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En el siglo XIII, la metafísica de Aristóteles fue descubierta en Occidente, pero ya había sido interpretada y transformada por los

comentadores árabes y hebreos que también creían en la creación del mundo. Alfarabi y Avicena distinguieron entre la esencia (lo posible) y
el existente (lo real), sosteniendo que la existencia en los seres creados no es una consecuencia necesaria de su esencia, sino un resultado
de la creación divina. Para ellos, las cosas existen no debido a su naturaleza interna (ousía), sino porque han sido colocadas en el ser por la
voluntad divina, lo que implica un salto del no-ser al ser, sin un proceso gradual de actualización como propuesto por Aristóteles. Esta visión
considera que la existencia es accidental a la esencia y expresa la contingencia de los seres creados como un ser por accidente.

Esta distinción sostiene que, aunque una sustancia esté perfectamente constituida con materia y forma, su existencia no es necesaria, ya
que podría no existir a pesar de existir realmente. Se plantea que es necesario diferenciar entre el acto sustancial (la forma, la esencia) que
hace que una sustancia sea lo que es, y el acto existencial (el esse) que la hace ser, es decir, que existe. Se presentan tres argumentos para
fundamentar esta teoría: el primero sugiere que la necesidad de ser de estas sustancias contingentes proviene de una causa externa (el
creador) que les ha dado el ser, lo cual es distinto de su esencia. El segundo argumento señala que, aunque varias substancias pueden
tener la misma forma, cada individuo es distinto y existe por sí mismo, lo que indica que el ser es algo añadido a la composición de materia y
La ontología del ser creado y forma. El tercer argumento resalta que la existencia singular no agota toda la ousía (esencia) de una sustancia y que el ser no se reduce a la
la metafísica del acto de ser existencia de esa esencia, sino que es algo infinito e independiente de ella, lo que sugiere que la esencia es realmente distinta de su ser.

El pensamiento filosófico ha
sido enriquecido por la
La esencia se refiere a lo que se conoce como "ti esti" o "qué es" en lógica, y se asocia con la naturaleza o forma en la filosofía de la
revelación cristiana y hemos
naturaleza. La existencia se experimenta en la realidad y no puede ser definida, ya que se capta a través del juicio existencial y no por el
introducido una nueva
concepto. La existencia no debe imaginarse como una masa que se vierte en recipientes vacíos, sino que es el acto de actos y la perfección
perspectiva: el mundo en su
de todas las perfecciones. Para entender la distinción real entre esencia y existencia, es esencial no perder de vista el problema de cómo
totalidad, incluyendo sus
existen varios seres y no recurrir a la imaginación o separar la esencia y la existencia. Ambos principios son opuestos y relativos el uno al otro,
aspectos más profundos, es un
pero siempre se encuentran juntos, sin que ninguno pueda concebirse sin el otro. La composición real de esencia y existencia en el ser finito
producto de la creación, es
es única y diferente de la composición de acto y potencia en otros casos. Esta teoría tiene un fundamento ontológico necesario al pensar el
decir, no es eterno ni
absolutamente necesario, sino
ser finito y contingente.
que es fundamental
contingente y podría no haber
existido en absoluto. Esta teoría no solo permite pensar la contingencia radical de todos los seres en nuestra experiencia, cuestionando el mundo de una manera
similar al platonismo, sino que también conduce a una concepción más adecuada del fundamento último del conocimiento. En lugar de
funciones únicamente en la ousía (esencia), se destaca algo más sustancial, indecible e inconcebible adecuadamente, del cual surge la
necesidad de la esencia y la posibilidad de lo que es. Este "algo más" es el ser, el hecho de ser de esa ousía. Se señala que el ser debe ser
concebido como infinito "per se" y como acto de ser, lo que necesita ser explicado con mayor detalle.

JOSÉ DANIEL HERNÁNDEZ OSPINA

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