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Jonathan Crary SUSPENSIONES DE LA PERCEPCION Atencién, espectaculo y cultura moderna Traducetén Yaiza Hernandez Velizquez akel Escaneado con CamScanner INtRopucCcION Este libro parte de la base de que el modo en que escuchamos, miramos, 0 nos con- centramos en algo con atencién tiene una naturaleza profundamente histérica. La for- ma de comportarnos frente a la pantalla luminosa del ordenador, de disfrutar de una actuacién de pera, de desarrollar ciertas tareas productivas, creativas y pedagégicas, 0 incluso, Ia de llevar a cabo actividades mas rutinarias y pasivas como conducit un co. che o ver la televisién nos sittia en una dimensién de la experiencia contemporanea gue requiere que cancelemos o excluyamos de nuestra conciencia gran parte de nues- tro entorno inmediato. Me interesa analizar la forma en que a partir del siglo dieci- nueve la modernidad occidental ha exigido que los individuos se definan y conformen en términos de su capacidad para «prestar atencién», es decit, de su capacidad para desconectarse de un amplio campo de atraccién —ya sea visual 0 auditivo— con el fin de aislar un reducido ntimero de estimulos y concentrarse en ellos. El que nuestras vi- das estén compuestas de retazos de estados inconexos no es una condicién «natural», sino el resultado de la densa y profunda remodelacién de la subjetividad humana que ha experimentado Occidente durante los tiltimos ciento cincuenta afios. También es significativo que a finales del siglo veint, la actual crisis social de desintegracin sub- jetiva esté siendo diagnosticada metaforicamente como una deficiencia de la eapaci- dad de «atencién». a Gran parte del anélisiscrtico ¢ historico de la subjetividad moderna durante este siglo se ha basado en la idea de «recepcién en estado de distraccién», tal como la des- cribe Walter Benjamin entre otros. La influencia de estos escritos ha extendido Ia creen- cia de que a partir de mediados de la década de 1800 la percepcién se caracteriza fun- damentalmente por experiencias de fragmentacién, shock y dispersién. Yo propongo dis jn moderna sélo se puede entender a través de su relaci6n reciproca aque la distrace fcticas de la atencién, En este libro, exploraré la pa- con el desarrollo de normas y practicas dela atenclop ‘ el sd6jica is én que desde finales del siglo diecinueve se ha establecido entre Taddjica inter e o eg atencidn concentrada en la organizacién disciplinaria del imperativo de mantener "0 ‘de masas y el ideal de una atenci6n continuada trabajo, la educacion y el consumo Escaneado con CamScanner NStON PeRCEREION suser pr ba PERCEPCE use 2 veatvo de una subjetividad librey creativa. Sin dud, habs come elemento constitutive dew i diferentes de atencién: que, rr abjete que comparo nociones Crt ag gran obra de arte no guarda rel Hosanna ec aac de una trea na con un obrero de fibrica que se Fi Tante, a finales del siglo diecinueve la posi 4 Sin embargo, como explicaré mas @ < wdilea purificada esta estrechamente liged Hidag inama de conecbi una perce el marco de la construccion institucional. procesos de modern lable convirtieron la atencién en un problema crucgn jetividad productiva 1 i i lal, Tea de suger Jos vinculos que existen entre las ee ae de Separa, cién social y autonomfa subjetive y las atractivas pos! 7 108 limites ambivalen, , individuo atento. 7 tes y ia eee de sefialar algunos rasgos de la Bencalogfa de la atencign ® | partir del siglo diecinueve y de definir el papel que ha jugado en la modernizacién de In subd, De manera més concreta, examina cémo las ideas sobre la perce cién y la atencién se fueron transformando a finales del siglo diecinueve Coincidiendy con la apaiin de nuevas formas teenosicas de especticulo, exposicién, pron” cién, atraccién y documentacién. Asimismo, intentaré detallar cémo los Devos des cubrimintos sobre a conductay la fsonomia del sujeto humano coincidieron «a cambios condos y sociales, con nuevas précticas de representacién y con yng organizacién radical de le cultura visual y auditiva, En este texto, construyo un punts ge visa bastante poco fecuente desde el que estudiar a crisis generalizae de ver , {epeidn en las décades de 1880 y 1890, indicando la importancia que tuvo proble Ice de a atencknenroda na sere de problemas sociales, lassen ns Ucos en css aos, indirectamente, en toda una serie de acontecimiemtos fe sh cid al veinte. sélo como espectadon Comer . mirada, del mirar, del sujet el problema de la percepeis a +b 72 atencién evita que reduzcamos oria, para convertirla en el conce?- Gran parte de ituir ¢ lo que tituir lidad un efecy . que parece cons! isualy Puede desviatse faci Tos tipos de fuerzas y relaciones Intaopvecion : B perdido valor y relevancia en el a espectacular o's bees o i eee Lo que argumentaré es que la cultu- gias através de las cuales ls inv se nslon ce weparany baleen ete pojados de poder. Asimismo, lac fone se As slan, se separan y habitan el tiempo des- Croncalment visuals sng ores de ontantencn no son excise i cos, come sas de taney rtd por tas temporada yeas no de jetin ili r, ~ ? hens ae peroneal ofthe Observer era demostrar que las ser ce itis de nus ideas sobre avis, no pueden devincuar- riencias Spica, sno a proceaos de moderineién yea onalicion Ea ens Hive rencias Stias, sino a procesos de modernzacién yracionaliacén. En est libro, ue yun campo de fenémenos bien diferente, uno de mis objetivos ex demostar eae i rial vt sélo una de las capas de un cuerpo susceptible de + capturado, model olado por toda una serie de técnicas externas. Pero al mismo tiempo, la visidn es s6lo una de las partes de un cuerpo capaz de evadir el en- cierro institucional y de inventar nuevas formas, afectos ¢ intensidades. No creo que conceptos exclusivamente visuales, como «la mirada o la «contemplacién», tengan ninggin valor en si mismos como objetos de explicacinhist6ricat, El uso que hago del problematico término «percepciém» es una manera de aludir a un sujeto que se defi- ne en términos que van mas allé de la modalidad del sentido tinico de la visi6n, en ér- minos que incluyen también al ofdo, al tacto y lo que es més importante, a modalida- des sensoriales irreduciblemente heterogéneas, que por lo general reciben poca 0 ninguna atencién dentro de los «estudios visuales». Ademés, me gustaria sugerit que a finales del siglo diecinueve, las investigaciones sobre la percepcién se esforzaron por devolver al término algunas de sus connotaciones originales en latin ~el sentido de la percepcién como «atrapar» o «cautivar> a pesar de que la imposibilidad de tal fija- Gién o posesion fuera cada vez mas evidente. De hecho, en la década de 1880, la per- cepei6n ya se utilizaba como sinénimo de «aquellas sensaciones hacia las que se orien- ta la atencién»’, En parte, la importancia del problema ist6rico de la atencién se debe a que fun- ciona como una bisagra entre los problemas planteados por las més influyentes refle- syones filosOficas moclernas sobre la vision y a percepcién (Jacques Derrida, Maurice Blanchot, Georges Bataille y Jacques Lacan, por ejemplo) y os planteados por el and- Tis de lee efectos modernos del poder sobre la construccién social e institucional de Ia subjetividad (por ejemplo, Michel Foucault y Walter Benjamin). A grandes rssos la primera categoria se caracteriza por su insistencia transla . gue existe una i ti le Ia vision, en ausencia fundamental en el nucleo de la vi la tones ie om percept, asrrmesencia y del acceso visual inmediato a la plentud del set, Sin em argo, 29 i6 i ‘oblema especificamente moderno, pre- 0 que la atenci6n se convierte en un prt esp oder eee ‘én historica de la posibilidad de concebir la idea de cisamente gracias a la obliteraci ria ; bit I iden de presencia gna percepcién: ante la imposiblidad de presencia, la atencidn serviri tan: 7 Véase el notable relato antivisual que ofrece J Stari en The pe Bn Cambie ted Uni ° lado, Cuatro, it 377 led. cast: El oj vivo, trad. J. Mateo Ballora, Valladoli ee th a taroducton we, Pbysologieal Psychology (1891), Londres, Sonnescin, 187 P 24h Escaneado con CamScanner to para simularla como para convertirse en st sustitute 5 nIMatice ésta, En Techniques of the Observer desctibi cémo a principios del © improy) 1 siglo dic rasados ery observador, en la instantaneidad y en | é isis MMieve ange de la dptica fisioligica desplazé a los modelos de visién by ime ito naturale, wencias de cémo el su ctico del mundo, un modelo que mentalmente vistal 0 siquicra veridico’, Las explica sencia del mundo frente te "8 ater, le e8¢ cary Neto podig M0 era funds de la a poral de la percepcidn. En este libro examino algunas de las consecy hio: en particular, la aparicién de la atencién como modelo de mantener un sentido coherente y pi iones normativas surgieron directamente de la conciencia de la imposibilidad de aprehender dad idéntica a si misma y de que la percepcién humana -condicionad, ralidad y por procesos fisicos y psicol6gicos~ slo podia proporciona Jos casos, una aproximacién provisional y cambiante a sus objetos, Asi pues, es importante subrayar que esta profunda reconcepcién del observador dlurante el siglo diecinueve patio de la premisa general de que era imposible pant ln percepcion en términos de inmediatez, presencia 0 puntualidad. Gran pare de, teoria critica reciente, derivada de una ertica de ln presencia ya caduca, ha sido ines par de darse cuenta de que preguntarse si es posible o no el acceso perceptivo dimes a la autopresencia, es intrinsicamente irrelevante en el marco dela cultura modemnadiy ciplinaria y espectacular. Desde finales del siglo diecinueve, al poder institucional sélo le preocupa que la percepcién funcione de tal modo que asegure que el sujeto sea pro. ductivo, controlable y predecible, que sea adaptable y capaz de integrarse socialmen. teJEI descubrimiento de que la atencién tenia limites por debajo y por encima de los cuales la productividad y la cohesi6n social quedaban amenazadas, dio lugar a una pe- ligrosa equiparaci6n entre ciertas «patologias» de la atencién de reciente designacién y algunos estados creativos intensos de profundo ensimismamiento y ensofiacién. Como explicaré més adelante, la atencién era un componente necesario de la concep- ci6n subjetiva de la visin: a través de la atencién el observador individual podfa tras cender las limitaciones subjetivas y hacer swya la percepcién; pero también era el me- dio a través del cual, el observador se exponia a set controlado y anexionado por agentes externos. tencidn a reali a por la tempo, Fen el mejor de Este es, a grandes rasgos, el alcance intelectual de este proyecto. Sin embargo, sus Parimetros concretos estén més delimitados. A pesar de que abarco un periodo de aproximadamente veinticinco aios, desde 1879 hasta los primeros afios de la década de 1900, no trato de escribir una historia o hacer un recuento de las ideas y prictiss ue existian en ese momento en torno a la percepcidn, A partir del capitulo uno, cues tiono por qué la atencién se convirtié en un tipo de problema completamente nee durante el siglo diecinueve, muy diferente de las concepciones que histéricamente . habian tenido de él y por qué se asocié tan intimamente a las investigaciones filo cas, psicoldgicas y estéticas sobre la percepcién, Asimismo, describo los miltipks & fuer20s fracasado (y a menudo enfrentados) por explicar la atencidn de manera? ——— * Una buena paicol Psychology of Attention, otia dela atencién no tiene que incluir el “vee* con -ambridge, MIT Press, 1998, p. 9 add Escaneado con CamScanner Edouard Manet, En ef invernadero, 1879. ‘Alo largo de los siguientes capitulos, creo unos diagramas provisionales de las tiltimas décadas del siglo diecinueve, diagramas consti- tuidos a partir de andlisis locales de un ndmero relativamente pequeiio de objetos, me- diante los que examino los problemas interrelacionados de la modernizacién y la per- cepcién, A pesar de que la secuencia de capitulos est organizada cronol6gicamente, comenzando con objetos de alrededor de 1879, llevo a cabo una exposicién disconti- nua, en tanto en cuanto construyo tres andlisis relativamente aut6nomos que traspa- rica y convertirla en algo controlable. san ese continuo hist6rico. Cada uno de mis capitulos presenta una constelacidn de objetos que sirven pars ilustgar el modo en que los problemas de la percepei6n contingente y modernizada faa romando forma en el contexto de las enormes transformaciones en las pricti cas culturales occidentales a finales del siglo diecinueve y principios del veinte. Espe- cificamente, cada una de estas constelaciones incluye algunas de las formas mis im- portantes de vision maquinal y técnicas de simulacién del movimiento continuo, que Facrom los elementos mas evidentes de varias de estas reconcepciones de la percep- cién, ademas de ser elementos cruciales en una incipiente reconcepcién de la cultura de masas. Existe un problema critico persistente sobre cémo entender el hecho de que el cine y el arte moderno ocupan un campo histérico comtin, He intentado equilibrar cualquier especulaci6n generalizadora con anilisis muy especificos de practicas y ob- Escaneado con CamScanner cirque de Seurat de 1887-1888 y Arboles y reas de Cézanne de alrededor de 1900 % Tulmente sinerénica de objetos separados sos alo largo del eje diacrénico del libro. inci eae Tn Techniques of the Observer, me enfrenté a la convencién de que la pintura m a na de las décadas de 1879 y 1880 sefiala un cambio de época decisivo en la cota histrica del observador y ls Pricticas de la vision; ésta es una posiciSn que desde mA conf? sau Es decir la modemidad visual se conformé dentro de un cimpo ms combigurada de vécnicas y discursos sobre lo visual y el sujeto observador, Pero esto ae nifica que no valpa la Pena analizar estas obras de arte, Se trata de objetos a wa ot Cuales podemos examinar le \Mecuencias y reverberaciones del auge de los mod pot yf everberac crucialmente im? Pios del siglo diecinueve y son crucial ras ‘antes para entender Jos nue, i: jest y obstaculos creativos que generd event estas obras de arte de forma tan rent Privilegio omtoliyico. Mi libro parte de ei la atencién Para cuestionar la pertinencia ¢ Estudiat absorcién como estéticamente determinada. n le. nea incompart “16n oftece una superficie heterogénea inco! 89, NO sittio ¢l problema de Contemplacisn g tener’ MHD GUE Se uilza la acy Escaneado con CamScanner Paul Cézanne, Arboles y ras, ca. 1900 Escaneado con CamScanner spjetos liscursivos. ls DAG aftativamente diferente duccidn de efectos de poder y " ‘as materiales y los artefactos de la re sino que se involucran ce teen dn et ros de subjtividad. Por tanto, no meinen, jgnificado primario 0 auténtico» que de alguna manera sea inmanente, te fen de examina con a espera de reconstruit parce wit gmpa desu extrio nip es vnelocon exterior de permanecer ae ode ge pins dene todo iin sn cesar y varias vce swalo aoa, mi intencion no es Propone’ POF ejemplo, que una obra de §, i arsretosdiscusivos 0 los espaciosinstitucionales a los que i ‘hero, 0 que esté decerminadla por ellos. Lo que sostengo es que ciertas obras + fs pricica estéticas especifices en Ias que se basan- son elementos constitutions de eg errr campo de acontecimientos, que constituyen planteamientos originales de pro. hams similares, Por tanto, el uso de Manet, Seurat 0 Cézanne como figuras a través de las cuales repensar ciertos procesos que S¢ desarrollan durante este periodo no se co Cada uno de ellos se enfrent6 de forma singular alas interrupciones, iS sit ios dl campo percepiv; cada tno de ellos realiz6 descubrimicnts “fr precedente sobre a indeterminacién de la percepei6n atenta, pero también bes aes la inestabilidad de la atencién podia servir como base para reinventar la expe. Fiencia perceptiva y las pticticas de representacién, También podria haber incluido a © Monet, yen menor grado a Degas, pero, los omit{ para restringir la envergadura del proyecto, Las razones que justifican la eleccién de estas obras en particular se eviden- arin alo largo de mi exposicién, pero, a grandes rasgos, lo que tienen en comin es que s efrentan con el problema general de la sintesis perceptiva y con la capacidad dela atencién pare unit y desintegrar. Asimismo, me interesa el hecho de que estas ee eee No creo que haga falta ies “ * le a lismo» y verosimilitud Optica. ; artisticas fueron significativas, pero de a istruir A Percepcién, en el que las practicas ponent Porno he endo sexta exes pntars de au content abil nla is toria del arte y he puesto entre vanéate as Sate lesu contexto habitual en lahis- ate, en términos de su relacién con . cualquier explicaci6n «vertical» de las obras yectoria histérica lineal de movimi upturas 0 continuidades a lo largo de una tre Deleuze y otros, h movimientos y estilos, Por el contratio, siguiendo a Gilles ; he resaltado las conexiones ti Ree aeae jetos que ocupan posiciones muy dif ransversales entre diferentes tipos de 0 ls el aryl iene sen teremtes: La proposicién de Deleuze de au fk Pero siempre por rasenes inteme ome relaciones de resonancia ¢ intercambio mute, Pat se sinulttoca, pero auténoma, omeea una manera de pensar acerca de la fast yla baja» cult 5 ecdnica o biografica pence aunente diferentes, 1 ura’, ca, ni a manidas distinciones entre la «” sea sintomatica de fluencia m anes 241,200) 9% Nueva York, il and Je 174, pp, 1-12 fe cat 2, aN. Ross Mal SP ” G. Deleuze +» Negotiations, Nueva York. ¢ * York, Columbia University Press, 1995, p. 125 Escaneado con CamScanner Intropuceras 9 itulo de este libro sirve para evocar tanto como para describie: para mi son im portantes varias connotaciones de la palabra suspensién.