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AgorA Cuaderno de Estudios Politicos Yeltsin, Lech Walesa y otros, Las nuevas democracias on el tratamiento de las relaciones clvico-militares que cen la mayoris de sus o:ros desafios. Conservar lo obtenido depende ahora de su habilidad para enfrentar las enfermedades que existen fuera de sas fuersas armadas y dentro ce sus sociedades. propios palses Bor fueron mis exhos nde Ignacio Birk AJUSTANDO LAS FUERZAS ARMADAS A LA DEMOCRACIA: LAS FF.AA. COMO ACTOR POLITICO EN LA EXPERIENCIA DEL CONO SUR" Carlos H. Acuiia CEDES- CONICET Catalina Smulovitz Universidad Torcuato Di Tella CONICET Introduccién La mayorla de los trabajos que analizan las Sur latincamericano acentt eferirse a l 7 (Ge ghia ebro rae 1 diner poli: de los mismos, Ia [teeta ss identificada como la variable clave para Compr A sus planes politicos de mediano/lasgo plaz« mo y del modelo de acumulacién semi-errado, le aeociberal mI doctsina de seguridad nacional son los argumentos recy rrenves para explicar los conflictos sociales y el disefio de las esiructuras politico-institucional fan asegui un “ ” ‘Sin embargo, a @ ve observa que ee ee eat cise Tens Ogee ae plo cc Una versién ais breve de este (abajo be sido publica as! como las dictady since ene écaica de 4 as uy, a rados tO SIO @ coos. en E. Jatin (comp), Hana Right Justice ana Soin in Latbs Amante, Westview, Boulder, Coloraa, 1995 Agoeh mam ira de 1986, pgs 97-133. %s Agee i, S$ / Ian de 1996 é El abjetvo de es explivar «partir dl anisis compara ode eto 5 Beene onal de cig de [gs relacones cvicomiiares, sino tambien ‘Argentina: del gobierno a ‘a subordinacién oliticos de las FAA, y sus effcros sabre ba apertura democritica y la reapertura de fue se context, distintos ociopoliticas desarollaron un comportamiento “defensivo” por los beneficios aleanzados por alguno de ellos fucron neutealizados por el veto de los otros dentro de plazas cada vez mis 00 capital/trabajo, ¥ rt roduvcién de inestab lidad result6 en una estalada donde los ciclos de éxito/fracaso fueron cada vez mas cortos y la “neutralizacién” de bene- ficios y transferencias de poder cada vez mis violentos. Hobo, sin embargo, en esie cuadro de alta inestabilidad politica a: gunas constantes: el peroniuno mantuvo su primacia como mayoria elec torel, y durante la mayor parte del periodo las FF.AA. no estuvieron dis puestas 2 pérmitir que camdidatos peronisias accedieran a controlar espz- stituclonales Considerados claves, En 1972, una conilictiva y violent racial articulada con demandas de apertura democritica oblig6 @ ats so sabe fa grasa dear FRA, del Cano Sur a disincas eens deans prods de nveigacones qo ta stn so deta La iss dscns nero sap cone! soya ete job DB Carine . Mac nue Fanti, Fd Founcavon y dl NowshSouih Cenc de le Urivenidad de Un pie rs eas egal ea Cao Fy Cain Sans (99) Por ta prt gacomo a clabrain de Lesnar ers Esq sre Quevedo, Pablo Frelrch y Nes iene Secanpe Restive, quienes han colabo ve CorlorAawte y Cetalina Solocite 9% las FF.AA. a aceprar elecciones libres en donde, por primera vez desde 1955 a nivel nacional, se aceptabs como resultado {a eventualidad de una victoria peronista. El gobierno peronista surgide en 1973, cay6 en marzo de 1976 inmerso en una profunds crisis econémica, social y politica carac- terizada por la Jotensificacién de la violencia politica, de la movilizacién social y por ls hiperinflacién. En 1976 las FFA. tomacon el poder con el diagnéstico de que la crisis argentina se debia no solo a ta accion de la gue- rilla, al “desborde” del poder sindical y al peronismo, sino también 4 su economia semicerrada, a fa industralizaci6n subsidiads y a le Sp. ibn” de la transferencia de los recursos, ‘Las esteategias politicas de la conduccién militar que Liderd el go- bierno militar mostraron tres momentos claramente diferenciados. En wna primera etapa (1976-1978) el objetivo central fue resubordinar violenta- mente a la sociedad bajo el control estatal, La segunda etapa, 1978-1982, tuvo como objetivo ef diseiio del orden. politico futuro y le tercera, 1982- 1983, se caracteriz6 por Is prosecucién de “objetivos de minima” en un coniexto de crisis y sbandono del gobierno. ‘Cuando la Junta