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Historia de Colombia ___ contemporanea (1920-2010) Der Cd ey Ory Escaneado con CamScanner 1 LOS ANOS DEL CAMBIO Los aiios veinte constituyen un periodo histérico de particular importancia para la historia del pais. A partir de ese momento, una culturales, que serie de procesos econémicos, politicos, sociales venian gestandose desde tiempo atras, adquirieron un mayor dina- mismo y terminaron transformando profundamente la sociedad 4neos vieron esos cambios, por sus colombiana. Muchos contempo: efectos trastornadores, con pesimismo y temor. Otros, por esas mismas razones, saludaron entusiasmados lo que vefan como vientos “renova dores”, portadores, decian, del progreso y del desarrollo. Mas all de en esos aiios Colombia parece hacer su ingreso, no sin las polémicas, profundas contradicciones, al siglo X: LA ECONOMIA CAFETERA ren un pais que, hasta entonces, poca colonial. De los mas de seis 920, alrededor del ochenta por entrados en particular en Muchas cosas empezaron a camb! conservaba numerosos rasgos de la € millones de habitantes que habia en | continuaba viviendo en el campo, conc eminentemente rural, estaba consti- unas minorias blancas, ciento la region andina. Esa poblacién, mensa mayoria por mestizos y por s. La mayor parte de los habitantes seguia afectada aquejado al campesinado en los a por tuida en su ini negras ¢ indigena: por los mismos probl siglos anteriores: altas t ciento), pobreza extrema, pasado colonial, la mayor parte de una agricultura técnicamente tod: lemas que habian asas de analfabetismo (cercanas al seten exclusion de la vida politica. Como en el de la poblacién activa (75%) dependia favia-muy atrasada, Escaneado con CamScanner 1 HISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (1920-2010) Los centros urbanos continuaban asemejindose mas a puedjo, grandes que a verdaderas ciudades. La capital del pais, por ejemplo, ng habia conocido mayores modificaciones espaciales, arquitecténicas g demograficas. A finales de los afios diez, la ciudad cubria pricticamente la misma area que en los siglos anteriores, desde la calle 6 al sur hasta la calle 26 al norte, bordeando los cerros orientales; las numerosas igh. sias continuaban siendo las edificaciones mas grandes; su poblacién no sobrepasaba los 150.000 habitantes; y los principales grupos sociales, como antafio, eran los comerciantes, los empleados y los religiosos, En varios aspectos, la situaci6n politica también parecia anclada en el pasado. Desde finales del siglo x1x, el Partido Conservador se hallaba s6lidamente instalado en el poder. Sin rivales en el horizonte —su enemigo tradicional, el Partido Liberal, habia sufrido una apabu- lante derrota en la Guerra de los Mil Dias (1899-1902)—, los conser- « vadores habjan impuesto un orden constitucional (1886) basado en que daba poca cabida una centralizacién politica de corte autoritario, a las libertades individuales, y en un integrismo catélico, ultramon- reaccionario, para el cual ia “modernidad” constituia una gran 1 tano y amenaza para la sociedad colombiana Sobre ese trasfondo de continuidad también se observaban impor- tantes evoluciones. Desde finales del siglo x1x, el auge de la economia cafetera habia acarreado transformaciones de la mas diversa indole. En el plano econémico, el pais logré vincularse de manera defini- tiva con el mercado mundial; la frontera agricola se expandi6, sobre todo, a partir de la colonizacién antioquefia, por los departamentos de Caldas, Quindo, Risaralda, Tolima, norte del Valle y parte de Cundinamarca, lo que permitié a esas zonas conocer un desarrollo muy significativo; el transporte ferroviario mejoré las comunicaciones, al menos entre los puntos de produccién y los puertos desde donde era embarcado el grano hacia el exterior. No menos importante, los mitieron al Estado colombiano dividendos generados por el café le p aumentar sus recursos y superar, asi, kas continuas crisis fiscales que 1. Para conocer de cerca la importancia del café, cf. Palacios, Marco, El café en Colombia, 1850-1970. Una historia econémica, social y politica, 4 ed., México, El Colegio de México, 2009. Escaneado con CamScanner Los ARos prt, ca: lo habian aquejado consider: ear maa blemente a Jo largo del siglo x1x. De "ma manera, los poderosos sectores ligadlos con la produccién, comercializacion y exportacién de café pudieron diversificar sus inver- siones, dando lugar asi al desarrollo come: aly al nacimiento de una incipiente industri ; Las consecuencias de la economia cafetera también tuvieron un impacto evidente en la vida politica. Las rivalidades bipartidistas, que habfan propiciado numerosas guerras civiles entre liberales y conser- vadores durante el siglo x1x, se apaciguaron, al menos durante unas dos décadas. Conscientes de los innumerables beneficios que podia generar el café, los dirigentes de ambos partidos dejaron de lado sus hostilidades para centrar sus esfuerzos en la formulacin de una politica , que permitiera sacar el maximo provecho del modelo agroexportador, pilar del crecimiento econémico y, al menos por el momento, del nuevo clima de concordia politica. La alianza entre liberales y conservadores . se dio en torno a lo que se Ilamé la “Unién Republicana”, constituida principalzxénte por la generaci6n del Centenario, para la cual los cons- tantes enfrentamientos bipartidistas eran el principal obstéculo para le la “nacién”. Sin duda, los acuerdos entre el desarrollo econémico di los por Ia actitud de la mayoria de los ambos partidos se vieron facilitad liberales que, debilitados por la derrota militar de 1902 y seducidos evo contexto econémico, no por las oportunidades que ofrecia ¢l nu jones en torno al federa- dudaron en dejar de lado sus viejas reivindicaci a las libertades individuales y a la laicidad del Estado. miento econdmico trajo consigo importantes modifica- guracion social. Por una parte, permitié el forte | 4mbito nacional. Hasta lismo, EI creci ciones en la confi “purguesia” cafetera en el numerosos grupos de poder, dispersos por guno de ellos fuese lo suficientemente _ Ahora, gracias ala importancia os principales grupos rcializadores, exporta- pos de presin y, ente habiles * 0 si fueran. lecimiento de la entonces habjan coexistido varias zonas del pais, sin que nin} fuerte para sobreponerse a los dem: central del grano en la economia colombiana, vinculados al café (grandes productores, come! dores) lograron unirse e imponerse sobre los otros grul a partir de su posicion hegeménica, fueron lo suficientem' para presentar sus propios intereses y reivindicaciones com Escaneado con CamScanner HISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (1920-2010) jos del conjunto de la nacién. En esa tarea, la burguesfa cafetera tenia ala mano un argumento de peso que facilitaba y justificaba sus preten. Siones en cuanto nueva élite nacional: zno habja sido acaso gracias q logrado entrar en Ia senda del desarrollo y del 1 las distintas burguesias latinoame- fundamente orgullosas ella que el pais hab progreso? Nada