Psycho Gods - Arans's Story Book - Jasmine Mas (PDF - Io)

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Dioses psicópatas
LA SERIE CRUEL SHIFTERVERSE: LA HISTORIA DE ARAN

LIBRO 3
JAZMÍN MAS
Contenido
También de Jazmín Mas
Advertencia
Prólogo
Prólogo
Hacia las
estrellas I. Clinomanía
1. Arán
2. Arán
3. Luka
4. Aran
5. Aran
6. Escorpio
7. Aran
II. Conflagración 8.
Aran 9.
Aran 10.
Orión 11.
Aran 12.
Corvus Malum 13.
Aran 14.
Aran 15.
Luka 16.
Aran 17.
Jinx 18.
Aran 19.
Aran 20.
Corvus Malum 21.
Mensaje del diario #1 22.
Arán 23.
Escorpio 24.
Arán 25.
Arán
III. Eccedentesista
26. Arán
27. Arán
28. Arán
29. Corvus Malum
30. Aran
31. John
32. Luka
33. Aran
34. Orion
35. Aran
36. Aran
37. Mensaje del diario
#2 38.
Luka 39.
Aran 40.
Aran 41.
Aran 42.
Aran 43.
Aran 44
Aran 45.
Escorpio
46. Orión
47. Juan 48. Corvus
Malum
49. Luka
50. Aran
51. Aran
52. Jinx
53. Aran 54. Corvus
Malum
55. Aran
56. Juan
57. Aran
58. Aran 59. Aran
IV. Convalecencia
60. Aran
61. Aran
62. Aran
63. Corvus Malum
64. Aran
65. Aran
66. Aran
67. Aran
68. Aran
69. Aran
70. Jinx
71. Mensaje del diario
n.° 3 Acerca del
autor Gracias
También de Jazmín Mas

El Cruel Shifterverso
Cambiantes psicópatas
Psicofae
Psicobestias
Academia Psico
Diablos psicópatas
Dioses psicópatas
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Advertencia
Son verdaderos enemigos. Esto es la guerra. Es excesivamente violento.

Este es un harén inverso. Todo el mundo es un villano.
Hay algunas situaciones intensas en este libro que podrían
ser desencadenante para algunos lectores. Si estás preocupado por favor
consulte laalista de activación en mi sitio web
jasminemasbooks.com, haga clic en la pestaña negra "Disparador" en
en la parte superior derecha de la página para ver la lista.
Tenga cuidado, el último capítulo del libro podría causar
que te rías tanto que llores :).
"Los efectos de un trauma no resuelto pueden ser devastadores".
Dr. Peter Levin

Una persona normal puede sobrevivir sólo tres horas

sin calor.
Hacia las estrellas
Todos los mitos tienen sus raíces en alguna verdad.

Esta serie trata sobre diferentes planetas conectados por agujeros negros.
Es decir, reinos unidos por portales con habitantes de los que has oído
hablar en los mitos y que has descartado como cuentos de hadas.
Hay política, engaños y secretos a escala macro. Y varían de un reino a otro.
En el reino humano, los habitantes aprenden que viven en un sistema

anárquico, que no existe una autoridad suprema sobre los diferentes países.
Están equivocados.
El Tribunal Supremo reina en secreto y soberano sobre todos los mundos.
“Paz en todo el reino” es su lema.
Los monstruos imponen esta paz. Una tarea casi imposible porque la riqueza
corrompe, pero el poder destruye.
Y entre los cientos de planetas con vida inteligente, unos pocos individuos
especiales poseen energía a nivel nuclear: más energía en sus células que una
bomba atómica.
La verdad: la mayoría de las personas pasan toda su vida sin conocer ni
preocuparse por los otros reinos o las criaturas dentro de ellos. Viven en la dicha.
En esta serie, la ignorancia no es una opción para nuestros personajes

principales.
Por derecho de nacimiento o por circunstancias, son jugadores en el juego de

nivel macro.
Ahora todo lo que deben hacer es sobrevivir.
Parte uno
Clinomanía
Los juegos de los dioses corromperán tu cabeza.

Los que sobrevivieron ya estaban muertos.
Capítulo 1
Arán
PADRES
Clinomanía (sustantivo): deseo excesivo de permanecer en la cama;

somnolencia mórbida
Tropecé por el vacío salón de mármol negro de Elite Academy.
Mis pasos resonaron con fuerza.

Orión corrió silenciosamente detrás de mí. Fue mi escolta debido a la
enfermedad del vínculo. Mi sombra silenciosa.
Grieta. Los rayos cayeron sobre las paredes y la electricidad hizo que se
me erizara el vello de los brazos mientras manchas blancas bailaban en mi
visión gris.
Me resbalé en un trozo de hielo y apenas me mantuve en pie.
Las vidrieras se burlaban de mí: el granate estaba salpicado de
espantosas escenas de batalla; Los soldados asesinados empuñaron sus
espadas mientras sus almas eran llevadas al valle del dios sol.
Se me revolvió el estómago porque los Juegos de los Legionarios habían

terminado y yo iba a la guerra.
Pronto sería el soldado caído en la ventana.
Sería mi sangre.
Hoy fue el día en que dejamos la academia hacia el reino invadido por los
impíos. En unas horas, llevaría a RJE a un militar.
base y convertirse en un líder de guerra.

Me sentí enfermo.
El hielo crujió, se extendió por mis dedos, luego lentamente subió por mis
antebrazos y curvé mis manos debajo de mis axilas.
Miré hacia atrás por encima del hombro.

Tembló.
Mis dientes castañetearon por el frío generalizado que estaba
emanando de mis huesos.
Había un camino de hielo de cobalto cubriendo los pisos de mármol detrás
de mí, y mientras cruzaba el pasillo en zigzag, el hielo serpenteaba y me
seguía.
Orión lo miró con los ojos muy abiertos y sorprendidos.
La presión se acumuló en mi pecho vacío.
Quería gritar.
Sólo soy un ángel. Sé lo que soy: sólo soy un ángel común y corriente.
La presión en mis hombros por mis alas retraídas contaba otra historia e
hice una mueca porque todo se estaba desmoronando.
Me había quedado despierto toda la noche, doce horas de esfuerzo con

las alas extendidas, y no me había elevado ni un centímetro del suelo.
No había pasado nada.
No pude volar.
Entonces imaginé la espada de hielo de un ángel formándose en mi
mano, pero una vez más—nada.
En cambio, como burlándose de mí, el cobalto se arrastró por mis dedos
como guantes y se extendió por el suelo con cada paso que daba. No tenía
ningún control sobre ello.
El hielo fue inútil.
Fui un inútil.
Era simple: los ángeles eran poderosos y yo era débil.
Mis pasos resonaron más fuerte mientras corría por el pasillo de mármol
hacia la oficina de Lothaire. Un sirviente me dijo que mi
vampiro/atormentador/comandante/señor quería hablar con

a mí.
Hermoso.
¿Sabe él lo que me pasa?
Cuando llegué a la puerta de la oficina de Lothaire, fui a abrirla pero me
detuve. Paralizado por el entumecimiento, vi cómo el hielo se extendía
desde mis pies y trepaba por la madera como una infección.
El tiempo se detuvo y yo me quedé quieto como una estatua.
Ojos abiertos.
Insensible.
Ciego.
La puerta se abrió de golpe y salté cuando Lyla salió.
Los ojos de otro mundo de la bruja miraron a través de mí, y desvié la
mirada, mirando mis pies cubiertos de hielo.
No miraste al destino a los ojos, especialmente cuando tu
El destino estaba tan corrupto como el mío.
En mi visión periférica, el cabello color bosque de Lyla ondeaba con una
brisa fantasmal. Runas blancas brillaban sobre su piel oscura. Ella se paró
a centímetros de mí y esperó en silencio.
Olía fuerte, como a pena mezclada con destino.
La presión aumentó en mis ojos y de repente me sentí hiperconsciente.
del enorme vacío dentro de mi pecho.
Una horrible sensación de presentimiento me invadió: las cosas se iban
a oscurecer. Ante mí se extendía una larga franja de noche despiadada.
Lyla se acercó y susurró en voz tan baja que me tomó un momento.

unos segundos para procesar lo que había dicho.
"Debes abrazar al dragón".
Sus suaves palabras flotaron insidiosamente en el aire entre nosotros.
"
“Ella está aquí, dijo en voz alta cuando cayó un rayo, luego ella
se alejó y desapareció por el pasillo.
Lotario respondió. “Adelante, Aran.” Su voz tenía una inflexión extraña.
Orión se sentó en el pasillo a esperarme.

Entré con cautela.

Se puso de pie, con un ojo muy abierto mientras miraba el hielo
que se extendía debajo de mis pies.
Escondí mis manos detrás de mis mangas y me aclaré la garganta.
“¿Me llamó, señor?” Pregunté torpemente.
Incliné la cabeza.
Se puso firme.
Hizo un ruido ahogado y dijo: "Por favor, no hagas
eso... simplemente mantente normal”.
" I
Mis hombros se encorvaron mientras estaba de pie normalmente. “Sí,
señor”, susurró.
Él se estremeció como si lo hubiera abofeteado.
El silencio se extendió entre nosotros y la temperatura en su
pequeña oficina cayó en picado. El hielo crujió mientras subía por
mis brazos debajo de mi sudadera, hacia mi corazón.
Lothaire se aclaró la garganta varias veces. “Lyla tiene
Insinué que hay... cosas que no sé sobre ti.
Carraspeé.
Eufemismo del año.
Me mordí el labio y esperé a que exigiera respuestas.
Esperé a que se pusiera agresivo y entrometido, pero no hizo nada
de eso.
En cambio, empezó a hablar.
Contó una historia sobre un hombre con poder excesivo que
había cometido atrocidades horribles en su juventud y, como
resultado, era propiedad del Tribunal Superior. Me contó cómo lo
habían obligado a concebirme con mi madre. Cómo estaba atrapado
y no tenía opciones.
Dijo que pensaba que estaba mejor con ella.
Dijo que había pensado que estaba a salvo.
Dijo muchas cosas.
Finalmente, señaló el ojo que le faltaba, luego señaló el mío, el
que tenía un poco más gris que el otro.
Me explicó cómo se lo había sacado de la cuenca del ojo y luego se había

cortado la cara.
Él era la razón por la que tenía dos ojos.
La razón por la que pude ver.
Mis escalofríos se intensificaron y el hielo subió por el exterior de mi garganta.
Estaba completamente entumecido.
Sentí como si flotara fuera de mi cuerpo y lo vi hablarme desde un punto de

vista lejano.
Finalmente, terminó su desgarradora historia.
Nos quedamos en un silencio aún más incómodo.
Saqué mi pipa del bolsillo e inhalé humo encantado.
La habitación estaba helada y nuestro aliento formaba nubes heladas entre

nosotros.
Me di cuenta de que era mi turno.
Lotario esperó.
Silenciosamente.
Tranquilamente.
Con labios insensibles comencé a hablar.

Le hablé de las torturas nocturnas y de las constantes
palizas, los duros tutores y guardias aún más duros.
De repente, el aire se volvió demasiado escaso y resultaba difícil respirar.
Entre jadeos temblorosos, le conté las cosas que mi madre solía decirme. Las
cosas que ella había hecho.
Las muchas noches que estuve tirado en el suelo en llamas,
gritando mientras rezaba para que alguien me salvara.
Cómo nadie lo había hecho.
Los días que apenas podía soportar porque estaba muy aterrorizada por lo
que vendría después. Anticipación de comer en mi estómago hasta que me
enfermé físicamente.
Cuando terminé de hablar, la piel bronceada de Lothaire era una
tono enfermizo de palidez.
Me miró como si nunca me hubiera visto.
Luego su rostro se arrugó y se tambaleó hacia atrás con un gemido. Su

espalda golpeó la pared y acunó su cabeza entre sus manos mientras
soltaba un sonido impío. Chispas de poder surgieron en el aire a su
alrededor.
Era un hombre destrozado.
Roto.
Gracias al dios del sol no le conté lo del insulto en mi espalda.
"
“Pero ya se acabó, Dije, mi voz ronca mientras inhalaba.
fumar como si pudiera salvarme.
Dejó caer las manos y me miró fijamente, con una expresión desconocida
en su rostro. “¿Cómo puedes decirme eso? ¿Cómo estás parado aquí?
Inhaló temblorosamente. "¿Cómo estás funcionando? Te he fallado".
Intenté sonreír tímidamente, pero los músculos de mi cara no

funcionaban.
Me encogí de hombros.
“¿Describir el funcionamiento?” Pregunté con una risa débil, luego

Aspiré humo encantado hasta que mis pulmones ardieron.
La broma fracasó.
Extraño.
Se enderezó abruptamente y buscó en su escritorio hasta que sacó un
dispositivo RJE.
Esperé a que me explicara, pero no dijo nada.
En lugar de eso, caminó hacia adelante hasta que estuvimos a un brazo de distancia.
distancia de separación. "¿Puedo abrazarte?" preguntó suavemente.
Hice una mueca. "¿Seguro?"
El imponente vampiro me envolvió en un fuerte abrazo.
Tentativamente, levanté el brazo y le di unas palmaditas en su extrañamente
musculosa espalda.
"
"No significa nada, susurró, “pero lo siento mucho. Pensé que
gracias a mi acuerdo con el Tribunal Superior estarías protegida... pensé
que estarías a salvo”.
Me apretó más fuerte.
"
“Bueno, estoy vivo, Susurré. "Estoy bien ahora." La mentira
tenía un sabor amargo en la lengua.
" dijo Lotario. "Para
"Después de la guerra, hablaremos más,
ahora debes concentrarte".
La guerra.
Las náuseas regresaron al recordar hacia dónde nos dirigíamos.
Debió haber sentido que me puse rígido, porque se echó hacia atrás y me dio unas
palmaditas en la parte superior de la cabeza con cariño.
Su tono era serio cuando dijo: “Una cosa que nunca serás es débil.
Eres más capaz de lo que crees. La guerra será fácil para ti; son los
soldados más débiles los que deberían tener miedo. Tú no... no mi hija.
Hice una mueca.
Él no sabe que no puedo volar ni empuñar una espada de hielo. Arrasó ciudades,
pero ni siquiera puedo controlar un poco de hielo.
Lothaire sacudió la cabeza como si pudiera leer mi mente mientras se
acercaba y apretaba mis hombros. “Te lo prometo, eres más poderoso de
lo que puedas imaginar. Recuerda, probé tu sangre cuando te hice la
prueba para Elite Academy; sé estas cosas”.
Me encogí de hombros avergonzado.

Se suponía que los padres debían mentir a sus hijos para que se
sintieran mejor. Era la primera vez que lo experimentaba y era extraño.
"
“Está bien, dije mientras me frotaba la nuca y miraba el suelo cubierto
de hielo.
Lothaire levantó mi barbilla y mostró sus colmillos mientras sonreía.
"No te preocupes, la guerra puede ser divertida".
Allí estaba.
Por un segundo, olvidé que era certificable.
"
“Seguro”, dije sarcásticamente mientras me frotaba la cara.
Alborotó mis rizos azules y giró el dispositivo RJE en su mano.
"Escuché a través de los rumores de la academia que Ghost
Quería decirte adiós”. Él frunció el ceño. "No tengo idea de por qué ese sádico
bibliotecario poltergeist querría..."
Lo interrumpí y me agarré al corazón. "Oh, qué dulce de su parte".
Fue el turno de Lothaire de mirarme como si estuviera loco.

Me encogí de hombros mientras fumaba. "Tenemos un vínculo".
"Sabes que ha asesinado a miles de personas, ¿verdad?" preguntó con
confusión. “¿Y tortura a los estudiantes por diversión?”
Puse los ojos en blanco. “Está tranquilo. No es tan grave”.
Lothaire murmuró algo sobre hijas en voz baja, luego se inclinó hacia
delante y me abrazó de nuevo.
Finalmente, retrocedió. “Necesito darle algo a Corvus. No tardes mucho
en despedirte. Partimos pronto hacia el campamento de guerra”.
Exhalé pesadamente. "Lo sé."

Unos minutos más tarde, me senté en la biblioteca con mi pipa en la mano
mientras Ghost, el poltergeist hostil y figura inspiradora de mi vida, aspiraba
el humo encantado. Orión me miró con los ojos muy abiertos y sin parpadear.
Las vidrieras de Elite Academy brillaban mientras filtraban una luz oscura
empapada de sangre, y el aire estaba rico con el olor a humedad de los libros.
Los estudiantes se sentaban en las mesas para estudiar y los relámpagos
crepitaban en los pasillos.
Se escuchó una tos fuerte en una de las mesas del fondo.
Ghost me señaló con un sombrero invisible y luego se alejó flotando para
poner al criminal en coma por violar la santidad de la biblioteca.
Miré con cariño su figura en retirada.

Lo extrañaría.
Enrosqué mis dedos alrededor de mi pipa mientras el temor se mezclaba
con la ansiedad.
No fue hasta que salimos de la biblioteca que me di cuenta.
Me había olvidado de preguntarle a Lothaire qué tenía para darle a Corvus.
Capitulo 2
Arán
REVELACIONES OSCURAS
Lúgubre (adjetivo): lúgubre.
“En la Escala de Clasificación de Criaturas, un sistema de clasificación del

uno al cinco, donde cinco es el nivel de peligro de ciertos dioses, los impíos
"
están clasificados en un cuatro”, dijo Dick con dureza, con expresión sombría.
En mis oídos resonaron los gritos fantasmales de la carne moribunda y

desgarrada, y me estremecí.
¿Qué clase de monstruo sería un cinco?
Ni siquiera podía imaginarlo.
En la silla frente a mí, Jinx se estremeció y se desplomó más en su asiento
como si ella también estuviera horrorizada. Sonreí con suficiencia porque algo
finalmente había asustado al altivo sabelotodo.
Estás sonriendo porque un niño está aterrorizado. Buenísimo, Aran.

Hice una mueca.
Fue difícil crecer para ser el villano, pero aquí estaba yo, sentado en una
habitación, recibiendo sermones sobre la guerra mientras fantaseaba con
hacer miserable a un joven.
La vida te llega rápido.
Nos habíamos trasladado al Planeta 003FX, el reino infestado de impíos,
y estábamos en la sala de estrategia recién construida.
siendo sermoneado por el Tribunal Superior, también conocido como Dick.

Mientras Dick hablaba, una figura con una capa negra y ojos azules
brillantes estaba en un rincón con los rasgos oscurecidos. Por la altura y el
ancho de la persona, era un hombre.
Lo conocía bien.
Era la misma figura encapuchada que había llevado a Sadie al
campamento de guerra en el reino de los cambiaformas. La misma persona
que me ayudó a escapar del reino de las hadas. La última vez que lo vimos
fue en el baile en el reino de las bestias.
Ahora nos observaba en silencio, envuelto en sombras y oscuridad.
Otro adulador del Tribunal Superior que domina a los soldados en el

valle aislado de un campo de guerra.
Pasé mi lengua por mis dientes y probé el poder que manchaba el aire.
Se me puso la piel de gallina en la nuca.
Éramos los campeones de los dioses ausentes. peones para

¿Matanza o iconos de victoria? Sólo el tiempo lo dirá.
Jinx y los demonios estaban en primera fila.
Gemelos a mi derecha.
Sadie y sus hombres a mi izquierda.
Diablos en la última fila. Orión apoyó su cabeza contra el hombro de
Malum, y el líder de los reyes jugaba con su cabello rubio con una mano y
tenía la otra sobre el hombro de Scorpius de manera protectora.
Una sensación extraña se revolvió en mi estómago porque obviamente

eran perfectos juntos.
No encajaba con ellos.
Fue una broma cruel que yo fuera su Reverenciado.
Seguí estudiando mi entorno. Las paredes de hormigón brillaban de
color azul con los restos de los encantamientos de construcción, y el espacio
apestaba a escarcha, tierra y hojas.
No había ventanas.
Un pequeño orbe en la esquina era la única fuente de luz.
Sillones de orejas de gran tamaño estaban frente a la pizarra, y una

mesa larga con una tableta encantada incorporada en su superficie se
extendía por el frente de la habitación. Estantes se alineaban en las
paredes, llenos de carpetas rebosantes de información sobre los impíos, el
reino y las estrategias de guerra.
Las carpetas estaban abiertas sobre nuestro regazo.
Dick se quedó anormalmente quieto frente a la pizarra mientras daba
una conferencia.
Me desplomé en mi silla de cuero.
Esta fue nuestra reunión estratégica número veintitantos la semana
pasada y estaba cansado de que me hablaran; toda la adrenalina por
sobrevivir a los Juegos del Legionario se había disipado y mi capacidad de
atención fue de diez minutos. Máx.
Los labios de Dick se movían, pero solo escuché una de cada tres
palabras.
Mostró una bandeja con botes de gas, los metió en un cajón y luego
despotricó de no usar nada de los cajones porque enfrentaría consecuencias
penales.
Siguió hablando de armas prohibidas.
Si estuvieran prohibidos, ¿por qué los tendrían a mano? ¿Qué idiota
prestaría realmente atención a esta presentación trastornada?
Toqué el cojín de cuero debajo de mi muslo y me concentré en imitar

una piedra: no oí nada, no vi nada, me quedé quieto todo el día y, a veces,
me caí y aplasté a la gente hasta la muerte.
Objetivos.
A mi lado, John levantó una ceja, sus ojos oscuros interrogaban, y yo

me hundí más por el aburrimiento. Él asintió entendiendo mientras jugaba
distraídamente con uno de mis rizos.
A su lado, Luka se inclinó hacia adelante y nos miró a los dos con el
ceño fruncido. Sus dedos estaban alrededor de la muñeca de John en un
torno.
Últimamente me había dado cuenta de que los tres siempre estábamos

conectados.
Uno de los gemelos me miró con intensos ojos oscuros, mientras que
al otro le aparecieron hoyuelos y un zarcillo de calidez floreció en mi
estómago.
El dolor recorrió mi columna.
Hice una mueca.
John envolvió mi rizo con más fuerza alrededor de su dedo y los

nudillos oliva de Luka se pusieron blancos mientras agarraba a su gemelo
con fuerza.
Me hundí con un suspiro.
Del otro lado, Sadie dormía sentada con los ojos bien abiertos.
Envidioso y asustado a partes iguales, toqué su costado.
Lentamente giró la cabeza en mi dirección (con los ojos rojos muy

abiertos y sin ver mientras me miraba fijamente durante un largo minuto),
luego lentamente giró la cabeza hacia adelante.
Tomé nota mental de dejar de ser su amiga inmediatamente.
" Cobra con la boca al lado
“No te atrevas a despertarla, ella.
Puse los ojos en blanco.

Bla, bla, bla. Preferiría estar en Elite Academy, ahogándome en el mar
negro, que sentarme a escuchar otra de las mojigatas explicaciones de
Dick sobre estrategia de batalla.
Pero aquí estaba yo.
El tiempo avanzó pesadamente.
Cuando estaba a tres segundos de un coma autoinducido, Dick dijo:
"Por favor, cierra tus carpetas".
Gracias al dios sol.
Desenrollé mi columna encorvada y palmeé la carpeta ya cerrada en
mi regazo. No me había molestado en hojear la lista resumida de políticas
y estrategias, porque la había memorizado la primera vez que la cubrió:
No comas ningún alimento del Planeta 003FX.

No hagas ruidos fuertes.
El objetivo es eliminar a los impíos de manera silenciosa y eficiente
antes de que se den cuenta de que están bajo ataque.
La civilización autóctona del planeta 003FX es desconocida
debido a la naturaleza traicionera del terreno del reino. Su
nuevo nombre: los infectados.
La inteligencia reciente indica que la civilización está
compuesta de ciudadesestado remotas llamadas compuestos
que están ubicadas en valles montañosos.
El planeta tiene un ciclo diurno y nocturno de veinticuatro
horas, como la mayoría de los reinos con vida.
Los expertos teorizan que la información tardará días en difundirse
entre los asentamientos. Dado que no se han localizado
todos los portales del reino, los impíos deben ser eliminados
antes de que puedan huir.
Utilice únicamente su equipo de batalla estándar. Es un
camuflaje para el terreno.
Mantenga su cabello recogido de su cara.
No fumar, consumir drogas o alcohol durante la guerra.
Mantén siempre un registro de tus armas.
Utilice sus armas, fundas y correas.
Las balas encantadas no funcionan contra los impíos.
Confía en otras armas.
Trata a los demás soldados con cortesía.
Estudie la tabla de oficiales de rango y escuche siempre a sus
comandantes.
Cuadro de liderazgo en rango descendente: campeones,
generales, espías, asesinos, soldados de infantería.
Los campeones y generales tienen acceso a la sala de estrategia
para planificar y asignarán sus tareas al resto del campamento
de guerra.
Los campeones tienen la última palabra.
La teoría actual es que los impíos infectan a sus presas obligándolas

a tragar sus huevos. No trague ningún huevo. Se teoriza que la
temperatura cálida del planeta les ha permitido infectarse y propagarse
a un ritmo anormal.
Había tachado la política de drogas porque no seguí malas leyes.
Mi nuevo lema de vida: defender algo o enamorarse de todo. Sí, estaba

defendiendo el consumo de drogas.
Alguien tenía que hacerlo.
Y la siguiente persona que me recordó que no comiera comida del reino fue
apuñalada en la garganta. Estuve tentado a comerme una hoja de un árbol sólo
por diversión, puntos extra si eso me mataba.
Además, quien hubiera escrito el último punto merecía ser institucionalizado.
¿Quién carajo se comería voluntariamente los huevos de un monstruo

parásito con pinzas?
Toma controvertida: esa persona merecía estar infectada.
"Escribe lo que voy a decir". Dick señaló el
bolígrafos adjuntos a nuestras carpetas.
Abrí el bolígrafo y garabateé una figura de palo moribunda disparando con
un rifle a otra figura de palo moribunda.
El arte imitaba la vida.
Dick frunció el ceño. "Esta información es crucial".
Aparentemente, era incapaz de llegar al maldito punto.
Sadie roncó suavemente.

La postura de Dick era rígida cuando dijo: "Probablemente te estarás
preguntando por qué hemos tenido tantas reuniones".
"¡A nadie le importa!" Grité e hice una mano obscena.
gesto... en mi cabeza.
“Tu papel”: la tez rubicunda de Dick se sonrojó mientras

Nos miró a cada uno de nosotros: "es más importante de lo que crees".
Nadie parpadeó.
Mientras que Lothaire gritaba y golpeaba una porra, Dick hablaba sin
inflexión, lo que de alguna manera era diez veces más aterrador.
Había una extraña intensidad en torno al líder del Tribunal Superior

que nadie, ni siquiera los reyes, se atrevió a desafiar.
Con las alas retraídas, nunca habría imaginado que Dick era un ángel. No
tenía el aplomo y el aura de arrogancia que todos parecían poseer.
Parecía demasiado normal.

Aunque... nunca pensé que era un ángel, y ahora era uno que no podía
volar.
Plan de vida actual: tirarme por un precipicio lo antes posible.
Si volé, volé.
Si no lo hiciera, mataría (en el sentido de masacre).
Dick bajó la cabeza y dijo: "Lo que voy a decir cambiará todo lo que
creía saber sobre esta guerra".
Tengo sífilis.
Apenas pude evitar reírme a carcajadas de mi broma.
En lo que a mí concernía, no merecía el respeto de nadie.
Primero, era un hombre.

En segundo lugar, me sacó del reino de las hadas cuando era niña y
le dio a Sadie sus poderes mientras él se hacía pasar por un cambiaformas
beta. Él estuvo a mi lado en una arena de gladiadores cuando consumí el
corazón palpitante de mi madre. Había desplegado alas de ángel en el
reino de las bestias y representado a los dioses en los Juegos de los
Legionarios.
Dick siempre estuvo ahí cuando nuestras vidas tocaron fondo.
Sus fosas nasales se dilataron mientras pronunciaba cada sílaba. "El

razón por la que te hemos estado sermoneando continuamente...
El pauso.
Dibujé otra figura muerta en mi palma. "—Los Acuerdos
Oficiales de Paz, también conocidos como OPA, no solo prohíben la
participación de dioses en la guerra como te han dicho".
Déjà vu recorrió mi columna llena de cicatrices.

Hace una vida, me enteré de la OPA en el palacio de las hadas, pero el
recuerdo era arena y goteaba entre mis dedos.
Los ojos de Dick brillaron. "La OPA también prohíbe la participación del
Tribunal Superior en cualquier batalla o estrategia".
Dibujé otra figura muerta.
Entonces ¿estábamos solos? Lindo.
Dick inhaló profundamente. “La OPA también prohíbe a las áreas dentro del
Tribunal Superior establecer una milicia independiente de más de cien soldados”.
La habitación estaba en un silencio sepulcral.
No habría un ejército en expansión luchando contra los impíos, sólo cien

personas contra un planeta de parásitos.
monstruos.
Estábamos condenados.
Dick pareció crecer cuando dijo: “La OPA fue promulgada como una reacción
ignorante a la última gran guerra”. Abrió los brazos y el movimiento fue
sorprendentemente violento en comparación con su habitual quietud. “Sólo
porque hubo algunas bajas inesperadas en la guerra anterior dirigida por el
Tribunal Superior, todo el mundo entró en pánico. Cobardes”.
¿Qué?
No podía respirar.
Uno. Centenar.
Honré a aquellos que habían entrado en pánico en el pasado entrando en
pánico en el presente.
El rostro de Dick se sonrojó y se contrajo de disgusto mientras continuaba:

“El Tribunal Superior necesitaba un chivo expiatorio en la última guerra, por lo
que culparon al dios que los salvó y a los soldados que murieron por ellos.
Promulgaron la OPA como una forma cobarde de restaurar la fe en el gobierno
y absolverse de culpa en futuras guerras. El Tribunal Supremo y los dioses se
ataron con encantamientos que no pueden romperse”.
Sólo cien soldados, repetía en mi cabeza.

"Ahora ha llegado el momento de esa guerra futura y hay que pagar las
consecuencias de los fracasos del pasado". No parecía disculparse. "Te
ocultamos esto para que pudieras concentrarte en nuestras lecciones y no
entrar en pánico por la tarea que tienes por delante".
Qué gran plan: guardar la información perturbadora durante tres segundos
antes de que comience la guerra.
¿Por qué me estaba mirando?
¿Por qué me estaba señalando?
Hacer clic. Clavé el bolígrafo en mi mano e hice un agujero en la frente de
la figura del palo.
Dijo: "Les hemos brindado todas las herramientas que podemos para
ayudarlos, pero la victoria depende de ustedes; estudien todo lo que han
aprendido durante la próxima semana y prepárense para adaptarse". El asintió.
“El grupo de exploración de ángeles está identificando la ubicación del primer
asentamiento. Cuando llegue el momento de la batalla, se te notificará: buena
suerte”.
Salió de la habitación y el hombre encapuchado lo siguió.
La puerta se cerró de golpe detrás de ellos.
Fuga era una palabra demasiado suave para describir lo que vino después.
La paranoia me devoró.
John pasó su brazo alrededor de mi hombro y Sadie, adormilada, se apoyó
contra mi costado mientras salíamos de la sala de estrategias.
Los reyes me seguían como sombras no deseadas o espectros de muerte
acechantes.
Físicamente fui con el grupo a la cafetería, pero mentalmente desaparecí.
Ya había aprendido sobre los acuerdos de paz antes y era imperativo que
los recordara. Así que me lancé a los oscuros rincones de la memoria.
Me sumergí en mi mente.
Salimos de la cafetería.
El tiempo se deformó.
Parpadeé.
Me senté en el suelo de nuestra pequeña ducha nueva, con los brazos
alrededor de mis piernas mientras el agua helada me mantenía concentrada en
mi tarea.
Alguien golpeó la puerta del baño y me dijo que me diera prisa.
No respondí.
En el exterior, gotas heladas caían sobre la piel.
Dentro de mi mente, reconstruí las estanterías de la biblioteca de hadas
columna por columna, y reconstruí los imponentes estantes mentales en los
que una vez viví.
Fue un trabajo minucioso.
La primera lección que me enseñó un tutor feérico fue cómo crear un
palacio de la memoria. El conocimiento era inútil si no tenía adónde ir.
Paso uno: medita.

Cuando era niño, pasé días, meses y años construyendo mentalmente una
biblioteca que era un reflejo de la que estaba en el último piso del palacio.
Paso dos: memorizar.

Todos los días, mis tutores me preguntaban sobre el contenido de páginas
aleatorias de libros que había leído. Si no podía recordarlo, volvía a leer el libro
y lo guardaba mentalmente en otro lugar.
La única vez que todavía no podía recordar, mi tutor me había golpeado.
Duro.
No me había acobardado como se suponía que debía hacerlo una princesa; en
cambio, le devolvería el golpe más fuerte.
Me golpeó hasta dejarme sangriento y me arrastró hasta mi madre, quien

Con mucho gusto me prendió fuego durante horas.
Nunca había olvidado un libro desde entonces.
Cuando cumplí diez años, recordar ya no era suficiente para mis tutores y
me exigieron que comenzara a aplicar lo que había leído a situaciones
hipotéticas.
Había una razón por la que podía ofrecer de manera experta un examen
detallado de los elementos de un problema.
No fue la naturaleza.
Fue crianza.
Brutal. Maldito. Nutrir.
Al ser torturado por las noches por llamas frías y llevado a límites mentales
durante el día por tutores sin emociones, mi infancia había sido horrible.
Pero las lecciones fueron efectivas.

Ahora, como adulto, centímetro a centímetro, medité y reconstruí mi
antiguo palacio de la memoria bajo el rocío de una ducha estrecha.
Parpadeé de regreso al presente.
Luka cortó fruta y se la dio a su gemelo mientras los reyes me miraban en
el comedor. Estábamos comiendo otra vez.
John me dio fruta con la mano.

Intenté sonreírle a modo de agradecimiento, pero estaba demasiado metido en
mi biblioteca mental.
Por alguna razón, la sección que había leído cuando tenía catorce años
estaba borrosa, los lomos y las palabras mucho más borrosos que el resto del
palacio mental.
"
“Algo anda mal con ella”, gruñó Malum. "Necesitamos llevarla a la sala
médica".
Luka se movió frente a mí de manera protectora pero no respondió.
John dijo: “Dijo que está bien y que sólo necesita pensar. Déjala
hacer lo que tenga que hacer”.
"
“Ella no está bien, está jodidamente catatónica”, Escorpio
explotó. "Apenas respira".
"
“Déjala en paz, con John dijo con dureza y me protegió.
su cuerpo.
Parpadeé.
El tiempo se deformó una vez más.
Estaba acostado encima de las mantas en una litera estrecha y
apretada para desalentar la confraternización entre soldados.
Una parte distante de mí reconoció que estaba de regreso en nuestra nueva
habitación y que era de noche.
Mentalmente, tomé libros de los estantes y los abrí por su
portadas. Había leído miles de libros.
Abrí La historia de las bestias feéricas raras.
Lo cerré.
Abrí Cómo cultivar plantas.
Lo cerré.
Abrí La promulgación de los acuerdos oficiales de paz.
Cierro...
Finalmente, encontré lo que había estado buscando. Abrí de golpe el
libro y devoró su contenido. Lee,
Hace miles de años, un ejército interminable de soldados

humanos se dispuso a conquistar los reinos. En respuesta a la
invasión, el Tribunal Superior ordenó a todos los hombres y
mujeres sanos de dieciocho años o más luchar y defender sus
respectivos reinos.
Millones de personas fueron reclutadas y lucharon en batallas que
extendido por los reinos.
Los soldados humanos tenían la ventaja estratégica.
Altísimas catapultas arrojaron rocas en llamas a través del
horizonte, y largos palos y espadas puntiagudas
ensartados, mientras los humanos vestidos con armaduras disparaban

flechas en llamas desde los lomos de poderosos caballos.
En cambio, los ámbitos del Tribunal Superior nunca habían desarrollado
armas, porque los poderes individuales siempre habían sido suficientes
para eliminar a los invasores.
Fue un grave error de cálculo.
Los ejércitos del Tribunal Superior fueron masacrados.
Cuando parecía que la aniquilación total era inevitable, el dios del sol
tomó el asunto en sus propias manos.
En mitad de la batalla, los soles de todos los reinos ardieron

inesperadamente cincuenta grados más.
El dios de la luz hirvió las tierras.
Todas las personas, plantas y animales fueron diezmados, y todo lo
que no tenía una resistencia natural a las altas temperaturas murió a las
pocas horas de exposición intensa al calor.
Los humanos intentaron huir de regreso a su reino, pero la mayoría

cayeron muertos por deshidratación mientras corrían en busca de seguridad.
El dios del sol siguió a algunos humanos a la tierra para identificar la

ubicación de los portales. Posteriormente se apostaron guardias y, según
todos los informes, la especie humana nunca ha intentado poner un pie en
otro reino desde la guerra.
Los contrabandistas que han viajado ilegalmente a través de estos

portales cuentan historias de que el dios del sol castigó al reino de la tierra
con calor extremo. Afirman que los humanos viven con un miedo perpetuo
a la aniquilación. Ninguno de estos informes ha sido fundamentado.
Después de que el Tribunal Superior ganó la guerra contra los

humanos, hubo consenso en los reinos de que el precio de la victoria era
demasiado alto.
Las poblaciones fueron diezmadas, e incluso después de que el dios

del sol devolvió las temperaturas de los reinos a la normalidad, persistieron
los efectos climáticos devastadores.
El reino de los cambiaformas se sumergió en una edad de hielo
interminable cuando cientos de glaciares se derritieron y vertieron agua
fría en las cálidas corrientes oceánicas. En diez días, el planeta se
congeló.
El dios del sol se disculpó públicamente con el reino y ofreció
aumentar la temperatura, pero estudiantes de la histórica Universidad de
los Encantamientos calcularon que el planeta se volvería inhabitable si
se producía otro calentamiento.
El Tribunal Superior se negó a hacer comentarios.

El reino de los cambiaformas no se ha recuperado desde entonces.
En el reino de las hadas, las estaciones desaparecieron y fueron

reemplazadas por un verano interminable. La monarquía se volvió
aislacionista y prohibió el desarrollo de armas avanzadas.
El clima moderado del reino de las bestias también desapareció, y

desde entonces la tierra ha estado plagada de lluvias perpetuas. A
diferencia de las hadas, los líderes invirtieron mucho en la producción de
armas costosas y, unos siglos más tarde, crearon las primeras armas
encantadas.
Un reino poderoso también se dividió en dos; un lado del planeta se

congeló como el reino de los cambiaformas, mientras que el otro ardía
con fuego perpetuo.
Por razones desconocidas, los humanos nunca invadieron y el reino
del Olimpo quedó ileso. Los pocos humanos que sobrevivieron al
calentamiento, pero que no regresaron al reino humano, fueron llevados
como prisioneros de guerra al inframundo, la prisión de máxima seguridad
del Olimpo.
Dejando a un lado los efectos del clima planetario, al final de la

guerra no había ejércitos a los que felicitar, porque sólo cien de los
soldados más fuertes de todos los reinos sobrevivieron al campo de
batalla. Los soldados fueron masacrados con armas humanas o
sucumbieron a temperaturas extremas.
Los Acuerdos Oficiales de Paz, la OPA, fueron aprobados por

unanimidad por todos los reinos y ejecutados con ataduras encantadas.
Los acuerdos de paz fueron firmados por el Tribunal Superior y el dios
del sol, y la diosa de la luna, en su mayoría no involucrada, para evitar
futuras atrocidades.
La comprensión estrecha se expandió a un marco más amplio a medida

que el contexto coloreaba todo en tonos de negro y gris. La falta de presencia
humana en los reinos no se debía a que fueran primitivos y débiles como a
todos les enseñaron.
Un siniestro y falso recuerdo.
Dejé de aferrarme a la ilusión espacial y los libros se cayeron de los
estantes. Cientos de pilas se cayeron cuando mi palacio mental se desmoronó
en la nada.
QUEBRAR.
La conciencia volvió.
El dolor me atravesó el cráneo como un atizador caliente, me senté y jadeé.
El brazo de Luka colgaba del costado de su litera y yo le agarraba la mano.
Me palpitaba la cabeza.
Mis jadeos fueron fuertes en la habitación silenciosa mientras el resto de la
La legión dormía en sus literas.
Empecé a temblar.
¿Cómo había olvidado información tan aterradora sobre el dios sol? No
había sido Jinx, porque había dicho que los recuerdos que había tomado eran
irrecuperables.
¿Por qué mis recuerdos de los catorce estaban tan envueltos en niebla?
Mi litera tembló por la fuerza de mis convulsiones y el pulgar de Luka

acarició el dorso de mi mano como si me estuviera calmando mientras dormía.
Presioné mi temblorosa palma izquierda contra mis ojos, luego agarré el

diamante de la muerte que colgaba pesado contra mi pecho. Lo sentí cálido
contra mis dedos congelados y vibró cuando lo toqué.
Lo dejé caer y se quedó quieto.

El sudor goteaba de mi frente y corría por mi
lados, luego detuvo su rastro mientras se congelaba en mi piel.
La escarcha cubría la sábana debajo de mí.
Me sentí enfermo.
Después de los Juegos de los Legionarios, Lyla abrió los brazos y dijo:
“Cada pocos milenios, una gigante roja explota en la galaxia. Colapsa en un
sistema solar que contiene un portal que lo conecta con reinos dentro de la
jurisdicción del Tribunal Superior”.
Mi visión se volvió borrosa.

La historia se repetía.
La última invasión casi nos había destruido a todos, y ahora era el turno
de los impíos, pero no habría un ejército en expansión a nuestras espaldas.
No habría dioses que nos salvaran.

Éramos sacrificios, forraje para el matadero, garantía.
Apreté la mano callosa de Luka hasta que mis dedos se pusieron blancos.
Luego cerré los ojos.

Ya no quería estar despierto.
Capítulo 3
Lucas
CODEPENDENCIA
Amorista (sustantivo): persona que está enamorada.
Aran no hablaba.
No me gustó.
Yo era quien se quedaba callado y ella era quien se colgaba de los
hombros de John mientras hacía chistes morbosos e inapropiados.
Mi gemela tenía su brazo sobre su hombro, pero no estaban apoyados

el uno contra el otro como de costumbre.
No.
Los ojos azul cristal estaban muy abiertos y no veían mientras John
arrastraba a Aran entre los árboles.
La luz del sol lila y la esmeralda del bosque del valle se reflejaban en
las nubes relucientes. El nuevo reino era colorido y el clima parecía
mayoritariamente templado.
El sol calentó la nieve y ésta se derritió inmediatamente.
Por el contrario, el aire alrededor de Aran estaba helado como si
irradiara escarcha. Hacía notablemente más frío que el resto del reino.
Estaba preocupado.
Ella había dicho que necesitaba pensar, pero estaba prácticamente
catatónica cuando John la empujó por el camino de tierra que conectaba
las veinte estructuras independientes de hormigón que componían el campo de guerra.
La base se construyó en un valle rodeado de imponentes montañas y los edificios

de techos bajos estaban camuflados por árboles y nieve.
El nuevo reino era una extraña amalgama de diferentes elementos.
Me recordó a una quimera, la bestia era un híbrido alucinante de cabra, león y

dragón. Cuando viste uno en persona, te asaltó un pensamiento: esto no debería
existir. El reino era de la misma manera.
Los copos de nieve cayeron, chisporrotearon al tocar el suelo cálido y se

evaporaron formando una capa baja de vapor.
Arriba, el cielo color lavanda brillaba.
Apenas me di cuenta.
No habíamos comido durante horas, pero no tenía hambre mientras nuestras dos
legiones caminaban una al lado de la otra hacia la cafetería.
Sadie se echó hacia atrás para caminar junto a sus hombres, y toda mi atención
se centró en el cabello turquesa sostenido por la piel oliva.
De vuelta en la sala de estrategia, Aran se había cerrado y los ojos de John se

arrugaron cuando Dick anunció que solo habría cien soldados peleando.
No estaba preocupado.
A diferencia de mi gemelo más socialmente consciente, no me importaban los
acontecimientos que se desarrollaban a mi alrededor.
Ni siquiera podía fingir que me importaba una mierda.
Toda mi energía fue capturada por las dos personas que caminaban frente a mí,
y mi piel se erizó de preocupación porque estaban luchando mentalmente.
Siempre había sido así para mí. Mis problemas de codependencia eran tan
fuertes que se manifestaron en dolor físico.
John tropezó y yo me lancé hacia adelante para estabilizarlo.

Los labios de Aran se curvaron en una pequeña sonrisa mientras exhalaba con
gratitud.
Los pinos se balanceaban en el Planeta 003FX mientras yo sostenía a Aran
y John, agarrando con fuerza la mano de mi gemelo.
Los anchos hombros irradiaban fuerza mientras mi hermano miraba
protectoramente a Aran apoyado contra nosotros, con los rizos azules salvajes.
Ella era nuestra para protegerla.
Mi malestar disminuyó ligeramente, pero no desapareció.
Nunca lo haría.
Hace años, un oráculo lo había confirmado.
Agarré la mano de mi gemelo mientras el oráculo de Delfos bailaba a nuestro
alrededor. Extendió los brazos y el cabello castaño le caía hasta los dedos de
los pies mientras inhalaba los vapores de los antiguos.
"
“Estás paralizado por la codependencia, cantó el oráculo mientras
giraba sin pensar. Los ojos de Misty se abrieron y sus labios formaron una
sonrisa. “Los príncipes perdidos han regresado al rey, pero ya no están
completos. El otro tampoco. Sufrirán una agonía increíble por el otro, y todos
serán parciales juntos”.
El oráculo se rió locamente y John tembló de miedo. Me paré frente a él,

abrí mis cortas extremidades mientras me preparaba para hacer cualquier cosa
para protegerlo.
En el presente, le sonreí a mi hombre de hombros anchos.
Reflexión mientras caminábamos entre los árboles.
La nieve cubrió las mejillas de John.
Podría haberse convertido en un hombre formidable con fuerza de látigo y
un brillo travieso en sus ojos, pero siempre sería mi gemelo más joven. El chico
que necesitaba proteger.
La compulsión que vivía dentro de mi piel lo aseguró.
El trauma me había cambiado.
Me convirtió en algo irreconocible para los demás.
Como habíamos crecido en el reino humano, los padres adoptivos nos
habían golpeado a ambos con regularidad, pero John había tenido suficiente.
peor porque había tenido menos control de su oscuridad.

