You are on page 1of 263

B I B L I O T H E C A S C R I P T O R U M G R A E C O R U M ET R O M A N O R U M M E X I C A N A

ANDÓCIDES
BIBLIOTECA DIGITAL

TEXTOS DE DERECHO
FICHA DEL TEXTO

Número de identificación del texto en clasificación derecho: 110


Número del texto en clasificación por autores: 3967
Título del libro: Discursos
Autor(es): Andócides
Traductor: Gerardo Ramírez Vidal
Editor: Universidad Nacional Autónoma de México
Registro de propiedad: ISBN 968-36-4399-X (rústica) ISBN 968-36-5174-7
(empastada)
Imprenta: Hemes Impresores
Año: 1996
Ciudad y país: México, D. F. - México
Número total de páginas: 262
Fuente: https://es.scribd.com/document/295247989/Andocides-Discursos-ed-bilingue-de-
Gerardo-Ramirez-Vidal-pdf
Temática: Discursos
ANDÓCIDES / Discursos

Acostumbrados a los grandes pensadores y escritores del mundo antiguo,


a menudo no fijamos la mirada en autores cuya obra literaria, considerada
menos paradigmática, nos transmite los afanes, los sentimientos y los prejui­
cios del hombre en su vida cotidiana. Es el caso del orador Andócides,
quien no ha sido reconocido por sus cualidades literarias o por sus aportes
al desarrollo cultural de Grecia. En su época recibió el desprecio de sus
contemporáneos y, en la nuestra, hasta hace pocas décadas, la indiferen­
cia. Actualmente, sin embargo, los historiadores, los filólogos y los politólo-
gos, entre otros, estudian, traducen, publican y comentan con frecuencia
los discursos que se conservan de este hombre.
Andócides nació en el seno de una familia nobilísima, cuando su patria,
la Atenas de Pericles, se afirmaba en el poder y se embellecía con los
frutos del imperio. Sufrió los horrores de la Guerra del Peloponeso y se vio
envuelto en las luchas políticas, hasta que, ya viejo, fue expulsado de la
ciudad por su oposición a los intereses del “partido” democrático. Desde
joven se vio en la necesidad de defenderse y atacar a sus poderosos
adversarios con el arma que ofrecía la democracia: la palabra. Conservamos
íntegros cuatro de los discursos que pronunció ante la asamblea, ante el
consejo y ante los tribunales de Atenas. Gracias a esos escritos, ahora
podemos conocer la vida de un oligarca que se vio obligado a vivir en un
régimen democrático. Estos discursos constituyen fuentes valiosas para el
estudio de la historia, la política y la vida social en la Atenas del siglo v a.C.
Gerardo Ramírez Vidal presenta una nueva edición de los discursos de
Andócides con su aparato crítico y la traducción respectiva, en el orden en
que debieron de haber sido escritos originalmente, antecedidos de una
introducción biográfica e ideológica, y seguidos de notas al texto original y
a la traducción.
ΑΝΔΟΚΙΔΟΥ ΛΟΓΟΙ

ANDÓCIDES

DISCURSOS
Introducción, edición, traducción y notas de
GERARDO RAMÍREZ VIDAL

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE M ÉXICO


1996
BIBLIO TH EC A SCRIPTORVM GRAECORVM
ET ROMANORVM M EXICAN A

COORDINACIÓN DE HUMANIDADES
Primera edición: 1996

DR. © 1996 Universidad Nacional Autónoma de México


Ciudad Universitaria, 04510. México, D. F.

DIRECCIÓN GENERAL DE PUBLICACIONES

Impreso y hecho en México

ISBN 968-36-4399-X (rústica)


ISBN 968-36-5174-7 (empastada)
Ofratti...
Considerate la vostra semenza:
fatti non foste a viver come bruti
ma p e r seguir virtute e canoscenza
Dante, La divina comedia (Inf. xxvi)
PRESENTACIÓN

La obra que ahora presento pertenece a un autor ateniense


del siglo V a. C., a quien los estudiosos modernos han pres­
tado atención sólo en las últimas décadas. En épocas ante­
riores había sido relegado entre los escritores griegos anti­
guos menos importantes, y por ello ha sido una figura poco
conocida en el ámbito de la cultura clásica. La publicación
de sus discursos es una expresión de la importancia que la
crítica actual otorga al orador Andócides y constituye, en
buena medida, una exposición de los principales aspectos
que han atraído la atención de los estudiosos modernos.
Aquí el lector encontrará el texto original y la traducción
española de los discursos del orador, antecedidos de una
introducción y seguidos de notas. La introducción es una
guía al texto de los discursos y a su traducción; ahí se abor­
dan puntos que considero fundamentales para entender la
obra y se trata el problema de la trasmisión del texto. Las
notas al español son escasas y tienen la finalidad de aclarar
algunos problemas de contenido para una mejor compren­
sión de los discursos; las notas al griego se limitan a los
pasajes donde es necesario hacer algún señalamiento sobre
la lectura textual adoptada.
La parte central, de cualquier forma, es la edición del tex­
to griego y su traducción al español. Señalo la metodología
seguida para la edición del texto en el capítulo final de la
introducción. En cuanto a la traducción, parecería necesario
justificarla, pues hay ya una excelente versión española en la
prestigiosa editorial Gredos, a cargo de J. Redondo Sánchez
(cf. la Bibliografía al final). Pero una nueva traducción
nunca está de sobra, si está bien hecha, pues entre más se
vn
PRESENTACIÓN

publiquen los clásicos más se estimula su lectura y conoci­


miento. Pero, además, debe señalarse que nuestra versión,
aparte de que va acompañada del texto griego, difiere de la
de Redondo Sánchez en el estilo de traducción y en la inter­
pretación de algunos pasajes.
Una de las particularidades de esta publicación es que los
discursos completos son presentados en el orden cronoló­
gico en el que supongo fueron escritos: IV, II, I y III, de los
años 415, 406, 400 y 392 respectivamente. Ninguno de estos
años constituye la fecha que tradicionalmente se ha asigna­
do a cada discurso. La cronología del discurso IV podría ser
rechazada. Pero, de cualquier modo, el orden de los discur­
sos se justifica por las fechas reales o ficticias en que fueron
pronunciados, que son las señaladas. Al final aparece un
índice de lugares, nombres propios y gentilicios menciona­
dos en los discursos.
Finalmente deseo señalar que este trabajo se realizó
gracias a los estímulos y a la comprensión del Dr. Rubén
Bonifaz Ñuño y a la inteligente guía de la Dra. Paola
Vianello de Córdova. La maestra Mariateresa Galaz, la Lic.
Silvia Aquino López y el Dr. Bulmaro Reyes Coria hicieron
una última revisión del trabajo, aunque lógicamente yo me
hago único responsable de lo que aquí se dice. Para la
edición, de la que me hice cargo, recibí el apoyo y la
asesoría del Ing. Sergio Reyes Coria, jefe del departamento
de publicaciones del Instituto de Investigaciones Filológicas.
La beca que me otorgó la Dirección General de Asuntos del
Personal Académico (DGAPA) durante los años 1991-1993
para hacer estudios de doctorado y realizar mi tesis sobre
Antifonte en Perusa, Italia, también me permitió mejorar
esta obra.

vm
INTRODUCCIÓN
1. EL ARISTÓCRATA ANDÓCIDES

Las obras literarias que conservamos de la Atenas democrá­


tica de los siglos V y IV fueron escritas, en su gran mayoría,
por personajes de tendencia aristocrático-oligárquica. Entre
los exponentes más representativos de esa tendencia se
pueden contar a Antifonte, Platón y Jenofonte. Pero en este
núcleo deben señalarse también otros grandes escritores
atenienses, como Aristófanes, Sófocles (quien al parecer
incluso había participado en el gobierno tiránico del 411) y
el historiador Tucídides, por señalar sólo algunos de los au­
tores más conocidos.
El orador Andócides, aunque menos famoso que los ante­
riores, fue un miembro destacado de ese núcleo. Pero él, a
diferencia de la mayoría de los escritores áticos, a pesar de
haber sido miembro relevante de una hetería oligárquica,
participó activamente en el gobierno democrático, sin dejar
de ser un fervoroso partidario de la oligarquía. Ambas ac­
titudes contradictorias —su tendencia oligárquica y su parti­
cipación política en la democracia— son explicables a partir
del origen familiar del orador y de las circunstancias po­
líticas que le tocó vivir, aspectos que estudiaremos en este
apartado.
Por tradición familiar, Andócides era un epígono de la
vieja nobleza. Una antigua genealogía, transmitida por Helá-
nico de Lesbos, hacía entroncar la familia de Andócides, a
través de Odiseo y Anticlea, hasta el mismísimo Hermes,
patrono de los comerciantes (cf. Plut. Vít. Andoc. 1 y Suid. s.
v. Andoc.'). El orador hizo honor a su origen mítico, pues se
dedicó al comercio marítimo en una etapa de su vida, al
parecer con bastante éxito.

XI
INTRODUCCIÓN

Su linaje era reconocido en Grecia, sobre todo gracias al


prestigio de sus antepasados1. El más antiguo familiar cono­
cido del orador fue un tatarabuelo de su padre cuyo nom­
bre era Andócides. Éste, que pertenecía a la más rancia no­
bleza de la época de Solón, había sido tesorero de la diosa
Atenea, esto es, administrador de los fondos públicos de­
positados en el templo de la diosa (IG i2 393). Un hijo de
este Andócides, de nombre Leógoras, aunque tenía estrechas
relaciones con los tiranos de Atenas —según el orador—, se
vio obligado a emigrar con otros nobles al exilio, pero re­
gresó al frente de ellos para acabar con la tiranía en Atenas
(I 106). El hijo homónimo de Leógoras, bisabuelo del ora­
dor, participó en la política ateniense en la primera mitad
del siglo V, como podemos inferir por una tejoleta inscrita
con su nombre, encontrada en 1966 en un depósito junto
con otros restos cerámicos del mismo género que se habían
utilizado en 487 en una votación de ostracismo. La mayoría
de los datos históricos de los familiares del orador se refie­
ren a su abuelo homónimo, el general Andócides, quien tu­
vo una larga trayectoria de servicios públicos en la época de
Pericles; participó, como general, en varias expediciones
militares: en 446, con motivo de la invasión lacedemonia al
Ática (IG i2 1085), y en 440, junto con Sófocles y Pericles, en
el apaciguamiento de la revuelta en Samos (FGH 324F38),
además de haber sido embajador en 446 (And. III 6). Su
nombre también aparece inscrito en una de las tejoletas
usadas en la votación para el ostracismo del 444/3.
A la muerte de Pericles, y con el inicio de la Guerra del
Peloponeso, la posición política de la nobleza se vio alte­
rada sensiblemente por la radicalización de la corriente

1 Sobre este asunto cf. mi artículo “De nuevo sobre And. II, 26 y I, 106”
(datos completos en la Bibliografía).

XH
INTRODUCCIÓN

democrática. Los nobles prefirieron retirarse de las activi­


dades públicas y dedicarse a sus asuntos privados. Muchos,
sin embargo, se propusieron buscar la forma de acabar con
el predominio de los nuevos dirigentes de Atenas, pertene­
cientes a un sector de la ciudadanía ateniense que carecía de
nobleza de sangre y que no tenía tradición de servicio pú­
blico, pero que contaba con bastante dinero y tiempo para
suplir a la vieja guardia.
El padre de Andócides, llamado Leógoras, pertenecía al
grupo de los aristócratas perdedores que se encontraba in­
satisfecho con la nueva situación política. No tuvo el ánimo
de participar en los asuntos públicos de Atenas, aunque al
inicio no se negó a encabezar una embajada en 426/5 a la
corte del rey Perdicas de Macedonia, en un momento difícil
para Atenas (IG i2 57). En cambio, se hizo famoso entre sus
contemporáneos por su lujo y su derroche, comportamiento
que fue aprovechado por los comediógrafos2 para amenizar
sus representaciones teatrales. Leógoras era opuesto a la de­
mocracia de su tiempo y, como tal, se unió a un grupo de
nobles para conjurar contra ese sistema de gobierno.
Andócides, quien había nacido hacia el 4443 en el demos
ateniense de Cidateneo, de la tribu Pandiónide, en una épo­
ca de esplendor d? la familia, siguió el mismo camino que
su padre, y es de suponerse que desde joven perteneciera a
alguna de esas asociaciones secretas de conspiradores contra
el régimen que habían formado los nobles oligarcas. Pero
Andócides tuvo muy mala suerte. En 4154 se opuso secre-

2 Cf. Ar. Avispas 1269 y N ubes 109, y Ateneo IX 387a.


i En el discurso apócrifo de Lisias VI ( Contra A n d ó cid es) se afirma que
el orador tenía más de cuarenta años. El discurso fue escrito m uy
probablemente en 403, de acuerdo con M. Cataudella, “Su Ps. Lysias VI
0Contro A ndocide). Cronología e interpretazione”. .
4 Sobre los acontecimientos del 415 cf., entre otros muchos estudios, el
apéndice en la edición de D.M. MacDowell, A n d o k id es..., pp. 167-193, J.L.

xm
INTRODUCCIÓN

tamente a las decisiones de la Asamblea soberana de Atenas


relativas a la expedición contra Sicilia, uniéndose a un nu­
meroso grupo de ciudadanos adversarios a la democracia,
en su mayoría jóvenes aristócratas. Estas personas, al
parecer con el propósito de impedir la partida de la armada,
cometieron, al amparo de la noche, el sacrilegio más reso­
nado de la historia de la antigua Atenas: la mutilación de las
estatuas fálicas del dios Hermes que se encontraban distri­
buidas en diversos lugares públicos de la ciudad y frente a
las casas particulares. Hermes era la divinidad tutelar de la
estirpe de Andócides, pero esto no le impidió participar en
el sacrilegio, aunque sí evitó mutilar la estatua familiar. En
adelante, la vida de Andócides giró en torno a ese hecho.
Precisamente en esos acontecimientos deben buscarse las
causas de la derrota ateniense en 405/4 ante Esparta. Los
demócratas de Atenas eran guiados en 415 por Alcibíades,
quien también pertenecía a una de las familias de mayor
alcurnia, pero que había “traicionado” a su clase (com o
diría un oligarca de la época) pasándose abiertamente al
bando democrático, aunque se piensa que no lo hizo por
convicción ideológica. Sus anhelos de gloria eran exage­
rados, pues quería tener bajo su dominio no sólo a los sira-
cusanos, sino incluso ampliar el dominio ateniense con el
sometimiento de Cartago y, probablemente, de las ciudades
costeras del occidente mediterráneo.
Andócides y los demás conspiradores se interpusieron en
los proyectos de Alcibíades, impidiendo que éste alcanzara
la gloria personal, pero al mismo tiempo provocaron que
Atenas sufriera una durísima derrota en Siracusa. En efecto,
los planes de la conjura se realizaron con lamentables resul-

Marr, “Andokides’ part in the Mysteries and...", pp. 226-328, y O. Aurenche,


Les g ro u p es d ’A lctbtade..., p a s s im .

XIV
INTRODUCCIÓN

tados para los atenienses en general. Sin embargo, los pro­


pios conspiradores resultaron dramáticamente afectados por
sus propias acciones.
Luego de la mutilación, el gobierno de Atenas, impulsado
por partidarios de Alcibiades, actuó con energía para encon­
trar a los culpables que habían realizado, en absoluto secre­
to, el acto de impiedad. Las investigaciones fueron dejando
al descubierto la conspiración que se había fraguado para
impedir la salida de la flota. Pero los implicados buscaron la
forma de defenderse, utilizando cualquier medio que tuvie­
ran a su alcance para anular a sus enemigos.
Algunos atenienses y metecos adinerados tenían la cos­
tumbre de parodiar los misterios eleusinos, cuyo secreto era
inviolable so pena de los peores castigos. Entre esas perso­
nas estaban Alcibiades y muchos de sus cercanos seguidores.
Andócides y sus amigos aprovecharon esa impía costumbre
de sus adversarios políticos para contraatacarlos, y los
acusaron de parodiar esos misterios. Fue así como Alci­
biades y sus secuaces se vieron implicados en las investiga­
ciones acerca de la mutilación por un delito de impiedad
que nada tenía que ver con la conjura oligárquica. A final de
cuentas, un buen número de conspiradores fueron con­
denados a la pena capital y a la confiscación de sus bienes;
pero también Alcibiades y los suyos fueron condenados a
los mismos castigos que los mutiladores de los Hermes.
Muchos de los implicados en ambos delitos fueron ejecu­
tados, aunque algunos escaparon a la justicia, dándose a la
fuga o convirtiéndose en delatores. Alcibiades se vio pre­
cisado a huir cuando ya se encontraba en campaña en Si­
cilia. Fue así como la armada y el ejército quedaron sin el
dirigente más capaz y más comprometido con la expedi­
ción, y su ausencia fue una de las causas principales del de­
sastre ateniense.
xv
INTRODUCCIÓN

Por su parte, Andócides fue arrestado, pero logró salvarse


porque se acogió a un decreto del Consejo que otorgaba el
perdón a los delincuentes que declararan sobre los aconteci­
mientos (And. II 23). El orador, con el fin de no ser ejecu­
tado, delató a sus propios cómplices, aunque logró exculpar
a sus familiares más cercanos. No es extraño, entonces, que
los familiares y los amigos de los reos o incluso los propios
culpables de los actos de impiedad que no habían sido im­
plicados, sintieran un odio mortal contra Andócides, odio
que lo perseguiría hasta su muerte.
Cuando el supuesto peligro de la conspiración oligárqui­
ca había desaparecido, se decretó condenar a la pérdida de
derechos de ciudadanía (atimía) a quienes se vieran impli­
cados en cualquier delito de impiedad y entraran a los
lugares sagrados (And. I 71). El decreto era un instrumento
legal dirigido especialmente contra Andócides, aunque for­
malmente involucraba a quienes habían quedado impunes,
puesto que les impedía ingresar a los lugares sagrados, y
esto los dejaba a merced de sus enemigos. En los hechos, el
orador no podía ejercer los derechos de ciudadanía y, en
cambio, corría el riesgo de ser acusado en cualquier mo­
mento, sin poder defenderse legalmente, pues los tribunales
eran también lugares sagrados. El orador entendió bien la
amenaza y optó por autodesterrarse de inmediato.
En invierno del 415/4 partió de Atenas y recurrió a los la­
zos de hospitalidad que tenía en el extranjero para de­
dicarse al comercio y así llevar una vida sin privaciones
económicas. Pero la vida fuera de la patria era poco agrada­
ble, pues no podía ejercer sus derechos de ciudadanía en
ninguna parte. Por esto, inconforme, Andócides buscó la
oportunidad de hacer revocar el decreto que le causaba tan­
to daño. Intentó regresar a Atenas en varias ocasiones. Se
sabe que se presentó ahí con ese fin al menos en dos oca­
XVI
INTRODUCCIÓN

siones. La primera vez fue en 411, cuando se verificó un


golpe de estado de un grupo de oligarcas lidereados por
Antifonte y Frínico, quienes habían sido asociados políticos
suyos. Pero la suerte le fue adversa: cuando acudió a una
reunión del Consejo, se salvó de morir sólo porque se aco­
gió como suplicante a la protección de los dioses. De cual­
quier modo, Pisandro lo hizo encarcelar (And. II 13-14). Con
el retorno de la democracia, Andócides salió libre y se alejó
nuevamente de Atenas. En 406 quiso nuevamente recuperar
sus derechos y regresó a su ciudad, con el mismo resultado
adverso. Aunque en una asamblea había hecho grandes pro­
mesas de ayudar a sus conciudadanos, que se encontraban
en una situación crítica, no tuvo éxito, y también entonces
tuvo que retirarse de Atenas5.
Andócides ya no quiso regresar a su patria en 404, cuando
se decretó, a propuesta de Patroclides6, la amnistía a quie­
nes habían perdido sus derechos ciudadanos, ni tampoco lo
intentó cuando se hicieron del poder los Treinta tiranos,
cuyo principal dirigente era Critias, familiar suyo por línea
paterna. En ambos casos es probable que no creyera conve­
niente intentar el regreso debido a que la situación en Ate­
nas era del todo insegura no sólo para él, sino para cual­
quier persona.
Con el advenimiento de la democracia se decidió por ley
la invalidación de las leyes no escritas que hasta ese enton­
ces habían estado en vigor y se decretó, a propuesta de Tisa­
meno, la constitución de un nuevo código legislativo7. Las
leyes de carácter religioso quedaron derogadas, de modo

5 En esa ocasión pronunció su discurso A cerca de su propio regreso, so­


bre cuya datación cf, mi artículo "Sobre la fecha del discurso II de A ndóc.",
6 Cf. el decreto en And. I 77-79.
7 Los textos de las leyes y del decreto aparecen en And. I 85 y 87, y 83-84
respectivamente.

XVH
INTRODUCCIÓN

que los delitos de impiedad cometidos antes del 403 ya no


podían ser perseguidos y un nuevo decreto devolvía sus de­
rechos de ciudadanía a quienes los habían perdido (átimoi,
cf. And. I 109), excepto a los traidores a la patria que habían
intentado subvertir el régimen democrático y que no se
habían acogido a los términos de amnistía. Andócides re­
gresó a Atenas y pudo entonces, legalmente, entrar a los lu­
gares sagrados. Sin embargo, sus enemigos no lo dejaron en
paz y trataron de hacer valer el decreto contra los sacrilegos,
pero inútilmente, pues las leyes y los decretos recién apro­
bados protegían al orador. Luego, en el año 400, sus enemi­
gos agregaron nuevos cargos en su contra, pero él logró salir
airoso de las acusaciones.
Andócides tuvo éxito desde su retorno principalmente
porque adoptó una nueva actitud en los asuntos públicos de
Atenas, modificando su tradicional aversión a la democra­
cia. El orador no tenía muchas opciones. En Atenas era bien
conocido por sus pasadas actividades subversivas contra la
democracia, además de que él no comulgaba con los ideales
democráticos. Por otra parte, los oligarcas más decididos,
en ese momento estaban derrotados, y la mayoría se encon­
traba en el exilio. Además —se puede inferir—, entre los oli­
garcas que habían participado en el gobierno de los Treinta
se encontraban algunos de los que fueron traicionados por
Andócides en 415. De este modo ni demócratas ni oligarcas
podrían aceptarlo.
Por lo tanto, no debe parecer extraño que el orador se
haya aliado a una parte moderada de la aristocracia que ha­
bía renunciado momentáneamente a sus proyectos oligár­
quicos y que, en el espectro político, aparecía como el ala
moderada del “partido” democrático. El núcleo de este
grupo estaba formado por los seguidores de Terámenes,
quien había sido ejecutado por los Treinta. Por fortuna para
xvm
INTRODUCCIÓN

Andócides, después de la caída del gobierno de aquellos, el


grupo terameniano logró conquistar tanto poder en Atenas
que incluso había logrado bloquear varias iniciativas de ley
de los “Héroes del Pireo”, con las que éstos buscaban ani­
quilar políticamente a los oligarcas atenienses y ampliar los
derechos de ciudadanía a un buen número de metecos y
esclavos que habían participado en la restauración democrá­
tica. Además, los teramenianos impusieron con rigor refor­
mas políticas y jurídicas que hicieron que Atenas se recupe­
rara de los graves daños que había sufrido en la guerra con
Esparta. Andócides pudo haberse encontrado a gusto en ese
grupo político, en el que no tenía que renunciar a sus ideas,
y en el que, en cambio, podía apoyarse para luchar contra
la democracia radical.
De este modo, a diferencia de su padre, tomó parte activa
en los asuntos públicos, como lo había hecho su abuelo
(aunque en condiciones políticas del todo diversas). Desem­
peñó diversos cargos y cumplió con sus obligaciones de ciu­
dadano. Fue tesorero del erario público (un cargo destinado
a los hombres más prominentes) y asumió responsabilida­
des cívicas (las famosas λειτουργίοα): cubrió, como gimiia-
siarco, los gastos requeridos en la preparación de un grupo
de atletas que compitieron en las fiestas dedicadas a Hefesto
en 402; en el año 400, fungió en dos ocasiones como arqui-
teoro, jefe de embajada sagrada, en los juegos ístmicos y
Olímpicos respectivamente8, y hacia el 390 se hizo cargo,
como coreuta, de un coro de niños que resultó vencedor en
las festividades en honor de Diónisos {cf. IG ii2 1138 y Plut.
Vita Andoc. 17).
Sin embargo, Andócides se hizo más conocido y odiado
por sus contemporáneos demócratas por haber partipado

8 Sobre estos cargos cf. in fr a , cap. 2.

XIX
INTRODUCCIÓN

como presbeutés, embajador, en Esparta en 392 y en 387. La


misión que se le había encomendado a él y a sus compa­
ñeros era discutir los términos de paz entre Atenas y Esparta.
El cargo ya lo había desempeñado su abuelo en 446 con
óptimos resultados, pero Andócides no tuvo la misma for­
tuna. En 392 el orador no logró convencer a sus conciuda­
danos acerca de los beneficios de la paz, pues los demó­
cratas atenienses se opusieron a los términos que exigían los
espartanos9. En la segunda ocasión, por motivos que se des­
conocen, aceptó los acuerdos impuestos a los atenienses por
el Gran Rey, que iban en contra de los intereses de los
demócratas. Al firmar la famosa “Paz de Antálcidas”, se
había sobrepasado en su cometido, según la apreciación de
la Asamblea. Por este motivo fue condenado al destierro, a
una edad aproximada de 57 años. Después se pierden los
rastros biográficos de Andócides, aunque probablemente
regresó a Atenas como al parecer sucedió con Cefisio, uno
de sus colegas de embajada (cf. Davies, APF n° 4859).
Los discursos del orador, de los cuales se conservan tres
completos y se conocen los nombres de otros tres más, tu­
vieron una finalidad práctica. El Contra Alcibíades (IV) es
un discurso ficticio que pudo haber sido escrito como pro­
paganda oligárquica contra Alcibíades en 415, en un am­
biente político sumamente tenso, con el objetivo de despres-

y En esa ocasión Andócides pronunció su discurso Acerca d e la p a z con


los lacedem onios. Tradicionalraente se piensa que el orador fue enviado al
exilio ese año y, por lo tamo, que no participó en la segunda embajada.
Sin embargo, en el año de 392 la Asamblea decidió continuar con la guerra,
de modo que debemos suponer que Andócides no violó las disposiciones
del demos-, en cambio, en la segunda embajada (sobre la cual cf. Jacoby,
I!GH 328F149a [Filócoro]), los embajadores firmaron la paz, contra las
disposiciones de la Asamblea. Los embajadores debieron de haber sido
condenados al destierro. Sobre otros argumentos cf. Ch.D. Hamilton,
Sparta's Bitter Victories. Politics a n d D iplom acy in the Corintian War, pp.
237-239.

XX
INTRODUCCIÓN

tigiar a ese personaje y de crear las condiciones para su


condena por el asunto de la profanación de los misterios10.
El Acerca de su propio regreso (II), escrito en 406, según se
dijo, fue pronunciado por Andócides ante la Asamblea con
el objeto de recuperar los derechos de ciudadanía. El Acerca
de los misterios (I), del año 400, es un discurso forense de
defensa, contra una serie de acusaciones promovidas por
adversarios del grupo terameniano. Finalmente, el Acerca d e
la paz con los lacedemonios (III) es un discurso deliberativo
con el que el orador, en su calidad de embajador, buscaba
persuadir a la Asamblea a aceptar la paz que se estaba
gestionando. De otros tres discursos se conservan sólo los
nombres y escasos fragmentos. El A sus camaradas tal vez
fue un panfleto propagandístico de los círculos oligárquicos,
que podría datarse entre los años 425-417. Nada puede in­
ferirse de las dos referencias antiguas acerca del Discurso
simbuléutico. El Acerca de la denuncia fue una defensa
relativa a una acusación de impiedad que pudo haber sido
pronunciada hacia el 403 o 402.
Los juicios acerca del estilo de esos discursos y la impor­
tancia de éstos como fuente histórica han sido del todo
negativos11. Sin embargo, un estudio que tome en cuenta el
género y las circunstancias en que fueron escritos los dis­
cursos podrá demostrar las cualidades retóricas de éstos y el
conocimiento muy particular que el historiador tenía de la
historia de Atenas.

1,1 C/. ios argumentos en apoyo de esta hipótesis en el apartado relativo


a este discurso en Andócides. Un oligarca en ¡a Atenas democrática.
11 Acerca del estilo véanse sobre todo los estudios de A. López Eire y de
F. Cortés Gabaudán (cf. la sección “b” de la Bibliografía).

XXI
INTRODUCCIÓN

2. LOS DISCURSOS Y LA ACTITUD ARISTOCRÁTICA

Andócides tuvo una vida llena de vicisitudes y actuó a veces


en forma deshonesta, como en 415, al delatar a sus propios
amigos, condenándolos a muerte para salvar su propia vida.
En política, supo adaptarse a las cambiantes circunstancias.
Sin embargo, no puede ser considerado un tránsfuga de la
aristocracia, pues, a pesar de los obstáculos, no renunció a
sus ideas. Durante su juventud luchó contra la democracia
radical, como lo hicieron muchos nobles atenienses que se
habían visto desplazados por los “demagogos” ricos, pero de
origen oscuro. La situación era diferente a partir del 403,
cuando un grupo político ligado a la aristocracia se había
convertido en la principal fuerza política en los asuntos
públicos. Participó con ese grupo y, al final, fue desterrado,
pues no quiso doblegarse ante los demócratas radicales.
Esta lectura de la vida del orador concuerda con las ideas
sociales y políticas que transmiten los discursos que pro­
nunció en diversos momentos. Esos textos presentan un
núcleo ideológico, aunque con matices diferentes, que se
explican por las circunstancias particulares en que fueron
pronunciados o escritos. En el discurso ficticio Contra Alci­
biades se manifiesta una dura oposición al régimen demo­
crático, en modo semejante a como se hace en el libelo
oligárquico anónimo titulado La constitución de los ate­
nienses, conservado entre las obras de Jenofonte y escrito
probablemente hacia la misma época12. El Acerca de su
propio regreso es un discurso pronunciado ante la Asamblea
hacia el año 406. Andócides había perdido sus derechos
políticos y pedía encarecidamente se le restituyeran, pero no

12 Esta hipótesis la expuse en mi "Ancora sulla data deil'Ath. p o l .",

ΧΧΠ
INTRODUCCIÓN

pudo ocultar del todo el tono altanero y despectivo que


refleja sus sentimientos contra algunos principios democrá­
ticos. En 400 escribió y pronunció en el tribunal su discurso
Acerca de los misterios, cuando participaba en política en el
bando terameniano, de tendencias moderadas. Pero aquí
también lo traicionan sus sentimientos aristocráticos, aun­
que los oculta bastante bien. En 392 los grupos políticos se
habían radicalizado y las fuerzas antagónicas se presentaban
en la Asamblea en abierta oposición. El discurso de Andóci­
des, Acerca de la paz con los lacedemonios, expresa más
abiertamente que los dos anteriores las ideas políticas de
carácter aristocrático que animaban al orador. Una lectura
atenta de los elementos ideológicos puede resultar ilustrativa
de la hipótesis señalada. En esta introducción nos limitamos
a analizar brevemente dos aspectos: el tropos aristocrático
de Andócides y su posición política ante la democracia.

La nobleza
Andócides inicia el discurso Acerca de su propio regreso
desaprobando que los atenienses criticaran el beneficio que
pudiera dar a la ciudad una persona como él o “alguna otra
persona inferior a mí”. Después, en el parágrafo 19, afirma
abiertamente ante los asambleístas que ellos podían equi­
vocarse más fácilmente que los miembros del Consejo, pues
ellos mismos podían actuar a su antojo, sin el peligro de ser
acusados por hacer mal las cosas. Tres parágrafos más ade­
lante exige en forma pedante que le devuelvan sus derechos
de ciudadanía. Estos modos de expresión seguramente eran
inadecuados, porque quienes escuchaban a Andócides eran,
en su gran mayoría, personas comunes y corrientes, y por­
que esas afirmaciones se hacían ante la principal institución
de debate público, donde se decidía acerca de los asuntos

xxm
INTRODUCCIÓN

más importantes de la comunidad. Por estos motivos, un


orador debía cuidarse de no decir imprudencias. Pero Andó­
cides parece no preocuparse mucho de esas formalidades.
Los estudiosos han llamado la atención sobre el tono des­
pectivo y altanero que el orador evidencia en estos y otros
pasajes del Acerca de su regreso, como elementos caracte­
rísticos del discurso, que van disminuyendo significativa­
mente en los demás escritos. Sin embargo, un análisis más
detenido puede mostrar que no es esta característica exclusi­
va del discurso del 406, sino de toda la producción que se
ha conservado del orador, aunque tales manifestaciones se
presentan de modo diferente en los demás discursos.
En el Contra Alcibiades el tono despectivo es igualmente
virulento, aunque, en este caso sobre todo, contra las insti­
tuciones democráticas. Así, por ejemplo, en varios pasajes
(§§ 21, 23, 27) se permite insultar a los jueces ficticios,
acusándolos de no aplicar correctamente la justicia y señala
en tono burlón la pusilanimidad de la delegación oficial
ante Alcibiades en los Juegos Olímpicos (§ 29). Cuando se
refiere a la oposición gimnasios-tribunales (§ 22), está se­
ñalando la diferencia entre dos modelos educativos, uno de
los cuales él desprecia: el de los tribunales. En su conjunto,
ese discurso constituye una ridiculización de la democracia
y un ataque a la tiranía, comportamiento propio de la no­
bleza griega de las últimas tres décadas del siglo IV.
Donde se manifiesta mejor su actitud altanera es cuando
menciona los servicios públicos que él prestó a los atenien­
ses. Ha parecido normal a los estudiosos la supuesta cos­
tumbre que los oradores tenían de presentar en los tribu­
nales las glorias de sus antepasados y las suyas propias en
favor de la democracia. No ha causado mucha extrañeza
que esos señalamientos significaran, por el contrario, un
distanciamiento entre los oradores y los jueces populares,
XXIV
INTRODUCCIÓN

como resultado de una oposición entre la tradición familiar


y la nobleza de los primeros y la pobreza y la baja condi­
ción social de los segundos. Un análisis atento podrá de­
mostrar que, en efecto, esas manifestaciones no respondían
tanto a un sentimiento democrático cuanto a una actitud
jactanciosa y soberbia de los oradores.
En este contexto se inscribe la relación de servicios que el
orador presenta brevemente (en boca de Féax) en los dos
parágrafos finales del discurso Contra Alcibiades, distribui­
dos en tres núcleos: sus misiones como embajador en diver­
sas ciudades, sus gastos públicos y sus victorias en certáme­
nes públicos. Tres elementos característicos de la nobleza.
Los embajadores eran elegidos entre las familias atenienses
de la nobleza, por sus lazos de p roxenía con nobles de otras
ciudades, que normalmente formaban parte de la elite
política. Las relaciones internacionales se establecían sobre
todo con base en una red de vínculos familiares de muy an­
tigua tradición. La familia de Andócides pertenecía a esa red,
por sus nexos con familias nobles de Esparta, de Macedonia
y, probablemente, de Persia. Por otra parte, los gastos
públicos eran signo de liberalidad, y ésta, a su vez, era un
signo de nobleza. Finalmente, uno de los elementos más
llamativos de la cultura aristocrática era su carácter agonís­
tico y toda la parafernalia que implicaba el ejercicio com­
petitivo. Las grandes competencias panhelénicas eran a la
vez grandes reuniones de la nobleza griega.
En el segundo discurso, Andócides se refiere a la oposi­
ción de su tatarabuelo a la tiranía, oposición que él presenta
como una actitud democrática, pero que es, originaria­
mente, una manifestación aristocrática. Las grandes familias
atenienses de la época de los tiranos se oponían al poder
absoluto de una sola persona; pretendían que el dominio
político estuviera en sus propias manos.
xxv
INTRODUCCIÓN

Este mismo elemento aristocrático vuelve a aparecer en el


Acerca de los misterios (§ 106), donde el orador afirma que
sus bisabuelos (Leógoras y Carias) habían regresado del
exilio y luchado contra “los tiranos”. Pero esos personajes
no eran demócratas, como dice el autor, sino aristócratas
que buscaban recuperar el poder. En I 141, Andócides se
refiere a los grandes y múltiples beneficios que sus ante­
pasados habían otorgado a la ciudad y a la benevolencia
con que actuaron para con los atenienses, de modo que el
orador consideraba que los jueces debían, por esos méritos,
favorecerlo con sus votos. Andócides señala también que los
antepasados comunes de los atenienses dieron la salvación a
Grecia y al final insta a los jueces a no permitir que él sea
condenado, pues perderían, ellos, al último miembro de ese
linaje, de lo que él llama la casa “más antigua de todas”
(And. I 147). No creo que a los jueces les importara tanto el
linaje de un hombre bien conocido por sus malas acciones.
De cualquier modo, la actitud del orador no era propia de
la mayoría de los atenienses, que era el sostén de la demo­
cracia, pero que no tenía tan grandes antepasados como los
del orador. Su presentación es del todo aristocrática.
Andócides agrega que, gracias a las virtudes de aquéllos,
los lacedemonios, aunque eran enemigos de los atenienses,
salvaron la ciudad de Atenas (en 404). Obviamente, los
lacedemonios salvaron a los oligarcas, como señala Jeno­
fonte (HG II 3-25), según la interpretación de una estudiosa
moderna13.
El discurso Acerca de la paz, en su conjunto, es una
manifestación de los ideales aristocráticos del autor, por la
visión que éste tiene acerca de la historia de Grecia, una
visión enteramente filoespartana. Andócides no logra ocultar

13 A. Missiou, The Subversive Oratory o f A n d o k id es, pp. 92 ss.

XXVI
INTRODUCCIÓN

en ese discurso, como tampoco en las demás obras, sus ver­


daderos sentimientos en relación con la democracia ate­
niense, como veremos en seguida.

Aristocracia contra democracia


El análisis de los discursos presenta la visión aristocrática
que Andócides tenía del pasado de Atenas, que se manifiesta
con mucha claridad en la manipulación del dato histórico
referente a la derrota definitiva de los persas. En su primer
discurso (§ 107 y s.), Andócides se refiere incidentalmente a
la victoria griega contra los persas. El orador cuenta que,
después de la victoria, los atenienses regresaron a su ciudad
y la encontraron completamente en ruinas, en evidente
referencia a la entrada de las tropas persas a Atenas en
480/479. La célebre batalla naval de Salamina dio la victoria
definitiva a los griegos. Sin embargo, con referencia a ese he­
cho, Andócides menciona la batalla de Maratón que ocurrió
diez años antes, cuando los persas ni siquiera lograron en­
trar a Atenas. Obviamente los estudiosos han visto en este
pasaje una evidente equivocación histórica. Pero se puede
sostener que Andócides no se equivocó, sino que más bien
hizo esa referencia de modo intencional. Para los aristó­
cratas atenienses resultaría francamente desagradable atri­
buir la victoria a una batalla en la que participó la clase más
baja de la sociedad: los marinos, que constituían el polo
opuesto de la nobleza. Por esto preferían mencionar, com o
causa de la victoria, la batalla de Maratón, donde habían
participado como hoplitas los ciudadanos de las clases pro­
pietarias de Atenas, y presentaban las dos expediciones per­
sas contra Grecia como si hubieran sido un solo y único
acontecimiento, salvando así el escollo que representaba la
batalla naval de Salamina.

xxvn
INTRODUCCIÓN

Esta actitud es constante en los cuatro discursos del ora­


dor. Se manifiesta, por ejemplo, en el modo en que Andó­
cides trata a los políticos del siglo V. El caso de Aristides y
Milcíades frente a Temístocles y Pericles es bastante ilustra­
tivo. Los dos primeros fueron héroes de Maratón y estaban
relacionados con Andócides por lazos familiares: Aristides
era primo de aquel Calias que había casado con Elpinice, la
hija de Milcíades. A su vez, este Milcíades descendía del
mismo tronco familiar de Andócides. No es extraño enton­
ces que tanto Aristides como Milcíades, lo mismo que el
abuelo del orador, hubieran sido partidarios de la demo­
cracia de carácter aristocrático, que estuvo representada so­
bre todo por Cimón, el hijo de Milcíades, en oposición a los
dirigentes democráticos populares, como Temístocles, Efial-
tes, Pericles y Alcibiades.
En su Contra Alcibiades (§§ 11 y 12), Andócides se refiere
a Aristides como un hombre noble y justo, que había es­
tablecido una contribución equitativa entre los aliados,
contribución que había sido muy alterada por Alcibiades,
contra quien se dirige el orador. En § 33, Andócides men­
ciona a Milcíades y a Cimón como vencedores en los juegos
olímpicos, aunque del último refiere también que fue envia­
do al ostracismo por las relaciones incestuosas que había
tenido con su propia hermana. Andócides considera que los
atenienses votaron por motivos morales contra Cimón, sin
haber tomado en cuenta sus victorias olímpicas. Sin em­
bargo, no es lógico que el orador hubiera manchado la
memoria de un lejano familiar suyo. Pero la mención de tal
historia no debe extrañar si se toma en cuenta que el orador
era un filoespartano y que en Esparta no era castigado el
incesto; pero, sobre todo, si se considera que el orador
menciona el incesto para ocultar la verdadera razón del os­
tracismo de Cimón, esto es, su actitud favorable a Esparta.
xxvm
INTRODUCCIÓN

En III 3, el orador se referiere al ostracismo de Milcíades y


afirma —equivocadamente— que éste fue enviado a Esparta
para entablar negociaciones de paz.
En estos casos Andócides se está refiriendo a un grupo de
personas con las que él estaba ligado ideológicamente. Pero
esta actitud favorable cambia radicalmente cuando se trata
de personajes representantes de la democracia popular,
quienes buscaban ampliar los beneficios a un mayor núme­
ro de ciudadanos. A ésos Andócides los ignora o los ataca
con saña. Efialtes, Pericles y Cleón no son mencionados en
ninguna parte de su obra. Según Plutarco (cf. fr. 1.), una
referencia a Temístocles, el héroe de Salamina, aparecía en
el A sus camaradas. Andócides habría dicho, con el fin de
incitar a los oligarcas contra el régimen democrático, que
los atenienses habían dispersado las cenizas de Temístocles
de su tumba en Magnesia. La referencia es oscura. Sin em­
bargo, aunque se refiere insistentemente en el Acerca de la
p a z a las naves de guerra que Temístocles hizo construir y a
los muros que empezaron a alzarse también por consejo
suyo, Andócides nunca lo menciona.
Cuando llega a referirse a los demagogos lo hace con
desprecio. El orador presenta a Hipérbolo como un bárbaro
fabricante de lámparas (fr. I 3) y le causa una gran vergüen­
za el que Cleofonte hubiera habitado la casa de la familia.
Pero esa actitud hostil la manifiesta sobre todo cuando refie­
re, con rabia y encono, las malas acciones y la desvergüenza
de Alcibíades.
Una manifestación de la misma ideología es la postura
abierta que Andócides adopta contra las instituciones demo­
cráticas. Es suficiente señalar varios pasajes del Contra A l ­
cibiades, donde el autor se permite atacar dos leyes impor­
tantes en la vida política ateniense del siglo V: la relativa al
ostracismo (§ 3), porque privaba de la libertad al ciu­
xxix
INTRODUCCIÓN

dadano, y la que se había establecido contra los sicofantas


(§ 18), porque se limitaba a multarlos.
Por otra parte, su posición frente a Esparta era del todo
favorable, pues la presenta como la salvadora de Atenas al
final de la Guerra del Peloponeso. En este punto concuer-
dan muy bien los pasajes I 142 y III 19-23- Andócides no hace
más que seguir la tradicional actitud proespartana de la
nobleza ateniense y particularmente de su familia, que tenía
lazos de amistad con Esparta: su abuelo y él mismo habían
fungido como embajadores en esa ciudad. En el cuarto dis­
curso no desperdicia la oportunidad de alabar incidental­
mente la actitud supuestamente cabal de los espartanos que
aceptaban su derrota ante sus competidores de otras ciuda­
des en los Juegos Olímpicos, frente al comportamiento des­
leal de Alcibiades (§ 28).
También el orador se delata en el modo de usar algunos
términos clave de la propaganda democrática. El caso de
a rch é me parece ilustrativo. Con el sentido político de “do­
minio” o “imperio” aparece cinco veces en los discursos (ex­
cepto el IV). Esta acepción corresponde a la que a veces se
encuentra en Tucídides y en Heródoto, quien se refiere ex­
clusivamente a los imperios orientales, sobre todo al persa,
llamado siempre megale arché.
El primero hace referencia explícita al imperio ateniense,
sobre todo en el famoso discurso fúnebre (Th. II 36.2), don­
de Pericles se refiere a la arché que él y sus contemporáneos
recibieron de sus padres y que ellos acrecentaron. Por boca
de Pericles, Tucídides llega incluso a comparar arché con ti­
ranía (cf. II 63.2 y VI 85.1). En el caso de Tucídides, la a rch é
se opone al pacifismo y es resultado de la actividad de los
ciudadanos. El orador, por su parte, da un nuevo valor a es­
ta palabra. En su tercer discurso, habla de la arché ateniense
como un resultado de la posesión de muros y naves. Estos
xxx
INTRODUCCIÓN

logros, a su vez, son vistos como un producto de la activi­


dad diplomática, del engaño, de la corrupción y de la fuer­
za. Pero luego señala que los atenienses no necesitan pelear
contra los lacedemonios, porque ya tienen muros y naves
(III 37 y s.), origen de la prosperidad de Atenas. Andócides
no dice que, precisamente, los muros y las naves se constru­
yen en función de la guerra. En otro pasaje de su primer dis­
curso (§ 108), el orador considera la arché como resultado
de la concordia (hom onoia), que es un término típicamente
aristocrático, y que se explica muy bien en un autor como
Andócides. Cambia, pues, el sentido de la palabra: la arché
corresponde a pacifismo y se opone a la guerra.
En un pasaje del segundo discurso (§ 27), el orador acusa
a los atenienses de haber cometido graves equivocaciones,
como el hecho de haber anulado su imperio en 411, durante
el gobierno de los Cuatrocientos, y de haberse convertido
en esclavos de los oligarcas. En este caso Andócides iden­
tifica la arché con la democracia y la opone a la esclavitud y
a la dynasteia. Entonces procedía así por resentimiento
contra los Cuatrocientos que, en vez de acogerlo, lo habían
enviado a la cárcel. Pero el orador no se manifiesta favo­
rable a los atenienses reunidos en Asamblea; los fustiga con
una cierta dosis de encono.
Sin embargo, Andócides no es obviamente un pacifista.
No está en desacuerdo con la guerra en términos generales,
sino en la guerra contra Esparta. Y en este punto sigue la
más pura tradición aristocrática que buscaba un entendi­
miento entre esa ciudad y Atenas (las dos piernas de Grecia)
y la lucha contra los persas, lo que explica muy bien su
amistad con Evágoras de Chipre, reconocido por su filohele-
nismo y su antipersianismo. Para Andócides, Esparta signifi­
caba la salvación de Atenas; para los demócratas, la salva­
ción y la democracia radicaban en la guerra contra Esparta.
XXXI
3. PARÁFRASIS DEL CONTENIDO

El Contra Alcibíades (IV) es un discurso deliberativo ficticio.


En una asamblea se presentan tres candidatos al ostracismo
para defenderse de los delitos que se les imputan y para
acusarse mutuamente: Nicias, Alcibíades y el orador ficticio
del discurso, que puede identificarse con un tal Féax. Éste se
defiende de los cargos de sus adversarios y presenta una
serie de acusaciones contra Alcibíades.
El discurso se inicia con un exordio donde el orador toca
el tópico del “interés público-interés privado” (§§ 1-2), se
manifiesta contra la ley del ostracismo (§§ 3-6), y exhorta a
los jueces a decidir en forma justa e imparcial (§ 7).
En seguida viene una larga argumentación tripartita, es­
tructurada en una refutación de las acusaciones en su contra
(§§ 8-9), una acusación contra Alcibíades (§§ 10-24) y vina
refutación de las supuestas virtudes de Alcibíades (§§ 25-34).
Las dos últimas partes son el núcleo del discurso. Los
argumentos son de gran interés, pues el autor profundiza
sobre algunos aspectos poco conocidos del hijo de Clinias:
por una parte, la deshonesta actitud contra su mujer y los
familiares de ésta; el trato injusto y soberbio contra Aga-
tarco; el comportamiento despótico en contra de Táureas, y
la relación escandalosa con una cautiva de Melos. Por otra,
los hechos irrespetuosos y tiránicos durante su estadía en
Olimpia con motivo de los juegos, y el ostracismo que
sufrieron sus abuelos.
La última parte, la peroración, contiene un resumen de
los principales argumentos (§§ 35-38), una amplificación
acerca de la mala conducta de Alcibíades (§§ 39-40), y la
referencia a los servicios públicos prestados por él a la ciu­
dad (§§ 41-42).
ΧΧΧΠ
INTRODUCCIÓN

Se trata de un discurso bien estructurado en tres partes


fundamentales, aunque sin narración (que en este caso era
innecesaria), y elaborado muy cuidadosamente, caracterís­
tica que lo hace diferente del segundo discurso.

En el Acerca de su propio regreso (II) el orador se dirige a la


Asamblea de Atenas con el objeto de pedir a los ciudadanos
la anulación de un decreto que lo excluía de la ciudadanía.
Otros oradores ya habían hablado en contra de él. Al final
no logró obtener un fallo favorable.
Andócides comienza dirigiéndose inmediatamente contra
sus adversarios (§§ 1-4) y prosigue con una argumentación
con la que intenta justificar su declaración acerca de la
mutilación de los Hermes, que era efectivamente la causa
real de sus desgracias (§§ 5-9). En la siguiente sección Andó­
cides trata sobre su suerte en el destierro y sobre su primer
intento por regresar a su patria (§§ 10-16), además de señalar
el valor de los beneficios que había hecho a Atenas (§§ 17-
18). Continúa con su principal argumento: los beneficios
que puede otorgar a Atenas, acerca de los cuales los miem­
bros del Consejo ya se han enterado (§§ 19-21). En seguida
hace la petición de un favor: que los atenienses le restituyan
los derechos de ciudadanía (§§ 22-24), fortaleciendo su de­
manda con una referencia a los méritos de sus antepasados
(§§ 25-26). Concluye con un epílogo acerca de la derogación
del decreto que lo excluyó de la ciudadanía.
El Acerca de su propio regreso es un discurso que no se
apega a los cánones de la partición oratoria tradicional, sino
que, en su parte central, sigue un orden cronológico. Sin
embargo, es interesante cómo el autor enlaza las secciones
en que se distribuye el discurso, lo que manifiesta una sen­
sibilidad oratoria no propia de un novato.

xxxni
INTRODUCCIÓN

En su discurso Acerca de los Misterios (I), Andócides se de­


fiende, ante un tribunal, de varias acusaciones, en particular
la de haber entrado en los lugares sagrados, siendo que —se­
gún sus adversarios— estaba impedido para ello. Busca,
pues, demostrar que esa acusación no tenía fundamento.
El discurso inicia con un exordio (§§ 1-7) con prótesis (§§
8-10), que se basa fundamentalmente en lugares comunes y
en el que trata de atraerse la benevolencia de los jueces. Los
lugares comunes fueron retomados parcialmente por
Isócrates, Lisias, Esquines y otros autores (probablemente
todos ellos, incluido Andócides, los tomaron de una anto­
logía), lo que pone de manifiesto que Andócides adoptaba
procedimientos que eran comunes a los oradores más co­
nocidos.
La prótesis indica con claridad cuál va a ser el orden de
exposición. Andócides señala que hará una relación crono­
lógica, de modo que divide la parte central del discurso (§§
11-139) en cuatro unidades temáticas. Da comienzo con los
delitos de impiedad (§§ 11-70), unidad que divide en dos
partes: la profanación de los misterios (§§ 10-33) y la muti­
lación de los Hermes (§§ 34-70). En esta unidad el orador
presenta una relación de lo que, según él, había realmente
ocurrido, esto es, que él en absoluto había participado en
ambos actos de impiedad, de modo que no era un átimos y,
por lo tanto, que no tenía fundamento la acusación de que
había cometido un delito por haber entrado en los lugares
sagrados.
La segunda unidad temática (§§ 71-109) se refiere a un
aspecto técnico: las leyes y los decretos. Lo que el orador
pretendía demostrar es que la parte acusadora se basaba en
un decreto (el de Isotímides) que había sido derogado. Así,
el orador pasa revista a las leyes y decretos relacionados con
este asunto: a; el decreto de Patroclides (§§ 71-80) que de-
xxxiv
INTRODUCCIÓN

volvía los derechos cívicos a los proscritos (átimoi), entre


los cuales debería encontrarse el propio Andócides; b) el
decreto de Tisámeno y las leyes (§§ 81-89) relativos a la
revisión legislativa, según los cuales todas las leyes y de­
cretos anteriores al arcontado de Euclides que no hubieran
sido ratificados quedaban anulados, como el decreto de Iso-
tímides en el cual se basaban los acusadores, y c) los jura­
mentos relativos a los convenios de amnistía (§§ 90-109), que
anulaban los delitos cometidos con anterioridad al retorno
de la democracia, con excepción de los miembros de los
Treinta y de los Diez. De acuerdo con esos juramentos,
Andócides quedaba limpio de culpa e incluso sus enemigos,
que habían sido partidarios de los Treinta.
La tercera unidad se refiere a una acusación adicional por
el delito de haber depositado una rama de suplicante du­
rante la celebración de los Misterios. En esta parte el orador
presenta los supuestamente verdaderos motivos de esa im­
putación (§§ 110-136) y trata de probar que él no fue quien
depositó la rama de suplicante, sino el propio Calías: Andó­
cides se interponía en las pretensiones de este, quien quería
tener como mujer a la hija de Tisandro (tío del orador).
En la cuarta y última unidad, Andócides refuta el argu­
mento relativo a los dioses. Sus acusadores decían que lo
habían conservado sano y salvo para que fuera castigado de
acuerdo con las leyes divinas. Andócides refuta señalando
que los dioses lo habían protegido cuando podían haberse
vengado ellos mismos y recordando que los hombres no
debían oponerse a la voluntad divina.
En la última sección de la obra, la peroración (§§ 140-
150), Andócides vuelve a pedir a los jueces que voten en su
favor, señalando principalmente los grandes servicios que
sus antepasados habían rendido a la ciudad.

xxxv
INTRODUCCIÓN

Este discurso atrae por su claridad estructural y por los


temas que trata relativos a los actos de impiedad y a la re­
forma legislativa durante la restauración de la democracia.
Hay que notar, sin embargo, que no existe una parte narra­
tiva y otra de pruebas (como recomendaba la retórica tra­
dicional), sino que el discurso se basa en unidades temáticas
que responden a las diversas acusaciones de las que fue ob­
jeto el orador. Cada unidad contiene narraciones y pruebas
entremezcladas, aunque sobresalen por su claridad y senci­
llez las narraciones que inician las partes relativas a la profa­
nación de los misterios y a la mutilación de los Hermes.

El Acerca de la paz con los lacedemonios (III) ha sido


considerado por la crítica como el mejor logrado de los dis­
cursos del orador. En este discurso deliberativo Andócides
intenta convencer a los atenienses de que es mejor firmar la
paz que continuar con la guerra contra los lacedemonios.
Estructuralmente no se piiede dividir esta obra en las partes
canónicas, pues éstas se aplicaban a los discursos judiciales.
En los discursos deliberativos las partes que podrían ser
consideradas exordio y epílogo tienen una importancia se­
cundaria; era en cambio básica la parte de la argumenta­
ción. El discurso de Andócides se apega a este esquema
básico. Inicia con una prótesis (§§ 1-2), donde presenta el
asunto en cuestión. Los parágrafos 3-39 constituyen la ar­
gumentación que aparece dividida en cinco secciones: a) ar­
gumentación en favor de la paz y refutación de la guerra (§ §
3-16); b) situación política y material de los estados be­
ligerantes (§§ 17-27); c) presentación de la disyuntiva en
favor de la paz, junto con los beocios, o en favor de la
guerra al lado de los argivos (§§ 28-32); d) justificación de la
conducta de los embajadores (§§ 33-36), y e) argumentación
acerca de los fundamentos del poderío ateniense (§§ 37-39).
xxxvi
INTRODUCCIÓN

En el epílogo de los últimos parágrafos se hace un llamado a


los oyentes para que propongan modificaciones o agregados
al proyecto de paz, y los responsabiliza de la decisión final.
La argumentación se basa en los ejemplos que Andócides
recoge de la historia de Atenas. La crítica de los estudiosos
modernos se ha dirigido sobre todo contra esos ejemplos,
señalando la falsedad o tergiversación de los datos. Los
críticos han exagerado tanto respecto de la ejemplificación
histórica como de las cualidades del discurso, en el sentido
de que es superior, técnicamente hablando, a los demás. No
existe, dede mi punto de vista, un desarrollo lineal de las
capacidades oratorias de Andócides. Cada discurso tiene sus
propios méritos. Los defectos provienen de los planteamien­
tos esgrimidos por el orador ante la democracia de Atenas, a
partir de una posición aristocrático-oligárquica. Sería arries­
gado, sin embargo, afirmar la inferioridad o superioridad
técnica de unos discursos respecto de los otros, pues eso
dependía de los argumentos que el orador tenía a su dis­
posición, y en este sentido, el Acerca de su propio regreso,
sin muchos argumentos específicos, desarrolla pistéis elabo­
radas de modo atractivo, como la relativa al fatalismo de las
acciones humanas.

Los fragmentos pertenecieron a tres discursos; la mayoría


presenta características comunes a los discursos completos
en cuanto a la posición política del autor, aunque sobre los
aspectos retóricos prácticamente nada se puede decir.

xxxvn
4. Trasmisión y edición del texto

Desgraciadamente, los intentos por describir la historia de


los textos de los oradores áticos de los siglos V y IV se redu­
cen a menudo a conjeturas. Es posible que Andócides hu­
biera escrito sus discursos antes de pronunciarlos, como lo
hacían los oradores profesionales14, y que guardara sus tex­
tos originales que, a su muerte, habrían sido conservados
por sus familiares, quienes preservarían así el recuerdo de
su ilustre antepasado. Estos originales pudieron haber sido
copiados por amigos del orador o por personas interesadas
en el valor histórico tan relevante de esos textos. De este
modo, ya en la segunda mitad del s. IV circulaban copias de
los discursos. Esquines tuvo en su poder al menos la copia
del discurso III, de la que plagió una parte y la adaptó a su
discurso II15.

14 Por ejemplo, Antifonte tal vez copió, él mismo, sus p ropios


discursos; acerca de Demóstenes se tiene la seguridad de que editó sus
obras. De los textos de Andócides nada se sabe con certeza. Sobre los
discursos I y II, G. Kennedy ( The Art o f Persuasion, p. 146) dice: "he
published them presumably to secure a wider audience for his defense, not
to advertise himself as a writer of speeches"; F, Blass, en cambio (Attische
Berecl. p. 298), dice que “die Veróffentlichung von Reden seitens der
Staatsmánner war damals und spater nich in mindesten gewóhnlich, und
Andokides war Politiker (cf. PI. V h d r. 257d)".
15 V. Martin-G. Budé (Eschine. Discours, ‘Tes Belles Lettres", T. I, Paris,
19272 , p. 166 n.) y G. Dalmeyda, en su edición de Andócides, p. x x x i,
piensan que el número de copias debió de ser muy reducido, pues consi­
deran que para que Esquines hubiera pronunciado una parte del discurso
de Andócides, este discurso no debía haber sido muy conocido. Sin embar­
go, habría sido difícil que el público de la Asamblea se hubiera dado cuen­
ta de que Esquines estaba copiando a Andócides, com o tampoco se daba
cuenta de que lo mismo hacía Aristófanes en lo s Caballeros y Las N ubes
con Cratino y Eupolis; pero, aunque el público se hubiera dado cuenta de
ello, el hecho no afectaba la argumentación de Esquines. Heródoto y

xxxvm
INTRODUCCIÓN

Las copias que entonces circulaban contenían probable­


mente los cuatro discursos conservados bajo su nombre,
además del A sus camaradas, el Discurso Simbuléutico y el
Acerca de la denuncia, de los que se conservan algunos
fragmentos. Todos estos discursos o parte de ellos fueron
posteriormente catalogados en la Biblioteca de Alejandría
bajo el cuidado de Calimaco; otras copias probablemente se
encontraban en manos privadas.
En la segunda midad del s. I a. C. Dionisio de Halicarnaso
y Cecilio de Calacte leyeron y trabajaron con el Corpus
Andocideum : el primero cita en dos ocasiones el discurso
III, que consideraba espurio, y Cecilio, además de haber
estudiado el estilo del orador, probablemente incluyó a
Andócides en el “Canon de los diez oradores”16. Harpocra-
ción, de finales del s. I o principios del s. II d. C., utilizó
copias de los discursos de Andócides para elaborar su Léxico
sobre los diez oradores. Póllux, del mismo s. II, conservó el
frag. '7 del orador. Tal vez Plutarco conservaba copias de los
discursos en cuestión, entre las que se encontraba el A sus
camaradas que después se perdió. Hermógenes había leído
los discursos y no tenía un buen juicio del estilo de Andó­
cides. Clemente de Alejandría, en los s. II y III, copió una
parte del inicio del discurso I de Andócides (cf. And. I 1). En
el s. III un escoliasta, al comentar una obra perdida de Aris­
tófanes, cita dos pasajes de Andócides (I 110 y 116) sobre la
pena que, según las leyes atenienses del s. Y, debería darse
al que colocara una rama de suplicante en el Eleusinio. Esta

Tucídides copiaban a autores antiguos sin citarlos (cf. Ziegler, "Plagiat", en


KP, Bd. 4, col. 87 9 ) y esto no desmerecía sus obras.
16 En Cecilio se encuentra la primera mención de los oradores d el
canon, por lo se ha pensado que él sea el creador de la lista. Sin em bargo,
no es seguro que el canon de Cecilio haya correspondido al canon que
ahora es tradicional.

XXXIX
INTRODUCCIÓN

cita aparece en el único papiro que se conserva de la obra


de Andócides.
También se conservan referencias a la obra del orador en
los escolios de textos antiguos, principalmente de Aristófa­
nes. El sofista Teón escribió, según lo reporta el léxico de
Suidas (5. v.), un comentario a la obra de Andócides, hoy
perdido. Posteriormente, los sabios bizantinos reunieron el
material disperso de los oradores, en el que se basaron para
elaborar sus léxicos. Muchos de ellos leyeron a Andócides,
como el lexicógrafo Focio, en el s. IX, quien copió parte de
la vida del orador del texto del Ps.-Plutarco y conservó una
alusión al Discurso deliberativo de Andócides en su Lexicon.
El lexicógrafo del Suidas, del s. X, además de haber trasmiti­
do los fragmentos 4 y 6 del orador, dejó algunas referencias
lexicales a los discursos de Andócides. J. Tzetzes conservó la
tradición del robo del gorgoneion de Atenea por Andócides,
como un ejemplo de impiedad.
Puede suponerse que hacia el siglo XII existían varios
manuscritos de los discursos de Andócides junto con los de
otros oradores. De uno de ellos deriva el más antiguo ejem­
plar conservado, el Crippsianus o Burneianus 95 (A), apro­
ximadamente del año 132517, hoy en el British Museum. En
sus 170 folios contiene a los oradores Andócides, Iseo,
Dinarco, Antifonte y Licurgo, además de Gorgias (Helena y
Palamedes), Alcidamante Cutises'), Lesbonacte y Herodes. El
manuscrito presenta una serie de correcciones hechas por el
propio escriba al comparar su copia con el arquetipo18. Este
17 La datación, sin embargo, presenta problemas ( cf. N. Wilson, "Some
paleographical notes”, p. 202). Lo que sí parece seguro es que el am anuen­
se pertenecía a la cancillería de Constantinopla.
18 Generalmente los editores consideran, basándose en el color de la
tinta, que las correcciones se deben a dos personas distintas. Unas habrían
sido hechas por el escriba mismo, quien revisó su copia y corrigió sus erro­
res a partir del original (conocidas com o correcciones de primera m ano,

XL
INTRODUCCIÓN

ejemplar con sus correcciones casi no presenta problemas


de lecturas y puede suponerse que se apega bastante al ori­
ginal.
J. Láscaris encontró el manuscrito “A” en la biblioteca del
Vatopedion, en el Monte Athos, durante un viaje a Grecia en
1491. Copió ese manuscrito y llevó la copia (Laur. 4. 11 =
“B”) a Lorenzo de Médicis. Poco después, ya en Florencia,
Aristóbulo Apostolidis hizo una copia de “B” (Marc. gr. VIII.
6 = “L”), de la que, a su vez, Marcos Musuro hizo otra (el
Londinensis BM Burneianus 96 = “M”). Las dos copias, “L” y
“M”, eran propiedad de Musuro. En el s. XVI se hizo una
copia más de “M” ( Vratislaviensis = “Z”) 19. Estos cuatro ma­
nuscritos (“B”, “L”, “M” y “Z”), introducen correcciones
sencillas y obviamente no son mejores qvie el original. Esta
familia de manuscritos es la más importante para la edición
de los oradores llamados “menores”.
Se conserva, además, otro manuscrito independiente de
“A”, el Ambrosianus D 42 sup. = “Q”, del s. XIV, dividido en
dos partes: la primera contiene escritos de autores diversos;
la segunda presenta los discursos 3-4 de Andócides y 1-2 de
Iseo20. Mucho se ha discutido sobre las diferencias entre “Q”
y “A”; en general, se llega a las dos conclusiones siguientes:

que en los aparatos críticos aparecen con las siglas A1 o A corr.). Supuesta­
mente otras correcciones fueron hechas después por un revisor a partir de
sus propias conjeturas y /o trabajando con otro ejemplar. MacDowell, por
su parte, ha hecho un análisis minucioso de las correcciones y ha llegado a
la interesante conclusión, no desmentida hasta ahora, de que todas las
correcciones se debían ai copista original, quien las había elaborado al
com parar su copia con el arquetipo (A n d o k id es, pp. 24-26).
'9 Sobre esta familia de manuscritos cf. W. Wyse, The Speeches o f
Isaeus, pp. ii-iii; C. Conomis, Lycurgi Oratio in Leocratem , pp. vi-viii;
Sosower, “Marcus Musurus", p. 377-392; Keaney, ‘John Lascaris”, pp. 93-95 y
Bravo, "Marcos Musuro", p. 29,
2(1 Sobre el contenido del manuscrito cf. Albini, Anclochle. D e P a ce, p.
28.

XLI
INTRODUCCIÓN

1. Ambos manuscritos se remontan a un mismo arque­


tipo. Esta procedencia se deduce por el hecho de que tanto
“A” como “Q" presentan el mismo orden: And. 3-4, Iseo 1-2.
2. Hay frecuentes divergencias entre estos manuscritos:
“A” sería una copia bastante fiel del arquetipo; el copista de
“Q”, al contrario, habría introducido frecuentes cambios, en
particular, en cuanto al orden y a la omisión de palabras21.
El manuscrito “A” deriva directamente del arquetipo y se
apega más a la tradición y, por ello, es preferible a “Q”, que
deriva del arquetipo de manera indirecta.
A partir de una revisión minuciosa de las lecturas pro­
blemáticas del manuscrito “A” se puede afirmar que las
lecturas erróneas no son abundantes y que, con la correc­
ción de éstas, los textos resultantes se pueden considerar
bastante fieles a los discursos originales de Andócides22.

21 Según el análisis de Albini (Andocide. D e P ace, pp. 30-31) sobre el


discurso III, “Q” presenta veintiséis veces un orden de palabras diferente al
de “A ”; éste, en comparación con "Q", omite palabras en quince ocasiones
y "Q", en comparación con "A ” omite palabras treinta y siete veces (adem ás
de la ausencia del título en "Q”). Un atento análisis permite observar que,
en la gran mayoría de los casos, las lecturas de “A” son preferibles a las de
“Q”.
22 En muchos casos los editores modernos caen en el error de corregir
los usos lingüísticos propios del estilo de Andócides, al querer adecuar las
supuestas anomalías a los usos de la oratoria o del dialecto ático.

XLH
5. Referencias bibliográficas

a) Ediciones y crítica del texto


La editio princeps de los discursos del orador es la Aldina de
151323, pero desgraciadamente se basa en el códice Mar­
cianus o en su copia y, aunque contiene muchas y buenas
correcciones, también presenta frecuentes errores tipográ­
ficos. Los discursos de Andócides se publicaron posterior­
mente en las grandes ediciones de los oradores. En 1575
fueron publicados por H. STEPHANUS (Oratorum veterum
orationes, vol. II, Genevae), quien, además de introducir
abundantes y a veces buenas conjeturas, trató de corregir los
errores de imprenta de la Aldina (lo que no logró del todo);
su paginación se ha hecho tradicional. A. MINIATUS BONO­
NIENSIS reprodujo en 1619 la edición estefaniana con tra­
ducción latina (Oratorum Graeciae praestantissimorum An­
tiphontis, Andocidis et Isaei Orationes XXX, Hanoviae). J. J.
REISKE logró una preciosa edición de los oradores, la “últi­
ma de las ediciones humanísticas”, trabajando con otros ma­
nuscritos diferentes de los utilizados hasta entonces (Orato­
rum Graecorum... monumenta ingenii, 12 vols., Lipsiae,
1770-1775; Andócides en el vol. IV, 1771). Sin embargo, fue I.
BEKKER (Oratores Attici, 4 vols., Oxonii, 1822-3, reeditada en
cinco volúmenes, Berolini, 1823-1824; Andócides en el vol. I)
quien por primera vez utilizó los principales manuscritos de
la familia “A” y “B” (con la adición de “Q”), considerando

23 Aldo Manucio publicó en Venecia en 3 volúmenes los siguientes auto­


res: Esquines, Lisias, Alcidamante, Antístenes, Demades, Andócides, Iseo,
Dinarco, Antifonte, Licurgo, Gorgias, Lesbonacte, Herodes (Orationes
h o ru m rhetorum : Aeschines, Lysiae, Alcidamantis...). El orden de los ora­
dores desde Andócides a Herodes es, salvo una variante, el mismo de los
manuscritos de la tradición A-Z.

ΧΙ.ΠΤ
INTRODUCCIÓN

que “A” era el más antiguo, aunque creía que “B”, “L”, “M” y
“Z” eran independientes de “A”, por lo que les daba un pa­
pel importante en la reconstrucción del texto. En 1828, G. S.
DOBSON editó de nueva cuenta a los oradores en 16 vols.
(Oratores Attici et quos sic vocant sofistae. Operae et studio,
London; Andócides en el vol. I), apegándose al texto de Bek­
ker; Dobson demostró que “L” deriva de “B”, “M” de “L”, “Z”
de “M” y “B” mismo depende de “A”24. Andócides apareció
en otras ediciones generales de los oradores como la de G.
GTH. FREYTAG (Oratorum et rhetorum Graecorum, quibus
statuae honoris caussa positae fuerunt, decas edita, Lipsiae,
1772); H. W. TAYLOR (Aeschinis opera omnia... Andocidis
orationes I V cum adnot. J. J. Reiskii..., 2 vols., Lipsiae, 1771,
1808); U. MÜLLER (Oratores Attici, vol. I, Paris, 1847); G.
BAITER & H. SAUPPE ( Oratores Attici, vol. I, Zurich, 1839 =
Turicenses o Turr.); R. C. JEBB (Selections from the Attic ora­
tors Antiphon, Andocides..., London, Macmillan & Co.,
18801, 18882); SENECA (Oratorum et rhetorum Graecorum
fragm enta nuper reperta, coll. K. JANDER, REA (1914), 240);
E. E. GENNER (Selections from the Attic orators, Oxford,
Clarendon Press, 1928), etc.

Existe, además, una buena cantidad de ediciones, traduccio­


nes y comentarios particulares de los discursos de Andó­
cides:
C. SCHILLER, Andocidis orationes quattuor, Lipsiae, 1835.
F. BLASS, Andocidis orationes, Stuttgart, Teubner, 1871x,
19063, 19134’ corr. C. FUHR (ed. stereotypa, 1966).
A. G. BEKKER, Andokides tibersetzt und erlautert, Qued-
linburg und Leipzig, 1880.

24 (J. Th. Thalheim, N eu e Ja h rb. f. Phil. 1877, p. 673-9; Buermann, "Zu


Textkritik des Isaios".

