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LILLUPEUIA ITERARIA 37 daty ° 1. EI euento y otras formas narrativas ‘La expresi6n cuento folkiérico designa, muy con- cretamente, a una especie con caracterfsticas bien definidas. Como cuento participa de los rasgos de tuna creacidn literaria de canfcter narrativo, que re fiere acontecimientos ficticios en una extensién re- Iativamente breve. Por su calidad de folklérico, esta especie particular de cuento ostenta —como se verd~ rasgos comtines a otros bienes folkléricos (poesia, danza o misien folklérieas, por ejemplo). EI cuento folklérico se manifiesta, fundamental- mente, a través de la palabra hablade. Es una na- rracién guardads en la memoria del narrador, que cobra vida cuando éste In cuenta ante un andito- xio; es decir, se xealiza solo cuando quien sabe el relato lo dice ante otros. Al terminar la narraci6n, Ta versién no queda fijada como ocurre con la pax labra impresa. El mismo narrador puede contar el mismo cuento muchas y sucesivas veces; sera el mismo relato, pero cada vez realizn una nueva crea ‘i6n, una recreacién, que no coincide de modo ab- soluto con la versién anterior 0 con Ja siguiente. Si se registia el mismo cuento al mismo narrador ea dos 0 més ocasiones, se puede comprobar que ‘entre esas varias versiones hay diferencias, a veces muy leves 0 tan solo de detalles. Légicamente, también hay variantes entre las distintas versiones de un mismo tema debidas @ relatores distintos 0 procedentes de diferentes reas, Con esto queda dicho que la forma en que se trasmiten los cuen- tos, de generacién en generacién, es la via oral: Jas narraciones pasan de boca en boca, viven en la tradictén oral. En ef auditorio de un narrador pue- de haber individvos bien dotados, de excelente 1 Fieque|® fuerza ‘deoir el mismo relato en EPeporiunidades acaban aprendiéndoto, Yo hax Feayo'y pueden llegar a contarlo. Pave aclacar algo mas’ el modo en que viven los vents, debemos decir que los nartadores Tos sa: sen de aniemoria., Retienen no solamente el tema dn Hneas gonerales, sino la secuencia de los epis0~ ‘ips, los motives menudos, e] mimero de persona. jes y sus caractersticns; pero no repiten I narra- Non, como ya dijimos, palabra por‘palabra de mo- fo fijo, salvo en el caso de las fGxmnulas intercala~ ‘Jas, de las que se hablaré més adelante, Es nece- “aso insist en que el cucato folklérico vive en la teadici6n oral; pero, paralelamente a ésta, existe una tuadicién escrita, formada por las inumerables co- Jecciones de relatos compiladas en diversas épocas (recordemos un caso: las series medievales de “ejemplos”). Ambas tradiciones evexisten; la ecer- ta ha abrevado abundantemente en Ja oral, y en aligin caso también ha influido sobre ella. "Pero fa tradickn oral, mucho més antigua, puede vivir sin el auailio de la esoritura, invencién bastante re- Giente en la historia de In cultura, En este aspecto, geurre con el cuento folklérico lo mismo que con fa poesia, En sus estudios sobre el romancero es- pafiol, Ramén Menéndez Pidal ba sefialado lucida Mrente"eéma el pueblo continué por siglos cantando vine romances, que en algunas épocas pasaron por qexistentes o fueron ignorados por Ia élite intelec- tual urbana; la modema investigacin regist6 nue- vamente, de boca de cantores populares, temas que Tabian anotado, siglos atras, los compiladores de romanceros o los editores de hojas y pliegos suelos. Tos cuentos folkléricos —y este es otro rasgo~ son anbnimos. Han tenido un cteador primero, fax Gudablemente; pero a partir de la.creacién infeial 8 2 se hah sucedido Ins recreaciones del tema, riados tiempos y Ingares, por obra de in relatores, El narrador popular no sabe quién in venté Tos cnentos que narra; sabe, si, que no fue 4, ‘aunque Ios euentos son un poco suyes, yer fen su memoria y puede reerenrlos cu ‘sea, Nosotros sabemos que Cervant bid ob Quijote, o Sarmiento el Facundo; pero gyi 009 Caperucita roja, La flor del lirolay 0 Ek medio pollo? La obra literaria fruto de la lengua eer ‘um autor, un pais, una fecha, que por le i modemamente podemos sefialar con precisi'n y sin mayores dudas; con los euentos folkléricas nc «om tece Io mismo. ‘Como sfatesis de Io apuntado puede consi ‘6, pues, que el cuento folklérico es una obra lite. aria andnima, de extensién relativamente breve, que narra sucesos ficticios y vive en variantes en Ja tradicién oral. Creemos necesario aclarar los términos versién ¥ yariante, por cuanto Ios usamos frecuentemente y Tes asignamos