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Co11greso Internacional Ex Baetica Amphorae 1279

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Cornelia Sillibor Monumento honorífico El honor es aceptado por Mancha Real (Jaén) s.l GIL 11 3351
(estatua?) la plebs Latoniensis
(Ossigi) que redime el gasto

Cornelia Tu sea Sacerdos Estatua puesta por el En agradecimiento a sus Constantina (Sevilla) GIL 11 1048
perpetua ordo liberalidades

lulia Laeta Flaminica L.Maecius Nativus dedica Martas (Jaén) s.l GIL 11 1878
domus Augustae a su consobrina piissima.
Flaminica La inscripción no pone Cortijo el Río GIL 111571
divae Augustae nada más (Castro el Río, Córdoba)

lunia Eleuthera Estatua a su hijo Hijo: Q. Pupius Urbicus, Bolonia (Cádiz) med. s.II JG n'88
ex decreto ordinis llvir. Marido: Q. Pupius EL MONTE TESTACCIO,
que pone con su marido Genetivus
AYER, HOY Y MAÑANA.
[lu]nia Lucilla Redime los gastos de Marido: L. Sempronius Grazalema (Cádiz] GIL 11 1342
los honores que el ardo Fabianus
rinde a su marido

lun(ia) Severa Redime los honores que Hijo: P. Fabius lulianus, Martas (Jaén) GIL 111677 Emilio Rod,-fguez Almeida
ardo otorga a su hijo llvir de la Pontificia Accademia Romana di Archeologia,
Ucinia Rulina Sacerdos Estatua por suscripción Ella acepta el honor y re- Baena (Córdoba) s.II GIL 11 1572 miembro extranjero del Deutsches Archaeologisches Jnstitut
perpetua popular, sancionada por dime los gastos. Ella es
el ordo amantissima civium suorum

Marcia Celsa Sacerdos Muy deteriorada. Parece Adra (Almería) GIL 11 1978
perpetua una inscripción honorífica

Sempronia Varilla Honores funerarios Su hija Sempronia Varilla Fuente Ovejuna med.II- GIL 11 2345 Maiores maiora canant: mibi parva locuto
redime los gastos (Córdoba) fin 11 sufficit in vestras saepe redire manus (MART., IX. l. 7-8).
Valeria Acles Estatua ob merita Su nieta Flavia Va<l>e- Despoblado de Zam- GIL 11 2099
eius decretada por riana redime el honor bra (Lucana, Córdoba)
el ordo en su nombre El Monte Testaccio (como monumento urbano de Roma, como problema topográfi-
Estatua en loco accepto Dedicante: L.Fabius Glycon Martas (Jaén) fin s.l ILER 1421 co, co1no yacimiento arqueológico, como archivo de una ilnportante 1nasa de información
Valeria Fortunata
sobre la administración annonaria y sobre el comercio antiguo) tiene ya un notable iter
ab ordine.
histórico, rico de dos siglos; un iter del que sólo ahora se puede hacer un balance
Valeria Hygia Redime los gastos de la Los Valerii de Acci es- Guadix (Granada) fin s.11 GIL 11 3398
extremamente satisfactorio; un balance del que debe partir la visión futura sea de la pro-
estatua que el ordo taban emparentados con
blemática resuelta, sea de la todavía incierta y nebulosa; sea de los errores corregidos
erige a su hijo C. Vale- los Valerii Vegeti de
fructíferamente, sea de los perpetrados 'en curso de obra' reciente; sea de, la visión casi
rius Restutus. lliberris
a se de! Testaccio (que la arqueología urbana de Roma ha contemplado prevalentemente),
Valeria Macrina Redime el gasto de los Marido: L. Caecilius Bassus Málaga GIL 11 1973
sea de la visión general y contextual que lo une al resto del mundo romano y, muy en
honores del ordo a su marido
particular, a la provincia Baetica. La parte que el destino ha querido asignarme en el
Valeria Pa<e>tina Sacerdos Fragmento de inscripción Cazlona (Jaén) GIL 11 3278
pequeño mundo histórico-arqueológico representado por el monte romano se concluye
Flaminica honorífica. Desempeña estos probablemente en este instante; y el panorama que me apresto a ofrecer en esta sede
cargos en Corduba, Tucci y Castulo
tiene todos los visos de un particularísimo testamento personal; está destinado no tanto a
los duchos en la materia cuanto a los jóvenes para los que el tema es relativamente
nuevo o lejano. Mirando atrás a los treinta años exactos que me han visto envuelto en la
operación de resucitar y continuar la obra de Dressel en el Testaccio con mis pocas fuer-
zas (boc erat in votis desde el principio) estaba lejos de imaginar estos últimos casi dos
decenios, florecientes de congresos, mesas redondas, publicaciones de todo género ( y
hasta ese 'reino de lo efímero' que son las páginas de internet), que han visto partícipes
1280 Congreso Internacional Ex Baetica Ampborae 1281

tantos estudiosos de toda Europa y de España en particular. Cierto, no todo el camino pronto a ser puesta en duda, tanto que el mismo Dressel alude a ella veladamente en la
recorrido ha sido ni liso ni exento de pecas de todo género; pero, en conjunto, el avance introdución relativa del CIL. Entre los obstáculos opuestos por parte francesa por Heron
respecto a los primeros años '70 ha sido notable. En las presentes circunstancias, no ali- de Villefosse (Deux annateurs narbonnais ... en Mem. de la Soc. Nat. des Antiquaires de
mento la pretensión de ser un frío notario de una situación que me ha visto envuelto en France , 1915) y corifeos italianos del tipo de L. Cantarelli (JI Monte Testaccio e la Gal/ia,
primera persona, sino simplemente un cronista (probablemente parcial: la cosa es acepta- en Bu/1. Com. 1915), el único en recoger el desafío de Dressel de ir a buscar en la Bética
ble en los límites de la condición humana). Pero en el variado panorama actual de la la definitiva 'prueba probante' fue E. Bonsor, que entre 1889 y 1901 hacía el primer re-
investigación sobre las ánforas olearias de la Bética, que esta nueva fase contempla, conocimiento territorial del Guadalquivir siguiendo esta línea (su obra, The archaeo/ogica/
reconozco que cada uno es libre de atribuírse los méritos y los logros que crea que le expedition a/ong the Guadalquivi1; no habría visto la luz hasta 1931 por inciativa de la
competen; el tiempo (generalmente tardío juez, pero juez caballero) dirá cuáles éstos sean Hispanic American Society).
realmente y distribuirá el suum cuique de rigor.
Hay que llegar al 1949 para encontrar los dos últimos trabajos sobre los materiales
de Dressel.

