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oe e » » 2 2 «a 2 a cd ad rd 2 sa 2 2 bad 2 = 2 2 2 @ 2 2 2 2 a s = - a 2 od Magali Coumert Bruno Dumézii ‘Adriana Baez Us. en Historia LOS REINOS BARBAROS EN OCCIDENTE Traduccién de Rafael G. Peinado Santaella Granada 2013 ‘Titulo original: Les royaumes barbares en Occident. © PRESSES UNIVERSITAIRES DE FRANCE, 2010. © UNIVERSIDAD DE GRANADA, para todos los paises de habla hispana. © De la traduccién: RAFAEL G. PEINADO SANTAELLA. LOS RELNOS BARBAROS EN OCCIDENTE. ISBN. 97884-338:5592:3. Deposito legal: GR-1.948-2013. Edita: Editorial Universidad de Granada, Campus Universitario de Cartja Disento de Ia cubierta: Francisco Vega Alvarez Fotocomposicion: Taller de Diseno Grifico y Publicaciones, S. 1. Granada Imprime: Grificas La Madraza, Albolote, Granada. Printed in Spain Impreso en Espana Cualquier forma de reproduccién, distribucién, comunicacién publica o transformacién de esta obra solo puede ser realizada con la autorizaci6n de sus titulares, salvo excepcion prevista por la ley. Dirijase a cedro (Centro Espafiol de Derechos Reprogriticos, sew: cecr.org) st necesita fotocopiar o escanear algin fragments le esta obra. INTRODUCCION Los barbaros que vivieron en Europa entre los siglos 1y vit de nuestra era tienen muy mala reputacién. Los culpables de ello son los pensadores del Renacimiento, para quienes la desaparicién de Roma significé el naufragio de la unica civilizacién verdadera. Desde la época de Montaigne y Rabelais, la palabra «barbaro» constituye un insulto en la lengua francesa. Todos los pueblos considerados responsables de la caida del Imperio romano fueron cubiertos asi de oprobio. Para calificar el estilo de las grandes catedrales medievales, los italianos del siglo xv1 utilizaron, por ejemplo, el término «gético», al estimar que solo los godos pu- dieron alejarse tanto de los canones artisticos de la Antigtiedad. En el siglo xvm, se creé igualmente el neologismo «vandalismo» a partir del nombre de los vindalos, barbaros a los que se acusaba de haberse regocijado devastando los bienes de la Iglesia. Los presuntos destructores del Imperio romano recuperaron una imagen positiva a finales del Siglo de las Luces y, sobre todo, durante los primeros afos del siglo x1x, Europa asistia entonces a la creacién de los Estados-naciones y los historiadores llegaron a considerar que el nacimiento de los paises occidentales debia muy poco a Roma y mucho a los oscuros bir baros. ;Acaso los anglos no habian dado su nombre a « 6 € e € e € e e e e e e e e e e e Capitulo 5 LA CONSTRUCCION DE LOS ESTADOS BARBAROS Se dio un paso importanté cuando se pas6 de la pre- sencia permanente de barbaros federados en el territorio de las provincias romanas al establecimiento de Estados autonomos. Eso ocurrié por lo general entre mediados del siglo v y comienzos del v1. Durante esas décadas, la apropiacién progresiva de los poderes de regalia por los jefes barbaros corrié pareja con la desorganizacion final de la estructura imperial en Occidente. Por eso, los nuevos reinos solo se denominan «barbaros» por os historiadores. Para los contempordneos, la inmensa mayoria de los nuevos Estados fueron percibidos como continuadores directos de Roma, tanto en el plano administrative como en el juridico. Nuevos Estapos Por Estado barbaro, se entiende generalmente una estructura territorial dirigida por un rey no romano y establecida en el territorio de una antigua provincia imperial. La fecha de 476 no es muy significativa en este sentido. Algunos reinos vieron la luz mucho antes del hundimiento del Imperio de Occidente, mientras que otros fueron creaciones tardias. —101— Mapa 3. El Occidente barbaro a comienzos del siglo vr yon eet < oe we = 1. Herederos directos del Imperio: visigodos, burgundios, ostrogodos, uindalos— El primer reino barbaro que aparecié en Europa fue el de los godos. A raiz del foedus suscrito por el rey Walia en 418, dicho pueblo se encargé de la defensa de un espacio situado entre Tolosa y Burdeos. A partir de esa base aquitana, los godes Ievaron a cabo una serie de conquistas en Provenza y en Espafia. Bajo el reinado de Teodorico —102— ¥ Il (453-466),y sobre todo bajo el de Eurico (466-484), comenz6 a ver la luz un Estado estructurado, con capital en Tolosa. A pesar de las relaciones a menudo tensas que maniuvieron con la autoridad imperial, los godos gozaron de un amplio apoyo de la poblacién galorromana. La inmensa mayoria de los miembros de la aristocracia senatorial gala aceptaron los puestos administrativos que les ofrecié Eurico y su sucesor Alarico II (484-507). Vencidos por los francos en la batalla de Vouillé (507), los godos se replegaron hacia Espaia, donde la ciudad de Toledo se convirtié en su capital. E] nombre de visigodos les permitié entonces distinguirse de los godos instalados en Italia, Hamados ostrogodos. La historia de los burgundios es bastante parecid: Este pequefo pueblo del alto valle del Rin fue vent do por Aecio en 437, y