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Derecho Financiero 9
Derecho Financiero 9
Normas reguladoras
Ámbitos territoriales
La LIVA delimita tres ámbitos territoriales entre los que pueden efectuarse los
transportes y compraventas de bienes:
Las operaciones realizadas entre el TAI y los demás países comunitarios son las
operaciones intracomunitarias.
Las operaciones realizadas entre el TAI y los territorios donde no se aplica (ej.
Canarias) y los países terceros son importaciones y exportaciones.
Naturaleza y caracteres
Una diferencia de los demás impuestos es que los cálculos del hecho imponible y la
cuantificación se realizan para determinar lo que se le traslada al adquirente, y eso no es
lo que se deberá declarar. Se aplica el impuesto a todas las fases: producción,
comercialización y distribución, por lo que se repercute a cada intermediario. De los
IVAs repercutidos se restará el IVA soportado como consecuencia de su actividad. La
magnitud que ingresa en HP será la diferencia entre los repercutidos y los soportados. El
IVA lo que quiere es gravar el consumo, por lo tanto que lo paguen los consumidores y
que sea neutro para los empresarios.
Armonización
Multifásico
Cuando se transmite una empresa, no está sujeto a IVA pero a transmisiones sí está
sujeta la entrega de inmuebles de un empresario a otro. La exención es para el
consumidor final. El empresario que lleva a cabo actividades cuya realización está
exenta, no repercute IVAs. En ese caso el régimen general es que no puede deducir los
IVAs soportados. Para ese empresario el IVA no es neutro, sino un coste más de su
actividad. La exención se establece para el consumidor. La neutralidad no es de
aplicación absoluta a todos los empresarios, por tanto.
- Interior:
a) ¿Es un impuesto sobre el valor añadido? Para ser sobre el valor añadido realmente, la
BI debería ser el valor que se añade al producto en cada fase de producción, mientras
que lo que ocurre es que la BI lo que toma en cuenta es el volumen de ventas. No
obstante, gravar el valor añadido en sentido económico resultaría de una complejidad
extraordinaria. Se denomina así porque se instrumenta sobre el sistema de la deducción
fiscal, gravando el valor añadido ficticio.
• Las operaciones gravadas conforme al art. 1 LIVA dan lugar a tres modalidades
de hechos imponibles establecidos en los arts. 4 (operaciones interiores: entrega
de bienes y prestaciones de servicios), 13 (operaciones intracomunitarias) y 17
(importaciones), con sus respectivas asimilaciones.
Operaciones interiores
El art. 8 establece que se entiende por entrega de bienes: transmisión del poder
de disposición sobre bienes corporales, incluso si se efectúa mediante cesión de
títulos representativos, derechos o bienes, ya que para algunos casos se equipara
a transmisión de un inmueble la transmisión de títulos valores que llevan la
titularidad sobre ese bien inmueble. El gas, el calor, la energía eléctrica y el frio
son bienes corporales. Hay otros supuestos que son entrega de bienes según
dicho artículo, como la ejecución forzosa, el arrendamiento financiero leasing
cuando se ejerza la opción de compra, y otros que se asimilan, y ahí entra el
autoconsumo. Si un empresario compra para su propio consumo, será entrega de
bienes.
• En caso de que venga a reparar alguien a casa, podrá ser o entrega de bienes o
prestación de servicios según quien aporta los materiales. Si los aporta el titular
del inmueble, será prestación de servicios.
• Resulta indiferente que se realice habitual u ocasionalmente, así como los fines
perseguidos (art. 4.4), excepto en el caso de arrendamientos, donde ha de ser
actividad habitual y esa continuidad le convierte en sujeto pasivo de este
impuesto.
AUTOCONSUMOS (art. 9 y 12)
No sujeción (art. 7)
Las entregas llevadas a cabo por AAPP por las que se exija una tasa se está no
sujeto a IVA, salvo que esté excepcionado por la propia ley.
Adquisiciones intracomunitarias
• Solo se grava cuando los adquirentes sean empresarios y los que vendan también
sean empresarios, con la excepción de los vehículos nuevos. Un particular
adquiere un vehículo nuevo en otro país comunitario de un empresario, realiza el
hecho imponible de adquisiciones intracomunitarias.
