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La importancia de la autopsia psicológica en el suicidio

Trabajo de Grado

Autor: Luis Alberto Toro Rodriguez

Universidad Cooperativa de Colombia


Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Programa de Psicología
Bogotá
2019
La importancia de la autopsia psicológica en el suicidio

Trabajo de Grado

Autor: Luis Alberto Toro Rodriguez

Articulo reflexivo presentado como trabajo de grado dentro del marco del
diplomado “Lo social, un campo de convergencias clínicas y políticas”

Asesor: Jairo Enrique Gallo Acosta

Universidad Cooperativa de Colombia


Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Programa de Psicología
Bogotá
2019
Resumen

Este trabajo pretende hacer una aproximación de conceptos sobre factores psicosociales
relacionados al acto suicida, derivados de exploraciones psico-biográficas de personas que se
autolesionan hasta terminar con sus vidas, con base a fuentes como: revistas y libros publicados
en diversas fuentes documentales.

Por otra parte, se tiene presente la autopsia psicológica, un método de recolección de información
que provee esperanzas frente a las motivaciones psicosociales encargadas de investigar las
causales del suicidio, a medida que los datos arrojados contribuyan en la creación y/o elaboración
de programas que promuevan la salud mental y la prevención de la adquisición de ideas y
comportamientos suicidas.

Palabras clave: suicidio-autopsia psicológica-ideación suicida-salud mental.

Abstract

This work aims to approach concepts on psychosocial factors related to the suicidal act, derived
from psycho-biographical explorations of people who self-injure until they end their lives, based
on sources such as: magazines and books published in various documentary sources.
On the other hand, the psychological autopsy, a method of gathering information that provides
hope in front of the psychosocial motivations in charge of investigating the causes of suicide, is
taken into account, as the data contributed contribute to the creation and / or elaboration of
programs that promote mental health and the prevention of the acquisition of ideas and suicidal
behaviors.

Key words: suicide-psychological autopsy-suicidal ideation-mental health.


INTRODUCCIÓN

La etimología de la palabra suicidio se remonta a la antigua lengua del latín sui y occidere, que se
traduce como: matarse a sí mismo, esta palabra surge a lo largo de la historia como una condición
de autoeliminación, estas propias de las construcciones ideológicas de cada cultura.

El suicidio ha sido una conducta que se ha venido presentado desde tiempos remotos, conservando
ciertas formas de ejecutar esta acción a lo largo de la historia humana, relacionada con rituales,
sacrificios o formas de evitar situaciones mediante el escape.
Este es un fenómeno que a lo largo de la historia ha causado interrogantes de las visiones y
perspectivas que se le han venido atribuyendo según las distintas ideologías y momentos socio-
históricos que han sucediendo en la historia humana.
Es pertinente mencionar que el suicidio antiguamente y como anteriormente se mencionó esté
ligado a comportamientos en los rituales, aunque para algunas culturas como la de los Romanos,
este acto suicida, fue tomado como una práctica que causaba un honor al llevarse a cabo y de por
si lograr una liberación en el individuo, de igual manera a como se ve el llamado “Harakiri” en la
cultura Japonesa, realizándose con un corte en el vientre, práctica que realizaban los samurái
(Herrero & García, 2010). Por otra parte, también se menciona que, en la Segunda Guerra Mundial,
algunos pilotos optaban por convertirse en aviones “Kamikaze”, al sacrificar sus vidas
inmolándose contra los sus enemigos, justificando su acción, con el fin de defender su país.
En otros países, culturas o pueblos como la India, los Nórdicos, los árabes y en su gran mayoría
en México específicamente los Mayas, realizaban el suicidio como un evento honroso.

San Agustín en la época del cristianismo, plantea que el suicidio era como un “acto pecaminoso”
que iba en contra de las leyes de Dios ya que afectaba el transcurso normativo o natural de las
personas, dicho aporte fue tomado y dio su apoyo la gran mayoría de iglesia en la edad media. En
este escenario se impuso la idea de aquellas personas que se suicidan perdían todos sus derechos
religiosos.

