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INTRODUCCIÓN

Actualmente la sociedad ha cambiado y lo único que interesa es la productividad en


todos los ámbitos de la vida, el tener más cosas, el tener posición social, etc. A su
vez la sociedad tampoco se ha interesado por asistir y atender al adulto mayor ya
que es poco rentable, la familia tampoco está dispuesta a aceptar perdidas, gastos
ocasionados por el adulto mayor y esto mirado desde el punto de vista productivo
para el interés de la sociedad. Otra característica muy particular de la familia es el no
tener un espacio físico, psicológico, emocional para el adulto mayor. Desde el punto
de vista del adulto mayor este tampoco se prepara para esta etapa de la vida con
todos sus cambios anatómicos, fisiológicos, psicológicos, emocionales, económicos,
sociales que tienen al ir avanzando en la edad, por ejemplo, la jubilación que lo deja
solo y no crea ni ha creado redes de apoyo para esta nueva etapa de su vida. Otro
caso digno de destacar es el hecho que muchas mujeres piensan que una vez
llegada a su etapa posmenopáusica cree que todo termina allí, estos cambios han
ocasionado en el adulto mayor variados signos de depresión, desde una pérdida de
su autoestima a una especie de autismo pasando por unas ideas de suicidio muy
particular.

El maltrato del “anciano”, “adulto mayor” o “geronte” no es un hecho nuevo, ha


ocurrido a través de todos los tiempos; tribus nómadas solían abandonar a los
ancianos, cuando estos eran incapaces de sostenerse por si mismos. Desde siempre
los niños, las mujeres, los discapacitados y los ancianos fueron víctimas de familiares
violentos. Este fenómeno, que no es nuevo en cuanto a su frecuencia, debido al
aumento de víctimas potenciales y por ser paralelamente agresores, ha provocado la
necesidad de investigarlo más en profundidad.

La Ancianidad a pesar de contar con la Ley General de las Personas Adultas


Mayores que se basa en los artículos 67 y 68 de la Constitución Política del Estado,
en los que se establece que ese sector de la población tiene derecho a una vejez
digna con calidad y calidez humana; a una renta vitalicia de vejez, a la protección,
atención, recreación, descanso y ocupación social, de acuerdo con sus capacidades
y posibilidades; prohibiendo y sancionando toda forma de maltrato, abandono,
violencia y discriminación.

DESARROLLO

1. ANCIANIDAD

La ancianidad es un estado biológico, psicológico y social caracterizado por signos


muy específicos. En el Antiguo Testamento el anciano, que solía ser el mayor de los
hombres del grupo, era el cabeza de la tribu o de la familia. Los ancianos israelitas
realizaban funciones civiles y religiosas; los miembros laicos del posterior Sanedrín
eran también llamados ancianos. En la primitiva Iglesia cristiana, los ancianos eran
provisores administrativos de congregaciones locales que ayudaban a los diáconos y
obispos.

El abandono al adulto mayor es un problema social que gradualmente comienza a


ser considerado como temática prioritaria en el conglomerado internacional y en
nuestro país. Algunos estudios efectuados por asistentes sociales comprueban la
existencia de esta oscura realidad que acontece en la población mayor,
particularmente, en aquellos que se encuentran postrados o con alguna limitante que
lo convierten en persona dependiente. Sin embargo, sólo constituyen referencias
locales del problema que no representan la realidad de esta violencia en la población
mayor nacional, no se conocen estadísticas.

El abandono es una forma de maltrato que se asocia con depresión, angustia, baja
autoestima, aislamiento, terminando muchas veces en un suicidio u homicidio. Ante
este problema es urgente que se considere que el abandono afecta a los ancianos
pues al verse solos entran en depresión y terminan creyendo que a nadie les
importa.
Uno de los problemas más graves que está presente en nuestra sociedad es el
abandono a las personas mayores, la forma de maltrato a una persona puede ser
físico (agresiones físicas en distintos grados, desde un empujón a una paliza,
contenciones mecánicas innecesarias, etc.), psicológico (insultos, amenazas,
menosprecios, aislamiento, etc.), sexual, económico o, en general, un trato deficiente
o vejatorio. Según vamos haciéndonos mayores, nuestros cuerpos envejecen.
Progresivamente perdemos la autonomía y necesitamos más atención y cuidados, en
todos los órdenes.

Dependiendo de las necesidades y de la situación personal, los mayores son


atendidos por sus familiares y otros cuidadores o por profesionales, ya sea en el
propio hogar o en alguna institución (consultas médicas, clubes de jubilados, centros
de día, residencias, centros asistidos, hospitales, centros psicogeriátricos, etc.). Por
tanto, entre las personas que cuidan de los mayores (familiares, profesionales u otros
cuidadores) encontraremos, desde los comportamientos más excelentes hasta los
casos más negligentes. La persona adulta abandonada siente que ya no es
necesitada ni querida se angustia y cambia de carácter se vuelve gruñón y
desconfiado, pero una persona que tiene la atención debida es alegre, cariñosa, trata
de ayudar a su prójimo.