de Comandanres tomé el poder, anuncié la desti- tucidn de las autoridades constitucionales, modificé las reglas de compe- tencia y funcionamiento del gobierno y reglamenté el funcionamienwo de los drganos de gobierno. La Junta disolvi6 el Congreso Nacional, las legis laturas provinciales y los Concejos Deliberantes, ororgé facultades legisla tivas al poder ejecutivo, modificé la composicién de la Corte Suprema Nac Gional y de los Tribunales Superiores de Provincia y declaré “en comisién” ala totalidad de los jueces, recorté el derecho a la libre asociacién y sus- pendié Ia actividad politica de los partidos, prohibié la actividad gremial, restringid la libertad de prensa y esablecié que aquellos que alseraran el ‘orden publico serlan juzgados por tribunales militares a través de procedi- smientos sumarisimos. 'Y si bien todos estos rasgos caracterizaron a la dictaduca militar ar gentina, la naturaleza y magairad de la represién ilegal implementada fue tuno de los aspectos que la diferenciaron de experiencias dictatoriales pasa das. La Comisin Nacional sobre la Desaparicién de las Personas (CONADEP) documenté en 1984 la desaparicign de 8.960 personas, aun- que aclaré que extimaba que el mimero de vicsimas excedia significative: mente los 9,000 casos. Amnesty International catculé que el numero de victimas superaba las 15.000 y otros organismos defensores de los derechos hhumanos han sostenido que fas victimas aleanizaron las 30.000 personas. Ta Junta definid ademis los mecanismos instiucionales que gober- narfan el proceso de toma de decisiones de Ja corporacién militar y fa mo- dalidad de la esteategia represiva. La fijacién del mecanismo de toma de de Cisiones estaba destinado a garantizar que el poder politica fuese ¢jercido por la corporacién militar en forma conjunta (Fontana, 1987). La Juata Militar, maxima autoridad del estado, renia atribuciones para fijar las direc tivas generales del gobierno, para designar al presidente, a Jos miembros de Agorh mim, 3 /Inoierne de 1996 1a Conte y a todos los func onarios del gobierno. Este ejercicio conjunto del poder suponfa Ia asignac.én, en base a un criterio proparcional de divi sidn por tercios, del control de las distintas jurisdicciones del aparato esta- tala cada una de las armas. El objetivo era evitar le dificultades ds suce. sin y la personalizacién del poder que habian caracterizado al gobierno militar argentino entre 1966,y 1973. En septiembre de 1975 el Comandante en Jefe del Ejército decidié que ls represién debia ser clandestina y que debfa, no slo de neutralizar sino también de exterminar ficamente a gran parte de lot militantes one sitores (estavieran 0 no reacionados a la lucha armada)(Camps, 1981; Mignone, 1990; Frontalini y Caiati, 1984, pags. 32-33 Guest, 1980, pags 24-22; Urlarie, 1992, pig. 97. Se decidié exterminar fisicamente a un gran mimero de opositores a fin de impedir que un fururo gobierno civil les ‘ororgase la liertad y se gencrase, como en 1973, una contraofensiva poli ca, Ta clandestinidad de la tepresién renia varios prope Sor as protestas ¥ presiones internacionales como las enfrentadas por la dictadura chilena, impedir la fiscalizaci’n y control del poder militar, v paralizar por al terror las respuestas de la poblacién. Por otra parte, los Comandantes sablan, asi lo habian advertido especialisias militares franceses y norteamne- del carder lestino de la represién era que sectores uci6a se autonomizaran organizacional- mente, y utilicaran dicha auronomfa para obtener heneficios ecanémicos particulates. Corrupcién y raptura de la cadena de mandos eran fendme ros previsibles por el tipo y estructura de represién clegida: brindaba altos beneficios y eficiencia politico-militar para los objerivos castrenses de corto plazo pero sentaba las bases estructurales para La corrosién de las in iones militares en el mediano plazo. En esta etapa la magnitud de la represién asi como la omisién de acciones por parte de los partidos, los sindicatos, la Iglesia y la prensa colo. caron a la ciudadanfa en situaciSn de indefensién. En esos primeros meses una serie de grapos y organizaciones, nacidos michos de ellos como co secuencia del repliegue de otras instivuciones, denunciaran