En el periodo medieval la legislación no respetaba la condición de ciudadano al suicida, así que


esté, perdía todos sus derechos jurídicos, por ende, todos los bienes que estaban bajo su posesión
eran confiscados y su cuerpo inerte, era sometido a un sin número de humillaciones públicas.
A medida que el tiempo pasaba el suicidio se ha transformado en un acto para evitar el dolor de
problemáticas religiosas, morales, sociales y psicológicas.
Un aspecto interesante en la conducta suicida es el aspecto grupal, en el cual se incluyen actos de
autoeliminación colectiva, en la que individuos con mentalidad de mesías, y en conjunto con
trastornos psiquiátricos graves, actúan como líderes ideológicos de distintos grupos,
congregaciones o sectas, que llegan a inducir a una gran cantidad de personas para que cometan el
acto suicida (Erdely, 2000).

Para Emile Durkheim (1951) el suicidio es todo acto en el que una persona atenta contra su vida,
logrando con ello su muerte de manera directa o indirecta, negativa (por efecto de disposiciones
conflictivas intensas) o positiva (racionalizada en sus motivos), en cuyo fin prevalece la auto
eliminación consciente.
En el suicidio se debe tener en cuenta que las diversas fracturas en un sistema de creencias
impuestas desde una edad temprana, son las encargadas de sostener las pautas de comportamiento
tradicional como los valores.
El suicidio irrumpe como un escape ante lo inmanejable de ciertas creencias individuales y
presiones que se derivan de imaginarios sociales, como resultado de una constante tensión entre el
estilo en la que las personas llevan su vida “Moderna”, anclado al capitalismo y por hacer una
legitimización de lo tradicional como una parte esencial de su propia realidad, donde se evidencia
ontológicamente los paralelos sociales como lo son: bueno-malo, sacro-profano, salud-
enfermedad, bienestar-malestar, individuo-grupo entre otras similares.

Todas las variaciones de conductas y posibles causales del porque llegar al suicidio, permitieron a
Durkheim, realizar una configuración y/o numeración de tres tipos distintos de muertes por
suicidio:

I) Altruista: Donde las ideologías grupales se colocan por encima de cualquier cosa, y en
la que las personas se rigen de una manera estricta, por la normatividad impuesta
previamente dada por la sociedad o el entorno en donde se desenvuelven estas acciones
de auto eliminación para ayudar a los otros.
II) Egoísta: Este es en el que las personas se rigen por sus propios principios, ideales o
intereses, olvidando las motivaciones externas, al llegar a un punto individual, en el
cual, en muchas ocasiones relacionadas con causas amorosas, duelos, enfermedades,
inconformidades existenciales, etc.
III) Anómico: este se presenta cuando hay un desequilibrio en todo el ámbito social de la
persona, lo que desestructura el sentimiento de importancia y/o significancia frente a
la vida, como por decir algunas: crisis económicas, guerras, exclusión y segregación
social entre otras.

Uno de los elementos que sobresalen y que son de gran importancia respecto al suicidio en el
modelo que plantea Durkheim, es que se encontró un patrón que se repetía a lo largo de estas
causas y era que se presentaba en mayor medida cuando las personas sufrían de vulnerabilidades
sociales previas, así, sucesos provenientes de rupturas amorosas, desempleo o frustraciones
personales. Estas tres problemáticas, anterior y actualmente, componen el abanico de motivaciones
suicidas; dicho de esta manera desde la autopsia psicológica, aun cuando este término pertenece a
una concepción tradicional explicativa de las diferentes motivaciones suicidas.
Por otra parte, es importante considerar conceptualmente, que las tentativas suicidas son todos
aquellos actos que no llegan a consumarse en muerte, por lo que se relaciona con cualquier
conducta con intención de atentar contra la propia vida (Pulido, Glez, Marco & Montes, 1990).

Respecto a lo anterior, Kreitman (1977) acuña el término “parasuicidio” refiriéndose a la conducta


auto lesiva no-mortal parecida al suicidio, no reducible al hecho de “llamar la atención”, pero que
surge como consecuencia de problemas en el sistema de recompensas afectivas a nivel
sociofamiliar, conflictos para manejar de una manera eficaz el apego y la frustración, adicional de
una presente desmotivación y desinterés de consolidar asertivamente las relaciones con los otros.

