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3.

PRINCIPALES CORRIENTES ECONÓMICAS

Entre las principales corrientes de pensamiento económico


sobresalen las escuelas tradicionales clásica (neoclásica),
keynesiana, monetarista, síntesis neoclásica, austriaca,
elección pública y teorías del crecimiento exógeno, así como
las nuevas corrientes de ciclo económico real, nueva
economía keynesiana y crecimiento endógeno.
PRINCIPALES CORRIENTES ECONÓMICAS

1. Mercantilismo (siglos XVI, XVII Y XVIII)


2. Economía Clásica (siglo XVIII y principios del XIX)
3. Marxismo (desde mediados del siglo XIX)
4. Neoclasicismo y marginalismo (desde mediados del siglo
XIX)
5. Keynesianismo (desde segundo cuarto del siglo XX)
6. Neoliberalismo (desde el último cuarto del siglo XX).

3.1. LOS MERCANTILISTAS


La corriente que hoy conocemos como Mercantilismo, se
puede considerar que fue el pensamiento económico
dominante (o la “filosofía” económica predominante) entre
los grandes comerciantes y los “hombres de Estado”
(hombres fuertes, ministros y consejeros de las monarquías
absolutistas) de los siglos XVI, XVII y XVIII, aunque
algunos de sus planteamientos también estuvieron presentes
en el siglo XV y aun antes. Durante su vigencia, impulsaron
cambios que fueron claves para el crecimiento del poder de
la burguesía y para el desarrollo del capitalismo.
Esta corriente de pensamiento tuvo un gran impacto y
durante unos trescientos años fue el pensamiento económico
hegemónico.
El mercantilismo surgió y se desarrolló en varios países
europeos a la vez, especialmente en Inglaterra, Francia y
Holanda, y dio lugar a varias escuelas de pensamiento dentro
de él (mercantilistas, colbertismo, bullionismo, cameralistas
alemanes...).
Desde el punto vista teórico fueron los primeros que
escribieron de Economía, independizando esta materia de la
filosofía y de la teología, aunque sus contribuciones a la
Teoría Económica fueron más bien fragmentarias.
Trataron fundamentalmente de los “aspectos prácticos” de la
economía y entendieron la Economía como administración o
como “ciencia comercial”, cuyo objetivo era conseguir la
riqueza y el poder para su reino y su clase social.
No crearon una teoría económica global, sino que
propusieron un conjunto de medidas concretas para cada país
y momento, con las que planteaba la “modernización” de la
economía.
Como su preocupación principal no era analizar la economía
en su conjunto, como sistema, no se les considera grandes
teóricos y algunos ni siquiera les consideran economistas. Su
nombre viene de mercator (comerciante) y se les puso a
posteriori, con un cierto carácter de desprecio.
Marco histórico del surgimiento del Mercantilismo:
Para intentar entender mejor los planteamientos
mercantilistas, como con cualquier otra corriente, hay que
situarlo en el momento histórico de su nacimiento y
desarrollo.
El mercantilismo fue el planteamiento económico que
acompaño al surgimiento del capitalismo, cuando este nuevo
sistema económico empezó a cobrar fuerza en algunos
territorios de Europa a partir del siglo XV, aunque sin
alcanzar todavía a ser hegemónico económica y
políticamente.
En esa época, se produjeron importantes cambios que
llevaron al auge del comercio interior y exterior de los
países.
Estos cambios fueron trasladando el epicentro de la
economía desde los espacios locales o comarcales (el
“feudo”) al espacio estatal (el reino) y también al
internacional.
Podemos decir que el mercantilismo nació en un marco
histórico caracterizado por:
1. Revolución comercial (gran crecimiento del comercio
nacional e internacional).
2. Apertura de nuevas rutas comerciales
(“descubrimientos”). 3. Auge de la burguesía comercial
(capitalismo comercial).
4. Aumento y extensión de la circulación monetaria (y de la
producción de metales preciosos).
5. Decadencia económica y política del feudalismo.
6. Surgimiento, en algunos territorios, de monarquías
absolutas que se alían con la burguesía.
7. Consolidación de los Estados modernos (unificación de
leyes, supresión de aduanas interiores, establecimiento de
nuevos sistemas monetarios unificados, creación de ejércitos
profesionales bajo control de la monarquía, etc.).