el accionar re- presivo del gobierno, En un primer momento el gobierno puda newtrali- zar la visibilidad pblica de las denuncias en el imbito nacional. En el dm bito internacional, sin embargo, la efectividad de las denuncias no pudo ser neutcalizada tan ficilmente. A fines de 1976, se produjo la visita de una mi sién da Amnesty International y Iuego del cambio a la administracion Car- terse redujo la ayuda militar de los EEUU. 8: Feta = Emise Ios organismas de DHE, destacan las Mares de Plaza de Mavo, Pailiares de Desenidos y Desaparecides por Rasones Peles av Abas de Plara de Mayes Par Jasin ef Movimicto Eeuinico por tos Derechos Humana: Asa nents por los Derechos Humanes, Centra de Etioe Lopate y Sociales, fa Liga Argentina por fas Derechos del Hombre 7 seg Carlos Ace y Cetaing Smal 101 En 1978, luego que la Junta evahia haber alcanzado la victoria mil tar, se inicia la segunda etapa del régimen militar argentino, Entre 1978 y 1982 la accién se concentré en el disetio del orden politico futuro. Surgen, entonces, varios proyectos orientados a disefiar sus bases. Sin embargo, Ii implementacién de cualquiera de ellos requeria que los sectores civiles aprobaran pablicamente lo realizado en la represién y un compromiso de no revisién del pasado. El primer camino para “blangueae” la politica re presiva involucré a un organisme internacional: la Comisién Interameri cana de Derechos Humanos (CIDH). Desde la perspectiva gubernamenal, ha visita de la Comisin debia servir para mostrar que la Fepresién habla sido producto de una “guerra” necesaria y “acozada” que ya habia termina do. El informe de la Comisién, mis critico que lo esperado por las FF.AA., no permitié al gobierno cerrar el caso. En 1979 la Junta inicid @ través del “Didlogo Politico” un primer intento de reorgenizacién de la ac- tivided politica (AcuAs, 1983, Gonzélez, 1991). Segin las FFA. la “victoria en la guerra” otorgaba derechos para tener un rol institucional relevante y permanente. Aspiraban a twtelar vna futura democracia en donde uns fuerza politica afin Ies garantizaria In comtinuidad de sus politi cas y su presencia en el gobierno, Sin embargo, las crecientes dificultades politicas y econémicas que, entre 1980 y 1982, entrcntaron los planes politicos del gobierno militar He rmitaron su capacidad para imponer condiciones al resto de los actores poll- ticos y sociales. En 1980, el Premio Nébel de la Paz a Adolfo Pérez Esqui vel legitimé internamente la actividad del movimiento por los derechos humanos en general, y obligé a conjunto de los actores politicos y sociales 4 promunciarse sobre un tema que muchos preferian obvisr. El recambio presidencial del Gral, Videla por el Gral. Viols result6, al poco tiempo, en un golpe palaciego por el cual el Gral. Viola terminé siendo reemplazado por el Graf, Galrieri. El golpe puso en evidencia le incapacidad de las FE.AA. para asegurar la estabilidad politica que declan garantizar, a la vez que desnudé la profundidad de las tensiones incramilitares, La magnitud de Ja deuda externa, la cafda de la tasa de inversién, la recesién, las crecientes tasas de inflacién y el aumento de la eapacidad de movilizacién oposizora, dieron indicios de uns crisis con consecuencias de mediano y largo plazo. Varios analistas han sefialado que dado el aumento de ia tensién politica y social, Ia “solucién” que encontré la conducciém militar para congelar la ereciente oposicién fie la invasién a las Islas Malvinas, Sin em bargo, los andlisis histéricos del conflicto muestran que las razones que motivaron la aventura militar estuvieron s6lo parcialmente relacionadas con la situacién interna’, Por lo tanto, los fines de este andlisis corres: > Sepiin Gamba y Freedman razones de orden simbblico, el 190 aniversario dela ocapacib Lela iss, y consideracionesgeopolitias, tales como la reviién det Tratado Antico y by ineminonge reslueién del segundo fallo papal en celaciSn al conficto del Beagle, eolocaron al ema de las Malvinas en un Tagar central ene las preoeypaciones del gobierno miitar 2/85, Desde la perspective militar argentina, era noceria comtrwesesar durante Jos ace 198 tgoel mam, 3 /Drvienna de 1996 102 onde separar las razones que motivaron la decision