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La Tra Duc Cindel Osl XX
La Tra Duc Cindel Osl XX
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Guillermo Calderón-Núñez
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso - Chile
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All content following this page was uploaded by Guillermo Calderón-Núñez on 22 September 2015.
Introducción
La LXX, llamada también Biblia de los LXX o Septuaginta, fue inicialmente la versión
griega de los cinco rollos de la Ley mosaica, la Torah, realizada por los judíos a
principios del siglo III a. C, en Alejandría. Se sabe del origen de la LXX a través de un
texto griego, escrito por un autor judío anónimo conocido como la Carta de Aristeas.
Esta Biblia de origen judío, adoptada por los cristianos, se encuentra históricamente en
la confluencia de tres realidades: el judaísmo de la época helenística, el uso de la lengua
griega y el nacimiento del cristianismo. ¿Acaso es una traducción al griego de un
modelo hebreo interpretado por la piedad judeohelénica?, ¿es un texto griego
considerado por los cristianos como texto bíblico “divinamente inspirado”? Los
estudios sobre la LXX están siempre en tensión sobre estos dos polos: una traducción
que, sin embargo, fue considerada primer texto. El desafío es definir la posición de la
LXX en medio de esta confluencia. En la búsqueda de una respuesta a este desafío, el
presente trabajo revisa aspectos del origen de la LXX, aborda algunos temas que son
todavía hoy objeto de debate en el mundo de los estudios bíblicos y luego, examina las
revisiones judías, la recepción cristiana de la LXX y su situación en el cristianismo
contemporáneo.
2
I. La Setenta (LXX)
1 Testimonios Judíos pre-rabínicos: prólogo de Sirácida (escrito entre 132 y 117); Colofón de
Esther (Est 10,31); Carta de Pseudo Aristeas; Aristóbulo (inicios del siglo II a.C) citado por
Eusebio de Cesárea, Preparación Evangélica XIII, 12 1-2; Filón de Alejandría (siglo I), De vita
Mosis I-II.
Testimonios Cristianos: Justino, Apología I,31 (escrita entre 148 y 154) ; Justino, Diálogo con
Trifón (escrito entre 150 y 155) ; Irineo de Lyon (120-203), Adversus haereses III,21 ; Clemente
de Alejandría (150-211/216), Stromata ; Carta de Africano a Orígenes (escrita hacia 250);
Orígenes, carta a Africano, Eusebio de Cesárea (265-340), Preparación Evangélica; Cirilo de
Jesrusalén (313-386), Catequesis IV,34; Ambrosio (330/340-397) , Comentario al Salmo 118,
67; Hexamerón III, 5,20; Epifanio, Tratado de los pesos y medidas (escrito en 392); Juan
Crisóstomo(347-407), Homilía V,2 sobre Mateo; Homilía VIII,4 sobre la Carta a los Hebreos;
Segunda homilía Sobre la oscuridad de los profetas § 2-4; Jerónimo (347-419), Prefacio al
Comentario sobre el Pentateuco y Prefacio de Paralipómenos; Agustín (354-430); La doctrina
cristiana II, XV,22
Testimonios Rabínicos: Talmud de Babilonia, Megilla 8b-9b (siglo II); Talmud de Jerusalén,
Megilla I, 71d (siglo V); Masseket Soferim, I, 7-10 (siglo VIII)
3
al que habrían tenido acceso a través de una traducción griega (Aristóbulo). Veltri
(1992) desarrolla ampliamente este tema. Sin embargo, a pesar de sus rasgos
legendarios, la Carta de pseudos Aristeas contiene antecedentes importantes sobre el
origen de la LXX. Las otras fuentes antiguas se inspiran en ella y además,
proporcionan otros datos esenciales acerca de la Septuaginta.
C. Lugar y fecha
La traducción griega del Pentateuco fue hecha en Egipto, esta localización nunca ha
sido, seriamente, puesta en duda.
La cuestión de la fecha es algo más delicado. Las indicaciones de las fuentes antiguas
son contradictorias: según Ireneo (Adv. Haer.,III,21,2) la traducción se realizó bajo el
reinado de Ptolomeo Lagos (323 – 282 a.C); la carta de pseudo Aristeas y la mayoría de
las fuentes judías y cristianas indican que se hizo cuando reinaba Ptolomeo II (285 –
246)2 ; según Clemente de Alejandría (Stromata, I, 22, 148) se habría llevado a cabo bajo
el reinado de uno u otro Ptolomeo; Anatolio de Alejandría, citado por Eusebio de
Cesárea (Historia eclesiástica, VII, 32, 14-19) señala que la traducción se habría hecho en
el reinado de uno y otro de los Ptolomeos; para Justino y los testimonios rabínicos se
tradujo en el reinado de Ptolomeo, sin más precisión.(Apología, I,31 y Trifón 71).
