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“LA EXPANSION TIWANAKU Y LOS PATRONES ECONOMICOS DEL ALTIPLANO” 1

Browman, David.
Traducción: Cecilia Chapman

PRIMERA PARTE: INTRODUCCIÓN


La exégesis de la esfera de influencia de la economía de Tiwanaku es compleja. El patrón Tiwanaku es
significativamente diferente a los patrones previamente descripto para los Andes peruanos. Resulta cada vez
más claro que la ciudad de Tiwanaku se apoderó y expandió una red de intercambio pre-existente.
En el siguiente trabajo se desarrollan cuatros ideas: 1) un nuevo patrón de explotación de recursos, el patrón
“altiplano”, que se contrasta con el modelo “archipiélago” de Murra; 2) un bosquejo de los trazos generales
amplios de los patrones de intercambio hasta llegar a, e incluyendo, el apogeo Tiwanaku: 3) la descripción de
datos nuevos de Chiripa y otros sitios altiplánicos relevantes a nuestro modelo; y 4) una revisión de algunos
desarrollos en áreas contiguas del sur de Perú, norte de Chile y noroeste de Argentina a la luz del modelo
“Altiplano”.

SEGUNDA PARTE: EL MODELO “ALTIPLANO” VS EL MODELO “ARCHIPIELAGO”


El modelo “altiplano” se explica con mayor detalle en otro trabajo (Browman 1977b) pero es necesario
resumirlo para comprender el desarrollo de las redes de intercambio Tiwanaku. A modo de truismo general,
las comunidades andinas, pastoras o agricultoras, no son auto-suficientes. Existe una variedad de razones,
tales como distribución despareja de zonas ecológicas, o fracaso de cosechas debido a heladas o sequias. Una
solución a este problema es la explotación directa de diferentes zonas ecológicas por parte de una única
comunidad, popularizada por John Murra en su modelo “archipiélago”.
En algunas áreas de los Andes, el costo de la explotación directa es muy grande. Las poblaciones han tenido
que hallar otros mecanismos para obtener los recursos que necesitaban. Un área como la descripta es el
altiplano boliviano. En esta elevada y chata planicie, a unos 3600-3900m de altitud, con una extensión de
alrededor de 800km N-S y 350 km E-O, la dificultad política y el costo económico y social de tratar de
controlar pequeñas “islas” en ecozonas diferentes separadas por cientos de kilómetros de la aldea madre son
fácilmente evidentes. Aunque el modelo “archipiélago” funciona en los empinados flancos andinos del Perú y
Chile, no se puede llevar a cabo en el modelo del altiplano. Es en esta área donde mejor se representa el patrón
que denomino tipo “altiplano”. La solución a la que llegaron los habitantes en esta área fue una de
intercambio, con acceso a bienes de otras zonas ecológicas a través de redes de comercio. La especialización
en las artesanías, los mercados periódicos y el comercio regular por caravanas emergen como parte de esta red
y alcanzan su pico prehistórico durante la fase Tiwanaku.
Dado que todas las comunidades altiplánicas producen aproximadamente los mismos bienes, el comercio con
estos ítems solamente no permitía el acceso inmediato a los recursos de otras ecozonas. Muchas de las
comunidades se han vuelto especialistas-centros productores de alfarería, centros productores de textiles,
especialistas en objetos metalúrgicos, etc. El individuo del altiplano encontró que para obtener acceso a
recursos de otras zonas ecológicas debía convertirse ya sea en 1) un comerciante avanzado; 2) un artesano
habilidoso, con algún tipo de habilidad comercializable.
El modelo “archipiélago” coloca el énfasis en la manipulación de los factores políticos para lograr el acceso a
los recursos. El modelo “altiplano” pone énfasis en la manipulación de los factores económicos. A diferencia
del modelo “archipiélago”, opino que la geografía y topografía de la zona altiplánica se combinan para hacer

1
Trabajo original publicado en inglés: Browman, David (1980) Tiwanaku expansion and altiplano economic patterns.
Estudios arqueológicos 5: 107-120. Universidad de Chile, sede Antofagasta. Fue presentando primeramente en el VII
Congreso de Arqueología Chilena, Talca (Chile), 1977.
Digitalizado por Marcos Flores, Fernando Paris, Mariana Pereira y Agustín Bravo, alumnos adscriptos Historia de
América I, Carrera de Historia, Universidad Nacional de Salta.

1
más fácil y eficiente el movimiento de bienes a través de redes y mercados de intercambio, para obtener
acceso a los recursos requeridos a través de factores económicos más que socios-políticos.
El estudio del desarrollo de la influencia Tiwanaku es un estudio del desarrollo de este modelo “altiplano”.
Quizás esta diferencia se evidencia con mayor claridad en su apogeo- el contraste entre la conquista política
del imperio Wari al norte y la amplia red de lazos económicos de la federación Tiwanaku en el sur. Este
desarrollo económico puede bosquejarse en cuatro fases, tal como se resumen en la próxima sección.

