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INGENIERÍA CIVIL
2017
1. HIDRÁULICA FLUVIAL 2
1.1 ECUACIONES BASICAS 2
1.1.1 Introducción 2
1. HIDRÁULICA FLUVIAL
1.1.1 Introducción
La parte de la mecánica de los fluidos que estudia a los ríos es la "hidráulica fluvial". Se ha
sostenido, con razón, que esta no es una ciencia exacta, sino más bien una disciplina
basada esencialmente en la observación y en la experiencia. Basta para confirmar ello,
analizar un texto referido al tema y se comprobará el predominio de fórmulas y relaciones
empíricas. En todo caso, se trata de utilizar al máximo los conocimientos teóricos para
interpretar los fenómenos fluviales.
Pero si bien son escasos los desarrollos teóricos que posibiliten justificar determinados
comportamientos, debido principalmente a la gran cantidad de variables y a la complejidad
de los fenómenos involucrados, la ingeniería fluvial ha alcanzado significativos avances.
Ningún río es similar a otro, tanto que se le considere desde el punto de vista de sus
características físicas, como de su desempeño hidráulico. Por esa individualidad, se ha
dicho que "todo río tiene su propia personalidad". Entonces, necesariamente las
apreciaciones técnicas que se realizan ante problemas similares, varían de un río a otro.
El canal o los canales que configuraron espontáneamente un río natural, sufren a su vez la
influencia del clima, de la vegetación, de la topografía y de la geología de toda su cuenca
(de la cual recibe el agua). Estas variaciones habrá que estudiarlas para conocer la
naturaleza del río y sus reacciones.
Las acciones del hombre sobre el cauce o la cuenca del río, como modificaciones en la
forestación de la cuenca, desarrollo de la irrigación, protección de márgenes,
aprovechamientos hidroeléctricos u obras de control de inundación, etc., pueden afectar
sensiblemente el sistema fluvial (compuesto por el río principal y todos sus tributarios).
Las condiciones necesarias para que exista un río son: un abastecimiento de agua (pluvial o
nívea) y una pendiente por la cual pueda correr. El curso de agua transcurre desde su
nacimiento hasta su desembocadura por pendientes decrecientes hacia aguas abajo. El
perfil longitudinal de un río es tangente al nivel del mar en su desembocadura.
Si bien en la juventud del río su perfil es irregular, con el tiempo tiende a suavizarse y tomar
la forma de una hipérbola, asintótica al nivel del mar, de modo tal que en todas partes
presenta el gradiente mínimo necesario, por lo que se denomina perfil de equilibrio. Existen
también ríos que no desembocan en el mar, denominados endorreicos.
Flujo bidimensional: cuando las características del escurrimiento permitan trabajar con
promedios verticales o transversales de la velocidad, es decir cuando el flujo dependa
sólo de las coordenadas longitudinal y transversal o longitudinal y vertical
respectivamente.
Para describir el comportamiento de los cuerpos de agua que nos interesan partimos de las
ecuaciones hidrodinámicas que expresan la conservación de la masa (ecuación de
continuidad) y de la cantidad de movimiento (ecuación de Navier Stokes).
Utilizaremos como sistema de referencia una terna derecha con el eje z dirigido
verticalmente hacia arriba, como muestra la Figura 1.1.
X
W Y
V
U COORDENADAS ESPACIALES
VELOCIDADES
Figura 1.1 SISTEMA DE COORDENADAS
Para nuestro fin trabajaremos bajo las siguientes hipótesis:
El intervalo de tiempo involucrado para calcular ese promedio será lo suficientemente grande
como para eliminar esas fluctuaciones turbulentas (digamos de orden de varios minutos),
pero pequeño frente al tiempo en que se observen variaciones sensibles en el flujo medio
(Figura 1.2).
<u>
INTERVALO DE PROMEDIO (ALGUNOS MINUTOS)
Esto se debe a que partículas de agua penetran en regiones de distinta velocidad media
(debido justamente a esas fluctuaciones turbulentas, Figura 1.2) y por lo tanto aceleran o
desaceleran a las partículas vecinas con un efecto aparente de esfuerzo de corte.
