You are on page 1of 28
T Talal oieel Ulrich Brar Modo ne phestelvervl El concepto de modo de vida imperial El hecho de la hegemonia presupone que se tienen en ctenta los intereses y las tendencias de los gruprs sobre 0 cuales se va a ejercer Tahegemonsa (..). Antonio Gramsci Su definicion La reflexi6n central en la que se basa el concepto modo de vida im- perial es que son las relaciones sociales y con la naturaleza en otras partes del mundo las que hacen posizle el modo de vida cotidiana en Jos centros capitalistas: a través del acceso practicamente ilimitado ala fuerza laboral, los recursos naturales y los sumideros, es decir, aquellos ecosistemas que reciben, anivel global, més de cierta sus- tancia de lo que producen (por ejemplo, las selvas tropicales y los ‘océanos en el caso del CO2).' El factor decisivo para la vida en los 1 Fsbria que discutirel problema de los conceptos recursos y sumideres, ya que, desde ¢ punto de vista terminologico, abarcan unconcepto dela naturaleza externa al ser hhumano, Los elementos de esta tltima ne representan recursos y sumideros per Sevsing solo cuando se refieren a determinadas necesidades sociales que varian a Tollargo dela historia, Las reservas que poérfan tenerse contra el termino mano de bra Son parecidas. Separar a una petsonade su any de wiva cs wine sbatroccién txpecificamente capitalists. A diferencia d= un sefor feudal, el empresario capita: Tist no dispone de la persona entera, sino Gnicamente de su. mano de obra. Con estos comentarios en mente, seguiremos atilizando los términos porque, de otra tanera los contextos que nos interesan serian muy dificiles de tematizar y porque fu uso tiitico analitco puede hacer Visibl el cardcter instrumental y seforial de 7B ULRICH BRAND - MARKUS WISSEN centros capitalistas es la maxera como las sociedades en otras partes del mundo (en particular, en el Sur global) estin organizadas y cud] es su relaci6n con la naturaleza, ya que de esto depende garantizay Ja transferencia de la fuerza laboral que requieren las economias del Norte global. Asi, el modo ¢e vida imperial en el Norte global tiene una fuerte influencia de cardcter jerdrquico sobre la estructura de Jas sociedades en otros higares. Esta expresién tan indeterminada “en otros lugares” se utiliza de forma intencional. La procedencia de la materia prima que utiizamos se utiliza para producir electro. domésticos, aparatos médicos o la infraestructura del transporte, as{ como el suministro de agua y energia, las condiciones laborales cen las cuales se extrae la materia prima o se producen textiles y ali- mentos, asi como la energie necesaria para ello, no estin visibles a la hora de comprar, consumir y utilizar productos de uso cotidiano, incluyendo productos culturales, por ejemplo, los medios impresos y digitales. Es esta invisibilidad de las condiciones sociales y ecolé- ggicas la que causa la sensacin de normalidad cuando compramos y consumimos productos. “Food from nowhere” es como denominé el sociélogo agrario Philip McMichael (2009) esta estrategia de opa- car la procedencia y el modo de producir alimentos, con la cual la disponibilidad ilimitada por espacio y tiempo de estos productos se convierte en una condicién normal. Las fresas chinas que sirven en invierno en las escuelas alemanas, los tomates cultivados por mi- grantes ilegales andaluces para el mercado noreuropeo o los cama- rones producidos para el cnsumo en el Norte global en criaderos que destruyen los manglares tailandeses o ecuatorianos son solo algunos ejemplos. El concepto modo de vida imperial que proponemos hace re- ferencia a las normas de produccién, distribucién y de consumo que estén profundamente arraigadas en las estructuras y practicas Tas rolacionce (naturales) dela sociedad capitliota Adcmba, podviamoa Tacorporat ‘en el concepto modo de vida imperial un componente temporal, porque la reproduc Bourdieu (987: 735). © Kramer (2016: 29). 79 factores, al otorgar valor ala mano de obra y la productividad na. tural en otros lugares y transferir los valores producidos a los cen. tos. De esta manera se vinculanlas diferentes condiciones de vida a través del intercambio de mercancias, y no solo con productos finales, sino también con productos precursores como materias primas. “Un tractor o un motor de traccién no serfan factibles si no existieran formas desigualés de asignar precios al tiempo hu- ‘mano y al espacio natural en la sociedad global’, en palabras de Hornborg (2010: 43). Marx ya habia advertido que la materia prima barata era esencial para el desarrollo capitalista, por un lado, por la transferencia de valores hacia los centros capitalistas que implica y, por el otro lado, por la importancia de la caida de los precios de las materias primas como “contratendencia” a la caida de la tasa de beneficio (MEW, 25: 115 y ss). A estas formas de transferencia de valor mediada por el mer- cado se suman las expropiaciores por vias politicas, jurfdicas 0 ‘mediante el uso de violencia, por ejemplo, la privatizaciOn de patri- ‘monio piblico. Son consecuencia de una presién casi invisible que ejercen empresas y consumidores en el Norte global. Por lo gene- ral, van acompafiados de procesos de expulsion, empobrecimiento y destruccién medioambiental. A veces, el acto de declarar determinadas regiones como su- mideros de CO2 o de reducir los ecosistemas a su funcién de ab- sorber COa tiene elementos de expropiacién y de intercambio me- diado por el mercado. Por ejemplo, si una tierra en el Sur global que es utilizada por campesinos para la agricultura extensiva de repente se declara “tierra baldia’, y el derecho consuetudinario al que estaba sometido se reemplaza por un sistema judicial formal que marginaliza a las personas que solian usar esta tierra, enton- ces se trata de un acto de expropiacién (Cfr. Newell y Paterson, 2010: 132-133). Si este mismo lote de tierra posteriormente se ven- de a un consorcio de energia del Norte global que lo utiliza para cultivar eucalipto con el fin de crear capacidades de reducci6n de COz y cumplir de esta manera con una parte de su obligacién de reducir las emisiones de CO2, la tierra se convierte en objeto del comercio