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ALFAGUARA INFANTIL 4 ‘Efrain en-LaWVega Mario Carvajal y-Victor Hes Riveros | Texto,e-itustragiones INDICE Primer dia de vacaciones: El subterrineo: El canto misterioso El Sopita Joselote y Cocoliso Compaferos de aventura La nifa fantasma Buscando a Segundo La liberacién De vuelta al colegio La Vega PRIMER DiA DE VACACIONES El primer lunes de enero, Efrain fue despertado por su padre. ~jA levantarse! Nos vamos a trabajar. — ;Pero, paps, si todavia est oscuro! -reclamé Efrain mirando la ventana {Tengo suefol . Por esta vez yo La Vega comienzan a trabajar cuando todavia es de noche —dijo su padre te iré a dejar mas temprano porque después debo ir a mi trabajo. Desde mafiana te iris solo y podrs legar mas tarde. Efrain Garcés y su padre partieron caminando hacia La Vega. El nifio no dejaba de pensar en las extrafias vacaciones que estaban por comenzar. Acostumbrado a ir todos los afios a El Tabo, este verano se presentaba muy diferente. A medida que se acercaban a La Vega se escuchaba un ruido que iba aumentando. Efrain se sorprendié cuando comenz6 a ver a esa hora de la mafiana varios carretones cargados de frutas y verduras titados por esforzados trabajadores. Dieron vuelta a una esquina y se encontraron con mucha gente que iba y venia en plena actividad. Mujeres y hombres cargaban sacos, daban osy ordenes a grit frain comenz6 a sentir intensos olores de fratas y verduras, que se mezclaban con quesos, pescados y carnes. Pequetios locales, pegados uno al lado del otro, vendian todo tipo de productos. Habjan llegado a La Vega; cruzaron galpones y pasillos llenos de colores que Efrain nunca habia visto, a pesar de vivir tan cerca. El nifio y su padre llegaron a un gran porton de madera con un letrero que decia El Paraiso, Era el negocio del tio Abelardo. Cuando se disponian a entrar, un gato gordo eruz6 la calle y antes de doblar la esquina mir6 a Efrain y le cerré un ojo. Los gatos no le cierran el ojo a las personas, pensé el nifio, y salid i tio Abelardo salié a saludarlos. Era un corriendo a buscarlo, pero habia desaparecido. hombre delgado, no muy alto, de grandes bigotes y pelo negro. Siempre andaba despeinado y con una sonrisa de oreja a oreja. Su negocio era un galpén repleto de cajas y grandes canastos con frutas y verduras. —jAsi que vai a estar viniendo pa’ca durante las vacaciones! —e dijo el tio a Efrain, haciéndole carifio en la cabeza, —Si poh, tio —respondid Efrain, con tristeza. Aqui lo vai a pasar mejor que en la playa. ;Acuérdatel Efrain no estaba muy convencido de que La Vega iba a ser mas entretenida que El’Tabo. Pero no habia otra alternativa. Sus padres, por motivos de trabajo, no iban a salir de Santiago y la Jinica solucién para que no se quedara solo en casa era estar en el negocio de su tio todas las mananas. Su padre se despidi6 y Efrain se dedie6 a mirar a la gente pasar, recorrer el local y observar cada detalle, Todo era nuevo y extraio. Las eajas y canastos se amontonaban por todos lados. Al fondo, una puerta conducia a un pequefto bao, y en uno de los rincones habia una tapa de madera en el suelo. — ¢Para qué es esa tapa? ~pregunté —Para bajar al subterriineo ~respondié el tio-. Hace muchos afios, la persona que fue duefia del local dejé un montén de cosas alli y nunca las vino a buscar. Efrain se quedé pensativo, Siempre le habjan atraido los lugares llenos de cosas viejas. Tal vex podis encargarte de limpiar y ordenar ese lugar —dijo su tio, sonsiendo-; a mi me serviria mucho para poner mas mercaderia, Qué te parece si desde mafana lo tomai como un trabajo hasta que terminis tus vacaciones? Efrain abrié los ojos entusiasmado y acepté el encargo de inmediato. Ondenar un subterrineo repleto de