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HUEVOS VERDES CON


JAMÓN
Adaptación del cuento del Dr. Zeus por Christian Morales
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PERSONAJES:
 RAMONA……….. …..Niña de 9 años de edad.
 JUANA IVON…………Niñera de Ramona
 SUSANA……………… mamá de Ramóna.

La escenografía muestra el interior de una casa; módulos ejemplifican los


elementos de cada habitación, por ejemplo, un mueble con televisión
encima: la sala; un refrigerador: la cocina; una alacena: el comedor. Entra
por derecha Ramón vestido de uniforme y con mochila en los hombros;
viene de la escuela. Su actitud es desconfiada, entra inspeccionando el
lugar, busca algo o a alguien.

Ramona: Nada por aquí, nada por allá. ¡Sin-sa-la-bin! Que la casa sea sólo
para mí¡Yes! Tal parece que el hechizo resultó: la casa es para mí solita, sin
nadie que me moleste, que me pida hacer la tarea y sobre todo… sobre
todo ¡No! Mejor ni lo digo ¡ay, aunque ya lo pensé! Olvídalo, olvídalo,
olvídalo ¡Ya sé! Me pondré a jugar, con toda confianza de que puedo hacer
de este lugar mi reino completito. (Mirando al público) ¡Hola! ¿Cómo están?
Los invito a mi palacio a disfrutar ¿Quieren? ¿Sí o no? Sepan que soy la reina
Matarile rile ron y he de darles un oficio a cada uno para que vivan en estas
tierras. Entonces, empecemos; mientras me escuchan y cantan repitiendo
Matarile rile ron.

Comienza el juego con la canción un poco desvariada a la original.

Amo ato Amo ato


Matarile rile ron Matarile rile ron
¿Qué quiero yo? ¿Qué quiero yo?
Matarile rile ron Matarile rile ron
quiero un habitante quiero un habitante
Matarile rile ron Matarile rile ron
Escogeré Escogeré
Matarile rile ron Matarile rile ron
Yo escojo al de (azul, verde, rojo, Yo escojo a la de (azul, verde,
etc.) rojo, etc.)
Matarile rile ron Matarile rile ron
¿Qué nombre le pondré? ¿Qué nombre le pondré?
Matarile rile ron Matarile rile ron
“El REY de las praderas” “la REINA de las aves”
Matarile rile ron. Matarile rile ron.
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El juego se interrumpirá por el sonido de un gato que gruñe. Ramóna se


alarma y de inmediato pide silencio.

Ramona: Silencio amigos ¿escucharon eso? Hay gato encerrado en alguna


habitación.

Se escucha el croar de una rana. Ramóna vuelve a alarmarse.

Ramona: ¡No puede ser! Alguien está mezclando ingredientes para


hacerme desfallecer. ¡Yuk!

Se escucha el cacareo de un pollo. Ramón vuelve a alarmarse.

Ramona: ¡Ay, no. Estoy perdida! Con ese pollo me va a mandar directito al
hoyo. Pensé que todo estaría igual, bueno, sin mamá pero igual. Ahora veo
que no. ¿Ustedes vieron a alguien paseándose por aquí antes de que
llegara? Estoy segura de que está adentro. ¿Escucharon al gato, a la rana y
al pollo? Son los chunches que está mezclando para hacerme fallecer
¿Quién? La nueva encargada de cuidarme, mi nana. Sí, ya sé que estoy
bastante grandecita ─cumplí ya los 9 años─ como para cuidarme sola,
pero mamá no lo vio así. Pensé que recapacitarían en cuanto a meter gente
extraña a la casa ¡Ya veo que no! Esto será mi perdición pues seré dominada
por Juana Ivón. Así se llama me dijo mamá que es todo un primor ─con los
adultos, claro─, pero con los niños… no tanto; se puede esperar lo peor:
estrategias de sometimiento militarizadas; aplicación de fuerza bruta contra
el enemigo, presión fulminante sobre el punto débil del oponente. En mi
caso, la comida. Será el final de mi vida. No hagan ruido, veré que está
haciendo.

Se va de puntitas hacia un costado. Por el contrario sale Juna Ivon. Su


aspecto es tanto extraño como gracioso.

Juana I: ¿Quién anda ahí? ¿Acaso entró a esta casita un bicho raro que
rápidamente debe ser aplastado o es el integrante más pequeño de la
familia? ¡Criaturita! ¿Dónde estás? Te voy a dar lo que necesitas. Sí, sí, sí. Sal
que ya te oí y la comida te he de servir. ¿A dónde se habrá ido? Ojalá que
a cumplir su cometido, o sea, hacer su tarea. En fin, prepararé todo en el
comedor.