diferente deci ricanas ligadas al modelo agroexportador, pro de ver los adelantos logrados en sus respectivos paises gracias a sus capacidades y a sus esfuerzos. Por otra parte, el auge cafetero facilité también Ia consolidacin de un campesinado que, incluso en posesién de muy pocas hectareas, logré beneficiarse gracias al café. Varios factores explican ese proceso. En primer lugar, era indispensable que el campesinado tuviera acceso a la tierra: los baldios eran muy numerosos en el siglo x1x y el Estado alenté a la poblacién a colonizar nuevas areas mediante una legisla- cién que premiaba la explotacién de la tierra. La colonizacin antio- quefia responde a ese contexto, en el que numerosas familias se desplazaron a otras regiones en biisqueda de mejores oportunidades. Es cierto que, al hacer un balance sobre la politica de colonizacién, lo que se observa, a finales del siglo x1x, es una clara concentraci6n de la tierra. Sin embargo, también es cierto que un niimero no despreciable de campesinos cafeteros mejoraron su situaci6n: asi como muchos ceder sus tierras ante la arremetida de poderosos colonos tuvieron que que en muchas ocasiones contaban con el ¢ intimidantes empresarios, apoyo de autoridades locales, otros lograron resistir exitosamente las que un porcentaje importante de las exportaciones proviniera de las pequeiias y medianas propic- dades, demuestra el peso del campesinado en la economia cafetera, 1 factor que explica esta situacién tiene que ver con caracte- ‘ultivo del café: las pequeiias parcelas no requerian rosa, por Io cual las familias campesinas 1 campesino tampoco precisaba particulares para explotar tas de café, se podia ia que privarse presiones de sus rivales. El hecho de El segund risticas propias al c de una mano de obra num podian hacer las labores necesarias; de grandes inversiones ni de conocimientos debidamente la tierra; ademés, al lado de las plan practicar el policultivo, es decir que el campesino no ten de otros productos basicos de su dieta. Escaneado con CamScanner LOS ASOS DEL Canto Pero asi co i mo ofrecia muchos beneficios, el modelo agroexpor- pre. a Al igual que el resto de América le Ia venta de sus produ rior. Cuando la coyuntura intern: Lyin : y acional era favorable (alta demanda ¥ precios clevados), tanto el Estado como los particulares vefan aumentar sus ingresos (el primero gracias a los tributos que gravaban las exportaciones, los segundos, por los dividendos que generaba la venta directa del grano). Pero aun en ese caso, el auge del café resul- taba nocivo para otros sectores: los industriales, por ejemplo, soste- nian con raz6n que las importaciones, facilitadas por las ganancias que generaba el café, constituian una competencia desleal que desestimu- laba Ja producci6n nacional. Las cosas se complicaban para todos tan pronto caian los precios en el mercado mundial: la temida crisis fiscal reaparecia, lo que se traducia en un recorte en los gastos del Estado y, por consiguiente, en un desempleo creciente que afectaba el consumo interno. Las dos guerras mundiales, asi como la Gran Depresion (1929), fueron, en esos aiios, los ejemplos mas significativos y trau- maticos de las debilidades inherentes al modelo agroexportador. El café ruvo también implicaciones negativas en la modernizaci6n de la sociedad: en la medida en que su cultivo no exigia un desarrollo tecno- +J légico avanzado, no propicié el fomento de la ciencia para explotar la riqueza agricola del pais. Si bien el café se habfa convertido, en los primeros afios del siglo rollo colombiano, la vida econémica no se limitaba, por supuesto, a la produccién y exportacién del grano. En el Ambito rural, se aprecia una diversidad de explotaciones que comprendia, por una parte, un sinfin de pequefas propiedades en manos de campesinos independientes que se dedicaban a las mis vidades en diferentes zonas del pais (desde la produccion os mercados locales o regionales hasta el minifundio xx, en el motor del desar diversas acti que alimentaba | : otra parte, estaban las grandes haciendas, tanto al, situadas en Cundinamarca, Valle del Cauca, a partir de autosuficiente). Po! las de origen coloni: Tolima y Huila, como las mediados del siglo xix, en lac general, en esas propiedades tod: que surgieron posteriormente, costa atlantica y en Antioquia. De manera favia imperaba lo que se conoce como Escaneado con CamScanner HISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (1920-2010) el “sistema de hacienda” que, por sus profundos efectos en 1a vida econémica, social y politica del pais, resulta un componente esencial de Ia historia colombiana. Las enormes extensiones de tierra eran fuente de riqueza, de prestigio social y de poder politico. La AuMerog clientela que estaba bajo la dependencia de los terratenientes hacia las veces de fuerza de trabajo y de apoyo politico. A cambio, la mano de obra encontraba en el “patron” diversos tipos de servicios necesa- rios para su subsistencia (proteccién, albergue, empleo, préstamos, avudas para la educacién y para comercializar sus productos, etc.), Las relaciones de clientela, al mismo tiempo que se constituyeron en una forma de llenar los vacios del Estado, Jes otorgaron un inmenso Poder a los terratenientes, que gozaban, ademas, del apoyo de las diversas autoridades locales y regionales. Al estar vinculados a alguno de los dos partidos tradicionales, estos jefes locales reforzaron el poder ¥ el prestigio de liberales y conservadores, al tiempo que hacian ain mds precario al Estado. Los efectos del sistema de hacienda no solo , afectaron la estructura politica, también hicieron mella en el desa- rrollo econdmico. Los trabajadores no eran remunerados en dinero (recibian, en cambio, diversas formas de pago no monetarizadas), una Practica muy extendida que no sélo desestimulaba al trabajador (afec- tando la produccién), sino que, ademas, limitaba la demanda, entor- peciendo de esa manera los intercambios comerciales, Pero, para esa misma época, ya existian también modernas explo- taciones, mucho mis afines con las pricticas capitalistas, Alli, el trabajador recibia su salario en dinero y el propietario, motivado por consideraciones especulativas, no temia invertir gruesas sumas para aumentar la produccién. Fue lo que se dio, por ejemplo, en la agroin- dustria cafiera del Valle del Cauca, con grandes capitales invertidos en maquinaria, o en las fincas ganaderas de la regi6n caribeiia, con notables mejoras gracias a la importacién de semillas de pastos y de reses de alta calidad. La diversidad de la economia también se aprecia en el incipiente desarrollo industrial, alimentado en buena medida por los excedentes generados por el café. Incentivados por las mejoras en el transporte, por Ia armonia politica y, sin duda, por la ampliacin de la demanda Escaneado con CamScanner LOS ANOS DEL CAMBIO 19 rimer esbozo de i (p z0 de un mercado nacional), ciertos empresarios que ficar susactividades, habjan logrado acumular capital decidieron divers apostindole a Ia i ria i P ; ole a Ja industria, en particular, a los