• Importación de bienes, cualquiera que sea el fin a que se destinen (pero tiene que
consumirse en España) y la condición del importador (no se requiere ser
empresario ni profesional). Los bienes que entren serán no originarios de la UE;
no despachados a la libre práctica en la UE (comunitarizados), o procedentes de
territorios comprendidos en la Unión Aduanera, pero no en el territorio del
sistema común del IVA (ej. Canarias).
EXENCIONES
Alteran la neutralidad del impuesto porque los sujetos que no repercuten IVA van a ver
interrumpido el régimen general en virtud del cual se pueden deducir los IVAs
soportados. Como no hay IVA repercutido, no se les permite deducir a los empresarios
los IVAs soportados. El IVA en esos casos tendría que ser computable como gasto
deducible en los IRPF o IS para los empresarios también porque no los pueden soportar.
Salvo en exportaciones, en entregas intracomunitarias y operaciones asimiladas y
regímenes suspensivos en los que sí se permite deducir el IVA soportado, en los demás
casos de exención, el empresario no puede deducir los IVAs soportados. Por ejemplo,
un empresario azulejero que exporta azulejos a países terceros o vende azulejos a países
miembros UE. Él no va a repercutir el IVA pero podrá deducir los IVAs soportados
para confeccionar y fabricar la mercancía que vende, porque en esos casos son
exenciones plenas. El empresario no repercute los IVAs pero puede deducirlos. En
cambio, un médico por el servicio que presta no puede repercutir el IVA, pero ese
médico por las adquisiciones de bienes que realiza, sí soporta IVA. En esos casos, el
IVA soportado se convierte en un gasto que tiene el empresario, que va a incidir en la
determinación final del precio de sus bienes y servicios. No será gasto deducible para el
médico, pero subirá el precio de sus servicios. Como vemos, para el empresario, la
exención es más bien un inconveniente que una ventaja, por lo que se prevé la renuncia
a la exención.
• Aun cuando el fin es que el consumidor no se vea gravado por el IVA, presentan
la singularidad de interrumpir el mecanismo de las deducciones, lo que significa
que los sujetos pasivos incorporarán al precio, las cuotas soportadas que no
pueden deducir (pierde la neutralidad). En definitiva, el beneficiado por la
exención es el destinatario del bien o servicio exento. No obstante, algunas
exenciones producen plenos efectos, mantiene la neutralidad, pues el sujeto no
repercute, pero puede deducirse lo soportado (exportaciones, entregas
intracomunitarias, operaciones asimiladas y regímenes suspensivos).
Se han ido ampliando las posibilidades de renuncia porque en un principio solo se les
podía aplicar a los que deducían el 100% de los IVAs soportados.
Un almacén o nave de segunda mano, está exenta de IVA. Normalmente quien compra
una nave es otro empresario. Si es empresario, resulta que la adquiere para instalar ahí
su lugar de aparcamiento de vehículos que él tiene para prestar servicios de transporte,
podrá solicitar renunciar a la exención pero si esos transportes son los que presta tanto a
viajeros o de mercancías o de enfermos, por los distintos servicios que presta, dos no
están exentos. Ese empresario repercute el IVA viajeros y titulares de transporte, pero
enfermos exentos. Ese empresario podrá renunciar a la exención aun cuando el solo
puede deducir parcialmente el IVA que soporta porque en su actividad hay operaciones
exentas y no exentas.
• En las entregas: con la puesta a disposición de los bienes (no del pago) o cuando
se efectúe la entrega (excepción en 75.1.3º, para las entregas para vender y para
suministros y tracto sucesivo, 75.1,7º). El empresario considera el impuesto
como repercutido cuando entrega la mercancía, y lo podrá deducir de los
soportados, del mismo modo que el adquirente lo considerará soportado. Esto en
ocasiones da lugar a que empresarios consideren como repercutidos impuestos
que no han repercutido, que no han cobrado, porque no se les ha pagado aun.
Responsabilidad
En el IVA, hemos visto que hay un sujeto pasivo que realiza el hecho imponible con
unas normas específicas que supone la inversión de este sujeto pasivo en la que
deberá ingresar el IVA que efectúa la entrega de estos bienes o servicios.
Sin embargo, también nos encontramos con las normas del IVA previstas una serie de
supuestos de responsabilidad en los que aquellos que lleven a cabo las conductas,
acciones o se incluyen en los supuestos legalmente previstos van a responder junto al
deudor principal de aquellas cuotas que no hayan satisfechas a la Hacienda Pública y
el correspondiente deudor incumplió y se le puede exigir la responsabilidad al obligado
tributario que puede serlo de forma solidaria o subsidiaria.
