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i {he Kennet Galbraith sn ‘qos Baya cometary ean prot, cals rai oe a tele Winn en un arteu unr 0 tn dncaan sobre lo gue ext ‘ule needa ynbre cme ‘emenrns Sin emarge, hay go gue debra Nacerse 22 po lmpo no we Dace inva y determina {arte cade dd -bovna, sto fom ana soled fisting Poneiver perfects Nelo quceafactie eryoe ol dere tlodad perfeeta, retina a ngs fe los sigioe por ‘Greunetancin actual ber ‘tad persnal ur benestar exe ‘daly n pod de seeder ‘una vids eateatoria, Un pro =a we ee eee ee se a 2 rua con ona diene ei, ‘porcmiddes de empl para Telos ens scene se suridad parn quienes In nese ‘itn, prohibit de a forma de ariqueimiente Gnarcere ‘ta de oe dems y ona at {oe eooperaivs hae fm franteestrajere Salah Taben estas pg as de eran obj tivo y de ns abe eulon que es ‘ncn pes en 1 economia para ‘in tural, proteger « leo ern {eo empleats 0 ‘combatir Ins ten ‘donsias astoden roca del te ma, aria lapel devo de ‘medoeaco, awstats Inmigrantesexranjeron el drone baer st probes miento sélo queda la interven- | £1 buen sistema econdmico 59 brenderlacolectivamenic la sociedad actual, Una vee més Sj desafortnado hecho se afima de ors: no hay ninguna ‘ltemativa eficaz. Lo que se descarta por consideraro dite ‘esd el punto de vista funcional e ideolégicamente anacré. ‘ico es Ia Unica manera de evitar epetidos periodes de on, tancamiento y desempleo. En el Inviemo de 1995 a reign elegida mayor epubi- cana del Congreso estadounidense, con algin apoyo demé. ‘ral, por un par de voto no presents a los esados de la Unign una enmienda constitucional que exit el equilitvie Presupuesiario salvo en tiempo de guerra, Esta podria haber {ido la propusta legislativa econsmicamente més regresiva e105 times aos, concurso nada fil de ganar Hubicra xigido aumentos fiscalesy redocién de Tos gastos de la ad ‘ministracién central cuando el fujo normal de entrades esta tales ya estaba reducido por la recesin 0 depretisn. Y hubiers in de que estn lejos de ser aeptadas ls medidas rece. Saris para contapesar el boom y la recesiGn, el includible (60 Una sociedad mejor Hay que mencionar un iltimo punto, El fracaso econémi 0, el desempleo, se achaca cominmente a los trabajado- res, Una respuesta estindar para mejorar Is estaaticas de ‘desempleo es Ia invocacién a la mejor preparaciGn de los trabajadores. Ese es el remedio poltcamenterespetable, La ‘educacin, la preparaciGn, es desde luego fundamental para una sociedad buena, lo cual se subraya en otro lugar. Pero no es rélevante para las depresiones ccleas de que nos ocu. ‘pamos hora. Cuando llega la depres o recesién se ven sfectades tanto los cualifcados como los no cualificados,, os informados como los ignorantes. DE €t6 no cabe dudar La peticién de trabajadores mis preparados como remedio Para el desempleo inducido por la recesin es el dltimo re- ‘curso para la inteigencia liberal vacua, Una sociedad mejor debe enfrentarse a la depresién, a la recesiny ale wicamienlo que afligen ala actual economia de mercado. Pero tamiigh debe enfrentarse alos problemas de alto pleno empeo, a la inftacion y a la preferencia profun- ddamente encubieta de tgunos, en reatidad de muchos, por 1 estancamiento econsmico. ¥ queds la tan controvertida ‘uestiGn del deficit. Estos son los temas de los capitulos siguientes, oer get La inflacién C 2 si staat antes, dos problemas expecianen tc difcilesestorban la busqueda de la buena economia 120. <¢ lt posiilida, cai la seguidad, de que con pleng 23 lene empleo y con unin gine soe ‘si6n econémica habrs algo : {ancamiento ni conta el desemplce, prefriendols much insior due las medidas que los watarian con eficacia yells 89 de inflacin a que asi se propcira. Slo que de hecho sta referencia no debe admis, ni sig 62 Una sociedad mejor de la inlaci6n se convierten, junto con el détcit presupues- tario que tal vez haya estimilado esa recuperacion, en las cevestiones econémicas de que mds se habla. Y las causas que ‘ontrola la inlacin ys no se ponen en duda, El flujo dela demands que despej los mercados.expande la prodvccin y saumenta la necesidad de trabajadores, también permite ine Tuctablemente que los precios suban. Esta oportunidad seri entonces explotada 0 forzada. Y donde hay oportunidades generale de empleo, siempre hab escasez de trabajo ge- eral, regional o setorial. Esa escase se superaré mediante Jn oferta de salrios ms alos, sabiendo que, en un mercado fuerte que ha dado lugar a la subida de los Salaros, ls eos- tes afadidos pueden traspasarse al consumidor. Y os salarios mds altos conducirdn a mis demanda, a mis presin sobre los mereados 1 mercado fuerte y las mores ganancias de ls empre- saris también estimulan, no es menester decrl, las reivin- dicaciones de los sindicatos, una fuerza en decadencia en Estados Unidos, pero todavia apreciable y socialmente esen- 3. Estas reivindicaciones, ass vez, proporcionan tan jus- tiffcacin como necesidad de subir los precios. La economia no siempre celebra sus insolubles. Lo hace, por ejemplo, en la euestin del empleo y Ia inflacion, Hace ‘muchos aflos que la curva de Phillips, de A. W. Philips, de 4a London School of Economies y de la Universidad Nacio- nal de Australi, identifies la clara disyuntiva —Ia renun- cia — entre mucho empleo e inflacién 0 desempleo y precios 1a infaciin 63 ‘elativamenteestables. Esta disyuntivaesté presente en todo el pensamieno aceptado, En tiempos