\En primer lugar, me gustaria | sugerir el estado de estar suspendido, un mirar 0 escuchar tan intenso que se evade de \ las condiciones vitales ordinarias convirtigndose en una temporalidad suspendida, un levitar fuera del tiempo. Las raices de la palabra atencién resuenan con el sentido de «tensién», de estar «estirado» y también de «esperar», Sugieren la posibilidad de fija- cién, de mantener la fascinacién 0 contemplacién hacia algo, en la que el sujeto que observa esta simulténeamente inmévil y desanclado, Pero al mismo tiempo, una sus- pensidn es también una cancelacién o interrupeién, y queria aludir a una interrupcién, ‘incluso a una negacién de la percepcin misma. A lo largo del libro, aludo a una idea dela percepcién que puede ser simultancament¢ absorcidn y\ ausencia 0 retraso) Es jus- tamente esta composicién contradictoria de la percepcién la que me ocuparé en este li- bro, no para identificarla pomposamente como una de las eternas trampas de la visién, sino para explorar las condiciones de posibilidad de su aparicién hist6rica. Quiz no sea necesario que apunte que una arqueologia de estas condiciones supone una prehis- toria de nuestro presente y de sus mundos tecnoinstitucionales. 1 Escaneado con CamScanner LA MODERNIDAD Y EL PROBLEMA DE LA ATENCION La continuidad permanente del proceso, la transicién intertumpida y fluida del valor desde una forma a otra, o desde una fase del proceso a la siguiente, es una condicin fundamental de la pro. duccién basada en el capital, K, Marx, Grundrisse. Los problemas filos6ficos vuelven a presentar hoy en casi todas las obras la misma forma que hace dos mil aiios: ¢eémo una cosa puede nacer de su contrario, por ejemplo, lo racional de lo irracional, lo vivo de lo muerto, la légica del ilogismo, la contemplacién desinteresada del desear vido, el vivir para el préjimo del egoismo, la verdad del error? lietzsche, Humano, demasiado humano, Uno de los avances mas importantes para la historia de la percepeién durante el si- glo diecinueve, fue la aparicién de modelos de visién subjetiva en toda una serie de » disciplinas de manera bastante repentina, durante el periodo 1810-1840. En,tan sélo unas pocas décadas, los discursos y actividades visuales més importantes rompieron con el régimen visual clasico para pasar a fundamentar la verdad de la visién en la den- sidad y materialidad del cuerpo'. Una de las consecuencias de esta ruptura, fue que el funcionamiento de la visién pas6 a depender de la constitucién fisiolégica, compleja y contingente del observador, convirtiendo la visién en algo defectuoso, poco fiable, o como se lleg6 a decir, en algo arbitrario, Ya en la primera mitad del siglo, se habia de- dicado gran cantidad de investigacién cientifica, filos6fica, psicol6gica y artistica a in- Véase mi Techniques of the Observer: On Vision and Modernity in the Nineteenth Century Cambridge, MIT Press, 1990, Utilizo la palabra cldsico, extrapolada de la obra de Miche! Foucault, para describir las teorias y pric- ticas en torno 4 la visién durante el periodo 1660-1800, que pervivieron de forma parcial hasta bien entrado el siglo xix. Escaneado con CamScanner om, ho dle que nil visi ai ningtno ce fos demés sentido va sm ees le tern enna En Ta eed de inti pir essing HTelmboltz, Gustave Fechner y muchos otros apunyg Ao" cient erica genetalizada que despojaba la experiencia perc? ince CP ences habian sustentado su relacién privileging Pt ie a aay Ete libro analiza algunos elementos del ambiente ee 2 a ei anos dela dada de 1870, en el que estas nuevas certean 2 Pat ee a percep fueron rebatidas y reconstruidas, tanto desde ie no deade una modernizadora cultura visual de mass, L ra va iin subjetivat la dea de que nuestra experiencia perceptiva y en, sorial no depende tanto de la naturaleza del simula extermo, como de a compo sae anniento de nuestro aparato sensorial- fue una de las condiciones neces para la aparici6n histérica de nociones de visién auténoma, es decir, para poder deslgat {o liberar) Ia experiencia perceptiva de una relacin necesaria con el mundo exterior, Iyualmente importante fue la répida acumulacién de conocimiento sobre el funciona. miento de un observador plenamente corpéreo, algo que revel6 miltiples posibildades pura somicter a la visién a procesos de normalizacién, cuantificacion y disciplina. Al de ferminarse que la verdad empftica de la visién se hallaba en el cuerpo, la visin (al igual {que el resto de los sentidos) pudo ser anexionada y controlada con técnicas externas de manipulacién y estimulacién. Este fue el logro mas importante de la ciencia de la psico- fisica de mediados del siglo diecinueve, la cual, al supuestamente transformar la sensa- 6n en algo mensurable, inscribié la percepcién humana en el campo de lo abstracto y cuantificable, La visién ast concebida se volvié compatible con muchos otros procesos de modemizacién, a pesar de que también planteaba la posibilidad de que existiera una experiencia visual intrinsicamente no racionalizable, que se resistiera a cualquier proce- dimiento de normalizacién. Estos avances forman parte de un momento de cambio his- torico decisivo en la segunda mitad del siglo diecinueve, en el que cualquier diferencia cualitativa entre vida y técnica comienza a evaporarse. La desintegracién de toda distin- cin irrefutable entre interior y exterior, abri6 paso a una espectacular cultura modemi- zadora, asi como a una impresionante expansi6n de las posibilidades de la experiencia estética. El reposicionamiento de la percepcién (y de otros procesos y funciones que has- 4 entonces se entendian como «mentales») en la densidad del cuerpo fue un requisito indispensable para instrumentalizar la vision humana como componente de ensamblajes ‘maquinales, pero también dio paso a la increible explosién de invencin y experiment: ci6n visual que vivi6 el arte europeo de la segunda mitad del siglo diecinueve. ae oe padifaros lamar una revolucién de los medios de percept oe ra eat 7 Eoeae luna constante recreacién de las condiciones de ded clasts an lis dae An é a rises desde finales del siglo diecinueye yde we perceptivas han estado on cadas, Durante los diltimos cien afios, Jas me ren cn como ian aoa do un estado de incesnte rar is dn aces tie pura dc ae iin tenia de craters aaa durante el siglo veinte, seria precisamene “i uf modelo de ay Sipiedine antes, Lo que es mas, la vision parece estat i one ) continua a nuevas relaciones tecnolégicas, configura’ ry Escaneado con CamScanner LA MODERNIDAD Y EL PROBLEMA DE LA ATENCION 23 sociales ¢ imperativos econémicos. Por ejemplo, lo que normalmente llamamos cine, fotografia o televisién, en realidad son elementos transitorios dentro de una secuencia cada vez mas répida de desplazamientos y obsolescencias que forma parte del funcio- namiento delirante de la modernizacién. Cuando la légica dinémica del capital comenzé a amenazar de forma radical cual- quier estructura de percepcién estable o duradera, al mismo tiempo traté de imponer un régimen disciplinario de atencién. Fue a finales del siglo diecinueve cuando el pro- blema de la atencién se convirtié en una cuestién fundamental en las ciencias huma- nas, particularmente en el incipiente campo de la psicologia cientifica?. Se trataba de un problema cuya