textiles, a las bebidas y a los alime! sar de los evii limit ntos. A pesar de los evidentes limites de esta primera etapa industrial, su desarrollo contribuyé a hacer mas compleja la economia aje de la poblacién activa seguia colombiana. Si bien un alto porcen| concentrado en las actividades agricolas, en las primeras décadas del siglo xx el numero de trabajadores fabriles aumentd, asi como el de Jos empleados en el sector terciario (transporte, comercio, construc: cion, finanzas, etc.) - TRANSFORMACIONES EN LAS CIUDADES, EN LOS TRANSPORTES Y EN LA CULTURA ran mayor ntimero Las ciudades también empezaron acambiar. Pai mvertido en una + de colombianos, los centros urbanos se habian co las fabricas, el comercio, la construccién, atractiva fuente de empleo: ofrecian oportunidades inéditas para nume- manera, aumenté la poblacién de algunas Bogota contaba con unos 100.000 treinta afios mas entre otras actividades, rosos campesinos. De esa ciudades: a comienzos del sigh Medellin con la mitad a itantes de ambas ciudades rbanos no eran s6lo demo; pital del pais. A partir de ras que, poco a poco, fue u 5 urbanisticos que estaban de modernizacion que se 5. Las élites dominantes, en su tono mas moderno a sus lo XX, proximadamente; se habian triplicado. graficos, como se aprecia 1920, se desarroll6é un ransformando el cambiandoa + extendia habitantes, tarde, los habi Los cambios w bien en el caso de la caj importante programa deol ¢ la ciudad. Los plane’ Bogoté hacian parte de un proceso a casi todas las capitales latinoamericana’ afan “civilizador”, habian decidido darle un cipales ciudades, lo que implicaba erradica iales. De acuerdo con las posibilidades de ca grandes ciudades europeas jn menor 1 rostro de ral maximo los vesti- da pais, se tratd prin nedida, a las gios coloni de imitar a las cca del pais, ef Ocampo, Jose Planeta-Fedesarrollo, 2007 intesis de la historia econo! ‘mica de Colombia, Bogor, 2. Para una muy buena si Antonio (comp.), Historia econs (edicién actualizada). Escaneado con CamScanner HISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (1920-2010) se emprendieron los primeros €sfuerzos norteamericanas. En Bogota, s y los andenes de la ciudad, Be para mejorar el alcantarillado, las call Ministerio de Obras Puiblicas, bajo la direccién inicial de Laurean, Gomez (1925-1926), construy6 lo que seria la avenida Caracas yh avenida Jiménez, canaliz6 y cubrié el rio San Francisco (actual Eje Ambiental). Durante los mismos atios, la ciudad se extendi6 notable. mente, saliendo de los limites espaciales que, desde Ia Colonia, no habian variado de manera sustancial (la calle 26 al norte y la calle 6 al sur). El crecimiento fue acelerado, aunque hay que tener en cuenta que la zona urbana era muy pequeiia, asi que la mas minima ampli cién constitufa un cambio notorio. La nueva ocupacién se dio, en espe- cial, hacia el norte, entre la calle 26 y Chapinero, “barrio de quintas Iujosas, de residencias de gente acomodada”, rodeadas de amplios Jardines.* En esa area, numerosos colegios y universidades comenzaron a edificar nuevas instalaciones, mas confortables y espaciosas que las que tenjan en la incémoda e insalubre zona colonial. Alcides Arguedas, escritor boliviano, quien estuvo como diploma- tico en Colombia a finales de 1929 y comienzos de 1930, dejé algunos testimonios que nos hablan de la ciudad que conocié. La falta de higiene que habia en sus calles era impactante: “es una ciudad que conoce poco del empleo de la escoba”, situacién que se agravaba con el polvo y, cuando Hovia, con el barro. Como resultado, permanente- mente habia “emanaciones infectas” que obligaban ala gente a taparse Ja boca. Arguedas nos habla también del crecimiento de la ciudad hacia el norte y de su timido paso hacia la modernidad: EI conjunto de Bogoti evoca épocas coloniales con fuerte colorido; pero hay regiones y calles en que lo moderno habla su clocuente len- refinada. El confortable y hi guaje de negocios y de vida holg: barrio de Chapinero, por ejemplo, de anchas calles y avenidas con casas de estilo diferente, con huertos y jardines, es la residencia de las gentes adineradas. Autobuses pequeiios y rapidos establecen las rela- ciones de la vieja ciudad y el barrio nuevo, La calle Florian o Carrera 3, Arguedas, Alcides, Obras completas, t. 1, Madrid, Aguilar, 1959, p. 784. - Escaneado con CamScanner yore LOS ANOS DEI. CAMBIO. 2 octava, en la ciudad misma, es la mas activa en negocios, después de la Calle Real. Tiene varios edificios, seis u ocho, modernos. Son altos, de hierro y cemento y de siete, ocho y diez pisos [que contrastan con las viejas casas de dos pisos]. aban 's evidente que las regiones mas dinamicas del pais se es algunos de sus rezagos coloniales. Con transformando, dejande todo, se trataba de un proceso muy limitado si lo comparamos con lo que sucedia, en esos mismos aiios, en otros paises latinoamericanos. Si todos los paises de la region dependian de sus exportaciones, Colombia mostraba mayores indices de dependencia que otros, pues vendia pricticamente s6lo un producto a un solo cliente (Estados Unidos). ‘Ademés, la insercién de la economia colombiana en el mercado inter- nacional ocupaba un lugar muy secundario en el ambito latinoameri- cano: las exportaciones del pais representaban apenas el 2% del total de las exportaciones latinoamericanas y las inversiones extranjeras a Colombia eran infimas al lado de las que jalonaban el Brasil y Cuba. El mismo desfase se aprecia y limitada a la fabricacién de unos cuantos muy alejada de satisfacer la demanda os que, como los textiles, prove- que legaban crecimiento en Argentina, en Ja industria, todavia muy productos de facil elaboraci6n, nacional, incluso de aquellos product nian de las industrias mas pujantes.” e vias de comunicaci6n, un factor es tegracién nacional, los resultados ta el ferrocarril constituia En materia di encial para el desa- rrollo econémico y la in mbién eran muy deficientes. A finales de los afios veinte, el principal medio de wansporte en América Latina. Colombia tenia a, un Ffo navegable durante casi la ventaja de contar con el Magdalen ¢ atravesaba buena parte del pais de sur a norte, Desde el transporte fluvial fu de producci6n cafetera Girardot, Cambao, todo el afio, qu un comienzo, el ferrocarril y Jos principales centros dalena (de sur a norte, cron complementa- rios; el tren comunicaba con los puertos sobre el Mag 4, Ibidem, p. 826. . 