2. LA ANCIANIDAD VÍCTIMA DE MALTRATO Y ABANDONO

La ancianidad es un estado biológico, psicológico y social caracterizado por signos


muy específicos.
En lo biológico, la ancianidad es un estado de envejecimiento natural
ocasionado por el desgaste de órgano, tejidos y células.
En lo psicológico, representa un cambio de actitud y comportamiento,
aparejado por un cambio en la percepción del mundo y en la sensibilidad ante
los fenómenos.
En lo social, la ancianidad significa un estado familiar, laboral y social
revestido de cambios generalmente traumatizantes para los ancianos y su
entorno.

A decir de Diego Díaz, médico español autor del libro "La última edad":
".. (Galeno consideraba a la vejez como algo intermedio entre la salud y la
enfermedad. Roger Bacon afirmaba que la vejez es una enfermedad FI
gerontólogo Lansing la define como un proceso progresivo de cambio
desfavorable, ordinariamente asociado al pavo del tiempo, que se hace
manifiesto después de la madurez y que desemboca invariablemente en la
muerte"1
“La ancianidad, un estado natural dentro el Desarrollo de la vida humana, con
características biológicas, psicológicas y sociales propias, constituye de
manera general y muy particularmente en sociedades como la boliviana, un
estado muy vulnerable "2.

Las sociedades antiguas eran proclives a la gerontocracia, es decir, al gobierno de


los ancianos, en detrimento de una valorización juvenil. Según el testimonio de las
tragedias griegas —por ejemplo en Eurípides—, en la Grecia clásica se sacrificaba
con la muerte a los jóvenes, porque se temía en ellos un plus de arrojo que ponía en
peligro la estabilidad de las instituciones sociales; se temía que «no tuviesen ninguna
excusa ante el peligro». La juventud era, por tanto, una edad subsidiaria y
transicional de cara a una sociedad que prestigiaba a sus ancianos.

Pero el primer esbozo de lo que hoy podría estructurarse como una «sociología de
las edades» data del mundo romano, en que las diversas cronologías de la
existencia se esquematizaban del siguiente modo: había en primer lugar la infantia
(palabra cuya etimología latina —infans— significa «que todavía no habla», y que se
atribuía, por tanto, a los dos primeros años de vida del niño); a continuación la
pueritia o la adolescentia, que, en una proporción que hoy resulta excesiva, se
prolongaba hasta los 28 años de edad; posteriormente la iuventus, que abarcaba
desde los 28 hasta los 50 años; la virilitas (de 50 a 60 años), y por último la senectus,
etapa considerada, sin ningún umbral de término, a partir de los 60 años.

1
DÍAZ Diego, "La última edad ",- editorial EUNISA, Pamplona, 2da Edición; España; 1990; pagina 24.
2
EFFENDI, Shogui; "Enveiecer en América Latina ",- editorial EBILA, Bs. As. Argentina; 1990, página 18.
La carencia de políticas de protección, consideración y cuidado hacia los ancianos y
la ausencia de normas jurídicas que de manera expresa tipifiquen la protección y el
cuidado de aspectos biológicos, psicológicos y sociales inherentes a la ancianidad,
determinan un estado de abandono, indefensión y mal trato a los ancianos en Bolivia.

En Bolivia, las condiciones de vida de la población anciana presentan características


de abandono, discriminación y mal trato. En el departamento de Cochabamba, de
una población total de 1'1 10.205 habitantes, el 5 % son ancianos, personas que han
superado los 65 años y que son consideradas como de la tercera edad.

La carencia de políticas de protección, consideración, cuidado y trato adecuado a los


ancianos, unida a la ausencia de normas jurídicas que de manera específica y
expresa tipifiquen la protección y el cuidado de los aspectos biológicos, psicológicos,
sociales, laborales y económicos inherentes a la ancianidad, determinan un estado
de abandono, indefensión y maltrato a los ancianos en Bolivia.

3. LOS ADULTOS MAYORES EN LA SOCIEDAD

Nuestra sociedad es una forma de organización industrial en donde predomina la


producción y el consumo. Es una sociedad preparada para personas jóvenes,
capaces de enfrentar los desafíos del mercado altamente competitivo y acelerado,
privilegiando la ciencia a la experiencia, por lo que envejecer significa estar en una
situación social y de vida marginada.

