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Tema 03 El Sábado o El Domingo
Tema 03 El Sábado o El Domingo
El otro día una familia me contó que recibió una visita de un señor muy educado. Y con
la mejor de las sonrisas, el hombre les ofreció en venta unos hermosos libros de cultura
general. Dicen que habló tan bonito de tantas cosas... pero al final terminó con un tema
de religión, diciendo que los católicos están equivocados, que, según la Biblia, deben
reemplazar la celebración del Domingo por la del sábado, pues el sábado es el día
bíblico y el Domingo es una adulteración de los católicos.
Bueno, antes que hablar del día Domingo o sábado, debemos decir que los hermanos
adventistas son, en esta observancia del día sabado, tan escrupulosos como los fariseos
que nos pinta el santo Evangelio. No han aprendido nada de la «libertad de espíritu» con
que Jesús hablaba del día sábado.
Además los adventistas estudian la Biblia en base a textos aislados, y olvidan que la
Revelación Divina sigue en la Sagrada Escritura una evolución progresiva; y, sin seguir
esa evolución en los diversos libros inspirados, es prácticamente imposible comprender
el verdadero sentido de una enseñanza bíblica.
No debemos quedarnos con unas pocas páginas de la Biblia, sino que debemos leer toda
la Biblia.
Ahora bien, ¿de dónde viene el día sábado como séptimo día consagrado a Dios?
Leemos la Biblia: «Así fueron hechos el cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos. Dios
terminó su trabajo el séptimo día, y descansó en este día de todo lo que había hecho.
Bendijo Dios el séptimo día y lo hizo santo porque ese día El descansó de todo su
trabajo de creación». (Gén. 2, 2-3)
«En seis días Yavé hizo el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos, pero el
séptimo día Yavé descansó, y por eso bendijo el sábado y lo hizo sagrado». (Ex. 20, 11).
«Seis días trabajarás y harás tus obras, pero el séptimo es sábado de Yavé tu Dios»
(Deut. 5, 13-14).
Nos damos cuenta de que en estos textos la palabra «sábado» (descanso) tiene para los
istraelitas del Antiguo Testamento un nuevo sentido, un sentido religioso. El sábado les
recordaba la creación de Dios en seis días con su descanso en el Séptimo día; este
último día es consagrado a Dios. Y el hombre también con su trabajo imita la actividad
de Dios Creador y con su «descanso» («sabat») del séptimo día el hombre imita el
reposo sagrado de Dios. (Ex. 31, 13).
Así el día sábado se convirtió para los israelitas en una señal, en una de sus prácticas
más típicas e importantes. Esta señal del día sábado y la circuncisión eran características
mediante las cuales el pueblo de Israel se distinguía de los otros pueblos que lo
rodeaban. Y durante toda la historia del A.T. el pueblo de Israel guardó fidelidad a estas
dos señales.
Con el tiempo la práctica del reposo del sábado fue asumida por la ley judía en forma
muy estricta, con 39 prohibiciones de trabajo: prohibición de recoger leña (Núm. 15,
32); prohibición de preparar alimentos (Ex. 16, 23); prohibición de encender fuego (Ex.
35, 3); etc. Poco a poco la práctica del reposo del sábado se convirtió en una
observancia escrupulosa e hipócrita. Los profetas del A.T. lanzan una dura crítica contra
la práctica legalista del sábado que ha convertido a los israelitas en un pueblo sin
devoción interior (Os. 1, 2 y Os. 2, 13).
Jesús no suprime explícitamente la ley del sábado. El, en día sábado, visitaba la
sinagoga y aprovechaba la ocasión para anunciar el Evangelio (Lc. 4, 16). Pero Jesús, al
igual que los profetas, atacaba el rigorismo formalista de los fariseos y de los maestros
de la Ley: «El sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado.» (Mc.
2, 27). Para Jesús el deber de la caridad es anterior a la observancia material del reposo;
por eso El hizo varias sanaciones en día sábado, obras prohibidas en este día. (Mc. 3, 1-
6; Lc. 14, 1-6; Lc. 6, 1-5). Además Jesús se atribuyó poder sobre el sábado: «el Hijo del
hombre es Señor del sábado.» (Mc. 2, 28). En otras palabras, Jesús es dueño del sábado.
(Lc. 6, 1-5).
Por supuesto que esta nueva manera de observar el sábado chocó violentamente con la
mentalidad legalista de los fariseos. Y éste era uno de los cargos graves contra Jesús (Jn.
5, 9). Pero El estaba consciente de que, haciendo el bien en día sábado, imitaba a su
Padre, el cual habiendo reposado el sexto día, al final de la creación, continúa rigiendo
el mundo y vivificando a los hombres. «Mi Padre ha trabajado hasta ahora, y yo
también trabajo» (Jn. 5-17).