1.-EL TESTACCIO, AYER. El primero es el intento poco afortunado de M. H. Callender (una bibliografía gene-
ral puede verse en mi libro JI monte Testaccio, ambiente, storia, materiali, Roma, 1984)
Pocas palabras para el pasado de un monumento y una investigación hoy, finalmen- por reordenar la sigilística anforaria del Testaccio (sistematizada por Dressel sobre la base
te, bien conocidos. del verdadero o presumible nomen o gentilicio de las abreviaturas trianominales) y de
otros lugares del mundo romano. La obra vio la luz en Londres en 1949 bajo el título
La curiosidad por el Monte Testaccio comienza en el ambiente arqueológico moder-
Roman amphorae with index aj stamps. En el mismo año, sobre las implicaciones de
no con el P. Marini, el primero en recolectar un lote de sellos anforarios, (G. Marini,
tipo histórico de estos materiales, aparecía otro importante artículo de uno de los france-
Antiche iscrizioni doliari, Roma, 1884 ), si bien su principal interés se centrara en otro ses enamorados de las cosas de España (a la que, junto con Portugal, ha dedicado la en-
tipo de sellos mucho más atractivos y vistosos, como eran los llamados (un tanto tera vida de investigación). Hablo de R. Étienne y de su artículo Les amphores du Testa-
impropiamente) 'doliares': los de ladrillo de la ciudad de Roma y entorno; una obra de ccio au IIJe siéc/e en las Mélanges de l'Éco/e Franr;aise de Rome, un artículo del que (al
paciencia y método, entendida solamente mucho más tarde por H. Dressel y G.B. De menos por lo que respecta a ciertas importantes cuestiones históricas) podría igualmente
Rossi, que la publicaron póstuma en 1884 (el P. Marini había muerto en 1815). partir nuestra visión del 'hoy' del Testaccio.
Se habría de llegar a la mitad de s. XIX sin que se hiciera un primer intento de
exégesis del monumento y su material, cosa que tocó a A. Reifferscheid, que en 1865, en
su artículo JI Monte Testaccio, del Bullettino dell'Jstituto (1865, p. 240 y s.) creyó poder 2.-EL TESTACCIO, HOY.
establecer (sobre el preconcepto de tipo topográfico que un acervo de 'cacharros' en ple-
Efectivamente, el 'hoy' del Testaccio en cuanto objeto de investigación arqueológica
na ciudad antigua no podía ser obra de la época clásica) que se tratase de materiales del
puede tener, según se mire el panorama, una mayor o menor amplitud. Visto desde mi
bajo imperio. personal punto de vista, este 'hoy' coincide, en su principio, con el congreso Recherches
Habrían de pasar otros veinte años antes de que recogiera el 'testigo' un personaje sur les amphores romaines celebrado en la séde de l'École Fran,aise de Rome en 1972,
del calibre de H. Dressel, si no el más ilustre y celebrado, ciertamente el más inteligente, la mitad de cuyas actas está ocupada por la comunicación (presentada casi por casuali-
versátil y concienzudo de los discípulos del grande Theodor Mommsen en el Instituto dad a firma del que subscribe) Novedades de epigrafía anforaria del Monte Testaccio, que
1,:¡
Germánico de Roma. No vamos a hacer ahora la cronohistoria de su empeño en el causó entonces una sensación tan injustificada como el olvido en que el fundamental ¡Id,
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monte, ni de las razones prácticas que lo impulsaron a trabajar, además, en el entorno trabajo realizado por H. Dressel parecía haber caído ya_ desde muchos años atrás. Dos
topográfico del monumento. Entre 1878 (fundamental artículo Ricerche su/ Monte Testaccio, años más tarde, un segundo congreso en la misma sede (Méthodes classiques et méthodes
en Annali del!' Jnst. di corrisp. archeol.), 1879 (Di un grande deposito di anfore ... nel Cas- forme/les dans l'étude des amphores; Rome, 1974) continuaba, a favor del entusiasmo del
precedente, a reforzar el renovado interés por las ánforas en general y las de la Bética en
tro Pretorio, en Bullettino Comuna/e) y 1881 (excavaciones del monte, con la colabora-
pa1ticular, vistas desde otros puntos de vista diversos del Testaccio.
ción del P. Luigi Bruzza, publicadas sólo once años más tarde en el Bu/1. Com.), reunió
la impresionante masa de materiales epigráficos que iban a formar en los finales del siglo Por su parte, España entraba directamente en este campo de la investigación (con
esa preciosa mina de información que es el volumen XV, fase. 2, 1 de Co1pus el Testaccio ocupando el proscenio) en los dos congresos de Madrid (1980) y de Sevilla
Jnscr'iptionum Latinarum (simplificamos en la forma CIL XV; no se olvide que también 0982) sobre Producción y comercio del aceite en la Antigüedad. Habían ya proliferado un ¡'
la primera parte, dedicada a los sellos de ladrillo, a la sigílistica menor, a las lucernas, buen número de trabajos menores y mayores en torno a la cuestión, sea sobre la base '
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etc., es obra suya). del Testaccio mismo (Rodríguez Almeida) que sobre la arqueología de campo en la zona i
lI'
bética, donde M. Ponsich entre 1974 y 1979 publicaba sus fundamentales estúdios !;'
La evidencia de que substancialmente todo el material anforario del monte era pro-
Jmplantation J'Urale antique sur le Bas-Guadalquivir, I y II; una obra en la que fundan su 1