TERCERA PARTE: PATRON GENERAL DEL DESARROLLO ECONOMICO ALTIPLANICO


(1)1300-300 A.C.
Entre 1300 y el 1000 A.C. comenzaron a formarse las redes de intercambio a larga distancia. Los tres
elementos comercializables más comunes en el sur del Perú y en Bolivia son los objetos de metal (oro y
cobre), las piedras semi-preciosas (malaquita, turquesa, lapislázuli) y las valvas marinas de las costas del
Pacifico. La información de Chile sugiere que los textiles de lana y quizás las sustancias alucinógenas también
fueron importantes. Estos elementos son todos partes de materiales de larga distancia y que convalidaban el
status. Sin embargo, no se debería ignorar el intercambio regional a nivel medio de productos agrícolas como
el maíz, ají, algodón, calabaza, hoja de coca, quínoa, papas y objetos de manufactura local como cerámica,
puntas de proyectil de obsidiana y objetos de maderas tropicales o costeras. Si bien este intercambio regional
de nivel medio es menos espectacular que el comercio de piedras semi-preciosas y metal, fue mucho más
importante desde el punto de vista económico para la población local. Es en especial este intercambio más
mundano de productos agrícolas y bienes materiales que proponemos fue transportado por las caravanas de
llamas (Browman 1974). Este intercambio es el responsable del establecimiento de la vida sedentaria en
aldeas en el norte de Chile y en los Andes meridionales.
(2) 300 A.C. – 300 D.C.
Durante este periodo se consolida la red económica que delineamos en el apartado anterior. Se desarrolla una
variedad de centros regiones en el norte del lago Titicaca (dominado por el Pucara altiplánico) y en el sur del
lago (primero dominado por Chiripa y luego por Tiwanaku); en una cantidad de sitios de la cultura de
“túmulos” en Oruro, etc. En la costa existían centros tales como el complejo Alto Ramírez. Durante esta
época, el modo “altiplano” de integración económica se había establecido con certeza. La hoja de coca y las
sustancias alucinógenas de la selva se volvieron cada vez más importantes y ya estaba bien asentado el
“complejo del rapé”. No hay duda de que los primeros médicos brujos Qallawaya habían comenzado a
establecer sus rutas.
(3) 300-900 D.C.
Este periodo marca la dominación del área por la influencia Tiwanaku. Hay un aumento marcado en la
cantidad de interacción, siguiendo paralelo a un modelo de integración económica. Los bienes de intercambio
Tiwanaku comienzan a aparecer en el norte de Chile, el oeste de Bolivia y el noroeste Argentino. Tiwanaku
surge como el principal centro de intercambio y la cabeza política de un conjunto de centros de intercambio
semi-independientes, organizados en forma laxa, que se habían desarrollado en el periodo anterior.
Hago una diferencia deliberada entre Tiwanaku y Wari tanto en términos politicos como económicos. El
estado Wari, ubicado más al norte fue un imperio, claramente basado en la conquista militar, con Wari como
centro de control político y administrativo. La federación boliviana de más al sur tuvo su centro económico y
religioso en Tiwanaku y difundió los conceptos religiosos y sociales derivados de Tiwanaku a través del norte
de Chile y el oeste de Bolivia en una forma de integración económica muy diferente a la de Wari.
El intercambio mercantil fue un factor importante tanto en el mantenimiento del centro urbano Tiwanaku
como la extensión y expansión de la influencia Tiwanaku en el altiplano andino y áreas costeras adyacentes.
Tiwanaku sirvió como el centro industrial, con gremios de artesanos y especialistas. Importaba materias
primas y exportaba productos manufacturados. Tiwanaku aumentó su control político porque sus
especializaciones industriales en desarrollo hacían indispensable el desarrollo de áreas de comercialización
cada vez mayores para sus productos especializados. (ver Browman 1974, 1978; Ponce Sanginés 1972).
(4) 900-1300 D.C.

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El colapso de Wari fue un golpe económico duro para Tiwanaku. Tiwanaku tenía relaciones comerciales
especiales con los centros administrativos importantes de Wari imperial. Con la caída del imperio, estas
relaciones comerciales se quebraron. El valle de Cochabamba había estado previamente y estrechamente
integrado con Tiwanaku. Pero en algún momento cercano al 900-1000 D.C., Cochabamba se separó de la red
Tiwanaku. Quizás Tiwanaku había permitido que la relación se deteriorara, confiando cada vez más en el
imperio Wari, y Cochabamba pudo desarrollar sus propios recursos sin utilizar a los comerciantes Tiwanaku
como intermediarios. O quizás Tiwanaku estaba en desventaja en el momento de colapso Wari y no pudo
mantener su posición de predominio en la red comercial que ligaba al altiplano boliviano por lo cual
Cochabamba logró afirmar y mantener su independencia.
Cualquiera fuera la causa, Tiwanaku perdió dos importantes áreas de materia prima y de comercio casi al
mismo tiempo. Las áreas de Wari imperial al norte y el área agrícola de Cochabamba al sur. La producción
industrial de Tiwanaku sufrió un disloque masivo, Tiwanaku ya no pudo mantener su status primordial en la
red de comercio. Aunque Tiwanaku persistió como una entidad política en tierras altas por lo menos durante
400 años después del colapso Wari, es un periodo marcado por un área de influencia cada vez menor.
La aparición rápida y súbita de los mitmaqkuna de Tiwanaku V, una manifestación totalmente nueva para la
gente Tiwanaku, que utilizaban un modelo “archipiélago” de explotación en contraste con el modo mercantil
“altiplano”, es claramente una respuesta al resquebrajamiento que se mencionó antes. Tiwanaku organizó
puestos coloniales en los valles del sur de la costa peruana para suministrar recursos alimenticios y mercados
adicionales. La pérdida del fértil valle de Cochabamba fue así compensada en parte mediante la adaptación
por parte del centro de Tiwanaku de un nuevo modo de asentamiento y manipulación de los recursos.
En este momento es que las áreas de Rio Loa y San Pedro de Atacama comenzaron a monopolizar el comercio
en el noroeste argentino con menor influencia de Tiwanaku. Luego del 1200-1300 A.D. desaparece la
influencia de Tiwanaku aunque diversos grupos de las tierras altas siguen comerciando con la costa. En el área
del Titicaca, los Lupaqa y los Pacajes mantuvieron mitmaqkuna costeros en las áreas de Tacna y Moquegua.
Más al sur, los grupos de San Pedro de Atacama comerciaban ahora directamente con los grupos del sur de
Bolivia (Yura y Huruquilla) y se desplazaron del área de Hualfín a la quebrada de Humahuaca en Argentina
(Tilcara e Isla).