importancia tenfa que ver directamente con la apari po social, urbano, psfquico e industrial, cada vez mas saturado de estimulos sensoria- les, La inatencién comenzé a tratarse como un peligro y un serio problema, especial- mente en las nuevas formas de produccién industrializada a gran escala, a pesar de que a menudo eran estos mismos métodos modernizados de trabajo los que provocaban dicha inatencién?. Se podria decir que uno de los aspectos cruciales de la modernidad es una crisis continua de la capacidad de atencién, en la que las configuraciones cam- biantes del capitalismo continuamente fuerzan la atenci6n y la distraccién al limite, ~) con una secuencia inacabable de nuevos productos, fuentes de estimulo y flujos de in- © formacidn, para después responder con nuevos métodos de dirigir y regular la per- cepcién. Gianni Vattimo ha apuntado que «el intensificarse de los fenémenos comu- nicativos, el acentuarse de la circulacién informativa [...] no representa slo un aspecto entre otros de la modernizacién, sino, de algiin modo, el centro y sentido mismo de este proceso»*, Sin embargo, la atencién como problema hist6rico no se puede redu- cit a estas estrategias de disciplina social. Como argumentaré a continuacién, esta for- ma de entender al sujeto en términos de su capacidad de atencién, también sirvié para revelar a un sujeto incapaz de someterse a tales imperativos disciplinarios. Parte del problema epistemol6gico de la modernidad desde Kant ha sido cémo de- finir la capacidad humana para sintetizar Ia fragmentacién y atomizacién del campo 7 Como bien saben mis amigos y colegas més cercanos, llevo trabajando sobre el problema histérico y cul- tural de la atencién desde finales de los afios ochenta; esboce algunos de los términos de mi interés por-el tema ten eAttention, Spectacle, Counter- Memory», October 50 (otofo 1989), pp. 97-107. Parte del principio de este ca- pital y algunas partes del capitulo dos, aparecieon bajo el titulo «Unbinding Vision», October 68 (primavera 1994), pp. 21-44, y mi arculo «Attention and Modemity inthe Nineteenth Century fe incuido en el bro edi- tado por C. Jones y P. Galson, Picturing Science, Producing Art, Nueva York, Routledge, 1998, pp. 475-499. + Mary habla de c6mo, ya en la década de 1840, los gerentes de las fabricasentendian que «el grado de ale- tay atencin en los trabsjadores difelmentepodia sr inerementado» y que disminuit la duacion del dia labo- tal de modo que las demandas sobre Ia atencién de Jos obreros también disminuyeran,reultaba en un ince, mento dela productividad. K. Marx, Capital, ol 1, Nueva York, International, 1967, pp. 410-412 (ed. casts Ed Capital, Madi, Akal, 2000) Véase el artculo de M. Perrot 1. Kant, Critique of Pure Reason, Nueva York, St, Martin's . “ ason, Nueva Yor, St. Martin's, 1965, p138 fed. casts Critica del rain ars trad. M, Garcia Morente, Madrid, Teenos, 2002] ed Victor Cousin ejemplifc _ 2 dines epg moc un sentiment de desesperacén muy eatendido, frente al auge del exe loess ate ceisteolog: «Ahora, an promo como ls leyes de a razén son reducidas sin wana acon humans, su comps enero ex circuses por a esfera de nue natures Pe tan como mucho, pornos Sue st sempre marcadas por un canictr indelele de subjetividad Re NY io Piney np wets indepedinen, Cousin, Element of Preto 7 A Schopenhauer, The World as Will World as Will and Representation (1844), Nueva York, Dover, vol. 2,196, P-137( ‘mundo como volunt * Segin K Kate Tho Rav ornerkel trad, M.M. Arms, J. Chamorro y RJ, Diaz, Mairi, Akl 200) Lubin Cambridge, Cambridge Universi Pre 191, oan Academie Philosophy Between Idealism and Po ja en la década de 1850 existian varias ote inatas de la mente” a menudo con wn sustts!e 4 Escaneado con CamScanner La MODERNIDAD ¥ EL PRO EMA DE LA ATENCION 2 pee a Suess Enplicaban la interacci6n entre la percepcién sensorial inmediata y de la memoria, Wilhelm Dilthey desarrollé una extensa reflexién sobre las formas creativas de sintesis y fusién especificas de la actividad humana de la imaginaci6n. Para Nietzsche, la sintesis ya no era la constitucién de a verdad, sino una , alineaci6n de fuerzas cambiante, metamérfica e infinitamente creativa, / El psicélogo americano G, Stanley Hall, en un escrito de 1883, oftece un veredic- to pesimista sobre las repercusiones de aceptar esta contingencia como condicién del conocimiento: «Puede ser que la vida sélo cultive a la mente en puntos y nodos y que éstos estén tan imperfectamente unidos por los procesos asociativos y perceptivos, que si forzamos especialmente a uno de ellos hacemos que se aisle atin més hasta que pierde la capacidad de dirigirse a si mismo y cae lentamente en el abandono y la desin- tegraci6n?», Para la psicologia institucional de las décadas de 1880 y 1890, la capacidad de asociar la percepcién sintéticamente en un todo funcional formaba parte de la nor- malidad psiquica que evitaba el peligro de disociacién, o lo que Kant describia como las percepciones «abarrotando el alma». El psicdlogo aleman Oswald Kulpe insistia en que sin capacidad de atencién, «la conciencia estarfa a la merced de las impresiones externas [...J el pensamiento seria imposible por lo ruidoso de nuestro entorno»", El funciona- miento de la visién, con todas sus idiosincrasias e inconsistencias fisiolégicas, no tenfa un cardcter lo suficientemente legisador como para poder aglutinar de manera fiable la in- formacién sensorial sin la intervencién «juridica» de la atencién". Entre los escritores que asociaron la incapacidad de mantener la atencién con la conducta sociopatica, el antimoderno Max Nordau fue uno de los més leidos, pero sus diatribas no se alejaban mucho del determinismo social que sustentaban la obra de otras autoridades en la materia més sobrias y cientificas como Ribot: ‘Al carecer de los cuidados y la contencién de la atencién, la actividad cerebral de los degenerados y las histérica es caprichosay carece de propésito o finaldad. A través de tun libre juego de asociaciones, las representaciones son llamada a la conciencia y tienen libertad para desmandarse alli, Aparecen y se extinguen automticamente y a voluntad no interviene para fortalecerlas o suprimiras (..] Entonces, en primer lugas, la debili- » G. Stanley Hall, «Reaction Time and Attention in Hypnotic pee rw oe pp. 171-182. 1© ©, Kulpe, Outlines of Psyebology [1893], Londres, Sonnenschein, 1895, p.215. 4 El See de Veoh, eetedtic de Psicologia de Yale George Trumbull Ladd, sugsié que lo arti iano» era cognitivamente defectuoso: «Muchas imagenes retinianas acimiten dos © més interpretaciones qué tmrerpretecin escolamos dependeri de un cimulo de circunstancas que quzé no pueian ser -definidas con exac- tinal] Cuslguiera que haya estdiado los efectos dels puntos y seas de color que aparecen en imagen ‘que vemos con los ojos cerrados ala luz de Ia propia retina sabe lo aparentemente andrquica que esl interpre- vocign que ele daa esta imagen, Esto es partcularmente certo cuando relaiaos la atencin; por ejemplo, cuan- reine eee vidos en la ensohacign o el sueio. Mucha de a “materia” de la que se alimenta el fenémeno de +r la condicién del “campo retiniano”, En todos estos casos, s6lo los suefios, puede ser sugerida o controlada . a eveneion mds agua una vision nk objetva de as cons para dshacer la si y haces que nos estructura a partir de la cual, por asociacién y reproduccién, hemos cons- lemos Jo precaria que es la : ria ee eyseacons “Te cemido», Ladd, Elements of Physiological Physiology, Nueva York, Scribner's, 1887, pp. 446-447, las cursivas son mias. Escaneado con CamScanner SUSPENSIONES DE LA PrREERCLON =i 26 dad 0 querencia de atencién produce fale i ne spe 0 al universe g pesto alas cudaes de as coms y respect a as relaciones ene eas 1 adquiere una visidn distorsionada y borrosa del mundo exterior {., toridad sobre los poderes de la naturaleza, son producto exclusiva todos los errores y todas las supersticiones, producto de una aten oi itv, py Concien, Vaculturay pn mente de Ja clin defecty, La atencién para Nordau -y de manera menos extrema para muchos mecaismo de defens represivo y dsciplinario contra todas lis formas te subversvas de libre asociacin. Las palabras del psicélogo britnico Jen Cam en la década de 1880 quiza sean mis representativas: «No es neccsatio cxanen lain, portanciapscolgica de esta