Es decir, hay una entrega de bienes y esta comporta una repercusión. Esa repercusión se
produce y el destinatario de estos bienes (adquirente) soporta el IVA y se lo paga al
vendedor. Aun así, si razonablemente ese comprador debiera presumir que el que le ha
vendido el bien y el IVA que le ha cobrado no lo va a ingresar en la Hacienda
Pública, será declarado responsable.
Por ejemplo, en casos de precio con IVA que sea inferior al que se podría esperar de tal
adquisición.
En el anexo número 5 LIVA se considera a los depositarios fiscales de bienes que están
en un régimen aduanero, que tiene unas determinadas formalidades, estando las
mercancías en una situación para ser puesta a consumo o para exportarse
posteriormente. Ese depositario no es el dueño de la mercancía y este último la compró,
pero el primero deberá constatar que la mercancía la extrae del depósito el titular de la
mercancía y por este servicio cobra por guardar los servicios correspondientes, pero no
debe repercutir el IVA por esa mercancía sino solamente por este servicio de esa
custodia.
No obstante, el Anexo número 5 LIVA establece que ese depositario también será
responsable en casos similares a los antedichos. En estos términos, se dispone que:
• Solidaria: quien eluda la repercusión (ej. Trabajos sin factura), incluye sanción.
El art. 78 LIVA dispone en estos términos: Uno. La base imponible del impuesto estará
constituida por el importe total de la contraprestación de las operaciones sujetas al
mismo procedente del destinatario o de terceras personas.
Es el régimen general para entregas de bienes y prestaciones de servicios.
Dentro de esa contraprestación, hay conceptos que se excluyen y otros que se incluyen,
y el propio art. 78 en su apartado 2 enumera una serie de supuestos en los que se
incluyen los distintos conceptos, en estos términos:
5.º Las percepciones retenidas con arreglo a derecho por el obligado a efectuar la
prestación en los casos de resolución de las operaciones sujetas al impuesto.
6.º El importe de los envases y embalajes, incluso los susceptibles de devolución,
cargado a los destinatarios de la operación, cualquiera que sea el concepto por el que
dicho importe se perciba.
7.º El importe de las deudas asumidas por el destinatario de las operaciones sujetas
como contraprestación total o parcial de las mismas.
2.º Los descuentos y bonificaciones que se justifiquen por cualquier medio de prueba
admitido en derecho y que se concedan previa o simultáneamente al momento en que
la operación se realice y en función de ella.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación cuando las minoraciones de
precio constituyan remuneraciones de otras operaciones.
La BI es el precio que pagas, pero no solo el precio sino que se tendrán en cuenta otros
componentes relevantes a efectos de su cuantificación, algunos que suman, otros que
restan, de acuerdo con el art. 78, al margen de las reglas especiales del art. 79, por
ejemplo para los casos de permutas o contraprestaciones realizadas parte de ellas en
dinero y parte en especie. El supuesto típico es la compra de un vehículo nuevo en el
que entregamos a cambio el vehículo viejo y pagamos en dinero la cantidad
correspondiente hasta completar el precio del nuevo. Ahí tenemos una serie de reglas
especiales.
Todo ello sin perjuicio de las reglas especiales contenidas en el art. 79 LIVA que en
estos términos dispone que: Uno. En las operaciones cuya contraprestación no
consista en dinero se considerará como base imponible el importe, expresado en
dinero, que se hubiera acordado entre las partes.
Por ejemplo, en el supuesto de permutas.
Sin perjuicio de todo ello, la base imponible de las operaciones interiores viene dada
por el valor de la contraprestación abonada.
Por ejemplo, si se trae una mercancía pero está exenta, no se pagará el tributo
especial pero el valor de aduana sí que incluirá el coste del transporte de esta
mercancía, ya que la exención no recae sobre la totalidad de los costes asociados a la
importación.
A diferencia del ITP, el IVA tiene como BI el precio satisfecho por los bienes, y no el
valor real de los mismos, excepto en el de aduana en que sí se toma el valor real del
bien.
• Regla general: la contraprestación, lo realmente pagado, que puede ser algo más
que el precio, o algo menos del mismo, en los términos de lo que se incluye y lo
que no en la base imponible conforme al art. 78.