En esta cultura marcada por el "edaísmo" (término acuñado por Oscar Domínguez,
1982), el modelo médico tradicional acentúa el envejecer como proceso
degenerativo. Esto llega a su máxima expresión con Matras (1990) refiriéndose hacia
esta población como "físicamente disminuido, mentalmente deficitario,
económicamente dependiente, socialmente aislado y con una disminución del
estatus social".
4. CONMEMORACIÓN DE LAS PERSONAS DE LA TERCERA EDAD

Cada 26 de agosto se recuerda en Bolivia el Día de las Personas de la Tercera


Edad, instituido por Decreto Supremo N° 1421 de 17 de diciembre de 1948, emitido
por la presidencia de Enrique Hertzog Garaizabal. Esto se encuentra ratificado con la
declaración de esta fecha como Día de la Dignidad de las Personas Adultas Mayores
en todo el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia de acuerdo a la Ley 369, Ley
General de las Personas Adultas Mayores, promulgada el 1 de mayo de 2013 por el
presidente Evo Morales.

En el alcance internacional también se cuenta con normativa que favorece a este


sector de la población, que, en una de las bonitas definiciones, es el portador de
conocimientos y de la memoria viva, de este modo se puede mencionar como
englobante la definición de los principios más importantes a favor de las personas
mayores emitida en 1992 por la Organización de las Naciones Unidas (onu) que los
clasifica en cinco temas principales: independencia, participación, cuidados,
autorrealización y dignidad.
Al respecto, se debe recordar que la nombrada ley nacional aglutina estos y otros
fundamentos para garantizar y proteger a las personas adultas mayores.
Precisamente, el artículo 1 “tiene por objeto regular los derechos, garantías y
deberes de las personas adultas mayores, así como la institucionalidad para su
protección”, asimismo, el artículo 3 establece como principios la No Discriminación,
No Violencia, Descolonización, Solidaridad Intergeneracional, Protección,
Interculturalidad, Participación, Accesibilidad y Autonomía y Auto-realización.

Del mismo modo, tal vez como el aspecto más importante de la normativa el artículo
4 establece el carácter de los derechos de las personas adultas mayores como
inviolables, interdependientes, intransferibles, indivisibles y progresivos. A
continuación, el artículo 5 establece las modalidades y elementos que deben
garantizar una vejez digna para desembocar en el artículo 7 que se refiere al “trato
preferente en el acceso a servicios”, por lo que “las instituciones públicas y privadas
brindarán trato preferente a las personas adultas mayores” de acuerdo a varios
criterios que tienen que ver con la sensibilización y la buena atención. Más adelante,
el articulado de la ley también norma sobre consideraciones de seguridad social,
educación, vivienda, información y orientación legal y la promoción de los derechos y
garantías constitucionales establecidos a favor de la persona adulta mayor, entre
otros aspectos como el de su participación en el control social en el marco de la Ley
Nº 341 de 5 de febrero de 2013, Ley de Participación y Control Social.

5. MARCO NORMATIVO

En teoría la ley protege a los adultos mayores de todo tipo de violencia física y
psicológica, pero de 2000 denuncias registradas por violencia contra adultos
mayores, solo tres llegaron a estrados judiciales.

La ley 073 se emitió para dar protección a ancianos de áreas rurales. La ley de
deslinde Jurisdiccional asegura que las autoridades indígenas originarias
campesinas no tengan la capacidad de despojar a las personas mayores de sus
tierras, ni expulsarlas cuando los ancianos no pueden cumplir deberes comunales,
cargos y aportes.

La ley 1886 de Derechos y privilegios, indica que las personas mayores de 60 años
tienen preferencia para ser atendidas sin hacer fila en ventanilla tanto en el Estado
como entidades privadas. Esta ley también contempla que se realice un descuento
del 20 por ciento en el consumo de agua, luz, impuesto de inmuebles, pasajes en
todo tipo de transporte. Desafortunadamente son pocas las entidades que aplican la
ley de establecer una ventanilla especial para ancianos. Por otro lado el descuento
sobre los servicios se aplica rara vez.

La ley 3323 del Seguro de Salud para las Personas Adultas Mayores (SSPAM)
señala que quienes no estén afiliados a un seguro de salud tienen derecho a
atención médica gratuita en todos los centros médicos dependientes del municipio.
Pero la debilidad de esta ley radica en que se da maltrato a los pacientes en los
servicios municipales, y estos centros de salud no cuentan con especialistas para
tratar a los ancianos, en Bolivia solo hay nueve geriatras para atender a más de 900
mil adultos mayores en todo el país.

La Ley 369 garantiza el desarrollo integral de las personas mayores sin


discriminación y violencia; trato preferente; acceso a la vivienda; a la alimentación; a
la incorporación en el desarrollo económico y productivo del país; al reconocimiento
de sus conocimientos y a la seguridad social integral. Es una ley muy general y todos
los especialistas consideran que es muy ambiciosa y de difícil aplicación,
considerando que no se han definido las líneas de acción.

