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Sinodalidad: Pastores y fieles en comunidn operativa Synodality: An Operative Communion Between Pastors and the Faithful aECIBO. 12 DESEPTIE RE DE 2016 / ACEPTAZO. 11 DE OCTUBRE Dk José R. VILLAR Universidad de Navarra. Facultad de Teologia Pamplona. Espafia jniler@unaves Resumen: La sinodalidad eclesial se fundamenta en la implicacién de pastores y laicos en la Iglesia~ comunién. E| ejercicio de la sinodalidad no se limi= ta alas formasjuridicarnente reguladas, sino que es la forma permanente de cooperacién de todas en la misién. El modo de cooperacién de los laicos con los pastores es tratar y ordenar segtin Dios los asun- tos temporales. Esta forma de participacién no es tna posibiidad facultativa para los laicos ni opcio- nal para la Iglesia. Adernds, los feleslaicos ejercen servicios comunitarios, uno de los cuales es la fun Durante los tiltimos siglos la doctrina y praxis cat6licas acentuaban la dis- tincién entre pastores y fieles hasta casi llegar a la separacién. Tal énfasis en la diferencia se remontaba a la reaccién frente al pensamiento antijerérquico pro- testante, y su idea de una igualdad indistinta de los bautizados. Se explica asi la stiana’, Esta orientacién se manifestaba también en la teologia y el magisterio previo al Concilio Vaticano II*. Naturalmente el problema no era afirmar la existencia escasa referencia en el Ambito catélico a la comin vocacién ct <‘. Sdlo asi se capta la complementariedad de todas ellas. La unidad sacramental de Ia ini- ciaci6n cristiana, y la distincién de origen sacramental o carismético, dan lu- gar a la existencia de diversas posiciones en la Iglesia (laicos, religiosos y mi- nistros) que hace de ella una comunién estructurada. «La comunién eclesial ~en palabras de san Juan Pablo II- se configura, més precisamente, como co- munién “orgénica”, anéloga a la de un cuerpo vivo y operante. En efecto, esta caracterizada por la simultdnea presencia de la diversidad y de la complementa- riedad de las vocaciones y condiciones de vida, de los ministerios, de los caris- mas y de las responsabilidades» (Exh. apost. Christifideles laici, n. 20). © Ropricurz, P, «La cuestién de las leyes imperfectas. La funcién de Pastores y laicos segtin la Doctrina social de la Iglesia», Scripta theologica 28 (1996) 405. 670 SCRIPTA THEOLOGICA / VOL. 48 / 2016 SINODALIDAD: PASTORES Y FIFLES EN COMUNION OPERATIVA Fsta Ademés, el Concilio Vaticano II considera unida la misién salvifica de Cristo a su triple condicién de Ungido como Sacerdote, Profeta y Rey. Deri- vadamente todo el Pueblo de Dios, no sélo la jerarquia, participa de la triple funcién sacerdotal de Cristo. «A los Apéstoles y sus sucesores les confirié Cristo la funcién de ensefar, santificar y gobernar en su propio nombre y autoridad. Pero también los laicos, participes de la funcién sacerdotal, profé- tica y real del Cristo, cumplen en la Iglesia y en el mundo la parte que les co- rresponde en la misi6n de todo el pueblo de Dios» (AA 2). Si los Pastores son «maestros de la doctrina, sacerdotes del culto, y ministros de gobierno» (LG 20), todos sin embargo estén Ilamados a ejercer la consagracién sacerdo- SCRIPTA THEOLOGICA / VOL. 48 / 2016 671 JOSE R. VILLAR tal en la celebracién sacramental y en la existencia diaria (cfr. LG 11.34); to- dos llamados a dar testimonio y anunciar la fe (cfr. LG 11.35); todos llamados a extender el Reino de Cristo (cfr. LG 36). EI sacerdocio comtin de los fieles es una realidad cultual, profética y re- gia. En su aspecto cultual, se despliega como ofrecimiento a Dios de la propia vida como alabanza continua en el Espiritu Santo y no