Un día, accidentalmente dejó caer un vaso y se hizo añicos en el piso de
linóleo de la cocina. Intenté recoger los pedazos, pero ya era demasiado
tarde. El padre adoptivo se abalanzó hacia John y la oscuridad brotó de sus
poros a la defensiva.
Retrocedió, lo llamó demonio, exigió un exorcismo,
y gritó acerca de un dios falso.
Todo ocurrió tan rápido.
Todo se volvió borroso cuando un bate de béisbol nos rompió los huesos, nos
empujaron dentro de un automóvil y nos llevaron a un acantilado.
Me quedé boquiabierto y horrorizado cuando arrojó a John al abismo.
Entré en shock y la oscuridad explotó fuera de mí en un
ola. El hombre adoptivo desapareció, pero ya era demasiado tarde.
Saliendo del auto a trompicones, sollocé de rodillas mientras la
devastación arruinaba mi existencia.
Me lancé hacia adelante desde el acantilado para unirme a John.
Lothaire se materializó, me agarró y, en un solo movimiento, saltó del
acantilado y aterrizó junto a mi gemelo herido.
Antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, nos dirigimos a
otro reino.
Lothaire me dijo que la energía que había emitido era tan alta que el
Tribunal Superior lo había enviado a reclutarme.
Lo ignoré y me concentré en John.
John tardó tres semanas en coma inducido por brujas para volver a mí.
Durante ese tiempo, no me importaba que existieran vampiros y que

hubiera múltiples mundos. No me importaba que Lothaire reconociera nuestra
oscuridad y supiera quiénes eran nuestros padres biológicos.
Nada de eso importó.

Había jurado por mi vida que nunca volvería a fallarle a John.
El pasado se mezcló con el presente.
"
“Danos la profecía, oráculo, preguntó el rey con dureza.
“Deja de hablar con acertijos. Los estás asustando, y lo han estado
a través de lo suficiente ". Agarré la mano de John con tanta fuerza que se me
acalambraron los dedos.
En el presente, llegamos a un edificio escondido por la nieve.
árboles. Sobre la puerta verde estaba escrito “Cafetería”.
John intentó alejarse para abrir la puerta y mi garganta se cerró de
pánico. La picazón explotó en mi piel, así que lo apreté con más fuerza a
él y a Aran. Dejó de alcanzarlo cuando reconoció lo que estaba mal.
No podía soportar separarme de él.

No después de haber estado separados durante tanto tiempo.
Nunca más.
Respiré superficialmente.
“Por supuesto, mi rey, déjame ser más claro”. La oráculo se rió y agitó
las manos en el aire. “Hablo por la boca de las estrellas mientras proclamo
este destino”. Empujé a John más detrás de mí, el corazón latía con miedo
mientras lo protegía con mi cuerpo esquelético.
Los tres nos sentamos juntos a la mesa mientras los trabajadores

repartían la comida.
Acerqué mi silla a John y él acercó la suya a Aran. Nos sentamos uno
contra el otro.
Respirando profundamente, busqué la calma.
Voces hablaron a mi alrededor, pero no escuché una palabra.
dijo, porque no me importaban.
No hice amigos.
Ignoré a todos.
No hablé ni interactué.
No existía nadie excepto John... y ahora Aran. Dos personas eran el
centro de mi mundo.
Eran mi mundo .
El fatídico día en el acantilado había solidificado mi apego.
a mi gemelo en algo que definía mi ser.
La codependencia consumió cada momento de mi vida.
Fui yo .
Éramos dos mitades de un todo, y aunque John podía ponerse una

máscara y socializar, padecía la misma dependencia.
Los recuerdos se arremolinaban a mi alrededor.
El pasado estaba vivo y me alcanzó.

El rey nunca había revelado al reino que se habían encontrado los
príncipes perdidos, porque no podías liderar un reino poderoso si te negabas
a reconocer que existía alguien más que tu hermano.
No se podría jugar el juego político de la supervivencia si todos los

demás ya estuvieran muertos para uno. De modo que los príncipes perdidos
habían permanecido perdidos; No éramos más que humanos rescatados
que vivían en un reino extranjero.
Nos hubiera gustado más así.
Pero con el tiempo, el rey se decepcionó porque pensó que mis
problemas se superarían con la edad. Había pensado que John me ayudaría
a convertirme en alguien diferente.
Mi gemelo me amaba tal como era.
Como resultado, cuando Lothaire regresó años después para llevarnos
a la Academia Elite, el rey tomó una decisión horrible: chantajeó a Lothaire
con información secreta a cambio de mantener nuestra identidad en secreto.
Lo peor de todo es que convenció a Lothaire de que solo uno de nosotros
asistiera a Elite Academy a la vez.
El rey afirmó que era porque necesitaba nuestras habilidades para
gobernar el reino.
Él mintió; fue un intento desesperado por arreglar nuestra paralizante
problema de dependencia.
El rey nos llevó a un lado y prometió que podríamos reunirnos si
podíamos demostrar que ambos habíamos formado una relación con otra
persona.
Lo que sucedió fueron los peores años de mi vida entrenando en Elite
Academy.
Pensaron que yo era John y nunca me molesté en corregirlos porque
para mí no existían. De ninguna manera eso
importaba. Dejé que mi gemelo socializara por los dos; no fue para mí.
Al comienzo de mi tiempo en Elite Academy, estaba solo en un mar de

caras.
Solitario.
Sin amarrar.
Hasta que un chico de cabello azul con ojos atormentados y una boca
llena de sarcasmo pasó su brazo sobre mis hombros y me llamó John.
Intenté ignorar a Aran, pero fue imposible.

Por alguna extraña razón, quería ayudar al chico bonito que luchaba
por mantenerse con vida en el mar oscuro. Mi corazón latía salvajemente
en mi pecho mientras una pipa presionaba contra mis labios y me
susurraban un chiste al oído.
Aran se negó a apartarse de mi lado.
Y por primera vez en mi vida, me aferré a alguien que no era John.
Vi a alguien más.
El gemelo que se negó a interactuar con nadie más que con su hermano
se curó.
Meses después, el rey lloró de alivio y se alegró con su familia cuando
le pedimos la mano de Aran en matrimonio.
Todo lo que siempre había deseado se había hecho realidad.
Pero cuando los tres nos reunimos,
Inmediatamente se dio cuenta de que el plan del rey no había funcionado en absoluto.
Ya no era codependiente con una sola persona.
Yo era codependiente con dos.
Era como si el oráculo hubiera profetizado aquel fatídico día en la cueva.
Sus ojos se pusieron en blanco y abrió los brazos, mientras la profecía

explotaba en sus labios. “El número maestro rodea a los príncipes perdidos.
El más fuerte de todos ellos; dos se convertirán en tres. Los múltiplos de
tres son oro, ya ves. El Roto
El alma los lleva por un camino retorcido de oscuridad, pero seguirán siendo
los tres de tres. Eternamente."
No necesitaba fumar los benditos vapores de Delfos para
Confirma que Aran fue el tercero de la profecía.
Lo sabía en mi alma.
Ahora, a mi lado en la cafetería, Aran apoyó la cabeza en las manos y
miró al vacío mientras yo cortaba la fruta en trozos pequeños y se los daba
a mi gemelo.
John no tuvo que preguntar para qué servían, porque estábamos en la
misma onda; La letra griega lambda estaba tatuada en mi espalda por una
razón.
Él le dio bocados de comida con la mano.
Juntos la cuidamos.
Al otro lado de la mesa, los demonios dijeron algo, pero no registré sus
palabras; Mi atención estaba totalmente centrada en Aran.
Mi piel se erizó por la necesidad de alimentarla.

Durante toda mi vida, cuando mi gemelo sufrió, yo sufrí.
Ahora bien, cuando Aran sufrió, yo sufrí.

Así era como yo operaba.
Después de la cueva, el rey no estaba contento con la profecía del oráculo.
Se enfureció con los otros reyes y reinas sobre lo injusto que era porque ya
conocíamos la oscuridad. Los reyes y reinas sacudieron la cabeza mientras
murmuraban sobre los pobres Príncipes de las Tinieblas.
Nosotros asentimos hoscamente.

Esa noche, John y yo nos reímos de emoción en nuestra cama compartida
porque sabíamos lo que significaban tres. No seríamos solo nosotros dos
durante toda nuestra vida. Encontraríamos a alguien más a quien amar.
John me llamó la atención mientras Aran comía delicadamente la fruta que
Se la entregó y él sonrió.
Inclinándome sobre la mesa, le rodeé los hombros con el brazo y enredé
los dedos en el pelo rizado de color turquesa mientras me aseguraba
ambos comieron.
Mi estómago gruñó, pero no me importó.
Empujé más comida en el plato de John y él sonrió.
Sus hoyuelos eran mi hogar.
Juntamos nuestras manos debajo de las sábanas y los hoyuelos de John
estaban marcados en sus mejillas mientras reía. Me puse boca arriba y me
agarré el estómago mientras me unía a él.
Observé a Aran y John comer con gran atención. Ellos dos nunca se
separarían de mí; si lo hicieran, estaría muerta.
Al día siguiente, durante el desayuno, el rey despotricó ante los otros dos
acerca de que el oráculo era un fraude. Siguió hablando sobre cómo
merecíamos luz en nuestro futuro. La reina nos sonrió desde su trono
plateado cubierto de violetas mientras la inteligencia brillaba en sus
majestuosos ojos.
Le devolví la sonrisa.
John le guiñó un ojo a la reina y levantó los dedos. Ella echó la cabeza
hacia atrás y se rió.
"
“Tres de tres. Eternamente, le susurró a la reina mientras
cubrió su sonrisa con su pequeña mano.
La reina se rió porque vio lo que el rey no podía ver, sonrió y dijo:
"Muchachos afortunados".
Asentimos con la cabeza.
La reina era una de las principales estudiosas de los encantamientos en
los reinos porque a menudo podía ver lo que otros no podían.
Esta vez no fue la excepción.
Debajo de la mesa, John sonrió mientras golpeaba suavemente con sus
tres dedos mi muslo, y el calor inundó mi pecho ante su gesto.
Después de la comida, con la mano de John alrededor de la de Aran, la

llevé por el sendero bordeado de árboles hacia los dormitorios de nuestra
legión. La legión de cambiaformas se dirigió hacia sus cuarteles. Los reyes
caminaban detrás de mí, erizados de agitación y gruñendo entre dientes.
Apenas me di cuenta mientras agarraba mi tesoro.

Aran murmuró sobre libros y palacios perdidos mientras se abrazaba a mí
mientras sostenía la mano de mi gemelo.
Los copos de nieve espolvorearon sus rizos turquesas mientras la protegía de
el aire helado con mi pecho.
La posición le resultaba familiar.
De vuelta en Elite Academy, ella se aferró a mi brazo durante horas en el
mar negro, colgando de mis hombros mientras temblaba de cansancio. Sus
brazos se apretaron alrededor de mi cuello mientras la arrastraba a través de
la costa rocosa hacia un lugar seguro, y nos quedamos dormidos acurrucados
juntos en un catre roto.
En el presente, la nieve besó sus mejillas sonrosadas. La escarcha se
aferraba a sus pómulos como si fuera un adorno.
Su respiración salía en delicadas bocanadas de hielo y yo la miraba,
embelesada por la grácil columna de su pálido cuello y la ligera ondulación de
su pulso.
Parecía un sueño.
Su existencia me proporcionó un refugio del mundo y, al igual que mi
gemela, ella estaba en casa.
Cuando finalmente regresamos al calor de nuestra habitación, tomé
protectoramente la parte posterior de su cabeza rizada y la acosté en su litera
designada.
Ella suspiró aliviada.
Le desaté las botas de combate, se las quité suavemente y le tapé el pecho
con las mantas.
Le aparté un rizo de la frente.
Las pestañas oscuras se agitaron.
John se apoyó contra mí y disfruté de su proximidad.

Juntos la observamos. Los lazos de hermandad y amor rasgueaban entre
nosotros como un rayo dorado de sol en un día nublado.
Lentamente, John besó sus tres dedos y luego los presionó contra la mejilla
sonrojada de Aran. Me besó en la mejilla y luego subió a su litera superior.
Me quedé congelada.
Emocional.
Abrumado.
Metiendo los pies de Aran debajo de sus mantas, me subí a mi litera
encima de la de ella con un brazo colgando hacia ella como lo hacía
todas las noches desde que nos mudamos al campamento de guerra.
Dedos delicados enredados con los míos. Fría y pálida contrastaba

con la cálida piel oliva.
Incluso medio dormido, Aran había tomado mi mano.
La posición era incómoda para los dos, pero
Ninguno de nosotros podría dormir sin el toque del otro.
Exhalé tensión. La compulsión se convirtió en algo cálido, algo
nuevo y precioso.
"
“Que duermas bien, hermano”, susurró John desde arriba. "Estoy
agradecido por cada día que podemos pasar juntos".
Se me quebró la voz cuando respondí: “Cada día juntos es una
bendición; nunca más me separaré de ustedes”. Había sobrevivido al
infierno de la separación y ahora la vida junto a ellos me parecía un
sueño.
"
“Eternamente, murmuró.
no importaba que fuéramos a la guerra. A diferencia de otras
personas, nunca me dejé atrapar por las circunstancias. Fueron las
personas más cercanas a ti las que formaron tu vida. Período.
Otras personas nunca parecieron entender eso.
Delicados dedos se curvaron contra mi palma en señal de acuerdo.
La estrecha litera encima de mí crujió cuando John colocó sus largos
brazos en el frente de su cama y enterró sus manos en mi cabello.
Todas las noches los tres dormíamos contorsionados en posiciones

incómodas.
Atado.
El tacto reflejaba nuestras almas.
Mientras me hundía en el olvido, una sonrisa se dibujó en mis labios

porque la reina había entendido hacía una década lo que el rey aún no
podía comprender: no temías a la oscuridad si juntos eras luz.
La profecía no era portadora de fatalidad; era una promesa de paraíso.
Los últimos años en Elite Academy, había sufrido mucho.

oscuridad: soledad.
Me asfixié en la desolación mientras mi piel se erizaba, sola y desatada
en un universo lleno de personas que nunca entenderían. Me había
degradado hasta quedar en nada.
Yo no había sido nadie.
Ahora los que amaba presionaron sus cálidos dedos contra mi carne, y
nuestra sangre latía en conjunto a través de formas corpóreas.
Estábamos conectados.
Para siempre.
Nunca los dejaría ir.

Las joyas de compromiso que colgaban del cuello y la muñeca de Aran
eran un testimonio de esa promesa. Las piezas eran invaluables y estaban
imbuidas de raros encantamientos que sentían el alma de una persona y la
conectaban con quienes las regalaban.
Hasta que celebramos una ceremonia de matrimonio y dijimos las

palabras oficiales de vinculación, el encantamiento era mayoritariamente
inerte. Lo único que harían las joyas sería familiarizarse con el alma de Aran.
Al menos eso era lo que nos había dicho la reina.
El encantamiento era antiguo y solo lo usaban los líderes de nuestra
cultura, e incluso entonces, la última vez que se usó fue hace miles de
años, cuando la reina se casó.
Aran era digno.

Aunque estuvo prácticamente inactivo hasta la ceremonia, todavía era
un símbolo de las promesas que habíamos hecho por uno.
otro, y eso significaba algo.

Un día completaríamos el vínculo y el encantamiento
uniría nuestras almas.
Hasta entonces, todo lo que podía hacer era aferrarme a Aran.
Mi alma ya era suya.
Mientras descansaba, una lágrima de dolor recorrió mi mejilla porque
el Tribunal Superior había programado que ella y los reyes tuvieran
terapia en el reino de los cambiaformas, lo que significaba que nos
separaríamos.
Sería pura tortura.
Capítulo 4
Arán
TERAPIA
Ferino (adjetivo): salvaje
Garrapata. Infinidad. Toc.

Las manecillas del reloj se movían anormalmente lentas como aletas.
de papel tapiz amarillo se despegaban de la pared de la oficina como lágrimas.
De fondo gorjeaban voces.
El primer plano era nebuloso.
Había sido así desde que supimos la verdad sobre la guerra contra los
impíos.
El sudor goteaba por mi caja torácica mientras el aire acondicionado
arrojaba aire frío sobre mi cabeza. La lluvia golpeaba la única ventana de la
estrecha oficina.
Mis dientes castañetearon.
Afuera el clima era lúgubre; En el interior, el clima era lacrimoso.
El cielo estaba inundado de agua y la habitación rebosaba de

arrepentimiento, vergüenza, ira y cualquier otra emoción desagradable de la
que nadie quería hablar.
Sentimientos que destruyeron.
Nos sentamos en un silencio morboso.
Un respiro de la guerra: últimamente las palabras eran nuestras armas y

yace nuestras balas encantadas.
"Aran, ¿me estás prestando atención?" La Dra. Palmer chasqueó los dedos
delante de mi cara. Desafortunadamente, una persona no había recibido el
memorando de “siéntate en silencio y deprimido”.
Parpadeé.
Ella volvió a chasquear los dedos.
"No." Se me quebró la voz y me mojé los labios. "No te estaba escuchando".
Mi terapeuta respiró profundamente. “El Tribunal Superior dice que estos

hombres son sus almas gemelas predestinadas y que deben cooperar con ellos
en el esfuerzo bélico. Han ordenado estas sesiones de terapia porque todos
necesitan aprender a trabajar juntos y desbloquear todo el alcance de sus
poderes”.
Lo único que desbloquearía sería un bozal para Malum.
Apuntó con su bolígrafo a los tres demonios sentados a mi lado en el sofá
raído.
Los cuatro nos movimos.
“¿Pero dijiste la semana pasada que los detestas?” Ella frunció. "Y luego te
negaste a dar más detalles".
No entendí su desconcierto.
Mi odio debería haber sido una declaración con un punto:
una forma de puntuación utilizada para finalizar una oración completa.
Por alguna razón, nadie quería aceptar mi odio como definitivo.
Los Reyes.
Doctor Palmer.
El Tribunal Superior.
Todos estaban esperando que cambiara de opinión.
El hielo viajó por mis extremidades hasta que quedé completamente
entumecido, sentándome quieto mientras simultáneamente caía más
profundamente en la nada.
El espacio se combó.
Garrapata. Infinidad. Toc.
La doctora Palmer frunció los labios. "Aran, ¿podrías responder la pregunta?"
Le devolví la mirada sin comprender. El hielo había congelado mis párpados.

y embalsamé mis córneas.
“¿Odias a estos hombres?”
Señaló de nuevo como si necesitara recordarme que estaba atrapado junto
a mis enemigos en una habitación claustrofóbica destinada a dos personas.
Me negué a girar la cabeza porque ya había visto suficiente: hombros

extrañamente anchos, dedos largos y pálidos, comportamientos insensibles,
cálidos ojos marrones, mejillas que se sonrojaban cuando me traicionaban. Tres
caras inquietantemente hermosas.
El problema nunca había sido su apariencia.
“Um…” Estallé en un ataque de tos.
La tensión en la habitación se multiplicó por diez cuando todos se
concentraron en mí. Me habría avergonzado, pero hace diez años que dejé de
sentir algo significativo.
Dejé de sentir nada la semana pasada en el campo de guerra.
Dick había hablado y las mentiras se habían derrumbado.

La verdad (los antiguos acuerdos de paz) era una bestia atroz.
Ahora el Dr. Palmer me entregó un vaso medio lleno de agua tibia y lo tragué
hasta que me atraganté.
El líquido se derramó sobre mi camisa.
Orión me dio unas palmaditas en la espalda y me estremecí ante su toque.
Hizo un sonido suave y herido mientras retiraba la mano.
El aire acondicionado zumbaba con fuerza.
Una ráfaga de viento arrojó lluvia contra el costado del edificio.
Centré toda mi atención en ahogarme hasta morir en el agua;

lamentablemente, no funcionó, así que redirigí mi concentración a encorvarme
de hombros hasta que estuve
cóncavo.
Colocando el vaso de agua medio vacío a mis pies sobre la alfombra que
alguna vez fue blanca pero ahora marrón claro, fingí no darme cuenta.
que la Dra. Palmer frunció el ceño como si supiera que me iba a olvidar
recogerlo.
Me aclaré la garganta tres veces.
Tosió.
Moja mis labios.
"Aran, tómate todo el tiempo que necesites". Su boca decía una cosa,
pero sus ojos entrecerrados y sus labios apretados decían otra.
"Bueno." Mi voz sonaba muy lejana y se sentía como si

alguien más estaba hablando.
Su ojo derecho tembló. Uno. Dos. Tres. Cuatro veces.
Me pudrié en el sofá.
"Arán". La Dra. Palmer chasqueó los dedos dos veces en rápida
sucesión y sonó como un disparo.
Me senté sobresaltado.
Ella me apuntó con su bolígrafo.
Un arma.
Se podría perforar la arteria corneal de alguien con un bolígrafo.
Podrías arrancarle los ojos a alguien. Podrías darles un puñetazo en el
estómago.
"
“Aran”, dijo el Dr. Palmer con dureza.
Solté: “Sí, odio a mis compañeros. De hecho, me dan repugnancia”.
Saqué la lengua y apunté con el dedo mientras me atragantaba, en caso
de que ella no estuviera captando lo que estaba dejando.
El buen (molesto) doctor anotó algo

Su portapapeles y asentí mientras mis ojos se volvían más pesados.
Me estaba precipitando hacia una guerra ciega.
Caída libre.
Intenté sentarme derecho, pero mis hombros se hundieron.
Los músculos de mi espalda ardían con el peso fantasmal de las alas
retraídas que no podía hacer funcionar.
Incluso en los Juegos del Legionario, nunca había volado. Simplemente
caí hacia el suelo y usé mis alas para
ralentizarnos antes de estrellarnos contra un poste.

Al menos soy bueno lanzándome desde grandes alturas. Debería ser un
saltador de acantilados profesional.
“¿Tus almas gemelas te disgustan y las odias?” Dr.
Palmer habló lentamente y pronunció demasiado "disgusto" y "odio" como si
estuviera dejando claro un punto. “Eso es lo que dijiste la semana pasada.
¿Correcto?"
Si ella estaba insinuando algo, yo no lo entendía.
Asentí y tiré de la costra permanente de mi labio inferior.
"
“Deja de picar, Scorpius ordenó con dureza.
salté y aparté la mano de mi cara.
Un bolígrafo garabateado sobre un papel.
¿Estaba escribiendo sobre mí? Brusco.
Puse los ojos en blanco, llevé los dedos a mi labio y arranqué un jugoso
trozo de piel.
"
"Te dije que no recogieras, dijo Escorpio. “Orión, tira de ella
que lo entregaras".
¿Alguien más está plagado de hombres? ¿Sólo yo? Lindo.
"
“Tócame, el Dije con cansancio: "y te mataré". lo dejé
“nos mato a todos” por culpa del médico.
Todo lo que necesitaba era que me diagnosticaran un maníaco homicida
en serie.
¿Era yo uno? Tal vez. ¿Quería estar fuertemente medicado y encerrado
en una habitación por el resto de mi vida? También, tal vez. Dependía de si
Sadie estaba allí.
Orión me miró fijamente.
Me quedé mirando la pared.
No era el tipo de persona que tenía favoritos, especialmente cuando se
trataba de mis enemigos, pero Orión era mi favorito y Malum era el que
menos. Cien por ciento.
Agradecí que el hombre tranquilo fuera un amortiguador entre yo y

Scorpius y los dos bloquearon mi visión de Malum.
Los reyes estaban sentados en orden descendente de horror.
Tenían sus brazos sobre los hombros del otro.
y susurraron entre ellos mientras el Dr. Palmer hablaba.
Los tres encajan.
Luego estaba yo.
Scorpius se inclinó hacia delante para mirarme, y el muslo
musculoso de Orión presionó indecentemente contra el mío. Ambos
llevábamos pantalones deportivos, pero el dolor me recorrió la espalda.
Exhalé con fuerza y logré no gemir.
Era curioso cómo el dolor se sentía más agudo en determinadas situaciones.
A veces, la adrenalina y la depresión enmascaraban el dolor y otras
veces amplificaban la agonía.
Ya nada lo enmascaraba.
Estaba en carne viva.
La vida es una perra cruel.

"Reclinarse." El Dr. Palmer miró a Scorpius hasta que se recostó
en el sofá con un resoplido.
“Quiero recordarles a todos que estas sesiones son para su
beneficio”. Ella nos frunció el ceño a cada uno de nosotros. "No soy
yo a quien el Tribunal Superior obligó a ir a terapia; no soy yo quien
sufre la enfermedad de los vínculos con las personas con las que
tengo que liderar una guerra". Ella se burló, como si fuera por ella,
nunca nos habría elegido como líderes. "Pero lo hace."
Su mirada era cortante.
¿Por qué no la habíamos reclutado para el esfuerzo de guerra?
Sería una buena general.
Como si leyera mi mente, la Dra. Palmer entrecerró los ojos.
Podía verla apuñalando a la gente.
Scorpius ladró una serie de blasfemias.
Agotamiento.
Me separó.
"
“Deberías alistarte en el ejército”, le dije, y al mismo tiempo ella me
preguntó: “Aran, ¿cómo te sientes?”.
Ella me lanzó una mirada fulminante. "No hables a menos que te
hablen".
"
“Sí, general, una Susurré.
gota de lluvia dejó un rastro en el cristal.
“Entonces, ¿puedo hablar ahora para responder o hay un límite de tiempo?”
Pregunté mientras debatía cómo decirle que me sentía como si me hubiera
atropellado un camión.
"Arán". Dijo mi nombre como una maldición y respiró hondo.
"Continuando, ¿cómo te sientes cuando Scorpius te dice qué hacer?"
Clavé mi uña más profundamente en mi labio.

“¿No te gusta cuando te da órdenes?” Ella
Miré deliberadamente la sangre que goteaba por mi barbilla.
Me burlé. "Obviamente no." Intenté limpiarme el sabor a cobre de la
lengua con la manga de mi sudadera.
Un corazón palpitando contra mi lengua. La sangre de mi madre baja
por mi garganta.
“El hecho de que te dijera que no te mordisqueas el labio…” Dr.
Palmer asintió como si se estuviera dando cuenta de algo (estaba
delirando). “—te está haciendo actuar por despecho. El rencor es una
intensa respuesta psicológica a una valencia negativa como la decepción
o la traición”.
La lluvia golpeaba lúgubremente la ventana. El aire frío sopló
la parte superior de mi cabeza. El muslo de Orión presionó contra el mío.
“¿Te han traicionado estos hombres?”
La risa de Scorpius fue áspera, como si jadeara de dolor.
Me habría unido a él, pero no me reía con los hombres. I
Sólo se rió de ellos.
Una voz en mi cabeza se rió de mi chiste, como un monstruo que no
existía, como la Conciencia Angelical que supuestamente sí existía,
como un ángel guardián, como antiguos acuerdos de paz que nos
dejaron varados, librando una guerra.
Está bien.
Estoy bien.
Entiendo mi cerebro, me tranquilicé.
La paradoja del mentiroso: no puedes mentir si sabes que es falso, pero
si es falso, entonces eres un mentiroso. El ciclo se disparó hasta el infinito.
Me froté la muñeca donde el pesado brazalete de diamantes hormigueaba

como si estuviera vivo. Latió cálidamente, luego se detuvo y no pude decidir
si lo había imaginado.
Mi subconsciente le gritó algo a mi conciencia, pero había un espacio
muerto dentro de mi cerebro que no podía entender. Había un vacío donde
el conocimiento se esfumaba. Un abismo.
Quizás fueron horas pasadas gritando en el suelo de un palacio.

Quizás fue la hermana pequeña que nunca tuve la que me robó los
recuerdos.
Quizás fueron tres hombres los que me atormentaron.
Quizás fui yo.
Quería golpear mi cráneo contra la pared.
“Tus emociones tienen sentido y son válidas, especialmente si te sientes
"
traicionado”, dijo el Dr. Palmer lentamente, como si yo fuera un imbécil.
Me quedé mirándola inexpresiva.

“¿Quizás te sientes rencoroso debido a tu profundo sentimiento de dolor
por sus acciones?” Ella asintió. “¿Han hecho algo que te haga sentir
especialmente decepcionado?”
El hielo negro me quemó la garganta y necesitaba limpiarme la

sonrisa condescendiente de su rostro.
Solté: "Malum me prendió fuego hasta que mi cara se derritió, y nunca
se disculpó por ello".
El doctor Palmer dejó de escribir y palideció.
Sus dos ojos temblaron. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis.
Siete veces. Un nuevo récord.
Tres hombres se pusieron rígidos a mi lado.

La Dra. Palmer abrió y cerró la boca varias veces. Cuando
finalmente habló, pronunció demasiado cada palabra. “Me estás
diciendo que tu…” Se aclaró la garganta y revisó su portapapeles. “—
Ignis te prendió fuego—¿el compañero cuyo papel es amarte y
apreciarte?”
Mostró más emoción ahora que nunca.
Ni siquiera había parpadeado cuando supo que me había disfrazado
de hombre porque era la princesa hada buscada que había asesinado
a su madre, pero ahora sus ojos se agrandaron con horror como si
entendiera por qué la sesión de terapia era incómoda.
Finalmente.
Scorpius se burló ruidosamente. “Un Ignis no sólo ama y valora a
su Venerado. Ésa es una descripción provinciana y patética. El
propósito de su vida es adorar, proveer, albergar y obsesionarse con
su Venerado; no es nada tan servil como el amor”.
“Es una falta de respeto insinuar que sólo la amaría a ella”, dijo
"
Malum.
¿Alguna vez perdiste por completo el objetivo de una conversación?
La doctora Palmer miró boquiabierta a los reyes con incredulidad y
su tez palideció.
Sonreí.
Todos sabían que el objetivo de la terapia de pareja era lograr
A tu terapeuta le gustas más que a tu pareja: yo había ganado.
“¿Quieres hablar sobre el cuidado de tu Reverenciado, pero le
prendes fuego a Aran?” Su voz se volvió inusualmente alta mientras
miraba boquiabierta a Malum.
De repente, una imagen en la pared estalló en llamas rojas, y dos
cambiaformas que retozaban en un campo de colinas se derritieron en
cenizas.
Ironía dramática.
La voz del doctor Palmer subió una octava más. “¿Me estás
diciendo que Aran es tu Reverenciado?” Ella ni siquiera miró
en la pared en llamas. Toda su atención estaba puesta en el líder de los

reyes. “¿Y el propósito de tu vida es cuidar de ella?”
Malum gruñó de acuerdo.
“¿Aun así le prendiste fuego hasta que su cara se derritió?”
Él gruñó de nuevo.
Cuando ella lo expresó de esa manera... él apestaba.
Garabateó furiosamente en su portapapeles y empujó sus gafas contra
la parte superior de su nariz con tanta fuerza que el cable se dobló. "¿No
crees que es algo por lo que deberías disculparte con ella?"
Orión hizo una mueca y presionó su pierna con más fuerza contra la mía.
Scorpius murmuró algo en voz baja. Metí la mano en los bolsillos y acaricié
mi pipa.
Hacer que el líder de los reyes se disculpara era como intentar tener una
relación sana con un hombre.
Imposible y perturbador.
Malum rechinó los dientes. “Ella estaba disfrazada de hombre en ese
momento. No sabía que ella era mi Venerada. Era diferente." Su voz era
áspera y áspera.
La doctora giró su silla hacia mí. “¿Cómo funciona Malum?
¿Las palabras te hacen sentir, Aran?
Me llevé la pipa a los labios e inhalé con fuerza.
Por primera vez desde que la vi con Sadie meses
Hace un tiempo, ella no comentó sobre mi adicción al tabaco.
“Siento que quiero prenderle fuego hasta que su piel se derrita”, dije con
"
voz monótona.
“Entonces hazlo”, gruñó Malum, y fui empujado cuando se inclinó hacia
adelante para mirarme. “Deja de quejarte por eso y prendeme fuego, y
entonces estaremos en paz. No entiendo por qué sigues sacando a relucir
esto. Sólo déjame cuidar de ti. Necesitamos superar esto; ya tenemos
suficiente de qué preocuparnos con esta maldita guerra”.
Unos ojos gris acero me clavaron en mi asiento.

Las llamas chirriaron y el horrible olor a alfombra quemada llenó la

habitación.
Nadie se movió para apagarlo.
Me incliné hacia delante y le devolví la mirada. "Exactamente. Dado
que ya estamos condenados, ¿por qué debería preocuparme por tu
patético intento de perdón? ¿Alguna vez has pensado que tal vez quiero
guardar rencor?
“¿Cómo te hace sentir guardar rencor?” Intervino el doctor Palmer.
"
“Maravilloso”, dije sarcásticamente.
Las mejillas de Malum se sonrojaron. "Haz lo que sea necesario para
perdonarme; ya dije que podrías prenderme fuego".
Los ojos plateados se suavizaron. "No sé si es posible". Malum se aclaró
la garganta. "Pero intentaré rechazar mis habilidades y dejar que las
llamas me consuman, por ti, para que puedas vengarte".
Un bolígrafo cayó contra un portapapeles.

Me quedé boquiabierto ante mi archienemigo y sus pómulos se sonrojaron.
Más rojo cuanto más miraba.
"Está bien, lo intentaremos". Asenti. “Consígueme una cerilla y
queroseno y lo haré. Aquí y ahora, ya que lo estás pidiendo”.
"
"Tengo un encendedor, Orión susurró. “Pero no quiero
Corvus, para lastimarme".
Scorpius dijo arrastrando las palabras sarcásticamente: "No hay
manera de que funcione". Envolvió sus largos dedos alrededor del cuello
de Malum, luego se inclinó y le dio un beso en la mejilla. "Está literalmente
hecho de fuego; estará bien".
Malum intentó alejarse de Scorpius, pero cuando su compañero lo
abrazó y le clavó las uñas en la piel, dejó de luchar.
La plata fundida se endureció hasta convertirse en acero mientras me miraba.

"Ya te dije que podías hacerlo". Él extendió sus brazos
ancho. "Estoy esperando. Entre nosotros dos, yo no soy el cobarde.
"Dame el encendedor". Le di un codazo a Orión.

Vacilantemente metió la mano en su bolsillo.
"¡Detener!" La voz estridente del Dr. Palmer nos hizo estremecer a los cuatro.
“Nadie…” Respiró profundamente como si estuviera tratando de controlarse. "...
está prendiendo fuego a cualquiera en esta habitación".
“¿Entonces deberíamos hacerlo fuera de la habitación?” Yo pregunté.

Los nudillos se blanquearon contra un portapapeles y ella miró al techo como
si estuviera sufriendo un colapso mental.
Extremadamente identificable.
Sonó un cronómetro.
Con un movimiento fluido, se enderezó y nos sonrió. Su voz era dulce como
la miel cuando dijo: “Tu sesión de una hora ha terminado. Por favor, vete."
Me puse de pie y le tendí la mano para que ella la estrechara.

"Sal de mi oficina". Sostuvo su portapapeles apretado contra su pecho.
Dejé caer mi mano y asentí mientras daba una larga calada a mi pipa. “Eres
verdaderamente una diosa en tu oficio. Genial. Me gustó mucho cómo repitiste
las mismas frases”.
"¡Afuera!" Ella chasqueó.
"Te haré saber cómo funciona prenderle fuego". Bostecé.
"Yo no sugerí eso". Su bolígrafo se partió. “Como profesional acreditado, les

informo a todos ustedes ahora mismo que los denunciaré a las autoridades
pertinentes si alguno de ustedes se prende fuego entre sí, o a cualquier otra
persona”.
El marco humeante se cayó de la pared.
Todos sabíamos que no había autoridades que castigaran a los campeones
de los dioses. Éramos las autoridades designadas. Más pruebas de que los locos
gobernaban los reinos.
Quien miró a Malum y pensó: “Ese hombre parece estable.

¿Vamos a darle poderes locos y ponerlo a cargo? Me gustaría hablar con
el manager de esa persona... y darle una paliza.
Los reyes se levantaron y se abrazaron.
Luego se dieron vuelta y los tres ocuparon mi espacio.
Miré hacia abajo y noté que el agua que quedaba en mi taza se había
congelado en hielo sólido. Peculiar.
Sombras y músculos se ampliaron a mi alrededor.
Saqué de mi bolsillo el dispositivo RJE con “terapia” grabada en su
superficie y agarré la muñeca de Orion. Scorpius y Malum envolvieron
sus dedos alrededor de mi antebrazo.
Podrían simplemente haber agarrado a Orión, pero en los últimos tres
Durante semanas, me tocaron intencionadamente cada vez que hacíamos RJE.
Como si esa fracción de segundo de contacto significara algo para
ellos.
Estaban tratando de demostrar que me eligieron.
Como si no fuera demasiado tarde.
Fue.
Gotas gordas cayeron tristemente a través de la ventana, y dije
alegremente: "Te mantendré informado". Presioné el dispositivo brillante.
La doctora Palmer sacudió la cabeza frenéticamente. "Por favor, no lo hagas".

"
“Lo haré”, susurré mientras parpadeaba y la oficina del terapeuta
desaparecía.
Grieta.
El aire apestaba a tierra húmeda, arrepentimiento y secretos.
Ubicación: el campamento de guerra.
Capítulo 5
Arán
EL CAMPAMENTO DE GUERRA
Brume (sustantivo): bruma, niebla.
Me arrodillé sobre tierra tibia mientras el vapor se evaporaba en mi cara.

Las agujas de pino crujieron.
El nuevo reino estaba coloreado en tonos grises.
Fue deprimente.
Cientos de árboles cubiertos de nieve se balancearon mientras la terapia
RJE callaba en mi mano. La condensación del vapor se congeló en mi cara
mientras me levantaba.
El aire estaba frío, pero yo tenía más frío.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
La tensión del consultorio del Dr. Palmer todavía se pegaba a mi piel y me
concentré en lo que me rodeaba.
Todo estaba en silencio.
Supuse que la base para una guerra planetaria sería enorme y estaría llena
de miles de soldados. Que sería ruidoso y desordenado. Caótico.
Estaba dolorosamente silencioso.

Sólo cien soldados.
Estábamos solos.
Abandonado.
Presioné mi pipa entre mis labios e inhalé profundamente, y resonó contra

mis dientes. El caballo graznó mientras daba vueltas en la nieve sobre mi cabeza.
Entrecerrando los ojos, estudié las plumas de mi cuervo y traté de recordar

si siempre lo habían seguido con un plumaje tan largo.
Giró perezosamente con la brisa y chilló de alegría.
Me encogí de hombros y soplé una nube de humo, mi nariz

ardiendo por el aire helado.
Mirando hacia las imponentes montañas de picos blancos que
Rodeé el valle, me guardé el dispositivo RJE en el bolsillo.
Gruesos copos de nieve caían suavemente sobre el cielo gris.
Nubes de tormenta flotaban a través de la atmósfera.
Inhalé el humo bruscamente y traté de olvidar que Lyla había mentido
implícitamente cuando había dado a nuestras legiones designaciones separadas.
No estábamos aquí para liderar un ejército de miles; Estábamos aquí para

luchar contra un planeta lleno de monstruos.
Estábamos aquí para sufrir.
Exhalé y fingí que los dioses no eran seres inútiles.
que nos había abandonado.
La nieve flotó en el aire gélido, luego chisporroteó al tocar el suelo caliente y
se evaporó, y el agua siseó al elevarse desde la superficie del planeta en una
espesa capa de niebla.
El planeta 003FX tenía un núcleo inmensamente caliente que calentaba el
suelo a unos veinticinco grados Fahrenheit y una atmósfera helada.
Al menos eso era lo que decía el paquete informativo del Tribunal Superior.
Dije que apestaba.

Temperaturas gélidas, nieve perpetua, superficie brumosa y cielo gris.
Un lugar aburrido para morir.

Si entrecerraba los ojos, apenas podía ver un pequeño brillo en el aire.

El Tribunal Superior especuló que la rara bioluminiscencia del suelo se
evaporó a la atmósfera y creó el efecto.
Como apenas se notaba, no sé por qué se molestaron en comentarlo.
Los reyes me siguieron mientras caminaba por el campamento de

guerra escondido bajo cielos relucientes.
Los árboles cubiertos de nieve camuflaban el campamento.
Todavía tenía que ver ninguna evidencia de animales.
"Aran, has vuelto". John salió corriendo del búnker designado por
nuestra legión y me abrazó. "Gracias al dios del sol, Luka está de humor
silencioso y se negó a reírse de cualquiera de mis chistes".
No señalé que Luka siempre estaba de humor silencioso; era parte de

su encanto. En lugar de eso, inhalé el rico aroma a sándalo y me desplomé
hacia delante.
John me sostuvo.
Los copos de nieve bailaban a nuestro alrededor mientras nuestro aliento se mezclaba en
bocanadas heladas.
Nuestros pechos se aprietan, los corazones laten al ritmo,
Me hundí en sus brazos como si pudiera arrastrarme bajo su piel.
Desaparecer en su calidez.
“¿Cómo estuvo la terapia obligatoria? ¿Estás bien?" John
susurró en mi oído.
Presioné mi cara más profundamente contra su cálido hombro y
gimió, “Horrible. Y no."
Sus brazos se apretaron alrededor de mis hombros mientras me apretó
tres veces en rápida sucesión.
Mi corazón tartamudeó.
Apreté cuatro veces más fuerte que pude.
Se le cortó el aliento.
Ambos sabíamos lo que significaba.
“¿Puedo hacer algo para ayudar?” Los dedos de John levantaron

suavemente mi barbilla y me quitó la nieve de la cara.
"
“Me mataron a golpes con una pala”, le ofrecí.
Él se rió entre dientes, y el sonido fue profundo y rico cuando descendió
en picado y me golpeó la nariz, abrazándome mientras yo luchaba por alejarme.
"¿Está herida?" Preguntó Luka detrás de él. “¿Le pasó algo en la cara?” A
diferencia de la postura relajada de John, Luka estaba rígida.
Tenso.
Estaba concentrado en nosotros dos.
En todo momento.
Los ojos oscuros de Luka brillaron con preocupación mientras me miraba,

así que me zafé de los brazos de John y salté para darle un rápido beso en la
mejilla.
Sus dedos presionaron con reverencia donde mis labios se tocaron.
Punzadas de dolor recorrieron mi espalda. Había algo tan desgarradoramente

dulce en Luka que me hizo querer aferrarme a él y no dejarlo ir nunca.
John me puso nuevamente debajo de su brazo y le respondió a su gemelo:

"No". Mostró sus hoyuelos y trató de pellizcarme la nariz otra vez, pero lo
esquivé. "Mi esposa es perfecta".
"
“Nuestra esposa”, corrigió Luka.
Malum dijo: "Ella no es tu esposa".
Los reyes miraron a los gemelos como si fueran una amenaza.
Los brazos llameantes de Malum estaban sobre Scorpius y Orion de manera
protectora.
Por unos segundos, olvidé que existían y me perdí ese momento porque
era pacífico.
Los demonios se movieron juntos y llenaron nuestro espacio mientras Luka
Dio un paso adelante protectoramente.
"No nuestra esposa". John le guiñó un ojo dramáticamente. "Todavía."
Puse los ojos en blanco. “Lo que tú digas, esposo”.
Mi estómago dio un vuelco y el dolor se intensificó.

"
“Cállate y cállate”, gruñó Malum. "Ambos conocen las reglas".
Qué hombre tan dulce. Existía esa actitud de sol y arco iris que todos
conocían y amaban.
Sus nudillos estaban blancos por lo fuerte que agarraba a sus
compañeros en busca de apoyo.
La terapia claramente lo había calmado. No.
Necesitaba una terapia de descarga eléctrica, una lobotomía o ambas cosas.
Estaba dispuesto a experimentar.
John abrió la boca para hablar, y la mirada de Malum
dispararle habría puesto de rodillas a un hombre inferior.
Un elemento central del esfuerzo bélico era pasar desapercibido para
los impíos. Como el Tribunal Superior no sabía qué tecnología poseía el
planeta, se ordenó a todos que permanecieran en casa tanto como fuera
posible, y si estaban afuera, debían guardar silencio.
Llamas rojas parpadearon sobre hombros de bronce y la nieve que caía

a nuestro alrededor se convirtió en lluvia.
Los reyes me miraron con intensas emociones.
Le devolví la mirada con ojos apagados.
Dejó de importarme cuando él me obligó a destacar.
bajo un cielo al que le llovieron cristales.
"
“Solo lo estás llamando marido para ponernos de los nervios”, se
burló Scorpius.
Suspiré pesadamente. “Crees que eres tan importante.
Noticia de última hora, lo llamaré mi marido, porque eso es exactamente lo
que va a ser”. Me burlé. “No todo se trata de ti. Crecer."
La afilada mandíbula de Scorpius se torció, las llamas rojas se

multiplicaron y Orión me frunció el ceño como si lo hubiera decepcionado.
Me apoyé en John y Luka me frotó la espalda. Sonreí contenta y dije

suavemente: "Mis maridos son
importante para mí."

Las líneas de batalla entre nosotros eran claras.
Tres contra tres.
Scorpius gruñó ante mis palabras como si hubiera recibido un puñetazo en el
estómago.
Sonreí.
Por supuesto, sólo lo hacía por despecho; Puede que esté deprimida,
pero en el fondo era una perra odiosa.
"Deja de llamarlos así", estalló Malum en voz alta, con el rojo tiñendo
sus mejillas bronceadas mientras me miraba como si estuviera avergonzado
de no poder controlar su temperamento.
Todos estábamos avergonzados por él.
"Vamos adentro, maridos". Ignoré a los reyes. "Alguno
La gente no sabe cómo obedecer las reglas del campo”.
John mostró sus hoyuelos y Luka gruñó cuando los llevé al interior de la
habitación que era el búnker para dormir de nuestra legión.
Una plaga llameante de dos metros de altura en la historia de la mujer
llegó detrás de nosotros. “Te dije que te callaras primero”, dijo Malum
inútilmente.
El hecho de que fuera él tratando de humillarse ante mí era más que
inquietante.
"Y te dije que te callaras y te murieras". Bostecé.
"¿Cual es tu punto?"
La temperatura se disparó.
¿Qué podría decir? La sesión de terapia me hacía sentir imprudente.
Quería venganza.
Respiré en mis manos ahuecadas para calentarlas.
Los puños de Malum temblaron a su costado y su rostro explotó en
llamas escarlatas.
Orión lo empujó bruscamente hacia atrás y Scorpius le gritó en la cara:
“¡Sal de ahí! Tú tienes el control; el fuego no te controla. Respira conmigo.
Estas bien."
Puse los ojos en blanco mientras Scorpius hablaba con Malum del borde
de un infierno total por lo que parecía la millonésima vez esta semana.
"Sólo para hacer de abogado del diablo..." Me reí entre dientes ante el
doble sentido. “—Él no parece tener el control para mí”.
Malum gruñó como un animal salvaje.
Nunca olvides hace tres semanas, al final de los Juegos del Legionario,
cuando Malum dijo que me apreciaría y cuidaría y prometió que sería diferente.
La niña necesita concentrarse en lo que él está manifestando porque es

no funciona. Abrí la boca para decírselo, pero...
"¡No puedo hacer esto!" Malum gritó y llamas salieron disparadas de su
boca como un dragón. “No puedo verte acosando a otros hombres y
llamándolos tus maridos sin reaccionar.
Eres mío."
Eh, se lo diré más tarde.
Cayó de rodillas.
Mi dolor de cabeza se intensificó.
Me quité mis pesadas botas de combate, me tumbé en mi
litera estrecha y me tapé con las mantas hasta la barbilla.
John me besó en la frente y subió a la litera superior.
Luka me dio un suave beso en la mejilla y se subió a la cama encima de la
mía. Una punzada de dolor recorrió mi columna.
El cariño se extendió a través de mí.
Los tres suspiramos.
Nuestro nuevo dormitorio era bajo, estrecho y austero, con una única
ventana que daba a los árboles. Se veía un trozo de montaña si presionabas
tu cara contra el cristal y mirabas hacia la izquierda.
Sí, la huella de mi mejilla todavía estaba en el cristal después de mirar.