cosas viejas le pareeié muy interesante, EL SUBTERRANEO S i Al dia siguiente, Efrain legé a La Vega muy temprano. = 2Te costé llegar? “le pregunté su tio~, 2Te viniste solo? Si, y es siper fic , io -respondié Efrain -, Yo vivo cerea, en la calle Maruri, Se puso a trabajar de inmediato. Fue al rincén donde estaba la tapa de madera que conducia al subterrineo y comenz6 a levantarla; era mas pesada de lo que esperaba. Una vez que logré abrirla se encontré con una escalera que se veia bastante oscura. Su tio se acered y pasindole una linterna le dijo: ~Toma, esto te puede servir -y lo dejé solo. Efrain la encendio y empez6 a descender, Cuando llego al piso del subterrineo se encontré en una gran pieza lena de objetos amontonados en gran desorden. El lugar no tenia ninguna ventana y hacia frio. ‘Temeroso, Efrain comenz6 a recorrer el lugar pensando que no iba a ser facil ordenar tanto cachureo. Al fondo de la pieza, medio escondidos entre unas cajas, habia un hombre y una mujer que lo miraban fijamente. Dio un salto y vio que los personajes no tenfan piernas, sino una base de madera, Eran maniquis con extraiios sombreros, como los que habia visto en las tiendas de ropa. Respiré aliviado mientras su coraz6n latia aceleradamente. 21 nifio continué con su visita y sobre una vieja mesa encontré una caja cubierta de polvo. ‘Tomé un pedazo de papel y la limpi6. Sobre la tapa aparecié el dibujo de un bello paisaje de campo y en una esquina estaba firmado el nombre Jacinta. ain se apresur6 a abrir la caja, pero estaba cerrada con un pequefto candado y no se vefa ninguna llave. Dejé la caja cuidadosamente y continué mirando otros objetos. Encontré una vi ja maquina de coser, dos masearas, un bail Ileno de ropa vieja, un montén de fotos antiguas archivadores llenos de papeles, una pintura enmarcada con el retrato de un militar y una caja llena de monedas antiguas. Fue reuniendo los objetos ordenadamente cerca de la escalera para finalmente sacarlos del local, Habia cosas que era mejor botar a la basura, y otras que prefiri6, conservar, Estuvo trabajando toda la mafiana moviendo cajas, y después de tanto esfuerzo se tendié a descansar en un viejo sofii de tercio pelo que estaba junto a los maniquis que tanto lo habian asustado. En un par de minutos se quedé dormido profundamente. Comenz6 a sofiar con un campo y una nifia muy hermosa, un poco mayor que él, La joven susurraba: «La llave esti junto al reloj.. la lave esta junto al relo Su suedo fue interrumpido por la voz de su tio Abelardo: jEfrain, ya es hora que volvai a ta casal Tu papi me dijo que fueras puntual y te fureras a la hora de almucrzo, pa! que ta mami no se preocupara. EI nifio se dirjgié a su casa y en el camino no dejé de pensar en el suefio que habia tenido con Ja nifia campesina, que hablaba de una lave junto aun reloj... Serfa la pequefia Have para abrir la caja de madera? EL CANTO MISTERIOSO Al dia siguiente se levant6 ansioso por llegar al subterrineo. Tomé desayuno, se despidié apurado y partié caminando hacia La Vega. Cuando Ilegé al negocio, l tio Abelardo lo saludé carifiosamente. —Hay mucho que hacer alli abajo -le cont6 Efrain=. Esti todo desordenado. No quiso dar muchos detalles porque no queria contarle a su tio la aventura que estaba comenzando a vivir. Se dirigié directamente al subterrineo y empez6 su tarea moviendo eajas de un lado a otro, barriendo y sacudiendo. Apoyado en uno de los muros del subterrineo habia un armario con pequefios cajones. Se puso a abritlos y estaban lenos de cosas. En uno de ellos habja una peineta junto a un espgo; en otro, un viejo reloj con una cadena que en su extremo tenia una pequefa llave plateada, yen el Ultimo, estampillas. Recordé el suefio del dia anterior y con la Have