XLIV
INTRODUCCIÓN

W. J. HICKIE, Andocides de Mysteriis, edited with critical


and explanatory notes, London, Macmillan & Co., 1885.
W. J. A. FRENZEL, De Andocidis de Pace Oratione, Dis­
sertatio, etc. Regimonte Pr., 1866.
J. H. LIPSIUS, Andocidis orationes, Leipzig, 1888.
Florilegium Graecum in usum prim i gymnasiorum ordinis
collectum a philologis afranis, 15 fase. Lipsiae, Teubner,
1889-1907 (Andócides en Fase. IV, 1889).
E. C. MARCHANT, Andocides de mysteriis and de reditu,
London, 1889.
G. DALMEYDA, Andocide: Discours, Paris, “Les Belles Lettres”,
1930.
A. D. J. MAKKINK, Andokides’ Erste Rede, Amsterdam, 1932.
K. J. MAIDMENT, Minor Attic orators I: Antiphon, Andocides,
Cambridge Mass. and London, Loeb, 1941.
K. Th. ARAPOPOULOS, Περ'ι τών μυστηρίων, texto, com. y trad,
en griego moderno, Atenas, 1961.
U. ALBINI, Andocide. De Reditu, introd. y com., Firenze, Le
Monnier, 1961 (Testi greci et lat. ed. dagli 1st. di Filol.
class, e di Storia ant. dell’Univ. di Firenze).
D. M. MACDOWELL, Andokides: On the Mysteries, ed. with
introd., comm. & append., Oxford, Clarendon Press,
1962.
U. ALBINI, Andocide'. De Pace, introd. y com., Firenze, Le
Monnier, 1964 (Testi greci et lat. ed. dagli 1st. di Filol.
class, e di Storia ant. dell’Univ. di Firenze)..
G. ANGELINO, L’orazione sui misteri, Torino, Soc. Ed. Int.,
1964.
M. CAFFERATA, Contro Alcibiade, Firenze, Le Monnier, 1970.
J. LENS, Andócides: Sobre los misterios, Universidad de Gra­
nada, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Filo­
logía Griega, 1983 (Serie de Traducciones de Clásicos
Griegos Núm. 1).
XLV
INTRODUCCIÓN

A. R. SODANO, Andocide. I misteri, Napoli, Loffredo Ed.,


1989 (reproduce el texto de MacDowell).
La única traducción completa al español es la de:
J. REDONDO SANCHEZ, Antifonte. Andócides, Discursos y fra g­
mentos, Madrid, Gredos, 1991 (Biblioteca Clásica Gredos,
154).

En cuanto al índice, el único a disposición es el de:


L. L. FORMAN, Index Andocideus, Lycurgeus, Dinarcheus,
Oxonii, 1897.

Sobre la crítica del texto son importantes los siguientes:


ALBINI U., “Andocide I, 27”, Maia 9 (1957), 154-156.
------,“Andocidea”, SIFC 42 (1970), 259-61.
“In (And.) IV, 5”, Maia 13 (1961), 284-85.
------,
“Postille ad (Andocide) IV, Contro Alcibiade”, ÉClás.
------,
26(1984), 305-309.
BODIN L., “Andocide III 7 ”, Bull, des humanistes frangais 4
(1895), 5 (con notas de A. Croiset en pp. 56 y 58).
EMPERIUS Ad., “Adversaria ad oratores Atticos”, ΟΡΗ,
Gottingae (1847), 312-318.
FROHBERGER H., “Adnotationes ad oratores Atticos (Lysias,
Lycurgus, Andocides, Isaeus, Antiphon, Aeschines,
Demosthenes)”, Philologus 29 (1870), 621-635.
FUHR Κ., Adnimadversiones in oratores Atticos, Diss. Inaug.,
Bonn, 1877.
GERNET L., reseña a Dalmeyda, Andocides. Discours, RPh 57
(1931), 367-372.
HIRSCHIG G. A., “Emendationes in oratoribus Atticis
(Andocides, Isaeus, Dinarchus, Lycurgus, Demosthenes)”,
Philologus 5 (1850), 318-344.

XLVI
INTRODUCCIÓN

MEIER Μ. Η. E., Commentat. I-V, De Andocidis quae vulgo


fertur contra Alcibiadem oratione, Ind. lect., Univ. Ha-
lens, 1836-38 (= Opuse, acad. I, 1861, pp. 74-343).
------, Commentat. VI part. I. II, De Andocidis quae vulgo
fertur contra Alcibiadem oratione, Ind. lect., Univ. Ha-
lens, 1841 et 1842/43 (= Opuse, acad. II, 1863, 1-29).
------, Commentat. VI part. ΠΙ-XU, De Andocidis quae vulgo
fertur contra Alcibiadem oratione sive de lexicis rheto­
ricis, Ind. lect., Univ. Halens, 1843 (= Opuse, acad. II, 1863,
30-146).
------, Commentat. VI part. XIII, De Andocidis quae vulgo
fertur contra Alcibiadem oratione sive de lexicis decem
oratorum et de aetate Harpocrationis, Ind. lect., Univ.
Halens, 1843/44 (= Opus acad. II, 1863, 147-170).
MÜLLER GRAUPA E., “Προς την σελήνην (Andoc. Myst. 38)”,
PhW(l95T>, 365-368.
NABER S. A., “Adnotationes criticae ad Andocidis orationes”,
Mn 33 (1905), 269-292.
RAMÍREZ VIDAL G., “De nuevo sobre Andócides II, 26 y I,
106”, Noua tellus 5 (1987), 115-125.
----- , “Nota a Andócides 1, 12”, Noua tellus 3 (1985), 39-47.
RICHARDS H., “Notes on the Attic Orators”, CR 20 (1906), 292.
SAUPPE H., Symbolae ad emendandos oratores Atticos, Ind.
lect., Gottingae, 1873.
WESTERMANN A., De locis aliquot oratorum Atticorum
interpolat, corruptis, Progr. acad., Lipsiae, 1859.

b) Obras mencionadas en la introducción y en las notas

ALBINI U., “Per un profilo di Andocide”, Maia 8 (1956), 163-


68 .
----- , “Rassegna di studi andocidei”, AeR 3 (1958), 1-20.

XLVD
INTRODUCCIÓN

ACCAME S., L’imperialismo ateniese all’inizio del secolo iv a.


C. e la crisi della polis, Napoli, Librería Scientifica Edi-
trice, 1966.
AURENCHE O., Les groupes d ’Alcibiade, de Leogoras et de
Teucros, Paris, “Les Belles Lettres”, 1974.
BATEMAN J. J., “Albini, Andocide, de Pace", Gnomon 37
(1965), 658.
BLASS F., Die attische Beredsamkeit, 3 vols., Leipzig, 18682,
1887-98 (erste Abth. Von Gorgias bis zu Lysias, 18682, 1887,
sobre And. pp. 280-339)·
BLUMENTHAL H., “Meletus the accuser of Andocides and
Meletus the accuser of Socrates: one man or two?”,
Philologus 117 (1973), 167-178.
BOEGEHOLD A. L., “Andokides and the Decree of Patro-
kleides”, Historia 39 (1990), 148-150.
BRAVO A., “Marcos Musuro y el aristotelismo. A propósito
del scorialensis II 6 (203)”, EClás 26 (1985), 291-297.
BUERMANN H., “Zur Textkritik des Isaios”, en “Hand-
schriftliches zu den kleineren attischen Redner”, RhM 40
(1885), 387-396.
BURN A. R., “A Biographical Source on Phaiax and Alki-
biades? (Andokides IV and Plutarch’s A lkibiadesY, CQ 4
(1954), 138-142.
CALABI L. I„ “Aristide il Giusto”, RIL 94 (I960), 43-67.
CANFORA L,, Storia della letteratura greca, Roma-Bari, Later-
za, 1986, nueva ed. ampliada, 1989.
CARCOPINO J., L’ostracisme athénien, Paris, Alcan, 19352.
CARTER L. B., The Quiet Athenian, Oxford, Clarendon Press,
1986.
CATAUDELLA M., “Su Ps. Lysias VI (Contro Andocide). Cro­
nología e interpretazione”, AHAM 20 (1977-1979), 44-56.
CAVAIGNAC E., "A propos de la Bataille du torrent de Né-
mée”, REA 27 (1925), pp. 273-278.

XLvm
INTRODUCCIÓN

CLOCHÉ P., “Note sur la politique athénienne au debut du


ivC s.”, REG 42 (1941), 16-30.
CONOMIS C., Lycurgi Oratio in Leocratem, Leipzig, 1970.
CORTÉS GABAUDÁN F., Fórmulas retóricas de la oratoria ju ­
dicial ática, Salamanca, Ediciones Universidad de Sala­
manca, 1986 (Theses et Studia Philologica Salmanticensia
XXIII).
DAVIES J. Κ., Athenian Propertied Families 600-300 B. C.,
Oxford, 1971 (= APF).
------, Wealth and the Power o f Wealth in Classical Athens,
N. Y., 1981.
DENNISTON J. D., The Greek Particles, Oxford, Univ. Press,
1954, 19662.
DROYSEN L, De Demophanti Patroclidis Tisameni popu­
liscitis quae inserta sunt Andocidis orationi περί μυστη­
ρίων, Diss. inaug., Berlin, Calvary u. Co., 1873.
FERABOLI S., “Ancora sulla IV orazione del Corpus
Andocideum", Maia 26 (1974), 245-246.
------, “Lingua e stile della orazione Contro Alcibiade", SIFC
44 (1972), 5-37.
FURLEY W. D., “Andokides IV (‘Against Alkibiades’): Fact or
Fiction”, Hermes 117 (1989), 138-156.
FUSTEL DECOULANGES, La ciudad antigua, México, Porrúa,
1971 (París, 1864).
GERNET L., Antropología de la Grecia Antigua, Madrid,
Taurus, 1980.
------, “Notes sur Andocide”, RPh 57 (1931), 308-326.
GLOTZ G., La ciudad griega, México, UTEHA, 1956.
GOMME A. W., ANDREWES A. and DOVER K. J., Historical
Commentary on Thucydides, V vols. Oxford, Clarendon
Press, 1945-1981.

XLIX
INTRODUCCIÓN

HAMILTON Ch. D., Sparta’s Bitter Victories. Politics and Di­


plomacy in the Corintian War, Ithaca and London,
Cornell University Press, 1979.
HAMMOND N. G. L. and SCULLARD Η. H. S., The Oxford
Classical Dictionary, 2a. ed., Oxford, Clarendon Press,
1970 (= OCD).
HANSEN Μ. H., Eisangelia. The Sovereignity o f the People’s
Court in Athens in the Pourt Century B. C. and the Impea­
chment of Generals and Politicians, Odense, U. P., 1975.
HATZFELD J., Alcibiade. Étude sur l’histoire d ’A thénes a la fin
du ve siecle, Paris, PUF, 1955.
KEANEY J. J., “John Lascaris and Harpocration”, GRBS 23
(1982), 377-92.
KENNEDY G., The Art o f Persuasion in Ancient Greece,
Princeton N. J., Princeton Univ. Press, 1963.
KIRCHNER J., Prosopographia Attica, 2 vols., Berlin, de
Gruyter, 1901-1903 (= PA).
KYLE D. G., Athletics in Ancient Athens, Leiden, E. J. Brill,
1987 (Suppl. Mnemosyne 95).
LÓPEZ EIRE A., “El orador Andócides”, SPHS 5 (1981), 233-
253.
----- , “Estilo y vida del orador Andócides”, Faventia 3
(1981), 59-81.
MACDOWELL D. M., “Gorgias, Alcidamas and the Cripps and
Palatine Manuscripts”, CQ 55 (1961), 113-24.
MADDOLI G., Cronología e storia: studi comparati
sull'Athenaion Politeia di Aristotele, Perugia, Pubbl. 1st.
Storia, Fac. Lett, e Fil., 1975.
MARR T. L., “Andokides’ part in the Mysteries and Hermae
affairs 415 B. C.\ CQ 21 (1971), 226-328.
MEIGGS R., The Athenian Empire, Oxford, Clarendon Press,
1971.
L
INTRODUCCIÓN

MISSIOU A., The Subversive Oratory of Andokides, Cam­


bridge, University Press, 1992.
MOMIGLIANO A., Terzo contributo alia storia degli studi
clasici e del mondo antico, I, Roma, Ed. di storia e let-
teratura, 1966.
MORETTI L., Olimpionikai. I vincitori negli antichi agoni
olimpici, Roma, Accademia Nazionale dei Lincei, 1957
(Memorie della Classe di Scienze morali e storiche, 8).
MYLONAS G., Eleusis and the Eleusinian Mysteries, Prin­
ceton, U.P., 1961.
NATALICCHIO A., “Sulla cosiddetta revisione legislativa in
Atene alia fine del V secolo”, QS 32 (1990), 61-90.
PECORELLA L. CH., Eterie e gruppi politici nell'Atene del IV
sec. A. C., Firenze, Leo S. Olschi ed., 1971.
PICCIRILLI L., Temistocle, Aristide, Cimone, Tucidide di
Melesia fra politica e propaganda, Genova, II Melangolo,
1987.
PIÉRART M., “Les Εύθύνοι athéniens”, ACI 40 (1971), 526-573
PLATIS e. N ., L o s acusadores de Sócrates (en griego), Atenas,
1980.
RAMÍREZ VIDAL G., “Sobre la fecha del discurso II de
Andócides”, Noua tellus 6 (1988), pp. 107-123.
------, Andócides. Un oligarca en la Atenas democrática,
México, UNAM (en prensa).
------, “Ancora sulla data áeWAthenaion politeia·. l’Anonimo
e Andocide” en L'Athenaion politeia dello pseudo-Seno-
fo n te, actas del congreso “Incontri perugini di storia della
storiografia antica e del mondo antico VIH”, Acquasparta,
mayo, 1993 (en prensa).
RAUBITSCHEK A. Ε., “The Case against Alcibiades (Andocides
IV)”, TAPhA 79 (1948), 191-210.
----- , “Zur attischen Genealogie”, RhM 93 (1955), 258-262.

LI
INTRODUCCIÓN

RHODE E., Psique. La idea del alma y la inmortalidad entre


los griegos, México, FCE, 1943.
RHODES P. J., A Commentary on the Aristotelian Athenaion
Politeia, Oxford, Clarendon Press, 1981 (= CAP).
SALMON J. B., Wealthy Corinth. A History o f the City to 3 3 8
B. C., Oxford, U.P., 1984.
SEALEY R., “Callistratos of Aphidna and his Contemporaries”,
Historia 5 (1956), 178-203.
SOMMERSTAIN, A. H., “Phrynichos the dancer”, Phoenix 41
(1987), 189-190.
SOSOWER M. L., “Marcus Musurus and a Codex of Lysias”,
GRBS 23 (1982), 377-92.
STANLEY PH., “The Family connections of Alkibiades and
Axiocos”, GRBS 27 (1986), 173-181.
STRAUSS B. S., Athens after the Peloponesian War: Class,
Faction and Policy 403-386 B. C., Ithaca, N. Y., Cornell U.
P., 1986.
TREVES p ., “Note sulla guerra corinzia”, RFIC 15 (1939), 113-
140; 279-283.
WILAMOWITZ, “Friedensverhandlungen 392 und 391”, PAW
(1921), 735-8.
WYSE W., The Speeches o f Isaeus, Cambridge, U.P., 1904.
ZEIGLER Κ., SONTHEIMER W. & GÁRTHER H. (hrsg.), D er
Kleine Pauly, Lexikon der Antike, auf der Grundlage von
PAULY’S Realencyclopadie der classischen Altertumswis-
senschaft, 5 vols., Stuttgart, Deutscher Taschenbuch Ver-
lag, 1964-1975 (= KP).

LU
6. LA PRESENTE EDICIÓN

En vez de reproducir el texto de alguna de las excelentes


ediciones que hay en circulación, me he permitido editarlo
nuevamente, y esto requiere de una explicación. En princi­
pio, debo indicar que se trata de una edición modesta, sin
más pretensiones que la de servir como instrumento de es­
tudio a los helenistas latinoamericanos, quienes difícilmente
cuentan con las ediciones europeas. Por esto hago el seña­
lamiento de que no he tenido a la vista los manuscritos de
los discursos, lo que sin embargo era innecesario, si se toma
en cuenta que ya los especialistas han hecho meticulosas
revisiones de los códices registradas por los editores mo­
dernos. En cambio, he utilizado las ediciones publicadas en
este siglo: las de Blass-Fuhr, Dalmeyda y Maidment, para los
discursos completos; además, para el discurso I, me han
sido muy útiles la de Makkinlc y, sobre todo, la de Mac­
Dowell (la de Sodano es una reproducción de ésta); para el
segundo y tercer discursos, he revisado las ediciones res­
pectivas de Albini; para el cuarto discurso tomé en cuenta
también la de Cafferata, pero en realidad ésta reproduce la
edición de Dalmeyda.
Me he permitido incluir un aparato crítico con la finali­
dad básica de registrar las lecturas de las ediciones señala­
das, de modo que el lector pueda tener a la vista no una,
sino todas las interpretaciones de los editores de este siglo.
Pero no he querido abultar el aparato crítico, por lo que lo
he reducido con diversos recursos. Al inicio de cada nota
aparece la lectura que yo adopto. En general, cuando se
registra una lectura que difiere de la de los manuscritos, se
incluye el apellido del primero que la propuso y luego se

un
INTRODUCCIÓN

Me doy cuenta de las deficiencias en que he podido in­


currir, en particular por la desigualdad del texto de los
diversos discursos, pero preferí correr los riesgos que una
edición como ésta implica con el fin de actualizar el texto
con los últimos aportes, en particular de MacDowell y de
Albini.

LIV
SIGLAS

A = Crippsianus o Burneianus 95, siglo XIV.


Q = Ambrosianus D 42 sup., siglo XIV.
B = Laurentianus IV. 11, siglo XV.
L = Marcianus, append, class. VIII. 6, siglo XV.
M = Burneianus 96, siglo XV.
Z = Vratislaviensis, siglo XVI.
apogr. (apógrafo) = L M Z, copias derivadas de B.

LV
DISCURSOS

TEXTOS GRIEGO Y ESPAÑOL


ANDÓCIDES

IV
ΚΑΤΑ ΑΛΚΙΒΙΑΔΟΥ

Ύπόθεσις

’Ανδοκίδης Άλκιβιάδου κατηγορεί τοΰ Κλεινίου ώς καί τά τής


πόλεως και τά τών συμμάχων διαφθείραντος κα'ι κατά τον ίδιον βίον
πλεΐστα ήμαρτηκότος· τοΰ δέ δήμου βουλευομένου καί αύτόν
έξοστρακίσαι τον Άνδοκίδην πρώτον παραγράφεται, λέγων ήδη
άπολελογησθαι καί ανεύθυνος είναι. Είρήκαμεν γάρ πολλάκις, οτι
δει τον τοΐς αύτοΐς έγκλήμασι δοκοΰντα ένέχεσθαι πρώτον εαυτόν
έλευθεροΰν, είτα διαβάλλειν. Τήν δέ στάσιν οί μέν φασιν όρικην
είναι, οί δέ πραγματικήν. Ήκριβωμένως δέ ή στάσις κατά μέν τήν
άρχήν μετάληψίς έστι (παραγράφεται γάρ), έν δέ τοΐς ύστέροις
πραγματική· δίκαιον γάρ φησι καί συμφέρον έξοστρακισθήναι
’Αλκιβιάδην.

1 Ούκ έν τώ παρόντι μόνον γιγνώσκω τών πολιτικών πραγμάτων ώς


σφαλερόν έστιν απτεσθαι, άλλα καί πρότερον χαλεπόν ήγούμην,
πρίν τών κοινών έπιμελεΐσθαί τίνος. Πολίτου δέ άγαθοΰ νομίζω
προκινδυνεύειν έθέλειν τοΰ πλήθους, καί μή καταδείσαντα τάς
εχθρας τάς ιδίας υπέρ τών δημοσίων έ'χειν ησυχίαν · διά μέν γάρ
τούς τών ιδίων έπιμελουμένους ούδέν αί πόλεις μείζους καθ­
ίστανται, διά δέ τούς τών κοινών μεγάλαι καί έλεύθεραι γίγνονται.
2 ΤΩν τών αγαθών εις έγώ βουληθείς έξετάζεσθαι μεγίστοις

IV5 Είρήκαμεν Reiske, edd. :Εί'ρηκεμέν ||8 Ήκριβωμένως codd. (cf.


Dal.) : -μένη Bl.-F. ΙΙ21 τών αγαθών codd., Alb. : del. Valckenaer, Bl.-F.,
seel. cett.
1
IV
CONTRA ALCIBIADES

Argumento

Andócides acusa a Alcibiades, el hijo de Clinias, de echar a perder


los asuntos de la ciudad y de los aliados, y de cometer muchísimas
faltas en su vida privada. En la asamblea en que se estaba decidien­
do enviar al ostracismo al propio Andócides, éste presenta primero
un recurso por acción ilegal, argumentando que ya antes se había
defendido y no estaba sujeto a rendición de cuentas. En efecto,
hemos dicho a menudo que quien es considerado culpable por los
mismos cargos, lo primero que debe hacer es liberarse de ellos y
después atacar. En cuanto al estado de causa, unos dicen que es de
definición, otros que es pragmático. Para ser exactos, al inicio el
estado de causa es de impugnación (pues se argumenta que la
acción es ilegal), pero después es pragmático, pues el orador dice
que es justo y conveniente que Alcibiades sea condenado al
ostracismo.

1 No sólo ahora me doy cuenta de qué peligroso resulta


dedicarse a los asuntos políticos, sino que ya con anteriori­
dad creía que era difícil, antes de ocuparme de cualquier
asunto público. Sin embargo, considero que es propio del
buen ciudadano afrontar el peligro voluntariamente en bien
de la mayoría y no permanecer indiferente ante el interés
público por miedo a hacerse de enemistades personales. En
efecto, en nada engrandecen a las ciudades quienes se dedi­
can a sus propios asuntos, pero sí las hacen prósperas y li­
bres quienes se ocupan de los públicos. 2 Yo mismo, por
el deseo de ser reconocido como vino de estos ciudadanos

1
ANDÓCIDES

περιπέπτωκα κινδύνοις, προθύμων μέν καν αγαθών άνδρών ύμών


τυγχάνων, δν’ οπερ σφζομαι, πλείστοις δέ καί δεινοτάτοις έχθροΐς
χρώμενος, ύφ’ ών δναβάλλομαν. Ό μέν ούν άγων ό παρών ού στεφα-
νηφόρος, άλλ’ εϊ χρή μηδέν άδικήσαντα τήν πόλιν δέκα έτη φεύ-
γειν · οί δ’ άνταγωννζόμενον περί τών άθλων τούτων έσμέν έγώ καί
’Αλκιβιάδης καί Νικίας, ών άναγκαΐον ενα τη συμφορά περιπεσεΐν.
3 "Αξιόν δέ μέμψασθαι τον θέντα τον νόμον, δς έναντία τώ
δρκω τοΰ δήμου καί της βουλής ένομοθέτησεν · έκεΐ μέν γάρ δμνυτε
μηδένα μήτε έξελάν μήτε δήσενν μήτε άποκτενεΐν άκρντον, έν δέ
τώδε τω καιρψ ούτε κατηγορίας γενομένης ούτε απολογίας άπο-
δοθείσης ούτε διαψηφισαμένων κρύβδην τον όστρακισθέντα
τοσοΰτον χρόνον δει. στερηθηναι της πόλεως. 4 Είτα έν τοΐς
τονούτονς οί τούς εταίρους καί συνωμότας κεκτημένοι πλέον
φέρονται τών άλλων· ού γάρ ώσπερ έν τοΐς δικαστηρίονς οί λα-
χόντες κρίνουσιν, άλλά τούτου τοΰ πράγματος άπασνν Άθηναίοις
μέτεστι. Προς δέ τούτοις τω μέν έλλείπειν τώ δ’ ύπερβάλλειν ό νόμος
μοι δοκεΐ· τών μέν γάρ ίδιων αδικημάτων μεγάλην τιμωρίαν ταύτην
νομίζω, τών δέ δημοσίων μικράν καί ούδενός αξίαν ήγοΰμαν
ζημίαν, έξον κολάζειν χρήμασι καί δεσμώ καί θανάτφ. 5 Έ τι δ’ εν
τις διά τοΰτο μεθίσταται δτι πολίτης έστίν, ούτος ούδ’ άπελθών
ένθένδε παύσεται, άλλά δπου αν οικη, ταύτην την πόλιν διαφθερεΐ,
καί τηδε ούδέν ήττον έπιβουλεύσει, άλλά καί μάλλον δικαιότερον ή
πριν έκβληθηναι, Οίμαν δέ καί τούς φίλους ύμών έν ταύτη μάλιστα
τη ημέρα λυπεΐσθαι καί τούς έχθρούς ήδεσθαι, συνειδότας ώς άν

3^ μήτ ’ έξελαν corr. Bl.-F. ||άποκτενεΐν Stephanus, edd. : άποκτείνειν


||5οΰτε del. Schleiermacher, Bl-F., seel. cett. ||42 oi πολλούς Roehl,
Dal. II52 πολίτης codd. : πονηρός πολίτης Emperius, edd. ||’’διαφθερεΐ
Aldus, edd. : διαφθείρη A : διαφθείρει Q ||4 μάλλον δικαιότερον codd.,
Alb. : μάλλον καί δικαιότερον Reiske, edd.

2
CONTRA ALCIBIADES

íntegros, me encuentro en los peores peligros, aunque por


fortuna sois hombres bien dispuestos y nobles, por lo cual
me siento a salvo. Sin embargo, los enemigos con que trato
y por quienes soy calumniado son muchísimos y hábiles en
extremo. Entonces, la contienda actual no es para recibir
una corona como premio, sino para decidir si es necesario
desterrar por diez años a quien no ha hecho ninguna ofensa
a esta ciudad. Quienes competimos por este “premio” somos
Alcibiades, Nicias y yo, y de nosotros necesariamente uno
debe caer en desgracia.
3 Es justo reprobar al autor de la ley, pues la estableció
en contra del juramento de la Asamblea y del Consejo, pues
mientras en ése juráis no desterrar, ni encarcelar, ni conde­
nar a muerte a nadie sin juicio, en esta ocasión, en cambio,
sin existir acusación, sin permitir que uno se defienda y sin
la realización de una votación secreta, el condenado al os­
tracismo debe ser privado de la ciudad durante tanto tiem­
po. 4 Además, en circunstancias como ésta, quienes cuen­
tan con asociados políticos y conjurados tienen ventaja
sobre los demás, pues no sucede como en los tribunales,
donde los jueces son designados por sorteo, sino que todos
los atenienses participan en este asunto. Además de esto, me
parece que la ley es deficiente en un caso y exagera en otro,
pues considero que es una venganza muy severa para delitos
privados, y, en cambio, pienso que es una pena leve e in­
significante para delitos públicos, cuando es posible castigar
con una multa, la cárcel o con la pena capital. 5 Por últi­
mo, si alguien, por causa de esta ley, es expulsado, en tanto
que es un ciudadano, no cejará con irse de aquí, sino que,
viva donde viva, intentará perjudicar a la ciudad, y no cons­
pirará menos contra ella, sino que lo hará con mayor razón

2
ANDÓCIDES

άγνοήσαντες έξελάσητε τον βέλτιστον, δέκα ετών ή πόλις ούδέν


άγαθόν άπό τούτου τοΰ άνδρός πείσεται. 6 'Ράδιον δέ κα'ι
εντεύθεν γνώναι τον νόμον πονηρόν δντα· μόνοι γάρ αύτφ τών
Ελλήνων χρώμεθα, και ούδεμία τών άλλων πόλεων έθέλει μι-
μήσασθαι. Καίτοι ταΰτα διέγνωσται άριστα τών δογμάτων, ά και
τοΐς πολλοΐς καί τοΐς όλίγοις άρμόττοντα μάλιστα τυγχάνει καί
πλείστους έπιθυμητάς έχει.
7 Περί μέν ούν τούτων ούκ οίδ’ ο τι δει μακρότερα λέγειν·
πάντως ούδέν γάρ αν πλεΐον είς τό παρόν ποιήσαιμεν · δέομαι δ’
ύμών τών λόγων ίσους καί κοινούς ήμΐν έπιστάτας γενέσθαι, καί
πάντας άρχοντας περί τούτων καταστήναι, καί μήτε τοΐς
λοιδορουμένοις μήτε τοΐς ύπέρ καιρόν χαριζομένοις έπιτρέπειν,
άλλα τώ μέν έθέλοντι λέγειν καί άκούειν εύμενεΐς είναι, τώ δ’
άσελγαίνοντι καί θορυβοΰντι χαλεπούς. Άκούσαντες γάρ έκάστου
τών ύπαρχόντων άμεινον βουλεύσεσθε περί ήμών.
8 Έστι δέ περί της μισοδημίας καί της στασιωτείας βραχύς μοι
λόγος καταλελειμμένος. Εί μέν γάρ άκριτος ήν, εικότως άν τών
κατηγορούντων ήκροάσθε καί έμοί άναγκαΐον ήν άπολογεΐσθαι
περί τούτων· επειδή δέ τετράκις άγωνιζόμενος άπέφυγον, ούκέτι
δίκαιον ήγοΰμαι λόγον ούδένα περί τούτου γίγνεσθαι. Πριν μέν γάρ
κριθήναι ού ράδιον ην είδέναι τάς αίτιας, οΰτ’ εί ψευδείς είσιν οΰτ’
εί αληθείς· άποφυγόντος δέ ή καταγνωσθέντος τέλος εχει καί
διώρισται τούτων όπότερόν έστιν. 9 "Ωστε δεινόν νομίζω τούς μέν
άλόντας μια ψήφω μόνον άποθνήσκειν, καί τά χρήματα δη-

58 άπό codd. : ύπό Bekker, edd. || 72 ούδέν γάρ codd., Alb. : γάρ ού­
δέν Reiske, edd. ||6 έθέλοντι QL, BL.-F., Dal. : θέλοντι A, Maid. ||7 γάρ
περί Reiske, Dal. ||εκαστον pro έκάστου Maid. H81 στασιωτείας Aldus,
edd. : -τίαςΑ, άσωτίας(2 11^ήν del. Blass, seel. Dal., Maid. ||7 άποφυ­
γόντος Aldus, edd. : άποφεύγοντος H91 "Ωστε Stephanus, edd. : "Ως

3
CONTRA ALCIBIADES

que antes de ser expulsado. Y creo que este día más que
nunca vuestros amigos se lamentan y vuestros enemigos se
alegran, pues saben bien que, si por ignorancia exiliáis al
mejor ciudadano, durante diez años la ciudad no va a re­
cibir ningún beneficio de este hombre. 6 También es fácil
comprender que la ley es mala por esto, porque somos los
únicos griegos que la aplicamos y ninguna otra ciudad quie­
re imitarnos. Sin embargo, se considera que las mejores
decisiones son aquellas que mejor se adaptan a democracias
y oligarquías y que tienen el mayor número de partidarios.
7 Pues bien, sobre este punto no sé qué cosa deba agre­
gar, pues de cualquier modo de nada me valdría en este mo­
mento, pero sí os ruego que sean presidentes del Consejo
imparciales y neutrales con nuestros discursos, que todos os
presentéis como arcontes en este asunto y que no hagáis
caso a quienes recurren a las invectivas ni a quienes adulan
en exceso, sino que seáis benévolos con quien desea hablar
y escuchar, mas severos con el insolente y el alborotador.
Así pues, luego de escuchar a cada uno de los presentes,
decidid de la mejor manera acerca de nosotros.
8 De mi odio a la democracia y de mi actitud subversiva
es breve lo que tengo que decir. Si yo no hubiera sido ya
juzgado, sería natural que vosotros escucharais a mis acusa­
dores y yo tendría que defenderme de sus acusaciones. Pe­
ro, puesto que ya he salido absuelto en cuatro procesos, no
pienso que sea justo hablar ni una palabra más sobre el
asunto. En efecto, antes de ser juzgado no es fácil saber si
las acusaciones son falsas o ciertas, pero una vez absuelto o
condenado es posible llegar a una conclusión y se define si
son lo uno o lo otro. 9 De tal modo, considero espantoso

3
ANDÓCIDES

μεύεσθαι αυτών, τών δέ νικησάντων (τινας) πάλιν τάς αΰτάς


κατηγορίας ύπομένειν, και τους δικαστάς άπολέσαι μέν κυρίους
είναι, σώσαι δ’ άκυρους καί ατελείς φαίνεσθαι, άλλως τε καί τών
νόμων άπαγορευόντων δίς περί τών αυτών προς τον αυτόν μή
έξεΐναι δικάζεσθαι, καί ύμών όμωμοκότων χρήσθαι τοΐς νόμοις.
10 'Ών ενεκα περί έμαυτοΰ παραλιπών Άλκιβιάδου τον βίον
άναμνήσαι βούλομαι. Καίτοι απορώ γε διά τό πλήθος τών άμαρ-
τημάτων πόθεν άρξωμαι, έμποδών άπάντων όντων. Περί μέν ούν
μοιχείας καί γυναικών άλλοτρίων άρπαγής καί τής άλλης βιαιό-
τητος καί παρανομίας καθ’ έ'καστον εί δεήσειε λέγειν, ούκ άν
έξαρκέσειεν δ παρών χρόνος, άμα δέ καί πολλοΐς άπεχθοίμην τών
πολιτών, φανεράς τάς συμφοράς ποιών αύτών. "Α δέ περί τήν πόλιν
ε’ιργασται καί τούς προσήκοντας καί τών άλλων άστών καί ξένων
τούς έντυγχάνοντας, αποδείξω.
11 Πρώτον μέν ούν πείσας ύμάς τον φόρον ταΐς πόλεσιν έξ
άρχής τάξαι τον ύπ’ Άριστείδου πάντων δικαιότατα τεταγμένον,
αίρεθείς έπί τούτω δέκατος αύτός μάλιστα διπλάσιον αύτόν έκά-
στοις τών συμμάχων έποίησεν, έπιδείξας δ’ αυτόν φοβερόν καί
μέγα δυνάμενον ιδίας άπό τών κοινών προσόδους κατεσκευάσατο.
Σκέψασθε δέ πώς άν τις κακά μείζω τούτων κατασκευάσειεν, εί της
σωτηρίας ήμΐν πάσης διά τών συμμάχων οΰσης, όμολογουμένως
νΰν κάκιον ή πρότερον πραττόντων, τον φόρον έκάστοις διπλα-

δημεΰεσθαι Muretus, Dal., Maid. : δημεΰειν codd. (ύμας add.


Bl.-F.) II3 τών δέ νικησάντων codd., Alb. : τους δε νικήσαντας Muretus,
edd. II τινας dub. add. Alb. ||6 τών αύτών Q, edd. : τού αύτοΰ A ||7
χρήσθαι codd., Maid. : χρήσεσθαι Hirschig, cett. II 103 αρξωμαι Blass,
edd. : αρξομαι II5 δεήσειε Baiter, edd. : δεήσει ||113-4 έκάστοις Blass,
edd. : έκάστφ || 8 έκάστοις Baiter-Sauppe, edd. : έκάστης ||
διπλασιάσειεν QL : διπλάσειεν A
CONTRA ALCIBIADES

que se ejecute por un solo voto a los que resultan condena­


dos y se les confisquen sus bienes, y que se haga compare­
cer de nuevo por las mismas acusaciones a quienes ya han
ganado el pleito, así que los jueces tengan facultad para
llevar a alguien a la ruina, pero sean evidentemente y por
completo incapaces para salvarlo, sobre todo porque las
leyes prohíben que sea lícito juzgar dos veces por el mismo
delito a una misma persona, y porque habéis jurado obser­
var las leyes.
10 Por lo anterior, voy a hacer a un lado mi caso. Quie­
ro, en cambio, traer a colación la vida de Alcibiades. Estoy
indeciso, sin embargo, por dónde empezar, debido a que
son múltiples sus faltas y resulta un obtáculo tenerlas todas
juntas. Así pues, si fuera necesario hablar punto por punto
sobre delitos de adulterio, rapto de mujeres ajenas y demás
actos de violencia e ilegalidad, sería insuficiente el tiempo
del que dispongo y, al mismo tiempo, me haría odioso a
muchos ciudadanos al poner al descubierto sus desgracias.
Pero sí voy a mostrar los actos que ha realizado contra la
ciudad, contra sus familiares y contra los demás ciudadanos
y forasteros que se han cruzado en su camino.
11 Así pues, en primer lugar, luego de convenceros a fijar
un nuevo monto en la contribución de las ciudades, monto
que había establecido Aristides del modo más justo, fue
electo para tal fin con otros nueve y lo aumentó aproxima­
damente al doble a cada uno de los aliados, y habiéndose
mostrado él mismo como un hombre temible y de gran
poder, utilizó las entradas del erario público como si fueran
propias. Considerad de qué modo hubiera podido alguien
causar males peores que éstos sino duplicando la contribu­
ción a cada uno de nuestros aliados, en cuyas manos está
toda nuestra salvación y quienes indudablemente se ven
ahora en una situación peor que la de antes. 12 De modo
4
ANDÓCIDES

σιάσειεν. 12 "Ωστ’ ειπερ ήγεΐσθε πολίτην αγαθόν Άριστείδην


και δίκαιον γεγονέναι, τοΰτον προσήκει κάκιστον νομίζειν, ώς
τάναντία περί τών πόλεων έκείνω γιγνώσκοντα. Τοιγάρτοι διά
ταΰτα πολλοί την πατρίδα την αύτών άπολιπόντες φυγάδες
γίγνονται καί είς Θουρίους οίκήσοντες απέρχονται. Δηλώσει δέ ή
τών συμμάχων έχθρα, δταν πρώτον ήμΐν καί Λακεδαιμονίοις
γένηται ναυτικός πόλεμος. Έγώ δέ νομίζω τον τοιοΰτον πονηρόν
είναι προστάτην, δστις τοΰ παρόντος χρόνου έπιμελεΐται, άλλά μη
καί τοΰ μέλλοντος προνοεΐται, καί τά ήδιστα τώ πλήθει, παρα-
λιπών τά βέλτιστα, συμβουλεύει.
13 Θαυμάζω δέ τών πεπεισμένων Άλκιβιάδην δημοκρατίας
έπιθυμεΐν, τοιαύτης πολιτείας ή μάλιστα κοινότητα δοκεΐ ήρη-
σθαι, οΐ ούδ’ άπό τών ιδίων αύτόν θεώνται, όρώντες τήν πλεο­
νεξίαν καί τήν ΰπερηφανίαν, δς τήν Καλλίου γήμας αδελφήν έπί
δέκα ταλάντοις, τελευτήσαντος Ίππονίκου στρατηγοΰντος έπί
Δηλίφ ετερα τοσαΰτα προσεπράξατο, λέγων ώς ώμολόγησεν
εκείνος, οπότε παΐς αύτώ έκ της θυγατρός γένοιτο, προσθήσειν
ταΰτα. 14 Λαβών δέτοσαΰτην προίκα, δσην ούδείς τών Ελλήνων,
οϋτως υβριστής ήν, έπεισάγων είς τήν αύτήν οικίαν εταίρας, καί
δούλας καί έλευθέρας, ώστ’ ήνάγκασε τήν γυναίκα σωφρονε-
στάτην ούσαν άπολιπεΐν, έλθοΰσαν προς τον άρχοντα κατά τον
νόμον. Ου δή μάλιστα τήν αύτοΰ δύναμιν έπεδείξατο· παρα-
καλέσας γάρ τούς εταίρους, άρπάσας έκ της άγοράς την γυναίκα
ωχετο βία, καί πασιν έδήλωσε καί τών αρχόντων καί τών νόμων καί
τών άλλων πολιτών καταφρονών. 15 Ού τοίνυν ταΰτα μόνον

12^ ¡;τ(χν πρώτον Reiske, edd. : πρώτον δταν ||1 3 ήρήσθαι Valcke­
naer, edd. : εύρήσθαι ||7 αύτώ έκ τής θυγ. A, edd. : έκ τής θυγ. αύτοΰ
Q, Alb.

5
CONTRA ALCIBIADES

que, si creéis en verdad que Aristides ha sido un ciudadano


noble y justo, debéis considerar a Alcibiades el peor, pues
tomó decisiones opuestas a las de Aristides con respecto a
las ciudades. Es por este motivo que muchos ciudadanos se
destierran abandonando su propia patria y se van a radicar a
Turios. Pero el odio de los aliados se va a manifestar tan
pronto como nosotros y los lacedemonios entremos en
guerra naval. Por mi parte, considero que un mal dirigente
es aquel que se preocupa del presente, pero no prevé tam­
bién el futuro, y quien da los consejos más agradables a la
multitud, haciendo a un lado los mejores.
13 Me admiran los que están convencidos de que Alci­
biades anhela la democracia, forma de gobierno que parece
tomar como suya, más que nada, la civilidad. Ellos no ob­
servan su vida privada, aunque ven la ambición y la sober­
bia de este hombre, quien, luego de desposar a la hermana
de Calias con una dote de diez talentos, cuando murió
Hiponico en Delio, donde fungía como estratego, exigió
otro tanto, argumentando que Hiponico le había prometido
darle esa suma adicional cuando tuviera un niño de su hija.
14 Y aunque había recibido una dote tan grande cual nin­
guno de los griegos había obtenido, era tan insolente —pues
introducía a su propia casa a heteras, esclavas y libres— que
obligó a su recatadísima esposa a abandonarlo y a pre­
sentarse ante el arconte como lo manda la ley. Y fue enton­
ces precisamente cuando demostró más que nunca su po­
der, pues, luego de convocar a sus partidarios, sacó a su
mujer del Ágora yéndose por la fuerza, y mostró abierta­
mente a todos que despreciaba a los arcontes, a las leyes y a
los demás ciudadanos. 15 Y no le bastó sólo esto, sino

5
ANDÓCIDES

έξήρκεσεν, άλλά και λαθραΐον θάνατον έπεβούλευσε Καλλία, ϊνα


τον οίκον τον Ίππονίκου κατάσχοι, ώς εναντίον πάντων ύμών έν τη
έκκλησία κατηγορεί· καί τά χρήματα τφ δήμω έδωκεν, εϊ πως
τελευτήσειεν άπαις, φοβούμενος μή διά τήν ουσίαν άπόλοιτο.
Καίτοι δστις υβρίζει γυναίκα τήν έαυτοΰ καί τω κηδεστή θάνατον
έπιβουλεύει, τί χρή προσδοκάν τοΰτον περί τούς έντυχόντας τών
πολιτών διαπράττεσθαι; πάντες γάρ άνθρωποι τούς οικείους τών
άλλοτρίων ποιούνται περί πλείονος. Άλλά μήν ούδ’ έρημος ούδ’
εύαδίκητός έστιν, έπε'ι διά τον πλούτον έχει πολλούς τούς βοη-
θήσοντας.
16 'Ό δέ πάντων δεινότατόν έστι, τοιούτος ών ώς εΰνους τω
δήμφ τούς λόγους ποιείται, αυτός άλλους ολιγαρχικούς καί
μισοδήμους άποκαλεΐ. Καί δν έ'δει τεθνάναι διά τά έπιτηδεύματα,
κατήγορος τών διαβεβλημένων ύφ’ ύμών αίρεΐται, καί φησι φύλαξ
είναι τής πολιτείας, ούδενί τών άλλων ’Αθηναίων οϋτ’ ϊσον ούτ’
όλίγω πλέον άξιών έχειν· άλλ’ οϋτω σφόδρα καταπεφρόνηκεν,
ώστε διατετέλεκεν άθρόους μέν ύμας κολακεύων, ένα δ’ έκαστον
προπηλακίζων. 17 "Ος είς τοσοΰτον έλήλυθε τόλμης, ώστε πείσας
Άγάθαρχον τον γραφέα συνεισελθεΐν οϊκαδε τήν οικίαν έπη-
νάγκασε γράφειν, δεομένου δέ καί προφάσεις αληθείς λέγοντος, ώς
ούκ άν δύναιτο ταΰτα πράττειν ήδη διά τό συγγραφάς έχειν παρ’
ετέρων, προεΐπεν αύτφ δήσειν, εί μή πάνυ ταχέως γράφοι. "Οπερ
έποίησε· καί ού πρότερον άπηλλάγη, πριν άποδράς φχετο τετάρτφ

15·^ εναντίον : έναντίωνΑ ||4 κατηγορεί Stephanus, edd. : κατηγορεί ||


9-H Enuntiatum Άλλά μήν ... βοηθήσοντας melius post άπόλοιπο (1. 5)
stare cens. F., transp. Dal., Maid. ¡|162 αϋτός codd., Alb. : καί τούς
Dobree, edd.. ||3 εδει Dobree, edd. : δει || ύμών Emperius, edd, :
ήμών II172 οϊκαδε del. Hirschig, seel. Maid.

6
CONTRA ALCIBIADES

también maquinó en secreto asesinar a Calias, para poder


adueñarse del patrimonio de Hiponico, según la acusación
que Calias hizo ante vosotros en la asamblea, quien, ade­
más, dejaba sus bienes al pueblo en caso de morir sin des­
cendencia, por temor a perecer a causa de su hacienda. Sin
embargo, si violenta a su propia mujer y maquina la muerte
de su cuñado, ¿qué acto no se debe esperar de Alcibiades
contra cualquier ciudadano?, pues todo hombre tiene más
consideración de sus familiares que de los extraños. Calias
ciertamente no es un hombre desvalido ni inerme a los
ultrajes, pues gracias a su riqueza tiene muchos que lo pro­
tejan.
16 Pero lo más asombroso de todo es qúe, aunque se
trata de una persona de tal calaña, dice sus discursos com o
si fuera partidario de la democracia; él tacha a otros de oli­
garcas y de enemigos del pueblo. Y él, que debía estar muer­
to por su conducta, es elegido por vosotros como acusador
de los calumniados, y se dice ser guardián de la constitu­
ción, sin tener por digno estar con los demás atenienses en
un plano de igualdad ni de relativa superioridad. Por el con­
trario, ha llegado a sentir tanto desprecio que se la ha pasa­
do adulándoos cuando estáis reunidos, pero insultándoos
cuando estáis solos. 17 Ha llegado a tal grado de osadía es­
te hombre, que, luego de convencer al pintor Agatarco de
que lo acompañara a casa, lo obligó a pintar el inmueble, y
aunque aquél le suplicaba y daba excusas reales de que no
podía realizar el trabajo en ese momento por tener contra­
tos con otros, Alcibiades lo amenazó con encarcelarlo si no
la pintaba de inmediato. Y esto hizo ese hombre, y Agatar­
co se vio en libertad sólo hasta que se dio a la fuga al cuarto

6
ANDÓCIDES

μηνί, τούς φύλακας λαθών, ώσπερ παρά βασιλέως. Οϋτω δ’


άναίσχυντός έστιν, ώστε προσελθών ένεκάλει αύτώ ώς, αδι­
κούμενος, και ούχ ών έβιάσατο μετέμελεν αύτώ, άλλ’ δτι κατέλιπε
τό έ'ργον ήπείλει, και οΰτε της δημοκρατίας οΰτε της έλευθερίας
ούδέν ην οφελος· ούδέν γάρ ήττον έδεδέκει τών όμολογουμένων
δούλων. 18 ’Αγανακτώ δ’ ένθυμούμενος ύμΐν μέν ούδέ τούς
κακούργους ασφαλές είς τό δεσμωτήριον δν άπάγειν, διά τό χιλίας
δραχμάς τετάχθαι άποτεΐσαι ος άν τό πέμπτον μέρος μή μεταλάβη
τών ψήφων· ό δέ τοσοΰτον χρόνον εϊρξας και έπαναγκάζων
γράφειν ούδέν κακόν πέπονθεν, άλλά διά ταΰτα σεμνότερος δοκεΐ
καί φοβερώτερος είναι. Καί προς μεν τάς άλλας πόλεις έν τοΐς
συμβόλοις συντιθέμεθα μή έξεΐναι μήθ’ είρξαι μήτε δήσαι τον
έλεύθερον έάν δέτις παραβή, μεγάλην ζημίαν έπί τούτοις έθεμεν
τούτου δέ τοιαΰτα πράξαντος ούδεμίαν ούδείς οΰτ’ ιδίαν οΰτε
δημοσίαν τιμωρίαν ποιείται.
19 Νομίζω δέ ταύτην είναι σωτηρίαν άπασι, πείθεσθαι τοΐς
άρχουσι καί τοΐς νόμοις· δστις δέ ύπερορα ταΰτα, τήν μεγίστην
φυλακήν άνήρηκε της πόλεως. Δεινόν μέν ούν έστι καί ύπό τών
άγνοούντων τά δίκαια πάσχειν κακώς, πολύ δέ χαλεπώτερον, δταν
τις έπιστάμενος τά διαφέροντα παραβαίνειν τολμά· φανερώς γάρ
ένδείκνυται, ώσπερ ούτος, ούκ αύτός τοΐς νόμοις τοΐς της πόλεως,
άλλ’ ύμάς τοΐς αύτοΰ τρόποις άκολουθεΐν άξιών. 20 Ένθυμήθητε
δέ Ταυρέαν, δς άντιχορηγός ήν ’Αλκιβιάδη παισί. Κελεύοντος δέ
τοΰ νόμου τών χορευτών έξάγειν ον άν τις βούληται ξένον άγω-

1711 έδεδέκει Emperius, edd. : έδεδοίκει ||18^ άποτεΐσαι Blass, edd.


: άποτίσαι AQ ||195 φανερώς Q, edd. : φανερός Α ||6 τής πόλεως Q,
edd. : πόλεως Α ||7 αύτοΰ Baiter-Sauppe, edd. : αύτοΰ ||202 δέ codd.,
Bl.-F., Maid. : γάρ Richards, Dal.

7
CONTRA ALCIBIADES

mes, escapándoseles a los guardias, como lo había hecho


con el Gran Rey. Pero Alcibiades es tan desvergonzado que
iba hacia aquél y lo acusaba, como si él hubiera sido el
ofendido, y no se arrepentía de haberlo tratado con violen­
cia, sino que lo amenazaba, porque había abandonado el
trabajo, y ni la democracia ni la condición de hombre libre
le servían de nada, pues había sido encadenado exactamen­
te como si fuese un esclavo declarado. 18 Me irrito al
pensar que, mientras vosotros ni siquiera tenéis la seguridad
de poder llevar a prisión a los malhechores, pues está esta­
blecido que quien no obtenga la quinta parte de los votos
debe pagar una multa de mil dracmas, él en cambio, aun­
que encarceló a Agatarco durante tanto tiempo y, además, lo
obligaba a pintar, no ha sufrido ningún mal, sino que por
eso mismo parece ser más digno de respeto y de temor que
antes. Pero en los tratados con las demás ciudades tenemos
establecido que no es lícito encarcelar ni encadenar a un
hombre libre, y, si alguien llega a violar ese acuerdo, esta­
blecimos un castigo ejemplar por esos actos. Sin embargo,
aunque Alcibiades cometió semejantes agravios, nadie toma
ninguna venganza, ni privada ni pública.
19 Considero que la seguridad de todos estriba en la
obediencia a los magistrados y a las leyes, y quien no h ace
caso de ello está destruyendo la mayor protección que tiene
la ciudad. Es terrible, en efecto, sufrir desgracias por gente
ignorante de la justicia, pero mucho más grave es que al­
guien, con conocimiento de causa, se atreva a violar las
normas importantes, pues claramente demuestra, como lo
hace él mismo, que no le parece digno seguir las leyes de la
ciudad, pero sí que vosotros sigáis su forma de vida. 20
Acordaos de Táureas, que era responsable de un coro de
niños y competía contra Alcibiades. La ley ordena expulsar
del certamen al corista competidor que sea extranjero, si

7
ANDÓCIDES

νιζόμενον, ούκ εξόν έπιχειρήσαντα κωλύειν, εναντίον ύμών καί


τών άλλων Ελλήνων τών θεωρούντων και τών αρχόντων απάντων
παρόντων έν τή πόλει τύπτων έξήλασεν αύτόν, και τών θεατών
συμφιλονικούντων έκείνω καί μισούντων τούτον, ώστε τών χορών
τόν μέν έπαινούντων, τοΰ δ’ άκροάσασθαι ούκ εθελοντών, ούδέν
πλέον έ'πραξεν 21 άλλα τών κριτών οί μέν φοβούμενοι οί δέ
χαριζόμενοι νικάν έκριναν αύτόν, περί έλάττονος ποιούμενοι τόν
δρκον ή τοΰτον. Εικότως δέ μοι δοκοΰσιν οί κριταί ύπέρχεσθαι
Άλκιβιάδην, όρώντες Ταυρέαν μέν τοσαΰτα χρήματα άναλω-
σανταπροπηλακιζόμενον, τόν δέτοιαΰτα παρανομοΰντα μέγιστον
δυνάμενον. Αίτιοι δ’ ύμεΐς, ού τιμωρούμενοι τούς υβρίζοντας, καί
τούς μέν λάθρα άδικοΰντας κολάζοντες, τούς δέ φανερώς άσελ-
γαίνοντας θαυμάζοντες.
22 Τοιγάρτοι τών νέων αί διατριβαί ούκ έν τοΐς γυμνασίοις,
άλλ’ έν τοΐς δικαστή ρίοις είσί, καί στρατεύονται μέν οί
πρεσβύτεροι, δημηγοροΰσι δέ οί νεώτεροι, παραδείγματι τούτω
χρώμενοι, δς τηλικαύτας ποιείται τών αμαρτημάτων ύπερβολάς,
ώστε περί τών Μηλίων γνώμην άποφηνάμενος έξανδραποδίζεσθαι,
πριάμενος γυναίκα τών αιχμαλώτων υίόν έξ αύτής πεποίηται, δς
τοσούτφ παρανομωτέρως Αΐγίσθου γέγονεν, ώστ’ έκ τών έχθίστων
άλλήλοις πέφυκε, καί τών οίκειοτάτων ύπάρχει αύτώ τά έ'σχατα
τούς μέν πεποιηκέναι τούς δέ πεπονθέναι. 23 ’Άξιον δέ την τόλμαν
αύτοΰ σαφέστερον έτι διελθεΐν. Έκ ταύτης γάρ παιδοποιεΐται τής
γυναικός,ήν άντ’ έλευθέρας δούλην κατέστησε, καί ής τόν πατέρα
καί τούς προσήκοντας άπέκτεινε, καί ής τήν πόλιν άνάστατον

20^ παρόντων seel. Blass, Dal. : παρόντων τών Blass, Dal., Maid. ||2l4
μέν τοσ. Q, edd. : τοσ. μεν A ||227 παρανομωτέρως Reiske, edd. : -άπα­
τος Α, -ώτερος Q ||234 ής τήν A, Bl.-F. : ής del. Blass, seel. Dal., Maid.
8
CONTRA ALCIBIADES

alguien así lo desea; pero no está permitido que se le impida


participar una vez que ha comenzado. Sin embargo, en
presencia de vosotros, de los demás espectadores griegos y
de todos los arcontes que estaban en la ciudad, Alcibiades lo
sacó a golpes y, aunque los espectadores estaban en favor de
la victoria de Táureas y eran hostiles a Alcibiades, al punto
que alababan el coro de uno, pero no deseaban escuchar el
del otro, Táureas no ganó nada. 21 Pero los jueces, unos
por temor y otros por atraerse su gracia, lo declararon ven­
cedor, pues apreciaban mucho menos sus juramentos que a
él. Obviamente, para mí los jueces buscaban atraerse el fa­
vor de Alcibiades, pues veían que Táureas, luego de haber
gastado tanto dinero, era objeto de ultrajes, y que su rival,
que cometía delitos tan graves, era sumamente poderoso.
Pero los causantes sois vosotros por no vengaros de los in­
solentes, pues mientras castigáis a quienes en secreto delin­
quen, admiráis a los que abiertamente actúan con descaro.
22 Como consecuencia, el entretenimiento de los jóvenes
ya no se da en los gimnasios, sino en los tribunales, y, mien­
tras que los de mayor edad se van a la guerra, los más jó­
venes se la pasan hablando en la asamblea, tomando como
ejemplo a Alcibiades, quien se excede tanto en sus faltas
que, a pesar de haber propuesto abiertamente esclavizar a
los melios, compró una mujer de los cautivos de guerra, de
la que ahora tiene un hijo, quien nació, más que Egisto, en
modo tan contrario a toda costumbre, que ha sido procrea­
do por unos padres que son recíprocamente los peores ene­
migos, y de sus familiares más cercanos, unos, han cometi­
do las peores acciones y, otros, las han sufrido. 23 Pero
vale la pena exponer, aún con más claridad, lo relativo a su
audacia. Tiene un hijo de esa mujer a la que de libre la hizo
esclava, a cuyo padre y parientes hizo matar y a cuya ciudad
la convirtió en ruinas, de modo que procreó un hijo que es

8
ANDÓCIDES

πεποίηκεν, ώς αν μάλιστα τον υιόν έχθρόν έαυτώ καί τη πόλει


ποιήσειε· τοσαύταις άνάγκαις κατείληπται μισεΐν. ’Αλλ’ ύμεΐς έν
μέν ταΐς τραγφδίαις τοιαΰτα θεωροΰντες δεινά νομίζετε, γιγνόμενα
δ’ έν τη πόλει όρώντες οΰδέν φροντίζετε. Καίτοι εκείνα μέν ούκ
έπίστασθε πότερον οΰτω γεγένηται ή πέπλασται υπό τών ποιητών ·
ταΰτα δέ σαφώς είδότες οϋτω παρανόμως πεπραγμένα, ραθύμως
φέρετε.
24 Προς δέ τούτοις τολμώσί τινες περί αΰτοΰ λέγειν, ώς ούδέ
γεγένηται ούδείς πώποτε τοιοΰτος. Έγώ δέ νομίζω μέγιστα κακά την
πόλιν ύπό τούτου πείσεσθαι, καί τηλικούτων πραγμάτων είς τον
λοιπόν χρόνον αϊτιον δόξειν, ώστε μηδένα τών προτέρων αδικη­
μάτων μεμνήσθαι· άνέλπιστον γάρ οΰδέν, τον την αρχήν τοΰ βίου
τοιαύτην κατασκευασάμενον καί την τελευτήν ΰπερβάλλουσαν
ποιήσασθαι. Έστι δέ σωφρόνων άνδρών φυλάττεσθαι τών πο­
λιτών τούς ύπεραυςανομένους, ένθυμουμένους ύπό τών τοιούτων
τάς τυραννίδας καθισταμένας.
25 Ήγοΰμαι δ’ αύτόν προς ταΰτα μέν ούδέν άντερεΐν, λέξειν δέ
περί της νίκης της Όλυμπίασι, καί περί πάντων μάλλον ή τών κατ-
ηγορηθέντων άπολογησεσθαι. Έ ξ αύτών δέ τούτων έπιδείξω αύτόν
έπιτηδειότερον τεθνάναι μάλλον ή σωζεσθαι. Διηγήσομαι δ’ ύμΐν.
26 Διομήδης ήλθε ζεΰγος 'ίππων άγων Όλυμπίαζε, κεκτημένος
μέν ούσίαν μετρίαν, στεφανώσαι δέ άπό τών ύπαρχόντων τήν
πόλιν και τήν οικίαν βουλόμενος, λογιζόμενος τούς αγώνας τούς
ιππικούς τύχη τούς πλείστους κρινομένους. Τούτον ’Αλκιβιάδης
πολίτην όντα καί τον έπιτυχόντα, δυνάμενος παρά τοΐς άγω-

2310 παρανόμως πεπραγμένα Q, edd. : πεπρα. παρα. A ||251 ταΰτα


Meier, edd. : τοΰτο ||3 άπολογησεσθαι Aldus, edd. : -σασθαι ||265 non
recte ού ante τον έπιτυχόντα add. Stephanus, edd.

9
CONTRA ALCIBIADES

el peor enemigo suyo y de la ciudad: ¡tantas razones de peso


tiene para odiar! Sin embargo, consideráis terribles casos
como el anterior cuando los presenciáis en las representa­
ciones trágicas y, en cambio, de nada os preocupáis cuando
veis que suceden en la ciudad. Aunque no sabéis si aquéllos
son casos reales o inventados por los poetas y en cambio
habéis visto claramente que éstos suceden en la realidad en
modo tan opuesto a las costumbres, estos últimos los tomáis
con indiferencia.
24 Además de esto, algunos se atreven a decir que nunca
ha existido una persona como él. Pero yo pienso que en sus
manos la ciudad va a sufrir los peores desastres y que en el
futuro será considerado el responsable de acciones tan fu­
nestas qüe nadie se acordará de sus injusticias anteriores,
porque es del todo previsible que quien inicia una vida en
este modo, tendrá un final que supere lo que ha hecho. En
cambio, es propio de personas sensatas cuidarse de los
ciudadanos demasiado engrandecidos, tomando en cuenta
que gentes como ésas establecen las tiranías.
25 Pienso que Alcibiades no va a refutar nada de lo ante­
rior, pero sí va a hablar de su victoria en Olimpia y se va a
defender de cualquier cosa menos de las acusaciones en su
contra. Pero yo voy a demostrar, a partir de sus propios
argumentos, que él merece mucho más morir que vivir sano
y salvo. Os lo voy a contar.
26 Diomedes llegó a Olimpia conduciendo un tiro de ca­
ballos, pues, aunque poseía una fortuna modesta, deseaba,
en la medida de sus posibilidades, ganar la corona para su
ciudad y su casa, considerando que la mayoría de los certá­
menes hípicos se deciden por suerte. A esta persona, que era
un ciudadano y su casual competidor, Alcibiades lo despojó
y él mismo concursó, gracias a que tenía influencias con los
directores deportivos de Élide. Ahora, ¿qué es lo que él
9
ANDÓCIDES

νοθέταις τών Ήλείων, άφελόμενος αΰτος ήγωνίζετο. Καίτοι τί αν


έποίησεν, εϊ τις τών συμμάχων τών ύμετέρων άφίκετο ζεΰγος 'ίππων
εχων; 27 ή που ταχέως άν έπέτρεψεν άνταγωνίζεσθαι έαυτώ, ος
Άθηναΐον άνδρα βιασάμενος τοΐς άλλοτρίοις έτόλμησεν ϊπποις
άμιλλάσθαι, δηλωσας τοΐς 'Έλλησι μηδέν θαυμάζειν άν τινα
αύτών βιάσηται, έπεί καί τοΐς πολίταις ούκ έξ ίσου χρήται, άλλα
τούς μέν άφαιρούμενος, τούς δέ τύπτων, τούς δέ είργνύων, τούς δέ
χρήματα πραττόμενος, ούδενος άξίαν τήν δημοκρατίαν άποφαίνει,
τούς μέν λόγους δημαγωγού τά δ’ έ'ργα τυράννου παρέχων, κατα-
μαθών ύμας τοΰ μέν ονόματος φροντίζοντας, τοΰ δέ πράγματος
άμελοΰντας. 28 Τοσοΰτον δέ διαφέρει Λακεδαιμονίων, ωστ’ έκεΐ-
νοι μέν καί ύπό τών συμμάχων άνταγωνιζομένων ανέχονται ήττώ-
μενοι, ούτος δέ ούδ’ ύπό τών πολιτών, άλλα φανερώς εϊρηκεν ούκ
έπιτρέψειν τοΐς άντεπιθυμοΰσί τίνος. Είτ’ έκ τών τοιούτων άναγ-
καΐον τάς πόλεις τών ήμετέρων πολεμίων έπιθυμεΐν, ήμάς δέ μισεΐν.
29 "Ινα δέ μή μόνον Διομήδην, άλλά καί τήν πόλιν δλην
ύβρίζων έπιδείξειε, τά πομπεΐα παρά τών άρχιθεώρων αίτη-
σάμενος, ώς είς τάπινίκια τη προτεραία της θυσίας χρησόμενος,
έξηπάτησε καί άποδοΰναι ούκ ήθελε, βουλόμενος τη υστεραία
πρότερος της πόλεως χρήσασθαι τοΐς χρυσοΐς χερνιβίοις καί
θυμιατηρίοις. "Οσοι μέν ούν τών ξένων μή έγίγνωσκον ήμέτερα
δντα, τήν πομπήν τήν κοινήν όρώντες ύστέραν ούσαν της

2 (β τδ ζεΰγος ante άφελόμενος add. Reiske, edd. (τούς ϊππους post


άφ. add. Hirschig) ΙΙ271 έαυτω: αυτόν A ||2 Άθηναΐον Q, edd. : ’Αθη­
ναίων A ||6 άποφαίνει Reiske, edd. : άποφαίνων ||292 έπιδείξειε Empe­
rius, edd. : έπιδόξειε codd. : έτι δόξειε Alb. II 3 τάπινίκια Meursius,
edd. : τά πινάκια II προτεραία Canter, Valckenaer, edd. : προτέρα ||
θυσίας Scaliger, edd. : ουσίας II5 χερνιβίοις ex Athen. ix 408c, Taylor,
Valckenaer, edd. : χερνίβοις II7 τής : τοΐς A

10
CONTRA ALCIBÍADES

habría hecho si alguno de nuestros aliados hubiera llegado


con un tiro de caballos? 27 Sin duda, inmediatamente le
habría permitido competir con él, que tuvo la audacia de
participar en el certamen con caballos ajenos, luego de ha­
ber tratado con violencia a un ciudadano ateniense, con lo
que mostraba a los griegos que no debían admirarse en caso
de que alguno de ellos fuera tratado con violencia, puesto
que ni siquiera a sus conciudadanos los trata como sus
iguales, sino que, al contrario, pone de manifiesto que la
democracia no tiene ningún valor cuando a unos los des­
poja, a otros los golpea y a éstos los encarcela y a aquéllos
les exige dinero, puesto que pronuncia los discursos de un
demagogo y lleva a cabo los actos de un tirano: sabe bien
que vosotros ponéis atención a esa palabra, pero que no os
preocupa su realización. 28 Él es tan diferente de los lace-
demonios que mientras ellos aceptan sus derrotas, incluso
con sus aliados cuando compiten en su contra, éste ni con
sus conciudadanos, sino que abiertamente ha declarado que
no va a permitirlo a ninguno de los que deseen rivalizar con
él. De aquí que, a partir de tal conducta, las ciudades se ven
obligadas a simpatizar con nuestros enemigos y a sentir odio
por nosotros.
29 Y para mostrar que no sólo ultrajaba a Diomedes sino
también a toda la ciudad, pidió los vasos sagrados a los res­
ponsables de la peregrinación, con el pretexto de que los
usaría para festejar su victoria la víspera del sacrificio, pero
los engañó por completo y no se los quiso devolver, pues
tenía la intención de usar al día siguiente, antes que la ciu­
dad, los aguamaniles y los incensarios de oro. Por consi­
guiente, todos los extranjeros que no sabían que eran nues­
tros, al ver que la procesión del Estado se realizaba después
de la de Alcibíades, pensaban que nosotros usábamos los
vasos sagrados de él, y los que habían escuchado la verdad

10
ANDÓCIDES

Άλκιβιάδου τοΐς τούτου πομπείοις χρήσθαι ένόμιζον ήμας· οσοι δέ


ή παρά τών πολιτών ήκουον ή και έπεγίγνωσκον τά τούτου,
κατεγέλων ήμών, δρώντες ένα άνδρα μεΐζον άπάσης τής πόλεως
δυνάμενον.
30 Σκέψασθε δέ κα'ι τήν άλλην αποδημίαν τήν εις ’Ολυμπίαν ώς
διέθετο. Τούτφ σκηνήν μέν Περσικήν Έφέσιοι διπλάσιάν τής
δημοσίας έπηξαν, ίερεΐα δέ καί τοΐς 'ιπποις έφόδια Χΐοι παρε-
σκεύασαν, οίνον δέ καί τά άλλα άναλώματα Λεσβίοις προσέταξε.
Καί ούτως εύτυχής έστιν, ώστε τούς 'Έλληνας τής παρανομίας καί
τής δωροδοκίας μάρτυρας κεκτημένος ούδεμίαν δέδωκε δίκην,
άλλα δπόσοι μέν άρχοντες έν μια πόλει γεγένηνται, ύπεύθυνοί
είσιν, 31 δ δέ πάντων τών συμμάχων καί χρήματα λαμβάνων
ούδενδς τούτων ύπόδικός έστιν, άλλά τοιαύτα διαπεπραγμένος
σίτησιν έν Πρυτανείφ έλαβε, καί προσέτι πολλή τή νίκη χρήται,
ώσπερ ού πολύ μάλλον ήτιμακώς ή έστεφανωκώς τήν πόλιν. Εί δέ
βούλεσθε σκοπεΐν, εύρήσετε πολλά τών τούτω πεπραγμένων
έκαστον ολίγον χρόνον πράξαντάς τινας άναστάτους τούς οίκους
ποιήσαντας· ούτος δ’ έπιτηδεύων άπαντα πολυτελέστατα δι­
πλάσιάν ουσίαν κέκτηται. 32 Καίτοι ύμεΐς γε νομίζετε τούς
φειδομένους καί τούς ακριβώς διαιτωμένους φιλοχρημάτους είναι,
ούκ όρθώς γιγνώσκοντες· οί γάρ μεγάλα δαπανώμενοι πολλών
δεόμενοι αίσχροκερδέστατοί είσιν. Αϊσχιστον δέ φανήσεσθε
ποιούντες, εί τούτον μέν άγαπάτε τδν άπδ τών ύμετέρων χρημάτων
ταΰτα κατεργασάμενον, Καλλίαν δέ τδν Διδυμίου, τφ σώματι

298 πομείοις Α ||10 μεΐζον άπάσης Sluiter, edd. : μείζονα πάσης ||302
διέθετο. Τούτφ Réiske, edd. : διέθετο (διετίθετο Β) τοΰτο codd. : διέθε­
το τοΰτφ Stephanus ||311 συμμάχων αρχών Meier, edd. (συμ. έπαρχων
Sluiter) II5 πολλά τών τούτφ codd. : τών πολλάκις τούτφ Lipsius, edd.

11
CONTRA ALCIBIADES

de parte de los ciudadanos o que conocían su modo de ser,


se reían de nosotros al ver que un solo hombre tenía más
poder que la ciudad entera.
30 Considerad también cómo dispuso los preparativos
complementarios de su viaje a Olimpia. A él los efesios le
levantaron una tienda persa dos veces más grande que la de
nuestra delegación oficial, los de Quíos le proporcionaron
víctimas para el sacrificio y forraje para sus caballos, y el
vino y los demás gastos se los asignó a los lesbios. Y es tan
afortunado que, aun teniendo a los griegos como testigos de
su ilegalidad y venalidad, no sufrió ningún castigo, y, mien­
tras que todos los magistrados de una ciudad están obliga­
dos a rendir cuentas, 31 Alcibiades, quien también recibe
dinero de todos los aliados, no está obligado a responder
por ninguno de sus actos, pero sí obtuvo el privilegio de
comer en el Pritaneo, aunque había realizado tales acciones,
además de disfrutar sin cesar de su gran victoria como si no
hubiera mucho más deshonrado que coronado a nuestra
ciudad. Pero si queréis considerar el asunto, descubriréis
que algunos han causado la ruina de sus casas por haber
cometido, cada cual por un breve tiempo, muchos de los
delitos que él ha realizado, y en cambio Alcibiades, aunque
lleva toda una vida de lujos, ha duplicado su fortuna. 32
Sin embargo, acostumbráis llamar avaros a quienes cuidan
su economía y viven con frugalidad, pero no estáis en lo
correcto, pues quienes derrochan grandes cantidades son
los más codiciosos de todos, ya que necesitan mucho dine­
ro. Pero va a quedar en evidencia que vosotros cometéis la
mayor ignominia si complacéis a Alcibiades, quien ha
obtenido esa fortuna gracias a vuestro dinero, mientras que
desterrasteis de aquí a Calías, el hijo de Didimias, quien por
sí mismo había ganado todas las competencias premiadas
con coronas, sin tomar para nada en consideración lo he­

ll
ANDÓCIDES

νικήσαντα πάντας τούς στεφανηφόρους αγώνας, έξωστρακίσατε


προς τοΰτο ούδέν άποβλέψαντες, δς άπό τών έαυτοΰ πόνων έτίμησε
τήν πόλιν, 33 Άναμνήσθητε δέ και τούς προγόνους, ώς αγαθοί καί
σώφρονες ήσαν, οίτινες έξωστράκισαν Κίμωνα διά παρανομίαν,
δτι τη αδελφή τη έαυτοΰ συνφκησε. Καίτοι ού μόνον αύτος
όλυμπιονίκης ήν, άλλά καί ό πατήρ αύτοΰ Μιλτιάδης. Άλλ’ δμως
ούδέν ύπελογίζοντο τάς νίκας· ού γάρ έκ τών αγώνων, άλλ’ έκ τών
επιτηδευμάτων έκρινον αύτόν.
34 Άλλά μήν εί δει κατά γένος σκοπεΐν, έμοί μέν ούδαμόθεν
προσήκει τούτου τοΰ πράγματος (ούδέ έστιν ούδείς δστις άν άπο-
δείξειε τών ήμετέρων ούδένα τη συμφορά ταύτη χρησάμενον),
Αλκιβιάδη δέ μάλιστα πάντων ’Αθηναίων. Καί γάρ ό της μητρός
πατήρ Μεγακλής καί ό πάππος Αλκιβιάδης έξωστρακίσθησαν
άμφότεροι, ώστ’ ούδέν θαυμαστόν ούδ’ άτοπον πείσεται τών αύτών
τοΐς προγόνοις άξιούμενος. Καί μήν ούδ’ άν αύτός έπιχειρήσειεν
άντειπεΐν, ώς ού τών άλλων εκείνοι παρανομώτατοι δντες τούτου
σωφρονέστεροι καί δικαιότεροι ήσαν, έπεί τών γε τούτω πε­
πραγμένων ούδ’ άν είς άξίως κατηγορήσαι δύναιτο.
35 Νομίζω δέ καί τον θέντα τον νόμον ταύτην τήν διάνοιαν
εχειν· άποβλέψαντα τών πολιτών προς τούς κρείττους τών αρ­
χόντων καί τών νόμων, έπειδή παρά τών τοιούτων ούκ έστιν ιδίαν
δίκην λαβεΐν, δημοσίαν τιμωρίαν υπέρ τών άδικουμένων κατα-
σκευάσαι. Έγώ (μέν) τοίνυν έν τε τώ κοινώ κέκριμαι τετράκις,

327 τούς στεφανηφόρους αγώνας Q, edd. : άγ. τούς στεφ. Α ||8 τοΰτο
Stephanus, edd. : τούτον codd. (fort, τοιούτον cum Gebauer) ||34^
Αλκιβιάδη Valckenaer, edd, : άλκιβιάδης Α, -δην Q II5 δις post Α λ­
κιβιάδης add. Markland, coll. Lys. xiv 39, edd. ||35^ ιδίαν codd., cf.
Alb. : ιδία edd. ||5 μέν add. Bekker, edd.

