajenar
(artículo 949 del código civil) .
108 Séptimo Pleno Casatorio Civil
Sentencia del Pleno Casatorio
127 Lohmann Luca de Tena, Juan Guillermo. Informe oral. Vista de causa para el Pleno
Casatorio.
128 Siguiendo las reglas que Umberto Eco ha señalado en “Los límites de la interpretación”.
Séptimo Pleno Casatorio Civil 109
Sentencia del Pleno Casatorio
18. Que el artículo 2022 del código civil genera problemas interpretativos,
que la tercería de propiedad ha promovido maniobras fraudulentas, que
el estado de la cuestión no es pacífico, que existen resoluciones judiciales
que amparan una u otra pretensión ha sido precisado en esta sentencia
plenaria130, que recoge tanto los debates académicos como las
resoluciones discordantes y las propias expresiones de los amigos de la
curia. Esta polémica hacía indispensable la realización de un Pleno
Casatorio en el que pudiera optarse por la solución más saludable
posible, lejos de cualquier unilateralismo conceptual o verticalismo
doctrinario existente.
19. Convengo, por tanto, con la sentencia emitida por este Pleno
Casatorio; hago mío los fundamentos por las que se recusa las
unilaterales tesis a favor de la tercería de propiedad y aprecio que, un
paso adelante, la sentencia recomiende actuar prueba que excluya la
posibilidad de fraude y, otro paso más, señale que “futuros trabajos de
reforma legislativa” deberán tener en cuenta que otras normas del código
civil responden a este tipo de conflictos a favor del título inscrito131.
20. Por ello, en consonancia con lo prescrito en el artículo 22 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, me aparto del criterio que expresé en la
Casación 5135-2009-Callao y suscribo el presente voto.
S.
CALDERÓN PUERTAS
130 Sobre los problemas interpretativos y maniobras fraudulentas ver el capítulo II del fallo.
Sobre el diferente contenido de las resoluciones judiciales, consultar: Casaciones 3262-2001-
Lima, 2472-2001-Lima, 1253-2002-Ica, 3149-2002-Arequipa, 2103-2006-Lima, 909-2008-
Arequipa, 3687-2009-Cusco, 5232-2009-Lambayeque, 720-2011-Lima. Hay, también,
casaciones que otorgan esa preferencia al embargo registral, tales como las recaídas en los
expedientes 2807-1999-Callao, 1417-2000-Lambayeque, 2429-2000-Lima, 403-2001-Piura,
2683-2001-Lima, 333-2003-Lambayeque y 4448-2010-Arequipa. Sobre las posiciones
encontradas dieron cuenta los propios informes de los amicus curiae (Fort Ninamancco
Córdova y Lohmann Luca Tena a favor del embargo; Monroy Gálvez en tesis ecléctica y
Gutiérrez Camacho, Bigio Chrem y Avendaño Flores a favor de la tercería. Esas discusiones
se han extendido al campo académico: Pozo Sánchez, Lama More y Gonzales Barrón son
partidarios de la tercería de propiedad; Ronquillo Pascual, Pasco Arauco están a favor del
embargo; Mejorada Chauca, en cambio, aunque considera que debería primar el embargo
estima que la interpretación adecuada del artículo 2022 del código civil no lo permite.
131 Fundamento VI.4 último párrafo.
110 Séptimo Pleno Casatorio Civil
CASACIÓN Nº 3671-2014
LIMA
Tercería de Propiedad
S.S
MENDOZA RAMIREZ
WALDE JAUREGUI
HUAMANI LLAMAS
MARTINEZ MARAVI
CABELLO MATAMALA
MIRANDA MOLINA
CUNYA CELI
CALDERON PUERTAS
DE LA BARRA BARRERA
OCTAVO PLENO CASATORIO
Sumario:
I. Resumen del proceso
II. Consideraciones
A. Delimitación de los problemas a dilucidar
B. La sociedad conyugal. Régimen Patrimonial: sociedad de
gananciales
C. La consecuencia jurídica del acto de disposición de un bien de
la sociedad de gananciales en el que no interviene uno de los
cónyuges.
D. Interpretación sistemática del artículo 315° del Có digo Civil
como supuesto de ineficacia estructural o invalidez.
E. La situación del tercero adquirente respecto del acto de
disposición realizado por un solo cónyuge.
III. Juicio de fundabilidad del recurso interpuesto por la parte
demandante
IV. Decisión
Página 1
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
En la ciudad de Lima, Perú, a los doce días del mes de marzo de dos mil
fecha veintitrés de enero de dos mil doce y del acto jurídico que
dos mil doce y del acto jurídico que contiene, celebrada entre Rocío
Página 2
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
signado con el número 230 del pasaje Las Estrellas, interior «B», el
Página 3
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
dos mil doce fue celebrada ante notario público, quien comprobó la
Página 4
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
como soltera.
encuentra afectada por vicio alguno que la invalide pues cumplió con
era casada.
previstas y exigidas por ley, que además el predio fue adquirido por
Página 5
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
demandante.
Página 6
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
1.14 En cuanto a que no hubo pago real del precio pactado y que haya
son las partes quienes por propia voluntad fijan el precio materia de
nulidad alguna.
Página 7
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
dos mil doce, al ser una pretensión accesoria corre la suerte del
principal.
Página 8
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
la parte demandante.
Página 9
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
1.25 Por auto de fecha dos de diciembre de dos mil quince, la Sala Civil
II. Consideraciones
Página 10
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Civil, modificado por Ley N° 29364, este Supremo Tr ibunal, con el fin
Página 11
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
gananciales
Página 12
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
1
SILVA RUEDA, Ana María. La organización patrimonial del matrimonio y el llamado régimen
económico conyugal. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 1984, p.15.
2
Cfr. Méndez Costa, María Josefa. Estudios sobre sociedad conyugal. Editores Rubinzal y Culzoni.
Santa Fe, Argentina, 1981, pp. 82-84.
Página 13
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Página 14
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
efecto de comunicación3.
oneroso por los cónyuges, por los frutos y productos de los bienes
el interés familiar4.
núcleo familiar6.
3
Cfr. ARATA SOLÍS, Moisés. La sociedad de gananciales. Editorial Gaceta Jurídica. Primera edición,
setiembre, 2011, pp. 137-141.
4
VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Op. cit. P. 143.
5
PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. «La ineficacia estructural o invalidez de los actos de disposición de
bienes por un solo cónyuge», en Gaceta Civil &Procesal Civil n.°31, enero 2016, p. 203.
6
Cfr. Aguilar Llanos, Benjamín. Matrimonio y Filiación. Aspectos patrimoniales. Primera edición,
Gaceta Jurídica, Lima, 2017, p. 44.
Página 15
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
la componen8.
7
BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. «La disposición de un bien social por uno de los cónyuges sin la
intervención del otro», en Gaceta Civil & Procesal Civil, tomo 31, enero, 2016, p. 234.
8
Cfr. Barchi Velaochaga, Luciano. Op. cit., p. 231.
9
La necesidad de distinguir entre actos de administración y actos de disposición no es nueva para la
doctrina. Sobre el debate referente a la distinción entre actos de administración y de disposición, véase
el interesante al trabajo de Méndez Costa, María. Op. cit., pp. 37 y ss.
10
El término disposición del latín disponere, es omnicomprensivo. Disponer es ejercitar en algo
facultades de dominio, enajenarlo o gravarlo, en vez de atenerse a la posesión y disfrute. Cfr. VARSI
ROSPIGLIOSI, Enrique y TORRES MALDONADO, Marco Andrei. «El lado oscuro del artículo 315 del
Código Civil. La disposición de los bienes sociales por un solo cónyuge», en Gaceta Civil & Procesal
Civil, tomo 31, enero, 2016, p. 104.
11
VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique y TORRES MALDONADO, Marco Andrei. Op. cit., p. 104.
Página 16
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
12
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Acto Jurídico Negocial. Análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial.
Gaceta Jurídica, primera edición, 2008, p. 109.
Página 17
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
precitado artículo13.
13
Artículo 315.- Para disponer de los bienes sociales o gravarlos, se requiere la intervención del marido
y la mujer. Empero, cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad, si tiene el poder especial del otro.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no rige para los actos de adquisición de bienes muebles, los cuales
pueden ser efectuados por cualquiera de los cónyuges. Tampoco rige en los casos considerados en las
leyes especiales.
Página 18
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
artículo 292 del Código Civil; de ahí que sea un caso especial de
14
ARRARTE ARISNABARRETA, Ana María. «Sobre el litisconsorcio y la intervención de terceros, y su
tratamiento en el Código Procesal Civil peruano», en Revista de Derecho Procesal, Lima:
Communitas, 1998, pp. 135-136; citada por Varsi Rospigliosi, Enrique y Torres Maldonado, Marco
Andrei. Op., cit., p. 102. Concluyen los autores que los cónyuges no van a poder ver concretado el
porcentaje de titularidad que les corresponde respecto de los bienes sociales hasta que se extinga el
régimen y se proceda a su liquidación. (cit., p. 103).
15
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. El acto jurídico. Décima edición. Instituto Pacífico, Lima, 2016, p. 360.
Página 19
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
ambos cónyuges.
ineficaz.
16
PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Op. cit., p. 198.
Página 20
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
falta de ella hace que el acto no llegue a ser tal. Ahora bien, la
17
CANALES TORRES, Claudia. Acto de Disposición de bienes sociales por uno de los cónyuges: el triunfo
de la nulidad, en Gaceta Civil & Procesal Civil Tomo Nº 30, diciembre 2015, p.112.
18
PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Op. cit., p. 205.
19
Código Civil, artículo 140º: El acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear, regular,
modificar o extinguir relaciones jurídicas. Para su validez de requiere: 1. agente capaz, 2. Objeto física
y jurídicamente posible, 3. fin lícito, 4. Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
Página 21
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Desde otro ángulo, se opina que si bien el artículo 315° del Código
20
Cfr. VIDAL RAMÍREZ, Fernando. El acto jurídico. Novena edición actualizada, revisada y aumentada.
Gaceta Jurídica. Lima 2013. p. 96.
21
BELAÚNDE MOREYRA, Martín. «¿Nulidad o resolución de compraventa de un bien social? De cómo
una transacción simple terminó en un enredo jurídico», en Diálogo con la Jurisprudencia Nº 13,
octubre, 1999, pp. 20-21.
Página 22
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
particulares22. «Se alega la nulidad del acto jurídico por ser contraria
sociales23».
22
ALMEIDA BRICEÑO, José. La sociedad de gananciales. Editorial jurídica Grijley, Lima, 2008, p. 199.
23
VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Tratado de Derecho de Familia. Tomo III, Primera reimpresión, Lima,
2012, p. 207.
24
PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Op. cit., p. 205.
Página 23
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
para su validez (inciso 1 del artículo 219° del Cód igo Civil. El
25
Cfr. VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Op. cit., p. 51.
Página 24
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
acto jurídico26.
Por otro lado, una segunda corriente doctrinaria postula que el acto
inválido relativamente27.
26
Pleno Jurisdiccional Nacional Superior Civil y Procesal Civil, recuperado de
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/d35de5804a47b1dc9d0dfd7f091476ed/Nacional+civil+y+pr
ocesal+civil+arequipa.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=d35de5804a47b1dc9d0dfd7f091476ed
27
Cfr. PINEDO COA, Vicente A. «La ineficacia de la ineficacia del acto jurídico de disposición de bienes
conyugales», en Diálogo con la Jurisprudencia n.° 198, marzo 2015/año 20, p.117. Agrega el autor,
citando a Taboada Córdova, que: «(…) en el caso de los actos jurídicos anulables no se trata de un
acto que carezca de algún elemento o presupuesto, o cuyo contenido sea prohibido sino, de actos que
cumplen con la mayor de sus aspectos estructurales, pero que tiene un vicio en su conformación, razón
por la cual son válidos» (ver nota 21).
Página 25
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
tal vez estime ventajoso, o bien que prefiera proteger sus intereses
de algún otro modo, de acuerdo con el otro consorte. Por todo ello,
de su arbitrio28.
dice la Ley»29.
análisis del artículo 315° del Código Civil implica ría, en este caso,
28
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil peruano de 1984, tomo VII, Gaceta jurídica
Editores, Lima, 1997, p. 235.
29
LÓPEZ LIZ, José. Bienes inmuebles y sociedad conyugal, Editorial Bosch, Barcelona, 1998, p. 72.
Precisa el autor que el Código Civil español, artículo 1322° del C.C., establece: «Cuando la Ley
requiera para un acto de administración y de disposición que uno de los cónyuges actúe con el
consentimiento del otro, los realizados sin él y que no hayan sido expresa o tácitamente confirmados
podrán ser anulados a instancia del cónyuge cuyo consentimiento se haya omitido o de sus herederos.
No obstante, serán nulos los actos a título gratuito sobre bienes comunes si falta, en tales casos, el
consentimiento del otro cónyuge».
30
ALMEIDA BRICEÑO, José. Op. cit., pp. 216-217.
Página 26
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
31
Cfr. ALMEIDA BRICEÑO, José. Op. cit., pp. 216-217. Precisa el autor que, asimismo, el plazo de
prescripción sería de dos años (artículo 2001, inciso 4 C.C) y se admitiría que el juez evalúe la
posibilidad de indagar los motivos de la pretensión del cónyuge no interviniente, las particularidades
del negocio y su incidencia patrimonial.
Página 27
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
las partes del contrato. La regla general consiste en que solo quien
Ahora bien, la infracción del artículo 315° del Cód igo Civil, sería –
32
VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique y TORRES MALDONADO, Marco Andrei. Op. cit., p.109.
33
PRIORI POSADA, Giovanni. «La legitimación como presupuesto de eficacia de los negocios jurídicos.
Su aplicación en la disposición de un bien de la sociedad conyugal por parte de uno de los cónyuges».
En Gaceta Civil & Procesal Civil, tomo 31, enero, 2016, p. 155.
34
PRIORI POSADA, Giovanni. Op. cit., pp. 155-156.
35
Cfr. MORALES HERVIAS, Rómulo. «La falta de legitimidad del contrato en el Derecho europeo y en el
Derecho Iberoamericano: inoponibilidad o ratificación», en Gaceta Civil & Procesal Civil, tomo 30,
diciembre, 2015, p. 51.
Página 28
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
establece el artículo 65° del Código Procesal Civil . Así, los cónyuges
del Código Civil es una norma que regula la titularidad de los bienes
La ineficacia vista desde otra óptica indica que «la solución más
36
MORALES HERVIAS, Rómulo. Estudios sobre la teoría general del contrato. Lima, Grijley, 2006, pp.
510, 513.
Página 29
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
el artículo 161 del Código Civil, actos ultra vires, también con
glosado Código38.
sostiene por algunos autores que en el artículo 315 del Código Civil
37
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. «Disposición de un bien de la sociedad de gananciales por solo un de los
cónyuges», en Gaceta Civil & Procesal Civil, tomo 30, diciembre, 2015, p. 15.
38
Ibídem.
39
«(…) el instituto de la representación informado del principio de colaboración en las transacciones
jurídicas, supone que un sujeto denominado representante realice en nombre y por cuenta de otro
sujeto, denominado representado, determinados actos o negocios jurídicos cuyos efectos recaen no en
la esfera jurídica del representante sino en la del representado». ARATA SOLÍS, Moisés. Op. cit., p.
244.
Página 30
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
efectuarse.
acto practicado sobre los bienes comunes sin que ambos cónyuges
Página 31
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
del otro cónyuge; con lo cual podría darse una situación de ausencia
40
ARATA SOLÍS, Moisés. La sociedad de gananciales. Editorial Gaceta Jurídica. Primera edición,
setiembre, 2011, p. 244.
Página 32
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
ineficacia.
los alcances del artículo 315° del Código Civil hay que interpretar la
para el matrimonio.
Página 33
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Página 34
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
de gananciales.
otro para que este cónyuge pueda disponer del bien; lo que se
encontrar la solución.
despliega sus efectos; pero que, sin embargo, este acto ineficaz
Página 35
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
participa el otro cónyuge; debido a que este acto tiene un fin ilícito.
Indica que el artículo 315° del Código Civil tiene dos disposiciones
del Código Civil; por consiguiente, ese acto sería ineficaz. Señala
Página 36
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Página 37
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
gananciales.
Página 38
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
con lo cual evitaría que las demandas terminen siendo resueltas por
temas formales.
sistemática el artículo 315° del Código Civil, conf orme a las normas
Página 39
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
41
Cfr. ESPINOZA ESPINOZA, Juan. «El orden público y las buenas costumbres en la experiencia jurídica
nacional». En ius et veritas 24, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002, p. 303.
Página 40
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
2014° del Código Civil. Dicho tercero, resulta ser ajeno al contrato
42
GARCÍA GARCÍA, José Manuel. Derecho inmobiliario o hipotecario. Tomo II, Madrid, Civitas, 1993,
p. 227.
43
El aforismo nemo plus iuris ad alium transferre potest quam ipse habert, quiere decir: «nadie puede
disponer más derecho del que posee».
Página 41
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Siendo ello así, resulta que el artículo 315° del C ódigo Civil debe ser
demandante
44
FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón. «La disposición de bienes conyugales. Reflexiones sobre dos instituciones
encontradas: la nulidad y la ineficacia sobre la venta de bienes conyugales». Ponencia amicus curiae
del VIII Pleno Casatorio. Actualidad Civil 19, enero, 2016, p. 29.
45
MEJORADA CHAUCA, Martín. «Fundamentos de la tutela de los terceros adquirentes de buena fe», en
Estudios sobre la propiedad. Fondo de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2012, p.
144.
46
GUZMÁN ESPICHE, Luis. «Los actos de disposición de bienes sociales celebrados por un solo
cónyugue», en Ágora, Revista de Derecho, n.° 7 y 8, p. 416.
Página 42
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
resolución impugnada.
normas procesales.
47
Expediente n.° 03433-2013/PA/TC.
Página 43
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
269° del Código Civil, concordante con el artículo 270° del mismo
por otro medio, pero tal actuación de pruebas podrá llevarse adelante
acta correspondiente»48.
48
Código Civil Comentado. Tomo II. Gaceta Jurídica. III edición, p 112.
Página 44
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
celebración50.
del matrimonio; acto jurídico que por regla general se acredita con la
315° del Código Civil, pues los actos de disposició n de los bienes
49
Cfr. GALLEGOS CANALES, Yolanda y JARA QUISPE, Rebeca. Manual de Derecho de Familia.
Doctrina, Jurisprudencia y Práctica. Juristas editores, Lima, 2009, p. 84.
50
Gallegos Canales, Yolanda y Jara Quispe, Rebeca. Op. cit., p. 84.
Página 45
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
del artículo V del Título Preliminar del Código Civil, vale decir, la
en el artículo 318° del Código Civil, la disposició n del bien Sub Judice
como es el caso del artículo 315° del Código Civil; en tal virtud, debe
Página 46
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
compra venta del quince de setiembre de dos mil doce, por haberse
Código Civil, que preceptúa: “El acto jurídico es nulo: En el caso del
Código Civil prevé: “Es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que
pago a que se refiere la Ley N° 28194 (rubro consta ncia del contrato
Página 47
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
IV. DECISIÓN
Página 48
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
presente lo siguiente:
condición de cónyuge.
matrimoniales.
gananciales.
Página 49
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
sociales.
Página 50
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SS.
WALDE JÁUREGUI
HUAMANI LLAMAS
VALCÁRCEL SALDAÑA
CUNYA CELI
Página 51
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
En los seguidos por Karina Judy Choque Jacay contra Johel Samuel Salazar
Jacay, Rocío Zevallos Gutiérrez y Martha Matos Araujo sobre nulidad de acto
jurídico, materia del presente Pleno Casatorio Civil, emitimos el siguiente voto:
I. INTRODUCCIÓN
ante casos de invalidez de actos jurídicos y, otros, que, más bien estiman
Página 52
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
interior de las relaciones entre sus miembros, así como proyectar sus
4. Karina Judy Choque Jacay, mediante escrito que obra en la página 39,
Página 53
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
padres.
8. Refiere que las adquisiciones son nulas por las causales de: i)
Página 54
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
con el de la accionante.
conformidad con el artículo 219 inciso 1 del Código Civil el acto jurídico
considerandos de este último acuerdo indicaban que ello era así porque
1
Ver:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/4d18b20043eb77fe92dfd34684c6236a/Pleno_Jur_Nac_1998.p
df?MOD=AJPERES. Pleno Jurisdiccional de Familia 1998.
Página 55
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
ajeno, puesto que esto es permitido por el artículo 1409, inciso 2, del
nulidad es la de atentar contra el orden público, pues “el artículo 315 del
Página 56
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
de bien ajeno.
trabajo y que se optó por la nulidad por razones tan diversas como
imposible “toda vez que la ley establece que para disponer de bienes de
cónyuges”; (iii) que hay fin ilícito “pues existiría la voluntad de engañar y
5
Las conclusiones del Pleno Jurisdiccional Nacional 2015 se encuentran en la página del Poder Judicial.
Ver:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/d35de5804a47b1dc9d0dfd7f091476ed/Nacional+civil+y+proc
esal+civil+arequipa.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=d35de5804a47b1dc9d0dfd7f091476ed
Página 57
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
de aplicación el artículo 315 del Código Civil, “sino que el caso nos
5 indicó que “es un caso de ineficacia, la que conlleva a que dicho acto
falta de legitimación; similar línea fue la que expresó el grupo 10. Pero
Página 58
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
corresponda al proceso”.
jurisprudencia no es uniforme.
Página 59
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
pretensiones6”.
distintos a la ineficacia.
19. El artículo 315 del Código Civil regula que “para disponer de los bienes
especiales”.
6
RONQUILLO PASCUAL, Jimmy. ¿Es imprescriptible la “acción” de ineficacia y deberán
reconducirse las demandas de nulidad?
En: Laley.pe, Los temas "secundarios" del VIII pleno sobre actos de disposición de bienes sociales,
2016.
https://laley.pe/art/3065/-es-imprescriptible-la-ldquo-accion-rdquo-de-ineficacia-y-deberan-
reconducirse-las-demandas-de-nulidad-
Página 60
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
otro.
convivencia.
22. En cuanto a los bienes sociales muebles estimamos que se debe seguir
segundo párrafo de dicha norma. En todo caso, si para adquirir hay que
disponer de los bienes sociales, deben seguirse las mismas reglas que
aquí se señalan.
7
MORENO MORE, César. Desvíos (no muy) doctrinales en materia de disposición de bienes sociales
por uno solo de los cónyuges. En: Aa. Vv. Los plenos civiles vinculantes de las Cortes Superiores.
Lima, 2016, pp. 85-103.
Página 61
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
otro cónyuge?
25. Según Lizardo Taboada, el acto jurídico es nulo cuando “[…] le falte un
8
TABOADA, Lizardo. En: Comentarios al Código Civil. Causales de nulidad del acto jurídico.
Revista de Derecho THEMIS, N° 11, Lima, 1988, p. 71.
9
SORIA, Alfredo. ¿Es inválido el acto jurídico de disposición efectuado por un solo cónyuge? En:
Gaceta Jurídica, N° 230, Lima, 2013, pp. 25-26.
Página 62
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
nulidad.
10
MORALES, Rómulo. Las patologías y los remedios del contrato. Tesis para optar el grado de Doctor
en Derecho, 2010, p. 176. En: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/4682
11
En: Legis.pe, La disposición de un bien de la sociedad de gananciales en el que no interviene uno de
los cónyuges: ¿nulo o ineficaz?, 2015.
https://legis.pe/la-disposicion-de-un-bien-de-la-sociedad-de-gananciales-en-el-que-no-interviene-uno-
de-los-conyuges-nulo-o-ineficaz/
12
LÓPEZ, José. Bienes inmuebles y sociedad conyugal. Adquisición, administración y disposición,
hipoteca y embargo, con particular estudio del derecho real de uso especial de la vivienda familiar,
Capítulo 1: Bienes inmuebles gananciales. Su adquisición, administración y disposición en la sociedad
conyugal, Editorial Bosch, Madrid, 1998, p. 36
Página 63
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
2] concluyó que:
cumplir con los requisitos de validez del acto jurídico que exige
el Código Civil.
32. El segundo supuesto de nulidad invoca el fin ilícito que subyace al acto
acto jurídico13.
13
Cuarto Pleno Jurisdiccional Civil y Procesal Civil 2015. Conclusiones, Tema 2: El acto jurídico
celebrado sin poder, p. 10.
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/d35de5804a47b1dc9d0dfd7f091476ed/Nacional+civil+y+pr
ocesal+civil+arequipa.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=d35de5804a47b1dc9d0dfd7f091476ed
Página 64
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
2015, expresó que “el objeto del acto es jurídicamente imposible, toda
vez que la ley establece que para disponer de los bienes de la sociedad
34. Por último, esta teoría alega que la disposición unilateral de los bienes
asuntos prácticos que en orden teórico. Así, esta posición salta desde la
14
GALGANO, Francesco. Diritto Civile e Commerciale, Casa Editrice Dott, Antonio Milani-CE-DAM,
Padova, 1990, volumen II, tomo I, p. 273
Página 65
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
nada que oponer al acto realizado, que tal vez estime ventajoso, o bien
acción de nulidad radical e insalvable, sino más bien como una acción
de anulabilidad15”.
tener en cuenta, por una lado, las características que son propias del
37. Como es evidente, lo que se quiere con esta tesis es evitar que se
38. Hay que reparar que una de las propuestas de reforma del Código
Civil17, la del 2006, acoge esta tesis indicando que se está ante un acto
15
PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Código Civil comentado. Gaceta Jurídica, Tomo II, Lima, 2003,
p. 375. Voz: Disposición de los bienes sociales
16
ALMEIDA BRICEÑO, José. La sociedad de gananciales. Grijley, Lima, 2008, p. 216.
17
Publicada en la separata especial del Diario Oficial El Peruano, Lima, 11 de abril de 2006.
Página 66
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Civil español que prohíbe que: “Cuando la ley requiera para un acto de
jurídico para producir los efectos pretendidos por el sujeto o los sujetos
es ineficaz porque:
18
RUBIO CORREA, Marcial. Nulidad y anulabilidad: la invalidez del acto jurídico. Fondo Editorial
Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2014, p. 11.
Página 67
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
estamos ante acto jurídico nulo, sino uno ineficaz, “al mismo estilo del
falso representante”19.
consecuencia jurídica:
19
TANTALEÁN ODAR, Reynaldo Mario. Op. cit., p. 333.
Página 68
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
siguiente ejemplo:
extrínsecas al negocio)20.
44. Agrega que el artículo 315 del Código Civil contempla dos supuestos de
hecho:
20
FERNÁNDEZ, Gastón. La disposición de los bienes conyugales. Reflexiones sobre dos instituciones
encontradas: la nulidad y la ineficacia sobre la venta de bienes conyugales. Gaceta Civil & Procesal
Civil, N° 31, Lima, 2016, p. 28.
Página 69
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
disposición21.
46. Por su parte, Varsi Rospigliosi refiere que la finalidad del artículo 315 es
ineficacia suspendida22:
47. Morales Hervias considera que el primer párrafo del artículo 315 recoge
sociales serán válidos y eficaces para el cónyuge que dispuso del bien y
21
FERNÁNDEZ, Gastón. Ibídem. pp. 32-33.
22
SANTORO, Francesco. Doctrinas generales del Derecho Civil. Traducción de Luna Serrano. Revista
de Derecho Privado, Madrid, 1964, p. 360. Citado por: VARSI, Enrique y TORRES, Marco. El lado
oscuro del artículo 315 del Código Civil. La disposición de los bienes sociales por un solo cónyuge.
En: Gaceta Civil & Procesal Civil, N° 31, Lima, 2016, pp. 99-116.
Página 70
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
49. Plantea que la solución procesal que podrían asumir los jueces frente a
Las posiciones expresadas por los amigos de la curia fueron las siguientes:
50. Priori Posada sostuvo que el acto jurídico era ineficaz y no nulo, y que lo
utilizado por el legislador, señaló que los supuestos más claros de falta
23
En: NINAMANCCO, Fort. La audiencia pública del VIII Pleno Casatorio Civil: Un análisis.
Legis.pe, 2015.
24
PRIORI, Giovanni. La legitimación como presupuesto de eficacia de los negocios jurídicos. Su
aplicación en la disposición de un bien de la sociedad conyugal por parte de uno de los cónyuges.
Revista Gaceta Civil & Procesal Civil, N° 31, Lima, 2016, pp. 129-158.
Página 71
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
que eso mismo es lo que sucede con el artículo 315 del Código Civil.
la solución: (i) transferencia a título gratuito a tercero con buena fe; (ii)
onerosa a tercero con buena fe; (iv) transferencia onerosa a tercero con
mala fe; (v) el otro cónyuge (en cualquiera de los casos anteriores) ha
51. Morales Hervias indicó que todo acto de enajenación por parte de uno de
Página 72
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
imprescriptible
cónyuge actúe como si el bien solo fuera de él. El primer caso, señala el
53. Varsi Rospigliosi señaló que el artículo 315 del Código Civil es una
Página 73
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
que en algunos casos el acto será nulo, por ejemplo, cuando haya
55. Hay que descartar las tesis sobre la nulidad. Gastón Fernández Cruz
Página 74
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
una representación que no tiene del otro cónyuge o una titularidad de este
sujeto que expresa una voluntad y por lo tanto no hay forma de afirmar
25
Ambas expresiones se encuentran en los borradores de su exposición como amicus curiae el día del
Pleno Casatorio.
Página 75
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
formar parte del tráfico jurídico), su titularidad no pueda ser asignada a los
que forme parte del tráfico jurídico, cabe asignar a los participantes en él
jurídica está respaldada por los derechos que el cónyuge celebrante tiene
26
GALGANO, Francisco. El Negocio Jurídico. Tirant lo blanch, Valencia, 1992, p. 258.
27
“Los casos de falta de acuerdo se dan cuando falta la pluralidad de centros de interés, cuando falta la
pluralidad de las declaraciones o porque una de ellas proviene de una persona que ha actuado bajo
nombre falso, ha falsificado la suscripción del contrato o proviene de persona no legitimada para
hacerlo (casos en los que no coinciden la identidad de los sujetos destinatarios de las declaraciones,
sea oferta o la aceptación), cuando las declaraciones contractuales no coinciden o cuando coincidiendo
son consideradas tardías”. MORENO MORE, César. Ob. cit., p. 96.
28
MORENO MORE, César. Ibídem, p. 98.
29
MORENO MORE, César. Ibídem, p. 97.
Página 76
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
59. En cuanto al fin en el acto jurídico, debe precisarse que la causa para la
contrato, ni tampoco todos los motivos (causa fin subjetiva) pueden ser
(...) y que por tanto son conocidos o han debido conocerse por las
60. Por otra parte, debe indicarse que no existe nulidad por vulneración a
30
VARGAS, María. El tratamiento jurídico de la ineficacia en la disposición unilateral de bienes de la
sociedad conyugal a puertas del Octavo Pleno Casatorio Civil. Revista Ius Et Veritas, N° 56, Lima,
2018, pp. 86-105.
31
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Acto Jurídico. Volumen I. Pacífico Editores SAC. Lima, 2015, p. 327.
Página 77
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
61. Hay que recordar que el artículo 315 del Código Civil protege intereses
32
FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón. Op. cit., pp. 36-37.
Página 78
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
del artículo 221 del Código Civil sería el adecuado. En todo caso, es una
posición que podría ser una opción legislativa, pero que no encuentra
7.2. LA INEFICACIA
Sobre tal punto no hay debate alguno, pues ello subyace no solo en la
nada tiene que ver con lo que pueda disponer el legislador- estamos
Página 79
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
67. Hay que recordar que el artículo 185 del BGB (referente del Código Civil
italiano) señalaba que: “1. Una disposición que lleve a cabo sobre un
68. Obsérvese que la disposición legal antes citada: (i) hace referencia a la
del acto jurídico; y (iv) en ningún caso estima que se esté ante
33
MORALES HERVIAS, Rómulo. Patologías y remedios del contrato. Jurista Editores, Lima, 2011,
pp. 199-200.
Página 80
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
72. Por su parte, Luciano Barchi ha realizado un estudio exhaustivo del tema
34
MORALES HERVIAS, Rómulo. La falta de legitimidad en los contratos inoponibles. En: Actualidad
Jurídica. N° 230, Lima, p. 13.
35
Loc. cit.
36
PALACIOS MARTÍNEZ, Eric. Contribución a la teoría del negocio jurídico (Concepto,
interpretación, ineficacia). Jurista Editores. Lima, 2002, p. 170.
Página 81
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
73. Esta falta de legitimidad es la que se colige del artículo 315 del Código
sentido estricto cuando faltan sólo los efectos finales, sin que sea tocada
la válida existencia del negocio (por una razón que atiene, entonces, (…)
estas (en cuanto precisamente el autor del acto no está legitimado para
37
BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. Algunas consideraciones sobre la compraventa de bien ajeno a
partir de la jurisprudencia. Ver:
http://www.derecho.usmp.edu.pe/itaest2011/Articulos_estudiantiles/06-
2011_Algunas_consideraciones_sobre_la_compraventa.pdf
38
SCOGNAMIGLIO, Renato. Contribución a la teoría del negocio jurídico. Grijley, Lima, 2004, p.
523.
Página 82
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
76. Hay, pues, coincidencia en señalar que estamos ante un caso de falta de
precedentes, con tan solo una excepción, en las ponencias de los amici
315).
39
ROPPO, Vincenzo. El Contrato. Gaceta Jurídica. Lima, 2009, p. 705.
Página 83
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
en el verdadero titular.
78. Si quien dispuso del bien lo hizo a título propio y en nombre ajeno se
está ante el caso del falso procurador, regulado en el artículo 161 del
79. Si quien dispuso del bien lo hizo a título propio, sin invocar nombre
artículo 1539 del Código Civil. El acto jurídico será rescindible para las
80. No hay en nuestra normativa nada que impida que lo regulado en torno
Página 84
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
matrimonial40.
40
Ver: VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique y TORRES MALDONADO, Marco Andrei. El lado oscuro del
artículo 315 del Código Civil. La disposición de los bienes sociales de un solo cónyuge. Op. cit. p.
102. ARATA SOLÍS, Moisés. La sociedad de gananciales. Régimen de comunidad y sus deudas.
Gaceta Jurídica, Lima, 2011.
Página 85
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
En este caso, se opta por la seguridad del tráfico jurídico, sin perjuicio
41
RONQUILLO, J. ¿Es imprescriptible la “acción” de ineficacia y deberán reconducirse las demandas
de nulidad?
En: Laley.pe, Los temas "secundarios" del VIII pleno sobre actos de disposición de bienes sociales, 2016.
https://laley.pe/art/3065/-es-imprescriptible-la-ldquo-accion-rdquo-de-ineficacia-y-deberan-reconducirse-
las-demandas-de-nulidad-
Página 86
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
improcedentes.
Página 87
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
42
La frase es de Cross y Harris, y se encuentra en DA ROSA BUSTAMANTE, Thomas. Teoría del
Precedente Judicial. Ediciones Legales, Lima, 2016, p. 423.
43
Expediente N° 0024-2003-AI/TC.
Página 88
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
88. En esa perspectiva, para los casos tramitados antes del presente Pleno
consideren adecuadas.
pedir era la disposición por parte de solo uno de los cónyuges del bien
Página 89
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
X. EL CASO EN CONCRETO
Código Civil, indicándose que dicha norma establece que para disponer
mujer.
91. Son dos los actos jurídicos cuya nulidad se solicitan. El primero,
Página 90
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
infracción normativa del artículo 315 del código civil, no es menos cierto
que las reglas que se están adoptando con esta decisión contienen
XI. DECISIÓN
interpuesto por Karina Judy Choque Jacay por infracción normativa del
Página 91
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
siguientes reglas:
la sociedad conyugal, sin perjuicio de los efectos para las partes que
intervinieron en el mismo.
conocerlo.
Página 92
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
Página 93
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SS.
MENDOZA RAMÍREZ
CABELLO MATAMALA
MIRANDA MOLINA
CALDERÓN PUERTAS
Página 94
NOVENO PLENO CASATORIO
JURISPRUDENCIA
SEPARATA ESPECIAL
7664 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
Vía procedimental : Proceso sumarísimo 1. Mediante escrito corriente de fojas 32 a 42, los
demandantes, Jubert Alberto Barrios Carpio y su cónyuge
Liliana Amanda Mejía García, interponen demanda de
otorgamiento de escritura pública contra Ángel Gabriel
Sumario: Collantes Arimuya y su cónyuge Rosa Estrella Reátegui
Marín, peticionando, como pretensión principal: que se
I. Resumen del proceso ordene a los demandados Ángel Gabriel Collantes Arimuya
y Rosa Estrella Reátegui Marín, cumplan con otorgar la
II. Justificación del Pleno Casatorio y delimitación de la escritura pública del contrato de compraventa del inmueble
cuestión jurídica a dilucidar ubicado en el PROMUVI II – SIGLO XXI – Manzana “H”,
III. Las opiniones de los amicus curiae Lote 10 – Pampa Inalámbrica, del Distrito y Provincia de
Ilo, celebrado el 26 de agosto del 2008; como primera
IV. Planteamiento del problema pretensión accesoria: que se ordene la inscripción de la
transferencia a favor de los demandantes en la Partida Nº
IV.1. El contrato y sus efectos PO8014826 del Registro de Propiedad Inmueble de los
Registros Públicos de Ilo; y como segunda pretensión
IV.2. El principio de la libertad de forma accesoria: que se ordene el pago de costas y costos del
proceso. Los demandantes argumentan en su demanda
IV.3. Las formas ad solemnitatem y ad probationem lo siguiente:
IV.4. La naturaleza del proceso de otorgamiento de
escritura pública 1.1. Los demandados fueron propietarios del
lote de terreno urbano Nº 10 –Manzana “H” –
IV.5. El proceso de calificación del acto jurídico PROMUVI II – SIGLO XXI –Pampa Inalámbrica –
Distrito y Provincia de Ilo, y mediante contrato de
IV.6. Control de validez del acto que se pretende compraventa contenido en el documento privado
elevar a escritura pública del 26 de agosto del 2008, lo transfirieron a favor
de los demandantes.
IV.6.1. Declaración de oficio de la invalidez del 1.2. Agrega que los demandados, en el año 2005, se
acto que se pretende elevar a escritura fueron a radicar al Callao y dejaron el lote de terreno
pública de su propiedad al cuidado de una tercera persona.
Luego, los demandados manifestaron su voluntad
IV.6.2. Declaración de oficio de la invalidez y de vender el lote de terreno de Ilo, indicando que
principios del proceso habían adquirido un lote de terreno en el Callao por
lo que necesitaban con urgencia el dinero para pagar
IV.7. Casos específicos sobre otorgamiento de esta última adquisición. Es así que demandantes
y demandados se pusieron de acuerdo en el precio
escritura pública del lote de terreno y acordaron que estos últimos
arribarían a la ciudad de Ilo para la suscripción del
IV.7.1. El contrato de compraventa contrato correspondiente.
IV.7.2. El contrato de donación y el contrato de 1.3. Con fecha 25 de agosto del 2008 arriba a la
ciudad de Ilo el demandado Ángel Gabriel Collantes
anticresis Arimuya, quien manifestó que por motivos de
salud su esposa no pudo viajar, sin embargo,
IV.8. Control de eficacia del acto que se pretende podían celebrar el contrato de compraventa
elevar a escritura pública en documento privado con el compromiso de
que en los días posteriores se formalizaría la
IV.8.1. La condición suspensiva, el plazo transferencia mediante escritura pública, situación
suspensivo y el otorgamiento de que fue ratificada, vía telefónica, por la señora
Rosa Estrella Reátegui Marín quien además indicó
escritura pública que su esposo estaba autorizado para recibir el
IV.8.2. La excepción de incumplimiento y el precio pactado.
otorgamiento de escritura pública 1.4. Con fecha 26 de agosto del 2008 se celebró el
contrato en documento privado, el mismo que fue
IV.8.3. La resolución del contrato y el suscrito por el demandado Ángel Gabriel Collantes
otorgamiento de escritura pública Arimuya y por la demandante Liliana Amanda Mejía
García, entregándosele ese mismo día, a aquél, el
V. Análisis del caso precio convenido: US$5,000.00 Dólares Americanos.
El inmueble fue desocupado por la persona que lo
VI. Decisión estaba custodiando y los demandantes entraron en
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7665
posesión del mismo desde fines de agosto del 2008, el Juzgado Mixto de Ilo, adjuntando a su escrito copia de
conservándola hasta la fecha. la demanda de nulidad de acto jurídico y de un escrito de
1.5. En el contrato de compraventa los demandantes apersonamiento y formulación de excepciones presentado
se comprometieron a pagar la deuda que tenían por Liliana Amanda Mejía García.
los demandados con el Banco de Materiales y 7. A fojas 208, se emite la sentencia de vista contenida
ENACE, así como, el impuesto predial y los arbitrios en la resolución número veinte, de fecha dos de octubre
municipales, siendo que los demandantes ya han de dos mil quince, que confirma la sentencia apelada
cancelado la deuda con el Banco de Materiales; sin que declara improcedente la demanda. Los principales
embargo, los demandados se han desentendido argumentos fueron los siguientes:
de su obligación de otorgar la escritura pública que
formalice el contrato de compraventa. 7.1. En el contrato que se pretende formalizar
1.6. Invocan como fundamento de derecho de su participaron Ángel Gabriel Collantes Arimuya,
demanda los artículos 140, 141, 949, 1412, 1529 y como vendedor, y Liliana Amanda Mejía García,
1549 del Código Civil. como compradora, y no así la cónyuge del
vendedor, doña Rosa Estrella Reátegui Marín,
2. Por resolución número uno corriente a fojas 44 se quien debió participar en el contrato para
admitió a trámite la demanda en la vía del proceso consolidar la manifestación de voluntad de la
sumarísimo, corriéndosele traslado a los demandados sociedad conyugal.
por el término de ley, bajo apercibimiento de 7.2. No resulta admisible que la manifestación de
declarárseles rebeldes. voluntad de Rosa Estrella Reátegui Marín sea tácita
3. Por resolución número dos de fojas 54 se declaró la o implícita, a la luz de la actitud asumida para la
rebeldía de los demandados Ángel Gabriel Collantes celebración de sus actos jurídicos.
Arimuya y Rosa Estrella Reátegui Marín, y se señaló fecha 7.3. No existe prueba que acredite que doña Rosa
para la audiencia única. Estrella Reátegui Marín haya expresado su voluntad
4. En la Audiencia única cuya acta corre de fojas 66 a de enajenar el bien, siendo que los indicios de no vivir
68, se declaró saneado el proceso; se fijó como punto o reclamar el bien no conducen a concluir que ésta
controvertido: “Determinar si el contrato de compraventa transfirió el bien.
celebrado entre las partes obliga a los demandados 7.4. De acuerdo con el artículo 315 del Código Civil
a otorgar escritura pública”; y se califican los medios para disponer de bienes que pertenecen a la sociedad
probatorios. conyugal se requiere de la intervención de ambos
5. A fojas 83, se emite la sentencia de primera instancia cónyuges, es más si uno de los cónyuges actúa en
contenida en la resolución número ocho, de fecha treinta representación del otro, requiere poder especial. Por
de diciembre de dos mil catorce, que declara improcedente lo tanto, al no haberse acreditado la transferencia
la demanda. Los principales argumentos fueron los de la propiedad de la sociedad conyugal, no cabe
siguientes: amparar la pretensión de otorgamiento de escritura
pública.
5.1. En la partida registral del inmueble materia de
venta aparecen como titulares el señor Ángel Gabriel 8. Contra la sentencia de vista, la codemandante, Liliana
Collantes Arimuya y la señora Rosa Estrella Reátegui Amanda Mejía García, interpone recurso de casación,
Marín, ambos en condición de casados, por lo que que corre de fojas 222 a 227; sustenta su recurso en los
el bien le pertenece a la sociedad conyugal; mientras siguientes argumentos:
que en el contrato que se pretende formalizar
únicamente ha intervenido como parte vendedora el 8.1. La recurrente en su recurso de casación
señor Ángel Gabriel Collantes Arimuya y como parte denuncia: (i) infracción normativa del artículo 141
compradora la señora Liliana Amanda Mejía García, del Código Civil concordante con el artículo 1352 del
no mencionándose en ningún momento a la cónyuge Código Civil, en tanto los contratos se perfeccionan
del primero de los mencionados. con el solo consentimiento, y la manifestación de
5.2. Los demandantes no han acreditado que voluntad puede ser tácita, que es lo que se habría
al momento de la celebración del contrato de producido respecto de la señora Rosa Estrella
compraventa, el cónyuge demandado haya actuado Reátegui Marín ya que ésta por vía telefónica
con poder especial para actuar en representación comunicó que por razones de enfermedad no podía
de la otra cónyuge, evidenciándose la falta de viajar del Callao a Ilo para la firma del contrato de
manifestación de voluntad de ésta, y mucho menos compraventa y lo haría su esposo Ángel Gabriel
han acreditado la existencia de documento posterior Collantes Arimuya, quien, en efecto, el 26 de
de confirmación del contrato de compraventa, para agosto del 2008, celebró el contrato. Luego, han
validar la exigencia del otorgamiento de la escritura sido los propios demandados los que entregaron
pública. el inmueble y retiraron sus bienes muebles para
5.3. Si bien en un proceso de otorgamiento de trasladarlos al Callao, no habiendo solicitado la
escritura pública no se discute la validez o eficacia restitución del inmueble en ningún momento; (ii)
del contrato que se pretende formalizar, sino indebida aplicación e interpretación del artículo
únicamente el fiel cumplimiento de las formalidades 315 del Código Civil, pues se habría realizado una
requeridas para dicho otorgamiento, debe tenerse interpretación literal de la precitada norma, sin
en cuenta que tratándose de la enajenación de tener en cuenta lo establecido en el artículo 141 del
un bien social, la forma prescrita por la ley es la Código Civil, ya que la demandada Rosa Estrella
intervención de ambos cónyuges, y, en el caso de Reátegui Marín sí ha manifestado su voluntad de
autos, en el contrato que se pretende formalizar vender el inmueble, de manera tácita.
solo ha intervenido uno de los cónyuges, por lo
que se ha incurrido en evidente causal de nulidad 9. Por auto calificatorio del recurso de casación,
del contrato por infracción de los incisos 1 y 6 del obrante de fojas 26 a 29, la Sala Civil Permanente de
artículo 219 del Código Civil, falta de manifestación la Corte Suprema de Justicia de la República desestimó
de voluntad del agente (la cónyuge que no las denuncias formuladas por la recurrente, en tanto
intervino) y falta de la forma prescrita por la ley (la pretenden lograr un reexamen fáctico y/o probatorio
intervención de ambos cónyuges), deviniendo en lo cual no resulta viable en sede de casación, al no
improcedente la demanda. constituir una tercera instancia; sin embargo, al amparo
del artículo 392-A del Código Procesal Civil, concedió
6. Por escrito de fojas 199, Elsa Flores Pally, actuando excepcionalmente el recurso de casación por la causal
en representación de la codemandada Rosa Estrella de infracción normativa de los artículos 1549 y 1412 del
Reátegui Marín, se apersona a la segunda instancia e Código Civil.
informa sobre la existencia de un proceso de nulidad 10. Mediante auto de fecha dieciocho de mayo de dos mil
del contrato que ahora se pretende formalizar, proceso dieciséis, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema
seguido por la antes mencionada contra su cónyuge Ángel de Justicia de la República resolvió convocar a los
Gabriel Collantes Arimuya y la señora Liliana Amanda integrantes de las Salas Civiles Permanente y Transitoria
Mejía García (demandante en el presente proceso), ante de la Corte Suprema de Justicia de la República para el
7666 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
Pleno Casatorio que se realizará el día 08 de junio del año caso le corresponde verificar que el acto jurídico que
en curso, a horas 10:00 a.m., en la Sala de Juramentos, se pretende formalizar tenga visos de verosimilitud,
ubicada en el segundo piso del Palacio Nacional de pues sería absurdo solicitar que se cumpla con una
Justicia. formalidad que manifiestamente no se condice con la
realidad y que además podría generar una situación
II. Justificación del Pleno Casatorio y delimitación de favorecimiento a la parte que lo pide, por ejemplo,
de la cuestión jurídica a dilucidar en orden de prelación de acreencias o, incluso, antes
o con la inscripción registral, la posibilidad de realizar
1. La presente sentencia del Pleno Casatorio tiene transferencias con mala fe que parezcan protegidas
como objeto dilucidar si en un proceso (sumarísimo) por la fe del registro. Quinto: Por tanto, corresponde
de otorgamiento de escritura pública es posible o al juez, en los casos de demanda de otorgamiento
no realizar un control de validez del negocio jurídico de escritura pública, hacer un examen en grado de
que se pretende formalizar, pues se ha advertido probabilidad –somero y exterior para no invadir esfera
que a nivel jurisprudencial se pueden encontrar que no es materia de pronunciamiento- de la existencia
pronunciamientos contradictorios, señalándose, en del presupuesto básico para lograr la formalidad, esto
algunas oportunidades, que dicho control sí es posible es, un contrato. Dicho análisis le advertirá la presencia
y, en otras, que no lo es. Así, en la resolución de de los requisitos del acto jurídico y los propios del
convocatoria expedida por la Sala Civil Permanente contrato que se pretende formalizar. No cabría, por
de la Corte Suprema de Justicia de la República, ejemplo, formalizar una compraventa cuando no
con fecha dieciocho de mayo de dos mil dieciséis, se aparece en la minuta respectiva qué bien se transfiere
señaló que: “se ha advertido que, de forma continua (porque el artículo 1529 del Código Civil exige para la
y reiterada, los diversos órganos jurisdiccionales compraventa la presencia de bien y precio) u otorgar
del país, incluidas las salas civiles y la de derecho una Escritura Pública cuando el acto jurídico es
constitucional y social de este Supremo Tribunal, solemnísimo (porque entonces sería la judicatura la
en los procesos que versan sobre otorgamiento de que diera origen al acto jurídico que no tiene validez
escritura pública, los están resolviendo con criterios manifiesta por incumplimiento de la formalidad
distintos y hasta contradictorios, pues en algunos requerida, bajo sanción de nulidad)”. De donde se tiene
casos señalan que en este tipo de procesos no se que se acoge el criterio según el cual en un proceso
pueden discutir los elementos de validez del acto de otorgamiento de escritura pública sí es posible
jurídico y en otros establecen que a pesar de que en analizar la validez del negocio jurídico que se pretende
este tipo de casos sólo se exija la determinación de la formalizar, criterio que se sustenta en las siguientes
obligación de otorgar la mencionada escritura ello no razones: (i) el hecho de que un proceso sumarísimo
exime al juzgador de su deber de analizar y verificar (como el de otorgamiento de escritura pública) no sea
en forma detallada los presupuestos necesarios para el espacio idóneo para discutir la validez del negocio
la formación del acto jurídico, tal como se evidencia jurídico no significa que el juez debe formalizar todo
del análisis de las Casaciones números: 104-2013, documento que se le presenta; (ii) el juez debe analizar
146-2013, 1656-2010, 1765-2013, 2745-2010, 4396- que el negocio jurídico que se pretende formalizar exista
2009, 1267-2011, 1553-2011, 1188-2009, 4612-2011, y que concurran los elementos mínimos del contrato
13648-2013, entre otras, en las que no se verifica que que se pretende formalizar; (iii) el análisis que se
existan criterios de interpretación uniforme ni consenso realizará no debe transgredir lo que ha de ser materia
respecto al conflicto antes mencionado”. de pronunciamiento; (iv) sostener lo contrario, esto
2. La jurisprudencia nacional se ha ocupado del es, que no debe realizarse ningún tipo de control del
tema en cuestión –esto es, si dentro de un proceso negocio jurídico, podría llevar a formalizar un negocio
(sumarísimo) de otorgamiento de escritura pública se jurídico que no se condice con la realidad y si éste es
puede o no realizar un control de validez del negocio inscrito posibilita la realización de transferencias de
jurídico que se pretende formalizar- aunque –como se mala fe que aparecerán protegidas por la fe del registro.
ha dicho- arribando a soluciones contradictorias. Así, 3. La contradicción resolutiva en torno al tema que se
por un lado, encontramos, por ejemplo, la Casación pretende dilucidar motivó que el mismo sea materia
Nº 2952-2003-Lima que señala que: “En el proceso de de debate en el Pleno Jurisdiccional Nacional Civil y
otorgamiento de escritura pública solamente se busca Procesal Civil llevado a cabo en la ciudad de Arequipa,
revestir de determinada formalidad el acto jurídico, los días 16 y 17 de octubre de 2015, en donde se planteó
no discutiéndose en esta vía los requisitos para su el problema en los siguientes términos: “¿Es posible
validez, de allí que se sustancia en la vía sumarísima. analizar la validez del acto jurídico en los procesos de
El hecho de que en un proceso judicial se pretenda el otorgamiento de escritura pública?” 1, y se adoptó como
otorgamiento de una escritura pública no impide que en conclusión plenaria, por mayoría, que: “Sí es posible
otro proceso se pretenda declarar la invalidez del acto analizar la validez del acto jurídico en los procesos de
jurídico contenido en dicho instrumento, pues entre otorgamiento de escritura pública, ya que el juzgador
ambas pretensiones no existe identidad de petitorios, no puede dejar de advertir o merituar el documento que
lo que ha de sustanciarse en vía de conocimiento”. De sirve de sustento de la pretensión, esto es, no puede
donde se tiene que se acoge el criterio según el cual ni debe dejar de verificar si el mismo adolece de un
en un proceso de otorgamiento de escritura pública no defecto evidente o de fácil comprobación que vicie el
se puede analizar la validez del negocio jurídico que se acto jurídico. No es posible jurídicamente disponer la
pretende formalizar, criterio –por cierto, mayoritario, a formalización de un acto jurídico inválido” 2.
nivel jurisprudencial- que se sustenta en las siguientes 4. Por su parte, nuestra doctrina ha realizado importantes
razones: (i) en el proceso de otorgamiento de escritura aportes en torno al ejercicio de la facultad que tiene
pública solamente se busca revestir de determinada
formalidad el negocio jurídico; (ii) en el proceso de
otorgamiento de escritura pública no puede discutirse
la validez del negocio jurídico que se pretende
formalizar pues la vía procedimental en la que se
tramita (sumarísima) no lo permite; (iii) la invalidez
del negocio jurídico que se pretende formalizar debe
discutirse en otro proceso; (iv) el proceso en el que se
discuta la invalidez del negocio jurídico que se pretende
formalizar debe tramitarse en la vía de conocimiento. Y,
por otro lado, encontramos, por ejemplo, la Casación
Nº 2406-2014-Ayacucho en la que, luego de invocarse
la línea jurisprudencial clásica de acuerdo con la cual
en los procesos sumarísimos no se discute la validez
del negocio jurídico [véase: considerando segundo], 1
Véase: <https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/d35de5804a47b1dc9d0
se precisó que: “[...] Sin embargo, que ello sea así no dfd7f091476ed/CONCLUSIONES.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=
significa que el juez deba formalizar todo documento d35de5804a47b1dc9d0dfd7f091476ed> (Consulta: 15/07/16).
que se le presenta; por el contrario, también en este 2
Ibíd.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7667
el juez de apreciar -para algunos- o de declarar -para preferencia en el orden de prelación de las titularidades y
otros- de oficio la nulidad del negocio jurídico3, facultad posibilita la inscripción registral y, con ello, la posibilidad
que aparece contemplada en el segundo párrafo del de que se realicen sucesivas transferencias de mala fe
artículo 220 del Código Civil, según el cual: “La nulidad que parezcan protegidas por la fe pública registral. Debe
[...] puede ser declarada de oficio por el juez cuando determinarse si el referido control de legalidad del contrato
resulte manifiesta”, tema que, definitivamente, guarda
directa relación con el que motiva la presente, debiendo
dilucidar, en las líneas sucesivas, el ámbito de alcance
sustantivo (el juez puede apreciar o declarar cualquier
nulidad o solo la nulidad manifiesta) y procesal (el
juez puede ejercer esta facultad dentro de un proceso
sumarísimo o sólo puede hacerlo dentro de procesos
más latos) de aquella facultad, así como la forma en que
ésta debe ser ejercida. 3
ARIANO DEHO, Eugenia. Sobre el poder del juez de ‘declarar’ de oficio la
5. Corresponde dilucidar, también, si la calificación nulidad ex art. 220 CC, En: Problemas del Proceso Civil, Jurista Editores,
del negocio jurídico que se pretende formalizar debe 2003, pp. 135 y ss.; LOHMANN LUCA DE TENA, Juan. La nulidad
extenderse o no al análisis de su exigibilidad o eficacia manifiesta. Su declaración judicial de oficio, En: Ius et Veritas, Revista de los
y, en caso de ser afirmativa la respuesta, se tendrán que estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica
dilucidar otras cuestiones específicas tales como: (i) si del Perú, Número 24, Lima, 2002, pp. 56-63; VIDAL RAMÍREZ, Fernando.
dentro de un proceso (sumarísimo) de otorgamiento de El Acto Jurídico, novena edición, 2013, pp. 540-541; TORRES VÁSQUEZ,
escritura pública debe o no atenderse a la presencia Aníbal. Acto Jurídico, Segunda edición, 2001, p. 701; MORALES
de alguna modalidad en el contrato que se pretende HERVIAS, Rómulo. La inconsistente ‘declaración’ de oficio de la nulidad
formalizar (condición suspensiva o plazo suspensivo); del contrato en el Código Civil peruano de 1984, En: Actualidad Jurídica,
(ii) si dentro de un proceso (sumarísimo) de otorgamiento Número 219, febrero, 2012, pp. 13-23; ESCOBAR ROZAS, Freddy. Nulidad
de escritura pública puede o no discutirse el ejercicio de absoluta, Comentario al artículo 220 del Código Civil, En: AA.VV. Código
una excepción de incumplimiento formulada por la parte Civil comentado, Gaceta Jurídica, Lima, 2003, p. 932; LAMA MORE, Héctor
demandada; (iii) si dentro de un proceso (sumarísimo) Enrique. La nulidad de oficio del acto o negocio jurídico manifiestamente
de otorgamiento de escritura pública puede o no nulo ¿debe subsistir?, Disponible en: <http://www.jusdem.org.pe/
discutirse la resolución del contrato que se pretende webhechos/N010/nulidad%20de%20oficio.htm> (Consulta: 15/07/16);
formalizar; etc. TANTALEÁN ODAR, Reynaldo Mario. La declaración de nulidad manifiesta:
6. El Pleno Casatorio encuentra justificación, además, ¿potestad o deber judicial? Una propuesta alternativa de la segunda parte
en la necesidad de establecer lineamientos en torno del artículo 220 del Código Civil peruano, En: Actualidad Jurídica, Número
a un específico problema social y económico como es 174, Lima, 2008, pp. 49-54; JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. La
el brindar mayor seguridad y certeza respecto de las nulidad del acto jurídico declarada de oficio por el Juez, Disponible en:
titularidades que ostentan los sujetos de derecho, lo que, <http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/AsesJuridica/JURIDICA.NSF/vf12web/
adicionalmente, coadyuva a facilitar la circulación de las B163FF1A3C1532EA052572FA006B7BD1/$FILE/La_nulidad_del_acto_
mismas. En efecto, la elevación a escritura pública de un juridico.pdf> (Consulta: 15/07/16); RAMÍREZ JIMÉNEZ, Nelson. Ineficacia
contrato no solo posibilita el acceso de la titularidad al estructural del acto jurídico y la nulidad de oficio en el proceso civil, En:
Registro Público (artículo 2010 del Código Civil4), lo que Gaceta Civil & Procesal Civil, Número 33, marzo, Lima, 2016, pp. 13-18;
–al menos en línea de principio- determina que el titular ABANTO TORRES, Jaime David. La nulidad de oficio declarada por el juez
ostente un derecho inatacable (artículos 11355 y 2022 del en el Código Civil de 1984, En: Actualidad Jurídica, Número 219, febrero,
Código Civil6) y que los terceros puedan conocer al titular pp. 25-34; NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. ¿Cuándo es ‘manifiesta’
del derecho, derecho en el que podrían estar interesados la nulidad del acto jurídico? (sobre la necesidad de una interpretación
(artículos 20137 y 2014 del Código Civil8), facilitando así restrictiva del artículo 220 del Código Civil), En: La invalidez y la ineficacia
su circulación; sino que, además, aun la escritura pública del negocio jurídico. En la jurisprudencia de la Corte Suprema, Gaceta
misma –es decir, prescindiendo de su ingreso al Registro Jurídica, 2014, pp. 81-121; BERAÚN MAC LONG, Carlos. Sobre la miopía
Público- reporta una mayor certeza respecto a la titularidad del juez para declarar de oficio la nulidad manifiesta, En: Actualidad
de un derecho (artículo 235 del Código Procesal Civil9), Jurídica, Número 170, Lima, 2008, pp. 98-100.
certeza que, incluso, podría ser determinante para definir 4
Artículo 2010 del Código Civil.- “La inscripción se hace en virtud de título
la suerte de una serie de conflictos de intereses como, por que conste en instrumento público, salvo disposición contraria”.
ejemplo, aquél que subyace en la tercería de propiedad 5
Artículo 1135 del Código Civil.- “Cuando el bien es inmueble y
contra embargo (artículo 535 del Código Procesal Civil10), concurren diversos acreedores a quienes el mismo deudor se ha obligado
conflicto que -conforme a lo establecido en el Séptimo a entregarlo, se prefiere al acreedor de buena fe cuyo título ha sido
Pleno Casatorio Civil (Casación 3671-2014-Lima), de primeramente inscrito o, en defecto de inscripción, al acreedor cuyo título
fecha 05 de noviembre de 2015- se resolverá a favor del sea de fecha anterior. Se prefiere, en este último caso, el título que conste
tercerista siempre que ostente un documento de fecha de documento de fecha cierta más antigua”.
cierta anterior a la inscripción del embargo. Cierto es que 6
Artículo 2022 del Código Civil.- “Para oponer derechos reales sobre
normalmente los procesos de otorgamiento de escritura inmuebles a quienes también tienen derechos reales sobre los mismos, es
pública están referidos a contratos de compraventa sobre preciso que el derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de
bienes inmuebles inscritos, pero no se puede perder de aquél a quien se opone [...]”.
vista que no solo tales contratos son susceptibles de 7
Artículo 2013 del Código Civil.- “El contenido del asiento registral se
acceder al Registro Público, sino que también lo son otro presume cierto y produce todos sus efectos, mientras no se rectifique por
tipo de contratos como, por ejemplo, el contrato de hipoteca, las instancias registrales o se declare su invalidez por el órgano judicial o
el contrato de opción, el contrato de arrendamiento, arbitral mediante resolución o laudo firme [...]”.
el contrato de donación, el contrato de usufructo, el 8
Artículo 2014 del Código Civil.- “El tercero que de buena fe adquiere a
contrato de leasing, etc. Ahora, la necesidad de que se título oneroso algún derecho de persona que en el registro aparece con
otorgue la escritura pública de un determinado contrato facultades para otorgarlo, mantiene su adquisición una vez inscrito su
generalmente obedece a una falta de racionalidad de parte derecho, aunque después se anule, rescinda, cancele o resuelva el del
de quien adquiere, o a favor de quien se constituye, una otorgante por virtud de causas que no consten en los asientos registrales y
titularidad, por no haber condicionado la culminación de su los títulos archivados que lo sustentan.
contraprestación al hecho de recibir el título que le permitirá La buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe que conocía la
acceder al Registro Público (esto es, la escritura pública), inexactitud del registro”.
por lo que la finalidad de la parte demandante en los 9
Artículo 235 del Código Procesal Civil.- “Es documento público: [...] 2.
procesos de otorgamiento de escritura pública no es solo La escritura pública y demás documentos otorgados ante o por notario
obtener la prueba de que celebró un contrato sino alcanzar público, según la ley de la materia [...]”
el título inscribible11. Debe determinarse, entonces, si 10
Artículo 535 del Código Procesal Civil.- “La demanda de tercería no
la consecución de tal fin puede o no ser controlada por será admitida si no reúne los requisitos del Artículo 424 y, además, si el
el órgano jurisdiccional en un proceso (sumarísimo) de demandante no prueba su derecho con documento público o privado de
otorgamiento de escritura pública, de manera que no se fecha cierta, en su defecto, si no da garantía suficiente a criterio del Juez
formalicen contratos que presenten patologías manifiestas para responder por los daños y perjuicios que la tercería pudiera irrogar”.
o, en general, que no guarden conformidad con la realidad 11
Cfr. ARATA SOLIS, Moisés. Control de legalidad en los procesos de
y el Derecho, para lo cual debe tenerse en cuenta, además, otorgamiento de escritura pública, En: Actualidad Civil, Volumen 24,
que la elevación a escritura pública de un contrato concede Instituto Pacífico, junio, 2016, pp. 40-44.
7668 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
que se pretende formalizar puede practicarse aun cuando es tan plenario como un proceso de conocimiento
la parte demandada se encuentre en situación de rebeldía amplio. Por tanto, nada impide que se discuta a su
o aun cuando la parte demandada no alegue la ilegalidad interior sobre la validez del acto. Si un registrador
del contrato al contestar la demanda. tiene la competencia para evaluar la validez del
7. Con todo, el tema respecto del cual se plantearán acto que pretende inscribirse, a mayor razón puede
determinados lineamientos, lejos de ser un tema sencillo hacerlo un juez.
es en realidad uno complejo, por las varias aristas que 1.3. Moisés Arata Solís, considera que el problema
se presentan en su dilucidación, las cuales comprenden se circunscribe a los contratos de compra venta
no solo temas de derecho sustantivo, sino también inmobiliaria. La formalización del documento (minuta)
procesal, pues, se determinará, por ejemplo, si cabe o suele hacerse de manera muy mecánica. La línea
no un control de legalidad del contrato que se pretende jurisprudencial que acoge esta tendencia formalista
formalizar; si el referido control debe limitarse a la validez debe superarse, pues es necesario que se fiscalice
del contrato o debe alcanzar, también, a la ineficacia del la validez del acto que pretende formalizarse con
mismo; si dentro del control de validez podrá analizarse la finalidad de inscribirse en los registros. Deben
únicamente la nulidad manifiesta o también la nulidad no reconocerse los casos de nulidad manifiesta y los
manifiesta y la anulabilidad; en qué consiste la nulidad casos de inexigibilidad de la obligación demandada.
manifiesta; qué supuestos podrían analizarse dentro de Propuso que se siga el criterio adoptado en el Cuarto
un eventual control de eficacia del contrato; en qué forma Pleno Casatorio que versó sobre la posesión precaria.
se debe actuar el poder que el artículo 220 del Código 1.4. Martín Mejorada Chauca, coincidió también en que
Civil le confiere al Juez; si la nulidad manifiesta debe ser sí debe analizarse la validez. Exigir el otorgamiento
analizada sólo en la parte considerativa de la sentencia o de escritura supone el ejercicio de un derecho, cuya
si, además, debe ser declarada en la parte resolutiva; qué fuente es el contrato. Por ende, el juez tiene que
principios procesales se pueden ver comprometidos por verificar si esa fuente justifica la tutela solicitada.
una eventual declaración de nulidad del contrato a pesar Sin embargo, el juez se debe limitar a analizar esa
de que ninguna de las partes la haya alegado; la incidencia validez, pero no puede declararla. Coincidió también
que podrían tener los lineamientos que se establezcan en con el planteamiento hecho en el IV Pleno Casatorio,
la presente sentencia, en algún otro Pleno Casatorio Civil que tiene por base la urgencia de tutela. El examen
en el que se haya abordado alguna cuestión relativa a la que haga el juez debe incluso ser más profundo, pues
que nos convoca, etc. debe analizar la exigibilidad y no detenerse en la sola
8. Cabe señalar, desde ya, que tanto la solución que niega validez o invalidez. Por ejemplo, si el contrato siendo
la posibilidad de realizar un control de validez y un control válido ha dejado de tener eficacia, como es el caso
de eficacia del negocio jurídico que se pretende formalizar, en que se haya producido la resolución del contrato.
como aquélla que acepta tal posibilidad, cuentan con El juez debe tener algunos criterios para llevar a cabo
respaldo legal y jurisprudencial. En efecto, la solución que esta revisión, y la sentencia del pleno debe cuidar de
niega la posibilidad de efectuar los referidos controles, fijarlos.
además de ser la postura mayoritaria a nivel jurisprudencial, 1.5. Hugo Forno Florez, se expresó también a favor
encuentra sustento en una interpretación literal del artículo de la discusión de la validez al interior del proceso
1412 del Código Civil que supedita la formalización del sumarísimo, debiendo extenderse a temas de
contrato únicamente al mandato de ley o al convenio de las inexigibilidad y no meramente de invalidez. Las formas
partes y al hecho de que la forma a la cual se va mutar no no siempre funcionan como meras formas, sino que
sea una forma solemne, mas no al análisis de los requisitos a veces se convierten en requisitos, exigencias,
de validez del contrato, a diferencia, de lo que sucede, por para acceder al fortalecimiento de los derechos. Es
ejemplo, con el artículo 1279 del Código Civil español que el caso del concurso de acreedores que privilegia
expresamente señala: “Si la ley exigiere el otorgamiento los derechos de aquel que los tiene formalizados
de escritura u otra forma especial para hacer efectivas en escritura pública. La vía procedimental no puede
las obligaciones propias de un contrato, los contratantes impedir esa discusión. No hay otro tipo de argumentos
podrán compelerse recíprocamente a llenar aquella forma que impida hacerlo”12.
desde que hubiese intervenido el consentimiento 1.6. Finalmente, Nelson Ramírez -quien también se
y demás requisitos necesarios para su validez” [el adhiere a la tesis de que no hay impedimento para
resaltado es nuestro]; asimismo, si bien los controles de que, dentro de un proceso sumarísimo, se discuta la
validez y eficacia no se realizaban dentro del proceso validez del acto que se pretende formalizar- sintetiza
mismo sobre otorgamiento de escritura pública, siempre su intervención en los siguientes términos: “Debe
quedaba abierta la posibilidad de que dichos controles considerarse la especial naturaleza del contrato
sean requeridos, por la parte interesada, vía de acción y en con prestaciones recíprocas, en el que la relación
procesos más latos. De igual forma la solución que acepta obligacional es de ‘doy para que des’, ergo, una
la posibilidad de realizar los controles en cuestión, también prestación tiene por causa a la otra. En tal sentido, si
cuenta con respaldo normativo y jurisprudencial como se uno de los obligados no cumple, el otro está legitimado
verá en las líneas sucesivas. para no cumplir la suya. Esa constatación inicial
nos lleva a considerar los alcances de la excepción
III. Las opiniones de los amicus curiae de contrato no cumplido, que equivocadamente
viene siendo tratada como una excepción procesal,
1. La intervención de los amicus curiae, profesores Juan cuando su naturaleza es exclusivamente sustancial
Espinoza Espinoza, Eugenia Ariano Deho, Moisés Arata y por tanto, no debe exigirse que se proponga de
Solís, Martín Mejorada Chauca, Hugo Forno Flórez y manera expresa y sólo en determinado momento
Nelson Ramírez Jiménez, ha sido sintetizada por el último procesal, pues es una defensa de fondo por la que
de los mencionados, en una reseña cuyos términos son se busca mantener el equilibrio en el cumplimiento
compartidos por este Supremo Tribunal y expuestos a de las prestaciones reciprocas. Por ende, si la
continuación: cuestión opuesta es la invalidez o inexigibilidad de
la fuente contractual, los jueces deben activar esos
“1.1. Juan Espinoza Espinoza, sostuvo que desde un mecanismos de protección del equilibrio negocial,
punto de vista sustantivo, debe considerarse que el sin que lo impida la vía procedimental. Por otro lado,
art. 220 del C.C. permite que se declare una nulidad debe preservarse el efecto registral, pues el sistema
incluso de oficio. Por consiguiente el Juez debe de justicia no debe permitir que acceda a la inscripción
evaluar la validez del acto, sin que sea óbice que el un acto jurídico que sea nulo o ineficaz, bajo el prurito
proceso de otorgamiento sea en la vía sumarísima.