No está de más señalar que este marco histórico, estos


cambios, fueron también impulsados de manera consciente y
decisiva por los partidarios del mercantilismo.

3.2. CLÁSICOS
La escuela clásica
Esta corriente de pensamiento económico comenzó en el año
1776 con la publicación de la obra “La riqueza de las
naciones” de Adam Smith y aún a día de hoy es defendida a
capa y espada por un importante número de economistas.
Además de Adam Smith, otros grandes autores de esta
escuela fueron David Ricardo, Thomas Malthus, Jean-
Baptiste Say y Johm Stuart Mill.
La idea principal de esta doctrina es que la economía tiende
al equilibrio por sí sola y sin necesidad de regulación por
parte del Estado. Es decir, la libre competencia establece la
producción, la satisfacción de las necesidades y la
distribución de la renta.
Entre los economistas clásicos es popular la expresión
“laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar),
convencidos de que el mejor gobierno es el que menos
interviene en la economía.
Estos economistas son los precursores del liberalismo
económico y del capitalismo.
Los economistas clásicos defienden que son los agentes
económicos privados los que buscando satisfacer sus propios
intereses consiguen incrementar el bien común sin
pretenderlo.
Esto lo consiguen guiados por la “mano invisible” del
mercado, famoso término acuñado por el padre del
liberalismo, Adam Smith.
La escuela clásica respeta la idea de que la principal fuente
de riqueza proviene del comercio. Además, aportaron
importantes métodos de análisis para estudiar la economía en
su conjunto.
Adam Smith, por ejemplo, aportó a la ciencia económica el
principio según el cual la división del trabajo y la
especialización son factores fundamentales para lograr el
crecimiento económico.

Marco histórico:
La escuela clásica nació en el momento en el que la
burguesía, cada vez con mayor poder económico y político,
estaba rompiendo sus lazos con las monarquías absolutas del
“antiguo régimen” y empezaba a invertir parte de sus
capitales en la producción, fundamentalmente en la naciente
industria, de la que fue creadora e impulsora.
Esta nueva burguesía industrial (que seguía siendo también
comercial y financiera), necesitaba cada vez menos de la
tutela de las monarquías absolutas y se lanzó a conquistar el
poder político para ejercerlo de manera directa, en varios
países (Revolución Inglesa, Revolución Americana,
Revolución Francesa…).
No es casual que los Economistas Clásicos fueran en su gran
mayoría de Gran Bretaña. Ese país era, a inicios del siglo
XVIII, en el que la burguesía había alcanzado un mayor
poder económico y político.
En ese país empezó también la revolución industrial y en
esta época la burguesía británica dominaba claramente las
finanzas y el comercio internacionales.
Paralelamente se estaban dando otros fenómenos que
también impulsaron esos cambios, como el incremento de la
productividad en el campo (“revolución agraria”), el
“nacimiento” (o creación) de la clase obrera urbana
(proletariado) y la generalización de la circulación de
mercancías y de la economía monetaria.

3.3. MARXISTAS
El marxismo
Con el paso de los años, en el seno de la escuela clásica
surgió una corriente crítica con los paradigmas del
liberalismo económico: el marxismo.
Esta teoría se centra en la figura de Karl Marx (1818-1883) y
en su obra más conocida: "El Capital".
Para Marx, todas las épocas históricas son consecuencia de
la estructura productiva de la sociedad y defiende que la
historia no es más que un continuo escenario de lucha de
clases entre explotadores y explotados.
Una de las aportaciones más importantes de Marx en su obra
fue la teoría del valor-trabajo.
Según esta, el valor de los productos está fijado por la
cantidad de trabajo que se incorpora a la producción, de
forma que tan solo una parte de dicho valor llega a los
trabajadores en forma de salario, mientras que la mayor parte
se destina a retribuir a los propietarios de las fábricas y el
capital.
Para Marx, la competencia feroz entre los capitalistas da
lugar a que se empleen formas de producir bienes y servicios
cada vez más intensivas en capital con la finalidad de
ampliar la producción a costa de los competidores, dando
lugar a una progresiva concentración del capital en unas
pocas manos. A su vez, se produce una disminución del
salario de los empleados y el empeoramiento de las
condiciones de vida de la población.
Como consecuencia de estos factores, se agotan los recursos
de los mercados, incapaces de absorber la oferta de los
productores, y se producen grandes crisis cíclicas que
obligan a la intervención del Estado para regular la actividad
económica.
Esta dinámica provocaría una revolución social que acabaría
con el sistema capitalista y daría lugar a la implantación de
un sistema comunista.

