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PALABRAS CLAVE: RESUMEN: La evolución desde un capitalismo keynesiano a uno neoliberal supone el paso
Precariedad; de una ‘ciudadanía industrial’ a una ‘precarizada’. Se pierde la perspectiva estructural y co-
neoliberalismo; lectiva de los problemas sociales, responsabilizando al individuo de sus situaciones vitales. La
subjetividad; exigencia de una activación permanente al servicio de la productividad conlleva una gestión
teoría crítica; empresarial de su vida, implicando una construcción neoliberal de su identidad. Las teorías
educación educativas críticas clásicas no responden a esta nueva situación pues el problema no está en
la falta de activación del sujeto, sino en que ha naturalizado las violencias estructurales tras-
ladándolas al ámbito de la responsabilidad individual. En este contexto necesitamos repensar
las teorías educativas críticas como estrategia para la reconstrucción de subjetividades alter-
nativas centradas en vivencias grupales, colectivas, contextualizadas en lo local, que refuer-
cen aprendizajes sociocomunitarios y cooperativos propios de una cultura regenerativa. Esto
supone un cambio educativo y cultural profundo de nuestra cosmovisión.
KEY WORDS: ABSTRACT: The evolution from Keynesian to neoliberal capitalism means a shift from an ‘in-
Precariousness; dustrial citizenship’ to a ‘precarised’ one. The structural and collective perspective of social
neoliberalism; problems is lost, making the individuals responsible for their life circumstances. The demand
subjectivity; for permanent activation in the service of productivity leads to an entrepreneurial manage-
critical theory; ment of their lives. This implies a neoliberal construction of their identities. Classical critical
education education theories do not respond to this new situation because the problem does not lie in
the lack of activation of the individuals, but in the fact that they have naturalised structural
[REPENSANDO LAS TEORÍAS EDUCATIVAS CRÍTICAS DESDE DINÁMICAS REGENERATIVAS FRENTE A PROCESOS…]
SIPS - PEDAGOGÍA SOCIAL. REVISTA INTERUNIVERSITARIA [(2023) 43, 179-190] TERCERA ÉPOCA
Copyright © 2015 SIPS. Licencia Creative Commons Attribution-Non Commercial (by-nc) Spain 3.0
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cambio educativo y cultural profundo de nuestra clase trabajadora igualmente beneficiaba al capi-
cosmovisión y de nuestro sistema de valores. tal ya que los empleados tenían suficiente poder
adquisitivo como para comprar y disfrutar de los
2. La mutación del capitalismo y el auge productos que ellos mismos fabricaban, lo que
del precariado redundaba en un crecimiento económico. Por
otro lado, las políticas que promovía el Estado
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) supuso un del bienestar también servían para frenar el avan-
punto de inflexión que marcó las políticas econó- ce del Comunismo, como una especie de guerra
micas, sociales y educativas de posguerra en bue- ideológica entre las dos grandes visiones enfren-
na parte del mundo y, en particular, en Europa. La tadas del mundo.
Declaración Universal de los Derechos Humanos Paralelamente al auge del capitalismo keyne-
de 1948 sentó las bases éticas y legales de la ne- siano, que empujó incluso a Estados Unidos hacia
cesaria reconstrucción física (edificios, infraes- postulados más socialistas, se fueron sentando las
tructuras, hospitales, escuelas, etc.) y psicológica bases de la ideología neoliberal que unas déca-
(emocional, afectiva, mutilados, huérfanos, vio- das más tarde cambió el rumbo de la historia a
laciones derechos humanos, etc.) que requerían nivel global. Según Bregman (2017, pp. 225-226):
los países asolados por una contienda que dejó “durante esos mismos años el pensamiento neo-
más de cincuenta millones de víctimas mortales liberal empezó a despertar interés gracias a los
(Navarro et al., 2011). El conocido Plan Marshall esfuerzos de la Sociedad Mont Pèlerin, que se de-
(1948-1951) liderado por Estados Unidos favoreció sarrollaría hasta convertirse en uno de los labora-
la reconstrucción de Europa y facilitó la moder- torios de ideas más destacados del siglo XX”. Los
nización industrial posicionando al capitalismo de pensadores de Mont Pèlerin, entre los que des-
producción y consumo como modelo económico tacan el filósofo Friedrich Hayek y el economista
dominante en occidente. Como expresa Bregman Milton Friedman, dedicaron su vida a elaborar el
(2017, p. 225): “los esfuerzos de reconstrucción conjunto de ideas y argumentos que vertebran el
estaban teñidos de ideales keynesianos: empleo armazón neoliberal desde finales de los cuaren-
para todos, contención del libre mercado y regu- ta del pasado siglo veinte (Fernández-Herrería y
lación bancaria. El estado de guerra se convirtió Martínez-Rodríguez, 2020).