CUARTA PARTE: NUEVOS DATOS DEL ÁREA DEL ALTIPLANO: 1300-300 A.C.
A. Fases Chiripa
En Chiripa se han dado una serie de excavaciones anteriores (…). En 1974-1975, el Instituto Nacional de
Arqueología de Bolivia, bajo la dirección de Don Gregorio Cordero Miranda, y la Universidad de
Washington, St. Louis, bajo la dirección del Dr. David L. Browman, montaron una expedición conjunta para
excavar el templo de Chiripa con fines de reconstrucción, y para examinar los niveles “pre-túmulo”. Lo que
sigue es un bosquejo de nuestros nuevos resultados.
(1). Distribución de sitios Chiripa “Clásicos” (Fases III y IV)
Podemos ahora identificar 10 sitios con componentes Chiripa importantes: Chiripa y Pariti (Bennett 1936),
Suriki, Anatuyani y Pukuro-uyo; Incatunahuiri, Tuma Tumani (cerca de Juli), y dos sitios de la península de
Copacabana, Yaurinasa y Qeñuani; y Chiaramaya, aproximadamente 2 km al oeste de Chiripa, hallados por
nuestra investigación. Hay otros sitios con uno o dos posibles tiestos registrados por Bennett (1950) y Hyslop
(1976), pero esta información es insuficiente para evaluarlos. Todos estos sitios se encuentran alrededor del
Lago Titicaca, de hecho, todos menos uno están alrededor del “pequeño lago” del lago Titicaca o muy cerca.
En algunos respectos, se asemejan a la distribución reciente de los Uru. Nuestro análisis arqueo-zoológico ha
mostrado que dependían en gran medida de los recursos lacustres en Chiripa, por lo que este patrón de
distribución no es sorprendente. Estoy también muy impresionado con la estrecha correlación entre los sitios
Chiripa conocidos y los sitios que poseen monolitos de piedra de estilo “Pajano” (mi artículo que describe este
estilo y su distribución, Asiruni, Pucara-Pokotia y Pajano: estilos monolíticos de piedra Pre-Tiwanaku IV en
el sur de los Andes está “en prensa” desde 1972, pero el editor me informa que aparecerá próximamente).
(2). Resumen de las Fases Chiripa

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 Fase I. Fase Condori, 1300-850 A.C
Existen ahora 11 fechados de esta fase, 9 nuestros y 2 publicados con anterioridad por Kidder. Estos fechados
son: 1380 A.C, 1290 A.C, 1260 A.C, 1240 A.C, 1220 A.C, 1050 A.C, 1020 A.C., 900 A.C, 900 A.C, 870 A.C
y 860 A.C (Las citas completas se publicarán en un informe este año).
La cerámica de esta fase no se parece a la Chiripa Clásica. Claramente pertenece a otro estilo, más antiguo.
Los pucos más tempranos tienen bases redondeadas, a diferencia de las vasijas posteriores del Chiripa Clásico,
que tienen bases planas. La mayoría de las vasijas son lisas y sin decoración, aunque ocasionalmente
presentan un engobe rojo. Los pocos tiestos decorados muestran en su mayoría incisión con línea gruesa.
Unos pocos de los tiestos tempranos también tienen diseños pintados en negro de tipo geométrico rectilíneo.
Las vasijas, predominantemente marrón oscuras, son principalmente ollas y jarras. Es característico el
antiplástico de mica y se da el pulido con guijarros o espátula. La relación entre antiplásticos de mica vs. otros
antiplásticos, y entre piezas marrones vs. rojas (que son significativas con respecto a otros sitios altiplánicos
tempranos) es la siguiente:
PIEZAS ROJAS PIEZAS MARRONES MICA

FASE Condori, 1300-850 A.C


Unidad inferior 11% 89% 100%
Unidad media 17% 83% 88%
Unidad superior 23% 72% 38%
FASE Llusco, 850-600 A.C
Unidad superior 35% 65% 0%

Claramente hay una tendencia hacia menos mica, menos vasijas marrones y más rojas.
 Fase II. Fase Llusco, 850-600 A.C
La relación de aproximadamente 2 - 1 de cerámica marrón - roja continúa presentándose en nuestra muestra y
también en el análisis que hace Mohr (1966) de la excavación de Kidder. En nuestras unidades posteriores, III
y IV, y también en el trabajo de Mohr, alrededor del 70% de las cerámicas son marrones, y alrededor del 30%
son superficies rojas oxidadas y con engobe rojo. El antiplástico de fibra está completamente ausente en las
dos unidades inferiores de la fase Condori. Comienza a aparecer a fines de la fase Condori, pero la fase de
Llusco marca su primera popularidad real. Los antiplásticos de fibra y arena son aproximadamente iguales en
porcentajes en todas las unidades subsiguientes.
En general, la fase Llusco marca una transición. Tenemos sólo tres fechados, que no se agrupan demasiado
bien (950 A.C, 775 A.C y 435 A.C) pero está bien datado por la fase Condori que estratigráficamente lo
subyace, y por las fases Mamani que están por encima. El antiplástico de mica y el pulido con guijarro o
espátula de la anterior fase Condori desaparecen; las cerámicas de color rojo se vuelven más populares. Esta
fase Llusco podría llamarse Chiripa “temprano” por contraposición al más tardío Chiripa “Clásico” como lo
publican Bennett, Kidder y Mohr. Las decoraciones Chiripa “Temprano” están caracterizadas por dualismo,
simetría y diseños geométricos rectilíneos cuidadosamente ejecutados, y algo de incisión de línea fina. (El
contraste en la decoración pintada se da entre diseños rectilíneos cuidadosamente ejecutados, y diseños algo
abstractos como ilustran las publicaciones de Bennett). También hay diferencias entre cantidades de diseños
Negro sobre Rojo y Negro y Crema sobre Rojo, por un lado y Crema sobre Rojo por el otro:
N/R y RC/R C/R
Fase Llusco (II) 44% 56%
Fase Mamani (III, IV) 18% 81%

