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O bras d e A s trofología
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L a Pü eh íkíi : Obiia ésr segün cncemos, la primera que . abarca el
cham anism o'en ;u totalidad, SLCLtlndolo. en Ja perspectiva de
la historia-general Je la» religiones; decir esto cqnivnLé ya a con
fesar un margan de imperfección, de. aproximación, y a aceptar
! los riesgos que implica, Anualm ente se dispone de im convide-
ralile n limero de documeti tos que concierne?! a los diversos cha-
miniamos; siberiano, nortcatíbiricano, suramerieano, indonesio,
I*-'-’ oceánico, etc- Por otra paite, muchos trabajos, importantes por
más de un motivo, Icin emprendido el «uttHo etnológico,'-tocio-
lógico y psicológico del cEianiatiJsnio (o, mi$.exactamente, de Lina
cierta-¿lase de chamanismo). Pero, coit algunas nourbles excep
ció n » ^pcn.wjnói especialmente en los trabajos de Holftlbérg-
Hat va acerca del chamanismo altaico), la enorme bibliografía
diamantea ha descuidado la interpretación de este fenómeno, ex
tremadamente complejo, en el conjunto de la historia general de
Jai religiones. Por nuestra parte, hemos tratado de abordar,
■ '[fr comprender y presentar el el Lama nimio como cumple a lo* histo
riado* es de las religiones, listó muy lejos de nosotros la idea de
menospreciar las admirables indagaciones emprendidas desde el
pumo do vista de la psicología, de la sociología o de la etnología:
son, según se nos akania^ indispensables jsara el conocimiento
de los distintos a su etos del chamanismo, Pero estimamos que
cube oita perspectiva: la que nosotros adopta mas en las páginas
de este libro.
El autor que, como psicólogo, aborde el chamanismo será ¡n.
(lucido a considerarlo íutte todas las cosas como la revelación de
un alma en crisis o inclino en regresión; no dejará de compararlo
con ciertas conductas psíquicas aberrantes o de situarlo entre las
enlermedadcs mentales de estructura Liisteroide o epileptoidc,
Más adelante diremos (pp. 35 jj.) P °r qué no? parece inad
misible la ¡deutiricaciú» del chamanismo con cualquier Crdénnr-
dad mental. Peto queda un pum o — y es importante— acerca
de! rnaj el psicólogo deberá siempre llamar la atención., y es
éste: que Ja vocación chamaluca, lo mismo que cualquier otra
vocación religiosa, se manifiesta por una o rtii, por una ruptura
provisional tlel equilibrio psíquico del futuro chamán, Todas
las observaciones y rodos los análisis que .ve han. podido rccogei
á « té propósito, se nos. antojan particularmente preciosos: nos
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IO FRMACIO
muestran de cierto modo i ti vivo las rcjtcmtsiones que produce
en el alma Cío qu e hemos llamado la dialéctica d e la» hicrola.
nÍ3s: la separación radical entre lo prolano y lo «agrado, la rup
tura con lo real producida por esa separación. Con estas |»libr<is
con fosamos (oda la importancia que reconocemos a esas investí-
gacionc-s de psicología religiosa.
El sociólogo *e p re o cu p de la fundón social del chamán, del
sacerdote, del mago: estudiará el origen de los prestigios mági
cos. su |ki|*I en la articulación de Ja sociedad, las relaciones
cm re los jefes religión» y los jefes políticos, e tc U n análisis socio,
lógico de los mitos d d ‘'Primer Cham án" sacará ;■ la lur indicios
reveladores quo atañen a la posición excepcional d e los más ¡rn.
tiguos chamanes en el seno de ciertas sodedades arcaicas. T o d a,
vía no se ha escrito la sociología del chamanismo. q u e constituirá
uno d e los más importantes capítulos de una sociología general
d e la religión. El historiador de las religiones está obligado a
tomar en cuenta eu * investigaciones y sus resultados: unido»
a los condicionamientos psicológico* obtenidos por el psicólogo,
los condicionamientos sociológicos, en el sentido más amplio del
término, reform a» «1 concreto humano e histórico de ios docu.
memos sobre los cuales está llamado a trabajar.
Este concreto recibirá una ayuda suplementaria de las inda,
gaeiones del etnólogo. A las monografías, etnológicas les corres-
iwmderá situar a l chamán en su medio cultural. P o r ejemplo, se
corre el riesgo de desconocer la verdadera personalidad de un
cham án chukchi »i se leen sus hazañas sin saber nada de la vida
y de las tradiciones tic los Chukchi. En tu! caso co i responde al
etnólogo estudiar a fondo el indumento y el tam bor chamán!,
eos, describir las sesiones, recoger los textos y las melodías, etc
A l dedicarse a establecer Ja "historia” de tal o cu al elemento
constitutivo del chamanismo — por ejemplo, del tam bor o del
uso de narcóticos durante la* sesiones— el etnólogo, que en
semejante circunstancia actúa como un observador qu e compara
y com o un historiador, conseguirá mostramos la circulación del
m otivo de que se trate, en el tiempo y en el espacio, y precisará,
hasta donde sea posible, su centro de expansión y las etapas y la
cronología de su difusión. Eti una palabra, el etnólogo se con
vertirá laminen en “ historiador", llaga o no haga suyo el método
d e los ciclos culturales de Graebner.Sclunidi-Koppeii. De cual,
q u icr modo, actualmente disponemos, junto a una admirable
literatura etnográfica puramente descriptiva, de muchísimo} tra
bajos de etnología histórica: en la aplástame "masa gris” de los
I
I
PREFACIO ii
\ J
13 ntEFA C lO
M tftC LA ÍU A D tí
Pili», trun o, ig^S-nurto. 1941.
M. E.
(S iio so , mayo. 19*7.
C A PÍT U LO 1
g e n e r a l id a d e s , m étodos de r e c l u t a m ie n t o .
C H A M A N ISM O Y P SIC O P A T O L O G ÍA
AfROXJMAaoxrj
V
RECLUTAMIENTO ENTRE LOS BURIATOS Y LOS ALTAICOS 31
T R A S M I S IO N H K R F .D IT A R I \ V flt.'ÍCN D E P O D E R E S 3j
I
$4 CfcNERAI.I(SAl>E&. CHAMANISMO V PSICOPATOLOGiA
CHAMANISMO Y PSIOOPATOLOCIA
* Yurtf ix> es, paia algunos tutores (K. Entine. poi ejemplo), la 1senda
que sm e de habitación i.tcmpool), simo "el luKar sofito e l cm l se ele*a“
rix fu Iiemli. Ilstn (lUouuú fciOiM* entre hw kirghizsi u d e pU nu cintila?
f etfá formaib por uiu. jrmaiCMi Oc «udeifl, íitliiet«l mu fieltro. (E.)
C H A M A N ISM O \ fStC O P A T Ü L C lC IA S‘
al tratar <lc Ir* clianjanes amazónicos observa: "N o parece que
se b y a escogido n in gu m anomalía o particularidad risica o lisio-
lógica tom o síntoma de una |»ed»|)Oiic¡fln especial para el ejer
cicio del chamanismo." *•
Knire los W im u la trasmisión y la perfección del pensamien
to especulativo está cu manen dé los chamanes.™ £1 esfuerzo
intelectual del profeta-champú dayaco es enorme y denota una
capacidad mental muy >u|>erior a la de la colectividad.11 lar
misma observación se ha hecho acerca de los chamanes africanos
en gencial ((.hmlwick. Poetry and ptaphety. p. j o ) . En cuanto
a las tribus sudanesa» estudiadas por Kadel, "n o existe ningún
chamán qu e tea en su vida cotidiana un anormal-, un neurasté
nico o un paranoico, si lo fuese, se le colocaría entre los locos, no
se le respetaría corno sacerdote. En Un de cuentas el chamanis
m o iso puede tctarionaise con una anormalidad naciente o la
tente; yo no me acuerdo de un .sedo chamán cuya histeria pro
fesional haya degenerado en un desorden mental grave".™
Y es preciso u n ib icn tener en cuenta el hecho de que la ini
ciación propiamente dicha no exige únicamente una experiencia
extática, sino que. com o vamos a verlo, lleva aparejada también
una im nu«ió»i teórica y práctica demasiado complicada para
.ser accesible a un neurótico. Q ue estén o que no estén sujetos
a ataques reales de epilepsia o de histeria, los chamanes, los he.
cimeros, los hombres-médico en general, no pueden ser ronside-
rados como simples «líennos, porque su experiencia psicopática
tiene un contenido teórico. Si se curan a si mismos y saben curar
a los demás, es. entre otras cosas, porque conocen d mecanismo
— o. mejor aún, la (eorfit-— de la enfermedad.
Iodos estos ejemplos explican, de una o de otra manera, la
singularícación del hombre-míidíco en el seno de la sociedad. Bien
sea escogido por los dioses o los espíritus para ser su portavoz,
bien esté predispuesto para «anejante función a consecuencia
de algunas taras físicas, o bien sea portador de una herencia que
equivale a una vocación mágico-religiosa, de cualquier modo el
hombre-médico se sejxira del mundo de los profanos justamente
porque su halla cu relación más directa con lo sagrado y mani
pula más dicazm ente con sus manifestaciones. Debilidad, en-
íermedad nerviosa, vocación espontánea o por herencia son otros
tantos signos de una "elección". A veces estos signos son físicos
(debilidad connatural o adquirida), en otras ocasiones se trata
de un accidente, incluso de I<m m¡H tom uuw (por ejemplo,
caer de un árbol, ser mordido por una serpiente, e t c ) ; pero,
GENERALIDADES, CHAMANISMO Y PStCOPATOLOGIA
r.NFEIt>ir(>AD-LNIC( a c ió n
cam jxx duudc los indígenas k> lloraban creyéndolo m uciio Per.
numcció m udio tiempo dominado jx>r el sopor pero. poco * poco,
volvió en >í; entonce* los indígena! comprendieron qu e se había
convertido en hutubic-médico. Cuando efectúa u na operación
mágica, diñase qu e el espíritu de M unksm nji está a un lado
para vigilarlo, sin ser visto, naturalmente, por é l vulgo. Cuando
,m a m a un huero — operación qu e re r o l i n , |H>r lo común, al
amparo «le la noche— Kurktiíji empieza por chupar imen-tamen.
le cu el estómago del paciente quitándole ¡ni una determinada
<amulad de .sangre. Después hace pare* por m xim a ele su cuerpo,
le pega con lo» puños y con un metí Cilio y chupa hasta que el
hueso sale; luego lo tira inm ediaunictue. antes de que 1<b asis
tentes puedan advertirlo, lu cia al sitio «lomle M unkaninji está
sentado, vigilándolo tranquilamente. Entonce* K u rk u iji cuenta
a los indígenas qu e (¡ene que ir a pedir permito a Munkaninji
para enseñar el hueso; y, luego de haberlo obtenido, se dirige a)
lugar donde probablemente lo dejó antic»|»a<laiiiente, y vuelve
con él” (¡b¡d., pjj, 487-8).
l a técnica es cari idéntica en la tribu de los Mara. £1 que
tin ca ser hombre-médico enciende una hoguera y quema grasa;
asi atrae a dos espíritus, AfúiuNgora. Estos se aproximan y ani.
man al candidato, asegurándole que no lo roaiatáti del iodo.
"E n primer termino, lo dejan insensible y, como «le costumbre, le
hacen una cortadura en el cuerpo y le quitan los órgano», que
le «amhiau j»or los de uno de los espintu*. Después le devuelven
la vida, le dicen que él es ahora hombre-médico, Ic enseña» cómo
se extraen los huesos a lo* parientes o cómo se libra a los hom*
lates de lo* sortilegios, y luego lo llevan a l Cíelo. Pnr últim o, lo
lu cen lu ja r y lo dejan en el campo, donde le encuentran los ami.
g o t que lo lloiatian .. , Entre los poderes que posee un hombre*
m édico de la tribu ruara figura el de |M>der escalar, con la ayuda
<le una cuerda, invisible para el común de lo* mortales, el Ciclo,
don de puede- conversar con k c-.«pit ¡tus siderales.” (rbtd., p. 4$$.)
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)>EárU>A¿AMI£N IO INICUTICO $9
ya una enfermedad misteriosa, ya un ritual m is o menos simbó
lico de muerte mística, sugerida en ocasiones por un descuarti
zamiento del cuerpo y tina renovación de sus órganos.
Entre loe Araucano* «e manifiesta generalmente la elección por
medio de una enfermedad repentina: el joven o la joven cae
"com«» muerto" y, cuando recupera sus fuerzas, declara que seri
maehi. * La bija d e unos pescadores le contó al P. Houae: "R e
cogía conchas entre unos arrecifes cuando sentí algo romo un
golpe en el ¡>echo y o í una vos que me d ijo muy cUramente:
'¡H azte nutehH ¡M i voluntad es ¿sal' A l mismo üempo, unos
violentos dolores «n las entradas me hicieron perder d conoci
miento. Era, evidentemente, el Ngcnechen, el dominador de los
hombre?, que había descendido a m i." (Métraux, L e shm enism e
arancan, p, 316).
En general, com o a d v ía te exactamente Métraux, la muerte sinw
bólica del chamán está sugerida por los prolongados desvaneci
mientos y por el sueño letárgico del candidato.™ Lo, neófitos
yamanas de la T ie ir a del Fuego «C frotan el rostro hasta que apa
rece una segunda, e incluso una tercera piel, "la piel nueva",
únicamente visible ju ra los iniciados.” Entre lot Bakairi. los
Tupi-Im ba y los Caribes están formalmente reconocidas la muer-
le (]*>r medio de la esencia de! tabaco) y la resurrección del as
pirante.™ D urante la fiesta de consagración del d u m in arauca
no, los maestros y los neófitos andan descalzos sobre el fuego sin
quemarse y sin q u e se prendan sus vestiduras. Se les tela tam
bién arrancarse la nariz o los ojos. “ El iniciador hacia c e e r a los
profanos que *c arrancaba la lengua y los ojo» j>ara cambiarlos
por los del ÍDiciado. Se atravesat» también con una varita que,
entrando |>or e l vientre, le salía por el espinazo sin efusión de
sangre ni dolor (Rosales, Histeria general del Reyno de Chile,
T . I, p . 168). L o t chamanes tobas reciben en pleno pecho ana
varita que les perfora com o una bala de íu s iL " *
Análogos rasgos están reconocidos en el chamanismo norteame
ricano. Los iniciadores maidus colocan a los candidatos en una
fosa llena de "m edicina" y los “ m atan" con una medicina-
veneno"; tras esta iniciación, los neófitos son capaces de sostener
en las manos, sin liaccrvc daño, piedras enrojecidas a) fuego.™
F.n la sociedad chamiínica "Ghost cercmony” de los Ponto la ini
ciación lleva aparejada la tortura, la muerte y ki resurrección de
los neófitos; éstos yacen en tierra, como cadáveres, y ko cubren
con paja. El misino ritual so em uciura en 1« Ytiki, los Huchnom
y los M iwok de la costa.41 El conjunto de las ceremonias iniciáti-
í«i IN F£RM £l>.\PES Y $U£ROS JN IC IA T1C05
IJV ELECCIÓN CHA.m AMCA KNTRF- 1.05 Gou** v LOS Yaku sts
cuanto a las hadas del más allá. El diálogo que el chamán sus
tenta con su esposa durante su ascensión es parte de un largo y
complejo episodio dramático, acerca del o u d untaremos nueva-
mente, y en ningún cau> puede considerársele esencial: como
veremos pronto, d dem ento esencial de toda ascensión chamá-
nita c» el diálogo final con Ulgán, En consecuencia, debe ser
considerado como uu elemento dramático bastóme vivo que,
ciato es, puede iuccrcur a la asistencia de una sesión que resulla,
en ocasione*, más bíeu monótona. Sin embargo, conserva aún
iodo su alcance ¡metálico: el hedió de que d charnáu tenga
una o|>osa celeste que le prepara la comida en el séptimo O íd o ,
y que (lucimc con él, es aún una prueba de qwe partiri|Ki en
cierto modo de la condición de los seres jenri-divino», d e que
el tm héroe que ha conocido la muerte y la resurrección y de
que, (>or tanto, goza de una segunda existencia, en los Cielo*.
Stem berg cita aún (p. 4##) una leyenda urankhaía referente
al primer clum án, B o -K h m Éste amaba a una doncella c e lo ,
te. A l descubrir que Cra casado, el hada hizo que la Tierra se lo
tragase, jumamente con »u mujer. Poco después ella d io a luz
un niño, al que abandonó bajo un álam o para q u e este lo ali
mentar,t con su savia. La n t a de k » chamanes desciende de este
niño (bo-Khá-nákn).
Está umversalmente extendido e l "motivo*' de Ja esposa-hada
que abandona a su marido mortal después de d arle un hijo. Las
peí ipccías d e la busca del hada por su marido reflejan en oca
sione» las escenas de iniciación (ascensión a los Ciclos, descender a
los Infiernos, etc.).» Los celos de las hadas respecto de las mu
jeres de la T ierra es también un toma mítico y folklórico bastante
frecuente, las ninfos, la* hadas y las semidiosas envidian la dicha
de las esposas terrestres y roban o matan a sus hijos.13 Por otro
lado, están consideradas como las madres, las esposas o las educa
doras de los héroes, de aquellos hombres que consiguen relatar
la condición humana y obtienen. » no una inm ortalidad d i
vina, al menos una privilegiada suerte post-morjan. Un consi
derable número de mitos y de leyendas atestiguan el pa|)d esen
cial asumido por un hada, una ninfa o tina m ujer semi-divina
eo lat aventuras de los héroes: ella ex la que los instruye, le»
ayuda en sus pruebas (que son. por (o común, pruebas ¡metálicas)
y le$ revela los medios «le apoderarse del símbolo de la inmorta
lidad o de la taiga vida (la yerba m aravillo » , las manzanas
milagrosas, la fuente de la juventud, etc.). Una importante sec
ción «le U "M itología de la M ujer" está dedicada a mostrar que
M d jK K t S - C il’ IRtTV'S PRO"! 1 C T O R A S D EL C H A M A N 79
Se lia visto que la vocación del futuro chamán puede ser desen
cadenada — en los sueños, cu el éxtasis o durante una enferme
dad— por el encuentro fortuito cou un ser semi-divino. el alma
de un antepasado, un anima), etc., o también tras un suceso
extraordinario {rayo, accidente mortal, etc.). Generalmente este
encuentro inaugura una estrecha “ familiaridad'' entre el futuro
chamán y «I "espíritu" q tit ha determinado su carrera, y en esta
familiaridad nos detendremos más adelante. Por el momento
observemos desde cerca la parte que toman las almas de los
muertos en el reclutamiento de loa futuros chamanes. Com o he
mos visto, a co n ten con frecuencia que las almas de los antepa
sados toman en cierto modo “ posesión” de un joven y proceden
a iniciarlo. T o d a resistencia es inútil. Este fenómeno de pre-
elección es general en el Asia septentrional y ártica.1*
Va consagrado po r esta primera "posesión” y la iniciación sub
siguiente, el chamán se convierte en un receptáculo susceptible
de ser integrado tam bién por otros espíritus; pero estos últimos
son siempre almas de chamanes muertos u otros “espíritus” que
sirvieron a los antiguos d ía manes. TfispAt, el célebre chamán
vakuto. «ornó lo siguiente a Siertwrcwski. “ U n día. cuando va
gaba por los montes, me detuve, allá abajo, hada el norte, junto
a un montón de leña para guisar m i comida. Encendí alU la
lumbre: pero bajo aquella h o v e r a estaba enterrado un chamán
lungtís. Su espíritu se apoderó de m i" (D u chantanim e, p. 514).
De ahí que durante las sesiones pronunciase Tñspiit palabras
tungusas. Pero ¿1 acogía también en su ser a otros espírílus: R u
sos. Mongoles, e tc , y liablaba su lengua.17
El papel de las alm as de los muertos en la elección del futuro
chamán es también importante en otros sitios, fu e ra d e Sibcria.
Examinaremos en seguida su fundón en el chamanismo norte-
americano: Los Esquimales, los Australianos y otros cuando de
sean convertirse en hombres-médico se acuestan cerca de las
tumbas; y esta costumbre sobrevivió incluso en los pueblos his
tóricos (por ejem plo, tos Celtas). En América de! Sur. sin ser
exclusiva, ct bastante frecuente la iniciación por los chamanes
difuntos “ Los chamanes bororo. qu e pertenecen a la ciase de
(
LA OBTENCIÓN PK LOS J‘ODEJtE$ CHAMANICOá
ver a to s u rfatm »
U » E K P Ík lT C t A t n i U A U S
%
T o d o esto resalta más claramente aún en el examen de las demás
categorías de “ espíritus", qu e también desempeñan un papel, ya
en la iniciación del cham án, ya en el desencadenamiento de sus
experiencias extáticas. Ya dijimos antes que se establece tma
■ dación de “ fam iliaridad” entre el chamán y tus “ espíritus".
Obsérvese, además, q u e se los llama en la literatura etnológica
“ espíritus familiares", espíritus auxiliares o espíritus custodios.
Peto se puede distinguir perfectamente entre los espíritus fami
liares propiamente dichos y otra categoría de espíritus, más
Inertes, que se llam an espíritus protectores: es preciso igualmente
establecer la diferencia entre éstos y los seres divinos o semí-
divlnos qu e los chamanes evocan durante las sesiones. U n cha
mán es un hombre q u e mantiene relaciones conocía*, inmedia
ta», con d m undo de los dioses y d e los espíritus: los ve cara a
36 LA OBTENCIÓN PE LOS VODLRFS CHAMAN ICOS
cara, les habla, tes pide, le» implora — pero sólo tiene "influen-
da** cerca de un número lim itado de los mismos. Cualquier dios
o espirita invocado durante la sesión ehamánica. no es por este
m otivo un “ fam iliar" o un auxiliar del chamán. Se invoca fre
cuentemente a los grandes dioses, como ocurre entre los A ltai
cos: antes de emprender su viaje extático el chamán invita a
Jajyk Kan (el Señor del M ar), y a Kaira Kan. y a Hat lllg án con
sus hijas, y también otras figuras míricas (Radlo-v: Aus Sibirien,
II. p. jo-».)- El chamán los invoca y los dioses, los lemi-dioses y
los espíritus llegan — igual que las divinidades védicas desden,
den jum o al sacerdote cuando él las invoca durante ct sacrifi
cio— , Por otro lado, los chamanes tienen sus divinidades especi
ficas, desconocidas (leí resto de la comunidad, y a las atales
únicamente ellos les ofrecen sacrificios. Peto el chamán no puede
disponer de todo este panteón, como si se tratara de espíritus
(amillares: y los seres divinos o scmi-divinos q u e ayudan a l cha
mán no deben ser situados entre esos espíritus familiares, auxi
liares o custodios.
$¡n embargo, estos últimos desempeñan un papel considerable
en d chamanismo: podrán verse más de cerca sus funciones a)
estudiar las sesiones chamáuicas. Entretanto, señalemos qu e casi
todos estos espíritus familiares y auxiliares adoptan formas ani.
males. Asi, entre los Siberianos y Ion Altaicos, pueden aparecer
con aspecto de oto, lobo, ciervo, liebre; de toda d ase de aves,
especialmente ganso, águila, buho, corneja, e t c ; de grandes gu
sanos. pero también de fantasmas, espíritus de los bosques, de la
tierra, del bogar, etc. Seria inútil completar esta lista,3' Su for
ma, sus nombres y su número difieren de una región a otra. Según
Karjalainen puede variar el número de los espíritus auxiliares
de un chamán vasiugan, pero, por lo común, dispone de líete.
Además de esto» ''familiares ", el chamán disfruta también de la
protección de un "Espíritu de la Cabera", que lo defiende du
rante sus viajes extáticos; de un “ Espíritu en forma de oso*', que
lo acompaña en tus descensos a los Infiernos; d e un ca ta d o gris,
sobre el cual sube a los Cielos, e t c En otras regiones todo este
conjunto de espíritus auxiliares d el chamán vaaiugan es sustitui
d o por un solo espíritu: un oso entre los Ostiacos septenuiona-
Ies; entre ios Trem yugan y otros pueblos, un “ mensajero" que
trae la respuesta de los espíritus; este últim o recuerda a los “ men
sajeros" de los espíritus celestes (las aves etc).*1* Los chamanes
los llam an desde cualquier rincón del mundo, y ellos acuden, uno
tta» otro, a través de su propia vo/.9*
los isr itr m \ i; x i u a r e s «7
La dík-rcncu vn ttc un espíritu familiar «on aspecto d e animal
y el espíritu protector propiamente charuánico se manifiesta d a .
rítisnamenu* m ir e los Yabu'cs. Cada chamán tk u c un ié-kyta
("anim al.niadre’ }, especie «l« imagen mide» «le animal auxiliar,
«jur conserva oculto. L oi mas «Jíbitcs ton los que tienen por iV-
kylti un |>crro: ios m ás poderotos poseen un toro, un potro, un
Aguila, un alee o v n oso pítelo, los peor dotados son los que
sólo cuentan con lobos, perro» u oeos El Umigfit es un ser com
pletamente distinto. Generalmente es el alma de un d u m á n
nntci ti> o un espíritu celeste menor. "E l chamán únicamente
ve y entiende por su « n ijá 'i — n e dijo Tñspüt— , yo veo y en.
tiendo * una distancia de tres aodtg. peto hay algunos qu e ven
y entienden m ucho más lejos.” 40
Ya se h a visto q u e un chamán esquimal, tras su ¡luminadón,
«Urbe procurarse p o r si solo sus espíritus auxiliares. Por lo «o.
iiuin éstos son animales qu e adoptan una forma humana; ac uden
por su propia voluntad cuando el aprendiz tiene méritos para
ello. E l rorro, el buho, el oso. d perro, el tiburón, y 'toda clase
de espíritus «le las m ontañas son auxiliares poderosos y eficaces.**
Entre los Esquimales de Alaska cuantos más son estos-espíritus
auxiliares, m is fuerte es el chamán. En la Groenlandia del -Ñor.
te, un engukkok posee hasta quince espíritus auxiliares.* '
Rasmunen ha recogido de bota de algunos chamanes ta histo.
ti» de cómo obtuvieron sus espíritus. A l recibir su ' ‘ilum ina,
eíón” el chamán A u a sintió en su cuerpo y en su cerebro una luz
celeste, que emanaba, en cierto modo, de todo su sér; y que,
aunque no advertida por los humanos, era visible para (Odos los
espíritus de la T ierra, del C ielo y d d Mar: estos últimos acudió,
ton a él y se convirtieron en sus espíritus auxiliares. "M i primer
espíritu auxiliar era una homónima mía, una pequeña aua. Cuan,
do vino a mí. fue com o si el techo de mi casa se hubiera levan
tado de repente y obtuve una visión tan poderosa, que yo veía
a través de mi casa \ a través de Ja Tierra, y lejlsimoa en el Cielo;
era mi pequeña ave la que me habla traído esta tur interior, al
revolotear sobre mí mientras yo cantaba, Después la coloqué en
un rincón de la casa, invisible para los demis, pero siempre
pronta a acudir a mi llamamiento” (Intellcctuai cultur of ihe
iglvtik Efkimo, p. 119). Un segundo espíritu, un tiburón, vino
a él un día, cuando se hallaba en el mar, en su k&yak: nadando, se
acercó a él y le llam ó por su nombre Ana invoca sus dos espí.
ritw auxiliares con un canto monótono. ‘‘Alegría, alegría. Ale-
gría, alegría Veo on pequeño espíritu tic U playa, una pequeña
£8 LA OBTENCIÓN 1>K I X » l'OIURES fJtA M A XICG J
cim mu daidos a Ion que hablan mal de él. El "hom biecito ver
de" es el espíritu custodio de los hombres-medico, de aquellos
que se han hecho m agos sólo fnediame una ayuda sobrenatural
(Park, ¡>. 77). La concepción de un enano que otorga el poder
o sirve de espíritu custodio está muy extendida, al oeste de las
Montañas Rocallosas, en las tribus del "Platean Group” (Thom p
son, Slnijhxvap, etc.) y en la California septentrional (Sliasta,
Alwgi.'wt. Muidos septentrionales y Yukl).*7
Pn ocasiones el poder chamánico te deriva directamente del
Ser Supremo o de otras entidades divinan. Así, por ejemplo, en-
ire losC ahuilla de la California meridional (Desierto Cahuilla),
.«.• supone que los cliamanes obtienen su poder de .Mukat. el
Creador, pero este poder es trasmitido por mediación de los
espíritus custodios (el buho, el zorro, el coyote, el oso, etc.) que
actúan romo mensajeros del Dios de los chamanes (Park, p. 82).
