You are on page 1of 151

Rae B.

Lake
CODY
Boys of Djinn MC 02

Sinopsis:
Cody
Como vicepresidente del Boys of Djinn MC y mujeriego, me he
hecho un gran nombre. Estoy bien con eso. No me importa ser
exactamente de lo que todas las mujeres nunca se cansan. Entonces,
cuando Wyatt me dice que necesito usar mis habilidades para
conseguir que un objetivo se sincere, no le doy mucha importancia.
Es molesto, pero me he metido con mujeres molestas antes.
Lo que no esperaba es que este trabajo me catapultara
directamente a Honee y al punto de mira de alguien que busca
venganza.
Honee
No soy la chica bonita, siempre he sido la que está en el fondo,
unos diez centímetros más alta y veinte kilos más pesada. Estoy
acostumbrada al bullying y a la decepción. La única verdadera
alegría que tengo es mi cueva de libros hecha a medida y mi única
amiga Margot.
Estaba lista para pasar mi vida sola hasta que Cody decidió que
yo era con quien él quería estar. Solo pensarlo me confunde, ¿qué
quiere un Adonis de carne y hueso de mí?
Espero que me rompa el corazón, espero que se convierta en un
idiota, lo que no espero es que arriesgue su vida para mantenerme a
salvo de un enemigo que nunca supe que tenía.

☠️ Descargo de Responsabilidad☠️
Este libro incluye varios acontecimientos gráficos traumáticos que
pueden ser preocupantes/desencadenantes para algunos lectores. Se
aconseja prudencia.
Capítulo 1

Cody

H
—¡ IJO DE PUTA! Prometiste que iríamos a cenar. Dijiste que
ibas a cambiar. ¡Me dijiste que yo era especial! —Otra botella pasa
zumbando junto a mi cabeza y tengo que volver a agacharme para
eludirla. Se estrella contra el ruidoso refrigerador y una masa roja
explota en el suelo.
—¡Señora, si no deja de tirar cosas en mi tienda, voy a tener que
llamar a la policía!—amenaza Manny, el dueño de la tienda, una vez
más.
—¡No, no hagas eso, Manny!—le digo. Ya me siento como medio
imbécil por no recordar esta mierda en primer lugar.
El problema es que en realidad no sé lo que está pasando. Esta
chica jura que la follé y le hice todas estas elaboradas promesas.
No puedo recordar un maldito cabello de su cabeza.
—Escucha, eh, eh... —Busco en los rincones de mi cerebro una
pista sobre su nombre, pero no encuentro nada.
—¡Lisa!—chilla ella y lanza una barra de chocolate gigante a mi
cabeza—. ¡Ni siquiera recuerdas mi maldito nombre! ¡Qué carajo,
Cody! ¡Eres un jodido idiota! —Me lanza otra cosa, pero esta conecta
con mi cabeza.
—¡Ahh! ¡Oh Dios, no puedo respirar! ¡Por favor, déjame morir
ahora! ¡Este es el mejor día de mi vida! —Spark, mi hermano,
generalmente el estoico de nosotros, está en el suelo a punto de
orinarse en los pantalones, porque se está riendo muy fuerte de mí.
—Hijo de puta, ¿quizás quieras venir aquí y ayudarme?—le
gruño.
—¿Para qué carajo? No, lo que tengo que hacer es grabar esta
mierda. ¿Siguen existiendo los videos caseros más divertidos? Tú
ganarías seguro. —Se ríe más fuerte y pongo los ojos en blanco.
—Sabes que Manny va a llamar a la maldita policía en cualquier
momento, Spark. De verdad crees que esta chica debería ir a la cárcel
por algo como esto. Vamos, hombre, se supone que eres el
responsable. —Lo miro y espero a que se recomponga. Se ríe unos
segundos más. Solo cuando una botella de vidrio pasa zumbando y
ambos tenemos que agacharnos y cubrirnos, su expresión cambia.
—¡Lisa! ¡Tienes que parar! Por el amor de Dios, ¿cómo puedo
salir y hablar contigo si me estás tirando mierdas a la cabeza? Quiero
decir, ¿qué crees que vas a lograr con eso además de conseguirte una
noche en la cárcel?—grito y espero que sea algo que la haga
calmarse.
—¿Estás bromeando, una noche en la cárcel, esa es tu amenaza?
Si una noche en la cárcel es el precio que tengo que pagar por
golpearte en la cabeza, ¡vale la pena! —me responde a gritos.
—Está bien, eso es todo. Ya tuve suficiente—grita Manny.
—¡Joder! Tenemos que hacer que se detenga ahora, Spark—le
siseo a mi hermano.
—Sí. ¿Qué quieres que haga?
—Saldré y la distraeré, tú ve por la parte de atrás y la sometes. —
Asiento con la cabeza hacia él y Spark me devuelve el gesto.
En un segundo, él se mueve sigilosamente hacia el lado opuesto
de la pequeña tienda. Ahora es el momento de dar un paso adelante,
digo una pequeña oración para que su puntería no sea tan buena
como creo que es.
—Lisa, escucha, voy a salir. Solo deja de tirar cosas, ¿de acuerdo?
Quiero hablar contigo sobre esto—digo con una voz dulce.
—¡Cuando vengas aquí te tiro una botella a la cabeza! ¡Te odio!—
grita ella.
Doy un paso y cuando me asomo poco a poco de detrás del
estante, una botella pasa zumbando junto a mi cabeza.
No dejo que eso me haga retroceder, sino que sigo avanzando.
Observo bien a la mujer y espero que haga algo en mi memoria para
ayudarme a recordar quién es. Solo que no entiendo nada, es como si
ella no fuera más que un espacio en blanco en mi mente. Tan jodido
como eso es, la mayoría de mis aventuras de una noche son así.
Alguien cuyo nombre no recordaré por la mañana. El problema está
en este pequeño pueblo; todos parecen recordar mi nombre.
—¿Cómo diablos pudiste hacer algo como esto? ¡Realmente
pensé que te preocupabas por mí! —Ella llora y toma una bolsa de
patatas fritas para tirarme. La dejo.
—No sé qué decir sobre eso. Es decir, mírame, soy un maldito
idiota. Puedes hacerlo mucho mejor que yo. Te lo prometo. No voy a
insultar tu inteligencia mintiéndote, pero diré que solo por ver lo
apasionada que eres en este momento soy un jodido idiota por dejar
que alguien como tú se me escape. No te merezco.
Me acerco un poco más, lo suficiente para ver su labio inferior
temblando. Realmente soy un pedazo de mierda.
—Estoy segura que no me mereces. Pero... pero creo que te amo.
No puedo dejar de pensar en esa noche... fue... un cambio en mi
vida. —Sus palabras salen más suaves y estoy feliz de que ya no me
arroje cosas, pero mis banderas rojas comienzan a balancearse
violentamente en el aire. ¿Ella me ama? ¿Cambio en su vida?
Después de toda la mierda que pasó con Dela, desconfío mucho
de las sectas y los acosadores. Me asustan muchísimo y, por lo que
parece, Lisa tiene los ingredientes para convertirse en una acosadora
de primer nivel.
—No merezco ese amor, hermosa. Necesitas estar con alguien
que pueda apreciarte. Estoy demasiado jodido para hacer eso. —Me
encojo de hombros sabiendo que no estoy mintiendo en lo más
mínimo.
—Tú no eres… —Sus palabras se interrumpen cuando Spark la
agarra abruptamente por detrás y comienza a sacarla.
Dejo escapar un suspiro y me paso los dedos por el cabello. Éste
va a ser un día jodido, ya puedo decirlo. Me acerco a Manny, que
todavía está furioso, con la mano en el teléfono listo para llamar a la
policía.
—Oye, Manny, lo siento mucho. Pagaré por todos los daños.
—Por supuesto que lo harás, Cody. Por el amor de Dios, tienes
que controlar esa polla tuya. —Sacude la cabeza y sale de detrás del
mostrador para empezar a limpiar el desorden.
—Tienes razón. —Me encojo de hombros y lo dejo.
—Déjame en paz. No te estoy molestando. ¡Solo quiero que Cody
escuche lo que tengo que decirle!
Puedo oírla gritar en el momento en que salgo por la puerta.
Ahora que estoy afuera y ella ya no tiene un arma que podría usar
para lastimarme, puedo mostrarle lo que realmente siento por su
maldito arrebato.
—¡Hola, Lisa! —Irrumpo en su dirección y observo cómo sus
hombros se elevan con tensión. Estoy seguro de que no esperaba que
fuera tan agresivo—. ¿Quieres ir a la cárcel? ¿Eso es todo?—le ladro
y me acerco lo suficiente para ver el brillo de las lágrimas en sus ojos.
—¿Qué?... No... quiero decir...
—¿Qué? ¿Dime a qué te refieres? Porque jodidamente no lo sé. Si
pensabas que actuar como una loca es la forma de conquistarme, no
podías haber estado más equivocada. Soy un jodido imbécil. No te
recuerdo y eso es mi culpa. Pero cualquier simpatía que pudiera
haber tenido por ti, se fue por la maldita ventana en el segundo en
que intentaste lastimarme. No acepto ningún tipo de violencia de mi
mujer, ninguno, y tú ni siquiera eres mi mujer. Follamos. Eso es
todo, fin de la relación. Si no puedes manejar una follada y nada
más, nunca debiste acostarte conmigo—le grito y ella se encoge.
Ahora, en lugar de que Spark la detuviera, él me detenía a mí.
—Tranquilo, hermano—me susurra, sabiendo lo intensa que
puede ser la mierda cuando estoy cabreado.
—¿No te preocupas por mí en absoluto? —Su voz era solo un
suave gemido, toda la ira se había ido.
Suspiro en derrota.
—¿Me vas a pegar si me acerco a ti?—le pregunto y doy unos
pasos más hacia adelante cuando ella niega con la cabeza.
—Lo siento, no recuerdo nuestra noche. Estoy seguro de que fue
divertida y lo pasamos muy bien, pero no voy a mentir y decir que
sí. Pareces una chica muy agradable y eres sexy como la mierda.
El cumplido tiene el efecto deseado, porque me lanza una gran
sonrisa.
— Dijiste eso antes.
—Estoy seguro de que lo hice, es la verdad. —Pongo una mano
sobre la suya y llevo su mano a los labios. Le beso la palma y sus
ojos se abren como platos—. No sé qué hizo mi idiotez en el pasado,
pero quiero compensarte si me dejas. Quiero decir, si me dices que
me vaya al infierno, me lo merezco por completo. Pero si me das una
oportunidad, estoy seguro de que podemos resolver esto.
—¡Hablas malditamente en serio! ¡Qué tipo de brujería es ésta!—
grita Spark sacando a Lisa de mi hechizo por un segundo. Hago mi
mejor esfuerzo para mantener una cara seria. He lidiado con mi
parte de mujeres cabreadas. Mi juego es de primera categoría, nunca
se enojan por mucho tiempo.
—Te olvidarás de mí otra vez. —Ella se enfoca de nuevo en mí.
—¿Después de esta exhibición? Vamos, no creo que nadie pueda
olvidar algo así. —Le sonrío y me muevo un poco más cerca.
Cuando suspira y se derrite en mi toque, sé que la tengo.
—¿No vas a ser un idiota?
—¿No vas a tratar de matarme?—pregunto con una sonrisa, pero
estoy tan serio como la mierda. Necesito saber que ella no es una
loca, o más loca que esto.
—Lo siento por eso, me enojé mucho. Lo sabes. No podía creer
que después de todo lo que hicimos, no pudieras recordarme.
Quiero decir, no todos los días me encuentro con alguien en una
parada de camiones. —Ella se ríe.
¡Parada de camiones!
Me alejo de ella.
—¡Oh, mierda! ¡Lisa! —Ahora, recuerdo. Ella no es de la ciudad.
Al menos no creo que sea de la ciudad. La conocí en un club a las
afueras de Vermont. Estábamos en el mismo restaurante y ella era
camionera. Un poco sucia, pero sexy como la mierda—. Joder, te
recuerdo. ¿Dónde está la gorra de camionera?
Sus ojos brillan y lanza sus brazos alrededor de mi cuello.
—Esto es una tontería. Una tontería absoluta—escucho a Spark
alejarse.
Beso y toco a Lisa, y pienso en el lugar más cercano al que
podríamos ir para poder darle otro buen momento que cambie su
vida.
Capítulo 2

Cody

—¿ Escuchaste algo de la oficina? ¿Algo sobre Emerson?


Wyatt había llamado a la iglesia para hablar sobre los últimos
trabajos que nos habían asignado. Puede que mi hermano mayor ya
no esté oficialmente en la nómina del FBI, pero todavía lo usan para
sus necesidades. A mí me parece bien, siempre y cuando no vengan
a mí para nada. No podría importarme menos. Había cumplido mi
tiempo con los federales. Basado en la forma en que me trataron a mí
y al resto del maldito país, estar bajo su control nuevamente no es
algo que quiera hacer. Además, la oficina es un buen recurso cuando
necesitamos hacer cosas que normalmente meterían preso a la
mayoría de las personas. No hay nada como llamar al Tío Sam para
que te saque de apuros y realmente funciona.
Wyatt se frota la cara con la mano y se inclina hacia adelante en
su asiento. No solo es nuestro hermano mayor, sino que es el
presidente de nuestro club. Él es el mejor de nosotros.
—No, nada, es como si el jodido se hubiera desvanecido. Maldito
Houdini.
Todos estamos preocupados cuando se trata de Emerson. Es el
líder de una secta que se especializa en secuestrar y acosar
sexualmente a mujeres y, por lo que sabemos, está matando bebés.
Sin mencionar que tiene una verdadera erección por la dama de
Wyatt, Dela. Hemos estado buscándolo durante meses, pero hasta
ahora todas las pistas que hemos tenido no han conducido a nada.
p q
—Mierda. Bueno, seguiremos buscando. ¿Tal vez fue más allá de
la costa, más en territorio canadiense?—pregunta Brendan.
—No lo sé, joder. —Wyatt tuerce la cara en un gruñido y mira
hacia otro lado. Fallar no es su fuerte.
—¿Qué pasa con Preston, alguna palabra sobre él? Ha pasado
mucho tiempo—pregunta Spark, su pierna golpeando furiosamente
debajo de la mesa. Está preocupado. Mierda, todos estamos
jodidamente preocupados. Preston es nuestro hermano y uno de los
últimos de nosotros que todavía trabaja para el FBI. Se había
marchado en una misión encubierta hacía más de un año. Durante
un tiempo, se reportaba cada dos semanas o podíamos ver un
informe de progreso, pero no habíamos escuchado nada en meses.
—No, aunque todos mis contactos en la oficina dicen que se
comunicarán si sucede algo importante. No estoy preocupado por
Preston, él puede cuidarse solo. —Wyatt asiente con la cabeza y
todos se relajan un poco. Ese es el poder que mi hermano tiene sobre
nosotros. Si dice que no necesitamos preocuparnos, entonces no
necesitamos preocuparnos.
—¿Qué otro asunto nuevo hay?—pregunta Spark.
—Hay una nueva forma en que podemos obtener un ingreso de
dinero si estamos dispuestos a hacerlo. Aparentemente, uno de los
refugios en la ciudad acaba de abrir una nueva casa de seguridad
para mujeres que intentan alejarse de sus parejas maltratadoras. El
problema es que la mayoría de las mujeres no quieren irse o están
demasiado asustadas, porque piensan que van a salir lastimadas.
Básicamente, el refugio nos pidió que fuéramos sus carabinas, por
así decirlo. Sacar a las mujeres y asegurarnos de que lleguen a la
nueva casa segura sin problemas.
—Joder, sí, podríamos hacer algo así. —Winnie, el miembro
parchado más nuevo, salta en su silla con entusiasmo. No es un
hermano biológico, pero arriesgaría mi vida por él de la misma
manera que lo haría por Wyatt.
—Cálmate, no espero que haya mucha acción. Ya conoces a ese
tipo de idiotas. La mayoría son solo palabras y nada de acción.
Probablemente no seremos más que un grupo de transportistas
glorificados. —Wyatt levanta la ceja hacia Winnie, quien se calma un
poco.
—¿Alguna recompensa nueva?—pregunta Brendan. Junto con el
trabajo que podemos obtener en la ciudad, conseguimos ciertas
recompensas de alto nivel que los federales no consideran que valga
la pena, pero que aun así quieren sacar de su escritorio. Por lo
general, es mucha investigación seguida de un poco de acción,
nuevamente, estoy bien con eso. Me deja más tiempo para quedarme
en casa y divertirme.
—Sí. Un ladrón de bancos, ya tengo la información. Creo que
Brendan y Cody deberían dirigir esto.
Mi cabeza gira en su dirección. Nunca me ha dejado dirigir nada.
No quiero dirigir nada. Quiero emborracharme y follar. ¡Qué coño es
esto!
—¿Qué?, no. Iré contigo si es necesario, pero no quiero dirigir el
asunto.
Wyatt se inclina hacia adelante en su sillón y me mira. Sé que no
me va a hacer daño, al menos no mucho, aunque eso no lo hace
menos intimidante.
—¿Qué carajo acabas de decirme?
—Wyatt…— empiezo, pero no me deja terminar.
—Cierra la puta boca. ¿Mantienes la puta boca cerrada porque
parece que tú, el VP, acabas de decirle a tu maldito presidente que
no vas a hacer tu maldito trabajo? ¿Es ahí donde estamos ahora?
¿Contra la familia, Cody? ¿Contra el parche? ¿Contra tu juramento?
—No…
—Cierra. La. Puta. Boca. —Su voz es un estruendo y se pone de
pie—. Si te digo que pases un maldito mes en las alcantarillas, harás
esa mierda. No sé qué tipo de operación crees que estoy dirigiendo
aquí, pero esa mierda de insubordinación no va a funcionar.
Hermano o no, te voy a joder. —Los ojos de Wyatt brillan con rabia y
sé que no tengo que decir otra palabra. Me tomo mi lugar en el club
muy en serio, pero Wyatt protegerá el club y sus reglas con su vida.
Así es como nos criaron, nos inculcaron los valores y creencias de un
motero. No importa con quién estemos trabajando, eso nunca
desaparecerá.
—¿Necesitamos tener otra conversación al respecto? —Wyatt
inclina la cabeza esperando que discuta.
—No—respondo claramente, aunque no lo miro a los ojos.
—Bien. Ahora como te decía, tenemos un ladrón que ha atacado a
más de tres bancos hasta el momento, al menos eso es lo que se
sospecha. No por grandes cantidades de efectivo que es lo que lo
mantiene fuera de las noticias, pero lo suficiente para conseguir
entrar en el radar. —Wyatt se recuesta en su asiento y abre una
carpeta marrón que supongo que son los detalles de la recompensa
—. La mujer es una antigua página central de la revista Hustler...
¡Hola!
Me giro en su dirección, mis ojos se agrandan con cada segundo.
—Ella ha protagonizado algunas películas para adultos y, por lo
general, ni siquiera tiene un arma que cualquiera pueda ver cuando
roba el banco, termina convenciendo al cajero, generalmente un
hombre, de que la obligan a hacerlo.
—¿Me estás jodiendo? Entonces, ¿qué se supone que debe hacer
Cody? ¿Follarla para que se entregue? —Spark lanza las manos al
aire y no puedo evitar reír.
—¿Por qué estás enojado, hermano? ¡Wyatt sabe lo que es mejor!
Buena elección, hermano. —Asiento con la cabeza con una brillante
sonrisa en mi rostro.
—Oh, ahora es una buena elección, hace un par de segundos no
lo creías. —Él sonríe y niega con la cabeza—. Esto no es solo
diversión y juegos, Cody. No estás tratando de conseguir una cita.
Necesitamos llevarla a la estación de policía y cobrar la recompensa.
p y p
Eso es todo. Tan jodido como lo es, por alguna razón estas mujeres
parecen no notar todas las tonterías que les dices. No sé cómo
diablos lo haces, pero lo haces bien.
—Tomaré todo eso como un cumplido—digo y sonrío.
—No deberías, eres una puta. —Brendan se ríe.
—Oh, deja de halagarme, es demasiado. —Finjo sonrojarme y
todos se ríen de mí. No tengo ningún problema con mi vida sexual o
el hecho de que las mujeres no se cansen de mí. Sabré cuándo es el
momento de establecerme. Ahora mismo, no lo es. Todo lo que
quiero hacer es vivir mi vida y follar con tantas mujeres bonitas
como pueda.
Capítulo 3

Honee

L
— o siento, no hay nada que pueda hacer No lo tenemos en
stock.
Mantengo las manos colocadas firmemente sobre el mostrador.
Estoy bien, sé que estoy bien. Ella no me va a hacer nada en la tienda,
eso sería ridículo.
—¿Qué quieres decir con que no lo tienes en stock? Revisé el sitio
web y dice que sí. ¡Mira! —La mujer delgada empuja su teléfono en
mi cara y tengo que retroceder para evitar que me golpee en la nariz.
—Lo entiendo, pero a veces el sitio web tarda unos días en
actualizarse con lo que tenemos disponible físicamente. —Intento
sonreír, pero sale más como una mueca.
—Consígueme un supervisor, eres tan grosera—dice
chasqueando la lengua y apoyando todo su peso sobre un pie.
—Lo siento si…
—¡Ahora! ¡Consígueme al supervisor ahora! De todos modos, ni
siquiera sé qué está haciendo alguien como tú aquí. Es imposible que
sepas qué carajo estás haciendo. —Recoge sus gafas de sol y las
desliza sobre su rostro.
Asiento con la cabeza y levanto el teléfono para llamar a mi
supervisora antes de gemir de frustración. Había olvidado que
nuestro sistema de intercomunicación no funcionaba. Eso significa
que voy a tener que ir a la trastienda y buscarla yo mismo.
Pasa por el lado de esta señora.
Ella me verá.
Tomo una respiración profunda y tiro mis hombros hacia atrás.
Salgo de detrás del alto mostrador y empiezo a caminar hacia la
parte de atrás.
—Oh, Dios mío. No lo creo, eso es repugnante. —La
desagradable mujer en el mostrador se ríe y si no lo supiera mejor,
habría pensado que escuché el sonido del obturador de una cámara.
Me giro para mirarla y efectivamente, el teléfono está en sus manos.
—¿Acabas de tomarme una foto? —Me giro para mirarla,
haciendo todo lo posible por no parecer tan débil como me siento en
este momento.
—¿Qué, por qué haría algo así? Simplemente estropearías todas
las bellas imágenes en el carrete de mi cámara. Ahora, no veo a un
supervisor. ¿Necesito llamar a la oficina corporativa? Juro que al
final del día vas a ser despedida. —Ella sigue yendo por la tangente.
No voy a pararme y escucharla. Me dirijo a la parte de atrás y
encuentro a mi supervisora que está metiéndose un sándwich en la
boca. Una parte de mí tiene tanta envidia de ella, la mujer come de
todo y nunca aumenta un gramo. Yo incluso pienso en algo con más
de cien calorías y juro que aparece un nuevo rollo de grasa en mi
cuerpo.
—¿Tienes un segundo, Margot? Lamento interrumpir tu
almuerzo.
—¿Qué pasa? —Ella deja el sándwich y me mira.
—Tengo una cliente bastante enojada que está molesta porque no
tenemos algo en stock, aunque dice que en el sitio sí. Exige hablar
contigo. —Me muerdo el labio y entrelazo los dedos. No sé por qué
estoy tan nerviosa, no hice nada malo. Simplemente no lo tenemos.
Algunas personas no entienden que no siempre pueden tener lo que
quieren.
q
—Uf, no creo que tenga paciencia para esto hoy. —Margot se
limpia la boca y se endereza el vestido.
Ella se ve completamente arreglada como siempre.
—Lo lamento. —Me froto la nuca avergonzada.
—¿Qué lamentas? No hiciste nada malo. No es tu culpa que
nunca consigamos nada de lo que se supone que debemos tener a
tiempo. —Margot se encoge de hombros y sale de la habitación para
atender a la cliente.
Tomo un respiro y la sigo. Ahora que tengo algo de respaldo, tal
vez no sea tan malo.
—Al fin, ¿crees que tengo todo el día para lidiar con esto? ¿Quién
eres? —La mujer dirige su atención a mi jefe.
—Mi nombre es Margot y soy la supervisora aquí. ¿Cómo puedo
ayudarla? —La voz de servicio al cliente de Margot es insuperable.
—Puedes ayudarme consiguiéndome el nuevo vestido midi de
Sylvia Roux, lo veo en el sitio web como disponible y esta vendedora
no quiere mover su culo perezoso para ir a buscarlo.
Me eriza y me inclino hacia adelante, ¿cómo se atreve a llamarme
perezosa?
—Señora, ya le dije que ese vestido ha tenido una gran demanda.
Revisé antes si había alguno y no hay más. —Hago lo mejor que
puedo para mantener mi voz tranquila, pero mi ritmo cardíaco ya
está fuera de control. Necesito arreglar esto y rápido o voy a tener un
colapso mayúsculo.
—Por favor, no quiero oírlo. ¿Sabes qué talla soy? Un 2. Ya sabes
talla de modelo. No muchas personas tienen el privilegio de
parecerse a mí, así que sé que debe haber un vestido de esa talla en
la parte de atrás. ¡Ahora ve a comprobarlo! —Ella da un pisotón
como una niña.
Margot se coloca frente a mí como si fuera a protegerme con su
cuerpo y la dejo.
—Lamento que esté decepcionada, señorita, pero lo que dice mi
representante aquí es correcto. Nos quedamos sin ese vestido hace
dos días y está pendiente. Si me deja su número, podría llamarla
cuando recibamos el envío. ¿Sería eso satisfactorio?
—Uf, debería haber sabido que nadie en este miserable pueblo
podría ayudarme. —La mujer mira a Margot y pone los ojos en
blanco antes de agarrar su bolso y girar sobre sus talones para salir
hacia la puerta. Antes de irse, se vuelve hacia nosotros—. Por cierto,
soy muy conocida en la mayoría de los círculos de la moda y sé un
par de cosas sobre el comercio minorista. Cuando tienes tu negocio,
realmente quieres asegurarte de que a tu cliente se le muestre el
estándar de lo que estás vendiendo. Quieres mostrar lo mejor. ¿Qué
clase de clientes crees que vas a tener aquí con esa vaca parada
detrás del mostrador? No puede caber nada aquí, en todo caso,
debería estar en la parte de atrás, apilando cajas, haciendo algo de
ejercicio...
—¡Es suficiente! ¡Sal de mi tienda ahora mismo! ¡No eres
bienvenida aquí! ¡Cómo te atreves! —Margot intenta rodear el
mostrador y caminar hacia la dama, pero ya sujeto del brazo. No
quiero que se meta en un altercado con esa mujer. No por mí.
—Por favor, como si alguna vez fuese a volver aquí. Este lugar
está agotado y me aseguraré de decirles a todos los que conozco en
esta ciudad que si quieren ver un gorila no tienen que ir al zoológico,
tienes uno en exhibición aquí mismo. —La mujer se ríe y sale con
Margot gritándole que le largue.
Margot golpea la mano contra el mostrador antes de mirarme.
—No escuches a esa mujer. Eres jodidamente hermosa, Honee.
—Mmmjá. —Asiento con la cabeza, pero siento que se me
calientan las mejillas y las orejas. Voy a llorar. Siempre lo hago. No
puedo evitarlo, no importa cuántas veces lo escuche, o cuántas veces
trate de mantenerme fuerte, siempre duele—. Solo voy a ir al baño
por un segundo, ¿de acuerdo? —Mi voz se quiebra y me alejo de
Margot.
—Cariño... lo siento. —Me frota el hombro y le hago un gesto de
que no tiene importancia.
—Oh, eso no es nada. Solo necesito calmarme. ¿Miras el
mostrador por un segundo? ¿Por favor?
—Por supuesto, ve. —Margot me sonríe y le devuelvo el gesto.
Camino rápidamente hacia la parte de atrás, odiándome más y más
cada vez que tengo que pasar por los estantes. Finalmente llego al
baño y antes de que la puerta tenga la oportunidad de cerrarse por
completo detrás de mí, me tapo la boca con el puño y lloro. Ser
anormal en un mundo perfecto es difícil, especialmente cuando todo
lo que siempre he querido es ser como los demás.