veniente de la provincia Baetica, que debería haber zanjado cualquier polémica, comenzó
experiencia personal paralela los trabajos de ].Remesa! y G.Chic de la misma época.
Congreso Internacional Ex Baetica Amphorae 1283
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El interés renovado por las ánforas olearias de la Bética no había crecido progre- publicada trabajosamente la primera memoria de excavac1on (campaña 1989; aparecio en
sivamente sólo en España e Italia, porque ya en 1977 aparecía en Francia, bajo el impul- Madrid en el año 1993 bajo el título Excavaciones españolas en el Monte Testaccio, a firnia
so de B. Liou y su Centre des Recherches archeologiques sous-marines, una revista, de J. M. Blázquez, J. Remesa! Rodríguez y E. Rodríguez Almeida), han quedado hasta
Archaeonautica, que en sus numerosos volúmenes ha trazado un ya vastísirno y a la ahora inéditas las dos siguientes y el resto de las sucesivas campañas que no han visto
vez excelente panorama de prospección y estudio de materiales, tanto tipológicos corno mi participación directa 0992-1998): una enorme masa de documentación epigráfica, ar-
epigráficos, provenientes del rescate submarino de las costas noroccidentales del Medite- queológica y material que muy difícilmente va a poder ver la luz, especialmente por lo
rráneo (Port-Vendres, Fos-sur-Mer, Lavezzi, etc.); sin contar, naturalmente, la masa de datos que afecta al material epigráfico, porque el epigrafista y el paleógrafo han estado ausentes
relativos al movimiento comercial costero, a la cargazón mixta de los navíos, a la arqni- en el equipo excavador después de 1991.
tectura naval en época romana, etc.
A este punto conviene abrir un paréntesis. En el volumen se AA.VV. Estudios sobre
En 1984 veía la luz la primera monografía sobre el Testaccio y su material (E. el Monte Testaccio, 1, Barcelona, 1999, aparecido después de nuestro Congreso, los edito-
Rodríguez Alrneida, JI Monte Testaccio: ambiente, storia, materiali) y comenzaba a abrirse res se premuran a precisar ap. 29 cuanto sigue:
paso la idea de una excavación del yacimiento. En Sevilla, G. Chic pubhcab~ el pnrner
volumen de su Epigrajia anfórica de la Betica (1985), cuya segunda parte vena la luz en "Por razones ajenas a la voluntad del equipo investigador. .. , el _material de la cam-
1988. Sobre la base de los fondos museales del limes renano y su conocimiento directo paña 1990 (nótese: estamos en 1999 ... Nota del A.) ha quedado depositado en un almacén
de mi experiencia en el Testaccio, J. Remesa! publicaba La Annona militads y la expor- al que, por el momento, no resulta posible acceder. Por esta razón no se ha podido ter-
tación de aceite bético a Germanía (Madrid, 1986). Tres años más tarde aparecería el minar el estudio de los tituli picti de dicha campaña. Esperamos que esta situación pueda
primero de los volúmenes de la serie Los tituli picti de las ánforas olearias de la Bética, resolverse en breve tiempo".
(E. Rodríguez Alrneida, Madrid, 1989): una obra que, llegada a la tase de rnonta1e general
Esta afirmación será cierta, no lo dudamos (y sería una afirmación culpablemente
y con el material ya reunido, queda hasta ahora inacabad~ en el resto de s~s cuatro
volúmenes. Para dar una idea de esta actividad, se puede afirmar que en las decadas de cierta) por lo que afecta a las campafi.as 1992-1998 (no ya a las de 1990-91), cuyos ma-
los '70 y los '80 de este siglo se ha escrito mucho más sobre el Testaccio y su material teriales, acumulados hoy en cantidades presumiblemente ingentes en los depósitos del
Comune di Roma, muy difícilmente van a poder ver la luz (con una pérdida científica
que en todo el resto de la historia de la investigación.
enorme) si no se e1nplean en tal etnpresa 111edios econó1nicos y personal científico espe-
No puedo citar todos los varios trabajos que, mas o menos implicados con el pro- cializado con un presupuesto despropositado, que superaría cualquier hipótesis de finan-
blemas de las olearias béticas, aparecen publicados en los años '80; hago con gusto una ciación. Naturalmente, la responsabilidad cae enteramente sobre los excavadores, que ni
excepción para· el primer volumen de S. Martin-Kilcher sobre las ánforas de Augst, Suiz~ disponían de personal especializado en el estudio paleográfico y epigráfico, ni parecen
(Die romische Amphoren aus Augst und Kaiseraugst), publicado en Basilea en 19_87 Y haber sentido la necesidad de contratarlo o envolverlo en una colaboración factible (en
rnonográficamente' dedicado a estas ánforas en todos sus aspectos, desde el rnatenal , Y Roma no faltan ciertamente autoridades en la materia). Si los excavadores han hecho este
su fabricación a los sellos y grafitos, y dotado, además, de numerosos espe1uelos estad1s- estudio, deberían haberlo especificado.
ticos que dan buena idea de la importancia de estos materiales en la excavación de una
ciudad romana de la retaguardia del limes germánico. Un ejemplo que, hasta hoy, no No se entiende por qué razón y sobre qué bases se afirme que los materiales de la
ha tenido imitadores en otras localidades no menos ricas y ejemplares a este respecto. campaña 1990 (y, añadimos, la sucesiva) sean difícilmente publicables, sabiendo los res-
ponsables de esta afirmación que, al contrario, toda la epigrafía anforaria de estas campa-
Sería el caso de recordar el congreso Amphores romaines et histoire économique,
ñas (unas 400 inscripciones entre tituli picti y grafitos) está ya ordenada, disponible y lista '.
celebrado en Siena en 1986 (pub!. en Roma, 1989, en la Coil. d. École Franr;. 114), si no
1

para publicación en cualquier momento (lo estaba ya entre 1991 y 1993; sin esperar al
fuera por el hecho de que, aparte una magistral introducción de F. Zevi y un br;'ve ar-
1999); como lo estaban los diarios de excavación de las tres primeras campañas (9 volú-
tículo de J. Remesa!, el resto del contenido hace bien poca referencia a nuestras anforas.
menes manuscritos con todos los apógrafos y transcripciones, pieza por pieza). i!