significados diferentes, Dlosmes versién a cada realizacién de un cuento, se ella registrada 0 no; es decir, cada vex que se nana tun relato se produce uma versién, ED investigacior dispone para su estudio solo de lag versiones regis- tradas por diversos medios, pero se comprendert fécilmente que el nimero de versiones posibles de tun cuento es incalculable y (con exceso) el eavdal de registros disponibles. Llamamos variate « la relacibn integrada por una secuencis de clemen tos comunes a una serie de versiones, Jas cviles s¢ pparecen mis entre s{ que a las de otras series (1 su vez mis semejantes entre sf que 2 Ia pos). Aqui surge un serio problema: of de minar cuales son loz rasgos pertine ide de obres ere: 8 RRMA: ffenilasivarias. versiones. ‘Es sabido que una ver- fio. es nunca exactamente igual a otra en su Brifesin conceptual y, por supuesto, en sus ele- Me esos cxpreives emoeionales como movimietes corporates, matices de entonacién, de tempo, etes la.cuestién es sefialar ondiles rasgos deben. estimarse como ircelevantes y cules como pertinentes, Es pro- able que con el progreso del andlisis estructural =), de quentos folkléxicos se Hegue a elaborar una tée- nica adecuada para resolver este problema, Acla- ramos, finalmente, que las versiones se dan en la, realidad, mientras que las variantes son abstrac- ciones producto del analisis comparativo, Existen otras formas narrativas tradicionales cu- yo alcance es necesario deslindar. En el matco de los estidios sobre relatos de pueblos ewropeos (0 influides por ellos) so utilizan las categorfas de cuento, mito y leyenda, cuya validez universal no esth probada. Diversos autores han aportado sus conocimientos para clarificar estos conceptos; men- cionaremos tan solo una reciente distincién estpble~ ida rpor William Bascom al tratar “The Forms of Folklore: Prose Narratives”. Para este antropélo- {g0, los cuentos “son narraciones en prosa conside- radas como ficeiones”, cuya accién se ubica en cual- quier tiempo y en cualquier Ingar, y cayos perso- najes son humanos y no humanos, Los mitos soa natyaciones que, “en la sociedad en la cual son con- tadas, se consideran como acontecimientos verda- deros que ocurrieron en un pasado remoto”; usual- mente son sagrados y estén asociados al ritual y al dogma; su accién st desarrolla en un mundo dife- ronte y sus personajes principales son no humanos. |) Las Leyendas, finalmente, a semejanza de los mitos,, { “Son consideradas verdaderas por el narrador y su ‘+ auditorio, pero se ubican en un perfodo conside- 10 ‘ado menos remoto, cuando el rmundo era como es hoy"; agregamos que elementos de localizacién es- ppacial y temporal son frecuentes en In leyenda. ‘Un niimero no desdefiable de relatos tradiciona- les se caracteriea por destrrollar una explicacton sobre ef origen ola exusa-(por-ello-la-denominar cién de etioldgicor con que también se los cono- ‘c0) de algo: accidentes y fenémenos naturales, ani- males, plantas, el hombre y sus instituciones, nom- bres de lugar, etc; tales relatos son Hamados ex- plicativos, Segim sus caracterfsticas internas y el contexto cultural en el que aparecen, pueden ser clasificados como mitos 0 como leyendas. Pero, con mucha frecuencia, las narraciones explicativas estin agregadas otro relato, el eual puede tener sentido completo con prescindencia de Tas mismas; finales etiolégicos se descubren a menudo en cuen~ tos de animales, por ejemplo, 2, Variedades de cuentos ‘La categorfa narvativa denominada cuento folklé- rico abarce un gran niimero de variedades con ¢a- racteristicas diferentes, por cuya razén se las ha reunido en varios grupos atendiendo a sus afini- dades. Los cuentos maravillosos 0 de magia (denomi- nados Marchen en alemin, Fairy tales en inglés) presentan seres, acciones y objetos fabulosos o fan- tasticos (hadss, brajas, ogtos, animales que hablan, alfombras que vuelan, etc.). El mundo mégico 0 Fantistico tiene la misma dimensién, dentro del re- : lato, que el mundo donde se mueven sexes hama- nos. Todo transeurre en el mismo plano, y el héroe UL Pe cicha'los consejos ds su caballo que bable, Tos THpSjge al pie de In Tetn y obtiono el dito amunci [der Bn general, selon ser bastante extensos (cor pradas con los euentos pertenecientes a otros gr pis) y presentar una rica secuencia de epsodios Bava Stith Thompson, estos cuentos son tipicos de Pera tea “goextensiva con 1a cultura gccidental”. Constituyen, posibiemente, el grapo de relates mis ‘rtudiado, en tomo del cual se han postulado