—Uf, hoy fue un infierno. ¿Sentiste que las horas se movían muy
lentamente? —Margot traba la cerradura de la puerta de la tienda y
yo me quedo mirando.
—Sí, fue un día difícil. —Después de que la infernal cliente se fue
y tuve mi mini quiebre en el baño, las cosas mejoraron en el sentido
de que nadie más me gritó.
—Bueno, al menos saldremos de aquí a una buena hora. ¿Cuáles
son tus planes para esta noche? —Ella recoge el bolso y comenzamos
a caminar hacia el estacionamiento.
—Me voy a quedar en casa. Relajándome. —Hoy es el día que
cerramos temprano, así que tengo muchas ganas de ir a casa y
acurrucarme en mi cama para leer un buen libro. Finalmente
conseguí el nuevo libro de fantasía romántica de Sheree Moon que
me moría por leer durante años.
—¿Otra vez? Cariño, sabes que a veces me olvido de que eres una
mujer de veintitrés años. ¡Actúas como si tuvieras setenta! A veces
tienes que salir. Ya sabes, divertirte. —Ella empieza a bailar en el
lugar y me río.
—Quedarse en casa es divertido. Salir es un infierno. —Pongo los
ojos en blanco.
—Oh no, es genial. Solo tienes que ir a los lugares correctos. —
Ella asiente con la cabeza de acuerdo con su argumento.
—No dejan que las personas como yo entren en los lugares
correctos. —Me encojo de hombros y ella se detiene en seco.
Me agarra del brazo y me vuelve hacia ella.
—Honee Wilcox, no te atrevas. No quiero escuchar ese tipo de
conversación de tu boca. Eres perfecta tal como eres y si alguien no
puede verte, entonces a la mierda con ellos.
Me encanta lo protectora que es conmigo. Margot es S, la talla
perfecta, mide un metro sesenta y ocho, cabello largo y castaño y
brillantes ojos grises. Yo, por otro lado, no soy lo que la mayoría de
las personas considerarían un partido. Con una talla L, peso más de
noventa kilos, tengo el pelo enmarañado, mi cara es sosa y no soy la
mejor conversadora del mundo. Nunca he sido la chica bonita o
incluso la chica un poco atractiva. Siempre he sido la gorda
marginada con la que nadie quería ser atrapado pasando el rato.
Claro que me duele ver que la mentalidad de matón me siguió fuera
de la escuela secundaria, pero en su mayor parte estoy
acostumbrada. Margot no lo está. Por lo general, le sigo la corriente a
lo que dice para no molestarla.
—Sí, tienes razón. —Asiento con la cabeza.
—Bien, me alegro de que pienses eso, porque te voy a invitar a
una fiesta este fin de semana y no vas a decir que no.
Las alarmas a todo volumen empiezan a sonar en mi cabeza.
¿Fiesta? No voy a fiestas, por pequeñas que sean. Siempre termino
sintiéndome como un pedazo de mierda. La gente no es agradable y,
en su mayor parte, empeora después de unos tragos. No quiero ser
el hazmerreír de la fiesta a la que vaya. Solo pensar en eso hace que
mi corazón se acelere.
—No creo que sea una buena idea, Margot. No soy buena en las
fiestas. —Niego con la cabeza y empiezo a caminar más rápido.
Ella me alcanza fácilmente.
—¿Qué acabo de decir? No voy a aceptar un no por respuesta.
Vienes a esta fiesta, o voy a pensar que no quieres ser mi amiga.
Ahora es mi turno de detenerme en seco.
—¡Eso no es justo, Margot! —Estoy un poco sorprendida de que
trate de manipularme así.
—Tienes razón. No lo digo en serio, pero realmente quiero que
vengas conmigo. Necesitas divertirte. Odio que te mantengas
encerrada todo el tiempo. ¡Por favor, por favor, por favor!—ruega
ella y hace como si fuera a arrodillarse frente a mí. Eso sería tan
vergonzoso.
—Oh, cielos, detente. Está bien. Iré. Aunque no me quedaré
mucho tiempo. Obtendrás dos horas de mí, como máximo.
Margot pasa su brazo por el mío y caminamos una al lado de la
otra.
—Está bien. Un poco es mejor que nada. Hay más, pero no te
asustes, está bien. No tienes que hacer nada que no quieras hacer
mientras estés allí.
—Eso suena siniestro como la mierda. —La miro con los ojos
entrecerrados esperando que suelte cualquier bomba que esté
escondiendo sobre la fiesta.
—Bueno, es una fiesta en el lago. —Ella se encoge un poco y casi
pierdo mis globos oculares cuando abro los ojos.
—¡Margot! ¿Estás loca? ¡Sabes que no pertenezco a ningún lago!
Soy demasiado grande para eso.
—¡Qué acabamos de hablar! ¡Deja de decir Soy una mierda
demasiado grande! ¡Eres sexy! Esas curvas son para morirse. Y eres
igual de hermosa por dentro.
—Sí, tengo una personalidad tan brillante. —Pongo los ojos en
blanco para sumarme al sarcasmo.
—Será de noche, cariño. Es como una especie de fogata. Solo un
par de amigos de la ciudad y la universidad. No es gran cosa. El
agua va a ser increíble si quieres entrar y si no, puedes recostarte
g q y p
cerca del fuego y mirar las estrellas. Demonios, eso es lo que la
mayoría de las mujeres van a hacer de todos modos.
—Margot. Realmente no sé nada de esto. Conozco a algunas de
las personas en la ciudad que estoy segura de que irán a la fiesta,
pero no estoy segura de que alguien se tome el tiempo de hablar
conmigo. Sólo voy a estar incómoda.
—Cariño, estás dejando que tu vida pase de largo. No vas a
empezar a vivir realmente hasta que te arriesgues, ven por favor. —
Ella pone la mano en mi hombro y me mira profundamente a los
ojos. Su labio inferior sobresale ligeramente en un puchero.
—Oh, por el amor de Dios. De acuerdo. —Levanto la mano y
cedo.
—¡Impresionante! Puede que incluso cierre la tienda antes de
tiempo.
Ella sigue y sigue sobre lo que va a pasar en la fiesta. Está
animada y emocionada, pero lo único que puedo pensar es si voy a
tener que usar traje de baño o no, y qué ropa tengo para ocultar mi
gordura.
Capítulo 4

Cody

Mi teléfono suena por décima vez en la última hora. Esta vez es


Melissa. No contesto, porque sé lo que quiere y ahora mismo no
puedo entretenerla. Melissa es azafata y se encuentra conmigo de
vez en cuando, cuando tiene un vuelo aquí. Ella debe estar llegando
esta noche.
Lástima, Melissa es entusiasta en la cama.
—Si ese maldito teléfono suena una vez más, lo voy tirar. Qué
carajo, ponlo en silencio o algo así. —Brendan me mira por encima
de su taza de café.
Estamos tras la pista de la ladrona de bancos. Es un asunto
afortunado que esté de camino a Maine, lo que significa que no
tenemos que ir muy lejos para traerla. Solo nos tomó un día más o
menos darnos cuenta de que su plan es atacar a todos los bancos que
el año pasado no formaban parte de cadenas de organizaciones más
grandes. No Chases o Wells Fargo, los Stanton Savings y Loan está
en la parte superior de su lista.
Ya la habíamos identificado, pero siempre se ve genial escuchar
algún tipo de confesión o atraparla cometiendo el robo. El plan en
este momento es hacer que baje la guardia conmigo, tal vez llevarla a
una cita o dos para realmente quedar bien con ella y finalmente
hacer que me diga si hay más personas con ella en el negocio del
robo de bancos. En este momento parece que es sólo ella. A pesar de
que Spark había señalado que se estaba escapando demasiado
rápido, alguien la estaba esperando o tenía casas seguras cerca de los
lugares que estaba robando. Amigos que guardarían su secreto,
probablemente por un poco de dinero.
—Voy a comenzar con esto. No seas molesto—le digo a Brendan
y me levanto de la pequeña mesa en la que estamos sentados. Hasta
el momento, esta mujer ni siquiera ha mirado en mi dirección, está
demasiado consumida con su teléfono. Está bien, siempre he sido el
tipo de persona que podría llamar la atención de alguien si
realmente lo quisiera. Sólo depende de lo que estoy dispuesto a
hacer.
Tomo mi vaso de Sprite y camino en su dirección. Ella no levanta
la mirada y en el último segundo, choco con ella, derramando mi
refresco en sus pantalones.
—¡Qué carajo, hombre! —Ella salta de su asiento ante el
mostrador.
—Oh, mierda, lo siento. No me di cuenta de que estaba tan cerca
de ti. —Tomo una servilleta y empiezo a secarle los pantalones. No
es mucho refresco solo un chorrito, pero es suficiente—. Puedo hacer
esto…—Dejo que mi voz se apague, lo que hace que me mire. Sus
ojos llenos de ira me lanzan puñales. Exactamente lo que quiero—.
Mierda.
—¿Qué?—espeta ella.
—Eres tan hermosa. Con razón me topé contigo. Alguien tan
hermosa como tú simplemente atrae a los hombres como una sirena.
—Me acerco y la veo tensarse, con un poco de miedo. Sé que la tengo
cuando sus labios se curvan en una sonrisa sensual. Mujeres como
ella, que consideran robar bancos como un pequeño peligro. Si juego
bien mis cartas, no me sorprendería que me dejara follarla hasta
quemarle los sesos en el baño de este pequeño restaurante.
—Mmm, tú tampoco eres mal parecido. —Ella deja que sus ojos
deambulen por mi cuerpo y la dejo. Flexiono mis músculos
sutilmente para que pueda ver lo que tengo que ofrecer en el
departamento del cuerpo. Paso una gran parte de nuestro tiempo
libre haciendo ejercicio o teniendo sexo. Ambos son buenos para el
físico.
Ella gime cuando baja a mi polla y puede ver el contorno. Estoy
empalmado y ni siquiera me molesto en ocultarlo. Quiero que vea
que me ha excitado, que estoy así por ella. La mujer jadea y se
muerde el labio. Sus ojos se lanzan hacia los míos.
—Eres un poco directo, ¿no crees?
—No, si fuera directo, te pediría que vinieras a casa conmigo.
Pero no pareces ese tipo de mujer. En cambio, lo que te preguntaré es
si me dejarías tomarme el tiempo para mostrarte un poco de mi
ciudad. Sé que no eres de aquí o habría tratado de invitarte hace
mucho tiempo.
—Mmm, eso suena interesante. Tienes razón, solo estoy de paso.
Me vendría bien un amigo con quien pasar el rato durante unos días.
¿Qué tienes en mente?
—Vas a tener que confiar en mí, dame tu teléfono—ordeno y
extiendo la mano. Ella lo hace al instante. No trato de pasar por nada
mientras ella está sentada allí, pongo mi número allí y luego llamo a
mi teléfono para tener su número. Saco el teléfono para que pueda
verlo—. ¿Cómo te llamas?
—Kim—responde dulcemente.
—Kim, mi sirena personal. —Le doy otra media sonrisa antes de
inclinarme—. No puedo esperar hasta estar contigo a solas. Estaré
pensando en eso todo el día. —Dejo que mi voz se vuelva más ronca
y la escucho gemir levemente.
Pan comido. Todo es un gran juego. La mayoría de las mujeres
solo quieren sentir que un hombre está desesperado por ellas. Que
son las mejores y todos las desean. Puedo hacer eso con los ojos
cerrados.
—¿Cuándo? Solo estaré aquí por dos días. ¿Por qué no nos vamos
ahora?—pregunta mientras me alejo.
—Tengo que volver a mi club. No te preocupes, Siren, te prometo
que te dejaré boquiabierta. —Le guiño un ojo antes de volver a mirar
a Brendan y hacerle una señal para que me acompañe. Siento sus
ojos en mí, pero no la vuelvo a mirar. Ahora es su turno de
desearme.
—No puedo creer que esa mierda haya funcionado. Necesito lo
que sea que tengas. Joder. —Brendan niega con la cabeza con
incredulidad mientras salimos—. Pensándolo bien, lo que sea que
tengas podría ser incurable. No importa. —Se ríe de su propia
broma.
—Hermano, por favor, siempre lo envuelvo. Estoy más limpio
que la Virgen María. —Me río con él y me acerco a mi moto. Lanzo
mi pierna sobre mi bebé y la enciendo. Me inclino hacia adelante, no
para comprobar nada, sino para mostrar más de mis músculos. Kim
todavía me está mirando, apostaría dinero a ello. Cuando giro la
cabeza para mirar por la ventana, ella está completamente girada en
su asiento, sus ojos están pegados a mí sentado en mi moto.
Me aseguro de captar su mirada antes de modular las palabras,
No puedo esperar. Ella me sonríe, pero esa sonrisa se convierte en
sorpresa total cuando pongo mi mano en mi polla y la aprieto.
Observo su reacción y su cara se pone roja antes de que se muerda el
labio y agarre el mostrador detrás de ella. Está cachonda, nerviosa, y
así es como la quiero. Le guiño un ojo antes de ponerme el casco y
salir corriendo. Brendan está a mi lado sacudiendo la cabeza por lo
fácil que es para mí.
No es mi culpa, tengo la llave maestra que abre todos los deseos y
necesidades de cada mujer que conozco.
La brisa se siente agradable contra mi cara mientras regresamos
al hotel. Esto va a terminar más rápido de lo que había comenzado.
Una vez que la tenga

enganchada, estará cantando como un canario. En más de un


sentido.
Una fogata no sería la cita ideal ya que es ilegal. Muchas personas
de la edad de Kim estarían consumiendo drogas y alcohol. Además,
probablemente le gustaría follar en un rincón contra las rocas. Parece
del tipo exhibicionista.
Es sábado y el banco que creemos que va a atacar por aquí estaría
abierto con un equipo mínimo mañana, un gerente y un cajero. El
cajero resulta ser un hombre de 21 años. Va a ser masilla en sus
manos.
Si voy a conseguir que me diga algo, tendrá que ser esta noche.
Hasta ahora, ha estado bastante callada sobre lo que está haciendo
aquí.
—Oh, todo esto es tan bonito—susurra ella y envuelve su brazo
alrededor de mi espalda. Me levanta la camiseta y comienza a
acariciarme. Se siente bien, pero sé que no puedo dejarme llevar
demasiado. Al menos, no todavía. Le he contado sobre mis
actividades ilegales, solo las que he inventado para que confíe en mí.
Follarla es la última parte del plan y tiene que suceder en algún
lugar donde pueda grabarla diciéndolo.
—Sí, Maine es increíble de muchas maneras diferentes. —Ya me
estoy enfadando con ella. Es superficial. Le había traído rosas hoy y
estaba molesta porque no le compré más. Casi la dejo justo ahí, en
ese mismo momento. Si no necesitáramos esta información, lo habría
hecho.
—Nunca he estado en una fogata. ¿Conoces a esta gente?
—No, pero en lugares como éste, la mayoría de las personas no
suelen conocerse. Solo están aquí para divertirse. Hablando de
diversión, ¿qué te parece tener un poco de eso ahora mismo?
—¿Aquí? Alguien podría ver—susurra ella, pero sonríe al mismo
tiempo.
—Oh, déjame averiguar si eres tímida. —La toco, por supuesto
que va a querer demostrar que es una ruda—. Vivo para el ahora. Te
necesito a ti y a ese sexy cuerpo tuyo de inmediato—gimo y la acerco
a mí. Me inclino para besar su cuello, lo que la hace temblar y
agarrarme con más fuerza.
—Oh, mierda. ¿Adónde podemos ir? —Ya está sin aliento, agarro
su mano y corremos hacia el otro lado del lago. Estamos a unos
cincuenta kilómetros de Patis, así que, aunque éste no es mi hogar,
conozco bien el lago Divot.
Se suponía que el lago Divot se usaría para construir algunas
casas, pero el comité de vivienda descubrió que el suelo no era lo
suficientemente estable para construir allí. Hay una corriente que en
realidad corre por debajo de la tierra provocando que se mueva. Es
lo que desemboca en el lago. Desafortunadamente, las empresas
constructoras ya habían comenzado a despejar el terreno. Hay
grandes áreas alrededor del lago que están completamente
desprovistas de árboles o arbustos. Esto se hizo hace años. Todavía
nadie ha venido y tratado de replantar el área. En cambio, los chicos
lo usan como un lugar para hacer fiestas y besarse. Todo el mundo lo
sabe, pero hasta ahora nunca ha sucedido nada dramático aquí, que
yo sepa. La fogata ha sido ubicada el borde del terreno, pero en el
lado opuesto hay muchos árboles que no han sido talados.
—Joder, estoy tan caliente por ti. —Kim se da la vuelta y se
inclina hacia mí antes de que lleguemos al bosque. La levanto y dejo
que envuelva sus piernas a mi alrededor—. Oh, Dios, sí—sisea
mientras baja la cabeza y comienza a besarme en el cuello.
—¿Estás lista para mí, Siren? Me tienes enganchado y ahora no
puedo esperar para entrar en ti. —Encuentro un lugar con algunos
árboles. Afuera está lo suficientemente oscuro como para que, a
menos que alguien nos esté buscando activamente, no nos atrapen.
No es que me importe tampoco.
—Date prisa, fóllame. Lo necesito—gime ella y trata de bajarme
los pantalones. Está impaciente y trata de tomar el control. No
puedo hacer eso. Quiero que sepa que estoy a cargo, que sepa que
puedo ser tan dominante como ella está tratando de serlo ahora.
La agarro por el cuello y la empujo contra el árbol más cercano.
Ese miedo que había visto en el pequeño restaurante florece de
q p q
nuevo en sus ojos.
—Hazlo bien, hermosa, de rodillas—susurro, mi voz llena de
arena.
—Ok, joder, ok. —Ella cae de rodillas y tira de mi cinturón, esta
vez más lento y no tan fuerte.
—Sí, he estado esperando para follarme esa bonita boca tuya. —
Comienzo a hablar sucio y veo que se abre la boca, está cautivada—.
Toda la noche. Voy a follarte toda la jodida noche.
Ella me levanta la camiseta y la culata de mi arma sobresale de
mis pantalones.
—¿Eso está cargado? —Sus manos se ciernen sobre él. Quiero
alejarme, pero no lo hago. Sé que necesito mantenerme en el
personaje.
Además, si necesito ayuda, Brendan estará aquí en un segundo.
Él puede oír todo lo que está pasando. Tengo un cable conectado a la
cadena alrededor de mi cuello. Es inalámbrico y de última
generación gracias a nuestros encantadores amigos del Bureau.
—Por supuesto que está cargado. Te lo dije antes. No soy un buen
tipo, necesito estar listo para cualquier cosa que suceda. —Y estoy
diciendo la verdad.
—¿Puedo tocarla?—me pregunta, todavía de rodillas.
—Te gustan las armas, mi pequeña sirena. Cierra los ojos—le
ordeno y ella lo hace de inmediato. Saco rápidamente el cargador y
la bala extra del arma. No soy tan estúpido como para jugar con un
arma cargada y si ella nunca ha tenido una, entonces no sabrá lo que
estoy haciendo.
—¿Confías en mí, Kim?—pregunto mientras sigo quitándome los
pantalones.
—Sí—sisea ella con los ojos todavía cerrados.
—¿Estás segura, confías en mí con todo? —Acerco mi dura polla
palpitante a sus labios, pero sin tocarlos todavía.
—¡Sí! ¡Oh, sí! —Ella se está impacientando.
—Está bien, abre los ojos y chúpame—ordeno.
Abre los ojos y ve el arma en mi mano. Presiono el arma
descargada a un lado de su cara y ella retrocede.
—Abre la boca. ¿Pensé que eras una chica mala?
Deslizo el arma por un lado de su cara, suavemente, no estoy
tratando de lastimarla. Ella gime, pero abre mucho la boca.
—¿Me deseas?—pregunto, alejando el arma haciéndole saber que
puede decir que no.
—Guárdala. Quiero sentirla mientras me follas la garganta. —Ella
se lame los labios y hago lo que dice. Agarro la parte de atrás de su
cabeza con mi mano libre y golpeo mi polla en su boca lo
suficientemente profundo como para hacer que se atragante.
Ella hace muchos ruidos y es descuidada, pero es más de lo
mismo para mí. Siempre piensan que tienes que sonar como una
maldita estrella porno para demostrar que lo estás disfrutando. Lo
odio.
Es un tira y afloja de poder entre ella y yo. Me aseguro de que
cada vez que intenta tomar el control, me retiro hasta que se someta
a mí. Nunca la obligo a hacer algo que no quiera hacer, pero al
mismo tiempo le hago saber que éste no es su show.
Me la follo allí mismo contra un árbol, tengo que taparle la boca
con la mano, está gritando muy fuerte. Me aseguro de que se corra al
menos dos veces antes de fingir que me corro también. Ella es
molesta, pensé que sería divertido follarla, pero estoy muy
decepcionado incluso en la riesgosa atmósfera.
—Oh, Dios, no puedo creer que hayamos hecho esto. Fue el mejor
sexo que he tenido en mi vida—gime ella y le doy una sonrisa en
respuesta.
No le voy a mentir acerca de que es el mejor, porque si soy
honesto, ni siquiera está entre los cien primeros.
—Apesta que tengas que irte mañana. Siento que tú y yo
realmente podríamos hacer algo de daño por aquí. —Es hora de
obtener esa información ahora que está volando por su nivel
orgásmico.
—Daño, creo que le hiciste suficiente daño a mi útero. —Ella se
ríe.
—¿Crees que esto es una broma, Kim? Estoy cansado de dar
vueltas por aquí con mi club, tenemos que pensar en algo grande. —
Me deshago del condón, termino de vestirme y me apoyo en uno de
los árboles. Recojo mi paquete de cigarrillos y saco uno. No suelo
fumar. Todavía estoy tratando de dejar el hábito por completo, pero
en este momento parece encajar en la situación.
—¿Algo grande?—dice ella, cruzando los brazos sobre el pecho y
pateando un poco de tierra junto a sus pies.
No está segura de sí debería decirme lo que está pasando. Supuse
que ella tendría algunas dudas.
—Sí, no estoy hecho para trabajar de nueve a cinco, ¿sabes?
Quiero decir, ¿te parece que debo permanecer sentado detrás de un
escritorio en algún lugar? — Retrocedo para que pueda mirarme.
Ella niega con la cabeza.
—Nah, necesito estar en algún lugar, disparando armas, tomando
lo que es mío. Y en este mundo, todo es mío. —Sueno como un
idiota de mierda.
—Sé exactamente lo que quieres decir... hay... no, no importa. No
puedo decirlo.
Me apresuro hacia ella, eso es todo, solo necesito que diga lo que
tiene en mente.
—A la mierda con eso, Kim. ¿Qué es?
—No sé si puedo confiar en ti, quiero decir, te acabo de conocer.
—Ella mira hacia otro lado.
—Estás bromeando, acabo de tener una pistola en tu cabeza.
Confiaste en mí con tu vida, ¿verdad? Sé que sientes esta conexión
que tenemos. Este tipo de mierda no está destinada a ser solo un
asunto de fin de semana. Podemos tomar este maldito país por
asalto, tú y yo . —Todas quieren ser Bonnie y Clyde.
—Sí. Sí, lo siento. Confío en ti. Bueno, no será un hacerse rico
rápidamente, pero tengo algo que es un trampolín hacia algo más
grande si sabes a lo que me refiero. Puedo hacerte entrar.
—Maldita sea, bebé, ahora estás diciendo lo que quiero escuchar
¿Qué es? — Me acerco y ella derrama sus tripas.
Me cuenta sobre el plan y el trato que hace con los gerentes del
banco. Debería haber sabido que no era solo su buena apariencia lo
que hacía que estas personas entregaran el dinero. Los gerentes
estaban en ello. Le avisaban cuándo sería el momento más eficaz y
entonces entraba a robar un par de miles de dólares. Luego corría
hacia las alcantarillas o hacia otra salida que le diesen los gerentes.
Después de todo eso, se encuentra con ellos y les da una parte.
Pueden reclamarlo en el seguro y aun así ganar dinero. Ella solo
visita los bancos más pequeños, porque sabe que son los que están
más cerca de cerrar con la forma en que va la economía en este
momento. Nadie está realmente tomando préstamos y esa mierda.
En realidad, es un plan bastante bueno, uno con el que ya no se
saldría con la suya gracias a que Brendan lo escuchó y lo grabó.
—Mañana, ¿harás esto mañana? Salgamos juntos. ¿O podría
encontrarme contigo allí? —Me aseguro de estar tan emocionado
como ella. Aunque tengo toda la información que necesito y
podemos atraparla mañana. Tengo que asegurarme de que no
sospeche nada. Al menos no todavía, una vez que nos alejemos de
toda esta gente no me importa.
—Sí, creo que mañana podré sacar cerca de setenta y cinco mil.
Tengo que darle el diez por ciento al gerente, pero si te encuentras en
el punto de reunión con el coche, te daré el veinte por ciento.
—¿Veinte? Por favor, necesito al menos el treinta y cinco por
ciento y en el siguiente entro contigo. —La miro.
—Treinta. —Ella me mira con los ojos entrecerrados tratando de
intimidarme.
—De acuerdo, por esta vez. —Estoy de acuerdo y ella envuelve
sus brazos alrededor de mi cuello. Se acerca más a mí para besarme.
Le sonrío y ella se pone de puntillas para besarme.
Un destello de color llama mi atención y empujo a Kim lejos. El
juego que estoy jugando con ella ahora en el fondo de mi mente. Me
pregunto si Brendan está aquí buscándome.
Está demasiado oscuro para que vea realmente lo que está
pasando. Recojo el arma y deslizo el cargador por si acaso. La dejo
colgando a mi lado solo para asegurarme de que no haya accidentes
o que no asuste a uno de los asistentes a la fiesta si todo lo que están
tratando de hacer es encontrar un lugar privado como Kim y yo
hicimos hace un rato.
Al segundo siguiente, una mujer se abre paso entre los árboles, su
cara está roja y parece que ha estado llorando. Quiero preguntarle
qué le pasa, pero se da la vuelta y se aleja como si solo quisiera estar
sola. Cuando se aleja y escucho a Kim riéndose en mis brazos.
—¿Algo gracioso?—le pregunto y vuelvo a centrar mi atención en
ella.
—No, es solo que, ¿viste su cara? Ese debe ser el mayor ejercicio
que ha hecho en su vida. Apuesto a que está en el bosque buscando
comida como un oso. —Ella se ríe más fuerte y nunca he querido
más decirle a una mujer que cierre la maldita boca que ahora.
En lugar de eso, no le respondo en absoluto, simplemente me
alejo del árbol y sigo a la mujer.
—Oye, ¿adónde vas? ¿No puedes dejarme aquí? ¡Oye! —Kim
grita a mi espalda. Sé que se va a enfadar, pero me importa una
mierda. Quiero saber por qué esa hermosa mujer llora y camina sola
por el bosque.
Capítulo 5