de intervenir milivar- Thente en Malvinas, de las consecuencas y efectos politicos que dicha deci- sidn tuvo para la supervivencia del régimen militar. Luego de la derrora ailitar de junio, la situacin del gobierno cambié: se redujo su autoridad frence a la sociedad, y se agudizaron Jos conilictos intrar Dats ie aio y septiembre de 1982, el pacto interiuerzas se quebro. Estas divisiones redojercn su capaidad de efociacign lentes ls fuerascivilese impicie= ron las FE-AA. acordar intemamente gu debia negocarse, com golenss y através de qué medios. Por ello, después de Malvinas, el gobierno militar eplanted, en esta tercera etapa, sus objetives politicos: abandoné la estra regia orientada a la formacib; de um partido de derecha propio destinado a constivuirse en primera minoria electoral e intentd negociar con la oposi- cidn un pacto de s ‘ En noviembre de 1982 el gobierno hi wince temas que entendia era necesario“ WPintiucionslicacion del pals’. Ame la imp én de los mismos el gobieeno impuso en forma vss eraba inteansigiblss. Ea abril de 1989 dio a con: Jos derechos humanos y el “Acta Institucional” que establecla que todas las operaciones llevadas a cabo por las FF.AA. debian ser consideradas actos 3 semicioy que por lo vaio no eran punibles, Dos semanas anes de as elecciones sanciond la “Ley de Paci! : ei Ee Ley de Autoam- istla") que ovorgal chasos de actos de tert 10 Shaul oer bs membies debe FPR por ceimenscomeioy ee el 25 de mayo de 1973 y el 17 de junio de 1982. Y en los Gltimos dias de gobierno dicté un decreto cisponiendo la destruccién de los documentos Feferidos a la repsesién milnar. De esta forma, la estrategia de salida im- plementada por las FF-AA. catificd ta importancis que para las mismas te nia la cuestin de los derecios humans, y colocé al vema en va lugar cen- teal dela agenda de la transiciGn. conocer a los partidos ss de un fll papal previemence aero en la exe dl vip de evar poten cosa en el Alinco Beagle, En conseoventia, ya fin de evita la potencal perdida de presencia en el At Sary una powencil eslboeaiGn logis star entre Chile y Gran Beta, en 1982 para el gobierno argensing era neces eecivr as uepecasones 7 aeansar agin tipo de aciedo con Graa Bra En eno de 1982 la Junts decid una politics que compreadia Ua eactacin de as neocons Ta previ del empleo el poder mtr en case del frac dela primarsalternativa La operacion milter previ inal, dela ser in- crate copa yen nat as Sus vv as beitnia y cigar ut negeiaie, Como e ssbido una vez inci la opeacit sl ut la dininies deb ates ace a pa Comat fel cra emprest pata que tm habla abr haga plas de coingotsa defen. Vee a, Lawrence y Vitgaia Gamba Sionchoust, Seals de Guervs. El Confit de lat nad 198, Buenos Aes, jer Vergara, 1932 las consecuencis geopat Carlos Aoiey Cetlne Salo vis 03 La aceleracién de los tiempos que caracierizé la escena polttica ostMalvinas asi como la evidente descomposicién que sufrio el gobleeno milltar tuvo una consecuencia paradojica: obligé a los partidos a *sostener al mismo régimen al que se habian enfrentado con el fin de darse tiempo para acceder ordenadamente al gobierno” (Gonzilez Bombal, 1992). Bl proceso de liberalizaciOn no se caracterizd por la explosién y'radicaliza- cid de demandas socieles, EI candidavo peronista, descomtando sy trunto considers innecesario conquistar el voto descontento que se aglutinaba al rededor de las demandas de los organisnios de derechos humans y evalvé mds conveniente minimizar sus enfrentamientas futures con as FP-AA. El candidavo radical, en cambio, ya sea porque al no tener certeza de su triun- fo electoral precisaba conguistar el voto que el candidato peronista habla optado por desestimar, 0 porque no requeria asegurar ex ate una pacifica relacién con las FF.AA., opto por difezenciarse en algunos de los temas gue el resto de los candidates preferian mantener en la ambigiiedad. La es teategia del candidato radical produjo mejores resultados y, en octubre de 1983, Radl Alfonsin alcanz6, para sompresa de muchos, la victoria electoral Relaciones cévicosnilizares en ka denn dinacién al podey constitucional cia argentina: del confliio a la subor- A fin de confrontar la demands de justicia que habia marcado la campafia