12
CONTRA ALCIBÍADES

cho por ese hombre, quien, con su propio esfuerzo, había


honrado a la ciudad. 33 Recordad también a nuestros
antepasados, qué hombres tan íntegros y juiciosos eran;
ellos desterraron de aquí a Cimón por contravenir las
normas, pues cohabitó con su propia hermana. Sin em­
bargo, no sólo él era un campeón olímpico, sino también su
padre Milcíades. Pero, a pesar de ello, para nada tomaron
en cuenta sus victorias, pues no lo sentenciaron por sus
competiciones, sino por sus costumbres.
34 Pero si es necesario considerar nuestros linajes, cier­
tamente yo no tengo que ver por ningún lado con el ostra­
cismo, ni existe nadie que pueda demostrar que alguno de
mis familiares haya sufrido esta desgracia; pero sí Alcibiades,
más que cualquier otro ateniense, pues tanto Megacles, el
padre de su madre, como Alcibiades, su abuelo, fueron
ambos condenados al ostracismo, de modo que no va a
recibir ningún castigo admirable o extraño, ya que merece
las mismas penas que sus antepasados. Y en efecto, ni si­
quiera intentará oponerse a que, aunque aquellos hombres
eran los más transgresores de las normas, eran más pru­
dentes y justos que éste, pues nadie podría hacerle a él una
acusación digna de sus actos.
35 Considero además que el autor de la ley tenía la si­
guiente intención: al observar que algunos ciudadanos eran
más poderosos que los magistrados y las leyes, de modo que
no era posible castigarlos por medio de un proceso privado,
dispuso una venganza pública en defensa de quienes son
injuriados. Pues bien, por mi parte he sido objeto de cuatro
juicios públicos y a nadie que lo quisiera le impedí
intentarme juicios privados. En cambio, Alcibiades, aunque
cometió tan graves delitos, en ninguna ocasión ha tenido el
valor de someterse a algún juicio, 36 pues es tan cruel que

12
ANDÓCIDES

ιδία τε ούδένα διεκώλυσα δικάζεσθαι βουλόμενον ’Αλκιβιάδης


δέ τοιαΰτα έργασάμενος οΰδεμίαν πώποτε δίκην ΰποσχεΐν έτόλ-
μησεν. 36 Οΰτω γάρ χαλεπός έστιν, ώστε ού περί τών παρε-
ληλυθότων αδικημάτων αύτόν τιμωρούνται, άλλ’ υπέρ τών μελ­
λόντων φοβούνται, καί τοΐς μέν πεπονθόσι κακώς άνέχεσθαι
λυσιτελεΐ, τούτω δέ ούκ έξαρκεΐ, εί μή καί τό λοιπόν δ τι άν
βούληται διαπράξεται. Καίτοι ού δήπου, ώ ’Αθηναίοι, όστρα-
κισθηναι μέν έπιτήδειός εΐμι, τεθνάναι δέ ούκ άξιος, ούδέ κρι-
νόμενος μέν άποφυγεΐν, άκριτος δέ φεύγειν, ούδέ τοσαυτάκις
άγωνιζόμενος νικησας δικαίως (άν) πάλιν δόξαιμι δι’ εκείνα
έκπεσεΐν. 37 ’Αλλά γάρ ίσως μετά μικράς διαβολής ή φαύλων
κατηγόρων ή διά τών έπιτυχόντων εχθρών έκινδύνευον, άλλ’ ού διά
τών έρρωμενεστάτων καί λέγειν καί πράττειν, οϊ τινες δύο τών την
αύτήν αιτίαν έχόντων έμοί άπέκτειναν. Οΰκουν τούς τοιούτους
δίκαιον έκβάλλειν, οΰς πολλάκις έλέγχοντες ευρίσκετε μηδέν
άδικούντας, άλλά τούς μή θέλοντας ΰποσχεΐν τη πόλει περί τοΰ
βίου λόγον. 38 Δεινόν δέ μοι δοκεΐ είναι, εί μέν τις άπολογεΐσθαι
άξιώσειεν υπέρ τών άποθανόντων ώς αδίκως άπολώλασιν, ούκ
άνασχέσθαι τών έπιχειρούντων ■εί δέ τις τών άποφυγόντων πάλιν
περί της αύτης αιτίας κατηγορεί, πώς ού δίκαιον περί τους ζώντας
καί τούς τεθνηκότας τήν αύτήν γνώμην έχειν;
39 Έστι μέν ούν Άλκιβιάδου μήτε αύτόν τών νόμων καί τών
δρκων φροντίζειν, ύμας τε παραβαίνειν έπιχειρεΐν διδάσκειν, καί
τούς μέν άλλους έκβάλλειν καί άποκτείνειν άνηλεώς, αύτόν δέ

365 διαπράξεται Bekker, edd. : -ξηται ||ω ανδρες Ά. B1.-F. || 8


νικησας δικαίως BI.-F. : νικησας καί δικαίως : καί νικ. δικ. Bekker,
Dal., Maid. ||αν add. Baiter-Sauppe, edd. II382 αν post ούκ add. Reiske,
edd., contra Stahl

13
CONTRA ALCIBÍADES

las personas, en vez de vengarse por los delitos que come­


tió, tienen temor de él por lo que haga en el futuro, y a
quienes han sufrido algún mal, les conviene soportarlo; pe­
ro él no se contenta si no realiza lo demás que se le antoje.
Sin duda, pues, atenienses, no es conveniente que yo sufra
el ostracismo y no merezco la pena de muerte, ni escapar
por causa de un juicio y ser expatriado sin juicio, ni creo
que, si legalmente ya he salido airoso en tantos procesos,
deba ser exiliado de nuevo por las mismas acusaciones. 37
Pero tal vez he afrontado procesos por una calumnia insig­
nificante o de acusadores inexpertos o por causa de enemi­
gos ocasionales y no por causa de los hombres más diestros
en hablar y actuar, quienes ya hicieron condenar a muerte a
dos que sufrían la misma acusación que yo. Por lo tanto, no
es justo expulsar a quienes, luego de múltiples interrogato­
rios, no encontráis culpables de ningún delito, sino a los
que no quieren poner a consideración de la ciudad una
relación de su vida. 38 A mí me parece terrible que, si al­
guien considera digno defender a quienes ya han sido eje­
cutados, arguyendo que murieron injustamente, no lo per­
mitáis a quienes intentan hacerlo. Por otra parte, si alguien
acusa de nuevo por el mismo delito a quienes ya fueron
absueltos, ¿cómo no va a ser justo que vuestro juicio sea el
mismo para vivos y muertos?
39 Así pues, es propio de Alcibíades el no preocuparse él
mismo de las leyes y de los juramentos y el tratar que voso­
tros aprendáis a transgredirlos, el hacer exiliar a los demás y
condenarlos a muerte sin piedad, y el rogar él mismo y
llorar desconsoladamente. Y esto no me admira, pues él ha
realizado actos dignos de muchos lamentos. Sin embargo,

13
ANDÓCIDES

ίκετεύειν καί δακρύειν οίκτρώς. Και ταΰτα μέν οΰ θαυμάζω· πολ­


λών γάρ αύτώ κλαυμάτων άξια εί'ργασται· ένθυμοΰμαι δέ τίνας
ποτέ και πείσει δεόμενος, πότερα τούς νεωτέρους, οϋς προς τό
πλήθος διαβέβληκεν άσελγαίνων καί τά γυμνάσια καταλύων καί
παράτήνήλικίανπράττων,ή τούς πρεσβυτέρους, οΐς οΰδέν ομοίως
βεβίωκεν, άλλά τών επιτηδευμάτων αυτών καταπεφρόνηκεν; 40 Ού
μόνον δέ αυτών ενεκα τών παρανομούντων, ινα δίκην διδώσιν,
έπιμελεΐσθαι άξιον, άλλά καί τών άλλων, οπως τούτους δρώντες
δικαιότεροι καί σωφρονέστεροι γίγνωνται. Έμέ μέν τοίνυν εξε-
λάσαντες τούς βέλτιστους περιδεείς καταστήσετε, τοΰτον δέ
κολάσαντες τούς άσελγεστάτους νομιμωτέρους ποιήσετε.
41 Βούλομαι δ’ ύμάς άναμνήσαι τών έμοί πεπραγμένων. Έγώ
γάρ πρεσβεύσας είς Θετταλίαν καί είς Μακεδονίαν καί είς
Μολοσσίαν καί είς Θεσπρωτίαν καί είς Ιταλίαν καί είς Σικελίαν
τούς μέν διαφόρους δντας διήλλαξα, τούς δ’ επιτηδείους έποίησα,
τούς δέ άπό τών εχθρών άπέστησα. Καίτοι εί τών πρεσβευόντων
έκαστος τά αυτά έποίησεν, ολίγους άν πολεμίους εΐχετε καί
πολλούς συμμάχους έκέκτησθε. 42 Περί δέ τών λητουργιών ούκ
άξιώ μεμνήσθαι, πλήν κατά τοσοΰτον, δτι τά προσταττόμενα
δαπανώ ούκ άπό τών κοινών άλλ’ άπό τών ιδίων. Καίτοι τυγχάνω
νενικηκώς εύανδρία καί λαμπάδι καί τραγωδοΐς, ού τύπτων τούς
άντιχορηγοΰντας, ούδ’ αίσχυνόμενος εί τών νόμων έλαττον
δύναμαι. Τούς ούν τοιούτους τών πολιτών πολύ μάλλον επιτηδείους
ήγοΰμαι μένειν ή φεύγειν.

4θ6 άσελγεστάτους Emperius, edd. : -τέρους ||412 είς Μακ. Q, edd. :


είς om. Α ||5 δέ άπό Maid ||πρεσβευόντων Luzac, edd. : πρωτευόντων ||
42' λητουργιών Blass, edd. : λειτ.

14
CONTRA ALCIBIADES

en mis adentros me pregunto a quiénes convencerá con sus


súplicas: ¿a los más jóvenes, a quienes ha desacreditado ante
el pueblo por actuar con insolencia, por acabar con los
ejercicios gimnásticos y por llevar a cabo acciones impro­
pias de su edad? ¿O a los de mayor edad a cuya vida en
nada ha hecho semejante la suya, sino que más bien ha
despreciado sus costumbres? 40 Pero es lícito ocuparse no
sólo de quienes han transgredido las normas, para que re­
ciban su castigo, sino también de los demás, con el fin de
que, al ver a esa gente, se vuelvan más justos y sensatos.
Pues bien, si me desterráis a mí atemorizaréis a los mejores
hombres, y, en cambio, si castigáis a Alcibiades, a los más
insolentes los volveréis más respetuosos de las leyes.
41 Quiero finalmente que os acordéis de mis servicios.
Fui como embajador a Tesalia, Macedonia, Molosia, Tes-
procia, Italia y Sicilia, y a las ciudades que tenían discre­
pancias las reconcilié, a otras las hice amigas, y a otras más
las separé de vuestros enemigos. Así pues, si cada uno de los
embajadores hubiese actuado del mismo modo tendríais po­
cos enemigos y contaríais con muchos aliados. 42 En cuan­
to a las liturgias no me parece conveniente mencionarlas, a
excepción de que la gran cantidad de gastos requeridos no
los hago del erario sino de mi dinero. A pesar de ello, he
resultado campeón en el concurso varonil de belleza, en el
de carreras de antorchas, en el coro de tragedias, sin golpear
a mis coregos rivales y sin avergonzarme de tener menos
poder que las leyes. Así pues, creo que ciudadanos como yo
merecen mucho más permanecer aquí que ser desterrados.

14
ANDÓCIDES

Π
ΠΕΡΙ ΤΗΣ ΕΑΥΤΟΥ ΚΑΘΟΔΟΥ

1 Εί μέν, ώ άνδρες, έν έτέρφ τφ πράγματι οί παριόντες μή τήν


αυτήν γνώμην έ'χοντες πάντες έφαίνοντο, οΰδέν άν θαυμαστόν
ένόμιζον · οπου μέντοι δει τήν πόλιν έμέ τι ποιήσαι αγαθόν, ή ει τις
ετερος βούλοιτο έμοΰ κακίων, δεινότατον απάντων χρημάτων
ήγοΰμαι, εί τφ μεν δοκεΐ ταΰτα τφ δέ μή, άλλα μή πασιν ομοίως.
Εϊπερ γάρ ή πόλις απάντων τών πολιτευομένων κοινή έστι, καί τά
γιγνόμενα δήπου άγαθά τή πόλει κοινά έστι.
2 Τουτί τοίνυν τό μέγα καί δεινόν πάρεστιν ύμΐν όραν τούς μέν
ήδη πράττοντας, τούς δέ τάχα μέλλοντας· καί μοι μέγιστον θαΰμα
παρέστηκε, τί ποτε ούτοι οί άνδρες δεινώς οΰτως περικάιονται, εϊ τι
ύμας χρή άγαθόν έμοΰ έπαυρέσθαι. Δει γάρ αύτούς ήτοι άμαθε-
στάτους είναι πάντων ανθρώπων, ή τη πόλει ταύτη δυσμενέστα­
τους. Εί μέν γε νομίζουσι της πόλεως εύ πραττούσης καί τά ϊδια
σφών αύτών άμεινον άν φέρεσθαι, αμαθέστατοι είσι τά έναντία
νΰν τη εαυτών ώφελεία σπεύδοντες · 3 εί δέ μή ταΰτά ήγοΰνται
σφίσι τε αύτοΐς συμφέρειν καί τφ ύμετέρφ κοινφ, δυσμενείς άν τη
πόλει είεν· οϊτινες είσαγγείλαντός μου άπόρρητα είς τήν βουλήν
περί τών πραγμάτων, ών άποτελεσθέντων ούκ είσι τη πόλει ταύτη
μείζονες ώφέλειαι, καί τούτων άποδεικνύντος μου τοΐς βουλευταΐς

14 ετερος Reiske, edd. : έτέρως II23 παρέστηκε Reiske, edd. : περέ-


στηκε ||et 84 οϋτω Maid. ||περικαίονται codd. : περικάονται Schiller,
edd. II34 τών del. Dobree, seel. Dal., Alb.

15
π
ACERCA DE SU REGRESO

1 Señores, si en otro asunto quienes suben a la tribuna se


presentaran sin tener todos la misma opinión, no lo juzgaría
extraño; pero, cuando es menester que yo haga un beneficio
a la ciudad (o que alguna otra persona inferior a mí quiera
hacerlo), considero sumamente grave que esto a unos les
parezca bien y a otros no, y que no todos piensen igual. En
efecto, si la ciudad es común a todos los ciudadanos, sin
duda también los beneficios que ella obtiene son comunes.
2 Ahora bien, podéis ver que esta actitud grave y peligro­
sa algunos ya la tienen y otros pronto la tendrán; y a mí me
asombra en extremo por qué esos señores se encienden de
una forma tan violenta si es preciso que vosotros obtengáis
de mí algún beneficio. Sin duda deben ser los más ignoran­
tes de todos los hombres o los más hostiles para con esta
ciudad. En efecto, si piensan que cuando la ciudad prospera
también sus negocips particulares pueden mejorar, son muy
ignorantes al afanarse ahora en contra de su propio interés;
3 pero si no creen que las mismas cosas no les benefician a
ellos en particular y a vosotros en común, podrían ser per­
sonas hostiles a la ciudad. En efecto, cuando en sesión
secreta del Consejo di una información en torno a mis
proyectos públicos, cuya realización constituye el mayor
beneficio para esta ciudad, y cuando presenté a los conse­
jeros pruebas claras y seguras de lo que decía, allí, ni los
que estaban presentes de ellos ni nadie más, fueron capaces

15
ANDÓCIDES

σαφείς τε και βεβαίους τάς αποδείξεις, έκεΐ μέν οΰτε τούτων τών
άνδρών οι παραγενόμενοι έλέγχοντες οΐοί τ’ ήσαν άποδεΐξαι εΐ τι
μή όρθώς έλέγετο, οΰτ’ άλλος οΰδείς, ένθάδε δέ νΰν πειρώνται
διαβάλλειν. 4 Σημεΐον ούν τοΰτο οτι ούτοι ούκ άφ’ αύτών ταΰτα
πράττουσιν (εύθυς γάρ άν τότε ήναντιοΰντο) άλλ’ άπό άνδρών
ετέρων, οΐοί είσιν έν τη πόλει ταύτη, ούδενός άν χρήματος
δεξάμενοι υμάς τι άγαθόν έξ έμοΰ πράξαι. Και αυτοί μέν ουτοι οί
ανδρες οΰ τολμώσι σφας αυτούς εις το μέσον καταστήσαντες
διισχυρίζεσθαι περί τούτων, φοβούμενοι έλεγχον διδόναι εΐ τι είς
ύμας τυγχάνουσι μή εύ φρονοΰντες· ετέρους δέ εΐσπέμπουσι,
τοιούτους ανθρώπους οίς είθισμένοις ήδη άναισχυντεΐν ούδέν
διαφέρει είπεΐν τε καί άκοΰσαι τά μέγιστα τών κακών. 5 Τό δ’
ισχυρόν τοΰτο μόνον εϋροι τις άν αύτών έν τοΐς λόγοις, τάς έμάς
συμφοράς έπί παντί όνειδίζειν, καί ταΰτα έν είδόσι δήπου κάλλιον
ύμΐν, ώστε μηδέν άν τούτων δικαίως τιμήν αύτοΐς τινα φέρειν.
Έμοί δέ, ώ ανδρες, καί τφ πρώτφ τοΰτο είπόντι όρθώς δοκεΐ εί-
ρήσθαι, δτι πάντες άνθρωποι γίγνονται έπί τώ ευ καί κακώς πράτ-
τειν, μεγάλη δέ δήπου καί τό έξαμαρτεΐν δυσπραξία έστί, 6 καί
είσίν ευτυχέστατοι μέν οί έλάχιστα έξαμαρτάνοντες, σωφρο-
νέστατοι δέ οϊ άν τάχιστα μεταγιγνώσκωσι. Καί ταΰτα ού
διακέκριται τοΐς μέν γίγνεσθαι τοΐς δέ μή, άλλ’ έστιν έν τώ κοινώ
πασιν άνθρώποιςκαί έξαμαρτεΐν τι καί κακώς πράξαι. ΤΩν ένεκα,
ώ ’Αθηναίοι, εί άνθρωπίνως περί έμοΰ γιγνώσκοιτε, εΐητε άν άνδρες
εύγνωμονέστεροι. Ού γάρ φθόνου μάλλον ή οίκτου άξιά μοί έστι
τά γεγενημένα- 7 ός είς τοσοΰτον ήλθον δυσδαιμονίας, είτε χρή

37 έλέγχοντες Emperius, edd. : έλέγξοντες ||55 καί del. Emperius,


seel. Dal. ||& μεταγιγνώσκωσι Aldus, edd. : μεταγιγνώσκουσι |) 6
άνδρες post ώ add. Bl.-F., item §§ 17, 22, 24
16
ACERCA DE SU REGRESO

de demostrar con pruebas que yo no decía la verdad; aquí


en cambio, intentan ahora calumniar. 4 Ésta es, por lo
tanto, una prueba de que ellos no actúan por su propia
cuenta (pues de lo contrario se habrían opuesto en aquella
ocasión), sino por otros individuos, como los hay en esta
ciudad, quienes no aceptarían a ningún precio que obtuvie­
rais algún beneficio de mi parte. Y estos mismos señores no
se atreven a sostener su opinión, presentándose personal­
mente en público, pues temen dar pruebas de que sus in­
tenciones no os son favorables, sino que envían a otros in­
dividuos de tal calaña que están acostumbrados de por sí a
actuar con desvergüenza, sin importarles nada decir y escu­
char los peores vituperios. 5 El único argumento fuerte que
se puede encontrar en sus discursos es el de lanzarme en
cualquier oportunidad reproches por mis desgracias; y esto
lo hacen ante vosotros, que sin duda las conocéis mejor, de
modo que nada de esto podría, en justicia, reportarles nin­
gún crédito.
Por mi parte, señores, me parece qite tenía razón el
primero que afirmó que todos los hombres nacen para ser
felices o infelices; que, sin duda, también es una gran des­
gracia equivocarse, 6 y que son más afortunados qviienes
cometen pequeños yerros y más prudentes quienes de in­
mediato se arrepienten. Y no está determinado que a unos
les suceda así y a otros no, sino que todos tienen en común
el equivocarse en algo y el sufrir desdichas. Por esto, ate­
nienses, si juzgáis mi caso humanamente, seréis los hombres
más benevolentes, pues es más digno de compasión que de
encono lo que me ha sucedido a mí, 7 que caí en desgracia
tan grande por causa, hay que decirlo, de mi juventud e in-

16
ANDÓCIDES

είπεΐν νεότητί τε και άνοία τή έμαυτοΰ, εϊτε. και δυνάμει τών


πεισάντων με έλθεΐν είς τοιαύτην συμφοράν τών φρενών, ώστ’
ανάγκην μοι γενέσθαι δυοΐν κακοΐν τοΐν μεγίστοιν θάτερον
έλέσθαι, ή μή βουληθέντι κατειπεΐν τούς ταΰτα ποιήσαντας οΰ περί
έμοΰ μόνου όρρωδεΐν, εΐ τι εδει παθεΐν, άλλά και τόν πατέρα οΰδέν
άδικοΰντα σύν έμαυτφ άποκτεϊναι (οπερ ανάγκη παθεΐν ήν αΰτώ, εί
έγώ μή έβουλόμην ταΰτα ποιήσαι), ή κατειπόντι τά γεγενημένα
αυτόν μέν άφεθέντα μή τεθνάναι, τοΰ δέ έμαυτοΰ πατρος μή φονέα
γενέσθαι. Τί δ’ άν οΰ πρό γε τούτου τολμήσειεν άνθρωπος ποιήσαι;
8 Έγώ τοίνυν έκ τών παρόντων είλόμην ταΰτα, ά έμοί μέν λύπας
έπί χρόνον πλεΐστον οϊσειν εμελλεν, ύμΐν δέ ταχίστην τοΰ παρόντος
τότε κακοΰ μετάστασιν. Άναμνήσθητε δέ έν οϊφ κινδύνφ τε καί
αμηχανία καθέστατε, και δτι οϋτως σφόδρα σφάς αύτούς έπε-
φόβησθε, ώστ’ ούδ’ είς τήν αγοράν ετι έξήτε, έκαστος ύμών
οίόμενος συλληφθήσεσθαι. Ταΰτα τοίνυν ώστε μέν γενέσθαι
τοιαΰτα, πολλοστόν δή τι έγώ μέρος τής αιτίας εύρέθην έχων, ώστε
μέντοι παυθήναι, έγώ είς ών μόνος αίτιος. 9 Καί δμως τό γε
δυστυχέστατος είναι ανθρώπων ούδαμή έκφεύγω, δτε δή προ-
αγομένης μέν τής πόλεως έπί ταύτας τάς συμφοράς ούδείς έμοΰ
ήρχετο γίγνεσθαι δυσδαιμονέστερος, μεθισταμένης δέ πάλιν είς τό
ασφαλές απάντων έγώ άθλιώτατος. "Οντων γάρ κακών τοσούτων τή
πόλει αδύνατον ήν ταΰτα ίαθήναι άλλως ή τφ έμώ αίσχρώ, ώστ’ έν
αύτφ φ έγώ κακώς έ'πραττον, έν τούτφ ύμας σώζεσθαι. Χάριν ουν
είκός με, οΰ μίσος, τφ δυστυχήματι τούτφ φέρεσθαι παρ’ ύμών.

72 άνοία τή έμαυτοΰ Frohberg, edd. : τής έμαυτοΰ ante δυσδαιμονίας


(1. 1) habent codd. ||5 βουληθέντι Aldus, edd. (cf. infra κατειπόντι) :
βουληθέντα II85 έξήτε Lipsius, edd. : έξήειτε ||7 εύρέθην codd. :
ηΰρέθην Lipsius, edd.

17
ACERCA DE SU REGRESO

sensatez, o por influencia de quienes me convenciei-on a


llegar a tal grado de transtorno de mi entendimiento que me
vi obligado a elegir entre las dos peores opciones: una era
que, si no estaba dispuesto a denunciar a los autores de los
hechos, no sólo debía temer por mi vida, si es que debía ser
objeto de algún sufrimiento, sino también condenar a morir
conmigo a mi padre, que no había cometido ningún delito
(lo que le habría sucedido por fuerza si yo no hubiera que­
rido hacer la denuncia); la otra era que, si denunciaba los
sucesos, yo saldría absuelto y no moriría ejecutado y, ade­
más, no me convertiría en el asesino de mi propio padre.
¿Qué cosa no habría osado elegir cualquier persona sino
esto último?
8 En consecuencia, de la alternativa existente, yo escogí
aquello que a mí me iba a provocar sufrimientos durante
muchísimo tiempo, y a vosotros, en cambio, la supresión
inmediata del mal que entonces os aquejaba. Recordad en
qué peligro y tribulación os encontrabais y que estabais tan
temerosos de vosotros mismos que ya ni siquiera al Ágora
salíais, pensando cada uno de vosotros que iba a ser arres­
tado. Pues bien, se descubrió que mi responsabilidad de
que la situación llegara a tal extremo fue mínima y que, en
cambio, yo fui el único causante de que cesara. 9 Y a pesar
de todo, de ningún modo dejo de ser el hombre más
infortunado, ya que, cuando la ciudad era arrastrada a estas
desgracias, ninguno era más desdichado que yo y, cuando
estaba'de nuevo a salvo, yo era el más desgraciado de todos.
En efecto, siendo tantos los males de la ciudad, era imposi­
ble remediarlos de otra forma más que con mi ultraje, de
modo que en donde se hallaba mi desgracia en ello vosotros
encontrabais vuestra propia salvación. Por lo tanto, es razo-

17
ANDÓCIDES

10 Καίτοι έγώ τότ’ αύτδς γνούς τάς έμαυτοΰ συμφοράς, φ τινι


κακών τε καί αισχρών ούκ οΐδ’ ει τι άπεγένετο, τά μέν παρανοία xr\
έμαυτοΰ, τά δ’ ανάγκη τών παρόντων πραγμάτων, εγνων ήδιστον
είναι πράττειν τε τοιαΰτα και διαιτασθαι έκεΐ, δπου ήκιστα μέλλοι-
μι όφθήσεσθαι ΰφ’ ύμών. Επειδή δέ χρόνω ύστερον είσήλθέ μοι,
ώσπερ είκός, έπιθυμία της τε μεθ’ ύμών πολιτείας εκείνης και διαί-
της, έξ ής δευρι μετέστην, εγνων λυσιτελεΐν .μοι ή τοΰ βίου άπηλ-
λάχθαι, ή τήν πόλιν ταύτην αγαθόν τι τοσοΰτον έργάσασθαι, ώστε
ύμών έκόντων είναί ποτέ μοι πολιτεύσασθαι μεθ’ ύμών. 11 Έκ δέ
τούτου ού πώποτε ούτε τοΰ σώματος οΰτε τών δντων έμοί έφεισά-
μην, δπου εδει παρακινδυνεύειν · άλλ’ αύτίκα μέν τότε είσήγαγον
είς στρατιάν ύμών ούσαν έν Σάμφ κωπέας, τών τετρακοσίων ήδη τά
πράγματα ένθάδε κατειληφότων, δντος μοι ’Αρχελάου ξένου
πατρικοΰ καί διδόντος τέμνεσθαί τε καί έξάγεσθαι όπόσους έβου-
λόμην. Τούτους τε είσήγαγον τούς κωπέας, καί παρόν μοι πέντε
δραχμών τήν τιμήν αύτών δέξασθαι ούκ ήθέλησα πράξασθαι
πλέον ή δσου έμοί κατέστησαν, είσήγαγον δέ σΐτόν τε καί χαλκόν ·
12 καί οί άνδρες εκείνοι έκ τούτων παρεσκευασμένοι ένίκησαν
μετά ταΰτα Πελοποννησίους ναυμαχοΰντες, καί τήν πόλιν ταύτην
μόνοι ανθρώπων έσωσαν έν τώ τότε χρόνω. Εΐ τοίνυν μεγάλων αγα­
θών άξια ύμας είργάσαντο εκείνοι, μέρος έγώ ούκ άν έλάχιστον
δικαίως ταύτης της αιτίας έ'χοιμι. Εί γάρ τοΐς άνδράσιν έκείνοις
τότε τά επιτήδεια μή είσήχθη, ού περί τοΰ σφσαι τάς ’Αθήνας 6
κίνδυνος ήν αύτοΐς μάλλον ή περί τοΰ μηδέ αύτούς σωθηναι.,

105 ύστερον seel. F., Dal. ||7 εγνων Aldus, edd. : εγνω II 11^ τήν
στρατιάν Lipsius, Dal. ||6 τέμνεσθαί Dobree, edd. : γενέσθαι || 122
Πελοποννησίους : Πελοπονησίους II 4 άξια codd. : αίτια Blass, edd. ||
είργάσαντο codd. : ήργάσαντο Blass, edd.

18
ACERCA DE SU REGRESO

nable que, debido a mi infortunio, yo obtenga de vosotros


no odio, sino agradecimiento.
10 Así pues, al darme cuenta en aquel entonces de mis
propias desgracias, yo mismo —a quien no sé si le faltó su­
frir algún mal y vergüenza, ya fuera por causa de mi propia
locura o forzado por las circunstancias del momento— ,
comprendí que lo mejor para mí era llevar a cabo mis ne­
gocios yéndome a vivir a un lugar a donde pudierais verme
lo menos posible. Más tarde, sin embargo, como es natural,
con el paso del tiempo, entró en mí el anhelo de compartir
la vida pública y privada vuestra, que había cambiado hasta
ahora, y me di cuenta de que lo que me convenía era quitar­
me la vida o hacer un beneficio tan grande a esta ciudad
que con vuestro consentimiento pudiera vivir algún día co­
mo vuestro conciudadano. 11 Desde entonces nunca jamás
escatimé ni mi vida ni mis bienes, cada vez que he tenido
que arriesgarlos; al contrario, por aquel entonces envié de
inmediato maderos para remos a vuestra armada estaciona­
da en Samos (cuando ya los Cuatrocientos se habían hecho
cargo de los asuntos políticos de aquí), gracias a que Arque-
lao tenía lazos de hospitalidad conmigo por mi padre y me
permitía talar y exportar cuantos quisiera. Envié esos ma­
deros y, aunque podía haber recibido cinco dracmas como
precio, no quise cobrar más de lo que me habían costado;
envié además grano y cobre. 12 Y aquellos hombres, pro­
vistos de estas cosas, vencieron después a los peloponesios
en batalla naval, y fueron los únicos hombres que pusieron
a salvo a la ciudad en aquel entonces. Pues bien, si aquellos
hombres realizaron acciones por vosotros dignas de grandes
beneficios, yo no podría obtener justamente una partici-

18
ANDÓCIDES

13 Τούτων τοίνυν οΰτως έχόντων ούκ όλίγφ μοι παρά γνώμην


εύρέθη τά ένταΰθα πράγματα εχοντα. Κατέπλευσα μέν γάρ ώς
έπαινεθησόμενος ύπό τών ενθάδε προθυμίας τε εΐνεκα καί έπι-
μελείας τών ύμετέρων πραγμάτων· πυθόμενοι δέ τννές με ηκοντα
τών τετρακοσίων έζήτουν τε παραχρήμα, καί λαβόντες ήγαγον εις
τήν βουλήν. 14 Ευθύς δέ παραστάς μοι Πείσανδρος “άνδρες” έ'φη
“βουλευταί, έγώ τον άνδρα τούτον ένδεικνύω ύμΐν σΐτόν τε είς τούς
πολεμίους είσαγαγόντα καί κωπέας”. Καί τό πράγμα ήδη παν
διηγείτο ώς έπέπρακτο. Έν δέ τώ τότε τά έναντία φρονούντες δήλοι
ήσαν ήδη οί έπί στρατιάς δντες τοΐς τετρακοσίοις. 15 Κάγώ
θόρυβος γάρ δή τοιούτος έγίγνετο τών βουλευτών καί έπειδή έγί-
γνωσκον άπολούμενος, εύθύς προσπηδώ προς τήν εστίαν καί
λαμβάνομαι τών ίερών. "Οπερ μοι καί πλείστου άξιον έγένετο έν τώ
τότε· είς γάρ τούς θεούς εχοντα ονείδη ούτοί μ£ μάλλον τών άν-
θρώπων έοίκασι κατελεήσαι, βουληθέντων τε αύτών άποκτεΐναί με
ούτοι ήσαν οί διασωσαντες. Δεσμά τε ύστερον καί κακά οσα τε καί
οια τφ σώματι ήνεσχόμην, μακρόν άν εϊη μοι λέγειν. 16 Ου δή καί
μάλιστ’ έμαυτόν άπωλοφυράμην · δστις τοΰτο μέν έν φ έδόκει ό
δήμος κακοΰσθαι, έγώ άντί τούτου κακά είχον, τοΰτο δέ έπειδή
έφαίνετο <εύ) ύπ’ έμοΰ πεπονθώς, πάλιν αύ καί διά τοΰτ’ έγώ
άπωλλύμην· ώστε οδόν τε καί πόρον μηδαμή ετι είναί μοι εύ-
θαρσεΐν· δποι γάρ τραποίμην, πάντοθεν κακόν τί μοι έφαίνετο

132 εύρέθη codd. : ηύρέθη Lipsius, edd. ||3 εΐνεκα codd. : ενεκα
Lipsius, edd. II152 και del. Reiske, Bl.-F., seel. Maid. Hpost καί vocem
exc. (e. c. κραυγή) stat. F., Alb.; lectionem def. Kalinka (coll. Th. i
72.1), prob. Dal. ||4 έγένετο Emperius, edd. : έγίνετο ||5 εχοντα ονείδη
ούτοί με Sauppe, edd. : εΐχοντά ονείδη ούτοί, οι με ||162 τοΰτο μέν
apogr., edd. : τούτω μέν ||4 εύ add. Aldus, edd. ||5 άπωλλύμην Bekker,
edd. : άπολοίμην ||6 δποι Reiske, edd. : δπου

19
ACERCA DE SU REGRESO

pación mínima de ese mérito. En efecto, si entonces no


hubieran sido enviadas esas provisiones a aquellos hombres,
el peligro para ellos no habría sido salvar a Atenas, sino el
que ellos no fueran salvados.
13 Pues bien, estando así las cosas, la situación política
que había aquí se presentó no poco contra mis propósitos.
En efecto, regresé por mar para que fuera elogiado por
quienes aquí se encontraban por la buena disposición y el
cuidado que ponía en vuestros asuntos. Sin embargo, algu­
nos de los Cuatrocientos, enterados de mi regreso, iniciaron
de inmediato mi búsqueda y, luego de capturarme, me
condujeron ante el Consejo. 14 Al instante Pisandro se
puso a mi lado y dijo: “Señores del Consejo, yo denuncio
ante vosotros a este hombre por haber enviado grano y
maderos a los enemigos”, y en seguida se puso a referir
cómo había sucedido todo el asunto. Ya para ese entonces
se sabía con claridad que los jefes del ejército tenían inten­
ciones opuestas a las de los Cuatrocientos. 15 Por mi parte,
apenas me di cuenta de que estaba perdido (pues empezó a
crearse un gran alboroto entre los consejeros), de inmediato
salté al altar y me aferré a los objetos sagrados, acción que
fue la más conveniente para mí en esos momentos, pues,
aunque había caído en desgracia ante los dioses, éstos,
según parece, tuvieron más compasión de mí que los
hombres, y me pusieron a salvo de quienes habían decidido
matarme. Sería largo para mí contaros el número y natu­
raleza de las torturas físicas que sufrí posteriormente en
prisión. 16 Fue entonces precisamente cuando más que
nunca lamenté mi suerte, pues, por una parte, cuando el
pueblo parecía estar en desgracia, yo era quien sufría en su

19
ANDÓCIDES

έτοιμαζόμενον. ’Αλλ’ όμως και έκ τούτων τοιούτων δντων απαλ­


λαγείς ούκ έστιν δ τι έτερον έργον περί πλείονος έποιούμην ή τήν
πόλιν ταύτην αγαθόν τι έργάσασθαι.
17 Όραν δέ χρή, ώ ’Αθηναίοι, δσω τά τοιαΰτα τών
υπουργημάτων διαφέρει. Τοΰτο μέν γάρ δσοι τών πολιτών τά
ύμέτερα πράγματα διαχειρίζοντες άργύριον ύμΐν έκπορίζουσιν,
άλλο τι ή τά ύμέτερα ύμΐν διδόασι; τοΰτο δέ δσοι στρατηγοί
γενόμενοι καλόν τι τήν πόλιν κατεργάζονται, τί άλλο ή μετά της
τών ΰμετέρων σωμάτων ταλαιπωρίας τε και κινδύνων, και έτι τών
κοινών χρημάτων δαπάνης, ποιοΰσιν υμάς εΐ τι τυγχάνουσιν
αγαθόν; έν φ και άν τι έξαμάρτωσιν, ούκ αΰτοί τής σφετέρας
αύτών άμαρτίας δίκην διδόασιν, άλλ’ ύμεΐς υπέρ τών έκείνοις
ήμαρτημένων. 18 ’Αλλ’ όμως ούτοι στεφανοΰνταί γε ύφ’ υμών και
άνακηρύττονται ώς δντες άνδρες αγαθοί. Καί ούκ έρώ ώς ού
δικαίως· μεγάλη γάρ έστιν άρετή, δστις τήν έαυτοΰ πόλιν ότωοΰν
δύναται τρόπω αγαθόν τι έργάζεσθαι. ’Αλλ’ ούν [τι] γιγνώσκειν γε
χρή, δτι έκεΐνος άν ειη πολύ πλείστου άξιος άνήρ, δστις τοΐς έαυτοΰ
παρακινδυνεύων χρήμασί τε καί σώματι τολμφη άγαθόν τι ποιεΐν
τούς έαυτοΰ πολίτας.
19 Έμοί τοίνυν τά μέν ήδη είς υμάς πεπραγμένα σχεδόν τι
άπαντες άν είδεΐτε, τά δέ μέλλοντά τε καί ήδη πραττόμενα άνδρες
ύμών πεντακόσιοι έν άπορρήτω ϊσασιν [ή βουλή] · οϋς πολλώ δήπου
είκός ήττον άν τι έξαμαρτεΐν, ή εί υμάς δέοι άκούσαντάς τι έν τώ
παραχρήμα νΰν διαβουλεύσασθαι. Οί μέν γε σχολή περί τών

168 ετερον εργον del. Sauppe, seel. Dal. ||If‘,/{ τι del. Reiske, edd.
(seel. Dal.) II192 είδεΐτε Lipsius, edd. : εϊδείητε ||3 [ή βουλή] gl. cens.
edd., seel. Dal., Maid., Alb., del. Valckenaer, Bl.-F. ||4 είκός Aldus,
edd. : είς A

20
ACERCA DE SU REGRESO

lugar y, por otra, cuando éste evidentemente había salido


beneficiado gracias a mí, de nuevo también por ello me veía
a mi vez perdido. De modo que, por ningún lado encon­
traba camino ni salida que me animaran: a dondequiera que
volteara aparecía algún mal preparado en mi contra. No
obstante todo, ahora que ya estoy libre de esas desgracias
tan grandes, no hay tarea que estime más que hacer un
beneficio a esta ciudad.
17 Es necesario observar, atenienses, cuánto difieren de
los de otros mis servicios ya mencionados. Por una parte,
cuando aquellos ciudadanos que administran vuestros asun­
tos os proporcionan dinero, ¿os dan algo que no sea lo que
es vuestro? Por otra, cuando aquellos que obtienen el cargo
de estrategos realizan un buen servicio para la ciudad ¿no es
cierto que lo hacen, si tienen éxito, con el esfuerzo y el
peligro de vuestras vidas, y aun a expensas del Tesoro pú­
blico? Además, cada vez que éstos cometen algún error, no
son ellos los que son castigados por su propia falta, sino
vosotros por los errores cometidos por ellos. 18 A pesar de
todo, ellos son coronados por vosotros y son proclamados
como si fueran grandes hombres. Y no voy a decir que eso
no sea justo, pues es una grande virtud que alguien pueda
hacer, no importa por qué medio, un bien a su propia ciu­
dad. No obstante, es necesario reconocer que sería un varón
digno del mayor elogio aquel que, poniendo en peligro sus
bienes y su vida, osara hacer un beneficio a sus propios
ciudadanos.
19 Pues bien, casi todos podéis conocer lo que por mí se
ha hecho en vuestro beneficio, pero lo que voy a hacer y lo
que ya estoy haciendo sólo quinientos ciudadanos de entre

20
ANDÓCIDES

είσαγγελλομένων σκοποΰνται, υπάρχει τε αύτοΐς, έάν τι έξα-


μαρτάνωσιν, αιτίαν εχειν και λόγον αισχρόν έκ των άλλων πο­
λιτών· ύμΐν δέ ούκ εϊσίν έτεροι ΰφ’ ών αιτίαν (αν) έχοιτε· τά γάρ
ύμέτερα αύτών έφ’ ΰμΐν δικαίως έστι και εύ και κακώς, έάν βού-
λησθε, διαθέσθαι. 20 "Α γε μέντοι έξω τών απορρήτων οΐόν τέ μοί
έστιν είπεΐν είς ύμας ήδη πεπραγμένα, άκούσεσθε. Έπίστασθε γάρ
που ώς ήγγέλθη ΰμΐν δτι ού μέλλει έκ Κύπρου σίτος ήξειν ενταύθα-
έγώ τοίνυν τοιοΰτός τε καί τοσοΰτος έγενόμην, ώστε τούς άνδρας
τούς ταΰτα βουλεύσαντας έφ’ ύμΐν και πράξαντας ψευσθήναι της
αύτών γνώμης. 21 Καί ώς μέν ταΰτα διεπράχθη, ούδέν προΰργου
άκοΰσαι ΰμΐν · τά δέ νυνί βούλομαι ύμας είδέναι, δτι αί μέλλουσαι
νήεςήδη σιταγωγοί καταπλεΐν είς τον Πειραια είσιν ΰμΐν τέτταρες
κα'ι δέκα, αί δέ λοιπαί τών έκ Κύπρου άναχθεισών ήξουσιν άθρόαι
ού πολύ ύστερον. Έδεξάμην δ’ (άν) άντί πάντων χρημάτων είναι έν
άσφαλεΐ φράσαι προς ύμας α καί τη βουλή έν άπορρήτφ είσήγ-
γειλα, όπως αύτόθεν προειδήτε. 22 Νΰν δέ εκείνα μέν τότε δταν
άποτελεσθη γνώσεσθε άμα καί ώφεληθήσεσθε- νΰν δέ, ώ ’Αθη­
ναίοι, εΐ μοι βουληθεΐτε δοΰναι χάριν μικράν τε καί άπονον ύμΐν
καί άμα δικαίαν, πάνυ άν μοι τοΰτο έν μεγάλη ήδονή γένοιτο. Ώ ς
δέ καί δικαία έστίν, εΐσεσθε. "Α γάρ μοι αύτοί γνόντες τε καί
ύποσχόμενοι έ'δοτε, ύστερον δέ έτέροις πειθόμενοι άφείλεσθε,
ταΰθ’ ύμας, εί μέν βούλεσθε, αιτώ, εί δέ μή βούλεσθε, απαιτώ.

198 αιτίαν (αν) Dobree, Dal. Maid. : (αν) αιτίαν lipsius, cett. ||201
οίόν τέ Stephanus, edd. : οΐόν γε ||3 ΰμΐν Valckenaer, edd. : ήμΐν ||6
αύτών Baiter-Sauppe, edd. : αύτών II 212 τά δέ codd., Alb : τάδε (δέ)
Gebauer, cett. ||5 (άν) Dobree, edd. ||7 προειδήτε codd., Alb. : προή-
δετε Blass, cett. ||222 ώφεληθήσεσθε codd., Alb. : ώφελήσεσθε F.,
cett. II3 βουληθεΐτε Lipsius, edd. : βουληθείητε ||7 μή del. Reiske,
Blass, seel. Bl.-F.

21
ACERCA DE SU REGRESO

vosotros lo saben en secreto. Sin duda, es muy natural que


esas personas se equivoquen menos que vosotros en caso de
que fuera necesario que tomarais ahora una decisión
inmediata, luego de haberme escuchado. Ellos, en verdad,
someten a un examen minucioso los reportes y, en caso de
que cometan alguna falta, están sujetos a ser castigados y
ganarse una reputación vergonzosa de los demás ciudada­
nos; vosotros, en cambio, no podéis sufrir ninguna acusa­
ción de terceras personas, pues, como es de justicia, está en
vuestras manos disponer, bien o mal, según os plazca, de
vuestros propios asuntos. 20 Sin embargo, vais a escuchar
las acciones ya realizadas que, a excepción de las que son
secretas, me es posible referiros. Estáis enterados de algún
modo, como se os informó, de que no iba a llegar aquí trigo
desde Chipre. Pues bien, yo fui tan hábil que las personas
que habían planeado y realizado esto en vuestra contra se
vieron frustradas en su intento. 21 No es nada conveniente
que escuchéis cómo se realizó esto, pero sí quiero que se­
páis que en estos momentos catorce embarcaciones carga­
das de trigo para vosotros están por fondear en el Pireo, y
que las restantes ya han zarpado de Chipre y llegarán juntas
poco después. Hubiera preferido, más que todo el oro del
mundo, no haber corrido riesgos y explicaros lo que tam­
bién comuniqué al Consejo en secreto, para que inme­
diatamente lo hubierais sabido con anticipación. 22 Ahora,
en cambio, vais a tener conocimiento de ello y beneficio al
mismo tiempo, una vez que mis proyectos se hagan reali­
dad; pero ahora, atenienses, si pudierais concederme un pe­
queño favor, que no os cuesta nada y que, además, es justo
para mí, sin duda sería un gran placer. Y que es justo, tam­
bién lo vais a saber. En efecto, lo que vosotros mismos una
vez me concedisteis, luego de haberlo decidido y prometi­
do, pero que después, convencidos por otros, me quitasteis,

21
ANDÓCIDES

23 'Ορώ δέ ύμας πολλάκις καί δούλοις άνθρώποις καί ξένοις


παντοδαποΐς πολιτείαν τε δίδοντας και είς χρήματα μεγάλας
δωρειάς, οϊ αν ύμας φαίνωνται ποιοΰντές τι άγαθόν. Καί ταΰτα
μέντοι όρθώς ύμεΐς φρονοΰντες δίδοτε- οϋτω γάρ άν ύπό πλείστων
ανθρώπων εύ πάσχοιτε. Έγώ τοίνυν τοσοΰτον ύμών μόνον δέομαι ·
τό ψήφισμα ό Μενίππου είπόντος έψηφίσασθε, ειναί μοι άδειαν,
πάλιν άπόδοτε. Άναγνώσεται δέ ύμΐν αύτό- ετι γάρ και νΰν
έγγέγραπται έν τφ βουλευτή ρίφ.

(ΨΗΦΙΣΜΑ)

24 Τουτί τό ψήφισμα, δ ήκούσατε ψηφισάμενοί μοι, ώ


’Αθηναίοι, ύστερον άφείλεσθε χάριν έτέρφ φέροντες. Πείθεσθε ούν
μοι, καί ήδη παύσασθε εϊ τφ ύμών διάβολόν χι έν τη γνώμη περί
έμοΰ παρέστηκεν. Εί γάρ δσα οί άνθρωποι γνώμη άμαρτάνουσι, τό
σώμα αυτών μή αίτιόν έστιν, έμοΰ τό μέν σώμα τυγχάνει ταύτόν ετι
δν, δπερ της αιτίας άπήλλακται, ή δέ γνώμη άντί της προτέρας
έτέρα νυνί παρέστηκεν. Ούδέν ούν ετι υπολείπεται οτω αν μοι
δικαίως διαβεβλήσθε. 25 "Ωσπερ δέ τής τότε αμαρτίας τά άπό τών
έ'ργων σημεία έφατε χρήναι πιστότατα ποιούμενοι κακόν με άνδρα
ήγείσθαι, οϋτω καί έπί τη νΰν εύνοία μή ζητείτε έτέραν βάσανον ή
τά άπό τών νυνί έ'ργων σημεία ύμΐν γιγνόμενα. 26 Πολύ δέ μοι
προσήκει ταΰτα μάλλον εκείνων καί τώ γένει συνηθέστερά έστι.
Τάδε γάρ ού ψευσαμένφ μοι λαθεΐν οίόν τ’ έστι τούς γε πρεσ-

232 παντοδαποΐς Stephanus, edd. : παντοδαπής 1|τε δίδοντας Reiske,


edd. : δίδοντας τε ||3 δωρειάς Lipsius, edd. : δωρεάς ||245 έμοΰ
Reiske, edd. : όμοΰ ||5-6 ταΰτόν ετι δν Bekker, edd. : τοΰτ’ άναίτιον ||8
διαβεβλήσθε Bekker, edd. : διαβεβλήσθαι 11253 ήγείσθαι Aldus, edd. :
ήγεΐσθε ||ζητείτε apogr., edd. : ζητήτε
22
ACERCA DE SU REGRESO

esto os lo pido, si así lo queréis, y, si no, os lo exijo. 23


Veo que muchas veces concedéis la ciudadanía y grandes re­
compensas pecuniarias a esclavos y extranjeros de cualquier
procedencia, cuando es evidente que ellos os hacen algún
beneficio. Pues bien, también hacéis estas concesiones,
basados en una correcta reflexión, pues así podríais recibir
un buen trato de la mayoría de los hombres. Ahora bien, yo
sólo os pido que volváis a hacer válido el decreto que apro­
basteis por votación, a propuesta de Menipo, y que me daba
la inmunidad. Se os leerá, pues hasta la fecha aún se
encuentra registrado en la Cámara del Consejo.

<DECRETO>

24 Este decreto que acabais de escuchar, atenienses, aunque


lo votasteis en mi favor, después lo derogasteis por hacer un
favor a otro. Hacedme caso, pues, y ya no persistáis, si es
que alguno de vosotros tiene en su pensamiento una
infundada hostilidad contra mí. En efecto, si es verdad que
cuando los hombres cometen tantas equivocaciones en su
juicio, su persona no es responsable, entonces mi cuerpo
está libre de culpa, pues sigue siendo el mismo, y mi juicio
actual es diferente del de antes. Ya no hay entonces ninguna
razón justa con base en la cual os pongáis en mi contra. 25
Pero, así como afirmasteis que era necesario considerarme
un malvado, al tomar como dignos de toda fe los indicios
de mi falta de entonces, provenientes de mis actos, del
mismo modo, por mi buena disposición actual, no busquéis
otra prueba más que los indicios que tenéis a partir de mis
actos de ahora. 26 Además, mi conducta actual es mucho
más propia de mi persona que mi conducta anterior, y es
más adecuada a mi linaje. En efecto, no es posible que yo
mienta, sin que se den cuenta al menos los mayores de

22
ANDÓCIDES

βυτέρους ύμών δτι ό τοΰ έμοΰ πατρός προπάππος Λεωγόρας στα-


σιάσας προς τούς τυράννους υπέρ τοΰ δήμου, έξόν αΰτφ διαλ-
λαχθέντι της έχθρας και γενομένω κηδεστη άρξαι μετ’ εκείνων τών
άνδρών της πόλεως, ε'ιλετο μάλλον έκπεσεΐν μετά τοΰ δήμου και
φεύγων κακοπαθεΐν μάλλον ή προδότης αυτών καταστήναι. "Ωστ’
έμοιγε και διά τά τών προγόνων εργα εικότως υπάρχει δημοτικώ
είναι, εϊπερ τι άλλά νΰν γε φρονών τυγχάνω. ?Ων και ενεκα είκός
υμάς, έάν χρηστός ών άνήρ είς ύμας φαίνωμαι, προθυμότερόν μου
άποδέχεσθαι τά πραττόμενα.
27 Τό δέ δόντας έμοί την άδειαν άφελέσθαι ύμας, εύ ιστέ δτι
ούδεπώποτεήγανάκτησα· δπου γάρ ύπό τών άνδρών τούτων αυτοί
είς ύμας αυτούς έπείσθητε τά μέγιστα έξαμαρτεΐν, ώστε άντί της
αρχής δουλείαν άλλάξασθαι, έκ δημοκρατίας δυναστείαν κατα-
στήσαντες, τί άν τις ύμών θαυμάζοι καί είς έμέ εϊ τι έπείσθητε
έξαμαρτεΐν; 28 βουλοίμην μέντ’ άν, ώσπερ έν τοΐς ύμετέροις αυτών
πράγμασιν, έπειδή έξουσίαν έλάβετε, τάς τών έξαπατησάντων
ύμας άκυρους έ'θετε βουλάς, οϋτω καί έν ώ περί έμοΰ έπείσθητε
γνώναί τι άνεπιτήδειον, άτελή την γνώμην αύτών ποιήσαι, καί
μήτε έν τούτω μήτε έν έτέρφ τφ τοΐς ύμών αυτών έχθίστοις ομό­
ψηφοί ποτε γένησθε.

26^ προπάππος codd., Raubitschek, Mac., Alb. : πάππος Valckenaer


(coll. i 108), cett. ||8 αυτών codd., Maid., Alb. : αύτοΰ Rosenberg,
cett. II10 άλλα Reiske, edd. : αλλο II27^ θαυμάζοι Aldus, edd. : -ζει

23
ACERCA DE SU REGRESO

vosotros, al decir que Leógoras, el bisabuelo de mi padre,


después de rebelarse contra los tiranos en favor del pueblo
—aun cuando le era posible, después de reconciliarse y
emparentar con ellos, gobernar la ciudad con ellos
mismos—, prefirió huir con el pueblo y sufrir desgracias en
el exilio, antes que convertirse en traidor de éste. De modo
que, para mí en particular, por los hechos de mis
antepasados, naturalmente me es propio ser partidiario de la
democracia, si, al menos ahora, me encuentro en mis
cabales. Por esto mismo, es natural que, si me presento ante
vosotros como un hombre útil, aceptéis de muy buen grado
mis servicios.
27 Bien sabéis que jamás me ha irritado el que me hubie­
rais quitado la inmunidad que antes me habíais otorgado;
en efecto, puesto que fuisteis inducidos por esos hombres a
cometer las peores equivocaciones en contra de vosotros
mismos, de modo que cambiasteis vuestro imperio en servi­
dumbre, al establecer un gobierno oligárquico a partir de
un gobierno democrático, ¿por qué entonces habría de
asombrarse alguno de vosotros de que hubierais sido induci­
dos a cometer una equivocación en contra mía? 28 Desea­
ría, sin embargo, que, así como en vuestros asuntos invali­
dasteis las decisiones de quienes os habían engañado una
vez que tuvisteis la posibilidad, así también en este caso en
el que fuisteis persuadidos a tomar una medida en mi con­
tra, anuléis la propuesta de éstos, y, ni en este caso ni en
ningún otro concordéis en el voto con vuestros peores
enemigos.

23
ANDÓCIDES

I
ΠΕΡΙ ΤΩΝ ΜΥΣΤΗΡΙΩΝ

1 Τήν μέν παρασκευήν, ώ άνδρες, και τήν προθυμίαν τών έχθρών


τών έμών, ώστ’ έμέ κακώς ποιεΐν έκ παντός τρόπου, καί δικαίως και
αδίκως, έξ άρχής έπειδή τάχιστα άφικόμην είς τήν πόλιν ταυτηνί,
σχεδόν τι πάντες έπίστασθε, καί ούδέν δει περί τούτων πολλούς
λόγους ποιεΐσθαι· έγώ δέ, ώ άνδρες, δεήσομαι ύμών δίκαια καί
ύμΐν τε ράδια χαρίζεσθαι καί έμοί άξια πολλοΰ τυχεΐν παρ’ ύμών.
2 Καί πρώτον μέν ένθυμηθήναι δτι νΰν έγώ ήκω ούδεμιάς μοι
ανάγκης οΰσης παραμεΐναι, οΰτ’ έγ/υητάς καταστήσας οΰθ’ ύπό
δεσμών άναγκασθείς, πιστεύσας δέ μάλιστα μέν τώ δικαίω, έπειτα
δέ καί ύμΐν, γνώσεσθαι τά δίκαια καί μή περιόψεσθαί με αδίκως
ύπό τών έχθρών τών έμών διαφθαρέντα, άλλά πολύ μάλλον σώσειν
δικαίως κατά τε τούς νόμους τούς ύμετέρους καί τούς δρκους οϋς
ύμεΐς όμόσαντες μέλλετε τήν ψήφον ρισειν.
3 Εικότως δ’ άν, ώ άνδρες, τήν αυτήν γνώμην έχοιτε περί τών
έθελόντων εις τούς κινδύνους καθισταμένων, ήνπερ αύτοί περί
άύτών έ'χουσιν. 'Οπόσοι μέν γάρ μή ήθέλησαν ύπομεΐναι κα-
ταγνόντες αύτών αδικίαν, εικότως τοι καί ύμεΐς τοιαΰτα περί
αυτών γιγνώσκετε οίά περ καί αύτοί περί σφών αύτών έγνωσαν ·
όπόσοι δέ πιστεύσαντες μηδέν άδικεΐν ύπέμειναν, δίκαιοί έστε καί
ύμεΐς περί τούτων τοιαύτην έχειν την γνώμην οΐ'αν περ καί αύτοί
περί αύτών έσχον, καί μή προκαταγιγνώσκειν άδικεΐν. 4 Αύτίκα

21 Καί del. Baiter, seel. Dal. ||32 έθελόντων codd., Mac. : -οντών
Bekker, cett. || ήνπερ Aldus, edd. : ήπερ ||5 οίά Bekker, edd. : δσα

24
I
ACERCA DE LOS MISTERIOS

1 La intriga, señores, y el celo que mis enemigos han puesto


en perjudicarme por cualquier medio, justo o injusto, desde
el primer momento en que llegué a esta ciudad, todos los
conocéis poco más o menos, de modo que no es necesario
hablar mucho de eso. En cambio, señores, sí os voy a pedir
justicia, que conceder es fácil para vosotros, de quienes yo
también mucho merezco obtenerla. 2 En primer lugar, se
debe considerar que ahora yo comparezco sin tener ningu­
na necesidad de estar aquí, pues no he presentado fiadores
ni he sido obligado por cadenas, sino porque tengo confian­
za, sobre todo en la justicia y, en seguida, también en voso­
tros, en que decidiréis lo que es justo y no permitiréis que
yo sea injustamente arruinado por mis enemigos, sino más
bien me daréis una absolución justa, de acuerdo con vues­
tras leyes y con los juramentos que habéis prestado para
poder depositar el voto.
3 Lógicamente, señores, debéis tener acerca de quienes
voluntariamente afrontan los peligros de un proceso el
mismo juicio que ellos tienen de sí mismos. En efecto, de
cuantos no quisieron permanecer, admitiendo su culpabili­
dad, es lógico que también vosotros deis de ellos exacta­
mente la misma sentencia que ellos dieron de sí mismos; en
cambio, de cuantos han permanecido, confiando en no ser
culpables de nada, también vosotros debéis justamente tener
de ellos exactamente el mismo juicio que tenían de sí mis-

24
ANDÓCIDES

έγώ πολλών μοι άπαγγελλόντων δτι λέγοιεν οί εχθροί ώς άρα έγώ


οΰτ’ αν ύπομείναιμι οίχήσομαί τε φεύγων, —“τί γάρ άν κα'ι βου-
λόμενος ’Ανδοκίδης άγώνα τοσοΰτον ύπομείνειεν, φ εξεστι μέν
άπελθόντι έντεΰθεν έχειν πάντα τά έπιτήδεια, έστι δέ πλεύσαντι είς
Κύπρον, δθεν περ ήκει, γη πολλή καί άγαθή διδόμενη καί δωρεά
ΰπάρχουσα; ούτος άρα βουλήσεται περί τοΰ σώματος τοΰ έαυτοΰ
κινδυνεΰσαι; είς τί άποβλέψας; οΰχ όρα τήν .πόλιν ήμών ώς διά-
κειται;” έγώ δέ, ώ άνδρες, πολύ τήν έναντίαν τούτοις γνώμην έχω.
5 ’Άλλοθι τε γάρ ών πάντα τά αγαθά έχειν στερόμενος της
πατρίδος ούκ άν δεξαίμην, τής πόλεως οϋτω διακειμένης ώσπερ
αύτοί οί έχθροί λέγουσι, πολύ δ’ άν αύτής μάλλον έγώ πολίτης
δεξαίμην είναι ή ετέρων πόλεων, άί ίσως πάνυ μοι δοκοΰσιν έν τώ
παρόντι εύτυχεΐν. 'Άπερ γιγνώσκων έπέτρεψα διαγνώναι ύμΐν περί
τοΰ σώματος τοΰ έμαυτοΰ.
6 Αίτοΰμαι ούν ύμας, ώ άνδρες, εύνοιαν πλείω παρασχέσθαι
έμοί τώ άπολογουμένφ ή τοΐς κατηγόροις, είδότας δτι καν έξ ΐσου
άκροάσθε, άνάγκη τόν άπολογούμενον ελαττον έχειν. Οί μέν γάρ
έκ πολλοΰ χρόνου έπιβουλεύσαντες καί συνθέντες, αύτοί άνευ
κινδύνων δντες, τήν κατηγορίαν έποιήσαντο· έγώ δέ μετά δέους
καί κινδύνου καί διαβολής τής μεγίστης τήν απολογίαν ποιούμαι.
Είκός ούν ύμας έστιν εύνοιαν πλείω παρασχέσθαι έμοί ή τοΐς
κατηγόροις.

45 ante πλεύσαντι tres litterae detersae, unde άποπλεΰσαντι coni.


Blass, Dal., Mak. ||6 γη Valckenaer, edd. : ή ||διδομένη καί δωρεά
(coir, apogr. δωρεά) codd., Mac. : δεδομένη έν δωρεια Koepke, Bl.-F. :
δεδομένη δωρεά Dal., Mak., διδόμενη καί δωρεάν Maid. ||9 τήν seel.
Dal. II52 πόλεως códd. Mac. : τε πόλεως Sluiter, cett. ||3 δ’ αν codd.,
Mac. : δαν (= δή άν) Bl.-F., Mak. : γ’ άν Valckenaer, cett. ||αύτής seel.
Dal. II4 μοι seel. Blass, Dal. ||5 γιγνώσκων apogr., edd. : γιγνώσκω

25
ACERCA DE LOS MISTERIOS

mos, y no presumir anticipadamente que son culpables. 4


Tal es mi caso, pues muchos me tienen informado de que
mis enemigos decían que yo, según éstos, no podría perma­
necer y que seguramente me daría a la fuga: “Pues, ¿qué
intención podría tener Andócides como para sostener un
pleito tan grave, él, quien puede conservar todo lo necesario
yéndose de aquí, y tiene concedida, con embarcarse hacia
Chipre, de donde precisamente viene, mucha tierra fértil y
dones a su disposición? ¿Este hombre de veras va a querer
arriesgar su propia vida? ¿Con qué propósito? ¿No ve la
situación de nuestra ciudad?” Pero yo, señores, tengo una
opinión totalmente opuesta a la de éstos: 5 no aceptaría
tener todos mis bienes viviendo en otro lugar, si estuviera
privado de mi patria, aunque mi ciudad se encuentre en una
situación tan grave, como mis propios enemigos dicen, sino
que mucho más yo preferiría ser ciudadano de ella que de
otras ciudades que acaso me parecen en la actualidad muy
prósperas. Tomando en cuenta lo anterior os confié a
vosotros decidir sobre mi vida.
6 Os pido entonces, señores, que me concedáis a mí, que
me defiendo, una benevolencia mayor que a mis acu­
sadores, a sabiendas de que, aunque escuchéis imparcial-
mente, el que se defiende por fuerza está en desventaja. En
efecto, ellos hicieron la acusación después de elaborar sus
planes y preparar sus intrigas con mucha antelación y sin
correr ningún peligro; yo, en cambio, hago mi defensa con
temor, en peligro y en la mayor calumnia. Es lógico, por lo
tanto, que me concedáis a mí una benevolencia mayor que
a mis acusadores.

25
ANDÓCIDES

7 Έτι δέ και τόδε ένθυμητέον, δτι πολλοί ήδη πολλά και δεινά
κατηγορήσαντες παραχρήμα έξηλέγχθησαν ψευδόμενοι οΰτω
φανερώς, ώστε υμάς πολύ άν ήδιον δίκην λαβεΐν παρά τών κατη­
γόρων ή παρά τών κατηγορουμένων οί δέ αύ, μαρτυρήσαντες τά
ψευδή αδίκως ανθρώπους άπολέσαντες, έάλωσαν παρ’ ΰμΐν
ψευδομαρτυρίων, ήνίκ’ ούδέν ήν ετι πλέον τοΐς πεπονθόσιν. Όπότ’
ούν ήδη πολλά τοιαΰτα γεγένηται, είκός ύμας έστι μήπω τούς τών
κατηγόρων λόγους πιστούς ήγεΐσθαι. Εί μέν γάρ δεινά κατηγόρηται
ή μή, οΐόν τε γνώναι έκ τών τοΰ κατηγόρου λόγων εί δέ αληθή
ταΰτά έστιν ή ψευδή, ούχ οΐόν τε υμάς πρότερον είδέναι πριν άν
καί έμοΰ άκούσητε απολογούμενου.
8 Σκοπώ μέν ούν εγωγε, ώ άνδρες, πόθεν χρή άρξασθαι τής
απολογίας, πότερον έκ τών τελευταίων λόγων, ώς παρανόμως με
ένέδειξαν, ή περί τοΰ ψηφίσματος τοΰ Ίσοτιμίδου, ώς άκυρόν
έστιν, ή περί τών νόμων καί τών δρκων τών γεγενημένων, είτε καί έξ
αρχής υμάς διδάξω τά γεγενημένα. "Ο δέ με ποιεί μάλιστ’ άπορεΐν
έγώ ΰμΐν έρώ, δτι ού πάντες ίσως έπί πάσι τοΐς κατηγορουμένοις
ομοίως όργίζεσθε, άλλ’ έκαστος τι ύμών έχει προς ο βούλοιτο άν με
πρώτον άπολογεΐσθαι· άμα δέ περί πάντων είπεΐν αδύνατον.
Κράτιστον ουν μοι είναι δοκεΐ έξ αρχής ύμάς διδάσκειν πάντα τά
γενόμενα καί παραλιπεΐν μηδέν. ’Άν γάρ όρθώς μάθητε τά
πραχθέντα, ραδίως γνώσεσθ’ ά μου κατεψεύσαντο οί κατήγοροι.
9 Τά μέν ούν δίκαια γιγνώσκειν ύμάς ήγοΰμαι καί αύτούς
παρεσκευάσθαι, οίσπερ έγώ πιστεύσας ύπέμεινα, όρων ύμάς καί έν
τοΐς ίδίοις καί έν τοΐς δημοσίοις περί πλείστου τοΰτο ποιουμένους,

72 έξηλέγχθησαν apogr., edd. : έξηλέχθησαν ||7 γεγένηται Dobree,


edd. : γεγένηνται ||82 λόγων om. LZ, seel. Blass, Dal. ||1° παραλιπεΐν
A, Mac. : παραλείπειν cett. II91 αυτούς Emperius, edd. : λόγους

26
ACERCA DE LOS MISTERIOS

7 Además, también debe considerarse lo siguiente: ya


antes, muchos de los que habían hecho muchas y graves
acusaciones fueron encontrados culpables de calumnia tan
claramente que con mucho más gusto podíais castigar a los
acusadores que a los acusados; pero otros, en cambio, que
con falsos testimonios habían arruinado injustamente a ino­
centes, fueron condenados ante vosotros por falso testimo­
nio, cuando ya no era posible hacer nada por las víctimas.
Así, puesto que ya han sucedido tantos casos como éstos, es
lógico que todavía no consideréis fidedignos los argumentos
de mis acusadores. En efecto, si las acusaciones son graves o
no, es posible determinarlo por las palabras del acusador;
pero si son verdaderas o falsas, no podréis saberlo hasta no
haber escuchado también mi defensa.
8 Ahora bien, señores, por mi parte, busco por dónde
debo iniciar mi defensa, si por los últimos argumentos, de­
mostrando que me denunciaron ilegalmente, o por el decre­
to de Isotímides, demostrando que no es válido, o por las
leyes existentes y los juramentos prestados, o bien si debo
explicaros los sucesos desde el inicio. Pero lo que sobre
todo me hace estar indeciso —yo os lo voy a decir— es que
no todos sentís igualmente el mismo enojo por cada una de
las acusaciones, sino que cada uno querrá que yo me de­
fienda primero de algo en especial. Sin embargo, es imposi­
ble hablar al mismo tiempo de todo. Por lo tanto, me pare­
ce que lo mejor es empezar a explicaros desde el principio
todo lo que sucedió y no omitir nada, porque, si conocéis
correctamente los hechos, fácilmente os daréis cuenta de las
calumnias que mis acusadores han dicho en mi contra.

26
ANDÓCIDES

ψηφίζεσθαι κατά τούς δρκους· δπερ και συνέχει μόνον την πόλιν,
άκόντων τών ού βουλομένων ταΰτα οΰτως εχειν τάδε δέ ύμών
δέομαι, μετ’ εύνοιας μου τήν άκρόασιν τής απολογίας ποιήσασθαι,
και μήτε μοι άντιδίκους καταστήναι μήτε ύπονοεΐν τά λεγάμενα,
μήτε ρήματα θηρεύειν, άκροασαμένους δέ διά τέλους τής απο­
λογίας τότε ήδη ψηφίζεσθαι τοΰτο δ τι άν ύμΐν αύτοΐς άριστον καί
εΰορκότατον νομίζητε είναι.
10 "Ωσπερ δέ καί προεΐπον ύμΐν, ώ άνδρες, έξ αρχής περί
πάντων ποιήσομαι τήν απολογίαν, πρώτον μέν περί αύτής της
αιτίας δθεν περ ή ένδειξις έγένετο, διόπερ είς τον αγώνα τόνδε
κατέστην, περί τών μυστηρίων ώς οΰτ’ έμοί ήσέβηται ούδέν οΰτε
μεμήνυται οΰθ’ ώμολόγηται, ούτ’ οιδα τούς μηνύσαντας ύμΐν περί
αύτών οΰτ’ εί ψευδή οΰτ’ εί άληθή έμήνυσαν · ταΰθ’ ύμας διδάξω.
11 ΤΗν μέν γάρ έκκλησία τοΐς στρατηγοΐς τοΐς είς Σικελίαν,
Νικία καί Λαμάχφ καί ’Αλκιβιάδη, καί τριήρης ή στρατηγίς ήδη
έξώρμει ή Λαμάχου · άναστάς δέ Πυθόνικος έν τώ δήμφ είπεν · “ώ
’Αθηναίοι, ύμεΐς μέν στρατιάν έκπέμπετε καί παρασκευήν
τοσαύτην, καί κίνδυνον άρεΐσθαι μέλλετε· Άλκιβιάδην δέ τόν
στρατηγόν αποδείξω ύμΐν τά μυστήρια ποιοΰντα έν οικία μεθ’
ετέρων, καί έάν ψηφίσησθε άδειαν (φ) έγώ κελεύω, θεράπων ύμΐν
ένός τών ένθάδε άνδρών αμύητος ών έρεΐ τά μυστήρια· εί δέ μή,
χρήσθε έμοί δ τι άν ύμΐν δοκή, έάν μή τάληθή λέγω”. 12 ’Αντι-
λέγοντος δέ ’Αλκιβιάδου πολλά καί έξάρνου δντος έδοξε τοΐς

97 μήτ’ έμοι Maid. ||1θ3 τόνδε apogr., edd. : δέ II 5 οΰτ’ οίδα codd.,
Mac. : ούδ’ οιδα Blass, cett. ||6 ψεύδη Bl.-F., Mak. ||l l 4 ανδρες ante
’Αθηναίοι add. Bl.-F. ||5 άρεΐσθαι Bekker, edd. : αίρεΐσθαι II 7 φ add.
Bekker ||9 χρήσθε έμοί codd., Bl.-F., Mac. : χρήσθε μοι Hickie (coll. §
26^), cett.