Las causas que llevan al suicidio son variadas, pero se tiene que tener presente que estas están
influenciadas cada vez más por enfermedades psicológicas en función de la triada trans relacional
de los siguientes componentes: Emocional-afectivo-pasional, cognitivo-conductual-
comportamental, y comunitario-social-institucional, además de otros elementos como la
personalidad, la presión social, la baja tolerancia a la frustración, acontecimientos traumáticos,
antecedentes de suicidio en familiares, consumo de sustancias psicoactivas entre otras.
En la actualidad el suicidio es una de las problemáticas causantes a nivel mundial de una cantidad
importante de muertes, convirtiéndose en una realidad en la que se vinculan diferentes sectores
sociales, sin tipificación de estrato social, identidad sexual o raza. La tasa de mortalidad es tan
exponencial que estudios indican que en el mundo una persona se quita la vida cada 40 segundos
(Mosquera, 2006), en este sentido la organización mundial de la salud (OMS, 2008), indica que en
el mundo cada minuto se suicidan dos personas, por ello se calcula que un millón de personas se
quitan la vida anualmente por dicha causa, representando una tasa de mortalidad al año de 14.5
personas por cada 100.000 habitantes, lo que a su vez solidifica que este fenómeno constituye un
gran problema de la salud pública, siendo una de las principales 10 causas de muerte en
adolescentes, jóvenes y adultos (Moya, 2007).
En Colombia de acuerdo con el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, los suicidios del
año 2011 llegaron a 1864 casos, en los cuales mostraron una tendencia cada vez más elevadas por
año: así mismo en el año 2009 fueron 1.084 y en 2018 de 1896 personas, estando entre las
principales ciudades Bogotá, Medellín y Cali con mayor cantidad de eventos presentados. En el
año 2011 el suicidio ocupo un 7% de la cantidad total de muertes violentas en Colombia (Forensis,
2011), evidenciando un aumento progresivo desde el año 2006 y una relación de 4 hombres (80%)
por mujer (20%), y una tasa de 4,1 personas por cada 100.000 habitantes. En este sentido respecto
a la edad y su variación, se encontró que en Colombia la prevalencia se instala en el grupo de
edades conformadas entre los 15-34 años, con un nivel educativo básico (primaria) y de estado
civil soltero, lo cual configura un posible perfil suicida análogo a las características planteadas por
la OMS (2008; 2018) en otros países.
Se debe tener presente la importancia de resaltar que en la gran mayoría de suicidios no es posible
determinar la causa y aunque en el suicida, ocurran diversos elementos motivadores, los
investigadores desconocen dichas causas o no las han podido determinar de manera puntual. Esto
sucede a causa de la escasa cantidad de datos psicosociales para correlacionarlo y en general por
la falta de elementos técnicos que den cuenta de la motivación interna y externa relevante que
propicia el suceso.
Dicho lo anterior, en la actualidad es cada vez más necesario incurrir a la configuración de la
autopsia psicológica (AP) como un dispositivo de análisis “sine qua non”, empleado por los
departamentos forenses de las instituciones que se encargan de la investigación de muertes
dudosas.

En la autopsia psicológica (AP) se realiza una búsqueda respeto a la psico biografía, que tiene
como fin, la viabilidad recolección de datos e información pertinente de todos esos eventos que
posiblemente fueron desencadenantes en la toma de decisión del acto suicida, como también, de
patrones de conducta relacionados con la personalidad, y acontecimientos que durante el
transcurso de la vida del individuo tuvieron repercusiones a un grado de daño físico, social,
psicológico y familiar.
Para Gómez & Sáenz (2000). La autopsia psicológica es un método de análisis, que permite dar
respuesta clara al motivo biopsicosocial de la muerte causada por un suicidio, evidenciando las
circunstancias adjuntas, de suyo “la autopsia psicológica, es un dictamen pericial, es decir se podría
construir como prueba autónoma, por cuanto es un concepto de carácter técnico-científico”.

Para Shneidman (1981) con la autopsia psicológica se puede llegar de manera profunda y adecuada
a la búsqueda de antecedentes que de una u otra manera ayudan a que le profesional realice una
identificación de las intenciones del occiso, tomando en consideración la importancia de formular
preguntas como: ¿Cuál fue el detonante?, ¿Qué fue lo que lo motivo a hacerlo?, ¿Por qué se dio
en esta etapa de su vida y no en otra?, ¿en qué situación se encontraba? Estos interrogantes son un
punto de partida fundamentalmente importante para la recolección de información acerca de las
causalidades y posteriores consecuencias que se asocian tanto al ámbito socio cultural como al
familiar en el que se produce el acto suicida.
Por los hallazgos que provienen de la autopsia psicológica, ayuda a orientar acciones preventivas
del suicidio a un nivel de intervención primaria, secundaria y terciaria, las cuales pretenden ayudar
a las personas en riesgo, para que sea posible que estas logren orientar sus vidas, buscando que
mejoren sus habilidades de autoprotección y mantenimiento emocional en el plano psico familiar
(Morales, Buela, Bunce & Jiménez, 2011).