Resulta manifiesto que las tres últimas indicaciones (Clemente de Alejandría, Anatolio
de Alejandría, Justino y los testimonios rabínicos) conocen las tradiciones que sitúan la
traducción de la LXX en los reinados de Ptolomeo Lagos y Ptolomeo II Filadelfia y
resuelven el problema recurriendo a un artificio (bajo uno ‘u’ otro, bajo uno ‘y’ otro,
‘sin precisión’). Por tanto, es necesario buscar indicios en otro lugar.
4Demetrio había aconsejado a Ptolomeo Lagos no confiar el reinado al hijo que había tenido
con Eurídice, el futuro Ptlomeo II.
5
Resulta claro que todos los libros del A.T no fueron traducidos al mismo tiempo ni por
los mismos traductores5 . Primero se tradujo el Pentateuco, hacia la mitad del siglo III
a.C. El resto del A.T se tradujo poco a poco. Los traductores de los otros libros se
inspiraron en el trabajo realizado en el Pentateuco. No es fácil fijar fechas precisas para
la traducción de los otros libros, de todas maneras, hacia el 150 a.C casi todos los libros
estaban traducidos. Esto se sabe por el prefacio del libro del Sirácida. El autor de la
traducción, Jesús ben Sirá dice que ha traducido al griego el libro que su abuelo había
escrito en hebreo y que él emprendió la traducción en el trigésimo octavo año del rey
Ptolomeo VIII Evergeta II, llamado Fiscón (170 – 117 a.C), es decir, después del 132
a.C. 6.
¿Por qué se tradujo primero la Torah, y después los Profetas y los otros escritos? Las
fuentes antiguas dan varias razones. Según la Carta de pseudo Aristeas, el rey aceptó la
proposición de Demetrio de Falera de traducir la ley judía, con el fin de completar la
Biblioteca de Alejandría. La traducción respondía a las exigencias de una política
cultural de prestigio, completar la biblioteca. Este motivo cultural se encuentra también
en Aristóbulo, Justino, Irineo y Clemente de Alejandría.
Sin embargo, los § 307 – 313 de la Carta de pseudo Aristeas suponen un segundo
motivo: el interés del rey por el derecho. No es imposible que el rey deseara conocer
los textos legislativos de una de las etnias de Alejandría. Este segundo motivo aparece
también en Filón (De vita Mosis § 31): el rey desea conocer la ley, pero su deseo
5 Es lo que se puede comprobar a partir de la comparación entre textos paralelos, por ejemplo,
entre el Salmo 18 y 1Re 22: se trata de dos traducciones diferentes de un mismo texto hebreo.
No difieren solamente en el vocabulario sino también la técnica de la traducción que de un
libro a otro oscila entre la palabra por palabra y la paráfrasis.
6 El prólogo de Sirácida, escrito entre 132 y 117 a.C, reproduce la división bíblica entre la Ley
(Gn, Ex, Lev, Nu, Dt), los Profetas (Profetas anteriores: Jos, Ju, 1-2 Sam, 1-2 Re, que son los
actuales libros históricos; y Profetas posteriores: Is, Jer, Ba, Ez y los doce profetas menores,
que son los actuales libros proféticos) y los Escritos (los otros libros). Esto indica que desde
mediados del siglo II a.C, los judíos de lengua griega disponían de una traducción de casi todos
los libros.
6
responde más a preocupaciones filosóficas que a un gusto por lo legislativo. Las otras
fuentes no se refieren a este tema.
Los historiadores han desconfiado del testimonio del pseudo Aristeas, pues los rasgos
legendarios desacreditarían la carta, es por esto que han buscado otras explicaciones.
Para algunos, la traducción responde a las necesidades litúrgicas de la comunidad judía
de Alejandría porque la mayor parte de los judíos no conocía sino la lengua griega, el
hebreo ya era lengua muerta para ellos. Las celebraciones litúrgicas hacían
indispensable hacer una traducción de los textos. Otros historiadores han invocado las
necesidades de lectura personal, las necesidades educativas, incluso apologéticas. Hacer
intervenir las necesidades de las comunidades judías se enfrenta a varias objeciones:
7 Dorival, Harl , Munich (1988:68-69) señalan que no hay evidencias que en Alejandría hubiese
una lectura cíclica de la Torah como ocurría en Babilonia y Palestina, pero sí había lecturas
fragmentadas en griego.
