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Castas y conflictos en la provincia de Cartage! na del Nuevo Reino de Granada a finales del siglo XVIII * En la provincia de Cartagena 1a ereccién de sitios de libres romplé el modelo de les dos repéblicas: la de los blancos y la de los indios. Su reconocimjento como parro- quies® o villas de libres fue la legitimacién de ese otro modelo que surgié por fuera del “orden sofiado” de los espafioles. En cada una de jas parroquias 0 villas el dominio de los mestizos fue preponderante como lo mues- tran los padrones, es decir, los * El presente ensayo constituye un capitulo de la Tesis: “Espacio, Sociedad y Conflic~ tos en la Provincia de Cartagena, 1740-1615", presentada para optar el titulo de Magister ‘en Historia, Universidad Nacional de Colom bia, 1995. 1. Parroquia era una porcién de territorio digcesano con iglesia propia y una po- blacién determinada, al frente de la cual ha- bia un rector especial, como pastor propio de la a para la necesaria “cura de almas”. Enciclopedia Juridica Omeba. Bue- nos Aires, Editores Libreros, 1966. Tomo XXI, p. 470. Jorge Conde Calderén censos de la época colonial. Pero agrupadas las poblaciones mesti- zas por partidos sefialan diferen- clas sociales, demograficas y cul- turales. Los mestizos no eran una casta homogénea desde el punto de vis- ta étnico, Ella designaba tanto lo que era proplamente mestizo co- mo también a pardos, zambos, mu- latos, cuarterones, cholos, etc. Por eso en los padrones generales los clasificaban “libres de todos los colores”), mientras que los pa- 2. Igualmente era clasificada la poblacién esclava: “Esclavos de todos los colores”, por cuanto, segin el derecho espafiol la es- clavitud era hereditaria por via materna. Al ocurtir la mezcla de razas cuando una mu- jer esclava tenfa unién con un libre, sus hijos nacian esclavos. Si ese libre era zam- bo © pardo 0 cholo o cuarterén, pero su mujer esclava, ef nifio o la nifia que nacia era 0 zambo esclavo o pardo esclavo 0 cholo esclavo, etc. Véase: Mérner, Magnus. La mezcla de razas en la historia de Amé- rica Latina, Buenos Aires, Editorial Paid6s, 1969. 84 drones individuales especificaban la casta unida a la condicién juri- dica, si era, mestizo, zambo libre © esclavo, mulato libre o esclavo, cholo, cuarterén, y ademés la edad, el estado civil y el oficio. Aunque sobre esto ultimo era corriente que se anotara, “Sin embargo de haver algunos con oficios general mente exercen el de labrador”. Era la precisién conceptual de una poblacién bésicamente campesina que se gestaba a fines del siglo XVIII. Ahora bien, en términos econé- micos los partidos tenfan similitu- des. Cada uno tenia uno o dos cen- tros urbanos importantes (Lorica, Corozal, Barranquilla, Soledad, Ma- gangué), focos de las actividades comerciales y artesanales. Preci- samente serén algunos de estos centros los que en el siglo XIX ba- Jo el régimen republicano despla- zaran a los tradicionales del perio- do colonial (Cartagena, Told, Mom- Pox). EL EMPUJE MESTIZO Durante la segunda mitad del si- glo XVIII la recuperacién demogré- fica de la provincia de Cartagena, que habia comenzado a fines del siglo XVII, mantenfa ritmos de cre- cimiento moderado. Sin embargo, todavia el nimero de habltantes era muy bajo con relacién a la ex- tensién de su territorio. Don Fran- cisco Silvestre en sus Apuntes re- servados al respecto anotaba: “...aunque esta provincia fue de HISTORIA ¥ SOCIEDAD 3 las primeras que se poblaron y no es menos su extensién que la pro- vincla de Tunja, apenas alcanza su Poblacién ni atin a la mitad de és- ta” ® . En efecto, el crecimiento demo- grafico de ta provincia comparado con el del Nuevo Reino era infe- rior, El crecimiento del virreinato entre 1778 y 1825 fue del 0.8% anual ‘). En la provincia de Carta- gena referida s6lo entre 1778 y 1780 fue el 0.5% anual y extendi- do hasta 1825, con cifras poco con- fiables, el crecimiento fue del 0.6% anual. Esto requiere de clertas ex- plicaciones sobre las fuentes y las cifras proporcionadas por ellas re- Presentadas en el Cuadro NP 1, Ei examen del crecimiento de- mogréfico en la provincia de Carta- gena fue realizado con base en las cifras de 1778, 1779, 1780, 3. COLMENARES, German (Compilador). Relaciones e informes de los gobernantes de la Nueva Granada. 3 tomos, Banco Po- ular, 1989. T. il, p. 87 (Citado en adelante como Relaciones € informes, con el res- pectivo tomo y pagina). La extensién apro- ximada de la provincia de Cartagena era de 69.303 Km, cifra obtenida de sumar la extension de los cuatro departamentos que de ella salieron: Atléntico (3.388), Bolivar (25.978), Cérdova (25.0201, Suere (10.917) y la regién de Urabé (4.000). 4. Véase VARGAS LESMES, Julidn. La socie- dad de Santafé colonial. Bogoté, Cinep, 1990, p. 13, Este estudio inspira muchos de los conceptos emitidos en este aparte. Co- mo un indicativo de la participacién de la provincia de.Cartagena en el total de la poblacién del virreinato, en 1780, ésta era de 1.412.010 habitantes y la provincia de 119.647 tepresentando el 8.5%. Jorge Conde Calderén CUADRO Ne 1 POBLACION DE LA PROVINCIA DE CARTAGENA 1778-1834 Afto ‘Ne de Hab. Crecimiento Indice Porcentual 178 118.382 100.0 1779 118.685 0.25 100.2 1780 119.647 1.07 101.0 1808 170.000 43.61 143.6 1825 121.663 2.16 102.7 1834 157.075 30.99 130.9 Fuente: Archivo General de la Nacién (AGN). “Censos en exposicién”. Padrén de la Pro- vincia de Cartagena realizado-en 1778. Secci6n Colecciones. Fondo Ortega Ricaurte, Gensos 1 caja 37, documento 11. “Padrén de la Provincia de Cartagena Aflo 1778”. Para el lato del afo 1808. José Manuel Restrepo. Historia de fa Revolucién de Colombia. Tomo 1, p. 401. Para el de 1825, Fernando Gémez. “Los censos en Colombia antes de 1905”. En: Miguel Urrutia y Mario, Arrubla (Compiladores). Ops cit. pp. 9-30. Para 1834, A. G. N. Seccién Repdblica. Censo general de la Poblacién de la Nueva Granada, 1834. f. 32 41. 