You are on page 1of 21
CAPITULO 5 Histeria y neurosis obsesiva (1) : Las neurosis de transferencia en relacién con Ay ® Histeria y obsesién en relacion con el $ Sintoma y deseo |. Histeria e historia Las formulas de la histeria y la obsesién Impasse del “deseo” neur6tico , Discurso histérico Mme anore a. Las neurosis de transferencia en relacion con A y ® En este capitulo desarrollaré el sistema de oposiciones entre histeria y obsesién que serdn consideradas -tal como lo propuse en el capitulo ante- rior— como constituyendo un par cerrado y funcionando una como lo contra- rio de la otra. Asi expresan la unica eleccién posible de neurosis de trans- ferencia. En este sentido, podriamos establecer la posicién de la fobia en términos de una eleccién 0 posicionamiento atin no producido. Retomando los argumentos ya presentados en los capitulos anteriores. afirmo que la histeria —utilizando este término, como el de obsesi6n, para indicar lo que es posible diagnosticar en el seno de un psicoanalisis en el cual ya no se menta sobre los hablanteseres en juego consiste en aque- lla relacién con el Otro en la cual se ama la posicin derivada del barra- miento o fading causado por la alienacién significante. Ast, en la histeria se ama “no ser” con relacién al Otro; el mensaje dirigido al Otro es “Yo no soy ni esto, ni eso, ni nada”. La obsesién es lo contrario: en la relacion con el Otro, se intenta por todos los medios de evitar la sincopa significante, bregando incansablemente por afirmar el ser. Su lema en relacién con el Otro podria establecerse como “Yo si Soy” Esto ultimo ain olvidar que en la neurosis de transferencia el sujeto, 8, por advenir dividido por efecto del significante, implica simulténeamen- te la falta en el A, que se escribe A, en la medida en que carece de la posi- bilidad de brindar identidad. De modo tal que la neurosis de transferen- 97 cia, mds que una operatoria nar: isistica para velar la falta eng; te en una modalidad de relacién con el Otro que intenta regolye Mis. del Otro teniendo en el horizonte la falta del A. Se podria deeiy de la siguiente forma: “ZQué soy yo?”, por cfecto del A, se eo neurosis de transferencia en “ZQué quicro?”. Ese es el moti Lacan equipara a las neurosis de transfer Yer la fay cir Io ism, NVierte ¢ M 7 'VO por e| neia con Ja clinica mas distante de In posicion de Narciso. cual de la on gunta, Nad Queda claro que, para este tipo de casos, nada mas contradictory suponer un valor nareisistico y un intento de obtener ganancias ar? ma de beneficios primarios o Secundarios. En la neurosis de traneie™ cia, se trata de una posicién a pura pérdida, ya que lo que se interge™ enmendar la falla del Otro, pagando con el propio deseo. Quienes co & analistas, se sostengan interpretando el narcisismo, el beneficio del ae toma y la responsabilidad subjetiva, lo tinico que lograran es reforzar posicion y relacién de la neurosis. a Quiza por este motivo —la errénea direccién de la cura y no la resisten. cia de los pacientes— los andlisis se extienden ilimitadamente en el tiem. po y es tan dificil encontrar casos de cura de la neurosis. Es que si la neu- rosis es relacional, no se lograra su cura si el analista no se implica en Ja transformaci6n. La expresién “falta de significante en el campo del Otro’, entendido como A, debe ser contextuada. En ninguna lengua natural faita ningin término de forma tal que cualquiera de sus hablantes carezca del mate- rial para decir lo que tiene para decir. Mediante “falta de significante’ se hace referencia a la funcién de la pregunta causada por la covariancia de los significantes, que impide que cualquiera de ellos sea capaz de decir aquello que solo “quiere” decir. Esta falta, a su vez, no es pura; 0 sea, trata de una falta presente, una ausencia presente. La forma en que Le can designa tal presencia de la falta es mediante el significante falico. eo que por sus exclusivas propiedades puede ser designado tambien: el Ss no del deseo, del goce o del sujeto.’ Dada la gran atraccién que la NADA ejerce en nuestra cultura ote he cho, ha concentrado casi la principal parte de las elaboraciones files cas de Jos dos siglos pasados-,* intercalo un parrato de Lacan part He tar de establecer lo que podria ger su posicién al respecto, al menos rante los afios “60; “Porque lo que les enseiié vs esto -si phi, el falo como significante lugar, éste consixte muy precisamente en suplir el punto donde, desaparece la significancia~ donde et Otro esta constituido por et he cho? 1 pig 180? Cf. Bidelnztcin, Alfredo, Law extructuras clinicas a partir de Lacan (vol Ds P A ‘i Lact Vivi Buenos Aires, 2001 CE Volpi, Franco, BU nihilinno, Biblos, Buenos Aivos, 2008. 98 Las ESTRUCTURAS CLINIC) CLINICAS A VateTIR DE LACAN (Vor, uo LUMEN TL) ue en eee parte hay un significante faltante, Dy iste significa ae ec. De giado de vibir er fab ite, QUE SIN DUDA Sk PuFDR Ese puede escribir entre paréntesis, diciendo qui ns Minit, pero que sblo we PUNDE BL SIGNIBICANTE FAL," BS le SIONIFICANTR DEL, pur al el valor privite: Nose trata de la pura falta, sino del inter} ta de significante y sixnificante eae interiuezo de falta yno falta, Ral Elsignificante ° “s aquel que en In cadena en juego para el deseo en su condie ri depque es lo mismo, que ningtin BI sires lar no ex cualquier cosa gn sujeto, pero que hay uno que responde a la inter one elslecea para angen un determinado periodo de tiempo y conte bretacin elptica del Propongo considerar ahora la siguiente cita de ‘aca na significante indica que aque- “De todos los signos posibles, ;no es acaso (0 el que retine en si mi araigno y el medio de accién, 9 la PRESENCIA MISin DEL DESKO aN CuANTD tai? Dejar surgir el falo en su presencia real, ino es como para bereee art lar remisién que tiene lugar en la cadena de los signos y, mas toda- va, para hacer que los signos vuelvan a no sé qué sombra de fenade [del deseo] ?* *No HAY SIGNO MAS SEGURO DE DESEO, A CONDICION DE QUE YA NO HAYA NADA MAS QUE EL DESEO.”> Consecuentemente, © establece que: “Entre este significante del deseo y toda la cadena significante, se estable- ce una relacion de o bien... 0 bien...”® El falo simbélico cumple en la cadena significante la misma funcion que el objeto del deseo en la formula del fantasma: establecer que existe la posibilidad de un acto verdadero, ya que, si bien el deseo es indestruc- tible siempre seguird operando una falta causal-, existe una interpre- tacion correcta. Las clases de El Seminario, Libro 8, La ‘Transferencia, donde Lacan de- sarrolla las formulas de la histeria y la obsesion, estan dedicadas, justa- mente, al desarrollo de la concepeién de ®. La eloceién de neurosis se Pro- duce con relacién a ®, lo que equivale a establecer la forma en que para 1g Aires, 2003. (Subraya- 3. Lacan, Jacques, BI Seminario, Libro 8, pat. 264, Paidés, Bueno: do mio.) 4. Brror de la traduecién espanoln (0 ‘nada’. Cf, El Seminario, Libro 8, PAKS: du Seuil, Paris, 1991 El Seminario, Libro 8, pigs, 218 y 279. ea El Seminario, Libro 8, pag. 279. tradujo por 286 y 287, pauis? Donddo on frances dca “desir” Se may 2 ‘séminaire VIL pass 27By 279 Y