Entre tanto, a requerimiento de J.M. Blázquez, en 1985, durante mi estancia en los


Hará un gran favor a la investigación el o los que se asuman esta onerosa pero
EE. uu., se presentaba a diversas autoridades mi primer p!oyec:o expl~rativo de excava~
bene1nérita carga, cosa que, a lo que parece, supera las fuerzas de los actuales responsa- 11

'I
ción en el Monte Testaccio; dos años más tarde, emprendia el 1ter poht1co-adm1111strat1v !,

bles de la excavación. Pero este último es ya otro asunto que trasciende al empeño cien-
una mía segunda y más detallada propuesta de intervención, que por la tenacidad de ·1'.!•:
1

tífico para recaer en el de la concepción moral de la responsabilidad aceptada al momen-


J.M. Blázquez, veía finalmente colaborar en la elaboración de un programa de interven- r:¡
to de finnar un convenio internacional de esta i111portancia y prestigio, un convenio que !I,,
c,on arqueológica las autoridades españolas e italianas. Definitivamente aprobado éste en
26 de Septiembre 1989, la excavación comenzaba inmediatamente y se contmuaba baJO ha puesto en sus manos (manos impotentes, a lo que parece, por declaración explícita de
mi supervisión técnica en las campañas de los dos años sucesivos 0990-1991). los editores) nada menos que el Monte Testaccio ... Paréntesis cerrado.

tercera No voy a fatigar ahora a mis lectores con un recuento de las confirmaciones (en-
No es de este lugar entrar en las causas y las circunstancias que, tras la
de que, contradas y tocadas con mano) a los postulados teóricos previos, como la de la doble
campaña de excavación, condujeron a mi dimisión del programa. Queda el hecho
1284 Congreso Internacional Ex Baetica Amphorae 1285

área de descarga, originaria (de Augusto a Marco Aurelio) y adiecta (de M. Aurelio a este modo la presión interna quedaba mejor distribuída (fig. 5).La cantidad de espacio
Severo Alejandro, al menos; fig. 1); del sistema de 'apoyo' y crecimiento de la segunda acotado vez por vez dependía seguramente de la necesidad del momento, y así debía
respecto a la primera; de las muchas novedades onomásticas de los tituli pie ti suceder con su extensión frontal o lateral. De estas observaciones nacen tres deducciones
de ambas épocas (fig. 2); etc. importantes:

Permítase1ne una sola excepción, porque toca cuestiones que están, por desgracia a, que este sistema debía 'fajar' los costados del monte en manera regular y por
1

adquiriendo una 'ciudadanía' espuria en nuestros estudios y que últimamente han sido toda su altura, dándole el aspecto de 'panal de abejas' que vemos en nuestra fig. 6.
presentadas en una luz y con facetas que mi experiencia personal me impide compartir.
b, que el índice de la pendiente está, si no estudiado, por lo menos
Me refiero al aspecto de la tectónica estudiada y puesta en obra por los antiguos
empíricamente observado por los antiguos: debía ser muy vecino a los 42º optimales de
cura/ores del monte (una presencia por mí ya postulada desde mi primer trabajo sobre
la estática de los cuerpos esféricos sobrepuestos a esquema piramidal (fig. 7).
el Testaccio en 1972) para asegurar la estabilidad de los costados exteriores de un depó-
sito de materiales extremamente inestables y, por tanto, peligrosos para el entorno habi- c, el sistema resultaba, por otra parte, perfectamente transpirante, con las bocas de
tado en que la descarga tenía sede. las ánforas funcionando como un inmenso y eficaz eliminador de la humedad interna del
monte, a beneficio de la estática general de los depósitos.
La fig. 3 muestra un apunte del diario de excavac1011 1990; a cota -2.80 m, en la
cata oriental y de la planities cacuminis (contacto entre las dos plataformas a un nivel en El final de este 'hoy' del Testaccio está prácticamente escrito con el cierre (aparen-
que ya se 'atacaba' la pendiente occidental de la descarga antigua) aparecieron temente definitivo, vista la decisión hecha pública por el Sr. Director General del Patrimo-
nutridísimas cantidades de ánforas casi enteras en yacimiento fijo y a nivel único con nio, D. Benigno Pendás, a la prensa nacional en data 10 de Junio de este año) de la
predominio de datas consulares de los años 160 (Bradua et Varo cos) y 161 (Vero ii et misión española de excavación que ha tenido lugar entre los años 1989 y 1997; una
Commodo, en diversas fórmulas). Continuando en profundidad, a _-5 m se encontró una operación de que en este Congreso han hablado largamente algunos de los protagonistas.
situación se1nejante y un elemento 111ás enig111ático: un ánfora perfectamente sana dotada No voy a entrar ahora en polémica alguna sobre los resultados expuestos, especialmente
de un titulus pictus del año 153 (Praesente et Rufino cos). Fig. 4. en vista del hecho de que, por razones personales, no he podido asistir a su exposición
y debate; declino en los autores la responsabilidad de cuanto afirmado. Me he limitado a
No estábamos entonces en condiciones de explicarnos el fenómeno de estas acumu- trazar, por verdad de crónica, un panorama rápido de la génesis de esta operación. El
laciones, pero lo estuvimos en la campaña siguiente, cuando poco más a Occidente y a resto es futuro, es 'mañana'.
escasa profundidad (-1.80 m) apareció una 'valla' formada por cordones de ánforas dis-
puestas en tres _órdenes, inclinadas las bocas hacia abajo de ca. 45º, substancialmente Puesto que por parte de muchos de los participantes a este congreso se aporta
íntegras y rellenas de fragmentos menores (lo que hacía pensar que los fondos, no visi- substancialmente toda la bibliografía post-1972, evitaremos dar ahora nuestra personal lista
bles en la excavación, hubiesen sido rotos aposta para poderlas rellenar y darles mayor bibliográfica, sea por no incurrir en repeticiones inútiles, sea por no vernos obligados a
peso y estabilidad). A la base, apoyaban sobre un rellano estrecho (50/60 cm) de frag- la antipática e igualmente repetitiva autocitación.
mentos de vientre de anfora perfectamente dispuestos en plano, y bajo esta especie de
estrecho escalón vuelto a Occidente, aparecía una nueva valla, esta vez constituída por
un solo cordón de ánforas dispuestas de la misma manera. Era evidente, ahora, que 'va- 3.-PROYECCIÓN FUTVRA DEL TESTACCIO EN LA BÉTICA.
llas' semejantes (aunque ya destruídas por la presión y por el hecho de quedar internas
y obsoletas respecto a su función) eran las que habíamos encontrado el año precedente. Hasta aquí, la poco afortunada experiencia española por mí puesta en pie y sin mí
continuada. Ahora es tiempo de afrontar en forma propositiva algunas de, las líneas que
Existe en la obra de Dressel (Ricercbe .. , cit, p. 184-85) una referencia que no había- creo seguibles, especialmente desde la vertiente territorial española, bética en concreto
mos valorado en toda su importancia. Al nivel más bajo del Testaccio, lado Norte, en el (y, en mayor o menor medida, en otros territorios de diversa 'experiencia aqueológica').
territorio de lo que en su tiempo era el límite Sur de los Horti dei Torlonia, él observó,
sin podérselo explicar, el mismo fenómeno, pero correspondiente a la fase más antigua La amplia y benemérita obra de prospección territorial iniciada por M. Ponsich,
(augustea, probablemente) de la descarga: "una lunga serie di grosse anfore di forma además de una mejor definición topográfica del territorio arqueológico en que la produc-
sferica, ordinate in linea retta e accatastate capovolte in due o tre ordini le une sopra le ción olearia (y su complementaria industria anforaria) tenía su base, ha hecho recaer
sobre la sigilística anforaria el mayor interés, creando en el ambiente arqueológico la
altre" ...
sensación de un despropositado peso documental de estos elementos; un peso abnorme
He explic¡ido en publicaciones precedentes la función de estas vallas o cordones, respecto a situaciones como la del Testaccio o las fronteras septentrionales del Imperio
dispuestos por los curatores para acotar un espacio destinado a descarga: espacios que (donde otros elementos epigráficos son más significativos, como los grafitos ante
debían comenzar apoyándose al talud del área original y después el uno al otro, termi- cocturam y, sobre todo, los tituli picti), pero que se justifica en la zona bética, en la que
nando por formar una malla interna de paredes de ánforas que se reforzaban mútuamente han continuado a alimentar esta línea de investigación sobre todo los trabajos posteriores
y que en el borde exterior quedaban abrazadas uniformemente por la faja externa. De de G. Chic y J. Remesa!. Que tal línea sea siempre óptima no hay necesidad de probarlo.
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1286 Congreso Internac(onal Ex Baetica Amphorae