No cabe una mera revisión formal del acto discutido.
1.2. Eugenia Ariano Deho, consideró que el problema
es la vía procedimental, pues mientras el otorgamiento
de escritura se ventila en la vía sumarísima, en el que
no cabe reconvención, la nulidad del acto jurídico
debe ser discutida en una vía más amplia. Considera 12
RAMÍREZ JIMÉNEZ, Nelson. Crónica del IX Pleno Casatorio: Validez del
que hay que diferenciar “cognición sumaria” de vía acto jurídico y la escritura pública, En: Jurídica. Suplemento de análisis
sumaria. Debe tenerse en cuenta que el sumarísimo legal de El Peruano, de fecha martes 14 de junio de 2016, pp. 2-3.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7669
de que la vía procedimental no permite su discusión las partes no se precisa de una conducta (prestación) que
al interior del mismo”13. deba realizar la otra. Así, en el contrato de opción (artículo
1419 del Código Civil20), para la celebración del contrato
2. En consecuencia, tenemos que todos los amicus curiae definitivo, el concedente no deberá realizar ninguna
coincidieron en que la vía procedimental en la que se conducta, sino que aquélla (la celebración del contrato
tramita el proceso de otorgamiento de escritura pública no definitivo) más bien dependerá del comportamiento del
releva al Juez de realizar un control de validez respecto optante, la relación jurídica que se genera aquí es una que
del negocio jurídico que se pretende formalizar, es más, vincula un derecho potestativo y un estado de sujeción.
algunos de ellos, específicamente, los profesores Martín En la promesa del hecho ajeno (artículo 1470 del Código
Mejorada, Moisés Arata, Hugo Forno y Nelson Ramírez, Civil21), la satisfacción del interés del promitente, tampoco
sostuvieron que el análisis no debe restringirse a la validez/ dependerá de un comportamiento que deba realizar el
invalidez del negocio jurídico sino que debía extenderse promisario, sino de que este último asuma el riesgo de la
a la exigibilidad del negocio jurídico o al análisis de sus falta de verificación del hecho ajeno, efecto (la asunción
efectos. del riesgo) que se produce en forma automática con la
celebración del referido contrato, la relación que se genera
IV. Planteamiento del problema aquí, como efecto principal, no es una relación obligatoria
sino una relación de garantía22. En el contrato de cesión
IV.1. El contrato y sus efectos de posición contractual (artículo 1435 del Código Civil23)
y en el contrato de cesión de derechos (artículo 1206 del
1. El término contrato es uno polisémico en tanto no Código Civil24), el efecto principal no se traduce en una
presenta un único significado sino más bien varias obligación a cargo del cedente, sino en la transferencia
acepciones. El contrato puede ser entendido como de todas las situaciones jurídicas subjetivas que integran
supuesto de hecho, como relación jurídica, como texto una de las posiciones contractuales (para el caso de la
o como reglamento. Así, por ejemplo, cuando se hace cesión de posición contractual) o en la transferencia del
referencia a la firma o celebración de un contrato, se derecho de crédito (para el caso de la cesión de derechos).
entiende a éste como supuesto de hecho, es decir, como En el contrato de compraventa inmobiliaria (artículo 949
un acto o hecho concreto, al que la ley califica como un del Código Civil25), la transferencia de la propiedad no
acuerdo logrado entre dos o más partes. Cuando se hace dependerá de una conducta que deba realizar el vendedor,
referencia a la resolución de un contrato se entiende a sino que aquélla se producirá con el mero consentimiento
éste como relación jurídica que vincula a las situaciones legítimamente manifestado, de donde se tiene que el
jurídicas subjetivas de las que son titulares las partes. contrato genera también efectos reales26.
Cuando se hace referencia a la claridad o falta de claridad
del contrato, se entiende a éste como texto, vale decir,
como un conjunto de cláusulas o estipulaciones. Y cuando
se hace referencia al compromiso que se deriva del
contrato, se entiende a éste como reglamento, es decir,
como el conjunto de reglas que las partes se han impuesto
así mismas y que deberán observar para la satisfacción 13
Íd., p. 3.
de sus respectivos intereses14. En este momento, nos 14
Cfr. ROPPO, Vincenzo. El contrato, Traducción de Nélvar CARRETEROS
interesa abordar, brevemente, el estudio del contrato como TORRES, Traducción a cura de Eugenia ARIANO DEHO, Gaceta Jurídica,
acto o supuesto de hecho. Lima, 2009, p. 43.
2. El contrato es una manifestación específica (y concreta) 15
BIANCA, Massimo. Derecho Civil. 3. El contrato, Traducción de Fernando
de la categoría general (y abstracta): negocio jurídico. HINESTROSA y Edgar CORTÉS, Primera edición, Universidad Externado
“El contrato entra en la categoría más amplia del acto de Colombia, Bogotá, 2007, p. 24.
de autonomía privada o negocio jurídico, o sea del acto 16
FERRI, Luigi. Lecciones sobre el contrato. Curso de Derecho Civil,
mediante el cual el sujeto dispone de la propia esfera Traducción efectuada por Nélvar CARRETEROS TORRES, Presentación,
jurídica”15. notas y edición al cuidado de Rómulo Morales Hervías y Leysser L. León,
3. El Código Civil, en su artículo 1351, nos da una Primera edición, Editorial Grijley, Lima, 2004, pp. 4-6.
definición del contrato, de la cual podemos extraer sus 17
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general, Primera Parte
rasgos característicos: “el contrato es el acuerdo de dos - Tomo I, Volumen XI, En: Para leer el Código Civil, Fondo Editorial PUCP,
o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una Lima, 1998, pp. 74-80.
relación jurídica patrimonial”. Los rasgos característicos 18
ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 30.
son: (i) la presencia de un acuerdo, entendido éste no 19
FORNO FLOREZ, Hugo. Acerca de la noción de contrato, En: Gaceta
como la coincidencia de voluntades (internas) sino como Jurídica, Lima, 2000, Tomo 78-B, p. 20.
la coincidencia de declaraciones de voluntad16: oferta 20
Artículo 1419 del Código Civil: “Por el contrato de opción, una de las
y aceptación; (ii) la presencia de dos o más partes, partes queda vinculada a su declaración de celebrar en el futuro un
entendidas éstas no como personas sino como centros de contrato definitivo y la otra tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no”.
intereses17; y (iii) la presencia de una finalidad consistente 21
Artículo 1470 del Código Civil.- “Se puede prometer la obligación o el
en crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica hecho de un tercero, con cargo de que el promitente quede obligado a
patrimonial. indemnizar al otro contratante si el tercero no asume la obligación o no
4. El contrato, en tanto negocio jurídico, es un instrumento cumple el hecho prometido, respectivamente”.
de ejercicio de la autonomía privada, es decir, un 22
FORNO FLÓREZ, Hugo.“Precisiones conceptuales en torno a la promesa
instrumento por medio del cual las partes establecerán de hecho ajeno”, En: “Negocio jurídico y responsabilidad civil. Estudios en
las reglas que permitirán la satisfacción de sus intereses, memoria del profesor: Lizardo Taboada Córdova”, Editorial Grijley, 2004,
pero hay que precisar que el único género de relaciones principalmente, p. 538 y 539.
sobre las cuales el contrato incide (constituyéndolas, 23
Artículo 1435 del Código Civil.- “En los contratos con prestaciones no
regulándolas, extinguiéndolas), es el de las relaciones ejecutadas total o parcialmente, cualquiera de las partes puede ceder a un
jurídicas patrimoniales18. tercero su posición contractual.
5. Ahora bien, los efectos que puede generar un contrato Se requiere que la otra parte preste su conformidad antes, simultáneamente
no se circunscriben a la relación obligatoria -es decir, o después del acuerdo de cesión.
aquella relación jurídica que vincula dos situaciones Si la conformidad del cedido hubiera sido prestada previamente al acuerdo
jurídicas a saber: un derecho de crédito y un deber jurídico entre cedente y cesionario, el contrato sólo tendrá efectos desde que dicho
específico, y que podría ser descrita como la relación que acuerdo haya sido comunicado al cedido por escrito de fecha cierta”.
“coordina un deber de ejecutar una conducta (prestación) 24
Artículo 1206 del Código Civil.- “La cesión es el acto de disposición
por parte del deudor, para la realización de un interés de en virtud del cual el cedente trasmite al cesionario el derecho a exigir la
otro sujeto (acreedor) y el derecho de éste de pretender prestación a cargo de su deudor, que se ha obligado a transferir por un
dicha actuación”19- ciertamente éste es el efecto más título distinto.
común que emerge de la celebración de un contrato pero La cesión puede hacerse aun sin el asentimiento del deudor”.
no es el único que éste puede generar. Piénsese, por 25
Artículo 949 del Código Civil.- “La sola obligación de enajenar un
ejemplo, en el contrato de opción, en la promesa del hecho inmueble determinado hace al acreedor propietario de él, salvo disposición
ajeno, en la cesión de posición contractual, en la cesión legal diferente o pacto en contrario”.
de derechos, en el contrato de compraventa inmobiliaria, 26
Sobre el contrato y sus diversos efectos: Cfr. FORNO FLOREZ, Hugo. Ob.
etc., en donde para la satisfacción del interés de una de cit., pp. 20-25.
7670 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
6. Conviene detenernos, brevemente, en este último IV.3. Las formas ad solemnitatem y ad probationem.-
caso –pues los procesos de otorgamiento de escritura
pública versan normalmente sobre contratos de 14. La forma vinculada puede ser de dos clases:
compraventa de inmuebles27- para precisar que si
bien el contrato de compraventa inmobiliaria genera a. La forma solemne (o forma ad solemnitatem).-
un efecto real en lo que concierne a la transferencia Es aquélla que constituye un elemento de validez
de la propiedad (artículo 949 del Código Civil), no es del negocio jurídico, de manera que la celebración
menos cierto que, también, genera una serie de efectos de este último sin observar la forma en cuestión
obligacionales, tales como: la obligación de pagar el conllevará su invalidez, específicamente, su
precio (artículo 1558 del Código Civil28), la obligación nulidad, tal como lo establece el inciso 6 del
de entregar el bien (artículo 1550 del Código Civil29), la artículo 219 del Código Civil que a la letra dice:
obligación de entregar los documentos y títulos relativos “El acto jurídico es nulo: [...] 6. Cuando no revista
a la propiedad del bien (artículo 1551 del Código Civil30), la forma prescrita bajo sanción de nulidad”.
la obligación de formalizar el contrato (artículo 1549 del Respecto de la forma solemne se ha dicho que
Código Civil31), etc. “cuando la ley prescribe una determinada forma
7. De lo expuesto podemos concluir, entonces, que el (forma legal) o las partes eligen una de común
contrato no solo genera relaciones obligatorias, sino que, acuerdo (forma convencional), esa se convierte
también, puede generar otro tipo de efectos jurídicos. en elemento esencial del negocio: si el negocio
no es concluido en la forma prescrita, es nulo
IV.2. El principio de la libertad de forma por falta de uno de sus elementos esenciales”44;
entonces, la forma solemne puede tener su fuente
8. El contrato (en general, el negocio jurídico) no es en la ley (forma solemne legal) o en el convenio
un fenómeno psíquico sino un fenómeno social, un de las partes (forma solemne convencional).
hecho social y, como tal, precisa de señales externas En la forma solemne legal, la ley, de manera
que hagan reconocible el acuerdo. El acuerdo tiene expresa, sancionará con nulidad la inobservancia
siempre necesidad de un medio a través del cual pueda de la forma (artículo 144 del Código Civil), tal
exteriorizarse. Ese medio es lo que se conoce como es el caso, por ejemplo, del artículo 1871 del
la forma del contrato. Podemos entender a la forma Código Civil: “La fianza debe constar por escrito,
como el modo en que se presenta el contrato frente a bajo sanción de nulidad”, lo propio sucede, entre
los demás en la vida de relación, su figura exterior32. otros, con los artículos 1304, 107, 1625, 1925,
“En la vida de relación un acto no es reconocible a los 1092 del Código Civil. Pero las propias partes
otros sino a través de su forma. Precisamente por esto,
la voluntad, mientras queda en puro fenómeno psíquico
y no se traduce en actos, está privada de trascendencia
social y jurídica”33.
9. La forma es, entonces, “la técnica de comunicación
social con la cual se manifiesta la voluntad”34. Así, contrato
y forma son datos inescindibles: Todo contrato tiene una
forma, porque si no la tuviera no existiría el acuerdo que
es necesario para que exista contrato35. Esta situación
de consustancialidad ha sido descrita en los siguientes 27
ARATA SOLIS, Moisés. Ob. cit., p. 39.
términos: “No es posible hablar de un contrato privado 28
Artículo 1558 del Código Civil.- “El comprador está obligado a pagar el
de forma, del mismo modo que no es posible hablar de precio en el momento, de la manera y en el lugar pactados. A falta de
persona natural si está privada de un cuerpo”36. convenio y salvo usos diversos, debe ser pagado al contado en el momento
10. Las principales formas del contrato son la y lugar de la entrega del bien. Si el pago no puede hacerse en el lugar de
escritura pública, la escritura privada, la forma oral y el la entrega del bien, se hará en el domicilio del comprador”.
comportamiento concluyente37. 29
Artículo 1550 del Código Civil.- “El bien debe ser entregado en el estado
11. En el derecho moderno rige el principio de la libertad en que se encuentre en el momento de celebrarse el contrato, incluyendo
de forma en mérito del cual las partes son libres de elegir sus accesorios”.
la forma (la técnica comunicativa) por medio de la cual 30
Artículo 1551 del Código Civil.- “El vendedor debe entregar los
manifestarán su voluntad contractual. La vigencia de documentos y títulos relativos a la propiedad o al uso del bien vendido,
este principio obedece a exigencias de propiciar la mayor salvo pacto distinto”.
cantidad y celeridad en la circulación de las titularidades, 31
Artículo 1549 del Código Civil.- “Es obligación esencial del vendedor
exigencias propias de un mercado capitalista. En tal sentido, perfeccionar la transferencia de la propiedad del bien”.
se ha dicho que: “La afirmación del principio de libertad de 32
Cfr. BETTI, Emilio. Teoría general del negocio jurídico, Traducción y
forma está determinada, en suma, por una precisa visión concordancias con el derecho español por A. MARTÍN PÉREZ, Editorial
del mundo: la ideología liberal que ha acompañado las Comares, Granada, 2000, p. 110.
vicisitudes económicas de las sociedades capitalistas del 33
Idíd.
siglo pasado y que quiere que la contratación se muestre 34
ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 217.
libre, estable y copiosa”38. 35
Ibíd.
12. En nuestro sistema jurídico el principio de libertad 36
GUTIERREZ CAMACHO, Walter. La forma como requisito de validez,
de forma aparece recogido en el artículo 143 del Código Comentario al artículo 1411 del Código Civil, En: AA.VV. Código Civil
Civil según el cual: “Cuando la ley no designe una forma comentado, Gaceta Jurídica, Lima, 2004, p. 430.
específica para un acto jurídico, los interesados pueden 37
BIANCA, Massimo. El contrato, ob. cit., p. 293.
usar la que juzguen conveniente”. El mensaje es claro: 38
LEYVA SAAVEDRA. José. Forma y formalismo contractual, En: Revista del
Ante el silencio de la ley, las partes tienen plena libertad Foro, Colegio de Abogados de Lima Sur, marzo, 2013, p. 48.
de escoger cualquier técnica de comunicación para 39
Cfr. BIGLIAZZI GERI, Lina; BRECCIA, Humberto; BUSNELLI, Francesco;
exteriorizar su voluntad contractual. Podemos concluir, NATOLI, Ugo. Derecho Civil. Hechos y actos jurídicos, Tomo I, Volumen
entonces, que la regla es la libertad de forma y que aquellas II, Traducción de Fernando HINESTROSA, Universidad Externado de
normas que imponen la observación de una determinada Colombia, Bogotá, 1995, p. 793.
forma deben recibir el trato de normas excepcionales por 40
Artículo IV del Título Preliminar del Código Civil.- “La ley que establece
lo que no podrán, por ejemplo, ser aplicadas vía analogía39 excepciones o restringe derechos no se aplica por analogía”.
(ex artículo IV del Título Preliminar del Código Civil40). 41
Así: BETTI, Emilio. Ob. cit., p. 110; ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 219,
13. En atención a lo expuesto conviene superar la clásica TRIMARCHI, Pietro. Istituzioni di Diritto Privato, Terza edizione, Giuffrè,
clasificación de los negocios en “formales” y “no formales”, Milano, 1977, p. 242; GAZZONI, Francesco. Manuale di diritto privato, VII
pues pareciera denotar la existencia de negocios sin forma edizione aggiornata, Edizioni Scientifiche Italiane, Napoli, 1998, p. 859.
y, ya está visto, que un negocio no puede prescindir de una 42
Artículo 144 del Código Civil.- “Cuando la ley impone una forma y no
forma, por lo que parece mejor hacer referencia a negocios sanciona con nulidad su inobservancia, constituye sólo un medio de prueba
con forma vinculada y negocios con forma libre41. Nos de la existencia del acto”.
encontraremos frente a una forma vinculada cuando ésta 43
Artículo 1411 del Código Civil.- “Se presume que la forma que las partes
es exigida por ley (artículo 144 del Código Civil42) o por las convienen adoptar anticipadamente y por escrito es requisito indispensable
partes en ejercicio de su autonomía privada (artículo 1411 para la validez del acto, bajo sanción de nulidad”.
del Código Civil43). 44
ALPA, Guido. El contrato en general, Pacífico Editores, Lima, 2015, p. 132.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7671
pueden convenir, previamente, que el negocio conocer objetos de toda clase, habiéndose establecido
jurídico que celebrarán deberá observar una con carácter general”49. Los procesos ordinarios son
determinada forma, probatoria o solemne, aquellos que la ley establece “para que sirvan de cauce
en este último caso -tal y como sucede con la a la tutela jurisdiccional de la generalidad de las acciones.
forma solemne legal- la inobservancia de la La inmensa mayoría de las acciones que se pueden
solemnidad origina la nulidad del negocio; cabe afirmar en un proceso civil son juzgadas con arreglo a
precisar, además, que ante el silencio de las unas mismas normas procesales, con independencia de
partes respecto a la calificación de la forma se cuáles sean las peculiaridades de las normas jurídicas
presumirá (presunción iuris tantum) que se ha sustantivas en que se funden”50. En los procesos
convenido una forma solemne (artículo 1411 del ordinarios “los órganos jurisdiccionales pueden conocer
Código Civil). objetos de toda clase sin limitación alguna, habiéndose
Teniendo en cuenta lo dicho en relación a la establecido con carácter general”51, entre los tipos de
forma solemne legal y a la forma solemne procesos ordinarios “las diferencias son de tramitación,
convencional, podemos afirmar que “los sujetos pero están previstos para que por ellos se conozcan
solamente pueden introducir requisitos de forma todo tipo de objetos, distinguiéndose principalmente por
en los actos jurídicos que según el ordenamiento la cuantía del asunto”52. Un proceso ordinario es aquél
jurídico son libres de formalidades o bien pueden en el que se ventilará cualquier pretensión a la que la ley
establecer formalidades más severas que las no le haya impuesto una tramitación especial. Nuestro
previstas en la ley, siempre que no contravengan Código Procesal Civil ha previsto tres procedimientos
normas imperativas, el orden público o las para sustanciar los procesos declarativos, y los ha
buenas costumbres. En cambio, los otorgantes denominado proceso de conocimiento, proceso abreviado
del acto jurídico no pueden dejar sin efecto una y proceso sumarísimo, los tres son, en potencia, procesos
solemnidad impuesta por la ley bajo sanción ordinarios53. Por otro lado, un proceso especial será aquél
de nulidad, pero sí pueden dejar sin efecto una previsto para ventilar una determinada controversia y que,
solemnidad impuesta por ellos”45. además, cuenta con algunas reglas aplicables en forma
b. La forma probatoria (o forma ad exclusiva54. Los procesos especiales, entonces, son
probationem).- Es aquélla que sirve para aquellos a los que la ley le ha asignado una tramitación
acreditar la existencia y el contenido del negocio especial. En efecto, los procesos especiales son “aquellos
jurídico. Tradicionalmente se le ha atribuido a la que el legislador ha establecido para que sirvan de cauce
observancia de esta clase de forma, la utilidad a la tutela jurisdiccional de ciertas materias. En principio,
de constituir el medio probatorio idóneo para la previsión legal de procesos especiales se justifica en
probar la existencia y el contenido del negocio; que el legislador advierte que el enjuiciamiento de dichas
de hecho, algunos artículos explicitan esta materias a través de los procesos ordinarios no sería
(aparente) utilidad, tal es el caso del artículo adecuado porque las mismas exigen peculiaridades en su
1605 del Código Civil que señala: “La existencia tratamiento jurisdiccional, es decir, están necesitadas de
y contenido del suministro pueden probarse por una tutela jurisdiccional diferenciada. Las peculiaridades,
cualesquiera de los medios que permite la ley, singularidades o especialidades reclamadas por esas
pero si se hubiera celebrado por escrito, el mérito materias pueden ser de muy variado tipo. Así, el legislador
del instrumento respectivo prevalecerá sobre puede establecer normas especiales en instituciones tan
todos los otros medios probatorios”; sin embargo, distintas como la postulación y defensa, la legitimación,
con la entrada en vigencia del Código Procesal la intervención procesal, la acumulación de acciones
Civil dicha utilidad ha venido a menos46, ya que y procesos, la carga de la prueba, las diligencias
en el artículo 197 del citado cuerpo normativo preliminares, y un largo etcétera. Hay casos en que,
se ha establecido que: “Todos los medios además, el legislador establece un entero procedimiento
probatorios son valorados por el Juez en forma distinto del propio de los procesos ordinarios. Pues
conjunta, utilizando su apreciación razonada bien, cuando las especialidades de una materia son
[...]”. Por lo tanto, actualmente, a los efectos de procedimentales estamos en presencia, en sentido
acreditar la existencia y el contenido del negocio estricto, de un proceso declarativo especial. Cuando las
jurídico, la forma probatoria constituye solo un especialidades de una materia no son procedimentales,
medio de prueba más como cualquier otro. sino de otro orden, y el procedimiento a seguir es uno de
los ordinarios [...] estamos en presencia de especialidades
IV.4. La naturaleza del proceso de otorgamiento de de los procesos declarativos ordinarios”55. En nuestro
escritura pública.-
ordenamiento procesal son procesos especiales, por sumario no se plantee con plenitud el conflicto existente
ejemplo, los procesos de divorcio, tercería de propiedad, entre las partes, sino solo un aspecto concreto del mismo;
prescripción adquisitiva, alimentos, interdicción, etc. en esas circunstancias es lógico que pueda existir un
18. Desde otra perspectiva, específicamente, en relación proceso plenario posterior en el que pueda plantearse
al grado de cognición del juez, debemos distinguir entre la totalidad de litigio y en el que no podrá excepcionarse
un proceso plenario y un proceso sumario. Son procesos cosa juzgada”65. En nuestro ordenamiento procesal será
plenarios aquellos en donde las partes no encontrarán un proceso sumario, por ejemplo, el proceso de desalojo
restricción en torno a las alegaciones que podrían formular por falta de pago, en tanto solo se admitirán como medios
y a los medios probatorios que podrían aportar, lo que probatorios: el documento, la declaración de parte y la
conlleva a que la cognición del juez sobre la controversia pericia (artículo 591 del Código Procesal Civil)66.
sea plena o completa56. Sobre los procesos plenarios o 19. En consecuencia, son distintos los procesos plenarios
de conocimiento, se ha señalado que: “La intervención y los procesos sumarios y, específicamente, son distintos
del juez en un proceso de conocimiento es más o menos los procesos plenarios rápidos y los procesos sumarios:
amplia, depende de la naturaleza del conflicto de intereses “Los plenarios rápidos son aquellos procesos en los
y de la opción del legislador de conceder más o menos cuales se ha simplificado las formas, reduciendo los
posibilidades de actuación al juez y a las partes, sea en plazos pero sin que exista una restricción de la cognición,
lo que se refiere a facultades o a plazos. Precisamente y lo que es más importante, lo resuelto en estos procesos
esta variación determina la existencia de distintas clases generan cosa juzgada. En tanto que el proceso sumario
de procesos de conocimiento. A los más amplios se les o sumarizado –en oposición al de cognición plena o
suele denominar plenos o de conocimiento propiamente plenario- es aquel que se tramita en forma rápida y simple,
dichos, los intermedios –en donde la capacidad y tiempo cuya cognición se encuentra limitado legalmente, tanto
se ha reducido- reciben el nombre de plenarios rápidos o en la posibilidad de alegación como de prueba, y cuya
abreviados, y finalmente aquellos cuya discusión se reduce resolución definitiva –necesariamente-no tiene los efectos
a la prueba de uno o dos hechos específicos reciben el de cosa juzgada”67. Pues bien, el hecho de que un proceso
nombre de plenarios rapidísimos o sumarísimos”57. Y son sumarísimo como el de otorgamiento de escritura pública,
procesos sumarios aquellos en donde, por ley, se han presente plazos más cortos y una menor cantidad de actos
limitado las alegaciones que podrían formular las partes procesales, no hace que devenga, necesariamente, en
o los medios probatorios que éstas podrían aportar, lo que un proceso sumario. Proceso sumarísimo no es sinónimo
conlleva a que la cognición del juez sobre la controversia de proceso sumario. Y nuestro proceso sumarísimo de
sea, también, limitada58, estos procesos se basan en otorgamiento de escritura pública no tiene legalmente
un “conocimiento no definitivo o parcial o superficial”59. impuestas limitaciones en torno a las alegaciones que
En forma precisa, Ignacio Diez-Picazo, explica que el podrían formular las partes o a los medios probatorios que
significado técnico-jurídico de proceso sumario no es podrían aportar en relación al fondo de la controversia, por
el de proceso rápido sino el de proceso con limitación lo que no es un proceso sumario, sino un proceso “plenario
de cognición y ausencia de cosa juzgada -el primero es rápido”68, sin perjuicio de las restricciones impuestas por
solo un significado “vulgar”- y, en consecuencia, proceso el artículo 559 del Código Procesal Civil69 para todos los
sumario es lo contrario a proceso plenario: “En sentido procesos sumarísimos.
amplio o vulgar, se dice que un proceso es sumario 20. Lo antes dicho constituye un importante argumento a
cuando está configurado por la ley para que sea un favor de la posibilidad de realizar un control de validez del
proceso rápido. Sumariedad es, en ese sentido, sinónimo negocio jurídico que se pretende formalizar, aun cuando la
de rapidez o celeridad. En sentido técnico-jurídico, en el causa se tramite en la vía del proceso sumarísimo.
Derecho procesal, la sumariedad –aunque comporta,
como consecuencia, la rapidez de la tutela jurisdiccional- IV.5. El proceso de calificación del negocio jurídico.-
significa limitación de la cognición del tribunal y ausencia
de cosa juzgada. Un proceso es sumario porque en él 21. El negocio jurídico ha de ser portador de intereses
se limitan las alegaciones de las partes y, en ciertos dignos de protección y las reglas que las partes se han
casos, los medios de prueba utilizables. Lo contrario de impuesto a sí mismas como mecanismos para alcanzar
un proceso sumario es un proceso plenario”60. Luego de
explicar el significado y las principales características del
proceso sumario, el citado autor precisa el objeto y las
consecuencias de esta clase de proceso: “un proceso
sumario tiene siempre un objeto limitado, es decir, no
permite el enjuiciamiento de todos los aspectos de una
relación jurídica. A través de un proceso sumario, lo que
el legislador pretende es brindar al demandante, caso de 56
ARIANO DEHO, Eugenia. El ‘sumarísimo’ proceso de otorgamiento de
que la demanda sea estimada, una tutela jurisdiccional escritura pública, ob. cit., p. 34.
provisional o interna (aunque, de hecho, la misma pueda 57
MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil, ob. cit., p. 138.
ser indefinida). Dadas las limitaciones impuestas, la 58
ARIANO DEHO, Eugenia. El ‘sumarísimo’ proceso de otorgamiento de
tutela jurisdiccional sumaria no puede ser definitiva. Por escritura pública, ob. cit., p. 34.
eso, la sentencia dictada en un proceso sumario no tiene 59
CHIOVENDA, Giusseppe. Instituciones de Derecho Procesal Civil. Serie
fuerza de cosa juzgada material y no impide que se incoe Clásicos del Derecho Procesal Civil, Volumen III, Traducción de E. Gómez
un ulterior proceso declarativo plenario que tenga el Orbaneja, Editorial Jurídica Universitaria, México, 2008, p. 21.
mismo objeto. Dado que la tutela jurisdiccional sumaria 60
DIEZ-PICAZO GIMÉNEZ, Ignacio. Ob. cit., p. 611.
es provisional, la ley procesal debe procurar que sea 61
Íd., p. 612.
rápida”61. Con todo, dos son los rasgos fundamentales de 62
CASASSA CASANOVA, Sergio Natalino. El régimen de promoción del
los procesos sumarios: Primero, “la finalidad del proceso arrendamiento para vivienda y el (pseudo) proceso único de ejecución de
sumario es otorgar una tutela más rápida que la concedida desalojo, En: Gaceta Civil & Procesal Civil, Número 27, septiembre, 2015,
en el proceso plenario; sin embargo, la rapidez o brevedad p. 77.
no es la esencia del proceso sumario, sino lo esencial 63
Ibíd.
será la limitación en la cognición”62. En efecto, cierto es 64
Íd., p. 77-78.
que “la aceleración de los procesos ha sido el motivo del 65
MONTERO AROCA, Juan. Proceso (Civil y Penal) y garantía: El proceso
desarrollo de la sumarización, en otras palabras su razón como garantía de libertad y de responsabilidad, Tirant lo Blanch, Valencia,
de ser, pero este –es decir la rapidez en su tramitación- no 2006, p. 344, citado por: CASASSA CASANOVA, Sergio Natalino. Ob. cit.,
es su esencia, al punto que podemos afirmar que no todo p. 78.
proceso de tramitación rápida es sumario, ya que procesos 66
ARIANO DEHO, Eugenia. El ‘sumarísimo’ proceso de otorgamiento de
rápidos pueden también ser de cognición plenaria, pero si escritura pública, ob. cit., p. 34.
se puede afirmar que un proceso de cognición limitada es 67
CASASSA CASANOVA, Sergio Natalino. Ob. cit., p. 76.
sumario”63. Y segundo, lo resuelto en el proceso sumario 68
Conforme: ARIANO DEHO, Eugenia. El ‘sumarísimo’ proceso de
no tendrá el efecto de la cosa juzgada, lo que se explica otorgamiento de escritura pública, ob. cit., p. 35.
precisamente por la cognición limitada de la controversia64. 69
Artículo 559 del Código Procesal Civil.- “En este proceso no son
Por ello, “la sumariedad supone limitación y esta se refiere procedentes:
a las alegaciones de las partes, al objeto de la prueba y 1. La reconvención.
a la condición judicial, lo que lleva a que en el proceso 2. Los informes sobre los hechos”.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7673
la satisfacción de aquellos intereses, han de guardar dentro del proceso (sumarísimo) de otorgamiento de
conformidad con las normas del ordenamiento jurídico. escritura pública.
Es así que se habla de un proceso de calificación del
negocio jurídico que permitirá concluir no sólo si éste se IV.6. Control de validez del acto que se pretende elevar
ha celebrado con arreglo a Derecho sino, además, si ha a escritura pública
producido sus efectos y si estos conservan vigor o si por
alguna circunstancia no resultan exigibles o han venido IV.6.1. Declaración de oficio de la invalidez del acto
a menos. Esta calificación se realiza en tres niveles: que se pretende elevar a escritura pública.-
relevancia/irrelevancia, validez/invalidez y eficacia/
ineficacia. 27. Si lo que se busca es determinar si dentro de un
22. En el primer nivel se practica el juicio de relevancia, proceso de otorgamiento de escritura pública, el Juez
aquí se verificará “la presencia de algunos datos puede o no realizar un control de validez del negocio
mínimos idóneos para identificar típicamente el hecho jurídico que se pretende formalizar, se debe tener en
y para permitir ‘su subsunción en el nomen iuris’”70, lo cuenta lo establecido en el artículo 220 del Código Civil,
que significa que si el hecho no presenta algunos datos según el cual: “La nulidad [...] puede ser declarada de
mínimos que permitan la identificación de un determinado oficio por el juez cuando resulte manifiesta”.
negocio jurídico (compraventa, donación, testamento, 28. Lo primero que se advierte es que la norma hace
etc.), éste será jurídicamente inexistente. En esa misma referencia solo a una de las dos clases de invalidez: la
línea se ha dicho que “es inexistente el contrato o el acto nulidad, mas no a la anulabilidad. La nulidad es la forma
que no es identificable como tal, pues carece del mínimo más grave de invalidez que, de acuerdo con el artículo
esencial que permita hablar de un cierto evento como 219 del Código Civil, puede ser demandada cuando el
de contrato o de acto unilateral”71. Así, por ejemplo, no negocio jurídico presenta las siguientes patologías: a) falta
pasará el juicio de relevancia un contrato en donde no de manifestación de voluntad; b) incapacidad absoluta
se pueda identificar un acuerdo o la presencia de más de de la parte que lo celebró; c) objeto física o jurídicamente
una parte, en general, no pasarán este examen aquellos imposible o indeterminable; d) fin ilícito; e) simulación
“comportamientos humanos que sean, como suele decirse, absoluta; f) ausencia de la forma solemne; g) declaración
meros ‘simulacros’ de negocio, en cuanto desprovistos de expresa de nulidad; e) contravención al orden público
los requisitos mínimos que permiten calificar sub especie o a las buenas costumbres. La nulidad es un remedio
iuris el hecho, así hayan ‘provocado en alguno de los que busca tutelar intereses generales, a diferencia de
interesados la impresión superficial de haber celebrado un la anulabilidad que más bien busca tutelar intereses
negocio o de haber asistido a él’”72. particulares75, de ahí que, por ejemplo, la nulidad no es
23. En el segundo nivel se practica el juicio de validez, susceptible de confirmación, mientras que la anulabilidad sí
en donde se verificará que los componentes del negocio lo es. Pero estos no son los únicos rasgos que diferencian
jurídico (parte, objeto, causa, manifestación de voluntad a ambas categorías, podemos mencionar, además, que:
y forma solemne) no contravengan las directrices del (i) el negocio nulo no produce efectos, mientras que el
ordenamiento jurídico, este análisis “puede concluir en negocio anulable genera efectos precarios; (ii) el negocio
sentido afirmativo (el hecho es conforme a las opciones nulo no precisa de una sentencia para no producir efectos
del sistema), o en sentido negativo (el hecho es valorado (sentencia meramente declarativa), a diferencia de lo que
con disfavor por el ordenamiento)”73, si sucede lo primero sucede con el negocio anulable que dejará de producir
el negocio será válido, si, por el contrario, sucede lo sus efectos (precarios), en forma retroactiva hasta su
segundo, el negocio será inválido, es decir, nulo (artículo celebración, una vez que quede firme la sentencia que
219 del Código Civil) o anulable (artículo 221 del Código declare la anulación (sentencia constitutiva) (artículo 222
Civil). del Código Civil); (iii) la nulidad puede ser peticionada
24. Finalmente, en el tercer nivel se practica el juicio por las partes que celebraron el negocio, por quien tenga
de eficacia, en donde se verificará si el negocio jurídico algún interés o por el Ministerio Público (artículo 220 del
produce efectos jurídicos o no; en este nivel se debe Código Civil), en tanto que la anulabilidad solo puede ser
considerar que un negocio válido, en principio, es idóneo peticionada por la parte que se considere afectada; (iv) la
para desencadenar sus efectos, pero no necesariamente acción de nulidad prescribe a los 10 años (artículo 2001.1
será así, pues el negocio podría estar sujeto a un plazo o del Código Civil) y la acción de anulabilidad prescribe a
condición suspensiva, o dejar de producir sus efectos a los 2 años (artículo 2001.4 del Código Civil); (v) el negocio
consecuencia de eventos sobrevenidos (v.gr.: resolución nulo –ya está dicho- no puede ser convalidado, mientras
del contrato), o dejar de producir algún efecto específico que el negocio anulable sí puede serlo por medio de la
a consecuencia de no haberlo ejercitado oportunamente confirmación (artículo 230 Código Civil); y, (vi) la nulidad
(v.gr.: prescripción extintiva). Asimismo, se debe considerar puede ser apreciada de oficio por el juez (artículo 220 del
que un negocio inválido, en principio, no desencadenará Código Civil) mientras que la anulabilidad no.
sus efectos, pero no siempre será así, como sucede, 29. La nulidad busca tutelar intereses generales, “valores
por ejemplo, con el negocio anulable el cual produce fundamentales, colectivos e irrenunciables que un sistema
efectos precarios que podrían tornarse en definitivos por jurídico preestablece (aunque sea implícitamente) y que
convalidación o por prescripción extintiva de la acción de podríamos calificar como trascendentes de la esfera
anulación74. individual [...] la nulidad está fuera del ámbito dispositivo
25. Conviene recordar que en el Quinto Pleno Casatorio de las partes, es de orden público”76, es esto lo que explica
Civil (Casación Nº 3189-2012 - Lima Norte), de fecha 03 de que el legislador haya previsto, en el precitado artículo 220
enero de 2013, publicado el 09 de agosto de 2014, se ha
señalado que la categoría de la inexistencia (o irrelevancia)
no es de aplicación en nuestro sistema, aseveración que se
sostiene sobre la base de las siguientes razones: “160. De
esta manera el supuesto de la inexistencia, el cual implica
la reacción del ordenamiento ante un supuesto de vicios
sumamente grave, y que, conforme lo hemos precisado
precedentemente, fue originalmente ideada respecto
de supuestos normativos en donde no se establecía la
nulidad del negocio, no es de aplicación entre nosotros, 70
BIGLIAZZI GERI, Lina; BRECCIA, Humberto; BUSNELLI, Francesco;
primero porque no se encuentra regulada en la normativa NATOLI, Ugo. Ob. cit., p. 994.
civil, y en segundo término porque en nuestro caso 71
GALGANO, Francesco. El negocio jurídico, Traducción de Francisco
particular no existe ninguna laguna normativa; toda vez BLASCO GASCÓ y Lorenzo PRATS ALBENTOSA, Editorial Tirant to
que es de aplicación, ante los supuestos que no señalan Blanch, Valencia, 1992, p. 261.
taxativamente la nulidad, la aplicación de la nulidad tácita 72
BIGLIAZZI GERI, Lina; BRECCIA, Humberto; BUSNELLI, Francesco;
o virtual”. Por lo tanto, los actos que no superen el juicio NATOLI, Ugo. Ob. cit., p. 1028.
de relevancia, deberán ser sancionados con la forma más 73
Íd., p. 995.
grave de invalidez que prevé nuestro sistema jurídico, esto 74
Cfr. BIGLIAZZI GERI, Lina; BRECCIA, Humberto; BUSNELLI, Francesco;
es, la nulidad. NATOLI, Ugo. Ob. cit., p. 996.
26. En las líneas sucesivas deberá determinarse, entonces, 75
BIANCA, Massimo. El contrato, ob. cit., p. 635.
si los exámenes antes descritos pueden o no realizarse 76
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. Ob. cit., p. 58.
7674 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
del Código Civil, la posibilidad de que el Juez aprecie de o una excepción en tal sentido. La anulación, en cambio,
oficio la nulidad -es decir, aun cuando la parte demandada sólo puede ser pronunciada por el Juez como resultado
en el proceso judicial no la haya alegado- y funde en de la demanda o de la excepción de la parte legitimada”82.
dicha apreciación su decisión. En efecto, al comprometer Para seguidamente resaltar algo de suma importancia: “La
la nulidad, intereses generales, su declaración no solo declaración de oficio de la nulidad, admitida por el Código
puede ser instada por las partes que celebraron el negocio civil, debe ser coordinada sin embargo con los principios
jurídico, sino también por cualquier tercero que tenga del Codice di Procedura Civile y, particularmente, con
algún interés en ello y por el Ministerio Público y, además, el principio de la demanda (art. 99 c.p.c.) y con la
el Juez puede apreciarla de oficio. En este mismo sentido congruencia entre demanda o excepción y el fallo (art. 112
se ha sostenido que “la nulidad puede ser declarada de c.p.c.), así como con el principio sobre la disponibilidad de
oficio por el Juez, lo que se explica porque la nulidad es la las pruebas (art. 115 c.p.c.)”83. Finalmente, expone algunos
sanción típica a que recurre el legislador para garantizar el lineamientos que ha establecido la jurisprudencia italiana
respeto de la norma imperativa, en atención a un interés a fin de conseguir la referida coordinación entre la norma
general”77. sustantiva y los principios procesales: “a) el Juez puede
30. La posibilidad de que el Juez pueda apreciar de oficio declarar de oficio la nulidad de un contrato si su validez es
la nulidad, es decir, aun cuando la parte demandada en el el elemento constitutivo de la demanda y si entre las partes
proceso judicial no la haya alegado, ha sido pacíficamente existe discusión sobre su aplicación o sobre su ejecución;
admitida por los sistemas jurídicos más influyentes. b) el Juez no puede declarar de oficio la nulidad del contrato
31. En el sistema alemán, en donde aunque su Código Civil si la parte interesada ha formulado frente al mismo un
no contemple un dispositivo que expresamente atribuya remedio distinto, como la anulación o como la resolución,
al Juez la facultad en cuestión, se considera que ésta es o si ha sido demandada la declaración de nulidad por cual
una consecuencia necesaria de la nulidad, tal y como lo otra causa; c) el Juez puede declarar de oficio la nulidad
señala Werner Flume: “La causa de nulidad provoca ‘per sólo si la causa de nulidad proviene de los documentos y
se’ que la reglamentación negocial del negocio jurídico no precisa ninguna otra investigación posterior de hecho;
nulo no valga. El juez tiene que tener en cuenta la nulidad d) la nulidad del contrato puede ser declarada de oficio
si de la exposición de las partes resulta la existencia de en cualquier estado y grado del proceso: incluso en grado
una causa de nulidad, aunque el demandado no invoque de apelación o de casación, siempre que el Juez de
la nulidad, es decir, no la haga valer. Si el demandado no grado inferior no se haya pronunciado sobre la validez del
está representado en el proceso, no se estimará la acción contrato, puesto que esto comportaría la formación de un
del demandante cuando de su exposición resulte que el fallo que precluiría el examen posterior de la materia”84
negocio jurídico en el que apoya su demanda es nulo [...] La 34. Y, en España se ha dicho lo siguiente: “Los Tribunales
nulidad del negocio jurídico vale, por principio, a favor y en de Justicia pueden apreciar ‘de oficio’ la existencia de la
contra de cualquiera”78. Y en ese mismo sentido se ha dicho nulidad; es decir, aunque la declaración de nulidad no
que: “El negocio es nulo cuando como consecuencia de un haya sido pedida por ninguna de las partes contendientes.
vicio del factum no produce los efectos que corresponden Resultado a que se ha llegado, aunque para ello se
a su contenido. El vicio consiste en que falta un hecho haya tenido que superar el principio de Justicia rogada,
constitutivo –p. ej., el negocio carece de la forma prescrita- predominante en el procedimiento civil, y dejar de lado
o existe un hecho impediente –p. ej., incapacidad de obrar la exigencia de que la sentencia haya de ser congruente
de una de las partes, falta de seriedad en la declaración, con la demanda (artículo 359 L.E.C.). Desviación del
simulación, etc.-. Si por mencionarlo una de las partes en criterio general de la Ley Rituaria civil, que se considera
la audiencia, ha llegado a conocimiento del juez que falta necesaria, en obediencia a los principios generales de
un hecho constitutivo o que existe un hecho impediente, nuestro Derecho; porque sería inadmisible que el juez
el juez debe tomar en consideración la nulidad que resulte hubiera de ordenar, por deficiencias o rebeldías de la parte
sin que sea necesario que una de las partes la invoque. La demandada, el cumplimiento de una obligación imposible,
nulidad es un efecto que se produce ipso iure por el hecho ilícita, manifiestamente inmoral o contraída por un niño”85.
mismo de la existencia del vicio”79. 35. El juicio de validez que el Juez realiza de oficio, es
32. Lo propio sucede en el sistema francés, en donde, decir, al amparo del artículo 220 del Código Civil, se ajusta
respecto de la posibilidad de apreciar de oficio la nulidad a verificar que un determinado negocio jurídico no incurra
se ha dicho que: “cuando el acto nulo haya sido invocado en una específica clase de invalidez: la nulidad, pero no
principal o incidentalmente por vía de acción o de cualquier nulidad, sino una nulidad cualificada, una nulidad
excepción, tendrá pleno derecho de descubrir la ilicitud y manifiesta, de manera que se circunscribirá a verificar
aplicar la nulidad. La única restricción que deberá observar que los componentes del negocio jurídico (parte, objeto,
será la de mantenerse en el campo estricto de la ilicitud causa, manifestación de voluntad y forma solemne) no
aparente: no podrá, por consiguiente, llevar el análisis contravengan en forma evidente aquellas directrices del
más allá del contenido del acto jurídico, no tendrá derecho ordenamiento jurídico que tutelen intereses generales, es
a aventurarse en la investigación de circunstancias
exteriores del acto, ni a inquirir en el dominio de la intención
de las partes. Para él, el único hecho que tiene valor es el
acto jurídico y los documentos que le acompañan. Si de su
apariencia resulta el carácter de ilicitud, podrá colocarse
al amparo del orden público para hacer valer la nulidad”80.
33. En Italia, la prerrogativa en cuestión se encuentra
expresamente contemplada en el artículo 1421 del Códice
Civile que a la letra dice: “Salvo disposición diversa de ley, 77
SCOGNAMIGLIO, Renato. Contribución a la teoría del negocio jurídico,
la nulidad puede ser hecha valer por quien tenga interés, Traducción y notas de Leysser L. LEÓN, Primera edición, Editorial Grijley,
y puede ser estimada de oficio por el juez” [el resaltado Lima, 2004, p. 239.
es nuestro]. Comentando dicha norma se ha dicho que: 78
FLUME, Werner. El negocio jurídico, Traducción de José María MIQUEL
“Siendo el negocio nulo completamente inválido (non valet) GONZÁLEZ y Esther GÓMEZ CALLE, Cuarta edición, Fundación Cultural
para el derecho, es lógico que cualquiera pueda hacer valer del Notariado, Madrid, 1998, p. 653.
la nulidad: las partes, sus herederos o causahabientes, y 79
TUHR, Andreas von. Derecho Civil. Teoría General del Derecho Civil
los acreedores (art. 1421 C. C.). Es necesario un interés Alemán, Volumen II: Los hechos jurídicos, Traducción de Tito RAVÁ,
jurídico, se entiende; de ser el negocio nulo o válido Marcial Pons, Madrid, 1999, p. 253.
debe seguirse una diversidad de consecuencias para la 80
LUTZESCO, Georges. Teoría y práctica de las nulidades, Traducción
situación jurídica de quien intenta el ejercicio de la acción. de Manuel ROMERO SÁNCHEZ y Julio LÓPEZ DE LA CERDA, Porrúa,
Puesto que el negocio afecto de nulidad non valet, el México Distrito Federal, 1993, p. 282, citado por NINAMANCCO
Juez puede apreciar de oficio la nulidad (art. 1421 cit); CÓRDOVA, Fort. Ob. cit., p. 95.
puede, no debe, y en tanto puede en cuanto tiene modo 81
CARIOTA FERRARA, Luigi. El negocio jurídico, Traducción, prólogo y
de deducirla de los actos, ya que debe juzgar iuxta alligata notas de Manuel ALBALADEJO, Aguilar, Madrid, 1956, p. 282.
et probata”81. Sobre el particular, Franceso Galgano ha 82
GALGANO, Francesco. El negocio jurídico, ob. cit., p. 316.
sostenido que: “La nulidad puede ser declarada de oficio 83
Ibíd.
por el Juez (art. 1421); el cual puede declarar nulo un 84
Íd., p. 317.
contrato que haya sido aportado al juicio, incluso cuando 85
DE CASTRO Y BRAVO, Federico. El negocio jurídico, Civitas, Madrid,
no haya sido interpuesta por el interesado una demanda 1997, p. 476.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7675
decir, que no contravengan las disposiciones contenidas patente (piénsese en el caso del negocio celebrado en un
en el artículo 219 del Código Civil. El juicio de validez que el instrumento que no es el que representa la forma solemne
Juez realiza de oficio, no podrá extenderse a la verificación exigida por la ley)”94. Finalmente, para Fort Ninamancco, a
de alguna causal de anulabilidad, y es coherente que así la luz del principio de conservación del negocio jurídico se
sea, pues -como se ha visto- la anulabilidad solo opera a debe realizar una interpretación restrictiva de la segunda
petición de parte y precisa de una sentencia que la declare. parte del artículo 220 del Código Civil, por lo que la “nulidad
36. En efecto, se advierte que el precitado artículo 220 del manifiesta” no puede estar referida a todas las causales
Código Civil señala que aquello que el Juez puede declarar sino solamente a una, aquélla cuya presencia resulta más
de oficio es la nulidad “manifiesta”, es decir, no cualquier patente entre todas las causales de nulidad: “Hay, pues,
nulidad sino una nulidad especial, una nulidad, podríamos que considerar únicamente a la causal de nulidad que
decir, “cualificada”. La misma terminología aparecía en el menos análisis probatorio requiere para su comprobación
antecedente legislativo de la referida norma, el artículo y cuya presencia en un caso concreto admite menos
1124 del Código Civil de 1936: “La nulidad [...] puede ser margen de discusión”95, esa causal –para el citado autor-
declarada de oficio por el juez cuando resulte manifiesta”. sería “la ausencia de formalidad ad probationem. Las
37. Toca, entonces, determinar, qué debemos entender otras causales, en cambio, requieren mayores elementos
por nulidad “manifiesta”. Sobre el particular José León probatorios para su determinación, o su presencia, en un
Barandiarán sostuvo que el vicio es manifiesto en caso caso concreto, admite amplios márgenes de controversia
de que “aparezca inequívoca e inmediatamente del acto derivada de las diferentes interpretaciones que se pueden
mismo, sin necesidad de ninguna otra comprobación”86, dar de la realidad fáctica o jurídica. Esto no ocurre con
como sucede, por ejemplo, “si se ha celebrado una la causal de ausencia de forma prescrita bajo sanción de
anticresis sin haberse empleado escritura pública; si Pedro, nulidad. Al margen de esta causal, por lo tanto, no debería
marido de Juana, ha celebrado con ésta un contrato pese encontrar ninguna aplicación la segunda parte del artículo
a la prohibición del art. 1139”87. Encontramos mayores 220 de nuestro Código Civil”96.
alcances en la opinión de Fernando Vidal88 quien sostiene 38. Este Supremo Tribunal considera acertado partir de
que la nulidad “manifiesta” se orienta a dos significados: la premisa planteada por Juan Lohmann, y, entonces,
(i) puede ser la que se presenta al descubierto, de manera debemos responder a la siguiente pregunta: ¿La nulidad
clara y patente, que es fácil de advertir por el órgano manifiesta es aquélla que se advierte del análisis del mismo
jurisdiccional, un ejemplo de esto se encontraría en el documento, sin que haya necesidad de valorar algún
acto jurídico que no respeta la formalidad prescrita bajo medio probatorio adicional o es que la nulidad manifiesta
sanción de nulidad; (ii) puede ser la que inicialmente se podría derivar, también, de un elemento de prueba externo
presenta encubierta, pero luego resulta manifiesta como al acto pero, evidentemente, incorporado al proceso?
consecuencia de la evaluación que realiza el juez, ejemplo 39. Como se acaba de ver, algunos autores han optado
de esto se da “cuando se celebra un contrato con finalidad claramente por una u otra tesis: José León y Juan
ilícita que no ha sido expresada, ya que, en tal caso, si una Lohmann consideran que la nulidad manifiesta es aquélla
de las partes recurre al órgano jurisdiccional para alcanzar que se advierte del acto mismo; Fernando Vidal y Aníbal
la pretensión a la que se siente con derecho, el juzgador Torres consideran que la nulidad manifiesta también podría
podrá evaluar la finalidad del contrato y declararlo nulo, derivarse de alguna otra prueba actuada en el proceso.
aun cuando su invalidez no sea, precisamente, materia de A nivel jurisprudencial encontramos pronunciamientos
la controversia”89. Por su parte, Juan Lohmann plantea que en donde la nulidad manifiesta se deriva del acto mismo
lo manifiesto se puede entender de dos formas: (i) Puede como, por ejemplo, la Casación Nº 2009-2002-Puno, en
ser aquello que al juez le resulte visible en el contexto donde, dentro de un proceso de desalojo, se consideró
general del proceso merced a la luz que proporcionen otros que el contrato de anticresis es manifiestamente nulo si
elementos de prueba sobre circunstancias contingentes no reviste la formalidad exigida por ley bajo sanción de
o hechos ajenos al acto jurídico mismo; o (ii) puede ser nulidad: “Sétimo: [...] de autos se advierte que, el contrato
aquello ostensible, patente, que se expresa, muestra, notarial de anticresis, no se encuentra formalizado por
expone, evidencia y revela por y en el acto mismo y escritura pública, de conformidad con lo que establece el
que, por tanto, no requiere de prueba extrínseca para su artículo 1005 del CC de 1936, corroborado con el artículo
demostración90. El citado autor se inclina por la segunda 1092 del CC actual, resultando por tanto nulo por carecer
alternativa y sostiene que: “Manifiesta ha de significar lo del requisito de forma a que se refiere el inciso tercero
que ya esté manifestado (no cubierto o desconocido) con del artículo 1123 del CC de 1936, referido a que el acto
tal grado de claridad que no se requiera de prueba alguna o jurídico es nulo, cuando no reviste la forma prescrita en
de análisis externo, auxiliar y complementario para ponerlo la ley [...] Noveno: que, en consecuencia, siendo nulo
de manifiesto, esto es, para descubrir lo encubierto y poner el contrato de anticresis, los demandados resultan ser
a la vista el vicio suprimiendo la apariencia de validez. Que precarios, de conformidad con el artículo 911 del CC, que
‘resulte manifiesta’ significa pues, que la nulidad ya sea establece que la posesión precaria es la que se ejerce sin
evidente y directa e inmediatamente perceptible”91. Juan título alguno o cuando el que se tenía feneció”. Del mismo
Lohmann considera, además, que no son casos de nulidad modo, en la Casación Nº 1519-2008-Ica, se consideró
manifiesta en tanto precisan de una prueba extrínseca: (i) que el contrato de donación es manifiestamente nulo si
la simulación, pues se presume la autenticidad del acto; no reviste la formalidad exigida por ley bajo sanción de
(ii) el objeto indeterminado pero cuya determinabilidad no nulidad: “Cuarto: [...] la sentencia, recurrida ha inaplicado
consta del acto, pues se supone la determinabilidad del los artículos 1625, 220 y 219 inciso 6 del Código Civil, pues
objeto, no que las partes han querido lo impreciso; (iii) el documento de donación no ha sido otorgado mediante
objeto cuya imposibilidad física sea relativa o subjetiva, escritura pública y al no haber sido realizada bajo la forma
pero no objetiva o absoluta, pues se supone la posibilidad
del objeto, no que las partes han querido lo imposible; (iv) la
finalidad ilícita que no conste del propio acto y que requiera
ser comprobada, pues se presume la rectitud y la licitud,
no un propósito del acto que el ordenamiento repudie92.
Para Aníbal Torres, la nulidad es manifiesta “cuando
no existe lugar a ninguna duda sobre su existencia, se
infiere del simple examen del documento que contiene 86
LEÓN BARANDIARÁN, José. Manual del Acto Jurídico, Cuarta edición,
al acto jurídico o de las pruebas actuadas en el proceso, aumentada y corregida-con notas suplementarias, Gráfica Marsom. S.A.,
caso en el que puede declararla de oficio por el Juez, sin Lima, p.67.
requerirse de que exista invocación de parte. El juez no 87
Ibíd.
acciona en el sentido de interponer una demanda para 88
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. Ob. cit., p. 509.
que se declare la nulidad, sino que cuando en ejercicio 89
Ibíd.
de sus funciones jurisdiccionales conozca de los hechos 90
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. Ob. cit., p. 59.
que la provocan, puede e incluso debe declararla de oficio, 91
Íd., pp. 59-60.
pues le está vedado permanecer impasible, por ejemplo, 92
Íd., p. 60.
frente a un acto ilícito o contrario a las normas imperativas 93
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Acto jurídico, ob. cit., p. 701.
o a las buenas costumbres”93. Freddy Escobar sostiene 94
ESCOBAR ROZAS, Freddy. Nulidad absoluta, Ob. cit., p. 932.
que la nulidad es manifiesta “cuando la causal que la 95
NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. Ob. cit., p. 119.
produce se encuentra al descubierto de manera clara y 96
Ibíd.
7676 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
prescrita por la Ley resulta nula de pleno derecho, ello es nuestro]; y el vigente Código Civil y Comercial de la
en aplicación del inciso 6 artículo 219 del Código Civil, Nación de Argentina, en su artículo 387, señala que “la
siendo así la posterior transferencia efectuada mediante nulidad absoluta puede declararse por el juez, aun sin
el contrato privado de fojas veintitrés es también nula de mediar petición de parte, si es manifiesta en el momento
pleno derecho por haber sido celebrado por quien no tiene de dictar sentencia [...]”.
el derecho de propiedad, resultando igualmente nulo el acto 41. Para este Supremo Tribunal la nulidad manifiesta es
jurídico de confirmación contenido en la Escritura Pública aquélla que resulta evidente, patente, inmediatamente
de fojas veinticuatro, en aplicación de lo dispuesto por el perceptible, en suma, aquélla que resulta fácil de detectar
último párrafo del artículo 220 del Código Civil, ya que el sea que se desprenda del acto mismo o del examen de
acto nulo no puede ser subsanado por la confirmación”. algún otro elemento de prueba incorporado al proceso. La
Pero también encontramos pronunciamientos en donde nulidad manifiesta no se circunscribe a algunas o a alguna
la nulidad manifiesta se deriva de algún otro medio específica causal de nulidad, sino que se extiende a todas
probatorio actuado en el proceso como, por ejemplo, la las causales que prevé el artículo 219 del Código Civil
Casación Nº 609-2009-Lima: “Respecto a los agravios en siempre que –repetimos- la incursión en alguna causal,
los términos denunciados por ambas partes procesales, se cualquiera que ésta sea, resulte fácil de advertir. Estaremos
advierte de autos que la sala de mérito sostiene en los ante un contrato manifiestamente nulo cuando, por
fundamentos noveno, décimo primero, décimo segundo ejemplo: exista discrepancia entre la oferta y la aceptación,
y décimo tercero lo siguiente: está probado que quien la oferta no haya sido seguida de la aceptación, el contrato
suscribe el contrato que da origen a la obligación puesta a aparezca firmado por una persona que al tiempo de
cobro en representación del comitente ha sido condenado su celebración ya había fallecido, el contrato aparezca
a cuatro años de pena privativa de libertad suspendida firmado por persona inexistente, el contrato no revista
condicionalmente, con autoridad de cosa juzgada y si la formalidad prescrita por ley bajo sanción de nulidad,
bien al representante legal de la empresa demandante el contrato ha sido celebrado por medio de declaración
no se le ha condenado, por tanto su responsabilidad carente de seriedad (hecha en broma, por jactancia o
penal personal no puede ser invocada en este fallo, sin con fines didácticos), cuando se advierta la ausencia de
embargo, sí resulta siendo imprescindible la misma para la causa del contrato, cuando se advierta la ausencia del
entender el origen ilícito de la obligación, que da lugar a la objeto del contrato, cuando el fin ilícito se evidencie por
nulidad manifiesta de la obligación puesto a cobro, dicha medio de sentencia penal firme, etc.
nulidad manifiesta, como se aprecia de la jurisprudencia 42. Por último, toca determinar si esta nulidad manifiesta
casatoria citada, y de conformidad con el segundo párrafo puede ser apreciada o no en un proceso sumarísimo.
del artículo 220 del Código Civil, puede ser declarada de Sobre el particular una doctrina ha señalado que ello no es
oficio por el juez, sin necesidad inclusive que la nulidad del posible en atención a las siguientes razones: “(i) En ella [la
contrato de prestación de servicios sea objeto del debate vía sumarísima] solo se admiten los medios probatorios de
en el proceso judicial o independientemente de que las actuación inmediata; (ii) en el proceso sumarísimo no se
partes hayan invocado tal circunstancia; y respecto a la admite la reconvención lo que impide que el demandado
reconvención formulada por la demandada concluye: contrademande la declaración de nulidad, conduciendo
cuando se interpuso la demanda los citados procesos eventualmente al absurdo de que se ampare la demanda
penales no habían sido aún resueltos y al evidenciarse negando el examen de la validez del negocio, cuya nulidad
un interés jurídicamente justificado de la demandante habría que discutir en otro proceso; y, (iii) en el proceso
no puede dar lugar a una prestación indemnizatoria; al sumarísimo no es posible ofrecer medios probatorios
respecto el órgano de segundo grado ha apreciado de en apelación (artículo 374) para sostener que no hay la
las copias certificadas del proceso penal obrantes a folios nulidad declarada de oficio en la sentencia”98.
quinientos diecisiete, específicamente en la sentencia 43. Este Supremo Tribunal considera que es necesario
penal de folios setecientos cinco, que en la celebración uniformizar los criterios jurisprudenciales en el sentido
del contrato de servicios celebrado con fecha veintisiete de que, dentro de un proceso sumarísimo, sí es posible
de enero del año mil novecientos noventa y dos –según que el Juez declare la nulidad del contrato del que se
refiere la recurrida- se produjo un gran desbalance entre pretende extraer algún efecto, siempre que aquélla resulte
las sumas cobradas por los contratistas y el valor de las manifiesta, toda vez que el artículo 220 del Código Civil no
obras ejecutadas, habiendo existido concertación entre los establece ninguna proscripción que nos lleve a sostener
contratantes; de lo expuesto se colige que la obligación lo contrario y tampoco encontramos alguna a nivel de
demandada, al provenir de un acto jurídico con finalidad la legislación procesal. En efecto, como se ha visto, el
ilícita, no puede ser exigido vía acción judicial; en tal sentido proceso sumarísimo es un proceso plenario (rápido), es
no se puede pretender que la parte demandada honre la decir, un proceso en el que no hay restricciones en torno
obligación puesta a cobro, si se tiene en consideración a las alegaciones que podrían formular las partes y a los
conforme a los actuados penales (fundamento quinto de medios probatorios que podrían aportar, sin perjuicio de
la sentencia de fecha ocho de febrero del año dos mil uno) las restricciones impuestas por el artículo 559 del Código
que el contrato de servicios del cual deriva la obligación Procesal Civil. En el proceso sumarísimo, a menos que
reclamada fue sobrevalorado en el costo de los servicios se trate de un proceso especial, no existe limitación en
contratados, de tal forma que el mismo contraviene normas la aportación de medios probatorios relativos al tema
legales imperativas”97. de fondo, la restricción al aporte de medios probatorios
40. A nivel legislativo -por supuesto a partir de una de actuación inmediata es para resolver las cuestiones
interpretación literal- encontramos que -a diferencia probatorias (artículo 553 del Código Procesal Civil99).
del nuestro- algunos Códigos Civiles latinoamericanos, Cierto es que en el proceso sumarísimo no procede la
también, han optado expresamente por una u otra opción: reconvención (artículo 559 del Código Procesal Civil100), no
El artículo 1683 del Código Civil de Chile estipula que “la obstante, la nulidad de un negocio jurídico no solo puede
nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, hacerse valer vía acción (reconvención) sino también
aun sin petición de parte, cuando aparece de manifiesto
en el acto o contrato [...]” [el resaltado es nuestro]; el
artículo 1699 del Código Civil de Ecuador dice que “la
nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez,
aun sin petición de parte, cuando aparece de manifiesto
en el acto o contrato [...]” [el resaltado es nuestro]; el
artículo 1742 del Código Civil de Colombia menciona que
“la nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez,
aun sin petición de parte, cuando aparezca de manifiesto 97
Citada por NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. Ob. cit., pp. 84-85.
en el acto o contrato [...]” [el resaltado es nuestro]; el 98
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. Ob. cit., p. 62-63.
artículo 1561 del Código Civil de Uruguay señala que “la 99
Artículo 553 del Código Procesal Civil: “Las tachas u oposiciones sólo
nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez de se acreditan con medios probatorios de actuación inmediata, que ocurrirá
oficio, cuando aparece de manifiesto [...]” [el resaltado durante la audiencia prevista en el Artículo 554”.
es nuestro]; el artículo 359 del Código Civil de Paraguay 100
Artículo 559 del Código Procesal Civil: “En este proceso no son
prescribe que “cuando el acto es nulo, su nulidad debe ser procedentes:
declarada de oficio por el juez, si aparece manifiesta en 1. La reconvención.
el acto o ha sido comprobada en juicio [...]” [el resaltado 2. Los informes sobre los hechos”.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7677
vía excepción (material) que merecerá pronunciamiento que orientan el proceso judicial, como son: el principio
al resolver el fondo de la controversia101, además, la dispositivo, el principio del contradictorio, el principio de
nulidad manifiesta constituye una circunstancia que debe congruencia y el principio de doble instancia.
ser tomada en cuenta por el Juez, aun cuando no haya 48. El proceso judicial es un instrumento de realización
sido alegada por la parte demandada, es decir, de oficio. de los derechos materiales de los justiciables, quienes
Asimismo, con la modificación del Código Procesal Civil someten sus conflictos de intereses o incertidumbres con
efectuada por la Ley Nº 30293, publicada el 28 diciembre relevancia jurídica, a la decisión de un Juez que representa
2014, que entró en vigencia a los treinta días hábiles al Estado, empero el uso de este instrumento no queda al
de su publicación, se ha eliminado la restricción del arbitrio del Juez sino que éste ha de respetar una serie
ofrecimiento de medios probatorios en segunda instancia de principios y derechos que en su conjunto conforman
en los procesos sumarísimos (artículos 374 y 559 del lo que conocemos como debido proceso. Estos principios
Código Procesal Civil), por lo que el derecho de defensa y, y derechos encuentran consagración en la Constitución
específicamente, el derecho a probar, de la parte que se y en las leyes, tal y como lo establece el artículo 138
ve perjudicada con la apreciación de oficio de la nulidad, de la Constitución Política de Estado: “La potestad de
no se vería comprometido por tal limitación, ello sumado administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el
a la forma en que debe ejercerse este poder que tiene Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con
el Juez, tema del que nos ocuparemos más adelante. arreglo a la Constitución y a las leyes [...]” [el resaltado
Por lo demás, el hecho de que dentro de los procesos es nuestro].
declarativos, el proceso sumarísimo -en atención a los 49. Uno de los principios que deben ser respetados
plazos más cortos y al menor número de actos procesales- por el juzgador a los efectos de resolver válidamente la
sea el más rápido, no releva al Juez de su deber de controversia es el principio dispositivo, que se encuentra
verificar que los componentes de un determinado negocio consagrado en el artículo IV del Título Preliminar del
jurídico no vulneren en forma manifiesta las directrices del Código Procesal Civil según el cual: “El proceso se
ordenamiento jurídico relativas a la validez de esta clase promueve solo a iniciativa de parte, la que invocará
de actos. interés y legitimidad para obrar [...]”. Por este principio
44. En el proceso sumarísimo de otorgamiento de se entiende que las facultades de iniciar el proceso
escritura pública el control de validez del negocio jurídico
que se pretende formalizar se circunscribirá a la nulidad
manifiesta del mismo, circunstancia que podrá ser
advertida de oficio por el Juez. El análisis de la nulidad
no manifiesta y de la anulabilidad por alegación de la
parte demandada, constituye un paso más atrevido que,
este Supremo Tribunal, considera no posible, dado que
la controversia se tornaría demasiado compleja y no
permitiría su tramitación en la vía procedimental más
corta que ha previsto nuestro ordenamiento procesal para 101
De acuerdo con Montero Aroca: Mientras las excepciones procesales
los procesos civiles de cognición, ello sin perjuicio de que están referidas a la válida constitución de la relación jurídico procesal, las
en el particular caso de la anulabilidad, la sentencia es excepciones materiales están referidas al fondo de la controversia y buscan
constitutiva, es decir, no basta la mera alegación de la que la pretensión sea desestimada (MONTERO AROCA, Juan. “El Nuevo
parte interesada, lo que abunda a favor de no realizar Proceso Civil. Ley 1/2000”, Segunda edición, Tirant lo blanch, Valencia,
este análisis en el proceso de otorgamiento de escritura 2001, p. 431). Los hechos que sustentan una excepción material pueden
pública. ser: (i) Hechos impeditivos: Que vienen a ser aquellos que “impiden desde
45. No obstante, la parte demandada puede peticionar en el principio que los hechos constitutivos desplieguen su eficacia normal y,
vía de acción la nulidad (no manifiesta) o la anulabilidad por tanto, que se produzca el efecto jurídico pedido por el demandante”
del referido negocio jurídico y, al amparo del artículo 320 (Íd., p. 432), en buena cuenta lo que aquí alega el demandado es que el
del Código Procesal Civil102, puede solicitar la suspensión derecho del demandante no llegó a nacer; un hecho impeditivo sería, por
de la expedición de la sentencia en el proceso de ejemplo, la nulidad del contrato. (ii) Hechos extintivos: En estos casos “los
otorgamiento de escritura pública hasta que se resuelva hechos constitutivos han existido y han desplegado sus eficacia normal,
el proceso de nulidad (no manifiesta) o anulabilidad del pero posteriormente se ha producido otro que hecho que ha suprimido esos
negocio jurídico, en cuyo caso el Juez deberá verificar si la efectos” (Ibíd.), en buena cuenta lo que aquí alega el demandado es que el
referida solicitud cumple o no con los requisitos previstos derecho del demandante nació pero al tiempo actual ya feneció; un hecho
en la precitada norma adjetiva. Cabe señalar que si una extintivo sería, por ejemplo, el pago. (iii) Hechos excluyentes: En estos
vez resuelto el proceso de nulidad o anulabilidad, el Juez casos también “se han producido los efectos de los hechos constitutivos,
del proceso de otorgamiento de escritura pública aprecia pero el demandado alega otros hechos, supuesto de la aplicación de una
que en la solicitud de suspensión de la expedición de norma que le permite excluir dichos efectos. Frente al existente derecho
la sentencia ha existido temeridad o mala fe, podrá del actor, existe otro contraderecho del demandado que puede excluir los
actuar conforme a lo establecido en los artículos 110103 efectos de aquél” (Ibíd.), en buena cuenta lo que aquí alega el demandado
y 111 del Código Procesal Civil104, esto es, imponer a la es que si bien existe el derecho del demandante también existe un derecho
parte demandada y/o a su abogado y/o apoderado, una a favor del demandado que le restaría efectos a aquél; un hecho excluyente
multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades sería, por ejemplo, la excepción de incumplimiento.
de Referencia Procesal y, en caso, considere que el 102
Artículo 320 del Código Procesal Civil: “Se puede declarar la suspensión
abogado ha actuado con temeridad o mala fe, remitirá del proceso, de oficio o a pedido de parte, en los casos previstos legalmente
copia de las actuaciones respectivas a la Presidencia o cuando a criterio del Juez sea necesario.
de la Corte Superior, al Ministerio Público y al Colegio El Juez a pedido de parte, suspende la expedición de la sentencia en un
de Abogados correspondiente, para las sanciones a que proceso siempre que la pretensión planteada en él dependa directamente
pudiera haber lugar. de lo que debe resolver en otro proceso en el que se haya planteado otra
pretensión cuya dilucidación sea esencial y determinante para resolver la
IV.6.2. Declaración de oficio de la invalidez y principios pretensión planteada por él. Para ello es necesario que las pretensiones
del proceso.- sean conexas, a pesar de lo cual no puedan ser acumuladas, caso
contrario, deberá disponerse su acumulación”.
