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¡NUNCA LUCHES TUS BATALLAS SIN TU ARMADURA!

Efesios 6:10-18
(La Guerra Invisible parte 1)

Vivimos en un tiempo en el cual solo nos enfocamos en lo que vemos, las personas creen
que lo único que existe es lo que ven. Pero hay una ironía, ya que muchas de las películas
populares ahora, tienen como enfoque personas y guerras que trascienden este mundo,
este universo o hasta dimensión.

Hay un mundo que nosotros ahora mismo no vemos, pero existe y podemos ver su
influencia en diferentes comportamientos y decisiones cada día. El mundo espiritual. Este
mundo está en guerra. Hay una guerra espiritual y los cristianos somos parte de ella.

Efesios es un libro que nos habla de Nuestro Andar en Cristo y caminar en Cristo es luchar
esta guerra espiritual. En estos pasajes se nos muestran componentes esenciales en esta
guerra, que son de vida o muerte conocer.

Lo primero que se nos muestra es el sometimiento, la humildad al vivir es fundamental


para empezar a luchar esta guerra espiritual. Sometimiento, amor y humildad como
esposos, esposas, hijos, hijas o trabajadores en cualquier lugar. Pero luego de detallar
estos puntos, nos dice que nuestra vida no solo se rige por nuestro comportamiento
externo, no es solamente necesario el obedecer a Dios en estas áreas, sino que nos dice:

1. “FORTALÉZCANSE EN EL GRAN PODER DEL SEÑOR”.


“Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor”. (Efesios 6:10)

Pablo les va a mostrar ahora que para poder estar completamente preparados para andar
como Cristo deben “fortalecerse en Él y en el poder de su fuerza”. Tenemos que pasar por
esto antes de siquiera pensar en ponernos una armadura para enfrentar una guerra.

Si tomas a un hombre que apenas puede mantenerse en pie y le pones la mejor armadura,
será derrotado fácilmente. Por lo tanto, antes de ponerse el equipamiento para el
combate espiritual deben ser fortalecidos.

Un gran propósito del entrenamiento básico es desarrollar la fuerza física del recluta. Para
que ya siendo fuerte pueda usar las armas y la armadura que les serán entregas. Desde el
inicio Pablo deja en claro que era su intención que los Efesios y, por lo tanto, nosotros,
“(entendamos)… la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que
creemos en él. (Este) Es el mismo gran poder que levantó a Cristo de los muertos y lo
sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestiales. (Efesios
1:19-20)
Dios es totalmente poderoso, en Él está todo el poder y nuestra lucha espiritual, depende
de esa fuerza sobrenatural. Dios en Jesús uso este poder para el bien de Su Pueblo.

Es decir, los creyentes solo son fuertes espiritualmente en el Señor porque todas las
potestades demoniacas, los poderes del mal están debilitados por la muerte y
resurrección de Cristo. No pueden hacer nada que haga peligrar la vida espiritual de
aquellas personas cuya vida viene Dios y viven bajo Su gobierno.

El poder que necesitamos para ser fortalecidos es el poder de Su Propia presencia. Sin Su
presencia en nuestras vidas no tenemos poder alguno contra los ataques de las fuerzas
espirituales del mal. Necesitamos la presencia de Cristo por medio de Su Espíritu. Solo en
Su presencia somos continuamente fortalecidos. Esto no es una fuerza mágica, sino una
relación personal entre Cristo y la persona, viéndose a sí misma como su siervo.

Esto quiere decir que Su fuerza no obrará si nos sentamos pasivamente. Su poder obrará
en mi si confió en El, si entrego mi vida a Él, si hago su voluntad con fe y arrepentimiento
diario, si le sirvo y actuó para Su gloria. Esto es vivir en una relación con Dios, no solo decir
“yo creo o yo confió en Dios”. Tampoco es hacer “cosas buenas” sin depender de Él. No
es suficiente, porque todo siempre estará manchado con pecado.

“La clave es que yo confíe por fe en Su poder y confié en el cada vez más y luego
haga el trabajo”. (y luego viva para Él)

Lastimosamente muchos creyentes quieren vivir para Él y servirle sin hacer lo primero
“Fortalecerse en el gran poder de Dios”. Por eso muchos abandonan al Señor o los
ministerios, se cansan o simplemente se van de la iglesia.