Trabajar con las ecuaciones de movimiento expresadas directamente según esos valores
medios de las variables permite concentrar el efecto de la turbulencia en términos que
contienen los denominados esfuerzos de Reynolds Tij.
a) ecuación de continuidad:
u v w
0 (1.1.1)
x y z
v ( vu ) ( v 2 ) ( vw ) s 1 y z
g 0 (1.1.2b)
t x y z y z
1 P
g= (1.1.2c)
z
Donde u,v,w son las componentes de la velocidad en las direcciones x,y,z respectivamente
ya suavizadas (promediadas) en el tiempo; s es el nivel del pelo de agua por encima de
nuestro nivel de referencia; y xz y yz son las componentes del tensor de esfuerzos de
Reynolds que actúan sobre una superficie horizontal (perpendicular al eje z) en las
direcciones x e y respectivamente.
Nótese que por haber despreciado las aceleraciones verticales del flujo, de la tercera
componente de la ecuación de movimiento resultó que la aceleración de la gravedad está
solamente balanceada por el gradiente vertical de presión P (ecuación 1.1.2c). Por
integración directa de esta ecuación se obtiene:
P = .g.(s-z) (1.1.3)
Donde se asumió que en la superficie libre (z=s) la presión Ps es nula. Esta igualdad dada
por (1.1.3) está implícitamente incluida en las ecuaciones (1.1.2a) y (1.1.2b), ya que los
términos que derivan del gradiente horizontal de presión se evaluaron según la pendiente de
la superficie libre s.
Por otro lado, si el viento soplara sobre nuestro cuerpo de agua existiría en consecuencia
una transferencia de energía de esa corriente de aire al fluido.
Considerar este efecto implica imponer como condición de contorno que los esfuerzos de
corte del fluido sobre la superficie libre sean iguales al que ejerce el viento sobre la misma.
En particular para situaciones de calma (sin viento) esos esfuerzos en z=s serian nulos.
Análogamente sobre el lecho del río también hay transferencia de energía entre el fluido y
los sedimentos que la conforman. El flujo disipa parte de su energía de movimiento por el
mecanismo de fricción contra el fondo y esto se contempla igualando los términos de los
esfuerzos de corte con los de fricción de fondo.
dA + dQ = 0 (1.1.4)
dt dx
B.ds + dQ = 0 (1.1.5)
dt dx
siendo ahora s el nivel medio transversal o lateral del río en una sección dada. El ancho B se
mide entre los bancos (márgenes) y también se denomina "ancho de almacenamiento" ya
que determina la capacidad de almacenamiento de una sección del río.
En el caso de que una parte de la sección (en los bancos) no participe en la conducción del
flujo (solamente almacena agua), tal como se muestra en la Figura 1.3.b), se efectúa la
integración de la ecuación de cantidad de movimiento sobre el área As (de conducción),
entre los límites y1' e y2'. El perímetro mojado suele reemplazarse por el perímetro de As,
incluyendo por lo tanto bordes no sólidos.
s
h
A
(Zb) Zo B
Pm
ION Bs
AC
ND
INU
AD
E Y1 Y1' Y2' Y2
E
AR
AL
INCIP
AL
PR As
N
CA
NO CONDUCE FLUJO
SOLAMENTE ALMACENA
La dinámica del flujo fluvial está influenciada básicamente por los esfuerzos de corte en el
fondo. Un tratamiento teórico de los mismos puede ser realizado bajo las siguientes
hipótesis:
b = -.g.h.ds (1.2.3)
dx
Se deduce que si la densidad del fluido es constante el esfuerzo de corte varía linealmente
en profundidad, y que la pendiente de superficie libre depende de la fricción de fondo.