46. Ya se ha determinado cuándo existe una nulidad 103
Artículo 110 del Código Procesal Civil: “Las partes, sus Abogados,
manifiesta y que ésta puede ser apreciada de oficio por sus apoderados y los terceros legitimados responden por los perjuicios
el Juez incluso en un proceso sumarísimo como el de que causen con sus actuaciones procesales temerarias o de mala
otorgamiento de escritura pública. Corresponde, ahora, fe. Cuando en el proceso aparezca la prueba de tal conducta, el Juez,
determinar en qué forma se ejerce este específico control independientemente de las costas que correspondan, impondrá una multa
de validez del negocio jurídico o, si se prefiere, en qué no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades de Referencia Procesal.
forma el Juez debe ejercer el poder que se le ha conferido Cuando no se pueda identificar al causante de los perjuicios, la
por medio del segundo párrafo del artículo 220 del Código responsabilidad será solidaria”.
Civil. 104
Artículo 111 del Código Procesal Civil: “Además de lo dispuesto en el
47. La facultad que tiene el Juez de apreciar de oficio la Artículo 110, cuando el Juez considere que el Abogado actúa o ha actuado
nulidad manifiesta de un determinado negocio jurídico, con temeridad o mala fe, remitirá copia de las actuaciones respectivas a
es decir, aun cuando la parte demandada no la haya la Presidencia de la Corte Superior, al Ministerio Público y al Colegio de
alegado, podría entrar en colisión con algunos principios Abogados correspondiente, para las sanciones a que pudiera haber lugar”.
7678 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
judicial y de fijar los extremos de la controversia, no le regla de que el juez no puede apartarse de las peticiones
corresponden al Poder Estatal sino a los particulares. de las partes no es plena ni irrestricta si esas peticiones
En efecto, según este principio, “tanto el ejercicio de van más allá de sus privativos intereses tutelables y
la acción como el desenvolvimiento de ella a través disponibles”108. No obstante, el citado autor sostiene que
del proceso, así como los límites de dicha acción y la la norma civil y la norma procesal no son contradictorias
actividad misma del juez, están en gran medida regulados y podrían conciliarse si interpretamos la primera a la luz
por la voluntad de las partes, esto es, que las partes, de la última y entendemos que “el juez puede declarar
así como son dueñas de disponer de su propio derecho la nulidad que no forma parte del petitorio, pero no debe
sustancial, así también disponen, si la ley no establece significar que resuelva sin discusión de las partes sobre
otra cosa, de la iniciación y del desenvolvimiento del el particular”109, ante ello “lo que el juez puede hacer
proceso”105. Siendo así, el principio dispositivo guarda es plantear de oficio la cuestión, pedir a las partes que
concordancia con la garantía de imparcialidad del Juez formulen sus posiciones al respecto y, en su momento, si
frente a los particulares. a su criterio hay nulidad, emitir declaración en la sentencia
50. Otro principio que inspira nuestro proceso judicial es sobre ello, aunque no formara parte de las pretensiones”.
el principio de contradictorio que se encuentra vinculado Y, en opinión del autor que venimos citando, el momento
con el derecho de defensa consagrado en el inciso 14 adecuado para que el Juez pueda traer a colación una
del artículo 139 de la Constitución Política del Estado posible nulidad no alegada por las partes es el de la
que dice: “Son principios y derechos de la función audiencia de determinación de puntos controvertidos110.
jurisdiccional: [...] 14. El principio de no ser privado del Con todo, hay que enfatizar que para Juan Lohmann la
derecho de defensa en ningún estado del proceso”. nulidad que el Juez advierta de oficio puede ser declarada
Según este principio, salvo que la ley establezca lo en la parte resolutiva de la sentencia. Finalmente, el
contrario, debe posibilitarse a ambas partes del proceso citado autor plantea importantes lineamientos en torno
el plantear sus posiciones sobre toda cuestión que podría a la forma en que el Juez debe ejercer su facultad de
generar alguna controversia. “La razón de este principio declarar de oficio la nulidad de un negocio jurídico: “(i)
consiste en el hecho de que en la función de realización que el Juez sea de primera instancia y tenga competencia
de los intereses tutelados por el derecho hay que tomar si la nulidad hubiera sido demandada; (ii) que la causal
en cuenta no sólo todo aquello que el actor, haciéndose de nulidad esté de manifiesto en el propio acto; (iii) que el
iniciador del proceso, afirma, sostiene y prueba, sino acto esté directamente e inseparablemente relacionado
también la posición del demandado, que tiene un interés con la controversia y que el pronunciamiento sobre su
perfectamente contrario al del actor. Sólo mediante el validez sea indispensable para la decisión sobre los
contraste de la posición del actor y de la posición del puntos controvertidos; (iv) que las partes del proceso
demandado podrá suministrarse al juez un exacto criterio sean las mismas del acto, y si éste involucra a terceros
de decisión, sobre la base del material de prueba y de que hayan sido debidamente emplazados; y, (v) que
las argumentaciones, en hecho y en derecho, que la una advertida la posible existencia de nulidad, mediante
y la otra parte hayan desplegado en el desarrollo del resolución debidamente motivada el juez lo notifique a
proceso”106. las partes del proceso y litisconsortes, concediéndoles
51. El principio de congruencia procesal ha sido recogido un plazo común vencido el cual se reanuda el plazo
en el artículo VII del Título Preliminar del Código para sentenciar o, cuando corresponda, se procederá
Procesal Civil, el cual establece que: “el juez debe conforme al artículo 96 del Código Procesal Civil”111.
aplicar el derecho que corresponde al proceso, aunque 54. De otro lado, Eugenia Ariano manifiesta no estar de
no haya sido invocado por las partes o lo haya sido acuerdo con que la declaración de nulidad ex officio se
erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del haga en la parte resolutiva de la sentencia, y sustenta
petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los su discrepancia en que el término “declarar” que aparece
que han sido alegados por las partes”. De acuerdo con en el segundo párrafo del artículo 220 del Código Civil
este principio debe existir correspondencia o identidad no debe interpretarse como que el juez pueda introducir
entre las pretensiones formuladas por las partes y lo en su fallo un extremo que no fue objeto de demanda
resuelto por el Juez, de manera que no se incurra en o de reconvención112, pues, “si así se hace se incurre,
una sentencia extra petita: cuando se concede algo siempre, en vicio de extra petición, y como consecuencia
distinto a lo pedido, es decir, cuando se resuelve sobre la sentencia será nula (al menos en el extremo ‘extra’)”113.
una pretensión que no ha sido discutida en el proceso; Para la citada autora, la congruencia de la sentencia, es
infra petita: cuando se omite resolver alguna pretensión; decir, la correspondencia entre lo pedido y lo resuelto,
o ultra petita: cuando se concede más de lo pedido; pues no encuentra ninguna excepción, ni siquiera en materia
cualquiera de estas situaciones conllevará la invalidez de nulidad absoluta114, lo que en realidad sucede es que
del pronunciamiento. “hay hechos (impeditivos, modificativos o extintivos),
52. Finalmente, el principio de doble instancia, en el inciso que aún cuando no alegados expresamente por la parte
6 del artículo 138 de la Constitución Política del Estado: demandada, pueden (y deben) ser ‘tenidos en cuenta’
“Son principios y derechos de la función jurisdiccional: [...] de todas maneras por el juez (justamente de oficio).
6. La pluralidad de la instancia”; y en el artículo X del Título Esos hechos configuran lo que la doctrina italiana
Preliminar del Código Procesal Civil que dice: “El proceso llama, en expresión por demás elíptica (y equívoca),
tiene dos instancias, salvo disposición legal distinta”. Este ‘eccezioni rilevabili d’ufficio’ o ‘eccezioni in senso lato’,
principio garantiza que las decisiones emitidas por un juez por contraposición a las ‘eccezioni in senso stretto’ o
puedan ser materia de revisión por un órgano jerárquico ‘excepciones’ a secas. Uno de ellos es, justamente,
superior.
53. Sobre la relación que existe entre el poder que tiene
el juez de declarar de oficio la nulidad de un negocio
jurídico y el principio de congruencia procesal se
generó en nuestro medio un interesante debate entre
dos reconocidos juristas. Por un lado, Juan Lohmann
sostiene que la declaración de oficio de la nulidad de un
negocio jurídico constituye una excepción al principio de
congruencia procesal, lo que se justifica en atención a
que la nulidad es de orden público, es decir, se encuentra 105
ROCCO, Ugo. Derecho Procesal Civil. Serie Clásicos del Derecho Procesal
fuera del ámbito dispositivo de las partes. Así, el referido Civil, Volumen I, Editorial Jurídica Universitaria, 2008, México, p. 322.
autor señala que: “A la necesidad de proteger este orden 106
Íd., p. 321.
público, las buenas costumbres y, a la postre, esos 107
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. Ob. cit., p. 58.
intereses superiores; y privar al acto jurídico de los efectos 108
Íd., p. 61.
que negativamente podrían repercutir sobre todo ello, 109
Íd., p. 60.
obedece el segundo párrafo del artículo 220 del Código 110
Ibíd.
Civil como excepción al principio de congruencia entre 111
Íd., p. 63.
petitorio y fallo”107. Y continúa diciendo que: “el artículo 112
ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 140-141.
VII del Código Procesal Civil cede ocasionalmente su 113
Íd., p. 141.
rigor cuando el petitorio y, en relación con él, los hechos 114
Íd., pp. 142-143.
invocados, no versan sobre derechos disponibles. La 115
Íd., p. 145.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7679
la nulidad” . Por lo tanto, “la nulidad ex art. 219 CC
115
sobre la nulidad, con lo cual la declaración de nulidad
constituye un hecho impeditivo de la pretensión actora podría pasar en autoridad de cosa juzgada 124.
que el juez puede ‘tener en cuenta’ de oficio, vale decir, 57. Este Supremo Tribunal considera que la forma en
sin que se precise de la expresa alegación de parte, a los que el Juez debe ejercer el poder que tiene para declarar
efectos de desestimar (sólo) la demanda. Nada más”. Lo de oficio una nulidad manifiesta debe ser aquélla que
que lleva a la citada autora a proponer que el segundo logre conciliar en la mayor medida posible la tutela de
párrafo del artículo 220 del Código Civil se lea como si los intereses generales que se ven perjudicados con la
dijera: “el juez puede fundar sus fallos en la nulidad que nulidad y la tutela de las garantías procesales de las partes
le resulte manifiesta aunque no haya sido invocada”116, del proceso, es decir, aquélla que permita armonizar de
y a concluir que el segundo párrafo del artículo 220 mejor forma los postulados del Derecho sustantivo y del
del Código Civil no es una excepción a la regla de Derecho procesal. En esa línea consideramos que no
congruencia sino que es una excepción de la regla que puede acogerse la denominada tesis civilista que plantea
las excepciones las plantea sólo el demandado117. En que el Juez, de oficio, puede declarar la nulidad a nivel
buena cuenta, lo que plantea la citada doctrina es que el de cualquier instancia y sin necesidad de promover
Juez puede, de oficio, apreciar la nulidad manifiesta de el contradictorio, pues tal solución si bien representa
un negocio jurídico y fundar su decisión sobre ésta, mas una amplia tutela para los intereses que se pueden ver
tal apreciación únicamente puede realizarse en la parte perjudicados con la nulidad, vulnera importantes garantías
considerativa de la sentencia sin que sea posible emitir procesales, tales como, el principio dispositivo, el principio
pronunciamiento sobre la nulidad manifiesta en la parte del contradictorio, el principio de congruencia y el principio
resolutiva de la sentencia. de doble instancia.
55. El tema de la forma en que el Juez debe ejercer 58. Por el contrario, la tesis procesalista, en sus dos
el poder que le confiere el artículo 220 del Código manifestaciones, sí intenta conciliar las dos tutelas antes
Civil, incluso ha sido materia de debate en el Pleno referidas, por lo que el criterio dirimente para optar por
Jurisdiccional Nacional Civil, llevado a cabo en la ciudad una u otra manifestación, debe ser otro, también digno de
de Lima, los días 26 y 27 de marzo de 2010, en donde consideración, como es la economía procesal. Así, por un
se planteó el problema en los siguientes términos: lado, tenemos el planteamiento según el cual el Juez, de
“¿Puede el juez de oficio declarar la nulidad del acto oficio, no puede declarar la nulidad sino solo apreciar la
jurídico de compraventa, al existir una causal manifiesta misma y sobre la base de dicha apreciación desestimar
de nulidad, en un proceso en el cual se busca otorgarle la demanda, con lo cual si bien se ahorra el promover
eficacia al acto jurídico nulo, pero que todavía no ha sido el contradictorio entre las partes, se deja abierta la
declarado como tal?”118, y se formularon dos Ponencias: posibilidad de que éstas puedan iniciar un nuevo proceso
La primera establecía que: “El juez sí puede declarar de en el que se discuta la validez del negocio jurídico, con
oficio la nulidad del acto jurídico en la parte resolutiva el contrasentido de que un nuevo juez tenga que verificar
de la sentencia, en la medida que haya tenido en cuenta si la apreciación realizada en su oportunidad por otro
como pautas a seguir que lo haya fijado como punto juez se ajustó o no a derecho. Por otro lado, tenemos
controvertido y que haya dado la posibilidad a las partes el planteamiento según el cual el Juez, de oficio, puede
procesales para el contradictorio respectivo; sin que ello declarar (entiéndase, en el fallo) la nulidad pero siempre
implique vulneración alguna al principio de congruencia que, previamente, haya promovido el contradictorio entre
procesal, habida cuenta que como todo principio, éste las partes, con lo cual lo que se decida en torno a la
no es absoluto; por tanto admite excepciones, siendo nulidad, adquiriría la calidad de cosa juzgada y eliminaría
una de ellas la facultad contenida en el artículo 220 del la posibilidad de que se reabra el debate sobre dicha
Código Civil”119; y la segunda señalaba que: “El juez situación en otro proceso. Es en mérito a tales razones
puede utilizar el argumento de la nulidad manifiesta, que este Supremo Tribunal se adhiere a este último
en la parte considerativa de la sentencia, a efecto de planteamiento.
enervar la pretensión postulada, sustentada en el acto 59. Este Supremo Tribunal considera que la asunción de
manifiestamente nulo, sin necesidad de declarar la esta tesis guarda concordancia con el segundo párrafo
nulidad del acto en la parte resolutiva. La aplicación del artículo 220 del Código Civil que hace referencia a
de esta norma debe hacerse de manera restrictiva, que el Juez puede “declarar” la nulidad manifiesta, mas
y sólo para aquellos supuestos de actos jurídicos no hace referencia a que el Juez puede solo “apreciar”
manifiestamente contrarios al orden público y a las la nulidad manifiesta, asimismo, el planteamiento en
buenas costumbres, de acuerdo con el artículo 219, cuestión es consecuente con que el ejercicio, de oficio,
inciso 8) del Código Civil”120. Adoptándose como de un poder por parte del Juez debe previamente
conclusión plenaria, por mayoría, la primera ponencia. promover el contradictorio entre las partes. Es
56. Sobre el particular, en el sistema español se han justamente la apertura de este incidente contradictorio
planteado dos tesis 121: (i) la tesis civilista, según lo que remedia en gran medida la posible vulneración
la cual, el Juez, de oficio, puede declarar la nulidad no solo del principio de contradictorio, sino también del
del negocio jurídico en cualquier estado del proceso principio dispositivo y del principio de congruencia. En
y a nivel de cualquier instancia, incluso a nivel de la efecto, en relación al principio de congruencia, debemos
Corte Suprema, y sin que sea necesario promover decir que el artículo 219 del Código Civil y el artículo VII
una actividad contradictoria entre las partes del del Título Preliminar del Código Procesal Civil podrían
proceso, a pesar de lo cual el pronunciamiento en conciliarse si entendemos que “el juez puede declarar
torno a la nulidad del negocio jurídico adquiriría la la nulidad que no forma parte del petitorio, pero no
calidad de cosa juzgada, y ello sería así en tanto que debe significar que resuelva sin discusión de las partes
la nulidad opera por ministerio de la ley, de forma
automática 122. Los partidarios de esta tesis consideran
que “si el contrato nulo accede al proceso el juez
debe eliminarlo definitivamente del tráfico jurídico,
declarando su nulidad sin necesidad de actuaciones
procesales contradictorias entre las partes previas a
la declaración, ni tampoco de otro proceso ulterior” 123.
(ii) la tesis procesalista que, a su vez, presenta
dos manifestaciones: la primera, según la cual, el
Juez, de oficio, puede apreciar la nulidad del negocio 116
Íd., p. 149.
jurídico, con eficacia incidenter tantum, limitándose a 117
Íd., p. 150.
desestimar la demanda y dejando a salvo la posibilidad 118
Centro de Investigaciones Judiciales del Poder Judicial. Material de lectura.
de que las partes puedan ejercitar la acción de nulidad Pleno Jurisdiccional Nacional Civil 2010, Lima, 2010, p. 645.
en un proceso posterior en el que se observen todas 119
Ibíd.
las garantías procesales, mas no puede declarar la 120
Ibíd.
nulidad, pues esto contravendría el principio dispositivo 121
MARCOS GONZÁLES, María. La apreciación de oficio de la nulidad
y las garantías procesales de las partes; y la segunda, contractual y de las cláusulas abusivas, Civitas, Navarra, 2011, pp. 19 y ss.
según la cual, el Juez, de oficio, podría declarar la 122
Íd., principalmente, pp. 53-56.
nulidad del negocio jurídico, pero siempre que inserte 123
Así lo explica, aunque sin suscribirse a dicha tesis: Íd., p. 21.
el cauce contradictorio que permita a las partes debatir 124
Íd., principalmente, pp. 56-68.
7680 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
otra forma en el proceso (sumarísimo) de otorgamiento IV.7.2. El otorgamiento de escritura pública del contrato
de escritura pública. de donación y del contrato de anticresis.-
66. Finalmente, cabe señalar que los precitados cambios
en los precedentes vinculantes serán de aplicación para 69. El contrato de donación es aquél por medio del cual
los casos en los que aún no existe cosa juzgada, es decir, un sujeto (denominado donante) transfiere o se obliga a
no afectarán lo decidido conforme a los precedentes transferir gratuitamente la propiedad de un bien (artículo
vinculantes preexistentes. 1621 del Código Civil). Transfiere, en caso de tratarse
de un bien inmueble, y se obliga a transferir, en caso de
IV.7. Casos específicos sobre otorgamiento de tratarse de un bien mueble. Aunque este contrato sea,
escritura pública al igual que el contrato de compraventa, un contrato
traslativo de dominio; el contrato de donación y el contrato
IV.7.1. El otorgamiento de escritura pública del de compraventa presentan, entre otras, una importante
contrato de compraventa.- diferencia, aquél constituye un contrato con forma
vinculada, específicamente, con forma solemne legal,
67. El contrato de compraventa es aquél por medio es decir, un contrato que, por imposición de una norma,
del cual un sujeto (denominado, vendedor) transfiere debe observar una específica forma para que se considere
o se obliga a transferir la propiedad de un bien a otro válidamente celebrado.
(denominado, comprador) y éste se obliga a pagar 70. De acuerdo con el artículo 1624 del Código Civil134, si el
su precio en dinero. En efecto, tratándose de un bien bien materia de transferencia es un bien mueble y su valor
inmueble, la transferencia de la propiedad se producirá supera el 25% de la Unidad Impositiva Tributaria, vigente
con el solo acuerdo entre las partes sobre el bien y al momento de la celebración del contrato, éste se deberá
el precio, salvo disposición legal diferente o pacto en hacer por escrito de fecha cierta, bajo sanción de nulidad;
contrario (interpretación sistemática de los artículos 949 y de acuerdo con el artículo 1625 del Código Civil135, si
y 1529 del Código Civil), mientras que tratándose de un el bien materia de transferencia es un bien inmueble, el
bien mueble, sí se genera una obligación de transferir contrato de donación deberá celebrarse por escritura
la propiedad que se ejecutará con la entrega del bien pública, bajo sanción de nulidad. Luego, si de acuerdo
(interpretación sistemática de los artículos 947 y 1529 con el artículo 1412 del Código Civil, que sustenta la
del Código Civil). Como se ha visto, este contrato pretensión de otorgamiento de escritura pública, las partes
genera una serie de efectos obligacionales, tales como: pueden compelerse al otorgamiento de escritura pública
la obligación de pagar el precio (artículo 1558 del siempre que ésta no constituya forma solemne (legal o
Código Civil), la obligación de entregar el bien (artículo convencional) para la celebración del contrato, entonces,
1549 y 1550 del Código Civil), la obligación de entregar no resulta viable que se pretenda el otorgamiento de
los documentos y títulos relativos a la propiedad del escritura pública de una minuta de donación inmobiliaria,
bien (artículo 1551 del Código Civil), la obligación de ya que aquélla (la escritura pública) constituye una forma
formalizar el contrato (artículo 1549 del Código Civil), solemne legal, por lo que al no haberse observado dicha
etc. forma el referido contrato de donación es un contrato
68. Es el cumplimiento de una de estas específicas nulo (artículo 219.6 del Código Civil136) que, como tal, no
obligaciones (la de formalizar el contrato) lo que constituye produce ningún efecto jurídico y, por lo tanto, la demanda
la pretensión más usual en los procesos de otorgamiento incurriría en causal de improcedencia por petitorio
de escritura pública, de ahí la necesidad de analizar el jurídicamente imposible, prevista, actualmente, en el inciso
fundamento y la viabilidad de esta pretensión. El artículo 5 del artículo 427 del Código Procesal Civil137. Sobre el
1412 del Código Civil, que sustenta la pretensión de particular existe uniformidad a nivel jurisprudencial, véase,
otorgamiento de escritura pública, establece que: “Si por ejemplo, la Casación 1188-2009-La Libertad: “Quinto:
por mandato de la ley o por convenio debe otorgarse Que, con relación a la forma que debe guardarse en la
escritura pública o cumplirse otro requisito que no revista celebración de los actos de donación, el artículo 1621 del
la forma solemne prescrita legalmente o la convenida Código Civil establece que en esta clase de actos jurídicos
por las partes por escrito bajo sanción de nulidad, éstas el donante se obliga a transferir gratuitamente al donatario
pueden compelerse recíprocamente a llenar la formalidad la propiedad de un bien y el artículo 1625 del citado texto
requerida” [el resaltado es nuestro]. Pues bien, el material señala que la donación de bienes inmuebles, debe
contrato de compraventa no es uno cuya celebración hacerse por escritura pública, con indicación individual del
deba observar una determinada forma bajo sanción de inmueble o inmuebles donados, de su valor real y el de las
nulidad (forma solemne legal) y si las partes no se han cargas que ha de satisfacer el donatario, bajo sanción de
impuesto la observancia de una determinada forma para nulidad, coligiéndose de ello que el legislador estableció
su celebración (forma solemne convencional), puede ser una formalidad ad solemnitatem para la celebración de
celebrado en cualquier forma. En este caso la obligación este acto jurídico, que consiste en el otorgamiento de la
de elevar a escritura pública el contrato puede derivar de escritura pública en la que concurran ambas voluntades, la
la autonomía privada de las partes, en caso de que hayan del donante, que se obliga a transferir la propiedad de un
previsto dicha obligación en el programa contractual, pero
aun cuando las partes no la hayan previsto, tal obligación
viene impuesta por ley, específicamente, por el artículo
1549 del Código Civil que estable que: “Es obligación
esencial del vendedor perfeccionar la transferencia de la
propiedad del bien”. Así es, esta obligación de perfeccionar
la transferencia de la propiedad que tiene a su cargo el
vendedor supone la realización de aquellos actos que
le permitan al comprador ejercitar a plenitud su derecho
de propiedad132, esto es, que le permitan usar, disfrutar, 132
ARIAS-SCHEREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil Peruano de
disponer, reivindicar y oponer el derecho adquirido, de 1984, Tomo II, Gaceta Jurídica, Lima, 1998, p. 65.
manera que entre tales actos se encuentran: la entrega 133
ESCOBAR ROZAS, Freddy. El contrato y los efectos reales. Análisis
del bien y el otorgamiento de la escritura pública, pues del sistema de transferencia de propiedad adoptado por el código civil
ésta es necesaria para el acceso al Registro Público, peruano, En: Ius et veritas, Revista de los estudiantes de la facultad de
instrumento que permitirá que el derecho subjetivo Derecho de la PUCP, Número 25, Lima, 2002, pp. 264-265.
en cuestión alcance la mayor oponibilidad. En similar 134
Artículo 1624 del Código Civil.- “Si el valor de los bienes muebles excede
sentido se ha dicho que “la obligación de perfeccionar el límite fijado en el artículo 1623, la donación se deberá hacer por escrito
la transferencia de la propiedad impuesta por el artículo de fecha cierta, bajo sanción de nulidad [...]”.
1549 del Código Civil, lejos de ser asimilada a la 135
Artículo 1625 del Código Civil.- “La donación de bienes inmuebles, debe
necessitas de completar dicha transferencia (o a la de hacerse por escritura pública, con indicación individual del inmueble o
producirla o a la de entregar el bien), debe ser asimilada a inmuebles donados, de su valor real y el de las cargas que ha de satisfacer
la necessitas de realizar todos los actos necesarios para el donatario, bajo sanción de nulidad”.
otorgar oponibilidad a la propiedad transferida”133, y uno 136
Artículo 219 del Código Civil: “El acto jurídico es nulo: [...] 6.Cuando no
de esos actos, sin duda el principal, es el otorgamiento de revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad”.
escritura pública, presupuesto necesario para el acceso 137
Artículo 427 del Código Procesal Civil.- “El Juez declara improcedente la
al Registro Público. demanda cuando: [...] 5. El petitorio fuese jurídica o físicamente imposible”.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7683
bien y la del donatario que se traduce en la aceptación de los efectos del contrato de manera conforme a los planes
la liberalidad, acorde con lo establecido en el artículo 1351 y a los intereses de aquellas142. La condición y el plazo
del Código Civil que señala que el contrato es el acuerdo de inciden en la eficacia del contrato, no en su existencia, ni
dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir en su vinculabilidad, ni en su validez. El contrato sujeto
una relación jurídica patrimonial y el artículo 1352 según el a condición o a plazo, es un contrato que ha cumplido su
cual los contratos se perfeccionan por el consentimiento de procedimiento de formación, es un contrato que vincula
las partes, excepto aquellos que, además deben observar a las partes y genera deberes instrumentales a cargo
la forma señalada por la ley bajo sanción de nulidad. de las partes y, es además, un contrato válido, a menos
Sexto: Por consiguiente, la posibilidad señalada en el que su validez se vea perjudicada por un defecto de la
artículo 1412 del Código Sustantivo de compelerse entre condición143, como alguno de aquellos previstos en los
las partes de un acuerdo a llenar las formalidades que artículos 171144 y 172145 del Código Civil.
exige la ley respecto de un contrato de donación, no resulta 75. La condición es un evento futuro e incierto de cuya
de aplicación a este caso habida cuenta que no existe por verificación se hace depender la eficacia del contrato.
parte del demandado una manifestación de voluntad al ser Podemos distinguir entre condición suspensiva y
dicho acto un acto jurídico unilateral; máxime si en este condición resolutoria: (i) La condición suspensiva es
caso ha existido contradicción desde el inicio del presente aquella que determina que el contrato no produzca sus
proceso, además, por cuanto esta norma sirve para dar efectos (o alguno de ellos) sino hasta que se verifique
forma al acto constituido y no para constituir el acto mismo, el evento futuro e incierto puesto como condición,
razón por la cual la pretensión planteada deviene en un recién a partir de este momento el contrato producirá
imposible jurídico a tenor de lo dispuesto en el artículo sus efectos (o alguno en particular): el contrato
427 numeral 6) del Código Procesal Civil, no apreciándose ineficaz deviene en eficaz; (ii) La condición resolutoria
por consiguiente la interpretación errónea de la norma es aquella que determina que el contrato deje de
denunciada”. producir sus efectos una vez que se haya verificado
71. Respecto del contrato de anticresis que es aquél el evento futuro e incierto puesto como condición: el
por medio del cual el deudor o un tercero se obliga a contrato eficaz deviene en ineficaz. En este momento
entregar un inmueble al acreedor en garantía del crédito nos interesa detenernos en la primera, es decir, en la
(es decir, de su realización) a fin de que el acreedor condición suspensiva.
perciba los frutos, imputándolos a los intereses y 76. Dentro del control de eficacia (o exigibilidad) en
gastos, y luego al capital 138 (artículos 1091139 y 1093 del los procesos de otorgamiento de escritura pública,
Código Civil 140); debe arribarse a la misma conclusión, es posible analizar la presencia de una condición
pues este contrato, al igual que el contrato de donación suspensiva en el programa contractual, siempre que
inmobiliaria, también debe ser celebrado por escritura la parte demandada alegue la falta de verificación del
pública, bajo sanción de nulidad (artículo 1092 del evento futuro e incierto puesto como condición. Como
Código Civil), es decir, la escritura pública constituye se ha visto, la condición suspensiva puede determinar
forma solemne legal para celebración del contrato de que el contrato no produzca ninguno de sus efectos o
anticresis. Luego, si de acuerdo con el artículo 1412 del solamente alguno de ellos como podría ser la obligación
Código Civil, que sustenta la pretensión de otorgamiento de elevar a escritura pública el contrato. Respecto a
de escritura pública, las partes pueden compelerse al esta última posibilidad es usual encontrar que las partes
otorgamiento de escritura pública siempre que ésta no han convenido que la obligación de elevar a escritura
constituya forma solemne (legal o convencional) para pública el contrato, que tiene a su cargo una parte, se
la celebración del contrato, entonces, no resulta viable ejecutará una vez que la otra parte haya ejecutado una
que se pretenda el otorgamiento de escritura pública contraprestación a su cargo (por ejemplo, se supedita
de una minuta de anticresis, ya que, al no haberse la obligación de elevar a escritura pública el contrato,
celebrado por escritura pública, el referido contrato que tiene a su cargo el vendedor, al hecho de que el
de anticresis es un contrato nulo (artículo 219.6 del comprador pague el precio de venta o una parte del
Código) que, como tal, no produce ningún efecto mismo). Recuérdese que la condición suspensiva
jurídico y, por lo tanto, la demanda incurriría en causal “tutela contra el riesgo que un evento, esperado por las
de improcedencia por petitorio jurídicamente imposible, partes (o por una parte) como de su propio interés, no
prevista, actualmente, en el inciso 5 del artículo 427 del se verifique o se verifique demasiado tarde”146 y, en este
Código Procesal Civil. caso, ese evento sería el recibir la contraprestación (por
ejemplo, el pago del precio).
IV.8. Control de eficacia del acto que se pretende elevar 77. Pues bien, si lo que se ha supeditado a una condición
a escritura pública.- suspensiva es el efecto específico consistente en la
obligación de elevar a escritura pública el contrato y el
72. En las líneas precedentes hemos visto que en demandante no logra acreditar la verificación del evento
los procesos de otorgamiento de escritura pública puesto como condición, la demanda será declarada
el Juez debe realizar un específico control de validez improcedente por manifiesta falta de interés para obrar
del negocio jurídico que se pretende formalizar, es (artículo 427.2 del Código Procesal Civil).
decir, debe constatar que éste no incurra en una
nulidad manifiesta. Pero éste no es el único control
que puede realizar el Juez, quien podrá, además,
realizar un control de eficacia del negocio jurídico o,
en otras palabras, deberá verificar que la obligación de
formalizar el contrato resulte exigible, pues el resultado
de este control determinará el amparo o rechazo de
la pretensión de otorgamiento de escritura pública. A
continuación, y sin que se pretenda realizar una relación 138
GAZZONI, Francesco. Ob. cit., p. 1190.
taxativa, se enunciarán algunos supuestos que podrán 139
Artículo 1091 del Código Civil: “Por la anticresis se entrega un inmueble
ser analizados dentro del control de eficacia del negocio en garantía de una deuda, concediendo al acreedor el derecho de
jurídico que se pretende formalizar. explotarlo y percibir sus frutos”.
140
Artículo 1093 del Código Civil: “La renta del inmueble se aplica al pago
IV.8.1. La condición suspensiva, el plazo suspensivo y de los intereses y gastos, y el saldo al capital”.
el otorgamiento de escritura pública.- 141
BETTI, Emilio. Ob. cit., pp. 57-59.
142
ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 594.
73. Una de las circunstancias que se deben tener en cuenta 143
Cfr. ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 564.
en el control de eficacia (o exigibilidad) es la presencia de 144
Artículo 171 del Código Civil.- “La condición suspensiva ilícita y la física
alguna condición suspensiva o plazo suspensivo en el o jurídicamente imposible invalidan el acto.
contrato que se pretende formalizar. La condición resolutoria ilícita y la física o jurídicamente imposible se
74. La condición y el plazo son mecanismos o instrumentos consideran no puestas”.
de autonomía privada, es decir, de ese poder que le 145
Artículo 172 del Código Civil.- “Es nulo el acto jurídico cuyos efectos
permite a los sujetos regular sus propios intereses141: están subordinados a condición suspensiva que dependa de la exclusiva
instrumentos que las partes pueden insertar o no en el voluntad del deudor”.
programa contractual y que, si lo hacen, influirán sobre 146
ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 565.
7684 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
78. Cabe precisar que un contrato sujeto a alguna de analizar el ejercicio legítimo de la excepción de
condición puede acceder al Registro Público (lo que incumplimiento dentro de un proceso de otorgamiento
presupone que aquél haya sido elevado a escritura de escritura pública, ha merecido pronunciamientos
pública, es decir, que esta específica obligación no haya contradictorios a nivel jurisprudencial. Así, por un lado,
sido supeditada a la verificación de algún evento ulterior), encontramos, por ejemplo, la Casación Nº 4553-2013-
posibilidad que guarda concordancia con lo establecido Del Santa: “[...] 4.3. Es de recordar y precisar que este
en el inciso 4 del artículo 2019 del Código Civil según el caso, lo que discute es “determinar si es procedente el
cual: “Son inscribibles en el registro del departamento o otorgamiento de la escritura pública, a favor de la parte
provincia donde esté ubicado cada inmueble: [...] 4. El demandante, respecto del bien inmueble adjudicado por
cumplimiento total o parcial de las condiciones de las la emplazada, según el documento de formalización de
cuales dependan los efectos de los actos o contratos adjudicación, ubicado en el lote veintiuno, manzana m-5,
registrados”, y en el primer párrafo del artículo173 de la urbanización popular bella mar, sector iv, segunda
del citado cuerpo normativo de acuerdo con el cual: etapa, nuevo Chimbote” 4.4. en ese sentido, la indicada
“Pendiente la condición suspensiva, el adquirente puede pretensión se tramita en un proceso de cognición sumaria
realizar actos conservatorios”. (por contemplar plazos más breves, menor cantidad de
79. El plazo es un evento futuro y cierto de cuyo actos procesales y la concentración de las audiencias
acaecimiento se hace depender la eficacia del contrato. en una sola, denominada audiencia única, en la que no
Podemos distinguir entre plazo suspensivo y plazo hay posibilidad de una mayor amplitud del contradictorio),
resolutorio: (i) El plazo suspensivo es aquél que determina en donde no se puede cuestionar la validez del acto
que el contrato no produzca sus efectos sino hasta que jurídico, pues el objeto del juicio probatorio es darle
llegue el evento futuro y cierto establecido por las partes, formalidad al acto existente, sea por mandato de la ley
recién a partir de este momento el contrato producirá sus o por convenio entre las partes. Ello es así, porque la
efectos: el contrato ineficaz deviene en eficaz; (ii) El plazo pretensión de otorgamiento de escritura pública (mal
resolutorio es aquél que determina que el contrato deje de llamado proceso u procedimiento), prevista en el artículo
producir sus efectos cuando llegue el evento futuro y cierto 1412 del código civil, es la consecuencia jurídica de
establecido por las partes: el contrato eficaz deviene en formalizar el acto jurídico celebrado. 4.5. en este caso, se
ineficaz. pretende dar formalidad al “documento de formalización
80. Nos interesa detenernos en el primero, es decir, en de adjudicación” del veintisiete de noviembre de dos mil
el plazo suspensivo, y precisar una ulterior diferencia: ocho, cuya existencia está demostrada, y corroborada
entre plazo del negocio jurídico y plazo de cumplimiento con las propias afirmaciones de la demandada; quien
(o plazo de la obligación). El plazo del negocio jurídico ha reconocido la existencia de esa obligación contenida
determina el momento del nacimiento o de la extinción en el documento citado; por lo que el acto requiere ser
de una obligación (o de un efecto en general), en tanto dotado de las garantías de seguridad necesaria para el
que el plazo de cumplimiento indica el momento en tráfico jurídico y que pueda ser oponible a terceros; sin
que debe ser ejecutada la prestación relativa a una que en este proceso se puedan analizar los elementos
obligación ya surgida 147, por ejemplo, cuando las partes de validez del mismo, tales como la manifestación de
establecen que la prestación de elevar a escritura voluntad de agente, representante de la caja, para
pública el contrato que suscriben debe ser ejecutada celebrar la “formalización de adjudicación”, ni la forma
dentro de seis meses, en este caso la obligación ya de pago del precio del objeto de la compraventa. 4.6. si
surgió y el deudor (vendedor), si el plazo es en su bien, en los puntos controvertidos se fijó “determinar si
favor, puede liberarse en el período correspondiente la parte demandante ha cumplido con el pago del precio
al tiempo intermedio, o sea hasta la expiración del del lote materia de litis y si ha seguido el procedimiento
sexto mes 148. El plazo de cumplimiento puede ser establecido por la entidad demandada para la adquisición
estipulado en beneficio del deudor, del acreedor o y adjudicación”; aquello carece de relevancia fáctica y
de ambos. Si es en beneficio del deudor, éste puede jurídica, para resolver la pretensión propuesta; que en
ejecutar la prestación antes del vencimiento del plazo todo caso, la parte que se considere perjudicado con el
pero el acreedor no podrá exigirla sino al vencimiento. acto jurídico del que emana la obligación de formalización,
Si es en beneficio del acreedor, éste podrá exigir la lo deberá cuestionar vía acción, en otro proceso”. De
ejecución de la prestación aun antes del vencimiento donde se tiene que se acoge el criterio según el cual en
del plazo sin que el deudor pueda rehusarse y a su un proceso de otorgamiento de escritura pública no se
vez este último no podrá ejecutar la prestación si el puede discutir la excepción de incumplimiento, criterio
acreedor no lo acepta. Si el plazo es en beneficio de que se sustenta en las siguientes razones: (i) En los
ambos, ni el deudor podrá ejecutar la prestación antes procesos de otorgamiento de escritura pública sólo se
del vencimiento del plazo, ni el acreedor podrá exigirla busca dotar a un determinado acto de las garantías
antes 149. El plazo se presume estipulado a favor del de seguridad necesarias para el tráfico jurídico y que
deudor, salvo que se pruebe que lo ha sido a favor del pueda ser oponible a terceros; (ii) determinar si la parte
acreedor o de ambos (artículo 179 del Código Civil). ha cumplido con el pago del precio de venta, carece de
81. Dentro del control de eficacia (o exigibilidad) en los relevancia fáctica y jurídica para resolver la pretensión
procesos de otorgamiento de escritura pública, es posible propuesta; (iii) la parte que se considera perjudicada
analizar la presencia de un plazo suspensivo o la de con el acto jurídico del que emana la obligación de
un plazo de cumplimiento en el programa contractual, formalización, lo deberá cuestionar vía acción, en otro
situaciones que incluso pueden ser apreciadas de oficio proceso.
por el Juez. Pues bien, si todos los efectos del contrato 84. Y, por otro lado, encontramos, por ejemplo, la
(entre ellos, la obligación de formalizarlo) se encuentran Casación Nº 943-2005-Lima: “Séptimo: que, si bien
sujetos a un plazo suspensivo que aún no ha vencido, el contrato de compraventa genera la obligación del
la demanda será declarada improcedente por manifiesta vendedor de transferir la propiedad del bien conforme
falta de interés para obrar (artículo 427.2 del Código al artículo 1529, sin embargo la misma norma también
Procesal Civil). Si la obligación de elevar a escritura establece que es obligación del comprador pagar el precio
pública el contrato se encuentra sujeta a un plazo de en dinero; situación que en el caso de autos no ha sido
cumplimiento que aún no ha vencido y que, además, ha acreditado por el demandante, quien no ha cancelado el
sido estipulado en beneficio del deudor (vendedor), y a precio ni parte del mismo; resultando de obligación en el
menos que éste exprese su voluntad de renunciar a dicho
beneficio, la demanda será declarada improcedente por
manifiesta falta de interés para obrar (artículo 427.2 del
Código Procesal Civil).
del código civil que establece que en los contratos con no se puede hacer valer la excepción en cuestión frente
prestaciones recíprocas en que éstas deben cumplirse a un incumplimiento de escasa importancia. Conviene
simultáneamente, cada parte tiene derecho a suspender precisar que por incumplimiento debemos entender la
el cumplimiento de la prestación a su cargo, hasta “inexistente o inexacta ejecución de la prestación debida.
que se satisfaga la contraprestación o se garantice su Éste se distingue principalmente en incumplimiento total
cumplimiento. Octavo: que, la norma acotada debe ser (la prestación es del todo no ejecutada) y cumplimiento
interpretada en concordancia con el principio de la buena inexacto (la prestación es cuantitativamente o
fe a que se refiere el artículo 1362 del código civil, en cualitativamente inexacta)”154. Dentro del cumplimiento
virtud del cual los contratos deben negociarse, celebrarse inexacto encontramos al cumplimiento defectuoso, el
y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común cumplimiento parcial y el cumplimiento tardío. La excepción
intención de las partes; debiendo entenderse que se de incumplimiento puede hacerse valer tanto frente a
configura la excepción de incumplimiento a que se refiere un incumplimiento total como frente a un cumplimiento
el artículo 1426 del código civil cuando la parte que inexacto (artículo 1220155, 1221 del Código Civil156),
solicita el cumplimiento de la obligación no ha cumplido siempre que se altere gravemente la proporcionalidad o el
con su obligación o con una parte sustantiva de la misma equilibrio entre las prestaciones (artículo 1362 del Código
que lo legitime a solicitar la contraprestación a cargo de Civil).
la otra, no resultando acorde con el principio de la buena 88. Este Supremo Tribunal considera que en los
fe contractual que el actor haya solicitado el otorgamiento contratos relativos a la transferencia de la propiedad,
de la escritura pública sin siquiera haber cancelado a la constitución de un derecho real y, en general, a
parte del precio ni haber solicitado la consignación del la transferencia o constitución de cualquier derecho
mismo. Noveno: que en consecuencia, se ha incurrido susceptible de acceder al Registro Público a los efectos
en inaplicación de lo preceptuado en el artículo 1426 del de ganar mayor oponibilidad, la obligación de elevar
código civil, así como de los artículos 1529 y 1558 del a escritura pública el contrato, constituye, salvo pacto
mismo código respecto de la obligación del comprador en contrario, una obligación principal, por aplicación
de pagar el precio del bien no resultando procedente la analógica del artículo 1549 del Código Civil, por lo que
demanda de otorgamiento de escritura pública formulada el cumplimiento de tal obligación puede suspenderse
por el actor, quien no ha cumplido con su obligación o con legítimamente en caso de que la contraparte haya a su
parte sustantiva de la misma que lo legitime para solicitar vez incumplido una obligación principal a su cargo. Así,
de su contraparte el perfeccionamiento de la transferencia por ejemplo, en el caso del contrato de compraventa
[...]”. De donde se tiene que se acoge el criterio según el tenemos que el comprador asume la obligación de
cual en un proceso de otorgamiento de escritura pública pagar el precio de venta (artículo 1558 del Código
sí se puede discutir la excepción de incumplimiento, Civil), mientras que el vendedor asume, entre otras,
criterio que se sustenta en las siguientes razones: (i) si la obligación de perfeccionar la transferencia de la
bien el contrato de compraventa genera la obligación del propiedad que -como hemos visto- se traduce en la
vendedor de perfeccionar la transferencia de la propiedad realización de aquellos actos dirigidos a que el derecho
del bien, también genera la obligación del comprador transferido obtenga mayor oponibilidad, entre los cuales
de pagar el precio en dinero; (ii) si el demandante no encontramos el otorgamiento de escritura pública. Es
ha cancelado el precio ni parte del mismo, resulta de más, el propio Código Civil cataloga a esta obligación
aplicación el artículo 1426 del Código Civil que establece como una de carácter esencial o principal: “Es obligación
que en los contratos con prestaciones recíprocas en que esencial del vendedor perfeccionar la transferencia de
éstas deben cumplirse simultáneamente, cada parte tiene la propiedad del bien” [el resaltado es nuestro]. Luego,
derecho a suspender el cumplimiento de la prestación a si el comprador (demandante) peticiona la formalización
su cargo, hasta que se satisfaga la contraprestación o se del contrato sin haber cumplido su obligación de pagar
garantice su cumplimiento; (iii) no resulta procedente la el precio, resulta legítimo que el vendedor (demandado)
demanda de otorgamiento de escritura pública formulada suspenda el cumplimiento de aquella obligación
por el demandante cuando éste no ha cumplido con hasta que el comprador cumpla o garantice cumplir la
su obligación de pagar el precio de venta, pues solo obligación que le corresponde. En ese mismo sentido
esto lo legitima para solicitar de su contraparte el se ha dicho que: “Considerando que el otorgamiento de
perfeccionamiento de la transferencia. Por lo tanto, escritura pública es un acto que otorga oponibilidad a
corresponde uniformizar los criterios sobre el particular. la adquisición del comprador, este es, guste o no, un
85. La excepción de incumplimiento o exceptio non deber legal y esencial, en consecuencia el vendedor
adimpleti contractus “es un poder de autotutela que
tiene por efecto legitimar la suspensión de la ejecución
de la prestación a cargo de uno de los contratantes,
mientras el otro contratante no cumpla su obligación” 150
o garantice cumplirla (artículo 1426 del Código Civil).
Así, si bien el excepcionante se encuentra en situación
de incumplimiento, la misma encuentra justificación
al ser un modo legítimo de reacción contra el
demandante quien también se encuentra en situación
de incumplimiento.
86. La excepción de incumplimiento constituye, entonces,
un instrumento que resulta idóneo “para contrarrestar
las acciones de cumplimiento, de ejecución en forma 150
BIANCA, Massimo. Diritto Civile. V. La Responsabilità, Giuffrè Editore,
específica, de resolución del contrato, y más en general Milano, 1994, p. 339.
de toda acción que el otro contratante pueda realizar 151
BIANCA, Massimo. La Responsabilità, ob. cit., p. 342.
contra el excepcionante sobre el presupuesto de su 152
Cfr. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general, Segunda
incumplimiento”151. Parte - Tomo IV, Volumen XV, En: Para leer el Código Civil, Fondo Editorial
87. La excepción de incumplimiento tiene como requisitos: PUCP, Lima, 1996, pp. 233-240; MORALES HERVIAS, Rómulo. Patologías
(i) La existencia de un contrato con prestaciones y Remedios del Contrato, Jurista Editores, Lima, 2011, p. 275.
recíprocas; (ii) la exigibilidad de ambas prestaciones; (iii) 153
Artículo 1362 del Código Civil: “Los contratos deben negociarse,
la falta de cumplimiento de ambas prestaciones; y (iv) celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común intención
el ejercicio no opuesto a la buena fe152. Para el ejercicio de las partes”.
legítimo de la excepción de incumplimiento se precisa, 154
BIANCA, Massimo. La Responsabilità, ob. cit., p. 1.
entonces, de la presencia de un contrato que reporte 155
Artículo 1220 del Código Civil.- “Se entiende efectuado el pago sólo
tanto un beneficio como un sacrificio para cada una de las cuando se ha ejecutado íntegramente la prestación”.
partes, que al momento del requerimiento de la ejecución 156
Artículo 1221 del Código Civil.- “No puede compelerse al acreedor a
de la prestación, tanto ésta como la contraprestación recibir parcialmente la prestación objeto de la obligación, a menos que la
resulten exigibles, que ninguna de las prestaciones haya ley o el contrato lo autoricen.
sido cumplida y que el ejercicio de la excepción no sea Sin embargo, cuando la deuda tiene una parte líquida y otra ilíquida, puede
contrario a la buena fe que debe estar presente incluso exigir el acreedor el pago de la primera, sin esperar que se liquide la
en la etapa de ejecución del contrato (artículo 1362 del segunda”.
7686 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
puede negarse a otorgar la escritura pública si no se ha el petitorio se ciñe a lograr la formalización respectiva y
cumplido con el pago del precio”157. la naturaleza de proceso es uno sumarísimo, y por ende
89. Con todo, dentro del control de eficacia (o exigibilidad) breve y específico, no cabe discutir la validez del acto
en los procesos de otorgamiento de escritura pública, jurídico, pues ello representaría pronunciarse sobre algo
el Juez podrá analizar el ejercicio de la excepción de que no se ha controvertido y que solo podría serlo por la
incumplimiento, la misma que -en tanto excepción vía del proceso de conocimiento. Ello, no solo significaría
material y no procesal- será analizada al resolver el fondo una vulneración de la vía procedimental, sino además una
de la controversia. Pues bien, en caso de advertirse el modificación del petitum que es un tema que corresponde
ejercicio legítimo de una excepción de incumplimiento, a decidir a las partes, conforme lo dispone el artículo VII
la demanda será declarada improcedente por manifiesta del Título Preliminar del Código Procesal Civil. Séptimo.-
falta de interés para obrar (artículo 427.2 del Código De lo expuesto se colige: 1. Que el otorgamiento de
Procesal Civil). escritura pública supone la existencia de un acto jurídico
previo. 2. Que aquí no se discute la validez del acto
IV.8.3. La resolución por incumplimiento y el jurídico, sino simplemente la exigencia de la formalidad
otorgamiento de escritura pública.- emergida del convenio o de la ley. 3. No cabe tampoco
aquí examinar supuestos de falta de pago, pues aquí
90. Otra de las circunstancias que se deben tener en no se controvierte la invalidez manifiesta del propio acto
cuenta en el control de eficacia (o exigibilidad) es la posible jurídico, sino el cumplimiento de las obligaciones que
resolución del contrato que se pretende elevar a escritura emergen de éste. Octavo.- Sin embargo, que ello sea así
pública. no significa que el juez deba formalizar todo documento
91. Es pertinente recordar que la posibilidad de analizar que se le presenta; por el contrario, también en este
la resolución del contrato que se pretende formalizar, caso le corresponde verificar que el acto jurídico que se
dentro de un proceso de otorgamiento de escritura pretende formalizar tenga visos de verosimilitud, pues
pública, ha merecido pronunciamientos contradictorios sería absurdo solicitar que se cumpla con una formalidad
a nivel jurisprudencial. Así, por un lado, encontramos, que manifiestamente no se condice con la realidad y que
por ejemplo, la Casación Nº 2496-2005-Lima: “[...] 7) además podría generar una situación de favorecimiento
En la Ejecutoria Suprema obrante a fojas seiscientos a la parte que lo pide, por ejemplo, en orden de prelación
veinticuatro, se ha establecido que no es materia de de acreencia o, incluso, antes o con la inscripción
decisión en procesos como el presente, la determinación registral, la posibilidad de realizar transferencias con
del cumplimiento del pago, pues la finalidad de la mala fe que parezcan protegías por la fe del registro.
pretensión planteada es simplemente formalizar el acto Noveno.- Por tanto, corresponde al juez, en los casos
constituido y no modificarlo ni ampliarlo, ni tampoco de demanda de otorgamiento de escritura pública,
determinar la correcta ejecución del pago. 8) En el hacer un examen en grado de probabilidad –somero
contrato de compraventa del referido bien, no se constata y exterior para no invadir esfera que no es materia de
que se haya condicionado el otorgamiento de la escritura pronunciamiento- de la existencia del presupuesto básico
pública a su realización o que se haya suspendido su para lograr la formalidad, esto es, un contrato. Dicho
cumplimiento ante el incumplimiento de la parte contraria análisis le advertirá la presencia de los requisitos del
previa comunicación cursada para dicho efecto. Quinto.- acto jurídico y los propios del contrato que se pretende
De lo expuesto, se llega a la convicción de que no siendo formalizar. Décimo.- No cabría, por ejemplo, formalizar
el tema decidendum el establecer en este proceso la una compraventa cuando no aparece en la minuta
presunta falta de pago en que habrían incurrido los respectiva qué bien se transfiere (porque el artículo 1529
demandados respecto del precio del bien sub litis, carece del Código Civil exige para la compraventa la presencia
de objeto dilucidar la alegada resolución del contrato de de bien y precio) o cuando el acto jurídico es solemnísimo
compraventa sub materia [...] Undécimo.- Finalmente, en y exige para su validez la propia Escritura Pública porque
cuanto a la denuncia casatoria referida a la inaplicación siendo la forma consustancial al acto jurídico, al no existir
del artículo 1430 del Código Civil, el recurrente señala, aquella no existe ésta. En estos casos la nulidad tiene
que en representación de sus mandantes comunicó a que ser evidente y debe reflejarse con absoluta certeza
los actores que el contrato sub materia había quedado o, como la doctrina ha señalado, “cuando la causal que
resuelto por falta de pago, en virtud de encontrarse la produce se encuentre al descubierto de manera clara y
adeudado treinticuatro letras de cambio y que por dicha patente”, es decir, “cuando no existe lugar a dudas sobre
razón -sostiene- que debían desocupar el inmueble sub su existencia, es visible, patente, ostensible, advertible a
litis, pues a consecuencia de la resolución producida el simple vista”. Lo mismo puede decirse en la resolución del
contrato había fenecido, siendo que al dirimirse la litis no contrato, cuando opera la cláusula resolutoria y ello fluye
se ha tenido en cuenta la carta notarial de fecha dieciséis sin cortapisa de los actuados; en esas circunstancias, no
de mayo del dos mil uno, mediante la cual se resolvió será posible otorgar la escritura pública, pues entonces se
el referido contrato por falta de pago. Duodécimo.- El estaría perfeccionando un contrato que ha dejado de ser
numeral 1430 del Código Sustantivo antes mencionado, eficaz por efecto sobreviniente (artículo 1371 del Código
señala que ‘puede convenirse expresamente que el Civil). En ambos supuestos, la nulidad o resolución
contrato se resuelva cuando una de las partes no cumple debe ser patente, lo que implica que no debe generar
determinada prestación a su cargo, establecida con toda incertidumbre alguna, pues de no ser así se estaría
precisión. La resolución se produce de pleno derecho ventilando en un sumarísimo algo que corresponde ser
cuando la parte interesada comunica a la otra que quiere evaluado en otro tipo de procesos”. De donde se tiene
valerse de la cláusula resolutoria’. Décimo Tercero.- sin que se acoge el criterio según el cual en un proceso de
embargo, dicha norma es impertinente para dirimir la otorgamiento de escritura pública sí es posible analizar la
litis, pues como se ha referido precedentemente el tema resolución del contrato que se pretende formalizar, criterio
decidendum de la presente litis consiste en determinar que se sustenta en las siguientes razones: (i) el hecho de
si resulta procedente o no formalizar el acto constituido, que un proceso sumarísimo (como el de otorgamiento de
consistente en la compraventa del bien sub litis a que se escritura pública) no sea el espacio idóneo para discutir
refiere la instrumental de fojas cuatro y siguiente. Por lo la validez del negocio jurídico no significa que el juez
que no se encuentra discusión la alegada resolución del debe formalizar todo documento que se le presenta; (ii)
mencionado contrato. Por consiguiente, el recurso de el juez puede tener en cuenta la nulidad si es que esta
casación debe desestimarse por infundado”. De donde se resulta ser evidente y se refleja con absoluta certeza, lo
tiene que se acoge el criterio según el cual en un proceso
de otorgamiento de escritura pública no es posible
analizar la resolución del contrato que se pretende
formalizar, criterio que se sustenta en las siguientes
razones: (i) el objeto litigioso en los procesos de
otorgamiento de escritura pública consiste en determinar
si resulta procedente o no formalizar un determinado
acto; (ii) no se encuentra en discusión la resolución del
contrato, cuestión que deberá ventilarse en otro proceso. 157
CALLE TAGUCHE, Ricardo. El contrato: Su celebración y forma.
92. Y, por otro lado, encontramos, por ejemplo, la Reflexiones en torno a una sentencia en casación, En: Diálogo con la
Casación Nº 3795-2014-Lima: “Sexto.- En efecto, como jurisprudencia, Número 161, febrero, 2012, p. 59.
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7687
mismo puede decirse en la resolución del contrato; en 96. En los casos de resolución judicial del contrato,
estas circunstancias, no será posible otorgar la escritura si el demandado acredita la existencia de un
pública, pues se estaría perfeccionando un contrato que pronunciamiento judicial firme que, con anterioridad,
ha dejado de ser eficaz; (iii) la nulidad y la resolución ha declarado la resolución (o la rescisión) del contrato
deben ser patentes, lo que implica que no debe generar que se pretende formalizar, la demanda será declarada
incertidumbre alguna, pues de no ser así se estaría infundada.
ventilando en un sumarísimo algo que corresponde 97. En los casos en que el demandado alegue que se
ser evaluado en otro tipo de procesos. Por lo tanto, ha producido la resolución extrajudicial del contrato, el
corresponde uniformizar los criterios sobre el particular. Juez analizará en la parte considerativa de la sentencia
93. La resolución por incumplimiento es un instrumento si concurren los requisitos dispuestos por ley, o
que busca reparar el equilibrio entre las prestaciones pactados por las partes, para la resolución extrajudicial
que se ha visto afectado por un específico evento y, de ser así, declarará improcedente la demanda de
sobrevenido como es el incumplimiento, es decir, otorgamiento de escritura pública, sin pronunciarse
la inexistente o inexacta ejecución de una de las sobre la resolución extrajudicial del contrato. Si el
prestaciones. En nuestro sistema jurídico la resolución Juez advierte que no concurren tales requisitos,
por incumplimiento puede ser judicial o de derecho, es declarará fundada la demanda de otorgamiento de
decir, extrajudicial. En el primer caso, la resolución se escritura pública, sin pronunciarse sobre la resolución
produce por sentencia, es decir, por pronunciamiento extrajudicial del contrato.
del juez (artículo 1428 del Código Civil158); y, en el 98. En los casos en los que paralelamente exista en
segundo caso, la resolución se produce por negocio trámite un proceso de resolución contractual respecto del
jurídico unilateral, es decir, por declaración de voluntad contrato que se pretende formalizar por medio del proceso
del acreedor y siempre que concurran los requisitos de otorgamiento de escritura pública, la parte interesada,
dispuestos por ley159, específicamente, por los artículos al amparo del artículo 320 del Código Procesal Civil, podrá
1429160 y 1430 del Código Civil161, resolución por solicitar la suspensión de la expedición de la sentencia en
intimación y resolución por cláusula resolutoria expresa, este último proceso hasta que se resuelva el primero, en
respectivamente. De acuerdo con el artículo 1429 del cuyo caso el Juez deberá verificar si la referida solicitud
Código Civil, para que opere la resolución por intimación cumple o no con los requisitos previstos en la precitada
se precisa que la declaración del acreedor: (i) se dirija norma adjetiva.
vía carta notarial; (ii) contenga un requerimiento de
cumplimiento de la prestación; (iii) contenga un plazo VII. Análisis del caso
concedido para el cumplimiento que no puede ser menor
de quince días; (iv) contenga un apercibimiento en el 1. Conforme se ha mencionado precedentemente, en
sentido de que en caso de no ejecutarse la prestación forma excepcional, al amparo del artículo 392-A del
en el plazo concedido la resolución operará de pleno Código Procesal Civil, se ha concedido el recurso de
derecho. Y de acuerdo con el artículo 1430 del Código casación por la causal de infracción normativa de los
Civil, para que opere la resolución por cláusula resolutoria artículos 1549 y 1412 del Código Civil, es decir, se
expresa se precisa que: (i) en el programa contractual ha concedido el recurso de casación por infracción de
las partes hayan estipulado que el incumplimiento de normas de carácter material.
alguna o algunas específicas prestaciones a cargo de 2. No obstante, este Supremo Tribunal considera
una de las partes permitiría a la otra resolver el contrato; necesario recordar que por encima de cualquier
(ii) la parte que sufrió el incumplimiento comunique a análisis posterior, corresponde evaluar si la
la otra su decisión de valerse de la cláusula resolutoria decisión jurisdiccional cuestionada se ha emitido
prevista en el programa contractual. respetando las garantías mínimas que informan el
94. La resolución por incumplimiento tiene como debido proceso. En efecto, el artículo I del Título
presupuestos: (i) un contrato con prestaciones recíprocas; Preliminar del Código Procesal Civil dispone que:
(ii) un incumplimiento importante; (iii) la ausencia de “Toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
circunstancias que justifiquen el incumplimiento; y (iv) la efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos
legitimación para resolver el contrato. Para que opere la o intereses, con sujeción a un debido proceso”. Por
resolución por incumplimiento se precisa, entonces, de la lo tanto, el Juez en su calidad de director del proceso
presencia de un contrato que reporte tanto un beneficio debe velar por la observancia del debido proceso,
como un sacrificio para cada una de las partes; que el la tutela jurisdiccional y el derecho de defensa de
incumplimiento, esto es, tanto el incumplimiento total las partes que, como derechos fundamentales,
como el cumplimiento inexacto (cumplimiento parcial, aparecen consagrados en los incisos 3 y 14 del
tardío o defectuoso), sea uno importante o relevante, es
decir, que la prestación incumplida afecte gravemente la
economía del contrato y el interés que tenía el acreedor
en el cumplimiento de la prestación insatisfecha, cabe
precisar que este específico presupuesto no se exigirá
para la actuación de la resolución por cláusula resolutoria
expresa toda vez que “la correspondiente valoración ya
ha sido hecha por las partes, que pactando la cláusula
han considerado ese tal incumplimiento, previsto por ella, 158
Artículo 1428 del Código Civil: “En los contratos con prestaciones
indudablemente idóneo para determinar la resolución”162; recíprocas, cuando alguna de las partes falta al cumplimiento de su
que no concurra algún hecho que haya justificado el prestación, la otra parte puede solicitar el cumplimiento o la resolución del
incumplimiento del deudor como podría ser la falta de contrato y, en uno u otro caso, la indemnización de daños y perjuicios.
cooperación del acreedor o la tolerancia de éste hacia A partir de la fecha de la citación con la demanda de resolución, la parte
el incumplimiento163; y, finalmente, que el acreedor haya demandada queda impedida de cumplir su prestación”.
cumplido la prestación a su cargo o al menos haya 159
Cfr. ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 862.
garantizado su cumplimiento. 160
Artículo 1429 del Código Civil: “En el caso del artículo 1428 la parte que
95. Este Supremo Tribunal, acorde con la normativa se perjudica con el incumplimiento de la otra puede requerirla mediante
sobre la materia, considera que en tanto la resolución por carta por vía notarial para que satisfaga su prestación, dentro de un plazo
incumplimiento puede producirse por vía judicial como no menor de quince días, bajo apercibimiento de que, en caso contrario, el
extrajudicial, a los efectos de desestimar una demanda contrato queda resuelto.
de otorgamiento de escritura pública no se precisa que Si la prestación no se cumple dentro del plazo señalado, el contrato se
se acredite la existencia de un sentencia firme que haya resuelve de pleno derecho, quedando a cargo del deudor la indemnización
declarado resuelto el contrato que se pretende formalizar, de daños y perjuicios”.
sino que es suficiente que se acredite que el acreedor 161
Artículo 1430 del Código Civil: “Puede convenirse expresamente que
(demandado) actuó alguno de los mecanismos específicos el contrato se resuelva cuando una de las partes no cumple determinada
de resolución extrajudicial (la resolución por intimación o prestación a su cargo, establecida con toda precisión.
la resolución por cláusula resolutoria expresa), y que en La resolución se produce de pleno derecho cuando la parte interesada
tal actuación concurrirían los requisitos dispuestos por ley, comunica a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria”.
específicamente, por los artículos 1429 y 1430 del Código 162
ROPPO, Vincenzo. Ob. cit., p. 885.
Civil, respectivamente. 163
Íd., p. 878.