Martyn Lloyd Jones enumeró muchas formas en las que el cree que los cristianos
desperdician su fuerza. Es como si hubieran recibido algo de la fuerza de Dios, pero esta
se filtrará como agua en un balde lleno de agujeros. Estas son cosas que debilitan la fuerza
del cristiano:

 Argumentos, debates o disputas.


 Pereza.
 Demasiado tiempo con la compañía equivocada.
 Demasiadas charlas tontas y bromas.
 Amor por el dinero y la carrera.
 Un yugo desigual con un incrédulo.
 Entretenimiento desagradable.
 Una mala actitud hacia la Palabra de Dios o dudar de ella.

Martyn Lloyd Jones dice: “Tenemos que caminar al filo de la navaja en estos asuntos;
no debe volverse extremo de un lado o del otro. Pero tienes que estar atento. Y, por
supuesto siempre puedes saber al examinarte a ti mismo, si tu fuerza está
aumentando o disminuyendo”.

¿Cómo me fortalezco en el gran poder del Señor?

Una sola manera: desarrollando una relación íntima con El a través de hábitos espirituales
(la oración, la lectura de Su palabra, congregar y otros), todo esto sin dejar de despojarnos
de nuestra vieja naturaleza, forma de ver la vida, renovándonos en el espíritu de nuestra
mente y vistiéndonos del nuevo ser creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.

Este poder nos transforma, transforma nuestra mente y corazón y al mismo tiempo
preserva nuestra vida. El participar de esta relación viva con Cristo nos da una nueva
capacidad para amar, para tomar decisiones que Le agraden y hacer obras de fe por el
poder de Dios.

“Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús.” 2 Timoteo 2:1

Solo así podemos ponernos aquello que nos hará participes de la victoria de Cristo en
esta guerra invisible…

2. DEBEMOS PONERNOS TODA LA ARMADURA DE DIOS.


“Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas
del diablo”. (Efesios 6:11)

PARA GANAR LA GUERRA INVISIBLE TENGO QUE…

a) Vestirme para la batalla.


“Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las
artimañas del diablo.” (Efesios 6:11)

Naciste en una batalla. No pediste estar en esta batalla, pero cuando naciste en esta tierra,
naciste en una batalla espiritual. Hay una guerra invisible entre el bien y el mal, entre la luz
y las tinieblas, entre Dios y Satanás. No son enemigos iguales. Satanás es muy inferior. Él
es un ser creado. Dios es mucho más poderoso que Satanás. Y un día va a acabar con él.

“La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras
de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz.” (Romanos 13:12)

La noche es este tiempo en el cual vivimos, pero que ya llega a su fin. “El día” es el
momento en el cual La luz del mundo venga por segunda vez y acabe con toda la maldad,
incluyendo a Satanás. Su existencia tiene un propósito. La gente debe tomar una decisión,
porque no sería amor verdadero a menos que sea voluntario. Así que Dios nos da la
posibilidad de elegir entre el bien y el mal. Él en realidad está usando a Satanás, a pesar
de que Satanás odia a Dios. Dios saca siempre algo bueno de lo aparentemente malo.
Satanás no puede herir a Dios. Entonces, ¿qué hacer cuando no puedes hacerle daño a
alguien? Le haces daño a sus hijos. Así que, en pocas palabras, Satanás te usa como un
rehén para poder llegar a Dios. El trata de hacerte daño. El verso nos recuerda, que nos
ponemos la armadura de Dios “para poder hacer frente a las artimañas del diablo.”

El diablo es real. Nos gusta bromear acerca de Satanás. Pero Satanás no es una broma. Te
odia y quiere destruirte. Él quiere destruir tus prioridades, tu matrimonio, tu carrera, tus
finanzas, tu vida. Él quiere ver como destruyes tu vida

Se nos dice que Satanás tiene “artimañas” es decir, estrategias, un plan de engaño.
Satanás es sutil e inteligente. Es mucho más inteligente que tú. Nunca vas a ser más astuto
que él.

