Professional Documents
Culture Documents
Vistazo A Un Esquema de Gestión en Educación A Distancia: Nota Introductoria
Vistazo A Un Esquema de Gestión en Educación A Distancia: Nota Introductoria
NOTA INTRODUCTORIA
Dar una mirada a las características, situaciones y requerimientos a los que debe atender un
Esquema de Gestión para un Sistema de Educación a Distancia, es considerar los puntos de
encuentro que tienen sistemas de gestión moderna con las particularidades de un sistema
educativo que adopte la modalidad de estudio a distancia. La búsqueda de las aristas que se
constituyen puntos comunes entre los dos sistemas mencionados es el objetivo del presente
documento.
Partamos entonces de considerar la Gestión como la capacidad que tiene un sistema para
alcanzar los propósitos que se ha propuesto a partir de los recursos con los cuales cuenta. Es
decir que se traduce como un instrumento para propiciar el desarrollo y la estabilidad
organizacional.
En la definición anterior, se destacan algunos componentes que son claves para la comprensión
de esta noción:
En primer lugar, se habla de un sistema, entendido como una suma de factores, áreas,
situaciones que interactúan en un movimiento sinérgico complejo. Dicho sistema posee unas
capacidades, es decir unas fortalezas, más o menos reconocidas y explotadas y que se
constituyen como su mejor recurso para adelantar el logro de los propósitos que se proponga. La
Gestión toma sentido cuando se plasma en una serie de acciones conducentes al logro de unas
metas planteadas a diversos plazos, sin ese norte y sin que exista debido conocimiento de él por
parte de todos los actores implicados, el ejercicio se torna inútil y pesado para quienes deben
asumirlo, evitando el logro de mejores y mayores niveles de desarrollo, lo que puede traer como
consecuencia la pérdida de sentido institucional, la duplicidad de funciones, la desmotivación.
Desde ese punto de vista, es interesante traer a colación el hecho de que por sistema podemos
considerar no sólo una institución con cualquier objeto social sino también al ser humano
entendido como suma de posibilidades y talentos y que también debe gestionarse en atención a
unos objetivos planteados y con unos recursos con los que cuenta.
Así, la gestión asume diversas formas a través de la historia en elaboraciones más conceptuales
y/o más técnicas con reflejos organizacionales específicos: dentro de las propuestas que hemos
presenciado se encuentran algunas de muy variado corte como la planeación por objetivos, la
planeación estratégica, los círculos de calidad, la reingeniería, la planeación prospectiva; todas
ellas, suponen una estructura organizacional con algunas características de verticalidad y
horizontalidad, esquemas de participación, grupos directivos con responsabilidades de control y
vigilancia en esquemas de rendición de cuentas o bien de mejoramiento permanente y
generación de responsabilidad por niveles.
Más allá de la diversidad de propuestas administrativas que conocemos, quiero llamar la atención
sobre unas líneas de desarrollo de los sistemas de gestión actuales: En primer lugar, la inserción
del concepto de estrategia porque, aunque por esencia la gestión implica un alto componente
práctico, el reconocimiento de una fase del modelo administrativo expresamente dedicada al
diseño de las estrategias pertinentes para llevar a cabo lo planeado, es cada vez más clara, como
forma de garantizar el compromiso de actores implicados y el logro de los objetivos. Junto a este
concepto, la inserción de la noción y la actitud prospectiva, como componente prioritario para
que las organizaciones crezcan y se fortalezcan y para que cada integrante juegue un papel
definido y determinante en su área de trabajo con visión completa de la organización.
De otro lado, pero en congruencia con las anteriores, reconocimiento y aprehensión de la teoría y
la cultura de la calidad entendida como el logro de unos altos niveles de pertinencia y desarrollo
a partir del objeto mismo de la organización, línea que se ha desarrollado de la mano del
reconocimiento de la importancia del papel y la atención al cliente interno y externo y a sus
posibilidades de autogestión. Este concepto es de suma importancia ya que no sólo se reconoce
como objetivo de calidad y satisfacción a quien se beneficia de los productos del proceso sino
también a quien participa en el diseño y puesta en marcha del proceso mismo, también quien
participa debe entender y hacer propios beneficios pertinentes a la gestión que ha realizado y a
los esfuerzos que ha puesto en juego.
Asunción de la teoría de los sistemas complejos bajo el esquema de las interacciones ciertas y la
sinergia permanente entre áreas de trabajo, procesos y actores intervinientes, y una postura de
la Gestión Integral que se propone como la administración de todos los procesos de la
organización de manera eficiente (optimización de recursos para el logro de los resultados) y
eficaz (logro cierto de los resultados propuestos por la organización), llevando a garantizar la
satisfacción de los clientes y el éxito sostenible de la organización. De tal forma que una gestión
integral, sistémica y coherente posibilita a las instituciones brindar un valor agregado, es decir un
beneficio diferenciado y difícilmente imitable por los competidores.
Derivado de lo anterior, es claro que ‘la educación’ tiene un papel que jugar dentro de la
sociedad de forma que el subsistema educativo influye en los demás sectores de la sociedad y
viceversa: jamás el sistema educativo será neutral, es imposible que lo sea, bien porque busca
promover la continuidad de ciertos esquemas de poder o porque busca el fortalecimiento de
actitudes críticas frente a las formas sociales dominantes en cada época.