luego instalado con un foedus hacia 456 a orillas del lago Leman. Aprovechandose del debilitamiento del poder imperial y de una alianza oportuna con los visigodos, los burgundios extendieron su dominio en el valle del Rédano. Esa historia par ticular condujo a la dinastia real burgundia a elegir muy pronto una doble capital: Lyon, donde residia el soberano titular, y Ginebra, donde tenfan su palacio su hijo o su hermano. Desde los afios 470, los burgundios anudaron lazos amistosos con la élite galorromana local. El reino conocié su apogeo en torno al aio 500, antes de ser victima de una serie de ataques de los francos, que acabaron por anexionarlo en 534. La constitucién del reino ostrogodo de Italia, algo mas tardia, siguié el mismo esquema. En 488, su fun- —103— Le mo eeenneeneanasaesbobosarca SS — SS LLU mm dador, Teodorico el Grande, recibié del emperador Zenén la orden de expulsar a Odoacro de Italia y de restaurar la autoridad romana en la peninsula. Con un ejército étnicamente muy heterogéneo, Teodorico consiguié triunfar en 493, pero se negé a devolver el territorio conquistado a su socio comanditario. El emperador de Oriente terminé aceptando la realidad: Teadorico se aduefié teéricamente de Italia en nom. bre de Bizancio. Los notables italianos aceptaron sin dificultad ese compromiso, tanto mas cuanto que fueron reclutados masivamente en la nueva adminis- tracién. Teodorico financié ademés la restauracién de las ciudades italianas arruinadas por los disturbios del siglo v. Dos ciudades gozaron de una atencién particular: Ravena, a la que el rey de los ostrogodos hizo su capital, y Roma, donde el Senado fue resta- blecido en su antiguo prestigio. Un grupo de brillantes intelectuales (Casiodoro, Boecio, Enodio de Pavia) permitié un desarrollo cultural que a veces se califica de «Renacimiento ostrogodo», Mientras que la inmensa mayoria de los pueblos se establecieron en territorio romano mediante la ne- gociacién, los vandalos controlaron Africa solo por la fuerza militar. Cartago, conquistada en 439, se convirtié en su capital. Los vandalos se revelaron, no obstante, como unos administradores excelentes y adoptaron casi todas los rasgos de la civilizacién romana. Valiéndose de la experiencia local, los vandalos construyeron la unica flota capaz de rivalizar en el Mediterraneo con la del emperador; gracias a ella, saquearon Roma en 455 y se apoderaron de Sicilia. —104— 2. Reinos romano-barbaros secundarios: francos, alamanes, ‘suevos.~ Mas alla del estricto perimetro del Mediterraneo occidental, los nuevos reinos tardaron més tiempo en estructurarse. Asf, la provincia de Bélgica Segunda, situada entre Reims y el mar del Norte, cayé en ma- nos de los francos a partir de los afios 450. Pero la construccién de un Estado se retrasé por la division de los reyezuelos francos: Al principio del siglo v, Clodoveo (481/482-511) consiguié unificar su pueblo e imponer su dinastia, la de los merovingios. Estratega excelente, se aproveché del apoyo de la aristocracia galorromana para llevar a cabo numerosas conquistas en Galia central, en Aquitania y en la orilla derecha del Rin. Hacia el final de su reinado, la capital del reino se establecié en Paris. Bajo los reinados de los hijos y nietos de Clodoveo, los francos extendieron mas atin su 4rea de influencia hasta convertirse en el pueblo dominante en Europa. En la frontera oriental del mundo franco, los ala- manes se sedentarizaron en la primera mitad del siglo v entre el alto valle del Danubio y la Alsacia actual. Sabemos muy pocas cosas de su historia. En su apo- geo, hacia finales del siglo v, los alamanes obedecian a.un rey unitario y disponian de una cultura material original, que parece testimoniar una voluntad de distin- guirse de sus vecinos. A partir de principios del siglo Vi, su reino fue anexionado progresivamente por los merovingios y se redujo al rango de ducado franco. La instalacién territorial de los suevos fue también dificil. Este pueblo, que habia atravesado el Rin en 407, intent6 disputar Espafia a los vandalos y a los —105— godos durante cincuenta afios. Desafortunados en la guerra, los suevos debieron contentarse con el noroeste de la peninsula, donde fundaron un reino en torno a la ciudad de Braga, que conocié un breve periodo de gloria en los aftos 560. En conjunto, parece que estas fundaciones secun- darias se explican por un fenémeno de imitacién: el brillante reino godo de Aquitania sirvié de ejemplo sobre todo a los francos y a los suevos. Con un nuevo desfase cronolégico, otros pueblos periféricos apren- dieron de los francos en el siglo vi y sobre todo en el siglo vu. Podemos intuir entonces la aparicién de monarquias fuertes entre los turingios, los bavaros y los frisones. Sin embargo, dichos pueblos cayeron ri- pidamente bajo el dominio de los merovingios. 