7688 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
artículo 139 de la Constitución Política del Perú: “Son se ha vulnerado su derecho de defensa. Cabe
principios y derechos de la función jurisdiccional: precisar que el hecho de que se haya observado
[...] 3. La observancia del debido proceso y la tutela la necesidad de promover el contradictorio entre
jurisdiccional [...] 14. El principio de no ser privado las partes, sin haber emitido ningún juicio sobre la
del derecho de defensa en ningún estado del configurabilidad o no de la nulidad manifiesta que
proceso [...]”. han apreciado las instancias de mérito, no puede
3. Esto encuentra respaldo, además, en los artículos llevar a considerar que este Supremo Tribunal
171 y 176 del Código Procesal Civil en mérito de coincide con la posición adoptada en tales
los cuales, el Juzgador puede, de oficio, declarar instancias, pues, lo cierto es que al no haberse
cualquier nulidad insubsanable que se haya producido respetado las garantías procesales en cuestión,
durante la tramitación del proceso y reponer el mismo no puede aún emitirse un pronunciamiento sobre
al estado que corresponda. En efecto, el mencionado el fondo de la controversia, lo que se hará, de ser
artículo 171 señala que: “La nulidad se sanciona sólo el caso, en su oportunidad.
por causa establecida en la ley. Sin embargo, puede 6. Sin perjuicio de lo anterior, también es necesario
declararse cuando el acto procesal careciera de los recordar que para que las partes puedan ejercitar
requisitos indispensables para la obtención de su su derecho de defensa es imprescindible que tomen
finalidad”; y, a su turno, el artículo 176, en su párrafo conocimiento de los distintos actos que se suscitan
final, prescribe que: “Los jueces sólo declararán dentro del proceso, debiendo tenerse presente,
de oficio las nulidades insubsanables, mediante sobre el particular, que el artículo 155 del Código
resolución motivada, reponiendo el proceso al estado Procesal Civil señala: “El acto de notificación tiene
que corresponda”. por objeto poner en conocimiento de los interesados
4. Conforme a lo reseñado precedentemente, el contenido de las resoluciones judiciales. Las
en el presente caso tenemos que, por medio resoluciones judiciales sólo producen efectos en
de su escrito de demanda, los demandantes, virtud de notificación hecha con arreglo a lo dispuesto
Jubert Alberto Barrios Carpio y su cónyuge en este Código [...]”.
Liliana Amanda Mejía García, peticionan como 7. De la revisión de los actuados se advierte que se ha
pretensión principal: que los demandados Ángel realizado el emplazamiento de los codemandados
Gabriel Collantes Arimuya y Rosa Estrella Reátegui Ángel Gabriel Collantes Arimuya y Rosa Estrella
Marín, cumplan con otorgar la escritura pública del Reátegui Marín, en la dirección que el primero de los
contrato de compraventa del inmueble ubicado en mencionados señaló en el contrato que se pretende
el PROMUVI II – SIGLO XXI – Manzana “H”, Lote formalizar (fs. 12-13), esto es, en: Av. Elmer Faucett,
10 – Pampa Inalámbrica, del Distrito y Provincia Manzana L – Lote 16, Urbanización Aeropuerto,
de Ilo, celebrado el 26 de agosto del 2008; como Callao, dirección que -cabe mencionarlo- si bien
primera pretensión accesoria: que se ordene se ha consignado en la parte introductoria del
la inscripción de la transferencia a favor de los contrato, no ha sido señalada como domicilio
demandantes en la Partida Nº PO8014826 del negocial (artículo 34 del Código Civil). Sin embargo,
Registro de Propiedad Inmueble de los Registros por escrito de fojas 143, las cédulas de notificación
Públicos de Ilo; y como segunda pretensión dirigidas a dicha dirección y que contenían la
accesoria: que se ordene el pago de costas y sentencia de primera instancia, fueron devueltas
costos del proceso. Demanda que fue declarada por el señor Arnulfo Renán López Coras, señalando
improcedente por la sentencia contenida en la que no conoce a los mencionados codemandados,
resolución número ocho, de fecha treinta de que estos nunca han residido en dicha dirección y
diciembre de dos mil catorce, porque se consideró que ésta le corresponde al domicilio de sus padres:
que el contrato de compraventa que se pretendía Lucinda Coraz Loayza y Arnulfo López Minaya,
formalizar sería un contrato manifiestamente adjuntando a su escrito copia de un recibo de agua
nulo ya que el inmueble materia de venta era un y otro de luz, de marzo y febrero del 2015 (fs. 122
bien social que pertenece a la sociedad conyugal y 123), respectivamente (fechas contemporáneas
conformada por Ángel Gabriel Collantes Arimuya a aquélla en que se practicó la notificación), y en
y Rosa Estrella Reátegui Marín, mientras que el los que, efectivamente, aparece como titular del
referido contrato únicamente aparece suscrito por inmueble ubicado en la referida dirección la señora
la codemandante, Liliana Amanda Mejía García Lucinda Coraz Loayza; asimismo, adjunto las fichas
(como parte compradora) y por el codemandado de inscripción RENIEC de ambos codemandados
Ángel Gabriel Collantes Arimuya (como parte (fs. 120 y 121), figurando como dirección de la
vendedora), mas no por la codemandada Rosa codemandada Rosa Estrella Reátegui Marín: Juan
Estrella Reátegui Marín, situación que, a criterio Pablo II, Mz. N, Lt. 1, Callao (desde el 19.12.03);
del A quo, conlleva a que la celebración del y como dirección del codemandado Ángel Gabriel
contrato que se pretende formalizar haya incurrido Collantes Arimuya: Asentamiento Humano
en las causales de nulidad previstas en los Bocanegra Mz. G-7, Lt. 06, Sector 05, Callao
incisos 1 y 6 del artículo 219 del Código Civil, (desde el 24.09.98).
es decir, falta de manifestación de voluntad (la 8. La codemandada Rosa Estrella Reátegui Marín se
de la cónyuge) e inobservancia de la formalidad apersonó al proceso y no dedujo ninguna posible
solemne (la intervención de ambos cónyuges), nulidad, por lo que, de acuerdo con lo establecido
respectivamente. Esta decisión fue confirmada por en el artículo 176 del Código Procesal Civil, de
la sentencia de vista contenida en la resolución haber existido, aquélla habría quedado convalidada.
número veinte, de fecha dos de octubre de dos mil Sin embargo, no ha sucedido lo propio con el
quince. codemandado Ángel Gabriel Collantes Arimuya quien
5. Como puede verse, y aun cuando no se en ningún momento se ha apersonado al proceso, y
haga referencia explícita al mismo, el Juez no podría entenderse que la convalidación respecto
ha desestimado la demanda sobre la base de la codemanda Rosa Estrella Reátegui Marín
del ejercicio (ciertamente irregular) del poder alcanza también a éste, pues, el artículo 65 del
conferido por el artículo 220 del Código Civil, pues Código adjetivo establece que si la sociedad conyugal
de oficio –los demandados no la alegaron y es es demandada la representación recae sobre todos
más fueron declarados rebeldes- ha apreciado la los que la integran.
nulidad del contrato que se pretendía formalizar. 9. La irregularidad en las notificaciones al
Sin embargo, conforme se ha señalado en los codemandado Ángel Gabriel Collantes Arimuya, se
fundamentos precedentes, al no habérsele hace tanto más manifiesta si tomamos en cuenta
concedido a la parte demandante la posibilidad las siguientes circunstancias: (i) las divergencias
de plantear argumentos y aportar medios que se advierten respecto de las características
probatorios relativos a las causales de nulidad del inmueble en el que se habrían practicado las
por las que finalmente se desestimó la demanda, notificaciones y que aparecen consignadas en los
El Peruano / Miércoles 18 de enero de 2017 JURISPRUDENCIA 7689
cargos de notificación (véase: cargos corrientes a argumentos y aportar medios probatorios relativos
fojas 47 vuelta, 64 vuelta, 71 vuelta, 82 vuelta, 113 a las causales de nulidad por las que finalmente
vuelta y 117 vuelta); (ii) la forma en que se proveyó se desestimó su demanda), como de uno de los
el escrito de devolución de cédulas de notificación codemandados (al no habérsele notificado con
presentado por el señor Arnulfo Renán López arreglo a ley los actos del proceso), más aún
Coras, en donde, además, solicitó que se dejen de si la situación de indefensión de las referidas
practicar notificaciones en su dirección; pues, por partes se ha debido a la negligencia del propio
medio de la resolución número doce, de fecha trece órgano jurisdiccional (que no promovió el
de abril de dos mil quince, corriente a fojas 145, se contradictorio y que no verificó que los actos de
dispuso: “No ha lugar a lo solicitado”, por haber sido notificación hayan sido regulares), siendo deber
presentado el referido escrito por un sujeto que no de este Supremo Tribunal, como de todo órgano
es parte en el proceso; cuando lo que correspondía jurisdiccional, el garantizar el pleno respeto de
era corrérsele traslado a la parte demandante para los principios y garantías procesales, por lo que,
que absuelva lo concerniente a dicha devolución; en forma excepcional, corresponde amparar el
(iii) no obra en autos cargo de notificación dirigida recurso de casación por las causales de infracción
al codemandado Ángel Gabriel Collantes Arimuya, normativa de los incisos 3 y 14 del artículo 139 de
conteniendo la sentencia de vista, de fecha la Constitución Política del Perú, al encontrarse
dos de octubre de dos mil quince, corriente de comprometida la validez del presente proceso
fojas 208 a 211; solo se advierten los cargos de como consecuencia de la vulneración del derecho
notificación del referido acto procesal dirigido a los al debido proceso y, específicamente, del derecho
codemandantes (véase: cargos de fojas 215 y 216) de defensa, tanto de la parte demandante, como de
y a la codemandada Rosa Estrella Reátegui Marín, uno de los codemandados, situación que conlleva a
esta última notificación se practicó en la dirección una nulidad insubsanable, resultando de aplicación
que ella misma señalara al apersonarse al proceso lo dispuesto en los precitados artículos 171 y 176
(véase: cargo de fojas 217). del Código Procesal Civil, careciendo de objeto, por
10. En consecuencia, a fin de no vulnerar el derecho de ahora, emitir pronunciamiento sobre una posible
defensa del codemandado Ángel Gabriel Collantes afectación de las normas de carácter material
Arimuya y evitar posibles nulidades, deberá (artículos 1549 y 1412 del Código Civil). Por tales
emplazársele a éste en la dirección: Asentamiento consideraciones:
Humano Bocanegra Mz. G-7, Lt. 06, Sector 05,
Callao, que es la que figura en su ficha de inscripción VIII. DECISIÓN
RENIEC.
11. Sobre el derecho de defensa el Tribunal PRIMERO.- Declararon FUNDADO el recurso de
Constitucional, en el fundamento 6 de la sentencia casación interpuesto por Liliana Amanda Mejía García,
de fecha treinta de julio de dos mil quince, emitida interpone recurso de casación, de fecha veintisiete de
en el Expediente Número 2738-2014-PHC/TC, ha octubre de dos mil quince, obrante de fojas 222 a 227;
señalado que: “31. La defensa de una persona es en consecuencia, NULA la sentencia de vista de fecha
un elemento también clave de la configuración de la dos de octubre de dos mil quince, obrante de fojas 208
tutela procesal efectiva, puesto que un proceso no a 211; INSUBSISTENTE la sentencia apelada de fecha
puede considerarse como respetuoso de la persona treinta de diciembre de dos mil catorce, obrante de fojas
si no se le permite la posibilidad de presentar sus 83 a 87, y NULO todo lo actuado hasta el emplazamiento
argumentos, estrategia y elementos de respaldo del codemandado Ángel Gabriel Collantes Arimuya;
jurídico necesarios. Así, la defensa también es un ORDENARON que el A quo, reponga la causa al
derecho-regla de la tutela procesal efectiva [...]”. estado que corresponda y proceda conforme a las
Asimismo, en el fundamento 3 de la sentencia de consideraciones precedentes.
fecha diez de enero de dos mil catorce, emitida
en el Expediente Número 748-2012-PA/TC, ha SEGUNDO.- Asimismo, declararon que CONSTITUYEN
sostenido que: “3. El derecho de defensa se PRECEDENTE JUDICIAL VINCULANTE las siguientes
encuentra reconocido en el artículo 139.14 de la reglas:
Constitución, cuyo texto establece ‘[e]l principio de
no ser privado del derecho de defensa en ningún 1. El proceso sumarísimo de otorgamiento de escritura
estado del proceso’. Al respecto, en la STC 5871- pública es un proceso plenario rápido, en tanto no
2005-PA/TC este Tribunal ha sostenido que el presenta limitaciones en torno a las alegaciones
derecho de defensa ‘(...) se proyecta (...) como un que podrían formular las partes o a los medios
principio de contradicción de los actos procesales probatorios que podrían aportar en relación al fondo
que pudieran repercutir en la situación jurídica de la controversia, sin perjuicio de las restricciones
de algunas de las partes de un proceso o de un impuestas por el artículo 559 del Código Procesal
tercero con interés (...). La observancia y respeto Civil.
del derecho de defensa es consustancial a la idea 2. En un proceso de otorgamiento de escritura
de un debido proceso, propio de una democracia pública el Juez puede declarar de oficio, la nulidad
constitucional que tiene en el respeto de la dignidad manifiesta del negocio jurídico que se pretende
humana al primero de sus valores. Por su propia formalizar, pero siempre que, previamente, haya
naturaleza, el derecho de defensa es un derecho promovido el contradictorio entre las partes en
que atraviesa transversalmente a todo el proceso la forma señalada en el fundamento 60. Si el
judicial, cualquiera sea su materia’. La posibilidad Juez considera que el negocio jurídico que se
de su ejercicio presupone, en lo que aquí interesa, pretende formalizar es manifiestamente nulo, lo
que quienes participan en un proceso judicial para declarará así en la parte resolutiva de la sentencia
la determinación de sus derechos y obligaciones y declarará, además, infundada la demanda de
jurídicas tengan conocimiento, previo y oportuno, otorgamiento de escritura pública. Si el Juez
de los diferentes actos procesales que los pudieran considera que el negocio jurídico que se pretende
afectar, a fin de que tengan la oportunidad de ejercer, formalizar no es manifiestamente nulo, expresará
según la etapa procesal de que se trate, los derechos las razones de ello en la parte considerativa de la
procesales que correspondan”. sentencia y en la parte resolutiva únicamente se
12. Cierto es que en el presente caso se ha concedido pronunciará sobre la pretensión de otorgamiento
el recurso de casación por infracción de normas de escritura pública.
de carácter material (artículos 1549 y 1412 del 3. La declaración de oficio de la nulidad manifiesta de
Código Civil), empero, también es cierto que no un negocio jurídico puede producirse en cualquier
se puede soslayar la evidente vulneración del proceso civil de cognición, siempre que la nulidad
derecho de defensa tanto de la parte demandante manifiesta del referido negocio jurídico guarde
(al no habérsele dado la oportunidad de plantear relación directa con la solución de la controversia y
7690 JURISPRUDENCIA Miércoles 18 de enero de 2017 / El Peruano
SUMARIO
1 de 114
X Pleno Casatorio Civil
2 de 114
X Pleno Casatorio Civil
§ 4. Reglas establecidas
4.1. Justificación de las reglas para la prueba de oficio
4.2. Las reglas para el ejercicio de la prueba de oficio
VI. Decisión §
1. Sobre el caso concreto
2. Precedente judicial
3 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Mediante escrito de fecha ocho de marzo de dos mil trece, la parte actora interpone demanda de
reivindicación solicitando que el demandado le reivindique o restituya el inmueble ubicado en la mz. D E,
lotes 11, 12, 27 y 28 del sector Valle Quebrada Canto Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y Canto
Grande (ex Jicamarca), distrito de San Juan de Lurigancho, antes denominado mz. C O-lote 06, sector el
Valle del anexo 22 de la Comunidad Campesina de Jicamarca, con un área de 2500 m2.
Fundamenta su pretensión, afirmando que es propietaria del terreno sub litis, mediante escritura
pública de compra y venta de rectificación, aclaración e independización de fecha dieciocho de mayo
de dos mil seis, mediante la cual sus inmediatos transferentes: Jorge Velazco Murillo, Dora Flores Ríos,
Carlos Gora Oscategui y Custodia Ortiz de Velazco, le transfieren el inmueble de 2500 m2, constituidos por
los lotes 11, 12, 27 y 28 de la mz. D E, Valle Quebrada Canto Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y
Canto Grande, distrito de San Juan de Lurigancho, derivada de la partida 11439305, del Registro de
Propiedad Inmueble de Lima, equivalente al 0.08962 %, parte de un área de mayor extensión de
278.95 ha.
El demandado viene ocupando el bien materia de litis y hasta ha construido en la parte delantera del
mismo.
En el escrito de subsanación3 manifiesta la actora que el predio sub litis aún no se encuentra
subdividido, ni independizado, por cuanto en dicha zona aún se encuentra pendiente de aprobarse la
zonificación de los usos del suelo, y consecuentemente la habilitación urbana, conforme a la Ordenanza n.o
1081 del siete de octubre de dos mil siete y Modificatoria n.o 1552 del cinco de septiembre de dos mil once
emitidas por la Municipalidad de Lima.
1 Página 623.
2 Página 608.
3 Página 68.
4 Página 184.
4 de 114
X Pleno Casatorio Civil
ubicado en la mz. C O-lote 06, sector el Valle del anexo 22 de la Comunidad Campesina de Jicamarca,
con un área de 2500 m2, no existe documentación alguna de que ambas ubicaciones pertenezcan a un
mismo bien físico.
Indica que es falso que la demandante haya adquirido el bien inmueble que por derecho le
pertenece y que lo haya adquirido el dieciocho de mayo de dos mil seis, en razón de que la demandante
realizó con sus otorgantes, Jorge Velasco Murillo y otros, anteriormente otro acto jurídico de compraventa
sobre el mismo bien inmueble, de fecha veinte de agosto de dos mil dos, en su condición de dirigente de la
Junta de Propietarios Valle Hermoso, secretaria de Organización Prensa y Propaganda y la Junta de
Propietarios Valle Hermoso, a sabiendas de que la Junta de Propietarios Valle Hermoso no tiene propiedad
alguna.
También precisa que es cierto que el terreno no se encuentra ni subdividido ni independizado, como
lo precisa la propia demandante en su fundamento de hecho número cuatro, así como en el proceso de
desalojo, recaído en el Expediente n.o 111-2010, se señaló en el séptimo considerando de la sentencia: «que
no describe con exactitud los límites y medidas perimétricas y también es fácil realizar modificaciones
posteriores, lo que no se indica con exactitud si el inmueble reclamado es el lote 11, 12, 27 y 28 como lo ha
manifestado el demandante». Además, la demandante, valiéndose de su poder económico, lo denunció por
usurpación y desalojo, y en ambos casos el órgano jurisdiccional no le ha dado la razón por faltar a la verdad,
pues es cierto que el terreno no se encuentra subdividido ni independizado.
El emplazado refiere que con fecha veintitrés de septiembre de mil novecientos noventa y seis
solicita la adjudicación del lote de terreno que posee, ante la Junta Directiva de Jicamarca anexo 22, solicitud
que es admitida el veinticinco de septiembre de mil novecientos noventa y seis, a mérito de los pagos que
realiza por el lote de terreno que posee.
Mediante Resolución número once del veintiocho de enero de dos mil catorce, se procede a fijar los puntos
controvertidos, siendo el siguiente:
Determinar si procede amparar la demanda de reivindicación de propiedad a fin de que el
demandado cumpla con restituir la propiedad ubicada en la mz. D E lotes 11, 12, 27 y 28 del Sector Valle
Quebrada Canto Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y Canto Grande (ex Jicamarca), distrito de San
5 Página 289.
5 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Juan de Lurigancho, antes denominado mz. C O-lote 06, sector el Valle del Anexo 22 de la Comunidad
Campesina de Jicamarca, que el demandado viene ocupando.
Sentencia de vista:
Por sentencia de vista del siete de noviembre de dos mil dieciséis, el Ad quem resuelve revocar la sentencia
y reformándola declara improcedente la misma, señalando en el decimoséptimo considerando de la sentencia
impugnada que de los planos perimétricos y de ubicación, así como de la resolución subgerencial de la
Municipalidad de San Juan de Lurigancho con los cuales pretende que se reconozca la identidad del predio
que tiene dos direcciones; sin embargo, evaluados tales documentos no se advierte que acrediten que
ambas direcciones se traten de un mismo predio, ello en tanto que no se sustenta con pruebas adicionales,
como una pericia técnica, que, evaluando los antecedentes registrales, haya podido establecer la indicada
identidad. Y en el vigésimo considerando de la impugnada precisa el Ad quem que en el proceso no se ha
acreditado uno de los elementos que se requieren para la reivindicación (identificación concreta del bien
ocupado por el demandado), lo que correspondería efectuar en el presente proceso a efectos de solicitar la
reivindicación del bien. Ello deberá efectuarse previamente a fin de interponer una demanda como la
presente, por lo que el caso de autos se advierte una causal de improcedencia por falta de interés para obrar.
6 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Por escrito del veintitrés de enero de dos mil diecisiete6, la parte demandante interpone recurso de casación,
el cual es declarado procedente por esta Suprema Sala mediante resolución de fecha catorce de junio de dos
mil diecisiete7, por las causales:
i. Infracción normativa del artículo 139, incisos 3 y 5 de la Constitución Política del Estado,
alega que en el presente caso el demandado en su escrito de contestación de la demanda, en su fundamento
fáctico reconoce la existencia del predio materia de litis e incluso argumenta que el «[...] bien inmueble le
pertenece por haberlo adquirido el dieciocho de mayo de dos mil seis [...]», hechos que han sido recogidos
en la sentencia de primera instancia -véase el décimo considerando, de lo que se verifica la existencia
definida del inmueble materia de litis, por reconocimiento de la existencia física del bien, con la descripción
física del mismo (fundamento del punto 20 de la contestación de la demanda)-. Con el agregado que alega
tener derecho de propiedad sobre el mismo bien, y que siendo así, la articulación vertida en el considerando
decimoquinto y considerando vigésimo de la sentencia de vista tiene visos de encontrarse estructurado sobre
la base de una deficiente motivación externa, vulnerando así el inciso 5 del artículo 139 de la Constitución del
Estado. Añade que el derecho al debido proceso constituye un conjunto de garantías de las cuales goza el
justiciable, que incluyen la tutela procesal efectiva, la observancia de los principios y reglas básicas, y de la
competencia predetermina por la ley, así como la pluralidad de instancias, la motivación y la logicidad y
razonabilidad de las resoluciones. Que, si bien es cierto que aparentemente se haya motivado la decisión
esta, es incongruente a la naturaleza del proceso en clara transgresión de la normatividad vigente y de los
estadios superlativos del procedimiento.
ii. Infracción normativa material de los artículos 949 y 2022 del Código Civil, señala que al
solicitarse los antecedentes registrales para demostrar el tracto sucesivo, es contraria a los considerandos
expuestos en el decimotercero, decimonoveno y principalmente a lo dispuesto por el artículo 949 del Código
Civil que establece:
que no es obligatoria la inscripción en el Registro de Propiedad Inmueble y cuando se efectúe la inscripción esta no tiene
carácter constitutiva sino meramente declarativa del derecho que existe extra registro. Claro está que tratándose de
predios inscritos se hace necesario que el adquiriente inscriba su titularidad, pues de no hacerlo el anterior titular que aún
tiene derecho inscrito podría realizar actos de disposición y si el nuevo adquiriente inscribe su derecho el primer
adquiriente no podrá oponer su derecho conforme a la regla prevista por el artículo 2022 del Código Civil.
6 Página 623.
7 Página 44 del cuaderno de casación.
7 de 114
X Pleno Casatorio Civil
iii. Infracción normativa del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, indica
que el demandado controvierte la demanda argumentando tener derecho a la propiedad; siendo ello así se
manifiesta la existencia de un concurso de derechos reales, que fuera advertido por la Sala Superior en vía
de apelación de sentencia. En el Colegiado Civil lejos de analizar y compulsar los títulos para establecer y
decidir en el mismo proceso cuál de ellos prevalece, el juez emite una sentencia inhibitoria, pues «el juez
pudo resolver la controversia de fondo, fundándose en hechos que han sido alegados por las partes»; en
consecuencia, en el caso concreto tanto la primera y segunda instancia omitieron analizar el mejor derecho
de propiedad.
iv. Infracción normativa del artículo 194 del Código Procesal Civil, refiere que las instancias de
mérito han sostenido que la existencia de las denominaciones del predio no les ha generado certeza ni
convicción respecto a la identificación del predio a efectos de determinar el área materia de reivindicación,
por lo que era de vital importancia que el juez, siendo director del proceso, debió hacer uso de la facultad
discrecional conferida en la norma legal glosada, pudiendo disponer la realización de inspección judicial y el
peritaje correspondiente con la finalidad de establecer la verdad jurídica objetiva, la cual debió sustentar de
una sentencia justa y no inhibitoria, la misma que concuerda como una causal de omisión contraria al inciso 3
del artículo 139 de la Constitución Política del Estado, que determina la nulidad insubsanable a tenor de lo
previsto del artículo 171 del Código Procesal Civil.
v. Infracción normativa del artículo 197 del Código Procesal Civil, sostiene que es obligación del
juez valorar en forma conjunta y razonada todos los medios de prueba, dado que las pruebas en el proceso
sean cual fuera su naturaleza están mezcladas formando una secuencia integral, por lo que es
responsabilidad del juez reconstruir sobre la base de los medios probatorios. Por lo tanto, ninguna prueba
deberá ser tomada en forma aislada, tampoco en forma exclusiva sino en su conjunto, toda vez que solo
teniendo una visión integral de los medios probatorios se pueden sacar conclusiones en busca de la verdad,
que es el fin del proceso. En el caso que nos ocupa, como es de advertirse en la sentencia de vista,
considerando decimoquinto y considerando decimosegundo de la sentencia de primera instancia, ha sido
rechazado el medio probatorio (documento privado) por no encontrarse visado por la autoridad competente:
más aún cuando el demandado nunca cuestionó su valor probatorio.
No es usual en este tipo de tareas en las que se encuentra involucrada la Corte Suprema de la República,
dictar precedentes judiciales8, y que la convocatoria a un Pleno Casatorio Civil se haga con una resolución
8 Es evidente que una Corte Suprema (como vértice del aparato judicial), en cierto sentido llegó a ser un órgano revisor. Al detentar
esta competencia de revisión, no se entienda que dicha competencia le habilitaba a fungir como una tercera instancia revisora.
No obstante, más que una función de mera revisión, las cortes supremas o de casación deben tender al establecimiento de
interpretaciones-producto uniformes, relativamente estables en el tiempo, pacificando las diversas interpretaciones dadas a las
leyes y disposiciones normativas en general. Es decir, tienen la función de, a través de los precedentes vinculantes, atribuir
8 de 114
X Pleno Casatorio Civil
amplia y justificatoria de la necesidad de dictarlo. Es por esa razón que, en este caso, dado el contenido de
esta resolución y su vital importancia, merece ser incorporada en el texto de la presente decisión, que
contiene, en esencia, las razones que motivaron la emisión del X Pleno Casatorio Civil sobre prueba de
oficio.
No puede dejar de mencionarse que el objetivo del presente pleno no solo es establecer reglas
jurídicas que deben seguir los jueces en esta materia, sino también brindar un desarrollo teórico adecuado,
serio y amplio respecto de los problemas que la dogmática actual ha desarrollado sobre este tópico, sobre
todo fijando una posición determinada que avala la potestad excepcional que tiene el juez de ejercer el poder
probatorio establecido en el artículo 194 del Código Procesal Civil.
El tema es polémico y por esa razón no queda duda que una vez que este Pleno Casatorio salga a
la luz, estamos seguros de que traerá un conjunto de comentarios negativos y positivos. Pero afrontamos esa
responsabilidad porque entendemos que aun con las críticas que vengan, este Pleno mejorará en algo el
sistema de impartición de justicia. Los términos de la resolución que convoca el X Pleno Casatorio Civil
fueron los siguientes:
Primero. Que, conforme lo establece el artículo 384 del Código Procesal Civil, el recurso de casación tiene
por fines la adecuada aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia
nacional por la Corte Suprema de Justicia de la República, acorde con la doctrina clásica. De ese modo,
nuestro ordenamiento procesal reconoce expresamente como fines o funciones principales de dicho recurso
a la nomofiláctica, aunada a la función uniformadora de la jurisprudencia; pues no solo es necesario controlar
la correcta interpretación y aplicación de la norma jurídica al caso concreto, sino que debe salvaguardarse el
interés general, otorgando certidumbre e igualdad en la aplicación o interpretación del derecho, con miras a
su unidad y racionalidad. Ambas funciones tienen el mismo fundamento, esto es, el de propender a la
seguridad jurídica a través de la simplificación de los diversos criterios de interpretación realizados por los
órganos jurisdiccionales. Asimismo, contemporáneamente se acepta, además, que el recurso de casación
persigue también una finalidad dikelógica, que no es otra que la de alcanzar justicia en el caso concreto.
Segundo. Esta Sala Suprema de Justicia de la República, consciente de su posición de vértice supremo de
la justicia ordinaria, razón por la cual resulta la última y principal responsable del control de la plena vigencia
de un Estado constitucional de derecho en esta área aludida, Estado de derecho que rige el comportamiento
sentido al derecho para guiar la conducta social y preservar la seguridad jurídica e igualdad (DELGADO SUÁREZ, Christian. «Sobre
los modelos de Corte Supremas y la revocación de precedentes». Revista Iberoamericana de Derecho Procesal, vol. 3 año 2,
Jan-Jun 2016, p. 15-39).
9 de 114
X Pleno Casatorio Civil
de sus autoridades, estando sometidos estos a la Constitución y a la ley, en la que se reconoce al ciudadano
que toda acción social y estatal se desarrolle con pleno sustento en la Carta Fundamental y las leyes que la
desarrollen, lo que permite el absoluto respeto por el ser humano y garantiza que sus derechos tengan plena
vigencia. De ahí la importancia del recurso de casación como mecanismo de control de la aplicación del
derecho en los casos que resuelva el Poder Judicial en sede casatoria.
Tercero. Esta Sala Suprema ha establecido con precisión que las funciones inherentes a su rol casatorio no
son únicamente las anteriormente aludidas, serán las que trascienden más en la normatividad, lo que no
implica dejar de tener presente que además del rol de controlar la correcta observancia de la norma jurídica,
también su función es controlar el correcto razonamiento jurídico fáctico, realizados por los órganos
jurisdiccionales al momento de dictar sus resoluciones que ponen fin a la instancia, lo cual implica un control
de logicidad, con el fin de realizar el control de la aplicación de la justicia en el caso concreto. Cumple
también una finalidad política, en el sentido de que es prioritario para la eficacia del ordenamiento jurídico
procurar la aplicación correcta de las reglas y principios jurídicos durante el desarrollo de las funciones a
cargo de los órganos jurisdiccionales. La función didáctica, que permite a los jueces supremos impartir líneas
directrices a los demás jueces de la República, respecto de cuál debe ser la correcta interpretación y
aplicación de una norma jurídica al caso concreto planteado. El control del cumplimiento de los fines de la
actividad probatoria, esto es, controlar el cuidado que han brindado las instancias de mérito de las reglas y
principios jurídicos en materia probatoria, pues es lo que en esencia va a garantizar a las partes y a la
sociedad disfrutar de una auténtica justicia.
Cuarto. Que, con el fin de coadyuvar al cumplimiento de los fines nomofilácticos y uniformadores y demás
anotados, nuestra norma procesal ha dotado a la sede casatoria de una herramienta que permite establecer
líneas jurisprudenciales predecibles para el correcto desarrollo de la función de control, permitiendo la
solución de causas similares con seguridad y predictibilidad. Así tenemos que el artículo 400 del Código
Procesal Civil, modificado por la Ley n.o 29364, establece que la Sala Suprema Civil puede convocar al pleno
de los magistrados supremos civiles a efectos de emitir sentencia que constituya precedente judicial, decisión
que se adoptará en mayoría absoluta de los asistentes al Pleno Casatorio y vinculará a los órganos
jurisdiccionales de la República, hasta que sea modificada por otro precedente.
Quinto. Que, entre los diversos expedientes que vienen elevándose en casación ante este Supremo
Tribunal, se ha advertido que, de forma continua y reiterada, los diversos órganos jurisdiccionales del país,
que actúan como instancia de mérito, en los procesos que versan sobre reivindicación, vienen actuando
deficientemente en materia de calificación, recopilación y valoración de los elementos probatorios, lo que no
les permite resolver el conflicto de intereses en forma justa, incurriendo en criterios distintos y hasta
contradictorios, aspecto sobre el cual resulta necesario realizar el control casatorio.
10 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Sexto. Que el presente caso se trata de un proceso de reivindicación, en el que entre los temas materia de
casación a dilucidar tenemos la infracción normativa del artículo 194 del Código Procesal Civil, aludiendo el
recurrente que las instancias de mérito han sostenido que las denominaciones del predio no les habían
generado certeza respecto a la identificación del predio a fin de determinar el bien materia de reivindicación,
habiendo omitido el juez, siendo el director del proceso, hacer uso de la facultad discrecional conferida en la
norma legal glosada. Además, la infracción del artículo 197 del Código Procesal Civil, esto es, la obligación
del juez de valorar en forma conjunta y razonada todos los medios de prueba, dado que las pruebas en el
proceso, sea cual fuere su naturaleza, están mezcladas, formando una secuencia integral, por lo que es
responsabilidad del juez reconstruir los hechos tomando como base las pruebas aportadas por las partes y
actuadas en el proceso; por lo tanto, ninguna prueba puede ser tomada en forma aislada, tampoco en forma
exclusiva, sino en conjunto, toda vez que solo teniendo una visión integral de los medios probatorios se
puede sacar conclusiones en busca de la verdad, que es el fin del proceso. Habiéndose, en este caso
concreto, rechazado el medio probatorio (documento privado) por no encontrarse visado por la autoridad
competente: más aun cuando el demandado nunca cuestionó su valor probatorio, resulta necesario
establecer pautas interpretativas con efectos vinculantes para las decisiones que en el futuro adopten los
órganos jurisdiccionales del país sobre el mismo tema.
Debe dejarse expresa constancia, de que no obstante que el presente caso de reivindicación sirve
de motivo para dictar un precedente judicial, las reglas que se dicten respecto a la prueba de oficio no
quedarán restringidas a los procesos en los que se tramitan este tipo de pretensiones, sino, por el contrario,
las reglas jurídicas que se emitan respecto de la aplicación del artículo 194 del Código Procesal Civil, serán
de utilidad para cualquier tipo de procesos en los que el juez puede ejercer estos poderes.
Séptimo. Que el artículo 194 del Código Procesal Civil, que regula la llamada iniciativa probatoria del juez o
prueba de oficio, no ha sido de pacífica interpretación y aplicación por parte de los diversos órganos
jurisdiccionales del país, incluyendo a nuestra Corte Suprema de Justicia de la República, lo que ha motivado
incluso su relativamente reciente modificación mediante la Ley n.o 30293, publicada en el Diario Oficial El
Peruano, del 28 de diciembre de 2014. Igualmente, guarda relación con la regulación del ofrecimiento de
medios probatorios con el recurso de apelación (artículo 374 del Código Procesal Civil); así como con la
posibilidad de presentación de medios probatorios extemporáneos (artículo 429 del Código Procesal Civil);
del mismo modo, en cuanto a la prueba de oficio en segunda instancia o ante el juez de grado (artículo 194
del Código Procesal Civil), obviamente con las particularidades en los diversos tipos de proceso, llámese de
conocimiento, abreviado; de ejecución, etc. Es también importante destacar que el artículo III del Título
Preliminar del Código Procesal Civil establece que la finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto
de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos
sustanciales y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia.
11 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Octavo. Esta situación ha motivado interés permanente en el campo académico nacional, habiéndose
publicado textos sobre la materia9, siendo también un tema relevante en la legislación, doctrina y
jurisprudencia comparada; todo lo cual abunda en favor de justificar que las Salas Civiles de nuestra Corte
Suprema establezcan doctrina jurisprudencial de carácter vinculante sobre tan relevante materia.
La misma problemática ha sido abordada, por ejemplo, en el Pleno Jurisdiccional del Distrito Judicial
de Ica, publicado el 24 de junio de 2016 (Código Civil, Código Procesal Civil. Jurista Editores, p. 491), mayo
2017).
Noveno. Es oportuno recordar que al amparo del texto original del artículo 400 del Código Procesal Civil,
aprobado por el Decreto Legislativo n.o 768, de fecha cuatro de marzo de mil novecientos noventa y dos, se
promulgó el Código Procesal Civil y que mediante el Decreto Ley n.o 25940, de fecha 10 de diciembre del
mismo año, fue modificado, habiéndose dispuesto en el artículo 8 de este decreto ley que por resolución
ministerial del sector Justicia se autorice y disponga la publicación del Texto Único Ordenado del Código
Procesal Civil, el mismo que fue aprobado por Resolución Ministerial n.o 010-93-JUS, de fecha 23 de abril de
1993, entrando en vigencia el 28 de julio de 1993. Atendiendo a dicho dispositivo, precisamente recién se
convocó al Primer Pleno Jurisdiccional el año 2007 (Pleno Casatorio Civil n.o 1465-2007-Cajamarca) sobre la
Validez de la Transacción Extrajudicial, publicado en el Diario Oficial El Peruano del 22 de enero de 2008, y
el Segundo Pleno Jurisdiccional el año 2008 (Pleno Casatorio Civil n.o 2229-2008-Lambayeque) sobre
Prescripción Adquisitiva de Dominio, publicado el 22 de agosto de 2009; hasta aquí con participación de
todos los magistrados titulares de la Corte Suprema.
Luego de promulgada la Ley n.o 29364, del 28 de mayo de 2009, que modificó el artículo 400 del
Código Procesal Civil, se llevaron a cabo los siguientes plenos casatorios: Tercer Pleno Casatorio (Cas. n.o
4664-2010-Puno) sobre Divorcio por Causal de Separación de Hecho, publicado el 13 de mayo de 2011; el IV
Pleno Casatorio (Cas. n.o 2195-2011-Ucayali), sobre Desalojo por Ocupación Precaria, publicado el 14 de
agosto de 2013; el V Pleno Casatorio (Cas. n.o 3189-2012-Lima Norte) sobre Impugnación de Acuerdo,
publicado el 9 de agosto de 2014; el VI Pleno Casatorio (Cas. n.o 2402-2012-Lambayeque), sobre el Proceso
de Ejecución de Garantías, publicado el 2 de noviembre de 2014; el VII Pleno Casatorio (Cas. n.o 3671-2014-
Lima), sobre Tercería de Propiedad, publicado el 7 de diciembre de 2015; el VIII Pleno Casatorio (Cas. n.o
3006-2015-Junín), sobre Nulidad de Acto Jurídico, llevado a cabo el 22 de diciembre de 2015, pendiente de
publicación; y finalmente el IX Pleno Casatorio (Cas. n.o 4442-2015-Moquegua), sobre Otorgamiento de
Escritura Pública, publicado el 18 de enero de 2017. Todos estos plenos abordaron temas de derecho
9 MARTEL CHANG, Rolando Alfonzo. Pruebas de oficio en el Proceso Civil. Primera edición. Instituto Pacífico S.A.C. Lima, 2015.
GONZALES ÁLVAREZ, Roberto. Constitucionalismo y Proceso. Tendencias Contemporáneas. Primera edición. Lima: ARA Editores,
2014.
FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba. Madrid: Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales, 2007.
PICÓ I JUNOY, Joan. El juez y la prueba Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana 2011, Grupo Editorial Ibañez, 2011.
ALFARO VALVERDE, Luis. La iniciativa probatoria del juez. Lima: Editora y Librería Jurídica Grijley.1 a edición, Mmayo de 2017.
SENTÍS MELENDO, Santiago. La prueba. Los grandes temas del derecho probatorio. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-
América, 1979.
LEDESMA NARVAEZ, Marienella. La prueba en el proceso civil. Lima: Gaceta Jurídica. 1° Edición, agosto de 2017.
12 de 114
X Pleno Casatorio Civil
material y procesal relevantes, que son de gran utilidad en el ejercicio de la función jurisdiccional, y que son
utilizados también por los señores abogados en el ejercicio de la defensa. Con estos se contribuye a plasmar
los principios de seguridad jurídica, predictibilidad o predecibilidad y de igualdad, en aras de decisiones más
justas, teniendo como beneficiario final al usuario del sistema o del servicio de justicia, que es la ciudadanía
en general y el justiciable en particular.
En las respectivas audiencias públicas de estos plenos, se ha incluido como una buena práctica la
invitación a académicos y juristas de nota, especialistas en las respectivas materias, en su calidad de amicus
curiae, cuyo aporte, aunado al de los señores abogados que informan en la causa, ha resultado y resulta
valioso, contribuyendo a la legitimidad de la Corte Suprema y del Poder Judicial en su conjunto.
Décimo. Entre las sentencias o ejecutorias supremas de las Salas Civiles e inclusive de la Sala de Derecho
Constitucional y Social Permanente, que han abordado este tema de la prueba de oficio, podemos citar: Cas.
n.o 1203-2002-Lima, Cas. n.o 1121-2004-Chincha, Cas. n.o 4445-2011-Arequipa, Cas. n.o 2992-2007-Callao.
Igualmente, y solo en este Año Judicial 2017, este instituto procesal tantas veces mencionado ha sido objeto
de aplicación por parte de los órganos jurisdiccionales de mérito en varios procesos llegados en casación a
esta Sala Civil Permanente, entre los que pueden citarse: Cas. n.o 4684-2016-Huancavelica, Cas. n.o 2766-
2016-San Martín, Cas. n.o 1754-2017-Cajamarca, Cas. n.o 1829-2017-Cañete, Cas. n.o 4116-2017-Lima, Cas.
n.o 376-2017-Lima Norte, Cas. n.o 3414-2017-Lima Este, Cas. n.o 3722-2017, Cas. n.o 3124-2017, Cas. n.o
2754-2017, Cas. n.o 3120-2017, Cas. n.o 4445-2017, Cas. n.o 2992-2017, Cas. n.o 1450-2017.
Undécimo. Que el recurso de casación interpuesto en este proceso fue declarado procedente, en los
términos contenidos en el auto de fecha catorce de junio de dos mil diecisiete, obrante a fojas cuarenta y
cuatro de este cuadernillo. Por lo tanto, resulta imperioso convocar a un Pleno Casatorio de las Salas Civiles
de la Corte Suprema de Justicia de la República, de conformidad con lo preceptuado en el artículo 400 del
Código Procesal Civil; en concordancia con lo establecido en el artículo 141 de la Constitución Política del
Estado, y el artículo 32, inciso a, del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Estando a
lo expuesto y en atención a la trascendencia e importancia de los plenos casatorios, se resuelve:
CONVOCAR a los integrantes de las Salas Civiles Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
de la República para el Pleno Casatorio que se realizará el día jueves TRECE de SEPTIEMBRE a horas
diez de la mañana (10 a. m.), en la Sala de Juramentos, ubicada en el segundo piso del Palacio Nacional de
Justicia, ingreso principal sito en av. Paseo de la República s/n, Lima. En consecuencia: FIJARON el mismo
día y hora para la vista de la causa en audiencia pública para resolverse sobre el fondo de la casación, de
conformidad con lo dispuesto en el último párrafo del artículo 391 del Código Procesal Civil y el tercer párrafo
del artículo 400 del mismo cuerpo normativo; DISPUSIERON la notificación a las partes con la presente
resolución; ORDENARON que se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano,
notificándose. Srs. Távara Córdova, Hurtado Reyes, Huamaní Llamas, Lizarraga, Calderón Puertas.
13 de 114
X Pleno Casatorio Civil
La fecha del X Pleno Casatorio Civil fue reprogramada y se llevó a cabo el día 18 de octubre de
2018 a las 10 a. m.
Como se sabe, en el proceso judicial confluyen principios y reglas procesales sobre las que se fundamentan
las diversas técnicas, categorías e instituciones procesales reguladas en el ordenamiento jurídico. Uno de los
lugares comunes en donde se puede observar —con mayor nitidez— su fuerte incidencia es en la prueba, es
decir, detrás de las disposiciones o textos normativos de tipo probatorio están una serie de principios que
orientan su adecuado desarrollo. Esta primera sección tiene como propósito analizar los principios procesales
que tienen influencia determinante en el análisis y el ejercicio de la actividad probatoria en el proceso10; dicho
de otra manera, aquellos que están involucrados con la formación del material fáctico11. Aunque en este
punto la literatura jurídica procesal es abundante y hay distintas posiciones teóricas, se ha preferido
considerar las más relevantes, a saber, los principios procesales: dispositivo y contradictorio; y las reglas
técnicas: preclusión, inmediación y adquisición. Sobre todo, se analizarán aquellos que están estrechamente
relacionados y permitan comprender mejor la problemática de los poderes probatorios ex officio que son
materia de examen en esta oportunidad.
Conforme con este principio (considerado como uno jurídico-técnico12), los actos procesales en general son
realizados por las partes procesales en el ejercicio de su autonomía de la libertad. Son los justiciables al
considerarse afectados de sus derechos materiales quienes deciden o no ejercer su derecho de acción
planteando una demanda y dar inicio al proceso judicial13. Según este razonamiento, De la Oliva Santos
sostiene que este principio:
10 Conviene precisar que en la filosofía del derecho se distingue principios y reglas jurídicas. Las primeras son las que ordenan que
algo sea realizado en la mayor medida posible, dentro de las posibilidades jurídicas y reales existentes. (ALEXY, Robert. Teoría de
los derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1993, p. 86) y las segundas, mandatos de realización.
Distinción teórica que todavía no parece estar asentada en la literatura procesal peruana, en la que existen diversas tipologías de
principios procesales y donde se confunde principio y reglas (v.gr.: Monroy, Juan. Teoría general del proceso. Tercera edición.
Lima: Communitas, 2009, pp, 207 y ss.; IDROGO, Teófilo. El proceso de conocimiento. Trujillo: Universidad Privada Antenor
Orrego, 2013, pp. 102 y ss.). No obstante, considerando las diferencias mencionadas, para los efectos de la presente decisión se
distinguen como principios procesales: dispositivo y contradictorio; y como reglas técnicas: preclusión, pertinencia e inmediación.
11 En efecto, para algunos autores los principios procesales pueden ser clasificados como: a) principios inherentes a la estructura
del proceso; b) principios relativos a la acción y al derecho subjetivo material subyacente; c) principios referentes a la formación
del material fáctico y d) principios relativos a la valoración de la prueba (GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Civil. Tomo I.
Cuarta edición. Madrid: Colex, 2012, pp. 37 y ss).
12 Sobre el particular se sostiene que los llamados principios jurídicos-técnicos no configuran siempre los procesos, sino que
inspiran, unos, ciertas construcciones procesales (DE LA OLIVA SANTOS, Andrés. Curso de derecho procesal civil. Tomo I. Madrid:
Editorial Universitaria Ramón Areces, 2012, p. 196).
13 Son manifestaciones del principio dispositivo, que el proceso no empiece por iniciativa del órgano jurisdiccional sino solo por
instancia de parte; es decir, el juez no procede de oficio (ne procedat iudex ex officio) y que el juez no iniciará el proceso sino a
pedido del accionante (nemo iudex sine actore). Manifestaciones que en el ordenamiento procesal civil se encuentran previstas
en el artículo IV del Código Procesal Civil (en adelante CPC), cuando se menciona: «El proceso se promueve solo a iniciativa de
parte, la que invocará interés y legitimidad para obrar […]».
14 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Además, se sabe que este principio procesal se sustenta atendiendo al brocardo iudex iuxta alligata et
provata iudicare debet15, que da cuenta de dos sentidos o concepciones del principio dispositivo, bastante
aceptados por la doctrina procesal contemporánea.
15 de 114
X Pleno Casatorio Civil
que la mayoría de ordenamientos jurídicos procesales reconozcan a la par el principio dispositivo y las
pruebas de oficio.
Por el principio del contradictorio (también denominado como principio de audiencia) las partes procesales
tienen el derecho de participar activamente en los actos durante el procedimiento judicial y en la toma de
decisión por el juzgador. Es por ello que la dinámica del proceso (entendida como un conjunto de actos
concatenados y preestablecidos destinados a la determinación del caso) se articula a través del
contradictorio. La importancia en el proceso —al menos como regla general— es tan determinante que su
omisión puede derivar en su nulidad. En este sentido, Calamandrei afirmaba que se trata de un principio
fundamental del proceso, su fuerza motriz, su garantía suprema18. También, Proto Pisani considera que es un
principio fundamental del proceso civil y que se encuentra en expansión también en el procedimiento
administrativo y, a través de las cláusulas generales de la corrección y de la buena fe, en la actividad
privada19. Por su parte, Fazzalari propone una lectura distinta del contradictorio fundada sobre la distinción
entre proceso 20 y procedimiento. Bajo esta óptica el proceso sería una especie del procedimiento, que
vendría a ser el género21.
De la evolución histórica del concepto del contradictorio, fundada sobre la base del brocardo
audiatur et alter pars se puede extraer al menos dos sentidos o concepciones bastante difundidas en la
literatura procesal. El primero habla de un sentido débil, que se presenta como necesario para la constitución
del proceso mismo. Es un sentido lógico-formal de la participación de los destinatarios de la decisión final,
centrado únicamente en la fase inicial del proceso, sin consideración del juez como partícipe de este
principio. Al respecto, Proto Pisani considera que, en la doctrina clásica formada en los primeros años del
siglo pasado, el contenido necesario y suficiente del principio del contradictorio consistiría en poner a la
contraparte en la posibilidad de contradecir, con el propósito de asegurar la igualdad de las partes en el
proceso y para aprovechar la libre contradicción, el libre choque entre las partes para poner al juez en las
mejores condiciones posible para decidir22.
El sentido efectivo o fuerte23 del contradictorio está relacionado con la idea de que toda decisión
judicial debe suponer la participación activa y previa de las partes. Su vigencia no solo se circunscribe a la
etapa postulatoria del proceso, sino en todas las fases del proceso. Conforme con esta concepción, el
18 CALAMANDREI, Piero. Proceso y Democracia. Traducción de Héctor Fix-Zamudio, Lima: ARA Editores, 2006, p. 136.
19 PROTO PISANI, Andrea. Lecciones de derecho procesal civil. Traducido por Mayté Pamela Chumberiza Tupac-Yupanqui. Lima:
Palestra, 2018, p. 203.
20 FAZZALARI, Elio. Voz «Procedimento e processo (teoria generale)». En: Enciclopedia del Diritto vol. XXXV, Milano: Giuffrè Editore,
1986, pp. 819-835.
21 FAZZALARi, Elio. Istituzioni di diritto processuale. Padova: Cedam, 1996, p. 82.
22 PROTO PISANI, Andrea, op. cit., pp. 203-204.
23 Cfr. PICARDI, Nicola. «‘Audiatur et altera pars’. Le matrici storico-culturali del contraddittorio». En: Rivista Trimestrale di Diritto e
Procedura Civile. Milano: Giuffré, , 2003, n.° 1, pp. 10 y ss.; del mismo autor: «Il principio del contraddittorio». En Rivista di Diritto
Processuale, año LIII, n.° 3, , pp. 674- y ss.
16 de 114
X Pleno Casatorio Civil
contradictorio es un derecho de las partes, sin que su vinculación se extienda a los jueces permitiendo un
compromiso de propiciar y conducir el debate de manera previa a su decisión. Rechazando con esto la
posibilidad de decisiones sorpresas o de terza vía24. En la doctrina nacional se sostiene que «se ve que el
contradictorio no solamente constituye un medio de lucha entre las partes, sino tanto más un instrumento
operativo para el juez y, por consiguiente, un momento fundamental del juicio. Desde esta óptica, el
contradictorio deviene el eje de la búsqueda dialéctica, conducida por el juez con la colaboración de las
partes25.
Este sentido (fuerte) del contradictorio tiene implicancia directa en todos los actos procesales del
juez de los hechos, como lo son aquellos vinculados con la actividad probatoria y más todavía con lo relativo
a las denominadas pruebas de oficio. De hecho, si es cierto que la mayoría de ordenamientos del civil law y
common law reconocen —en mayor o menor grado— poderes probatorios del juez, es precisamente porque
juntamente garantizan el contradictorio de las partes. Siendo así, las pruebas de oficio estarían sujetas
(entendidas como una conditio sine qua non) a un irrestricto respeto al principio del contradictorio, que puede
ser de manera previa, posterior, escrito u oral, como veremos más adelante.
1.1.3. La preclusión
Por la preclusión los actos procesales se realizan en determinados momentos del proceso fijados por la ley
procesal. En su concepción más clásica la preclusión exige que las partes puedan desarrollar su actividad en
las etapas preestablecidas, de lo contrario perderían su derecho a ejercerlo en otros instantes del iter
procesal. En rigor se trata de la consecuencia que se genera en un proceso judicial debido a la superación de
los plazos para la realización de las actuaciones procesales que se establecen en un ordenamiento procesal
determinado. En este sentido Couture afirma que el principio de preclusión:
está representado por el hecho de que las diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante la
clausura definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el regreso a etapas y momentos procesales ya extinguidos. En un
proceso de desenvolvimiento discrecional, siempre sería posible retroceder a etapas ya cumplidas; en un proceso
dominado por el principio de preclusión, extinguida la oportunidad procesal para realizar un acto, ese acto ya no podrá
realizarse más26.
Es el legislador procesal quien fija o establece a priori —se espera que de manera racional— los momentos o
las fases en las que se debe realizar (y superar) los actos de las partes o alguna actuación propia del
24 Sobre los sentidos fuerte y débil del contradictorio, en la doctrina peruana puede consultarse: ALFARO VALVERDE, Luis. El principio
de audiencia. Evolución e influencia en el proceso civil. Barcelona: Bosch Editor, 2014, quien establece el contenido esencial del
contradictorio: i) derecho a recibir adecuada y tempestiva información; ii) derecho a defenderse activamente; y iii) derecho de
influencia (p. 110).
25 HURTADO, Martín. Fundamentos de derecho procesal civil. Lima: Idemsa, 2009, p. 104. Acorde con esta concepción, Nieva Fenoll
sostiene que «el derecho a la contradicción se concreta en la posibilidad de rebatir las alegaciones y pruebas de la parte
contraria, permitiendo que el proceso tenga una estructura dialéctica. Es el contrapunto a los derechos de aleación y prueba,
porque indica cómo estructurar procedimentalmente esos derechos, siguiendo la citada estructura» (NIEVA FENOLL, Jordi. Derecho
procesal I. Introducción. Madrid: Marcial Pons, 2014, p. 151.
26 COUTURE, Eduardo. Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Buenos Aires: B. de F., 2005, p. 194.
17 de 114
X Pleno Casatorio Civil
proceso. Estos efectos suponen la imposibilidad posterior de realizar el acto procesal prescindido, por lo que
el procedimiento no podría retroceder. En efecto, Ariano afirma que cuando se habla de preclusión se piensa
tanto en la división del proceso en fases como en la consecuencia: la pérdida —para las partes— de la
posibilidad de realizar tal o cual acto por haber pasado el plazo previsto por la ley o por haberse ya cerrado el
estadio procesal respectivo27. Este sentido rígido de la preclusión parece haber sido adoptado por el proceso
civil peruano, tal como se desprende de la revisión del CPC en los siguientes casos: i) que el demandado en
la contestación de la demanda deba pronunciarse «respecto de cada uno de los hechos» (artículo 442, inciso
2) y exponer los hechos en que fundamenta su defensa (artículo 442, inciso 4); ii) que el demandante solo
pueda modificar su demanda antes que esta sea notificada (artículo 428); iii) que el demandado solo pueda
plantear sus excepciones todas juntas dentro de los plazos señalados por la ley (artículo 447).
Luego, la preclusión también surte sus efectos determinando los momentos en que las partes
pueden realizar sus alegaciones de hechos y aportar los medios de prueba relevantes. Por ejemplo, en el
proceso civil se establece que sea en la etapa postulatoria cuando pueden aportar los hechos del caso y los
elementos de prueba (artículo 189; artículo 424, inciso 9; y artículo 442, inciso 5), salvo que el ordenamiento
procesal lo permita en otra oportunidad; de no ser así, de manera categórica no podrían hacerlo en otras
fases del proceso. Sobre la función de la preclusión en el contexto probatorio Taruffo afirma que «sirven para
establecer, en los tiempos lógicos del proceso, los momentos dentro de los cuales determinadas actividades
de las partes deben ser cumplidas, y a sancionar a la parte que no respeta la secuencia predeterminada por
la ley [...]; ellas sirven simplemente para indicar a las partes cuándo ellas deban decir, bajo pena de no poder
hacerlo ya más en momentos sucesivos, lo que pretenden decir en el proceso»28.
Respecto a la concepción anteriormente expuesta en los actos procesales en general y sobre las
pruebas en especial, se afirma que sería el contexto de la preclusión en sentido rígido, sustentado sobre la
base del principio de seguridad jurídica. Empero, en la literatura procesal se viene proponiendo una
concepción flexible de la preclusión, inspirada en la constitucionalización del proceso, en particular frente al
derecho a la defensa que asegura la Constitución29. Sin embargo, queda abierta la posibilidad de que este
sentido de la preclusión paulatinamente cobre vigencia en los ordenamientos procesales, sea a partir de la
obra del legislador procesal o de la jurisprudencia. Por ejemplo, en el III Pleno Casatorio Civil la Corte
Suprema dejó establecida la flexibilización de la preclusión para la pretensión de indemnización por la causal
de separación de hecho en un proceso de divorcio. En ese entonces se estableció:
En consecuencia, los principios de congruencia, preclusión y eventualidad procesal, entre otros, deben aplicarse en forma
flexible en los procesos de familia y en particular en los procesos de divorcio por separación de hecho, con el fin de darle
efectividad de los derechos materiales discutidos en este tipo de procesos y especialmente cuando se refiera a los niños,
adolescentes, a la familia monoparental resultante de la disolución del vínculo matrimonial, al cónyuge que resulte más
perjudicado con la separación de hecho, como suele ocurrir en este tipo de procesos. (Fundamento 17)
27 ARIANO, Eugenia. «Prueba y Preclusión. Reflexiones sobre la constitucionalidad del proceso civil peruano». En Revista Ius et
veritas, n.° 23, Lima, 2001, p. 73.
28 TARUFFO, Michele. «Le preclusioni nella riforma del processo civile». Rivista di diritto processuale, XLVII-2. Padova: Cedam, 1992,
p. 301.
29 ARIANO, Eugenia. «Prueba y Preclusión. Reflexiones sobre la constitucionalidad del proceso civil peruano», op. cit., p. 79.
18 de 114
X Pleno Casatorio Civil
30 En la literatura procesal se ha identificado con otros nomen iuris, tales como principio de incorporación, comunidad de pruebas,
comunidad de medios de pruebas, aportación indiferenciada o indiscriminada de los hechos (FONS RODRÍGUEZ, Carolina.
«Incidencia del principio de adquisición procesal en el interrogatorio de testigos», en ABEL LLUCH, Xavier, et al. (Dir.), La prueba
judicial. Madrid: La Ley, 2011, p. 821.
31 Conforme lo menciona MONTERO AROCA, Juan. La prueba en el proceso civil. Sexta edición. Navarra: Thomson Reuters, 2011, p.
112; PICÓ I JUNOY, Joan. «El principio de adquisición procesal en materia probatoria». La Ley 6.404, 2006, p. 1.304.
32 RAMÍREZ SALINAS, Liza, A. «Principios generales que rigen la actividad probatoria». La Ley. Asunción, 2005, p. 1032.
33 VALMAÑA, Antonia. «El principio de adquisición procesal y su proyección sobre la prueba no practicada». InDret Revista para el
análisis del Derecho, n.º 02, 2012, p. 7.
34 PICÓ I JUNOY, Joan. «El derecho a la prueba en la nueva ley de Enjuiciamiento Civil». En ABEL LLUCH, Xavier y PICÓ I JUNOY, Joan
(coords.). Problemas actuales de la prueba. Barcelona: J. M. Bosch Editor, 2004, 40.
35 RAMÍREZ SALINAS, Liza, A., op. cit., p. 1032.
36 Ibid.
19 de 114
X Pleno Casatorio Civil
conforme afirma Taruffo— la solución de la controversia sobre los hechos se alcanza cuando el tribunal
establece la verdad sobre los hechos motivo de la disputa37.
En términos generales la inmediación está pensando en lograr una mayor relación directa entre los medios
de prueba relevantes presentados por las partes y el juez. Lo que se pretende es permitir al juzgador de los
hechos apreciar de manera personal todo aquello que es ventilado en el proceso, procurando alcanzar una
mejor percepción de lo narrado y lo acontecido en la realidad. Por ejemplo, Ramírez Salinas señala que en la
declaración de testigos se afirma que ese contacto directo que se podrá dar entre el juez y el testigo,
permitirá establecer un grado de afinidad tal que posibilitaría dilucidar las dudas del magistrado, imposibles
de vislumbrar por actuaciones o intermediarios, los cuales cuentan con apreciaciones diferentes38. En el
ordenamiento procesal civil peruano, la inmediación ha alcanzado recepción normativa en el artículo V del
CPC de acuerdo con la siguiente formulación: «Las audiencias y la actuación de medios probatorios se
realizan ante el juez, siendo indelegables bajo sanción de nulidad. Se exceptúan las actuaciones procesales
por comisión».
De lo afirmado se puede colegir que lo vital cuando se habla de inmediación es la presencia del juez
en todas las actuaciones judiciales que requiera el ordenamiento procesal, por lo que —en principio— no
podría delegar esa función a otra persona, bajo la excusa de acelerar el proceso debido a la (sobre)carga
procesal. Caso contrario, si las diligencias o actuaciones judiciales son realizadas en ausencia del juez, se
determinará irremediablemente su nulidad. Frente a esta explicación se vienen planteando explicaciones de
tipo epistemológico que ayudan a evidenciar su real importancia. Según este razonamiento, Folgueiro afirma
que la inmediación puede ser comprendida como una regla epistemológica dentro del proceso, es decir,
como una regla de conocimiento, a la cual denomina fundamento epistemológico o lógico.
Antes de culminar este acápite inicial, debemos indicar que más adelante veremos el papel
transcendental que juegan en la prueba la pertinencia y la licitud, por lo que ahí haremos un desarrollo sobre
estas.
Una adecuada aproximación a la teoría de la prueba requiere no solo del estudio de los principios y reglas
procesales, sino también el examen de algunas instituciones y categorías que la caracterizan y permitan una
37 TARUFFO, Miichele. La prueba. Traducción de Laura Manríquez y Jordi Ferrer Beltrán., Barcelona/Madrid/Buenos Aires: Marcial
Pons, 2008, p. 15.
38 RAMÍREZ SALINAS, Liza, A., op. cit., pp. 1034-1035.
20 de 114
X Pleno Casatorio Civil
mejor comprensión. Estas pueden ser analizadas —siguiendo en parte la propuesta de Couture39—
planteando algunas preguntas que ayuden a perfilar mejor el problema40, así tenemos:
Entre las cuestiones más relevantes sobre el estudio de la prueba aparece en primer lugar la siguiente: ¿qué
es la prueba?41, o mejor, qué se puede entender cuando hablamos de prueba. Esta pregunta bien puede ser
respondida analizando el concepto de la prueba, más precisamente revisando los distintos sentidos que se le
reconoce a la expresión prueba en el derecho42. Se trata entonces de una palabra polisémica43, que en la
actualidad viene siendo estudiada cada vez más desde una perspectiva multidisciplinaria44). Así, entre los
diversos sentidos más utilizados en el lenguaje jurídico procesal: como actividad, como medio y como
resultado45 (en cambio en el common law se emplean las expresiones evidence y proof46).
El primer sentido (como actividad) de prueba hace referencia a la serie de actos jurídicos procesales
que realizan los participantes en el proceso para demostrar o acreditar sus versiones de los hechos, que
comprendería también la práctica de la prueba47. Conforme a este sentido, De la Oliva Santos la define como
«aquella actividad que desarrollan las partes con el tribunal para que este adquiera el convencimiento de la
39 Couture sostenía que los problemas de la prueba consisten en saber qué es la prueba; qué se prueba; quién prueba; cómo se
prueba; qué valor tiene la prueba producida. El primer problema que se plantea es el del concepto de la prueba; el segundo, el
objeto de la prueba; el tercero, la carga de la prueba; el cuarto, el procedimiento probatorio; el último, la valoración de la prueba.
40 En su tiempo, Guasp consideró las siguientes categorías derivadas de la prueba: «elementos de la prueba», «fuentes de la
prueba», «medios de prueba», «materia de la prueba», «temas de la prueba», «motivos de la prueba» y «resultados de la
prueba» (GUASP, Jaime. Derecho procesal civil. Tomo I. Segunda edición. Madrid: Instituto de Estudios Públicos, 1961, p. 334.
También en GUASP, Jaime y ARAGONESES, Pedro. Derecho procesal civil. Tomo I. Séptima edición revisada y puesta al día.
Navarra: Thomson-Civitas, 2005, pp. 375 y 376.
41 COUTURE, Eduardo. Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Tercera edición. Buenos Aires: Depalma, 1958, p. 216.
42 Cfr. TARUFFO, Michele. La prueba de los hechos. Traducción de Jordi Ferrer Beltrán. Madrid: Trotta0, 2002, pp. 439-515.
43 Sobre los diversos significados de la locución prueba, puede verse: COUTURE, Eduardo. Vocabulario jurídico. Con referencia
especial al Derecho procesal positivo vigente uruguayo. Quinta reimpresión. Buenos Aires: Depalma, 1993, pp. 490- 491.
44 TWINING, William. «Evidence as a multi-disciplinary subject». En Rethinking Evidence. Exploratory Essays. Segunda edición.
Cambridge: Cambridge University Press., 2006, pp. 436-456.
45 Cfr. GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la prueba. Segunda edición. Madrid: Marcial
Pons, 2004, pp. 83-86; FERRER BELTRÁN, Jordi. Prueba y verdad en el derecho. Segunda edición. Madrid: Marcial Pons, 2005, pp.
27-29; CORTÉS DOMÍNGUEZ, V. y MORENO CATENA, V. Derecho Procesal Civil. Parte General. Valencia: Tirant Lo Blanch, 2015, p.
191.
46 En el lenguaje inglés la prueba como medio es identificada como evidence y para hacer referencia al resultado probatorio se
emplea la expresión proof. Mientras que para describir la actividad se hace uso de la palabra litigation (TWINING, William, op. cit.,
pp. 193 y 194).
47 MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. Mínima actividad probatoria en el proceso penal. Barcelona: Bosch, 1997, pp. 22 y ss.
21 de 114
X Pleno Casatorio Civil
verdad o certeza de un hecho o afirmación práctica o para fijarlos como ciertos a los efectos de un
proceso»48. En este sentido, la prueba se expresa en su carácter dinámico, comprendido por serie de etapas
en la que participan el juzgador de los hechos y las partes a fin de lograr una mejor reconstrucción de los
hechos acaecidos. Se debe precisar que toda la actividad jurídica desplegada por los sujetos parciales está
sujeta a determinadas normas procesales y procedimentales49.
En el segundo significado, la doctrina procesal suele hablar de «medio de prueba», para hacer
referencia a todos aquellos instrumentos que pueden lograr el cercioramiento del juzgador acerca de los
puntos controvertidos50; tales como los documentos, declaración de testigos, declaración de parte, inspección
judicial, etc. Sobre este punto, Prieto Castro considera al medio de prueba como «el instrumento corporal o
material cuya apreciación sensible constituye para el juez la fuente de donde ha de obtener los motivos para
su convicción sobre la verdad (o no) del hecho que se trata de probar»51.
En el tercer sentido, es empleado para hacer mención del resultado producido por los medios de
prueba aportados y actuados en el proceso. Aquí, la expresión prueba se utiliza para dar cuenta del momento
final del procedimiento probatorio, esto es, en la fase de valoración (en la etapa decisoria del proceso) de
todos los medios de prueba previamente practicados. Es la conclusión a la cual llega el juez en relación con
los hechos probados, sobre la base de la información y los datos cognitivos aportados al proceso. En estricto
estamos en la parte final del iter probatorio, en donde se pretende determinar qué aseveraciones de hechos
pueden darse por demostrada52. En este sentido, Couture sostiene que el tema de la valoración de la prueba
busca una respuesta para la pregunta ¿qué eficacia tienen los diversos medios de prueba establecidos en el
derecho positivo? El propósito es básicamente determinar cómo gravitan y qué influencia ejercen los diversos
medios de prueba sobre la decisión del juez de los hechos53.
La cuestión ¿qué se prueba? —o como diría Couture: qué cosas deben ser probadas54-— está relacionada
con el objeto de prueba, consiste en lo que puede probarse en general y en especial aquello sobre lo que
puede recaer la prueba en el proceso55; estos son, en concreto, los hechos56. Aunque no todos los hechos
necesariamente requieren de ser probados57, sino propiamente aquellos hechos materia de controversia:
48 DE LA OLIVA SANTOS, Andrés, DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, Ignacio y VEGAS TORRES, Jaime. Curso de Derecho procesal civil II. Parte
especial. Tercera edición. Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces, 2016, p. 115.
49 MONTERO AROCA, Juan. La prueba en el proceso civil. Navarra: Civitas; Thomson Reuters, 2005, pp. 54-55.
50 OVALLE FAVELA, José. «Teoría general de la prueba». Revista de la Facultad de Derecho de México, n.º 93-94,1974, p. 289.