7
8 Papiro Oxyrhynchus nº 3285 publicado por J.Rea, The Oxyrhyncus Papyri, 1978. Este es
posterior al año 150, pero según el editor deriva de una versión griega que data de principios de
la época ptolemaica, último tercio del siglo IV a.C.
9 El demótico fue el único sistema de escritura nativo de uso general en Egipto. El nombre
demótico proviene del antiguo griego demotika, "popular", y se refiere claramente a sus funciones
seculares para escribir la lengua egipcia.
10 Derecho local heredero del pasado faraónico que trata de los contratos de arrendamiento,
a. Primera presentación
11El proceso de vocalización del texto hebreo se realizó entre los siglos V y X.
12La LXX, al menos en las partes más antiguas, fue traducida antes de la fijación del texto
hebreo.
9
libro de Job, cuyo texto griego sirvió para la versión copta sahídica, es mucho más
corto que el hebreo.
b. Segunda presentación
En algunas partes, las divergencias entre la LXX y el Texto Masorético son muy claras.
Para esto hay dos explicaciones: las diferencias de la LXX pueden ser concientes por
parte del traductor o resultado de accidentes en la transmisión textual, o bien, ellas
señalan un sustrato hebreo distinto del Texto Masorético, en ese caso la LXX y el
Texto Masorético representan dos tradiciones textuales distintas cuya originalidad debe
ser estudiada. Por tanto, emergen las siguientes interrogantes: ¿cuál de estas tradiciones
es la más antigua? Y ¿con qué intención ha sido revisada la más antigua para dar
nacimiento a la segunda? Algunos ejemplos destacados:
En Ex. 35,40, la LXX presenta una disposición particular de los temas así como
omisiones notables. Estas diferencias son atribuibles a un traductor sin duda diferente
al que tradujo Ex. 1-34.
Las diferencias en Josué LXX (9. 1-2 transpuesto después de 8,29; la forma breve del
capítulo 20; la adición en 24,33)13 suponen un modelo hebreo más antiguo que el
Texto Masorético.
En las secciones alfa, beta-beta, beta-gamma del libro de los Reyes14 , la antigua LXX
descansa sobre un sustrato hebreo diferente del Texto Masorético y próximo a 4QSama
13 La mención de Eglón (cf. Jc 3,12ss) en las últimas palabras de la adición “y el Señor los
entregó al poder de Eglón, rey de Moab, que los oprimió durante dieciocho años” podría
reflejar una antigua edición donde Josué y Jueces no formaban sino un solo libro en el cual los
datos sobre Ehud estaban insertos después de Jos 24, lo que daría un carácter secundario a Jc
1,1-3,11.
14
Thackeray (1907: 262-278) dividió los cuatro libros de los Reyes en cinco secciones de
acuerdo a las características de la traducción griega. Teniendo en cuenta las precisiones
aportadas por Shenkel (1968) la división quedó así: alfa= 1Re; beta-beta= 2 Re 1,1-9,13;beta-
gamma= 2Re 10,1 a 3Re 2,11;gamma-gamma= 3Re 2,12-21,43;gamma-delta= 3Re 22,1 a 4Re
25,30.
10
y 4QSamb. Ofrece una visión corta de la historia de David y Goliat en 1Re 17-18,
mientras que en el Texto Masorético se presenta una versión revisada donde el soldado
valiente es transformado en un joven pastor.
En el libro de Jeremías, las diferencias son todavía más manifiestas. La LXX presenta
un texto más corto donde los oráculos de las naciones son ubicados en medio del libro,
no al final y en un orden diferente. Hoy se considera que la LXX se funda en un texto
hebreo diferente y más antiguo que el Texto Masorético. No es la LXX la que resume,
sino que el texto hebreo agrega, y los descubrimientos de Qumran han venido a
confirmar esta visión.
El primer traductor griego de Daniel invirtió los capítulos 4-5 y 7-8 con el fin de hacer
una sucesión de los reinos más lógica que la del Texto Masorético.
Los ejemplos anteriores muestran lo limitada que es la posición de las críticas textuales
que utilizan la LXX solamente para corregir o mejorar el texto hebreo.