La actitud de Jesús frente al día sábado nos enseña que él actuó con libertad de espíritu
frente a esa ley, y nunca consideró la observancia del sábado como algo esencial en su
prédica, esto era para Jesús algo menos importante.
Pero Jesús dijo claramente«que no vino a suprimir la ley sino a darle su verdadero
significado» (Mt. 5, 17). En su actitud no se trata de cumplir la ley al pie de la letra, sino
que promueve una evolución de la ley hacia su perfección.
3. La Resurrección de Jesús.
Nosotros también hemos recibido la promesa de entrar con Cristo en este reposo (Hbr.
4, 1-16). Entonces, el día Domingo, «el día del Señor», será el verdadero día de
descanso, en que los hombres reposarán de sus fatigas a imagen de Dios que reposa de
sus trabajos (Hbr. 4, 10 y Apoc. 14, 13).
Jesús había dicho: «Yo no vine a terminar con la ley , sino a completar la ley, dándole
su última perfección» (Mt. 5, 17). San Pablo en sus cartas desarrolla esta misma idea:
«El fin de la ley es Cristo» (Rom. 10, 4). Así para el apóstol la plenitud de la ley no se
encuentra en el cumplimiento literal de la ley, sino en la fe en Cristo. Pablo dice que «la
ley ha sido nuestro maestro hasta Cristo» (Gal. 3, 24) y con Cristo se inicia la Nueva
Alianza (1 Cor. 11, 25).
El apóstol Pablo tuvo sus discusiones acerca del día del Señor. Al comienzo tenía la
costumbre de predicar en las sinagogas el día sábado para los judíos, pero cuando le
rechazaban sus enseñanzas, él se volvía a los gentiles. En este ambiente no judío, Pablo
no daba importancia a las costumbres judías, como la circuncisión, el día sábado, etc.
Pablo se reunía con los nuevos creyentes el primer día de la semana, y trasladaban las
prácticas que los judíos solían hacer en día sábado, como la colecta de la limosna, al
primer día de la semana. (1 Cor. 16, 1-2)
Esta actitud en favor de los gentiles convertidos provocó una fuerte discusión en la
Iglesia. Luego, este asunto fue tratado en una reunión en Jerusalén, con los apóstoles y
ancianos de esta Iglesia. Ahí tomaron la decisión de no imponer a los gentiles
convertidos ninguna carga o práctica judía, salvo lo absolutamente necesario (Hch. 5,
28-29). Con esta decisión quedó abierta la puerta a los gentiles, sin obligarlos a la ley
judía. Ahora bien, Pablo escribe a los Colosenses: «Que nadie los moleste a ustedes por
lo que comen o beben, o con respecto a días de fiesta, lunas nuevas o días de descanso.»
(Col. 2, 16) Además criticó el afán de dar demasiada importancia a ciertos días
(sábado), meses, fechas y años (Gál. 4, 10). El siempre recomendó evitar estas
polémicas secundarias y dar importancia a la caridad.
6. Consideración final.
Los católicos, entonces, estamos en la verdad al celebrar el día Domingo. Para terminar,
repito las palabras del apóstol Pablo: «Que nadie les critique por cuestiones de comidas
o bebidas o con respecto a días de fiestas, lunas nuevas o días de descanso... Todo esto
es sombra de lo venidero» (Col. 2, 16-17).
Me consta que muchos adventistas pasan como obsesionados casa por casa llamando a
los católicos a cambiarse de religión por la cuestión del día sábado. ¡Como si esto fuera
lo más importante de la Biblia! Y me consta que muchos adventistas al pasar por las
casas de los católicos les piden la Biblia y les leen los textos aislados del A. T, donde el
Señor llama al pueblo judío a santificar el sábado, y dicen a la gente: «Fíjense, en su
misma Biblia católica Dios manda observar el sábado... ¿No ven que ustedes están
equivocados?».
Esto es abusar de la Biblia y de la buena fe del pueblo sencillo. Es usar de una verdad a
medias para sembrar dudas y perturbar a la gente sencilla. Por eso es conveniente que
ustedes, amigos, lean varias veces este tema hasta que se empapen bien de lo que aquí
se dice, y cuando pasen los adventistas sepan qué responderles, con caridad sí, pero
también con energía y con claridad.
Cuestionario
¿Qué enseñan con insistencia los Adventistas sobre la observancia del sábado? ¿Qué
dice la Biblia en el A. T.? ¿Cómo la Iglesia Católica pasó del Sábado al Domingo? ¿Hay
una evolución entre A. T. y N. T? ¿Consideró Jesús la observancia del Sábado como
algo esencial? ¿Qué dijo Jesús en Mc. 2, 28? ¿Por qué los católicos observamos el
Domingo? ¿Cuál fue la práctica de San Pablo?