Marco histórico del surgimiento del Marxismo:


El marxismo nace y se desarrolla en la revolución industrial,
que transformó en hegemónico al modo de producción
capitalista, convirtiendo en subordinadas o marginales a las
economías precapitalistas, provocando el nacimiento y el
crecimiento de la clase obrera industrial.
En este marco se empezaron a generalizar las luchas de los
trabajadores por la mejora de sus condiciones de vida (el
primer sindicalismo).
Estas luchas se fueron convirtiendo en un enfrentamiento de
los trabajadores/as con la burguesía y el Estado burgués, lo
que implicó el auge de las teorías socialistas y anarquistas, y
el que se dieran las primeras luchas obreras por el poder
político y económico (Francia 1830, Alemania 1848,
nacimiento de la Primera Internacional –AIT- 1864, Comuna
de París en 1871).
En este mismo marco, el colonialismo de la época
mercantilista se va extendiendo a prácticamente todo el
planeta (que pasa a depender de los principales países
capitalistas europeos, primero, de los Estados Unidos y
Japón y, después) hasta convertirse en el Imperialismo de
finales del XIX, principios del XX.

3.4. NOECLÁSICOS
La escuela neoclásica
Surgió a mediados del siglo XIX a partir del desarrollo de la
teoría marginal del valor, por lo que su aportación
fundamental y revolucionaria respecto al pensamiento
económico clásico es el denominado marginalismo, que
introduce dentro de la ciencia económica nuevos métodos y
enfoques, en concreto el microeconómico.
El pensamiento neoclásico se centra en cuatro puntos
básicos:
Los fenómenos económicos se explican por la medición del
momento último o “margen”, ya que la valoración del mismo
es la base de la toma de decisiones.
Su campo de acción son las unidades económicas
individuales, es decir, la microeconomía.
Su método de análisis es muy similar al utilizado por los
economistas clásicos: abstracto y deductivo. Se parte de lo
que se considera una situación ideal de la economía, la libre
competencia, y a partir de ahí se estudian las demás como
variantes.
Se tienen en cuenta los aspectos subjetivos a la hora de
tomar decisiones económicas.
La difusión, la extensión y el auge del pensamiento
neoclásico se deben, además de a la firmeza de sus ideas y
demostraciones, a que sus aportaciones provenían de autores
que llevaron a cabo sus estudios de manera independiente y
en varios países al mismo tiempo.
Los más relevantes fueron Willian Stanley Jevons, Carl
Menger, Leon Walras y Alfred Marshall.
Marco histórico:
La corriente neoclásica nació y se desarrolló en un momento
en que el capitalismo pasó a estar caracterizado por el
crecimiento de los grandes monopolios, por la especulación
financiera y por la política de los estados capitalistas de
conquista de territorios para apoderarse de sus recursos y de
sus mercados (imperialismo).
En esos años, el capitalismo (sobre todo el europeo y el
norteamericano) experimentó un importante crecimiento
económico, sin grandes crisis, hasta 1929 (la Gran
Depresión).
El comercio internacional, en esa época, alcanzó cada vez
más peso en la economía mundial y también crecía, hasta
niveles desconocidos hasta entonces, el capitalismo
financiero y especulativo.
Paralelamente, se estaban incrementando las luchas de los
trabajadores y se daba una creciente influencia política entre
ellos de los planteamientos marxistas. Planteamientos que
también alcanzan un peso importante entre sectores de
intelectuales con los que debatían los neoclásicos.