Honee

Sabía que esto iba a ser una mala idea. Ni siquiera sé por qué
dejé que Margot me convenciera de venir aquí. Incluso me convenció
de que me pusiera un traje de baño. Lo usé debajo de mis vaqueros,
pero aun así es mucho más revelador de lo que estoy acostumbrada
a usar.
Al principio nadie me dijo nada descarado mientras Margot y yo
nadábamos, pero al segundo que ella vio a sus otros amigos y fue a
saludarlos los imbéciles habían salido a jugar.
Me encanta el agua, por lo general es muy tranquila. También
tengo que admitir que, aunque hay mucha gente alrededor, estar en
el lago y mirar las estrellas es una vista impresionante. El cielo está
despejado y las estrellas brillan. Le había dicho que flotaría en el
lago hasta que ella regresara. De ninguna manera iba a sentarme y
charlar con sus amigos. No esta noche.
—Oh, mira esto, no sabía que Sea World nos prestó a Shamu para
pasar la noche. —Una ronda de risas rompe mi serenidad y me doy
cuenta de que estoy rodeado por un grupo que no conozco.
—Vete a la mierda. No te estoy molestando. —Pataleo en el agua
para ponerme vertical, protegiendo más mi cuerpo.
—Sí, chicos, vamos, ella tiene razón. Solo está disfrutando del
agua—dice una de las mujeres que está con ellos.
Espero el remate. Me han hecho bullying lo suficiente como para
saber que siempre hay un chiste después de que la chica mala finge
ser amable contigo.
—Quiero decir, solo porque es lo suficientemente gorda como
para ocupar la mayor parte del espacio no significa que debamos
molestarla. —Todos se ríen y me señalan.
Pongo los ojos en blanco y trato de pasar nadando, no hay razón
para pelear con ellos. No se detendrán y no tengo la paciencia para
lidiar con eso en este momento.
—Oh, vamos, no te vayas. Solo estamos jugando. Queremos ser
tus amigos—dice uno de los hombres y lo empujo para pasar. Se
estira y me agarra del brazo. Sé que no soy rival para ellos, pero
puedo defenderme. Tiro mi brazo hacia atrás y golpeo al hombre
que sostiene mi brazo directamente en la cara. Es obvio que él no lo
esperaba, porque ni siquiera intentó quitarse del camino. En cambio,
su cara rebota con fuerza en mi puño y una pequeña fuente de
sangre comienza a brotar de su nariz.
—¡Oh, Dios mío, perra loca! ¿Qué carajo te pasa? —El resto de su
pequeña compañía nada hacia él tratando de ayudarlo mientras me
maldicen.
Me alejo de ellos y nado hacia la orilla. Necesito salir de aquí.
Esto es lo que obtengo por tratar de ser una amiga y socializar.
Debería haberme quedado en casa con mis libros.
Llego a la orilla rocosa y busco a Margot. No la encuentro de
inmediato, pero veo mis vaqueros. No me seco, solo meto las piernas
en la mezclilla para poder cubrirme.
—Hay una maldita carpa de circo—dice alguien al costado.
Giro en esa dirección y veo a dos hombres con botellas de cerveza
en las manos riéndose disimuladamente en mi dirección.
Es tan jodidamente vergonzoso. Estoy tan jodidamente
avergonzada todo el tiempo. Odio esto. Odio como soy.
Rápidamente abrocho los vaqueros y deslizo mis pies en mis
chanclas deportivas. Quiero salir de aquí ahora.
p q
Irrumpo en la corta costa y empiezo a buscar a Margot.
Finalmente me doy cuenta de que mientras estaba flotando debo
haberme dirigido hacia el extremo opuesto del lago. Camino a lo
largo del grupo de personas asegurándome de mantener las manos
en los bolsillos y meter mi tripa tanto como puedo mientras me dirijo
a Margot y sus amigos.
—¡Honee! ¡Ahí estás! ¡Me estaba preocupando tanto! —Margot
corre hacia mí cuando me acerco a ella y me rodea con sus brazos.
Ella está feliz
—¿Estás borracha?—le pregunto ahora preocupada, porque es mi
viaje a casa.
—No, no he tomado ni una cerveza. Por Dios, ¿no puedo estar
feliz? —Se aleja de mí y veo que la he molestado.
—Sí, quiero decir, lo siento, solo me estaba asegurando. Me
alegro de que lo estés pasando bien.
—De lo mejor, no he visto a algunos de estos amigos en años.
Muchas gracias por venir conmigo. ¡Eres un salvavidas!—chilla ella
y me abraza de nuevo—. Vamos, puedes sentarte con nosotros.
Eso es absolutamente lo último que quiero hacer en este
momento, pero no voy a quitarle su felicidad exigiendo que me lleve
a casa. Podría aguantar un poco más y dejarla ver a sus amigos.
—En realidad, creo que voy a dar un pequeño paseo. Volveré en
unos minutos, ¿de acuerdo? —Le sonrío y le aprieto la mano.
—Oh, quieres que te acompañe. Está muy oscuro ahí afuera.
—No, quédate aquí con ellos. Estaré bien, este fuego es lo
suficientemente grande como para poder ver sin importar cuánto
camine. Solo necesito descomprimirme un poco, ¿sabes? —La miro
entrecerrando los ojos. Sé que ella entiende.
—Ok, bueno, no te vayas por mucho tiempo. Enviaré a la
caballería. —Ella aprieta mi mano y yo asiento.
Me largo y camino hacia la línea de árboles opuesta. Solo necesito
calmarme. Puedo sentir mi corazón, aun latiendo como loco en mi
pecho. Necesito alejarme de todos.
En el momento en que llego a los árboles, empiezo a sentirme un
poco mejor, especialmente cuando el sonido de las personas
hablando comienza a atenuarse. Apenas puedo ver frente a mí, pero
sigo avanzando. Poco a poco en vez de sentirme mejor es como si mi
subconsciente se volviera en mi contra. Puedo escuchar vívidamente
a esos bastardos burlándose de mí. Mi cerebro comienza a repasar
las cosas que habían dicho mientras estaba en el lago. Odio que
todavía me afecte, pero sé que lo que dijeron es verdad. Ojalá
pudiera perder un poco de peso, pero cada vez que lo intento no
pasa nada. Los escucho reírse en mi cabeza y antes de que pueda
detenerme, empiezo a llorar como un bebé. Odio sentirme así.
Debería haber sabido que esto sucedería. Ni siquiera sé por qué
pensaría en meterme en el lago, no con toda esta gente alrededor.
Soy tan inconsciente.
Después de unos cinco minutos de abrirme paso a ciegas entre los
árboles mientras lloro, me detengo y me recompongo. No me gusta
llorar, pero puede ser un poco catártico. Me limpio la cara y miro por
encima de mis hombros para tratar de encontrar las grandes llamas.
Me equivoqué. Podría perderlas.
No veo nada. Doy la vuelta por donde creo que entré y empiezo a
caminar.
—Oh, eres tan estúpida. ¡No me digas que te perdiste en el
maldito bosque, porque necesitabas un buen llanto!—me reprendo a
mí misma y mantengo los ojos bien abiertos mientras busco la
fogata. Después de caminar rápido durante otros diez minutos,
finalmente la veo. Dejo escapar un suspiro de alivio, al menos sé que
no tendré que pasar la noche aquí. Me abro paso a través de un
pequeño grupo de árboles y salgo por una pequeña abertura.
Mi corazón se salta un latido hasta detenerse cuando me
encuentro con un hombre y una mujer acurrucados contra uno de
los árboles. Ella tiene hojas y palos en su cabello. Es obvio que estoy
irrumpiendo en un encuentro íntimo. La miro una vez antes de
mirarlo a él.
Él parece un maldito supermodelo. No puedo ver su cuerpo, pero
juro que podría ponerlo en el papel principal de cualquiera de mis
libros de antihéroes y encajaría perfectamente. Puedo decir por el
cigarrillo colgando de su labio que no es uno de esos hombres
gentiles. No, éste es lo suficientemente malo como para ser
interesante. También demasiado caliente para siquiera mirar en mi
dirección. Dejo caer la cabeza y camino de regreso por donde vine,
dejándolos con lo que estaban haciendo sin decir una palabra. Solo
retrocedo unos pasos para no perder de vista la fogata. Giro y hago
un amplio arco para volver allí.
—Te he estado buscando, Shamu.
Salto ante el repentino sonido de alguien hablándome.
—¡Qué carajo! —Me agarro del pecho y giro para ver que el
grupo de personas que había dejado en el lago de alguna manera me
habían seguido hasta los árboles y me rodeaban una vez más.
—Creo que necesitas pedir perdón. Me rompiste la nariz. —El
hombre que me había agarrado avanza y puedo ver los moretones
negros que ya comienzan a formarse debajo de ambos ojos.
—Oh, no te gusta, es una lástima. Creo que es una gran mejora.
—Me encojo de hombros, pero no quito los ojos de ninguno de ellos.
—¿Crees que eres graciosa, vaca?—dice la mujer que estoy
pensando es su novia.
—No, en absoluto. No les hice nada a ninguno de vosotros, pero
si me tocáis, me voy a defender. —Desearía tener mi bolso, pero lo
dejé en el coche. Mi botella de gas pimienta sería genial ahora
mismo.
—¿Defenderte? ¿Qué crees que vas a hacer? ¿Huir? Quiero decir
que pagaría dinero para verte hacer esa mierda. —Todos empiezan a
reírse de mí otra vez y pienso en darme la vuelta y salir corriendo,
pero la vergüenza de que me vean hacer eso me mantiene pegada al
suelo.
—Solo dejadme en paz. No quiero ningún problema.
—No, no lo creo. Creo que debes enmendar el haberme golpeado
en la cara.
Escucho más crujidos detrás de mí y me agarro del árbol detrás
de mí para mantenerme erguida. Iba a tener que luchar para salir de
esto o dejar que hicieran lo que quisieran conmigo. No tengo
ninguna duda de que sería humillante como la mierda.
—Lo compensaré por ella. Parece que se olvidó romperte el resto
de la cara. —Una voz profunda resuena en el área y un hombre alto
se para directamente frente a mí. Salto hacia atrás raspándome las
palmas de las manos contra la corteza del árbol ante la repentina
intrusión en mi espacio.
—¿Qué carajo, hombre? ¿Ella está aquí contigo o algo así? Solo
nos estábamos divirtiendo un poco con ella. De todos modos, ella
comenzó—oigo decir a uno de los otros tipos. Solo que no puedo ver
quién, porque el hombre alto está bloqueando mi camino.
—Me importa un carajo quién comenzó qué. Ella dijo que la
dejarais en paz y solo os daré una maldita oportunidad para hacerlo.
—El hombre frente a mí se da la vuelta y me mira.
Es el mismo de antes, el antihéroe supermodelo de todos mis
sueños literarios hecho realidad. Me está mirando desde lo alto…
estoy sudando como un cerdo, con el ajustado sostén de mi traje de
baño y unos enormes vaqueros.
—¿Estás bien?—me pregunta y el sonido de su voz de repente me
quita la capacidad de hablar. Esto es tan jodidamente vergonzoso.
Asiento con la cabeza y hago lo mejor que puedo para hundirme en
el suelo. En lugar de dejar que me esconda, él me pone un dedo
debajo de la barbilla y me levanta la cabeza—. ¿Segura?
—Sí—chillo.
Se da la vuelta para dirigirse a los matones detrás de él.
—Idos a la mierda. ¡Ahora!—gruñe y todos comienzan a moverse
en la dirección opuesta.
Respiro y me giro para volver con Margot. Es hora de que me
vaya de aquí.
—Oye, espera. Déjame hablar contigo—lo escucho decir detrás de
mí, pero no quiero darme la vuelta. Odio cuando las personas me
compadecen más de lo que odio cuando me intimidan.
—Estoy bien, gracias por tu ayuda. Vuelve con tu novia, por
favor—le digo por encima del hombro e incluso mientras lo hago,
puedo sentir lo grosero que es. Solo quiero irme y todos parecen
felices de hacer que me quede aquí más tiempo del necesario.
—¡Oye, Dios, espera! —Me agarra del brazo y me gira hacia él.
¿No he sufrido bastante esta noche? ¿Por qué siempre debo ser humillada?
—¡Qué! ¿Qué es lo que quieres?—le grito. Puedo sentir mis ojos
llenarse de lágrimas. No quiero llorar delante de él, pero no voy a
poder evitarlo.
Retrocede solo un poco y en lugar de mirar hacia otro lado como
pensé que haría, me mira fijamente.
Cuando abre la boca, las palabras que salen no son las que
esperaba.
—Le daría una paliza a cada uno de esos bastardos por cada
lágrima que cae por ese hermoso rostro.
Me tiro hacia atrás y mi boca se abre. Ni siquiera sé qué decir ante
algo así. Sacudo la cabeza, cierro los ojos y los abro de nuevo. Tal vez
él realmente es un personaje de uno de mis libros. Finalmente he
enloquecido.
—¿Qué dijiste?—le pregunto, solo tratando de asegurarme de
que realmente está parado frente a mí.
Carraspea y da un paso atrás.
—Lo siento, nada. ¿Estás segura de que estás bien?
—Sí, estoy bien. De verdad, gracias por ayudarme con esos
idiotas. —Le doy una sonrisa forzada, agradecida de que él no sea
un imbécil incluso si lo parece.
—De nada. —Extiende su mano—. Soy Cody.
Miro la mano extendida un segundo, antes de estrecharla.
—Honee.
—¿Honey? ¿Ese es tu nombre? —Sus cejas se levantan
bruscamente y aparto mi mano.
—Sí, ese es mi nombre. Con dos E—le confirmo, algo que siempre
tengo que hacer.
—Lo siento, no quise ofender. Es único. Me gusta. Es dulce, estoy
seguro de que es como tú. —Su voz me está haciendo cosas por
dentro. Eso acompañado con la intensa experiencia que acabo de
tener está haciendo que mis hormonas enloquezcan. Por supuesto, se
refería a dulce como mi personalidad, no dulce como que yo sabría
dulce.
Solo le sonrío y él se pasa una mano por la cara.
—Bueno, Honee, ¿estás aquí con alguien? Puedo acompañarte.
Miro por encima de su hombro para ver a la mujer a la que estaba
besando antes de pie en el borde de la línea de árboles. Es hermosa,
delgada y está enojada.
—No, puedo ir sola, además parece que tienes algo más que
atender. —Señalo por encima de su hombro y se da la vuelta para
ver a su novia mirándonos furiosa a los dos.
—Uf—gime como si estuviera temiendo volver allí.
Le facilito la decisión.
—Adelante, gracias por la ayuda Cody—le digo y camino
rápidamente en dirección a Margot, sin mirar atrás al Adonis que
acaba de salvarme en el bosque.
Capítulo 6

Cody

Q
¿ ué carajo está mal conmigo? Nunca he tenido que perseguir a
una mujer antes, pero a esa, Honee, la perseguiría hasta los confines
del puto mundo. Desafortunadamente, tenía asuntos del club que
atender y no estoy realmente en condiciones de pedirle su número.
¿Cómo diablos se supone que voy a encontrarla? Ahora me siento
como un maldito idiota por aceptar esto. Si no hubiera estado aquí
con Kim, podría haber encontrado fácilmente una manera de hacer
que Honee me diera su número. Me encojo de hombros, supongo
que no está destinado a ser.
—¿Estás bromeando? ¿Qué carajo estabas haciendo con ella?—
me pregunta Kim.
—¿Qué? La estaba ayudando.
—¿Por qué? —Ella me da una mirada estúpida y solo quiero
decirle que se arregle la maldita cara.
—Porque necesitaba ayuda y estaba siendo atacada por un grupo
de personas—digo un poco más contundente de lo que necesito ser.
—Así que eso es lo que haces, ¿saltas de un coño y vas a buscar el
siguiente? Vi cómo la estabas mirando. Dime la verdad, ¿quieres
follarte a esa desagradable masa informe?
Mis manos se sacuden un poco. ¿Cómo se atreve a hablar así de
esa mujer? Especialmente cuando no sabe nada de ella. Me doy
cuenta de que la necesito para continuar con lo de mañana y
mantenerme informado, así que me calmo.
—No estaba tratando de follarla y si me vuelves a preguntar
sobre una mierda como esa, vamos a tener un maldito problema,
Kim. Voy a necesitar que pienses, nena. Si algo le pasara a ella esta
noche y llamaran a la policía, necesitarían hablar con nosotros.
Querrían saber quiénes eran las personas en el bosque. ¿Quieres ir a
hablar con los tipos después de que terminemos este trabajo
mañana?
Su boca se abre ligeramente.
—Mierda, ni siquiera pensé en eso. Tienes razón. Lo siento.
Confío en ti. Vamos, salgamos de aquí.
Pongo mi brazo alrededor de su hombro y camino de regreso a la
hoguera como si fuera a disfrutar pasar el resto de la noche con ella.
No puedo esperar a

que esto termine.


—¿Tenemos todo lo que necesitamos? —Corro hacia la camioneta
grande que está estacionada al final del callejón del que se supone
que sale Kim. Por lo general, en casos como éste, sentiría algún tipo
de remordimiento por la mujer. Pero cuanto más tiempo había
pasado con Kim anoche, más me daba cuenta de que no solo merecía
ir a la cárcel, sino que también merecía que la metieran en las
entrañas más profundas. Después de que comenzó a hablarme sobre
lo que quería hacer con el resto de su vida, fue como si dejara que
todos los pensamientos jodidos que había tenido se liberaran. Me
contó cómo había ayudado a secuestrar a una niña, pero finalmente
la encontraron. Aparentemente, había mentido sobre un hombre
negro para que lo metieran en la cárcel, porque él no la había
ayudado a hacer una mierda ilegal. Incluso me dijo que antes de los
robos a bancos, robaba tiendas y chantajeaba a las personas para
conseguir lo que quería. Esa cara sexy que tiene es más que una
forma de salir adelante en el mundo, es como un maldito señuelo
que llama a la gente a su muerte. Sí, ella se merece esto y más.
—Sí, tenemos más que suficiente, en el momento en que ella salga
y la atrapemos con el dinero, nos moveremos. Hiciste un buen
trabajo, Cody. Es una pena que dejaras la fuerza.
Miro a Smith, o al menos así dice que se llama. Trabajar con el FBI
como cazadores de recompensas clandestinos no era tan malo como
pensé que sería, excepto cuando llegaba el momento de reunirnos
con las personas para las que trabajábamos. Mi tiempo en el FBI fue
genial hasta que dejó de serlo. Fue entonces cuando me di cuenta de
lo jodido que puede ser el gobierno. Todavía es un asunto delicado y
preferiría no hablar con este hombre.
—Yo no diría eso. Mis talentos se aprovechan mejor en otros
lugares, como puedes ver. —Le doy una sonrisa tensa y me
concentro en el resto de los videos para asegurarme de que sabemos
exactamente cuándo aparece del lugar del que dijo que vendría. Veo
que se abre la tapa de la alcantarilla y su cabecita empieza a subir.
Rápidamente vuelve a colocar la tapa y comienza a mirar alrededor.
Ella me está buscando y cuando se da cuenta de que no estoy allí, la
veo derrumbarse. No esperaba que la traicionara y apuesto a que la
madre de esa niña tampoco esperaba que alguien secuestrara a su
hija. Cosas malas le pasan a las personas y ya es hora de que
comenzaran a pasarles a las malas personas.
—Ella se va a escapar.
—Relájate, Cody. —Me doy la vuelta y miro a Wyatt, que había
conducido para ver el final de esto. Él está aquí en cada arresto y en
cada retirada, sin importar cuán lejos sea, solo para asegurarse de
que las cosas salgan como decían los federales. Es casi tan
meticuloso como ellos.
Mantengo la boca cerrada y miro el video. La veo salir corriendo
del callejón dejándome atrás mientras las luces rojas y azules
comienzan a parpadear donde ella está. La estúpida chica intenta ir
por el otro lado solo para ver que es un callejón sin salida y que no
tiene adónde ir. Observo con horror cómo coloca la mano en su
chaqueta y la apunta como si tuviera un arma. No lo hace, pero
hacerle eso a la policía es lo mismo que apuntar con un arma
cargada.
—¡Ella no tiene un arma!—le siseo a Smith.
—¿Estás jodidamente seguro de eso? ¿Estás dispuesto a apostar la
vida de estos oficiales con eso?—me ladra de vuelta.
—Ni siquiera había tocado una antes de tocar la mía. Dice que
guarda un destornillador en el bolsillo, ¡no es una puta pistola! —No
sé si está tratando de montar una escena de gatillo fácil por parte de
un policía, pero no es algo que quiera ver en las noticias de la noche.
Ella no es una maldita víctima, si estos policías le disparan, es
exactamente como la pintarán.
—Diles rondas no letales. Ella está tratando de que la maten—
dice Spark y se acerca a la pantalla.
Aquí somos cuatro de la casa club y ninguno de nosotros quiere
que suceda una mierda como ésta. Smith me mira a la cara tratando
de evaluar si tengo razón en lo que estoy diciendo y le aseguro de
nuevo.
—¡Smith, no es una puta pistola!—digo y golpeo la mano en la
mesa.
—A todas las unidades; no se sabe que el sospechoso esté
armado. Usad munición no letal. Repito rondas no letales hasta que
las rondas verdaderas se consideren necesarias.
Da la orden y veo que algunos de los policías cambian de arma
antes de pasar al frente. Los escucho gritarle que se tire al suelo y
cuando no obedece, se disparan algunas rondas y ella grita de
agonía. No veo sangre en la cámara, lo que me tranquiliza. Ella llora
fuerte y comienza a tocarse el estómago para ver dónde está la
herida, pero no hay nada allí. Sin embargo, entiendo su dolor. Las
balas de goma duelen como un hijo de puta.
—Genial, ahora que esta mierda está hecha. ¿Podemos irnos?
Siento que voy a tener que escribir un informe en cualquier
momento. —Sacudo los hombros dramáticamente y miro a Wyatt.
—Sí, es mejor si nadie nos ve por aquí. Tienes la grabación, ¿hay
algo más que necesites de nosotros, Smith?
—No, tenemos todo. Solo deja que se la lleven y podéis seguir
vuestro camino. De regreso a casa y sin problemas. —Se dirige a otro
agente en el RV con nosotros y hablan de negocios.
Los cuatro nos movemos a nuestro pequeño espacio. Puede que
estemos en el mismo equipo, pero aun así es bastante extraño para
nosotros trabajar con ellos.
—Cody, buena mierda hermano. Sabía que serías capaz de sacar
esta mierda.
—¿Qué mierda fue lo que hizo? Se folló a una chica y consiguió
que le contara sus secretos. Lo hace todos los malditos días. Hoy no
hubo nada especial—dice Brendan poniendo los ojos en blanco y
agitando la mano en el aire como si estuviera descartando todo.
—¿Sabes que durante las últimas semanas pareces estar
terriblemente preocupado por lo que hago con mi polla? ¿Cuál es
exactamente tu problema, Brendan? —Agarro su hombro y le doy la
vuelta. Es mi hermano y aunque lo amo, no tengo ningún problema
en noquearlo.
—No tengo ningún problema. Me importa un carajo con quién
follas o cómo lo haces. Pero no me voy a sentar aquí y fingir que fue
un gran logro que hayas conseguido que una chica te la chupe. Eso
es lo que haces. Carajo, eso es todo lo que haces. Honestamente, en
este momento no sé por qué no abres un servicio de gigoló o algo
así. Si vas a ser un maldito prostituto, podrías también recibir un
pago por ello. Tal vez podrías pararte en una esquina y ver cómo te
va allí. —Me mira con ese ceño fruncido condescendiente y algo
dentro de mí se rompe.
—Eres un pedazo de mierda—rujo y me abalanzo sobre él. Spark
y Wyatt hacen todo lo posible para separarnos, pero recibimos
algunos golpes. El RV se balancea hacia adelante y hacia atrás.
Después de un segundo de no poder separarnos, Smith y su gente
corren y tratan de agarrarnos.
Pronto se necesitan a todos ellos para separarnos. Hacía años que
ninguno de los hermanos Djinn peleaban como lo hicimos Brendan y
yo.
—¿Cuál es vuestro puto problema?—nos grita Wyatt y se aferra a
nuestros cuellos tratando de controlarnos. Brendan puede estar
genial, pero yo no lo estoy. Quiero arremeter de nuevo. Quiero salir
de aquí.
—¿Ellos se han ido?
—¡Te estoy hablando a ti, Cody! —Wyatt me sacude.
—Hermano, voy a matarlo. Necesito irme. ¡Se la llevaron!—grito
y golpeo la mano contra la pared dejando una abolladura. Estoy
demasiado enojado y cuanto más permanezco aquí con Brendan,
más me enojo.
—¿De qué diablos estás hablando, Cody? Es tu hermano.
—Lo sé—mi voz se quiebra—. Suéltame—gruño.
Los ojos de Wyatt se abren más, puede ver que lo digo en serio.
No tengo el control en este momento. Soy el bromista de todos
nosotros. El que nunca se toma una mierda en serio. Él me había
empujado, pero éste era un empujón demasiado lejos en este
momento. Y si soy sincero, ni siquiera sé por qué.
Brendan mira la postura de todos
—Cody, hermano, estoy tan…
Solo el sonido de su voz me provoca un ataque de ira. Tiro y trato
de salir del alcance de todos.
—¡Cierra la puta boca! ¡Cállate!—grito y finalmente Wyatt y
Spark me llevan al lado opuesto de la casa rodante. Todo mi cuerpo
está temblando, estoy furioso.
—¿Ya está bajo custodia?—grita Wyatt.
Smith mira la pantalla.
—Sí, ella se ha ido.
Wyatt y Spark me soltaron y en ese mismo instante salí corriendo
por la puerta y corrí hacia mi moto como si mi vida dependiera de
ello. Necesitaba alejarme.
Oigo a Wyatt decir algo, pero ahora mismo estoy demasiado
enojado como para escucharlo. Despego con el sonido de él diciendo
mi nombre al viento.
Capítulo 7

Honee

—¿En qué estás pensando?—me pregunta Margot mientras


sacamos otra caja para acomodarla en la tienda.
—Oh, en nada—digo y trato de darme la vuelta para volver al
trabajo.
Ella baja la ropa y toma mi mano.
—¿Se trata de esos imbéciles en la fiesta? Desearía que me dijeras
quiénes eran para que podamos presentar cargos. Esos bastardos
deben estar en la cárcel por acosarte así. —Su mano libre se cierra en
un puño y tiene el ceño fruncido.
Uso el pulgar para alisar su frente. Cuando se enteró de lo que
había sucedido en el bosque, quedó completamente devastada. Se
culpó por no querer irse y luego, una vez que la convencí de que ella
no tenía la culpa, estaba enojada.
Tuve que sujetarla en el coche para evitar que volviera a la fiesta
y encontrara a los bastardos que se burlaron de mí de esa manera. Si
bien ese fue un mal momento de la noche, hasta ahora no es lo que
me ha obsesionado. Cada vez que cierro los ojos, no veo a esos
imbéciles, veo a mi supermodelo. Una leve sonrisa se curva en mis
labios y Margot inclina la cabeza hacia un lado.
—Estás pensando en tu caballero oscuro, ¿verdad? —Sus labios
comienzan a curvarse en una sonrisa también. Hablarle de Cody fue
la única manera de evitar que volviera después de dejarme en casa.
Pasamos alrededor de una hora analizando los pequeños fragmentos
de conversación que él y yo tuvimos como dos colegialas.
Fue una tontería, pero se sintió bien incluso si fue solo por un
rato. En el mundo real, sé que nunca tendría una oportunidad con él,
pero en mis fantasías, Cody es ahora la atracción principal.
—Dios, Margot, no puedo parar. No sé qué me pasa. Sé que no
debería estar pensando tanto en él, solo me hará sentir peor. —Me
encojo de hombros y vuelvo a una de las cajas. Saco algunos de los
accesorios que habíamos pedido para reabastecer algunos de los
estantes.
—¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso? —Comienza a sacar más
ropa y a organizarla de la manera que quiere que quede cuando la
saquemos al piso.
—¿Qué crees que quiero decir? Te dije cómo se veía. ¿Pensaste
que estaba exagerando? Podría pasar por un maldito dios griego; era
muy sexy—digo y me río.
—Sí, lo entiendo. ¿Pero qué quieres decir con que no deberías
pensar tanto en él? ¿Por qué te sentirías peor al respecto?
—No hay ningún lugar en el mundo, en éste o en cualquier otro
donde alguien como él estaría interesado en alguien como yo,
Margot. Estoy aquí suspirando por un hombre con el que nunca
tendría una jodida oportunidad. Él estaba siendo una persona
decente conmigo y estoy aquí obsesionada con él como un bicho
raro.
Margot deja caer la ropa en sus manos y se levanta. Cruza las
manos sobre el pecho y me mira fijamente.
—Honee Wilcox, ¿me dices ahora mismo por qué no tendrías una
oportunidad con él?
Pongo los ojos en blanco y hago todo lo posible por ignorarla.
—Sabes muy bien por qué, Margot. Por favor, no hagamos esto.
—No quiero pelear con ella. Es mi mejor amiga, diablos, mi única
amiga y mi jefa.
—No, estamos haciendo esto ahora mismo. —Da un golpecito
con el pie esperando que le responda.
Me pongo de pie y tiro de ella hacia uno de los espejos que se
alinean en la pared trasera del depósito.
—Vamos. —Cuando nos detenemos, la pongo frente al espejo—.
El hombre que conocí en el lago es magnífico y, por la forma en que
me ayudó, diría que es un buen hombre. Es alto, está en forma y,
sobre todo, está fuera de mi alcance. Las personas como él no
quieren personas así. —Señalo el espejo—. Quieren chicas delgadas
con cabello espeso, quieren confianza... quieren todo lo que yo no
soy. Te amo y sé qué tipo de persona eres por dentro, Margot, pero
no puedes sentarte aquí y decirme que no ves la diferencia entre tu
cuerpo y éste. —La muevo así estoy de pie frente al espejo. Ni
siquiera puedo mirarme por mucho tiempo. Soy repugnante y lo sé.
—Oh, Honee. Mírate en el espejo. —Su voz está llena de emoción
y sé que va a llorar en cualquier momento. Ella me ama, pero no
entiende, realmente no lo hace. Me miro en el espejo como ella me
pidió, sin mirarme, pero encontrando sus ojos en el reflejo.
—Me rompe el corazón que no veas lo que yo y todos los demás
que se molestan en conocerte ven. Eres hermosa. Quiero decir
absolutamente impresionante. Tu cabello se siente como seda. —
Levanta la mano y pasa los dedos por mis mechones castaños
oscuros—. Tus ojos son preciosos, la más hermosa mezcla de oro y
jade. Tus labios maravillosamente llenos. Sabes mucha gente pagaría
para tenerlos. Y tienes un cuerpo exquisito.
Me retiro de su abrazo ahora.
—No me mientas, Margot, no puedo aceptarlo. Puedo ver mi
cuerpo. Sé cómo me veo. Veo las estrías y los rollos, los pozos en la
piel en mis muslos, eso no es exquisito, es desagradable.
—¿Dicho por quién? No lo creo. Mataría por tener una delantera
como la tuya sin cirugía, y tu culo, chica, parece que has estado
corriendo todos los días de tu vida, es tan alto y redondo. Mira,
puedo entender que no estés contenta con ciertas partes de tu
cuerpo. No creo que necesites cambiar, pero si quieres iré a hacer
ejercicio contigo. Pero no voy a dejar que te quedes aquí y fingir que
no eres una de las personas más hermosas tanto por dentro como
por fuera, porque lo eres. Te amo, chica, por favor trátate mejor. —
Ella agarra mis hombros y les da un gran apretón. Eso es suficiente
para que me derrumbe. Me giro hacia ella y nos abrazamos mientras
ambas lloramos.
Un llanto rápido antes de que tengamos que abrir suena como
una excelente manera de prepararse para el trabajo.
Capítulo 8