Como es inútil subrayar el placer con que saludamos la iniciativa, amparada por la Union sirviendo a diversas factorías, porque no en todos los casos podría ser idéntica la propie-
Académique International, de crear un Co1pus intemational des timbres amphoriques (ini- dad de las figlinas y los hornos (fornaces). Los diversos pasajes, las diversas conductwnes,
ciativa que, por lo que afecta al material bético, se ampara también materialmente en el los diversos sectores de producción, imponían seguramente una serie de controles mter-
apoyo de la Universidad de Barcelona y en su colección Instrumenta, ya en su quinto medios diversificados, cuyos registros no han dejado constancia documental demostrada.
volumen). Permanece misteriosa la razón por la que los fautores de tal iniciativa no ha- Por lo que me resulta a mí, esta línea de investigación del territorio falta casi completa-
yan, hasta hoy, sentido la necesidad de partir del Testaccio. Pero lo importante es que mente.
esta inciativa haya comenzado.
3, en la producción del ánfora individual, entender el método material de fabrica-
Lo que sí puede y debe ser subrayado es el hecho que los avances que de esta ción es un elemento importante, porque sólo en tal modo se puede determinar el uso y
línea pueden esperarse no serán ni rápidos (el desesperante, críptico sistema de abrevia- función de los elementos escritos que servían al control de la producción; uno de los
ciones tria-nominales, altamente prevalentes, bien pocas veces da lugar más que a meras cuales es el grafito colocado al fondo en posición invertida y cuyas formas, por mí redu-
conjeturas) ni (fuera de algun rarísimo caso de novedad, siempre posible) resolutivos. cidas (¡sólo indicativamente, entendámonos bien!) al número de una decena, tiene que i)'
,,
Fuera del puro valor documental standard referido a la frecuencia o rareza en un particu- tener una serie de implicaciones no enteramente dilucidadas. Estos grafitos, escritos en el 1