Entre los Mohatre y los Yunta el poder procede de ios grandes
K m míticos que se tos traan h tao n ¡1 lo» chamaue» ¡d comen*
zar el mundo (ibici., p. 58). La trasmisión se efectúa en los
sueños y lleva aparejada una representación iniciática. F.l cha
mán yunta asiste, durante un sueño, a los orígenes del mundo y
revive los tiempos míticos.4* Entre los Manicopa los sueños ini-
<¡tilicos se atienen n un esquema tradicional: un espiritu coge el
alma del futuro d o m a n y h lleva de montaña en montaña, re.
velándole cada vez cantos y curaciones.** Entre los W alapai el
viaje, bajo el m ando de los espíritus constituye una caracterís
tica esencial de los sueños ehamánicos (Park, p. 116).
Com o ya hemos visto muchas veces, la instrucción d e los cha»
manes se efectúa con frecuencia durante sueños. Y es qu e en los
sueños se llega a la vida sagrada por excelencia y es donde se
.establecen relaciones directas con los dioses, los espíritus y las
almas d e los antepasados. Siempre durante aquéllos es cuando
se consigue abolir e l tiem po histórico y hallar el tiempo milico,
cosa que permite at futuro chamán asistir al principio del m un
d o y, por tamo, ser contemporáneo tanto de la cosmogonía
como de las revelaciones m íticas primordiales. A veces los sue
ños íniciáticm son involuntarios y comienzan ya m la infancia,
como, por ejem plo, en las tribus de la Gran Meseta (ef. Park.
p. 110). Los sueños, aunque no se atienen a una norma rígida,
están, sin embargo, esterotipados: se sueña con espíritus y ante,
pasados, o se oyen sus voces (cantos e instrucción). Siempre te
reciben en un sueño las rtglas iniciáticas (régimen , tabú*, e tc )
y en ¿I se aprende qué objetos serán necesarios en la curación
LA OIUENCIÓN Dfc IO S PODERES CHAMANICOS
L a i n i c i a c i ó n ¿ n i *»-, l o s T i i n c i 'S e s y l o s M a n c h O e s
I N lc iA c e o N r s a o v ik a l ia n a *
HITOS r u ASCCNMÓN
s*
CAPÍTULO V
E l. SIM BO LISM O D L L IN D U M E N T O Y DEL
T A M B O R CH A M Á N IC O S
NOTAS mLlMINAMS.
KL INfHlMVN-ro SIBEJUANO
Pallas, que escribió e n la segunda m itad del siglo xvm , nos des
cribe el aspecto d e una chamaría buriata: tenia tíos palos que
terminaban en una cabeza de caballo y que estaban lodcados de
campanillas: por sus hombros a la n hasta el suelo treinta "ser
pientes” hedías de p id e s negra* y blancas: su gorro era un a
manera de casco de hierro con tres picos semejantes a los cuernos
de un ciervo.7 Pero es a Agapitov y a Chamgalov» a quienes de-
betnos la descripción m is completa del chamán buriato. Éste
debe poseer: t ) una p iel (orgo») blanca, para el “ chamán blan.
co” (que es ayudado por los espíritus buenos) y negra para el
“ chamán negro” (a quien auxilian los malos espíritus): en la piel
van cosidas muchas figuras metálicas que representan caballos,
pájaros, etc.; s) un gorro con forma de lince: tras la quinta ablu
ción (que viene algún tiempo después de la iniciación) el cha-
mán recibe un casco de hierro (cf. Fig. 3, L im . 11. A gapitov y
C-hangalov), que tiene los dos extremos hechos d e modo que
parezcan dos cuernos: 3) unn “ cabalgadura de palo” , de madera
o de hierro, en el prim er caso pieparada la víspera de la pri
mera iniciación y teniendo mucho cuidado de que no muera el
álamo del que se cogió la madera: el otro, de hierro, obtenido
después de la quinta iniciación; en el extremo de éste está escul.
pida unn cabeza de caballo y va adornado con muchas campa
nillas.
Tenem os aquí la descripción, que nos da el "M an ual'' «Id
chamán buriato, traducido del mogol por Partanen: "U n casco
de hierro, cuya parte superior está formada por muchos arcos de
este m etal, y guarnecida con dos cuentos; detrás hay una cadena,
también de hierro, d e nueve anillos, y más abajo, un trozo de
hierro, con forma d e lanza, llam ado Espina dorsal (nigunm m ;
cf. el tungús nikima, nikama, vértebra). En las sienes, a cada
lado del casco, hay u n anillo y lies tallos d e hierro de- un venhok
(44.45 rm.) d e largo, tren ad o s a golpes de m artillo y llamados
qoll/uges (unión, ir en parejas, o par, lazo, cuerda). Do caria uno
tic los lados del cáseo, y por detrás, se cuelgan cintas de seda, de
algodón, de paño-lino y de p ie l» de diferentes animales salva*
jes y domésticos, todas retorcidas para simular serpientes; y allí
Jjto SIMBOLISMO DEL INDUM ENTO Y 1 AMKOR ritA S JA N lc O S
E L IS D U M L X IO A L T M O O
IO S E S P E JO * y DOS COUXO J o s m m A n i c o s
UM OOUUIO O R M IO I^CKO
1
»j3 SIM DOIJSM O DEL IN D U M E N T O V T A M B O R C IIA M A N 1COS
Rr.NACajt u s s u s m u k a o »
Luego colocó la* pieles de los machos cérea del hogar y pidió
al campesino y a su-fam ilia que echaran lo» huesos en las pie
les. T h jalfi, el hijo del cai»]K»¡no, tenía el hueso de un nm$lo
de uno de los machos, y lo rajó con el cuchillo para sacar el
tuétano. T o r pasó alU la noche. A l siguiente día, se levantó
antes que amaneciera, se vistió, cogió el m aid llo M joilnir y
bendijo los resto* d e los bucos. Éstos revivieron, pero uno de
ellos cojeaba de una pata trasera" (Gylfagiuning, cap. >6. pp- 49-
50, trad. de C . D ujn& il. Loki, París, 1948. pp. 4&*6>.** Este cpi.
sodio atestigua la supervivencia cn u e los antiguos Germanos. de
la concepción arcaica de los pueblo* caradores y nómadas. Esto
no es precisamente u n rasgo de la espiritualidad “ chamanúta".
Nosotros, sin embargo, lo registramos desde ahora, reservándonos
para luego el exam inar los testos del chamanismo indoariano,
esto es, después de h a b a conseguido una visión de conjunto de
las teorías y de las prácticas chaiuátiiais.
V a propósito de la resurrección precedente de los huesos, po.
driam ot referirnos a la célebre visión de Ezcquiel, aunque pene*
n e zu a un horizonte religioso muy distinto de los ejemplo*
citados más airiba: “ Fue sobre m í la mano de Yavé, y llevóme
Yavé lucra y me puso en metilo de un campo que estaba lleno
de hueso».. . Y me d ijo : cH ijo de hombre, revivirán « to s huesos?
Y yo respondí: SeAor, Yavé, tú lo sabes. V' Él me dijo: H ijo de
hombre, proietiza a esto» huesos y di les: Huesos seo», oíd la (»•
labra de Yavé. Así d k e el SeAor, Yavé. a estos huesos: Y o voy a
hacer entrar en vosotros el « p íritu y viviréis.. . y viviréis y sabréis
qu e yo soy Yavé. Entonces profeticé yo como se rae mandaba; y
a m i profetizar se o y ó un ruido, y hubo un agitarse y un a c á .
carsc hueso» a huesos. M iré y vi que vinieron nervios sobre ellos
y creció la ca n te.. .**, etc. (Ezéquiel, y j, i.g ss. Tom ada de Kacar-
Colunga).**
A . Friedrich recuerda también una pintura descuhiena por
Grünwcdel en las ruiaas de un templo de SSngimághiz y que
representa la resurrección d e un hombre de sus propios hue
sos. resurrección obtenida por la bendición de un m onje bu-
dista.*® N o es éste el lugar adecuado para enurar en d eta llo
relativos a las influencias iranias en la India budista, ni d e plan
tear el problema, aún m al estudiado, de las simetrías entre la
tradición tibetana e irania. Com o ha advenido J. J. Modi.**
hace ya tiempo, hay un parecido sorprendente entre las costum.
hre» tibetana y la d e los Iranios de abandonar los cadáveres.
Unos y otros dejan qu e Jos perros y los buitres devoren los
■ 3» SIMBOLISMO DEL INDUMENTO Y TAMBOR CHAM AÑICOS
cuerpo», para los T ib e uno» tiene m u d u im portancia que el cuer
p o se convierta cuanto antes en esqueleto. Los J n nios colocan
k n huesos en el ústodan. “ el logar de los huesos*, donde fetos
esperan la resurrección.** PuedeconsklcrarteesLt costumbre como
una supervivencia de la espiritualidad pastor¡L
El folklore mágico de la India supone que ciertos santos y
y ogis pueden resucitar a los muertos, mediante sus huesos o sus
ceñ io s; asi procede, verbigracia, Ootakhmch.*3 y no deja de
tener interés señalar ahora mismo que «1 (amos» m ago está con
siderado com o e l fundador de una secta yógico-tintrica. los kan.
phata yogis, entre los cuales podríamos encontrar otras muchas
supervivencias chamanisias. Por últim o, es ir.tuuct-ivo recordar
q u e ciertas meditaciones budistas tienen como lin la visión del
cuerpo transformándose en esqueleto:*4 el im portante papel que
desempeñan los cráneos y los huesos en el lamaísmo y el tantris-
mo;*5 la danta del esqueleto en el T ib e t y en la M ongol»:** la
función qu e lleva a término la bnhmarandhra (satura ironía,
lis), en las técnicas extáticas tibetanohindúes y é n él lamafs.
nw,*1 e t c T odos estos ritos y todas estas concepciones nos parece
q u e demuestran que. pese a su actual integración en sistemas
m uy variados, las tradiciones arcaicas d e la identificación del
principio vital con los huesos no han desajm ecido completa
m ente del horizonte espiritual asiático.
Pero el hueso desempeña también otros papeles en los ritos
y los mitos chamánicos: m í , por ejemplo, cuando el chamán
vasyugan-ostiaco parte en busca del alma d d enfermo, utiliza
para su viaje extático al otro mundo una barca hecha de un
co(rc, y como remo emplea un omóplato (Karjalaincn: Religión
<Ur Jugnvdlker, U . p. 535). Tam bién habría que citar a este
propósito la adivinación por medio de un omóplato de morueco
o de oveja, muy extendida entre los Calmucos, los Kirghises, los
Mongoles, etc. y, mediante un omóplato de foca entre los Korva-
co*,** La adivinación es. por si misma, una técnica apropiada
para actualizar las realidades espirituales que están en la bate
d el chamanismo, o para facilitar la relación con ellas. Tam bién
aqu í el hueso del animal simboliza la "Vida tota)1' en continua
regeneración y, por u n to , contiene en sí. aunque sólo sea vir.
tuaimentc, todo cuanto pertenece a lo pasado y a lo futuro de
c»ta "Vida",
N o creemos habernos alejado excesivamente de nuestro tenia
- r e í esqueleto representado en el indumento chamánico- - al re
cordar todas estas prácticas y todas estas concepciones. Corlé*.
LAS CARETAS CIIAMANICAS »3*
pondtn ca á en su totalidad a nivele» d e cultura similares u "homo-
logables" y, a) enumerarlos. Hemos colocado cíenos Hitos en la
vasta área d e la «spirítualhlad pastoril. Precisemos, sin embargo,
que no (odas esas reliquias denotan por igual una estructura
"chamanista” . Y señalemos, por últim o, que en cuanto con
cierne a las simetrías que liemos establecido entre determinadas
costumbres tibetanat, mongólicas y nor-asiáticas, e incluso árticas,
hay qu e tener en cuenta influencias llegadas del Asia meridional,
y particularmente d e la India, acerca de las que volveremos a
hablar.
Los pueblos ugrios desconocen los dibujos <le los tambores cha-
máninh. Por el contrario, Jos chamarte* Japones ornan sus tam
bores todavía más copiosamente que los T itaros. En la gran obra
de M ankcr sobre el tam bor mágico Japón se hallan Lis reproduc
ciones y el análisis exhaustivo de un gsatt número de dibujos.*
N o es siempre fácil identificar los personajes míticos y la signi
ficación de codas la s imágenes, a veces sobremanera misteriosas.
En general, los tambores tapones representan las tres zonas cósroi-
cas separadas entre si por limites fronterizos. En el C ielo se
reconocen la luna y e l sol, diosas y dioses (probablemente influi
dos por la m itología escandinava),* aves (cisne, cuco, etc), el
tambor, los animales de los sacrificios, etc; el Árbol Cósmico,
gran número de personajes míticos, barcas, ios chamanes, el dios
de la caza, caballeros, etc., pueblan el espado intermediarlo;
(!:i tieiRi;) los dioses del Infierno, los chamanes con los muertos,
seq>icnies y aves se encuentran, junto a oirás imágenes, en la
zona inferior.
Los chamanes tapones utilizan también su tambor para la adivi
nación.00 Esta costumbre la desconocen los Turcos. Los Tongu-
set practican una especie de adivinación limitada, que consiste
en arrojar la varita a l aire: la posición de la varita, ya raída, d:i
la contestación a la pregunta hecha (Harva, p. ¿jg).
El problema del origen y de la difusión del tambor «hanúnico
a t el Asia septentrional es extraordinariamente complejo, y lejos
aún d e estar resuelto. Muchos indicios sitúan el lugar probable
de la difusión en el Asia meridional. Está fuera de duda que
* el tambor taraaísta ha influido no sólo en la forma del tambor
siberiano, sino lam bida en la del tambor de los Chukchi y de loe
Esquimales (ef. Shírokogorov; Frvf/romeitto/ complex, p. zgg). Es-
tas comprobaciones n o dejan de ejercer influencias en la forma-
ciún del actual chamanismo del Asta central y de la Siberia, y
volveremos sobre citas cuando intentemos tra u r las grandes lincas
«Ir la evolución del chamanismo asiático.
Las plumas de águ ila son conocidas en todas las tribus norte
americanas (Park. p . 13*). Ademas se las utiliza pegadas a los
paloi o varas en Jj s ccixnnooKis de iniciación (por ejemplo,
d ilrc Ion M nidm d el noreste), y estas varas se de|>0$ican sobre
las tumbas de los chamanes (Park, 134). Son un signo que in
dica la dirección q u e toma el alma del difunto.
En América del Norte,** como en la mayor parre de las demás
áreas, el chamán utiliza un tamboril o un sonajero. Donde
falta d tambor ritual se le reemplaza |K»r el gong o la concha
(especialmente en Ceitán.w en d Asia meridional, en China, etc.).
Pero siempre se trata de un instiumenlo capaz de establecer, de
un modo o de otro, contacto con d ''m undo de los espíritus".
Hay que entender cota última expresión en su sentido más am
plio, ya que en ella se incluyen no solamente dioses, espíritus y
dem onios sino tam bién ánimas de antepasados, muertos y aní
males milicos. Este contacto con el mundo suprasensible exige
forzosamente una concentración preliminar, facilitada por la
“ inclusión’' del cham án o de] mago en su indumento y acélé-
rada por l;t música ritual.
£1 mismo simbolismo del indumento sobrevive en las religio
nes más evolucionadas: las pieles de lobo o de oso en China,¿c-
tas plumas de ave d d profeta irlandés,40 etc. £1 simbolismo
microcósmico se encuentra en las vestiduras de lo» sacerdotes y
de los soberanos d el antiguo Oriente. £ste conjunto de hechos
encaja en una “ ley" harto conocida d e la historia d e las religio
nes: se llega a ser lo que se muesua ser. Los portadores de
caretas son en realidad los antepasados m ilicos representados por
esas caretas. Pero hay que esperar las mismas consecuencias — a
saber, la transformación total del individuo en algo diferente—
de los signos y símbolos diversos, en ocasiones solamente indi
cados en el hábito 0 directamente en el cuerpo: se apodera uno
de la facultad de vu elo mágico llevando una pluma de águila, o
Incluso el d ib ujo vivam ente estilizado de esa pluma, e t c El
uso de los tambores y d e los demás instrumentos d e música má
gica no se lim ita, sin embargo, exclusivamente a las sesiones.
Muchos chamanes tocan el tambor y cantan sólo por gusto, sin
que las im plicaciones d e estas acciones dejen de ser las mismas:
subir al C iclo o descender a los Infiernos para visitar a los muer
tos. Esta “ autonomin", qu e acaba po r señorear los instrumentos
d e U música mágico-religiosa, ha llevado a la constitución de una
música que, si no es aún “ profana” , es de cualquier modo m h
libre y está más llena de imágenes. El mismo fenómeno se pro.
i <3 SIM BOLISM O DEL IN D U M E N T O Y T A M B O R C K A M A N IC O S
♦
CAPITULO VI
E L C H A M A N ISM O E N E L ASIA C E N T R A L Y
S E P T E N T R IO N A L
TUSCI0SES !>JX «M AM AN
1
»5 B CH AM ANISM O I N A M A CX N I RAI. Y S E P T E N T R IO N A L
¡H e subido un peldaño!
¡A ik h a i, aikhoi!
¡H e alcanzado una región (celeste)!
¡Shagarbata!
¡H e trepado batía te cima de los tapty!
fñhagprbata!
/)' me h e elevado hasta la luna llena!
¡Shagarbata' 48
¡Shagarbata! ¡Shagarbata!
¡H e subido el segundo peldaño! etc.
it'4> CHAMANISMO t \ ASIA CENTK.M . V ÑEi’T Í.N T R IO N A l.
B a i U l g X n y e l c h a m á n a l t a ic o
/
£1. CHAMÁN l'.SIOOl’ OMl'O
*■ .!
a í
17- CHAMANISMO EN ASIA CKNTftAI. Y SEPTXSTTOON.U.
nitidez ottas <0*0: nieve abundante, mucMiim* caza. pesca ríp-
tima, etcétera.
A l volver a la yurtc pide que vengar, en su ayuda dos ¡>ode.
rosos espíritus protectores: bvtchu, especie d e monstruo con un
solo pie y de apariencia humana, con plumas, y koori, ave de
cuello largo. (Hay también íigurilhis de madera de estos seres
mltk-os; d . Hnrva. Figs. $9 y 40. p. j<jg. £1 cham án los lleva con
sigo durante c| descenso a los Infierno*) £1 chamán no podría
volver (le tas regiones infernales sin (a ayuda de estos dos espí
ritus; la parte más penosa del viaje de regreso la hace montando
sobre la Aoori.
Después de haber planteado su oficio hasta quedar extenuado,
el chamán se sienta, vueltos los ojos hacia (I Oeste, en una tabla
que representa un trineo siberiano. Ponen cerca di? él el almoha
dón (fonje), en el cual está incorporada el alma del muerto, y
una cesta « n vituallas. El chamán pille a ios espíritus que en
ganchen los pc-iros at trinco y solicita lambu'n un "lacayo" para
que lo acompañe en el viaje. V, algunos momentos después,
parte hacia «1 mundo de los «Ilícitos.
Los cantos que entona v las palabras que cambia con el "la.
cayo" permiten seguir su itinerario. A l principio el camino et
fácil, pero las dificultades se m ultiplican conforme se acercan
al dom inio d e los muertos. Un gran rio obstruye la rula y es
necesario ser buen chamán para conseguir pasar col) todo a la
Otra orilla. Algún tiempo después se advierten señales de acti-
vidad humana: huellas de posos, cenizas, pedazos d e madera: es
q u e ya no está m uy lejos la aldea de los muertos. Efectivamente,
se oye a los perros que ladran a poca distancia, se distingue el
hum o de las yurtes. se encuentran los primeros renos. Ya han
llegado a los Infiernos. Inmediatamente los muertos se reúnen
y preguntan al chamán su nombre y el del recién llegado. El
chamán se guarda mucho de decir su verdadero nombre; busca,
m ire la m ultitud de espíritus, a los parientes más- cercanos del
alm a que conduce, pata confiársela. Se apresura luego a volver
u la Tierra y. una ver llegado, cuenta largamente lo que ha
visto en d V iu n d o de los muertos, y las impresione* del difum o
a quien acompañó. T r a c a cada uno de los presentes los salu
d os de sus deudos muertos e inclino les entrega unos regalitos
d e su parte. A l terminar la ceremonia, d cham án arroja el
alm ohadón (fanja) at fuego. Y asi concluyen los deberes propia,
m ente dichos de los vivos respecto del difunto **
Una ceremonia semejante se lleva a cabo entre los Yurak de
14. CHAMAN t-ilCOPOMPO 17*
los bosques, en la Siberia ¿entra!, a una gran distancia de !<h
G oldcs. £1 chamán busca el alma del muerto y la lleva con ¿I
a los Infiernos. El ritual se dwarrolla en dos tiempos: durante
el primer día termina el descenso a l m undo de l<*v muertos; en el
segundo día, e l cham án regresa, tolo, a lu 1'terra. L oa tantos
que entona perm iten seguir sus aventuras. Encuentra mt rio
lleno de pedazos d e madera; su espiritu-ave (jorra) le abre el
camino a través d e « to s obstáculos (que .son, probablemente,
vivios esqub desechados por los espíritus). Un segundo rio lo lie.
nan restos d e viejos tambores charaánicos; un tercero es imprac.
ticablc a cauta de las vértebras cen itales de los chamanes muer,
tos acumuladas en ¿1. U na ver qu e /om t le deja expedito el
camino, el chamán llega al Agua grande, más allá de la cual
te extiende el m undo d e las sombras. I,os muertos siguen ha*
riendo a llí la misma vida que en la Tierra: el rico sigue siendo
rico, y el pobre sigue siendo pobre. Pero han vuelto a ser magos
y se preparan para volver a nacer en la Tierra. El chamán lleva
al alm a hasta donde están todos sus deudos. Cuando encocn.
ira al padre del muerto, éste exclama: '‘ ¡Torna, mi h ijo está
aquí!'*.. . El retorno del chamán se verifica por otro camino y es
fértil en aventuras. El relato de este viaje de regreso ocupa
un día entero. El chamán encuentra, uno tras otro, un lucio, un
reno, una liebre, etc., los captura y trae a la Tierra buena suerte
para la ra?a.at
Algunos de estos temas de descensos cluraánicos a los Infier.
nos han pasado a la literatura ora) de los pueblos siberianos. Asi
se cuentan las aven turas del héroe buriato Mu-monto. que des
cendió a los Infiernos en lugar de su padre y, ya vuelto a la T itir a ,
describe las torturas de los [Kcadoies (Harva, op. cit.. pp. 354-5).
A. Castren ha recogido, entre los Tátaros de la estepa Sajan, la
historia de Kubaiko, la valiente muchacha qu e descendió a los In
fiernos para recoger a llí la cabeza de su hermano, decapitado por
un monstruo. Después de muchas aventuras, y luego de contem
plar los distintos tormentos con que se castigan los pecados,
Kubaiko se encuentra ante el mismo R ey del Infierno, Irle Kan.
Este le permite llevarse la cabeza de su hermano sí sale victoriosa •I
de una prueba: sac'.ir del suelo un morueco de siete cuernos tan
profundamente en corado qu e sólo se ven las astas. Kubaiko
lleva a tétmino la proeza y vuelve a l m undo de los vivos con la
cabeza de su herm ano y el agua milagrosa que el dios le regaló
para rem atarlo.”
Lo* Tátaros poseen una considerable literatura sobre este tema.
I
CHAMANISMO EN ASIA CT.VI K Al. V SEPT f-N I R IO NAL
II. C U R A C IO N E S M ACUCAS. EL C H A M A S P S iC O P O M P O
montaña»12 igual que entre los Alem a*: como se sabe, Ja mon
taña simliolj/,i vi eje cósmico y « fíaJla por lo tam o en el ''Centro
d el M undo'1 Los magos Japones de nuestros días recuerdan aún
los milagros de sus antepasados, que podían volar por el aire.
etc.1* La sesión abarcaba cantos c invocaciones a los espíritus;
«I tambor — en el que se han advertido dibujos tuuy semejantes
a los ile le» tambores altaicos— desempeñaba u n importante
papel en hi realización del trance.14 Se ha tratado de explicar
la tetdhr escandinava como un préstamo del chamanismo tapón.'4
Pero, como ya tendremos ocasión de ver, la región de ios ami.
guos Germanos conservaba bastantes elementos q u e se podrian
considerar como cham ánkm para que sea n e c e s ito hacer inter
venir las influencias de la magia tapona.
r
SESI0 NK5 CHAM VM I.\S K v rR R lU hOU SES V O R O IC H i 193
b L C H A M A N ISM O Y lM f Ú H
t
\ O I \MASISMO YUt.W IR i»
.f
y n i anciana, custodia del umbral *lel m is allá; luego llega
am ^ un río y 1» atraviesa en tina burea. En <1 Reino «te la* Som.
bia$ d difunto sigue llevando la misma tifia que liarla en la
'lle n a , jum o a los suyos, d o lían lo a tarar "aniinaleMt)rubras".
A este Reino detetende el thamún para buscar el alma del
enfermo.
Pero c i u j .i en el Cambien «ti oirá ocasión: para *'rol>ar" un
alma y hacerla nacer aquí abajo, tniuxludétulola en el vientre
de una mujer; porque los nmeriot vuelven a ta T ierra donde
comienzan una nueva existencia. Pero, algunas veces, cuando los
vivos olvidan sus deberes respecto de los difuntos, ésto» se niegan
a enviarles almas, y las mujeres no conciben Entonces e l cha.
ra á n desciende af R ein o de las Sombras y , si no consigue con*
vencer a [os muerto*, roba un alma y la introduce a la fuerza
en <1 cucrjio de una mujer. Pero, cu tal caso. los niños no viven
mucho tiempo. Sus almas tienen plisa de volver al Reino de
las Sombras.**
Sé hallan algunas vagos alusiones a una antigua división de
los chamanes en "buenos'* y "malos” , igual que la mención de mu*
jciw-chamanas. hoy desaparecidas. Entre ios Y u k a g im no se I
adviene huella alguna de l,i participación de las mujeres c ji
lo que se lu llam ado "chamanismo familiar, doméstico", y que
.sobrevive aún cn u e los Koiyacos» y los Cliukchi. «osa que (es con*
siente custodiar los tambores familiares (véase infnt, p. sos).
Pero antiguamente cada familia yukagir poseía su piopio tantlior
(fochtilvjn. pp. tpssr.), lo que pnteba <j i i c , por lo menos ciertas I
ceremonias chamalucas, s<“ practicaban ix-riódUamcntc por los
miembros de la casa.