plateada cortié a buscar la caja que no habia logeado abrir. Introdujo la llave y el candado se abrié de inmediato. Levanté suavemente la tapa y dentro de la caja encontr numerosas fotos y dibujos, algunos acompafiados de poesias que hablaban de campos, ‘os, lagos y bosques. De pronto, Efrain comenzé a escuchar la voz de una nifia cantando, Se quedé muy quieto. La misteriosa voz, provenia de un lugar cercano, pero no del interior del subterrinco. Se ofa mas alli de los muros. Era una voz tan dulce que sintié ganas de acercarse. Cerré la caja lentamente y caminé hacia el fondo del subterrineo; alli la voz se sentia mas cercana, Cuidadosamente comenzd a desplazar los maniquis hacia un lado y encontré una pequefia puerta, La suave melodia provenia de ese lugar. Tomé la manilla de la puerta y comenzé a abrirla. Vio un largo pasillo que se oscurecia hacia el fondo y sintié una brisa muy helada, La dulee voz se alejé y no se escuché mis. Asustado, Efrain cerré la pequefia puerta y salié ripidamente del subterrineo, Durante el resto de la maftana, Efrain dio vueltas en el negocio, pero no volvié a bajar. Partié a su casa bastante nervioso. No podia dejar de recordar la suave y misteriosa melodia que provenfa del tenebroso y oscuro pasillo. Su madre lo noté preocupado, pero Efrain no quiso contarle y sélo le comenté que estaba un poco adolorido de tanto mover cajas y canastos de un lado para otro. En la noche, ya en su cama, se daba vueltas sin poder dormir. Se preguntaba si esa voz que habfa escuchado seria la nifia con la que habia sofiado cuando se durmié en el sofia. El subterrineo del local de su tio Abelardo era un lugar misterioso, que lo Ilenaba de temor, a pesar del cual, Efrain no queria abandonar esta aventura. EL SOPITA Pasaron semanas y Efrain no volvié a bajar al subterrineo. Se quedaba junto a su tio ayudiindole en el negocio. Un poco extrafiado, su tio le pregunté: Terminaste de ordenar el subterrineo, Efrain? ~Todavia no, tio. Es que me cansaba mucho —se disculpé. No olvides que acordamos que el subterrineo quedaria limpio y ordenado antes de que volvai al colegio ~dijo su tio~. Si te cans4i mucho, podis pedirle ayuda a otros cabtos. Hay varios que trabajan aca en La Vega. A Efrain le parecié una excelente idea, pero atin no conocfa a nadie de su edad. Queria cumplir con el compromiso que habia hecho con su tio y saber mis de ese extraio lugar, pero no se atrevia a volver solo por ningiin motivo. Un par de dias después, Efrain se encontrs en la entrada del negocio con el tie Abelardo junto a un hombre viejo que cargaba frutas en un carretén de mano, I tio los presents: 1¢ ¢5 «el Sopita! —le dijo sonriente-. Es un gran amigo y trabaja conmigo desde que cempecé este negocio. Estaba aqui desde mucho antes que yo llegara. Me llamo Efrain -dijo el nitio. Con una sontisa amable, el viejo lo salud6 y dijo: —Llevo muchos afios trabajando aqui, conozco cada rineén y a toa! la gente que cireula por este lugar. — 2Conoce nifios de mi edad? —pregunté Efrain, ~ (Shhh, conozco un lote! ~respondié el Sopita~. Hay varios cabros que te puedo presentar. eQueris que te lleve a dar un paseo pal que conozcai mejor La Vega? uedo ir? —pregunto Efrain, mirando a su tio. ~Por supuesto que si le respondis el tio, que sabia que el viejo era un hombre bondadoso y de mucha confianza. Efrain se instalé cémodamente sobre el carretdn y el viejo se colgé de la manilla moviendo sus pies, casi flotando en el aire, para avanzar. Era como ir volando. Sopita no tenia dientes, y todos decian que sin dientes sélo podia tomar sopa, por eso lo llamaban El anciano conocia muy bien La Vega, su gente, los pasillos, veredas y galpones. Parecia que ya lo habia visto todo. —La Vega es el principal mercao' de Santiago —dijo el Sopita-. Aqui se venden frutas, flores, verduras, pescados, carnes, condimentos, hierbas, y un mont6n de cuestiones mas. Hay Existe desde hace mas de cien negocios chicos y grandes y es mis barato que en otras part aiios, yal principio la bautizaron como «Gran Mercado de Abastos de la Ciudad». Con el tiempo la gente se acostumbré a llamarla La Vega. Al comienzo era un lugar chico, pero de a poco ha ido creciendo. Hoy trabajan una montonera de comerciantes. Uno de ellos es tu tio Abelardo, con su negocio de frutas y verduras ha La Vega tiene mucha historia, Efrain, Siempre stao! cerca del rio Mapocho y es parte de los bartios Independencia y Recoleta, =O sea, que La Vega esta en mi barrio -comenté Efrain. Con mis papas vivimos en la comuna de Independenci La Vega era un lugar mucho mas grande y antiguo de lo que habia imaginado. Mientras recorrian el lugar, el Sopita le conté muchas cosas a Efrain, Lo que mis le interesé fue lo que dijo sobre los fantasmas, Le conts que en La Vega habia fantasmas que asustaban a la gente, sobre todo en la noche. Le comenté que él conocia a todos los fantasmas, incluso cuando habjan sido personas vivas. Efrain recordé lo del subterrineo, y por lo que decia el viejo, lo mas seguro es que esa voz que habia escuchado fuera de un fantasma, Pero no le dijo nada, —Hasta hay perros y gatos fantasmas —decfa el Sopita-. Andan por dentro de los muros, pero en la noche salen y persiguen a los animales vivos. Cuando la gente los ve se esconden al tito. Son muy molestosos y giienos pa’ revolverla, Efrain recordé al gato que le habia cerrado un ojo el primer dia, y pens6 que seguramente era un fantasma, El nifo se sorprendid de que en La Vega hubiera tanta gente. El Sopita le presenté a Juancho, el lustrabotas; a don Lucho, del local de los pescados y mariscos, y a la sefiora Petronila, que vende los quesos. JOSELOTE Y COCOLISO Una mafiana, Efrain se encontré muevamente con el Sopita y le dijo: — jOye, me dijiste que me ibas a presentar nifios de mi edad! ~ 2¥ cuintos aiios tenis ti? pregunts el Sopita, Once -respondié Efrain. Los cumpli en noviembre. ~ 2¥ ya tenis polola? — jNa’ que ver! —dijo Efrain—, Mis compafieras de curso son muy pesadas; algunas se creen grandes y hasta se pintan, Pero son bonitas, , cierto? ~pregunté el Sopita, cerrindole un ojo. Hum... si, algunas —dijo Efrain, un poco avergonzado. ¢Queris ir a dar otro paseo? Io invits el viejo. Vamos a ver si encontramos a algunos cabros gue trabajan aca. Efrain acepté de inmediato. Pas ar con él era entretenido. Mientras recorrian pasillos y tineones aban animadamente. de La Vega, entre gritos, olor a pescado y empanadas fritas, los dos conv Oye, Sopita, zes cierto que tienes mas de cien afios? ~pregunté Efrain. ~ 2Quién te dijo eso, nifio? ~respondis el Sopita con una sontisa. =Mi tio Abelardo. Dice que hay cargadores que calcularon que tenis como ciento veinte afios ~Ah, eso s giles no saben ni sumar, Tengo muchos afios mas ~comenté el Sopita, cerrando un ojo. Efrain qued6 sorprendido. El Sopita era misterioso. Llegaron aun gean galpén. En la vereda habfa dos nifios que con mucha dificultad intentaban levantar una caja lena de paltas. El Sopita los llamé. — jHey, cabros, vengan pa'cal -grit6 el Sopita. Los dos nifios se acercaron y el mayor mir6 a Efrain de arriba a abajo y le dijo: =Vo' no soi de aca. No puh —respondié Efrain, incomodo. ~Yo soy el Joselote y este es mi hermano chico, el Cocoliso, y v zeémo te llamai? ~Yo me llamo Efrain, de dénde saliste? ~pregunté Joselote, riéndose. —Vengo todas las mafianas al negocio de mi tio Abelardo —respondié Efrain. por qué no te quedai en tu casa mejor? ~siguid preguntando Joselote. Porque mis papis tienen que trabajar y no quieren dejarme