Cody

Ni siquiera sé hacia dónde voy, pero después de andar otros


diez minutos estaciono la moto y camino por una calle más
transitada que de costumbre. Parece ser la calle principal, hay
pequeñas panaderías, tiendas de comestibles y también tiendas de
ropa y artículos generales. La mayoría de ellas acaban de abrir. Todo
el mundo parece tan feliz de continuar con su día. Su simplicidad es
calmante.
Ahora que me he alejado de Brendan, me siento como un maldito
idiota por cómo reaccioné y lo que dije. Nunca lo lastimaría, al
menos no seriamente. Es mi hermano y lo amo. Odié escuchar lo que
piensa de mí… que todo lo que soy es básicamente una polla dura.
Es como si no me respetara como persona o no pensara que soy lo
suficientemente bueno para hacer otra cosa que no sea que me la
mamen.
También odié el hecho de que tiene razón en gran parte. Soy un
completo desastre cuando se trata de mujeres. Conozco todos los
trucos excepto los que hacen que ellas se queden. Me he dicho
durante mucho tiempo que así es como lo quiero, pero si soy
honesto, es lo único que sé. Follarlas y dejarlas.
Me encojo de hombros y empiezo a caminar hacia las tiendas que
están abiertas. No tengo nada en mente para comprar, pero podría
comprar algunas pequeñas cosas. Tal vez un regalo bromista para
Brendan si pudiera encontrar algo. Cualquier cosa para sacar de mi
mente lo que pasó antes. Estoy feliz de que hayamos podido sacar a
esa sociópata de Kim de la calle, pero si no tuviera que liderar con
otra de estas víboras por un tiempo, estaría bien con eso.
Camino durante aproximadamente una hora y recibo un mensaje
de texto de Wyatt que me dice que están camino a casa. Me pregunta
si necesito que se quede atrás por mí, pero sé cómo llegar a casa
desde aquí. Son sólo unos cincuenta kilómetros. Estaré bien por mi
cuenta. Creo que necesito estar solo, aunque sea por el día. Le hago
saber que estoy bien y que me reuniré con él en la casa club.
Compro una camisa en una de las tiendas, algunos dulces y una
navaja suiza en otra de las tiendas generales. Literalmente, nada de
lo que necesito, solo compras sin sentido que me mantienen en
movimiento. Me detengo en una de las cafeterías y compro un café.
Para cuando termino de caminar, han pasado unas tres horas y estoy
listo para emprender el camino de regreso a casa.
Paso por una tienda llamada Sole Threads, sin molestarme en
entrar ya que parece una tienda de ropa solo para mujeres.
Camino junto a ella hacia mi moto, pero me detengo justo cuando
llego a la mitad de la siguiente tienda.
De ninguna manera es quien creo que es. Retrocedo unos pasos
para poder ver el interior de la tienda de alta gama y, efectivamente,
la mujer de anoche está parada detrás del mostrador sonriendo lo
suficientemente brillante como para dominar el sol y hablando con
una clienta.
Los pensamientos comienzan a rebotar en mi mente como pelotas
de goma. No quiero que piense que la estoy acosando o algo así.
Quiero decir que no lo hago, es solo una coincidencia que la
encontrara. Mierda, la encontré.
Repaso lo que diré cuando entre y, por primera vez, me doy
cuenta de que estoy nervioso. Hacía años que una mujer no me
ponía nervioso. Siempre sé qué decir. Puedo leer a la mayoría de las
mujeres como un libro, Honee parece estar escrita en un idioma
completamente diferente.
Tiro el café en mi mano y entro a la tienda. No hay mejor manera
de superar mis nervios que ir de frente.
Espero a que la mujer del mostrador termine y me acerco. Honee
está de espaldas a mí. Creo que está sacando más bolsas. Me
concentro en su cabello castaño oscuro, hay pequeños rizos en
algunos lugares y es lacio en otros como si acabara de sacarlo de uno
de esos moños que a todas las chicas les gusta usar en la parte
superior de la cabeza. Está desordenado, pero lo suficiente para ser
sexy. Quiero ver cómo se siente su cabello envuelto alrededor de mi
puño. Apuesto a que es suave. Gimo interiormente ante el
pensamiento.
Después de un segundo cuando ella no se da la vuelta, me apoyo
en el mostrador.
—Honee, ¿verdad? Con dos E. —Es lo único que podría decir que
no suena demasiado amenazante o que no me haga parecer un
maldito acosador.
Ella se da la vuelta, la gran sonrisa que estaba usando para la
clienta desaparece en el segundo en que ve que soy yo.
—¿Co... Cody? —Su cara se pone pálida y juro que la veo
tambalearse por un segundo. Quiero estirarme y agarrarla para que
no se caiga, pero por la expresión de su rostro parece que está
asustada. Pienso en lo que pasó anoche, tal vez ella piensa que
estaba con esos tipos. Podría estar activando cualquier trauma que
ella sintió anoche. Ni siquiera pensé en eso cuando entré por la
puerta.
—Joder, lo siento. No quise molestarte. Te vi a través de la
ventana, pensé en entrar y saludarte. —Doy unos pasos hacia atrás y
me froto la nuca.
—Hola. ¿Puedo ayudarte? —Otra mujer, muy bonita, pero nada
comparada con Honee, camina detrás de mí y cruza los brazos sobre
el pecho. Se para a mi lado, echa un vistazo a Honee y luego me mira
entrecerrando los ojos. Ella debe ser su amiga—. ¿Hay algún
problema aquí, Honee?
Levanto las manos en señal de rendición. No debería haber
entrado. Esa fue una mala idea.
—No, no hay problema. La conocí en la fiesta del lago anoche y la
vi a través de la ventana mientras caminaba de regreso a mi moto.
Solo estaba saludando.
—¿Estuviste en la fiesta del lago? —Ladea la cabeza y se gira para
mirar a Honee, que sigue mirándome con el rostro pálido. Al menos
ahora se aferra al mostrador detrás de ella para no caerse. La amiga
de Honee se vuelve en mi dirección—. ¿Cody?
—Sí. —¿Cómo sabe mi nombre, a menos que Honee se lo haya
dicho? ¿Estaban hablando de mí?
Los ojos de la amiga se agrandan y me mira de arriba abajo
lentamente.
—Puta mierda.
—¡Margot!—sisea Honee desde donde está parada.
No sé qué está pasando, pero cuanto más tiempo estoy aquí, peor
me siento,
—Sí, bueno, supongo que seguiré mi camino.
—¡No!—dice Margot en voz alta y me estremezco por lo
repentino—. Lo siento, quiero decir, ¿por qué no te quedas un rato?
Tomas un café.
—No sé, Honee no parece querer que me quede. No quiero que
se sienta incómoda—digo sin quitar los ojos de la belleza detrás del
mostrador de la caja.
—No estoy incómoda—dice finalmente ella y la veo soltar el
mostrador. Mucho más firme sobre sus pies—. Lo siento, me acabas
de sorprender. No pensé que te volvería a ver. —Ella exhala un
suspiro tembloroso y finalmente parte del color comienza a regresar
a su rostro.
—Oh, está bien, sí, tampoco pensé que te volvería a ver. Estaba
haciendo algunas compras por la mañana temprano, tratando de
despejarme un poco y pasé por esta tienda y te vi parada detrás del
mostrador.
—Suena increíblemente fortuito—dice Margot. La miro por el
rabillo del ojo y la veo moviendo las cejas hacia Honee.
Vuelvo a mirar a Honee y donde su cara estaba completamente
blanca hacía unos segundos, ahora está roja como una llama.
—Increíblemente. —Me acerco al mostrador y me inclino. Honee
no me tiene miedo, se siente atraída. Este es más el campo de juego
al que estoy acostumbrado—. Entonces, ¿qué tal ese café? —Mis
palmas están sudorosas mientras trato de averiguar qué puedo hacer
para acercarla a mí.
—Oh, bueno, ahora no puedo. Estoy trabajando. Realmente no
puedo irme. —Se aparta un mechón de cabello de la cara y se encoge
de hombros ligeramente.
—¿Pensé que era hora de tu descanso, Honee?—dice Margot y la
escucho hablar entre dientes.
—No voy a dejarte aquí sola. Solo traeré una taza de la parte de
atrás.
—Genial, estoy seguro de que a Cody no le importará sentarse
allí contigo. —Margot me toca el brazo.
—Para nada, guía el camino. —Extiendo la mano y observo cómo
el rostro de Honee vuelve a convertirse en un fantasma pálido. ¿De
qué tiene miedo ahora?
—Ok. —Su voz es baja y la veo salir de detrás del mostrador. Sus
vaqueros son como pintura en sus piernas, pero el suéter que lleva
puesto es dos tallas más grande. Incluso con eso puesto, puedo decir
que tiene un gran cuerpo. Ella es alta tal vez un metro setenta y seis,
pero aun así es más baja que yo.
—Vamos, es por aquí—dice Honee y comienza a caminar rápido.
Tengo que trotar para alcanzarla.
—¿Entonces esa es la chica con la que estabas anoche?—
pregunto mientras entramos en una pequeña sala de descanso. No
hay más que una nevera, una mesa, una cafetera y unas sillas.
—Sí, Margot. —Honee comienza a sacar algunas cápsulas—.
Estaba muy molesta cuando le conté lo que pasó. Es muy protectora
conmigo. Tuve que hablar rápido para evitar que volviera y peleara
con ellos. —Ella se ríe y se gira para mostrarme las opciones de café.
Elijo el colombiano de tueste oscuro y ella sigue preparándolo.
—Suena como una buena amiga para tener.
—Sí, Margot es la mejor.
Miro alrededor del área casi estéril y trato de superar mi bloqueo
mental. Nunca he tenido tantos problemas hablando con una mujer.
—Entonces, ¿la conoces desde hace mucho?
—En realidad no, la conocí después del segundo año de la
universidad. Está a cargo de esta tienda por su madre. Hemos sido
inseparables desde entonces. —Honee termina el café y lleva las
tazas a la mesa. Me da una mirada extraña antes de continuar
hablando mientras coloca la leche y el azúcar para que me sirva—.
Ella también está soltera. Lleva poco tiempo, pero sé que está lista
para volver a las citas. —Se sienta frente a mí y vierte leche en su
café con un poco de azúcar.
¿Está tratando de emparejarme con su amiga?
—Eso es muy bueno para ella. ¿Estás soltera?—pregunto
dirigiendo mi pregunta a ella. Quiero que no haya conceptos
erróneos. No quiero a la amiga. La quiero a ella. Quiero a Honee.
¿Sus ojos saltan hacia los míos?
—¿Por qué importa eso? No estás soltero. ¿Qué le pasó a tu novia
de anoche?
Pongo los ojos en blanco, la mención de Kim agria mi estado de
ánimo una vez más, pero solo un poco.
—Por favor, ella no era mi novia. No le desearía eso a nadie. —
Me estremezco solo de pensarlo.
—¿Estás seguro? Me refiero a que cuando caminé hasta allí había
una intensa actividad como de una relación. —Honee se ríe un poco
antes de llevarse la taza a la boca y presionar los labios contra el
borde. Ella sopla el líquido caliente y estoy hipnotizado por el
movimiento de sus labios. Joder, es sexy. Me doy cuenta de que tiene
un pequeño lunar justo a la izquierda de su labio superior.
—Sí, eso fue por trabajo.
Ella aleja la taza de su boca rápidamente.
—¿Te la estabas follando por trabajo? —Su voz sube por la
sorpresa.
—Oh, joder, no, eso no es lo que quise decir.
—Mira chico, si eres una especie de prostituto o algo así, no voy a
decir nada. —Ella mira hacia otro lado.
—No, pero qué carajo. —No puedo creer que dijera esa mierda.
¿Qué carajo me pasa? Me pellizco el puente de la nariz y respiro—.
No soy un prostituto. No quise decir que tuvimos sexo como si fuera
mi trabajo. Quise decir que estaba saliendo con ella, porque tenía
que hacerlo. En realidad, no tengo una relación con ella y estoy
bastante seguro de que no la volveré a ver después de mañana. Al
menos sé que no quiero hacerlo. —Tomo la taza de café y bebo un
pequeño sorbo.
—Oh, eso es una lástima. Era muy bonita.
Otra vez ella está tratando de llamar mi atención hacia otra mujer
cuando estoy sentado frente a ella tropezando con mis palabras
como un chico virgen de trece años.
—Ella estaba bien. Anoche conocí a otra persona diez veces más
bonita.
—¿Ah, en serio? —Me mira completamente ajena a que estoy
hablando de ella.
Mantengo mis ojos pegados a los de ella.
—Sí, ella es impresionante.
Su boca se abre en el momento en que se da cuenta de que estoy
hablando de ella. Ella niega con la cabeza y baja la mirada
avergonzada.
—No hagas eso. No es agradable.
—¿No hacer qué?—le pregunto confundido.
Esta vez, cuando ella me mira, puedo ver la ira.
—Cody, sé que no crees que soy más bonita que la chica con la
que estuviste anoche. No sé qué tipo de juego estás haciendo aquí,
pero déjame afuera.
Se pone de pie lista para salir furiosa, pero, la sujeto del brazo
justo a tiempo.
—Honee, no estoy seguro de qué parte de lo que dije te hace
parecer que estoy jugando un juego, pero te prometo que no lo hago.
¿Por qué no pensaría que eres más bonita que la chica con la que
estuve la otra noche? Eres hermosa. No quiero tentar a mi suerte, así
que no me acerco más a ella, pero sigo sujetando su mano. Paso el
pulgar por el interior de su palma y ella tararea ligeramente.
—No soy para alguien como tú—susurra, pero no me mira.
Pongo un dedo debajo de su barbilla de la misma manera que lo hice
anoche cuando vi por primera vez esos hermosos ojos.
—Me gustaría mostrarte de primera mano lo perfecta que creo
que eres para mí.
Ella me mira y se lame el labio.
—Estás loco.
—No, pero si no dejas de mirarme con ese puchero sexy, podría
llegar allí.
—¡Sexy, yo!—chilla y no puedo evitar reírme.
—Una de las mujeres más sexys que he visto en mi vida.
Mira el reloj de la pared y retrocede.
—Se acabó mi descanso, necesito volver al trabajo.
—Sí. —Suelto su mano y me froto la nuca—. Mira, sé que es de
última hora, pero ¿estarías dispuesta a tener una cita conmigo esta
noche?
—Una cita. ¿Quieres tener una cita conmigo? —Frunce el ceño y
niega con la cabeza como si no pudiera entender las palabras que
salen de mi boca.
—Sí.
—Um, sí, seguro. Está bien. —Se encoge de hombros y se arrastra
de un pie a otro como si no supiera qué hacer consigo misma.
—¿Tienes tu teléfono? Necesito tu número.
La observo meter la mano en el bolsillo lateral, saca su iPhone y
me lo entrega. Pongo mi número y me llamo para poder tener el de
ella.
—¿A qué hora sales del trabajo?—digo y le devuelvo el teléfono.
—A las siete—dice más como un tono de pregunta que una
afirmación.
—Está bien, entonces volveré aquí para recogerte. —
Instantáneamente empiezo a tratar de averiguar qué puedo hacer
desde ahora hasta entonces. No tiene sentido viajar la media hora de
regreso a casa solo para regresar. Podría conseguir una habitación en
el hotel en el que Brendan y yo nos habíamos alojado.
—Seguro. —Ella me da una tensa sonrisa. La sigo fuera de la sala
de descanso y al área de la tienda donde Margot simplemente está
sentada detrás del mostrador. Salta cuando nos ve salir.
—Oh, no tenías que volver tan rápido. Está tranquilo aquí.
—Mi descanso ha terminado—dice Honee y trata de pasar. Tomo
su mano suavemente.
Se vuelve en mi dirección; me imagino que bien podría no dejar
ninguna duda en su mente. Me inclino y presiono un beso en su
mejilla justo cerca del lóbulo de su oreja.
—Te veré esta noche hermosa.
—Estoy muerta—exclama Margot antes de caer al suelo de
manera dramática, chillando de felicidad por su amiga.
Me río un poco cuando miro a Honee solo para ver que toda su
cara es del color de una cereza. Ella se ruboriza muy rápido. Tendré
que trabajar en eso con ella. Suelto su mano y salgo de la tienda. Hoy
está resultando ser un maravilloso puto día y no puedo esperar a
más tarde.
Capítulo 9

Cody

Me las arreglo para conseguir una habitación en el hotel.


Incluso voy y compro un conjunto en una de las tiendas de ropa
locales. Nada demasiado elegante, solo una Henley negra y unos
vaqueros. No sé por qué intento tanto impresionarla, pero lo hago.
Busqué en la guía telefónica el restaurante más cercano y encontré
uno que no necesitaba reservas y parecía tener una buena
calificación. Eso tendría que servir por esta noche.
Ahora todo lo que queda por hacer es esperar. Miro el teléfono
tratando de averiguar qué puedo hacer para que el tiempo pase más
rápido. Tengo unas horas antes de que tenga que ir a buscarla.
Agarro mi teléfono y llamo a Brendan, debe sentirse como una
mierda por empujarme tan lejos y me siento como una mierda por
haber peleado.
—¿Hermano?
—Hola cabezota. ¿Estás bien?
—Sí. Quiero decir, me rompiste el labio, pero estoy bien. Mira... lo
siento, hombre. No pensé que te molestarías tanto—dice rápido
tratando de terminar con la disculpa.
—¿Quién es? ¿Cody? ¿Dónde diablos está?
Oigo a Wyatt de fondo. Sé que también debe estar preocupado.
Es increíble estar en un club con tus hermanos, pero también hace
que la mierda sea más intensa. Cuando alguien se cae o falta, no solo
perdemos a un compañero de parche, perdemos a una parte de
nuestra familia.
—Dile que estoy bien. Estoy teniendo un poco de relax. Escucha,
eso no fue culpa tuya, Brendan. Tienes razón. Soy desatado con las
damas. Estabas fuera de lugar con la parte del prostituto, pero no
merecías que me pusiera así. Lamento haber dicho esa mierda .
—Dijiste que me ibas a matar. —Su voz es baja.
—Nunca. Me mataría cien veces antes de lastimarte así. Sabes que
es verdad, ¿no es cierto? —Aprieto mi mano contra mi muslo.
—Sí, hermano, por supuesto. Está bien. Será mejor que hables con
Wyatt antes de que tenga un maldito ataque al corazón. —Se ríe y
escucho el teléfono pasando de mano.
—Pensé que vendrías justo detrás de nosotros, Cody. Han pasado
horas. Estaba a punto de enviar a todos a buscar un maldito
accidente—me ladra a través del teléfono.
Mierda, no pensé en eso. Por supuesto que pensaría que me había
estrellado o algo así. Wyatt vive preocupado por todos nosotros,
supongo que siendo el mayor tiene que ser así.
—No, hombre, estoy bien. Lo juro. Solo necesito relajarme un
poco. Estaba demasiado nervioso. Me viste.
Wyatt suspira en la línea.
—Sí, nunca te había visto tan enojado. No con uno de nosotros.
¿Estás seguro de que estás bien?
—Sí, tienes mi palabra. Pasaré la noche en el hotel y saldré
mañana.
—¿Por qué?
—¿Realmente vas a hacer que lo diga, eh? Bien, tengo una cita y
no quiero regresar corriendo a una casa club lleno de tipos.
—Sí, estás bien. Avísame cuando estés de viaje mañana.
Asegúrate de envolverlo—dice con tono burlón. Cuelga antes de que
pueda decir una palabra.
Me dejo caer en la cama y miro hacia el techo esperando que pase el
tiempo.
Las siete de la noche parecen tardar una eternidad en llegar, pero
cuando lo hace ya estoy estacionado fuera de la tienda esperando a
que salga Honee.
Las dos salen al mismo tiempo y puedo decir por la sorpresa en
el rostro de Honee que no pensó que volviera a aparecer.
—Espero que no tengas dudas. Estuve esperando todo el día para
pasar un rato contigo.
—Oh, me desmayo—dice Margot en voz baja y Honee le da un
codazo. Observo cómo la más baja salta para agarrar la cuerda que
usa para bajar la persiana. Están cerrando.
—Permíteme. —Hago todo lo posible por recordar mis modales,
aunque todo lo que realmente quiero hacer es mirar a Honee. Agarro
la cuerda y tiro de la persiana hacia abajo. Baja rápidamente y la
mantengo en su lugar mientras Margot pone el candado.
Una vez hecho esto, me vuelvo hacia Honee.
—¿Estás lista?
—Eh, sí.
—Genial, justo aquí. —Señalo mi moto y ella se resiste.
—¡Estás loco! ¡No puedo subirme a eso! —Ella niega con la
cabeza con vehemencia.
—¿Por qué no? Te prometo que no iré rápido. Soy un gran
conductor. —Hago todo lo posible para tranquilizarla. Mucha gente
le tiene miedo a las motos.
—No tiene nada que ver con que vayas rápido y lo sabes. —Ella
me mira y le devuelvo la mirada. No tengo idea de lo que está
hablando.
—No estoy seguro…—me interrumpo.
—Cody, sabes que soy demasiado grande para andar en la parte
trasera de una moto. ¿Estás tratando de humillarme? —Aparta la
mirada de mí y me quedo atascado por un segundo.
Espera. ¿Eso es todo lo que fue antes? ¿Tiene algún problema con su
peso?
Me arriesgué a mirar a Margot para ver si estaba tan sorprendida
como yo. Cuando la veo prácticamente rogándome con la mirada
que no lastime a su amiga, me doy cuenta de que éste es un tema
grave.
—Honee. Vamos. —Extiendo la mano. Mi moto carga más de
doscientos treinta kilos y tengo los amortiguadores adaptados para
soportar más—. No eres demasiado grande para mi moto, he llevado
a hombres adultos que pesan el doble que tú. En cuanto a que te
humille, no veo cómo. Desfilaría por la ciudad contigo agarrándome
por detrás, para dejar que todo el mundo sepa lo jodidamente
afortunado que soy. Las personas pintan cuadros de mujeres tan
hermosas como tú.
—Bueno... joder—dicen tanto Honee como Margot al mismo
tiempo. Me río mientras mis palabras provocan el efecto deseado.
—¿Tienes hermanos?—me pregunta Margot en broma.
—Cinco.
—¡Cállate! ¡Necesito uno! —Margot se ríe y levanto la mano, más
alto para Honee—. Ven por favor. Te prometo que está bien. No
tienes que preocuparte por nada.
Ella camina lentamente hacia mí y me subo a la moto primero
asegurándome de mantenerla estable. Le digo dónde poner los pies
y la guío con las manos para que se acomode detrás de mí. Sus
piernas tiemblan y envuelvo sus brazos alrededor de mi abdomen.
—Mira, perfectamente seguro. Salta si quieres. No pasará nada.
—Le sonrío por encima del hombro y la siento rebotar. Sus pechos
llenos se frotan contra mi espalda, lo que hace que me muerda el
interior de la boca para evitar decir algo demasiado atrevido. No
entiendo cómo puede pensar que hay algo malo en su cuerpo.
—Ok. —Su voz es suave mientras se acomoda detrás de mí. Le
entrego el casco del pasajero y ella se despide de su amiga que nos
mira con una gran sonrisa en el rostro.
Despego tranquilo. Me río y acelero cuando escucho a Honee
chillar de emoción detrás de mí.
Tomo la ruta turística solo para poder sentirla presionada contra
mí por más tiempo. Cuando llegamos al restaurante la ayudo a bajar
de la moto, la sonrisa en su rostro parece ser genuina y sus ojos
brillan de felicidad.
Estaciono la moto y agarro su mano mientras entramos al
restaurante. Parece uno de esos restaurantes de cadena, la comida
probablemente no sea tan buena, pero creo que será rápido y sin
tanta presión.
—¿Cómo es este lugar?—le pregunto a ella cuando entramos.
La anfitriona rápidamente nos sienta y miro alrededor del
restaurante hasta que Honee pregunta:
—Es genial, ¿no vives por aquí?
Niego con la cabeza.
—No, extendí mi pequeño viaje para poder salir contigo.
—¿En serio?
—Absolutamente. —Enfoco toda mi atención en ella y descubro
que en lugar de aburrirme o enfadarme por algo que dice, me
intereso más después de cada palabra. Me tomó un tiempo lograr
que ella se abriera, pero una vez que lo hace, no para de reír y contar
historias. Le digo que vivo en Patis y ella me dice que ha vivido aquí
toda su vida y solo se fue dos años a la universidad. Escucho sobre
su amor por los libros y le cuento un poco sobre mis hermanos
dejando de lado que estamos en un club de moteros o que a veces
trabajamos para el FBI. Al final de la cena no quiero que la noche
termine.
Justo cuando estoy a punto de pagar la cuenta, una mujer se nos
acerca de la nada.
Ella le sonríe a Honee y dice:
—Lo siento, cariño, solo necesito hablar con él un segundo.
Mi mente está tratando de ponerse al día con la audacia de esta
mujer hasta que le da la espalda a Honee y comienza a hablarme.
—Realmente no queríamos molestarte mientras tú y tu amiga
cenaban, pero quería que supieras que mi amiga de allí realmente
quiere hablar contigo antes de que te vayas. Solo para intercambiar
números. Ella es soltera. —La chica se muerde el labio de una
manera que se supone que es sexy antes de girarse y caminar hacia
su amiga.
¿Qué carajo acaba de pasar? Miro a Honee, su rostro es como piedra
y se mira las manos. La risa y la actitud despreocupada que había
disfrutado toda la noche están escondidas detrás de su pared.
—¿Las conoces?—le pregunto haciendo mi mejor esfuerzo para
mantener mi voz tranquila.
—Sí, fuimos juntas a la escuela secundaria, esa es Ella. Es una
gran chica. Deberías ir y hablar con ella. —Pone una de sus sonrisas
falsas en su rostro y me mira.
—¿Me ves caminando hacia ellas? ¿No acabamos de tener una
buena cita o me estoy perdiendo algo? —No quiero enfadarme, pero
esta mierda de no valgo la pena se está haciendo vieja rápidamente.
—Lo fue, pero sé que...
—¿Sabes qué? Que te encuentro jodidamente sexy. O que me está
costando hasta la última gota de fuerza de voluntad que tengo no
levantarme y maldecir a esas perras groseras. ¿Es eso lo que sabes?
Te deseo, Honee. Me gustas. Eres hermosa para mí, tanto tu cuerpo
como tu personalidad, así que necesito que dejes esta mierda de
inmediato. ¿Me entiendes? —La miro y ella asiente tímidamente.
—Bien, ahora ven conmigo. —Saco la billetera para pagar la
cuenta y me levanto de la cabina. Agarro a Honee y, en lugar de
caminar hacia la puerta, la empujo hacia la mesa con las chicas que
intentan llamar mi atención.
—¿Qué estás haciendo? ¡Cody no! —Honee tira, pero no la suelto.
Sigo caminando hacia la mesa.
—Hola, ¿alguien de aquí me pidió que viniera?—digo haciendo
todo lo posible para asegurarme de mantener a Honee a mi lado.
—Um, sí. Pero solo tú, Honee puede irse. —La chica hace un
gesto con la mano hacia Honee y tengo que agarrarla con más fuerza
para sujetarla y evitar abalanzarme.
—No, Honee se va a quedar aquí conmigo. Lo que quieras
decirme, puedes decírselo a ella. Pero en lugar de ir por ese camino,
déjame decirte algo. Nunca en un millón de años renunciaría a mi
oportunidad con alguien tan jodidamente sexy como Honee.
Especialmente no para degradarme con una tonta rellena de silicona
y maquillaje. No hay nada que puedas ofrecerme, hacerme o
decirme que me haga siquiera mirar en tu dirección cuando Honee
está en la habitación. La próxima vez sigue sus pasos y ten clase—le
espeto dejando a todos en su mesa en completo shock silencioso.
Tiro a Honee detrás de mí y caminamos hacia mi moto.
—No puedo creer que hayas hecho eso. —Ella me sigue y se ríe
cuando subimos a la moto.
Si te soy sincero, tampoco puedo creer que lo haya hecho. Nunca
me he enfrentado cara a cara con nadie por una mujer, pero no podía
sentarme y dejar que hicieran eso. No a Honee.
—Ojalá no vuelva a suceder. —Me giro hacia ella en mi moto
para poder mirarla por encima del hombro—. Honee, quise decir lo
que dije ahí adentro. No me gusta que pienses que estoy buscando a
alguien mejor cuando estoy contigo. Si quisiera a alguien más.
Quiero estar aquí contigo. Sé que apenas me conoces, pero necesito
que confíes un poco en mí o lo que sea que esté pasando entre
nosotros no tendrá la oportunidad de despegar. ¿Lo entiendes,
Honee?
—Sí, Cody. Lo entiendo. —Ella sonríe y envuelve sus brazos
alrededor de mi cintura como la última vez. Siento que mi cuerpo se
relaja mientras nos metemos en el tráfico y ella sube y baja
suavemente la mano por mi estómago. Por primera vez en mucho
tiempo me encuentro pensando en las malditas estadísticas de
béisbol para obligarme a no ponerme duro. Esta mujer va a terminar
conmigo y ni siquiera lo sabe.
—Vamos, vamos a llevarte a casa.
Capítulo 10

Cody

El viaje a su casa es un poco más lejos que a la tienda, pero estoy


bien con tenerla envuelta alrededor de mí por tanto tiempo como sea
necesario.
Ella tiene una casa pequeña de una planta que parece que
necesita un poco de amor y cuidado, pero en general es un lugar
bonito y agradable.
—Esto es bonito—digo mientras caminamos hacia la puerta
principal.
—Gracias, no es mucho, pero usé todos mis ahorros para hacer
un buen pago inicial para que la hipoteca no fuera tan alta. —Se
encoge de hombros y mete la llave en la puerta.
Entramos y no estoy preparado para lo que veo. Sé que me había
dicho que le gustaban los libros, pero su casa es algo sacado de una
revista. No hay televisión, ni radio, ni computadora, solo un sofá de
gran tamaño, un sillón y una mesa de café baja, la principal atracción
de la casa son los libros. Las paredes están cubiertas de estanterías.
No veo un área libre por ninguna parte.
—Mierda. —Doy la vuelta en círculo.
—Sí, sé que es un poco…
Le tapo la boca con la mano.
—Si estás a punto de decir algo negativo, por favor detente. —La
suelto y continúo con mi inspección—. ¿Has leído todos estos libros?
—Bueno, todo en estas tres paredes, esa es mi PLL.
—¿PLL?—pregunto sin saber de qué diablos está hablando.
—Mi Pila de Libros para Leer, tengo tantos libros que nunca
disminuye. —Ella pone los ojos en blanco y sonríe.
—Así que éste es tu lugar feliz, ¿eh?—pregunto aunque ya sé la
respuesta. Se había relajado en cuanto entramos en la casa.
Ella asiente y mira sus libros.
Doy vueltas por la habitación y me doy cuenta de que todas las
superficies están cubiertas excepto el techo y el suelo, entonces,
¿dónde está el dormitorio?
—¿Duermes aquí? Desde afuera pensé que la casa era un poco
más grande.
Se ríe y me hace un gesto con el dedo en broma:
—Quieres ver mi guarida secreta.
Me río y asiento con la cabeza. Quiero ver lo que ella quiera
mostrarme.
Me toma de la mano y me lleva a la parte de la habitación en la
que sospecharía que hay una puerta, pero en su lugar solo hay más
libros. La observo poner su mano en el costado de la estantería y veo
por primera vez una perilla oculta. La gira y me sorprende la
diferencia. Hay dos dormitorios y un baño grande, con una bañera
con patas. El dormitorio de la izquierda es más genérico. Una
pequeña máquina de coser y algunas bolsas con un sofá cama y un
televisor.
—¿Habitación de invitados?—pregunto y ella asiente con la
cabeza.
Me dirijo a la habitación de la derecha y sé al instante que ésta es
su segunda zona segura. Es personal y muy ella. Hay una cama de
plataforma grande con ropa de cama de color púrpura oscuro y azul.
Una gran ventana de doble panel que da al costado de la casa. Tiene
algunas prendas en una silla, pero la mayor parte de la habitación se
ve muy ordenada. Su tocador no está lleno de perfumes
empalagosos, solo hay uno. Veo un televisor y un bonito reproductor
de música portátil. Eso sí, sin espejos.
La miro y la mirada tranquila en su rostro de antes se ha ido.
Ahora ella está tensa junto a la puerta.
—Solo quería ver cómo se veía, Honee, no estoy aquí para
presionarte para que tengas sexo. No espero nada de ti que no
quieras darme—digo por encima del hombro y camino hacia la
ventana para mirar afuera. Con las cortinas abiertas, si ladeo la
cabeza, puedo ver la calle principal. No soy fanático de eso. No sé
qué tipo de mirones podría conseguir.
—¿Qué sucede contigo?—me pregunta.
Me giro para mirarla.
—¿Qué?
—Algo anda mal. No lo entiendo. Quiero decir que no soy una
maldita profesional cuando se trata de hombres, pero todos los que
he conocido tienen las mismas cosas en mente de una forma u otra.
Quiero decir ¿eres gay? Porque estoy totalmente de acuerdo si lo
eres. Me gustaría salir contigo si quieres. Fue divertido. —Ella
asiente con la cabeza como si realmente estuviera en algo.
Gay. Ella piensa que soy gay. Me giro en su dirección y camino
hacia ella, en lugar de detenerme cuando me acerco, invado su
espacio personal.
—Oh, cariño, pareces decidida a hacer que te demuestre cosas. —
Doy otro paso hasta que está presionada contra la pared y tiene que
mirarme con esos ojos color avellana. Con una ceja ligeramente
levantada en desafío, me inclino y presiono mis labios contra los
suyos. Me muevo lentamente, no quiero empujarla, pero me
sorprende después de un momento cuando mete las manos en mi
cabello y tira con fuerza. Ella profundiza el beso y lucho conmigo
para mantener el control. Sus labios son suaves y sabe a fruta o
caramelo. Podría echarle la culpa a la bebida helada que tomó esta
noche, pero una parte de mí ya sabe que es igual de dulce cuando se
despierta por la mañana. Dejo que mis brazos deambulen por su
cuerpo y se acomoden en su culo. Ella se queda quieta por un
segundo. Estoy seguro de que está esperando que no quiera tocarla.
Agarro su culo regordete y lo aprieto acercándola a mí. Ella gime y
desliza la mano debajo de mi camiseta. Cuando me acaricia el
estómago, necesito toda mi fuerza de voluntad para no empujarla
sobre la cama y zambullirme entre sus piernas.
—Tenemos que ir a la sala de estar, Honee.
—¿Eh, por qué? —Está sin aliento y sus manos aún recorren mi
cuerpo. Ella tiembla ligeramente y es como si pudiera sentirlo
profundamente en mi propio cuerpo.
—Si no quieres ir más lejos, necesito alejarme de esa cama, te
deseo demasiado. —La agarro de nuevo y ella me mira como si fuera
una criatura mítica. Por alguna razón, siento que la estoy mirando de
la misma manera.
—Está bien, vamos. —Ella agarra mi mano y me tira hacia la sala
de estar.
Pensé que nos enrollaríamos más y lo hicimos, pero la mayor
parte del tiempo solo hablamos. Creo que nunca me he quedado
despierto toda la noche hablando con nadie. Para cuando sus ojos
comienzan a caerse por el agotamiento, el sol está listo para
comenzar a salir.
La mejor noche de mi vida.
Capítulo 11