1808, 1825, 1834, Comprende un perfodo de cincuenta y seis afios, pero existen desproporciones entre las fuentes utilizadas extendiéndo- se un manto de duda sobre las ci- fras. Las cifras de 1778 y 1780 fue- ron revisadas con mayor intensi- dad porque la informacién esté es- pecificada segun las castas y dis- tribuida por sexos “, Iguales opor- tunidades brindé el manejo del censo de 1834 aunque su examen minucloso escapa a la temporali- 5. A.G.N. “Censos en exposicién”. Padrén de la Provincia de Cartagena realizado en 1778, A. G. N. Seccién Colecciones. Fon- do Ortega Ricaurte, Censos 1 caja 37, do- cumento 11. “Padron de la Provincia de Cartagena. Afio 1780". 6. A. G. N. Seccién Reptblica. Censo ge- eral de la Nueva Granada. 1834, f. 32 dad del presente estudio “. Para las cifras de 1779, 1808 y 1825 so- Jo. se conté con los totales 7). a 41, Para 1834 la provincia de Mompox estaba separada de la de Cartagena y tenia jurisdicci6n sobre un territorio propio equi- valente al espacio del que ya tenia en el periodo colonial, més el Cantén de Ocafia. Excluido este ultimo arrojé un total de 27.860 habitantes. La provincia de Cartage- na, excluido el Archipiélago de San Andrés y Providencia entonces adscrito a su juris- diccién, tuvo un total de 129.205 habitan- tes. Sumadas las dos cantidades resulta un gran total de 157.065 habitantes para el te- rritorio de lo que fue la provincia de Car- tagena durante el perfodo colonial. 7. Para las cifras de 1779 A. G. N. Milicias y Marina, Tomo 141, f. 208 r. Las cifras de 1808 son aproximadas y las trae: RES~ ‘TREPO, José Manuel. Historia de la revolu- cién de Colombia. 6 Tomos. Medellin, Edi- torial Bedout. 1974. Tomo 1, p. 401, Las cifras de 1825 son tomadas de: GOMEZ, Fernando. Los seis datos seriados recogi- dos en el Cuadro N? 1 permiten establecer una tendencia, Entre 1778 y 1834 la poblacién de la pro- vincia de Cartagena tuvo un cre- cimiento porcentual de 30.99%. En estos cincuenta y seis afios pas6 de 118.382 habitantes a 157.075, un aumento absoluto de 36.693 ha- bitantes, lo cual hace una tasa anual de crecimiento de 0.5% si- milar a la de los afios de 1778 y 1780. De ello se desprenden algu- nas consideraciones especulativas. Primero, la cifra de 170.000 ha- bitantes en 1808 es exagerada, asi sea aproximada, En caso de haber- se mantenido el crecimiento anual de 0.5% la poblacién de la provin- cla, en 1808, alcanzaria los 136.185 habitantes y en 1825 los 146.266. Aunque para este Ultimo afio la poblacién hubo de disminulr por los estragos de la guerra de inde- pendencia y el temor en las gen- tes a ser censadas por la creencla, con bases clertas, que se buscaba establecer nuevos gravdmenes ‘*). “Los censos en Colombia antes de 1905”. En URRUTIA, Miguel y ARRUBLA, Mario (Com- piladores). Compendio de estadisticas his- t6ricas de Colombia. Bogots, Universidad Nacional de Colombia, 1970, pp. 9-30. 8. Era lo que informaba el goberador de la provincia de Mompox en 1828, véase: Gaceta_ de Colombia. Edicién fascimilar, Banco de la Repiblica, 1975. Suponiendo que el crecimiento anual de 0.5 se mantu- vo la poblacién de la provincia en 1834 seria de 152.084 que esté muy préxima a os 157.065 habitantes totalizados por el censo de 1834, HISTORIA ¥ SOCIEDAD 3 De otro lado la cifra de 121.663 es la menos confiable. La pobla- cidn de la provincia con todo y guerra de Independencia, el regre- so a formas de vida “arrochelada” propias de la colonia y esconder- se de los empadronadores no pu- do incrementarse tan solo en 2.016 personas entre 1780 y 1825, un pe- iodo de cuarenta y cinco afios. De todas maneras, restringida la explicacién a los afios 1778, 1779 y 1780 era evidente el cre- cimiento demogréfico de la pro- vincia de Cartagena, aunque con indices inferiores a los del virrei- nato. En general el Nuevo Reino de Granada presenciaba un aumen- to del ndmero de habitantes y el mestizaje era el elemento princi- pal de ese empuje demogréfico. Los mestizos considerados Jurld+ camente “libres” comenzaban a ser una numerosa poblacién que se- gin el concepto del arzobispo virrey Antonio Caballero y Géngo- ra “es en realidad un monstruo in- domable que a todo lo bueno se resiste” ®, La mayoritarla presencia mesti- za en la segunda mitad del siglo XVIII representa una fase de tran- sicién. Un momento en que todas las formas sociales aparecian co- mo “semoviéndose” o en la prdc- tica de la movilidad social de las personas y de los grupos. Esta mo- vilidad social implica un profun- do y potencial empuje en términos de formas de vida o de deseos de 8. Relaciones e informes. 1, p. 411. Jorge Conde Calderon forjar otra realidad, otra estructu- ra de relaciones sociales y unos tipos mestizos de cultura“, En los centros urbanos mestizos, cuyo cardcter es esencialmente campesino, la cultura espafiola no era influyente. En las poblaciones mestizas se producia la tendencia aun mayor equilibrio entre lo in- dio y lo hisp4nico, y en algunos casos entre lo africano y aquellas dos estirpes. Por lo tanto, su cul- tura sera mestiza con modos de énfasis _alternativamente _indios, espafioles 0 africanos pero con for- mas de vida integradas dentro de un sistema nico: el hispéni- coon, El empuje mestizo seré m4s pro- fundo en el momento de la crisis politica de 1810. Fuera del control social del sistema tradicional, lo mestizo esta abocado a la necesi- dad de la independencia politica, pero no del Estado hispano o del monarca espafiol sino del centro ur- bano privilegiado, Cartagena sim- bolo del poder y de la opresién. La independencla politica de esos centros mestizos escapaba a cual- quier expresién individualista y prolongaba el carécter tradicional que en la sociedad colonial tenfan 10. Aqui sigo muy de cerca el ensayo de ESTEVA FABREGAT, Claudio, “Poblacién y mestizaje en las ciudades de Iberoaméri- cca: Siglo XVIII", en: Francisco de Solano (Coordinadon). Estudios sobre fa Ciudad Ibe~ roamericana, Madrid, C. S. le C., 1975, pp» 501-604, 1. Ibid, p. 593. 