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Traduccion de Nestor Micuez CONSIDERACIONES SOBRE EL MARXISMO OCCIDENTAL por PERRY ANDERSON > siglo veintiuno editores, sa de cv EEL AQUA. LEONG COVORCAK et MODDD, siglo veintiuno de espafia editores, sa Siglo veintiuno argentina editores, sa Siglo veintiuno de-colombia, Ida ‘AVS 7 PRMER POD SODOTA DE coLOu portada de anhelo hernéndez primera edici6n en espafiol, 1979 siglo »xi de esparia editores, s.0 séptima edici6n en espaol, 1987 c siglo xxi editores, s.0, de cv, ISBN 966-23-1105.5, primera edici6n en inglés, 1976 @new left books, Itd,. londres titulo original: considerations on western marxism, derechos reservados conforme a la ley impresoy hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE PROLOGO 1, LA TRADICION CLASICA 2. EL ADVENIMIENTO DEL MARXISMO OCCIDENTAL 3. CAMBIOS FORMALES 4, INNOVACIONES TEMATICAS 5, CONTRASTES Y CONCLUSIONES EPILOGO INDICE DE NOMBRES ca Perry intervenciones keynesia asegurar la estabilidad interna del imperielios:o. integracién final del capitalise fue asignad ra vez, a un determinate puramente externa! | res logros econémicos de ls Unién Soviétiea y fos los que podia esp ¢ que siguiesen su can la guerra, logros cuyo «efecte de persuas con el tiempo, una transiciém pacifica al social Bstados Unidos®. Con esta concepcién, ta Teor arrolio capitalista sedialeba el fin fclicas por el Est = The theory of capitalist development, Nueva York, paginas 34-62 (Teorla de! desarrollo capitalisia, México, Fond {ura Beonémica, 1948). iatisie, Meio Fone del de reedietén, fle Cut BL ADVENIMIENTG DEL MARXKISMO OCCIDENTAL La mares de fa segunda guerra mundial cambis en ol Vol ga. Las victorias del Ejército Rojo sobre la Wehrmacht en 1942-43 wwvaron le liberacién de Europa de la domina- cién nazi, En 1945, el fascismo habia sido derrotado en todas partes, excepto en la regién ibérica. Le URSS, enor- inement: fortalecida en cuanto a su poder y prestigio inter nacional, era dueta del destino de Europa oriental, con ex copciin de ios nes més meridionales. Pronto hubo re- gimenes comunista: en Prasia, Checoslovaquia, Polonia Hunyria, Romania, Bal Yugosiavia y Albania; las cla ses capital opiadas; se inicié la in- dustrializacién al estilo soviético. Un «cainpe soctalistax wtegrado cubrfa aboca la mitad del continente. La otra mi- tad Cue rescatada para el capitalism por los ejércitos norte- n08 Y alia, sin embargo, ol dirigente en Ia Resistencia convirtié por primera ios partidos comunistas nacionales en las organizacio- ‘aes mayoritarias de la clase obrera, Em Alemania Occiden- tal, on cambio, la ausencia de una experiencia similar y la divisisn vel pats permitié eliminar con éxito, por el Esta- do resiabiecido bajo Ja proteccién de la ocu- pacién angioamericana, la tradicién comunista de preguerra el proletariado. En ios veinte afios siguientes se produjo una sitmacién econémica y politica diametralmente opues- ta a la del periodo de entreguerras. No hubo regresiones a dictaciaras rmilitares 0 policiales en ios principales paises occideniales. La democracia parlamentaria, basada en sufragio totalmente universal, por primera vez en la his. toria del capitalismo se hizo estable y normal en iodo el mundo industrial avanzado. Tampoco se zepitieron las ca- tastréficas inte y treinta. Por el com: 36 Perry Anderson trario, el capitalismo mundial goz6 de un prolongado auge de dinamismo sin precedentes, Ia fase de expansién mas ripida y prospera de su historia. Entre tanto, los regimenes buroerdticos represives que ejercian la tutela sobre el pro: letariado en la Unién Soviética y Europa oriental sufrieron sucesivas crisis y ajustes después de la muerte de Stalin, pero ninguna modificacién fundamental de su estructura, Se abandoné el terror como arma sistemética del Estado, pero la coercién armada siguié someticndo las revueltas po- pulares en esta zona. El crecimiento econémico fue rapido, desde sus puntos de partida comparativamente bajos, pero no constituyé ningin desafio politico a la estabilidad del bloque capitalista Fue en este universo alterado donde Ja teoria revolucio- naria completé la mutacién que dio origen a lo que hoy, rospectivamente, podemos Hamar el «marxismo oceiden- tal». Pues el cuerpo de la obra de los autores de los que ahora nos ocuparemos, en efecto, constituyé una configura- Gién intelectual totalmente nueva dentro del desarrollo del materalismo histérico. En sus manos, el marxismo se con- virtié en un tipo de teoria que en ciertos aspectos criticos era muy diferente de todo lo que la habia precedido. En articular, los temas y preocupaciones caracteristicos de todo el conjunto de tedricos que Hegé a la madurez politi- ca antes de la primera guerra mundial se desplazaron dra ticamente, en un viraje que fue al mismo tiempo generacio- nal y geografico. La historia de este desplazamiento es larga y compleja; sus comienzos parten del mismo periodo de entreguerras y coinciden en parte con el declive de’ una tradicion ante- rior. La manera mas clara de abordar este problema quiza sea mediante una sencilla tabulacién inicial de las fechas y la distribucién geografica de los teéricos que ahora consi- deraremos: Lukaes 1885-1971 Budapest Korsch 1886-1961 Todstedt (Sajonia occiden- tal) Gramsci 1891-1937 Ales (Cerdefia) Advenimiento det marxismo occidental 7 Benjamin . 