Cody

He estado yendo y viniendo entre ver a Honee y la casa club. Sin


embargo, cada vez que me voy, solo quiero pasar más tiempo con
ella. Wyatt todavía está preocupado por encontrar a Emerson, pero
incluso Dela sabe que, a estas alturas, si no lo hemos encontrado, las
posibilidades de que aparezca son bajas. De cualquier manera, ahora
estamos más preparados para él.
Hoy es el cumpleaños de Winnie y como es el más joven, Brendan
y Spark pensaron que sería una gran idea hacer una fiesta. No todos
los días podemos descansar y relajarnos, especialmente desde que
nos convertimos prácticamente en los enforcers de los federales. La
mayoría de los días parece que estamos siempre en movimiento.
Amo a mi club, pero ahora lo único que quiero es quedarme quieto.
Por supuesto, siendo el MC de Patis significa que cada vez que
tenemos una fiesta, todas las damas quieren venir y divertirse.
Habíamos contratado a algunas strippers de fuera de la ciudad solo
para Winnie, pero en su mayoría solo eran mujeres de nuestra
ciudad y de la ciudad de al lado que querían divertirse.
Miro y veo a Becca viniendo en mi dirección. Becca era un
enamoramiento mío de la escuela secundaria que nunca me prestó
atención. Entonces, una vez que el MC volvió a funcionar y ella vio
en lo que me había convertido, no podía tener suficiente de mí. Me la
follé y me hizo sentir jodidamente bien cuando ella siguió viniendo
por más. Es la mujer que me hizo saber que podía tener cualquier
chica que quisiera. Podría joderlas y dejarlas, y siempre volverían.
Ahora que he estado con Honee y he visto el calibre de mujer que
podría tener si sacara mi maldita cabeza de mi culo, todas las
mujeres con las que solía disfrutar me hacen sentir un poco enfermo
del estómago.
—Cody, oye, cariño, te he estado llamando todo el día—dice
Becca mientras se desliza hacia mí.
—Lo siento—respondo mientras tomo la botella de cerveza y
bebo un trago.
—Está bien, sé que tus hermanos y tú están ocupados. No
importa, ya estás aquí. ¿Qué tal si vamos a tu cabaña y pasamos un
rato juntos? —Desliza su mano en mi cabello y me alejo de ella. Ni
siquiera tengo ganas de hacer nada con Becca. El atractivo que solía
tener estar con todas estas mujeres al azar se ha ido.
—No, no va a pasar.
—¿Qué? —Frunce el ceño y se acerca más como si no me hubiera
escuchado.
Déjame asegurarme de que lo haga, la miro directamente a los
ojos para que pueda ver mi boca.
—NO—digo la palabra pequeña para que no se confunda en
absoluto.
—Uf, entonces vete a la mierda. —Ella gira su cabello y se aleja
como si la hubiera atacado personalmente. No me importa. No hay
nada en ella que desee más que a Honee.
Me encojo de hombros y vuelvo la cabeza hacia la puerta. Me
pregunto cuántas personas se darían cuenta si me fuera ahora
mismo. Todo el mundo sabe que he estado haciendo viajes, pero
nadie sabe por qué. Hasta ahora, mi relación con Honee es un
secreto, no a propósito, pero se siente bien tener algo solo para mí en
este momento.
—¿Quién es ella?
Salto cuando escucho la pregunta casi directamente en mi oído.
Cuando me giro, veo a Dela de pie junto a mí y contengo el
aliento.
—¿Qué carajo, Dela? ¿Por qué te acercas así, tan sigilosamente a
la gente?
—No fui sigilosa, caminé, pero estás tan perdido en el espacio
que ni siquiera lo viste. Lo que quiero saber es quién es la que te
tiene así de perdido.
—No sé de qué estás hablando. —Tomo otro trago y Wyatt
aparece detrás de su mujer.
—¿Qué pasa?—le pregunta.
—Tu hermano está enamorado—dice ella con la máxima
confianza.
La miro como si estuviera loca por un segundo hasta que me doy
cuenta de que no puedo encontrar nada malo en esa afirmación. Mi
relación con Honee todavía es muy reciente, pero si soy honesto,
creo que supe ese día en el bosque que ella es la indicada para mí.
—No, no lo está. Probablemente tiene una infección o alguna
mierda que no quiere que sepamos. —Wyatt se ríe y me da una
palmada en el hombro antes de alejar a Dela. Empiezan a bailar y
observo desde donde estoy parado contra la pared.
Nada de esta fiesta me llama la atención. Quiero que Winnie lo
pase bien, pero prefiero estar con Honee ahora mismo.
A la mierda esto.
Salgo de la casa club, Devin está a cargo de la puerta esta noche
ya que Winnie es el hombre de la noche.
—¿Estás bien, Cody? —Como uno de los miembros más nuevos
del club, no sabe mucho sobre cómo funcionamos todos, pero estoy
seguro de que sabe que algo anda mal conmigo. Nunca me perdería
una fiesta. No cuando había tantas mujeres corriendo.
—Sí, solo quiero dar un paseo.
—¿Quieres que te acompañe? ¿Refuerzo? —Sus cejas se fruncen.
Es tarde, por lo que, por supuesto, parecería que hay problemas.
—Nah. Estoy bien, volveré en unas horas—le miento, sé que una
vez que llegue a la casa de Honee no volveré hasta la mañana.
—Está bien, mantente a salvo, hermano. Si necesitas un refuerzo,
contáctanos. —Es nuevo en el Boys of Djinn MC, pero no es nuevo
en esta vida. Antes de estar con nosotros, estuvo con Wire y los
Wings of Diablo más abajo en la costa. Es solo un jodido giro de los
acontecimientos lo que lo trajo a nosotros. Por lo general, como el
VP, soy el que se supone que debe decirle a las personas que deben
tener cuidado, pero si Devin me lo dice, entonces puedo tomar ese
consejo.
—Sí, te escucho, hermano. Estoy bien—lo tranquilizo de nuevo,
subo a la moto y salgo. Durante el día, me toma unos veinticinco
minutos llegar a la casa de Honee. Aunque por la noche, cuando no
hay tráfico en la carretera, puedo llegar a ella en unos quince, lo cual
es bueno, porque siento que me estoy volviendo loco en este
momento. Lo que dijo Dela resuena una y otra vez en mi cabeza. La
amo, jodidamente amo a alguien. Es emocionante y aterrador al
mismo tiempo.
Diecisiete minutos después de salir de la casa club, llego a la casa
de Honee.
Sé dónde deja la llave, así que la uso para entrar. Es tarde. No
quiero despertarla si está durmiendo. Sé que tiene trabajo por la
mañana.
Dejo la llave en la mesa auxiliar cerca de la puerta y doy unos
pasos antes de escuchar los claros gemidos de alguien.
Dejo de respirar y tengo que agarrarme literalmente a la pared
para no irrumpir en su habitación. Estoy aquí pensando en lo que
significa estar enamorado de ella y ella está aquí follándose a otro.
Me toco el costado por mi arma. Gimo y retiro la mano. Si la saco,
mataré a quien sea que esté en esa habitación con ella. Los mataría y
luego estaría en la puta cárcel con mi otro hermano.
—Quién está ahí—grita su voz aguda.
Ella debe haberme oído cuando golpeé la mano en la biblioteca.
—Cody—gruño. Oigo cosas moviéndose y cayendo al suelo.
¿Suenan como cajas? Un segundo después, Honee sale con una
camisa larga y pantalones de pijama. Su rostro tiene un rubor
profundo y hay una sonrisa nerviosa en su rostro.
—Oye, no te esperaba. ¿Estás bien? —Se acerca y trata de
tocarme, pero me alejo.
—¿Con quién estás ahí?—le pregunto
Su mano todavía flota en el aire. Frunce el ceño.
—¿Qué? ¿No entiendo?
El hecho de que ella esté parada aquí tratando de actuar como si
estuviera loco en este momento solo me enoja aún más.
—Dije, ¿con quién carajo estás ahí?
Ella retrocede un poco.
—Cody, no hay nadie aquí.
—Mentira, te escuché gemir, Honee. Sé lo que escuché, así que, si
esto es lo que está pasando, házmelo saber, porque puedo ir a casa y
follar con otra persona. No necesito andar de un lado a otro para
alguien que no quiere estar conmigo.
Ella niega con la cabeza.
—No, Cody. No, no es nada como eso.
—Entonces, ¿cómo diablos es?—grito.
Ella me mira por un segundo, antes de entrar en mi espacio y
clavar un dedo en mi pecho con fuerza.
—Entiendo que estés molesto en este momento, pero mira cómo
me hablas, Cody. Prefiero estar sola, que estar con alguien que me
falta el respeto. No seas ese hombre.
Abro la boca para discutir, pero tiene razón. Incluso si se está
follando a otra persona, no necesito hablarle como basura. Asiento
una vez. Gira sobre sus talones y abre la puerta que conduce a la otra
parte de la casa.
—Ves, no hay nadie aquí. ¿De verdad crees que te haría eso? —Se
apoya contra la pared y la observo antes de mirar alrededor
sutilmente.
—No sé qué pensar, vengo en medio de la noche y te escucho
gemir. ¿Qué diablos estaba pasando si no hay nadie aquí?
Ella mira hacia abajo y veo que el rubor se vuelve más oscuro en
su rostro nuevamente.
—Cariño, tengo un millón de cosas en mi cabeza en este
momento. Por favor, solo dímelo.
—Está bien, pero no me juzgues. No esperaba que vinieras.
—¿Juzgarte? ¿Por qué estaría juzgándote? —Estoy tan
jodidamente confundido.
—Bueno, ¿alguna vez has oído hablar de una compañía llamada
Pink Fireworks? —Ella gira la parte inferior de su camisa entre los
dedos.
—No, debería haberlo hecho y ¿qué tiene eso que ver con esto?
—Bueno, es como un servicio de suscripción, Margot me inscribió
en él. Yo no lo hice. De todos modos, vino una caja llena de todas
esas cosas diferentes... e iba a tirarlo todo, pero estaba un poco
curiosa... así que las probé y luego entraste y no pude apagarlo. —
Cuando termina su historia, todavía no sé de qué carajo está
hablando.
—Cariño, estoy muy perdido. ¿Qué cosas? ¿Qué tipo de
suscripción y de nuevo, qué tiene esto que ver con lo que escuché?
—Niego con la cabeza sintiéndome cada vez más frustrado—. ¿Sabes
qué, podrías mostrarme por favor?
—Bueno. —Se pasa las manos por el cabello y comienza a
morderse las uñas, pero no se mueve. Está nerviosa.
—¿Honee?
—Ok, ok. —Se da la vuelta y camina hacia su dormitorio. Allí
debajo de sus sábanas hay una forma extraña. En el suelo hay una
caja de envío vacía.
La miro de nuevo y ella tiene los ojos cerrados como si no
quisiera que la viera, simplemente no entiendo que podría estar
escondiéndome. Retiro la sábana y mis ojos casi se salen de las
órbitas. Aparentemente, Pink Fireworks es un servicio de caja de
suscripción para juguetes sexuales.
—Mierda. Te estabas masturbando.
—Te dije que no me juzgaras, Cody. No me voy a sentir mal por
eso. Es natural, además solo estaba tratando de ver cómo se sentía.
Sabes que no tengo ninguna experiencia y solo quería estar lista para
la sensación y entonces Margot dijo que necesitaba averiguar qué me
gustaba para que fuera más fácil para ti, así que me inscribió para
esto. Oh, Dios, esto es tan vergonzoso. —Ella deja caer la cabeza
entre las manos y aprieto mi mandíbula para no reírme. No reírme
de ella, sino de mí mismo. Realmente estaba a punto de perder la
cabeza, porque pensé que estaba aquí engañándome. Cuando todo
lo que estaba haciendo era jugar consigo misma.
Me pongo duro como una piedra ante la idea. Estaba acostada en
esta cama, jugando con estos juguetes. Me pregunto si estaba
pensando en mí mientras lo hacía.
Hasta ahora, no hemos hecho nada más que besarnos y algunas
caricias intensas. Soy técnicamente el primer novio de Honee, así
que ella realmente no tiene referencias de lo que le gusta. Todavía es
virgen y le dije que no la presionaría al respecto, no es que no me
esté volviendo loco con la necesidad de arrojarla a la superficie más
cercana y abalanzarme sobre ella.
Me acerco a la caja y empiezo a recoger algunos de los juguetes.
Uno es una pequeña bala rosa, dos consoladores que todavía están
envueltos, algunos aceites de masaje, un tapón anal y un pequeño
libro que parece que se supone que es un juego sexual.
—¿Qué estabas usando?—pregunto sin quitar mis ojos de los
juguetes. Creo que fue la bala, pero quiero estar seguro.
—No importa, los voy a tirar a la basura. No te preocupes por
eso. —Ella se apresura a recoger todo y yo agarro su mano. Ella deja
de hacer lo que está haciendo y me vuelvo hacia ella.
—Muéstrame lo que estabas usando.
—¿No estás enojado?—dice y su ceja sube.
Tomo su mano que estoy sosteniendo y la presiono contra mi
polla. Solo la ligera presión es suficiente para hacerme silbar de
dolor. No creo que haya pasado tanto tiempo con mis bolas azules.
—Lo único que me enfada es que no estaba aquí para ver como te
corrías. Quiero verte. Por favor. —Presiono un beso en su boca. Ella
aprieta mi polla a través de mis pantalones, gimo fuerte y ella
retrocede un poco.
—No me gusta hacerlo sola. ¿Puedes ayudarme?
Apenas estoy colgando de un hilo, la deseo tanto.
—Sigo tratando de imaginar que eres tú, pero no creo que lo esté
haciendo bien. ¿Estarás bien si avanzamos un poco más hoy?
Agarro su cintura y la aprieto.
—¿Cuál es el límite? Necesito un límite claro—digo y mi voz es
ronca.
—Um, nada de sexo. No puedes poner tu pene dentro de mí—
dice insegura.
—¿Ese es el punto de parada?—le pregunto de nuevo solo para
escucharla decirlo.
—Sí.
—Gracias, mierda. —La empujo sobre la cama y ella chilla
sorprendida. Tiro todos los juguetes al suelo, los usaré en otro
momento. En este momento todo lo que quiero es sentirla debajo de
mí de alguna manera.
Le quito los pantalones y veo que no tiene bragas.
q p y q g
—Oh Dios. Esto es una puta tortura.
—Cody…—Ella está agarrando las sábanas con un poco de
incertidumbre en sus ojos.
—Confías en mí, ¿verdad?
—Sí—responde ella al instante.
—Bien, necesitamos eso. Sé cuáles son tus límites y los respetaré.
Todo lo demás es juego limpio hasta que me digas que me detenga.
Quiero verte. Toda tú, Honee, sin esconderse.
Se muerde el labio y asiente con la cabeza. Me estiro y tiro de su
camisa. Ella se acuesta frente a mí, sus muslos gruesos presionados
juntos con fuerza y sus manos acunando sus pechos doble D. Tiene
estrías, unos pocos rollos y celulitis en el cuerpo. No puedo esperar
hasta que mi lengua rastree cada uno de ellos. Todos estos supuestos
defectos que cree que tiene solo hacen que la desee más. Es sexy
como la mierda.
—Eres lo más hermoso que he visto en mi vida. —Dejo que mis
ojos memoricen cada centímetro de ella. Me quito la camiseta y los
pantalones, pero me dejo los bóxers, no hay necesidad de tentarme
demasiado.
Ella sonríe y veo que su cuerpo se relaja. No sé con qué niños
pequeños ha estado toda su vida, pero no puedo entender cómo
alguien podría mirarla y pensar que algo en su cuerpo es menos que
completamente perfecto.
Me tiendo encima de ella y beso sus labios. Envuelve sus brazos
alrededor de mi cuello y abre las piernas. Estoy perfectamente entre
ellas, mi polla anidada justo encima de sus cálidos y húmedos
pliegues. Mis caderas se sacuden hacia adelante por sí solas y gimo
ante la intensa sensación. Me muevo hacia abajo para alejarme de esa
área. Ella gime levemente hasta que lamo su pezón y lo chupo
profundamente en mi boca. Los aprieto y ella se frota contra mí en
busca de algún alivio. Cambio al otro seno y hago lo mismo. Masajeo
y beso cada parte de ella, incluso las partes que ella trata de cubrir
con sus manos y finalmente me dirijo a su coño. Me lamo los labios
mientras me instalo entre sus piernas. No puedo esperar para
saborearla; siento que he estado esperando durante décadas para
obtener un poco de Honee.
Aplano mi lengua y lamo desde abajo hasta la parte superior de
su coño. Ella jadea y se aleja después de escucharme gruñir. Ahora
es demasiado tarde, no voy a dejar que se escape, no hasta que me
haya saciado. Ella me había dicho los límites y chupar la esencia
misma de su ser saliendo de su bonito coño, no era uno de ellos.
Lamo y hago círculos con la lengua mientras ella gime y grita. No sé
cuánto tiempo hago esto, pero cuando tengo un calambre en el
cuello por estar demasiado tiempo en la posición, nos doy la vuelta
para que ella se siente en mi cara y continúo. Todo su cuerpo tiembla
y tengo que agarrar su culo para evitar que se caiga.
Se corre con tanta fuerza que apenas tiene aliento suficiente para
gritar.
—¡Cody, oh mierda, no más! —Ella cae a un lado. Extiendo la
mano y masajeo su pecho. Ella se arquea ante mis caricias.
—Tenemos que parar. No puedo soportarlo. —Le castañetean los
dientes por las contracciones explosivas que aún recorren su cuerpo
—. O me follas ahora o tenemos que parar. Por favor. No quiero
esperar. Lo quiero ahora. Por favor, hagámoslo. —Ella apenas puede
mantener los ojos abiertos, está sudando y su cuerpo está laxo. Está
exhausta.
—Por mucho que me encantaría sumergirme profundamente en
ti, esto tendrá que ser suficiente por hoy. Se establecieron límites—le
recuerdo
—A la mierda los límites. —Ella trata de agarrarme.
Beso la palma de su mano y me deslizo detrás de ella en la cama.
Se acurruca en mi brazo y en cuestión de segundos está inconsciente.
Capítulo 12

Cody

El viaje de regreso a la sede del club fue probablemente más


relajante que cualquier otro viaje de mi vida. Terminé yéndome tan
temprano que cuando regresé a casa todavía estaban durmiendo.
Apenas eran las diez de la mañana y con la jodida furia de anoche la
gente no se despertaría hasta dentro de unas horas por lo menos.
Estoy jodidamente exhausto, pero me iré a dormir con una sonrisa
en la cara. Saber que Honee está lista para que la folle me hace sentir
como si hubiera ganado la jodida lotería.
Si no hubiera estado tan completamente agotada anoche, la
habría follado hasta derretirle los sesos, pero quiero que la primera
vez que me hunda profundamente dentro de ella sea una noche que
nunca olvidará. Para que eso suceda, voy a necesitar que ella tenga
toda su energía.
Toda la casa club es un desastre, niego con la cabeza mientras
observo atentamente. Winnie se va a enojar cuando se despierte, ya
que es el nuevo recluta, las tareas de limpieza recaerán sobre él. Tal
vez Wyatt tenga piedad de él, pero tendremos que esperar hasta que
se despierte.
Todos tenemos cabañas separadas en la propiedad que llamamos
nuestros hogares. Aunque desde que Emerson y sus matones
pudieron atar a Wyatt y secuestrar a Dela justo en nuestro territorio,
todos hemos estado durmiendo en la casa club. Camino hacia mi
habitación y básicamente caigo en la cama. No me
podría haber dormido más rápido.
Fuertes golpes me sacan del sueño y me toma un segundo darme
cuenta de lo que está pasando. Escucho a alguien correr y gritar,
pero no estoy lo suficientemente despierto para entender lo que dice.
Corro hacia la puerta y la abro justo a tiempo para escuchar a Winnie
golpeando la puerta de Spark.
—¡Spark! ¡Fuego! ¡Fuego! —Golpea y patea la puerta antes de
correr hacia la de al lado, las brillantes luces intermitentes de la
alarma se están apagando, pero alguien debe haber bajado el
volumen.
—¿Qué carajo está pasando?—le grito a Winnie.
Se vuelve hacia mí y hay alivio en su rostro.
—El maldito bosque está en llamas. Todavía no es grande, pero
está creciendo rápidamente.
—¡Maldito infierno! —Corro a la iglesia y vuelvo a conectar
rápidamente los cables que conducen el sonido a través de la alarma.
En un segundo, un fuerte sonido de lamento recorre la casa club y
todas las cabañas circundantes. Si Wyatt estaba durmiendo, ahora
está despierto.
—¡Qué carajo!
—¡Cody!
—¿Qué está sucediendo?
Todos salen de sus habitaciones; la mayoría están solo en sus
bóxers. Miro a Spark.
—¡Fuego!
Spark es bombero voluntario, si hay alguien que sabría que hacer
es él.
—¿Dónde?—grita y vuelve corriendo a su habitación; Supongo
que para ponerse algo de ropa. Hago lo mismo, me pongo los
vaqueros, la camiseta y las botas. Salgo corriendo, uniéndome a
todos los que salen disparados.
En el momento en que estamos afuera, el olor a humo me golpea.
Hay un gran parche de fuego ardiendo no muy lejos de la casa club,
tal vez a sesenta metros.
—¡Winnie! ¡Devin! Buscad los extintores. Cody, trae el Phos-Chek1,
está en el cobertizo. ¡Mueve el culo!—grita Spark y lo veo correr
hacia las mangueras de agua junto con Wyatt y Brendan. En este
momento, las llamas son grandes, pero están contenidas en un área.
Sin embargo, con solo una fuerte ráfaga de viento eso podría
cambiar.
Todos trabajamos sincronizados, haciendo exactamente lo que
Spark nos dice y, afortunadamente, apagamos las llamas en un corto
período de tiempo.
El grupo yacía en el suelo jadeando por aire. Completamente
agotados por la extenuante actividad.
—¿Qué carajo pasó? ¿Fue por causas naturales?—pregunta Wyatt
desde dónde está arrodillado.
—De ninguna manera. No hay manera de que esa mierda suceda
por sí sola. Es un maldito círculo perfecto, alguien hizo eso a
propósito. —Spark tose un poco y se apoya en el suelo.
Veo a alguien moviéndose a mi lado y cuando giro la cabeza, veo
a Devin caminando hacia el suelo quemado con un trapo en la cara.
—¿Qué diablos estás haciendo, Devin?—digo, me levanto y lo
sigo. Tal vez ve algo que yo no.
—Sabía que esta mierda se veía divertida. Eso dice algo—habla
Devin a través de su máscara. Miro hacia donde señala y
efectivamente, veo algo que se parece a la letra M, unos centímetros
al lado está la letra I. No sé quién se habría tomado el tiempo de
hacer esto, pero se aseguraron de poner arena para que los espacios
alrededor de las letras no se quemaran. ¿Quién cojones hace una
mierda así?
—Wyatt, tienes que venir a ver esto—le digo mientras camino y
empiezo a leer el mensaje.
Se levanta de donde está y recorre las letras leyéndolas a medida
que avanza. Veo como su cuerpo se pone tenso cuando se da cuenta
de lo que dice.
—Uno de los míos, por uno de los tuyos.
—Es el maldito Emerson—escupe Brendan cuando lo lee
también.
—¿Tenemos que preocuparnos de que esto vuelva a encenderse,
Spark?—pregunta Wyatt mientras comienza a caminar hacia la casa
club.
—No lo creo, saturé el suelo y los árboles circundantes con el
retardante de fuego para que nada se encienda—dice y se encoge de
hombros.
—Bien, reúnanse y vayan a la iglesia—dice mientras se quita la
camiseta y se limpia la cara.
Me había ido a la cama pensando que iba a tener el mejor día solo
para despertarme con esta mierda. Sé que Wyatt debe estar
perdiendo la cabeza en este momento. Hemos estado tratando de
encontrar a Emerson durante mucho tiempo y hasta ahora no hemos
conseguido nada. Si él está aquí espiándonos, tenemos problemas
mayores.
Ya hay un alboroto en la iglesia cuando entro.
—¡Callaos! Todos cierren la puta boca—grita Wyatt. Ha llevado a
Dela a la iglesia, lo cual no es algo que solemos hacer. Ella está
temblando y sus manos están envueltas alrededor de su cintura. Por
lo general, es una mujer fuerte, pero incluso ella se derrumbaría si
tuviera que volver a ese culto. Nunca dejaría que eso sucediera. No
creo que ninguno de nosotros lo haría. Dela es tan parte de esta
familia como yo.
—¿Alguien vio algo? —Wyatt mira alrededor de la habitación
esperando que alguien hable.
—No, me desperté esta mañana para empezar a limpiar y cuando
saqué una de las bolsas ya estaba en llamas.
Menos mal que Winnie se tomaba sus deberes en serio. Si esa
mierda se hubiera dejado arder aunque sea un poco más, podría
haber llegado al punto en que no hubiéramos podido controlarlo.
—Alguien vio algo fuera de lo común. ¿Anoche—Wyatt vuelve la
mirada hacia mí—o esta mañana?
—Nada. No había nadie afuera. —No es que haya hecho un
control exhaustivo, pero nunca lo hago. Nunca hay nadie aquí que
no conozcamos.
—¿Hubo alguien en la fiesta que tuvo algún problema?—vuelve a
preguntar Wyatt mirando alrededor.
Se está aferrando a un clavo ardiendo, queriendo que sea
cualquier otra persona excepto Emerson. Pero todos sabemos que es
exactamente él.
Cuando nadie tiene nada más que agregar, observo cómo una
máscara de derrota se desliza sobre su rostro. Golpea con los puños
la mesa.
—¡Joder! ¡Joder! ¡Pedazo de mierda!—grita y Dela se encoge
detrás de él.
—No te preocupes hermano, estamos listos para él. —Me estiro y
pongo una mano en su hombro. No está solo en esto, pase lo que
pase, somos hermanos y nunca lo dejaría enfrentar esto solo. No
importa lo que Emerson nos arroje, estaremos preparados.
—Estoy decretando un confinamiento. Nadie entra o sale. No
quiero que use a nadie contra nosotros para forzarnos la mano.
Localizaré a nuestros contactos y veré si alguna nueva mujer ha sido
reportada como desaparecida. Veré si este hijo de puta ha vuelto a
poner en marcha su jodido culto.
Siento terror en mis tripas. Él no conoce a Honee, pero ¿y si viene
a buscarme? O qué si él está en su ciudad atrapando mujeres, no está
tan lejos de donde estaba haciendo desaparecer mujeres antes. No
puedo dejarla allí sola. Necesito que Wyatt me deje traerla. Necesito
reclamarla.
—Wyatt, hermano, necesito traer a alguien—digo por encima de
la conmoción y en ese segundo todos se callan.
Sé lo que están pensando. Tienen razón. He sido un mujeriego
durante años, el más evasivo de toda mi familia y ahora estoy
pidiendo traer a alguien. No tiene sentido, especialmente porque
nadie sabe nada de ella.
—Te lo dije, ama a alguien. —Dela sonríe brillantemente y se pasa
la mano por debajo de los ojos, secándose algunas de sus lágrimas.
—Esto no es una maldita broma, Cody. No quiero que traigas a
alguien aquí solo porque quieres follar—me dice Wyatt y me mira
esperando mi respuesta.
Si fuera cualquier otra persona, me cabrearía porque hablara así
de Honee, pero sé que Wyatt nunca le faltaría el respeto a mi mujer
si supiera lo que siento por ella. Ahora mismo tiene que cuidar a
todo el club, no solo a mí.
—No solo es alguien para follar Wyatt, necesito traerla. —
Mantengo la voz tranquila y sostengo su mirada para hacerle saber
que hablo en serio.
Sus cejas se elevan y si no lo supiera mejor, pensaría que el
fantasma de una sonrisa está jugando en sus labios.
—¿Cuánto necesitas?—me pregunta.
—Una hora como máximo—le digo ya caminando hacia la
puerta.
—Bien, no irás solo. Ve con él, Devin—ordena él.
—Puedo ir en mi…
—Me importa una mierda lo que quieras hacer, Cody. Di una
maldita orden. Devin irá contigo y se acabó. Si no regresas en los
próximos sesenta minutos, todos estaremos conduciendo para
traerte. No jodas, porque hoy no tengo la paciencia para lidiar con la
mierda de nadie—gruñe. Sé mejor que llevarle la contra en esto. No
g j q
importa; podría dejar a Devin afuera y explicarle a Honee lo que está
pasando. A ella no le va a gustar. Pienso en llamarla primero, pero
inmediatamente lo descarto como una mala idea, algo como esto
debe manejarse en persona.
—Movámonos. —Asiento con la cabeza a Devin y va a ponerse
un nuevo juego de ropa.
Hora de ir a buscar a mi mujer.
Capítulo 13