Entre la» distintas sesiones que describe Jocliclson — no todas
ellas interesante»— , nos contentaremos ron dar una síntesis de
In más impórtame, q u e tiene por objeto una curación. El cha I
mán se sienta en el suelo y, luego de haber tocado largo ticnqxr I
el tambor, invoca a yus espíritus protectores im itando las vocm
de distintos animales: "Antepasados míos — exclama— . venid a
mi. Acercaos .i r a í. para ayudante, mis miichachitas-cspíritus. I
¡Venid a q u í!. . Empieza a tocar el tambor y. levantándose con
la ayuda de su ¿sitíente, se aceita a la puerta y respira profunda,
I
mente, para engullir asi (as almas de lot antepasada y los otros
espíritus que acaba d e conjurar. "¡Parece ter qu e «i alma del
cnlrrm o se ha dirigid o lu cia el Reino d e las Som brad", anón,
cían, por su voz, los espíritus de tos antepagados. Los lieisdtw del
paciente le estimulan: "¡S¿ inerte! ¡Sé fuerte!’' El chamán deja
I
i
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El. c h a m a n i s m o in t u í. lo s C h c r c iii
i!
i
I
»
C A P Í T U L O V III
CHAMANISMO Y COSMOLOGIA
la M onhaRa C ósmica
Lo» Gotdcs. los Dolganes y ¡ov Tunguves dicen que las almas
de lo* niños, ante» del nacimiento, descaman, com o pajaróos, en
las ramas del A rbol Cósmico. y qu e a llí van a buscarlas los cha
manes (Harva: R fiig . í'orsteR., pp. ^ y ifó&r.). Este lema mi
lico. que ya encontradlos en los sueños in íciáikos de los futuros
chamanes (véase p. 49), uo *0 limita a l Asia central y septen
trional; es conocido, por ejemplo, en Africa y en Indonesia.44 El
esquema cosmológico Arbol-Ave (Aguila), o Á rb o l con el A ve en
la copa y la Serpiente en la raíz, aunque especifico- de los pueblos
del Asia central y de los germanos, es probablemente de origen
oriental,41 pero el mismo simbolismo se ve ya form ulado en los
monumento» prehistóricos.48
O tro tema — éste de origen tucamente exótico— es el del
Arboi-Libro de los destinos Entre los Turcos O&man, el Árbol
de la Vida tiene u n m illón de hojas, en cada u na d e las cuales
está inscrito el destino de un hombre; cada vez q u e nn humano
muere, cae una hoja (Harva: ReUg. Pontell-, p. 7a). Los Ostia-
eos creen que una Diósa. sentada en una Montaña celeste de
siete peldaños, inscribe la suerte del hombre, inmediatamente
después de su nacimiento, en un árbol de siete ramas (lind.,
p. 178). Se encuentra la misma creencia entre lo* Ba<ak,u pero
como los Turcos, igual que los Bntak, recibieron la escritura
bastante tardíamente, d origen oriental del m ito es clarísimo.
Los Ostiacos creen también que k » dioses buscan c) futuro del
niño en un Ltbro del Destino; según las leyenda* de los T a u ro s
siberianos, 7 dioses escriben en 'u n "L ib ro d» la Vida'* la suene
de los recién nacido» (Harva: o¡>. á t,. pp iGoss.). Tero todas
estas imágenes derivan de la concepción m esopotám io de los
siete ciclos planetarios, considerados como un L ib ro del Destino.
La* recordamos en este contexto porque d chamán a) llegar a la
copa del Arbol Cósmico, a! último Cielo, interroga también,
en cierto modo, sobre el ‘‘porvenir" de la comunidad y el "des
tino" del "alma".
los nc u rao s m ís t ic o s 7 y 9
ante» (te que tos muertos que les lian precedido lu y a n quebrado
en él todos sus huesos y les hayan vuelto los ojos en las órbi
tas, de numera que puedan mirar hacia dentro. Ya cumplidas
esta» condiciones, se convierten en verdaderos espíritus (Acmotl)
y pueden comer los (rulos del Arbol/* Éste es. desde luego, un
Arbol milagroso y el Manantial de la Vida; porque tm su ruis
crecen pechos henchidos de leche, y se encuentran también los
espíritus de los niños;1111 verosímilmente, las almas de los que no
han nacido aún. Aunque el mito recogido por Evans no diga
nada acerca de este pum o, es probable que los difuntos se vuel
van niños y se preparen así pora una nueva ex ¡«encía en el
mundo.
A qui volvemos a encontrar la idea del A rbol d e la Vida, en
cuyas ramas se posan tas almas de los niños, y q u e parece ser
un m ito antiquísimo, aunque sea parte de otro conjunto retí,
gtoso que e) que se refiere al dios l a Pedir y el simbolismo del
Eje del Mundo. Efectivamente, se descifra en este mito, por una
parte la conjunción mística hombre-planta, y p o r otra |wrte,
rasgos de una ideología matriarcal qu e son ajenos al conjunto
arcaico: Dios supremo del Ciclo, simbolismo de las tres zonas
cósmicas, mito de un tiempo primordial en que existían com uni
caciones directas y fáciles entre la T ierra y el C íelo (mito del
"Pamiso perdido"). Además el hecho de qu e los difuntos puedan
volver a su aldea durante siete dias, demuestra también una
influencia, aún más reciente, mdomalaya.
Entre los Sakai, cunden estas influencias: creen que el alma
abandona el cuerpo por la p an e posterior de la cabera y se
dirige hacia Occidente. El muerto trata de entrar en el C ielo
por la misma puerta que utilizan las almas de los Malayos, pero,
como no lo consigue, pasa ]X>r el puente Mcmeg. tendido sobre
una caldera de agua hirviendo (esta idea es de origen malayo
(Evans, p. aog, w. ij). El puente es en realidad e l tronco de un
árbol $¡n cortera. Las almas de los malvados caen en la caldera.
Yetlíing se apodera de ellos. lo» abrasa hasta dejarlos convertidos
en cenizas; entonces los pesa: si las almas son livianas, las envía
al Cielo; de no ser asi, continúa quemándolas para purilicarlas
por el fuego.*4
Los Besisi del distrito Kuala Langat de Sciangan, como los
de Uebrang, hablan de una Isla de los Frutos, a la que se dirigen
las almas de los muertos. La isla es semejante a l Arbol Ma'pic
<!e los fom aug, Allí* cuando los hombres envejecen, pueden
volverse niños y crecer de nuevo.*8 Según los Besisi, el Universo
I HAMANIYMO V t m M O U X i f A UN l'.l. AKKA (K X A N I C A
I i
1
V
CAPITULO IX
I X C H A M A N ISM O N O R T E A M E R IC A N O
Y SU K A M E R 1C A N 0
tlvit* (in ii|in la d « , cica te/ de cara, informes acerca del dem.
|Ki, ríe.), ii |>or la enfermedad (que también amenaza de un modo
ii m ío el equilibrio de la sociedad}, e) chamán emprende viajes
nitdtkiM jiI Cielo, a l País d e los Muertos, por gusto (Jor ¡oy
nhne). Se deja atar, com o es la costumbre cuando se prepara
|Wi«i una uicem ión, y vuela por los aires; a llí conversa larga*
mente «m [os muertos y, ya de vuelta en la Tierra, narra la vida
de lo» dirímeos « i el Cielo (Rasmussen: Igluiik, pp. jag-gt).
K.»ir i.ugu dcnmcicni la necesidad qu e siente el chamán esquimal
de l.i rx|>cricnda extática por sí misma, y explica inútilmente tu
huliiuición liad a la soledad y la meditación, sus largas conversa-
dones con sus espíritus auxiliares y tu necesidad de quietud.
.Se distinguen, p o r lo común, tres regiones donde moran los
muerto* (el., pot ejemplo. Rasmussen: S'eisiUk, pp. 515 .» .); el
(Helo, un infierno situado inmediatamente bajo la cortera tenes-
ire y un segundo Infierno hundido m uy profundamente bajo la
T i m a . En los Cielos, como en el Infierno verdadero y profundo,
los muertos llevan una existencia feliz, disfrutando de una vida
de alegría y de prosperidad. La única gran diferencia con (a
vida terrestre consiste en que allá abajo las estaciones son siempre
opuestas a las que- transcurren en la T i a r a : cuando es invierno
aquí abajo, es verano en el C ielo y en los Infiernos, y viceversa.
Únicamente en el Infierno subterráneo, situado inmediatamente
bajo la corteza terrestre, y reservado ¡1 los que se lian hecho
culpables por diversas violaciones de loa tabi'is, así como a los
cazadores medianas, es donde reinan ei hambre y la desesperación
(Rasmussen: ife/d.}. I-os chamanes conocen perfectamente todas
cuas regiones, y cuando un muerto, temiendo afrontar a solas
el camino del m ás allá, se apodera del alma de un vivo, el
a n g a k k ú k sabe dónde tiene que buscarla.
A veces el viaje de ultratumba del chamán te 1caliza duróme
un trance catalcptico que presenta todos los caracteres de una
muerte aparente. Esto le sucedió a un chamán de AJaska, el m al
manifiesta haber m uerto y haber seguido durante dos días el ca
mino de los difuntos: era un camino [sollado por todos los que
le habían precedido. A l andar, escuchaba continuamente llantos
y lamentaciones; supo que eran tus vivos que lloraban a sus
muertos. Llegó a u n pueblo muy grande, parecido a los de los vi.
vos; allí dos sombras lo llevaron a una casa. FJ hogar a ta b a
encendido en el centro de la vivienda y algunos nozo* de cume
asábanse en la$ brasas, pero éstas tenían ojos vivos que seguían
los movimientos d e l chamán. Los compañeros le ordenaron que
t j, CHAMANISMO NORTEAMERICANO "> SURAMER1CAXO
t A iC SIÓ N C U A M ^ S IC A
l a c u r a c h a m An ic a tr e n t e ros P a v i o t v o 21
ciún del tiempo ton mucho menos frecuentes que las sesiones
ilo i litación. Pero se sabe que el chamán puede atraer la lluvia,
detener las nubes, fu n d ir el hielo de los ríos y todo ello simple,
mente cantando o agitando una plum a {Parle, pp. 6otí.)- Com o
y-i lientos dicho, parece ser que a n u d o sus vi» ludes mágicas
cían mucho mayores, y que se complacía en jactáis* de ellas.
Algunos chamanes paviouo hacen profecías o interpretan los
sueños. Pero no desempeñan ningún papel en la guerra, en la
Cltul cuán subordinados a ios jefes militares (Park, pp. 61 jj .).
I
IA S COFRADIAS SECRETAS V M , CHAMANISMO »i*>
I.AJ C O K k A M A S M C R F T A S V r i C H A M A N IS M O
LA CURACIÓN CIIAMÁNICA
a
z& CHAMANISMO NORTEAMERICANO Y Sl'RAMERlCAXO
hasta la Tierra del Fuego. La? aportaciones nor^sádiicas e inclino
aaáticO'OCcánicat, no han hedió harto probablem ente más que
fortalecer, y a veces modificar, en algunos detallen, una ideología
y una técnica diam ánicav ya ampliamente extendidas en las dos
América* y en cien o modo nainraliradas.
CAPÍTULO X
E L C H A M A N ISM O EN E L SU R E S T E A SIA T IC O
V EN O CEAN JA
C R I/.X C IA S ¥ T tO ÍI C A A C H A V A N RIAS r X I R C LO S S l m a n c ,
LO S $ A K A t V LO S J á KUN
F I. (H U M A N IS M O M A L A Y O
I,a religión de los ILitak de Sumatra, muy influida por las ideas
llegad»* de la India {véase, uipra, pp. az?**.), está dominada
]>or el concepto del alma (rondi); esta entra en el cuerpo y
lo abandona por la fontanela. La muerte es, en realidad, ci
rapto del aliña j » r un espíritu (begu); si el difun to es joven,
créese que una mujCr-btfgv lo ha tomado |*or esposo. Los muertos
y los espíritus hablan valiéndose de lo» médiums.
Chamanes («bajo, " la palabra") y sacerdotes (dafu), aunque
distintos por U estructura y la tocación religiosa, persiguen el
miuuo fin: defender el alma (íondt) de su rapto por los dem o
nio}, asegurar la integridad de la persona (rumana. E nue los
Batak del Norte, el jibaro e» siempre una m ujer v, por lo común,
el chamanismo es hereditario. N o existe la instrucción por un
maestro: c) qu e ha sido "escogido" por los espíritus recibe dircc-
tanteute de ellos la iniciación: esto es, es capaz d e "ver'* y de pro.
íetixar. o d e ser "poseído" por un espíritu;16 en otras palabras,
de identificarse con él. La sesión de loo jib aro se efectúa por la
noche; el chaman toca el tambor y danza alrededor det fuego
para invocar a los espíritus. Cada uno de éstos tiene su melodía
particular, e incluso su color propio, y el «baso viste un hábito
de mucho» colore* *j desea invocar mochos o p iritu i. La pisten-
cía d e ¿stos se manifiesta por l;»s palabras en lenguaje secreto,
"lenguaje d e los espíritus", que pronuncia el jibaro y qu e han
de ser interpretada». E l diálogo v e m sobre la causa de la enfer
medad y su tratamiento; el begw asegura qu e logrará la curación
siempre y cuando el paciente ofrezca determinados sacrificios.17
El sacerdote bat*k, el rfatu, es siempre un hom bre y disfruta
de la situación social más alta después del jefe. V ito también
¿1 es un curandero y también él ¡nvota a los espíritus en un Icn.
guaje secreto. F4 da tu piotcge de la* enfetmodade* y los w rtilt.
gios; la seeióu de cura consiste en la búsqueda d el alma del enfer
mo. Además, puede exorcizar a los begu q u e se introdujeron en
los pacientes; también puede envenenar, aunque se suporte que
sólo es un "m ago blanco". A la inversa de los Jibaro, al datn lo
inicia un maestro; le revela especialmente los secretos de la ma
gia. eo lito s en "libros" itedios de tortera de áibol. El maestro
ileva ci nombre hindú gurú; concede gran im portancia a »u vata
CH A M AN E S Y SACERDOTES EN 5 UNATRA *75
M . C H A M A N ISM O ItN B O X N C O V C É L E B E S
Cuando ¿iie luí rodado por (ierra, los asistentes l o cubren con
una m íiiiu y esperan el resultado de su viaje extático. Porque
desde que está en trance, el mattoug, camina p o r los Infiernos
para buscar rl alma del paciente. Acaba por atraparla y se le*
vam a de pronto guardando en la mano el alm a del enfermo,
qu e se la devuelve por la cabera. La sesión se llam a ¿riten y
l’crhnm distingue hasta catorce clases según sus dificultades céc.
nicas. La curación termina con el sacrificio de una gallina.**
En su forma actual el betún d e los Dayaco* marítimos parece
ser un fenómeno mágico-religioso bastante complejo. La inicia
ción del wtíjvtftig (la fricción cotí las piedras mágicas, el ritual
de la ascensión, etc.) y ciertos elementos de la cura (la importan
cia de loe cristales de cuarxo, la fricción con las piedras) indican
una técnica clutmáiiUu bastante antigua. Pero e l seudo. trance
(que se toma la precaución de ocultar tras una manta) descubre
influencias recientes, de origen indomalayo. O trora. todos los
numang se ponían, una vez iniciado», vestiduras fem eninas qu e
llevaban toda su vida. Hoy ]x>r boy, esta costumbre os ya muy
i-ara.311 Sin embargo, una dase especial (le manang, los manan,!»
beli de d e r u s tribus marítimas (y. por otra paite, desconocidos
entre loa Dayacos de las colinas) llevan vestidos femeninos y se
dedican a los miónos trabajos que las mujeres. A veces toman
•'marido", pese a las burlas de toda la aldea. El clisfrar. con
todos los cambios que lleva anejos, es aceptado después de una
orden sobrenatural recibida tres veces en sueftos: negarte sería
desaliar a la muerte.*3 Este conjunto de elementos denota hue
llas precisas de una magia lemenína y de una m itología m am ar-
cal, qu e debieron dom inar en otro tiempo el chamanismo de los
Dayaco? marítimos: casi todos los espíritus ton invocados por
los manang con el nombre 7ni, "A buela" (U n g Ruth, I. p. iBt).
Sin embargo, el hecho de que los manong batí sean desconocidos
en el interior de la isla, demuestra que todo este conjunto (dis
fraz, impotencia sexual, matriarcado) llegó de fuera, aunque en
tiempos remotos.
Entre los Ngadju-Dayacos del sur de Borneo, los intermedia
rios entre los hombres y los dioses (especialmente los Sangiang)
son lo* bo iú n y los basir, sacerdotisas-chamanas y sacerdocexha-
manes-asexuados (el vocablo baur significa "incapaz de procrear,
impotente"). Estos últimos son verdaderos hennafroditas. que
se visten y se com ponan como mujeres. I m M ía n , como los
basir, son "escogidos" por Sangiang, y sin el llamamiento de éste
no se le puede servir, aunque se recurra a las técnicas habituales
CHAMANISMO KN BORNI'.O Y Cf.l.KIIIS *79
1 éxtasis. la dan/a y el tambor. I.ot Ng.idju.Daynto» «>it muy
lio» i>n este punto: no b:iy éxtasi» |>os¡ble tí no «• siente
i>| IMinado de la divinidad. En cuanto a la iHtcxualidail y a la
impulrnrfo de lo» 6a.u>, esta última se debe al hedió de que su Ies
m iniilri.: como intermediarios entre los dos plano» cosmológicos
I In t j j Cíelo— , y también a) hecho de qu e reúnen en sm
I» iMiii.n el elem ento femenino (Tierra) y e] elemento masculino
¡Cielo).« Se trata d e una and robinia ritual, fórmula arcaica muy
«otincidu de la bi-unidad divina y de la coincidenlia oppotita-
Mtt« .** < jomo e! h m m íto tlitisjn o de los batir, la prostitución de
luí hiilian se luttda igualmente en el valor sagrado del ''interine.
•U iilo ". i*n la necesidad de abolir las polaridades.
I.ih dioses (Sangiang) se incorporan en los balian y |n« batir
y liablan directamente pur ellos. Pero este fenómeno de incor.
|«uut.'iúii no es una posesión. Nunca las almas de los antepasados
n los difunto* tom an posesión de loa batían o de los basir; éstos
mui exclusivamente los instrumentos de expresión de las divioi-
iladii. I.os muertos u tiliian otra clase de hechiceros, los tukang
Inii’tir, 1*11 éxtasis d e los ba/mn y de los batir lo provoca San.
gi.mg, n sobreviene dosptiés de los viajes extáticos rpie mis servido-
tes emprenden a) C ielo, para visitar la “ aldea de los dioses".
Drhciiim tccoidar varios rasgos: la vocación religiosa, deci
dida únicamente p o r los dioses de lo alto; el carácter sagrado de
la • om itida sexual (impotencia, prostitución); el modesto papel
ilmctu|>cñado por la técnica del éxtasis (danza, música, etc.): el
IMnrr provocado po r la incorporación d e Sangiang o por el vía.
místico a l Ciclo; la ausencia de relaciones con las almas de
los ittiiqxnados y. p o r tamo, la ausencia de la “ posesión". Todos
rv|i« ruractcrc» contribuyen a poner de relieve el arcaísmo de
semejante fenómeno religiosa Aunque la cosmología y la reli-
glúti dt* los Ngadju-Davaco* hayan sufrido probablemente tn-
Ibu-mlus orientales, puede presumirse que los balian y los fruir
Npirscitr.iu una antigua y autóctoua forma de chamanismo.
lan batir de los Ngadju-Dayacos tienen unos a modo de dobles
ru Im bajan» (“ emba madores") de lo» Toradja. Éstos son por lo
t umúit ntujcies y su técnica particular consiste en emprender vi».
|i i extáticos a los Cielos y a lo» Infiernos. qu e las bajasa pueden
tridi/.ii-, ya en espíritu, ya tn concreto. Una ceremonia impor-
Mitre c» la momparilangka ("sentarse en el sitio venerable” ), que
tres noches consecutivas; la bajasa conduce las almas do las
iimji i n y <lc lili muchachas para puriiicarlac, y la tercera noche
las lia r a la Tierra y las reintegra a >us cuerpos. Tam bién co-
*8 » CHAMANISMO EN fcL SURESTE ASIATICO T 0 CEAN1 A
LA "BARCA p e i O
J S MUCRtOS" y LA BARCA CHAMANICA
CHAMANISMO M tlA N M K )
visto que esta ojicraoors <1 algo específico <k las iniciaciones
chamánicas.
En Dobtt, una Je la» islas de U Nueva G uinea oriental, «I
hechicero se ic considera como un ser ••abrasador", y la magia
se relaciona con el calor y el fuego, idea que pertenece al chama,
nismo arcaico y q u e ha sobrevivido incluso en ideologías y téc.
nicas más desarrolladas (vca$e pp. 35$ «•). Por esta razón
el mago debe matener su cuerpo •‘seco" y "ardiente” ; trata de
conseguirlo bebiendo agua salada y comiendo manjares m uy con.
dimentados.44 Los hechiceros y hechiceras de lío b u vuelan por
lo» aiíe*. y durante la noche se pueden ver los rastros de fuego
que de jan tras e llo s4'1 P u o son especialmente la» mujeres las que
vuelan; porque en Dobu las técnicas mágicas están repartijas
en tic los dos sexos del modo siguiente: las mujeres son las ver.
daderas magas; actúan ditec(ámente valiéndose d e su alma, mien
tras que su cuerpo está sumido en el rueño, y atacan ci alma de
L víciin u (que pueden u a r del cuerpo, y luego d n tru it); los
hechiceros trabajan únicamente por medio de cantos mágicos (For.
tune. op. ci>., p. 150). L-« diferencia de estructura entre los magos-
ritualistas y los extáticos presenta aquí el aspecto de una división
fundada en e l sexo.
E11 Dobu. como en otras regiones de Melanesia, la enferme,
dad está provocada, ya por la magia, ya por lo» espíritus de los
muertos. Taruo cu un caso como en el otro, se pone en cura el
alma del entonto, aunque no iL-tya sido arrebatada fuera del
cuerpo, sino sencillamente herida. En las dos hipótesis, se acude
a l medianc-man, qu e descubre la causa de la enfermedad mi
rando mucho tiempo las cristales o el agua. Se induce- qu e el
alm a ha sido raptada, merced a aereas manifestaciones patoló
gicas del entorno, quien delira o habla Je barco» en e l mar. etc.;
¿sta es la señal de que su alma ha abandonado e l cuerpo. E l cu.
tandero descubre en el cristal qué persona ha provocado la cn>
tontedad, « a vivo o difunto. Se soborna al autor del hechizo'
para aplacar su enemistad o se hacen o to m ías al muerto, si **
descubre que éste es la causa Je la dolencia.13 En Doliu todo
el mundo pracLka la adivinación, pero sin acudir a la magia
(Fortune, p. 133): asimismo, todo «i mundo posee cristales voj.
cánteos a k » que se atribuye la facultad «le v o h r si se dejan a la
vista y qu e sirven a los hechiceras para “ v o " los espíritus ( M . ,
pp. 2g8¿).). Y a no subsiste ninguna enseñanza esotérica en lo
que atañe » estos cristales pWd.), lo qu e demuestra la décadas-
cía del chamanismo masculino tu l>obu; porque existe; por otso
CH AM AN ISM O M H .A N FM O
C H A M A N ISM O fO U N lA I O
NOTAS PRELIMINARES
t " ~ “ “
•96 in tO L O C fA S Y T fiC S IC A S CH AM AN 1C A S
t
agft IDEOLOGIAS Y TECN ICA S CHAIM N1CAS
t
LA CRECIA ANTICUA
rjnación. cmo c>, en fin <Ic mentas, se relaciona más bien con la
"pequeña magia*'.
LA G ü UCIA ANTIGUA
4
£SCt I AS. CAUCASEOS K IRANIOS 3"
dore*. E l conjum o de imágenes relativas a! Infierno propio de
los chamanes del Asia central ha sufrido probablemente la in.
llucncia de las ideas orientales y, en primer lugar, iranias. P a o
esto no quiere decir que el descenso cham ánúo a los foliem os de-
note una influencia exótica: la aportación orienta] no ha hecho
otra cosa que am pliar y colorear las situaciones dramáticas de
los castigo»; los qu e se han enriquecido a consecuencia de las
influencias orientales son los relntos de los viajes extáticos a
los Infiernos; el ¿ctiuúr lite muy .interior a esas inllucm iiu (en
efecto, hemos encontrado la técnica del éxtasis en culturas ar
caicas donde cm imposible sospechar una inflnrnrin <IH Oriente
antiguo).
Asi. sin que podamos decidir a propósito de la eventual ex.
periencía "cham ánica" del propio Zara lustra, es indudable que
la técnica más elemental del éxtasis, la embriague/ producida
]K>r él cáñamo, era conocida por los antiguos Iranios. Nada
nos impide creer «pie también hayan conocido otros elementos
constitutivos del i'hamanisioo: por ejemplo, el vuelo mágico
(^comprobado entre los Escitas?!), o )a ascensión ai Cielo. Arxiá
V íráf dio “ un prim er paso’' y alcanzó la esfera de las estrellas,
un “segundo paso1' y llegó a la esfera de la luna; el "tercer paso"
lo condujo a la lu z que se llama “ la más alta de tosías" y el
"cuarto paso" lo llevó a la luz de Gatoim an (caj»s. vit.x, liad,
citada, pp. tg « .). Sea cual fuere la cosmología que esta ascen
sión celeste manifiesta, es seguro que el simbolismo de los
“ pasos" — e l mismo q u e volveremos a encontrar en el m ito de
la Natividad de Buda— se superpone con toda exactitud al dm-
bobuno de los “ peldaños” o «le tas muescas del árbol chatoánico.
Kste conjunto de simbolismos está intimamente relacionado con
la ascensión ritual al Ciclo. Ahora bien, como hemos compro-
lindo varías veces, tales ascensiones son propiamente chamánicai.
I-i importancia d e la embnagucx que se busca en el cáñamo.
Apaietc eonfiim ada, además, por U enorme difusión del tér-
mino iranio a través del Asia oentra). La palabra irania que
sirve para designar a l cáñamo es bangha, y lia venido a significar,
en muchas lengua» ugrias, tanto la seta chamánica por excelencia,
.IgoriVuf mnsomit* (que se uiílica prcrisamcutc cotoo medio de
Intoxicación ame* de la sesión o durante ella), como la embria
gue/:” tf, |xir ejem plo, el vocablo vogul pánkh, "« til” (Agaricua
p u /tw m í), las palabras mordvin pringo, pongo y el término che-
íemU pongo, "seta" también, En el vogul septentrional pánkh
«kgniliru asimismo “ embriaguez, borrachera". l.nt himnos a las
$13 IDEOLOGIA.? V TÉCNICAS CHAMÁN1CAS
t
.V* IDLOLrtftlAS V TECNICAS CHAMANlCAS
desempeñan tm papel ¡taponante en cintas escudas liótricas
(cí. nuestro t-e Yog¡r, pp. 205 « .j, sC llaman en mongol “ las que
andan por Jos a ires' y en tibeu nn "Ja* que se van al Cielo''.11
F.1 vuelo mágica y la ascensión at Cielo ayudándose con una
escala o una cuerda son ternas frecuentes asimismo en el T ibet,
donde no los coma ion necesariamente de la lu d ia, puesto que
se encuentran en las tradiciones iton-po o procediendo de ellas.
Además, y romo vamos a ver en seguida, los muñios temas tienen
un papel de importancia cu las creencias mágicas y el folklore
chino, y se hallan, en el inundo arcaico, casi en (odas partes.