Y planteemos dentro de las respuestas que la educación ha dado a las exigencias que el medio
social y las condiciones socioeconómicas le plantea, particularmente desde la década de los 70, a
la educación a distancia, que ha tomado diversas formas en el mundo en escalas de
implementación diferentes, casi siempre a la sombra de instituciones con formación básicamente
presencial que decidieron ampliar su cobertura a través de la impementación de programas por
la modalidad a distancia, algunas con éxito mayor a nivel internacional tales como la UNED o la
OPEN UNIVERSITY.
En algunos casos se han implementado los mismos programas presenciales por la nueva
modalidad, en otros casos se han desarrollado propuestas curriculares diferentes, que han puesto
sobre el tapete por lo menos dos preocupaciones: la autogestión, en algunos momentos
denominada, empoderamiento, del estudiante y la necesidad de brindar atención tutorial clara a
través de medios informáticos. Estas propuestas, como sabemos, han evolucionado, hasta
delinear lo que se ha llamado ‘Educación Virtual’.
LA PREGUNTA CENTRAL
Los procesos y la escala de implantación que debe adoptarse para asegurar el éxito en los
objetivos planteados,
Parecería entonces que un esquema de gestión en EAD debe tener en cuenta los siguientes
presupuestos de diseño y acción:
• La filosofía institucional debe ser un faro en el horizonte, porque si bien es cierto que
algunos asuntos organizacionales pueden ser evaluados y redefinidos a partir de los
cambios que se suceden en el entorno externo, también lo es, que las instituciones
tienen y deben tener unos principios y políticas de vida institucional amplia y claramente
difundidos dentro y fuera de la organización misma.
La atención a los dos principios mencionados debe posibilitar que se generen procesos de cambio
sin necesidad de que sean coyunturales o que correspondan a una crisis radical sentida en los
diferentes niveles de la institución, sino que se abone el terreno para que la organización
aprenda de si misma así como cada uno de sus integrantes, haciendo posibles los ejercicios
permanentes de autoevaluación y autorregulación dentro de esquemas de responsividad, la
definición de valores agregados propios reales que fortalezcan la constitución de cadenas de
valor agregado y el fortalecimiento de la memoria histórica de la institución que posibilita no
andar sobre lo ya andado sino generar procesos de análisis certeros.
• Partir del reconocimiento de una realidad endógena: en toda organización, sobre todo
en una de corte educativo, circulan por lo menos los siguientes saberes:
- Uno cotidiano que hace referencia a todos aquellos elementos culturales que son manejados de
manera natural por quien pertenece a dicha organización y que son percibidos por actores
externos a través del lenguaje, los comportamientos, las reacciones frente a determinadas
situaciones, en suma un determinado estilo que se plasma, también, en el desenvolvimiento de
las funciones adjetivas organizacionales;
- Y unos saberes disciplinares, propios de los paradigmas conceptuales que se manejen y que se
plasmen en la evolución y priorización de las funciones sustantivas en la institución.
Cabe aclarar aquí el sentido de la nominación de funciones sustantivas y funciones adjetivas: las
primeras están referidas al ejercicio de la docencia o a los procesos de formación mismos, al
desarrollo de procesos investigativos que motiven procesos de autorregulación continuos y a las
acciones que garantizan el impacto en el medio. Las segundas incluyen aquellas que garantizan
el logro de las intencionalidades y proporcionan unas condiciones apropiadas para ello, tales
como el bienestar institucional y de cada uno de sus miembros, y la gestión, tema central de
estas notas.
Ni las primeras ni las segundas pueden desarrollarse de manera empírica, menos aún ahora
cuando la ciencia pedagógica, la investigación y la gestión misma nos brindan todo un cuerpo
epistemológico que puede ser interpretado y apropiado. Las instituciones deben asumir
conocimientos teóricos y prácticos, dicha asunción debe permitir que el pensamiento pedagógico
o gerencial, por ejemplo, se traduzca en sistemas educativos o gerenciales evidentes en
prácticas, técnicas y herramientas apropiadas a unas condiciones institucionales específicas,
constituyéndose la gestión como una entidad que hace viable el desarrollo académico.
Ahora bien, es posible optimizar procesos si se introduce una visión empresarial que no significa
lo mismo que tratar la institución como una empresa. En el segundo caso es claro el ánimo de
lucro que se busca, mientras que en el primero lo que se promueve una mirada desde la
eficiencia, el compromiso con los propósitos institucionales y la racionalización de los recursos.
Vale recordar aquí dos asuntos: primero, que nadie trabaja a pérdida en ningún asunto de su
vida personal o profesional mucho menos si el proyecto que le ocupa es transversal a esos dos
ámbitos vitales, y segundo, que los buenos frutos de una tarea no se miden sólo en lo
económico, también es posible mostrar resultados cualitativos irrebatibles y de largo aliento,
mucho más en educación. Tal vez sea esa la razón por la cual los modelos de desarrollo a escala
internacional dejaron de tener sólo el matiz económico para mostrar aquellos otros ámbitos –
como el nivel educativo – que influyen en la calidad de vida del ser humano.
Este reconocimiento permite que a cada quien se le reconozcan las habilidades y saberes que
maneja en orden a que participe en la gestión administrativa: manejo y uso óptimo de unos
recursos, definición de procesos de comunicación entre áreas, entre otros; y en la gestión
académica que implica el trato del conjunto de relaciones interdisciplinarias que llevan a la
búsqueda permanente de procesos pedagógicos e investigativos pertinentes.
Derivado de lo anterior, cada proceso y cada actor – directivo, tutor, educando – debe ubicarse
en un área y conocer su rol claramente, ello supone conocer sus responsabilidades dentro del
proceso educativo a distancia y sus posibilidades de proposición.