Honee

N
— o puedo creer que realmente me convencieras de comprar
esta cosa. No va a servir—me quejo por el altavoz del teléfono de mi
coche.
—Oh, cállate, esa pieza fue hecha para ti. Te prometo que Cody se
va a volver loco. —Después de contarle a Margot que Cody me
atrapó con los juguetes anoche, está decidida a que él tenga sexo
conmigo. Incluso cerramos la tienda temprano, fuimos a una de las
pocas tiendas de lencería en la ciudad y recogimos lo que solo puedo
calificar como absolutamente atrevido. Es hermoso y Margot me
había asegurado que sería favorecedor para mi figura.
Cuando salí de la tienda, estaba emocionada de ponérmelo para
él, pero ahora que estoy casi en casa y sola, la idea de ponérmelo me
da ganas de esconderme debajo de la cama. Ésta no soy yo en
absoluto.
—No creo que pueda hacerlo, Margot. Quiero decir, no soy sexy.
No sé qué hacer con la lencería, solo me veré fuera de lugar.
—No te preocupes, yo también me sentí así. Solo necesitas
practicar un poco. —Ella habla como si esto fuera lo más normal del
mundo.
—Practicar, ¿cómo diablos se supone que voy a practicar? Él no
está aquí y no creo que me vaya a dar consejos—digo y me río de
ella.
—No, usa tu teléfono. Ponte tu body2 y enciende la cámara.
Grábate moviéndote en él, posa, péinate el cabello como quieras.
Primero, verás que es una hermosa pieza de lencería, y segundo si
quieres sugerencias, sabes que siempre puedes enviarme la
grabación. O incluso mejor, podrías enviársela a Cody. Apuesto a
que estaría allí en un santiamén. —Se ríe a carcajadas mientras
estaciono el coche frente a mi casa.
Saco el altavoz del teléfono y me lo pongo en la oreja mientras
saco las bolsas del coche.
—Quiero decir, yo quiero, pero no sé si ésta es la forma
correcta…— Pienso en lo que estoy diciendo e incluso mientras las
palabras salen, sé que no estoy siendo honesta conmigo misma. Lo
deseo y quiero que él sepa que estoy más que lista. Si esta lencería lo
va a ayudar a hacerse a la idea, a la mierda con esto. Es lo que haré.
—No te atrevas a disuadirte de hacer esto. Siento que he estado
esperando esto tanto tiempo como tú—dice Margot y se ríe. Me uno
a ella.
—Eres ridícula. —Abro la puerta tratando de hacer malabares
con las bolsas, las llaves y el teléfono. Cierro la puerta de una patada
con el pie antes de tirar todas las bolsas al suelo.
Instantáneamente, se me pone la piel de gallina en los brazos.
Algo está mal. No se siente bien.
—¿Me escuchas, cariño?—dice Margot en la línea.
Me sacudo la sensación y me concentro en ella.
—Sí, ¿qué fue lo que dijiste?
Ella deja de hablar por un segundo al notar mi cambio de humor.
—¿Qué ocurre?
Miro hacia abajo para ver algunos libros fuera de la estantería,
eso es todo, lo había dejado hecho un desastre. Nunca dejo un
desastre.
—Nada, solo dejé algunas cosas fuera de lugar. —Me encojo de
hombros y recojo la bolsa con la ropa interior.
—Oh, está bien, ve al baño y ponte esa prenda. —El vértigo
vuelve a su voz.
—Está bien, voy. —Me río y voy al baño.
—No olvides enviarme el video si quieres y mantén la cámara en
alto y sonríe como si estuvieras hablando con él. Hazlo real—dice
hablando rápido, tratando de decir todo antes de que cuelgue.
—Está bien, Margot. ¡Dios! —Suspiro y camino por el pasillo
hacia el cuarto de baño—. Te llamaré después de que termine.
—Voy a estar esperando.
Cuelgo el teléfono y empiezo el proceso. Ya me había afeitado las
piernas e incluso me había depilado el coño, pero siento que estar
recién duchada me pondrá de más humor, que ponérmelo después
de correr a lo loco. Me meto en la ducha y me lavo rápidamente. Me
seco, me aceito el cuerpo y me pongo el body.
Cierro los ojos por un segundo, segura de que debería haber
algún rollo sobresaliendo o algo cortando mi piel, pero cuando lo
siento a lo largo de mi cuerpo todo se siente suave y apretado. La
parte inferior es como un bóxer masculino, el resto como un corsé y
un corpiño balconette. Es de un color rojo intenso que realmente
resalta mi tono de piel y tan perfecto como Margot dijo que sería.
Pensé que me sentiría muy incómoda al usarlo, pero en realidad me
siento sexy.
Levanto el teléfono, mi ropa y entro a mi habitación. Agarro mi
Beats Pill (NdelT: es la marca comercial de un altavoz) portátil y lo
pongo en la mesa auxiliar. ¿Quién sabe, tal vez incluso sería lo
suficientemente valiente como para darle un pequeño baile? Niego
con la cabeza y me río ante el ridículo pensamiento. Tengo que
trabajar primero en perder mi virginidad. Entonces tal vez la
próxima vez me preocuparía por un hacer un striptease.
—Está bien, es hora de hacer el video. —Dejo la ropa en el sillón y
empiezo a grabar el video como me había dicho Margot. Sonrío y
p g g y
empujo mi cadera hacia un lado para pasar la mano sobre el cuerpo.
Es más fácil de lo que pensé que sería.
Justo cuando estoy a punto de empezar a hablar, veo algo por el
rabillo del ojo.
—¿Todo esto por mí?
Jadeo por la sorpresa. Hay alguien en mi casa. Un jodido extraño
y me ha estado observando con este diminuto atuendo. Abro la boca
para gritar y él toma un arma.
—No, no, no. No me hagas matarte. No quiero eso para ti. Solo
quiero enviarle un mensaje a nuestro amigo. Me debe mucho dinero.
—¿D-de qué estás hablando?—tartamudeo incapaz de evitar que
mi voz tiemble.
—Trabajamos durante meses en un plan para acabar con estos
bancos. Entrené a Kim para que fuera una chica inteligente.
Entonces, cuando me dijo que quería traer a alguien más, me mostré
escéptico, pero confié en sus instintos. Él se había metido debajo de
su piel. Le dije que le daríamos una prueba solo para descubrir que
él le había tendido una trampa. —El hombre camina más cerca de mí
hasta que su frente se presiona contra mi pecho apenas vestido.
Intento alejarme, pero él me ha hecho retroceder hasta el final.
—Por favor, yo... yo no sé nada—susurro.
—Kim tampoco sabía nada. Cuando la conocí, era tan dulce e
inocente como tú. No haría daño a una mosca. ¡Tuve la oportunidad
de moldearla, convertirla en lo que yo quería, volverla la mejor y tu
jodido novio de mierda la delató! ¡Maldito soplón!— Golpea su
mano justo encima de mi cabeza contra la pared y salto con el
sonido.
Mi respuesta de luchar o huir se activa y lo empujo tan fuerte
como puedo. Tropieza un poco y trato de correr hacia la puerta. No
llego lejos. Siento algo fuerte tirando de mi cabello y mi cabeza es
tirada hacia atrás lo suficientemente fuerte como para causarme un
dolor de cabeza instantáneo. Me empuja sobre la cama y
rápidamente trepa sobre mí. Todo se está moviendo tan rápido. No
puedo empujarlo y mi cabeza está palpitando.
—¡Suéltate! ¡Suéltame! ¡Ayuda!—grito a pesar de que él me había
advertido contra eso.
—¡Cállate! ¡Cállate de una puta vez! —Me golpea con fuerza en el
estómago y pierdo el aliento junto con mi capacidad de gritar.
—La próxima vez que abras tu puta boca, te prometo que te
dispararé. Así es como comencé con Kim. Primero, la entrené con mi
polla, luego con mi puño. Será lo mismo para ti. Ese maldito soplón
de Cody se llevó a mi mujer, así que ahora voy a tomar la suya.
Cuando termine contigo ya no le servirás. Voy a hacer que esto sea
agradable y doloroso para ti. ¿Qué tal un poco de música para
ponernos de humor? No me gustaría que nadie me escuchara
destrozando tus entrañas. —Él se acerca y conecta el altavoz Beats
que puse en la mesa auxiliar. Dorothy aparece cantando sobre
pistolas en su mano y este hombre sube el volumen tan fuerte como
puede. Puede que no sea muy grande, pero es muy fuerte. El sonido
de la música a todo volumen solo empeora mi dolor de cabeza.
Me acuesto en la cama gimiendo y llorando mientras este hombre
pasa el arma por un lado de mi cara y me dice cuánto daño me va a
hacer. Me promete que, si me quedo quieta, se asegurará de que
pueda irme. Me dice que me quede callada.
Siento como que me expulsan de mi cuerpo y solo soy una
espectadora en este horrible desastre que está a punto de suceder.
No puedo apartar la mirada, pero al menos no tengo que sentir que
me toca. Mi mente ya está haciendo un gran trabajo al protegerme de
este dolor.
—Este es un bonito y diminuto ejemplar, pero ¿cómo coño lo
sacas?—gruñe el tipo encima de mí y empuja la pelvis contra la mía
con fuerza. Él tira de las correas y finalmente baja una.
Empuja mi cabeza hacia el otro lado para poder agarrar la otra
correa y estoy mirando por la ventana.
Mi mente vuelve a la vida cuando miro por la ventana de mi
habitación y veo la última cara que esperaba ver, pero la que quería.
Cody está ahí. Él me está mirando. Está herido. Luego, como en la
escena de una película realmente jodida, niega con la cabeza y se
aleja.
—¡No! ¡No!—trato de gritar por él, pero el bastardo pone una
mano sobre mi boca.
¿Simplemente se alejó? ¿Me dejó aquí para que este hombre me
violara y posiblemente me matara? Me prometió que me cuidaría y
que podía confiar en él, entonces, ¿cómo podía hacer algo así?
Lucho con más fuerza y trato de gritar por encima de la música y
el hombre que presiona su mano contra mi boca. Esto no puede estar
pasando. El sonido muy lejano de una moto arrancando confirma
que sí.
Capítulo 14

Cody

Conduzco tan rápido como puedo, zigzagueando entre el


tráfico. Miro hacia atrás dos veces solo para asegurarme de que
Devin está detrás de mí, pero además de eso, no lo espero. Él debe
saber que no estoy jugando, porque se queda conmigo sin importar
lo que haga.
Tardo menos de veinte minutos en llegar a casa de Honee. Veo su
coche en el frente, lo que me da la esperanza de que esté en casa. Sé
que la tienda ya está cerrada.
Apago la moto y corro hacia la puerta.
—Quédate aquí, Devin—le digo y él asiente en respuesta.
Llamo al timbre varias veces, pero no hay respuesta. Levanto la
pequeña escultura de roca que tiene para buscar la llave de repuesto
que suele guardar allí. Me sorprendo cuando no lo encuentro.
Mierda, ella nunca debe haberla vuelto a poner debajo cuando la
traje anoche. Acerco la oreja a la puerta y escucho música. Debe estar
en la parte de atrás, con la música tan alta no es de extrañar que no
pueda oírme.
Corro hacia un lado de la casa, haciendo lo mejor que puedo para
no arruinar las raras flores que había plantado. Sé que la ventana
conduce directamente a su dormitorio. La asustaría muchísimo, pero
si tengo que romper esa mierda para sacarla, es lo que voy a hacer.
Puedo escuchar la música a todo volumen cuando llego a la
ventana, pero eso ya no es en lo que estoy concentrado.
Un fuerte zumbido irrumpe en mis oídos mientras miro y veo a
otro hombre frotarse encima de ella, su boca cerca de su oído y su
mano sobre ella.
Ella había jugado conmigo. Estoy dando vueltas con mis malditos
sentimientos y ella está aquí revolcándose con otro hombre. Me
pregunto si es virgen como había afirmado. Con lo rudo que él está
siendo con ella, lo dudo.
No puedo creer que me haya atrapado con esto. Que fuera así de
tonto. Había pensado que estaba enamorado de ella.
—Maldita perra—murmuro y me alejo de la ventana. No necesito
ver esta mierda. He aprendido mi lección. Esta es la última vez que
cometeré el error de exponerme así.
Tengo que volver a la sede del club y empezar la mierda del
confinamiento. No tengo tiempo para preocuparme por Honee.
Tendré una revancha después de que toda esta mierda termine.
Me acerco a la moto y Devin me mira, la confusión clara en su
rostro.
—¿Dónde está la chica?
—No te preocupes por eso. Vámonos—digo entre dientes.
—¿Qué carajo quieres decir con que no me preocupe por eso? Me
tienes montando todo el camino…
—¡Devin!—le ladro, pero no digo nada más. No quiero hablar de
esto. No quiero revivirlo. Solo quiero largarme de aquí e irme a casa.
Solo quiero volver con mi familia y asegurarme de que estén a salvo.
Honee
Saber que Cody estaba allí, que vio que abusaban de mí y no hizo
nada me está volviendo loca. En los pocos segundos que habían
pasado, se siente como si mi cerebro reprodujera la expresión de su
rostro una y otra vez. Estaba herido y enojado. Él se rindió.
—¡No! ¡No! ¡No! ¡Quítate de encima de mí! —No me importa si
este hombre es lo último que veo en este mundo. No voy a
quedarme aquí y esperar a que me entrene como dijo. Me golpea con
fuerza en la cara, pero no me detengo.
Empiezo a patearlo y arañarlo. El arma se dispara una vez, pero
la tiene apuntando hacia la cama y no hacia mí. Sostengo esa mano
lo mejor que puedo y levanto la cabeza para morder cualquier trozo
de piel con el que pueda entrar en contacto. Se incorpora y el arma
sale volando de su mano y cae al suelo.
Ahora es el momento. Si él recupera el arma, no tendré
oportunidad. Necesito salir de aquí ahora y sé que tengo que hacerlo
por mi cuenta. Cody no me va a ayudar. Nadie lo hará.
Levanto la pierna que ahora está en una posición privilegiada,
justo entre sus piernas. Empujo mi rodilla contra su polla y él grita
de dolor. Lo empujo de nuevo, pero esta vez soy capaz de hacerle
perder el equilibrio ligeramente. Me vuelvo hacia la mesa auxiliar y
recojo lo primero que encuentro. Mi altavoz Beats, lo levanto alto
antes de derribarlo sobre su cabeza tan fuerte como puedo. Él gime y
cae al suelo. Me levanto rápidamente y lo golpeo una y otra vez.
Después de que se queda fláccido en el suelo y deja de moverse, dejo
caer el pequeño altavoz. Miro al hombre en estado de shock antes de
que mi necesidad de sobrevivir entre en acción. Busco el arma por
un segundo, pero comienza a gemir de nuevo. No tengo tiempo. Veo
mi teléfono en el suelo. Necesito llamar para pedir ayuda. Lo agarro
y un par de pantalones de la silla y corro. Cuando salgo de la casa,
esperaba ver a Cody afuera a pesar de que había escuchado su moto
irse. Cuando no lo veo, lloro aún más fuerte. Me obligo a subir a mi
coche y salir a toda velocidad. En el segundo en que mi casa está en
el espejo retrovisor, me derrumbo y lloro con fuerza, gritando de
angustia, tambaleándome por lo que me acaba de pasar.
Tomo una respiración profunda y trato de concentrarme en cuál
es el siguiente paso. Necesito ayuda. Tomo el teléfono y empiezo a
deslizar el icono del teléfono cuando me doy cuenta de que la
aplicación de mi cámara está abierta. Me detengo un segundo y lo
compruebo.
Es un video. El video que estaba haciendo para enviárselo a Cody
aún se estaba grabando mientras toda esa mierda sucedía no puedo
creerlo.
Cody.
No puedo llamar a la policía. Este hombre hizo parecer que Cody
tenía algo que ver con todo lo que pasó. No quiero que vaya a la
cárcel, aunque sea un idiota.
Me pongo los pantalones que traje conmigo y busco en el asiento
trasero el suéter que había dejado allí. Saco el coche a la carretera y
tomo la autopista.
Nunca he estado en su casa club, pero me dijo dónde está. Creo
que es hora de hacerle una pequeña visita.
Capítulo 15

Cody

Vuelvo a la casa club en menos de treinta minutos. Cuando


entro, Wyatt y el resto de mis hermanos me están esperando. Están
esperando a la mujer de la que supuestamente estoy enamorado.
Cuando entro solo con Devin, todos avanzan en mi dirección.
—¿Creí que ibas a buscar a tu mujer, Cody?—pregunta Brendan.
No respondo. Ella no está aquí, así que es obvio que no fui a
buscarla. Él puede ver eso. Es toda la información que necesita.
Spark es el siguiente en hablar.
—Oh, déjame adivinar, te dejaron. Guau, nunca creí que vería ese
día—bromea él y casi salto de mi piel para llegar a él.
Me esquiva y retrocede justo cuando Devin me rodea con sus
brazos.
—¡Mierda! ¡Mala mía, Cody! Cálmate. Lo siento. —Spark levanta
las manos en señal de rendición, cualquier actitud de broma que
quedaba ha desaparecido por completo.
—¿Qué carajo pasó?—pregunta Wyatt mientras se interpone
entre mi hermano y yo. Como el mayor, siempre evita que nos
arranquemos la cabeza unos a otros.
—¡No pasó nada, deja de preguntarme!—le grito
—Cody, no sé a quién carajo le estás hablando así, pero te patearé
el puto culo. Contrólate. —Se acerca más tratando de intimidarme.
—Hazlo. Prueba tu suerte, viejo. —Entro en su espacio y es un
error.
No solo es mi hermano mayor, sino que también el presidente del
MC, lo que significa que en el momento en que voy contra él, voy
contra todos los que usan un parche de los Boys of Djinn en la
espalda. Instantáneamente siento que todos me rodean.
—Cody, retrocede, tío. Eres más inteligente que esto—dice
Brendan y trata de agarrarme. Me balanceo para evitarlo, pero eso
solo hace que todos los demás se acerquen más a mí. Piensan que
estoy mal, y si soy honesto, lo estoy. Ni en un millón de años habría
pensado que Honee sería capaz de engañarme. Incluso con eso, sé
que no hay forma de que pueda enfrentar a mis hermanos, no sin
que al menos uno de nosotros salga lastimado.
Levanto las manos para mostrar que no los voy a atacar.
—Mirad, no quiero hablar de eso, está bien. Solo quiero seguir
adelante. —Miro a Wyatt y le ruego internamente que lea mi mente.
Quiero que vea que me duele.
—Está bien, estamos bien. Cody tiene razón. Lo que haya
sucedido no es asunto nuestro. Tenemos otras cosas en las que
pensar. Para empezar, Spark, ¿encontraste algo cuando revisaste el
parche en la parte de atrás que estaba quemado? —Wyatt se aleja de
mí y el resto del club retrocede lentamente. Ya no soy una amenaza.
Todos buscamos nuestras armas en el momento en que
escuchamos que la puerta se abre. No hay nadie vigilando y Winnie
debe haberla dejado abierta. Maldito infierno.
Veo, curvas y cabello castaño largo y rabia apenas contenida.
Honee está aquí.
—¡No, alto el fuego!—digo y todos bajan sus armas al instante.
Me alivia que no disparen, pero ahora tengo que arrastrarla fuera de
aquí. Éste no es el momento para que ella se defienda, no es que yo
quiera escucharla.
—Lárgate inmediatamente de aquí. No me importa lo que tengas
que decir, ¡lárgate!—le grito, pero ella no frena su acercamiento.
q ¡ g g p
—Cody—oigo a Dela sisearme desde un lado. Cuando me vuelvo
para mirarla puedo verla negando con la cabeza, como si supiera
algo que yo no.
Justo cuando giro la cabeza para mirar a Honee, ella levanta la
mano y me golpea. De hecho, lo suficientemente fuerte como para
que caiga al suelo.
—¡Qué carajo!—exclama Brendan.
—Señora, no sé cuál es su maldito problema, pero necesita
largarse—dice Spark.
Me levanto de un salto apenas conteniéndome mientras me alzo
sobre Honee y levanto la mano para asegurarme de que los otros
chicos se queden atrás.
Abro la boca para hablar, pero ella me pone un dedo en la cara y
me detiene.
—¡No! ¡No digas una puta palabra! Me dijiste que confiara en ti.
Me dijiste que me protegerías. Me hiciste creer en lo que teníamos y
entonces simplemente te largaste. Me dejaste allí. ¡Maldita sea, cómo
pudiste hacerme eso!—me grita en la cara, las lágrimas caen por sus
mejillas en oleadas.
—¿Eres una psicótica? Estabas allí. Te vi. ¿Pensaste que solo
esperaría y vería cómo te lo follabas?—le grito en la cara.
Se mete las manos en el cabello tirando con fuerza de las hebras
con frustración antes de gritar:
—¡Me estaba lastimando!
Hace un segundo mi corazón estaba tratando de salírseme del
pecho, pero ahora está en silencio.
—¿Qué? Mentira. —La palabra sale de mi boca antes de que
pueda detenerla.
Yo lo vi. La vi. Lo vi sujetando sus brazos. Sujetando sus piernas...
oh mierda. Oh, no.
—¿Ahora tampoco me crees? Pedazo de mierda. Te odio, Cody.
Sé consciente de eso. —Ella busca en su bolsillo y saca el teléfono—.
Te estaba haciendo un video, pero él ya estaba en la casa. No lo vi.
No verifiqué. Nunca lo hago. No lo hice...—llora, pero presiona play
en el video. La veo haciendo pequeñas poses con una prenda sexy y
escucho en el instante en que un hombre entra. —¿Todo esto es para
mí?
Mi boca se abre y tomo el teléfono de ella. Puedo decir por la
expresión de su rostro que está sorprendida. Se le había caído el
teléfono, pero seguía grabando y puedo oírlo todo. La oigo gritar y
llorar para que se detenga. Lo escucho hablar sobre Kim y cómo sabe
que fui yo quien la vendió. Escucho el disparo. Él estaba tratando de
violarla; y yo fui y lo dejé.
Joder, dejé que abusara de mi mujer.
Mi columna parece fallar y siento que mis piernas tiemblan. ¡No
no!
Creo que estoy a punto de caer, pero justo cuando me tambaleo,
siento manos agarrándome. Alguien me quita el teléfono de la mano
y creo que escucho a Wyatt decir algo sobre analizarlo.
Oigo que me dicen que aguante. Entonces escucho a alguien
diciéndole a la gente que se quite de en medio.
—¡Moveos! ¡Moveos ahora! ¡Apártate de mi camino, Devin! —
Dela empuja a Devin a un lado y se pone justo en mi cara.
Miro la cara de Dela y puedo ver la ira allí.
—Si te preocupas por esa mujer de alguna manera, no dejarás
que se vaya, Cody. Tus hermanos no pueden arreglar esto. Tienes
que hacerlo tú. Detenla. —Ella me mira. Parpadeo un par de veces y
miro por encima del hombro de Dela justo cuando Honee sale de la
casa club.
—¡Mierda! —Me levanto del suelo, apartando a empujones mis
hermanos para llegar a Honee—. ¡Espera, Honee! ¡Espera! —Corro
hacia ella. Justo cuando estiro la mano para agarrarla, ella aleja el
brazo.
—¡Maldición no te atrevas! Aléjate de mí, Cody—me gruñe.
—No, no me voy a alejar. La cagué. Lo sé. Lo siento mucho. Lo
mataré, lo juro por mi vida, lo enterraré por tocarte.
Ella me mira con los ojos entrecerrados.
—¿Por qué ahora? ¿Mi prueba fue suficiente? ¿Necesitas testigos
también? ¿Qué tal algunas referencias de carácter? No confías en mí.
Después de toda esa mierda de que tengo que confiar en ti. No
puedo creer que me enamoré de eso. —Ella niega con la cabeza y se
vuelve hacia su coche. Se detiene de repente y se estremece de dolor.
—Estás herida. El bastardo te lastimó. Déjame ver—le digo y
empujo sus manos lejos o al menos trato de hacerlo.
Golpea mi mano hacia abajo.
—No, no es tu asunto. Yo no soy tu asunto. En el segundo en que
te alejaste y me dejaste ahí para él fue el final de nuestra relación.
Felicidades por tu libertad. —Ella me da una sonrisa tensa antes de
volverse y abrir la puerta de su coche.
Se va a ir. No puedo dejarla. No puedo.
Saco el arma y sin pensar le disparo a ambos neumáticos de este
lado. Ella salta y grita en estado de shock. La puerta de la casa club
se abre de golpe.
—¿Qué carajo está pasando, Cody?— grita Wyatt desde la puerta.
—Está bien. No hay amenaza—le respondo para que sepa que no
es ella la que me dispara y viceversa.
—No está bien, tu hermano está loco—grita ella.
—No vas a salir de mi vida sin más. Te amo, Honee. Lamento
mucho haber dejado que eso sucediera. Por favor, solo habla
conmigo.
Su rostro se desmorona y las lágrimas llegan aún más abundantes
que antes.
—Eres un mentiroso. Deja de lastimarme. Solo detente. —Ella
sacude la cabeza con incredulidad.
Por supuesto, la primera vez que le digo a una mujer que la amo
y lo digo en serio y no me cree.
—Honee…
—¡No! No me importa. Caminaré los kilómetros de regreso antes
de escuchar cualquier cosa que tengas que decir.
Bueno, a la mierda con esto, si ella quiere hacerlo difícil, entonces
puedo satisfacerla. Justo cuando intenta volverse a girar, me inclino,
agarro sus muslos y la lanzo sobre mis hombros. Camino con ella
hacia mi cabaña mientras me patea y me golpea, exigiendo que la
suelte.
Cuando paso por la casa club, me dirijo a Wyatt, que todavía está
en la puerta,
—Necesito unos cuantos minutos.
—Encárgate de tu asunto, hermanito. Aunque, después necesito
hablar con ella.
Quiero parar, pero sé, que, si lo hago, Honee puede intentar
bajarse.
—Escuché—le respondo y sigo caminando hacia mi propia
cabaña separada. Ya casi no me quedo ahí. Ni siquiera creo que haya
nada en la nevera si ella quiere comer.
—Cody, por favor bájame. —Ella se aferra a mi espalda, pero su
cuerpo se ha vuelto bastante rígido—. Mi costado, me estás
lastimando.
Mierda. Agarro la parte posterior de sus piernas y balanceo su
cuerpo para que esté en mis brazos en lugar de sobre mi hombro.
—¿Eso está mejor? —La miro a la cara, escudriñándola en busca
de signos de angustia. Además de los círculos rojos alrededor de sus
ojos y debajo de su nariz, ya no hace muecas.
Ella asiente con la cabeza y solo me sujeta con una mano.
Camino un poco más, pero ella no quita los ojos de mi rostro.
—¿Qué?—pregunto tratando de averiguar por qué me mira así.
—No pareces sin aliento. O estar esforzándote. Nada de eso. —
Ella entrecierra los ojos y se mueve ligeramente.
—¿Estás bromeando, se trata de tu peso otra vez? Cariño, si
tuviera que correr contigo sobre mi espalda a campo traviesa, sería
capaz de hacerlo. Me encanta cómo te ves y cuánto pesas. No eres
demasiado para mí. Eres perfecta. Cada parte de ti es perfecta.
Observo las comisuras de su boca temblar como si estuviera
tratando de evitar sonreír antes de apartar la mirada. Puede que
tenga mucho que compensar, pero al menos no todo está perdido.
Capítulo 16