5. Palacios, Marco, Enh 1875-1994, Bogota, ‘ Norma, 1995, pp. 74-75, 91- re la legitimidad y la violencia: Colombia Escaneado con CamScanner 2 HISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (1920-2010) Honda, La Dorada, Puerto Liévano, Puerto Salgar, Puerto Bernig Barrancabermeja, Puerto Wilches, Gamarra, El Banco, Magangye Calamar); y de esos diferentes puntos, los barcos a vapor y las Primeras embarcaciones impulsadas con diésel se encargaban de llevar el grang : Barranquilla, el principal puerto del pais en ese entonces, Sin embargo, la situacién en 1930, pese a ciertos avances, er lamentable. Después de i seis décadas de iniciadas las primeras vias férreas, Colombia contaba tan sdlo con unos 2600 km; para el mismo momento, en Argentina habia unos 40.000 km, en México mas de 20.000, en Chile unos 8000, en Peri alrededor de 4000. “Colombia poseia menos rieles por habitante y por kilémetro cuadrado que [...] casi todos los paises latinoamericanos”. Ademis, debido a la acciden- tada geografia, las di Semejante atraso no se debia tinicamente a la falta de recursos 0 a las dificultades topograficas. Durante varias décadas no existié una yerdadera politica de comunicaciones basada en las necesidades yen las caracteristicas del pais. En su lugar, habia una gran desorganizacion , legislativa, sujeta a Jos vaivenes de las administraciones departamen- tales y nacionales y a las disputas entre unas y otras, En la década de los veinte, gracias a la indemnizacién por la pérdida de Panamé, se invir- ancias se hacian interminables. tieron cuantiosas sumas en la construccién de nuevas lineas férreas, pero debido a la falta de organizacién y de estudios técnicos, asi como al + exceso de politiqueria, los resultados fueron sumamente insatisfactor crecimiento muy reducido, como se vio al comparar el caso colombiano con el resto del continente; atomizacién de las line: , muchas veces por presiones de las élites locales, que hacia muy dificil la simple interco- nexi6n regional; al aislamiento fisico entre las Iineas se agregaba la falta de uniformidad en el ancho de las vias, lo que aumentaba el tiempo de recorrido y elevaba atin mas los costos por los continuos trasbordos.? En materia fluvial, el panorama era similar. Si bien el transporte por los rios fue un factor fundamental para el desarrollo de la economia 1, La infraestructura de transporte en Colombia a, Banco de la Repitblica, 2006, 6. Pachén, Alvaro, Ramirez, Marfa Te: durante el siglo xx, Bogoti, Fondo de Culu p.29. 7. Ibidem, pp. 2250. 1 Escaneado con CamScanner LOS ANOS DEL CAMBIO 23 exportadora y para el intercambio local y regional, tampoco logré modernizarse en las primeras décadas del siglo recariedad _ x. Los puertos, por # su preca lad, no permitian el acceso de grandes embarcaciones y no contaban con la maquinaria indispensable para agi s tareas de r la carga y descarga de los barcos, faenas que podian tardar hasta quince * dias, generando, como se puede adivinar, todo tipo de demoras y congestiones. Las mercaneias almacenadas en las bodegas sufrian los estragos de la humedad, la falta de ventilacién y de higiene.* En cuanto al desarrollo urbano, los contrastes también eran noto- rios entre las ciudades colombianas y las grandes capitales latinoameri-, canas. En primer lugar, por su tamano y poblaci6n: hacia 1930, Buenos Aires contaba con casi dos millories de habitantes, Rio de Janeiro con casi millon y medio, Ciudad de México con un millén, La Habana con casi medio millén. En segunda medida, por la infraestructura, por la oferta cultural, por la riqueza arquitectOnica. Tlustres viajeros extranjeros se mostraban gratamente sorprendidos por los notables rincipales capitales del continente. Desde adelantos de algunas de las p' una perspectiva tipicamente eurocentrista, el politico francés Georges tras su visita a Buenos Aires en 1910, no ahorr6 elogios Clemenceau, ela decoracién de sus edificios, que lo hacfan pensar en para describi Oxford Street; sus amplias avenidas —parecidas a “nuestros mejores boulevares”—; la arquitectura italiana, presente en diferentes puntos de la ciudad; la modernidad de Puerto Madero, que nada tenia que le Liverpool; la salubridad, la arbori- envidiarle a las instalaciones di parques (“Palermo, verdadero zacién de sus avenidas, sus jardines y bosque de Boulogne argentino”).’ En el mexicana, de Ja mano de Porfirio Diaz, ofrecta para las fiestas del Centenario una faceta moderna, con nuevos y elegantes barrios, zonas verdes, hospicios, hospitales y avenidas. Una de ellas era el suntuoso Paseo de la Reforma, wazi ro de la ciudad con elc mismo momento, la capital. grande ada a imagen de los Campos Eliseos, que unja el cent astillo de Chapultepec, antiguo 8. Ibidem, pp- 83-84. 9. Clemenceau, Georges La Nacional de Quilmes, 1999, pp- Argentina del Centenario, Buenos Aires, 3-20. Escaneado con CamScanner 4 (1920-2010) LOMDIA CONTEMPORAN asToRIA DE CO! 0 Ciudad de México como Buenos sltural e intelectual, visible en museos, en las vanguardias cantantes, pintores, escri- Unidos, visitaban de los virreyes. Tan sitio de veraneo animada vida cu ontaban con una casas editoriales, en SUS e teatro y de Opera, de Europa y de Estados capitales de Ta regi6n. ada culturalmente de lo que sucedia dudas la “Atenas Suramericana” Varios testimonios de la Aire sus librerias, en sus artisticas. Compaitias ds alto nivel venidos ores de con frecuencia las principales Bogoti no estaba del todo ash or fuera del pais, pero sin Iugarsa lugar en el continente. edad cultural de la capital que contienen valiosos BS ocupaba un modesto @poca permiten dar una idea de Ia precari colombiana. Alberto Lleras, en unas memorias veinte, veia a Bogotd como . contrariamente a lo que s.!° Los lamentos del las dificultades para stro amable rincon datos sobre la vida cultural de los afios un pueblo muy alejado de la “civilizaci6n”, sucedia en México 0 en las capitales europea: escritor liberal Armando Solano se dirigian a I: acceder a las tiltimas novedades librescas: “a nue: andino llegan pocos libros, y Hegan retardados y a precios demasiado altos”. Y Io que legaba del exterior solfa ser bastante mediocr segiin él, los artistas internacionales que visitaban Bogoté cran simples sases decaidos y con estrellas apagadas” que venian a presentarse en el Teatro Col6n, al “que nosotros seguimos considerando como el ! E] joven antioqueiio coliseo lujoso y consagrador por excelencia ‘Augusto Ramirez, que habia llegado a la capital del pais atrafdo por su importancia, recuerda, a mediados de los afios treinta, que Bogota era en el momento de su legada, sin “capitolio, ni atégrafos, ni automéviles, ni esta dulce y miste- ana que ahora timbra la antigua aldea con el una especie de aldea pavimentos, ni cinem: riosa abundancia hum: sello cosmopolita de las ciudades grandes”."* EI Ancora, 10. Lleras Camargo, Alberto, Memorias, Bogoté, Banco de la Reptiblica, 1997, p. 207. 11. Solano, Armando, ‘Las bibliotecas”, en Glosas y ensayos, Bogota, Bil Colombiana, 1980, p. 69. 12, Solano, Armando, “El culto de la decadencia”, en 6p. cit, p. 51. 