87 os conflletos, donde no se opo- nian intereses internos distintos ni se comprometian estratos socia- les diferentes sino que éstos eran integrados en conflictos entre lo- calidades: ciudad mayor contra ciudades “menores”, villas contra ciudades y parroquias contra vi- las. Todas tratando de mantener © adqulrir privilegios 2). La provincia de Cartagena era una de las regiones del Nuevo Rel- no con mayor nGmero de mestizos o “libres”, En su interior, o sea, en sus espacios rurales la mezcla ra- cial dio origen a numerosas castas. Hubo uniones entre negros e in- dias, blancos e indias, blancos y negras, en fin, una variedad étnica que vivia arrochelada y amancebe- da en parajes dispersos. Tal vez esto contribuya a expli- car el escaso control religioso y la poca influencia de la religién ca- télica entre sus habitantes, Duran- te su visita pastoral de 1778 a 1781 en la que confirmé 39.103 perso- nas después de recorrer el parti- do de Tierradentro, seguir la ruta de los “temibles rfos de la Magda- lena y del Cauca..., la del Sind, Told y lo restante de la costa”, el obispo José Fernéndez de Lama- drid concluy6 que los libres “no reconocen cura, ni cumplen con algunos de los preceptos de la igle- sia, viviendo por consiguiente sin 12. COLMENARES, Germén. “La economia y la sociedad coloniales. 1550-1800”, en: Nueva Historia de Colombia. Bogoté, Pla neta, 1989. Tomo 1, p. 121. 88 ley ni subordinacién, y en un total libertinaje” @®, A lo anterior se le sumaba que las altas dignidades eclesiésticas y la mayor cantidad de prelados es- taban concentrados en Cartagena y Mompox. De un total de 426 ecle- sidsticos registrados por el padrén de 1780 la sola plaza fuerte alber- gaba 237 y la villa de Mompox 53, es decir un total de 290. Ademés, la Jerarquia eclesidstica compar- tia las bondades del poder politico local ©, Mientras tanto, los res- tantes 136 clérigos estaban repar- tidos por la provincia “‘contamindn- dose” algunos de la forma de vi- da arrochelada y amancebada de los libres 13. Martinez Reyes, Gabriel (Compilador). Cartas de los obispos de Cartagena de Indias durante ef perlodo hispinico. 1534- 1820. Medellin, editorial Zuluaga, 1986, p. 54, (Citado en adelante como Cartas de los Obispos). 14, EI mismo obispo Feméndez de Lama- drid fue victima de ese “poder’. En una carta del 12 de enero de 1785 dirigida al vitrey Caballero y Géngora, le solicitaba a éste que lo trasladara a otta didcesis por- que “lo ardiente de este clima y la oposi- cién de los canénigos, acompafiada de in- jurias y ultrajes” debilitaba, atin mas, “mis fuerzas bastantemente consumidas”. Ibid. p. 551. La influencia de la jerarquia eclesiést- 2 en asuntos de gobierno fue evidente du- rante los acontecimientos independentistas ‘cuando algunos curas de Cartagena, Mom- Pox, Told, Lorica y Corozal tuvieron parti- cipacién activa en los hechos revoluciona- rios de entonces ya fuera al lado de la ‘causa patriota 0 de la realista. Fen6meno por demis extensivo a todo el territorio neogranadino. ‘HISTORIA ¥ SOCIEDAD 3 La movilidad social de los mes- tizos en la provincia fue observa- da tempranamente por los pocos Viajeros que la visitaron, En 1735 Jorge Juan y Antonio de Ulloa re- gistraban cémo una alta proporcién de reclutas eran “mestizos hasta el cuarto grado, esto es hijos de espafiol e india; hijos de espafiol y mestiza en segundo grado, y de espafiol y mestiza en tercer grado. A excepcién del primer grado, los demés son tan blancos como es- pafioles, y particularmente los de las Ultimas castas son ya tan blan- cos que aunque entre ellos son co- nocidos por ciertas sefiales que los distinguen de los espafioles, no se- r4 fécil distinguirlos en Espafia, a menos de poner bastante culdado, y de estar acostumbrado a distin- guir estas mezclas de sangre es- Paficla y americana” «®, La complejidad étnica de estas castas fue corroborada treinta afios después por Fray Juan de Santa Gertrudis cuando por la notoria presencia mestiza, antes de arri- bar al pueblo de Mahates, noté tan- to la existencia de los quinterones, ‘tan blancos como los espafiole: como de los cuarterones, hijos de 15. Un denunciante afirmaba que ”... no faltaban sacerdotes, clérigos y frayles.... algunos discolos y de mal exemplo... es- tando muchos de ellos amancebados, otros fen logros vsuras, otros conociendo yndias camalmente syn. ser baptizadas”. Ibid., p. 37. También, pp. 532 2 535 y 589. 16. ULLOA, Jorge Juan y Antonio de. Noti- clas secretas de América. 2 tomos. Edi- ccién fascimilar. Bogotd, Banco Popular, 1983. Tomo I, p. 173. Jorge Conde: Calderon mestiza con blanco; el mulato, hijo de negra y blanco; el zambo, hijo de negro con india; “tente en el al- re”, hijo de blanca con mestizo y “saltatrés”, hijo de cuarterona con mestizo (7), Estas castas eran las que domi- naban con su presencia las calles de las villas, las parroquias, los pueblos y de la misma ciudad de Cartagena, las estancias y las he- ciendas, y los altos porcentajes re- gistrados por los padrones. El predominio mestizo a fines del siglo XVIII dentro de la demo- gratia cartagenera iba en aumento. Su participacién demogréfica pasé de! 64% en 1778 al 65.3% en 1780 como Jo muestra el cuadro N° 2. Si- milar comportamiento observé la poblacién indigena. Esta pasé del 164% al 17.5% en los mismos afios, Pero en términos absolutos el aumento mestizo superaba al in- digena **), 17, SANTA GERTRUDIS, Fray Juan de, Ma- ravillas de la Naturaleza. 4 tomos. Bo- goté, Biblioteca de la Presidencia de lombia, 1956. Tomo 1, p. 52. El autor visité el virreinato del Nuevo Reino de Granada entre 1756 y 1767 y redact6 la obra en 1775. (Esta fuente se utilizé parcialmente). 18. La recuperaci6n demogritica de la po- blacién indigena se hace notable por la aplicacién de las pollticas borbénicas de poblamiento inauguradas por el virrey Se- bastién de Eslava en el partido de Tierra dentro de la provincia de Cartagena. La concentracién de indigenas dispersos y la reduccién de esos pueblos permitié una contabilizaci6n “utilitarista” més ajustada a la “realidad” espafiola con los padrones de 1778 y 1780. 