en el Estado del bienestar”. El ‘logro intelectual’ de la Sociedad Mont
La expansión económica conocida como los Pèlerin fue el de crear todo un cuerpo de ideas
“treinta años gloriosos” o “edad de oro del capita- para transformar el liberalismo económico clási-
lismo” se extendió desde el final de la Gran Guerra co, reemplazar al keynesianismo y revitalizar el
hasta prácticamente finales de los setenta (García, capitalismo. La crisis del petróleo de 1973 fue la
2010). Se puede afirmar que el capital realizó algu- ‘excusa’ perfecta para trastocar el modelo ante-
nas concesiones al mundo del trabajo: mejora de rior. Con la ayuda de políticos abiertamente neo-
las condiciones laborales, incremento gradual de liberales como Ronald Reagan en Estados Unidos
los salarios, estabilidad en el empleo, regulación y y Margaret Thatcher en Reino Unido se empieza
protección social, etc. Asimismo, cuestiones como a propagar rápidamente la idea de que el Estado,
la pobreza, desempleo, desigualdad, etc., eran por sí mismo, es ineficiente y no sabe gestionar
concebidos como ‘problemas estructurales’. Las correctamente la economía (Brown, 2020). Este
políticas keynesianas partían del principio de res- es el germen de “un nuevo régimen que princi-
ponsabilidad social compartida al considerar que palmente trataba de frenar el poder creciente
el Estado, agentes sociales, empresarios y ciuda- que el pleno empleo y el Estado de bienestar ha-
danos debían abordar conjuntamente los aspectos bían dado a los trabajadores en todos los países
derivados de esos problemas estructurales. Este del mundo occidental” (Navarro y Torres, 2012,
es el germen del denominado Estado del bienes- p. 21).
tar en el que es el propio Estado el que ocupa una La transformación de la economía globalizada
posición central de control y supervisión del mer- volvió obsoletas las anteriores normas de regula-
cado. Las políticas públicas en esas tres décadas ción y protección social. Uno de los pilares que
regulan la economía marcando una serie de ‘líneas atacó el nuevo capitalismo global fue la seguridad
rojas’ como son educación, sanidad y servicios so- centrada en el trabajo asalariado. La estabilidad
ciales que al ser considerados derechos básicos de de las clases trabajadoras que había sido el ob-
ciudadanía el mercado no podía especular ni sacar jetivo de gobiernos anteriores (tanto progresistas
beneficios de ellas (Martínez-Rodríguez, 2013). como conservadores) con el neoliberalismo se
Estas políticas garantistas y proteccionistas considera un freno al crecimiento. Un capitalismo
cumplían, al menos, una doble función: por un financiero y especulativo inspiró los cambios polí-
lado, el hecho de mejorar las condiciones de la ticos. Para Standing (2017, p. 35):
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El crecimiento económico ya no es una vía segura está rompiendo los vínculos sociales y cultura-
al aumento de los salarios. Por ejemplo, entre 1973 y les sobre los que se sostuvieron los estados-na-
2007, período de crecimiento de la renta nacional, los ción” (Ramoneda, 2016, p. 9). Las certezas se des-
salarios reales medios en EE.UU. cayeron un 4,4%. Por vanecen, la incertidumbre irrumpe con fuerza
contraste, entre 1947 y 1973, durante la Gran Transfor- ante el aumento de la inseguridad laboral y los
mación, los salarios reales crecieron un 75%. continuos procesos de deslocalización empre-
sarial, que en países como España restringen las
Las clases trabajadoras han perdido poder oportunidades reales, disminuyen la seguridad y
adquisitivo en un proceso de empobrecimiento recortan el bienestar de millones de ciudadanos.
gradual que en determinadas ocasiones coloca La construcción de identidades precarias en un
los ingresos personales y familiares en una situa- contexto de progresiva vulnerabilidad material y
ción dramática. Muchos están quedando fuera psicológica (Ecclestone y Brunila, 2015; Nässtrom
de un mercado laboral desregulado, ‘flexible’, de y Kalm, 2015) está dando paso a un nuevo con-
empleos a tiempo parcial, por horas y muchos de cepto de ciudadanía.
los que están trabajando viven en una situación El primero en emplear el término “precarie-
precaria (Polo-Amashta et al., 2023). El trabajo dad” fue Bourdieu (1999) a finales del siglo pa-
ha dejado de ser una garantía para no caer en la sado, pero quien le ha dado mayor visibilidad al
pobreza. conectarlo con una emergente clase social ha
En algunos países de la OCDE, incluyendo Rei- sido el profesor Standing (2013, 2014). Buena par-
no Unido, EE.UU., España y Polonia, la mayoría de te de las publicaciones científicas desde entonces
los pobres vive en hogares donde por lo menos una se han enfocado en los conceptos de ‘trabajo’ y
persona dispone de trabajo. El mantra que dice ‘ciudadanía’.