1892-1940 Berlin Horkheimer 1895-1973 Stuttgart (Suabia) Della Volpe 1897-1968 Imola (Romatia) Marcuse 1908 Berlin Lefebvre... 1901 Hagetmau (Gascufia) Adorno 1903-1969 Francfort Sartre 1905 Paris Goldmann 1913-1970 Bucarest Althusser 1918 Birmandreis (Argelia) Colletti 1924 Roma Los orfgenes sociales de estos pensadores no eran dit tintos de los de sus predecesores '. Geograficamente, en cam- bio, las caracteristicas de este grupo ofrecen un acentuado contraste con las de los intelectuales marxistas que se des tacaron después de Engels, Como hemos visto, practica- mente todos los teoricos importantes de las dos generacio- nes siguientes a los fundadores del materialismo historic eran de la Europa oriental o centro-oriental; aun dentro de los imperios germénicos, fueron Viena y Praga, no Ber- Iin, las que proporcionaron las mayores luminarias de la II Internacional. Pero desde el fin de la primera guerra mundial, la situacién se invirtié. Con la importante excep- cién de’ Lukics, y de su discipulo Goldmann, todas las figuras significativas de la tradicién antes indicada prove- nian de regiones mas occidentales. El mismo Lukacs se formé en gran parte en Heidelberg, y su cultura fue siem- pre mas alemana que huingara; y Goldmann vivid en Fran cia y Suiza toda su vida adulta. De los dos alemanes que T Lukécs era hijo de un banquero; Benjamin, de un marchante; Ador no, de un comerciante en vinos, Horkhelmer, de un. fabricate. texti; Della Volpe, de un terrateniente; Sartre, de ‘un oficial de la Marina Roreh 3 Althusser, de directores de henen: Colletti, de un empleado bancario: Lefebvre, de un burécrata, y Goldmann, de un abogado. Sola- mente ‘Gramsci se crio en condiciones de verdadéra pobreza; st abuclo habia sido coronel de Ia policia, pero la carrera de su padre como fun- Gionario de tango inferior quedé arruinada al ser encarcelado por co- Frupeidn; la Tamilia sufrio desde entonces grandes penurias 38 Perry Anderson jeron en Berlin, Benjamin era notable y conscientemen te galo en su orientacién cultural, mientras que Marcuse recibié su principal ensefianza en Priburgo (Suabia)?, Den: tro de esta tredicidn pueden hacerse dos divisiones gene. racionales’, El primer grupo de intelectuales estaba cons: tituido por aquellos cuya experiencia politica formativa fue la primera guerra mundial, o ia inflencia de ta revolu cién ¢ se produjo autes de que dicha guerra termi nase. Le tres afios may Korseh, dos aftos mayor. Pero lo gue les separaba de ls gencracién de rxistas de la preguerra era que habjan [egado al socia- ino revelucionario mucho mas tarde; mientras que Buja sin era ya wh activo y templado lugarteniente de Lenin bas- fante antes de 1914, elios fueron radicatizades por lv gran guerra y los levaniamientos de masas que Ir siguicron, vy sélo se manifestaron como marsistas despuds de 1913. Gramsci, en cambio, era ya un miliiante del vst cn visperas de la primera guerra mundial, pere era etn joven ¢ inma- daro, y su inexperiencia le Hevé a cometer serios errores en un comienzo (ilegé a abogar por la fatervencién de Halia en ef holocausto en un momento en que su partido la de nunciaba vigorosemente). Marcuse fue enrolado en el ejér- cite aleman antes de los veintitin y cate por poco S La Alemania del sudoeste parece Baber desempefiato un papel im portamte como Zona ctltaal distious ea esta teadicion, Adora y Hork Reimer nseieron en ella; Lukées y Maycuse fueron educados ex lla Heidelberg y Fiiburgs mantuvieron estrechos lazos Glossficos desde ta epoca del I Reich Con respecto a le trancofilia de Benjamin, veanse Sus tempranas observaciones de 1927: «En Alemania me siento (otal tnente alslodo en this esfaersos e intoreces entre los de mi veneracion, hientros que en Francia hay cers fuerzas [J las que veo en accion, ky que me atrae a tt sive Hlumainations, Loadves, 1970, p. 2 (nie uno de fos vonimencs jane bajo cl eGo. enerico SIueninaciones eusresponde exacteanente Is edicion inglesa de lumi tations; weanse, Disexrsos_inlerrumpidos, 1 Madrid, Taurus, 1973, € Tumindciones, 1, Madrid, Taurus, 197) Toda clasifigacion generacional debe basarse en Intervalos de spre: simadamente veintc ohos, obviomente” vl problema e# xaber dévde hacer js cartes historicos pertiventes dentro del continuo biologico de las vi das en cada spoca. Na disponemos aqut de espacio para explorar el tema idecusdamente, Las linoas divisorias esencisles, si embargo, estan bas- Tante claramence tiazadas en este caso por las sucesivas commociones po: Hie epoca, Advenimiento del marxismo occidental 39 tiempo en el uspo, en 1917-18; Benjamin eludié el servicio militar, pero fue arrastrado a la izquierda por la guerra. En cambio, la secunda generacién «instalada» dentro de la tra- dicién del_marxismo occidental, estaba formada por hom- bres que Hegaron # la madurez mucho después de la pri- mera guerra mundial y a quienes forms politicamente el avance del fascismo y la segunda guerra mundial. Bl pri- mero de ellos en descubrir el materialismo histérico fue Lefebvre, quien en muchos aspectos es una figura poco comin de este grupo y que se incorporé al Partido Comu- nista Francés (pcr) en 1928. Adorno, diez aios menor que Marcuse y Benjamin, no parece haberse vuelto hacia el marxismo hasta después de la conquista del poder por los nazis en 