fo.) ‘Anenmpo Eapenacnvatt sneripeién de tn falta en forte sin Cr On}, en ol horizonte deg, ado la pmo para BE MIAO, un hablan tanto en el Otro, Les, b. Histeria y obsesion en relacion con i sac sparacién lo que &8 posible toda Frente al efecto de alionacion ¥ sepa 1 posible toda vn dean roducide ki extraceion del objela a Ke pucde produce, que se hay pee Facion hadlanteser y Otro In opeién desde: In posicin $ entre tender Boa or intentar poscer identidad 0 no. Kn Ja siguiente cita de fy. | presenta en articulacion a Ja alienaci6n, al fading y asero nos can vemos como ¢ a la identificacion: ve Hevado a incorporar al conjunto de los concept Pot vine que designa al objeto con un valor intringees peereaperaba en la Grecia antigua antes del aurgimiento de la mond! son edico uh apartado en el enpitulo nueve. Se trata del térming gt! -alor mitico en una cultura premonetaria." Lacan consid” a eeerrecindible su incorporacidn en el momento de analizar el estady tens Jorizacion del amor a partir, al menos, de la época de Kant y Sade. Aj pesto. sostiene lo siguiente al final de El Seminario, Libro 11: “La experiencia muestra que Kant es mds certero, y he demostrado que su teoria de la conciencia 0, como él dice, la raz6n prdctica, tiene consisten. cia solo porque da una especificacion a la ley moral. Esta ley moral, todo bien mirado, no es mas que EL DESEO EN ESTADO PURO, el mismo que Desry- BOCA EN EL SACRIFICIO, propiamente dicho, DE TODO OBJETO DE AMOR en su hu- mana ternura. Y lo digo muy claro ~desemboca no sélo en el rechazo del objeto patologico, sino también en su sacrificio y su asesinato. Por eso es- cribi Kant con Sade.”” cia ble jes! IV08 po, tos quel psicoanal inscribe un v: Tes. Veamos, si ninguin objeto es el verdadero objeto del deseo o del amor, nos encontramos con el deseo puro, un puro desear, lo que se haya asociado de la forma més intima con la muerte y el sacrificio: nada mas convenien- te para un mercado capitalista, ni mas obstaculizante a cualquier dimen- sion del acto. Sin una interpretacién del objeto del deseo, por mas eliptica y provisional que sea, no es posible asumir una posicién ética. d. Histeria e historia La relacién planteada entre la posicién histérica y el nihilismo mo- derno nos advierte de cierto parentesco entre aquélla y los cambios que se han producido en la cultura. No por nada la histeria se encuentra en tre los fundamentos del origen de uno de los mis notables cambios de 16. Gemet, Louis, Antropologta de la Grecia antigua, La nocién mitica del valor &” Grecia. Taurus, Madrid, 1981. 17. Lacan, Jacques, El Seminari yado mio.) , Libro 11, pig, 283, Paidés, Buenos Aires, 1987. (Subre- 104 LAS ESTRUCTURAS CLINICAS A PARTIC DE LACAN (VoLUMEN ID) nuestra sociedad de los tiltimos tres siglos: el surgimiento del psicoand- lisis. A Lacan esto no se le escapé. Lo planted, al menos de dos oportuni- dades. La primera fue: *jPor qué Freud supo dar cuenta de que vuestra hija fuera muda? Se tra- ta de 14 COMPLICIDAD QUE ACARAMOS DE PLANTEAR, LA DE LA HISTERIA PM LA CIEN- cus, Por lo demas, la cuestion no es el descubrimiento del inconsciente, que tiene en lo simbolico su materia formada con anterioridad, sino la eens cién del dispositivo cuyo real toca a lo real, o sea, lo que articulé como el discurso analitico.”* La segunda es todavia mas explicita: “Pero la historia, como lo digo algunas veces, LA HISTORIA [HISTOIRE] ES LA nisrenia (HysTeRiE]. Freud, si experiments seguramente lo que es de la his- térica, si fantase6 en torno a la histérica, eso no es evidentemente mds que un hecho de historia.”"