27
ACERCA DE LOS MISTERIOS

9 Ahora bien, considero que vosotros decidís lo justo y


que estáis dispuestos a ello, pues permanecí aquí precisa­
mente porque confío en vosotros, viendo que tanto en las
causas privadas como en las públicas consideráis que lo más
importante es votar con apego a los juramentos; y esto es lo
único que mantiene unida a la ciudad, a pesar de quienes
no desean que así sea. Os pido, entonces, que prestéis aten­
ción a mi defensa con benevolencia hacia mí, y que ni os
presentéis como mis adversarios ni toméis mis palabras con
suspicacia ni cacéis mis expresiones, sino que, después de
escuchar hasta el final mi defensa, sólo entonces votéis lo
que os parezca lo mejor para vosotros mismos y lo más con­
forme al juramento.
10 Como ya os lo dije, señores, desde el inicio haré mi
defensa sobre todas las acusaciones, comenzando por el
propio cargo del cual surgió la denuncia, por la que me he
presentado a este pleito: es decir, sobre los misterios, de­
mostrando que no he cometido ninguna impiedad, que
nada he declarado ni lo he confesado, que tampoco conoz­
co a quienes os hicieron declararaciones sobre ello, ni si
esas declaraciones fueron ciertas o falsas. Esto es lo que os
voy a explicar.
11 Estaban en asamblea los estrategos que irían a Sicilia:
Nicias, Lámaco y Alcibiades, y la trirreme capitana, la de Lá-
maco, ya se ponía en movimiento; Pitónico entonces se le­
vantó ante el pueblo y dijo: “Atenienses, estáis por enviar
una expedición con enormes pertrechos y vais a enfrentaros
al peligro, pero mientras tanto el estratego Alcibiades —yo
os lo voy a demostrar— celebra los misterios en una casa
junto con otros, y si votáis dar inmunidad a quien yo pido,

27
ANDÓCIDES

πρυτάνεσι τούς μέν άμυήτους μεταστήσασθαι, αυτούς δ’ ίέναι έπ'ι


τό μειράκιον ο ό Πυθόνικος έκέλευε. Καί φχοντο, και ήγαγον
θεράποντα Άλκιβιάδου [πολεμάρχου]· Άνδρόμαχος αύτω όνομα
ήν. Έπεί δέ έψηφίσαντο αύτω την άδειαν, έ'λεγεν ότι έν ττ| οικία τη
Πουλυτίωνος γίγνοιτο μυστήρια· Άλκιβιάδην μέν οΰν καί Νικίδην
καί Μέλητον, τούτους μέν αύτούς είναι τούς ποιοΰντας,
συμπαρεΐναι δέ καί δράν τά γιγνόμενα καί άλλους, παρεΐναι δέ καί
δούλους, έαυτόν τε καί τον άδελφόν καί Ίκέσιον τον αυλητήν καί
τον Μελήτου δούλον.
13 Πρώτος μέν ούτος ταΰτα έμήνυσε, καί άπέγραψε τούτους- ών
Πολύστρατος μέν συνελήφθη καί άπέθανεν, οί δέ άλλοι φεύγοντες
φχοντο, καί αύτών ύμεΐς θάνατον κατέγνωτε. Καί μοι λαβέ καί
άνάγνωθι αύτών τά ονόματα.
ΟΝΟΜΑΤΑ. Τούσδε Άνδρόμαχος έμήνυσεν· Άλκιβιάδην, Νικίδην,
Μέλητον, Άρχεβιάδην, Άρχιππον, Διογένην, Πολύστρατον, Αρι­
στομένη, Οίωνίαν, Παναίτιον.

14 Πρώτη μέν, ώ άνδρες, μήνυσις έγένετο αΰτη ύπό Άνδρομάχου


κατά τούτων τών άνδρών. Καί μοι κάλει Διόγνητον.

- ?Ησθα ζητητής, ώΔιόγνητε, δτε Πυθόνικος είσήγγειλεν έν τω δήμφ


περί Άλκιβιάδου; - ΤΗν.
-Οισθαούν μηνύσαντα Άνδρόμαχον τά έν τη οικία τη Πουλυτίωνος
γιγνόμενα; -Οΐδα.
-Τά ονόματα ούν τών άνδρών έστι ταΰτα, καθ’ ών έκεΐνος έμήνυσεν;
-Έ σ τι ταΰτα.

125 Άλκιβιάδου [πολεμάρχου] Mac. : άλκιβιάδου πολεμάρχον codd.


: Άρχεβιάδου (τοΰ) Πολεμάρχου Maid. : Πολεμάρχου Reiske, cett. ||135
et τοΰσδε Bl.-F. II Νικίδην Meritt, Mac. : Νικιάδην codd., cett. ||
136 Διογένην codd., Mac. : Διογένη cett. ||7 Οίωνίαν Kirchhoff : ιωνίαν
II14'* 9Hv codd., Mac. : TH Blass, cett.

28
ACERCA DE LOS MISTERIOS

el siervo de una de las personas que estaban allí, aunque no


es iniciado, os hablará de los misterios; y si no, haced de mí
lo que os parezca, si no digo la verdad”. 12 Aunque Alci­
biades respondió con un largo discurso negándolo, los prí-
tanes decidieron sacar a los no iniciados e ir ellos mismos
por el muchacho que Pitónico pedía. Fueron y trajeron a un
criado de Alcibiades cuyo nombre era Andrómaco. Después
que votaron otorgarle la inmunidad, dijo que en la casa de
Pulición se habían estado celebrando los misterios, que Alci­
biades, Nícides y Meleto eran los propios ejecutantes, que
otros habían participado y visto lo que pasaba, y que tam­
bién habían estado presentes unos esclavos y él mismo y su
hermano, Hicesio el flautista y el esclavo de Meleto.
13 Andrómaco fue, pues, el primero que declaró lo an­
terior y que dio los nombres de los siguientes, de entre quie­
nes Polístrato fue arrestado y ejecutado, mientras los demás
se dieron a la fuga y vosotros los condenasteis a muerte.
Ahora toma la lista y lee sus nombres.
NOMBRES. Andrómaco puso en su declaración a los siguientes:
Alcibiades, Nícides, Meleto, Arquebíades, Arquipo, Diógenes, Polís­
trato, Aristómenes, Eonias, Panecio.

14 Esta fue, señores, la primera declaración hecha por An­


drómaco contra esas personas. Ahora llámame a Diogneto.
—¿Diogneto, eras miembro de la comisión de investigación, cuan­
do Pitónico hizo la acusación en la asamblea sobre Alcibiades? —Sí.
—¿Sabes entonces que Andrómaco declaró lo ocurrido en la casa
de Pulición? —Lo sé.
—¿Y son éstos los nombres de las personas contra las que aquél
declaró? —Son éstos.

28
ANDÓCIDES

15 Δευτέρα τοίνυν μήνυσις έγένετο. Τεΰκρος ήν ένθάδε μέτοικος,


δς ωχετο Μέγαράδε ΰπεξελθών, έκεΐθεν δέ έπαγγέλλεται τή βουλή,
εΐ οι άδειαν δοΐεν, μηνύσειν περί τών μυστηρίων, συνεργός ών, καί
τούς άλλους τούς ποιοΰντας μεθ’ έαυτοΰ, καί περί τών Έρμών τής
περικοπής α ήδει. Ψηφισαμένης δέ τής βουλής (ήν γάρ αύτοκράτωρ)
ωχοντο έπ’ αυτόν Μέγαράδε- καί κομισθείς, άδειαν εύρόμενος,
άπογράφει τούς μεθ’ έαυτοΰ. Καί ούτοι κατά τήν Τεύκρου μήνυσιν
ωχοντο φεύγοντες. Καί μοι λαβέ καί άνάγνωθι τά ονόματα αύτών.

ΟΝΟΜΑΤΑ. Τούσδε Τεΰκρος έμήνυσε· Φαιδρόν, Γνιφωνίδην, ’Ισό­


νομον, Ήφαιστόδωρον, Κηφισόδωρον, εαυτόν, Διόγνητον, Σμινδυ-
ρίδην, Φιλοκράτην, Άντιφώντα, Τείσαρχον, Παντακλέα.

Μέμνησθε δέ, ώ άνδρες, δτι καί ταΰθ’ ύμΐν προσομολογεΐται


άπαντα.
16 Τρίτη μήνυσις έγένετο. Ή γυνή Άλκμεωνίδου, γενομένη δέ
καί Δάμωνος (Άγαρίστη όνομα αυτή) αΰτη έμήνυσεν έν τή οικία τή
Χαρμίδου τή παράτό Όλυμπιεΐον μυστήρια ποιεΐν Άλκιβιάδην καί
’Αξίοχον καί ’Αδείμαντον ■καί έφυγον ούτοι πάντες έπί ταυτη τή
μηνύσει.
17 Έ τι μήνυσις έγένετο μία. Λυδός ό Φερεκλέους τοΰ Θημακέως
έμήνυσε μυστήρια γίγνεσθαι έν τή οικία Φερεκλέους τοΰ δεσπότου
τοΰ έαυτοΰ, έν Θημακώ· καί άπογράφει τούς τε άλλους, καί τόν
πατέρα εφη τόν έμόν παρεΐναι μέν, καθεύδειν δέ έγκεκαλυμμένον.

153 περί τε Bl.-F., Maid. ||καί post μηνύσειν transp. Dal., Mak. ||11
Φιλοκράτην codd., Mac. : Φιλοκράτη Schiller, cett. ||Τείσαρχον Blass,
edd. : τισάρχον II161 Άλκμεωνίδου Blass, edd. : άλκμαιονίδου ||3
Όλυμπιεΐον Reiske, edd. : όλύμπιον II 4 ’Αδείμαντον Aldus, edd. :
άδίμαντον II post ’Αδείμαντον lac. stat. Mak. ||εφυγον Blass (coll. §§
263, 358 ^etc.), edd. : εφευγον

29
ACERCA DE LOS MISTERIOS

15 Pues bien, luego hubo una segunda declaración. Teucro


era un meteco domiciliado en Atenas y se fue secretamente a
Megara desde donde propone al Consejo que si le otorga­
ban la inmunidad revelaría, en relación con los misterios
—pues era cómplice—, los nombres de los demás que
habían participado con él, y lo que sabía de la mutilación
de los Hermes. Después que el Consejo hizo la votación,
pues tenía plenos poderes, fueron por él a Megara; luego
que fue traído, obtenida la inmunidad, dio los nombres de
los que estuvieron con él. Y éstos se dieron a la fuga mien­
tras Teucro daba su declaración. Ahora toma la lista y lee
sus nombres.

NOMBRES. Teucro puso en su declaración a los siguientes: Fedro,


Gnifónides, Isónomo, Hefestodoro, Cefisodoro, él mismo,
Diogneto, Esmindírides, Filócrates, Antifonte, Tisarco, Pantacles.

Recordad, señores, que todo esto aún es reconocido ante


vosotros.
16 Hubo una tercera declaración. La mujer de Alcmeó-
nides, que también lo había sido de Damón (cuyo nombre
es Agariste), declaró que en la casa de Cármides, la que está
junto al Olimpeo, Alcibiades, Axíoco y Adimanto celebraban
los misterios; todos ellos huyeron por esa declaración.
17 Hubo una declaración más. Lido, el esclavo de Fere-
cles, de Témaco, declaró que unos misterios se habían esta­
do celebrando en la casa de Ferecles, su propio amo, en
Témaco; dio los nombres de los demás y afirmó que mi
padre se encontraba presente, pero que dormía todo tapa­
do. Espeusipo, un miembro del Consejo, los entrega al
tribunal. Después mi padre presentó fiadores y acusó a Es-

29
ANDÓCIDES

Σπεύσιππος δέ βουλεύων παραδίδωσιν αυτούς τφ δικαστή ρίφ.


Κάπειταό πατήρ καταστήσας έγγυητάς έγράψατο τον Σπεύσιππον
παρανόμων και ήγωνίσατο έν έξακισχιλίοις ’Αθηναίων, και
μετέλαβε δικαστών τοσούτων ούδέ διακοσίας ψήφους 6 Σπεύ­
σιππος. Ό δέ πείσας κα'ι δεόμενος μεΐναι τον πατέρα έγώ ήν μά­
λιστα, είτα δέ και oi άλλοι συγγενείς. 18 Καί μοι κάλει Καλλίαν
καί Στέφανον. Κάλει δέ καί Φίλιππον καί ’Αλέξιππον ούτοι γάρ
είσιν ’Ακουμένου καί Αύτοκράτορος συγγενείς, οϊ έφυγον έπί τη
Λυδοΰ μηνύσει- τοΰ μέν άδελφιδοΰς έστιν Αύτοκράτωρ, τοΰ δέ
θείος ’Ακουμένος- οίς προσήκει μισείν μέν τον έξελάσαντα
εκείνους, εΐδέναι δέ μάλιστα δι’ δντινα έφυγον. Βλέπετε είς
τούτους, καί μαρτυρείτε εί άληθη λέγω.

ΜΑΡΤΥΡΕΣ

19 Τά μέν γενόμενα ήκούσατε, ώ άνδρες, καί ύμΐν οί μάρτυρες


μεμαρτυρήκασιν- ά δέ οί κατήγοροι έτόλμησαν είπεΐν, άνα-
μνήσθητε. Οϋτω γάρ καί δίκαιον άπολογεΐσθαι, άναμιμνήσκοντα
τούς τών κατηγόρων λόγους έξελέγχειν. Έλεξαν γάρ ώς έγώ
μηνύσαιμι περί τών μυστηρίων, άπογράψαιμί τε τον πατέρα τον
έμαυτοΰ παρόντα, καί γενοίμην μηνυτής κατά τοΰ πατρός τοΰ
έμαυτοΰ, λόγον οίμαι πάντων δεινότατόν τε καί άνοσιώτατον
λέγοντες. Ό μέν γάρ άπογράψας αύτόν Λυδός ήν ό Φερεκλέους, ό δέ
πείσας ύπομεΐναι καί μή οϊχεσθαι φεύγοντα έγώ, πολλά ίκετεύσας
καί λαμβανόμενος τών γονάτων. 20 Καίτοι τί έβουλόμην, εί

182 ΜΑΡΤΥΡΕΣ post Στέφανον add. Radermacher, Dal., Mak. ||3et 6


έφυγον Blass, edd. : εφευγον ||191 γενόμενα SIuiter, edd. : γινόμενα ||
ΰμΐν apogr., edd. : ήμΐν ||3 Ουτω ... κοντά Reiske, edd. : ού ... άναμι-
μνησκοντας II7 τε del. Fuhr, seel. Dal., Mak.

30
ACERCA DE LOS MISTERIOS

peusipo de acción ilegal y litigó ante seis mil atenienses, y


de tantos jueces Espeusipo no obtuvo ni doscientos votos.
Quien convenció con ruegos a mi padre de que se quedara
fui yo principalmente y, luego, también mis otros parientes.
18 Ahora llámame a Calias y a Estéfano. Llama también a
Filipo y Aléxipo, pues ellos son familiares de Acúmeno y de
Autocrátor, quienes huyeron por la declaración de Lido: del
primero es sobrino Autocrátor, del segundo es tío Acúmeno;
ellos deben odiar al que desterró a sus familiares y han de
saber mejor que nadie por causa de quién huyeron. Mirad a
éstos y dad testimonio de que digo la verdad.

TESTIGOS

19 Habéis escuchado los sucesos, señores, y los testigos os


han rendido su declaración. Ahora recordad de nuevo lo
que mis acusadores osaron decir, pues también así es justo
defenderse: traer a la memoria las palabras de los acusado­
res para refutarlas. Dijeron, pues, que yo declaré acerca de
los misterios y di el nombre de mi propio padre como vino
de los presentes, y que me hice declarante en contra de mi
propio padre, haciendo ima afirmación que —me parece—
es la más terrible y la más impía de todas, pues quien dio su
nombre fue Lido, el esclavo de Ferecles, y yo, en cambio,
quien lo persuadió a que permaneciera y no se diera a la
fuga, después de mucho suplicarle agarrándome de sus
rodillas. 20 Y en verdad, ¿qué podía pretender yo si hubie­
ra declarado contra mi padre —como éstos dicen— y, al
mismo tiempo, le suplicaba para que al quedarse sufriera un
mal por mi causa? ¿Y mi padre se habría convencido de

30
ANDÓCIDES

έμήνυσα μέν κατά τοΰ πατρός, ώς οΰτοί φασιν, ΐκέτευον δέ τον


πατέρα μείναντά τι παθεΐν ύπ’ έμοΰ; καί ό πατήρ έπείσθη αγώνα
τοιοΰτον άγωνίσασθαι, έν φ δυοΐν τοΐν μεγίστοιν κακοίν ούκ ήν
αύτώ άμαρτεΐν; ή γάρ έμοΰ δόξαντος τά όντα μηνΰσαι κατ’ έκεί-
νου ύπ’ έμοΰ άποθανεΐν, ή αύτώ σωθέντι έμέ άποκτεΐναι. Ό γάρ
νόμος οΰτως είχεν εί μέν τάληθή μηνύσειέ τις, είναι τήν άδειαν, εί
δέτά ψευδή, τεθνάναι. Καί μέν δή τοΰτό γε έπίστασθε πάντες, ότι
έσώθην καί έγώ καί ό έμός πατήρ· οΐόν τε δ’ ούκ ήν, εϊπερ έγώ
μηνυτής έγενόμην περί τοΰ πατρός, άλλ’ ή έμέ ή έκεΐνον εδει άπο-
θανεΐν. 21 Φέρε δή τοίνυν, εί καί ό πατήρ έβοΰλετο ΰπομένειν,
τούς φίλους άν οϊεσθε ή έπιτρέπειν αύτώ μένειν ή έγγυήσασθαι,
άλλ’ ούκ άν παραιτεΐσθαι καί δεΐσθαι άπιέναι όπου άν έμελλεν
αύτός σωθήσεσθαι έμέ τε ούκ άπολεΐν; 22 Άλλά γάρ καί ότε
Σπεύσιππον έδίωκεν ό πατήρ τών παρανόμων, αύτά ταΰτα έλεγεν,
ώς ούδεπώποτε έ'λθοι είς Θημακόν ώς Φερεκλέα· έκέλευε δέ
βασανίσαι τά άνδράποδα, καί μή τούς μέν παραδιδόντας μή
έθέλειν έλέγχειν, τούς δέ μή θέλοντας άναγκάζειν. Ταΰτα δέ
λέγοντος τοΰ πατρός τοΰ έμοΰ, ώς άπαντες ϊστε, τί ύπελείπετο τώ
Σπευσίππφ λέγειν, εί άληθη οϊδε λέγουσιν, άλλ’ ή “ΤΩ Λεωγόρα, τί
βούλει περί θεραπόντων λέγειν; ούχ ό υιός ούτοσί μεμήνυκε κατά
σοΰ, καί φησί σε παρεΐναι έν Οημακώ; έλεγχε συ τον πατέρα, ή
ούκ έστι σοι άδεια.” Ταυτί έλεγεν άν ό Σπεύσιππος, ώ άνδρες, ή ου;
έγώ μέν οίμαι. 23 Εί τοίνυν άνέβην έπί δικαστήριον, ή λόγος τις
περί έμοΰ έγένετο, ή μήνυσίς τις έμή έστιν ή άπογραφή, μή ότι έμή

2ί)5 γάρ del. Dobree, seel. Dal. ||8 ψευδή Dal., Maid., Mac. : ψεύδη
cett. 1121-3 άν codd., Mac. : del. Dobree, seel. cett. ||223 ελθοι apogr.,
edd. : ελθη ||7 Λεωγόρα Bekker, edd. : λεωγρ’ (λεω cum lac. B) ||8
βούλει codd., Mac. : βούλη cett. ||μεμήνυκε apogr., edd. : μεμΰνηκε ||
232 έστιν ή Reiske, edd. : έστιν ή

31
ACERCA DE LOS MISTERIOS

afrontar tal pleito en el que no le era posible escapar de dos


grandísimos males? En efecto, él debería morir por mi causa
si el veredicto era que yo había declarado con la verdad en
su contra, o bien me habría hecho morir si él salía absuelto,
pues la ley era así: “Si alguien declara con la verdad que se
le otorgue la inmunidad, y si con mentiras, que sea ejecuta­
do”. Y todos sabéis efectivamente que tanto mi padre como
yo nos salvamos. Pero si yo realmente hubiera sido
declarante contra mi padre, no habría sido posible más que
yo o él muriera. 21 Pues bien, veamos. Aunque mi padre
hubiera querido sostener el juicio, ¿creen que sus amigos le
habrían permitido quedarse o que habrían sido sus fiadores,
pero no le habrían pedido y suplicado que se fuera a donde
él pudiera estar a salvo y no causar mi perdición? 22 Ahora
bien, cuando mi padre acusó a Espeusipo de acción ilegal,
decía las mismas cosas: que nunca jamás había ido a Téma-
co a casa de Ferecles, y demandaba torturar a los esclavos y
que no se impidiera hacer el interrogatorio a los que los
entregaban, sino, al contrario, obligar a los que no querían.
Al decir esto mi padre, como todos lo sabéis, a Espeusipo
no le quedaba sino decir, si éstos dicen la verdad:
“Leógoras, ¿por qué quieres hablar de siervos? ¿No ha
declarado en tu contra tu hijo que está aquí y dice que tú
estabas presente en Témaco? Tú refuta a tu padre o no
tendrás inmunidad”. ¿Esto habría dicho Espeusipo, señores,
o no? Yo creo que sí. 23 Ahora, si me presenté ante un
tribunal o hubo alguna argumentación acerca de mí o si hay
alguna declaración mía o una denuncia escrita, no sólo mía
contra otro, sino también de algún otro contra mí, que me
lo pruebe el que quiera subiendo aquí al estrado. Sin embar-

31
ANDÓCIDES

καθ’ έτέρου, άλλ’ εί καί άλλου τινός κατ’ έμοΰ, έλεγχέτω με ο


βουλόμενος ένταΰθα άναβάς. Άλλά γάρ λόγον άνοσιώτερον καί
άπιστότερον οΰδένας πώποτ’ έγώ ειπόντας οίδα, όί τοΰτο μόνον
ήγήσαντο δεΐν, τολμήσαι κατηγορήσαι· εί δ’ έλεγχθήσονται
ψευδόμενΟι, οΰδέν αύτοΐς έμέλησεν. 24 "Ωσπερ ούν, εί άληθή ήν
ταΰτα ά μου κατηγόρησαν, έμοί άν ώργίζεσθε καί ήξιοΰτε δίκην
τήν μεγίστην έπιτιθέναι, οΰτως άξιώ υμάς, γιγνώσκοντας οτι
ψεύδονται, πονηρούς τε αυτούς νομίζειν, χρήσθαί τε τεκμηρίω οτι
εί τά δεινότατα τών κατηγορηθέντων περιφανώς ελέγχονται
ψευδόμενοι, ή που τά γε πολλώ φαυλότερα ραδίως ύμΐν άποδείξω
ψευδομένους αυτούς.
25 Αί μέν μηνύσεις ώδε περί τών μυστηρίων αύται έγένοντο τέτ-
ταρες· οΐ δέ έ'φυγον καθ’ έκάστην μήνυσιν, άνέγνων ύμΐν τά
ονόματα αυτών, καί οί μάρτυρες μεμαρτυρήκασιν. ’Έτι δέ προς
τούτοις έγώ πιστότητος ύμών ένεκα, ώ άνδρες, τάδε ποιήσω. Τών
γάρ φυγόντων έπί τοΐς μυστηρίοις οί μέν τινες άπέθανον φεύγοντες,
οί δ’ ήκουσιν καί είσιν ένθάδε καί πάρεισιν ύπ’ έμοΰ κεκλημένοι.
26 Έγώ ούν έν τώ έμώ λόγφ δίδωμι τώ βουλομένω έμέ έλέγξαι δτι
έφυγε τις αύτών δι’ έμέ ή έμήνυσα κατ’ αύτοΰ, ή ούχ έκαστοι
έφυγον κατά τάς μηνύσεις ταύτας ας έγώ ύμΐν άπέδειξα. Καί έάν
τις έλεγξη με δτι ψεύδομαι, χρήσασθέ μοι δ τι βούλεσθε. Καί
σιωπώ, καί παραχωρώ, εί τις άναβαίνειν βούλεται.

23^-5 άνοσιώτερον καί άπιστότερον Reiske, edd. : -τατον καί -τατον II


5 ούδένας ... ειπόντας B ekker, Bl.-F., Maid., M ac. : ούδένα ... εϊπόντα
Lipsius, D al., Mak. (ούδένα ... ειπόντας A ) ||242 μου D ob ree, edd. : με |
|
6 τάγε Bekker, edd. : τάγα ||252 έ'φυγον Blass, edd. : εφευγον | |4 ύμΐν
pro ύμών cum Richards corr. Mak. ||5 φυγόντων Blass, edd. : φευγ. ||
έπί Reiske, edd. : έν II261 με pro έμέ Dal. ||2 κατ’ αύτοΰ codd., Mac. :
κατά του Sluiter, cett. ||5 βούλεται Bekker, edd. : βοΰληται

32
ACERCA DE LOS MISTERIOS

go, yo no he sabido de nadie que alguna vez hablara de una


forma más impía y menos digna de crédito que ellos, quie­
nes pensaron que lo único necesario era atreverse a acusar,
sin importarles en lo más mínimo que fueran a ser encon­
trados culpables de calumnia. 24 Pues bien, así como os
indignaríais contra mí y me consideraríais digno de
aplicarme la pena máxima si fueran ciertas las acusaciones
que me han hecho, del mismo modo considero justo que, a
sabiendas de que mis acusadores mienten, los consideréis
unos miserables y toméis como evidencia que, si se de­
muestra claramente que son falsos en sus cargos más serios,
sin duda me será fácil demostraros que ellos mienten en sus
cargos mucho más leves.
25 Así, las declaraciones acerca de los misterios fueron
las cuatro anteriores; he hecho que se os leyeran a ustedes
los nombres de quienes huyeron por cada declaración, y los
testigos han presentado su testimonio. Pero, además de eso,
para que confiéis en mí, señores, todavía voy a hacer lo
siguiente: de los que huyeron por el asunto de los misterios
algunos murieron en el exilio, pero otros han regresado, se
encuentran aquí en la ciudad y están presentes citados por
mí; 26 pues bien, yo permito que, en mi turno de hablar,
cualquiera que lo desee me refute, demostrando que alguno
de ellos huyó por mi culpa o que yo declaré contra él o
bien que cada uno no huyó a consecuencia de estas de­
claraciones que yo os he expuesto. Si alguno llega a dar
pruebas de que miento, haced conmigo lo que queráis.
Ahora callo y dejo el estrado por si alguien quiere subir...

32
ANDÓCIDES

27 Φέρε δή, ώ άνδρες, μετά ταΰτα τί έγένετο; έπειδή αί μηνύσεις


έγένοντο, περί τών μηνύτρων (ήσαν γάρ κατά τδ Κλεωνύμου ψή­
φισμα χίλιαι δραχμαί, κατά δέ τό Πεισάνδρου μύριαι) περί δέ
τούτων ήμφεσβήτουν ούτοί τε οί μηνύσαντες καί Πυθόνικος,
φάσκων πρώτος εΐσαγγεΐλαι, καί Ανδροκλής ύπέρ τής βουλής.
28 Έδοξεν ούν τφ δήμφ έν τώ τών θεσμοθετών δικαστή ρίφ τούς
μεμυημένους, άκούσαντας τάς μηνύσεις ας έκαστος έμήνυσε,
διαδικάσαι. Καί έψηφίσαντο πρώτφ μέν Άνδρομάχφ, δευτέρφ δέ
Τεύκρφ, καί έ'λαβον Παναθηναίων τώ άγώνι Άνδρόμαχος μέν
μυρίας δραχμάς, Τεΰκρος δέ χιλίας. Καί μοι κάλει τούτων τούς
μάρτυρας.

ΜΑΡΤΥΡΕΣ

29 Περί μέν τών μυστηρίων, ώ άνδρες, ών εΐνεκα ή ένδειξις έγένετο


καί περί ών ύμεΐς οί μεμυημένοι είσεληλύθατε, άποδέδεικταί μοι ώς
ούτε ήσέβηκα ούτε μεμήνυκα περί ούδενός ούτε ώμολόγηκα περί
αύτών, ούδέ έστι μοι άμάρτημα περί τώ θεώ ούτε μεΐζον οΰτ’
έ'λαττον ούδέν. "Οπερ έμοί περί πλείστου έστίν ύμας πεΐσαι. Καί
γάρ οί λόγοι τών κατηγόρων (ταΰτα τά δεινά καί φρικώδη άν-
ωρθίαζον, καί λόγους είπον ώς πρότερον ετέρων άμαρτόντων καί
άσεβησάντων περί τώ θεώ, οία έκαστος αύτών έπαθε καί έτι-
μωρήθη) 30 τούτων ούν έμοί τών λόγων ή τών έργων τί προσηκει; έγώ
γάρ πολύ μάλλον εκείνων κατηγορώ, καί δι’ αύτό τοΰτό φημι δεΐν
έκείνους μέν άπολέσθαι, δτι ήσέβησαν, έμέ δέ σφζεσθαι, δτι ούδέν

282 μηνύσεις apogr., edd. : μυνήσεις H291 εΐνεκα codd., Mac. : ενε­
κα Lipsius, cett. ]|3 μεμήνυκα apogr., edd. : μεμΰνηκα ||5 ούδέν A. Β1.-
F., Dal., Mac. : ούδέ εν apogr., Β1., cett. ||6 (ταΰτα Mac. : (οϊ) ταΰτα
Blass, cett. ||302 εκείνων ταΰτα Blass, Dal., Mak.

33
ACERCA DE LOS MISTERIOS

27 Prosigamos, señores. Luego de esto, ¿qué sucedió?


Después que se dieron las declaraciones, acerca de las re­
compensas (según el decreto de Cleónimo eran mil dracmas
y según el de Pisandro, diez mil), acerca de ellas discutían
tanto los declarantes mencionados como Pitónico, quien
afirmaba que él había sido el primero en hacer la acusación,
y Androcles, en favor del Consejo. 28 Entonces la Asamblea
decidió que los iniciados, reunidos en el tribunal de los
tesmotetas, dieran el fallo después de escuchar las declara­
ciones que cada uno había hecho, y votaron en primer lugar
en favor de Andrómaco y en segundo, de Teucro. Así, An-
drómaco recibió diez mil dracmas en el festival de las Pana-
teneas y Teucro mil. Ahora, llámame a los testigos de esto.

TESTIGOS

29 En relación con los misterios, señores, por cuya causa


surgió la denuncia y por los cuales vosotros, los iniciados,
habéis entrado aquí, queda demostrado por mí que ni co­
metí impiedad, ni declaré sobre nadie, ni confesé ser culpa­
ble en relación con ellos, y que no he cometido ninguna
falta para con las dos diosas, ni mayor ni menor. Lo que
precisamente me importa es antes que nada convenceros.
En efecto, las palabras de mis acusadores —gritaban en voz
alta cosas terribles y horrendas, y contaron qué penas tan
graves antes había sufrido cada vino de aquellos que habían
cometido faltas y actos impíos para con las dos diosas, y qué
castigos habían recibido—, 30 de esas palabras, pues, y de
esos actos ¿qué me atañe? Yo con mucha más fuerza los

33
ANDÓCIDES

ήμάρτηκα. ’Ή δεινόν γ’ αν ε’ίη, εί έμοί όργίζοισθε έπί τοΐς ετέρων


άμαρτήμασι, καί την είς έμέ διαβολήν είδότες δτι ύπό τών έχθρών
τών έμών λέγεται, κρείττω της άληθείας ήγήσεσθε. Δηλονότι γάρ
τοΐς μέν ήμαρτηκόσι τά τοιαΰτα αμαρτήματα ούκ έστιν απολογία
ώς ούκ έποίησαν · ή γάρ βάσανος δεινή παρά τοΐς είδόσιν · έμοί δέ 6
έλεγχος ήδιστος, έν οίς ύμών ούδέν με δει δεόμενον ούδέ
παραιτούμενον σωθήναι έπί τοιαύτη αιτία, άλλ’ έλέγχοντα τούς
τών κατηγόρων λόγους. 31 Καί ύμας άναμιμνήσκω τά γεγενημένα,
ο'ιτινες δρκους μεγάλους όμόσαντες οϊσετε τήν ψήφον περί έμοΰ,
καί άρασάμενοι τάς μεγίστας άράς ύμΐν τε αύτοΐς καί παισί τοΐς
ύμετέροις αύτών, ή μήν ψηφιεΐσθαι περί έμοΰ τά δίκαια, προς δέ
τούτοις μεμύησθε καί έοράκατε τοΐν θεοΐν τά ιερά, ϊνα τιμωρήσητε
μέν τούς άσεβοΰντας, σφζητε δέ τούς μηδέν άδικοΰντας. 32
Νομίσατε τοίνυν άσέβημα ούδέν έλαττον είναι τών μηδέν
ήδικηκότων άσεβεΐν καταγνώναι ή τούς ήσεβηκότας μή τι-
μωρεΐσθαι. "Ωστ’ έγώ ύμΐν πολύ μάλλον τών κατηγόρων προς τοΐν
θεοΐν έπισκήπτω, ύπέρ τε τών ιερών ά εΐδετε, καί ύπέρ τών Ελλήνων
όι της εορτής ενεκεν έ'ρχονται δεΰρο· εί μέν τι ήσέβηκα ή ώμολό-
γηκα ή έμήνυσα κατά τίνος ανθρώπων, ή άλλος τις περί έμοΰ,
άποκτείνατέ με· ού παραιτούμαι- 33 εΐ δέ ούδέν ήμάρτηται μοι,
καί τοΰτο ύμΐν άποδείκνυμι σαφώς, δέομαι ύμών αύτό φανερόν τοΐς

3θ6 ήγήσεσθε codd., Dal., Mac. : ήγήσαισθε Reiske, cett. || 7


Δηλονότι γάρ codd., Mac. : Δήλον γάρ δτι Naber, cett. ||8 ή post δεινή
add. Blass, Bl.-F. ||10 τοιαύτη codd., Mac. : τη τοιαύτη Weidner, cett. ||
311 Καί... άναμιμνήσκω codd., Mac. : καί ... άναμιμνήσκοντα Reiske,
cett. (num. 31 post γεγενημένα ins.) ||2 οϊτινες Mac. : οι'τινες cett, ||3
περί έμοΰ del. Naber, seel. Dal. ||5 έοράκατε Lipsius, edd. : έωράκατε II
321’2 τών ... ήδικηκότων Lipsius, edd. : τούς ... ήδικηκότας ||5 ενεκεν
codd., Mac., : ενεκα Blass, cett.

34
ACERCA DE LOS MISTERIOS

acuso, y por esto mismo afirmo que ellos deben morir, por­
que cometieron impiedad, y que yo, en cambio, debo ser
absuelto, porque no he cometido falta alguna. Sería de veras
lamentable que os indignarais conmigo por las faltas de
otros y que la calumnia en mi contra, a sabiendas de que
mis enemigos la dicen, la consideréis más poderosa que la
verdad. Evidentemente, en efecto, quienes han cometido
faltas tan graves no pueden rechazar que no las cometieron,
pues la prueba de quienes saben la verdad es terrible. Para
mí, en cambio, la refutación es gratísima en un proceso en
el que nada tengo que rogaros ni suplicaros para salir ab­
suelto por una acusación como ésta, sino que me basta refu­
tar las palabras de mis acusadores. 31 Y os recuerdo los su­
cesos a vosotros, quienes vais a depositar el voto sobre mí,
después de haber hecho solemnes juramentos y de haber
proferido las peores maldiciones sobre vosotros mismos y
vuestros propios hijos, ciertamente por dar el voto justo so­
bre mí; además, sois iniciados y habéis contemplado los ob­
jetos sagrados de las dos diosas, para tomar venganza de los
sacrilegos y salvar a los inocentes. 32 Debéis, por lo tanto,
considerar que en nada es una impiedad menor condenar
por impiedad a los que en nada han faltado que el no ven­
garse de quienes han cometido impiedad. De modo que yo,
mucho más que mis acusadores, por las dos diosas, os con­
juro, en nombre de los objetos sagrados que habéis visto y
en nombre de los griegos que con motivo de la fiesta llegan
aquí, a que me condenéis a muerte si cometí un acto impío
o confesé el hecho o declaré contra algún hombre, o algún

34
ANDÓCIDES

Έλλησι πάσι ποιήσαι, ώς αδίκως είς τόνδε τόν αγώνα κατέστην.


Έάν γάρ μή μεταλάβη τό πέμπτον μέρος τών ψήφων και άτιμωθή ό
ένδείξας έμέ Κηφίσιος οΰτοσί, ούκ έ'ξεστιν αύτώ είς τό ιερόν τοΐν
θεοΐν είσιέναι, ή άποθανεΐται.
Εί ούν ύμΐν δοκώ ίκανώς περί τούτων άπολελογήσθαι, δηλώσατε
μοι, ι'να προθυμότερον περι τών άλλων άπολογώμαι.
34 Περι δέ τών άναθημάτων τής περικοπής καί τής μηνύσεως,
ώσπερ και ΰπεσχόμην ύμΐν, οϋτω και ποιήσω· έξ άρχής γάρ υμάς
διδάξω άπαντα τά γεγενημένα. Επειδή Τεΰκρος ήλθε Μεγαρόθεν,
άδειαν εΰρόμενος, μηνύει περί τε τών μυστηρίων ά ήδει καί τών
περικοψάντων τά αναθήματα, καί άπογράφει δυοΐν δέοντας εί'κο-
σιν άνδρας. Επειδή δέ ούτοι άπεγράφησαν, οί μέν αύτών φεύ-
γοντες ωχοντο, οί δέ συλληφθέντες άπέθανον κατά τήν Τεύκρου
μήνυσιν. Καί μοι άνάγνωθι αύτών τά ονόματα.

35 ΟΝΟΜΑΤΑ. Τεΰκρος έπί τοΐς Έρμαΐς έμήνυσεν Εΰκτήμονα,


Γλαύκιππον, Εύρύμαχον, Πολύευκτον, Πλάτωνα, Άντίδωρον, Χά-
ριππον, Θεόδωρον, Άλκισθένην, Μενέστρατον, Έρυξίμαχον, Εϋ-
φίλητον, Εϋρυδάμαντα, Φερεκλέα, Μέλητον, Τιμάνθην, Άρχίδαμον,
Τελένικον.

Τούτων τοίνυν τών άνδρών οί μέν ήκουσι καί είσιν ένθάδε, τών δέ
άποθανόντων είσί πολλοί προσήκοντες· ών δστις βούλεται, έν τώ
έμώ λόγω άναβάς με έλεγξάτω ή ώς έ'φυγέ τις δι’ έμέ τούτων τών
άνδρών ή ώς άπέθανεν.

33^ Κηφίσιος Stephanus, edd. : κηφήσιος 1134^ καί τών Aldus, Bl.-F.,
Dal., Mac. : έκ τών codd. : καί έκ τών Lipsius, Maid. : καί τών ante α
ήδει transp. Mak. ||5 καί seel. Dal., del. Maid. ||35·^ Άλκισθένην
codd., Mac. : -σθένη Schiller, cett. ||Έρυξίμαχον Stephanus, edd. :
έυρυξ. II4 Εύρυδάμαντα apogr., edd. : -μαδάντα II Τιμάνθην codd.,
Mac. : Τιμάνθη Schiller, cett.

35
ACERCA DE LOS MISTERIOS

otro declaró sobre mí; no suplico; 33 pero, si en nada he


faltado, cosa que os estoy demostrando claramente, os
ruego que hagáis manifiesto a todos los griegos que he
tenido que afrontar injustamente este pleito. En efecto, si
quien me denunció, Cefisio, aquí presente, no obtiene la
quinta parte de los votos y es castigado con la proscripción,
no le será permitido entrar en el santuario de las dos diosas,
bajo pena de muerte.
Por lo tanto, si os parece que me he defendido lo sufi­
ciente sobre estos cargos, manifestádmelo para que me de­
fienda con más ánimo de los demás.
34 En cuanto a la mutilación de las estatuas y a la decla­
ración, tal como os lo prometí, lo haré: desde el principio
os explicaré todos los sucesos. Luego que Teucro vino de
Megara, obtenida la inmunidad, declara lo que sabía acerca
de los misterios y de los que mutilaron las estatuas dio
dieciocho nombres. Una vez que éstos fueron acusados,
unos se dieron a la fuga y otros fueron arrestados y ejecu­
tados conforme a la declaración de Teucro. Ahora, léeme
sus nombres.

35 NOMBRES: Teucro puso en su declaración sobre los Hermes a


Euctemón, Glaucipo, Eurímaco, Polieucto, Platón, Antidoro,
Caripo, Teodoro, Alcístenes, Menéstrato, Erixíniaco, Eufileto,
Euridamante, Ferecles, Meleto, Timantes, Arquidamo, Telenico.

Pues bien, de entre estos hombres, algunos han vuelto y es­


tán aquí y de los que han muerto hay muchos parientes. De
entre ellos, quien quiera, en el tiempo de mi discurso, que
suba y me refute con pruebas de que alguno de estos hom­
bres huyó o fue ejecutado por mi culpa...

35
ANDÓCIDES

36 Επειδή δέ ταΰτα έγένετο, Πείσανδρος καί Χαρικλής, δντες


μέν των ζητητών, δοκοΰντες δ’ έν έκείνω τφ χρόνφ εύνούστατοι
είναι τφ δήμφ, έλεγον ώς εΐη τά έργα τά γεγενημένα ούκ ολίγων
άνδρών άλλ’ έπί τη τοΰ δήμου καταλύσει, καί χρήναι ετι ζητεΐν καί
μή παύσασθαι. Καί ή πόλις οΰτως διέκειτο, ώστ’ επειδή τήν βουλήν
είςτό βουλευτήριον ό κηρυξ άνείποι ΐέναι καί τό σημεΐον καθέλοι,
τώ αύτώ σημείφ ή μέν βουλή είς τό βουλευτήριον ηει, οί δ’ έκ της
αγοράς έ'φευγον, δεδιότες είς έκαστος μή συλληφθείη.
37 Έπαρθείς ούν τοΐς της πόλεως κακοΐς, είσαγγέλλει Διο-
κλείδης εις την βουλήν, φάσκων είδέναι τούς περικόψαντας τούς
Έρμας, καί είναι αύτούς εις τριακοσίους· ώς δ’ ί'δοι καί περιτύχοι
τώ πράγματι, έλεγε. Καί τούτοις, ώ άνδρες, δέομαι ύμών προσ­
έχοντας τον νοΰν άναμιμνήσκεσθαι, έάν άληθη λέγω, καί δι-
δάσκειν άλλήλους · έν ύμΐν γάρ ησαν οί λόγοι, καί μοι ύμεΐς τούτων
μάρτυρές έστε.
38 Έφη γάρ είναι μέν άνδράποδόν οί έπί Λαυρείφ, δεΐν δέ κο-
μίσασθαι άποφοράν. Άναστάς δέ πρφ ψευσθείς της ώρας βα-
δίζειν- είναι δέ πανσέληνον. Έπεί δέ παρά τό προπύλαιον τοΰ
Διονύσου ήν, όράν άνθρώπους πολλούς άπό τοΰ φδείου κα-
ταβαίνοντας είς τήν ορχήστραν ■δείσας δέ αύτούς, εΐσελθών ύπό
τήν σκιάν καθέζεσθαι μεταξύ τοΰ κίονος καί της στήλης έφ’ ή ό
στρατηγός έστιν ό χαλκούς. Όράν δέ άνθρώπους τον (μέν) άριθμόν
(μάλιστα) τριακοσίους, έστάναι δέ κύκλφ άνά πέντε καί δέκα

36 ^ |Χι ζητεΐν codd., Dal., Mak., Mac. : έπιζητεΐν Dobree, Bl.-F.,


Maid. II5 οϋτω Maid. ||6 άνείποι Schoemann : άνείπη II8 έ'φευγον Baiter,
edd. : έ'φυγον. II371'2 Διοκλείδης Aldus, edd. : Αιό καί δίς ||38 1 Λαυ-
ρείω Aldus, edd. : λαυρίφ ||2 πρω Bekker, edd. : πρωί ||6 του codd.,
Maid. : του Lipsius, cett. II78 μέν... μάλιστα e Galeno (xviii A, p. 450
Kuehn) add. Sluiter, edd.

36
ACERCA DE LOS MISTERIOS

36 Después de estos sucesos, Pisandro y Caricles, que


eran miembros de la comisión de investigación, considera­
dos en aquellos días como los más fervientes partidarios de
la democracia, decían que los hechos ocurridos no se de­
bían a unos cuantos hombres, sino que tendían al derro­
camiento del régimen democrático, y que era necesario pro­
seguir la investigación y no detenerse. Y la ciudad estaba en
tal situación que, tan pronto como el heraldo anunciaba al
Consejo que entrara a su cámara, y bajaba la señal, a esa
misma señal el Consejo entraba a la cámara y los que se
encontraban en el Ágora huían de ahí, pues todo mundo
temía ser arrestado.
37 Así pues, “exaltado” por los males de la ciudad, Dio-
clides da una información ante el Consejo, afirmando que
conocía a los mutiladores de los Hermes y que su número
era de unos trescientos, y se puso a contar cómo fue que los
vio y se hizo testigo de la acción. Os pido, señores, que
pongáis atención a estas palabras y recordéis si digo la ver­
dad y os informéis mutuamente. Puesto que las palabras se
dijeron ante vosotros, sed también mis testigos de lo dicho.
38 En efecto, él decía que tenía un esclavo en Laurión y
debía ir por la renta; se levantó temprano, engañado por el
tiempo, y se puso en marcha: había luna llena. Cuando se
encontraba junto a los propileos del teatro de Dionisos, vio
a muchos hombres que bajaban del Odeón hacia la orques­
tra, pero,, por temor a ellos, se metió en la sombra, sentán­
dose entre la columna y la estela sobre la que se encuentra
el estratego de bronce, y vio como a unos trescientos hom­
bres en pie, reunidos en círculos, en grupos de quince y de
veinte personas, y, como podía ver sus rostros a la luz de la

36
ANDÓCIDES

άνδρας, τούς δέ άνά εϊκοσιν · όρων δέ αύτών προς την σελήνην τά


πρόσωπα τών πλείστων γιγνώσκειν. 39 Και πρώτον μέν, ώ άνδρες,
τοΰθ’ ύπέθετο, δεινότατον πράγμα, οίμαι, όπως έν έκείνφ ειη δντινα
βούλοιτο ’Αθηναίων φάναι τών άνδρών τούτων είναι, δντινα δέ μή
βούλοιτο, λέγειν δτι ούκ ήν. Ίδών δέ ταύτ’ έφη έπί Λαύρειον ίέναι,
καί τη υστεραία άκούειν δτι οί Έρμαΐ είεν περικεκομμένοι · γνώναι
ούν εύθύς δτι τούτων ε’ΐη τών άνδρών τό εργον. 40 'Ήκων δέ είς
άστυ ζητητάς τε ήδη ήρημένους καταλαμβάνειν καί μήνυτρα
κεκηρυγμένα εκατόν μνας. Ίδών δέ Εύφημον τον Καλλίου τοΰ
Τηλοκλέους αδελφόν έν τώ χαλκείφ καθήμενον, άναγαγών αύτόν
είς τό Ήφαιστεΐον λέγειν άπερ ύμΐν έγώ εϊρηκα, ώς ΐδοι ήμάς έν
έκείνη τη νυκτί· ούκουν δέοιτο παρά τής πόλεως χρήματα λαβεΐν
μάλλον ή παρ’ ήμών, ώσθ’ ήμας έ'χειν φίλους. Εϊπεΐν ούν τον
Εύφημον δτι καλώς ποιήσειεν είπών, καί νΰν ήκειν κελεΰσαί οί είς
τήν Λεωγόρου οικίαν, “ϊνα έκεΐ συγγένη μετ’ έμοΰ ’Ανδοκίδη καί
έτέροις οίς δει”. 41 "Ηκειν έφη τη υστεραία, καί δή κόπτειν τήν
θύραν· τον δέ πατέρα τον έμόν τυχεΐν έξιόντα, καί εϊπεΐν αύταν­
δ ρ α γε σέ οΐδε περιμένουσι; χρή μέντοι μή άπωθεΐσθαι τοιούτους
φίλους.” Εϊπόντα δέ αύτόν ταΰτα οϊχεσθαι. Καί τούτφ μέν τώ
τρόπω τον πατέρα μου άπώλλυε, συνειδότα άποφαίνων. Εϊπεΐν δέ
ήμας δτι δεδογμένον ήμΐν εϊη δύο μέν τάλαντα αργυρίου διδόναι οί
άντί τών έκατόν μνών τών έκ τοΰ δημοσίου, έάν δέ κατάσχωμεν
ήμεΐς ά βουλόμεθα, ενα αύτόν ήμών είναι, πίστιν δέ τούτων δοΰναί

39^ Λαύρειον Lipsius, edd. : λαυρίαν ||40^ Τηλοκλεους Kirchner,


edd. : Τηλεκλέους ||έν τφ codd., Maid., Mac. : εν τφ Valckenaer, cett. ||
5 ήμας Aldus, edd. : ύμάς ||6 δέοιτο codd., edd. : ελοιτο Dal. ||8 vw
ήκειν codd., Bl.-F., Maid., Mac. : συνήκειν Emperius, Dal., Mak. ||4l2
αύτόν codd., Mac. : αΰτφ Lipsius, cett. ||8 βουλόμεθα apogr., edd. :
βουλώμεθα IIαύτόν Reiske, edd. : αύτών

37
ACERCA DE LOS MISTERIOS

luna, los reconoció en su gran mayoría. 39 Inició su his­


toria, señores, con estos datos —el acto más diestro, a mi
juicio—, a fin de que de él dependiera decir que cualquier
ateniense que él quisiera era uno de esos hombres y, quien
no quisiera, decir que no lo era. Después de ver esto —de­
cía— se fue a Laurión y al día siguiente supo de oídas que
los Hermes habían sido mutilados; comprendió en seguida
que aquellos hombres eran los autores. 40 Cuando regresó
a la ciudad se encontró con que los investigadores ya habían
sido nombrados y se habían proclamado recompensas de
cien minas. Al ver a Eufemo, el hermano de Calias, hijo de
Telocles, sentado en su taller de broncista, lo llevó al templo
de Hefesto y le dijo justo lo que yo os he referido: que nos
había visto aquella noche; y que, sin duda, no debía recibir
dinero de la ciudad, sino de nosotros, de modo que nos tu­
viera como amigos. Entonces le dijo Eufemo que había he­
cho bien en decírselo y le pidió que fueran a la casa de Leó­
goras “para que allí te reúnas, en mi compañía, con Andó­
cides y con los demás que sea necesario”. 41 Según él, fue
al día siguiente y tocó a la puerta; mi padre estaba saliendo
por casualidad y dijo: “¡Ah! ¿eres tú a quien éstos están espe­
rando? Conviene de veras no rechazar a amigos como tú”;
que una vez dicho esto, se marchó. Y de este modo causaba
la perdición de mi padre al señalarlo como cómplice. Decía
que nosotros le comunicamos que nuestra decisión era dar­
le dos talentos de plata, en vez de las cien minas del erario
público, y que, si lográbamos lo que queríamos, él sería
uno de los nuestros, y que se daría y recibiría una prueba de
fidelidad de ello; 42 él contestó a esto que lo pensaría, y
nosotros le pedimos a él que fuera con Calias, el hijo de

37
ANDÓCIDES

τε και δέξασθαι. 42 Άποκρίνασθαι δέ αύτός προς ταΰτα δτι


βουλεύσοιτο· ήμας δέ κελεύειν αύτόν ήκειν είς Καλλίου τοΰ
Τηλοκλεους, 'ινα κάκεΐνος παρείη. Τον δ’ αύ κηδεστήν μου οϋτως
άπώλλυεν. "Ηκειν εφη είς Καλλίου, και καθομολογήσας ήμΐν
πίστιν δούναι έν άκροπόλει, και ήμας συνθεμένους οί τό άργύριον
είς τον είσιόντα μήνα δώσειν διαψεύδεσθαι και ού διδόναι · ήκειν
ούν μηνύσων τά γενόμενα.
43 Ή μέν εισαγγελία αύτφ, ώ άνδρες, τοιαύτη- άπογράφει δέ
τά ονόματα τών άνδρών ων εφη γνώναι, δύο καί τετταράκοντα,
πρώτους μέν Μαντίθεον καί Άψεφίωνα, βουλευτάς δντας καί
καθημένους ένδον, είτα δέ καί τούς άλλους. Άναστάς δέ Πεί-
σανδρος έ'φη χρήναι λύειν τό έπί Σκαμανδρίου ψήφισμα καί
άναβιβάζειν έπί τον τροχόν τούς άπογραφέντας, δπως μή πρότερον
νύξ έ'σται πριν πυθέσθαι τούς άνδρας άπαντας. Άνέκραγεν ή
βουλή ώς ευ λέγει. 44 Άκούσαντες δέ ταΰτα Μαντίθεος καί
Άψεφίων έπί τήν έστίαν έκαθέζοντο, ίκετεύοντες μή στρεβλωθηναι
άλλ’ έξεγγυηθέντες κριθηναι. Μόλις δέ τούτων τυχόντες, έπειδή
τούς έγγυητάς κατέστησαν, έπί τούς 'ίππους άναβάντες φχοντο είς
τούς πολεμίους αύτομολήσαντες, καταλιπόντες τούς έγγυητάς, οΰς
εδει (έν) τοΐς αύτοΐς ένέχεσθαι έν οίσπερ οΰς ήγγυήσαντο. 45 Ή δέ
βουλή έξελθοΰσα έν άπορρήτφ συνέλαβεν ήμας καί έ'δησεν έν τοΐς
ξύλοις. Άνακαλέσαντες δέ τούς στρατηγούς άνειπεΐν έκέλευσαν
’Αθηναίων τούς μέν έν άστει οίκοΰντας ίέναι είς τήν αγοράν τά
δπλα λαβόντας, τούς δ’ έν μακρω τείχει είς τό Θησεΐον, τούς δ’ έν

426 είσιόντα codd., Mac. : έπιόντα Emperius, cett. || 43 1 αύτφ


Reiske, edd. : αυτών 1(443 έξεγγυηθέντες Sluiter, edd. : έξεγγυηθέντας
ΙΙμόγις pro μόλις tempt. Bl.-F. ||6 έν add. Weidner 11455 είςτό Reiske,
edd. : είς τε

38
ACERCA DE LOS MISTERIOS

Telocles, para que también aquél estuviera presente. A su


vez, de este modo causaba la perdición de mi cuñado. Con­
tinuó diciendo que fue con Calias, y, una vez de acuerdo
con nosotros, nos dio su palabra en la Acrópolis, y que
nosotros, que habíamos prometido darle el dinero el mes
entrante, lo engañamos y no se lo dimos. Fue entonces que
vino a denunciar lo sucedido.
43 Su acusación, señores, fue así: presenta una lista con
los nombres de las personas que decía haber reconocido,
cuarenta y dos. Al principio estaban Mantiteo y Apsefión,
que eran del Consejo y se encontraban sentados dentro, y
luego los demás. Entonces Pisandro se levantó y dijo que
era necesario derogar el decreto del arcontado de Esca-
mandrio y hacer subir a la rueda de tortura a los incluidos
en la lista, a fin de que no llegara la noche antes de haberse
enterado de los nombres de todos los implicados. El Con­
sejo lo aprobó por aclamación. 44 Al escuchar esto, Man­
titeo y Apsefión se sentaron sobre el altar, suplicando que
no se les torturara, sino que fueran puestos en libertad por
medio de fiadores y después juzgados. Una vez que con
dificultad lograron esto, luego de presentar sus fiadores,
montaron a sus caballos y huyeron, desertando al enemigo y
abandonando a sus fiadores quienes por fuerza quedaban
sujetos a las mismas penas que aquellos por quienes habían
quedado como fiadores. 45 El Consejo, retirándose en
secreto, hizo que fuéramos apresados y atados a los cepos.
Después de convocar a los estrategos, les ordenaron pro­
clamar que los atenienses que vivían en la ciudad fueran al
Ágora con sus armas; los que vivían entre los Muros Largos,
al Teseon; los del Píreo, al Ágora Hipodamía; que, además, a

38
ANDÓCIDES

Πειραιεί είς την Ίπποδαμείαν άγοράν, τούς δέ ιππείς ετι νυκτός


σημήναι τη σάλπιγγι ήκειν είς τό Άνάκειον, την δέ βουλήν είς
άκρόπολιν ίέναι κάκεΐ καθεύδειν, τούς δέ πρύτανεις έν τη θόλφ.
Βοιωτοί δέ πεπυσμένοι τά πράγματα έπί τοΐς όρίοις ήσαν
έξεστρατευμένοι. Τον δέ τών κακών τούτων αίτιον Διοκλείδην ώς
σωτηρα όντα της πόλεως έπί ζεύγους ηγον είς τό πρυτανεΐον
στεφανώσαντες, καί έδείπνει έκεΐ.
46 Πρώτον μέν ούν ταΰτα, ώ άνδρες, όπόσοι ύμών παρήσαν,
άναμιμνήσκεσθε καί τούς άλλους διδάσκετε· εΐτα δέ μοι τούς
πρυτάνεις κάλει τούς τότε πρυτανεύσαντας, Φιλοκράτη καί τούς
άλλους. Διδάσκετε.

ΜΑΡΤΥΡΕΣ

47 Φέρε δή, καί τά ονόματα ύμΐν άναγνώσομαι τών άνδρών ών


άπέγραψεν, ΐν’ είδητε όσους μοι τών συγγενών άπώλλυεν, πρώτον
μέν τον πατέρα, είτα δέ τον κηδεστήν, τον μέν συνείδότα
άποδεικνύς, τοΰ δ’ έν τή οικία φάσκων τήν σύνοδον γενέσθαι. Τών
δ’ άλλων άκούσεσθε τά ονόματα. Καί αύτοΐς άναγίγνωσκε.
-Χαρμίδης Άριστοτέλους.
Ουτος άνεψιός έμός■ ή μήτηρ έκείνου καί ό πατήρ ό έμός
άδελφοί.
-Ταυρέας.
Ούτοσί άνεψιός τοΰ πατρός.

45*5 Ίπποδαμείαν Lobeck, edd. : Ίπποδαμίαν ||Ιππείς codd. : ιππέας


Jebb, edd. : II ετι codd. Mac. : ετι προ Blass (cf. § 48), cett. ||7
Ανάκειον codd., Mac., Maid. : ’Ανάκιον Blass., cett. ||12 στεφανώσαντες
Bekker, edd. : -σοντες II46^ Διδάσκετε A Mac., seel. Dal., del. cett. ||
47 7 μήτηρ codd., Mac. : μήτηρ ή Bekker, cett.

39
ACERCA DE LOS MISTERIOS

la caballería, todavía de noche, dieran con la trompeta la


señal de dirigirse al Anació; que el Consejo fuera a la Acró­
polis, y allí permanecieran, y los prítanes, en el Tolos. Los
beocios, enterados de los hechos, se pusieron en campaña
en nuestras fronteras. Mientras tanto, a Dioclides, el cau­
sante de estos mates, como si fuera salvador de la ciudad, lo
conducían en tiro de caballos al Pritaneo después de coro­
narlo, y ahí comía.
46 Ahora bien, señores, primero, todos los que estabais
presentes, recordad esto y explicadlo a los demás. Y tú,
ahora, llámame a los prítanes que ejercieron durante esa
pritañía, a Filócrates y a los demás. Explicadlo.

TESTIGOS

47 Prosigamos. También os haré leer los nombres de las


personas que puso en su lista para que sepáis a cuántos de
mis parientes causaba su perdición: en primer lugar, a mi
padre y en seguida a mi cuñado, denunciando a uno com o
cómplice y afirmando que la reunión se había hecho en la
casa del otro. Los nombres de los demás los escucharéis.
Ahora léeselos.

—“Cármides, hijo de Aristóteles”.


Éste es mi primo: la madre de él y mi padre son her­
manos.
—“Táureas”.
Éste, aquí presente, es primo de mi padre.

—“Niseo”.
Hijo de Táureas.

39
ANDÓCIDES

-Νισαΐος.
Υιός Ταυρέου.
-Καλλίας ό Άλκμέωνος.
’Ανεψιός του πατρός.
-Εύφημος.
Καλλίου του Τηλοκλέους αδελφός.
-Φρύνιχος ό όρχησάμενος.
’Ανεψιός.
-Εύκρατης ό Νικίου αδελφός.
Κηδεστης ούτος Καλλίου.
-Κριτίας.
’Ανεψιός [Εύκρατίας ό Νικίου αδελφός] καί ούτος τού πατρός·
αΐ μητέρες άδελφαί.

Τούτους πάντας έν τοΐς τετταράκοντα άνδράσιν άπέγραψεν.


48 ’Επειδή δέ έδεδέμεθα πάντες έν τφ αύτώ και νύξ τε ην καί τό
δεσμωτήριον συνεκέκλητο, ήκον δέ τφ μέν μήτηρ τφ δέ αδελφή τφ
δέ γονή καί παϊδες, ην δέ βοή καί οίκτος κλαιόντων καί όδυρο-
μένων τά παρόντα κακά, λέγει πρός με Χαρμίδης, ών μέν ανεψιός,
ήλικιώτης δέ καί συνεκτραφείς έν τίη οικία τη ήμετέρα έκ παιδός,
49 δτι “’Ανδοκίδη, τών μέν παρόντων κακών όρας τό μέγεθος, έγώ
δ’ έν μέν τφ παρελθόντι χρόνω ούδέν έδεόμην λέγειν ούδέ σε

47*3 ’Αλκμέωνος Blass, edd. : άλκμαίονος ||1(>Τηλοκλεους Kirchner,


edd. : Τηλεκλέους ||17 Φρύνιχος Aldus, edd. : φρίνικος ΙΙόρχησάμενος
codd., Dal., Mac. : Όρχησαμενοΰ Wilhelm, cett. 11 '9 verba ό Νικίου
άδελφός cum κηδεστης coniuncta coni. Maid. ||22 Εύκρατίας ... αδελ­
φός del. aut seel. edd. ||2^ άπέγραψεν Stephanus, edd. : έπέγραψεν ||
48 2 συνεκέκλητο Sauppe, edd. : συνεκεκλειστο II 3 κλαιόντων codd.,
Mac. : κλαόντων Schiller, cett.

40
ACERCA DE LOS MISTERIOS

—“Calías, el hijo de Alcmeón”.


Primo de mi padre.

—“Eufemo”.
Hermano de Calías, el hijo de Telocles.
—“Frínico el bailarín”.
Primo.

—“Éucrates, el hermano de Nicias”.


Éste es cuñado de Calías.

—“Critias”.
Primo también éste de mi padre. Sus madres son herma­
nas.

Puso en la lista a todas éstas personas de un total de cua­


renta.
48 Cuando ya habíamos sido recluidos todos en el mis­
mo lugar, la noche había caído y la prisión había sidó
cerrada, y de uno había llegado la madre, de éste la herma­
na y de aquel otro la mujer y los hijos, y había gritería y
lamentaciones de quienes se dolían y quejaban por los
males que entonces sufríamos, me dice entonces Cármides,
primo y coetáneo mío, criado en nuestra casa desde peque­
ño: 49 “Andócides, ves la magnitud de los males presentes;
por mi parte, nunca en el tiempo transcurrido tuve ninguna
necesidad de dirigirme a ti ni de molestarte, pero ahora me
veo obligado por la desgracia que se nos presenta. En
efecto, aquellos que tratabas y frecuentabas, sin contarnos a
nosotros, tus familiares, ellos, por las acusaciones que ahora
causan nuestra perdición, algunos ya han sido ejecutados y

40
ANDÓCIDES

λυπεΐν, νΰν δέ αναγκάζομαι διά την παρούσαν ήμΐν συμφοράν.


Οιςγάρ έχρώ καί οίς συνήσθα άνευ ήμών τών συγγενών, ούτοι επί
ταΐς αΐτίαις δι’ ας ήμεΐς άπολλύμεθα οί μέν αυτών τεθνασιν, οί δέ
ο’ίχονται φεύγοντες, σφών αυτών καταγνόντες άδικεΐν..........___ 50
εί ήκουσάς τι τούτου του πράγματος του γενομένου, είπε, καί
πρώτον μέν σεαυτόν σφσον, είτα δέ τον πατέρα, ον είκός έστί σε
μάλιστα φιλεΐν, είτα δέ τον κηδεστήν, δς έχει σου τήν αδελφήν
ήπερ σοι μόνη έστίν, έπειτα δέ τούς άλλους συγγενείς καί άναγ-
καίους τοσούτους δντας, έτι δέ έμέ, δς έν απαντι τώ βίφ ήνίασα μέν
σε ούδέν πώποτε, προθυμότατος δέ εις σε καί τά σά πράγματά είμι,
δ τι άν δετι ποιεΐν.”
51 Λέγοντος δέ, ώ άνδρες, Χαρμίδου ταΰτα, άντιβολούντων δέ
τών άλλων καί ίκετεύοντος ενός έκαστου, ένεθυμήθην προς
έμαυτόν · “’Ώ πάντων έγώ δεινότατη συμφορά περιπεσών, πότερα
περιίδωτούς έμαυτοΰ συγγενείς άπολλυμένους αδίκως, καί αυτούς
τε άποθανόντας καί τά χρήματα αυτών δημευθέντα, προς δέ
τούτοις άναγραφέντας έν στήλάις ώς δντας αλιτήριους τών θεών
τούς ούδενός αιτίους τών γεγενημένων, έτι δέ τριακοσίους ’Αθη­
ναίων μέλλοντας αδίκως άπολεσθαι, τήν δέπόλιν έν κακοΐς ουσαν
τοΐς μεγίστοις καί υποψίαν εις άλλήλους έχοντας, ή εϊπω Άθηναίοις
απερ ήκουσα Εϋφιλήτου αύτοΰ του ποιήσαντος;” 52 ’Έτι δέ επί
τούτοις καί τόδε ένεθυμήθην, ώ άνδρες, καί έλογιζόμην προς
έμαυτόν τούς έξημαρτηκότας καί τό έργον είργασμένους, δτι οί μέν

49^ post άδικεΐν lacuna est in Α duodecim litterarum ||507 δέη


Bekker, edd. : δέοι II 5V1 άπολομένους pro άπολλυμένους Lipsius,
prob. Bl.-F. II 6 άλιτηρίους apogr., edd. : άλιτρίους ||8 άπολεσθαι
codd., Mac. : άπολεΐσθαι Stephanus, cett. II 52/1 έτεθνήκεσαν codd.,
Mak., Mac. : έτέθνησαν Bl.-F. (coll. § 59), cett.