se reduce -aunque los incluya necesariamentea los actos rituales, sino que abarca todos los aspectos de la existencia. Pertenecen a la esencia del sacerdocio comin también todas las formas proféticas del anuncio de Cristo. Abarca igualmente toda la activi- dad regia del cristiano ordenada a la configuracién del mundo segtin el espiri- tu de Cristo. El sacerdocio ministerial, por su parte, es la representacién sa- cramental de Cristo en medio y ante los fieles como Cabeza de su Cuerpo; es el signo c instrumento de la presencia del Pastor que instruye, santifica y go- bierna a su Pueblo, de tal modo que «los ministros que poseen la sagrada po- testad estin al servicio de sus hermanos, a fin de que todos cuantos son miem- bros del Pueblo de Dios y gozan por tanto de Ia dignidad cristiana tiendan todos libre y ordenadamente a un mismo fin y leguen a la salvacién» (LG 18) El Concilio Vaticano II describe el significado de la tarea de los pastores, en la que intencionadamente subraya su conexi6n con los fieles. Dice asi: «Sa- ben bien Jos pastores que no han sido instituidos por Cristo para asumir por si solos toda la mision salvifica de la Iglesia en el mundo, sino que su eminente fun- cion consiste en apacentar a los fieles, y reconocer sus servicios y carismas de tal suerte que todos, a su modo, cooperen undnimemente en la obra comtin» (LG 30). Esta cooperacin undnime es asi la prolongacién dinémica de la recf- proca necesidad de fieles y pastores, La acci6n de los pastores consiste en apa- centar a los fieles por el ministerio de la Palabra y de los Sacramentos, y, a la ve7, en reconocer y potenciar sus servicios y carismas, de modo que todos a su modo puedan desplegar su vocacién y mision. Son los pastores mas bien los auxiliares de los demas fieles, los cuales no pueden «prescindir» del servicio del ministe- rio. Ambas posiciones, ficles y pastores, estin cualificadas en orden a la misién, de modo que toda la Iglesia-sacramento sirva a la accién salvifica de Cristo’, 7 Esta afirmacién era evidente para los primeros comentadores de los textos del Vaticano II: «La evangelizacién tiene como su natural realizador no solamente al obispo y al sacerdote, y ni si- quiera al simple fiel bautizado y ungido con el crisma, sino a la comunidad cristiana en su unidad articulada de sacerdocio y laicado» (GozzINi, M., «Relacién entre seglares y jerarqufa>, en BA- RAUNA, G. (dir), La Iglesia del Concilio Vaticano If, Barcelona: Flors, 1966, t. I, 1037-1038. Cf 672 SCRIPTA THEOLOGICA / VOL. 48 / 2016 SINODALIDAD: PASTORES Y FIFLES EN COMUNION OPERATIVA En lo que sigue consideramos los «servicios y carismas» que los pastores han de «reconocer y potenciar» principalmente en los laicos —Ia mayoria de los fieles-, para que éstos desplieguen su modo de cooperar a la obra comtin. Este modo de los fieles laicos se ejerce con su servicio eclesial en cuanto laces; y con sus servicios comunitarios en cuanto fieles (entre otros, la funci6n consultiva). 1. El modo de cooperacién de los laicos en cuanto tales La cooperacién de pastores y fieles sucede desde sus posiciones en la Igle- Sial]La posicion de los laicos, dice Christfideles laici, n. 15, «se encuentra radi- calmente definida por su novedad cristiana y caracterizada por su indole secular» «La comin dignidad bautismal asume en el fiel laico una modalidad que lo dis- tingue, sin separarlo, del presbitero, del religioso y de la religiosa». Consecuen- temente, prosigue el texto, «la participacién de los fieles laicos tiene una mo- dalidad propia de actuacién y de funcién que, segin el Concilio, es propia y peculiar de ellos. ‘Tal modalidad se designa con la expresién “indole