Se va; regresa Ramóna.


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Ramona: No puede ser, lo comprobé. Es una roba niños, tiene un costal en


la cocina; también hay una olla grande sobre la estufa, de esas que tienen
las brujas de hallowen; le sale humo como en las caricaturas.

Juana I: (en off) ¡Ramónnnna! Ven a sentarte junto al reloj, comprobaremos


que el día de hoy te comerás todo de un jalón.

Ramona: ¡Oh, no! Aniquilación rápida es lo que quiere Juana Ivón.

Juana I: La manteleta ya está puesta, la silla y los cubiertos también ¡Qué


hermosos se ven! Sólo faltas tú frente a la mesa, no tardes que me inquietas.

Ramona: ¿lo ven? Todo arreglado, sólo falta la que será sepultada.

Juana I: Me estoy impacientando y mi creación se está estropeando.

Ramona: Esa Juana Ivón, esa Juana Ivón ¡no me gusta nada Juana Ivón!

Juana I: Ramón ¿Te gustan los huevos verdes con jamón?

Ramona: ¿Qué? No, no me gustan Juana Ivón. No, no me gustan nada los
huevos verdes con jamón.

Juana I: ¿Te gustarían aquí o los quieres allá donde estás?

A partir de este momento, Ramón se esconderá entre los cubos


escenográficos mientras uno y otro (Juana Ivón y él) dicen sus textos.

Ramona: No, no me gustarían; no los quiero aquí ni allá. No, no me gustarían


aquí, allá o más allá pues no me gustan nada los huevos verdes con jamón.
No, no me gustan nada Juana Ivón.

Juana I: ¿Te gustarían en un caserón, te gustarían con un ratón?

Ramona: ¡Guacala! Qué asco; ni en un caserón ni acompañados de un


ratón. No, no me gustarían aquí, allá o más allá pues no me gustan nada los
huevos verdes con jamón. No, no me gustan nada Juana Ivón.

Juana I: ¿Los comerías en un cajón, con un zorro, en un rincón?

Ramona: No los quiero en un cajón, con un zorro en un rincón; tampoco en


un caserón y menos con un ratón. No los como aquí ni allá. Aquí, allá o más
allá. No como huevos verdes con jamón pues no me gustan nada Juana
Ivón.
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Juana I: ¿Podrías, los querrías en un carro? ¡Cómelos que se enfrían si


esperamos!

Ramona: No los comería ni querría en un carro

Juana I: Salgamos al jardín; Sí, sí, sí ¡Un día de campo! Yo te lo preparo. Te


gustarán más en un árbol quizás, te gustarán más ¡Ya verás!

Ramona: ¡Por favor, déjame ya! No los quiero en un árbol. ¡Basta ya! No los
quiero en un carro, ni pensarlo. No los quiero en un cajón, con un zorro en
un rincón; tampoco en un caserón y menos con un ratón. No los como aquí
ni allá. Aquí, allá o más allá. No como huevos verdes con jamón pues no me
gustan nada Juana Ivón.

Juana I: ¡Un tren, un tren! Chu-cu-chu-cu-chu-cu ¡Un tren, un tren! ¿Puedes,


quieres en un tren?

Ramona: ¡Déjame ya! No los quiero en un tren ¡Basta ya! Ni en un árbol, ni en


un carro, estoy harto. No los quiero en un cajón, con un zorro en un rincón;
no como con un ratón, tampoco en un caserón. No los como aquí ni allá.
Aquí, allá o más allá. No como huevos verdes con jamón pues no me gustan
nada Juana Ivón.

Juana I: ¿Y si no te veo? Dime ¿en tu túnel de juguete, allí en el túnel?


¿Podrías, querrías en el túnel?

Ramona: No podría ni querría aquí en mi túnel.

Juana I: ¡Ah, caray! Pero qué terregal, parece que agua fuerte caerá, sal
para que aprecies por el ventanal (Ramóna sale de su túnel). ¿Escuchas?

Ramona: Sí

Juana I: y bien ¿Podrías, querrías en la tormenta? (le extiende el platillo).