internacional de emisiones. Se trata de un proceso HL CONCEFTO DE MODO DE\VIDA IMPERIAL mediado por el mercado. A través de un proceso de expropiacion segutido de la privatizacién y la integracion en un mercado global, tuna tierra que anteriormente se utilizaba de forma comunitaria se somete a una logica de valor de intercambio del capitalismo verde. Las personas que solfan utilizar es‘a tierra son marginalizadas, la complejidad ecolégica de la tierra en cuestién se reduce a una for- ma muy dudosa de prevencién del cambio climitico en beneficio de la consolidacién de normas de produccién y consumo del Norte global que destruyen la ecologia. De cierta manera, la metéfora poderosa de la “huella ecolégica” (Wackernagel y Beyers, 2010) expresa la distribucién desigual dal intercambio ecolégico, ya que las “huellas ecoldgicas” especificas de ciertos paises 0 grupos son muy diferentes y hacen visible cudes son las regiones que viven a expensas de otras. La apropiacion de recursos y capacidades laborales, en particu- lar del Sur global, asi como el aprovechamiento desproporcionado de los sumideros globales (los cuales también se encuentran en su mayorfa en el Sur global), asurren la forma de un intercambio mediado por el mercado y/o de una expropiacién juridica, politica o violenta. A nivel social, econémico y ecolégico estan marcadas por el poder y dominio de una manera muy desigual. No todos los seres humanos o grupos tienen las mismas posibilidades de acce- der a mano de obra y recursos en regiones externas. Ese acceso se da més bien a lo largo de diferentes lineas de desigualdad: clase, género y atributos racializados, en particular a lo largo de las rela- Ciones neocoloniales Norte-Sur. La dimensi6n imperial Norte-Sur se manifiesta en las formas seftor.ales y, con frecuencia, destruc. tivas de aprovecharse del hombre y de la naturaleza. Dimensiones conceptuales El concepto de modo de vida imperial tiene diferentes dimensio- nes contrarias a los nivcles conceptualea del “actuar cotidiano” y de la “estructura social”. Las dimensiones conceptuales se refieren a aquellos aspectos que pueden ayudar a analizar, criticar y cam- biar el cardcter imperial de determinadas normas de consumo y al ‘ULRICH BRAND - MARKUS WISSENY produccién. Al mismo tiempo, laman la atencion sobre las fuel te6ricas que alimentan el concepto modo de vida imperial, Valorizacién, acumulaci6n y reproduccién El desarrollo del capitalismo glebal y su estabilidad relativa en de. terminadas fases estin estrechamente vinculados con el moda de vida imperial. Los beneficia:ios fueron, primero, las personas adineradas y los propietarios de los medios de produccién en los centros capitalistas y, después, también grandes porciones de asa. lariados. Las logicas coloniales se encuentran a lo largo de toda la historia de desarrollo del capitalismo. Entre los beneficiarios estén grupos més o menos grandes en los paises del Sur global que abar- can desde miembros de una pequena élite hasta personas de las clases medias, De esta forma se estructuran las relaciones sociales, yas relaciones sociales con la naturaleza no solo en los centros capi- talistas, sino también en las colonias o en paises que producen para Ja vida en regiones externas bajo circunstancias particulares a nivel econémico y politico, asi como a nivel de la organizacién laboral y del espacio natural La dindmica capitalista se desarrolla en condiciones de compe- tencia en el mercado global. Adsmis, es asegurada y regularizada por el Estado y por la politica internacional. Las empresas buscan Jas mejores condiciones para la valorizacién del capital y, como en- fatizan Marx y Engels en el “Manifiesto’, el capital tiende a crear el mercado global (MEW, 4: 465-466). La mercantilizacion de la mano de obra y la naturaleza es un elemento importante de la ex: pansion capitalista. Desde el principio tuvo una dimensién supra- regional hasta global. Por lo tarto, el capitalismo siempre implica la valorizacién o el acaparamieno de tierras dentro de sociedades y mis alla de ellas (Luxemburgo, (970; Harvey, 2005; Dirre, 2013) y est estrechamente relacionado con el (neo)colonialismo y racismo (Chakrabarty, 2010; Mezzadra, 2012). Los conceptos de valorizacién y acaparamicnto de ticrras describen aquel momento cn la diné- mica del modo de produccién capitalista que se puede observar en Ja relacién entre el capitalismo y su exterior, los entornos no capi- talistas; estos ‘ltimos se refierea tanto a regiones y paises como a ELCONCEFTO DE MOO DE VIA IMPERIAL Ambitos de la sociedad -como infriestructuras sociales y fisicas, asi como necesidades y actividades humanas-. El momento de la acummulacién que esté relacionado con la valorizacién se refiere, en cambio, a la generacion de plusvalia en el proceso de produccién, |a realizacién de plusvalfa en la esfera de la circulacién y el creci- ‘miento del capital invertido. Se trata de un proceso intracapitalis- ta que se vuelve posible por la tenidencia expansiva del capital (Cf Gorg, 2004). Desde la perspectiva del concepto modo de vida imperial -y aqui nos apoyamos en la teorfa de la regulacién (Atzmiiller et al, 2013) cabe resaltar dos aspectos:” en primer lugar, la acumulacién capi- talista siempre implica la producciéa y el consumo. Una acumula- cién funcional requiere una relacién equilibrada entre una norma de produccién y una norma de consumo, como en el caso de los productos estandarizados y permanentes para las masas (autos, te- levisores, lavadoras, heladeras, etcétera) en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la era del fordismo (véase capitulo 2) {A través del consumo de mercancie producida en el sistema capi- talista, la reproduccién de la mano ¢e obra se convierte en un “mo- ‘mento interno del ciclo del capital” (Sablowski, 2010; ofr. Steckner y Candeias, 2014). En segundo lugar, el equilibrio entre la norma de produccién yla norma de consumo no se genera necesariamente, ni de forma automética, Mas bien, es un posible resultado de las Iuchas sociales, asi como de la institucionalizacién estatal y social de las relacio- nes de poder y de los acuerdos, que son producto de estas luchas. En el fordismo, por ejemplo, los logros de la lucha del movimiento obrero con respecto a un estado del bienestar y la vinculacién del desarrollo salarial con el aumento de la productividad fueron ele- ‘mentos centrales del “modo de regulacién”, que no solo causaron un aumento significativo del bienesiar social en los paises del Norte global, sino que también lograron que la clase obrera de esos pafses participara en este aumento del bienestar, un fendmeno desconoci- do hasta ese momento. 