secular” (cf. LG 31)». Estas afirmaciones no han recibido una acogida general en la teologia actual. Con frecuencia se estima que no procede calificar a los laicos por nota teoldgica alguna, ya que la «indole secular» que se les atribuye como propia seria una nota comtin a la Iglesia y a todos los bautizados (ministros, re- ligiosos consagrados, y laicos). En consecuencia, el laico careceria de identi- dad teolégica como tal, y su condicién seria la del bautizado, el fiel cristiano sin més, el miembro del Pueblo de Dios sine addito (quienes afiaden algo a la condicién de bautizados serian los ministros ordenados y los religiosos). Esta aproximacién al laico como el bautizado «no-ordenado» sélo tiene en cuenta el criterio sacramental (el bautismo y el orden), lo cual quiza preste servicios en el émbito candnico*, Pero es teoldgicamente insuficiente si pen- samos, por ¢j,, que un religioso (no ordenado) deja de ser laico, manteniendo obviamente su condicién de fiel. En otras palabras, hay en los fieles laicos también WiLMSEM, Th., «Die Zusammenarbeit zwischen Priestern und Laien nach dem Zwei- ten Vaticanum>, en BAUMER, R. y Docu, H. (dits.), Volk Gottes. Zum Kirchenverstindnis der ka~ tholischen, evangelischen und anglikanischen Theologie, Festgabe fir Josef Hofer, Freiburg-Basel- Wien: Herder, 1967, 714; Mérspore, K,, «Das cine Volk Gottes und die ‘Teilhabe der Laien an der Sendung der Kirche», en SterEN, K., Werrze, J. y Wirt, P. (eds.), Ecclesia et lus, Festga~ be fir A. Schiirmann zum 60, Geburtstag, Miinchen“Paderborn-Wien: Schéningh, 1968, 100. «Por institucién divina, entre los fieles hay en Ia Iglesia ministros sagrados, que en el derecho se denominan también clérigos; los demés se aman laicos» (CIC c. 207 § 1). SCRIPTA THEOLOGICA / VOL. 48 / 2016 673 JOSE R. VILLAR «algo mas» que el bautismo, algo que puede cambiar. Para comprender lo que cambia hay que partir de una consideracién teolégica, no simplemente socio- logica, de los varios modos de realizar la secularidad cristiana. a) La secularidad cristiana « b) La secularidad laical La dificultad para captar que la indole secular es algo «caracteristico y es- pecificador» de los laicos estriba en que paradéjicamente parece el modo ge- neral como todo bautizado se sittia en la Iglesia, Por el bautismo nadie «nace» en la Iglesia como ministro 0 religioso, sino como fiel cristiano y laico, Resul- Discurso los miembros de los Institutos seculares (2-11-1972): AAS 64 (1972) 208. ® AstiGUETA, D. G., ". Los religiosos, por vocacién divina, , lus ronicumn 68 (1994) 553-593 * Concretamente, el principio quod omnes tangit, ab omnibus approbari debet no suplanta el principio jerarquico: «L.os comentaristas medievales de este principio reservan la decisidn a los prelados, mientras que aplicaban la méxima quod omnes tangit al voto consultivo del resto de los asistentes» (MAbRIGAL, S., «'Sinodo es nombre de Iglesia” [San Juan Crisdstomo]. Corresponsabilidad, autoridad y participacién», Sal Terrae [2001] 208). % Clr CIC ce. 466, 514 § 1, 536§ 1 2% gNo es dificil descubrir en los pareceres consultivos un tipo de fuerza que la sola consideracién positiva de lo juridicamente vinculante no es capaz de expresar, y que invariablemente se pre- senta como elemento integrante del proceso légico que concluye en la decisién que correspon- de al Obispo» (ARRIETA, J. L, , $86) SCRIPTA THEOLOGICA / VOL. 48 / 2016 681 JOSE R. VILLAR debe considerarse en términos de «co-decisién», sin embargo el pastor «no se alejard de las opiniones o votos expresados por la gran mayoria, sino sélo por motivos graves de caracter doctrinal, disciplinar o litargico»”. La funcién consultiva