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FENOMENOS CLIMATOLOGICOS

Los fenómenos climatológicos extremos son procesos naturales que se producen


durante los ciclos meteorológicos. Siempre ha habido huracanes, sequías,
incendios, inundaciones y temporales de viento. Sin embargo, actualmente
estamos siendo testigos de un nivel de destrucción y devastación totalmente
nuevo y aterrador.

Durante el último año hemos visto catastróficos desastres climáticos en diversas


zonas del planeta; fenómenos meteorológicos extremos como el ciclón Idai, las
mortales olas de calor que han asolado la India, Pakistán y Europa, y las
inundaciones en el sudeste asiático. En todo el mundo, millones de personas han
perdido sus hogares, medios de vida y seres queridos como resultado de
inundaciones, sequías, incendios y tormentas cada vez más frecuentes y
peligrosas.

¿Por qué estos fenómenos meteorológicos son tan devastadores?

Los cambios climatológicos que se están produciendo a nivel mundial exacerban e


incrementan el riesgo de fenómenos meteorológicos extremos. El aumento de la
temperatura del aire y del agua provoca un aumento del nivel del mar, potentes
tormentas, fuertes vientos, sequías e incendios más intensos y prolongados, e
intensas precipitaciones que dan lugar a inundaciones. Las pruebas son
sobrecogedoras y las consecuencias, devastadoras:

 El número de desastres relacionados con el clima se ha triplicado en los


últimos 30 años.
 Entre 2006 y 2016, el aumento del nivel del mar a nivel global fue 2,5 veces
más rápido que durante casi todo el siglo XX.
 Más de 20 millones de personas al año se ven obligadas a abandonar sus
hogares como consecuencia de los efectos del cambio climático.
 El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
estima que, para el año 2030, adaptarse al cambio climático y hacer frente
a los daños que supondrá costará a los países en desarrollo entre 140 000
y 300 000 millones de dólares al año.

Tipos de fenómenos meteorológicos

Dentro de los fenómenos meteorológicos vamos a encontrar dos grandes tipos de


fenómenos: los normales y los extremos. Los fenómenos meteorológicos
normales son aquellos que, independientemente del daño que puedan causar, se
manifiestan a una escala y en un momento que están considerados como
normales de la actividad meteorológica del espacio en donde tienen lugar.

Por el contrario, cuando hablamos de fenómenos meteorológicos extremos, nos


estamos refiriendo a fenómenos que se manifiestan de una forma desmedida y
fuera de lo que está considerado como normal dentro de la forma que tiene de
comportarse la atmósfera para un lugar y tiempo concretos. De esta categoría de
fenómenos meteorológicos extremos encontraríamos los huracanes y los
tornados más grandes, las sequías, las inundaciones, o las olas de frío o de calor
extremo.

Récord de temperaturas máximas

“Las temperaturas medias están subiendo durante todo el año, un efecto que se
nota más durante la estación más calurosa, en los veranos, que son más cálidos
que hace 40 o 50 años. Además, no solo sube la temperatura media, sino que se
disparan los fenómenos extremos asociados al calor”, explica del Campo.

Este verano, la estación meteorológica de Montoro, en Córdoba, alcanzó el


máximo histórico de temperaturas registrado en España con 47,4 ºC. A la par, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) verificaba si Europa había alcanzado su
récord en Sicilia al ascender sus temperaturas hasta los 48,8ºC.

“Durante la época pasada, de 2011 a 2020, las olas de calor fueron, en número,
el doble que en la década pasada. Es decir, el número de olas de calor de la
década pasada duplicó al de décadas anteriores. También, España se mantuvo en
situación de ola de calor más del doble de días que en décadas anteriores”, alerta
del Campo.

Noches tórridas

Asociado a los últimos dos puntos, nuestras noches también han visto un fuerte
aumento de las temperaturas. Según datos de AEMET, se estima que en el
conjunto de las diez ciudades más pobladas de nuestro país, el número de noches
tórridas se ha multiplicado por 10 en los últimos cuarenta años. “Se han
incrementado notablemente aquellas noches en las que la temperatura mínima no
baja de 25 grados, lo que supone que en muchos puntos del interior de la
península las temperaturas superen ampliamente los 30 grados a media noche”,
explica del Campo.

Lluvias torrenciales

Los episodios de lluvias torrenciales son una constante en la historia del clima de
España. Por tanto, la influencia no es tan clara como en las temperaturas y es
difícil estudiar tendencias y estudiar la precipitación torrencial, ya que las
precipitaciones incluyen una gran variabilidad natural.

Sin embargo, en los últimos años hemos asistido a un aumento de las lluvias
torrenciales observado principalmente en la vertiente mediterránea peninsular. “Sí
parece que existe una tendencia a que los episodios de lluvias torrenciales en el
área mediterránea sean más intensos y frecuentes en los últimos años que en
épocas anteriores”, afirma del Campo.

Mayor aridez y desertización

De manera histórica, España es un país que, por su ubicación, ha sufrido sequías


de forma recurrente. Por tanto, las sequías meteorológicas son una constante del
clima de España y tienen grandes repercusiones en la agricultura, el
abastecimiento de agua para consumo humano, etc.

Sin embargo, “el clima está pasando de ser un clima más propio de latitudes
medias a un clima árido, en el que el déficit de agua es el protagonista. Ya
estamos constatando una aridificación del clima, sobre todo al sur de la península
y también en la cuenca del Ebro”.

Las cifras de la sequía en España reclaman un fuerte cambio en la gestión hídrica.


Con las reservas de agua embalsada superando a menudo los mínimos históricos,
el 75 por ciento de nuestro territorio se encuentra en riesgo de desertificación,
según alertó el análisis de Greenpeace de la escasez de agua en España.