El espacio también tenía literas para tres personas a juego en las paredes
a lo largo y una litera para dos personas que enmarcaba la ventana. Una
cómoda estrecha en la esquina tenía ocho cajones, uno para cada uno de
nosotros, y un baño ridículamente pequeño con apenas espacio para moverse.
En general, fue suficiente.

Mejor que una pared frente a un inodoro y un catre roto.

"No puedes estar con ellos". Las llamas se tragaron a Malum entero en el
centro de la habitación, y Scorpius hizo una mueca mientras sostenía a su
enloquecido compañero.
Orión miró a los gemelos como si fuera su culpa.
La habitación chisporroteaba de calor.
Me acurruqué más profundamente en la cama y disfruté del acogedor calor.
mientras mi piel fría se derretía. Malum hizo una linda fogata.
Me había sorprendido lo mucho que los reyes habían aceptado a los
gemelos durante estas últimas semanas. Me encendí pensando que tal vez no
estaban totalmente locos.
Me alegro de haberlo aclarado.
Que Malum tuviera un colapso total se sentía bien. Las sesiones de terapia
fallidas y la proximidad no ayudaron. Tampoco una guerra inminente.
Por lo que había reunido, los reyes estaban desesperados por demostrarle
al dios del sol que eran reyes dignos, y estaban devastados por no tener un
ejército que los respaldara.
También me habría deprimido si me apasionara ganar.
Menos mal que estaba deprimido por otras razones.

"
“Probablemente deberías llorar más por eso”, le dije a Malum, quien todavía
estaba completamente en llamas. "Eso definitivamente mejorará la situación".
Sí, estaba siendo una perra furiosa con los reyes cada vez que podía, lo
que objetivamente no ayudaba a la situación; sin embargo, subjetivamente, me
estaba haciendo sentir mejor.
Una situación en la que todos ganan.
Las llamas rugieron.

"
"No se equivoca, Scorpius se burló mientras agarraba a su
lunático compañero. “Al final del día, usted es nuestro Reverenciado.
Estás destinado a estar con nosotros, no con ellos. Necesitas crecer y dejar de
fingir. Ya eres uno de nosotros”.
Orión asintió con la cabeza y pétalos de color rosa claro flotaron sobre
su cuello mientras sus cautivadores ojos marrones brillaban con ira.
Bostecé adormilado.
¿Quién les iba a decir que estaba demasiado a la moda para ser uno
de ellos? Nuestros estilos de vida tenían un conflicto fundamental: yo
quería tumbarme al sol todo el día y no hacer nada, y ellos querían matar
cosas por diversión. Quería tomar una siesta debajo de un árbol mientras
una brisa cálida agitaba mi cabello, y Malum quería prenderle fuego al
árbol y gritarle.
Me estremecí.
Nunca íbamos a trabajar.
Luka dejó caer su mano sobre el costado de la litera y yo entrelacé mis
dedos con los suyos. Lo único bueno de las literas tan estrechas y
asfixiantes era que podíamos alcanzarnos fácilmente.
Me había acostumbrado a despertarme con el brazo entumecido.

Necesitaba el toque de Luka porque las pesadillas me acechaban
cuando cerraba los ojos y su agarre era mi único vínculo con la realidad.
“Como tu Ignis, te ordeno que rompas tu compromiso”, gruñó Malum

con dureza.
Un pulgar calloso rozó el dorso de mi mano de un lado a otro
reconfortantemente.
Me acurruqué más profundamente en mis mantas y dije: "Como el agujero en
En la habitación, te ordeno que dejes de darme órdenes.
El sueño me detuvo porque, a diferencia de las lujosas camas de
Elite Academy, mi colchón estaba duro como una piedra. Me encantó.
"
“No eres sólo un agujero”, espetó Malum.
"Espera, ¿en serio?" Pregunté fingiendo confusión. "Eso es una novedad
para mí."
"
“Obviamente, Scorpius escupió. “No seas ridículo. Ya se disculpó por
eso; estamos tratando de seguir adelante”.
"
“Técnicamente, susurré: “Tengo tres agujeros. Entonces soy agujeros.
Plural." Me reí para mis adentros mientras la oscuridad envolvía
a mi alrededor.
Me dejé llevar por una dulce inconsciencia.
“ No hables de ti de esa manera. no lo tendré
eso”, ladró Malum, e inmediatamente me desperté sobresaltada.
Dios sol no permita que el agujero de la habitación tenga un momento de paz.
“¿Malum está teniendo una crisis otra vez?” Vegar preguntó desde el
otro grupo de literas. La voz de nuestro compañero demonio era ronca,
como si acabara de despertarse de una siesta.
Zenith refunfuñó por encima de él.
"
“Oh, sí, los Juan respondió.
amantes de los demonios estaban más gruñones que de costumbre
porque no podían caber juntos en las camas estrechas. Agregue a la
mezcla un soldado de la muerte de dos metros de altura con la constitución
de un burro trastornado y en llamas y tendrá una receta para una vida
incómoda.
Malum gritó: "¡No estoy teniendo un colapso!".
Convincente.
Vegar volvió a roncar.
"
“Está bien, Mitch”, murmuré.
"¿Qué?" Preguntó Zenith.
"Perra masculina".
"
“Oh”, dijo Zenith, “tiene sentido”.
El líder de los reyes lanzó un grito de guerra.
"Guárdalo para el campo de batalla, Mitch". Me tapé la cabeza con la
manta con el brazo libre y traté de asfixiarme para dormir.
Luka me apretó la mano y disfruté su toque.

“¿Puedes dejar de enfadarte con él?” Scorpius se burló.
"No estás ayudando a la situación".
"
“Me estás haciendo esto, Arabella. Qué Dijo Malum con dureza.
persona tan encantadora.
"No, niña, eso es todo tú". Bostecé. "Además, eso es algo que diría un
Mitch".
Alguien soltó una carcajada, pero el sueño me tragó y no pude responder.
Me desperté sobresaltado.
Se oyeron suaves ronquidos y el susurro de las sábanas.

Mis ojos tardaron un momento en adaptarse a la oscuridad. La única ventana
de la habitación estaba oscura por la nieve y no se veía ni una estrella.
Las mantas cubiertas hasta la barbilla crujieron con escarcha y mi aliento

salió en un visible soplo a pesar de que la habitación estaba calentada por el
encantamiento.
No pude encontrar la energía para sorprenderme.
Últimamente el frío me acechaba.
Los diamantes brillaron cuando moví la muñeca apretada en el agarre de
Luka. Mi otra mano estaba llena de papel y metal frío. Me llevé la palma a la cara
confundida.
El reconocimiento surgió.
Un encendedor y un pequeño trozo de papel que decía: “Por favor
No lastimes a Corvus, él no dice lo que dice en serio”.
Orión estaba tratando de ayudar.
Bendito sea su corazón delirante y psicótico.
No se dio cuenta de que su pareja ya no podía salvarse.
Por un segundo, mi corazón dio un vuelco al pensar en lo mucho que los
reyes se preocupaban unos por otros. Ellos no querían ver a Malum herido y,
sinceramente, yo tampoco: quería que lo aniquilaran. Aniquilación completa.
No había nada más satisfactorio que el llanto de un hombre adulto.
Una ira vacía brotó.

Fui vengativo por lo que él me había hecho.
Él había hecho su elección.
Me había sacrificado en los juegos.
Me había descartado como basura.

Necesitaba venganza, necesitaba hacer algo.
Desenredando suavemente mis dedos de los de Luka, me deslicé fuera de
la cama y caminé de puntillas por los apenas tres pies de espacio que separaban
un extremo de la habitación del otro.
Arrodillándome frente a la litera más baja, encendí el encendedor.
Lo moví.
Una llama amarilla bailó y la sostuve contra las sábanas blancas. Se arrastró
sobre la tela y dejó una quemadura negra, y el fuerte olor del algodón quemado
era nocivo.
El fuego se multiplicó.
Los duros rasgos bronceados en reposo parpadeaban con sombras.
Dormido, Corvus Malum parecía más un hombre y menos el instrumento enojado
del dios sol.
Los ojos plateados se abrieron y brillaron con un brillo verde.
Las llamas amarillas se intensificaron.
Malum me miró fijamente y no se movió mientras su cama ardía en llamas.
"¿Puedes apagar tus poderes?" Susurré.

La piel bronceada se onduló cuando se inclinó hacia adelante, y yo retrocedí
mientras él salía del infierno amarillo y se desplegaba en toda su altura.
Durante un largo momento, permaneció ante mí, ardiendo.

Su frente se arrugó, apretó los puños y cerró los párpados como si estuviera
concentrado en dejar que el fuego lo consumiera.
Las pestañas se agitaron.
Los ojos plateados se llenaron de tristeza.

"
“No”, dijo entrecortadamente. "No puedo apagarlo".
Mientras estaba frente a mí, medio desnudo, capas de bronce se ondulaban
a través de su inmenso torso, sus hombros encorvados hacia adelante con
derrota, como si hubiera pensado que esto podría salvarnos.
Una oleada de dolor recorrió mi columna y fingí no sentirlo.
Murmuré: "Al menos lo intentaste".

Ambos sabíamos que no era suficiente.
Ambos habíamos escuchado mis gritos.
"Mírame."
Me quedé mirando al suelo.
"
“Por favor, suplicó.
Levanté la vista.
El demonio en llamas se acercó un paso más y su expresión cambió
mientras susurraba: “Lamento cómo te hablé antes. Estaba fuera de lugar
y duele”.
Un rubor tiñó la parte superior de sus pómulos mientras me miraba
fijamente.
Sus ojos plateados suplicaban.
Scorpius maldijo mientras saltaba de su litera y golpeaba las llamas, y
el resto de la habitación se despertó a nuestro alrededor. Los hombres
gritaron. Alguien agarró un balde del baño y arrojó agua sobre las llamas.
Había caos por todas partes.
Ninguno de nosotros se movió.

"Simplemente no como querías decir, Arabella". Su voz de barítono era
suave.
Se acercó y exhaló.
Nuestras respiraciones se mezclaron.
Labios sorprendentemente suaves presionaron suavemente los míos y

"
eran increíblemente cálidos. “Lo siento mucho”, susurró contra mi boca.
"Por favor, perdóname." Amplias palmas acunaron los costados de mi cara
y dedos llenos de callos recorrieron suavemente mis pómulos.
El dolor recorrió bruscamente mi espalda.

El calor ardía contra mi boca mientras un tipo diferente de fuego se
extendía dentro de mi pecho.
Mientras su lengua luchaba contra la mía, probé el whisky y el tabaco. Mi piel

se estremeció con la conciencia.
Las rodillas se debilitaron.
La cama ardía y los hombres gritaban. Mientras intentaban apagar
Junto al fuego, Malum me besó como si estuviera tratando de devorarme.
El dolor recorrió mi columna con más intensidad.
Me recordó.
Estaba abrazando al diablo.
Me alejé de él y tropecé hasta que choqué contra mi cama. El arrepentimiento
llenó mi garganta y cerró mis vías respiratorias por actuar precipitadamente, y
deseé no haberlo despertado.
Debería haber seguido ignorándolo.
Las llamas me hirvieron vivo. El agua llenó mis pulmones. El cristal me
destrozó la piel. Jinx gritó de dolor. El me miró. "Las mujeres no son más que
agujeros".
Susurró entrecortadamente: "Duele porque ya me estás matando". Una mano
de bronce se acercó a mí. Tenía los labios hinchados. Había una huella de hielo
en medio de su pecho, donde lo había tocado.
Parecía devastado.
Temblé incontrolablemente mientras el hielo azul se extendía bajo mis pies.
“Te compensaré el pasado. Lo juro por mi vida." Su

La voz goteaba sinceridad.
Parecía agonizante.
La huella de la mano chisporroteó al derretirse.
Me metí de espaldas en mi cama y unos dedos de bronce
Se acurrucó lentamente en un puño y cayó derrotado.
El Dr. Palmer había dicho que mis sentimientos eran válidos.
Sentí que a Malum no le importaba; él sólo quería a su Venerado. Quería un
ideal perfecto, no una persona imperfecta.
Conté desesperadamente en voz baja. "Dos. Cuatro.
Dieciséis. Doscientos cincuenta y seis. Sesenta y cinco mil quinientos treinta y
seis”. Los números se desdibujaron.
Me llevé los dedos temblorosos a los labios.

Todavía hormigueaban.
El whisky y el tabaco persistieron en mi lengua como el afrodisíaco más
depravado.
Me recordé a mí mismo que Aran nunca sería suficiente para los reyes.
Los tres susurraron y se abrazaron en el

en medio de la habitación mientras se aseguraban de que Malum estuviera bien.
Luka hizo un ruido de descontento y flexionó la mano que colgaba sobre su
litera como si estuviera agitado.
Envolví mis dedos alrededor de los suyos.
Suspiró aliviado y apretó con fuerza.
El vacío en mi pecho disminuyó, pero cuando mis ojos se cerraron, las pesadillas
hundieron sus garras profundamente y me arrastraron hacia abajo.
El fuego ardía por todas partes.

Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis…
Incluso mientras dormía, los conté.
Desesperadamente.
Capítulo 6
Escorpio
LA PRIMERA ASIGNACIÓN
Facinorous (adjetivo): atrozmente malvado.
"¡Los ángeles han regresado de su misión de exploración!" La alarma sonó

por el sistema de altavoces encantado de la habitación.
El dolor apuñaló mis sienes.
La alarma quemó mis oídos demasiado sensibles.
“Se ha localizado la primera infestación impía y se han calibrado las
coordenadas de los dispositivos RJE. Todas las legiones y soldados se
presentan en la cafetería en 0,03 horas. Repetir. Todas las legiones y soldados
se presentan en la cafetería en 0,03 horas. Recordatorio de moverse
sigilosamente, se debe observar silencio en áreas abiertas. No comprometas
la base”.
Salí de mi litera.
La ropa crujió y las voces maldijeron mientras mis compañeros de legión
se apresuraban a ponerse su equipo militar estándar que, según Orión, era
completamente negro: ropa interior aislante, pantalones flexibles para la nieve,
una chaqueta delgada pero abrigada y botas de combate pesadas.
Ya estaba completamente vestido.
Desde que nos mudamos al campo de guerra, dormí completamente
vestida.
Siempre estuve más preparado que los demás. Planificar con anticipación
cada situación e iteración para asegurarme de no hacerlo.
molestar a quienes me rodean.

Mis compañeros nunca me juzgaron, pero el resto del mundo sí.
Yo era el ciego.
Siempre sería débil, sin importar cuántas veces demostrara que soy fuerte.
Mis oídos zumbaban mientras las sirenas agudas aullaban y un dolor de

cabeza paralizante golpeaba mi sien.
"¿Estás bien?" Preguntó Corvus mientras masajeaba la base de mi cráneo
como siempre lo hacía cuando estaba rodeado de sonidos que me provocaban
dolor de cabeza.
Asentí hacia él.
Orión me dio un suave beso en la mejilla y yo disfruté de su ternura, luego
me aparté con pesar.
Teníamos obligaciones.
Guerra.
La adrenalina corría por mis venas y rompí mi

cuello hacia adelante y hacia atrás.
Desde que supimos lo solos que estábamos en esta guerra, había estado
ansioso por hacer algo. Necesitaba actuar. Era obvio que el Tribunal Superior
no estaba en absoluto preparado para lo que estaba por venir.
Los sonidos estallaron mientras mis compañeros de equipo se apresuraban

a vestirse.
La voz que atormentaba mis sueños maldijo en voz baja, y yo
Cruzó la habitación hacia ellos.
"¿Necesitas ayuda?" Pregunté, cada célula de mi cuerpo muy en sintonía
con su presencia.
Arabella gruñó. "No puedo encontrar un lazo para el cabello y mis estúpidos
rizos son..."
Me quité la pulsera de la muñeca y se la tendí.
"¿De dónde sacaste eso?" Su voz era acusadora y ella no la aceptó.
Suspiré con molestia. "Toma la maldita banda para el cabello".

"Explicar." Ella me lo arrebató de los dedos.
"Lo tengo conmigo en caso de que Corvus necesite mantener su bonito

"
cabello recogido Me burlé sarcásticamente.
hacia atrás. Hubo un ruido de rasguño cuando mi Ignis pasó sus manos
por su cabeza afeitada y espetó: "¿En serio?"
Arabella se rió entre dientes y luego se detuvo como si hubiera recordado
con quién se reía. “Dime por qué lo tienes”. Dos palmas presionaron contra mi
pecho y me empujaron hacia atrás.
Ella estaba tratando de ser amenazante.
Me tragué un gemido.
Las manos de mi Reverenciado estaban sobre mí.
Ella me había tocado voluntariamente.
Diez dedos cálidos se habían extendido contra mi camisa durante 0,2
segundos, y fue el tiempo suficiente para enviar rayos de lujuria que explotaron
a través de mis sentidos.
Me reajusté los pantalones.
"¡Dime!" Arabella me empujó de nuevo.
Me llevé el puño a la boca y lo mordí para evitar darle una explicación.
Necesitaba que siguiera tocándome como si necesitara respirar.
Fue jodidamente crucial para mi supervivencia.

Ella era mi supervivencia.
Nadie podría entenderlo excepto nosotros.
A diferencia de otras relaciones, los compañeros diabólicos no eran simbiontes.
de almas compatibles que se unieron.
Un Venerado era el alma de un demonio masculino. Período.
Sin ella éramos monstruos sin alma.
Una voz encantada retumbó: "Todas las legiones y soldados informan
a la cafetería en 0,01 horas”.
" Corvus ladró por encima de las sirenas.
"Tenemos que irnos
"
ahora", vamos, Aran, dijo Luka con brusquedad, y se escuchó el sonido
de la carne contra la tela mientras la alejaba de mí.
"
“Mantén la John le murmuró.
calma. Cuando nuestra legión salió de la habitación, Orión y yo corrimos
hacia adelante al unísono y nos colocamos frente a Arabella. Un protector
protegió a su Venerado.
Siempre.
Orión me agarró del codo mientras corría a mi lado y me guiaba.
Yo por los caminos.
Asentí en señal de agradecimiento en su dirección.
Estábamos en la misma página.
Detrás de nosotros, Arabella susurró: "Apártate de mi camino". Ella
Empujó suavemente contra mi espalda. "Además, explica lo del lazo para el cabello".
Gruñí por el éxtasis de su toque.
El aire frío me abofeteó la cara y el vapor chisporroteó cuando el pino
susurraban las agujas y la nieve caía suavemente por todas partes.
Probé el frío que irradiaba Arabella; fue como un tiro
de adrenalina directo a mis venas. Fue adictivo.
Los ruidos del nuevo reino eran extraños y desorientadores. El paisaje era
silenciosamente ruidoso en una cacofonía de sonidos silenciosos. Nunca había
oído nada parecido.
Orión y yo retrocedimos para estar más cerca de Arabella.
Ella resopló y trató de correr más rápido para rodearnos, pero
cogimos nuestra velocidad y la protegimos con nuestros cuerpos.
Ella no lo entendió.
Nunca la dejaríamos desamparada.
No en un reino extranjero.
No durante la guerra.
No en tiempos de paz.
Nunca.
Las llamas crepitaron en el hombro de Corvus mientras mi Ignis corría detrás
del grupo, su respiración constante y controlada detrás de nosotros mientras
protegía el flanco de nuestro Reverenciado.
No por primera vez, me maravillé de lo verdaderamente opuestos que eran:
hielo y fuego. Era muy inusual porque un Ignis y un Venerado eran famosos por
complementar las habilidades de cada uno.
Parecía extraño que fueran verdaderos opuestos. El único complemento que

podían aportar era detener al otro.
Con el tenue control de Corvus sobre sus llamas, en parte tenía sentido que
Arabella estuviera destinada a congelarlo cuando perdiera el control.
Hice una mueca.

Había algo mal en esa dinámica.
Era utilitario en su brutalidad, mientras que se suponía que un Ignis y un
Venerado eran algo más. Destinados a ayudarse unos a otros, no a lastimarse.
Mis entrañas me gritaban que el papel de Arabella no era sólo detener a

Corvus.
Anoche, Orión me había susurrado al oído que Corvus la había besado
como si fuera un moribundo y ella era oxígeno.
Tuve que ajustarme los pantalones.
Joder, los deseaba tanto a ambos.
En el presente, las llamas escarlatas crepitaban con más fuerza alrededor
de Corvus; La temperatura alrededor de Arabella bajó varios grados.
El instinto les advirtió que desatar sus poderes juntos sería catastrófico y
doloroso.
Eso estuvo bien para mí.
Agradecí las consecuencias.
Todos los demás, incluidos los soldados con los que corríamos por el
camino, fueron colaterales. Siempre había sido sobre ella, pero habíamos
sido unos estúpidos incapaces de reconocerlo por lo que significaba.
era.
Ahora ya nadie importaba excepto Arabella.
Período.
Yo era un Protector de principio a fin.
Cuando entramos a la cafetería, era incómodo
cálido.
Respiraciones suaves, crujidos y anticipación llenaron la estructura más
grande del campamento e indicaron que había alrededor de cien soldados
presentes.
Nos reunimos dentro y nos quedamos firmes junto al resto del

campamento.
Dick habló en voz alta desde el frente de la sala: “Los ángeles
localizaron la primera ciudadestado y regresaron con las coordenadas.
Como te han informado, este planeta está compuesto de asentamientos
en valles separados por montañas traicioneras.
Los pasos resonaban con el chasquido revelador que tenían todas las botas
de los trabajadores del Tribunal Superior cuando una persona caminaba entre
las filas.
Un trabajador empujó metal contra mi pecho con fuerza.
Agarré la espada y la envainé.
" Corvus amenazó al
“No lo toques así, trabajador
suavemente a mi lado.
Orión respiró bruscamente por la nariz.
Como el único soldado ciego en la base, estaba acostumbrado al
trato rudo y a los susurros que me seguían. Prácticamente pude
saborear la duda que irradiaban los trabajadores del Tribunal Superior
en mi presencia.
Escuché los susurros.
No pensaron que yo pertenecía.
Corvus gruñó y el trabajador tragó saliva con fuerza.
Dick anunció: "Reiteraremos una última vez que sospechamos
que hay docenas de portales ocultos en la geografía de este planeta
que lo conectan con otros reinos del Tribunal Superior".
El pauso.
Un trabajador se aclaró la garganta frente a mí y extendí las manos.
Colocaron suavemente cuchillos en mis palmas y los pasé por las

correas de mi cinturón.
"
“Mejor, Corvus dijo mientras la persona se alejaba corriendo.
“Como hemos dicho antes”—Dick parecía molesto porque se
estaba repitiendo—“nuestros datos indican que no ha habido un
esfuerzo coordinado para escapar a través de los portales. Ellos
parecen viajar al azar en pequeños segmentos, y el Tribunal Superior

ha tenido éxito en eliminar esas pequeñas sectas. Estas operaciones
no equivalen a una guerra”.
Arabella murmuró en voz baja a mi lado: “No.
Hemos tenido éxito eliminándolos”.
Estuve de acuerdo.
" Polla
“Los impíos deben ser tratados desde su origen”, afirmó.
Los pies se arrastraron y algunos hombres tragaron saliva.

El Tribunal Superior siguió diciendo explícitamente que teníamos
que eliminar un planeta entero antes de que se dieran cuenta de que
estaban bajo ataque.
Un exterminio masivo.
“Como he dicho antes, la OPA prohíbe al Tribunal Superior librar
una guerra directa contra otra especie inteligente.
Esta es la primera y única misión de la que seremos parte. Le hemos
brindado las herramientas y la capacidad para localizar la amenaza”.
El trabajador me entregó una espada y la envainé.
“En el futuro, las legiones de cambiaformas y de la academia estarán
"
a cargo”, dijo Dick con autoridad. “La legión de ángeles es la segunda
al mando detrás de ellos. Se reunirán y planificarán en la sala de
estrategias. Todos excepto Jinx harán RJE allí. Ella se queda en la
base”.
Los soldados susurraron.
Reconocí una voz.
Knox, el ángel capitán con heterocromía, llamó a Jinx una serie de
palabrotas, lo cual era extraño porque normalmente era educado y
colaborador.
Entrecerré los ojos.
Habíamos pasado mucho tiempo con la legión de cambiaformas y yo
Ven a disfrutar de la presencia de Jinx.
No me gustó su maldito tono.
Dick continuó: “No tenemos conocimiento acerca de la civilización
que los impíos han tomado. Nosotros recomendamos
conservando tus habilidades y solo usando armas en esta primera reunión

para identificar la mayor cantidad de información posible sobre tus enemigos”.
El trabajador me entregó un pequeño dispositivo de silicona y me explicó

apresuradamente: “Es un auricular encantado para que los campeones y los
generales puedan comunicarse entre sí.
Presione el botón superior una vez para hablar. Mantenlo presionado para
apagarlo”.
Asentí y lo puse en mi oído.
Encaja perfectamente.
“Según la OPA, todos los miembros de alto rango del Tribunal Superior
abandonarán este campo de inmediato. La forma en que elija proceder
depende de usted. Le brindamos todas las herramientas que necesita para
tener éxito”.
Un susurro de inquietud se extendió por la habitación.
“Un equipo de curanderos, estrategas de armas, encantadores y
trabajadores de alimentos ajenos al Tribunal Superior permanecerá para
ayudar con las operaciones de la base. Todas las inquietudes pueden enviarse
al Tribunal Superior a través de una tableta encantada y segura, pero tenga
en cuenta que es posible que no podamos responder”.
Las botas se arrastraban de un lado a otro sobre el cemento.
“A Corvus y Jax se les entregaron dispositivos RJE al asentamiento.
Espere sus indicaciones. Buena suerte, soldados. El destino de los reinos
está en tus manos”.
Se escuchó un zumbido. GRIETA. Dick se había ido.
La sala se puso en movimiento.
Arabella se burló a mi lado, "No puedo creer que simplemente
nos abandonó aquí”.
"
"No seas estúpido, Me burlé. “La gente en el poder siempre deja
sus problemas a otros. Siempre iba a ser así”.
"
“Sigue siendo una estupidez”, murmuró. “Personalmente, creo que
deberíamos dejar que los impíos hagan lo suyo. ¿Quiénes somos nosotros
para intervenir?”
Corvus resopló: “Somos los reyes del dios del sol. Estamos hechos para la
guerra”.
"
“No”, dijo ella. “Ustedes son reyes, yo soy una reina. Fui creado para ir de
compras y para el ocio”.
Mi Ignis se atragantó y me reí de lo ridícula que era. Fue adorable. Si no
hubiera luchado a su lado en espantosas batallas, pensaría que hablaba en
serio.
A mi Reverenciada le gustaba fingir que era una déspota privilegiada.
Era parte de la razón por la que la habíamos juzgado tan equivocadamente.
Ocultó su fiereza detrás de máscaras de sarcasmo, pero había
No había duda de que ella era una fuerza de rabia y poder.
Ella era salvaje.
Y no podía dejar de obsesionarme con ella.
Agarré su mano y entrelacé nuestros dedos, y los de ella estaban congelados
como si estuvieran esculpidos en hielo.
La tensión se disipó de mi cuerpo ante el contacto y froté mi pulgar hacia
adelante y hacia atrás sobre el de ella. Intentó alejarse, pero mi agarre era de
acero.
Los demás se reunieron alrededor.
“Los campeones y los ángeles se dirigirán a RJE al lugar para vigilancia.
Espere aquí para más pedidos. Cuando Corvus ladró fuerte en el silencio,
"
regresamos, vamos a la guerra,
habitación.
"¡Sí, señor!" Los soldados respondieron a coro.

Hubo un ruido de alas cuando los ángeles se acercaron.
"
"No te uniste a nosotros en el viaje de exploración", dijo Knox en un
tono suave a mi lado. "Te extrañamos."
Me enojé.
No se había ganado el derecho a extrañarla.
¿Cómo carajo se atreve a hablarle a mi Reverenciada como si la conociera?
Orión pasó su brazo alrededor de mi hombro y me detuvo.
Arabella se rió torpemente. “Sí, bueno, todavía no puedo volar.
Todavía estoy trabajando en ello."
"
“Aprenderás a volar”, respondió secamente. "Entrenarás con nosotros
después de esta batalla".
" Corvus gruñó
"No le digas qué hacer, carajo".
agresivamente, y el calor se derramó de él.
"Eso funcionaría para mí." Arabella chasqueó la lengua.
“Pero soy muy bueno en los días de descanso. Así que volvamos a esa idea
la próxima semana”.
"
“Pronto”, dijo Knox. “Hasta que no aprendes a volar, eres débil.
Necesitas dominar tus habilidades”.
"
“Treinta segundos hasta que todos tengamos RJE”, dijo Corvus. Las
alas resonaron y Knox emitió un sonido como si lo hubieran empujado
hacia un lado.
Jax respondió: "Recuerda, debemos ser discretos, sin ruidos fuertes".
"
“Entendido, haz ruidos fuertes”, Sadie dijo arrastrando las palabras de manera desagradable.
se rió Arabella.
No fue gracioso.
De repente, un aliento cálido se abanicaba contra mi oreja. “¿Por qué
tenías una banda para el cabello?” Arabella susurró tan cerca que debió
estar de puntillas.
Cerré los ojos e inhalé su embriagador aroma helado, y mi corazón
latía erráticamente como si hubiera tomado una dosis de cafeína.
"Dime." Sus uñas se clavaron en la piel de mi brazo que todavía

agarraba su muñeca con un torno. Ella sacó sangre.
Una inyección de pura lujuria nubló mis pensamientos. Ella sabe
¿Qué significa eso para mí? El dolor era mi lenguaje de amor.
Su toque frío ardía deliciosamente y gruñí suavemente de placer.
El dispositivo RJE zumbó cuando Corvus dijo: "Tres segundos".

Me incliné hacia adelante para que mis labios rozaran su sien.
"Porque seguías quejándote de haberlos perdido y yo quería ayudarte".
GRIETA.
El sonido de un salto a través del tiempo y el espacio amortiguó la fuerte

inhalación de Arabella, pero no me lo perdí.
La había sorprendido.
El aire frío me picó las mejillas y me arrodillé sobre rocas heladas. De
A falta de vapor caliente, estábamos en la ladera de una montaña.
“Suéltame”. La respiración de Arabella salió en bocanadas irregulares.
Mis labios todavía estaban presionados contra su piel helada y era como
tocar un relámpago en una tormenta de nieve. La electricidad crepitó entre
nosotros.
"
“Nunca, lo prometí mientras soltaba su mano.
Dejó escapar un pequeño grito ahogado como si le doliera y yo fruncí el
ceño.
Nada debería haberla lastimado, sin embargo, su patrón de respiración
cambió claramente como lo hizo cuando la cosieron.
No me gustó nada.
“Mantente agachado, sígueme. Bajaremos por la ladera de la montaña”. La
voz de Corvus habló fuerte en nuestros auriculares encantados.
Arabella intentó alejarse un paso de mí, pero yo me acerqué. La batalla

podría estar comenzando, pero ya se estaba librando una campaña y el fracaso
no era una opción cuando se trataba de ella.
Descubriría lo que le dolía y lo destruiría. Mi Reverenciado nunca sufriría

en mi presencia, nunca más.
El toque de Orión me guió mientras permanecíamos cerca de nuestro

Reverenciado y seguido a nuestro Ignis en la guerra.
Capítulo 7
Arán
PREPARACIONES
Querencia (sustantivo): área de la plaza ocupada por el toro como posición

defensiva en una corrida de toros.
El asentamiento infectado era una estructura palaciega en expansión que

llenaba el valle. Estaba compuesto de ladrillos rojos y arcos cubiertos de nieve.
En el centro de todo, un extenso patio estaba lleno de árboles envueltos en

luces parpadeantes.
Era bonito.
Malum maldijo brutalmente mientras yacía boca abajo con los binoculares
presionados contra su rostro. Jax estaba a su lado en una posición similar,
frunciendo el ceño mientras observaba el valle de abajo.
"¿Qué es?" Preguntó Cobra mientras se agachaba bajo las rocas bajas
con el resto de nosotros.
Seis ángeles.
Cuatro cambiaformas.
Tres demonios.
Dos demonios.
Dos Príncipes de las Tinieblas.
Un mestizo.
Y una reina feérica que recientemente había descubierto que era un ángel.
Veinte personas que nunca se habrían cruzado si no fuera por

monstruos de pesadilla, dioses ausentes y un régimen oligárquico
controlador.
Los gemelos se sentaron detrás de mí y me recosté contra ellos con
Sadie descansando a mi lado mientras inhalaba su familiar aroma a
arándano.
Una vez más, estábamos juntos en la ladera de una montaña helada y
nevada.
¿Por qué no se llevaron a cabo más guerras en lugares tropicales? Ésa
era la verdadera pregunta.
El sol se puso en el horizonte y el cielo estaba de un gris oscuro.
El caballo se posó sobre mi hombro, con las largas plumas de su cola
colgando majestuosamente del costado de mi brazo. Al menos alguien se
veía bien estos días.
"
“¿A la mierda susurró Malum. “¿Podría algo salir bien?
esto, para nosotros en este maldito reino?”
"¿Qué es?" Preguntó Scorpius, con su brazo sobre los hombros de
Orión protectoramente.
Jax y Malum dejaron caer sus binoculares y se miraron. Desde que
Dick empezó a prepararnos para la guerra, habían estado compartiendo
miradas silenciosas y asintiendo. Como si pudieran leer la mente del otro.
"
“Me estoy preocupando, Sadie susurró a mi lado.
soplé mis manos rígidas para calentarlas y respondí: “No te preocupes.
Yo te salvaré, princesa”.
Ella me sacó la lengua y traté de agarrarla mientras ella chillaba.
Todavía me dolía la cabeza por haber construido mi palacio mental.

También me dolían los hombros y los giré para aliviar el dolor sordo que
había aparecido después de que me salieran alas que no funcionaban
como una mariposa demente.
La vida era realmente maravillosa.
Al menos yo no había nacido hombre; Eso realmente apestaría…
aunque mi pene sería enorme.
Las manos de Luka trazaron patrones distraídamente a lo largo de mi

espalda, y John jugó con mis rizos mientras le susurraba algo en voz baja a su
hermano. La joya de la muerte pesaba sobre mi pecho y un brazalete de
diamantes brillaba en mi muñeca.
Me desplomé contra el calor de los gemelos y

apreciaba su proximidad.
Últimamente, eran una de las pocas cosas que evitaban la locura.
El frío perpetuo dentro de mis huesos, los dolores de cabeza y el dolor en

mis hombros eran sobreestimulantes en el mejor de los casos y tortuosos en el
peor.
Sadie me dio unas palmaditas en la cabeza y soltó una risita: "Por favor, no
necesito que me salves; recuerda, puedo esclavizarte en cualquier momento".
Ella le guiñó un ojo. “Además, podremos luchar uno al lado del otro en una
guerra intergaláctica para salvar el mundo. Debería ser divertido."
Saqué mi pipa e inhalé profundamente. "FALSO." Le soplé humo a la cara.
"La diversión es un viaje de compras, o cuando intentamos perder nuestra
virginidad juntos en la clínica de sexo feérico".
Ambos fruncimos el ceño mientras pensábamos en cómo había sido ese día.
salió terriblemente mal.
Me reí. "Nunca olvides que ambos marcamos que sí para jugar con los
codos".
Ella hizo una mueca y se agarró el brazo de manera protectora. "Yo todavía
Tengo pesadillas en las que alguien las viola”.
Entrecerré los ojos. “Nunca pensé en eso, pero ¿cómo funcionaría? ¿Qué
tiene de sexual un codo? Tengo muchas preguntas."
Ella hizo una mueca. "Creo que está bastante claro".

Eran momentos como este en los que más me preocupaba por ella.
"¿Qué quieres decir con que está claro?" Yo pregunté. "No tengo nada claro
sobre algo llamado 'juego de codos'".
Los gemelos hicieron un ruido ahogado detrás de mí y los ignoramos.
"
“Crece, Aran”, dijo Sadie mientras sacudía la cabeza como si
estuviera siendo estúpida, luego me arrebató la pipa de los dedos
antes de que pudiera reaccionar y dio una larga calada. "Maldita
sea, olvidé cuánto golpea esto".
Le puse los ojos en blanco.
Obviamente.
Sólo fumé lo mejor.
"
Dijo una voz femenina
"Las drogas no están permitidas en la batalla,
aguda con altivez desde unos metros de distancia. "Se afirmó en
el paquete informativo del Tribunal Superior, varias veces".
Sadie, Horse y yo nos volvimos al unísono para mirar el
hermosa mujer que se agachó contra las rocas.
Los labios manchados de lápiz labial negro contrastaban con
su cabello rubio aciano. Ella era el ángel que había matado al
diablo y al asesino en los Juegos del Legionario.
Horse miró hacia otro lado y hundió el pico en las alas para
arreglar las nuevas plumas en las puntas. Claramente no estaba
impresionado con lo que vio.
"¿Cómo te llamas?" Hice girar mi pipa con la lengua y los ojos
de Sadie brillaron intensamente, un brillo escarlata reflejado en la
nieve.
"
“Rina, respondió el ángel con los dientes apretados.
"
“Bueno, Rina”, dije lentamente con una sonrisa falsa. "El
Tribunal Superior nos ha abandonado y probablemente todos
moriremos a manos de monstruos parásitos".
Ella frunció.
"Violentamente."
A unos metros de mí, los demonios temblaban con una risa
silenciosa.
Inhalé humo encantado. “Personalmente, voy a seguir fumando.
Si quieres morir completamente sobrio, entonces sé mi invitado.
Pero preocúpate por ti mismo”.
"
“Sabes, nunca lo había pensado de esa manera”, dijo Sadie
cuando le pasé la pipa. "Realmente te hace pensar
sobre cosas."
"¿Qué cosas?" Yo pregunté.
Ella miró fijamente el humo. "Cosas." Habló como si estuviera diciendo
algo profundo.
Ahí está mi chica especial.
"Tienes toda la razón". Asentí con la cabeza y le dejé
su momento filosófico. Yo no era más que un apoyo.
Rina arrugó la nariz. “Va en contra de las reglas para todos, especialmente
para nosotros. Somos los líderes. Necesitamos dar un buen ejemplo”.
" Sadie murmuró mientras

"Eso no es realmente lo nuestro,
fumaba y yo asentí con la cabeza. Teníamos una reputación que mantener
e implicaba beber cantidades excesivas de brebaje demoníaco y tomar
decisiones de vida cuestionables.
La bonita cara de Rina se contrajo. "No estaba hablando contigo, perro
mestizo".
Silencio atónito.
“¿Cómo acabas de llamar a mi compañero?” La voz de Cobra era
serrada y hubo un fuerte schhhhhhk cuando Xerxes sacó sus cuchillos.
Empecé a levantarme, pero Sadie me hizo bajar.

Nadie detuvo a Cobra.
Caminó a través de las estrechas rocas y miró a Rina con las pupilas
entreabiertas mientras serpientes de sombras negras se deslizaban por su
piel expuesta.
Se me erizaron los pelos de la nuca.
El peligro se intensificó.
Knox se movió borrosamente hasta que estuvo cara a cara con Cobra.
Uno de sus ojos brillaba negro, mientras que el otro brillaba amarillo y su
expresión era cruel.
Un silbido bajo surgió del pecho de Cobra.
Los rasgos de Knox se suavizaron hasta convertirse en una expresión
agradable y dio un paso atrás. Relajó los hombros como si no fuera una
amenaza y dijo suavemente: "Ella no interactúa con
Los rodadores a menudo, perdónala. Ha olvidado sus modales.

Miró a Rina, quien visiblemente se acobardó bajo su
censura.
“¿Los terrestres?” —Preguntó Vegar.
El hombre rubio arrodillado junto a Rina levantó la nariz.
"Es lo que llamamos a las personas que no son ángeles". Era igualmente
hermoso y desprendía el mismo aire altivo. Creí que se llamaba Arthur y
que claramente eran hermanos.
" knox dijo
“No pretendemos hacer daño por ello. Disculpe,
suavemente mientras inclinaba la cabeza.
Sus palabras cayeron en oídos sordos. La tensión se expandió por todo el
afloramiento a medida que las legiones se evaluaban entre sí.
Los ojos se entrecerraron cuando todos se dieron cuenta al mismo tiempo de que
los ángeles tenían prejuicios contra otras especies.
Un dolor de cabeza golpeaba mi sien.
Trabajar con ellos sería divertido.
No.
Xerxes se aclaró la garganta y se volvió deliberadamente hacia Jax
y Malum. “¿Por qué estaban ustedes dos jurando? ¿Qué viste?"
El intento obvio de cambiar el tema funcionó porque Knox se alejó

de Cobra y todos se concentraron en por qué nos estábamos congelando
el trasero en la ladera de una montaña en primer lugar.
"
“Podemos ver gente en el patio, entrecerré Jax dijo lentamente.
los ojos, pero estaba demasiado lejos para ver sin binoculares.
Malum frunció el ceño. “Estas personas, a quienes llamamos
infectados, se parecen a los aldeanos con los que hemos luchado antes”.
"
"Eso es bueno", señaló Vegar, y Zenith asintió con la cabeza mientras
decía: "Esas personas eran en su mayoría impotentes y parecían
primitivas..."
" Malum lo interrumpió.
"Deberíamos
preocuparnos", Jax exhaló bruscamente y pasó los dedos por sus
largas trenzas, las cadenas de oro tintineaban mientras decía: "Sus
La arquitectura es avanzada y parecen tener tecnología”.
Sus palabras calaron.

"Aun así, podrían ser en su mayoría pacíficos y podríamos atrapar a
"
ellos sin darse cuenta como lo hicimos en los otros reinos, John", dijo
con suerte mientras tiraba de mi rizo.
Jax y Malum se miraron.
El fuego se extendió por la cabeza de bronce de Malum y las llamas se
reflejaron en los ojos plateados. Su voz de barítono era suave cuando dijo:
“Cada mujer y hombre que ha caminado por el patio tiene una espada larga
en la cadera. Brillan con encantamientos azules. Cada uno de ellos."
Nadie habló.
No había nada que decir.
Las náuseas me aturdieron porque el acero encantado podía atravesar
cualquier cosa.
El insulto en mi espalda ardía.
Las armas encantadas eran extremadamente raras porque los metales
repelían naturalmente los encantamientos. Eran casi imposibles de falsificar
y extremadamente caros.
Respiré de manera desigual.
Estos no eran civiles primitivos y desarmados como los
Impíamente habíamos luchado anteriormente en las laderas de las montañas.
"¿Qué quiere decir esto?" Preguntó Rina.
Los ojos lechosos de Scorpius miraban a lo lejos, mientras se burlaba:
"Significa que tenemos que matar a civiles armados y luego a los impíos".
"No podemos luchar contra ellos como lo hemos hecho antes". La boca
de Malum se tensó con preocupación.
Lothaire había insinuado meses atrás que los impíos con los que
luchamos eran más débiles que otros.
¿Lo había sabido?
¿Incluso entonces?
De repente tuvo sentido por qué sólo nos dejaba luchar con
dagas.
Había sido un calentamiento.
"
“Usaremos nuestros poderes y nuestras armas
estratégicamente”, dijo Knox mientras una espada de hielo se
formaba en su espalda. Seis más crepitaron a lomos de los otros
ángeles.
La temperatura del aire bajó varios grados.
La escarcha me quemó la nariz.
Miré en silencio mis dedos cubiertos de escarcha e imaginé que se estaba
formando una espada.
No pasó nada.
Fui un inútil.
Las llamas se extendieron por la cabeza de Malum, sobre sus
hombros, y miró fijamente a Orion y Scorpius. "Sí." Su voz era
áspera como vidrios rotos y whisky. "Tendremos que usar nuestros
poderes".
Plata licuada en acero fundido.
Exhaló bruscamente.
Mi ritmo cardíaco aumentó y luché por tragar mientras el líder
de los reyes me fijaba con su mirada. De repente, la razón por la
que el Tribunal Superior ordenó sesiones de terapia grupal
semanales quedó inquietantemente clara.
Sabían que el enemigo tenía armas encantadas.
El sudor goteaba por mis costados a pesar de que el
la temperatura era helada.
Sabían contra qué tendríamos que luchar.
Recordé el miedo.
Los pétalos se arremolinaban mientras Orión cantaba y estaba en trance. El
tercer ojo de Scorpius se abrió de par en par y reveló los secretos de las almas.
Malum sacó una daga de su carne y sus llamas rojas se incineraron.
La bilis quemó la parte posterior de mi garganta y presioné con
más fuerza el calor de John y Luka. Unos brazos me rodearon y
me abrazaron.
Había estado fingiendo que tenía una opción.

Inconscientemente me froté el espacio en mi cadera donde solía estar un
tatuaje encantado; Como un tonto pensé que podría cortarlo y ser libre de los
reyes.
Ni siquiera podía dejar su presencia porque la enfermedad de los vínculos
todavía corría por mis venas.
Los hombres que fueron instrumentos de matanza masiva dependían de mí
porque yo era el único que podía detenerlos una vez que comenzaban a matar.
El Tribunal Superior sabía desde el principio lo que tendría que hacer en

esta guerra.
Sabían que mi alma estaba atada.
Sabían que nunca escaparía.
Porque al final del día nada había cambiado.
Todavía estaba esclavizado.
A los monstruos.
La segunda parte
Conflagración
“Quien lucha contra monstruos debe cuidar de no

convertirse en un monstruo en el proceso. Y si miras el abismo
durante un tiempo suficiente, el abismo te devolverá la mirada.
―Nietzsche
Capítulo 8
Arán
GUERRA
Conflagración (sustantivo): un gran incendio desastroso.

DÍA 1, HORA 3
Fantaseaba con golpearme la cabeza contra la pizarra.

Hace ocho horas, cuando regresamos de nuestra misión de exploración
al primer asentamiento impío, Jax envió a los soldados de regreso a sus
cuarteles para esperar instrucciones. Los cambiaformas, los ángeles y
nuestra legión se amontonaron en la sala de estrategias para planificar.
Después de dos horas inútiles de intentar intercambiar ideas como grupo,
Jinx, Malum y yo fuimos elegidos estrategas de guerra no oficiales.
La planificación era mejor ahora que los ángeles no estaban discutiendo

con todos y Sadie no estaba dando sugerencias tontas cada cinco minutos.
Todavía no iba bien.