La ecuación de continuidad en este caso expresa que el caudal que escurre por todas las
secciones del río es el mismo y no varía en el tiempo:
Q = cte. (1.2.4)
La fuerza generadora del movimiento será en este caso "g.sen()" por la masa de agua
(donde es la pendiente de fondo como se muestra en la Figura 1.3), y deberá ser igual a la
fuerza de resistencia que opone el fondo al movimiento (por unidad de superficie es la
tensión de corte):
donde R = A/Pm es el radio hidráulico medio, que para canales anchos tiende a la
profundidad h.
P = .g.(h-z) (1.2.8)
H = zo + h + U² / (2.g) (1.2.9)
donde zo es la altura del fondo del canal respecto a un plano horizontal de referencia y U es
la velocidad media en profundidad.
dH = dzo = So = I (1.2.10)
dx dx
En un flujo laminar, que es aquel en el cual las partículas se mueven según trayectorias fijas
(sin oscilaciones turbulentas), la viscosidad domina las fuerzas de fricción. En ríos este tipo
de movimiento sólo se produce en una capa o zona muy delgada cerca del fondo.
Para calcular el valor del esfuerzo de corte en el fondo en un flujo laminar se puede utilizar la
fórmula de Darcy-Weisbach:
b = f. . U2 / 8 (1.2.11)
Re = U . h / (1.2.12)
El escurrimiento será laminar si Re < 1000; teniendo en cuenta que la viscosidad del agua es
= 0,01 cm2/s, el producto de la velocidad por la profundidad debería ser U.h < 10 cm 2/seg,
valor muy pequeño para los canales naturales.
Los efectos de turbulencia pueden relacionarse con el flujo medio a través de diferentes
formulaciones. Una forma de encarar el problema utiliza el concepto de longitud de mezcla
(Prandtl, 1925), por el que se supone que las partículas del fluido se mueven vertical y
lateralmente con respecto al flujo medio en una distancia típica L, antes de perder su
identidad por mezcla.
En una capa límite muy cercana al fondo puede suponerse que la longitud de mezcla está
relacionada con la distancia a la pared:
L = K.z (1.2.13)
u* b / (1.2.15)
La validez de esta ley es aproximada, pudiendo darse deformaciones del perfil de velocidad
por efecto de la no uniformidad del flujo, diferencias de densidad, y la acción del viento en la
superficie.
Como u es linealmente proporcional a u*, es posible establecer una relación cuadrática entre
el esfuerzo de corte en el fondo y la velocidad media en profundidad (U):
En las ecuaciones precedentes se supuso que la velocidad se anula a una distancia z o del
fondo.
En realidad, muy cerca del fondo esta teoría no es válida, dependiendo la situación de su
rugosidad, caracterizada habitualmente por medio de la rugosidad equivalente de Nikuradse
k (fondo cubierto por una capa lisa y compacta de granos de diámetro k, que produce igual
rugosidad que el fondo real).
Si la rugosidad es mucho mayor que la capa laminar del fondo (lo cual ocurre normalmente
en ríos), el fondo se denomina "hidráulicamente rugoso", y experimentalmente se determina
que el punto de velocidad nula de la ecuación (1.2.14) zo = k/33, y que la relación entre el
coeficiente de Chezy y el radio hidráulico (o la profundidad en canales anchos) es la
siguiente:
donde el coeficiente de Manning n ha sido tabulado para diferentes condiciones del canal o
río (ver por ejemplo "Open Channel Hydraulics", R. French, Capítulo 4, o Chow,V.T. (1959).
0pen Channel Hydraulics, McGraw-Hill Book Co., New York, USA. (1959)). Esta ecuación
debe utilizarse en el sistema métrico decimal.
Cz = R(1/6) / n (1.2.20)
Por lo tanto la distribución transversal de velocidades sigue una ley proporcional a Cz.h(3/2).
La validez de esta ley es aproximada, como puede observarse en la Figura 1.5, dado que si
el canal no es totalmente uniforme existen componentes de velocidad transversales debido a
fuerzas inerciales que tratan de acomodar el flujo a condiciones de fondo variables, y el perfil
transversal de velocidad puede no estar en equilibrio con el perfil batimétrico (del lecho)
local.