Precisamente, el Artículo 1 de la Ley Nº 369 “tiene por objeto regular los derechos,
garantías y deberes de las personas adultas mayores, así como la institucionalidad
para su protección”, asimismo, el Artículo 3 establece como principios la No
Discriminación, No Violencia, Descolonización, Solidaridad Intergeneracional,
Protección, Interculturalidad, Participación, Accesibilidad y Autonomía y
Autorrealización.

La ley también norma sobre consideraciones de seguridad social, educación,


vivienda, información y orientación legal y la promoción de los derechos y garantías
constitucionales establecidas a favor de la persona adulta mayor. Como se puede
constatar en los aspectos más resaltantes de la Ley, la legislación es adecuada y
hasta amplia, sin embargo, la predisposición para acatar la ley suele perderse incluso
desde niveles altos de la administración de Estado, no por nada nuestras ciudades y
comportamientos aún son agresivos para personas vulnerables como son los adultos
mayores.

La ley 3791 de la Renta Universal de Vejez (Renta Dignidad) otorga una pensión
vitalicia y universal a todas las personas mayores de 60 años que tengan o no
jubilación. Esta norma se ha cumplido en buena medida y ha marcado una
diferencia, sobre todo en el entorno rural. De acuerdo a los datos del Concejo Adulto
Mayor de La Paz, del 84% de las personas adultas mayores que no tienen jubilación,
el 20% trabaja hasta sus 80 años, el otro 20% está amparado por su familia y el
restante 60% (unas 500 mil personas) vive en extrema pobreza y trabaja hasta morir.

El 59% de la población mayor de 60 años en Bolivia vive en situación de pobreza


extrema, con menos de un dólar al día, y solo el 22% cuenta con una pensión
jubilatoria. Las otras dos leyes, la 1674 y la 348, establecen que las sanciones
establecidas en ellas se agravan en dos tercios cuando la víctima sea una persona
adulta mayor. Todas estas leyes instituyen que las personas mayores de 60 años
gocen de tres derechos fundamentales: una vejez digna, un trato preferente en el
acceso a los servicios, y seguridad social.
CONCLUSIÓN

Ser adulto mayor en Bolivia o en cualquier otra parte del planeta constituye siempre
una constante renuncia a tus capacidades físicas y cognitivas; nada es como antes y
uno empieza a advertir el deterioro cuando la resistencia física va disminuyendo y los
achaques van aumentando.

Ante todo esto es importante entonces el saber envejecer; adquiriendo a lo largo de


nuestra vida experiencias y aprendizajes que podamos recordar y atesorar en
nuestra vejez. Es importante almacenar buenos recuerdos para que al recurrir a
nuestra memoria ésta sea agradable, sabia, llena de esperanza y plenitud hacia las
generaciones venideras.

El 26 de agosto se recuerda en Bolivia el Día de las Personas de la Tercera Edad,


esto está instituido por Decreto Supremo N° 1421 del 17 de diciembre de 1948,
emitido por el presidente Enrique Hertzog Garaizabal y se encuentra ratificado con la
declaración de esta fecha como Día de la Dignidad de las Personas Adultas Mayores
en todo el Estado Plurinacional de Bolivia de acuerdo a la Ley 369, Ley General de
las Personas Adultas Mayores, promulgada por el presidente Evo Morales el 1 de
mayo de 2013.

En el plano internacional las Naciones Unidas, en 1992 definió los principios más
importantes a favor de las personas mayores, como tener independencia,
participación, cuidados, autorrealización y dignidad de una vida plena.

La ley “busca prevenir y erradicar toda forma de distinción, exclusión, restricción o


preferencia que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos fundamentales y libertades de las
personas adultas mayores”. Además, protege a las personas mayores de la violencia
y la desigualdad y promueve su acceso a los servicios, a la Renta Universal de Vejez
y al desarrollo integral, entre otros postulados.
BIBLIOGRAFIA

BOLIVIA – CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO. Edit. Gisbert. La Paz Bolivia,


2009.

BOLIVIA – LEY Nº 369 GENERAL DE LAS PERSONAS ADULTAS MAYORES. Edit.


UPS. La Paz Bolivia, 2016.

ENCICLOPEDIA JURÍDICA OMEBA

DIAZ Diego, “La última edad”, editorial EUNSA, Pamplona, 2da. Edición, España;
1990; Pág. 24

EFENDI, Shogui; Envejecer en América Latina”; Editorial EBILA; Bs. As. Argentina;
1990; Pág. 18.

BOLIVIA, “Código de Familia”; Editorial Librería PUERTA DEL SOL; La Paz, Bolivia,
2017.

BOLIVIA, “Ley de Derechos y Privilegios para los Mayores y Seguro Médico Gratuito
de Vejez” Los tiempos.

Internet: www.ancianos.com

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