1933. Sartre y Althusser, aunque de edades muy dispares, parecen haberse radicalizado, al mismo tiempo, por el impacto de la guerra civil espafiola, el desastre fran- cés de 1940 y su encarcelamiento en Alemania. Ambos com- pletaron su evolucién politica después de 1945, en los pri- meros afios de la guerra fria, Althusser se afilié al rc en 1948, mientras que Sartre se alineaba con el movimiento comunista internacional en 1950. Goldmann se sintié atrai- do por la obra de Lukécs antes de la segunda guerra mun- dial y duronie ella, y después de ésta se encontré con él en Suiza en 1946. Della Volpe constituye una excepcién cro- nolégica que, sin embargo, confirma el esquema politico- generacional: por su edad pertenece a la primera genera cién, pero la primera guerra mundial no ejercié ninguna influencia sobie él, se comprometié luego con el fascisino italiano y sdlo tardiamente Hlegé al marxismo, en 1944-45, al final de Ia segunda guerra mundial, cuando tenfa cerca de cincuenta afios. Finalmente, puede discernirse un caso itmite de una posible tercera generacién: Colletti, quien era demasiado joven para que la segunda guerra mundial lo marcara profundamente, y sdlo se hizo diseipulo de Della Volpe en e! periodo de posguerra. Se afilié al rct en 1950. Esencialmente, como se vera, desde los comienzos del decenic 1920-1930 el marxismo europeo se centro cada vez mas en Alemania, Francia ¢ Italia, tres paises que, antes 0 después de la segunda guerra mundial, contaban con un par- 40 Perry Anderson tido comunista de masas al que se adherian sectores impor- ‘antes de la clase obrera y se sumaba una intelectualidad nu- ietosa y radical. La ausencia de una clase u otra de estas condiciones impidié el surgimiento de una cultura marxista desarrollada fuera de esta zona. En Gran Bretafia se produjo una amplia radicalizacién entre Jos intelectuales en el pe- riodo comprendido entre Jas des guerras, pero la masa de la clase obrera permanccié fiel al reformismo socialdemé- crata. En Espafia, el proletariado derostré ser de tempera mento mas revolucionario que cnalquier otra clase obrera del continente durante los afios treinta, pero hubo muy po- cos intelectuales en el movimiento obrero, Ninguno de es- os paises produjo nada de importancia en la teorfa mar- xista durante este perfodo TET caso espa}, no obstante, sigue slendo un importante enigma histérico. ¢Por que Espana nunea dio um Labriola o un Gramsci, pese a th extragedinatia combatividad de su protetariado y su campesinado, atin mnayor que la de Ttalia, y a wha Rerencia eulturat del siglo 20x, que, si ‘en ciertamente menor que Ja de Ttal, estaba iejos le ser deepreciable? Seria menester dedicar wna investigacién a fondo a este complojo pro- ‘Su solucidn seria importante para un snalisis yaAs ammplio de las Condiciones del surgimienio ye] desarrollo del misterialismo historico (ome teoria. Aqui podlemos ‘olamente sefialar en lo que concierne al problema de las herenciss culturaies relativas que, sorpvendentemen fe mientras Croce estudiats y difialis Ia obra de Marx en Tralin Un el decenie de 1820-1500, et iniclectea! andlogo mas cercano on Espa, Unamano, se convertia tambiéy al marxismo. Unamuro, a diferencia de Groce, pavticing ctivamente en Ja organizacion. del partido ‘spafil ca 8487. Sin embargo, raientras et compromise de. 'materialisme hist6rieo tbe a’ tener profundas cousecuenciis para ot flesatrollo. del marxismo en Walla, el de Unamuno mo dejo huellas en Jelopedismo tel italiana, tan en contiaste eon ol eensayis: yefiol, fue sin duda una de Tas Tazones de las diferencias en fos restittados, Unatuno era un peasador mucho menor. Hablando cor mayor genefaiidad, sus fimiaciones eran sintoradticcs we la ausencia dk Tepaiia de una iaportante tadicién de pensamicaty filossfico sistem tich, algo de lo que Ia cultura espatola, pese « todo i virtuosismo ae st literatura, eu pintara osu msica, habia carecido desde el Reuaci mniento haste ta Mustracisa, Fue quiza la ausencls de este eataleador To fue Jinpidid fe aparieién de tina obra marxista de imvoriancia en ol novimiento obrero espaiiol del siplo xx, Esso contribuiria también ox plicar ef hecho curioso de que et mataismo te legate una buena cose Bhs tcérica en Ingloterra, con ating do enpivieene (abrapta eDotenvamente agudiznda después de 19), mientras Gue fue capac de producir una notable historiogeatis. La importancia de un eleznento filo ofien dentro de fa compleje sintesis social novesarie pare eneendyaae Ut alstno vivo en ctslguier formacion nacional ine, claro ests, clisea tente subrayaca por Fngzis, La conelencla de este debe stemperar 1a Advenimiento del marxismo occidental Las fechas histéricas y la distribucién geogréfica del «marxismo occidental» brindan el marco formal preliminar para situarlo dentro de la evolucién del pensamiento socia- lista coma un todo. Quedan por identificar los rasgos sus- tantivos especificos que fo definen y lo delimitan como una tradicion integrada. La primera y mas fundamental de sus caracteristicas fue el divorcio estructural entre este marxis- mo y la prictica politica. La unidad orgénica entre teoria y practica realizada cn la generacién clisica de marxistas anterior a Ia primera guerra mundial, quienes desempetia ron una funcién politica y una funcién intelectual insepa- rables dentro de sus