® El discurso histérico es diagnosticado en funcién de su relacién con lo social y el momento histérico. e. Las formulas de la histeria y la obsesién después de haber intentado establecer como tinicas posibilidades de la neu- aber considerado los siguientes pro- blemas: a) la confusion entre el nihilismo moderno y la histeria; b) la obsesion con el “No hay Otro” y la estructura tal como fue planteada por Lacan —quien consideré que su tinico legado al psicoanslisis tue el ob- jeto a y que siempre sostuvo y recordé “No hay Otro del Otro”, se Pue- te considerar la estructura particular de cada clemento del par de re- ferencia, Para tal fin, cabe recordar las formulas propuestas por Lacan tanto para el fantasma histérico como para el obsesivo:” Llegados a este punto, 0 sea, la légica del par histeria—obsesion rosis de transferencia y luego de h Histeria Neurosis obsesiva aoA A0g(aa,aya” a) eT , = 18. Lacan, Jacques, Bl Seminario, Libro 19, inédito. (Suby ayado mio. | 19. Lacan, Jacques, Bl Seminario, Libro 25, Claso 10/12/77, inddito, (Subrayado mio.) 20. Cf. Bl Seminario, Libro 8, pigs. 269-298. 105 Avenepo E redundante, hay que subrayar que ~e8 Lo que si » sie T Lacan, ambas formulas fueron disefind i as; Aunque s tiende a olvidar, parr Pre be sad para comprender Ja incidencia del complejo de castracién gn SORTR DE LA TRANSFERENCIA, = EN EL. ep. dividuos intrigantes, seductores y frug personas ordenadas, meticulosas y tues ys personales se encuentran sorprendentey stag, » Dear uipos de personalidad o de cardeter ye Ilo es tarea de la psicologia, no del Raia en. i ag aun: el psicoanallisis debe rechazar tal maniobra sobre ase ‘dentifica mediante la aplicacién aparente de 28 Per. n sentido contrario. Las formulas pro aie se vrulaciones sobre la histeria y la obsesiGn exclusivamente en i dela experiencia analitica. Dicen més sobre la transferencia que cal padeciente: por tal motivo, la cura depende tanto de la posicién y m: — bra del analista. anio- ‘Antes de interpretar estas formulas, propongo leerlas considerand sigaiente:a) son Modificaciones de la formula del fantasma tal como oe seco de la cura de la neurosis; b) cada elemento esta presente en ing dos, pero en forma contraria. Para indicarlo, corresponde recordar la for. mula del fantasma tal como se escribe cuando se produce la cura de la neurosis. Destacando, ademas, los lugares en juego: No son aplicables a in como tampoce a aque! ni siquiera si tales rasge acentuados. Se pueden cl contrarlos en personas, pero el his sonas a las que se tegorias: su etica se orienta © 21. {dem., pag. 269. (Subrayado mfo,) 106 , ~ a nner Las EstRuc PI VCTURAS CLINICAS A FAITE DE: LACAN (VonuMeN IT) El rombo ae leo “dono da” y divido nla formula on dos Indos: Y C8 ° a) © Los paréntesis indican unidad, el fantasma es uno. Lado del sujeto Lado del objeto 8 a Momento de un fading Cierta condicién de objeto Teniendo en cuenta estos elementos y los lugares, entonces, las formulas de la histeria y la obsesién se caracterizan por las siguientes diferencias en el funcionamiento de los elementos, que indican su oposicién dual: Elemento Histeria Obsesi6n a Del lado del sujeto Del lado del objeto Singular Plural A Del lado del objeto Del lado del sujeto Sin tachar Tachado 9 Del lado del sujeto Del lado del objeto Positivizado Negativizado Entre paréntesis a ~— Metéfora del lado del sujeto (a,a’,a”",a""...) Sin entre paréatesis Metonimia del lado del objeto () Del lado del sujeto Del lado del objeto 107 ‘Aveneno EIDELSZTeIN £ Impasse del “deseo” neurdtico do to recién dicho, es conveniente destacar una coingig, mulas: a diferencia de ln formula del fantasma al fing cig Tos casos de histeria y obsesién los parntesis no ral dy Alidad de la formula sino solo un fragmento de ella, lo envy es To que inscribe la condicién partientse.