Cody

Abro la puerta de la cabaña y la llevo a mi dormitorio. La dejo


suavemente sobre la cama y cierro la puerta.
—¿Por qué estás cerrando la puerta? No puedes mantenerme
prisionera aquí. —Ella se levanta y trata de salir corriendo.
—Siéntate, Honee.
—¡No! Me voy—me grita.
—¡Dije que te sientes!—le grito.
Ella se sobresalta y tengo que recomponerme. Éste no soy yo.
Siento que estoy perdiendo la cabeza. ¿Cómo puedo solucionar esto?
Se recuesta en la cama y cruza las manos sobre el regazo. Su
espalda está erguida como si solo estuviera aquí, porque la obligan.
Me paro en la puerta y la miro. ¿Por dónde diablos empiezo?
Por la parte más importante, obviamente, me acerco a ella lo más
lento que puedo para no parecer amenazante. No quiero que me
tenga miedo. Me paro frente a ella hasta que tiene que levantar la
cabeza para mirarme. Antes de que una palabra salga de mi boca,
caigo de rodillas frente a ella.
—¿Estás herida?
Su ceño se suaviza y sus hombros pierden algo de tensión.
—No es grave, sobreviviré—responde.
No quiero preguntar, pero necesito saberlo todo.
—¿Qué hay de… adentro? ¿Él…? —Siento una rana alojada en mi
garganta. Puedo sentir las emociones tratando de estallar. No quiero
llorar, pero sufro por ella.
—No. —Ella pone una mano sobre la mía y se la agarro. Solo que
ella toque mi mano es suficiente—. No llegó tan lejos... después de
que te vi alejarte, me enojé tanto que pude luchar contra él. Nada
peor que una mujer despreciada. —Ella sonríe y me da un
encogimiento de hombros.
—¡Honee, joder! Lo siento mucho, cariño. Lo siento tanto. Por
favor, perdóname. Acababa de ver a ese hombre allí y nunca he
estado en una situación como ésta. Nunca he estado con alguien que
necesitara tanto. Te amo y cuando vi eso... sentí que yo no era
suficiente, que no era lo suficientemente bueno. Siempre he sido un
maldito idiota con las mujeres, siempre sentí que me debían algo y
entonces entraste a mi vida y eres todo lo que puedo ver. Estás en
todas partes y verlo follándote así...—Aprieto la cama y sigo
hablando con los dientes apretados—. Me destruyó.
—Cody, mírame.
Mis ojos saltan a los de ella inmediatamente.
—Tienes que confiar en mí. De la misma manera que yo confío en
ti. Me conoces, ¿alguna vez te haría eso?
—No, sé que no lo harías, pero no puedo evitar lo que vi... Ahora
que lo estoy recordando, debería haber sabido que algo andaba mal,
pero simplemente no podía quedarme allí y mirar. No pude.
—Entiendo. —Ella me rasca la cabeza ligeramente.
Aparto su mano y la sostengo en mi cara.
—¿Lo haces? ¿Puedes perdonarme? Te amo tanto. Me estoy
volviendo loco.
Ella me mira de nuevo entrecerrando los ojos.
—¿Qué?—le pregunto, tratando de averiguar lo que dije que la
tiene suspicaz.
p
—¿Sabes que es la tercera vez que dices eso?
—¿Qué dije?
Ella se ríe.
—Que me amas.
Me pongo de pie en toda mi estatura y la miro desde arriba.
En serio, ¿eso es lo que estás cuestionando?
—No sé si solo lo dices porque estás en problemas. —Ella desliza
sus manos por mis piernas.
—Te amaba desde antes de saber cómo se podía sentir el amor.
Ella jadea.
—Oh, bueno... joder. —Agarra mi chaleco y tira de mí hacia ella.
Sigo su ejemplo. Ella agarra mi cuello y tira de mí en un beso. Cada
emoción que he sentido en las últimas horas llega a un punto crítico
y no puedo evitar profundizar el beso. La empujo hacia atrás sobre
la cama y ella me deja.
Mi teléfono vibra en mi bolsillo y me alejo de ella.
—No, vuelve. —Ella trata de hacerme retroceder. Por mucho que
quiera, acaba de pasar por algo traumático. Esto es lo último que
deberíamos estar haciendo en este momento.
Ni siquiera tengo que mirar el teléfono para saber quién es. La
paciencia de Wyatt se ha ido.
—Tenemos que volver a la casa club. El resto de los muchachos
necesitan saber qué sucedió y qué escuchaste. Hubo un incendio
aquí antes. Es por eso que fui a buscarte, vamos a encerrarnos hasta
que averigüemos quién está jodiendo con nosotros. Pensamos que
era el hombre que intentó lastimar a Dela, la mujer de Wyatt. Pero
ahora que tenemos esta información, podría ser el hijo de puta que te
puso las manos encima. Tenemos que sacarlo de la calle.
Ella agarra mi mano y se levanta de la cama con cautela.
—Bueno, supongo que es hora de que vaya y conozca a tus
hermanos.
—Genial. Van a hacer bromas durante días—me quejo.
Capítulo 17

Cody

Después de un beso o dos compartidos, saco unos calcetines


para sus pies. No se puso ningún zapato cuando salió corriendo de
su casa. Sus pies son mucho más pequeños que los míos, pero no
quiero que sus dedos se lastimen por caminar sin zapatos.
En cuanto llegamos a la puerta de mi casa, la levanto de nuevo.
—¿Qué pasa con esto de levantar cosas, tratando de demostrar lo
fuerte que eres? —Se ríe un poco y todo lo que quiero en este
momento es besarla hasta que no pueda respirar.
—No, solo me gusta sentirte contra mi cuerpo. Si me saliera con
la mía, te mantendría presionada contra mí todo el día, pero no sería
capaz de hacer nada si hiciera eso. —Me inclino y beso su frente.
Ella jadea de nuevo y una brillante sonrisa cruza su rostro.
Cuando entramos en la casa club, el grupo nos está esperando.
—Oh, gracias a Dios. —Dela es la primera en correr hacia mí.
Honee deja escapar un breve suspiro de sorpresa cuando ella la
rodea con sus brazos como si fuera una amiga perdida hacía mucho
tiempo—. ¿Cómo estás? ¿Qué es lo que necesitas?
—Estoy bien. Viviré—le dice Honee.
—Es bueno escuchar eso. Lamento mucho lo que te pasó—dice
Wyatt mientras él y el resto del club se acercan a nosotros. Él le
entrega el teléfono—. Escuchamos tu video varias veces para obtener
lo que pudimos, realmente hiciste un buen trabajo. Eso debe haber
sido muy difícil.
—No fue un picnic, te lo aseguro—bromea ella.
Wyatt me mira y levanta una ceja. Frunzo las mías, ¿me estoy
perdiendo algo?
Él suspira.
—Es un maldito bruto. Hola, soy Wyatt.
—Oh, joder, sí. —Agarro sus hombros y presento a mis hermanos
uno por uno—. Wyatt, Brendan, Steven, pero lo llamamos Spark,
Winnie y Devin. Ella es Dela, la dama de Wyatt. Ésta es mi Honee.
—¿Honey?—pregunta Brendan.
—Dos e—dice dulcemente Honee.
—¿La estás reclamando?—me pregunta Wyatt sin dejar de
sonreírle.
—Absolutamente—respondo sin dudarlo. Si hay algo que he
aprendido en el poco tiempo que he estado con Honee es que es
única. Sería un idiota si pensara que encontraría a alguien mejor.
—Genial, pongámonos manos a la obra. —Wyatt le tiende la
mano a Honee y la dejo ir hacia él.
—¿Qué talla de zapatos usas? Parecemos casi de la misma talla—
dice Dela que sigue buscando una manera de ayudarla.
—Um, ocho.
—Mmm, soy un siete, pero creo que podría tener algunos que son
grandes para mí, es posible que puedan servirte. —Dela asiente.
—Muchas gracias, fui muy tonta al salir corriendo sin zapatos. —
Honee se ríe.
—No, hiciste lo correcto. Te escapaste de ese pedazo de mierda.
—La voz de Wyatt es ronca.
Honee baja la cabeza y se coloca parte del cabello detrás de la
oreja.
—Lamento hacerte revivir esta mierda, pero necesito hacerte
algunas preguntas. Este hombre, ¿dijo quién era?
—No, solo que trabajaba con una mujer llamada Kim y que sabía
que era Cody quien la había eliminado.
Me paso la mano por el pelo.
—Él debe haberme visto cuando salí corriendo de la RV después
de la pelea con Brendan. Kim nunca dijo nada sobre que alguien más
trabajara con ella, pero todos sabíamos que existía la posibilidad de
que lo hiciera.
—Sí, sin embargo el tipo está jodidamente inestable. Sigo
pensando que tenemos que quedarnos encerrados. Especialmente
después de este ataque. —Wyatt mira a su alrededor y todos
asienten.
—Espera, ¿qué significa eso? —Honee se vuelve hacia mí.
—Significa que vas a tener mucho tiempo para ponerme a
prueba. Al menos hasta que atrapemos a este hijo de puta. —Me
deleito pensando en lo que le haría cuando le pusiera las manos
encima. Joder, nunca soy el tipo de persona que quiere tomarse la
justicia por mano propia, pero llevaría su culo al bosque y le
dispararía dos tiros en la cabeza solo por lo que le hizo a Honee.
—Tu video fue útil. Sabemos que no es quien pensamos
originalmente, pero ¿crees que podrías describirlo? Su rostro no
apareció en el video.
—Creo que puedo hacerte algo mejor. Puedo dibujarlo—dice
Honee—. Solo necesito papel y lápiz.
—¿Sí?—pregunto, ella me había dicho que le gustaba dibujar,
pero no tenía idea de que fuera lo suficientemente buena para hacer
esto.
—Sí.
Winnie corre a buscarle lo que necesita. Mientras Brendan la lleva
a una mesa para que esté cómoda mientras dibuja.
Dela se acerca a mí.
—Ella es tan jodidamente caliente.
Me río a carcajadas.
—Me lo dices como si no lo supiera.
Wyatt es el siguiente en acercarse a mí.
—Nunca pensé que vería el día, al menos no mientras aún eras
joven, setenta y cinco sí, treinta y tres, nunca.
—Qué puedo decir, no elegí esto, pero no es algo que pueda
negar. Ella es demasiado buena para mí.
—Obviamente—responde Wyatt y lo empujo juguetonamente.
—Perdón por reventar la burbuja aquí—dice Devin y se acerca a
nosotros—. Estoy bastante seguro de saber quién es, necesitas
ponerte en contacto con tus conexiones en el Bureau.
—¿Qué, por qué? ¿Quién es?
—Creo que es Zion. —Los ojos de Devin se agrandan.
—Imposible, él murió. Camino a México si no me equivoco. Salió
en todos los noticieros—dice Spark esta vez.
Zion es un asesino en serie. Él aparecía en todas las noticias hacía
unos años. Solía aprovecharse de las mujeres. Una vez que había
terminado con ellas, las mataba, les sacaba los ojos y las arrojaba a
una gran masa de agua. Según el último recuento, las autoridades
habían encontrado más de una docena de chicas que, según se decía,
tenían su firma. Tenía algunas novias a las que no mató y que le
proporcionaban dinero y coartadas. No podía ser la misma persona.
Me acerco a la mesa donde están Honee y Winnie. Miro por
encima de su hombro y veo el dibujo que está creando. Devin tiene
razón, esta persona se parece increíblemente a Zion, incluso hasta el
tatuaje en su rostro.
—¿Has visto a esta persona antes, cariño? ¿Quizás hace un
tiempo? — Siempre existe la posibilidad de que esté recordando las
fotos de las noticias.
—No, no lo creo. ¿Debería haberlo hecho?—dice ella y deja de
dibujar.
—No, solo me estoy asegurando. ¿Notaste algo más, tal vez algo
que no estaba en su rostro? —Hay otras formas de asegurarse de que
es la misma persona. Tenía una cicatriz distintiva.
—Su palma, había algo mal con ella. Como si una de sus manos
fuera más corta que la otra. —Entrecierra los ojos como si estuviera
tratando de recordar lo que había pasado, pero eso es más que
suficiente. Es Zion. Cuando era más joven, casi se corta la mano,
pero en lugar de ir al hospital, lo ayudó un médico clandestino y su
mano nunca sanó bien. Hay una larga cicatriz en el medio de su
mano.
—Está bien, cariño. Sigue dibujando, esto es jodidamente genial
—le digo pero no quiero asustarla de que un maldito asesino en serie
podría estar persiguiéndola. El tipo no solo no discrimina cuando se
trata de las mujeres que mata, sino que es conocido por volver más
de una vez. Tiene la vista puesta en mi mujer y estoy seguro de que
volverá. Excepto que esta vez no podrá tocar ni un cabello de su
cabeza.
Capítulo 18

Cody

Han pasado dos semanas, todavía estamos encerrados y nos


estamos empezando a ponerse ansiosos. Nuestra conexión había
verificado utilizando las imágenes de seguridad de uno de los
vecinos de Honee que el hombre que irrumpió en su casa es Zion.
Honee le dijo a Margot lo que estaba pasando y lo primero que
hizo su mejor amiga fue venir aquí. Ella estaba enojada conmigo,
pero ahora solo está feliz de que esté cerca para proteger a su amiga.
Margot le ha dado a Honee todo el tiempo que necesita sin ir al
trabajo, esas son las ventajas cuando tu mejor amiga también es la
jefa.
Todas las noches, Honee duerme en mis brazos y constantemente
me maldigo por haberme permitido creer que ella podría hacerme
algo así.
Por lo general, me voy a dormir mucho más tarde que ella, pero
como tenemos que quedarnos en la casa club mientras todo esto
sucede, cuando ella está lista para dormir, la acompaño a la pequeña
habitación. Hasta que encontremos más información, no hay
necesidad de que me quede en el área principal. En este momento se
trata de mantenernos ocupados.
Esta noche, me acosté en la cama con ella mirando hacia el techo
repasando las diferentes formas en que le daría una paliza a Zion
por tocar lo que es mío.
—No, no—gime Honee y patea. Ella rueda hacia el otro lado y
gime. Está teniendo una pesadilla.
—Despierta, bebé. Honee. —Le acaricio la mejilla y el hombro
tratando de no asustarla.
Vuelve a gritar y la hago rodar sobre su espalda para despertarla.
Se levanta bruscamente y la agarro para que sepa que no está sola.
—Shhh, cálmate, cariño. Estoy justo aquí. —Aparto el cabello de
su cara y espero hasta que respire normalmente.
Ella llora y yo la beso. Sé que no hay nada que pueda hacer para
borrar lo que pasó, pero puedo hacer lo que sea necesario para que
se sienta mejor.
—Cody. ¿Por qué no me haces el amor?—me interroga y la
pregunta me detiene en seco.
Me alejo de su cara y veo la decepción.
—Fuiste atacada. No puedo hacer eso. No está bien—le digo
enseguida. No sé por lo que está pasando, pero si los sueños son una
indicación, está mucho más traumatizada de lo que está dispuesta a
revelar.
—¿No puedes o no me deseas?—me pregunta levantando una
ceja—. Confío en que me digas si tus sentimientos por mí han
cambiado, pero no has dicho nada. No quiero ser solo una carga
para ti.
¿Es así realmente como se siente, como si no la deseara? Joder,
justo cuando pensaba que lo estaba haciendo tan bien.
—Te deseo, siempre, no quiero lastimarte. Tú... yo... maldición. —
Me paso la mano por la cara. No sé qué decir.
—Sé que no me harás daño. Simplemente no quiero que olvides
que, aunque me estás protegiendo, también soy tu mujer. Si todavía
me deseas… es decir, si no lo haces, solo necesito que me lo digas. —
Ella me da una sonrisa tensa antes de darse la vuelta y acurrucarse
para pasar la noche.
Tengo que contenerme para no darle la vuelta y acercarla a mi
cara para darle un buen anticipo. Si ella dice que está lista, entonces
está lista. Voy a hacer que

su primera vez sea lo mejor que pueda.


A la tarde siguiente espero a que Dela y Honee se sienten a ver
uno de los reality shows que parecen gustarles tanto, para llevar a
Wyatt a un lado para hablar con él.
—Hermano, necesito romper el protocolo.
—No va a pasar. —Comienza a alejarse antes de que pueda
explicarle a qué me refiero.
—Espera, Wyatt. —Lo agarro—. Necesito que me escuches.
Pone los ojos en blanco, pero se detiene y espera a que yo hable.
—Necesito pasar la noche en mi casa con Honee.
—Sabes que no podemos hacer eso, especialmente con ella. Zion
le ha hecho amenazas específicas. Sabemos que fue él quien inició el
fuego, no se sabe qué hará a continuación. Eres más inteligente que
eso. —Él niega con la cabeza.
—No, lo que sé es que no voy a dejar que mis mierdas le roben lo
que se merece. Se merece algo mejor. Mira, cierra la maldita boca
sobre esto, pero todavía es virgen y cree que no la deseo. Por
supuesto que ese no es el caso. Pero no quiero que se sienta
incómoda, porque piensa que alguien aquí está escuchando. Se
merece un poco de privacidad, incluso si es solo por una vez.
Necesito darle eso. —Meto las manos en los bolsillos, odio parecer
tan jodidamente vulnerable.
—¿Cuándo diablos sucedió esto?—dice Wyatt e inclina la cabeza.
—¿De qué estás hablando?
—Estás siendo romántico, ¿quién te enseñó a ser romántico?—
dice y se ríe.
—Idiota.
Me da una palmada en el hombro.
—Mira, no sé si tienes total privacidad. Después de la mierda que
pasó entre Dela y yo, simplemente no puedo ponerte en riesgo de
esa manera.
Aprieto los dientes. Siento que le estoy fallando de nuevo.
—Puedo poner un guardia en la cabaña, esperaré hasta que
entren para que ella no sepa que hay alguien ahí fuera. Necesito que
alguien cuide vuestras espaldas en todo momento.
Mis ojos saltan hacia los suyos. Funcionará.
—Sí, estoy bien con eso. ¿A quién?
—Bueno, averigüemos quién tendrá el deber de mierda. Winnie,
Devin venid—los llama Wyatt. Los dos caminan listos para lo que
sea que Wyatt les diga que hagan.
—Tenemos una situación delicada. Cody aquí necesita tiempo en
privado con su dama esta noche. Ambos saben que no podemos
dejar a nadie desprotegido, no mientras haya una amenaza contra el
club. Así que voy a necesitar a uno de vosotros como voluntario para
ser un guardia secreto.
—¿Qué tipo de tiempo privado?—dice Devin negando con la
cabeza.
—Apuesto a que es del tipo con sonidos pornográficos. —Winnie
me mira y me guiña un ojo.
Sonrío ampliamente.
—¿Qué, no, por qué? No me obligues. No quiero—se queja
Devin.
—Solo por todo eso, acabas de ofrecerte como voluntario. —
Wyatt le da una palmada en la espalda y se aleja.
—¿Realmente tienes un problema con esto? —Miro a Devin.
—Para nada, es un deber al aire libre. Sabía que, si hacía
suficiente alboroto, me obligaría a hacerlo. —Devin se encoge de
hombros y se aleja.
—Oh, qué mierda, él puede salir. Quiero hacerlo ahora—dice
Winnie y sigue detrás de Devin.
No puedo creer que sean tan inmaduros. No puedo creer que
hacía unas semanas ese era yo. ¿Cómo diablos una mujer me cambió
tan completamente?
Capítulo 19

Cody

Después de que obtuve el visto bueno de Wyatt, Devin y yo


caminamos hacia mi cabaña. Tuve que explicarle a Honee que solo
estaba allí para buscar algunas cosas y que regresaría en un minuto.
No quería alarmarla, ni quería arruinar la sorpresa.
Cuando llego a mi cabaña, cambio las sábanas y abro las ventanas
para sacar un poco el olor a humedad. Me aseguro de que todo esté
lo más limpio posible y luego busco en mi tocador lo único que tenía
de ella. Anteayer, había encontrado el pequeño trozo de lencería que
tenía puesto, el que dijo que era el motivo por el que estaba
grabando un video para mí. Quiero verla con eso puesto. Lo coloco
sobre la cama y miro alrededor de la habitación para asegurarme de
que todo esté en orden. Esto es lo mejor que puedo hacer. No estoy
preocupado por nada de esto. Todo lo que me preocupa es que ella
esté cómoda y lista para mí, porque puedo garantizar que ésta es la
última mierda dulce que verá de mí esta noche. Tengo la sensación
de que una vez que me deje entrar y esté hasta las bolas dentro de
ella, toda esta moderación y preocupación se irán por la ventana.
—A la mierda, a ella le encantará sin importar qué—me digo a mí
mismo, aunque realmente no lo crea. Salgo al frente de la cabaña
para ver a Devin apostado en la puerta.
—Voy a necesitar que vengas aquí después de que entremos. No
quiero que sepa que hay alguien escuchándonos—le explico.
—Por favor, créeme, lo último que quiero hacer es sentarme aquí
y escuchar. Me mantendré lo más lejos posible mientras os
mantengo a la vista. Tendrás que dejar una ventana abierta o algo así
para que me oigas. Silbaré.
—Sí, eso funciona—digo, aunque ya me estoy alejando de él.
—¿Estás siquiera escuchándome?—me pregunta riéndose
ligeramente.
—No, por supuesto que no te estoy escuchando. ¿Estás loco?
Estoy tratando de ir a buscar a mi mujer. Dejar la ventana abierta. Lo
tengo. —Lanzo mi mano hacia él, descartando cualquier otra cosa
que haya dicho. No me importa. Sé que mis hermanos no me van a
dejar caer en la misma trampa en la que cayeron Wyatt y su mujer.
No estoy preocupado por eso.
Corro hacia la casa club, dejando a Devin detrás de mí. Con
suerte, se está escondiendo esperando a que traiga a Honee.
Estoy sin aliento cuando me acerco a Honee y Dela.
—Señoras, ¿el espectáculo casi ha terminado?
—De ninguna manera es una maratón, vamos a estar aquí toda la
noche—responde Dela. Honee y ella comparten una risa y por
dentro la estoy maldiciendo.
No quiero que piense que no quiero que tenga una conexión con
Dela, pero necesito alejarla.
Miro a Wyatt, que ya se está acercando a su mujer, ¡Arriba
hermano mayor!
—Delaney, me prometiste algo de atención después de este
episodio. —Se para frente a ella y cruza los brazos sobre el pecho.
Dela lo mira como si estuviera loco, lo que hace que Honee desvíe la
mirada. Wyatt rápidamente le lanza un guiño a Dela y hace un gesto
con los ojos en mi dirección. Todo mientras Honee mira hacia otro
lado.
Dela me mira a mí y luego a Honee, antes de que su boca se abra
de par en par en reconocimiento.
—Oh, sí, cierto. Maldición. Lo siento, cariño. Le hice una promesa
a este gran idiota. ¿Quizás mire el resto del maratón contigo más
tarde? —Los ojos de Dela saltan a los míos y levanto una ceja para
hacerle saber que no va a pasar. Ella se ríe, pero mira hacia otro lado.
Wyatt golpea su culo y los dos tortolitos se van, dejando a Honee
sentada en el sofá con un pequeño rubor en sus mejillas. La forma en
que esos dos se aman es suficiente para hacer que la mayoría de las
personas se sonrojen un poco.
—¿Quieres dar un paseo conmigo, Honee? —Me inclino y le
susurro al oído.
Se gira y pone una mano en mi cabeza, rascándome el cuero
cabelludo.
—¿Dar un paseo? Pensé que no podíamos salir.
—Estoy haciendo una pequeña excepción—le digo y me encojo
de hombros.
—¿Puedes hacer eso? Quiero decir, ¿no te meterás en problemas?
—Sus cejas se juntan ligeramente. No hay mucho que pueda
meterme en problemas, sinceramente.
—No, tu hombre es un gran problema. Soy el VP aquí. El único
que puede decirme algo es Wyatt, y si no te has dado cuenta, está
ocupado.
Se muerde el labio y me da una mirada extraña.
—Mmm, ¿qué coincidencia?
Ah, ella lo sabe. Me río, pero sigue con la treta.
—¿Quieres?
—Claro, vamos a dar un paseo.
Agarro su mano y la conduzco fuera de la casa club hacia mi
cabaña privada. No veo a Devin por aquí, al menos no de inmediato.
Un breve silbido me detiene en seco y cuando me doy la vuelta, lo
veo apoyado contra las puertas de la casa club con el teléfono. Me
está avisando que está aquí.
Le doy un ligero asentimiento, pero además de eso, no voy a
actuar como si lo viera. Toda mi atención en este momento está en
Honee.
Entramos en la cabaña y ella vuelve a inclinar la cabeza hacia un
lado.
—¿Qué estás haciendo, Cody?
—Mucho y nada, todo al mismo tiempo. Estaba tratando de ser
suave con esta mierda, Honee, pero no sé qué carajo estoy haciendo
y como no quiero querer arruinar esto completamente te lo voy a
decir. Esta noche solo se tratará de ti y de mí. Podemos ir tan lejos
como tú digas o simplemente acostarnos juntos en la cama. No
quiero que pienses que no te deseo, solo quiero asegurarme de hacer
esto bien.
Ella niega con la cabeza y se aleja de mí.
—Cada día me sorprendes más y más. —Camina hacia la parte
de atrás donde están los dormitorios y la sigo.
—Tengo una petición—le digo mientras la dirijo a mi dormitorio.
—¿Sí? ¿Cuál?—dice y me mira por encima del hombro.
Abro la puerta y le indico que entre.
—Quiero ver a mi hermosa mujer modelar para mí.
Ella jadea cuando ve el body en la cama y me mira, insegura.
—¿En serio?
—Solo si quieres, sin presiones. —Por fuera, me mantengo tan
tranquilo como puedo, pero por dentro, básicamente estoy rogando,
como un niño pequeño, que ella diga que sí.
—Está bien, quiero hacerlo. —Ella me sonríe.
—Jodidamente genial. —Me inclino y la beso. Tenía la intención
de darle un beso tierno, pero mi cuerpo se siente como un maldito
cable con corriente. Quiero estar dentro de ella y lo quiero ahora.
—Si quieres que me ponga esto, tienes que soltarme, Cody. —Ella
se ríe y solo entonces me doy cuenta de que tengo un agarre mortal
y y q g g
en su culo.
—Sí, claro, mierda. Ok. Date prisa.
Se acerca y me da otro beso antes de salir corriendo al baño. Más
rápido de lo que me he movido antes, me quito la ropa, sin dejar
nada más que mis bóxers.
A estas alturas, he tenido sexo más veces de las que quisiera
contar y, sin embargo, no creo que me haya sentido tan nervioso en
mi vida. Me acuesto en la cama y espero a que Honee. salga
Cuando la puerta se abre, veo su mano alcanzar la luz.
—No lo hagas. Quiero ver todo de ti. No hay una parte de tu
cuerpo con la que no esté jodidamente obsesionado. No te escondas
de mí, Honee—gruño y espero a que se anime y entre en la
habitación.
Finalmente lo hace y cuando digo que me toma cada parte de mí
no saltar de la cama y arrancarle esa cosita, lo digo en serio.
Siseo de dolor cuando entra completamente en la habitación.
—¿Te gusta?—dice y voltea su cabello hacia un lado.
Un gruñido profundo vibra a través de mi pecho.
—Joder, sí. —Sus pechos se asientan en lo alto de las copas
demasiado pequeñas y puedo ver el indicio de su pezón a través de
la tela. Su rostro se vuelve lentamente de un rosa brillante. Está
avergonzada.
—Tócate. Vuélveme jodidamente loco como solo tú puedes hacer,
Honee—le ordeno y abro las piernas para que pueda ver mi polla
erecta. Es doloroso lo duro que estoy ahora. Quiero acariciarme,
pero sé que nunca lo lograré si lo hago. Tendría prisa por terminar
antes de empezar.
Ella me sonríe y tira todo su cabello hacia atrás, pero en el
proceso, sus senos son empujados hacia adelante.
—Maldita sea, eres tan jodidamente sexy—murmuro y flexiono
los muslos, tratando de llevar algo de la sangre que circula en mi
polla a mis piernas.
Pasa sus manos por los lados de su cuerpo, acunando ligeramente
sus senos en el camino hacia abajo.
Me agarro a las sábanas cuando la escucho jadear en el momento
en que sus dedos rozan sus pezones.
Mierda, mierda, mierda. Ésta fue una mala idea. Voy a atacarla
en cualquier momento. ¿Cómo coño se va a relajar si salto sobre ella
como un animal en celo?
Sus manos se detienen por un segundo, y mis ojos saltan hacia los
suyos. No quiero que se sienta cohibida en absoluto.
—¿Tal vez quieras sentarte en la silla? Creo que puedo ser buena
en eso. —Ella se muerde el labio y tengo que recordarme que debo
respirar. Sacudo mis piernas de vuelta a la vida y lentamente pongo
los pies en el suelo. Sería muy jodido si me cayera en este momento,
porque no podía sentir mis piernas. Me duele la polla rozando la
tela. Quiero quitarme los bóxers.
Me acerco a la única silla que tengo en el dormitorio. Es solo una
silla de madera, pero espero que sirva para lo que sea que tenga en
mente.
Me siento y ella camina hacia mí lentamente, manteniendo sus
ojos en los míos.
—Nunca nadie me ha mirado como tú. —Su voz es suave, pero
puedo ver la intensa lujuria en esos ojos color avellana.
—Bien, quiero ser la única persona con la suerte de verte así. —
Mi voz está llena de necesidad.
Ella sonríe ampliamente antes de inclinarse hacia abajo, dándome
una vista cinco estrellas de sus grandes tetas. Mi cuerpo se inclina
hacia adelante por sí solo. Todo lo que quiero es meter mi cara entre
ellas.
—Te necesito, cariño. —Mis manos se estiran solas, pero las
obligo a bajar.
Se gira lentamente frente a mí y sacude su culo regordete en mi
cara antes de agacharse y pasarse las manos por los tobillos.
Ella menea las caderas al compás de una canción imaginaria. Ya
ni siquiera sé dónde estoy, todo en lo que puedo concentrarme es en
ella. La jodida casa club podría estar en llamas ahora mismo y no me
movería.
Se sienta en mi regazo con cautela, y gimo tanto de dolor como
de necesidad. No puedo evitar tocarla por más tiempo. Me agarro a
sus muslos mientras me machaca, la enorme sonrisa en su rostro me
deja saber que se lo está pasando muy bien poniéndome contra las
cuerdas. Mis caderas se mueven solas y me muevo contra su culo
mientras ella se frota contra mí. Se inclina hacia atrás y me araña el
cuello con las uñas.
—Cariño, vas a hacer que termine antes de que empecemos. Me
estás matando.
—Hmmm, pero se siente tan bien—gime ella y la agarro con
fuerza.
Ahora se da la vuelta y se sienta a horcajadas sobre mí. Echa la
cabeza hacia atrás y aplasta su pecho contra el mío.
—Oh, Cody. —Ese gemido es suficiente para que mi cuerpo tome
el control. La agarro y nos levanto de la silla. Ella jadea ante la
rapidez del movimiento. La acuesto en la cama y rápidamente le
quito la ropa interior que se ha puesto. La rompería, pero realmente
me gusta esa mierda. Voy a tener que conseguir que camine por la
casa con él puesto.
En el instante en que lo tiro al suelo, caigo sobre ella, besándola
como si mi maldita vida dependiera de ello. Ella gime y envuelve
sus piernas alrededor de mi cintura. Me balanceo con fuerza y ella se
estremece debajo de mí. Podría llorar ahora mismo. Quiero correrme
tan mal. Beso su cuello, chupando con fuerza. Quiero marcarla de
todas las formas que pueda. Quiero mostrarle al mundo que esta
mujer es mía. Me empujo hacia abajo por su cuerpo, tratando de
obligarme a reducir la velocidad. Deslizo mi boca sobre su vientre y
ella se ríe cuando beso sus costados. Mis manos encuentran sus
pezones y los hago rodar entre mis dedos lentamente, lo suficiente
para que deje de reírse y empiece a gemir. Finalmente, me encuentro
cara a cara con uno de los coños más bonitos que he visto en mi vida.
Jugoso y rosado. Como mi maldito estallido de estrellas favorito.
También igual de dulce.
Muevo la punta de la lengua sobre su clítoris y su espalda se
arquea. Su mano encuentra mi cabello, y lo aferra mientras me doy
un festín con ella. Bebo cada gota que me ofrece, asegurándome de
que se corra al menos dos veces antes de pensar en moverme.
—Cody, por favor. ¡Oh, no puedo esperar más, por favor! —Ella
me levanta y estoy feliz de complacerla. Me quito los bóxers y trepo
por su cuerpo. Mi corazón ya está latiendo a un millón de kilómetros
por minuto y ni siquiera he empezado a follarla todavía. Me agacho
y uso los dedos para deslizarlos por sus pliegues resbaladizos. Está
muy mojada, pero sé que no hay forma de quitarle todo el dolor que
está a punto de sentir.
—¿Quieres esto? Puedes decirme que pare—le recuerdo, a pesar
de que mi mente está gruñendo y echando espuma por la boca ante
la idea.
—Lo quiero. Te deseo, Cody. —Ella asiente y pasa una mano por
mi brazo.
Presiono un dedo dentro de sus apretados pliegues, y su caliente
y apretado coño instantáneamente lo aprieta.
Lo muevo de un lado a otro para preparar sus paredes para algo
más, pero incluso esa pequeña estimulación es suficiente para que
vuelva a estar cerca del orgasmo.
Cuando retiro la mano, ella gime y me inclino para besarla,
queriendo atrapar ese sonido sexy con mi boca. Me besa
profundamente, saboreándose en mis labios y lengua. Sigo
besándola mientras presiono mi polla dura como una roca contra su
coño. Soy mucho más grande que un dedo. Espero que pueda
tomarme. Empujo un poco y siento que se abre para mí. Ella gime
ruidosamente y sus dedos se aferran a mis brazos. Está nerviosa
como debería estar.
—Relájate, hermosa. No me moveré. —Por algún milagro, obligo
a mi cuerpo a no moverse ni un centímetro más mientras ella se
relaja.
Cuando siento que sus manos se aflojan, presiono más, pero su
cuerpo aún está cerrado para mí. Me balanceo superficialmente
hasta que, con un fuerte empujón, atravieso su himen, partiendo en
dos a la mujer que amo.
Ella grita y yo inmovilizo las caderas mientras la beso y le
susurro palabras tiernas.
—Más, Cody. —Su rostro está sonrojado y sus labios perfectos
están ligeramente hinchados por los besos.
Mis caderas siguen su orden y lentamente empiezo a follarla. Está
casi tan apretada que duele, pero sus paredes parecen moldearse
para mí.
—Oh, mierda, estás tan apretada. Joder. —Agarro su cintura y la
aprieto, tratando de gastar algo de energía para no lastimarla
moviéndome demasiado rápido.
—Se siente tan bien., Cody Creo que me voy a correr. —Mueve la
cabeza lentamente de un lado a otro. Sus ojos están cerrados y sus
dedos agarran las sábanas debajo de ella. Cuando envuelve una
pierna alrededor de mi cadera, todos los pensamientos de reducir la
velocidad se disipan de mi mente. Empujo con más fuerza. Los
sonidos de sus gemidos y mis gruñidos resuenan en la habitación
hasta que su respiración se atasca y su pecho y rostro se vuelven de
un rojo brillante.
Un chillido agudo sale de su boca cuando dice:
—¡Oh, mierda, oh, mierda, oh, mierda!
—¡Sí! Córrete para mí, cariño. Tan perfecta. Eres tan perfecta. —
Bombeo con más fuerza, sus paredes finalmente se abren lo
suficiente para tomarme por completo.
Ella grita mi nombre y envuelve su otra pierna alrededor de mi
cadera, corcoveando mientras empujo hacia abajo.
—Honee, no…—Los nervios en mi cerebro se sienten como si
estuvieran fallando. Cada embestida me lanza más cerca de mi puto
orgasmo, y no hay nada que pueda hacer para detenerlo. Hay una
punzada de electricidad que se enrolla y golpea en la base de mi
espalda. Cada bombeo la enrolla más fuerte y los estremecimientos
se intensifican hasta que todo en lo que puedo pensar es en la
liberación. La forma lenta de hacer el amor que quería darle a Honee
en su primera vez se ha ido por la ventana y ahora todo lo que
puedo hacer es follarla. Mi espalda se arquea mientras mi cuerpo
básicamente se enrosca sobre el de ella. Mi polla entra y sale de su
coño. Miro hacia abajo por un brevísimo segundo para ver mi pene
desnudo brillando con mi excitación y la de ella. El sonido húmedo
de mí chocando contra ella es algo que no creo que olvide pronto.
—Honee, mierda. Me voy a correr. Profundamente dentro de ti—
gruño y ella gimotea en respuesta. Empujo sus piernas más hacia
atrás y ahora siento que la parte superior de mi polla golpea contra
algo. Ella grita y se estremece cuando otro orgasmo se dispara a
través de ella. ¿Es esa la parte de atrás de su coño? La idea de llegar
a lo más profundo de ella elimina todas las formas de pensamiento
racional de mi mente. La follo con fuerza, enloquecido por mi
necesidad de marcar cada parte de ella.
Mis bolas se levantan con fuerza, y los dedos de mis pies se
curvan mientras rugo y me corro violentamente. La sensación de mi
polla sacudiéndose dentro de su coño no se parece a nada que haya
experimentado.
Tomo grandes bocanadas de aire y la miro.
—Estás bien, Honee? Lo siento. Fui tan jodidamente rudo. —No
puedo creer que lo perdiera así.
Ella se ríe y se levanta para besarme.
—¿Qué es gracioso?—digo e intento retroceder.
—¿De dónde demonios viniste y cómo tuve tanta suerte de
encontrarte? — Ella chasquea la lengua y me relajo, sabiendo que no
está molesta.
—¿Estas bien?
—Estoy más que bien. Quiero hacer eso todo el día—admite ella.
—¿Todo el día? ¿Qué tal ahora?
—Sí, Dios, sí. —Me araña la espalda con las uñas y nos
revolcamos en la cama, tocándonos y besándonos. Preparándonos
para la segunda ronda.
Espero que Devin tenga comida y agua, porque parece que
Honee y yo nunca saldremos de aquí.
Capítulo 20