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La fase II marca la construcción de las casas “inferiores” del montículo, alrededor de una plaza abierta.
Algunas de estas casas inferiores eran subterráneas.
 Fase III y IV. Fases Mamani A y B. 600-200 A.C
Tenemos ahora 18 fechados de estas dos fases de Chiripa “Clásica”, 6 son nuestras y 12 de Kidder: 640 A.C.
600 A.C, 518 A.C, 500 A.C, 470 A.C, 436 A.C, 427 A.C, 368 A.C, 350 A.C, 331 A.C, 330 A.C, 325 A.C, 285
A.C. 243 A.C. y 227 A.C., y dos fechados que yo pienso pueden fechar una intrusión Tiwanaku III temprana:
12 D.C y 22 D.C (Las citas completas se publicarán posteriormente este año)
La fase Mamani B representa lo que la mayoría de nosotros conoce como Chiripa. Durante este momento, el
montículo tuvo un muro de piedra que lo rodeaba, de 2-3 m. de altura. Había 16 casas en el montículo
cuadrado (3 en cada lado, y uno en diagonal en cada rincón). Más importante aún, hemos descubierto que en
este momento había un templo en el interior de la plaza en el que presumiblemente se albergaba al monolito
previo y la escultura nueva que encontramos en estilo Pajano. Las dimensiones de este templo son
probablemente las mismas que las del posterior templo Tiwanaku III, que se dan más abajo. El comercio está
indicado en la cerámica proveniente de la cuenca del Titicaca Norte; también en objetos de metal (cobre y
oro). Un elemento interesante es el hecho que el mineral de cobre parece provenir de Chile, de acuerdo con la
información que nos suministró el Dr. Ernest Ehlers (comunicación personal) y por Lechtman (1978)
Unos 400 años despúes, la gente de Tiwanaku III reconstruyó el templo. Se había acumulado una capa de
desechos, por lo que la gente de Tiwanaku III excavó “trincheras de saqueo”, recuperando las piedras de la
mayoría de las paredes del templo Chiripa anterior y reutilizándolas para construir el templo de la fase
Tiwanaku III, de 21,3m x 22,6m. La gente de Tiwanaku III también trajo nuevas piedras grandes, que llegar a
pesar 4-6 toneladas inglesas, pero la mayoría son de entre 1 y 2 toneladas. El robo posterior de piedras llevado
a cabo por los hacendados del período colonial ha hecho desaparecer la mayor parte del templo Tiwanaku III,
de la misma forma que los pobladores Tiwanaku III deshicieron la mayor parte del templo Chiripa fase IV.
B. Fase cerámica inicial del área general del nuevo Altiplano, ca. 1300-800 A.C
Creo que si se sigue investigando se descubrirá una tradición cerámica general, caracterizado por una
predominancia de cerámica marrón oscura, con algunas cerámicas de color rojo, con antiplásticos de mica
como rasgo diagnóstico, caracterizado por pulidos mediante guijarros o espátula y con decoración limitada
principalmente a: a) engobe rojo y b) diseños geométricos incisos con trazo grueso. Existe evidencia de la
existencia de esta tradición en varios sitios en tierras altas, descriptos a continuación.
Andahuaylas, Cuzco y Puno Septentrional
La cerámica más temprana en los Andes meridionales parece ser la de Waywaka (Grossman 1972). La
cerámica de Waywaka fase A tiene tres fechados: uno solo de los cuales está publicado: 1490 A.C. (UCLA-
1808A, 3550 +/- 100). La cerámica Muyomoqo A no se parece a ninguno de los tiestos del extremo sur del
Lago Titicaca. Muyomoqo B tiene algunas relaciones muy específicas con la fase Chiripa Condori. Por lo
tanto, deduciría que la fase A marca la lenta difusión de la cerámica hacia el sur, un período antes de que
llegara al altiplano.
Karen L. Mohr Chávez y Sergio Chávez han excavado tres importantes sitios- Marcavalle, Qaluyu y
Pikicallepata. Todavía no he visto el informe final (Chávez 1977) pero a juzgar por los informes preliminares
y tempranos sobre estos materiales (…) he construido la siguiente imagen tentativa de la secuencia cerámica
en el área: en Marcavalle, los niveles más tempranos carecen del estilo Marcavalle, pero poseen otro estilo
local del tipo inciso sobre cerámica marrón y roja, también engobe rojo. Estos tienen fechados de 996 A.C (P-
1567, 2916 +/- 55) y 910 A.C (P-1566, 2860 +/- 47). Los niveles inferiores excavados en Qaluyu tienen una
cerámica sin decoración, alguno de los cuales tienen antiplásticos de mica; los fechados aquí son 1289 A.C (P-
1585, 3239 +/- 52) y 1095 A.C (P-1584, 3045 +/- 56). Los niveles inferiores en Pikicallepata tienen cerámica
local con baño rojo, con fechados de 1037 A.C (P- 1592, 2987 +/- 57) y 825 A.C (P-1591, 2775 +/- 60). En
los tres sitios tenemos baños rojos (hematita especular) e incisión como técnicas decorativas sobre cerámica
principalmente marrón, algunos con antiplásticos de mica.
En los tres sitios, lo que aparentemente debería llamarse cerámica estilo Marcavalle, yace por sobre estas
unidades tempranas. En una disertación recientemente terminada que todavía no he visto, Chávez (1977 y
comunicación personal) delinea cuatro fases principales: Marcavalle A-B-C-D. Basado en otras descripciones