di- canis tectias gensticas que han suscitedo variadas ontroversias cientificas. “Los eventos nopelescos (_Nouellenmirchen) trans cearren en un mundo reel, sin elementos fabuloses cor el caso anterior, empero, tienen en cori. ton los mazavillosos su riqueza episédice, Pars el folklorista sueco Carl W. von Sydow estos euentos, realistas en alto grado, son caracteristicos de los ppucblos semitas. Se ubjcan dentro de este grupo Pyatos de adivinanzas, en los cuales se proponen {utiles enigmas (a veces, versificados) que deben resolverse con ingenio o astucia, y de-cuya solucién Aepende a menudo wn premio o un castigo, ‘Buentos en los que intervienen Dios, la Virgen, Jos santos, el diablo, con un propésito moralizador mis 0 menos evidente, son denominados religiosos. Para algunos autores estos relatos, en cambio, de- pen ubicarse en la categoria de leyendas religiosas, pues aunque se puedan referir acciones que el cb- Fervador estime como ficticias, para ciertos audito- ios todo el relato es tenido por verdadero, teniendo fn cuenta la apaticién de personajes que son sa fgrados dentro del marco de la propia cultura, Un grupo mumeroso esti, constituido por los chis- tes o historietas (Schwiinke; jests, anecdotes), ge ‘neralmente cortos y con fines humoristicos; su ac- ‘eién transcurre en un mundo real. Aqui aparecen, 2 [como subgrapos, slat hhabilidades 0 defeclss (eavntes €9 sve 7 ftrosos, do picaros, de tontes, de eazadurer, » 7 personajes cuyo status —o su ester! particularmente susceptibles,a Ta burls inctaids en Tes narraciones (solteronas, sacerdotes, wsvises gaitados). Estos chistes, en algunos is0 ehiborsdos sopre sown f relacionarse formando eiclos en toro ly aljin personajes en In narrativa hispanoame Buente el ciclo de Pedro de Urdemales, picaro de antigua tradicién peninsular, conocidy en todo nuestro continente, donde su nombre suir fas mas variadas transformaciones. También he ilo del tonto, generalmente inominado, o bie» Je do eon uno de los nombres comunes len darse en los cuentos (Juan, por ejemplo En Ios cuentos de animales, por Yo comin xe: ves, Io caracteristico es la intervencién de nvinnales que se comportan como seres humans; en. ocasio nes también aparece el hombre, ‘Tienen vincula- ‘dén con Ia fébula, pero cn ésta interesa sobre todo el ejemplo moral que debe dazse (la “moraleja”), que el cuento desdefia; ademas, Ta fibula ba per mmanecido esoncialmente como género literario ale ado de la tendicion oral. Empero, no debe olvi- Garse Ia posible influencie de temas fabulisticos literarios sobre la conriente tradicional ni la posibi- lidad de que las grandes colecciones de fébulas sean, a sw vez, reelabornciones literarias de temas tradicionales, Como anota Stith ‘Thompson en su ‘obra The Folktale, para los cuentos de animales co- rrientes en la tradicién occidental pueden seiialarse cuatro fuentes principale: fabulas Iiterarias de la 1 1) Ins coleceivines de Sia; 2) Ins fabulas de Es po, especialmente en su clabosnciéa medieval tem- rang; 3) los cuentos medievales literarios, de ani- 1B Yu Fit... sobre todo el ciclo del zorso (Renast, Rey~ Jnard), 4) la tradicién oral pura. Fuera de ta tra- Heegieion occidental, relatos de animales. esti pre- entes en muchas otras culturas; en América del Sur, vaya Un caso, se los ha-registrado-en-gran.nii- mero de pueblos indigenas. ‘También los cuentos do animdles suclen encadenarse formando de boca de sue narradores debe ser efectuado por investigadores cntrenados; hay que obtener of text sin altoracio fies y para effo, en Ja setualidad, = emplen babi: falmente Ja grabacién en banda sonora, Las cin- tas grabadas se archivan (pueden ser también vis tose, documento lingiifstico), previ de los textos para el sublicacin de transeripeién correspondiente archivo 0 sw ‘Ademés, dcben anoterse una Serie de datos sobre el narrador o informaante y fu medio socio-cultural, requisites que se cumplen Jgualmente al registrar todo tipo le materiales folklbricos, Sobre el nerrador deben »-vntarse: nom- bre, edad, ocupacion (puede tratarse do um arta dot “profesional’, 0 de un individuo que atesora folatos vineulados de agin modo con su actividad, © de un relator ocasional), lugar de nacimicnto, Tugares donde ha vivido, tipo de insiruccién ree bida, de quién aprendié los cuentos que narra, A! hucer el registro le las versiones de we fecha, et lugar preciso donde se realiza (loce dad; provincie, departamento, partido; pals), pe sona que lo efect cm di Patek cconsignay circunstancia en