respectivos partidos, en Europa orien- tal y central, iba a romperse cada vez més en el medio siglo que va de 1918 a 1968, en Europa occidental. La rup- tura no fue inmediata o espontanea en el nuevo contexto generacional y geografico del marxismo posterior a la pri- mnera guerra snundial. Fue producida lenta y progresivamen- te por grandes presiones histéricas, ‘que sélo en los afios treinte provocaron la disolucién final del vinculo entre teo- ria ¥ practica. Pero en le época posterior a la segunda cue- rra mundial la distancia entre ellas era tan grande que parecia practicamente consustancial con la tradicién mis. maa, En verdad, sin embargo, los tres primeros tedricos im- portanies de la generacion posterior a 1920 —los verdaderos Cresdoves del modelo del _marxismo occidental-— fueron todos, en un comicnzo, destacados dirigentes politicos de sus respectivos partidos: Lukies, Korsch y Gramsci, Cada uno de ellos, también, fue un participante y organizador directo de los levantamientos revelucionarios de masas de erdad, su labor toorica sélo puede ser com: bre ese fomlo poli ive vieecomisario del pucblo para la educacion a Sovidtica Htingara de 1919, y Iaché con sit 8‘ ‘acionario en el frente de Tisza contra el ataque de la Entenie, Exilindo en Austria durante jos aos veinte, fue divigente «el Partido Comunista Hangaro y, despues de a Gacion ccitica det predominio de In filasoffa en el marxismo oeci fale elias partes de Euvopa, hecho que examinaremos mis adelan fe) pore wo debe inhibirla, 2 Perry Anderson una década de tuchas de facclones dentro de su organiza clon, fue por breve tiempo secretario general del partido 28, Korsch fue ministro comunista de Justicia en el gobiemo de Turingia de 1923, encargado de los jreparati Yes paramilitares a nivel regional para la insurreccion del xe en Alemania central de ese afio, que fue abortada por la Reichswehr. Luego fue un destacado diputado de! Reich- stag por el partido, director de su periddice y une de los dirigentes de su faccién de izquierda en 1925. Gramsci, por supnesio, desermpefié un papel mucho ts ambos en las fuchas de masas de la posguer Organizador y tedrico principal de los consejos de fabri de Turin y director de L’Ordine Nuovo en 191920, siguieme fue uno de los fundadores del ret y grartisalmente log6 a ser cl principal dirigente del partido en 1924, cunt do éste libraba ima dificil batalla defensiva conira Ia cou mn del fascismo en Italia. El destino de estos tres bolize las fuerzas que iban a alejar la teoris raista de toda préctica de clase en los afios siguientes. do del pp en 1926 por negar que el capitalismo se habia estabilizado, exigir ta reanudacién de ja agitacién en los consejos de obreros y criticar Ia politica exterior soviética por acomadarse ai capitalismo unindial Tuego traté de mantener durante dos afios un grupo politi: co independiente, y aun después de su disolucion permane- Go activo en los circulos intelectuales y proletarios mar- Sistas hasta 1934, cuando la victoria del nazismo te obligé } abandonar Alemania y marchar al exilio y al aislamiento, én Fscandinavia y luego en Estados Unidos’. Lulcics, on cambio, redactd las tesis oficiales del Partido Comunista Hkingaro en 1928, las cuales rechazaban implicitamente las perspectivas catastréficas que acababa de _adoptar Vi Congreso de la Komintern, la famosa linea del «tereer perfodo», con sus violentos ataques a las arganizxe bbreras reformistas —-calificadas de «sucialfascistasy—~ y su negacién nihilista de toda distincién entre regimenes demo 5 Gow respocto a esta thayecioria, véase, Meda Sorsch, semories of Karl Korsci, Wew Left Review, 76, noviembrediciembre d= 1972, pi nas 4248 Advenimiento del marxismo occidental 43 exdticoburgueses y dictaduras mititarpoliciales como instru: mmentos de i dominacién capitalista’. El intento de Lukées Je esbozar una tipologia diferencial de los sistemas politi ‘alistas en la nueva coyuntura, y su énfasis en la necesidad de lemas democraticos de transicién en le lucha coutra la tirania de Horthy en Hungria, fueron violentamen- fe atacados por el secretariado de la Komintern, y fue ame- vomade con la expulsion sumaria del partido, Para evitarla, publicé una retractacién (sin modificar sus opiniones pri Pads): pero el precio de esta desaprobacién fue la renun- cia permancnie a las responsabilidades organizativas dentro de su partido o de la Interna ional. Desde 1929, Lukécs dejé de ser un militante politico, limitandose en su obra in- teiectual a Ja critica literaria y le filosofia. Después de pasar a breve perfodo en Berlin, la conquista del poder por los wanie le obligd a exiliarse en ia direccién opuesta, a la URSS, donde permanecié hasta el final de la segunda gue- rra mundial. El destine de Gramsci fue més sombrio, Arrestado en Roma por orden de Mussolini, en 1926, cuando el fascisme Heliano termind de imponer st total dictadura sobre el pais, paso mueve terribles aos en prisién, en condiciones que Je produjeren la muerte en 1937, ‘Apartado por la pri- sity de ie. participacién en la vida clandestina del cr, se sawé del enfreatamiento directo con las consecuencias de ie etalinizacion de la Internacional. Aun asi, su dltime acto politico antes de su arresto fue eseribir una enérgica protesta a Togliatti, que estaba en ‘Moseti, contra la supre- sidn por éste