funcin. Se puede decir que subyace bajo cade ea, dela otras faculaes ments. Es el proceso por el que la conciencia se enfoe ons é reccién especial (...] sin ella, una ensofiacién sin sentido tomatia el lugar set ta miento coherente». Asi pues, la atencién se convirtié en una manera imprecisa de te. ferirse a la capacidad relativa de un sujeto para aislar selectivamente ciertos contenidos del campo sensorial a costa de otros, algo que le permitia preservar una aprehensién del mundo ordenada y productiva. Ylaay Mencidn, tosal? OtOS eta un Potencialmen, Ae Por supuesto, I idea de atencién ya habja sido investigada en numerosas cao. nes antes del siglo diecinueve. Si nos remontaramos Pranos, hasta la historia mas esquemitica del conc vo aqui es simplemente indicar cémo, atencién se convierte en un objeto fun asan Agustin o a autores mis tem. epto seria ya inmensa, Mi objei- en la segunda mitad del siglo diecinueve, idamentalmente nuevo en el marco de la mo- ” M. Nordau, Degeneration 1895, p. 56 led. cast: Degeneracién, tad. N. Sslmerén y Garcia, Pamplona, Analecta Editorial, 200!) La obra de Nordea habla ada precedida de varios e- ‘dios mis «ciniicos sobre esta materia. La degeneracién mental, incluyendo la atencién defects, seco tents en el contexto de procesos mis amplios de declive eéemico y de pérdida de control en el libro de H. Maudsley Body and Will Nueva York, Appleton, 1884, Ambos rac, son analizados en D. Pick, Faces of Deg werden 4 European Disorder, c. 1848-1918, Cambridge, Cambridge University Press, 1989. © J: Cappie, «Some Points in the Physiology of Attention, Belief and Will», Bruin 9 (julio 1886), p. 201 * San Agustin caracteriza la atencién ty (18921, Nueva York, Appleton, eae ‘6 eiace Ta aenci, lies i {utano a una ambivalenia fundamental en : tamer otis Son Joes, ‘que pueden distruet a la mente dela «contemplacin de verda nee cl alma no puede earecer de pasiones,sensaciones 0 algun hacer de | dad vi Jones un apo" hacemos mis atentos» he anit vet conseguir hasta de estas modifiaciones ut APR YP. Ain baa lsbranche, The Sean ster Truth (1675), Cambridge, Cambridge U8 fe de ie? Time and Creations, Cometive Casorais habla sobre a importa" ch ford University ress, oa etna on san Agustin y Husserl en Castoriadis, World it ee ‘onl 7 led cast: El mundo fragmentado, Buenos Aires Ati Escaneado con CamScanner PA MODERNIDAD Y EL PROBLEMA DE LA ATEN n 2 on dlemizacién de In subjetivil ialo dieci actividades pedéleas y mneménicas.ovesipeion cee iets atencidn se convertia en objeto de reflexidn fil igacién cientifica'®, Incluso cuando la ree » de reflexisn filoséfica, se trataba de un problema ac- ceo, como mucho secundario,enmarcad en formas de entende la fuente ya con ciencia que, 0 bien no dependian de ella, o bi is dentro de una constlacion deat fsutades sinensis lependientes's Por ejemplo, la epistemologia de Condillac habla de la stencion, pero sélo la considera un elemento mas de los muchos que contribuyen ala operacion ne. cesariamente wnificada de la vida mental, mientras que en el periodo que estoy exami- nando, la atencién se consideraba una imposicién de coherencia y claridad, frigil pero esencial, sobre los contenidos dispersos de la conciencia”, Asimismo, para Condillac Ia atencién dependia de la fuerza de la sensacién, eta el efecto de un suceso externo al 9 Descartes habla sobre la admiraci6n o el asombro en Las pasiones del alma, definiendo algunos términos de un régimen de atencién fundamentalmente diferente. Véase The Philosophical Writings of Descartes, Cam- bridge, Cambridge University Press, vol. 1, 1985, pp. 354-356 [ed. cast.: Las pasiones del alma, trad. J. A. Marti- ez y P. Andrade, Madrid, Tecnos, 1997, p. 133]: «Se puede decir de la admiracién en particular que es itil por- ‘que hace que aprendamos y retengamos en nuestra memoria las cosas que hemos ignorado anteriormente. Pues ‘no admiramos mas lo que nos parece raro y extraordinari [...] Ahora bien, cuando algo que nos era desconoci- do se nos presente de nuevo ante nuestro entendimiento 0 nuestros sentidos, no por ello lo retenemos en nuestra ‘memoria, salvo sila idea que tenemos es reforzada en el cerebro por alguna pasiGn, o bien ssimismo por la apli-, ‘cacin de nuestro entendimiento, determinado a una atencién y reflexién particular por la voluntad». Un magni- fico sumario de esta tradicién de la admiraci6n y el asombro aparece en L. Daston, «Curiosity in Early Modern Science», Word and Image 11, 4 (octubre-dicicmbre 1995), pp. 391-404, especialmente p. 401. «La filosofia natu ral del siglo diecisiete, asociaba regularmente lo “inquisitivo” con lo “diligente”; la “atencién” con la “aplicacién”. ‘A mediados del siglo dieciocho, esto se habia convertido en el criterio moral por el que se distinguian los sabios serios de los amateurs frivolos, ya que solamente el primero era capaz de convertir la “noble curiosidad” en “tra bajo y aplicacin continuada” mediante el “uso de la atenci6n” (..] La teici6h inquebrantable y penetrante que se pensaba requeria la investigacién cientifica, se debilitaba si no cexistia Guriosidad) y la curiosidad venia provo- cada por el aéombro. Vfadir Ia atencién a esta elevada combinacién, desembocaba en una posesién intelectuab>. | Véase también la historizacién de la curiosidad y la atencién que se ofrece en K. Pomian, Collectors and Curiosi- ies: Paris and Venice 1500-1800, trad. E. Wiles-Portier, Cambridge, Polity, 1990, pp. 57-64: y L. Daston y K. Park, Wonders and the Order of Nature 1150-1750, Nueva York, Zone Books, 1998, pp. 311-328. Te Refiiéndose a la obra de Albrecht von Haller, Thomas Harley y otros, Karl M. Figio resumé asf un mo- delo clave del pensamiento epistemolégico del siglo dieciocho: «E! entendimiento se construfa a partir de sensa- tiones combinedas por asociacin La atenci6n se centraba en las ensacione, lo que permit comparat hs ideas dlerdas de ella. La exencia del pensamientoy el jucio se encontraba en la comparacin y evaluaisn de dos 0 nis ideas A falta de impresiones externas, la imaginacin y la memoria permitan la presentacin de ideas a Dos aie anne io comin, En todas eta operaciones, ls accones de la mente venian determinadas por lat impresiones que se impontan sobre ellan. K. M. Fil Theo of Percenon a ise Physiology ofthe Mind in ielitcenth Century», History of Science 7 (1975), p» 197; las cursivas son mias. . me as Banh Can, Hae the Origin of Human Knowledge», en Philosophical Writings of Etienne Bonnon, Abbé de Condillac, tu. F. Philip, Hillsdale, NJ» Lawrence Eslbaum ol. 2 987, Po HU-AS Led. cast: Emuayo sabre el origen de losconocinintos unas, Mads, Teens, 199 Sobre func de nein come nal bisicn de le ravbn vase E. Casstr, The Philosphy of Enlighiment, Prinestons Piston Use Peas 1951, pp. 21-27 (ed. cast Filosofia del sri, trad. Isa Madi, Fo cde ors oni de Ey Fear Vee tambien el andlsis del modo de atencién stata y otras operaciones mentace ine eS Y- ‘Geathars, The Open Boundary of History and Fiction, Princeton, Princeton University Press, 1984, pp. 161+ Escaneado con CamScanner Tustraciones de «La atencidn», en una edicién de finales del siglo sobre la expresién de ls pasionee. sujeto. En este aspecto no se diferencia tanto de la filosofia briténica del siglo diecio. choy sus modelos de la mente como un recipiente pasivo de sensaciones, modelos que no necesitaban Ia idea de atencién (en la obra de Locke, Hume y Berkeley, la palsbr, atencién, cuando se menciona, tiene una importancia muy limitada). Tal como se con cebia a finales del siglo diecinueve, la atencién es totalmente ajena a la nocién diecio. chesca de la actividad mental como sello o molde, que de alguna manera fija o pre serva la constancia de los objetos'®, En los debates histéricos sobre el problema de a atencién, encontramos a menudo la afitmacién de que la categoria psicolégica mo derna de la atencién no es mas que la evolucién de las ideas sobre la percepcién que tan importantes fueron para la filosofia de Leibniz y Kant!