que se nara & wt “ai fate el recolector, ete), modo de realizar el re stro (grabacion; anotucion taquigeiticn o al dic- Edo mis lento; escritura por el mismo narrador, revisada por el recolector), En cuanto al contexto ocio-cultural del relato, ta gama de anotaciones posibles es muy vasta, pues aberea desde'el cone: Pepionto amplio y profundo de la sociedad y In cul- tura de cuyo patrimonio el cuento es parte inte- grante, hasta el tipo de auditorio y reacciones de ite; las ocasiones"en que se narra, ef conocinnien- to del tema pot otros miembros'del grupo, ete in las buenas recopilaciones de cuentos que se publican aetualmente con caréctor de documentos Folklérices, los textos se reproducen sin alteraclén alguna; n0 es frecuente Ja tronseripetén estricta- mente fondtica, pero si la maxima fidelidad al decir ‘Jel narrador, El nombre y edad de éste no faltan fen cada versi6n, asi como Ia identificacién del re- colector, el lugar y 1 fecha del registro. Adernfs, Ios relatos se publican clasificados segiin alguno de Tes sistemas en uso, para permitir la facil consulta por los especialistas, y evan hebitualmente notas Gen de Ia erudicién del editor. Paralelamente a Tas oleeciones con esas caracteristicas minimas, que Son obta de investigadores especializadas, el lector puede hallar muchas otras en las cuales se preseinde fe la informacién documenta! (en algén caso, por ‘para ignorancia de aficionados sin formacién siste- Jnética) y donde Jas narraciones han sido reelabo- adas 0 retocadas, en ocasiones para “mejorar” su fstilo 0 eliminar las formas “bérbaras’ del habla popular, en otras para adaptar los temas tradicio- hrales a determinado péblico (caso frecuente son Jas colecciones de cuentos para mifios), Aunque 18 Tomparativas, cuyo alcance y profundidad depen-, veces tales coleeciones pueden ser titiles al investi gador (por ejemplo, materiales de reas para las ‘que se carece de documentacién directa), su valor ientifico es oscaso (n véees, mulo), y deben ser so- metidas a rigurosa critica 4, Clas wefones Los adelantos realizados en la investigacién folklérica a fines del siglo xr y primeros ‘en del Xxx, en especial en los paises del norte europeo, mostraron a los estudiosos del evento In nevesidad de disponer de instrumentos adecuados para orde- nar Ja masa de materiales, cada vez mas ingente, que se voleaba en los centros de estudio. Para sa- tisfacer tal necesidad se elaboraron, en este siglo, algunos sistemas de clasificacién o de catalogaciin de narraciones, sobre la base de distintos criterios, Vamos a referimos a dos diferentes catélogos, que utilizan como unidad el tipo y el motivo, respecti- vyamente. Estos términos, cuyo significado técnico es ae por los estudiosos, requieren una breve explicacién, Segin ‘Thompson, el tipo es “cualquier cuento que oxsto independientemente”; puede consistir en un solo acontecimiento 0 ser sumamene complejo. En realidad, tal como se presenta en los eauge, €l tipo es una sintesis, un resumen de Ios elementos extraidos anlizando una serie ms © menos nume- rosa de versiones. Citamos un caso concreto: Ce- nielenta es un tipo de cuento conocido a través de gran nimero de versiones en distintas lenguas; to- das ellas, pese a la existencia de variantes, tienen ‘una serie de elementos comunes que permiten su > 19 2s. Gente en el catilogo de tipos es esta: reconocimiento y su agrapamiento, La sintesis pre- canna ct La Cenicienta Le heroine porsoguida, (a) La herotsa os catgada or ss mises y heraazaseas y (3!) penance jsto Bruin o ca lx conzas, (a2) 3 vestide con ropa totca a pee do jonca, capa do madera, ete, (b) disazada, ae devi pace, que quiere casane con ell 0 (c) al Thevaplea por haber dicho que lo queda tanto co eee le aio (2) cebe ser muert por unt seven’, Str Le evade mdzlon Mientras ext eabejendo de si eala (en nd hogar 0 ete estates), acoasteds, po- Vista y alimentada (a) por su madre moerta, (b) por un Teague cece en lz tumba de la madie, 0 (6) por uz fer sibecoatural, (€) por plfaros, 0 (e) por una cara ‘un carnero, 0 una vaca, (f) Cuando matan a Ia cabra (va- a) surge de ses restr en dobol gin. Ea thountp goa el pemcipe. (2) Belimente ate véula, bate vias veces con un principe, que en vi00 Tea ie sotoera, oo wsta por een la iglesia, (b) Ela Siude a lor males tatos que ba padecido como siviats, Sole (e) es vista con sus hermoses vestiduras en su habite- ss) cn 0 en Ia fale, 2 Ey, La prueba dz densidad, (2) Es deseubiorta por la procbé del apato, © {by por medio do un anillo