41
ACERCA DE LOS MISTERIOS

otros se encuentran en el exilio, admitiendo su propia


culpabilidad ............. 50 [por lo tanto] si oíste algo de este
asunto en el que estamos metidos, habla, y primero sálvate a
ti mismo, en seguida a tu padre, a quien es lógico que tú
ames más que a nadie, luego a tu cuñado, quien está casado
con tu hermana, la única que tienes, y después a los demás
parientes y allegados que tengas, y también sálvame a mí,
quien en toda la vida nunca te he causado ninguna molestia
y, en cambio, soy el más resuelto a hacer lo que sea nece­
sario por ti y por tus asuntos”.
51 Al decirme esto Cármides, señores, al rogar los demás
y al suplicarme cada uno individualmente, me puse a pensar
en mis adentros: “Ay de mí, que he caído en la desgracia
más terrible de todas, ¿debo permitir que mis parientes sean
arruinados injustamente, que ellos sean ejecutados y sus
bienes confiscados y que, además de esto, sean incritos en
estelas, como si fueran ofensores de los dioses, los nombres
de quienes no fueron culpables de nada de lo sucedido, e
incluso que trescientos atenienses vayan a caer en la ruina
injustamente, que la ciudad esté en la peor situación y que
los ciudadanos sospechen los unos de los otros? ¿O debo
decir a los atenienses lo que en efecto escuché del propio
Eufileto, el verdadero autor?” 52 Y sobre todo ello,
señores, todavía me puse a pensar en esto y reflexionaba
conmigo mismo en los criminales y autores del hecho, que
algunos ya habían sido ejecutados, después de ser incluidos
por Teucro en su declaración, y que otros se habían dado a
la fuga y habían sido sentenciados a muerte, que, en cam-

41
ANDÓCIDES

αυτών ήδη έτεθνήκεσαν υπό Τεύκρου μηνυθέντες, οί δέ φεύγοντες


ωχοντο καί αυτών θάνατος κατέγνωστο, τέτταρες δέ ήσαν υπό­
λοιποι οι ούκ έμηνύθησαν ΰπό Τεύκρου τών πεποιηκότων, Πα­
ναίτιος, Χαιρέδημος, Διάκριτος, Λυσίστρατος· 53 οΰς είκός ήν
απάντων μάλιστα δοκεΐν είναι τούτων των άνδρών οΰς έμήνυσε
Διοκλείδης, φίλους όντας τών απολωλότων ήδη. Καί τοΐς μέν
οΰδέπω βέβαιος ήν ή σωτηρία, τοΐς δέ έμοΐς οίκείοις φανερός (ό)
όλεθρος, εί μη τις έρεΐ Άθηναίοις τά γενόμενα. Έδόκει ούν μοι
κρεΐττον είναι τέτταρας άνδρας άποστερήσαι της πατρίδος
δικαίως, οϊ νΰν ζώσι καί κατεληλύθασι καί εχουσι τά σφέτερα
αύτών, ή έκείνους άποθανόντας αδίκως περιιδεΐν.
54 Εί ούν τινι υμών, ώ ανδρες, τών άλλων πολιτών γνώμη
τοιαύτη παρειστήκει πρότερον περί έμοΰ, ώς άρα εγώ έμήνυσα κα­
τά τών εταίρων τών έμαυτοΰ, όπως έκεΐνοι μέν άπόλοιντο, έγώ δε
σωθείην, ά έλογοποίουν οί εχθροί περί έμοΰ, βουλόμενοι δια-
βάλλειν με, σκοπεΐσθεέξ αύτών τών γεγενημένων. 55 Νΰν γάρ εμέ
μέν λόγον (δει) δοΰναι τών έμοί πεπραγμένων μετά της άληθείας,
αύτών παρόντων οΐπερ ήμαρτον καί έ'φυγον ταΰτα ποιήσαντες,
ϊσασι δέ άριστα είτε ψεύδομαι εϊτε άληθη λέγω, έξεστι δέ αύτοΐς
έλέγχειν με έν τώ έμώ λόγω· έγώ γάρ έφίημι· ύμας δέ δει μαθεΐν τά
γενόμενα 56 (έμοί γάρ, ώ ανδρες, τοΰδε τοΰ άγώνος τοΰτ’ έστι
μέγιστον, σωθέντι μή δοκεΐν κακώ είναι), είτα δέ καί τούς άλλους
άπαντας μαθεΐν ότι οΰτε μετά κακίας οΰτε μετ’ ανανδρίας ούδε-
μιας τών γεγενημένων πέπρακται ύπ’ έμοΰ ούδέν, άλλά διά

534 ό add. Reiske ||541 τών άλλων codd., Mac. : ή τών άλλων SIuiter,
cett. II552 δει δοΰναι Dobree, edd. (δεΐδιδόναι Reiske, Dal.) : διδόναι
II562 δοκεΐν codd. : δοκεΐν ύμΐν Reiske, Dal., Mak. (et punctum post
γενόμενα) ||είτα codd. : άλλά πρώτον μέν ύμας ειτα Bl.-F., Maid.
42
ACERCA DE LOS MISTERIOS

bio, quedaban cuatro de los culpables que no habían sido


incluidos por Teucro en su declaración: Panecio, Querede-
mo, Diácrito, Lisístrato, 53 a quienes era lógico considerar,
más que a ningún otro, que fueran de aquellos hombres
contra los que Dioclides declaró, pues eran amigos de los
que ya estaban perdidos. Para éstos su salvación ya no era
segura; para mis familiares, en cambio, la muerte era eviden­
te, si alguno no contaba a los atenienses lo que había suce­
dido. Así, me pareció preferible privar a cuatro hombres de
la patria justamente (quienes se encuentran con vida, han
vuelto y gozan de sus derechos) que permitir que aquéllos
fueran injustamente ejecutados.
54 Por tanto, señores, si a alguno de vosotros, de los
otros ciudadanos no implicados, se le ocurrió semejante
idea de mí, en el sentido de que yo había declarado contra
mis camaradas con el fin de que ellos murieran y yo me
salvara (embuste que contaban mis enemigos acerca de mí
con el propósito de desacreditarme), considere el asunto a
partir de los hechos mismos. 55 Pues bien, ahora yo debo
hacer una exposición de mis actos con la verdad, pues se
encuentran presentes los mismos que delinquieron y que
huyeron por haber cometido el delito; ellos saben mejor
que nadie si miento o digo la verdad, y les es lícito re­
futarme durante mi discurso, pues yo lo permito, pero es
necesario que sepáis lo sucedido 56 (pues, señores, para
mí de este litigio lo más importante es que, no por haberme
salvado, se piense que soy un malvado) y después que todos
los demás también sepáis que no por maldad ni por cobar-

42
ANDÓCIDES

συμφοράν γεγενημένην μάλιστα μέν τη πόλει, είτα (δέ) καί ήμΐν,


είπον δέ ά ήκουσα Εΰφιλήτου προνοία μέν τών συγγενών καί τών
φίλων, προνοία δέ τής πόλεως άπάσης, μετ’ αρετής άλλ’ οΰ μετά
κακίας, ώς έγώ νομίζω. Εί ούν οϋτως εχει ταΰτα, σφζεσθαί τε
άξιώ καί δοκεΐν ΰμΐν είναι μή κακός.
57 Φέρε δή (χρή γάρ, ώ άνδρες, άνθρωπίνως περί τών πραγμά­
των έκλογίζεσθαι, ώσπερ αν αΰτδν δντα έν τη συμφορά) τί αν
υμών έκαστος έποίησεν; εί μέν γάρ ήν δυοΐν τδ ετερον έλέσθαι, ή
καλώς άπολεσθαι ή αίσχρώς σωθήναι, έχοι αν τις είπεΐν κακίαν
είναι τά γενόμενα· καίτοι πολλοί αν καί τοΰτο εϊλοντο, τδ ζην
περί πλείονος ποιησάμενοι τοΰ καλώς άποθανεΐν.
58 "Οπου δέ τούτων τδ έναντιώτατον ήν, σιωπήσαντι μέν αύτώ
τε αΐσχιστα άπολέσθαι μηδέν άσεβήσαντι, ετι δέ τδν πατέρα περι-
ιδεΐν άπολόμενον καί τδν κηδεστην καί τούς συγγενείς καί ανε­
ψιούς τοσούτους, οΰς ούδείς άλλος άπώλλυεν ή έγώ μή είπών ώς
ετεροι ήμαρτον · Διοκλείδης μέν γάρ ψευσάμενος έ'δησεν αυτούς,
σωτηρία δέ αυτών άλλη ούδεμία ήν ή πυθέσθαι ’Αθηναίους πάντα
τά πραχθέντα· φονεύς ούν αύτών έγιγνόμην έγώ μή είπών ύμΐν ά
ήκουσα. ’Έτι δέ τριακοσίους ’Αθηναίων άπώλλυον, καί ή πόλις έν
κακοΐς τοΐς μεγίστοις έγίγνετο. 59 Ταΰτα μέν ούν ήν έμοΰ μή
είπόντος· είπών δέ τά δντα αυτός τε έσωζόμην καί τδν πατέρα
έ'σωζον καί τούς άλλους συγγενείς, καί τήν πόλιν έκ φόβου καί
κακών τών μεγίστων άπήλλαττον. Φυγάδες δέ δι’ έμε τέτταρες

56’ δέ post είτα add. Reiske (lacuna duarum litterarum habent


codd.) : πολιτεία τε καί apogr. 11573 δυοΐν Bekker, edd. (·|·δυσί Mac.) :
δυσί II5 γενόμενα Reiske, edd. : λεγάμενα ||58^ τούς seel. Blass, Dal.,
Mak. II ^ αναγκαίους pro ανεψιούς susp. Blass, Dal., Mak. ||9 post
έγίγνετο duae litt. erasae

43
ACERCA DE LOS MISTERIOS

día ninguno de los sucesos se debió a mí, sino por la desgra­


cia que había sobrevenido ante todo a la ciudad y además a
nosotros, y que dije lo que escuché de Eufileto para seguri­
dad de mis parientes y de mis amigos, y para seguridad de
toda la ciudad, con nobleza no con maldad, como yo consi­
dero. Pues bien, si así están las cosas, merezco salvarme y
que no me consideréis un malvado.
57 Sigamos (pues es necesario, señores, meditar humana­
mente acerca de las cosas, como si uno mismo estuviera en
desgracia), ¿qué habría hecho cada uno de vosotros? Si hu­
biera tenido que escoger de una alternativa, ya fuera morir
con dignidad o salvarse con vergüenza, alguno podría decir
que la acción fue una bajeza, aunque muchos habrían esco­
gido lo segundo, prefiriendo vivir que morir con dignidad.
58 Pero puesto que la situación era por completo opues­
ta a la anterior, para mí la mayor vergüenza era morir sin
decir nada, pues no había cometido ninguna impiedad, y
además permitir que murieran mi padre, mi cuñado, mis
parientes, mis primos que eran tantos, a quienes nadie más
que yo causaba su perdición, si yo no decía que otros eran
los culpables; Dioclides, pues, con engaños hizo que ellos
fueran enviados a la cárcel y su salvación dependía sólo de
que los atenienses se enteraran de todo lo sucedido. Así, yo
me convertía en asesino de ellos si no os decía lo que había
escuchado. Además, habría causado la perdición de
trescientos atenienses y la ciudad habría caído en las peores
desgracias. 59 Pues bien, esto sucedería si yo no hablaba,
pero si decía la verdad, yo mismo me salvaba y salvaba a mi

43
ANDÓCIDES

ανδρες έγίγνοντο, οϊπερ και ήμαρτον τών δ’ άλλων, οΐ [λοιποί]


πρότερον υπό Τεύκρου έμηνύθησαν, οΰτε δήπου οί τεθνεώτες δι’
έμέ μάλλον έτέθνασαν ούτε οί φεύγοντες μάλλον εφευγον. 60
Ταΰτα δέ πάντα σκοπών εΰρισκον, ώ ανδρες, τών παρόντων κα­
κών ταΰτα έλάχιστα είναι, είπεΐν τά γενόμενα ώς τάχιστα καί
έλέγξαι Διοκλείδην ψευσάμενον, καί τιμωρήσασθαι έκεΐνον, δς
ήμάς μέν άπώλλυεν αδίκως, την δέ πόλιν έξηπάτα, ταΰτα δέ ποιων
μέγιστος ευεργέτης έδόκει είναι καί χρήματα έλάμβανε.
61 Διά ταΰτα είπον τη βουλή δτι είδείην τούς ποιήσαντας, καί
έξέδειξα τά γενόμενα, δτι είσηγήσατο μέν πινόντων ήμών ταύτην
τήν βουλήν [γενέσθαι] Εύφίλητος, άντεΐπον δέ έγώ, καί τότε μέν ού
γένοιτο δι’ έμέ, ύστερον δ’ έγώ μέν έν Κυνοσάργει έπί πωλίον δ μοι
ήν άναβάς έ'πεσον καί τήν κλεΐν συνετρίβην καί τήν κεφαλήν κα-
τεάγην, φερόμενός τε έπί κλίνης άπεκομίσθην οί'καδε· 62 αίσθό-
μενος δ’ Εύφίλητος ώς έχοιμι, λέγει προς αύτούς δτι πέπεισμαι
ταΰτα συμποιεΐν καί ώμολόγηκα αύτω μεθέξειν τοΰ έργου καί
περικόψειν τον Έρμήν τον παρά τό Φορβαντεΐον. Ταΰτα δ’ έλεγεν
έξαπατών έκείνους- καί διά ταΰτα δ Έρμης όν όρατε πάντες, ό
παρά τήν πατρφαν οικίαν τήν ήμετέραν, δν ή Αίγηίς άνέ&ηκεν, ού
περιεκόπη μόνος τών Έρμών τών ’Αθηνησιν, ώς έμοΰ τοΰτο ποιή-
σοντος, ώς έ'φη προς αύτούς Εύφίλητος.
63 Οί δ’ αίσθόμενοι δεινά έποίουν, δτι είδείην μέν τό πράγμα,
πεποιηκώς δέ ούκ εΐην. Προσελθόντες δέ μοι τη υστεραία Μέλητος

595 λοιποί seel. Dal., Mac., del. Dobree, cett. ||6θ1 εΰρισκον codd.,
Mac. : ηϋρισκον Lipsius, cett. ||6 l 2 έξέδειξα Mac. : έξήλεγξα codd.,
cett. II3 γενέσθαι seel. Dal., Maid,, Mac., del. Bl.-F., Mak. ||4 πωλίον
Muretus, edd. : πωλεΐον ||62“^ Φορβαντεΐον de Valois, edd. : φορβάντιον
II6 Αίγηις codd., Mac. : Αίγης Lipsius, cett. || ποιήσοντος Valcke-
naer, edd. : ποιήσαντος

44
ACERCA DE LOS MISTERIOS

padre y a mis demás parientes, y a la ciudad liberaba del


terror y de los peores males; en cambio, por mi causa cua­
tro hombres resultaban desterrados, quienes sí habían delin­
quido; en cuanto a los demás, a quienes antes Teucro había
incluido en su declaración, sin duda ni fueron más los
muertos por mi causa, ni tampoco aumentó el número de
los exiliados. 60 Al observar, señores, todas estas cosas,
descubría que de los males presentes el más pequeño era
éste: referir los sucesos lo más pronto posible y probar que
Dioclides había mentido y vengarme de aquel que nos
estaba llevando injustamente a la perdición, que confundía
por completo a la ciudad y que, por hacer esto, era consi­
derado el mayor benefactor y recibía dinero.
61 Por estos motivos dije al Consejo que yo conocía a los
autores y pasé revista a los sucesos: Un día que estábamos
bebiendo, Eufileto propuso este plan, pero yo me opuse, y
en esa ocasión nada sucedió gracias a mí, pero después, en
el Cinosarges, al montar un potro que tenía, caí, me fracturé
la clavícula y me rompí la cabeza, y de prisa, en una cami­
lla, fui llevado a casa. 62 Enterado Eufileto de mi estado,
dice a los demás que yo estaba convencido de hacer con
ellos eso y que había quedado de acuerdo con él en partici­
par en la acción y mutilar el Hermes que está junto al For-
banteo. Esto les decía él con engaños y, por eso, el Hermes
que todos veis, el que está junto a nuestra casa paterna, el
que la tribu Egeida dedicó, es el único de los Hermes de
Atenas que no fue mutilado, porque yo lo haría, según les
dijo Eufileto.
63 Cuando ellos se enteraron, se pusieron furiosos, por­
que yo conocía el asunto y no había participado. Al día

44
ANDÓCIDES

κα'ι Εΰφίλητος ελεγον δτι “γεγένηται, ώ ’Ανδοκίδη, και πέπρακται


ήμΐν ταΰτα. Σύ μέντοι εί μέν άξιοΐς ήσυχίαν έχειν καί σιωπάν,
εξειςήμάς επιτηδείους ώσπερ και πρότερον · εί δέ μή, χαλεπώτεροί
σοι ήμεΐς έχθροί έσόμεθα ή άλλοι τινές δι’ ήμας φίλοι.” 64 Ειπον
αύτοΐς δτι νομίζοιμι μέν διά τό πράγμα Εΰφίλητον πονηρόν είναι,
έκείνοις δέ ούκ εμέ δεινόν είναι, δτι οίδα, άλλά μάλλον αυτό τό
έ'ργον πολλώ, δτι πεποίηται.
Ώ ς ουν ήν ταΰτ’ άληθή, τόν τε παΐδα τον έμόν παρέδωκα βα-
σανίσαι, δτι εκαμνον καί ούδ’ άνιστάμην έκ της κλίνης, καί τάς
θεραπαίνας ελαβον οί πρύτανεις, δθεν όρμώμενοι ταΰτ’ έποίουν
έκεΐνοι. 65 Έξελέγχοντες δέ τό πράγμα ή τε βουλή καί οί ζητηταί,
έπειδή ήν ή έγώ ελεγον καί ώμολογεΐτο πανταχόθεν, τότε δή κα-
λοΰσι τόν Διοκλείδην· καί οΰ πολλών λόγων έδέησεν, άλλ’ εύθύς
ώμολόγει ψεύδεσθαι, καί έδεΐτο σωζεσθαι φράσας τούς πείσαντας
αύτόν λεγειν ταΰτα· είναι δέ Άλκιβιάδην τόν Φηγούσιον καί
’Αμίαντον τόν έξ Αίγίνης. 66 Καί ούτοι μέν δείσαντες ωχοντο
φεύγοντες· ύμεΐς δέ άκούσαντες ταΰτα Διοκλείδην μέν τω δι­
καστήρια) παραδόντες άπεκτείνατε, τούς δέ δεδεμένους καί μέλ­
λοντας άπολεΐσθαι έλύσατε, τούς έμούς συγγενείς, δι’ εμέ, καί
τούς φεύγοντας κατεδέξασθε, αυτοί δέ λαβόντες τά δπλα άπήτε,
πολλών κακών καί κινδύνων άπαλλαγέντες.
67 Έν οίς έγώ, ώ άνδρες, τής μέν τύχης ή έχρησάμην δικαίως άν
υπό πάντων έλεηθείην, τών δέ γενομένων ενεκεν εικότως (άν) άνήρ
άριστος δοκοίην είναι, δστις είσηγησαμένω μέν Εύφιλήτω πίστιν

645 χαΰτ’ apogr., edd. : ταΰθ’ ||664 τούς έμούς συγγενείς dei. Naber,
seel. Dal. ||5 άπήτε Weidner, edd. : άπίητε ||672 δι’ έμέ post τών δέ
add. BI.-F. ||γενομένων Baiter, edd. : γιν. II ενεκεν codd., Mac. : ενεκα
Blass, cett. ||av add. Reiske, edd.

45
ACERCA DE LOS MISTERIOS

siguiente se me acercaron Meleto y Eufileto y me dijeron:


“Andócides, esto ha sucedido y nosotros lo hemos hecho.
Ahora bien, si tú crees conveniente mantenerte quieto y
callar, tendrás en nosotros a los íntimos amigos de antes;
pero si no, encontrarás en nosotros a enemigos con una
crueldad mayor a la amistad que tendrás de algunos otros
por nuestra causa”. 64 Les contesté que consideraba que
por su acción Eufileto era un canalla, pero que para ellos yo
no era un peligro por conocer el asunto, sino que mucho
más lo era su propio acto, porque estaba hecho.
Así, como prueba de que yo decía la verdad, entregué a
mi esclavo para que declarara bajo tortura que yo había es­
tado enfermo y ni siquiera me había levantado de la cama,
y, a su vez, los prítanes detuvieron a las sirvientas de [la
casa] de la que ellos habían dado inicio a la realización de
su plan. 65 El Consejo y los encargados de la investigación,
al estar examinando cuidadosamente el asunto, puesto que
todo era como yo decía y por doquier concordaba con mi
versión, llaman a Dioclides; y no hubo necesidad de muchas
palabras, sino que al punto reconoció que había mentido y
pedía que se le perdonara, después de dar a conocer a
quienes lo habían convencido a contar su historia; éstos
eran Alcibíades el fegusio y Amianto, el de Egina. 66 Estos
dos, llenos de temor, se dieron a la fuga, y vosotros, luego
de escuchar lo anterior, entregasteis a Dioclides al tribunal y
lo condenasteis a muerte, y, gracias a mí, liberasteis a los
que estaban presos e iban a morir, a mis parientes;
repatriasteis a los exiliados y regresabais a casa con las ar­
mas al hombro, libres ya de muchas desgracias y peligros.

45
ANDÓCIDES

των έν άνθρώποις άπιστοτάτην ήναντιώθην και άντεΐπον καί


έλοιδόρησα έκεΐνον ών ήν άξιος, άμαρτόντων δ’ έκείνων τήν
αμαρτίαν αύτοΐς συν έκρυψα, καί μηνύσαντος κατ’ αυτών Τεύ­
κρου οί μέν αυτών άπέθανον οί δ’ έ'φυγον, πριν ήμας υπό Διο-
κλείδου δεθηναι καί μέλλειν άπολεΐσθαι. Τότε δέ άπέγραψα
τέτταρας άνδρας, Παναίτιον, Διάκριτον, Λυσίστρατον, Χαιρέδη-
μον· 68 ούτοι μέν έ'φυγον δι’ έμέ, ομολογώ· έσώθη δέ γε 6 πατήρ, ό
κηδεστης, ανεψιοί τρεις, τών άλλων συγγενών έπτά, μέλλοντες
άποθανεΐσθαι αδίκως· οϊ νΰν όρώσι του ήλίου τό φώς δι’ έμέ, καί
αυτοί όμολογοΰσιν · ό δέ τήν πόλιν δλην συνταράξας καί εις τούς
έσχατους κινδύνους καταστήσας έξηλέγχθη, ΰμεΐς δέ άπηλλάγητε
μεγάλων φόβων καί τών είς άλλήλους υποψιών. 69 Καί ταΰτ’ εί
άληθη λέγω, ω ανδρες, άναμιμνήσκεσθε, καί οί ίδόντες διδάσκετε
τούς άλλους. Σύ δέ μοι αύτούς κάλει τούς λυθέντας δι’ έμέ· άριστα
γάρ άν είδότες τά γενόμενα λέγοιεν είς τούτους. Ούτωσί δέ έχει, ω
ανδρες· μέχρι τούτου άναβήσονται καί λέξουσιν ύμΐν, εως αν
άκροασθαι βούλησθε, έπειτα δ’ έγώ περί τών άλλων άπολογή-
σομαι.

(ΜΑΡΤΥΡΕΣ)

70 Περί μέν ούν τών τότε γενομένων άκηκόατε πάντα καί


άπολελόγηταί μοι ίκανώς, ώς γ’ έμαυτόν πείθω· εί δέ τίς τι ύμών
ποθεί ή νομίζει τι μή ίκανώς είρήσθαι ή παραλέλοιπά τι, άναστάς
ύπομνησάτω, καί άπολογήσομαι καί προς τοΰτο.

675 έκεΐνον Naber, Dal., Maid. Mac. : έκείνω [έκείνω codd.] seel.
Weidner, Bl.-F. ||682 εις pro τρεις susp. Elter, Male. ||5 έξηλέγχθη
apogr., edd. : έξηλέγχη ||692 ίδόντες codd., Mac. : είδότες Reiske,
cett. II8 ΜΑΡΤΥΡΕΣ add. Markland, edd.

46
ACERCA DE LOS MISTERIOS

67 En este asunto, señores, por la suerte que sufrí, debe­


ría recibir, como es justo, la compasión de todos, y, por los
acontecimientos, como es lógico, debería ser considerado
un hombre cabal, yo que, cuando Eufíleto propuso una
prueba de fidelidad, la más pérfida entre los hombres, me
opuse a él, lo contradije y lo vituperé como se lo merecía, y,
cuando aquéllos cometieron su crimen, guardé su secreto, y
fue por la declaración de Teucro contra ellos que algunos
fueron ejecutados y otros huyeron, antes de que hubiésemos
sido apresados y estuviésemos a punto de morir por culpa
de Dioclides. Fue entonces cuando di los nombres de cuatro
personas: Panecio, Diácrito, Lisístrato, Queredemo. 68 És­
tos huyeron por mi causa, lo reconozco; pero, en cambio,
se salvaron mi padre, mi cuñado, mis tres primos y siete
familiares más que iban a morir injustamente. Ellos ahora
ven la luz del sol gracias a mí, y ellos mismos lo reconocen.
Pero quien trastornó a toda la ciudad y la llevó a los peli­
gros extremos fue refutado por completo, y vosotros os libe­
rasteis de grandes temores y de vuestras mutuas sospechas.
69 Ahora, señores, recordad los hechos que comprueban
que es cierto lo que digo, y quienes hayáis visto lo sucedido
explicadlo a los demás. Ahora tú, llámame a los mismos que
obtuvieron su libertad gracias a mí; pues como conocen
mejor que nadie los sucesos, podrían referirlos al tribunal.
Así es el procedimiento, señores: subirán al estrado y os ha­
blarán el tiempo que queráis escucharlos, y a continuación
yo proseguiré mi defensa acerca de lo demás.

[TESTIGOS]

70 Pues bien, acerca de lo que entonces sucedió todo lo


habéis escuchado y yo me he defendido con suficiencia,
como al menos yo lo creo; pero si alguno de vosotros desea

46
ANDÓCIDES

Περί δέ των νόμων ήδη ύμας διδάξω. 71 Κηφίσιος γάρ ούτοσί


ένέδειξε μέν με κατά τον νόμον τον κείμενον, την δέ κατηγορίαν
ποιείται κατά ψήφισμα πρότερον γενόμενον, ο είπεν Ίσοτιμίδης,
οΰ έμοι προσήκει ούδέν. Ό μέν γάρ είπεν εϊργεσθαι των ιερών τούς
άσεβήσαντας καί όμολογήσαντας, έμοί δέ τούτων ουδέτερα πε-
ποίηται· οΰτεήσέβηται ούτε ώμολόγηται. 72 Ώ ς δέ καί τοΰτο τό
ψήφισμα λέλυται καί άκυρόν έστιν, έγώ ύμας διδάξω. Καίτοιγε
τοιαύτην απολογίαν περί αύτοΰ ποιήσομαι, οπού μή πείθων μέν
ύμας αυτός ζημιώσομαι, πείσας δέ ύπέρ των εχθρών άπολελο-
γημένος έσομαι. Άλλά γάρ τάληθή εΐρήσεται.
73 Έπεί γάρ αί νήες διεφθάρησαν καί ή πολιορκία έγένετο,
έβουλεύσασθε περί όμονοίας, καί έδοξεν ύμΐν τούς άτιμους επι­
τίμους ποιήσαι, καί είπε τήν γνώμην Πατροκλείδης. Οί δέ άτιμοι
τίνες ήσαν, καί τίνα τρόπον έκαστοι; έγώ ύμας διδάξω. Οί μέν
άργυριον όφείλοντες τω δημοσίω, όπόσοι εύθύνας ώφλον άρ-
ξαντες άρχάς, ή έξούλας ή γραφάς ή έπιβολάς ώφλον, ή ώνάς
πριάμενοι έκ τοΰ δημοσίου μή κατέβαλον τά χρήματα, ή έγγύας
ήγγυήσαντο προς τό δημόσιον· τούτοις ή μέν έκτισις ήν έπί τής
ένατης πρυτανείας, εί δέ μή, διπλάσιον όφείλειν καί τά κτήματα
αύτών πεπρασθαι.
74 Είς μέν τρόπος ούτος ατιμίας ήν, έτερος δέ ων τά μέν σώματα
άτιμα ήν, τήν δ’ ουσίαν είχον καί έκέκτηντο· ούτοι δ’ αυ ήσαν

71·^ Ίσοτιμίδης, ού Reiske, edd. : είς οτι μηδ’ ίσου ||73^ ώφλον
Reiske, edd. : φειλον ||56 ΐχρξαντες Aldus, edd. : άρξαντας ||6 έπιβολάς
Stephanus, edd. : -βουλάς ||8 ήγγυήσαντο Stephanus, Dal., Maid., Mac.
: ήγγυησάμενοι Schoell, Bl.-F., Mak. : έγγυήσαντο ΙΙεκτισις codd., Mac.
: εκτεισις Blass, cett. II 10 όπόσοι δ’ αύ κλοπής ... άτιμους είναι post
πεπρασθαι transp. Paoli, Mac. ex 742_4 (contra Hansen) ||74 1 ων τά
μέν Aldus, edd. : ών μέν τά ||2 είχον Bekker, edd. : έ'σχον

47
ACERCA DE LOS MISTERIOS

algo más o considera que lo dicho es insuficiente o que he


omitido algo, que se levante y me lo haga saber y proseguiré
mi defensa también sobre eso...
Os voy a explicar ahora lo relativo a las leyes. 71 Este
Cefisio me denunció según la ley vigente, pero está hacien­
do la acusación con base en un decreto anterior, propuesto
por Isotímides, que en nada me incumbe. Éste propuso, en
efecto, que se prohibiera entrar a los templos a quienes hu­
biesen cometido impiedad y lo hubiesen confesado, pero yo
no he hecho ninguna de ambas cosas: ni he cometido
impiedad, ni lo he confesado. 72 Os voy a explicar cóm o
es que este decreto está derogado y no está en vigor. Y voy a
hacer una defensa tan sólida sobre este punto, que, si no os
convenzo, yo soy quien será castigado, pero si logro con­
venceros, me habré defendido de mis enemigos. Pero de
cualquier modo hablaré con la verdad.
73 Luego que las naves fueron destruidas y se vino el ase­
dio, deliberasteis acerca de la concordia y decidisteis absol­
ver a los proscritos; Patroclides hizo la propuesta. ¿Quiénes
eran los proscritos y qué clase de proscripción sufrió cada
uno de ellos? Os lo voy a explicar. Por una parte estaban
los que debían dinero al erario público: todos aquellos fun­
cionarios que, al término de su cargo, perdieron una acción
de examen de conducta, sea que fueran condenados a multa
en casos de usurpación o en acciones públicas o acciones
por multas; los que adquirían la concesión de impuestos del
erario público y no pagaban las rentas, o los que fueron
fiadores en el erario. Éstos tenían que pagar su multa hasta
la novena pritanía, pero, de no hacerlo así, tenían que pagar
el doble y sus propiedades debían ser puestas en venta.
74 Ésta era una forma de proscripción, otra era la de
aquellos cuyas personas estaban proscritas, pero tenían su
hacienda y podían conservarla. Éstos, a su vez, eran todos

47
ANDÓCIDES

όπόσοι κλοπής ή δώρων δφλοιεν · τούτους εδει και αύτούς και τούς
έκ τούτων άτιμους είναι · και όπόσοι λίποιεν τήν τάξιν ή άστρα-
τείαςή δειλίας ή άναυμαχίου δφλοιεν ή τήν ασπίδα άποβάλοιεν, ή
τρις ψευδομαρτυρίων ή τρις ψευδοκλητείας δφλοιεν, ή τούς γονέας
κακώς ποιοΐεν · ούτοι πάντες άτιμοι ήσαν τά σώματα, τά δέ χρή­
ματα είχον.
75 ’Άλλοι αύ κατά προστάζεις, ο'ιτινες ού παντάπασιν άτιμοι
ήσαν, άλλά μέρος τι αύτών, οίον οί στρατιώται, οίς, δτι έπέμειναν
έπί τών τυράννων έν τη πόλει, τά μεν άλλα ήν απερ τοΐς άλλοις
πολίταις, είπεΐν δ’ έν τώ δήμφ ούκ έξην αύτοΐς ούδέ βουλεύσαι.
Τούτων ήσαν ούτοι άτιμοι· αϋτη γάρ ήν τούτοις πρόσταξις. 76
Έτέροις ούκ ήν γράψασθαι, τοΐς δέ ένδεΐξαι· τοΐς δέ μή
άναπλεύσαι είς Ελλήσποντον, άλλοις δ’ είς ’Ιωνίαν, τοΐς δ’ είς τήν
αγοράν μή είσιέναι πρόσταξις ήν. Ταΰτ’ ούν έψηφίσασθε
έξαλεΐψαι πάντα τά ψηφίσματα, καί αύτά καί ει πού τι άντίγραφον
ήν, καί πίστιν άλλήλοις περί όμονοίας δοΰναι έν άκροπόλει. Καί
μοι άνάγνωθι τό ψήφισμα τό Πατροκλείδου, καθ’ ο ταΰτα έγένετο.

77 ΨΗΦΙΣΜΑ. Πατροκλείδης είπεν, Επειδή έψηφίσαντο Αθηναίοι


τήν άδειαν περί (τών άτιμων καί) τών όφειλόντων, ώστε λέγειν έξεΐ-
ναι καί έπιψηφίζειν, ψηφίσασθαι τον δήμον ταύτά απερ δτε ήν τά
Μηδικά, καί συνήνεγκεν Άθηναίοις έπί το άμεινον. Περί δέ τών
έπιγεγραμμένων είς τούς πράκτορας ή τούς ταμίας τής θεού καί τών
άλλων θεών ή τον βασιλέα, ([ή] εΐ τις μή έξεγράφη), μέχρι τής

74 5 άναυμαχίου Suidas, s.v. : ναυμαχίου ||6 ψευδοκλητείας Sauppe,


edd. : -τίας ||752 αύτών Lipsius, edd. : αύτών ||3 τυράννων codd., Dal.,
Mak., Mac. : τετρακοσίων Dobree, Bl.-F., Maid. II4 δ ' έν Aldus, edd. :
ένδ’ έν II772 τών άτιμων καί add. Sauppe, edd. (contra Boegehold) II 5
έπιγεγραμμένων codd., Mac. : έγγεγρ. Emperius, cett. || 6 [ή] del.
Emperius, seel. Dal., Maid.

48
ACERCA DE LOS MISTERIOS

los convictos por robo o cohecho: debían ser castigados con


la proscripción ellos y sus descendientes; además, todos los
que abandonaban la formación, los condenados a multa por
ausencia en el servicio o por cobardía o por tener su barco
fuera de acción o los que hubiesen tirado su escudo, los
deudores reincidentes por presentar hasta tres veces falsos
testimonios o atestiguar hasta tres veces falsas citaciones, o
los que hubiesen maltratado a sus padres. Todos éstos esta­
ban proscritos en sus personas, pero conservaban sus bie­
nes.
75 Otros, a su vez, eran proscritos en derechos específi­
cos, esto es, no eran proscritos por completo, sino en algu­
na parte de ellos, como los soldados quienes, por haber per­
manecido en la ciudad durante el gobierno de los tiranos,
gozaban de los mismos derechos que los demás ciudadanos,
pero, tenían prohibido hablar en asamblea y formar parte
del Consejo. Ellos estaban proscritos de estos derechos. Ésta
era, pues, una forma de proscripción que sufrían tales per­
sonas. 76 Otros tenían prohibido promover una acción
pública y otros denunciar; algunos estaban proscritos espe­
cíficamente para navegar hacia el Helesponto, otros, hacia
Jonia y otros más, para entrar al Ágora.
Así pues, decidisteis por votación borrar todos estos de­
cretos, tanto los originales como las copias que hubiera en
cualquier lugar, e intercambiar pruebas de concordia en la
Acrópolis. Ahora léeme el decreto de Patroclides según el
cual esto sucedió.

7 7 DECRETO. Patroclides hizo la propuesta. Ya que los atenienses


votaron la inmunidad concerniente a <los proscritos y a> los deu­
dores, de modo que quede permitido hacer mociones y ponerlas a
votación, que el pueblo vote las mismas medidas aprobadas en la
época de las Guerras Médicas que resultaron beneficiosas para los

48
ANDÓCIDES

έζελθοΰσης βουλής έφ’ ής Καλλίας ήρχεν, 78 δσοι άτιμοι ήσαν ή


όφείλοντες, και δσων εΰθυναί τινες είσι κατεγνωσμέναι έν τοΐς
λογιστηρίοις ύπό των εύθύνων και των παρέδρων, ή μήπω είσηγ-
μέναι είς τό δικαστήριον γραφαί τιν έ ς είσι περί των ευθυνών, ή
προστάζεις, ή έγγύαι τινές είσι κατεγνωσμέναι, είς τον αύτόν τούτον
χρόνον και δσα ονόματα των τετρακοσίων [τινός] έγγέγραπται, ή
άλλο τι περί των έν τή ολιγαρχία πραχθέντων έστί που γεγραμμένον ·
πλήν όπόσα έν στήλαις γέγραπται των μή ένθάδε μεινάντων (ή οίς), ή
έξ Άρείου πάγου ή των έφετών ή έκ πρυτανείου ή Δελφινιού δικα-
σθεΐσιν [ή] ύπό των βασιλέων ή έπί φόνψ τίς έστι φυγή, ή θάνατος
κατεγνώσθη ή σφαγεΰσιν ή τυράννοις· 79 τά δέ άλλα πάντα έζα-
λεΐψαι τούς πράκτορας και τήν βουλήν καί τά είρημένα πανταχόθεν,
οπού τι έ'στιν έν τφ δημοσίω, καί εί άντίγραφόν που έ'στι, παρέχειν
τούς θεσμοθέτας καί τάς άλλας άρχάς. Ποιεΐν δέ ταΰτα τριών
ήμερων, έπειδάν δόξη τω δήμφ. "Α δ ' εϊρηται έξαλεΐψαι, μή κε­
κτήσθαι ιδία μηδενί έξεΐναι μηδέ μνησικακήσαι μηδέποτε- εί δέ μή,
ένοχον είναι τον παραβαίνοντα ταΰτα έν τοΐς αύτοΐς έν οίσπερ οί έξ
Άρείου πάγου φεύγοντες, όπως άν ώς πιστότατα έχη Άθηναίοις καί
νΰν καί είς τον λοιπόν χρόνον.

80 Κατά μέν τό ψήφισμα τουτί τούς άτιμους επιτίμους έποιήσατε-


τούς δέ φεύγοντας οΰτε Πατροκλείδης είπε κατιέναι οΰθ’ ύμεΐς
έψηφίσασθε. Έπεί δ’ αί σπονδαί προς Λακεδαιμονίους έγένοντο,
και τά τείχη καθείλετε, καί τούς φεύγοντας κατεδέξασθε, καί

781 ήσαν ή codd., Mac. : ή seel. Reiske, cett. ||3 καί codd., Mac. : ή
Boeckh, cett. ||ή seel. Dal., Mak. \\/{ ή ante γραφαί add. Reiske, Dal.,
Mak. II5 post προστάζεις lac. stat. Droysen, Bl.-F., Maid. ||6 -πνος del.
Reiske, seel. Dal., Mak. ||8 ήοίς add. Mac. ||9 ή Δελφινιού del. Droy-
sen, seel. Mak. ||9-10 δικασθεΐσιν Lipsius, Mac. : καταδικ. Droysen,
cett. : έδικάσθη codd. ||[ή] del. Luzac, Mac., seel., cett. ||ή έπί codd.
Mac. : ή seel. Droysen, cett. II792 καίτά codd., Mac. : κατάτά Sluiter,
cett. II 3 καί εί codd. : καί εί τι add. Blass, Bl.-F., Maid. ||8 εχΐ) G.
Hermann, edd. : εχει : έχοι uulg.

49
ACERCA DE LOS MISTERIOS

atenienses. Acerca de aquellos que aparecen registrados en las


listas de los recaudadores, en las de los tesoreros de la diosa y de
los demás dioses o en las del arconte-rey (en caso de que no hayan
sido borrados), hasta el fin del año buléutico del arcontado de
Calias, 78 todos los que eran proscritos y deudores; y de todos
aquellos que han sido objeto de exámenes condenatorios de parte
de los correctores y de sus suplentes cuyos nombres están registra­
dos en las oficinas de los logistas, o que han sido objeto de acusa­
ciones públicas por los exámenes de conducta aún no enviados al
tribunal o están sujetos a proscripción en derechos específicos, o
de quienes tienen fianzas condenatorias, hasta el mismo plazo;
además, todos los miembros de los Cuatrocientos cuyos nombres
se encuentren en alguna inscripción o cualquier otro documento
que se encuentre inscrito en algún lugar por los actos cometidos
durante la oligarquía, exceptuando todos los nombres inscritos en
estelas de quienes no permanecieron aquí, o de quienes, habiendo
sido juzgados por el Areópago o los Efetas, del Pritaneo o del Del­
finio, bajo la presidencia del arconte-rey, se encuentren en el exilio
por homicidio, o hayan sido condenados a la pena capital por ase­
sinato o tiranía: 79 Que todos los demás nombres los borren los
recaudadores y el Consejo tanto los ya mencionados de cualquier
registro que se encuentre en el archivo estatal, como cualquier
copia dondequiera que se encuentre; que los tesmotetas y los de­
más magistrados los entreguen. Que se realice lo anterior en un
plazo de tres días a partir de la aprobación del decreto de la Asam­
blea. Los documentos que se ha ordenado borrar queda prohibido
a cualquier particular conservarlos y traerlos a la memoria en nin­
guna ocasión, y si no, que el transgresor de estas disposiciones esté
sujeto a las mismas penas a las que están sujetos quienes son proce­
sados por el Areópago, con el fin de que entre los atenienses exista
la mayor confianza ahora y siempre.

49
ANDÓCIDES

κατέστησαν oí τριάκοντα, και μετά ταΰτα Φυλή τε κατελήφθη


Μουνυχίαν τε κατέλαβον, έγένετο ύμΐν ών έγώ οϋδέν δέομαι
μεμνήσθαι ούδ’ άναμιμνήσκειν ύμας τών γεγενημένων κακών.
81 Επειδή δ’ έπανήλθετε έκ Πειραιέως, γενόμενον έφ’ ύμΐν
τιμωρεΐσθαι έγνωτε έαν τά γεγενημένα, και περί πλείονος έποιή­
σασθε σφζειν τήν πόλιν ή τάς ιδίας τιμωρίας, καί εδοξε μή
μνησικακεΐν άλλήλοις τών γεγενημένων. Δόξαντα δέ ύμΐν ταΰτα
ει'λεσθε άνδρας είκοσι· τούτους δέ έπιμελεΐσθαι της πόλεως, εως
άλλοι νόμοι τεθεΐεν · τέως δέ χρήσθαι τοΐς Σόλωνος νόμοις καί τοΐς
Δράκοντος θεσμοΐς. 82 ’Επειδή δέ βουλήν τε άπεκληρώσατε
νομοθέταςτε ει'λεσθε, εΰρισκον τών νόμων τών τε Σόλωνος καί τών
Δράκοντος πολλούς δντας οίς πολλοί τών [τών] πολιτών ένοχοι
ήσαν τών πρότερον ενεκα γενομένων, έκκλησίαν ποιήσαντες έβου-
λεύσασθε περί αύτών, καί έψηφίσασθε, δοκιμάσαντες πάντας
τούς νόμους, εϊτ’ άναγράψαι έν τη στοα τούτους τών νόμων οϊ αν
δοκιμασθώσι. Καί μοι άνάγνωθι τό ψήφισμα.
83 (ΨΗΦΙΣΜΑ). Έδοξε τφ δήμφ, Τεισαμενός είπε· Πολιτεύεσθαι
’Αθηναίους κατά τά πάτρια, νόμοις δέ χρήσθαι τοΐς Σόλωνος καί μέ-
τροις καί σταθμοΐς, χρήσθαι δε καί τοΐς Δράκοντος θεσμοΐς, οίσπερ

80 6 Μουνυχίαν codd., Maid., Mac. : Μουνιχίαν Lipsius, cett. ||έγένε­


το codd., Mac. : έγένετο Θ’ Reiske, cett. ||7 τών γεγενημένων κακών
seel. Mak. H811 Πειραιέως codd., Mac. : Πειραιώς F.-A. Wolf, cett. ||6
άλλοι, Stahl, Dal., Mac. : άν οί codd. : άν seel. cett. j|822 εΰρισκον
codd., Mac. : εύρίσκοντες Reiske, Bl.-F., Maid. : ηϋρισκον τε Dal., Mak.
(εΰρισκον τε Luzac) ||καί τών apogr., edd. : καί του II 3 τών τών sic
codd. (alter τών seel. Mac.) : τών apogr., cett. |j 4 γενομένων Reiske,
edd. : γινομένων ||6 νόμους apogr., edd. : ανόμους ||άν codd. : άν άεί
Dal. II831 ΨΗΦΙΣΜΑ add. Aldus, edd. ||Τεισαμενός Blass, edd. : τισα-
μενός

50
ACERCA DE LOS MISTERIOS

80 De acuerdo con este decreto devolvisteis sus derechos a


los proscritos, pero en cuanto a los exiliados ni Patroclides
propuso que volvieran, ni vosotros lo decidisteis por vota­
ción. Pero después que se firmó la capitulación con los la­
cedemonios y demolisteis el Muro largo y repatriasteis a los
exiliados y los Treinta se establecieron en el poder, y que,
más tarde, File fue ocupada y a Muniquia la tomaron, os su­
cedieron aquellos hechos de los que yo no deseo acordar­
me, ni traer a vuestra memoria las desgracias pasadas. 81
Después que volvisteis del Pireo, aún cuando podíais obte­
ner venganza, resolvisteis pasar por alto lo sucedido, prefe­
risteis salvar la ciudad a satisfacer las venganzas personales y
decidisteis no acusaros unos a otros por los agravios del pa­
sado. Una vez decidido lo anterior, elegisteis a veinte ciud­
adanos para que administraran la ciudad hasta que otras
leyes se establecieran, aplicando mientras tanto las leyes de
Solón y las normas de Dracón. 82 Después que elegisteis
por sorteo un Consejo y escogisteis legisladores, fueron des­
cubriendo que había muchas leyes tanto de Solón como de
Dracón, a las que muchos ciudadanos estaban sujetos pol­
los sucesos de antes. Celebrasteis entonces una asamblea y
deliberasteis acerca de éstas y votasteis, luego de examinar
todas las leyes, volver a inscribir posteriormente en el Pór­
tico aquellas leyes que fueran aprobadas. Ahora, léeme el
decreto.

83 DECRETO. Decidió la Asamblea; Tisámeno hizo la propuesta.


Que los atenienses se gobiernen según las costumbres ancestrales;
que utilicen las leyes de Solón, el sistema de pesas y medidas, y las

50
ANDÓCIDES

έχρώμεθα έν τω πρόσθεν χρόνφ. 'Οπόσων δ’ αν προσδέη, ΐΌΪδε


ήρημένοι νομοθέται ύπό τής βουλής άναγράφεντας έν σανίσιν
έκτιθέντων προς τους έπωνύμους σκοπεΐν τφ βουλομένφ, και πα-
ραδιδόντων ταΐς άρχαΐς έν τφδε τφ μηνί. 84 Τους δέ παραδιδο-
μένους νόμους δοκιμασάτω πρότερον ή βουλή καί οι νομοθέται οί
πεντακόσιοι, οϋς οί δημόται εϊλοντο, έπειδή όμωμόκασιν. Έξεΐναι δέ
καί ιδιώτη τφ βουλομένφ, είσιόντι εις τήν βουλήν συμβουλεύειν δ τι
αν αγαθόν εχη περί των νόμων. Έπειδάν δέ τεθώσιν οί νόμοι, έπι-
μελείσθω ή βουλή ή έξ Άρείου πάγου των νόμων, δπως αν αί άρχαί
τοΐς κειμένοις νόμοις χρώνται. Τους δέ κυρουμένους των νόμων
άναγράφειν είς τον τοίχον, ινα περ πρότερον άνεγράφησαν, σκοπεΐν
τφ βουλομένφ.

85 Έδοκιμάσθησαν μέν ούν οί νόμοι, ώ ανδρες, κατά τό ψήφισμα


τουτί, τούς δέ κυρωθέντας άνέγραψαν είς τήν στοάν. Επειδή
άνεγράφησαν, έθέμεθα νόμον, φ πάντες χρήσθε. Καί μοι άνά-
γνωθι τον νόμον.

ΝΟΜΟΣ. Άγράφφ δέ νόμφ τάς άρχάς μή χρήσθαι μηδέ περί ενός.

86 ΤΑρά γε έστιν ούτως δ τι περιελείπετο περί δτου οίόν τε ή άρχήν


είσάγειν ή υμών πραξαί τινι, άλλ’ ή κατά τούς άναγεγραμμένους
νόμους; οπου ουν δη άγράφφ νόμφ ούκ εξεστι χρήσασθαι, η που

83^ προσδέη Bekker, edd. : προσδέοι |||οϊδε Mac. : οί δέ(κα) SIuiter,


Mak.: οϊδε "uitiosum" Dal. IP άναγράφεντας codd., Mac. : άναγράφοντες
Bekker, cett. || 843 δημόται apogr., edd. : δημώται II έπειδή
όμωμόκασιν codd., Dal., Mak. : έπειδάν όμωμώκασιν Dobree, cett. ||
852 έπειδή codd., Mac. : έπειδή δ’ Stephanus, cett. ||3 πάντες A, Dal.,
Maid., Mac. : πάντως SIuiter, cett. ||861 έστιν οϋτως δ τι Mac. : εστι
τοΰτο δτι codd. : εστιν ένθαυτοΐ δ τι Dobree, cett. ||περιελείπετο
Reiske, edd. : περιέλειπτο ||2 τινι codd., Bl.-F., Maid., Mac. : τινα
SIuiter, cett. ||3 δή Mac. : αν codd. : dv del. cett.

51
ACERCA DE LOS MISTERIOS

normas de Dracón que precisamente hemos utilizado con anterio­


ridad. Que los legisladores electos por el Consejo expongan las
leyes de que haya necesidad, inscritas en tablillas, frente a las esta­
tuas de los héroes epónimos, para que las examine el que quiera, y
que las entreguen a los magistrados durante el mes en curso. 84
Que las leyes entregadas las examinen primero el Consejo y los
quinientos legisladores que eligieron los habitantes de los d e m o i ,
puesto que ya han prestado juramento. Que sea permitido, a cual­
quier particular que lo desee, entrar al Consejo y exponer lo que
considere conveniente respecto a las leyes. Una vez que hayan sido
establecidas las leyes, que el Consejo del Areópago cuide de ellas,
a fin de que los magistrados apliquen las leyes establecidas. Que
las leyes ratificadas se graben, en el muro, allí donde precisamente
antes se inscribieron, para que las examine el que quiera.

85 Así pues, señores, las leyes fueron revisadas de acuerdo


con este decreto, y en el Pórtico inscribieron las que fueron
ratificadas. Después de que fueron inscritas, establecimos
una ley que todos utilizáis. Ahora léeme esa ley.

LEY. Que los magistrados no utilicen ninguna ley no escrita en


ningún caso.

86 ¿No es así lo que quedaba, en relación con lo cual un


magistrado puede promover un proceso o alguno de
vosotros realizarlo sólo de acuerdo con las leyes escritas?
Entonces, desde el momento en que no está permitido
utilizar una ley no escrita, yo creo que no se debe hacer
uso, en ninguna circunstancia, de un decreto no escrito.
Ahora bien, después de haber visto que muchos ciudadanos
estaban en desgracia, unos por leyes y otros por decretos,

51
ANDÓCIDES

[άν] άγράφω γε ψηφίσματι παντάπασιν ού δει γε χρήσασθαι.


Επειδή τοίνυν έωρώμεν δτι πολλοΐς τών πολιτών είεν συμφοραί,
τοΐς μέν κατά νόμους, τοΐς δέ κατά ψηφίσματα τά πρότερον
γενόμενα, τουτουσί τούς νόμους έθέμεθα, αύτών ε'ΐνεκα τών νυν!
ποιούμενων, 'ινα τούτων μηδέν γίγνηται μηδέ έξη συκοφαντεΐν
μηδενί. Καί μοι άνάγνωθι τούς νόμους.

87 ΝΟΜΟΙ. Άγράφφ δέ νόμφ τάς άρχάς μή χρήσθαι μηδέ περί ενός.


Ψήφισμα δέ μηδέν μήτε βουλής μήτε δήμου νόμου κυριώτερον είναι.
Μηδέ έπ’ άνδρί νόμον έξεΐναι θεΐναι, εάν μή τον αύτόν έπί πασιν
Άθηναίοις, εάν μή έξακισχιλίοις δόξη κρύβδην ψηφιζομένοις.

Τί ούν ήν έπίλοιπον; ούτοσι 6 νόμος. Καί μοι άνάγνωθι τούτον.

(ΝΟΜΟΣ.) Τάς δέ δίκας καί τάς διαίτας κυρίας είναι, όπόσαι έν


δημοκρατουμένη τή πόλει έγένοντο. Τοΐς δέ νόμοις χρήσθαι άπ’
Εύκλείδου άρχοντος.

88 Τάς μέν δίκας, ώ ανδρες, καί τάς διαίτας έποιήσατε κυρίας


είναι, όπόσαι έν δημοκρατουμένη τη πόλει έγένοντο, δπως μήτε
χρεών άποκοπαί είεν μήτε δίκαι άνάδικοι γίγνοιντο, άλλά τών
ιδίων συμβολαίων αί πράξεις είεν· τών δέ δημοσίων (έφ’) όπόσοις
ή γραφαί είσιν ή φάσεις ή ένδείξεις ή άπαγωγαί, τούτων ενεκα τοΐς
νόμοις έψηφίσασθε χρήσθαι άπ’ Εύκλείδου άρχοντος. 89 Όπότ’
ούν εδοξεν ύμΐν δοκιμάσαι μέν τούς νόμους, δοκιμάσαντας δέ
άναγράψαι, άγράφω δέ νόμφ τάς άρχάς μή χρήσθαι μηδέ περί ενός,

86 ^ άν seel. Mae., del. Bekker, cett. |


|χρήσασθαι post άγράφω γε
transp. Marehant, Dal. ||γεχρήσασθαι del. Lipsius, seel. Dal. : γε seel.
Gebauer, Maid., Mak. ||6 τά πρότερον codd., Mac. : πρότερον Lipsius,
cett. II7 ε'ΐνεκα codd., Mac. : ενεκα apogr., cett. II871 ΝΟΜΟΙ AZ :
ΝΟΜΟΣ ||6 ΝΟΜΟΣ add. Aldus ||882 τή add, apogr. ||4 έφ’ add. Blass ||
89 1 Όπότ’ codd., Mac. : οπου Lipsius (coll. § 58), cett.
52
ACERCA DE LOS MISTERIOS

que antes había, establecimos estas leyes que están aquí por
las mismas causas de ahora, para que nada de esto
sucediera, ni fuera posible a nadie actuar como sicofanta.
Ahora, léeme las leyes.

87 LEYES. Que los magistrados no utilicen ninguna ley no escrita


en ningún caso; que ningún decreto, ni del Consejo ni del pueblo,
sea superior a una ley; que tampoco sea lícito establecer ninguna
ley para un solo individuo, si la misma no lo es para todos los
atenienses, a menos que así lo decidan seis mil ciudadanos en
votación secreta.

¿Pues bien, qué más faltaba? Es la siguiente ley. Vamos,


léemela.

<LEY.> Que tengan validez las sentencias judiciales y los arbitrajes,


cuantos se dieron en la ciudad bajo régimen democrático; que se
utilicen las leyes establecidas a partir del arcontado de Euclides.

88 Hicisteis, señores, que tuvieran validez todas las senten­


cias judiciales y los arbitrajes que se dieron en la ciudad
bajo régimen democrático, con el fin de que ni hubiera
abolición de deudas ni se volvieran a abrir los procesos pri­
vados, pero sí que se llevaran a cabo las transacciones de
contratos particulares. En cambio, para los delitos públicos,
en todos en los que existen procesos públicos, delaciones,
denuncias o arrestos, votasteis que, para ésos, se aplicaran
las leyes a partir del arcontado de Euclides. 89 Así pues,
como decidisteis examinar las leyes e inscribirlas una vez
examinadas, que los magistrados no utilizaran ninguna ley
no escrita en ningún caso, que ningún decreto, ni del Con-

52
ANDÓCIDES

ψήφισμα δέ (μηδέν) μήτε βουλής μήτε δήμου (νόμου) κυριώτερον


είναι, μηδ’ έπ’ άνδρί νόμον τιθέναι έάν μή τον αυτόν έπί πασιν
Άθηναίοις, τοΐς δέ νόμοις τοΐς κειμένοις χρήσθαι άπ’ Εΰκλείδου
αρχοντος, ένταυθοΐ έστιν δ τι υπολείπεται ή μεΐζον ή έλαττον των
γενομένων πρότερον ψηφισμάτων, πριν Εΰκλείδην άρξαι, δπως
κύριον έσται; ούκ οίμαι έγωγε, άνδρες. Σκοπείτε δέ καί αύτοί.
90 Φέρε δη τοίνυν, οί δρκοι ύμΐν πώς έχουσιν; ό μέν κοινός τη
πόλει άπάση, δν όμωμόκατε πάντες μετά τάς διαλλαγάς, “Καί ού
μνησικακήσω των πολιτών ούδενί πλήν των τριάκοντα καί των
ένδεκα· ούδέ τούτων δς άν έθέλη εύθύνας διδόναι της άρχής ής
ήρξεν”. "Οπου τοίνυν αύτοΐς τοΐς τριάκοντα ώμνυτε μή μνησικα-
κήσειν, τοΐς μεγίστων κακών αίτίοις, εί διδοΐεν εύθύνας, ή που
σχολή τών γε άλλων πολιτών τινι ήξιούτε μνησικακεΐν. 91 Ή δέ
βουλή αΰ ή άεί βουλεύουσα τί δμνυσι; “Καί ού δέξομαι ένδειξιν
ούδέ άπαγωγήν ένεκα τών πρότερον γεγενημένων, πλήν τών φυ-
γόντων”. Ύμεΐς δ’ αύ, ώ ’Αθηναίοι, τί όμόσαντες δικάζετε; “Καί
ού μνησικακήσω, ούδέ άλλω πείσομαι, ψηφιοΰμαι δέ κατά τούς
κειμένους νόμους”. 'Ά χρή σκοπεΐν, εί δοκώ όρθώς ύμΐν λέγειν ώς
ύπέρ υμών λέγω καί τών νόμων.

89^ μηδέν add. Blass, edd. ||νόμου add. Reiske, edd. ||5 νόμον codd.
Mac. : νόμον έξεΐναι Sauppe, cett. ||8 γενομένων Baiter-Sauppe, edd. :
γινομένων ||9 ώ άνδρες Bl.-F., Mak., Maid. 11903 τριάκοντα codd., Mac.
: τριάκοντα καί τών δέκα Η. de Valois (coll. Άθ. πολ. xxxix 6 ), Bl.-F.,
Dal., Maid. : τριάκοντα καί τών δέκα καί τών έν Πειραιεΐ δέκα Mak. ||5
δπου apogr., edd. : δποι ||μνυτε Aldus, edd. : μνυται ||6 μεγίστων
Reiske, edd. : μεγίστοις II 912 αύ ή Reiske, edd. : αϋτη II 3 πρότερον
Stephanus, edd. : προτέρων ||34 φυγόντων Sauppe, edd. : φευγόντων II
4 ’Αθηναίοι άνδρες B1.-F. ||τί Aldus, edd. : δτι II 7 υμών apogr., edd. :
ήμώ ’

53
ACERCA DE LOS MISTERIOS

sejo ni del pueblo, fuera superior a una ley, que tampoco se


estableciera ninguna ley para un solo individuo si la misma
no lo era para todos los atenienses, y utilizar las leyes esta­
blecidas a partir del arcontado de Euclides, ¿falta aquí algún
decreto más o menos importante de los que había primero,
de antes de que Euclides fuera arconte, que pueda tener va­
lidez? Por mi parte, señores, no lo creo, pero reflexionadlo
también vosotros mismos.
90 Pues bien, prosigamos. ¿Cómo son vuestros juramen­
tos? Uno, común a toda la ciudad, el que habéis jurado to­
dos después de los convenios: “Y no acusaré a ningún
ciudadano por injurias pasadas, a excepción de los Treinta y
de los Once, ni incluso a quien de ellos quisiera rendir
cuentas del cargo que ejerció”. Bien, si jurabais no acusar
por injurias pasadas ni a los mismos Treinta, los causantes
de grandísimos males, en caso de que rindieran cuentas,
mucho menos aún, yo creo, teníais por digno acusar por
injurias pasadas a cualquiera de los demás ciudadanos. 91
Por su parte, el Consejo, cada vez que celebra sus reuniones
¿qué juramento hace? “Y no permitiré ni denuncia ni arresto
por causa de los acontecimientos pasados, excepto contra
los exiliados”. Y por su parte, atenienses, ¿qué juramentos
hacéis cuando dais vuestra sentencia?: “Y no acusaré por
injurias pasadas ni me dejaré convencer por nadie, sino que
votaré de acuerdo con las leyes establecidas”. Esto hay que
examinar, si os parece que yo digo bien en el sentido de
que hablo en vuestro favor y de las leyes.

53
ANDÓCIDES

92 Σκέψασθε τοίνυν, ώ ανδρες, και τούς νόμους καί τούς κατη­


γόρους, τί αύτοΐς ύπαρχον ετέρων κατηγοροΰσι. Κηφίσιος μέν
ούτοσί πριάμενος ώνήν έκ τού δημοσίου τάς έκ ταύτης έπικαρπίας
τών έν τη γη γεωργούντων ένενήκοντα μνας έκλέξας, ού κατέβαλε
τη πόλει καί έφυγεν · εί γάρ ήλθεν, έδέδετ’ άν έν τώ ξύλω. 93 Ό
γάρ νόμος ούτως είχε, κυρίαν είναι τήν [τε] βουλήν, ός άν πριάμε­
νος τέλος μή καταβάλη, δεΐν είς τό ξύλον. Ουτος τοίνυν, δτι τοΐς
νόμοις έψηφίσασθε άπ’ Εύκλείδου άρχοντος χρήσθαι, άξιοι ά έχει
ύμών έκλέξας μή άποδούναι, καί νΰν γεγένηται άντί μέν φυγάδος
πολίτης, άντί δέ άτιμου συκοφάντης, δτι τοΐς νόμοις τοΐς νΰν
κειμένοις χρήσθε.
94 Μέλητος δ’ αύ ούτοσί άπήγαγεν έπί τών τριάκοντα Λέοντα,
ώς ύμεΐς άπαντες ί'στε, καί άπέθανεν έκεΐνος άκριτος · καί ούτος ό
νόμος καί πρότερον ην (καί) ώς καλώς εχων καί νΰν έστι, καί
χρήσθε αύτώ, τον βουλεύσαντα έν τώ αύτώ ένέχεσθαι καί τον τη
χειρί έργασάμενον. Μέλητον τοίνυν τοΐς παισί τοΐς του Αέοντος
ούκ έστι φόνου διώκειν, δτι τοΐς νόμοις δει χρήσθαι άπ’ Εύκλείδου
άρχοντος, έπεί ώς γε ούκ άπήγαγεν, ούδ’ αύτός άντιλέγει.
95 Έπιχάρης δ’ ούτοσί, ό πάντων πονηρότατος καί βουλόμενος
είναι τοιοΰτος, ό μνησικακών αύτός αύτώ (ούτος γάρ έβούλευεν έπί
τών τριάκοντα) · ό δέ νόμος τί κελεύει, ος έν τη στήλη έμπροσθεν
έστιτοΰ βουλευτηρίου; “"Ος άν άρξη έν τη πόλει τής δημοκρατίας
καταλυθείσης, νηποινεί τεθνάναι, καί τον άποκτείναντα δσιον

92 1 καί τούς ν. codd., edd. : κατά τούςν. Luzac, Dal. ||2 ύπαρχον Em­
perius, edd. : υπαρχόντων ||4 έν τη γη codd., edd. : έν Άιγίνή Wilamo-
witz, Mak. IIένενήκοντα apogr., edd. : έννεν. II 932 τε del. Stephanus,
Bl.-F., Mac., seel. cett. ||3 έν tcp ξύλφ Naber, Dal. ||94 2 καί ουτος
codd., Dal., Mak., Mac. : καί(τοι) οδτος Sluiter, cett. II 3 (καί) add.
Baiter H951 ούτοσί Blass, edd. : ούτος II5 νηποινεί Blass, edd. : νηποινί

54
ACERCA DE LOS MISTERIOS

92 Pues bien, señores, considerad no sólo las leyes, sino


también en qué situación mis acusadores acusan a otros.
Por una parte Cefisio, aquí presente, luego de adquirir la
concesión de impuestos del Estado y de obtener noventa
minas del producto de los impuestos de los agricultores, no
pagó la renta a la ciudad y huyó, y si hubiera regresado lo
habríais atado al cepo, 93 pues la ley así lo establecía:
“Tiene pleno poder el Consejo para atar al cepo a aquel
comprador que no pague el monto del impuesto”. Así pues,
éste, ya que votasteis utilizar las leyes establecidas a partir
del arcontado de Euclides, decide no devolver lo que tiene
de vosotros, después de haberlo cobrado, y ahora se ha
convertido en ciudadano en vez de prófugo y en vez de un
proscrito, sicofanta, ya que utilizáis las leyes actualmente
establecidas.
94 A su vez Meleto, aquí presente, arrestó a León en tiem­
po de los Treinta, como todos sabéis, y éste murió sin
juicio; la siguiente ley no sólo existía en el pasado, sino que,
puesto que es buena, también existe actualmente, y la utili­
záis: “Que quien planee un crimen esté sujeto a la misma
pena que el que lo cometa por su propia mano”. Pues bien,
a los hijos de León no les está permitido perseguir a Meleto
por homicidio, porque hay que utilizar las leyes establecidas
a partir del arcontado de Euclides, de modo que ni siquiera
él mismo niega que lo haya arrestado.
95 Y este Epícares, el más perverso de todos, y que es de
tal calaña porque quiere, él trae contra sí mismo el recuerdo
de sus propios crímenes (pues era miembro del Consejo
durante el gobierno de los Treinta). ¿Pero qué ordena la ley
de la estela que está frente a la sede del Consejo? “Quien

54
ANDÓCIDES

είναι και τά χρήματα εχειν του άποθανόντος.” "Αλλο τι ούν, ώ


Έπίχαρες, ή νΰν ό άποκτείνας σε καθαρός τάς χεΐρας εσται, κατά
γε τόν Σόλωνος νόμον; 96 Καί μοι άνάγνωθι τόν νόμον τόν έκ τής
στήλης.

ΝΟΜΟΣ. Έδοξε τή βουλή καί τω δήμω· Αίαντίς έπρυτάνευε,


Κλειγένης έγραμμάτευε, Βοηθός έπεστάτει. Τάδε Δημόφαντος
συνέγραψεν. "Αρχει χρόνος τοΰδε του ψηφίσματος ή βουλή οί
πεντακόσιοι λαχόντες τφ κυάμω, οίς Κλειγένης πρώτος έγραμ-
μάτευεν. Έάν τις δημοκρατίαν καταλύη τήν Άθήνησιν, ή άρχήν
τινα άρχη καταλελυμένης τής δημοκρατίας, πολέμιος έστω
’Αθηναίων καί νηποινεί τεθνάτω, καί τά χρήματα αύτοΰ δημόσια
έστω, καί τής θεοΰ τό έπιδέκατον· ό δέ άποκτείνας τόν ταΰτα
ποιήσαντα καί ό συμβουλεύσας όσιος έστω καί ευαγής. 97 Όμόσαι
δ’ ’Αθηναίους άπαντας καθ’ ιερών τελείων, κατά φυλάς καί κατά
δήμους, άποκτενεΐν τόν ταΰτα ποιήσαντα. 'Ο δέ όρκος έστω όδε·
“Κτενώ καί λόγφ καί έργφ καί ψήφω καί τή έμαυτοΰ χειρί, άν
δυνατός ώ, ός άν καταλύση τήν δημοκρατίαν τήν Άθήνησι, καί έάν
τιςάρξη τιν’ άρχήν καταλελυμένης τής δημοκρατίας τό λοιπόν, καί
έάν τις τυραννεΐν έπαναστή ή τόν τύραννον συγκαταστήση. Καί έάν
τις άλλος άποκτείνη, όσιον αύτόν νομιώ είναι καί προς θεών καί
δαιμόνων, ώς πολέμιον κτείναντα τόν ’Αθηναίων, καί τά κτήματα τοΰ
άποθανόντος πάντα αποδομένος άποδώσω τά ήμίσεα τφ άποκτεί-
ναντι, καί ούκ άποστερήσω ούδέν. 98 Έάν δέ τις κτείνων τινά
τούτων άποθάνη ή έπιχειρών, εύ ποιήσω αύτόν τε καί τούς παΐδας
τούς έκείνου καθάπερ 'Αρμόδιόν τε καί Άριστογείτονα καί τούς

957 ’Άλλοτι ...ή Reiske, edd. : "Αλλο ότι... εί ||8 Έπίχαρες Valcke-
naer, edd. : έπιχάρες II96^ et ό Κλειγένης Lipsius, edd. : κλεογένης II 6
πεντακόσιοι codd., Mac. : πεντακόσιοι οί Bekker, edd. ||οις Droysen,
edd. : ότε ||7 καταλύη ... άρχη Aldus, edd. : καταλύει... άρχει ||8 έστω
Stephanus, edd. : έσται ||97^ άποκτενεΐν Droysen, edd. : άποκτείνειν ||
4 καί λόγω καί έργφ καί ψήφω post άποκτείναντι (infra 1. 10 -1 1 ) codd.
(transp. Sauppe) j|6 τιν’ Reiske, edd. : τήν ||7 συγκαταστήση apogr.,
edd. : -σει II9 τόν Z : τών ||982 άποθάνη Aldus, edd. : άποθάνοι

55
ACERCA DE LOS MISTERIOS

haya sido magistrado en la ciudad después de abolida la


democracia, que sea ejecutado impunemente y que quien
mate sea considerado libre de culpa y se quede con los bie­
nes del muerto”. Entonces, Epícares, ¿no es cierto que quien
ahora te mate tendrá sus manos limpias de culpa, según la
ley de Solón? 96 Ahora léeme la ley de la estela.

LEY. Decidió el Consejo y la Asamblea. La tribu Ayante fungía


como prítana, Clígenes era secretario y Boeto presidente. Demo-
fanto presentó por escrito la propuesta. Inicia el período de este
decreto luego de ser designado por sorteo el Consejo de los Qui­
nientos, siendo Clígenes su primer secretario. Si alguien destruye la
democracia ateniense o ejerce algún cargo durante la supresión de
la democracia, que sea considerado enemigo de los atenienses, sea
muerto impunemente, sus bienes confiscados, y la décima parte
sea propiedad de la diosa. Y el que mate al autor de lo anterior y el
que planee su muerte, sean considerados limpios de culpa e ino­
centes. 97 Que todos los atenienses juren sobre víctimas perfec­
tas, por tribus y por d e m o i, matar al autor de tales hechos. El
juramento sea éste: “Haré morir con palabra, acto, voto y con mi
propia mano, si me es posible, a quien destruya la democracia
ateniense, quien ejerza un cargo en lo sucesivo durante la supre­
sión de la democracia y a quien se subleve para erigirse como
tirano o colabore con el tirano. Y si algún otro lo mata, a éste lo
consideraré limpio ‘ante dioses y númenes, como ejecutor de un
enemigo de los atenienses, y, después de vender todos los bienes
del muerto, daré la mitad al que mate sin quitarle nada. 98 Pero si
alguno muere al matar o al intentar matar a uno de ellos, lo honraré
a él y a sus hijos, como se hizo con Harmodio y Aristogiton y con
los descendientes de ellos. Y cuantos juramentos se hayan hecho
en Atenas o en el ejército o en cualquier otro lugar contra la dem o­
cracia ateniense, los anulo y suprimo”. Hagan estos juramentos to-

55
ANDÓCIDES

απογόνους αύτών. 'Οπόσοι δέ δρκοι όμώμονται Άθηνησιν ή έν τώ


στρατοπέδφ ή άλλοθι που ενάντιοι τφ δήμφ τώ ’Αθηναίων, λύω καί
άφίημι.” Ταΰτα δέ όμοσάντων ’Αθηναίοι πάντες καθ’ ιερών τελείων,
τον νόμιμον δρκον, προ Διονυσίων καί έπεύχεσθαι εύορκοΰντι μέν
είναι πολλά καί άγαθά, έπιορκοΰντι δ’ έξώλη αύτόν είναι καί γένος.

99 Πότερον, ώ συκοφάντα καί έπίτριπτον κίναδος, κύριος ό νόμος


οδε έστίν ή ού κύριος; διά τοΰτο δ’ οίμαι γεγένηται άκυρος, δτι τοΐς
νόμοις δει χρήσθαι άπ’ Εύκλείδου άρχοντος. Καί συ ζής καί
περιέρχη τήν πόλιν ταύτην, ούκ άξιος ών · δς έν δημοκρατία μέν
συκοφαντών εζης, έν ολιγαρχία δέ, ώς μή άναγκασθείης τά
χρήματα άποδοΰναι οσα συκοφαντών έλαβες, έδούλευες τοΐς
τριάκοντα. 100 Ειτασύ περί εταιρείας έμοί μνείαν ποιή καί κακώς
τινας λέγεις; δς ένί μέν ούχ ήταίρησας (καλώς γάρ άν σοι είχε),
πραττόμενος δ’ ού πολύ άργύριον τον βουλόμενον ανθρώπων, ώς
ούτοι ΐσασιν, έπί τοΐς αίσχίστοις έργοις έζης, καί ταΰτα οϋτως
μοχθηρός ών τήν ιδέαν. ’Αλλ’ δμως ουτος ετέρων έτόλμα κατη-
γορεΐν, φ κατά τούς νόμους τούς ύμετέρους ούδ’ αύτφ ύπέρ αύτοΰ
έστιν άπολογεΐσθαι.
101 ’Αλλά γάρ, ώ άνδρες, καθήμενος ήνίκα μου κατηγορεί,
βλέπων είς αύτόν ούδέν άλλο ή ύπό τών τριάκοντα συνειλημμένος
έδοξα κρίνεσθαι. Εί γάρ τότε ήγωνιζόμην, τίς άν μου κατηγορεί;
ούχ ούτος ύπήρχεν, εί μή έδίδουν άργύριον; καί γάρ νΰν. Άνέκρινε
δ’ άν με τίς άλλος ή Χαρικλής, έρωτών, “Είπέ μοι, ώ ’Ανδοκίδη,
ήλθες είς Δεκέλειαν, καί έπετείχισας τη πατρίδι τη σεαυτοΰ;” “Ούκ

985 τώ ’Αθηναίων Osann, edd. : τών ’Αθηναίων ||992 διά codd. : ού


κύριος διά Reiske, Maid. ||100/‘ οϋτω Maid. II 5 ετέρων Reiske, edd. :
εταιρών ||έτόλμα codd., Mac. : τολμά Blass, cett. II 10l6 έπετείχισας
Stephanus, edd. : -σες

56
ACERCA DE LOS MISTERIOS

dos los atenienses sobre víctimas perfectas, el legítimo juramento,


antes de las Dionisíacas, y que se hagan votos porque quien sea fiel
a sus juramentos tenga muchos bienes y quien perjure, la ruina
completa él y su estirpe.

99 ¿Acaso, oh sicofanta y zorro depravado, es válida esta ley


o no es válida? Por esto —creo— ya no tiene validez, por­
que se deben utilizar las leyes a partir del arcontado de
Euclides. Y tú vives y te paseas por esta ciudad, sin merecer­
lo; tú, quien en la democracia vivías de sicofanta y en la oli­
garquía, para no verte precisado a entregar todo lo que ob­
tuviste de sicofanta, servías a los Treinta como esclavo. 100
¿Y ahora tú me haces mención de una “hetería” y hablas mal
de algunos? Tú, quien has sido “hetero” no de una sola per­
sona (lo que para ti habría sido decente), sino que te entre­
gabas por poco dinero al hombre que quisiera, como éstos
saben, y vivías de los trabajos más vergonzosos, y así lo
hacías a pesar de tu aspecto miserable. Pero, a pesar de
todo, este sujeto se atrevió a acusar a otros, él, a quien, de
acuerdo con vuestras leyes, no le es lícito siquiera defender­
se en persona.
101 Y por cierto, señores, cuando yo, sentado, lo miraba,
mientras él me acusaba, no me imaginé otra cosa sino que,
arrestado por los Treinta, era juzgado por ellos. En efecto, si
hubiera sido entonces llevado a juicio, ¿quién me habría
acusado? ¿No habría estado éste dispuesto a hacerlo, a me­
nos de que no le diera dinero? De seguro, como lo hace
ahora. ¿Y quién otro sino Caricles me habría interrogado
con estas preguntas?; —“Dime, Andócides, ¿fuiste a Decelia y

56
ANDÓCIDES

έγωγε.” “Tí δέ; έτεμες τήν χώραν, καί έλήσω ή κατά γην ή κατά
θάλατταν τούς πολίτας τούς σεαυτοΰ;” “Ού δήτα.” “Οΰδ’ έναυ-
μάχησας εναντία τη πόλει, ουδέ συγκατέσκαψας τά τείχη, ουδέ
συγκατέλυσας τον δήμον, ουδέ βία κατήλθες είς τήν πόλιν;” “Ούδέν
τούτων πεποίηκα.” “Ούδέν; Δοκεΐς ούν χαιρήσειν ή ούκ άπο-
θανεΐσθαι, ώς έτεροι πολλοί;”
102 9Αρ’ (άν) οϊεσθε, ώ ανδρες, άλλων τινών τυχεΐν με δι’ ύμας,
εί έλήφθην ύπ’ αύτών; ούκ ούν δεινόν, εί ύπό μέν τούτων διά τοΰτ’
άν άπωλόμην, δτι είς τήν πόλιν ούδέν ήμαρτον, ώσπερ καί ετέρους
άπέκτειναν, έν ύμΐν δέ κρινόμενος, οΰς ούδέν κακόν πεποίηκα, ού
σωθήσομαι; πάντως δήπου · ή σχολή γέ τις άλλος ανθρώπων.
103 Άλλά γάρ, ώ ανδρες, τήν μέν έ'νδειξιν έποιήσαντό μου
κατά νόμον κείμενον, τήν δέ κατηγορίαν κατά τό ψήφισμα τό
πρότερον γεγενημένον περί ετέρων. Εί ούν έμοΰ καταψηφιεΐσθε,
όράτε μή ούκ έμοί μάλιστα τών πολιτών προσήκει λόγον δοΰναι
τών γεγενημένων, άλλά πολλοΐς έτέροις μάλλον, τοΰτο μέν οίς ύμεΐς
έναντία μαχεσάμενοι διηλλάγητε καί δρκους ώμόσατε, τοΰτο δέ
οΰς φεύγοντας κατηγάγετε, τοΰτο δέ οϋς άτιμους όντας έπιτίμους
έποιήσατε· ών έΐνεκα καί στήλας άνείλετε καί νόμους άκύρους
έποιήσατεκαί [τά] ψηφίσματα έξηλείψατε· οί νυνί μένουσιν έν τη
πόλει πιστεύοντες ύμΐν, ώ άνδρες. 104 Εί ουν γνώσονται ύμας

ΙΟΙ7 έλήσω Naber, edd. : έληίσω ||8 σεαυτοΰ apogr., edd. : έαυτοΰ II
1° Ούδέν codd., Mac. : Ούδέ Muretus, cett. ||H Ούδέν; Mac. : ούδέν.
Muretus, cett. ||ή codd., Mac. : καί Dobree, cett. || 1021 αν add.
Dobree Ιΐύμας Reiske, edd. : ημάς II4 ύμΐν apogr., edd. : ήμΐν ||1036
μαχεσαμένοις pro μαχεσάμενοι susp. Reiske, Bl.-F., Mak. ||ώμόσατε
apogr., edd. : όμόσατε ||7 άτιμους apogr., edd. : άΐίμως II 8 εϊνεκα
codd., Mac. : έ'νεκα apogr., cett. ||9 τά seel. Mac., del. cett.