Honee

Dejo que el agua tibia de la ducha masajee mis músculos. Cody


me había puesto a prueba y me encantó cada maldito segundo.
Siempre estaba tan preocupada por mi primera vez después de
escuchar las historias de terror de cualquier mujer que me lo contara,
pero él se aseguró de cuidarme.
Me ha dicho que me ama varias veces en las últimas semanas y,
aunque no se lo he dicho, espero que sepa que siento lo mismo.
Espero que sepa que es probablemente una de las mejores cosas que
me ha pasado. Dejé escapar un profundo suspiro y sonreí.
—Vas a hacer que entre allí y te folle de nuevo si sigues haciendo
esos sonidos sexys. —Cody está en la puerta mirándome mientras
me enjabono el cuerpo.
—Pervertido. ¿No puedo tomar una ducha en paz? —Levanto
una ceja hacia él y lentamente camina en mi dirección.
—No, nunca más. Prepárate para que te toque y te ame en cada
momento disponible.
Me siento como si estuviera en una película. Este hombre me ha
mostrado más sobre el amor en el último mes que nadie antes. Es
asombroso lo que puede hacer abrirse uno mismo. Observo con un
nuevo tipo de hambre cobrando vida en mi vientre mientras se quita
los bóxers y se mete en la ducha conmigo. Siempre lo he encontrado
muy atractivo, pero ahora que sé lo que puede hacer con ese cuerpo,
la lujuria es aún peor.
Me muevo para que tenga suficiente espacio, pero solo me tira
hacia atrás contra él. Creo que nunca me pidió que me moviera en
todo el tiempo que lo conozco. Es como si él se ajustara a mi cuerpo,
aunque sea el doble de grande que el suyo. Excepto por sacar
conclusiones precipitadas cuando ese hombre me estaba lastimando,
Cody ha sido el hombre ideal. Sigo sintiendo que algo malo puede
suceder. ¿No es eso lo que dicen de todas las relaciones? Que no
todo es sol y arcoíris.
—¿Qué estás pensando?—pregunta Cody mientras desliza un
poco de jabón sobre su piel.
—Pensando en lo mucho que te amo. —Dejo que las palabras
salgan de mi boca como si no significaran nada. Hasta el momento,
es el único al que le ha declarado mi amor. Lo amo, pero nunca
siento que sea el momento adecuado para decírselo. Supongo que
nada mejor que ahora.
Deja de moverse y agarra mis brazos. Me da la vuelta para que lo
mire a la cara.
—¿Qué dijiste? —Aparta un mechón de pelo mojado de mi cara.
—Te amo, Cody. No tiene sentido que lo niegue. Te amo. —Lo
beso suavemente en los labios, pero eso no es lo que quiere. Cody no
es un tipo suave de hombre. Incluso cuando tomó mi virginidad, fue
duro y directo. Aun así, me encantó cada segundo.
Profundiza el beso y levanta una de mis piernas del suelo de la
ducha. Su polla está dura como una roca entre mis piernas.
—Jodidamente te amo. No puedo tener suficiente. Quiero vivir en
este sentimiento para siempre—susurra contra mis labios.
—Yo también—respondo antes de que sus labios se estrellen
contra los míos.
—¿Estás dolorida? —Sus palabras son ásperas.
—No—respondo rápido, quizás demasiado rápido.
Cody agarra mis mejillas y empuja mi cara hacia atrás.
—No actúes, cariño. No quiero lastimarte. ¿Estás dolorida?
—Solo un poco, estoy bien. Quiero más—respondo
honestamente. Por supuesto que estoy dolorida. El hombre me ha
tomado de todas las formas que se le ocurren y sigue siendo tan
apasionado como lo era al principio. Me alegro de tener un
compañero tan excelente. No creo haber escuchado a ninguna mujer
describir algo como esto como una experiencia de primera vez.
—Aférrate a mí—ordena y envuelvo mis brazos alrededor de su
cuello mientras se agacha y me agarra por detrás de las piernas. Me
levanta del suelo y me lleva de regreso a la habitación con una sola
cosa en mente. Estoy teniendo el mismo pensamiento.
Dejo caer mi cara para poder tener acceso a su cuello y lo beso
allí. Lamo y chupo de la misma manera que él hizo antes. Sus pasos
vacilan por un segundo, antes de continuar. Podría acostumbrarme a
esto.
Me deja caer en la cama y sube conmigo. Justo cuando nos
tocamos, un fuerte silbido penetrante suena desde afuera.
Cody salta de encima de mí y corre hacia la ventana para mirar.
—¿Qué pasa? ¿Qué está pasando? —Levanto mis piernas hacia
mi pecho mientras observo con creciente ansiedad cómo Cody
básicamente se cae para vestirse.
—Pase lo que pase, no salgas de aquí hasta que regrese por ti. —
Me mira por un segundo mientras se pone la camiseta—. ¡Tú me
entiendes! —Su voz está al límite. Algo está definitivamente mal.
—Sí, te entendí—contesto. Observo mientras se pone las botas y
sale corriendo de la habitación.
Ahí está. Ha sucedido algo malo. Esto es con lo que tendría que
lidiar si me quedo con un motero. Peligro y miedo.
Espero a que regrese, pero justo cuando estoy a punto de
levantarme de la cama y caminar hacia la ventana, escucho que mi
teléfono suena. Tengo que buscar en la pila de ropa que tenía puesta
antes para encontrarlo, pero puedo hacerlo justo antes de que
termine la llamada.
Es Margot. Ella debe estar preguntándose qué está pasando. Ha
pasado un tiempo desde que estuvo aquí para ver cómo estaba.
—Hola Margot. ¿Qué está pasando?
Instantáneamente mi sangre se hela con el sonido de su voz.
—¡Honee ayúdame, por favor! ¡Oh Dios, ayúdame!
—¡Qué pasa! Margot, ¿qué pasa?
—Me va a matar. ¡Por favor, ayúdame! ¡Por favor!—ruega ella y
su voz está en carne viva.
Salto de la cama y me visto con lo primero que agarro.
—¿Dónde estás?—le pregunto y miro por la ventana en busca de
Cody. Me tengo que ir y ya.
—Estoy en la tienda, me estoy escondiendo. —Su respiración se
entrecorta mientras trata de decirme lo que está pasando.
—¿Llamaste a la policía? —Estoy tan asustada como ella. Esto no
puede estar pasando.
—Lo hice. Dijeron que no podían llegar. Escuché que la sirena
pasaba volando. —Ella gime—. Oh, Honee, está cerca—susurra.
Me tengo que ir y ya.
Capítulo 21

Cody

Salgo corriendo para ver a Devin, Wyatt y Brendan


esperándome. Ninguno de ellos parece feliz.
—Lo siento hermano, tenemos problemas—dice Brendan antes
de que me detenga por completo frente a ellos.
—Mierda, ¿qué está pasando?
—Smith, acaba de llamar. Tenemos que ir al centro. Tenemos una
identificación de Zion.
Estoy conmocionado. No pensé que sería tan fácil localizarlo,
especialmente después de que pasó tanto tiempo huyendo.
—En serio, bueno, esas son buenas noticias, ¿verdad? ¿Vas a dejar
que lo joda por lo que le hizo a Honee?—
—No, todavía hay que atraparlo, pero nos dejó un mensaje y no
te va a gustar. A Honee, tampoco—responde Wyatt.
Se me eriza el vello de la nuca. ¿Qué tiene esto que ver con
Honee?
—¿Por qué, que dice? —Me inclino más y espero a que me digan
por lo que voy a tener que pasar para proteger a mi mujer, sin
importar lo que sea.
Wyatt levanta su teléfono y escucho la voz de otra persona. Debe
ser Zion.
—Te subestimé. Te dije que no pelearas, y lo hiciste. Es posible
que te hayas escapado de mí esta vez, pero eso no significa que no
sepa lo que me debes. Uno mío por uno tuyo. Y por desobedecerme,
creo que castigaré a alguien que amas. Espero que estén tan
protegidos como tú. —Con ese mensaje críptico, la llamada finaliza y
miro a Wyatt para ver si tiene alguna otra información.
—¿Sabes algo de lo que está hablando?—pregunta Devin.
—Mierda, no. Pensé que teníais algo.
—No, eso es todo lo que sabemos, pero debe estar hablando de
alguien que Honee conoce. Necesitamos… —Justo cuando
estábamos tratando de averiguar qué estaba pasando, Honee salió
corriendo de mi cabaña hacia su coche.
—¿Qué demonios es eso? —Brendan la señala.
—¡Honee! ¡Detente! —Salgo corriendo tras ella, y el resto de los
muchachos me siguen. Solo me toma un segundo alcanzarla.
—Suéltame, tienes que dejarme ir. ¡Me tengo que ir! —Las
lágrimas corren por su rostro. No tengo idea de cómo se habría
enterado de lo que está pasando, pero es obvio que sabe algo.
—¡Honee, detente! Dime qué está pasando ahora mismo.
—¡Déjame ir! —Ella me grita y me empuja.
—Honee, pase lo que pase, lo que sea que escuchaste, es una
trampa. El hombre que te lastimó antes está tratando de que te
vayas. No puedo dejarte ir—dice Wyatt, tratando de exudar su
autoridad.
Ella entra en su espacio y me tenso, pensando que voy a tener
que interponerme entre mi hermano y la mujer que amo.
—Wyatt, harías cualquier cosa para proteger a tu familia,
¿verdad?—pregunta Honee y, por supuesto, Wyatt asiente con la
cabeza—. Entonces no puedes pedirme que no haga lo mismo. Lo
que él quiera, lo haré. Ella es todo lo que tengo.
Mi corazón cae y al instante sé de quién está hablando.
—¿Margot?
Honee asiente y comienza a retroceder.
—Wyatt, voy con ella. Consigue a todos y síguenos. —Retrocedo
y Wyatt niega con la cabeza.
—Cody, sabes que esto es una maldita trampa. Necesitamos idear
un mejor plan que simplemente correr allí a ciegas.
—No tengo elección, sabes que no la tengo. —Acelero el paso
mientras Honee corre hacia su coche. Entro con ella y observo cómo
mis hermanos regresan corriendo a la casa club, con la esperanza de
que todos se suban a sus motos y nos sigan. Tengo la sensación de
que voy a necesitar todo el apoyo que pueda conseguir.
Capítulo 22

Cody

En segundos, tenemos a todos detrás de nosotros, pero incluso


antes de que lleguemos a la tienda de ropa en la que está Margot, sé
que es demasiado tarde.
—¡Oh Dios, por favor! ¡No, no, no! —Honee se desvía un poco
cuando se da cuenta de lo que estoy viendo.
Sale humo oscuro de la tienda. Él le prendió fuego.
—Ella salió; debe haber salido—le digo, haciendo mi mejor
esfuerzo para mantener mi voz uniforme.
—¡No lo hizo! Dijo que se estaba escondiendo. —Honee llora más
fuerte y el coche se desvía de nuevo.
—Nena, detente.
—¡Qué! ¡No! No voy a detenerme. Tengo que llegar a Margot.
—No lo lograremos si te sales de la carretera y los muchachos
están detrás de nosotros. Ellos continuarán. —Agarro su muslo
cuando se desvía de nuevo.
—Ok, ok. —Ella se detiene y, tal como sospechaba, el resto de los
chicos pasan volando.
Rápidamente cambio de lugar con ella y piso el pedal a fondo.
Alcanzo a los muchachos justo cuando se están bajando de las
motos. Las llamas están ardiendo y no veo a Margot por ninguna
parte. Maldito infierno.
—¡Margot!—grita Honee. En lugar de correr directamente hacia
el frente de la tienda, corre hacia un lado.
—Honee, ¿adónde vas?—la sigo. No quiero que sea ella la que
encuentre a Margot si está tirada en el exterior del edificio o algo así
—. ¡Honee! ¡Espera! — Corro para seguirla. Ni siquiera lo vi hasta
que fue demasiado tarde.
—¡No!—grito justo cuando veo a Zion salir de detrás de lo que
parece un contenedor de basura. Él la estaba esperando. Saco mi
arma y apunto hacia él, pero él ya tiene a Honee por el cuello.
Como si nada más pudiera salir mal, se rompe un vidrio del
costado del edificio y un grito desgarrador vibra en el aire de la
noche.
—¡Sal de ahí! ¡Margot!—grita Honee mientras trata de soltarse
del agarre de Zion. Lo veo tratando de tirar de ella hacia un vehículo
todoterreno. Hay un matorral justo detrás de nosotros. No podré
pasar con el coche e incluso los muchachos en sus motos de calle no
podrán pasar.
—¡Joder! ¿Dónde está el maldito departamento de bomberos?—
grita Spark mientras todos mantenemos nuestras armas apuntadas
hacia Zion.
Otro grito resuena en el aire.
—¡Mierda! —Devin da un paso en dirección a Zion y Zion se
vuelve hacia la amenaza, asegurándose de mantener a Honee entre
los dos.
—¡Devin! ¡Alto el fuego! ¡No dispares!—le grito, sabiendo que no
hay forma de que le dé a Zion sin herir a Honee al mismo tiempo.
—¡Wyatt, me voy!—dice Spark desde detrás de todos nosotros.
Lo miro por un segundo. Está corriendo sin protección hacia un
edificio en llamas. Esto es como una maldita mala película.
Mi mente parece no poder averiguar a quién necesito respaldar.
Rescatar a mi mujer o salvar a mi hermano.
—Win, necesito esos ojos—grita Devin.
—Sí. ¿Dónde?—responde Winnie.
No sé de qué están hablando. Tal vez ser nuevos reclutas al
mismo tiempo los había unido.
—Los eslabones —grita Devin y en el siguiente segundo escucho
un pop.
—¡Spark! ¡Vete de ahí!—grita Brendan desde un lado. Me giro
para buscar a mi hermano. El fuego está empeorando y ya no
escucho a nadie gritar adentro.
—¡Mierda! ¡Está en movimiento!—grita Wyatt y vuelvo la mirada
para ver a Zion tirando de Honee con él hacia los árboles. Un chorro
constante de aceite sale del pequeño todoterreno. Winnie había
disparado la maldita cadena de eslabones, haciendo imposible que
Zion lo usara para escapar.
—¡Cody! ¡Rescata a tu mujer!—grita Wyatt y se gira para buscar a
Spark.
—¡Winnie, Devin, conmigo!—llamo y es una persecución.
—¡Quítate de encima!—grita Honee. Corro detrás de ella,
entrando en pánico a medida que se adentran más en los árboles.
—¡Cody!—me llama Winnie, pero no puedo molestarme en
mirar. Necesito mantener a Honee dentro de mi línea de visión. No
sé qué haría Zion si los pierdo.
No escucho a nadie detrás de mí. Sólo puedo ver delante de mí.
Solo puedo ver a Honee alejarse más y más de mí.
Un estruendo se dispara detrás de mí. Suena profundo, como si
viniera del interior de la tierra. Estructural. Me pregunto si eso
significa que el edificio se derrumbó. Me pregunto si eso significa
que Spark está muerto.
—¡Abajo!—escucho a Devin gritar, y solo entonces veo a Winnie
y Devin venir desde lados opuestos. Lo han flanqueado mientras yo
seguía avanzando por la parte de atrás. Zion no tiene adónde ir
cuando Winnie los derriba al suelo. Avanzo más rápido para llegar a
ella mientras los dos alcanzan a Zion.
Finalmente, con mis manos alrededor de ella, siento que puedo
respirar. El caos de los últimos minutos empieza a calmarse, aunque
sea mínimamente.
—¿Estás herida? ¿Honee? —Paso mis manos sucias por su cara.
—¿Margot? ¿La encontraste? —Tiene un poco de sangre en la
cara debido a que los árboles la golpearon, pero además de eso,
parece que está bien.
—No sé—le respondo—. Devin, tráelo. La policía llegará pronto.
Ellos se encargarán de esta mierda. —Zion intenta pelear, pero no es
rival para los dos. Ahora tenemos que volver corriendo para ver
cómo están Margot y Spark.
Es una escena de una película de Armageddon. Todo el edificio
se había derrumbado, pero estoy feliz de ver que tanto Spark como
Margot lograron salir.
Los bomberos y la policía ya han comenzado a tratar de apagar el
fuego. Corro hacia Spark, esperando que esté protestando, en lugar
de eso, está cubierto de hollín y en silencio.
—No, ¿él está bien? ¡Dime que está bien!—le grito a Wyatt, que
está arrodillado cerca de él hablándole en voz baja. Los paramédicos
apartan a Wyatt del camino y comienzan a trabajar en mi hermano,
que aún no responde.
—¡No! ¡No! ¡Oh, Dios, no! —Me giro para ver a Honee
desmoronarse cuando los paramédicos comienzan a hacerle RCP a
Margot. Ella había dejado de respirar. Las cosas van de mal en peor.
Por encima de todo, el rugido del fuego, los gritos de mi mujer, y
hasta las sirenas de los oficiales, hay un sonido que es más fuerte que
los demás. La risa de Zion.
Me alejo de la escena frente a mí y avanzo amenazante hacia él.
—¿Esto es lo que viniste a hacer aquí? ¡Pedazo de mierda! Kim
sabía lo que estaba haciendo. Sabía que eventualmente se hundiría.
Estás enojado con la maldita persona equivocada. ¡Maldito imbécil!
—grito y casi por voluntad propia, mi mano se retira y empiezo a
lanzar mis puñetazos a su cara. En menos de un mes, este hombre ha
cambiado mi vida.
—¡Cody! Suficiente. ¡Tienes que parar! —Winnie me agarra y tira
de mí, tratando de que deje de golpear al hombre. Si no lo hubiera
hecho, estoy seguro de que lo habría golpeado hasta matarlo.
La policía es la siguiente en llegar. Ellos alejan a Zion.
—Me aseguraré de ir a verte una vez que regrese. Todavía estás
en deuda conmigo. Siempre cobro. —Zion me mira mientras la
policía lo esposa.
—Cody, tienes que arreglarlo—me dice Devin, sin aliento.
Niego con la cabeza y trato de concentrarme en él. Ahora qué.
¿Qué está pasando?
—¿Qué?
Señala a Honee; ella está inclinada sobre Margot, llorando.
Le había fallado. Le dije que confiara en mí, y porque lo hizo,
destruí su vida.
Su paz, junto con su mejor amiga, se ha ido.
Epílogo

Cody

H
— ermano, sabes que tienes que ir. No te rindas con esto—dice
Wyatt desde la puerta de mi habitación.
—Para qué. Básicamente he destruido su vida. Ella no me quiere
allí.
—Cody, sabes...
Lo escucho gruñir, y cuando me doy la vuelta, veo a Dela
abriéndose paso a empujones.
—¿La amas, Cody?
Suspiro y pongo los ojos en blanco.
—No es tan simple, Dela.
—No, es exactamente así de simple. La amas y ella te ama. Por
supuesto, tu vida nunca será tan simple como la de un trabajador de
cuello blanco, pero ella no se enamoró de alguien que trabaja de
nueve a cinco. Se enamoró de ti. No puedes renunciar a ella ahora,
Cody. —Dela se para frente a mí, con las manos en las caderas y una
mirada de enojo en su rostro.
—No me rendiré, Dela, pero no puedo seguir lastimándola. No
quiero hacer eso. —Miro a Dela. Ella debe ver, tiene que saber que
prefiero estar solo y ser miserable que lastimar a Honee.
—Deja que ella tome esa decisión, Cody. Va a enterrar a su mejor
amiga hoy. Está sola. No la hagas pasar por esto sin ti. Si no te quiere
allí, deja que te lo diga. —Me frota la cabeza antes de tirar de mí en
un abrazo. Dejé que parte de mi incertidumbre fluyera hacia ella. Sé
que tiene razón y por más difícil que me resulte escuchar a Honee
decirme que no me quiere; tengo que dejarla hacer eso.
Me levanto de la cama y camino hacia mi armario para sacar mi
conjunto

negro. Es hora de que presente mis respetos.


Todo el club monta hacia el cementerio, donde hay un pequeño
servicio para Margot. Ella tenía muchos amigos. Todos mantenemos
nuestra distancia. No veo a sus padres, pero veo a Honee. Incluso
desde donde estoy, puedo ver que su cara está roja. Levanta la vista
una vez y me mira a los ojos, pero no se levanta para venir a mí. Me
quedo allí para el servicio y una vez que todos salen, Honee se dirige
hacia mí.
Ella se para frente a mí, fulminándome con la mirada.
No quiero dar marcha atrás, pero está claro que ella no me quiere
aquí.
—Solo quería presentar mis respetos—le digo, tratando de
incitarla a decir algo.
—¿Dónde has estado?—me pregunta Honee, confundiéndome
muchísimo.
—¿Qué? Quiero decir, he estado en casa.
—¿En casa? ¿Has estado en casa? —Su voz se quiebra y una gran
lágrima rueda por su rostro—. ¿Me dejaste hacer esto sola y estabas
en casa?
—Honee, no pensé que me quisieras cerca. Puede que no la haya
encerrado allí o encendido el fuego, pero esto solo sucedió por mi
culpa. Por mi club. Mi asunto. Mis problemas—admito ante ella.
—Entonces, ¿dónde encajo yo? Porque en este momento, cuando
hay una dificultad tan grande, simplemente te has rendido.
La agarro.
—¡No, nunca! No quiero rendirme. Te amo, Honee. Te quiero
para siempre. Simplemente no quiero lastimarte más.
—Entonces no lo hagas. Quédate a mi lado y deja de hacerme
enfrentar las cosas sola. Estoy contigo, pero solo si estás conmigo—
dice y levanta la barbilla.
—Joder, te amo. —Me inclino y presiono un beso en su boca. Ella
me lo devuelve, pero no lo profundiza. No pensé que lo haría. Seré
lo que ella necesite que sea.
—Yo también te amo, Cody.
Agarro su mano y caminamos de regreso a la tumba. La mayor
parte de la gente se ha ido. Ahora son solo algunos rezagados, mi
club y Honee. Todo está jodido en este momento, pero no puedo
evitar estar feliz de que todavía tengo a mi mujer.
Epílogo

Spark

Dolor.
No siento nada más que un dolor en carne viva cuando la
enfermera me pone de costado. No puedo abrir los ojos. No importa
cuánto lo intente, no pasa nada. Soy un prisionero en mi propio
cuerpo. No puedo responder, ni moverme, pero puedo sentir el
dolor.
Escucho gente hablando, pero nadie me habla.
¿Qué carajo está pasando y cómo puedo salir de mi miseria? Solo
quiero que esto termine.
El fuego me come la piel. ¿Todavía estoy atrapado en el edificio?
¿No lo logré? Tal vez esto es el infierno. Tal vez esto es lo que
merezco. Después de toda la mierda que he hecho. El infierno es una
misericordia.
La enfermera deja que mi cuerpo se desplome sobre la cama y
rujo de dolor. Estoy gritando a pleno pulmón en mi cabeza, pero mi
boca no se mueve. Me pregunto cuánto tardarán en darse cuenta de
que todavía estoy aquí.
Fin
EL CONO del SILENCIO
Traducción

Colmillo
Corrección

La 99
Edición

El Jefe
Diseño

Max
Notas

[←1]

Es un líquido para rociar y defenderse del


fuego.
[←2]

Hablamos de esta prenda. En algunos países se conoce como


picardías.

You might also like