que exon / ERST veo dal peacigo oven ol pen que ella bora. (c) {Sele ella we capa Go tocoger In manzana de oro dsieada table de los materiales ‘clasificados evd ai mismo ‘Thompson @ preparar una segunda revisién ques con el mismo titulo, se publicé en 1961, En el pro- Tog de esta dltina eden el avtor aclare que 1a obra, con propiedad, esti concebida para ordenar Jos tipo® del cuento folklérico de, “Europa, ooste de ‘Asia y las terras ooupadas por esos pueblos"; Y> saliendo un poco al paso de las numerosas eritioas que ha recibido el sistema, manifiesta que el “io © dice es meramente un listado prictico de cusntos para cierta drea, de.tal modo que los recolectores Fes estudlros puedan tener una base comin de ¢ referencia”. El indice de_tipes, ‘conocido internacionalmente "| por et nombre de sur dos autores (Aame Thomp” Fon), se orden en cuatro grandes grupos; los tipos ‘estén, numerados del 1 al 9490, pero no. tos los umeros estn cubiertos, ya que se han dejado mu cchos libres, en los yasios grupos. P22 P: itis le ficidn de auevos pos que podré revelar el ané- __ sificar los cuentos.’ Se ha hecho hincapié; también, lisis de colecciones atin no sistem: attend - visién intema es la siguiente: Sel I, Cuentos do animeles: 2? 1 a 200. 7 TL. Cuentos comunes: es A, Casates meravilloces n? 300 a 749 B. Coentes religiosos: n° 750 2 843 : Garten of 50 a 30, aentos del cero tonto: a? 1000 « 1109, ‘IG, Chistes e historietas: n° 1200 a 1999. : TV. Gueates de fraulas: 2° 2000 a 2368, Ademis, una quinte mm, de caer sificados (n? 2400 a 2499), incluye | aloes . pos ubicados fuera'de los grupos precedentes, Para cada tpo, tras ef mimero adjudicado, se inserta su sintesis (2] modo del ejemplo transcripto inds arri- ba, T, 510), referencias al indice de motivos, y la Ibligrefia conocda, que incluye estdios sobre el tipo y versiones del mismo. EI sistema Aame-Thompson ba recibido, desde su aparicién, muchas eriticas, en especial por el he- cho de no mantener un criteria uniforine para ‘la? en la ambigiiedad de‘ls nocién de tipo, unidad definida con precisién. Empero, tee el eens fae ‘no se ba elaborado uiiguna otra clasificacién, so--"='" bre la base de ots criterios, que resulte prictica ~" y de fécil manejo, Debe reconacerse la importancia que tiene'el indice de cuentos-tipo, stil instrumen- fo de trabajo que ha adquirido, pricticamente, va-" ~ Tidez universal, pues facilita en grado apreciable Ja ubicacién y la comparacién de los relatos. Sogiin dicho sistema se han elaborado, como ya se’ dijo, catflogos de cuentos folkléricos por palses,.& 0 regioses. Hay gran atimero de ellos y los apare AS cidos antes de la segunda revisién de The Types of © talogar motivos que aparecen en ~ the Folktale estén citados alli y fueron voleados en esa obra, Mencionaremos solamente los que pue- den interesar més, por su contenido, al lector bis- pano: uno es el Inder of Spanish Folktales, de Ralph S. Boggs (1930); el otro, realizado por Te- rrence L, Hansen, se titula The Types of the Folk- tele in Cube, Puerto Rico, the Dominican Republic, and Spenish South America (1957), Sobre-Ia base de la unidad denomninada motivo (también-caracterizada “Gon poca precisién, como dijimos), el profesor Thompson confeccioné un vo- Iuminoso indice, en seis voluzaenes, del cual se han publicada hasta la fecha dos ediciones: es el Mo- tif-ladex of Falk-Literature (primera ed, 1992-1936. segunda ed. 1955-1958). Aqui se ha intentado ca. ete.) de la literatura folklériea de.todo ol mundo_(y no de un rea restringida, como en el caso anterior). El io- sraciones (cyentos, mitos, leyendas, dice_de motives y el de tipos llevan referencias cmzadas. Fara Richard M, Dorsoa, el Motif-Index “puedo ser considerado coma Ia obra magna de Ta “investigncién folklérica en nuestra época; sus seis volimenes “aislan y ordénan los elementos bésicos de las tradiciones folktériéas en una ingeniosa obra de referencia universal". Los motives estin agra pados.segiin grandes temas, ord@aadas”convenc nalments y precedidos por las sucesivag letras del | alfabeto; asi, la seccida A comesponde a Motivos | mitelégicos; B, Animales, C, Tabi: D, Magia; E, La muerte; F, Maravillas; G, Ogres, H, Priebas, etc, Dentro de cada seceién, 16s motives se orde- an numéricamente, con subdivision decimal para motives relacionados; el motivo D, 1317.01, El objeto magico descubre el veneno, por ejemplo, co- mresponde a Js seeciéa D, Magia; esté inchnido entre * Jos motives ssssarzade de los objetos magicas) y dos en