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Misión Nacional

Dentro de la misión universal de Schoenstatt, el Movimiento en Argentina, basándose en el legado espiritual


del Padre Kentenich a nuestras tierras, considera que su aporte original es su misión nacional: “Con María,
Familia del Padre”.
Rasgos fundamentales de la misión nacional
Una Familia que quiere formar personalidades paternales y maternales.
Una Familia que vive y proclama el vínculo a María, como Madre, Educadora y Reina.
Una Familia filial: que se sabe unida en un estrecho vínculo al Padre.
Una Familia fraterna y solidaria que integra culturas, clases sociales y estados de vida.
Una Familia misionera, que aspira a vivir y a forjar el “organismo natural y sobrenatural de vinculaciones”.

Documento Original

Documento fundamental de la Misión Nacional

Dios Padre nos mostró la necesidad de asumir y conquistar la misión nacional del Movimiento en Argentina. La
imploramos como un don. La buscamos como la tarea que Él nos quiere confiar para todos los tiempos.
La profecía del Padre Fundador en nuestra patria ha sido criterio primordial en el reconocimiento de la
voluntad divina, manifestada también en la historia de nuestras comunidades al desarrollar originalmente la
vida de la Alianza y asumir la herencia del Padre. Nos hemos guiado además por los signos de los tiempos
eclesiales y sociales, y por la idiosincracia de nuestro pueblo.
Creemos que Dios nos quiere CON MARÍA, FAMILIA DEL PADRE. Nuestra imagen ideal es Nazaret, reflejo
histórico de la vida trinitaria y caso preclaro para nuestro ser y actuar como Familia del Padre, en la
construcción de su Reino mariano. Dios Padre, en Cristo, nos congrega como hijos suyos en la Iglesia. Por la
Alianza nos une a María, se nos hace cercano en la persona del Fundador, y en la fueza del Espíritu Santo nos
envía a realizar esta misión. Constituidos como Familia crecemos en el arraigo a nuestros Santuarios, unidos
en torno al Santuario nacional.
Elegidos para ser CON MARÍA, FAMILIA DEL PADRE, reconocemos en esta misión rasgos fundamentales:

 Familia patrocéntrica: Dios Padre es el centro de nuestra Familia. Hacia Él se dirige nuestro camino.
La comunidad de vida, destino y corazones con el Padre Fundador nos capacita para la filialidad ante
Él. Esta comunidad se afianza por la Alianza filial con el Padre, la recibimos como herencia y nos
llama a vivir con él y en él, insertándonos en su persona y en su misión.
La forjación de personalidades paternales que como él sean transparentes y representantes del Padre Dios, es
nuestra tarea esencial y aporte a una época necesitada de padres.

 Familia mariana: María como Madre nos hace Familia en el Santuario, hogar común. Desde allí nos
conduce al Padre y nos regala vivenciarla y proclamarla como Reina y Vencedora.
Asumiendo la tradición religiosa de nuestro pueblo, queremos que Argentina sea cada vez más tierra
de María.
 Familia filial: animados por el Espíritu Santo, a semejanza de Cristo y de María, como hijos del Padre
Dios queremos esforzarnos por una respuesta plena de amor a sus planes. Esto nos exige una íntima
y heroica filialidad ante Él y sus representantes.
 Familia fraterna: como hermanos en la Alianza y en la fuerza de la vida de nuestras comunidades
crecemos en solidaridad con todos los hombres.
 Familia misionera: nuestro ser se hace mensaje. La Reina y Educadora de los pueblos nos envía
como personalidades paternales y maternales a colaborar en la Iglesia para que alcance su plenitud
como Familia de Dios, y a construir el Reino Mariano del Padre en nuestro pueblo.
Participando en la misión evangelizadora de la Iglesia nos comprometemos a vivir y forjar el organismo natural
y sobrenatural de vinculaciones; y particularmente por nuestra acción laical en el mundo contribuimos a
conducir toda la creación según los planes del Padre Dios.
Esta Familia con plena conciencia de pequeñez ha de ser, como el Santuario del Padre, signo de fe, de unidad,
de lucha y de victoria. Unida al Padre Fundador vivirá el “Cántico al terruño” con fidelidad heroica.

CON MARÍA, FAMILIA DEL PADRE

es el cauce común del Movimiento en Argentina, su meta y fuerza impulsora. Constituye nuestro aporte a la
misión universal de Schoenstatt y nuestro servicio a la Iglesia, a la patria, a Latinoamérica y al mundo.
“Queremos implorar que Dios nos regale hombres y mujeres que no solamente sepan hablar bien, sino que
comprenan toda la fuerza y todo el peso de esta misión que nos fue regalada por Dios para la época de hoy, y
que estén dispuestos a entregar la vida por ella.” (P. José Kentenich, Florencio Varela, 19.3.1952)
Santuario del Padre, 15 de septiembre de 1978
FAMILIA DE SCHOENSTATT ARGENTINA

Hoy: Alianza que transforma


La Alianza de Amor quiere transformar e influir en la vida personal y social y en todos los ambientes donde nos
movemos. María quiere que la llevemos a todos los lugares, sin distinciones, y que su presencia produzca
cambios, haga crecer en la fe, la esperanza y el amor, es decir, en la libertad, la solidaridad, la honestidad y el
compromiso.
La Alianza, si realmente está viva, transforma y nos transforma.
“Alianza que transforma” es la expresión resumida de nuestra tarea, la que pretendemos encarnar en las
diversas diócesis y grupos de pertenencia.
Es fruto de vivencias y de procesos. Es también una respuesta a necesidades existenciales. Aquél que sella
Alianza con María experimenta que Ella le ayuda a vivir su vida cotidiana, le ayuda a amar en serio y a ponerse
en camino para servir a los demás.
Esta frase síntesis es nuestro foco estratégico. Marca horizonte y determina opciones. Es trabajo para los
nuevos tiempos que ya han comenzado. Es nuestro aporte a la Iglesia y a la sociedad argentina.

 Dios y Padre nuestro,


gracias por regalarnos en el Padre Kentenich
un padre y profeta,
testimonio vivo del Evangelio,
encendido por el fuego del Espíritu.
Regálanos su ardor, su espíritu de fundador,
el amor a ti, a Jesús y a la Mater
y su servicio abnegado a los hermanos.
Haz que su carisma siga vivo en nosotros;
que en la fuerza de la “Alianza que transforma”
ayudemos a plasmar el presente y futuro
de la Iglesia y de la patria.
Incorpora al Padre Kentenich entre los santos
reconocidos por la Iglesia,
para que siga conduciendo a muchos
a tu corazón y a la plenitud de vida.
Te lo pedimos filialmente, unidos a María, nuestra Madre
y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt,
y por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

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