Ahora en Cristo estamos en medio de esta batalla contra la maldad, pero la buena noticia
es que ganaremos. Y la Biblia dice en 1 Juan, "Mayor es el que está en vosotros que el
que está en el mundo." Puede ser que Satanás no tenga miedo de ti. Pero él tiene miedo
del Que está en nosotros, Cristo. Cuando el Espíritu de Cristo está en nosotros, no
debemos temer a Satanás. Y su Espíritu está en nosotros si nos: Apartarnos de las obras
de Satanás y nos vestimos con nuestra armadura de luz.

b) Conocer a mi verdadero enemigo.


“Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra
autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra
fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.”(Efesios 6:12)

Naturalmente nacemos en ese mundo de tinieblas, siendo dominados por la oscuridad,


por la maldad y por los designios de estos seres. “Porque Él nos libró del dominio de
las tinieblas y nos trasladó al reino de Su Hijo amado” (Colosenses 1:13)

Es Dios mismo quien ahora te ha puesto en Su ejército y ahora aquellos que te dominaban
son tus poderosos enemigos. Hay poderes invisibles de maldad. Estos seres tienen
dominio y poder y lo utilizaran para el engaño, como nos dice la palabra “dominan este
mundo de tinieblas”. Tienen a las personas atrapadas, con falta de claridad para ver la
verdad de las cosas, distraídas en las cosas materiales, les falta el verdadero conocimiento
de Dios y por lo tanto carecen de vida eterna. Estos seres tienen el único fin de destruir y
sirven a Satanás.

Y recuerda que Satanás no tiene miedo de ti. Él no tiene miedo de ti y tú no puedes hacerle
daño. Solo podemos hacerle frente cuando estamos en una relación verdadera con Cristo,
sino hasta nosotros creyentes podríamos caer en sus engaños. Quizás más de una vez, has
un rehén o un peón en el plan de Satanás. No puedes vencer a Satanás solo, pero Dios sí
puede darte victoria.

Quiero que recuerdes entonces que “No todo lo que es espiritual, es bueno.” Hay fuerzas
espirituales de bien: Dios, seres celestiales y sus ángeles, pero hay poderes espirituales
de maldad, demonios y satanás mismo. Hay muchas personas que tienen contacto “con el
mundo espiritual” y esto puede parecer “bueno” pero probablemente están adorando,
intentando comunicarse o siguiendo a un ser espiritual maligno. Todo parece bueno,
hasta que sus vidas terminan y su fin es el infierno.

Como cristiano, Satanás no te puede atacar físicamente, pero si lo hará mentalmente.


Todo lo que hace en tu vida, lo hace por medio de sugerencias. Así que esta guerra
espiritual en la que te encuentras está en tu mente. Esos pensamientos de depresión, de
desaliento, de ira, de miedo y de preocupación, muchas veces vienen del maligno. Ellos
van a venir a ti y tienes que, en ese momento, orar, leer la Palabra y rendir tus
pensamientos a Cristo. Aquí viene el siguiente paso…

c) Usar todas las piezas de la armadura.


“Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el
día malo mal (y hoy, estamos en esos momentos del mal) puedan resistir hasta
el fin con firmeza.” (Efesios 6:13)

Solo si sabes que estas en una batalla, conoces quien es tu enemigo, y estas preparado
mental y espiritualmente para ello, puede tomar toda la armadura de Dios. Para poder
ponerse esta armadura hay una condición fundamental, el sometimiento. Tú tienes que
estar dispuesto a ponerte toda esta armadura, sabiendo que de ello depende tu vida solo
así resistirás al enemigo.

Cuando Pablo escribe este pasaje de Efesios, está en la cárcel. Pablo en este momento
era el preso más famoso en el Imperio Romano. Así que no sólo está en la cárcel, sino que
lo encadenaban las 24 horas del día a un centurión romano. Cuando Pablo estaba
escribiendo esto, estaba encadenado a un centurión romano. Quizás el miraba hacia el
centurión romano y pensaba, “¡yo podría utilizar esto como enseñanza!” Y puedo
comparar todas las partes del traje de un soldado romano y su armamento, y hacer un
paralelo espiritual de lo que necesitamos en la vida para protegernos contra la depresión,
desesperación, derrota, duda y todas las cosas que te desaniman”.