solo en la casa coments Efrain. — Shhh! Nosotros siempre hemos vivio solos — dijo Joselote—, Cuando el Cocoliso era guagiiita nos dejaron botaos en la calle. El siempre anda detris mio, como si yo fuera su papa. — gUsedes trabajan aqui en La Vega? ~pregunté Efrain. ~Zi poh -respondié Joselote-, a veces nos ganamos unas luquitas cargando frutas, verduras o lo que venga. Y dénde duermen? ~pregunté Efrain sorprendido, —Debajo de un puente, en el rio Mapocho le respondié Joselote, mientras Cocoliso movéa su cabecita de arriba abajo y repetia adio papocho», no pasan frio? ~siguié preguntando Efrain, —A veces. Pero nos tapamo con alguna fraza, con diarios, y también dormimos acurrucaitos pal pasar el frio. Efrain no sabia que hubiera nifios que vivieran de ese modo. Joselote continué: —Pero nosotros no somos na’ ladrones, como muchos que andan por ahi robando. El Sopita nos ha ayudado, y nos ha ensefiado cosas giienas. stedes creen en los fantasmas? ~pregunt6 ain. Porque el Sopita dice que en La Vega hay muchos, ~Yo creo que existen, pero no les tengo miedo -respondié Joselote, haciéndose el valiente. — /Fatama oyiible! ~agregd Cocoliso, que repetia todo. En ese momento lleg6 el Sopita y le dijo a Efrain que debian volver. Shao, amigos —se despidié Efrain-. Ojala nos veamos de nuevo. COMPANEROS DE AVENTURA sa noche, Efrain se quedé pensando en sus nuevos amigos. Estaba impresionado por la forma en que vivian. Tal vez, Joselote y Cocoliso podrian acompafiarlo para volver a bajar al subterrineo. Ademas, Joselote creia que los fantasmas existian. ;A ver si era tan valiente como decial Al otro dia, lo primero que hizo Efrain fue hablar con su tio Abelardo y le conté que amigos que podrian ayudarle a limpiar el subterrinco. El tio Abelardo lo animé a que los invitara, y que una ¥ z que terminaran les pagaria por el trabajo realizado, Efrain partié corriendo a hablar con Joselote y su hema: ~ jOigan! mi tio necesita que le limpien el subterrineo del local, y va.a pagar por el trabajo Jes dijo Efrain cuando se encontré con ellos. 2Estai lesiando? —respondié Joselote entusiasmado. frain- — jEn serio! ~asegurd Pero tengo un secreto que contarles: en el subterrineo hay un pasillo escondido y s escucha la voz de una nifia que canta. — {Compadre Efrain, a_Vo . que escuchaste es. de un fantasma! ~dijo Joselote sorprendido. Yo tambign creo lo mismo, pero no me atrevo a volver solo a ese lugar y tengo que ordenar y limpiar antes de que terminen mis vacaciones. -Giteno, cuenta conmigo, pero ta sabis que yo siempre ando con el Cocoliso —dijo Joselote, dandole la mano-. A nosotros nos sirven mucho las luquitas que va a pagar tu tio. ~ jChocale! —respondié Efrain. Y se dieron un apretén de manos, ~ iKokale, kokalet -repetia Cocoliso, riéndose. -Yo tengo unos amigos que también podrian echamos una manito —dijo Joselote-. Ese subterrineo debe tener cos s bien pesaitas, isi que vamos a necesitar ayuda, —Mejor todavia —respondié Eftain-. Vamos a buscarlos. Los encontraron frente a una carniceria, — Hola poh! -saludé Joselote a una nifia y un nifio~. Les presento a Efrain, un nuevo amigo. ~Yo zoy Ramoneito —se presenté el nifio, que hablaba todo con zetas como su padte, el espaiiol duciio de la carniceria, ~Y yo soy Rayén -dijo la nifa, sonriendo, Los cinco niiios se sentaron a conversar entre unas cajas de manzanas. Ramoncito y Rayén. escucharon atentamente a Efrain, que les conté sobre el subterrineo, Cuando Efrain terminé de hablar, Rayén dijo: =A mime gustan mucho estas cosas raras, Y situ tio Abelardo nos va a pagar unas lucas por la limpieza del subterrinco, jmanos a la obra, poh! — {Yo también quiero partizipar en ezta aventura mizterioza! -dijo Ramoncito, —Oigan, pero hay que tener cuidaito con los