89 Con relacién a la ciudad de Car tagena, el interior de la provincia, referida la comparacién solo al afio 1780, presentaba los siguientes Porcentajes: Blancos 9.5%, indige- nas 19.5%, mestizos 65.3% y es clavos 5.7%, En la ciudad Jos por- centajes eran 22.4, 0.4, 60.8 y 164 respectivamente, (véase el Cuadro Ne 3). Aunque los mestizos repre- sentaban el porcentaje més alto en el interior de 1a provincia como en la cludad de. Cartagena, en esta iltima los blancos y:los esclavos mostraban altos porcentajes. Com- parados los porcentajes de la po- blacién blanca entre Cartagena y cualquiera otro pueblo de la pro- vineia, solo Lorica con un 24% y Corozal con un 22% la superaban. No ocurrfa igual con la poblacién esclava que, excepcidn de Mom- pox con 837 esclavos, estaba ma- yoritariamente concentrada en Car- tagena y sus alrededores, los par- tidos de Mahates y Barranca “, El repunte demogrdfico de los mestizos era el motor de la recu- peracién demogréfica de 1a .pro- vincia, La tasa de crecimiento anual de este grupo era de 1.0% entre 1778 y 1780 (Cuadro N° 4). Niveles que debieron mantenerse 0, posi- blemente, ser superados porque nl la legislacién ni los prejuictos arrai- gados podian modificar su crecl- miento @, 19. A. G.N. Milicias y marina. Tomo 141, f. 2087. 20. COLMENARES, Germén. Historia eco- némica y social de Colombia 1537-1719. Bogotd, editorial La Carreta, 1975, p. 433. 90 HISTORIA ¥ SOCTEDAD 3 CUADRO Ne 2 PARTICIPACION DEMOGRAFICA SEGUN GRUPOS DE POBLACION 1778 ¥ 1780 Estamento 1778 % 1780 % Blancos 13426 «114 «11.648 99 Libres 75492 © 64077920653. Indios 19416 © 164 = 20928175 Esclavos 9.626 82 8.725 73 Fuente: A. G. N. “Censos en exposicién” Padrén de la Provincia de Cartagena realizado en 1778. Pata 1780. A. G. N. Seccién Colecciones. Fondo Ortega Ricaurte, Censos 1 Caja 37, documento 11, “Padrén de la Provincia de Cartagena. Afio 1780”. El mismo cuadro sefiala una tendencia decreciente de los “vecinos” blancos y la poblacién esclava. De un 11.4% que era el porcentaje de los blancos en 1778 dos afios después disminuyd a 9.9% y los esclavos del 8.2% en ef primer afio disminuyeron a un 7.2% en 1780. CUADRO Ne 3 PROPORCION ENTRE CASTAS: PROVINCIA Y CARTAGENA. ANO 1780 Estamento Provincia % Cartagena % Total Blancos 8.348 95 3.726 22.4 12.074 Indios 20.870 19.0 58 04 20.928 Libres 60.753 65.3 10.167 60.8 71.920 Esclavos 6.010 5.7 2.715 16.4 8.725 105.696 100 16.666 100 119.647 Fuente: A. G. N. Seccién Colecciones. Fondo Ortega Ricaurte. Censo 1, Caja 37, Documento 11. “Padron de la Provincia de Cartagena. Afio 1780”. CUADRO Ne 4 EVOLUCION DEMOGRAFICA SEGUN GRUPOS DE POBLACION 1778 Y 1780 Estamento 1778 1780 Tasa crecimiento Blancos 13.426 11.648 08 Libres 75.492 77.920 10 Indios 19.416 20.928 10 Esclavos 9.626 8.725 09 Fuente: Véase Cuadro 2. Jorge Conde Calderén Ademés, la condicién de ser li- bres los mestizos los convertia en migrantes, es decir, tenfan la ca- pacidad para desplazarse por los diversos espacios de 1a provincia y ni siquiera la centralizada polfti- ca de poblamiento pudo sujetarlos impidiendo obtener padrones que “contengan a todos sus vecinos” porque muchos “han abandonado sus casas”), £1 crecimiento demogréfico de fos mestizos y de la poblacién de la provincia de Cartagena en general, puede estar asoclado a los sigulen- tes factores: disminucién de la ta- sa de la mortalidad, migracién in- trarregional y condiciones sociode- mograficas de algunos grupos so- clales, ‘Sin embargo, con el conocimien- to existente es dificil discriminar el peso de cada factor en el au- mento demogréfico. La informacién existente es Incompleta y sélo sir- ve para puntualizar sobre estos factores sin pretender generaliza- clones, Siguiendo {a tendencia universal, no es muy plausible fa idea de que en la provincia de Cartagena el ni- vel de vida mejorara como para suponer un aumento en la tasa de la natalidad. Tampoco las condicio- nes sanitarias mejoraron notable- mente para aceptar que el aumento de la poblaci6n ocurriera por una reduccién de la tasa de mortali- dad @), 21. A. GN. Milicias y Marina. T. 141, Lae 91 La escasez de alimentos y las pestes constitufan los principales males que agobiaban la poblacién de Ja provincia cartagenera, A es- to se le sumaba el alto costo de la vida en una cludad como Carta- gena de Indias, una plaza fuerte que absorbia la mayor parte de su presupuesto en los gastos de se- guridad y defensa. SI el cabildo de la cludad de Car tagena se quejaba de “la penuria de mantenimientos” por faltar “las carnes de vaca y de cerdo, de la que depende el mayor Ingreso” ™, y pedia se retiraran parte de las fuertes contribuciones que paga- ban los habitantes de la cludad pa- ra mantener la defensa de 1a mis- ma y los contingentes militares de su presidio, era més justa la peti- cin del cabildo de la villa de Told 22. El referente universal me fo proporcio- na el estudio de: FLINN, Michael W. El sistema demogrético europeo, 1500-1620. Barcelona, Editorial Critica, 1969. 23, Ante la escasez de alimentos, en 1805, el gobernador de Cartagena informaba al cabildo sobre el acuerdo de libertad de importaci6n de cares saladas, cebo y atroz de Buenos Aires y otras regiones hispano- americanas. A. G. N. Cabildos. T. 2, f. 647 a 674, Sobre el alto costo de la vida y los problemas socioeconémicos en la ciudad de Cartagena, véase MARCHENA, Juan. "ES- plendor y de la ciudad americana del siglo XVIM". En: América Hombre y So- cciedad: Actas de la primera jornada de his- toriadores americanistas. Santafé de Grana- da (Espafa), 11 al 15 de octubre de 1987. Diputacién provincial de Granada, 1988, pp. 269-282. 