13, Ramirez Moreno, Augusto, Los Ieepardos, Bogota, Editorial Santafé, 1935, p. 168. Escaneado con CamScanner | | LOS ANOS DEL CAMBIO 25 Los procesos de industrializacion y de urbanizaci6n, por limitados que fuesen, con tribuyeron a alterar en las ciudades colombianas viejos_* patrones culturales, que cobijaban desde las formas de esparcimiento hasta las ideologias, pasando por valores éticos y creencias religiosas. El espacio urbano ofrecia una forma de vida novedosa, diferente ala + cotidianidad tradicional del campo. Las diversiones eran mas variadas y, sobre todo, tendian a alejarse de las normas impuestas por el clero: cafés, tabernas, prostibulos o clubes, segtin los gustos y el bolsillo de cada quien, ofrecian nuevas formas de socializacién, asi como pasa- tiempos “paganos”, muy distantes de las entretenciones tradicionales, relacionadas casi todas con celebraciones religiosas. (misas, peregri- naciones, procesiones, Semana Santa, Ascensién, Navidad, etc.). Las fiestas civicas y, sobre todo, los carnavales juveniles constitufan también otra forma de diversion. Por esos afios, la llegada del cine fue un pasa- ° tiempo novedoso para ciertos sectores. En las salas que se crearon los asistentes podian recrearse y en unas cuantas ciudades del pais, tagicas, que Hegaban entretenerse con historias roménticas, cémicas, de México, Argentina, Estados Unidos y Europa. El piblico también concurrfa para enterarse de la actualidad nacional ¢ internacional a través de los servicios informativos que transmitian las salas de cine, 0 para conocer mejor Ia gestién del gobierno de turno, pues el cine también fue un importante medio de propaganda politica, La mtisica no era, por supuesto, ninguna novedad, pero experi- ment cambios significativos con la legada de nuevas expresiones, — + en especial, de Estados Unidos y de algunos paises lati noamericanos, reflejo de modificaciones importantes en los gustos del piiblico. Sihasta entonces las ites y las clases mediias se habian inclinado la miisica “clasica” y otras modalidades “cultas”, J “fox trot” yel “charleston”. También provenientes, por el vals, la pera, ahora se interesaban por el “jazz”, € ‘asica “cubana”, como el danzén y el bolero, al no y las rancheras mexicanas, muy atractivas En cualquier caso, las nuevas corrientes cobré importancia la nm igual que el tango argenti para los sectores populares." 14. Wade, Peter, Miisiea, raza y nacién, Bogoti, Vicepresidencia de In Repiiblica de Colombia, 2002, pp. 98-100. Escaneado con CamScanner HISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (1920-2010) musicales indican algo mas que una cuestién de modas; pueden eS también seftales de una ruptura con valores tradicionales, MANIfes, ciones de wna experiencia Tiberadora asociada a la desinhibicign y la vida nocturna, y que por eso mismo atrajo a miles de jévenes,"* Los clubes privados, varios de ellos fundados en las primer, décadas del siglo xx, fueron uno de los lugares privilegiados por j élite urbana, En la Barranquilla de los afios veinte existfan, entre otros, ¢l Country, el Club Unién, el Club Barranquilla. En Bogota, el Polo, ¢ el Jockey. Estos establecimientos fueron, desde un comienzo, exclusivos espacios de sociabilidad para las minorfas més “selectas” Alli, ademas de encontrar un espacio ideal para sus: reuniones sociales, también podian disfrutar de nuevas formas de esparcimiento, sobre todo, en torno a las pricticas deportivas como tennis, foot-ball, Solfy polo, actividades a las que se referian en sus denominaciones en inglés, reflejo de lo incipientes que todavia eran en los circulos elitistas, pero también del esnobismo de esos mismos sectores. Como se puede adivinar, los clubes eran lugares de “distincién” que servian, al igual que otros simbolos, para marcar la distancia que separaba ala élite del “pueblo”. Una atmésfera algo distinta se vivia en las chicherias que frecuentaban los sectores populares, uno de los Pocos lugares que encontraban obreros, artesanos, desempleados, campesinos recién Count Negados, para pasar cl tiempo. Las nuevas formas de entretencion que tenfan unos y otros estaban relacionadas con un incipiente proceso de secularizaci6n, es decir, con cierto distanciamiento de algunos sectoves de la poblacién, particularmente urbanos, con respecto a los valores catélicos. Un proceso similar sucedia en el campo femenin : como veremos més adelante, algunas mujeres habian roto con los moldes tradicionales de la feminidad, ya sea porque salian al espacio piiblico ataviadas con vestimentas “indecorosas”, porque intervenian en los asuntos masculinos 0, simplemente, porque cuestionaban algunas de las limitaciones que la sociedad les imponia. 15. Rinke, Stephan, “Las torres de Babel del siglo xx: cambio urbano, cultura de ‘masas y norteamericanizaci6n en Chile, 1918-1931", en Purcell, Fe Alfredo (eds.), Ampliando miradas, Chile y su historia en wn tiempo global, Rol Editores, Pontificia Universidad Catélica de Chile, 2009, pp. 176-177. Escaneado con CamScanner 108 ASO8 pp Leanne INTELECTUALL Y DEBATI Las transforma es e tones que se estaban dando en el pais suscit a profundos debates en ¢ : : al de la &poes T campo imelecty tedra, de la polit un papel de primer orden, pu, A través de ta } los intelectuales desempen " S sus intervencione. muy buena medida a reconfigurar | prensa, de la ¢% ron 8 contribuyeron en " lad colombiana. A finales intelectual estaly entenaristas, un grupo de hombr en el escenario ptiblico alrede. z i socied de los anos diez, el a dominado por los ida politica, en el Periodismo —yarios de . ellos habian fundado o dirigian al, igunos de los principales periédicos y revistas— en la educacion, Finalizando los aiios diez, su liderazgo escritores), hacian parte de un mundo cultural bastante estrecho. Las ‘asas de analfabetismo rondaban el setenta por ciento de la poblacién mayor de 14 ahs; el grueso de los estudiantes estaba matriculado en + elsector puiblico que, por lo general, ofrecfa una educacién deficiente, muy distante del nivel que brindaban algunos planteles privados, Cursar estudios universitarios constitufa un privilegio reservado a una + muy reducida minoria. Ouro serio problema que afectaba a la educacién se derivaba de !a influencia de la Iglesia catolica en la ensefanza. De acuerdo con la Constitucién de 1886 y el concordato, firmado un aio mas tarde, el ia educativa, como lo clero contaba con amplios beneficios en mate reflejan claramente algunos articulos concordatarios; intelectual en los aiios veinte proceden de mi trabajo Ediciones Uniandes, crso, 16. Varios pasajes sobre la vic a 10s Leopards, Una historia intelectual de los aiios 1920, Bogor 2007, - Escaneado con CamScanner LMISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (19202010) 28 z En las universidades y en los colegios, en las escuela y en los dems centros de ensefianza, la educacién ¢ instruecién piblica se organ; za y dirigira en conformidad con los dogmas y la moral de la re}, gidn catdlica. La ensefian: A religiosa sera obligatoria en tales centro, Y se observariin en ellos las practicas piadosas de la religién catolicg (articulo 12). Por To tanto, los planteles privados como los piiblicos quedaban sometidos a los obispos diocesanos, quienes contaban con el apoyo del Gobierno, encargado de impedir “que en el desemperio de asignaturas literarias, cientificas y, en general, en todos los ramos de i Propaguen ideas contrarias al dog debidos a la Iglesia” (articulo 13) En tales condiciones, resada en estimular el es limitado. instrucci6n, se ma catélico y al respeto y veneracién el desarrollo de una educacién racional, inte- piritu critico y cientifico, se veia