“Olvidamos tener en cuenta que debemos actuar en silencio.
"
Bórralo y empieza de nuevo, dijo Jinx con exasperación.
Estaba sentada en la mesa larga frente a la pizarra con un hurón sobre
sus hombros como una bufanda. Warren colgaba inerte con la lengua fuera
de la boca.
Parecía muerto, pero sabía que no tuvimos tanta suerte.
Jinx extendió su puntero y golpeó el tablero con exigencia. Había
almohadas amontonadas detrás de su espalda y la parte restante de su
pierna estaba envuelta en una gasa blanca.
Todavía estábamos esperando una prótesis encantada, o incluso una
silla flotante. No entendía cómo el Tribunal Superior no había adquirido
ninguna de las dos cosas.
Jinx me frunció el ceño como si fuera un idiota.
Le devolví la mirada.
Si hubiera una ventana en la sala de estrategias, me habría tirado por
ella hace ocho horas. No lo hubo. Lo había comprobado dos veces.
En cambio, apreté los dientes mientras borraba la estrategia de batalla.

del tablero en el que habíamos pasado la última hora trabajando.
Lo peor fue que tenía razón.

De nuevo.
Habíamos olvidado estúpidamente que teníamos que eliminar a los impíos
en silencio.
Los números en el tablero se burlaban de mí: siete academia, cinco
cambiaformas, seis ángeles, cuatro asesinos, tres demonios, seis leviatanes,
sesenta y nueve soldados de infantería.
Cien soldados en total.
No era un gran número.
Lo mejor de todo era que si alguien moría, no podía ser reemplazado,
gracias al estúpido contrato firmado por el Tribunal Superior y el dios del sol.
A prueba de lagunas.
Induce depresión.
Alimentando la manía.
Estaba exhausto después de intentar considerar las fortalezas de todos
nuestros luchadores, la mejor manera de matar a los impíos, las formaciones
de batalla y cómo asegurar el perímetro del asentamiento palaciego.
Jinx se subió las gafas de sol negras hasta la nariz.

La habitación estaba tenuemente iluminada, pero ella los usó como una
ofrenda de paz para demostrar que no borraría más nuestros recuerdos.
Mi ojo derecho tembló.
No me apacigué.
Jinx podría estar alterando nuestros recuerdos todos los días y no
tendríamos ni idea. Sadie era una gran defensora de las gafas, y la legión de
cambiaformas parecía pensar que eran suficientes, lo cual tenía sentido: todos
eran idiotas.
Dichos idiotas estaban actualmente sentados en el suelo al fondo de la sala
jugando un juego de cartas con Orión y Scorpius para pasar el tiempo, como si
estuviéramos en una reunión social y no nos preparáramos para la guerra.
Los demonios eran las únicas personas en la habitación que habían

la decencia de sentarse desplomado, luciendo deprimido.
Todos los demás estaban sonriendo y charlando.

Un dolor de cabeza palpitaba con más fuerza en mi sien, y el borrador en mi
mano estaba manchado de hielo mientras el frío me quemaba las yemas de los
dedos.
Últimamente estuve cubierto de hielo y pareció expandirse a mi alrededor.
Me estremecí al recordar las llamas azules que se habían desprendido de los

dedos de mi madre cuando se sentía emocionada.
¿Me estaba volviendo como ella?
El sudor goteó por mi sien y lo limpié.
antes de que pudiera congelarse.
Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis.
Me concentré en los números y no en las emociones que recorrían mi interior.
Un ángel se rió a carcajadas y yo me sobresalté.

Se reclinaron en las sillas de cuero y bebieron sorbos de tazas de porcelana
como aristócratas sufriendo aburrimiento. Rina había hecho una llamada por su
auricular y había aparecido un trabajador con un carrito de té y bocadillos.
Fantaseaba con golpearles la tetera en la cabeza y meterles mini sándwiches de

pepino en la boca inconsciente, presionar mis manos contra sus labios sonrientes y
congelar sus bocas, convirtiéndolas en bloques de… no. Yo no iba allí.
“¿Cómo olvidamos un factor tan pertinente?” Jinx se dio una palmada en la

frente con la palma mientras miraba nuestro tablero de estrategia.
"Estamos siendo estúpidos y descuidados".
Me froté la frente dolorida en señal de acuerdo.
Habíamos estado elaborando estrategias durante lo que pareció una eternidad, y
Estábamos trabajando en círculos.
La tiza rascó ruidosamente el otro extremo de la pizarra mientras Malum
agregaba “sigilo” a la lista de factores que debíamos tener en cuenta.
Los binoculares encantados habían mapeado la estructura que

llenaba el valle y la imagen se proyectó en la pizarra. Jinx tocó la tableta
y también aparecieron las espadas encantadas.
"
“Los infectados atravesarán nuestras armas, Señalé
afuera.
Malum garabateó la información en la pizarra.

Jinx me miró y dijo: "Duh".
"
“Solo estaba diciendo, murmuré.
Jinx acarició la peluda cabeza de Warren. "Bueno, no digas
estupideces".
La tiza crujió entre mis dedos y respiré con dificultad.
por mi nariz. Mi aliento se congeló en pequeños pedazos.
Cinco. Diez. Quince. Veinte. Veinticinco.
"
“Esperemos que no todos en el complejo estén armados”, dijo
Malum mientras estudiaba la lista de objetivos que habíamos escrito.
"Primero debemos eliminar a los armados".
Jinx lo miró como si fuera un idiota. "Obviamente."
La mandíbula de Malum se apretó y sus hombros ardieron con
fuego. Después de un largo momento en el que respiraba con dificultad,
las llamas desaparecieron.
Demasiado.
Esperaba que explotara y nos matara a todos.
Era un pequeño consuelo que Jinx estuviera torturando.
alguien además de mí.
Una cosa acerca de la chica de catorce años era que te haría sentir
estúpido, sin importar quién fueras. Por lo general era uno de sus
mejores rasgos, pero en ese momento era tremendamente molesto.
Cada vez que pensábamos que teníamos un plan de acción, Jinx

Recordó otro factor que lo hacía imposible.
La raíz del problema: ¿cómo eliminaste un complejo en expansión
lleno de un número desconocido de monstruos parásitos sin alertarlos
de tu presencia?
Pregunta capciosa.
No lo hiciste.
Te rendiste y dejaste que los parásitos asesinos se apoderaran del
universo porque, francamente, no era asunto mío lo que hicieran los impíos.
Lástima que los demás no lo vieron así.

Los cambiaformas, los ángeles y mis compañeros de equipo estaban
indignados de que los impíos pudieran extenderse a través de los portales
y acabar con la civilización tal como la conocíamos. Actuaron como si
fuera personalmente ofensivo.
Personalmente, esperaba que ganaran los impíos.
La gente era molesta, y si era mi momento de ser el
anfitrión de un crustáceo monstruoso, entonces ese era mi destino.
Se llamaba rendirse y todos debían practicarlo.
más.
"
"No podemos olvidarnos de los portales. —reiteró Jinx.
Garabateé un autorretrato con tiza y dije: "En el mejor de los casos, no
tienen ningún portal cerca". La tiza rasgó ruidosamente el tablero mientras
se convertía en hielo, y cogí un trozo nuevo.
Malum respondió de inmediato: “Pero en el peor de los casos

El escenario es que tienen un portal en el centro de la base”.
Fingí no darme cuenta de lo áspera que sonaba su voz.
El dolor definitivamente no recorrió mi espalda.
Mis labios ciertamente no hormiguearon al recordar cómo me había
besado como si estuviera tratando de devorarme.
No.
Agregué más sangre a mi figura moribunda, pero como la tiza era toda
blanca, no dio el efecto visual que buscaba.
Lamentable.
Malum se aclaró la garganta con dureza y lo miré con exasperación

para encontrarlo luciendo engreído. Me tomó un segundo
para darme cuenta de que pensaba que me había superado, como si

estuviéramos en Elite Academy, compitiendo para ver quién era el más inteligente.
¿Quién le iba a decir que no había competencia?
Ya estaba ganando.
“El escenario más probable es que haya un portal debido a que Jinx dijo
"
“Pero en un tono duh como si ambos fuéramos estúpidos. armas,
probablemente estará ubicado fuera de la base, probablemente en las
montañas circundantes. El campo de energía de los portales altera la materia
y dificulta la construcción. Necesitas materiales encantados avanzados, y la
ciudad parecía estar construida con ladrillos”.
"Así que volvamos al plan A". La tiza de Malum chirrió fuertemente mientras
escribió. "Rodea la base y atrapa a los impíos".
“¿Hemos intentado negociar con los infectados?” Preguntó una voz
masculina desde el otro lado de la habitación mientras el ángel llamado Arthur
nos miraba expectante. "¿Por qué no intentamos hablar con ellos primero?"
Él frunció los labios. "No puede doler".
Me tapé la boca para evitar decir
algo de lo que me arrepentiría.
Algunas personas necesitaban una silla en la cara.
En el rincón más alejado, Vegar murmuró algo sobre idiotas mientras
jugaba con el cabello de Zenith, y ambos demonios parecían disgustados.
La tiza crujió en los dedos de Malum y compartimos una larga conversación.

mirada sufriente de incredulidad.
Por primera vez estábamos completamente de acuerdo.
Pasó un largo momento, luego Malum se pasó las manos por la cabeza
afeitada y dijo: "No, no hemos intentado negociar con las criaturas parásitas".
Arthur se burló, "Bueno, deberíamos intentarlo".

Jinx se dio la vuelta sobre la mesa y preguntó: "¿Quién?"
“¿Me estás hablando a mí?” Arthur miró fijamente hacia donde a Jinx le
faltaba una pierna, y el insulto tácito quedó flotando en el aire.
La ira estalló en mi esternón.

Saber que Jinx destriparía su existencia fue lo único que me
impidió pisotearle la garganta y pintar el suelo de rojo.
Al fondo de la sala, Orión le susurró al oído a Scorpius, y el rey

ciego se puso de pie. Sus pómulos altos eran afilados como
cuchillos, mientras su rostro se tensaba con rabia por el nombre de
Jinx.
“¿Con quién quieres negociar?” Jinx alargó cada sílaba como si
estuviera hablando con un bebé.
Arturo abrió la boca.
"Espera, lo sé". El tono de Jinx era engañosamente agradable.
“¿Los civiles confundidos que desconocen cognitivamente que
están infectados con criaturas parásitas?”
Ella se rió cruelmente.
“¿O quieres negociar con ellos cuando arremeten violentamente,
controlados por los monstruos que llevan dentro? ¿Cuando gritan
sin pensar sobre la muerte?
Arturo palideció.
Jinx continuó sin piedad: "¿O tal vez querías hablar con ellos
cuando los están partiendo por la mitad?" Su sonrisa falsa
desapareció. “No, lo entiendo. Quieres esperar para hablar con las
criaturas parecidas a crustáceos, cada una de las cuales tiene una
máscara de exoesqueleto por cara y seis patas con pinzas. Los que
parten en dos a las personas y emergen de sus cadáveres
disecados. Los que sangran de verde y se están expandiendo por
los reinos”.
Nadie habló.
Arthur dejó su taza de té con un fuerte estrépito.
“¿Alguna otra sugerencia tonta con la que alguien quiera
hacernos perder el tiempo?” Jinx abrió los brazos hacia el resto de la
habitación.
" sadie
“Alguien no leyó el paquete informativo”, murmuró en
voz alta. "Estúpidos aireadores".
Scorpius se rió entre dientes y volvió a sentarse.

Me tomó un momento darme cuenta de que a mi mejor amigo se le
había ocurrido un insulto despectivo para los ángeles porque llamaban
a las personas terrenas.
Me pellizqué la parte superior de la nariz.
Ya no apoyaba los derechos de las mujeres.
Jinx se dio la vuelta y golpeó con su puntero el tablero junto a mi
cara. "Concentrarse. Todavía tenemos un problema de sigilo”.
Me golpeé la cabeza suavemente (lo más fuerte que pude) contra el

tablero.
Infectados con armas encantadas, impíos, un compuesto lleno de
ambas. Tuvimos que matarlos a todos de manera rápida y eficiente sin
darles tiempo suficiente para huir.
¿Cómo?
Le di vueltas a los elementos en mi cabeza y consideré diferentes

tácticas.
Malum habló y parecía seguro. "Orión cautiva a todos con su voz,
luego los eliminamos mientras están inconscientes". El asintió. "Es lo
único que tiene sentido".
Me golpeé la cabeza con más fuerza contra el tablero y dije: "Excepto

que no sabemos si entrarías y matarías a todos nuestros soldados".
Como hiciste con Jinx, no lo dije mientras continué: “Hemos analizado
esto. Aparte de asesinar a los pocos soldados que tenemos, tampoco
sabemos si podré detenerte de nuevo”.
"
“Eres nuestro Reverenciado y me has detenido antes”, respondió
Malum con fuerza. “Debería haber sido imposible, pero lo lograste. Eres
hielo por una razón: estás destinado a apagar mi fuego cuando pierdo
el control. Tiene mucho sentido”.
Me golpeé la frente contra la pizarra.
" Malum gruñó.
“Deja de hacerte daño, me
golpeé la cabeza más fuerte.
Una mano en llamas me alejó del tablero. "Qué

¿Qué carajo te pasa?
¿Quería una lista?
"No me toques". Lo empujé y, por un segundo, luchamos entre
nosotros. Sus músculos se tensaron y fingí no notar el dolor que recorría
mi espalda.
Me sonrió mientras contrarrestaba fácilmente mis movimientos, ya

que tenía la constitución de un tanque y al menos tenía cien libras de
músculo sobre mí.
Su fuego fue momentáneamente apagado por el hielo que irradiaba
de mí.
Los ojos plateados brillaron de alegría.
Le encantaba que fuera fácil dominarme.
Dios del Sol, era un matón.
Le di una patada en la espinilla con todas mis fuerzas y entrecerró
los ojos de dolor. Cuando me soltó, me sacudí los hombros con todo el
decoro que pude reunir.
Que lamentablemente no fue ninguno.
Malum me guiñó un ojo. “Si querías dejarme tu huella, todo lo que
tenías que hacer era decirlo. Cualquier día me haría un tatuaje para ti,
princesa de hielo. Su voz era ronca mientras miraba las rayas azules de
hielo que había dejado en su sudadera donde lo había tocado.
Fingí no darme cuenta de que se ajustaba el cinturón.

En lugar de eso, junté las piernas y me froté las sienes mientras
respiraba profundamente y para calmarme. “Primero, soy una reina, no
una princesa. En segundo lugar, el propósito de mi vida no es solucionar
tus problemas. El hielo crujió mientras se extendía por mis antebrazos.
Murmuró algo en voz baja que sonó muy parecido a: "Puedes ser mi
princesa".
Me atraganté con la saliva.
Me dio una palmada en la espalda y dijo: “Cuidado. Ve lento. Tómate
tu tiempo para tragar”. Su expresión era
malvado.
El dolor explotó por mi columna cuando me di cuenta de su doble
sentido.
Que Malum intentara ser seductor era algo peligroso.
Mi cara ardía de calor.
"
“Ella tiene razón”, dijo Jinx, y ambos dirigimos nuestra atención hacia
ella. "Si usas tus poderes, podrías acabar con nuestros soldados".
Suspiramos aliviados.
Ella continuó: “No podemos darnos el lujo de perder gente debido a
su descuido. Además, ustedes cuatro se desmayaron después de que
ella impidió que me atacaran. No puedes arriesgarte a perder el
conocimiento en medio de una batalla”.
Malum se pasó las manos por la cara.
Las llamas bailaron entre sus dedos.
"Exactamente." Asentí y crucé los brazos sobre el pecho de forma
protectora.
Su plan era estúpido y yo era más inteligente; fue confirmado.
Jinx continuó: "Aran, tendrás que encontrar tiempo para practicar
para poder desatar tus habilidades en la batalla". Golpeó distraídamente
su tableta. "Necesitaremos tus habilidades mientras la guerra continúa".
"¿Disculpe?" Me giré para mirarla, pero ella se negó a levantar la

vista de su tableta.
Resoplé y dije sarcásticamente: "Me limitaré a detener a los demonios
psicóticos entre las lecciones de vuelo y la lucha contra los impíos".
"Bien." Jinx siguió tocando.

Malum parecía satisfecho mientras tomaba un trozo de tiza y
regresaba a su lista de estrategias. "No te preocupes, practicaremos".
" Gruñí en respuesta.
“No voy a practicar nada contigo”, sonrió pero
no dio más detalles.
Mis labios hormiguearon.
Ambos sabíamos lo que pasaría si nos quedáramos atrapados.

pasar más tiempo juntos. No había forma de evitarlo.
No me había sentido tan mal desde que supe que cincuenta y uno era
divisible por diecisiete.
Jinx giró la estructura de la tableta y ésta giró sobre el tablero. “Si no
contenemos el perímetro, potencialmente cientos o miles podrían huir a los
portales. En el valle podrían vivir entre cien y un millón de personas”.
Me quedé boquiabierta. “¿Un puto millón? ¿Hablas en serio?"

Jinx se subió las gafas de sol. “Por lo que sabemos, la estructura podría
continuar bajo tierra durante millas. Estoy siendo realista”.
Ella quería que muriéramos.

No había otra explicación.
"
“No”, respondió Malum. “Sabemos que el núcleo de este planeta tiene
una temperatura alta única. Es poco probable que la vida pueda mantenerse
bajo tierra”.
"El tiene razón." Me puse derecho.
Jinx murmuró en voz baja: “La civilización podría haberse adaptado a
temperaturas más altas. Pero bueno, probablemente cuatro mil personas”.
El borde de su boca se curvó en una sonrisa.
Me quedé boquiabierto.
¿Había estado haciendo una broma?

Llevábamos tantas horas trabajando que el delirio me estaba invadiendo
y, sinceramente, no podía decirlo.
Un movimiento en el fondo de la habitación me llamó la atención y de
repente ya no estaba cansada. Mi mandíbula se cerró y dije: "Sé lo que
tenemos que hacer".
Un buen estratega siempre tuvo múltiples iteraciones de un plan.
También utilizaron estratégicamente sus mejores activos para realizar las
tareas más difíciles de la manera más eficiente.
"
“Vamos a esclavizar a los impíos”, Jinx se susurré, y
enderezó.
"Mierda. Tienes razón”, dijo Malum suavemente, y el aire a mi lado

se calentó mientras caminaba a mi lado.
El potente olor a tabaco y whisky inundó mi
sentidos, y me acerqué al embriagador aroma.
Las mejillas bronceadas se sonrojaron de color escarlata.
Una daga brilló mientras tragaba, la nuez de Adán se balanceaba.

Malum se humedeció los labios y dijo suavemente: "Me gusta tu plan".
Por un segundo, mientras me miraba, sus duros rasgos bronceados se
suavizaron. Los ojos plateados parecían suplicantes.
Sus cambios de humor me estaban dando un latigazo.
La energía entre nosotros era volátil.
Un dolor golpeó mi esternón.
"Vamos a redactarlo". Malum asintió hacia el pizarrón y yo seguí
su mirada como si estuviera en trance.
Nos movimos al mismo tiempo hacia la lista y él dio un paso atrás
para dejarme pasar. Una palma se extendió por toda mi espalda baja
mientras me guiaba hacia el tablero.
Me olvidé de alejarlo.
Sus dedos ardían de calor.
Se me puso la piel de gallina por todo el cuerpo y rayos de agonía
recorrieron mi columna mientras me alejaba tambaleándome de su
toque.
Esperaba que se enojara, pero Malum se quedó quieto a mi lado,
mirándose las manos mientras las flexionaba y flexionaba como si
estuviera confundido.
Sus rasgos se agudizaron y algo oscuro brilló en sus ojos. Dio un
paso más cerca y se hundió en mi espacio para estar a centímetros
de tocarme. el nunca hizo
contacto.
" él
“Escribe tu plan en la pizarra, Arabella... ahora”, susurró
sombríamente. El o si no flotaba en el aire entre nosotros.
Tragué saliva, insegura de lo que estaba pasando entre nosotros.
El reflejo de las llamas ardía en sus ojos mientras miraba.
hacia mí, y sus pómulos bronceados se sonrojaron.
Mi estómago dio un vuelco.

Los siguientes minutos transcurrieron con una tensión horrible mientras mi
tiza arañaba la habitación mayoritariamente silenciosa.
Malum señaló algunas correcciones, pero en su mayor parte, se cernió
sobre mí. Cada pocos segundos, miraba la mano que había tocado mi espalda
baja y la flexionaba.
¿Estaba fantaseando con prenderme fuego?
Nunca supe cuál era mi posición respecto del líder de los reyes, y él nunca
dejaba de ponerme los dientes de punta.
No había forma de eludir la verdad: era aterrador.
"Tiene sentido, pero los leviatanes son más adecuados para proteger el
"
perímetro", dijo Jinx mientras golpeaba con su puntero mi plan, y Malum se
alejó casualmente como si no hubiera estado a segundos de perder el control
en una habitación llena de gente.
Me estremecí y también anoté el cambio de personal.

agotado por discutir con Jinx.
El whisky y el tabaco llenaron mis sentidos.
Pequeñas rayas de dolor recorrieron mi columna con cada respiración.
Cuando los tres nos dirigimos a la habitación para presentar nuestro plan,
me sonrojé, avergonzado de que me hubieran visto actuando como un tonto
sonriente frente a Malum.
Sorprendentemente nadie nos prestaba atención.
Los ángeles, cambiaformas y demonios hablaban entre ellos.
Sólo cuatro hombres se dieron cuenta.

Luka y John me miraban fijamente, pero ninguno parecía molesto, porque
sus expresiones sólo podían describirse como de adoración.
Embelesado.
Cariñoso.
En contraste, Orión se sentó junto a ellos con sus impresionantes ojos
marrones entrecerrados mientras le susurraba al oído a Scorpius.
El tranquilo rey también se quedó mirando, pero su expresión no era

suave y amorosa como la de los gemelos; Fue duro y obsesivo. Me
acechó con la mirada.
Me estremecí.
Orión me había perseguido por el corredor de mármol.
Mi cansancio me llegó hasta los huesos.
La temperatura de la habitación se volvió opresiva cuando Malum
Se movió para que su antebrazo estuviera presionado contra el mío.
Fue un toque inocente, pero me quemé vivo.
"
“Escuchen todos”, dijo Malum en voz alta, y su voz de barítono
resonó a través de mis huesos. "Tenemos un plan".
Todos en la sala dejaron de hablar.

Malum asintió hacia mí como si me dejara hacerme cargo.
Le devolví la mueca, presioné mi pipa entre mis labios e inhalé

con avidez. Nunca me había encantado ser el centro de atención;
eso era más cosa de Sadie. Prefiero pasar a un segundo plano.
Desaparecer.
Hablar en público era oneroso y ya estaba bastante cansado.
"
“Esto es lo que vas a hacer, Dijo Jinx con
autoridad, y dejé de prestar atención a mi entorno.
No, no me importaba que un niño tuviera más habilidades de liderazgo

que yo. Estaba demasiado ocupado disfrutando de mi humo.
Unos minutos más tarde, sonaron las alarmas dentro de los
edificios del campo de guerra. “Jinx, tú quédate en el campamento y
"
Warren, tú la proteges. Ordenó Jax mientras salíamos de la habitación.
Nos volvimos a reunir en la cafetería.
John y Luka acariciaban frenéticamente mi cuerpo, tirando de
mis armas y fundas para asegurarse de que tenía todo.
Giré los hombros y traté de ignorar la persistente

Dolor debajo de mi piel donde yacían mis alas sin usar.
Fingí que el suelo no se estaba congelando bajo mis pies.
Hasta donde pude ver, ninguno de los otros ángeles irradiaba hielo.
Lo manejaban expertamente en la forma controlada de sus espadas.
Jinx guardó silencio sobre todo el asunto, pero reveló que la Conciencia
Angelical había eliminado los bloqueos de mi poder porque había demostrado ser
lo suficientemente desinteresado con el control de mi temperamento.
Me mordí el labio inferior hasta que probé la sangre.

Se me revolvió el estómago.
Tenía la sensación de que no era normal que un ángel irradiara hielo.
Tenía el mal presentimiento de que no tenía el control en absoluto.
Menos mal que era un experto en afrontar la situación: ignoraba mis problemas
y fingía que no existían.
"Tienes que estar alerta", articuló Orión mientras empujaba una taza llena de
líquido frío en mis manos. "Es"
Tiré el contenido y lo tragué antes de que pudiera explicarme.
"Café helado." Entrecerró los ojos, sus largas pestañas oscuras revolotearon,
mientras susurraba enojado: “No debes consumir ninguna sustancia sin saber qué
contiene. No es seguro."
John y Luka continuaron revisando mis fundas diligentemente.
como si estuvieran aterrorizados de haberse perdido algo.
Puse los ojos en blanco hacia Orión.
El café era fuerte y ya podía sentir que la cafeína me despertaba. Inhalé
profundamente mi pipa y dejé que la combinación de drogas reviviera mi voluntad
de vivir.
Los nervios reemplazaron mi cansancio, y me recuperé y
adelante sobre las puntas de mis pies.
Jax y Malum gritaron las instrucciones del plan a todos los soldados.
“¿Puedo tomar un segundo café?” Le tendí la taza vacía a Orion

mientras Luka revisaba mi auricular.
"No." Scorpius pareció aparecer de la nada. "Sácate esa pipa de
la boca o te la arranco".
A veces pensaba que el rey ciego era más tranquilo y accesible
que Malum. Otras veces, era abrasivo y cruel. Mordaz.
Como un mal viaje.

Luka se movió borrosa y me empujó detrás de él, la oscuridad
brillaba a su alrededor.
"
"No le hables así, John dijo en tono molesto
mientras revisaba mis cartuchos de bala. “Pero no se equivoca, Aran.
Guarda la pipa”.
Scorpius sonrió maliciosamente y evaluó a John como si lo
estuviera viendo por primera vez. "No me digas qué hacer".
John lo fulminó con la mirada y hundió su hombro en el costado de Scorpius.
"
“Ups, un dijo sarcásticamente.
músculo en la mandíbula de Scorpius hizo un tictac. “Ten cuidado, humano.
No quieres meterte conmigo”.
En lugar de retroceder ante el diablo, que era medio
Una cabeza más alta que él, John se burló. “Haré lo que quiera”.
Scorpius arqueó una ceja, claramente no acostumbrado a otros hombres.
desafiándolo. "¿Es eso así?" preguntó maliciosamente.
Agarré a John por los hombros y lo alejé del sádico bastardo que
lo haría pedazos. “¿No puedes empezar una pelea ahora mismo?” Le
pregunté.
John refunfuñó: "Yo no sólo comenzaría una pelea, sino que la
terminaría".
Scorpius soltó una carcajada como si la idea de que John lo
golpeara fuera graciosa, y yo hice una mueca porque tenía que
ponerme del lado del rey en este caso.
"
“Vas a ser mi muerte”, gemí.
John tiró de mi cola de caballo. “Anímate, pequeño pitufo.
Antes de que te des cuenta, los impíos estarán muertos y nosotros estaremos
aquí atrás pasando el rato. Se rumorea que el Tribunal Superior nos

dejará ir de fiesta para desahogarnos”. Movió las cejas de arriba a
abajo sugestivamente. "Hay muchas drogas que tomar más tarde".
Fingió fumar un cigarrillo imaginario y me reí de lo ridículo que
parecía.
Scorpius murmuró algo en voz baja que
sonó sospechosamente como: "Tengo algo que puedes volar".
Lo ignoramos.
"Bien, pero quiero brebaje demoníaco", dije.
John le guiñó un ojo. "Por supuesto."
“Y quiero…” Me detuve y lo imité moviendo las cejas.
Los labios de John se curvaron en una sonrisa traviesa y presionó

"
un suave beso en mis labios. “Cualquier cosa por ti, cariño”,
susurró en mi boca.
Probé sándalo y almizcle.
Sus labios eran suaves y cálidos.
Familiar.
Luka me acarició la nuca mientras su gemelo me besaba.
El dolor que recorría mi espalda era tan fuerte que era como si me
hubieran bañado en agua helada.
Scorpius hizo un ruido áspero con su garganta y cuando miré,
estaba sonrojado. Extraño.
Orión apretó los dientes.
Se me erizó la piel y el dolor se intensificó.
Una parte rencorosa de mí disfrutaba sabiendo que los reyes me
estaban viendo besar a John.
Quería que vieran lo que nunca tendrían.
Quería que me lastimaran como me habían lastimado a mí.
Alejándome de John, asentí. "Hagámoslo."
Me puse la capucha elástica negra sobre mi cabeza y luego la bajé
para que cubriera toda mi cara. El material parecía sólido desde fuera,
pero era engañosamente transpirable y fácil de ver a través.
Todos hicieron lo mismo.

Vestidos de pies a cabeza de negro, nos convertimos en sombras sin
rasgos discernibles.
En el medio de la sala, Jax contó desde diez y todos se reunieron alrededor
de los dispositivos RJE. Los gemelos me agarraron de las manos y Orión me
agarró del brazo.
Unas uñas afiladas presionaron la tela en la nuca y me sobresalté ante el
toque intrusivo. El dolor viajó a través de mis nervios y recorrió mi columna
vertebral.
"
“Manténgase cerca, mi Reverenciado, Scorpius susurró contra el caparazón de
mi oído. "No olvides la enfermedad de los vínculos".
Me estremecí.
Como si alguna vez pudiera olvidar mis grilletes.
Grieta.
Desaparecimos.
Capítulo 9
Arán
BATALLA
Siniestro (adjetivo): presentimiento o amenaza de maldad.

DÍA 1, HORA 4
"Mantente bajo." La voz de Jax crujió en mi auricular mientras

avanzábamos por el patio vacío.
En el patio colgaban campanas festivas que tintineaban
agradablemente con el viento helado.
Me irritaron los nervios.
Nuestro grupo atacante estaba compuesto por los campeones, los
generales y las cuatro mujeres de la legión asesina, que se deslizaban
entre las sombras de la noche.
No eran más que una mancha borrosa.
Ninguno de nosotros lo era.
Éramos los únicos soldados que entraban al complejo, ya que

éramos los más fuertes y en gran medida no teníamos idea de los
números a los que nos enfrentaríamos. Teníamos más posibilidades de
escapar si era necesario.
El resto de los soldados de infantería se encontraban arrastrándose
por el valle y creando un perímetro para garantizar que ninguno de los
infectados escapara.
Jax y Sadie lideraron nuestro grupo hacia adelante.
Yo estaba atrás, rodeado de sombras.
Los gemelos protegieron mi frente y los reyes protegieron mi espalda.
La intensidad irradiaba de ellos mientras se escabullían silenciosamente
a través de la noche nevada.
El miedo se deslizó por mi columna.
El Collar de la Muerte latía, cálido, contra mi esternón como si
intentara tranquilizarme.
No funcionó.
Respiré temblorosamente.
Tan pronto como hicimos RJE y trepamos el alto muro del patio
vacío, la energía de los hombres cambió. Incluso John era diferente.
Se habían quitado sus máscaras de civilidad. ya no estaban

los hombres con los que pasaba mis días discutiendo y riendo.
Eran draconianos, más asesinos que hombres.
Y yo era uno de ellos.
Éramos como los almamantes de la tradición, un pueblo tan mortífero
y aterradoras eran más un mito que una realidad.
Los monstruos de todos los monstruos.
El aire salió de mis labios en bocanadas heladas. Con los muslos temblando
y el sudor corriendo por mi frente, me agaché y me moví rápidamente con dagas
apretadas entre dedos congelados.
Mis ojos se llenaron de lágrimas por el aire helado.
La nieve caía perezosamente y parpadeé para limpiarme la humedad de las
pestañas.
Los pinos del patio estaban envueltos en luces de colores y los molestos
fragmentos de luz cruzaban mi visión periférica. Los ladrillos estaban calientes
bajo mis pesadas botas de combate.
Zarcillos de vapor se evaporaron en la noche estrellada.

La voz de Jax sonó fuerte y nítida a través de mi auricular mientras
susurraba: “Hay cuatro puntos de entrada. Todos permanecen en grupo como
lo planeamos. Sadie al frente y sin separarnos. Sígueme."
Entramos al complejo y caminamos directamente hacia una larga y

Pasillo de ladrillo sin ventanas.
Me estremecí cuando la temperatura cayó en picado y un pesado suelo de
piedra bloqueó el vapor y el calor del suelo. La única luz eran las antorchas
parpadeantes.
Hacía moho.
Húmedo.
Insidioso.
Mis pulmones vibraron con fuerza en el silencio y contuve la respiración.
Uno. Tres. Seis. Nueve. Once. Trece. Quince. Diecisiete. Conté números
impares mientras avanzábamos en silencio, una unidad de asesinos altamente
entrenados.
No había puertas y parecíamos estar dentro de un interminable tramo de

pasillo silencioso. Si no lo hubiera sabido, habría pensado que estábamos en un
edificio abandonado.
Se me puso la piel de gallina en la nuca. Cómo
¿Podría alguien vivir en esta atmósfera austera y fétida?
Desde el silencio, los infectados deben tener un ciclo de sueño lunar.
Al frente del grupo, Jax se detuvo de repente y levantó la mano. Rodeado de
oscuridad, apenas pude distinguirlo indicando que el corredor se bifurcaba más
adelante.
Lo seguimos mientras giraba bruscamente a la derecha.
Nos movimos en silencio.
Más profundamente en el complejo.
Escaneé los pasillos, pero no parecía haber puertas ni señales de vida, lo
cual no tenía sentido.
El silencio se expandió hasta que pude escuchar los frenéticos latidos de mi
corazón en mis oídos mientras la sangre se mezclaba con adrenalina.
El sudor corría por mis costados.

Mis dedos se acalambraron alrededor de las empuñaduras de mis dagas.
"¿Viste algo?" —preguntó en voz alta una voz extranjera con acento, y todos
dejamos de movernos.
Otra voz con acento respondió: "¿De qué estás hablando?"
Al final del pasillo oscuro, dos rayas de color azul brillante se acercaron
donde esperábamos en las sombras.
Fueron los infectados.
Nos agachamos más, nadie se movió y nadie respiró.
"
“Ahora, Sadie”, susurró Jax en voz baja por la radio mientras seguíamos el
plan.
Los dedos de mis pies se acalambraron mientras me agachaba más, los músculos temblaban. I
Estaba temblando y no tenía nada que ver con el esfuerzo.
A medida que el resplandor azul se acercaba, distinguí el contorno de dos
figuras.
Los infectados empezaron a correr hacia nosotros.

Uno de ellos gritó: “¿Qué es…”
"¡DETENER!" Gritó Sadie, y el hombre nunca formuló su pregunta.
Los dos infectados dejaron de moverse; estaban congelados, la

sangre de Sadie corría por sus venas y se apoderaba de ellas de adentro
hacia afuera.
No se movieron.
No hablaron.
"
“Todos, acérquense, como Jax ordenó y nos acercamos.
una unidad.
"
“Es difícil sostenerlos”, dijo Sadie por radio con los dientes apretados.
“Debe ser lo impío que hay dentro de ellos. Sólo puedo usar estos dos”.
"
“No te atrevas a esforzarte demasiado”, Cobra susurró
responde enojado.
Sadie se burló: "Estoy bien".
"Será mejor que no te hagas daño".
"Será mejor que te calles".
"
“No vamos a hacer esto en este momento”, la Jax gruñó, y el
línea quedó en silencio.
Los dos infectados sostenían espadas azules brillantes que apuntaban
directamente hacia nosotros.
Tropecé hacia atrás instintivamente.
Los infectados se volvieron como zombis sin sentido y se posicionaron
al frente de nuestro grupo, haciendo girar sus espadas, una mancha
azul brillante en la oscuridad.
Ahora estaban de nuestro lado, completamente esclavizados por los poderes
sanguíneos de Sadie.
Nos guiaron hacia adelante.
Más adentro.
Al complejo.
Seguimos los pasillos hacia la estructura. Sus espadas silbaron
mientras cortaban el aire. La tensión gradualmente
liberado mientras explorábamos y no encontramos más infectados.

La extensa estructura parecía estar prácticamente abandonada.
Nuestro plan fue excesivo.
Esta será una misión fácil.
Tan pronto como el pensamiento positivo pasó por mi mente, estallaron
gritos y los infectados aparecieron aparentemente de la nada.
Las espadas azules chocaron.

La tinta goteó de los demonios y formó espadas negras como
Los ángeles desataron sus espadas de hielo.
Alguien gritó mientras ardían en llamas.
Las dagas silbaron en el aire.
Se batieron alas de cristal.
Un animal rugió.
Los reyes desarmaron a los infectados y los destrozaron.
con sus propias manos; Los huesos se rompieron cuando los cuellos se rompieron.
Los gemelos eran igualmente crueles.
Se escuchó un grotesco sonido de desgarro seguido de una salpicadura
de agua. Tropecé cuando un sonido familiar y horrible resonó por el pasillo.
No había sido agua.

Era sangre.
Los impíos estaban aquí.
Me tambaleé cansado al doblar una esquina, resbalándome en un trozo de

hielo; un rastro de cobalto se extendió bajo mis pies y creó un camino detrás
de mí.
No tenía idea de por qué estaba derramando hielo y aparentemente no
tenía forma de detenerlo.
Por millonésima vez, me concentré e imaginé que el frío se convertía en
una espada de hielo.
Resbalé cuando más cobalto se extendió bajo mis pies.
No se formó ninguna espada.
La frustración aumentó y quise gritar. mi instinto me dijo

Para mí, este fue otro regalo más de mi herencia arruinada.
A lo lejos rugió un oso.
Me detuve para escuchar, luego me di vuelta y corrí hacia el sonido.
Los reyes debían estar cerca, porque la enfermedad de los vínculos no
había llegado, pero el complejo era un confuso laberinto de pasillos y
habitaciones ocultas. Habíamos explorado la mayoría de ellos, pero
seguían apareciendo más de la nada.
Era agotador.
Otro rugido hizo vibrar las piedras debajo de mí.
Podía escuchar a los cambiaformas pelear, pero no pude encontrarlos.
Estaba solo.
"¡Escorpio!" Grité en la oscuridad porque él tenía la
mejor oportunidad de encontrarme en medio del caos de la batalla.
Otro rugido lejano, pero nadie respondió a mi súplica.
Los hombres debían haber estado al otro lado de la pared, en la gran
sala llena de cientos de personas donde aún se concentraban los sonidos
de los intensos combates.
Actuando sin pensar, me lancé contra la pared del pasillo más cercano.
Gemí cuando un nuevo dolor agitó las muchas heridas de batalla que lucía.
Dios sol, esa había sido una idea estúpida.

Me encantó el perfil bajo y pensé que podía arrojarme a través de una
pared de ladrillos fuertemente fortificada y se rompería.
¿De dónde había venido esa confianza?
Cojeando, temblando de cansancio, cuerpo magullado y
Dolorido, me obligué a seguir corriendo hacia adelante.
Necesitaba encontrar a todos.
Todo había ido según lo planeado: habíamos estado luchando como
grupo y permaneciendo juntos a medida que nos adentrábamos más en el
complejo.
Había eliminado a los infectados y a los impíos con los gemelos al
frente y los reyes a mis espaldas.
Lo esquivé... ellos atacaron.

Ellos lo esquivaron, yo lo empujé.
En la repetición.
Por horas.
Habíamos recogido las armas desechadas de los infectados y todos habíamos
luchado con las espadas encantadas más peligrosas mientras los infectados
gritaban y chillaban impíamente en la oscuridad.
Había sido difícil discernir las ubicaciones de mis compañeros de equipo ya

que se movían como sombras alrededor de nuestro enemigo.
Había sido un desastre.
Perturbador.
Solo había usado la espada y había dudado en arrojar dagas porque no
podía asegurarme de no golpear a alguien de mi lado. Habían sido horas de
combate cuerpo a cuerpo.
Mis brazos habían temblado por el esfuerzo.
Luego, hace aproximadamente una hora, una explosión repentina derrumbó
una parte de la gran sala donde se concentraban los combates y mi auricular se
cayó.
Espadas encantadas habían atravesado los escombros en una masa borrosa
de cuerpos. Ungodly había chillado y atacado junto a ellos.
Tropecé hasta un pasillo.
Apenas había tenido tiempo de arrojar una daga al cuello de un impío
mientras blandía mi espada encantada.
Los impíos me habían rodeado.
Había polvo en mis ojos y habían caído ladrillos.
Algarabía.
Me di vuelta y corrí, luchando contra los impíos mientras
Me persiguió mientras corría hacia la oscuridad. Fue desorientador.
El edificio era un laberinto de pasillos estrechos superpuestos.
Falsos muros y callejones sin salida.
Eso fue hace aproximadamente una hora.
En el presente, corrí por otra esquina más,
Luchando por respirar porque la frustración me hacía entrar en pánico.
Silenciar. Pateé algo mojado.

Las antorchas parpadearon e iluminaron los rayos de sangre y entrañas que
cubrían el corredor.
¿Ya había pasado corriendo por esa cabeza cortada? ¿Estaba dando vueltas
en círculos?
Seguí corriendo hacia adelante, negándome a mirar las partes cortadas del
cuerpo esparcidas sobre el suelo de piedra como ropa desechada.
El hedor era espantoso.

Gore cubrió casi todo lo que había en el complejo.
Cada habitación oculta.
Corredor.
Grietas y hendiduras.
Luché por respirar y el hielo crujió al extenderse.
a mi alrededor y encerró las partes del cuerpo.
"
“Mantén la calma, encuentra al resto del equipo, La voz de Jinx hizo eco.
vagamente en mi cabeza.
Una parte de mí estaba convencida de que estaba alucinando con su voz.
y solo quería que fuera nuestra conexión con el ángel de la guarda.
Yo estaba perdido.
La enfermedad de Bond me provocó náuseas, pero no era un dolor inimaginable,

lo que significaba que los reyes todavía tenían que estar cerca.
Lo más probable es que estuviera corriendo en una especie de círculo fuera de

la gran sala donde se concentraba la batalla. Lo que no tenía sentido era que ya
debería haber corrido y encontrado la entrada.
La única explicación lógica era que estaba dando vueltas.

Un grito subió por mi garganta.
Pasillos estúpidos.
Corrí más rápido a través de la oscuridad, tropezando y desesperada.
Lleno de pánico.
Si tan sólo pudiera encontrarlos.

El rugido de un oso escalofriante resonó más fuerte que antes.
Las sombras se estiraron y retorceron a mi alrededor mientras el

silencio sofocado.
Estaba perdiendo la cabeza.
Sin luz solar, no podía decir si habíamos estado luchando durante horas o
días. El complejo albergaba a miles de personas y la batalla parecía
interminable. No ayudó que casi todos los infectados estuvieran armados.
Estaba perdido en un complejo en expansión lleno de guerreros entrenados.
Una meca de los impíos.

Mi pie se acalambró en mi bota cuando doblé otra esquina, los arcos ardían
mientras buscaba desesperadamente una puerta de salida.
laberinto.
Resbalé de nuevo pero mantuve la vista al frente mientras fingía no ver las
rayas de sangre en mi visión periférica.
El corredor brillaba bajo el hielo de cobalto.

Estaba perdiendo el control.
Las paredes y los pisos se fundieron cuando mi visión se volvió borrosa. Todo
estaba dando vueltas.
Estaba perdiendo la cabeza.
Doblé por otro pasillo oscuro, luego patiné hasta detenerme y luego di
media vuelta: era el contorno de otra puerta oculta.
Apretando mi núcleo, pateé y recé para que fuera una entrada a la batalla
principal donde había perdido a mis compañeros de equipo. Recé para que los
hombres estuvieran dentro.
La madera se astilló y se abrió de golpe.
Me equivoqué.
Una mujer infectada gritó y me apuntó con una espada a la cara.
Mis reflejos fueron lo único que me salvó mientras

Blandí mi arma robada.
Mi estómago se hundió al contemplar el estrecho y oscuro dormitorio.
Saltaron chispas cuando el acero chocó entre sí, y yo me elevé por encima
de mi enemigo, más alto y más fuerte. Fácilmente dominé a los infectados y
acerqué mi espada a su cuello.
Sus rasgos brillaban bajo la luz azul de nuestras espadas encantadas.
Los ojos inocentes estaban muy abiertos por el miedo. "¿Por qué?" la mujer
susurró entrecortadamente.
Un grito comenzó en mi cabeza.
Mi visión vaciló.
Se escuchó un sonido chirriante y giré la cabeza hacia la derecha para
encontrar más mujeres escondidas detrás de ella. Estaban desarmados.
Mi mente se fracturó.
"
“Yoyo dije inútilmente, mi voz ronca por horas de esfuerzo. De todos modos,
no importaba; no había nada que pudiera decir.
Mis extremidades se entumecieron.

Me ahogé en el aire. Sentí como si me hubiera sumergido en un lago y se
hubiera congelado, aplastando mis órganos.
Jinx dijo dentro de mi cabeza: "Cálmate, ya están..." Su voz trinó y
desapareció.
La mujer presionó su espada brillante hacia mi cuello y no pude encontrar la
fuerza para resistir. Me agaché para que estuviéramos a la altura de los ojos.
Su espada flotaba a centímetros de mi cara, chisporroteando con el

encantamiento azul que cortaba el hueso como si fuera mantequilla.
Ella me empujó hacia atrás a través de la habitación.
No pude detenerla.
La habitación oscura y las brillantes espadas azules se desvanecieron en
tonos de gris mórbido mientras un silencio descendió sobre el mundo y me
cubrió de quietud.
Afuera, en el pasillo, gritó una voz masculina familiar, pero
Era una confusión imperceptible.
La mujer dijo algo, pero no pude oír.

Yo estaba perdido.
En la neblina.
La mujer debe haberse dado cuenta de que no estaba peleando, porque
De repente sacó su espada hacia atrás y la empujó hacia adelante.
El descenso se produjo a cámara lenta. Millones de segundos de posibilidades
y vías de acción se desplegaron ante mí.
No tenía emociones.
Insensible.
La bruma se lo llevó todo.
Estaba entumecido.
En mi imaginación, levanté mi espada y destripé a mi atacante antes de que

pudiera asestarle un golpe, y luego maté al impío mientras arrancaba su carne.
Maté a todos en el
habitación.
En realidad, no me moví.
"
“Siempre serás débil, suelo de Dijo mi madre mientras yo gritaba en el
palacio. “Nunca llegarás a nada. Nunca serás como yo”.
Una sombra imponente irrumpió en la habitación y observó cómo

El acero atravesó mi piel y el alivio llenó mis pulmones.
Los ojos plateados brillaban a través de una capucha negra.
No sabía si no matarla me hacía bueno o malo; Lo único que sabía era que
me hacía sentir menos madre.
En cámara lenta, me desplomé hacia el suelo.
Una terrible agonía gritó a lo largo de mis neuronas y mis ojos se llenaron de
lágrimas cuando me estrellé contra el suelo de piedra. Resonó como si fuera
hueco. Hacía calor. Yo estaba glacial.
Si yo fuera algo menos que la Reina reinante de los Fae, me habría desmayado.
Me quedé despierto.
Todo sucedió en una fracción de segundo y Malum lo había visto todo.
Otros cuatro hombres irrumpieron en la habitación detrás de él, pero ya era

demasiado tarde.
Sólo él lo sabía.
La mujer retrocedió, sus ojos teñidos de verde se abrieron de miedo y abrió
la boca.
Ella explotó en llamas escarlatas. Luego, también lo hicieron todos los
demás en la sala.
Con la boca abierta, se retorcían impotentes contra las llamas despiadadas.
Paralizado por el dolor, no pude hacer nada más que mirar

horror mientras morían hervidos.
Impío arrancado de la carne en llamas de inocentes y se elevó hasta las
vigas. Las pinzas tintinearon cuando sus seis brazos atacaron.
El fuego bailaba inofensivamente a través de sus parches de exoesqueleto.
Cinco hombres avanzaron hacia ellos.