La autopsia psicológica en la actualidad es una función bastante importante ya que tiene una gran
influencia en la parte jurídica. A menudo la falta de exigencia que tienen las instituciones y sus
procedimientos, impiden esclarecer las razones de la muerte, haciendo difícil la construcción
dialéctica de aprendizajes significativos (Morales, et al., 2011).
Para los casos en Colombia, la falta de autopsias psicológicas frecuentes, influye en que más del
50% de las variables asociadas con el acto suicida se encuentren indeterminadas hablando desde
un punto porcentual, en los registros de Medicina Legal (Forensis, 2009, 2010, 2011; Andrade,
2012), datos que en los últimos 10 años parece no haber variado.

En Colombia y de acuerdo a Gómez & Sáenz (2000), la autopsia psicológica la realiza el Instituto
Nacional de Medicina Legal, así “el instrumento que se utiliza para esclarecer las muertes dudosas
se limita únicamente a la Autopsia Médico Legal”.

En Colombia la AP es ordenada por un penal mediante la orden de un magistrado o una institución


del organismo público, el cual busca un interés clínico-jurídico, así, en el Código de
Procedimientos en Materia Penal, se aprueban estos procedimientos periciales a fin de esclarecer
las muertes dudosas, a través de algunas herramientas técnicas diagnósticas ajustadas a las
normativas que se aplican en la actividad pericial.
Cabe mencionar que “desde el punto de vista legal, el suicidio no puede considerarse como una
conducta delictuosa, aunque pueda resultar social y moralmente censurable”
(Gómez & Sáenz, 2000, p. 63). Dicho lo anteriormente mencionado, en el artículo 107 del código
penal colombiano, la inducción o ayuda al suicidio son conductas punibles que pueden llevar de
dos a seis años de prisión siempre y cuando alguien “eficazmente induzca a otro al suicidio”.
Modelos de autopsia psicológica

Según Shneidman (1981) no existe ningún modelo establecido que permita dar cuenta de las
distintas causas de la muerte de un individuo, ya que dicho componente está estructurado a partir
de las propias vivencias socio-históricas de cualquier lugar, a causa de estos inconvenientes, los
investigadores han implementado estrategias para hacer un análisis de los diversos contextos
psicosociales donde se produce el hecho determinado, cuál será el procedimiento el cual seguir y
por ultimo realizar una recolección de los datos respecto a la muerte del individuo.
Las declaraciones anterior mente echas por Shneidman fueron fuertemente cuestionadas ya que no
son confiables a causa de su estructuración y validez.

Annin (1995) intenta formalizar un modelo de AP que sea más objetivo y que por esta cualidad
conserve una estructura formal en la cual se presenten los siguientes pasos:
I) Realizar una minuciosa revisión d ellos distintos acontecimientos que se dan en la
escena.
II) Interpretar de manera detallada y precisa de los elementos recolectados por medio
magnético, como el caso de fotografías y/o filmaciones, en este sentido obtener
testimonios, documentaciones probatorias de los distintos implicados como la familia,
testigos, conocidos entre otros, adicionalmente teniendo en cuenta los reportes técnicos
de las distintas entidades vinculadas con el caso.
III) Búsqueda y recolección de elementos puntuales como los antecedentes, historia clínica,
escritos, cartas, evidencias sentimentales, biografías entre otras que permitan extraer
información del porqué del suceso.
IV) Antes de dar directamente un supuesto, se debe haber investigado entre 20 y 30 horas,
lo cual hace parte de las habilidades del investigador para realizar una aproximación de
las posibles causas de la muerte.
Lo anteriormente mencionado sirvió como base para que se llegara a la formalización del Modelo
de Autopsia Psicológica Integrado (MAPI) que según la Dra. Teresita García Pérez (1998)
creadora del misma, posee una estructura cerrada, que pretende y logra evitar el sesgo en los
análisis después de la muerte.