™ neurosis de transferencia, los paréntesis solo ent” eR ua soveion, qui sera lo desconocido, pero no come condicién in 7 create del deseo sino como cesidn al Otro 0, mejor dicho, a su demang Bn lugar de habilitar al deseo como “deseo del Otro”, lo que no signific que uno desea lo que desea o deses su Otro, sino que establece que sien. pre el deseo sera inarticulable al Yo, de tal forma que el deseo del hom, bre no se puede conjugar en la primera persona del singular: “Yo deseg” gino “Se desea” lo que permite que se pueda dar el caso en que alguien no desee lo que se desea. a Las formulas de las neurosis de transferencia inscriben su degradacion como “deseo de la demanda del Otro”, lo que indica un contrasentido: s6lp hay deseo de deseo, no deseo de demanda; respecto de esta ultima puede haber ganas, anhelo, ete., entonces, anhelo 0 demanda de demanda y, con. secuentemente, una imposibilidad para el acto. Pasando ahora a las diferencias entre las dos formulas, propongo la si- guiente lectura de la formula histérica: A pest entre ambas fi is (80a), ON anallis ran la te diea que pierde uni Iugar de ello, en Ia | Soy el objeto (sexual) pee | Soy el objeto (sexual : pate os Otro absoluto: esfuerzo por reanimar, reasegurar, completar y reparar al Otro. a (A co ~N Yo Lo que no se sabe: la falta Pero a Lo qu ; algo falta en mi cuerpo, imaginarizada asi no permite a Castracin imaginari i i zada como funeié i Contain imag propia, funcién del objeto a. 108 XS BSTRUCTURAS CLINE: Las RSTRUCTURAS CLINeaS PACT DE LACAN (VoLuMen ID) La lectura mas eoherente do ta formula obsesiva quo encuentro es: row afectado For ka Gulla, yo no, Degratacion det OWW on otro, Deseo de jgresiviadd frente al ots del deseo. Serie metonimica de objetos (coleccién de equivalentes) Erotizacion del mundo. AV (Gaya a NN Lo que no se sabe: que siempre van a | frustrar, | Objeto idealizado, Degradacién ya que ninguno es el Palo Unidad de medid; | re cecondido: e¢ a. del @ eng. ideal. | noescondide: pMdad de La importancia de no confundir estas formulas con la dela cura de la neurosis radica en que éstas llevan inscrita una impasse. La férmula del fantasma implica no s6lo un movimiento orientado, como ya se indicd, sino que, adem4s, inscribe la modalidad en que habilita el acto del deseo ysus efectos. Se podria inscribir la dialéctica que habilita la formula del fantasma, tal como opera una vez curada la obsesién o la histeria, de la siguiente forma: ‘Yuolta: luego del encuentro con el objeto Se roproduce ol desvanecimiento del sujeto Z_ Pero bajo una nueva forma niovimionto hacia el objeto dol desoo (intorpretaciéu y hallasgo) Elrombo ast dividido indica toa mismos dos lad do In dinléctica ‘movimientos de y dol desvo las fechas 109 Auewebo EADELSZTeIN ~ rata loctuura se apone a fa que podria SOSLENCTSC Olvidang, fundan Ta huele Ast como se stiele leer que cl par g fan aee teinn netanimia, lo que produce ta miguicnet om rg oxelusivaments p olvida of bucle de ida_y vuelta, también pueda Prete sae eoe inc ee oxclusivamente: (8 >a), lo que tiene YP One Vamos, a hacer del deseo una pure metonimia + CO} ae histéricos uw obsesivs no se produce el movin: See > se disuelve la condicién 4 eM0 g habihta el acto del deseo, pero no § © rondicin deseare 11 con el Otro, que a través de