3. El enigma anglosajén y bretén— El destino de la provineia romana de Bretafia (Gran Bretafia) es mal conocido por falta de fuentes escritas. Entre los afios 410 y 440, Roma parecia haber abandonado a los habitantes a su suerte, al carecer ya de medios para asegurar Ia defensa militar contra ios pictos a lo largo del Muro de Adriano. Un historiador del siglo viu, Beda el Venerable, afirmé que los romanos de Bretana habrian acudido entonces a mercenarios barbaros para defender la provincia. Estos, los anglos, los yutos y los sajones, habrian llegado en gran ntimero, habrian triunfado sobre los pictos, y luego habrian invadido Jas tierras de sus patronos. En todo el este de Gran Bretafia, dichos barbaros habrian fundado siete reinos anglosajones (Kent, Sussex, Wessex, Essex, East Anglia, ~—106— — Mercia y Northumbria). Por su parte, los romanos vencidos se habrian retirado al oeste de la isla donde habrian creado los reinos bretones del Pais de Gales, Aunque el mapa geopolitico de la Bretana del siglo vit es ciertamente correcto, la explicacién histérica propuesta por Beda se-lee hoy con escepticismo. En primer lugar, no hay ninguna prueba arqueolégica de una salida masiva de poblaciones de Baja Sajonia y de Schleswig-Holstein en el siglo v y del paso de esa horda por la Mancha. El ntimero de emigrantes hubo de ser necesariamente reducido, aunque solo fuera por el débil tonelaje de los barcos. Ademés, las exca- vaciones de los yacimientos tardo-romanos de Bretafia no permiten concluir que se produjera una invasién brutal. Parece mas bien que la situacién sociodemo- grifica se fue degradando lentamente en el transcurso de los siglos v y vi, mientras que los habitantes de la isla abandonaban las formas de la administracién romana para volver a una légica clanica. La Megada de poblaciones germénicas sigue siendo ciertamente indiscutible. En caso contrario no podriamos explicar el abandono de las lenguas latinas y celtas en beneficio del viejo inglés. Entre los multiples escenarios contemplados para el nacimiento de los reinos anglosajones, los historia- dores parecen preferir en la actualidad la idea de una multiplicacién de los disturbios en el seno de una provincia romana desamparada. Una parte de la poblacién se habria reorganizado en un primer mo- mento en torno a jefes eficaces, que eran de origen barbaro. Dichos dirigentes, incapaces de mantener el —107— e e eeaneean PHAR AHREREE ORE sistema fiscal romano, se habrian orientado hacia una economia de pillaje. En cuanto a la reorganizacién politica de Bretafia en reinos territoriales, no podria fecharse sino a mediados del siglo v, bajo la influencia de los francos que ejercian una fuerte influencia sobre el sudeste de la isla, 4. La reconquista de Justiniano y el nacimiento del reino lombardo— Un ultimo factor explicativo del nacimiento de los reinos barbaros ha de buscarse en la politica bizantina. En efecto, el emperador Justiniano (527-565), en el transcurso de su largo reinado, traté de recuperar el control militar de Occidente y sus intervenciones perturbaron el frigil equilibrio de los Estados barbaros. La primera victima de la Reconquista bizantina fue el Africa vandala, que cayé casi sin combatir en 534. EL espacio conquistado fue inmediatamente reorganizado comg provincia bizantina y permanecié bajo autoridad imperial hasta la conquista arabe. El objetivo principal de Bizancio seguia siendo, no obstante, la recuperacién de Roma e Italia. En 535, Ja reina de los ostrogodos, Amalasunta, fue asesinada por su pariente Teodato, que usurpé la corona. Justi- niano exploté ese casus belli para justificar una inter vencién militar. La guerra de Italia, sin embargo, no tuvo nada que ver con el paseo militar en Africa. La conquista bizantina dejé a Italia exangiie, ya que las tropas imperiales llevaron consigo la peste. El enfren- tamiento perturbé ademas los marcos socioeconémicos tradicionales y los aristécratas romanos prefirieron refugiarse en Sicilia, en Grecia o en monasterios ru- —108— | | | rales. Cuando Justiniano obtuvo la victoria final sobre Jos ostrogodos en 552, el Senado romano desapareci6. El emperador se vio obligado a confiar la gestion de Italia a funcionarios de origen oriental. En los afios 560, Bizancio, atacado en Oriente por los persas, debié reducir su presencia militar en Italia. Paralelamente, los francos se aliaron con Jos avaros que amenazaban con invadir los Balcanes. Aprove- chandose de la confusién, los lombardos condujeron una confederacién de pueblos a la conquista de Italia. Entre 568 y 570, las defensas bizantinas fueron des- bordadas y los imperiales debieron atrincherarse en algunos reductos alrededor de Roma y Ravena. El advenimiento de un verdadero reino se vio frenado, no obstante, por la gran debilidad de la realeza lom- barda, siendo asi que los duques disponian de una independencia considerable. Hubo que esperar al reinado de Autario (584-590) para que emergiera una administracién central. La capital lombarda se instalo entonces en Pavia. ‘LA ADMINISTRACION Para un rey birbaro, administra un Estado terri- torializado planteaba problemas mucho mas complejos que el de encuadrar un simple grupo armado. Si el reino era pequefio, como ocurrié en el mundo anglosajén, una demarcacién tribal ordinaria podia ser suficiente. Pero para un gran espacio, fue preciso recurrir a los principios administrativos romanos. Estos se basaban —109— en la existencia de una funcin publica (militia), pre- sente tanto en el palacio como en las provincias. En la época de los reinos barbaros, los principales agentes del Estado segufan siendo, pues, funcionarios (judices). 