Si bien las fórmulas de resistencia son válidas para flujo estacionario, bidimensional (x,z) y
uniforme, en la práctica se utilizan para flujos ligeramente no estacionarios (ondas de
crecida o de marea), tridimensionales y no uniformes, donde los términos de aceleraciones
convectivas son despreciables.
U
F (1.2.22)
g.h
lo que resulta de una estimación de los órdenes de magnitud de estos términos con respecto
al término de presión g.ds/dx. La ecuación de cantidad de movimiento queda de la siguiente
forma:
1- Q.|Q| _
Cz².R.As².So
dh = So. ______________ (1.2.24)
dx 1 - Q².Bs
g.As3
Sf = __Q.|Q|__ = So (1.2.26)
Cz².R.As²
Para la profundidad normal la pendiente de superficie libre es igual a la del fondo (la
profundidad es constante). El flujo se denomina "uniforme", y sólo puede darse si la
pendiente de fondo es distinta de cero (no existe para fondo plano).
hc = ( Q² / (g.Bs²))(1/3) (1.2.29)
Como consecuencia de las relaciones obtenidas para flujo uniforme hay una relación entre el
nivel y la descarga o caudal conducido por un río, denominada ley H-Q, que en el caso de un
canal ancho y rectangular tiene la siguiente forma:
El desarrollo que se efectuará se limita al análisis de ondas largas, cuya longitud sea mucho
mayor que la profundidad de agua. Quedan pues excluidas las olas generadas por el viento,
considerándose las ondas de marea y de crecida.
Se tratará el flujo en canales o ríos desde un punto de vista unidimensional. Las ecuaciones
de continuidad y cantidad de movimiento (ecuaciones de Saint Venant), simplificadas para
un canal prismático de sección arbitraria, pueden escribirse como:
B.dh + dQ = 0 (1.3.1)
dt dx
Q = Qn. S f /S o (1.3.3)
Onda Cinemática
Onda Difusiva
La ecuación (1.3.4) es la curva de descarga dinámica, y brinda una ley H-Q en forma de
loop (menores caudales cuando la altura crece que cuando baja), como se muestra en las
Figuras 1.6 a) y b).
Los modelos de resolución que aplican la analogía de onda difusiva se basan en la ecuación
de continuidad y en los términos marcados de la ecuación (1.3.4), los que en conjunto
resultan en la siguiente ecuación:
c = 1.dQ (1.3.6)
B dy
72
64
56
48
Caudal [m3/s]
40
32
24
16
8 SE-6
Modelo
0
73
74
75
76
73,1
73,2
73,3
73,4
73,5
73,6
73,7
73,8
73,9
74,1
74,2
74,3
74,4
74,5
74,6
74,7
74,8
74,9
75,1
75,2
75,3
75,4
75,5
75,6
75,7
75,8
75,9
76,1
76,2
76,3
76,4
76,5
76,6
76,7
Nivel [m]
Figura 1.6 b) Influencia del pasaje de una onda de crecida en un canal de drenaje en la
Provincia de Buenos Aires (loop sobre nivel 76 m) e influencia del remanso para diferentes
condiciones hídricas aguas abajo, en la zona de desborde sobre la planicie (Nivel 75 m).
En estos modelos se ignoran los términos de inercia y pueden ser aproximadamente válidos
si se cumple que:
hn
Tp 30 / So (1.3.7)
g
Los modelos de onda cinemática asumen que el caudal es siempre igual al normal,
despreciando los términos de inercia y presión frente a los de gravedad y fricción, quedando
las ecuaciones de Saint Venant reducidas a:
1.dQ + dQ = 0 (1.3.8)
c dt dx
Para obtener una razonable precisión en estos modelos debe cumplirse que:
171 hn
Tp (1.3.9)
S o Un
Esto implica que esta ecuación se puede utilizar para ondas más cortas en canales de
mayor pendiente, por lo cual suele utilizarse en ríos de montaña.
Los modelos dinámicos son los más complejos, y deben ser usados cuando los períodos de
onda son relativamente cortos, como ser en ondas de marea. Su resolución se efectúa a
través del empleo de modelos matemáticos.