51 PRIETO CASTRO Y FERRANDIZ, Leonardo. Derecho Procesal Civil. Quinta edición. Madrid: Tecnos, 1989, p. 146.
52 Cfr. GASCÓN ABELLÁN, Marina. «La racionalidad en la prueba. Revista de Ciencias Sociales, n.º 45, 2000, p. 612.
53 COUTURE, Eduardo. op. cit., p. 257.
54 COUTURE, Eduardo. op. cit., p. 219.
55 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría general de la prueba judicial. Tomo I, Buenos Aires: Víctor P. de Zavalía, 1970, p. 142.
56 En cuanto a la regla de que el derecho no se prueba existe un vínculo con el principio general que consagra la presunción de su
conocimiento; por ende, no tendría sentido la prueba del derecho en un sistema en el cual este se supone conocido. Salvo
algunas excepciones: i) la existencia o inexistencia de la ley; ii) prueba de la costumbre; y iii) prueba del derecho extranjero
(COUTURE, Eduardo, op, cit., pp. 220-223.
57 MONTERO AROCA, J. et al. Derecho Jjurisdiccional II. Proceso cCivil. Valencia: Tirant lo Blanch, 2017, p. 223.
22 de 114
X Pleno Casatorio Civil
hechos controvertidos58. En esta línea de pensamiento, Couture sostiene que esta idea se sustenta en la
norma que establece que las pruebas deben ceñirse al asunto sobre el que se litiga, y las que no le
pertenezcan serán irremisiblemente desechadas de oficio, al dictarse la sentencia. Y los asuntos sobre los
que se litiga son, sin duda, aquellos que han sido objeto de proposiciones contradictorias en los escritos de
las partes59.
Luego, se debe precisar que en rigor el objeto de prueba está centrado en las afirmaciones de los
hechos60. En este sentido, De la Oliva Santos considera que «el objeto principal de la prueba son hechos.
Más exactamente podrá decirse que la actividad probatoria versa sobre afirmaciones de hechos o
afirmaciones fácticas”61. Siguiendo este razonamiento, Ramos Méndez precisa que «comúnmente se afirma
que la prueba recae sobre hechos. Esto, sin ser erróneo, es una expresión abreviada que hay que entender
en su exacto significado. Nunca se prueban directamente hechos, lo que se prueba son siempre nuestras
afirmaciones sobre diversos hechos”62. También Devis Echandía caracteriza esta noción como puramente
objetiva y abstracta, que no se encuentra limitada a los problemas concretos de cada proceso ni a los
intereses o pretensiones de las partes63. De lo dicho, se puede colegir que el objeto de la prueba son
afirmaciones o narraciones de los hechos (acontecidos —normalmente— en el pasado) que exponen las
partes procesales al juez, a fin de que eventualmente pueda reconstruir —de forma correcta y verdadera—
los hechos en los que no estuvo presente.
58 Los hechos controvertidos son aquellos actos cuya existencia o modalidad de ser es motivo de discusión en juicio, puesto que se
impugnan por el adversario (MICHELI, Gian Antonio. La carga de la prueba. Traducción de Santiago Sentís Melendo. Buenos
Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, 1961, p. 112.),
59 COUTURE, Eduardo, op. cit., p. 223.
60 GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Civil I. El proceso de declaración: Parte general. Madrid: Castillo de Luna Ediciones
Jurídicas, 2015, pp. 499-500.
61 DE LA OLIVA SANTOS, Andrés. Derecho Procesal Civil, Vol. I. Cuarta edición, Editorial Universitaria Ramón Areces, 1996, p. 311.
62 RAMOS, MÉNDEZ, Francisco. Enjuiciamiento Civil, Vol. I. Barcelona: J.M. Bosch Editor, 1997, p. 325.
63 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Tratado de derecho procesal civil. T. V. Bogotá: Ed. Temis, 1967, p. 205.
64 COUTURE, Eduardo, op. cit. p. 240.
65 Citado por GIMENO SENDRA, Vicente, op. cit., p. 518.
23 de 114
X Pleno Casatorio Civil
a cuál de las partes le interesa la prueba de tales hechos para evitarse las consecuencias desfavorables»66.
Si razonamos de esta manera, es evidente que la noción de carga de la prueba está comprometida con
resolver la cuestión de quién resulta afectado en el proceso por no aparecer probado determinado hecho.
En efecto, Couture, considerando el sentido general de carga procesal, menciona que:
no supone, pues, ningún derecho del adversario, sino un imperativo del propio interés de cada litigante; es una
circunstancia de riesgo que consiste en que quien no prueba los hechos que ha de probar, pierde el pleito. Puede quitarse
esa carga de encima, probando, es decir, acreditando la verdad de los hechos que la ley le señala. Y esto no crea,
evidentemente, un derecho del adversario, sino una situación jurídica personal atinente a cada parte; el gravamen de no
prestar creencia a las afirmaciones que era menester probar y no se probaron67
En este sentido, la carga de la prueba no solo busca determinar quién debe probar sino qué debe probar
cada parte procesal para alcanzar el éxito de sus intereses, conforme a la regla onus probandi.
Siendo así, estamos propiamente ante una regla de juicio (al menos en un sentido tradicional)
utilizada al momento final del proceso (en la etapa decisoria: sentencia) por ausencia de pruebas, respecto
de los hechos constitutivos del demandante y de los hechos extintivos o impeditivos de la parte demandada.
Criterio que es compartido con Taruffo cuando menciona que «parece razonable sostener que la regla de la
carga de la prueba se aplique como criterio de decisión cuando ninguna de las hipótesis disponibles sobre el
hecho sea apta —si se la pone en relación con los elementos de prueba que la afectan— para constituir una
versión aceptable del hecho en cuestión»68.
El problema en la práctica con la carga de la prueba es que muchas veces el juez no sabe
exactamente qué papel juega, pues aparece de forma inadecuada en el primer o segundo considerando de la
sentencia, como si antes de valorar la prueba el juez ya estuviera estableciendo quién debió probar
determinado hecho. Más confusión se genera cuando se le vincula con la prueba de oficio, pues no se llega a
entender que el juez debe utilizar la carga probatoria solo después de haber realizado la actividad probatoria
oficiosa, y si aún el hecho relevante que se pretendía probar no tuvo resultado positivo, es en ese momento
en el que el juez debe establecer en cabeza de quién debió recaer la carga probatoria y si se trata de una
carga probatoria estática, de un supuesto de inversión de la carga probatoria o si estamos frente a una
posibilidad de carga probatoria dinámica. Esta situación, sin considerar que deba ser establecida como una
regla del pleno, debe ser tomada como un obiter dicta importante de este Pleno Casatorio por todos los
jueces.
Otra de las acepciones o significados de la prueba es como procedimiento. Para explicar este procedimiento,
basta considerar que si bien algunos actos procesales que desarrollan en el proceso las partes y el juez, se
66 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría general de la prueba judicial Tomo I. Segunda edición. Buenos Aires: Editorial Víctor de
Zavalía, p. 426.
67 COUTURE, Eduardo, op. cit., p. 242.
68 TARUFFO, Michele. La prueba de los hechos. Traducción de Jordi Ferrer Beltrán. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005,
p. 302.
24 de 114
X Pleno Casatorio Civil
realizan de manera libre; no obstante, gran parte de la actividad probatoria está reglamentada legalmente.
Por ende, se debe saber cuáles son las formas que es necesario respetar para que la prueba producida se
considere válida69. Conforme con este criterio, Couture considera que el problema del procedimiento
probatorio queda dividido en dos campos: en uno se halla el conjunto de formas y de reglas comunes a todas
las pruebas; en el otro, de carácter especial, se señala el mecanismo de cada uno de los medios de prueba.
En el primer grupo se encontraría el tema general del procedimiento probatorio (ofrecimiento de la prueba, a
la oportunidad para solicitarla y para recibirla, a las formas de verificación comunes a todos los medios de
prueba, etc.); y el segundo comprende el aspecto particular del problema, es decir, el funcionamiento de cada
medio de prueba (instrumentos, testigos, confesión, inspección, etc.).
Un aspecto importante cuando se habla de procedimiento probatorio en general es la manifestación
transversal del principio del contradictorio. Así como es imposible pensar en proceso sin la existencia de un
debate, mucho menos se puede comprender que una parte produzca una prueba sin que esté expuesta al
debido control y revisión del juzgador y de la contraparte. Couture, al explicar sobre los caracteres generales
del procedimiento, enseña que el principio dominante en esta materia es el de que toda la prueba se produce
con injerencia y posible oposición de la parte a la que eventualmente puede perjudicar. De este modo el
contradictorio se produce antes, durante y después de la producción de la prueba, dentro de las formas
dadas por el derecho positivo70.
Dado que a menudo se confunde «fuente de prueba»71 con «medio de prueba», conviene diferenciarlos72;
así, en el primer caso se le ubica en el contexto extrajudicial y en el segundo en el ámbito del proceso. Esta
distinción es expuesta por Sentís Melendo, para quien fuente de prueba son los elementos que existen en la
realidad; es decir, un concepto metajurídico, extrajurídico o ajurídico, que corresponde forzosamente a una
realidad anterior y extraña al proceso, lo que supone que existirá con independencia de que se siga o no el
proceso (lo sustancial y material). A su vez, los medios de prueba están constituidos por la actividad para
incorporarlos al proceso, siendo un concepto jurídico y absolutamente procesal, que nacerá y se formará en
el proceso (lo adjetivo y formal)73. En similar sentido, Montero Aroca ha manifestado que para responder a la
pregunta de con qué se prueba, es necesario hacer la división conceptual entre «lo que ya existe en la
realidad (fuente)» y «el cómo se aporta al proceso (medio) con el fin de obtener la certeza del juzgador74.
25 de 114
X Pleno Casatorio Civil
En tal sentido, es posible colegir que fuente de prueba es el principio o punto de origen de los datos
cognoscitivos e información sobre las versiones de los hechos, que se ubican con anterioridad al proceso y
se configuran de modo extraprocesal. Estos bien pueden estar comprendidos por cosas o personas o
situaciones que ocurren en una realidad extraprocesal.
La fuente de prueba contiene información relevante para un futuro proceso, esa información puede
ingresar —puede que no— al proceso, y lo hace a través de un medio o instrumento que se denomina medio
de prueba. Este es el mecanismo adecuado para introducir al proceso la información relevante contenida en
las fuentes de prueba desde una realidad extraprocesal a una de dimensión procesal.
Los problemas que a menudo tienen los justiciables al acudir al proceso —sobre todo por la afectación a las
garantías procesales75— llevó a muchos países de Europa de la posguerra76 a consagrar a rango
constitucional instituciones básicas del proceso, lo que dio inicio al fenómeno de la constitucionalización de
75 Cfr. COUTURE, Eduardo. Fundamentos del Derecho Procesal Civil, pp. 120-131.
76 Cfr. PICÓ I JUNOY, Joan. Las garantías constitucionales del proceso. Barcelona: J. M. Bosch Editor, 1997, pp.17-23; FIX-ZAMUDIO,
Héctor. La protección procesal de los derechos humanos. Madrid: Civitas 1982, p. 51. En la Unión Europea, los derechos
fundamentales de índole procesal se encuentran reconocidos en los artículos 47 al 50 de la Carta de los Derechos
Fundamentales y en los artículos 6 y 13 del Convenio Europeo de Derechos Humanos (GÓMEZ, Marta. Los derechos
fundamentales de naturaleza procesal en la Unión Europea: protección y contenido. Revista de Derecho de la Unión Europea. n.º
11, 2006.
26 de 114
X Pleno Casatorio Civil
este, hablándose así de derechos fundamentales procesales77. Estos derechos son entendidos como
derechos subjetivos públicos que se tienen frente a los órganos jurisdiccionales y que, en consecuencia,
configuran las facultades de ciudadanos frente a los jueces78. En el derecho peruano, la Constitución también
los ha fijado y son, entre otros, derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional (artículo 139.3), el
derecho a la publicidad de los procesos (artículo 139.4), el derecho a la motivación escrita de las
resoluciones judiciales en todas las instancias (139.5), el derecho a la pluralidad de la instancia (artículo
139.6).
Además, el Tribunal Constitucional ha reconocido que existen otros derechos implícitos como el
derecho a un juez independiente e imparcial, el derecho al libre acceso a la jurisdicción, el derecho a la
duración de un plazo razonable de la detención preventiva, el derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas,
el principio non bis in idem, el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales79 y el derecho a la
prueba. De esta manera la prueba se constituye en un derecho fundamental implícito que se desprende del
contenido esencial del debido proceso (artículo 139, inciso 3 de la Constitución80). Esto tiene su justificación
en el hecho de que las demás garantías procesales serían meramente formales y vacías si a las partes se les
impidiera ofrecer todos los medios de prueba relevantes que necesitan para acreditar sus versiones de los
hechos en litigio81.
De este modo, entendemos por derecho a la prueba aquel que posee el litigante consistente en la utilización
de todos los medios probatorios necesarios para formar la convicción del órgano jurisdiccional acerca de lo
discutido en el proceso82. Se trata —como afirma Comoglio de «la posibilidad de hacer admitir y recibir al juez
todo medio de prueba consentido (o no excluido) por el sistema, el cual sea relevante para la demostración
del hecho deducido como fundamento de las diversas pretensiones”»83. Con parecido criterio, la Corte
Suprema en la Cas. n.o 1222-05 Arequipa, entiende que es «el derecho de todo sujeto procesal legitimado
para intervenir en la actividad probatoria a que se admitan, actúen y valoren debidamente los medios
probatorios aportados al proceso para acreditar los hechos que configuran su pretensión o su defensa,
posición asumida siguiendo los avances de la doctrina procesal de la época»84.
77 ABEL LLUCH, Xavier. «Sobre la prueba y el derecho a la prueba en el proceso civil». En ABEL LLUCH, Xavier y PICÓ I JUNOY, Joan
(coord.). Objeto y carga de la prueba civil. Barcelona: J. M. Bosch Editor, 2007, p. 32.
78 NATARÉN, Carlos. La tutela de los derechos fundamentales de naturaleza procesal. En torno a la Ley de Enjuiciamiento Civil de
2000, México: UNAM, 2006, pp. 10-12.
79 Ver: STC Exp. n.º 00023-2005-PI/TC, f. j. 4.
80 «Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional: […]
3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. […]
81 TARUFFO, Miichele. La prueba. Traducción de Laura Manríquez y Jordi Ferrer Beltrán. Barcelona/Madrid/Buenos Aires: Marcial
Pons, 2008, p. 56.
82 PICÓ I JUNOY, Joan. El derecho a la prueba en el proceso civil. Barcelona: J. M. Bosch Editor, 1996, pp. 18-19.
83 COMOGLIO, Luigi. «Giurisdizione e processo nell cuadro delle garanzie costituzionali». En: Riv. trim. dir. e proc. civ., 4/1994, p.
1075.
84 Cas. n.o 1222-05, Arequipa, f. j. 2, publicada en el Diario Oficial El Peruano, el 2 de octubre de 2006. Concepto que también es
utilizado, por ejemplo, en la Cas. n.o 3514-2006, Ayacucho, f. j. 3.
27 de 114
X Pleno Casatorio Civil
La doctrina constitucional sostiene que todo derecho fundamental tiene un contenido esencial
constitucionalmente protegido85, de igual modo el derecho a la prueba también lo tiene, el cual está integrado
por sus elementos o derechos definitorios86. Abel Lluch considera los siguientes:
i) derecho a la proposición de los medios de pruebas; ii) derecho a la admisión de las pruebas propuestas, o
en su caso una inadmisión motivada; iii) derecho a la práctica de la prueba admitida; y iv) derecho a la
valoración de la prueba practicada87. Bustamante Alarcón menciona los siguientes: i) el derecho a ofrecer los
medios probatorios destinados a acreditar la existencia o inexistencia de los hechos que son objeto concreto
de prueba; ii) el derecho a que se admitan los medios probatorios así ofrecidos; iii) el derecho a que se
actúen adecuadamente los medios probatorios admitidos y los que han sido incorporados de oficio por el
juzgador; iv) el derecho a que se asegure la producción o conservación de la prueba a través de la actuación
anticipada y adecuada de los medios probatorios; y, v) el derecho a que se valoren en forma adecuada y
motivada los medios de prueba que han sido actuados y que han ingresado al proceso o procedimiento88.
La Corte Suprema en la Cas. n.o 2340-05, Camaná, del 17 de mayo de 2006, ha precisado que:
el derecho de prueba es un elemento del debido proceso y comprende cinco derechos específicos: a) el derecho de
ofrecer las pruebas en la etapa correspondiente, salvo las excepciones legales; b) el derecho a que se admitan las pruebas
pertinentes ofrecidas en la oportunidad de ley; c) el derecho a que se actúen los medios probatorios de las partes
admitidos oportunamente; d) el derecho a impugnar (oponerse o tachar) las pruebas de la parte contraria y controlar la
actuación regular de estas; y, e) el derecho a una valoración conjunta y razonada de las pruebas actuadas, esto es,
conforme a las reglas de la sana crítica89.
De todo esto, se puede colegir que el contenido esencial del derecho a probar está compuesto por los
siguientes derechos: derecho a la utilización u ofrecimiento de todos los medios de prueba que sean
relevantes, derecho a su admisión por parte del juzgador, derecho a la práctica o actuación de la prueba
admitida y su debida valoración. En relación con el derecho al aseguramiento de los medios de prueba90, por
no tener mayor aceptación en la doctrina y en la jurisprudencia no será materia de análisis en la presente
decisión.
85 Cfr. HÄBERLE, Peter. La libertad fundamental en el Estado Constitucional.Lima: Fondo Editorial de la PUCP, 1997, p. 117. STC
Exp. n.o 1042-2002-AA/TC, f. j. 2.2.4.
86 FERRER BELTRÁN, Jordi. «Derecho a la prueba y racionalidad de las decisiones judiciales». En Jueces para la democracia, n.° 47,
2003, p. 28.
87 ABEL LLUCH, Xavier. «Sobre la prueba y el derecho a la prueba en el proceso civil», op. cit., pp. 32-34. En similar criterio, Ferrer
propone: i) el derecho a utilizar todas las pruebas de que se dispone para demostrar la verdad de los hechos que fundan la
pretensión; ii) el derecho a que las pruebas sean practicadas en el proceso; iii) el derecho a una valoración racional de las
pruebas practicadas; y, iv) la obligación de motivar las decisiones judiciales (FERRER BELTRÁN, Jordi. «Derecho a la prueba y
racionalidad de las decisiones judiciales», op. cit., pp. 27-34).
88 BUSTAMANTE, Reynaldo. El derecho a probar como un elemento esencial de un proceso justo. Lima: ARA Editores, 2001, pp. 102-
103.
89 También, puede verse: Cas. n.o 2340-05, Camaná, f. j. 1; Cas. n.o 1548-06 Lima, f. j. 1; Cas. n.o 3490-06 Lima, f. j. 1; Cas. n.o
5342-06 Lima; Cas. n.o 3120-05 Lima, f. j. 1.
90 Este derecho es entendido como a un aseguramiento de la producción o conservación de la prueba a partir de la actuación
anticipada de los medios probatorios. Véase STC Exp. n.o 6712-2005-HC/TC, f. j. 15.
28 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Aunque debemos precisar como un elemento adicional del contenido constitucional de este derecho
implícito de naturaleza procesal: el derecho al contradictorio, respecto del cual haremos un desarrollo más
adelante. No solo se tiene derecho a ofrecer, admitir, actuar y valorar los medios de prueba, sino a ejercitar el
contradictorio en el ejercicio de este derecho constitucional.
Es el primer elemento del derecho a la prueba y se refiere a la posibilidad de que el justiciable ofrezca todas
las pruebas de que dispone para demostrar la verdad de los hechos que fundan la pretensión91. Al respecto,
Abel Lluch manifiesta que en virtud de tal, «cada parte tiene derecho a proponer los medios de prueba que
estime idóneos para acreditar sus pretensiones»92. A su turno, Taruffo afirma que:
[las] partes tengan el derecho a probar un hecho significa que tienen la facultad de presentar todos los medios de prueba
relevantes y admisibles para apoyar su versión de los hechos en litigio. Para la parte que alega un hecho, esto significa
que debe tener la posibilidad de presentar todas las pruebas positivas con las que cuente; para la parte contraria, supone
que debe tener la oportunidad de presentar todas las pruebas contrarias o negativas de que disponga en relación con esos
derechos (p. 56)93.
De esta manera, el Tribunal Constitucional en la sentencia del expediente n.o 0010-2002-AI/TC (en adelante
toda sentencia del Tribunal Constitucional será con la abreviatura STC) ha precisado que «el derecho a la
prueba forma parte de manera implícita del derecho a la tutela procesal efectiva, ello en la medida que los
justiciables se encuentran facultados para poder presentar todos los medios probatorios pertinentes, a fin de
que puedan crear en el órgano jurisdiccional la convicción necesaria de que sus argumentos planteados son
correctos».
Si bien es cierto que los justiciables pueden presentar los medios de prueba que estimen
necesarios, pero no de forma ilimitada sustentada en su simple arbitrio; para no generar complicaciones en el
funcionamiento del proceso, estas deben estar sujetas a algunas restricciones94, como requisitos o reglas
legales de tiempo y forma, sobre todo por pertinencia o relevancia. Los justiciables pueden utilizar los medios
de prueba en la oportunidad o el momento en que las normas legales hayan razonablemente preestablecido
para cada circunstancia. En el caso de nuestro sistema procesal, se ha determinado que la presentación de
91 FERRER BELTRÁN, Jordi. «Derecho a la prueba y racionalidad de las decisiones judiciales», op. cit., p. 28.
92 ABEL LLUCH, Xavier. «Sobre la prueba y el derecho a la prueba en el proceso civil», op. cit., p. 32.
93 TARUFFO, Michele. La prueba. Traducción de Laura Manríquez y Jordi Ferrer Beltrán. Madrid/Barcelona/Buenos Aires: Marcial
Pons, 2008, p. 56.
94 Taruffo afirma que «las partes no deben sentirse obligadas a presentar cualquier prueba que quieran, ni tampoco se les debe
permitir hacerlo, porque esto ocasionaría demoras y complicaciones en el funcionamiento del proceso» (TARUFFO, Michele. op.
cit., p. 37). En el plano normativo, la figura de la libertad probatoria se aprecia en el artículo 191 del CPC, que establece lo
siguiente: «Legalidad.- Todos los medios de prueba, así como sus sucedáneos, aunque no estén tipificados en este Código, son
idóneos para lograr la finalidad prevista en el artículo 188 […]». También lo podemos apreciar en el artículo 157 del Decreto
Legislativo n.o 957 —Nuevo Código Procesal Penal—, que regula lo siguiente: «1. Los hechos objeto de prueba pueden ser
acreditados por cualquier medio de prueba permitido por la ley. Excepcionalmente, pueden utilizarse otros distintos, siempre que
no vulneren los derechos y garantías de la persona, así como las facultades de los sujetos procesales reconocidas por la Ley. La
forma de su incorporación se adecuará al medio de prueba más análogo, de los previstos, en lo posible […]».
29 de 114
X Pleno Casatorio Civil
los medios de prueba puede efectuarse válidamente en la etapa postulatoria95 y en situaciones excepcionales
cuando la disposición procesal lo permita.
Se trata del derecho a que los medios de prueba utilizados por los justiciables sean debidamente admitidos al
proceso, con el fin de acreditar sus versiones de los hechos. En ese sentido, se viene sosteniendo que la
debida protección del derecho a la utilización de los medios de prueba, supone, al mismo tiempo, que se
imponga a los jueces y tribunales el deber de admitir todas las pruebas relevantes aportadas por las partes96.
Esto significa que una vez propuestas las pruebas por las partes, debe recaer inmediatamente respecto de él
una resolución de admisión (o inadmisión) sobre cada una de ellas97. Su limitación injustificada e irracional al
derecho a aportar pruebas constituye una vulneración al derecho a la prueba. Este derecho no obliga al
órgano jurisdiccional o constitucional a admitir ciegamente todos y cada uno de los medios probatorios que
hubieran sido ofrecidos o aportados por los justiciables al proceso. En similar sentido, Ariano Deho afirma
que «el derecho a la prueba no es un derecho a que se admitan todos los medios probatorios ofrecidos por
las partes, sino solo los que resulten pertinentes en relación al thema probandum previamente establecido»98.
Por este motivo, el Tribunal Constitucional ha construido presupuestos para que el medio probatorio
ofrecido sea admitido, tales como: pertinencia, conducencia o idoneidad, utilidad, licitud y preclusión o
eventualidad99. Por ende, si los medios de prueba son presentados u ofrecidos en el momento procesal
oportuno, y son pertinentes, útiles y lícitos, el juzgador deberá ciertamente admitirlos100. Sobre el particular,
Taruffo afirma que «el primer problema probatorio importante es establecer qué elementos o medios de
prueba deben ser admitidos e incorporados al proceso. En teoría, se podría usar cualquier medio de prueba
en cualquier tipo de proceso y la determinación de qué medios serán los que apoyen la decisión sobre los
hechos en disputa podría ser algo que se dejara al juzgador al momento en que emita la resolución final»101.
Sin embargo, desde el enfoque de la admisión de pruebas establecida en la norma -puntualiza el jurista
italiano-, el problema de la admisión o, en su defecto, la inadmisión, se está resolviendo considerando al
principio de relevancia, de modo tal que resultaría inconcebible que las partes puedan pretender que se
95 En semejante parecer, la Corte Suprema, en la Cas. n.o 2284-03, Lima, f. j. 6 (publicada el 30 de septiembre de 2004) ha
sostenido que «conforme al principio de eventualidad procesal en materia probatoria, los medios probatorios deben ser ofrecidos
en la etapa postulatoria, tal como lo establecen los artículos ciento ochenta y nueve, cuatrocientos veinticinco inciso quinto y
cuatrocientos cuarentidós inciso quinto del Código Procesal Civil, salvo las excepciones contenidas en los artículos trescientos
setenticuatro, cuatrocientos veintinueve y cuatrocientos cuarenta del mismo cuerpo normativo, referidos al ofrecimiento de
medios probatorios extemporáneos; con este principio se busca impedir que una de las partes, maliciosamente, omita ofrecer
pruebas en la etapa procesal correspondiente, procurando una decisión judicial en su beneficio y en perjuicio de la otra parte».
96 FERRER BELTRÁN, Jordi. Derecho a la prueba y racionalidad de las decisiones judiciales, op. cit., p. 28.
97 ABEL LLUCH, Xavier. «Sobre la prueba y el derecho a la prueba en el proceso civil», op. cit., p. 33.
98 ARIANO DEHO, Eugenia. «El derecho a la prueba y el Código Procesal Civil». En ARIANO DEHO, Eugenia. Problemas del Proceso
Civil. Primera edición. Lima: Jurista Editores, 2003, pp. 182 y 183.
99 Véase STC Exp. n.o 6712-2005-PHC/TC, f. j. 29.
100 Cfr. PICÓ I JUNOY, Joan. «El derecho a la prueba en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil», op. cit., p. 38.
101 TARUFFO, Michele, op. cit., p. 37.
30 de 114
X Pleno Casatorio Civil
admitan pruebas irrelevantes; no obstante, lo que sí pueden procurar es cualquier medio de prueba que
resulte altamente relevante, para la resolución del caso102.
Ergo, existe la obligación del juez de pronunciarse en forma expresa y taxativa sobre la admisión o
rechazo (parcial o total) de uno u otro medio de prueba utilizado por las partes, a efectos de garantizar la
posibilidad de un control intersubjetivo de los destinatarios de la decisión. De lo contrario, su omisión,
voluntaria o involuntaria, devendría en la afectación del derecho a la prueba. Así lo considera la Corte
Suprema en la Cas. n.o 3490-06, Lima, cuando detalla lo siguiente: «[...] la sentencia de vista ha sido
expedida transgrediendo el debido proceso y, particularmente, los derechos de motivación suficiente y de
prueba de los codemandados […], pues no se resolvió formalmente los pedidos formulados en apelación ni
tampoco se admitió o desestimó formalmente la prueba ofrecida, circunstancia que no permite alcanzar a
plenitud la verdad jurídica objetiva; por lo tanto, la de la causal procesal debe ser amparada»103.
Para una mejor protección del derecho en cuestión es vital que los elementos de prueba aportados por las
partes —luego de ser admitidos por el juzgador— sean adecuadamente actuados104. Se afectaría el derecho
a la prueba cuando los medios de prueba previamente admitidos, en un caso concreto, resulten
irrazonablemente y sin motivo justificable inejecutados de modo radical. En este sentido, Picó i Junoy (2004)
afirma que «no puede hablarse de un efectivo y real derecho a la prueba si no incluimos en su contenido la
necesidad de que se practique el medio probatorio inicialmente admitido»105. No se trata de establecer si el
medio de prueba propuesto es (o no) pertinente o relevante, sino si se ha practicado en la forma
preestablecida y principalmente sin ocasionar o generar alguna indefensión constitucional; esto es, que se
adecuen a las normas que regulan las leyes procesales106.
En la mayoría de casos la vulneración del derecho a la actuación probatoria es originada por alguna
actuación u omisión de parte de los órganos jurisdiccionales, por la posición que ocupa en torno al tema en
cuestión. Sánchez Carrión sostiene que se pueden presentar los siguientes problemas: i) cuando a pesar de
establecer claramente la norma la solución a la práctica de la prueba en un supuesto concreto, el órgano
judicial adopta una decisión contraria a la práctica de dicha prueba, ocasionando indefensión constitucional;
ii) cuando admitida una prueba, no se práctica a causa de una inactividad de exclusiva responsabilidad del
órgano judicial; iii) cuando admitida inicialmente la práctica de una prueba, el órgano judicial deniega
posteriormente dicha práctica mediante una nueva resolución, bien de oficio o a causa de algún recurso de
parte que le haga modificar su inicial decisión; y iv) cuando la prueba admitida se practica fuera de la sede o
31 de 114
X Pleno Casatorio Civil
del plazo legalmente previsto, a causa de negligencia de los órganos judiciales, y no se delimita luego su
unión a los autos o no se tiene en cuenta en la sentencia o resolución definitiva107.
Un adecuado sentido de este derecho importa que las pruebas no se actúen de cualquier manera,
sino que se debe expeditar en estricto respeto del derecho de contradicción; de este modo, se propiciará la
participación conjunta de las partes108. Esto significa que el derecho a la prueba conlleva además la exigencia
de asegurar o tutelar la intervención en la actuación de la prueba de la contraparte con el objeto de
controvertir la validez y eficacia de los medios de prueba que las partes libremente consideren pertinente,
indistintamente de que el justiciable lo haya ofrecido o presentado al proceso.
32 de 114
X Pleno Casatorio Civil
correcta valoración de las pruebas se debe ver reflejada en la fundamentación o motivación que exponga la
sentencia115.
acerca de la exigencia de valorar motivadamente la prueba desarrollada en el proceso, no podemos desconocer que en la
práctica judicial puede soslayarse mediante el uso torticero del denominado expediente de la apreciación conjunta de las
pruebas, consistente en la declaración del órgano jurisdiccional por la que se limita a manifestar que el material probatorio ha
sido valorado «en conjunto» o «conjuntamente», con omisión de la necesaria justificación racional de las causas por las que
se ha concedido validez a los datos fácticos probados en el proceso, esto es, sin especificación de las fuentes y medios
valorados positiva o negativamente por el legislador116.
1.3.3.1. Pertinencia
Una de las principales limitaciones que afronta este derecho fundamental es la pertinencia119, que se
presenta cuando el medio de prueba presentado u ofrecido tiene vinculación con el objeto del proceso y con
115 La Corte Suprema en la Cas. n.o 210-03, Lima, en la parte final del f. j. 5, ha sostenido que «el derecho de prueba no solo
comprende derechos sobre la propia prueba, sino además contra la prueba de la otra parte, y aún la actuada de oficio; asimismo
comprende el derecho a obtener del órgano jurisdiccional una motivación adecuada y suficiente de su decisión, sobre la base de
una valoración conjunta y razonada de la prueba actuada».
116 PICÓ I JUNOY, Joan. «El derecho a la prueba en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil», op. cit., p. 43. En el sistema procesal civil
peruano, se habla de una valoración conjunta de los medios de prueba, tal como lo describe el artículo 197 del CPC: «Todos los
medios probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en la
resolución solo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su decisión». Empero, en muchos
casos, este dispositivo legal es utilizado para realizar incorrectamente motivaciones aparentes o genéricas, que atentan
directamente contra el derecho a la prueba.
117
PICÓ I JUNOY, Joan. «El derecho a la prueba en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil», op. cit., p. 44.
118 Es del mismo criterio, en la doctrina nacional, la jurista Ariano Deho, quien manifiesta: «Pertinencia y licitud. He aquí los únicos
límites que se pueden poner a la admisibilidad de los medios probatorios ofrecidos por las partes como f. j. de sus afirmaciones
fácticas. ARIANO, Eugenia. «El derecho a la prueba y el Código Procesal Civil», op. cit., p. 184.
119 Cfr. TARUFFO, Michele: La prueba de los hechos, Trotta, Milano, 2002, pp. 364 ss.; FERRER BELTRÁN, Jordi. «Derecho a la prueba y
33 de 114
X Pleno Casatorio Civil
lo que constituye thema decidendi para el juzgador120. De no suceder de esta manera, deviene en
constitucional que la prueba pueda ser declarada impertinente y, como tal, sea rechazada por el juez. Ariano
Deho comenta este límite manifestando: «está determinada por lo que se pretende acreditar con tal medio, y
aquello que se pretende acreditar es el denominado “tema de prueba” (thema probandum), es decir, aquel
conjunto de hechos concretos que constituyen en un particular proceso “objeto de prueba”»121. Siendo así, es
constitucional que una prueba sea rechazada o inadmitida por considerase impertinente. Muñoz Sabaté
afirma que hay impertinencia en estos casos: i) cuando pretenda probar un hecho imposible; ii) cuando
pretenda valerse de instrumentos totalmente desproporcionados para la obtención del fin; iii) cuando sea
superflua, puesto que recae sobre hechos notorios, intrascendentes, hechos ya comprobados o hechos no
controvertidos; iv) cuando pretenda un objetivo totalmente extraño al proceso; y v) cuando carezca de base
fáctica122.
Los supuestos de pertinencia son fijados por el legislador, se entiende que con un criterio de
racionalidad. Por ejemplo, la aplicación de ello se ve reflejada en el artículo 190 del CPC, que establece:
«Los medios probatorios deben referirse a los hechos y a la costumbre cuando esta sustenta la pretensión.
Los que no tengan esa finalidad, serán declarados improcedentes por el juez». También, el juzgador de
primera instancia (a quo) tiene la oportunidad de determinar tal situación. Sin embargo, esta labor también se
puede hacer a nivel de segunda instancia (ad quem) al momento de realizar la revisión de los casos.
1.3.3.2. Licitud
Este límite pone énfasis en el hecho de que las pruebas deben respetar los derechos fundamentales, esto es,
si mediante el ejercicio del derecho a la prueba se atenta, directa o indirectamente, contra otro derecho
fundamental, la prueba utilizada puede ser considerada como prueba ilícita, y por lo tanto también ser pasible
de restricción y exclusión del proceso. Del mismo modo, Picó i Junoy sostiene que «otro límite del derecho a
la prueba lo constituye la licitud de la prueba» y lo describe indicando que «existe tal licitud cuando la prueba
ha sido obtenida o practicada sin infracción de los derechos fundamentales»123.
El ordenamiento peruano en el apartado «h» del inciso 24 del artículo 22 de la Constitución
prescribe el derecho a que se establezca la invalidez de las declaraciones obtenidas mediante el uso de la
violencia en sentido lato. Esta facultad tiene como finalidad enervar el valor jurídico de aquellas revelaciones
o exposiciones alcanzadas mediante cualesquiera de las formas de agresión anteriormente señaladas124.
Este límite se puede presentar en diversos contextos, procesos jurisdiccionales ordinarios u constitucionales.
En efecto, si bien la dogmática procesal penal ha sido la que más ha profundizado y explorado este tema, no
es menos cierto que tal problemática se extiende también en forma objetiva a otras disciplinas procesales,
120 Cfr. PICÓ I JUNOY, Joan. Las garantías constitucionales del proceso, p. 146.
121 ARIANO DEHO, Eugenia. «El derecho a la prueba y el Código Procesal Civil», op. cit., p. 182.
122 MUÑOZ, Luis. Técnica probatoria. Estudios sobre las dificultades de la prueba en el proceso. Segunda edición. Barcelona: Praxis,
1983, pp. 75 y ss.
123 PICO I JUNOY, Joan, op. cit., p. 147.
124 Véase la STC Exp. n.o 2333-2004-HC/TC, f. j. 2.5.
34 de 114
X Pleno Casatorio Civil
incluso las de tipo procesal civil125. Sobre el particular, Picó i Junoy ha señalado que «si bien es cierto que la
doctrina ha centrado el estudio de la misma en los procesos penal y laboral, debido sin duda alguna a los
peculiares intereses que en ellos se debaten, la incidencia de la prueba ilícita en el proceso civil [...] es
indiscutible y plantea numerosos problemas a los que deben darse adecuadas respuestas»126.
En el plano normativo se puede observar que todos los textos procesales vigentes del ordenamiento jurídico
peruano (también en el derecho comparado del civil law y common law127) reconocen expresamente ciertos
poderes probatorios al juez (en mayor o menor amplitud); desde los poderes para calificar la admisión de las
pruebas aportadas por las partes hasta la iniciativa probatoria ex officio que es materia del presente caso.
Empero, esta normalización positiva no parece ser suficiente para quienes ponen en cuestión su legitimación
jurídica en nuestro sistema jurídico. Por esta razón, es necesario una justificación fundamentalmente de tipo
constitucional. Lo que significa que la relevancia del análisis de la institución de la prueba de oficio rebasa
los límites de la mera legalidad e introduce sus raíces en el ámbito constitucional. En efecto, en esta sección
se pretende esclarecer si la atribución de estos poderes probatorios es compatible (o no) con un Estado
constitucional; en otras palabras, se busca determinar si cuando el juez asume una posición activa en la
iniciativa de aportación de un nuevo elemento de prueba —en cumplimiento de su función directiva del
proceso— no está infringiendo alguna norma o principio reconocido en la Constitución.
Con la existencia de los Estados modernos, el ejercicio de la función jurisdiccional asume vital importancia
para la determinación y tutela de los múltiples derechos materiales o situaciones jurídicas sustantivas en
general, es decir, se pone de relieve la necesidad de una correcta y adecuada aplicación de las normas al
caso concreto a través del proceso128. En el cumplimiento de esta función de dirección del proceso
paulatinamente se han presentado diversos modelos de administración de justicia, que en síntesis se podría
125 El modelo procesal civil peruano al referirse a los medios de prueba obtenidos con afectación de otros derechos, los sanciona
con su ineficacia. Así, se puede apreciar en el artículo 199 del CPC, que se señala lo siguiente: «Carece de eficacia probatoria la
prueba obtenida por simulación, dolo, intimidación, violencia o soborno».
126 PICO I JUNOY, Joan. El derecho a la prueba en el proceso civil, p. 284.
127 Por ejemplo, en Francia el Código Procesal Civil vigente establece en su artículo 10 lo siguiente: «El Juez tiene la autoridad de
ordenar de oficio todos los medios de instrucción legalmente admisibles». Conviene precisar que en la actualidad distinguir con
claridad entre las tradiciones del civil y common law es cada vez más cuestionable (VAN RHEE, R. «Tradiciones Europeas en el
Procedimiento Civil: Una introducción». Revista de Estudios de la Justicia, n.° 15, 2011, p. 18); pero no se puede negar que
todavía mantiene buena parte de su virtualidad como para referirse a las fuentes de producción normativa o valor de la
jurisprudencia (GASCÓN INCHAUSTI, F. «Características de los grandes sistemas de investigación penal del Derecho comparado».
Cuadernos Digitales de Formación, n.° 4, 2011, p. 6).
128 Desde este punto de vista, se entiende al proceso como el instrumento por el que se ejerce la función jurisdiccional, es decir, la
concretización del poder del Estado (GUASP, Jaime. Estudios jurídicos. Madrid: Civitas, 1996, p. 282).
35 de 114
X Pleno Casatorio Civil
resumir en dos sistemas, que la doctrina procesal suele denominar: dispositivo y publicista129. En efecto, es
posible afirmar que el ejemplo de proyección de la idea individualista que subyace en el primer sistema se
puede encontrar en los textos procesales que siguieron de modelo al texto procesal luego de la Revolución
francesa hasta la primera parte del siglo XIX. Situación que se ve reflejada en lo que algunos teóricos del
proceso denominan principio dispositivo, a fin de poner en relieve las facultades de las partes o justiciables
en general para el inicio, impulso y culminación del proceso civil.
Como secuela de ello se ponen de manifiesto, por ejemplo, los siguientes rasgos: nemo jure sine
actore, el mismo que da cuenta de que el juzgador no puede iniciar de oficio; quod non est in actis non est in
mundo130, que significa que los jueces no pueden considerar pruebas que no hayan sido presentadas por las
partes; secundum allegata et probata, en virtud del cual la decisión judicial final debe ser el resultado de lo
alegado y probado; y finalmente en eat ultra petita partium, que representa que el juez no puede condenar a
más ni a otra cosa que lo pedido en la demanda. Empero, con la evolución del pensamiento jurídico
constitucional, la ideología individualista que estaba detrás de tal principio fue expuesta a fuertes críticas que
llevaron a su impostergable revisión131. Es así que desde la segunda mitad del siglo XIX surgió en gran parte
del derecho continental la tendencia en favor de una publicización del proceso, con la pretensión de hacer
frente a la exagerada influencia del liberalismo frente a los problemas de igualdad material entre los
ciudadanos que se presentaban a los tribunales de justicia en busca de la tutela de sus derechos
sustantivos.
La idea principal que subyace es poner en evidencia que a pesar de que en los procesos se
debaten derechos materiales (privados) reconocibles a las justiciables, esto no podría justificar de modo
alguno que la determinación o el resultado del proceso pueda establecerse de manera igualitaria y lo más
justa posible132. Lo que sigue de ello fue un cambio de pensamiento en el modo de comprender la dirección,
proceso y sobre todo la necesidad de replantear el rol pasivo que venían desempeñando los jueces
orientándolo a asumir una función más activa hasta convertirse también en un protagonista del proceso en
aras de la naturaleza pública del proceso judicial.
129 Cfr. DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Compendio de la prueba judicial. Tomo I. Buenos Aires: Rubinzal-Culzoni, 2000, p. 49.
130 Alsina reconoce al sistema dispositivos los siguientes rasgos: (i) el juez no puede iniciar de oficio (nemo jure sine actore); (ii) el
juez no puede tener en cuenta hechos ni medios de prueba que no han sido aportados por las partes (quod non est in actis non
est in mundo); (iii) el juez debe tener por ciertos los hechos en que las partes estén de acuerdo (ubi partis sunt conocerdes nihil
ab judicem); (iv) la sentencia debe ser de acuerdo con lo alegado y probado (secundum allegata et probata); (v) el juez no puede
condenar a más ni a otra cosa que la pedida en la demanda (en eat ultra petita partium). (ALSINA, Hugo. Tratado teórico práctico
de derecho procesal civil y comercial. Tomo I. Segunda edición. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa- América, 1961,
p.105).
131 Según Taruffo, la orientación en los ordenamientos del civil law hasta finales del siglo XIX, era que el juez debía asumir un rol
pasivo en la dirección del proceso, dado que eran las partes las que debían iniciar, impulsar y tramitar las principales actuaciones
judiciales como la carga de aportar pruebas pertinentes para la concesión de sus pretensiones; limitando al juez a únicamente
decidir el caso sobre las pruebas ofrecidos por los justiciables. (TARUFFO, Michele. La prueba, op. cit., pp. 109-112).
132 Como sucedió en Europa con las reformas procesales de la primera mitad del siglo XX, en oposición a la clásica idea
individualista del proceso de marcada ascendencia liberal, centrada en los poderes de las partes (GUASP, Jaime, op. cit., p. 281).
Sobre la evolución de los sistemas procesales contemporáneos puede verse TROCKER, N., «Il processo civile in prospettiva
comparatistica: recenti tendenze evolutive». En Rassena forense, Vol. 39, fascicolo 3, 2006, pp. 1482-1484, citado por ALFARO
VALVERDE, Luis. «Justificación epistémica de los poderes probatorios del juez». En Revista Judicial del Santa, n.° 3, 2019, p. 162.
36 de 114
X Pleno Casatorio Civil
133 En la jurisprudencia constitucional también se estila hablar del principio de dirección judicial del proceso que se “delega en la
figura de juez constitucional el poder-deber de controlar razonablemente la actividad de las partes, promoviendo la consecución
de los fines del proceso de manera eficaz y pronta” (Res. n.º 1030-2007-PHC/TC Piura, f.j. 7).
134 En este mismo criterio, Trocker afirma no se puede ceder a la falacia argumentativa de que la atribución de los poderes del juez
implica una proporcional disminución a las posiciones procesales de las partes. (TROCKER, N. «Poteri del giudice e diritti delle parti
nel processo civile: gli insegnamenti di Calamandrei e le riforme processuali in Europa». En SCARSELLI, Giuliano. Poteri del giudice
e diritti delle parti nel processo civile. Quaderni de «Il giusto processo civile», Vol. 4, luglio. Napoli: Edizioni Scientifiche Italiane,
2010, p. 169), citado por ALFARO VALVERDE, Luis. «Justificación epistémica de los poderes probatorios del juez», op. cit., p. 163.
135 STC n.o Exp. n.o 01293-2011-PA/TC LIMA, f. j. 12.
136 RADBRUCH, G. Introducción a la ciencia jurídica. Madrid: Revista de Derecho Privado, 1930, p. 188.
137 FABIANI, Ernesto. I poteri istruttori del giudice civile. I. Contributo al chiarimento del dibattito. Univ. degli Studi del Sannio. Sezione
giuridico – sociale, Vol. 55., agosto. Napoli: Edizioni Scientifiche Italiane, , 2008, p. 734. El autor precisa que la escena peligrosa
no es la coexistencia de los poderes del juez, sino la coexistencia entre poderes del juez no limitados y poderes de las partes
fuertemente circunscrito a un sistema de preclusiones rígidas, citado por ALFARO VALVERDE, Luis. «Justificación epistémica de los
poderes probatorios del juez», op. cit., p. 163.
37 de 114
X Pleno Casatorio Civil
trascienda las formas jurídicas y pueda conocer la realidad que preexiste, debiendo asumir su compromiso
como funcionario activo y garante de las diversas situaciones jurídicas sustantivas de ventajas.
Acorde a este mismo razonamiento Prieto Sanchís sostiene que el Estado constitucional parece
reclamar una nueva teoría del derecho, una nueva explicación que se aleja de los esquemas del llamado
positivismo teórico. El constitucionalismo requiere una nueva teoría de las fuentes alejada del legalismo, una
nueva teoría de la norma que dé entrada al problema de los principios, y una reforzada teoría de la
interpretación, ni puramente mecanicista ni puramente discrecional138. Ergo, el juez es el llamado a asumir las
medidas que coadyuven a la emisión de una decisión justa. Como consecuencia de esto, el Estado, en su rol
de administrar justicia, ha dotado a los jueces de diversos poderes con la finalidad garantizar a todo
ciudadano el respeto del debido proceso. En concordancia con este propósito, el juez de los hechos tiene la
potestad de disponer aquellos elementos de prueba que estime pertinentes y relevantes para una más
certera reconstrucción de los hechos del caso materia de la decisión final que se oriente a la búsqueda de la
verdad. De esto se puede desprender la exigencia constitucional del Estado en favor de la idea de justicia
material, que requiere un mayor compromiso del juez tanto por la tutela de los derechos materiales cuanto
por la búsqueda de la verdad.
Así, respecto de la finalidad de tutelar los derechos sustantivos de los ciudadanos, la idea básica es
que desarrolle su rol en pro de sus derechos subjetivos139, que de cierto modo permita una nueva revisión y
superación de las reglas formales que establecen los mecanismos o instrumentos para procurar su
efectividad, como principal rasgo de la tutela jurisdiccional que nos brinda el Estado140. En este contexto, un
Estado constitucional demanda que la función jurisdiccional se logre a través de la aplicación y consolidación
del ordenamiento normativo material. Lo que significa, entre otras cosas, que una decisión judicial que aspire
a ser justa deba tener como premisa básica el conocimiento de los hechos que pueda calificarse como
verdadero, a partir de la búsqueda del equilibrio entre la búsqueda del valor de verdad y la efectividad de las
situaciones jurídicas sustantivas. Para ello es justificable que se empodere a los jueces de nuestro país, en
el sentido de que son los primeros llamados a ejercer una función directiva del proceso que esté pensada en
materializar un orden justo que se soporte en decisiones que consulten la realidad y permitan la vigencia del
derecho sustancial, y con ello la realización de la justicia material.
138 PRIETO SANCHÍS, Luis. Derechos fundamentales, neoconstitucionalismo y ponderación judicial. Lima: Palestra Editores, 2002, p.
120.
139 Ferrajoli considera que derecho subjetivo es cualquier expectativa positiva (de prestaciones) o negativa (de no sufrir lesiones)
adscrita a un sujeto, prevista asimismo por una norma jurídica positiva, como presupuesto de su idoneidad para ser titular de
situaciones jurídicas y/o autor de los actos que son ejercicio de estas. (FERRAJOLI, Luigi. Derechos y garantías. La ley del más
débil. Madrid: Editorial Trotta S. A., 1999, p. 37)
140 Para Chamorro Bernal la efectividad de la tutela jurisdiccional constituye el rasgo elemental de este derecho constitucional, de tal
manera que una tutela que no fuera efectiva, por definición, no sería tutela. (CHAMORRO BERNAL, Francisco. La tutela judicial
efectiva, Barcelona: Bosh, 1994, p. 276).
38 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Efectivamente, la Constitución garantiza a todo ciudadano el derecho de acceso al sistema de justicia (como
contenido implícito de la tutela jurisdiccional efectiva prevista en el artículo 139, inciso 3141, lo que demuestra
palmariamente que la realización de la justicia es una de las funciones fundamentales para el Estado, sobre
todo si se precia de ser constitucional. Es en este contexto que el valor de verdad asume gran importancia en
la resolución de las controversias intersubjetivas, pues como se sabe una sentencia que esté fundada en la
determinación errada de los hechos difícilmente podría catalogarse como justa. Posición que comparte Parra
Quijano, quien sostiene que el ejercicio de la facultad probatoria del juez es pertinente para lograr un buen
análisis del acervo probatorio que conduzca a la verdad del proceso, que se sumerge tanto en su experiencia
como en su conocimiento142. De esta manera, se colige que la verdad en el proceso es la condición necesaria
(aunque no suficiente) de la justicia. Hecho que es de alta relevancia en la Constitución que legitima el mismo
Estado, debiendo orientar su actividad hacia la búsqueda de la verdad y de esta manera lograr la justicia.
No obstante, esta relación (verdad-justicia) es muy discutida en la doctrina procesal y en la filosofía
del derecho143. Hay quienes sostienen que en el proceso no puede hablarse necesariamente de verdad, a lo
mucho puede ser algo contingente, dado que puede lograrse o no mediante el proceso; otros afirman que la
verdad se presenta en un contexto distinto al proceso, por lo que para lograr la justicia es necesario que el
juez deba reconstruirla144. También se ha dicho que el sentido de verdad que se puede aseverar en el
proceso es relativo, por tanto, la función de la prueba no es la búsqueda de lo acaecido sino el
convencimiento del juzgador. Al respecto, Taruffo precisa que «en rigor, no es verdad que haya una
incompatibilidad entre el proceso como solución de conflictos y la búsqueda de la verdad de los hechos, ya
que se podría razonablemente decir que un buen criterio para resolver los conflictos es el de fundamentar la
solución sobre una determinación verdadera de los hechos que están en la base de la controversia»145.
De esta manera, conforme a las posiciones antes anotadas, si bien parece dificultoso establecer un
acuerdo sobre qué se puede entender por verdad en el contexto, no se puede desconocer que se trata de un
fin (como un ideal regulativo) que el proceso tienda a aproximarse a la verdad. Por ello, la posición más
compatible con los cánones constitucionales es aquella que sostiene que solo puede realizarse la justicia
material, cuya búsqueda hace parte de la esencia del Estado constitucional, cuando el proceso se dirige a
encontrar la verdad146. De esto se desprende la estrecha relación entre modelo (mixto) de proceso y la
correcta determinación de los hechos guiados por el valor de verdad como elemento relevante en la
preocupación contemporánea del Estado constitucional.
39 de 114
X Pleno Casatorio Civil
147 TARUFFO, Michele. Teoría de la prueba. ARA Editores, Lima, 2012, p. 164. Esta posición ideológica sostiene que la finalidad del
proceso es la solución de disputas mediante decisiones justas, por ello «la justicia de la decisión es un factor determinante de la
justicia del proceso» (TARUFFO, Michele. La prueba. Traducción al castellano de L. Manríquez y J. Ferrer. Madrid: Marcial Pons,
2008, p. 235).
148 Conviene precisar que la existencia de los límites jurídicos y prácticos para la búsqueda de la verdad no puede ser razón
suficiente para afirmar que la verdad en el proceso no se puede ser conseguida. Desde luego, la actividad cognoscitiva tiene
parámetros de diversas naturalezas, pero no por esto se deja de decir que jamás será conocida. Por ejemplo, en los sistemas
procesales existen normas que precluyen o hacen difícil el acercamiento de la verdad, pero no significa que el sistema sea
inadecuado o que sea improbable que se produzca una decisión justa. Para un estudio detallado sobre la teoría de la dicción
judicial justa puede verse: TARUFFO, Michele. «Idee per una teoría della decisione giusta», en Rivista trimestrale di diritto e
procedura civile, Vol. 51, n.° 2, 1997, pp. 315 y ss; CHIARLONI, Sergio. «Giusto processo, garanzie processuali, giustizia della
decisione». En Rivista trimestrale di diritto e procedura civile, Vol. 62, n.º 1, 2008, pp. 129 y ss.
149 Devis Echandía, Hernando, Teoría general de la prueba judicial, Tomo I, Temis, Bogotá, 2002, pp. 4-5. En este sentido considera
que si el juez es parte del Poder Judicial y este, a su vez, integra, junto al Ejecutivo y el Judicial, el Estado, las posiciones sobre
el nivel de intervención del juez se presenta como un reflejo del papel que corresponde al Estado en los asuntos —por lo
general— privados. (BONET, J. «Prueba de oficio souer (un cóctel técnico entre verdad y garantías», Revista de la Maestría de
Derecho Procesal, Vol. III, n.° 1, 2009, p. 2).
150 No se puede negar que la prueba de oficio tiene una gran incidencia, por un lado, con el acto final con el que se consuma la
jurisdicción como autoridad pura y, por el otro, con el hecho de que el proceso debe organizarse de tal forma que se pueda
procurar coincidir dicha autoridad con la justicia (FABBRINI, G. «Potere del giudice (dir. proc. civ.)». En Enciclopedia de Diritto,
Giuffrè Editore, Tomo XXXIV. Milano, 1985, p. 721). Se trata de la proyección de la antigua relación de tensión existente entre la
autoridad e individuo, o mejor entre el deber del Estado y los derechos del cuidadano (RUSSEL, B. Autoritat e individuo. Milano:
Loganesi & C, 1970, p. 50, citado por ALFARO VALVERDE, Luis. «Justificación epistémica de los poderes probatorios del juez», op.
cit., p. 162).
40 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Habiéndose demostrado la justificación constitucional de la prueba de oficio, corresponde ahora analizar los
fundamentos teóricos que nos permitan tener una mejor comprensión del fenómeno. Antes de ello, conviene
advertir que los teóricos que examinan el fenómeno probatorio en general han tenido mayor atención en los
problemas derivados de aquellas disposiciones normativas que regulan dicho poder probatorio. De hecho, no
se puede negar que la formulación del enunciado legal (artículo 194 CPC) no es técnicamente muy precisa
(como se va a evidenciar en las siguientes secciones); empero, no se puede incurrir en la creencia de que
con ello se culmina su estudio, que no hay nada más que revisar; pues de ser así estaríamos incurriendo en
una falacia normativista151. Máxime si en la actualidad el estudio de la prueba se presenta como un ámbito
multidisciplinario (Evidence as a multi-disciplinary subject)152. Similar situación se puede observar en la
doctrina procesal, que trabaja sobre las cuestiones relacionadas con el estudio de la prueba de oficio.
Por esta razón, antes de analizar los problemas de tipo normativo y jurisprudencial que presenta la
prueba de oficio, se hace necesario que nos detengamos a examinar los fundamentos teóricos y las
concepciones filosóficas que están detrás de la prueba de oficio. Con esta finalidad se revisará, en primer
orden, el problema de tipo metodológico o de aproximación del proceso; para ello es necesario que se
revisen las diversas orientaciones ideológicas que subyacen a las pruebas de oficio y determinan su
orientación. Pero esto no parece ser suficiente, sino que es necesario que se revise —o al menos se ponga
en discusión— el discurso de los sistemas procesales adversarial (acusatorio) e inquisitivo, como una forma
usual de plantear el problema. La idea es verificar el suficiente rendimiento explicativo que puede tener (o no)
esta manera de comprender la prueba de oficio. Como derivación de ello, se revisará el discurso del
garantismo y eficientismo, que en la doctrina procesal se encuentra muy presente cuando se habla de los
poderes probatorios en estudio. Finalmente, se ubicará al tema en cuestión en un contexto diferente al
típicamente mencionado, esto es, en el contexto de los modelos y la función que puede cumplir el proceso.
Tal como se ha manifestado anteriormente, existe un descuido de la doctrina jurídica procesal al momento de
analizar las pruebas de oficio, en el sentido de que no es usual que se revisen los fundamentos teóricos o
ideológicos que subyacen. Empero, es posible advertir —aunque en menor proporción— que existen algunos
intentos por revelar las concepciones teóricas subyacentes. Siendo así, el propósito de esta sección es
examinar la metodología o estrategia teórica que algunos teóricos utilizan para aproximarse al estudio de las
pruebas de oficio, que no sea únicamente un análisis normativo. Al respecto, es posible evidenciar que
existen diversos modos de acercarse a su estudio, cada uno con más controvertidos que otros; no obstante,
151 GONZALEZ LAGIER, Daniel. «Hechos y argumentos (Racionalidad epistemológica y prueba de los hechos en el proceso penal) (I)”.
En Jueces para la democracia, n.° 46, 2003, p. 17. Cfr.: FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba, p. 16.
152 TWINING, William, op. cit., pp. 436-456.
41 de 114
X Pleno Casatorio Civil
es suficiente con analizar dos de las posiciones que son más utilizadas: a) la concepción publicista y
privatista del proceso y b) el modelo adversarial e inquisitorial de proceso.
Con este mismo razonamiento, Trocker sostiene que no tiene sentido insistir sobre las categoríaías
como «privado» y «público», para identificar salidas al problema probatorio específico y en general del
proceso, ya que no son más portadores de efectivos valores y adecuados instrumentos de solución de
problemas que están llamados a enfrentarse153. En efecto, Taruffo también es crítico al sostener que, si
únicamente se entendiera al proceso civil como un método «privado» de solución de las controversias, podría
preferirse siempre un modelo de proceso inspirado en la ideología legal-racional de la justicia a una ideología
según la cual el libre enfrentamiento entre privados fuese el único criterio aceptable para la resolución de los
conflictos154.
En definitiva, el proceso es en rigor un instrumento de tutela de las situaciones jurídicas sustantivas
privadas (esto es indiscutible sobre todo en los procesos no penales); pero a la vez se trata de un medio por
el que se desarrolla la función jurisdiccional del Estado. Comparte esta idea Cappelletti, para quien el
derecho procesal (y el proceso) es de derecho público porque es un instrumento de tutela de derecho
privado, pero también representa al mismo tiempo una función pública del Estado, siendo este el interesado
en un ordenado, rápido, orgánico e imparcial ejercicio de aquellas funciones155. Siendo así, el uso de esta
concepción del proceso para explicar y justificar las pruebas de oficio es incorrecto, motivo por el cual en la
literatura procesal contemporánea ya no es frecuente que los autores apelen a este método de aproximación.
42 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Aunque con algunos caracteres comunes al anterior, están quienes parten el análisis de las pruebas de oficio
tomando en consideración de la contraposición de los sistemas adversarial e inquisitorial. Pero vale la pena
precisar que, desde el punto de vista terminológico, estos modelos también son presentados en los procesos
no penales, en algunas ocasiones como sistema privatistístico/dispositivo156 y en otras como sistema
publicístico/inquisitivo. A su vez, en el contexto del proceso penal es más común observar que se utilicen las
fórmulas: sistema acusatorio/adversarial y sistema inquisitorial. Cualquiera sea el proceso que se examine,
parece ser un lugar común que cuando se habla de pruebas de oficio se las ubica irreflexivamente en el
sistema inquisitorial o inquisitivo.
Una de las cuestiones que han recibido estos modelos —como afirma Taruffo— es que, desde el
punto de vista histórico, en los sistemas de enjuiciamiento civil nunca ha existido un sistema o modelo que
pueda caracterizarse categóricamente como inquisitivo157. De modo que, siguiendo a Damaška, bien podría
sostenerse que esta manera de proponer el problema ya no tiene significado y que inclusive debe
abandonarse158, aunque cuando se habla de proceso penal no sucede necesariamente lo mismo159, por lo
que el problema no estaría del todo cerrado. De hecho, Cavallone ha manifestado que la contraposición
«principio dispositivo» y principio inquisitorio se encontraba en el centro de la atención de los estudios al
menos por dos siglos (XIX y XX). Lo sintomático es que, a diferencia del caso anterior, el presente es donde
se puede afirmar que hay mayor acuerdo entre autores que la comparten; no obstante, conviene tener
cuidado, pues, como afirma Damaška, a veces se proclama el consenso respecto a puntos sobre los cuales
los acuerdos no son más que logros retóricos160.
Como se aprecia, es necesario que nos detengamos un momento para analizar algunos aspectos
históricos de la clásica dicotomía adversarial-inquisitorial, a fin de determinar si todavía tiene la fuerza
explicativa que permita comprender mejor el proceso en general y las pruebas de oficio en particular. No es
exagerado reconocer que cuando se habla del sistema adversarial (o acusatorio) no todos entienden lo
mismo161. Damaška afirma que en el siglo XII se usaba esta dicotomía para distinguir un proceso que
156 Es usual que las categorías inquisitorial y adversarial vengan precedidas de las expresiones sistemas o modelos sin expresar las
razones de ello. Pero se sabe que sistema es aquel conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados
entre sí que contribuyen a determinado objeto, mientras que modelo significa: arquetipo o punto de referencia para imitarlo o
reproducirlo (DRAE: 2014). Por ello a lo mucho se puede hablar de sistemas y no tanto de modelos; sin embargo, el uso
indiscriminado de estas expresiones y su falta de precisión puede ser también una de las causas que contribuyen a la confusión
del problema estudiado. En el mismo sentido Gascón Inchausti explica que los modelos se diseñan identificando los elementos
comunes que definen a los sistemas que se rigen por aquellos y que la inclusión de un sistema concreto a un modelo permite
conocer los rasgos definitorios de aquel. No obstante, termina diciendo que hoy en día la división pervive, pero no es tan útil.
(GASCÓN INCHAUSTI, Fernando. «Características de los grandes sistemas de investigación penal del Derecho comparado», op.
cit.,, pp. 3-4.
157 TARUFFO, Michele. El proceso civil adversarial en la experiencia americana. El modelo americano del proceso de connotación
dispositiva. Bogotá: Editorial Temis S. A., 2008, p. 10.
158 DAMAŠKA, Mirjan. Las caras de la justicia y el poder del Estado. Análisis comparado del proceso legal. Santiago: Editorial Jurídica
de Chile, 2000, p. 17.
159 Cfr. GÓMEZ COLOMER, J. «Adversarial system, proceso acusatorio y principio acusatorio: una reflexión sobre el modelo de
enjuiciamiento criminal aplicado en los Estados Unidos de Norteamérica». En Revista del Poder Judicial. Propuestas para una
nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, número extraordinario 19, 2006, pp. 25-77.
160 DAMAŠKA, Mirjan, op. cit., p. 10.
161 ILLUMINATI, G. Compendio di procedura penale. Padova: Cedam, 2003, p. 637, citado por BACHMAIER WINTER, Lorena. «Sistemas
procesales: la hora de superar la dicotomía acusatorio-inquisitivo». En Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla A.C.,
n.° 24, 2009, p. 174.
43 de 114
X Pleno Casatorio Civil
requiera el impulso de una parte para ponerse en marcha (processus per accusationem), de un proceso que
podía iniciarse en su ausencia (processus per inquisitionem)162. Pero su uso para fines comparativos entre
sistemas de justicia —que comúnmente se puede advertir en la literatura procesal— recién surgió durante el
siglo XVIII, cuando la doctrina y las autoridades políticas en Europa continental, buscando opciones al
proceso penal del Antiguo Régimen, se interesaron en el proceso penal inglés como posible modelo de
reforma; usando la categoría acusatorio para aludir al proceso penal anglosajón, e inquisitivo para referirse al
proceso penal del Antiguo Régimen (o de la Europa continental de ese momento). Con posterioridad, las
jurisdicciones anglosajonas empezaron a utilizar la expresión adversarial de modo similar a acusatorio163.
Como se observa, la preferencia por estas terminologías no siempre aludía a las jurisdicciones
anglosajonas y continentales europeas, respectivamente. Además, se debe tener en cuenta que el contenido
que en un inicio se les dio fue diverso; por ejemplo, mientras que un proceso adversarial suponía que el
proceso estaba controlado por las partes, el tribunal (que era un árbitro pasivo) no procuraba obtener la
confesión del acusado para probar su culpabilidad, y los casos se decidían en audiencias orales a través de
jurados. El sistema inquisitivo estaba controlado por el tribunal (sujeto a su propia iniciativa), que tenía como
funciones investigar y juzgar el caso, se procuraba obtener la confesión del imputado como parte de la
investigación del caso, el procedimiento era escrito y secreto por jueces profesionales164.
Es necesario reconocer que su significado ha mutado en el tiempo y en diferentes contextos, ya que
únicamente el sentido básico de la oposición —siguiendo a Damaška— que permanece razonablemente
cierto es el siguiente: mientras el primero surge a partir de una contienda: como el compromiso de dos
adversarios que se hacen cargo de la acción judicial ante un juez relativamente pasivo, cuyo deber primordial
es dar un veredicto; el segundo está estructurado como investigación oficial y la mayor parte de las acciones
son llevadas a cabo por los funcionarios encargados de administrar justicia. Más allá de esta idea esencial,
comienzan las incertidumbres165. La indebida y antojadiza comprensión de los hechos históricos en relación
con dicha dicotomía, se ha convertido virtualmente en una especie de sombra que con frecuencia distorsiona
la realidad y no permite una buena aproximación al problema de los poderes probatorios del juez.
Se ha demostrado que el modo habitual de abordar el problema de la iniciativa probatoria en general y sobre
todo las atribuidas al juez, es equívoco y no corresponde a la realidad. Se ha comprobado, igualmente, que
no existe una necesaria relación entre dichos poderes y regímenes autoritarios. Los ordenamientos actuales
tienden a establecer una función activa del juez en la adquisición de pruebas para la determinación de los
hechos, complementaria y supletoria a la iniciativa probatoria de las partes; procurando asegurar el principio
dispositivo y la garantía del contradictorio. Esta dicotomía adversarial-inquisitorial a lo mucho puede
44 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Este modelo descrito por Damaška da cuenta de que la única función del proceso es resolver las
controversias, poniendo fin a los conflictos entre individuos. Se deja exclusivamente a las partes la tarea de
gestionar a su voluntad la contienda procesal y la iniciativa de proposición de pruebas. El juez se encuentra
en la situación de un árbitro pasivo, que cumplirá su labor de juzgar solo desde los elementos de juicio que
las partes le hayan proporcionado. Además, no existe una real preocupación por la calidad de la decisión
final. Este modelo se ajusta a la idea de un Estado reactivo o de laissez faire170. El proceso es aceptado
como justo en la medida en que se base en el libre juego de las partes y que sea equitativo, es decir, se
funda en la idea de una justicia procedimental (procedural justice), dejándose de lado el éxito del proceso en
el que se tiene una la idea de una justicia sustantiva (substantive justice)171.
Respecto a la prueba y la determinación de la verdad de los hechos podría prescindirse de ellos en
el proceso, pues son entendidas como un objetivo imposible de alcanzar. Con estos rasgos este modelo no
parece estar preocupado por procurar la calidad de la decisión final, en particular por la corrección de los
hechos172. Solamente las partes pueden desarrollar papel activo y probatorio; empero, no se tiene en cuenta
que la manera menos eficiente para descubrir la verdad de los hechos es limitarse exclusivamente a la
gestión probatoria de las partes. Pero si es cierto que la determinación de la verdad es algo prescindible, no
45 de 114
X Pleno Casatorio Civil
tendría sentido que se inicie un proceso en el que partes y el juez propongan y practiquen pruebas; pues
para ello bien podrían optar por otras vías quizá más eficaces, como por ejemplo acudiendo a los medios
alternativos de resolución de disputas, como la mediación o conciliación, que proponen soluciones más
rápidas y eficientes que aquellas que el proceso judicial173. El proceso y la adquisición de las pruebas —como
afirma Taruffo— tendrían como único propósito hacer que cualquier decisión y su relación con los hechos,
sea sencillamente aceptada por sus destinatarios174. En lo que atañe a las pruebas de oficio la consecuencia
es que no es necesario otorgar al juez alguna iniciativa de tipo probatorio que le permita determinar la verdad.