7 fren particular Aglietta (1979: Isty ss), 33 [ULRICH BRAND - MARKUS WISSENY De esta manera, se sentaron las bases para una generalizacién social del modo de vida imperial, que antes habia sido el privile. gio de las clases altas y media. Al mismo tiempo, la reproduccién de una mayoria de la poblacién se volvié dependiente, de miiltiples ‘maneras, de que las relaciones imperiales funcionaran: primero, con respecto a la relacion neocolonial Norte-Sur, los recursos para Ja fabricacién y el uso de los bienes necesarios para la reproduccién (minerales, petr6leo, materia prima agricola) fueron extrafdos o cul- tivados por mano de obra barata en el Sur global; posteriormente, en el marco de la “nueva divisién internacional del trabajo", como dicen Frébel, Heinrichs et al. (1977), en los sectores que requiezen mucha mano de obra, como la industria textil, se externalizé el pro- ceso de produccién a los paises del Sur global. En segundo lugar, se manifestaron las dependencias de las relaciones sociales con la na- turaleza, en la medida que la minerfa, la extracci6n de petréleo, asi como la produccién y la agricultura industrial, con frecuencia, eran devastadoras desde el punto de vista ecolégico y les quitaron las ba- ses de existencia a las formas alternativas de la economizaci6n en el Sur global. En tercer lugar, el modo de vida imperial se inscribié en las relaciones de género, en la medida en que la generalizaci6n for. dista de las condiciones salariales benefici al obrero y al empleado masculino que fungia como “sustentador de la familia’, mientras que las mujeres realizaron trabajos no remunerados de cuidado y atencién y/o fueron contratadas como trabajadoras sin formacién en la produccién de equipos de audio y video y de electrodomés- ticos (Schmidt, 2013). Por lo taato, el proyecto de vida androcén- trico y eurocéntrico de una “masculinidad hegeménica” constituye una parte integral del modo de vida imperial, como se plantea en Aulenbacher ef al. (2015: cap. ©). Por altimo, a esto se suman el racismo estructural y el neocolcnialismo que se manifiestan en el desprecio de la mano de obra er. el Sur global, que justifican la ex- plotacién y la represién y crean an sentimiento de superioridad en las sociedades del Norte global (Said, 1981). Entonces, como advierte Stephan Lessenich (2016: 69), laexternalizacion de los costos mate- riales sociales y ecolégicos “va de la mano con procesos simbélicos de la marginacion y experiencias de desprecio[..] con practicas que EL CONCEPTO DE MODO DE VIDA HAPERIAL incluyen traspasar la carga e inverir la culpa, proyectando la res- ponsabilidad de los dafios a los misnos afectados”.® ‘A través de la norma de produc:i6n y de consumo, la reproduc- cin de los individuos se convierte en un momento constitutive del modo de vida imperial, en su requisito y su resultado. Una caracté ristica esencial del capitalismo es ladependencia de la reproduccién de la mano de obra del mercado: “liberado” de los medios necesa- rios para garantizar la propia existencia (tierra, medios de trabajo), y desprendido del contexto comunitario de una “economia moral” (Thompson, 1980a), la mayorfa de las personas se ven forzadas a vender su mano de obra en el mercado para poder vivir. Al mismo tiempo, esta necesidad las obliga a asumir el modo de vida imperial, en la medida que el proceso de produccién en el cual generan sus ingresos y la mercancia que necesi'an para su reproduccién se ba- san en la apropiacién desequilibrada de mano de obra y naturaleza cen regiones externas. Sin embargo, las condiciones estructurales que obligan a adop- tar el modo de vida imperial, que a veces causa sufrimiento y des- trucci6n en otros lugares, no necesariamente se perciben como ta- les, sino, en muchos casos, como una ampliacién de la gama de opciones de actuar (Graefe, 2016: 43). Para muchas personas, el modo de vida imperial significa la posibilidad de una vida plena desde el punto de vista subjetivo. La apropiacién desequilibrada de ‘mano de obra y naturaleza permitela produccién que genera ingre- s0s, asi como la adquisicién de productos (electrodomésticos, autos, smartphones, etcétera) que pueden hacer la vida cotidiana mas facil ayudar a vivirla de una manera mis agradable. Adernés, amplia el abanico de las actividades de recreoy de los destinos de viajes acce- sibles y genera seguridad real o al menos la sensacién de seguridad en situaciones de crisis. Ademés, la coerci6n estructural para adoptar un modo de vida imperial varia dependiendo del Estado nacional, de la clase, del génern y de la raza de una persona. Mientras algunas persn- nas pueden sustraerse a esta coercién, por ejemplo, comprando ® Véanse tambi los capitulos 2y 8 de Mastarrat, 2016 35, ‘ULRICH BRAND - EARS WISSENT alimentos regionales y de temporada, otras disponen de otras dis. ponen de una capacidad de actuar limitada, sobre todo cuando se trata de la estructura de su cotidianidad laboral, del consumo o de las condiciones sociales. Las personas con ingresos bajos y poca capacidad econémica o que viven del seguro de desempleo 0 de transferencias sociales solo pueden participar del bienestar social en la medida en que se benefician de las malas condiciones labo. rales y la explotacion de la naturaleza en regiones externas, por ejemplo, cuando compran ropa 9 alimentos baratos. or lo anterior, el modo de vida imperial es al mismo tiem. po necesidad y promesa, obligacién y requisito de la vida y de la participacion social, La relacion entre obligaci6n y facilitacion, ast como la capacidad de actuar libre de cualquier obligacién, es va- riable y depende de la posicién social del individuo. La posicién no determina las acciones, pero si el marco