Espadas encantadas se balanceaban en una mancha brillante mientras
cortaban en pedazos a los impíos; la sombra más alta les arrancaba la cabeza
con sus propias manos mientras las llamas salían disparadas de sus dedos.
Me atraganté con el cobre que goteaba de mi boca y todo giró más rápido.
La disonancia psicógena me devoró.

Escupí sangre.
Alguien gritó y las sombras se arrodillaron a mi alrededor.
Todo dio vueltas.

Con la cabeza colgando hacia atrás como un cadáver, no pude hacer nada
más que colgar impotente mientras la sombra que arrancaba las cabezas de
los impíos me llevaba contra su pecho a través del laberinto de pasillos.
Cerré mis ojos.
El tiempo se retorció.
El aire frío golpeó mi piel y abrí los ojos para ver el cielo oscuro.
Malum se quitó la capucha negra y las llamas saltaron de su cabeza.
Creí haberlo visto enojado.

No lo había hecho.
Los ojos plateados fundidos brillaron con tanta rabia que pude sentirla
irradiando en ondas mientras Malum gruñía a centímetros de mi cara: "Voy a
matarte por esto".
Demasiado para esperar no haberse dado cuenta de lo que había visto.
Él era plenamente consciente de que yo había tomado una decisión.
Sangre acuosa goteó de mis ojos mientras la esquina de mi
Los labios se curvaron hacia arriba en una sonrisa burlona.
¿Quién se lo iba a decir?
Yo ya estaba muerto.
Capítulo 10
Orión
DESTINO
Órfico (adjetivo): fascinante, fascinante.

DÍA 2, HORA 20
"¿Donde esta ella?" Les grité a mis compañeros mientras esquivábamos las
pinzas afiladas de un impío mientras luchábamos en el combate cuerpo a cuerpo.
Los pétalos flotaron sobre mi cuello.
Estuve a segundos de perder el control.
Durante las últimas cuarenta horas, habíamos masacrado a todos los infectados.
nos encontraríamos. Miles de ellos.
Fuimos minuciosos.
Implacable.
Exigente.
Cuando quedaban menos de cien infectados, los perseguimos por los
pasillos y huyeron a una habitación amplia.
El último reducto.
Parecía ser el espacio habitable del complejo porque
Había cuatro chimeneas de piedra y muebles excesivos.
Ahora el humo llenó el espacio sin ventanas. sillas de terciopelo y
Los sofás estaban rotos en pedazos y esparcidos por todos lados.
Había cuerpos por todas partes, espadas desechadas al lado.
sus cadáveres desgarrados.
Las armas chocaron.
Un rugido espeluznante resonó. Jax estaba parcialmente desplazado; Tenía
cabeza de oso y garras afiladas. Los infectados cayeron a su alrededor mientras
golpeaba.
Cobra estaba cubierta de serpientes de sombra que se retorcían, y estaban
por toda la habitación, mordiendo a los infectados y haciéndolos arrodillarse,
gritando.
Alas de otro mundo resonaron mientras los ángeles flotaban en el techo y
se lanzaban hacia abajo en la refriega. Habían abandonado sus espadas de
hielo en favor de espadas encantadas más ligeras y fáciles de manejar.
La habitación era un caos.

Piezas de las pinturas que alguna vez llenaron cada centímetro de la pared
ardieron mientras caían como lluvia.
Los moribundos gritaron.
Nuestro plan iba perfectamente hasta que alguien detonó un dispositivo
incendiario. Cuando el polvo se disipó, Arabella ya no estaba.
Tenía que estar cerca, pero por alguna razón no pudimos encontrarla.
Fue enloquecedor.
Nuestro Venerado había desaparecido.
La atadura de mi control se estaba desgastando precariamente, y no podía
recordar por qué me contuve de desatar mi voz y masacrar al mundo.
¿Por qué me importaba?

Me dolían las cuerdas vocales por ser utilizadas.
Le lancé una daga a un impío mientras me arrodillaba, y Scorpius blandió
una espada encantada donde yo había estado. Sangre salpicada. Cortó a dos
infectados por la mitad.
Los impíos fueron arrancados de su carne, pero Corvus les arrancó la cabeza
antes de que pudieran mantenerse erguidos. Llamas escarlatas brotaron de él
mientras arrojaba las cabezas cortadas sobre la alfombra roja y verde y
pisoteaba.
En un momento dado, la alfombra había sido blanca.
Corvus echó la cabeza hacia atrás y gruñó como una bestia.
Dejó caer sus armas cuando nos dimos cuenta de que Arabella había
desaparecido y había estado luchando con sus propias manos desde entonces.
Ya no era un soldado.
Era un Ignis cuyo Venerado faltaba: un salvaje.
criatura.
Arabella tenía que estar cerca porque la enfermedad del vínculo no había
incapacitado a ninguno de nosotros, pero habíamos buscado en cada rincón del
gran espacio habitable donde se concentraban los combates.
Ella no estaba debajo de las pilas de cadáveres.

Lo habíamos comprobado.
"¿Dónde carajo está ella?" Grité en un susurro mientras apuñalamos,

arremetió y esquivó al unísono.
El pánico aumentaba cada segundo que ella no aparecía.
Los pétalos de las flores de cerezo flotaron más rápido sobre mi clavícula,
y apreté los dientes mientras la sangre me salpicaba la cara.
Cinco minutos. Si no la encontrábamos en los siguientes cinco minutos,
estaba desatando mis poderes y no me importaba si masacramos a nuestros
propios soldados.
Todos podrían morir.
"¿Está Aran contigo?" gritó uno de los gemelos mientras golpeaban a un
hombre infectado, lo apuñalaban en el corazón y luego cortaban al impío
emergente por la mitad.
"
"No, Scorpius gruñó mientras giraba y pateaba. "No podemos
encontrarla".
Los gemelos dejaron de moverse. Vestidos completamente de negro,
parecieron desaparecer en las sombras mientras la batalla se libraba a su
alrededor.
"
"Disculpe, ¿es Luka dijo con vehemencia: "¿Dónde carajo?"
mi esposa?"
Me sobresalté por su voz porque nunca hablaba; era más profundo que el
de su gemelo.
"
"Ella aún no es tu esposa, Corvus respondió con dureza.
"Arabella no está apareada ni vinculada". Las llamas se multiplicaron sobre
sus hombros.
John se burló mientras destripaba a un infectado. “Quédate con el de mi esposa
nombre fuera de tu boca”.
Corvus gruñó brutalmente mientras agarraba la cara de una mujer
infectada y le giraba la cabeza hacia un lado como si estuviera imaginando
que era la de los gemelos. Ella cayó muerta. Repitió el movimiento con los
impíos. Sangre verde cubría sus brazos.
Las llamas brotaron de sus dedos y prendieron fuego a la alfombra.
"
“Ella tiene que estar cerca”, les dije a los gemelos. "Porque la enfermedad
de los vínculos no ha aparecido".
Scorpius dejó caer su espada y desenvainó las dagas dentadas.
Apuñaló repetidamente a uno de los soldados varones restantes, pero no

lo mató. Se arrodilló cerca, con los brazos y el torso pintados de rojo, mientras
el hombre se retorcía y gritaba debajo de él.
No se detuvo.
Lo vi mutilar al hombre con desinterés.
Nos estábamos desmoronando.
Estar separada de Arabella fue como recibir un balazo en el cráneo.
Después de toda una vida que pasamos buscándola, no se le permitió
dejarnos.
Si no la encontráramos pronto, los impíos parecerían mansos en
comparación con lo que haríamos nosotros, porque el propio dios del sol no
podría salvar los reinos de nosotros.
“Hemos revisado toda la habitación. ¡No sabemos dónde carajo
puede estar! Corvus gritó con frustración a los gemelos.
Los cinco miramos desesperadamente a nuestro alrededor mientras luchábamos.

Incluso vestida de negro de pies a cabeza, reconoceríamos a Arabella
porque sus piernas largas y su definición de músculos magros eran
exclusivamente suyos. Ninguna otra mujer se compara.
Ella era nuestra Venerada.
Nuestra alma.
La reconoceríamos con los ojos cerrados y los oídos tapados.

Uno de los gemelos señaló el agujero en la pared. "¿Está ella afuera en
el pasillo?"
Negué con la cabeza. “Miramos y no la vimos”. Pisoteé el exoesqueleto
de un impío y deseé que este estúpido complejo no tuviera tantas habitaciones
y pasillos ocultos.
Scorpius abruptamente se enderezó y enterró su daga en el corazón de

su víctima. No se molestó en matar a los impíos.
que surgió del cadáver; en cambio, se dio la vuelta y caminó hacia el rincón
más alejado de la habitación.
Maté al impío mientras los cuatro lo seguíamos.
Cuando llegó a la esquina de la habitación, Scorpius empujó su oreja
contra la pared de ladrillo al lado de las pinturas rotas.
Nosotros esperamos.
“¡Puedo oírla respirar!” gritó por encima de la pelea.

“Debe haber un corredor diferente a lo largo del perímetro de este lado de la
habitación. Pienso que deberíamos"
Corvus golpeó los ladrillos con los puños y los escombros cayeron del
techo mientras atravesaba la pared con nada más que fuerza bruta y rabia.
Golpeó su cuerpo hacia adelante.
La pared explotó y él tropezó con un pasillo poco iluminado.

Nosotros seguimos.
Scorpius lo empujó y se quedó quieto con la cabeza cubierta por la

máscara ladeada hacia un lado mientras escuchaba.
Todos escuchamos un grito.
Corvus explotó a una velocidad increíble, y el resto de nosotros lo
seguimos de cerca.
Más adelante, entró en una habitación.
Unos segundos más tarde, lo seguimos al interior.
Una docena de infectados se apiñaban en un rincón, escondiéndose, y un
espada encantada apuntaba hacia nosotros, goteando rojo.
Me quedé quieto.
Inhalado.
El olor a cobre estaba subyacente con algo familiar, un olor helado teñido
de poder y muerte. Sabía a adrenalina en mi lengua.
Era la sangre de Arabella.

Abrí la boca para gritar mientras las flores de cerezo flotaban en el aire a
mi alrededor. Antes de que pudiera soltar mi voz, los habitantes de la
habitación explotaron en llamas rojas.
Si no estuviera temblando de miedo y rabia, me habría sorprendido que Corvus

hubiera desatado tanto fuego sin que nuestros poderes estuvieran activados.
No hubo tiempo para pensar.

Los impíos chillaron mientras arrancaban de los cadáveres en llamas, y nos
lanzamos hacia adelante como grupo, matándolos.
Hubo movimiento en mi visión periférica y mi corazón dejó de latir.
Corrí hacia la figura.

Agachándome, grité mientras aplicaba presión en el abdomen abierto de
Arabella.
No no no.
El plan original era no abandonar el recinto hasta que
El último impío fue masacrado.
Mi Ignis levantó a Arabella en sus brazos y corrió por los pasillos, más rápido
de lo que jamás se había movido, como si la propia muerte lo persiguiera.
a nosotros.
Rompimos el protocolo y lo seguimos.

De todos modos, la batalla casi estaba ganada.
Nuestros pasos fueron atronadores mientras corríamos como grupo.
Nuestro Venerado era nuestra prioridad.
Finalmente, salimos a trompicones del complejo y regresamos al
oscuridad de la noche, y estábamos en el patio.
Las luces de hadas brillaban entre los árboles.
Corvus me pasó la forma inerte de Arabella a mis brazos y luego
suavemente le quitó la capucha.
Le di un beso en la frente helada y la acuné contra mi pecho mientras rezaba al
dios del sol.
Los demás nos rodearon.
La sangre y la sangre mancharon la capa de nieve debajo de nuestra
pies, luego se derritió en un desastre.
Las campanas tintinearon.
Los copos de nieve flotaron suavemente a nuestro alrededor y besaron las mejillas
anormalmente pálidas de Arabella.
Corvus se quitó la capucha y sus ojos ardían.
Se inclinó para que sus duros rasgos bronceados estuvieran a centímetros
de los de ella, luego gruñó con dureza: "Voy a matarte por esto".
Me puse rígida y la acerqué a mi pecho de manera protectora.

¿A qué estaba jugando?
Mis instintos de protector estallaron. ¿Cómo se atreve a hablar con nuestro
¿Reverenciado así? ¿Cómo se atrevía a faltarle el respeto tan cruelmente?
Fue un sacrilegio.
Los labios de Arabella, que se estaban poniendo azules por la pérdida de
sangre, se curvaron en una sonrisa burlona y articuló: "Vete a la mierda". Su
piel era de un inquietante tono gris.
Mi Ignis sonrió, echó la cabeza hacia atrás y gritó al cielo nocturno.
Llamas salieron disparadas de su boca como un dragón.

Scorpius agarró los hombros en llamas de Corvus y dijo: “Aléjate de ella.
¿Qué te pasa?" Expresó mis pensamientos mientras alejaba a nuestro Ignis
de nuestro precioso Reverenciado.
Los gemelos se quitaron las capuchas y formaron un escudo protector con

sus cuerpos.
"¿Estás bien?" uno de ellos le susurró a Arabella y le acarició la mejilla.
Ella puso los ojos en blanco dramáticamente. "Claramente, estoy bien". Incluso
sangrando con una herida espantosa, fue sarcástica.
Me habría reído si mis entrañas no estuvieran revueltas por el miedo.
Un hoyuelo apareció en la mejilla del gemelo. Era Juan y

le metió la nariz. "El pequeño pitufo idiota fue apuñalado".
Arabella luchó en mi agarre como si fuera a luchar contra él.
Apreté con más fuerza mientras la agitación estalló bruscamente

en mis entrañas porque todos actuaban trastornados y ella sangraba
en mis brazos.
"¡Necesitamos conseguir su ayuda!" Grité mientras me alejaba
de los otros hombres. "¿Quién carajo tiene el RJE?" Mi voz era
fuerte y cruda, el poder chisporroteaba en mis venas.
Todos dejaron de moverse.
Los había fascinado.
Arabella fue la única que no se vio afectada; Ella se retorció
contra mi pecho y me miró fijamente, con sus grandes ojos azul
marino empañados por la sorpresa. Ya no irradiaba frío y su
presencia se sentía pequeña en mis brazos.
Estudié cada curva y plano de su rostro.
La cicatriz irregular debajo de su ojo y los círculos oscuros por el
cansancio realzaban la naturaleza sobrenatural de su belleza.
Ella era la única persona en todos los reinos que no se vio
afectada en absoluto por mi voz. Si bien no cautivé a Corvus y
Scorpius, mi voz aun así activó los poderes de mis compañeros.
Arabella no parecía afectada en absoluto.

Estaba perfecta; también resultó gravemente herida.
Incapaz de evitarlo, me incliné hacia adelante y le di otro beso en
la frente. “Nunca me alejaré de tu lado”, prometí con voz ronca.
"
estaba Nunca más, su piel
anormalmente fría debajo de mis labios.
"
“No te perdono, cascabel. ella exhaló con un áspero
La nieve se acumulaba en los rizos que sobresalían alrededor de su cabeza

formando un halo esponjoso.
La abracé con más fuerza contra mi pecho y susurré: "Lo sé,
cariño. No es necesario”.
Ella hizo una mueca pero presionó su cara contra mi hombro. Su
mano extendida sobre mi pecho y sus dedos curvados.
Las campanas tintinearon y la nieve cayó.
Nadie más existía en todos los reinos excepto nosotros dos.

Los segundos se ampliaron. El suelo bajo mis botas tembló metafísicamente
mientras una avalancha de emociones golpeaba
a mí.
Algo tierno se extendió entre nosotros.
Fue el mismo sentimiento que tuve cuando me di cuenta de lo que ella
nombre significado.
La ciencia detrás de las almas gemelas era confusa porque la composición
única del alma de un individuo cambiaba la forma en que interactuaba el vínculo.
Le di un suave beso en la frente y la abracé.

Una claridad sorprendente se apoderó de mí. No era una coincidencia que
ella fuera la única persona con la que podía hablar libremente.
Que fue el destino.
Estábamos destinados.
La apreté contra mi pecho mientras la nieve besaba nuestras mejillas y el
vapor subía alrededor de nuestros pies.
El destino nos había unido.
El momento se rompió cuando los hombres avanzaron hacia nosotros mientras el
La compulsión terminó.
"
“Tengo una pregunta Corvus dijo mientras respondía mi original.
sobre RJE.
Un dispositivo giró.
Los cuatro se abalanzaron hacia Arabella a la vez.
Grieta.
Me tambaleé pero nos mantuve a ambos erguidos mientras luchaba contra el
mareo de viajar por el espacio.
Sacudiendo la cabeza una vez, me di vuelta y corrí por el tranquilo bosque,
por el sendero. Corté árboles para poder llegar más rápido al cuartel médico.
Me lancé adentro y recosté a Arabella en el primer catre blanco. Uno de los

gemelos se arrodilló a su lado y le agarró la mano.
Le susurró en voz baja.

Corvus gritó llamando a los médicos. Las flores de cerezo flotaban

alrededor de mi Venerada y cubrían su estómago, como si estuvieran
tratando de curarla.
Los médicos se quedaron sin aliento al examinar su estómago destrozado.
"Herida de espada encantada". Una doctora negó con la cabeza. "Es
demasiado daño”.
Una cama vacía estalló en llamas.
Scorpius de repente estaba de pie junto al doctor con una daga presionada
en su garganta. "Arréglala o muere".
Los ojos del médico se abrieron de miedo.
Arabella intentó decir algo, pero lo único que salió fue un gemido de dolor.
El shock estaba desapareciendo y empezaba a sentir su herida. Sólo

tendría unos minutos más antes de gritar de agonía.
Apreté los puños.

"Para." Luka alejó a Scorpius del
médico incompetente.
Las flores de cerezo formaron un torbellino.
"¿No sabes quién es Aran?" Luka le preguntó a Scorpius, y me di cuenta
de que era la primera vez que nos miraba a los ojos mientras hablaba. Nos
miró a los tres como si fuéramos patéticos. "Ella es la Reina del Reino Fae".
Le devolvimos la mirada.
Scorpius apuñaló al tembloroso doctor en el muslo y le preguntó: "¿Y?"
El médico incompetente cayó al suelo gritando.

Luka maldijo y se pasó las manos bruscamente por su desordenado
cabello oscuro. "Aran no puede morir sin que alguien le arranque el corazón
y se lo coma".
Un vago recuerdo de Aran tumbado en una sala de mármol explicando la
sucesión de las hadas jugó en el borde de mi mente, pero estaba demasiado
estresado para recordarlo con claridad.
"¿Está seguro?" Corvus no parecía muy convencido.
La doctora gimió y todos la ignoraron.

"
“Por supuesto que lo es”, dijo John, mientras la oscuridad brillaba a
su alrededor. “Ella solía quejarse constantemente de eso en Elite
Academy. Lo sabrías si alguna vez te molestaras en escucharla.
La violencia aumentó.
Las tensiones crecieron.
La doctora apuñalada se puso de pie y cojeó por la puerta que
conducía a la trastienda del edificio médico.
Los cinco estábamos atrapados en un concurso de miradas. La

oscuridad se expandió alrededor de Luka y las llamas saltaron más alto
de los hombros de Corvus.
Otro médico irrumpió por la misma puerta, sosteniendo viales de
sustancias de diferentes colores. Corrió hacia la cama y se inclinó sobre
Arabella mientras le llevaba uno a los labios.
La tensión se rompió cuando todos se giraron hacia él.
"¿Qué carajo le estás dando?" Corvus gruñó mientras
Luka preguntó: "¿Qué es eso?"
Scorpius se abalanzó hacia adelante con el cuchillo en la mano.
Agarré a mi compañero Protector por el cuello y tiré de él hacia atrás.
Los coloridos viales resonaron en la mano temblorosa del médico.

“EEs para el dolor y la ayudará a dormir y sanar”, tartamudeó.
"
John se arrancó el vaso de los dedos y lo olió.

Lo inclinó hacia atrás y se humedeció los labios, lamió la sustancia y
Luego asintió y dijo: "Él no está mintiendo".
"Entonces, ¿a qué carajo estás esperando?" Corvus bramó
en el medico. "¡Administrelo ahora, claramente siente dolor!"
Luka espetó: "Pero hazlo con cuidado".
Levanté las cejas porque el gemelo silencioso no hablaba con nadie
más que con John y Arabella; ahora estaba peleando con Corvus y
dirigiéndose a un médico.
El médico tomó las manos de John, pero el gemelo sacó el frasco de su

alcance y lo presionó contra los labios grises de Arabella.
Inmediatamente dejó de retorcerse y gemir.
Sus ojos se cerraron.
Unos minutos más tarde, el médico puso un portapapeles con instrucciones
escritas apresuradamente en las manos de John y le dijo que le administrara los
medicamentos mientras salía corriendo de la habitación.
Coño.
"¿Estás seguro de que se curará?" Susurré mientras mis rodillas cedían en
el borde de su catre.
"Sí." John no apartó la mirada de ella.
Gradualmente, mis compañeros y Luka se arrodillaron junto a la cama
mientras nuestro pánico y agresión colectiva disminuían hasta que no hubo nada
más que silencio y la respiración entrecortada de Arabella.
Incliné la cabeza y juré por la antigua Casa de Malum, por la cresta de un
dragón que escupe fuego, por el tierno sentimiento que me había envuelto cuando
la sostuve contra mi pecho, que ella encontraría refugio conmigo.
Mi Venerado encontraría la paz en mis brazos.

No importaba que fuéramos campeones en medio de una guerra. No
importaba que yo fuera una criatura sin alma que la había lastimado en el pasado.
Arabella encontraría refugio conmigo.

Para siempre.
Estallido. Las puertas del cuartel médico se abrieron de golpe y entraron

docenas de soldados cubiertos de sangre.
Los médicos pululaban como mosquitos.
La batalla había terminado.
El silencio fue reemplazado por gemidos de dolor mientras hombres y mujeres
se desplomó sobre los catres. Un hombre fue llevado gritando.
Los suelos blancos se volvieron rojos y los médicos resbalaban al
apresurado a los pacientes.
Arabella durmió durante el caos.
Oré.
"Oh, Dios mío, ¿está bien?" Sadie chilló mientras caía de rodillas
junto a la cama de mi Venerado.
La miré y lamenté mi incapacidad para hablar. Todos nos erizamos
cuando la mujer de cabello blanco miró a nuestra mujer con ojos muy
abiertos y preocupados.
Corvus resolvió mi problema gruñendo: “Aléjate de ella. Ella no es
tuya”.
En lugar de que Sadie obedeciera, sus ojos brillaron de color rojo neón.
Mostró los dientes como un animal salvaje. Un gruñido de
advertencia resonó en su pecho cuando dijo: "Ella es mi mejor amiga,
así que será mejor que tengas cuidado". La conozco mejor que todos
vosotros y estaré a su lado mucho después de que haya terminado contigo.
Entrecerré los ojos y mi estómago se revolvió ante sus palabras.
"Mierda, ¿qué le pasó?" Cobra siseó mientras se tambaleaba

hacia Sadie. De su brazo chorreaba sangre por una puñalada, pero
presionó una mano sobre él e ignoró al médico que intentaba obligarlo
a sentarse.
Los cambiaformas eran un virus.
"
“Preocúpate por tu propia gente, Dijo Scorpius, con la mandíbula
apretada mientras pasaba las yemas de los dedos suavemente por el cuerpo de Arabella.
brazo.
Las pupilas de Cobra se estrecharon y sus ojos brillaron como los
de sus compañeros. Las joyas incrustadas en su piel se convirtieron
en serpientes de sombras negras que se retorcían y le dieron la
apariencia de un loco.
Lo que mi Reverendo vio en estos animales estaba más allá de mi
comprensión.
"
“Ella es mi gente, siseó Cobra enojada a Scorpius, y él dio un
paso más cerca de la cama como si quisiera pelear.
Las llamas chisporrotearon sobre los hombros de Malum, se
levantó y bloqueó la visión de Cobra de Scorpius y Arabella. Las
serpientes de sombra se retorcían más rápido sobre su piel y las
llamas saltaban más alto.
En la cama a nuestro lado, un hombre gritó mientras le volvían a coser

la nariz.
"¿Qué pasó con Aran?" preguntó el elegante cambiaformas Xerxes
mientras se acercaba y se paraba junto a sus compañeros. "Jax y Ascher
están siendo cosidos pero van a estar bien". Miró a mi Reverenciado y
frunció el ceño. "¿Por qué Aran no está despierto?"
John suspiró ruidosamente. “Por el amor de Dios del sol. Recibió una
espada encantada en el estómago, pero sólo necesita tiempo para
recuperarse”.
Pasó un momento tenso.
“¿Estás seguro de que no le pasó nada a su corazón?” sadie
preguntó con preocupación, el brillo desapareciendo de sus ojos.
"
“Estoy seguro”, le espetó John con molestia. “No estaríamos aquí
sentados tranquilamente si algo así fuera. ¿O estás cuestionando mi
lealtad hacia ella?
"¿A lo mejor si soy?" Sadie gruñó.
Él la fulminó con la mirada.
Pasó un momento largo y tenso.
Finalmente, Sadie dijo: "Volveremos más tarde, cuando los hombres
no estén siendo psicópatas a su alrededor". Ella alejó a sus compañeros.
Cobra nos devolvió la mirada con malévolos ojos de serpiente mientras

deja que su pareja lo aleje.
Le devolví el ceño fruncido.
Ella era nuestra, no de ellos.

Lo aprenderían muy pronto.
Capítulo 11
Arán
PESADILLAS
Louch (adjetivo): no respetable ni decente.

DÍA 4, HORA 18
"
“Hemos destruido a todos los infectados”, dije mientras me ponía firme
en la sala de estrategia; no recordaba haberme ofrecido como voluntario
para hablar.
Todo estaba borroso.
Sombras y formas enseñaron los dientes y me tragaron entero.
Mi espalda estaba muy recta.

Brazos detrás de mi espalda.
Piernas anchas.
Cabeza inclinada en señal de deferencia.
Los campeones y generales estaban a mi lado, todos nosotros en

una fila ordenada y obediente ante Dick, que estaba proyectado en la
pizarra. Lothaire y el misterioso hombre encapuchado lo flanqueaban a
ambos lados.
El ojo singular de Lothaire estaba enfocado en mí y asintió como si
me estuviera dando fuerzas. "¿Estás bien?" articuló.
Asentí discretamente y luego me concentré en Dick.

Sentí como si alguien más estuviera hablando mientras yo
continuaba dando el informe. “La batalla se extendió al perímetro, pero
los soldados de infantería aseguraron el valle; hasta donde sabemos,
ningún infectado escapó. Se recuperó un mapa del reino de la batalla.
No contiene coordenadas, pero muestra que hay tres compuestos más
en el reino. Los ángeles lo utilizarán como guía”.
"
“Bien”, dijo Dick casualmente, como si estuviéramos hablando del
clima. "¿Había algo más en el mapa?"
Hizo un gesto hacia la pantalla y la proyección se deformó alrededor
de su muñeca y reveló un brazalete de oro, pero cuando se quedó
quieto, la piel de su muñeca estaba desnuda.
Genial, ahora estaba viendo cosas.
"¿El mapa? ¿Había algo más en él? Dick repitió con un tono más duro,
y me di cuenta de que estaba esperando a que yo
respuesta.
Entrecerré los ojos.
Había un punto en el mapa que había resultado sospechoso, pero ¿por

qué iba a saberlo el Tribunal Superior? Y si lo supieran, ¿por qué
preguntarían al respecto como si no tuvieran conocimiento?
Una migraña tensional palpitaba detrás de mis ojos.
"Sí." Elegí mis palabras con cuidado. “Hay palabras extrañas escritas
en el asentamiento ubicado más al norte. Parece ser algún tipo de idioma
extranjero”.
La expresión de Dick permaneció en blanco cuando ordenó: "Escanear
el mapa en la tableta. Haremos que nuestros lingüistas lo investiguen”.
Señalé: "Puede que no sea nada, pero hay X sobre las montañas fuera
del valle".
Dick parecía molesto. “Lo más probable es que sea una elección artística.
Centrémonos en diseñar estrategias de manera útil ”.
La agitación recorrió mi espalda ante su tono desdeñoso.
"
“Sí, señor”, dije con los dientes apretados mientras bajaba la cabeza y
miraba al suelo.
La molestia se convirtió en agotamiento.
"En general, este es un trabajo excelente". El tono condescendiente
de Dick me irritaba los nervios. “Parece que ya has recorrido una cuarta
parte del camino para ganar la guerra. Felicitaciones. Concéntrate en
erradicar los próximos tres asentamientos y habremos terminado con los
impíos. Mantennos informados sobre tu progreso”.
"¡Sí, señor!" Hicimos coro.
La tableta se apagó.
Lothaire frunció el ceño justo antes de desaparecer.
Knox, la persona que había encontrado el mapa, lo llevó
a la tableta y la escaneó hasta el Tribunal Superior.
John pasó su brazo sobre mi hombro y me desplomé contra él
agradeciendo su apoyo.
“Finalmente, vayamos todos a comer. Estoy hambriento." Sadie se frotó

las manos y guió al grupo hacia la puerta mientras los cambiaformas caían en
una formación protectora a su alrededor.
La idea de la comida me enfermaba, pero seguí su ejemplo. Fue la primera
vez que los ángeles no se enojaron cuando un rodado les dijo qué hacer.
Lo siguieron en silencio.
Todos fueron retirados después de la batalla.
El tiempo distorsionado.
La fatiga me aplastó mientras me desplomaba en la mesa y miraba mi

plato lleno. Mi tenedor estaba congelado en hielo y pegado a él.
El brazalete de diamantes en mi muñeca vibró con calidez y apenas lo

sentí.
La conversación zumbaba como ruido blanco.
Todo tenía un tono frío y me ahogé en sombras de
gris azulado, temblando porque no había calor.
Yo era un retornado.
Todas las líneas se habían desdibujado.
Hace dos días, había recibido una espada encantada en el estómago. Un

día atrás, me desperté de un coma en curación con una piel suave y sin
imperfecciones y unas ganas implacables de llorar.
La escarcha había cubierto mi almohada. Cinco hombres habían esperado

en varias posiciones alrededor de mi cama.
Los gemelos me abrazaron, Malum me fulminó con la mirada y Scorpius
se burló mientras Orión me miraba sin parpadear.
Había ignorado a los reyes.

Todavía los evité mientras me desplomaba sobre la mesa.
Los ojos tristes de una mujer antes de apuñalarme se habían abierto
una nueva versión de la neblina.
Enrosqué mis brazos alrededor de mi estómago como si estuviera
protegiendo una herida invisible e inhalé encantada.
Fumar, pero mi corazón no estaba en ello mientras hacía girar mi pipa entre mis
labios entumecidos.
Alguien maldijo en voz baja, pero no me molesté en levantar la vista.
El abatimiento estaba en el aire.
Los soldados charlaban y comían, pero en la cafetería reinaba una nueva y
sombría tensión. La anticipación de la guerra se había convertido en tristeza y las
conversaciones eran más tranquilas.
La gente se sobresaltó más fácilmente.
Asesinar a miles de personas haría eso.

Los monstruos tenían ese efecto.
Antes de la batalla, habíamos acordado darles a todos dos semanas libres
para recuperarse antes de que los ángeles usaran el mapa para encontrar las
coordenadas del complejo más cercano.
Mientras tanto, una sala de combate estaba abierta para practicar sparring, la
cafetería estaba abierta para las comidas y la sala de estrategia nos esperaba.
Sólo pensar en la habitación sin ventanas me enfermaba.

No quería reflexionar sobre la guerra porque necesitaba tiempo para fingir
que no era un asesino. Una parte de mí reconoció que nunca habría suficiente
tiempo.
Los músculos se contrajeron en mi estómago cuando recordé que estaba
lo último que vio la gente antes de que los impíos los destrozaran.
No.
Dos semanas no fueron suficientes.
A mi derecha, Sadie me frotaba la espalda en círculos mientras charlaba con
sus compañeros sobre algo.
A mi izquierda, John tomó mi mano mientras Luka tenía su brazo sobre su
hombro, sus dedos jugaban con mis rizos.
Tres puntos de contacto.
Tres personas me ataron a la realidad y sin ellas me habría alejado flotando.
Al otro lado de la mesa, Malum y Orion me miraron fijamente mientras

Scorpius apretaba la mandíbula con molestia. Malum tenía sus brazos sobre sus
dos compañeros de manera protectora.
Para probar una teoría, contuve la respiración.

El labio superior de Scorpius se contrajo formando una mueca mientras veía
pasar tres minutos en el reloj.
Jadeé en busca de aire y el rey ciego se desplomó de alivio.
Él estaba escuchando.
Siempre.
Contuve la respiración y comencé de nuevo porque no tenía nada mejor que
hacer que atormentar a los hombres.
El tiempo se plegó sobre sí mismo.
Parpadeé y todos estaban guardando sus bandejas. Los gemelos tomaron mi
comida no consumida y miré hacia arriba para encontrar a Jinx concentrado en mí.
Las gafas de sol negras taparon sus ojos, pero aun así hice una mueca.
Estaba sentada con los hombros hacia atrás, muy erguida, y había algo
sorprendentemente diferente en ella, pero no podía identificarlo. ¿Estaba creciendo?
"
“Necesitamos hablar”, dijo fríamente Jinx.
Miré hacia la mesa. "Hablar."
“Como hemos discutido, soy tu tutor. Estaba tratando de hablar contigo
durante la batalla, pero nuestra conexión mental es…” Hizo una pausa como si
estuviera buscando la palabra correcta. "faltón."
La voz de Jinx en mi cabeza.

Un monstruo.
Los gritos de los moribundos.
Dejé de pelear.
Una espada encantada se clavó en mi estómago.
Empujé mi silla hacia atrás con un fuerte chirrido. “Hablamos más tarde, mentí
"
y me alejé.
El retiro de un desertor.
La cobardía era mi rasgo de carácter favorito. Al menos, eso fue lo que mi
madre había dicho después de secuestrarme del reino de los cambiaformas.
Me estremecí más fuerte cuando John y Luka me pusieron los brazos

sobre los hombros y me sacaron de la cafetería al aire frío.
Sin su apoyo, nunca habría regresado a nuestro cuartel.
Me habría desplomado entre los árboles y habría cerrado los ojos. Me

habría acostado en el suelo cubierto de niebla y dejado que la nieve se
acumulara encima de mí. Yo habría... Me
desperté sobresaltada cuando alguien me sacudió el hombro.
Me tomó un segundo procesar mi entorno.
Era de noche y la habitación estaba en silencio mientras todos dormían.
Estaba acostada en mi litera, arropada bajo las sábanas.
Afuera el viento aullaba agresivamente y sonaba como si las ráfagas se
hubieran convertido en una tormenta de nieve.
No recordaba haberme quedado dormido.
" Dijo Malum
“Deberías comer esto. No comiste antes
con brusquedad mientras me entregaba un sándwich de verduras que
debió haber robado de la cafetería.
Se lo tomé en silencio.
¿Se despertó en medio de la noche para alimentarme? Extraño.
Le di un pequeño mordisco porque tenía el estómago hueco, luego lo
devoré en tres bocados como si tuviera hambre. No podía recordar la
última vez que había comido.
"
“Buena chica”, susurró Malum mientras yo quitaba las migajas de mis
mantas y lo miraba fijamente.
“¿Qué me acabas de decir?” Pregunté con incredulidad.
Un sonrojo tiñó sus mejillas como si no hubiera querido hablar.
El diablo cruel que había dicho cuánto odiaba a las mujeres no podía
ser el mismo hombre que ahora susurraba cosas sobre princesas y me
elogiaba.
Tenía que estar soñando.
Los ronquidos llenaron el espacio mientras los hombres dormían en el
dormitorio oscuro. Un débil recuerdo de los gemelos guiándome a la cama.
Jugaba en el fondo de mi mente, pero se sentía como si fuera el recuerdo de

otra persona.
¿Había estado sonámbulo?
Malum y yo éramos los únicos despiertos, y él se cernía sobre mí como un
dios oscuro.
Estaba delirando.
Mi edredón estaba cubierto de escarcha y sus dedos bailaban con llamas.
"¿Estabas mirándome dormir?" Pregunté lentamente mientras intentaba

descubrir qué estaba pasando. ¿Por qué me está alimentando? ¿Qué está
tratando de ganar?
El silencio se expandió entre nosotros, y justo cuando pensé que no iba a
responder, dijo: "Era mi turno de hacer guardia y parecías hambriento".
Sus palabras tardaron un momento en penetrar.

¿Cómo parece uno tener hambre mientras duerme? Rojo extendido
sobre sus mejillas bronceadas como si pudiera leer mi mente.
Me quedé boquiabierto. “Eh. ¿Gracias? También estoy bastante seguro de
que hay alarmas encantadas en todos los cuarteles, por lo que no es necesario
que estés vigilando”.
Él frunció el ceño. “Haré lo que debo para proteger a mi
compañeros”. Con los brazos cruzados, abrió más las piernas.
Estaba completamente oscuro mientras la tormenta azotaba fuera de la ventana.
La locura era sacarina en la punta de mi lengua mientras el líder de los
reyes se aclaraba la garganta con brusquedad.
Se inclinó por la cintura, de modo que su cabeza quedó más cerca de mi
litera.
Como en trance, alcancé su cuello.
"¿Como obtuviste esto?" Susurré mientras pasaba las yemas de mis dedos
por la suave piel bronceada y dejaba un rastro de hielo azul. Se derritió
instantáneamente y el agua goteó entre nosotros.
Hubo un chisporroteo cuando mis dedos ardieron por el contacto con su
piel.
Me dolió, pero no me aparté.
Se acercó y invadió mi espacio.

El tabaco y el whisky llenaron mis pulmones y se me erizaron los pelos de la
nuca y se me puso la piel de gallina en los brazos.
Mi subconsciente me gritó que corriera.

Mi conciencia me gritó que le diera un puñetazo en la garganta.
Mis demonios internos me gritaban que matara a todos, luego a mí mismo.
Mi puta interior me gritó que me sentara en su cara y lo asfixiara.
Se acercó un poco más.

Presioné mi boca contra sus labios y me sobresalté porque ardían con el
calor.
Se quedó completamente quieto como si tuviera miedo de moverse. El rey
de fuego hizo un ruido áspero en el fondo de su garganta, y luego se movió
rápidamente, inmovilizándome contra la cama.
La excitación se encendió.
El dolor explotó por mi columna.
Arrastré mis uñas por la daga en su cuello.
Me inmovilizó contra la cama con ambas manos sobre mi cabeza.
Sus caderas presionaron castigadoramente contra las mías mientras él me

sujetaba para que no pudiera moverme. Apenas cabemos en mi cama. Donde
él empezó, yo terminé.
Éramos una maraña de extremidades y agresión.
Su voz era áspera como vidrio roto y pecado mientras susurraba contra mis
labios: "Los tatuajes en el cuello aparecieron después de que los tres intentamos
completar el vínculo".
Giró sus caderas contra mí.
Me besó más fuerte.
Jadeé al darme cuenta de lo que quería decir.
Imágenes de piel desnuda sobre una cama de seda negra: Orión entre
Malum y Scorpius mientras los tres hombres se devoraban entre sí.
con gemidos de placer y piel empapada de sudor, me hizo contener la

respiración.
La temperatura se disparó entre nosotros.
Las brasas cayeron de sus hombros en llamas y se derritieron cuando
tocaron mi piel helada.
"
“Oh, jadeé eruditamente.
Volvió a girar las caderas y mis ojos se pusieron en blanco.
cabeza del placer. La agonía bailó sobre mi espalda.
Una mano sostuvo mis manos sobre mi cabeza mientras que su otra
mano palmeó mi trasero. Maldijo contra mis labios: "Joder, Arabella, vas
a ser mi muerte".
Empujé mis caderas con fuerza contra su longitud.
"
"Voy a arruinarte", susurró mientras me besaba más fuerte. Sus
labios recorrieron mi mandíbula y luego lamieron la columna de mi
garganta.
Chupó la piel sensible y mi estómago se retorció de necesidad.
Fue demasiado.
Sus dientes recorrieron mi cuello.
Jadeé cuando me di cuenta de que me estaba marcando a propósito.
El deseo aumentó y la agonía desgarró mi espalda.
Fue demasiado.
Jadeé y lo aparté.
Dio un paso atrás y levantó las manos como si estuviera actuando
de manera inofensiva. Pasándose el dorso de la mano por los labios
hinchados, me sonrió con satisfacción masculina.
Sus pantalones se tensaron obscenamente.

Mi estómago se retorció cuando un dolor candente recorrió mi
columna.
Me tragué un gemido.
Los ojos plateados se entrecerraron. Miró mis labios con expresión
salvaje y preguntó: "¿Alguna otra pregunta?" Intentó sonar casual, pero
su voz estaba llena de lujuria. "Todo
No tiene por qué haber una pelea entre nosotros. Queremos ayudarle.
Quiero ayudarte, eres mi Reverenciado”.
Me miró posesivamente.
Mi ojo tembló y la fatalidad era corrosiva en mis venas.
Esa maldita palabra otra vez.
Para ellos yo no era más que un objeto, un elemento de importancia
separado de cualquier individualidad.
No existía Aran.
Solo ella.
Su perfecto Venerado que no existía.
Su divina obsesión.
"Esta bien." Me aclaré la garganta y me tapé con las mantas de manera
protectora. "No quiero tu ayuda".
Dio otro paso adelante y se agachó para quedar
Encorvado y medio inclinado sobre mi cama.
"
“Está bien”, dijo, y las comisuras de su boca se curvaron en una sonrisa
forzada. "Haremos todo lo posible para protegerte y asegurarnos de que
estés bien".
Sus palabras decían una cosa, pero la tensión en su postura decía otra.
Las sombras se extendieron entre nosotros.

La energía cambió lentamente entre nosotros y me retorcí cuando su
expresión se oscureció.
"Puedes volver a la cama ahora". Me picé la nuca. "No hay necesidad
de hacer guardia".
Él no se movió.
¿Estaba enojado porque lo había alejado? Como todavía me dolía la
espalda, no tuve otra opción.
Una tensión incómoda se alargó entre nosotros.
Siguió sonriéndome, pero un músculo en la parte inferior de su
mandíbula hizo tictac como si estuviera rechinando los dientes.
Las venas sobresalían de sus antebrazos mientras apretaba los puños.
Me burlé al darme cuenta de lo que estaba pasando.

Estaba fingiendo ser inofensivo y eso lo estaba matando, pero podía

sentir la verdad: por dentro estaba hirviendo porque una vez más me había
negado a ser su Venerado.
"Um, creo que saldré para tomar un poco de aire fresco". Miré detrás de
él hacia la puerta y me levanté de la cama.
La habitación era sofocante estando solo nosotros dos despiertos.
Necesitaba espacio.
Al pasar junto a él, estaba decidida a arrojarme al frío y gritar a cuatro
patas hasta que el vapor cálido quemara los recuerdos atroces que se
pudrían dentro de mi cráneo como monstruos parásitos que destrozaban a
las personas y...
"No." El brazo de Malum se disparó. Me agarró el bíceps para que no
pudiera moverme.
Incluso a través de mi sudadera estaba muy consciente del calor ardiente
que emanaba de sus anchos dedos.
Más brasas cayeron de él y sisearon cuando tocaron la piel expuesta de
mi cuello y mis manos.
Su toque era ardiente.
Estaba congelado.
Mi mirada se desvió hacia abajo y tragué saliva cuando vi su
Su impresionante tamaño todavía le pegaba a los pantalones.
Necesidad mezclada con furia entre nosotros.
El dolor recorrió mi columna vertebral y tiré hacia atrás.
"
“Déjame ir”, exigí, demasiado delirante por la lujuria y el cansancio para
seguir sus juegos.
Estaba confundido.
No se suponía que el villano rezumara atractivo sexual; Se suponía que
tu enemigo no debía inmovilizarte contra la cama y violarte.
Flexionó los dedos y no pude moverme ni un centímetro.
Abrí la boca para gritar.
Una vez más, su boca cubrió la mía. Me besó con tal ferocidad que mis
rodillas cedieron.
Su agarre se volvió insoportablemente doloroso y el aire abandonó mis
pulmones cuando me acercó y susurró oscuramente: "Quiero
respuestas. Sé lo que vi en esa habitación”.

Placer mezclado con dolor mientras jadeaba y luchaba por
orientarme. Su embriagador olor a tabaco no ayudaba.
Mi cabeza daba vueltas por la inhalación secundaria de humo y el delirio.
Estaba drogado con él.

Los ojos plateados se endurecieron hasta convertirse en insensibles
astillas de acero, y no quedó ninguna dulzura en su expresión. “Sé lo que
"
hiciste. gruñó cruelmente.
Tenía los labios hinchados y las llamas bailaban sobre sus hombros.
Parecía que no podía decidir entre devastarme o asesinarme.
La parte graciosa (preocupante) fue que tampoco pude

decidir cuál preferí.
Teníamos que dejar de reunirnos así.
Una cosa era obvia: había estado fingiendo ser un tipo amable y
agradable cuando se sonrojó y me dio el sándwich. Había comenzado el
altercado con una sonrisa falsa y una postura relajada, pero en algún
momento se le había caído la máscara.
Ahora su rostro estaba contorsionado por la furia.