57
ACERCA DE LOS MISTERIOS

la fortificaste contra tu propia patria? —Yo no. —Entonces


¿qué? ¿Devastaste el territorio y saqueaste por tierra o por
mar a tus propios conciudadanos? —Seguro que no. —¿No
combatiste en la armada contra tu ciudad, no colaboraste en
demoler los muros y en derribar la democracia, no entraste
a la ciudad por la fuerza? —Nada he hecho de esto. —
¿Nada? ¿Tú crees entonces que te vas a quedar contento o
que no morirás como otros muchos?”
102 ¿Acaso creéis, señores, que yo habría tenido una
suerte diferente por mi lealtad a vosotros si hubiera sido
apresado por ellos? ¿No sería pues terrible que hubiera sido
ejecutado por ellos por esta razón, porque no cometí
ninguna falta contra la ciudad, del mismo modo como
hicieron morir a otros, y que ahora no sea absuelto al ser
juzgado entre vosotros, a quienes no he causado ningún
daño? Sí, sin duda alguna. De otro modo difícilmente algún
otro podría salvarse.
103 En efecto, señores, me hicieron la denuncia con base
en una ley vigente, pero la acusación con base en un decre­
to que antes había, relativo a otros. Entonces, si vais a votar
contra mí, considerad que, de entre los ciudadanos, a mí
sobre todo no me compete dar una relación de los sucesos,
sino más bien a muchos otros, por un lado, a aquellos con
quienes os reconciliasteis e hicisteis juramentos, después de
combatir en su contra; por otro, a los fugitivos que hicisteis
repatriar, y, en fin, a los proscritos a quienes les devolvisteis
sus derechos de ciudadanía. Por causa de ellos quitasteis
estelas, invalidasteis leyes y anulasteis decretos. Ellos ahora

57
ANDÓCIDES

άποδεχομένους τάς κατηγορίας τών πρότερον γεγενημένων, τίνα


αυτούς οΐεσθε γνώμην εξειν περί σφών αυτών; ή τίνα αυτών έθε-
λήσειν εις αγώνας καθίστασθαι ενεκα τών πρότερον γεγενημένων;
φανήσονται γάρ πολλοί μέν έχθροί πολλοί δέ συκοφάνται, οί
καταστήσουσιν αυτών έκαστον είς αγώνα. 105 'Ήκουσι δέ νυνί
άκροασόμενοι άμφότεροι, ού την αυτήν γνώμην έχοντες άλλήλοις,
άλλ’ οί μέν είσόμενοι εί χρή πιστεύειν τοΐς νόμοις τοΐς κειμένοις καί
τοΐς δρκοις οΰς ώμόσατε άλλήλοις, οί δέ άποπειρώμενοι τής ύμετέ-
ρας γνώμης, εί αϋτοΐς έξέσται άδεώς συκοφαντεΐν καί γράφεσθαι,
τούς δέ ένδεικνύναι, τούς δέ άπάγειν. Οϋτως ούν έχει, ώ άνδρες- ό
μέν άγων έν τώ σώματι τώ έμώ καθέστηκεν, ή δέ ψήφος ή ϋμετέρα
δημοσία κρίνει, πότερον χρή τοΐς νόμοις τοΐς ύμετέροις πιστεύειν, ή
τούς συκοφάντας παρασκευάζεσθαι, ή φεύγειν αυτούς έκ τής πό-
λεως καί άπιέναι ώς τάχιστα.
106 "Ινα δέ είδήτε, ώ άνδρες, δτι τά πεποιημένα ύμΐν είς ομό­
νοιαν οϋ κακώς έχει, άλλά τά προσήκοντα καί τά συμφέροντα
ύμΐν αύτοΐς έποιήσατε, βραχέα βούλομαι καί περί τούτων είπεΐν.
Οί γάρ πατέρες οί ύμέτεροι γενομένων τη πόλει κακών μεγάλων, δτε
οί τύραννοι μέν είχον τήν πόλιν, ό δέ δήμος έφευγε, νικήσαντες
μαχόμενοι τούς τυράννους έπί Παλληνίω, στρατηγοΰντος Λεω-
γόρου του προπάππου του έμοΰ καί Χαρίου ού έκεΐνος τήν θυγα­
τέρα εΐχεν, έξ ής ό ήμέτερος ήν πάππος, κατελθόντες εις τήν
πατρίδα τούς μέν άπέκτειναν, τών δέ φυγήν κατέγνωσαν, τούς δέ
μένειν έν τή πόλει έάσαντες ήτίμωσαν. 107 'Ύστερον δέ ήνίκα

1 0 4 2 et 4 πρότερον Stephanus, edd. : προτέρων | | 105^ ώμόσατε


apogr., edd. : όμόσατε II 8 κρίνει Stephanus, edd. : κρίνει || 1 0 6 3
βραχέα apogr., edd. : βραχεία ||5 εφευγε Sauppe, edd. : εφυγε ||9 τών
δέ apogr., edd. : τούς δέ

58
ACERCA DE LOS MISTERIOS

se encuentran en la ciudad confiando en vosotros, señores.


104 Por tanto, si llegan a saber que aceptáis las demandas
de acusación por los sucesos de antes, ¿qué decisión creéis
que ellos tomarán de sí mismos? ¿O quién de ellos querrá
presentarse a juicio en virtud de los sucesos de antes?, pues
van a aparecer muchos enemigos personales y muchos
sicofantas que harán presentarse a juicio a cada uno de
ellos. 105 Ahora vienen a escuchar ambos tipos de
personas, con propósitos diferentes unos de los otros: unos
para saber si es necesario confiar en las leyes vigentes y en
los juramentos que habéis hecho mutuamente; otros, para
probar vuestro pensamiento y para ver si les será lícito
calumniar y acusar impunemente y denunciar a unos y
arrestar a otros. Pues bien, tal es la situación, señores. El
pleito pone en riesgo mi vida, pero vuestro voto va a decidir
públicamente, si debe confiarse en vuestras leyes o procu­
rarse a los sicofantas o bien exiliarse uno mismo de la ciu­
dad y salir lo más pronto posible.
106 Para que sepáis, señores, que lo hecho por vosotros
en favor de la concordia no está mal, sino que hicisteis lo
que os correspondía y lo provechoso para vosotros mismos,
quiero decir vinas breves palabras también acerca de esto.
Vuestros padres, en tiempos en que la ciudad padecía
grandes males, cuando los tiranos gobernaban la ciudad y
los demócratas estaban en el exilio, vencieron a los tiranos
en la batalla de Palenio, bajo el mando de mi bisabuelo Leó-
goras y de Carias (cuya hija aquél desposó y de la cual nació
mi abuelo) y, una vez que regresaron a la patria, mataron a

58
ANDÓCIDES

βασιλεύς έπεστράτευσεν έπί τήν Ελλάδα, γνόντες τών συμφορών


τών επιουσών τό μέγεθος καί τήν παρασκευήν τήν βασιλέως,
εγνωσαν τούς τε φεύγοντας καταδέξασθαι καί τούς άτιμους
επιτίμους ποιήσαι καί κοινήν τήν τε σωτηρίαν καί τούς κινδύνους
ποιήσασθαι. Πράξαντες δέ ταΰτα, καί δόντες άλλήλοις πίστεις
καί δρκους μεγάλους, ήξίουν σφας αύτούς προτάξαντες προ τών
Ελλήνων απάντων άπαντήσαι τοΐς βαρβάροις Μαραθώνάδε,
νομίσαντες τήν σφετέραν αύτών αρετήν ικανήν είναι τω πλήθει
τφ εκείνων άντιτάξασθαι · μαχεσάμενοί τε ένίκων, καί τήν τε
Ελλάδα ήλευθέρωσαν καί τήν πατρίδα εσφσαν.
108 Έργον δέ τοιοΰτον έργασάμενοι, ούκ ήξίωσάν τινι τών
πρότερον γενομένων μνησικακήσαι. Τοιγάρτοι διά ταΰτα, τήν
πόλιν άνάστατον παραλαβόντες ιερά τε κατακεκαυμένα τείχη τε
καί οικίας καταπεπτωκυίας, αφορμήν τε ούδεμίαν εχοντες, διά τό
άλλήλοις όμονοεΐν τήν άρχήν τών Ελλήνων κατηργάσαντο καί
τήν πόλιν ύμΐν τοιαύτην καί τοσαύτην παρέδοσαν. 109 Ύμεΐς
ούν καί αύτοί ύστερον, κακών ούκ έλαττόνων ή έκείνοις γεγε-
νημένων, αγαθοί έξ άγαθών δντες άπεδοτε τήν ΰπάρχουσαν
άρετήν · ήξιώσατε γάρ τούς τε φεύγοντας καταδέξασθαι καί τούς
άτιμους έπιτίμους ποιήσαι. Τί ούν ύμΐν υπόλοιπόν έστι της έκείνων
άρετής; μή μνησικακήσαι, είδότας, ώ άνδρες, ότι ή πόλις έκ πολύ
έλάττονος άφορμής έν τφ εμπροσθεν χρόνφ μεγάλη καί εύδαίμων
έγένετο· ά νΰν αύτη υπάρχει, εί έθέλοιμεν οί πολΐται σωφρονεΐν τε
καί όμονοεΐν άλλήλοις.

10?3 τήν βασιλέως Bekker, edd. : τοΰ βασιλέως (coll. 3-29) |K’ πρά­
ξαντες apogr., edd. : πράξαντας ||δόντες apogr., edd. : διδόντες ||7 προ
seel. Dal. II1085 κατηργάσαντο Blass, edd. : κατειργάσαντο ||109® ά
νΰν codd., Mac. : α καί νΰν Blass, edd.

59
ACERCA DE LOS MISTERIOS

unos, decretaron el destierro contra otros y a otros más les


permitieron quedarse en la ciudad castigándolos con la
proscripción. 107 Pero después, cuando el Gran rey em­
prendió la guerra contra Grecia, conociendo la magnitud de
los peligros que se avecinaban y los recursos del Gran rey,
decidieron repatriar a los desterrados, devolver sus derechos
a los proscritos y hacer común la salvación y los peligros.
Luego de realizar esto y de darse mutuas garantías de fide­
lidad y solemnes juramentos, les pareció justo formarse
ellos mismos al frente de todos los griegos para enfrentarse a
los bárbaros en el Maratón, pues consideraban que su pro­
pio valor sería suficiente para formar filas contra el gran nú­
mero de aquellos. Habiendo salido victoriosos de la guerra,
liberaron a Grecia y salvaron a la patria.
108 Después de realizar tal empresa decidieron que no se
acusara a nadie por injurias que se hubieran hecho en el
pasado. Por consiguiente, aunque encontraron a su llegada
la ciudad devastada: templos consumidos por el fuego, mu­
ros y casas derribadas, y, aunque no tenían ningún recurso,
por esto, por estar en concordia unos con otros, conquis­
taron la jefatura de los griegos y os legaron esta ciudad tan
hermosa y tan grande. 109 Así también vosotros mismos
más tarde, al sobreveniros males no menores que a
aquéllos, por ser nobles de noble estirpe, mostrasteis vuestra
generosidad heredada, pues creisteis justo recibir a los
desterrados y devolver sus derechos a los proscritos. Enton­
ces, ¿qué es lo que os queda de la generosidad de aquéllos?
No acusar por injurias de antes, al saber, señores, que la
ciudad, con los mínimos recursos en el pasado, llegó a ser

59
ANDÓCIDES

110 Κατηγόρησαν δέ μου καί περί της ίκετηρίας, ώς καταθείην


έγώ έν τώ Έλευσινίω, νόμος δ’ εΐη πάτριος, ός άν θή ίκετηρίαν
μυστηρίοις τεθνάναι. Καί οϋτως είσί τολμηροί ώσθ’ ά αΰτοί κατ-
εσκεύασαν ούκ άρκεΐ αΰτοΐς δτι ού κατέσχον α έπεβούλευσαν,
άλλα καί κατηγορίαν έμοΰ ποιούνται ώς άδικοΰντος. 111 Επειδή
γάρ ήλθομεν Έλευσινόθεν καί ή ενδειξις έγεγένητο, προσήει 6
βασιλεύς περί τών γεγενημένων Έλευσΐνι κατά τήν τελετήν, ώσπερ
εθος έστίν οί δέ πρύτανεις προσάξειν εφασαν αύτόν προς τήν
βουλήν, έπαγγεΐλαίτ’ έκέλευον έμοί τε καί Κηφισίω παρεΐναι είς τό
Έλευσίνιον · ή γάρ βουλή έκεΐ καθεδεΐσθαι έμελλε κατά τόν Σά­
λωνας νόμον, ος κελεύει τη υστεραία τών μυστηρίων έδραν ποιεΐν
έντώ Έλευσινίω. 112 Καί παρήμεν κατά τά προειρημένα. Καί ή
βουλή έπειδή ήν πλήρης, άναστάς Καλλίας 6 'Ιππονίκου τήν
σκευήν εχων λέγει δτι ίκετηρία κεΐται έπί τοΰ βωμοΰ, καί εδειξεν
αύτοΐς. Καθ’ ό κήρυξ έκήρυττε τίς τήν ίκετηρίαν καταθείη, καί
ούδείς ύπτ\κουε. Ήμεϊς δε παρέσταμεν, και ούτος ήμας έώρα.
Επειδή δέ ούδείς ύπήκουεν καί ωχετο είσιών έπεξελθών Εύκλής
οϋτοσί. Καί μοι κάλει αύτόν. Πρώτα μέν ούν ταΰτα εί άληθη λέγω,
μαρτύρησον, Εΰκλεις.

1 ΙΟ2 δ’ εΐη Bekker, edd. : ]η Pap. Fior. II 112 : δέ ήν ||3 α αΰτοί


κατεσκεΰασαν post άδικοΰντος transp. (1. 5) Sluiter, Mak. ||1112 ct ^
τοΐς πρυτάνεσιν post προσήει add. Bl.-F., Maid.; post έστίν add. Koe-
pke, Dal., Mak. ¡I πρύτανεις del. Sluiter, seel. Dal. ||5 έπαγγεΐλαί
Bekker, edd. : άπαγγεΐλαί ||Κηφισίω apogr., edd. : κηφησίψ II 112 1
προειρημένα apogr., edd. : προηρημένα ||4 Καθ’ Bekker, edd. : καθά II
5 ΰπήκουε codd., Mac. : ύπήκουεν ||παρέσταμεν Bekker, edd. : παρέ-
στημεν ||6 έπεξελθών codd., Mac. : [έπε]ξελθών Mak. : (6) έπεξελθών
Blass, Dal., Maid. : καί έπεξελθών Bl.-F.

60
ACERCA DE LOS MISTERIOS

grande y próspera, lo que ahora está en sus manos, si qui­


siéramos los ciudadanos actuar con prudencia y estar en
concordia los unos con los otros.
110 Me acusaron a mí también en relación con la rama
de suplicante, de que yo la había colocado en el Eleusinio, y
que había una ley tradicional que decía que quien colocara
una rama de suplicante durante los misterios, muriera. Y
son tan audaces que no les basta lo que ellos mismos maqui­
naron, pues no lograron sus planes, sino que también pre­
sentan contra mí una acusación por transgredir la ley. 111
En efecto, luego que regresamos de Eleusis y de haberse he­
cho la denuncia, el arconte-rey se presentaba para informar
de lo sucedido en Eleusis durante las ceremonias, como es
costumbre, y los prítanes le dijeron que se presentara ante el
Consejo ordenándole que nos enviara un citatorio a mí y a
Cefisio para comparecer en el Eleusinio, pues el Consejo iba
a sesionar allí, de acuerdo con la ley de Solón que ordena
que al día siguiente de los misterios tenga su sede en el
Eleusinio. 112 Nos presentamos, según las órdenes recibi­
das, y cuando el Consejo estuvo en pleno, Calías, el hijo de
Hiponico, se levantó, vestido con su traje sacerdotal, y dice
que una rama de suplicante se encontraba sobre el altar, y la
señaló a ellos. En seguida el heraldo se puso a preguntar
quién había depositado la rama de suplicante, y nadie res­
pondía. .Cefisio y yo estábamos cerca y nos vio. Pero, com o
nadie respondía, Eucles, aquí presente, regresó adentro, des­
pués de hacer su indagación. Ahora llámamelo. Y bien, B u ­
cles, en primer lugar atestigua si digo la verdad.

<TESTlMONIOS>

60
ANDÓCIDES

(ΜΑΡΤΥΡΙΑ)

113 Ώς μεν άληθη λέγω, μεμαρτύρηται ■ πολύ δέ μοι δοκεΐ το


έναντίον είναι ή [δ] οί κατήγοροι είπον. Έλεξαν γάρ, εί μέμνησθε,
δτι αύτώ με τώ θεώ περιαγάγοιεν ώστε θεΐναι την ΐκετηρίαν μη
είδότα τον νόμον, ινα δώ δίκην. Έγώ δέ, ώ άνδρες, εί ώς μάλιστα
άληθη λέγουσιν οί κατήγοροι, ύπ’ αύτοΐν μέν φημί τοΐν θεοΐν
σεσώσθαι. 114 Εί γάρ εθηκα μέν την ΐκετηρίαν, ύπήκουσα δέ μή,
άλλο τι ή αυτός μέν αυτόν άπώλλυον τιθείς την ΐκετηρίαν, έσφ-
ζόμην δέ τη τύχη διά τό μή ύπακοΰσαι, δήλον δτι διά τώ θεώ; εί
γάρ έβουλεσθην με άπολλύναι τώ θεώ, έχρήν δήπου καί μή θέντα
με τήν ΐκετηρίαν όμολογησαι. Ά λλ’ ούτε ύπήκουσα οΰτ’ έ'θηκα.
115 ’Επειδή δ’ έλεγε τη βουλή Εΰκλής δτι οΰδείς ύπακούοι,
πάλιν ό Καλλίας (άνα)στάς έλεγεν δτι εΐη νόμος πάτριος, εϊ τις
ΐκετηρίαν θείη έν τφ Έλευσινίω, άκριτον άποθανεϊν, και ο πατήρ
ποτ’ αύτοΰ Ίππόνικος έξηγήσατο ταΰτα Άθηνςάοις, άκούσειε δέ
δτι έγώ θείην τήν ΐκετηρίαν. ’Εντεύθεν αναπήδα Κέφαλος ούτοσί
καί λέγει· 116 “9Ω Καλλία, πάντων ανθρώπων άνοσιώτατε,
πρώτον μέν έξηγη Κηρύκων ών, οΰχ δσιον (δν) σοι έξηγεΐσθαι·
έπειτα δέ νόμον πάτριον λέγεις, ή δέ στήλη παρ’ η έστηκας χιλίας
δραχμάς κελεύει όφείλειν, έάν τις ΐκετηρίαν θη έν τφ Έλευσινίφ.
Έπειτα δέ τίνος ήκουσας δτι ’Ανδοκίδης θείη τήν ΐκετηρίαν;
κάλεσον αύτόν τη βουλή, ινα καί ήμεΐς άκούσωμεν.” ’Επειδή δέ

1129 ΜΑΡΤΥΡΙΑ add. Aldus, edd. ||1132 o add. Mac. ||3 π ερια γά -
γοιεν codd., Mac. : παραγάγοιεν Dobree, cett. ||5 με pro μέν susp.
Reiske, Bl.-F, Maid. ||1152 άναστάς Baiter, edd. : στάς II3 θείη codd. :
θείη μύστηρίοις Dal. 11^ έξηγήσατο codd., Mac. : έξηγήσαιτο Dobree,
cett. ||1162 ών Reiske, edd. : ων IIδν add. Frohberger, edd. ||6 τη
βουλή del. Halbertsma, seel. Dal.
61
ACERCA DE LOS MISTERIOS

113 Queda confirmado que digo la verdad, y me parece que


su testimonio es muy diferente de las afirmaciones de mis
acusadores. Ellos contaron, en efecto, si recordáis, que las
propias diosas me habían confundido de modo que de­
positara la rama de suplicante sin ver la ley, para que fuera
castigado. Pero, señores, si lo que dicen mis acusadores es
la pura verdad, yo afirmo que por las propias diosas he sido
salvado. 114 En efecto, si hubiera puesto la rama de supli­
cante, pero no hubiera respondido, ¿no es cierto que yo
mismo me perdía por depositar la rama de suplicante, pero
me salvaba por la suerte, gracias a que no había respondido,
evidentemente gracias a las dos diosas? Pues si ambas diosas
hubieran querido perderme, sin duda habría sido necesario
que, aun cuando no hubiera depositado la rama de supli­
cante, así lo hubiera confesado. Pero no respondí, ni la de­
posité.
115 Después que Eucles dijo al Consejo que nadie había
respondido, de nuevo Calías se levanta para decir que, se­
gún una ley tradicional, si alguien depositaba una rama de
suplicante en el Eleusinio, debía morir sin juicio; que en
cierta ocasión Hiponico, su padre, había interpretado esta
ley a los atenienses, y además que había escuchado que yo
había puesto la rama de suplicante. Entonces Céfalo, aquí
presente, sube al estrado y dice: 116 “Calías, el más impío
de tod.os los hombres, en primer lugar estás interpretando
una ley, a pesar de pertenecer a los Cérices y no tener per­
mitido interpretarla; en segundo lugar, mencionas una ley
tradicional, pero la estela junto a la que te encuentras esta­
blece que debe pagar mil dracmas quien deposite una rama
de suplicante en el Eleusinio, y por último, ¿de quién escu-

61
ANDÓCIDES

άνεγνώσθη ή στήλη κάκεΐνος ούκ είχεν είπεΐν δτου ήκουσεν,


καταφανής ήν τή βουλή αύτός θείς τήν ίκετηρίαν.
117 Φέρε δη τοίνυν, ώ άνδρες (τάχα γάρ άν αύτδ βούλοισθε
πυθέσθαι), ό δέ Καλλίας τί βουλόμενος έτίθει τήν Ικετηρίαν; έγώ δέ
ύμΐν δΐηγήσομαι ών ύπ’ αύτοΰ εϊνεκα έπεβουλεύθην. Έπίλυκος ήν ό
Τεισάνδρου θεΐός μοι, αδελφός τής μητρός τής έμής· άπέθανε δέ έν
Σικελία άπαις άρρένων παίδων, θυγατέρας δέ δύο καταλιπών, α'ί
έγίγνοντο εις τε εμέ καί Λέαγρον. 118 Τά δέ πράγματα τά οίκοι
πονήρωςείχε· τήν μέν γάρ φανεράν ούσίαν ούδέ δυοΐν ταλάντοιν
κατέλιπε, τά δέ οφειλώμενα πλέον ήν ή πέντε τάλαντα. "Ομως δ’ έγώ
καλέσας Λέαγρον έναντίον τών φίλων ελεγον, δτι ταΰτ’ ε’ιη άνδρών
άγαθών, έν τοΐς τοιούτοις δεικνύναι τάς οικειότητας άλλήλοις. 119
“Ήμας γάρ ού δίκαιόν έστιν ούτε χρήματα ετερα οϋτ’ εύτυχίαν
άνδρός έλέσθαι, ώστε καταφρονήσαι τών Έπιλύκου θυγατέρων.
Καί γάρ εί έζη Έπίλυκος ή τεθνεώς πολλά κατέλιπε χρήματα,
ήξιοΰμεν άν γένει δντες έγγυτάτω έχειν τάς παΐδας. Τοιγάρτοι
έκεΐνα μέν δι’ Έπίλυκον άν ήν ή διά τά χρήματα · νΰν δέ διά τήν
ήμετέραν αρετήν τάδε έσται. Τής μέν ούν σύ έπιδικάζου, τής δέ
έγώ.”
120 Ώμολόγησέ μοι, ώ άνδρες. Έπεδικασάμεθα άμφω κατά
τήν προς ήμας ομολογίαν. Καί ής μέν έγώ έπεδικασάμην, ή παΐς
τύχη χρησαμένη καμοΰσα άπέθανεν- ή δ’ έτέρα έστιν έτι. Ταύτην
Καλλίας έπειθε Λέαγρον, χρήματα ύπισχνούμενος, έάν αύτόν
λαβεΐν· αίσθόμενος δ’ έγώ εύθύς έθηκα παράστασιν, καί έλαχον

1171 βούλοισθε Dobree, edd. : βούλεσθε II 3 εϊνεκα codd., Mac. :


ενεκα Lipsius, edd. ||4 Τεισάνδρου Blass, edd. : τισάνδρου ||120'1 αύτόν
Bl.-F., Maid., Mac. : αύτόν Lipsius, cett.

62
ACERCA DE LOS MISTERIOS

chaste que Andócides depositó la rama de suplicante? Llá­


malo al Consejo para que también nosotros lo escuchemos”.
Pero una vez que fue leída la estela y aquél no podía decir
de quién lo había escuchado, resultaba evidente al Consejo
que él mismo había depositado la rama.
117 Prosigamos entonces, señores (pues tal vez querráis
estar enterados de esto), ¿con qué propósito Calías había
depositado la rama de suplicante? Yo os voy a narrar los
motivos por los que intrigó en mi contra. Epílico, el hijo de
Tisandro, era mi tío, hermano de mi madre; murió en Sicilia
sin hijos varones, pero dejó dos hijas, que pasaban a la
tutela mía y de Leagro. 118 En los asuntos financieros la
casa estaba en quiebra, pues de patrimonio visible no dejó
ni dos talentos; las deudas, en cambio, ascendían a más de
cinco. A pesar de esto, luego de llamar a Leagro, en pre­
sencia de los miembros de la familia, le dije que era de
hombres cabales demostrarse mutuamente en tales casos la
lealtad familiar. 119 “Pues no es justo que nosotros pre­
firamos otros bienes ni la fortuna de un hombre rico, y
desdeñar a las hijas de Epílico, pues si Epílico viviera o al
morir hubiera dejado una gran fortuna, nos parecería bien
casarnos con sus hijas por ser los dos. parientes más cerca­
nos. Pues bien, aquello lo habríamos hecho por tratarse de
Epílico o por sus bienes, pero ahora por nuestra generosi­
dad lo haremos, así que tú reclama a una y yo a la otra”.
120 Estuvo de acuerdo conmigo, señores. Las recla­
mamos ambos según nuestro mutuo acuerdo. Sin embargo,
la joven que yo había obtenido, para su desgracia, cayó en­
ferma y murió, pero la otra vive aún. Calías trataba de con­
vencer a Leagro, con promesas de dinero, de que le permi-

62
ANDÓCIDES

πρότερον μέν (λέγων) Αεάγρω, δτι “Εί μέν σύ βούλει έπιδικάζεσθαι,


έχε τύχη άγαθη, εί δέ μή, έγώ έπιδικάσομαι.” 121 Γνούς ταΰτα
Καλλίας λαγχάνει τφ υίεΐ τφ έαυτοΰ της έπικλήρου, τη δεκάτη
ίσταμένου· ινα (δέ) μή έπιδικάσωμαι έγώ, ταΐς [δ’] είκάσι,
μυστηρίοις τούτοις, δούς Κηφισίφ χιλίας δραχμάς ένδείκνυσί με
και εις τον αγώνα τούτον καθίστησιν. Επειδή δ’ έώρα με ύπομέ-
νοντα, τίθησι τήν ίκετηρίαν, ώς έμέ μέν άποκτενών άκριτον ή
έξελών, αύτός δέ πείσας Αέαγρον χρήμασι συνοίκησών τη
Έπιλύκου θυγατρί. ·
122 ’Επειδή δ’ (ούδ’) οϋτως άνευ άγώνος έώρα έσόμενα τά
πράγματα, τότε δή προσιών Λυσίστρατον, Ήγημονα, Έπιχάρην,
όρών φίλους όντας έμοί και χρωμένους, είς τοΰτο βδελυρίας ήλθε
καί παρανομίας, ώστ’ έλεγε προς τούτους ώς εί ετι και νΰν βου-
λοίμην άποστήναι της Έπιλύκου θυγατρός, έτοιμος ειη παύσασθαί
με κακώς ποιων, άπαλλάξαι δέ Κηφίσιον, δίκην δ’ έν τοΐς φίλοις
δοΰναί μοι τών πεποιημένων. 123 Ειπον αύτώ καί κατηγορεΐν καί
παρασκευάζειν άλλους· “Εί δ’ έγώ αύτόν άποφεύξομαι καί γνώ-
σονται ’Αθηναίοι περί έμοΰ τά δίκαια, έγώ αύτόν οϊομαι περί τοΰ
σώματος τοΰ έαυτοΰ έν τώ μέρει κινδυνεύσειν.” "Απερ αύτόν ού
ψεύσομαι, εάν ύμΐν, ώ άνδρες, δοκη. Ώ ς δ’ άληθη λέγω, κάλει μοι
τούς μάρτυρας.

12θ6 πρότερον μέν (λέγων) Mac. : προτέρφ μέν codd., cett. ||βούλει
codd., Mac. : βούλη Blass, cett. II1213 (δέ) transp. Lipsius, Mac. ||7
έξελών Valckenaer, edd. : έξελών ||πείσας Scaliger, edd. : πείσων ||
122 1 (ούδ’) οϋτως Reiske, Bl.-F., Mac. : οϋτως codd. : ούδ’ ώς Bekker,
cett. II2 Ήγημονα Valckenaer, edd. : ηγεμόνα ΙΙ’Επιχάρην codd., Mac. :
’Επιχάρη Sluiter, cett. ||1232 άποφεύξομαι Valckenaer, edd. : άποφεύ-
ξαιμι II3 οίμαι codd. : οϊομαι Marchant (coll. §§ 19, 22, 39, 129, 139),
Dal., Maid.

63
ACERCA DE LOS MISTERIOS

tiera a él tomarla por esposa, pero cuando yo me enteré,


hice inmediatamente el depósito y obtuve la aceptación del
caso, diciendo en primer lugar a Leagro: “Si tú quieres re­
clamarla, que tengas éxito, pero si no, yo la reclamaré”. 121
Al saber esto, Calías obtiene la aceptación del caso para re­
clamar a la heredera para su propio hijo, el décimo día del
mes, y para impedir que que yo la reclamara, en la última
década del mes, durante estos misterios, luego de dar a Ce-
fisio mil dracmas, me denuncia y me trae a este proceso.
Cuando vio que yo hacía frente al proceso, coloca la rama
de suplicante con el objeto de que yo fuera condenado a
muerte sin juicio o fuera desterrado y de que él, luego de
sobornar a Leagro, pudiera vivir con la hija de Epílico.
122 Pero cuando vio que ni así el asunto se iba a resolver
sin pleito, entonces precisamente se dirigió a Lisístrato,
Hegemón y Epícares, viendo que eran mis amigos íntimos, y
llegó a tal grado de desvergüenza y desprecio por las leyes
que les decía que si todavía ahora yo quisiera renunciar a la
hija de Epílico, él estaba dispuesto a dejar de perjudicarme,
a retirar a Cefisio y a darme satisfacción de sus hechos en
presencia de mis amigos. 123 Yo le mandé decir que me
siguiera acusando y que preparara a otros, pero “Si yo me
libro de él y los atenienses dan una decisión justa acerca de
mí, yo creo que él, a su vez, va a poner eii peligro su propia
vida”. Y en esto no lo engañaré si vosotros, señores, así lo
decidís. Llámame a los testigos de que digo la verdad.

TESTIGOS

63
ANDÓCIDES

ΜΑΡΤΥΡΕΣ

124 Άλλα γάρ τόν υιόν αΰτοΰ τοΰτον, φ λαχεΐν ήξίωσε τής Έπι­
λύκου θυγατρός, σκέψασθε πως γέγονε, κα'ι πώς έποιήσατ’ αύτόν ·
ταΰτα γάρ και άξιον άκοΰσαι, ώ άνδρες. Γαμεΐ μέν Ίσχομάχου
θυγατέρα· ταύτη δέ συνοικήσας ούδ’ ενιαυτόν τήν μητέρα αύτής
ελαβε, και συνωκει ό πάντων σχετλιώτατος ανθρώπων τή μητρί και
τή θυγατρί, ίερεύς ών τής μητρός και τής θυγατρός, καί είχεν έν τή
οικία άμφοτέρας. 125 Καί ούτος μεν ούκ ήσχύνθη ούδ’ εδεισε τώ
θεώ· ή δέ τοΰ Ίσχομάχου θυγάτηρ τεθνάναι νομίσασα λυσιτελεΐν ή
ζήν όρώσα τά γιγνόμενα, άπαγχομένη μεταξύ κατεκλίθη, καί
έπειδή άνεβίω, άποδρασα έκ τής οικίας ωχετο, καί έξήλασεν ή
μήτηρ τήν θυγατέρα. Ταύτης δ’ αύ διαπεπλησμένος έξέβαλε καί
ταύτην. Ή δ’ εφη κυεΐν έξ αύτοΰ· καί επειδή ετεκεν υίόν, εξαρνος
ήν μή είναι έξ αύτοΰ τό παιδίον. 126 Λαβόντες δέ οί προσήκοντες
τή γυναικί τό παιδίον ήκον επί τόν βωμόν Άπατουρίοις, εχοντες
Ιερεΐον, καί έκέλευον κατάρξασθαι τόν Καλλίαν. Ό δ’ ήρώτα τίνος
εΐη τό παιδίον ελεγον “Καλλίου τοΰ Ίππονίκου”. “Έγώ είμι
ουτος.” “Καί εστι γε σόν τό παιδίον.” Λαβόμενος τοΰ βωμοΰ ώμοσεν
ή μήν μή είναί (οί) υίόν άλλον μηδέ γενέσθαι πώποτε, εί μή Ίππό-
νικον έκ τής Γλαύκωνος θυγατρός · ή έξώλη είναι καί αύτόν καί τήν
οικίαν, ώσπερ εσται. 127 Μετά ταΰτα τοίνυν, ώ άνδρες, ύστέρφ
πάλιν χρόνω τής γραός τολμηροτάτης γυναικός άνηράσθη, καί
κομίζεται αύτήν είς τήν οικίαν, καί τόν παΐδα ήδη μέγαν δντα
εισάγει είς Κήρυκας, φάσκων είναι υίόν αύτοΰ. ’Αντείπε μέν Καλ-

125^ κατεκλίθη codd., Mac. : -κωλΰθη Sluiter, cett. ||4 άποδρασα


Bekker, edd. :άποδράσασα ||6 κυεΐν Klotz, edd. :κυειν II12C/> (οί) add.
Muretus, edd. ||127^ αύτοΰ Baiter, edd. : αύτοΰ ||¿5 Καλλιάδης Val-
ckenaer, Bl.-F., Dal., Maid., Mak. : καλλίδης codd. : Καλλικλής Mac.

64
ACERCA DE LOS MISTERIOS

124 Además, en relación con este hijo suyo, para quien


pretendió obtener la hija de Epílico, debéis considerar
cómo nació y cómo lo registró, pues esto también es digno
de escucharse, señores. Calías se casa con la hija de
Iscómaco; pero aún no pasaba un año de vivir con ella
cuando tomó a la madre de ésta y él, el más perverso de
todos los hombres, cohabitaba con la madre y con la hija,
siendo él sacerdote de la Madre y de la Hija divinas, y las
tenía en su casa a ambas. 125 Y éste no sintió vergüenza ni
tuvo temor de las dos diosas; pero la hija de Iscómaco, con­
siderando preferible morir que vivir viendo los sucesos,
cuando intentaba ahorcarse, en el entretanto, fue bajada y
puesta en el lecho y, una vez restablecida, huyó de la casa, y
la madre expulsó a la hija. A ésa, a su vez, ya harto por com­
pleto de ella, también Calías la echó fuera. Ella decía estar
encinta de él, y cuando tuvo a su hijo, él negaba que el niñi-
to fuera suyo. 126 Pero los familiares de la mujer, tomando
al niñito, fueron al altar durante la festividad de las Apatu-
rias con un animal para el sacrificio y pidieron a Calías
empezar la ceremonia. Éste preguntó de quién era el niñito
y ellos respondieron: “De Calías, el hijo de Hiponico”. “Ése
soy yo”. “Y tuyo es precisamente el niñito”. Cogiéndose del
altar, juró con firmeza que él no tenía ni tuvo nunca otro
hijo más que a Hiponico, de la hija de Glaucón, y si no que
fuera arruinado por completo él y su familia, como preci­
samente va a suceder. 127 Pues bien, señores, después de
esto, con el paso del tiempo, de nuevo volvió a enamorarse
de la vieja, la mujer más desvergonzada, y se la lleva a su
casa, y al niño, ya grande, lo lleva a registrar ante los Céri-
ces, afirmando que era hijo suyo. Calíades se negó a que

64
ANDÓCIDES

λιάδης μή είσδέξασθαι, έψηφίσαντο δέ οί Κήρυκες κατά τον


νόμον δς έστιν αύτοΐς, τον πατέρα όμόσαντα είσάγειν ή μην υίόν
δντα έαυτοΰ είσάγειν. Λαβόμενος τοΰ βωμοΰ ώμοσεν ή μην τον
παΐδα έαυτοΰ είναι γνήσιον, έκ Χρυσίλλης γεγονότα· δν άπώμοσε.
Καί μοι τούτων απάντων τούς μάρτυρας κάλει.

(ΜΑΡΤΥΡΕΣ)

128 Φέρε δή τοίνυν, ώ ανδρες, σκεψώμεθα εί πώποτε έν τοΐς 'Έλ-


λησι πραγμα τοιοΰτον έγένετο, δπου γυναΐκά τις γήμας έπέγημε τη
θυγατρίτήν μητέρα καί έξήλασεν ή μήτηρ την θυγατέρα· ταύτη δέ
συνοίκων βούλεται τήν Έπιλύκου θυγατέρα λαβεΐν, ΐν’ έξελάση
τήν τήθην ή θυγατριδή. Άλλα γάρ τώ παιδί αύτοΰ τί χρή τοΰνομα
θέσθαι; 129 οίμαι γάρ εγωγε ούδένα οϋτως αγαθόν είναι λογί-
ζεσθαι, δστις έξευρήσει τοΰνομα αύτοΰ. Τριών γάρ ούσών γυ­
ναικών αίς συνφκηκώς έσται ό πατήρ αύτοΰ, της μέν υίός έστιν, ώς
φησι, της δέ αδελφός, της δέ θείος. Τίς αν εΐη ούτος; Οίδίπους, ή
Αΐγισθος; ή τί χρή αύτόν όνομάσαι;
130 Άλλά γάρ, ώ ανδρες, βραχύ τι ύμας άναμνήσαι περί Καλ­
λίου βούλομαι. Εί γάρ μέμνησθε, δτε ή πόλις ήρχε τών Ελλήνων
καί εύδαιμόνει μάλιστα, 'Ιππόνικος δέ ήν πλουσιώτατος τών
Ελλήνων, τότε μέντοι πάντες ϊστε δτι παρά τοΐς παιδαρίοις τοΐς
μικροτάτοις καί τοΐς γυναίοις κληδών έν άπάση τη πόλει κατεΐχεν,
δτι Ιππόνικος έν τη οικία άλιτήριον τρέφει, δς αύτοΰ τήν τράπεζαν

127^ δς Aldus, edd. : δ ||αύτοΐς Bekker, edd. : αύτός ||8 Χρυσίλλης


Jernstedt, edd. : χρυσίαδης ||10 ΜΑΡΤΥΡΕΣ add. Aldus, edd. ||1285
παιδί Dobree, edd. : παιδίφ II 130 3 ευδαιμονεί codd., Mac. : ηύδαι-
μόνει Dindorf, cett. ||5 απάση apogr., edd. (πάση Z) : απασι ||κατεΐχεν
Blass, edd. : κατέσχεν

65
ACERCA DE IOS MISTERIOS

fuera registrado, pero los Cérices votaron, de acuerdo con la


ley que ellos tienen, que dice que el padre registre a un niño
bajo firme juramento de que registra a su propio hijo. Co­
giéndose del altar juró con firmeza que el niño era su hijo
legítimo, nacido de Crisila, a quien antes negó bajo jura­
mento. Ahora llámame a los testigos de todo esto.

<TESTIGOS>

128 Prosigamos entonces, señores. Consideremos si alguna


vez aconteció una cosa como ésta entre los griegos, esto es,
que un hombre, luego de casarse con una mujer, tome
como esposa a la madre además de a la hija y que la madre
eche a la hija, que viviendo con la madre quiera obtener a
la hija de Epílico, para que la nieta eche a su abuela. Y
ahora, ¿qué nombre debe ponérsele al hijo de éste? 129 Y o
creo, por mi parte, que no hay nadie tan ingenioso en des­
cifrar que sea capaz de encontrarle nombre. En efecto, sien­
do tres las mujeres con las que habrá vivido el padre de
éste, de una es hijo, como dice; de la otra hermano, y de la
última tío. ¿Quién podría ser éste? ¿Edipo o Egisto? ¿O qué
nombre deberá dársele?
130 En seguida, señores, quiero haceros recordar bre­
vemente algo acerca de Calías. Si os acordáis de cuando la
ciudad estaba al frente de los griegos y era más próspera que
nunca, e Hiponico era el más rico de los griegos, sin duda
todos sabéis que entonces entre los niños más pequeños y
las chiquillas un rumor se había difundido por toda la ciu­
dad: “Hiponico alimenta en su casa a un demonio que vuel­
ca su mesa”. Acordaos de esto, señores. 131 ¿Y cómo creéis

65
ANDÓCIDES

ανατρέπει. Μέμνησθε ταΰτα, ω άνδρες. 131 Πώς ουν ή φήμη ή


τότε οδσα δοκεΐ ύμΐν άποβήναι; οίόμενος γάρ Ίππόνικος υίόν
τρέφειν άλιτήριον αΰτώ έτρεφεν, δς άνατέτροφεν έκείνου τόν
πλούτον, τήν σωφροσύνην, τόν άλλον βίον άπαντα. Οϋτως ούν
χρή περί τούτου γιγνώσκειν, ώς δντος 'Ιππονίκου άλιτηρίου.
132 ’Αλλα γάρ, ω άνδρες, διά τί ποτε τοΐς έμοί νυνί έπιτιθεμέ-
νοις μετά Καλλίου καί συμπαρασκευάσασι τόν αγώνα καί χρήμα­
τα είσενεγκοΰσιν έπ’ έμοί τρία μεν έτη έπιδημών καί ήκων έκ Κύ­
πρου ούκ άσεβεΐν έδόκουν αύτοΐς, μυών μέν ’Α (...) Δελφόν, ετι δέ
άλλους ξένους έμαυτοϋ, καί είσιών είς τό Έλευσίνιον καί θύων,
ώσπερ έμαυτόν άξιον νομίζω είναι · άλλά τούναντίον λητουργεΐν
ο&τοι προύβάλλοντο, πρώτον μέν γυμνασίαρχον Ήφαιστίοις, έπει-
τα άρχιθέωρον είς ’Ισθμόν καί Όλυμπίαζε, είτα δέ ταμίαν έν πόλει
τών ιερών χρημάτων · νΰν δέ ασεβώ καί αδικώ είσιών είς τά ιερά;
133 Έγώ ύμΐν έρώ, διότι οδτοι ταΰτα νΰν γιγνώσκουσιν. Ά-
γύρριος γάρ οΰτοσί, ό καλός κάγαθός, άρχώνης έγένετο της
πεντηκοστής τρίτον έτος, καί έπρίατο τριάκοντα ταλάντων, με-
τέσχον δ’ αύτφ ουτοι πάντες οί παρασυλλεγέντες υπό τήν λεύκην,
οϋς ΰμεΐς ΐστε οιοί εΐσιν · ο'ί διά τοΰτο εμοιγε δοκοΰσι συλλεγήναι
έκεΐσε, ΐν’ αύτοΐς άμφότερα ή, καί μή ύπερβάλλουσι λαβεΐν άρ-
γύριον καί ολίγου πραθείσης μετασχεΐν. 134 Κερδάναντες δέ

1313 αύτφ apogr., codd. : αύτώ ||1324 Ά(...)Δελφόν Bekker, Mak.,


Maid., Mac.. : Ά... (τόν) Δελφόν Sluiter, Dal. : αδελφόν ||6 λητουργεΐν
Blass, edd. : λειτουργεΐν II8 άρχιθέωρον codd., Mac. : άρχεθ. Lipsius,
cett. IIταμίας ήν pro ταμίαν corr. Mac. ||9 ιερά. Maid. ||1332 άρχώνης
Valckenaer, edd. : αρχών εις ||4 αύτφ Reiske, edd. : αΰτοί ||4θ λεύκην,
οϋς Muretus, edd. : λεύκην τό πόσους ||^ ύπερβάλλουσι Stephanus,
edd. : ύπερβάλλωσι ||1341 Κερδάναντες codd., Mac. : Κερδήναντες
Blass, cett.
66
ACERCA DE LOS MISTERIOS

que ese rumor de entonces se cumplió? Hiponico, creía ali­


mentar un hijo, pero criaba un demonio para sí mismo, que
acabó con su riqueza, con su prudencia y con lo que le que­
daba de vida. Pues así es necesario que decidáis juzgar a Ca­
lías, considerándolo como el ser demoniaco de Hiponico.
132 Pero, señores, ¿por qué razón los que ahora se po­
nen de parte de Calías en mi contra, los que han montado
este proceso y aportaron dinero en contra mía no me consi­
deraron impío durante los tres años que tengo de vivir en la
ciudad, después que regresé de Chipre, cuando iniciaba en
los misterios a A <...> de Delfos y también a otros huéspedes
míos y cuando entraba al Eleusinio y ofrecía sacrificios, co­
sas que considero mi derecho? Al contrario, ellos me propo­
nían para ejercer “liturgias”: primero como gimnasiarco en
los certámenes en honor de Hefestos; después como delega­
do en jefe en los juegos ístmicos y Olímpicos y finalmente
como tesorero de los bienes sagrados en la Acrópolis. Aho­
ra, en cambio, cometo impiedad y violo la ley si entro en
los lugares sagrados.
133 Yo os voy a decir por qué ellos tienen ahora esta
opinión. Pues bien, Agirrio, aquí presente, el hombre noble
y cabal que conocéis, se convirtió el año antepasado en jefe
de los arrendatarios del derecho aduanal del dos por ciento.
Pagó por el arriendo treinta talentos y tenía como asociados
a todos aquellos que se reunían bajo el álamo, cuya índole
conocéis. A mí me parece que ellos se juntaban ahí por dos
razones, para recibir su dinero, no aumentando así su
cuota, y para continuar participando en el arrendamiento
comprado a bajo precio. 134 Obtuvieron una ganancia de
tres talentos y, al darse cuenta que el negocio era muy

66
ANDÓCIDES

τρία τάλαντα, γνόντες τό πράγμα οίον εΐη, ώς πολλοΰ άξιον,


συνέστησαν πάντες, και μεταδόντες τοΐς άλλοις έωνοΰντο πάλιν
τριάκοντα ταλάντων. Έπεί δ’ οΰκ άντωνεΐτο ούδείς, παρελθών
έγώ είς τήν βουλήν ΰπερέβαλλον, έως έπριάμην έξ καί τριάκοντα
ταλάντων. Άπελάσας δέ τούτους καί καταστήσας ύμΐν έγγυητάς
έξέλεξα τά χρήματα καί κατέβαλον τη πόλει καί αύτός ούκ
έζημιώθην, άλλά καί βραχέα άπεκερδαίνομεν οί μετασχόντες-
τούτους δ’ έποίησα τών ύμετέρων μή διανείμασθαι εξ τάλαντα
αργυρίου. 135 'Ά ούτοι γνόντες έδοσαν σφίσιν αύτοΐς λόγον, δτι
“"Ανθρωπος ούτοσί ούτε αύτός λήψεται τών κοινών χρημάτων οΰθ’
ήμας έάσει, φυλάξει δέ καί έμποδών έσται διανείμασθαι τά κοινά ·
προς δέ τούτοις, δν άν ήμών άδικοΰντα λάβη, είσάξει είς τό πλήθος
τό ’Αθηναίων καί άπολεΐ. Δει ούν τούτον έκποδών ήμΐν είναι καί
δικαίως καί αδίκως”. 136 Ταΰτα μεν ούν, ώ ανδρες δικασταί,
τούτοις ποιητέα ήν, ύμΐν δέ γε (τό) έναντίον τούτων ώς γάρ πλεί-
στους είναι ύμΐν ήθελον άν τοιούσδε οΐόσπερ έγώ, τούτους δέ
μάλιστα (μέν) άπολωλέναι, εί δέ μή, είναι τούς μή έπιτρέψοντας
αύτοΐς, οίς καί προσήκει άνδράσιν είναι καί άγαθοΐς καί δικαίοις
περί τό πλήθος τό ύμέτερον, καί βουλόμενοι δυνήσονται ευ ποιεΐν
ύμας. Έγώ ούν ύμΐν ύπισχνοΰμαι ή παύσειν τούτους ταΰτα ποι-
οΰντας καί βελτίους παρέξειν, ή είς ύμας είσαγαγών κολάσειν
τούς άδικοΰντας αύτών.

1342 τρία codd., Mak., Mac. : εξ Reiske, cett. ||ώς πολλοΰ αξιον del.
Sluiter, seel. Dal., Maid. ||3άλλήλοις pro τοΐς αλλοις corr. Bake, Bl.-F.
II4 άντωνεΐτο codd., Mac. : άντεωνεΐτο Lipsius, cett. ||5 ύπερέβαλλον
Aldus, edd. : ύπερέβαλον ||1352 "Ανθρωπος Blass, edd. : άνθρωπος II 5
τό ’Αθηναίων Fuhr, edd. : τών ’Αθ. ΙΙήμΐν Reiske, edd. : ύμΐν ||1362 τό
add. Sluiter, edd. ||ώς Blass, edd. : τούς ||τοιοΰσδε Bl.-F. ||3 ύμΐν Rei­
ske, edd. : ήμΐν ||4 μέν add. Reiske, edd. ||6 ποιεΐν apogr., edd. : ποιεν

67
ACERCA DE LOS MISTERIOS

rentable, todos volvieron a asociarse, y, luego de asignar sus


cuotas a los postores, ofrecieron de nuevo treinta talentos.
Puesto que nadie les hacía competencia, me presenté ante el
Consejo y me puse a aumentar la oferta hasta que me
adjudiqué el arrendamiento en treinta y seis talentos. Una
vez que eliminé a éstos y os presenté fiadores, cobré el
dinero y pagué a la ciudad, y yo mismo no salí perjudicado,
sino que con mis asociados obtuve alguna ganancia e
impedí que éstos se repartieran seis talentos de plata
vuestros. 135 Al saber ellos esto se dijeron: “Ese hombre no
tomará dinero público ni dejará que nosotros lo hagamos,
sino que estará vigilante e impedirá que nos repartamos el
dinero público. Además, a quien agarre de nosotros come­
tiendo un delito lo llevará ante el pueblo ateniense y causará
su perdición. Es necesario entonces quitarlo de nuestro
camino por medios justos o injustos”. 136 Pues bien,
señores jueces, esto era lo que ellos debían hacer; vosotros,
en cambio, todo lo contrario. Quisiera, en efecto, que la
mayoría de los ciudadanos fuera para vosotros como yo, y
que gente como ésta lo mejor sería eliminarla o, al menos,
que haya personas que no les permitan actuar, personas que
han ser buenas y justas con vuestro pueblo y que de buen
grado puedan beneficiaros. Pues bien, yo os prometo o im­
pedir que éstos sigan haciendo de las suyas y hacerlos me­
jores ciudadanos o traer ante vosotros a quienes de ellos
hayan delinquido para que los castiguéis.
137 Me han acusado también en relación con mi flota y
mis actividades comerciales pues, según ellos, los dioses me
habrían salvado de los peligros para que, llegado aquí, vero­
símilmente fuera condenado a muerte por Cefisio. Por mi

67
ANDÓCIDES

137 Κατηγόρησαν δέμου και περί τών ναυκληριών καί περί της
έμπορίας, ώς αρα οί θεοί διά τοΰτό με έκ τών κινδύνων σφσαιεν,
ϊνα έλθών δεΰρο, ώς έοικεν, υπό Κηφισιού άπολοίμην. Έγώ δέ, ώ
’Αθηναίοι, ούκ άξιώ τούς θεούς τοιαύτην γνώμην έχειν, ώστ’ εί
ένόμιζον ύπ’ έμοΰ άδικεΐσθαι, λαμβάνοντάς με έν τοΐς μεγίστοις
κινδύνοις μή τιμωρεΐσθαι- τίς γάρ κίνδυνος μείζων άνθρώποις ή
χειμώνος ώρα πλεΐν τήν θάλατταν; έν οίς εχοντες μέν τό σώμα
τούμόν, κρατούντες δέ τοΰ βίου καί τής ουσίας τής έμής, είτα
έ'σφζον; 138 ούκ έξήν αύτοΐς ποιήσαι μηδέ ταφής τό σώμα
άξιωθήναι; έτι δέ πολέμου γενομένου καί τριήρων άεί κατά
θάλατταν ούσών καί ληστών, ύφ’ ών πολλοί ληφθέντες, άπο-
λέσαντες τά δντα, δουλεύοντες τόν βίον διετέλεσαν, οΰσης δέ
χώρας βαρβάρου, είς ήν πολλοί ήδη έκπεσόντες αίκίαις ταΐς
μεγίσταις περιέπεσον καί τά σφέτερα αυτών σώματα αίκισθέντες
άπέθανον, 139 είτα οί μέν θεοί έκ τοσούτων κινδύνων έ'σφζόν με,
σφών δέ αΰτών προύστήσαντο τιμωρόν γενέσθαι Κηφίσιον τόν
πονηρότατον ’Αθηναίων, ών ούτός φησι πολίτης είναι ούκ ών, ω
ούδ’ ύμών τών καθημένων ούδείς αν έπιτρέψειεν ούδέν τών ιδίων,
είδώς τοΰτον οίός έστιν; έγώ μέν ούν, ώ άνδρες, ήγοΰμαι χρήναι
νομίζειν τούς τοιούτους κινδύνους ανθρωπίνους, τούς δέ κατά
θάλατταν θείους. Εϊπερ ούν δει τά τών θεών ύπονοεΐν, πάνυ αν
αύτούς οίμαι έγώ όργίζεσθαι καί άγανακτεΐν, εί τούς ύφ’ εαυτών
σφζομένους ύπ’ άλλων άπολλυμένους όρφεν.
140 Καί μέν δή καί τάδε ύμΐν άξιον, ώ άνδρες, ένθυμηθήναι,
δτι νυνί πασι τοΐς 'Έλλησιν άνδρες άριστοι καί εύβουλότατοι

1372 σφσαιεν codd. : σφσειαν Lipsius, Dal. ||1381 ούκ έξήν Stepha­
nus, edd. : ού πεζήν ||1397 πάνυ Reiske, edd. : πολύ ||9 άλλων codd.,
Mac. : ανθρώπων Hertlein, cett.

68
ACERCA DE LOS MISTERIOS

parte, atenienses, no creo que los dioses hubieran tenido


una intención semejante de modo que no se hubieran ven­
gado, si se consideraban ofendidos por mí, cuando me
tenían a su merced al encotrarme yo en los mayores peli­
gros. En efecto, ¿qué peligro mayor hay para los hombres
que hacerse a la mar en época de invierno? En esos mo­
mentos me tenían a su merced y eran dueños de mi vida y
de mis bienes, y, ¿a pesar de ello, me mantuvieron a salvo?
138 ¿No podían haber hecho que mí cuerpo no hubiera
sido considerado digno ni siquiera del derecho de sepul­
tura? Además, en momentos en que había guerra y siempre
se encontraban trirremes y piratas en el mar, en cuyo poder
muchos, luego de ser capturados y de perder sus bienes,
pasaron su vida como esclavos, y en un país bárbaro donde
muchos, inmediatamente después de naufragar, se vieron
sumidos en los peores agravios y fueron muertos después de
ser sus propios cuerpos objeto de maltratos; 139 ¿A pesar
de ello, pues, los dioses me fueron salvando de tantos peli­
gros y pusieron como su vengador a Cefisio, el más infame
de los atenienses, de quienes dice ser un conciudadano, sin
serlo, a quien ni uno solo de vosotros aquí sentados confia­
ría ningún asunto privado, sabiendo qué clase de gente es?
Pues bien, señores, yo pienso que deben considerarse hu­
manos los peligros de este tipo y los del mar, divinos. En­
tonces, si es cierto que hay que conjeturar el pensamiento
de los dioses, creo que ellos mucho se irritarían y se indig­
narían, si vieran que quienes son salvados por ellos, por los
hombres son condenados a muerte.
140 Y más aún, también es justo, señores, que toméis en
cuenta que actualmente todos los griegos consideran que

68
ANDÓCIDES

δοκεΐτε γεγενήσθαι, ούκ έπί τιμωρίαν τραπόμενοι τών γεγενημένων,


άλλ’ έπί σωτηρίαν τής πόλεως καί ομόνοιαν τών πολιτών. Συμφοραί
μέν γάρ ήδη καί άλλοις πολλοΐς έγένοντο ούκ έλάττους ή καί ήμΐν ·
τό δέ τάς γενομένας διαφοράς προς άλλήλους θέσθαι καλώς, τοΰτ’
εικότως ήδη δοκεΐ άνδρών αγαθών καί σωφρόνων έργον είναι.
’Επειδή τοίνυν παρά πάντων όμολογουμένως ταΰθ’ ύμΐν υπάρχει,
καί ε’ι τις φίλος ων τυγχάνει καί εϊ τις έχθρός, μή μεταγνώτε, μηδέ
βούλεσθε τήν πόλιν άποστερήσαι ταύτης της δόξης, μηδέ αυτοί
δοκεΐν τύχη ταΰτα μάλλον ή γνώμη ψηφίσασθαι.
141 Δέομαι ούν απάντων (υμών) περί έμοΰ τήν αύτήν γνώμην
εχειν, ήνπερ καί περί τών έμών προγόνων, ινα κάμοί έγγένηται
έκείνους μιμήσασθαι, άναμνησθέντας αύτών δτι δμοιοι τοΐς
πλείστων καί μεγίστων αγαθών αίτίοις τη πόλει γεγένηνται, πολ­
λών ενεκεν σφας αύτούς παρέχοντες τοιούτους, μάλιστα δέ της είς
υμάς εύνοίας, καί δπως, εϊ ποτέ τις αύτοΐς ή τών έξ εκείνων τινι
κίνδυνος γένοιτο ή συμφορά, σφζοιντο συγγνώμης παρ’ υμών
τυγχάνοντες. 142 Εικότως δ’ άν αύτών μεμνήσθε- καί γάρ τη πό-
λει άπάση αΐ τών ΰμετέρων προγόνων άρεταΐ πλείστου άξιαι
έγένοντο. ’Επειδή γάρ, ώ ανδρες, αί νήες διεφθάρησαν, πολλών
βουλομένων τήν πόλιν άνηκέστοις συμφοραΐς περιβαλεΐν, Λα­
κεδαιμόνιοι έγνωσαν δμως τότε εχθροί δντες σφζειν τήν πόλιν διά
τάς έκείνων τών άνδρών άρετάς, όί υπήρξαν της έλευθερίας άπά­
ση τη Έλλάδι. 143 ’Επειδή τοίνυν καί ή πόλις έσώθη δημοσία διά
τάς τών προγόνων τών ύμετέρων άρετάς, άξιώ κάμοί διά τάς τών

1407 δη pro ήδη susp. Sluiter, prob. Dal., Mak. ||8 ταΰθ’ Stephanus,
edd. : τάθ’ ||10 βούλεσθε Taylor : βουλεΰεσθε II1411 υμών add. Reiske
II5 ενεκεν codd., Mac. : ενεκα Blass, cett. ||7 γένοιτο Dobree, edd. :
γένηται II1421 μεμνήσθε Schneider, edd. : μεμνήσθαι ||2 ύμετέρων
Reiske, edd. : ήμετέρων ||1432 ΰμετέρων Reiske, edd. : ήμετέρων

69
ACERCA DE LOS MISTERIOS

habéis llegado a ser los mejores hombres y los más pruden­


tes, al no haberos inclinado por el castigo por lo que ya ha
pasado, sino por la salvación de la ciudad y la concordia de
los ciudadanos. Desgracias, en efecto, ya también a otros
muchos han sobrevenido no menores que las nuestras; pero
el componer las diferencias surgidas entre unos y otros es lo
que, lógicamente, parece ser obra de hombres cabales y
prudentes. Ahora bien, ya que por acuerdo de todos, tanto
de amigos como de enemigos, este mérito es vuestro, no
cambiéis de opinión, ni queráis despojar a la ciudad de esta
gloria, ni que parezca que vosotros mismos votáis esos de­
cretos más al azar que con buen juicio.
141 Os pido, pues, a todos que tengáis de mí la misma
opinión que precisamente tenéis de mis antepasados, para
que también a mí me sea posible imitarlos a ellos, una vez
que recordéis que ellos son iguales a los que han brindado a
nuestra ciudad los más grandes y numerosos beneficios, ha­
biéndose comportado en tal modo por muchos motivos, pe­
ro principalmente por su buena disposición hacia vosotros,
y a fin de que, si algún día un peligro o alguna desgracia
sobreveniera a ellos o a alguno de sus descendientes, pu­
dieran salvarse obteniendo indulgencia de vosotros. 142 Es
natural que os acordéis de ellos, pues también el valor de
vuestros antepasados fue para toda la ciudad el más digno
de memoria. En efecto, señores, cuando las naves fueron
destruidas, aunque muchos querían arrojar a la ciudad en
desgracias irremediables, los lacedemonios, decidieron, a
pesar de que entonces eran enemigos, salvar nuestra ciudad,
gracias al valor de aquellos hombres, que tomaron la inicia­
tiva en la liberación de toda la Grecia. 143 Pues bien, ya

69
ANDÓCIDES

προγόνων τών έμών άρετάς σωτηρίαν γενέσθαι. Καί γάρ αυτών


τών έργων, δι’ απερ ή πόλις έσώθη, ούκ έλάχιστον μέρος οί έμοί
πρόγονοι συνεβάλοντο· ών ένεκα καί έμοί δίκαιον ύμας με-
ταδοΰναι της σωτηρίας, ήσπερ καί αύτοί παρά τών Ελλήνων
έτύχετε.
144 Σκέψασθε τοίνυν καί τάδε, άν με σώσητε, οΐον έ'ξετε
πολίτην ■δς πρώτον μέν έκ πολλοΰ πλούτου, δσον ύμεΐς ϊστε, ού δι’
έμαυτόν άλλα διά τάς τής πόλεως συμφοράς είς πενίαν πολλήν καί
απορίαν κατέστην, έπειτα δέ καινόν βίον ήργασάμην έκ τοΰ
δικαίου, τή γνώμη καί τοΐν χεροΐν τοΐν έμαυτοΰ ■έτι δέ είδότα μέν
οίόν έστι πόλεως τοιαύτης πολίτην είναι, είδότα δέ οίόν έστι ξένον
είναι καί μέτοικον έν τή τών πλησίον, 145 έπιστάμενον δέ οΐον τό
σωφρονεΐν καί όρθώς βουλεύεσθαι, έπιστάμενον δ’ οΐον τό
άμαρτόντα πραξαι κακώς, (.....) πολλοΐς συγγενόμενος καί
πλείστων πειραθείς, άφ’ άν έμοί ξενίαι καί φιλότητες προς πολλούς
καί βασιλέας καί πόλεις καί άλλους ιδία ξένους γεγένηνται, ών έμέ
σφσαντες μεθέξετε, καί εστιν ύμΐν χρήσθαι τούτοις, δπου άν έν
καιρώ τι ύμΐν γίγνηται.
146 ’Έχει δέ καί ύμΐν, ώ άνδρες, οϋτως· έάν με νυνί διαφθεί-
ρητε, ούκ έστιν ύμΐν έτι λοιπός τοΰ γένους τοΰ ήμετέρου ούδείς,
άλλ’ οΐχεται παν πρόρριζον. Καίτοι ούκ δνειδος ύμΐν έστιν ή
Άνδοκίδου καί Λεωγόρου οικία ούσα, άλλά πολύ μάλλον τότ’ ήν
δνειδος, δτ’ έμοΰ φεύγοντος Κλεοφών αύτήν ό λυροποιός ωκει. Ού
γάρ έστιν δστις πώπστε ύμών παριών τήν οικίαν τήν ήμετέραν

144^ καινόν Emperius, edd. : καί codd., Dal. | |ήργασάμην Blass,


edd. : είργ. II 5 τοΐν bis Marchant, edd. : ταΐν II 145^ lacunam stat.
Reiske, Dal., Mac. ||6 εστιν codd., Mac. : εσται Stephanus, cett. ||1463
ύμΐν apogr., edd. : ήμΐν
70
ACERCA DE LOS MISTERIOS

que la ciudad fue salvada en su conjunto gracias al valor de


sus antepasados, creo justo merecer también yo la salvación
por los servicios de los míos. En efecto, también mis
antepasados tuvieron una participación no insignificante en
aquellas hazañas, gracias a las cuales nuestra ciudad se
salvó; por sus acciones es justo que también a mí me hagáis
partícipe de la salvación que precisamente también vosotros
obtuvisteis de los griegos.
144 Por otra parte, debéis considerar también qué ciuda­
dano tendréis en mí si me dais la absolución. En un princi­
pio, después de tener muchas riquezas, cuya magnitud co­
nocéis, caí en una gran pobreza y apuros, no por mi culpa,
sino por las desgracias de la ciudad. Posteriormente rehíce
mi vida lícitamente, con base en mi habilidad y en mis
propias manos. Más aún, sé lo que es ser ciudadano de una
ciudad como ésta y qué es ser extranjero y meteco en las
ciudades vecinas; 145 y conozco lo que es ser prudente y
de buen juicio y lo que es sufrir por una equivocación, <...>
pues he convivido con muchos y he tenido trato con mu­
chos más, gracias a los cuales han surgido relaciones de
hospitalidad y amistad con muchos: reyes, ciudades y ex­
tranjeros particulares, de las que participaréis si soy absuel-
to, y podéis disponer de ellos en cualquier oportunidad que
se os presente.
146 Y además, señores, vuestra situación es ésta: si ahora
acabáis conmigo, ya a nadie más tendréis de nuestra estirpe,
sino que se acaba toda desde su raíz. Sin embargo, no es un
deshonor para vosotros que la casa de Andócides y Leógoras
siga existiendo, pero sí era un gran deshonor antes, cuando
estando yo en el exilio la habitaba Cleofonte, el fabricante

70
ANDÓCIDES

άνεμνήσθη ή ιδία τι ή δημοσία κακόν παθών ΰπ’ εκείνων, 147 οϊ


πλείστας μέν στρατηγησαντες στρατηγίας πολλά τρόπαια τών
πολεμίων καί κατά γην και κατά θάλατταν ύμΐν απέδειξαν, πλεί­
στας δέ άλλας άρχάς άρξαντες και χρήματα διαχειρίσαντες τά
ΰμέτερα ούδέν [άν] πώποτε ώφλον, ούδ’ ήμάρτηται ούδέν οΰτε ήμΐν
εις ύμας οΰτε ύμΐν είς ήμας, οικία δέ πασών άρχαιοτάτη καί κοι-
νοτάτη άεί τώ δεομένφ. Ούδ’ έστιν δπου έκείνων τις τών άνδρών
καταστάς είς αγώνα άπήτησεν υμάς χάριν τούτων τών έργοον. 148
Μή τοίνυν, εί αυτοί τεθνασι, καί περί τών πεπραγμένων αύτοΐς
έπιλάθησθε, άλλ’ άναμνησθέντες τών έργων νομίσατε τά σώματα
αύτών όράν αίτουμένων έμέ παρ’ ύμών σωσαι. Τίνα γάρ καί
άναβιβάσομαι δεησόμενον υπέρ έμαυτοΰ; τον πατέρα; άλλά τέθ-
νηκεν. Άλλά τούς αδελφούς; άλλ’ ούκ είσί. Άλλά τούς παΐδας;
άλλ’ οΰπω γεγένηνται. 149 Ύμεΐς τοίνυν καί άντί πατρός έμοί καί
άντί άδελφών καί άντί παίδων γένεσθε · είς ύμας καταφεύγω καί
άντιβολώ καί ικετεύω· ύμεΐς με παρ’ ύμών αύτών αΐτησάμενοι σώ­
σατε, καί μή βούλεσθε Θετταλούς καί Άνδρίους πολίτας ποιεΐσθαι
δι’ απορίαν άνδρών, τούς δέ όντας πολίτας όμολογουμένως, οΐς
προσήκει άνδράσιν άγαθοΐς είναι καί βουλόμενοι δυνήσονται,
τούτους δέ άπόλλυτε. Μή δήτα. ’Έπειτα καί ταΰθ’ ύμών δέομαι, εύ
ποιών ύμας ύφ’ ύμών τιμασθαι. "Ωστ’ έμοί μέν πειθόμενοι ούκ
άποστερεΐσθε εΐ τι έγώ δυνήσομαι ύμας εύ ποιεΐν· έάν δέ τοΐς
έχθροΐς τοΐς έμοΐς πεισθήτε, ούδ’ άν ύστέρφ χρόνω ύμΐν μετα-

1475 αν del. Sluiter, Mak., seel. Dal., Mac. : ούδένα Bl.-F., Maid. ||
1481 περί del. Baiter-Sauppe, seel. Dal. ||4 άναβιβάσομαι codd., Mac. :
-σωμαι Blass, cett. ||149^ ύμών apogr., edd. : ύμΐν II 4 μέν post
Θετταλούς add. Cobet, Bl.-F., Dal., Mak. ||8 Ώ ς pro "Ωστ’ corr.
Dobree, Dal. ||9 άποστερεΐσθε apogr., edd. : -ρεΐσθαι ABL

71
ACERCA DE LOS MISTERIOS

de liras. En efecto, hasta ahora no existe nadie entre voso­


tros que pueda traer a la memoria, al pasar ante nuestra
casa, haber sufrido algún mal, en privado o en público, de
ellos 147 quienes, tras haber sido estrategos en muchísimas
campañas militares, os presentaron muchos trofeos por las
victorias sobre los enemigos, tanto por tierra como por mar,
y quienes, tras haber desempeñado muchísimas otras magis­
traturas y haber manejado vuestro dinero, nunca quedaron
a deber nada ni hemos cometido ninguna falta contra voso­
tros, ni vosotros contra nosotros, y nuestra casa es la más
antigua de todas y siempre la más abierta al necesitado.
Tampoco existe el caso de que alguno de aquéllos se hubie­
ra presentado a un proceso y os hubiera exigido gratitud
por sus servicios. 148 Ahora bien, aunque ellos ya han
muerto, no os olvidéis de sus acciones, sino que, trayendo a
la memoria sus obras, imaginad que los veis en persona
pidiéndoos por mi vida, pues ¿a quién haré subir aquí para
que interceda en mi favor? ¿A mi padre? Él ya murió. ¿A mis
hermanos? No tengo. ¿A mis hijos? Todavía no tengo. 149
Así pues, vosotros haced las veces de mi padre, de mis her­
manos y de mis hijos; en vosotros busco refugio y a vosotros
mego y suplico; debéis pedir a vosotros mismos por mí y
darme la absolución, y no queráis hacer ciudadanos a tesa-
lios y andrios por falta de hombres, y a quienes son ciuda­
danos reconocidos, a los que está bien ser hombres cabales
y podrán serlo con solo proponérselo, a éstos los condenáis
a la perdición. No debéis hacerlo en absoluto. Además,
también esto os pido: que me honréis por el servicio que os
hago. De tal modo, si sabéis escucharme, no os privaréis de
los beneficios que yo pueda haceros, pero si os dejáis con-

71
ANDOCIDES

μελήση, οΰδέν ετι πλέον ποιήσετε. 150 Μή τοίνυν μήθ’ ύμας αυ­
τούς των άπ’ έμοΰ ελπίδων άποστερήσητε μήτ’ έμέ των εις ύμας.
Άξιώ δ’ εγωγε τούτους οι'τινες ύμΐν αρετής ήδη της μεγίστης εις
τό πλήθος τό ύμέτερον ελεγχον εδοσαν, άναβάντας ένταυθοΐ
συμβουλεύειν ύμΐν α γιγνώσκουσι περί έμοΰ. Δεύρο ’Άνυτε, Κέ-
φαλε, ετι δε καί οί φυλεται οί ήρημένοι μοι συνδικεΐν, Θράσυλλος
καί οί άλλοι.