la pregunta dirigida a 6 ~“iQue, la seo?” habilita la consulta al psicoanalista. de Para la histeria, la trampa radica en que: a) no opera la funcign det jeto del deseo —lo que tanto se parece & la posicién nihilista—; by el “de ob. de encontrar un amo por el cual se paga cargando con su fal en un eireulo vicioso, debido a que el segundo movimiento no jeto nuevo, S, sino que consiste en que el amo cae, para volyey ‘su busqueda. En palabras de Lacan: iS, ont sn ston: S, so que el fantasma se la, se Cierra Crea un gy, T a iniciay “Lo QUE 1A HISTERICA QUIERE |...], ES UN AMO. [...] Hasta tal punto, que que plantearse si no sera de ahé que partié la invencién del amo. Bsto ec. rraria elegantemente el bucle que estamos trazando. "Ella quiere un amo. |...) Quiere que el otro sea un amo, que sepa muchas cosas, pero de todas formas que no sepa las suficientes como para no creer. se que ella es el premio supremo por todo su saber. Dicho de otra ma QUIERE UN AMO SOBRE EL QUE PUEDA REINAR.”=* nera, En el seminario del afio siguiente afirma: “Francos. Aquello que designo ast son los prudentes, los masoquistas. Esto sitia a los prudentes. Es preciso llevarlos a su justo plano. Juzgar asi por el resultado es desconocer lo que se puede esperar de LA HISTERICA por poco gue ella quiera inscribirse en un discurso; porque ella esta destinada a par. Le MATE AL AMO, para que gracias a ella él pueda, él se enoje en el saber.” En la relacién histérica se establece que el Otro es un amo, al que se lo hace caer, para salir a inventar otro, y asi sucesivamente. El texto com- pleto podria escribirse: “Yo no soy ni esto ni aquello, el Otro si, pero luego se demostraré que éste tampoco lo es”, La formula de la obsesién indica, también, que no hay salida por la via del objeto: ningun a estaré a la altura de 9, el objeto idealizado. Aun- 22, Lacan, Jacques, Hl Seminario, Libro 17, pig. 197, Paidés, Bucnos Aires, 1992. (Subt™ yado mio.) 23. Lacan, Jacques, EL Seminario, Libro 18, Clase 09/06/71, inédito. (Subrayade LAS ESTRUCTURAS CLINICAS A PARTIR DE LACAN (VoLUMEN 1) Je ejemplos, to- que Ia brisqueda Hegue a cubrir un numero muy gran¢ gas mostraran evidentes degradaciones. Lo que xe podria designar utili- fando metaforicamente el titulo del texto de Freud: acerea de la mas ge- falizada degradacion de la vida erétien : : ‘Si en el caso de histeria el Otro es elevado a la categoria de amo, en laobsesion tenemos del Indo del sujeto un csclavo, pero no del Otro, que Fe Geeradado, sino de la demanda pura. Con lo cual se produce Ia moda- Tidad opuesta del circulo vicioso de la histeria. HI “Yo si, pero el Otro no” queda absolutamente imposibilitado por Ia dependencia de la pura de- manda, lo que da una apariencia mas loca a todo el asunto. En la histe- tia, la funcion de amo que el Otro inviste es lo que determina que su pa- Jabra funcione produciendo efectos de sugestién, que a veces llegan al li- mite de la hipnosis Debido a estas modalidades opuestas se observa con claridad la cohe- rencia logica del sistema, lo que verifica que se trata de una estructura co- variante y no de signos de una enfermedad en una persona. Mas atin, se obteniendo consecuencias l6gicas de la eleccién de neurosis, nicas sin caer por ello en la 16- ne puede seguir Jo que explicaria mejor las coincidencias cli gica de una enfermedad con sus rasgos caracteristicos. Si la obsesién consiste légicamente en una relacién de la indole de “El Otro no, yo si” —fundamentalmente planteado en el campo del saber—, en- tonces se entiende sin dificultad por qué el