electoral el gobierno sadical disefié una estrategia que simulténeamente i sentaba sancionar a miembros de las FF.AA. que hubieraa cometido vio ciones a los derechos humanos ¢ incorporar a los militares al juego demo- critica, La estrategia debla resultar en ef autojurgamiento de los militares. Para el gobierno la autodepuracién permitiria sancionar judicialmente a algunos de los responsables, cumpliendo asi con promesas electorales, sin enlemistarse con las FF-AA. en su conjunto. El plan gubernamental inclu‘a la derogaciéa de la Ley de Pacificacién Nacional (0 de autoamnistia) y la suncién de otra que debfa especificar el alcance de la responsabilidad penal y de la jurisdiccion en la cual debian realizarse las prosecuciones, En diciembre de 1983 el congreso aprobé fa derogaci6n de la ley de autoamnistla, Sin embargo, la estrategia gubernamental enconiré sus pri- meros problemas cuando se sancioné Ia ley de Reforma del Cdigo Millar (Ley 23.049), La ley aprobada confisié al Consejo Supremo de las FE.AA. Ia jurisdiccidn inicial para la prosecucién del personal militar, establecié tuna instancia de apelacién automitica en tribunales civiles ¢ impidié el uso indiscriminado del concepto de “obediencia debida” para el caso de los de- litos atroces y aberrantes, Esta Ultima modificaci6n impidi6 al gobierno limitar 2b anitio el alcance de los juicios. Cuando en septiembre de 1984, se uso en evidencia que el Consejo Supremo no se harla cargo de la autode uraci6n de las fuerzas, In Camara Federal de Buenos Autres se abocd al cx so. A partir de ese momento, ¥ por unos meses, la Iégica juridica prim 105 goed mon. § / noon de 1986 por sobre la légica politisa que hasta entonces habia gobernado el contlic to. Como consecuencia del juicio fueron condenados a prisién perpe- tua el Gral, Jorge Rafael Videla y el Alte, Emilio Massera, a 17 afios en pri sidn el Gral. Roberto Vicla,a 8aftos el Alte. Armando Lambruschini y a 3 afios y nueve meses el Brigadier Agosti. Los miembros de la junta que go- bernd al pais entre 1979 y 1982 fueron sobreseidos de los cargos por consi= derar la Camara que la evidencia en sit contra era insuficiente e inconc La logica juridica, expuesia publicamente, ordend y dio verosimilieu relatos del pasado, a la ver que dej6 fuera de toda sospecka al relaro de los testigos. El juicio se consitayé en un elective mecanismo para el j histérico y politice del régimen dictatorial y en contra de lo esperado por el gobierno en ver de cervar Ja “cuestién derechos humanos”, termind rea briendo el tema. Al final te presién de las FP. Jos aleances del allo y a esegurs cluyeron tres medidas: las Inst ios Fiscales Milicares, Ia ley de Punto Final y la ley de Chediencia Debids, Las instrucciones apuntaban a reducir radicatmente el némero de acusados eximiendo de culpas 2 acuse dos de tortura, secuestro y/o asesinato en todos aguelios casos en que se demostrara que estos hab an acruado de acuerdo a Srdenes impartidas. Sin embargo, este primer intento de cerrar pollticamente la cuestién no pros perd debido a la oposicién que despertd en las filas del partido peronista, en secrores del propio partido radical, en los organismes de fos derechos hamanos y en la Cimara Federal de Capital. La ley de Punto Final abordé la cuestibs: desde otro frente. En vez de considerar como inimputables « los responsables de violac ones a los derechos humanos, opté por far una fecha tope hasta lz cual podrian ser requeridos a prestar declaracién inds gatoria presuntos participantes de violaciones a los derechos humanos. Cuando Ia ley fue aprobada siete CAmaras Federales suspendieron la feria judicial de enero y se abocaron en esos sesenta dias a las causas pendientes. En febrero cuando vencie el plazo previsto por la ley mas de 300 oficiales de altz graduacién queda-on procesados. De esta forma, si bien [a pres dencia consiguié que la ley fuera aprobada, las consecuencias pricticas de Ia misma constituyeron a este segundo inento en wun revo fracaso, La ley de Obediencia Debida fue aprobada poco después del levan: tamiento que en abril de 1987 encabezaran los carapintadas en oposicién a Ja politica de derechos humanos del gobierno radical. Durante dicho le- vantamiento se puso