92 estado en que a, ante el “deplorabl se halla dicha vill E! memorial del 20 de agosto de 1781 firmado por Pablo Garcia, al- calde ordinario, José Joaquin G6- mez y Barragén, alguacil mayor. Mi- guel de Olascoaga, alcalde mayor primero y regidor perpetuo, y Fell- pe del Muente, regidor deposite- rio general, quienes entre otras co- sas, residian en la parroquia de Lo- rica, hacfan presente el deplore- ble estado de Ia villa porque “no alcanzaban los ‘propio ni:adn’ pa- ra los precisos gastos” y pedian “para el mismo efecto de aumen- tar dichos propios y evitar los frau- des que experimentan en las ren- tas del salado se solicite un solar donde se construira un tendal en el qual, y no en otro alguno, deve- ra venderse dicho salado con in- tervencién del referido Sefior Al- calde o Regidor Diputado. Y porque con todo lo dispuesto no es posi- ble sufragar a los necesarios gas- tos respecto a que el derecho de 24, A. G. N. Poblaciones varias. T. 3, f. 1 Los bienes propios, 0 simplemente pro- pios, eran de aprovechamiento comin para todos los vecinos, como el ejido (eras para trilla y otros usos), la dehesa (zonas de pastos para el ganado, que los vecinos cria- ban para su propio uso, sin fines comer- ciales), 0 los montes donde se recogia la lefia_ gratuitamente. Otros propios fueron objeto de arrendamientos 0 contratos one- 10503 de explotacién como los pastizales destinados a la cria de ganado. Véase: Cés- pedes de! Castillo, Guillermo. “Vecinos, magnates, cabildos y cabildantes en la ‘América Espafiola’. En: VARIOS. La ciudad hispanoamericana. El suefio de un orden. ‘Madrid, CEHOPU, 1989, p. 234, HISTORIA ¥ SOCIEDAD 3 Cissa es uno de los propios de las ciudades, villas y lugares y que ef de esta y su jurlsdiccién no tlene el destino que le corresponde por recaudarse para la ciudad de Car- tagena” 5), Suplicaban al virrey se dignara aplicar el mencionado derecho de sisa para los gastos de la villa y su “jurisdiccién” con la protesta de que el sobrante se mantendré vigente siempre para el servicio de su magestad cada y quanto ocu- tra alguna urgencia” *), Pero lo més importante para los “vecinos” de la villa, por medio de la cual protestaban los de Lorica, era liberarlos de las onerosas con- tribuciones con destino a Cartage- na, Sobre las pestes parece ser que las epidemias de viruela fueron ob- jeto de preocupacién del gobierno espafiol por sus efectos catastré- ficos. Ellas eran generalizadas, pe- riédicas y purulentas donde hubo mayor saturacién del espacio. Car- tagena y su recinto amurallado de- bieron estar més expuestos a su presencia, Hubo una peste de fie- bre amarilla en 1654, pero también hubo unas epidemias de viruela en 1676, 1783 y 1803 que amenazaron extenderse a la ciudad de Santa- 6, Todos estos casos estén 25. A. G. N. Poblaciones varias. T. 3, f Bvadr 26. Ibid, f. 4. 27. A. G. Ne Miscelfineas de la Colonia (Wacunacién). T. 33, f. 360 a 378. Jorge Conde Calderén restringidos a la cludad de Carts- gena. Con relaci6n a las zonas rurales es poco lo que se conoce en este aspecto, Sin embargo, en todo el Imperio. espafiol, para {a poca, existié interés por controlar los efectos nocivos de las epidemias. En la provincia de Cartagena la res- puesta institucional comenzé a fi- nes del siglo XVIII, pero solo en 1804 se desarrollaron planes para establecer juntas centrales de va- cunacién en Mompox y Cartage- na), y a fines del mismo afio llegarfan las primeras expediciones de la vacuna contra la viruela ®. Respecto a la migracién las evi- dencias empiricas todavia son més escasas. La mayoritaria presencia mestiza en los pueblos de la pro- vincla permite suponer que existié una mayor movilidad geogréfica. En la ultima parte del siglo XVIII la preocupacién de los funciona- rios espafioles se cent6 en el con- trol de los migrantes y delincuen- tes. Es abandonado el concepto de “expulsién” y “destierro” @, El ultimo factor a considerar es el de Ja natalidad que depende en gran medida del contro! sobre las relaciones sexuales, Quienes me- 28. Ibid. T. 2, £. 59 a 74y 78 a 87. IT. 33, f. 411 a 466. 30, Véase lar lista separada de: “delincuen- tes” que Domingo Antonio Losada en- ‘tregd a Antonio de la Torre el 27 de sep- tiembre de 1784 luego de realizar el pa- drén individual de la poblacién Ching. A. G.N. Milicias y Marina. T. 141, f. 79 r FUENTE: Véase Cuadro 3. 29. Ibi 93 nos restricciones tuvieron en la prdctica para las uniones sexuales fueron los mestizos y los indige- nas. En los primeros las formas de vida al margen del orden espafiol, el arrochelamiento, la dispersién y el amancebamiento permitieron uniones libres prolificas en hijos. Es més, los mestizos y los indi- genas eran los grupos de poblacién donde el predominio de la mujer, en términos numéricos, se mantu- vo mientras que en Jos blancos y esclavos disminuyeron entre 1778 y 1780 como se observan en los Cuadros 5 y 6, LOS GRUPOS SOCIALES POR PARTIDOS (1), Una real orden del 10 de noviem- bre de 1776 rubricada por el Minis- tro de Indias de Carlos III, José de Galvez, establecia: “El rey quiere saber con puntualidad y certeza el numero de vasallos y abitantes que tlene en todos sus bastos dominios de America y Filipinas a cuyo fin ha resuelto que todos los Virreyes y Governadores de Yndias y de di- chas Yslas hagan exactos padrones con la devida distincién de esta- dos, clases y castas de todas las personas de ambos sexos, sin ex- clulr los parbulos, De orden de $.M. lo participo a V.E. para que 31. Segin el diccionario de la Real Acade- mia Espafola, Partido es un distrito 0 territorio que comprende varios pueblos de ia, en que para la Administra cién de Justicia, ejerce jurisdiccién un Juez de Primera Instancia. 94 HISTORIA Y SOCIEDAD 3 CUADRO Ne 5 COMPOSICION POR SEXOS SEGUN GRUPOS DE POBLACION 1778 Y 1780 1778 1780 ; Estamento Hombres Mujeres Indice Hombres Mujeres Indice Masculinidad Masculinidad Blancos 6.860 6.566 10 3915707 ——«.0 Indios 9.384 10.032 09 10.069 1085909 Libres 37.010 38.480 09 37760 40.160 09 Esclavos 4.629 4.997 09 4296 442909 Fuente: Véase Cuadro 1. CUADRO Ne 6 CENSO DE 1780 GRUPOS SOCIALES SEGUN SEXO Estamento Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Indice % % — Masculinidad Blancos 5941 5.707 11.648 51.0490 10 Indios 10.069 10.859 20928 485 515, 09 Libres 37.760 40.160 77920 480 © 520 09 Esclavos 4296 4429 8725 49.0 510 09 Fuente: Véase Cuadro 3. espida las correspondientes a fin de que todos los Governadores y personal a quien corresponda de su jurisdicci6n y distrito formen los referidos padrones desde lue- 90, y repitan todos los afios esta operacién remitiéndolos afin de cada afio por mano de V.E. con la Prevencién de que han de anotar en cada estado annual el aumento © disminucién que resultare res- Pecto del anterior”. El 30 de abril del afio siguiente la comunicacién era remitida por el virrey Manuel Antonio Flérez al gobernador de la provincia de Car- tagena don Juan Pimienta “, quien de inmediato encarg6 a funciona- rios de su administraci6n para practicarlos. Los empadronamlentos comenza- ron el 20 de mayo por los barrios de la ciudad de Cartagena y los partidos de Tierradentro, Mahates, Barrancas y Told y sus sabanas, A fines del mes de noviembre de 1777 estaban todos concluidos y, aunque faltaba el del partido de Mompox, el gobernador elaboré un “incompleto resumen” a princi- Pios del afio siguiente °), 32, A. G.N. Milicias y Marina. T. 141, f. 1386. 