lar sitio arqueológico (por tanto, puros datos para la topografía arqueológica de la produc- ánfora todavía incompleta y legibles con el ánfora en posición invertida, deben referirse,
ción anforaria), es legítimo preguntarse si es verdaderamente útil continuar en la produc- por tanto, al primer estadio de fabricación, esto es, a la rota figulina (o más
ción de infinitos mini-corpora de sellos, repetitivos, voluminosos y sólo muy raramente presumiblemente una batería de rotae).
apartadores de verdaderas novedades para la historia. Prácticamente, se trata de valores
estadísticos de limitada utilidad. La publicación, de vez en vez, de las novedades que Para entender la razón por la cual el grafito se encuentra en la parte inferior, véase la
vayan apareciendo sería probablemente una solución suficiente y más productiva, visto fig. 9 que ilustra en síntesis este proceso; al objeto de obtener el standard de capacidad
que no estarnos todavía en condiciones de producir un único c01pus substitutivo de la del ánfora, éste preveía el uso de una 'bandera' o ságoma lateral girable, mediante la
primera parte del CIL XV 1, 2 (infelices tentativos como el de M.H. Callender lo prueban cual era posible ir controlando la expansión progresiva del vientre a partir del cordón
ampliamente). inicial de arcilla que ascendía en espiral desde la base provisional (futura 'espalda' del
Cierto es que la Bética no está en condiciones de ofrecer tituli picti, porque este ánfora) y se expandía con ayuda de un utensilio de presión desde el interior del vientre
instrumentum scriptum, a diferencia del precedente, estaba exclusivamente destinado a la (Fig. 10). -Ésta es otra línea en la que los estudios in loco tal vez puedan decir cosas
exportación ultra1narina, no al 1nercado territorial. Pero, en cambio, los 1nis1nos sitios ar- nuevas. ¿La rota figulina estaba dotada siempre de un sistema 'a bandera girante' para la
queológicos productores de sellos o de variaciones tipológicas anforarias pueden y deben definición del diámetro y altura de 'espaldas' del ánfora' El día en que una figlina (y no
en el futuro ofrecer mucho más material útil, como los grafitos ante cocturam, un material un horno) sea identificada y excavada, tal vez se pueda dar una respuesta a la cuestión.
hasta ahora escasísimamente representado en los estudios realizados in loco; y un material 4, tal vez a una diversa función, seguramente a un segundo momento, pertenece el
que, no dependiendo de la exportación, sino del sistema mismo de administración y del grafito inciso in eolio amphorae, en posición erecta y de carácter numeral, correspondiente
proceso de fabricación de los envases, debe encontrarse entre los descartes de lo hornos
al momento final de la fabricación (aplicación del cuello, alguna vez precedente a la
y aportar una mole de información igual o superior a la de los sellos.
aplicación de los mangos) de la pieza. Que estas cifras correspondan a una sección de-
Permítaseme, por tanto, una obligada auto-revisitación a este respecto, porque creo terminada de la figlina es seguro (se trata de números bajos, de 1 a 10 en general ¿Di-
que se trata (al menos como propuesta, sin intención alguna de dar por zanjados y re- versas rotae?). Pero por qué razón estos grafitos numerales sean (como parece hasta hoy)
sueltos todos los puntos del problema) del único intento orgánico hasta ahora realizado sólo de edad severiana y posterior, es otra cuestión que queda por acfarar.- Que las
de poner las bases para interpretar el panorama general del sistema de la producción pequeñas diferencias de capacidad de ciertas ánforas respecto al standard general (216
anforaria. Estoy hablando de la comunicación Graffiti e produzione arifora,-ia della Betica libras) dependa en buena parte de la fabricación 'a mano libre' (sin el control del perfil)
(en 1he inscribed economy: production and distribution in the Roman Empire in the light del cuello es, en mi opinión, más que probable.
of instrumentum domesticum; Ann Arbor, Mi., 1993, p. 95-106), en que aparecía un 'orga-
5, entre los grafitos del primer grupo destacan los de carácter calendarial, con datas
nigrama' recopilativo de las diversas componentes, fases y sucesión de elementos
del mes y, frecuentemente, del año de producción. La presencia en muchos de ellos de
epigráficos aplicados al envase a los diversos fines establecidos por la administración.
dos nombres al nominativo (destaca el nutrido grupo de un Martinus (fig. 11) al que se
Vemos en él (fig 8) que la situación productiva debe contemplar, por lo que se refiere a
acompañan otros nombres diversos, igualmente al nominativo; por tanto, debe sobreenten-
la figlina,
derse implícito el verbo Jecit para uno y scripsit para el otro; demuestra la complejidad de
1, un dominus y una serie de situaciones de arriendo o gestión (loca/iones), sea este sistema de control, esencial seguramente para la administración de la fábrica. Seme-
de la figlina misma, sea de sus diversos sectores y servicios; jante función debían tener los grafitos con simples nombres al nominativo_ ~donde se
sobreentiende siempre suplido Jecit) o al genitivo (entiéndase opus). Tamb1en en este
2, una serie de contratos relativos al abastecimiento, sea de la materia prima arcilla
campo son posibles las novedades y, con ellas, los avances de la investigación.
(fodinae cretariae), sea de leña para los hornos (silvae, ligna), que hay que imaginar
1288 Congreso Internacfonal E:x Baetica Ainphorae
1289