Ja subdivisitin D * informacién sobrenatural, Signiendo el mode! fadices de motives, que cia rma el material namative (Sens, ¢ determinades. Alguios ojos. ing uses of the Talian Novella in Prose, de D. P. Rotunda (Bloomington, 1942); Motif Index of the of Juan Timoneda, de J Wesley Chi mington, 1948); Motif-inces of Med: Exempla, de Jobn Bsten Keller (iu s> 28), EI objetw magico da sifiean ts 1949), 5. EI problema de los origenes Es ésto un tema diffe de resol do siempre & rucios estudiasos secoriginaran los cucntos_ conacidos actualy te eO6mo se explica su surgimiento? Son ustos, tate: mrogantes ingenuos que se. planteon los nje Para'no hablar de fos legos ue aceptin, come fri 2a y definitive, ta espticae faulted, Se est lejos atin de ofrecer wi pononaana uaiversal 9 2 tuna stotesis seeptable de este problems, poy Jn mayoris de Ios estudiosos se fia concentads en log» quentos orcidentales (quizé del mas fi manejo de las fur su abnndansa frente Tepertorios de otis -vituras) gandes drcus poco vonogida estudio no basta wan barna fowrnncidi litearia, sine que se necesitan ssicinfs eoncsinientos etmolbgicus, ” Darante’ la passa cunburia, « To Iaxgo do le se fue gestando y cousolidanda la actual a i folklérica, varios estudiosos' consagraron su aten- cién al problema de los origenes, formulando teo- Has explicativas. Una exposicién que debe recor- darse en primer'término fue formulada por los her- ‘manos Grimm, quienes hall c_Jos_relatos ‘und Howemar- eda ‘i#as que procu- razor! explicar. En la edicién de 1856 de su ya ci- tada coleccién, Wilhelm Grimm dio forma, defini- tiva_a su teoris, Segin ésta existe un considerable zs; tales relatos deben ser tenidos, pues, como he- rencia de wn pasado comin indoeuropeo. Ademés, se postuld que los_cuentos eran realmente _m desintegrados y solo podian ser interpretados_te niendo.en cusata ese origen. Pocos aiios después, al publicar Theodor Beafey nom edicién del Panchatentra (1859), escribié que * los eugntos_eurgpeos fenfan su origen en Ja Indi sii.debjan exceptuarse muchos Telitoe dé animales, oF pinades on Occidents y Wansformacién, en o menor grado, de igs Wamaday Yabulis Le teorfa indianista’ postulaba un foco_origin.zio ‘inioo para la iayexia de Jos cuenios (la Tadia) y asignaba gyan relevandia, en la transmisién y difu- sién de las narzaciones, a las coleccfones escritas, que Ilegaron a Occidente en varias épocas y en su- cesivas tradueciones. ‘Opvesta_a la sargié también igenista sostenida pof la @iGuela spteopologicn _ “héroes del pals de los lagos, es un extenso ‘centc! ges a biavés de uno de sus repreventantes, Andrew. 5 Tugar_sino en. diferentes region otras, donde pueblos en estado cx re anges = crearpn_independientemente similares naracior Et Es decir, los aha aga 2 ine rmadesn0 108 se remontaban a un estadio primitive de evolucién “72 coltural.y surgisron_en distintns Ingares na elacio“s ados_{poligénesis). Las tes teorlas mencionadas pretendian dar ina explicacién para el origen de los cuentos. Fueron robetidas y supertdas, pero incitaron @ los estudio- 05 a ahondar en problemas cuya solucién no re- sultaba fei, y estimularon la investigacion que cobré cada vez mayor rigor. Veremos a continua- cién enfoques posteriares sobre el mismo tema. La escuela fines, creadora del lamado “méodo histérico-geografico”, ha dado, en los finales del siglo pasado y-los comienzos de éste, un impulso renovador a la investigacién folklérica. La publi- cocién del Kalevals por Elias Lnnrot en 1835 se- ‘poems de ja tierra de Kaleva, madre mitica de Jos Gico organizado axticticamente y compuesto can el gran numero de canciones recogidas por Lémnort, de_auténticos cantores populares, Coatinuador de 738 su obra fue Julius Krohn, quien consagré su vida al” estudio_de tales cantos hemicos, elaboranda para cello una téenica que le permitié comparar las dis tintas versiones. Le interesaba a Krobn la dist a ein emectl de los motives presente 8 se * ara. frat leterminar las vias de digt eee eee yesbozar ax{ Ia historia de los cantares "Ta: tecnica opted PS para cf anilisis de poos { Kaarle Krohn, para estudiar el cnento folklérico Este estudioso no solo se aplicé al andlisis de cuen- tos concretos, sino que expuso las caracterfsticas y Jos,pasos del método en un libro publicado en 1926, Die jolkloristische Arbeitsmethode. Como ejemplo de la aplicacién del método_histérico-geogrifico-se recuerdan sus monografias Bér (Wolf) und Fucks (1883) y fonn und Fuchs (1891); en ellas estudia cuentos de animales