33. Ibid. f, 208 r. Jorge Conde Calderén La ciudad de Cartagena fue di- vidida en cuatro barrios, La Mer- ced, San Sebastidn, Santo Toriblo, Santa Catalina y el arrabal de Get- semani, De ellos se desconoce hasta la fecha el padrén del barrio de Santa Catalina“, La suma del ndmero de almas de los tres ba- trios y el arrabal arrojé un total de 10.454 habitantes a los que se deben agregar los 698 de la Isla de Bocachica que funcionaba ad- ministrativamente como un barrio de Cartagena ), La division del interior de la provincia para asuntos adminis! tivos era més compleja, Median- te un informe del 26 de mayo de 1776 el gobernador Pimienta le proponia al virrey Flérez, para una “facil administracién de justicia”, 34, Todo parece indicar que el batrio San- ta Catalina era el més poblado de los cuatro. barrios intramuros. Enel Archivo General se halla la “lista de artesanos” de ese barrio y aparecen registrados un total de 250 de los cuales 31 eran Zapateros, 62 sastres, 38 carpinteros, 8 plateros, 5 pinto- res, 10 albatiles, 2 confiteros, 7) torneros, 4 talabarteros, 2 tintoreros, 6 tllistas, 4 peluqueros, 1 pailero, 5 armeros, 3 cocine- ros, 1 farolero, 2 herreros, 2 relojeros, 32 pulperos, 19 barberos, 3 ensayadores y 3 botoneros. La lista tiene fecha del 23 de agosto de 1780 y esté rubricada por Mar- tin Antonio de Eguina. A. G. N. Censos varios. T. 6, f. 615 a 619. 35. La Merced, 1.611 almas. A. G. N. Cen sos varios. T. 8, f. 132 a 164. San Se~ bastién, 1.608. A. G. N. Colonia, Miscelénea. T. 44, f. 945 a 947. Santo Toribio, 3.163. Ibid. T. 41, £. 1004 a 1007. Getsemant, 4.072. A. G. N. Censos varios. T. 8, f. 75 a 131. Sobre la poblacién de la isla de Bocachica. bid. f. 840 a 845. 95 la divisi6n de la provincia de Car- tagena en cinco corregimientos. La propuesta no fue acogida, al pe- recer, para evitar conflictos de ju- risdiccién con la gobernacién de Antioquia por cuanto uno de los corregimientos que tenfa como centro a la villa de Ayapel y sus términos pretendia también la agregacién de “la ciudad de Zara- goza que aunque como la de Cé- ceres son y corresponden a la ju- risdiccién de Ja provincla de An- tloqula, como que dependen en cuanto a la Real Hacienda de las cajas de Mompox" @, Conociendo la calidad de cen- tros mineros de estas dos pobla- clones las intenciones del gober- nador Pimienta eran claras. Agre- garlas.a su provincia, para asi con- tar con mayores recursos econé- micos. Por esa raz6n, y con el fin de evitar conflictos jurisdiccionales, la Junta General de Tribunales pre- sidida por el virrey Flérez ordené suprimir “los corregimientos de tenues” y arreglar los “necesarios demarcéndoles su territorio” 7. Entonces fueron creados tres co- tregimientos. El corregimlento de “letras de 4a villa de Mompox", que compren- dia el territorio abrazado y bajia- do por el rio Magdalena desde la 36. Moreno y Escandén, Francisco Antonio. Indios y Mestizos de la Nueva Granada a finales del siglo XVIII. Bogoté, Banco Po- pular, 1985, p. 86, 37. Ibid., p. 89. 96 ciudad de Simiti hasta e! pueblo de Zambrano corriendo rio abajo ju- risdicci6n de Barrancas. Desde Si- miti por la tierra firme y sus mi- nerales de Guamocé hasta la ciu- dad de Caceres y de alli rio abajo de Cauca por la Mojana hasta de- sembocar dicho rio en el Magdale- na por las Bocas de Tacaloa, abra- zando también el rio San Jorge arriba y toda la parte por donde se extienden los términos y jurisdic- cién de la villa de San Jerénimo del Monte de Ayapel y sus minera- les EI segundo corregimiento era el que comprendia la jurisdiccién de la villa de Tol y San Benito Abad. En la primera estaban las feligre- sfas de Majagual, villa de Told, pueblos de indios de Tol Viejo y Colosé, sitio de Santero, pueblo de San Andrés, Sabaneta, San Juan de Las Palmas, sitios de Pincho- troy y Momil. Respecto de la se- gunda los sitios de Pileta (Corozal), donde residia el corregidor por es- tar colocada la real fébrica de aguardiente, Sincé, Sincelejo, Chi- ng, Sahagtn, villa de San Benito y pueblos de Morroa, Sampués y Je- gua, | tercer corregimiento era “en el partido riombrado de Tierra ‘Adentro", donde quedaban ‘aboli- das las capitanfas a guerra de Ba- rranquilla, Santo Tomas y Real de la Cruz “), Los pueblos de. indios y sitios comprendidos en este co- 38. Ibid. 39. Ibid, p. 89. HISTORIA ¥ SOCIEDAD 3 rregimiento, estén sefialados en el Cuadro N° 7. El sueldo de cada Corregidor y Justicia Mayor fue establecido en orden de importancia, Para el de Mompox un sueldo de mil seiscien- tos cincuenta y cuatro pesos, el de Told mil pesos y al de Tierraden- tro ochocientos pesos “, Esta divisin territorial obedeci6 a los patrones de poblamiento do- minantes en la provincia que al- canza su méxima expresién entre 1740 y 1780 y concluye con la con- centracién del campesinado “ ‘que se llaman vulgarmente montunos” “), en nuevas unida- des de hébitat nucleado, conocidas 40. Ibid., p. 90. Sin embargo, las. capita- rnfas fueron mantenidas en Barranqui- lla y Santo Tomas de Villanueva. V6: Garcia, Antonio Joseph (Compilador). Ke lendario y guia de forasteros en Santafé de Bogoté capital del Nuevo Reino de Grena- da, para el aflo 1806. Edicién fascimilar. Bo- goté, Banco de la Repiblica, 1988, p. 99. 41, MORENO Y ESCANDON, Francisco An- tonio. Op. cit. p. 91. 