Todos estoi hechos que acallamos de reunir, con excesiva bre
vedad, a nuestro juicio, no son forzosamente “ diam ánteos": cada
uno de.cllos tiene-, en el conjunto del que ha sido aislado para fa.
editar nuestra exposición, un significado que le es propio. Pero
era prccúo presentar las equivalencias en la estructura de esos
hechos mágico-religiosos de la India. El extático y el mago sólo
constituyen un fenómeno singular «ti el conjunto de la religión
hindú por i» intensidad de su experiencia m ística o lo notable
de su magia; pues la teoría subyacente — ps decir, la ascensión al
Cielo— vuelve a encontrarse, romo lientos visto, i neluto en el sim
bolismo del sacrificio bm hminico.
En efecto, lo que distingue la ascensión de] m uni de la aseen,
sión realizada por medio del ritual bnthmánico, es justamente
su carácter experimental: se trata, en este caso, de un "trance"
comparable a la “ gran « sió n " de los chamanes siberianos. Pero
lo importante estriba en qu e esta experiencia extática no contra,
dice la teoría general del sacrificio brahm inico: lo mismo que
el trance de los chamanes, encaja admirablemente en el sisteeu
counoierdógico de las religiones siberianas y a lis io s . L a prin
cipal diferencia entre estos dos tipos de ascensión se debe a la
intensidad de la experiencia; pues ¿sta es, en definitiva, de orden
psicológico. Pero sea cual fuere dicha intensidad, tal experien
cia extática se hace comunicable a través de un sim bolism o uní-
v o s alíñenle válido y ella misma lo es en el grado en que consigue
integrante en el sistema mágico-religioso ya existente. Y a hemos
visto que la facultad de volar puede obtenerse d e muchas mane
ras: trance chamánico. éxtasis místico, técnicas mágicas, y cam.
b¿¿n por medio de una severa disciplina pairomemal, como la
Yoga de Patañjali. de un ascetismo vigoroso, com o en el budis.
mo. o con prácticas de alquimia. Esta diversidad de técnicas
corresponde, sin duda, a la diversidad d e expe riendas, y a la
ver. aunque en menor grado, a ideologías diferentes (existen.
E l. 'T A P A S - V L A “ M IM A» J '9
fu ‘‘ t a p a s " Y la “ DttwA”
IV D K M O , TAyntBMO Y LA M AÍSM O
C uino los 'l ai, como tos chinos.» los Loto saben qu e los primu.
ro* hombres andaban libremente entre la Tierra y «I Cielo; a
consecuencia de un "pecado", se cerró el camino.** r*cro. al mo.
i ir, el hombre vuelve a hallar el camino del Cielo: caco es, lo que
se deduce, al menos, de ciertos rituales lu n o a tiw , e n los que el
p¡m o, sacerdote cham in, lee junco a! muerto plegarias que lia.
bfan de las bienaventuramos qu e le esperan en el C ie lo (Vanni-
celli. op. cit.. p. i#.|). Para llegar al mismo, el difun to cieñe que
p x u r un puente- al >on del tambor y del cuerno de c a n , se
rezan otras oraciones que guian al m uerto hacia e! puente celes.
tu. £n este caso (I sacerdote chamán quita tres vigas tlel techo de
la casa, para que «t pueda ver el Ciclo; la operación se llama
"ab rir el puente del ciclo** (Vannicclli. pp. 179-ío}. Entre los
|,olo (leí Yíín.fKiii meridional. el ritual funerario es algo distinto.
El sacerdote chamán acompaña el féretro reata n d o lo qu e se
conoce ron el nombre de "el ritual del camino"; después de ha.
b cr descrito los lugares que el muetto airavicvi desde *11 rasa ;t
la tumba, dicho texto continúa mencionando las ciudades, las
montañas y los ríos que tendrá que franquear ante» tic llegar a
los montes Taliang, la ¡Mina originaria de la taza lolo. Desde alli
el muerto se dirige hacia el Arbol del Pensamiento y el Arbol
de la Palabra, y entra en ios Infiernos.3* Dejando a un lado la
diferencia que separa estos dos rituales en lo que se refiere a la re.
gión hacia la cual se encamina el muerto, señalemos e l papel de
psicopompo que desempeña el chamán; este ritual debe relacio,
narre con el Jlordo ihódól tib cu n o y con las lamentaciones
funerarias indonesias y polinesias.
Com o la enfermedad está considerada corno la huida del alma,
la curación exige el llamamiento de ésta: el chamán Ice una larga
letanía en la cual se pide al alma d d enfermo que vuelva de
los montes, d e los v a lla , d e los ríos, d e los bosques y d e los cam
pos remotos, a t o « . del lugar en que se halle (Henry, op. cit.,
p. r o í . VaunicdU, p. ty<). El mismo llamamiento d el alma se
encuentra entre tos Karens de llirmam a, que tratan, por otra
parte d e un modo análogo, las "enlermcdadcs" del arroz, pt-
El. CHAMANISMO KVTAE LOS MOSO S J5
SIM BOLISM OS V it - C M C A * C H A M A n M OS £N C H IN A
los faquires; vuelen a la Luna. pasan a través (le tos muros, hacen
germinar y crecer una planta en un abrir y (.errar de ojos,
etcétera .*8
Todas estas tradiciones mitológicas y folklóricas parten de o ta
ideología y de una técnica del éxtasis que supone el ‘'viaje en es*
piritu". £1 m edio clásico de conseguir el éxtasis es. desde los
tiempos m is remocos, ta danza. Como rn todas panes, el éxtasis
permitía tanto el “ suelo mágico** del chamán, tom o la bajada de
un ‘'espíritu''; esta última no requería forrosamente la "posesión";
e! espíritu podía inspirar al chamán. £1 documento siguiente, en*
tre oíros, prueba que el vuelo mágico y los viajes fantásticos a
través del Universo no fuciou para los chinos sino fórmulas
plásticas para describir las experiencias del éxtasis: E) Kwoh-yü
cuenta que el rey C h ao (515-488 a. c.) se dirigió un día a mi mí*
nísiro y le dijo: "L as escrituras de la dinastía T rh en afirman que
T clum g.li fue enviado como mensajero a tas regiones inaccesi
bles del C ielo y de la Tierra. ¿Cómo pudo ser (tosible tal cosa?.. .
¿Existe la posibilidad de que los h om b ro suban al C ielo?.. . ”
El ministro le explica que el verdadero significado de esta tra
dición es de índole espiritual: lo» que son justos y pueden
Concentrarse, son capaces de llegar, en forma de conocimiento, "a
las altas esferas y cambien de descender a las regiones inferiores
y de distinguir en codo caso la conducta que conviene observar,
jas cosas que es preciso h a cer... Cuando se consigue esto, citen
inteligentes bajan a d io s; cuando d citen se ínstala de este modo
cu un hombre, éste es llam ado h ih , y si se incor|tora a una mu
jer ésta tecibe el nom bre de wou. Como funcionarios, tienen el
encargo de vigilar e l orden de precedencia de los dioses (en los
sacrificios), sus tablillas y también las víctimas de los sacrificios,
lo» instrumentos y Jos hábitos rituales que deben usarse duran
te las sesiones.4*
T o d o esto parece indicar que el éxtasi* — que provocaba las
experiencias que llevaban al “ vuelo m ágico", a U "ascensión al
C íelo", al "viaje m ístico", cte.— . era la eatua de la incorporación
de los che» y no su resultado; esto es, sólo cuando alguien es ya
capaz de "subir a las altas esferas y de bajar a tas esferas inferió*
r n " (es decir, de subir al C iclo y descender a los Infiernos), "es
cuando los chen inteligentes se instalan cti ¿J". T a l fenómeno
K nos am oja muy diferente de las "posesiones'', que hallaremos
más adelante. Claro está que. el "descenso de los chen” produjo
Imnrtliatamemc un sinnúmero de experiencia* análogas, que
ambaren por Confundirse con el conjunto de las "posesiones". »©
Jlí SIM BO lJSM OS V T f C S I G M CH AVíArtfOOS
V
s im b o l is m o v t é c n ic a s c h a m a n ic o s e n í ü i n a m í
mr> una piel d e oso, y « ría fácil m ultiplicar |.« ejemplos del
cnvuiunial que la cuto logia cuitóte coo el m tn brc de "bear
ccranonialúnt" jr q u t se Italia u n to en Asia septentrional como
en América de) Norte.*3 Está dem ouiado qu e la China antigua
establecía una relación «ñire la dam a ctuntánica y un animal
cargado; relación de un simbolismo cosmológico e iniciático
sumamente complejo. Los especialista» se han negado a ver en
la mitología y el titual q u e cu bran al hombre c o ji el animal tus.
tros de üh totemismo ihino/** Las relaciones sem más bien de
índole cosmológico (el «mima! representa, pr*¡ lo común, la No.
che, la Luna, la Tierra, ole.), c init¡it¡fti (animal = antepasado
mítico as iniciante),9*
¿Cómo deben interpretarse todos estos hechos. después de saber
cuanto sábeme* acerca del chamanismo thino? Evitemos el sim
plificar demasiado y querer explicarlo todo j teniéndonos a un
esquema tínico. Es indudable «pie el "bear oeretoonialiun*’
está relacionado c«m la magia negra y la m itología de la cara. Sa.
hemos que el chamán untiribuyc etc manera decbívit a asegurar
la abundancia de animales y el buco éxito de la cara (previsiones
meteorológica^ cambio de tiempo, viaje* místicos h ada la Oran
Madre de la» Fieras, etc.). Pero no debe olvidarse que las
rcLiuoncs d d chamán (como, por otra parte, las del "hombre
prim itivo" en general) con los animales son de índole espiritual
y de una intensidad mística difícil de imaginar jx»r una mente
Mlotlerna. ajena a l iuflujo de lo sagrado. Ponerse la piel de un
animal carado equivalía, para e l hombre prim itivo, a convenirse
en iic animal, a sentirse transformado en anim al. Ya luimos
visto que los chamanes, aún actualmente, saben q u e pueden con
vertirse en bestia». Apenas nos itn|*um comprobar el hecho de
<{Uu los chamanes se cubrían con pieles de fieras. La importante
es lo que experimentaban al dUf i-ararse de animóle*. Hay raro-
itcs ¡rara suponer qu e esta transformación mágica llevaba a una
"salida de tuto mismo", que se convenia, con frecuencia, en
una exjtcríenda extática.
Imitando e! modo de andar de un anima) o vistiéndose con su
piel s í adqu irij un modo de sér sobrehumano. N o se trataba
de un retroceso a una "vida a n im a r pura: la bettia io n l.i que
uno se identificaba Mesaba ya en si una m itología;911 era. de
hecho, un animal milico, el Ani<’ |»%ido o el Demiurgo. A l con-
vertirse ttt este animal mítico, el hombre venía a ser algo mucho
más gramil- y más p o d ciw o qu e él rotuna Puede pensáis? que
esta proyección «n un Ser mítico, a un mismo tiempo centro
MMHOI.ISXIO Y ’itCNICAN CHAMANICOS KN CHINA 347
EL PERRO Y EL CABALLO
tllA M A X IS V HMWKftOS
V
CHAM ANES Y llE R fU R O S JA'
i:l “ v u í w > m Jw g ic o *
\l\ru t<» (lioso. !•! .«cerdoie empica vatios medios pata cum.
1*1(1 tu cometido: canta y acompaña mágicamente a l alma hasta
•*> <.icio; a la vra procura, medíame un ritual especifico, sepa*
rur el alma del cadáver c impulsarla harie lo alio. Cuando
rl «jur muere es u n jefe, el sacerdote y sus asistentes clavan
una» plumas de ave en la punta de una vara y cantan elevando
|Mu cí 4 poco sus varas en el aire.*4 Señalemos que. aun en e u
•■ so. «rito los privilegiados suben al Cielo; los demás mortales
m-nchan a travos d e l océano o hacía una región subterránea.
SI se trata de obtener una visión de conjunto, «le todos los
mitos y ritos que acabamos «le enumerar sucintamente, se sor*
prende uno a l comprobar que tienen en común una idea domi-
n.imr: es posible U comunicación entre el C iclo y la T ierra — o
lo lúe m Ufo ífm pure— por un medio físico cualquiera (arco,
o lí. puente, escalera, bejuco, cuerda, "cadena de llcrhas", mon
tuna, etc). Todas estas imágenes simbólicas del enlace entre
C irio y T ierra no son sino variantes del Árbol del M undo o del
d. v n itfwtdi. Va hemos v h io en otro capítulo que e l mito y el
•itulioltsmó del A rbol Cósmico llevan en si la idea de un "Centro
tlrl M undo", y un punto en el cual coinciden la Tierra, el C iclo
v el Infierno. Hemos comprobado también que el simbolismo del
(élitro, aunque desempeña un papel capital en las técnicas cha*
iii.iniius, está ¡nfinit.'iineme más extendido que ei piopío chama-
u Imho y que es su hermano mayor. El simbolismo del "Centro
tlrl M undo" es igualmente solidario del mito de una ¿poca pri
mordial en que las comunicaciones entré t i Cielo y la Tierra.
e. tio es, entre ios dioses y los hom bro, eran no sólo posibles, sino
fiicilísimas y estaban al alcance de todos. Los mitos que acaba
mos de enumerar se refieren por lo común a ese liiud Uinpttt
primordial, peto algunos de ellos aluden a una ascensión celeste
realizada por un Héroe, o por un Soberano, o por un Brujo uat
la ruptura de las comunicaciones: en otros términos, imaginan
que ciertos elegidos o privilegiados tienen aún !;■ posibilidad de
volver al origen ilcl Tiem po, de hallar de nuevo el instante
mítico y paradisíaco anterior a la "calda", esto es, anterior a la
ruptura de las comunicaciones entre C íelo y Tierra.
Loe chamanes pertenecen ¿ n u categoría de elegidos o privi
legiados: pero no son los mucos que pueden volar al Cielo, o
llegar a él por medio de un árbol, de una escalera, etc.; otros
« re s de excepción pueden rivalizar con ellos: los soberanos, los
héroes, los iniciados- . Los chamanes están por encima tic todas
las (alegorías de privilegiados gracias a su técnica especifica que
J» MITOS. SIMBOU-» 1 PUTOS PAR/MJ3LOS
CAPITULO I
m
NOTAS NOT.Vi m
57®
* S> f K4(M^|ncn; tfct Jugro lefk trn , • e l I (1 ¡TT t o n - ° H. U nd Ro*h'. A 'iú r n of S n o n t and Britüft N V lh Romeo (t vota.),
aututailans. n d » . t¿$. Helsinki). t j t f , p. M& Loiulro. iSgd. I. p. um biin enne le» Ngadju UajacrH, <£ H. jk lu itn
I Karjalaiacu. >'f d i . III. |>f). t |ü^) Die CoUtsMltt der NpadfU Drfak in SOd-Bomto, Ldden, 1946. p. ¡¡S.
» X lU uilM fiU . op . d i . , p. i j j . *» J. I . Maddoct: T h e metistinr man. A soeiotogieat Usuty o f the ¿hornctet
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Finno-Ougriemie, T . Í 7 >. HeWnti, 11146. jp . itS y 117, ri I. Suil uopkafe". Arto íitneritano, II. >944 (pp. 197119 v j h >}|i ) , pp. » o tí.
n F 1 TiKjiii.01/. T u tm iam iij eg¿ jr is v ia i jile ü , R,n peten- ao H'ilUlrl Z. Fark: iA m o m n * in H a l e n S o rtk Amerito. .4 iiitdy of
burgo, » íji. p. s u . Mikhíitoviki, p. 84 . essiturai teM ism thip, Neatli-WeiKin llnivctúiy, Evíiimob y Obkago. 193(1.
II A. M, (‘.«tilín: Nordlxfu: fie r a * H’i i fa m h m f*'*. III \ IV. S411 P »
Pem-tb«t|o, 1651 > 1*57. val. IV. p. ig i; M k lu ila w U . p. 143. V iudo par M ite d lr Routeilla: D e 'VAm u m ' «11 " p u itn r de u erri” ,
I» T . D.'hüukK Entwurf e ¡**r MyHrrfope ¿er Jut¿k-$et>S0frlrn (M4 > "A u n <Ju XXVIII» Congrte liicernalioiul d o Atnérienníuu". Parí», ip tf;
motre» ile U Sotiétí- Finno ÓtAfrietute, y. 43), Kdginki, 7. p. >45. F*il». 194* Ipp. <37-345), p. 343. "Uila machadla, conocida micnr», |>o**e
u Be))itv*Ai), auulo por Mikhailojvsli, p. W. d don de «tirar las qum udm ai; »e lo motun¡e6 una vieja vecina, ya dílnnia,
i í \v. S in v M ii^ i: *Thi ihaauuHiM d op tís t « ctoyakCc* de? Yakcute»1*. ajuc te eruedld (al aecavto ponpie m> tenia íaraltia a quien uattmiiilo; ella
/{«vui’ d'Hlitf-ire 1i*t RtUgfot», 'r. 46, 1901 |pp a04-35. y ifO'SS^)' P- J<3 - babfa «ido InkU dt por uno «le «as » r a d in ilt» ~ (Citado por Duuteillei,
t« Ciütdo por Mikhatlowski. pp, B^w. j'- =4 3 -)
<T Mlkhailciwskl. p. Sj tn U*, ¿ . f a i l : ytkumumiM, p. i* i. CL también M»t<cUc Bouteillen "Uon
l í T rctjiko v Tortu/ietitki/ A'ro/. p. 311; Mikíiaik*vr1 í, p. 85. «h.imMistiqiie el adaptado*! a l i \¡e ebee t u uMtiem de l'Amérique du Nurd”,
10 S . S h íre k o g o ro v : f 'r y c h r m t n t t l e o m / i e x o f i h e T u » f * i , Shinftto»i-L on- Journal de ¡a SocUu des AmfrieontUeí, n. s. T . 39, <«190, pp. |.i.|.
d i» . Ift)> P- 5 U- & Knud RilrauHttV. ¡nUUttíUdf rttüure of ibe Rdr*n«
m Sbivokogorov. pp. 350-1; acero de esa loUudón, xéitit* pp. i«y w. <>( the Fbtih T 'tulc Tarpcdltlon". 1911-1914. ñ d. V il. núia. ■ ). Copenhague.
n £>u> índica una iitmmoifOkíb en ( * » , esto <4, en clern. modo, una 19311, pp. 130M. Ka pasible que tun e Icn CMiuimaln de la» Ida» Diomede
■ einietPMl*''» cu ct »titef>aw<lo, el chainiin tta-oniu ilhctcamenie mi» poderes a «no de sua h ljo c *L R. M.
í l i i x l o » estos detalles tienen un «bastee ¡riiU tiío. que se td a ra ti W cter. Jr.: E íííh vx . Hew listen . 193». |>. 4*9.
(teipuót. »» Cí. HutCOn Vr'afcin: Mugir. A sociologitol tiudy. Sunlord. C3 1 , 1948.
X» Ouiacue ene peilmln de oUtnúo \vs «ip(ñ'.\M «umplcun tu iniiüuiin pp. \% u.
por lo» espíritus; «obre te a lo* chamanes uift^uK» y burloio* not procuran -•i Acerca de la tigtiiOcactón de e>u aciiiud amUvaleaie ame lo aagmdo,
detallo pJttiOMQ)! víante pp. 7 J « . v¿a«e nuniiú Traite det religión*, pp. 993a*.
21 otinua SimlMliejew: “ WeiUnw.hanutig und Sditauriiuflits der Alate*- ** Ohltniirlm ItMiiren sur» Fioliímt de* .frboManüMtu. pp. i o u j C.
Ku(¡a<rn" tii»d. d d n i» p « R Au^iton). .inO uofxx, sol **. pp- 57* Nioradxc: Hitr f iiM t iu iM iu , p p 50U-; M A. Cap hika: Abori¬ Siberia,
613 ' 9 » - » : «*»• *5,19*8. pp. 55 * V 9®7 íCi »9 *8- Pl»- D7 7 *• pp. 1791*. i.lcs Chukchi); V. C . Bogorac "K pncholc^U i t M u w i n u
as Acece» de la» "piedra» del royo" («ida» del (Ido. cr. Filarle- T ioitf natudov s a c io *o«to« bno) Acii*. £rno/ra/ilc»e<*oe O le a r á » , 1910, « jl. 3».
d'hiiioire ¿ t i rrilgiiM), Fail». '<H9 - PP- 5 9 **- nlíeos i j.p p . V M -d . laflibivn V. I.Jocbelu»; The Korymk, 1905 »r. pp. 416-
*1 Pocanin dnheriti sm ro •jepndu’ / ,'ítuigofii, IV, p. alg. 4 1;; id.. The liAijcAIr, i p a n . , pp. jo -8.
n potain Oi<"*er*J, IV, pp. 56-7: MikhaUomlii, p. 90; R a tlb v Ahí 4» Ake Ohlmatt»' Afudim rwm probltm der Sr/umnitinau, p. 11, Víate
sn-rrirn, Ixepai^. il& | . II. p . 16: A . V AnOcM n Mattruíy po ahoniew jrw i n u o ii» atlictdo "Le pioblénic du chamaobme", f f n w de i'HUtcire drt
u aliebra, p(i. -*9«„• H. ton Unten»»: "M e Sdamanen uncí «tu» Schamauen- lirligions, vol. i ) l . 1946 (pp. 341), pp. 9 u . Cf. Harta: IXr rrtipOsrn
MCKO". Clobuc, XXII, 1&71. pp. 1781*.; IV. Schmidi: J > r l'nprung der I W d l r t f O der •lU io h en l'M re , pp. 45» i*.
<M tntúee, »ol. IX. rnlmr^n. i^ g . jip * w « {V» láw io* ■ !< Altai), pp. % • $ 1* Aceita de n w v ú p i, vdaote k» capíni Ice síguieníes
(lo* Tliarcn Abakin) 4a Otilcaaiks. op. r i t , pp. in» o., ta tú ., « c.
3S j , r»«»F**e: "Miigle « exoroune «hei leí K auk k u g h in » « amee» 4 » G. A. Wilkeo: f i( t Shamonlsnte tnj de volktn vun den Indiichen
pciipln tir<» v n e n u u i", JIa i v i « ilu d es I M f i o , t ^ » (pp- W-»5 *)> Arthiprl. Giaicnhage. 1887. ( u m m
p. 60. «i I . M. Lm ik “ I h e di»man o f Sitie". Amente» Anthropotopsi, vot. «d.
31 M»k b a íle le J)h Medmn d«r A’ouirr*»**’ . Leip/ig, iRg). p. «V •9 *1 (pp- I»- » V
a» 9. F N jJ « l: "A «lurtj o4 ibamanian ía che Nuba Mouetain*- . / « n a l i» f . W. U | iid : “ Slianunutn. AB i n i l n e hased M «uopatuon wnb
o f 1t u Koyd A n it in s p o t o ffM t I n s t it u ir . tOl- 7«. l» 4* (Í>P- »5-J7>- P- *7 - lite nying ttitfciiers o l Malekula". Journal of the Roya! ^nlbropefogieaf
ai Ivor H. X. E va»: 3 ludic< ir» n K p t » . fift-iv rt *x ¿ e u u o m in ArttiiA Itutíluie, *«). 80.1990. pp. 5*5-50). p, 541. La m im a ohtmacldn en Loebc
A W t «orna# and aAr M *i*f Pc-miunAi, O n b cld g r. 1913. f|>. >59 y "Viaman and . t o ’ . i n í w i r A nlhropeJopn, voL 51. >9*9 (|>p. 60-84). p- di.
8 t.U Lceb r RMrfrt Su->*41»4. ViMb. IC«5. P- 01 í16» « lOCb: Id., p. 67.
Becak M pun»lonalo|; p 115 ( W UúkinxkaUaa); p. *53 (Iw X>»).
57“ NOTAS
NOTAS 9i9
10 Cota du Dow: H ura, ttn op ap k f (“ li'n lw iiiy o( Otlifortiia Publlriitoat
id Ameritan A n K w lt ^ r ind Kihnolc^y". vd). jfl. n«1ni. ij. ‘ 9AV p. >>S.
Ti c fc a d v ic k : P o e t iy o n d p r o p h t c y , pp , i S u ; C h *d u l< k : G r o v t h o ¡ l u c w
ture, )U. pp. tjt.
» Nade): A itvéy u f *A*m m ú i », p. j* . No puede. pues, decirse que “ «1
ckamauumo atworbe b anom uliibü mental d|(nu n i la comunidad, a i que
está fu n d a d o en u n í [irctlirpu síción pdcopdiica e s líteme ) ex ten d id a . ¿ in
duda algu na. el ch am anism o n o puede w n p l l u i k i «Im p lr iu rm e to m o un
hiccjiiíbt » culturnl ik M ln a d o 1 pctfccciofiar la nninmalKlátl, « a e x p lo ta r
b pojMj>Ouo6a ¡itlM ^iuU lpta hereditaria*. (Nade), p. jfl)
CANTOLO II
i:
Ñ O LAS 38»
Item 0} the itone age, and their Influente upan eueopean thougfrt, Londtti,
1918, <*p. pp. 4 $ « , 3 0 1 9 1 m . V A a k (a o W n n tieiiM «tnamMn«< en
Oiientátie, vol. VI. n « n . f . noviembre. 1949. pp- 191-3.
3* A. Métraux: " t e «hamaniHue anucan". Revista del M udar» de An
tropología d e la Uniiytmded Xa/tonal de TurumOn, vg|. I(, ndm. ro. Tocu-
ni4 n t^jt (pp. 309-írj. p. 313. Kn Aumalia hay u m M n caverna» pintad»,
pero ce titílían para o n « u im . Dad» el o tad o actual de nueaio» «Mto-
. cimiento*. et difi'ul precisar ti Ju caverna* p#nti*fct* d e Africa d d Sur *e uti
lizaron anuAo en la» ceicmoniw de iniciación chamante*- Víate Levy: The
guie of hom, pp. 38.9,
#< A. 1 .. Krocber " l lie tUkimo el Snuib Seaud". Hulletín of Itur Ameritan
'Muiaum of N atuial HhlOry, XII, 1899 (pp. JOJ **). p. 307. El ■ 'motivo" de las
puertas que se abren solamente pata loe iniciados y que permanecen abier
tas poquísimo tiempo, «* bario rirvuente. tanto en las leyendas chamánicac
como en la* demit; vdase infra, p. j60.
»i W. ra ti¡ Shdenanism in Western Sorlh Am erita, pp. #7».
as P Schelxsu: Leí pygmdat (tnxL francas), Parí*. 1940, p. 154. Cf. tam
bién Ivor Evans “Scbebesta un the sacetdo iherapy of the Seinaog»". Journal
of Hit R ojal Anthropdlogleal In stituí*, vol. 60 (pp. 1 >$-*£). p. 119. El hala.
el hombre-médico do 1m Semang. practica valiéndote dé los rñ tlak f <le
euano. que pueden ob Mitote ilircm tn aiií de les Cenóle, í u « son «pfvltut
celestes. A veces viseo en los em ules y entonce* dependen del hala: éste,
con su a)uda*. ve en h » ó b l a l a el mal que aflige al páctente y al mismo
tiempo el modo de airarlo. Scltakroós que los cristales (Cenob) tienen im
oliven «teste: u l origen nos indica ya U (tiente de los poderes del liomhie-
mfdku.
JJ Métraux: Le skamanisme ehez let Indinu da l'Am ltísfut du Sud
tale .p . ii6 .