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de cerámica de estos sitios, al estilo Marcavalle debe incluir tanto incisión fina como gruesa, tanto rectilínea
como curvilínea, baño rojo, y negro y crema sobre rojo y negro solo y crema solo en los diseños pintados
(algunos autores han denominado a la pintura “negra” como pintura “marrón”). Hay una gran cantidad de
correlaciones que no se pueden hacer entre sitios de estilo Marcavalle como Qaluyu y unidades Chiripa.
Siguiendo a las unidades de estilo Marcavalle, se encuentran otros estilos regionales con fechados posteriores,
Chanapata en el norte de aproximadamente el 750-150 A.C. y Pucara en el sur aproximadamente 150 A.C. a
100 D.C
Conexiones con la selva
Se ha sugerido frecuentemente que la primera cerámica podría tener un origen en la “montaña”. Los
materiales que poseemos no apoyan la teoría que deriva la cerámica más temprana de la selva. Pero en fases
posteriores, particularmente en algún momento alrededor del 800-600 A.C. podríamos sostener que ideas de la
selva aparecen como rasgos nuevos. En los materiales de Kotosh ( Izumi y Sono 1963, Izumi y Terada 1972)
hay algunas correlaciones que comienzan en época tan temprana como Wairajirca, pero la mayoría de las
correlaciones aparecen durante las fases Kotosh Kotosh y Kotosh Chavín, que parecen datar de alrededor del
1000-600 A.C. El Dr. Donald Lathrap ha sugerido correlaciones más específicas entre restos cerámicos del
Tutishcainyo Tardío y el Shakimu Temprano (Ver Lathrap 1962, 1968, 1970) y cerámica que esta datada por
radiocarbono en Chiripa alrededor del 600 A.C. que compara favorablemente con la única fecha
radiocarbónica para Shakimu Temprano de 650 A.C. (Y- 1543, 2600 +/-100). Esto concuerda con nuestra
teoría del desarrollo del comercio mercantil durante este periodo del 1300-300 A.C.
Área de Puna Meridional
Hay dos sitios alejados del lago Titicaca, a mitad camino entre el altiplano y la costa, que poseen evidencia
que interesa a nuestro modelo. El área de Pizacoma (16º 54’ 50” S, 69º 22’ 20” N) ha producido un nuevo
estilo cerámico llamado “Estilo Kalikantu” en dos sitios, Gruta Chamacta y Abrigo Kampa. Esta cerámica ha
sido llamada “mesolítica” y se asocia con un fechado de 1310 A.C. (Bonn-1562, 3260 +/- 120). Elías Mujica
(comunicación personal) ha visto tanto las ilustraciones de la cerámica Pizacoma como mi cerámica Condori y
cree que los dos estilos son casi idénticos.
El segundo sitio es Cerro Auquicollo (16º 37,5’, 69º 25’ M), en este sitio, entre la cerámica posterior, hay un
componente importante de cerámica con antiplástico de fibra. Esto puede ser parte de la difusión de la
cerámica con antiplástico de fibra ca. 800 A.C. que terminan tan al oeste como Faldas del Morro en la costa.
Sokotiña y Wankarani, Oruro.
Ibarra Grasso (1973) Wasson (1967), Walter (1966) y Ponce Sanjinés (1970) han informado a cerca de sitios
en el departamento de Oruro. La fase cultural utilizada es algo inmanejable, ya que cubre por lo menos 1000
años. Resulta claro analizar Sokotiña, con un fechado de 1148 A.C. (p1134, 3098 +/- 60), y Wankarani, con
fechados tan tempranos como 1210 A.C. (GAR-1037, 3160 +/- 110) y 800 A.C. (HV-121, 2750+ L) que
deberíamos tener cerámica comparable a la de la fase Chiripa Condori. Las descripciones de la cerámica negra
Sora Sora o Sokotiña (Wasson 1967, Liendo 1957) no ayudan mucho, pero podemos extraer bastante de
Wankarani.
Ponce (1970: 32) señala que observa tres épocas de estilo Wankarani. Dos en el sitio, Inferior (con pulido por
guijarro/espátula), y Medio, con aumento en la cantidad de cerámica lisa alisada; y Superior, que no se
encuentra en el sitio pero si en otros sitios del área. Utilizando la información de Ponce junto con las
asociaciones publicadas por Walter (1966) encuentro que podemos construir un ordenamiento útil de los
materiales Wankarani de las excavaciones de Walter en términos de pulido con guijarro/espátula, cerámica
roja vs. marrón, como informamos para la fase Chiripa Condori.
Unidad Cerámica roja Cerámica Antiplástico de mica Pulido guijarro/espátula
marrón
1210-800 A.C. 8% 92% 38% 60%
800-350 A.C. 25% 63% 4% 35%
350-250 A.C. 28% 69% 9% 19%