dentro del cual se puede actuar, es decir, determina el abanico de las opciones que tiene el individuo para actuar. Entonces, lo particular de la perspectiva que proponemos es que hace visible la reproduccién extensiva de Jo cotidiano a través de las condiciones basicas estructurales que restringen y abren posibilidades. Estas condiciones se crean coti- dianamente a través de las acciones de las personas. Hegemonia y subjetivacién EI modo de vida imperial va de la mano con determinadas ideas, sobre el progreso que tienen su néicleo material en el desarrollo de las fuerzas productivas: las computadoras deben ser cada vez mis potentes y los alimentos cada vez més baratos, sin tomar en cuenta las condiciones sociales y ecolégicas bajo las cuales se pro- ducen. Si estas ideas se basan en una coherencia entre las normas de produccién y de consumo, es decir, si corresponden con la di- ndmica de la acumulaci6n capitalista y se logra externalizar sus consecuencias negativas, entonzes es dificil cuestionar el modo de vida imperial porque es de cardcter hegemdnico: es arnplianente aceptado, esté asegurado a nive. socioecon6mico y politico-institu- ional, y esté profundamente arraigado en las practicas cotidianas de las personas. 86 ) 1 EL CONCEPTO DE MODO DE VIDA IMPERIAL Para Antonio Gramsci, el concepto hegemonfa se refiere a una constelacién de dominio en la cual existe un amplio “consenso de Jos gobernados” (t: 101). Los elementos materiales e intelectuales del consenso son estabilizados por la “racionalidad cotidiana’ (3: 372) porla cual las dimensiones centrales de dominio social parecen ser incuestionables y naturales, y por lotanto no parecen ser una forma de dominio. Las relaciones sociales existentes son aceptadas por la ‘mayoria de los individuos y los actores colectivos (como empresas y sindicatos, aparatos estatales y medios, etcétera) o incluso se repro- ducen activamente y se vuelven parte de las cosmovisiones y de las atribuciones de sentido. La hegemonia tiene, en primer lugar, una dimensi6n estratégi- ca: se refiere a la capacidad de la clase dominante de generalizar sus intereses y cosmovisiones. Las clases subalternas se apropian de los intereses de la clase dominante (por ejemplo, en el crecimiento y la competitividad) 0 se ven obligadas a apropiarse de ellos, depen: diendo de la posicién social. De esta manera, el interés de los do- ‘minantes se convierte en interés comin, en una idea ampliamente compartida sobre lo que la sociedad considera “normal” o incluso natural"; entonces, la clase dominante se convierte en “Iider”. Esto no sucede por seguir algiin plan mzestro, sino a través de conflictos entre diferentes fracciones de la chse dominante, asi como entre esta clase y las subalternas, Un elemento material central de la hegemonfa, como apunta Gramsci (22) en su andlisis de “Americanismo y Fordismo”, consis te en que una organizacién determ:nada del proceso de produccién, ylaimposicién de una norma de consumo correspondiente generan regularidades por las cuales muchas acciones individuales se vuel- ven previsibles. Con el homo economicus se formé una imagen de la humanidad que ubicaba la orientadén hacia el valor de cambio y la competencia en la naturaleza humena (6H, 10: 1356). "Esta naturali- zacion ahistorica de los patrones coaductuales predominantes” -en palabras de Habermann (2co8: 126)— también es un producto de las ciencias econ6micas predominantes: influidas por la impresion del modo de produccién capitalista, y que contribuye con sus traba- jos a la constitucién de aquellos sujetos que pretende describir. a7 ULRICH BRAND - MARCUS WosSEN En la imagen de la humaniéad del homo economicus se mani. fiesta la segunda dimensién de la hegemonia: el ya mencionado consenso de los gobernados no aiecta solamente a la “gran politica’, sino también al modo de vida y a la racionalidad cotidiana. Abarca las orientaciones pricticas de los miembros de la sociedad en sus situaciones particulares de vida. Por consiguiente, la lucha por la hhegemonja no solo es estratégica, sino que se manifiesta sobre todo en la vida cotidiana con sus sobreentendidos y rutinas que forman la base del modo de vida imper.al: el uso del automévil, el suetio. de una casa propia, la compra de tecnologia econémica de entrete. nimiento y comunicacién... No basta con actuar de manera estra- tégica si los intereses perseguidos no se convierten en pricticas y rrutinas que, por su parte, estén relacionadas con las condiciones de vida y las orientaciones. En este sentido, la hegemonia es una practica material y simbélica que abarca “las iniciativas cotidianas de muchos individuos y grupos sociales que, a través de la sumision activa a las costumbres compartidas de los grandes colectivos, reve- Jan que aprueban el dominio” (Lernirovic, 1997: 257). Una idea de dominio, de acuerdo con la teoria hegeménica que Je atribuye gran importancia a la racionalidad cotidiana y a las pric- ticas cotidianas, al mismo tiempo amplia la vista a los sujetos que se someten al dominio, asi comoa la manera en que lo hacen, y por consiguiente a los procesos de subjetivacion a través de los cuales, el domino se produce y se estabiliza, pero también puede ser cues- tionado? $i el dominio, en vez de solo obligar, disciplinar y someter a los individuos, toma en consideracién sus deseos y anhelos, se vuelve parte de la identidad individual, la modula y se vuelve mas eficiente. Ya no es algo externo alos individuos, sino que utiliza los mecanismos con los que ejerce un efecto sobre si mismo, es decir, el domino puede desarrollar su efecto precisamente porque no es percibido como dominio. Para ilustrar lo anterior con un ejemplo, pensemos que el capita- lismo apela a los individuns en s1 calidad de individuos que acttian 9 Véanse, por ejemplo, Bréckling etal. (2300), Boltanski y Chiapello (2003), Foucault (2006), Ludwig (201), Ludwig (2012) 5 Weltzer (201) 88 EL CONCEPTO DE MODO DE VIDA IMPERIAL racionalmente y que son responsalles de su éxito 0 fracaso. En su fase neoliberal enlaza con la critica que expresaron con una inten- cién emancipatoria los nuevos mov-mientos sociales de las décadas de 1960 y 1970 a los rasgos