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ANÁLISIS DE LA GUERRA ISRAEL – PALESTINA

Presentado por: Yosseli Zharick DELGADO PIPA


202101346A

1. Antecedentes
La historia de este conflicto nos lleva hasta 1917, cuando el gobierno
británico expresó su apoyo al establecimiento de un estado judío permanente en
Palestina con una carta llamada Declaración de Balfour, que reconocía el derecho
de los judíos a reconstruir su antigua patria en Palestina. Esta declaración fue
refrendada posteriormente por la Sociedad de Naciones (la predecesora de lo que se
conoce como la ONU).

Para 1922, la Sociedad de Naciones autoriza a Gran Bretaña a ayudar al


pueblo judío a establecer una patria en Palestina con el Mandato Británico para
Palestina. Pero la Declaración de Balfour no decía nada sobre la población árabe
autóctona —excepto una referencia al respeto de los derechos civiles y religiosos—
y, desde luego, no mencionaba ninguna aspiración nacional que pudieran tener los
árabes.

Lejos de crear un ambiente pacífico y resolver los conflictos por la tierra,


entre 1936 y 1939 la tensión entre árabes y colonos judíos condujo a disturbios. En
1937, a raíz de estos disturbios, una comisión británica publica un informe
recomendando la partición de Israel en un estado árabe, un estado judío y una zona
neutral para los lugares sagrados. Un año después, una comisión separada concluye
que la partición planificada no es práctica y el plan se abandona.

La conciencia nacional palestina brotó en respuesta a la presencia colonial


británica y a la creciente población judía. Y en noviembre de 1947, las Naciones
Unidas votaron a favor de la partición de Palestina en un Estado árabe y otro judío,
un momento decisivo para los palestinos que rechazaban la división de la disputada
Tierra Santa. Para 1939 (y hasta 1945) ocurrió la tragedia: se libró la Segunda
Guerra Mundial en Europa y el Pacífico y en ese contexto más de seis millones de
judíos murieron en el Holocausto.

Las Naciones Unidas crearon el Estado de Israel en 1947 porque Gran


Bretaña buscaba una salida de la región de Medio Oriente. Agotados sus recursos y
energías por la Segunda Guerra Mundial, Londres ya no estaba interesada en asumir
sus responsabilidades posteriores a la Primera Guerra Mundial como potencia
mandataria para administrar el territorio.

Gran Bretaña se había comprometido en 1917 a crear un "hogar nacional


judío" en lo que se conoció como la Declaración de Balfour, para lo que utilizó su
mandato respaldado internacionalmente. Pero Gran Bretaña se vio pronto atrapada
en medio del conflicto entre los nacionalismos judío y árabe.

En 1947, Gran Bretaña solicitó la ayuda de las recién fundadas Naciones


Unidas para salir de esta parte de Medio Oriente. Sin embargo, actualmente israelíes
y palestinos no pueden hacer lo mismo. En una solución de dos Estados, vivirían
juntos en una franja muy estrecha de territorio: los dos Estados medirán apenas 80
kilómetros de ancho desde el mar Mediterráneo hasta el río Jordán.

Fue el pragmatismo de los defensores judíos lo que permitió su éxito. En


1947, la ONU pidió una solución de dos Estados que dividiera la tierra entre judíos
y árabes. Ninguna de las partes quedó plenamente satisfecha con este acuerdo, pero
al menos respondía a algunas de sus preocupaciones.

A pesar de que la resolución pedía la internacionalización de Jerusalén, la


corriente principal de los sionistas aceptó lo que se conoció como el Plan de
Partición. Aunque los críticos internos atacaron a este bando, liderado por David
Ben-Gurion y Chaim Weizmann, por su moderación, sus miembros demostraron un
considerable coraje político y no se disuadieron. Por el contrario, el bando árabe
consideraba injusto el Plan de Partición en su llamamiento a compartir el territorio,
ya que creían que los sionistas no tenían ningún derecho sobre la tierra. Los
sionistas aceptaron la mitad de la hogaza y, a pesar de que los árabes la atacaron el
día de su nacimiento, Israel floreció. Como los árabes rechazaron su mitad de la
hogaza, Palestina nunca nació.

La creación del Estado de Israel no cayó bien en la región. Para mayo de


1948 las fuerzas de Egipto, Siria, Jordania, Iraq y Líbano invaden, dando lugar a la
primera de una serie de guerras árabe-israelíes. Al año siguiente se alcanzó un
armisticio y es cuando la Ribera Occidental se separa de Israel para convertirse en
territorio jordano y Gaza se designa como territorio egipcio. El armisticio está
destinado a ser un arreglo temporal, un preludio de los tratados de paz permanentes.