que ‘el trabajo es la mejor forma de salir de la po- En el plano laboral las políticas neoliberales
breza’ es sencillamente falso (Standing, 2017, p. 37). abogan por la desindustrialización y deslocaliza-
El capitalismo rentista, como lo ha denomina- ción del mercado de trabajo atacando directa-
do Standing, toma las riendas del desarrollo y de mente al tejido industrial que era el núcleo verte-
la sociedad en una especie de ‘orgía especulativa’ brador de las comunidades locales. La estrategia
del capital financiero. El Estado funciona ahora se dirige a aumentar el desempleo y atacar a los
como ‘correa de transmisión’ del neoliberalismo sindicatos como vía para restar fuerza y mermar
(Fernández-Herrería y Martínez-Rodríguez, 2016) a la clase trabajadora. Jones (2012, p. 66) lo ex-
liberalizando los mercados, mercantilizando, pri- presa con las siguientes palabras: “el objetivo era
vatizando y desmantelando de forma sistemática acabar con la clase obrera como fuerza política y
todas las instituciones públicas que antes prote- económica en la sociedad, reemplazándola por
gían a las personas de las ‘garras’ del mercado. un conjunto de individuos o emprendedores que
Ahora todo gira en torno a la acumulación de ca- compiten entre sí por su propio interés”. De esta
pital (Harvey, 2020) y donde el Estado tiene un forma el precariado va perdiendo la seguridad la-
papel muy activo en la configuración de las nuevas boral como elemento característico de la “ciuda-
relaciones sociales y de las subjetividades basa- danía industrial” y que garantizaba el Estado del
das en la competitividad y el individualismo. En bienestar (Bagguley, 2013).
opinión de Laval y Dardot (2015, p. 16) el capitalis- Ariño y Romero (2016) hablan incluso de “Esta-
mo neoliberal: dos zombi” o “democracias zombi” para referirse
al aumento imparable de la precarización. Para es-
Se apodera de las actividades laborales, de los com- tos autores “definitivamente, además de tiempos
portamientos, incluso de las mentes. Este nuevo sis- hostiles como viene advirtiendo Sami Naïr y de
tema instaura una competencia generalizada, ordena tiempos efímeros en palabras de Gilles Lipovets-
la relación con uno mismo y con los demás en fun- ky, vivimos tiempos precarios e inciertos” (p. 158),
ción de la lógica de la autosuperación y el rendimien- ante lo que se preguntan: “¿es exagerado hablar
to indefinido. de Estados zombi, sociedades zombi, democracias
zombi, políticas zombi?” (p. 165). Se está viviendo
3. De una ‘ciudadanía industrial’ a una una situación tan excepcional que está llevando
‘ciudadanía precarizada’ a muchos trabajadores a plantearse la posibilidad
de ser explotados en empleos precarios como op-
Esta metamorfosis del capitalismo construida ción ante la exclusión total. Un ejemplo de esto se
sobre ideas, políticas y reformas neoliberales observa en el sector del ‘delivery’ en España con
está afectando profundamente los cimientos trabajadores en precario desempeñándose como
en los que se asentaba la ciudadanía industrial falsos autónomos (‘riders’ repartidores de plata-
(Strangleman, 2015). “El proceso de globalización formas como Deliveroo o Glovo).
La competencia por los escasos recursos dele- méritos personales (Martínez-Rodríguez, 2019). Un
ga en los sujetos la responsabilidad de garantizar- mecanismo sutil de control del sujeto y de estig-
se su seguridad y un espacio en la sociedad (Jones, matización personal que identifica la precariedad
2012). Dado que se ha roto el principio de respon- como producto de la incompetencia individual.
sabilidad social compartida del modelo keynesia-
no, los sujetos están empezando a auto-culpabi- 4. Precarizados y autoexplotados o
lizarse de la vulnerabilidad material-psicológica cómo se construyen las subjetividades
que caracteriza sus vidas precarias (Ecclestone y neoliberales contemporáneas
Brunila, 2015). Esto está provocando una pérdida
de fe en la educación y en el sistema educativo al Subyace la idea de que uno ya no es capaz de con-
no percibirse ya como una garantía para la movili- trolar el tiempo, sino de que es éste el que some-
dad social. A este respecto Standing (2013) habla te al ser humano. Se vive alienado y atrapado por
incluso de una educación ‘fraude’ desde el mo- la obsesiva meta de la productividad. El tiempo
mento que se ‘vende’ un producto, en este caso del precariado es el tiempo de la competitividad
la educación, como una inversión que no asegura en el que todo es coyuntura y donde cualquier
el ascenso social. forma de estabilidad pasada (piénsese en el Esta-
Para Nässtrom y Kalm (2015, p. 562) el do del bienestar) tiende a desvanecerse. “El viaje
precariado: de la vida ha pasado de obligar a la gente a entrar
a la fábrica, a convertirnos en fábricas que desean
No solo incluye a aquellos que tradicionalmente po- exprimirse más” (Moruno, 2018, p. 30).