El MAPI fue creado en Cuba entre el año de 1990 a 1996, con el objetivo de analizar los tres tipos
de muertes que se presentan con mayor frecuencia, los cuales son: el homicidio, el suicidio y los
accidentes de tránsito.
A nivel forense, en el análisis de victimas de suicidio, se transita por tres etapas:

I) Implica un escenario retrospectivo que posibilite la recolección y depuración de


información del deseo. La búsqueda se da de manera individual y en privado,
posteriormente se realiza una revisión del expediente médico legal, para lograr entender
aspectos etiológicos, la postura frente a la muerte y las implicaciones de las personas
pudieran tener al conocer el hecho.
II) Conlleva la aplicación de instrumentos forenses diseñados específicamente para el
estudio de personas que se hayan auto eliminado (suicidado).
III) Generar métodos concluyentes que abarquen toda la información de los dos puntos
mencionados anteriormente.
Respecto a esto es fundamental y necesario realizar un proceso óptimo para la recolección de
información lo más pronto posible (Núñez de Arco & Huici, 2005).

Objetivos de la autopsia psicológica

La AP tiene como objetivo principal, esclarecer y definir las motivaciones individuales, y las
causas biopsicosociales que se asocian a la muerte por el suicidio, homicidio y accidentes de
tránsito, sirviendo como material para usar como probatoria en los aspectos jurídicos, y como un
elemento que sostiene el área sociofamiliar en casos de duelos o inconformidades (Scott, Swartz
& Warburton, 2006).

Por lo anteriormente mencionado en los procesos de estudio de caso, la AP tiene en cuenta las
conductas externas de los individuos con ideación suicida, ya que, al prestarles atención, estos,
sirven como fundamentos para descubrir posibles indicios de riesgo suicida, ya que estos emergen
desde lo presente a lo que se manifiesta, a medida de los desencadenantes sociales específicos para
la vivencia del individuo.

Entre las condiciones mencionadas también se pueden presentar manifestaciones analógicas, las
cuales no son expresadas de manera verbal, estas variaciones conductuales por ejemplo a nivel
alimenticio, pueden desencadenar problemáticas como trastornos digestivos (Strock, 2001).

Estas actitudes anteriormente mencionadas son dañinas y motivan a que muchas personas lleguen
al abandono personal, a la evitación y huida con la relación con los demás, problemas de auto
concepto y el posterior incumplimiento de tareas y/o actividades estudiantiles, laborales entre
otras, generando cambios de humor hacia lo depresivo con tendencias del retraimiento.
En el AP regularmente se encuentra con casos en los cuales los individuos que cometen suicidio
tienen un incremento del consumo de sustancias psicoactivas, cuadros somatomorfos de tipo
crónico, alteraciones fisiológicas importantes como problemas musculares, cefalea tensional,
dificultades para dormir, depresión, alucinaciones auditivas, y preocupaciones constantes por la
muerte.

En el siguiente apartado se encuentran manifestaciones que requieren expresión verbal o escrita


por parte del sujeto que va a consumar el hecho, por lo tanto, la persona ha manifestado
previamente sus deseos, llegando a pasar desapercibido por sus familiares quienes lo tienen en un
concepto de manipulación o chantaje emocional. Entre algunas de las frases más usadas por parte
de estos individuos podemos encontrar algunas como “quiero acabar con todo”, “tengo ganas de
suicidarme”, “yo sé que me voy a morir”, “es mejor ya no estar vivo” entre muchas otras frases
relacionadas con la finalidad de su vida.

La AP tiene un efecto terapéutico en las familias de los suicidas, logrando una disminución
significativa en los sentimientos de negación, culpa, ira, tristeza y el dolor que las personas alojan.
Esta también tiene la función de esclarecer las muertes dudosas, logrando dar explicaciones
incomprensibles para el ojo no experto, para lo cual las habilidades de distintos profesionales como
expertos en criminología, peritos, médicos forenses entre otros profesionales aportaran para la
solvencia de las investigaciones y su posible desenlace.