3.5. KEYNESIANOS
La escuela keynesiana
Los principales ideólogos de la escuela keynesiana se basan
en la obra de John Maynard Keynes titulada “Teoría general
de la ocupación, el interés y el dinero”, que fue publicada en
1936.
Keynes se aleja en dicha obra de los tópicos del pensamiento
económico vigentes hasta ese momento, influyendo de forma
decisiva en las políticas económicas de los países
industriales tras la Segunda Guerra Mundial.
La escuela keynesiana reconoce que el mercado no es
perfecto y que este tiene fallos en su funcionamiento, por lo
que es necesaria e imprescindible la intervención del Estado
en la actividad económica para subsanarlos. Keynes es el
principal precursor del sistema de economía mixta y del
Estado del Bienestar tal y como lo conocemos hoy en día.
Las aportaciones de Keynes dieron lugar a un nuevo
liberalismo que, aún manteniendo el sistema de libre
empresa, daba al Estado un protagonismo que le había sido
negado por los economistas clásicos y neoclásicos. El
problema es que con el paso del tiempo el gasto público de
los distintos gobiernos que optaron por esta fórmula se ha
disparado y los diferentes Estados del Bienestar se están
volviendo inviables económicamente.
Marco histórico:
La corriente keynesiana nació y se desarrolló a principios del
siglo XX, en un momento en que décadas de políticas
liberales habían propiciado una gran concentración del
capital y el nacimiento de grandes monopolios.
Un hecho fundamental, que permitió que esta corriente
alcanzara la notoriedad que alcanzó, fue la crisis económica
que se desató a partir de 1929 (“la gran depresión”).
Esta crisis desarmó teórica y prácticamente a los partidarios
del capitalismo liberal y a la corriente neoclásica, que en
medio de la crisis seguía sosteniendo la imposibilidad de la
misma (Ley de Say) y que el Estado no debía intervenir en la
economía.
En este contesto, el paro (el desempleo) se extendió a la
práctica totalidad de las economías capitalistas, cerraron
miles de empresas, mientras los precios caían de manera
generalizada y continuada (deflación) y los países adoptaban
medidas proteccionistas para intentar evitar algunos efectos
de la crisis.
En el marco histórico en el que se desarrolló esta corriente,
se dieron también la primera y segunda “guerras mundiales”
(que dieron lugar, dentro de los países capitalistas, a la
puesta en marcha de “economías de guerra” fuertemente
dirigidas por los Estados, que funcionaron de manera
adecuada).
Primero la gran depresión y después la Segunda Guerra
Mundial hicieron saltar en mil pedazos la visión liberal de la
economía.
También en esos años había tenido lugar el nacimiento del
primer Estado obrero (la URSS en 1917), que planificando
su economía, había sorteado con éxito la crisis del 29,
mientras que los países capitalistas industrializados se
sumían en la depresión económica.
Mientras, en los países capitalistas, crecía el peso de los
sindicatos obreros y de las posiciones anticapitalistas y
revolucionarias, así como las posiciones socialdemócratas
que planteaban la paulatina reforma del capitalismo hasta ir
creando una sociedad socialista.
Paralelamente, impulsados por el descontento que generó la
crisis y la falta de respuesta liberal a los problemas de la
población, en algunos países aparecieron sistemas
capitalistas autoritarios (fascismos y parafascismos) en los
que el Estado intervenía de manera importante en la
economía y que creaba un sector público industrial dentro de
esta (Italia, Alemania, Japón… y también en España con la
Dictadura de Primo de Rivera).
En este período se dio, en 1933, en Estados Unidos la
política impulsada por la Administración de Franklin Delano
Roosvelt que fue conocida como el “New Deal” (Nuevo
Trato).
Ese presidente, que precisamente se había presentado a las
elecciones, con un programa que planteaba equilibrar el
presupuesto del Estado y reducir el gasto público, impulsó
después una política de intervención del Estado en la
economía, aplicando medidas de mejoramiento de las
condiciones laborales (reconocimiento de los sindicatos,
inicio de la seguridad social, subsidio de paro…), medidas
agrícolas (precios regulados, banco de tierras, crédito
agrícola...), control de la banca privada (para evitar las
quiebras en cadena...), inversiones públicas y creación de
empleos en la industria, etc.
Una parte de la literatura económica adjudica a la aplicación
de estas políticas la consagración de las ideas keynesianas y
la salida de la gran depresión del 29.
Otras versiones hacen hincapié en que el impulso
económico que generó el New Deal, se empezó a agotar a
finales de los años treinta y que, en realidad, el capitalismo
sólo se pudo recuperar a través de las políticas de inversión
en fabricación de armas que precedieron a la Segunda
Guerra Mundial, y por la propia destrucción de capital y de
vidas humanas que propició la guerra, que puso las bases
para una nueva etapa de crecimiento económico.