Este modelo pone en el centro del problema de la administración de justicia, fundamentalmente en la calidad
de la decisión, en concreto en una aplicación correcta y racionalmente justificada del derecho. Desde esta
idea el proceso no se trata tanto de una contienda entre individuos, sino se orienta a la obtención de
decisiones justas175. Uno de los presupuestos para que el proceso conduzca a decisiones jurídica y
racionalmente correctas, es que esté orientado a establecer la verdad de los hechos de la causa. Ninguna
decisión judicial puede considerarse legal y racionalmente correcta si se basa en una determinación errónea
de los hechos a los que se refiere.
Este modelo se conecta con la idea de Damaška en su propuesta de que el proceso esté dirigido a
la implementación de políticas públicas mediante la aplicación del derecho; vinculada a un tipo de Estado de
tipo activista176. El propósito del proceso sería la correcta aplicación de las consecuencias gurídicas previstas
en las leyes sustantivas, lo cual exige que las pruebas estén orientadas hacia la búsqueda de la verdad177. Al
juzgador le interesaría saber que quien gane el proceso deba hacerlo conforme al ordenamiento vigente y los
hechos llevados a cabo en la realidad. En esencia sería el derecho el que debe ser visto como un medio para
prevenir, gestionar y solucionar conflictos sociales178. Ferrer afirma que, si la idea del derecho es orientar las
conductas, para su cumplimiento requiere que en el proceso se apliquen dichas consecuencias jurídicas
cuando se realicen los hechos condicionantes.179
Respecto de la situación probatoria, desde este modelo cobra una vital importancia la verdad de la
determinación de los hechos. Se trata de una comprensión no formalista del debido proceso, es decir, un
proceso es justo porque está orientado a la obtención de decisiones justas. Desde este punto de vista, se
173 FERRER BELTRÁN, Jordi. «Los poderes probatorios del juez y el modelo de proceso», en Cuadernos Electrónicos de Filosofía del
Derecho, n.º 36, 2017, p. 91.
174 TARUFFO, Michele. La prueba, 2008, pp. 173-176.
175 Taruffo sintetiza su concepción de decisión judicial justa en la combinación de tres factores: a) la imparcialidad del procedimiento
(justicia procesal); b) la interpretación y el uso correcto de las predicciones legales sustantivas que gobiernan el caso y c) la
reconstrucción exacta, completa y veraz de los hechos del caso (TARUFFO, Michele, Teoría de la prueba, p. 302).
176 DAMAŠKA, Mirjan, op. cit.. p. 253.
177 Sobre esta idea, Ferrer afirma que implementar políticas públicas mediante el proceso presupone que las consecuencias jurídicas
(a través de las que se desarrollan las políticas) se apliquen a los casos previstos por el propio derecho. Para sustentar su
posición, indica que, si en los procesos se atribuye la responsabilidad civil al más fuerte y no al causante del daño, quedaría
totalmente frustrada la finalidad de guiar la conducta e implementar políticas a través del derecho (FERRER BELTRÁN, Jordi. «Los
poderes probatorios del juez y el modelo de proceso», op. cit., p. 92).
178 FERRER BELTRÁN, Jordi, op. cit., p. 91.
179 Id., p. 94.
46 de 114
X Pleno Casatorio Civil
favorecería la atribución de poderes al juez, normalmente están para complementar las iniciativas probatorias
de las partes cuando estas sean insuficientes para la adquisición de todas las pruebas necesarias para
adoptar una decisión que determine la verdad de los hechos. Es innegable que la tendencia actual de los
ordenamientos procesales orientados a conceder al juez un papel activo en la adquisición de las pruebas180
en donde no se renuncie a la determinación verdadera de los hechos, menos se puede pensar que ello
suponga una reducción en los poderes probatorios de las partes. Aunque para ser precisos la tendencia
actual estaría pensada en maximizar el derecho a la prueba, contradicción y poderes de instrucción al juez181.
Luego del análisis de estos modelos relativos a la función de los procesos, se puede afirmar que si
bien no sería sencillo ubicar sistemas procesales que se adecuen exactamente a tales esquemas
conceptuales generales; sin embargo, a diferencia de la dicotomía adversarial-inquisitorial tradicionalmente
utilizada, estos serían muy útiles cuando se trata de analizar el fenómeno de los poderes probatorios en el
proceso y especialmente de aquellos reconocidos al juez. Estos modelos pueden ser provechosos para fijar
un marco de referencia a partir del cual se presentan polos opuestos y extremos, que incluye posiciones
intermedias, que son las que representan la mayoría de los ordenamientos contemporáneos.
Entonces, queda demostrado que el modelo que más se aproxima o favorece el reconocimiento de
potestades probatorias al juez es aquel cuya función del proceso (y del derecho) está centrado en la calidad
de las decisiones, a partir de la implementación de políticas públicas mediante el derecho; conforme a una
reconstrucción verdadera de los hechos sobre la que fundará su decisión.
Habiéndose analizado las debilidades y fortalezas de los dos métodos o modelos ideológicos (dicotomía
teórica: inquisitivo/adversativo y modelos funcionales: resolución de controversia/correcta aplicación del
derecho) que a menudo se utiliza para el estudio de la prueba de oficio, está claro que el método más
apropiado y correcto para entender las orientaciones que presentan los sistemas de justicia en la actualidad
(y no arraigado a elementos históricos no bien explicados), es a través de los modelos funcionales del
proceso. Esta es la tendencia teórica que parece ser la que viene siendo adoptada normativamente en la
regulación de las distintas potestades de tipo probatorio en general y de la potestad probatoria ex officio en
particular.
Esta preferencia metodológica para la comprensión de las pruebas de oficio, en especial por el
modelo ideológico que propone que la función del proceso no se limita únicamente a ser un instrumento de
resolución de la controversia (sin comprometerse con la verdad de los hechos), sino que apuesta por una
180 Por ejemplo, en Inglaterra es conocido el cambio de la tendencia de un juez sin muchos poderes de iniciativa propia, hacia un rol
más activo, conforme a las Civil Procedure Rules del año 1998, concediéndole amplios poderes para la dirección del proceso.
181 En nuestro sistema, luego de la reforma del año 2014, el artículo 194 del CPC reconoce al juez de la potestad probatoria ex
officio y a la par se busca asegurar el contradictorio.
47 de 114
X Pleno Casatorio Civil
correcta aplicación del derecho (a partir de una verdadera reconstrucción de los hechos) como condición
necesaria —aunque no suficiente— para hablar de una decisión judicial justa, se justifica porque presenta y
ubica al tema en controversia en un adecuado contexto para su conexión con los estudios epistemológicos
sobre el fenómeno probatorio. En otras palabras, nos proponemos analizar el rendimiento explicativo que
viene ofreciendo la epistemología jurídica para la comprensión del proceso judicial y sobre las pruebas de
oficio.
La relación entre estos dos insumos teóricos puede explicarse de la siguiente manera: la justicia de
la decisión judicial a través de la búsqueda de la verdad de los hechos (y no solo de la resolución de la
disputa), que muchos ordenamientos procesales reconocen como su función, se conecta con el propósito u
objetivo que busca alcanzar la epistemología en general, como disciplina de la filosofía que estudia aquellas
condiciones o circunstancias en que una idea o creencia pueda aceptarse como verdadera y el problema de
su justificación. Es partir de la idea propuesta por Twining en relación con que el tema de la prueba es un
ámbito multidisciplinario, es que los estudios procesales actuales cada vez más vienen ampliando su
perspectiva y enfoque para comprender y explicar mejor las diversas instituciones del proceso y de la prueba,
a partir de su vinculación con otras áreas del conocimiento jurídico y sobre todo extrajurídico. Entre las
múltiples disciplinas mediante las que se puede analizar las pruebas de oficio, viene sobresaliendo el
enfoque de la epistemología del derecho182 o epistemología jurídica. Esta predisposición en el uso de esta
disciplina para analizar el proceso judicial ha sido identificada como la «dimensión epistémica del proceso».
Más precisamente denominada por Taruffo como «modelo epistemológico» del conocimiento de los hechos
sobre la base de las pruebas183.
Por estas razones, en esta sección de la decisión se ha creído conveniente utilizar los principios y
métodos generales de la epistemología jurídica para la explicación y compresión de las pruebas de oficio. La
idea es poner énfasis en tal enfoque; por ello, para una adecuada aproximación epistemológica nos
proponemos analizar al menos tres categorías jurídicas que son la base del tema en cuestión: primero, la
epistemología en general aplicada al derecho: la epistemología jurídica; segundo, su relación con la
explicación del proceso judicial; y, tercero, evaluar la función que cumple la epistemología jurídica en el
discurso de la prueba o del razonamiento probatorio. El objetivo es determinar si acaso el proceso (conforme
al modelo funcional asumido en esta decisión) y la prueba pueden ser considerados como instrumentos
adecuados para el descubrimiento de la verdad de las hipótesis sobre los hechos narrados por las partes. De
esta manera, puede esclarecerse si esto puede incidir en la explicación y justificación de la dimensión
epistémica de las pruebas de oficio, que es el tema que nos convoca en esta sección.
182 Entre los epistemólogos y teóricos del civil law y common law estarían Twining, Anderson, Goldman, Kaack, Laudan, Taruffo,
Ferrer, Lagier, Vázquez, Gascón Abellán, entre otros.
183 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos. Madrid: Marcial Pons, 2010, pp. 155-156.
48 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Para una adecuada explicación epistémica de las pruebas de oficio, es imperativo comenzar por responder a
la pregunta de qué es y en qué consiste la epistemología en general. Con este propósito, es posible decir que
la epistemología es concebida como una sección o rama de la filosofía, en virtud de la cual se estudia
aquellas circunstancias y condiciones en las que las ideas y creencias de las personas puedan ser
entendidas como verdaderas y que estas puedan ser justificadas184. Para una mejor explicación, conviene
tener en cuenta que usualmente todas las personas (identificadas como sujetos cognoscentes) en sus
quehaceres diarios desarrollan —consciente o inconscientemente— diversas actividades que bien pueden
ser catalogadas como epistémicas.
184 Se debe precisar que determinadas ideas o creencias que son aceptadas como verdaderas no necesariamente pueden estar
justificadas. Cáceres explica que ante al avance de la medicina, la herbolaria fue empleada por chamanes para sanar problemas
de salud; pero no podían explicar por qué curaban, salvo que los efectos de los poderes de seres de otra dimensión sea una
razón objetiva para ello, es decir, una verdad por casualidad no está epistémicamente justificada (CÁCERES NIETO, E.
«Epistemología jurídica aplicada». En Enciclopedia de filosofía y teoría del derecho. Vol. III, 2015, p. 2197).
185 CÁCERES NIETO, E., op. cit., p. 2198.
186 LAUDAN, Larry. Verdad, error y proceso penal. Un ensayo sobre epistemología jurídica, traducido al castellano por Carmen
Vázquez y Edgar Aguilera, Marcial Pons, Madrid, 2013, p. 23)
187 Pero conviene anotar que si bien este nomen iuris es utilizado actualmente por estudiosos de epistemología y teóricos del
derecho para referirse al estudio del conocimiento de los hechos y el razonamiento probatorio del proceso; no está exento de
cuestionamientos, en el sentido de que podría ser muy limitado y ambiguo. Paéz sostiene que tradicionalmente se empleó para
hacer referencia al conocimiento del derecho y que una expresión equivalente sería filosofía de la prueba jurídica (PÁEZ, A.
«Introducción. La epistemología y el derecho». En Hechos, evidencia y estándares de prueba. Ensayos de epistemología jurídica.
Bogotá: Ediciones Uniandes, 2015, p. 2). A pesar de estos cuestionamientos, por su uso cada vez más generalizado en la
literatura jurídica del civil law, para el desarrollo de la presente decisión judicial se preferirá utilizar la expresión epistemología
jurídica.
188 Para un mayor análisis y debate sobre estas puede verse: VÁZQUEZ, Carmen De la prueba científica a la prueba pericial. Madrid:
Marcial Pons, 2015, pp. 61-69.
49 de 114
X Pleno Casatorio Civil
verdad) cuentan o no con un diseño apropiado o confiable que les permita generar creencias verdaderas
acerca del mundo189.
Es propicio tener presente que el uso de la epistemología para la comprensión de los problemas del
derecho y la prueba permite evaluar si las leyes vigentes facilitan (o en su defecto impiden) la verdad, con el
objetivo de proponer algunos cambios, ya sea para modificarlas o eliminarlas (aquellas que obstaculicen la
búsqueda de la verdad190). Además, del examen crítico de las reglas de algún ordenamiento específico
permite establecer modelos o esquemas generales de cualquier institución que puedan eventualmente ser
aplicables a cualquier sistema jurídico191.
Definida qué es la epistemología y el rol que cumple la epistemología jurídica, corresponde ahora evaluar el
rendimiento explicativo en el estudio del fenómeno procesal. Lo que se pretende es analizar si el proceso
puede ser entendido como un instrumento epistemológicamente válido; dicho de otra manera, se busca
averiguar si el proceso puede ser concebido como un medio que pueda conducir a la averiguación de la
verdad. Para responder a esta cuestión bastaría recordar que para los fines de esta decisión se asume y
comparte la conveniencia de un modelo de proceso que busca la correcta aplicación del derecho a través de
la búsqueda de la verdad de los hechos del caso. No obstante, consideramos que es necesario que la
evaluación epistémica nos permita ofrecer mayores argumentos que justifiquen esta posición.
Justamente, como se ha afirmado anteriormente, un proceso judicial puede ser una herramienta
epistémica que permite evaluar la fiabilidad del conocimiento de los hechos expuestos por las partes, en
tanto y en cuanto haya cierto compromiso con aquel modelo que entiende al proceso como un conjunto de
actividades encaminadas a obtener conocimientos verdaderos sobre los hechos relevantes del caso. En
cuanto a las características de la verdad a la cual se está haciendo referencia, Callari sostiene que la verdad
del proceso puede ser entendida como aproximativa, no tanto porque tiene valor y grado inferior respecto de
un ideal de correspondencia perfecta, sino por los hechos que representa una verdad tendencial, que
depende de modo directo de la concreta operación de los medios de cognición de la realidad (prueba)
materialmente a disposición del juez; además, una verdad probable no tanto porque es siempre posible que
189 LAUDAN, Larry, op. cit., p. 23. Para Cáceres, un procedimiento confiable supone la necesidad de justificación de las inferencias
que concluyen la verdad de las proposiciones, en otras palabras, contar con un modelo de normatividad epistémica. Además,
agrega que al referirse a la normatividad epistémica implica, al menos, una parte de los elementos constitutivos de los
procedimientos confiables para la determinación de la verdad; tiene una dimensión tanto descriptiva como normativa; es
independiente de la normatividad jurídica; los hechos, los procesos confiables para la determinación de la verdad no siempre han
sido incorporados por el derecho procesal; las reglas que protegen valores epistémicos no son las únicas que regulan las
decisiones y conductas de los operadores jurídicos; entre otros (CÁCERES NIETO, E., op. cit., p. 2198).
190 LAUDAN, Larry, op. cit., p. 23.
191 Un ejemplo claro del uso de la epistemología jurídica para el estudio de la prueba pericial puede verse en VÁZQUEZ, Carmen, op.
cit., 2015.
50 de 114
X Pleno Casatorio Civil
la reconstrucción histórica judicial sea contraria a la realidad de los hechos, sino porque representa una
verdad probable192.
De lo dicho se puede observar la estrecha vinculación que existe entre la institución del proceso y el
valor de la verdad; pero qué tan eficaz puede ser el proceso como método para la determinación de la verdad
de los hechos materia de la decisión final. Taruffo manifiesta que parecen existir razones válidas para
considerar que en el proceso es posible determinar la verdad de los hechos en que se basa una controversia;
es más, llega a afirmar que es necesario que el proceso se dirija hacia el descubrimiento de la verdad193. No
obstante, para asumir una posición sobre este punto, es necesario esclarecer si la búsqueda de la verdad es
el único objetivo del proceso, considerando, además, los dos modelos de función que puede asumir el
proceso. En efecto, la adopción de alguno de ellos supondrá también la adhesión de diferentes ideologías, lo
que en cierta medida influye en las aproximaciones de los estudiosos, orientaciones de los legisladores,
doctrina y la jurisprudencia194.
Para tener una mejor comprensión de la dimensión epistémica que asume el proceso (lugar común donde se
trabaja con ideas y creencias sobre hechos), resulta fundamental que se analice la relación entre la prueba y
la epistemología jurídica, y cuál es el rol que desempeña la prueba en la comprensión epistémica del
proceso. De esta manera, para responder a la primera cuestión es necesario que se analice el sentido o
significado que se le puede reconocer a la prueba en el conocimiento en general y si es lo mismo que será
utilizado en el contexto del derecho (procesal) o esta asume un sentido distinto.
En relación con la noción autónoma o significado exclusivamente jurídico de la prueba, la posición
más difundida en la doctrina procesal es la del jurista italiano Carnelutti, quien si bien inicialmente reconoce
que la prueba en el lenguaje común se usa como comprobación de la verdad de una proposición, luego
termina por negarlo, indicando enérgicamente que cuando hacemos referencia a la prueba en el sentido
jurídico, significa determinar o fijar formalmente los hechos mediante procedimientos determinados195. Sobre
esta concepción, Ferrer manifiesta que esta posición conduce a diversos problemas, por ejemplo, el de
suponer la situación de infalibilidad del juez y aclara que la falibilidad de la decisión judicial respecto de los
hechos probados tiene que ver con dos sentidos distintos: i) la falta de concordancia entre los hechos que así
se declaran y los realmente acaecidos; y ii) el no haber respetado las reglas procesales que eventualmente
regulen su adopción o su contenido. Señala que dicha posición supone la infalibilidad del juez en el primero
de los sentidos196.
192 CALLARI, F. «Verità Processo Prova Certeza: il circuito euristico della gustizia penale». En Rivista di Diritto Processuale, n. 6,
2013, pp. 1351-1352.
193 TARUFFO, Michele, op. cit.., p. 155.
194 Íd., p. 157.
195 CARNELUTTI, Francesco, op. cit., pp. 37-44.
196 FERRER BELTRÁN, Jordi. La prueba y verdad en el derecho. Segunda edición. Madrid: Marcial Pons, , 2005, p. 33
51 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Por estas razones, para los fines de esta decisión se asume aquella posición que considera que el
sentido de la prueba no es autónomo del derecho197, sino que su significado es semejante al que se emplea
en otras áreas del conocimiento. Si razonamos de este modo -siguiendo a Comoglio y otros- el concepto de
prueba se sitúa más en una perspectiva epistemológica que en una dimensión exclusivamente jurídica198.
Siendo así, el término prueba indica a todos los medios de conocimiento que son presentados al proceso con
el fin de formular una decisión relativa a la verdad o falsedad de los enunciados relativos a los hechos
relevantes de la controversia199.
Esta perspectiva enfatiza más el razonamiento probatorio que el derecho probatorio, el cual se
extiende únicamente al estudio de las reglas de tipo probatorio; es decir, el sentido de la prueba pertenece al
contexto de la racionalidad o del razonamiento en general. En esta línea de pensamiento, Ferrer, al prologar
la obra de Laudan, ha sostenido que desde esta concepción no hay «diferencia fundamental entre el
razonamiento sobre los hechos que se produce en el marco de una decisión judicial y el que se da en
cualquier otro ámbito de la experiencia, incluida la ciencia»200. No se puede negar que muchas reglas
probatorias limitan la labor de los jueces; sin embargo, no todas tienen los mismos efectos, como es el caso
de las reglas que regulan la libre valoración en la toma de decisión final, que por lo general dejan la potestad
de la función de valorar. Es aquí donde las herramientas de la epistemología general juegan un papel
fundamental201.
En conclusión, si es cierto que la epistemología jurídica también tiene como propósito el estudio de
los modelos de la decisión judicial, entonces es verdadero que, en el plano metodológico general, el juez no
tendría problemas en analizar correctamente las pruebas únicamente usando esquemas racionales análogos
a los del científico202.
Si tenemos en cuenta el rol epistémico del proceso y las pruebas (en su concepción racional), no debería
haber problema al abordar las pruebas de oficio desde la perspectiva epistemológica, dado que las pruebas
promovidas por el juez estarían orientadas (y justificadas constitucionalmente) hacia la búsqueda de la
verdad (relativa, objetiva y por correspondencia) de las ideas y creencias planteadas en el proceso. De lo que
197 Cfr. FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba, p. 23. El autor sostiene que un lugar común en los estudios sobre
la prueba jurídica (en particular entre los teóricos de los sistemas del civil law) es que no puede ser estudiada desde la
perspectiva de la noción general de prueba, propia de la epistemología general y, por ejemplo, de las ciencias naturales.
198 TARUFFO, Michele. Teoría de la prueba, p. 346.
199 COMOGLIO, Luigi Paolo, FERRI, Corrado y TARUFFO, Michele. Lezioni sul processo civile. Il processo ordinario di cognizione. I. Il
processo ordinario di cognizione Quinta edizione. Bologna: il Mulino, 2011, p. 457.
200 LAUDAN, Larry. Ob. cit., p. 18.
201 Vázquez opina que es cierto que desde la epistemología jurídica se pueden analizar también las reglas probatorias en
determinados sistemas procesales, pero la solución a dichos problemas que ofrece no pasa por evaluar el grado de coherencia
dentro de un sistema, sino por evaluar su compromiso con la averiguación de la verdad (VÁZQUEZ, Carmen, op. cit., 62).
202 COMOGLIO, Luigi Paolo, FERRI, Corrado y TARUFFO, Michele, op.cit., p. 336.
52 de 114
X Pleno Casatorio Civil
se trata es de entender que las pruebas de oficio, que muchos ordenamientos conceden al juez, no son otra
cosa que una actividad básicamente epistémica. Pero si bien en toda actividad epistémica (en cualquier área
del conocimiento) no es un problema aceptar el papel protagónico de los sujetos en el cumplimiento de sus
investigaciones, en el caso del reconocimiento de las pruebas de oficio presenta particulares problemas,
sobre todo si lo contrastamos con la labor probatoria que realizan las partes en el proceso, las cuales no
necesariamente pueden ser calificadas como epistémicas.
Pese a que existen suficientes razones para aceptar que el proceso y las pruebas de oficio pueden
ser entendidas como parte de un procedimiento epistémico, no se puede desconocer que el juez no es el
único que participa en el proceso, sino que concurren otros sujetos que bien pueden seguir diversos
objetivos, los cuales no precisamente están dirigidos a la búsqueda de la verdad. Taruffo afirma que la
identificación de los sujetos a los que se puede adscribir una función epistémica en el contexto del proceso
requiere analizar las conductas típicas de estos sujetos durante el proceso203. Efectivamente, hay quienes
ponen en duda que el propósito de la actividad probatoria realizada por las partes esté orientado a la
búsqueda de la verdad de los hechos del caso; especialmente —como afirma Damaška— si tenemos en
cuenta que sus actos procesales pueden estar relacionados con ideologías que subyacen sobre los modelos
de proceso que funcionalmente están pensados exclusivamente en una especie de competencia entre las
partes, es decir, una situación de adversarios204.
En este contexto, sería legítimo y aceptable que los abogados puedan tener diversos intereses y
estrategias (en el marco de la legalidad) respecto de la actividad probatoria, en el ejercicio de la defensa de
sus patrocinados; hecho que puede afectar de modo perjudicial en la conformación del material probatorio
con que contará el juez al momento de decidir el caso. Nada impide que puedan dejar de seleccionar y
presentar toda la información que resulte relevante para una correcta toma de decisión final. Siendo así,
existen razones para pensar en el posible desinterés epistémico que pueda presentar la actividad de las
partes en su aportación de pruebas. Aunque no se puede negar que es posible que las partes puedan tener
cierto interés en el descubrimiento de la verdad de los hechos de la controversia, pero existe un riesgo
bastante alto de que no suceda en la mayoría de los casos.
Este desinterés por la búsqueda de la verdad que pueden mostrar las partes procesales (y sus
abogados) no puede ser el mismo cuando hablamos del rol que puede desempeñar el juez (quien representa
al Estado en su función jurisdiccional), considerando que tiene el deber de dirigir formal y materialmente el
proceso, hecho que le demanda un rol más activo en la conducción del proceso y sobre todo en la calidad de
la decisión final. Entre los participantes en el proceso, el juez es a quien le corresponde la función epistémica
fundamental, esto es, la determinación verdadera de los hechos.
Esta posición teórica requiere del reconocimiento de un rol más activo del juez en todos sus actos de
gestión, por ejemplo, los referidos a la dirección y control en la admisión y actuación de los medios de prueba
en el momento procesal correspondiente, y en la determinación de su valor en la decisión final sobre los
203 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, p. 192.
204 DAMAŠKA, Mirjan, op. cit., pp. 169 ss.
53 de 114
X Pleno Casatorio Civil
hechos. Esto significa que el juez no solo debe ser un protagonista del proceso (como lo son las partes
procesales), sino que además sería el garante de su corrección epistémica205.
El clásico debate teórico procesal (que por mucho tiempo ha provocado gran controversia) sobre la
conveniencia o no de atribuirle al juez poderes probatorios como las pruebas de oficio, no sería un problema
mayor si es que lo entendemos desde el punto de vista epistémológico. En esta perspectiva, es
completamente aceptable y normal que una persona en la práctica de una determinada actividad epistémica
—dirigida a descubrir la verdad de un hecho— pueda utilizar sin mayor inconveniente todos los medios
pertinentes para recolectar la información y los datos cognoscitivos necesarios para tal propósito206. Quizá no
sería un gran problema el hecho de que los procesos judiciales no estén necesariamente orientados hacia la
búsqueda de la verdad de los hechos; o, en su caso, que las partes puedan tener una actitud desfavorable
con dicho propósito y no ejerzan adecuadamente su iniciativa probatoria, lo que en realidad importaría es
identificar al juzgador como un agente epistémico.
Desde el punto de vista epistémico, sería, por decirlo de alguna manera, plenamente natural que se
le atribuya determinados (en mayor o menor grado) poderes para ordenar la producción y presentación de
pruebas por su iniciativa propia, como resultan ser las pruebas de oficio, lo que permitiría una correcta
reconstrucción veraz de los hechos controvertidos. Sería incomprensible que se le encargue la labor de
determinar la verdad de un hecho a quien carezca de la capacidad de poseer la información necesaria para
dicho cometido, cuanto más si dicha labor se desarrolla en el marco de la función jurisdiccional que despliega
el juez por delegación del Estado. En tal sentido, si luego de la revisión del material probatorio que obra en el
expediente se advierte que existe cierta información o datos cognoscitivos necesarios no aportados por las
partes, entonces sería legítimo que ejerza dichos poderes; de hecho, su compromiso epistemológico debería
impulsarlo a ello207.
Toda explicación sobre el significado y función de la prueba de oficio en el proceso civil (pero no solo en este,
sino en general en todo proceso judicial) debe considerar que se trata de un tipo específico o un caso
particular de poder dentro de una multiplicidad de poderes de tipo probatorio que los ordenamientos
205 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, p. 196.
206 En este sentido, Taruffo sostiene que «sería ocioso preguntarse si él puede o no puede, debe o no debe, buscar las fuentes
necesarias para realizar su tarea de reconstrucción de un hecho; lo mismo que preguntarse si un científico tiene o no el derecho
de desarrollar las investigaciones necesarias para descubrir la verdad de un hecho o de una teoría» (TARUFFO, Michele, op. cit., p.
197).
207 Taruffo ha perfilado bien esta situación: «su rol es modesto y razonable, consiste en probar si las partes han aportado todos los
datos cognoscitivos disponibles a determinar la verdad de los hechos y en asumir un papel activo si es que no ha ocurrido»
(TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, p. 199).
54 de 114
X Pleno Casatorio Civil
reconocen, de manera extraordinaria, a los jueces o tribunales, que de manera resumida se les puede
identificar como poderes probatorios del juez208. En otras palabras, que la prueba de oficio no es el único o
exclusivo poder probatorio que tienen los tribunales de justicia. Ferrer realiza una lista de poderes probatorios
del juez: i) la potestad de admitir o inadmitir las pruebas propuestas por las partes; ii) la capacidad de
intervenir en la práctica de la prueba, especialmente por lo que hace a las pruebas personales; iii) la
capacidad de indicar a las partes lagunas probatorias que estas deberían integrar; iv) la capacidad de
disponer la incorporación de pruebas no solicitadas por las partes; v) la capacidad de alterar durante el
desarrollo del proceso la carga de la prueba y vi) el deber de decidir qué hipótesis fácticas se consideran
probadas209.
El estudio de las pruebas de oficio en el contexto de esta tipología no es un lugar común en la
doctrina procesal peruana. Esta situación provoca, entre otras cosas, graves problemas en la reflexión teórica
que se ve de manifiesto en la práctica judicial, en donde las partes no saben con exactitud qué tipo de poder
probatorio está utilizando el juez en un caso concreto y sobre todo cómo poder ejercer el control
intersubjetivo. Cual sea el caso, se trata de una perspectiva «reduccionista»210 de un fenómeno mayor, en
tanto y en cuanto restringe el objeto de estudio a dicho poder211.
Siendo así, resulta necesario explicar, en primer orden, ¿en qué consisten estos poderes probatorios
del juez? Al respecto, hay quienes afirman que en realidad son una manifestación de aquellos poderes de
dirección del juez que desarrolla en diversos momentos del procedimiento probatorio judicial para facilitar su
correcta continuación hasta el momento de su determinación final. Pero en general existe actividad probatoria
—por tomar en cuenta la forma clásica de estructurar el proceso— en todas las etapas del proceso, como la
postulatoria (con el ofrecimiento de prueba en la demanda y contestación), probatoria (en la puesta en
práctica de los medios de prueba) y decisoria (con la valoración individual y holística de las pruebas); pero
como se puede observar se trata de poderes relativos a toda incidencia del decurso del procedimiento
probatorio. El hecho de que el poder de dirección y control formal del procedimiento se desarrolle en los
momentos probatorias no significa necesariamente que es producto del ejercicio de los poderes probatorios
208 Para un estudio comparado sobre los poderes probatorios del juez, puede consultarse: TARUFFO, Michele. «Poderes probatorios
de las partes y del juez en Europa». En DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, n.º 29, 2006, pp. 249-271. En este estudio el
autor examinar las diversas posiciones políticas, ideológicas y metajurídicas que subyacen en el poder probatorio del juez. Se
precisa tres modelos existentes en Europa: i) representado por los ordenamientos en los que el juez cuenta con un poder general
para disponer de oficio la adquisición de las pruebas, no propuestas por las partes, que considere útiles para la determinación de
los hechos; ii) en el que se inspiran la mayor parte de los ordenamientos actuales que prevé que el juez disponga de algunos
poderes de iniciativa instructoria y iii) ordenamientos en los que no están previstos de manera expresa verdaderos poderes de
iniciativa instructoria por parte del juez, pero en los que, sin embargo, el juez desempeña un papel activo en la adquisición de las
pruebas; por ejemplo el sistema inglés y el español (pp. 255-259). Véase también NIEVA FENOLL, Jordi. «La actuación de oficio del
juez nacional europeo». En Diario La Ley, n.° 9000, Sección Doctrina, junio de 2017.
209 FERRER BELTRÁN, Jordi. «Los poderes probatorios del juez y el modelo de proceso». En Cuadernos Electrónicos de Filosofía del
Derecho, n.º 36, 2017, pp. 97- 104. Aunque con otro enfoque, semejante tipología se puede encontrar en: ABEL LLUCH, Xavier.
Iniciativa probatoria de oficio en el proceso civil. Barcelona: Bosch Editor, 2005. El autor los clasifica en: i) iniciativa probatoria de
oficio (en los proceso dispositivos y no dispositivos); ii) facultad judicial de integración probatoria; iii) las diligencias finales y iv) la
intervención judicial durante la práctica de la prueba.
210 Id., pp. 96 - 97.
211 Pueden ser diversas las razones que explican esta predilección por estudiar únicamente la prueba de oficio del proceso civil,
entre otras: i) lo antiguo de la regulación de la prueba de oficio en muchos ordenamientos jurídicos; ii) los graves defectos en su
regulación (sobre todo en la omisión en su procedimiento y límites) y iii) la constante mención de la doctrina a su posible
afectación (o limitación) a ciertos principios jurídicos procesales básicos (el principio dispositivo, carga de la prueba).
55 de 114
X Pleno Casatorio Civil
del juez; por tanto, esta respuesta no tiene el rigor explicativo suficiente para responder satisfactoriamente el
problema. Por el contrario, si consideramos la estrecha relación que existe entre estos poderes con el
objetivo institucional de la prueba y su dimensión epistémica (esto es: la búsqueda de la verdad de los
hechos del caso, conforme se ha explicado anteriormente), se podría tener mayor éxito en el cometido
planteado. Desde esta perspectiva, se trataría de poderes extraordinarios que se le atribuye al juzgador para
aportar elementos de prueba que permitan mejorar la conformación y disponibilidad del material probatorio,
que permitan la correcta y verdadera determinación de los hechos en que se fundará la decisión final.
Esta noción tiene un mayor rendimiento explicativo, pues no está subordinado exclusivamente
aquien los proponga o solicite la aportación del nuevo elemento de juicio al proceso; cuando lo que interesa
es que dichos poderes sean utilizados conforme a la finalidad indicada. Esto permite la posibilidad de que
pueden ser ejercidos tanto a pedido de parte como por la propia decisión ex officio del juzgador, como
ciertamente ocurre en algunos ordenamientos. Por ejemplo, en el proceso penal peruano se establece la
posibilidad de que el juez «a pedido de parte», previo debate de los intervinientes puede ordenar la
realización de una inspección o reconstrucción, para lo cual dispondrá las medidas necesarias para llevarlas
a cabo (artículo 385.1, Nuevo Código Procesal Penal)212. Asimismo, en el proceso civil el juez puede disponer
de oficio los medios de prueba que considera pertinentes, siempre que, entre otras cosas, se asegure el
contradictorio (artículo 194, CPC)213.
Conforme a esta noción de poderes probatorios del juez, tampoco existiría problema sobre la fase
procesal en que se ejerza; en la medida que esté orientada a la correcta y verdadera determinación de los
hechos. Siendo así, sería un poder probatorio aquel que utilizan los jueces para establecer la admisión (o no)
de los medios de prueba en la fase de admisión probatoria. Por ejemplo, en nuestro proceso civil es el juez
quien califica la admisión de las pruebas en razón a su pertinencia (que estén referidos a los hechos
controvertidos en el proceso) y de ser el caso lo declarará improcedente (artículo 190 CPC)214. También una
manifestación de los poderes probatorios en examen se observa al momento de la actuación o puesta en
212 «Artículo 385 . Otros medios de prueba y prueba de oficio: 1. Si para conocer los hechos, siempre que sea posible, que no se
haya realizado dicha diligencia en la investigación preparatoria o esta resultara manifiestamente insuficiente, el Juez Penal, de
oficio o a pedido de parte, previo debate de los intervinientes, ordenará la realización de una inspección o de una reconstrucción,
disponiendo las medidas necesarias para llevarlas a cabo». Situación semejante acontece en Estados Unidos de Norteamérica,
específicamente en el artículo 614a de las Federal Rules of Evidence en donde se establece que «El tribunal puede llamar a
testificar por sí mismo o a pedido de una de las partes. Cada parte tiene derecho a interrogar al testigo».
213 Artículo 194. Pruebas de oficio. Excepcionalmente, cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes
para formar convicción el Juez de Primera o de Segunda Instancia, ordenará la actuación de los medios probatorios adicionales y
pertinentes que considere necesarios para formar convicción y resolver la controversia, siempre que la fuente de prueba haya
sido citada por las partes en el proceso [...]. También, en el ordenamiento procesal civil francés se establece que el tribunal podrá
acordar de oficio la práctica de todos los actos de prueba que resulten legalmente admisibles (artículo 10 del Code de procédure
civile).
214 «Artículo 190. Pertinencia e improcedencia. Los medios probatorios deben referirse a los hechos y a la costumbre cuando ésta
sustenta la pretensión. Los que no tengan esa finalidad, serán declarados improcedentes por el Juez [...]». De igual manera, en el
proceso civil español el juez tiene el poder admitir (o no) las pruebas periciales de las partes: “Cuando sean necesarios
conocimientos científicos, artísticos, técnicos o prácticos para valorar hechos o circunstancias relevantes en el asunto o adquirir
certeza sobre ellos, las partes podrán aportar al proceso el dictamen de peritos que posean los conocimientos correspondientes o
solicitar, en los casos previstos en esta ley, que se emita dictamen por perito designado por el tribunal” cursiva agregada.
(artículo 335.1 LEC).
56 de 114
X Pleno Casatorio Civil
práctica de los medios de prueba, cuando el juez realiza preguntas a los testigos cuando son interrogados
(artículo 208.2 CPC215) o a las partes cuando dan su declaración (artículo 213 CPC216).
215 Artículo 208. En el día y hora fijados, el Juez declara iniciada la audiencia y dispone la actuación de las pruebas en el siguiente
orden: (…) 2. Los testigos con arreglo al interrogatorio que los abogados le realicen directamente, comenzando por el abogado
de la parte que lo hubiera ofrecido. Luego de las preguntas de los abogados, el Juez podrá formular preguntas; [...].
216 Artículo 213.- Las partes pueden pedirse recíprocamente su declaración. Esta se iniciará con una absolución de posiciones,
atendiendo al pliego acompañado a la demanda en sobre cerrado. Concluida la absolución, las partes, a través de sus Abogados
y con la dirección del Juez, pueden hacerse nuevas preguntas y solicitar aclaraciones a las respuestas. Durante este acto el
Juez puede hacer a las partes las preguntas que estime convenientes (resaltado agregado). Situación que sucede también
en el proceso civil al regular el interrogatorio no formal de las partes: “En cualquier estado y grado del proceso tendrá el juzgador
la facultad de ordenar la comparecencia personal de las partes en contradictorio entre sí, para interrogarlas libremente sobre los
hechos del pleito. Las partes podrán hacerse asistir por los defensores” (artículo 117 Codice di procedura civile).
217 El profesor Tuzet es quien utiliza la expresión «dos preguntas siamesas», para su explicación sobre la naturaleza y función del
derecho (TUZET, Giovanni. «Naturaleza y funciones del Derecho: dos preguntas siamesas». En Discusiones, n.º 11, 2011, pp.
235-241).
218 TUZET, Giovanni, op. cit., p. 236.
219 SENTÍS MELENDO, Santiago, op. cit., p. 31.
57 de 114
X Pleno Casatorio Civil
En cambio, parece ser la doctrina la llamada a cubrir este vacío y proporcionar un concepto lo
suficientemente claro sobre la prueba de oficio. De hecho, no existen muchas nociones expuestas en los
teóricos, pero los que hay tienen sentidos distintos y hasta contradictorios. Parece que existen desacuerdos
sobre lo que es (naturaleza) y para qué existe (su función) la prueba de oficio. Esto posiblemente se deba a
la adopción de algunas de las posiciones ideológicas y filosóficas sobre los poderes probatorios en general y
su vinculación con sistemas (o principio) catalogados como inquisitivos220 o a sistemas políticos
autoritarios221; supuesto que —como se ha analizado en su momento— no parece tener solvencia histórico-
comparativa. Otra razón de este estado de cosas es que la diversidad de poderes probatorios del juez en un
mismo ordenamiento genera que los teóricos, cuando formulan un concepto de prueba de oficio, a veces se
pueden referir a otro tipo de poderes.
A pesar de estos inconvenientes, siguiendo la noción presentada sobre los poderes probatorios del
juez en general, es posible entender a las pruebas de oficio como aquel poder atribuido al juzgador para
acordar y actuar nuevos medios de prueba en el proceso, sin que las partes lo hayan solicitado, con el
propósito de mejorar la riqueza del material probatorio para una verdadera determinación de los hechos del
caso. En este concepto, si bien se precisa que se trata de una iniciativa que proviene exclusivamente del
juez, no cierra la posibilidad (por fuerza de la jurisprudencia), muy excepcional y con los controles adecuados,
de que las partes puedan proponer el uso de dicha potestad; empero, queda siempre en el juez la
determinación final de utilizar (o no) las pruebas de oficio en esas circunstancias.
220 Sobre esta forma de razonar puede verse MONTERO AROCA, Juan. Los principios políticos de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil.
Los poderes del juez y la oralidad. Valencia: Tirant lo Blanch, 2001, p. 116 ss. En relación con las complicaciones sobre el
denominado “principio inquisitivo”, puede consultarse: NIEVA FENOLL, Jordi. «La cattiva reputazione del principio inquisitorio». En
Rivista trimestrale di diritto e procedura civile, Vol. 68, n.º 3, 2014, pp. 943-970.
221 Cfr. MONTERO AROCA, Juan. «Nociones generales sobre la prueba (entre el mito y la realidad)». En Cuadernos de Derecho
Judicial. La prueba, n.° 7, 2000, pp. 29 ss.
58 de 114
X Pleno Casatorio Civil
disponía que, en el supuesto de que los peritos no reúnan los conocimientos pertinentes, los jueces podrán
de oficio ordenar que se realice una nueva diligencia pericial y designar a los peritos que se estimen
necesarios o requerir de estos las precisiones del caso.
Así, el citado Código de Procederes sería luego el modelo del Código de Procedimientos Judiciales
que implantó Santa Cruz en la legislación peruana.
En el continente europeo, la prueba de oficio fue consagrada por primera vez en la Ley de
Enjuiciamiento Civil española de 1855, que en su artículo 48 establecía:
En el «Codice di procedura Civile» de 1942 de Italia, como poderes probatorios del juez que otorga
este texto procesal, se pueden identificar, por ejemplo, las siguientes disposiciones normativas:
Artículo 117. Interrogatorio no formal de las partes. En cualquier estado y grado del proceso tendrá el juzgador la facultad
de ordenar la comparecencia personal de las partes en contradictorio entre sí, para interrogarlas libremente sobre los
hechos del pleito. Las partes podrán hacerse asistir por los defensores.
Artículo 118. Orden de inspección de personas y de cosas. Ei juzgador podrá ordenar a las partes y a los terceros, que
consientan sobre su persona o sobre las cosas que posean las inspecciones que aparezcan indispensables para conocer
los hechos del pleito, siempre que ello pueda realizarse sin grave daño para la parte o para el tercero, y sin constreñirles a
violar ninguno de los secretos previstos en los artículos 351 y 352 del Código de Procedimiento Penal.
Si la parte se niega a cumplir tal orden sin justo motivo, el juzgador podrá inferir de esa negativa argumentos de prueba,
conforme al apartado segundo del artículo 116.
Si se niega el tercero, el juzgador lo condenará a una pena pecuniaria que no exceda de dos mil liras.
59 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Posteriormente, el Código de Procedimientos Civiles de 1912 ha regulado la prueba de oficio, también como
una facultad del juez; sin embargo, no hacía referencia al esclarecimiento de la verdad. En su artículo 340
señalaba:
Los jueces en cualquier estado de la causa, pueden ordenar de oficio, las pruebas que juzguen necesarias […]
Es inapelable el auto en que el juez ordena prueba de oficio.
Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar convicción, el juez, en decisión
motivada e inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios probatorios adicionales que considere convenientes.
Excepcionalmente el juez puede ordenar la comparecencia de un menor de edad con discernimiento a la audiencia de
pruebas o a una especial.
Y, finalmente, con la modificatoria de la Ley n.o 30293 de fecha 28 de diciembre de 2014, la prueba de oficio
en el proceso civil se encuentra regulada conforme lo siguiente:
Excepcionalmente cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar convicción el juez
de primera y de segunda instancia ordenará la actuación de los medios probatorios adicionales y pertinentes que considere
necesarios para formar convicción y resolver la controversia, siempre que la fuente de la prueba haya sido citada por las
partes en el proceso.
Con esta actuación probatoria el juez cuidará de no reemplazar a las partes en su carga probatoria y deberá asegurarles el
derecho de contradicción de la prueba.
La resolución que ordenará las pruebas de oficio debe estar debidamente motivada bajo sanción de nulidad siendo esta
resolución inapelable siempre que se ajuste a los límites establecidos en este artículo.
En ninguna instancia o grado se declarará la nulidad de la sentencia por no haber ordenado la actuación de las pruebas de
oficio.
60 de 114
X Pleno Casatorio Civil
excepcionalmente el uso de dicho poder»222. En ese contexto, el término «excepcional» hace referencia a
que el juez no siempre lo utilizará sino de manera extraordinaria o complementaria. Bajo esta cualificación de
«excepcionalidad», la potestad del juez de aplicar la prueba de oficio en el proceso civil puede perfectamente
configurarse como puramente supletoria y complementaria respecto a la de las partes223.
En cuanto a que la prueba de oficio será aplicada «siempre que la fuente de la prueba haya sido
citada por las partes en el proceso», esto es, el criterio de reserva a la fuente de prueba, debe destacarse la
distinción de dos categorías básicas de la fuente de prueba: medios de prueba y fuentes de prueba. Al
respecto, Francesco Carnelutti explica que mientras la primera se utiliza para referirse la actividad del juez,
mediante la cual busca la verdad del hecho que se debe probar, la segunda hace mención del hecho del cual
se sirve para deducir la propia verdad224. En ese sentido, a partir de dicha diferencia se sostiene que las
fuentes son elementos que existen en la realidad, y los medios están constituidos por la actividad para
incorporarlos al proceso225. Esta concepción vinculada al poder del juez implica que los hechos que
presentan insuficiencia probatoria debieran ser obtenidos de aquellos expuestos por las partes en sus
escritos postulatorios, en términos distintos. Se trata del respeto al límite factual fijado y expresado por las
partes226.
Asimismo, con la citada modificatoria, se da la exigencia de que «la resolución que ordena las
pruebas de oficio debe estar debidamente motivada bajo sanción de nulidad siendo esta resolución
inapelable siempre que se ajuste a los límites establecidos en este artículo». Lo novedoso de esta última
modificatoria es que la falta de motivación se sanciona con nulidad, que, desde una interpretación extensiva,
puede permitir y abrir la posibilidad de que tal nulidad pueda ser declarada de oficio o a pedido de parte,
máxime que la motivación es un derecho fundamental procesal y su afectación puede ser denunciada por
todos los sujetos que participan en el proceso227.
El poder probatorio que tiene el juez para incorporar nuevos elementos probatorios no tiene como
propósito reemplazar a las partes en su carga probatoria, es por ello que el legislador la establece como una
facultad excepcional ante una situación especial en el plano probatorio: la insuficiencia probatoria. Además,
desde la óptica asumida en esta decisión el juez tiene la facultad de incorporar nuevos medios de prueba en
la oportunidad que corresponda (normalmente luego de concluida la actuación de la prueba y antes de que
se emita sentencia en los procesos escritos y en los procesos sujetos a oralidad, en la audiencia preliminar,
excepcionalmente en la audiencia de pruebas) de forma independiente de la carga probatoria que asumen
222 ALFARO VALVERDE, Luis. Reforma de los poderes probatorios. Hacia una mejor comprensión de los poderes probatorios. Gaceta
Civil & Procesal Civil, n.° 23, 2015, p. 259. PARRA, Jairo. Racionalidad de la prueba de oficio. Bogotá: Temis S.A., 2004, pp.15-
18.
223 Id., p. 259-260.
224 CARNELUTTI, Francesco, op. cit., pp. 70-71.
225 SENTÍS MELENDO, Santiago, op. cit., p. 148.
226 ALFARO, Luis, op. cit., p. 264.
227 ALFARO, Luis, op. cit., pp. 259-260.
61 de 114
X Pleno Casatorio Civil
las partes en el proceso. Aunque debemos admitir que es uno de los límites que mayor cuestionamiento
presenta228 en el plano teórico229.
Luego de evidenciar los aspectos más resaltantes de la versión reformada del artículo 194 del CPC,
es posible colegir que estos no constituyen meras enmiendas formales o superficiales, sino que se trata de
verdaderos cambios cualitativos tanto en la estructura como en la función de los poderes probatorios del juez,
principalmente porque en la versión reformada se hace reconocimiento expreso al principio de audiencia o
contradicción como presupuesto básico antes de que el juez emita el auto, y se disponen los medios de
prueba idóneos para salvar la insuficiencia probatoria previamente identificada y puesta a conocimiento de
las partes. Este cambio sustancial (sin precedente en la historia del derecho procesal peruano) influye en
especial en el modo de comprender la estructura y función de este poder del juez, en el marco de un modelo
procesal en el que se tutele la finalidad del proceso (decisiones justas) pero con protección de los derechos
fundamentales procesales230.
Esta última modificatoria del artículo 194 del CPC, en ese sentido, «contribuye a una mejor
comprensión de las “pruebas de oficio” en el Perú, en el sentido de que su ejercicio ya no podrá ser de
manera unilateral por el juez, sino que será el resultado de la participación activa de las partes, quienes
debatirán de manera previa sobre aquellos aspectos que adolecen de insuficiencia probatoria y sobre el
medio de prueba idóneo o pertinente capaz de salvar tal omisión»231.
Aunque admitimos que, dada la complejidad del proceso civil, el contradictorio puede tener diversos
matices, ya que puede ser previo en algunos casos, diferido en otros, de forma oral e inclusive escrita. Ello
corresponderá a la naturaleza del proceso en el que se utilice esta facultad y a la situación que se presente,
pues el medio de prueba puede estar en el expediente, pero no se admitió formalmente (rebeldía,
228 Afirma Cavani sobre este punto asegura que no ve la forma de cómo emplear la prueba de oficio sin reemplazar la “carga de
corroboración” de las partes. Y es que siempre hay algo que la parte pudo hacer y que no hizo: solicitar la declaración de un
testigo, requerir una inspección judicial, presentar la escritura pública y no simplemente la minuta, etc. Si esto es verdad, si es
que nunca puede dejar de haber tal reemplazo, me parece entonces que la modificación del año 2014 creó un candado
aparentemente inexpugnable. A partir de aquí es posible construir, como primera alternativa, la de recurrir al control difuso sobre
la norma prohibitiva del artículo 194 del CPC para inaplicarla. Esta propuesta, a decir verdad, sería intelectualmente más
honesta, pues el juez comunicará, con todas las letras, que sí reemplazará la “carga de corroboración”. Las razones pueden ser
diversas: porque debe buscar la verdad; porque de no hacerlo de violaría la tutela jurisdiccional efectiva del demandante (acceso
a la justicia, paridad de armas, etc.); porque busca aplicar el “principio de socialización del proceso”, que le permitiría asistir a las
partes en caso de desigualdad de algún tipo; o simplemente porque entiende que debe “resolver con justicia” (sea lo que quiera
significar esto). No comulgo en lo absoluto con una posibilidad de este tipo porque, según pienso, el empleo del poder del artículo
194 viola irremediablemente la seguridad jurídica (el sistema ofrece de antemano una solución para los casos de falta de
probanza) y la imparcialidad judicial (porque el juez pasa a tener funciones postulantes y porque alimenta sus sesgos a favor del
demandante). No obstante, al menos debo reconocer que sería la vía argumentativamente más racional que encuentro si es que
se quiere emplear este poder probatorio. De cualquier manera, el empleo del poder probatorio del artículo 194, por afectar
decisivamente la “carga de corroboración”, implica un poder intrusivo en extremo con la libertad de las partes en el ejercicio de
sus diversas cargas procesales. CAVANi, Renzo. «“Prueba de Oficio” y “Carga de la prueba”: una propuesta equilibrada». En
CAVANI Renzo (coord.). Garantías procesales y poderes del juez. Puno: Zela Grupo Editorial2019, pp. 277-303.
229 Martel asume la siguiente postura «procede solo si el juez, con las pruebas ofrecidas por las partes, no llega a tener convicción
sobre la materia controvertida, pudiendo en tal supuesto ordenar la actuación de medios probatorios adicionales. Lo adicional
supone que en el proceso las partes han cumplido con su carga de probar, es decir, que han cumplido con ofrecer los medios de
probatorios para acreditar sus afirmaciones, pero a pesar de ellos el juez estima necesario actuar, además, otras pruebas. Asumir
posición contraria, esto es, que el juez podría usar su poder aun cuando las partes no cumplieron con su carga de probar, podría
implicar que el juez se convierte en parte, con lo cual se desnaturalizaría la esencia del proceso mismo y perdería imparcialidad».
MARTEL, Rolando, op. cit., p. 128.
230 Id., p. 269.
231 Id., p. 270.
62 de 114
X Pleno Casatorio Civil
extemporáneo, rechazado formalmente, etc.); en este caso el juez lo podrá admitir y luego de ello someterlo
al contradictorio, con posibilidad de contraprueba. Por el contrario, el medio de prueba de oficio puede que no
se encuentre en el expediente y solo existe fuente de prueba respecto de aquel. En estos casos, puede
tratarse de un medio de prueba de actuación inmediata o diferida, aquí el contradictorio será diferente. En el
primer caso, será una vez que dicte la resolución admitiéndolo de oficio, pero se extiende hasta que
formalmente ingrese al proceso, porque las partes pueden debatir su contenido.
La vital importancia (y su plena justificación constitucional) que tiene la prueba de oficio para el compromiso
epistémico del proceso en la búsqueda de la verdad de los hechos del caso, se ve claramente proyectada en
su tratamiento legal procesal. Es una realidad que en el ordenamiento procesal peruano se encuentra
prevista en todos los textos o códigos procesales232; sin embargo, tiene graves problemas normativos
técnicos y de procedimientos puntuales que merecen ser remarcados en esta decisión, pues en no pocos
casos son los generadores de problemas en la jurisprudencia.
Estos motivos son suficientes para realizar una sintética revisión de su ordenación legal en el proceso
penal (Nuevo Código Procesal Penal) y en los diversos procesos no penales (como la Nueva Ley Procesal
del Trabajo, Texto Único del Proceso Contencioso Administrativo, entre otros). Además, resulta conveniente,
dado que es el tema que nos convoca a esta decisión, centrarse en el estudio de las particularidades de la
previsión normativa de la prueba de oficio en el artículo 194 del CPC vigente.
El proceso (contencioso) administrativo peruano también es otro caso en donde el legislador le ha atribuido
amplios poderes probatorios de oficio al juzgador. Tal como se puede observar del artículo 23 del Texto
Único Ordenado de la Ley n.o 27584, Ley que Regula el Proceso Contencioso Administrativo (en adelante
LPCA), aprobado mediante Decreto Supremo n.o 013-2008-JUS, que estipula lo siguiente:
Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar convicción, el Juez en decisión
motivada e inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios probatorios adicionales que considere
convenientes.233
232 Ferrer sostiene que, si bien en todo proceso hay una intervención decisiva de las partes sobre la prueba, ésta puede ser mayor o
menor, compartida con otros sujetos como el juez, dependiendo de cada ordenamiento y de cada tipo de proceso. Lo que
significa que esta facultad puede no ser exclusiva de las partes, pudiendo juez ordenar la práctica de pruebas no solicitadas por
las partes. Lo importante es que cuanta más información relevante esté a disposición de quien debe decidir, mayor será la
probabilidad de acierto en la decisión (FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba, pp. 38-39 y 68).
233 Texto legal que no ha sufrido ninguna modificación desde la primera versión en la Ley n.º 27584, Ley que regula el proceso
contencioso administrativo, publicada en el diario oficial El Peruano, el 07 de diciembre del 2001 (actualmente derogada), que
establecía lo siguiente:
Artículo 29 Pruebas de oficio
Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar convicción, el Juez en decisión motivada e
inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios probatorios adicionales que considere convenientes.
63 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Texto normativo que se mantiene íntegro y es reproducido ahora en el artículo 31 del nuevo Texto Único
Ordenado de la Ley n.o 27584234, aprobado mediante el Decreto Supremo n.o 011-2019-JUS, publicado el 4
de mayo de 2019 en el Diario Oficial El Peruano. Además, para la comprensión del funcionamiento de la
prueba de oficio en el proceso administrativo se debe tener presente que en el contexto probatorio se
presentan dos posiciones bien marcadas: i) al ser la función de este proceso la sola revisión de lo decidido
por la Administración resulta innecesaria la actuación de medios probatorios sobre los hechos que se
controvierten, pues todo ya ha sido actuado en el procedimiento administrativo; y ii) la prueba está justificada
en los procesos administrativos, pues este proceso no es solo de revisión del acto, sino que en él se
pretende una tutela efectiva de situaciones jurídicas de los particulares235. En este último caso, resulta
plenamente viable la actuación de pruebas en el desarrollo del proceso, en la que bien se puede incluir la
posibilidad de la prueba de oficio antes anotado.
También se ha dicho que el reconocimiento normativo de pruebas de oficio en este contexto
jurisdiccional es el reflejo de su nueva concepción, entre otros aspectos, comprometido por una tutela
jurisdiccional adecuada de las pretensiones de las partes frente a la actuación de la administración pública.
Lo que contribuye a dejar de lado la rigidez de la restricción de la actividad probatoria en sede administrativa;
hecho que le permite al juez desarrollar su dirección del proceso y la búsqueda de la verdad en el proceso236.
Esto demuestra una versión contemporánea sobre la función de todo proceso judicial y su compromiso con la
búsqueda de la verdad de los hechos del caso. Sin embargo, llama la atención la orientación que se le quiere
dar a la prueba de oficio en el proceso administrativo, esto es, para «formar convicción» en el juez. Hecho
que no refleja propiamente una preocupación por la determinación verdadera de los hechos sobre la que se
fundará la sentencia, sino simplemente el establecimiento del estado mental del juzgador. De esta manera, el
legislador asume una concepción psicologista (o persuasiva) de la prueba237 y no una concepción racionalista
de la prueba, que es la finalidad que solventa todo poder probatorio del juez. Situación que posiblemente
puede ser causante de no pocos problemas en la práctica jurídica y en la jurisprudencia contenciosa
administrativa.
También preocupa que el legislador no haya establecido criterios de aplicación de la prueba de
oficio, por lo que debe aplicarse de manera supletoria (1.a Disp. final LPCA) lo previsto en el artículo 194 del
CPC. Sin perjuicio de ello, es saludable que la doctrina haya podido establecer algunos límites, como son:
i) los medios probatorios aportados por el juez deben versar sobre hechos controvertidos y discutidos por las
234 Artículo 31. Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar convicción, el Juez en decisión
motivada e inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios probatorios adicionales que considere convenientes.
235 PRIORI POSADA, Giovanni. Comentarios a la ley del proceso contencioso administrativo. Lima: ARA Editores, 2006, p. 175.
236 VARGAS MACHUCA, Roxana. «Los principios del proceso contencioso administrativo». En Revista de derecho administrativo, n.°
11, 2012, p. 25.
237 Interpretando el citado texto legal Monzón sostiene que en esencia se está́ exigiendo al juzgado que exponga cuál es la pieza
que falta demostrar en el razonamiento lógico jurídico para formar su convicción; lo cual representaría la razón por la cual opta
por efectuar una prueba de oficio. (MONZÓN, Loretta. Comentario exegético a la ley que regula el proceso contencioso
administrativo. Lima: Ediciones Legales, 2011, p. 286).
64 de 114
X Pleno Casatorio Civil
partes; y, ii) la incorporación del medio probatorio por parte del juez al proceso debe realizarse respetando el
derecho de defensa de las partes238.
El nuevo ordenamiento procesal laboral también contempla la atribución de prueba de oficio al juez del
trabajo (o quien tenga competencia para conocer pretensiones laborales privadas). En efecto, la nueva Ley
Procesal del Trabajo, Ley n.o 29497 (en adelante NLPT) la regula en los siguientes términos:
Excepcionalmente, el juez puede ordenar la práctica de alguna prueba adicional, en cuyo caso dispone lo conveniente para
su realización, procediendo a suspender la audiencia en la que se actúan las pruebas por un lapso adecuado no mayor a
treinta (30) días hábiles, y a citar, en el mismo acto, fecha y hora para su continuación. Esta decisión es inimpugnable.
Esta facultad no puede ser invocada encontrándose el proceso en casación. La omisión de esta facultad no acarrea la
nulidad de la sentencia.
Como se puede observar, a diferencia de lo que sucede con la LPCA, existe un tratamiento normativo más
detallado. Siendo lo más destacable: i) se establece el criterio de excepcionalidad, es decir, que su uso debe
ser de manera extraordinaria, dejando que las partes procesales sean las llamadas de manera ordinaria a
aportar los elementos de prueba relevantes que estimen necesarios; ii) el establecimiento de un plazo fijo de
suspensión y continuación de la audiencia para la actuación de dichas nuevas pruebas, evitando de esta
manera que se pueda generar alguna dilación innecesaria del proceso239; iii) se utiliza la expresión «facultad»
para identificar a la prueba de oficio, con lo que se aleja de la idea que sea un deber del juez que le obligue a
utilizarlo en todos los casos. Supuesto que tiene implicancias en el siguiente punto; iv) limita su actuación en
sede de casación240 y sobre todo proscribe la declaración de nulidad de sentencia por su omisión, que
muchas veces —desconociendo su carácter facultativo— la no utilización de las pruebas de oficio es
considerada en segundo grado como una oportunidad para declarar la nulidad de las decisiones de primer
grado241.
65 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Sin embargo, hay otros aspectos que todavía requieren de precisión. Por ejemplo, la expresión
«prueba adicional»242 ha sido cuestionada como redundante, pues la determinación de las pruebas de oficio
significa, en efecto, la incorporación de un nuevo elemento de prueba. No se ha mencionado el supuesto de
insuficiencia probatoria, que es el presupuesto para el uso de la prueba de oficio243. Tampoco se
consideraron algunos límites244 a su ejercicio como i) el contradictorio previo, a fin de que las partes se
manifiesten sobre estas nuevas pruebas y en su caso proponer otras que estimen necesarias245; ii) la fuente
de prueba, el criterio de pertinencia, los que contribuyen en favor de un tratamiento equilibrado de la iniciativa
probatoria de las partes procesales. A pesar de ello, no se puede negar que estos criterios representan una
mejora en la técnica legislativa y es un gran avance en la regulación de pruebas de oficio en general, que no
se ven en los textos procesales analizados.
Lo que no queda claro en la disposición legal analizada es el propósito que oriente la utilización de
este poder probatorio ex officio en la jurisdicción laboral. A diferencia de lo que se mencionaba en el texto
derogado (Ley n.o 26636) que establecía la necesidad de que estos nuevos elementos de prueba produzcan
certeza y convicción en el juez246. Esta regulación asumía una concepción psicologista muy parecida a la
idea de íntima convicción, que no es precisamente el camino que debe seguir el poder examinado, ni la
adoptada en esta decisión. Frente a este vacío normativo es conveniente la adhesión a la concepción
racional de la prueba, en virtud de la cual las pruebas de oficio tienen una dimensión epistémica, esto es, que
deben estar encaminadas a la búsqueda de la verdad de los hechos del caso, como resulta ser el objetivo
institucional de la prueba en general.
Luego, en la jurisprudencia se han presentado algunos problemas relevantes que han sido
analizados en el Pleno Jurisdiccional Nacional Laboral y Procesal Laboral247, Chiclayo, 13 y 14 de
242 Monroy al analizar la regulación de la prueba de oficio en la LPT sostiene que “es absolutamente indispensable regular con
precisión tal facultad. Si el enunciado normativo empieza armando que la prueba de oficio es una “prueba adicional”, queda claro
que su uso se tornará impreciso, por decir lo menos.” (MONROY GÁLVEZ, Juan, op. cit., p. 176).
243 Aunque en la Guía de actuación de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley n.° 29497, si se indica que debe existir “insuficiencia
probatoria” en la actividad desarrollada por las partes y establece dos criterios: i) si existen hechos necesitados de prueba que no
han sido dilucidados y ii) sólo requieren prueba los hechos alegados por las partes: las partes disponen el objeto del proceso. El
juez no puede ordenar la actuación de pruebas para investigar sobre el incumplimiento de derechos no demandados (op. cit., p.
129).
244 En la Guía de actuación de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley n.° 29497, se reconoce este problema y se propone
limitaciones de tipo doctrinal: i) La prueba debe limitarse a los hechos controvertidos o discutidos por las partes (no introducir
hechos); ii) en el expediente deben constar las fuentes de prueba (por ejemplo, la identidad del testigo que deberá declarar) y iii)
respeto del principio de contradicción (no es una prueba privilegiada); y otros que se desprenden de las disposiciones
constitucionales:
i) deber de motivación e ii) imparcialidad judicial (op.. cit., p. 130)
245 Esta observación es puesta de manifiesto por Monroy, para quien las pruebas de oficio procede en casos que un hecho que esté
parcialmente acreditado y el juez considera que se necesita lograr una convicción respecto de aquél, entonces puede ordenar la
actuación de un nuevo medio probatorio “sin perjuicio de conceder a las partes el derecho a conocer su requerimiento, a
participar de su actuación y a presentar prueba complementaria o disuasoria sobre el hecho afirmado pero discutido, según fuera
el caso.” (MONROY Gálvez, Juan, op. cit., p. 176)
246 La derogada Ley n.º 26636, Ley procesal del trabajo, también regulaba las pruebas de oficio de la siguiente manera:
Artículo 28. Pruebas de oficio.- El Juez, en decisión motivada e inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios
probatorios que considere convenientes, cuando los ofrecidos por las partes resulten insuficientes para producirle certeza y
convicción.
247 Las conclusiones establecidas en dicho Pleno Jurisdiccional pueden consultarse en:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/6b5584004721d13c8a6bdb5d3cd1c288/Conclusiones+Finales+-
66 de 114
X Pleno Casatorio Civil
septiembre de 2018, estos son: i) ¿es posible incorporar y valorar un medio probatorio extemporáneo de gran
importancia («definitorio de la controversia») en segunda instancia?; ii) ¿es posible actuar pruebas de oficio
en segunda instancia?; iii) ¿cuál es el procedimiento para la actuación de los medios probatorios en segunda
instancia? A la primera cuestión, se acordó —entre otros argumentos248— que sí es posible de manera
excepcional y que el artículo 21 de la NLPT no debe ser interpretado de una manera cerrada y restrictiva, de
lo contrario afectaría el principio de veracidad y la justicia. La segunda fue resuelta de manera afirmativa,
entre otras cosas249, por considerar que se trata de una herramienta útil para plasmar los principios de
economía procesal, celeridad y veracidad250. Sobre la tercera cuestión se precisó que la prueba de oficio en
segunda instancia puede dictarse fuera de la vista de la causa y se deja abierta la posibilidad de que se
convoque a una audiencia especial para su actuación251.
Lo acordado en este Pleno Jurisdiccional resulta compatible con la concepción racional de la prueba
en general, no es incompatible con su normatividad procesal laboral y sobre todo es coherente con el
fundamento epistémico de las pruebas de oficio explicado anteriormente en esta decisión. Sin embargo,
habría que agregar a todos estos casos la necesaria indicación de que el tribunal garantice suficientemente el
ejercicio del contradictorio previo de las partes procesales.
En los procesos constitucionales (en especial los denominados procesos de la libertad) se encuentra
establecida la posibilidad de un poder probatorio ex officio. Aunque en el Código Procesal Constitucional (en
adelante CPConst.), a diferencia de los otros textos procesales examinados, no se le ha catalogado o
sumillado expresamente como pruebas de oficio, su reconocimiento normativo se puede desprender del
siguiente artículo:
En los procesos constitucionales no existe etapa probatoria. Solo son procedentes los medios probatorios que no requieren
actuación, lo que no impide la realización de las actuaciones probatorias que el Juez considere indispensables, sin afectar
la duración del proceso. En este último caso no se requerirá notificación previa.
+Pleno+Jurisdiccional+Nacional+Laboral+y+Procesal+Laboral+2018.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=6b5584004721d13c8a6bd
b5d3cd1c288
248 El Pleno acordó por mayoría que «De manera excepcional, es posible incorporar y valorar un medio probatorio extemporáneo. El
artículo 21 de la NLPT 29497 no debe ser interpretado de una manera cerrada y restrictiva, pues lo contrario afectaría el principio
de veracidad y la justicia que deben prevalecer, pues el proceso no es un fin en sí mismo, sino un instrumento para el logro de los
fines de la Administración de Justicia».
249 El Pleno acordó por mayoría «Si, es una herramienta útil para plasmar los principios de economía procesal, celeridad y
veracidad, pues tanto el reenvío como la demora en la resolución de los procesos laborales desnaturaliza el espíritu del nuevo
sistema procesal laboral que debe ser dinámico. La actuación de prueba de oficio en segunda instancia procede en todo caso,
incluso tratándose de prueba extemporánea».
250 En la Guía de actuación de la Nueva Ley Procesal del Trabajo Ley 29497, también se asumía dicho criterio: «Si el juez de
primera instancia no ordenó la actuación de prueba de oficio, el superior jerárquico tiene la facultad de ordenarla, si la considera
necesaria para llegar a la verdad real» (op. cit., p. 132).
251 El Pleno acordó por mayoría “La decisión que dispone la actuación de prueba de oficio en segunda instancia, puede ser dictada
inclusive fuera de la audiencia de Vista de la Causa, si bien, de acuerdo con el caso, debe convocarse a las partes procesales a
audiencia especial para la actuación de la prueba de oficio ordenada”.