dríamos asociar con la ‘clase baja’, como los trabaja- El nuevo “sujeto de rendimiento” al que se re-
dores industriales, los pobres urbanos y los trabaja- fiere Friedrich (2018), el “sujeto autoexplotado”
dores migrantes indocumentados. También engloba del que habla Han (2019) o el “neosujeto” en ex-
a gran parte de quienes poseen un alto capital cul- presión de Laval y Dardot (2022), describen, con
tural y educativo, como los trabajadores culturales, matices, las cualidades que integran la subjetivi-
los académicos (…). Incluye a jóvenes y ancianos, dad del precariado contemporáneo como ser que
mujeres y hombres, ciudadanos e inmigrantes, poco “se violenta a sí mismo, que está en guerra consigo
cualificados y altamente cualificados. mismo” (Han, 2019, p. 11). La imagen foucaultiana
del homo economicus como sujeto productivo,
Desde esta perspectiva se puede considerar consumidor (Foucault, 2007), pero a un tiempo
la precariedad como un estado generalizado de ahorrador y controlador de su tiempo fuera del
inseguridad producto de las reformas económicas trabajo, ha dado paso a la metáfora hantiana de
neoliberales (Ariño y Romero, 2016; Laval y Dar- Prometeo (Han, 2019) en la que, creyéndose en
dot, 2015; Standing, 2013). Esta visión ampliada de libertad, se halla en una relación de autoexplota-
la precariedad redefine la noción de ciudadanía ción constante consigo mismo.
industrial clásica desposeyéndola de los dere- Von Mises (1986) ya identificó a este emergen-
chos políticos y sociales del Estado del bienestar te sujeto a mediados de los ochenta del siglo XX
(Zhang y Lillie, 2015). Ahora la vida de la ciudada- en pleno auge neoliberal. El homo agens, como lo
nía precarizada es: “sinónimo de incertidumbre e denominó, se responsabiliza de sí mismo generan-
imprevisibilidad en general” (Cervinkova, 2016, p. do su propio capital, compitiendo contra los de-
47), por lo que “va más allá de la escasez material” más y contra sí, siempre activo, alerta, combativo
(Das y Randeira, 2015, p. 3). y responsable de sus actos. Esta configuración de
Autoras como Nästrom y Kalm (2015, p. 562) la identidad (construcción de la subjetividad) lleva
dan un paso más al asociar los procesos de preca- tiempo asumiéndose como la nueva razón del Ser
rización neoliberal con la corrupción de la demo- neoliberal y apenas se observa públicamente una
cracia al considerar que una sociedad democráti- contestación evidente a esta explotación ‘auto-in-
ca se corrompe cuando “transmite a los individuos ducida’. En opinión de Muñoz y Santos (2017, p. 8):
la carga de responsabilidades que deben ser “los mensajes dominantes pasan por la activación,
compartidas y divididas entre los ciudadanos”. Se esto es, la obligación (sentida como obligación au-
culpabiliza a los precarizados de su situación de toimpuesta) de desplegar constantemente accio-
vulnerabilidad mediante un mecanismo sutil de nes para incrementar el propio capital humano”.
privatización de la responsabilidad. Se generaliza El sujeto ‘pierde’ el control de su propio tiempo,
la idea de que cada uno es responsable de sus ac- pues la necesidad lo lleva a dedicar básicamente
tos y, por tanto, de las condiciones de vida en las el tiempo para ‘sobrevivir’: buscar un empleo, una
que se encuentra. De esta forma la precariedad beca, una ayuda, etc.