seriamente Limitado, no excluido del todo, pues en realid. ciertos colegios que habian introducido nuevas Pedagogias, al tiempo que intentaban marcar cierta distancia frente ala Iglesia catélica, como cl Gimnasio Moderno, la Escuela Ricaurte, la Escuela Anexa de la Universidad Republicana, el Colegio Mercantil y el Liceo Aratijo. Por alli pasaron varios de los principales politicos, de la época. Sin embargo, los esfuerzos realizados Por este tipo de plan- teles se vefan seriamente obstaculizados por la normatividad vigente, 1a cual reservaba el titulo de bachillerato tnicame Sraduaban en. los establecimientos catélicos, La sector privado —y por ende catdlico— se repetia e rior, en la que las universidades confesionales rele lad existian Periodistas y escritores nte para quienes se Preponderancia del gaban a un segundo plano a los planteles que intentaban promover una educacion liberal (universidades Nacional, Republicana y Libre).." Con muy pocas excepciones, la generacién de “Los nuevos" pasé Por la universidad. Alli siguié principalmente estudios de Medicina 17. La historia de la educacién en Color Aline, Civiliser le peuple et former les élite, castellano: La educacién en Colombia, Bogotd, Cerec, 1987] bia ha sido muy bien desarrollada por Helg, Paris, L'Harmattan, 1985 [existe waduccién al 1918-1957: una historia social, econémica y politica, nla educacién supe. Escaneado con CamScanner Los ASos pr 29 que no sélo prometian y Derecho, las dos carreras mas prestigios buenos empleos, sino, ademas, un capital simbélico que los situaba en un hecho muy la ctispide de la élite cultural y politica. Hay que resalta ‘ales de los aiios diez, la meritocracia parece EI ingreso a la universidad, aunque los miembros de la de fi significativo: a parti haber dado pasos importante: ervado exclusiv restringido, no estaba res: mente élite socioeconémica. Sectores cada vez mas numerosos de las clases medias accedian a los estudios universitarios, lo que se waducia en, , la s6lida alianza entre una mayor movilidad social, cuestionando, as riqueza, conocimiento y poder politico. En otras palabras, los estudios universitarios ya no estaban reservados tinicamente para los miembros de las élites tradicionales. El caso de Jorge Eliécer Gaitdn ilustra bien este tipo de cambios: hizo el bachillerato en el Colegio Aratijo, luego estudié Derecho en Ia Universidad Nacional y, una vez obtenido el grado, viajé a Roma a especializarse en Derecho Penal. Como él, otros jovenes de las clases medias tuvieron la oportunidad de realizar un recorrido académico similar, gracias al cual pudieron ascender en la escala social. El ambiente cultural de la época estaba dominado, en cierta medida, por Bogota que, ademas de ser el epicentro politico, también concentraba buena parte de la vida intelectual: la mayoria de los prin- cipales diarios, editoriales y universidades se hallaban alli reunidos, sin que esto quiera decir que la provincia no desempefiara ningtin papel cultural, Lo que resulta claro es que la capital del pais ejereia una clara atracci6n, motivando a numerosos estudiantes y escritores a abandonar sus respectivas regiones para establecerse en lo que pomposamente un calificativo que, como ya se muchos Ilamaban Ia “Atenas del Su mencioné, no dejaba de suscitar ironias entre los intelectuales. A pesar del sarcasmo y del pesimismo de muchos, el panorama intelectual no era tan desalentador, Diferentes esfuerzos dejaban apreciar el dinamismo del mundo intelectual colombiano, interesado en participar activamente en los debates de la sociedad, en abrirse a los las vanguardias de la época, en dar a conocer a los sectores letra los tiltimos avances que se daban en Europa en poesia, en ensayo, en critica literaria, en filosoffa, etc. Revistas como Voces, fundada en Escaneado con CamScanner 30 jusToRIA DE COLOMBIA CoNTEMPORANEA (1920-2010) a finales de los aiios diez, 0 Universidad, impulsada en jg por el inquicto German Arciniegas, asi como la actiyg Centenaristas y de “Los nuevos” en el periodising | mundo intelectual, por limitado que fuese, Barranquilla década siguiente participacion de los permiten concluir que € no se hallaba estancado. J contrario: una revision a la rticipaban activamente en asuntos que mas retuvo su atencién fue prensa de la época muestra que Por e los grandes debates que se Jos intelectuales pa daban por entonces. Uno de los ta “cuestion social”, sin duda uno de los grandes problemas de los afios veinte. Después de dos década tensiones se apoderaban nuevamente del ambiente. A diferencia de ‘les del siglo x1x, motivadas por las discrepancias ideols. gicas entre las éites, los conflictos de los afios veinte fueron de caracter social. Esta década conoci6 un gran auge econémico, impulsado por Jos buenos precios del café, por las crecientes inversiones extranjeras y por la indemnizacin que reconocié La coyuntura favorable permitié vias férreas, la industria, s de relativa tranquilidad, crecientes las guerras civ Washington al Estado colom- biano por la separacion de Panama. un desarrollo hasta entonces desconocido: las Ta agricultura, las ciudades, crecian a niveles nunca antes medio de la “danza de los millones”, también el creciente abismo que separaba a los 1. el comercio, alcanzados. Pero en se hacia cada vez més visible mas ricos de los mas pobres. En ese contexto se dio el estallido social Por una parte, las luchas agrarias levaron al campesino y al colono @ enfrentarse a los latifundistas en torno a la propiedad de la tierra y al control de la mano de obra. A pesar de la legalidad juridica de sv lucha, el colono contaba con pocas posibilidades de asegurar el control de la parcela que explotaba; frente a poderosos empresarios, quie no slo contaban con el apoyo de las autoridades locales, sino 4¥° ademés, recurrian a practicas intimidantes, el colono se veia forzad0® nuevas ope general 5° desigual n de lt yeinte: nes abandonar la tierra e internarse cada vez mas en busca de tunidades; si desistia de reemprender su aventura, por lo convertia en trabajador dependiente. El resultado de Ia lucha por el control de la tierra no hizo sino reforzar la concentracio tierra, una tendencia que venfa de tiempo atras. En los afios Jos colonos lograron dotarse de una mejor organizacion, gracias 5% Escaneado con CamScanner | — 08 ANOS DEL CANO, 31 dos, contactos con el mundo laboral urbano. Mas unidos y mas politizz para mejorar su situacion recur creaci6n ron a diversas estrategi as, insurrecciones, alianzas con de ligas campesinas, ocupacién de tier Jos partidos de izquierda y, en ocasiones, con algunos grupos indigenas del sur del pais que, bajo el liderazgo de Quintin Lame, también inten- taban darle una mayor coordinaci6n a sus luchas. Desde finales del siglo x1x, los indigenas de la region amazénica eran objeto de una terrible explotacion por parte de los grandes + comerciantes de caucho; en diferentes zonas del pal En los afios veinte, la resistencia | Cauca. cho, is, otras comuni- dades vefan peligrar sus resguardos. | indigena se hizo mas fuerte, en particular