patriarcales e imponentes que marca- pan el Estado y la sociedad en el fordismo. Ademis, transforma esta critica en un momento de modernizacién propia. Mientras los pro- yectos de vida y las posibilidades de consumo se multiplican para tuna parte de la poblacién, la competencia y la desigualdad social se intensifican, Una competencia cestructiva por el emplazamien- toy el estatus intensifica la apropiacién desigual de mano de obra y maturaleza y, con ello, el modo de vida imperial se convierte en normalidad. Como forma predominante de la subjetividad en el ca- pitalismo neoliberal, el “yo empreserial” internaliza los imperativos neoliberales del capitalismo de medo tal que hace desaparecer su cardcter seorial. La subjetivacién también tiene una dimensién corporal. Clase, género y raza (como ya lo habfamos mencionado arriba con Pierre Bourdieu) se convierten en cuerpos, se inscriben en la manera de ‘moverse, de sentir y en los gustos.” El dominio se vuelve al mismo. tiempo “natural”, Se reproduce en el deseo de marcar diferencias a través del consumo, de asegurarse de la propia posicion social y de autorrealizarse, Como indicé Stefanie Graefe (2016: 43), esta forma de autocercioramiento y distincién va cobrando més importancia, sobre todo en tiempos en los que aamentan las situaciones que re- presentan un peligro social. A través del consumo se convierten en un motor del modo de vida imperial ‘Asi como se establece una coherencia entre la norma de la pro- duccién y la norma del consumo, la subjetivacién y la hegemoniza- cién no son procesos en los cuales ‘el capital” simplemente crea los sujetos y practicas cotidianas que cumplan con sus exigencias. Se trata mas bien de una lucha ena cval las personas tienen que llegar a acuerdos entre sus propios deseos y las posibilidades sociales, sin contar con los mismas recuirens de poder. Ademés, la hegemonia y la subjetivacion nunca son totales. Los reclamos del derecho de "© Véase también Ludwig, 2011 89. ULRICH BRAND - MARKUS WISSEN participacién y los conceptos de justicia que forman parte de es se pueden expresar més bien de una forma reflexiva que critica condiciones sociales. Tal puede ser el caso cuando las promesas Ja vida imperial se vuelven inaleanzables para cada vez mas pery nas, 0 cuando el consumismo que causa malestar y suftimiento superpone a los posibles beneficios de la distincién. Estudios cientes (en la sociologia laboral) acerca de las patologias de la jetividad neoliberal revelan que es posible que muchas personas hayan llegado a este punto." ‘Ademis, en relacién con el concepto de habitus, mencionado an. teriormente, se podria plantear la pregunta: gen qué tipo de sit cién ya no se puede vivir el habito? ZA partir de qué momento exigencias y deseos ya no se pueden cumplir? Probablemente es caso en tiempos de crisis, pero también puede ser el resultado muchas preocupaciones cotidiaias menores, de nuevas experi cias 0 el momento de ya no querer vivir asi (que a veces se mani- fiesta en pequefios cambios de ‘a vida cotidiana de los individuos, generalmente temporales, pero que también pueden consolidarse y tener efectos sociales). Pensanco mis all de Bourdieu, la desazén sobre el h4bito también puede estimular la politizacién de las con. diciones actuales y la bitsqueda de alternativas. Pero, aun asf, no existe ning’in automatismo entre la experien- cia cada vez més frecuente de desigualdad y una conciencia so- ial reflexiva que se traduce en practicas emancipatorias. Muchas formas de politizacién, sobre todo derechistas, son imaginables, Ademés, como demuestra el desarrollo politico desde el afio 2008, las situaciones de crisis se pueden estabilizar precisamente a través de un apoyo estatal a las pricticas que constituyen el modo de vida " Neckel y Wagner (2013), Eversberg (2014), Lessenich (2014), Graefe (2016). " Frecuentemente se criticé que Bourdieu soo se fijaraen la prictica inconsciente de los seres humanos y que, por lo tanto, no tomara en consideracion los potenciales iis pasives 7 propion la faute)cflenion los procezos de aprendiznje acerca de esta y otras critica, of. Sonderepger aoro: 22-28) esta critica se contrapone, des- pués de una lectura mas “rsistente” ce Bourdieu, que para él “en un sentido muy specific las estrategias de poder y lasestructuras setioriales siempre se conocen ¥ se podrlan expresar y ser ulizadas cuando las circunstancias son suficientement= critics o urgentes (desde el punto de sista de los agentes)" (Sonderegger 2010: 27). 90 FLCONCEPTO DE MODO DE VIDA IMPERIAL imperial, por ejemplo, al intentar estimular la venta de autos ofre- ciendo una prima por desguace, o bajar los precios de los productos agricolas industriales por medio delos tratados de libre comercio. Por otro lado, las experiencias de desigualdad abren un espacio ala discusién social y politica scbre posibles alternativas que no existe de esta forma mientras las promesas del modo de vida impe- rial se vuelven realidad para muchas personas o al menos parezcan alcanzables, es decir, mientras las crientaciones predominantes es- tén integras y sean consideradas normales. En esta situacién, el reto principal para las fuerzas emancipstorias (retomaremos este tema en el ultimo capitulo) consiste en identificar las ideas 0 lo que que- dé de una “economia moral” (Thompson, 1980a) y utilizarlas para crear modelos atractivos para una vida que sea buena y justa desde el punto de vista ecol6gico y social. Jerarquizacién Como habiamos indicado anteriormente, aunque hablamos del modo de vida imperial en singular, este se reproduce a lo largo de miltiples lineas divisorias (entre paises y regiones, ciudad y cam- po, clases, géneros y razas, asf como entre sociedad y naturaleza). ‘Ademas, implica diversas relaciones de poder y dominio, en la me- dida en que la vida permite una mejoria a determinadas personas en determinados lugares, pero también significa la destruccién de las condiciones de vida de otras personas en otros lugares. Lo anterior se manifiesta, por ejemplo, en el consumo por pres- tigio y estatus, con el cual los ricor se aseguran su posicién social y los miembros de la clase media superior enfatizan sus ambicio- nes de ascender en la escala social. En el consumo de lujo, el valor simbélico del producto pesa més que el valor de uso. Un reloj de Rolex de 20 mil euros no marca hi hora més exacta que un relo} que cuesta la centésima parte. Sin embargo, para la persona que lo usa de forma discreta pero visible en el contexto adecuado, puede significar un aumento de prestigio.