Professional Documents
Culture Documents
[15])
En el sueño algo ha ocurrido que quiso perturbar el dormir. El sueño le permitió seguir
durmiendo: un reclamo interno fue suplantado por una vivencia externa que fue tramitada
el sueño es también una proyección de un proceso interior (proyección como defensa).
Igual sucede en la fobia: el individuo puede huir de un peligro exterior que ha reemplazado
a un reclamo pulsional interior (del que no puede huir).
El sueño puede ser perturbado por:
a) factores internos
b) factores externos
a) Los restos diurnos pensamientos oníricos latentes; son representaciones preconcientes
integrantes del sistema Prcc. El narcisismo del dormir implica el quite de la investidura de
todas las representaciones-objeto, tanto en su parte conciente como en la preconciente. Los
restos diurnos permanecieron investidos con energía suficiente que luego es reforzada por
mociones pulsionales inconcientes y así obtienen la fuerza para cumplir el papel de
formadores del sueño.
El deseo de dormir procura recoger todas las investiduras emitidas por el yo y establecer un
narcisismo absoluto. Lo logra sólo en parte, pues lo reprimido del Icc no obedece al deseo
de dormir. Por eso una parte de las contrainvestiduras son conservadas, del mismo modo
que se mantiene la censura entre Icc y Prcc, aunque no en toda su fuerza.
Cuanto más fuertes las investiduras inconcientes más lábil es el dormir; llegando incluso
a impedir el dormir: renuncia a dormir porque teme sus sueños.
A esto Freud lo llama “el carácter refractario de las mociones reprimidas” y es la primer
fractura del narcisismo del dormir.
b) La segunda fractura son los “restos diurnos” mencionados que conservaron restos de
investiduras. Ya sea porque en la vigila ya había un vínculo entre estos restos diurnos y las
mociones inconcientes o que esta vinculación se de por el aflojamiento de la represión que
permite una comunicación más fácil entre Prcc e Icc, la resultante es la misma: se forma el
deseo onírico preconciente que da expresión a la moción inconciente dentro del material
de los restos diurnos preconcientes.
Deseo onírico fantasía que cumple un deseo y que, en su ser, subroga un reclamo
pulsional inconciente. No debe confundirse deseo onírico con los restos diurnos, ni con
mociones de deseo que pudieran haber existido en los pensamientos oníricos (latentes)
preconcientes. Aunque, si existieron, el deseo onírico se les asocia y constituye un eficaz
refuerzo.
Este deseo onírico podría ser tramitado por tres caminos:
a) por el normal en la vigilia parte del Prcc y se abre paso a la conciencia
convirtiéndose en una idea delirante cuyo contenido es el cumplimiento de un
deseo. Esto no podría ocurrir durante el dormir porque el sistema está desinvestido;
b) descarga motriz directa esquivando la Cc tampoco podría ocurrir por la misma
razón que el anterior (excepción el sonambulismo)
c) formación del sueño aquí lo que sucede es asombroso e imprevisto: el proceso
urdido dentro del Prcc y reforzado por el Icc toma un camino retrocedente a través
del Icc hasta llegar a la percepción, que se impone a la conciencia.
Esta regresión es la tercera fase en la formación del sueño. Las otras dos fueron: refuerzo
de los restos diurnos prcc por el Icc y producción del deseo onírico.
Esta regresión es tópica, no siempre coincide con la temporal, pero sí en el ejemplo que
estamos viendo: la vuelta hacia atrás del decurso de la excitación desde el Prcc, a través del
Icc, hasta la percepción, es también el retroceso al estadio anterior del cumplimiento
alucinatorio de deseo los pensamientos se trasponen en imágenes; las representaciones-
palabra son reconducidas a las representaciones-cosa que les corresponden
figurabilidad. Así, dentro del sistema Icc actúa el proceso primario que por condensación y
desplazamiento va a formar el contenido manifiesto del sueño.
Las representaciones-palabra de los restos diurnos son tratadas como representaciones-cosa
y sometidas a estos mismos procesos de condensación y desplazamiento, porque son resto
de percepciones y no de pensamientos. En general, en el sueño predomina la figuración
plástica.
Aquí podemos ver la diferencia entre el trabajo del sueño y la esquizofrenia. En esta última,
las palabras en que se expresó el pensamiento preconciente pasan a ser objeto de
elaboración del proceso primario; en el sueño no son las palabras, sino las representaciones-
cosa a las que fueron reconducidas.
En el sueño hay regresión tópica; en la esquizofrenia no. En el sueño está facilitado el
comercio entre investiduras de palabra (prcc) e investiduras de cosa (icc); en la
esquizofrenia está bloqueado.
Cuando en la sesión emprendemos el análisis de un sueño, a través del trabajo
interpretativo, vemos que la cadena asociativa nos lleva a la certeza que las operaciones con
palabras no son otra cosa que preparativos para la regresión a cosa {escorzo de cosa
concreta}.
El proceso onírico termina cuando el contenido de pensamiento que se mudó en sentido
regresivo y se retrabajó como fantasía de deseo deviene conciente en calidad de percepción
sensorial esta percepción es la que es luego sometida a la elaboración secundaria. El
deseo onírico es alucinado y por ellos se cree en la realidad de su cumplimiento.
La formación de la fantasía de deseo y su marcha regresiva hasta la alucinación son lo
más importante del trabajo del sueño. Ambas aparecen también en dos estados patológicos:
a) en la confusión alucinatoria aguda (amentia de Meynert) es una fantasía de deseo
claramente reconocible que se forma igual que un sueño diurno psicosis
alucinatoria de deseo.
b) y en la fase alucinatoria de la esquizofrenia parece ser de naturaleza más
compleja, pero respondería a un intento de restitución que pretende devolver a las
representaciones-objeto su investidura libidinosa.
La psicosis alucinatoria de deseo (tanto en el sueño, como en donde sea) consuma dos
operaciones:
1) trae a la conciencia deseos ocultos o reprimidos y
2) los figura, con creencia plena, como cumplidos.