1. Capital, palacio y tribunal— En la mayoria de los casos, los reyes barbaros no eligieron una unica resi- dencia y prefirieron llevar una vida semi-itinerante. Los historiadores roménticos quisieron ver en ello una supervivencia del nomadismo germanico. En realidad, esa eleccién se inscribia mas bien en la es- tricta continuidad de las practicas politicas romanas, ya que, desde el siglo m, los emperadores se habian vuelto extremadamente moéviles para responder a las necesidades militares. Si el rey barbaro se desplazaba mucho, elegia gene- ralmente una ciudad como capital (sedes regia). Dicha ciudad ‘servia ante todo de marco para las grandes representaciones del poder como las proclamaciones de edictos, las recepciones de embajadas o las asambleas de los hombres libres (los plaids). Esa ciudad albergaba también un palacio real, cuya arquitectura imitaba el modelo de las residencias imperiales de la época de la ‘Tetrarquia. Por regla general se trataba de un conjunto bipolar, que reunfa una sala de recepcién de planta basilical (aula) y un santuario importante. El palacio de Ios reyes godos de Tolosa se encontraba asf al lado de una gran iglesia arriana, la Daurada. Debido a su caricter semi-itinerante, la corte com- prendia un personal relativamente restringido. Este se repartia entre los oficiales palatinos, encargados —110— de la alta administracion, y los oficiales de la casa, que aseguraban el bienestar doméstico del rey. Se constata, no obstante, una creciente confusién entre servicios piblicos y servicio privado del soberano, Asi, en el mundo franco, el mayordomo del palacio, al principio un simple intendente de la casa del rey, se convirtié a principios del siglo vit en el jefe de la administracién central. Dicha evolucién se ha consi- derado frecuentemente como un signo de la ausencia de la idea de Estado entre los barbaros. En realidad, en la misma época, podemos observar en el palacio de Constantinopla una confusién parecida entre las esferas doméstica y piiblica. Seguin el modelo de Roma, la corte barbara seguia siendo un importante centro cultural. Poetas y retéri- cos estaban al servicio de la propaganda real, sobre todo entre los vandalos, los ostrogodos y los francos. La produccién literaria, para que pudiera considerar- se como tal, se componia toda ella en latin, que se consideraba como la tinica lengua de cultura. Artistas y artesanos se vieron igualmente atraidos por el me- cenazgo de los soberanos. El nivel tecnologico que desplegaron para exaltar el poder barbaro no tenia nada que envidiar al de la Antigtiedad tardia. Ast, la ctipula monolitica més pesada jamas construida en Italia es la que domina el mausoleo de Teodorico el Grande (H 526) en Ravena. 2. La administracién local— Desde la Antighedad tardia, el verdadero escalén de la administracion territorial no era la provincia, sino la ciudad. En la Ml POOHHOOHAHORAEHHOH EP OREO ER ERROOR SeeeSee oe HSoSHSSS SHEET TTEEL EE GLTET inmensa mayoria de los casos, la ciudad estaba gestio- nada por dos actores: un consejo municipal amado «curia», compuesto de miembros Hamados «curiales», y un representante local del soberano. Los curiales, reclutados entre los notables locales, aseguraban tradicionalmente la recaudacién del im- puesto local y su entrega al soberano. Pero la gran crisis financiera del siglo ur provocé una crisis de la curia, cuyos miembros procuraron, en su inmensa mayoria, sustraerse desde entonces a sus obligaciones. Después de los emperadores, los reyes visigodos intentaron salvar Ja institucién municipal, prohibiendo especialmente a los curiales que dimitieran. Las curias, sin embargo, no parece que sobrevivieran al siglo vi. Solo el mundo merovingio conservo tal vez esas estructuras de manera residual para asegurar el registro de los contratos y de los testamentos. Latthida de los curiales obligé al emperador, des- de cl siglo tv, a nombrar a un agente permanente del Estado dentro de la ciudad. Su titulo fluctué durante mucho tiempo y solo se fijé hacia 470 como «conde de la ciudad»(comes civitatis). Los diferentes reinos bar- baros conservaron esa institucién. Hasta el siglo 1x, el conde siguié siendo, pues, un funcionario, asalariado y revocable, a quien el rey encargaba administrar la justicia, percibir el impuesto y conducir a la guerra el contingente militar local. El ambito territorial del conde siguié siendo en la mayoria de los casos la ciudad romana (civitas), es decir, la ciudad y su terri- torio. La designacién