recientes, sin embargo, ha habido un signfi- cativo cambio en la preferencia entre la inflacign yel desem- leo. Antes, ef desempleo era el miedo dominante; el pleno ‘empleo era la prueba primordial del buen funcionamiento evondmico. Asf permanece en buena parte de las formula- cones econémicas respetables. Pero la realidad mas profun- da es que la inflaci6n es considerada ahora por la fracciéa mas influyente-de ta sociedad actual la amenaza principal ‘contra el buen desenvolvimiento econémico; los precios stables constituyen el objetivo predominante, Desde esta perspectva, el desempleo se ha convertido en un insrumen- to para estailizar los precios. Esto refleja una nueva reac ad, perceptible aunque no se describa a menudo con tanta contundencia, tan presente que incluso molesta. Et hecho dominantees que, en el sistema econémico y la ‘sociedad actuales, quienes tienen voz e influencia politicas ‘© Ven més perjudicados por la inflacién que por el desem- leo. El desempleo To padecen los afectados y sus familias: Sut sufrimiento pueden tclerarlo fécilmente quienes no lo cexperimentan, De hecho, el desempleo tiene algunos efectos atractivos desde el pinto de vista social y econémico: los servicios estén bien provistos de trabajadores anhelants, forzados Por la falta de otras cportunidades de empleo; os trabajado- Tes con empleo bien pueden ser més cooperatives, ineliso éciles, 10 mismo que sus sindicatos, por miedo al desem- leo, ¥, lo que es ain mas significativo, para la mayor parte 64 Una sociedad mejor de los ciudadanos, incluidos los que tienen voz politica con inluencia, la falta de puestos de trabajo no constituye una La inflacén, por el contrario, extiende su red a todo to !ancho del sistema econdmico actual, Las muchas personas {que viven de ingresos fjos, de pensions, de ahoros acumu Taos; fa temen como no temen al desempleo, Incluso sila tasa de beneficios se mantiene pareja (mediante indexacién) al creciente coste de la vida, la subida de os precios sigue inculcando sensacidn de insegurided. Los sumenios se apre- ‘ian a diario; ls aust proporcionales (por indexacién) slo ‘curren a intervalos que Hegan a ser anuales. La estabilidad de los precios parece mucho mejor Enire quienes prefieren la esabilidad de los precios con Adesempleo sobresal la comunidad financiers, Esta compren- 4e los bancos centrales en Tos que, en el caso del Sistema de Ja Reserva Federal, se ha concedido alos banqueros una vor ‘estatutaria. ¥ los baneos comerciales, las sociedades de in- versién y el gran mundo financiero, Todo el que presta dinero desea que se le devuelva con més o menos el mismo poder de compra. La inlaciGn atenta directamente contra este deseo. Y ademas se produce aqui un fuerte efecto subje- ‘ivo, Evitar la inflacién ocupa un lugar independiente como prueba decisiva de la calidad de fa gestiGn financiera La in- flacién proyecta una sombra alargada sobre la gest, mos- trando sus defectos. El banquero central competente es el que ‘minimiza la inflaci6n. El hombre en cuestién —no es éste terreno de mujeres— no se ve sometido a un examen similar en lo tocante al desempleo. Laiflacion 65 Si bien en ocasiones se expresa abierimente —aEI de. ‘Sempleo no es asunto mio», los retores de los bancos cen- tales y de la comunidedfinanciera en general tratan con cer ta reticenca el pape estailizador de los precios que cunple el desempleo, Se acepta que es de temer y deplorable una re ‘duocién demasiado grande © demasiado répida del desem. Pleo: Jo dio que se ele es la aprobacion expliita de que xis una gran reserva de gente que busca trabajo con anse. dad y la mencién de la func estabilizadora do los precion ‘que desempens, Una sociedad buena y factible no puede esperar una ‘econciliacién del pleno empleo con los precios absoluta ‘mente estables. No obstante, algo puede acer por inininzar l conflicto entre ambas cosas. Ineluso en un mutido donde ha disminuid la fuerza de los sindicatos, puede haber un ‘econocimiemto y una limitacion de la espiral de salarios y Brecios. Los acuerdos salurales pueden mantenerse dentro del marco de la esiructura de precios existent, Hace tempo ie se ha aceptado que esto es uno de los rasgos de las ne. ‘zociaciones de ls sindicatos en Europa: no es sorprendente ve haya dado en Mamarse wel modelo europeor. Por su pa. tc la patronal debe mostrar respeto por la conteniién de los ttabajadores manteniendo los precios estables, En otros tiempos, los gobiernos, tama si eran de talante ‘Conservador como si eran liberales, incluidos los de Estados Unidos, han instado a a contencin de precios y salarios, im pPonigndola de vez en cuando con controles de precios y sa. latios. Esto, no obstante entra en conflict con la estructura 65. Una sociedad mejor fundamental del sistema de mercado y ssimismo con puja: tes acttudes y ereencias econémicas y politicas, A lo mis ‘que se puede instar hoy, en las negocaciones de precio y sa larios, es aun sentido de la responsabilidad que refleje el imeréspiblico general ‘La disyuntiva entre el desempleo y la inflacién no pue- e ehidirse; hay qe afrontarta. Una buena sociedad no puede ida, al infortunio relegar una parte de la poblacién a la ociosidad, social y a la privaciéa econémica, con abjeto de lograr la estabilidad de los precios. Debe aceptarse como necesario el mal menor de que suban los precios. Nunca puede defen-

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