3.6. ESTRUCTURALISTAS
Se les llama estructuralistas a la corriente económica que
piensan que los problemas de los países de América Latina
son consecuencias del funcionamiento del sistema
económico capitalista, y para resolverlos se requieren
cambios estructurales.

La escuela estructuralista es una escuela de pensamiento


económico, formada por psicólogos y sociólogos en 1950.
Esta es conocida por el estudio de los problemas que sufren
las empresas, así como el origen de los mismos.
Y todo ello, basándose en pilares como la comunicación y la
autoridad.
La escuela estructuralista, por tanto, es una escuela que
centra su estudio en una determinada rama de las ciencias
económicas: la Economía de la empresa. En este sentido, se
observa que los problemas para las compañías derivan de
cuatro elementos clave que son:
La comunicación, la autoridad, la estructura de
comportamiento y la estructura de formalización.

Por tanto, esta corriente de pensamiento tiene como objetivo


el estudio de los problemas que viven las empresas,
basándose en esos pilares citados previamente.
Como consecuencia de una baja productividad en las
empresas a finales de los años cincuenta, los economistas y
miembros de la escuela estructuralista buscan dar respuesta a
los problemas que desencadenaron esta baja productividad.
Esto, basándose en los recursos humanos y la estructura de la
empresa.
En otras palabras, esta escuela combina la economía con la
psicología y la sociología. De esta forma, trata de dar
respuestas con ciencias complementarias que podrían tener
relevancia en el estudio de las corporaciones.
Así pues, esta escuela implementa técnicas de las ciencias
sociales, observando si existen otras variables que influyen
en los problemas corporativos y que debemos tener en
cuenta, y que por no haber integrado el análisis psicológico y
humano complementario, no se habían detectado a priori.