• Reglas especiales (art. 79) para contraprestaciones no dinerarias, totales o
parciales; cuando por precio único se entreguen bienes o presten servicios de
diversa naturaleza; autoconsumos...
Con lo cual, nos encontramos ante supuesto de modificación de base imponible porque
está contemplado como tal en el art. 80 LIVA: Uno. La base imponible determinada con
arreglo a lo dispuesto en los artículos 78 y 79 anteriores se reducirá en las cuantías
siguientes:
1.º El importe de los envases y embalajes susceptibles de reutilización que hayan sido
objeto de devolución.
2.º Los descuentos y bonificaciones otorgados con posterioridad al momento en que la
operación se haya realizado siempre que sean debidamente justificados.
El mutuo acuerdo, con arreglo a Derecho o de acuerdo con los usos comerciales, ese
acuerdo de dejar sin efecto una operación anterior, comportará que se modifique la base
imponible. A su vez, comporta la inexistencia de hecho imponible.
Por ejemplo, devolución en una tienda de ropa, que supone la inexistencia del hecho
imponible. Se repercutió el IVA y se aplicó el IVA, y no existe base ni hecho
imponible, por lo que se deja sin efecto un negocio jurídico anterior y negar la eficacia a
efectos tributarios. Ya no se ha repercutido el IVA, por lo que de las cantidades
ingresadas, se deberá detraer aquel IVA correspondiente a las cantidades devueltas.
En tercer lugar, encontramos una serie de previsiones en el art. 80 LIVA que vienen a
dar solución a los problemas que se dan con mayor o menor frecuencia de impagados.
Si el impuesto se devenga con la entrega de la mercancía, siendo irrelevante el momento
del pago, de acuerdo con el criterio de exigibilidad de la operación, aquí también si el
IVA se devenga, se repercute sin perjuicio de que se haya cobrado o no.
Cuando hay impagados, la solución a esas cantidades no cobradas se dará a través de la
modificación de la base imponible. La LIVA establece que el que repercutió el
IVA y no lo cobró y lo ingresó en la Hacienda Pública podrá modificar la base
imponible, recuperando las cantidades ingresadas por una IVA formalmente repercutido
pero materialmente no cobrado, y será la Hacienda Pública quien se va a subrogar en la
posición de acreedora frente a ese incumplidor. El que vendió y no cobró seguirá siendo
acreedora por la parte no cobrada de la mercancía, pero la Hacienda Pública será
también acreedora por la parte impagada del IVA, subrogándose.
En estos términos, el apartado tres dispone que: Tres. La base imponible podrá
reducirse cuando el destinatario de las operaciones sujetas al Impuesto no haya hecho
efectivo el pago de las cuotas repercutidas y siempre que, con posterioridad al devengo
de la operación, se dicte auto de declaración de concurso. La modificación, en su caso,
no podrá efectuarse después de transcurrido el plazo de dos meses contados a partir
del fin del plazo máximo fijado en el número 5º del apartado 1 del artículo 21 de la Ley
22/2003, de 9 de julio, Concursal.
Eso ocurre solo cuando se acuerde la conclusión del concurso.
Ello ocurre ante declaración de concurso de la empresa, pero cuando no se produce esa
situación de concurso sino un retraso se deben ejercer las acciones judiciales pertinentes
por el acreedor y deberá transcurrir un año o seis meses para poder considerar saldo
incobrable para poder modificar la base imponible.
Los impagados dan lugar a la modificación de la base imponible cuando el deudor era
un empresario o profesional. Cuando el incumplidor es un particular (consumidor), para
poder modificar la base imponible es necesario que el importe sea superior a 300€ de
base imponible (no de IVA). El incumplidor tendrá que dejar de pagar una deuda como
base imponible del impuesto superior a 300€ más el IVA correspondiente. Ello ocurre
cuando el consumidor está identificado, así como en los casos en los que el consumidor
no se identifica – tarjeta de crédito robada – y el que vende se queda sin cobra – por
anularse la operación pero podrá recuperar el IVA soportado mediante la aplicación de
este mecanismo.
Deberá atenderse al elemento temporal para poder practicar esa modificación, ya que
hay tres meses para poder exigir esta modificación. En definitiva, se trata de un sistema
que pretende que el empresario que es formalmente y jurídicamente sujeto pasivo, pero
que no es titular de la capacidad económica que se quiere gravar, que recupere el IVA
sobre consumo que no se realiza.