42. “El Deber de Vivir Ordenadamente para Obedecer al Rey’, normas dicta- das en 1789 por don Joaquin de Cafiaberal y Ponce, gobernador de la provincia de Care tagena. Documento transcrito por Gilma Mora de Tovar en: Anuario Colombiano de la Historia Social y de la Cultura. N° 20, 1992, pp. 109-131. Una de las tantas prohibiciones era que “los campesinos que se llaman vulgarmente montunos, que ven- gan a esta zona, dexen a las puertas de ella sus machetes de uso, los que deben recoger a su regreso 0 perderlos” de lo contratio recibirian 200 azotes, p. 112. Eran las medidas de seguridad extremas de una plaza fuerte encerrada en si misma, Jorge Conde Calderén 97 CUADRO N? 7 RESUMEN GENERAL DE LOS VECINOS DEL PARTIDO DE TIERRADENTRO ANO 1777 Pers. Total Ecc. Vezinos Almas Naturales Esclavos Almas Barranquilla 4 526 2.586 5 42 2.633 Soledad 1 362 1.993 3 66 2.062 Malambo 1 195 21 192 6 816 Savana Grande 1 338 1.761 25 1.786 Santo Tomés 1 101 1.088 29 1117 Ponedera 1 1 421 34 455 Savana Larga 2 334 1.796 38 1,854 Candelaria 1 95 AT4 6 480 Real de la Cruz 1 213 1.406 51 1.475 Manaty 84441 26 461 Santa Rosa 1 84 «676 34 700 Santa Catalina 1 136707 1 17 ns Palmar de Candelaria 1 124 663 2 24 689 Piojén 1 92 (340 99 37 496 Usiacuri 1 115 509 2 sil Media Granada 142394 393 787 Baranoa 1 192 1.097 2 1.124 Pueblo Nuebo 94 AT 412 ‘Tubard 1 191 17 ‘1,000 1 1.118 Galapa 1 101 373 552 2 952 Totales 213.709 16.666 3.366 578 20.600 Fuente: A. G. N. Censos Vatios T. 8, f. 198. como sitios, lugares, curatos, parroquias, viceparroquias 0 vi- tas *, Pero también signé Jas divisio- nes administrativas practicadas después de 1810 cuando se rom- pen los lazos con Espafia, Es lo que consagré la Constitucién Polf- tica de Cartagena de Indias expe dida el 14 de junio de 1812 y las 43, APRILES-GNISET, Jacques. La ciudad colombiana. Prehispanica de Conquis- ta e Indiana. Bogoté, Banco Popular, 1991, p. 455. reformas que a ella se le introdu- cen al afio siguiente, lo cual seré examinado més adelante como “Jos nuevos escenarios”. Aunque el territorio fue orga- nizado en tres corregimientos, pa- ra efectos de empadronamlento si- guié operando la divisi6n en Par- tidos. El padr6n de 1777 dividié la provincia en 5 partidos: Tierraden- tro, Mahates, Barranca, Told y sus sabanas y Mompox. La participa- clén demogréfica de mestizos, blancos, indigenas y esclavos ve ri6é de un partido a otro. En el partido de Tierradentro la composicién étnica general de la poblacién era: Libres (pardos y blancos) 80.9%, Indios o naturales 16.3% y esclavos negros 2.8%. De los 14 sitios de libres que compo- Afan esta porcién de territorio en 10 no residia ningin indigena y en los cuatro restantes el que ma- yor numero tenfa era Barranquilla con 5 como lo presenta el Cuadro Ne 7, Dentro de ese 80.9% el porcen- taje de blancos era de un 5% apro- ximadamente y la mayoria residian en Barranquilla y Soledad, los cen- tros econémicos importantes. En el primero, donde ademds habfa un batallén de Miliclas Pardas, resi- dian 80 vecinos que ostentaban el titulo de “don”, lo que denotaba condicién de blanco, y en el se- gundo 25 Sobre los oficios, el corregidor y Justicia mayor Juan Garofa Turin anoté al margen que la mayoria “exercen el de labrador”, pero al- gunos ejercian otros. Estos se con- centraban en Barranquilla y Sole- dad y consistian en actividades ti- gadas al comercio y transporte flu- vial. Para entonces Barranquilla desplazaba definitivamente a So- ledad e insinuaba su vocacién por- tuaria y comercial desplegada a Jo largo del siglo XIX. El examen detallado de! censo del partido de Tierradentro permi- 44, Véase: BLANCO BARROS, José A. “In- vestigaciones acerca del primer censo en Colombia’, En: Revista Colombiana de Estadistica. Vols. 21-22, 1990. HISTORIA ¥ SOCIEDAD 3 te constatar la ausencia de hacien- das, en el ndmero y tamafio de las. fundadas en los espacios del par- tido de Mahates y Told. A una legua del sitio de Santa Catalina estuvo ubicado “Palen- que”, que no debe confundirse con el poblado de negros cimarrones; era una estancia con cultivos de subsistencia compuesta de 3 ca sas donde habitaban 13 personas. La hacienda de labranza “San An- tonio del Coco” propiedad de don Juan del Real, vecino de Cartage- na, estaba ubicada a 3 leguas de este sitio y comprendia 6 casas en una de las cuales residia el ma- yordomo y en las restantes 6 libres y 2 esclavos; uno estaba unido con una libre 4), Distante dos leguas del pueblo de San Antonio de Piojén (actual Pioj6), estaba ubicada la estancia San José de la Candelaria de Sa- co propiedad de dofia Ana Ramos, quien residia en una de las sels casas construidas en su interior. En las otras cinco casas residfan 23 libres (entre ellos 6 blancos), y 57 esclavos “, La versi6n opuesta era el Partido de Mahates cuyos sitios que lo in- tegraban tenian agregadas 37 ha- clendas con 1.150 esclavos y 121 llbres (7), 45. A. G. N. Censos varios. T. 6, f. 150v. y 151r. 46. Ibid. T. 8, f. 211. Actualmente sobre el lugar se levanta el corregimiento de Saco. 47. A. G. Ne Censos varios. 7. 8, f. 7736 a 839v. Jorge Conde Calderén En este partido el porcentaje de poblacién libre era 89.3% (pardos, zambos y negros), indigenas 9.6% y esclavos 1.1%, De los 11 sitios que lo integraban en ninguno ha- bia indigenas mientras en los dos pueblos de naturales convivian |i- bres y en el de Turbaco los supe- raban numéricamente como lo muestra el Cuadro NP 8 (4), Los oficios diferentes al de “la- brador" eran pocos y los més Im- portantes estaban concentrados en la parroquia de San Roque de Ma- hates seguido de Arjona, y San Es- tanislao y Turbaco. En cifras el partido agrupaba 25 carpinteros, 12 zapateros, 10 sastres, 7 pesca- dores, 3 pulperos, 1 galafate, 1 bar- bero, 8 herreros, 6 vaqueros, 1 pa- nadero, 1 cerrajero y un maestro de escuela, este citimo residente en Arjona En el partido de Told y las sabe- nas existia una dindmica similar a la de Tierradentro, pero con la di- ferencia de una alta existencia de haciendas y un poderoso grupo de hacendados que generaban resis- tencia a todo lo proveniente de Cartagena en relacién con el go- blerno politico y civil. En el solo sitio de San Antero residian, en 1784, once hacendados *, 48. Los blancos eran 40 vecinos residentes ‘en Mahates (8), Arjona (2), San Estanis- Jao (13), San Benito agregacién del ante- rior (15) y 2 en Timiriguaco. 