es fruto de la ‘libre competencia’ considerándose El discurso de la “activación” es responsable,
un producto ‘natural’, no construido, de nuestros en parte, de la construcción de la subjetividad
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neoliberal. La idea de la activación, muy presente y la producción”. Para este autor la sociedad del
por ejemplo en el ideario del conocido Informe trabajo y del rendimiento no es ninguna sociedad
Delors, se encuentra en la base de las llamadas Po- libre, pues produce nuevas obligaciones. “Cada
líticas Activas de Empleo (PAE) en la Unión Euro- cual lleva consigo su campo de trabajos forzados
pea (Muñoz y Santos, 2017). Unas políticas que no (…) se es prisionero y celador, víctima y verdugo,
de forma casual empezaron a aplicarse en Europa, a la vez” (Op. cit., 45). Así libertad y coacción au-
pero también en los Estados Unidos, tras la crisis to-infligida coinciden. No solamente se está do-
del petróleo de 1973 como argumentario neolibe- mado (control externo, biopolítica), sino también
ral para vincular “derechos de protección” (pres- domesticado (control interno, psicopolítica). El
taciones por desempleo, ayudas sociales, etc.) a sujeto autoexplotado, hiperactivo, competitivo,
las personas que se “mueven y demuestran estar proactivo, etc., se deja llevar por la “libertad obli-
motivados”. Esto es, la lógica de la activación rede- gada”, es decir, la libre obligación (autoimpuesta)
fine el papel de los Estados desde los años ochenta de buscar siempre la maximización del rendimien-
generando una novedosa gubernamentalidad que to personal. Ante esta nueva situación, cabría
fomenta la individualidad sobre la base del rendi- preguntarse ¿cómo encajan las teorías críticas en
miento y la actividad. Una forma de hegemonía del educación ante esta construcción de un sujeto
poder conectada con el concepto de capital huma- “hiperactivo”? ¿Siguen valiendo los tradicionales
no y que expresa el sentido foucaultiano (Foucault, planteamientos de la pedagogía crítica frente a la
2007) del “empresario de sí mismo”. versión neoliberal del capitalismo?
El sujeto de rendimiento que se explota a
sí mismo va un paso más allá de la sociedad de 5. Re-enmarcando las teorías críticas en
control (externo) y disciplinaria de la que hablaba educación en la era de la precariedad
Foucault desde la perspectiva de la biopolítica, neoliberal
como arte de gobernar al sujeto sin percatarse de
que se le está gobernando. Esto no quiere decir El profesor De Lissovoy (2018) sostiene que los
que se hayan superado por completo los meca- teóricos de la pedagogía crítica no han tenido
nismos de control externo, más bien se produce en cuenta cómo el neoliberalismo construye la
una situación de complementariedad entre con- subjetividad. Hay que tener muy presente cómo
trol externo e interno. Por un lado, el sujeto se los procesos de precarización y fragmentación
explota, exige y se vigila a sí mismo pero, por otro condicionan la vida del sujeto contemporáneo. El
lado, también es controlado, explotado y vigilado neoliberalismo exige cada vez más a los sujetos
externamente por instituciones disciplinarias pro- elevadas cotas de responsabilidad individual y de
pias del sistema productivo y político dominante. autonomía en un entorno altamente competitivo.
Un claro ejemplo de esto último se encuentra en Las nuevas formas de alienación neoliberal como
la Nueva Gestión Pública (Martínez-Rodríguez et la inestabilidad, la incertidumbre, la precariedad
al., 2018), como estrategia para introducir meca- o la fragmentación están generando intensas do-
nismos de mercado en la gestión de los servicios sis de ‘ansiedad’, de no tener referentes claros de
públicos. Según López Alós (2019, p. 50): “todas futuro, de vivir en una continua angustia ante un
las medidas de autovigilancia y autocastigo que porvenir incierto e inestable. “En el contexto de
el sujeto de rendimiento adopta, su servidumbre esta ansiedad, el neoliberalismo nos pide que nos
voluntaria, en absoluto excluyen las que le son im- entendamos sobre la base de los principios de
puestas por otros. Es decir, el control biopolítico responsabilidad individual, autonomía, competen-
no es eliminado por la psicopolítica”. Ambos me- cia y cálculo” (De Lissovoy, 2018, p. 2).