* Aparte de la distincién a través © Qf Wilkinson y Picket (2010: cap. 15) parc un estudio de os efectos socioambiental del consumo de estatus en sociedades desiguales, ef. Veblen (2011 a1 ULRICH BRAND - MARKUS WaISSEN del consumo de estatus, hay otra forma de jerarquizacion que cioné Fred Hirsch (1980): las personas adineradas se distin, también a través de los objetos que no son generalizables (como productos de marca), sino que son escasos y pierden valor a medic que son consumidos por otras personas. Estos objetos “posiciong les” son, por ejemplo, objetos de arte, antigitedades o terrenos ubicaciones costosas. Otro ejemplo: respecto de las causas del cambio climético ha diferencias significativas de género, como en cuanto a las practicas de movilidad o el consumo de carne, como muestra Appel (2010), Ademés, la responsabilidad que tiene una persona por la crisis eco. lbogica (a pesar de la generalizacién social de las normas fosilistas de consumo en el fordismo) varia dependiendo de la clase social ala que pertenece. Como hace constar el Wuppertal Institut (sin utilizar el concepto de clase) aquellas ‘comunidades con cierto estilo de ida, también llamados estrates, conel ‘mejor nivel de educacion, los ingresos mas altos y una alta conciencia de los problemas ecolégicos, son los grupos con el mayor gasto de recursos. El efecto positivo de sus decisiones que en muchos casos toman en consideracién la proticcién del medio ambiente prictica: ‘mente se anula porque su situacion material les permite comprar més productos y servicios que las petsonas en estratos sociales mas bajos. [..] A pesar de que las personas con un nivel de educacién baja y con [pocos ingresos frecuentemente toman sus decisiones sin considerar el ‘medio ambiente, a final de cuentas sus acciones lo afectan menos, en muchos casos porque sus ingresos no les permiten un estilo de vida con un alto gasto de recursos. (Wuppertal institut fir Klima, Umwelt, Energie, 2009: 152) El concepto modo de vida imperial no pretende pasar por alto el he- cho de que los actores capitalistas fuertes (con su poder sobre la 4 fin otra publicacion dal Wuppertal Inetint (Wuppertal Intitut fir Klima, Unset, Energie, 2005) se habla de una clase deconsumidore transnacionales, Este término es iluminador, ya que remit ala expansin de las normas de consumo del Norte global en las clases medias y superiores del Sur global. Sin embargo, no se trata de tun concepto de clase en el sentido marx ano, porque no se trata dela posiein de os individuos en el proceso de produccién, 92 l 1 : : ; LCONCEPTO DE MODO DE VIDA IMPERIAL reproduccién de la mano de obra y con su maquinaria de merca- dotecnia que cada vez se vuelve ms sutil) obligan a las personas a adoptar ciertos modos de vida.’ Sin embargo, no quiere decir que todas las personas llevan su vida de a misma manera, sino que pre- dominan ciertas ideas comunes sobre la “buena vida’ y el desarrollo social. Las partes jerarquizadas del modo de vida y los aspectos he- gem6nicos-integrados se encuentran en un conflicto permanente. Es decir, el modo de vida imperial se basa en una desigualdad social y la reproduce. Al mismo tiempo fermite elaborar la desigualdad social. dems, estabiliza las sociedades socialmente desiguales en Ja medida y por el tiempo que la riqueza de las clases superiores les parezca a los subalternos una promesa que, al menos en parte, se puede cumplix, Externalizacién Enel apartado “Valorizacién, acumulacién y reproduccién’ ya sefia- Jamos que la produccién capitalista de mercancia, la competencia, la orientacion en el valor de cambio, la mercantilizacién de la mano de obra y la apropiacién del valor agregado no son imaginables sin un exterior, del cual se benefician desde el punto de vista social, econémico y ecolégico. En los paises econémicamente mis fuertes, lareproduccién de la mano de obra se vuelve més facil por el acceso “beneficioso” a la mano de obra, los recursos y los sumideros en lugares externos. En primer lugar, esto se manifiesta en los pro- ductos econémicos como alimentos 0 bienes de consumo durade- ros que se producen en otros paises bajo condiciones devastadoras, desde el punto de vista ecol6gico y social. Aun cuando los salarios no suben o bajan de manera tan novable, la canasta bisica si puede crecer:"® Marx lo llamé el crecimiento del “valor agregado relativo": 'S En ottos estucios habra que investigar qué omponentes imperials tienen las dife rentesrelaciones de dominio alo largo de is lineas de clase. género y raza y endles fon sus respectivas contradiceiones 'S Estamos conscientes del hecho de que los mercados globalesreltivamente abiertos pueden abaratar la reproduccién de mano de obra en los pafses con poder adquist +o, sin embargo, se ejerce mucha presion en particular en el trabajo remunerado través dela reduceién de los estindares, la pérdida de salarioo el desempleo 93 a ‘ULRICH BRAND - MARKUS WISSEN a través del abaratamiento de lcs bienes que se requieren para la produccién de la mano de obra, el valor de esta tiltima baja y la del valor agregado o de la ganancia sube (MEW, 23: 331). Bajo condiciones del mercado global capitalista y relaciones indust les institucionalizadas en los centros, lo anterior se basa en que el proceso de produccién se utilizan productos semielaborados q fueron fabricados en otros lugares. Stephan Lessenich habla de una “sociedad de la externalizacién’ en la cual se externalizan de forma permanente los efectos negativas. Externalizamos porque tenemos ta posibilidad de hacerlo: porque lag estructuras de la sociedad nos ponen en la posicién correspondiente, porque los mecanismos socia‘es nos lo permiten, porque la prictica comin en nuestro entorno raifica nuestras acciones. Por otto lado, externalizamos también porque no tenemos alternativa: porque las