Este era el verdadero él.
Saqué mis piernas y brazos tan fuerte como pude, luchando contra su
agarre, pero después de unos minutos de lucha, estaba jadeando
pesadamente y él no se había movido ni un centímetro. Apretó mi brazo con
más fuerza y frunció el ceño.
Los rasgos bronceados, demasiado perfectos para ser llamados feos y
demasiado duros para ser llamados tradicionalmente guapos, descendieron
a centímetros de mi rostro.
El aliento silbaba entre sus dientes apretados.
Estábamos pecho contra pecho y me dolía el cuello mientras miraba hacia arriba.
en sus ojos. "¿Por qué lo hiciste?" el demando.
Me tomó cada gramo de control que poseía para no inmutarse.

bajo su intenso escrutinio.
"¿Hacer lo?" Mi rostro se arrugó con fingida confusión.
Yo no era más que un imbécil; la máscara era demasiado fácil de poner.
"No juegues conmigo, no es lindo". Se acercó y el acero brilló. “Sé

exactamente lo que vi. Lo hiciste a proposito." Llamas rojas chisporrotearon
en sus brazos.
Sus rasgos duros brillaron en el fuego.
Me quedé en silencio.
Él frunció el ceño y escupió: "¿Por qué?" Los dientes blancos rechinaron y
sus colmillos estaban ligeramente puntiagudos al final.
Era más diablo que hombre.
Le devolví la mirada sin comprender con ojos apagados. "No tengo idea
de lo que estás hablando". Mi voz era monótona y sombría, vacía como mi
alma.
Me sacudió con fuerza de un lado a otro. "Dime." Su voz se elevó.
"Preocuparse por tu bienestar es un verdadero tormento cuando te preocupas
tan poco por ti mismo".
El fuego ardió con más fuerza entre nosotros y carbonizó los bordes de mi
nervios.
"
“Nunca nadie te pidió que te preocuparas, dije a través de arena
dientes. "Así que ahórrate el problema y no lo hagas".
Se rió con malicia, un sonido oscuro y enojado.
“Desafortunadamente para ambos, las cosas no funcionan así: tú eres mi
alma. ¿Crees que tengo algún control sobre mis sentimientos?
¿Mi obsesión contigo?
Presionó sus caderas contra mí como para demostrar algo.
El deseo se acumuló en mi estómago y lo ignoré.
Me burlé y puse los ojos en blanco con tanta fuerza que me dolieron. "Por
favor, todos tienen opciones". Hice una mueca burlona. "Si te molesto tanto,
entonces ignórame " .
“¿Crees que podría simplemente ignorarte?” Furiosas llamas escarlatas
salieron de su boca y calentaron mi cara. "Tú
¿ Crees que podría alejarme de ti, Arabella?

Me encogí de hombros. "Sí."
Hizo un ruido de frustración y dijo: "Eres más tonto de lo que
jamás hubiera imaginado".
Me puse de puntillas para que nuestras caras quedaran a centímetros de distancia.
"Y eres un psicópata rencoroso, déjame en paz".
Él sonrió y fue pura maldad. "No, no creo que lo haga".

El agarre en mi brazo se hizo más fuerte y mi húmero crujió como
si estuviera a segundos de romperse.
Un gemido se escapó antes de que pudiera detenerlo.
La ropa de cama crujió y alguien maldijo.
Hubo una mancha en mi periferia, y luego Scorpius y Orion se unieron
a nosotros en el medio de la habitación. A diferencia de Malum, estaban
completamente vestidos. Los ojos de Orión se fijaron en donde Malum
estaba agarrando mi brazo con fuerza, luego vio nuestros labios hinchados
y cabello desordenado.
Finalmente, miró fijamente mi cuello.
Por su expresión, Malum había dejado sus marcas en mí.
Orión le susurró a Scorpius, y sus rostros se contrajeron del sueño
a la ira.
"
“No la toques así”, dijo Scorpius mientras alejaba a Malum de mí
por la nuca.
Malum se dejó alejar sin luchar, pero sus ojos estaban llenos de
promesas insidiosas.
Iba a arrancarme mis secretos.
Hazme pedazos.
Devastame.
Él no iba a dejar pasar esto.
Alejándome de los tres reyes, manteniéndome frente a ellos en
todo momento como si fueran animales salvajes, me desplomé en mi
litera a pesar de que no quería dormir.
"
“Me voy a la cama”, Anuncié.
un silencio incómodo se extendió entre los cuatro.
"
“Podemos ayudarte a ducharte como lo hicimos antes”, se Escorpio
ofreció en voz baja.
Me tapé el cuerpo con el edredón.
"
“Um, está bien”, dije torpemente.
Susurró Orión, y me sorprendió lo cerca que estaba.
“Cuidaremos de ti, cariño, lo prometemos. Corvus simplemente perdió el
control de sí mismo; estará mejor”.
Claro, y estoy mentalmente estable.
El aroma de las frambuesas cubiertas de chocolate era
deliciosamente dulce y contuve la respiración.
Finalmente, se alejó.
"
“ Serás mía, Arabella, al otro lado Malum prometió duramente
de la habitación, luego gruñó cuando alguien lo golpeó.
Cerré los ojos con fuerza y respiré erráticamente porque él conocía
mis secretos; me había visto dejarme apuñalar. Los otros hombres se
asustarían si se dieran cuenta y me asfixiarían.
Por alguna razón, todavía no les había dicho. Mi corazón

Me salté un momento cuando me di cuenta de que había guardado mi secreto voluntariamente.
Malum me estaba protegiendo. Fue casi… dulce.
También me había besado como si estuviera tratando de consumirme,
otra vez. Besó como si fuera una guerra que estaba decidido a ganar.
¿Folló de la misma manera?
Cerré los ojos con fuerza y traté de dejar de pensar en el fuego, el
whisky y el pecado.
Mis muñecas hormiguearon donde él las había inmovilizado sobre mi
cabeza.
El calor se desplegó dentro de mí y el dolor recorrió mi columna
mientras apretaba las piernas.
Necesitaba concentrarme en algo desagradable y extraño.
Fue una emergencia.

Desesperada por detener la reacción de mi cuerpo traidor, me imaginé
a Sadie intentando bailar seductoramente en el reino de las hadas. I
Ni siquiera sabía que alguien podía mover sus extremidades en dos

direcciones diferentes al mismo tiempo.
Los pequeños pinchazos de dolor que recorrían mi columna lentamente
se desvanecieron.
Sin embargo, era difícil concentrarse en el baile de Sadie (convulsiones).
El recuerdo de los ojos afilados de Malum mientras prometía no dejarme
sola se repetía en mi mente.
Claramente sólo había una solución.

Tenía que tener sexo con él y luego tendría que matarlo.
Estilo mantis religiosa. Daga abajo, culo arriba.
Era la única manera.
Ignoré a los reyes que discutían y, con inquietante
rapidez, se quedó dormido; las pesadillas llegaron rápidamente.
Capítulo 12
Corvus Malum
CONEXIONES
Encender (verbo): formar fuego.

DÍA 7, HORA 3
Mis pesadillas generalmente consistían en llamas y fallarles a mis

compañeros, en fuego rojo brotando de mi piel mientras gritaba sin alivio.
Había un tema recurrente en mis sueños.

En algunos de ellos, tenía a mis tres compañeros a mi alrededor, pero
no podía encontrar a mi Venerado. Solía soñar con un hombre sin rostro
acurrucado en algún lugar necesitado de protección.
Ahora soñé con una mujer feroz con ojos como hielo que no quería mi
protección.
Sabía que algo andaba muy mal porque este sueño
no era como el resto.
Sabía en mi interior que estaba atrapada en el cuerpo de otra persona,
experimentando sus recuerdos.
La persona yacía parcialmente desnuda sobre un suelo de mármol.
Frescos ornamentados decoraban las paredes y el alto techo parecía no
tener fin. Todo parpadeaba en tonos grises, como si la visión de la persona
filtrara colores cálidos.
No había ventanas.
No hay escapatoria.
Ellos, la persona en cuyo cuerpo estaba yo, temblaron incontrolablemente.
De alguna manera, era consciente de las emociones de la persona, pero

aún podía tener pensamientos separados.
Fue abrumador y desorientador.
Ocho hombres formaban un círculo a su alrededor con uniformes a juego
y, por alguna razón, reconocí la insignia como la de la guardia feérica. Sabía,
sin razón, que estaba en el gran sótano del palacio de las hadas.
Los guardias se acercaron y enjaularon a la persona para que no tuviera

adónde ir.
Por un segundo, me distrajeron los delicados y pálidos brazos que

temblaban mientras los sostenían porque eran muy diferentes de mis miembros
oscuros y musculosos de bronce.
Las olas de terror que los atravesaban eran completamente desconocidas.
Nunca experimentaría un miedo como este.

Un guardia extendió la mano y golpeó con la punta de su gruesa bota
negra el costado de la persona, y ésta jadeó ante el agudo pinchazo. Su frágil
estructura se acurrucó sobre el suelo de mármol. Les dolían las articulaciones
con dolores crecientes.
Todos eran miembros y huesos desgarbados.
La persona era joven.
Asustado.
Débil.
Su ansiedad aumentó mientras arrastraban sus frágiles antebrazos
cruzaron el suelo y trataron de levantarse.
Un guardia les golpeó la columna con una bota y se desplomaron.
Un gemido agudo escapó de sus labios.

La indignación ardió en mi pecho porque mi instinto me decía que la
persona a la que pateaban era joven. Estos hombres eran patéticos cobardes
que intimidaban a un niño.
La presión ardía detrás de sus ojos, pero no cayeron lágrimas.
Su valentía me impresionó.
Pocos niños podían estar rodeados de tanta crueldad adulta y mantenerse
unidos, y el vitriolo que emanaba de los guardias era asombroso.
Odiaban a este niño.

Otra patada los hizo caer de nuevo sobre la pierna de un guardia, pero en
lugar de llorar, el niño apretó los dientes y trató de levantarse. No se quejaron
ni se derrumbaron incluso cuando el terror ciego los recorría.
Fueron resistentes.
Corajudo.
Los escalofríos recorrieron su cuerpo desnudo y les castañetearon los

dientes.
La experiencia fue extraña porque nunca había pasado frío en mi vida.
Sin embargo, este niño estaba plagado de escalofríos que le congelaban
los huesos.
Nadie más en la habitación parecía tener frío.
De repente, todos los guardias dieron un gran paso atrás y abrieron más
el círculo. Había más espacio a su alrededor para huir, y debería haber sido
algo bueno, pero el niño empezó a hiperventilar.
Algo estaba muy mal.

Quedaron paralizados por un pánico nocivo.
Una parte distante de mí reconoció que podía escapar de esta pesadilla
si quisiera; Todo lo que tenía que hacer era despertarme.
La curiosidad me hizo intentar conscientemente permanecer dormido.
Quería saber qué en los malditos reinos del sol
estaba pasando. Quería saber quiénes eran estas personas.
Se sintió importante.
Los tacones altos golpeaban ruidosamente el mármol y se acercó una
mujer con un vestido largo de gasa compuesto de raras redes de seda. Era
increíblemente hermosa y tenía un color inusual: cabello y ojos azules.
El terror del niño alcanzó su punto máximo.

Mi corazón se desplomó.
La voz de la mujer era helada cuando dijo: “Tus tutores me han dicho
que hoy estabas flojo en tu lección. ¿Es eso cierto?"
Había algo extraño en la expresión de la mujer, como si simplemente

estuviera imitando emociones.
El miedo se apoderó del niño y trató de alejarse arrastrándose.
Necesitaban escapar.
Era una situación de vida o muerte.
La bota de un soldado golpeó la espalda del niño y detuvo su avance.
Un crujido resonó en el cavernoso
espacio, indicando que algo se había roto.

El aire salió con fuerza de los frágiles pulmones del niño y gimieron en
el suelo.
Los guardias se rieron.
Quería arrancarles el lomo. Desde el punto de vista del niño, eran
inocentes. Joven. Indefenso. No entendían por qué les estaba pasando esto.
Los guardias feéricos eran monstruos y el niño veía a la mujer como la

peor de todos. Incluso con el dolor que irradiaba el hueso roto de su
espalda, el niño le tenía más miedo a la hermosa mujer.
Todos sus pensamientos estaban consumidos por escapar de ella.

El niño tartamudeó desesperadamente: “Acabo de olvidar una línea de
un libro de mil páginas. No estoy holgazaneando, madre”. La voz era suave
y femenina, y me sobresalté al darme cuenta de que estaba en el cuerpo
de una niña.
La sensación de hundimiento se convirtió en una caída en picado y la rabia
ardía más brillante dentro de mí.
"¡Mentiras!" La mujer gritó y su expresión agradable desapareció. Mania
brilló en sus grandes ojos vidriosos mientras sonreía más ampliamente.
La niña retrocedió y suplicó: “No, madre. Prometo

Estaré mejor. Por favor no lo hagas. Prometo. Por favor escúcha"
La mujer chasqueó los dedos.
Llamas azules por todas partes.
Una agonía como nunca había experimentado diezmó el cuerpo de la
niña, y fue tan intensa que su espalda rota crujió al inclinarse. Con la boca
abierta, gritó en silencio mientras un dolor paralizante y paralizante la
atravesaba.
Fue atroz.
Obsceno.
Ella quería morir.
Quería matar por ella.
Las llamas se detuvieron y la niña vomitó por todo el suelo mientras

sus músculos se contraían después.
La vergüenza la inundó cuando se dio cuenta de que se había ensuciado.
Los guardias arrugaron la nariz con disgusto y ella gimió de vergüenza.
¿Por qué ninguno de ellos me ayuda? ¿Qué hice para merecer esto?
Sus pensamientos eran abatidos.
Quería destrozar a los guardias y a la mujer; Quería hacerlos sufrir
como hicieron sufrir a esta niña indefensa.
Merecían morir.
En momentos como este, me alegraba por mis habilidades porque
sería demasiado fácil para mis compañeros y para mí cazarlos. Les
rompería el cuello con mis propias manos.
Sería mucho más fácil que los esfuerzos que estaban haciendo.
Esforzarse por atormentar a un niño.
La conciencia me alejó de la forma del niño, pero
Me obligué a quedarme en el recuerdo y no despertar.
Quería memorizar caras.
Quería nombres.
La cruel mujer chasqueó la lengua y se arrodilló junto al cuerpo
convulsionado de la niña. “Ya hemos hablado de esto, cariño: eres
impotente, patética y una vergüenza para mi nombre. Sufrirás hasta que
aprendas”.
Ella chasqueó los dedos.
Llamas azules.
Gritos silenciosos.
Tormento insondable.
La tortura cesó y la mujer se regodeó con la niña. "Los ayudantes de
palacio me dijeron que liberaste a esos monstruosos pájaros de sus jaulas
doradas". Su sonrisa se torció hasta convertirse en un ceño fruncido. "Tu
doncella me dijo que defendiste a un niño aldeano asqueroso que fue
sorprendido robando". Su ceño se hizo más profundo. "Y
eso fue apenas de esta semana. ¿Ves por qué debo hacer esto?
La chica negó con la cabeza. “LLLo siento. No lo haré. Prometo. Lo

juro. Me detendré”.
Ella chasqueó los dedos.
El mundo ardía de azul.
Las llamas azules se detuvieron y, mientras la niña tosía y temblaba
en el frío suelo de mármol, comencé a juntar las piezas.
El cabello azul único de la mujer y su familiar belleza de otro mundo,

el palacio de las hadas rodeado de guardias de las hadas, la niña siendo
torturada por su madre.
Era obvio, pero deseaba desesperadamente equivocarme.
Necesitaba serlo.
La mujer chasqueó los dedos y una vez más la niña sufrió en tonos
azules. Su mundo era un infierno cruel y ella sólo conocía el tormento.
Su delgada figura parecía como si se estuviera rompiendo en los

bordes porque era demasiado joven para soportar tal tortura. Pocos
adultos podrían hacerlo.
De nuevo.
La agonía cesó.
La mujer agarró la barbilla de la niña y, cuando se acercó, olía a ácido
corrosivo.
Ella susurró: “ Nunca llegarás a nada si sigues siendo tan bondadoso.
Nada bueno surge de ser débil”. Sus ojos estaban desenfocados. “Eso
es lo que quieren que creas. Quieren que estés atado a una moralidad
justa y castrado como un perro con un puto adiestrador... están
equivocados. Estos reinos te destruirán si cedes un centímetro. ¿Tanto
poder en tu ascendencia y sin embargo no produce nada? Ni siquiera un
trozo de hielo. A tu edad, podría mover montañas”.
La mujer hizo una pausa y luego escupió: "Me disgustas, Arabella".
El horror me invadió.
La niña se distrajo mientras la madre despotricaba; estaba acostumbrada
a su parloteo sin sentido durante la tortura.
"Continuaremos estas lecciones todas las noches hasta que aprendas".
La mujer sonrió y Arabella dejó caer la frente al suelo.
Cada noche. El horror se apoderó de mí.

Mi intuición había sido correcta: estaba experimentando
Los recuerdos de Arabella. Estaba viviendo su tortura.
El niño en el suelo era mi compañero.
Estaba indefensa.
Torturado todas las noches.
Por sus pensamientos pude ver que no había ni una sola
alma en el reino que la había protegido de su madre.
Los guardias hadas habían pateado a mi compañero.
Le habían roto la espalda.
Se burló de ella mientras ella convulsionaba de agonía durante horas,
desnuda.
Mi Reverenciada había sufrido de maneras inimaginables y le habíamos
fallado más de lo que jamás supimos.
La ira impía atravesó el velo del sueño cuando fui expulsado
del recuerdo repugnante. Me senté en mi cama, jadeando.
El dormitorio estaba en silencio y el reloj marcaba las tres de la madrugada.
Mi cuerpo ardía de calor e incluso en la oscuridad los colores eran más
ricos. El filtro azul grisáceo había desaparecido de mi visión.
El extraño vacío que había sentido dentro de su pecho era

reemplazado por una abrumadora necesidad de control.
El arrepentimiento inmediato me invadió al recordar cómo la había
tratado. Cómo había perdido el control de mi temperamento y le había
gritado, igual que su madre; había temido por su seguridad, pero no era
excusa. Estaba disgustado conmigo mismo.
Un gemido resonó en el dormitorio.

De repente, me lancé a la litera inferior en el lado opuesto de la
habitación y me arrodillé ante ella.
Me tomó un segundo darme cuenta de Scorpius y Orión.
agachado a mi lado.
Me volví hacia mis compañeros con confusión y les pregunté:
"¿Experimentaste..."
"
“Sí, Scorpius me interrumpió.
El silencio entre nosotros estuvo lleno de angustia y arrepentimiento
mientras procesábamos lo que todos sabíamos.
Nos arrodillamos juntos con incredulidad.
Discípulos en su altar.
Como todos habíamos sido afectados, era obvio lo que estaba
sucediendo: la enfermedad del vínculo nos había conectado con sus
recuerdos. Nos estaba castigando como merecíamos.
"
"No, madre, por favor, Arabella susurró en sueños mientras daba
vueltas y vueltas ante nosotros. Su frente brillaba por el sudor y sus mantas
estaban hechas un desastre. Se golpeó el brazo de un lado a otro como si
estuviera tratando de luchar contra un agresor invisible.
"
Ordené: “Despierta”, Scorpius mientras Orión la sacudía suavemente y
le dio unas palmaditas en la cara.
Ella gimió más fuerte.
Luego abrió la boca, inclinó la espalda y gritó en silencio.
La impotencia se revolvió en mis entrañas. Odiaba saber exactamente

qué tormento estaba experimentando.
"
“Por favor, Rogué mientras mis compañeros intentaban frenéticamente despertar.
ella.
Nada funcionó.
Ella continuó retorciéndose.
Sufrir.
No pudimos despertarla, pero yo no podía quedarme quieto y no hacer
nada. Las llamas explotaron sobre mis hombros y las llamas rojas
me nubló la visión.
Habían profanado a mi Venerado. Necesitaba venganza, o iba a quemar
el campamento de guerra hasta los cimientos y asesinar a todos los que
estaban dentro. Las brasas cayeron a mi alrededor cuando me volví hacia
mis compañeros.
"
"Necesitamos corregir esto, no Dije bruscamente. "Me rehúso a
hacer nada".
"Estoy de acuerdo." Scorpius hizo crujir sus nudillos. "Tenemos que irnos
ahora, o no seré responsable de mis acciones”.
El ojo tatuado en su cuello se abrió de par en par. Miró la figura agitada
de Arabella.
Asentí con la cabeza, las llamas crepitaron cada vez más sobre mis
hombros.
"
“Uno de nosotros tiene que velar por ella, Orión susurró. "Me
quedaré." Él acarició sus sudorosos rizos azules mientras ella se retorcía.
"Entonces vamos." Agarré el brazo de Scorpius para guiarlo.

y salió del cuartel.
Corrimos por el bosque nevado. Era espeluznante por la noche.
El suelo, que alguna vez estuvo humeante, estaba cubierto por una fina
capa de hielo y la nieve nos golpeaba desde todas direcciones.
El blanco contrastaba con el verde vibrante y rico.
Coníferas marrones.
No se parecía en nada a los tonos de azul y gris que habían pintado la
visión de Arabella.
¿Qué le pasaba a su vista? ¿Qué fue esa sensación aplastante?
del vacío que sentía?
No podía respirar cuando otro pensamiento terrible me asaltó.
¿Arabella todavía experimentaba el mundo de esta manera? ¿Habíamos
empeorado el vacío?
Le habíamos fallado a nuestro Reverenciado en todos los sentidos posibles.
Por un segundo, dejé de correr e incliné la cabeza hacia la tormenta.
Inhalé.
Olía a invierno y a rabia.

Olía a ella.
El fuego que se arrastraba bajo mi piel se intensificó como si
reconociera su presencia en el hielo. Las llamas se multiplicaron
sobre mis hombros. La necesidad de desatar mis poderes aumentó
dramáticamente.
Dios sol, estoy arruinado para ella.
Cuando llegamos a la sala de estrategias, abrí la puerta de
golpe y abrí el cajón del escritorio. Luego tomé el dispositivo RJE
que Lothaire nos había dado antes de que comenzara la guerra.
El mundo zumbó.
Grieta.
Desaparecimos.
Sólo una cosa estaba en nuestras mentes.
Venganza.
Capítulo 13
Arán
SOLO
Tenebroso (adjetivo): que causa tristeza.

DÍA 8, HORA 14
Con la boca abierta en un grito silencioso, me desperté sobresaltado y me

senté derecho.
Me golpeé la frente contra la madera.
Dios del sol ayude al idiota que había diseñado el estrecho
literas, porque iba a cazarlas.
"Uf, eso apesta". Orión estaba tumbado en su litera al otro lado de la
habitación, leyendo un libro.
Estábamos solos.
Me froté la frente e hice una mueca. El reloj de la pared indicaba que
había dormido hasta tarde.
Al ver la pregunta en mis ojos, Orión sonrió y dijo: “Los gemelos y los
demonios te traerán comida de la cafetería. Somos solo nosotros dos”.
Le guiñó un ojo seductoramente.
"¿Quieres colgar?"
Me dejé caer sobre mis mantas. "Sí, yo mismo".
Orión se rió a carcajadas y me sobresalté al darme cuenta de que
me había estado hablando a todo volumen. Su voz era tan hermosa
como su rostro.
La vida no era justa.
"¿Dónde están tus amigos?" Pregunté mientras me arrojaba de la
cama y evitaba pensar en cálidos ojos marrones, pestañas largas, labios
rosados y afelpados y una voz pecaminosa.
“Están haciendo algunos asuntos importantes del rey, no te
" él dijo.
preocupes, las palabras de Malum de anoche volvieron a mí. Orión se

había ganado sus flores de cerezo con besos con la boca abierta y
gemidos de placer. Cerré los ojos y traté de borrar la sensación de unos
labios cálidos devorándome.
Al darme la vuelta, caminé hacia una pared de músculos y salté. Se
me hizo la boca agua ante el divino aroma de las frambuesas con
chocolate.
Orión me miró con una extraña intensidad. él

Se movía silenciosamente por la habitación con una velocidad imposible.
Sus labios carnosos le daban un puchero perpetuo.
El recuerdo de lo suaves que se habían sentido sus labios cuando me
besó en Elite Academy pasó por mi mente. Besó diferente a Malum.
Menos rudo, pero igualmente apasionado.
Lamí mis labios y me acerqué a él.

Un agudo dolor recorrió mi columna y me devolvió a la realidad.
Maravilloso, me estaba volviendo un pervertido como los hombres.

Me alejé tambaleándome.
"En serio. ¿Estás bien?" preguntó a todo volumen mientras me
alcanzaba.
Me estremecí y seguí alejándome de él.
"
Dije bromeando en lugar
“Obviamente, claramente estoy prosperando,
de admitir que seguía besándome con mi enemigo mortal y estaba
empezando a sospechar que quería tirarme a él y a Malum al mismo
tiempo.
Hice una mueca mientras hacía mi cama sólo para tener algo que
hacer.
Un día eras una mujer con esperanzas y sueños, y al siguiente
fantaseabas con sentarte en la cara de dos hombres sólo para callarlos.
La incomodidad se extendió entre nosotros.

"¿Quieres hablar acerca de ello?" preguntó.
Me tragué una risa maníaca. "Difícilmente no".
Su aroma se volvió más dulce cuando se acercó a mí y me tapé la
boca. Con la cabeza dando vueltas por tantas horas de sueño, entré
tambaleándome en el estrecho baño, cerré la puerta de golpe y luego la
cerré con llave por si acaso.
Abrí el agua y me desplomé en la bañera.
El agua hirviendo me quemó la carne y fingí no hacerlo.
notar que me recordó a los besos de Malum.
Estaba jodido, y luego estaba jodido. Yo era el último.
Manchas rosadas cubrían mis extremidades.

Me cubrían la cara rizos mojados.
Eché la cabeza hacia atrás.
Orión no me había dicho dónde estaban Malum y Scorpius, pero los
imaginé caminando de la mano en una cita mientras se daban besos y
hablaban mierda de mí.
¿Estaba siendo racional? No. ¿Eso importaba en ese momento porque
estaba en espiral? También no.
Me acosté en la bañera bajo el chorro de la ducha como un cadáver
frígido que no se sentía atraído sexualmente por sus enemigos.
Brazos cruzados sobre mi pecho.
Piernas rectas.
Boca cerrada cosida.
El Collar de la Muerte caliente contra mi pecho.
El hielo cubrió mis dedos y luego desapareció en el agua caliente.
Por un segundo aluciné que había nieve en la ducha.
Copos blancos cayeron y luego se disiparon en el agua hirviendo.
vapor.
Una capa de espeso hielo de cobalto cubría mis pies donde sobresalían
del agua.
¿Qué diablos, dios del sol, me pasa?
Cuando descubrí que era un ángel, me imaginé volando sobre montañas
y blandiendo espadas de hielo. Me había imaginado aplomo y gélido control.
Nunca me había imaginado esto.

El hielo que cubría mis pies viajó a través de la bañera de porcelana y
nos unió.
“¿Estás bien ahí dentro?” Orión gritó a través de la puerta. Su voz lírica
se quebró y dijo en voz baja: "Por favor, dime que estás bien".
“¿Crees que soy en parte ángel, en parte abominable?

¿Muñeco de nieve?" Pregunté, un poco histérico.
Esta fue mi última gota.

"¿Qué?" preguntó confundido a través de la puerta.
"
“Lo leí en un libro, dije. “Es esta gran criatura bestial que vive en
el hielo y la nieve con muslos de trueno y dientes y garras afilados
"
y... uh, un fenómeno, terminé sin convicción.
Hubo una larga pausa.

"
“Sé lo que es ser un bicho raro al cruzar la dijo suavemente
puerta.
Mi corazón se retorció ante el dolor en su voz.
"
“No lo eres, no digas eso”, bostecé Dije ferozmente.
ruidosamente. Parecía imposible que pudiera estar tan cansado
después de haber dormido tanto tiempo. Entrar en pánico por convertirse
en muñeco de nieve le hizo eso a una mujer.
Mis ojos se cerraron.
"
“Está bien”, respondió Orión. “La primera vez que encandilé a
alguien con mi voz tenía cuatro años…” Su voz era suave mientras
me contaba historias de su infancia.
Escuché con los ojos cerrados, imaginando a un niño querubín
de piel dorada y cabello rubio blanco llorando hasta quedarse dormido
porque tenía prohibido hablar con nadie.
Me dolió el corazón cuando me reveló que sus padres lo habían
entregado a un hogar para niños porque pensaban que era defectuoso.
La fuerza y el poder eran los principios fundamentales de la vida del
diablo, y aquellos que se consideraban diferentes eran descartados.
Habló de vivir con los otros niños adoptivos en una gran granja.
Cómo le encantaba visitar el mercado de agricultores del pueblo.
Luché por darle sentido al mundo que describió.

Me había imaginado el reino del diablo como una ciudad triste y
miserable llena de pandillas y violencia, pero lo que él describió
sonaba provinciano y rural. Era un lugar de vida tranquila, aparte de
los principios extremos relacionados con la fuerza y la personalidad.
Su voz calmó el pánico en mi pecho.

Habló de cómo estar con Corvus y Scorpius lo había salvado.
Cómo Corvus secretamente tenía un lado suave que nunca creerías a

menos que lo vieras en su casa. Cómo Scorpius podía hacer que el dolor
fuera mayor que el placer.
Mi estómago dio un vuelco y un gemido escapó de mis labios.
Orión cambió de tema y habló sobre el sentimiento de euforia de
desatar sus poderes con sus compañeros. Dijo que se sentía divino pero
también como un tormento porque su vínculo de apareamiento no era
completo.
Había un nudo doloroso en su pecho que se apretó más cuando
desataron sus habilidades. Cuando perdieron toda la conciencia, se
sintieron mal, como si los estuvieran castigando por no tener el cuarto.
Escuché atentamente.
Lo que describió era tan extraño que ni siquiera podía imaginarlo. Tener
tanto poder que parecía euforia, sonaba como un cuento de hadas.
Entonces Orión preguntó en voz baja al azar: "¿Qué le pasa a Luka?"

Fruncí el ceño. "¿Qué quieres decir?"
"Oh." Se aclaró la garganta. “¿Por qué siempre está tan callado?
He notado que parece... intenso.
El tono de su voz era extraño y no podía ubicarlo.
"
“John ha insinuado que ha pasado por mucho”, dije. "Es un tipo muy
protector e intenso". Sonreí. "Pero en secreto es un blando". Pensé en
todas las veces que me había ayudado durante el entrenamiento y ni
siquiera nos conocíamos.
Orión guardó silencio.
"¿Por qué lo preguntas?"
Se aclaró la garganta. "Sólo me preguntaba. He notado que a veces me
observa y me preguntaba si eso es algo que suele hacer.
Sus palabras me sorprendieron. “No, no lo es; normalmente sólo

nos mira a mí y a John. A veces creo que no sabe que existen otras
personas”.
Orión hizo un ruido en el fondo de su garganta.
"Interesante."
Sonreí para mis adentros. "También tiene tatuajes geniales y un
piercing en algún lugar que nunca esperarías".
"¿En realidad?" Preguntó Orión, el interés claro en su voz.
Sonriendo, me lancé a una descripción detallada de cada tatuaje
de líneas finas que cubría el pecho de Luka.
Mientras hablaba, el hielo en los dedos de mis pies no parecía gran
cosa.
Después de un tiempo de objetivar a Luka, le hice más preguntas
sobre la infancia de Orión y él se lanzó a una cautivadora historia de
supervivencia.
Una vez más me quedé dormido, pero esta vez en la ducha con el
sonido de una voz encantadora.
Las pesadillas se mantuvieron alejadas.
Soñé con pastos cubiertos de hierba, colinas onduladas, flores de
cerezo flotando en una cálida brisa de verano y Orión sonriendo
mientras hablaba conmigo.
Capítulo 14
Arán
FIESTA
Ensoñación (sustantivo): la condición de estar perdido en sus pensamientos.

DÍA 9, HORA 19
"Un lugar seguro para que los soldados se relajen".

Eso era lo que Lothaire había llamado Elite Academy la semana pasada. El
tácito "Estoy haciendo esto por ti", mi hija había quedado flotando en el aire entre
nosotros.
Ayer irrumpió en nuestro barracón para dormir y arrojó dispositivos RJE al
suelo. “En reconocimiento a tus sacrificios, los conseguí para ti y tus soldados. Tu
antigua habitación y los sirvientes de la academia son tuyos para utilizarlos.
Gracias por tu servicio."
Él revolvió mis rizos azules y susurró: "Lo estás haciendo muy bien".
Luego se había alejado y yo me quedé boquiabierto ante el lugar donde estaba.
Un día un hombre te golpea con una porra y al siguiente

está tratando de ser un padre genial.
La vida te llega rápido.
Ahora estábamos de nuevo de fiesta en nuestra habitación de Elite Academy
y no parecía un lugar seguro.
Se sintió salvaje.
Una tenue luz roja, tan oscura que casi era negra, se filtraba a través de las
vidrieras y proyectaba sombras sobre los bailarines.
Quería gritar de dolor por la guerra, y lo habría hecho, pero...
No podía sentir mi cara.

Tampoco podía sentir mi espalda ni mis extremidades.
O la aplastante desesperación existencial que apretaba mi... espera, no
importa, todavía estaba presente.
Bailé mientras la fiesta rugía a mi alrededor.
Mis manos se agitaban en el aire, el brazalete de diamantes brillaba para que
todos lo vieran, mientras mis caderas rodaban contra las masas de sudor.
carne. El suelo bajo mis pies estaba cubierto de hielo negro y algunos asistentes
a la fiesta cayeron al suelo.
Mostré mis dientes con satisfacción cuando otro estudiante cayó.
Todos éramos simplemente bestias carnales buscando nuestra próxima dosis.
A unos metros de distancia, Ghost besó en los labios a un estudiante de
Burley, al que le gustaba hacer comentarios homofóbicos y misóginos, y cayó al
suelo, convulsionando y echando espuma por la boca.
Choqué los cinco con Ghost mientras pasaba flotando. Su incorpóreo

Una mano me atravesó y me estremecí.
Amamos a un aliado.
Aparentemente, no estaba limitado a la biblioteca, porque
se deslizó por la fiesta, enviando a los estudiantes al coma.
Las lágrimas llenaron mis ojos.
Extrañaba mucho a Ghost y las cosas no eran lo mismo sin él porque nadie
traumatizaba a la gente como él.
Tenía un don poco común.

Un brebaje demoníaco corría por mis venas mientras los cuerpos giraban a
mi alrededor, y en lugar de llorar, hice lo que mejor hacía en la vida.
Drogas.
El dios sol bendice la cultura demoníaca; Eran los verdaderos héroes
silenciosos del reino por ayudarnos a todos a emborracharnos tan gloriosamente.
Saludé a Zenith, que estaba al otro lado de la habitación, moliendo a Vegar.
Zenith me frunció el ceño y le lancé un beso.

Puso los ojos en blanco, pero por su expresión mordaz me di cuenta de que
secretamente amaba la atención.
Los cuerpos se movieron en la habitación abarrotada y bloquearon mi visión
de los demonios.
Eché la cabeza hacia atrás y fumé.
Moviendo mi cuerpo al ritmo, levanté la mano y cinco dedos se movieron
dentro y fuera de foco. Cinco. habían pasado cinco días
ya que habíamos masacrado todo un recinto lleno de gente.

Ahora la fiesta (funeral) hacía estragos en nuestro antiguo dormitorio
con música encantada, soldados, estudiantes desnudos, drogas, sexo
y alcohol.
El trastorno de estrés postraumático no estaba incluido.
Traje el mío.
"
“Que te jodan”, le gruñí a nadie en particular mientras los rostros
se desdibujaban a mi alrededor. El cantante canturreó por los parlantes
y exhalé una nube de humo.
"
“Díselo tú”, gritó Sadie por encima de la música. "Los entiendes,
niña".
Ella se movió contra mí, girando sus caderas y balanceando sus
brazos en lo que la mayor parte del reino llamaba "tener un episodio".
Me reí entre dientes al recordar cómo pensar en

su baile me había salvado de mi atracción por Malum.
En el presente, en lo que se suponía sería un seductor
movimiento, abrió los brazos y saltó en una división.
Sorprendentemente, sus piernas se bloquearon a unos metros del suelo.
Ella gritó de dolor y se cayó.
"
“Creo que me jalé la entrepierna”, gimió lastimosamente.
Entre risas, dije: "Sabes, me imagino
Tú bailando cuando yo intento no excitarme.
Ella golpeó mis manos mientras intentaba ayudarla a levantarse.
"Por favor, ambos sabemos que es lo contrario".
"
“No estoy bromeando, Dije, riendo incontrolablemente mientras ella
luchó por ponerse de pie.
Bajó la voz y se inclinó hacia mí mientras medio
se movió, medio tembló. "Lo que digas, cosas dulces".
La aparté. “Eso es exactamente de lo que estaba hablando. Es
simplemente extraño”.
"
“Dios del sol”, gimió. “No necesitas ser una perra porque me
encuentras sexy. Mucha gente lo hace."
Intentó guiñar un ojo, pero ambos ojos se cerraron al mismo tiempo.
Ella parpadeó furiosamente.

"
"Claramente, dije secamente, "eso es exactamente lo que está pasando
aquí".
La música cambió a un ritmo más rápido y de repente ella me agarró de los
brazos y nos hizo girar a ambos.
A diferencia de todos los estudiantes y soldados descoordinados que
seguían resbalando, Sadie no odiaba el trozo de hielo que se había extendido
bajo mis pies; Ella inclinó la cabeza hacia atrás y se rió mientras nos hacía
girar a ambos más rápido.
Me asaltó un pensamiento. Ella había crecido en el frío reino de los
cambiaformas y se sentía como en casa con hielo y nieve.
¿Quizás por eso estaba en casa conmigo?
Mi corazón se hinchó con emociones que no podía permitirme sentir, así
que incliné la cabeza hacia atrás y bajé los hombros, moví los brazos hacia
adelante y hacia atrás mientras fumaba cinco pipas a la vez.
Cinco.
Habían pasado cinco días desde que cinco personas de los Juegos del
Legionario fueron masacradas en la batalla. Un ángel y un asesino dentro del
edificio, dos leviatanes y un demonio afuera en la nieve mientras luchaban
contra los impíos que intentaban escapar.
Todos sus cadáveres eran inidentificables.

Ni siquiera sabía los nombres del ángel y del asesino, pero había luchado
junto a ellos mientras los impíos los destrozaban.
Sabía cómo habían muerto.
“Está bien, Aran, te veo. Seguir." Sadie rodó su cuerpo
contra mí mientras inclinaba mi cabeza aún más hacia atrás.
"Golpealo. Golpealo. Golpéalo”, gritó alentadoramente mientras yo
Moví mis brazos y piernas hacia adelante y hacia atrás y me agaché.
Me balanceé más rápido.
Fumó más fuerte.
Diecisiete era el número total de soldados que habíamos perdido en

la batalla, porque doce soldados de a pie habían muerto asegurando el
perímetro. Había cinco números impares entre cinco y
diecisiete.
Tantos cinco.
Tomé una botella de brebaje demoníaco de las manos de un
estudiante y la incliné hacia atrás. Bebí hasta vaciarlo y luego lo arrojé
contra la pared del fondo.
Explotó y los estudiantes gritaron.
Sadie aplaudió.
El número 5555 era un número encantado que representaba el
cambio.
Habían cambiado bien. De vivir a morir.
Resoplé y sentí un hormigueo en el pecho.
"
"Aquí, cariño", dijo Sadie mientras presionaba otra pipa entre mis
labios abarrotados. “Fuma otro cigarrillo. Esto ayudará."
Inhalé las drogas hasta que sentí que mis pulmones se desintegraban
dentro de mi esternón.
Ella tenía razón.
Eso ayudo.
La amaba mucho; ella siempre supo lo que necesitaba.
Ella me acercó y me susurró al oído: "Nosotros
Deberías fingir que vuelves a tener sexo en la ducha alguna vez”.
No importa, ella no sabía nada.
"¿Qué?" Dejé de bailar.
Ella se rió. “Scorpius me dijo el otro día que él
Te haría venir más fuerte que yo.
Me aparté y la miré boquiabierto. "No lo hizo."
"Sí." Ella hizo estallar la p con fuerza. “Luego me dijo que mi juego
de golpes era débil”. Ella sonrió mientras movía sus caderas. "Le dije
que era mejor mamando porque era una niña y sabía lo que se sentía
mejor".
Me atraganté con el humo. "No dijiste eso".
Ella sonrió. “Oh, lo hice. Estaba tan enojado que deberías haberlo visto. El
pobre se apuñaló en el muslo con un bolígrafo. ¿Podemos hacerlo de nuevo?
Creo que tus hombres realmente tendrían aneurismas”.
"
“No son mis hombres”, giró Dije reflexivamente.
las caderas y me guiñó un ojo. “Seguro, digas lo que digas. Y no me
convierto en un tigre dientes de sable y esclavizo a la gente con mi sangre”.
Puse los ojos en blanco y volvimos a bailar.

"
"Bien", dije unos momentos después y dije arrastrando las palabras de
manera seductora: "Puedes fingir follarme de nuevo".
Ella chilló y me acercó. "No te arrepentirás de esta decisión".
Me reí porque definitivamente lo haría, y nos mecimos juntos en la masa

agitada de miembros sudorosos y hormonas.
Todo era un lío confuso.
Los estudiantes estaban de rodillas.
Los soldados se apretaban contra las paredes con la cabeza echada hacia atrás.
Sonidos de placer resonaron.
Las pinzas rasparon.
Los exoesqueletos crujieron.
Sonó un chirrido agudo.
Ochenta y tres era el número de soldados que quedaban en nuestro ejército, y
no podrías dividirlo entre cinco.
Todo fue inquietante.
El caballo graznó con agitación mientras aleteaba por encima de las
cabezas de los asistentes a la fiesta. Su cola y alas estaban cubiertas de
largas plumas y su cuello era más largo.
Dejó de volar y se posó en mi hombro, acariciando su pico contra un lado
de mi cabeza.
Eché la cabeza hacia atrás para intentar que los pensamientos oscuros
desaparecieran.
Me incliné hacia atrás, pero se quedaron dentro de mi cabeza.
Lamentable.
Sadie me atrapó antes de que cayera al suelo y luego me hizo girar

por la habitación como si estuviéramos en un baile elegante en una
amplia pista de baile.
Giro de la trama, no lo estábamos.
Chocamos contra los cuerpos y las bebidas se derramaron por todas partes mientras
la gente maldecía.
No pude evitar reírme cuando Sadie sonrió como una maníaca y
me hizo girar más rápido entre la multitud. Me estrelló contra un
estudiante como si fuera un ariete y él cayó al suelo.
Fue lo más divertido que había tenido en semanas.
Mi codo chocó contra la nariz de alguien y la sangre brotó como
diamantes. Las mejillas de Sadie estaban sonrosadas y los labios
brillantes mientras giraba conmigo.
Nos reímos incontrolablemente.
Esta fue la experiencia femenina.
Chocamos contra alguien y cayó al suelo con un ruido sordo. Horse
le graznó en la cara y luego se posó en el hombro de Ghost.
Ellos rondaron la fiesta juntos.

Objetivos.
"¿Qué carajo están haciendo ustedes dos?" El estudiante que

acabábamos de derribar escupió desde el suelo. "Soy un estudiante
real y no los reconozco, lo que significa que son asquerosos plebeyos".
Se puso de pie con dificultad.
Qué hombre tan encantador.
"
“Girando sexymente”, dijo Sadie con voz duh mientras se echaba
el cabello blanco sobre el hombro e hacía un gesto obsceno con las
manos.
Me tapé la boca con la mano para ocultar mi risa.
Sadie me sonrió, claramente orgullosa de estar
haciéndome reír y giraba sus caderas al ritmo de la música.
El hombre dijo algo más, pero lo ignoramos mientras bailábamos.
En mi visión periférica, se abalanzó hacia nosotros. "Tu pequeño

Los plebeyos creen que puedes...
“¿Este hombre te está molestando?” Cobra apareció fuera de
a ninguna parte y bloqueó al hombre.
Miró a Sadie con una expresión intensa mientras las joyas incrustadas
en su piel brillaban bellamente en la fiesta con poca luz.
Ella se rió entre dientes. "Nooooo".

"
“Vete, hombre serpiente, Arrastré las palabras y tiré tres de mis
apúntalo con flautas como dagas.
Rebotaron en su pecho y cayeron al suelo.
Los ojos de serpiente brillaron en la oscuridad cuando Cobra dijo: "No
pedí tu opinión". Sus pupilas parpadearon cuando me miró y arqueó la ceja.
“Veo que estás luchando como siempre.
Qué predecible”.
Me estudié las uñas. “Siempre me ha parecido fascinante que las
serpientes tengan cerebros del tamaño de un maní. Debe ser difícil ser tan...
Arrugué la nariz. "... imbécil".
Cobra le devolvió la sonrisa maliciosamente. "Interesante charla viniendo

de la chica que estaba llorando hace una hora mientras bebía brebaje
demoníaco".
"
“¿Cómo te atreves?”, jadeé. “Tenía algo en el ojo.
Además, al menos mis pupilas no están lobotomizadas”.
Sus ojos brillaron. “¿Cómo va la terapia? ¿Aún estás triste?"
"No." Me reí falsamente. “Estoy curado”.

Cobra abrió los brazos y bloqueó al estudiante que todavía intentaba
atacarnos mientras proclamaba: “Es un milagro. Especialmente después de
que te dejaste apuñalar hace apenas unos días. Es bueno ver que lo estás
haciendo mejor”.
Tropecé y Sadie me enderezó.
¿Cómo lo supo? ¿Había hablado Malum con él? No, el rey pensó que
estaba por encima de los cambiaformas; de ninguna manera lo hubiera hecho
Les dije algo tan personal.

Debe ser una suposición afortunada.
Recuperando la compostura, relajé mi postura y sonreí. “Awww,
"
gracias por tu preocupación”, dije condescendientemente. “Además, no
te preocupes, guardaré tu secreto.
¿ Sadie me ha contado todo sobre tu pequeño problema en el dormitorio?
"¿Qué dije?" Sadie me susurró al oído. "No lo recuerdo".
Dios sol la bendiga.

El estudiante que derribamos intentó empujar a Cobra, pero esta vez,
el cambiaformas serpiente dijo: "Acabas de amenazar a dos de los
campeones de la guerra".
El hombre palideció y abrió mucho los ojos al darse cuenta de quiénes
éramos. Hizo una reverencia respectivamente. “No lo sabía, perdóname”.
Cobra golpeó su pie. "No estás perdonado".
Los huesos crujieron y el estudiante cayó con un grito.
Un pasillo oscuro.
Espadas azules brillantes.
Un oso rugiendo.
Moribundos infectados.
Chirridos agudos.
Una mujer gritando.
Tropecé y miré hacia abajo.
Era un cuerpo.
GRIETA.
"Animarse." Cobra me abofeteó y
la fiesta (funeral) volvió a centrarse.
Me toqué el labio y mi dedo se puso rojo. El líquido frío se endureció
hasta convertirse en hielo.
"
“Gracias”, dije sinceramente.
"No lo menciones." Él gruñó y se alejó.
“En serio, no vuelvas a hablarme nunca más. Mejor aún, olvida que existo”.
"¿Quién eres?" Pregunté con fingida confusión.
Una lenta sonrisa curvó sus labios mientras acercaba a Sadie a su

lado, colocándola bajo su hombro de manera protectora.
Miró algo detrás de mí y atrajo a su compañero hacia la multitud. Antes
de que los cuerpos danzantes se los tragaran, Cobra les guiñó un ojo.
Ladeé la cabeza confundida.