Veremos hoy dos partes de las 6:

LAS 6 PARTES DE LA ARMADURA ESPIRITUAL


1. EL CINTURÓN DE LA VERDAD.
(Efesios 6:14ª) “Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad…”

Lo primero que un centurión romano se pondría sería el cinturón porque este sostenía y
protegía la parte inferior de su abdomen, mantenía su túnica ajustada y sujetaba su
espada. Los levantadores de pesas profesionales usan un cinturón pesado parecido a
este. Ellos lo ciñen en torno a su cintura, y esto les da soporte y estabilidad.
No era sólo para fortalecer la parte central de su cuerpo, sino que también sostenía las
armas que iba a llevar a la batalla. Pablo nos dice que lo que necesita usar un cristiano es
el cinturón de la verdad. Ponernos el cinturón de la verdad es conocer, entender y
practicar la verdad. 1 Pedro 1:13ª dice: “Por tanto, preparen su entendimiento para la
acción…”. No podemos luchar ni vivir sin entender la verdad, sin ponernos el cinturón de
la verdad.

Este cinturón nos da estabilidad en la vida. Si tu vida no se basa en La verdad, entonces


será como un cinturón falso o uno defectuoso, no sirven, estarás desprotegido y
desarmado. El entender La verdad debe guiarnos a vivir la verdad de Dios.

¿Qué representa esto?

El cinturón de la verdad representa la integridad. La integridad es conocer y practicar


la verdad.

La primera cosa que necesitas en tu vida es integridad. Es el cinturón que mantiene todo
en su lugar. Necesitas integridad moral, social, financiera, sexual, etc. Necesitas integridad
en las diferentes áreas de tu vida. La integridad no es sinónimo de perfección, sino de vivir
esforzadamente la verdad de Dios en cada área de tu vida, arrepintiéndote cuando sea
necesario, pero procurando siempre obedecer.

Si tuvieras que ser perfecto para tener integridad, nadie tendría integridad, nadie es
perfecto. La integridad es el esfuerzo por vivir del mismo modo en todo lugar. Integridad
viene de la palabra "entero", que significa "uno solo." En otras palabras, actúas de la
misma manera siempre y con todos. No actúas de una manera en el trabajo y de otra
manera en la iglesia o en tu casa. La integridad significa no fingir.

Esto tampoco es, vivir tu verdad. Por ejemplo, es como si yo tengo un problema con las
apuestas, así que digo “viviré apostando porque es algo que me gusta, aunque es malo,
no finjo, es mi debilidad.” Esto es diferente, esto es consentir el pecado, es vivir en
hipocresía porque conoces La verdad, pero elijes no vivirla. No estamos llamados a vivir
nuestra verdad, sino la verdad de Dios. Y la verdad de Dios siempre va a
confrontarnos con nuestros pecados, y nos va a llevar siempre a luchar con él. Este
cinturón de verdad no es solo una armadura contra Satanás, sino contra nosotros
mismos, nuestro pecado.

Lo contrario a la integridad es conocer la verdad y no practicarla. Y nosotros conocemos


la Verdad de Dios.

Si careces de integridad en cualquier área de tu vida, serás vulnerable. Si dices: "Esta es


mi vida en la iglesia, pero esta es mi vida laboral, o este soy yo con mis amigos pero soy
diferente con los lideres de la iglesia, etc.", careces de integridad, porque no estás
actuando de la misma manera en todas las áreas de tu vida.
La integridad es saber y practicar la verdad de Dios en todo lugar. Eso es lo que te da
estabilidad en el momento difícil, en la guerra espiritual.

2. LA CORAZA DE JUSTICIA.
(Efesios 6:14b) “…protegidos por la coraza de justicia…”

La otra parte de la armadura que veremos hoy cubre muchos de los órganos vitales: el
corazón, los pulmones, el hígado, etc. Ningún soldado va a salir a la batalla sin la coraza.

Como cristianos lo que necesitamos para nuestra protección vital y espiritual es la coraza
de justicia.

¿Qué justicia podría ser? Solo hay una justicia verdadera, la de Dios. La de Cristo. Los
creyentes son protegidos por la justicia de Cristo que ahora les ha sido dada. Todos sus
pecados han sido cubiertos y ya no hay castigo eterno por ellos, sino que han sido
perdonados. Gloria a Dios por otorgarnos esta justicia en Cristo.