d arta del partido italiano al Comité Cen- tral del revs se pedia mayor tolerancia en sus Hispotas internas, en visperas de la expulsién de Ia Opost tion de Tzquierda en Rusia; desde Ia prision, se opuso Juego categéricamente & Ja Itnea del «tercer periodo» desde 1930, saree niendo. posturas similares a las de Lukses en 1926 gue destacaban la importancia de las exigencias democrt ticas intermedias bajo el fascismo y la necesidad vital de TVadnse tos posales esenciales de las laradas tesis de Blum (seudé- ning eee cen in clandestinidad), en, Georg Lukées, Politic wrt Tings 19181929, Londses, NX, 1872, pp. 24051. “4 Perry Anderson lograr la alianza del campesinado para derrocarlo’. El cli ma de la época en la III Internacional era tal, que su her- mano, a quien confi sus opiniones para que las transmi- tiera al centro del partido, que estaba fuera de Italia, per- manecié en silencio para evitarle el riesgo de expulsidn. Asi, las dos grandes tragedias que, de maneras tan diferentes, se abatieron sobre el movimiento obrero europeo en el pe- riodo de entreguerras, el fascismo y el estalinismo, se su- maron para dispersar y destruir a los potenciales exponen: tes de una teoria marxista nativa unida a la practica de masas del proletariado occidental. La soledad y muerte de Gramsci en Italia, el aislamiento y el exilio de Korsch y Lu- kics en los Estados Unidos y en la URSS, respectivamente, sefialaron el fin de un periodo en el que el marxismo occi dental atin tenia arraigo entre las masas. De alli en ade. lente iba 2 hablar su propio lenguaje criptica a una dis tancia cada vez mayor de la clase a cuyos destinos trataba formalmente de servir o articular. El profundo cambio que se iba a producir hallé su pri- mera expresién en Alemania. Su centro fue el Instituto de Investigacién Social de Francfort, cuyos orfgenes y desarro- lo ya hemos considerado. Aunque su concepcién como centro académico para la investigacién marxista dentro de un Estado capitalista era algo nuevo en la historia del so- cialismo —pues implicaba una separacién institucional de la politica que Luxemburgo, por ejemplo, jamés habria aceptado antes de Ia guerra—, se habia dedicado durante todos los Bios veinte a problemas tradicionales del movi- miento obrero, combinando una sélida labor empfrica con un andlisis teérico serio. Especificamente, su director, en su alocucién inaugural, advirtié contra el peligro de que se convirtiera en una escuela para «mandarines», y su equipo incluyé miembros activos de los partidos proletarios de la Republica de Weimar, especialmente del xrp', El periédico del Instituto publicé trabajos de Korsch y Lukécs, junto a 7 Véase Gluseppe Flori, Antonio Gramsci, Londres, 1, 1970, pp. 29 288 (Vida de Antonio Gramsci, Barcelona, Peninsula, 1968) Say The deetle! Imagination 9p. hits Advenimiento del marxismo occidental 45 ensayos de Grossmann 0 Riazanov. Asi, formé el punto no- dal de conjuncin en el que las corrientes «occidental» v “oriental» se encontraron dentro del marxismo en los afios {einte, Su trayectoria, por tanto, iha a ser de importancia Gecisiva para la evolucién de la teoria marxista en su con- junto en la Europa del perfodo comprendido entre las dos guerras, En 1929, Grinberg, el historiador austromarxista Gue lo habla dirigido desde su fundaci6n, se retir6. En 1930. florkheimer se convirtié en el nuevo director del Instituto: ‘un aio después de ser silenciado Lukacs y el mismo afio en que Gramsci fue censurado por su propia seguridad Gunque estaba en prision. Filésofo en vez de historiador como Griinberg, en su discurso inaugural Horkheimer dio In tOnica de una importante reorientacién de la Tabor del Instituto, lejos de la preocupacién por el materialismo his: torico como «ciencia» y hacia un desarrollo de la «filosofia social» complementada con investigaciones empiricas. En 1932, el Instituto dejé de publicar los Archivos para la His: toria del Socialismo y el Movimiento Obrero; su nueva Pur blicacién fue titulada, inocentemente, Revista de Investiga- cién Social. En el breve perfodo anterior a la contrarrevo- Jucién fascista de 1933, Horkheimer reunié un variado y talentoso grupo de jévenes intelectuales en el Instituto, los més importantes de los cuales fueron Marcuse y Adorno J diferencia de Grinberg o Grossmann, Horkheimer nunca habia sido miembro de ningiin partido obrero, aunque a! tao habia admirado a Luxemburgo y seguia siendo polit camente radical, en una postura critica frente al SPD v Gl kpp. Marcuse, que habia sido miembro de un consejo de Soldados en 1918, conservé algunos vinculos con el movi siento obrero organizado, en particular con la izquierda Gel spp; en los iiltimos afios anteriores a la toma del poder por Hitler fue colaborador del periédico tedrico de Hilfer- Hing, Die Gesellschajt. Adorno, en cambio, el mas joven de foe tres, no tenfa ningin vinculo personal con la vida poll thea socialista, El escepticismo det nucvw equipo del Insti- tuto con respecto a las perspectivas de Ia lucha de clases en Alemania, en un tiempo en que tanto el partido socialde- mécrata como el comunista proclamaban su confianza en 46 Perry Anderson el futuro, se demosiré ya al comienzo de la ocupacién de su cargo por Horkheimer, cuando sus fondos se transfirie- ron calladamente a Holanda, en 1931, y se establecieron oficinas