Sin saber cómo encajar en la confrontación general panárabe con Israel, los
palestinos pasaron las dos décadas siguientes en el limbo. Pero la aplastante
ofensiva militar israelí de 1967 derrotó a los ejércitos árabes unidos y devolvió el
enfrentamiento palestino-israelí al centro de la escena.

En junio de 1967, se libra la Guerra de los Seis Días entre Israel y Egipto,
Jordania y Siria. Al final de esta guerra, Israel duplica sus tenencias de tierra para
incluir la península del Sinaí, los Altos del Golán, Gaza y la Ribera Occidental.

Israel capturó Gaza de manos de Egipto en una guerra de 1967 y luego se


retiró en 2005. El territorio, hogar de unos dos millones de palestinos, cayó bajo el
control de Hamas en 2007 después de una breve guerra civil con Fatah, una facción
palestina rival que es la columna vertebral del Autoridad Palestina. Después de que
Hamas tomara el control de Gaza, Israel y Egipto impusieron un estricto asedio al
territorio, que continúa. Israel también mantiene un bloqueo aéreo y naval sobre
Gaza.

Tras la guerra, los palestinos empezaron a definirse en términos del


enemigo: Israel. Para este momento se registraron los primeros indicios de
resistencia dentro de la Ribera Occidental y la Franja de Gaza ocupadas, pero el
foco se desplazó más allá. La recién creada Organización para la Liberación de
Palestina (OPL, creada en 1964) hizo suya la causa y el poder militar y político de
la organización creció bajo el mandato de Yasser Arafat.

La creciente fuerza de la OLP llevó el enfrentamiento con Jordania a un


punto álgido, cuando la OLP más radical secuestró aviones occidentales con destino
a Ammán. El campo de batalla se fue trasladando cada vez más a escenarios
internacionales a medida que los palestinos lanzaban toda una serie de acciones
terroristas. Y entonces, en 1972, terroristas palestinos conmocionaron al mundo con
un descarado atentado contra atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich
(Alemania): once miembros del equipo olímpico israelí murieron en el atentado.

Tras la guerra general árabe-israelí de 1973, la OLP se acercó al


reconocimiento político de Israel proponiendo una filosofía de "dos Estados". Pero
con la principal base de la OLP ahora en el Líbano, la lucha continuó hasta la guerra
de Israel en ese país en 1982. Las fuerzas israelíes despacharon a las fuerzas
combatientes palestinas y enviaron a sus líderes a un exilio más lejano en Túnez.

En diciembre de 1987 comenzó la Intifada, un levantamiento palestino


contra el gobierno israelí en la Ribera Occidental y Gaza. Según cifras de Human
Rights Watch, durante los primeros 31 meses de la intifada, las Fuerzas de
Seguridad de Israel (FDI) mataron a más de 670 palestinos y dejaron heridos a miles
de palestinos más. Según ese reporte, Israel culpó a los propios palestinos por
dichas muertes "argumentando que su violenta resistencia a las tropas israelíes ha
hecho necesaria una respuesta contundente para restablecer y mantener el orden",
dijo HRW en un reporte de 1990, en el que agregaron que Israel afirmó que "salvo
contadas excepciones", sus soldados respondieron a "los constantes peligros y
provocaciones con gran moderación y sin emplear más fuerza de la apropiada".
La primera intifada inició en diciembre de 1987 y terminó septiembre de
1993 con los acuerdos de Oslo. El presidente de la OLP, Yasser Arafat, y el primer
ministro de Israel, Yitzhak Rabin, y Shimon Peres, exministro de Israel, recibieron
el premio Nobel de Paz en 1994 por los acuerdos de Paz de Oslo.

Años más tarde, a pesar de los acuerdos firmados, Israel y los palestinos
mantuvieron conversaciones de paz, pero no consiguieron resolver los principales
desacuerdos pendientes. Y en el septiembre del año 2000 estalló una segunda
Intifada.
Ese año, el líder de la oposición, Ariel Sharon, visitó el Monte del Templo, un lugar
sagrado para judíos y musulmanes. La visita es condenada por el líder palestino
Yasser Arafat, lo que condujo a una ola de violentos enfrentamientos en Jerusalén y
la Ribera Occidental.

Para 2003, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, presentó


"Oriente Medio: la hoja de ruta hacia la paz". Los líderes israelíes y palestinos están
de acuerdo con las líneas generales del plan, pero los países no alcanzan el punto
final de la hoja de ruta: una solución de dos estados para resolver los conflictos
entre israelíes y palestinos.

