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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL PARA EL TRANSPORTE

DEPARTAMENTO DE CONSTRUCCIONES CIVILES – SECCIÓN B

SAN ANTONIO – ESTADO BOLIVARIANO DE MIRANDA

Análisis breve a las vidas de los dos Simones:


Bolívar y Rodríguez, y el origen de los ideales libertadores,
que ayudaron a la independencia de América.

DOCENTE BACHILLER;
Ing. Lizeira Aragort. Vásquez Sebastián
C.I 30.915.619

UNIDAD CURRICULAR: Bolívar y el ideario Bolivariano


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Análisis narrativo de la vida de Simón Bolívar

El libertador, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios, nació en la ciudad
de Caracas, en Venezuela, el 24 de julio 1783, siendo hijo de Juan Vicente Bolívar y Ponte, su
padre, uno de los hombres más ricos de la época colonial de Venezuela, y María de la
Concepción Palacios y Blanco, su madre, una mujer que era hija de un magnate caraqueño de
aquel tiempo.

El padre de Bolívar, el señor Juan Vicente, falleció en Caracas el 9 de enero de 1786, a la edad
de 59 años, dejando así huérfano a su hijo Simón a los dos años de edad. Paso algún tiempo
para que la vida le volviese arrebatar un cercano a quien sería en el futuro en estandarte del
proceso emancipador de américa latina; la madre de Bolívar, María de la Concepción Palacios,
murió tuberculosa en Caracas el 6 de julio de 1792, a la edad de 33 años, dejando así, huérfano
nuevamente, a su hijo más joven, Simón, casualmente, esto sucedió cuando este último estaba
cerca de cumplir los nueve años de edad.

Cuando el señor Bolívar, padre de Simón falleció, los hijos de este quedaron al cuidado de su
abuelo paterno; cuando María de la Concepción, madre de Bolívar, falleció debido a los
problemas de salud antes mencionados. El cuidado de su hijo menor, Simón, paso a las manos
de un tío que legalmente tenía la custodia sobre él.

Pasaron los años, el joven Bolívar fue creciendo y desarrollándose cómo individuo;
académicamente hablando, Simón cursó estudios con maestros como Andrés Bello y Simón
Rodríguez, grandes pedagogos que además de formar al joven Simón cómo estudiante, lo
ayudaron a desarrollarse cómo persona, sobre todo este último mencionado. Simón Rodríguez,
maestro con el cual Bolívar desarrollo una gran amistad, que causo que este lo apoyase e
incluso llegase ayudarle con la causa independista de América.

El tío y tutor Don Carlos Palacios, le hicieron trasladarse a Madrid para continuar con sus
estudios. Bolívar en el tiempo que estudio en España, a la edad de diecinueve años, contrajo
nupcias María Teresa del Toro y Alayza, una joven de 20 años que él conoció. Simón termino
regresando a Caracas en ese mismo año, para dedicarse a la agricultura en las haciendas
heredadas. Desafortunadamente, tras 8 meses de matrimonio, Bolívar en el 22 de enero de
1803 se enteró que esposa fallecía de fiebre amarilla. Por entonces tuvo amoríos con Anita
Lemoit, natural de Salamina.

Algo devastado, Simón Bolívar regresó a España y amplió sus estudios con la orientación del
marqués Gerónimo de Ustáriz, quien le introdujo en la lectura de los clásicos antiguos y
modernos, de los filósofos y de los grandes pensadores. Motivado por su espíritu de anhelo,
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Simón recorrió Europa, pasando por España, Francia, y por último Italia. Nación donde llego
hasta el Monte Sacro, localizado en Roma, estando en el sitio, recito la siguiente frase, más bien
juramento, que nació del anhelo y la esperanza.

“Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor y juro
por mi patria que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que haya roto las
cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”. Dijo un Bolívar de 22 años, algo más
maduro, debido a los sucesos antes mencionados, en un 15 de agosto de 1805, estando en
compañía de Simón Rodríguez, su antiguo maestro y Fernando Rodríguez del Toro, quienes
tuvieron la iniciativa de tener un gesto “simbólico” una vez estando allí en el Monte Sacro de
Roma, ya que todos ellos en sí, tenían el sueño de ver a su patria y a América libre del yugo
español.