de dicho territorio evolucioné, no obstante, hacia el término latino pagus, de donde —112— procede la palabra «pats», y que generalmente se tra- duce por «condado». En algunas zonas, sucedi6 que un soberano decidié reunir varios condados bajo la autoridad de un tnico alto funcionario. Este recibio entonces los titulos de «duque» 0 «patricio», inspirados en las dignidades ro- manas. A excepcién de Espafia e Italia, no parece, sin embargo, que ese escalén provincial hubiera sobrevivido de manera duradera. Por razones de prestigio, los os- trogodos intentaron reconstruir el nivel supraregional de las prefecturas del pretorio, pero la reconquista de Justiniano puso fin a dicha experiencia. En conjunto, los efectivos de la administracién publica barbara parecian muy débiles respecto a los del siglo 1v. Conviene observar, sin embargo, que la €poca de la Tetrarquia conocié una aumento sin pre- cedentes del nimero de agentes del Estado. Es proba- ble que, en el siglo vr, el mamero de funcionarios de los reyes barbaros no fuese sensiblemente inferior al de los agentes provinciales del emperador del siglo 1, Los modos administrativos permanecieron sin cambios en el aspecto formal. El documento escrito dominé por lo menos hasta comienzos del siglo vu y se utilizaron formularios estandarizados para la pro- duccién de documentos piiblicos. Solo el ejercicio de la justicia parece que conocié algunas modificaciones, ya que el conde presidia un tribunal local de tipo germanico, el mallus. 3. El dificil mantenimiento dificil del impuesto y el desarrollo de los fiscos.— Para mantener un sistema de funcionaria- 13 do comparable al de Roma era menester conservar un Tesoro Puiblico Ade: del botin conquistado al migo, apreciable pero irregular, los Estados barbaros disponian de dos fuentes principales de ingresos. En primer lugar, los nuevos reinos heredaron en teoria el poderoso sistema fiscal que el Imperio esta- bleci6 a finales del siglo m. No obstante, resulta dificil determinar en qué medida se pagaban realmente los impuestos. El impuesto territorial planteaba sobre todo problemas considerables de percepcion, en la medida en que obligaba al Estado a revisiones regulares del catastro y de los registros fiscales. Los merovingios parece que mantuvieron el sistema hasta el afio 600 mas o menos. Pero las concesiones de exencién del impuesto territorial tendieron a desarrollarse en be- neficio primero de los federados barbaros, y luego de las grandes Iglesias (arrianas 0 catdlicas), de los principales monasterios e incluso, en algunos casos, de Jas ciudades prestigiosas (Arlés, Tours 0 Lyon). Muchos romanos parece también que se hicieron pasar por barbaros para disfrutar de la franquicia fiscal. Los Estados barbaros parecian mucho mas efica- ces en el mantenimiento de los impuestos indirectos, en especial de todos aquellos que gravaban los des- plazamientos o las transacciones. La recaudacién. podia realizarse con menos coste por agentes reales establecidos en los lugares donde las mercancias se transferian de un primer medio de transporte a otro. Ese fenémeno explica la apuesta estratégica que fue el control de los grandes puertos mediterrancos como Ravena, Marsella, Cartagena o Sevilla. —114— El segundo gran recurso del ‘Tesoro Publico procedia de la gestion de las tierras publicas. En el transcurso del siglo v, los reyes barbaros se apoderaron, en efecto, de los dominios imperiales situados en las provincias que controlaban. Designados con el nombre de «fiscos», dichos dominios reunian vastas explotaciones agrico- las, pero también minas, bosques, talleres textiles del Estado (los gineceos) y arsenales, Los fiscos formaban un patrimonio prodigioso, que los reyes barbaros pre- servaron de la mejor manera posible y enriquecieron constantemente confiscando (es decir, en su sentido primigenio, afiadiendo a los fiscos) los bienes de las personas condenadas en un proceso. Las producciones de los fiscos servian ante todo para suministrar al palacio viveres, caballos, armas y metales preciosos. Pero una parte de los dominios se utilizaba también para pagar en especie a sus funcionarios. De manera excepcional, un rey podia aceptar donar uno de es0s fiscos a una institucién religiosa 0, m4s raramente, a un individuo. Ese gesto de prestigio le permitia obtener la fidelidad sin falla del beneficiario. EL PAPEL FSTRUCTURANTE DEL DERECHO BARBARO Aunque en la Antigiiedad habian existido algunas tradiciones tribales en forma oral, los barbaros solo comenzaron a componer derecho escrito a partir del momento en que dispusieron de reinos territorializa- dos. Con muy raras excepciones, todas las nuevas leyes fueron redactadas en latin, —115— POOP HHERRERARARO RAM nee eo 2 2 ® @ = 2 2 2 2 2 2 dl @ 2 2 ° 2 «a 2 2 2 ~~ °° @ ° @ @ ; 1. El principio de personalidad del derecho.