Su significado quedó claro un segundo después, cuando unos dedos largos
Agarré mis mejillas y jalé mi cara hacia un lado.
La mano estaba helada.
Duro.
Implacable.
Una lengua lamió mi labio inferior sin sentido, y estaba lo
suficientemente deprimido como para disfrutarlo. Temblé.
“¿Por qué está sangrando mi Venerado?” Scorpius preguntó
amenazadoramente mientras sacudía mi cabeza de un lado a otro.
“Escuché una bofetada, ¿de eso es esto? ¿A quién necesito matar?
Respiró con dificultad y el aire cálido sopló contra un costado de mi
cara.
El rey ciego estaba frente a mí. Enroscó su cuerpo alrededor del mío
como un dragón atesorando su tesoro.
Me di cuenta de que lo hacía con más frecuencia.
Protegiéndome con su carne.
"
“No es sangre”, dije arrastrando las palabras, mis mejillas presionadas
contra sus dedos mientras forzaba mis labios a sonreír. "Estoy rebosante
de temor existencial, prácticamente a punto de estallar".
No soltó mi cara.
En cambio, frotó su amplio pecho contra mi espalda y ronroneó: "En
serio, ¿a quién estoy matando?"
Me recosté contra él y me balanceé.
"Nadie." Suspiré. “Me di una bofetada porque estaba tratando de sentir
algo. Lamentablemente, no funcionó. Me aseguraré de usar una pala la
próxima vez”.
Un aliento cálido se abanicaba contra un costado de mi cara y, durante un
largo momento, nos balanceábamos al ritmo de la música en una imitación tóxica de
baile.
Uno empezaba donde terminaba el otro.
"
“Eres una mentirosa de mierda, dijo con dureza en mi oído.
Arabella”, le golpeé el esternón con el codo. “Mi nombre no es
Arabella. Es Arán”.
En lugar de dejarme ir como había planeado, Scorpius gimió y
sacudió sus caderas contra mi trasero.
La dureza presionó contra mí.
Enroscó su mano alrededor de mi cara de modo que sus uñas
presionaron contra mi piel en cinco pinchazos de dolor. Palmeó mi
núcleo con la otra mano.
El fuego explotó por mi columna.
Gemí.
"Si lo querías duro, sólo tenías que preguntar". Sus caderas se
balancearon contra mí más rápido, al ritmo de la música. Agarró mi
coño a través de mis pantalones deportivos como si le perteneciera.
La excitación se acumuló dentro de mi estómago.

Los estudiantes masculinos y femeninos me lanzaron miradas
asesinas y me tomó un segundo recordar que todos en la academia
tenían el síndrome de Estocolmo sobre los reyes.
Todos estaban trastornados.
Yo no.
No, tenía la cabeza bien puesta y un entendimiento claro como
el cristal de que los tres eran psicópatas.
De hecho, era tan inteligente que dejaba que uno de ellos me

acariciara públicamente. Matar (en el sentido sexual).
Chupé las tres pipas que me quedaban.
El deseo ardió con más fuerza.
"
"El problema es, susurré mientras me derretía contra Scorpius,"
Te odio, joder.
Su agarre sobre mi núcleo se hizo más fuerte. Masaje de dedos.
Me estremecí.
Mis caderas se sacudieron contra su agarre.

Scorpius acarició un lado de mi cara y respiró con fuerza en mi oído.
Se me puso la piel de gallina y me estremecí violentamente.
"No te preocupes, Arabella, te perdono por tus crueles palabras".

Apretó sus manos y un espasmo revoloteó a través de mí.
Apreté mis muslos y dije débilmente: "Libérame".
"Pero no quieres que lo haga". Él se rió y el sonido fue asqueroso.
Mi voz goteaba escarcha. “Pero te lo digo y no me escuchas. Qué

protector eres”.
Me soltó como si lo hubiera quemado. Se alejó y su expresión era
oscura. “Siempre te protegeré. No te atrevas a cuestionar eso”.
Me burlé.
Ignoré la humedad entre mis piernas.
“Me torturaste cuando era hombre y cuando era mujer. Resulta que
eres un pedazo de mierda igualitariamente oportunista.
Qué progresista”. Aplaudí burlonamente y risas maníacas brotaron de mi
garganta. “Además, eres literalmente lo opuesto a un Protector. Eres un
matón cruel e inseguro”.
Fue muy divertido.
Chupé con más fuerza mi pipa y todo se volvió un poco confuso.
Scorpius permaneció en el punto de mira.

Las sombras llenaron las mejillas hundidas, los pómulos brillaron afilados,
ciegos, los ojos de un blanco lechoso se entrecerraron y los labios carnosos se
curvaron hacia atrás.
Algo nuevo cruzó por sus rasgos y su máscara se resquebrajó. "¿Que
necesitas de mi?" Sus dientes chasquearon mientras los rechinaba.
“¿Cómo soluciono lo terribles que hemos sido? Ahora entiendo lo horribles
que son las cosas que has hecho.
pasado a través de." Se atragantó con la última palabra como si no pudiera

decir nada más.
¿Qué quiso decir él?
¿Por qué ahora lo entiende?
"No puedes", susurré con confusión. "Está demasiado lejos".
Flexionó las manos.

Inclinó la cabeza hacia un lado y lentamente cayó de rodillas.
"¿Qué estás haciendo?" Me quedé boquiabierto. "Ponerse de pie."
Tiré de sus anchos hombros.
"No, Arabella." La voz de Scorpius era áspera y permaneció arrodillado
entre la multitud de cuerpos.
Los estudiantes y soldados dejaron de bailar para mirar.
¿Por qué un rey estaba de rodillas?
La confusión estaba escrita en todos nuestros rostros mientras el
sadomasoquista inclinaba la cabeza sumisamente. La postura no le
correspondía. Extranjero.
"
“Por favor, perdóname, Arabella Alis Egan, para habló en voz alta
que todos puedan escuchar.
El peso de la atención de todos era asfixiante.
Apreté los dientes. "Levantarse." Tiré de sus hombros desesperadamente.
"No."
“No estoy bromeando, Scorpius. Detén esto de inmediato”.
Se inclinó aún más y anunció: “Te han agraviado de manera
despreciable y yo también te he agraviado. Prometo ser tu sirviente. A
partir de este día, que se sepa que no soy el rey del dios sol. Sólo te sirvo
a ti. Soy tu perro.
Tropecé hacia atrás y me tapé la boca, casi esperando que el dios del
sol lo derribara por su blasfemia. Todos sabían que los reyes vivían para
servirle. Ese era el propósito de sus vidas y nunca se callaban al respecto.
Mujeres y hombres exclamaron y exclamaron entre la multitud.

Mi aliento salió en bocanadas heladas.

"
"Tiene mucha alguien susurró a mi lado, y un
suerte", respondió la persona: "Mataría por tenerlo de rodillas ante mí".
Ellos se rieron.
"No quieres decir eso". Di otro paso atrás.
Su voz adquirió su familiar tono burlón cuando dijo: “Nunca he
querido decir nada más en mi miserable existencia. Déjame servirte.
Por favor."
Hubo una nueva ronda de desmayos entre la multitud.
Me froté los ojos, medio convencido de que estaba alucinando.
por el consumo excesivo de drogas.
"¿UM esta bien?" Me rasqué la nuca.
La multitud se separó cuando Orion y Malum dieron un paso
adelante para flanquear a su pareja. Asomando sombras de muerte,
cayeron de rodillas junto a él.
Los tres inclinaron la cabeza hacia mí y dijeron al unísono: "De
ahora en adelante, seremos conocidos como sus perros".
Alguien se desmayó entre la multitud y hubo algunos aplausos y

silbidos.
Me iba a enfermar.
"No entiendo por qué están tan obsesionados con ella". Una chica
diferente susurró maliciosamente detrás de mí.
"
“Con el tiempo se cansarán de ella. Es sólo para mostrar,
respondió alguien, y se echaron a reír.
Hablaron mis miedos en voz alta.
Presioné mis palmas contra mis ojos y di otro paso atrás. ¿No
podrían darme una fiesta para que me pudriera yo solo en la depresión?
"
“Siempre he sido más amante de los gatos”, murmuré en voz baja
mientras buscaba a Sadie con la mirada, desesperada por que mi
amiga me distrajera de lo que sea que estuviera pasando frente a mí.
Los hombres estaban desordenados.

Cada día me convertí en un mayor defensor del encarcelamiento

obligatorio de los hombres al nacer.
"
"Tú nos perteneces, Malum dijo con dureza, luego sus mejillas se
pusieron rojas como si estuviera avergonzado por expresar sus verdaderos
pensamientos.
Caso en punto.
Ni siquiera podía fingir estar arrepentido mientras se postraba.
él mismo ante mí entre la multitud.
Inspiré, incliné la cabeza hacia atrás y me burlé con incredulidad.
"Estás loco si crees que te perdonaré".
Llamas brillantes explotaron sobre sus hombros y levantó la cabeza,
la plata fundida me inmovilizó mientras la furia contorsionaba sus rasgos.
La multitud cayó sobre sí misma mientras ponía más espacio entre

ellos y el volátil rey que era conocido por perder los estribos.
Orión hizo una mueca. Levantó la vista con ojos suplicantes, como si
se estuviera disculpando porque sus compañeros no podían fingir ser
amables.
"¿Quieres que gatee por ti?" Malum preguntó en voz alta.
y su voz profunda y de barítono hacía difícil respirar.
Otra persona se desmayó.
La Academia parecía tener un problema de desmayo.
Malum se arrastró hacia mí, duramente guapo.
Sus rasgos parecían insidiosos en las oscuras sombras de la habitación.
Intentó parecer arrepentido.
Parecía salvaje.
Inconscientemente me froté el cuello al recordar cómo había
arrastrado sus dientes por mi piel sensible.
El suelo vibró con la música.
Saqué tres pipas de mis labios y soplé mientras intentaba no mirar al
hombre que se arrastraba por la habitación hacia mí.
"
"Soy tuyo. Soy tu perro, dijo mientras se acercaba.
"Perdóname por favor."
Me ahogué.
De alguna manera había conseguido que una disculpa pareciera una
orden.
Estaban de rodillas ante su Venerado; malum era
arrastrándose hacia ella.
Yo no.
Estaba tratando de manipular mi carácter femenino humillándose.
Lo peor fue que estaba funcionando.

Me ciñí la cintura y me recordé que mi cualidad más femenina era que
era pura maldad.
Forzó una risa oscura mientras miraba al rey en llamas que estaba
arrodillado a mis pies. "Todos ustedes están delirando".
Dándoles la espalda, me abrí paso entre la multitud boquiabierta hacia
los dos hombres que habían estado parados contra la pared detrás de mí
toda la noche, observando en silencio mientras bailaba con Sadie y
entrenaba con su pareja.
Su presencia era un consuelo constante.
Su energía era diferente porque querían a Aran.
Arabella no.
No es un venerado.
John puso los ojos en blanco ante mi expresión, pero mostró sus
hoyuelos y se lamió los labios mientras yo avanzaba y envolvía mis
brazos alrededor de su cuello. Luka apartó su mirada de donde estaba
arrodillado Orión y centró todo el peso de su atención en mí.
“¿Deberíamos darles un espectáculo?” Le pregunté.

Intentó parecer desinteresado pero fracasó estrepitosamente.
“¿Estás seguro de que nos quieres a nosotros y no a Sadie? "Has estado
"
frotándola toda la noche", preguntó con petulancia.
"Oh, ¿estás celosa, cariño?" Le pregunté de nuevo.
"Eso depende." Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y
Me empujó contra sus caderas. "¿Te prende?"
Me guiñó un ojo y me reí. "Tal vez."
Luka jugó con un rizo y preguntó: "¿Te sientes bien?".
“¿Como hoy o en general?” Entrecerré los ojos.

Él arqueó una ceja oscura. “¿Cómo estás ahora?”
"Horrible." Sonreí ante su expresión preocupada mientras la habitación
daba vueltas a mi alrededor.
Frunció el ceño y me masajeó la nuca. "No
Creo que deberíamos...
" I
"Fóllame delante de los reyes hasta que me sienta mejor,
exigió, lo suficientemente alto como para que los demonios lo oyeran.
La multitud estalló en murmullos.
"¿Qué carajo están todos ustedes ahí parados mirando?"
¿en?" Malum preguntó a la multitud y se reanudó el baile.
John me acercó y chasqueó mientras sacudía la cabeza.
“¿Estás tratando de utilizarnos para llegar hasta los reyes? ¿No soy
más que un trozo de carne para ti?
“No”. Le guiñé un ojo. "También tienes un poco de salsa".
Echó la cabeza hacia atrás riéndose. “¿Estás coqueteando
conmigo, Aran? ¿Es este tu intento de coquetear?
"Eso depende." Hice rodar las pipas entre mis labios. "¿Está
funcionando?"
"
“Sí”, dijo John al mismo tiempo que Luka susurró: “Fóllame. No
puedes decir cosas así”.
"¿Por qué?" Pregunté, genuinamente confundido.
Luka se inclinó hacia adelante y susurró contra el caparazón de
mi oído: “Porque te aceptaré. Aran, te haré gritar nuestros nombres
tan fuerte que todos sabrán a quién perteneces”.
Capítulo 15
Lucas
FIESTA
Belamour (sustantivo): aquel que es amado.

DÍA 9, HORA 21
Aran estaba presionada contra mí e inhalé su aroma invernal, el hielo seco

explotó en mis sentidos.
La música retumbaba desde unos parlantes encantados y la habitación
brillaba con una brillante luz escarlata.
La multitud de cuerpos se balanceaba a nuestro alrededor.
La atrapamos entre nosotros; John se presionó contra su espalda

mientras yo reclamaba su frente.
Mi piel zumbó, pero esta vez, la compulsión no me decía que la
mantuviera cerca y la protegiera. Me estaba diciendo que fuera su dueña.
Márcala como mía.

Consúmela.
Hazle cosas depravadas.
Corrompela.
Muéstrale lo que significa ser la prometida de un hombre antisocial con
un trastorno de apego.
Quería que la piel de Aran hormigueara de placer como la mía
hormigueaba de necesidad. Quería que ella conociera mi tormento y
entendiera lo que significaba que nos poseyéramos el uno al otro.
Cuando aceptó nuestras joyas de compromiso, aceptó unir sus almas
a las nuestras.
Irrevocablemente.
Aran me miró en la oscuridad, con sus ojos entrecerrados bordeados
de moretones oscuros. Mi hija estaba cansada y luchaba por soportar el
peso de la guerra.
Quería protegerla de todo sufrimiento.
Quería ayudarla a olvidar.
Tomando su rostro con ternura, pasé mi pulgar por su cicatriz. La
media luna adornaba la parte superior de su mejilla y realzaba su frágil
belleza.
Un aliento cálido hormigueó en mi muñeca cuando ella se inclinó hacia

mi mano.
Derretido contra mí.
Ella era una isla de suavidad y confianza en una habitación dura e
irregular de asesinos.
Música alta y caderas giratorias. El olor a sudor y sexo.
Drogas consumidas con desesperación. Los soldados intentaron olvidar.
Ella era diferente de todos los hombres y mujeres de este castillo maldito.
Reconocí su singularidad el primer día que la conocí, cuando rompió

mis barreras. Lo llevaba en los ojos, claro como el día.
Aran se mostró empático.

Terriblemente así.
En reinos llenos de seres inmortales donde la crueldad y
La astucia era admirada por encima de todo, ella desafiaba las normas.
Aran rompió la ecuación del poder de un individuo que se correlaciona
directamente con su insensibilidad.
Por ejemplo, no me importaba nadie más que mi gemelo, y los reyes
sólo se preocupaban unos por otros. Los demonios estaban consumidos
consigo mismos y los ángeles pensaban que eran la raza superior. Los
cambiaformas mantenían un círculo familiar cercano y desconfiaban de los
forasteros.
Todos éramos soldados perfectos porque matábamos a otros fácilmente.
Masacrar o sobrevivir porque la inmortalidad era mucho tiempo.

vivir bajo el control de otro.
Sin embargo, a pesar de todo, Aran Alis Egan fue compasiva y luchó
por lastimar a los demás a pesar de que nació con una corona y poder en
las venas.
¿Cómo podía una mujer ser tan feroz y al mismo tiempo tan cariñosa?
La dualidad del hombre encarnado.
Acaricié su piel helada y mis pestañas cubiertas de hollín revolotearon.
contra la yema de mi pulgar.
La necesidad ardía en mi estómago inferior.

Todo se redujo hasta que todo lo que pude ver fueron ojos azul oscuro
entrecerrados, rizos azules salvajes, humo saliendo de labios rosados y afelpados
mientras Aran me miraba como si fuera su salvador.
La conciencia explotó a través de mi piel.
Porque no quería nada más que ser su campeón.
Una mujer torturada como ella necesitaba un hombre torturado como yo;
como Sísifo, estábamos destinados a sufrir. Juntos.
Los diamantes brillaban en su muñeca y la joya de la muerte
colgaba pesadamente sobre su pecho.
La estaba tocando.
Ella estaba a mi merced.
Por fin.
Desde que la fiesta había comenzado hacía horas, John y yo habíamos
Se paró contra la pared, observando cómo coqueteaba con Sadie.
Y aunque no tenía ningún problema con la mujer como lo tenía mi gemelo (ya
que ella hacía feliz a Aran, eso era todo lo que me importaba), aun así había sido
frustrante mirar sin tocar. Reclamando. Profanación.
Por desgracia, ella sonreía diferente cuando Sadie estaba cerca, así que nos
quedábamos en las sombras. Observé con diversión cómo se lanzaban entre la
multitud como si fueran enemigos.
carneros.
Habían bailado desenfrenadamente y bebido mucho. Tomado

drogas aleatorias de extraños con sonrisas traviesas.
Ella había estado despreocupada.
Diferente.
Sólo se había hundido una vez en la oscuridad, pero Cobra la había abofeteado
y la había devuelto a la realidad. Para cuando John y yo nos dimos cuenta de lo
que había sucedido, el cambiaformas serpiente había desaparecido entre la
multitud y los reyes habían llegado.
Lo castigaríamos más tarde.
Por ahora, la sostuve en mis brazos.
Le di un suave beso en la frente y su aroma helado fue como adrenalina

directo a las venas.
Mis labios hormiguearon por el toque inocente.
La electricidad chisporroteó entre nosotros.
La boca de Aran se curvó en una sonrisa y susurró con voz ronca:
"Fóllame delante de los reyes, por favor". Ella batió las pestañas.
La sangre se aceleró ante la idea de tomarla tan públicamente.
La idea de que Orión observara era una ventaja añadida.

Últimamente, había notado cómo sus ojos oscuros siempre estaban
fijos en mi Aran. Se mordía los labios carnosos como si estuviera soñando
con devorarla. Entendí exactamente cómo se sentía.
Fue intrigante ver a alguien más obsesionarse con ella con
la misma obsesión.
La parte más extraña de todo fue que me di cuenta de que él existía.
Ahora sus largas pestañas revoloteaban mientras miraba a Aran con un
hambre manifiesta. Su mirada revoloteó en el espacio entre nuestros labios.
Me gustó saber que él miraba.

Me gustaba saber que él estaba igual de obsesionado, pero ella era
mía.
Sonreí con satisfacción masculina y tomé su precioso rostro con ambas
manos, pasando mis pulgares por sus pómulos mientras la acunaba delante
de mí.
"
“No tienes que suplicar, amor”, dije suavemente.
Ella inhaló bruscamente y se relajó ante mi toque. Ella me dejó
sostenerla. Poseerla.
Le susurré en su halo de rizos: "Pero me gusta la forma en que te
derrites por mí".
Un suave gemido escapó de sus exuberantes labios, y fue el más dulce.
ambrosía después de toda una vida de hambre.
"Esta es tu única advertencia". Mi voz era áspera mientras me empujaba
contra ella. “No voy a contenerme
porque estamos en público”.

Los ojos azul marino se abrieron cuando sus labios formaron una o de
sorpresa, luego sonrió tímidamente y murmuró: "Está bien".
No pude evitar mi sonrisa.
Era hora de mostrarle lo apegado que podía estar.
Capítulo 16
Arán
FIESTA
Amativo (adjetivo): fuertemente movido por el amor y especialmente por

el amor sexual.
DÍA 9, HORA 21
Luka sacó las pipas de mis labios y se las metió en la boca. Echó la
cabeza hacia atrás e inhaló con los ojos cerrados. Las líneas de su cuello
se tensaron y se estremeció.
Tragué saliva.
Inclinó la cabeza hacia adelante y lamió la escarcha de las tuberías
como si estuviera saboreando mi sabor.
Estudiantes y soldados se movían a nuestro alrededor en una masa
de miembros agitados. La oscuridad sombría de la habitación envolvió.
Estábamos envueltos en la oscuridad.

El deseo ardió entre nosotros.
El valor me quemó el esternón y, con la habitación deformada a
cámara lenta, caí de rodillas.
Antes.
Lucas.
Sus ojos eran trozos de obsidiana y seguía cada uno de mis
movimiento como si estuviera obsesionado conmigo.
Él siempre me miraba y me tocaba como si no pudiera conseguirlo.
suficiente. Cuando estaba con los gemelos, me sentía cuidada.
Con Luka me sentí querido. Especial.
Chupó mi pipa, el vapor de las drogas se enroscó a su alrededor
mientras sus dedos se enredaban en mi cabello y me miraba con fervor.
Mis rodillas se clavaron en el duro suelo.

Sus pupilas se abrieron de par en par, tragándose sus iris e irradiaba
fuerza. Me sentí impotente ante él.
Un devoto en las escaleras de la capilla del dios sol.
Luka no me dijo que parara; en cambio, lentamente se desabrochó los
pantalones cargo y amplió su postura con el humo sobre su cabeza como
una corona.
Los colores se arremolinaban en mi visión periférica mientras el demonio se preparaba.

pulsaba a través de mí.
Mi cabeza daba vueltas de vértigo.
Drogas en mi sangre, lujuria en mis venas.
Me reí cuando alguien chocó contra mí por detrás. La multitud de
cuerpos pululaba a nuestro alrededor y fuimos tragados por el desorden
que bailaba.
Todo fue surrealista.
Todavía no podía sentir mi cara.
Ni una pizca de dolor cruzó mi espalda porque
estaba flotando; Había entrado en un plano superior de existencia.
Yo era incorpóreo.
La neblina me envolvió en tonos de seductor negro.
Luka se quitó los pantalones y se frotó tranquilamente contra mi boca,

metal frío y calor aterciopelado.
Lo miré con los ojos muy abiertos mientras él acariciaba su piercing.

polla en mis labios. Él gimió profundamente.
Los ojos de obsidiana estaban entrecerrados y sus músculos tensos.
Estuvo a segundos de perder el control.
Una sensación de poder se apoderó de mí y lentamente abrí mi
boca, se inclinó hacia adelante y lo miró.
Metal frío en mi lengua.
La música cambió y el suelo vibró al ritmo del bajo.
La gente saltaba a nuestro alrededor con las manos en alto.
Lamí la punta con la lengua y moví su piercing de un lado a otro.
Bromeó con él lentamente.
El sudor le goteaba por un lado de la cara.
Por un segundo, imaginé una capa negra brillante colgando
de sus hombros, pero parpadeé y desapareció.
Retrocediendo, lamí desenfrenadamente su cabeza como si fuera un
chupete. Su nuez se balanceó mientras tragaba espesamente.
Unos dedos largos y elegantes se agacharon y agarraron mi barbilla con un

apretón de castigo. Mantuvo mi rostro inmóvil para que no pudiera moverme
mientras sus ojos oscuros brillaban.
El placer se enroscó en mis entrañas.
El momento fue tan intenso que me dejó mareado.
El surrealismo se transformó en hiperrealismo a medida que cada cabello de
mi cuerpo se puso firme.
Sentí un hormigueo hasta la punta de los dedos de los pies.
Nada podría jamás compararse.
Manos enredadas en mis rizos y piernas poderosas presionadas
contra mi espalda mientras John se sentaba a horcajadas sobre mí por detrás.
La intensidad aumentó a medida que alcanzaba nuevas alturas.
Luka sostuvo mi cara entre sus manos con su polla entre mis labios, y John
sostuvo mis rizos en sus puños mientras presionaba mi cara hacia adelante.
Estaba atrapado.
Estaba volando.
Los gemelos se elevaban por encima de mí a ambos lados.
La fiesta rugió a nuestro alrededor mientras los cuerpos bailaban y el suelo
vibraba bajo mis rodillas. No había ningún otro lugar donde preferiría estar.
Se movieron en tándem y empujaron mi cara hacia la izquierda para que ya

no mirara a Luka.
Hubo un estallido húmedo cuando lo liberé de mi boca.
Por un segundo, miré a la multitud, confundida acerca de lo que estaban
haciendo.
Entonces me di cuenta.
Mi núcleo palpitó y junté las rodillas.

Los reyes se habían levantado.
Estaban inmóviles, inquietantemente quietos en medio de la multitud que
bailaba, mientras se fijaban en el lugar donde yo estaba arrodillado entre los
gemelos. Llamas rojas saltaron sobre los hombros de Malum y se reflejaron en
sus ojos plateados. Orión susurró en la boca de Scorpius.
oído, sus bonitos rasgos contorsionados por la ira. El rey ciego rechinaba
los dientes con los puños cerrados.
Las flores de cerezo se arremolinaban. Una daga brillaba como si fuera
sólida. Un tercer ojo parpadeó.
Los reyes estuvieron a punto de perder todo el control.
Fueron asesinos.
Bien. La satisfacción era embriagadora y cálida en mi pecho al recordar
todas las veces que los reyes habían follado en esta misma habitación
mientras yo observaba desapasionadamente. Podían proclamarme su
devoción tanto como quisieran, pero eso no cambió el pasado.
Karma era una perra.

Y yo también.
Sin decir una palabra, los gemelos apartaron mi cabeza de los reyes.
Luka pasó lentamente su pulgar por mi labio inferior mientras bajaba mi

barbilla, luego inclinó sus caderas hacia adelante y presionó acero envuelto
en terciopelo contra mi lengua.
Me atraganté alrededor de su longitud.
Se presionó más profundamente.
John masajeó mi cuero cabelludo mientras apretaba mis rizos con fuerza y
Presioné mi cabeza hacia adelante.
Inspiré bruscamente por la nariz mientras me clavaban entre ellos.
Alguien chocó con John mientras bailaban, y los tres

Todos nos sacudimos, pero no me soltaron.
"
"Me estás tomando tan bien, mi amor", dijo Luka con brusquedad
mientras empujaba con movimientos profundos y lánguidos, luego gimió en
voz baja, "Fóllame".
Me sonrojé de placer.
La dureza presionó contra la parte posterior de mi cabeza mientras John
se acercó y me inmovilizó.
La baba goteó de mi boca y resbaló por mi barbilla.
"
“Nos pertenecemos el uno al otro, Aran, John dijo bruscamente mientras
usaba mis rizos para mover mi cabeza hacia arriba y hacia abajo más rápido sobre la
polla de su gemelo.
Intenté asentir, pero no podía mover la cabeza.
Los estudiantes y soldados me miraron con envidia en sus rostros
mientras bailaban cerca de nosotros. Nos observaron con ojos
vidriosos de lujuria como si se imaginaran ocupando mi lugar.
Dejé que su atención me invadiera en una ola de satisfacción
engreída.
Podrían mirar, pero nunca llegarían a tocar. Los gemelos eran
míos.
Luka me miró fijamente con éxtasis en su rostro. “Yo no existía
hasta que llegaste a mi vida; La monotonía no tenía propósito ni
significado. Ahora ardo en vida porque vivo para ti. Cada respiro que
tomo es tuyo. Eres la totalidad de mi esencia. Sobrevivo gracias a tu
misericordia”.
Tragué y él gimió.
Fue lo máximo que le había oído decir de una vez.
Dedos callosos apretaron mi barbilla mientras empujaba más profundamente.
“Lo estás haciendo muy bien, mi amor. Me tomas tan bien ".
Floté en sus elogios.
Luego empujó más profundamente y se calmó. John empujó hacia
adelante mientras Luka me acercaba y se sacudía contra mi cara mientras
se derramaba por mi garganta.
Fue íntimo.
Abrumador.
Salió de mi boca y se derramó por mi barbilla. Tosí y él me puso
de pie, luego reclamó mi boca con la suya.
El beso fue depravado.

Exhalé mientras colapsaba contra su pecho en un montón
deshuesado.
Con un movimiento suave, John me levantó y me acunó
fuertemente contra su pecho.
"¿Estás bien, Aran?" preguntó.

Me estremecí ante la intensidad con la que dijo mi nombre y asentí
adormilado. La habitación dio vueltas y mi cabeza zumbó.
Cerré mis ojos.
Un dispositivo RJE giró.
El tiempo pasó y con mucho gusto lo dejé pasar porque los gemelos
cuidarían de mí.
Suspiré con satisfacción.
El agua me cubrió con un chorro caliente y los gemelos quedaron
pegados a mí en la estrecha ducha. Estábamos de regreso en nuestro cuartel.
John me lavó el pelo con champú y Luka me limpió el cuerpo.

Intenté ayudar, pero me pesaban demasiado los brazos.
"
“Relájate, amor”, ordenó Luka. "Vamos a cuidar de ti." Sus ojos eran de
obsidiana más suave mientras frotaba cada centímetro de mí con minuciosa
atención.
Me relajé, inmóvil entre ellos.
"
“Por una vez, la reina no tiene nada que decir”, dijo John en broma
mientras me masajeaba el cuero cabelludo. "Es triste que todo lo que hizo
falta fue una mamada en público". Él chasqueó, como si estuviera decepcionado.
a mí.
"
“Aun así te mataré, más Murmuré, luego gemí mientras él cavaba.
profundamente en mi cuero cabelludo.
Él rió. “Puedes intentarlo, pequeño pitufo. Puedes probar."
El tiempo se derritió.
Me envolvieron el cuerpo con una toalla mientras otra me secaba el pelo.
Me pusieron calcetines peludos en los pies y pantalones deportivos de

gran tamaño que no me pertenecían me subieron a las caderas.
Sonreí mientras una sudadera de gran tamaño me envolvía en calor.
De él flotaban deliciosamente sándalo y almizcle.
"
“Agacha la cabeza, amor”, susurró Luka, y entrecerré los ojos con
confusión mientras me metía en la cama. Todo eran aviones duros y piel
cálida, y apenas había espacio.
"
"Shh, cálmate y acuéstate sobre mí, John me susurró al oído
mientras yo yacía encima de él. "Me niego a dormir separados una noche
más".
“¿Pero Luka?” Pregunté adormilado.
"Aquí mismo, amor". La mano de Luka se enredó en mi cabello y abrí
los ojos. Estaba sentado en el suelo y apoyado en la litera baja para poder
tocarme.
Fruncí el ceño y le pregunté adormilada: "¿Estás cómodo?"
Luka susurró: "No hay ningún otro lugar donde preferiría estar".
Me quedé dormida con John envuelto a mi alrededor y los dedos de
Luka enterrados firmemente en mis rizos.
Esa noche, un pequeño trozo de hielo en mi pecho se derritió.
Capítulo 17
Gafe
OPRESIÓN
Draconiano (adjetivo): cruel, severo.

DÍA 9, HORA 20: UNA HORA ANTES
Los cambiaformas se fueron a Elite Academy y Warren fue a buscar

comida a la cafetería.
Finalmente tuve la habitación para mí y el silencio fue maravilloso.
Hasta que no lo fue.

Golpear. Golpear. Alguien estaba afuera.
Me quedé quieto.
La puerta estaba encantada para permitir la entrada de los habitantes.

sólo un extraño llamaría a la puerta.
La aprensión recorrió mi columna cuando me di cuenta de que la
fiesta había creado la oportunidad perfecta para estar a solas. Podría
haber sido planeado precisamente con ese propósito.
El sudor me cubrió la frente.
Fue un buen plan.
Dios Sol no permita que los miembros de mi familia pierdan la
oportunidad de beber hasta el olvido. Técnicamente tenía veinticinco
años, pero como tenían la idea errónea de que tenía una década menos,
me dejaron fuera. Sabrían que me dejarían atrás.
Toctoctoc—toc.
El patrón le resultaba familiar.
Al instante me sentí mal del estómago.
Todavía estaba esperando una prótesis para mi pierna y apenas
podía maniobrar, y mucho menos enfrentar a quién estaba en la puerta.
Maldije a mi familia por ponerme en esta situación. Si alguno de ellos
se molestara en usar sus habilidades de pensamiento crítico, entonces
tal vez no tendría que cargar con las consecuencias oscuras, pero, por
desgracia, eran ajenos, insensibles, inconscientes y yo estaba acorralado.
Sentada en mi litera inferior con un pesado tomo extendido sobre mi

regazo, debatí cuál era el mejor curso de acción.
" dijo una voz siniestra.

“Sé que estás ahí. Con una
respiración profunda y tranquilizadora, cerré El antiguo arte de la guerra y
la manipulación de quienes te rodean y lo metí debajo de la almohada.
Estaba en la litera de abajo, pero aun así me costó un esfuerzo salir de la

cama sin caerme. Agarrándome al poste de la cama, salté sobre una pierna.
La rodilla que me quedaba estaba rígida e incómoda.

Aparentemente, quemarme la pierna por completo no fue suficiente
trauma, porque nuevos dolores de crecimiento hacían que mis articulaciones
me dolieran perpetuamente. Los encantadores beneficios de ser una especie
que pasó por la pubertad en menos de un año.
Hice una mueca.
La puerta estaba a sólo unos metros de distancia, pero bien podrían haber
estado a kilómetros.
Maldiciendo al Tribunal Superior por no conseguirme una prótesis a estas
alturas, salté hacia adelante torpemente con los brazos extendidos. Dijeron
que iban a adquirir uno, pero cada vez que les preguntábamos, actuaban de
forma extraña. Tenía que ser una táctica de intimidación.
A un pie de distancia, me estrellé contra el suelo.

Me arrastré torpemente sobre mis codos, luego agarré el pomo de la
puerta y me levanté. Un presentimiento se apoderó de mí cuando abrí la
puerta.
El aire helado entró en la habitación en una ráfaga de copos de nieve y
malas prácticas.
"
“Hola, Jinx”, dijo Dick con frialdad mientras pasaba junto a mí y entraba al
espacio como si perteneciera, lo cual tenía sentido porque un oligarca corrupto
se sentía más a gusto con el sufrimiento de los demás.
El frío del exterior entró.

Me colgué de la puerta y dije una cita a menudo atribuida a Platón: "El
precio de la apatía hacia los asuntos públicos es ser gobernado por hombres
malvados".
Dick sonrió. "Verdadero."

Nos evaluamos mutuamente mientras la nieve y el hielo caían de sus hombros.
Apreté el pomo de la puerta con los nudillos blancos y dije secamente: "Hagamos
caso omiso de las falsas sutilezas y vayamos al grano de esta visita".
El hombre que nos controlaba seguía sonriéndome y no decía nada. Otra táctica
de intimidación decidida.
Nuestra batalla de voluntades persistió.
Ambos nos habíamos quitado las máscaras porque no servían de nada los
subterfugios entre nosotros. Ambos sabíamos lo peor del otro.
Dick se enderezó y se quitó la máscara. La piel pálida brillaba con salud y los
accesorios rojizos se volvieron más esculpidos cuando dijo: "Olvidé cuánto ves a
través de mí". Apretó los dientes. "Es bastante refrescante". Una mentira obvia.
Me guardé las gafas de sol en el bolsillo y le dejé ver su muerte en mis ojos.
Tuvo la audacia de mostrar los dientes con alegría.

Dick era parte del puñado de personas que eran naturalmente inmunes a mis
habilidades.
No los llamaría poderes, porque esa palabra era sinónimo de algo poderoso e
impresionante, algo con potencial para dar algo a la sociedad.
Mis habilidades eran maquiavélicas en su crueldad.

Sólo se llevaron.
Violentamente.
Dick arrugó la nariz mientras miraba alrededor del desordenado
habitación.
Mi familia era salvaje y yo estaba acostumbrado. Esperar

cualquier cosa mejor de ellos era un acto inútil. Entonces no lo hice.
"¿Qué deseas?" Mantuve la barbilla en alto, sin querer acobardarme ante él
como él quería que lo hiciera.
Una horrible sonrisa curvó las comisuras de sus labios. "Veo que has
comenzó la pubertad”. Me miró fijamente.
No era una pregunta, así que no respondí.

Esperé.
El atardecer cubrió la habitación con un misterioso brillo lavanda, y
todo lo que tocaba la luz del sol brillaba. Había algo extraño en la
extrema belleza del reino, y me puso los dientes de punta.
Tenía el mal presentimiento de que descubriríamos algo siniestro en

el paisaje resplandeciente.
No era una cuestión de si.
Era una cuestión de cuándo.
Moviéndose más rápido de lo que mis ojos podían seguir, Dick me
agarró la muñeca con fuerza y la apretó. La presión era abrumadora y
mis huesos crujieron.
Grité.
Algo se rompió.
Lloré más fuerte mientras lágrimas no deseadas corrían por mis
mejillas porque, a diferencia de todos los demás miembros de mi familia,
yo era físicamente patético. Ninguna cantidad de destreza mental podría
compensar el hecho de que mi cuerpo era endeble.
Quebradizo.
Dick lo explotó sin piedad.
Caí con fuerza sobre mi rodilla y me desplomé hacia adelante, mi brazo
torcido en su agarre en un ángulo horrible mientras los mocos corrían por mi
nariz.
Sollocé patéticamente.
Dick lo tiró y lo retorció aún más.
"
“PPPPor favor, Lloriqueé patéticamente mientras las manchas bailaban
en mi visión. Una horrible sensación de impotencia me consumió.
Hacer clic.
El metal cayó al suelo y seguí su trayectoria. Me soltó y me estrellé

de cara hacia adelante, incapaz de detenerme a tiempo.
La sangre salpicó mi nariz destrozada mientras me enfrentaba...

plantado sobre el piso de concreto frío.
Pasaron largos momentos.

Resoplé ante mi carcelero.
"
“Levántate”, ordenó Dick, con la voz tensa por el enfado, como si me
encontrara deplorable.
Me tomó algunos intentos, pero finalmente me levanté del suelo usando
el pomo de la puerta, presionando la espalda contra él mientras dejaba
tanto espacio entre nosotros como podía.
Un hipo acuoso atormentó mi delgada figura.
"
“Deja de actuar tan patético”, escupió con disgusto mientras me miraba
como si lo hubiera decepcionado.
Me tapé la boca, pero el hipo no cesó.
Cobre, mocos y lágrimas se acumularon en mis manos mientras
temblaba. Un desastre lamentable.
Qué fácil fue doblegarme.
La vergüenza me acorraló. La capacidad de sufrir es un asunto menor;
las mujeres débiles e incluso los esclavos pueden lograr dominarlo.
La observación sexista de Nietzsche fue mucho más cruel porque se
aplicaba perfectamente a mí.
¡Con qué facilidad sufrí!
Me hizo sentir minúsculo.
No me parecía en nada a Aran.
El disgusto que me ahogó cuando mi rodilla tembló y sentí náuseas
por la sangre fue casi peor que el dolor en primer lugar. Odiaba ver sangre
porque me mareaba.
Otra debilidad.
Las manchas desaparecieron lentamente de mi visión y un sonido de
sorpresa se me escapó mientras miraba el inofensivo brazalete de oro que
estaba en el suelo entre nosotros.
Sabía por experiencia que un brazalete similar estaba oculto mediante
encantamientos en su propia muñeca.
"P¿Por qué?" Pregunté temblorosamente mientras miraba el metal
invisible que aún pesaba en mi otra muñeca.
La sensación de presentimiento aumentó.
No fui tan tonto como para creer que fue un acto de buena voluntad.
Después de usar mi voz y congelar al inútil cambiaformas que nos

había secuestrado en el reino de las bestias, Dick había aumentado el
número de esposas de una a dos.
Me había castrado por completo.
Dios sol no permita que me defienda del ataque.
Su expresión era aburrida mientras se guardaba en el bolsillo el
brazalete que le había quitado y caminaba hacia mi forma encogida, luego
su rostro se contrajo con crueldad. "Déjame dejar esto muy claro, niña".
Me erizó la indignación porque ambos sabíamos que yo era un
mujer.
Era una experiencia mortificante estar a su merced.

La voz de Dick era dura como el acero. “No te equivoques, tus
habilidades todavía están limitadas en su mayor parte. Si intentas algo, te
eliminaré personalmente . Tu valor sólo se extiende hasta donde permitas
que te utilicen, ¿entendido? Su voz se quebró como un látigo y salté.
"
“Sí, dije con los dientes apretados mientras levantaba la cabeza y
fingía ser más fuerte de lo que era.
Su expresión cambió a aburrimiento y dijo clínicamente: “Diecisiete
hombres y mujeres ya han muerto en esta guerra. Las cifras son
desafortunadas y nuestras proyecciones sobre los esfuerzos bélicos no
son bonitas. Hemos calculado que serán necesarios todos los cuerpos
capaces para derrotar a los impíos; tú estás incluido en ese número”.
Esperé.
Las lágrimas y los mocos siguen corriendo por mi cara.
Él sonrió.
“¿No estás físicamente capacitado?” preguntó burlonamente mientras
miraba el espacio donde solía estar mi pierna.
Apreté los puños y no mordí el anzuelo.
En lugar de eso, dije lentamente: “Mi especie está prohibida en los
reinos del Tribunal Superior. Si uso mis otras habilidades, seré ejecutado.
No ignoro mi situación”.
“En tiempos de paz, sí”. Él sonrió condescendientemente. “Esto es

guerra y el Tribunal Superior ha hecho una excepción en su nombre. Tal
como lo hicimos una vez antes”.
Envolví un brazo alrededor de mi estómago de manera protectora. “No
quería”.
Instintivamente protegí mis órganos de un depredador que
Quería destriparme.
Echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.
"Ambos sabemos que tú siempre eres el agresor". Su expresión se
volvió plana. “¿No es así?”
“¿Cómo sé que esto no es un truco para que me arresten?” Enunciaba
cada palabra mientras intentaba ordenar mis pensamientos confusos. Era
casi imposible con el dolor que irradiaba mi cara debido a mi nariz rota.
Su rostro era una máscara. "No lo haces."

Pasó un largo momento sin que ninguno de nosotros hablara.
"¿Eso es todo?" Pregunté con altivez.
Seguimos mirándonos el uno al otro, y cuanto más permanecía
encima de mí, más quería gritar.
Él sonrió y dijo: “El Tribunal Superior no podrá conseguirle una prótesis
o una silla flotante, ni ahora ni en el futuro”.
Un zumbido resonó en mis oídos.

"¿Disculpe?" La habitación se balanceaba a mi alrededor. "Como estoy
¿Se supone que debemos movernos, y mucho menos pelear?
Echó la cabeza hacia atrás y se rió. “Hay que mantener castrados a los
monstruos. De lo contrario, se volverán contra ti”. Él sonrió. "Ambos sabemos
que estarás bien".
Con las uñas clavadas en la pared de concreto, le hice un gesto con la
cabeza para que se fuera.
El tiempo se expandió.
Él no fue.
Una tenue luz naranja brilló alrededor de Dick y sus rasgos se
endurecieron. "Seguirás siendo castigado todas las noches para asegurar tu
cumplimiento. Si intentas usar tus habilidades fuera de la batalla, recibiré una

alerta y serás eliminado. Si intenta de alguna manera derrocar al Tribunal
Superior o trabajar en contra de nuestros objetivos, será eliminado”.
El silencio se prolongó.
De nuevo sonrió. “¿Lo tengo claro?
"Cristal."
Se frotó las manos mientras se giraba para irse. “Me alegra que pudiéramos
tener esta charla. Como de costumbre, si le cuentas a alguien sobre esta
situación, tú y todos tus seres queridos serán torturados hasta quedar
irreconocibles”.
Me miró a los ojos como si estuviera tratando de leer mi mente.
Dentro de mi cabeza había un vasto lago negro, y si intentaba

Si metiera un dedo del pie en las aguas, se ahogaría.
Una parte de mí quería que lo intentara.
Rompiendo el contacto visual, sacudió la cabeza y dijo: "Eres la única
persona en siglos que se ha atrevido a desafiarme".
Él sonrió como si supiera algo que yo no sabía, como si me estuviera felicitando
por mi fuerza.
La sangre se derramó por mi nariz mientras mis uñas raspaban
concreto.
No me sentí fuerte.
Me sentí como un cristal roto, destrozado en el suelo.
Dick abrió la puerta.
"Espera", solté, y él se detuvo pero no se giró para mirarme mientras el aire
helado entraba en la habitación.
Por una fracción de segundo, su perfil lateral cambió a
algo parecido al mármol. Parecía una estatua familiar.
Los rasgos rubicundos de Dick regresaron y parpadeé rápidamente.
Los copos de nieve estallaron contra mi piel mientras la habitación
la temperatura bajó aún más.
“¿Por qué quitarse una esposa ahora?” Yo pregunté. “¿Por qué no esperar
hasta que haya menos soldados? ¿Por qué hacer esto ahora? Qué es lo que tú
¿Sabes algo de la guerra?

Dick se fue sin decir una palabra más y la puerta se cerró.
Afuera, vislumbré una figura imponente con una capa oscura.

Sus ojos azules brillaban como un rayo y me miraban directamente.
Siempre lo acompañaron.
La puerta se cerró de golpe.
Me deslicé hasta el suelo. Durante un largo momento, me quedé
jadeando mientras el shock impregnaba mis huesos. El silencio me
rodeó.
Acunando mi rostro palpitante, reconocí que
Nietzsche estaría satisfecho.
El abismo me había devuelto la mirada.
Y dolió.
Warren se sobresaltó cuando regresó unos minutos más tarde y
me encontró abatido.
Maldijo y cayó de rodillas mientras gruñía: “No pueden seguir
lastimándote así. Tenemos que decírselo a los demás”.
Sabía que me torturaban por las noches y que a veces la gente

me visitaba, pero no sabía que era Dick. No sabía que la figura
encapuchada solía estar presente. No sabía nada que importara.
Había secretos entre mi vida y su muerte.

Debido a lo que yo era, todos los que conocía estaban en riesgo.
"
"No, Dije mientras limpiaba la sangre de mi cara con una toallita
mojada. “Les diremos que tropecé y me caí”.
El cambiaformas frunció el ceño, pero no discutió mientras me
llevaba de regreso a mi cama. Dejó suavemente un sándwich de la
cafetería.
"Gracias. Eres un buen amigo." Me quedé mirando a mi
cubre y acuna mi muñeca.
Warren suspiró mientras subía a su litera encima de la mía.
"¿Qué vamos a hacer?"
“Lo que siempre hacemos”. Con cautela volví a abrir mi libro

con una mano y comencé a leer. "Sobrevivir."
Capítulo 18
Arán
CAPACITACIÓN
Matutine (adjetivo): levantarse al amanecer o justo antes.

DÍA 10, HORA 5
"Despertar. Es hora de entrenar”.

