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Buscando Refugio
Buscando Refugio
Dalai Lama
1. Buscando refugio interior
Por S.S. XIV Dalai Lama Tenzin Gyatso
Buscando Refugio
Desde el punto de vista budista, la mente de una persona común está debilitada y
distorsionada por la fuerza de los errores y los conflictos emocionales que acarrea en
sí misma. Por esta debilidad y distorsión es incapaz de ver las cosas tal y como ellas
son. Lo que percibe es una visión deforme y determinada por sus propias neurosis
emocionales y sus prejuicios.
Los tibetanos somos afortunados por haber nacido en una sociedad donde el
conocimiento espiritual, estaba al alcance y era altamente apreciado. Sin embargo,
por el hecho de haber nacido en un medio así, quizá algunas veces lo dimos como
garantizado. El mismo Buda dijo: "comprueba mis enseñanzas como un mercader de
oro analiza antes de aceptarlo y comprarlo". El Buda enseñó durante un largo tiempo
a gentes de todo tipo y nivel de inteligencia. Consecuentemente, cada una de sus
enseñanzas debe ser cuidadosamente calibrada en su significación para determinar
si es cierta literalmente, o sólo en circunstancias particulares o a seres de limitado
entendimiento. Aceptar cualquier doctrina o aspecto de ella sin analizarla será como
construir un castillo sobre hielo. Haciéndolo así, la práctica de la persona
permanecerá siempre inestable y carecerá de la fuerza y profundidad necesaria.
Que una persona sea budista o no, viene determinado por si ha tomado refugio o
no en las Tres Joyas Budistas (El Buda, El Dharma y La Sangha -la comunidad de
practicantes-) de una forma pura, desde lo más profundo de su corazón. Por el mero
hecho de recitar oraciones budistas, jugar con rosarios mántricos o caminar
alrededor de los templos, no se es budista. Incluso un mono puede ser adiestrado
en estas cosas. El Dharma es una cuestión de mente, de espíritu, no de actividades
externas. Es por esto que para ser budista, uno debe entender exactamente lo que
son las tres Joyas: El Buda, el Dharma y la Sangha, y cómo se relacionan con la propia
vida espiritual. Se dice, que el Buda es el maestro, el Dharma es camino y la Sangha
los compañeros espirituales que ayudan a recorrerlo.
Como humanos somos capaces de obtener la Iluminación en una sola vida. Sin
embargo, la vida es corta y la mayor parte de elle ha pasado ya. Debemos
preguntarnos cuánto hemos progresado espiritualmente. La muerte puede llegarnos
en cualquier momento, y cuando llegue habremos de dejar atrás todo excepto las
huellas mentales que nuestras acciones han dejado. Si hemos practicado el Dharma
en nuestra existencia, hemos tratado de vivir con las directrices Dhármicas o hemos
obtenido realizaciones espirituales, esa energía estará ahí con nosotros. Si por el
contrario, nuestra existencia ha sido empleada en la negatividad, la consciencia
viajará a mundos futuros y estará inmersa en pensamientos negativos y memorias
obsesivas de nuestras andanzas samsáricas.
Ahora que tenemos todavía el poder de practicar el Dharma, debemos hacerlo pura
e intensamente. La práctica del Dharma trae la paz para nosotros y para los que nos
rodean, e incluso aunque no alcancemos la Iluminación en esta vida, nos
proporcionará la joya que satisface todos los deseos, que puede ser llevada a las
vidas futuras y ayudarnos en el camino espiritual.
Fuente: http://www.budismoalicante.com/pdf/Buscando%20un%20refugio%20interio
r,SSDL.pdf