– Declaración de concurso.
TIPOS DE GRAVAMEN
Una vez realizada la cuantificación y el tipo de gravamen, como resultado de éste arroja
la cuota tributaria. En el IVA eso existe, pero ciertamente la cuantificación del impuesto
en esos términos se aplica para cuantificar el importe que se va a exigir al destinatario
de la operación. El empresario que vende o el profesional que presta el servicio
repercutirá la cantidad por el IVA que corresponde a aplicar el tipo de gravamen a la
base imponible.
La base imponible y el tipo de gravamen son relevantes para identificar la cuota que se
va a repercutir. El importe a ingresar en la Hacienda Pública depende de otras
circunstancias y tiene en cuenta otros elementos. Como es un impuesto instantáneo que
se devenga por la entrega del bien, que genera la base imponible que conlleva la
aplicación del tipo y que se abone su importe por el destinatario.
El IVA aplicable, en cada caso, salvo que la LIVA establezca un tipo de gravamen
específico, se aplica el tipo de gravamen general de 21%.
Para que no se aplique este tipo de gravamen debe estar el producto o servicio
contemplado de forma expresa en la ley en los que se establece tipos de gravamen
inferiores del 10% o del 4%, que solo serán aplicables a las entregas de bienes
contempladas de forma expresa. Si no hay previsión específica, se aplicará el tipo de
gravamen general. Hay bienes que se gravan al tipo general, pero si se usan para un
servicio, por ese servicios se puede exigir el 10% por estar ahí expresamente
establecido.
Normalmente, los bienes de primera necesidad, los que se utilizan para prestar
determinados servicios, o de interés público son de gravámenes reducidos. Otro
ejemplo, si compras un libro en papel, se aplica el reducido y en soporte digital, el
general.
Cálculo IVA
Quien adquiere el bien soporta el IVA y quien lo vende lo repercute. El cálculo está en
cada una de las facturas, salvo que se documente la operación. Los IVAs soportados se
compensan con los repercutidos, y la diferencia, será la cantidad que ese empresario
deba ingresar en la Hacienda Pública. La cuantificación del impuesto ante la HP ya no
se hace de forma instantánea, sino que es de declaración periódica. Los IVAs se suman.
Si ha repercutido más IVAs de los que soportó, ingresará esa diferencia. No obstante, si
ha repercutido menos IVAs de los que soportó, podrá compensar esas cantidades en
declaraciones siguientes, y en el último trimestre del año podrá pedir la devolución, o si
declara mensualmente, lo podrá hacer en las declaraciones mensuales (que se le
devuelva el importe soportado de más respecto del repercutido).
Las circunstancias de porqué se han repercutido o soportado más IVAs pueden deberse
a diversos orígenes y que no necesariamente debe ir aparejado al volumen de negocios
del contribuyente.
Por ejemplo, soportas más IVAs por haber adquirido bienes de inversión de los que se
repercuten en las operaciones habituales.
Por ejemplo, si se soporta IVA al 21% pero repercute el 10% por el tipo de actividades
que realiza. Por tanto, podrá tener menos IVAs soportados que repercutidos.
El IVA tiene como finalidad gravar el consumo y el gravamen del consumo se produce
a través de la consecución de todas las fases de producción, distribución y
comercialización de la repercusión del impuesto.
La repercusión, aunque la LIVA lo califica como derecho del sujeto pasivo de exigir el
importe del impuesto al destinatario de los bienes o servicios es, en realidad, no solo un
derecho sino un deber que tiene el empresario o profesional para que se produzca la
contribución al sostenimiento del gasto público.
La repercusión es una traslación jurídica de la cuota tributaria a la persona para quien se
realiza la operación gravada, que queda obligada a soportar la repercusión. Es una
traslación jurídica, y no económica.
Esa repercusión la debe realizar el sujeto pasivo – el que entrega el bien o presta el
servicio – y la debe soportar el destinatario.
Afecta al sujeto pasivo del IVA y al destinatario por lo que nos encontramos con una
obligación entre particulares con naturaleza tributaria de las que pueden discrepar los
implicados y presentar reclamaciones económico-administrativas a pesar de no ser actos
administrativos – que se presumen conformes a la ley que se deben recurrir en vía
administrativa. No obstante, aquí nos encontramos ante actos que aplica un particular
sobre otro particular y no gozan de la presunción de legalidad antedicha pero conocerán
los órganos económico-administrativos sobre las reclamaciones de tales repercusiones.