— A partir de 212, el Imperio romano habia conocido el principio de la universalidad del derecho: todos los hombres libres de la region mediterranea tenian la certeza de ser juzgados por los mismos textos, producidos por la misma autoridad. La desaparicion de Roma puso fin a ese sistema. En los reinos barbaros, cada individuo era juzgado con arreglo a su identidad étnica. Los reyes barbaros mantuvieron vigente el dere- cho imperial para la mayoria de romanos que conti- nuaron poblando las antiguas provincias. Dado que resultaba dificil utilizar el monumental Cédiga teodo- siano promulgado por el emperador en 438, el rey de los visigodos Alarico II ordené realizar en 506 un compendio juridico de gran calidad, la Ley romana de los visigodos (también Namada Breviario de Alarico). Ese cédigo legislativo constituyé desde entonces la base del estatus juridico de todos los romanos que vivian bajo dominacién visigoda; a partir de mediados del siglo vi, se aplicé también en el reino franco. En la medida en que el Estado disponia de una pro- piedad eminente sobre las tierras eclesidsticas, los reyes barbaros consideraban que la Iglesia estaba sometida al derecho romano. En algunos casos, como entre los bavaros, cualquier clérigo se encontraba sometido igualmente a Ia legislacién romana, cualesquiera que fuese su origen étnico real. Los judios disfrutaban también del estatus de ciudadanos romanos, aunque dependian de los tribunales rabinicos para los asuntos internos de su comunidad. —116— El resto de la poblacién estaba sometido a «le- yes barbaras», que cada rey promulgaba para sus propios suibditos. Estas fijaron el derecho interno al pueblo correspondiente, pero también sus relaciones con los individuos que tenian otra identidad étnica {romanos u otros barbaros). A finales del siglo v podemos observar una primera oleada de redaccién en los godos del rey Eurico (466-484), los burgundios de Gundebaldo (476-516) y quizés en los francos de Clodoveo (482-511), si es que puede atribuirsele la composicién de la primera version del Pacto de la ley sdlica, A principios del siglo vit tuvieron lugar nuevos esfuerzos legislativos en los pueblos sometidos a los merovingios 0 que trataron de imitarlos, como los anglosajones de Kent. Los lombardos, en cambio, carecieron de un cédigo legal antes del reinado de Rotario (636-652). En conjunto, las leyes barbaras eran sobre todo codigos de derecho privado. Para el derecho publico, los nuevos Estados hubieron de valerse del derecho romano. Algunos historiadores llegan asi a preguntar- se si la personalidad de las leyes no constituye una simple ilusién documental: los compendios de derecho romano y las nuevas leyes barbaras podrian dirigirse a veces a las mismas poblaciones. La cuestion sigue siendo dificil de zanjar. Junto a las leyes romanas y las leyes barbaras, los soberanos no renunciaron a producir algo de derecho territorial. Algunos edictos merovingios valian asi para el conjunto de los stibditos del rey de los francos. Por =17— Res la misma raz6n, el Cédigo de Recesvinto promulgado en 654 aspiraba a aplicarse a todos los espasioles, ya fuesen romanos o visigodos. 2. Nuevos modos de resolver los conflictos.~ El contenido de las leyes barbaras era extremadamente variable, pero pretendia sobre todo proponer modos de resolver los conflictos. Se trataba particularmente de establecer procedimientos que evitaran el desencadenamiento de ciclos de venganza (las «faidas») entre el grupo familiar del agresor y el de su victima. Por lo que respecta al derecho romano clasico, una primera novedad fue el principio de las multas de composicién. Para expiar un homicidio, un barbaro podia proponer asi pagar a la familia de su victima una suma proporcional al valor simbélico del difunto en la sociedad. Dicha suma se Hamaba wergeld (literalmente, el «precio del hombre») y por lo general alcanzaba su maximo para un guerrero joven o para una mujer en edad de procrear. De manera mas amplia, el derecho barbaro fijaba una serie de multas de composicién para los robos, las violencias, las ofensas al pudor, e incluso los insultos o las calumnias, Algunas leyes barbaras introdujeron ademas la nocién de prueba judicial. Cuando las pruebas ordi- narias (documentos escritos, testimonios, juramentos) no bastaban para descubrir la verdad, el juez podia proceder a una ordalia, es decir, a una invocacién a lo sobrenatural para determinar quién mentia. Entonces se invitaba al sospechoso a que recuperara un anillo del fondo de un caldero de agua hirviendo, a que cogiera —118— w un pedazo de hierro candente sin quemarse la mano... La ley de los burgundios prevefa incluso el recurso al duelo judicial. A partir de Voltaire, los comentadores han criticado a menudo el caracter irracional de dichos procedimientos y sus origenes necesariamente barbaros. Hoy, los historiadores se-expresan con mas matices. El Antiguo Testamento, que presenta numerosos ca- sos de juicios de Dios, pudo ejercer una importante influencia sobre los legisladores barbaros. Por otra parte, los procedimientos raros y violentos evocados por los textos normativos no aparecen casi nunca en los escritos narrativos: la ordalia solo seria quizds la iltima amenaza esgrimida por el juez para evitar los falsos testimonios. Entre las novedades que propuso, el derecho bar- baro introdujo también un deber de proteccién de la mujer, el mundium. Este pertenecia en un principio al padre, que lo vendia al esposo en el momento del matrimonio. El rey recuperé el de los huérfanos y, en ciertos casos, las viudas podfan disponer del suyo, Ese dispositivo, sin embargo, no debe hacernos creer que una mujer barbara podia a los miembros de su familia. Se trataba simplemente de una disposicién apremiante que pretendia garantizar su seguridad y ponerla sobre todo a cubierto de los raptos, que estaban terminantemente prohibidos por el derecho barbaro. 