externas en Suiza’ Asi, la victoria nazi de 1933 exilié al Instituto, pero no Jo destruyé come centro. Horkheimer pudo negociar st transferencia formal a los Estados Unidos en 1934, donde se incorporé a la Universidad de Columbia, en Nueva York; y antes del estallido de la segunda guerra mundial todos sus colegas mds cercanos se le unieron en América. La emi gracién del Instituto a los Estados Unidos lo transfirié a un medio politico carente de un movimiento obrero ra formalmente adherido al socialismo o de toda tradicién marxista sustancial. En su nuevo ambiente, el Instituto como tal se orienté decididamente hacia su adaptacién al orden local burgués, censurando su propia labor pasada y presente para adecuarse a las susceptibilidades académicas © corporativas locales y efectuando anélisis sociolégicos de cardcter convencionalmente positivisia. Para camuflarse en su nuevo habitat, se efectué una retirada practicamente completa de la politica. Privadamente, Horkheimer y Ador- no continuaron manteniendo una acerba hostilidad a la so- ciedad estadounidense, revelada después de la guerra en su obra conjunta Dialéctica de la Ilustracién (prudente- mente publicada en Holanda), cuya argumentacién basica identificaba el liberalismo norteamericano y el fascismo aleman. El retorno del Instituto a Francfort, en 1949-50, sin embargo, no alteré el cambio fundamental en su funcién y su orientacién social que habfa sufrido en los Estados Uni dos, Porque ia Alemania Occidental de la posguerra era ahora, desde el punto de vista politico y cultural, el mas reaccionario de los paises capitalistas importantes de Zuro- pa, extirpadas sus tradiciones marxistas por el chovinismo nazi y la represién angloamericana y, temporalmente, con un proletariado pasivo y en reposo. En este ambiente, en el que el KPD iba a ser prohibido y el spp iba a abandonar formalmente toda coneaién con el marxismo, se completd Vay, The dialectical imagination, p. 26, Advenimiento del marxismo occidental 47 la despolitizacién del Instituto: mientras que en los Esta- dos Unidos habia sido un enclave aislado dentro del mun- do académico, en Alemania Occidental fue oficialmente fes- teiado y protegido, La «teoria critica» defendida por Horkheimer en los afios treinta ahora renunciaba explicita- mente a todo lazo con la practica socialista. El mismo Horkheimer finalmente cayé en ignominiosas apologias del capitalismo en su retiro”. En cambio, Adorno, que llegé a ser director del Instituto en 1958 y produjo su obra mas vigorosa después de la segunda guerra mundial, nunca si- guid ese camino; su mismo alejamiento de la politica, siem- pre mayor que el de sus colegas, le preserve de ello. Por el contrario, Marcuse, que permanecié en los Estados Unidos, iba a mantener una intransigente postura revolucionaria, en medio de un gran aislamiento intelectual e institucional, en los afios cincuenta y sesenta. Pero la tensién objetiva de esta situacién iba a cobrar su precio dentro de su pensa- miento, Adherido a los ideales politicos del marxismo cl4- sico, pero totalmente alejado de téda fuerza social activa que luchase por ellos, Marcuse llegé en América a teorizar Sobre una eintegracién» estructural de la clase obrera en el capitalismo avanzado, y, por consiguiente, sobre el ca- récter insuperable del abismo entre el pensamiento socia- lista —-ahora inevitablemente «utépicor una vez mas— y ja accién proletaria en la historia contemporanea. La rup- tura entre la teoria y la practica que habia comenzado si- Ienciosamente en Alemania a fines de los afios veinte fue consagrada abiertamente en teorfa a mediados de los afios sesenta, con la publicacién de El hombre unidimensional. ‘Antes de Ia victoria del nazismo, Alemania era el tinico pais importante de Europa, fuera de Rusia, que tenia un partido comunista de masas. Después, Francia tuvo por primera vez un movimiento comunista de masas durante el periodo del Frente Popular. Después de la segunda guerra Nnundial, mientras que el KPD quedaba prdcticamente eli- minado de Alemania Occidental, el PCE se convirtié en la Organizacion mayoritaria de la clase obrera en Francia. TVéase su entrevista en Der Spiegel, 6 de enero de 1970. 48 Perry Anderson Este doble cambio transforms todo el equilibrio de la cul- tura marxista en Europa. Desde la época de la II Interna- cional, el movimiento obrero francés —que a principios del siglo x1x habia estado a la cabeza del continente en mili tancia politica y creatividad intelectual-— en cl campo te6- rico habia quedado bastante a la zaga de sus equivalentes en Europa oriental y central, y aun en Italia, El marxismo nunca habia penetrado profundamente en la sr1o 0 la cor. Las razones de este retraso cultural en la HI Republica fueron esencialmente dos: la fuerza de las tradiciones pre- marxistas nativas (el proudhonismo, el blanquismo y el anar- cosindicalismo) en el proletariado y el sostenido vigor del ra- dicalismo burgués (de un tardio tipo jacobino) que atin anclaba firmemente a la intelectualidad local en su propia clase. Donde se producia la confluencia de estas dos co: rrientes, por ejemplo, en un dirigente como Jean Jaurés, el resultado era una doctrina social de un acentuado idealis- mo y provincialismo. En Francia no se hizo ninguna con- tribucién importante a los grandes debates marxistas