difimdidos en Is fadicién de si te, Finlandia. "Por cxigencias de la técnica empleada, debié reunir_ versiones procedentes de todo el mundo que conespondieran a los tipos de cuentos_analizados. Krohn, al efectuar sus trabajos, Hlegé a conclusio- nes de tipo general, que se tradujeron nego en una accién magistral. Para él no podia aberdarse el estudio de los cuentos como un todo, sino investi- gar cada tema narrativo por separado; era necess- Ho Hacer ef andlisis del mayor mimero pe versiones del tema, antiguas y modernas, y_para e0.se requerla disponer de ¢ “mundo; de alli Ta necesidad de cooperacién inter- nacional, puesto que investigadores aislados no po- ian cumplir plan tam ambicioso. Ast surgié, acta 1907, la Federacién de Folkloristas (Folklore Fe- ows), con sede en Helsinki, cuya més notoria fus- Giga es ta publicacién de monografias folkléricas que, bajo el titulo general de Folklore Fellows Co- mmunications (FEC), aparece. con los auspicios de la Academia Scientiarum Fennica, Esta serie, Ja de mayor importanci y continuidad en el cam- po del folklore a nivel intemacional, se inicié en 1910 y hasta el afio 1966 legaba a los 198 titulos. ‘Destacado exponente de Ta escuela finesa fue tam- --bidn Antti Aame, a cuyo indice de tipos de euentos (Verzeichinis der Meirchentypen, 1910, FF n® 3) yaRE rferimos, y autor, ademés, de la yrinn exposcin sobre’ el método finés (Verge eee Mérchenjoschungen, 1908), de. wn trabsjo, gue enunciaba los priacipios tebricas de dicho mates (Leitjaden der vergleichenlen Mazchenforschae 1918, FFC a 18) y de varios estudios que ome caban dicha téenica (por ejemplo, Die megische, Flucht, 1930, FFC 2° 92). f Ha Ilegado el momento de explicar al lee les son los pasos a seguir en un endl tor cua Te esta clase, de acuerdo con sus propugnadares. 1 toma y# abordar debe definirse y delimit: pera re 7 tuego todas las versiones que de-él ge vou, ial se orden xt tes dela tradicién oral de Jas redacciones 2) 4sti iterarias; los primeros se distribuyen_ por y.roce cia_geogréfica y por lengus le velor se alls Sinietlea, y luego énelizarse Fasgo por rasgo, para Osorio dos sus elementos, Tras este andlisis se puede est: blecer la_forma normel para éreas determi Ja comparacion entre la $ HOE tablecidas eva a la forma basica o a) a1 (Grundjorm, Urform) del tema, que e: una zc truccida. La comparacién puede mostrar cambios. en_los temas, producides por olvido, ampliscié:, modificacién, contaminacién. AI confron ar Is | esborzar ic seguido: sopagacign, -para.lo evel jr 2 criterios de forma y contenido y estudio analtico de la variacién de rasgos en orden geogrélico. 1 in ultimo” del andlins es establecer, no sol. sible fornia originaria del tema, sino. fab. “lugar y época de origen, asi, como Ia propagacién ‘a partir del centzo originario y la difusién de inno- vaciones surgidas en otros centros. Es evidente la semejanza que existe entre los pasos del método finds, para andlisis de materiales folldéricos, median- te el cual se procura llegar al arquetipo de wr tema, y Tas seconstzucciones de los lingiiistas historico- comparativos en busca de la Uripracke. Y ast co- mo en lingtiistica ya se desistié de Ja reconstruc- ci6n de una hipotética forma originaria, en el estu- dio del cnento se ha abandonado In idea de hallar Ja forma bisica, para limitarse d’aproximaciones a las posibles formas normales para freas dads. ‘Von Sydow adopté el término ecotipo (oikotype) para designar 2 una fortna especial de wn tipo dado, ‘con caracteristicas propias, desarrollada por aisla~ miento en un frea cultural dada, y que se diferen- cia de Ins formas que ostenta el mismo tipo en otras freas, Puede haber ecotipos de distinto orden: ma- ional, provincial, parroquial, y cada uno tiene una historia propia, 2a leiea prop jada por Ja escuela fines y aplieada al estudio de muchos temas narratives hha merecido criticas de diversa procedencia. EI investigador Richard M. Dorson formulé hace po: co una evaluacién de esta técnica en un teabajo de revisidn titulado “Curent Folklore Theories’. Se- sgin_este autor, mediante el empleo del ast lamado Sinétedo histdrico-geogréfico finds”, los folkloristes comparativos intentan la reconstruccién de la his toria de un cuento folklérico complejo, une cancién 1u otro item folklérico. Tal técnica de investigacién es denominada “método” antes que “teorla”, pero ‘en realidad supone un fundamento teGrico que ha originado controversias, pues ~sostione Dorson— el método finés “ha elegido una de Ins