*• Sobre d problema d e la* relaciones culturales cutre Aurtralb y A m í tira
del Sur. véase W. KoppCi»- Die f ’ Oge n u r iw lir r alter Kultuibeúehuugen
Jtkischen deas I M I v is t n i Sttdasnerika uud tudost-AusIraden, FiocedinR» o(
tbc XXIII Interaatioaal Congrem of Amerkamstt. Nuera York. >9*8: (tM ,
Nueva Yot». 1990. pp. a ^ N - Cf. también T. Kfuct: “Les MéDno-Polynésirm
et les Austral ietu en Amériquc". AnthropM, X X . 19*5. pp 91-4; aproxima*
dones (iiqdiitírai cutre Patagones y Australiano*-- p. 5*. Cf. a. t e del cap. tx.
*8 M lt n u v Le shamanitme araueaa, p. 315.
a* Métraux: L e shasnanisme thet let tndiens de LAsndrlgue dtt Sud tes*-
p kale, p. 339.
*7 M. Cudnde: "U ne feote dlrammct-médenne che* le* Yamanas de la
T ctre d e Feu“. Revue C ita, ttóm. te, agosto, 191; (|>p. 2139-rite), p. s ite .
"L a antigua piel debe desaparecer y dejar dito a un nuevo cu te delicado
y trotinado. Si datante las primes» teman» el frotamiento y la pintura lo
han hecho ya aparecer — por lo menea para la imaginación y la* aluánscionta
de lo» ycAinuaft (hotabccMMdico) («o experiencia— lo* viejo* iniciados no
tienen ya duda alguna en tdación con las capacidades del candidato. Desde
«te momento, debe redoblar su celo y flotarse siempre delicadamente las
mejilla» hasta que aparrara u iu tercera píe), aún mái fina y delirada que la
anterior, ésu et entonce* tan «entibie que no puede hacerse visible tin pro
ducir doloie* muy violentos. Cuando d neófito ba alcanzado por Un este
cundo, la instrucción habitual, tal ramo la puede ofrecer el Lvima-Yéfcarautli,
ba concluido."
N 0 7 AS
»<»
**■ Idi LitbiintLe *Der tci dea Njcucvó&CfB SAianerlhia",
Ztifrthn/c Jalt Eihaniegir, vtli. j r j j . 19*0-91 (pp *3 ( 4 1 ]). pp t t l « .
»• Mécraux: L e r.Voanordíanr atontan, pp. $13-4- ¿A <( rarniéU'.O Je U
iaíeíacrfa <kl ifcunlu giora&no. i.tiuf*i4U4íc 1 ¡piuidct gribe» m "« « e iK *.
Mctiarax: l-t tham enanc che* (re «ndtavw Je f’Aou'riepje itt $u<t t»¿picóle.
*• 5W-
v> E. W. C Ü kitj: '*l«»A (w Makki i d ^ m c e m u t i n tin e n to » j « .
i htopotagist, voL sp. rd m 3. 19*7 tpp. *>» 857 Í. P- *44.
*1 l M. l « V " l ’rilml iniriiHiM u») m ie l «ocmíri". Vrmr*»rity a f CoH-
fonria PntouMteni irt Arebaeriogj m ti ÜA«»hgjr, »«L s j, nrtrt $ ftcifcdcY.
•9 * 9 <PP- *«*••). |>- »*T-
* t L»Hi, Ob, <ÍL, p »<*.
** Lofti. tbU „ p. tdj.
*-c Coca du &fiv. •'Religión ot the lu iie fo Indían*’ , Vninet'tlty a f Cali
fornia PubUealions ui Atehamif»cr truf S'frtrtoJtjjr. rol. i . icp8, p. 8«¡ 5 uin -
ton: The THngit /«dea»», K arrui ot American Ethtwlogy, Anim al Repon,
veri. t í . igoí. p 4<5rt; Lccb, op til , pp. *717*.
n f . 8 . XadeS: A th u íj a f thamaniun m lh< Hube metm tciitt. p 97.
*6 Canon Catlam v: f*ie telipottr syitem a f ihe A m atilu. Natal 1970.
pp. =55 uv eludo por P. Raditv La religia» p riruiivt (liad traaccs»}. >941,
P- KM.
4 * K. M. Lod>: "ihimati and {<«". Ameritan Antlrrofulojyst. »ol. j«.
i>A] (pp. M | > . pp. 66 ti. Ui I||)m « U inducción «le Meiraux (P. Radia*
U rrilgloi» p iim itu *. pp. ^ u ) .
4 H I . Rm )>' NafiMt of Sarava/t and tritú k Aferik Bornea, L o n h u .
iRciS, I. pp. i t o t i , duidc te citan lar «UenaCiOM» publicad» por A J.
Pechan en el Joun*aí of ike Stralí1 Btaneb a f Aliarte S ao etj, ni'in 19. 1897.
<* W. TTialbuai: Tile angakokt c r heathen prietU of A « t Greením á
(Art¿¡«Atif). XVI liucitMtlonal» AoierUanirienKocigTCtvet, 1908. Viena-Lciprig.
i $ko, T . I! fpp. 4 tí-d 4 >. pp 4 <v*«.
4 9 IV. Ttaltriucr? “L * nuAícfciM erqubnaa’t. leu n coaicepilont du monde,
«le rim e t i de la vie'. ¡tu n ta i de la Soetétí Bes Am /rieanistei, n. »- T . M.
193» (pp. 73-106). p. 77. Cl. tamban K. M. Wever. |r.: Calimos. TKeir envi-
1onm tat <ml (« K aa p , New Have». >939, p ( A
»» W. T lu lU ticr: Un «7«rw9»i*, p. 78; c'd., The heelhea
frrieitr, p. 4*4.
B2 W. I halbilm.' The ticathtH priests, p 4M- i-9 inkiacii'n, «ra de I»
O aK que m i , aupone en («du» paitei un cieno nAnveio de til>tkt. Seria b »
tkikno K in n lir la enorme morftriogfa d e c*u» prohibiciones, que c u c m i,
en Oltimo término, de interés p an i w m r i ¡nvortgsciunn Véase H.
Wehiter: Ts<>00. A rt eiologitel tiudy. .Staaiutd, 1941. e p . p p
a l Acerca de la ioWruccaln de bit ¿aparante* <f. también Sbdanmon en
A n(hroprie¡ien¡ papen af th t Ameraran Aflaman a f flatu eal Hiriary, XIV.
Parte I. ipr^. pp. 367 n. iEM)«inula de Mackcnile): F. Boa» The Central
Astriño, flui-raii o f Ameruao Éffrtaelo^y, VI Annaal Repetí, tS8S (pp. 399-
CCV». pp. 491 ). W. Biltrt': Among awknciA'a Etkinot, L/xylres, 1913.
p»>. 19611. (Ida» de ftaHIaV Knud Raaaianen: A n o » « t í f Am erita, a9*7.
p(r, Se at, por r« parte, relau la htitoria del chaiaan Igjiagaijah que. dorante
411 jetirn inicidlico en la britdad, te w u ia “ un poco muerto"- Pooieaior-
mente ird(K> a su cuAuata deparando orine ella tan cartaicho (clava bala
>>atria recasplsado por una piedra). Un tercer caro de infciacKn ae lefíere
NOTAS 5*3
CAPÍTULO l l l
> CE. eruto otro*. Rasnttrnrn: IrdetUetual tullóte of Ihe ¡gfuM etkunot,
p. 131: Kdprúlúrade Mehtneri Fnad: “ Influente du diamántame turco-mongol
sur le* ordies mvuvques nautulmaiB''. hídm oim de Cínitilut de T s ird tfM
de r F n b o u t f de ¡tam boril, val. I. 19*9. p. 1;.
- 1 Shashiov: jAtmaruh/o v Sitriri, San Peten burgo. 1864, p. 81, citado
|H>r V. M. Mifchailowikl: íiW j-vu tvi in ¿iberia, p. 63: otra* vahantes: lla n a ,
Relig. F otiM I , pp. 543-4.
* PiipuiOV, (lud o por MikHailowski, p. 64.
a I'. I. Ttetjakov. Tuxuihatukii K n ¡, ego p irad a i fd rli, .*ían Pctcisbur-
go- '87'- pp. sio -i i : Mikhúilovtki. p. 6|. Algunos deiallct tic rntas leyendas
**l N O IA 8
(«I vitela por el oribcln «le I* yuiie, h * cisne*. cu.) exigirlo tieswtcm
inri* «leíante
* A$»pltov y Qungtdot: HtuetM y, pp. 4)-*: Mikfaaílwiki, p, 84: llar»»:
t)ir ttltgifaeH yoríítltuttgr» 4 e i úU/uwhtn FóMrer. pp. Sin «lito análogo
a p iie te epmprufaailo entre lt« rendo «Id lírico del Aut: véan: \V j . I'crii:
The prim¡miuat n f« n , Londres, |>p. i ^
* Cam a Sxrducbccheu: fV tíun*eh**m g im f P lenm iiM in der Ataren-
Jhn/aU.n, p. tn5.
1 Lew SWftheqt: D«t A Jtfk v Jt be» drn Vfflhtm SitniU at. "VerqlcifLeude
Folklore-Studíe", Ar<htv /rlt RetigtnnwUif>‘M)‘« ii. XXVIII. i.¿ju <pp. <55,33),
p . i j a C l eotlccpeionei análoga» entre los Ket o lo» Oxiaee* del Ye»Ue>;
B. O. Shimkin: “ A sketch of ihe k tt. oc YcnlMcl Omal;*', JClAttos, IV. >939
<pp. 14778). 99 - ,{k>" -
* Scernberg A dtrfluü , p. 134. Acerca de I » fe la iio ta «nue cl Arbol, d
a Una y d nacimlenu.. <« t » creencia* «le loe Mon¡f it a y d e loe Siberiano».
<(. I). I’eualorxa: t i mA*ictieiimo p a n » I T w d ii «*•<«I n ie li < 4 oneelolr
(ftccrir /««sitslo Ijsmbonfe di ír ím ir r txttrre. ««I A ;, 1 9 ^ , pp. 117-97),
PJ>. 4 ») «•
» StClttb«T AdletkvU, pp. 143-4. Vówe. i proposito del águite en la*
creértelas de los Yakuta, W. $¡«ovew**.i: />u eh<xmtnipnt, pp. 318-4; * « « »
de la importártela de) águila en U religión y la MilotAglk de lw pBfbldS fiihe>
llanos, cL ilarva: /Me reiigf#te» f'o»»<füiiai/cJi. pp. 46} algunas iribú*
alimentan en ocasiona a tos águila* con taitte crudo, cL O . ¡triciiiw Kult
ongonor v Siten, Mo k a . 1938. pp. i8 *« ,. pa<> a l a erntumbre p n cc t ser
esporádica > urdía. Entre t e Tungusa, cl "culto** del Aguila a m is lúea
tMignitxante (vCasC $ M iobgn « r; PiychKnnmtét eompfcs O/ l i e Tunaos,
p, tgft. Siembcig, op. rif-, p. 131. iccnerán que VBiitlmAlneo. el “ primer
chamán" de la tradición mitológica iin cu cambien descendía <lc un Aguila:
vóme M e ta la en A u m . I. pp. 170«. <c(. cl anilisú de cttC tema cu M irle
Krolin: A'a/rttffawfudien. I': t'iuuti«¿¡nen {TFC núm. }g. Helsinki. 1938.
pp. 15 «>.
El ilí« ecktte supremo de lo» flitoe*. Ukko. te llama también A lji (lipón
Aijo, Alje), nombre que J u in b cig rctoetoita <nn Ajy. Como cl yakuta Ajy.
d Une* A rji es «I amepaudo «le t e chamanes- Kl M u i d a blaneo" a 1tanu<k>
por lo» Y ik u ta Ajy O jA u . muy afín, st^ún $tcml<ag. de) (indi A>ja l-kfco.
Volveremos a bailar el tema <kl Aguila v iW Arfad CAsttko (Ygqdrasíl) en
la miiologia germánica: Odln a a veu* llamado “ Aguila** í<f., por ejemplo.
R. Mogk. Ccrsnoidd’.Ar Mythotojfie, luuaUiurgo, 1898. pp. 339 y V4 $V
1" Todos; atu t Inlorma acerca de los viajes extático» son Imporuniisímcs.
El Espliitu-IHHriKior de Ico jóvene» candiduiot a te Insciación aparece, cu O
Asia tcpiemtiorul 7 «itroricntal, en forma dC '4 0 « de ligio. A te s a cl can
didato <» llevado a te selva (yitaboio «Id más allá) «obre el lento o te
animal-espúlui. L s ptnCM» <juc se transforman en tigres ton iniciado* o
“muerto*'' (tota que. en loa mito*, a a veues lo mismo),
>» La c*po»a det hóioc inaoti. Tawhaki. luda que logó del Cielo, per*
manee* con el «olo hasta d natímícnw de su prim a til)»; d o gm a. « I » >1
lecho de una a b añ a 7 desaparear. TawltaU i r eleva al C id o itcpando pos
una cepa de viña y cuitaígae. pmteilomieiue, tv>Ua a I* Tierra (Ccoruo
Grey: Petyaesutn mithology, lelmptcsn en Atitkland. 11399. pp. legón
otra» v a m n i» . «I íióroe akanra el Cielo trepando a un cocotero, o «Acre
una cuerda, un hilo de araña o una cometa. En la* uU* Hawai se dice qite
NOVAS S«S
«uto |'ur cl Aico-lifct¡ cu Tohitt. que «ubc a utu a !u nionuíü) y encuentra
m *u m u je r c u e l « a tn fn o (ct. M u rro -O ta d » k k T l< e g r o v t h t if ¡ ¡ { e n t u n e ,
v o l. 111, p. 373).
*9 Cf. Stíih ThM npwo: Motréñide» of fiM -tüevttw *, vol III. pp. 44 ac.
(K
** D. Zricnin: “ km eioiñ dicr Rui» in dea Opíeiungm d«r ila b fh tn
'Kirken", Intttn. Arrfttv f<te Kthnetog¡r, vol. cg, 1918 (pp. 83 98). pp. 88-9.
« Activa de tos dementen vexm to eit el cqvamrdha y 01 otros nú» añilo-
grw, véate 1*. Dumoiti: l.'<utMHtt4 hii, Partí, 19*7, pp. W. Koppctv:
PftnU op'er M»rf Plndehull tier fiuíofnrmmen fW len et Beicsagt a u Kul-
lurRriebithtc und UfiRiiiwik". vol. IV), Sabburgo-Lcipxig. 1936 (pp.
pp. y ^ is . y « n i« A «ale pt«p¿*ÍK> te podría im llw también e n » rito cha-
miliiüv de fecundidad. que k efectúa ro un plano religic>M muy distinto.
Los Yakute» vencían a i m diom de la {«cundídad y d e la p m ir jiM i,
llanada A iq t, que habita eo d Este, en la pane «Id C kto «tonde tule d
sol en m a n o Su» fiestas te celebran «n la primavera y en el cielo y están
ilirtgidas por «humanes especiales, llamados "chamanes de m ío ” {/eiNp>) o
••«humanes blancos". A AJsyr te le in«va pata tener hijos. npecialnintte
turones. £1 chamán, cantando y (Otando el tambor, abte la pnxmldit al
(reme de nueve muchachos y nueve vírgenes. <|uc le siguen cogidos de la mano
y Oinlando a «no. " f l chamán sube asi hada el Cíelo y lleva <ewip> a las
{Avenes parejas: pero lo< (riada* de Abyt custodian lx> puedas arauctcH con
látigos de plata y rechaun a todos le* corrompidos, malvados f peligrosos:
tampoco admiten a los que han perdido p recotínente mi inocencia." (Sitios-
«rtwki: i>u < t ia m a 'u ¡ m * d ' a f n h t e t e r o y a m e i d ' i Y o k o u t e .i, pp. 336-7).
I* C l Al. Cahb* Kopf, Sehádel- vtté l^utgkiKehentfier bel Rcnuervifiern,
en d volumen de homenaje a IV. Schmldt. Víena. 1918 (pp. 231-68). pp 341
(Samoyedot. (tt): 349 (Ainus); 339 (Esquimales) Cf. también U. Holmheig:
"líb er dle Jagdrlten d a 1 ndidlichen VfflVcr A scm wnd Eutopas", / « w W de
tt JeetW Fsrmo-Otigríemtr, X l.l, Fuá 1, Helsinki, t<yjt¡ Roittrjta: 'Hnntlng
supentitlon* Oé American abnitglnCs''. /«fc’rnatiowf Arehb file Etlm ográptiit,
1954, vol. j i , pp. )$o», l a "Madre de luí Animalm" te encuentra también
en el CiiicJrto, t í. A . D in : "Der kaukasklve Witd- und Jagdgoa". diuhrapos,
XX. 1903 (pp. 139-4?), pp. 148. D dominio africano ha sido espiando
recientemente por H. Bauman: "AfitkankKhe Witd. und BushgeóaeT", Ztir-
s*h n (t fite aivtotogie, vo!. yo. Fauf. 3-5. 19 » . pp. 108 59,
te Desde luego, el n in a » fenómeno te encuentra en otrat partev. Por
ejemplo, entre lo* Batai de Sumatra U negativa a ser chamán despité! de
habet sido "«cosido" por U» tspiiitus origina la muerte. Ningún Oatak
» hace chamán voluntaiiamente (E. M- Loeb: Sumatra, Vierta. 1933. p. 81).
l? Las mermas cromeñ u se encuentren umltién entre lo» Tw oeuio y los
Colite; véase Harva: Reüg. Ponte//., p. 463, Un chamán haida en el momento
en que cteÁ |toscí<!o por u n coplitiu tlingli, habla la lengua (llngit, aunque la
deseemoaca de otdimnlo (Swanton, dtado por Weloier. M a p 'e , p. 113).
t i Coran se v e . n ya, -ritual mente, un "muerto"
10 A . Métraux: t e d u m n i W ehez te» endiemr de rdotfyk/ue du Su 4 tro-
pira/e, p. soy,
*> Cf. M. Cuslnde.’ Der Aledltinr»<M>] bei den tGdameiíkaniitken /mfi'«nrra,
p. 495: U._. nU StH ’n«m, |.¡>, «fci M éuaus. o/». (((., pp. íoliit.
í l C f. Id* LuMinski: D er .VdiliuMMcn éei den Noturvotker* SÜdúmeribM,
p. «49: <£ tamWéo el cap. anteitor.
j*C NOTAS
* ' Y i h n w vino que. entre tat Buriato*, el que u< fulminado poc el
raso * 9 a v m w t» <«» to é » lot IsonOtt» debidos a un d n u i a y que «u»
p it im in ta n próximos u n t a derecho a cénsemete. a tu en (k im u ttl.
poctto que. en ( e itu modo, ha "elegid»* por la divinidad d d Cielo
(MiUaüonefci: S h e m a o i u a , p. ftffi leu foseen , y lo» Xaincjudilet. entre
o t r a , creen que « «nmlertea en chamanes «usado. en d cu»»» -le una tor
menta. cae el raro (M iHwkiwrtl. p (1). V fti «tuina»» e q « im il «bsovo su
podre deepuée de haber sido herida pen una "lula ilr U<i i h ' {RatmuSKit:
/ n t d iK ir d c id iir r e/ (he / { M il E d i m . pp. i t r ir
«» Piant Hn*: (VI Rrpost (d Ihc O m iiit 'N on (be NOrth-
Wcstcin I Y iIk * Of Cañad* Rcptet o f ihe SriiMt Anoriatien. Leed». >890
fw b rtiin )), pp. p3 u. TemUemo* q m m m ld ri de lefcruno* nuevamente al
s lta ifitr i* ituminsaa de la c a n de sudaóon (nreai-bouse).
« W ttirJ Parto: 9 um ai<m i» M 'n w ii .VotíA .l u r iM . |>. <7. CL tam-
Idén Marcclle Bouteillen ¡hm eAemenüfigve t i ¿éeptotion « fe me ehts le*
irnMtvr de r.lnsfrigue du fouun; id» CAomanbrae t í gmtriien magiijae.
Caris. i9>>. pp. 37 ) n d Hadeel: *fd n U (W tM d i« u e l Jtttcadm ihc sus
w iillíd e n ftordaaecrifca", R im o*. XII. ip t;. fp . i«6-i*t.
»¡i W paito, <7-. rito, p 73, |. T rit- T h e fMloet M U **. U *dea y Nueva York.
190& I He Jrsup Nottb Picific Expcdition. II. 'Meanoiri o f tbc American
Mwrunt of Valural Hnloey", uol. IV (pp. 143-300). pp «8711-, t é , The
r i o i i ^ m Indiomí c f tíiütth (M m I m , 1300; T h e j a u p N o n h P ir ifk Ex
pelido». 1. "Mera Amcr. Mu». N iL HÍH". vol II <J>p. i*S 4 |e). pp. 333. lo s
apicndicm llltact duerme» mine la» tumbos, a vetes dotante vario* artos
(Trie: T h e UUoet, p. *4 y).
so paito. *p . til., p. Su. Existe la roísnu ttadKión « m e los Atsugesri». k*
Maitlut sqxrotrkmalcs. bu Oro». Arapaho. C r n Ventre. etc. En alguna» de
csum tribu» y en «oras se legran lo» poderes ntághm duimíend» junto a
las lumhas; en mariones (por ejemplo etvtre lot TItngk) «r reñirte a un
medio artn asi» n q s M « u a iK el aprendiz p a s l i noche junio al cuerpo
d d chamán difunto (<f. F iau r. r « r o < M n r i r M jp o ;, vol III. p. 433).
oí V h te U lista romplec» de las uibu» en Parto, p. 77 **■ C f. rWd» p. 111:
e l "hombrecillo v a d e " que te aparece. en la t d o k ü tM b . a leí fu tutos
chamanes ule».
<n A. 1.. Kiueher: fto * 4 book of ihe In dia** 0/ California, Rurcait of
American FUlMitogy. SuU ttia 78, tyt$, pp. 734*. y 773: C I). Fulde- O A m q
rxphy o f irte fiioio M ia r a . Unir O I Pisbt. Ame». Aitbadqgv and Eiti-
isologr- núm «9. 133». núm. 4. pp. 101 si. U inicitriócs en t i sociedad ica ria
tham iuica niWoriwin comprende t-unbUn un retomo a kn tiempo* nrítkcs
d e W prlnc^hK del mundo, cuando el Oran lip irin i reveló kn misterio» a
| u primera» "grande* mfdito*". V eta n » que se trata en eso* ritual» inidá-
l kos de una comunfetadn entre I» Tierra y d O cio, tal y como fue esta
Mí blecida cuando la m a rión del mundo.
on L. Spierc Ynraan i r ít u of the Cafo fíieer, Chicago. 1933. p. 147; Paito.
P -1 ‘ 5-
n Paviota). Parto, p. ; j ; tribus de la Crlffm isa meridional. Ibié., p. 8a:
«ueflo» auditivos, ib U ., js. a y etc E atie leu Okanaqon del Sur el futura
chamán m v i i Im espíritus guarditnns. ledamente oye tus cirílicos y sus ins-
isnscdooc» ji&úf.j». ■ ií|.
t i R. Dú o k T he N o r t f i f i t M a í d o . K-ocra Y o iL 1905. pp. »7| u .
f* Víase la lisia de la» islm * y lo* data» bibliográficos en Parto, p. pSw.
I
VOTAS J8ft
c a n t i:w IV
Aahiih", XV 11I, t| XXVII. q, etc), mito <|iic haibmn» también entre lo»
Catmucat (un dragón reencuentro <n el Océano, rería del Arbol niiijRtoto
Zamba), entre lo» Buriata» (lj «rrpiroic Abyrga junco al Ai bol, en el "lago de
leche”) y e s Oltv» lugara (HotmbeigHarra: Fiima-Ugrie and Sibrrian <ny-
tholagji, pp. 3S0M.). Pcm hay que acepta* Igualmente la posibilidad .le una
influencia hindú: <f. m ira, pp x ig ii,
Cf. Kai ftoniiet? Ü be* ir fn “C f jt t í" uud tam oftdiub mm
"H im iarí C W (ea S ia d u O n cn u iu , Hebingtor*. iy i; . «»L I. pp. j-8). ’
'• tc p iñ o e e i la deueripdón d e A . Métraux: "Le thamanlunc a ranean'-.
Andete dW ¡m titu ta de Antropofagia de la Vnh+rtidaA Saturnal de Tvm -
m in. \nL II. Aúna. id . Tttcum io, i j p , pp. 309-4». que uttliaa toda la
documentación anccrio». upedalroonie a Roble» Rndriguo: 'Cuilbtuoei.
m i u n i e n y creencia» xatKanM ". A aaltr i r la V rrivtniiaá de CMU, T . 117.
S u t u r o d e Chile, <910, pp. 151-77. y R. T. Hornee: Una /popAc indim nr.
l.t t /fletaren de C btíl. Taris, igjp.
H “Si T a Pcdn no le huidme tlidw qué roeditina debita emplear, en el
momento de dimela al enfermo, ni las paUhrot que había «le promiciar,
j«ómo podría curar el halal~ k preguntaba un Pigmeo Seinung (Scheheta:
1 *1 Pygm /rt. p. tfia)
>> Debe seAaUfte también que enue lo» Araucano» »on Im mujem tpiienm
practican (1 chatunlflltó: antaño c u atributo He toa Invertido». $c encuentra
un* ntuactón púntetela ende ku ChuUtil; la mayoría de l u chamanta ton
invertido» e incluso a \<\zs toman rnatvdot; p a o aun en cato de normalidad
texual. *ua «pírina-guia» loa obligan a venino corno mujete» (cf V, Bogo-
raí: The Chukthce. "T he jmwp North Pacific Expedición", vol. v i l , Nueva
Yoifc, 1904M. ¡lie], II. pp. 450#.), ¿Estite ana 1elación gcnetici entre otos
de» chamanbinu? r»o* parece dittdt r.injír la caettiAit.
1» £. >|. ló e te “ Pono foliara»*", ttenwnity a f California PuWintliortl
In Ameritóla Arrkotolagp and Elhoolog», vol. 1 5 Rerkeley, *916. núm. 2.
PP '« « ft j- PP- J7 * 4 -
•t Texto reproducido por II. Ling Roth: S tírars of S m w d , I. p. t8i.
Acerca (le toa do» primero» erado» de la Inkiacifo. v r u t rupra, p. de.
1* sobte e»ia ceremonia véase J. Layaad* Sionr mrn 0/ M i t i i i (Ion*
drt». 194a). cap. n v .
1* CL u n t d n B . Deacnn: MoUrkul*. A Vonuhmg propia a l Iba Afear
ffebride», Londres, 1954, pp. 379M. v A Rimcnfeld: T h t m rgtlithlc cultura
o¡ kUlaneria. pp. rfi ate.
** Seguimos el «Muda» de Frtedtldi Andics: "))ie HImmcitretie «Vi cari!-
bitchen Medírmmánnei", Ztlttchrift fttr Elhnologie, val. 70, 1938, Parle j-j,
i«i¡t«b pp. j j i -i », <|ue utilha tai inmiijpKionc* de lo» etnólogo» Ivolanderet
F. P. Peisaril y A. Mi. Pcnard. W, Ahlbrinck y C- H, de Gocjc. Cf, también
W. E. Ruth: "An inquny iato che anlmbeu and folklore a l the Culana<
Iridian»- , ya Annaal Rtport t>¡ tht Bureau a } American Bihnelaer, 1908-09.
Washington. D .C . 1915, pp. toj-jSIt: A. Métraux: La lAamunjttne th ai Iti
in iim i 4 c C d M A ifia du dvd tropitah, pp. artÜ9(1-
» Ahlbilnck lo llama p áy /i y traduce la palabra por “cxoicJua d e espí
ritu" {Andrés, p. j j g ) . c t. Rock. pp. p d w .