Ramona: No los quiero en la tormenta, no me tientan. Ni en el túnel, ni el tren


me sientan bien. Ni en un árbol, ni en un carro. Ni siquiera mirarlos. Ni en un
cajón o un caserón, con un zorro o un ratón. No los como aquí ni allá. No me
gustan nada Juana Ivón.

Juana I: ¡¿No te gustan los huevos verdes con jamón?!


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Ramona: No, no me gustan nada y mucho menos sabiendo cómo los


preparaste Juana Ivón.

Juana I: pero si los hice con mi receta especial, aquella que nadie rechaza
y hasta termina doliéndoles la panza… de tanto que comen, claro.

Ramona: ¡Patrañas! A mí esta señora no me engaña.

Juana I: Anda, sal de ahí. ¿Podrías comerlos con una cabra?

Ramona: No podría, palabra, comerlos con una cabra.

Juana I: ¿Podrías, querrías en un barco?

Ramona: No los como en un barco, ni navegando en un charco. Con la


cabra y en el túnel no los como. No los quiero en un cajón, con un zorro en
un rincón; tampoco en un caserón y menos con un ratón. ¡Basta ya! No los
como aquí ni allá. Aquí, allá o más allá. No, no me gustan en ninguna
ocasión los huevos verdes con jamón. No, no me gustan nada Juana Ivón.

Juana I: ¿No te gustan? ¡Qué ridiculez! Pruébalos una vez y te gustarán tal
vez, ya me lo dirás después si los pruebas una vez.

Ramona: ¡Esa Juana Ivón, esa Juana Ivón! No dejará de atosigarme con su
voz. Debo hacer algo.

Comienza un juego de acciones acompañado de música graciosa.


Ramona sale a hurtadillas de escena. Juana Ivón lo sigue buscando por un
lado y por el otro. Sale. Entra la señora Susana mirando alrededor, no ve a
nadie. Sale. Entra Ramona con una pistola de agua apuntando. Sale. Entra
Juana Ivón con su “plumero detector de movimiento”, no percibe a
Ramona; se va. Vuelve a pasar la Sra. Susana con cara extrañada sin ver a
nadie. Entra de nuevo Ramona con un trinche de diablo apuntando al
frente. Sale. Vuelve Juana Ivón, se pone de rodillas para ver si lo ve por
debajo de los muebles.

Juana I: Sal de ahí pequeña Ramona… te encontraré, te atraparé y llevarás


tremendo atracón.

Susana: (asombrada) ¿Juana Ivón? ¿Qué hace en el suelo como un


trapeador?
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Juana I: (asustada) ¡Ay, Señora Susana! Me agarró con la comida sana en


mi palma, pero no se preocupe en un momento desaparecerá, ya verá.

Susana: ¿Perdón? Quiere decir que está jugando en lugar de cuidar de mi


muchacha.

Juana I: Todo lo contrario. He estado batallando con la niña para que me


acepte el platillo. Ay, no sabe, ha sido todo un lio.

Susana: Pero ¿qué acaso no recurrió al consejo que mi marido le dio?

Juana I: ¿Cómo no? Deje le muestro, permítame… (Sale de escena para


regresar con el costal que mencionó Ramona al inicio)Mire, ya parezco
ropavejera, con un costal a cuestas y perdiendo al final de cuentas.

Susana: ¿Qué quiere usted decir?

Juana I: que agarré todos los juguetes de Ramona para usarlos como
motivación.

Susana: ¡¿Y no funcionó?!

Juana I: Pues le digo que ya hasta el sudor me sacó.

Susana: Qué mal, ¿le mencionaste su zorro, su ratón para que lo


acompañaran en un rincón?

Juana I: Sí (los enseña)

Susana: ¿Su carro, su tren y su barco? Para que viniera a usted a saltos.

Juana I: todo eso y más. De la cabra tampoco me pude olvidar. Déjeme la


traigo, la amarré con un lazo.

Susana: ¡Ay, pero qué impacto! pensamos que con usted hasta iba a dejar
limpio el plato. Ahora comprendo que será imposible hacerla com…

No puede terminar su frase porque Ramón la ha cubierto con una sábana


pensando que es Juana Ivón.

Ramona: ¡te atrapé malévola intrusa! De mí no te vas a deshacer…

Su madre está balbuceando y tratando de zafarse, pero Ramona pone más


empeño; se distrae tanto que Juana Ivón logra su cometido.
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Ramona: Llegarán mis papás y les enseñaré lo que realmente eres… a


jaaaaaa!!!!