La vida de Simón Rodríguez y su influencia en la Emancipación de América

Cómo casi todos saben, este hombre, Simón Rodríguez, fue uno de los principales educadores
que tuvieron el honor de formar a quien sería el libertador de 5 países de América Latina, el
nació 28 de octubre de 1769 en la ciudad de Caracas de la que aquel entonces era la capital de
la Capitanía General de Venezuela. Él se desempeñó como un filósofo y educador destacable,
pero más que todo es recordado por ser el “maestro” de Bolívar. Rodríguez comenzó su vida en
la capital venezolana como un expósito. Llegó a ser bien educado en gran parte a través de sus
propios esfuerzos. Desde temprana edad, Rodríguez enseñó y articuló una filosofía educativa
que enfatizaba la necesidad de estudios prácticos y de hacer que la educación estuviera
disponible para todos los sectores de la sociedad, incluidas las mujeres. En su creencia en la
perfectibilidad humana a través de la escolarización, indudablemente estuvo influido por
Rousseau, pero sus ideas también llevaban el sello de su propia personalidad, muy original a
decir verdad.

Cómo ya se sabe, el alumno más célebre de Rodríguez fue Bolívar, estos se conocieron
cuando el pedagogo impartía clases en la que aquel entonces se conocía cómo Escuela de
Lectura y Escritura para Niños, en la ciudad de Caracas.

El joven Bolívar, durante ese tiempo de finales del siglo 17, fue enviado a vivir con quien se
convertiría en su tutor, Rodríguez, esto debido a que el tío y tutor de Bolívar, Carlos Palacios y
Blanco, no podía hacerse cargo de él. Esta situación impacto al joven Bolívar de tal forma, que
este decidió el 23 de julio de 1795 escaparse de casa de su tío y refugiarse en casa de su
hermana María Antonia, que pudo ejercer custodia temporal sobre él, hasta que la Real
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Audiencia de Caracas resolvió el litigio judicial y devolvió a Carlos Palacios la custodia del joven.
Este dictamen hizo que este último se resistiera, pero termino siendo sacado por la fuerza de
casa de su hermana, y además fuera a llevado a volandas por un esclavo hasta la casa de Simón
Rodríguez, un sitio bastante humilde, en el que tuvo que compartir un espacio con otros 20
niños en un espacio no diseñado para ello, circunstancia, que hizo que el joven Bolívar escapase
de allí en un par de veces, ambas siendo devuelto por orden de los tribunales, fue complicado
para el joven fue complicado a adaptarse a tener que vivir de esa forma, pero con el tiempo
"genio" de quien llamaría con orgullo “su maestro”. Lo cautivo de tal manera, que le ayudo a
formarse con ideales emancipadores y libertarios que en el futuro le servirían para llegar a cabo
los planes y batallas que ayudarían a varios países de América el obtener su tan anhelada
independencia.

Alrededor de 1796, Rodríguez salió de Caracas, viajando primero a los Estados Unidos (donde
trabajó un tiempo en Baltimore como impresor) y luego a Francia, donde enseñó y viajó mucho.
En 1804, en París, renovó su relación con Bolívar, y estuvo con él en Roma al año siguiente
cuando Bolívar prestó juramento para liberar Hispanoamérica. Rodríguez regresó a América en
1823 con la intención de ayudar en la construcción de un nuevo orden republicano.

En Perú se unió nuevamente a Bolívar, quien le encomendó la tarea de organizar escuelas allí
y, posteriormente, en Bolivia. Sin embargo, su insistencia en mezclar jóvenes de diferentes
estratos sociales y enseñar oficios útiles a todos en su escuela modelo en Chuquisaca (luego
Sucre) despertó fuertes críticas, al igual que su desprecio por la apariencia personal y las
convenciones sociales. Después de una pelea con el primer presidente de Bolivia, Antonio José
de Sucre, Rodríguez siguió adelante. Durante las siguientes tres décadas dividió su tiempo entre
Perú, Chile, Ecuador y Colombia. En todas estas naciones fue un maestro que se ganó la cálida
admiración de algunos y el duro rechazo de otros. Continuamente publicitaba sus ideas
educativas, su igualitarismo social y causas favoritas como la simplificación de la ortografía del
español.

El más conocido de sus escritos es “Sociedades americanas” en 1828, publicado primero en


Arequipa (1840) y luego en una versión ampliada en Lima (1842). Este gran hombre de grandes
ideas murió de causas en Amotape, Perú. El tener ideales libertarios para que todos por igual
tuvieran el mismo acceso y derecho a la educación, para que así América sea independiente
tanto de forma diplomática, cómo de forma humana.
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Conclusión

Rodríguez fue igual de importante que Andrés Bello, tanto para la formación de Bolívar cómo
para el desarrollo de los ideales pedagógicos y emancipadores que han convertido a la
educación venezolana en una de las mejores del cono sur, debido a la capacidad de abarcar a
cada sector de la sociedad, desde el estrato más bajo hasta el más alto.

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