®. Peto lo verdaderamente significativo es la innegable discontinuidad hist6rica entre el problema de la atencién tal como se plantea en la segunda mitad del siglo diecinueve y el lugar que ésta ocupa en el pensamiento europeo de los siglos anteriores. &* En as il piginas (o mis) de su Ensayo, John Locke menciona la atencién so muy brevet com0 subcomponente de la capacidad de retencidn, «La atencién ylla repeticién ayudan mucho a fijar las ideas en me — (p. 194) y «Cuando las ideas que se ofrecen [...) son tomadas en cuenta y, de algiin modo, registrads Fe ed a cnronces strata dela atenciGn» (p. 299). An Essay Concerning Human Understanding (169080 £259 led. cast: Ensayo sobre el entendimiento bumano, tad, L, Rodsigee de Arsada he 1. Véase a ands que hace M. Baxandal de a atencin en relacign a las incurs de os ‘en Locke en su libro Patterns of Intention: On the Historical Explanation of Pict yen University Pres, 1985, pp, 74104, aah Harcoun, Brace Jen ocC MUBhY 9K. Kovach, Hiri Inroduction to Modem Paetlo. ede tention in Early Scientific Pocky ee 22-24 Véase también el recuentohistérico que ofrece G- Ha! iy Pe 1998 Hatildencuents aon 22RD. Wright ed), Visual Attention Oxford, Oxford Unie Atenciba»(p, 24) ontinuidad como divergencia en los ltimos 250 afios de invests va York, Dover, vol. 1, 1959 [ celona, Folio, 2003) i Escaneado con CamScanner LA MODERNIDAD ¥ FL PROBLEMA DE LA ATENCION 29 Se ee fue necesario que se dieran dos importantes es Para que la atencién se convirtiera en un problema fundamental para en- tender la subjetividad, La primera fue el colapso de los modelos de visién clasica y del sujeto estable y puntual que presuponian. La segunda fue la imposibilidad de se- 2 guir defendiendo las soluciones a priori para los problemas epistemol6gicos. Esto su- puso la pérdida de cualquier garantia incondicional o permanente de sintesis 0 unidad mental. Durante las primeras décadas del siglo diecinueve se intentarfa repetidamen- te dar solucién a estos problemas, La obra del filésofo Pierre Maine de Biran, de principios del siglo diecinueve, fue particularmente importante, ya que demostr6 que los problemas de la subjetividad no podian desligarse de la incertidumbre de las rea- lidades fisiol6gicas. Sus intentos de aleanzar un fait primitif del propio ser, de la li- bertad individual y en ultimo término de la existencia del alma, a partir de la expe- riencia continuada del esfuerzo activo y voluntario en relacién al cuerpo, sentaron las bases de subsecuentes debates epistemoldgicos ¢ incluso éticos”. Jan Goldstein ha detallado la importancia del problema de la unidad del ser para Victor Cousin y otros autores de la década de 1820, que se adherian al principio general de «El cardcter es unidad». El eclecticismo de Cousin «combinaba una dependencia limitada del sen- sacionalismo, con una creencia a priori en el propio yo, 0 el moi, un repositorio de actividad mental autoiniciada y de libre voluntad, accesible a través de la introspec- cién»*!, Durante el periodo que va desde 1840 hasta mediados de la década de 1860, hubo varios intentos sistematicos -y a menudo enrevesados~ de proponer nuevos ducir una unidad efectiva de la mente o el pensa- Mill, Herbert Spencer, Hermann Lotze y el joven de «asociacionismo» y que nor- 1 de la atencién’2, Segiin George principios a partir de los cuales de miento. Trabajos como los de J. S. Alexander Bain, que se agrupaban bajo el nombre malmente no atribufan ninguna importancia al pape este respecto por la forma en que su obra antcipa algunas de las ideas accrea dela atencidn del siglo diecinueve. Por un lado, es evidente que su idea de la atencidn pertenece # un campo de conocimiento anterior, en el que a atencén no es mis que una faculad entre vais otras igualmente importantes ¢ interrelacionadas, como el uicio, la memoria, a pereepeién ola meitacién, Pero a econfiguratl Categoria de la percepeién, Maine de Bran genera una nueva forma de entender la naturales del inuicion, due le leva a concebir una idea mévil y dindmica de la voluntad, especialmente en tanto en cuanto la sitdia en la acti Vida otora un gesto que ene siilitudes importantes con algunas de las equiparaciones de aparece & fing les del siglo diecinueve entre atencién y voluntad. Véase, por ejemplo, P. Maine de Biran, De lapperveption iv mmédite {1807}, Pare, J. Vrin, 1963, Véase también mi ands de Maine de Bian y la problematizacign ee la interioridad a principios del siglo diecinueve, en ‘Techniques of the Observer, pp. 72-73. 2 J, Goldstein, «Foucault and the Post-Revolutionary Self», en J. Goldstein (ech), Foucault and the Writing ‘ lambién el importante argumento que Goldstein presenta en of History, Oxtord, Blackwell, 1994, p. 102, Véase t I The Advent 1 Pycloa Modesnism in France: An Alternative Narratives, en D. Cron ed), Mederma ln sin mn Science nore, John Hopkins University Press, 19%, pp. 190-200. pulses in the Human Sciences, Baltimore, J See cree ame eee 2 Es ce Bain, Mill y el asociacionismo en gener f queda praaheaes Saeed aaa aPvicolian auc James Ward ectibe para la nove ec de a Escy dlopedi é fipuran como las categorias principales. EI lugar que ocupa Britannica, en el vue la atencidn y la voluntad figuran como la coma samamlento| ‘Je Thomas Reid, Dugald Stewart y James Mil es diferenciado de la especulacion investigacién feeiaas ven Ch. Bastian, «Les processus nerveux dans attention et la volition», Revue philosophi- ‘que 32 (abril 1892), pp. 353-384. 2 Maine de Biran también es importante en Escaneado con CamScanner a Mead, la psicologia asociativa nunca explicé pot qué una asocig dre econo dominanter?. Hasta la década de 1870 no enconsea we aareiclfoxma en que el mundo conocible de los objctos eee en ‘que atribuya un papel central y formativo a la atencién, oo eet eantrar una posicin tan tajante como ade esta dechaacon de Hone Maudsley, emitida a principios de los 1880: peal cual sea i naturaleza, (la Mencisn) esobamente la conicin esencial para la formacién yo desarcllo denen No pretendo insist ms de lo necesario en este punto, ni proponer una line, rect sa de divisin histrica, pero la obra de William B. Carpenter, un psicéloge at ime importanca cuya autoridad fue reconocida no slo en Inglaterra, sino ambaan en toda Europa y en Norteamérica a partir de la década de 1840 y hasta bien entrada la de 1880, proporciona una pieza de evidencia muy significativa, En lacedicién de 1855 desu manual de psicologi, slo le dedica un pérrafo ala atencién yla consider. imis de ls facultades mentales, como Ia observacién, la reflexiGn y la introspescn cn la edicién de 1874 dedica mas de cincuenta paginas al tema de la atencién ¢ in. troduce referencias a la atencién en muchas otras partes del libro. En 1853 habla de Ia atencién casi de pasada, como «ese estado en el que la conciencia se ditige acins mente al cambio sensorial»; en 1874, la atencién influye «sobre cada una de las for mas principales de actividad Mental» y es indispensable «para la adquisicisn sine mitica de Conocimiento, para el control de las Pasiones y las Emociones y pats l regulacin de la Conducta». Ademés, hay que esperar hasta la década de 1870 para que en Europa y Norteamérica la atencién se convierta en un problema que atravies tun amplio espectro social y cultural; en un problema social, econémico, y filosético fundamental para los andlisis més influyentes de la subjetividad humana. Edward Bradford Titchener, el alumno briténico de Wundt y uno de los principales importadores de la psicologia experimental alemana a América, declaré en la década de 1890: «El problema de la atencién es, esencialmente, un problema modermo». Aunue fue incapaz de discernir hasta qué punto el sujeto perceptor que estaba trbuyendo a defini ibaa convertirse en un componente central de la moder institucional, 0 IGM Y ng Aingung ‘onfiguta ane Antes de 1§ psicolégico be ¢ n i ci ine . La primera frase i6 S. F. B, Morse, «Atencién Universo», sefiala simbélicamente que la apari- ‘que segiin algunos autores retransmiti Jon de ete porpetuo «presents, conllevaba a rorganizacin de sueto percept tl como argumento acl. Véx See he Disappearance of Childbood, Nueva York, Delacorte Pres, 1982, pp, 68-72. eo aun and Me Edinon», en K. Brougher (ed), Art and Fi since 14: Hall of Minor, Nueva York, Monacel Pres, 1996, pp- 262-279 ole una dscsion mis net decsepdo lj de Falcon ene siglo veinte, Algunos textos recientes que cescriben mas detalladamente la necesariaadapracion u- jetiva ala ae accelerante de la tecnologia son: E. Tenner, Why Things Bite Back: beiceny rare the ie vecof Unintended Cosequences, Nueva York, Knopf, 1996 pp, 161-2095. I. Roel, gpd in te Net The