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Seminario de Intoducción A La Problemática Pedagógica - Material de Lectura Módulo 1
Seminario de Intoducción A La Problemática Pedagógica - Material de Lectura Módulo 1
Problemática Pedagógica
Módulo 1:
“La educación como
construcción social y objeto
de problematización”
Material de lectura
Pensar en Problemáticas Pedagógicas debe remitirnos, en primera instancia, a
procurar establecer algunas definiciones acerca de la Pedagogía y su objeto de estudio.
Por ese motivo, se propone para el primer módulo de nuestra asignatura dirigir la
mirada hacia la educación como construcción social y objeto de problematización”.
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voluntad de dominio. Esto requiere atención constante sabiendo que la mirada
pedagógica se define, en este sentido, como abierta a lo nuevo, explorando sentidos
que remiten a otros sentidos, sin pretender situarse en ningún lugar de pretendido
pensamiento único. Entonces: ¿Cómo hacer que la educación devenga
transformadora?, ¿transformadora de qué y para qué?, ¿qué sentidos nuevos explorar
y por qué?, ¿Qué nuevas categorías deberían ser convocadas para pensar la
educación?
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problemas, sus circunstancias, su contemporaneidad, su imagen corporal, etc). En fin,
¿cómo cuidamos el espacio entre el que enseña (yo) y el que aprende (el otro)?
Al respecto, Ricardo Nasiff en su Pedagogía General expresa: “no solo lógica sino
cronológicamente la realidad educativa precede a la pedagogía. La reflexión y la
sistematización han llegado tardíamente con respecto al hecho educativo, tan antiguo
como el hombre. Pero se han constituido sobre él, pues la práctica alimenta a la teoría
y la teoría debe volverse sobre la práctica para enriquecerla”. Históricamente, quienes
se ocuparon del tratamiento de la educación en la etapa previa a la aparición de la
pedagogía fueron los filósofos griegos (siglo IV – A.C); fuente de conocimiento de
donde emana la tradición intelectual occidental. Durante este período surge la palabra
pedagogía. Etimológicamente deriva del griego paidós: “niño” y “agogía”: conducción.
El concepto primitivo hace alusión al esclavo que cuidaba de los niños y los
acompañaba a la escuela. Es decir, que en su origen el significado de Pedagogía esta
indirectamente relacionado con el de educación y distante del concepto actual del
término. Asumimos entonces que la educación es una práctica social e histórica
particular en proceso de construcción permanente. Como un hacer educativo – no
neutro -, realizado en situaciones pedagógicas concretas que tiene diferentes objetivos
entre los cuales se espera que forme sujetos sociales capaces de transformar la
realidad, actores comprometidos conscientemente con el camino de su emancipación
colectiva e individual para la transformación y humanización de las sociedades
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diferentes de reconocimientos y desconocimientos de la cientificidad de la pedagogía
como campo de estudio de la educación.
Tenti Fanfani (2001) reafirma esta idea cuando explica que antes de la constitución de
los sistemas públicos de educación ya existían escuelas, es decir, instituciones
especializadas en la socialización e instrucción de niños. En esta circunstancia no se
cuestiona la cientificidad de la pedagogía y su saber se encuentra subordinado a la
Filosofía.
En otro contexto, fines del siglo XIX, si bien se distingue entre Ciencias de la Educación
como saber teórico y Pedagogía como saber práctico, se subordinan las Ciencias de la
Educación a la Sociología. A principios del siglo XX, a fin de apoyar el criterio de
cientificidad de la Pedagogía surgen con mucho énfasis la Pedagogía Experimental por
influencia del positivismo – paradigma que desarrollaremos más adelante -, en esta
perspectiva se trasladan los métodos de las ciencias naturales para explicar el
conocimiento pedagógico y para orientar la práctica educativa. Por lo tanto, se
subordina este saber a la psicología experimental y al paradigma de ciencia positivista.
Los posteriores desarrollos teóricos de la pedagogía en el devenir del siglo XX,
muestran el avance de las ciencias auxiliares como son: Sociología de la Educación,
Psicología de la Educación, Filosofía de la Educación, Historia de la Educación – con
diferentes corrientes de pensamiento al interior de las mismas -, como un modo de
explicar la complejidad de lo educativo. Sin embargo, desde la perspectiva de su
estatuto científico (o teoría científica) se va produciendo un proceso de
“autonomización” de dichas ciencias auxiliares y no sólo de inter-relación de los
conocimientos que ellas mismas van produciendo. Según algunos autores esta
parcelación de los conocimientos pedagógicos para comprender la educación no
ayudaron a una revalorización del carácter científico de la Pedagogía, sino por el
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contrario, pareciera que incidieron en una desvalorización de la Pedagogía como
disciplina, a tal punto que se comienza a hablar de “Las Ciencias de la Educación” en
vez de Pedagogia.