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En la unidad temprana, predominan las vasijas marrones, el antiplástico de mica es común así también el
pulido por guijarro/espátula. Más tarde, las vasijas rojas se vuelven más populares, casi desaparece el
antiplástico de mica y el pulido por guijarro/espátula es solo un rasgo menor. Esta situación se asemeja al
cambio que encontramos en Chiripa desde la fase Condori a la Llusco y sugiere que podemos incluir el
altiplano meridional junto con las unidades contemporáneas de la fase Condori en la cuenca del Titicaca como
una sola unidad. Posteriormente Wasson (1967) indica que el antiplástico de fibra a través del altiplano
alrededor del 900-800 A.C. parece ser quizás otro indicador temporal.
Wankarani en el Norte de Chile
Tanto Núñez (1972, 1972-3, 1976) como Dauelsberg (1969, 1972-3) han sostenido la presencia de influencia
tipo “Wankarani” para la difusión de la cerámica, la vida sedentaria en aldeas y ciertos rasgos agrícolas y
tecnológicos hacia el norte de Chile. Núñez (1972-3: 29) señala un punto particularmente interesante: que el
altiplano no fue autosuficiente sino que necesitaba el intercambio comercial.
Creo que Núñez y Dauelsberg han indicado correctamente la dirección de la influencia, pero puesto que
Wankarani es una unidad tan variada (ver más arriba Ponce 1970: 32) pienso que es peligroso llamar a esta
influencia en Chile “Wankarani” sin decir expresamente cual es la unidad Wankarani que se conecta con
Chile. Wankarani Temprano, con su pulido por guijarro/espátula, antiplastico de mica, ollas y jarras, es muy
distinto a Wankarani Tardío, con su punteado zonal, decoraciones incisas, baño rojo, bordes pronunciados y
asas marcadas (que de hecho es muy similar a Cochabamba).
Chullpapampa y Chullpapata, Cochabamba.
Los fechados de las unidades más tempranas en Cochabamba (Caballero 1974, Walter 1966) muestran
unidades cerámicas relativamente recientes (450 A.C, 370 A.C, 100 D.C., y 400 D.C. Las relaciones que
vieron Ibarra Grasso (1973), Wasson (1967) y otros entre Chullpa Pampa, Chullpapata, Aranjuez, Santa
Lucia en Cochabamba y la “cultura Megalítica” o “montículos sur-andinos” en Oruro parecen mantenerse.
Hay también algunas relaciones aparentes entre el área de Cochabamba y Argentina. Mostny (1971: 105) vio
relaciones entre las culturas Tafí, algunos estilos San Pedro, y Cochabamba. Los fechado de Tafí de 344 A.C,
40 D.C., 60 D.C., 315 D.C. son ciertamente muy similares a los que han llegado recientemente de
Cochabamba. Los dibujos de materiales del complejo San Francisco de Argentina que me mostró el Dr.
Bernardo Dougherty (comunicación personal) también parecen muy similares a los materiales de
Cochabamba; algunos de estos materiales fueron datados por el Dr. Dougherty en la fase Candelaria III, entre
el 200-400 D.C. y algunos son anteriores.
Tiwanaku I y II
La definición de Tiwanaku I y II es tremendamente compleja. Todo el material fechado que poseemos procede
del relleno del templo del Kalasasaya. Sabemos que hay un templo Tiwanaku III debajo del Kalasasaya que
fue en parte rescatado y reconstruido como parte del Kalasasaya de Tiwanaku IV. Las perturbaciones en el
relleno del templo son muy difíciles de detectar, por ejemplo, se realizaron tres fechados radio carbónicos en
niveles que se pensaba databan de Qeya o Tiwanaku III, y los fechados dieron 1320 D.C., 1655 D.C. Esto no
significa que Tiwanaku date de una fecha tan tardía más bien significa que ha habido un saqueo tan extensivo
del templo que aun los materiales que se pensaba estaban sin contaminar resultaron estar mezclados. Sabemos
a partir de una buena serie de fechados de Tiwanaku III, que debe datar entre aproximadamente 100-400 D.C.
(Los fechados son: 133 D.C., 243 D.C., 374 D.C, y 490 D.C.).
Existe una fecha muy temprana del relleno del templo, 1580 A.C. No sabemos con qué está asociada. En otra
parte Ponce ha señalado que los niveles tempranos tienen cerámica pulida por guijarro/espátula. Así que diría
que este material temprano es idéntico al material de la fase Chiripa Condori.
Los materiales Tiwanaku, ilustrados son todos claramente bastante tardíos. Hay solo 35 vasijas que han sido
ilustradas, el 66% de ellas (24 piezas) están en asociación directa con un fechado radiocarbónico de 297 D.C.
Existe un segundo lote de 10 vasijas que es idéntico en diseño y forma de la vasija al primer lote de 24, de
manera que 34 de los 35 cerámicos Tiwanaku I ilustrados provienen de una única fase, y quizás los 35 lo sean.
Se dice que estas piezas Tiwanaku I tienen relaciones con el Horizonte Temprano peruano o fases Ocucaje
Formativo, 8 ,9 y 10 (Lumbreras 1974; Ponce 1971). Creo que se encontrará que Tiwanaku II es parte de este

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complejo. Lumbreras señala que Tiwanaku II es muy similar a Pucara. Pucara tiene relación con Ocucaje 8,
9,10 y con Nazca I (Browman 1978; Franquemont 1967; Lumbreras 1974) y tienen fechados radiocarbónicos
entre 150 A.C y 100 D.C. Por lo tanto resulta claro que mucho de lo que se llama Tiwanaku I y III debe ser
relativamente tardío entre el 300 A.C. y el 300 D.C. La ausencia de similitudes entre Tiwanaku I y Chiripa se
hacen así claras, los materiales de Tiwanaku I ilustrados son 200 a 400 años más tardíos que la última fase
Chiripa. Lo que Tiwanaku I y II representan, son los comienzos del crecimiento de Tiwanaku, primero como
un importante centro religioso y comercial y segundo como un importante centro regional que extendió su
control sobre la cuenca del Titicaca y luego los Andes meridionales. Asociados con varios de los hallazgos
Tiwanaku I y II se hallan una cantidad de bienes de intercambio de metales preciosos como el oro, plata y
cobre y piedras semi-preciosas como la turquesa y sodalita. Tiwanaku comienza a adquirir el control de las
ricas rutas comerciales.
Es así que en sitios como Marcavalle, Qaluyu, Pikicallepata, Pizacoma, Chiripa, Tiwanaku, Sokotiña y
Wankarani hemos encontrado que la cerámica más temprana data de entre el 1300 al 800 A.C. Las piezas son
principalmente marrón oscuro, frecuentemente tienen inclusiones de antiplástico de mica y las superficies
están pulidas con guijarros o espátulas. Las decoraciones son limitadas –generalmente nada más que algunos
baños rojos, aunque algunos de los estilos del norte también incluyen incisión de línea gruesa. En Chiripa,
Wankarani, Sora Sora/Sokotiña, Cerro Auquilloco y otros sitios, parece que la difusión fue algo más tardía,
quizás alrededor del 800-600 A.C. para la cerámica con antiplastico de fibras.
C. Altiplano y Norte de Chile/Noroeste Argentino: relaciones y conexiones
Recientemente ha habido interés en los complejos argentinos, especialmente en la cultura San Francisco que
Le Paige (1947b) y Serracino (1976) piensan puede correlacionarse con materiales de San Pedro de Atacama,
con una fecha intuida en alrededor de 1300-800 A.C. Personalmente he visto parte del complejo San
Francisco, puesto que también se decía que tenía relaciones con Chiripa. Los materiales que me mostró el Dr.
Bernardo Dougherty parecen muy similares a los materiales Cochabamba de Bolivia que están datados en 400
A.C.-200 D.C. El doctor Dougherty señaló que el final del complejo San Francisco contiene elementos del
área de San Pedro de Atacama, y bastante evidencia de la existencia de un comercio en el cual se importaba
obsidiana, cobre y valvas del Pacifico y se exportaba plumas, tinturas y maderas. Dougherty correlaciona el
final del complejo San Francisco con la fase II de Candelaria (comunicación personal 1976), también vio
ciertas correlaciones entre los materiales Cochabamba tempranos, la cultura Tafí del noroeste de Argentina y
la cerámica negra pulida de San Pedro.
Lo que importa a nuestro modelo es que el área de Hualfín y también la quebrada de Humahuaca parecen
inicialmente comerciar con el área de San Pedro de Atacama y hacia el norte, a Bolivia. Este comercio
comienza antes de la influencia de Tiwanaku IV. La influencia Tiwanaku (Browman 1976, Le Paige 1975a,
Núñez 1965, y Tarragó 1968) parece proceder de dos direcciones. Los materiales de la Quebrada de
Humahuaca en Jujuy, incluyendo keros de oro, rasgos cerámicos o implementos asociados con el complejo
alucinógeno parecen estar más asociados con el altiplano sur-boliviano. Los materiales de Ciénaga y Aguada
en el valle de Hualfín de Tucumán y Catamarca parecen haber sido influenciados por los rasgos Tiwanaku a
través de San Pedro. Los lazos estilísticos más estrechos entre Tiwanaku y los centros en la región andina
meridional son de una naturaleza diferente que los de Wari. Aquí los lazos son principalmente económicos y
teológicos más que políticos. San Pedro de Atacama es un importante nudo de la red económica, que controló
en parte y en alguna medida reinterpretó los conceptos Tiwanaku a medida que pasaban por la red de
intercambio.
Conexiones de Chile septentrional: Región I
La primera cultura alfarera del norte de Chile ha sido localizada ya sea en el complejo Faldas del Morro
(Dauelsberg, Núñez) o en el complejo Chinchorro tardío y en el complejo Alto Ramírez (Rivera). Algunos de
los sitios tempranos más importantes para nuestra teoría son Faldas del Morro, el Laucho, Caserones y
Cáñamo.
Faldas del Morro es el más antiguo de los sitios cercanos a Arica. Posee claras conexiones con el altiplano.
Las vasijas son simples ollas globulares, como las de los complejos altiplánicos tempranos que he descripto
más arriba. La única decoración es un baño rojo, y se encuentra antiplastico de fibra (Álvarez 1967). El