11
La LXX, en su sentido amplio de traducción del A.T, dejó de ser una selección judía
para llegar a ser la Biblia cristiana. Esto se puede percibir en el Nuevo Testamento,
pues las citas que allí aparecen se aproximan más a la LXX que al Texto Masorético. El
A.T fue adoptado por la iglesia cristiana en su forma griega y es a partir de la LXX que
los primeros apologistas cristianos fundamentaron sus controversias con los judíos. La
utilización de la LXX por los cristianos es una de las razones por las cuales los judíos la
abandonaron. Hubo también una segunda causa, los judíos terminaron por rechazar la
LXX porque no era una traducción exacta del texto hebreo que ellos utilizaban. Se
puede dar, finalmente, una tercera razón, se constata en el judaísmo de finales del siglo
I una renovación de los estudios bíblicos que termina, por una parte, en la
estandarización del texto hebreo y, por otra, en la confección de traducciones griegas
más conformes al texto hebreo estandarizado. Los revisores – autores se presentan a
continuación según el orden cronológicamente aceptado.
Teodosio es un pagano convertido al judaísmo. Su revisión debe ser datada en los años
30-50. Las modificaciones realizadas por Teodosio son en general mínimas, su trabajo
no modifica fundamentalmente el texto de la LXX. Una de sus características es que
translitera algunas palabras hebreas en lugar de traducirlas.
La revisión kaige, fue puesta en evidencia por Dominique Barthélemy, con ocasión del
descubrimiento, en 1952, de un texto de los Profetas menores en le desierto de Judá
(Nahal Hever). La apelación kaigé se debe que el adverbio hebreo gam “también”, es
traducido casi siempre por el adverbio griego kaigé. Esta recensión ya anuncia los
procedimientos mecánicos de Aquila.
12
B. Aquila
Según las fuentes antiguas, Aquila sería un pagano convertido al cristianismo, más tarde
excomulgado por pasarse al judaísmo poco antes del año 135. Aquila es un traductor
que posee un conocimiento excepcional del griego y del hebreo. Su traducción se
caracteriza por un literalismo llevado al extremo que pudo haber heredado de su
maestro el rabino Aqiba (muerto en 135). Aquila manifiesta un apego a la
correspondencia sistemática entre raíces griegas y hebreas, lo que lo lleva a forjar
numerosos neologismos griegos. Conserva en griego los mismos giros idiomáticos que
en hebreo. De cierta forma Aquila, no ha hecho sino llevar al extremo una tendencia ya
visible en la revisión de Teodosio.
C. Simaco
Existen otras revisiones sobre las que no se sabe casi nada; ciertos papiros judíos,
algunos provenientes de Qumran, parecen haber conservado rasgos de revisiones
parciales, a veces anteriores a la era cristiana. Estos testimonios indican que las
revisiones de Teodosio – kaigé, de Aquila y de Simaco constituyen los momentos
fuertes de un vasto movimiento de revisión del griego a partir del hebreo
estandarizado, cuyos primeros rasgos se remontan al siglo II a.C.
14
A. Las Hexaplas
B. La Recensión Luciánica
15
“Alexandria et Aegyptus in Septuaginta suis Hesychium lauda tauctorem, Constantinopolis usque
Antiochiam Luciani martyris exemplaria probat, mediae inter has provinciae palestinos codices legunt, quos ab
Origine elaboratos Eusebius et Pamphilius vulgaverunt, totusque orbis hac inter se trifaria varietate compugnat”
Jerónimo, Praef. In Par.
16
La abreviación /kai l/ puede significar: /kai ho lukianós/ o también, /kai hoi loipoí/, los otros
traductores, es decir, los revisores judíos.
15
Unas veces ella presupone la recensión hexaplar por la cual ha sido influenciada, en
otras representa un estado textual mucho más antiguo (particularmente en el libro de
los Reyes). Textos luciánicos aparecen en Qumran, en Flavio Josefo, en Justino, en
ciertos papiros antiguos y en la Vetus latina. Hoy, se prefiere hablar de edición o
recensión antioquena. Ausente en el Pentateuco, la recensión luciánica puede ser
descubierta sobretodo en los libros históricos y más claramente en los libros
proféticos.
C. La recensión de Esiquio
17 cf. Bogaert, P.M , art. “Septante", en el Suplemento al Diccionario de la Biblia (en francés).