3. Un instrumento de prestigio real— En el sistema del derecho barbaro, a diferencia de lo que ocurria en el del derecho romano, el soberano no siempre —119— s RARER SAAR ARAMERAERAERERAARARAAR 55H E3949 9465F959F 49955555 9STTF desempenaba un papel central en la resolucién de los conflictos. Se contentaba con promulgar la ley, pero no dirigfa la totalidad de su aplicacion. En muchos casos, parecia ademas que la legislacion barbara no se aplicaba para zanjar los procesos. El recurso a arreglos extrajudiciales (venganza, acuerdo amistoso, perdén cristiano) 0 parajudiciales (arbitraje de un personaje poderoso y local, recurso al poder de las reliquias) parecia ser Ia norma. Incluso el tribunal de palacio optaba en algunas ocasiones por proponer mediacio- nes antes que aplicar las leyes. Si el derecho barbaro se infrautilizaba como parece notorio, gpor qué un soberano se tomaba la molestia de promulgarlo? En primer lugar, como en toda sociedad, la fijacion del derecho constituia una apuesta de autoridad: se reconocia como jefe a quien era capaz de determi- nar cudles eran los comportamientos «normales». Pasadéjicamente, es bien conocido por la etnologia que cl carisma de un legislador es inversamente pro- porcional a su respeto personal de los reglamentos. De hecho, los reyes barbaros que prohibieron el incesto para sus sibditos se casaron con sus cufiadas; Ios que castigaron a muerte el parricida fueron los primeros que eliminaron a sus parientes... El soberano fijaba Ja norma dictindola, pero también transgrediéndola. En segundo lugar, la actividad legislativa permitié reivindicar Ia herencia institucional de Roma. El emperador romano (princeps) se impuso a partir del siglo m como la principal fuente del derecho. El rey barbaro, al producir a su vez leyes, demostraba que era sin ninguna duda el sucesor de Constantino o —120— _ de Teodosio. Esa voluntad de imitacién del Imperio parece que fue particularmente fuerte en los visigodos. En fin, la fijacién de la norma permitié en ocasiones alos soberanos barbaros crear un consenso social. Los reyes francos, por ejemplo, promulgaban sus leyes sdlo después de haber consultado solemnemente a los gran- des del reino en el transcurso de una asamblea (plaid) general. Los soberanos burgundios hacian refrendar sus cédigos legislativos por todos los condes de su reino. En cuanto a los anglosajones, hacian leer delante de su pueblo las nuevas leyes para obtener su aprobaci6n. La actividad legislativa servia as{ de ritual de unanimidad que permitia confirmar al rey y su politica. En algunos casos, la redaccién de una ley nacional pudo ser ordenada por un poder extranjero. Asf ocurrié en particular entre los bavaros, cuyo cédigo legislativo se compuso en el siglo vi por los merovingios. En ese caso, la fijacion de la norma servia para demostrar el poder hegeménico de la autoridad exterior. ‘UIA SUMISION MANTENIDA HACIA EL PODER IMPERIAI A pesar de su independencia, los reyes barbaros continuaron, al menos hasta finales del siglo vi, pro- clamandose servidores del Imperio romano encarnado ahora por Bizancio. 1. Reyes funcionarios 0 dignatarios— Los reyes, converti- dos en auténomos, conservaron titulos procedentes del —121- sistema imperial. Podemos explicar el mantenimiento de esta fidelidad por varios factores. En primer lugar, los barbaros, como todos los ha- bitantes de la region mediterranea desde el siglo 1v, estaban dvidos de dignidades, esas denominaciones vacfas pero sonoras que permitian a un individuo situarse en la jerarquia universal. Ahora bien, sélo el emperador podia distribuir las altas dignidades, En 508, Clodoveo recibié asf las insignias de consul honorario por los servicios prestados a Bizancio. Y en 519, el rey de los ostrogodos Teodorico obtuvo el consulado ordinario para su yerno Eutarico, a quien habia designado como su sucesor. En segundo lugar, los reyes barbaros exhibieron titulos de mando romanos de que disponian para asegurarse mejor de la fidelidad de las élites locales, En 482, el obispo Remigio de Reims consideraba asi norfial: someterse a Clodoveo no porque este fuera rey de los francos, sino porque era gobernador de la Provincia de Bélgica Segunda. Alrededor del afio 500, los reyes burgundios pidieron