en el Tolima y en el Quintin Lame, un indigena con ciertos conocimientos en dere | lider en este Ultimo departament acién con el fin de que las autoridades reconocierai ardos. La lucha indigena cobré m: ideres de las comunidades del Tolima entraron en reado Partido Socialista Revolucionario (1926) * munista (1930). Bajo la influencia de esas aliz6, se multiplicé la toma de tierras y a las obligaciones fiscales a las que o una importante moviliz n la legalidad de los titulos sobre resgui ayor resonancia cuando Lame y algunos li contacto con el recién ¢ y, luego, con el Partido Co aciones, la lucha se radic n con mayor vehemenci s los indigenas en las ha 1a ciudad, el naciente prol de clase. Las acciones a | s “masas” se estaban despertando y que a, Se trataba, sin embargo, de una Muy reducida numéricamente, ¢ Ia industria colombiana, os paises latinoameri- familiarizados con las cién, asicomo organiz: se rechazaro! estaban sometido: El trabajador de I de una mayor conciencia dejaron al descubierto que la una mayor autonomi: nas en formacion. piente desarrollo d ficiado, como en otre migrantes curopeos, ‘os indices de sindicalizac ciendas." etariado, daba muestras las que recurrieron aspiraban a clase obrera ape dado el tardio ¢ inci tampoco se habia bene! canos, del aporte de los in movilizaciones sociales. Los baj daridad también jug bajador: la mano de piraciones aban en contra de las as tituida, obra urbana estaba cons! la falta de soli colectivas del tral 1910-1950)", en vuelven comunistas (1 lad Nacional, indo Ios indios se Unive! liberal: cultura y sociedad, Bogotd, 18. Pineda, Roberto, “Cua Sierra, Rubén (ed.), Repriblica 9NA0 nm 10R.107 Escaneado con CamScanner 3 32 HISTORIA DF COLOMMIA CONTEMPORANES (1920-2010) por lo general. por campesinos recién Hegados del campo, o py “ , OF sus hijos, para los cuales el trabajo asalariado en la fibrica 0 en el tay Bee ae, a pesar de su evidente dureza, constitufa un avance con relacién a " alos rigores ¢ incertidumbres de las faenas rurales. estos factores entorpecieron la consolidacién del movimiento obrero, otros aspectos, por el contrario, jugaron a favor de la forma. cién de una toma de conciencia colectiva. Las influencias externas, en particular Ia Revolucién mexicana y el triunfo “bolchevique”, de los que daba ampliamente cuenta la prolifica prensa obrera; una mejor organizacién y coordinacién nacional, gracias al papel desempefiado por el Partido Socialista. fundado en 1919, y por el mayor dinamismo del movimiento sindical; el liderazgo de sus principales dirigentes, entre los que se destacaban Ignacio Torres Giraldo, Ratil Eduardo * Mahecha, Maria Cano, una presencia femenina poco usual en ese tipo cos; todos ellos intentaban familiarizar al traba- de ambitos sociopol jador con un lenguaje, unas pricticas, unas ideas y unos rituales que debian conducir a un mundo supuestamente mis justo, un mundo en el que la lucha de clases, Ia solidaridad obrera, la importancia de la huelga, la exaltaci6n de la revoluci6n, las criticas contra la “oligar- quia” y el imperialismo, constituian piezas fundamentales. Sin duda, los abismos cada vez més grandes entre quienes acaparaban la mayor parte de los beneficios y quienes quedaban excluidos de las ganancias también conwibuyeron a unificar al proletariado. Adicionalmente, + por supuesto, hay que tener en cuenta la explotacién a la que estaban sometidos los trabajadores: las jornadas laborales no tenian un limite claramente establecido, asi que se podfan extender durante doce horas; nifios, mujeres y ancianos estaban tan expuestos a las arbitra riedades de sus patronos como los hombre: condiciones el hacinamiento, comprometian la salud Jos montos eran establecidos sanitarias y alimenticias, del trabajador; si bien existia el salario, unilateralmente por los empresarios y, remuneracién monetarizada era sustituida por el pago en bones y i s que vendian I la obligacion de intercambiarlos por los productos que vendian tiendas de la empresa. en no pocas ocasiones, 1a Escaneado con CamScanner re Los ANOS DEL CAMO, 33 La huelga, principal arma del naciente proletariado, empez6 a ser ada a partir de 1910 y en la década siguiente se volvi utiliz axl. a partir de 1910 yf una p fea vecurrente. Las reivindicaciones de los sectores populares fueron radas desde i ; x de un comienzo por los sectores dirigentes como consider armonia so jones abusiva jas a la y. sobre todo, contra preten' De ahi Ia respuesta eminentemente represiva parte que suscitaron la mayor restos y, en no pocas de las huelgas: despidos, persecuciones, nes, la muerte de trabajadores, eran el saldo que provocaban las das laborales de los obreros. La brutalidad de las autoridades te para silenciar las protestas. Los sectores mas comba- ‘iarios, asi como los trabajadores de los puertos, Por lo ocasior deman| no fue suficien| tivos fueron los ferrov de las obras pitblicas y de los enclaves del petr6leo y del banano. obra con cierto grado de especiali- ficil su reemplazo. de unas masas cada vez més .s recurrieron a diferentes sa los que ya aludimos, stablecieron una legis- los trabajadores: los se trataba de una mano de general, cian, que Para hacer frente a la agitacién social ¢ de controlar, las élites tradicionale: dificile estrategias. Ademas de los métodos represivos radores €: a partir de 191 lacién laboral orie hacfa, por consiguiente, di 5 los gobiernos conser nntada a limitar la accion de plazar a los huelguistas (es fa huelga; en los principales servicios ptiblicos ranvias), que eran precisamente los que ag militantes, se prohibié Ia huelga. nnocia sus derechos, el trabajador, de accidentes 0 sobre seguro 10 lo patrones podian reem quirolaje), desvir- tuando asi el sentido de! (ferrocarriles, navegacion, © reunian a los trabajadores m Incluso cuando la legislaci6n reco! vio favorecido: las leyes sobre wn realmente aplicadas por los empresarios, com peticiones presentados por Jos trabajadores en de los aitos veinte. iticos, empresarios y ndolo ante |: hecho, no se colectivo no fuero} reflejan los pliegos de Jas numerosas huelgas Al mismo tiempo, po! taban deslegitimar al obrero, como un sujeto potencialmen el clero catélico inten- 1a opinion pitblica 1 conjunto de la elu era prociive @ a, Su aficion por los juegos: POF ta acaso su peligto- amientos, las present nte peligroso para €' jador urbano sociedad: por su “naturaleza”, ja rebelior los vicios, a la pereza, # | xual, chicha, por Ia promiscuidad se: joridad moral? Para re’ gno demostraba frenar tales comport sidad y su int Escaneado con CamScanner ON 34 HISTORIA DE COLOMBIA CONTEMPORANEA (1920-2010) élites se dieron a la tarea de inculcar los “sanos valores”, de transmit, ormas de “buena conducta”. La prensa, la educacién, el ppt, yo “Tigas de decencia”, los comités de censura, los circulos obreros, ag « como numerosas asociaciones piadosas fundadas en diversas ciudadey del pais, buscaban un mismo objeti obrero, no s6lo durante el trabajo, sino también en su tiempo libre: tuna vez finalizada su jornada laboral, la sociedad debia ofrecerle