Solo así podemos hacer frente a las acusaciones del diablo, que son como golpes de
espada o flechas directas a nuestra alma y corazón. El intentara recordarnos pecados
pasados o tentarnos con nuevos pecados, pero ante esto debemos recordar la justicia de
Cristo para nosotros: somos perdonados y protegidos así que podemos vivir como a Dios
le agrada.

El hecho de saber que somos hechos justos delante de Dios nos llevara a vivir una vida
que a Él le agrade. Los creyentes intentan imitar a Su Señor, su carácter, crecer conforme
a Su imagen y esto los lleva a vencer las tentaciones de Satanás. Eso nos lleva a vivir una
vida pura no solo integra. No solo hacemos las cosas correctas, sino que tenemos las
motivaciones correctas: amor, agradecimiento y adoración a Dios.

La pureza significa mantener mis motivos claros. Mantener limpios mis motivos, es
tener un corazón puro.

La Biblia dice:

Salmo 24:3-4 "¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Quién puede estar en su lugar
santo? El que tiene las manos limpias y corazón puro."

Aquellos que pueden estar cerca al Señor, son aquellos que tienen un corazón puro. Y
esto parece “perfección” nuevamente, pero no lo es. Primero, un corazón puro es forjado
por Dios mismo en nosotros: “Crea en mí, oh, Dios, un corazón limpio…” (Salmos
51:10).

En segundo lugar, un corazón puro significa que, incluso cuando pecas, hay una lucha en
ti, por agradar a Dios.
Y en tercer lugar un corazón puro se arrepiente, toma decisiones para cambiar de rumbo
y ya no pecar así, porque quiere vivir para Dios. Eso es un corazón puro.

Jesús dijo: "Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios."(Mateo
5:8)

Si quieres llevar una vida de bendición debes tener un corazón puro. Así que tenemos
que ponernos no sólo el cinturón de la verdad, la integridad, sino también la coraza de la
justicia que se expresa en la pureza, teniendo motivaciones que agraden a Dios.

Satanás siempre quiere atacarte con impureza, si él puede conseguir esto, estás perdido.
Te atacará intentando que pienses solo en ti, en satisfacerte o en sentirte mejor que el
resto, etc.

Puedes decir: "Veo ese tipo de cosas todo el tiempo o escucho tantas lisuras que ya no
me molesta." Ese es el problema. Si no te molesta significa que tu conciencia ha sido
cauterizada. Si tu conciencia estuviera limpia y pura, te molestaría. El hecho de que puedas
escuchar todo ese tipo de lenguaje y no te moleste, significa que no tienes un corazón
puro y quizás has empezado a ser derrotado por los ataques del enemigo.

Si no tienes un corazón puro eres una presa fácil para Satanás.

Otra manera con la que Satanás tratará de conseguir que seas impuro es a través de la
codicia. Si él puede conseguir que seas codicioso, vas a hacer trampa en tu trabajo,
aceptarás acuerdos corruptos, copiaras en los exámenes, etc. Él va a tratar de conseguir
abrir una puerta en tu vida a través del éxito, o la vanidad, o el orgullo, para que no
dependas de Dios nunca más. Tienes que mantener tu corazón puro. Si no lo haces, vas a
perder la batalla espiritual. Pero, si tienes un corazón puro, Satanás huira. No deberás
tener miedo de él, él tendrá miedo de Quien está en ti y correrá cobardemente.

Te animo a que tomes la integridad y la justicia que se expresa en pureza de mente. Si no


vives así estarás perdido en esta guerra de la que eres parte. Puede seguir viviendo por
fuera aparentemente, pero por dentro estarás siendo derrotado. Quizás nunca has
conocido a Cristo y nunca has podido luchar contra Satanás, eres un esclavo de tus
pecados y deseos. Quiero animarte a que confíes tu vida en Cristo, que le entregues tu
vida y solo así podrías luchar y vencer, créeme que si lo haces, podrás tener vida eterna,
sino, lo único que te espera es la derrota eterna: el infierno.

Oremos.

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