canismos se refuerzan. Esto plantea un reto a algunos postulados y
No obstante, conviene remarcar que la psi- principios clave de la pedagogía crítica y a la obra
copolítica y la autoexplotación ocupan un lugar de Freire. Por ejemplo, la parálisis de los oprimi-
central en el actual contexto de construcción de dos de la que hablaba Freire, como individuos que
la subjetivación neoliberal. El anterior sujeto de no actúan (como si tuvieran miedo a la ‘libertad’),
obediencia sí estaba más claramente explotado y choca con la exigencia de autonomía y compe-
dominado externamente, por lo que el concepto titividad que promueve el neoliberalismo: a los
de ‘resistencia activa’ ante un ‘ataque’ procedente precarizados no sólo se les responsabiliza de su
del exterior tenía más sentido. De aquí emanan y situación, además se les exige flexibilidad, dina-
se justificaban, por ejemplo, las teorías críticas y la mismo, ‘hipermovilidad’, etc. (Han, 2019). Como es
pedagogía crítica (Freire, 1979, 2000, 2001). evidente, el problema ahora no está centrado en
Como sostiene Han (2019, p. 45), el sujeto la falta de dinamismo o inacción, sino más bien en
actual es “hiperactivo”, “hiperneurótico”, se en- el sentido que tiene esta movilidad en el contexto
cuentra auto-sometido a la “histeria del trabajo de la precarización neoliberal que obliga a estar
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posible reconstrucción tiene que plantearse re- las perspectivas del yo de un ser humano desde la
definir el proceso de desarrollo interno del sujeto. egocéntrica, a la socio-céntrica, a la especie-cén-
Como se ha reflejado, la pedagogía crítica suele trica, hasta la biocéntrica y a la cosmo-céntrica”
quedarse en la lucha externa y no en la batalla in- (Wahl, 2020, p. 39). Esto supone un cambio edu-
terna del sujeto. Esto no resta valor a la idea clási- cativo profundo en la cosmovisión y en el sistema
ca de toma de conciencia política como forma de de valores. El aprendizaje que supone este desa-
emancipación de los marginados, pero en un mun- rrollo personal implica el ejercicio de procesos
do líquido que busca fragmentar y dividir, como comunitarios conectados a acciones colectivas,
acertadamente lo describió Bauman (2021), cabe en donde la cooperación aparece como base fun-
plantear la oportunidad de reconstrucción desde damental de las culturas regenerativas.
experiencias que se viven y practican en grupo. Dado que el sujeto en la cosmovisión neolibe-
Noam Chomsky (2020) sostiene en su obra ral se encuentra solo, aislado, fragmentado, con
“Cooperación o Extinción” que los enormes retos poco poder real de salir de la situación precaria
eco-sociales derivados del modo de vida neoli- en la que se encuentra, el cambio socioeducativo
beral, como la emergencia climática o el debilita- tiene que venir por resituar al sujeto en un contex-
miento de las democracias, pasa necesariamente to de prácticas comunitarias para experimentar
por una conciencia colectiva de la cooperación. otro tipo de vivencias. El mero discurso teórico,
Frente a la lógica del sujeto autoexplotado (Han, aunque sea crítico (como concepción racionalista,
2019) como ser individual, productivo, cegado por teórica, de la pedagogía crítica tradicional), no va
el autorrendimiento, hay que visibilizar poniendo a resolver la situación de vulnerabilidad del suje-
en valor experiencias sociales que refuercen los to individual. La educación tiene que ‘descender’
aprendizajes comunitarios y cooperativos. desde un aprendizaje meramente centrado en lo
Son prácticas que están presentes en un con- intelectual a un aprendizaje vivencial, que se en-
texto de economía social y solidaria que priorizan carne en las experiencias de todo el sujeto (cor-
un desarrollo local sostenible (Melendro-Estefa- porales, emocionales, comunitarias, etc.). Y aún
nía y Ferreira-Delgado, 2023). Producen bienes más, esta educación del ser humano completo
y servicios más allá de lo meramente monetario. debería contextualizarse en todo un mundo de
Lo importante es satisfacer necesidades básicas, vida comunitaria que trabaja colaborativamente
además de las materiales. Suelen ser autogestio- en la creación de una cultura regenerativa que se
nadas de forma grupal con modelos cooperativos defina desde la Comunidad de la Vida (consultar
que superan la lógica individualizadora. Su gestión la Carta de la Tierra: https://cartadelatierra.org/).
interna se basa en dinámicas democráticas hori- Siguiendo a Margulis (1998) la clave del avan-
zontales en donde todos los miembros tienen las ce evolutivo está en la cooperación, y no tanto
mismas posibilidades para participar. También en la competencia. La creatividad de la evolución
son redistributivas, centrándose en la solidaridad ha producido progresos tan interesantes como la
y reciprocidad interna y con el contexto social. endosimbiosis según la cual todas las células de
Todo esto implica una nueva visión en la que, por los vegetales y animales (células nucleadas, euca-
encima del capital y los beneficios personales, se riotas) se han formado por la unión simbiótica de
prioriza a las personas pero desde la perspectiva bacterias (procariotas). Así pues, la cooperación
de un interés comunitario [véanse las obras cita- está en el centro de la tendencia hacia un aumen-
das más arriba de Paul Hawken (2007) y Carlos to de la complejidad en las redes de la vida: desde
Fresneda (2020)]. las moléculas a las células, los órganos y los orga-
Estas serían algunas de las características ge- nismos, las comunidades y los ecosistemas, hasta
nerales, con una vertiente práctica, que serviría llegar a la biosfera y al conjunto de la Comunidad
para plantearse una reconstrucción socioeducati- de la Vida. La integración y la diversificación están
va crítica del actual neosujeto psicopolítico. A este presentes como patrones esenciales en la evolu-
respecto, la propuesta de Wahl (2020) está muy ción de la vida.