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antiplastico de fibra, el baño rojo y la forma de las vasijas se correlacionan con los rasgos altiplánicos de
alrededor de 900-800 A.C.
El Laucho (Playa Miller 7) posee un fechado de 530 A.C. (GAR-5812, 2480 +/- 100). La cerámica todavía
tiene antiplastico orgánico, pero “conchuela y vegetal marino (algas)” reemplazan al anterior antiplastico de
fibra (Rivera et al 1974; Núñez 1976; Álvarez 1969). Un aspecto importante tanto de Faldas del Morro como
de El Laucho son los restos asociados de plantas. Se ha informado la presencia de yuca/mandioca, camote,
maíz, cucúrbitas, porotos y algodón (Erices 1975; Núñez 1972; Mostny 1971). Además se encuentran quínoa
y textiles de camélidos de las tierras altas, cobre, oro y tabletas y tubos para aspiración. Esto significa que una
red comercial altiplánica ya en funcionamiento ha comenzado a incorporar a la costa chilena. Rivera (1975,
1977) piensa que el complejo indica fuerte influencia tropical. Yo sospecho, sin embargo, que la mandioca, el
camote, la achira, el maíz, las cucúrbitas y los porotos provienen todos de más al norte en la costa peruana,
donde aparecen por lo menos 1000 años antes, más que directamente de la jungla a través de los comerciantes
altiplánicos. Pero ciertamente el complejo del rapé indica contactos amazónicos tempranos, los cuales son
señalados por Rivera como muy anteriores en su complejo Chinchorro.
Hay varios otros sitios tempranos de importancia. Cáñamo I ha sido fechado en 860 A.C. (TK-103, 2810 +/-
130). Algunas de los tiestos presentan pulido por guijarro/espátula; lo cual podría evidenciar influencias
anteriores a Faldas del Morro y hay también textiles de tierras altas, cobre, algodón, maíz, cucúrbitas y
porotos (Núñez 1976; Rivera 1977). Varios de los sitios Azapa del complejo Alto Ramírez poseen fechados
tempranos y buenos indicios de comercio con las tierras altas. Azapa-70 posee un fechado de 490 A.C. (GAR-
5818, 2440 +/- 100) asociado con mandioca, ajíes, porotos (habas y porotos pallares) y camotes. Azapa-84 ha
sido fechado en 410 A.C. (GAR-5815, 2360 +/- 90) con un contexto similar. Este y otros sitios Azapa tienen
textiles de lana de camélidos, chuño, oca y quínoa (todos productos agrícolas de tierras altas) además de
diversos implementos del complejo alucinógeno importados de la selva vía el altiplano boliviano (Rivera
1977; Núñez 1972, 1976; Rivera 1975; Brices 1975).
El área de Caserones/Tarapacá también posee buenos materiales tempranos. True (1873) informa de un
cementerio sin nombre con tosca cerámica temprana fechada en 920 A.C., un fechado de 340 A.C. en
Caserones I y un fechado adicional para Caserones 2 o Tarapacá 40-A (True 1973). Además de los usuales
productos agrícolas (zapallos, porotos y maíz) hay bienes de intercambio como cuentas de malaquita, tubos
para aspiración de alucinógenos, plumas de pájaros del este de Bolivia, valvas del Pacifico, tejidos de lana de
llama, etc. (Núñez 1972, 1976; True 1973; Mostny 1971). También se ha informado de la presencia de plumas
de pájaros procedentes del este de Bolivia en Camarones-15, que posee un fechado de 1100 A.C. (GAR-5813,
3950 +/- 100) (Rivera 1975, 1977). Los materiales de Bird de Punta Pichalo también encajan aquí.
Todos estos sitios del norte de Chile indican dos factores importantes: (1) el intercambio de larga distancia en
bienes relacionados con el status, tales como cobre y oro, y piedras semi-preciosas y también materiales
alucinógenos, comienza en el 1100-800 A.C. por lo menos en la Región I y (2) el intercambio de bienes
regionales más importantes económicamente, tales como textiles, quínoa y oca de las tierras altas o maíz, ají,
etc. de la costa, debe comenzar en el 800-600 A.C. Por lo tanto se hace evidente que el modelo “Altiplano” de
integración económica se expande a partir del área boliviana en este momento, y que la subsiguiente
expansión Tiwanaku se da a lo largo de las redes de comercio ya existentes. Tiwanaku básicamente capitaliza
y gana un monopolio económico a una federación comercial previamente más igualitaria
Conexiones de Chile septentrional: Región II
Los sitios de la Región II, particularmente el rio Loa, parecen reflejar lo que hemos señalado para la Región I.
los sitios de Caleta Huelén en la desembocadura del río no parecen ser anteriores al 500 A.C. (…), Caleta
Huelén 7, 10, 10A y 43 han suministrados menos restos agrícolas. Quizás como lo expuso Pollard en el Loa
Medio, la agricultura no es fácil aquí. Pero el cobre y las plumas de loro del Beni (Spanhi 1968; Núñez 1972,
1976) indican que está incorporado a la red comercial.
La región de San Pedro de Atacama es menos clara. Es demasiado compleja para describirla en este corto
informe. Con referencia a nuestras unidades cerámicas tempranas del altiplano, se informa acerca de
interesantes materiales nuevos provenientes de Sequitor Alambrado Oriental, Tulor-4 y Toconao Oriente
(Serracino 1976; Le Paige 1974b, 1976) que se piensa datan del 1300-600 A.C. Hay un fechado increíble de

