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Las Imagenes en El ACV - RS 231108
Las Imagenes en El ACV - RS 231108
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Diagnóstico y Terapéutica (DyT) por Imágenes
Las imágenes en el accidente cerebro-vascular (ACV)
Raúl Simonetto
Profesor Titular de la Cátedra de Diagnóstico y Terapéutica por Imágenes
Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de La Plata
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INTRODUCCION
El 84% de los ACV es isquémico, y de ellos el 53% corresponde a eventos trombóticos, mientras
que el 31% corresponde a casos de origen embólico.
Solo el 16% de estos cuadros tendrán etiología hemorrágica, de las cuales el 10% serán
parenquimatosas, fuertemente asociadas a la hipertensión arterial, mientras que las subaracnoideas,
causadas en su gran mayoría por la ruptura de aneurismas de las arterias intracraneanas, no superan
el 6%.
Antiguamente las imágenes permitían descartar otras etiologías que simularan un ACV, como el caso
de las infecciones y de los tumores En la actualidad no solo intentan diferenciar entre isquemia y
hemorragia, que tendrán enfoques terapéuticos diferentes, sino además delimitar y discernir entre lo
que se denomina zona de penumbra (encéfalo isquémico, aunque aún no necrótico, o encéfalo
potencialmente recuperable) del infarto (encéfalo irrecuperable). Esta distinción es importante ya que
en la actualidad existen tratamientos (trombolisis) que aplicados a tiempo (muy tempranamente
desde la ocurrencia del evento) promueven interrumpir la progresión de isquemia a infarto, es decir
de encéfalo salvable a encefalomalacia secuelar.
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tiempo puede extenderse hasta las doce horas. La complicación más frecuente de esta terapia es la
ocurrencia de hemorragias.
Con respecto a la visualización de la lesión isquémica, la TC solo detectará signos secundarios en ese
corto período inicial de 3 a 6 horas desde la ocurrencia del evento.
El infarto, hipodenso, de bordes precisos, solo será evidente cuando ocurra la ruptura de la barrera
hematoencefálica, una vez transcurridas 6 horas, momento en el cual la trombolisis ya no podrá ser
utilizada en el sitio más frecuente de localización de estas lesiones, que es el territorio dependiente
de las arterias carótidas internas (cerebrales media y anterior). La marcada hipodensidad del encéfalo
infartado en forma irreversible corresponde al edema vasogénico o extracelular (mayor cantidad de
agua en el tejido afectado).
La RM convencional tampoco verá cambios significativos en la señal del parénquima afectado antes
de las 6 horas. Una vez ocurrida la ruptura de la barrera hematoencefálica se detectará el edema
vasogénico hiperintenso en T2 e hipointenso en T1.
En resumen:
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