fantasmas ~advirtié Rayén—. Mi amé es una machi mapuche y sabe muchos secretos de la naturaleza. Yo he escuchado que en La Vega hay caleta de fantasmas. Efrain sus amigos Joselote, Cocoliso, Rayén y Ramoncito, se pusieron de acuerdo para comenzar al dia siguiente con la primera vi a al subterrineo, Antes de despedirse, Ramoncito dijo: —Cuando grande q 0 er torero, como uno que conozid mi papa en Ezpafia, que se llamaba El Cordobez. Y loz toreroz zon valientez. No me voy a andar azuztando por una vozezita que canta en la ozcurida, gno? LA NINA FANTASMA Efrain estaba muy nervioso por la visita al misterioso subterrdneo, y se reunié muy temprano en. Ja puesta del local El Paraiso con sus cuatro amigos, El tio Abelardo los salud: ~ Qué giieno que llegan! Voy saliendo a buscar un cargamento de limones a un fundo cerca de Rancagua, asi es que quedan a cargo del negocio. Mejor todavia, pens6 Efrain. Asf podrian visitar el subterrineo sin que nadie los molestara. Llegaron al rincén donde estaba Ia bajada al subterréneo y Efrain levanté la tapa. Bajaron entamente. Ninguno abria la boca. Llegaron abajo y fueron recorriendo asombrados cada rincén. Revisaron todo: ropa vieja, cuadros antiguos, muebles, herramientas... Estuvieron largo rato entretenidos. Rayén encontrd sombreros que se probaba haciendo poses de modelo frente a un espejo. Joselote no se cansaba de mirar un gran libro de mapas antiguos. Cocoliso habia encontrado una pequefia locomotora de juguete, tan pesada que apenas se la podia, y Ramoncito estaba de cabeza dentro de un bail lleno de cosas. Mientras tanto, Efrain, con la linterna, se prepataba para entrar junto a sus amigos al pasillo oscuro. Se ditigié a la pequefia puerta y los llamé. —Vamos a entrar en fila, sin meter ruido —dijo Efrain, susurrando-. Por aca es donde escuché la vor ~Y no se preocupen, porque si hay algiin peligro aqui esta ste pechito pa! defenderlos ~dijo Joselote, que estaba un poco asustado, pero como era el mayor de todos trataba de disimular. ~ {Miren, hay muchas puertas cerradas! ~dijo Rayén mientras avanzaban por el oscuro pasillo. ~1Y al fondo hay un ezpejo grandote! ~comenté Ramoncito. Los cinco amigos se detuvieron al fondo del pasillo, y en el espejo comenz6 a aparecer la imagen de un esqueleto horrible. A todos se les pararon los pelos. Cocoliso, con una vocecita que apenas se escuchaba, avisé que jcultad se habia hecho pipi. Muertos de miedo, a los nifios les temblaban las piernas y con di ese mismo instante comenzaron a comenzaron a retroceder para salir del tenebroso lugar. escuchar la quejumbrosa voz. del esqueleto. ~ jPor favor, no me dejen sola, ayiidenme, no les voy a hacer dao! Los nifios se detuvieron y se quedaron mirando con temor y desconfianza. — 2¥ por qué tenis es a cara de esqueleto tan re feo? —preguntd Josclote, asustado. Porque soy un fantasma -respondié la nifia con voz triste-. Pero cuando la gente me mira un rato, me empiezo a poner bonita. Lentamente, ante los ojos sorprendidos de los cinco nifios, el esqueleto comenzé a transformarse en una jovencita may hermosa que hablaba dulcemente: = jNo se vayan. Ustedes pueden ayudarme! Al escuchar la dulce voz de la nifia fantasma, Rayén dijo —Debis tener algiin problema. Mi ami me ensefié que cuando los fantasmas se quedan dando vueltas por ahi es porque algo les ha pasado y estén como pegados en el mismo lugar. ~Y entonces, zqué problema tenis poh? -pregunté Joselote. —Hace mucho tiempo, cuando yo era una nia como ustedes, vivia en el campo con mi familia ~comenz6 explicando la joven fantasma~. A los quince afios viajé a Santiago para reunirme con mi hermano, que trabajaba en la ciudad. Pero al llegar habia tanta gente que me perdi y no pude encontrarme con él. Lo busqué