El gobierno de Iván Duque es considerado un gobierno uribista debido
a su estrecha relación con el expresidente colombiano Álvaro Uribe, quien fue mentor y patrocinador político de Duque durante su campaña presidencial. Uribe es una figura polarizadora en Colombia, y muchos de los críticos del gobierno de Duque ven su influencia en las políticas y decisiones del gobierno.
Por lo tanto, se puede decir que el gobierno uribista de Duque fue
objeto de críticas y demandas durante las protestas del 21N, ya que los manifestantes exigían cambios en las políticas y el enfoque del gobierno en temas como la corrupción, la violencia y la desigualdad .
Durante las protestas del 21N en Colombia, la corrupción fue un tema
importante en las demandas de los manifestantes. Los ciudadanos expresan su frustración por los altos niveles de corrupción en el país, especialmente en el gobierno y las instituciones públicas. Se denunciaron casos de malversación de fondos, nepotismo, contratación irregular y sobornos, entre otros. Los manifestantes exigieron una mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de las autoridades y la implementación de medidas efectivas para combatir la corrupción