6, de no poca importancia es el hecho de que el nutridísimo grupo de los grafitos (es un problema que presentan también, p.e., los sellos de ladrillo de ciertas figlinas de
calendariales hoy a nuestra disposición demuestren una actividad de la figlina durante Roma). ¿Eran po11us con figlinas propias? Como se ve, sobre la realidad po,1us los puntos
todo el año entero, con dos cortas 'ventanas' que se sitúan al final de Abril y al principio oscuros a definir son numerosos e importantes.
de Noviembre, como si por dos breves períodos las figlinas, por falta de mano de obra,
estuvieran paradas; cosa que se explicaría si, por hipótesis, imagináramos que la mano de 9, la distribución estratégica de estos almacenes de ánforas estaba seguramente
obra se desplazase en estos breves períodos a los campos de producción de aceite (No- pensada más en función de las vías de comunicación con los praedia olearia que con las
viembre) y a los espacios destinados al transvase de los lacus a los envases, vista la ur- figlinas mismas, porque en ellos confluía, prevalentemente vía tierra y en cullei mecani-
gencia de estas operaciones. Si alguien está en condiciones de ofrecer una explicación zados (carros-odre) fig. 12) el aceite a envasar, con mucho más esfuerzo, tiempo, gastos
más convincente, ésta será bienvenida. Incierto es el significado de letras y siglas de gran y urgencia que el transporte de ánforas vacías. A este respecto, es de notar que
formato, aisladas o de acompañamiento al grafito principal y colocadas en posición similar
10, la excavación en el Testaccio ha demostrado, entre otras cosas, que ánforas
y vecina. Quien consiga explicar su significado preciso, la razón de su presencia en tal
producidas en un determinado año (por ej., en el 151 d.d.C., como demuestra el grafito
compañía y su diferencia respecto a los otros tipos, hará también un gran favor a la
calendarial) han quedado 'en excedencia' en el po11us uno o más años y han sido relle-
investigación.
nadas uno o más años después (p.e., en el 153, como indica el control a ).
Se trata,
7, completamente diversa de la función del grafito es la del sello estampado, que creo, de una ulterior demostración de la existencia de estos lugares de almacenaje de
interviene sólo cuando el anfora está completada enteramente. No es imaginable que, envases.
este 'control estampado' tenga valor de propaganda del producto-ánfora (destinada a un
11, los muchos tituli d (controles públicos de la operación final de envase) realiza-
solo uso, no bella, puramente utilitarística) y tanto menos del producto-aceite (como pa-
dos in figlina deben referirse a una de estas dos cosas: 1, casos en que figlinas particu-
rece pensar Remesa!), que podía estar envasado en ánforas con los más disparatados
larmente importantes (Saxoferreo, Trebeciana, Barba o Barbensis, Ceparia, etc) dispusiesen
sellos de fábrica. La razón es que seguramente la administración de las figlinas nada tiene
de portus o almacenes de ánforas propios; 2, casos en que, agotados los almacenes de
que ver ni con los fundí olearii ni con sus dueños (que, en cambio, constan en los
yacencia anual, la carga se haya efectuado recogiendo las últimas ánforas de la produc-
controles a
escritos a pluma).- Si hemos de dedicar tiempo, sudor y riesgo de errores a
ción anual de una figlina y, por tanto, en la figlina misma.
los sellos, tanto vale dedicarlo a la elaboración de una teoría suficientemente válida de
su significado, y mucho menos al de su número estadístico o de su distribución en el 12, Annona y mercatores son los protagonistas de la operac1on final: envase y
territorio. cierre, titulación C'etiquetadura') del ánfora, expedición río abajo (devectio) y ultramarina
(exportatio, mercatura transmarina).- Quien quiera probar a profundizar en los muchos
8, puesto que es difícil imaginar que cada figlina dispusiese de espacios propios
para conservar por largos períodos del año una producción de muchos millares de
puntos todavía oscuros que presentan los controles a deberá necesariamente (parecerá
supérfluo repetirlo, pero la experiencia dice lo contrario) partir de una absoluta familiari-
ánforas, hay que imaginar un servicio ulterior: el poi-tus o 'secadero', en que se almace-
dad con el latín (y, en particular, del latín 'administrativo' y legal), de una sólida base
naban las ánforas a la espera de su uso. El sello puede tener precisamente este destino
paleográfica y un más que sólido conocimiento del material del Testaccio.
(y, previamente, el de control de la cocción en horno, en el caso de hornos de uso
colectivo). Si imaginamos que (como se deduce incluso estadísticamente) casi la mitad de Volviendo a nuestros grafitos, lo expuesto muestra cómo, si, por una parte, sabemos
las ánforas llevaban sello, ¿la disposición en almacén en dos o más filas, con los sellos que en la Bética es inútil ir en busca de tituli picti (que no le estaban destinados y que
en buena evidencia en la primera, permitiría_ el control del consumo progresivo y, en sólo por pérdida ocasional de un ánfora podrían aparecer acá o allá) y, por otra, hemos
consecuencia, el pago al productor de los envases utilizados 'a consuntivo' o balance privilegiado hasta hoy la recogida y catalogación poco menos que repetitiva de los sellos
final? Esta interpretación permitiría entender mejor un problema topográfico difícilmente anforarios, el 'capítulo' grafitos está ampliamente abierto y puede ofrecer una información
explicable por otro medio: la presencia de los mismos sellos en lugares muy diversos a suplementaria de primer orden sobre el sistema organizativo-productivo de· envases. Y se
lo largo del curso del Guadalquivir. Remesa! y otros piensan que se trate de diversas 'fac- impone con grande evidencia la necesidad de nuevas y sistemáticas exploraciones 'mira-
torías del mismo propietario', mientras resulta mucho más lógico pensar en diversos pun- das' de los vertederos de hornos, que aclaren la entera vida de los mismos y la praxis
tos de concentración (esto es, diversos portus) de las ánforas, un sistema que facilitaba de los controles por enteras generaciones de producción (a título meramente informativo,
enormemente la compra por parte de la annona o, incluso, de los mercatores interesa- mi solo archivo contiene alrededor de 500 grafitos béticos, prevalentemente del Testaccio,
dos en las operaciones de carga y futuro transporte. El organismo po11us es seguramente pero con numerosas inclusiones comparativas de Italia, Alemania, Holanda, Francia, Suiza
una realidad a se de la que ignoramos todo, especialmente el tipo de conducción (muni- e Inglaterra).-Importante igualmente es llegar a la identificación sobre el terreno, además
cipal', territorial?, empresa privada?). Probablemente en él tiene lugar anticipadamente (res- de las figlinas y los hornos, de los grandes almacenes de envases; una operación en la
pecto al momento de la exportación) la colocación de los pictacia o bandas protectivas que la observación aérea del territorio debería dar resultados, porque es difícil que insta-
de los espacios destinados a la aposición de los futuros tituli picti de las ánforas. Cuestión laciones de tal mole y empeño no hayan dejado traza sobre el terreno.Las primeras zonas
diversa, aclarar en el futuro, es la razón por la cual sólo algunas (pocas) de estas insta- a investigar sistemáticamente son aquellas en que aparecen en buena evidencia familias
laciones sean mencionadas en los sellos anforarios del s. III, y porqué se ha sentido la de sellos sin aparente relación mútua y, sobre todo, de proveniencia local alejada del lu-
necesidad, ya en la figlina, de especificar el 'almacén' a que las ánforas estaban destinadas gar en que encontramos los centros principales de producción de cada uno.
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1290 Congreso Internacional Ex Baetica Aniphorae 1291

COROLARIO SENTIMENTAL.

Puesto que hemos hecho la premisa de que esta comunicación tiene por destinata-
rios principales los investigadores jóvenes, permítase a un viejo recordar que la edad, ya
se sabe, induce al sentimentalismo. Y acéptese con paciencia el desahogo-auspicio que
estoy por hacer, que no puede tener mejor sede de expresión que este Congreso, celebra-
do en dos de las ciudades de la provincia Baetica más ampliamente implicadas (y repre-
sentadas documentalmente, junto con Córdoba) en la investigación puesta en obra hace
120 años por Heinrich Dressel.