durante mucho tiempo, y nunca lo logré. ~2¥...? spreguntaron todos a coro. Mi vida fue muy triste desde ese momento. Busqué un trabajo como empleada en una gran casa y vivia en el subternineo. ~ £Tii vivias aqui en este mismo subterrineo donde estamos ahora? ~pregunté Rayén. Aqui mismo —respondié la fantasma~, Ein esa época este subterrineo era parte de una gran mansién, donde vivia gente muy rica. Cuando tenia tiempo libre salia por las calles a ver si encontraba a mi hermano. Pero un dia tuve un gran accidente, Cuando iba cruzando una calle me atropellé un auto y cai muerta. Asi es que nunca logré encontrarme con él, y quedé dando vueltas atrapada entre los muros de este lugar. — gEintonces, es tuya la caja con dibujos y fotos que yo encontré? ~pregunté Efrain, -Si-respondi6— Esa eaja era mia y lleva mi nombre, Me llamo Jacinta. Me gustaba macho dibujar y en esa caja guardaba todos mis recuerdos. — jJacinta, qué hermozo nombre! ~dijo Ramoncito, ~Yo canto para que no me tengan miedo -explicé Jacinta. Los que me han visto salen arrancando y no vuelven mas. Necesito que me ayuden a busear a mi hermano, slo asi podré irme de este lugar. ~ 2¥ cémo ze llama tu hermano? —preguntd Ramoncito. —Su nombre es Segundo —respondié Jacinta. ~ 2¥ cémo es? ~pregunté Rayén. En la caja hay una foto donde estamos los dos juntos, pero han pasado tantos afios que no lo reconoceria nadic. Efrain buscé en la caja y encontré la foto de un grupo familiar. Se la mostraron ala joven fantasma y exclamé: —Ahi estoy yo junto a mi hermano Segundo. ;Por favor traten de encontratlo! —Haremos todo lo posible-dijo Efrain. Los nifios se despidieron y abandonaron el lugar. BUSCANDO A SEGUNDO Al otro dia, los cinco nifios se reunieron frente a la carniceria del papé de Ramoncito. Le conté a mi ama sobre la Jacinta ~comenté Rayén-. Me dijo que era un alma en pena, y que mientrs s No encontrara a su hermano iba a seguir revolviéndola en ese subterrineo. ~ jEntonces tenemos que encontrar al Segundo! —dijo Joselote-. A lo mejor sigue por estos lados. =i i zi encontramoz a alguien que ze llame Zegundo, entonzes le moztramoz la foto — agregé Ramoncito. —De acuerdo —dijo Efrain—. Manos a la obra entonces. Los nifios comervaron a recorrer La Vega preguntando por alguien llamado Segundo. stuvieron horas buscando por los pasillos y locales, sin encontrar a nadie con ese nombre. Ya estaban por dejar de buscar cuando llegaron al local de la seniora Eliana, que vende huevos, y les dijo que en el negocio de los qu sos atendia un sefior llamado Segundo. — jPor fin! ~exclamé Rayéa, mientras se acercaban ripidamente al negocio. Llegaron y se encontraron con un hombre viejo detris de un msdn. Ramoneito le pregunté: ~Zefior, {Une ze llama Zegundo? Segundo Rodriguez, pa! servile, Y vendo los mejores quesos de La Vega —respondis el anciano, Joselote se acercé y le mostré la foro donde Jacinta y hermano Segundo aparecian junto a su familia, —Esse es usted con su hermana cuando era mas joven, écierto? “le pregunto Efrain, — {Tai loco, cabro! -respondi6 el vendedor, sorprendido-. jNa’ que ver! Yo me crié en el norte y esa foto parece del sur, poh, Adema, no tengo niuna hermana, —Disculpe, sefior ~dijo Efrain, avergonzado. Los nities se fueron cansados y desanimados. Pero Josclote no queria darse por veneido y dijo: — jE! Sopita conoce a toa la gente de La Vega! Ei puede saber donde esta Segundo. Vamos a buscarlo. Recorrieron varias calles hasta que lo encontraron durmiendo entre unos canastos. Los cinco nifios se sentaron en circulo alrededor de él y lo despertaron. — jSopita, necesitamos tu ayua! le grité Joselote, y el pobre Sopita se despert6 de un salto. — {Qué pasa, cabro jetsn!

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