Juana introduce una cuchara aprovechando la abertura amplia de la boca


de Ramón. Éste, al darse cuenta, comienza a fingir dolores, a actuar
exageradamente.

Juana I: ¡Huevos verdes probarás y a tu mamá soltarás!

Ramona: ¡Ahhh! ¡¿Queeé?! ¡Guácala! ¡Me muero! Ha entrado el veneno a


mi cuerpo.

Finge un desmayo. La señora Susana se desenvuelve y atiende a Ramón.

Susana: ¡Ramona, hija, despierta!

Ramona: (casi moribunda) ¡Mamá! Me aniquiló Juana Ivón.

Susana: ¡Juana Ivón! ¿Qué le ha ocurrido a la niña?

Juana I: ¡Que se ha ganado un premio!

Susana: ¿Qué? ¿Acaso no vio que se desvaneció?

Juana I: Por eso mismo, por su gran histrionismo. Yo le pongo un diez porque
casi me llega a convencer y mírese usted, ya mero se le sale el corazón ¡Ay,
por tremenda actuación! ¡Bravo, bravo! Pero que quede claro: aquí no ha
pasado nada. Tranquilícese, señora Susana. Yo sólo le di una cucharada de
mi receta especial de huevitos verdes con jamón.

Ramona: ¿Eh? ¿Fue tu platillo el que probé?-Espera, no me afecta. No me


sabe a cosa horrenda.

Juana I: Por supuesto que no. Te lo hice de comer, pero no te lo hago


entender.

Ramona: Es que parecía ser un plan maestro para raptarme. Ve, hasta el
costal ya listo esperaba mi captura.

Juana I: ¡Qué locura niña! Esto no es para meterte sino para traerte todos tus
juguetes preferidos y así comieras a gusto el platillo. Mira, ve con tus propios
ojillos.
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Comienza a sacar los verdaderos juguetes que, en un principio, Ramón veía


como ingredientes horripilantes.

Ramona: ¡Ah, vaya! Siendo así, dame otra cucharada.

Susana: pero ¡¿Qué dices hija?!

Juana I: ¡Ramona! ¿Te gustan los huevos verdes con jamón?

Ramona: ¡No!

Susana y Juana I: ¡¿Qué?!

Susana: No puede ser

Juana I: Ahí vamos otra vez.

Ramona: Digo que no lo diré tan serio, mejor cantando. (Comienza a sonar
la música del juego “Matarile rile ron” y los tres personajes entablan el vaivén
que pide la dinámica).

Sí, sí que sí… matarile rile ron.

Me gustan mucho… matarile rile ron.

Yo quiero comerlos… matarile rile ron.

Y no dejar ni un rastro… matarile rile ron.

Susana: ¿De verdad?

Ramona: Sí, me gustan mucho mamá.

Juana I: Lo sabía, lo sabía, que si los probabas, te encantarían. Señora


Susana, a mí nunca me falla.

Ramona: Sí, me gustan mucho Juan Ivón (toma el plato y acercándose a


cada uno de sus juguetes va diciendo) y los comería en mi barco,
navegando en un charco; los comería con mi cabra, les doy mi palabra. Los
comeré en la tormenta, también me tientan. En el túnel y en el tren y en un
árbol y en un coche, de día y de noche ¡Qué ricos son matarile rile ron, qué
rico son los huevos verdes con jamón! Los comeré en un cajón, con mi zorro
en un rincón, así lo haré matarile rile ron. Los quiero en un caserón y también
con mi tierno ratón. Vivan los juguetes de a montón, matarile rile ron. Comeré
aquí y allá. Aquí, allá o más allá huevos verdes con jamón. Me gustan
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mucho, harto, matarile rile ron… bastante y demasiado me fascinan los


huevos verdes con jamón. Gracias, muchas, muchas gracias linda Juana
Ivón.

Susana: Entonces no se hable más y vamos a cantar.

Juntos, mamá, hija y nana, bailan al compás de la tonada del juego


“Matarile rile ron” concluyendo con las últimas estrofas. Forman un círculo y
ponen al centro a Ramona. Incluso podrían pasar a los niños y niñas elegidos
al principio para ser partícipes del cierre de la obra.

Susana y Juana I: Aquí le entrego a mi hijo

Con dolor de corazón,

Si no le hace los mandados

Que le dé su coscorrón.

Que se meta a la cazuela

Para hacerlo chicharrón,

A las doce de la noche

Comeremos huevos verdes con jamón,

A las dos de la mañana

Nos daremos un sentón.

FIN

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