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1760 A.C. para cerámica negra en Tulán Cueva (Núñez 1976: 108). Estos datos sugieren relaciones muy
interesantes pero todavía no muy seguras en épocas muy tempranas con el altiplano boliviano.
Durante los tiempos más tardíos del Tiwanaku IV, San Pedro es un centro de mercado muy importante en la
red comercial, que en parte controla y reinterpreta los conceptos Tiwanaku a medida que pasan por la red de
intercambio. Tanto en la Región I como en la Región II los conceptos Tiwanaku son adquiridos y transmitidos
selectivamente. La influencia es bipolar. Por ejemplo, la cerámica pulida fina Tiwanaku Negra, con sus
decoraciones cuidadosamente incisas, debe haberse inspirado en la cerámica similar de San Pedro de Atacama
denominada “Juego de la cola” Negra Pulida.

QUINTA PARTE. REDES DE INTERCAMBIO DE TIWANAKU III Y IV


En varios trabajos recientes (Browman refs.) he descripto mis ideas sobre estas redes. Para este congreso
consideré que era más importante delinear las redes de intercambio anteriores que fueron absorbidas por el
centro urbano Tiwanaku en su expansión. La influencia Tiwanaku III parece limitarse básicamente a la cuenca
del Titicaca, quizás con influencia en el área de Arica/Tacna (Tarragó 1968; Mujica 1977; Rivera 1975, 1977).
La fase Tiwanaku IV marca una expansión importante en las áreas costeras del norte de Chile, en el valle de
Cochabamba y el altiplano sur de Bolivia, e indirectamente en el noroeste de Argentina. En el norte de Chile
se ve una diferencia clara entre la influencia de Tiwanaku IV y la de Tiwanaku V (ver Núñez 1965, 1976;
Tarragó 1968; Focacci 1969; Rivera 1977 y otros). En el área de Arica en Tiwanaku V vemos una
manifestación totalmente nueva, la de los mitmaqkuna de Tiwanaku. El patrón general de estos cambios se
resume en la primera parte de este trabajo en las Secciones II y III.
Me gustaría señalar que no solo la información arqueológica sino los patrones lingüísticos apoyan este
modelo. Las poblaciones Tiwanaku fueron indudablemente de habla aymara. Existen tres principales dialectos
aymara: un área nuclear septentrional que incluye la cuenca del Titicaca y el área de La Paz; un segundo
dialecto meridional, algo más reciente en el área nuclear, que incluye partes de Oruro y Cochabamba; y un
tercer dialecto occidental que es el de desarrollo más reciente, que se encuentra principalmente en parte de
Arica, Tacna, Moquegua y Puno. El área nuclear o dialecto septentrional se encuentra en la región de
Tiwanaku III y IV en la cuenca del Titicaca. El dialecto meridional se encuentra en la región de la expansión
de Tiwanaku IV hacia el sur en el altiplano y en Cochabamba. El tercer dialecto, el occidental, solo se
encuentra en la región mitmaqkuna de Tiwanaku V.
Algunos autores han sugerido en el pasado que el lenguaje de Tiwanaku pudo haber sido el Uru-Chipaya o el
Pukina. Esto no es posible. Sin embargo, no me sorprendería encontrar que el Uru-Chipaya fue el lenguaje de
la fase temprana Chiripa-Condori y de la difusión Wankarani de alrededor de 1300-1600 A.C. La distribución
del Pukina es más compleja; ciertamente se relaciona con el temprano “complejo del rapé” y los elementos de
intercambio del complejo alucinógeno (esta información esta resumida en Browman y Bird 1978).

SEXTA PARTE. COMENTARIOS FINALES


En este trabajo he presentado dos temas centrales acerca de las manifestaciones Tiwanaku: (1) Para
comprender las implicaciones de los diversos rasgos Tiwanaku encontrados en los Andes meridionales,
debemos comprender la diferencia entre el modelo “archipiélago” de Murra y el modelo “altiplano” que
bosquejo aquí, con referencia a sus implicancias para el comercio y la interacción económica; y (2) Para
comprender la difusión de Tiwanaku es importante comprender el grado y la naturaleza de las redes de
intercambio que preceden a Tiwanaku, parte de las cuales he bosquejado en este trabajo. Agradeceré todas las
preguntas y críticas, y estaré contento de suministrar información adicional sobre cualquiera de los
comentarios anteriores.
Agradecimientos: el National Science Foundation, Washington D.C. y el Instituto Nacional de Arqueología, Bolivia,
suministraron apoyo para el trabajo en Chiripa. Varias personas me han brindado información sin publicar; quiero
agradecer a Carlos Ponce Sanginés, Director INAR; Gregorio Cordero Miranda, Director Museo Nacional; Dr. Bernardo
Dougherty; Dr. John H. Rowe; Dr. Donald Lathrap; Dr. Gordon Pollard; Dr. Karen Mohr-Chávez; Dr. John Hyslop y Sr.
Elías Mujica por diversas ideas e información que me han brindado en este trabajo.
BIBLIOGRAFIA

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