67 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Este poder probatorio puede utilizarse en los procesos de habeas corpus, amparo, habeas data y
cumplimiento, pues el artículo se ubica en las disposiciones generales que engloban a todos ellos. Además,
se observa que el procedimiento, por su naturaleza sumaria, prohíbe una etapa probatoria252 —aunque sí
existe actividad probatoria253—, pero ello no impide que el juez excepcionalmente puede fijar una audiencia,
para que, entre otras diligencias, actúe la nueva prueba incorporada en virtud de dicho poder. Esta
posibilidad no encuentra problema en el proceso de amparo conforme al 2.o párrafo del artículo 53
CPConst254. Incluso en esta audiencia se podrían considerar otros elementos de prueba que sí requieran
actuación propiamente dicha o actuación diferida, siempre que sean indispensables y no provoquen una
dilación innecesaria del proceso. Luego aparece la referencia a que la actuación probatoria no puede afectar
la duración del proceso, exigencia que se justifica en su naturaleza sumaria y urgente255.
Este dispositivo legal también puede interpretarse sistemáticamente con el inciso 10 del artículo 19
del Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional256, en virtud del cual se amplía el poder probatorio en
análisis no solo a los jueces constitucionales de primera y segunda instancia, sino también a los magistrados
del Tribunal Consitucional257, siempre que se trate de actuaciones probatorias «indispensables»; es decir,
para la determinación correcta y verdadera de los hechos del caso. Algo sintomático es que este texto se
termina con la expresión «para mejor resolver», que es el nomen iuris con el que se conocía en los códigos
procesales de antaño a lo que ahora es la prueba de oficio.
Pero aparte de los supuestos mencionados, no aparecen criterios de control al uso de la prueba de
oficio en este contexto; por el contrario, llama la atención la referencia al hecho de que no se requiere
«notificación previa», lo cual evidencia una clara restricción injustificada al contradictorio258, que es entendida
252 Esta limitación se justifica en: i) la materia de discusión: en estos procesos el juez no declara el derecho, sino verifica su
amenaza o violación y ii) la naturaleza de proceso urgente: sumarización procedimental y cognitiva (DONAYRE, Christian. «La
prueba en el proceso constitucional de habeas corpus». En La prueba en el proceso constitucional. Lima: Gaceta Jurídica, 2010,
p. 13). Sobre las objeciones a la regla de inexistencia de una etapa probatoria en los procesos de amparo, puede verse: LÓPEZ
FLORES, Berly. «Del mito de la inexistencia de etapa probatoria en los procesos constitucionales de amparo: El misterio en
materia laboral de despidos». En Gaceta Constitucional. Tomo 11. Lima: Gaceta Jurídica, 2008, pp. 549-572.
253 Cfr. STC n.° 09878-2005-PHC/TC: “la actuación de los medios probatorios no se realiza en los procesos constitucionales como
en los procesos judiciales ordinarios, lo que no quiere decir que en los primeros dicha actuación sea inexistente (...)”. Según
afirma León Florián, en todo proceso, incluido el amparo, -y así se evidencia en la jurisprudencia del TC peruano - siempre se
presenta una definición sobre hechos, la cual supone una discusión, aunque sea mínima, sobre el material probatorio aportado
(LEÓN FLORIÁN, Felipe. «Sobre la prueba en el proceso de amparo». En La prueba en el proceso constitucional. Lima: Gaceta
Jurídica, 2010, p. 67.)
254 Artículo 53. Trámite.
[…]
Si el Juez lo considera necesario, realizará las actuaciones que considere indispensables, sin notificación previa a las partes.
Inclusive, puede citar a audiencia única a las partes y a sus abogados para realizar los esclarecimientos que estime necesarios.
255 A decir Donayre «la posibilidad de actuar otros medios probatorios está sujeta a que ello no genere una dilación del proceso y, en
consecuencia, enerve la tutela rápida y efectiva que se espera de este tipo de procesos» (DONAYRE, Christian, op. cit., p. 14).
256 Artículo 19. Son deberes de los Magistrados del Tribunal Constitucional: 10. Disponer la actuación de medios probatorios,
siempre que sean indispensables para mejor resolver.
257 Esta posibilidad se incrementa si lo concordamos con lo previsto en el artículo 119 CPConst, el cual establece que: «El Tribunal
puede solicitar a los poderes del Estado y a los órganos de la Administración Pública todos los informes y documentos que
considere necesarios para la resolución de los procesos de su competencia. En tal caso, el Tribunal habilita un plazo para que las
partes conozcan de ellos y puedan alegar lo que convenga a su derecho […]».
258 Sobre esta limitación Taruffo sostiene que, si esta sumarización significa renuncia a la búsqueda de la verdad en el proceso,
sacrificando otros derechos de las partes en el proceso como el contradictorio, se pervierte la finalidad de satisfacción del
derecho en el caso concreto y se institucionaliza un sistema donde se habrá renunciado al ideal regulativo de justicia (TARUFFO,
Michele. En Páginas sobre justicia civil. Traducción de Maximiliano Aramburo Calle. Madrid/Barcelona/Buenos Aires: Marcial
Pons, 2009, pp. 282).
68 de 114
X Pleno Casatorio Civil
como una garantía necesaria a este poder probatorio. Por tanto, debido a tales omisiones, si normativamente
están justificada las pruebas de oficio en el proceso constitucional, requiere necesariamente de la aplicación
supletoria de las reglas, límites y criterios contenidos en el artículo 194 CPC, esto conforme a lo previsto en el
artículo IX del TP del CPConst259.
El proceso penal peruano no es la excepción en la atribución de prueba de oficio. El Nuevo Código Procesal
Penal (en adelante NCPP) reconoce expresamente al juez penal este poder probatorio en el inciso 2 del
artículo 385 de la siguiente manera:
2. El Juez Penal, excepcionalmente, una vez culminada la recepción de las pruebas, podrá disponer, de oficio o a pedido
de parte, la actuación de nuevos medios probatorios si en el curso del debate resultasen indispensables o manifiestamente
útiles para esclarecer la verdad. El Juez Penal cuidará de no reemplazar por este medio la actuación propia de las partes.
De este enunciado normativo se pueden desprender presupuestos para el uso de las pruebas de oficio que
no aparecen en los otros procesos analizados, por lo que merecen ser analizados: i) su carácter excepcional
o extraordinario, ii) puede ser a pedido de cualquiera de las partes; iii) la información o datos que se extraigan
del debate judicial y que se trate de nuevos medios probatorios; iv) que la necesidad de su actuación se
manifieste una vez que las partes han actuado sus medios probatorios en juicio; v) que estos sean
indispensables y que sean manifiestamente útiles para el esclarecimiento de la verdad260.
Lo primero que se aprecia es el carácter excepcional —semejante a lo visto en el nuevo proceso
laboral— que el legislador ha querido impregnar en la prueba de oficio en el proceso penal. Se sabe que la
regla, por principio de aportación de parte, es que las pruebas se admiten a pedido del Ministerio Público,
imputado y otros sujetos procesales (artículo 155.2 NCPP); no obstante, se deja abierta la posibilidad para
pruebas de oficio (artículo 155.3 NCCP). Se trata de un supuesto de atemperamiento del referido principio,
esto es, que puede ser sometido a correcciones con el fin de permitir determinadas actuaciones de oficio261.
Otra novedad en esta regulación es que la iniciativa probatoria no recae únicamente en el juzgador, sino que
existe la posibilidad de que pueda ser a pedido de parte, como el Ministerio Público o la parte imputada.
Supuesto que amplía el ámbito de aplicación subjetiva de la prueba de oficio; aunque conviene precisar que
en último caso es el juez quien, luego de escuchar a las partes, determinará su ejercicio o no262.
259 Artículo IX. Aplicación supletoria e integración. En caso de vacío o defecto de la presente ley, serán de aplicación supletoria los
Códigos Procesales afines a la materia discutida, siempre que no contradigan los fines de los procesos constitucionales y los
ayuden a su mejor desarrollo. En defecto de las normas supletorias citadas, el Juez podrá recurrir a la jurisprudencia, a los
principios generales del derecho procesal y a la doctrina.
260 Cfr. ORÉ GUARDIA, Arsenio. Jurisprudencia sobre la aplicación del Nuevo Código Procesal Penal. Volumen 2. Primera edición.
Lima: Academia de la Magistratura, 2012, p. 54.
261 TALAVERA, Pablo. La prueba en el nuevo proceso penal. Manual del derecho probatorio y de la valorización de las pruebas en el
proceso penal común. Primera Edición. Lima: Academia de la Magistratura, 2009, p. 51.
262 Al parecer en la práctica jurídica este carácter de excepcionalidad es aplicada de manera disímil. Del estudio de la jurisprudencia
se observa existen dos tendencias: i) jueces que rechazan la posibilidad de ofrecer prueba, puesto que consideran que tal
atribución afecta el principio de imparcialidad; y, ii) jueces que admiten su actuación sin atender a su excepcionalidad, ampliando
su ámbito de aplicación más allá de lo que la norma permite (ORÉ GUARDIA, Arsenio, ob. cit., p. 54).
69 de 114
X Pleno Casatorio Civil
También se observa que esta actuación probatoria se realizará de los datos o información que pueda
advertirse del periodo del debate263, es decir, en la etapa de juzgamiento y no de circunstancias observadas
en fases anteriores del proceso (como la etapa intermedia)264. Por ende, se trataría de nueva prueba, en el
sentido de que no hubiera sido ofrecida por las partes para su actuación en el juicio265. Situación distinta es el
momento en que se puede ejercer dicha potestad, el cual se ha establecido que será «una vez culminada la
recepción de las pruebas». Para la mayor precisión se ha sugerido que el artículo en mención debe ser
específico y disponer «una vez culminada la actuación de los medios probatorios»266.
Otro aspecto que no parece quedar claro es a qué se refiere el legislador cuando requiere que los
nuevos medios de pruebas a incorporar sean «manifiestamente indispensable o útiles». Sobre ello se ha
dicho que la dinámica del juicio puede dar como resultado que muten o surjan hechos nuevos y relevantes
para los fines de resolver y de hacer que aparezcan, por lo tanto, ulteriores medios de prueba267. Por esta
razón, tratando de limitar los supuestos de utilización de este poder, hay quien ha puesto que la actuación de
estos medios de prueba debe ejercerse «en el caso que existiera alguna controversia con la autenticidad,
veracidad o integridad de alguna prueba actuada»268. Igualmente, de la configuración del nuevo proceso
penal parece razonable que, a pesar de que no se diga en el enunciado legal examinado, su naturaleza
jurídica no es de una obligación sino de una facultad que debe ejercerse prudentemente; además los nuevos
elementos de prueba que se decida practicar deben ser pertinentes y lícitos269.
Lo que sí es manifiesto es que en el proceso penal —supuesto no previsto en otros procesos— el
objetivo o propósito de la actuación de las pruebas de oficio es la necesidad de determinar que se trate de
pruebas que puedan ser indispensables o manifiestamente útiles para esclarecer la verdad en el proceso. En
estos términos, la prueba de oficio en el proceso penal se adhiere a una concepción racional de la prueba. A
pesar de que se diga que la razón de la presencia de la prueba de oficio en el NCPP responde a la tendencia
de no asumir modelos acusatorios puros sino más bien mixtos, en realidad la justificación correcta es que su
reconocimiento se debe al modelo y la función que asume el proceso judicial respecto de la búsqueda de la
verdad, a partir de una adecuada reconstrucción de los hechos del caso.
Como vemos, después de revisar la legislación nacional sobre prueba de oficio, es que queda claro
que el legislador en todos los procesos ha establecido la prueba de oficio como una facultad para que el juez
263 Se espera que el hecho que se ejercite durante el debate (en la etapa de juzgamiento), contribuya a que el Juez Penal no
pretenda reemplaza la actuación probatoria de las partes, conforme queda de manifiesto en el mismo artículo en revisión.
264 Se sostiene que una forma de poder garantizar que los elementos de juicio, para accionar las pruebas de oficio, se extraigan del
debate judicial -y no antes- es que el expediente judicial no esté al alcance del juez de juzgamiento, de lo contrario se inferirá ya
no del debate sino de la lectura del expediente, lo que puede suponer que tal poder probatorio se convierte en la regla y no la
excepción (NEYRA, José. «Las garantías en el nuevo proceso penal peruano». En Revista de la Maestría de Derecho Procesal,
Vol. 4, n.° 1, 2010, p. 10).
265 Puede tratarse de prueba sobreviviente o no, no opera en este caso la restricción contemplada en el artículo 373°.1, en razón de
que como consecuencia de la actuación probatoria en juicio puede surgir la necesidad de llamar a testigos que antes no fueron
considerados, por el hecho de haber sido mencionados en la audiencia como conocedores de algún hecho relevante o para
contrastar la credibilidad de algún medio de prueba” (TALAVERA, Pablo, op. cit., p. 52)
266 NEYRA FLORES, José. Manual del nuevo proceso penal & Litigación oral. Lima: Idemsa, 2010, p. 971.
267 TALAVERA, Pablo, op. cit., p. 52.
268 NEYRA FLORES, José, op. cit., p. 971.
269 TALAVERA, Pablo, op. cit., pp. 52-53.
70 de 114
X Pleno Casatorio Civil
pueda hacer uso de ella. Entonces, se trata de una facultad regulada, por tanto, viable en los procesos en los
que se ha establecido, corresponderá establecer qué límites tiene esta facultad concedida al juez.
La explicación y justificación (constitucional y filosófica) sobre la necesidad de repensar las pruebas de oficio,
nos lleva a sostener que se trata de un poder probatorio atribuido al juez con el propósito de optimizar la
calidad (y cantidad) de información y datos cognitivos a través de la recolección de nuevos elementos de
prueba, que en definitiva mejorará la conformación del material probatorio a fin de una correcta
reconstrucción de los hechos. Pero esta manera de razonar también genera múltiples consecuencias en el
modo de entender aquellas categorías jurídicas y principios procesales que a menudo se les vincula con este
particular poder probatorio.
Precisamente, en esta parte de la decisión se analizarán esas categorías jurídicas, pero no tanto
desde una explicación procesal (como se acostumbra a realizar) sino se pretende un modo diferente de
estudiarlas desde los criterios y métodos de la epistemología jurídica. A nuestra consideración, las
instituciones en que más dificultades presenta la prueba de oficio son el principio procesal dispositivo, la
imparcialidad judicial, el principio del contradictorio (o de audiencia270) y la carga de la prueba. Vale la pena
advertir que un sector de la literatura procesal usualmente las exponga como las principales razones que
asumen quienes tienen una posición escéptica (y en algunos casos se opta por un rechazo total) sobre estos
poderes del juez, al afirmar que podrían resultar vulneradas.
Sin embargo, intentaremos dar desde la epistemología jurídica una respuesta a estos
cuestionamientos y expresar la posición de este Tribunal Supremo. Asimismo, respecto del derecho al
contradictorio se parte de una creencia positiva sobre su adecuado rol sobre las pruebas de oficio, al
considerarse como uno de los parámetros de su ejercicio. No obstante, se verá en realidad que su mayor
virtud es ser un adecuado complemento en relación con la búsqueda de la verdad que persigue la función
institucional del proceso.
Si se revisa la doctrina procesal (peruana y comparada) se podrá advertir que se ha convertido en un lugar
común (o tópico) sostener que el reconocimiento y la utilización de las pruebas de oficio (como manifestación
del rol activo del juez) vulneraría el principio procesal dispositivo. De este modo, resulta necesario hacer
270 Conviene precisar que, para muchos autores al principio del contradictorio, se le ha atribuido diversos nomen iuris, entre los más
utilizados: bilateralidad, audiencia y contradictorio. En la mayoría de los ordenamientos jurídicos de Latinoamérica es común
hablar del principio procesal del contradictorio o contradicción, esto parece ser a consecuencia de la gran influencia de la doctrina
procesal italiana y su principio del contraddittorio. Sin embargo, en no pocos países (como España y Alemania) a dicho principio
se lo identifica como principio de audiencia. Para un estudio del principio de audiencia en el derecho procesal peruano: ALFARO
VALVERDE, Luis. El principio de audiencia. Evolución e influencia en el proceso civil, Barcelona: Bosch Editor, 2014.
71 de 114
X Pleno Casatorio Civil
algunas precisiones para comprobar si realmente es así. Con este propósito, podría resultar muy útil
comenzar la réplica a esta observación revisando una cuestión histórica relevante. Veamos, a menudo se
afirma que la negación a la atribución de prueba de oficio se sustenta en el brocardo jurídico iudex iudicare
debet secundum allegata et probata partium; pero, en realidad —a decir de Picó—, la correcta formulación
sería: iudex iudicare debet secundum allegata et probata, non secundum conscientiam; por el cual se
buscaba poner de relieve aquellos parámetros cognoscitivos del juzgador a proyectarse en la decisión final,
debiendo censurar alguna información o conocimiento privado que pudiera tener el juez sobre los hechos del
caso271.
Conforme a esta última formulación el brocardo no estaba relacionado con la posibilidad de actuar (o
no) determinada prueba de oficio, sino la proscripción del juez de considerar en la decisión final hechos
narrados por las partes, pero que no hayan sido probados; es decir, el respeto a la regla procesal de
congruencia entre lo fundamentado en la sentencia, los hechos y los medios de prueba actuados.272 Siendo
así, desde esta perspectiva histórica, no habría problemas en aceptar la concurrencia del principio dispositivo
con la prueba de oficio.
Además del fundamento histórico convendría analizar qué se entiende (o que su concepto) por el
principio dispositivo en la literatura procesal; a fin de determinar si su sentido es realmente contrario a la
prueba de oficio. Como afirma el teórico Picó i Junoy, en virtud de este principio procesal las personas se
encuentran en un estado de libertad para «disponer» de sus intereses privados y reclamarlos o no,
judicialmente, en la medida que estimen oportuna273. Considerando esta noción jurídica, se estila poner en
discusión si acaso las pruebas de oficio no estarían afectando, por un lado, los medios de prueba que
puedan aportar las partes —en el ejercicio de su libertad—, que hayan considerado presentar al proceso; y,
por el otro, el deber de escoger únicamente entre las narraciones fácticas planteadas por ellas, sin que pueda
plantearse una posible tercera hipótesis. Es notorio que detrás de estas observaciones existe una
convergencia de ciertas implicancias ideológicas, en especial (como se ha visto anteriormente) la adopción
de un modelo de proceso judicial que tiene por finalidad exclusiva se resolver las disputas o enfrentamiento
entre las partes; opción que parece seguir los modelos procesales de los sistemas del common law, pero no
podría decir lo mismo respecto de los de tradición romano-germánica o del civil law, que son la mayoría de
los ordenamientos de Latinoamérica, como el peruano.
Por otro lado, en las objeciones planteadas no se toma el tiempo en considerar la explicación o
concepción más actualizada de este principio, que incluso para algunos tiene un reconocimiento
constitucional274. A saber, cuando se hace mención del principio dispositivo únicamente se hace referencia a
271 Se sostiene que es equivocada la expresión que usualmente se utiliza la doctrina procesal, pues ha agregado la expresión
partium (o también apartibus), además, se prescindió de la expresión et non secundum conscientiam.
272 PICÓ I JUNOY, Joan. El juez y la prueba. Estudio de la errónea recepción del brocardo iudex iudicare debet secundum allegata et
probata, non secundum conscientiam y su repercusión actual. Barcelona Bosch, 2007, pp.104-120.
273 Id., p. 99.
274 Sobre la constitucionalidad del principio dispositivo, puede verse: ALMAGRO NOSETE, José. «Garantías constitucionales del
proceso civil». En Justicia. Revista de Derecho Procesal, n.° 1, 1981, p. 18; RAMOS, Francisco. «La influencia de la Constitución
en el Derecho Procesal Civil». En Justicia. Revista de Derecho Procesal, n.° 1, 1983, p. 23; BERZOSA, María. «Principios del
proceso». En Justicia. Revista de Derecho Procesal n.° 3, 1992, p. 577.
72 de 114
X Pleno Casatorio Civil
275 La distinción se planteó por primera vez en la doctrina procesal alemana, limitando el concepto de principio dispositivo
(Dispositionsprinzip) al control de las partes, y el de aportación de parte (Verhandlungsmaxime) a la introducción y prueba de los
hechos en el proceso. (PICÓ I JUNOY, Joan. El derecho a la prueba en el proceso civil, p. 209).
276 Ibid.
277 CAPPELLETTI, Mauro. La testimonianza della parte nel sistema dell’oralitá (contributo alla teoria della utilizzazione probatória del
sapere delle parti nel processo civile). Segunda edición, Milano: Guiuffrè Editore, 1951, p. 314; CARNACINI, Tito. «Tutela
guirisdizionale e tecnica del processo». En Studi in onore de E. Redenti, Vol. II. Milano: Guiuffrè Editore, 1951, p. 707.
278 TARUFFO, Michele. La prueba de los hechos. Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005, p. 44.
279 Por ejemplo, en Francia el Código Procesal Civil reconoce al juez poderes probatorios de oficio (artículo 10) y a la par regula el
respeto al objeto del litigio (artículos 4 y 5) y de contradicción (artículo 16.1 primer párrafo).
280 Picó considera las siguientes manifestaciones: i) el inicio de la actividad jurisdiccional sólo es posible a instancia de parte, de
acuerdo a los aforismas nemo iudex sine actore y ne procedat iudex ex officio; ii) la determinación del objeto del proceso
corresponde únicamente a los litigantes; iii) las resoluciones judiciales deben ser congruentes con las pretensiones de las partes,
siendo vigente el brocardo ne eat iudex ultra petita partium y iv) la finalización de la actividad jurisdiccional se atribuye en
exclusiva a la voluntad de los litigantes, quienes pueden disponer libremente tanto de la res in iudicium deductae, mediante la
renuncia, el allanamiento o la transacción, como de la continuación del proceso, a través del desistimiento o la caducidad de la
instancia. (PICÓ I JUNOY, Joan. El juez y la prueba. Estudio de la errónea recepción del brocardo iudex iudicare debet secundum
allegata et probata, non secundum conscientiam y su repercusión actual, pp. 90-100)
281 Un caso representativo de lo dicho se puede encontrar en el ordenamiento francés, ya que el CPC, asegura el respeto al principio
dispositivo (arts. 1, 4 y 5) y a la par reconoce poderes probatorios de oficio al juez (artículo 10). Este modelo restablece el
equilibrio y es más se ha dicho que la vigencia de su texto procesal es que los artículos 1º al 13° definen un auténtico principio de
cooperación del juez y las partes en la elaboración del juicio hacia el cual está orientado el procedimiento civil (CADIET, Loïc. «El
nuevo Código procesal civil francés veinticinco años después». En Derecho, n.° 53, Lima, 2000, p. 710).
282 TARUFFO, Michele. La prueba de los hechos, op. cit., p. 44.
73 de 114
X Pleno Casatorio Civil
En otras palabras, el esquema del proceso no varía en relación con el carácter disponible (o no disponible)
del derecho sustantivo. De ello se sigue que no habría problema en que a los jueces y tribunales se les
reconozca la posibilidad (excepcional) de que puedan utilizar pruebas de oficio, lo que no es incompatible con
el hecho de que en un proceso determinado se aborden derechos disponibles.
Otra de las razones muy usadas en la doctrina procesal para resistir y criticar a la prueba de oficio es que su
utilización afectaría o al menos pondría en grave riesgo el principio de la imparcialidad judicial283. Sobre este
argumento, se sabe que el deber de imparcialidad es una garantía fundamental que se desprende del
ejercicio de la función jurisdiccional de todo Estado y que en la actualidad se encuentra reconocido en la
mayoría de las constituciones modernas. En este sentido, se afirma que el reconocimiento (y su utilización)
de la referida por los tribunales implicaría cierta parcialidad con alguna de las partes; siendo así, no estaría
en las condiciones necesarias que se necesitan como para valorar objetivamente el trámite y resultado de la
actividad probatoria. El juzgador en el ámbito interno podría inclinarse a dar mayor credibilidad a los medios
de prueba aportados por él que al de las partes, lo que pondría en peligro su imparcialidad284.
No obstante, frente a estos argumentos podría resultar pertinente recordar que la función activa que
desempeña el juez sobre el material probatorio se encuentra epistémicamente justificado, pues su actividad
está encaminada a obtener la mayor información posible para descubrir el conocimiento de la verdad. Desde
esta perspectiva, no habría razón alguna para dudar de su imparcialidad al momento de utilizar la prueba de
oficio y al tomar la decisión final. En este punto, resulta también explicativo tener presente que en cualquier
área del conocimiento donde se desarrolle una actividad epistémica (como el caso del proceso) es natural
que el investigador tenga un rol protagónico en la selección de elementos de prueba; como el caso del
científico que para realizar sus experimentos debe recolectar todas las muestras que estime necesarias para
lograr resultados verdaderos.
En el caso presentado, difícilmente se alegaría que como consecuencia de esta actividad el
científico perdería su estabilidad mental al punto que le impida valorar objetivamente sus resultados. Por
tanto, no se puede comprender por qué un juez que acuerde la práctica de algún medio de prueba
automáticamente no podría estar en condiciones, por ejemplo, de analizar racionalmente en su decisión final
la credibilidad de los testigos que ofrezcan las partes285.
Por otro lado, resultaría también esclarecedor adentrarnos a las observaciones de orden psicológico
sobre las pruebas de oficio en su vinculación con la imparcialidad, pues es intuitivo sostener que el uso de
este generaría una incompatibilidad psicológica entre las partes y el juez286. Al respecto, Taruffo responde a
esta crítica indicando que están basadas en nociones psicológicas «ingenuas» que parten de la creencia
74 de 114
X Pleno Casatorio Civil
negativa de que al obtener informaciones sobre un hecho perdería inmediatamente la capacidad de valorar
correctamente el contenido y fiabilidad de los medios de prueba287. El autor agrega que si bien es cierto la
existencia del riesgo de las confirmation bias (por el que las personas tienden a confirmar aquello de lo que
en primero momento se está convencido) por el que los jueces pueden estar expuestos a cierta inclinación a
considerar atendibles sus iniciales impresiones sobre los hechos de la causa y por ende buscar en medios de
prueba que representase las confirmaciones de sus propios prejuicios.
Pero la solución a este problema no pasa por eliminar la búsqueda de información adicional para
determinar racionalmente aquello que es verdadero, sino por considerar los estudios de psicología de la
decisión y criterios que ayudan a racionalizar las elecciones y a controlar los errores en los que el decisor
podría incurrir288. En este mismo sentido, Picó i Junoy sostiene que cuando el juez utiliza dicho poder no se
decanta a favor o en contra de una de las partes, pues antes de la práctica de la prueba no sabe a quién
puede beneficiar o perjudicar, sino que su único objetivo es poder cumplir eficazmente la función de tutela
judicial que la Constitución le asigna289. Si estos argumentos no son suficientes para superar los posibles
problemas que se derivan de la relación entre imparcialidad y pruebas de oficio; bien podría apelarse a la
revisión de los modelos comparados, ya que si aceptamos estos cuestionamientos supondría cuanto los
ordenamientos procesales que (en gran mayoría) reconocen alguna forma de poderes probatorios en general
serían incoherentes, pues parece un lugar común que se reconozca estos poderes y a la vez la
imparcialidad. Sobre el particular, Barbosa290 afirmaba que esta forma de razonar lleva esta suposición hasta
las últimas consecuencias lógicas, esto es, que simplemente las leyes deberían prohibir de modo absoluto
cualquier iniciativa oficial sea probatoria o no, hecho que la experiencia comparada no parece respaldar.
Ergo, no existen razones sólidas para seguir considerando que exista una incompatibilidad entre el
deber de imparcialidad y la prueba de oficio. Es más, desde el punto de vista de la epistemología jurídica las
cosas pueden ser entendidas de manera distinta, pues si partimos del razonamiento de que la prueba de
oficio responde a una necesidad de tipo epistémico, entonces resulta coherente pensar que en realidad este
poder ubica al juez en una posición de imparcialidad en la búsqueda de la verdad de los hechos291. Por lo
demás, conviene tener presente —siguiendo a Ferrer292— que si bien la imparcialidad indiferencia entre las
partes, pero no neutralidad entre la verdad y la falsedad, la cual requiere que se busque la verdad con
independencia de a qué parte beneficie.
75 de 114
X Pleno Casatorio Civil
293 Para un estudio histórico sobre el principio del contradictorio, puede verse: PICARDI, Nicola. «Audiatur et altera pars. Le matrici
storico-culturali del contraddittorio», op. cit., pp. 7 ss.
294 PICÓ I JUNOY, Joan, op. cit., p. 118.
295 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, p. 201.
296 VÁZQUEZ, Carmen, op. cit., p. 32.
297 Cfr. PICARDI, Nicola, «Il principio del contraddittorio, op. cit., pp. 673-681.
76 de 114
X Pleno Casatorio Civil
respecto de las dispuestas por el juez; además, podrían discutir el resultado y el valor de esas pruebas298. El
contradictorio puede funcionar como un mecanismo de frenos y contrapesos que permitan maximizar los
derechos de las partes y la prueba de oficio. El propósito epistémico final será garantizar que la adquisición
de los datos cognoscitivos sea lo más completa y lo más racional posible. Efectivamente, existe un
compromiso epistémico de la prueba de oficio destinado a mejorar la conformación del material probatorio a
través de la mayor cantidad de información, de ello se sigue que la articulación del contradictorio permitiría
maximizar (en calidad y cantidad) datos cognoscitivos que sean necesarios para la toma de la decisión
final299. A pesar de lo dicho, conviene dejar en claro que el contradictorio no solo funciona como un adecuado
medio de control de las partes, sino también como un instrumento cognoscitivo para el mismo juez. Por
ejemplo, en la práctica o actuación de la prueba, en virtud del contradictorio el juez puede obtener más
información sobre las pruebas que le han sido presentadas inicialmente y con las cuales puede tomar
decisiones mejor fundadas300.
Lo dicho se puede entender como la puesta en práctica del principio del contradictorio —como diría
Picardi301— en sentido fuerte o contradittorio en senso forte, que no se limita a la única actividad de control
entre las partes (incluyendo a las pruebas presentadas por ellas), sino que exige también la participación del
juez durante todo el procedimiento en general y en particular la actividad probatoria mediante la prueba de
oficio. De esta manera, queda demostrado que el principio del contradictorio cumple un papel importante en
la función epistémica en la prueba de oficio, pues permite saber el grado de acercamiento o alejamiento de la
búsqueda de la verdad.
298 Comiglio y otros afirman que el ejercicio de dicho poder por parte del juez no puede dejar de lado la fundamental garantía del
contradictorio de las partes (COMOGLIO, Luigi Paolo, FERRI, Corrado y TARUFFO, Michele. Lezioni sul processo civile. Il processo
ordinario di cognizione. I. Il processo ordinario di cognizione Quinta edizione. Bologna: il Mulino, 2011, p. 470, citado por ALFARO
VALVERDE, Luis. «Justificación epistémica de los poderes probatorios del juez», op. cit., p. 193.
299 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, op. cit., p. 202.
300 VÁZQUEZ, Carmen, op. cit., p. 33.
301 PICARDI, Nicola, op. cit., p. 675.
302 Cfr. MONTERO AROCA, Juan. «El proceso civil llamado”social” como instrumento de “justicia” autoritaria». En MONTERO AROCA,
Juan. Proceso civil e ideología. Valencia: Tirant lo Blanch, 2006, p. 142.
77 de 114
X Pleno Casatorio Civil
lo prudente y razonable es que sean las partes o los sujetos interesados los protagonistas del esfuerzo de
alegaciones y prueba, puesto que son bienes jurídicos suyos los que están en debate303.
No obstante, como respuesta a estos cuestionamientos conviene tener en cuenta, con Picó i Junoy,
que si bien es cierto que el objeto materia de controversia en el proceso civil tiene, por regla general, un
carácter disponible o privado, ello no significa necesariamente que estas cualidades deban también decirse
del proceso civil. En realidad, el modo de desarrollarse no pertenece a los litigantes sino propiamente al
Estado, quien es el titular de la función jurisdiccional, que se sirve del proceso como instrumento para
garantizar la efectividad de esta función304. Queda claro que las observaciones formuladas se sustentan en
versiones ya dejadas de lado en el contexto del proceso civil, que concibe al proceso como un negocio
particular y con un fin privado: la defensa de los intereses personales305. Se trata de concepciones
denominadas «privatistas» del proceso que desde hace mucho han quedado superadas en favor de una
visión comprometida con los derechos fundamentales procesales de las partes y del rol garantizador que
tiene el Estado en el ejercicio de la función jurisdiccional, lo que supone la atribución de poderes probatorios
como el de la prueba de prueba306.
A la crítica analizada también se le agrega la cuestión —de orden más práctico que teórico—
relativa al interés que tienen las partes en decisiones que les sean favorables a sus pretensiones, lo que
supuestamente sería incompatible con la prueba de oficio; pues serían los justiciables quienes mejor
defienden sus intereses y, en consecuencia, nadie mejor que ellos para conocer las pruebas acreditativas de
la certeza de sus alegaciones. Sobre este punto, De la Oliva Santos manifiesta que a menudo las partes
están en mejores condiciones para lograr un resultado de certeza sobre los hechos relevantes para la
decisión jurisdiccional que se requiera en cada caso307. Sin embargo, estos argumentos no justifican o
explican de modo alguno el por qué además de las partes el juez no pueda desarrollar una actividad
probatoria308. Es cierto que las partes procesales (con la asesoría de sus abogados) pueden estar más
preparadas para aportar al proceso el material probatorio necesario, de ninguna manera no explica que se
omita o excluya de esta actividad probatoria al juez, quien podría utilizar algunas de las pruebas de oficio sin
303 DE LA OLIVA, Andrés. Derecho Procesal Civil. Tercera edición. Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces, 1992, p. 277. De
igual modo, vid. MONTERO AROCA, J. «El proceso civil llamado “social” como instrumento de “justicia” autoritaria. En Montero
Aroca, J. (coord.). «Proceso civil e ideología». Valencia: Tirant lo Blanch, 2006, p. 142.
304 PICÓ I JUNOY, Joan, op. cit., pp. 104-105.
305 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. «La iniciativa probatoria del juez en el proceso contemporáneo». En Revista Iberoamericana de
Derecho Procesal, n.° 4, 1967, p. 68. Cfr. MARTÍN OSTOS, José. Las diligencias para mejor proveer en el proceso civil. Madrid:
Montecorvo, 1981, p. 164.
306 Es de la misma idea Calamandrei, cuando sostiene que es de la jurisdicción en materia civil (como parte de la función pública), se
deriva la necesidad técnica de dar al juez todos los poderes necesarios para cooperar activamente a la satisfacción del interés
público que también en el proceso civil está en juego. Además, el juez debe estar en todo caso provisto de los poderes
indispensables para administrar la justicia de un modo activo, rápido y seguro: no vale objetar que cuando la materia de la
contienda pertenece al derecho privado también la marcha del proceso se puede considerar como negocio privado, por el
contrario también en los procesos sobre controversias de derecho privado entra en juego, tan pronto como se invoca la
intervención del juez, el interés eminentemente público que es la recta y solicita aplicación de la ley al caso concreto.
(CALAMADREI, Piero. Instituciones del derecho procesal civil, Vol. I. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, 1973, p.
395).
307 De la Oliva Santos, Andrés, op. cit., p. 277.
308 GUASP, Jaime. El juez y los hechos en el proceso civil. Barcelona: Bosch, 1943, p. 12.
78 de 114
X Pleno Casatorio Civil
ningún problema, buscando siempre —como ya se puntualizó— llegar a determinar la verdad de los hechos
afirmados por las partes.
Finalmente, otro de los argumentos por los que usualmente se refuta la prueba de oficio es también porque
su uso supuestamente afectaría categóricamente la carga de la prueba (onus probandi). Sin embargo, hay
quienes han sostenido que este razonamiento resulta dogmáticamente incorrecto, ya que las reglas de la
carga de la prueba operan en un momento posterior a la aportación del material probatorio, es decir, al dictar
la decisión final309. Es posible que estas objeciones se deban a la confusión entre los diversos sentidos que
se le reconoce a esta institución: carga de la prueba en sentido estricto (o clásico) y carga de producción (o
aportación) de la prueba. Siendo así, sería necesario examinar si realmente existe tal afectación o es que se
trataría una vez más de una creencia negativa injustificada.
Pero veamos, la carga de la prueba en sentido estricto —en su versión clásica en la doctrina
procesal del civil law— parte de aquella situación en la que los enunciados de las hipótesis fácticas no han
sido debidamente confirmados (con las pruebas presentadas) como para alcanzar el grado de suficiencia que
les permita ser considerados verdaderos. Para dar solución a este problema se utiliza esta carga (como una
regla de juicio o de decisión) en virtud de la cual quien no demuestra la verdad de las versiones de los
hechos simplemente pierde el caso. En otras palabras, el juzgador de los hechos establece las
consecuencias de la ausencia o insuficiencia de pruebas de los hechos, decidiendo en su contra. Rosenberg
sostenía que con relación a la cuestión de ¿cómo decide el juez ante semejante caso?, se descarta la
posibilidad de que el juez llegue a un non liquet con respecto a la cuestión de derecho a causa de la duda
respecto a la situación de hecho, debiendo necesariamente negar o aceptar las consecuencias jurídicas que
son el objeto del pedido de la demanda310. Sobre el particular, Ferrer sostiene que a través de esta regla los
sistemas de justicia intentan resolver la cuestión ¿quién debería ganar si con los medios de pruebas
disponibles no se alcanza el nivel de prueba suficiente?, o viceversa, ¿quién debería perder si no hay prueba
suficiente?311
Esta regla se puede apreciar en relaciones interpersonales y en especial el contexto judicial, en
donde sería injusto que se aceptara que una demanda pueda ser estimada sin que esté demostrada la
verdad de los hechos que ha alegado. Se debe aclarar que en virtud de esta regla se intenta resolver el
problema relacionado a qué parte asume el riesgo de la falta de prueba de un hecho alegado. Como se
aprecia, se muestra una función epistémica de la carga de la prueba, pues estaría orientada a exigir a quien
alega un hecho la carga de demostrar con pruebas que ese enunciado ocurrió verdaderamente; de lo
79 de 114
X Pleno Casatorio Civil
contrario, perdería el caso. Esta regla —como sostiene Taruffo— está dirigida a favorecer la determinación
de la verdad y a lograr que la decisión final se funde en esa determinación312.
En rigor estamos frente a una genuina regla de desempate, que se sustenta en el conocido brocardo
onus probandi incumbit ei qui dicit y está pensada en que sea prevista a priori por el legislador a fin de que
las partes conozcan anticipadamente las reglas de juego que resolverán en definitiva ante una situación de
insuficiencia (o ausencia) probatoria de los hechos alegados. Al respecto, Serra Domínguez afirma que la
carga de la prueba es totalmente independiente del carácter disponible del proceso, pues los principios sobre
los que se sustenta operan únicamente en el momento de la sentencia, careciendo de relevancia jurídica con
anterioridad. Así, la carga de la prueba entendida como regla de decisión por la manera como ha sido
diseñada, el momento en el que se utiliza y la finalidad que persigue, para nada resultaría afectada con la
prueba de oficio313.
Sin embargo, con relación a la denominada carga de producción de la prueba, la situación es
distinta, pues se sustenta en el deber de aportar determinadas pruebas al proceso. Lo que se trata es de
responder a la cuestión de ¿quién debe ofrecer el elemento de prueba en un caso concreto?, indistintamente
de lo que acontezca al momento de la decisión final. En términos sencillos, se trata de saber ¿quién debe
aportar prueba al proceso?314. Siendo así, la carga de la prueba cumple una función subjetiva, consistente en
una regla de organización de la actividad probatoria de las partes, con el propósito de estimular a las partes a
fin de que produzcan o presenten medios de prueba que demuestren sus alegaciones.
Se trata de identificar la actividad que pueden desempeñar las partes, lo que no asegura que esté
orientada al descubrimiento de la verdad de los hechos del caso. De hecho, las partes pueden buscar ganar
el proceso con independencia de que la decisión se funde en la verdad de los hechos315. Pero, siguiendo a
Taruffo, si el proceso está orientado epistémicamente (orientado hacia la búsqueda de la verdad), eso ocurre
no obstante las actuaciones defensivas que desarrollan las partes316. Por tanto, no existen razones fuertes
para considerar una vulneración a la carga de la prueba; por el contrario, se puede observar cierta
compatibilidad, en tanto que bajo el significado explicado sería justificado atribuir al juez esta iniciativa
probatoria con el objetivo de mejorar el material probatorio.
312 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, op. cit., pp. 254-255.
313 En ALBALADEJO, Manuel (coord.). Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales. Tomo XVI, Vol. 2. Segunda edición.
Madrid: Edersa, 1991, p. 54.
314 VÁZQUEZ, Carmen, op. cit. p. 36.
315 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, op.cit. p. 194.
316 Id., p. 195.
80 de 114
X Pleno Casatorio Civil
El problema contemporáneo sobre la prueba de oficio en los ordenamientos jurídicos está centrado en la
determinación de sus límites, que marcan los contornos para su adecuado ejercicio en el proceso judicial.
Toda forma de ejercicio del poder en una determinada comunidad requiere de cierta demarcación, a fin de
que sus actos no terminen convirtiéndose o viéndose como decisiones arbitrarias. Estos límites funcionan
como criterios que permiten a los destinatarios de las decisiones ejercer un control sobre ellos; en el derecho
esta posibilidad de intervención de los ciudadanos se constituye en una característica de un Estado
constitucional. El valor de la democracia no se agota en el simple acto del sufragio cada cierto tiempo, es
necesario además un control de las actuaciones o decisiones del detentador del poder. En el ámbito del
Poder Judicial, la situación no puede ser distinta, por lo que se hace necesario que los justiciables o partes
procesales puedan ejercer un control previo de las decisiones de los jueces. El ejercicio del poder probatorio
del juez en examen es un caso particular del contexto descrito; esto sin perjuicio del propósito epistémico que
persigue respecto de la búsqueda de la verdad de los hechos.
Sin embargo, cuando se han revisado los artículos relacionados con la prueba de oficio en los textos
procesales (NLPT, TUO del PCA, CP Const. y NCPP), se han puesto en evidencia las deficiencias
normativas en varios aspectos, en especial sobre los límites de este poder probatorio. En el proceso civil, en
la regulación de la prueba de oficio (artículo 194 CPC) con la reforma legal (Ley n.o 30293)317 se
establecieron relevantes cambios sobre estos parámetros, hecho que significa un gran avance en
comparación con otros procesos, aunque en realidad esta mejora no parece haber reducido los problemas en
la práctica judicial318. Esta cuestión sobre la norma legal se proyecta en el contexto de las decisiones
judiciales, en donde el juzgador a menudo hace un uso ilimitado de este poder, tal como hemos visto en el
análisis jurisprudencial de la prueba de oficio. Hecho que las Cortes Superiores están tratando de frenar a
través de los acuerdos establecidos en Plenos Jurisdiccionales. Por tanto, existe una preocupación sobre la
necesidad de fijar algunos parámetros que funcionen como criterios de aplicación para el juez y para
conocimiento a priori de los destinatarios de las decisiones.
Por el contrario, la literatura jurídica comparada y nacional319, con mejor criterio, ha advertido la
necesidad de establecer parámetros en la regulación y ejercicio de la prueba de oficio. Es del mismo criterio
Picó, cuando afirma que este poder no puede ser ilimitado, puesto que puede entrar en conflicto con
81 de 114
X Pleno Casatorio Civil
derechos y valoración constitucionales que merecen ser protegidos320. Aunque la idea principal es, siguiendo
a Cordón Moreno, buscar el punto de equilibrio entre los poderes de las partes y los que el juez debe poseer
para evitar quedar vinculado por las actividades fraudulentas, ilícitas o inútiles de las partes321. Si se parte de
la premisa de que la decisión judicial debe alcanzar decisiones justas o verídicas, la prueba de oficio es un
instrumento que precisamente coadyuva o maximiza dicho resultado.
No se trata de enfatizar el papel de las partes en lugar del papel del juez o viceversa, sino sumar los
derechos y las facultades de las partes, con los poderes del juez, concibiéndolos como mecanismos que
convergen hacia la recolección de todos los medios de prueba disponibles322. Con este propósito, son
diversos —y sin mucho orden— los criterios propuestos en la doctrina, por lo que podría resultar más
ilustrativo distinguirlos con relación a su origen o de dónde provienen: límites constitucionales y límites
legales-procesales. Considerando la tendencia de constitucionalización de los derechos y del derecho
procesal, estos criterios no solo deben provenir de la ley, sino también de la norma de rango constitucional,
en donde se establecen derechos fundamentales de tipo procesal.
La regla general respecto de la aportación de los elementos de prueba al proceso es que sean las partes
quienes se encarguen de hacerlo. Basta recordar que el principio dispositivo tiene como propósito poner a
disposición de las partes el proceso judicial para que, en el ejercicio de su autonomía de la voluntad, hagan
valer sus intereses privados323. También el principio de aportación de parte, que rige en el proceso civil, hace
referencia a la potestad de las partes de alegar datos fácticos de la realidad discutida del proceso, así como
proponer la prueba de tales elementos324. Este principio tiene un carácter técnico, en el que la iniciativa de los
jueces se constriñe a la voluntad de las partes325. Al respecto, Taruffo afirma que la disponibilidad de las
pruebas pertenece a la dimensión epistémica del procedimiento, esto es, a la técnica del proceso, y no al
principio dispositivo en sentido estricto326.
A pesar de ello, el legislador procesal ha establecido la posibilidad de que el juez también pueda
acordar la posibilidad de incorporar un nuevo elemento de prueba a partir de este poder probatorio de oficio.
320 PICÓ I JUNOY, Joan. «La iniciativa probatoria del juez civil: un debate mal planteado». En Revista Oficial del Poder Judicial, Vol. 2,
n.° 1, 2008, p. 320.
321 CORDÓN MORENO, F. «En torno a los poderes de dirección del juez civil». En Revista de Derecho Privado, 1979, n.° 9, p. 816.
322 TARUFFO, Michele. Páginas sobre justicia civil, p. 363.
323 PICÓ I JUNOY, Joan. El juez y la prueba. Estudio de la errónea recepción del brocardo iudex iudicare debet secundum allegata et
probata, non secundum conscientiam y su repercusión actual, pp. 99-101.
324 MONTERO AROCA, Juan. La prueba en el proceso civil. Segunda edición. Madrid: Editorial Civitas, 2002, p. 27. Para el autor las
partes deciden que hechos quedan en valor de controvertidos, al ser ellas mismas la que poseen la facultad de admitir los
existentes alegados por la parte contraria, quedando el juez obligado a no desconocerlos.
325 PICÓ I JUNOY, Joan, op. cit., pp. 101-102.
326 TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad: el juez y la construcción de los hechos, p. 200.
82 de 114
X Pleno Casatorio Civil
El derecho de prueba no significa atribuir a los justiciables el monopolio exclusivo en materia probatoria, pues
existe la posibilidad de cierta iniciativa probatoria al juez. La iniciativa probatoria de oficio completa la
iniciativa de las partes, teniendo la primera un carácter meramente facultativo, eventual y limitado327. Pero se
debe precisar que se trata de una facultad excepcional o extraordinaria328, que tiene un carácter restrictivo y
complementario a la responsabilidad de las partes de intentar acreditar las alegaciones de los hechos
narrados en el proceso. Este poder probatorio no puede suplir la iniciativa de las partes, ya que no busca
reservar exclusivamente al juez la facultad de proponer prueba, sino una protección al principio de aportación
de parte; esto sin considerar los límites a los que está expuesto su ejercicio, como el que es materia de este
análisis329. Este parámetro también puede entenderse en el sentido de que los jueces no pueden —ni
deben— utilizar la prueba de oficio como primera opción o como una decisión ordinaria para incorporar
pruebas al proceso, son las partes los primeros convocados a intentar demostrar sus alegaciones sobre los
hechos330.
Ergo, en ningún caso debe suponer la suplantación de funciones que le son propias de los abogados
de las partes en su proposición de prueba331. Por ello, algunos consideran que se trata de una integración,
dado que no pretende sustituir, ni enmendar, ni suplir la iniciativa probatoria de las partes, sino
completarla332. La función del juez no es asumir la posición de las partes en la producción de los medios de
prueba333, pues si son exitosas en tal labor, el juez no podrá hacer uso en absoluto de esta prueba de oficio.
Como afirma Taruffo: «solo cuando la actividad de una de las partes, o ambas, no resulta suficiente en la
presentación de prueba para establecer la verdad de los hechos que el Tribunal debiera jugar su rol
activo»334. En el caso del sistema español, respecto de las diligencias finales, Ortells afirma que «si las partes
han sido diligentes en la proposición y práctica de los medios de prueba y su iniciativa se ha visto frustrada
por causas ajenas a su voluntad, el juez ha de hacer lo necesario para la práctica —in extremis, como
diligencias finales— de los medios de prueba fallidos»335.
En el caso del proceso civil peruano, si bien este criterio legal-procesal no estaba expresamente
previsto en la versión inicial del artículo 194 CPC, lo cierto es que la doctrina ya venía postulando y
83 de 114
X Pleno Casatorio Civil
proponiendo dicho límite a la prueba de oficio336. No es sino a partir de la reforma de la Ley n.o 30293, que se
incorporó expresamente; ahora es posible advertir como frase inicial de la referida disposición normativa la
expresión «Excepcionalmente…». Criterio que por cierto ya se encontraba regulado mucho antes en el
proceso laboral, específicamente en el artículo 22 de la NLPT, como anteriormente se ha analizado. Pero
también suceden otros ordenamientos comparados, como afirma Alfaro, el criterio de excepcionalidad parece
ser la forma más generalizada en la mayoría de modelos comparados que reconocen esta iniciativa
probatoria del juez337, por ejemplo, cuando se regula las diligencias finales de la LEC española.338
Aun cuando la prueba de oficio es excepcional, no debe perderse de vista que además del artículo
194 tantas veces mencionado, tenemos que en el proceso de interdicto de retener, aunque pocas veces se
advierta, existe una manifestación de la prueba de oficio, especialmente cuando se regula que el juez,
admitida la demanda, debe practicar una inspección judicial y designar a peritos (artículo 606339). Desde
luego, deja abierta la posibilidad de que también se actúen otros medios de prueba que considere
pertinentes.
Lo que se pretende rescatar es que el proceso civil peruano no es ajeno a la posibilidad de que —a
modo de sugerencia y para coadyuvar a su pertinencia— se proponga de manera concreta alguna prueba
(ingresada de oficio al proceso) que pueda resultar pertinente para el esclarecimiento en determinadas
materias o situaciones jurídicas sustantivas. No se pretende proponer algún tipo de prueba (de oficio) de
estilo tasado (o «prueba legal») que irreflexivamente vincule a los jueces; pero es innegable que hay medios
de prueba que tienen mejor rendimiento o utilidad en relación con determinadas materias o situaciones
jurídicas sustantivas, lo que no significa que se dejen de usar otros elementos de prueba. En realidad, lo que
se busca es garantizar que estas nuevas pruebas puedan lograr una mayor eficacia respecto a la
incertidumbre que genera la insuficiencia probatoria en algunos casos judiciales.
336 Cfr. ABANTO TORRES, Jaime, op. cit., pp. 249 y 261; ALFARO, Luis. «Reflexiones sobre la iniciativa probatoria del juez en el derecho
procesal civil peruano». En: Revista Jurídica del Perú, N. 91. Lima: Normas Legales, 2008, p. 358, entre otros autores.
337 ALFARO VALVERDE, Luis. La iniciativa probatoria del juez. Racionalidad de la prueba de oficio. Lima: Grijley, 2017, p. 195.
338 Artí́culo 435: Diligencias finales. Procedencia.
2. Excepcionalmente, el tribunal podrá́ acordar, de oficio o a instancia de parte, que se practiquen de nuevo pruebas sobre
hechos relevantes, oportunamente alegados, si los actos de prueba anteriores no hubieran resultado conducentes a causa de
circunstancias ya desaparecidas e independientes de la voluntad y diligencia de las partes, siempre que existan motivos
fundados para creer que las nuevas actuaciones permitirán adquirir certeza sobre aquellos hechos. En este caso, en el auto en
que se acuerde la práctica de las diligencias habrán de expresarse detalladamente aquellas circunstancias y motivos.
339 Artículo 606. Interdicto de retener.
Procede cuando el poseedor es perturbado en su posesión.
La perturbación puede consistir en actos materiales o de otra naturaleza como la ejecución de obras o la existencia de
construcciones en estado ruinoso. Si así fuera, la pretensión consistirá en la suspensión de la continuación de la obra o la
destrucción de lo edificado, aunque se pueden acumular ambas pretensiones. En todos los casos, la pretensión consistirá en el
cese de estos actos.
Admitida la demanda, el Juez ordenará, en decisión inimpugnable, se practique una inspección judicial, designando
peritos o cualquier otro medio probatorio que considere pertinente. La actuación se entenderá con quien se encuentre a
cargo del bien inspeccionado. (resaltado añadido)
84 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Es sabido que los elementos de pruebas aportados por las partes deben tener relación con el tema o hechos
materia de controversia, supuesto que usualmente se denomina pertinencia; es decir, los medios de prueba
presentados por los justiciables a través de sus abogados deben tener una especial relación con la cuestión
en disputa; caso contrario, podrían estar expuestos a su rechazo por impertinentes, conforme al juicio de
admisibilidad que realiza el juez en la fase preliminar del proceso. Dado que el uso del poder probatorio de
oficio supone la incorporación de un nuevo elemento de prueba al proceso, parece razonable que la misma
exigencia de las partes también se proyecte al juez. Lo que significa que los tribunales que quieran utilizar
pruebas de oficio no pueden hacerlo respecto de los hechos que les parezcan convenientes, sino
propiamente deben estar circunscritos necesariamente a las cuestiones controvertidas.
Queda claro que, en virtud de los principios dispositivo y de aportación de parte, cual sea el medio
de prueba que el juez decida incorporar al proceso debe, necesariamente, limitarse a los hechos
controvertidos o discutidos por las partes. Este criterio de aplicación es relevante porque demarca el ámbito
objetivo sobre el cual se puede actuar la prueba de oficio, límite que es fijado por las partes; son ellas
quienes deben traer al proceso el material fáctico que fundamenta sus respectivas pretensiones, de modo
que el tribunal no puede llevar a cabo ninguna actividad, como el uso de la prueba de oficio, tendente a
aportar hechos no alegados por las partes, ni resolver alterándolos, so pena de incurrir la sentencia en un
vicio de incongruencia340, tal como lo establece el artículo 121 in fine del CPC341.
Este supuesto también tiene una importancia práctica, ya que como hemos advertido al analizar la
prueba de oficio en la jurisprudencia, se observa que el uso de este poder no siempre está destinado a
propósitos epistémicos de búsqueda de la verdad en el proceso. La pertinencia es un límite que, entre otros
parámetros analizados, puede evitar que el ejercicio de la prueba de oficio se convierta en un pretexto más
para no querer emitir un pronunciamiento sobre el mérito, como en los casos complejos, que por la cantidad
de pretensiones, pruebas y sujetos requieran mayor detenimiento y tiempo en su resolución. Además, ese
límite puede evitar la reprochable práctica judicial de emplear la prueba de oficio en múltiples oportunidades
durante el proceso o cuando se incorpora un nuevo elemento sin la menor relevancia para la correcta
determinación de los hechos del caso. Por ejemplo, en el caso de la disposición de pericia como prueba de
oficio, según Abanto, no en pocos casos es utilizado con mero afán dilatorio y que luego se prescinde de este
medio de prueba, por lo que insistir en su actuación es un premio a los litigantes y abogados de mala fe342.
En todos estos casos, la falta de pertinencia provoca una trágica dilación innecesaria del
procedimiento y con ella de la justicia, que es justamente uno de los males que se intenta frenar con esta
decisión. En el ordenamiento procesal civil peruano, el criterio de pertinencia no estaba previsto en la versión
340 PICÓ I JUNOY, Joan. «La iniciativa probatoria del juez civil: un debate mal planteado», op. cit., p. 320.
341 Artículo 121
[…]
Mediante la sentencia el Juez pone fin a la instancia o al proceso, en definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y
motivada sobre la cuestión controvertida declarando el derecho de las partes, o excepcionalmente sobre la validez de la relación
procesal.
342 ABANTO TORRES, Jaime, op. cit., p. 246.
85 de 114
X Pleno Casatorio Civil
inicial del artículo 194 CPC, fue añadido recién a partir de la reforma prevista en la Ley n.o 30293, publicada
el 28 diciembre de 2014.
86 de 114
X Pleno Casatorio Civil
probatorios por él utilizados, lo que puede comprender la debida confianza que objetivamente el juez debe
merecer al justiciable347.
En la legislación procesal civil, luego de la reforma de la Ley n.o 30293, que modificó el artículo 194
CPC, se le ha reconocido un amplio margen de posibilidad de que se advierta la existencia de una fuente de
prueba. La fórmula legal es la siguiente «siempre que la fuente de prueba haya sido citada por las partes en
el proceso». Es claro que son los justiciables a través de sus abogados —y no el juez— quienes determinan
las fuentes de prueba en sus alegaciones fácticas. Conforme a tal disposición legal, esta situación no estaría
limitada únicamente a los actos postulatorios del proceso, es decir, de la demanda y contestación de
demanda; sino que en la fuente de prueba podría identificarse cualquier otra circunstancia que haya citado
«citada» o mencionada por las partes y que el juez tome conocimiento de la misma.
Aunque el deber de motivación de las decisiones judiciales lo podemos encontrar a nivel legal en diversos
textos procesales, en realidad su exigencia tiene rango constitucional, que en el caso peruano lo podemos
encontrar en el artículo 139, inciso 5348, de la Constitución. Se trata no tanto de una garantía de la función
jurisdiccional, como se lo ubica en el texto constitucional, sino propiamente de un derecho fundamental
procesal de las personas, que por supuesto genera un deber en el juez. La decisión judicial respecto de la
actuación de la prueba de oficio también está sometida a este criterio de orden constitucional. De hecho, en
el artículo 194 CPC desde su primera versión requería que la resolución deba de estar motivada. Luego de la
reforma efectuada mediante la Ley n.o 30293, se insistió con este parámetro conforme a la siguiente
descripción: «La resolución que ordena las pruebas de oficio debe estar debidamente motivada». El
legislador pone énfasis al hecho de que la resolución por la que se decide la prueba de oficio no puede
contener cualquier motivación, sino que esta se debe realizar de manera plena o suficiente.
El juzgador, considerando los criterios que se han explicado anteriormente, debe expresar lo más
detallado posible todas las razones por las que, luego de haber escuchado a las partes (contradictorio previo
o posterior), llega a la conclusión de que en el caso concreto resulta necesaria y relevante la introducción de
un nuevo elemento de prueba, que inicialmente no fue aportado por las partes. Asimismo, dada la magnitud
de esta decisión, es necesario que no se escatime en argumentación, pronunciándose sobre los argumentos
y cuestionamientos (de ser el caso) que hayan expuesto las partes antes de tomar la decisión, a fin de que el
87 de 114
X Pleno Casatorio Civil
contradictorio previo no sea solo rito o una formalidad más y realmente tenga una influencia determinante en
esta decisión del juez. Para estos efectos, motivar la resolución que dispone prueba de oficio significa que el
juez debe indicar con mayor precisión posible el medio de prueba específico que será incorporado en el
proceso y su forma de actuación o puesta en práctica349. Por ejemplo, debe identificar la insuficiencia
probatoria, presupuesto para su actuación, tiene la obligación de exteriorizar las inferencias probatorias que
le han servido al juez para llegar a la conclusión de que era completamente necesario utilizar dicha
potestad350, citando inclusive la fuente de prueba que le permite hacer uso de la facultad.
Vale la pena dejar en claro que aun cuando el legislador no hubiese previsto el deber de motivación
para esta decisión, el juez no podría ampararse en ello para dejar de motivar la decisión de su actuación de
oficio sobre la prueba, dado que su fundamento no es legal sino constitucional. Este límite tiene vital
importancia en la práctica judicial, ya que, a pesar del mandato legal y constitucional, es posible advertir que
a menudo se realiza una motivación aparente, sin que el juez exteriorice adecuadamente las razones por las
que toma tal decisión. No en pocos casos la resolución por la que se dispone las pruebas de oficio puede
tener apariencia o formalidad de un auto, pero en su contenido, por su falta de argumentación, se asemeja a
un decreto. El legislador, como no puede ser de otra forma, ha establecido que su incumplimiento provocaría
la sanción (rectius: consecuencia jurídica) de nulidad. Inclusive la impugnación (apelación) que estaría
supeditada a la falta de motivación en que pudiera incurrir el juez.
88 de 114
X Pleno Casatorio Civil
El caso de la decisión que se asume para la prueba de oficio no es la excepción, pues el legislador ha
establecido en el artículo 194 CPC353 que con esta actuación probatoria el juez «deberá asegurarles el
derecho de contradicción de la prueba». Se entiendo que si los medios de prueba presentados por una parte
deben ser puestos a conocimiento de la contraparte para su evaluación y de ser el caso cuestionarla, no
debe existir problema en que las pruebas incorporados por el juez también deban seguir la misma suerte y
estar expuestas al contradictorio. Según Alfaro, el reconocimiento legal del contradictorio en la prueba de
oficio «adiciona un alto grado de legitimidad a la decisión judicial por la que dispone dicha prueba, al ser el
resultado de las aportaciones de todos los destinatarios de la decisión y no unilateral del juez, lo que resulta
acorde a un modelo constitucional del proceso civil, respetuoso de los derechos fundamentales procesales».
Al respecto, Picó opina en favor del respeto al principio de contradicción en el desarrollo de la prueba
propuesta por el juez, por lo que se le deberá permitir proponer nuevas pruebas y participar en la práctica de
todas ellas354. De este modo se protege el derecho de defensa. Trocker explicaba que «la garantía que el
derecho a ser oído (rechtliches Gehör) no solo implica que una persona pueda defenderse contra las pruebas
presentadas por el adversario, sino que también exige que las partes puedan hablar sobre todas las pruebas
encontradas y recopiladas de oficio. Por lo tanto, cuando el juez introduce la prueba oficial, se encuentra con
respecto a la necesidad del adversario en la misma posición que el partido»355.
El contradictorio en la práctica de la prueba en general y la de oficio en particular tienen una
dimensión epistémica que conviene ser puesta de relieve. Sobre el particular, Ferrer sostiene la participación
de las partes en la práctica en el contradictorio de las pruebas, que no excluye la participación del juez, es un
mecanismo cognoscitivo de gran valor para mejorar el conjunto de elementos de juicio del proceso, tanto
cuantitativamente (mediante la presentación de pruebas, por ejemplo) como cualitativamente (aportando
información sobre la fiabilidad de pruebas ya incorporadas al expediente)356. El aseguramiento del
contradictorio, del cual nos habla el legislador, supone comprenderlo como un mecanismo epistemológico
para determinar la fiabilidad de las pruebas. La tarea del juez respecto del contradictorio no se agota en la
oposición entre las partes, y, mucho menos, en una escenificación oral de una disputa retórica entre ellas,
sino que es un instrumento cognoscitivo crucial para la posterior evaluación de la fiabilidad de las distintas
pruebas357. En buena cuenta, lo que se pretende a través de la formulación obligatoria del contradictorio es
evitar que el interés público que existe de llegar o acercarse a la verdad para solucionar el conflicto pueda
comprometer el derecho a defensa de las partes, o el derecho a rendir contraprueba358. El principio de
Civil, publicado en «El control de la iniciativa probatoria para reducir las posibilidades de arbitrariedad y parcialidad en su
actuación». En Gaceta Civil & Procesal Civil, n.° 65, pp. 33-34.
353 Conviene recordar que el contradictorio (previo o diferido) no se encontraba establecido en la versión inicial del artículo 194 del
CPC, pero fue añadida mediante el artículo 2 de la Ley n.º 30293. Hecho que constituye una gran novedad y la redefine como un
poder que es ejercido en un diálogo previo con las partes y no de manera unilateral.
354 PICÓ I JUNOY, Joan. El juez y la prueba. Estudio de la errónea recepción del brocardo iudex iudicare debet secundum allegata et
probata, non secundum conscientiam y su repercusión actual, p.118.
355 TROCKER, Nicoló, op. cit., p. 535.
356 FERRER BELTRÁN, Jordi, op. cit., p. 97.
357 Id., p. 99.
358 Véase COMOGLIO, Luigui Paolo. «Garanzie minime del 'giusto processo' civile negli ordinamenti latinoamericani». En Roma e
America. Diritto Romano Comune. Rivista di diritto dell'integrazione e unificazione del diritto in Europa e in America Latina, n.º 17,
2004, p. 223.
89 de 114
X Pleno Casatorio Civil
contradicción como mecanismo epistemológico indica que esa posibilidad siempre debe existir, de modo que
se equilibre de nuevo el reparto de poderes probatorios.359
En definitiva, el rol del contradictorio tiene una alta importancia como condición para el uso de la
prueba de oficio. La misma que se debe presentar antes de la toma de decisión (contradictorio previo), es
decir, existe la necesidad de que el juez escuche antes a las partes y luego adopte una decisión. Alfaro
afirma que su «uso ex officio (como la nulidad de oficio, iura novit curia, adecuación de la vía procedimental,
etc.) debe suponer la participación previa de las partes (ex ante) y no después (ex post); supuesto que en
doctrina se conoce como el contradictorio en sentido fuerte (contraddittorio in senso forte)»360. Pero la
extensión del contradictorio no se agota con la oportunidad de que sean escuchadas las partes de manera
previa a la prueba de oficio, sino que también se puede realizar de manera posterior (contradictorio diferido) a
la decisión; con la finalidad de que se les permita proponer nuevas pruebas y, evidentemente, participar en la
práctica de toda actividad probatoria361.
la regulación no limita la facultad que tiene el juzgador de mérito de ordenar la actuación de los medios probatorios
adicionales que considere conveniente, la que comprende admitir las pruebas extemporáneas ofrecidas por alguna de
las partes, como bien pudo haber hecho la Sala de Revisiones, para lo cual debió expedir resolución motivada que se
notifica a las partes, cumpliendo así con los principios de publicidad, bilateralidad y contradicción que rigen la
actuación de la prueba adversa.
90 de 114
X Pleno Casatorio Civil
La misma Sala Civil Transitoria —de manera reciente— en la Cas. n.o 3959-2016 Lima Norte, del 7 de
mayo de 2018, en un proceso de desalojo por ocupación precaria, ha sido enfática en sostener que:
en aplicación del artículo 194 del Código Procesal Civil, sin corrérsele traslado previo; al respecto, debe señalarse que
la norma del citado artículo 194, en su texto modificado por el artículo 2 de la Ley número 30293, constituye una
norma de excepción, que autoriza al juez a disponer la actuación de medios probatorios de oficio cuando los ofrecidos
por las partes sean insuficientes para que se forme convicción; para la adopción de dicha decisión no se ha previsto
como regla del procedimiento que previamente deba correrse traslado a las partes informando la posibilidad de
incorporar medios probatorios de oficio, sino que recién, una vez incorporados -no antes- respecto a dichos medios
probatorios, se debe asegurar el derecho de contradicción a las partes que incluye el derecho de defensa de la
demandante362. (subrayado agregado).
362 Para mayor desarrollo de este caso, la Corte Suprema afirmó que el contradictorio fue garantizada, ya que «la Resolución
número veintiuno que dispuso la actuación oficiosa, fue puesta en conocimiento de las partes, siendo que precisamente, en
ejercicio legítimo de su derecho a la defensa, la demandante tuvo la posibilidad de manifestar lo que consideró pertinente a su
derecho, que en este caso se evidenció a través de un pedido de nulidad en donde cuestionó la incorporación de medios
probatorios de oficio y también a través de una tacha en la cual los cuestionó directamente, indicando que se estaban
incorporando documentos que adolecerían de falsedad; es decir, tuvo posibilidad efectiva de ejercer su derecho de contradicción
respecto a los medios probatorios incorporados de oficio al proceso». Además, deja entrever la posibilidad de que este
contradictorio diferido se haga en una audiencia, cuando manifiesta que «se debe indicarse que no se requería que la actuación
de los medios probatorios incorporados de oficio se realice en audiencia por tratarse de documentos que no necesitaban ser
actuados en audiencia, siendo suficiente su puesta en conocimiento a las partes, resultando aplicable en este punto, de manera
extensiva, lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 468 del Código Procesal Civil». (subrayado nuestro)
91 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Se debe entender como hechos controvertidos el conjunto de ellos con respecto a aquellos con los que las
partes no tienen pleno acuerdo de cómo ocurrieron o se produjeron en la realidad. Son los hechos sobre los
que existe controversia, que impiden una solución armoniosa de la litis, respecto a estos es que girará la
actividad probatoria (por ello es que los hechos admitidos, es decir, respecto de los que no hay desencuentro
entre las partes, no son objeto de prueba) y el pronunciamiento del juez en la sentencia, con el resultado de
la actividad probatoria sobre los hechos controvertidos, serán finalmente valorados por el juez para resolver
el caso.
Aunque esta tesis puede tener algún inconveniente cuando el demandado haya sido declarado en
rebeldía, en este caso, al no existir una posición contraria a los hechos afirmados por el actor, no será posible
fijar los hechos controvertidos, ya que tendremos únicamente los hechos afirmados por el actor y no la
posición del demandado. En estos casos, se ha sugerido que el juez debe fijar como hechos relevantes para
el proceso y que serán sometidos a prueba y comprobación, los señalados por el actor en su demanda. Aquí
no aparecen las categorías de hechos controvertidos ni de hechos admitidos, porque no es posible atender a
esta clasificación, pero sí se puede mencionar a los hechos relevantes sujetos a prueba, que serán
únicamente aquellos expresados por la parte demandante.