es- ‘tructuras de la sociedad nos obligan, porque los mecanismos sociales nos presionan, porque las pricticas generalizadas en nuestro entorno social nos impulsan a hacerlo. (Lessenich, 2016: 51) Las teorias sociales y econdmicas feministas ampliaron la perspec tiva de la externalizacién: no solamente la (sobre)explotacion del hombre y de la naturaleza mediada por el mercado, con frecuencia precedida por una valorizacién violenta, es constitutiva para la pro- duccién capitalista, sino tambign la apropiacion del trabajo de cui- dados. La externalizacién se entiende aqui en un sentido amplio como “principio” (Biesecker y Von Winterfeld, 2014: 2-5) que con- tribuye de manera significativa al funcionamiento de la economia capitalista. La estructura de externalizacién en el sentido de una “devaluacién de lo disociado” (21 trabajo social femenino no remu- nerado y el trabajo de la naturaleza ecolégica) es la base de su apro- piaci6n gratuita 0 barata. Por consiguiente, una globalizacién del capitalismo también conduce a una globalizacién de este principio. Se manifiesta en forma de nuevos procesos actuales de apropiacién que van de la mano con el trazado de nuevas fronteras (idem). ‘Aparte de los procesos concretos de produccién, la importancia de un exterior se muestra también en el vinculo entre el trabajo remunerado y la reproduccién 0, més concretamente, en las “cade- nas de cuidados” cada vez més densas. En este contexto, Christa cia ajo Je sta ELCONCEFTO DE moDO DE VIDA HaPERIAL Wichterich propone el término de extractivismo transnacional de ibojo de cuidados que muestra que las capas sociales medias del mundo garantizan su propia reproduccién mediante la apropiacién de capacidades de cuidado de otras regiones mas pobres, las expro- ian y, de esa manera, les pasan su propia crisis de reproduccién {20162: 60). Al mismo tiempo (a pesar de la migracién y el trabajo de reproduccién organizada a nivel transnacional), la moral femi- nizada y etnizada del cuidado, las actividades correspondientes y la ‘aja valoracién social se mantienen. Las situaciones de crisis y las lagunas del cuidado en el Norte global se fianquean de esta manera y se pasan a las casas y los paises de origen. Como una variedad del problema de la compatibilidad, la trabajadora de cuidados del Sur o del Este global tiene que solucionar de forma in- dividual, como su propia empleadors, la plaza desocupada del cuidado dentro de su propia familia, encargando el cuidado de sus propios hijos familiares mayores a otros parientes femeninos, vecinas o migrantes de regiones 0 paises mas pobres. (2cr6a: 60)” | modo de vida imperial abarca entonces una externalizacién so- cioecon6mica y ecologica de las crisis, que mantiene las condiciones laborales y de vida en ciertas regiones y para determinados gru- pos (privilegiados} en un nivel relativamente agradable y atractivo y perjudica otras regiones y grupos sociales. En las sociedades en fas que domina el modo de produccién capitalista y que ocupan una posicién politica y econémicamente fuerte en el sistema mundial, esta tendencia de la externalizacion de los problemas y las crisis es inherente. Erik Olin Wright (2010: 69) habla de una “presin siste- mitica a las empresas que estn maximizando sus ganancias, para que generen externalidades negativas”. Acerca del valor de cambio del concepto Para concluir, queremoe eintetizar en nueve puntos el valor de uso politico y cientifico que tiene el conzepto de modo de vida imperial Gf también Winker (2015) 95 ‘ULRICH BRAND - MARKUS WISSEN desde nuestro punto de vista. Primero, el concepto aclara la relaci estrecha entre modo de produc:i6n, practicas cotidianas y formas subjetivacién que incluyen las formas de trabajo remunerado y; remunerado. Las estrategias de la valorizacion y de la valori del capital, las estructuras y procesos de las politicas estatales, como las relaciones predominantes entre las fuerzas, se articu con dispositivos del pensar y actuar, se inscriben en las identic y los cuerpos de los seres humanos, y son deseadas y anheladas, esta manera invaden los capilares de la cotidianidad. Segundo, al usar el concep:o modo de vida imperial (que por adjetivo “imperial” tiene una semintica politicamente fuerte), es nuestra intencién juzgar a las personas que tienen y usan automévil, que toman un avin para viajar distancias cortas si fuera lo mas natural del mundo ~a pesar de que haya alten vvas-, 0 que comen carne producida de forma industrial. Hay qi criticar y cambiarlo por media de conductas individuales y restri ciones o incluso prohibiciones pero también buscando alternativas para la sociedad. Sin embargo, no es la intencién del concepto que utilizamos de forma analitica y politica. El punto de partida central para los cambios tampoco consiste en “asumir la responsabilidad” y tomar una decisién “entre uns conducta moral e inmoral* (Welzes, 2013:78), sino en sefalar, en primer lugar, las estructuras y patro- nes de desigualdad social que reproducen el modo de vida imperial, TTercero, el concepto modo de vida imperial indica una causa im- portante porque, a pesar de que grandes partes de la poblacién son, conscientes de la crisis ecologica, las practicas intensas en cuanto al gasto de recursos y a las emisiones han resultado ser muy dura- deras. El concepto indica que, sobre todo en los centros capitalistas, la reproduccién social se real-za a través del acceso a la mano de obra y la naturaleza en regiones externas, lo cual tiene un efecto estabilizador, y an mas en la crisis de la globalizacién neoliberal ‘Ademis sefiala que las condicones en otros lugares se estructuran por medio de la inclusién en dl mercado mundial. Cuarto, el concepto muestra por qué las formas de politica medioambiental global establecidas desde los aftos 1990, sobre todo, son tan ineficientes. Esamos viviendo una verdadera crisis cto ran bre isis ELCONCEPTO DE MODO DE VIDA IMPERIAL del manejo de crisis, porque el medo de vida imperial, siendo un clemento nuclear de la crisis, no juega ningi papel en las politi- ‘as. El mejor ejemplo de esto son las conferencias de la Convencién Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climético