16
D. Recensiones anónimas
En la actualidad existen dudas acerca de la lengua que sirvió de base para la traducción
Armenia del A.T, pudo ser el griego o el siriáco, lo que está claro es que la versión
Armenia Antigua fue corregida a partir de la LXX hexaplar. Por su parte, la versión
georgiana se hizo a partir de la traducción Armenia, sin embargo, a partir del siglo VII
esta traducción fue revisada desde la LXX hexaplar. La versión georgiana se usa hasta
hoy en aquella Iglesia. La versión árabe más antigua de la Biblia, hoy desaparecida, fue
hecha a partir de la LXX.
No obstante, hubo autoridades cristianas que desde los siglos IV y V mandaron a hacer
copias de los manuscritos griegos que se realizaron en las abadías medievales. Los
manuscritos más antiguos, casi completos, de la LXX son conocidos como Vaticanus
(B), Sinaiticus (S), datados a mediados del siglo IV y Alexandrinus (A) que data del siglo
V.
18
Estos manuscritos recobraron vigencia en los siglos XVI y XVII con ocasión de las
disputas humanistas en torno al griego, principalmente en lo relativo a aceptación del
griego neotestamentario como lengua sagrada. En 1514 y 1519 aparecen, en Alcalá y
Venecia respectivamente, las primeras ediciones impresas de la LXX. Los dos siglos
siguientes guardan más bien silencio sobre la LXX, no obstante haberle dedicado un
artículo la Enciclopedia. A fines del siglo XIX se proyectan ediciones críticas de la
LXX, pero será después de 1947, año del descubrimiento de las Cuevas de Qumran o
del Mar Muerto que se abordarán más plenamente los estudios sobre la LXX.
Las consecuencias de los descubrimientos del Mar Muero tuvieron para el estudio de la
LXX son varias: los rollos, escritos en hebreo, allí encontrados atestiguan que la LXX
era aceptada como texto bíblico; que existían textos hebreos diferentes al usado para
fijar el Texto Masorético, esto obligó a los expertos a aceptar que había una pluralidad
de textos hebreos y una evolución de los mismos; también quedaron en evidencia
formas que explican la traducción de la Septuaginta19.(19) La LXX, por tanto, no fue ni
es un texto aislado, sino que se le debe situar en el conjunto de los textos judíos
producidos antes de la era cristiana.
Trebollé Barrera (1999:339) refrenda lo anterior, “La llamada versión de los Setenta
constituyó la primera traducción de un corpus completo de literatura semítica a la lengua
culta de la antigüedad clásica. Representó un gran ensayo de simbiosis cultural entre
griegos y semitas en el que los judíos helenistas actuaron como intermediarios. El
cristianismo asumió la versión griega de los Setenta e hizo de la Biblia cristiana,
Antiguo y Nuevo Testamento en lengua griega, el cauce de fusión entre la cultura
greco-romana y la tradición bíblica”
19
Ciertos pasajes, al presente considerados como errores o adiciones de los traductores de la
LXX, encuentran sustento en el texto hebreo de Qumran, por ejemplo, el versículo final del
Cántico de Moisés en Dt 32, 43.
19
V. Situación actual
En la actualidad, no cabe duda que los descubrimientos del mar Muerto, hace 60 años,
junto con reactivar los estudios de la LXX tuvieron un efecto divulgador para el
público en general y han puesto como tema de discusión interrogantes históricas, que a
pesar de largos años de investigación, no acaban de dilucidarse. Por otra parte, las
investigaciones científicas sobre Jesús están de moda, especialmente luego de los
descubrimientos de textos gnósticos en Nag Hamadi, cerca de El Cairo, lo cual hace
volver a los manuscritos para revisar y profundizar en el Nuevo Testamento y en la
literatura intertestamentaria.
Prof. Natalio Fernández Marcos. Este proyecto tiene como fecha de finalización
diciembre 2008.
No cabe duda que los estudios sobre la LXX han ocupado y seguirán ocupando un
lugar en los estudios bíblicos y, en los inicios del siglo XXI, los conocimientos sobre
este texto deberían ser cada día más y mejor conocidos, sobretodo en lengua castellana,
porque la LXX resulta indispensable para la actualización del sentido de la Escritura en
la dinámica cultural que asumen la diversas traducciones bíblicas latinoamericanas, en
su búsqueda de acercar la Palabra de Dios a su pueblo.
Ediciones consultadas
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Sources Chrétiennes, 307, Paris, 1983
IRÉNÉE DE LYON, «Contre les hérésies» III, 21, éd. A. Rousseau et L. Doutreleau, SC
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21
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