En donde no ocurra esta situación (rebeldía del demandado) los hechos a probar serán siempre los
hechos controvertidos: estos hechos nacen de la confrontación de afirmaciones y negaciones efectuadas por
el actor en la demanda y el demandado en la contestación de demanda.
Aunque debe quedar aclarado que serán hechos controvertidos aquellos que se configuran en relación
con las pretensiones y permitirán resolver la litis, no son hechos controvertidos los desacuerdos periféricos
con respecto a la actividad probatoria. Aunque excepcionalmente pueden integrar como elemento central de
la controversia la relevancia de la norma jurídica (constitucionalidad, interpretación, antinomias, lagunas
normativas, etc.),363 resolviendo el problema de relevancia podrá resolverse la litis de forma adecuada.
Corresponde al juez, como director del proceso, determinar cuáles son los hechos admitidos por las
partes de manera expresa o tácitamente, cuáles fueron admitidos parcial o totalmente y cuáles son los
hechos en que las partes mantienen posiciones discrepantes, fueron negados o rechazados por una de las
partes. En fin, se trata de todos aquellos hechos vinculados a la pretensión y a la defensa, sobre los cuales
las partes no se han puesto de acuerdo. Y es por ello que el juez debe fijarlos con precisión, dejando de lado
363 Esta posición fue asumida por nuestra Corte Suprema en la Cas. n.° 838-2006-Lima en la que se señaló: «[…] conviene precisar
que la estación procesal en la que se fijan puntos controvertidos busca establecer los extremos de la demanda y la contestación
que van a ser necesariamente objeto de pronunciamiento por el juez de la causa, sean estos fácticos o de derecho derivados de
los hechos que motivaron la litis o de la interpretación y aplicación de las normas en el caso concreto, porque resulta erróneo
sostener que cuando se fijan los puntos controvertidos aquellos correspondan únicamente a los que serán materia de probanza».
92 de 114
X Pleno Casatorio Civil
una práctica común y nociva, que es la de fijar c hechos (puntos) controvertidos simplemente haciendo una
descripción de las pretensiones postuladas. Debe fijarlos con precisión y exhaustividad.
Si la premisa general es que en el proceso se prueban los hechos afirmados por las partes y
fundamentalmente los hechos controvertidos, es decir, aquellos propuestos por una parte y negados por la
otra, entonces, tendremos que si un hecho del proceso fue admitido por la parte contraria a la que lo propuso,
como un hecho que existió y se produjo en la realidad y en determinado tiempo, entonces ya no habrá
discusión sobre ese particular, se debe sostener, por tanto, que sobre este hecho las partes no han
manifestado objeción alguna.
Cabe hacer una precisión sobre el particular, señalando que hay hechos en el proceso, que no obstante
ser controvertidos (es decir, sobre los cuales no hay consenso de las partes), no requieren de prueba, tal es
el caso de los hechos presumidos por ley y los hechos notorios.
Entonces, tenemos que hecho admitido es aquel sobre el cual las partes no tienen ninguna
discrepancia y en consecuencia no será objeto de prueba, pues es innecesaria esta actividad, se encuentra
desterrada toda posibilidad de actividad probatoria sobre un hecho no controvertido.
En cuanto a las partes disponen del material de los hechos, solo necesitarán probarse los hechos
alegados por aquellas que estén en contradicción. Los hechos en los que las partes estén de acuerdo no
necesitan probarse, además la ley prohíbe su prueba. Por tanto, los hechos admitidos no pueden ser objeto
de prueba.
Ello no significa que estos hechos (no controvertidos) no sean mencionados por el juez en la sentencia,
de seguro lo hará, no obstante, sobre ellos no habrá actividad probatoria. La sentencia no es nula si el juez
invoca hechos admitidos para sustentar su decisión. En cambio, la sentencia sí será nula si el juez emite
pronunciamiento basado en hechos no afirmados por las partes.
93 de 114
X Pleno Casatorio Civil
conflicto sometido a su decisión»364. Esta sucesión de actos procesales (de las partes, del juez y demás
participantes) deben ser agrupados de manera coherente y sistemática en todo el procedimiento, a fin de
lograr una adecuada tutela jurisdiccional conforme a las exigencias de las particulares situaciones sustantivas
de ventaja. En esta misma línea de pensamiento, Calamandrei sostenía que el proceso es «un método de
razonamiento prefijado y ordenado por la ley, que las partes y los jueces deben seguir etapa por etapa, de
acuerdo con una sucesión preestablecida y una coordinación dialéctica con el fin de obtener una sentencia
justa»365. De este modo, se resalta el carácter y el sentido instrumental del proceso en relación con el
derecho sustancial. Proto Pisani explica que «el proceso civil se pone, al interior del ordenamiento jurídico,
como una especie de contrapartida que el Estado da a los ciudadanos a consecuencia de la imposición de
prohibición de autotutelarse: una similar constatación comporta que esta contrapartida, para ser efectiva,
debe traducirse en la predisposición de medios de tutela jurisdiccional (de procedimientos, providencias y
medias coercitivas) adecuados a las necesidades de tutela de cada situación de derecho sustancial»366.
En efecto, en los sistemas jurídicos procesales de cada país se intenta diseñar un procedimiento
distribuido y organizado por momentos procesales que permitan lograr resolver la controversia de manera
justa. Es del mismo parecer Nieva Fenoll, quien afirma que la estrategia más o menos compleja para tomar
una decisión a través del proceso se materializa en la construcción de unas fases para la recepción de
información vinculada con la decisión, es decir, acoge las alegaciones de las partes, practica los medios de
prueba y realiza el juicio jurisdiccional, previa deliberación367. Si bien el diseño normativo del proceso por
etapas ha sido materia de cuestionamiento por su vinculación con la preclusión368, en particular sobre su
sentido rígido que se desprende de la opción legislativa del Código Procesal Civil369; sin embargo, todavía
sigue siendo un esquema válido y útil para explicar los actos procesales que se pueden realizar en un
determinado momento del proceso, apoyado en el valor de seguridad jurídica en el sentido de predictibilidad.
Dicho esto, la doctrina mayoritaria acepta la idea de que estas etapas son principalmente la postulatoria,
probatoria y la decisoria.
La primera es la fase denominada postulatoria, las partes presentan sus pretensiones y defensas a
la parte, exponen las hipótesis de los hechos y medios de pruebas que sustenten sus posiciones (en el
proceso civil lo hacen a través de los escritos de demanda y contestación de demanda). Fix-Zamudio y Ovalle
Favela la denominan también etapa de polémica «durante la cual las partes exponen o formulan, en sus
364 COUTURE, Eduardo. Fundamentos del derecho procesal civil, pp. 121-122.
365 CALAMANDREI, Piero. Proceso y democracia. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, 1960, p. 29.
366 PROTO PISANI, Andrea, op cit., p. 25.
367 NIEVA FENOLL, Jordi. Derecho procesal I. Introducción. Madrid: Marcial Pons, 2014, pp. 63-64.
368 En particular Alzamora sostenía que "la división del proceso en fases o etapas cerradas y sucesivas se denomina preclusión".
ALZAMORA VALDEZ, Mario. Derecho Procesal Civil. Teoría General del Proceso. Séptima edición. Lima: JVG, 1981, p. 286).
369 Sobre el particular Ariano afirma que «Como nosotros heredamos de España el "preclusivo" juicio ordinario, se nos presenta (aún
hoy en que el "juicio solemne y dispendioso" ha sido formalmente eliminado) de lo más natural y consustancial al proceso mismo
el que necesariamente esté dividido en un conjunto de fases, las que a su vez deben estar —también inexorablemente—
conformadas por un conjunto de actos. A cada fase un conjunto de actos. Cerrada la fase, se pasa a otra, no pudiéndose ya
realizar los actos correspondientes a la fase anterior. En suma, cuando se dice "preclusión" se piensa, por un lado, en la división
del proceso en fases y, por el otro, en la consecuencia: la pérdida -para las partes- de la posibilidad de realizar tal o cual acto por
haber pasado el plazo previsto por la ley o por haberse ya cerrado el estadio procesal respectivo». ARIANO, Eugenia. «Prueba y
preclusión. Reflexiones sobre la constitucionalidad del Proceso Civil peruano», op. cit., p. 73.
94 de 114
X Pleno Casatorio Civil
demandas, contestaciones y reconvenciones, sus pretensiones y excepciones, así como los hechos y las
disposiciones jurídicas en que fundan aquellas».370 En la doctrina nacional, Monroy Gálvez afirma que «es
aquella en la que los contendientes presentan al órgano jurisdiccional los temas que van a ser materia de
argumentación, prueba y persuasión durante el proceso, sea porque se quiere el amparo de la pretensión o
porque se busca su rechazo a través de la defensa»371. Sigue la etapa probatoria, en donde el juez pone en
práctica o actúa los medios de prueba previamente aportados y admitidos a las partes, como el caso de la
declaración de testigos o diligencia de inspección judicial. La finalidad es que las partes y el juzgador realicen
los actos tendentes a verificar los hechos controvertidos, sobre los cuales se ha planteado el litigio372. Luego,
la etapa decisoria o resolutoria, en virtud de la cual el juzgador debe tomar una decisión sobre la situación
sustantiva o material puesta a su conocimiento. En esta fase de manera ordinaria debe realizarse un
pronunciamiento sobre el mérito (conocido acríticamente como «fondo» del proceso), lo que supone que el
juez debe pronunciarse sobre las cuestiones jurídicas y fácticas materia del caso, en este último punto
procederá a valorar los medios de prueba373.
Aunque existe una secuencia lógica de estos diversos momentos procesales y las cuestiones o
problemas procesales acaecidos en una afecta —directa o indirectamente—- a otra; para los fines de esta
decisión judicial importa centrarse especialmente en la etapa decisoria o resolutoria del proceso, puesto que
el segundo problema jurídico advertido en el Pleno Casatorio está relacionado con la actividad vinculada con
la toma de decisión final, en concreto sobre la valoración de los medios de prueba. Resulta relevante
detenernos en esta fase también porque uno de los cuestionamientos que se hace en el presente caso es por
el supuesto error en la valoración de las pruebas en general y las de oficio en especial.
Estas fases de todo procedimiento civil (que son también aplicables a los demás procesos no penales y
penal) sirven de soporte o base para todo el iter que transitan los medios de prueba presentados por las
partes. En efecto, a diferencia de otras instituciones o categorías procesales, cuya presencia en el proceso
puede ser esporádica, la actividad probatoria se encuentra presente desde el primer acto procesal hasta la
emisión de la decisión final del proceso. Hay una especie de coparticipación entre las partes y el juez en
cuanto a la gestión del material probatorio en los diversos momentos o fases del proceso; motivo por el cual,
como se ha puesto en evidencia, se viene reconociendo como derecho fundamental por el. Lo que
ciertamente no excluye la aportación o iniciativa excepcional del juez para provocar la posibilidad del ingreso
de un nuevo elemento de prueba. En tal sentido, por una cuestión de orden y coherencia con las mismas
370 FIX-ZAMUDIO, Héctor y OVALLE FAVELA, José. Derecho procesal. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2016, p. 60.
371 MONROY GALVEZ, Juan. «La postulación del proceso en el Código Procesal Civil». En THĒMIS. Revista de Derecho, n.° 23, Lima,
1992, p. 33.
372 FIX-ZAMUDIO, Héctor y OVALLE FAVELA, José. Op. cit., p. 60.
373 Además, se habla de etapa de impugnación, no obstante, en el primer caso siempre tendrá el carácter de ser contingente, en
tanto y en cuanto, a diferencia de los momentos antes mencionados, no necesariamente las partes están llamadas a transitar, es
decir, el acto de impugnación está sujeto a la decisión que en libertad realicen las partes. De este modo puede existir un proceso
que termine en primera instancia.
95 de 114
X Pleno Casatorio Civil
fases del proceso, el procedimiento probatorio se desarrolla en las siguientes etapas: ofrecimiento, admisión,
actuación y valoración.
En la etapa de ofrecimiento las partes tienen la posibilidad de presentar los elementos de prueba
necesarios que busquen demostrar los hechos expuestos. De ordinario, demandante y demandado los
presentan en la fase postulatoria, en concreto acompañan a los escritos de demanda y contestación de
demanda. Al calificar estos escritos y haber cumplido con las formalidades legales para su presentación, el
juez debe tenerlos por ofrecidos. Superado este momento viene la admisión de las pruebas, momento en el
que el juez debe realizar una evaluación o examen de las pruebas ofrecidas, a partir del criterio de
pertinencia (que estén relacionados con los hechos controvertidos), cuidando también de que no hayan sido
obtenidos afectando derechos fundamentales (licitud); en caso contrario, tiene la potestad probatoria de
declarar improcedentes los medios de prueba.
Aunque comprendemos que no resulta sencilla la tarea para el juez, sí entendemos que el medio de
prueba aportado tiene cuestionamientos de ilicitud, ya que una improcedencia liminar no siempre es lo más
aconsejable, pues si bien puede aplicar en sentido formal la regla de exclusión y expulsar el medio de
prueba, puede encontrarse con una excepción a la misma y reservar su pronunciamiento para un mejor
análisis respecto de la ilicitud, cuando corresponda decidir la controversia. También debe puntualizarse que
en el proceso civil, a diferencia del penal, no se ha establecido un mecanismo idóneo para cuestionar la
prueba ilícita por las partes, dejando esta tarea a la tacha o a la nulidad procesal y en otros casos a la
apelación.
Lo que sigue es la actuación o puesta en práctica de las pruebas. Esta actividad se realiza en la
etapa procesal de pruebas, en concreto en la audiencia de pruebas (símil al juicio oral o juzgamiento del
proceso penal). Las partes, en el ejercicio del derecho al contradictorio, pueden participar activamente, por
ejemplo, interrogando a testigos o peritos. De igual modo, el juez tiene el poder técnico de dirección de la
audiencia, quien también de modo excepcional puede interrogar a las partes y a los testigos, de ser el caso.
Finalmente, en la etapa decisoria del proceso el juez procede a valorar cada uno de los medios de prueba
previamente actuados; en otras palabras, en esta fase el juez percibe los resultados de la actividad
probatoria en un determinado proceso374. En concreto, es mediante sentencia en la que el juez valora las
pruebas actuadas a fin de un pronunciamiento sobre el mérito o derecho material controvertido. En la última
fase del procedimiento probatorio (valoración), como diría Couture: «Ya no se trata de saber qué es en sí
misma la prueba, ni sobre qué debe recaer, ni por quién o cómo debe ser producida. Se trata de señalar, con
la mayor exactitud posible, cómo gravitan y qué influencia ejercen los diversos medios de prueba, sobre la
decisión que el magistrado debe expedir»375. También Ferrer explicar que valorar es la actividad consistente
en «evaluar el apoyo empírico que un conjunto de elementos de juicio aporta a una determinada hipótesis o a
su contraria»376.
374 NIEVA FENOLL, Jordi. La valoración de la prueba. Madrid: Marcial Pons, 2010, p. 34.
375 COUTURE, Eduardo J. Fundamentos del derecho procesal civil, p. 257.
376 FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba, p. 46
96 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Teniendo en cuenta el problema jurídico analizado en esta parte de la decisión, el interés mayor se
centra justamente en la última fase del procedimiento probatorio; sin embargo, es necesario que antes se
proceda a esclarecer qué significa valorar las pruebas o en qué consiste la labor de valoración probatoria que
realiza el juez.
Si bien la actividad de valoración de la prueba se ubica en la fase de decisión del proceso, empero, no se
debe confundir (menos fusionar) con el juicio de decisión sobre los hechos stricto sensu. A veces se tiene la
creencia de que como consecuencia de la valoración se puede determinar la realización (o no) de un hecho
en particular. Siendo así, el juzgador debería decidir luego que la valoración sea admitiendo o resistiendo la
existencia de los hechos afirmados por las partes. Bajo esta perspectiva, sería lo mismo la evaluación del
grado de probabilidad de la existencia de una hipótesis y la decisión acerca de su existencia377. En realidad,
como afirma Gascón378, la labor de valoración probatoria está ubicada como un momento anterior al de la
decisión sobre la hipótesis de los hechos. En efecto, Ferrer distingue tres momentos fundamentales
(lógicamente distintos y sucesivos) en el proceso de toma de decisiones: a) la conformación del conjunto de
elementos de juicio sobre cuya base se adoptará la decisión; b) la valoración de esos elementos; y
c) propiamente, la adopción de la decisión379.
Pero volviendo a la pregunta ¿qué significa valorar las pruebas?, en la literatura procesal podemos
advertir que existe una multiplicidad de conceptos o significados. Por ejemplo, Devis Echandía entiende por
valoración de la prueba «la operación mental que tiene por fin conocer el mérito o valor de convicción que
pueda deducirse de su contenido»380. Luego en el proceso penal Dohring explica que «la apreciación de la
prueba tiene por finalidad poner en claro hasta qué punto merecen fe diversos elementos probatorios
(testificaciones, documentos, indicios). El juzgador quiere discernir si esos elementos proporcionan una base
suficiente para dar por sentados los hechos que constituyen el verdadero objetivo del saber»381. No obstante,
si consideramos que se trata de un momento anterior a la toma de decisión, es posible concebirla como la
actividad consistente en la determinación del grado de probabilidad que pueden provocar las hipótesis de los
hechos a partir de los datos e información cognoscitiva que aporten las pruebas. Al respecto, Ferrer sostiene
que «la valoración de la prueba habrá permitido otorgar a cada una de las hipótesis en conflicto un
determinado grado de confirmación que nunca será igual a la certeza absoluta»382.
Las etapas anteriores de la prueba tienen una importancia en la adecuada valoración, en el sentido
de que mientras más sólida es la información recogida en la presentación y la actuación, mayor será la
probabilidad de que los hechos alegados hayan ocurrido. De este modo, conforme sostiene Gascón, la
377 Cfr. MONTERO AROCA, Juan. La prueba en el proceso civil. Navarra: Civitas/Thomson Reuters, 2005, p. 544.
378 GASCÓN, Marina. Cuestiones probatorias. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2012, pp. 58-59.
379 FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba, p. 41.
380 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Compendio de derecho procesal. Pruebas judiciales, Tomo II. Bogotá: ABC, p. 99.
381 DOHRING, Erich. La prueba, su práctica y su apreciación. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa–América, 1972. p. 16.
382 FERRER BELTRÁN, Jordi, op. cit., p. 45.
97 de 114
X Pleno Casatorio Civil
valoración es un juicio probabilístico sobre la hipótesis fáctica obtenida tras la práctica de los elementos de
prueba; y estos deberán considerarse aceptables cuando su grado de probabilidad se estime suficiente,
conforme a un modelo lógico inductivo383. En conclusión, la valoración de la prueba no nos conduce de
manera automática a la decisión acerca de la realización de un hecho, sino que nos permite medir el grado
de probabilidad lógica de acuerdo con la conformación de datos que se desprende del material probatorio
que obra en el expediente.
A lo largo del tiempo la doctrina procesal ha formulado diversos sistemas de valoración de los medios de
prueba. Por ejemplo, Gorphe sostiene que han existido cinco fases: i) la étnica, la de las sociedades
primitivas, donde las pruebas quedaban abandonadas al empirismo de las impresiones personales, y cuya
forma típica de procedimiento estaba constituida por el delito flagrante; ii) la religiosa, que se denominaría
mística, en que se invocaba el juicio de Dios o de los dioses y se utilizaban las ordalías, probanzas diversas;
iii) la legal, donde la ley no solo fija los medios de prueba, sino además el grado de fuerza de cada uno y en
el cual se considera la confesión como la reina de las pruebas, de manera que se hacen esfuerzos por
obtenerla a toda costa, por la tortura o la question (tormento), cuando así es requerido; iv) la sentimental; en
esta, por el contrario, el juez aprecia libremente las pruebas, de acuerdo tan solo con su convicción íntima; se
trata del sistema actual, instituido en función del jurado y v) la científica, la del porvenir, cuya prueba por
excelencia la proporciona la labor pericial y que no pretende tan solo establecer los hechos delictivos, sino
explicarlos, asimismo, de modo metódico, mediante resultados experimentales.384
Sin embargo, en la doctrina Latinoamérica es pacífica la idea de que los sistemas de valoración que
más han influenciado en los sistemas procesales son los siguientes: prueba tasada, libre convicción, sana
crítica y libre valoración.
Se trata de un sistema en el que el resultado probatorio es fijado ex ante por el legislador procesal de manera
general; es decir, el juzgador estaría obligado a asumir el valor que la ley o enunciado normativo atribuye a
determinado medio de prueba. Así, para Taruffo, esta forma de valoración consiste «en la producción de
383 GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la prueba. Madrid: Marcial Pons, 2010, pp. 157-161.
384 GORPHE, François. De la apreciación de las pruebas. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, p. 9.
98 de 114
X Pleno Casatorio Civil
reglas que, predeterminan, de forma general y abstracta, el valor que debe atribuirse a cada prueba»385.
Cappelletti afirma que en la Edad Media y hasta finales del siglo XIX la tarifa legal era el sistema probatorio
del derecho común de Europa continental. Además, que se caracterizaba por la desconfianza en el arbitrio
judicial para valorar las pruebas386. Conforme a este sistema, la labor del juez consistiría en cotejar la relación
de la prueba con el peso que un determinado enunciado legal le reconozca. Couture sostiene que las reglas
que contienen algún tipo de pruebas tasadas o legales «son aquellas en las cuales la ley señala por
anticipado al juez el grado de eficacia que debe atribuir a determinado medio probatorio»387.
A su turno, Cappelletti decía que «la valoración de las pruebas se hace así, no por el juez, caso por
caso y en consideración de los elementos concretos de credibilidad, de verosimilitud, de persecución, sino
apriorísticamente y en abstracto por la ley. De ahí la consecuencia de que el juez en lugar de valorar las
pruebas, se limitara a contarlas»388. De lo dicho se puede colegir que se trata de reglas establecidas por el
legislador que establecen previamente el valor de verdad que se atribuye a un medio de prueba389.
Surge como respuesta o réplica al sistema de prueba legal, cuyo propósito era eliminar los posibles excesos
que se venían acaeciendo por el legislador. De este modo se confirió al juez extensas potestades sobre la
valoración de los medios de pruebas por no estar sujetas a reglas legales o tasados. Conforme a este modelo
el juzgador que valora las pruebas es libre de razonar a voluntad, discrecionalmente, arbitrariamente390. Es
un sistema característico del derecho francés (en su origen, conocido como intime conviction) y alemán
(identificado como freiebeweiswürdigung) de su época. Según Rosenberg:
el juez (el colegiado mediante decisión de mayoría) resuelve sobre esto y, en particular, sobre el valor probatorio del medio
de prueba presentado, con completa consideración de todas las circunstancias extraídas mediante el debate o una posible
recepción de la prueba, basándose en su experiencia de vida y en el conocimiento de los hombres y de acuerdo con la
libre convicción; pero debe indicar en la sentencia sus fundamentos para su propia seguridad, y con el fin del examen en la
instancia superior391.
Couture afirmaba que es aquel modo de razonar que no se apoya necesariamente en la prueba que el
proceso exhibe al juez, ni en medios de información que pueden ser fiscalizados por las partes; sino que el
magistrado adquiere el convencimiento de la verdad con la prueba de autos, fuera de la prueba de autos y
aun contra la prueba que obra en el proceso392. A diferencia de la prueba tasada, el sistema de íntima
convicción tiene la característica de que el juzgador o tribunal no estaba ligado a formalidades que podían
entorpecer la obtención de la verdad; empero, debido al abandono de reglas para valorar tenía el riesgo de
385 TARUFFO, Michele. La prueba de los hechos. Traducción Jordi Ferrer Beltrán. Madrid: Editorial Trotta, 2002, p. 387.
386 CAPPELLETTI, Mauro. El Proceso Civil en el Derecho Comparado. Las grandes tendencias evolutivas. Buenos Aires: Ediciones
Jurídicas Europa-América, 1973, p. 89.
387 COUTURE, Eduardo. Fundamentos del derecho procesal civil, p. 268.
388 CAPPELLETI, Mauro. La oralidad y las pruebas en el proceso civil. Traducción de Santiago Sentís Melendo. Buenos Aires:
Ediciones Jurídicas Europa América, 1972, p. 41.
389 Cfr. GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el Derecho. Bases argumentales de la prueba. Tercera edición. Madrid: Marcial
Pons, 2010, p. 141.
390 COUTURE, Eduardo. Fundamentos del Derecho Procesal Civil, p. 271.
391 ROSENBERG, Leo. Derecho procesal civil. Tomo II. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, 1955, p. 206.
392 COUTURE, Eduardo, op. cit., p. 273.
99 de 114
X Pleno Casatorio Civil
favorecer una concepción subjetivista; en el sentido de que podría convencerse conforme a su entender.
Situación que impide una adecuada motivación de las decisiones judiciales, pudiendo acrecentar el peligro de
arbitrariedad, en tanto que no permitiría un adecuado control intersubjetivo de los destinatarios de las
resoluciones judiciales.
El sistema de valoración de la sana crítica o, más preciso, reglas de la sana crítica, se origina en el derecho
procesal español, específicamente en los arts. 147 y 148 del Reglamento del Consejo Real Español, el cual
es el antecedente de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855393. Sobre el particular, Sentís Melendo sostenía
lo siguiente: «el concepto y la expresión nos pertenecen: son netamente hispánicos. Fuera de nuestros
países, la sana crítica, como sistema de valoración de la prueba, o mejor como expresión de esa valoración,
no se encuentra»394. Este tipo de valoración tuvo bastante influencia en ordenamientos procesales de países
de Latinoamérica, incluyendo el peruano, en su Código de Procedimientos Civiles de 1912.
Couture consideraba que las reglas de la sana crítica son reglas del correcto entendimiento humano,
en las que participan las reglas de la lógica, de la experiencia del juez, que contribuyen a que el juez analice
la prueba con arreglo a la sana razón y a un conocimiento experimental de las cosas395. En similar sentido,
Alsina explicaba que «las reglas de la sana crítica, no son otras que las que prescribe la lógica y derivan de
la experiencia, las primeras con carácter permanente y las segundas, variables en el tiempo y en el
espacio»396. En comparación con los dos sistemas antes descritos, Couture sostenía que «este concepto
configura una categoría intermedia entre la prueba legal y la libre convicción. Sin la excesiva rigidez de la
primera y sin la excesiva incertidumbre de la última, configura una feliz fórmula, elogiada alguna vez por la
doctrina, de regular la actividad intelectual del juez frente a la prueba»397. En efecto, en la doctrina procesal
mayoritaria este sistema de valoración es visto como un sistema intermedio (tertium genus) entre la prueba
legal y el de la íntima convicción.
A pesar de ello, es un sistema que ha sido fuertemente criticado, sobre todo porque nunca se
precisó de qué manera se pueden aplicar las reglas de la lógica y las máximas de experiencia398 (base
fundamental en esta teoría). Esto sin considerar que también en el sistema de libre convicción estas reglas
estaban del todo excluidas. Motivo por el cual se ha puesto en cuestión su genuina calidad de tipo de
valoración probatoria, al punto de que algunos lo equiparan al de libre valoración. Es del mismo parecer
393 El Artículo 317 establecía que: «Los jueces y tribunales apreciarán, según las reglas de la sana crítica, la fuerza probatoria de las
declaraciones de los testigos». Cfr. VICENTE Y CARAVANTES, José de. Tratado Histórico, Crítico, Filosófico de los Procedimientos
Judiciales en Materia Civil, según la Nueva Ley de Enjuiciamiento. Tomo I. Madrid: Ed. Imprenta de Gaspar y Roig, 1856, p. 225.
394 SENTÍS MELENDO, Santiago, op. cit., p. 3.
395 COUTURE, Eduardo. Fundamentos del Derecho Procesal Civil, pp. 270-271.
396 ALSINA, Hugo. Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial. Tomo VI, Buenos Aires: Ediar S. A. Editores, p. 760.
397 COUTURE, Eduardo. Fundamentos del Derecho Procesal Civil, p. 270.
398 Según Stein, las máximas de experiencia: «Son definiciones o juicios hipotéticos de contenido general, desligados de los hechos
concretos que se juzgan en el proceso, procedentes de la experiencia, pero independientes de los casos particulares de cuya
observación se han inducido y que, por encima de esos casos, pretenden tener validez para otros nuevos». STEIN, Friedrich, El
conocimiento privado del juez. Pamplona: Ediciones Universidad de Navarra, 1973, p. 30).
100 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Nieva Fenoll cuando afirma «que aquello que se deduce de la “sana crítica” no difiere en absoluto de lo que
pretende la intime conviction o la Freibeweiswürdigung. Pudiendo concluir, llegados a este punto, que las
iniciales enseñanzas de Beccaria y la liberación en la valoración de la prueba inspirada con gran difusión por
Blackstone y Bentham, finalmente tuvieron bastante éxito en toda Europa»399.
Según Taruffo, la libre valoración presupone la ausencia de aquellas reglas [las que predeterminan el valor
de la prueba] e implica que la eficacia de cada prueba para la determinación del hecho sea establecida caso
a caso, siguiendo criterios no predeterminados, discrecionales y flexibles, basados esencialmente en
presupuestos de la razón400. En el mismo sentido Ferrer es de la idea de que un sistema jurídico que
establece un régimen de libre valoración de la prueba deberá valorar el apoyo que cada elemento de juicio
aporta a las hipótesis en conflicto, de forma individual y en conjunto. De esta manera, afirma el autor,
«deberá obtenerse un resultado que nos permita saber el grado de confirmación del que dispone cada una
de esas hipótesis»401. Además, Ferrer considera que «la libre valoración de la prueba es libre solo en el
sentido de que no está sujeta a normas jurídicas que predeterminen el resultado de esa valoración. La
operación consistente en juzgar el apoyo empírico que un conjunto de elementos de juicio aporta a una
hipótesis está sujeta a los criterios generales de la lógica y de la racionalidad».
En este sistema el juez asume las siguientes tareas: i) identificar plenamente todos los medios de
prueba ofrecidos y actuados en el proceso; ii) evalúa cada una de ellas, hace una valoración individual de
cada una de ellas, identificando que información arrojan individualmente; iii) luego evalúa conjuntamente
todas las pruebas que en la etapa anterior analizó individualmente; iv) después de este trabajo de valoración
con criterio de unidad del material probatorio obtenido, el juez escoge únicamente los medios de prueba que
le sirven para resolver el caso; v) resuelve el caso con las pruebas que definió como determinantes para
resolverlo. Toda esta actividad la debe hacer el juez partiendo de criterios de racionalidad, objetividad,
sustentados en la lógica y respetando los principios lógicos, sana crítica, máximas de experiencia. Para estas
etapas el juez no debe estar sujeto a ningún mandato imperativo legal que lo lleve a valorar la prueba con
determinado criterio, la valoración la hace siguiendo los parámetros ya mencionados.
Lo que busca el sistema de libre valoración de la prueba es que el juez tenga libertad de valorar la
prueba, pero se asume el compromiso para que esta tarea sea integral, racional, crítica, no contradictoria,
sujeta a reglas lógicas y utilizando las herramientas de apoyo necesario para hacerlo como las máximas de
experiencia. Por ello, se ha sostenido en la doctrina que la libertad del juez para valorar la prueba queda
sujeta a la razón, es decir, que la valoración queda sujeta a un procedimiento racional. Si el juez no considera
101 de 114
X Pleno Casatorio Civil
los parámetros indicados, puede convertir su actividad probatoria en libertad absoluta y, en consecuencia,
arbitraria.
Al respecto, cabe señalar que no se trata de que el juzgador pueda realizar la valoración probatoria en
general (y sobre la prueba de oficio en particular) como considere pertinente o de manera arbitraria, sino en
el marco de presupuestos de la razón que supone una adecuada justificación.
Respecto a las máximas de experiencia, debe destacarse que el juzgador, al estar inmerso en un sistema de
libre valoración, no necesariamente se hace referencia a que el mismo sea libre en su apreciación, es decir,
que el juez al momento de vincular la prueba con los hechos no puede apartarse de conocimientos generales
sino posee también límites, tales como los conocimientos generales, así como las máximas de experiencia
que comprenden generalizaciones empíricas justificadas.
Así, cabe resaltar que las máximas de la experiencia tienen la función de que la valoración se
circunscriba a aquellos conocimientos compartidos por la mayoría de las personas en una determinada
comunidad; en ese sentido, puede colegirse que posee la función de limitación a libre valoración de la
prueba, toda vez que se relaciona con el tipo de conocimientos que le es permitido utilizar al juez para la
resolución del conflicto intersubjetivo de intereses.
En ese contexto, en el ordenamiento procesal civil peruano se advierte que el juez se encuentra
facultado para el uso de las máximas de experiencia402.
Por otro lado, respecto al sistema de valoración de prueba tasada debe destacarse que, siendo un tipo de
valoración basada en reglas, que de manera rígida asignan un determinado resultado a los medios de
prueba; tuvo como razón de ser, también, el de limitar el poder del juzgador en la valoración probatoria. En
ese sentido, debe resaltarse que la inferencia probatoria de este tipo de valoración cumple la función de
correlacionar un hecho base con la obligación de dar por probada una determinada hipótesis.
Este tipo de valoración probatoria, si bien viene siendo progresivamente eliminado de los
ordenamientos jurídicos, en el derecho peruano todavía puede también identificarse en algunas disposiciones
normativas establecidas en el Código Civil y el Código Procesal Civil403.
402 Artículo 281.- El razonamiento lógico-crítico del Juez, basado en reglas de experiencia o en sus conocimientos y a partir del
presupuesto debidamente acreditado en el proceso, contribuye a formar convicción respecto al hecho o hechos investigados.
403 Artículo 25 del CC.- La prueba referente al nombre resulta de su respectiva inscripción en los registros de estado civil.
Artículo 363 del CC.- El marido que no se crea padre del hijo de su mujer puede negarlo:
1.- Cuando el hijo nace antes de cumplidos los ciento ochenta días siguientes al de la celebración del matrimonio.
102 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Este tipo de valoración de la prueba en el ordenamiento jurídico procesal civil peruano se encuentra
establecida en la disposición normativa del artículo 197 del CPC, que expresamente señala: «La
valoración de los medios probatorios son valorados por el juez en forma conjunta utilizando su apreciación
razonada. Sin embargo, en la resolución, solo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes
que sustentan su decisión».
Al respecto, como señala Jordi Ferrer Beltrán, debe advertirse que si bien una decisión sobre los
hechos no puede realizarse sin una valoración conjunta, este tipo de valoración no puede ser utilizada para
evitar la valoración individualizada, esto es, la valoración concreta de cada una de las pruebas aportadas;
toda vez que solo después de valoradas individualmente las pruebas podrá realizarse con rigor una
valoración conjunta de estas404. En ese contexto, cabe destacar que la sola valoración conjunta implicaría la
restricción a una motivación entendida como justificación, impediría 1) la valoración de cada uno de los
medios probatorios actuados, 2) el resultado de la valoración y 3) la individualización de la hipótesis aceptada
como verdadera (probada).
El término racionalidad empleado en los estudios sobre valoración probatoria se ciñe a la acepción
epistemológica de la prueba, esto es, desde una acepción cognoscitivista; que no necesariamente se
encuentra en defensa de una tesis objetivista (en el sentido extremo) en el conocimiento de los hechos del
caso materia de una decisión judicial. Para la concepción cognoscitivista de la valoración probatoria, los
hechos externos son objetivos en el sentido ontológico, ya que la existencia de dichos hechos no depende
del observador; en cambio, los hechos percibidos y hechos interpretados son epistemológicamente
subjetivos, toda vez que los primeros son relativos a una determinada capacidad sensorial y los últimos son
2.- Cuando sea manifiestamente imposible, dadas las circunstancias, que haya cohabitado con su mujer en los primeros ciento
veintiún días de los trescientos anteriores al del nacimiento del hijo.
3.- Cuando está judicialmente separado durante el mismo período indicado en el inciso 2); salvo que hubiera cohabitado con su
mujer en ese período.
4.- Cuando adolezca de impotencia absoluta.
5.- Cuando se demuestre a través de la prueba del ADN u otras pruebas de validez científica con igual o mayor grado de certeza
que no existe vínculo parental. El Juez desestimará las presunciones de los incisos precedentes cuando se hubiera realizado
una prueba genética u otra de validez científica con igual o mayor grado de certeza.
Artículo 370.- La carga de la prueba recae sobre el marido en los casos del Artículo 363, incisos 2 y 4. En el caso del inciso 1 sólo
está obligado a presentar las partidas de matrimonio y la copia certificada de la de nacimiento; y en el del inciso 3, la resolución
de separación y la copia certificada de la partida de nacimiento. Corresponde a la mujer probar, en sus respectivos casos,
haberse dado las situaciones previstas en el Artículo 363, inciso 3, o en el Artículo 366.
404 FERRER BELTRÁN, Jordi. «Derecho a la prueba y racionalidad de las decisiones judiciales», op. cit., p.29.
103 de 114
X Pleno Casatorio Civil
relativos al «trasfondo», es decir, «la subjetividad que afecta a la interpretación de los hechos es relativa a un
grupo social e incluso a un individuo»405.
Por ello, se puede argüir que los denominados hechos percibidos e interpretados también forman
parte de la operación constructiva de los enunciados fácticos, toda vez que la formulación de un enunciado
fáctico es formulada por alguien «en una situación concreta y, generalmente con una finalidad específica»406.
Sin embargo, tal situación «no impide que se pueda predicar la verdad o falsedad del enunciado fáctico, y
que por lo tanto, pueda ser objeto de prueba en el proceso»407. Tal probabilidad (o el enunciado «está
probado que p») se encontraría basada en la máxima relación de correspondencia (conexión) entre la
afirmación y los hechos acaecidos en la realidad, donde el grado de probabilidad suministrará un buen criterio
para la justificación de un enunciado fáctico que se acepta como verdadero408.
En ese contexto, para acercarnos al tema de valoración racional de la prueba en relación con la
aplicación de la prueba de oficio, es necesario tomar en cuenta lo señalado por los profesores Parra Quijano
y Alfaro. Para Jairo Parra Quijano una «demostración racional» (de los hechos) constituye la «prueba de la
corrección lógica del pensamiento» y prepara el descubrimiento de la «verdad»409. En ese mismo sentido,
Luis Alfaro, en referencia a la regulación de la actuación de la prueba de oficio en el proceso civil peruano
(que prevé el deber de motivación para la aplicación de prueba de oficio), realiza un análisis sobre las
razones y argumentos jurídicos que justificarían tal regulación. Indica que el análisis de la relación entre el
deber de motivación de las resoluciones judiciales con tal iniciativa adhiere a una concepción epistemológica
de la prueba y de la motivación como justificación racional de la decisión, y considera que ello permitiría
«tener argumentos suficientes para postular la idea de una concepción racional de la iniciativa probatoria del
juez»410. En ese contexto, para el autor, «la concepción epistemológica (como instrumento de conocimiento)
es el modelo más racional que nos conviene asumir, ya que toma como referente básico que el proceso tiene
que estar encaminado hacia la búsqueda de la verdad, es decir, se conectaría con aquella segunda postura
sobre la función del proceso orientada a resolver la controversia mediante decisiones justas».
405 GONZÁLEZ, Daniel. Quaestio Facti. Ensayos sobre prueba, causalidad y acción. Lima: Palestra Editores., 2005, p. 40.
406 TARUFFO, Michele. «Algunas consideraciones sobre la relación entre prueba y verdad». En Discusiones, n.°3, 2003, p. 18.
407 Id., pp. 22-23.
408 GASCÓN, M. Sobre la posiblidad de formular estandares de prueba objetivos. En ORTEGA GOMERO S. (ed.), Proceso prueba y
estándar. Lima: Ara Editores, 2009, pp. 18 y ss.
409 PARRA, Jairo. Racionalidad de la prueba de oficio, pp.15-18.
410 ALFARO, Luis. «La motivación y la prueba de oficio: racionalidad de la iniciativa probatoria del juez»., En Revista de la Maestría en
Derecho Procesal. - PUCP, 2016, p. 60.
104 de 114
X Pleno Casatorio Civil
al de la decisión sobre los hechos. [Siendo así], valorar la prueba es determinar el grado de probabilidad que
tienen las hipótesis fácticas de acuerdo a la información que arroja la prueba disponible»411. En ese contexto,
la valoración de la prueba opera sobre la información que es el resultado de la actuación de las pruebas
propuestas por las partes y el juez, información que incidirá directamente sobre el grado (mayor o menor) de
probabilidad412.
Sin embargo, se debe destacar que el tema de la valoración probatoria se encuentra ligado a la
acepción misma de la finalidad del proceso, esto es, si se identifica como la búsqueda de la verdad o la sola
resolución del conflicto intersubjetivo de intereses. Por tanto, la prueba en el proceso puede entenderse
desde una concepción cognitivista o una concepción persuasiva. La primera concibe que el juicio de la
prueba incluye un problema de racionalidad que debe estar apoyado en un enfoque epistemológico, esto es,
que la verdad en el proceso está vinculada como finalidad de la prueba. La segunda concibe a la prueba
judicial como un instrumento de persuasión. Sobre el particular, Cavallone es crítico con esta división entre
función persuasiva y demostrativa de la prueba y sostiene que «en términos de teoría general, se le atribuye
a la prueba una función persuasiva, por la cual se induce al juez a pronunciarse en sentido favorable a la que
si tiene la razón. Esta —se dice en sustancia— es una visión no solo arcaica, sino que es una actitud
abogadesca del juicio de los hechos, del todo incompatible con la moderna concepción racional de la prueba,
según la cual se cumple una función demostrativa y así puede servir a la determinación de la verdad.
Confieso que no comprendo dicha crítica»413.
Desde el ámbito doctrinal, se puede identificar a un sector que defiende la posición de la verdad
como finalidad de la prueba en el proceso; dentro de este sector encuentra Taruffo, quien señala que los
tribunales deberían establecer la verdad de los hechos en litigio asumiendo la verdad de los hechos en
disputa como una meta del proceso judicial414. Asimismo, Ferrer, quien indica que el objetivo institucional de
la actividad probatoria en el proceso judicial es la «averiguación de la verdad»415. En esa misma línea,
Nieva416 señala «que como finalidad material de la prueba sí que puede apuntarse la averiguación de la
verdad». En tal sentido, para el autor, el objetivo de la prueba es el acercamiento en la mayor medida posible
a la realidad de los hechos417.
Al respecto, conviene hacer mención que para los fines de esta decisión la que más beneficia y
respalda a la perspectiva epistémica del proceso es aquella conocida como concepción cognitivista, que es
entendida como un modelo racional de valoración de la prueba, conforme a una tradición racional de la
prueba, cuyos orígenes pueden encontrarse en el pensamiento del jurista inglés Benthan418. Twining explica
411 HUNTER AMPUERO, Iván. «Reglas de prueba legal y libre valoración de la prueba: ¿Cómo conviven en el Proyecto de Código
Procesal Civil? Ius et Praxis, Año 23, n.º 1, 2017, p. 250.
412 Id., p. 251.
413 CAVALLONE, Bruno. «Alessandro Giuliani Processualista (Ordine isonomico, ordine asimmetrico, principio dispositivo, principio
inquisitorio)». Rivista di Diritto Processuale, n.º 1, 2012, p. 108.
414 TARUFFO, Michele. La prueba, p. 20.
415 FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba, pp. 29-32.
416 NIEVA FENOLL, Jordi, op. cit.., p. 147.
417 Id., p. 149.
418 Si bien la conocida tradición racional de la prueba encuentra sus orígenes y fundamentos en el common law, a raíz de los aportes
del filósofo inglés Jeremy Bentham, sin embargo, en la actualidad su pensamiento ha sido difundido por los trabajos de teóricos
105 de 114
X Pleno Casatorio Civil
que este modelo proporciona la imagen más coherente de los principios de la prueba, la que se resume en la
proposición benthamita de que el objetivo primario del proceso jurídico consiste en la búsqueda de justicia
por medio del derecho, mediante la obtención de decisiones correctas a través de medios racionales419.
Si bien el artículo 194 del CPC establece que la prueba de oficio tiene como propósito «formar convicción»,
esta no debe ser entendida en sentido de una concepción persuasiva o psicologista de la prueba, esto es,
que la aplicación de la prueba de oficio solo fuera para el convencimiento del juez, sino para el
esclarecimiento de la verdad de los hechos introducidos en el proceso. En ese contexto, la exigencia de la
motivación prevista en el artículo 194 del CPC (como desarrollo del artículo 139, inciso 5, de la
Constitución420) hace referencia al contexto en el que debe darse cuenta de las razones de la decisión dada
por el órgano jurisdiccional como correcta o aceptable421.
Así la motivación puede identificarse como aquel instrumento que tiene la utilidad de evitar la
arbitrariedad del poder, como señala Marina Gascón:
adquiere una particular importancia merced de a la evolución que ha conocido el Estado de Derecho en el
constitucionalismo, un modelo de Estado que encuentra su legitimidad (externa) en la protección de los individuos y sus
derechos, y que, al consagrar esos derechos en el nivel jurídico más alto, la Constitución condiciona también la legitimad
(interna) de los actos de poder a la protección de esos derechos. La motivación cobra entonces una dimensión político-
jurídica garantista, de tutela de derechos422.
Al respecto, conviene recordar en el marco de una valoración racional, que la prueba, consiste en «evaluar el
apoyo empírico que un conjunto de elementos de juicio aportan a una determinada hipótesis»423. En este
sentido, como se ha advertido de los argumentos ut supra desarrollados sobre la finalidad institucional de la
prueba y del sentido epistémico del proceso, convendría entender a la prueba de oficio desde una
del civil law como, por ejemplo: TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos; FERRER
BELTRÁN, Jordi. La prueba y verdad en el derecho, GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de
la prueba, entre otros.
419 TWINING, William, op. cit., p. 326.
420 El artículo 139, inciso 5), consagra como garantía de la función jurisdiccional «la motivación escrita de las resoluciones judiciales
en todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite».
421 GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la prueba. Segunda edición. Madrid: Marcial Pons,
2004, pp. 184 y ss.
422 Id., p. 182.
423 FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba, p. 46.
106 de 114
X Pleno Casatorio Civil
concepción cognitivista y no persuasiva (como refiere el artículo 194 del CPC); así, su finalidad debe ser
identificada desde el enfoque epistemológico.
En ese contexto, la prueba de oficio como medio probatorio incorporado al proceso también se
encuentra supeditada a la valoración probatoria; toda vez que la apreciación de cada uno de los medios
probatorios incorporados al proceso bajo la concepción racionalista de la prueba, su valoración debe ser
realizada previamente en forma individual para ser luego valorada en forma conjunta con los demás medios
probatorios; ya que la prueba de oficio tiene como imperativo categórico, la búsqueda de la verdad, esto es,
la verdad de los hechos introducidos al proceso. Siendo así, habiéndose advertido diversos problemas
aplicativos sobre cómo valorar las pruebas de oficio en relación con los demás medios de prueba, es
necesario precisar que la prueba de oficio aportada al proceso en virtud del poder probatorio del juez no debe
tener ninguna preferencia o prevalencia en relación con los otros medios de prueba aportados por las partes
al proceso. De otro lado, es conveniente igualmente establecer que la prueba de oficio y las pruebas que
puedan haber aportado las partes procesales deben ser valoradas de manera individual y luego de manera
conjunta por el juez a fin de corroborar la hipótesis fáctica del caso concreto.
§ 4. Reglas establecidas
En el contenido de las reglas a establecer en el presente Pleno Casatorio se debe ratificar la posición del
legislador de establecer a la prueba de oficio como una facultad excepcional para incorporar medios de
prueba adicionales a los que hubieran ingresado al proceso las partes. El legislador entiende como necesario
en algunos casos el uso de esta facultad, es por ello que la encontramos contenida en el artículo 194 del
CPC y en diversas disposiciones de naturaleza procesal, aunque es necesario mencionar que el juez al hacer
uso de esta debe tomar en cuenta los límites establecidos en el ordenamiento procesal, para evitar que se
haga un mal uso de ella.
El juez juega un papel importante en la actividad probatoria en el proceso, es por ello que se le debe
exigir en esta tarea que sea diligente y responsable. Por este motivo, en los procesos judiciales el juez debe
tener sumo cuidado en fijar los puntos (hechos) controvertidos, de tal manera que le sea más fácil a las
partes y al juez definir de antemano en qué elementos fácticos relevantes las partes no se encuentran de
acuerdo y concretamente qué debe probarse en el proceso. Debiendo desterrar la mala praxis de integrar
como puntos controvertidos una simple descripción de las pretensiones postuladas, esta es la peor forma de
fijar los hechos controvertidos.
Como se ha señalado de antemano, en la prueba de oficio juega un papel importante y trascendente
el contradictorio, es por ello que al ejercitar este poder probatorio el juez debe garantizar que las partes
puedan siempre ejercitarlo sin restricciones, pero siempre tomando en cuenta la naturaleza del proceso que
107 de 114
X Pleno Casatorio Civil
tramitan. No debe, por tanto, establecerse una regla fija e inmóvil sobre el contradictorio, más bien dada la
complejidad y situaciones a presentarse en estos casos, puede ser previo, diferido, oral o escriturado.
La oportunidad de la prueba de oficio es de mucha importancia, debería ser en una sola
oportunidad, es decir, en un solo acto, no es admisible el uso de la prueba de oficio de manera progresiva, ya
que esta situación pondría en evidencia una conducta inadecuada del juez. Lo mismo sucede con el
momento en que se deben usar, lo correcto debería ser después de concluida la actuación de la prueba y
excepcionalmente, antes de emitir sentencia y en los procesos orales, en la audiencia preliminar y de forma
excepcional en la audiencia de prueba.
En muchos casos, el juez debe evaluar la posibilidad de ejercitar la facultad excepcional de
incorporar nuevos elementos de prueba cuando se encuentre en situaciones en las que existen medios de
prueba relevantes para la solución del caso en el expediente, pero que no ingresaron de forma regular (no
fueron admitidas formalmente). Se trata de supuestos de rebeldía, medios de prueba ofrecidos de manera
extemporánea, rechazados de forma expresa por el juez, adjuntados al recurso de apelación, entre otras
situaciones. Estas situaciones deben llevar siempre al juez a evaluar si es viable ejercitar el poder probatorio
establecido en el artículo 194 del CPC.
La prueba de oficio en segundo grado suele ser la más complicada, ya que las Salas Superiores no
ejercitan de manera cotidiana el poder probatorio contenido en la disposición procesal, anulando muchas
veces la sentencia venida en grado. Por el contrario, las Salas Superiores tienen la posibilidad de ejercitar
este poder probatorio e incorporar adicionales medios de prueba que les pueda solucionar el conflicto con
mayor acercamiento a la verdad de los hechos (están autorizados expresamente por el artículo 194 del CPC).
Por ello es que se debe establecer un mecanismo para el ejercicio de esta facultad excepcional en Sala
Superior que permita que las partes puedan ejercer de forma irrestricta el derecho al contradictorio y tal vez
de contraprueba, dándole un sentido diferente a la llamada audiencia de vista de la causa.
En relación con el efecto de la apelación que se pudiera presentar cuando las partes ejercen
impugnación en contra de la resolución que ordenó la prueba de oficio, conviene precisar el efecto en el que
se debería conceder, ya que el artículo 194 del CPC no lo precisa, solo se establece que procederá la
apelación cuando el juez no ha cumplido con las exigencias establecidas en el citado artículo, debiendo ser
concedida conforme lo ha considerado este Colegiado sin efecto suspensivo y con calidad de diferida. Si la
prueba de oficio es en segunda instancia, podría ser postulada como argumento para el recurso de casación.
Con este Pleno Casatorio se busca establecer reglas para los procesos en general (y aplica para
cualquier proceso civil), pero en especial para aquellos en los que se tramitan pretensiones de naturaleza real
(reivindicación, mejor derecho de propiedad, desalojos, interdictos, entre otros) y aquellos de naturaleza
personal. En los primeros, se presentan un gran número de problemas que podrían ser solucionados de
forma correcta si se hace uso del poder probatorio (identificación del bien —como el caso que nos ocupa—,
áreas, medidas perimétricas, colindancias, superposición de bienes, entre otros) y en los de naturaleza
personal en los que destacan los procesos de nulidad, anulabilidad, ineficacia, pretensión pauliana,
otorgamiento de escritura pública, entre otros, sobresale en estos la existencia de situaciones referidas a la
108 de 114
X Pleno Casatorio Civil
nulidad manifiesta prevista en el artículo 220 del Código Civil, respecto de esta institución existen sendos
pronunciamientos en dos Plenos Casatorios Civiles previos al presente, sin embargo, en ellos no se han
desarrollado reglas de la prueba de oficio en particular.
Finalmente, corresponde establecer una regla abierta para la protección de personas en situación de
vulnerabilidad, ya que en estos casos el juez podrá disponer la actuación de pruebas de oficio cuando
advierta en el proceso limitaciones u obstáculos para el ejercicio pleno de los derechos que el ordenamiento
jurídico nacional, los tratados internacionales y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos les
reconoce. Esta regla le da la posibilidad al juez de hacer prueba de oficio en situaciones de esta naturaleza.
Considerando los diversos criterios asumidos por la Corte Suprema frente a una serie de problemas de tipo
jurisprudencial resulta necesario establecer las siguientes reglas generales —considerando los principios
procesales, posiciones teóricas y la orientación epistémica antes analizadas en esta decisión— con carácter
vinculante, sobre el ejercicio de la prueba de oficio en el proceso civil.
Estas reglas bien pueden ser de aplicación supletoria a los ordenamientos procesales no penales
(contencioso administrativo, proceso laboral, proceso constitucional y en asuntos de familia), siempre que
sean adecuadas a la búsqueda de la verdad y no sean contrarias a las reglas especiales que las regulan.
Primera regla: “El artículo 194 del Código Procesal Civil contiene un enunciado legal que confiere al juez un
poder probatorio con carácter de facultad excepcional y no una obligación; esta disposición legal habilita al
juez a realizar prueba de oficio, cuando el caso así lo amerite, respetando los límites impuestos por el
legislador”.
Segunda regla: “El juez fijará los puntos controvertidos con precisión y exhaustividad. Los cuales no deben
ser una mera descripción de las pretensiones procesales postuladas en el proceso”.
Tercera regla: “El juez de primera o segunda instancia, en el ejercicio y trámite de la prueba de oficio deberá
cumplir de manera obligatoria con los siguientes límites: a) excepcionalidad; b) pertinencia; c) fuentes de
prueba; d) motivación; e) contradictorio; f) no suplir a las partes; y, g) en una sola oportunidad”.
Cuarta regla: “El contradictorio, en la prueba de oficio, puede ser previo o diferido y se ejerce por las partes
de forma oral o escrita, dependiendo de la naturaleza del proceso”.
Quinta regla: “En primera instancia, si el proceso es escrito, el juez podrá utilizar las pruebas de oficio al
terminar la práctica de las pruebas admitidas, excepcionalmente antes de la sentencia; en los procesos
sujetos a oralidad se hará en la audiencia preliminar, excepcionalmente en la audiencia de pruebas”.
Sexta regla: “Cuando el medio de prueba es extemporáneo o no fue admitido por declaración de rebeldía, el
juez de primera o segunda instancia deberá analizar su pertinencia y relevancia, y evaluar su admisión
109 de 114
X Pleno Casatorio Civil
oficiosa; el mismo tratamiento debe darse al medio de prueba declarado formalmente improcedente y no
haya mediado apelación”.
Séptima regla: El juez podrá evaluar la necesidad de incorporar de oficio las copias certificadas, físicas o
virtuales de los procesos judiciales o procedimientos administrativos conexos vinculados con la controversia y
con incidencia directa en el resultado del proceso.
Octava regla: “La Sala Superior en la resolución que programa la vista de la causa indicará la posibilidad de
prueba de oficio, sometiéndola al contradictorio en la audiencia de vista de la causa y tomando la decisión en
ese acto. Si el medio de prueba es de actuación diferida, esta estará a cargo del juez superior de menor
antigüedad”.
Novena regla: Cuando proceda la apelación contra la resolución que ordena prueba de oficio se concederá
sin efecto suspensivo y con la calidad diferida. En segunda instancia, el cuestionamiento a la prueba de oficio
podrá ser alegada como argumento en el recurso de casación, cuando sea viable postular este recurso”.
Décima regla: “En los procesos relacionados con derechos reales, el juez puede utilizar especialmente como
prueba de oficio: i) inspección judicial en el bien materia de debate; ii) prueba pericial para identificar
correctamente el inmueble, su ubicación, sus dimensiones, numeración, colindancias, superposiciones, entre
otros; iii) documentos consistentes en a) partida registral y/o título archivado del bien emitido por Registros
Públicos o registro análogo; b) certificado catastral expedido por SUNARP donde precise que el predio no
está inscrito independientemente ni que pertenece a uno de mayor extensión; c) copia literal íntegra de la
partida registral en caso de haber superposición registral; d) cualquier otra información registral, notarial o a
cargo de algún funcionario público, que resulte relevante para el caso”.
Regla undécima: “En los procesos en los que se tramitan pretensiones de naturaleza personal, en caso de
insuficiencia probatoria el juez podrá utilizar como prueba de oficio aquellas que le permitan determinar la
verdad de los hechos materia de controversia, la misma regla aplica para supuestos en los que se aprecie
una nulidad manifiesta del negocio jurídico, conforme al artículo 220 del Código Civil”.
Regla duodécima: “En los procesos que se discutan derechos de personas en condición de vulnerabilidad
por razones de edad, género, discapacidad, pertenencia a comunidades indígenas o minorías, victimas,
migrantes, personas en extrema pobreza, privados de la libertad u otros, el juez podrá disponer la actuación
de pruebas de oficio cuando advierta en el proceso limitaciones u obstáculos para el ejercicio pleno de los
derechos que el ordenamiento jurídico nacional, los tratados internacionales y el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos les reconoce”.
PARTE CONSIDERATIVA:
PRIMERO. En la presente demanda se postuló la pretensión de reivindicación, al respecto el artículo 923 del
Código Civil, indica que: «La propiedad es el poder que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien.
Debe ejercerse en armonía con el interés social y dentro de los límites de la ley»; a su vez, el artículo 927 del
acotado Código prescribe que: «La acción reivindicatoria es imprescriptible. No procede contra aquél que
adquirió el bien por prescripción».
110 de 114
X Pleno Casatorio Civil
También, en los artículos 2, incisos 8 y 16, y 70 de la Constitución Política del Estado, se reconoce
al derecho de propiedad como derecho fundamental que debe ser concebido como el poder jurídico que
permite a una persona usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien; pudiendo el propietario servirse
directamente del bien, percibir sus frutos y sus productos, y darle destino o condición conveniente a sus
intereses patrimoniales; siempre y cuando se ejerza en armonía con el bien común y dentro de los límites de
ley.
SEGUNDO. Asimismo, esta Corte Suprema, en reiteradas y uniforme jurisprudencia, como la recaída en la
Casación número 3436-2000/Lambayeque, emitida por la Sala de Derecho Constitucional y Social, así como
en la Casación número 729-2006/Lima, expedida por esta Sala Civil Permanente, ha señalado que si bien es
cierto, la norma no define exactamente los alcances de la acción reivindicatoria, para su ejercicio deben
concurrir los siguientes elementos: a) que se acredite la propiedad del inmueble que se reclama; b) que el
demandado posea la cosa de manera ilegítima o sin derecho a poseer; y, c) que se identifique el bien materia
de restitución.
TERCERO. De la revisión de la sentencia impugnada, se aprecia que el Ad quem sustenta su decisión en los
considerandos decimoséptimo a vigésimo de la impugnada, arguyendo que: «evaluados los planos
perimétricos no se advierten que acrediten que ambas direcciones se trate del mismo predio, ello en tanto
que no se sustenta con pruebas adicionales como una pericia técnica que, evaluando los
antecedentes registrales, haya podido establecer la indicada identidad», señalando también que «si bien el
A quo tiene una facultad como es la establecida en el artículo 194 del Código Procesal Civil, tal situación no
puede llevar a que sustituya a una de las partes en su actividad probatoria», así como también advirtió que la
actora no adjuntó la partida electrónica 11439305, empero, de la copia del asiento C00296 que corre en
autos, se advierte que los vendedores en la escritura pública que sustenta el derecho de la actora,
adquirieron un porcentaje (27.895 %) de los derechos y acciones sobre la totalidad el inmueble sin que se
precise o se encuentre delimitado dicho porcentaje de la totalidad del bien así como si en dicho porcentaje se
encuentre el predio materia de autos; y, por último, concluye el Ad quem que en el proceso no se ha
acreditado uno de los elementos que se requieren para la reivindicación (identificación concreta del bien
ocupado por el demandado).
111 de 114
X Pleno Casatorio Civil
CUARTO. En esa línea de ideas, se puede colegir que el Ad quem advirtió la existencia de una insuficiencia
probatoria respecto de la identificación plena del bien materia de reivindicación; sin embargo, en vez de hacer
uso de la facultad excepcional prevista en el artículo 194 del Código Procesal Civil, el Ad quem decidió
declarar improcedente la demanda al no haberse acreditado la identificación del bien materia de litis; con esta
decisión la Sala Superior, por un lado, dejó de ejercer este poder probatorio que pudo llevarlo a determinar
con mayor certeza la verdad de los hechos controvertidos, de tal forma que pudo tener mayores elementos
probatorios que le permitan decidir la controversia con la mayor solvencia y objetividad, y de esta forma
resolver el conflicto con una mejor cercanía a la verdad de los hechos; de otro lado, decidió emitir una
sentencia inhibitoria, por una causal no prevista en el artículo 427 del Código Procesal Civil, ya que el hecho
de no haber identificado el bien materia de reivindicación, no es una causal para declarar improcedente la
demanda, mas por el contrario en los procesos en los que se ventilan pretensiones de naturaleza real, el juez
siempre puede utilizar los poderes probatorios establecidos en la ley procesal para lograr la plena
identificación del bien.
QUINTO. No debe perderse de vista que la ley procesal ha establecido la posibilidad de que la Sala Superior
en apelación puede hacer usos de los poderes probatorios establecidos en el artículo 194 del Código
Procesal Civil, de tal forma que no se necesita anular la sentencia y disponer que sea el juez de fallo quien
realice la actividad probatoria complementaria, en este caso en concreto, solo para identificar correctamente
el bien inmueble sub litis, siendo la Sala Superior la que debe realizar esta tarea, con la participación del juez
superior menos antiguo, si se trata de una prueba que no es de actuación inmediata.
SEXTO. Consecuentemente, a fin de identificar el bien materia de reivindicación, el juez con la facultad
conferida en los artículos 194 y 51, inciso 2, del Código Procesal Civil, puede admitir y actuar pruebas de
oficio, y para el presente caso podrían resultar necesarias: a) una inspección judicial y dictamen pericial a fin
de determinar área y linderos del área que ocupa el demandado; b) también deberá pedirse un informe a la
Municipalidad sobre si el bien ubicado en la mz. D E lote 11, 12, 27 y 28 del Sector Valle Quebrada Canto
Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y Canto Grande (ex Jicamarca), distrito de San Juan de
Lurigancho, es el mismo que el bien inmueble ubicado en mz. C O- Lote 06, Sector el Valle del Anexo 22
de la Comunidad Campesina de Jicamarca, con un área de 2,500 m2, ello a mérito de que ambas partes
pagan el HR y PU de los referidos lotes; y c) requerir la copia literal completa y actualizada de la partida
11439305 de los Registro Públicos de Lima donde está inscrita el bien materia de litis; d) de ser necesario un
informe a los Registros Públicos para determinar la existencia de superposición de inmuebles.
SÉPTIMO. Por tanto, atendiendo que el derecho a probar no solo está compuesto por el derecho a ofrecer
medios probatorios que se consideren necesarios, sino también a que estos sean admitidos, actuados y
112 de 114
X Pleno Casatorio Civil
valorados, y que el juez tiene la facultad excepcional autorizada por la ley procesal para incorporar nuevos
elementos de prueba que le permiten resolver con mayor aproximación a la verdad de los hechos; por
consiguiente, este Colegiado considera que en el caso de autos se ha configurado vulneración al derecho al
debido proceso, tutela judicial efectiva y motivación, previstos en los artículo 139.3 y 5 de la Constitución, ya
que, por un lado, la decisión se ha sustentado en una causal de improcedencia no establecida en el
ordenamiento procesal y de otro lado, porque el juez definió la controversia sin haber hecho uso del poder
probatorio establecido en el artículo 194 del Código Procesal Civil que le hubiera permitido incorporar nuevos
elementos de prueba de forma complementaria a la actividad probatoria de las partes y resolver el caso con
mayor solvencia y objetividad. Por lo cual, la sentencia materia de casación debe ser anulada, declarando
fundado el recurso de casación y ordenando que la Sala Superior emita nuevo fallo, previo cumplimiento a lo
señalado en la presente resolución.
VI. DECISIÓN
Por estas consideraciones, y en estricta aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil, declararon:
Primera regla: “El artículo 194 del Código Procesal Civil contiene un enunciado legal que confiere al juez un
poder probatorio con carácter de facultad excepcional y no una obligación; esta disposición legal habilita al
juez a realizar prueba de oficio, cuando el caso así lo amerite, respetando los límites impuestos por el
legislador”.
Segunda regla: “El juez fijará los puntos controvertidos con precisión y exhaustividad. Los cuales no deben
ser una mera descripción de las pretensiones procesales postuladas en el proceso”.
113 de 114
X Pleno Casatorio Civil
Tercera regla: “El juez de primera o segunda instancia, en el ejercicio y trámite de la prueba de oficio deberá
cumplir de manera obligatoria con los siguientes límites: a) excepcionalidad; b) pertinencia; c) fuentes de
pruebas; d) motivación; e) contradictorio; f) no suplir a las partes; y, g) en una sola oportunidad”.
Cuarta regla: “El contradictorio en la prueba de oficio, puede ser previo o diferido y se ejerce por las partes
de forma oral o escrita, dependiendo de la naturaleza del proceso”.
Quinta regla: “En primera instancia, si el proceso es escrito, el juez podrá utilizar las pruebas de oficio al
terminar la práctica de las pruebas admitidas, excepcionalmente antes de la sentencia; en los procesos
sujetos a oralidad se hará en la audiencia preliminar, excepcionalmente en la audiencia de pruebas”.
Sexta regla: “Cuando el medio de prueba es extemporáneo o no fue admitido por rebeldía, el juez de primera
o segunda instancia, deberá analizar su pertinencia y relevancia, y evaluar su admisión oficiosa; el mismo
tratamiento debe darse al medio de prueba declarado formalmente improcedente y no haya mediado
apelación”.
Sétima regla: “El juez podrá evaluar la necesidad de incorporar de oficio las copias certificadas, físicas o
virtuales de los procesos judiciales o procedimientos administrativos conexos vinculados con la controversia y
con incidencia directa en el resultado del proceso”.
Octava regla: “La Sala Superior en la resolución que programa la vista de la causa indicará la posibilidad de
prueba de oficio, sometiéndola al contradictorio en la audiencia de vista de la causa y tomando la decisión en
ese acto. Si el medio de prueba es de actuación diferida, esta estará a cargo del Juez Superior de menor
antigüedad”.
Novena regla: “Cuando proceda la apelación contra la resolución que ordena prueba de oficio se concederá
sin efecto suspensivo y con la calidad diferida. En segunda instancia, el cuestionamiento a la prueba de
oficio podrá ser alegada como argumento en el recurso de casación, cuando sea viable postular este
recurso”.
Décima regla: “En los procesos relacionados con derechos reales, el juez puede utilizar especialmente como
prueba de oficio: i) inspección judicial en el bien materia de debate; ii) prueba pericial para identificar
correctamente el inmueble, su ubicación, sus dimensiones, numeración, colindancias, superposiciones, entre
otros; iii) documentos consistentes en a) partida registral y/o título archivado del bien emitido por Registros
Públicos o registro análogo; b) certificado catastral expedido por SUNARP donde precise que el predio no
está inscrito independientemente ni que pertenece a uno de mayor extensión; c) copia literal íntegra de la
partida registral en caso de haber superposición registral; d) cualquier otra información registral, notarial o a
cargo de algún funcionario público, que resulte relevante para el caso”.
Regla undécima: “En los procesos en los que se tramitan pretensiones de naturaleza personal, en caso de
insuficiencia probatoria el juez podrá utilizar como prueba de oficio aquellas que le permitan determinar la
verdad de los hechos materia de controversia, la misma regla aplica para supuestos en los que se aprecie
una nulidad manifiesta del negocio jurídico, conforme al artículo 220 del Código Civil”.
Regla duodécima: “En los procesos que se discutan derechos de personas en condición de vulnerabilidad
por razones de edad, género, discapacidad, pertenencia a comunidades indígenas o minorías, victimas,
migrantes, personas en extrema pobreza, privados de la libertad u otros, el juez podrá disponer la actuación
114 de 114
X Pleno Casatorio Civil
de pruebas de oficio cuando advierta en el proceso limitaciones u obstáculos para el ejercicio pleno de los
derechos que el ordenamiento jurídico nacional, los tratados internacionales y el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos les reconoce”.
SS.
TÁVARA CÓRDOVA
ROMERO DÍAZ
HURTADO REYES
HUAMANÍ LLAMAS
CABELLO MATAMALA
SALAZAR LIZARRAGA
CALDERÓN PUERTAS
DE LA BARRA BARRERA
CÉSPEDES CÁBALA
BUSTAMANTE ZEGARRA
115 de 114