Cn ned Comequcnes of Conputeizton, Piseeton,Priaeton Universi Pres, 1997, pp 292: yD Shenk tpe Soe Serving te Information Glut Nueva Yor, Harper Colin 997, P1530 Alo largo del siglo vente, vais posiions ena Hlosofa¥ Mpeg bn wan i ome roblema relevante o siquiera con sentido. Véase, por ejemplo, cémo : ; be Blema de Foes ope Phenomenology of Perception, Nueva York, fa eae Fenomenologia de la prcepcin, tad, J. Cabanes, Barcelona Aaya, 199), Varo eis ded mdi Siglo vee han abajado con los conceptos de procesamiento counts y SPAT M | Ge te e nt eer iz atencién de mediados del siglo veinte es Ia ete v in 6: interpretacién de irri ifr, Un an Nr Ton Pe, 8 Prot un sumaro. ‘de investigaciones reciente sobre este tema, véase H. E. Pashler, The Psyeobology. h Escaneado con CamScanner ~_ rE pEnstOwes DE LA PERCEPCION ‘ sus incipios del siglo veinte a Laird durante los aos conto 01 ja idea de «proceso ment” ho ol Pear de investi, me Sreinta Ht . as 8 segundo plano o completamente a andonadas, Pen Je los desacuerdos terminol6gicos, lo cierto cg ue, re estimulo y respuesta se basaba en la capacidag ‘k f i luso anima). Se ht argumentado que en par fgg ®® amano (ano ficient de teva tenologn durante dial is responsables de que se diera un impulso renovado a las iment Guerra Mund ian, Por ejemplo, pata que Jos operadores humanos pudieran pcs cel atc, Por Ce as del radar, era importante estar «aletay pn a obseracén continua Is Peto de un espacio del conocimiento y I inves las ikmas décadas, en © CPynsformado, encontramos con frecuencia dedlraeen” jica radicalment 2 ae ney Feces, que afirman que el caticterunitaro de a mene a rs deiguse de la atencin®, Mas recientement, el ng «ons Danas a defend que «sin una atencién bésica y una memoria func imposible mantener una actividad mental coherente>®, (Gran parte de la investigacién contempordnea se basa en la premisa de quel stn cin noes meramente un problema psicol6gico, sino que su funcionamiento se puede de nostra nivel neuronal, aunque hay otros investigadores que creen que la atencién si siempre un fenémeno mucho més escurridizo®. Con independencia de los métitos re Pres, 1995, asi como as posciones de investigacién representadas por R. Parasuraman y D. R Davis (ost ries of Atention, Orlando, Academie Pres, 1984. Véase también J. Hochberg, «Attention, Onasiatin Consciousness, en D. I. Mostfaky (ed), Attention, Contemporary Theory and Analysis, Nueva York, Aer Por 1970; A. Allport, «Visual Attention», en M. Posner (ed.), Foundations of Cognitive Sew (12 ere po a 631-682 A. H.C Van der Heiden, Selective Attention in Vision, Landes Rs WS Kaul Ine ee Brillant Fire: On the Matter of Mind, Nueva York, Basic Books, Oa Pet Oy Sea it: The Rerltion ofthe Imagery Debt, Cambie, a MIT Pres 1986, pp 474478 Eh ; Nesropbslsopy: Toward a Unified Science of the Mind- aaa ones, Joho Wiley and Song ae, deM. A. Chance y R. R, Larsen (eds.), The Social Structure * Vine dideL § egy ees tt enfoquessociliics y anropliie 2 tein vgn fue ned ee Modern Peycholog, Lond, Routes a ed qued sistema nervioso, rea lo por primera vez por el neurélogo Henry Mead part dese Chaar at ida y adecuadas. El trmino fue eee ot naan os sobre la monitorizacién visual y auditiva durante’ la gue est ee led at Preparado para detectat y responder a ciertos e Per). Benn ao® temporalesaleatorios en el ambiente”. atta de sc Send "ts Brain, Nueva York, Springes, 1977, pP-¥ experiencia de er de a atencién da «unidad a las experiencias m8" © pit el ice ingr lari gest de a coniecia no producto ‘ © Vag Atl Deca ge ENE aconsciene nun PN OM, 20 994.2 0) .clienode Mer pel Reason and the Human Brain, Nueva Yorks Po io dca pig Hla deg sne ot S:Dehaene, «Atetionl Network™ TH dah, i 840, ieee tuna importante rea de inven es Mig ubatt, ls cvstén de si existe alin meen Me tacto, nj a“ disputada, La atencién no produce uns © ree PuEStas motoras autométicas. Aunque Pare? © C10, ni Provo, Escaneado con CamScanner Sins encom preci aan si una funcién normativa e implicitam See ee ee ‘ lente natural, cuya deficiencia produce toda una gama de sintomas y conductas que interrumpen la cohesidn social. Un reciente estu- dio sobre el SDA afirma: «lo que es deficiente es el control que ejercen las normas so- bre la conducta», demostrando explicitamente que lo que realmente importa es la con- ducta de sometimiento a las normas‘6. Cuando uno repasa la literatura sobre el SDA, se reencuentra a menudo con el mismo lenguaje y las mismas evaluaciones que emitian Ribot y Nordau en la década de1890, especialmente en cuanto a la enumeracién de los sintomas. Asi pues, los nifios con SDA son aquellos que «no se concentran, no escu- chan, se niegan a prestar atencién y no respetan las normas [...] No pueden estar sen- tados, hablan demasiado y cuando no les toca, se mueven inquietamente y participan en la conversacién con cosas que no vienen a cuento»'®, Por supuesto, una diferencia capaces de seleccionar estimulos sensoriales,informacién en la memoria o respuestas motoras, puede que esto no pruebe la existencia de un sistema independiente de la atenci6n, ya que todos los sistemas cerebrales desempe- fian un papel en esta seleccién». Un enfoque diferente al problema de la atencién, alejado de la vision histrica de este libro, se puede en- contrar en algunas éreas dela filosofia analitica del siglo veinte, donde se establecen distinciones entre varios con- ceptos como «darse cuenta» (noticing), «interés» (interest), «conciencia» (awareness) y epreocupacién» (mind- fulness), Véase, por ejemplo, la explicacién de ls «conceptos de atencién» (heed concepts) ene libro de G. Ryle, ‘The Concept of Mind, Londres, Hutchinson, 1949, pp. 135-144, Para Ryle, «atencién» se refiere a alos conceptos de darse cuenta, tener cuidado, atender, aplcar la mente, concentrarse, poner el corazén en algo, pensar en lo (que se hace, estar alerta, interés, intensidad, estudio y esfuerzo». Véase también el recuento general que ofrece A.R White, Attention, Oxford, Blackwell, 964, 4 : © A finales de 1870, la falta de atencién ya habia sido relacionada frecuentemente con conductas sociopati- cas, éase por ejemplo el texto de C. Lambroso, L'bomme eiminel: Etude antbropologie et médicolégale (1876, en italiano), Paris, F. Alcan, 1887, pp- 424-426. Uno de los primeros studios sociolégicos co sobre la atencién ts Paychlogi de Vattention (1883), de Théodule Ribot, en el que as condiciones de raza, género, nacionaidad y i * aluacidn. Para Ribot, «los nifios, las prostitutes, los salvajes, los vagabundos ec ce ae cidad de atencién deficiente, Este libro fue una de las 7 ame en 2) Smt nie ee ae yentes jan que la capacidad de atencin. ‘estuviera ligada al género, por ejemplo, la obra, del médico vie- taunt Obed fr temente citada, «Experimental Researches on Attention», Brain 1 (enero 1879), > orasih erent se puede decir que no parece haber ninguna relacién directa por si misma, f cidad de la atencién.» entre el sexo ye grado 0 cpaciad de neon, “ We Say, i Re st h Hyperactivity», en L. A 'M, Bloomingdale y J. M. Swanson (eds), Attention vios in Attention Deficit Disorder wilt rr mac Dioner, Nueva York, Elsevier, 199, p. 2. ft Disorder: Nar Div sobre la «debilidad congénita de la atencién volun- ie so dio de Carpenter © ease, por ejemplo, el exso de esi ae 1. i idge, en Principles of Mental y ' “oe ae ae Cverdriven, Time, 18 de julio de 1994, p #9 soblem of Stimulus Control and Rule-Governed Beha- Escaneado con CamScanner & yas Di LA PERGEPCION N sto! suse “hace un siglo, esa insistenciag fos de i ntact, Que NO C8 UNA CUestign se LSD, voluntad, dere Na Di, « nc08 Y cmposincos 1 rs ell der que no existe asoltamente ping po Fi hs dese gis de SDA, los autores de un éxito edgy " dela diag! Jo que tienes ¢s una condicién neuro tial go, Ms labiologi, de c6moestéconectaga ni un fracaso moral ni un tipo de nay ‘ eRecuerda a fg producto ca pense th | : Nocsw enfermen il dad del cardcter, ni en una incapacidad para m, wal bas Noe igen 00 unt EDT de voluntad, ni en el castigo ni ene sacri Now poscencrentme? ® A mucho que lo intenten, muchas Personas cor i ¢ tiene sus raices Holoch que el sindrom en la biologia yn, fen a dif. nose a ceptar d ; te ”. emo un etrastorno in ie aprendemos que esta condiciGn se caracteig Delos cesar» For Pecided para Siar la atercin, baja tolerancia la fag, por «la Roni ie pol cccién, agresvidad y varios grados de hiperacivdadt sane de SDA cn los adultos se relaciona cada vez més oS sentimientos defn. aac modo que cualquier tipo de deficiencia econémica o de inseguridad soci puede entenderse ahora como una ineapacidad para aplicarse con atencién a loses tindars ideoldgicamente determinados de rendimiento y «logros»”?. En une cultura aque se basa de forma tan implacable en la capacidad de desplazar la atencién répids mente de un objeto a otro, en la I6gica de lo inconsecuente, en la sobrecarga sensorial, en la ética generalizada del «ir por delante» y en la celebracién de la agresividad, no tiene sentido patologizar estas formas de conducta y buscar las causas de este trastor no imaginario en la neuroquimica, la anatomia del cerebro o la predisposicién genét ca. Por supuesto, hay algunos investigadores del SDA capaces de entender que el in eee entre las dislocaciones subjetivas de la modernizacién y ls tzads coms aie a ti eee institucional. Es decir, Ja conducta caracte exe clln sins, aint mas i a miltiples manifestaciones provocadas Be Cidn que se exigen o promied Por las formas contradictorias de actuacién y af de forma enigmitica Anne a continuamente. Un autor apunta hacia esta paraco# Pot babi es MUCHOS, sino La mayora, dels nisi intener la atencién durante un periodo sustancial “Ee *E ee ¥3-J. Ratey, 19ig,p 5,71 '6K. Grimley, Driven to Distract Undead i Nueva York, Pantheon, 1994, p. 247. pei M. Bla, «A. p, Treating Attention Deficit Disorder, Nueva York, pds, Ds The Scariest Letters in the Al; aa Yeas, por ce Iphabet», New Alention Deeg sembre te! York Magazine, 13 de diciembre a Levert, Ou en, + Hyperioy dd spa, Comunicacién mH 1H Dil, aie ongani i on Rit of the Fog: Treatment Options and Coping 1995, en el que los sintomas el SDA incluye> My Hacién en el lugar de trabajo, Véase la ex lin», Double Take 14 (otoio 1998), pP: 469% Escaneado con CamScanner 45 LA MODERNIDAD ¥ EL PROBLEMA DE LA ATENCION tiempo en situaciones de mucho interés, como ver programas de televisién o jugar a videojuegos»’ Es evidente que muchas de las medidas sistematicas que se aplican hoy en dia para controlar de forma eficiente la atencién, funcionan deficientemente en el mejor de los casos, Muchas de las estrategias de fijacién, sedentarizacién o atencién forzada, implici- tas en la difusién del ordenador personal, pueden haber logrado algunos de sus objeti- vos disciplinarios en la produccién de lo que Foucault llama cuerpos déciles. La proli- feracién de productos electrénicos y de comunicacién asegura que esta docilidad ira siempre acompaiiada de patrones intensificados de consumo, pero las formas de desin- tegracién social que acompaiian a este nuevo régimen han generado conductas (por ejemplo, nifios que se niegan a aprender) que se han vuelto insostenibles para el sistema. Ademis, tal como indica el discurso institucional sobre la atencién, estamos presencian- do una expansi6n radical de otro estrato de tecnologia disciplinaria -el uso indiscrimi nado de potentes neurofarmacos como estrategia para el control de la conducta-. Asi- mismo, en los limites mas extremos del problema cultural modemo de la atencién, encontramos el problema incierto y volétil de la esquizofrenia’, Un modelo dominante de la experiencia esquizofrénica durante gran parte del siglo veinte ha sido el del sujeto perceptor con una capacidad de atencién selectiva reducida o dafiada. Es decir, el es- quizofrénico presta atencién a una cantidad de datos perceptivos que le desborda y asi encarna de forma extrema el paradigma moderno de sobrecarga sensorial. El psiquiatra suizo Eugen Bleuler, a quien se le atribuye la introduccién del término esquizofrenia, ob- servé una profunda alteracién en las propiedades inhibidoras de la atencién: «La selec- tividad que una atencién normal ejerce sobre Jas impresiones sensoriales puede quedar reducida a cero, de modo que casi todo lo que llega a los sentidos queda registrado»”. ® W.E Palham, «Attention Deficits in Hyperactive and Learning Disabled Children», Exceptional Eduea- tion Quarterly 2, 3 (1981), p. 20. Los problemas sociales y cultural inherentes a la esquizofrenia han sido descrtos de la siguiente ma- era: «A través de la atencién, descomponemos y categorizamos tanto la informacién que recibimos de nuestro entorno como aquella de la que disponemos internamente, en forma de experiencias anteriores acumuladas. De sete modo, redueimos, organizamose interpretames el uj de informacién que llega a a conciencia y que de otro modo parecerfa caético, convirtiéndolo en un niimero limitado | de percepciones diferenciadas, estables y con sen- tido a partir de las cuales construimos la realidad (. _.] Imaginemos ahora que esta funcién selectiva-inhibitoria de la atencién nos falla, La conciencia se veria inundada por una masa indiferenciada de datos sensoriales, trans- tntide desde nuestro entorno a través de los 6rganos de Tos sentidos. A esta mareainvoluntaria de impresiones habia que ahadi las multiples imagenes interas y sus asoiacones, que dearan de coordinarse con I infor ina tegresién hacia los procesos asimilatives pasivos ¢ involuntarios de macién entrante, La percepcién sufriria ut Jos primeros afios de la infancia y si este diluvio creciente de informacién no fuera atajado, acabaria finalmente por desir td le constrctosestables de una realidad previa. A, McGhie y J. Chapman, «Disorders of At- rcaion and Perception in Early Schizophrenian, British Journal of Medical Poyhology 34 (1961) pp. 110-111. Sin embargo, algunos estudio recientes han cvestionado Ia utilidad de pensar que existe wn defero ‘monolitico de la atencién en la esquizofrenia y han defendido que los modelos unitarios de atencin slo sirven para dar expli caviones perialee Vease por eemplo, J. . Kenny H, Meltzer, «Attention and Higher Cortical Funetions Schizophrenia», Journal of Neuropsydhological and ‘Clinical Newrosciences 3 (1991), pp. 269-275. ‘Group of Schizophrenias (1911), Nueva York, International Universi "Jemosteudo en Console and Classify: The French Psycbiatric Profession in ” EB. Bleuler, Dementia Praecox, or the ties Press, 1950, p. 68. J. Goldstein ha Escaneado con CamScanner SUSPENSIONES DE LA PERCEPCION : 46 ica de la inhibicién ha formado parte de muchas teori eer eis lnbra de Wun, que eemplifien or bre de la unidad trascendental de percepcién de Kant por Procesos meramente Psicolg cos de sintesis ¢ integracién. Para Wundt, Ja atencién selectiva era la Categoria ca ms important, ys que desempefiaba un papel esencal (aunque nes Pog produccién de una unidad efetva dela conciencia ya percepcion Suragr cab centro de la atencién situado en los labulos centrales del cerebro fue especialmene Aluyente™. Su postura, inluida por muchas de las ereencias sociales del Pensamienn, evelutivo de las décadas de 1870 y 1880, defini a atencién como una de fucioney integradoras supcriores (distinta de las funciones automaticas de la parte inferior de} cerebro y de la espina dorsal) dentro de un organismo cuya estructurs ea mareads. mente jerarquica”. Mas significativo atin es el hecho de que el modelo de atencién de Wundt, en el que ésta es casi sinénimo de voluntad, se basaba en la idea ie ue vatog Procesos sensoriles, motores y mentales debian ser necesariamenteinhibide para ob. tener la claridad y el enfoque que caracterizan ala atencién”®. Se tran, aba de una formula muy potente, de la que encontramos numerosas variaciones durante las décadas de 1880 y 1890. as influyen, y Alfred Binet describieron «el simple hecho dela aten in de toda la mente en un solo punto, resultando en la ion en este punto y produciendo a su alrededor wna zona renta la fuerza de ciertas sensaciones a la vez que debi de anestesia; la atencién increm: ropone una articulacin paraela ing 2onas especie del sistema neniow i in voluntaria, de otras formas deco! s: Véase por ejemplo, FH. Bradley, «On Active Attention en la 5u : efit 84 eSencia nos en absolyng nn Sualquier hecho psiquico que pudiera interfer’ ” Néase el ibro de A. Has nc” elit positiva, sing ™eramente negativa», Cento Thought, Princes ' Medicine, Mind Nineteentt P i * Mind and the Double Brain: A Study in Nis eh ineon Unive Pres, 1987, pp. 235.247, 4 Escaneado con CamScanner

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