que se Jlevan a cabo cada afio. En el Acuerdo de Paris de 2015 ni siquiera se mencionan las energias fésiles como causa principal del cambio climético. Pero tampoco las formas predominantes de la politica ‘medioambiental nacional tienen lugar en un corredor de moder- nizacién ecolégica (Brand y Wisse1, 2014) y no llegan a tocar los modos de produccién y de vida. Por consiguiente, el concepto de ‘modo de vida imperial espera demasiado de las politicas estatales e intergubernamentiales con respecto a una transformacién profun- da de las relaciones sociales con la naturaleza, sin liberarlas de su responsabilidad o de mirar con cinismo las formas politicas estable- cidas. Lo anterior porque son las relaciones (de fuerzas) seftoriales yy sociales y las orientaciones domir.antes que forman la base de las relaciones sociales con la naturaleza y que no pueden ser superadas, solo con las politicas estatales. Esto se puede observar en los asi llamados gobiernos progresistas de Latinoamérica, que hasta ahora hhan desarrollado pocas alternativas al neoextractivismo orientado en el mercado global, es decir, a la extraccién incondicional de re- cursos y el cultivo de productos agricolas y su venta en el mercado global. Como resultado de las luchas sociales por una reparticion més justa, exigen un pedazo mas grande del pastel del mercado global, sin cuestionar el pastel o las condiciones de su elaboracién. Quinto, el concepto explica por qué, a pesar de mucha adhesion ala sostenibilidad y las formas eficientes de manejar la crisis ecol6- gica, en la actualidad predominan mas bien las politicas neoimpe- riales con respecto a los recursos, ruevas formas del extractivismo y politicas de la externalizacién del problema. Con otra valorizacién capitalista de la naturaleza se pretende procesar la crisis y, al mis- mo tiempo, dinamizar la economiz. Las relaciones predominantes de las fuerzas, instituciones y estracturas de intereses. pero tam- bién el modo de vida hegeménico lo fomentan. Por consiguiente, de ninguna manera estamos buscando evitar el concepto imperia- lismo a través del concepto modo de vida imperial. Mas bien, lo que 7 ULRICH BRAND - MARS WASSER pretendemos es explicitar el arrzigo hegeménico de la politica i perialista en las pricticas y percepciones cotidianas, sobre todo las clases medias y superiores en las sociedades del Norte global, trata de un fundamento apegadoa la teoria hegeménica y con ello: la explicaci6n de la persistencia de la politica imperialista, part Tarmente en tiempos en los que las contradicciones socioambie del modo de vida imperial se rnenifiestan cada vez mas. Sexto, el concepto de modo ce vida imperial relativiza las expectativas que se tiene de los buenos argumentos, los discursog piiblicos racionales o los intereses propios ilustrados de “la humanj. dad” ¢, incluso, de las fuerzas dominantes. Lo anterior porque con frecuencia estos no se perciben por las orientaciones y las practicas profundamente arraigadas, o son integrados de forma selectiv con el resultado de que ciertas normas de consumo y producci se consolidan en vez de ser cuestionadas, justamente a través de su modernizacién parcial. Algo parecido aplica para los enfoques (en apariencia) alternativos que le dan suficiente importancia al profundo arraigo del modo de vida imperial como, por ejemplo, la estrategia de la economia verde (véase capitulo 6). ‘Séptimo, el concepto siempre implica un momento de luchas y cambios, En el primer capitulo argumentamos que las sociedades, capitalistas se caracterizan por una transformacién permanente, La pregunta es en qué direccién’es) y bajo qué logicas, constelacio. nes de intereses y relaciones de fuerza esta trasformacién se lleva a cabo. Es cierto que el modo de vida irnperial se vuelve “més verd en el sentido de la sostenibilidad ecol6gica. Sin embargo, también se vuelve mas “sucio” en el sentido de un aumento en el uso de energ{as fosiles y otras materias primas no renovables. Entonces, el ‘modo de vida imperial se tiene que revolucionar de forma perma- nente o tiene que ser revolucionado por numerosos actores con sus intereses particulares para conservar sus rasgos principales. Eso implica también una lucha por ka configuracién concreta del modo de vida. Los actores perjudicados en un sentido negativo, como las ¥ los trabajadores en los paises del Sur global o los gobiernos de estos paises, pueden elevar los estandares sociales y medioambientales € influir asi en la forma de la externalizacién. 1 I : ) ) y : ELCONCEPTO DE MODO DE VIDA DMPERIAL Octave, el concepto modo de vida imperial pone el foco en las condiciones, los puntos de partida y las formas de la politizacién femancipatoria de la crisis ecolégica, Primero nos parece importante ponerse al catastrofismo ecolégico generalizado, que es un instru- mento de la consolidacién de aquellas condiciones que causan la ca- tastrofe imaginaria. Esto no significa cerrar los ojos ante los escena- rios bien fundamentados, como los del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climtico (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC por sus siglas en inglés). Incluso, con el tiem- poen contra y entre otras cosas por =I peligro de que se alcancen los puntos de inflexién (como el deshielo del permafrost que liberaria enormes cantidades de metano, un gas muy agresivo de efecto in- vernadero), es importante atenerse al proyecto complejo y contra- dictorio de la emancipacién y oporerse a las formas autoritarias y tecnocréticas del manejo de crisis que intensifican los problemas. ‘Nueve, el concepto constituye, entonces, un punto de partida para posibles proyectos emancipatorios y el horizonte para una transfor- maci6n socioambiental. Las alternativas requieren de la critica a las condiciones predominantes y las a'ternativas falsas, de estrategias y formas contrahegemnicas de un modo de vida atractiva y vivible para las personas, que no sea social y ecolégicamente devastadora. Esto implica conflictos con los actores fuertes para hacerlos retroce- der, igual que a las précticas imperiales que marcan el modo de vida en la actualidad. Ese sera el tema del capitulo 7. 99

You might also like