honra a la vez la capitalidad de los pastores y la cooperacién de to- dos en la obra comin. En consecuencia, la funcién consultiva en la Iglesia no tiene el valor so- ciolégico que recibe en los ordenamientos civiles. En ese sentido, considerar el voto consultivo como una limitacién y deficiente valoraci6n de los fieles, se- ria caer en una légica ajena a la sinodalidad eclesial”, En la Iglesia «la sinoda- lidad no es ni la ley mecénica de la mayoria ni la unanimidad impuesta por el lider, sino un didlogo esforzado por convenir todos hacia la unidad>”. La fun- cién consultiva es un testimonio de fe cuya eficacia no puede medirse en tér- minos cuantitativos, porque su finalidad es la btisqueda de la verdad y del bien de la Iglesia; finalidad que no viene siempre garantizada por la sola aritmética, y ha de ser verificada por la instancia indelegable del pastor. Por otra parte, uno de los rasgos que caracterizan la sinodalidad es la brisqueda del consenso y asi lograr in unum convenire®, Ademés, todos —también quien disiente— hacen suyo como vinculante en conciencia lo asf decidido legitimamente en comin. Naturalmente todo ello no es posible sin una honda espiritualidad de comu- nién, «No nos hagamos ilusiones: sin ese camino espiritual, de poco servirian los instrumentos externos de la comunién. Se convertirfan en medios sin alma, méscaras de comunién més que sus modos de expresién y crecimiento». Conviene notar finalmente que la funcién consultiva no es una mera «ayuda» de los fieles a los pastores, sino un auténtico eercicio del sacerdocio ® CoNGREGACION PARA LOS Ox1SPOS, «Directorio Apastolorum successores para el ministerio pasto: ral de los Obispos» (22-II-2004), n. 171. De modo similar el CIC c. 127 § 2, 2°. Parece necesa- rio que el pastor juzgue en conciencia ante Dios que la aceptacién del consejo seria negativa para el bien de la Iglesia - (CoRECCO, E,, «, Theologie und Philosophie 67 (1992) 192-229. SaN JUAN PaBLo TI, Carta apost. Novo millennia ineunte (6-T-2001), n. 43 682 SCRIPTA THEOLOGICA / VOL. 48 / 2016 SINODALIDAD: PASTORES Y FIFLES EN COMUNION OPERATIVA comin y del «sentido de la fe» de los fieles. Fl «sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo» de que habla el Vaticano II (eft. LG 12) no se identifica con Ia categoria sociologica de , Revista Espanola de Teologia $7 (1997) 243-261. CoMISION TEOLOGICA INTERNACIONAL, E/ sensus fidei en la vida de la Iglesia, Madrid: BAC, 2014. CorEcco, E., «Sinodalidad», en Nuevo Diccionario de Teologia, Madrid: Cris- tiandad, 1982, t. Il, 1644-1673. Gozzint, M., «Relacién entre seglares y jerarqufa», en BARAUNA, G. (dir.), La Iglesia del Concilio Vaticano I, Barcelona: Flors, 1966, t. II, 1027-1057. «Cooperacién de los laicos con la jerarquia en el apostolado», en. G. (dir), La Iglesia del Vaticano II, t. TI, 1017-1035: Mapricat, S., «“Sinodo es nombre de Iglesia” (San Juan Criséstomo). Co- rresponsabilidad, autoridad y participacion, Sal Terrae 89 (2001) 197-212. Mixar, P, «La colaboracién de sacerdotes y laicos en la comunidad», Conci- lium 7-10 (1965) 64-73. ‘Morsvorr, K., «Das eine Volk Gottes und die Teilhabe der Laien an der Sen- dung der Kirche», en SIEPEN, K., WEITZEL, J. y WirTH, P. (eds.), Ecclesia et lus, Festgabe fiir A. Schiirmann zum 60, Geburtstag, Miinchen-Pader- born-Wien: Schéningh, 1968, 99-119. Omty, Ch., Sensus Fidei Fidelium: 2ur Einordnung des Glaubenssinnes aller Gliiu- bigen in die Communio-Struktur der Kirche im geschichtlichen Spiegel dogma- tisch-hanonistischer Erkenntnisse und der Aussagen des II, Vaticanum, St. Otti- lien: EOS Verlag, 1999. Ropricurz, P.,

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