de la época anterior a 1914. Para todos los fines del Partido So- cislista Francés, El capital era un libro cerrado; es signi- ficativo que antes de la primera guerra mundial no se tradujera en Francia ninguna obra tedrica importante 2s- crita después de Marx y Engels. La victoria de la Entente en 1918, al mantener Ia dominacién de la burguesia france- sa y ahorrar a la clase obrera la prueba de una derrota, amplié las condiciones para el crecimiento del marxismo como una fuerza real en el pais. E] Partido Comunista Fran- cés, después de un comienzo aparentemente triunfal en 1920, pronto quedé reducido a proporciones relativamente modestas, con unos 50,000 afiliados, durante el resto de la década. Los intelectuales que atrajo eran en su mayori personalidades literarias, con una relacién mas. senti- mental que cientifica con la herencia de las ideas socia listas. Sélo en 1928 se unid al partida el primer grupo de in telectuales mas jovenes con un verdadero inter’s por marxismo. Este grupo inclufa a Nizan, Lefebvre, Politzer, Guterman y Friedmann; habsa cristalizado en la revuelta ‘Advenimiento del marxismo occidental 49 contra la estcrilidad y el provincialismo de la filosofia fran- cesa oficial y habia tenido en un comienzo simpatias por’ el surrealismo". Sin embargo, su entrada en el PCF coin- Gidid con la estalinizacién final del movimiento comunista {nternacional durante el tercer perfodo. Por ello, desde el principio su labor tedrica estuvo sujeta a estrictas limitacto- Fes politicas, pues por entonces todas las cuestiones fun- damentales concernientes al andlisis del desarrollo capita- lista y a la conduccién de la lucha de clases eran dominio exclusivo no ya de la direccién nacional del partido en Fran- tia, sino de la Komintern en la misma Rusia. Asi, el campo para la actividad intelectual dentro del marxismo se habia Peducido mucho dentro de las filas de los partidos comu- nistas europeos. Politzer, después de un precursor intento de llevar a cabo una critica marxista_ del psicoandlisis ", se convirtié en poco més que un obediente funcionario cultu- ral del pcr. El espiritu polémico de Nizan fue répidamente ahogado por las presiones organizativas, hasta que final- mente se rebelé contra el pacto nazi-soviético y fue expul- sado de] partido”, Sdlo Lefebvre mantuvo un nivel y un Volumen relativamente elevados de produccién escrita y la fidelidad ptiblica al Pcr. Pudo hacerlo mediante una inno- vacion tactica que mas tarde se haria caracteristica de los Tesricos marxistas posteriores en Europa occidental: dar al César lo que era del César, es decir, una lealtad politica combinada con una labor intelectual lo suficientemente di- Seciada de los problemas centrales de Ia estrategia revolu- Cionaria como para escapar al control o la censura directos. Los principales escritos de Lefebvre de los afios treinta fue- ron eobre todo de caracter filoséfico, con un nivel de abs- teaceion que Je permitia mantenerse dentro de los limites de Ja disciplina del partido. La publicacion de su obra mas Fl materialismo dialéctico, retrasada durante importante, Wobre tos orieenes de este grupo, véase Henri Lefebvre, La somme er te este, Paris, 1959. pp. 389414 1 GlMiettes Yondenents de fa psvchotogie, Poris 1998. Politzer ha- (eee ee eee Conmina, hiineara en st javentud, 19 cual sugtere re cane vinewio con ef -matxismo de Europa c=rtral am eae wr eitide ensavo de Sartre en Ta reedicion de Aden Arabic, de Poul Nizan, Paris, 1960; ambos eran intimes amigos x ae Perry Anderson tres afios después de su conclusién, fue reciblda con recelos oficialmente "; por su tono y sus preocupaciones, se la pue de situar entre la obra anterior de Lukics, de caracter di- recto, con sus apelaciones explicitas a la shistorian, y cbra contemporanea de Horkheimer, de cardcter evasive, con sus apelaciones cada vez més escurridizas a la eteoria qiticas. Lefebvre, aunque leide por Benjamin (con quien compartia la simpatia hacia el surrealismo) en Faris ®, pe manecié internacionalmente aisiado a fines de los afos treintay dentro de Francia su caro esa tic. La ccupacion alemana de 1940-44 trastorné todo e! uni- verso politico y cultural de la II Repablica, y por primera vez cred las condiciones para la difusion de! ma como producto tedrico corriente en Francia. E habia Ilegado a ser un partido de masas —-c 300.000 miembros~- en los uiltimos afios del Frente Popu- Tar, se convirtié en la fuerza popular dominante de la Re sistencia desde 1941, y surgié de la guerra enormemente fortaiccido. Después’ de 1945, su supremacia oryanizativa dentro de la clase ob:era francesa eta abrumadora. El re sultado de ello fue un répido crecimiento de su poder de reclutamiento y atraccién intelectuales, Politzer habia muer- to en la Resistencia; Nizan habia perecido en Dunkerque Lefebvre siguié siendo el filosofo mis distinguido y prolt- fico del Partido durante la década siguicnte. En efecto, en este periodo, el incremento en la masa de intelectuales lie vados al ecr dio una obra teérica relativamente escasa, por que se vio en gran medida neutralizado por la extrema in- tensifieacién de los controles culturales dentro de! partido a) comenzar la guerra [ria y el viclento reforzamiento del zhdanovismo por la direccién del pcr. Asi, el principal fe- némeno nuevo de la primera década posterior