*» Frúdrich Am faa, p- jjó . Seflalctno» que entre tos Caribe» el |>oder
ehamánicA procede bimbíén. en última instando, drt Cielo y del S o Supremo.
Reawdemo». aim ista». el papel que detempeña el Aguila en Ja» mitología»
m NOTAS
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
co m en ta rio d e W , M l n i i l t : V t x p r u n g , |q>. j S . ¡ ^ j
3 * S. N P o ta n io . OrrAnAi f r v e r u - t n p o t i n o j M u n g u h l, t. IV. pp. ff-S: rctu-
m b lo e n M 'k h a ifo w rM . p p . 75-3: H a rv^ . R e iig . 1'Orrfc/í,, p p . 55H <»; h a y m i
(«mer.rarlo en Vhm ldi. up. rír_ pp jjij-í.
•*> En e i fo lk lo r e i i l t e r t e i w . r l liéro e e s (r x n tp o iia tfo md* <le una w i por
Un ¿ q u i l a u otra ave. de( h tr v fo i l e l In ü isitú a la s u p e r f i c i e <le b T ie r ra .
£ jit ic loe fic il.le i, d c h a n t a ut> p u e d e c t n p r e n r le r e l v ia je eK tS th o a los In-
f f a o o » M n l a ayu da d e u n a ve-oq>ir¡ltl IXoCniy q u e l e a s e g u r a e l r e g r e s o a
« t t p e r f o e ; b p a n e m is d i l á d d r C íe v i a j e ( t e r e t o r n o b ( f k l i l C l Ill4 >
IB in J lo m o * d e tu A W {<£ f b i v a - t a q t 'm i r ll, p jj»),
W X . K . < 7 ia d «e ic i: "S h a m a n irm aamft|; ih e T a r a n o f C en tra l A lia " . )u u r -
4“
NOTA4
CAPÍTULO M I
•«
1 Cf. Foeoi E. Ciernen»: “ Primiiivt cooeept» ol dctfMc". Unte. o í Califor*
f
nía, PuMiretioiu 1» A m erittu Arehaeoiogy m i SthM togi, voi. J l, 193a.
(pp. 185 1M), pp. 19041.
* Cfr Bc^otat: T h t C Á u ith tt. p. 33a; jochebon: T h t luAflgM», p. 157.
* b u f a «Se l u llt i alma» de lúa Botuto», véate $»n4 KlKjCV; líV 'lM '
a A iw o i; i w j JrA*aM*(i«H«, pp. j j t a . , <173. «u.; la piimera m id e en Im
huevo, te « p m d i ^ ) u e to ld e probablemente <® te langre— puede calir
del cuerpo y circular bajo la forma de una avtapa o «le una abeja: te letceia.
en iodo tcmejanic al bómbre, c* uní «pecio de íamaxna. Cuantío Heg» la
niutrle. la pitntetu alma permanece cu el esqueleto. la «gumía « devorada
por lo» cipfiiiui y la (creen le ajwrc<« a lo» íuxnluci en Intuí» tic famas*
n a: SaftdKbeicw: p. 3I5. Sobre tai fíele alma» de lo» K « . ti. B t>. StlmVIn:
A iktU h of th t K el, p. iM .
» H a ro , op o t , pp. «01.79. según Batato»; «f. Satulirlicjew; It'efMiueJteu*
ung und Iffcm m 'iM W , |>p. $!)•}. A ceto de te tnM o rhamftnica «tire los
Buriato*. «£>* también L . Sítala: “ Das Scluiuatiitmna muer den Rurjlien".
Clol/ta, 1887. rol, 3*, e»p. pp. 399». y 916».; N. Meloikov “ Di* ebemallgcii
Mcnichenoplfr und der SchamanúmiM bel den Burjaten de» IifcuKkbchcn
i)!
Cotncrmroenu", Cioiur, 1889, »ol. 7$, pp. 131*4: W. Sehmldr Vrtprvng dtr
Golteñdet, X . 1959. pp. 37M 5.
o C . N. Potante: O tthttkt ttvtro-vtpténtr) Mvngaiié. IV. pp. M-7; Mlk-
hailotnbt: Shim tnitm , p p . 69-70: cf. 9 AndKbe¡«tr. tp. rif., pp. y te lf. Véase
también MikbatlomLi, p p . 1974*. robre la» divena» técnkm de te curación
buriau
c H. ion LanLenaiu "D íe ikliaraincn und d « SchamanenwctetT, C lobvi,
XXII. ittyt (p p 378 8j). pp- 2811/ Lo* unto» rituales de to» Teleutet,
MiVhailorolu. p 98.
• C n o jM : iVsgir t i txouitm e th tt U t Kaíah X frfhiicr, pp. <¡B», p « t v
ioi u . y 1:5 u . V A k también Mlkhailotvd.1. p. 98: el chanten cabalga higa-
mente por la euepa. y. a a i regreso. golpea al enfermo con »u UligO-
8 K P. Karjalalnen: Daa IWigion it t fuptt-rMktr, rol. 111. p joj. Se
icmrrc a lo» miimoi mfriio* para ooiwguir el éxidlir (tambor, guitarra)
cuando * prneitcn el chaaunitmo ante» de 1a a z i o pira garantuar lo»
«icrílick» que desean h» Cieno; KarjCiinen, op, til, p. $&t¡, Solté la W*.
| T queda «Id alma. véMc tbid., rol. 1. p. }t.
^ * Karjalalnen. III, p. jo$. Se cn curoiu una couumbte vm ejaitic enue
u 1
i
«■ ► i N c rr .s s
NOTAN i»r>
l*s Tsín^i'K t¡0 *OM»fc te oíieein sxrrGtii» y S in tc, ti ihanOn ectrc :re»
<*(M « C K t n ira u c. IM nrj}«t«v<liiutu»'5 nt li/.ui wftuCkM psrctMot: In- de kcü m in . lo» liomluei’isídico IxiiKun en el aire iniciiiiti» lanlaR > lili'
tc t k iiK l» f ten triar Uegan i i éxuab. .niUm „ bir fce y re\et«m corcnaá ua tan un ei|>cjo o un « 'lla r linua R oto, d dio» supremo. (Ivor livairi- Stl*e-
v is canto» lo «¡i* «<»!■ & de («nanimttes el propio Se« AnpreMi Kjrp<»i.«n. bettt ttn ihe ¡ae rd o thneafn 6f ih * Setnang, p, iso)
I . jo ;. CT. u u tx« a Jotísim a: TU* tforjcA. rol IL. pp, S t i SliitriHíCsd,!' Du *homntiitme ehet Itt Vakouttl, pp. íKtkjO Qerto*
10 O M a iil) Stw iiiti ¡cu»* fio b fea i rfrt .trAensmmur, p. iKj e» duorie raMes han punto en dixla u tiuienllcidad Oe U« texloi litürgúxn irametiim
« ta ■ V . ). Anuiehln. O itlteri Slturuanttvt ti Od¡abAv. S i i> Pe«n» por íhietweHikS; ef. Jochelfon: The YaAut, p. 1t t .
bqigo. i(iu . pp. tl-$ i; <r. ouiüifh > li. Shunta): í •J'cifh * f tht A'<f. or 7* Haiva: Aeftj, l'o tu tll., p, 547, El temido de e l e rilo s o cua muy
|*iruttri Otiyak, pp, i f y * r«M iodo lo qxc w itocrar « a A iooiii o i l u u l claro. Kai Iktnner atiixau que Wu.tamo>etk« p uulkau lambiín a u<« Huma
<1< o í r ¡rttebio. rim e Raí l>onnri: "lleiu-is* a jt P icqp tneit <Jru> tispriing ne» «m •á>>ioi>e< ardiendo al terminar la «esídn (Harva. 16M.). K» probable
l i o J co » ci Oíijal<ri". Je iiitia.1 de (tt ¡fotúflV Fm ncO uvt-t’iiu , vol. ¡j j , 1. que ve purifique ta parte del eueipn m olunte M cual k lian "aliwtbido" loi
rt*- ‘ *i- «ukti o p lt ln s que auliratahan al enfennu: peto entonce» ¿qu¿ objeto tim e
11 C-I- O hluw kK ilu d ir* ta n ó tt $<!*Mnoftrs**»'*. pp- J|> JíN 5 1 • la ptirificacíím del d n m ln al rcqrem de «11 VUjc ceitUCc' /No je Iraca.
j i; 6 h . «lócente 4 lo» I tlia u w ]. y >3 «l v )ix > . l.ieu. en rcalldail. ctrl anlip io rito d u u ln it » que contáult en "■ jugar
i : H. R . Ellas W r tettd te tiri. C t o l n il f t . >994. p. 9*. con el fuego'? iveatc tafea, pp. gyr-c».)
<> O h b n ad s < f. rit, p. 57 t »j . re Ne itau en este <3*« de un ucrifioo ron fucila indurntim tnevtiso:
14 Cf. Mlkhaitowtkt: iluu*a»úm >a Sibm a. pp. 141(1. Solare Jitivinxióti la ofienda riiiMtita del acra«lo al Ser criare y Ij llbarkln de sangre a laa
por d 1«nitor. ibid.. pp. 14$^ Solee t í mago lipón de i h o i « A l* V W pCHiiKÜ! "IníerKurv" (r/odsot, etc). Nc cmumtta igualmaiic r«ie rito tiuel
(Olkloie. Wm f . I. U toM a: Ntltfuíjdw fiad tpdtarer Abet^Uabt
entre lo» chanana jmuc uno»; i6»c fo/iu. p. *<■ *.
bei den jutujsrhen l-oppem, |>)>. i i l n , ; a cero de lee ritos ilc l i curativo
7 » Hatt.i: ReH(. I'.>«WI„ p. Véante otra» >leMit|XMinc« «Ir la anión
m ágin . lía te J. Qvqptsii: te fp iK **r tteHhunde ^Oiio. ipja)-
c b a n in iu u k u u en j . i i (jmrlin Reire rfurrft dibújen rr<n dtm ¡ath i j j j
is Ya Johsn Ffitmer, en 1SS7 y, corren!etDCiUc Day SctOinlwck: StpL
bis 17.14. t It íGuiinjta, t;.43>. pp. $4$u.; V. 1 . Priilowjkij: " !) » Sepa-
Y r iM id it r i HordiiJt religiouhiitorio, Kuocolni«<lftpeiiha{(ue. 1939; <f la Ha- manctrthum der Jaliuen". Mu» drt M'iener dntAropofo^úrAe (ieaefhrhafi,
curidn de e a t leí» ett Ohliuark». SUtdien. pp. $10-511
v»d. XVIII, V itw , i l l l . pp. 1O5Í3: n La inulucttOn alemana d d awayo
1* p, 1. l i c i p l w T u iu A o u li)4 A'i»/, ego partida 1 fiieli, S in Ketecibtugo.
0 ihmaatulcie u piulinc, publicado en 1SÍ6 en la* ' livcclija Vouotclino-
iS jl, pp. t i 7 m ,j Mithiilowski: ¿Aaoutnism •» Jibrrít and £ « topean •!><«,
.Sibittiagu Oulela Rutsgjgo ftcugrafitrlwvlago Olnblchc^tva", l X VII. r-i.
pp. 0; >1; AMtnkirt: .1 úelch oi tht K tt, |>|>. 1Ó91*
Irkutsk. 16Í& Lxiilc atimitrno un largo resumen tngté» de U volutnimaa
17 Lehtiulo: ¿'ulniurf dr«et MythologU dt< J’nrtiA.Sdioojc'ifru. pp. i y n
«alna de SHiercnf.eniAi: YaiAuJy tSau retetvlwrgo. ; William (i. Sumnet:
1* A. Cm tiín: RfiiebairAfe und Hriefe eui den ¡eUtei1, i ^h j -i S ^ , Heriui- 1 ke Yakut». Abridgtd {roen che Russun of jlim M c iq U " . /Otcrnri 0/ tht
S«ge<>en I«n A. SttlWner. $111 Pciciibtirto, 1R5Ü. pp. l<n«. Anthto/Milogkot IntUlute- of G’ tat S iiin a , t«k 31. 1901. pp. 65-110. roa-8, <1
se A. Cautín. Rettr(>eiifhU, pp. lytM . dramanUioo te(pin VoAutv. pp. A aiw ). Cl W. jochebon: The Yakul, pigl-
W Aterca det complejo culturul larnoyedo. v in e Kai Dtxincr: "/ti den n it i:i)rr. fboado en Viiarfienki;).
cuesten Bernlirui$; rwuchcn SauiojeOcn oml T á iie n ". fovn ial de la S atiiti l’cto nunca exdiMivamenie, como « r e ii dapuí*; cierto* 'elegido*'’ y
funio-Ougrtenne, »oI. (O, núm. I. i'it l pp. 1*74; Al. CihSI Keipl- Srhidfl-und "liiriilegiadm" subeit al Cielo después de ta muerte.
ljíH/tknO<(ttnop¡<r ltt¡ JU ntiendllcrit. pp. í$ 8 « ; VV. Schmidt: Vrtpfung dtt
I*1' Cl ) O. Gmetint Relie darch Sibínen ton clem ¡ah r 17)) bit tJH ,
G oatM et, III, pp. j$4 u.
l. Ii. Goiinga, 1*5», pp. 44.6 y 19$-$, cic.i Mikliailowtki. pp. ¿4-5, 97, etc.;
í l Haiva: Oie Ueligiáitn Votsltllungen, p. 345. wgOii Vltaahrvd.ij: Yochd* S. ShmikoKiuov: "Gencial theorv nf chamamun among Ihe Tuilgu»", Journal
*m: Tike Yaliut, pp. teotr. Of ll.e .Vi/i/A-CAtuo BfOiteh o f tht Royoí Atiatic SoeUty, vvil. $4, ÚungUai,
» Shlertiuewikl />u rhaintftnimc rfitr Ut Yahoulti, [), $24. SOI» hay utu HW .’ r i 1' * 1^95 »di.‘ “ Northern Tiingin mlRintloil» in (be Far Favt". rbid.,
«•■ uwliKión ap««nie tntie la» aíinmiciones de Vlt^fheiskij ísexión en tur. vo). is«6. pp. id .; "Vemich einer btiortchung «Jer CrundJagcn de»
ti» ctapti) y la» de Slnciouemki rd cx paite»* «cfttiíil»» del viaje celeue)! en Sciimairéiuuui» bei den Tunnuven". Batr,let-A tchb. vol. j¿ . Pane U. 1935.
tealí-lad ambos o lw in id o m ditrn la n b n u con. pp -ji >yV jtnui. alauann .le un artículo publicado a i IU»> <n Vlsdlvotlók.
i l A i t í o c m l i . |>. $»S. ir la routimbre ye cnaiemra entre vario» (melilo» 1 etpecialtnenie Ih gran tfnterii de Shirokogorov: J^syrAooariMi tom»
(R evira» y irlUo». aunque ton tignifiodcs rtifermte.: a vece» aran a) cha p ltx of lAe Tungut, Siisrgai'Lcmdrei, IÍ155,
ntan para que no »e eirape volando; y. al «antcario. mure Ion Sanwycdns y st $e comprende que te ñ a u acpil de una induentu del viaje (luundníio
k i I í q i i M a k i se deja atar paca hacer a lu d e >le *u» facultada mlgká*. pite» >( Ciclo, del cual dareiuoc ejemplos mi* adeUnie, peía Im «uacat que surgen
en d tu n o d e U uaión «cuIm «irniitre por ik u u n e . "<un a\u<b tic k» del orificio por donde tole «1 humo, siroljolitari. como ya sabemos, el Axil
etpirit**'. Afurxfi a lo iatgo del cual *e cn om itun los saeiilictos que tun de llegar «1
3< $c Uata fin duda de t>ur "incectMn" o i á t i u al O e to la» r'tamana Cielo mi» alto.
«qtnaialn LiL.ikuA «man CiiViliu^ffl ríe ilttft» ! el CidO. vdlfodcnt de aaltw
v » Otee. Indicio de «mfurfóu con la atceiuión criare: kn ki Iio» <u el aire
riimlca (Ramiotten, eiuxto por Ohlaiatktc jiiiriicn, p. i j i ) . F.niir l « M am
«gnirion el “ vuelo m igin*'.
4«* NOTAS
O A flíL 'L O VU 1
> Aceita «le «Me pioMema «leí a pació «astado y del CwtvO, 'í.iio e nues
tras «.lii.i* T raiu d'hiiteire drs leltgiom, pp, ji$H , e ft lynholtt,
1‘aii». 1931. |tp. $)•?».'
* Vito Mana: Itilig. VoriKll., pp. 17a». y 189M.
R MuCiOsrtivrli ¡Mu ti'apri\ Uí crvfúnett d a Vnimjie.s, p, *14.
» Harvar RtUg. I'u'tfíii., pp 341*. Hay idea* «ImiUio entre los Hebreo*
(ttuíai, cap. *0), etc.; cí. Roitrir Ciikr: IVdttnmwilel u««l H ionntiiull,
M unK lt. 1910. «v i. t i. p p Ooi *> > O191*.
S Vito Holmliefg: ¿Vr tiiu ii d tt isb rn s. p. 11; rd.: M ig .. l'Jn lelt. der
aUaisehe» f'ólktr, p. $6' í1. Uirentcidi: W r «/Ígíwowí Mythelegic und ¡bre
eOinol(r(:<Kfi(H CtundUgtR (M tibolcgM lte fhblsoihck". IV. I;. Leiptip. 19101
p . *0J. otisciva <|ue esta idea mliko-rcligiou «(omina todo d íicamtcrio Noite.
K», ydcaiáo. una expresión del simbolismo. mur difúndalo, del acra» a) Cielo
|Xtl' una *|hiciüi ChUtclia"; d iniersiicio cnue la* dos nivele* (¿UBICO* *6io
*c eixsaitrha un instante y d héroe (o <1 in¡ria«k>. el <hnn¿n, ote.) debe
hprtncchar ese momento paradójico puM ¡x-neuar en el “ más allá",
O Cf. HolralxrR-lliiTtm D tr étown des L tla u , pp, 1t n . ftíó'g. l’onieíf.,
pp. j S m . Al de loa sujone» Rudoll von Fulda lo llama unh*m-di»
rviuMMii. «¡m u siuttneiu «Minia. L«>* Laponet «le EteandlnavU han recibido
esta noción de too-antiguo* Cejminii»; lUmiit a la estrella Volar, "el Pilar del
<'ad©“, o “el Pilar d d Mundo". Se ha podido comparar el irnunriy con las
columna* «le Júpilci. Sobreviven adn U w ■ .■ miares en el folklore del Sur
este europeo; (1 . por ejemplo. Coloonm Ceriutui (La Columna d d Cato) de
los Rumano. (v£mc Al. R ofdli: Cotwddr HonUnitúr, Bucatest. 1910. pigi-
nat p s a ) .
r La («lea es común a lo* pueUtu «guano* y turcmnonsolea: cí. Holmberg*
H n v ir /)« ftaum d a I.tb tn i. pp. 3$ h RtUg. 1’WiWÍ,, |»p. *<»a . CJ. U n bK n
}ol>. $$, $■ : e) ahomhAa hindú ( t d u n w Veda. X. 7, 35; etc.).
* Thalbátrcn Cvlúc sam o «n d JniiveU m Crtenlaiul (“ XXI® Congreso
lnteiiVKW*K*l «le americanista*". Gotemburgo. i^ tj, pp. a jó -s j). p. *39 « .
. -♦ H a n ;: HtUg. (’o n ír fl, p. .jó. Cí. ku trapea de diitinlo* colores Uttllaa.
den «• la* ceremonias (h sm lu k u o eo tos u o i l l d u , ku cuales indican -riem-
|>IC el pose simbólico por las regiones relates.
W CL los n u u rislct reunidos por \lr Schmldt: U**p>ung d tt O f'tutidtt,
voL VI, Munich. 1933. pp. <>7ti. y las observaciones del mismo autor en
“ Ver bciligp Mitcelpfahl des Usures*. Amhropoi, 1940-41. *>’>l 33-6 (pp. g6ó-
69). p. 9Ü6.
■ : a l Cf^ po» ejctnpU». K. f . Rarjalainen: W» Religión d tr Jugra-V ófk**, II.
pp*. 4VM. RccMdeuwn que. la entrada del mundo miinenrineo te halla e«ac
ámente mt.re el *Cent«o del'MuDdo' (d. Hana- Ver Havm d o l e h n i . púgi
ra» 30-1 y fi¡¡. i j . el «tuto ysLuia con un oritrcso cctiual). 5 e encuentra d
misma simbolimio cu d Oriente anugua. |i India, el mundo gm o-latmo. Ctr.
NO TA* t'4
í.l. bliutiit: Cot/nel<ify tí «kM tm r ístM .W cru. Uucticst. 1937. pp. 55.w,; A. R.
M araniiii'uiA: Janui Cueis", Zal»iox‘ \, 11, pp. j-flt,
is llcgura/: The fíUnktW *, p j j t j cls*--r*: The Noryak, p. jd i , se en
cuentra la mita» ble* cutre Un iiiiüc» llhckloo!; <f. A luam lci: N o n ti
^ntfiúw i Afyl/iofog}. p|>. gjM . Yétve también vi cuadro COinjur.ttlsu (|C
Alia suptcrtmotul y Anifij<* (1(1 Nuite en Jochciion: The Kotyok, p . j j i .
1:1 A. V. Atuschin: M vtfriaiy feo a/íowmhiívu, |>. 9
)« \V, Schtmdt: -ik r ¡itítift MitteipfaM, p. 967. donde u ta D *r U /tf*vng
der M ten d et. tul V il. pp. j j , B5, «<¡,5, 445 y 590*1.
l i Id cuntiúu del "origen" trnspirúo de dichas tmuepriunci (U o t iu o
uij.i del Cow iw. |>ot ejemplo, cm«cbíd.-i de Muerdo «m cierto* elementes
niKCCiíuloi de la vivienda, rcpllcatile» « su ver. por la* necesidades de la adap
tación al medie, ese.) m i mal planteada 7 pos lo tanto euóril, Porque no
«viste, patit l<» primitivo* vi) genn.ii. una inferencia liicn clara entre "ruin-
t a l' 1 'Vilitenatnial'V cutre objeto empírica y ximlxilo. Ua objeto tu taiw-
I01 tu» 01 “ n mfcum* ir» ikvii. <pic connota un vnlns) en la titedid.i en que
participa de un "símbolo'': un acto tobia «iuulÍKUtlo cu la nmliiln nt
que copia un arquetipo. rtr. Kji (olu n m , i-«n- piolilrmn dr Im nilgritm
de lee valore* coiirtpnntle m.At bien a ti (llinuda que a la lililntla. him,
pata cuai sólo un ejemplo. mi «e «r mu) ilam hasta tptí punto el Invito
de que ri «lettiihriimriiiii Mr Lh piimrijv letra ip oiiiftriut *c tlclin a Ut
itetcsuLxlu empíricas «le la mijarl-Vn <lct ilrlu nilótlr», pueda tener alguna
iinpoitancia en la v.tlulai ión n Invalidarían de «tas leyes.
i'i Karjalaincu: ¡He Hr/fcwn drr yngiu TóMer, vol. II. pp. 41 rT. «lima,
«iimic-jincwe, spir rvi estas» servia para sujetar a la victima del lactilkio.
Jai realidad. ton» h» demoMrjdo IJuhnbeig-Hurvi*. etc ptUi *e llama "llom-
beC'l’mlie ticte veces dividida", igual que Sanie. el dio* celeste, re invoca
«mío "Gran Hombre viere veces dividido, SKnle. mi rad ie, mi Hombro
Padte que mita en lies di iCCClotifI, etc." (Ikilm lin^ Finrto-Oigrie mythohgy.
p. 33K). El pitas tenía .1 te c a siete muescas: los Ostiacu* de Salynt. cuando
Ofrecen «Muimos cruente». hacen siete iacitioocs cu una «taca p W i, p. 399).
Eua «tuca ritual comtftotide a la " i i n u Estaca de Plata pura dividida en
ticte parto»'' de ios cuentes vogulei. y al cual los hijos <tr| dio* atan tu*
ciballot cuando visitan a tu Fadic (<M .. 959-40). l a Yurak ofrecen tam
bién uctilKiO) cruento» a los Ídolcn d e madera (i/ m M ) que tienen siete
casa* o «tete muesor. estos ídolos, según Lcfciinlo {Enlmituf cráter ,\tythalogu
der VurokSomafedta, (td tio k i. 1917. pp. ®7- toe. etc) « lán tdacionadot oon
los "Arboles sagitilm" {es decís, con una degeneración del Arbol CAttnico
de siete ninas). Adscirno» a«|ui a un proceso de «uUitucióii. bien cooocsdo
en U historia de la* trllglunes y que ve comprueba asjrowoso en otra* casos, en
el conjunto teíquiM siberiano. Así. por ejemplo, el pajar q ilf en mt principio
servia d e altar «le dirlfielr» al dios celeste Xum. se oonvtcrle entre lo* Yurak-
9 ainovrdo* en un objeto sagrado al cual M ofrecen sacrificio* ciucntos:
«f. A . C x h c KOpS-, SfM tiel-utiit f^nginochenop/ei bet Hentiervólkem. p. t f ) .
A trita de la lignificación cosmológica del numen» 7 y su papel en k« tímale*
«fuioAnicós. vcaie rirfra. pp. * * 9 SS-
rt Víase nuestro Tinífé d hñtnire d tt refigiom. j>p. 3x4 U .; Ve m lh f de
CP.ttmel Hewur. pp. 113 » .
H) Uno Holmbetg-Hnrra: O rr lu ia i d n /C iras, pp 41 y 37: id - "k'itmo-
Kgric and Sibetian ttyih vlofy", Mythohgy o] «íl tares, uoL IV.. fiotton. 1917.
p «(«i: ULí Retig. I W r í í . pp. y i n .
4<« no tas
ticitfue u*4 /frgutsfdk, voi. IV. SaUbuigO-Ldpíig, 1996 <pp. 675-783). pp. 7* 7 '
i t , tibia.
*» Peto. (orno *t» <Je a f a m e . muchos muertos tegsn al O cio : L Loeb:
Su m ara, p. 94. Sobre la pluralidad <l« lo) ftin m iím fúnebres. w w i«/« ,
p 081.
1* J. Loeb: Swretitni, pp. 74J.
ti O rno hemos cbi«v>do vari» setw . y como tenslicmoi oportunidad de
concretar luego, el lenOmcivo es general «n todo el mundo malayo. Cf., por
ejemplo, lio Jnfloeixias musulmán» (n Toradja. Lc«b: Shemau and Star,
l> <5i! influencia» hrndCtes complejas en Im Malayo*, J. QilWnler: barvet Afegf-
q u a de KelonUm, pp. ifl. $o, iuS. etc.; R. O. Wíneicdc ¿Acoten, ¿«Ji<* end
Sm(l A fiuA yaf the evohtíivn 0/ Ifte Melay magie, ÍMOÚitr. l y t y n p. pp. 8 » .
T pasim (infit:rucias bUmka» pp. t l i s . y putsfm): ¡¿ .: "Indian influmce in
«he Motay Morid**. Jovm al of the Royot AsiaiU SatU ty, 1934. pp- iW-pd;
Muiuier-Bergcn BOnofpgMíbe Sfedien, pp. 8 j i o f l u c n c i i w hindú» en
Indonesia: taflucncu* hindfio en Potincóla. L $. <- Handy: Pofyneúon
religión (Honolulú, 1927), piusfm; Chadmdc: dreirtk o f literatura, III.
p p . jo j u ., peto no dehe olvidarte que cota» in G o cn tl* fhlo han modificado
por lo general. U expresión de la vid* miglcoreUglota: no han creado, en
todo caí©. los grandes esquema» ratilro-eouaoMgkoj que not Interesan en este
Ct ludio.