En este sentido, el art. 88.6 LIVA dispone que: Seis. Las controversias que puedan
producirse con referencia a la repercusión del impuesto, tanto respecto a la
procedencia como a la cuantía de la misma, se considerarán de naturaleza tributaria a
efectos de las correspondientes reclamaciones en la vía económico-administrativa.
Requisitos de la repercusión
La repercusión no sólo es obligatoria, sino que también se exige que esté realizada
respetando ciertas formalidades, formalidades que tienen la doble finalidad de
garantizar el correcto pago del Impuesto y de facilitar su gestión, en especial las
deducciones y devoluciones.
La repercusión debe constar en la factura, y también debe reflejarse con ocasión del
devengo, donde se debe producir la repercusión constando en dicho documento. El
destinatario no está obligado a soportar la repercusión antes del devengo, de acuerdo
con el art. 88.5 LIVA.
Si el destinatario de la factura no deduce el importe repercutido tendrá como máximo 1
año para deducir lo que se devengó, pero no se debe confundir con el sujeto pasivo que
ha soportado el IVA, lo ha declarado, pero no lo puede recuperar, porque no tenía IVAs
suficientes, en cuyo caso tiene 4 años para poder compensarlo, si no solicita la
devolución.
DEDUCCION
Si un empresario no deduce los IVAs que soporta, los IVAs que ha incluido en su
declaración no los va a recuperar el empresario que los ha soportado. Los IVAs
soportados se van a exigir.
• Los sujetos pasivos pueden deducir las cuotas devengadas que hayan soportado
en la adquisición de bienes, servicios... si se utilizan en la realización de
operaciones sujetas y no exentas (con excepciones) al mismo. El art. 92 se
refiere a las cuotas deducibles y el 94 a operaciones cuya realización origina el
derecho a deducción.
La LIVA establece las cuotas que son deducibles en el art. 92 LIVA y las operaciones
que pueden lugar a esas deducciones.
En principio, se podrá deducir todo aquel IVA soportado relacionado con la actividad
salvo que existan restricciones o limitaciones que la propia ley establece. Con carácter
general, solamente se puede deducir el IVA soportado con ocasión del desarrollo de
actividades empresariales y que esos bienes se adquieren para destinarse al desarrollo de
esta actividad, sin perjuicio de las excepciones contenidas en la LIVA – en el uso de los
vehículos, en principio, salvo que se acredite por el contribuyente o
AAPP un uso distinto a la actividad se da por buena la aplicación del IVA soportado
que puede deducir en el 50%.
Por ejemplo, un profesional que tiene un vehículo que lo utiliza de forma indistinta para
el uso privado o para la actividad profesional, el IVA soportado por su adquisición, se
va a considerar en un 50% que se destina al desarrollo de la actividad y se podrá deducir
en un 50% en la adquisición, reparaciones así como en el combustible de dicho
vehículo.
También hay determinados bienes respecto de los que la LIVA excluye la posibilidad de
deducir los IVAs soportados.
Por ejemplo, joyas, alimentos, bebidas, espectáculos, viajes, hostelería, etc. El IVA de
las bebidas está excluido, salvo que estemos hablando de un empresario que se dedique
a su venta. El IVA que soporta por la adquisición de esas bebidas sí que lo podrá
deducir pero lo que no podrá deducir es aquello que recaiga sobre bebidas vendidas de
un empresario que no se dedique a esa actividad.
Por ejemplo, hay tiendas en las que se compra un bien y le ofrecen un café o un refresco
y el cliente accede. El IVA soportado por esas adquisiciones que realiza por esa
empresa para atender a esos clientes no podrá deducirse puesto que no entra dentro del
desarrollo de la actividad profesional.
Los arts. 95 y 96 LIVA limitan las deducciones a practicar, además de los supuestos de
exenciones.
• Límites: Cuotas que no afectan exclusivamente a la actividad. Excepción
vehículos (50%).
Para determinar las circunstancias en las que se puede deducir el IVA soportado se
deben cumplir unos requisitos que presentan ciertas similitudes con aquellos requisitos
exigidos para la repercusión.