Abrí un párpado y encontré a Malum sacudiendo mi hombro. El uso
excesivo de drogas en la fiesta de anoche hizo que mi piel se sintiera húmeda.
Me palpitaba la cabeza.
El rey de bronce me miró fijamente, con sus ojos plateados brillando
inquietantemente en la oscuridad. Scorpius y Orión lo flanqueaban a ambos
lados.
El reloj de la pared marcaba las 5:00 am.
Habíamos regresado a casa de la fiesta a las 4:00 am; los iba a matar.
¿Quién le hizo esto a una persona?

"No." Me di la vuelta. "Irse." Cerré los ojos y me sumergí más profundamente
en el calor.
Una resaca golpeó mi cráneo y me hizo arrepentirme de haber intentado
encontrar la voluntad de vivir.
Sus dedos se enredaron en mis rizos y tiraron mientras Malum susurraba
ferozmente: “Es crucial para el esfuerzo de guerra que dominemos nuestros
poderes. Cada día que desperdiciamos podría suponer la muerte de otro
soldado. El Tribunal Superior está esperando que podamos actuar”.
Puse los ojos en blanco. “Solo quieres obligarme a aparearme.

No actúes como si fuera por cualquier otro motivo”.
Hubo una pausa incómoda.
Malum se pasó las manos por la cara como si estuviera cansado.
"No me importa eso—"
"
“Por favor, dije sarcásticamente.
¿A quién creía que estaba engañando?
Suspiró ruidosamente y, sonando derrotado, dijo: “Sólo quiero que estés a
salvo y… bueno. Si eso significa que no te unirás
que así sea. Pero todavía tenemos que intentar dominar nuestros
poderes. Lo que no haré es ponerte en peligro innecesario”.
Me tomé un momento para asimilar sus palabras.
Luego me encogí de hombros.
" I
“Si se trata sólo de entrenamiento, entonces que mueran los
soldados”, murmuró. “Espero que ganen los impíos”. Apreté los ojos
con fuerza y deseé que todos los que me rodeaban dejaran de
esforzarse tanto por salvar a los demás.
Sálvese quien pueda era el lema de mi vida.
Siempre había dicho esto.
"No quieres decir eso". La voz de Malum era áspera por
Dormí y me estremecí.
"Realmente lo creo".
Las mantas fueron arrancadas y grité de horror.
a medida que el frío se volvía paralizante.
"
“Cállate, maldita sea, Vegar gritó adormilado desde el otro lado.
la habitación.
"
Susurré: "Lo siento, mientras le quitaba las mantas de las
manos. Marcas de escarcha cubrían la tela donde me agarré y
reposicioné las mantas para que el hielo no tocara mi piel.
El calor de la cama contrastaba fuertemente con el aire helado.
Me estremecí miserablemente.
Malum le susurró enojado: “¿Entonces estás de acuerdo con que
los impíos asesinen a nuestros soldados porque querías dormir? ¿O
te parece bien que liberemos nuestros poderes y los matemos de
todos modos?
"
“Ambos, murmuré.
"
“Simplemente Dijo Scorpius con cansancio, como si no quisiera.
despiertan para tener esta conversación. "Por favor."
Enterré mi rostro en el cálido cuerpo que yacía debajo de mí.
"
Los odio mucho a los tres, “Murmuré. "Pero especialmente
Malum”.
"
“Lo sé, Malum dijo sombríamente. "Vamos."
gemí.
Una vez más, deseé no ser tan buena persona, porque era difícil
ser tan jodidamente magnánimo. Debería recibir un premio por lo
mucho que di a los demás. Era agotador ser la columna vertebral de
la sociedad.
¿Y por qué todos estaban tan obsesionados conmigo?
Con una resaca golpeando mi cráneo, me impulsé fuera del cálido
abrazo de John y tropecé con la figura dormida de Luka tirada
parcialmente en el suelo y apoyada en la litera inferior para poder
estar cerca de nosotros.
Los gemelos murmuraron en sueños.
"Vuelvo enseguida." Les revolví el cabello desordenado y les di a
ambos un beso en la frente. Los contornos azul helado de mis labios
permanecían en sus frentes y admiraba mi trabajo.
"
“Adiós, amor”, murmuró Luka, y me dolió el corazón porque era
tan adorable, todo arrugado en el suelo con los brazos alrededor de
su gemelo.
La ternura y la agresión me hicieron querer morderlo.
Malum maldijo y yo estaba 99 por ciento segura de que lo hizo a propósito.
Tropezó con Luka y le dio una patada en el estómago.
"
“No le hagas daño, Gruñí. La agresión normal me hizo
quieres apuñalarlo.
Los reyes hicieron ruidos de molestia.
Me burlé de ellos mientras buscaba en mi cajón y me vestía.
Hasta aquí se postraron ante mí y juraron ser mis perros. Verlos

fingir estar arrepentidos me estaba dando un latigazo.
Hasta aquí el gateo de Malum.

Era como si sólo pudieran fingir ser mansos y arrepentidos
durante unas horas antes de sobrecargarse de agresión.
Me subí la cremallera de la chaqueta y me estremecí mientras seguía a

los presagios de la fatalidad hacia la fría mañana donde azotaba una tormenta
de hielo. Otro día gris.
Estar emparejado con ellos era una prueba de que la sexualidad no era una
elección.
Cuando salimos del cuartel para dormir, en lugar de caminar delante de
mí como esperaba, Malum se puso a caminar detrás de mí.
Scorpius y Orión flanqueaban mis costados.
"Con el debido respeto", les susurré, "que, por cierto, no es ninguno. ¿Por
qué tenemos que entrenar al amanecer?"
No respondieron.
Mientras caminábamos por el bosque nevado más lejos del campamento,
Orión seguía mirándome con una expresión extraña.
Casi parecía lástima.

Me moví de un lado a otro incómodamente mientras me estremecía
porque quienquiera que hubiera decidido que nuestros uniformes no
necesitaban guantes merecía que le dispararan.
Repetidamente.
Scorpius agarró mi mano derecha.
"Te estoy calentando". No dio otra explicación.
Orión tomó mi otra mano y la apretó con fuerza.
Fue agradable tomarse de la mano.
Consolador.
Así fue como me encontré caminando kilómetros a través de un
bosque tranquilo y nevado de la mano de mis enemigos.
Intenté mover mi brazo dramáticamente y saltar para burlarme de ellos,
pero se flexionaron y no podía mover mis brazos ni un centímetro.
" murmuré.
“Aburrido.
Sólo una vez los reyes intentaron entablar una pequeña charla, y no fue
lo que yo hubiera esperado. Orión murmuró
Algo sobre Luka dando un gran espectáculo, y Scorpius me preguntó si

John siempre había tenido ese lado de él.
Me quedé boquiabierto, incrédulo, sin saber cómo manejar el hecho.
que estaban intrigados por los Príncipes.
Malum solo gruñó, como si estuviera acostumbrado a sus payasadas.
Luego arruiné la pequeña charla al mencionar cómo se sentía el
piercing de Luka en mi boca. Al parecer, eso fue demasiado lejos.
Todos los hombres me miraron (estaban celosos de lo bueno que era
chupando pollas).
Cuando salimos del valle y subimos a una de las imponentes
montañas, pudimos hablar a todo volumen. El viento aullaba con tanta
fuerza que nuestras voces no llegaban a mayor altura.
A medida que el aire se disipaba, me molesté más por haber abandonado

la comodidad de mi cama. El clima imitó mi estado de ánimo. Pequeños
copos de nieve se transformaron en copos gruesos y húmedos y la tierra
cubierta de nieve fue reemplazada por rocas heladas.
Me resbalé sobre hielo negro.
Agitando los brazos, me incliné hacia el borde.
Malum me agarró y ladró: "Ten cuidado". Orión y Scorpius también
se apresuraron a tomar mis brazos.
Me pusieron a salvo y me dejaron ir.
Los ojos plateados se entrecerraron. “Tienes que vigilar hacia dónde
vas. ¿Alguna vez prestas atención? ¿Qué te pasa?"
Cerré mis ojos. Tres. Siete. Nueve. Once. Trece.
No, contar no funcionó.
Me volví hacia él. "¿Qué tal si miras por dónde vas , Mitch?"
"No me llames así." Las llamas explotaron en sus brazos y me

incliné hacia el calor. Sus mangas debieron ser ignífugas, porque su
ropa no se derritió.
" Respondí.
“Entonces no actúes como un Mitch y yo no lo
haré”, frunció el ceño. "Bueno, no casi te caigas de la montaña.
como un idiota y no actuaré de esa manera”.
"
“Tal vez quería caerme”, respondí.
Ojos plateados afilados en acero. "Intentalo y ve que sucede."
Jadeé con falsa indignación. "¿Me estás amenazando?"

"A lo mejor si soy." Las llamas subieron por su cabeza. "¿Qué vas
a hacer al respecto?"
Señalé su pecho. "No te atrevas a tentarme".
"Todos ustedes son charlatanes". Él sonrió cruelmente.
"
“Muévete”, ordenó Scorpius mientras agarraba a Malum por la nuca
y lo arrastraba hacia la ladera de la montaña. Orión me indicó que
caminara hacia adelante como un caballero y reanudamos nuestra
caminata.
Malum me lanzó miradas sucias por encima del hombro.
Fingí romperle el cuello.
Sus ojos se abrieron y fue mi turno de sonreír.
"Cuidado, niña", articulé y él sacudió la cabeza.
como si lo molestara.
Misión cumplida. Matar (en el sentido de celebración).
Treinta minutos más tarde, respirando en el aire, pregunté: "¿Por
qué tenemos que ir tan lejos para entrenar?".
"
“Por décima vez, Scorpius dijo con impaciencia, “para no
hipnotizar accidentalmente a nuestros compañeros soldados y
asesinarlos. No sabemos exactamente hasta dónde se proyecta la voz
de Orión, pero según nuestra experiencia, viaja mucho más lejos que
el sonido normal”.
Suspiré y seguí subiendo. "Bueno, estoy dispuesto a correr el riesgo".
"
“Lo sabemos, Orión dijo en voz alta.
Scorpius y Malum dejaron de moverse al costado del
montaña. Estaban fascinados. Congelado. Ojos vidriosos.
"
“Eso los hizo callar, Me reí y Orión entrecerró los ojos como
si yo fuera ridículo, pero no me perdí la forma en que se levantó la
comisura de su boca.
Teníamos un secreto.
Fue agradable tener algo sobre los otros reyes, algo que sólo
nosotros dos sabíamos.
Desafortunadamente, se reanimaron un segundo después y
continuaron subiendo la ladera de la montaña, sin saber que Orión los
había congelado temporalmente con su voz.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Malum dejó de
subiendo y apuntando a una roca baja. "Aquí funcionará".
Dios Sol ayudara a quien tuviera que comprar propiedades con él, si
este fuera el alcance de su juicio.
"
“Oh, sí”, dije sarcásticamente. "Gracias al dios del sol hemos encontrado
esta roca en particular". Le di unas palmaditas en la parte superior. "Me gusta
el color marrón caca".
Estábamos a mitad de camino del acantilado irregular, rodeados por
nada más que nieve y viento helado.
La visibilidad era una mierda.
Malum gruñó: "Eso no es gracioso".
Scorpius se rió y lo señalé con satisfacción.
Malum parecía tener un aneurisma.
"¿Estas seguro de eso?" Pregunté mientras pateaba una roca, y ésta
cayó del escarpado acantilado de la montaña. Admiré la empinada
pendiente; Realmente podrías causar algún daño si te cayeras.
Todos tus huesos se romperían fácilmente.
"Oooh, me voy a caer". Agité los brazos y fingí tropezar.
Más rápido de lo que mis ojos podían seguir, Malum me agarró.

alrededor de la cintura y nos arrojó a ambos lejos del borde.
Aterricé encima de él.
Durante un largo momento, nos quedamos atónitos en silencio.
"
"Eres un idiota. Era sólo una broma, dije con altivez mientras Orión
y Scorpius me jalaban para ponerme de pie.
Malum explotó en furiosas llamas escarlatas mientras se levantaba.
Su expresión era pura violencia.
"
“Sadie se habría reído”, señalé mientras fruncía los labios y me
frotaba las manos. Estaban congelados.
Los hombres realmente no tenían sentido del humor.

"
“No menciones a esa puta frente a nosotros”, se burló. Escorpio
Me quedé boquiabierto. Sadie no estaba exagerando cuando dijo que

los hombres todavía estaban celosos de ella por haber tenido sexo falso en
la ducha conmigo.
" exclamé. "¿Es difícil?"
“Oh, Dios mío, los
tres se enderezaron y miraron a su alrededor en busca de peligro. "¿Qué
es difícil?"
“¿Ser tan estúpido?” Pregunté al mismo tiempo que Scorpius preguntó:
"¿Mi polla?"
Lo ignoré.
Las llamas chisporrotearon mientras salían disparadas de los brazos de
Malum, y sonreí triunfalmente. Era demasiado fácil irritarlo. Incluso podría
haberlo llamado hobby.
Su ira fue aún más satisfactoria porque pensaban que yo era su precioso
Reverenciado. Todos decían, eres nuestro compañero, mataremos a todos
y te apreciaremos para siempre. Estaban tan interesados
a mí.
Fue tan vergonzoso.
Los compadecí.
No podían conmigo, pocos podían. Tenía el cuerpo de un pájaro grande,
la mente de un lunático y la personalidad de una mujer divorciada de
mediana edad con adicción a las compras.
Yo era perfecto.
"
“Respira Scorpius le ladró a Malum y lo agarró.
profundamente, con el cuello apretado.
Me tapé la boca para ocultar mi risa y Orión me miró con exasperación.
“¿En serio Mitch nos va a matar a todos ahora mismo con su

¿fuego?" Pregunté entre jadeos.
De alguna manera había pasado de dormir en el cálido abrazo de John
a estar a medio camino de la ladera de una montaña mientras Malum
luchaba por no quemarnos a todos hasta morir.
Emocionalmente, esto fue demasiado para mí.

El delirio estaba empezando a aparecer. Además, estaba 99 por ciento seguro de que
todavía estaba intoxicado.
Nadie respondió porque estaban demasiado ocupados tratando de ayudar

a Malum a recuperar el control de sí mismo.
Para mejorar la situación, señalé al rey en llamas y
dijo: "Necesitas terapia".
Un músculo en la mandíbula de Malum tembló y cuando habló, llamas
salieron disparadas de su boca. "Estamos literalmente en terapia contigo".
Rugió y pintó el aire frío en tonos escarlata.
Hice una mueca.

Algunas personas no entendieron el sarcasmo.
Me senté en la fea roca y soplé en mis manos ahuecadas. "¿Cuanto va a
durar esto?" Metiendo mi pipa entre mis labios, cerré los ojos con alivio
mientras inhalaba drogas. “¿Podemos acelerar esto? Quiero volver y abrazar
a los gemelos”.
Malum gritó más fuego.

"
"Suenas como una vaca moribunda, Dije mientras extendía mis
brazos para obtener un poco del calor de su fuego. Exhalé con alivio mientras
me descongelaba. Al menos servía para algo.
Malum cayó de rodillas, todavía gritando, y la escena le recordó cuando
perdió el control en la orilla de Elite Academy. En aquel entonces yo estaba
preocupada por él y había intervenido para ayudarlo.
Eso fue antes de que me eligiera para la última competición.

Ahora, no me importaba.
Estudié mis uñas maltratadas e hice una lista mental de productos. El
suavizante de cutículas no era necesario; era imprescindible. Una capa
transparente me haría maravillas, ¿y qué tenía que hacer una mujer por aquí
para conseguir una loción con aroma a vainilla?
Mi amante ficticio me habría regalado una canasta con clavos
cuidado el primer día de estar en este ambiente hostil.
Un buen hombre protegería mis cutículas.

Hice una mueca mientras miraba a los reyes: estos no eran buenos.
hombres.
Las llamas ardían cada vez más a medida que salían de Malum y sus
compañeros intentaron desesperadamente calmarlo.
Al menos tenía a Sadie porque ella definitivamente tendría una
Día de spa en miniatura conmigo. Ella siempre estaba deprimida.
“¿Me estás escuchando siquiera? ¿Que acabo de decir?"
Preguntó Malum en voz alta y me di cuenta de que había estado hablando.
Me mordí el labio inferior y entrecerré los ojos.
"¿Sí?" Pregunté lentamente.
Malum arrojó una roca, diferente de la roca, desde la ladera de la montaña
y gritó más fuerte. Scorpius lo abordó y comenzó a susurrarle frenéticamente al
oído.
Orión me miró fijamente y articuló: "¿Estás bien?"
Sus ojos estaban atormentados y tuve la extraña sensación de que quería
preguntarme algo más pero no sabía cómo decirlo.
Iba a preguntar qué quería decir, pero Malum bramó y golpeó con el puño
otra roca. Se hizo añicos y, cuando se levantó, tenía los nudillos hinchados y
cubiertos de sangre.
El recuerdo de cuando me había arrojado infructuosamente contra la pared

me perseguía.
¿Cómo es que eran los hombres quienes tenían todo el poder? ¿Cómo es
que yo era simplemente el estúpido e inútil Reverenciado que necesitaba ser
cuidado y detener sus ataques asesinos?
Quería golpear piedras y aplastarlas.
Quería hacer estragos.
Dios sol, las cosas que le haría a personas con ese tipo de fuerza.
Me froté las sienes y anuncié: “Le llevaré esto al Dr. Palmer en la próxima
sesión. Francamente, tus llamas me están provocando migraña. ¿Puedes
bajarlo?
No estaba bromeando.
Las llamas brillantes cegaban mis córneas y un dolor de cabeza palpitaba
con más intensidad.
Cerré mis ojos.
"¡La estás lastimando!" Scorpius gritó, luego le susurró al oído: "¿Sabes
qué..." Su voz bajó el tono y no pude oírlo.
"¿Sabes qué?" Yo pregunté.

Nadie respondió.
Las llamas de Malum se extinguieron lentamente y parecía abatido,
sentado en el suelo con la cabeza acunada entre las manos. Scorpius se
frotó la espalda mientras Orión le acariciaba la cabeza.
Me hubiera sentido mal.
Pero no lo hice.
¿Qué podría decir? Las perras eran así de duras. Para el contexto, yo
era una perra.
"Se acabó el descanso, equipo". Aplaudí. "Apresurémonos con esto".
Malum se puso de pie y los tres reyes se volvieron.

su atención hacia mí.
Di un paso atrás.
Sus expresiones eran tristes.
Miré detrás de mi hombro para ver si estaban mirando a alguien más,
porque la energía que irradiaban me puso los dientes de punta.
Aparentemente, darles una mamada a los gemelos frente a ellos les había
roto el ánimo.
Si hubiera sabido que eso era todo lo que necesitaba, lo habría hecho
antes.
Dios sol, no sabía que el sexo oral fuera tan importante para ellos.
"Entonces, ¿cómo queremos hacer esto?" Yo pregunté.

"
“Quítate el abrigo y la camisa, puse Ordenó Scorpius.
los ojos en blanco y escupí a sus pies. "Eres un cerdo."
“¿Qué dije sobre escupir?” preguntó en tono burlón.

voz cruel y, de repente, me costaba respirar.
Caminó entre las rocas y se inclinó cerca de mí. "Dije... que
escupiría en tu linda boquita si alguna vez me escupías otra vez".
Su aliento se mezcló con los copos de nieve y se abanicaba

contra un lado de mi cara. “¿Lo olvidaste, Arabella? ¿O estás siendo
un mocoso a propósito?
Olvidé cómo tragar.
"¿Eh?" Pregunté elocuentemente.
Arqueó la ceja y se burló: "Abre".
Mi mandíbula se desquició y sus ojos se abrieron con sorpresa,
"
luego los cerré de golpe. “Tienes que ser rápido”, me burlé, abriéndolo
y cerrándolo repetidamente.
Me miró con lástima.
Sí, todavía estaba 100 por ciento intoxicado.
Scorpius puso sus ojos lechosos en blanco y dio un paso atrás.
Aparentemente, había matado el estado de ánimo. Oh, maldito.
Explicó: “Necesitas revelar tus alas. Por eso necesitas quitarte la
ropa”.
"Bien." Me quité el abrigo y me puse la camiseta térmica de manga larga
por la cabeza, de modo que no me quedó nada más que un sostén deportivo.
El Collar de la Muerte y la pulsera de diamantes eran cálidos contra
mi piel a pesar de que estaban expuestos a los elementos.
Los reyes me miraron con avidez.

Sus ojos entrecerrados estaban fijos en mi pecho cubierto por el
sujetador deportivo y miré hacia abajo.
Crucé los brazos sobre mi pecho. No era como si estuviera bien
dotado en ese departamento, así que no entendía por qué actuaban
obsesionados.
En lugar de preguntarme sobre el funcionamiento interno de los
hombres trastornados, respiré profundamente y me concentré en los
músculos no utilizados.
Los apéndices explotaron desde mi espalda.

Plumas de cristal azul chocaron entre sí en mi visión periférica y giré
mi torso hacia adelante y hacia atrás, haciéndolas brillar a la luz del sol.
Eran impresionantes.
La belleza perdió su atractivo diez segundos después mientras yo
jadeaba y luchaba por mantenerme erguida bajo su peso. Las alas
pesaban y sentí como si alguien me hubiera atado piedras a los omóplatos.
Me incliné hacia adelante para evitar caer hacia atrás.

El sudor goteaba incómodamente por mis costados debido al esfuerzo
a pesar de que hacía mucho frío.
"¿Ahora que?" Yo pregunté.
Los ojos plateados fundidos me derritieron donde estaba. "Ahora nos
detienes". Malum asintió a sus compañeros.
Orión abrió la boca.
Y caminamos juntos al infierno.
Capítulo 19
Arán
DIABLOS DESATADOS
Ígneo (adjetivo): de, relacionado con, o parecido al fuego.

DÍA 10, HORA 10
Hacer clic. Hacer clic. Hacer clic.
Los herrajes de oro en las orejas de los reyes levitaron hacia arriba y
se separaron en fragmentos. Tres coronas de oro flotaban sobre sus
cabezas.
La nieve azotaba a su alrededor con frenesí mientras el viento helado
chilló. La tormenta arreció y el cielo se oscureció.
Las rocas crujieron bajo el ataque.
Doblé las rodillas y me incliné más hacia adelante mientras intentaba
aliviar el peso de los músculos de la espalda. Una parte de mí estaba
sorprendida de que realmente estuviéramos haciendo esto ahora mismo.
Sin preámbulo.
El viento y el hielo me golpearon y maldije el clima voluble.
Los ojos plateados, marrones y de color blanco lechoso se oscurecieron hasta

volverse negros, y las garras se alargaron en sus manos, inquietantemente similares
a las garras de hielo dentadas que me había puesto cuando maté a mi madre.
Sangre en mi boca, sangre goteando por mi barbilla, Madre
aullando mientras consumía su corazón y robaba su corona.
La voz de barítono de Malum me sacó de los recuerdos mientras
proclamaba: "Como Ignis de la ilustre Casa de Malum, invoco el poder de
mis compañeros".
Se sacó la daga de plata de la garganta y dijo: "Como Rey coronado
del Dios Sol, invoco el poder de mis compañeros".
"
“¡Venimus! Vinimos, Orión cantó en voz alta mientras
desencadenaba la secuencia que desató sus poderes. Los tres se
quedaron extrañamente quietos. Se volvieron estúpidos.
Mis ojos se abrieron ante la pura belleza de su voz.
Un pétalo golpeó mi cara mientras las flores de cerezo se mezclaban
con nieve en un remolino de blanco.
Fue magnífico.
Fue aterrador.
"
Scorpius proclamó: “Vidimus. Lo vimos y el tatuaje del ojo en su cuello
se abrió. Me miró fijamente. Sus ojos ciegos brillaron y giró la cabeza
como si estuviera buscando personas.
" Malum terminó como llamas
“Vícimus. Lo conquistamos, lo
despedimos.
Me temblaron los muslos y puse las manos en las rodillas para
mantenerme erguido. Plumas de cristal chocaron contra las rocas cuando
mis alas cayeron.
Quería acostarme.
Las llamas cayeron de Malum más rápido, como si el aire fuera
queroseno, y de alguna manera la ladera helada de la montaña se incendió.
Debería haber sido imposible.
De alguna manera el poder de los reyes violó las leyes de la
termodinámica.
Me mordí el labio mientras miraba a los tres hombres que estaban en
trance.
Me golpeó como un puñetazo en el estómago que esto fuera un
idea astronómicamente estúpida.
¿Cómo se suponía que iba a hacer algo para detenerlos?
El hielo irradiaba a mi alrededor, pero cada vez que intentaba
canalizarlo hacia algo diferente, no pasaba nada. Era como si fuera un
objeto inanimado y congelado, incapaz de sufrir nada más que miseria.
No, no estaba teniendo una fiesta de lástima.

Se llamaba ser consciente de tus limitaciones.
Mis rodillas chocaron y me tomó todo lo que tenía.
para no desplomarme bajo el peso de mis alas.
"Basta", dije y apunté con mis manos heladas al fuego.
Inmediatamente me sentí como un tonto porque no pasó nada.
En todo caso, el calor se sentía delicioso y quería más. ¿Por qué iba a
intentar apagar el fuego que calentaba el frío de mis huesos? Quería darle
más brillo.
"
“Detén el fuego”, repetí sin convicción a los reyes e imaginé hielo
explotando desde mis dedos hacia los demonios como lo había hecho cuando
caí encima de Jinx y los detuve.
Al menos así era como me lo imaginaba. No tenía claro cómo los había
detenido.
Me mordí el labio mientras las llamas se expandían por la ladera de la
montaña.
Maldiciendo en voz baja, me visualicé apagando el fuego. Mi estómago
se retorció de aprensión.
Ningún hielo explotó de mis manos hacia el infierno escarlata.
En todo caso, la escarcha desapareció de mis dedos a medida que el aire
calentado a mi alrededor. Me descongelé y disfruté del infierno.
Aplaudí fuertemente y probé un enfoque diferente.
"Animarse."
Los reyes siguieron siendo seres estúpidos de fuego y muerte.
La parte más enferma de mí estaba celosa. Sería bueno si pudiera hundirme
en una locura sin sentido y dejar de preocuparme por mis acciones.
Sorprendentemente, no se detuvieron.
Nadie podría decir que no lo había intentado.
La montaña se volvió incómodamente cálida mientras las llamas escarlatas
se expandían en todas direcciones. Saltaron alto en el aire y formaron un
muro de fuego.
Entrecerré los ojos para protegerme del brillo mientras inhalaba el calor
con avidez.
Los reyes eran siluetas oscuras, intactas en el
medio de un infierno. Herramientas de muerte esperando a ser utilizadas.
Por una fracción de segundo, tuve la horrible sensación de que se suponía
que yo debía hacer algo, y no sentía que tuviera que ver con detenerlos.
Sentí como si estuvieran hechizandome y adormeciéndome en un trance.
¿Cuál más podría ser el propósito del incendio?

No había enemigos alrededor, y solo éramos nosotros cuatro en el aire
enrarecido de las montañas con nieve y rocas.
todo al rededor.
Mis párpados se cerraron.
Estaba increíblemente cansado y las llamas me llamaban.
Me derritieron de la manera más embriagadora.
Los pedazos fracturados y helados de mi alma se derritieron.
El Collar de la Muerte y la pulsera de diamantes calentaban y
Vibró hasta que mi piel zumbó.
Fue celestial.
Inclinándome hacia adelante para poder acercarme al fuego furioso,
disfruté del delicioso calor que ahuyentaba el frío invasivo que siempre
estuvo presente en mis huesos.
Quería acurrucarme como un gato y disfrutar del infierno.
Quería yacer en un lecho de cenizas por la eternidad.
Fue puro alivio después de años de estar plagado de castañeteo de
dientes y piel de gallina.
Después de toda una vida de hielo, finalmente supe cómo se sentía
una calidez genuina.
Fue todo.
Quería más porque era mucho mejor de lo que podía.
jamás hayas imaginado.
Mis piernas cedieron y caí de rodillas. Las rocas estaban tostadas
contra mi carne helada y me presioné contra el suelo.
Todo se volvió confuso de la mejor manera.

El calor se intensificó y suspiré de alivio cuando mis pulmones se
descongelaron.
Cerré mis pesados párpados y me quedé dormido.
En.
Feliz.
Dormir.
"¡Despertar!"
Alguien me gritó y yo los golpeé.

"
“Cállate”, murmuré mientras intentaba hundirme de nuevo en la cálida
oscuridad.
Fue divino.
"Ella esta bien." Una persona diferente suspiró aliviada y me
estremecí cuando el frío golpeó mi rostro.
"No, ella claramente no está jodidamente bien".
Se escuchó un chasquido y lo que parecía una pelea.
"
" Estoy bien, Dije adormilado mientras me acurrucaba más
fuerte formando un ovillo y lamentaba la exquisita calidez porque, una
vez más, todo estaba incómodamente frío.
"Más calor", rogué.
Había silencio.
Entonces alguien se echó a reír. “Escucha eso, Corvus.
Ella quiere más calor. Maldita sea, Dios del sol, no puedo hacer esto.
" Malum ordenó mientras
“Arabella, despierta ahora mismo”,
me puso de pie.
Entrecerré los ojos ante el diablo enojado que gruñía en mi cara e
inmediatamente deseé estar durmiendo otra vez.
"¿Qué?" Pregunté con petulancia.
Scorpius llenó mi visión y su mandíbula estaba apretada por la ira.
“¿Por qué los tres perdimos nuestros poderes y descubrimos que
habían pasado doce horas y tú dormías pacíficamente en medio de
un puto fuego?”
Mis ojos se abrieron de golpe cuando los recuerdos regresaron.
La tormenta de nieve había cesado y la noche era fría y tranquila. Se
veían más estrellas que en el valle porque estábamos a mitad de
camino de la montaña.
Me solté del abrazo de Malum.
Mis alas se habían replegado y el terrible peso había desaparecido.
A su paso, la energía me atravesó.
Me sentí mejor que en mucho tiempo.
Alerta.
Extrañamente saludable.
Me sentí ágil y el frío generalizado había desaparecido.
Me sentí como si hubiera salido de un coma de un mes con una nueva
oportunidad de vida. Por primera vez en mucho tiempo, no sentí un vacío
aplastante.
Yo estaba satisfecho.
"
"Guau, Dije lentamente porque las rocas que alguna vez estuvieron cubiertas
de nieve ahora estaban chamuscadas de negro hasta donde alcanzaba la vista en
todas direcciones, como si un incendio hubiera ardido durante horas.
"Una vez que desatamos nuestros poderes, ¿qué hiciste?"
La voz profunda de Malum me sacó de mis pensamientos.
Me fulminó con la mirada, un dios oscuro en un páramo árido de tierra
quemada e ira. Snow se movía furiosamente de un lado a otro.
Los ojos plateados se entrecerraron. “Dime que usaste una de tus alas
para apuñalarme o que intentaste contrarrestar mi fuego con hielo. Porque
eso es lo que esperábamos que hicieras”.
Los tres reyes estaban incómodamente cerca mientras esperaban que
yo hablara.
Pateé una piedra, agaché la cabeza y murmuré: "Iba a llegar a eso".
Mis mejillas ardían de vergüenza y no podía mirarlas.
No tenía idea de por qué me había quedado dormido en lugar de

intentar detenerlos.
Fue extraño, incluso para mí.
Un sonido áspero escapó de la garganta de Malum y Scorpius se burló:
“Por favor, cuéntanos. ¿A qué parte de detenernos llegaste?
Me arranqué un trozo de piel del labio inferior.

Lo arrojó a las rocas.
Levanté mis uñas para clavarme más fuerte, pero Orión agarró mi
muñeca y la acercó a mi costado, sus largas pestañas revolotearon mientras
me miraba con preocupación.
"
"La estás molestando, él susurró. "Da un paso atrás.
Dale algo de espacio”.
Sorprendentemente, Malum y Scorpius obedecieron.
"
“Aquí, vamos a vestirte”, articuló Orión mientras agarraba mi
camiseta y me la pasaba por la cabeza.
Todavía aturdido por mi extraño comportamiento, me quedé quieto
y dejé que me vistiera. Subió la cremallera de mi abrigo y me quitó la
nieve del pelo. él
"
“Ahí, susurró. "¿Te sientes más cálido?"
asentí estúpidamente.
Me sonrió y una nueva calidez me invadió el cuerpo.
"
pecho. “Tomé una siesta en el calor.
Hubo una larga pausa mientras procesaban lo que había dicho.
Un músculo en la mandíbula de Malum hizo un tictac y abrió la boca.
Giré la cabeza hacia un lado para evitar su censura, pero mis ojos se
abrieron como platos.
Las rocas estaban chamuscadas a kilómetros de distancia de la ladera de la
montaña y se detenían a centímetros del valle.
Santo dios del sol.
Sadie. Gafe.
Casi habían sido asesinados por mi idiotez.
La emoción y la energía estallaron en mis venas y
vibró por el ataque.
Malum dijo: "¿Qué haces?"
No entendí el resto de su frase porque bajé corriendo por la ladera
de la montaña, con la intención de regresar al campamento.
Las botas golpearon las rocas mientras corrían detrás de mí.

Malum bramó a todo pulmón: “¿Qué carajo quieres decir? ¿ Tomaste
una siesta?
"¡No sé!" Grité por encima del hombro mientras corría más rápido.
"Me cansé mucho".
"¿Disculpe ?" La voz de Malum era tan profunda que el pelo de
La parte de atrás de mi cuello se levantó. No le gustó mi respuesta.
Yo tampoco.
Scorpius maldijo. “Vas a ser nuestra muerte”.
"
“No sé qué me pasó, grité en la noche
mientras seguía corriendo. "Fue raro."
“¿Crees que esto es una broma?” La voz de Malum estaba más cerca.
“¿Crees que todo esto es una maldita broma? ¿Sabes lo que está en juego?
¡ Estaba realmente preocupado por ti!
Corrí con todas mis fuerzas.
Fingió no escucharlo.
Nada fue gracioso.
Todo se estaba desmoronando a mi alrededor.
Desmoronándose.
Los recuerdos de Orión persiguiéndome por un corredor de mármol
jugaron en mi mente mientras botas negras golpeaban rocas heladas y me
deslizaba hacia adelante.
Mis brazos se agitaron.
Me lancé por la ladera de la montaña, medio deslizándome, medio
corriendo lo más rápido que pude con el corazón martilleando en mi pecho.
Me estaba volviendo loco.
La tormenta se desató.
Mis músculos estaban calientes y listos para ser usados, y exploté hacia
adelante con adrenalina desenfrenada.
La adrenalina corría por mis venas.
La nieve me azotó la cara y mis ojos se llenaron de lágrimas por el aire
helado.
Por primera vez desde que empezamos a entrenar juntos, dejé atrás a los
reyes en el regreso al campamento.
Durante horas no pudieron atraparme porque el miedo era verdaderamente
el mejor motivador.
Pero no estaba huyendo de ellos.
Estaba huyendo de mí mismo.
Capítulo 20
Corvus Malum
TERAPIA
Réplica (sustantivo): una respuesta verbal de represalia.

DÍA 11, HORA 5
"Entonces, ¿cómo fue la última semana de..." La Dra. Palmer miró sus
portapapeles como si estuviera leyendo algo preparado por el Tribunal
Superior "... el entrenamiento y la batalla?"
Me moví y mi muslo chocó contra el de Arabella.
La lluvia golpeaba la ventana y afuera estaba gris.
Al comienzo de la sesión, me aseguré de ocupar el lugar junto a

ella en el sofá. Estábamos apretados uno contra el otro porque no
había suficiente espacio para los cuatro.
Había una mancha de escarcha bajo sus pies en la alfombra,

y cuando acerqué el pie, el hielo se derritió en agua.
La necesitaba a mi lado.
Últimamente mi control sobre mi fuego era, en el mejor de los
casos, tenue y quería explotar y quemar el mundo.
Cada vez que estaba cerca de Arabella, los impulsos se intensificaban.
Pero el dolor no era nada comparado con el recuerdo de ella
mendigando en el suelo de un palacio mientras era torturada.
El sofá raído crujió cuando abrí más las piernas y me aseguré de
que mi Venerado estaba bien. Si alguien quisiera torturarla, tendría
que pasar por mí.
Arabella murmuró algo en voz baja sobre
manspreading y queriendo apuñalarme.
Fingí no escucharla.
Crujiendo mis nudillos, me concentré en la terapeuta de aspecto
severo en lugar de liberar mis llamas y exigirle a Arabella que me
contara cada mal que le habían hecho.
Al final lo descubriría todo.

Mientras tanto, estaba haciendo una lista.
La doctora Palmer se aclaró la garganta y nos miró por encima de sus

finas gafas.
Nadie habló.
Esta sesión fue la peor hasta ahora porque seguía pidiéndonos que
resumiéramos nuestra última semana.
Preferiría morir.
En resumen, nuestra Venerada se había dejado apuñalar en batalla y
casi se había desangrado, había tenido relaciones sexuales con los
gemelos frente a nosotros en una fiesta, habíamos chamuscado la ladera
de una montaña, ella había huido. de nosotros y directamente a los brazos
de los gemelos, y no estábamos más cerca de dominar nuestras
habilidades.
Había sido la peor semana de mi vida.
Fácilmente.
La doctora Palmer suspiró exasperada y luego miró su portapapeles

con los ojos entrecerrados. “Aquí dice que derrotaste con éxito a los
impíos en la primera batalla. Cuéntame sobre eso. ¿Pasó algo
especialmente traumático?
Arabella se atragantó.
Le di unas palmaditas en la espalda y miré al terapeuta. “Consígale
agua. Ahora."
El Dr. Palmer frunció el ceño pero le entregó un vaso de agua.
Arabella lo tragó mientras yo le frotaba círculos tranquilizadores en la
espalda y trataba de no enredar mis dedos en sus rizos azules.
Ella no se apartó.
Mis dedos se apretaron cuando recordé que había un insulto grabado
en su piel. Abrí las manos y seguí frotándolas.
El brazo al otro lado del sofá ardió en llamas.
Scorpius murmuró algo despectivo en voz baja mientras apagaba las
llamas con sus mangas, y Orión intentó mirar más allá de mí para mirar a
nuestro Reverenciado.
Pasé mi brazo derecho sobre su hombro y él se acurrucó.
contra mi. Él volvió la cara para poder mirarla.
El agua salpicó el borde del vaso y cayó como copos de nieve sobre
su ropa mientras tomaba un sorbo.
Un ruido de angustia retumbó en mi pecho.
Todos se volvieron para mirarme y los ignoré.
Levantando la barbilla en alto, me concentré en mantener las llamas
contenidas en mi piel.
“Aran, por tu reacción”—Dr. Palmer miró intencionadamente sus
manos temblorosas: “parece que algo sucedió en la batalla. Hablemos
de eso."
Su temblor se intensificó y el agua de la taza se convirtió en hielo.
Mi labio superior se echó hacia atrás. ¿Cómo se atreve a hacerle preguntas

tan intrusivas a mi Reverenciado?
Sólo yo podía molestarla sobre sus elecciones.
Esta mujer al azar no tenía derecho a angustiarla.
Escarlata brotó de mis dedos, me recliné y puse mi brazo sobre el
cojín detrás de Arabella mientras fantaseaba con la expresión de la
Dra. Palmer cuando ella se incendiaba.
Me sentí significativamente mejor.

¿Quizás la terapia estaba funcionando?
“¿Por favor, Aran?” El doctor Palmer la miró expectante.
"
Hubo una larga pausa. “Bien, te lo diré.
La miré sorprendido.
Siempre me sorprendía tener una mujer como Venerada. Nadie
acusaría a Arabella de ser débil, especialmente después de su
actuación en los Juegos de los Legionarios, pero claramente era más
empática que nosotros tres.
Era una mezcla de contradicciones: amable y juguetona, triste y
malhumorada, víctima y agresora, tenaz y despiadada.
Quería meterme bajo su piel y aprender cada matiz.

Mis dedos se curvaron alrededor de un rizo turquesa que sobresalía
de su cabello desordenado y colgaba del borde del sofá.
Arabella también era sorprendentemente bonita.

Sus pómulos arqueados y sus labios exuberantes me perseguían.
Pestañas oscuras revoloteaban sobre unos grandes ojos azul marino
bordeados por círculos oscuros y resaltados por una cicatriz cortante.
Músculos elegantes que se estrecharon en curvas.
"
“Algo sucedió en la batalla”, susurró, y la Dra. Palmer hizo clic con el
bolígrafo con anticipación.
Arabella se mojó el labio inferior y me tragué un gemido, incapaz de
apartar los ojos de ella.
Ahora que me había acostumbrado a la idea, estaba más que contento
con que la Casa Malum tuviera su primera mujer Venerada. No fue un signo
de debilidad, sino que mostró lo fuertes que éramos porque cuidaríamos de
ella.
Nuestro Venerado era alguien más suave y amable que necesitaba
Protectores y un poderoso Ignis para protegerla.
Tiene sentido.
Antes que nosotros, los reinos no habían sido amables con ella.
Ahora ella nos tenía y no seríamos amables con los reinos en su nombre.
Seguro que la habíamos jodido mucho en Elite Academy y todavía

teníamos que compensarla. Había una razón por la que el dios del sol sólo
elegía demonios como reyes. A diferencia de los ángeles, nosotros no
podemos ser restringidos. Cuando queríamos algo, no paramos hasta
conseguirlo.
Período.
En el futuro, protegeríamos a Arabella como ninguna otra pareja lo había
sido antes. No habíamos mentido cuando nos llamábamos sus perros.
Éramos suyos para usar.

Ella simplemente no sabía lo que eso significaba todavía, pero lo sabría.
Los labios rojo cereza se abrieron. Arabella asintió como si se estuviera
fortaleciendo y luego soltó en un suspiro: “Meapuñalaron
enelestómagoconunaespadaencantadayhubieramoridopero
nolololoporque Soy
lareinafaeysólopuedomorirsimearrancanelcorazónycomen
comolehiceamimadreloqueesraroporque en realidadsoyun
ángelasí quenoentiendocómopuedoserreina”.
Arabella se desplomó hacia atrás como si le hubiera dolido

físicamente hablar y esperó una respuesta.
Preocupada por lo que había revelado, no se dio cuenta de que se
había desplomado a mi lado.
Me di cuenta de.
Los ojos del Dr. Palmer se abrieron como platos.
Pasé mi brazo alrededor del costado de Arabella de manera

protectora y miré a la terapeuta, desafiándola a decir algo perturbador.
No me gustó lo que había hecho, pero no quería que tuviera que

revivirlo.
Mi mano izquierda descansaba contra el antebrazo de Arabella y el
frío flotaba en su sudadera. Su piel debía estar helada si podía sentir el
frío a través de su ropa, especialmente porque hacía un calor incómodo
en la oficina abarrotada.
Últimamente, donde quiera que fuera, el hielo la seguía y no me
gustaba. Ninguno de los otros ángeles irradiaba frío como lo hacía mi
Reverenciado, y me preocupaba que algo estuviera mal.
Cuando llegamos por primera vez al campamento de guerra, Jinx
nos informó que la madre de Arabella era famosa por su poder. La había
llevado a la locura y el cuerpo gobernante del ángel se negó a concederle
alas.
Necesitando hacer algo para ayudar, acerqué a Arabella a mí
mientras creaba un pequeño fuego en mi palma derecha, luego puse mi
mano en llamas sobre su regazo.
Inconscientemente, se acurrucó más cerca de mí y de la llama.
Con Orión apoyado contra mi derecha y Arabella presionada contra
mi izquierda, sentí como si estuviera volando.
Me acerqué y agarré el hombro de Scorpius para que los tres me
tocaran.

Psycho Gods - Arans's Story Book - Jasmine Mas (PDF - Io)

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LA SERIE CRUEL SHIFTERVERSE: LA HISTORIA DE ARAN

También de Jazmín Mas

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Artistas de portada: Steamy Designs

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936 SW 1st Ave, Unidad #56, Miami Florida 33130

Creado con vitela

Son verdaderos enemigos. Esto es la guerra. Es excesivamente violento.

"Los efectos de un trauma no resuelto pueden ser devastadores".

­Dr. Peter Levin

Una persona normal puede sobrevivir sólo tres horas

Hacia las estrellas

Todos los mitos tienen sus raíces en alguna verdad.

En el reino humano, los habitantes aprenden que viven en un sistema

En esta serie, la ignorancia no es una opción para nuestros personajes

Por derecho de nacimiento o por circunstancias, son jugadores en el juego de

Los juegos de los dioses corromperán tu cabeza.

Clinomanía (sustantivo): deseo excesivo de permanecer en la cama;

Tropecé por el vacío salón de mármol negro de Elite Academy.

Mis pasos resonaron con fuerza.

Se me revolvió el estómago porque los Juegos de los Legionarios habían

base y convertirse en un líder de guerra.

Miré hacia atrás por encima del hombro.

Me había quedado despierto toda la noche, doce horas de esfuerzo con

vampiro/atormentador/comandante/señor quería hablar con

Lyla se acercó y susurró en voz tan baja que me tomó un momento.

Orión se sentó en el pasillo a esperarme.

Entré con cautela.

Me explicó cómo se lo había sacado de la cuenca del ojo y luego se había

Estaba completamente entumecido.

Sentí como si flotara fuera de mi cuerpo y lo vi hablarme desde un punto de

La habitación estaba helada y nuestro aliento formaba nubes heladas entre

Con labios insensibles comencé a hablar.

Luego su rostro se arrugó y se tambaleó hacia atrás con un gemido. Su

Intenté sonreír tímidamente, pero los músculos de mi cara no

“¿Describir el funcionamiento?” Pregunté con una risa débil, luego

Hice una mueca.

Me encogí de hombros avergonzado.

Fue el turno de Lothaire de mirarme como si estuviera loco.

Exhalé pesadamente. "Lo sé."

Miré con cariño su figura en retirada.

Lúgubre (adjetivo): lúgubre.

“En la Escala de Clasificación de Criaturas, un sistema de clasificación del

En mis oídos resonaron los gritos fantasmales de la carne moribunda y

Estás sonriendo porque un niño está aterrorizado. Buenísimo, Aran.

siendo sermoneado por el Tribunal Superior, también conocido como Dick.

Otro adulador del Tribunal Superior que domina a los soldados en el

Éramos los campeones de los dioses ausentes. peones para

Una sensación extraña se revolvió en mi estómago porque obviamente

Sillones de orejas de gran tamaño estaban frente a la pizarra, y una

Toqué el cojín de cuero debajo de mi muslo y me concentré en imitar

A mi lado, John levantó una ceja, sus ojos oscuros interrogaban, y yo

Últimamente me había dado cuenta de que los tres siempre estábamos

John envolvió mi rizo con más fuerza alrededor de su dedo y los

Lentamente giró la cabeza en mi dirección (con los ojos rojos muy

Puse los ojos en blanco.

No comas ningún alimento del Planeta 003FX.

La teoría actual es que los impíos infectan a sus presas obligándolas

Dr. Peter Levin