Cinco años más tarde, en junio de 2008, entra en vigor un alto el fuego entre
Hamas e Israel en Gaza con la mediación de Egipto. Los objetivos de este acuerdo
son poner fin a los ataques con cohetes y bombas, y aliviar el bloqueo por parte de
Israel. En diciembre de ese año el alto el fuego termina oficialmente después de seis
meses. Los ataques entre Hamas e Israel continuaron todo el tiempo en cierta
medida, y de hecho se intensificaron en noviembre.

Y para final de ese año, Israel lanzó la Operación Plomo Fundido, que se
basa en ataques aéreos contra objetivos de Hamas en represalia por los continuos
ataques con cohetes contra el sur de Israel.
2. Informe de la situación actual

Los enfrentamientos bélicos entre Israel y Palestina no han cesado desde


entonces y un nuevo estallido ocurrió en 2021 cuando volvió a tener una de las
peores olas de violencia entre las dos partes en los últimos años. La situación ya
tensa provocada por los movimientos para desalojar a las familias palestinas de sus
hogares cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalén estalló en uno de los lugares más
sagrados de la ciudad, conocido por los musulmanes como el Noble Santuario y por
los judíos como el Monte del Templo.

La ciudad había vivido tensión durante varias semanas por la ira de los
palestinos debido al cierre de una plaza popular justo cuando comenzaba el
Ramadán, al mismo tiempo que una batalla legal de años para sacar a siete familias
palestinas de sus hogares en Jerusalén Este parecía estar a punto de terminar con un
desalojo.

Los líderes palestinos dijeron en ese entonces que el esfuerzo por desalojar a
las familias de sus hogares es nada menos que una "limpieza étnica" destinada a
"judaizar la ciudad santa", informó la agencia oficial de noticias palestina Wafa.
Israel dijo entonces que el conflicto es simplemente una "disputa inmobiliaria". El
Ministerio de Relaciones Exteriores acusó a la Autoridad Palestina y grupos
militantes de "presentar una disputa inmobiliaria entre particulares, como causa
nacionalista, para incitar a la violencia en Jerusalén".

Desde entonces, la violencia sigue escalando a tal punto que en octubre de


2023 militantes de Hamas llevaron a cabo un ataque sorpresa desde Gaza. El grupo
militante Hamas, que controla el enclave costero, disparó una andanada de cohetes y
envió hombres armados a Israel en un ataque multifacético y sin precedentes en el
largo conflicto entre ambas partes.
El ejército de Israel respondió lanzando ataques aéreos contra lo que dijo
eran objetivos de Hamas en Gaza, donde funcionarios palestinos dijeron que al
menos 198 personas murieron y cientos más resultaron heridas como resultado.

Hamas dijo que capturó a soldados israelíes y publicó videos de los soldados
que supuestamente capturó en sus cuentas de redes sociales. Videos geolocalizados
sugirieron que el grupo tomó prisionero al menos a un soldado israelí.

La violencia ha sido particularmente intensa este año. El número de


palestinos –militantes y civiles– asesinados en la Ribera Occidental ocupada por las
fuerzas israelíes está en su nivel más alto en casi dos décadas. Lo mismo ocurre con
los israelíes y los extranjeros –la mayoría de ellos civiles– muertos en ataques
palestinos.

3. Resumen del informe de la ONU

El titular de la ONU recuerda que el derecho internacional dispone que los


civiles deben ser protegidos siempre. En la sesión cerrada del órgano de seguridad
sobre la escalada en Israel y Palestina, advierte contra la orden israelí de evacuar el
norte de Gaza, afirma que la situación en ese territorio ha llegado a un peligroso
fondo y pugna nuevamente por la entrada de ayuda humanitaria.

“Incluso las guerras tienen reglas”, dijo el Secretario General de la ONU,


recordando que el derecho internacional humanitario y las leyes de derechos
humanos se deben defender y respetar: "los civiles deben ser protegidos en todo
momento y nunca utilizados como escudos”, enfatizó.

António Guterres se dirigió a la prensa antes de entrar a las consultas a


puerta cerrada del Consejo de Seguridad sobre la escalada de violencia en Israel y
Palestina. En el breve encuentro sin preguntas y respuestas, el líder de la ONU
informó de los mensajes que daría el máximo órgano resolutivo de la Organización.,
“La situación en Gaza ha alcanzado un nuevo y muy peligroso fondo”, aseguró y, al
referirse a la orden israelí de evacuar el norte de Gaza, afirmó que trasladar a más
de un millón de personas “a través de una zona de guerra densamente poblada a un
lugar sin alimentos, agua ni alojamiento, cuando todo el territorio está sitiado, es
extremadamente peligroso y, en algunos casos, simplemente imposible”.