Otra cosa muy distinta sucede con la pedagogía. Esta consiste no en actos sino
en teorías. Esas teorías son formas de concebir la educación, en ningún caso,
maneras de llevarla a cabo. A veces se diferencian de las prácticas de uso hasta
el extremo de entrar en franca oposición con ellas […], la educación no es más
que la materia de la Pedagogía.
Luego de esta afirmación, Durkeim inaugura los caminos y las disputas de los saberes
sobre la educación en el siglo XX: habilita y pone en circulación la necesidad de
estudiar la educación como práctica, los sistemas y lógicas que la sostienen, su
funcionamiento, y va a señalar además, que las teorías pedagógicas no van a ocuparse
de “lo que es” sino de “lo que debe ser”, enfatizando su carácter prescriptivo, para
usar sus mismos términos, como “doctrinas” pedagógicas. De allí que la Pedagogía se
conformó históricamente como un saber normativo, propositivo y emancipatorio, y
estas características la definen como tal a lo largo del siglo XX.
Podemos definirla entonces como una mirada sobre el hecho educativo, destinada a
explorarlo, describirlo, explicarlo, pero fundamentalmente a direccionarlo. La práctica
educativa formal es siempre intencional, por esta razón debe tener siempre una
dirección, un sentido, un horizonte. La Pedagogía, anticipadamente, tiene que pensar
en las consecuencias de la acción educacional y por ello, una de sus misiones más
importantes es marcar un rumbo para esa acción, en vistas de objetivos y fines de
carácter social, que van más allá de la producción de conocimiento. (Durkheim, 1950).
Es decir, la pedagogía es una mirada que produce saber, interpreta en un marco más
amplio el conocimiento producido por las Ciencias Sociales y de la educación, pero,
además, debe pensar en perspectiva de futuro lo que sería deseable para la sociedad
en su conjunto, y por ello, debe participar en ese debate siempre vigente que se
pregunta qué es lo que una sociedad ha de querer como estilo de vida deseable para
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todos los hombres. Podemos decir que estos dos elementos: “lo que es” y “lo que
debe ser”, van a hacerse presentes en lo extenso del siglo XX en todas las controversias
y disputas sobre el saber pedagógico. En la práctica concreta, estuvieron, por un lado,
quienes asumieron el carácter prescriptivo de la pedagogía y sostuvieron la necesidad
que toda sociedad tiene de instituir un ideal de hombre, y en ese sentido, la pedagogía
se ocupó de dirimir los principios de este hombre ideal y la búsqueda de la eficacia
para que el ideal se aproximara lo mejor posible a la concepción de este
hombre/sujeto de aprendizaje. Por otro lado, estuvieron quienes rechazaron este
ejercicio del pensamiento pedagógico porque lo consideraban especulativo y
orientaron su ejercicio de pensamiento en una pedagogía de saberes objetivados y
legitimados, se preguntaron por las necesidades reales de una lógica científica en el
campo de lo social y orientaron su trabajo al desarrollo analítico y crítico de las
prácticas educativas. En esta disputa, muchas veces se llamó pedagogía al saber
prescriptivo y ciencia o ciencias de la educación a los saberes científicos que
mostraban cómo eran las prácticas educativas y no como deberían ser. Avanzado el
siglo XXI, este debate no reviste importancia y tiene poca vigencia si pensamos luego
en la aparición en la escena de los desarrollos de pensamiento de las pedagogías
criticas – a los que referiremos específicamente más adelanta, pero resulta de
importancia situarlo como punto de partida del pensamiento pedagógico porque el
debate ubica además, el hecho incontrastable de que el pensamiento científico poco
tiene de objetivo cuando se trata de lo social, y que por el contrario, en muchas
ocasiones guarda estrechas relaciones con el orden político y el sostenimiento de un
estado dado de cosas.
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no tiene derecho a ser tan paciente en el mismo grado, porque responde a necesidades
vitales que no pueden esperar […], todo lo que puede y debe hacer el pedagogo es
reunir, lo más concienzudamente que se pueda, todos los datos que la ciencia pone a su
disposición, para guiar la acción. No se le puede pedir más. Esto, coloca el eje de lo
pedagógico en la necesidad de guiar la acción, una necesidad práctica. Esto presupone
que la pedagogía asume un carácter de saber normativo y propositivo; y asume al
mismo tiempo una relación con la filosofía, con la teoría social y con la política.” El
autor coloca a la Pedagogía y las ciencias particulares en una “relación”, y en esa
perspectiva la pedagogía se sirve de los contenidos, procedimientos, estrategias y
objetivos a lograr.
Sepan que estoy a disposición no sólo en las clases sincrónicas de consulta, sino
también a través del servicio de mensajería interna de la plataforma.
¡Éxitos!
Prof. Matias