en la línea con la necesidad de re-pensar la peda- Llevando esto al terreno de lo socioeducativo,
gogía crítica. Se necesita una educación orientada si una sociedad se autopercibe y funciona como
hacia una nueva “narrativa cultural” constituida una mera agregación de individuos sin intereses
por principios y modelos regenerativos centrados colectivos, como planteara Thatcher (Jones, 2012),
en el desarrollo de la conciencia, en una cultura lo único que moviliza al individuo es el propio in-
biofílica, en la reconexión con la naturaleza (imi- terés. Esto que es la esencia de la construcción
tando sus diseños), en pensar y actuar de forma neoliberal nos hace tremendamente vulnerables
sistémica teniendo en cuenta la interdependen- a los retos globales. Por el contrario, como sostie-
cia global. En definitiva: “una cultura regenerativa ne Corning (2005), existe un principio organizati-
tendrá que facilitar el desarrollo personal sano de vo básico subyacente en toda sociedad humana
que es la cooperación mutuamente beneficiosa. cada vez más precarizado, como nueva señal de
Como puede observarse el mismo principio de la identidad de su actual condición de ciudadanía.
colaboración, que es el corazón de la evolución La autorresponsabilización personal hace que el
de la vida, debe estar presente en la constitución individuo viva y experimente un mundo interno
de una sociedad regenerativa. La educación como caracterizado por la ansiedad, resentimiento, an-
proceso comunitario de reconstrucción del indi- gustia, incertidumbre, sentimiento de abandono
viduo tiene que aprender a imitar los patrones y institucional, actividad frenética, y una vivencia
procesos naturales en donde la conciencia de la del tiempo que queda redefinido en función de la
interdependencia y de la cooperación beneficiosa exigencia de la productividad. De aquí la necesi-
son sus mecanismos básicos. dad de repensar las teorías críticas en educación
En este proceso de aprendizaje subyace la al no contemplar estos mecanismos sutiles que
idea de la participación consciente y la de la in- tratan de esconder las violencias estructurales.
teligencia colectiva. Para Atlee (2009) la coope- El neosujeto ha perdido el control del tiempo,
ración entre individuos, cumpliendo una serie de estableciéndose un fuerte dominio político del
condiciones, puede generar inteligencia colectiva. mismo al servicio de la producción y el capital. Por
En los ecosistemas complejos como los actuales, tanto, “la manera en la cual se vive el tiempo tiene
si predominan las relaciones cooperativas en lu- que ver con una estructura de dominación social
gar de las competitivas, se produce la emergencia completa (…). Toda revolución, toda aspiración de
de una inteligencia y de una sabiduría colectiva cambio, pasa por reordenar el reparto y el sentido
que redefiniría completamente las subjetividades del tiempo” (Moruno, 2018, p. 16). La conquista neo-
neoliberales. Desde aquí se invita a repensar las liberal del tiempo no solo se da desde la perspecti-
teorías críticas en educación. va temporal, sino también en el plano espacial y del
significado. Es la totalización económica capitalista
7. Conclusiones en la sociedad, un gran logro neoliberal que niega
el conflicto social (la tradicional ‘lucha de clases’).
En este trabajo se concluye con la necesidad de Ahora la libertad y la competencia justifican la des-
actualización de las teorías críticas en educación igualdad. No es un tema estructural. Cada cual a lo
para dar una respuesta más adecuada a la evolu- suyo, a soportar la incertidumbre en soledad, res-
ción del capitalismo neoliberal y a la consecuen- ponsabilizándose de forma ansiosa (De Lissovoy,
te construcción de la subjetividad más centrada 2018) de sobrevivir en un entorno líquido (Bauman,
ahora en la psicopolítica que en la biopolítica. Los 2021) en el que apenas hay certezas.