« J. Locfc: Sumatra, p. i q .
7* J. Loeb: $w m i m , pp. >50js. El aulot observa <p. 154} la semejan»
eiitic o t e complejo de mitología infernal Nías y I n ideas de lo* pue
blo* hindú» Nagas: la (M |U n cíiki podría extender también a otKM pueblos
aborigen» de la India: son ru los de lo que te ba llamado la d v iliix it e
autttO-aiUtíca, de la qoe participan 1 » pueblo*, prearíos r p w d txvM iín w
d e la India, j la mayor pane de lo» pueblo* iborígenes de Indochina e Im u *
liriúía, Acerca <)c algunos de sus carnifica, véate nueitto Yoga, etuti iur les
origfnef de U myitu/tie W Í O W . Y*i'4 . 193C. pp. to r it.¡ GXdCV tes étatt
ititttltfuiiót, pp. Sí.
CAPÍTULO IX
1 Cf. Vi'- Thalbilter: P arV els xeUhin the tullóte oí the Arlie pt«pit 4,
"Annue* do XX Cengiesto imcrnectoaal de Americanisi»". vol I, Rio de
jAitenn, <904. pp. a ty - : BitlfcSm iib “ Ucbei (lie berfcnnfi der EsÚmo und
Ihie Steilung in det tiiknmpolaren Kulturcnividduog". Anlhropoi, vo), *5,
ippi. pp, i-aj; Paul Rivci: Los orígenes del hombre •iruerlosno, México, ly f j,
p p iajcs. ludusoae lia tratado de eníoom t un patvtucsco lingutaiuo enbe
r l idioma M p l d l l y d habla del Asta central: cf.. por ejemplo. Auiélien
Sauvagcot: **Estimo e i «iralien". /«cruel de l a yotiété de,1 Amórieonistes de
P añ i, Nlte. Séiie. I. X V ]. iy t ( , pp. *79-316. pero la Irip&crsís no ha logrado
u n í la arcptarioa <lc I » «perialitim.
3 Cf. K. R tttsiiw w : M r TAuícfuArí. fn n c fia t drl Meno. 19*6. pp 143**.
Coca© tos chamanes too los mictmrdsnrice ende le* hombres v Sita <ei Como*
i n i t r , rl Srlhr del UnHctxo) amsagmn una víuerwtOu oqtenallMma a ese
fn n D in y pw u im ponruc en cornaclo <00 a riiíáiOo*: de la «moa-
iim Mo y dé ta medicadfin.
NOTAS 4<S
3 W. TbtlbilMC T*r heothert p t ic tu o f K a ü C r c e n U n d , “XVI talarna-
ilonatcn AtnenkaniHen-fcongresses". 1908. Vicna y Leipzig, 1910. n i II,
(PP- W&f)» P- 457: KnutI RmnuMt» Inie/lecfua l cu ltu re fif th e tgtuUk
fyhxnutt (Repon o( the fifik Thtile Expcdhion *931-1994. v«l. VI, nú». I,
Copcshagv, 1939), p. 109: E. M. W tjtt; £Mlmw. TM r cnt'jnmanent e n d ffiVi-
New Haven. 199a. pp. 4». 497**■ ■ ' K. Rm uh im : I n te llc c ttu i cu ita re
o f t h e C o p p tr E ih im o t. Itqwn, voL IX. Copenhage, 1933. pp. JÍ«.
* C f . por (jcnpl*, Ramiuten: The l^tulik f i l i t m , pp. i j j .v . y 144 a .
1 Se «apone qoe el alma dd enfermo «e dirige a la» regiones rico; en
K d k lid I t i grande* reglones <4 m k » f l * Luna**, el , Ckí»‘ ) Im lugar*»
que (recuentan leu muertos, bu fuente* de vida f d país de les oso»- , como
entre tu»Eaquímak* de Groenlandia: cC T b tlb h in : L e í n e g tr ítn s esqu im o ux,
pp Ro te.).
* K. Rtuim tii: "IHe Neválik EsümO*. Social lífe and epiritual culture”.
R ep o r t,vol. v ill. 1-3. Oopcnhagc. 199*. pp. *990.; G. Holm en T h e Am -
w sjfit Esteta»». «d¡L por WiBlam ThalbiUer. Primera Parte. Copenhage.
1911, pp « fin . Aceta del viaje de loe Enquíñale» cerníale* a la lama, «ftw
más adelante. Raigo soiprendmte e s que cu* tradiciones de viajes n d lk n
de k* chamarte* Altan en absoluto entre I91 Esquimal» tic Copim: cf.
Rnniattcn: T h e C o p p e t R ckim at. p, jj,
” Víate A larga descripción de una m Uq «te «te gíncio cu Ramuncn:
T h e C o p fo r E tk im o i, pp. $4 d . también el comentario tan profundo. «le
Ernesto d e Mattíno: l l v ie n d o mogíeo, TUtfn. 1948. pp. 148-9
a C L por ejemplo, R a a m u m : The .Vrtsifíi M inio, p. *94; Weyer, op.
e » l, pp. 457 »»•
* L W. Nekon: T h e fis k im o e h o u l Bering S troit <18 “Animal Report of
the M»te»M Of American Etlmology*. 1898-97. Parte I, Wsuhligton, 0 C .
1899) (pp, *9 *5 **>. PP* 4 J3 **•
10 Fntnr Roa*: The Centra/ ¿ tifitifi (0 “Annual Repon o í the Burea u of
American Eümology", 1884-85. Washington. D. C.. i?S8) (pp. 999-070), pági
nas 50í r i El poder del chamán pata Ubtatre de la* cuerdas que lo sujetan
(uenemuue constituye, e m ir ranún otro», un problema de ¡uiaptkologta que
no podremos oltonlur aquí. Denle nuestro pumo de vista —que « *1 de la
hhtori.i de la* ieh*i<m«— la liberación de la* tuerdse, como o tr a lourlto»
**10113310*" chsmániwt significa la anfitrión de “« p in to " que el d u m ín
debe de l u l a logrado con su mkrtcídu.
■ l Rautnivw*: In teltec tu a l c u ltu r e o f t h e /gftcfsé ¿ M a t a . pp. 134». C f.
también Certand Ehnm ail. A n ih if if o mfiip h itm and m lw lf, V|>sat*LCtpí«s,
«9 3 9 - PP *5 * «•
12 Cf. Wctner Mullen W e ftb iU u ad K u lt der K w e k la tl-ln d ie tic j, Wict-
baden. «985. pp. 114**.
J* john Su-anton: "Sbuman* and priou", H an db ooh o f A m erican I n d im t,
«<0t. ir, pp. ¡ M U .
i* Wlll.ird 7. Parts S/io«nom»r» ín IVoslern R to th A m erito , p. 9.
7» C lltt wissler: T h e A m er ito » I n d h n t, Nuevo Yort. 19M. pp. sooií.
1* Acerca de este rito, véase VV. ?_ Park, o p . t il., pp, fct«. ) ij«i*t.
15 Albo» B. Reagan, .Vok» on th e Im Uont o f th e f o n A pache región,
p. 910 tic y liad, por Matcelle Doutciller. C ham aoitm e et g u M ío n 'iieg/fu*.
París. tyy>, p, ido.
i» Cf.. por ejemplo. M. E Opler: “T h e Creative roto «f sltatnanHw In
N O TA S
1
4 1* NOTAS
P attc i , tru h ln g to a (V. C „ iíg6. pp. S^ -rijd); L n tie spler: The proptut
Atore a( tke fJertk irdt and itr derivolnns: Tfie soun t of tA< C hati Doñee
(*C<a«i<>l Series lo Anthicpoiogy". nún. i» ideu- Ha«<n, i ^ ,
31 a . M A ngm La thauaniem * ehtt tes «trflrw de l'Am etiq*te A * Sud
I tepkalr, pp, 9*0//,' cf. también del tniimo autor: “Shíinatifciu". Uandbaak
o f Semik Anteiken Indiam , va ). V . Washington. D. C , 19(9. pp. &ML99; para
e l elurnemnao entre U i tribu* trwrymalr*, «Wrf, pp. S ^ iu pftetrard); A.
Méllen*: “ The social « igw lttlin n oí lh« Majo and Manad. Prim ilivt M ee,
X V I. 1943. pp. 1-90, pp. 9 16 (diawaoiMM mojo), pp. ts-sd (chamanismo
tcaiuxi) Sobre t í pcoblran de lo» rid w cu lten lei en América del Sur. i <i n
P. WÜIiela) Schmidi: '‘KuUurfcrci->e und Kultut«chlehie ln Jftd AmeriVa",
2 ri(«Ati/l fé r Elhnoleftfe, ral. XLV. 1919. pp. 1014-114): <ritka de Roland
B . Diván: The building a l evitares, Nun> Verte, ip tt. pp. r t t w y <* m -
ptinta de W. y h m id l en .l/ttAropoi, XXIV. 1949, P(1. 895 9 * HttndbutU d*r
htdierliltlotistfitn Melhode dtr Ethualogie, Munich. 1997 (Trad. ¡(aluna:
«Vtfrtuele di metodotogl* etnotopra, ) ( U s . *949). pp. 58 /*, <f. u n b iin
Rafael Karstcn; T he ( M l i v i m «/ (Ae South Ameriten letdiant. L aad m .
•080: Jolin M, G m p rr u x l temporal aspcct* o í .iborixina) South
American mirare*'. Ptrmurae M ee, XV, 191a. pp i j í . Sobre el origen y la
hitlotU de b e dW lio rion e fw b tK r ic s m . tía te fctlaod Xcrdendcwtd; Oritfn
O/ the ludían áo ilita ríen m South Arcente CComparativc Cibaopapbital
Studlct*. ral. IX . Gotrmbui^o, 199*. tap. pp. i -7$: Paul Rivet: Los ar!genes
d e l hembra «merüniro, Méxito, ip )), pcusftr».
a* A. Métraux: l e &ham*n¡ims th tz U t ¡ s é m i .. . . pp 997 ts.
i* tb id , pp. 330*1.
*> lm chamanes detienen lm aguacero*, iWd„ pp M> tí. “ 1,0* chaman»
euire hn Ipurina enrían *u doble a) dele para apagar k> meteoro* que
amenaOn abrasar el uní ven»** (Ifrid., p. 33a)
« Scgtiu los Tapizap¿ y ocres tribu*, la* m ujer» «elo pueden concebir
y dar a luz d d cbaroin hace descender a su vientre un n ifto«p írico £a«t«
cierta* liibut. se llama at d u m ín para ¡dentiflcíj al « p M tu encunado en
la m atura, Métraux, «p. r d , p. 33a.
«* Para conocei el futuro lo* chamarte* tupltuabu “te retiraban a peque-
fla* diota* dotpués de haber observado diverso* taM». catre etloi. nuese d l«
de continencia** (fbtd., p. 331). L n « p ititín descendían y revelaban lm
acontecimiento* futuras «ti la lengua de kn espíritus C f tamltién A. Métraux'
L e religión des Tupvutmhe. pp. l í s s . b t sispciM de expedición** gam eta*,
los tueto* d d (ham ia óenen « p e sa ! ímponasci* cM etnux: t e «Amnanú*
m e ..., p. 331,
c* A- Méttsux: les reU/fon des Tupinambo, pp. 8u/.: id.- “ Le* homtue*-
dieux ches les Cbrigpuno et dan* l'Auiérique du Sud*. fievú/a de Etnología
de U Universidad Nocional de Tw um in, II. 194a, pp. 61-9*. p. db, etc.; id.:
L e ff-emanitrue.. . . p,
i* a . M h n u c "Le rttamanieme aiuucan*. Revista dei Instituto de Atura
potogfu de U (Inioenidod Nocional de Taeutnán, ral. c. o d ia. 10. Tucuraírt.
!<!,«, pp ( n p k , pp. J3> n C !. el t l i M i a varara, i a t m r a l i i r á entre et
bombte y lm dkuet. Vkeooo Tetnillo: The Va/uro* of tke Copanoptto Moer.
rvRezttrfa ^'SanhiteU n Im íiu u o a . BnioW ot AmeiMan EihnologT". B vlk
Un 1*3. Aolhtopolngírol Repetí, uúm n . IV ib in g lo s. tsXÍ-, pp- *49**-
*s E* praU blc adeniis. que la (tota ngtttettim fonna p a n e del complejo
NOTAS 419
i> Itt ic-irmonla* pciiArifcM cíe reveneración de) Tiempo: d . nueiito Le
m sthr J a l'lirrn et ¿croar.
411 Kml «m den Stciucn: Unte* der S'itttnM bem Ont>u/Ar«utfj>«. Berlín.
«1*01* I1' M 7 -
<T litpoclor K « h : Zter* ammhnmt Jc r stJa*ne*ikaoi'-cHen inritm rm (Su*
yUn.emo del vol, X t l l , del "iM eeuikA tle» Atrille fttt Lchnagr»phíe“ ,
I.H.lrn, 1900, pp. 1*9/»-). acgdn )ai (neme» del ligio xmii.
** O í. también Ida Lnblfruít: D tr .trntídamínn ¡>tí den .VdfunMJUcnt
,Vu/ameii*<W, pp. *474*.
■ o Cf. F. £. Cementar Primith* eenetpit pf distan , pp. 1967 (Cuadro);
Mftraux: Le lAotrnudíme.. , p. 325.
w llnire lo» Caingang, lo» A pinajf, C o a n a . Coto, Cobcno. Tauüpang.
Iicdmiu y Ulioto; Métraux, p. $*3.
<l Cf,, por ejemplo, IV. Koppcn: Vnier Fc\ter(and-!nd>avcm, Stuttjart,
1914, pp, 71 y 171
IB Como Micedc, por cpm plo, entre loe Araucana; d . Mítraux: Le íherr.a-
niiwte drawwe. p. $,41.
M a . Mdtraux: l e ¡hamanüme c h a le* mdUn* de fAmdrIfu * rfu Sud
In p ln lr, p. 3*8.
M A. Métraux; L e thttmonume troteen, p. 331.
W Acerca de l:i cóticdpfión Wrtttuh-iíxfri ik loi fepiritdi-nmmalei, véai*
R. Renten; The eivilluufon of th t Souih American ¡n dim t, pp. t 6$ u . Cf.
Ibirf., ]>f) t t i l . pare d papel de la» pluma* como ornamento ritual entre k»
limntiTw-mfdko, y pp. 365 u . fobic el poder mitgico de lo* crínale» de róce
y la* piedra».
o* Véa*, por ejemplo-, la d o o lp o ó n de l i «nl>>n d e la» tribu* caribe» de
l.i Guayan* (talue la cual n i i t c una dora mentación abundante) que hace
Mftraux en L e ihotnonicrrtt thet le 1 indicar dr M u M p i r du l i d l’ Opicele,
PP- >«5#. T ■ - 90 -
o? CL M&raux: f e iA e w t* á n c enturen, pp. 9390. {«cgdn un autor de)
ligio m u . Nófiex de Pineda y Bascuftan). fq>. 341 u . |»egt»n Mame) Man-
quilri y R . P. Hociie),
t í m . Cimtule* Die Feuerlond fndianem , rol. II, D i* l'omaue, M&dHng.
Vlcna. 1937. pp. 14170. y u * i . Ct. la tuM n entre lo* Scrt'nom, íd„- vol I.
M e .M t’M w , pp. 737 o .
te M Curinde; Ote Yamana, pp. 14*9».
o» C t IV. Koppírt: D ir frtg e der m n w rtfr» alten Xttlittrbctlehttngen
lultehtn itídlicfuien íifcdemrrito uad SUdotlmnlitUen p i X I l l * Congroo
Internacional de AiittiicaftitoV', Nueva Y o d , *930, pp. 678-86); acerca de la»
«entejante* ItngilHcka». Paul Rlvcc: ‘ le * Aurtrallen» en Antírique". KulUum
4 * Je Soeidtd U n jiiú tifu r de Pen i. Paria. 19x5. l X XVI. pp. 13-05: id - Lo*
orígenes det hombre americano, pp. Véa*e taraOtón IV. SctimkK: Der
t.’fiprung der Goitr.yidee, vot. VI. Munich. 1999. pp. 361 **4 f>. I. Datldtea:
“ The quemón o f rehiíi-nchip* bcw n i tbe culture of AustnKa and Tierra
del Fuego*, darericen AttthropoJogíH, 39, 1937. pp 09-43
«1 C i. Paul Rlnei: "Le* Malayo-PolynMen» en Amerique". Journal de ¡a
Soci/U det Mmttitmríilea. n j.. Tari*, if t * . vol. 16 . pp. l ii- e j l ; Ceorg Frie-
deefcl: **Zu den ixntoluinhHritcn Verbindungen SíidieeVoltei rail Amerita".
dntAropor. 1. «4. 19 » , p p . ( p ' l ) ; Walter lebm ann: “ K e Fragc riJIkerkunrt
Iktwr Beriebungtn iw lih e o der SIKbw und Amerita". OrUnulkNteh* L ile■
returzeitung. vol. 33. 199». pp. 311-39: Paul Rhet: Lo* ortgrnet del hombre
4X0 N O TAS
CAPÍTULO X
b b n contad betwetn ttc |*«eple» >t Gccittífi a a j Scutti Vntrka’*, The four-
v e l o f ¡he Felyaetian Seriety, vd. 53. itjij. H>- ><7 Si.
\
» Se encontrarán toda» lo* amc* vita dccjiact-eaniin abundante en el
volumen de Kmlteiiite I.uowals. M nit-ofa-íAeiwa'Ví meto; ñ it Otrdxie and
¿u tep rsn tiographen (Hctmce y. Bid»p Mu«um. Je tie u n K í igA, Ho
nolulú, 19491 Sobre el lema de la «tatcaaiti. vk»«c N. E, Chadwkfc: "Note*
o n /'eiynetiai» inufieJc*?*. Jou m ví o1 the ñoyed Áeikiapt/hogaot IniU tuit,
vtA. LX, 1910. pp.. 415-46.
•*« ITandy: Petyn eu ai »ie íig * A \ p. Sj. Ei desecase a lar Infmnoe en (orna
de pedemu, Clndwtdc "Iko litr: A tr.tidf Ira Pclf nenan tredúíon". loum al
0/ th e H ayal A n th ro p , /««látate, »oL <1. kqi {pp. |*5-9>). |>, |)i,
w VAhc c) «Hadiu de Ciadvid: ’ Ttte tltc*. ;*»«riw
*< Handy: P o ly n o ia * u K jp O » , p. i6|.
t®Te Raugl Miro* «Teter (I. Iluck): íik o x U o g y o f M en g a tevu t iBcrnice
I*. Ritbep Muscura. D u H tú n N* <57, Hendíalo, lyjS). pp. 4^ 11 $in rtu-
buj». debe sedalarsc que en U arptwi loa «acedóte* w 1lamín irán, vocablo
<|M (MKspooTr al mW< de Santoa y Tenga: <U*¿i (Hawai*) ) m m (bUt
Marques»}. létminot inka que designan. o m timo* vate. j los
(el. Ilandy, pp. Vero en Mangarcva }t dicreoiifa rcligK*a nd «■ ex*
ptvw por la pareja foAnngi» (uterddie) touía (profeta}. sino por la prneja
Iiwm («uetdoie) y « tá rete (adivino): «f. Hcnoid LaiOl .Vaegoteoo, 1/hU tfíi’ f
enrióme d 'm f * u ( 4e p o fy n d u tn , Braine-le-Cootte, Brigsr-i pagi
na* ¿ogu. U retamo unos que otro» ion poreído* por lo* diote», pero loa
atorara obtienen mi mulo d«ocié* de un» .rwpliacidn «Itala, wguida por
uit» breve «rcnuaUa do ootmgrecídn (ef. Hirco: E th n o ío /y 0/ .V e n g a r n * ,
pp. 44b»). mientra» que lo* ta n za «ti largamente ¡nltcxíos en una maree
(éWd, p. p jjV Howrl Lava), (« p . r ir ., p. 909) y otra» aoivrMadc* alinean
q w no exirte iniciadla para t e «toneto; «lo embargo, IUtoo (Buck) ha
dawmtadv qne h ceremonia de innaladOn iqnr dora cinco dta» y duraute
la aul d «tceidotc mella a lo» díoies a habitar «n d cuerpo de) noMKo)
tiene te esiructun de un* Iniciando, «p cil., pp. g í v . La gran ditcfcnda
entre lo* "MeerdotetT y leu “adivinen1' coadite en I» tocando omití», suma-
mente acentuada, de «een último*.
o» Scdones en l ahitT, Wllliam Eli i*: Pofyw ian reteorehet. Loivdie*. 1851.
I. pp. convubioive. griten, palabrM Inoohetonu» que toe sacerdote*
tienta que intctprerar. < «.; l i t e de te Sociedad. FUI», ¡in d , I. pp. jyo t s ¿
| . A . Moereulieui: Voyegrt <ik No do Oread Orden, Pmú. 1837, I, p. 481;
Idn Mitqu«ks, C S. S«w»rt: A t it it fe (Ac S o u th s**4, Nueva York. 1831.1.
p. 70, Tongt. IV. Marinee: An u toun t of the nathiei of Tonga ¡tU ndt, Do*-
too. tSeo. 1, p . Süsr., 101 t í., etc.; Simo*. I*U» Hervey. Roben Vi. Wllliainvoti!
Reiigton a nd social otginiutiott itt Central Pofyntsit (ed. pdt R PSddingtou.
Caidbiidge, i$|7)> pp. n t tu Pukapufca. Bwglcfwle: Bthnnlogy of PuiafmMe,
pp. 31* i».; tdangareva. Te Raiqi IllrOO. o p . e it., pp. 444u.
»t Vcaie la dcotrlpeldn de una «le cuas jetlnnei <-n Hatldy: T h e n a iu a
e u liiu e la |A< M ciq</t#u (Bcrnioe P. Blshnp Musenui. fíe lle tf n Nt y, H01»
lutlu, ira», pp. aC^ü.
«s Ln Mangnevs. T e Rangi Hiroa, o p . tit* p. 444: cu las Islas Marquetas.
Ralph Ltntcift. en Atoaban* Kardiner: The todudduoi and hú soeteiy, Nueva
Venk. idpy. pp. 1S y « . (Hay t'enldn «»pai>ote: E l ittdhMuo y an sociedad,
feu d o de Cotona Económica. M b it» . 1945.)
NOTAS 4*7
«s A c t ia de lo» iM t t k c m y « alte, v( m c H«klv: Pofyim kn religión
(H n n it. M an)u«»), pp. WlUiaurwn. op. «r» pp. *58«. (Mat de U
Sociedad); T e Raogi Húrea, pp. 473». (Manyjtíva); Beáglehnle. p. jt ú (Pula-
puka), ele.
« Cí~ por ejemplo. W . £ Cvdcm ; “ Tbe Umu-li 01 iSrerralUiigaímMtony".
The Journal a f the Potyacñen Soeretj, VIII. 1833. y o ír » IMBMIM adml-
n b k M M tt analizada» pM £ 4 c Mari¡no: II mondo magCea, Turin. 19.(8,
p p « )« . S o iti d (b a M in ta u en Fidji. '«Jase R. Thecnpaon: The Pigutai,
Loodres, 1408. pp. 15$».
6* c t O livkr I c w j : Lea Aommes t f l m W i t t . Sur i'rníwnbmtiWJttr1 du
«Otfd húmelo, Parí», i g j i , panlm .
«• 5 c ha «tejado d e lado el Chamannroo africano: la prcacntaciúti «le ele-
tncou» cbareánim t|tt« podrían identilkane en la* dm inu* religión*» y
técnica* nUgUo-iehpota* africana* nos hubiera llevado demasiado lejos. Adc
mát, prefcrimen esperar la puMMacda completa de lo» resultados obtenido»
por 1m «xpedkioftCt de Marcd Criaule y de m k «niega* en el Africa Oíctdcn-
U l Francesa: lo* volúmenes j a publtcadot y «penalmente O m« <f£tu. de
M an d Gríaule (Parle, 1919) nos han revelado un universo espiiiiuul >tc una
riqueza Kmpréndente ( d . también C . Dieterkn: fr< dmes del Dogon, 1911,
$, é e Canay: Les derafe* d a Dogon, i$|i). 5obec el chamanmno alaterno
Adoll Fricdridt: Afflkanitehe P r i o r o l i n o (Stuctgatt, 1939). pp. «9a»
3*3; S. F. Nadrl, "A Hudy of ibam iním tn the Nubo n o m ltin T . joumaf
o) ih< Roy al Anthropoft^tmf / w u w < , val. 76.19(6, pp. *9-37): aeerea de la*
d lv cm t ideología* y i k a k » mágica*. <f. £. E. Eran* Piucliard: W 'iuhtr*}!.
eructa «nd « egfr «mottg the Asande {Oxford. *937): H. fouuann: “ Ukuodu,
0j« Sefctien der Zanberkrair, Zeiuchñft fS r Etknüagte, vol. do. 192S. pp. 73*
85: C. M. N. White: ■ 'AVitebcraft, divloition and tnagíc among tl*C Ratovale
tríbra". Africa, vol. 18, 1948. pp. 8M04. «le.
CAPITULO X t
> Véase Gevrgm Dutnéril: Myihes el «Irruir dtt Germoms. Para. 1939. pági
na* 19 donde le encontrará la bibliografía esencial.
i ú n a H M k r t Ku(tíccht GehrimbUtide d tt fítrntonen, 1, Francfort drt
Meno. *9 9 4 >PP- *$♦ “ •
8 Sobre lo» tdaciones herrero. 'tabúllo'.MCieiUd secreta, cf. HMtoi. pági
na! 38 it- Igual conjunto religioso CU e) Japón: ( i Alexander SUwUk; “ kultú-
Chc GehdmMuide dar Japaner iind Germanen". Wiener fíeicrdge m r ATuliu»-
gtuhíehle uníi U ngvíuik, IV. SalrfiUrgO-Leiptlg. tpjb (pp. b75 '?&0 >PP * 35 -
* Yngliaga Soge. V I!. cí. d comentario de Hílela ft. £Uis: The rtorf 10
Het. A ahsdy 0/ (he conceptúo di th« áeuá in Oíd h V se liitram rt, Cam
bridge, 194*. pp. > u »».
a Saga Hfdhnthdn a i O M tt l XX). citad» por HíWa Elli*: The toad ft>
Het, p. 1*3. Cf. i M . , p. 1*4. la b h tw h de do* hechicera* que, mieniia*
permanecían Inanimada* sobre la 'ptataforot* de encantamiento' (sWdhfaífr/
véa»c mi* adelante) eran vbea* «obre el mar. a gran díManda. cabalgando
una ballena; pCHCgUlap d barco <k un héto* m u n d e de hacerle naufragar,
peto Awe logia rotnpeele* I* « p i » dorsal, y en me picrim lunantc. l o bru
ja» cayeron de la pUufoerna, fracturándose la espalda. Saga Slw tan p Slarf.
|«H NOTAS
CAPITULO XII
* l Y jn U m un i k r t México**, G tM m m c iu A b h a a J Iu n g e n m i
I inrr/^ii’iiirA^n S p n c tu * nnd Aiterthumskimdt, voL II. Iterlin. 1904: Oto-
6 mi, vni, *8, núm, 6, ifM » , 190 (pp. $9 7»). pp. 84-5 (Je m m i 4 o coa
Vihigilnt,
a Víame t e ioúiiipict ejcospk* ¿gropadcu poc Jarobv. of>. eií., pp. fOQn.