Exceso deducción
Esto es repetición: Cuando uno ha soportado más IVAs de los que ha repercutido, en
sus declaraciones trimestrales lo reflejará y lo deducirá, y lo compensará con los IVAs
de los trimestres siguientes hasta el último trimestre y ante ello podrá mantener el saldo
pendiente para el ejercicio siguiente o bien solicitar la devolución.
Devoluciones
Otro caso diferente: El empresario que vende a consumidores que destinan los
productos a la exportación: el empresario repercute el IVA, pero se le devuelve al
viajero cuando se va, con la documentación que presenta en la aduana, hay un régimen
especial para esos empresarios para recuperar el IVA soportado.
No obstante, hay un régimen de garantías que deben constituir los sujetos pasivos
cuando solicitan devoluciones porque la AT puede practicarla sin mirar si procede o no
procede dicha devolución.
Por otra parte, hay discriminaciones, ya que a algunos empresarios se les obliga a
constituir garantías para obtener devoluciones que muchas veces ni se producen porque
la AT considera que ese contribuyente puede estar inmerso en tramas de fraude de IVA,
ya que se ha descubierto que la que solicita la devolución tuvo alguna relación
comercial con esas otras empresas inmersas en fraudes, por si acaso la AT no devuelve.
Pasados dos años se si dan cuenta de que esa empresa nada tenía que ver, tendrán que
devolverle todo con intereses de demora. AHHHMIGOOO
Hay otro régimen para empresarios no establecidos en España, establecidos fuera, y que
soportan IVAs que no pueden repercutir en España y les afecta al régimen de la
actividad. En ese régimen puede el empresario recibir esas devoluciones. Empresa de
transporte que trae mercancía en España, no está aquí, soporta IVAs aquí que no puede
repercutir aquí, ni deducir en su país, es un régimen específico para que se le devuelvan.
Además de dichas declaraciones, hay que tener en cuenta que desde el año 2017 se
estableció que aquellos sujetos pasivos del IVA que declaran mensualmente deben
cumplir con el sistema de información inmediata que conlleva que se debe comunicar
por medios telemáticos a la HP, las operaciones realizadas con las correspondientes
facturas dentro de los 4 días siguientes. El coste de esto recae sobre el empresario. Así
se restringen las posibilidades de crear facturas falsas. Esto se aplica en las operaciones
interiores.
Depende si está en régimen general o especial, pero si está en el general, aparte de las
obligaciones tributarias ya vistas, recaen sobre ellos unos deberes contables,
consistentes en la llevanza de libros, en los que constan las facturas expedidas, de los
bienes de inversión adquiridos, de libros correspondientes a operaciones
intracomunitarias (tanto de adquisiciones como de entregas-porque, como sabemos las
entregas intracomunitarias forman parte de las operaciones interiores, pero están exentas
y ahí no se repercute IVA pero se tiene el derecho a deducir el IVA correspondiente aun
cuando no se haya repercutido) además de los deberes que exigen las normas
mercantiles.
Régimen simplificado
• Similar a la Estimación Objetiva por signos, índices y módulos del IRPF, pero
esa estimación objetiva es para cuantificar las cuotas a ingresar en la HP, no la
Base Imponible. El sujeto pasivo, soporta IVA y lo repercute, pero no ingresará
su diferencia, sino el que resulte de la aplicación de las normas de éste régimen.
• Ámbito subjetivo: de forma tácita, se aplica a las personas físicas o entes sin
personalidad en que todos sus miembros sean personas físicas a las que les es
también de aplicación la Estimación Objetiva del IRPF si no han renunciado,
salvo que les sea de aplicación el recargo de equivalencia o el régimen de la
agricultura, y sus ingresos en el año anterior no supere los 250.000 € y sus
adquisiciones no superen 250.000€. (Prorrogado 2019 DT 13ª). En agrícolas
seguirá 250.000)
• La base imponible es la misma que la del IVA, y el tipo de gravamen es del 5,2
en caso de que el IVA que proceda a los bienes es del 21%; 1,4 si el tipo de
gravamen es del 10%; y 0,5% si el tipo aplicable es el super reducido de 4%, y
el 1,75% para los gravados por IELTabaco.
• Las obligaciones formales son las previstas en el art. 61 RIVA, no están más que
obligados a acreditar a sus proveedores el sometimiento a éste régimen, sin tener
que llevar registros contables si realizan exclusivamente esta actividad sometida
al recargo de equivalencia.