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Actividades
4. Una vez selecciona lee escribir en el foro integrantes del grupo, el número de imagen
selecciona, identificar tipo de lesión y colocar título.
5. Elaborar un plan de cuidados tendiente a la prevención de las complicaciones en las
heridas quirúrgicas basado en la imagen seleccionada.
Desarrollo
Localización: las zonas más susceptibles a desarrollar UPP son aquellas en las que se ejerce una
presión entre planos, uno relativo al paciente (prominencias óseas y otro externo (punto de
apoyo)
Clasificación:
Clasificación quirúrgica
Clasificación de la cicatrización
Cicatrización por segunda intención: cuando la herida no puede sanar por unión primaria, el
proceso el más prolongado, causado por trauma excesivo con pérdidas de tejido.
La herida puede ser dejada abierta y permitir la cicatrización desde los planos más inferiores hacia
la superficie.
Cambios posturales: permiten reducir la duración y la magnitud de la presión sobre las zonas
vulnerables del cuerpo.
Seguir las recomendaciones des alud laboral sobre manejo de peso y cargas.
Mantener el alineamiento corporal, la distribución del peso y el equilibrio de la persona.
Evitar el contacto derecho de la permanencia óseas entre sí.
Como norma general se recomienda realizar los cambios posturales alternando entre decúbito
lateral derecho, supino y lateral izquierdo, utilizando como posición decúbito supino de la sumi-
Fowler de 30 grados.
Se debe evitar colocar al individuo directamente sobre dispositivos clínicos como tubos o sistemas
de drenaje.
Mantener la cama los más horizontal posible, siembre que no este contraindicado. En todo
caso nunca debe sentarse a más de 30°. Utilizar cojines y/o cuñas de espuma para eliminar
la presión sobre los trocánteres, los tobillos y talones. Utilizar superficies adecuadas
Las lateralizaciones deben hacerse más de 30° para evitar ulceras en trocánteres.
Posiciones terapéuticas
a. Decúbito supino
Almohadas
Almohadas
Una debajo de la cabeza y otra en la espalda.
Entre las piernas desde la ingle hasta el pie.
Otra debajo del brazo superior
Estáticas: actúan aumentando el área de contacto con la persona. Cuando mayor sea la
superficie de contacto menor será la presión que tenga que soportar, por ejemplo las
espumas de poliuretano especiales, fibras siliconadas, silicona en gel, viscoelasticas,
Dinámicas: permiten variar los niveles de presión en las zonas de contacto del paciente
con la superficie de apoyo.
Desde el posoperatorio inmediato los pacientes de riesgo medio-alto, deberían estar situados
sobre un colchón que distribuya la presión y ser colocados en una postura diferente a la
mantenida durante la cirugía antes de la operación y después de la misma.
Se pueden utilizar apósitos con capacidad para la reducción de la presión en prominencias óseas
para prevenir la aparición del UPP. Debe realizarse una protección especial de los talones.
Humedad
La exposición contantes de la piel de los pacientes a determinados fluidos orgánicos como la orina,
heces sudor o exudado de la heridas, puede traducirse en lesiones catanes debidas a esta contacto
o el agraviamiento de otras lesiones.
La hidratación de la piel ayuda a que esta mantenga su elasticidad y su función barrera. Cuando se
aplican hay que hacerlo en pequeña cantidades, aplicándolas suavemente sin masajear y
confirmando su completa absorción
Se ha demostrado que el uso de pañales o empapadores para los pacientes con incontinencia, que
contienen polímero superabsorbentes son más eficaces que los que carecen de ellos.
En la zonas de piel expuesta a humedad excesiva se deben utilizar productos barrera que no
contengan alcohol y que protegen frente a exudados y adhesivos. Disponemos dos productos
básicos para ello: las películas cutánea de barrea no irritantes y las pomadas de óxido de zinc. Las
primeras son transparentes permitiendo visualizar la piel y solo se pueden retirar con productos
oleoso.
Asear la piel cuando se precise. Lavar la piel con agua tibia, aclarar y realizar un secado
meticuloso sin fricción.
Utilizar jabones o sustancias limpiadoras con potencial irritativo bajo.
Mantener la piel del paciente en todo momento limpia y seca.
Vigilar incontinencia, sudoración excesiva o exudados que provoque humedad.
Examinar el estado de piel a diario buscando sobre todo en los puntos de apoyo, áreas
enrojecidas.
Para reducir las posibles lesiones por fricción o presión en las zonas más susceptibles de
ulceración como son el sacro, los talones, proteger las prominencias óseas aplicando un
apósito.
Observar si hay enrojecimiento, calor extremo, edema o drenaje en la piel.
Vigilar el color y la temperatura de la piel.
Observar si hay zonas de decoloración, hematomas y perdida de integridad en la piel y las
mucosas.
Observar si hay excesiva sequedad o humedad en la piel.
Observar si hay zonas de fricción o presión.
Observar si hay infecciones, especialmente en las zonas edematosas.
Registrar el estado de la piel (estado de hidratación, eritemas, maceraciones, fragilidad,
calos, lesiones)
Describir las características de la ulcera a intervalos regulares, incluyendo tamaño, estadio
en el que se encuentra, posición, exudado, granulación o tejido necrótico y epiitelizacion.
Mantener la ulcera humedecida para favorecer la curación.
Aplicar calor húmedo a la ulcera para mejorar la perfusión sanguínea y el aporte de
oxígeno a la zona.
Limpiar la piel alrededor de la ulcera con jabón suave y agua.
Desbridar la ulcera, si es necesario.
Anotar las características del drenaje
No utilizar sobre la piel ningún tipo de alcoholes.
No frotar o masajear excesivamente sobre las prominencias Oseas por riesgo de
traumatismo capilar.