Remití! jrtn difícil decidir w ci re j t irick de les hechiceros cisit>|ico>«e <Ufce
4 una iofiiKtub de La macia encinal, o si procede de antiguas técnica» Ota-
m in ia s lóceles. I.o dono es <|ue, pot un lado, el ro fx iri/h encuentra
eij M caho, y que. por otro, el deM uiniiartkcto inWírico d d mago te halla
también en Australu. Indonesia r Aroéiíci del San; y a to noi indina a cteer
que cu Cmopa podría tratarse (W una supeivivutria de las té-coicn* mágicas
lócala, pre-ludocuropeas. Ci. le logo, p. j »j » Acerca d d ÉtnboíHum de
la levKacMn y del "vuelo mágico*, v& te Ananda Ccomarasvamj! H indw m
a td CuddKim , Nueva Yode, *.(„ p. 8 $, n. rdj.
* Cl. A. Coonsaratwaroy: ¿royionctttrKl' . t i a u Codi, p. *y. n í . (I ju
lefertneía» a la lH¡fh*nik4ya i ofm tunada mente ion mesactas.)
I Giineppe l'ucci: Ttb/ton poinUA arrufís, Roma, 1949. vo4 , (I, p. 548 y
Tanka, ndtn. >2. hitos. 14-21. 5 oWe el umbOlúmo de la craleT j. véate tam
bién fn/14, p. jó s.
» R. Stein: "l^ao-Td>e", roung-Pao, 1. JJ. 1940 fpp. 1-154). p. 68, n. ».
I.) auto) m uerda qoó Jitchie. en tu dicdonaiio, eita en « a paUhtn. d
rbyat-rab* y especifica que jM t«e designar cieites medios sobrenaturales de
coaninlcacjón emtc loa antiguo, reyes tibeuno» y sus antepasadas que habi
tan con lai dioses.
* G . Tucd- Tibeian pefnfrd «w /fí, II. pp. j j j - j * El autor retunda el
mito chino y t'oí de a iu comunicación catre Cielo y Tierra, de la que volve
ren»* .1 o cupimos. En GilgU. donde la religión Hoa tuvo fustetes Tabes, re
encuentra id p ahora la tradición de una cadena de oco que une el Cielo
y Is Tierra: T u cd . Of> e it, p. 734. citando a Folk lore, t. X X V , 1914. p. 997.
a* Dcide la neuHptton du T iM . de Klaproth rpp. 97.14». c u ), loa sabios
occidenules, siguiendo en esto a los erudito* chino*, lian identificado el
u a f it w <m h ttiigkm tkxt po; «é«te la U tterit de a r a nwiftatidn {JriAJi
probablemente a un (rtur de Abel Résnusat, quien habla visto en el termino
uo-fkih "el iM h ts'), en tv. W . RocMtill: The Lam í o t lAe ¿«n os. Londres.
•891. 141 n y u .¡ también Yule-Gordieit The book « f Ser .'í<*iyo Polo, I.
pp s*3 rs Sobre el panteón lamaúea y la» dleimdadea d e la enfermedad y
la curación. véase Eaipn Paoder: *W» latuahiluhe Pamhecei*. Zeitmhrifi
la r CrbMfogie. sol a i. 1889. pp. 44-78; P. G RciwholA-MiiHcr. " D lí ICtank
heks-und H tilp itih c u r » lo l . i m l m a * . 4 MfiWp3s .s o l. t*.
m b w las técnica* mágko-mcdkinales de lot sacerdote» bon. <(. Rene voo
NebeuAv-lVujkuwirx: ~D>e tihcsisctie Run-Rellgion**. JttA ie fá r Fólkrrhvnde.
SOL III. V'iena. I»t7 (|i>- *6 -64 ). pp- *> »’ ••' iÜ„- Oraré» m i J cmomc 0/ 'tibe*,
La H n s . 1956. pp. 409 n . y 558 n ; tobit el Bon d también Si*tbcrt Itura-
mvt: TMtOHtUthe St*<U*n, It. Lciprig, ioy>. pp p > « ; H. Hoffman: 0 H*Uen
sur (Y v iír M e der liheaNwAea Pon S rlg J M . Maguncia, 1991.
t i R ISIetdnaetDCi: V ilgí»»r ¡a u n * itrid. Isaraen. Paif*. i^*?) p- f i
ta Víase nuestro Le Toga, pp 2 4 7 0 , tobie lo* A gfm t j lr« K d fJlík *
('ponádorc* de criaeos**}. Et p n ia b lt qne dicha* Mita» así ¿titas y orgtlMí-
(0* u l i vtt. que piACtkuban t l n el canihalí<«no a hnei del siglo xi< (d . Id
p. 24Ü, i . 1) habéjn antaíbdo Ciertas iiadictencs abm xnt-n iclaclona*
«las con el cuko d e los exóneot {que in duje, sacha» veca . la manducación
N O TAS «37
finia] de lo» padres; cf.. por ejemplo, la «oatimbre de Ico Itedones. tefialad»
por liándolo, IV, 16) Acent de lea procedentes historien* díl culto a Un
crine». cf. H. Bróull y H. Obentuier "Crtnet pakolitliiqiin íafonnfct en
t o u p c ' 1, 1.’ A n t h r o p o t O p r . rol. X X . 1 9 0 9 , pp. ¡ s j - j o .
>* Cf VV. W. Rocbhili: "On iht uu of tkullt in Lamaltl eeremonleV,
Prtocttttíntl O/ tA* A pí¿ tícom Onenlit/ S a d t l j , 188S. pp. xslv.xxxi; B. ljtuícc
V t « o f huxvtn A u l ü a n d b a ñ a m T ib f l . FÍeld Moteum of Nilural HUroty,
Department Ot Anihtvpology, "Lwllct" ndm. <0. Chkago, 1913. Las tibe-
uno» uttiitabon lo» aráñeos de n a podre* como los Isedone» (Laufcr, p . *),
pero hoy el culto familiar ha desaparecida y. «gtlo Unto q>. j). el popel
mágico rdigtoto do lo» cráneos parece set una innovación t&nirk* (añina).
Peco ei potóble que lar laflwmcim hindúcc ce hayan superpuesto a un antiguo
fondo de «recocías loeda; cf. d papel rdigüao y adivinatorio de les crinm
de lo» chamarte» entre kat Vuk^irct jJoddiM, p. 1Ó5V Sobre la» relaciones
ptotobbtóricas entre el culto de kn cráneos y la «lea de renovación <1e la
vida cósmica, en China 7 en Indonesia. <1. Cari Hentxe: “Zur uitprUngikhe
Bedeulung des chincsMchen Zdcften» r'dw s KopT, A n tr tia p o t, «»). XLV. tgjo.
pp Sot-ao
•« R IHedMeina: f.'íglW /«mr, 1’atoC. Parí*, pp. iqf-v Sobre el fl/ M ,
vdaie tambtón Aleaandn DavldNeel. M yiilqutri cf «wgtomr du TAibef,
Paré», rgey, pp. ttd«A
» Lima Kan l)awa Samdup y IV. V. Esam-Wcuu: I x f»c« tib tía in ef
1er d a ctrln ts ¡e r r e ia (Tirad, francesa. Parts, 1938}. pp. 515 >1. y p jn . b u*
rostan que m cv(e género de mclltiKMMU d que hacen cieno* yogi» hlnddct
en los cementerios.
>• Lite "nilor iniquico" («Igulcnrl» t» naduerión ate Erans-Weni/. ep. ral.,
pp. tgi u ) se llam:i cu lilietiiiio gldru-md (prondiirinei ttinid): "Se mofan
una» lábatMi en agua helada de lu «pie calen lio a v Cnriu itm» ile los «UteíjKt*
k x enrolla uaa en tom o a m cuerpo y debe tlethelaila y im it a ¡id, En
cuanto eKá teca, vuelve a mojarla y el cumlltlato *e la miadla de nuevo.
La operación continúa hasta el alt». Entonce» el que ha secado aobie iu
euerpo el mayor número de eóbauas, gana la competencia.. (A. David-
Neeli Mytfiqbc» el «Mfliciíur da T h ibti, pp. n 8 n .). También S. HummH:
O m aitiw h t Siuditn, II. pp. stw .
IT Evtnt-Wcnn y LAma Kwi Dura Samdup: T h * T ib tle n Bnoh 0/ lAr
¿n¿, Oxford, 1937. pp. Ayas. Un lama, un hermano en fe, o un amigo que
jido del muerto, debe leer e l trato funerario en m i oirlo, pero »¡n tocarlo.
il Marcetle Lalou: "Le dtemin de» tnotts alam ks aojante* de Ilaute
Avie", Rem e d t rw irfoliv d tt H thpont, vol. 1331 tp(q, pp. 4»-$.
if ¡b id ; p. 44. Cl. Lo momafta de hierro eneontnda por el chamán
altaico en iu descenso a los Infierno». I.at tortura» Infligida» por los rrlAwso,
recuerdan en iralo W h sueno» intclátlccu de loe chamanes siberiano»,
ao c f, miento L t Y a g *, p p *51 a.
01 Cf. Domintk Sdtrixler: "Zur Religioei der Tu]en". A n l h t o p v , 4T-
PP *7 -33 T 1933. pp. *j?-í8; id-, " fu 1 Situklür df* SchamamMnu»'',
dniAropw, 30, 1935. pp. StS-Bt
iS H. N(a(¡ióR>: "Lege«de» myihotogiquet dan» le Chou llng'', Joum u t
rtrtafiqtir, t, tó4 <1394 {pp• >•“»>, pp. 3 (-a.i F kiuhj Nvjbwoxj: V k ,rWl-
onfAii^e m der /eyieeirróen .Uythoiogir, laKenta. ipfó. pp- JM «•
» Luigi VonnfcdU. O . F. M j /-O rrUgiont i * i /oto, Milán. 1^14. P- 44 -
13* NOTAS
a» A. Hcnry: “ T h e Letal ncd nther ir.fco» of Western C h in a', Journal
o f ihe JnO iropolagiaA huikute. w l X X III. ijo) (pp. jt - i* ? ) p. toj,
9 C t MsóltaU: The A oten. fe< f> e o f A < m i, Gotambo, icjw, p . *45;
Vwmiceilí, Pp. o í., p. 175: tincara V ttk i 4 'H üleire d a R eliporu, p. *91,
Sobre lo* tambores mciállroi «a d itifto 'le toa mueiim ite fe» Gnro. 1«
X trea f OCroc (tupos ifttM . cf I líea-e-Gclcierir “ M o Uuiik und Hetkunft
«In alunen Hiwtcrinriúcbcti Metislliiacn arelo iKewebROOgr)'. Ana Mojo*.
uol. 8. ip sj. |1». 5I9-37-
** Hall» J. Wefcili: J n í'a g tur Zihnehfpe d *f Chinguear (Xoehin) van
Ol/er-Buune, SupL dei rol. XVI riel fyum ouonaltt Arehiv J i r Eihnologie.
L eid a i. 1904. p. j { (según Sladeni. t i íbsm in “tillan po* <iunu«) utlU a
U O ln á i un " h a p iljc « tir io ' (IóM., p . 56) La t n f a ñ n b J re QMsidní
Muño d rapto ilel alma o una Em pido (*4 kI.). CL uunbódn Yute*
Cotclier The Jtoot pf Ser Morco Pedo. II, pp. <f¡H
i t Cf. Juques ItaeOt: Lee Mo-to, Lrydcn, 191$: J«c¡>h F. Rock: The oh- .
(ien t .Vadrill árrigd/rm of Sou tk v at Chine, t so is. Hanaid-Yenchin lmiituie
Mori'i^aph Sería. 10J. IX, Cflrbr»,ígo, Xísti.. 1947.
ha joscplt t . Rock: "Studie* in Ni-Ú>| literaune: t. T h e birth and otigin 1
o f lito-raba $bi-lo. (lie founder a t dre M « # ihanuniM . acooeding (o Mo to
m aniualpft- , Artibtu Ario, »«¡. V il. 19$?, pp 1*87: el m ia ra texto en el j
Brdletiu 4 * TCeole Frenfoite 4 'E x tiin e Oríent, vol. XXXVII. 1337. pp. i.) j¡
II, “The Nl'Vhl ha thi fll the rcui! (he poda decide", ibid. Bullelin, pá^i-
trac 40119.
» J. P. Rock: ‘ T h e Muan bpó reicimony ce the racriftee «o hcavcn at
piactlced liy NaJtlii", Monumento Sen<A, XIII, Peiping, 194P (pp. 1-160),
pp S«.
Jl> V t*K la uadiieeióa «m enu da que da Rock. SíudÍM.. . , pp. 46*1. y
55 ir. El número d e d id m t n i n et oxuiricrible. Und, p- 40
*t En docto, todo» esto» rúen funerario» repiten de algún modo b crea
ción del mando y b biografía de Dto-mb* Stri-lo; cada texto empieza evo
cando U t rounegoob y retaca luego el nadm lento milagro*» v h i gatnt
heroicas de Shi-lo en «u Indi* contra lot demonio». E tu Kicttulliaríón de I
un Ulud Umput milico y del acontecimiento palmotdul «pie l u revelado la I
«ficwKt de Ico gara» del Primer Chamán —gato s que te han hecho detpufe I
c templare* y ulcerable» * d infiniiitm — « b conducta normal del hoahte
arcaico; cf. nonti o Mythe de C Éietn'l Beto ut, pp. 44 ti. y porñm.
** Cf. Couvrcur: ¿i-á'i mi n í o a 'i n n> l a Ü ín síticc* <t le t « ’r/moniec.
:• a l . Hokien-Ia. 19*7. 1 . pp. 85. tSr y >9>«„• II, n , 185. m >i , e tc: |. J. j
M. Grool: The KcUpmit lytrcm pf the Chínete, Leidcn, 189» a-, I. pp. 045 u
Sobre Ico concepto» chino» de b vida dctpud» de la muerte, el. E. Ciket:
D*e alc-<hioeuKl'cn Jcmeiuvontellsngen*, MiufUuttgen dt* Cetelhehaft /sr
l'díAerAunde, I. 1959. pp. 1-5; 14 .: T h e Cod oí dcath io ancient Chino- .
T"«t»»g Too. 1. $). «940, pp. 185 x10.
a CL. por ejemplo. Titeo Rdmei: “ Da* Zurackrafen der Sede In Ruel-
Cltou". CtAnes, rol. 111, 1998, pp. id j-it.
h L Erice: ¿te1 "XnrdíÁrufen der Seete" (Chao-Hun) 4 t i Sung Y ih (Di-
recbidOn inaugural). Leipzig, 1914.
*n Este tipo de curaríOr te practica todavía en nnescro» dlat: c t De Croot:
H elij^oui tysten1, t VI. Xjcádcn. 1910. pp. 1*84 y 1319. El hechicen» tiene el
I « I ct de llamar y reintegrar inctum d alma d f animal muerto: íf. lb¡4 ..
p. i a i | . la m um tcU iii de un caballo.
NOTAS
** E i CIu o u d c k Lea tnfm oim AiitOn’fUtJ de S tr-M o Tiim , ta tú . 1897jwu,
«•L I, p. 74. Cf. «q m l« t m en B. Laulet: f i e p < * u i« y 0/ «vtetto», fíftó
Muicum, AJithropologtcuJ Seria, XVIII. núm t, Chingo, 1928, pp. igtt.
*T Acerca de dicho problema, K. Erkes: "Der Primar de* Wcilxs
m alien Chioa". Siiutf, uol. IV. 1935, pp. lúC^d. Sote» la» hija* de Yao y )nt
p m rbit p ú a 1j «iceiiáB al tiono. c f. M ata! Granee; Deruet tt ¡ig<ndct de lo
Chine antienne, Parts, jpsd. I. pp. «76 y pm im .
u M o rc d Orante: “Remarques « i r 1c inóinne anden'', A »ia M a jo r, vo|, | | ,
•9*4 <pp 145 51). p 1.19. Véate también fkm iei el Ugendei. I. pp, r jqxt. y
patine. Sobre lo* cimenten ateaiem del mito de Yu el Grande. <i. Cari Heñiré.
Myihet et tym boln tunaiiei. Amberts. 19$*, p p . 9 » . y ¡m tim .
» B. L ttiffr The frehiuory of «M ü eii. pp M e ., qoe 4 * también «<nu
«jrsnplM ibid.. pp. 31 ti. 1 p- yo w Dk I» tumeia en Chin* y pp. 5* ti «obre
la* h-yendiu del «velo n ip e o en U India
M E. Jtilrt: The Cotí Of Dtolh in n r it M Chine, p. 403.
« p . Franr mallas: “Tt'uh YOaoY *Fabn in d é Fcrne* (Yúan-y»y. Ana
M tíor, w l . V il, i$ p pp. i| p t ( i ) . pp. *10, 315. *1?, etc.
42 C t lo» cuesten de] i ^ ¿ xvif resumid» por L- Vannicelli: L a religión*
dei Loto, pp. t i | 4 , K gún J. Brand: M n d u r lÍM to lilfiery Chínete, 3» ed..
P e t o . iqjff, pp. 161.74.
*» J. J. d t Grane: Redigiou* aystem. rol. VI. pp. 119091 Obtervrmo» que
h mojes poaeMa por los- chen Uñaba el nombre de wov, t i decir, el nombic
«pie te ha convenido luego en término general para d a igru i al chamin.
Podríame* k d iíiiim (en lados de ver en ello la pruebo de la anterioridad
«le I » mujerm-ctiaNunai- Sin embargo, hay motivo* p a n a ee r que la v e o .
mujer pcecida por lot ch m , fue procedida poi «1 chamán de careta y piel de
oto. el chamán üanariu, que Hopbirw cree haber Momificado en una im-
cripcíún de la época Chang y en ocn de prindplot de la dinamia Tchenu;
c(. L C. Hopkins: "Anocher pierograpltie reconuaitiance fiom primitivo pro-
pbylactle to prewiit day panache, A Chittese cpigtuphie puule". Journal of
the R o jal A iiaiie Soáety, 1943, pp. no»?; id.; The ihaman or Chínete TTu;
hit irupired daneing and venatiíe eharacler, ibid., 1945, pp. j-id FJ "d ijm in
dansarfa" con raieta de cao, |>eitenece a una ideología dominada poi la magia
de la cara, donde et papel del hombre es e! que predomina Y rigue de«.
empeñando un papel de tmpoiiancia en toaliempo» hlildricea: el jefe «orcltci
vetiü una pie! de oto con cuatro ojo* de oro (K. Dior Le T chtou-ti ou lee
R ita d a Tcheco, Parlt, 1851, rol. II. p. taj). Peio aunque todo esto p a m r
cooüm ur la extttcnria d e un chamanismo masculino rti la ‘época protohUnV
rlca, a t o no quiere decir que el chamanismo de Upo aiou —que «cintila cu
alio g ra d o la “ potetióo"— no «es un fenómeno mtgicoroligioeo dominad»
per la nujer. Véate ademAt Arthur V iilet: The mine ton/p. A tiudy of
thomoniim in encime CAj m , Londres, 1955.
«« H, Mmpéio: L a n ltgfcru rU n oú n, Parts, 1990. voí. I. pp. 34. 53-1.
id .: ¿ 4 CAiim- eníi^ue, Pa ri«. 19*7, pp. 19 3 »
«o Se ba pensado incloto en identificar el tsoltero con d Bosi.Po chama
nixame: t é o r rapta, p t t t N o debe olvidarte tampoco la influencia de la
siugia hindú, que pertenece Indudablemente al periodo siguiente o la pe
netración de tes m onja budktas en China. Por ejemplo. Fo-Tü-Teng, monje
budñ u de Koutcha, que habla viniado Cachemira r otras legiones de b
India, llega a China en «lio. y tetilla io»du* proeau « i p a c sobre iodo.
N O TAS
j
NOTAS 44
V ía » M, GlMCC *1 legenda, ir, pp. 49A u, Ahora bien, ya ic «moteo
U i relacione» erute e l d ia m a n t in o y k a f u n d id o r » y h enere*; v4 »k i»frs,
pp. 350 i*.
CAPITULO XIII
CONCLUSIONES
l "Uebcr den Unprung dci Woitct diriman uml «ruge Bemerkungen «ir
Türkfcch-MongOtLtehen L»ut(?ttclilclilc'\ Kcleli Sum ir, vol. 14. ipi)*».), pigi
n o «40-9.
a “ Origin of (he wocú diaioan", American AalhropoiogUt, vol, 19, 1*117,
pp. jA i-yi, S articulo de Lucifer coatrcne también la Itttlofh y la bibl logia-
fia lodn tai del tema.
3 "/ur Finge n ich der Stdlnng det ichuwaMñchetT. /o«m-*í de la So-
eUU /■ imtd-Oujiienrtf, vol. j 8 . i^ir-aj (pp. PP- *o-t; e l Kai Honren
“ Uebcr legtidiKh <idñ* ■ GetCir’ und lamojedisch ndm 'Hlmmel, C o a ’ *'.
ilu d ía Otientatta, HeWjiRÍons, 1, 1915 (pp. 4-$}, p. f . Víase también C . J.
Ranuterli: "T he relación of ü « aliaic languagc* 10 other ianguape groope- .
Journal d e U Soriate Finne-Otsgrifnne, vol. j ¡ . I, 1946-47, pp. 15-1ó.
4 CF. Syviin Lévy? ■ 'Í/Utle d o documenta tokhariens de la Mnrion Pdliot".
Joum at Arialitjue, mayo-junio, 1911 (pp. 4)1-64), esp. pp. 445*46; Paul
Pdliot: "Sur quclqiws ateu d'Aoo Céntrale aueaiés dam l o texto chino!»".
Journal AiUtllque, nurso-ablíl. 1913 (pp. 431-69), e»p. pp. 466-69; A . Metllci:
"Le lokharien", Indogérmanitehe Jahrlntch, I, 1914. p. 19, «ehaia también el
pareado del Uirndne tokhariano con la palabra tungusa. F. Rcwnhetg: O h
u-ine and ftestt in (be (rente** nalivnei tpic (tiotlucido «M roso por I., Rog-
drno*. Journal 0/ Carne Oriental /ruti tute, ndm. 19. Ikxn bey, agento. 1931),
nota, pp. 16-90, subraya U importa ocia d d término wghtliano fmn.
9 N. D. Mlronov y S. Shirokcgocov: "Sramaiu-Sharaan". Journal 0/ the
\o rth China ¿ronda o j Ihg R e ja l ¿afeite Sodrly, vol. 55. Shanghai, 19x4.
pp. ■ ro ja ; ef. tamlriün S. Shirokegooov: “General thrary o f •hamanim atnong
the Tungut", ibid., vol. 57, pp. 846-9: “ Northern Tungui migrarions in the
Far Eart". i¿id. vol. 57, 1916. pp. >13-83; “ Venuch ciner Erfondtung der
Grundlagen des Scharuaneniotni bei den T u n pn tn *, Baatdtr-Arehhr.
vol. XVIII. 1935. pp- 41-96 (ct U (taducridn alauaoj de un aitteulo publi
cado «I ruso, en 19191 en Vladivosiotk): Ptyehomtntel eompíen e f the Tun-
gtu, lamdres. 1933. p f . t f l l ».
• Shirofcogotov: Snjnwite-shomo», pp. 119 tí.; id ■ PrjthetnenUt cOmplex,
pp. «79 m- La texis de Sbirohegorov ha nido tamldén aceptada por N. N
Poppe, cf. Asia M ajar, 19*6, p. 136. La influencia meridional («Ino-budiaU)
sobre lew burMten ha sido igualmente subrayada por Hwva- £>te refigidse
1‘onttUungen der altatsehen lír t e r , p. 361.
1 Shirokogoroc: Sramone-iltOtnan. p. it t ; Ftythem taul eompiex, p. »Si.
• Sn/rum4-iheman, p. >s& 17o gran nftmeto de "e^dricos" de tet chama-
nc$ lungUKS. non de origen budista: Pfychomental tem pkx, p. *78. Su repte*
sentacidn icooogidfíe* sobre lm trajea «tumloicos, revela "una correcta
reproducción del traje de kw sacerdote? budúua" (¿M¿>
o V. Bounak: “ Un pa)f do l'Anie peu connu: le Taona-Touva". lofer*
natianaUs arehiv für Ethnogrephie. vol. 19. 1918 fpp. t-t6). p- 9-
g a n z l9 1 2
.14B N f f l'A j
Capítulo IV
La in ic ia c ió n c h a m A n ic a
Capitulo V
El s im b o l is m o d e l in d u m e n t o y s k i t a m b o r
CIIAMÁNICOS
N o u s p relim in a res.............................................
El indumento sib e ria n o ......................................................... 127
El indumento b u r ia t o .................................................................... 139
El indumento a lt a ic o ........ .......................................................... 131
Los espejos y los gorros ch am án ieos........................................ 133
.Simbolismo ornitológico .. ..................................
E l simbolismo del esqueleto ....................................................... 134
■ Renacer de sus h u e so s............................................................. 136
L as caretas c h a m in ica s........... ..................................................... 139
E l tambor cham án tco............................................................. 141
Jndutncntos rituales y tambores mágico» en lod o el
m u n d o ..............................................................................
I n d ic e g e n e r a l ««
Capitulo Vi
F.L CHAMANISMO S.N » l. A M A CENTRAL
V SEPTENTRIONAL
Capítulo t'tl
El c h a m a n is m o e n c l A m a cen tral
Y SEPTENTRION Al,
Capitulo VIH
C h a m a n i s m o y c o s m o l o c .I a
Capitulo IX
El c h a m a n i s m o n o i i í i m m fr i c a no v m k a m f i u c a m o
Cs^iniio X
El c h a m a n i s m o k k e l s v re s t e a s iá t ic o
y en OceanIa
Creencias y técnicas chamánica* entre los Semang, los Sakai
y los J a k tm .................................................................................. *6y
El chamanismo en las islas A ndam io y N ic o b a r ................. *70
El chamanismo malayo ............................................................... *7*
Chamanes y lacerdotcs en Sumatra . . . ......................... #74
El chamanismo en Borneo y C é le b e s ........................................ #;6
La “ barca de los muertos" y la barca chamánica .................... a80
Viajes de ultratumba entre los D a y a c o s..................... .............. #83
Chamanismo m e la n csio ........................................... ............... 284
Chamanismo p o lin e sio ................................................................. #88
Cápítuio X I
ItJFOr.OC.ÍAC Y TÉCNICAS CHAM&NlUAt DE
LOS iN DO M JRO rK»
Capitulo X l l
S imbolismos v i ¿ o n o u ciia m ám co s ex el
T tacr y e x la C hina
Capitulo X U Í
M itos, símbolos y artos paralelos
COXCI.VStONKS
Notas
f**ATAl AOtntttOAS
»$ 1 Yaoius Yakntcs
45 6 ¡nid i (ien mkUikcrt
15 6 yacuK» >akuu*
4 <t 4 yakato yakuu
4* 'Ü y x u io vtkui»
■ 1$ 35 ateenciAf) ¡ucensita
jar 1 <hamánícaf ctiamániiot
ja i 10 <bsm3 nici» cha«idnlc«t
Ente libro se acato d i imprimir d dU
30 de enero de tgOo en lo» ulierei de
C ritica Panamericana, d. de R. L , Pa
rroquia 911. México i», D. F. En *u
awnpotkóón se titiUuron tipo» BasEer-
ville de ione> y punto». La edición
coreiu de 4 o w ejempUie» y «tuvo bajo
el cuidado de Lauro }os¿ Zovofo.
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