Conclusiones

La importancia de realizar estudios de vida en las personas suicidas a través de la AP, se da, ya
que se necesita dar una disminución en la tasa de mortalidad causado por esta razón, por lo
consiguiente, resulta pertinente revisar las condiciones psicológicas de las víctimas, la
estructuración personal, los tipos de apoyo tanto sociales como familiares y por supuesto tener en
cuenta las experiencias dolorosas o de perdida que podrían propiciar la decisión de cometer
suicidio.

Es importante tener en cuenta estos aspectos que pueden ser encontrados en el núcleo familiar y
social, con el fin de encontrar socializaciones significantes de satisfacción o insatisfacción de
necesidades biopsicosociales.
Por otra parte, también es importante resaltar frente a esta problemática, el perfil, objetivos y
pruebas psicológicas, adicionalmente resaltar la trilogía, aunque se encuentra en investigación, ya
que este es un tema que es nuevo en cuanto a métodos y técnicas a implementar al momento de
llevar estos casos a áreas transdiciplinarias. Dicho lo anterior, el modelo MAPI, es un modelo que,
como método, o técnica social, posee una estructura de análisis adecuada que evita el sesgo
respecto a las causales, dando esto como resultado un módulo de análisis de la multiplicidad de
factores que se encuentran asociados al acto suicida a los homicidios y accidentes de tránsito que
se presenta.

El suicidio es una preocupación a nivel de salud pública cuya prevención es innegable, haciendo
necesario que el estado y las instituciones sociales colombianas se ocupen de la realización de
tareas e investigaciones pertinentes con resultados adecuados a los requerimientos de estos.
Aunque a pesar de las investigaciones que se llevan en Colombia respecto a esta temática como:
campañas, conferencias, encuentros de prevención desde la AP, las formas de promoción de la
información sobre la importancia de estos temas son en su mayor rango, insuficientes, cuando las
instituciones no tienen la capacidad operativa para realizar la prevención y llegar a la contención
de los casos para los casos e intentos de suicidio.

Por eso, el estudio del suicidio mediante la AP permite que el trabajo conjunto entre profesionales
desde la visión de quienes enfrentan el fenómeno a nivel familiar y social, entiendan más la
relación entre las causas y consecuencias de muchos de los casos de suicidio que se presentan a lo
largo de los años. El AP también permite el desarrollo y diseño de instrumentos donde se pueda
realizar impactos sociales en los que el grado de impacto en la sociedad sean tomados desde un
punto crítico brindando y haciendo posible la concientización de esta problemática.
Operativamente la AP es una técnica de investigación que se basa en la escena de los hechos, a
partir del análisis del occiso en el lugar del suicidio, utilizando un amplio repertorio de técnicas
desde la criminalística (Núñez de Arco & Huici, 2005). De igual manera es importante recurrir a
la información clínica previa como exámenes médicos, psicológicos y psiquiátricos para que se
obtenga una mayor profundidad y exactitud al esclarecimiento de los casos.

Gracias a los profesionales que recolectan esta información sobre el occiso y sus relaciones,
ofrecen la posibilidad de realizar la conformación de un perfil del sujeto suicida, el cual ayuda a
la elaboración de planes preventivos y de intervención más efectivos y seguros, esperando que con
el tiempo los casos críticos sean menos, y que desde la intervención temprana y atención de estos,
se eviten de una reducción significativa, logrando la implementación de conexiones de empatía
por parte de quienes brindan la información de las personas que se quitaron la vida.
Los métodos y objetivos de este elemento es el posibilitar una aproximación conceptual y
metodológica, sobre las causas psicosociales relacionadas con el suicidio.
Para logar este proceso es necesario realizar una reconstrucción social psicológica y biológica del
suicida, en la que las habilidades del entrevistador, la valoración psicológica se realice de una
manera adecuada desde la información recolectada, y el posterior análisis de las circunstancias
psicobiológicas de la víctima sean interpretadas adecuadamente.

La importancia que se le da al procedimiento de recolección y esclarecimiento de las causales de


los actos suicidas, son maneras de lograr la implementación de técnicas que permitan una
reducción de la tasa de mortalidad de los habitantes de Colombia, estudiando las posibles causales
la manera de trabajar e intervenir desde antes, se promocionaran herramientas para el
confrontamiento de problemáticas en conjunto con el apoyo social y familiar que reforzaran las
relaciones interpersonales, el autoconcepto entre otros componentes que previenen o disminuyen
la ideación suicida y por ende llegar a evitar el acto suicida.
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