15θ6 ήρημένοι Valckenaer, edd. : είρημένοι

72
ACERCA DE LOS MISTERIOS

vencer por mis enemigos, ya no obtendréis ningún bene­


ficio, aunque después os arrepintáis. 150 Así pues, no os
privéis vosotros mismos de lo que esperáis recibir de mí, ni
a mí de las esperanzas que tengo en vosotros.
Por mi parte, pido a estos hombres, que ya os dieron una
prueba del mayor valor hacia el pueblo, que suban aquí al
estrado y que os aconsejen de acuerdo con la opinión que
tienen de mí. Venid aquí Anito, Céfalo, y también vosotros
los de mi tribu, que fuisteis escogidos para ser mis aboga­
dos, Trásilo y los demás.

72
ANDOCIDES

in
ΠΕΡΙ ΤΗΣ ΠΡΟΣ ΛΑΚΕΔΑΙΜΟΝΙΟΥΣ
ΕΙΡΗΝΗΣ

Ύπόθεσις

Του 'Ελληνικού μηκυνομένου πολέμου, καί πολλά μέν ’Αθηναίων


κακά πολλά δέ Λακεδαιμονίων ύπομεινάντων και των έκατέρων
συμμάχων, ’Αθηναίοι πρέσβεις άπέστειλαν προς Λακεδαιμονίους
αύτοκράτορας· ών έστικαί ’Ανδοκίδης. Τινών δέ προταθέντων παρά
Λακεδαιμονίων, κα'ι άποστειλάντων κάκείνων ίδιους πρέσβεις, εδο-
ξεν ώστε εΐσω τεσσαράκοντα ήμερων έπιβουλεΰσασθαι τον δήμον
περ'ι τής ειρήνης. Καί έπί χούτοις ’Ανδοκίδης συμβουλεύει τοΐς
Άθηναίοις καταδέξασθαι την ειρήνην. ’Έστι μέν ούν συμβουλής το
είδος· κεφάλαίον τό συμφέρον. Φιλόχορος μέν ούν λέγει καί έλθεΐν
τούς πρέσβεις έκ Λακεδαιμόνιας, καί απράκτους άνελθεΐν μή πεί-
σαντος του Άνδοκίδου · 6 δέ Διονύσιος νόθον είναι λέγει τον λόγον

1 "Οτι μέν ειρήνην ποιεΐσθαι δικαίαν αμεινόν έστιν ή πολεμεΐν,


δοκεΐτέ μοι, ώ ’Αθηναίοι, πάντες γιγνώσκειν. "Οτι δέ οί ρήτορες τω
μέν όνόματι της ειρήνης συγχωροΰσι, τοΐς δ’ εργοις άφ’ ών άν ή
ειρήνη γενοιτο έναντιοΰνται, τοΰτο δέ οΰ πάντες αίσθάνεσθε.
Αέγουσι γαρ ώς έ'στί δεινότατον τω δήμφ, γενομένης ειρήνης, ή νυν
οΰσα πολιτεία μή καταλυθή. 2 Εί μέν ούν μηδεπώποτε πρότερον ό
δήμος 6 [των] ’Αθηναίων ειρήνην έποιήσατο προς Λακεδαιμονίους,

III1 Ύπόθεσις τού εξής add. A. ||12 Διονύσιος apogr., edd. : Διόνυσος
||12 άνδρες ante ’Αθηναίοι hic et deinceps add. Bl.-F. ||W αν ή ειρήνη
Lipsius, edd. : άν είρ. Q, edd. : ή εϊρ. A ||4 έναντιοοΰνται A ||22 των del.
Spengel (item §§ 4A, 10^), seel. edd.

73
in
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

Argumento

Como se prolongara la guerra entre los griegos, y los atenienses y


los lacedemonios, así como los aliados de unos y otros, sufrieran
muchas pérdidas, los atenienses enviaron a los lacedemonios em­
bajadores plenipotenciarios, entre quienes se encontraba Andoci­
des. Después de que los lacedemonios hicieron algunas propuestas
y enviaron también a sus propios embajadores, se decidió que, en
un plazo de cuarenta días, el pueblo hiciera planes acerca de la
paz. Sobre lo anterior, Andócides aconseja a los atenienses aceptar
la paz. Por lo tanto, el género del discurso es deliberativo; su punto
capital es la utilidad. Ahora bien, Filócoro dice que los embajado­
res regresaron desde Lacedemonia sin haber tenido éxito, pues
Andócides no logró convencer. Dionisio dice, por su parte, que el
discurso es espurio.

1 Que es mejor hacer una paz justa que la guerra me pare­


ce, atenienses, que todos así lo pensáis; pero que los ora­
dores estén de acuerdo en la palabra “paz”, mas se opongan
a las acciones que podrían originar la paz, esto no todos lo
comprendéis. Dicen, en efecto, que el más grande peligro
para el pueblo es que nuestra actual constitución sea aboli­
da si se hace la paz. 2 Ahora bien, si nunca antes el pueblo
ateniense hubiera concertado la paz con los lacedemonios,
lógicamente deberíamos temer esto por nuestra inexperien­
cia en el asunto y por nuestra desconfianza hacia ellos. Pe-

73
ANDÓCIDES

εικότως αν έφοβούμεθα αύτδ διά τε την απειρίαν του έργου διά τε


την έκείνων απιστίαν δπου δέ πολλάκις ήδη πρότερον ειρήνην
έποιήσασθε δημοκρατούμενοι, πώς οΰκ είκός ύμας πρώτον έκεΐνα
σκέψασθαι τα τότε γενόμενα; χρή γάρ, ω Αθηναίοι, τεκμηρίοις
χρήσθαι τοΐς πρότερον γενομένοις περί τών μελλόντων εσεσθαι.
3 Ήνίκα τοίνυν ήν μεν ό πόλεμος ήμΐν έν Εύβοια, Μέγαρα δέ
εϊχομεν και Πηγάς και Τροζήνα, ειρήνης έπεθυμήσαμεν, και
Μιλτιάδην τον Κίμωνος ώστρακισμένον και οντα έν Χερρονήσφ
κατεδεξάμεθα δι’ αυτό τοΰτο, πρόξενον δντα Λακεδαιμονίων,
δπως πέμψαιμεν εις Αακεδαίμονα προκηρυκευσόμενον περί
σπονδών. 4 Καί τότε ήμΐν ειρήνη έγένετο προς Λακεδαιμονίους
ετη πέντε, καί ένεμείναμεν άμφότεροι ταύταις ταΐς σπονδαΐς ετη
τριακαίδεκα. "Εν δη τοΰτο, ω ’Αθηναίοι, πρώτον σκεψώμεθα. Έν
ταύτη τη ειρήνη 6 δήμος ό [τών] ’Αθηναίων έ'σθ’ δπου κατελύθη;
ούδείς αποδείξει. ’Αγαθά δέ δσα έγένετο διά ταύτην την ειρήνην,
έγώ ύμΐν φράσω.
5 Πρώτον μεν τον Πειραια έτειχίσαμεν έν τούτφ τφ χρόνφ, ειτα
τό μακρόν τείχος τό βόρειον · άντί δέ τών τριήρων αΐ τότε ήμΐν ήσαν
παλαιαί καί άπλοι, αΐς βασιλέα καί τούς βαρβάρους καταναυ-
μαχήσαντες ήλευθερώσαμεν τούς "Ελληνας, άντί τούτων τών νεών
εκατόν τριήρεις έναυπηγησάμεθα, καί πρώτον τότε τριακοσίους
ιππείς κατεστησάμεθα, καί τοξότας τριακοσίους Σκύθας έπριά-

2 ^ έποιήσασθε Reiske, edd. : έποιήσατε ||32 Τροζήνα Lipsius, edd. :


τροιζήνα ||3 Μιλτιάδην τον Κίμωνος codd., Bl.-F., Dal., Maid. : Κίμωνα
τον Μιλτιάδου Mitford, Alb. ||5 είς Β., edd. : ές A II 4 2 πέντε codd. :
πεντήκοντα apud Aeschine edd. II6 ύμΐν edd. : ήμΐν ||5 1 Πειραια τότε
A II 3 τούς ante βαρβάρους om. A ||4 ήλευθερώσαμεν apogr., edd. :
έλευθερ. ||6 ιππείς codd. : ιππέας Lipsius, edd.

74
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

1*0 , puesto que ya antes muchas veces concertasteis la paz en


la democracia, ¿cómo no va a ser lógico que examinéis en
primer lugar lo que entonces sucedió?, pues es necesario,
atenienses, servirse de los testimonios históricos como una
guía para el futuro.
3 Pues bien, cuando estábamos en guerra en Eubea,
aunque teníamos en nuestro poder Megara, Pegas y Trecén,
deseamos ardientemente la paz y repatriamos a Milcíades, el
hijo de Cimón (quien había sufrido el ostracismo y se en­
contraba en el Quersoneso), con el fin de enviarlo a Lacede-
monia para que actuara como nuestro heraldo en relación
con un armisticio, pues era “próxeno” de los lacedemonios.
4 En esa ocasión concertamos con los lacedemonios una
paz por cinco años, y ambos permanecimos fíeles a este
armisticio trece años. Consideremos primero atenienses,
este único punto: ¿Durante esa paz la democracia ateniense
fue abolida en algún momento? Nadie podrá demostrarlo;
pero cuántos beneficios os trajo esa paz yo os lo voy a se­
ñalar.
5 Primero amurallamos el Pireo durante ese período; lue­
go levantamos el Muro Largo del norte, y en vez de las tri­
rremes viejas e inservibles que entonces poseíamos —aque­
llas con las que vencimos en batalla naval al Gran Rey y a
los bárbaros y salvamos a los griegos—, en vez de esas naves
construimos cien trirremes nuevas y por primera vez en ese
tiempo alistamos trescientos jinetes y contratamos trescien­
tos arqueros escitas. Tales fueron los beneficios que obtuvo

74
ANDOCIDES

μεθα. Καί ταΰτα έκτης ειρήνης της προς Λακεδαιμονίους αγαθά τη


πόλει και δύναμις τω δήμω τω ’Αθηναίων έγένετο.
6 Μετά δέ ταΰτα δι’ Αίγινήτας εις πόλεμον κατέστημεν, και
πολλά κακά παθόντες πολλά δέ ποιήσαντες έπεθυμήσαμεν πάλιν
της ειρήνης, και ήρέθησαν δέκα άνδρες έξ ’Αθηναίων απάντων
πρέσβεις είς Λακεδαίμονα περί ειρήνης αΰτοκράτορες, ών ήν καί
’Ανδοκίδης 6 πάππος ό ήμέτερος. Ουτοι ήμΐν ειρήνην έποίησαν προς
Λακεδαιμονίους έτη τριάκοντα. Καί έν τοσούτφ χρόνφ έστιν δπου,
ώ ’Αθηναίοι, ό δήμος κατελύθη; τί δέ; πράττοντές τινες δήμου κα-
τάλυσιν έλήφθησαν; ούκ έστιν όστις αποδείξει. 7 Άλλ’ αυτό τό
έναντιώτατον · αΰτη γάρ ή ειρήνη τον δήμον τον ’Αθηναίων υψηλόν
ήρε καί κατέστησεν ισχυρόν οΰτως, ώστε πρώτον μέν έν τούτοις
τοΐς έτεσιν ειρήνην λαβόντες άνηνέγκαμεν χίλια τάλαντα εις την
άκρόπολιν, καί νόμω κατεκλήσαμεν έξαίρετα είναι τω δήμφ, τοΰτο
δέτριήρειςάλλας εκατόν έναυπηγησάμεθα, καί ταύτας εξαίρετους
έψηφισάμεθα είναι, νεώσοικους τε φκοδομησάμεθα, χιλίους τε καί
διακοσίους ιππέας καί τοξότας τοσούτους έτέρους κατεστήσαμεν,
καί τό τείχος τό μακρόν τό νότιον έτειχίσθη. Ταΰτα έκ τής ειρήνης
τής προς Λακεδαιμονίους αγαθά τη πόλει καί δύναμις τω δήμω τω
’Αθηναίων έγένετο.
8 Πάλιν δέ διά Μεγαρέας πολεμήσαντες καί τήν χώραν τμη-
θήναι προέμενοι, πολλών αγαθών στερηθέντες αΰθις την ειρήνην
έποιησάμεθα, ήν ήμΐν Νικίας ό Νικηράτου κατηργάσατο. Οιμαι δ’
ύμας άπαντας είδέναι τοΰτο, δτι διά ταύτην τήν ειρήνην έπτα-

57 Καί ταΰτα codd. B1.-F. : ταΰτα Blass, cett. (coll. ?9) ||8 τφ ’Αθη­
ναίων Spengel, edd. : των ’Αθηναίων (item 7 10"11) II6 1 Αίγινήτας edd.
: αίγηνίτας Α ||3 ήρέθησαν Q, edd. : εύρέθ. Α ||5 ήμΐν Q, edd. : ύμϊν A
IIέποίησαν Bekker, edd. : έποιήσαντο ||83 κατηργ. Blass, edd. : κατειργ.

75
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

la ciudad y el poder que adquirió la democracia ateniense


gracias a la paz con los lacedemonios.
6 Tiempo después nos vimos en guerra por causa de los
eginetas y, luego de haber sufrido y causado muchas pérdi­
das, deseamos nuevamente la paz, y de entre todos los ciu­
dadanos elegimos a diez personas como embajadores pleni­
potenciarios para ir a Lacedemonia a negociar la paz; uno
de ellos era mi abuelo Andócides. Ellos concertaron en
nuestro beneficio una paz por treinta años con los lacede­
monios. Durante ese largo período, atenienses, ¿cuándo fue
abolida la democracia? ¿Entonces? ¿Fue descubierto alguien
intentando derrocar el régimen democrático? No hay nadie
que pueda demostrarlo. 7 Más bien sucedió todo lo contra­
rio, pues esa paz acrecentó la fortuna del pueblo ateniense y
lo hizo tan fuerte que en aquellos años, después de concer­
tarse la paz, primero subimos mil talentos a la Acrópolis, y
por ley los guardamos en reserva para el pueblo; construi­
mos, además, otras cien trirremes y decretamos que queda­
ran en reserva; construimos dársenas; alistamos mil doscien­
tos jinetes y otros tantos arqueros, y levantamos el Muro Lar­
go del sur. Tales fueron los beneficios que obtuvo la ciudad
y el poder que adquirió la democracia ateniense gracias a la
paz con los lacedemonios.
8 Cuando nos vimos de nuevo en guerra por causa de los
megarenses y tuvimos que sufrir la devastación del Ática,
viéndonos privados de muchos bienes, otra vez concerta­
mos la paz, la que Nicias, el hijo de Nicérato, celebró en
nuestro beneficio. Creo que todos sabéis que gracias a esta

75
ANDÓCIDES

κισχίλια μέν τάλαντα νομίσματος είς την άκρόπολιν άνηνέγκαμεν,


9 ναΰς δέ πλείους ή τετρακοσίας έκτησάμεθα, καί φόρος προσήει
κατ’ ένιαυτόν πλέον ή διακόσια καί χίλια τάλαντα, καί Χερρό-
νησόν τε εϊχομεν καί Νάξον καί Εύβοιας πλέον ή τα δύο μέρη · τάς
τε άλλας αποικίας καθ’ έκαστον διηγεΐσθαι μάκρος αν εΐη λόγος.
Ταΰτα δ’ εχοντες τα άγαθά πάλιν κατέστημεν είς πόλεμον προς
Λακεδαιμονίους, πεισθέντες καί τότε ύπ’ Άργείων.
10 Πρώτον μέν ούν, ώ ’Αθηναίοι, τούτου άναμνήσθητε, τί ύμΐν
έξ αρχής ύπεθέμην τφ λόγφ. ’Άλλο τι ή τοΰτο, δτι διά την ειρήνην
ούδεπώποτε δ δήμος 6 [τών] ’Αθηναίων κατελύθη; ούκοΰν άπο-
δέδεικται. Καί ούδείς έξελέγξει με ώς ούκ έστι ταΰτα αληθή. Ήδη
δέ τινων ήκουσα λεγόντων, ώς έκ τής τελευταίας ειρήνης τής προς
Λακεδαιμονίους ο'ίτε τριάκοντα κατέστησαν, πολλοί τε ’Αθηναίων
κώνειον πιόντες άπέθανον, οί δέ φεύγοντες φχοντο. 11 'Οπόσοι
ούν ταΰτα λέγουσιν, ούκ όρθώς γιγνώσκουσιν · ειρήνη γάρ καί
σπονδαί πολύ διαφέρουσι σφών αύτών · ειρήνην μέν γάρ έξ ίσου
ποιούνται προς άλλήλους όμολογήσαντες περί ών αν διαφέρων,ται·
σπονδάς δέ, οταν κρατήσωσιν κατά τον πόλεμον, οί κρείττους τοΐς
ήττοσιν έξ έπιταγμάτων ποιούνται, ώσπερ ημών κρατήσαντες
Λακεδαιμόνιοι τφ πολέμω έπέταξαν ήμΐν καί (τά) τείχη καθαιρεΐν
καί τάς ναΰς παραδιδόναι καί τούς φεύγοντας καταδέχεσθαι.
12 Τότε μεν ούν σπονδαί κατ’ ανάγκην έξ έπιταγμάτων έγέ-
vovjco, νΰν δέ περί ειρήνης βουλεύεσθε. Σκέψασθε δέ έξ αύτών τών
γραμμάτων, α τε ήμΐν έν τή στήλη γέγραπται, έφ’ οΐς τε νΰν εξεστι

9 1 τετρακοσίας codd., Dal. : τριακοσίας apud Aeschine (ii 175, et


cf. Th. ii 13.8) Markland, cett. || 103 τών del. Spengel, edd. ||4
εξελέγξει Taylor : εξελέγχει ||ταΰτα A, Maid. : ταΰτ’ cett. ||115 κρατή-
σωσι Maid. ||7 xa add. Reiske

76
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

paz depositamos en la Acrópolis siete mil talentos en


moneda, 9 que llegamos a poseer más de cuatrocientas
naves, que entraba un tributo anual de más de mil doscien­
tos talentos y que teníamos en nuestro poder el Quersoneso,
Naxos y más de dos terceras partes de Eubea, y otras colo­
nias cuya enumeración una por una sería muy extensa. Aun­
que gozábamos de estos bienes, una vez más, convencidos
también esa ocasión por los argivos, entramos en guerra con
los lacedemonios.
10 Ahora bien, atenienses, acordaos en primer lugar de
lo que desde un principio asenté en mi discurso: ¿no es
cierto que nunca jamás, a causa de la paz, fue abolido el
régimen democrático ateniense? Pues bien, esto ya está del
todo demostrado, y nadie podrá demostrar con pruebas que
ésta no es la verdad. Ya escuché a algunos decir que a raíz
de la última paz con los lacedemonios los Treinta se estable­
cieron en el poder, que muchos atenienses murieron luego
de beber la cicuta y otros se dieron a la fuga. 11 Pues bien,
quienes dicen lo anterior no están en lo cierto, pues una paz
y una capitulación mucho difieren entre sí: una paz, en efec­
to, la celebran como iguales las partes beligerantes luego de
llegar a un acuerdo en aquello en que difieren; la capitula­
ción, en cambio, la imponen como una orden los vencedo­
res a los vencidos, una vez ganada la guerra, como cuando
los lacedemonios, luego de vencernos en la guerra, nos
ordenaron demoler los muros, entregar los navios y repa­
triar a los desterrados.
12 Pues bien, la capitulación de entonces se dio necesa­
riamente como una orden, pero ahora deliberáis acerca de
una paz. Examinad a partir de las propias cláusulas los tér­
minos que tenemos inscritos en la estela con base en los
cuales hoy nos es posible concertar la paz. Mientras allí está
inscrito que derribáramos los muros, en estas cláusulas se
76
ANDOCIDES

την ειρήνην ποιεΐσθαι, Έκεΐ μέν γάρ γέγραπται τά τείχη καθαιρεΐν,


έν δέ τοΐσδε έξεστιν οίκοδομεΐν · ναΰς έκεΐ μέν δώδεκα κεκτήσθαι,
νΰν δ’ όπόσας αν βουλώμεθα· Λήμνον δέ και ’Ίμβρον και Σκΰρον
τότε μέν έχειντούς έχοντας, νΰν δέ ήμετέρας είναι· καί φεύγοντας
νΰν μέν οϋκ έπάναγκες ούδένα καταδέχεσθαι, τότε δ’ έπάναγκες,
έξ ών 6 δήμος κατελύθη. Τί ταΰτα έκείνοις ομολογεί; τοσοΰτον ούν
έγωγε, ώ ’Αθηναίοι, διορίζομαι περί τούτων, τήν μέν ειρήνην σω­
τηρίαν είναι τω δήμω καί δύναμιν, τον δέ πόλεμον δήμου κατά-
λυσιν γίγνεσθαι. Περί μέν ούν τούτων ταΰτα λέγω.
13 Φασί δέ τινες άναγκαίως νΰν ήμΐν έχειν πολεμεΐν σκεψώμε-
θα ούν πρώτον, ώ άνδρες ’Αθηναίοι, διά τί καί πολεμήσωμεν. Οιμαι
γάρ άν πάντας ανθρώπους όμολογησαι διά τάδε δεΐν πολεμεΐν, ή
άδικουμένους ή βοηθοΰντας ήδικημένοις. Ήμεΐς τοίνυν αύτοί τε
ήδικούμεθα, Βοιωτοΐς τε άδικουμένοις έβοηθοΰμεν. Εί τοίνυν ήμΐν
τέ έστι τοΰτο παρά Λακεδαιμονίων, τό μηκέτι άδικεΐσθαι, Βοιωτοΐς
τε δέδοιααι ποιεΐσθαι τήν ειρήνην άφεΐσιν Όρχομενόν αυτόνομον,
τίνος ενεκα πολεμήσωμεν; 14 ϊνα ή πόλις ήμών ελεύθερα η; άλλά
τοΰτό γε αύτή υπάρχει. ’Αλλ’ δπως ήμΐν τείχη γένηται; έστι καί
ταΰτα έκ της ειρήνης. ’Αλλ’ ϊνα τριήρεις έξη ναυπηγεΐσθαι καί τάς
οΰσας έπισκευάζειν καί κεκτήσθαι; καί τοΰτο υπάρχει· τάς γάρ
πόλεις αυτονόμους αί συνθήκαι ποιοΰσιν. Άλλ’ οπως τάς νήσους
κομισώμεθα, Λήμνον καί Σκΰρον καί ’Ίμβρον; ούκοΰν διαρρήδην
γέγραπται ταύτας ’Αθηναίων είναι. 15 Φέρε, άλλά Χερρόνησον
καί τάς αποικίας καί τά έγκτήματα καί τά χρέα ϊνα άπολάβωμεν;

129 έκείνοις Aldus, edd. : έκεΐνος II11 δήμου Canter, edd. : δήπου ||
13^ ήδικημένοις A., B1.-F., Dal., Alb. : άδικουμένοις Q., Maid. ||7 άφεΐ-
σιν Reiske, edd. : άφήσειν ||151 έγκτήματα Valckenaer, edd. : έγκλή-
ματα II2 άπολάβωμεν Q, edd. : άπολαύωμεν Α

77
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

nos permite construirlos; en aquélla que poseamos doce na­


vios, ahora cuantos queramos; que Lemnos, Imbros y Esci-
ros entonces quedaran en poder de sus ocupantes, hoy, en
cambio, que sean nuestras, y ahora no está la obligación de
repatriar a ninguno de los desterrados, mientras que antes sí
lo estaba, lo que dio por resultado que la democracia fuera
abolida. ¿En qué son semejantes estas cláusulas a aquéllas?
En conclusión, atenienses, sobre este asunto yo, por mi par­
te, hago la siguiente gran distinción: la paz significa para la
democracia salvación y poder; la guerra, en cambio, su des­
trucción. Pues bien, esto es lo que sostengo sobre este pun­
to.
13 Afirman algunos que por fuerza ahora nosotros debe­
mos combatir. Examinemos primero, ciudadanos atenien­
ses, por qué causa tendríamos que combatir. Creo que todo
el mundo estará de acuerdo en que por estas causas se debe
combatir: o porque uno sufre una injusticia o por auxiliar a
quienes han sufrido una injusticia. Pues bien, nosotros
mismos hemos sufrido injusticias y hemos auxiliado a los
beocios cuando las han sufrido. Por consiguiente, si es un
hecho que los lacedemonios ya no nos injurian y si los
beocios han decidido firmar la paz, dando a Orcómenos su
autonomía, ¿por qué razón tenemos que cambatir? 14
¿Para que nuestra ciudad sea libre? Precisamente esto es
posible para ella. ¿Con el fin de que tengamos Muros Lar­
gos? También éstos los tenemos con la paz. ¿Para que po­
damos construir trirremes y reparar y conservar las ya exis­
tentes? También esto es posible, pues los tratados hacen
autónomas a las ciudades. ¿Con el fin de recobrar las islas
de Lemnos, Esciros e Imbros? Bien, está escrito claramente
que éstas pertenecen a los atenienses. 15 O, ¡vamos!, ¿para
recuperar el Quersoneso, las colonias y las fincas en el ex­
tranjero y volver a cobrar las rentas? Pero no están de acuer-

77
ANDÓCIDES

άλλ’ οΰτε βασιλεύς οΰτε οί σύμμαχοι συγχωροΰσιν ήμΐν, μεθ’ ών


αυτά δει πολεμοΰντας κτήσασθαι. ’Αλλά νή Δία έως αν Λακεδαι­
μονίους καταπολεμήσωμεν καί τούς συμμάχους αύτών, μέχρι
τούτου δει πολεμεΐν; άλλ,’ οί) μοι δοκοΰμεν οϋτω παρεσκευάσθαι.
Έάν δ’ άρα κατεργασώμεθα, τί ποτε αυτοί πείσεσθαι δοκοΰμεν
υπό τών βαρβάρων, δταν ταΰτα πράξωμεν; 16 εί τοίνυν περί
τούτου μέν έ'δει πολεμεΐν, χρήματα δέ ύπήρχεν ήμΐν ικανά, τοΐς δέ
σώμασιν ήμεν δυνατοί, ούδέ οϋτως εδει πολεμεΐν. Εί δέ μήτε δι’ δ τι
μήτε δτοισι μήτε άφ’ δτου πολεμήσωμεν έστι, πώς ούκ έκ παντός
τρόπου τήν ειρήνην ποιητέον ήμΐν;
17 Σκέψασθε δέ, ω ’Αθηναίοι, καί τόδε, δτι νυνί πασι τοΐς
'Έλλησι κοινήν ειρήνην καί έλευθερίαν πράττετε, καί μετέχειν
άπασι πάντων έξουσίαν ποιείτε. Ένθυμήθητε ούν τών πόλεων τάς
μεγίστας, τίνι τρόπφ τον πόλεμον καταλύονται. Πρώτον μέν
Λακεδαιμονίους, οϊτι,νες άρχόμενοι μέν ήμΐν καί τοΐς συμμάχοις
πολεμεΐν ηρχον καί κατάγήν καί κατά θάλατταν, νΰν δ’ αύτοΐς έκ
τής ειρήνης ουδέτερον τούτων ύπάρχει. 18 Καί ούχ ύφ’ ήμών
αναγκαζόμενοι ταΰτ’ άφιασιν, άλλ’ επ’ ελευθερία πάσης τής
'Ελλάδος. Νενικήκασι γάρ τρις ήδη μαχόμενοι, τοτέ μέν έν Κο-
ρίνθω πάντας πανδημεί τούς συμμάχους παρόντας, ούχ ύπολι-
πόντες πρόφασιν ούδεμίαν, άλλ’ έν τφ κρατιστεύειν μόνοι πάντων,
αύθις δ’ έν Βοιωτοΐς, δτ’ αύτών ’Αγησίλαος ηγείτο, τον αύτόν
τρόπον καί τότε τήν νίκην έποιήσαντο, τρίτον δ’ ήνίκα Λέχαιον
έλαβον, ’Αργείους μέν απαντας καί Κορινθίους, ήμών δέ καί
Βοιωτών τούς παρόντας. 19 Τοιαΰτα δ’ έργα έπιδειξάμενοι

15 ^ δοκοΰμεν Q, edd. : δοκεΐ Α ||δέ αρα A ||171 δέω A., Maid. : δ ’


ω Q, cett. II181 ήμών Q, edd. : ύμών A II 3 τότε codd., Maid. : τοτέ
Sauppe, cett. ||7 τότε Sluiter, edd. : οτε

78
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

do con nosotros ni el Gran Rey ni nuestros aliados con cuya


ayuda es necesario luchar para lograr lo anterior. Pero, ¡por
Zeus!, ¿hasta derrotar a los lacedemonios y a sus aliados,
hasta ese punto debemos combatir? Sin embargo, a mí me
parece que no estamos adecuadamente preparados. Pero
aún cuando pudiéramos lograrlo, ¿en qué modo creemos
que vamos a ser obedecidos por los bárbaros, una vez que
lo hubiésemos hecho? 16 Ahora bien, si fuera necesario
hacer la guerra en vistas de lo anterior y tuviéramos dinero
suficiente y fuéramos poderosos en hombres, ni aun así
deberíamos combatir; pero si no hay una razón por la que
debamos combatir, ni enemigos, ni recursos, ¿no tenemos
entonces que hacer la paz como quiera que sea?
17 También debéis considerar, atenienses, que ahora es­
táis negociando paz común y libertad para todos los griegos
y a todos les dais la posibilidad de participar de todos los
beneficios. Reflexionad, entonces, en qué situación con­
cluyen la guerra las ciudades más poderosas. En primer lu­
gar los lacedemonios. Cuando iniciaron las hostilidades
contra nosotros y nuestros aliados, ellos tenían la suprema­
cía por tierra y por mar; pero ahora, con la firma de la paz,
no les es posible tenerla en ninguna de ambas partes. 18 Y
no es obligados por nosotros que renuncian a ello, sino por
la libertad de toda la Grecia. En efecto, ya tres veces han
vencido en la guerra: una vez, en Corinto, a todas nuestras
fuerzas aliadas reunidas, sin que mediara ningún otro mo­
tivo que el de ser ellos solos más fuertes que todos; de nue­
va cuenta en Beocia, cuando, bajo el comando de Agesilao,
por el mismo motivo, también obtuvieron la victoria, y por
tercera vez, cuando tomaron Lequeo, derrotaron al total de
las fuerzas argivas y corintias y a la parte de nuestro ejército
y del de los beocios que ahí se encontraba. 19 Y luego de
mostrar [a los griegos] semejantes hazañas, ellos, los vence-
78
ANDÓCIDES

[τοΐς 'Έλλησι], την ειρήνην εΐσίν έτοιμοι ποιεΐσθαι τήν εαυτών


έχοντες, οϊ ένίκων μαχόμενοι, και τάς πόλεις αυτονόμους είναι και
τήν θάλατταν κοινήν έώντες τοΐς ήττημένοις. Καίτοιποίας τινός αν
έκεΐνοι παρ’ ήμών ειρήνης έτυχον, εί μίαν μόνον μάχην ήττήθησαν;
20 Βοιωτοί δ’ αΰ πώς τήν ειρήνην ποιούνται; οΐτινες τον μέν
πόλεμον έποιήσαντο ενεκα Όρχομενοΰ, ώς ούκ έπιτρέψοντες
αυτόνομον είναι, νυν δέ τεθνεώτων μέν αύτοΐς άνδρών τοσούτων
τό πλήθος, τής δέ γης έκ μέρους τινός τετμημένης, χρήματα δ’
είσενηνοχότες πολλά και ιδία καί δημοσία, ών στέρονται, πο-
λεμήσαντες δ’ ετη τέτταρα, δμως Όρχομενόν άφέντες αυτόνομον
τήν ειρήνην ποιούνται καί ταΰτα μάτην πεπόνθασιν· έξήν γάρ
αύτοΐς και τήν αρχήν έώσιν Όρχομενίους αυτονόμους ειρήνην
άγειν. Οδτοι δ’ αΰ τούτω (τω) τρόπω τον πόλεμον καταλύονται.
21 Ήμΐν δέ, ώ ’Αθηναίοι, πώς έξεστι τήν ειρήνην ποιήσασθαι;
ποίων τινών Λακεδαιμονίων τυγχάνοντας; καί γάρ εΐ τις υμών
άχθεσθήσεται παραιτούμαι· (τά) γάρ δντα λεξω. Πρώτον μέν γάρ
ήνίκα άπωλέσαμεν τάς ναΰς έν Έλλησπόντω καί τειχήρεις έγενό-
μεθα, τίνα γνώμην έ'θεντο περί ήμών οί νΰν μέν ήμέτεροι τότε δέ
Λακεδαιμονίων δντες σύμμαχοι; ού τήν πόλιν ήμών ανδραπο­
δίζεσαι καί τήν χώραν έρημοΰν; οί δέ διακωλύσαντες ταΰτα μη
γενέσθαι τίνες ήσαν; ού Λακεδαιμόνιοι, τούς μέν συμμάχους
άποτρέψαντες τής γνώμης, αύτοί δ’ ούδ’ έπιχειρήσαντες διαβου-
λεύσασθαι περί τοιούτων έργων; 22 μετά δέ τοΰτο δρκους όμό-
σαντες αύτοΐς καί τήν στήλην εύρόμενοι (παρ’) αύτών στήσαι,

192 τοΐς "Ελλησι. add. QL, Bl.-F., Dal., Maid. ||2 (β άφέντες codd.,
Bl.-F., Maid., Alb. : άφιέντες Blass (coll. § 237), Dal. ||9 τφ add. apogr.,
edd. II213 τά add. Aldus, edd. ||8 γενέσθαι : γεγέσθαι A II 222 παρ’
add. Aldus, edd.

79
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

dores en la guerra, están dispuestos a firmar la paz limitán­


dose a la posesión de su propio territorio y permitiendo que
las ciudades sean autónomas y el mar libre a los vencidos.
Sin embargo, ¿qué clase de paz podrían ellos haber espe­
rado de nosotros, si hubiesen sufrido una sola derrota?
20 ¿Los beocios, a su vez, en qué circunstancias firman la
paz? Ellos, quienes hicieron la guerra por causa de Oreó-
menos, por no permitir que fuera autónoma, ahora, una vez
que ya han muerto en multitud tantos de sus hombres, que
ha sido separada una parte de su territorio, que han inver­
tido mucho dinero, así de particulares como del Estado, del
que están necesitados, y que han combatido durante cuatro
años, dando, a pesar de todo, a Orcómenos su autonomía,
acuerdan la paz habiendo padecido lo anterior innecesaria­
mente, pues también habrían podido vivir desde un princi­
pio en paz aceptando la autonomía de los orcomenios.
Ellos, por su parte, de este modo ponen fin a la guerra.
21 ¿Y nosotros, atenienses, en qué situación podemos
firmar la paz? ¿Con qué disposición de ánimo encontramos
a los lacedemonios? Si alguno de vosotros se va a sentir
ofendido, le pido disculpas, pues diré las cosas como son.
En primer lugar, cuando perdimos la flota en el Helesponto
y fuimos sitiados, ¿qué propusieron hacer con nosotros los
que ahora son aliados nuestros, pero entonces lo eran de los
lacedemonios? ¿No que nuestra ciudad fuera esclavizada y
nuestro territorio evacuado? ¿Y quiénes fueron los que impi-
deron que esto sucediera? ¿Acaso no fueron los lacedemo­
nios quienes disuadieron a sus aliados de su idea y quienes
ni siquiera intentaron profundizar en semejantes acciones?
22 Luego de esto, y una vez que les dimos nuestro juramen­
to y habiendo obtenido de ellos que fuera levantada la estela
del tratado (un mal del cual podía uno estar contento en
aquella ocasión), respetábamos los acuerdos según lo esta-

79
ANDÓCIDES

κακόν αγαπητόν έν έκείνφ τώ χρόνφ, σπονδάς ήγομεν έπ'ι ρητοΐς.


Είτα δέ συμμαχίαν ποιησάμενοι Βοιωτοΐς και Κορινθίους άπο-
στήσαντες αυτών, Άργείους δέ άγαγόντες είς την ποτέ φιλίαν,
αίτιοι της έν Κορίνθφ μάχης έγενόμεθα αύτοΐς. Τίνες δέ βασιλέα
πολέμιον αύτοΐς έποίησαν, και Κόνωνι την ναυμαχίαν παρε-
σκεύασαν, δι’ ήν άπώλεσαν την άρχήν της θαλάττης; 23 όμως
τοίνυν ταΰτα πεπονθότες ΰφ’ ήμών συγχωροΰσι ταϋτά απερ οί
σύμμαχοι, και διδόασιν ήμΐν τά τείχη καί τάς ναΰς καί τάς νήσους
ήμών είναι. Ποίαν τίν’ ούν χρή ειρήνην πρεσβεύοντας ήκειν; ού
ταύτά παρά τών πολεμίων εύρομένους, απερ οί φίλοι διδόασι, καί
δι’ απερ ήρξάμεθα πολεμεΐν, ινα ήμών γένηται τή πόλει ταΰτα; οί
μέν τοίνυν άλλοι τήν ειρήνην ποιοΰνται τών υπαρχόντων άφιέντες,
ήμεΐς δέ προσλαμβάνοντες αύτά ων μάλιστα δεόμεθα.
24 Τί ούν έστιν υπόλοιπον περί δτου δει βουλεύεσθαι; περί
Κορίνθου καί περί ων [άν] ήμας Άργεΐοι προσκαλοΰνται. Πρώτον
μέν περί Κορίνθου διδαξάτω με τις· Βοιωτών μή συμπολεμούντων,
ειρήνην δέ ποιούμενων προς Λακεδαιμονίους, τίνος έστίν ήμΐν άξία
Κόρινθος; 25 Άναμνήσθητε, γάρ, ω ’Αθηναίοι, τής ημέρας
εκείνης, δτε Βοιωτοΐς τήν συμμαχίαν έποιούμεθα, τίνα γνώμην
εχοντες ταΰτα έπράττομεν. Ούχ ώς ικανήν ουσαν τήν Βοιωτών
δύναμίν μεθ’ ήμών γενομένην κοινή πάντας ανθρώπους άμύνα-
σθαι; νΰν δέ βουλευόμεθα, Βοιωτών ειρήνην ποιουμένων πώς

22^ Βοιωταύς codd., Bl.-F., Maid.: Βοιωτοΐς Blass (coll. § 25^), Dal.,
Alb. II 232 et 5 ταύτά Baiter, edd. : ταΰτα ||4 τίν’ Maid. : τίν’ cett. ||6
πόλει ταΰτα (sine interp.) codd., Maid. : πόλει, ταΰτα Sauppe, cett.
(ταΰτά fort. delendum dub. Dal.) H241-2 περί Κορίνθου om. A ||2 αν
del. Dobree, Bl.-F., seel. cett. ||προσκαλούνται AQ, Alb. : προκα-
λοΰνται apogr., cett. ||3 et 5 Χις· et Κόρινθος; ita interp. codd. : τις, et
Κόρινθος. Kalinka, edd. ||255 βουλευόμεθα Q, edd. : βουλευώμεθα A

80
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

blecido. Sin embargo, luego de celebrar una alianza de


guerra con los beocios, de separar a los corintios de los lace-
demonios y de reanudar con los argivos la antigua alianza,
nos convertimos en los causantes de la guerra en Corínto
contra los lacedemonios. ¿Y quiénes enemistaron al Gran
Rey en su contra? ¿Quiénes prepararon a Conón la batalla
naval en la que perdieron su supremacía en el mar? 23 Y a
pesar de todo, aunque han sufrido estas cosas por nuestra
causa, están de acuerdo en los mismos puntos que nuestros
aliados, y nos permiten que los Muros Largos, las naves y las
islas sean nuestros. Por consiguiente, ¿con qué términos de
paz debemos regresar los embajadores? ¿Acaso no obtenien­
do de los enemigos los mismos beneficios. que los amigos
otorgan y por los que precisamente empezamos la guerra,
para que los gozara nuestra ciudad? Así pues, mientras los
demás hacen la paz renunciando a parte de lo que tenían,
nosotros la hacemos obteniendo precisamente aquellas co­
sas de las que más estamos necesitados.
24 ¿Y ahora, qué otro asunto falta sobre el que hay que
deliberar? Sobre Corinto y el llamado de auxilio que nos
hacen los argivos. En primer lugar, sobre Corinto, que al­
guno me diga: si los beocios ya no luchan con nosotros y si
firman una paz con los lacedemonios, ¿qué importancia
tiene Corinto para nosotros? 25 Traigan a su memoria,
atenienses, el día aquel cuando establecimos una alianza de
guerra con los beocios, ¿qué teníamos en mente cuando la
hacíamos? ¿Acaso no la idea de que la unión del poderío
beocio con el nuestro era suficiente para enfrentarnos a to­
do el mundo? Pero ahora deliberemos sobre qué tan pode­
rosos somos como para continuar la guerra contra los lace-
demonios sin los beocios, pues ellos están negociando la
paz. 26 Sí podemos —dicen algunos—, si resguardamos a

80
ANDÓCIDES

δυνατοί Λακεδαιμονίοις πολεμεΐν έσμεν ανευ Βοιωτών. 26 Ναί,


φασί τινες, αν Κόρινθόν τε φυλάττωμεν και συμμάχους εχωμεν
Άργείους. ’Ιόντων δε Λακεδαιμονίων εις ’Άργος πότερον βοηθή-
σομεν αύτοΐς ή ου; πολλή γάρ ανάγκη όπότερον τούτων έλέσθαι.
Μή βοηθούντων μεν ουν ημών ουδέ λόγος υπολείπεται μη ούκ
άδικεΐν καί ποιεΐν Άργείους όποιον αν τι βούλονται δικαίως·
βοηθούντων δε ημών είς ’Άργος οΰχ έτοιμον μάχεσθαι Λακεδαι-
μονίοις; ινα ήμΐν τί γένηται; ϊνα ήττώμενοι μέν καί την οΐκείαν
χώραν άπολέσωμεν προς τη Κορινθίων, νικήσαντες δέ την Κο-
ρινθίων Άργείων ποιήσωμεν. Ούχ ενεκα τούτων πολεμήσομεν;
27 Σκεψώμεθα δη καί τούς Άργείων λόγους. Κελεύουσι γάρ
ήμας κοινή μετά σφών καί μετά Κορινθίων πολεμεΐν, αυτοί δ’ ιδία
ειρήνην ποιησάμενοι την χώραν ού παρέχουσιν έμπολεμεΐν. Καί
μετά μέν πάντων τών συμμάχων τήν ειρήνην ποιουμένους ούκ
έώσιν ήμας ούδέν πιστεύειν Λακεδαιμονίοις· ά δέ προς τούτους
μόνους εκείνοι συνέθεντο, ταΰτα δ’ ούδεπώποτ’ αυτούς φασι
παραβήναι. Πατρίαν τε ειρήνην όνομάζοντες ή χρώνται, τοΐς [δέ]
άλλοις Έλλησιν ούκ έώσι πατρίαν γενέσθαι τήν ειρήνην · έκ γάρ
τού πολέμου χρονισθέντος Κόρινθον έλεΐν προσδοκώσι, κρα-
τήσαντες δέ τούτων ϋφ’ ών άεί κρατούνται, καί τούς συννικώντας
έλπίζουσι παραστήσεσθαι. 28 Τοιούτων δ’ έλπίδων μετασχόντας
ήμας δει δυοΐν θάτερον έλέσθαι, ή πολεμεΐν μετά Άργείων
Λακεδαιμονίοις, ή μετά Βοιωτών κοινή τήν ειρήνην ποιεΐσθαι.

263 Ιόντων Aldus, edd. : οντων ||6 καί ποιεΐν Άργείους Sluiter, edd.
: Άργείους και ποιεΐν ||9 άπολέσομεν A II10 ποιήσωμεν apogr., edd. :
ποιήσομεν II πολεμήσομεν Aldus, edd. : -σωμεν II 274 ποιουμένους
Reiske, edd. : -μένοις ||6 ταΰτα δ’ QL, edd. : ταΰτ’ Α ΙΙφησί Α ||7 τε Q,
edd. : δέ Α ||δέ del. Reiske, edd. ||11 παραστήσεσθαι Reiske, edd. :
άποστήσεσθαι

81
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

Corinto y tenemos a los argivos como aliados. Pero si los


lacedemonios atacan Argos ¿auxiliaremos a los argivos o no?
pues es absolutamente necesario escoger una cosa o la otra.
Ahora bien, si no los auxiliamos, no tendremos ningún argu­
mento que justifique nuestra injusticia, y los argivos podrán
hacer con toda justicia lo que les plazca. En cambio, si auxi­
liamos a Argos, ¿no es inevitable la guerra con los lacedemo­
nios? ¿Para que obtengamos qué cosa? Para que perdamos
nuestro territorio junto con el de los corintios en caso de
derrota, o para que hagamos que el territorio de los corin­
tios pase a ser de los argivos en caso de victoria. ¿No hare­
mos la guerra por estos motivos?
27 Examinemos ahora también los argumentos de los
argivos: nos piden que luchemos junto cort ellos y los corin­
tios, pero ellos han concertado una paz particular que no
permite que su territorio sea campo de hostilidades; y al
firmar nosotros la paz con todos tos aliados, nos impiden
que hagamos cualquier pacto de amistad con los lacede­
monios, y, en cambio, los acuerdos que han establecido
sólo con ellos, afirman que ellos jamás los han violado. Paz
tradicional llaman a la paz que ellos gozan, pero a los
demás griegos les impiden que su paz se haga tradicional.
En efecto, con la prolongación de la guerra, confían en apo­
derarse de Corinto y, luego de vencer a aquellos por los que
siempre han sido vencidos, esperan también someter a sus
compañeros de victoria. 28 Puesto que nosotros partici­
pamos de semejantes esperanzas, debemos escoger una al­
ternativa: ponernos en guerra aliados a los argivos contra los
lacedemonios o hacer la paz en común con los beocios.

81
ANDÓCIDES

’Εγώ μέν ούν εκείνο δέδοικα μάλιστα, ώ ’Αθηναίοι, τό


είθισμένον κακόν, δτι τούς κρείττους φίλους άφιέντες άε'ι τούς
ήττους αίρούμεθα, και πόλεμον ποιούμεθα δι’ ετέρους, έξόν δι’
ήμας αύτούς ειρήνην αγειν · 29 οΐτινες πρώτον μέν βασιλεΐ τφ
μεγάλφ (χρή γάρ άναμνησθέντας τά γεγενημένα καλώς βου-
λεύσασθαι) σπονδάς ποιησάμενοι και συνθέμενοι φιλίαν είς τον
άπαντα χρόνον, ά ήμΐν έπρέσβευσεν Έπίλυκος Τεισάνδρου, τής
μητρός τής ήμετέρας αδελφός, (μετά) ταΰτα ’Αμόργη πειθόμενοι τφ
δούλφ τώ βασιλέως καί φυγάδι τήν μέν βασιλέως δύναμιν άπε-
βαλόμεθα ώς ούδενός ούσαν αξίαν, τήν δέ ’Αμοργού φιλίαν
είλόμεθα, κρείττω νομίσαντες είναι· άνθ’ ών βασιλεύς όργισθείς
ήμΐν, σύμμαχος γενόμενος Λακεδαιμονίοις, παρέσχεν αύτοΐς είς
τον πόλεμον πεντακισχίλια τάλαντα, εως κατέλυσεν ήμών τήν
δύναμιν. "Εν μέν βούλευμα τοιοΰτον έβουλευσάμεθα·
30 Συρακόσιοι δ’ οτε ήλθον ήμών δεόμενοι, φιλότητα μέν άντί
διαφοράς έθέλοντες ειρήνην δ’ άντί πολέμου ποιεΐσθαι, τήν τε
συμμαχίαν άποδεικνύντες οσω κρείττων ή σφετέρα εΐη της Έγε-
σταίων καί Καταναίων, εί βουλόμεθα προς αύτούς ποιεΐσθαι,
ήμεΐς τοίνυν είλόμεθα καί τότε πόλεμον μέν άντί ειρήνης, Έγε-
σταίους δέ άντί Συρακοσίων, στρατεύεσθαι δ’ είς Σικελίαν άντί
τοΰ μενοντες οίκοι συμμάχους έχειν Συρακοσίους· έξ ών πολλούς
μέν ’Αθηναίων άπολεσαντες άριστίνδην καί των συμμάχων,

29^ ό post Έπίλυκος add. Reiske, Dal. ||Τεισάνδρου Blass, edd. : τι-
σάνδρου ||5 μετά add. Reiske, edd. ||6 τφ βασιλέως Q, mal. Reiske, Bl,-
F., Dal., Alb. (cf. 1.1073) : τοΰ βασ. A, Maid. ||7 ούδενός Reiske, edd. :
οΰδέν II10 κατέλυσαν pro κατέλυσεν Reiske, Dal. ||'502'~^ τής Έγε-
σταίων καί Καταναίων Francke, edd. : των Έγεσταίων καί των Κατ. II 4
βουλόμεθα codd., Stahl, Bl.-F., Alb. : βουλοίμεθα Reiske, cett.

82
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

Ahora bien, por mi parte, atenienses, temo muchísimo


aquella mala costumbre de hacer siempre a un lado a los
amigos más fuertes y escoger a los más débiles, y de hacer la
guerra por causa de otros, cuando está en nuestras propias
manos vivir en paz. 29 En un principio (pues es necesario
recordar el pasado para deliberar correctamente), luego de
firmar un armisticio con el Gran Rey y establecer un pacto
de amistad para siempre (acuerdos que negoció para noso­
tros Epílico, el hijo de Tisandro, hermano de mi madre),
luego de esto, convencidos por Amorges, el esclavo del Gran
Rey y un tránsfuga, rechazamos el poder del Rey, como si
no valiera nada, y preferimos la amistad de Amorges,
pensando que ésta era más fuerte. En revancha, el Gran Rey,
irritado con nosotros, hizo alianza con los lacedemonios y
les proporcionó cinco mil talentos para la guerra, hasta que
desbarataron nuestro poder. Éste es un ejemplo de tales
resoluciones nuestras.
30 Otra fue cuando los siracusanos acudieron a nosotros
queriendo establecer un pacto de amistad en vez de con­
frontación y hacler la paz en vez de la guerra, demostrando
que era mucho más beneficiosa la alianza con ellos que con
los de Segesta y Catania, si queríamos pactar con ellos. Pero
de nueva cuenta escogimos la guerra en vez de la paz y a los
segesteos en vez de a los siracusanos, y marchar contra
Sicilia en vez de permanecer en casa y tener como aliados a
los siracusanos. A raíz de lo cual, luego de morir muchos
atenienses en modo valeroso, y muchos aliados, de echar a
perder muchas naves, dinero y poder, vergonzosamente re­
gresaron los que de ellos habían sobrevivido.

82
ANDÓCIDES

πολλάς δέ ναΰς καί χρήματα καί δύναμιν άποβαλόντες, αίσχρώς


διεκομίσθησαν οί σωθέντες αυτών.
31 'Ύστερον δέ ύπ’ Άργείων έπείσθημεν, οιπερ νυν ήκουσι
πείθοντες πολεμεΐν, πλεύσαντες έπί την Λακωνικήν ειρήνης ήμΐν
οΰσης προς Λακεδαιμονίους έκτεΐναι τον θυμόν, άρχήν πολλών
κακών · έξ οΰ πολεμήσαντες ήναγκάσθημεν τά τείχη κατασκάπτειν
καί τάς ναΰς παραδιδόναι καί τούς φεύγοντας καταδέχεσθαι.
Ταΰτα δέ πασχόντων ημών οί πείσαντες ήμας πολεμεΐν Άργεΐοι
τίνα ωφέλειαν παρέσχον ήμΐν; τίνα δέ κίνδυνον υπέρ [τών]
Αθηναίων έποιήσαντο;
32 Νυν ουν τοΰτο υπόλοιπόν έστιν ήμΐν, πόλεμον μέν έλέσθαι
καί νΰν άντ’ -ειρήνης, τήν δέ συμμαχίαν τήν Άργείων άντί της
Βοιωτών, Κορινθίων δέ τούς νΰν έχοντας τήν πόλιν άντί Λακε­
δαιμονίων. Μή δήτα, ω Αθηναίοι, μηδείς ήμας ταΰτα πείση· τά
γάρ παραδείγματα τά γεγενημένα τών αμαρτημάτων ικανά τοΐς
σώφροσι τών ανθρώπων ώστε μηκέτι άμαρτάνειν.
33 Είσί δέ τινες υμών ρΐ τοσαύτην υπερβολήν της επιθυμίας
έχουσιν ειρήνην ώς τάχιστα γενέσθαι· φασί γάρ καί τάς τετ-
ταράκονθ’ ήμέρας έν αΐς ΰμΐν έξεστι βουλεύεσθαι περίεργον
είναι, καί τοΰτο άδικεΐν ήμας· αύτοκράτορας γάρ πεμφθηναι
εις Λακεδαίμονα διά ταΰθ’, ϊνα μή πάλιν έπαναφέρωμεν. Τήν
τε ασφάλειαν ήμών της επαναφοράς δέος όνομάζουσι, λέγοντες
ώς ούδείς πώποτε τον δήμον τον Αθηναίων έκ τοΰ φανερού πεί-

31-3 έκτεΐναι codd., Alb. : έντεΐναι Lipsius, cett. ||τόν θυμόν codd.,
Bl.-F. : αύτών ante τον θυμόν add. Lipsius, Dal. : εκείνων ante τον θυμόν
Maid. II7 τών del. Pertz, seel. edd. ||322 τήν’Αργείων Q, edd. : Άργεί­
ων A II 332'3 τεσσαράκονθ’ A II 3 ύμΐν Bekker, edd. : ήμΐν II 5 ταΰθ’
Reiske, edd. : ταύτην ||7 τον ’Αθηναίων Spengel, edd. : τών ’Αθηναίων

83
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

31 Posteriormente fuimos persuadidos por los argivos,


los mismos que ahora vienen a convencernos para conti­
nuar la guerra, a realizar una incursión naval contra Laco­
nia, aunque estábamos en paz con los lacedemonios, para
desencadenar su ira, un acto que fue el inicio de grandes
desgracias. A raíz de esto, al concluir la guerra, fuimos obli­
gados a demoler los Muros Largos, a entregar las naves y a
repatriar a los desterrados. Y cuando sufríamos estas des­
gracias, ¿qué beneficio nos hicieron los árgivos, quienes nos
persuadieron a declarar la guerra? ¿Qué peligro enfrentaron
ellos por defender a los atenienses?
32 Pues b ie n , h o y lo ú n ic o q u e n o s fa lta es e s to : p r e f e r ir
a h o ra d e n u e v o la g u e rra e n v e z d e la p a z, la a lia n z a d e lo s
a rg iv o s e n v e z d e la d e lo s b e o c io s , y a lo s c o r in t io s q u e
a c tu a lm e n te e stá n a d u e ñ a d o s d e la c iu d a d e n v e z d e a lo s
la c e d e m o n io s . ¡N o , e n a b s o lu to , a te n ie n s e s ! Q u e n a d ie n o s
c o n v e n z a d e lo a n te r io r , p u e s lo s e je m p lo s q u e e x is te n d e
n u e s tro s e rr o r e s son s u fic ie n te s a lo s h o m b re s p ru d e n te s
p a ra y a n o e q u iv o c a rs e m ás.
33 Hay algunos entre vosotros que tienen un deseo exage­
rado porque la paz se produzca lo más pronto posible. Di­
cen, en efecto, que los cuarenta días que tenéis para
deliberar son innecesarios, y que en esto nosotros actuamos
de modo ilegal, pues fuimos enviados a Lacedemonia con
plenos poderes por eso, para no regresar a hacer una nueva
consulta. A nuestra firmeza para hacer la consulta la llaman
temor, arguyendo que nadie salvó jamás al pueblo de Atenas
persuadiéndolo abiertamente, sino que es necesario hacerle
el bien ocultándole los hechos o engañándolo.

83
ANDÓCIDES

σας έσψσεν, άλλά δει λαθόντας ή έξαπατήσαντας αυτόν εύ


ποιήσαι.
34 Τον λόγον ούν τούτον ούκ έπαινώ. Φημί γάρ, ώ ’Αθηναίοι,
πολέμου μέν δντος άνδρα στρατηγόν τη πόλει τε εΰνουν είδότα τε ο
τι πράττει, λανθάνόντα δεΐν τούς πολλούς των ανθρώπων και
έξαπατώντα άγειν έπί τούς κινδύνους, ειρήνης δέ πέρι πρεσβεύ-
οντας κοινής τοΐς 'Έλλησιν, έφ’ οίς δρκοι τε όμοσθήσονται στήλαί
τε σταθήσονται γεγραμμέναι, ταΰτα δέ ούτε λαθεΐν ούτε έξαπα-
τήσαι δεΐν, άλλά πολύ μάλλον έπαινεΐν ή ψέγειν, εί πεμφθέντες
αΰτοκράτορες έτι άποδώσομεν ύμΐν περ'ι αυτών σκέψασθαι.
Βουλεύσασθαι μέν ουν άσφαλώς χρή κατά δύναμιν, οίς δ’ άν
όμόσωμεν καί συνθώμεθα, τούτοις έμμένειν.
35 Ού γάρ μόνον, ώ ’Αθηναίοι, προς γράμματα τά γεγραμμένα
δει βλέποντας πρεσβεύειν ημάς, άλλα καί προς τούς τρόπους τούς
ύμετέρους. Ύμεΐς γάρ περί μέν των ετοίμων ύμΐν ύπονοεΐν είώθατε
και δυσχεραίνειν, τά δ’ ούκ όντα λογοποιεΐν ώς έστιν ύμΐν έτοιμα·
καν μέν πολεμεΐν δέη, τής ειρήνης επιθυμείτε, εάν δέ τις ύμΐν την
ειρήνην πράττη, λογίζεσθε τον πόλεμον δσα αγαθά ύμΐν κατηργά-
σατο. 36 "Οπου και νΰν ήδη τινές λέγουσιν ού γιγνώσκειν τάς
διαλλαγάς άΐτινές είσι, τείχη και νήες εί γενήσονται τη πόλει· τά
γάρ ίδια τά σφέτερ’ αυτών έκ της υπερορίας ούκ άπολαμβάνειν,
άπό δέ τών τειχών ούκ είναι σφίσι τροφήν. ’Αναγκαίως ούν έχει
καί προς ταΰτ ’ άντειπεΐν.

343 πράττει Richards, Alb. : πράττοι codd. : πράττη Ydén, cett. II 8


ετι Reiske, edd. : τι A, om. Q !|ύμΐν apogr., edd. : ήμΐν ||351 τά ante
γράμματα add. Alb. ||5 c t 6 ήμ,ΐν pro ύμΐν A ||67 κατηργάσατο (hic et
37^) Blass, edd. : κατειργάσατο codd.
84
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

34 Pues bien, este argumento no lo elogio, pues afirmo,


atenienses, que, en tiempo de guerra, un estratego favorable
a la democracia y que sabe lo que hace, debe actuar en se­
creto con la mayoría y conducirlos con engaños al peligro,
pero los embajadores acerca de una paz común para los
griegos, por la cual se van a hacer juramentos y levantar
estelas inscritas, no deben ocultar las cosas ni engañar, sino
que más bien debemos elogiamos en vez de reprocharnos
si, a pesar de haber sido enviados con plenos poderes, toda­
vía vamos a presentaros la situación para que la examinéis.
Así pues, es necesario deliberar con la mayor seguridad
posible y apegarnos a los juramentos y decisiones que to­
memos.
35 En efecto, atenienses, para actuar como embajadores
debemos fijarnos no sólo en instrucciones escritas, sino
también en vuestro carácter. Vosotros, en efecto, estáis acos­
tumbrados a sospechar y a despreciar lo que está en vuestras
manos, y discurrís sobre lo que no tenéis como si lo tuvie­
rais, y cuando tenéis que combatir, deseáis la paz, pero
cuando alguno consigue firmar la paz, os ponéis a contar
cuántos beneficios os ha proporcionado la guerra. 36 De
aquí también hay quienes ahora, desde hace tiempo, argu­
mentan que no saben qué valor tienen los tratados, si la
ciudad va a tener muros y naves, pues ellos no recuperan
sus propiedades del exterior y no se alimentan de los mu­
ros. Por lo tanto, necesariamente uno tiene que responder
también a esto.
37 Hubo en el pasado, atenienses, una época en la que
no poseíamos muros ni navios, pero una vez que los obtu­
vimos, dimos inicio a nuestra prosperidad. Si también ahora

84
ANDÓCIDES

37 THv γάρ ποτε χρόνος, ώ ’Αθηναίοι, δτε τείχη καί ναΰς ούκ
έκεκτήμεθα- γενομένων δέ τούτων την άρχήν έποιησάμεθα τών
άγαθών. ΤΩν εί καί νΰν έπιθυμεΐτε, ταΰτα κατεργάσασθε. Ταύτην
δέ λαβόντες αφορμήν οί πατέρες ήμών κατηργάσαντο τη πόλει
δύναμιν τοσαύτην δσην οΰπω τις άλλη πόλις έκτήσατο, τά μέν
πείσαντες τούς "Ελληνας, τά δέ λαθόντες, τά δέ πριάμενοι, τά δέ
βιασάμενοι· 38 πείσαντες μέν ουν ’Αθήνησι ποιήσασθαι τών
κοινών χρημάτων Έλληνοταμίας, καί τον σύλλογον τών νεών παρ’
ήμΐν γενέσθαι, δσαι δέ τών πόλεων τριήρεις μή κέκτηνται, ταύταις
ήμας παρέχειν λαθόντες δέ Πελοποννησίους τειχισάμενοι τά
τείχη · πριάμενοι δέ παρά Λακεδαιμονίων μή δοΰναι τούτων δίκην ·
βιασάμενοι δέ τούς έναντίους τήν άρχήν τών Ελλήνων κατηργα-
σάμεθα. Καί ταΰτα τά άγαθά έν όγδοήκοντα καί πέντε ήμΐν ετεσιν
έγένετο. 39 Κρατηθέντες δέ τφ πολεμώ τά τε άλλα άπωλέσαμεν καί
τά τείχη καί τάς ναΰς έλαβον ήμών ενέχυρα Λακεδαιμόνιοι, τάς μέν
παραλαβόντες, τά δέ καθελόντες, δπως μή πάλιν ταΰτ’ εχοντες
αφορμήν δύναμιν τη πόλεΐ κατασκευάσαιμεν. Πεισθέντες τοίνυν
ύφ’ ήμών Λακεδαιμόνιοι πάρεισι νυνί πρέσβεις αύτοκράτορες. τά
τε ένέχυρα ήμΐν άποδιδόντες, καί τά τείχη καί ναΰς έώντες κε-
κτήσθαι, τάς τε νήσους ήμετέρας είναι.
40 Τήν αυτήν τοίνυν άρχήν άγαθών λαμβάνοντας, ήνπερ ήμών
έλάμβανον οί πρόγονοι, ταύτην ούκ άκτέον φασί τήν ειρήνην τινες
είναι. Παριόντες ουν αύτοί διδασκόντων ύμας (έξουσίαν δ’ αύτοΐς
ήμεΐς έποιήσαμεν, προσθέντες τετταράκοντα ήμέρας βουλεύσα-

371-2 ούκ έκεκτήμεθα Hirschig, codd. : ού κεκτήμεθα ||384 τειχισά-


μενοι Emperius, edd. : έτειχίσαμεν ||392 τάς μέν Reiske, edd. : τά μέν II
3 ταΰτ’ codd., Alb. : ταύτην Hirschig (ex § 373), cett. II 4 τήν ante
δύναμιν add. Dal. II6 ναΰς codd., Bl.-F. : τάς ναΰς Fuhr (coll. § 233),
cett. ||403 et 7 ύμας Q, edd. : ήμας A

85
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

deseáis de corazón obtenerla, debéis contar con ellos. Con


esa base, nuestros padres lograron en bien de la ciudad un
poder tan grande como jamás lo tuvo ninguna otra ciudad,
ya fuera persuadiendo a los griegos, ya engañándolos, ya
sobornándolos o ya imponiéndose a ellos por la fuerza. 38
En efecto, al persuadir de que los helenotamías del tesoro
común operaran en Atenas, de que la reunión de las naves
se hiciera en nuestro puerto y de que nosotros proporcioná­
ramos todas las trirremes a las ciudades que no las tuvieran;
al engañar a los peloponesios cuando construimos los Mu­
ros; al sobornarlos para que no fuéramos castigados por los
lacedemonios a causa de ello, y al imponernos por la fuerza
a los contrarios logramos la jefatura de los griegos. Todos
estos bienes los tuvimos durante ochenta y cinco años. 39
Pero una vez que fuimos vencidos en la guerra, sin contar
otros bienes que perdimos, los lacedemonios tomaron en
garantía nuestros muros y naves, apropiándose de unos y
derribando los otros, con el fin de que no pudiéramos,
estando en posesión de ese apoyo, proporcionar de nuevo
poder a la ciudad. Pues bien, convencidos por nosotros, se
encuentran presentes ahora los embajadores lacedemonios
con plenos poderes que nos devuelven esa garantía al
permitimos poseer nuestros muros y nuestras naves y tener
nuestras islas.
40 Pues bien, aunque tenemos en nuestro poder el mis­
mo origen de prosperidad que precisamente nuestros ante­
pasados poseían, argumentan algunos que no debemos
aceptar esta paz. Éstos, pues, que suban a la tribuna y que
os muestren (nosotros les hemos dado la posibilidad al fijar
cuarenta días más para deliberar) si acaso alguna de las ins-

85
ANDOCIDES

σθαι) τοΰτο μέν των γεγραμμένων εϊ τι τυγχάνει μή καλώς εχον


(έξεστι γάρ άφελεΐν) τοΰτο δ’ εϊ τις (τί) προσθεΐναι βούλεται,
πείσας υμάς προσγραψάτω. Πάσί τε τοΐς γεγραμμένοις χρωμένοις
έστιν ειρήνην άγειν. 41 Εί δέ μηδέν άρέσκει τούτων, πολεμεΐν
έτοιμον.
Καί ταΰτ’ έφ’ ύμΐν πάντ’ έστίν, ώ ’Αθηναίοι· τούτων ο τι άν
βούλησθε έλεσθε. Πάρεισι μέν γάρ ’Αργεΐοι καί Κορίνθιοι διδά-
ξοντες ώς άμεινόν έστι πολεμεΐν, ήκουσι δέ Λακεδαιμόνιοι πεί-
σοντες υμάς ειρήνην ποιήσασθαι. Τούτων δ’ έστι τό τέλος παρ’
ύμΐν, άλλ’ ούκ έν Λακεδαιμονίοις, δι’ ημάς. Πρεσβευτάς ούν
πάντας υμάς ημείς οί πρέσβεις ποιοΰμεν · ό γάρ τήν χεΐρα μέλλων
υμών αϊρειν, οϋτος ό πρεσβεύων έστίν, όπότερ’ άν αύτώ δοκη, καί
τήν ειρήνην καί τον πόλεμον ποιεΐν. Μέμνησθε μέν ούν, ώ
’Αθηναίοι, τούς ήμετέρους λόγους, ψηφίσασθε δέ τοιαΰτα, έξ ών
ύμΐν μηδέποτε μεταμελήσει.

405 εϊ τι Aldus, edd. : ετι ||6 τις (τί) Blass, edd. ((τί) τις Dal.) j|413
ύμΐν Q, edd. : ήμΐν ||4 ελεσθε uulg., edd. : έλέσθαι codd. ||6 ποιήσα­
σθαι Q, edd. : ποιήσεσθαι Α ||7 ήμας Q, edd. : ϋμας Α ||9 δοκη : δόκει
A II10 ποιεΐν seel. Reiske, Dal., Alb.

86
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

tracciones escritas no es adecuada (ya que hay facultad para


suprimir) o bien, si alguien desea agregar algo, que haga
agregarlo al escrito una vez os haya convencido. Si os ate­
néis a todas estas cláusulas, es posible vivir en paz; 41 pero
si ninguna de éstas os placen, la guerra es inevitable.
Está en vuestras manos, atenienses, todo esto: elejid la
que queráis de estas opciones. Están aquí presentes argivos y
corintios para indicaros que es preferible hacer la guerra, y
han llegado lacedemonios para persuadiros a realizar la paz.
La última palabra está en vosotros, no en los lacedemonios,
gracias a nosotros. Os hacemos, pues, embajadores a todos
vosotros nosotros, los embajadores, pues el embajador es
aquel de vosotros que va a levantar su mano, no importa
cuál sea la decisión que él tome, sea firmar la paz o hacer la
guerra. En fin, atenienses, recordad nuestros argumentos y
votad aquello que jamás os vaya a causar ningún arrepen­
timiento.

86
ANDÓCIDES

ΑΠΟΣΠΑΣΜΑΤΑ

I (II). ΠΡΟΣ ΤΟΥΣ ΕΤΑΙΡΟΥΣ

1 (3) Και τάφον μέν αΰτοΰ (Themistoclis) λαμπρόν έν τη άγορα


Μάγνητες εχουσν περί δέ τών λειψάνων οΰτ’ ’Ανδοκίδη προσέχειν
αξιον έν τφ Προς τούς εταίρους λέγοντι φωράσαντας τα λείψανα
διαρρΐψαι τούς ’Αθηναίους· ψεύδεται γάρ έπί τον δήμον παρο-
ξύνων τούς ολιγαρχικούς (Plut. Them. 32).

2 (4) Σκάνδιξ·... Σκάνδικα ούν λάχανα, ού τα έκ τών κηπίων,


άλλα τά αυτομάτως φυόμενα ώς φησιν ’Ανδοκίδης· “μή γάρ ϊδοιμεν
ποτε πάλιν έκ τών όρών τούς άνθρακευτάς καί τάς άμάξας είς τό
άστυ τήκοντας, καί πρόβατα καί βοΰς καί γύναια, καί πρεσβυ-
τέρους ανδρας καί έργάτας έξοπλιζομένους· μηδέ αγρια λάχανα
καί σκάνδικας ετι φάγοιμεν” (Suid. s. u., ex schol. ad Ar. Ach.
477).

3 (5)’Ανδοκίδης φησί τοίνυν · “Περί Ύπερβόλου λεγειν αίσχύνομαι,


ού 6 μεν πατήρ έστιγμένος ετι καί νΰν έν τφ άργυροκοπείφ δουλεύει
τφ δημοσίφ, αύτός δέ ξένος ών καί βάρβαρος λυχνοποιεΐ” (Schol.
Ar. Vesp. 1007, cf. Schol. Lucían, p. 114, 24 sqq. ed. Rabe).

όρών Blass, edd. : όρέων ||Wκαί τάς άμάξας ... καί γύναια Maid. :
καί βοΰς ηκοντας καί τάς άμάξας είς τό άστυ καί γύναια codd. : είς τό
άστυ post ηκοντας transp. Sauppe, Bl.-F. II συγκομιζομένους post
άμάξας add. Bernhardy (άγοντας iam Sauppe) ΙΙκαίπαΐδας post γύναια
add. Sauppe : post γύναια lac. stat. Bl.-F.
33 αύτός Sluiter, edd. : ώς

87
FRAGMENTOS

I
A SUS CAMARADAS

1 (3) Y un magnífico sepulcro tienen de él [de Temístocles]


en el Agora los magnesios, pero, en cuanto a sus cenizas, no
se debe confiar ni en Andócides cuando dice en su escrito A
sus camaradas que los atenienses robaron las cenizas para
dispersarlas al viento, pues miente, excitando a los oligarcas
contra el régimen democrático.

2 (4) Escándice:... Los escándices, pues, son hierbas, no las


de los huertecillos, sino las que crecen de manera silvestre,
como afirma Andócides: “Ojalá que ya no veamos de nuevo
llegar de los montes a la ciudad a los carboneros y sus
carretas, y rebaños, bueyes, y a mujeres, y a ancianos y la­
briegos completamente armados; que ya nunca más tenga­
mos que comer hierbas silvestres y escándices”.

3 (5) Dice Andócides: “Me avergüenza hablar de Hipérbolo,


cuyo padre, que está marcado con hierro, todavía es esclavo
público en la casa de la moneda; él, por su parte, que es un
extranjero y bárbaro, fabrica lámparas”.

87
ANDÓCIDES

II (I) ΣΥΜΒΟΥΛΕΥΤΙΚΟΣ

4 (1) Εΰωχεΐν ■ άντί τοΰ εΰωχεΐσθαι ’Ανδοκίδης Συμβουλευτικω


(Bekk. An., p. 94.21).