hablanteser que cae bajo el polo sujeto de esta relacién se presentard lleno de culpas; peor atin: de senti- mientos inconscientes de culpa, ya que todo lo que no funciona sera arti- tulado al yo, que se propuso negando el fading. En la histeria, dado el “Yo no, el Otro si”, encontraremos mas bien indiferencia. ion, la doxa tiende a acentuar el valor de las fantasias de Para la obsesi proeza, dado que se supone que en la base operan el narcisismo y el bene- ficio del sintoma. Es mas oportuno no perder de vista que, en la obsesion, ala culpa se le asocia la vergiienza, a la que Lacan destaca como un Sen- timiento que incluye dos direcciones, de uno al otro y viceversa. En las dos formulas de este andlisis aparece el término A. Propuse una secuencia l6ogica que de la formula del fantasma, (80a), se pasa & la formu- la genérica de la neurosis mediante la sustitucion del a (objeto del deseo), por la D (la demanda del Otro). Considerando producida tal sustitucion, $6D) es desarrollada por Lacan como corresponde para distin- ajo transferencia. Ya en las dos formulas de El Seminario, Libro 8, la demanda, D, no aparece sino que lo hace A, y en ‘el contexto del desarrollo que vengo planteando desde el primer volumen de esta obra, propongo que sca leido como Otro, quien encarna al A. Las neurosis de transferencia son aquellas relaciones con el Otro en las que, sin saberlo, se renuncia al objeto deseado con el fin de velar, ocultar la formula (: guir entre histeria y obsesién b: 111 ALFREDO EIDELSZTEIN cida en el camino de su de; : oreparar la caida de este oan Pees Scere Goan sae ao levanta como “deseo Prov” ea, su demande. que quiere, aise ¢ arr en el fantasma no indica al objeto anhelado en Ahora a eee (de ser asi, Lacan no lo hubiese llamado a: “otra area de realizaci6n del deseo requiere de la salida del individu, Pare eh ee tarminos mas freudianos, de una posicion yoica (O yo oe tz, que hace que el deseo sea interpretado como cone ae -contrariante de stro, ana pura rebeldia, Para Lacan, si bien el acto del deseo es particular can nuestra cultura y época no es posible desear en comtin—, lo es respect, de un sujeto, no de un individuo. Siendo particular, se hace necesaria la eon. currencia del otro. El acto del deseo requiere de un registro de lo particular, pero uno que se inscriba con algun otro y en el campo del Otro y dela. Si el acto del deseo es sin Otro (algo que muchos analistas lacanianos sostienen, y que convendria diferenciar bien del “No hay Otro del Otro’, se debe a la falta de garantia que la nocién de acto conlleva para Lacan; ello no niega que, a su vez, el deseo del hombre es el deseo del Otro, En- tiendo que lo primero indica la condicién particular y la falta de garan- tias sobre los efectos sujeto que el acto provocard; en tanto que lo segun- do registra que nadie puede desear como 0 en tanto que yo —ya que el de- seo se articula al sujeto inconsciente y no al hablanteser-, lo que habilita a concebir que alguien no quiera lo que se desea. Aqui estimo necesario insistir con un argumento. Son muchos los ana- listas que interpretan el aforismo de Lacan: “El deseo del hombre es el deseo del Otro” como que el hablanteser nace deseando lo que su Otro de- sea, “alienado”— sostienen— al deseo del Otro. Asi, plantean como necese- rio “liberarse” del Otro en lo que atafe al deseo, recuperar un “marge de libertad”. 