también en repetidas ocasiones al emperador que les confirmara el titulo de «jefes de Ia milicia de las Galias», que les conferia una autoridad militar teérica sobre su territorio. En algunos casos, los soberanos barbaros trataron de ir mas lejos en este capital romano de legitimidad. Los reyes ostrogodos y visigodos afiadieron especial- mente a su titulacién el nombre de Flavio, que era el de Constantino; de ese modo se aproximaron de manera simbélica a la dinastia imperial. Por la misma raz6n, los reyes francos ms ambiciosos realizaron ~122— i gestos de representacién que eran propios de los due- fios de Roma: ofrecieron carreras de carros, hicieron construir circos o celebraron triunfos. La escena mas impresionante tuvo lugar, no obstante, en el afio 500, cuando el ostrogodo Teodorico el Grande Hegé a Roma para celebrar sus treinta‘afios de reinado (tricennalia). Hasta entonces, slo los emperadores romanos habian celebrado tales aniversarios de Hegada al poder. 2. Los bérbaros en la diplomacia bizantina.— Si los reyes baérbaros mantuvieron sus ojos puestos hacia el emperador, era también porque seguia siendo, a pesar de su lejania, uno de los principales actores de Ia escena internacional. A diferencia de la inmensa mayoria de los reinos occidentales, Bizancio conservé a la vez una moneda de oro estable (el nomisma) y un sistema fiscal perfecto. El conjunto ofrecia al emperador considerables dis- ponibilidades de numerario. Aunque Bizancio padecié una carencia crénica de soldados, su oro le permitia iervenir en el Occidente bérbaro. Frente a esas in- jerencias, los nuevos Estados debieron posicionarse, Hasta comienzos del siglo vi, los barbaros, aunque ya disfrutaban de territorios, aceptaron a menudo servir de mercenarios por cuenta de Bizancio. El em- perador pudo entonces enfrentar a un reino contra otro, en estrategias a menudo complejas. Asi, en 507, para intentar debilitar a Teodorico el Grande en Italia, izancio lanz6 a los francos y a los burgundios contra los visigodos de Galia, que eran aliados del rey de los ostrogodos. —123— ™" SCOTCH TEST EGOS A partir de los afios 530, el emperador intents conducir operaciones directas en Occidente, con ejér. citos dirigidos por generales romanos pero compuestos por soldados barbaros orientales. La «Reconquista de Justiniano» afecté solo Italia, Africa y el sur de Espana, pero perjudicé mucho a la reputacién del Imperio. Los debates teolégicos sobre la naturaleza de Cristo también contribuyeron a alejar el Occidente barbaro de Constantinopla. Los afios 570 y 580 estuvieron marcados por una fase de repliegue del Imperio. Bizancio hubo de con- tentarse en lo sucesivo con conservar los territorios adquiridos, que, en Europa occidental, se limitaban a algunos enclaves como Révena, Roma o Cartage. na. Para evitar que los poderes barbaros recuperasen dichas ciudades, el emperador tomé rehenes en las familias reales, corrompié a generales enemigos o fiaficié a usurpadores con la esperanza de sembrar el desorden en los nuevos reinos. Esa nueva politica, Poco costosa, se revelé globalmente eficaz; pero per judicé at prestigio del Imperio. 3. Un alejamiento progresivo— La mayoria de los reyes barbaros dejaron de tener una visién romanocéntrica del mundo hacia finales del siglo vu. Los usos monetarios fueron un primer indicio de ello. Hasta los afios 570, los Estados occidentales si- guieron siendo en conjunto fieles al sistema romano en su acufiacién monetaria. Las monedas de oro barbaras se acufaban ademds con la imagen del emperador de Oriente. Es verdad que el rey de los francos Teode- —124— berto I (533-547) ordeno realizar una emisién con su propio nombre, pero se traté solo de una provocacion puntual. En cambio, a partir del reinado de Leovigil- do (568-586), los visigodos abandonaron totalmente la referencia bizantina en su acufacién y se hicieron representar con un vestido semejante al del empera- dor. Otros pueblos siguicron poco a poco ese ejemplo. Los usos cancillerescos también parece que evolu- cionaron. Hasta los atios 580, los reyes barbaros utilizaron el titulo de «Mi Padre» para designar al emperador, indicando asi su sumisién simbélica. Ese titulo desaparecio en el siglo vu. Paralelamente, los intercambios de embajadas entre Oriente y Occidente legaron a ser menos frecuentes. Ademis de los malos recuerdos de la «Reconquista de Justiniano», varios factores permiten explicar ese alejamiento. El primero es la peste, que se hizo endé- mica en el Mediterraneo y rompié los viejos circuitos comerciales entre Oriente y Occidente hacia el ato 600. En segundo lugar, el emperador, que sufrié un revés detris de otro contra Persia a partir de 570, se desinteresé de los barbaros occidentales. Por tltimo, en el siglo vir, los nuevos reinos se convirtieron todos al catolicismo. Eso los llevé bien a sospechar de Bizancio por herejia, bien a buscar un nuevo interlocutor en la persona del papa. —125—

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