en evidencia una serie de hechos, Por un lado, Ia in tensidad que haba adquirido la demanda militar y fa incapacidad de man- do tanto de auoridades civiles como del Estado Mayor del Ejército. Por el oro, la generalizada y arplia movilizacién de la sociedad civil puso de manifiesto el repudio que la posihilidad de wn retorno de un gobierno mi litar segufa generando en a poblacién, La ley de Obediencia Debida e el juicio y en yn contexco caracterizado por la crecien: LA.,el ejecutivo inicio acciones tendientes a restringir cia militar. Estas acciones in- oN Corlar Ata y Cetaine Sradovite 105, blecié que aquellos individuos que a la fecha de comisién del hecho cevis taban como oficiales jefes, oficiales subalsernos, suboficiales y persona’ de tropa de las FF.AA., de seguridad, policiales y penitenciarias no eran pu: nibles por deliros que hubieran violado los derechos humanos en tanto se presumia que obraron en virtud de obediencia debida. Para importantes sectores de la poblacién la ley mosteé la renuncia del gobierno 2 defender uuno de los temas que en 1983 le habfan permitido constituirse en la princi pal garantia de la defensa de lp democracia y del estado de derecho. A pesar e las reversiones que implic6, su sancién siguié dejando abierto un flenco ea la disputa con las FF.AA. la relvingicacion politica del accionar repre- sivo desarrollado por las FF.AA. a partir de 1976. A partir ce Ia rebelida de Semana Santa, un nuevo frente de con flicto se abrié en la relacién del gobierno con las FF.AA. AA fa disputa de la cuestién derechos humanos se le superpuso ef conilicro acerca de qué debia hracerse con los participantes de las rebeliones militares, conflicte que en realidad escondia la lucha sobre la capacidad de influencia de los emergen- tes sectores rebeldes en las decisiones del Ejéccito, La preeminencia que canaé esta nueva disputa modified el peso relativo de los tomas en debate La discusién acerca de cémo sancionar a Jos responsables de las violaciones a Jos derechos humanos quedé opacada por el dehate acerca de como reins taurar la cadena de mandos en cl Ejército. $i bien el gobierno estaba dis pesto a finaizar Tos juiciosa los responsable de voliciones de derechos wumanos, ni el gobierno ni importantes sectores del generalato estaban dispuestos a reforzar el poder politico “carapincada” denito del arma, Las insurrecciones de “Monte Caseros*, “Villa Martell" y el il mo levantemiento de diciembre de 1990 fueron producto de Ia incorpors cio del clivaje intramilizar en el conflicto, Las tres rebeliones se iniciaron como consecuencia de la disconformidad de los sectores cavapintadas ante los castigos que Ix cipula castrense les impuso. Sin embargo, luego de la sanciéa de la ley de Obediencia Debida, los carapintadas encontraron difi cultades para conseguir adeptos entre Ia oficialidad. Ante la repeticion de episodios en donde Ia ruprura dela cadena de mandos seria para avancat causas sectoriales y ante el peligro que estas significaban para el faturo Ejército, ls simpatlas que los carapintadas gozaban entre la oficialidad em. Pezaron 2 verse debilitadas Las elecciones presidenciales de 1989 volvieron & crear expecta enire los carapintadas. Consideraban que un triunfo elecioral del candidato peconista implicacta el levantamiento de las sanciones impuestas por el Es ado Mayor del Bjército y un cargo gubernamental para 90 lider, el Cnel. Mohamed Seineldin. El 8 de octubre de 1989 Menem, vicvorioso y ya en el gobierno, anuncié un primer indulto. Entre sus 277 beneficiarios habia mi Titares comprometitos en violaciones 4 los derechos humanos, militares condenados por su imervencin en x guerra de las Malvinas, militares condenados por su participacion en las sublevaciones militares ocurridas durante el gobierno radical, asi como civiles sancionados por actividades ios ‘sot md 5 / Enver de 1996 ertllers, Fueron excluidos del decreto los ex comandantes Videla, Vi f Massera y Lambruschiai; los Generales Camps, Richieri y Suares Moc 4si como al jefe montonero Mario Fitmenisi, abies Iueron las consecuencias del indulto en el contflicto intra fits? Una primera lecura permit pensar que los lideres carapintadar habfan conseguido los resultados buscados, Sin