a la guerra fue la influencia de! marxisino en los medios existencial larxismo 1 Ses este episodio, wae ln maractén atobiogritie de Leteve "Vente ef ensayo de Benjamin, «Eduard Fuchs, der S: Hstorikers, en Angelus Novus, 1966, pp. OAT fetlistoria ¥ ven Angelis Novus, Feanctor. ‘Moa! Tettistora ¥ falvccionimne” Eduardo Fuchvs, en Dincwrsos. tnterrumpiden, 1) Lo feantactos de Benjamin en Pais constituyen un importante seit” pera futuras investigaciones. ene nen Advenimiento del marxismo occidental SL tas que habjan surgide durante la ocupacién y que adqui- tieron una gran irradiacién cultural después de ella, con jas obras de Sartre, Merleau-Ponty y De Beauvoir. Esta in- fluencia fue rmediatizada por Kojéve, el primer filésofo aca- démico que iniroduje sistematicamente a Hegel en Francia antes de la guerra y cuya interpretacién «existencial» de La fenomenologia del espiritu brindé a Sartre y Merleau-Pon- ty un puente indirecto hacia el marxismo™, En 1946, éstos fandaron un periddico socialisia independiente, Les Temps cuya amplia gama de contribuciones filos6ficas, ‘antropolégicas y psicoanaliticas répida- mente lo convirtié en la revista teérica més influyente del pais, Ni Merleai-Pointy ni Sartre se sintieron tentados a tntrar en el PCF, pero ambos trataron sucesivamente de mantener une actitud revolucionaria activa junto a él, ar- ticulando ideas politicas que el partido mismo se negaba a admitir, pero sin oponerse & él ni atacarlo. Esta ambigua relacién, basada en Ja creencia de que la masa de la clase obrera francesa estaba inconmoviblemente organizada por un partido que sofocaba la labor intelectual dentro de él, condujo finalmente al extraordinario intento de Sartre, en 1952-54, de realizar una teorizacién directa de la préctica politica del rc desde fuera, en la serie de ensayos titulados Tos comunistas y la paz™. Naturalmente, se demostré que tal «excéntrica» unidad de teorfa y practica no era posible. La revuelta hangara de 1956 llev6 a Sartre a una espectacu- lar ruptura con el PCF; a partir de entonces desarrollé su obra tedrica fuera de todo marco de referencia organizatt vo como filésofo y publicista particular declaradamente gin contacto con las masas. Mientras tanto, dentro del par- tido comunista, fas repercusiones del XX Congreso del rcus y Ia rebelién hingara finalmente habfan levado a Lefebvre Wha closes de la prequerta de Koléve fueroti publicadas en 1947 con el titulo de Introduction a la lecture de Flegel. Mexandre Kojeve (Kazhev coe occ Rusia. cn 1502 y estudi fllosofia en Alemania de 1921 a pikes) wale Siucncla. de aspers y.Ticidesper, Lwewo nawt a Francia Tee ouendse: Kayré, otro emigrado ruso, dirigié su interés « Hegel. eens eon de Koyré, Koiéve dio clases sobre Hegel en la Boole Pra Gene dS Gaus Enides desde 1934 hasta Ja sesunda guerea mundial Ai puiblicacos vecientemente en (raduccidn inglesa, Londres, 1969. 82 Perry Anderson a la oposicién activa, y en 1958 fue expulsado del part En esos aiios la pasividad politica del Pa Megs Ba ma culminante durante la guerra de Argelia. Sin embargo, la limitada liberalizacion del régimen terno del partido en los afics scsenta reveld que muevas fuerzas intelectuales.habtan estado. gestindose dentro. de i calladamente. Ya la publicacién por entregas de la bio- grafia de Marx y Engels de Cornu, desde 1955, habia sefia- lado el paso a Francia de la tradicién erudita de Mehrin y Riazanov™, Pero fue la aparicion de la obra de Louis Althusser, de 1960 a 1965, lo que supuso un cambio decisi- Pe en al nivel del debate intelectual dentro del partido. orpemerslie habia articulado un importante sistema tesco dentro del marco erganizativo del comunisio fran eis tema cuyo valor y originalidad fueron reconncies hasta por sus mas decides oponentes, La influencia de Ab thusser se difundié muy répidamente después de 1965, tanto dentro como fuera de las filas del pcr, dandole una posi- cién Gnica en la historia del partido”. Sin embargo, la paradoja de este ascendiiente ha sido su desarrollo en sen- tido contrario a la evolucién politica del pcr. La acentuad: moderacién del comunismo occidental en los afios sesenta, er. efecto, alcanzé su expresion mas desarrollada en el pro. fram del partido en pro de una sdemociacia avanvadas ancia, mientras internacionalmente el vcr se dis guia por su alto grado de hostilidad hacia China ysoathe sidn a la postura rusa en el conflicto chino-soviético. Por el contrario, la obra de Althusser se definia explicitamente como antihumanista en una época en que la doctrina of cial del partido francés alababa las virtudes de! ltumanismo camo vineulo comin entre socios contractuales.(comunis tas, socialistas y catélicos) en la edificacién de une demo- cracia avanzada, y el partido soviktico proclamaba «tod para el hombres como lema de masas; al mismo tlempo, Althusser apenas cisimulaba sus. simpatias hacia. China, ane Auguste Carma, Karl Mors ef Friedrich, Engels, Prt, 19557 hasta oat han aparece castro volumencs, ie Tiyan Haste TEs ~ an ut dos bras principales de’ Altace, Par Mare y Life Le copia Advenimiento del marxismo occidental 53 Asf, una ver més, habia una marcada tirantez en Ta rela ion entre tcoria y partido en el pcr: mientras que antes Sete ultimo habia impuesto estridentemente la

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