Hemos ya colmado (yo diría ampliamente) la laguna que él señalaba en la arqueo-


logía española, cuando hablaba de los sellos anforarios de las Dr. 20 como de "minucias
epigráficas que los arqueólogos españoles habían descuidado". Siguiendo su pauta, hoy la
historia de estos envases en su tierra de origen está avanzada hasta un punto tal que el
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mismo Dressel se sentiría hoy moderadamente satisfecho. ',1

Tal vez no lo estaría tanto del hecho de que un territorio histórico que tiene con él 1

una deuda moral incalculable no haya hecho hasta ahora nada por pagársela al menos en \
modo simbólico. Por otra parte, la misma Roma, su patria natal y sede del Instituto al 1
que dedicó sus mejores años de investigación, estaba en la misma deuda hasta hace tres
años. Personalmente he conseguido, finalmente, que el Ayuntamiento de Roma dedicase
a su nombre al menos la rampa de acceso al Monte Testaccio ("Salita Heinrich Dressel").
Si en la praxis académica no existe la costumbre de conceder doctorados honoris causa
a la metnoria, ¿por qué razón no hacer, al 1nenosl otro tanto con10 en R01na, en ciudades
como Córdoba, Sevilla, Écija y, porqué no, Málaga y Carmona? Las Oficinas de
Toponomástica de los Ilustrísimos Ayuntamientos interesados deberían tomar en conside-
ración una propuesta de este género, a memoria del benémerito investigador que descu-
brió por primera vez tan gloriosos nombres en los "humildes cacharros del Testaccio",
como él los definía con bondadosa ironía. Y otro tanto se diga de la oportunidad de
recordar en ellas el nombre del Monte Testaccio, el 'octavo collado de Roma' casi exclu-
sivamente formado por tierra de la Bética.

Fig. l. Monte Testaccio. Dinámica y método de acumulación de la doble área de descarga.- I, área
original, acumulación calculable aproximadamente de Augusto (?) a Domiciano; II, depósitos trajano-
adrianeos; m. Antonino Pío-M. Aurelio; IV, area adiecta en época de M. Aurelio-Cómodo; V, depósitos
severianos; VI, de Caracalla-Macrino a la muerte de Severo Alejandro; VII, posible vertedero lateral
entre Severo Alejandro y Galieno.- De E. Rodríguez Almeida, Los tituli picti de las dnforas olearias
de la Bética, Madrid 1989.
1292 Congreso Internacional Ex Baetica Amphorae 1293

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Fig. 3, Apunte de excavación 1990, sector Este, prof. máxima -2.30-2.80 m; nivel de ánforas casi en-
Fig. 2. Algunos de los títulos :S de la serie imperial, desconocidos al CII. XV, 2, 1, porque son de des- teras pertenecientes a las viejas «vallas» de contención, aplastadas y corridas por la presión de las
cubrimiento reciente (a partir de 1971). descargas superiores.- Dibujo del autor.
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Fig. 4. ·un ánfora del sistema, de «vallas» de contención, encontrada intacta a prof. -5 -m. el 6 de di- Fig. 5. Apunte de excavación con la aparición de las «vallas» de contención con las ánforas todavía
ciembre de 1990. lleva un titulus a con datación Praesente et Rufino co(n)s(ulibus) de año 153. Dia- snbstanciahnente intactas; prof. de los labios de la fila alta, -130 m.- Observaciones del 11 al 15 de
rio de excavación del autor. octubre de 1990 (del diario de excavación del autor).
Congreso Internacional Ex Baetica Ampborae 1297
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Fig. 7. Geometría e inclinación del cordón prismático triangular formado por tres órdenes de ánforas 1

Fig. 6. Aspecto general que debía ofrecer el flanco del Testado con las vallas externas de contención,~ Y una valla itúerlor de una sola o de dos en profundidad.- A la izquierda, depósitos antoninianos; a
dibujo del autor. la derecha, material severiano y posterior, adosado al precedente, con las dataciones obtenidas. 11
1298 Congreso Internacional Ex Baetica Amphorae
1299

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Fig. 9. Sucesión de los elementos de montaje de un ánfora Dr. 20.- 1, 2, 3, construcción de la «ampo-
lla» del ánfora con su pie provisional y su agujero de «respiración» en lo alto para favorecer la
excicación (al pie de él se escribirá el grafito antes de separar el cuerpo); 4, 5, 6, separación de la
Fig. 8. Organigrama hipotético de la organización del sistema productivo de las figlinae béticas Y de ampolla con corte a cuerda, introducción de glandes de cierre del fondo, visión externa de la
su comercialización, según se deduce del aparato epigráfico (tituli picti, grafitos y sellos).- Del autor, obturación; 7, aplicación del sellado externo de glandes, efectuado a mano libre; 8, aplicación suce-
en The inscribed economy: production and distributiotL .. 1993, cit. en el texto. siva de cuello, labio y mangos; 9, ánfora terminada.- Dibujo del autor, elab. al computer1 C. Assandri.
1300 Congreso Internacional Ex Baetica Amphorae 1301

USO DEL SAGOMATORE A BANDIERA


PER LA COSTRUZIONE DI ANFORE A
PERNO MOBiLE STANDARD DI CAPACITA' FISSO.

- - SAGOMATORE
A BANDIEP.A

MOBILE
ASSEDIGIRO
DEL SAGOMATORE
(FISSO)

BC-6,7/A1989-9
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BOLLA DELL'ANFORA
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'PIEDE' PROVVISORIO SUPPORTO


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PIATTO PORTANTE
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SUPPORTO

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BC-6/ A1986-1 _

Fig. 10. Mecánica de construcción del cuerpo del ánfora a la meda de alfarero y probable bandera Fig. 11. Dos grafitos calendariales situados al pie del puntal y en posición invertida ( cuando el ánfora
girable para determinar el standard de capacidad (un sistema usado todavía en la modelación del estaba todavía en la rota). Llevan una data del calendario entre dos nombres al nominativo, el pri-
cuerpo de las campanas antes de la fundición, al fin de obtener un determinado sonido).- Del autor, mero, Martinus, repetido en ambos.- Encontrados por el autor en superficie en el Test.aedo en 1986
elab. al computer de C. Assandri. y 1989 respect.
1302 Congreso Internacional Ex Baetica Amphorae 1303

SESIÓN DE POSTERS

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Écija
18-19 de Diciembre
Fig. 12. Un carro romano a culleus (a odre; en este caso, para vino). Copia de una pintura
pompeyana en el Museo della Civilitá Romana, Roma. Palacio de Benamejí

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