varias postbi- 30 Jidades para dar raaSn del origen y la difusién de F Ios relatos rales. De acuerdo con sus promisis, tun cuento que ha sido hallado en cientos de va+ | siantes orales debe haberse originadlo en win tiempo Ey en un lugar por un acto de'invencién conscien- te”. Ademis, Ja difusién del relato a modo de on- | das seré afcctada por rulas féciles de comercio y viajes, y posiblemente por influencia secundaria de manusctitos y textos impresos. Segiin Jan de Vries, F en cambio, el método finlandés no esti relacionado con una teorfa definida que se propoaga demos- trar; pese al entusiasino inicial y a Jas investiga | ciones realizadas, los resultados aleanzados no son | seguros nf concluyentes, y a veces hion sido 1 tos; por ello, afiade, se ha comenzado a dudar de la eficacia del método, Realmente, Ia ejecucién de un estudio signiendo Jas divectivas de la escucla finesa supone sélida y amplia formacién y requiere muchfsimo tiempos deben reunirse cientos de versiones de todo el mundo y analizarlas segiin Ins preseripciones enun- ‘iadas para extraer las conclusiones esperadas: de- tenminar aproximadamente patria y Gpoca de crea- | cién del toma y rutas seguidas en su difusién, Se comprenderd facilimente que, de todos los tipos de ccuentes censados hasta aliora, solo unos pacas —re- Iativamente— han merecido un estudio de esta clase, F Como técnica de investigacion, cl “método hist6- rico-geogrifico” es el adecuado para el estudio de Ja difusién de un tema y de sus variaciones locales © regionales, tanto sincréniea como dia F mente. } werdnica~ Recordemos que el método, usado in para el estudio de Ja poesta popular, est conee- ido para analizar varindas especies folkléricas; aunque sus monograffas més representativas se 3L ? TYvdédioan al cuenfo, hay también trabajos mo- ir demos sobre poesia, preferentemente de géne- ro farrativo. Casi todos los trabajos que siguen los Tineamientos de la escuela finesa han sido produ- cidlos por éstudiosos del norte de Europa o de los Estados Unidos. En el campo de los paises romé- nicos, "un estudio similar ‘por su’ enfoque fue pw: blieado ya en 1920 por Ramén Menéndez Pidal; nos referimos a Sobre geografia folklérica; ensayo de un método, en el que estudia dos romances espafioles: Gerineldo y Lar boda estorbeda, mis una tercera forma, producto de le contaminacién entre Jas dos citadas, El estudio de Menéndez Pidal esta vineulado con los trabajos de geografia lingitistica, ya en gran desarrollo en Europa por esos afios (las yormas areales lingliisticas” aparecieron sistemati- madas por Matteo Bartoli en 1925, en su Introd tione alla neclinguistica). La distribucién geogré- fica de las variantes determinadas tras el anilisis de todas as versiones reunidas modemamente en Ja tradicién oral, asi como Ia comparacién con ver~ ‘siones antiguas conservadas en pliegos sueltos del siglo xv, permiticron al gran filélogo espatiol arri- par a interesantes conclusions sobre In historia de los temas estudiados, su propagecién geogréfica, ln fuerza de los centros innovadores y de los conse “_ vadores, asi como formular observacfones de orden general sobre el método empleado y sobre Tos a- acteres do Ia literatura oral, Empero, no pretende damos la forma originaria de los temas abordados, pues dice que el texto original de un romance es Jnasequible, puesto que, “en la tradicién oral, Tas | derivaciones no son sespecto del texto primitivo ‘como sus copias, sino como sus refundiciones, y étas son muy bres y ademss numerosisimas, por o cual, si el texto primitivo peisiste a través de 32 ‘sus derivaciones, es en estado de disgregacién; ast que solo podremos llegar a conocer aproximada- mente en sus rasgos mis dalicntes” El estudio monogrifice de cre de determinar ef rex 7 1a Zp or singulares pue- re-onrgewr de ead vuno, © aproximarss a ny cmb, algunos estudliosos con! esti conjunto de uni vaviedad de cov ios fa reunir los resultados parciales de iltiples ma- nografias, asi, vieios auiaies hon hascady expen ciones genersies, some vesentos segulonn Carl W, von Sydaw,-c “Das Volksatircbent ter ethnischen Gevisltequuke™, recaorda. las Sossa monogestistas de nin y deb falaban ia ase nda 2s pectivamente, de Jor comtas. Cousins que, sew que desechada: tales feos, no estinerse absurdo un enfique éiniee par explicae el origen de los cuentos, sicing: vias lk toe ‘can distinciones; de ahi su cnsayo, que intenta so- ciar determinados grupos de relatos,

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