Entre los autores estructuralistas más destacados, destaca el


sociólogo y economista alemán Max Weber.
 Se basa en el estudio de la Economía de la empresa.
 Observa los problemas que viven las empresas, y ello,
tratando de encontrar los factores que los destacan.
 Para su estudio, implementa, además de la economía,
técnicas relacionadas con la sociología y la psicología.
Así, se basa en cuatro pilares que deben ser estudiados
con técnicas de estas otras ciencias. Estos pilares son la
autoridad, la comunicación, la estructura de
comportamiento y la estructura de formalización.
 Basándose en estos cuatro pilares, su busca dar
respuesta a los problemas que viven las empresas
relacionados con la productividad, los beneficios,
la motivación del personal, entre otros.
 Los estructuralistas más importantes basaron sus ideas
en las obras del más destacado de estos, el alemán Max
Weber.
Pilares del pensamiento estructuralista
Para el desarrollo de las teorías estructuralistas, los autores
de esta escuela de pensamiento basaron estas ideas en cuatro
elementos comunes que presentan todas las empresas.
Elementos que, por tanto, podían tener algo que ver en el
comportamiento de las mismas, y, por ende, en sus éxitos y
fracasos.
Así pues, hablamos de cuatro elementos, que son los
siguientes:
 Comunicación: La comunicación entre los integrantes
de una empresa, en mayor o menor medida, condiciona
el éxito de la empresa.
 Autoridad: Todas las empresas cuentan con una
estructura, la cual designa la jerarquía en las relaciones
que hay entre los miembros de la empresa. Y es que
tenemos personas que se encargan de otras, por lo que
es otro elemento a tener en cuenta.
 Estructura de comportamiento: Es la forma en la que
se comportan los individuos que se encuentran
empleados en la firma, así como la forma en la que se
realiza la división del trabajo, y esta influye en los
empleados.
 Estructura de formalización: Las reglas y normas
bajo las que la empresa se encuentra desarrollando su
actividad. En otras palabras, el marco institucional bajo
el que deben convivir y trabajar los empleados de la
compañía.
Como vemos, hablamos de elementos que guardan una
estrecha relación con campos como la sociología, basada en
el estudio del comportamiento del ser humano, así como la
psicología, que presenta unas características similares, a la
vez que centra su estudio en la mente humana.
Los estructuralistas, gracias a las técnicas desarrolladas,
centraron sus estudios en la burocracia (y el efecto de esta
en las empresas), y en la influencia de los recursos humanos
en el éxito o el fracaso de las empresas.
En resumen, centró sus estudios en el comportamiento de las
empresas, estudiando el factor humano que estas presentan.
Teorías de la escuela estructuralista
Como toda corriente de pensamiento económico, la teoría de
la escuela estructuralista se encuentra basada en una serie de
pilares que, en este caso, fueron desarrollados por el
reconocido economista Max Weber. Con base en los textos
de Weber, los estructuralistas formularon muchas de sus
hipótesis.
Así pues, esta escuela destaca por el estudio de cómo influye
el componente humano dentro de una empresa, basándose en
los pilares citados. En este sentido, se investiga cómo las
relaciones de autoridad, la comunicación, la burocracia y el
exceso de normas, entre otros aspectos, impactan en el
funcionamiento de la firma.
Y es que, en una empresa, como en la vida, el ser humano
tiene necesidades que pueden ser satisfechas o no por parte
de la empresa, y sus responsables.
Cuando estas necesidades no son satisfechas, y la dirección
no presenta unos intereses alineados con los que presenta su
personal, pueden generarse conflictos con serios efectos en
el éxito, o el fracaso, de la propia organización.
De esta forma, se desarrollan muchas teorías que contemplan
el factor humano como un condicionante en el
funcionamiento de la empresa, extendiéndose estas a otros
muchos campos con el paso del tiempo.
Autores de la escuela estructuralista más destacados
El autor más conocido de la escuela estructuralista, o lo que
podríamos denominar su autor por excelencia, es el
economista y sociólogo de origen alemán Max Weber.
A través de los textos de Weber, la escuela estructuralista
desarrolló numerosos postulados a tener muy en cuenta en el
estudio de la economía.
No obstante, además de Weber, conviene resaltar otros
nombres de relevancia:
 Ralph Dahrendorf.
 Chester Barnard.
 Amitai Etzioni.
 Renate Mayntz.
La escuela estructuralista en Latinoamérica
Conviene señalar las diferencias entre la escuela
estructuralista citada en este artículo, y la escuela
estructuralista que se desarrolla en Latinoamérica, así como
en los distintos países que integran esta rica región.
En este sentido, la escuela estructuralista en Latinoamérica
es aquella corriente de pensamiento que considera que los
problemas que sufre la región latinoamericana son
ocasionados por el mal funcionamiento del sistema en el que
nos desarrollamos: el sistema capitalista.

Para resolver los problemas de la región, por tanto, los


estructuralistas consideran que es necesario abordar reformas
y cambios estructurales que, en este sentido, permitan el
correcto funcionamiento de estas economías; eliminando, a
su paso, el componente capitalista y transitando hacia un
nuevo modelo menos dañino para la región.
Dado el carácter emergente y las divergencias con las
economías desarrolladas, los estructuralistas consideran que
estas economías (latinoamericanas) se encuentran estancadas
por diversos problemas estructurales que, con reformas del
mismo tipo, deben combatirse para lograr el verdadero
desarrollo que permita la convergencia; aunque las reformas
se hagan en detrimento de las economías desarrolladas.
Gracias a la aparición de esta corriente, se desarrollaron
iniciativas como la creación de la CEPAL. Es decir, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe,
creada en 1948 por la Organización de Naciones Unidas.

Bibliografías
https://recursos.salonesvirtuales.com/assets/bloques/2-Principales-corrientes-
econ%C3%B3mica-07-08s.pdf
https://www.elblogsalmon.com/historia-de-la-economia/estas-son-las-teorias-
economicas-imperantes-en-el-mundo
https://economipedia.com/definiciones/escuela-estructuralista.html

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