8e 10 dijo Seguin Lacan, no se nace alienado al deseo del Otro. Lo que Lacan pos tula es que el sujeto nace dividido y alienado ~sin identidad propia, sie” do siempre otro— por efecto del encuentro con la dupla significante. Las paracién de este efecto letal del significante se produce por el encuent? salvador” con el deseo del Otro. Lo que mata y nadifica es el significa -la alienacién-, lo que salva y vivifica es el encuentro con el deseo 4! Otro -la separacién-, __ La maniobra en juego en la neurosis de transferencia no consiste & aad remediar la falta estructural, la falta implicada en el dese? de ° dine cn rotifenr Ja ausencia o claudicacion del Otro con ree decanter ees eta de i Ue la falta logicarecg ent tia fala es posible debid a Is es", las formulas histériva Primora o estructural, Consecuentement®® ¥ obsesiva no inscribe que “el deseo del hombi® 112 ro Las Este S$ $ UCTURAS CLINICAS A Palcriic DE LACAN (VoLUMEN IL) el deseo del Otro”, sino la sustitueién del objete particular por el intento de enm OM En Ja histeria glo hnee on tn forma de convertir al Otro en amo, pero pag ‘p mente todo el costo de la maniobra. En la obsesién, por el contrario, se lo realiza degradando al Otro ya que no estara nunca al altura del A, escrito sin tachar, mediante un "Yo ef”, pero.a costa de no en- eontrar nunea al objeto deseado, : Appesar de que en la formula en la que se escribe el resultado al que se arriba en la cura analitica (0a) no aparece el término A, para Lacan la situacién no coincide en su ldgica ni en sus efectos con una salida indivi- dualista y/o egoista. La formula del fantasma articula la condicién parti- cular junto a la concepeién del deseo que lo hace “deseo del Otro”; nunca se desea lo mismo ni se es uno mismo en el desear. Es por tal motivo que Ja cura analitica requiere de la funcién “deseo del analista”, ya que éste ocupara el lugar Otro desde donde el hablanteser podra recibir una posi- bilidad de reencuentro de la via del deseo. En su escrito Subversion del sujeto..., Lacan presenta ambas cuestiones ~su concepcidn del deseo y de Ja funeién del analista— en forma conjunta: del deseo en su condicién jar la cafda del Otro. “Pero también aitadiendo que el deseo del hombre es el deseo del Otro, donde el ‘de’ da la determinacién llamada por los gramdticos subjetiva, a saber la de que BS EN CUANTO OTRO COMO DESEA (lo cual da el verdadero alcance de la pasién humana). "Por eso LA CUESTION DEL OTRO QUE REGRESA AL SUJETO desde el lugar de don- de espera un ordculo, bajo la etiqueta de un Che vuoi?, squé quieres?, &8 LA QUE CONDUCE MEJOR AL CAMINO DE SU PROPIO DESEO, si se pone a reanudar, gracias al savoir-faire de un compariero llamado psicoanalista, aunque fuese sin saberlo bien, en el sentido de un: Qué me quiere?™ Asi, queda establecido que, segtin Lacan ~al menos de acuerdo a mi lec- tura-, el psicoandlisis lacaniano no desaliena, en el sentido de sacar al Otro del campo del deseo, sino que, por el contrario, el analizante recupera la via dej deseo mediante su concurso. Para reencontrar y realizar cierta dimen- sion de la condicién particular del deseo —distinta de todo capricho inne dualista y, por lo tanto, loco—, se require, en el caso de Las neures’s de trans- ferencia, del abandono del intento de satisfacer Ja demanda del Ot, siendo necesaria, ademés, Ja intervencion de un partenaire: el psicoanalista. on quo no se contunde con nin- autoridad, entonces, debemos fundamental tendra que ser Ja disparidad de! Otro, en la medida gin otro, no radica en su fueran sino on 8H seguir a Lacan cuando propane que st valor eo en el inconsciente freu- rr requen, Subveraién del aujelo ¥ dialéctica d 4, (Subrayado mio.) 24, Lacan, diano, Encritox 2, pig. 19 113

You might also like