Sequías más fuertes


Este fenómeno es consecuencia no tanto de la modificación del patrón de
precipitaciones, sino de la subida de las temperaturas. “Cuando tenemos más o
menos las mismas lluvias en volumen a lo largo de un año, pero las temperaturas
son más altas, al final la disponibilidad de agua para las plantas es menor, y eso
supone una aridificación. Eso ya se está notando”, explica del Campo. “También
está empezando a observarse que los períodos sin lluvia, los períodos secos, son
más largos en el tercio sur de la península. Probablemente nos enfrentemos a un
pronóstico futuro en el que la disponibilidad de agua sea menor”.

Las temperaturas, las precipitaciones, sequías, lluvias torrenciales y una mayor


aridez son fenómenos que, en su conjunto, también pueden “aumentar los
episodios de calima o polvo en suspensión, que también tienen consecuencias en
la salud de las personas”.

Masas de aire subtropical

Este clima más seco se verá incrementado también por otro fenómeno: las masas
de aire subtropical. “Las proyecciones apuntan a que, en las próximas décadas,
nuestro país se vea más afectado por las masas de aire subtropical secas, que
alargarían los períodos secos”, afirma del Campo.

Con un verano que ya es seis semanas más largo, los expertos esperan que se
alargue más y que los períodos sin lluvia sean más largos. “Eso no quita que de
vez en cuando tengamos, como ya estamos también constatando, episodios de
torrencialidad más intensos, aunque en este sentido no acaban de ponerse de
acuerdo las proyecciones climáticas, pero sí parece haber más consenso en que
los períodos secos pueden ser cada vez más largos y así se espera que sea para
2040”.

Aire de latitudes árticas

El caso de Filomena fue un fenómeno extremo y extraordinario, según AEMET, se


trata de la nevada más intensa en España en los últimos 50 años que además
afectó a zonas tan amplias y a poca altitud, seguida de una ola de frío muy
intensa.

Sin embargo, “algunos estudios hablan de que podrían producirse fenómenos en


las latitudes árticas que podrían inducir a un desalojo de aire frío de estas latitudes
árticas hasta latitudes medias, lo que conllevaría olas de frío muy intensas como la
que originó Filomena”, explica del Campo. “Algunos artículos apuntan en esa
dirección, que podríamos tener más invasiones de aire frío de origen ártico en
latitudes medias, pero aún está estudiándose. Algunas olas de frío en Estados
Unidos se han originado por esta circunstancia, pero en el caso de Filomena fue
un fenómeno extraordinario. Es probable que las olas de frío sean menos
abundantes pero que sigan produciéndose.”.
Aumento del nivel del mar

Las aguas de la región mediterránea son, por las reducidas dimensiones de este
mar, carne de cañón para el aumento de la temperatura de sus aguas, que está
siendo mucho mayor que en los océanos abiertos y está generando un impacto
que golpea a esta región de forma especialmente virulenta.

Las aguas que bañan nuestras costas se enfrentan a una crisis ambiental que
afectará especialmente al Mediterráneo, cuya situación traducida en cifras es ya
uno de los mayores desafíos que nos apremian. El pabellón de España en la
COP25 ha dado la bienvenida al explorador de National Geographic, Enric Sala,
con el objetivo de poner sobre la mesa este reto en la conferencia 'Mediterráneo y
cambio climático'.

El Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo celebrado en Barcelona sacó a


la luz el primer estudio sobre el impacto del cambio climático en la región
mediterránea, del MedECC, que afirmó que el nivel del mar subirá un metro en
menos de un siglo. Así, los 500 millones de personas que habitan la cuenca
mediterránea deberán adaptarse unos cambios prácticamente inevitables.

“Un tercio de la población de la cuenca mediterránea vive en áreas costeras, por lo


que son especialmente vulnerables a la subida del nivel del mar”, afirmó Semia
Cherif, coordinadora del MedECC, apoyándose en gráficas de datos históricos que
marcan un mayor calentamiento global en el Mediterráneo respecto a la media del
planeta.

Aumento de la temperatura del mar

Enmarcado en la década más cálida para las temperaturas oceánicas globales, el


calentamiento del Mediterráneo podría alcanzar los 5 grados respecto a las cifras
preindustriales, según el MedECC. “Incluso con concentraciones bajas de gases
de efecto invernadero, veremos incrementada nuestra temperatura, pero con
concentraciones altas alcanzaremos hasta 5 grados más para final de este siglo”.
Este aumento de la temperatura ocasiona un fuerte impacto en su biodiversidad,
que ve devastado su equilibrio con importantes consecuencias para la vida de su
fauna y flora. Especies invasoras como el pez escorpión, el pez león o el
venenoso pez globo se abren paso a través de las aguas del Mediterráneo y
devoran los ecosistemas, avivados por la actividad humana y el aumento de la
temperatura.

“El mar Mediterráneo es el mar con mayor índice de especies invasoras. Es como
si debajo del agua estuviese teniendo lugar una revolución en la cual luchan las
especies nuevas con las autóctonas”, afirma Manu San Félix, biólogo marino y
explorador de National Geographic, en el documental Salvemos nuestro
Mediterráneo.

Si la evolución continúa, los desequilibrios que generarán estos diez fenómenos


serán imprevisibles y tendrán consecuencias devastadoras. "La buena noticia es
que, en función de lo que nos propongamos como sociedad, podemos conseguir
que los impactos no sean tan elevados a finales de siglo”.
TRA
BAJO
PRA
CTIC
O

NOMBRE: ALEJANDRO SOLIZ CAYOJA

CURSO: 1ro “B”

COLEGIO: NACIONAL SIMÓN BOLIVAR

ORURO –BOLIVIA

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