En sus declaraciones, dio cuenta de los continuos bombardeos aéreos de las


fuerzas israelíes a Gaza que han durado días dejando hasta el momento 1800
muertos y miles de heridos, mientras los ataques de Hamas han matado a más de
1200 personas en Israel.

También lamentó la muerte de los trabajadores de la ONU que asistían a la


población necesitada, destacando que esas víctimas aumentan cada día.

Al abundar sobre la orden de desplazarse del norte al sur de Gaza en 24


horas, Guterres dijo que los hospitales en esa zona están llenos y no podrán aceptar
a los miles de nuevos pacientes del norte de la Franja. “El sistema de salud está al
borde del colapso. Las morgues están abarrotadas; once miembros del personal
sanitario han muerto mientras estaban de servicio; y en los últimos días se han
producido 34 ataques a instalaciones sanitarias”.

Otra emergencia es la crisis de agua que enfrenta la totalidad del territorio


debido a los daños a las infraestructuras y a la falta de electricidad para alimentar
las bombas y las plantas desalinizadoras. Tras afirmar que el personal de la ONU y
sus socios humanitarios siguen trabajando las 24 horas del día para apoyar al pueblo
de Gaza, enfatizó la urgencia del acceso humanitario inmediato a toda Gaza, para
llevar combustible, alimentos y agua a todos los necesitados.

Por otra parte, el Secretario General reportó que ha estado en contacto


constante con los líderes de toda la región, enfocándose en la manera de reducir el
sufrimiento y prevenir una mayor escalada en Cisjordania o en otras áreas de esa
zona del mundo, en particular en el sur de Líbano. “Los intercambios de disparos a
través de la Línea Azul son muy preocupantes y deben cesar”, puntualizó. Guterres
añadió que es imperativo que todas las partes –y quienes tienen influencia sobre
ellas– hagan todo lo posible para lograr este objetivo.
En cuanto al odio que está avivando en conflicto en todo Medio Oriente y en
el mundo, rechazó el lenguaje deshumanizante que incita a la violencia y llamó a
todos los dirigentes a que se pronuncien contra el antisemitismo, la intolerancia anti
musulmana y los discursos de odio de todo tipo.

4. Apreciación personal

Primero, se trata del ataque con el mayor número de víctimas fatales desde
la fundación de Israel en un par de días y al tratarse de una de las fronteras más
militarizadas del mundo y con una extensión de 65 kilómetros, que separa el
territorio de Gaza, el ataque, de acuerdo a los objetivos de Hamás, fue un éxito,
dado que se buscaba generar un impacto mediático y propagandístico, esto se puede
ver como una novedad del factor operativo por parte de Hamás.

En el aspecto operativo, destaca la capacidad de atravesar una de las


fronteras más militarizadas y vigiladas del mundo, el muro que separa a Israel mide
65 kilómetros, además de tener blindaje subterráneo para evitar las incursiones por
túneles que realizaba Hamás en territorio israelí, sin embargo, este muro fue
atravesado en varios ataques, donde combinaron lo simultáneo y lo reiterado para la
concentración de fuerzas en puntos clave.

Así, por un lado, se optó por la masividad, donde cientos de individuos se


extendieron en una treintena de puntos en tierra, mar y aire, esa incursión, junto a la
tendencia de las últimas semanas por parte de las fuerzas judío israelíes a prever que
los conflictos violentos se estaban dando y podía continuar dándose en Cisjordania
podría haber distraído la vigilancia al menos lo suficiente para realizar todos los
ataques con mayor capacidad.
Una pregunta clave es si la excesiva seguridad que existe sobre el territorio
de Gaza por parte de Israel (cámaras, drones, redes de informantes, tecnología
masiva de espionaje, datos, imágenes), con una gran cantidad de población en un
espacio reducido, y el uso de tecnología militar en labores de vigilante, no generó
que esta operación por parte de Hamas se orquestara de manera más rústica,
evadiendo todas las medidas del gobierno israelí. “Tal vez una mayor dosis de
libertad, aunque fuera táctica y aligeramiento de las medidas de control por parte de
Israel en la franja de gaza habría creado mayor confianza entre la militancia de
Hamas y por lo tanto posibles descuidos”.

Esto requiere, de acuerdo con el especialista, una reflexión por parte de la


comunidad de inteligencia israelí respecto a cómo muchas veces la masividad de la
vigilancia no nos ayuda a impactar en individuos que deciden adoptar una posición
interpersonal de comunicaciones no susceptibles de ser grabadas mediante canales
fácilmente corrompibles. Dada la enorme complejidad y tensiones del conflicto, hay
que evitar su banalización.

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