a ély : controlar més eficazmente aj a su familia alternativas moralmente aceptables para su sana entreten. cién. En ocasiones, este tipo de campaiias combinaban “paternalismo y religiosidad [...] para asegurar un control total sobre los trabaja. dores, dentro y fuera de la empresa”, como fue el caso de Fabricato a lo largo de los afios veinte.” Alli, la mano de obra, exclusivamente feme- nina, soltera y cristiana, vivia en una especie de comunidad religiosa en la que la exaltaci6n de la castidad se mezclaba con los Ilamados a la eficiencia laboral: “Fabricato construye paulatinamente su imagen de empresa cristiana” y logra que una inmensa mayoria de sus trabaja- doras comparta plenamente su politica paternalista-religiosa. Para casi todas las obreras, “el trabajo industrial se convierte en una especie de vocacién religiosa que, como otras, exige castidad y solteria. En este caso, el objetivo inmediato de esta vocacién lo constituye el sacrificio individual a favor del desarrollo de la unidad familiar de origen”.2° Aquellos trabajadores que no estaban dispuestos a ocupar el lugar que les sefialaban las autoridades, crefan encontrar un mejor resguardo en la naciente izquierda. Sus promesas, su ret6rica, segura- mente les resultaban més atractivas que las campaiias de denigracién 0 de caridad promovidas por los sectores tradicionales. Pero las solu- ciones socialistas no estaban del todo exentas del paternalismo ni del moralismo que caracterizaba el discurso de las éites. Al igual que los grandes diarios del bipartidismo y del clero, la prensa de izquierda no cesaba de retratar al obrero como un ser débil, propenso al alco- holismo, en muchas ocasiones carente de voluntad propia y de una cla, Mujer, religién e industria: Fabricato, 1923-1982, Medellin, 19. Arango, Luz Gaby ; r Universidad Externado de Colombia, 1991, p. 42. iversidad de Antioqui 20. Ibidem, pp. 43, 51. al Escaneado con CamScanner Los nciencia clara acerca Go erca de lo que le convenia, lo que justificaba el autoritario de la dirigencia. Ma de la dirigencia. Mas alla de ese tipo de semejanza papel propias de los sectores “ilustrados", el social "el socialismo denuncié pei inci6, cada vez en las rela esfuerzos para dlécada de los veinte, el ntimero de huelgas aumenté de manera consi- ayor vehemencia i inj por ves ae Ia opresién y Ia injusticia social que reinaban sla ra re 6 icd laborales. Pero no sdlo criticé, también multiplicé sus organizar la resistencia de los trabajadores. Durante Ia gerable y le dieron al problema social una dimension nacional. s enclaves del petroleo en manera del Magdalena tiacién del proleta- (0 por los intelec- ciones obreras, Las huelgas que se produjeron en lo Barrancabermeja (1924y 1927) yen la zona ba (1928) permiten hacerse una idea acerca de In si riado, de sus reivindicaciones, del papel desemperiad tualesy de la actitud de las lites. Esas grandes manifesta mucho mas ambiciosas momentos de que en el pasado, se dieron en plena expansién econdmica y, ademis, en zonas de gran dinamismo en las que estaban presentes firmas multinacionales. Los pliegos de peticiones, muy similares por lo general, exigian el pago de salarios mejoras en las condiciones de vivienda, mibles en almacenes de la: los pagos en vales redi ¢ [as bananeras, pedian Ia abolicin de los co} ta mediante la cual algunos aspectos, lo: ciera cumplir la leg guida con un intel servicios médicos, s compa mitratos atrasados, abolicién de I fifas; en el caso ds indirectos, una Ue! colectivo. Es decir, en pedirle al Estado que hi La protesta social fue se politicos. Nu Ja compaiiia evadia el seguro s trabajadores se limitaban a jslacién laboral.” és creciente por parte de tanto los Centenaristas n de pobreza que se Jegada de miles de uunidad pero que, alidad de miseria merosos escritores, ciaron Ia situaciol causada por Ia I intelectuales y como de Los nuevos, denun' vivfa en las principales ciudades, eda de una oport campesinos que venfan en basqu econ una dura re muy pronto, se estrellaban de frent mientos campesinos ¥ obreven cf, Archila, ' Bogots, Cinep, 1991. Del NN ‘ia, 1958-1990, Bogor. x), Bogoti, Ediciones potesta campesinas ‘os sobre Jos movi era, Colombia 191019 elias. Protests sociales Colom! ‘Gente muy rverde (cuatro tome vad, Catherine, Colonizacion ¥ ‘sidad Nacional, 1988- 21. Ene los traba Mauricio, Cultura ¢ identidad of autor, Idas y venidas, vuellas Y Icanh, Cinep, 2003; Vega, Renan» Pensamiento Critico, 2002: Leer Colombia, 1850-1950, Bogots. URINE Escaneado con CamScanner BS sagstnsts DE COONEY CONTEMBORANES (1920-2010) asian, Fn 1926 Jorge Eligeer Gaitin habia hecho su tesis gg sn Colombia, Muchos anunciab; v exch ideas socialistas ¢ an, NO recong. derecho sobre 1 de un estallido social si las élite Armando Solano afirma la inminencis es politic an lagravedad del problema. ¢ te no habia conflicto a la vista, porque creian no” NO Eran Capaces de . a que los dir. c gentes consideraban qu “el misero obrer ? Gabriel Turbay analizaba la “a es hora de comprender que que la sgleba analfabeta” v lanzarse a “tan complicadas andan eventualidad de una gran revuelta: “Y ta prosperidad de las obras puilicas, que ef aumento de la riqueza, no ha elevado el standard de la salud piiblica, sino que se ha edificado de la economia nacional que favorece la holgura de astme como un material despreciable el jadores arrancados a la gleba”. Segiin él, dor propiciaba “el fermento de las revo- sobre la injusticia una clase privilegiada y con factor humano de los trabaj negatle los derechos al trabaja luciones vindicadoras”' En el mismo sentido, Alfonso Lopez Pumarejo denunciaba a conservadores, a liberales y al clero por hacer creer que , el descontento social se debia simplemente a la propaganda daiina de Esto era lo que decfan algunos liberales. le los conservadores, conscientes igualmente de acién, el problema social no era sintoma de la campaiias difamatorias orquestadas ladas por demagogos liberales, que agentes comun Para la mayoria d la gravedad de la situ pobreza generalizada, sino de + por agitadores socialistas y respald aprovechaban del descontento de las “turbas”, Segtin los conserva- se diferenciar el bien del mal, dores, a esas masas ignorantes, incapaces de Jos simpatizantes de la revoluci6n intentaban movilizarlas infundiendo en ellas el odio de clases, socialistas y liberales eran un mismo ener traducia en egoismo capitalista, ual el ateismo y el mater alismo, Comunistas, igo, pues todos apoyaban por igual el individualism, que se todos privilegiaban los bienes materiales en detrimento de lo espir y todos querian desentenderse de las desigualdades sociales, a las que solo podia responder adecuadamente la doctrina social de Ia Iglesia. enfermo”, en 6p. cit,, pp. 187-190. m, 41, 6 de agosto de 1927. n Universidad, 22. Solano, Armando, “Un p: 23. Turbay, Gabriel, “Asterisco: 24. Lopez Pumarejo, Alfonso, mim. 68, 11 de febrero de 1928, pp. 95-96. en Universidad, 1 “El momento actual de Colombia”, Escaneado con CamScanner

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