5 (2) Ναυκρατίαν · ’Ανδοκίδης Συμβουλευτικω (Phot. s. u.).

III ΠΕΡΙ ΤΗΣ ΕΝΔΕΙΞΕΩΣ

6 Ζητητής- άρχή τις ’Αθήνησι κατά καιρούς καθισταμένη, εϊ ποτε


τούς άδικοΰντάς τι δημοσία δέοι ζητεΐν. Δημοσθένης έν τφ Κατά
Τιμοκράτους καί ’Ανδοκίδης έν τφ Περί ένδείξεως. Ουτος δέ ό
ρήτωρ καί ζητητής ποτε έγένετο, ως φησι Λυσίας καί ’Ισοκράτης καί
Πλάτων 6 κωμικός Πρέσβεσιν (Harpocr. s.v.).

IV (ΠΙ) ΑΠΑΡΑΣΗΜΑ

7 (6) ’Αρετή · άντί τοΰ ευδοξία ’Ανδοκίδης καί Θουκυδίδης ... (Har­
pocr. s.v., Suid. s. u., Bekker, An., p. 443-33)

8 (7) Αΰτόπτης· ώς ’Ανδοκίδης καί σύνοπτον καί σύνοπτα (Poll. U


58).

62 Κατά Dind., edd. : καί κατά Β.Χ. Aid. ||3 Περί Dind., edd. : περί
τής C II4 Λυσίας καί Dind., edd. : Λυσίας τε καί ||5 Πρέσβεσιν Dind.,
edd. : πρεσβεΰσιν.
8 pr. καί ante ώς transp. Bethe.

88
FRAGMENTOS

Π
SIMBULÉUTICO O DISCURSO DELIBERATIVO

4 (1) “Agasajar” en vez de “agasajarse”, Andócides en su


Simbuléutico.

5 (2) “Dominio marítimo”, Andócides en su Simbuléutico.

in
ACERCA DE LA ÉNDEIXIS (DENUNCIA)

6 “Investigador”, un magistrado en Atenas, establecido en


situaciones particulares, cuando era necesario investigar a
los que cometían un delito público. Demóstenes en su dis­
curso Contra Timócrates y Andócides en su Acerca de la
denuncia. Este orador fue investigador en una ocasión, se­
gún dicen Lisias, Isócrates y el cómico Platón en su Em ba­
jadores.
IV. CITAS SIN REFERENCIA

7 (6) “Excelencia”: Andócides y Tucídides en vez de “re­


putación”.

8 (7) “Testigo ocular”: como Andócides, “cosa o cosas re­


conocibles”.

88
Notas al texto griego

IV: Κατά Άλκιβιάδου

Κατά Άλκιβιάδου: Las fuentes no proporcionan ningún dato que per­


mita dudar de la autenticidad de este discurso, pero sí presentan una
gran confusión en cuanto al título (cf. Focio, Vita Andoc,). Κατά
Άλκιβιάδου aparece en el Crippsianus y es confirmado por Harpo-
cración en dos citas a este discurso (s. vv. Έμποδόν y Εΰανδρία). El
Ps.-Plutarco ( Vita Andoc. 14) se refiere a un discurso de Andócides
titulado Απολογία προς Φαίακα que debe referirse a este discurso. La
preposición debería aquí significar defensa “para”, “concerniente a”
Féax (“addressed to” ^concerning”, cf. Raubitschek, “The Case against
Alcibiades”, p. 192), y'debería tomarse como un discurso escrito por
Andócides para ser pronunciado por Féax contra Alcibiades. Plutarco
(Ale. 13.3) se refiere a un pasaje de este discurso en términos poco
claros: φέρεται δέ καί λόγος τις κατ’ Άλκιβιάδου [καί] Φαίακος [έπι]γε-
γραμμένος, “se conserva también un discurso Contra Alcibiades atri­
buido a [o escrito por] Féax”, aunque el segundo καί podría enmen­
darse en ύπέρ, “en defensa de” Féax (cf. Blass, Attische Bered., p. 337,
quien prefiere <τφ> Φαίακι). Ateneo (9.408c) cita un pasaje de un
discurso de “Lisias, Contra Alcibiades", pero la referencia debe ser al
§ 29 de este discurso (cf. Burn, “A biographical Source?”, p. 142). El
título completo del discurso podría haber sido Άνδοκίδου προς Φαία­
κα κατά Άλκιβιάδου (cf Furley, “Andokides IV: Fact o Fiction?”, p.
139).
2 τών αγαθών: Puede tratarse de una glosa, como piensan los
editores, pero también de una epexégesis, y por tanto debe con­
servarse (Albini, “Postille”, p. 305).
3 οΰτε διαψηφισαμένων: Es incorrecto excluir la negación: el voto
no era secreto, como han interpretado todos los editores (cf Rau­
bitschek, “The Case against Alcibiades”, p. 196).
4 Algunos editores incluyen πολλούς antes de τούς εταίρους, pero
no existe razón válida para hacerlo.
πλέον φέρονται τών άλλων: Cf. Hdt. VIII 29: πλέον... ΰμέων έφερό-
αεθα.

LIX
ACERCA DE SU PROPIO REGRESO

5 δτι πολίτης: El agregado de Emperius, adoptado unánimemente


por los editores, no es satisfactorio. En efecto, se expulsa por causa
de la ley en cuestión en tanto que se es ciudadano; si no se fuera
ciudadano, se le castigaría de otro modo.
7 πάντως ούδέν γάρ: La partícula se debe conservar en tercer lugar,
como lo registran los manuscritos ( cf. Denn. GP, pp. 97 y 98), aun­
que los editores prefieren ponerla en el segundo lugar.
9 τών δέ νικησάντων: probablemente falta una palabra que podría
ser τινάς o ένίους; me parece menos recomendable cambiar el geni­
tivo en acusativo.
ίο έμποδών: Cf. Harpocración, s. v. έμποδών· έν τώ κατ’ Άλκιβιά-
δου.
16 αυτός άλλους: se trata sólo de un “fuerte asídeton” (Albini,
“Postille”, Ρ· 307) y por lo tanto el cambio propuesto por los edito­
res resulta innecesario.
26 τον έπιτυχόντα: La negación que introducen los editores ante
estas palabras me parece innecesaria, pues Diomedes no era rico y
tampoco un gran personaje. También es innecesario agregar “los
caballos” o el “tiro", ya que puede sobreentenderse.
35 ίδιαν: La corrección en dativo es, en efecto, innecesaria (Albini,
“Postille”, p. 308).

II: Περί τής έαυτοΰ καθόδου

i κοινή έστι... κοινά έστι: Esto es, a los ciudadanos. No hay motivo para
excluir κοινά, como lo hace Fuhr; además, al hacerlo, se suprime un
recurso literario (epífora o conversio: repetición de una palabra al
final de las partes de las cola, oraciones o cláusulas) del que Andóci­
des gusta a veces. Toda la expresión constituye un “topos” sobre el
sentimiento democrático del bien común manejado contra quienes se
preocupan sólo de sus propios intereses ( cf. Lys. XX 5, XXXI 6; Isocr.
IV 16, Aeschin. III 3). Esta argumentación (And. II 1-2) es muy
semejante a la expuesta por Pericles (Th. II 60. 3-4), y seguramente
formaba parte de la ideología y propaganda democráticas en Atenas.
2 περικαίονται: Esta lectura puede conservarse con el apoyo de los
manuscritos y de las inscripciones. La corrección priva al texto de un
uso metafórico muy expresivo, aunque raro en la época clásica (Albi­
ni, De reditu, ad loe.)

LX
NOTAS AL TEXTO GRIEGO

3 των πραγμάτων: El artículo se justifica porque, aunque exista una


referencia previa, el orador indica algo específico que tiene bien pre­
sente y que constituye la base de su discurso.
13 εί'νεκα: En los discursos I y II aparecen tanto ενεκα como ει'νεκα
(en el I también se encuentra ενεκεν), pero es innecesario uniformar el
texto, como ha argumentado justamente MacDowell.
16 έτερον εργον: El texto puede estar corrupto: en tal caso deberían
excluirse ambas palabras.
21 τά δέ: De acuerdo con Albini, es preferible la lectura de los ma­
nuscritos. La corrección τά (δε) νυνι “rende il testo piü piatto e ba-
nale”.
προειδήτε: No es preciso cambiar la lectura de los manuscritos:
“quando chi parla contempla, o ha contemplato la realizzazione futura
di un proposito momentáneamente non realizzabile la finale puo con­
servare la sua abituale forma” (cf. Albini, a d loe.).
22 ώφεληθήσεσθε: No creo que sea necesario corregir la voz pasiva
sólo porque sea rarísima.
23 είς: Ruger prefería colocar είς después de χρήματα (cf. reseña a
la ed. de Dalmeyda en P h W 1931, pp· 401-411).
26 προπάππος: Obviamente aquí se debe conservar el original (cf.
Ramírez Vidal, “De nuevo sobre And. II, 26 y I, 106”).
αύτών: No hay ningún problema, el genitivo plural puede muy bien
referirse al singular colectivo δήμος. La lectura de los manuscritos
debe conservarse.

I: Περί των μυστηρίων

2 καί: En contra de la corrección de Baiter y Dalmeyda, Albini (“Ras-


segna...”, p. 8) reenvía a Frohberger-Gebauer, A u s g e w á h lte Reden
des Lysias, I2, Leipzig, 1880, p. 300.
4 δωρεά: En la epigrafía ática se usa normalmente la terminación
-ειά; así, en II 24 encontramos δωρειάς; a pesar de todo, preferimos
seguir los manuscristos y a los editores, pues δωρεά era la forma usual
en la lengua corriente que posteriormente predominará en los textos
literarios.
5 τής πόλεως...: las correcciones de este parágrafo son innecesarias
( c f MacDowell, a d toe., y Denn. GP, pp. 513-514).
u μεθ’ ετέρων: Hatzfeld prefiere corregir en μεθ’ εταίρων (A lc i­
b ia d e , p. I l l , n. 4). La sugerencia no ha tenido éxito.

LXI
ACERCA DE LOS MISTERIOS

12 Άλκιβιάδου [πολεμάρχου]: Es preferible conservar el nombre


de Alcibiades y considerar πολεμάρχου como una glosa.
25 υμών: Albini ( “Rassegna...”) defiende la corrección de Richards.
27 υπέρ τής βουλής: Albini piensa que después de υπέρ hay una
laguna ( “Andocide I 27”).
29 οί λόγοι τών κατηγόρων: Bien ha hecho Dalmeyda en no corregir
el texto. Después de “las palabras de mis acusadores”, Andócides
introdujo una oración parentética, dejando inconclusa la oración que
había iniciado y retomándola después, pero en genitivo, afectando la
concordancia. Rompimientos de este tipo son característicos en An­
dócides.
30 κατηγορώ: El objeto del verbo es έκείνων, de modo que es inne­
cesario integrar el ταΰτα.
Δηλονότι: En caso de que la lectura de los manuscritos sea la genui­
na, se trataría de una transposición violenta, fenómeno que, además,
no es extraño en Andócides.
31 καί ύμάς...: MacDowell prefiere conservar la lectura de los ma­
nuscritos (άναμιμνήσκω) e iniciar una nueva oración con καί υμάς
(para lo cual retrae a este lugar el inicio del parágrafo 31)·
τιμωρήσητε... άδικούντας: Homoioteleuton. Esta figura (cf. Laus-
berg, § 360) aparece relativamente poco en los discursos I-III de
Andócides ( cf. II 2; I 44, 66, 103, 106, 107; III 5, 11, 12), en compa­
ración con el cuarto discurso, donde el uso de los paralelismos per­
mite un mayor uso del homoioteleuton ( cf. por ejemplo el § 21 don­
de la figura aparece tres veces). Estos y otros recursos muy frecuentes
en el discurso IV han llevado a S. Feraboli (“Lingua e stile...” ) a la
conclusión de que el C o n tra A lc ib ia d e s no fue escrito por Andócides.
38 του: Aquí debe conservarse el artículo definido; se trataba de
una columna bien identificada.
4o έν τφ: Innecesaria la corrección. Probablemente el taller era de
Eufemo.
δέοιτο: La corrección de Dalmeyda ελοιτο es para MacDowell
“ingeniosa pero innecesaria”. A Gernet le parece excelente (reseña a
laed. de Dal., en R Ph 1931, p- 369)·
νΰν ήκειν: La corrección de Emperius (συνήκειν) sólo ha sido
adoptada por Dalmeyda, pero sin razón suficiente, pues es claro que
Andócides cita las palabras realmente pronunciadas, aunque en estilo
indirecto ( “And now”, he added, “be good enough to com e to ...”:
Maidment).

LXH
NOTAS AL TEXTO GRIEGO

41 αύτόν: MacDowell señala que “αυτόν, not essential for the gram­
mar, adds a slight emphasis: ‘and he said’”.
45 ιππείς: La corrección de los editores se basa en el hecho de que
ιππείς, como acusativo plural, es postclásico. -εις aparece atestiguado
en las inscripciones a partir del 307 a. C. Sin embargo, no es seguro
que se tenga que corregir cuando aparece en Andócides (cf. Chan-
traine, M o rfo lo g ía , § 102). 'ιππείς aparece también en III 5; ιππέας en
III 7.
52 έτεθνήκεσαν: No es suficiente que en el parágrafo 59 encon­
tremos έτέθνασαν para corregir el pluscuamperfecto.
54 τών άλλων: La integración de η antes de τών άλλων es innece­
saria, pues aquí άλλων sirve para distinguir a la audiencia (tribunal) en
dos grupos: por un lado, los que conocían bien los hechos menciona­
dos en los párrafos anteriores y, por el otro, los que habían sido mal
informados por sus enemigos, a quienes Andócides interpela en este
momento (cf. MacDowell).
56 έμοι γάρ... είναι: Aquí el γάρ introduce una oración parentética y
por lo tanto esta parte debe ir entre corchetes sin ningún agregado al
texto.
67 τών δέ γενομένων: Blass-Fuhr intercalan δι’ έμέ que, como i n '
έμοί, aclaran el sentido del texto, aunque no son necesarios para la
comprensión del mismo.
77 Las correcciones del decreto se basan en Gernet, “Notes sur
Andocide", MacDowell, C o m m e n ta ry , ad. loe., Piérart, “Les Εύ&ύνοι
athéniens”, y Boegehold, “Andokides and the Decree of Patroklides”.
80 Έπεί δ’: La oración subordinada inicia con έπεί y termina con
κατέλαβον, después viene la oración principal (cf. MacDowell, a d
lo e .), por lo tanto, la 0 ’que agregan los editores después de έγένετο es
innecesaria.
si άλλοι: A. Natalicchio (“Sulla cosiddetta revisione legislativa in
Atene alia fine del v secolo”, pp. 87-88) argumenta en favor de la
lectura de los manuscritos. Sin embargo, el uso de άν después de εως
no está descartado.
82 εΰρισκον: Además de que se debe rechazar la corrección del
verbo, se debe considerar la oración introducida por éste como
coordinada con la oración que inicia poco después con έκκλησίαν,
donde se encuentra un “sorprendente” asíndeton.
86 En cuanto a la partícula modal que aparece dos veces antes de
los dos άγράφφ respectivos, MacDowell considera que, en el primer

LXIII
ACERCA DE LOS MISTERIOS

caso, se trata de un δή, y que el segundo debería excluirse. El pasaje,


como puede verse en el aparato crítico, ha sido muy corregido,
aunque sin éxito.
89 νόμον τιθέναι: La inserción de έξεΐναι después de νόμον es inne­
cesaria, pues Andócides no está citando textualmente la ley.
92 και: La conjunción no debe corregirse. En efecto, deben tomar­
se en cuenta tanto las leyes como los juramentos.
93 είς: La preposición se usa también con verbos de estado impli­
cando un movimiento previo “a” o “hacia”, de modo que la correción
de Naber y Dalmeyda debe considerarse innecesaria.
96 οι π εντακόσιοι: Con oi antes de λαχόντες se introduce un com­
plemento de οί πεντακόσιοι; sin el artículo, como se encuentra en los
manuscritos, se trata de una oración temporal. Preferimos esta segun­
da interpretación.
107 τήν βασιλέως: Aquí la corrección del artículo parece necesaria,
aunque no siempre el sustantivo βασιλεύς se encuentra sin artículo;
como los nombres propios, a veces puede llevarlo.
n i προσήει...: El pasaje es oscuro y las correcciones no ayudan a
aclarar el sentido del pasaje.
113 περιαγάγοιεν: Puede conservarse el verbo de los manuscritos,
aunque con el sentido un poco extraño de “confundir”, “distraer”.
En época tardía περιαγωγή aparece precisamente con el sentido de
“distracción” (Plut. 2.588d).
134 τρία: El original es correcto. La ganancia de ese año pudo ha­
ber sido de tres talentos, diferente de la ganancia del año siguiente.
ώςπολλοΰ αξιον: La frase no debe excluirse, pues es necesaria co­
mo nota aclaratoria del propio autor, aunque sea bastante dura (Mac­
Dowell).
139 άλλων: Es sorprendente que los editores hayan seguido la
corrección de Hertlein. Para los oyentes estaba muy claro que con
“otros” Andócides se refería a los hombres en contraposición con
los dioses ( c f MacDowell, ad. loe.').
145 έστιν: La lectura de los manuscritos es correcta, pues la posibi­
lidad es ya presente.
149 ώστ’: Aquí se adapta mejor una consecutiva, por lo que debe
conservarse el ώστε de los manuscritos.

LXIV
NOTAS AL TEXTO GRIEGO

III: Περί της προς Λακεδαιμονίους ειρήνης

i αν ή ειρήνη: El C rip p s ia n u s no presenta la partícula modal; el ma­


nuscrito Q no registra el artículo; los editores modernos incluyen am­
bos, lectura que debe ser la correcta.
i πέντε: La lectura de los manuscritos me parece del todo correcta,
pues lo que Andócides quiere señalar es que la paz se conservó por
trece años, aunque se había firmado sólo por cinco. Lo que podría
parecer extraño, en cambio, es τριακαίδεκα, pues la guerra reinició
en 446.
18 και τότε τήν νίκην έποιήσαντο: Sluiter corrige δτε de τότε; Do-
bree y Dalmeyda consideran que es correcto cancelar la frase; Linder
prefiere corregir en καί τήν έν Κορίνθφ νίκην...; pero son esfuerzos
innecesarios por corregir o embellecer el texto. Aunque el estilo es
un poco duro y la expresión τήν νίκην έποιήσαντο parece extraña, el
texto puede quedar tal cual.
25 νΰν δέ βουλευόμεθα: La mayoría de los editores prefieren la lec­
tura de Q en vez del subjuntivo atestiguado y conservado por Müller,
quien traduce: “N u n c a u te m d e lib e re m u s ..."
31 έκτεΐναι τον θυμόν: La expresión ha sido objeto de abundantes
correcciones, pero el texto original debe conservarse como lo han
hecho Bekker, Blass-Führ y Albini. Este último señala que no hay ra­
zón para sustituir una expresión “di un certo tono e che aderisce
perfettamente al senso” por otra similar, pero más común.
39 ταΰτ’ εχοντες: Albini prefiere la lectura de los ms.; considera la
corrección de Hirschig (con base en los ejemplos de § 37 y IV 19)
innecesaria, “gramatical y estilísticamente”.
δύναμιν: El artículo puesto ante δύναμιν es claramente innecesario:
“Non é che gli spartani non volessero che Atene riconquistasse la sua
potenza, 1'antica potenza: essi non volevano che Átene acquitasse di
nuovo una sua potenza” (Albini).

LXV
Notas al texto español

IV: Contra Alcibiades

Argumento·. Al parecer el autor del “argumento” tenía por genuino


este discurso; no sucede lo mismo en relación con el tercero, en cuyo
argumento se afirma que Dionisio consideraba espuria esa obra.
2 Alcibiades, Nicias y y o : Sobre Alcibiades cf. la primera parte de
la introducción y Hatzfeld, Alcibiade, Davies, APF, y la nota a los
abuelos del orador en IV 34. Nicias, el hijo de Nicerato, fue célebre
por su riqueza (cf X. Poroi TV 14) y por ser sumamente supersticioso
(Th. VII 50.4), lo que en parte provocó la derrota en Sicilia (413),
donde fue ejecutado. Un poco mayor que Sócrates, fue el principal
opositor de los demagogos en la época postpericlea (Plutarco lo
incluyó en sus Vidas'). El tercer personaje, esto es, el orador, supuesta­
mente se refiere a Féax, hijo de Erasístrato, nacido hacia el 455, quien
desarrolló su actividad política principalmente hacia el 422,
precisamente en la zona de la Magna Grecia.
4 una multa·. En realidad, sólo una multa muy elevada podría ser
más grave que el ostracismo. Por esto Redondo interpreta χρήματα
como confiscación de bienes.
ii Aristides·. Este personaje, hijo de Lisímaco, héroe del Maratón
contrario a la política expansionista de Atenas (cf. L. Calabi, “Aristide
il giusto”, y L. Piccirilli, Temistocle, Aristide, Cimone, Tucidide di
Melesia...), probablemente pertenecía al mismo tronco familiar de
Andócides.
la aumentó aproximadamente al doble·. El monto total de las
contribuciones en el año de 425 sobrepasó los 1,460 talentos (cf.
Meiggs, Athenian Empire, p. 325), pero no se puede definir el
monto de la contribución inmediatamente previa, esto es, del 428,
aunque Meiggs piensa que pudo haber llegado a 800 T. ; en 434, era
de 430 T. aproximadamente; en 431, de 600 T. (Th. II 13.3). De tal
modo, el “tributo” aumentó en 425 a más del triple y a menos del
doble en comparación con el monto total del 434 y del 4 2 8 respec­
tivamente. Luego de la tasación del 425, la contribución bajó proba­
blemente al nivel de antes de la guerra. Andócides puede estarse
refiriendo a un aumento del tributo en el año de 418 (no 425). Al

LXVII
CONTRA ALCIBIADES

parecer en ese año el tributo fue de 1200 T. (And. III 9), precisa­
mente el doble del tributo correspondiente al año de 431.
13 Calías... H ip o n ic o : Sobre ambos personajes cf. And. I 112-132,
donde, sin embargo, Calías aparece como enemigo de Andócides.
17 A g a ta rc o : Sobre este pintor cf. Plut., Per. 18.
20 T áure as: El primo de Andócides mencionado en I 47.
32 C allas, el h ijo de D id im ia s '. Ya no se puede ahora negar de
manera tajante el probable ostracismo de este Calías, como lo había
hecho Carcopino en 1935 ( L ’o s tra c ls m e , pp. 118-120) con el argu­
mento de que “el pseudo Andócides es el único en hablar de este
ostracismo, y la personalidad de Calías nos sería además completa­
mente desconocida de no ser por la victoria que obtuvo en los juegos
olímpicos y de la cual Pausanias [Paus. V 9.3 y VI 6.1] nos ha conser­
vado el recuerdo”. Entre los óstraca descubiertos en Atenas se encuen­
tran tres con el nombre de “Calías, hijo de Didimias”. Tales óstraca,
aunque no son testimonios definitivos sobre el ostracismo de Calías
(cf. Vanderpool, “Ostracism at Athens”, a p u d Rhodes, CAP, p. 271,
quien fecha el probable ostracismo en la década del 449-440), prue­
ban por lo menos que estaba en peligro de ser “ostracizado”. Este
Calías, tal vez del dem os de Alópece, fue vencedor en la competencia
de pancracio en la olimpíada 77, por cuya victoria el escultor Micón
hizo una estatua de bronce cuya base todavía se conserva con su
inscripción. Obtuvo otras victorias: dos premios en las Píticas, cinco
en las ístmicas, cuatro en las Nemeas y una en las Grandes Panate-
neas (JG i2 606, cf. Kyle, A th le tic s in A n c ie n t A thens, A. 29, Moretti,
O lim p io n ik a i, p. 91). Puede suponerse que Calías debió haber ad­
quirido cierta relevancia política después y probablemente a causa de
sus victorias (cf. Davies, W ealth a n d the P o w e r o f W ealth, p. 99).
33 C im 6 n \ Cf. su p ra , p. XXVIII.
34 M egacles: Esto es, Megacles el hijo de Hipócrates (Arist. A th
22.5), del dem os de Alópece, cuyo nombre aparece en más de 4600
óstraca, y quien fue “ostracizado” en el año de 486 (Davies, A P F , p.
379, etc.). Este Megacles no era, pues, hijo de Clístenes, como se ha
pensado a partir de Isocrates (XVI 26), sino su sobrino: el legislador
y el padre de Megacles eran hermanos. La hija de este Megacles,
Dinómaje, casó con Clinias, de cuyo matrimonio nació Alcibiades.
Sobre su victoria en las competencias píticas del 486, cf. Moretti,
O ly m p lo n ik a i, p. 185, y Kyle, A th le tic s in A n d e n A th e n s, A. 43, p.
207).

Lxvm
NOTAS AL TEXTO ESPAÑOL

Alcibiades·. Abuelo homónimo del estratego Alcibiades, por lo que


es conocido como “el viejo” (PI. Euthd. 275a y PA 597); se vio
obligado a renunciar a su “proxenía” con Esparta (Th. V 43.2 y VI
87.2) probablemente a causa del rechazo espartano a las fuerzas de
auxilio ateniense en 462 y la consecuente reacción generalizada en
Atenas contra Esparta y contra los atenienses fllolacedemonios
(Hatzfeld, Alcibiade, pp. 16-7). Actualmente se está de acuerdo en
fechar el ostracismo de Alcibiades “el viejo” hacia el año de 460,
suponiendo que la renuncia a la proxenía no impidió que fuera en­
viado al ostracismo (cf. ML, p. 43; Davies, APF, p. 15); debe entonces
rechazarse la fecha del 485/4, año en que supuestamente debió haber
sido enviado al ostracismo el “tercer amigo de los tiranos”, con base
en Aristóteles (Ath . 22.5-6), que no pudo haber sido ese Alcibiades,
como se había supuesto (cf. G. Maddoli, Cronología e storia, pp. 71-
8). Por otra parte, este Alcibiades “el viejo” no era hijo de otro Alci­
biades, sino de un Clinias, según lo reportan los óstraca mencionados
(lo que contradice el testimonio de Isocrates, XVI 26, de que el bisa­
buelo se llamaba también Alcibiades). Otro Alcibiades, hijo de Alci­
biades (tal vez de Alcibiades “el viejo”, cf. Stanley, “Alcibiades and
Axiochus”, p. 175) fue también candidato al ostracismo o tal vez “os-
tracizado”, de donde puede provenir la confusión de Lisias, de que el
viejo Alcibiades había sido enviado dos veces al ostracismo.

II: Acerca de su regreso

7 de mi juventud e insensatez, o p or la influencia... ·. Nótese que


Andócides acepta haber cometido las faltas que se le atribuían, pero
trata de justificarlas con lugares comunes: a) es común equivocarse, y
b) no actuó premeditadamente sino que se vio orillado a cometer
estos actos por su juventud, su insensatez y sus amistades.
11 Arquelao '. Rey de Macedonia del 413 al 399.
12 batalla naval·. Se trata de la batalla de Cinosema (septiembre
del 411).
14 Pisandro·. Este personaje tuvo una importancia relevante en la
investigación de los culpables de la mutilación de los Hermes y de la
parodia de los misterios eleusinos; fue también uno de los principales
promotores del golpe de estado oligárquico del 411. Anteriormente
había sido miembro del “partido” belicista durante la Guerra Arqui-

LXIX
ACERCA DE IOS MISTERIOS

dámica. Pisandro pertenecía a la facción oligárquica radical y era uno


de los principales miembros de los Cuatrocientos. Después de la caí­
da de éstos huyó de Atenas a Decelia junto con otros (Th. VIII 98);
fue condenado a muerte in absentia y sus propiedades le fueron
confiscadas ( OCD, s. v. “Peisander”, y KP, s. v., “Peisandros 6 ”).
26 Leógoras: El tatarabuelo de Andócides, diferente del Leógoras
de I 106. El primero salió exiliado cuando Pisistrato tenía el poder;
el segundo tal vez luchó contra Hipias, el hijo de Pisistrato, o bien
contra Iságoras ( cf. mi artículo “De nuevo sobre And. II 26 y I 106”).

I: Acerca de los misterios

2 no he presentado fiadores... La persona acusada con una éndelxis


o una apagogé normalmente era encarcelada hasta el día del proceso
(cf D. LUI 14), pero podía salir bajo caución si presentaba ante el
Consejo a tres fiadores de su misma clase censataria, con el fin de
tener las mismas posibilidades que el acusador para defenderse. Andó­
cides (objeto de una éndelxis) no es encarcelado ni presenta fiadores,
como debía haber sucedido; supuestamente sus acusadores prefirie­
ron que él permaneciera en libertad con la esperanza de que se
exiliaría por su propia cuenta para evitar el proceso. Si sucedía así,
Calías podría reclamar a la prima del orador, sin problemas, pues tal
era la verdadera causa del proceso, según Andócides (cf. I 117-123).
11 Nicias, Lámaco y Alcibiades'. Sobre Nicias y Alcibiades cf. IV 2.
Lámaco, hijo de un tal Jenófanes, fue un excelente strategós, aunque
de escasa relevancia política, pues no provenía de la nobleza. Murió
en la campaña contra Sicilia.
12 Meleto: El nombre Meleto aparece 7 veces en este discurso.
Pueden distinguirse tres personas: a) Meleto contra quien declaró
Andrómaco por haber participado en la parodia (§§ 12 y 13), b) Me­
leto denunciado por Teucro como mutilador (§§ 35, 63) y c) Meleto
de Alópece, el acusador de Andócides (§ 94). Los Meletos de a y b
son evidentemente la misma persona, pues las estelas testimonian que
participó en “ambos" delitos (cf. Gomme, HCT, IV 281 n. 14). El
tercer Meleto es a veces identificado con el anterior, pero para Mac­
Dowell y Gomme ( cit.), el Meleto acusado por “ambos” delitos y el
acusador de Andócides eran diferentes, porque de lo contrario, en el
año de 400, Andócides debería haber recordado la participación de
ese personaje en los actos del 415 (y no lo hace). Sin embargo, Au-
LXX
NOTAS AL TEXTO ESPAÑOL

renche señala que Andócides no estaba en una situación tan cómoda


como para remover rigurosamente el pasado. También se ha iden­
tificado al Meleto acusador de Andócides con el acusador de Sócrates
(cf Blumenthal, “Meletus the accuser of Andocides”, pp. 169-178) y
con el embajador que negoció la caída de los Treinta tiranos (Auren-
che, Les groupes, p. 64, n. 1, y Blumenthal, ib., p. 178). Además, se
ha pensado que tal vez se trate de un bisnieto de Megacles e hijo de
un Megacles de Alópece y, por lo tanto, perteneciente a la misma
familia de Alcibíades, la de los Alcmeónidas (cf. Davies, APF, 9688, XI;
en contra de la identificación cf. Platis, Los acusadores de Sócrates).
él mismo y su hermano, Hicesio el flautista: Éstos no son
esclavos, como creo haber demostrado en “Nota a Andócides I 12”.
15plenos poderes·. Cf. And. ΙΠ 6. Los plenos poderes sólo los podía
otorgar la Asamblea por medio de un decreto. En la sesión en que se
otorgaron plenos poderes al Consejo se eligió la comisión de investiga­
ción. De tal modo, el Consejo debió de proceder con celeridad asom­
brosa para convocar a asamblea y realizarla al día siguiente de la muti­
lación.
Antifonte: Se trata probablemente del orador Antifonte de Ram-
nunte, quien debió de haber salido exiliado, y regresado poco después
a Atenas.
i6Adimanto : De Escambonide. Aristócrata ateniense; pertenecía a
la hetería de Alcibíades (ambos eran del mismo demos y de la misma
tribu). Después de salir exiliado por la profanación de los misterios,
sus bienes fueron confiscados (cf. Aurenche, Les groupes, pp. 130-
131). Tal vez, como Axíoco, haya participado en la expedición a Sici­
lia y se haya exiliado junto con Alcibíades, con quien se encuentra
después muy relacionado. En el año de 408 regresó a Atenas y fue
general en 407 durante la expedición contra Andros (X. HG, I 4.21-
22) y volvió a tener ese cargo después del proceso de los Arginusas,
en 406 (X. HG, I 7.1), y en Egospótamos, en 405, cuando fue apre­
sado por Lisandro y liberado posteriormente (se ha pensado que
traicionó a su patria). En 393 fue objeto de una acusación por parte de
Conón.
31 los objetos sagrados: En la primera etapa del rito, después de
ser sacados de su capilla y puestos en canastillas de mimbre, estos
objetos eran llevados de Eleusis al Eleusinio de Atenas; en la segunda,
eran llevados de regreso a Eleusis, en una ceremonia solemne. Nadie,
hasta ahora, ha podido descubrir con certeza qué cosa eran esos

LXXI
ACERCA DE LOS MISTERIOS

objetos sagrados, aunque la hipótesis tradicional es que se trataba de


las estatuas de Deméter y Core. Según esa hipótesis, uno de los actos
más importantes —si no el más importante— era la visión de esos
objetos. Quien los hubiera visto podía ser considerado un iniciado;
por esto las estatuas debían estar cubiertas, para no ser vistas. la
solución es poco plausible: si esos objetos fueran las estatuas, en las
parodias de los misterios del 415 no habría sido posible tenerlas a
disposición, pues se encontraban bien guardadas en una cámara del
santuario de Eleusis. Es más probable que los objetos sagrados fueran
—como lo dice Clemente de Alejandría (P ro tre p tic u s , 2.18)— ali­
mentos de diversas clases. De este modo no sería difícil que Alcibia­
des y sus amigos hubieran conseguido fácilmente esos “alimentos”
para consumirlos durante la celebración, la que se llevaba a cabo
precisamente durante la cena ( cf. Isocr. XVI 6) en casas particulares,
durante la cual se bebía alguna poción embriagante ( c f Plu. A le . 19.1:
“habían parodiado los misterios con vino”).
36 C a rte le s : Hijo de Apolodoro; de la tribu Eneida. Caricles fue una
figura pública importante. La primera noticia que se tiene sobre él es
la que se refiere a su actividad en el año de 415, cuando se presenta­
ba como un ferviente demócrata. En 414/3 fue jefe de un escuadrón
ateniense en una campaña en la costa del Peloponeso y es probable
que, con su colega Pisandro, haya participado en el gobierno de los
Cuatrocientos, a cuya caída se exilió a Decelia; en 404 se convirtió,
junto con Critias, el tío de Andócides, en el principal jefe de los
Treinta ( cf. Gomme, HC T, V, 211). Era cuñado de Tisias, a quien
Alcibiades le hizo trampa en 4l6 con motivo de la competencia de
carreras con tiro de caballos (Davies, A P F , pp. 502-3, cf. And. IV 26).
38 h a b ía lu n a llena·. Al parecer Plutarco se refiere en A le . 20.8 a
este pasaje de Andócides. El autor señala que cuando, al preguntársele
a uno de los denunciantes cómo había reconocido a los mutiladores,
respondió que por la luz de la luna, y fue así como se descubrió que
mentía, pues la mutilación se había llevado a cabo durante la luna
nueva, cuando precisamente no se ve la luna. Los culpables, argu­
menta Hatzfeld (.A lc ib ia d e , p. 159), no serían tan estúpidos para
elegir una noche de luna llena para cumplir su sacrilegio. Dover opi­
na, sin embargo, que posiblemente Plutarco se refería a otra persona
y no a la mutilación, sino a la parodia (Gomme, H C T, p. 275) y que
es necesario retrasar o adelantar 15 días la fecha de ese sacrilegio,
establecida el 7 de junio (Hatzfeld, A lc ib ia d e , p. 161; Aurenche, Les

ΙΧΧΠ
NOTAS AL TEXTO ESPAÑOL

groupes, p. 157, etc.). Para Dover la mutilación debió llevarse a cabo


hacia el 25 de mayo. Hansen señala un dato que ha pasado inadver­
tido: Dioclides se dirigía al Laurión para recoger el salario de su es­
clavo, quien presumiblemente trabajaba en las minas de plata. Es
mucho más verosímil que el cobro de la apophorá se realizara a
inicios que a mediados de mes (Eisangella, p. 81). Por lo tanto, a
partir de Hatzfeld y Hansen se puede suponer que la mutilación se
llevó a cabo el 7 de junio.
45 los beocios... se pusieron en campaña...: Cf. Th. VI 61.2.
ahí comía ; Se honraba a los grandes hombres con las comidas gra­
tuitas en el Pritaneo.
47 Caltas, el hijo de Alcmeón: Tal vez pueda identificarse con el
Calías mencionado en § 18. Alcmeón puede ser un tío consanguíneo
de Leógoras; también es posible que una tía de Leógoras se hubiera
casado con un Alcmeón, descendiente de la familia de los Alcmeó-
nidas.
Frínico: Se pueden distinguir seis personas llamadas “Frínico” en el
siglo v, varios de los cuales pueden ser una misma persona. El Frínico
de Andócides ha sido identificado con el demagogo, oligarca y, al
parecer, bailarín, mencionado por Aristófanes (Vesp. 1302, 1490 y
1524, cf. MacDowell), quien, además, sería el bailarín de Plut. Quaest.
conv. 8, 9, 3, 732 s. Aurenche (Les groupes, p. 75) cree que es po­
sible identificar al Frínico de Andócides con el comediógrafo de Ar.
Nu. 556 y Ra, 13, quien, en uno de sus fragmentos trasmitidos por
Plutarco (Ale. 20.7), hace una referencia a los acontecimientos del
415. Por último otros identifican al Frínico de Andócides y al bailarín
con el hijo de Estratónides (cf. Carter, The Quiet Athenian, p. 67, y
Sommerstein, “Phrynichos the Dancer”, pp. 189-190).
62 es el único... que no fu e mutilado·. Pueden darse dos explica­
ciones de este hecho: a) sólo el Hermes señalado no fue mutilado, lo
que a MacDowell le parece exagerado, y b) ese Hermes fue el único
no mutilado en relación sólo con los Hermes del Agora (Cratipo, FGH
64F3), para lo cual debe tomarse en consideración que la estatua del
Hermes, el Forbanteo y la casa de Andócides se encontraban cerca del
Agora. Según otras fuentes, fue mutilada la mayoría de las estatuas
(Th. VI 27, 1, y Plu. Ale. 18.6; 21.6). El Hermes no mutilado fue
conocido posteriormente como “de Andócides”.
73 Luego que las naves fueron destruidas y se vino el a s e d i o : El
decreto de amnistía fue elaborado durante el asedio espartano a Ate-

LXXIII
ACERCA DE LOS MISTERIOS

ñas, después de la derrota de Egospótamos, esto es, a finales del año


405.
77 de la diosa: Esto es, Atenea, la patrona de la ciudad.
83 frente a las estatuas de los héroes epónimos·. Las estatuas se
encontraban en el Agora, y frente a esas estatuas se tenía la costumbre
de fijar las inscripciones para que cualquier ateniense que lo quisiera
pudiera leerlas.
87 arcontado de Euclides: Durante este año (403/402) se llevaron
a cabo diversas reformas (introducción del alfabeto jonio, profunda
reorganización legislativa, cancelación de las agrupaciones oligárqui­
cas radicales) que cambiaron profundamente la vida política y cultural
de los atenienses.
99 sicofanta: Los sicofantas eran personas muy hábiles en los pro­
cedimientos judiciales y se dedicaban a acusar a las personas inex­
pertas (ricos atenienses o extranjeros) con el fin de despojarlos de su
dinero o de sus bienes.
too hetería: Era el nombre que se le daba a los círculos políticos
oligárquicos.
107 el Rey: La invasión persa del 490, a la que se refiere el orador,
no fue dirigida personalmente por Darío; además, tampoco la ciudad
de Atenas fue destruida, sino diez años después, durante la segunda
invasión persa. Andócides mezcla ambas invasiones, con el fin de no
honrar a las clases sin alcurnia (cf supra, p. XXVII).
112 Calías, el hijo de Hiponico: Nacido en el demos de Alópece,
hacia el 450, en el seno de una familia rica y famosa (cf Davies, APF,
núm. 7826, VII, y Aurenche, Les groupes, p. 104), Calías pertenecía
al genos de los Cérices, al que correspondía tradicionalmente el
honroso cargo de dádujos o porta-antorcha durante la celebración de
los misterios de Eleusis. Es probable que perteneciera a la hetería de
Alcibíades, de quien era cuñado desde aproximadamente el 422 (cf,
IV 13). Sin embargo, Calías también podría estar relacionado con la
hetería de Nicias, pues formaba parte del grupo de ricos terratenien­
tes que se oponían a la expedición a Sicilia (Pecorella, Eterie, p. 46).
Calías tal vez formaba parte del grupo socrático. Son bien conocidos
su estrecha amistad con Sócrates y su gusto en recibir en su lujosa
casa a los sofistas (cf, por ejemplo, PI. Prot. 3l4d y s. y 335d y s.).
La costumbre sacerdotal se refiere probablemente (Dalmeyda) al ves­
tido de lana color púrpura, al stróphion que detenía la cabellera (cf.
Mylonas, Eleusis, p. 232) y la corona de mirto.

LXXIV
NOTAS AL TEXTO ESPAÑOL

117 a la tu te la m ía y de Le ag ro: La mujer no tenía personalidad


jurídica y, si a la muerte del padre éste no definía la situación de la hi­
ja soltera, ésta pasaba (como parte de los bienes) al pariente varón
más cercano, quien podía casarse con ella o darle dote para que se ca­
sara con otro. Epílico murió en la guerra y dejó desamparadas a sus
hijas.
Leagro·. Supuestamente una de las tres hermanas de Epílico casó
con Glaucón ( cf. Davies, A P F , pp. 90-91) y de este matrimonio nació
Leagro. Así, siendo Andócides y Leagro hijos de dos hermanas de
Epílico y únicos familiares varones suyos, tenían los mismos derechos
y obligaciones de hacerse cargo de las hija de Epílico.
118p a t r im o n io v is ib le : Es muy frecuente la distinción griega entre
“los bienes aparentes y los no aparentes...; todos los discursos se refie­
ren casi siempre a ella. Pero también es sumamente variable, por lo
que los modernos han renunciado desde hace tiempo a fijarla” (Ger-
net, “Cosas visibles y cosas invisibles”, en A n tro p o lo g ía , p. 357). Los
terrenos, y en general los bienes raíces, son bienes visibles por exce­
lencia. Pero los bienes restantes: dinero (en efectivo o en el banco),
mobiliario, esclavos, animales pueden ser “visibles” o “invisibles”. El
patrimonio visible de Epílico era de dos talentos, y de cinco la deuda.
El problema inmediato es por qué las hijas de Epílico eran tan codi­
ciadas. No puede darse una respuesta satisfactoria. Davies considera
que la herencia de Epílico tenía un valor mucho mayor del que
Andócides estaba dispuesto a admitir (A P F , p. 398).
i2 6 A p a tu ria s : Se trata de una festividad realizada durante el mes
ático de p y a n o p s io n (correspondiente a octubre-noviembre); en la
festividad se registraban en las fratrías los niños nacidos durante el año
y los muchachos que alcanzaban la efebía.
131 cómo... ese ru m o r... se cum plió...·. Hiponico, el padre de
Calías, era considerado en su época el hombre más rico de Grecia
(Isocr. XVI 31, etc.), y su abuelo Calías, según el testimonio de Lisias
(XIX 48), había llegado a atesorar la enorme suma de 200 talentos . El
Calías aquí mencionado fue también uno de los hombres más ricos ( c f
Lys. XIX 48), pero en la época de Andócides se encontraba en la ruina
(cf. Arist. R het. 1405a 19s.; Lys. XIX 48 y Ar. Ec. 8 1 0 ). Calías
dilapidaba la fortuna paterna, aunque en su empobrecimiento también
influyeron transtornos políticos, como el colapso de los ingresos
mineros a partir del 413. De cualquier modo, la ruina no era
completa, pues todavía pudo hacerse cargo de algunas “liturgias” a

LXXV
ACERCA DE LOS MISTERIOS

finales del s. v. (cf. MacDowell, p a s s im ) Davies, A P F , pp. 259-265;


Aurenche, Les g ro u p e s, pp. 141-2).
132 tres años : MacDowell fecha el discurso en 400. En efecto, la
amnis- tía fue proclamada el 12 de b o e d ro m io n (tercer mes ático:
septiembre-octubre), del 403 y, si Andócides regresó a Atenas inme­
diatamente, en otoño del 400 habría cumplido precisamente tres años
de haber regresado a Atenas.
litu rg ia s : término técnico que no se debe confundir con liturgia;
correspondían en cierto sentido a nuestras “mayordomías”, aunque
éstas son de ámbito local y restringidas a la esfera religiosa. Las “litur­
gias” eran servicios públicos que los ciudadanos de la clase pudiente
hacían gratuitamente, de modo obligatorio. A veces el costo de una
liturgia no podía ser cubierto por un solo ciudadano y entonces po­
día asignársele a otro. Las “liturgias" eran una carga enorme para las
clases acomodadas; por lo cual proponer a alguien para una liturgia
no constituía un gesto amistoso. Al parecer, Andócides no había rea­
lizado anteriormente ningún servicio público de este tipo.
133 A g ir r i o : Del dem os de Afidna, nacido hacia el 440. Su activi­
dad política es conocida a partir del 405 cuando, en unión con Arqui-
no, logró que se redujeran los pagos destinados a los poetas cómicos
en las competencias de las Dionisias y las Leneas (cf. Ar. R a . 367). En
403/2 fungió como secretario del Consejo en el primer año de la
democracia restaurada. Poco después de la restauración democrática
introdujo el pago de un óbolo a los asistentes a la Asamblea y lo incre­
mentó a tres entre 393 y 390, luego de ser incrementado a dos por
Heráclides de Clazómenes. En 403/2 y 402/1 Agirrio fue jefe de un
grupo que rentaba la recaudación de impuestos del estado. Luego de
su enfrentamiento con Andócides en 400 desapareció prácticamente
del escenario político hasta que, con el retorno de Conón a Atenas en
393, volvió a recuperar su influencia, que conservó incluso después
de la muerte de Conón (389); en 389 fue estratego en el Egeo en
sustitución de Trasíbulo; en 387/6 su sobrino Calístrato hizo desterrar
a Andócides, pero después de la forzosa aceptación de los tratados de
paz por Atenas, Agirrio fue acusado y mantenido en prisión, al
parecer, durante varios años. Agirrio ya no volvió a tener relevancia
política (cf. MacDowell, a d loe.·, Davies, A P F , 8157II; Rhodes, CAP,
pp. 492 s., y Sealey, “Calistratos of Aphidna”, pp. 181-184).
137 los dioses m e h a b ría n salvado...: Andócides refuta con mucha
habilidad este argumento manejado por sus adversarios. Quedar inse­

LXXVI
NOTAS AL TEXTO ESPAÑOL

pulto constituía un castigo terrible (cf Fustel de Coulanges, La ciudad


antigua, p. 8, y Rhode, Psique, p. 110).
144 después de tener muchas riquezas... caí en una gran p o ­
breza... : Dos son las probables causas de empobrecimiento: a) An­
dócides fue encontrado culpable de profanación y, en consecuencia,
le fueron confiscadas todas sus propiedades de modo que el orador
quedó en la miseria (MacDowell, Andokides, p. l67s., y Davies, APF,
p. 31); b) la pobreza se debió a otros factores, como podrían haber
sido la pérdida de los productos agrícolas de sus fincas en Ática por
las incursiones de los lacedemonios en la primera década de la Guerra;
confiscaciones en 411/10 después de la caída de los Cuatrocientos, o
la mala fortuna en los negocios. La primera hipótesis es débil, pues el
Ps. -Lys. VI no habla de confiscación ni revela la culpabilidad de
Andócides en los misterios (cf. Marr, “Andocides and the mysteries”,
p. 337), ni su nombre aparece en las estelas que reportan los nombres
de los inculpados en 415. En cambio, existen varios ejemplos de
empobrecimiento de ciudadanos atenienses ricos durante la Guerra
del Peloponeso, como el de Cármides, el primo de Critias (cuyas
propiedades creía Davies, erróneamente, que también habían sido
confiscadas en 414, APF, p. 331, cf Stanley, “Alcibiades and Axio-
chus”, p. 179-81). Entre 411 y 406 Andócides poseía una considerable
fortuna. Si se toma en cuenta que desde el 415/4 se dedicó al co­
mercio y que al parecer no le fue mal (en § 137 parece indicar que
tuvo éxito), es probable que se hubiera empobrecido después de su
primera llegada a Atenas en 411, durante el gobierno de los Cuatro­
cientos.

III: Acerca de la paz con los lacedemonios

Argumento:
Andócides aconseja·. Andócides pronunció su discurso al cumpli­
rse los cuarenta días concedidos a los atenienses para reflexionar
sobre el asunto. Wilamowltz ( “Frledensverhandlungen 392 und 391”,
p. 739), seguido por Albini, considera que el discurso fue com puesto
y difundido precisamente durante esos cuarenta días, aunque no hay
ningún dato concreto en el discurso que sirva como apoyo de esa
hipótesis. Parece más verosímil la suposición de Blass ( c f también
Canfora, Storia della letteratura, p. 354) de que el discurso debía de
haberse publicado después del exilio, como una justificación de la
LXXVII
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

firma de la paz (Blass-Fuhr, p. XXII, cf. Treves, “Note sulla guerra


corínzia”, p. 120, etc.).
Filócoro: Sobre el texto del más conocido de los atidógrafos
(nacido en 340 y muerto de avanzada edad), cf. la n. 9 de la
introducción.
Dionisio·. Se refiere a Dionisio de Halicarnaso, el conocido crítico
literario del siglo I a. C., de quien se han conservado obras impor­
tantes (una titulada Sobre los oradores antiguos). Sin embargo, no se
sabe de dónde el autor del argumento pudo haber tomado el dato.
3 Milcíades, el hijo de Cimón·. Es extraña la confusión de Andócides,
pues el gestor de la paz no fue Milcíades, sino Cimón (cf. supra pp.
XXVIII). La paz se firmó hacia el 458/7.
6 diez embajadores plenipotenciarios·. Se conocen tres nombres
de los diez embajadores: Andócides “el viejo”, Calías, el hijo de Hipo-
nico (cf. I 112) y Cares, un personaje desconocido. Los últimos dos
son mencionados por DS. XII 7. El carácter plenipotenciario de los
embajadores no implica que por sí mismos éstos pudieran tomar deci­
siones obligato rías para una polis (cf. Gomme, HCT, I, p. 426), sino
que ellos estaban posibilitados para firmar acuerdos con otros Estados
sólo apegándose a instrucciones precisas, pero no tenían plenos pode­
res para actuar según su arbitrio (cf. Mosley, Envoys and..., p. 31 ss.).
En And. I 15, se dice que el Consejo tenía plenos poderes, pero esto
no indica que éste pudiera decidir por sí mismo sobre cualquier asun­
to relacionado con la mutilación de los Hermes y la parodia de los
misterios; indica sólo que tenía plenos poderes para conferir la inmu­
nidad a quien la solicitara, en relación con los delitos de impiedad
aludidos, pues la inmunidad era regularmente otorgada por la Asam­
blea (cf. Glotz, La ciudad griega, pp. 147 y 212). Cuando fueron en­
viados embajadores a Esparta en 392/1, éstos tenían plenos poderes
para concertar la paz con los lacedemonios siempre y cuando esta paz
no contraviniera las instrucciones que se les habían dado (cf. § 33).
treinta años: La paz entre Atenas y Esparta (446/5) duró 15 años;
en 431 se reiniciaron las hostilidades. A menudo se considera que la
paz de los Treinta Años fue la conclusión de la actualmente conocida
como Primera Guerra del Peloponeso (460-446), pero esta denomina­
ción es impropia, puesto que, además de que no se encuentra atesti­
guada en las fuentes antiguas, no tiene el mismo sentido que la Guerra
del Peloponeso por excelencia, en el sentido de que fue una guerra
hecha por los peloponesios contra Atenas. Durante el período que va
LXXVffl
NOTAS AL TEXTO ESPAÑOL

del 460/59 al 446 los espartanos se enfrentaron una Vez a los atenien­
ses en 457 (Tanagra) e invadieron una vez el Ática, 446, de modo que
no hubo una serie continua de enfrentamientos entre ambas ciudades.
8 Cuando...: Se refiere al inicio de la Guerra del Peloponeso, cuya
primera parte, la Guerra Arquidámica, concluyó con la paz firmada
por Nicias el año de 421.
18 en Corinto...: El orador se refiere a la batalla del río Nemea,
entre Sición y Corinto (Cavaignac, “A propos de la Bataille du torrent
de Némée", pp. 273-278). La batalla se libró a inicios de julio del año
de 394, al final del arcontado de Diofanto, según Accame (L ’imperia­
lismo, pp. 143 ss.). La victoria de los lacedemonios en Nemea no fue
decisiva y los contingentes aliados se enfrentaron de nuevo a los lace-
demonios poco después en Coronea (cf. Salmon, Wealthy Corinth,
pp. 350-353, y Hamilton, Sparta’s Bitter Victories, p. 221).
de nueva cuenta en B eoda: Se refiere a la batalla de Coronea,
localidad situada en las faldas de la parte norte del Helicón y al sureste
del lago Copáis; esa batalla se verificó días después del eclipse del 14
de agosto del 394. Los contingentes de ambos bandos eran menores
que en la batalla de Nemea y en esa ocasión, aunque Agesilao quedó
dueño del campo de batalla y levantó un trofeo, su victoria resultó
dudosa (Accame, L’imperialismo, p. 184). Esta batalla fue la última
que reunió a los contingentes totales de ambos bandos. Después la
guerra se desarrollará en lugares fortificados (Sición y Corinto), como
lo hace notar Jenofonte (HG 4.41), sin llegarse a una victoria decisiva,
pero provocando el desgaste militar, económico y moral de ambos
bandos (cf. el “asunto” de este discurso).
por tercera vez, cuando tomaron el Lequeo: No hay unanimidad
en el establecimiento de la fecha de la toma de el Lequeo por los
espartanos. Pueden verse dos análisis diferentes en Momigliano, “Per
la storia pubblicistica”, Terzo contributo..., pp. 458 ss., y Accame,
L’imperialismo, pp. 212 ss.). El puerto oeste de Corinto (sobre el
cual cf. Salmon, Wealthy Corinth, pp. 133-4) fue tomado en dos
ocasiones, una por Praxitas, el polemarco lacedemonio que se encon­
traba con su tropa en Sición; otra por Agesilao, después de invadir por
primera vez Argos. Es evidente (con base en § 27) que Andócides se
refiere aquí a la primera ocasión (cf. Albini ad loe. y Salmon, Wealthy
Corinth, pp. 262-4), como veremos en seguida. Con la batalla de Co­
ronea y la campaña en Lócride concluye el año 394. Al año siguiente
se reanudaron los combates entre los aliados (desde Corinto) y los

LXXIX
ACERCA DE LA PAZ CON LOS LACEDEMONIOS

peloponesios (desde Sición), de modo que los cultivos corintios eran


constantemente destruidos por los enemigos, lo que motivó que los
aritócratas se encontraran disgustados y desearan la paz. Cuando los
aliados lacedemonios, deseosos de entrar en acción, supieron de la
inconformidad en Corinto, junto con los inconformes tramaron una
matanza que se llevó a cabo el día de las Eucleas, fiesta que se celebra­
ba hacia el mes de marzo. Con la guerra en territorio corintio se des­
truían los sembradíos de la temporada (primavera-verano) del 393 y,
por lo tanto, las fiestas Eucleas y la matanza de oligarcas tuvieron que
haberse realizado en marzo del año 392. Esta fecha se confirma por el
hecho de que, poco después de ser tomado el Lequeo, se realizaron
los juegos ístmicos (DS. XIV 86.5), que se celebraban durante los
meses de junio y julio ( c f Gomme, H C T, V, pp. 23-4) de los años
pares, por lo cual los acontecimientos narrados no pudieron caer en
393, ni en 391 (tampoco en 390, según puede desprenderse del texto
de Jenofonte, IV 5.1, quien habla de los juegos ístmicos de ese año).
La toma de el Lequeo, por lo tanto, debe fecharse hacia el mes de
junio del año de 392. Este hecho constituye el término p o s t q u e m
del discurso de Andócides.
20 d u ra n te c u a tro años·. Los estudiosos han procedido a realizar
el cálculo de acuerdo con un cómputo inclusivo o exclusivo. En el
primer caso, si tomamos en consideración que la guerra de Corinto
inició en el verano del año ático de 396/5 (esto es, aproximadamente
de julio del 396 a julio del 395) entonces los cuatro años se cum­
plirían en 393/2. Por esto Momigliano ( Terzo C o n trib u to , p. 461)
asegura correctamente que “il discorso di Andocide appare pronun-
ciato tra la tarda estate del 393 e la tarda primavera del 392”, lo que
concuerda con los cuatro años de guerra, “cíoé negli anni dal 395 al
392, che sono quattro anche per i Greci”. El cálculo puede realizarse
también de manera exclusiva, tomando en cuenta las estaciones del
año de acuerdo con el calendario juliano: si la guerra dio inicio en
verano del 395, el cuarto año de la guerra debería haberse dado en el
verano del 391. Es posible también que el cálculo no se hiciera for­
zosamente a partir del calendario arcóntico, sino a partir de períodos
de guerra. De este modo, si la guerra inició con la temporada de
guerra del 395, los cuatro años concluirían con el término de la
temporada de guerra del 392. Por consiguiente, el discurso de Andó­
cides podría colocarse en el invierno del año 392/1, esto es, después
de los cuatro años cumplidos de guerra.

LXXX
NOTAS AL TEXTO ESPAÑOL

22 Cortón: Es evidente que aquí Andócides menciona a Conón sólo


incidentalmente. No le convenía al orador poner de relieve la victoria
de Cnido (agosto del año de 394), que influyó muchísimo en el forta­
lecimiento del grupo belicista en Atenas. Conón, que era aproxima­
damente contemporáneo de Andócides, había logrado convencer a
Artajerjes de levantar una armada para combatir a los lacedemonios
con base en la cual logró la victoria de Cnido y separó de Esparta a la
mayoría de las ciudades griegas que estaban bajo su dominio. En 403
regresó a Atenas donde fue recibido con los máximos honores; ahí
ayudó a terminar los Muros Largos. Al año siguiente participó como
embajador ante Tiribazo, quien lo tomó preso, pero logró escapar
hacia Chipre, donde finalmente murió hacia el 389. Andócides pudo
haber pronunciado su discurso cuando Conón había ya escapado de
prisión y se encontraba en Chipre (sobre Conón cf. en general Bar-
bieri, Conone, Roma, Angelo Signoreli, 1955, y Strauss, Athens after
the Peloponesian War, pp. 125-149, con abundantes referencias en
las notas).
27 una paz particular·. Esto es, la paz tradicional (patria eiréne)
mencionada poco después. Hay dos hipótesis sobre el sentido de esa
expresión; a) Según la opinión general, Andócides se refiere a la
tregua de paz tradicional con motivo de la celebración de las festivi­
dades carneas (en el mes dorio Carneo), durante las cuales, según la
costumbre, se suspendía todo tipo de hostilidades. Los argivos acos­
tumbraban cambiar su calendario proclamando la celebración de las
festividades cuando había peligro de una invasión espartana; pero en
el año de 387 el rey espartano Agesipolis no respetó la costumbre y
terminó con el juego argivo atacando el territorio durante el mes
sacro, b) Según Payrau, con “paz particular” (o “tradicional”), el
orador se refiere directamente al establecimiento de un acuerdo entre
Esparta y Argos para no utilizar sus respectivos territorios como
campo de hostilidades, acuerdo que, por haberse respetado general­
mente en el siglo v o inicios del iv, se hizo “tradicional”. En este sen­
tido, Jenofonte se refiere a otra cosa (cf. Payrau, “Sur un passage
d’Andocide”, pp. 15-30). De cualquier forma, la invasión espartana de
Argos constituye el terminus ante quem del discurso, pues es
evidente que cuando Andócides pronunció su discurso la invasión aún
no se llevaba a cabo (eso sucedió en la primavera del 391).
con plenos poderes: Los plenos poderes se otorgaban regular­
mente a los estrategos o embajadores. En 446/5 el abuelo de Andó-

LXXXI
FRAGMENTOS

cides, habiéndosele otorgado plenos poderes, fue enviado a Esparta


para negociar la paz, y firmó el acuerdo; en 392 los embajadores
retornaron a la patria para hacer una consulta, pudiendo haber llega­
do a un acuerdo con los espartanos sin necesidad de la consulta, pues
eran embajadores plenipotenciarios. Sin embargo, en este caso proba­
blemente los embajadores estaban en desacuerdo.
33 a lg u n o s ente vo so tro s : Andócides se refiere al grupo de po­
líticos más opuesto a la guerra, el cual podía haber estado integrado
por los ciudadanos que participaron o al menos estuvieron de acuer­
do con el gobierno de los Treinta. Estos ciudadanos filoespartanos,
entre los que se encontrarían una parte de los Tres Mil y el “pequeño
grupo «socrático» que se manifiesta en el G o rg ia s" (Cloché, “La
politique athénienne”, p. 17), se habían enriquecido bajo el gobierno
de los Treinta. Una guerra con Esparta implicaba poner en riesgo su
situación financiera y verse obligados a pelear contra una ciudad que
era su aliada. Entre este grupo no debe contarse el grupo terameniano
que, aunque era favorable a la paz con los lacedemonios, no rechaza­
ba en forma absoluta la guerra e incluso podrían ser favorables a ella
cuando ésta era oportuna y beneficiaba sus intereses. Una Atenas libre
y fuerte podía beneficiar al grupo terameniano. Las utilidades en los
contratos financieros y en el comercio marítimo podían aumentar
para Andócides. Anito era claramente opuesto al grupo de los oli­
garcas ( cf. And. I 150) y Arquino pronunció el elogio de los soldados
muertos en Corinto (Pl. M enex. 234b).

Fragmentos

Se incluyen las ochos citas de las obras perdidas de Andócides en


orden temporal colocando entre paréntesis los números asignados
por Blass y Dalmeyda (quienes no incluyen el frag. 6).

LXXXH
ÍNDICE DE LUGARES Y DE NOMBRES PROPIOS

Acrópolis: I 42, 45, 76, 132; III Anito: I 150


7, 8 Antidoro: I 35
Acúmeno: I 18 (35) Antifonte: 115
Adimanto: I 16 Apaturias: I 126
Agariste: I 16 Apsefión: I 43
Agatarco: IV 17 Areópago: I 78, 79, 84
Agesilao: III 18 Argivos: III 9, 22, 24, 26, 27, 28,
Agirrio: I 133 31, 32, 41
Agora I 36, 45, 76; II 8; IV 14. Argos: III 26
Agora de Hipódamo: I 45 Aristides: IV 11
Alcibiades, el fegusio: I 65 Aristogiton: I 98
Alcibiades I (el padre de Clinias): Aristómenes: I 13
IV 34 Aristóteles: I 47
Alcibiades II (el hijo de Clinias): I Arquebíades: 113
11-14, 16, IV argum., 2 e tp a s s . Arquelao: II 11
Alcístenes: I 35 Arquidamo: I 35
Alcmeón: I 47 Arquipo: I 13
Alcmeónides: I 16 Atenienses: I 11, 17, 45, 51, 53,
Alexipo: I 18 58, 77, 79, 83, 87, 89, 91, 96,
Amianto: I 65 97, 98, 115, 123, 137; II 6, 17,
Amorges: III 29 22, 24; III argum., 1, 2, 4, 6, 10,
Anació: I 45 12, 13, 14, 17, 21, 25, 28, 30-
Andócides II (el viejo): I 146, III 32, 34, 35, 37, 41; IV 4, 16, 36
6 Ática: III 8
Andócides I (el orador): I 4, 40, Autocrátor: I 18
49, 63, 101, 116; argum. III y Axíoco: I 16
IV et pass. Ayante (tribu): I 96
Andocles: I 27
Andrios: I 149 Beocios: I 45, III 13 e t p a s s .
Andrómaco: I 12-14, 28 Boeto: I 96

Lxxxm
ÍNDICE DE LUGARES Y DE NOMBRES PROPIOS

Calíades: I 127 Corintios: III 18, 22, 26, 27, 32,


Calías (arconte): I 77 41
Calías (el hijo de Alcmeón): I 47 Corinto: III 18, 22, 24, 26, 27
Calías (el hijo de Didimias): IV Crísila: I 127
32 Critias: I 47
Calías (el hijo de Hiponico): I
112, 115-117, 120, 121, 126, Damón: I 16
130, 132; IV 13, 15 Decelia: 1101
Calias (el hijo de Telocles): I 40, Delfinio: I 78
42, 47 Delfos (?): I 132
Calias (testigo): 1 18 Delio: IV 13
Carias: I 106 Demofanto: I 96
Caricles: I 36,101 Diácrito: I 52, 67
Caripo: I 35 Didimias: IV 32
Cármides (el hijo de Glaucón): I Diez, los: I 90
16 Dioclides: I 37, 45,53, 58, 60, 65,
Cármides (el hijo de Aristóteles): 66, 67
I 47, 48, 51 Diógenes: 113
Catania: III 30 Diogneto (el hermano de Nicias):
Céfalo: I 115, 150 I 15
Cefisio: I 33, 71, 92, 111, 121, Diogneto: 114
122, 137, 139 Diomedes: IV 26, 29
Cefisodoro: 115 Dionisias: I 98
Cérices: I 116, 127 Dionisos (de Halicarnaso): III
Chipre: I 4, 132, II 20, 21 argum..
Cimón (el hijo de Milcíades): III Dioniso, teatro de: I 38
3, IV 33 Dracón: I 81, 82, 83
Cinosarges: I 61
Cleofonte: I 146 Edipo: I 129
Cleónimo: I 27 Efesios: IV 30
Clígenes: I 96 Egeide, tribu: I 62
Clinias: argum. IV Egina: I 65, III 6
Conón: III 22 Eginetas: III 6

LXXXIV
ÍNDICE DE LUGARES Y DE NOMBRES PROPIOS

Egisto: I 129, IV 22 File: I 80


Eleusinio: I 110, 111, 115, 116, Filipo: I 18
132 Filócoro: argum. III
Eleusis: 1111 Filócrates (el acusado por Teu­
Elide: IV 26 cro): I 15
Eonias: 113 Filócrates (un prítane): I 46
Epícares (un acusador de Andq- Forbanteo: I 62
cides): I 95. Frínico: I 47 (II 23)
Epícares (el amigo de Andóci­
des): I 122 Glaucipo: I 35
Epílico: I 117, 119, 121, 122, Glaucón: I 126
124, 128; III 29 Gnifónides: I 15
Erixímaco: I 35 (18) Grecia: I 107, 142; III 18
Escamandrio: I 43 Griegos: I 32, 33, 107, 108, 128,
Esciros: III 12, 14 130, 140, 143; III 5, 17, 27, 34,
Escitas (arqueros): III 5 37, 38; IV 6, 14, 20, 27, 30
Esmindírides: 1 15
Espeusipo: I 17, 22 Harmodio: I 98
Estéfano: I 18 Hefesteas: I 132
Eubea: III 3, 9 Hefesto: I 40
Eucles: I 112, 115 Hefestodoro: I 15
Euclides: I 87, 88, 89, 93, 94, 99 Hegemón: I 122
Éucrates: I 47 Helenotamías: III 38
Euctemón: I 35 Helesponto: I 76, III 21
Eufemo: I 40, 47 Hicesio: I 12
Eufileto: I 35, 51, 56, 61-64, 67 Hipérbolo: fr. III 2
Euridamante: I 35 Hipodamía (Ágora): c f Agora
Eurímaco: I 35 Hiponico (el hijo de Calías): I
126
Féax: IV tit. Hiponico (el padre de Caltas): I
Fedro: I 15 (35) 112, 115, 130, 131, IV 13, 15
Fegunte: I 65
Ferecles: I 17, 19, 22, 35 Imbros: III 12, 14

LXXXV
ÍNDICE DE LUGARES Y DE NOMBRES PROPIOS

Iscómaco: I 124, 125 Maratón: I 107


Isónomo: 1 15 Megacles: IV 34
Isotímides: I 8, 71 Mégara: I 15, 34, III 3, 8
Istmo: 1 132 Meleto (un profanador de los mis­
Italia: IV 41 terios y hermocópida): 112, 13,
35, 63
Jonia: I 76 Meleto (un acusador de Andóci­
des): I 94
Lacedemonía: III 3, 6, 33
Lacedemonios: I 80, 142; III 2, 3- Melios: IV 22
7, 9-13, 15, 21, 25-29, 38, 39, Menéstrato: I 35
41; IV 12, 18 Menipo: II 23
Laconia: III 31 Milcíades: III 3; IV 33
Lámaco: 111 Molosia: IV 41
Laurión: I 38, 39 Muniquia: I 80
Leagro: I 117, 118 t, 120 s.
Lemnos: III 12, 14 Naxos: III 9
Leógoras (el tatarabuelo de Andó­ Nicérato: III 8
cides): II 26 Nicias: I 11, 47, III 8, IV 2
Leógoras (el bisabuelo de Andó­ Nícides: I 12, 13
cides): I 106 Niseo: I 47
Leógoras (el padre de Andóci­
des): I 22, 40, 146 Odeón: I 38
León: I 94 Olimpia: I 132, IV 25, 26,30
Lequeo, El: III 18 Olimpeo: I 16
Lesbios: IV 30 Once, los: I 90
Lido: I 17 Orcómeno: III 13, 20
Lisístrato (un amigo de Andóci­ Orquesameno (?): I 47
des): I 122 Palenio: I 106
Lisístrato (un hermocópida): I 52, Panatenea: I 28
67 Panecio (acusado por Andó­
cides): I 52, 67
Macedonia: IV 41 Panecio (acusado por Andró-
Mantiteo: I 43 maco): I 13

LXXXVI
ÍNDICE DE LUGARES Y DE NOMBRES PROPIOS

Pantacles: 115 Sicilia: I 11, 117, III 30, IV 41


Patroclides: I 73, 76,77, 80 Siracusanos: III 30
Pegas: III 3 Solón: I 81, 82, 83, 95, 111
Peloponesios: II 12; III 38 Táureas: I 47, IV 20, 21
Píreo: I 45, 81; II 21; II 5 Telenico: I 35
Pisandro: I 27, 36, 43, II 14 Telocles: I 40, 42, 47
Pitónico: I 11, 12, 14, 27 Témaco: I 17, 22
Platón: I 35 Temístocles: fr. 2
Polemarco: I 12 Teodoro: I 35
Polieucto: I 35 Tesalia: I 149, IV 41
Polístrato: I 13 Teseón: I 45
Pórtico: I 82, 85 Tesprocia: IV 41
Pritaneo: I 31, 45, 78. Teucro: I 15, 28, 34, 35, 52, 59,
Pulición: I 12,14 67
Timantes: I 35
Queredemo: I 52, 67 Tisámeno: I 83
Quersoneso: III 9,15 Tisandro: I 117, III 29
Quíos: IV 30 Tisarco: I 15
Quinientos, los: I 97, II 19 Trásilo: I 150
Trecene: III 3
Rey, el Gran: I 107; III 5, 15, 22, Tolos: I 45
29; IV 17. Treinta, los: I 80, 90, 94, 95, 101,
Samos: II 11 133, 134; III 10.
Segesta: III 30 Turios: IV 12

LXXXVII
ÍNDICE

P r e s e n t a c ió n .................................................................. V II
I n tr o d u c c ió n .................................................................. IX
1. El aristócrata A n d ó c id e s .................................... XI
2. Los discursos y la actitud aristocrática . . . XXII
3. Paráfrasis del c o n te n i d o .................................... X X X II
4. Trasmisión y edición del t e x t o ......................... X X X V III
5. Referencias bibliográficas.................................... XLIII
6. La p re s e n te e d i c i ó n ..................................................... LUI
S i g l a s ............................................................................ LV

DISCURSOS

IV. Κατά Άλκιβιάδου....................................................... 1


IV. Contra Alcibíades........................................................ 1
II. Περ'ι τής έαυτοΰ καθόδου......................................... 15
II. Acerca de su propio regreso ......................... 15
I. Περί των μυστηρίων.................................................. 24
I. Acerca de los m is te r io s ......................................... 24
III. Περ'ι της προς Λακεδαιμονίους ειρήνης . . . . 73
III. Acerca de la paz con los lacedemonios. . . . 73
Αποσπάσματα.................................................................. 87
F ra g m e n to s....................................................................... 87
Notas al texto griego........................................................ LIX
Notas al texto e s p a ñ o l .................................................. LX V II
ín d ic e d e lu g a re s y d e n o m b re s p r o p io s ....................... L X X X III

LXXXIX
Discursos de Andócides, editado por la Dirección
General de Publicaciones, se terminó de imprimir en
Hemes Impresores, el 2 de octubre de 1 9 96. Su
composición se hizo en tipo Garamond de 10:11,
9 :1 0 y 8 :9 puntos. La edición consta de 2 0 0 0
ejemplares en rústica y 1 0 0 0 empastados, en papel
Cultural de 4 4 .5 kg.

You might also like