embarga, unos dias NE Se puso en evidencis que el induleo a ios carapinicdas no tba 2 impo ir las sanciones del Exado Mayor. E! indult les permitid evtar ser sre sionsdos por cores civiles pero no les sirvié para obtener iempunidad en el émbito mills. A partir ce esc inclu los carapintadas no pudieron com, climo ‘de demandas, erivé en un mayor ais tinuar legitimando su zct lonales". Es mis, su creciente pol 10 politico, Desencantados cou Menem, con algunos de sus miembros lanzados a ja actividad politica, freate a la aida de su influencis intramilita y le pirdida de control sobre unidades con “poder de fuego", los cenapintadas hicieron un ultimo esluerzo para parar el avance del Eso Mayor, Fl th timo levantamiento ocurrido el 3 de diciembre de 1990 fue el mis sangrien. to y violento. Esta vex Is tepresién del alzamiento fue contundente. Al f aalizar la rebelién los carcpintadas hablan sido militarmente derrotades y politicamente neutralizados. :Qué habla cambiado para que la derrota fue a tan amplia y clara? Em orimer lugar, dado el reciente iadulto, la lami. feucla de un segundo, asi como la creciente politizacin del movimiento, 3 adhesi6n a los mismos por parte de Ia oficialidad del Ejército sélo podia Sostenerse en base 2 Ia lealiad politics. Por otro lado, la relterads ruptl de la cadena de mandos y el hecho que los apoyos a sus lideres provenian ayortariamente de oficiales de baja graduacién y de suboficiales, pusic yom en evidencia ala ofcialidad del Ejército los peligros que para la Super: vhencle besa Suponis un unto de os rebelde, do inder P00 dias de a rebeliém y de su derrote se conacid el segun- f8 indulto, Comprendia a ls dos prinieras juntas mllicares 7 a los genera ss Camps, Suérez Mason y Richieri, asf como a Mario Firmenich «otros Giles: ¢Qué razones tenia ta presidencia para sancionar este segundo in. Gulto luego del levantamierto de diciembre? Su sancién reafirmebs le on de perdcnar las rebeliones pasadas pero castigar las de. es 0 futuras, a la vez que aflanzaba al Estado Mayor impidiendo a los carapintadas volver 2 convertirse en voceros orporativas®, argent senctasiones pueden exraise de ee Breve andi del aso relponsablen gi lado, que la forrua que asumio ta persecucién penal de lor og les de las wolcionesa los derechos buenos an la orsign rae 05 elomen ra 1 estrazegia del cecutivo pues en el proceso se Pustaron los Flaca de pista, a saber el juagamienta Lvitnado a unos a 1 Corl: Acute y Casals Snatovite tw La evolucién de la transicién argentina ambién muestra que el bi to de los organismos de derechos humanos y de los partidos de oposiciba fue parcial; que el poder judicial vio sus objetivos de méxima frusirados y que lis FFA. tampoco pudieron alcanzar su principal objetivo en tant no pudieron evitar los juicios ni la condena social. Es, quizis, el gobierno de Menem el que hasta ahora ha tenido un mayar grado de éxito con ree pecto a sus objetivos. De llegada cena, y por ende con un me- nor desgaste politico, Menem decidié un intercambio: otorgar un indulto + los condenades y acusados por violaciones a los derechos humanos y por Jos Ievantamienios, a cambio de un compromiso de obediencia militar al poder civil, Sin las obligaciones electorales de Alfonsin, Menem intento solucionar el “problema militar” afianzando al Estado Mayor mientras dia logaba con los *earapintadas", Sin embargo, el fxito de so esategia tar bigm fue parcial, No consiguié evitar que los rebeldes pasaran a la accide armada; ao obstate,lageb que las fucreas leales a! Eso Mayor eepeimie: ran a los insurrectos ylogro sambiga la recomposicion de la cadena de mmandos. La severidad del castigo impuesto a los oficiales que participars: ela Glia sebelidn mosié ls relas que redefinirfaa su Yelacin coa los militares se perdonacin los crimes cometides en el pasado, pero se cast sarin gorosmente [a desobesenca presente o fra, En Comessencn tambiga es posibie concur que la divectisn gue adopts la ranscion on la Ar genta, no vespondis los cbjin de mina de ninguo de os stores ences en la lucha polite ligada alos derechos burma. Conctusiomes sobre ef presente y futuro del papel de las FELAA. en la Argentina

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