49. El oficio de galafate era desempeftado por un vecino con condicién de “Don” en la agregacién de San Benito. A. G. N. Censos Varios. T. 8, f. 813 2 816. 99 Peto los centros urbanos alrede- dor de los cuales gravitaba la vida del partido eran Lorica y Corozal. La primera tenfa, en 1784, setecien- tos setenta y siete casas reparti- das en 7 barrios. En dos de ellos, Remolino y Lorica, residian los “duefios cuasi Imaginarios de aquellas tierras”: el capitén Pedro Verdstegul, el alcalde mayor pro- vincial Bernardo Olascoaga, el alguacil mayor José Joaquin G6mez, el alcalde de la hermandad Francis- co del Villar, el sargento mayor de millcias José Lépez Durén, el regi- dor Pedro del Toro, el procurador Olegario Otero, el teniente Joaquin de Olascoaga, casado con Josefa Esteves y el teniente Diego Vello- jin, casado con Eduarda Olascoa- gash, También era la parroquia de Lo- rica el lugar de residencia de los capitulares del cabildo de {a villa de Told. Esta ultima, desplazada definitivamente por esas dos po- blaciones, intentaba en un largo conflicto entre 1791 y 1792 acabar con “esa costumbre”, pero los ve- cinos del sitio de Lorica “con pro- duccién de poder bastante” obte- nian del virrey José de Espeleta una providencia para que “se man- tengan en la posesién de sus em- pleos los regidores del cavildo de 50. A. G, Ns Milicias y marinas. T. 141, f. 49 a 50. 51. Ibid. . 107 a 118. Los otros 5 barrios eran: Gayta, Valle, de la Sorra, Casca- jal y Orillas. 100 la villa de Told y que son vecinos del sitlo de Lorica” *), De otro lado al corregimiento de Pileta de Corozal le concedia el “superior govierno” de la provin- cia Jurisdiccién sobre el pueblo de Jegua a expensas de Mompox ‘*), En cuanto a la distribucién étni- ca de los diferentes grupos socia- les, ésta era desproporcionada. El Porcentaje de libres (blancos, mes- tizos y pardos) 68%, indigenas 26% y esclavos 6%, Dentro de los libres, los blancos representaban un 12% &), En el partido de Mompox la com- Posicién étnica general era la si- gulente: Libres (blancos, zambos y pardos) 85.4%, indigenas 18% y esclavos 6.6%. El predominio en- tre la poblacién libre de los zam- bos era notoria y estaba asociada con la mayor ocupacién econémi- ca, los bogas para el transporte fluvial por el rio Magdalena. El zambaje era facilitado porque in- 52. A. G. N. Cabildos. T. 3, f. 10575. En 1803 los vecinos de Told denunciaban al alcalde ordinario de la villa, el capitan a guerra de Lorica, Bartolomé Camilo Gar- fa por sus procedimientos, asuntos de ju= risdicci6n y éste “descubrir y poblar a mi costa lo mucho que resta del rio Sind”. Ibid. T. 4, §. 168 a 171. 53. A. GN. Poblaciones varias. T. 10, f. 168 2171. 54. A. G. N. Seccién Colecciones. Fondo Ortega Ricaurte, Censo 1, caja 37, Do- cumento 11 “Padrén de la Provincia de Cartagena. Afio 1780’. La misma fuente es utilizada para calcular los porcentajes en el partido de Mompox. HISTORIA ¥ SOCIEDAD 3 dios y negros fueron empleados sin discriminacién en esa labor desde los inicios del poblamiento hispénico, 10 que contribuyé a la promiscuidad sexual. EI anélisis detallado de dos pa- drones individuales de 1777 con- firma el predominio del zambaje: El primero es el del sitio de San Andrés de Tacaloa que muestra, de un total de 522 personas alli resi- dentes, 128 zambos, 119 mestizos, 83 mulatos, 62 blancos, 30 cholos, 25 pardos, 8 cuarterones, 6 indios, 1 negro libre, 27 esclavos zambos, 21 negros y 12 mulatos. Un cuer- Po de 46 milicianos de ‘todos co- lores" (5), EI segundo es el sitio de Tacasa- luma donde residian 670 almas de las cuales 220 eran zambos, 247 pardos, 81 mestizos, 58 cholos, 32 ™orenos, 17 cuarterones (3 eran milicianos con altos grados), 17 blancos (1 miliciano con grado de sargento), y 4 esclavos zambos y 1 pardo En este partido el centro urbano Por excelencia era la tradicional villa de Mompox que mantenfa una rivalidad comercial y politica con Cartagena. Sin embargo, a fines del siglo XVII comenzaba a surgir- le un cercano competidor, en lo Portuario y lo comercial, el sitio de Magangué. Precisamente a la vuelta de si- glo, en el afio de 1801, Ignacio S4n- 55. A. G.N. Censos varios. T. 6, f. 22 a 231. 56. Ibid. T. 8, f. 879 a 685. Jorge Conde Calderon 101 CUADRO Ne 8 PADRON GENERAL DE LA JURISDICCION DEL PARTIDO DE MAHATES ‘ARO 1777 Nombre del lugar Libres Naturales Esclavos Total Ne Viviendas San Roque de Mahates 1.486 8 1.494 333, Nuestra Sefiora de la Candelaria de Arjona 855 18 873 171 Santa Catalina de Turbaco 440 409. 4 853 178 Nuestra Sefora de la Concepcién de Ternera 219 5 284 64 San Antonio de Truana 136347 483 108 San Gerénimo de Pasacaballos 289 2 21 4 Rocha 397 397 83 San Estanislao 1.158 35 1.193 27 jenito (Agregacién) 454 7 461 87 Timiriguaco 370 5 375 B Jolojolo 319 319 82 Flamenco 249 2 251 57 San Basilio de Palenque 615 615 142 Totales 7047 756 867.889 1.659 Fuente: A. G. N. Censos varios. T. 8, f. 760r a 837v. chez de Mora, corregidor, capitén a guerra y justicia mayor de Ma- gangué, pueblos de Talaigua, Yati, Guazo y anexos, se quejaba contra el cabiido de Mompox, “que des- conociéndole el cargo de que es- taba Investido”, le disminuyé “su Jurlsdiccién en varios territorlos”. EI largo conflicto contenido en més de 90 folios terminé resuelto a fa- vor del cabildo de villa de Santa Cruz de Mompox presidido por don Vicente Celedonio Gutiérrez de Pi- teres, alcalde ordinario de segun- da nominacién, Gabriel Martinez Guerra, regidor, alférez y alcalde ordinario, Martin Germédn Rib6n, re~ gidor alcalde mayor provinclal, Jo- 86 Martinez Troncoso, regidor sub- decano y Segundo Jiménez, procu- rador sindico general, quienes dic- taminaron imponer a Sénchez de Mora “los apercivimientos de jus- ticla, condenacién de las costes a que ha dado lugar su arbitrarledad y ligereza *, 57. A. G. N. Cabildos. T. 8, f. 814 2 904,

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