mecanismos de control social se han ‘invisibiliza- Se han planteado una serie de líneas maes-
do’ al interiorizarse en el individuo, que los hace tras, desde la perspectiva socioeducativa, que
suyos, dificultando su detección y sus posibles pueden romper la acción reconstructiva de la
soluciones. La colonización interna ha generado lógica neoliberal en los sujetos. Están centradas
identidades ‘domesticadas’ como consecuencia en prácticas contextualizadas en lo local, desde
de los procesos de precarización neoliberal, por experiencias que se viven y se realizan en grupo,
lo que el sujeto, al no tener conciencia de esta con una conciencia colectiva de la cooperación,
construcción interesada, no es capaz de percibir en praxis sociales que refuerzan los aprendizajes
la violencia estructural que rodea su vida. comunitarios y colaborativos. Dichas prácticas
Este mecanismo de la ‘domesticación’ neoli- ponen en marcha un conjunto de características,
beral traslada el problema, y por tanto la respon- mencionadas más arriba, presentes en los dise-
sabilidad de su solución, del campo estructural ños de la cultura regenerativa, que imitan los pa-
(social) al terreno de lo individual y la libre com- trones de funcionamiento de la naturaleza tales
petencia entre sujetos. Todo esto conlleva nuevas como la colaboración, la interdependencia o la
exigencias que recaen sobre los hombros de cada integración. Y en el ámbito humano la empatía,
individuo ‘pidiéndoles’ que se movilicen, actuali- la participación consciente, la inteligencia colec-
cen, que se formen constantemente, que sean di- tiva, la distribución del poder (poder-con frente a
námicos, flexibles, en definitiva, que tanto el éxito poder-sobre), como propiedades emergentes de
como el fracaso es responsabilidad básicamente sistemas eco-sociales complejos. En definitiva, la
suya. El plano estructural se ha difuminado (en la pedagogía crítica necesita repensarse en positivo
percepción de éste sujeto bajo esta construcción, poniendo en práctica todas estas ideas como re-
no en la realidad) en la era de la ‘hipermovilidad’ construcción desde lo colectivo y cooperativo. Un
hantiana. diseño que supera el aprendizaje centrado en lo
Ante la petición de activación que le solicita- racional para enriquecernos de las diferentes ma-
ban las teorías críticas en educación, léase Freire, neras de conocer (sentir, experimentar, percibir,
ahora tenemos un neosujeto hiperactivado, pero intuir, compartir, etc.).
[REPENSANDO LAS TEORÍAS EDUCATIVAS CRÍTICAS DESDE DINÁMICAS REGENERATIVAS FRENTE A PROCESOS…]
SIPS - PEDAGOGÍA SOCIAL. REVISTA INTERUNIVERSITARIA [(2023) 43, 179-190] TERCERA ÉPOCA
Copyright © 2015 SIPS. Licencia Creative Commons Attribution-Non Commercial (by-nc) Spain 3.0
eISSN: 1989-9742 © SIPS. DOI: 10.7179/PSRI_2023.43.12 [188]
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Las vivencias socioeducativas de estas nue- “salvación” pasa por tener una visión alternativa
vas experiencias regenerativas implican toda una del mundo que compita con la vigente, en la que
reconstrucción alternativa frente a la conciencia subraya dos aspectos básicos: los humanos so-
aislada y ansiosa del neosujeto neoliberal. Con el mos parte inseparable de la naturaleza y que la
aprendizaje de estas prácticas regenerativas el búsqueda colectiva del bien común son, ambos,
sujeto va a pasar de una cosmovisión orientada a elementos imprescindibles del cambio necesario.
la fragmentación y a la competitividad, a una cos- En consecuencia, se propone una reconstruc-
movisión definida por los diseños regenerativos ción del neosujeto que esté más allá de la mera resis-
enfocados en la cooperación y en la Comunidad tencia como estrategia para resolver los problemas
de la Vida. eco-sociales. Se necesita resituar a este individuo
Estamos en un momento crítico de la ges- que ha normalizado los valores neoliberales en una
tión humana de nuestra propia casa, el Planeta. experiencia alternativa y contraria a los principios
Por ello, compartimos la perspectiva de Naomi en los que se ha naturalizado, es decir, en prácticas
Klein (2019) de que los movimientos sociales “en regenerativas que se vivencien en grupo, cooperati-
masa” son una de las claves para la transforma- vas, sociocráticas, que posibiliten a este sujeto una
ción socioecológica. Esta autora plantea que la experiencia nueva de su propia identidad.
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PERFIL ACADÉMICO
ALFONSO FERNÁNDEZ-HERRERÍA
https://orcid.org/0000-0003-1648-9990
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Sto. Tomás de Aquino (Roma), Doctor en Pedagogía
por la Universidad de Granada Profesor Titular de Universidad (jubilado) en el Departamento de
Pedagogía de la citada Universidad. Líneas de investigación: Neoliberalismo y alternativas, Carta
de la Tierra y procesos socioeducativos críticos, Teoría de Paz y Educación para la Paz. Forma
parte del Grupo de Investigación: “Retos Emergentes en Educación Social y Políticas Educati-
vas-RESPE” (HUM 1075), de la Junta de Andalucía. Ha publicado artículos y capítulos de libros en
revistas y libros nacionales e internacionales, tanto en español como en inglés, y contribuciones
a Congresos nacionales e internacionales. Miembro fundador del Instituto Universitario de Paz y
Conflictos de la UGR y de la Asociación Española de Investigación para la Paz (1997). Ha coordi-
nado dos libros de la colección Eirene de la Universidad de Granada. Es miembro asociado de la
Carta de la Tierra.